FISICA
Libros I- II
Arist6teles
Fisica Libros I- II Traducci6n, introducci6n y comentario por
Marcelo D. Boeri
Editorial Biblos
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INDICE
Pr6logo ............... .............................................................................. 9 Introducci6n ..................................................................................... 11 Variantes textuales respecto de la edici6n seguida ....................... 42 Abreviaturas de las obras de Arist6teles citadas ........................... 42 Ffsica I ............................................................................................. 43
Ffsica II ............................................................................................ 73 Analisis: Ffsica I- II ...................................................................... 101 Comentario .................... ................................................................ 125 Apendice I ... .............................. ........ ......... .......... .......................... 209
Este trabajo fue realizado durante una beca otorgada por el Consejo Nacional de Investigaciones Cientificas y Tecnicas (19861988). como parte de un proyecto de investigaci6n. !M.D.B.]
Apendice II ..................... ...... .................... ............ .......................... 213 Bibliograffa .................................................................................... 219 Indice de 1ugares arist6telicos ...................................................... 221 Indice de autores antiguos ............................................................ 230 In dice de autores modernos .......................................................... 232
Diseno de tapa: Horacia Ossani. © Editorial Biblos, 1993. Pasaje Jose M. Giuffra 318, 1064 Buenos Aires. Prohibic\a su reproducci6n total o parcial. Hecho el deposito que dispone Ia ley 11.723. · Impr:eso en Ia Argentina. ISBN 950-786-003-7
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PRO LOGO
Ala memoria de mi padre.
En 1960 Wolfgang Wieland, uno de los estudiosos e interpretes ' contemporaneos mas 'importante de la Phys. de Ari st6teles, afirmaba: "La Physica se encuentra entre las obras capitales de' Arist6teles menos conocidas. La investigaci6n filol6gica e hist6rico-filos6fica se ocupa mucho mas intensamente de los escritos aristotelicos sobre 16gica, psicologfa, polftica y, ante todo, tam bien sobre metaffsica y etica. La ffsica es, por el contrario, todavfa hoy, terra incognita."! Este mismo juido podrfa aplicarse hoy, casi en sus mismos terminos, a los estudios sabre filosofla natural aristol telica y, particularmente, al estudio de ]a Phys. en el mundo dJ habla hispana. Uno de los objetivos de esta traducci6n comentada de ]a Phys. de Arist6teles es contribuir a fomentar su estudio. j Nuestra traducci6n se ha hecho sobre la base del texto griego fijado por W. D. Ross, Aristotle:9 Physics, Oxford, 1979 (reprint.)! las palabras puestas entre [ ] son seclusiones del editor. El signa < > indica agregados de Ross al texto griego o bien agregados nuestros a la traducci6n con el fin de hacer mas comprensible un pasaje dado. i En nuestro comentario hemos seguido las utiles notas de RosJ al texto asf como las valiosas observaciones de F.M. Cornford a sJ edici6n de la Phys. (cf. Bibliografia). En nuestras notas allibro nj en muchos casas hemos seguido el ya clasico comentario dJ Hamelin. Los comentadores antiguos tambien han sido de utilif dad; fundamentalmente hemos consultado Filop6n y Simplicia, cuando crefmos que podia aclarar en algo el texto su interpretacion. Nuestro comentario intenta clarificar, en ]a medida de lb posible, el texto yen algunos pasajes se sugieren interpretacione~ a algunos de los muchos problemas que se presentan en la lectu1ra. No pretende, poi' tanto, ser exhaustivo ni ofrecer interpredciones completamente novedosas; en general, se ha evitado una erudici6n excesiva que ]o haria ilegible. Se incluye una cantidad considerable de referencias a obras contemponaneas que estudian W. Wieland, "Das Problem der Prinzipienforschung und die aristotelische Physik", Kant Studien, Band 52, Heft 2 (1960-61), p. 206.
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temas puntuales o generales de la Phys. y que pueden resultar de interes para aquel que quiera profundizar alguna cuesti6n particular. En el amilisis se ha divi
INTRODUCCION
1. El filosofo de la natur aleza Es una opinion generalmente admitida entre los estudiosos que mientras en la Academia se estimulaba preferentemen~.las investigaciones sobre teorfa politica, filosoffa moral, matematl~a~ y ciencias exactas en general, en el Liceo, en cambio, se enfat1~0 el interes por los estu
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ficiente. En lo que respecta a las sustancias que nacen y mueren, en cambio, contamos con muchos mejores medios de obtener datos precisos, pues "nosotros vivimos entre elias" (dia to syntrophon; 644b29). Arist6teles esta aquf enfatizando el valor de la experiencia sensible y, en general, de los datos de los sentidos como medio de acceso a un conocimiento seguro (cf. esto con Phys. I 1, donde "lo primero para nosotros" es la totalidad sensible; este sin duda es el punto de vista del analisis physikOs, porque desde el punto de vista del an1ilisis logikos lo primero es la totalidad conceptual, es decir el universal. Cf. An. Post. passim). Pero pese a que aqui parece estar otorgandose una importancia especial al ambito de las sustancias corruptibles, Aristoteles se preocupa por sefialar que ambos dominios -tanto el de las sustancias incorruptibles como el de las corruptibles- tienen su propio interes e importancia. En efecto, aun cuando nuestra comprension de los cuerpos celestes sea pequena, por ser tan valiosos y divinos su conocimiento nos proporciona un estado mucho rnas placentero que eJ de cualquier conocimiento que podamos tener en el ambito de nuestra experiencia (que, naturalmente, es el dominio de lo corruptible). Esta afirmacion es bastante plat6nica y recuerda el pasaje del Timeo 27dss (y 29b-c) en el que se enfatiza la interioridad en que se encuentra cualquier explicacion que