CICLO IV NEUROPSICOLOGIA NP01 Alumno: Marco Antonio Fernández Medrano Código: 050137808 OPE- AYACUCHO
TRABAJO ACADEMICO DESARROLLO HISTORICO DE LA NEUROPSICOLOGIA
I.- VISION HISTORICA: En el transcurso de la historia, el hombre ha intentado encontrar la ubicación del alma, la conciencia, el razonamiento, la imaginación, el lenguaje. El conocimiento de que el cerebro media y controla la conducta del hombre es una adquisición reciente en la historia de la ciencia. El término neuropsicología comienza a aparecer en forma generalizada en la década de 1950, en referencia al estudio de las relaciones entre cerebro y comportamiento. Recién en la década de 1960 se establece la neuropsicología como ciencia con la aparición de las revistas científicas En los próximos párrafos repasaremos los principales exponentes que permitieron la evolución del conocimiento de las funciones cerebrales superiores hasta nuestros días. LOS EGIPCIOS
La civilización del antiguo Egipto abarca un larguísimo período de casi tres milenios, y es el ejemplo de mayor interés de las llamadas culturas arcaicas pretécnicas. Los papiros representan la principal fuente de información de la actividad médica. Existen catorce papiros médicos, en diferente estado de conservación; la mayoría pertenecen al Imperio Medio pero su contenido se refiere con frecuencia al Imperio Antiguo (época de las pirámides). Son tratados prácticos con escasa explicación patológica (un primitivo humoralismo „fluvial‟, por donde fluyen diversos entes malignos) dentro de un sistema mágico-religioso. Las observaciones empíricas que se refieren a enfermedades o disfunciones del sistema nervioso, aunque no muy abundantes, merecen en nuestra opinión esta sumaria revisión. Los remedios contra la jaqueca („mal que afecta a media cabeza‟), ocupan un amplio capítulo del único papiro completo y el mejor conservado, el papiro Ebers. La demencia („el deterioro de la edad‟), las convulsiones y la tetania están fugazmente presentes en diversos papiros.
Es en la descripción minuciosa de las manifestaciones clínicas de los traumatismos craneales y vertebrales, y la valoración ordenada de su gravedad, presente en el papiro de Edwin Smith, donde la neurología egipcia faraónica alcanza su mayor interés Los egipcios respecto al sistema nervioso, trataron desde las cefaleas hasta las trepanaciones craneales , las dos puntas de un complicado conocimiento. Para una fractura de cráneo recomendaban construir unas grandes pinzas de madera, almohadilladas, a fin de sujetar la cabeza del herido, a quien colocaban sentado, completamente inmóvil entre dos apoyos hasta que se advierta la curación. Conocían
la relación entre cerebro y músculo porque estaban bien enterados de las funciones del cerebro conocían el mecanismo de funcionamiento de los movimientos de los diferentes miembros que dependen del funcionamiento de los hemisferios cerebrales del lado opuesto.
Antiguo Egipto y las trepanaciones En inscripciones babilónicas y egipcias se recomienda esta intervención en algunos casos. Para el resto bastaría con invocaciones para expulsar los demonios causantes de la enfermedad Esto nos da una idea de lo unida que estaba la práctica médica a conceptos mágico religiosos. Algunos autores afirman que las trepanaciones no fueron una práctica frecuente en la antigua medicina egipcia, ni hay referencias a estas intervenciones en el papiro de Edwin Smith (700 años a. de C.), copia de un papiro mucho más antiguo y que describe técnicas quirúrgicas. Elliot Smith, profesor en El Cairo, estudió unos 15.000 cráneos egipcios y no halló signos de trepanación. Se han encontrado algunos cráneos trepanados procedentes del Antiguo Egipto, pero en menor número que en otros pueblos. Por ejemplo, Hrdlicka, antropólogo checo, encontró un cráneo egipcio con signos de trepanación, acerca del cual informó el egiptólogo James Breasted, y en el Museo de Anatomía Kars El-Eini, de la Universidad de El Cairo, se conservan tres cráneos de los tiempos faraónicos con trepanaciones y signos de supervivencia. Las trepanaciones craneales consistían en la realización de amputaciones de parte del casquete cerebral, lo realizaban utilizando una especie de "bisturís ”, punzones y tijeras, y arrancando trozos de cráneo que todavía hoy son visibles en algunos de los cuerpos descubiertos en tumbas y restos arqueológicos. Describieron con claridad la cuadriplejia, la hemiplejia y estrabismo.No hay documentación quirúrgica de estas afecciones. Se referían a la cefalea como un dolor que aparece en los vasos temporales, que le quitaban a la persona que la padecía el aire que entraba por esos vasos. La trataban por transferencia o sea frotaban la cabeza de un pescado y la del enfermo durante cuatro días, todo esto acompañado por un encantamiento mágico. La epilepsia se trataba mediante una mixtura de varias plantas mantenidas al sereno durante la noche. Cuando la sangre salía por una herida procedían a la cura y cierre de la piel. En cambio si salía por la nariz la consideraban un caso grave ya que debían estudiar el origen de esa pérdida de sangre, pudiendo haberse dañado la zona interna del cerebro. Si el paciente sangraba por los oídos lo consideraban fatal para la persona afectada. También nombraron una serie de enfermedades, para ellos ligadas al cerebro y las llamaron: “enfermedad de una persona que se deteriora con la edad “, sería el antepasado de la demencia senil o de la enfermedad de Alzheimer.
