El herrero y el diablo Ricardo Güiraldes Esto era en tiempo de Nuestro Señor Jesucristo y sus Apóstoles. Nuestro Señor, que según dicen jue el creador de la bondad, sabía andar de pueblo en pueblo y de ranco en ranco, por !ierra Santa, enseñando el E"angelio y curando con palabras. En estos "iajes, lo lle"aba de asistente a San #edro #edro,, al que lo quería muco, por creyente y ser"icial. $uentan que en uno de esos "iajes, que por dem%s "eces eran duros como los del resero, como jueran por llegar a un pueblo, a la mula en que iba Nuestro Señor se le perdió una erradura y dentró a manquiar. & 'ijate & le dijo Nuestro Señor a San #edro & si no "es una errería, que ya estamos llegando al poblao. San #edro, que iba mirando con atención, di"isó un ranco "iejo de paredes rajadas, que tenía encima de una puerta un letrero que decía (E))E)*A+. Sobre el puco, se lo contó al aestro y pararon delante del corralón. & -A"e aría & gritaron. / junto con un cu0quito ladrador, salió un anciano arapiento que los con"idó a pasar. & 1uenas tardes & dijo Nuestro Señor & 2#odría errar mi mula que a perdido la erradura de una mano3 & Apiens4n y pasen adelante & contest5el "iejo & 6oy a "er si puedo ser"irlos. $uando, ya en la pie0a, se acomodaron sobre unas sillas de patas quebradas y torcidas, Nuestro Señor le preguntó al errer errero7 o7 & 2/ cu%l es tu nombre3 & e llaman iseria & respondió el "iejo y se jue a buscar lo necesario pa5ser"ir a los 8orasteros. $on muca paciencia andu"o este ser"idor de 9ios, ol8ateando en sus cajones y sus bolsas, sin allar nada. Acobardao iba a "ol"erse pa5pedir disculpa a los que estaban esperando, cuando regol"iendo con la bota un montón de basuras y desperdicios, "ido una argolla de plata grandota. & 2:u4 ac45aquí "os3 le dijo y, recogi4ndola, se jue pa5donde estaba la 8ragua, prendió el juego, reditió la argolla, i0o a martillo una erradura y se la puso a la mulita de Nuestro Señor. -6iejo sag%s y ladino & 2$u%nto te debemos, buen ombre3 & preguntó Nuestro Señor. iseria lo miró bien de arriba abajo y, cuando concluyó de ;liarlo, le dijo7 & #or lo que "eo, ustedes son tan pobres como yo. 2:u4 diantre les "oy a cobrar3 6ayan en pa0 por el mundo, que algún día tal "e0 9ios me lo tenga en cuenta. & Así sea dijo Nuestro Señor y, despu4s de aberse despedido, montaron los 8orasteros en sus mulas y salieron al sobrepaso sobrepaso.. $uando iban ya retiraditos, le dice a Jesús este San #edro, que debía ser medio lerdo7 & 6erdad, Señor, que somos desagradecidos. Este pobre ombre nos a errao la mula con una erradura
& #ens% bien & dijo Nuestro Señor & antes de acer tu pedido. San #edro, que se abía acomodao atr%s de iseria, le sopló7 & #edí el #araíso. & $allate, "iejo & le contestó por lo bajo iseria, pa5 despu4s decirle a Nuestro Señor7 & :uiero que el que se siente en mi silla, no se pueda le"antar de ella sin mi permiso. & $oncedido, dijo Nuestro Señor & 2A "er la segunda 1racia3 #ensala con cuidado. &-#edí el #araíso, por;ao& le sopló de atr%s San #edro. & $allate, "iejo metido & le contestó por lo bajo iseria, pa despu4s dicirle a Nuestro Señor7 & :uiero que el que suba a mis nogales, no se pueda bajar d5ellos sin mi permiso. & $oncedido, dijo Nuestro Señor. / aura, la tercera y última 1racia. No te apur4s. & #edí el #araíso, por;ao & le sopló de atr%s San #edro. & te quer4s callar, "iejo idiota3 & le contestó iseria enojao, pa5 dispu4s decirle a Nuestro Señor7 & :uiero que el que se meta en mi tabaquera no pueda salir sin mi permiso. & $oncedido, dijo Nuestro Señor y despu4s de despedirse, se jue. Ni bien iseria quedó solo, comen0ó a ca"ilar y, poco a poco, jue desntr%ndole rabia de no aber sabido sacar m%s "entaja de las tres 1racias concedidas. & !ambi4n ser4 sonso & gritó, tirando contra el suelo el cambergo & >o que es, si aurita mesmo se presentara el demonio, le daría mi alma con tal de poderle pedir "einte años de "ida y plata a discreción. En ese mesmo momento, se presentó a la puerta5el ranco un caballero que le dijo7 & Si quer4s, iseria, yo te puedo