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Estimados amigos: Amigos lectores, hemos recibido muchos mensajes por el segundo año de vida de: “Descubriendo” –el cerebro y la menteNo tenemos dudas de que el gran crecimiento de esta publicación se debe a Uds., con quienes compartimos el camino del conocimiento científico, que nos permite comprender nuestras conductas, las de las otras personas y sobre todo poder crecer y desarrollarnos como verdaderos seres humanos. Por ello a todos Muchas Gracias!!! Editor: Asociación Educar para el Desarrollo Humano Dirección General: Dr. Carlos Logatt Grabner Dirección y Administración: Marita Castro Correcciones y Coordinación general: Emanuel Moreira Merlo – Yasmín Logatt Grabner Coordinación versión en inglés y Traducción: Patsy O'Neill Diagramación y Diseño: Jorge Condomí Hospedado y Distribuido por Tlpweb
Secciones Neurociencias: Interés General El cerebro y la capacidad de hablar La UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) y su relación con el dinero
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Neurosicoeducación: De donde provienen las reglas morales que rigen la convivencia humana El poder de contexto para controlar la conducta humana
Iluciones: El efecto del Arco Iris Notas realizadas en esta edición: Dr. Carlos Logatt Grabner Realizado el registro de la propiedad intelectual Permitida su reproducción total o parcial citando la fuente
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Cerebro y capacidad de hablar La adquisición del habla en el cerebro del niño depende enteramente de los estímulos medio ambientales en los que este se desarrolle. El primer experimento a favor de esta aseveración se hizo hace muchos siglos, allá por el año 1705. El emperador Mogol Akbar Khan, mando a aislar a 12 recién nacidos, dejándolos al cuidado de personas sordo mudas de manera que no recibieran ningún estimulo verbal en los primeros años de su vida. La intención del emperador era poder conocer el lenguaje original del hombre que dios le habría dado al inicio de su existencia. Cuando los niños alcanzaron la edad de 12 años fueron llevados en presencia del emperador, pero estos no fueron capaces de articular ningún tipo de palabras.
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Las desdichadas criaturas eran totalmente mudas y solo podían comunicarse por signos y gestos. Quizás el emperador descubrió sin quererlo el verdadero lenguaje primordial, que no era otro que el gestual. Pero ante la pregunta de si estos niños podrían volver a hablar normalmente si a partir de los 12 años los entrenaran personas parlantes, la respuesta es no. Si un niño no ha oído hablar nunca a sus semejantes antes de los 6 o 7 años jamás hablará y si lo hace será con grandes dificultades, pues la ventana cerebral para el lenguaje se cierra en esa época. Hoy sabemos con precisión que los circuitos neuronales que codifican el habla, se modifican y activan solo por la exposición a una lengua, en un periodo que se extiende desde los primeros meses (periodo de apertura), a los antes mencionados 6 o 7 años (periodo de cierre). Se ha sugerido que los circuitos neuronales ubicados en los lóbulos parietales y temporales, tienen un papel importante en la semántica o significado de las palabras, mientras que los lóbulos prefrontales lo tienen en el procesamiento sintáctico, gramatical o de construcción del lenguaje. La sintaxis evoluciona en un periodo posterior a la semántica o sea que primero se aprenden palabras sueltas con su significado y luego a agruparlas para formar frases coherentes. En los hombres los circuitos que codifican los diferentes aspectos del lenguaje están totalmente lateralizados en el hemisferio izquierdo
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mientras que en las mujeres, los ubican en ambos hemisferios que se mantienen conectados a través del cuerpo calloso. Durante la maduración cerebral, se ha observado que en la adquisición del lenguaje en un periodo de 12 a 14 meses se registran en ambos hemisferios, pero a los 2 años (en el caso de los hombres) pasa a ser absorbidos por el hemisferio izquierdo proceso que termina alrededor de los 4 a 7 años. Estudios modernos han mostrado cambios en el cerebro cuando este adquiere un segundo lenguaje, y también como los mismos varían según la edad del individuo. Así si una persona es mayor de 40 a 50 años, la sintaxis le será más difícil de adquirir que la semántica.
