RESUMEN POR JAVI
Contenido EL ESTADO Y LA REVOLUCIÓN ....................................................................................................... 3 CAPÍTULO 1: LA SOCIEDAD DE CLASES Y EL ESTADO................................................................. 3 1.
El Estado, producto del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase ...... 3
2.
Los destacamentos especiales de las fuerzas armadas, las cárceles, etc. .................. 3
3.
El Estado, arma de explotación de la clase oprimida. ................................................. 3
4.
La “extinción” del Estado y la revolución violenta. ..................................................... 4
CAPÍTULO 2: EL ESTADO Y LA REVOLUCIÓN. LA EXPERIENCIA DE LOS AÑOS 1848-1851 ...... 5 1.
En vísperas de la revolución. ........................................................................................ 5
2.
El balance de la revolución. .......................................................................................... 6
3.
Como planteaba Marx la cuestión de 1852. ............................................................... 6
CAPÍTULO 3: EL ESTADO Y LA REVOLUCIÓN. LA EXPERIENCIA DE LA COMUNA DE PARÍS DE 1871. EL ANALISIS DE MARX. .................................................................................................... 7 1.
¿En qué consiste el heroísmo de la tentativa de los comuneros? .............................. 7
2.
¿Con qué sustituir la máquina del Estado una vez destruida? ................................... 7
3.
La abolición del parlamentarismo. .............................................................................. 8
4.
Organización de la unidad de la nación. ...................................................................... 8
CAPÍTULO 4: CONTINUACIÓN. ACLARACIONES COMPLEMENTARIAS DE ENGELS ................. 9 1.
La cuestión de la vivienda. ........................................................................................... 9
2.
Polémica con los anarquistas. ...................................................................................... 9
3.
La carta a Bebel............................................................................................................. 9
4.
Crítica del proyecto del programa de Erfurt. ............................................................... 9
5.
Prólogo de 1891 a La Guerra Civil de Marx................................................................ 10
6.
Engels sobre la superación de la democracia. ........................................................... 10
CAPÍTULO V: LAS BASES ECONÓMICAS DE LA EXTINCIÓN DEL ESTADO ................................. 11 1.
Planteamiento de la cuestión por Marx. ................................................................... 11
2.
La transición del capitalismo al comunismo. ............................................................. 11
3.
Primera fase de la sociedad comunista. .................................................................... 11
4.
La fase superior de la sociedad comunista. ............................................................... 11
CAPÍTULO VI: EL ENVILECIMIENTO DE LOS COMUNISTAS POR LOS OPORTUNISTAS. ............ 13 1.
La polémica de Plejanov con los anarquistas. ........................................................... 13
2.
La polémica de Kautsky con los oportunistas............................................................ 13
3.
La polémica de Kautsky con Pannekoek. ................................................................... 14
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EL ESTADO Y LA REVOLUCIÓN CAPÍTULO 1: LA SOCIEDAD DE CLASES Y EL ESTADO 1. El Estado, producto del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase El Estado es, según Engels, un producto de la sociedad que se forma al llegar a una determinada fase de desarrollo. En esta fase la sociedad se ha dividido en antagonismos irreconciliables, y para que estos antagonismos no se destruyan ni a sí mismos ni entre ellos se hizo necesario un Poder situado aparentemente por encima de la sociedad llamado a amortiguar este conflicto. El Estado surge pues en el sitio, en el momento y en el grado en que las contradicciones de clase no pueden, objetivamente, conciliarse. Marx va más allá y dice que el Estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase sobre otra. El Estado es la creación del “orden” que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los choques entre clases. En cambio, en opinión de los políticos pequeñoburgueses (incluidos los mencheviques), el orden es precisamente la conciliación de las clases y no la opresión de una clase por otra. Amortiguar los choques significa para ellos conciliar y no privar de luchar por el derrocamiento de los opresores. Por otra parte, está la tergiversación1 “kaustiana”, que no niega ni que el Estado sea un órgano de dominación de clases ni que las contradicciones de clase sean irreconciliables, pero que pasa por alto u oculta lo siguiente: - Si el Estado es un producto del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase que “está por encima de la sociedad”, es evidente que la liberación de la clase oprimida solo es posible mediante una revolución violenta. - Es necesario la destrucción del aparato del Poder estatal que ha sido creado por la clase dominante. 2. Los destacamentos especiales de las fuerzas armadas, las cárceles, etc. El Estado se caracteriza principalmente por dos cosas. La primera es que, en comparación con las antiguas organizaciones tribales o los clanes, se producen divisiones territoriales. La segunda característica es la instauración de un Poder público. El ejército permanente y la policía son los instrumentos fundamentales de la fuerza del Poder del Estado. La necesidad de estos destacamentos especiales de hombres armados situados por encima de la sociedad y divorciados de ella se debe a la división de la sociedad en clases enemigas irreconciliables. Si no existiese esta división, la “organización armada espontánea de la población” sería posible, y ya no serían necesarios ni el ejército ni la policía. Como la sociedad se halla separada en clases irreconciliables, el armamento espontáneo conduciría a la lucha armada entre ellas. 3. El Estado, arma de explotación de la clase oprimida. Los funcionarios, pertrechados con el Poder público y con el derecho a cobrar impuestos, están situados, según Engels, por encima de la sociedad. Se dictan leyes de excepción sobre su santidad y su inviolabilidad. 1
Tergiversación: Interpretación errónea de una palabra o un suceso.