tenga que ver con el mundo del devenir. Sin embargo, las sustancias corruptibles tienen la ventaja de que, al ser mas nipida y facilmente accesibles, podemos obtener mas y mejor informacion sobre ellas. A lo dicho sigue un largo discurso en el cual se intenta mostrar la importancia del estudio de todas las formas animales, aun cuando alguna de ellas no sea agradable a nuestros sentidos. En efecto, las obras de la naturaleza ofrecen un extraordinario interes para aquellos que pueden reconocer !las causas en las cosas y que, al mismo tiempo, tienen una inc1inaci6n natural ala filosoffa (645a710). Esto ultimo es bastante sugerente de la asociaci6n que hace Arist6teles entre el filosofo y el estudio de la naturaleza como un campo propicio para el desarrollo de las capacidades filos6ficas. Al parecer, se ve la naturaleza como un medio adecuado para despertar el interes por lo que, seglin Arist6teles, debe ser uno de los pilares principales de la actividad filos6:fica: la bUsqueda de las causas que fundamentan y explican de nn modo acabado cada fen6meno. De este modo, continua Arist6teles, hay que darse cnenta de que en todas las cosas naturales hay algo maravi11oso; allf se cuenta la
anecdota de Heniclito y ciertos extranjeros que habfan ido a visitarlo: cuando los extranjeros llegaron vieron a Henic1ito en la cocina intentando calentarse. Aparentemente, esta vision del fil6sofo produjo cierta perplejidad entre los visitantes, pero Heraclito les dijo: "No temais y pasad, pues los dioses habitan en este lugar" (645a16-21). Del mismo modo, concluye Aristoteles, debe llevarsea cabo la investigaci6n de cualquier especie animal, por mas desagradable que sea a los sentidos, pues en elias hay algo natural y, consecuenternente, hay tambien algo bello. A veces este pasaje del De part. an. ha sido tornado para mo~ trar que Arist6teles estaba poniendo a la biologfa en un rango ~as elevado como objeto de investigaci6n.2 Probablemente esto sea Clerto; pero en mi opini6n, la riqueza de este pasaje reside e_n o~ro punto: el texto ofrece con una notable clarida~ .cual hab~a s1do para Arist6teles la importancia clave de la phys~s como obJeto de estudio. En ella se habrfa advertido, quiza, un campo en el cual ~e hacfa facil dar cuenta de cuestiones tales como finalidad, camb10, causa, etc., items todos claves en los desarrollos te6ricos que enc~n tramos mas tarde en toda la Phys. y, en ciertos casus, con ~spec1al enfasis en los dos primeros libros de esta obra. En este sentido creo que los intereses e investigaciones bio16gicas de.Arist6teles le f~e ron de enorme utilidad para fundamentar su tes1s del papel ~uc1al de la causa final en la naturaleza e incluso en otras areas de mvestigaci6n (cf., por ejemplo, Pol. 1252al-5; 1252b; 1256b15-22).
2. Los libros l·II en la Physica de Aristoteles El segundo grupo de obras del Corpus aristoteli~um ~n la edici6n de Bekker esta constituido por los tratado~ ffs1cos, t.e .• ~que llos tratados cuyo objeto primordial de estudio es la physts, la naturaleza.3 En term,nos aristotelicos, 1a physis comprende todo G.E.R.Lloyd, Aristotle: The Growth and Structure of his. Thought, Cambridge 1968, p. 71. P. Louis, en su edici6n del texto. (Anstote. Les parties des Animaux,. Paris 1956), al comienzo ~el p~s,?Je que estamos comentando (644b22) pone el tftulo "interet de la b10logie ·
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· I B kk · d Academia Regia Aristotelis Opera. Ex recensione . · e en, e · . 1 Ill Borussica Berlin 1831 -1870. Vols. I-ll contienen el texto gnvefo; vo · t 8 traduccio~es latinas del renacimiento; vol. IV escolios Yvo1· ragmen e Index Aristotelicus por H. Bonitz. 3
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ente m6vil o sujeto a cambio (kinet6n), entes sensibles y materiales cuya caracteristica fundamental es el tener en sf mismos el principia del movimiento y del reposo. El objeto de estudio de la ciencia fisica es la naturaleza y todos los procesos que ella involucra: generacion y corrupcion, aumento y disminucion, alteracion y movimiento locativo.4 La Physike akr6asis en ocho libros, es la primera entre las obras fisicas y trata todo lo relativo a las sustancias naturales en general, es decir sus principios o caracterfsticas universales.5 Los comentadores antiguos echan alguna luz acerca del objeto de la obra. Simplicia y Filopon coinciden en sefialar que puede comprenderse con facilidad el fin u objeto (skop6s) del tratado si se tiene en cuenta la division aristotelica de la filosofia. Filop6n observa que en dicha diyjsion las partes de la filosofia son dos: la te6rica y la practica. La filosoffa teorica, continua diciendo Filop6n, se divide en "parte fisiol6gica" (to physiologikon), "parte teol6gica" (to theologik6n) y "parte matematica" (to mathematikOn). Seg11n este comentador, Arist6teles confiri6 especial importancia a la parte de la filosofia que se refiere ala naturaleza (! n Phys. 1, 5-11).6 En su introduccion al comentario de la Phys. Filop6n enumera una serie de tratados aristotelicos que indicarian cual es el objeto de investigacion prupio de la ciencia de la naturaleza; algunos de dichos tratados son De caelo, De gen. et corr., De part. an., De motu an. De este modo, comenta Filop6n, "toda la investigaci6n que se refiere ala naturaleza es de esta indole" (cf. In Phys. 1, 2126 Y 2, 12-13). Alllegar ala Phys. Filop6n afirma que esta obra trata lo concerniente a aquello que acompafla ala totalidad de los objetos fisicos. Las "cosas" que acompafian a la totalidad de los 4 cr. Phys. I 2, 185a2-13; II 1, 192b9.15; III 1, 200bl4. Wase tambien 11eteor. I 1, 338a20-b22; los problemas relativos a Ia generaci6n y corrupcJ6n Y a los elementos son tratados especialmente en De gen. et corr..
5 Cr.
E. Berti, AD, pp. 77-78; J. Owens, TNA, p.1 61; Phys. I 7-9 y Filop6n,
In Phys. 2,12-13. 6 De hecho, hay obras que presuponen Ia Phys. y hacen continuas rererencias a ella. A modo de ejemplo, cf. Metaph. I 3, 983a33-34 donde se hace una rererencia exp!fcita .a Phys. II 3; vease tambien Metaph: XII 1-5, locus en el que se estudian los principios del cambio (materia, forma y privaci6n). Estos capftulos de Metaph. XII constituyen una especie de resumen de Ph,ys. I.