presentar un contrato, d%ndote lo que pedís & / ya sacó un rollo de papel con escrituras y numeritos, lo m%s bien acondicionado, que traiba en el bolsillo. / allí las leyeron juntos a las letras y, estando con8ormes en el trato, ;rmaron los dos con muco pulso, arriba de un sello que traiba el rollo. Ni bien el 9iablo se jue y iseria quedó solo, tantió la bolsa de oro que le abía dejao andinga, se miró en el bañadero de los patos, donde "ido que estaba mo0o y se jue al pueblo pa5 comprar ropa, pidió pie0a en la 8onda como señor y durmió esa noce contento. #ero, bien dicen que pronto se pasan los años cuando se emplean de este modo, de suerte que se cumplió el año "egísimo y en un momento casual en que iseria abía "enido a rairse de su ranco, se presentó el 9iablo con el nombre de caballero >ilí, como "e0 pasada y peló el contrato pa5e?igir que se le pagara lo con"enido. iseria, que era ombre onrao, aunque medio tristón le dijo a >ilí que lo esperara, que iba a la"arse y ponerse g=ena ropa pa presentarse al *n;erno, como era debido. Así lo i0o, pensando que al ;n todo la0o se corta y que su 8elicid% abía terminao. Al gol"er lo alló a >ilí sentao en su silla aguardando con pacencia. & /a estoy acomodao, le dijo & 26amos yendo3 & -$ómo emos de irnos & contestó >ilí & si estoy pegao a esta silla como por encanto iseria se acordó de las "irtudes que le abía concedido el ombre
& -Endere0ate, pues, maula, si sos diablo & le dijo a >ilí. Al ñudo 4ste i0o bellaquear la silla. No pudo al0arse ni un ciquito y sudaba, mir%ndolo a iseria. & Entonces & le dijo el que 8ue errero & si quer4s irte, ;rmame otros "einte años de "ida y plata a discreción. El demonio i0o lo que le pedía iseria y 4ste le dio permiso pa5que se juera. @tra "e0 el "iejo, remo0ado y platudo, se "ol"ió a correr mundo7 terció con príncipes y manates, gastó plata como naides, tu"o trato con ijas de reyes y de comerciantes juertes #ero los años, pa5el que se di"ierte, juyen pronto, de suerte que, cumplido el "egísimo, iseria quiso dar ;n cabal a su palabra y rumbió al pago de su errería. A todo esto >ilí, que era medio lenguar%s y alcauete, abía contao en los in;ernos el encanto uci8er. Ese "iejo est% protegido y es ladino. 9os ser%n los que lo "an a buscar al ;n del trato. #or eso jue que al apiarse en el ranco, iseria "ido que l o estaban esperando dos ombres y uno de ellos era >ilí. & #asen adelanteC sientens4n & les dijo & mientras yo me la"o y me "isto pa5dentrar al *n;erno como es debido. & /o no me siento & dijo >ilí. & $omo quieran. #ueden pasar al patio y bajar unas nueces, que seguramente ser%n las mejores que abr%n comido en su "ida ilí no quiso saber nadaC pero cuando se allaron solos, su compañero le dijo que iba a dar una g=elta por debajo de los nogales, a "er si podía recoger del suelo alguna nue0 caída y probarla. Al rato no m%s gol"ió, diciendo que abía allado una yuntita y que, en comi4ndolas, naide podía negar que jueran las m%s ricas del mundo. Juntos se jueron pa5dentro y comen0aron a buscar, sin allar nada. #a5esto, al diablo amigo de >ilí se le abía calentao la boca y dijo que se iba a subir a la planta, pa5seguir peg%ndole al manjar. >ilí le ad"irtió que abía que descon;ar, pero el goloso no i0o caso y subió a los %rboles, donde comen0ó a tragar sin descanso, dici4ndole de tiempo en tiempo7 & -$a que son g=enas -$a que son g=enas & !irame unas cuantas & le gritó >ilí, desde abajo. & Allí "a una & dijo el de arriba. & !irame otras cuantas & "ol"ió a pedirle >ilí, no bien se comió la primera. & Estoy muy ocupao & le contestó el tragón & Si quer4s m%s, subite al %rbol. >ilí, despu4s de ca"ilar un rato, se subió. $uando iseria salió de la pie0a y "ido a los dos diablos en el nogal, le dentró una risa tremenda. & Aquí estoy a su mandao & les gritó. 6amos cuando ustedes gusten. & Es que no nos podemo5abajar & le contestaron los diablos, que estaban como pegaos a las ramas. & >indo & les dijo iseria. Entonces 8írmenme otra "e0 el contrato, d%ndome otros "einte años de "ida y plata a discreción.