LOS GRIEGOS Desde épocas remotas el hombre siempre se ha cuestionado sobre la ubicación de la mente, es en Grecia donde se dieron inicio a los primeros planteamientos, la primer tesis fue planteada por Alemeón de Crotona (s: VI A.C), pero 100 años después es Hipócrates quien reelabora los planteamientos de Alemeón y los plantea en El Corpus donde se encuentran los primeros registros sobre el papel del cerebro y las
alteraciones cognitivas (alrededor de 400 a.C9), Hipócrates menciona dos tipos de alteraciones. Los áfonos y los anaudos, como subtipos de pérdida del lenguaje. Los autores griegos se centraron en localizar la función principal de la mente humana (egemonikón) y producto de ello, surgieron muchas teorías como la de Teodereto de Ciro quien en su obra De natura hominis hace una excelente exposición de los hechos: “quanta inter eos controversia es in collocanda principalía animae vi, facile est videre”
(es fácil comprobar la existencia de numerosas controversias entre ellos respecto a la localización del alma principal) (Ciro). Entre tantos planteamientos se puede concluir que existen dos localizaciones principales para la mente, la primera es el corazón, el cual se ve representado por la tesis de Aristóteles, Hipócrates y los estoicos, y el segundo es el cerebro, según la propuesta de Platón, Pitágoras y Alameón de Crotona Quizá sea interesante recordar los planteamientos de Platón en el Timeo, especialmente por haberla aceptado Galeno y recogido, en lo esencial, por autores de la escolástica. En el mito narrado por Platón, se dice que los dioses colocaron el alma inmortal en la cabeza, por ser la parte más noble, y allí reside la función principal, es decir, el entendimiento. El alma mortal, en el pecho, más concretamente en el corazón, o „apetito irascible‟ de los escolásticos, y las necesidades básicas del cuerpo , en el vientre, o „apetito concupiscible‟. Esta topística se acepta durante mucho tiempo. Ya
en el inicio del siglo XIX, en 1800, X. Bichat, discípulo de Pinel y autor decisivo en la creación del modelo anatomoclínico, escribe en su obra Recherches physiologiques sur la vie et la mort: „El cerebro es seguramente la sede de la inteligencia, pero no lo es de las pasiones‟ . Esta distinción justifica la dicotomía que se observa en la obra de Pinel y Esquirol de la doble distinción del origen de la locura, la patología cerebral y las pasiones.
GALENO Y LA HIPOTESIS VENTRICULAR En el siglo II d. C., compila los conocimientos de la época, aportando elementos observados durante las numerosas autopsias que practicó en animales. Plantea que el espíritu vital, ingresado a la sangre desde los pulmones, es transportado al cerebro a través de los grandes vasos. A nivel de los ventrículos laterales, se transforma en espíritu animal, el cual está sometido a la influencia de los sentidos, siendo el sustrato sobre el que se desarrolla el conocimiento. A través del acueducto de Silvio, el espíritu animal pasa a la médula y a los nervios, como agente inductor de las sensaciones y movimientos. El modelo galénico siguió vigente más allá de la Edad Media, con algunas diferencias respecto al sitio en que radicaba la psique. Asimismo Galeno aportó a la medicina, entre otras cosas, la identificación de siete pares de nervios craneales, demostró como diversos músculos son controlados por la médula espinal. Además, demostró que es el cerebro el órgano encargado de controlar la voz y explicó las funciones del riñón en conjunto de la vejiga. Corrigió a Erasístrato y Herófilo, quienes pensaban que por las arterias corría aire, cuando Galeno dedujo que lo que corría era sangre. Descubrió diferencias estructurales entre venas y arterias; observó, analizó y explicó la estructura de las
válvulas del corazón. Descubrió diversas enfermedades infecciosas como la peste y su propagación. Mencionó la gran importancia a los métodos de conservación y preparación de fármacos, base de la actual farmacia galénica, mencionado en sus libros con gran énfasis.
Aportes de Galeno a la neurología •Demostró cómo diversos músculos son controlados por la médula espinal. •Identificó siete pares de nervios craneales. •Demostró que es el cerebro el órgano encargado de controlar la voz. •Demostró que por las arterias circula sangre, y no aire (como pensaban Erasístrato y
Herófilo). •Descubrió diferencias estructurales entre venas y arterias. •Describió las válvulas del corazón.