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Como el Estado nació para mantener los antagonismos de clase es de la clase más poderosa. De esta forma, esta clase se convierte también en la clase políticamente dominante, adquiriendo así nuevos medios para la represión y explotación de la clase oprimida. En la actualidad, el imperialismo y la dominación de los Bancos se ha desarrollado hasta conseguir los métodos adecuados para defender y llevar a la práctica la omnipotencia de la riqueza. Estos métodos son: - Corrupción directa de los funcionarios. - Alianza del gobierno con la Bolsa. Para que ello sea posible nos hacen creer, y en eso caen también los demócratas pequeñoburgueses, que el sufragio universal es un medio capaz de expresar la voluntad de los trabajadores y de garantizar su efectividad practica, sin embargo el sufragio universal es simplemente el índice que les sirve para medir la madurez de la clase trabajadora. 4. La “extinción” del Estado y la revolución violenta. El proletariado ha de tomar en sus manos el Poder del Estado y comenzará a convertir los medios de producción en propiedad del Estado. Con este acto se destruirá a sí mismo como proletariado, y destruirá también toda diferencia y antagonismo de clases. Y con ello al Estado como tal. Cuando ya no exista ninguna clase social a la que haya que mantener en la opresión; cuando desaparezcan, junto con la dominación de clases y la lucha por la existencia individual, los choques resultantes de esta lucha, ya no hará falta esa fuerza especial de opresión: el Estado. El gobierno sobre las personas será sustituido por la administración de los recursos por la dirección de los procesos de producción. El Estado burgués no se “extingue”, según Engels, sino que es destruido por el proletariado en la revolución. El que se extinguirá, después de esta revolución, será el Estado o semi-Estado proletario.
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CAPÍTULO 2: EL ESTADO Y LA REVOLUCIÓN. LA EXPERIENCIA DE LOS AÑOS 184818512 1. En vísperas de la revolución. Las primeras obras del Marxismo maduro, Miseria de la Filosofía y el Manifiesto Comunista fueron escritas justo antes de la revolución de 1848. En la primera, Marx escribe que la clase obrera sustituirá la antigua sociedad burguesa por una asociación que excluya a las clases y sus antagonismos, y que ya no existirá ya un Poder político, pues este es precisamente la expresión del antagonismo de clases en la sociedad burguesa. En la segunda obra, Marx añade que la transformación de la clase obrera en clase dominante será mediante una revolución. Una vez alcanzado el dominio político, el proletariado lo utilizará para arrancar gradualmente a la burguesía todo el capital y para centralizar todos los instrumentos de producción en manos del Estado. Los trabajadores solo necesitarán el Estado para aplastar gradualmente la resistencia de los explotadores y para dirigir la enorme masa de la población para poner en marcha la economía socialista. A medida que esto se vaya consiguiendo, el propio Estado se irá extinguiendo. Peri si el proletariado necesita el Estado como organización especial de la violencia contra la burguesía, ¿será posible obtener una organización semejante sin destruir ni aniquilar
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Con revolución o revoluciones de 1848 (la Primavera de los Pueblos o el Año de las Revoluciones) se conoce a la oleada revolucionaria que acabó con la Europa de la Restauración (el predominio del absolutismo en el continente europeo desde el Congreso de Viena de 1814-1815). Fueron la tercera oleada del más amplio ciclo revolucionario de la primera mitad del siglo XIX, que se había iniciado con las denominadas revolución de 1820 y revolución de 1830. Además de su condición de revoluciones liberales, las revoluciones de 1848 se caracterizaron por la importancia de las manifestaciones de carácter nacionalista y por el inicio de las primeras muestras organizadas del movimiento obrero. Iniciadas en Francia se difundieron en rápida expansión por prácticamente toda Europa central (Alemania, Austria, Hungría) y por Italia en el primer semestre del año 1848. Fue determinante para ello el nivel de desarrollo que habían adquirido las comunicaciones (telégrafo, ferrocarril), en el contexto de la Revolución industrial. Aunque su éxito inicial fue poco duradero, y todas ellas fueron reprimidas o reconducidas a situaciones políticas de tipo conservador (la espontaneidad de los movimientos y su mala organización lo facilitó), su trascendencia histórica fue decisiva: quedó clara la imposibilidad de mantener sin cambios el Antiguo Régimen, como hasta entonces habían intentado las fuerzas contrarrevolucionarias de la Restauración. Hubo tres acontecimientos económicos que avivaron la incertidumbre del momento y que