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objetos ffsicos son materia, fonna, lugar, tiempo Y movimiento. En los primeros cuatro libros de la Phys. se ensefla lo relativo a materia, forma y lugar en tanto que en los libros r~st~ntes se trata lo relativo al movimiento. El problema del moVImJento es, en efecto, mucho mas complejo (poikilos) y ademas el movimiento involucra muchas dificultades (cf.Jn Phys. 2, 13-18). Simplicia, por su parte, seflala que lo propio del disc~rso del ffsico es considerar lo relativo a los principios de la totahdad de las cosas fisicas en cuanto fisicas, es decir los objetos corp6reos. En su interpretacion, tambien sera tarea del fisico investigar las cosas que se derivan de los principios. Pero estas cosas son, seg1ln Simplicio, de dos tipos: simples y compuestas; las simples se estudian en De caelo y, estrictamnente, no constituyen un tema ~e estudio de Phys., ya que en aquel tratado el objeto de estudio seran las naturalezas simples que nose generan ni se corrompen. Solo lo compuesto esta sometido a los procesos de generaci6n Y corrupci6n y este es, precisamente, el objeto del cua~ debeni ocuparse la ciencia fisica (cf. In Phys. 2, 8-27 y el pasaJe come.ntado supra de De part. an. en el que se distingufan las sus~nc1as no generadas e imperecederas de las generadas y corrupt1bles.) Los principios que se estudian en la Phys. son comunes a todas las cosas que a ellos se subsumen; dichos principios son los que, fundamentalmente , se llaman causas y concausas. Las causas . -arguye Simplicia- son lo productivo (es decir la causa motr1z de Phys. II 3) y lo final, en tanto que las concausas son la f~rma, la materia y, en general, los elementos (cf. In Phys. 3, 15-1 ~). , . Al comenzar a comentar la primera lfnea de la Phys. ansto~h ca Simplicia·resume su opinion acerca del objeto del tratado: "E.l proemio muestra directamente el objeto de la obra, la cual s~ refiere a los principios de las cosas ffsicas. Hay que intentar, en efecto, [ ... ]en primer lugar, determinar lo concerniente a los prin· cipios fisicos. Y al razonar de este modo,
m~str? ~on claridad la necesaria utilidad del tratado relatlVO a los pnnc1p10s. Las cosas ffsicas tienen principios; y el conocimiento cientffic? (epistasthai) de las cosas que tienen principios resulta del. co~ocl miento de dichos principios. Consecuentemente, el conocnmer:-to cientffico de 1as cosas ffsicas resulta del conocimiento de los prmLa distinci6n entre causa y concausa qu e Simplicio parece atribuir aqui a Arist6teles es de origen plat6nico. Cf. 'limeo 46c-d; 4 7e-48a.
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cipios de los objetos ffsicos. Por consiguiente, el conocimiento de los principios de las cosas fisicas es necesario para aquel que vaya a conocer Ia ciencia de la naturaleza (physiologiken epistemenen)" (In Phys. 8, 31-33 y 9, 1-5). Por lo visto hasta aqui, puede inferirse que Filopon y Simplicia coinciden en un punto: la Phys. trata aquello que "acompana" a todos los objetos ffsicos particulares, es decir sus principios. Por cierto que aquf Ia palabra "principio" se emplea en un sentido Jato, pues solo materia, forma (y tambien privaci6n) son considerados en Ph:ys . I como principios del cambio. Tiempo y lugar pueden tener tambien el valor de "principios" en un sentido amplio por cuanto son condiciones indispensables de todo ente en devenir. Recordemos, por ultimo, las palabras iniciales de De caelo, donde se pretende dejar en claro cual es el objeto de la ciencia fisica: "La ciencia de la naturaleza, casi en su mayor parte, tiene por objeto, evidentemente, los cuerpos y las magnitudes , sus afecciones y movimientos y ademas trata lo relativo a los principios que son propios de este tipo de sustancia. En efecto, de los objetos que estan constituidos por naturaleza unos son cuerpos y magnitudes, otros tienen cuerpos y magnitudes y otros, son los principios propios de estos ultimos" (268a1-6). En cuanto ala esiTuctura misma de la Phys., se suscitan algunas diflcultades; esto se advierte particularmente en los libros I y VII de este tratado. Aquf solo nos ocuparemos de examinar algunas cuestiones vinculadas con los libros I y 11.8 'fradicionalmente, se ha sostenido que ellibro I constituirfa un tratado independiente del resto de la obra, cuyo fin principal seria dilucidar la noci6n de arche, especialmente aplicada al ambito de la ffsica. Segun esta interpretacion, el proposito de Aristoteles habria sido mostrar cuales son las condiciones de cientificidad que se requieren para poder habl ar de ]a ffsica como de una ciencia.9 La cuesti6n fundamental que se estudia en Phys. I sera entonces el problema d~ los principios; sin embargo, desde la antigiiedad las opiniones de los comentadores fueron disfmiles. B Cf.
W.D. Ross, AR.PH., pp. llss. donde se discuten los problemas relativos allibro VII. Cf. A. Mansion, IPA,pp. 54ss.; W.