LEONARDO DE VINCI Leonardo da Vinci, prototipo del hombre del Renacimiento, despierta la admiración general por la amplitud sin igual de sus intereses intelectuales. El autor de la Mona Lisa y otras obras maestras de la segunda mitad del siglo xv y principios del xvi, fue un consumado músico, escenógrafo, científico e ingeniero. Sus inventos abarcan desde cojinetes hasta instrumentos para medir la gravedad específica de los sólidos, pasando por extraordinarias máquinas de guerra (aunque aborrecía la "extrema locura animal" de las batallas). Sus descubrimientos neurocientíficos, notables e ingeniosos, se conocen menos. Débese ello, en buena medida, a que centenares de páginas con anotaciones y detallados dibujos anatómicos permanecieron sin publicar hasta finales del siglo xix y principios del xx. En una época en que las ideas más aceptadas provenían de la ciencia medieval y de la Grecia y Roma clásicas, fue pionero en la práctica del dibujo anatómico, basado en la propia observación directa. Se esforzó por establecer un fundamento físico en cuya virtud el cerebro interpretara los estímulos sensoriales recibidos y operase la mente. Desarrolló una teoría coherente sobre el funcionamiento de los sentidos, en particular el de la vista. Las explicaciones mecanicistas de tales fenómenos reflejan el enfoque habitual en ingeniería, la ocupación primordial de Leonardo. En su condición de dibujante, pintor y escultor, Leonardo sintió la necesidad de conocer a fondo la anatomía humana. Desafiando la tradición eclesiástica, se procuró muchos cuerpos, que luego diseccionaba, haciendo después unos dibujos anatómicos, que, aparte de su exactitud, constituyen verdaderas obras de arte. Sus mejores dibujos fueron de los huesos y los músculos, siendo muy claros y exactos los de la mano y el hombro. Otros mostraban la acción de los músculos. Estudió el ala y la pata de las aves, la mecánica del vuelo y la operación de diafragma en la respiración y la defecación. También realizó buenos dibujos de la placenta de la vaca, pero no tenía certeza sobre si las corrientes sanguíneas maternal y fetal estaban relacionadas o no. Una de sus proezas más ingeniosas, en este terreno, fue la de hacer moldes de cera de los ventrículos del cerebro. También realizó experimentos sobre la médula espinal de la rana, y concluyó que este órgano era el centro de la vida
1.5 FRENOLOGIA (UNA TEORIA ESPECULATIVA DE LA LOCALIZACIÓN En general, la obra de F.J. Gall (1758-1824) ha sido mal interpretada, especialmente por la historiografía más reciente, ya que se ha limitado a comentar lo menos interesante, ‟La cranioscopia‟
Realmente, el éxito de su doctrina frenológica procede de su difusión y exageración. Gall había sido bastante cuidadoso en sus conclusiones y su sistema era relativamente modesto. Como un ejemplo de su actitud puede citarse que en el frontispicio del Instituto de Anatomía de Viena hizo esculpir la siguiente inscripción que decía (Audaces en la investigación, modestos en las afirmaciones), pero sus tesis las desarrollaron un „número de vociferantes y super entusiastas continuadores‟ , tales como K. Spurzheim (1776-1832), que había colaborado con él, y especialmente G. Comte (1788-1858), que la introdujo en el mundo anglosajón, en donde tuvo una sorprendente difusión. Sus difusores, entre ellos el español Mariano Cubí (1801-1875), realizaron una mezcla de afirmaciones basadas en la obra de Gall con muchas especulaciones sin ningún interés científico. Pero el trabajo de F.J. Gall importa por haber sido el primero en la historia de la psicología en hacer una aproximación empírica, tanto de la naturaleza de las facultades mentales como de sus localizaciones en el cerebro En una de sus obras, señala Gall que desde muy joven le había extrañado el hecho de que si los fisiólogos eran capaces de dividir cualquier función del organismo en numerosas partes que localizaban en distintos lugares del mismo, por ejemplo la digestión, circulación sanguínea, etc., ¿cómo era posible que no tuviera la mente el mismo trato? Estaba entonces convencido de que la mente era el resultado de distintas funciones, las cuales deberían tener que ver con el funcionamiento cerebral. Partiendo de esta idea, y basándose en la aplicación de una metodología absolutamente científica, creó la neuropsicología. Por lo que respecta al método, lo esencial es que Gall parte de la observación. De niño, comenta él mismo, se había dado cuenta que sus compañeros con mejor memoria tenían „los ojos saltones‟. Esta observación la rea lizó después en sus estudios de la Universidad. De esta observación pasa a la verificación estadística; así, observa a numerosos individuos y su método se contrasta con „la observación de lo opuesto‟. Más tarde procede a la „inducción‟. Si la observación era correcta, los sujetos con gran memoria deberían tener un buen desarrollo del lóbulo frontal, el cual „empujaba‟ duran te su formación (un hecho, este último, rigurosamente cierto) a la formación craneana, en este caso los fosas oculares, lo que da ba lugar a los „ojos saltones‟. Finalmente, procede la generaliz ación: „las distintas funciones psíquicas‟ tienen localizaciones diferentes en distintas partes del cerebro. La „cranioscopia‟, es decir, la „medida de los „bultos‟ cranianos, es un corolario obligado. Gall sostenía que el cráneo refleja el crecimiento de las zonas cerebrales. Por tanto, midiendo el cráneo se pueden conocer datos mentales. Estas dos últimas afirmaciones son, decíamos antes, corolario de la tesis fundamental, la división de la mente en distintas funciones localizadas en partes diferentes del cerebro, pero fueron las más populares y dieron lugar a la cranioscopia, y con ella se identificó a la frenología.
Después de examinar el cráneo de delincuentes, lunáticos y ciudadanos normales, Gall dividió el cerebro en 37 regiones. Asignó rasgos clave del carácter, como la firmeza, la autoestima y el amor paterno, a la parte superior, y la reserva y la cautela, a un lado del cráneo. Gall sustentaba la teoría de que las protuberancias craneales reflejaban el crecimiento, y, por lo tanto, el mayor desarrollo de diversas partes del cerebro. Sin embargo, la creencia de que se podía “leer en alguien como en un libro”
con base en los contornos craneales provenía de un grave error de anatomía que sólo más tarde saldría a luz gracias a algunos descubrimientos como el del líquido cefalorraquídeo por parte del médico francés Francois Magendie ocurrió en 1828, el mismo año en que murió Gall. La obra de Gall es decisiva para el desarrollo de la psicobiología, de hecho una ciencia que parte de sus estudios, que se alinea junto a las ciencias naturales. Hasta ese momento, la psicología era tema de la filosofía, y la reflexión era el método que se utilizaba; ahora hay la posibilidad de aproximaciones científicas. Junto al hecho decisivo de crear la noción de localización cerebral, Gall planteó las preguntas fundamentales: qué es función cerebral y como ésta se localiza en el cerebro.