contribuyeron a desencadenar las revueltas: Entre 1845 y 1849 la plaga de la patata echó a perder las cosechas, lo que fue especialmente grave en Irlanda (Gran Hambruna irlandesa). Este suceso coincidió con la carestía general en Francia de 1847 que, al igual que en otros países de Europa, originó graves conflictos internos y una fuerte oleada migratoria. En el otoño de 1847 estalló una crisis del comercio y la industria en Inglaterra, con la quiebra de los grandes comerciantes de productos coloniales. La crisis afectó también a los bancos agrarios ingleses y en los distritos industriales se produjeron cierres de fábricas. En París la crisis industrial estuvo acompañada además por una consecuencia particular: los fabricantes y comerciantes al por mayor que, en las circunstancias que entonces se estaban dando, no podían exportar sus productos, abrieron grandes establecimientos cuya competencia arruinó a los pequeños comerciantes, por lo que éstos se involucraron en la revolución.
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aquella máquina creada para sí por la burguesía? Marx hablará de ello al hacer el balance de la experiencia de la revolución de 1848-1851. 2. El balance de la revolución. El poder centralizado del Estado como lo conocemos surgió en la época de la caída del absolutismo. Dos son las instituciones más características de esta máquina del Estado: la burocracia3 y el ejército permanente. A través de todas las revoluciones burguesas vividas en Europa desde los tiempos de la caída del feudalismo, este aparato burocrático e militar ha ido desarrollándose, perfeccionándose y afianzándose. Todas las revoluciones hasta 1848 perfeccionaron la máquina del Estado, y o que hace falta es romperla, destruirla. 3. Como planteaba Marx la cuestión de 1852. Marx afirma que la existencia de clases solo va unida a fases históricas del desarrollo de la producción, y que la lucha de clases deberá conducir necesariamente a la dictadura del proletariado. Esta dictadura del proletariado no deberá ser de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases.
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definiciones de burocracia: Conjunto de normas, papeles y trámites necesarios para gestionar una actividad administrativa: Complicación y lentitud excesiva en la realización de estas gestiones, particularmente en las que dependen de la administración de un Estado Conjunto de funcionarios públicos.
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CAPÍTULO 3: EL ESTADO Y LA REVOLUCIÓN. LA EXPERIENCIA DE LA COMUNA DE PARÍS DE 18714. EL ANALISIS DE MARX. 1. ¿En qué consiste el heroísmo de la tentativa de los comuneros? Es sabido que algunos meses antes de la Comuna, en el otoño de 1870, Marx previno a los obreros de Paris, demostrándoles que la tentativa de derribar el gobierno en ese momento sería un disparate dictado por la desesperación. Pero cuando en marzo de 1871 la insurrección fue un hecho, Marx apoyo la revolución con gran entusiasmo. Marx veía aquel movimiento revolucionario de masas, aunque no llegase a alcanza sus objetivos, como una experiencia histórica de gran importancia. Para Marx, esta importancia procedía del hecho de que esta era una insurrección verdaderamente popular, que abarcase completamente al proletariado y a los campesinos. Ambo estaban unidos contra la opresión, esclavización y explotación a los que estaban sometidos por la máquina burocrática-militar del Estado. 2. ¿Con qué sustituir la máquina del Estado una vez destruida? 4
La Comuna de París fue un breve movimiento insurreccional que gobernó la ciudad de París del 18 de marzo al 28 de mayo de 1871, instaurando un proyecto político popular autogestionario que para algunos autores se asemejó al comunismo. Tras la derrota y derrumbe del gobierno imperial de Napoleón III en la Guerra Franco-Prusiana (1870-1), París fue sometida a un sitio de más de cuatro meses (19 de septiembre de 1870 - 28 de enero de 1871), que culminó con la entrada triunfal de los prusianos -que se retiraron de inmediato- y la proclamación imperial de Guillermo I de Alemania en el Palacio de Versalles. Debido a que París no aceptaba rendirse, la nueva Asamblea Nacional y el gobierno provisional de la República, presidido por Adolphe Thiers, prefirieron instalarse en Versalles y desde ahí doblegar a la población rebelde. El vacío de poder en París provocó que la milicia ciudadana, la Guardia Nacional Francesa, se hiciera de forma efectiva con el poder a fin de asegurar la continuidad del funcionamiento de la administración de la ciudad. Se beneficiaron del apoyo y de la participación activa de la población obrera descontenta, del radicalismo político muy extendido en la capital que exigía una república democrática, y de la oposición a la más que probable restauración de la Monarquía borbónica. Al