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Asi Simplicia (en su comentario a De caelo, 226, 19-23~ da el no~bre pert archOn (Sobre los principios) a los cuatr~ P:Xmeros libros de la Phys. y llama pert kineseos (Sobre el momm~ento) a los cuatro restantes. En su comentario a la Phys., empero, siguiendo a Adrasto, sostiene que el titulo pert archOn corresponde a los ]ibros I-IV en tanto que los libros siguientes (~1-~I~I) son agrupados bajo Ia denominaci6n peri ~i~~seos ~cf. St~ph.c;o, In Phys. 4,11-15 y 6, 4-10). En nuestra optmon, la t~vesttgact.on propuesta en Phys. I intenta probar que el devemr es postble, es decir que el cambio es inteligible y que, contra lo qu~ c~efa el 1eatismo, es posible dar cuenta de el. Que h~y movtmtento o, .en general, cambio es para Arist6teles algo evtdente que no prectsa de ninguna prueba (cf. Phys. 185a12-14). Sabemos .que hay cambio y movimiento; el problema, sin embargo, es exphcarlo. Por otro !ado, debe senalarse que en la Phys. el. uso de las expresiones ta peri. physeos y t~ physika es_bastan~e t:regular, 1~ . cual muestra que die has expreswnes no teman un sJgntficado pre ciso.lO Asi, hay referencias en Phys. VIII (cf. 25.1a9; 253b8) donde se emplea Ia expresion ta physika para indtca~ _tra:ados ~u~ incluirian Phys. I y II pero no Phys. VIII. La locucwn ta phys~ka se utiliza en un grupo de obras en el que se incluye De caelo, De gen. et corr., Meteor. y tambien Ph~s. • . . . Por los testimonios antiguos (Filopon, Stmphcto), sabemos ~ue Phys. tendria dos partes principales: (i) los libros carac~nza dos con la denominaci6n ta physikci o ta peri physe~~ Y ~n) los libros V,VI y VIII llamados ta peri kineseos .~ero tambten ta.physika en un sentido mas am plio de la expreswn.l 1 En los catal~gos antiguos Phys. I constituye un tratado independiente; e,n la h_sta de Di6genes Laercio econtramos un tratado _Hamado per~ ar~he~ Y en 1a Jista de Hesiquio una obra cuyo titulo es pert archon. Podemos pensar que dichos tratados se refieren a lo que nosotr~s tenemos como libro I de la Phys. (cf. D.L.41 Y Hesiquio 21). Sm embargo como hace notar Ross, si bien podemos tratar a Phys. I como el ~studio peri. archOn por excelencia, debe recon~~rse que . · . mas • amp1·ta, ya que la umca refe-) esta frase tuvo una ap1tcacwn rencia que aparece en un tratado aristotelico (en De caelo 274a21 se refiere a Phys. III.
1-y,
10 Esto ha sido claramente mostrado por Ross, AR.PH., pp.2ss.
n Cf. Ross, A.R.PH., p. 4.
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Por otra parte, el peri physeos a' Wy (D.L. 90) era una obra de filosofYa natural que constituye, probablemente, una parte de nue_stra phy~ike ~~r6asis. Andr6nico, por su lado, supone que los ~tlguos penpatettcos llamaban peri physeos a los cinco primeros hbros de la Phys. y_peri kineseos a los siguientes (cf. Simplicio, In ~hys. 923,7-9). Arist6teles, en cambio, suele citar los primeros l~bros de la Phys. con el nombre physike o ta peri physeos y los hbros restantes como ta peri kineseos.l2 En cuanto al libro II, su comienzo parece ser el de una obra separada porque en el no hay ninguna referenda a los resultados obtenidos en la investigaci6n realizada en el libro anterior sino que se cmnienza hablando de que se entiende por physis (cf. Ross AR.~H: p. 5).1 3 Creemos, por nuestra parte, que este segundo libr~ e~~ vmculado con el primero desde un punto de vista tematico y, st bten ~hys. I puede haber sido un tratado independiente, estable~e, sm embargo, las condiciones mfnimas seg\ln las cuales es pos~ble hablar de la fisica como de una episteme. En Phys. II se aphcan Y desarrollan dichas condiciones o principios (materia f~"?a Y privaci6n) en el estudio del devenir y, a partir del estable: c1m1ento de dichos principios, Arist6teles puede comenzar a formular su propia teorfa de la naturaleza. La explicaci6n finalista de 1~ naturalez~ se ve con mas claridad a partir del tratamiento preVIo de matena y forma, y al establecerse que esta es el fin 0 meta de aquella ya se adelanta el tratamiento que en forma mas detallada se hara en los capitulos subsiguientes de la cuesti6n de la finalidad. 12
Cf. P. Moreaux, Les listes anciennes des ouvrages d' Aristote Louvain 1951, ~P· 104~s; C. Lord, "On the Early History of the Aristotelian Corpus , Amencan Journal of Philology, 107 (1986) 2, pp. 146ss.
E n 1a secc16n . 192b8 (el comienzo . del libro II), se discute la inclusi6n 0 no de la partf~la gar; ~lgunos, como Diels o Couloubaritsis, afirman que hay una con~XI6:U efe~:tJva entre Phys. I-II y fundan su tesis en la lectura de gar, termmo mclmdo en el c6dice E. Seglin los autores mencionados la lectura de gar p~barfa la conexi6n original entre ambos libros. Ross (.AR. PH. p. 499) ya objetaba la decisi6n de Diels de seguir la lectura del c6dice E Y argumentaba que la inclusi6n en el texto de ]a partfcula en cuesti6n es un esf~er~o tardio por establecer una relaci6n entre los dos libros. ~ouloub~r1ts1s no pa~ece tener en cuenta esta objeci6ri (que a nuestro juic~o e.s atmada) Y sost1ene que el gar es un claro indicio en favor de la contmm~ad de la problema~ica tratada en Phys. I al comienzo de Phys. II 1 (cf. L avenement de la sczence physique, Grece 1980, p. 213, nota 1).
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Por otra parte, hay que destacar que las obras conservadas de Arist6teles tienen practicamente todas (aunque mas no sea e_n una secci6n) la caracterfstica de haber sido conformadas a partir de tratados independientes que luego han sido reunidos por alglin editor que sabia donde hacer los cortes y las uniones, formando asf una totalidad organica y con sentido. Un ejemplo daro de lo dicho es la version del tratado de la causa incluido en Metaph. V 2 y su paralelo de Phys. II 3, que aparentemente serfa la "version original". En Metaph. V 2 faltan las primeras ocho linens Y ~as nueve lineas finales de la version de Phys. II 3. El que extracto el texto de Phys. II 3 para componer la version de Metaph. sin duda sabia que, aunque importantes, las lineas mencionadas d~ ~hys. no constituian partes esenciales de la explicaci6n aristoteh~a de la causa. Esto muestra que el probable tratado independiente acerca de los principios, nuestro libro I de la Phys., noes com~le tamente ajeno al tema investigado mas tarde en el libro I~ ~mo que sirve como una introducci6n necesaria incluso metodologtcamente.
3. Algunos aspectos generales de Ia filosofia natural aristotelica y Ia doctrina de los principios El primer libro de la Phys. nos adelanta desde el comi.enzo emil es su objeto de investigaci6n: la naturaleza o, mas precJsamente, la detenninaci6n de los principios concernientes a la naturaleza.l4 Pese a esto, el primer tratado de la Phys. no se aboca a dar una definici6n o caracterizaci6n general de naturaleza; esto5 es algo que se 11eva a cabo recien en el capitulo 1 delli~ro. 1~.1 La investigaci6n estara dedicada al problema de los pnnctp10S~ ~a que si podemos detenninar los principios propios de 1.a ~hysls sera po¢ble establecer la existencia de una physike eplstem~. El problema de los principios se comienza a tratar con un hab1tual
14 Phys.
I 1, 184a14-16.