1.6 LOCALIZACIONISMO Y HOLISMO Dentro de las concepciones de Gall y de Flourens acerca del órgano de la mente, desde el comienzo surgió el dilema de si el cerebro funciona por partes o como una totalidad. El problema era consecuencia lógica de la forma organicista como había sido concebido el hombre. Esta contradicción entre localizacionismo y holismo ha continuado sin resolverse a pesar del amplio debate suscitado entre neurólogos y psiquiatras de los dos últimos siglos, quienes terminaron por aplicar la división del trabajo en la práctica médica a la función del cerebro que debían explicar. La oposición de los puntos de vista alcanzó a la histología y la citología del sistema nervioso, cuando Cajal sostuvo que el sistema nervioso estaba constituido por conexiones de células nerviosas separadas, en tanto que Golgi sostenía lo contrario, que era una red continua de fibras nerviosas. Felizmente, el debate entre neuronistas y reticularistas terminó a favor de los primeros, cuando con la ayuda del microscopio electrónico se demostró la existencia de las sinapsis. Gall planteó que el cerebro es un conjunto de órganos cuyas funciones son independientes entre sí. Bouillaud, Dixon y Broca, desde mediados del siglo XIX, a partir de sus observaciones sobre la pérdida del habla por lesiones localizadas en pequeñas regiones de la corteza cerebral y posteriormente Henschen y Kleist ya en el siglo XX, confirmaron la idea de Gall, por lo menos respecto de las consecuencias de las lesiones cerebrales. Efectivamente, todo parece indicar que las lesiones focales de la corteza cerebral producen desórdenes psíquicos restringidos a ciertos aspectos de la actividad psíquica, distintos de los estados confusionales, demenciales y psicóticos que producen las lesiones difusas del cerebro. Aunque estas observaciones dan cuenta de hechos objetivos y comprobados, no se puede deducir de ellas que las áreas corticales lesionadas tienen normalmente la función que la lesión ha destruido. Sin embargo, la comprobación de que una lesión en la circunvolución angular del hemisferio derecho en ciertas personas produce una
dificultad para dibujar objetos en perspectiva, esto es un hecho que nos puede servir para deducir que la circunvolución angular derecha tiene como función la percepción tridimensional del espacio. Aunque no es fácil estar seguros de esta deducción, tampoco hay otra forma de saber cómo esta área interviene en la cognición; en gran medida porque se sabe igualmente que otras áreas corticales intervienen en la misma operación, y porque estas misma área cortical interviene en otras formas de actividad psíquica, como son las verbales, por ejemplo. Más aún, cuando el desorden psíquico causado por una lesión focal es en extremo complejo, la inversión explicativa es todavía más difícil. Por ejemplo, basados en la constatación de que las lesiones de los lóbulos frontales producen diversas alteraciones psíquicas, se han atribuido a la corteza pre frontal no menos de quince funciones, y no hay acuerdo acerca de cuál es la fundamental o simplemente la principal. Además, cuando se analizan con detalle las características de los desórdenes psíquicos, este aspecto de la complejidad del trastorno resulta que es común a todos ellos; tan es así que en los últimos años se está a la caza de déficit cognitivos cada vez más puros o elementales, en algunos casos ya sin preocuparse de la localización de la lesión causal, puesto que, o bien la lesión es mucho más extensa de lo que se pensaba, o bien la localización varía de una persona a otra. Estas dificultades, aunque no niegan que existe una cierta especialización de las áreas corticales, exigen que el problema de la localización de “las funciones psíquicas” sea planteado de otra manera. Antes del desarrollo de esta fuerte corriente localizacionista, Flourens parece que tuvo suficiente argumento como para oponerse a las ideas de Gall. A partir de sus experimentos, pudo sostener que el cerebro funciona como una totalidad; un punto de vista que fue reforzado por Lashley ya en este siglo, y se ha mantenido sobre todo en psicología y psiquiatría, por lo menos hasta la introducción de las explicaciones neuroquímicas de las enfermedades mentales. Lógicamente que no han faltado las concepciones intermedias. Desde que Jackson y Head llamaron la atención sobre la incongruencia de estas formas de explicación extremas, se han propuesto modelos como el de los sistemas funcionales que fueron extensamente desarrollados por la psicofisiología soviética, especialmente por Bernstein y Anojin en neurofisiología, y por Vigotsky y Luria en psicología. Según esta concepción, cada región aislable del cerebro forma parte de uno o más sistemas funcionales de cuya actividad integrada resulta una función más o menos específica. En este sentido, el área de la circunvolución angular del ejemplo citado, no realiza una función que le es inherente, sino que en conexión con otras zonas del cerebro forma distintas redes neurales cada una de las cuales interviene no sólo en la percepción del espacio, sino en la representación del cuerpo, la orientación hacia un objetivo, la comprensión del habla, entre otras funciones.