El poder de contexto para controlar la conducta humana Hace unos años, dos psicólogos de la Universidad de Princeton, John Darley y Daniel Batson, decidieron organizar un estudio inspirado en la historia bíblica del buen samaritano. La misma, narrada en el nuevo testamento, cuenta que le paso a un viajero al que le habían robado, golpeado, hostigado, violado, escupido, orinado y dejado por muerto a la vera del camino que iba de Jerusalén a Jericó. La historia cuenta que algunos hombres piadosos, pasaron delante de aquel viajero maltratado, pero que no se detuvieron a ayudarlo. El único que lo hizo, fue un samaritano, perteneciente a una minoría despreciada, quien se acerco, trato sus heridas y lo llevo a una posada. Entonces Darley y Batson decidieron hacer una replica del suceso aprovechando la realización de un seminario. Para ello se reunieron con un grupo de seminaristas participantes y les pidieron que prepararan una charla sobre diferentes temas, entre los que se encontraba la historia del buen samaritano. Antes de comenzar el experimento, los psicólogos le habían entregado a los estudiantes un cuestionario en donde se les preguntaba entre otras cosas, si consideraban que la religión era una forma de adquirir un crecimiento espiritual y personal, y otra era si estaban buscando una herramienta útil para dar sentido a sus vidas. A ambas preguntas como era de esperar la mayoría de los seminaristas, contestaron con un rotundo si. Luego comenzó la prueba, que consistía que en un lugar del camino en donde debían efectuar su alocución, los estudiantes se encontraran con una persona tirada en medio de un callejón tosiendo y gimiendo. La idea, era ver quienes se detenían a ayudarlo. Por último también variaron las instrucciones finales que les daban a algunos estudiantes justo antes de que estos salieran, los investigadores miraban sus relojes y les decían: “vamos, dense prisa que llegaran tarde, pues los están esperando hace minutos en el auditorio”. Si se le pidiera a un observador externo que considerara cuales de los estudiantes se detendría a ofrecer ayuda al hombre lastimado, sin dudar diría que todos los jóvenes que iniciaron la carrera en el seminario con la idea de ayudar a otros, así como también aquellos que deberían dar una presentación sobre el tema del buen samaritano. Pero en realidad ninguno de estos dos factores tuvo peso a la hora de modular la conducta de los seminaristas, pues de hecho el factor que más influyo a la hora de decidir si se detendrían o no a socorrer al herido fue si tenían prisa o no. Increíblemente la atención o es puesta en un tema u otro, aquí pesaba más emocionalmente tener que llegar que ayudar a la persona que sufría. Del grupo que fue inducido a apurarse solo se detuvo el 10% de los participantes del experimento, mientras que del grupo que no tenían apuro se detuvo el 63%. Las palabras, “vamos que llegan tarde”, tuvieron más peso que ningún otro factor para convertir a una persona compasiva en una indiferente al dolor ajeno. Esto tiene una implicancia enorme, pues la noción de la predisposición (modulación genética y memética o cultura), a la hora de tomar una decisión conductual parece ser secundaria ante un factor de gran peso como lo es el contexto ambiental. El comprender como factores relativamente triviales en el medio ambiente, tienen tanto poder a la hora de modelar los comportamientos es algo de suma importancia, tanto para el ser humano individual como para las sociedades, pues si se crea contextos en donde imperen el orden, la limpieza, la justicia, entre otros, se facilitara el que prosperen conductas constructivas (frontalizadas, desarrollo de los lóbulos prefrontales y sus funciones modeladoras humanas) y a su vez se desaliente las destructivas propias del complejo cerebro de reptil más cerebro de mamífero. A todos nos resulta más fácil, ser mejores personas en contextos ordenados que si nos hallamos en otro en donde el desorden impere por todos lados. Un ejemplo de esto último, son los estudios realizados acerca de la delincuencia juvenil y el abandono de estudios. En ellos se demuestra que un niño se desarrolla mejor en un buen vecindario, aun cuando viva en el seno de una familia problemática, que si fuera lo contrario, o sea que viviera dentro de una buena familia pero en un barrio
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problemático. Esto a primera vista parece un contrasentido, pero en realidad solo es una confirmación de la teoría que indica el gran poder que tiene el contexto medio ambiental en la modelación de la conducta, ya que los niños se verán mas influidos en un momento de sus vidas por el entorno externo que por el familiar. Lo importante es entonces que no solo las conductas criminales o violentas son sensibles a estos detalles, sino que también lo son las conductas altruistas y preactivas.
La UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) y su relación con el dinero Históricamente se ha prestado poca atención a como el dinero influye en las personas. Tan así ha sido, que los economistas basaron sus teorías en un hipotético homoeconomicus, que seria un ser humano típico que se comporta de forma perfectamente racional ante estímulos económicos y que mediría los costos y beneficios antes de tomar una decisión que implique invertir dinero. Pero la realidad, es que en las decisiones financieras entran en juego muchos elementos que son incontrolables por la mente consciente como las emociones o las intuiciones. Para solucionar este desfasaje han nacido nuevas ciencias, que aportan a que tengamos una mejor apreciación del tema, una de ellas es la neuroeconomía. Como hemos visto a lo largo de los diferentes números de nuestra revista “Descubriendo” -el cerebro y la mente-, las neurociencias nos permiten alcanzar una mejor comprensión de cómo funciona nuestra UCCM (unidad cuerpo cerebro mente), y estos conocimientos nos permiten ahora entender mejor cuales son las verdaderas motivaciones que mueven a las personas a consumir un producto. La neuroeconomía, busca desarrollar un modelo del comportamiento que nos permita comprender con mucha mayor fiabilidad la toma de decisiones y las motivaciones que se esconden detrás de las diferentes elecciones económicas. Para ello se realizaron investigaciones en donde se seleccionaron voluntarios a los cuales se les pidió que tomasen decisiones económicas en simuladores, a la vez que se escaneaban y observaban sus cerebros con resonancia magnética funcional, registrándose los cambios que se producían en las diferentes zonas del cerebro cuando estas personas deciden asumir un riesgo, confiar en otra persona o rechazar una oferta. Uno de los juegos que más se han utilizado es el llamado Juego del ultimátum, que consiste en lo siguiente: El un jugador “A” se le dan por ejemplo 1000 dólares, el debe decidir con cuanto se quedara y cuanto le dará al jugador “B”, se juega una sola vez. El jugador “B” puede decidir aceptar o no la oferta, si la acepta, el dinero se reparte entre ambos del modo en como lo decidió “A”, sino acepta, ninguno de los dos recibe nada. En general se piensa que “B” siempre aceptara cualquier oferta que le hiciera “A”, ya que ganar algo de dinero es mejor que nada, mientras que se considera que “A”, a su vez ofrecerá la menor cantidad posible de dinero, para quedarse con mayor cantidad. Sin embargo por extraño que parezca las cosas no siempre ocurren como la lógica indicaría, pues la mayoría de los participantes del grupo “B” se niegan a aceptar cantidades inferiores al 20 ó 30 porciento, prefiriendo penalizar al jugador “A”, aunque ellos tampoco reciban nada. Esto va en contra de la lógica económica, así lo afirma el doctor Jonathan Cohen y su equipo de colaboradores de la Universidad de Princeton en Estados Unidos. Al observar las imágenes cerebrales, vieron que aquellos individuos que aceptaban la oferta, activaban el área dorso lateral del lóbulo pre frontal que es la encargada del pensamiento deliberativo, pero cuando la rechazaban era el lóbulo de la ínsula el que se activaba, relacionado con el sentimiento de disgusto, dominando al lóbulo pre frontal. Cuanto mayor era este dominio del lóbulo de la ínsula, mas airadamente se desechaba la oferta del otro jugador, pese a que ellos también perdían. Otro factor que se descubrió, fue que cuanto más dinero recibía el jugador “B” mayor era la cantidad de oxitocina en su sangre, una neurohormona que está relacionada con la sexualidad, la ternura, la afectividad y las relaciones amistosas. Si bien por el momento, estas investigaciones se han hecho en personas aisladas o con grupos reducidos, ya hay iniciativas para estudiar muchos cerebros a los que se les colocara sensores conectados a través de internet, mientras los voluntarios practican juegos del tipo antes planteado. A su vez Daniel Kanheman (premio nobel) especialista en economía conductual, dice que observo que el recibir dinero activa en el cerebro las mismas áreas que un sabor agradable, una música placentera, o incluso drogas adictivas, activándose el circuito placer recompensa, con la liberación del neurotransmisor dopamina. La neuroeconomía también analiza aspectos de la cooperación entre personas. Estos nuevos experimentos han confirmado que el compañerismo se ve gravemente afectado cuando detrás de las relaciones hay incentivos económicos.