intentar el gobierno arrebatarles el control de las baterías de cañones que habían sido compradas por los parisinos por suscripción popular para defender la ciudad, éstos se alzaron en armas. Ante esta rebelión, Thiers ordenó a los empleados de la administración evacuar la capital, y la Guardia Nacional convocó elecciones para el consejo municipal que fue copado por radicales republicanos y socialistas. La Comuna gobernó durante 60 días promulgando una serie de decretos revolucionarios, como la autogestión de las fábricas abandonadas por sus dueños, la creación de guarderías para los hijos de las obreras, la laicidad del Estado, la obligación de las iglesias de acoger las asambleas de vecinos y de sumarse a las labores sociales, la remisión de los alquileres impagados y la abolición de los intereses de las deudas. Muchas de estas medidas respondían a la necesidad de paliar la pobreza generalizada que había causado la guerra. Sometida casi de inmediato al asedio del gobierno provisional, la Comuna fue reprimida con extrema dureza. Tras un mes de combates, el asalto final al casco urbano provocó una fiera lucha calle por calle, la llamada Semana Sangrienta del 21 al 28 de mayo. El balance final fue de unos 30.000 muertos, y París estuvo sometida a la ley marcial durante cinco años. La ley marcial es un estatuto de excepción de aplicación de las normas legales ordinarias (normalmente regulado en la Constitución del Estado), por medio del cual se otorgan facultades extraordinarias a las fuerzas o la policía en cuanto a la administración de justicia y resguardo del orden público. Casos usuales de aplicación son la guerra o para sofocar rebeliones. En general, la ley marcial implica una limitación y suspensión de algunos de los derechos que el ordenamiento garantiza al individuo, además de aplicar procesos sumarios en los juicios, y castigos severos más allá de los que se imponen en situaciones normales. En muchos casos de ley marcial, la pena de muerte es impuesta para crímenes que normalmente no serían crímenes capitales, como el saqueo o robos en caso de catástrofes. Los llamados normalmente a ejercer la ley marcial son los tribunales militares.
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En el Manifiesto Comunista, Marx dice que la máquina de Estado, una vez destruida, ha de ser sustituida por la “organización del proletariado como clase dominante”, por “la conquista de la democracia”. Ya después de 1871, en Guerra civil en Francia, Marx analiza la experiencia de la Comuna: “…El primer decreto de la Comuna fue … la supresión del ejército permanente para sustituirlo por el pueblo armado”. “La Comuna estaba formada por consejeros elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de París… Todos los que desempeñaban cargos públicos lo hacían por el salario de un obrero.” “Una vez suprimidos el ejército permanente y la policía, instrumentos de la fuerza material del antiguo gobierno, la Comuna se apresuró a destruir también la fuerza de opresión espiritual: la fuerza de los curas.” Estas medidas atañen a la reorganización del Estado y la reorganización puramente política de la sociedad., pero es evidente que solo adquieren sentido en conexión con la expropiación de los expropiadores. El fallo de la Comuna fue no reprimir a la burguesía. 3. La abolición del parlamentarismo. La Comuna, decía Marx, no debía ser una corporación parlamentaria, sino una corporación de trabajo, que fuese legislativa y ejecutiva al mismo tiempo. Siempre será necesaria alguna corporación, pues sin instituciones representativas no puede concebirse ninguna democracia, tampoco la proletaria. En vez de decidir una vez cada tres o seis años a los miembros que nos han de representar, el sufragio universal debería servir verdaderamente al pueblo de igual modo que el sufragio individual sirve a los patrones para encontrar obreros, inspectores y contables para sus empresas. 4. Organización de la unidad de la nación. En el breve esbozo de organización nacional que la Comuna no tuvo tiempo de desarrollar, se dice claramente que la Comuna debía ser la forma política hasta de la aldea más pequeña del país. Las pocas funciones que aún quedarían entonces al gobierno serían desempeñadas por funcionarios comunales rigurosamente responsables. No se trataba de destruir la unidad de la nación sino de organizarla mediante un régimen comunal. 5. La destrucción del Estado-parásito. El régimen comunal devolvió al organismo social todas las fuerzas que hasta entonces venía devorando el Estado. Este régimen colocó a los productores rurales bajo la dirección ideológica de las capitales de sus provincias. Marx dedujo de toda la historia del socialismo y de todas las luchas políticas que el Estado debería desaparecer, y que para ello sería necesario un proletariado organizado como clase gobernante.