Crítica de los modelos propuestos Sin embargo, su problema sigue siendo cómo explicar la mente como función del cerebro. Inclusive sin decidir si la mente es el cerebro o si la mente es función del
cerebro, aún no saben explicar si la mente es una función globalizada de todo el cerebro, o es la suma de las funciones de cada una de sus partes relativamente autónomas. De allí que en la actualidad, dentro de las neurociencias cognitivas, se haya concluido en que “toda conducta es un reflejo de la función del cerebro”; que “La mente es un rango de funciones que efectúa el cerebro” y que “La t area de la ciencia del cerebro es explicar cómo éste controla la conducta y cómo el cerebro es influenciado por el entorno de la persona. Nadie podría desmerecer en modo alguno la contribución del funcionalismo al desarrollo de las neurociencias modernas. No se puede negar que estos modelos expresan los progresos alcanzados en la comprensión de las funciones llamadas superiores del cerebro. Por ejemplo, la introducción de los conceptos de información, de planes y programas, ha servido para que Luria desarrollara su modelo de las unidades funcionales del cerebro, un modelo que ha sido plenamente aceptado por la neurociencia occidental a tal punto que ya ni siquiera se le menciona como propugnador de la idea original, y se da por sentado que el cerebro humano está dividido en tres unidades o bloques funcionales (aunque ciertamente no son las tres áreas de asociación neocortical que para nosotros vendrán a constituir el sistema de la conciencia). Las contribuciones más importantes del funcionalismo, incluidos los modelos cibernetistas más actuales, las resumimos del modo siguiente: a) Explica la organización transversal del nivel funcional de la actividad personal usando el modelo del arco reflejo (de Sechenov, Pavlov, Sherrington) puesto en términos de un sistema de Entrada → Decodificación → Encodificación → Salida, que se aplica a la comprensión tanto del individuo como del cerebro en tanto totalidades. b) Explica la organización vertical jerárquica del cerebro al separar los niveles anatómicos:1) el nivel inferior de la médula espinal, el tronco cerebral y las estructuras subcorticales; 2) el nivel medio, del paleocórtex, y 3) el nivel superior del neocórtex, como resultado de la evolución del sistema nervioso de los vertebrados (según las ideas de Darwin, Jackson y MacLean). c) Ha servido para desarrollar el concepto de procesamiento en serie y en paralelo, con lo que se hace un primer intento por superar la oposición entre localizacionismo y holismo. Por eso se dice, por ejemplo, que “Las funciones localizadas en regiones discretas del cerebro no son las facultades complejas de la mente, sino las operaciones elementales. Las facultades más elaboradas se construyen a partir de las interconexiones distribuidas en serie y en paralelo de varias regiones del cerebro.” (Kandel, Schwartz y Jessell, ob. cit.). Desde el punto de vista de la explicación de la relación entre mente y cerebro, sin embargo, estos modelos expresan el desarrollo de las ciencias del cerebro y de la mente por separado; es decir, expresan distintos enfoques que abarcan desde el
biologismo hasta el cognitivismo, dentro de los cuales ya se han separado la psicología cognitiva y las neurociencias cognitivas por sus propias contradicciones.
II.- INICIOS DE LA NEUROPSICOLOGÍA MODERNA: 2.1 BROCA La era moderna del estudio de la relación entre cerebro y conducta empezó a mitad del siglo XIX con Paul Broca con la presentación, el 18 de abril de 1861, de la célebre comunicación en la sociedad de Antropología de París, sobre un paciente que había perdido el lenguaje y que únicamente era capaz de pronunciar la expresión /tan/ /tan/. Paul Broca fue cirujano, neurólogo y antropólogo, una de las figuras más prominentes de la medicina y de la antropología del siglo XIX. Realizó importantes trabajos en el estudio del cáncer y en el tratamiento de aneurismas, así como una contribución esencial a la comprensión de los orígenes de la afasia. Broca fue un hombre brillante y apasionado, con una ferviente dedicación al tratamiento médico de las capas sociales más míseras. Fue fundador de la moderna cirugía cerebral. También se dedicó al estudio de la mortalidad infantil. En 1848 fundó una sociedad de “librepensadores” y fue uno de los pocos científicos franceses que mostraron adhesión a la tesis darwiniana de la evolución a través de la selección natural entre especies. Se le atribuye a Broca la afirmación de que “prefiero ser un mono transformado que un hijo degenerado de Adán”. Fue denunciado por “materialismo” y por corruptor de la juventud, como lo fuera siglos antes Sócrates.
Broca fundó las primeras sociedades profesionales, escuelas de investigación y revistas científicas de la antropología francesa moderna. Broca fue un extraordinario anatomista cerebral y efectuó importantes investigaciones sobre la región límbica, conocida con el nombre de rinencéfalo (el cerebro olfativo), zona que como sabemos está estrechamente ligada a las emociones humanas. Su trabajo más celebrado es el descubrimiento de una pequeña región ubicada en la tercera circunvolución del lóbulo frontal izquierdo de la corteza cerebral, que en su honor se denomina área de Broca. Puso al descubierto que dicha zona del cerebro controlaba la emisión articulada del lenguaje. El área de Broca fue uno de los primeros descubrimientos en evidenciar la separación de funciones existentes entre ambos hemisferios cerebrales. Y fue una de las primeras pruebas sólidas de la existencia de funciones cerebrales específicas localizadas en zonas precisas del cerebro, y de que existía una conexión entre la anatomía cerebral y sus diferentes actividades concretas. Paul Broca falleció en 1880, quizá a causa de un tipo de aneurisma. Durante el siglo XIX la afasia y las alteraciones de la lectura y la escritura recibieron mucha atención, aunque la rehabilitación para estas condiciones no fue intentada hasta el siglo XX.