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Varios neurocientificos de diversas universidades estudiaron este fenómeno a través de variantes de un juego clásico denominado “Dilema del prisionero”. Este juego sirve para medir la voluntad de una persona para cooperar con otra o traicionarla. Tradicionalmente el mismo consiste en dos supuestos prisioneros que son colocados en celdas aisladas, de manera que no tengan ningún tipo de comunicación entre ellos. El comisario sospecha que uno de los dos es el culpable de un delito cuya pena es de 10 años pero no tiene elementos para comprobarlo. Entonces le promete a cada uno de los prisioneros por separado que reducirá su pena a la mitad si proporciona pruebas que permitan culpar al otro.
Módulos de los lóbulos pre frontales 1. 2. 3. 4.
Corteza orbito frontal Corteza pre frontal dorso lateral Corteza vetromedial Corteza anterior cingular
Los prisioneros tienen entonces dos opciones callar o incriminar al compañero. Si se produce la segunda opción, los científicos han observado que hay un pico de liberación de dopamina justo antes del momento en que se concreta la traición. Otros estudios han demostrado que personas con lesión a nivel de las áreas ventromediales de los lóbulos pre frontales, al no poder tomar consciencia de sus emociones, son proclives a realizar inversiones absurdas. Otra ciencia afín con las anteriores, es el neuromarketing que lamentablemente muchas veces se basa en el concepto de aprender a convertir un producto en un deseo mental al que nadie pueda resistirse. Así se intentan desarrollar estrategias de tentación basadas en colores que activan las emociones mas intimas del comprador, perfumes que ayudan a que un consumidor se relaje en un centro comercial, música pre programada con el fin de reducir el ritmo cardiaco y respiratorio trasladando a los clientes a un estado mas placentero, imágenes que activan sus cerebros emocionales y disminuyen la racionalidad y por lo tanto los hace mas proclives a gastar su dinero. Los nuevos lemas de venta parecen ser “venda emociones mentales, pues estas le aseguraran vender su producto” o “las neuronas de su cliente valen millones”. Afirmaciones de este estilo han tildado al neuromarketing de poco ético, pero lo cierto es que el mismo se va imponiendo de a poco a las antiguas estrategias de venta. Un estudio publicado por la revista Neuron el año pasado sirvió para ratificar las predicciones hechas por el neuromarketing. Por medio de resonancias magnéticas funcionales realizadas por científicos del Colegio de Medicina Baylor en Houston, demostraron que conocer la marca del producto que se esta adquiriendo influye en las preferencias personales a través de la activación de circuitos cerebrales involucrados en la memoria, la toma de decisiones y la propia autoimagen. El experimento consistía en un test a ciegas en donde los voluntarios bebían Coca-Cola y Pepsi. Al supervisar los escáneres cerebrales se observo que el 50% prefería como bebida a Pepsi. Sin embargo cuando conocieron la marca que estaba bebiendo la actividad cerebral vario activando la corteza pre frontal media, que es la que controla el razonamiento mas elaborado aumentando con esto el porcentaje de los degustantes que dijo preferir la Coca-Cola. Esperemos que esta tendencia a utilizar la neurociencia para manipular con mas eficacia la mente de los seres humanos cambie hacia el otro polo y nos permita crear una economía y una sociedad mas equitativa, que busque aumentar el grado de salud mental de sus componentes, en vez de incentivarlos a comprar cualquier tipo de objetos (sociedad de consumo) con los consiguientes estragos a la ecología planetaria y humana. Debemos tener siempre presente, que el conocimiento solo es útil si nos lleva hacia una mayor frontalización (desarrollo de nuestros lóbulos prefrontales y de las funciones cognitivas y ejecutivas) de cada persona individualmente y de la sociedad en su totalidad.