>os diablos icieron lo que iseria les pedía y 4ste les dio permiso pa5que bajaran. iseria "ol"ió a correr mundo y terció con gente copetuda y tiró plata y tu"o amores con damas de primera. #ero los años dentraron a disparar, como denantes, de suerte que al llegar al año "egísimo, iseria, queriendo dar pago a su deuda se acordó de la errería en que abía su8rido. A todo esto, los diablos del *n;erno le abían contado a >uci8er lo sucedido y 4ste, enojada0o, les abía dico7 & -$anejo 2No les pre"ine que andu"ieran con esmero, porque ese ombre era por dem%s l adino3 Esta g=elta que "iene, "amo5a dir toditos, a "er si se nos escapa. #or esto jue que iseria, al llegar a su ranco, "ido m%s gente riunida que en una jugada uci8er, ciego de juror, dió un grito y en el momento mismo se pasó a la 8orma de una ormiga, que lle"aba adentro a todos los demonios del *n;erno. Sin dilación, iseria agarró el bicito que caminaba sobre los ladrillos del piso, lo metió en su tabaquera, se 8ue a la errería, la colocó sobre el yunque y, con un martillo, se arrastró a pegarle con todita el alma, asta que la camiseta se le empapó de sudor. Entonces se re8rescó, se mudó y salió a pasiar por el pueblo. -Dienaiga, "iejito sag%s !odos los días colocaba la tabaquera en el yunque y le pegaba tamaña pali0a, asta empapar la camiseta pa5despu4s salir a pasiar por el pueblo. / así 8ueron los años. / resultó que ya en el pueblo no ubo peleas, ni plaitos, ni alegaciones. >os maridos no las castigaban a las mujeres, ni las madres a los cicos. !íos, primos y entenaos se entendían como 9ios mandaC no salía la "iuda, ni el cancoC no se "eían luces malas y los en8ermos sanaron todosC los "iejos no acababan de morirse y asta los perros jueron "irtuosos. >os "ecinos se entendían bien, los baguales no corco"iaban m%s que de alegría y todo andaba como reló de rico. :u4, si ni abía que baldiar los po0os porque toda agua era b=ena. Ansina como no ay caminos sin repecos, no ay suerte sin desgracias y "ino a suceder que abogaos, procuradores, jueces de pa0, curanderos, m4dicos y todos los que son autorid% y "i"en de la desgracia y "icios de la gente, comen0aron a ponerse cacones de ambre y 8ueron muriendo.