2.2 WERNICKE Wernicke nació en Tarnowitz un pequeño pueblo de la Alta Silesia, el 15 de mayo de 1848. Realizó sus estudios medios en los Gymnasia de Oppeln y Breslau. Estudió medicina en la Universidad de Breslau, que se encuentra en la frontera con Polonia. Allí trabajó como ayudante de Heinrich Neumann (1814-1884) en el Allerheiligen hospital. Se doctoró en 1870. Durante la Guerra Franco-germana (1870-1871) estuvo como ayudante del cirujano Fischer. Neumann fue quien facilitó a Wernicke una estancia de seis meses en Viena con Meynert para que estudiara anatomía. Tras su regreso a Breslau publicó Der aphasische Symptomencomplex. Eine psychologische Studie auf anatomischer Basis (1874). En el tema de las afasias el neurólogo Henry C. Bastian (1837-1915) se anticipó proponiendo la existencia de alteraciones en el ámbito de la comprensión. Distinguía entre la afasia y la amnesia del lenguaje, dos entidades con distinta sintomatología y diferente localización. Para diferenciar las alteraciones del lenguaje de las de la escritura y lectura, usó unos diagramas que presentaban centros de procesamiento (el centro de la escritura, centro auditivo verbal, etc.). Wernicke estableció la afasia sensorial como entidad clínica situando la lesión en la parte posterior del lóbulo temporal (primera circunvolución temporal izquierda), y cuya principal evidencia era la pérdida de la comprensión verbal o auditiva. Wernicke también formuló una teoría general sobre la afasia que proponía la relación entre cada uno de los componentes del lenguaje y un área cerebral determinada. Según él, la afasia afectaba sólo al lenguaje aunque pudieran presentarse determinados síntomas asociados. El modelo permitía predecir la posible existencia de cuadros que no se habían advertido y que dependían de la zona en la que se encontrara la lesión: afasias centrales, si se hallaba en alguno de los centros del lenguaje; afasias de conducción, si lo hacía a lo largo de las vías de conexión entre ambos centros. Este modelo asociacionista tuvo mucho éxito entre los investigadores del momento. Posteriormente Lichteim, basándose en Wernicke, desarrolló un esquema de funcionamiento cerebral con tres centros diferentes para el lenguaje con sus conexiones correspondientes: centro motor de la palabra, centro auditivo de la palabra y centro de elaboración de los conceptos. El modelo del lenguaje que Wernicke basó en el arco fisiológico reflejo, sirvió de paradigma para todos los procesos psicológicos y para elaborar una teoría general de los desórdenes mentales. Sus discípulos Liepmann y Lissauer, por ejemplo, aplicaron este modelo para describir y también explicar la apraxia y la agnosia. Wernicke estuvo en la Charité de Berlín, en el departamento de neurología y psiquiatría, con Carl Westphal (1833-1890) entre 1876 y 1878. Fue éste un estudioso de las neurosis obsesivas, en especial la agarofobia, y uno de los que introdujo el reflejo patelar como criterio neurológico. Después Wernicke se dedicó a la práctica privada como médico de enfermedades nerviosas en Berlín. En 1885 aceptó un puesto de profesor extraordinario en la Universidad de Breslau para suceder a Neumann. A partir de 1890 ya fue profesor ordinario de psiquiatría que llevaba asociada la dirección
del departamento del hospital de enfermedades mentales de la ciudad. Tuvo la oportunidad de examinar y observar muchos casos neurológicos y psiquiátricos. Como era habitual entonces en psiquiatría, Wernicke se había formado a conciencia en anatomía, bajo la influencia de Theodor Meynert (1833-1893), como hemos dicho. En 1872 Wernicke describió la cisura que lleva su nombre o cisura que algunas veces limita los lóbulos temporal y parietal del lóbulo occipital. Uno de los elementos centrales de su pensamiento fue que las enfermedades mentales no podían ser definidas por sus síntomas solamente, sino que ese síntoma, o grupo de síntomas, debía responder a una alteración estructural, localizable, anatómica, encefálica, y con más precisión: cortical. Entre 1881 y 1883 publicó los tres tomos de su Lehrbuch der Gehirnkrankheiten (Tratado de las Enfermedades del Cerebro). Esta obra incluye un buen número de descripciones anatómicas, patológicas y clínicas originales. En 1900, siendo ya profesor de psiquiatría en Breslau, se editó su Grundriss der Psychiatrie in Klinischen Vorlesungen (Compendio de Psiquiatría en clases clínicas). Esta obra tuvo profundas repercusiones en su época. Nissl (1860-1919) la consideró muy importante, mientras que Kraepelin la calificó como "anatomía especulativa". Jaspers (1883-1969) también tuvo sus reparos en aceptarla, pero situó a Wernicke junto a Freud, como ejemplo de polos opuestos en las teorías psiquiátricas de su época. Fue creador de términos y de conceptos que siguen vigentes: capacidad de fijación, ideas sobrevaloradas, perplejidad, delirio de explicación, ideas autóctonas, despersonalización somatopsíquica, alucinosis, la polioencefalitis hemorrágica superior aguda (enfermedad de Wernicke), manía con iracundia, la presbiofrenia como una de las formas de demencia senil (síndrome de Wernicke), que reflejan su profundo sentido de observación clínica y capacidad de extraer el síntoma, el signo, o el síndrome de un todo aparentemente incomprensible. Hoy hablamos de “reacción o signo de Wernicke”, para referirnos a la reacción que se
observa en ciertos casos de hemianopsia, en los que el estímulo de la luz proyectada en un lado de la retina causa la contracción del iris, mientras que proyectada en el otro lado no produce reacción. En 1904, paso a la Universidad de Halle como director de la clínica psiquiátrica y neurológica. No llegó a cumplir un año como director ya que, un accidente, mientras paseaba con su bicicleta, lo llevó a la muerte a los 57 años (el 15 de junio de 1905 en Dörrberg im Geratal), cuando estaba preparando la segunda edición de sus Fundamentos de Psiquiatría.