El Libro Neurótico
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Autores: Dr. Carlos Logatt Grabner – Marita Castro
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De donde provienen las reglas morales que rigen la convivencia humana Hasta no hace mucho tiempo atrás se pensaba y afirmaba que las reglas morales provenían de la razón según los filósofos, o de fuerzas sobrenaturales según los teólogos. Pero hoy en día los biólogos consideran como otra a la fuente que da origen de las mismas, la evolución. Si se hace una primera mirada superficial referente a la selección natural y la supervivencia de los más fuertes sobre los más débiles, se podría considerar que solo los valores más egoístas deberían tener predominancia. Pero para los animales que necesitan vivir en grupos si bien lo anterior es valido, juegan también otras fuerzas instintivas, pues el egoísmo a ultranza no trae ninguna ventaja para la convivencia en sociedad. Entonces las nuevas estrategias para la convivencia podrían ser el fundamento sobre el cual se apoyan la moralidad o ética humana. En su libro, hipótesis de la felicidad, el psicólogo moral de la Universidad de Virginia Jonathan Haidt, indica que él comenzó estudiando la emoción aversión, por que le permite a los seres humanos sentir fuertemente que algo esta mal aun sin poder explicar el porque. Esta observación lo condujo a ver que la moralidad humana estaría en realidad apoyada en dos sistemas mentales bien separados. El primero, basado en los instintos primarios y dirigido por el complejo cerebro de reptil mas cerebro de mamífero que es pre lingüístico y el otro mas moderno es el juicio moral, que recién llego con la aparición del lenguaje, cuando las personas pudieron expresar lo que estaba bien o mal asentándose esta cualidad en módulos de los lóbulos pre frontales (ventromediales, orbito frontales, dorso laterales). Las respuestas emocionales morales, se producen de forma instantánea, pues son reacciones viscerales que evolucionaron como impulsos irreflexivos que ayudaban a la supervivencia en el mundo primitivo. El juicio moral en cambio, llega mas tarde cuando la mente consciente desarrolla el pensamiento racional. Haidt compara la maquinaria moral primitiva con un elefante y al razonamiento moral como un pequeño jinete montado sobre el lomo del mismo y según él, los psicólogos y filósofos han tenido una visión muy estrecha sobre la moralidad, pues siempre se centraron más en el jinete, ignorando la existencia del elefante. Jonathan Haidt, desarrollo una mejor idea sobre las características que tenia el “jinete” luego de una visita que realizo a
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la India. Allí vio que la gente reconocía un dominio de lo moral que era mucho más amplio que lo relacionado con el daño o la justicia, que eran los puntos centrales sobre los que se basaba la moralidad occidental. Los hindúes se preocupaban más por integrar a los miembros de la comunidad a través de rituales y ligaban el concepto de pureza religiosa a conductas que tendían a reprimir la libre expresión de los impulsos evolutivos. A su regreso de la india, el investigador busco literatura sobre antropología y psicología en busca de las ideas de moralidad vigentes en todo el mundo, identificando cinco componentes que eran comunes a la mayoría de las culturas. Algunos tenían que ver con la protección de los individuos, otros con reafirmar los lazos que mantenían unidos a los grupos. Los sistemas morales que protegen a los individuos y al grupo, se basan en los siguientes puntos: Prevenir el daño a las personas Reciprocidad y justicia Promover conductas que fortalezcan el grupo (rituales) Respeto de la autoridad y la jerarquía Sentido de pureza o santidad (rituales, tendientes al control de los instintos evolutivos) Estos cinco sistemas morales son mecanismos psicológicos innatos que predisponen a los niños a absorber virtudes morales de sus mayores. Como estas virtudes son pasibles de imitación, la expresión de la moralidad puede variar de una cultura a la otra, manteniéndose solo la importancia de refrenar el egoísmo en todas ellas. En las sociedades occidentales lo importante es proteger al individuo a través de una justicia que iguale las oportunidades y derechos de todos. Pero en otras sociedades del mundo en cambio consideran a la lealtad, el respeto por la autoridad y la santidad como conceptos morales dándoles una visión más amplia de lo que es la ética.