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CAPÍTULO 4: CONTINUACIÓN. ACLARACIONES COMPLEMENTARIAS DE ENGELS 1. La cuestión de la vivienda. En la actualidad existen en todas las ciudades edificios suficientes para remediar en seguida toda verdadera “escasez de vivienda”. Esto solo puede lograrse, naturalmente, expropiando a los actuales poseedores y alojando en sus casas a los obreros que carecen de vivienda. La expropiación y requisa de viviendas serán efectuadas por orden del Estado actual, que en la primera fase socialista ha de estar presente, pues sin una cierta subordinación es imposible el funcionamiento de ninguna empresa técnica ni la cooperación de muchas personas con arreglo a un plan. 2. Polémica con los anarquistas. Esta polémica tuvo lugar en 1873, cuando Marx y Engels escribieron para un almanaque italiano unos artículos contra los proudhonianos5, que apollaban la renuncia al empleo de armas y a la violencia organizada. 3. La carta a Bebel. Engels, en un escrito a Bebel relacionado con la cuestión del Estado, le decía lo siguiente: “El Estado popular libre se ha convertido en el Estado libre. Gramaticalmente hablando, un Estado libre es un Estado que es libre respecto a sus ciudadanos, es decir, un Estado con un gobierno despótico6. El Estado debe convertirse de un Estado basado en la dominación de clase a un Estado popular”. 4. Crítica del proyecto del programa de Erfurt. Las indicaciones que hace aquí Engels son las siguientes: en primer lugar, las que se refieren a la cuestión de la República; en segundo lugar, las que afectan a las relaciones entre la cuestión nacional y la estructura del Estado; y en tercer lugar, las referidas al régimen de autonomía local. Engels reconoce que en los países con República o con una gran libertad cabe imaginarse un desarrollo hacia el socialismo, salvo que ocurra que, al igual que en Alemania, el gobierno sea casi omnipotente. Respecto al segundo punto, hay dos posibilidades de estructura estatal: un Estado federal y un Estado unitario. En el Estado federal, cada nación que forma parte de la unión 5
Pierre-Joseph Proudhon (15 de enero de 1809 – 19 de enero de 1865), filósofo político y revolucionario francés, y, junto con Bakunin y Kropotkin uno de los padres del pensamiento anarquista y de su primera tendencia económica, el mutualismo. Originario del Franco Condado, sus concepciones económicas y sociales tienen una primera y profunda raíz en las observaciones de su infancia sobre el trabajo, la propiedad, la venta, el valor. El pensamiento de Proudhon parte, ante todo, de la filosofía de la Ilustración. Los empiristas ingleses (Locke, David Hume, etc.) y los enciclopedistas franceses, como Voltaire, Helvetius, y particularmente Diderot, son con frecuencia el presupuesto tácito o explícito de sus desarrollos doctrinales. Ataca duramente a Rousseau (como antes Godwin y después Bakunin), pero toma de este algunas de sus ideas básicas. También influyen sobre Proudhon las agudas críticas de los socialistas utópicos, como SaintSimon y Fourier, aunque nadie más renuente que él a las construcciones ideales y al trazado de brillantes cuadros futurísticos. 6 despótico: absoluto, sin ley, tirano.