III.- INFLUENCIA DE LURIA EN LA NEUROPSICOLOGIA En su autobiografía, Luria hace alusión a los estudios sobre afasia en neurología iniciados por Vygotski, estudios que introdujeron métodos psicológicos y dieron origen así, a finales de los años veinte de este siglo, a la “neuropsicología”. Yo proseguí mi
trabajo sobre afasia y lo amplié después, dice Luria, a las funciones corticales superiores del hombre. “Invertí la principal parte de mi vida en esta nueva rama de la ciencia, la neuropsicología” Luria, que se planteó junto a Vygotski las principales cuestiones sobre organización cerebral de los procesos psicológicos superiores, continuó buscando soluciones a problemas que tenía planteados la neurología clásica. Por una parte, aunque el mismo Vygotski tenía dudas al respecto, los procesos superiores no podían estar localizados en el córtex cerebral de igual modo que lo estaban los procesos elementales, sensoriales y motores. Luria consideró que, para explicar el modo distintivo de localización de tales procesos superiores se necesitaba recurrir al principio de organización, mucho más complejo, de los sistemas funcionales. La segunda cuestión, nueva e introducida por Vygotski, era el cambio con el desarrollo del papel desempeñado por ciertas regiones cerebrales en la organización de los procesos psicológicos superiores. Determinadas zonas que controlan procesos más elementales (áreas primarias) tienen un papel más determinante en edades tempranas, porque los sistemas funcionales se irán formando a partir de esas zonas. En niños pequeños, como los efectos de una lesión van hacia arriba, se detendría el desarrollo de las áreas superiores. Dos son las grandes influencias que recibe Luria cuando se refiere a la organización funcional del cerebro humano, a la que caracteriza de sistémico-dinámica. Su carácter sistémico le viene a la neuropsicología de Luria de la decisiva influencia del neurofisiólogo ruso Anojin, con su teoría de los sistemas funcionales. En la concepción dinámica de la organización del cerebro influye Vygotski, sobre todo en lo que se refiere a los cambios que ocurren en la formación de los sistemas funcionales a medida que avanza el desarrollo. En este punto, nos interesa resaltar sobre todo la formación de los sistemas funcionales que sirven al aprendizaje del lenguaje escrito.
Sus principales conceptos Función Respecto del proceso de manipulación de objetos, que puede ejecutarse mediante diferentes secuencias de impulsos motores, o el proceso de escribir, que puede hacerse con una mano o con la otra, Luria e xpresa que “aunque esta estructura «sistémica» es característica de sistemas conductuales relativamente simples, es mucho más característica de formas más complejas de actividad mental. Naturalmente, todos los procesos mentales tales como percepción y memorización, Ignosis y praxis, lenguaje y pensamiento, escritura, lectura y aritmética, no pueden ser considerados como «facultades» aisladas ni tampoco indivisibles, que se pueden suponer «función» directa de limitados grupos de células o estar «localizadas» en áreas particulares del cerebro”.
Localización Respecto de la localización, Luria expresa que los “sistemas funcionales complejos no
pueden localizarse en zonas restringidas del córtex o en grupos celulares aislados, sino que deben estar organizados en sistemas de zonas que trabajan
concertadamente, cada una de las cuales ejerce su papel dentro del sistema funcional complejo, y que pueden estar situadas en áreas completamente diferentes, y, a menudo, muy distantes en el cerebro”. “La segunda característica propia de la «localización» de los procesos sup eriores del
córtex humano es que nunca permanece constante o estática, sino que cambia esencialmente durante el desarrollo del niño y en los subsiguientes periodos de aprendizaje. Esta proposición que a primera vista podría parecer extraña, de hecho es bastante natural. El desarrollo de cualquier tipo de actividad consciente compleja al principio se va extendiendo y requiere un cierto número de dispositivos externos para ello y hasta más tarde no se va condensando gradualmente y se convierte en una habilida d motora automática”. “Todo lo que se ha dicho sobre la estructura sistémica de los procesos psicológicos
superiores obliga a una revisión radical de las ideas clásicas sobre su «localización» en el córtex cerebral. Por consiguiente, nuestra misión no es «localizar» los procesos psicológicos superiores del hombre en áreas limitas del córtex, sino averiguar, mediante un cuidadoso análisis, qué grupos de zonas de trabajo concertado del cerebro son responsables de la ejecución de la actividad mental compleja; qué contribución aporta cada una de estas zonas al sistema funcional complejo; y cómo cambia la relación entre estas partes de trabajo concertado del cerebro en la realización de la actividad mental compleja, en las distintas etapas de su desarrollo ”
Síntoma En cuanto a la importancia de la detección de los síntomas producidos por lesiones cerebrales, Luria explica que “si la actividad mental es un sistema funcional complejo,
que supone la participación de un grupo de áreas del córtex que trabajan concertadamente (y algunas veces, áreas del cerebro muy distantes), una lesión de cada una de estas zonas o áreas puede conducir a la desintegración de todo el sistema funcional, y de este modo el síntoma o pérdida de una función particular no nos dice nada sobre su «localización». “Para poder progresar desde el establecimiento del síntoma (pérdida de una función dada)
hasta la l ocalización de la actividad mental corr espondiente, queda aún mucho cami no por hacer. Su par te más impor tante es el detal lado análisis psicológico de l a estr uctu ra de la enfermedad y la eluci dación de las causas inmediatas del colapso del sistema funci onal , o, en otr as palabras, un a cuali ficación detallada del sistema obser vado ”
Su influencia en la Neuropsicología Planteo que una de las diferencias más notables entre animales y humanos, es que la inmensa proporción de los conocimientos que poseen los últimos, son asimilados gracias a la experiencia histórica- social de la humanidad. Por ello, no concibe la actividad cerebral y la dinámica psíquica, como un conjunto de actividades electroquímicas, sino más bien, como resultado de la práctica social que todas las personas afrontamos.