Haidt, cree que las religiones han tenido un importante papel en la evolución humana al fortalecer la cohesión grupal apoyada en los valores morales imperantes. Según él si no hubiéramos tenido mentes religiosas no hubiéramos conseguido éxito a nivel gregario y hubiéramos seguido siendo pequeñas bandas que deambulaban de un lado al otro combatiendo entre si. La conducta religiosa se habría impuesto a través del mecanismo de selección natural pues los grupos religiosos fueron mas exitosos en lo que respecta a su cohesión, por lo que terminaron por imponerse. Para este investigador, el concepto de divinidad nace también en la emoción aversión y se desarrolló cuando nos transformamos en carnívoros y tuvimos que aprender que alimentos podrían estar contaminados con bacterias, un problema que no se presentaba con la dieta vegetariana. La aversión luego se extendió a otras categorías, por la gente que no era limpia, que tenia prácticas sexuales inaceptables, los delincuentes, asesinos y hacia otras conductas aberrantes. Para ejemplificar aún más esto, Haidt invita a que las personas podamos imaginarnos visitando lugares donde la gente no se baña, no usa ropa, tiene sexo en público, hace sus necesidades en cualquier parte, y que comen y beben como animales. Consideraríamos a estas escenas tan desagradables, que serian unas aliadas para generar el sentido de generar aversión y volcarnos a las nociones de pureza física y religiosa. También detectó una importante afinidad entre tendencia política y moralidad. Pidió a través de un sitio web que la gente se identificara políticamente dentro del espectro liberal conservador y que luego completara un cuestionario acerca de la importancia que le atribuían a cada uno de los cinco sistemas morales antes mencionados. Así encontró que la gente que se identificada como liberal, le asignaba gran importancia a los dos primeros sistemas morales, que tienden a proteger al individuo restándole atención a los otros tres sistemas que tendían a proteger al grupo. Los conservadores por su parte valoraban los cinco sistemas, pero dirigían más su atención a los últimos tres. Por ello considera, que las dificultades de entendimiento entre liberales y conservadores pueden tener su origen en estas diferencias y en la valoración de los sistemas morales. Además, los liberales extremos no le daban ninguna importancia a los tres sistemas morales de protección grupal. Mientras que los conservadores, al darle importancia también a los dos primeros,
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podían comprender mejor los puntos de vista de los primeros.
El síndrome de negligencia Ilusiones: El efecto del Arco Iris Como las neuronas del ojo no están acostumbradas a recibir un estimulo continuo, se cansan y crean ilusiones, una muy llamativa e interesante es la que podrás obtener con las dos ilustraciones que siguen. Lo que debes hacer es mirar durante 30 segundos el punto central de la primera imagen con colores, luego mirar rápidamente el centro la segunda sin colores.
Podrás ver en la segunda imagen colores durante unos instantes!!
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