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tiene su propia legislación civil y criminal y su propia organización judicial. Para Engels el Estado unitario debe ser la aspiración. El centralismo no excluye ninguna autonomía local que, en la defensa voluntaria de la unidad del Estado por las comunas y las regiones, elimine en absoluto todo burocratismo y toda manía de ordenar desde arriba. A nivel local, deberá existir completa autonomía para la provincia, distrito y municipio con funcionarios elegidos por sufragio universal. Se suprimirán todas las autoridades locales y provinciales nombradas por el Estado. 5. Prólogo de 1891 a La Guerra Civil de Marx. En el prólogo a la tercera edición de La Guerra Civil en Francia, Engels analiza las cuestiones relacionadas con la actitud hacia el Estado y traza un breve resumen sobre las enseñanzas de la Comuna. “En Francia –señala Engels-, los obreros, después de cada revolución siempre terminaban armados. Por eso, el desarme era el primer mandamiento de los burgueses que llegaban al Poder. De aquí que después de cada lucha ganada por los obreros, siempre se llevara a cabo otra nueva lucha que acababa con la derrota de estos.” “Como los miembros de la Comuna eran todos ellos obreros o representantes conocidos de éstos, sus acuerdos se distinguían por una carácter marcadamente proletario. Una parte de sus decretos eran reformas que la burguesía no se había atrevido a hacer por cobardía, y que echaban los cimientos indispensables para la libre acción de la clase obrera. Estas reformas iban encaminadas a salvaguardar directamente los intereses de la clase obrera, y en parte socavaban profundamente el viejo orden social…” Una de estas reformas fue la toleración del confesionalismo, pero sin dejar de luchar contra el opio religioso que embrutece al pueblo. “Para toda la transformación del Estado y de sus órganos, la Comuna empleó dos remedios infalibles. En primer lugar, cubrió todos los cargos administrativos, judiciales y de enseñanza por elección mediante sufragio universal, concediendo a los electores el derecho a revocar en todo momento a sus elegidos. En segundo lugar, todos los funcionarios, altos y bajos, pasaron a tener un sueldo como el de cualquier trabajador. con este sistema se ponía una barrera eficaz al arribismo y a la caza de cargos.” 6. Engels sobre la superación de la democracia. Engels cree que el partido bolchevique es el verdadero partido, pero que su nombre es científicamente inexacto. Pero esto no debe importar, lo importante es que el partido se desarrolle y crezca.
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CAPÍTULO V: LAS BASES ECONÓMICAS DE LA EXTINCIÓN DEL ESTADO 1. Planteamiento de la cuestión por Marx. La sociedad actual, según Marx, es la sociedad capitalista, que existe en todos los países civilizados, más o menos modificada por las particularidades del desarrollo histórico en cada uno de ellos. 2. La transición del capitalismo al comunismo. Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de transformación revolucionaria de la primera a la segunda. A este período, prosigue Marx, le corresponde también una etapa política de transición, y el Estado de este período no podrá ser otro que la dictadura del proletariado. La actitud de esta dictadura hacia la democracia ha de asentarse en la transformación del proletariado en clase dominante y en la “conquista de la democracia”. En la sociedad capitalista, en virtud de la explotación, los esclavos asalariados modernos viven tan agobiados por la penuria y la miseria que “no están para democracias”. La mayoría de la población queda al margen de toda participación en la vida político-social. Es ésta, pues, una democracia para una minoría insignificante: una democracia para los ricos. Por ello deberemos reprimir a los opresores para liberar a la humanidad de la esclavitud asalariada. Para ello, como bien decía Engels, el proletariado podrá utilizar el Estado como órgano de sometimiento para los explotadores, y tan pronto como pueda hablarse de libertad, el Estado como tal se autoextinguirá. 3. Primera fase de la sociedad comunista. De lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista, y que por tanto todavía presenta el sello de la vieja sociedad. A esta sociedad comunista es a la que Marx llama primera fase o fase inferior de la sociedad comunista. Los medios de producción pertenecen ya a toda la sociedad y cada obrero recibe de la sociedad una cantidad igual a la que entrega a ésta. Reina, al parecer, una igualdad. Sin embargo, los hombres no son todos iguales: unos son más fuertes y otros más débiles, unos son casados y otros solteros, unos tiene más hijos que otros… A igual trabajo y, por consiguiente, igual participación en el fondo social del consumo, unos obtienen de hecho más que otros: unos son más ricos que otros. Para evitar todos estos inconvenientes, el derecho tendría que ser no igual, sino desigual. En la primera fase todavía subsisten las diferencias de riquezas, pero ya no es posible la explotación del hombre por el hombre. Todavía se distribuyen los artículos de consumo según el trabajo, y no según las necesidades. “El que no trabaja no come” o “a igual trabajo, igual recompensa” son ya una realidad socialista. Sin embargo, esto no es el comunismo, que da una cantidad de productos a hombres que no son iguales y por una cantidad desigual de trabajo. 4. La fase superior de la sociedad comunista. Marx prosigue que en la fase superior de la sociedad comunista, se cumplirá el lema: «de cada uno, según su capacidad; a cada uno, según sus necesidades». El Estado podrá extinguirse por completo cuando los hombres estén ya habituados a guardar las reglas 11
fundamentales de convivencia y cando su trabajo sea tan productivo que trabajen voluntariamente según sus capacidades. La diferencia científica entre el socialismo y el comunismo es clara. A lo que se acostumbra a llamar socialismo, Marx lo llama la primera fase de la sociedad comunista. En tanto que los medios de producción empiecen a convertirse en propiedad común podrá emplearse la palabra ‘comunismo’, siempre y cuando no se olvide que este no es el comuniso completo.