Phys. ill, 192b20-23 y Ross, AR.PH. pp.19-20. Sobre la~ ~ificulta des que ofrece la traducci6n de la definici6n aristotelica de physzs cf. A.F. Beavers, "Motion, Mobility and Method in Aristotl~'s Physics. C~~~ef~~ on Physics 2.1192b20-24", The Review of Metaphyszcs, vol. XLII •~- ' (1988), pp. 357-374.
15 Cf,.
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recurso dialectico que consiste en exponer e intentar refutar las doctrinas de los fi16sofos anteriores (para una explicaci6n mas detallada de este procedimiento metodol6gico cf. Top. I 14, 105b 12ss.). La discusi6n que se mantiene con el eleatismo y, en especial, con Parmenides es particularmente importarite ya que, tal como se interpreta en Phys. I 2-3la tesis del eleatismo, si nos atenemos a dicha tesis, el cambio sera imposible o, al menos, inexplicable; consecuencia de esto sera tambien que tampoco habra ciencia de la naturaleza. En efecto, si el movimiento no es posible tampoco lo es la ciencia ffsica, porque la physis es, por definicion, movimiento)6 La filosofia de la naturaleza de Arist6teles se propone explicar el devenir; pero para dar cuenta de dicho devenir es necesario examinar los principios que lo fundamentan. En este momento Arist6teles comienza su clasica exposici6n y refutacion de los pensadores anteriores. La discusi6n se ordena del siguiente modo: 1) monistas (no fisicos o metaffsicos), representados por Meliso y Parmenides y 2) ffsicos, los que, a su vez, pueden ser (i) monistas (Anaximenes, Anaximandro), o (ii) pluralistas (Anaxagoras, Empedocles).
3.1 Discusi6n y refutaci6n del monismo eleata En el examen de las doctrinas de los pensadores anteriores se pone especial enfasis en la critica a los eleatas, ya que sus afirmaciones niegan, por un lado, la e'x:istencia de la multiplicidad y, por otro lado, al sostener la absoluta inmovilidad del ser, rechru:an ]a ex:istencia del cambio. A1 negar la multiplicidad se niega tambien la distinci6n entre las cosas y sus principios y, consecuentemente, se niega la ex:istencia de los principios propios de la ciencia fisica y, por tanto, la fisica no sera una episteme.l7 Sin embargo, investigar si lo que es (to on) es uno e inm6vil (es decir, no sujeto a cambio) no constituye en modo alguno una investigaci6n relativa ala naturaleza.lS Si bien Arist6teles no menciona explicitamente 16
Cf. loslugares indicados en nota 4 y S. Waterlow, NCA,pp.2-5.
17
Cf. Phys. I 2, 184b25-185a1-5.
18. Cf. nota anterio~; vease tambien Meliso B 6 y 7 (DK) y Parmenides B 8, vs. 6 y 37-41 (DK), donde se afuma la inmovilidad de to e6n . Arist6teles
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que los eleatas nieguen la multiplicidad (i.e. la pluralidad de entidades ffsicas), de los argumentos expuestos en Phy.s. I 2-3 puede inferirse que, seglin su interpretacion, sostener tests como las ~e Meliso 0 Parmenides supone, inevitablemente, ~e_gar ~1 camb10 del mundo ffsico ya que dicho cambio se torna mexphc~ble. El argumento fundamental que se esgrime contra el eleatis~o .en general y contra Parmenides en p~rticular se b~s~ en la dtstm., de la multiplicidad de sigmficados de to on. En Phys. ciOn ·d 1 " " de 186a22ss. se arguye que Parmenides ha cometi o e error entender lo que es solo (monon) en sen.tido absoluto, aunque en realidad ser tiene multiplicidad de sigmficados. De esta manera, Aristoteles piensa que con su doctrina de los pollachOs l~g6mena osible hacer inteligile el cambio y resolver las aponas a qu~ es P 'd E te tido es posiconducen las afirmaciones parmem ea~. 'n es . sen , . la ble llevar a cabo la refutacion del eleatlsmo temendo ala ~sta d t ria de los multiples significados de ser asi como la doctr:na e 1:~ categorias; dicha doctrina permite a Aristoteles decn, po: ejemplo, que si se admite que solamente hay cosas blancas y qu blanco tiene un unico significado, de todas maneras las cosa~ blancas no seran una unidad sino una pluralidad~ ya que "blanc? solo es una propiedad o determinacion de la entldad o sustancla , ) que como tal no se da separada de dicha entidad. Lo qu.e (ousw , · a cuah cree mostrar Arist6teles es que si hay una susta~cla y u~ Ei dad (en este caso "blanco") lo que es ya no sera una umdad. 1 otro argumento que se dirige contra el eleatismo se funda en a afirmacion de que sus premisas son metaflsicamente falsas ~ su: conclusiones son l6gicamente invalidas. De este modo, se atnbuy a Meliso y a Parmenides las falacias material y formal (cf. Phys. 186a22-27 y nuestro comentario ad lac.) . 1 Es probable que al hacer su cri~ca a Parmenides Arist6te a:~ tenido en mente algunos pasaJeS de B 8 (DK). En favor haya · d d' · ' no parece Si eleata habria que hacer notar que cuan o 1C~ to eon . r pensando en un t6de ti, en un esto o entJdad partJcu'llar. esta , . d di. ue ' o que as! fuera, sen a incomprensible que Parmem es . Je:a. q. ( 22 )· es" no puede generarse (v. 19; vs.27-28) o que es mdlVlstb~e ;· ~ 1 y, como se sabe, el ser divisible es una propiedad que Anstote e · Td d ffsica· pero en ha interpret ado est a inmovilidad co~o mn:J~lll o~tol6gica' no fisica. Parmenides de lo que se trata es de una mmovtl a Ch ' iss ACP Sobre la interpretaci6n de Arist6teles de los eleatas cf. H. ern , ' pp. 62-73.