Luria fue uno de los pioneros en el desarrollo del área de la neuropsicología (1960). Buscó complementar un análisis neurológico de los procesos psíquicos primarios (sensación, movimiento y reflejos), ampliamente estudiados por los neurólogos contemporáneos, con el estudio de las funciones superiores cerebrales (gnosis, habla y pensamiento), que observadas a través de las praxias de los sujetos, podían evidenciar el perfecto funcionamiento cerebral o sus posibles daños . Luria entiende, que los procesos psíquicos superiores “son funciones de todo el
cerebro y que el trabajo de la corteza cerebral solamente puede observarse en estrecha ligazón con el análisis de los aparatos nerviosos más bajos” . El conjunto de
funciones, no sólo tienen relación con la localización de ellas en lugares específicos del cerebro, sino que también, con la dinámica funcional total del mismo. Así, se puede hablar de un sistema funcional psíquico complejo y plástico, donde una función, por ejemplo la visual , no sólo se produce en el lóbulo occipital, sino que también los lóbulos temporales, disponen de más de una veintena de áreas visuales accesorias que pueden ponerse en funcionamiento, a partir de la potenciación impulsada por el mundo exterior, por pertenecer a la misma sede funcional. Esta concepción del funcionamiento cerebral, se expresa claramente en la equipotencialidad, descubierta por Luria. Ésta se refiere, a la capacidad que posee el cerebro humano, cuando sufre un daño por la senectud, por un accidente cerebro vascular o traumático, de recuperar la funcionalidad perdida haciendo trabajar otras partes que pasan a desempeñar esas funciones que antes no realizaban Así, la Psicología aportó a la comprensión de la dinámica cerebral, desde una perspectiva más bien cualitativa, que observa al individuo de manera particular frente a diferentes procesos de estimulación; las reacciones pueden ser diversas y por lo tanto, imposibles de cuantificar (enfoque conductista); es necesario integrar en el análisis la historia del individuo que aporta elementos fundamentales para reconocer los procesos cerebrales propios del paciente. Al interior de estos postulados teóricos, surge el test de Luria - Christensen, diagnóstico sistematizado por Anne Lise Christensen en la década de los `70. Posteriormente, y dado la imposibilidad de obviar el trabajo del psicólogo soviético, el mundo de la Psicología estadounidense comienza a integrar los postulados de Luria y resistematiza el test de Christensen, transformándolo en un test cuantitativo (Test de Luria- Nebraska, Golden 1979). Estableciéndose, así, dos grandes posibilidades para obtener resultados tras la aplicación de un test: el cuantitativo (EE.UU) y el cualitativo (Soviético). Finalmente, a mediados de la década de los '90, se elabora una nueva batería de aplicación (Luria DNI) especialmente para pre-escolares. Los alcances de los planteamientos teóricos de Luria, claramente, son cimiento de las prácticas neuropsicológicas actuales, planteando el desafío tanto, para el terapeuta como para el paciente: lograr la recuperación de la salud mental a pesar de los daños orgánicos posibles.
IV.- CONCLUSIONES Por todo lo visto y leído podemos definir a la neuropsicología de hoy en dia como una ciencia de confluencia de diversas ramas de investigación, como la lingüística, la antropología, la psiquiatría, la psicología y muy especialmente, las neurociencias, con su intención por establecer correlaciones entre mecanismos neurológicos y actividades motrices, perceptuales y mentales. Del mismo modo, vemos que participa de los adelantos de la psicología y las ciencias cognitivas en cuanto a la comprencion de las operaciones mentales que es capaz de realizar el sistema nervioso en términos generales hemos podido ver como atravez del tiempo se han ido formando estos nuevos conceptos y objetivos principales de la neuropsicología que en la actualidad, se podrían dividir en tres niveles: Desde el punto de vista clínico, vemos como se ha podido llegar a mejorar el diseño de procedimientos o baterías de diagnostico de daño cerebral, A nivel teórico, se ha establecido una correlacion mas integral entre las areas cerebrales que subyacen a las funciones psicológicas y A nivel práctico podemos ver en la actualidad el desarrollo de procedimientos de rehabilitación sutentados en los nuevos descubrimientos de las funciones del cerebro Podemos ver que el análisis exhaustivo de la neuropsicología del pensamiento, guiado por un enfoque histórico-cultural introduce nuevos retos en la comunidad científica en busca de nuevas estrategias que orienten a los neuro-rehabilitadores en la intervención y rehabilitación de las funciones perdidas. También podemos ver la necesidad de que exista una orientación clínica que favorezca cada vez más el accionar diagnóstico neuropsicológico en los terapeutas, que no solamente lo reduzcan a la estructura o topografía cerebral, sino que aumenten el saber científico encaminado hacia la función. O sea, vista esta como sinónimo de la “actividad” que realiza el individuo orientado hacia un fin, propósitos, u objetivos que
devienen de necesidades por satisfacer cargadas de gran contenido emocional que predominan en la forma de expresión y autorregulación personal del ser humano.
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