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CAPÍTULO VI: EL ENVILECIMIENTO DE LOS COMUNISTAS POR LOS OPORTUNISTAS. 1. La polémica de Plejanov con los anarquistas. Plejanov7 consagró la cuestión de las relaciones entre el socialismo y el anarquismo en un folleto especial en torno al tema de que un anarquista no se distingue de un bandido, y en que la oposición entre ambos movimientos se centra en la problemática de la revolución frente al Estado. 2. La polémica de Kautsky con los oportunistas. Kautsky8 es bien conocido por su polémica con los oportunistas9. Sin embargo, es preciso recordar las vacilaciones de Kautsky en esta polémica, y que explicarían más tarde su 7
Gueorgui Valentínovich Plejánov fue un revolucionario ruso, teórico y propagandista del marxismo. Aportó muchas ideas al marxismo en el ámbito de la filosofía y sobre el papel del arte y la religión en la sociedad. Escribió ampliamente sobre el materialismo histórico, sobre la historia de la filosofía materialista, sobre el papel de las masas y los individuos en la historia, sobre la relación entre la base y la superestructura, sobre la importancia de las ideologías, sobre demócratas revolucionarios como Belinsky, Nikolái Chernyshevski, Herzen o Dobrolyúbov, sobre el origen del arte, etc. Con su obra maestra, publicada bajo el seudónimo de N. Beltov, La concepción monista de la historia, Plejánov escribió un libro que sigue siendo un clásico del marxismo. Fue también el autor de la famosa expresión "sin teoría revolucionaria... no hay movimiento revolucionario en el sentido pleno del término". Polemizó con los revolucionarios de Naródnaya Volia, el populismo, el terrorismo, el anarquismo y el liberalismo, contribuyendo a la difusión del marxismo entre los obreros e intelectuales de Rusia. Plejánov fue uno de los organizadores de las primeras protestas políticas en Rusia. Tras un virulento discurso en Kazán en 1876 contra la autocracia zarista y en defensa de las ideas de Chernyshevski, pasó a la clandestinidad. Tras ser arrestado dos veces, en 1880 se exilió. Habrían de pasar 37 años antes de regresar. En 1883, en Suiza, fundó junto con Vera Zasúlich y León Deutsch el grupo Emancipación del Trabajo, que se encargó de propagar el marxismo entre los revolucionarios rusos. Tras su disolución se unió al Partido Obrero Socialdemócrata Ruso y colaboró con Lenin. Tras el II Congreso del partido social-demócrata ruso de 1903, Plejánov rompió con Lenin situándose con los mencheviques. Durante la I Guerra Mundial adoptó una actitud patriótica, opuesta al internacionalismo proletario de los bolcheviques, que buscaba la derrota de Alemania. Lenin lo acusó de social-chovinista en sus Tesis de abril. De Plejánov se dijo que acusaba a Lenin de buscar una guerra civil en el movimiento socialista al apoyar la creación de una nueva Internacional tras la conferencia de Zimmerwald de 1915 y de la consiguiente disolución de la II Internacional en 1916. Plejánov retornó a Rusia tras la Revolución de Febrero y organizó Yedinstvo aunque tuvo que exiliarse otra vez tras la Revolución de Octubre a causa de su hostilidad con los bolcheviques. Falleció de tuberculosis en Terijoki, Finlandia (hoy Zelenogorsk, San Petersburgo, Rusia) y fue enterrado en el cementerio de Vólkovo junto a las tumbas de Belinsky y Dobrolyúbov. Pese a sus discrepancias con Lenin, los comunistas soviéticos glosaron su memoria y dieron su nombre a la Academia de Economía. 8
Karl Kautsky (Praga, 18 de octubre de 1854 - Ámsterdam, 17 de octubre de 1938) fue un destacado téorico marxista. Después de la muerte de Engels, en 1895, Kautsky se convirtió en uno de los más importantes e influyentes teóricos del socialismo y de la Segunda Internacional, formando el núcleo marxista del partido junto a Bebel. En esa época, era considerado despectivamente por Trotski, entre otros, como el «legislador teórico del marxismo internacional». Rompió con Rosa Luxemburg y el ala izquierda del SPD en 1914, después de haberse integrado el Partido Socialdemócrata Independiente entre 1917 y 1919, volvió a unirse al Partido Socialdemócrata en 1922. Hacia el final de la Gran Guerra, Vladimir Lenin atacó a Kautsky llamándolo un «oportunista» y un «renegado», comparando sus posiciones a las del reformista Eduard Bernstein. Para 1934, Kautsky escribió un trabajo titulado Marxismo y Bolchevismo: Democracia y Dictadura.