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mismo cree inehrente a todo aquello que es corp6reo y que como tal, comporta magnitud (megethos) (cf. Phys. VII 1, 242a39-4o0). 3.2 Discusion y refutacion de los fisicos
La critica aristotelica a los ffsicos esta referida principalmente al pr~blema del ~umero de los principios que ellos postulan. Las doctnnas sostemdas por estos fil6sofos, sin embargo piensa Arist6teles, parecen estar formuladas con mayor fundamento pues admiten Ia posibilidad del cambio. Este monismo relativo d~ los fisicos propon~ la existencia de un cuerpo unico subyacente; no obstante, adm1te que la multiplicidad y el cainbio existen y que son perfectamente explicables. _s_eglin ~st6teles (cf. Phys. I 4, in principia), hay dos tipos de fis1cos: (t) los q~e derivan Ia multiplicidad de un cuerpo unico s~byacente med1ant~ un proceso de cond(msaci6n y rarefacci6n; (u) los que, en _cambw, suponen la existencia de cuerpos diferentes (los contranos), que estan contenidos en la unidad y se extraen de ella por separaci6n (Anaximandro, Empedocles y Anaxagoras). En el examen de los fisicos se pone especial atenci6n a ]a doctr~na_ d~ Ana.Xa.gora~ y se la descalifica por considerarse que silos pnJ;c.IplOs ~on mfimtos, tanto en numero como en especie, resultara Imposible conocer lo que de ellos se deriva (cf. Phys. 187bl013!. Aun cuando e~ ~1. texto nos~ emplea Ia palabra principio, es eVJdente que Ia ohJecwn que se d1rige contra Anaxagoras esta vin~ula~a c~n el hecho de que este fil6sofo propane apeira ("cosas I~~mtas. ), las cuales son interpretadas por Arist6teles como prinClpJOs. Sm embargo, los principios deben ser limitados pues de otro modo_terminan _ror no explicar nada. Ese es el motivo por el cualla tes1s de Empedocles es preferible (cf. Phys. 188a17-18),19
D~b.e seiialar:'e que, como indicara Chemiss (ACP y ACPL, passim), el anallSls que Anst6teles acostumbra hacer de los pensadores anteriores resulta much.as veces parcial y dirigido a constmir su propio sistema filos6fico. Ch~m1ss acusa a Arist6teles de ser a-hist6rico con el examen de los p~esoc:ntiCo~. P~ro, como W.K.C. Guthrie ha hecho notar ("Aristotle as an Htst~nan of Philosophy: t-lome Preliminaries", 'l'he Journal oj' Hellenic Stud1:s, vol. LXXVII [part 1], especialmente pp.36ss.),"si la interpretaci6n de Anst?teles de los presor.raticos es completamente a-hist6rica, casi no 19
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3.3.El sa/do positivo de la discusion con los filosofos anteriores
El resultado positivo que Arist6teles extrae de la discusi6n con la tradici6n filos6fica anterior es que todos los representantes de dicha tradici6n han reconocido a los contrarios como principios, y esta es una tesis que,desde la perspectiva aristotelica, tiene buenos fundamentos (cf. Phys. I 5, 188al9-27 y Metaph. IV 2, 1004h 31ss.). Los contrarios cumplen con dos condiciones imprescindibles a todo principio: (i) nose derivan el uno del otro por ser contrarios y (ii) por ser primeros nose derivan de otras cosas (Phys. 188a26). En el plan teo aristotelico la genesis se concibe como un pasaje de un opuesto a otro (cf. De caelo 270a12-17); pero los contrarios no son opuestos de cualquier indole. Un contrario, entonces, no puede ser simplemente la negaci6n del otro sino que los contranos deben pertenecer a un mismo genero y, entre ellos, hay una relaci6n de privaci6n. La privaci6n, a su vez, es ausencia o carencia de forma, no negaci6n absoluta de ella. Ahora bien, no son los vale la pena continuar estudiandolos. A traves de Teofrasto ejerci6 su inlluencia en toda la tradicil\n doxografica y, como Cherniss observa, no s6lo ni siquiera poseemos la obra completa de ninglin pensador presocratico sino que los fragmentos tal como los tenemos son una selecci6n deterrninada por las interpretaciones y formulaciones de la filosoffa presocratica en los fil6sofos post-socraticos para sus propios prop6sitos filos6ficos, principalmente por Arist6teles". Hay buenas razones para dudar de la "historicidad" de los asertos de Arist6teles sobre los fil6sofos anteriorcs (y esto en buena medida se debe al hecho de que, como dice Cherniss, entre los antiguos no habfa lo que modernamente llamamos "historia de las ideas"). Pero,por otra parte, debe tenerse en cuenta que Arist6teles fue un fll6sofo, no un historiad.or de Ia filosoffa, lo cual hace que continuamente se vea obligado a "interpretar" y adaptar en beneficia de su propia doctrina las afmnaciones de los (il6sofos que lo precedieron. De esta manera da lugar a explicaciones que, much as veces, no corresponden estrictamente a las doctrinas examinadas. El procedimiento que sigue Arist6teles lo encontramos repetido en muchos otros grandes fil6sofos; a modo de ejemplo, puede citarse el caso de Hegel, quien al referirse a los eleatas les atribuye el haber hecho manifiesto por vez primera Ia Esencia Absoluta, esto es el concepto puro carente de toda representaci6n e intuici6n (cf. Lecciones sobre la historia de la filosofia, trad, esp. Mexico 1977 [reimpr.],vol. I pp.219-220). 0 tambien podrfa mencionarse el caso de M. Heidegger, quien "traduce" el fr. 3 (DK) de Parmenides del siguiente modo: "El ser (elnai) es lo que se muestra en el puro aprehender intuitivo (noetn) y s6lo este ver descubre el ser" (cf. ElSer y el1iempo, trad. esp. J. Gaos, Mexico 1980, p.l90). 23
1 contrarios los que cambian el no es la rareza de eVIene dw. Aque1lo que cambia lo or que otro es una tercera cosa ala cual 'los un a sus predicados o atributos: esa ter,.era cosa e sere eren como keimenon) (cf. Phys. I 6 189a20-26) 20 p ~ el ~ubstrato (hyposeria un error suponer existenci; or o dicho has.ta .a~ui, pues los dos contraries requieren U . de mas de tres pnnclplOS, est.e solo necesita de dos contraries. mcamente de un substrata y
~ri~t6tel es,_
qu:~~;~n:l doet~:;d:nd ~; ~j=los ~:~t::~:sde ~ontrario
0
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3.4 Los principios del cambio: materia, forma y privaci6n
En Phys. I 7 comienza la p te . ar cons~uctiva del tratado y es aqui donde Aristotele f, . s ormu1a su propia doctri d 1 . pws; ahora expondra su explicacion en un e _os pnnciAri t'tel . sen I omasam r
t~da
ve:l: ap:"J:~::•~~~ ::~~·!~;:~·~~er~ ineapac~s de ,;,;,~:
ba en ]a suposicion de que 1 emr, tal apona se basade lo que es o bien a partir~ q~e se genera lo hace o bien a partir blema crucial reside en el e ~ q~e no es. En su opinion, el proambigu" edades que I·nv l mlo o e entender las dificultades y o ucra a expres· · " · d " wn a partJr e . La unica solucion posible cree An'sto't 1 . ' e es una vez mas p;epio examen del devenir (Phys. 19la23-24) '~e en~uentra e~ su 'e cua mostrara los diversos sentidos en que deb t d . e en en erse el "desde" " . d "E e. .n reahdad, como indicara W.Wieland (cf API o tamb1en S. Waterlow NCA, 12) " . , · • P· , Vt:ase para los diferentes ~edos e~·los ·q::t~fles yudxtapone y com(subrayado mio)'. Uno uede . . . a ~m~s. e llegar a ser" culto; (ii) lo no culto lle~a a se;:~~~(~ t~) mdi_Vldid.u? llega a ser llega a ser culto. El exam m _un m Vlduo no culto dio detallado remitimos ae~ ~e:ta: ex~eswnes (para cuyo estucomentarie ad Zoe.) conduce ·a l:s er ?w,_ .CA, p.15~24 Y a nuestro vaci6n en funci6n del p~nCJpws matena, forma y prianaliz~das Todo lo qu os cuales .diChas expresiones pueden ser . . e se genera se hac t d b Siempre algo que subsista y lo ' b . e no ar, e e suponer en cuanto al numero e . que su ~Iste (el substrata), aunque s uno, en su ezdos no es una unidad. El
l:a:a~tir
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'
20 f. E. Berti AD pp ?94 95 F Physical World, Ith;ca 19. 6-0 . 7; 5 . Solmsen, Aristotle's System of the ' . 'pp. ss.
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substrata es, en un senti do numerico,una unidad porque una materia determinada o numerable (el bronce, por ejemplo) constituye una unidad; pero en cuanto a su especie (eidei) posee, por una parte, una determinacion ~csitiva, es decir la forma determi· nada de bronce. Pero, por otra parte, posee tambien una determi· nacion negativa: la privacion, la cual es la determinacion contra· ria que tendra dicbo substrate al termino del proceso de genera· cion. Forma y privacion son, pues, elementos constitutivos de una y la misma cosa, los dos terminos de la contrariedad. Es en este punto donde Arist6teles hace suya la tesis de que los contraries son prindpios (cf. Phys. I 7, 190b23-19la). La forma es aque11o a lo que la privacion aspira y lo que se produce como resultado del cambio; de la determinacion "desorden" se llega, como producto delcambio, a }a determinacion contraria, i.e. "orden". Los principios son, en un sentido, dos (los dos terminos de la contrariedad) pero en etre sentido son tres, ya que ademas de la contrariedad debe existir tam bien un substrate en el cual se den los dos terminos de la contrariedad. Con la introduccion del concepto de privaci6n (steresis) Aristoteles cree haber resuelto la aporfa de los antiguos sobre el "11egar a ser" (gignesthai), a] mostrar la distinci6n existente entre generacion de algo por sf y generacion de algo en sentido relativo. De esta manera, habra un sentido en el cual es factible pensar que algo se genere a partir de lo que no es; esto, sin embargo, debe entenderse no en el sentido de que se genere de lo que no es absolutamente sino de lo que no es en senti do relative, es decir en tanto no es algo, En el caso de lo que se genera a partir de lo que no es, ese "no ser" (me on) es la determinacion contraria que el objeto alcanzara al termino de la generaci6n. Pero es necesario que ademas haya siempre un substrata; nada se genera de lo que no es en terminos absolutes pero, en cierto sentido, si hay generacion a partir de lo que no es, ya que de la privacion se genera algo que no preexistfa en ella y la steresis es una forma de no ser (cf. Phys. I 8, 19lbl4-27). Finalmente, en Phys. 1 9 se hacen algunas precisiones relativas a los principios distinguidos (materia, forma y privaci6n). La materia, dice Arlsrote]es, en un sentido se corrompe pero no en otro pues considerada como lo que en si tiene la privacion se corrompe; sin embargo, desde el punto de vista de 1a potencia no se genera ni se corrompe porque si la materia se generase serfa
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necesaria la e2dstencia de un substrato. Pero el ser substrato es ya algo que por derecho propio le pertenece ala materia, de modo que la materia existiria aun antes de generarse, lo cual (cree Arist6teles) es manifiestamente absurdo.21 Despues de haber refutado las doctrinas del eleatismo (Phys. I 2-3) y las de los antiguos ffsicos (Phys . I 4-5), y tras haber precisado los principios inherentes a todo cambia, Arist6teles cree haber dejado sentadas las bases para hablar de la posibilidad de una ciencia de la naturaleza. El resultado de la investigaci6n 11evada acabo en Phys. I es que el ente en devenir es un objeto posible de ciencia.22
4. La fisica aristotelica y Ia concepcion teleologica de Ia nat uraleza
Ahora bien, lc6mo debe entenderse la physike episteme de la que habla Arist6teles? Desde luego que no en los terminos en los que nos referimos a la ciencia fisica moderna y contemporanea. Para los antiguos la fisica experimental (tal como se la entiende desde Galileo) es completamente desconocida. Desde el punto de vista de la moderna ciencia fisica puede resultar absurda, por ejemplo, la teorfa aristotelica de los lugares naturales, pero, desde el punto de vista aristot-elico, este es solo un modo de dar cuenta de los hechos observables de la experiencia y de establecer su "legalidad".23 Como vimos, el problema central de la ffsica como ciencia es para Arist6teles el movimiento y el cambio. En la region que esta por debajo de la esfera de la luna, en el mundo sublunar, el movimiento no es eterno como sf lo es en la region celeste. El cambio del mundo sublun:ar se explica, primariamente, porque el curso del sol en la ecliptica es oblicuo al eje de la tierra; esto es, precisamente, lo que permite explicar el cambio de las estaciones y, en general, los "movimientos" de generaci6n y destrucci6n que los per!odos de calor o frio extremos determinan Este problema es tratado con mas detalle en Metaph.VIT 8 donde se lo hace extensivo a Ia forma y se emplean los mismos argumentos, los cuales muestran que forma y materia no son cosas o fen6menos de nuestra experiencia sino conceptos que surgen del analisis de un compuesto. 22 Cf. L. Couloubaritsis, op. cit., pp. 213ss .. 23 Sabre el valor de Ia experiencia en Arist6teles, cf. Phys. I 2, l85a12-13; IV 3, 210b8; V 1, 224b30; V 5, 229b3; VII 3, 254a35-254b. Vease tambien De gen. et carr . ::ll6 a5ss y De caelo I 3, 270bl -6.