/ un día, asustaos los que quedaban de esta morralla, se endilgaron pa5lo del gobernador, a pedirle ayuda por lo que les sucedía. / el gobernador, que tambi4n dentraba en la partida de los castigaos, les dijo que nada podía remediar y les dio una plata del estao, ad"irti4ndoles que era la única "e0 que lo acía, porque no era obligación del gobierno el andarlos ayudando. #asaron unos meses y ya los procuradores, jueces y otros bicos, iban mermando por aber pasao los m%s a mejor "ida, cuando uno de ellos, el m%s pícaro, "ino a maliciar la "erdad y los in"itó a todos a que "ol"ieran a lo del gobernador, d%ndoles promesa de que ganarían el plaito. Así jue. / cuando estu"ieron 8rente al manate, el procurador le dijo a Suecelencia que toda5esas calamidades sucedían porque el errero iseria tenía encerraos en su tabaquera a los diablos del *n;erno. Sobre el puco, el mandón lo mandó a traer a iseria y, en presencia de todos, le largó un discurso7 & 2A%, sos "os3 -Donito and%s poniendo al mundo con tus brujerías y encantos, "iejo indino Aurita "a5a dejar las cosas como estaban, sin meterte a redimir culpas ni castigar diablos. 2No "es que siendo el mundo como es, no puede pasarse del mal y que las leyes y la5en8ermedades y todos los que "i"en d5ellas, que son mucos, precisan de que los diablos anden por la !ierra3 En este mismo momento "a5al trote y larg%s lo5in;ernos de tu tabaquera. iseria comprendió que el gobernador tenía ra0ón, con8esó la "erdad y jue pa5su casa pa5cumplir lo mandao. /a estaba por dem%s "iejo y aburrido del mundo, de suerte que irse de l, poco le importaba. En su ranco, antes de largar los diablos, puso la tabaquera en el yunque, como era su costumbre, y por última "e0 le dio una buena sobada, asta que la camiseta quedó empapada de sudor. & 2Si yo los largó "an a andar embromando por aquí3 & les preguntó a los mandingas. & No, no & gritaban 4stos de adentro & >arganos y te juramos no "ol"er por tu casa. Entonces iseria abrió la tabaquera y los licenció pa5que se 8ueran. Salió la ormiguita y creció asta ser el alo. $omen0aron a brotar del cuerpo de >uci8er todos los demonios y de repente, en un tropel, tomó esta diablada por esas calles de 9ios, le"antando una pol"areda como nube5e tormenta. / aura "iene el ;n. /a iseria estaba en las últimas umeadas del puco, porque a todo cristiano le llega el momento de entregar la osamenta y 4l bastante la abía usado. / iseria, pensando acerlo mejor, se jue a ecar sobre sus jergas a esperar la muerte. All%, en su piecita de pobre, se alló tan aburrido y desganado, que ni se le"antaba siquiera pa5comer ni tomar agua. 9espacito, no m%s, se jue consumiendo, asta que quedó duro y seco por los años. / aura es que, abiendo dejao el cuerpo pa5los bicos, iseria pensó lo que le quedaba por acer y, sin dilación, porque no era sonso, el ombre endere0ó pa5l $ielo y, despu4s de un "iaje largo, golpeó en la puerta d54ste. $uantito se abrió la puerta, San #edro y iseria se reconocieron, pero al "iejo pícaro no le con"enían esos recuerdos y, aci4ndose el canco rengo, pidió permiso pa5pasar. & -Bumm & dijo San #edro. $uando yo estu"e en tu errería con Nuestro Señor, pa5concederte tres 1racias, te dije que pidieras el #araíso y "os me contestastes7 ($allate, "iejo idiota+. / no es que te la guarde, pero no puedo dejarte pasar aura, porque en abi4ndote o8recido tres "eces el $ielo, "os te negaste a aceptarlo. / como aí no m%s el portero del #araíso cerró la puerta, iseria, pensando que de dos males ay que elegir el menos peor, rumbió pa5l #urgatorio a probar cómo andaría.
#ero amigo, allí le dijeron que sólo podían entrar las almas destinadas al $ielo y que como 4l nunca podría llegar a esa gloria por aberla desnegao en la oportunidad, no podían guardarlo. >as penas eternas le tocaba cumplirlas en el *n;erno. / iseria endere0ó al *n;erno y golpeó en la puerta como antes golpeaba en la tabaquera sobre el yunque, aciendo llorar a los diablos. / le abrieron, -#ero qu4 rabia no le daría cuando se encontró cara a cara con el mismo >ilí & -aldita mi suerte & gritó & que andequiera e de tener conocidos / >ilí, acord%ndose de las pali0as, salió que quemaba, con la cola como bandera uci8er, al que contó qui4n estaba de "isita. Nunca los diablos se abían pegao tan tamaño susto y el mismo )ey de lo5in;ernos, recordando tambi4n el rigor del martillo, se puso a gritar como gallina clueca, ordenando que cerraran bien toditas las puertas, no juera a dentrar semejante caca8%s. Aí quedó iseria, sin entrada a ningún lado, porque ni en el $ielo, ni en el #urgatorio, ni en el *n;erno lo querían como socioC y dicen que es por eso que, desde entonces, iseria y #obre0a son cosas de este mundo y nunca se ir%n a otra parte, porque en ninguna quieren admitir su e?istencia.