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posición "socialchovinista" —es decir, su apoyo nacionalista a la guerra imperialista— entre los años 1914 y 1915. Y la razón de estas vacilaciones, se encuentran una vez más en una posición oportunista respecto del Estado. En su polémica con Bernstein, Kautsky "escamoteó la diferencia más esencial entre el marxismo y el oportunismo en cuanto a las tareas de la revolución proletaria". Al dejar la cuestión de la revolución como un asunto para el porvenir, Kautsky estaba haciendo una concesión vital al oportunismo, y estaba de hecho pasándose a las posiciones políticas de los oportunistas. 3. La polémica de Kautsky con Pannekoek. Anton Pannekoek10 formaba parte de la línea de izquierda del SPD, junto con Rosa Luxemburgo y Karl Radek. Pannekoek acusaba a Kautsky por su pasividad respecto de la problemática de la revolución y de su relación con el Estado. Pannekoek habla precisamente de la necesidad de luchar no solamente contra la burguesía, por hacerse con el poder del Estado, sino también de luchar contra el propio Estado. Kautsky responde a estas críticas. Sitúa la cuestión como una oposición entre socialdemócratas y anarquistas: los socialdemócratas pretenden conquistar el Estado, los anarquistas pretenden destruirlo. Desde este punto de vista, Pannekoek sería inconsecuente al pretender ambas cosas al mismo tiempo. Sin embargo, Lenin considera que la posición de Kautsky es oportunista en tanto que ignora la necesidad de que una revolución vaya a transformar la naturaleza misma del Estado. Kautsky reduce el problema a la gestión del poder del Estado por parte de una élite burocrática, que gobierna en nombre de la clase obrera. Al hacerlo así, no soluciona la cuestión de la transformación del Estado en una máquina verdaderamente democrática, bajo el control directo de órganos democráticos y participativos —como los soviets.
Karl Kautsky murió en el exilio en Ámsterdam a los 84 años de edad. 9
Sistema político de transigencia y contemporización, que subordina en cierta medida los principios fundamentales a las oportunidades. 10
Anton Pannekoek (2 de enero de 1873 - 28 de abril de 1960) fue un astrónomo y teórico comunista neerlandés. Empezó su militancia en el ala izquierda de la socialdemocracia alemana, en posiciones próximas a las de Rosa Luxemburgo. Luego formó parte de la izquierda comunista germano-holandesa que terminó rompiendo con el bolchevismo ruso. Es uno de los fundadores del comunismo consejista. Opuesto a la Primera Guerra Mundial, fundó el Partido Comunista Holandés en 1919, junto a David Wijnkopf, Hermann Gorter y Henriette Roland-Holst, poyó las posiciones de Rosa Luxemburgo referentes a la huelga de masas, y consideró en un principio que la revolución rusa de octubre de 1917 fue una revolución proletaria y fue por tanto uno de los impulsores de la Tercera Internacional, de la que fue expulsado en 1921 tras oponerse, con Gorter, a acompañar las consignas soviéticas, en particular al oponerse a actuar dentro de los sindicatos y en el parlamento, y defender la opción del comunismo de izquierdas y el antiautoritarismo frente al leninismo. La visión política del marxismo desarrollada por Anton Pannekoek ha recibido el nombre de consejismo por considerar que en los Consejos Obreros generados por los procesos revolucionarios debe residir toda la capacidad de decisión y gestión, frente a las opciones estatistas y partidistas del comunismo desarrolladas por Lenin, Trotsky y, por otro lado, Stalin, a quien Pannekoek consideraba totalmente ajeno al marxismo. Para él, el régimen de la URSS no era una forma deformada de socialismo, sino un capitalismo de estado. Consideraba que el comunismo no podía ser otra cosa que el resultado de un proceso revolucionario que condujera a un desarrollo considerable de la democracia unido a la colectivización de los medios de producción.
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