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. termedias (cf. Phys. 194b13ss.y Metaph. asi como las etapas m 1 difi ltades mas grandes las encon1071al4ss.). Sabemos qu~ ~s 1~: de la relaci6n entre la region tr6 Arist6teles al querer ai cue~ 1 ente en lo que se refiere al la sublunar, especJa m d supra1unar Y . . , de movimiento e una modo en el que se producebla trans~l~~;bursky (PW, p. 55),"1a la otra Como o servara . 1d 1 ., region a .. . 11e 6 a ser una parte integra e a division entre cJelo Y tierra . g , lo que posibilit6 el nacimienti' a y del cosmos gnego Y . . d ,. f ISica an gu · . 1 XVII fue el descubnm1ento e 1 to de la ciencia moderna ~n. e ~lg o tre eran adecuadas tambien ue las leyes de la mecamca erres . ~ara explicar los movimientos de los planetas. 4.1 . Teor[a de los elementos y cambio natural . d . , sublunar Aristoteles postuPara explicar el cambiO e 1a region n bacia su "lugar 1 tos terrestres se mueve la que los cuatro e e~en b . rriba: tierra y agua bacia propio" (o na~ural): aire y ~ueg? a;l~ ~ejani~ del centro en tanto abajo. El amba se dete~m~ra p~ro Pero como Arist6teles piensa que el abajo por la cercan a atacen . uestos de los cuatro elemenque los cuerpos terrestresdes n c~m~llos en diferentes proporciota do presentes ca tt uno e tos (es n 1 , l desplazamiento d e1 cuerpo nes), su movimiento natura sera e ue se encuentra en dicbo bacia el "lugar propio" del elemento q II 8 334b 30ss.). El , rci6n (cf De gen. et corr. cuerpo en mayor propo l . '1 trativo respecto de la cues. . ·e de De cae o es muy 1 us , slgulente pasaJ . d los movimientos que estos ti6n de los elem~ntos ~:~~~t~~~ ~ub~unar: "En efecto, sostenemos confieren a los obJetos a nitudes naturales se mueven por sf que todos los cuerpos y m g fi que la naturaleza es para mismos se~~ ~llugar, pu~s i:n:a;:~~ todo movimiento locativo 'es 0 rectilineo 0 circular o bien ellos el prme1p1o de; mot~-al cual llamamos tras aci~n ~~ de movimi~nto> por cuanto una combinaci6n d~ es~os. ~ ~:z~~o~e esto radica en ~ue solamens6lo estos dos s_on sJmp es, . . 1 . la recta y la circular. te estas magmtudes so~ sim~ e~ . to alrededor del centro, rectiliAhora bien, circular es e m?Vl.mletn hacia arriba y bacia abajo.Y mbio es el neo,. en ca .' · . 'b , 1 que del centro, Y ll amo <'movimJen~> hac:~ am a : e dirige> b acia el centro. Asi <'movimiento> hacla ab~~o ~1 que s e ale' arse del centro, dirigirJ " (I 2 268bl4-24). ' resulta que toda traslaciOn slmple deb . t:~l , y producirse alrededor del centro , ' se b ac1a
,
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El reino terrestre consta de cuatro esferas concentricas que se encuentran bajo la esfera de Ia luna, que es, a su vez, Ia primera esfera celeste. En Ia region sublunar todo tiene un comienzo y un fin; all! se proclucen continuos cambios y alteraciones que obedecen a las diferentes combinaciones de los cuatro elementos. Cada uno de estos elementos posee un Iugar propio o natural yen estrecha conexi6n con ellugar natural de cada elemento se detenninan las categorfas de "pesado", ''ligera" y las direcciones de "arriba" o "abajo". Lo mas pesado es Ia tierra y, en el modelo esferico que maneja Arist6teles, el abajo significara el centro; el agua tam bien es pesada (aunque menos que Ia tierra) y, por tanto, su Iugar pro. pio tambien es el centro. Fuego y aire, en cambia, tienen ·su lugar propio o natural en '1o alto", de modo que ''lo ligero" esta estrechamente ligado a Ia tendencia natural de estos elementos a ascender; un objeto ''ligero" es, entonces, aquel en cuya camposici6n hay mayor proporci6n de fuego (el eleinento mas liviano) o de aire, en tanto que una cosa pesada se define como aquella en Ia que hay menor proporci6n de aire y fuego y mayor de tierra y agua. Como Arist6teles piensa que los cuerpos naturales estan compuestos de los cuatro elementos, su movimiento natural sera el "movimiento propio" del elemento predominante, es decir aquel que en mayor proporci6n esta presente en el objeto (para otros detalles puntuales de Ia justificaci6n aristotelica de Ia doctrina de los '1ugares naturales" cf. Phys. 212b29-213a10; De caelo 30la20-302a9). El movimiento terrestte, es decir e] movimiento propio de nuestro mundo fenomenico, es concebido como el pasaje de un t.ermino a otro, es un "desde algo hac{a alga" (Phys. 224b); dicho pasaje, sin embargo, noes infinito. El movimiento en este sentido tiene un termino a quo y un tennino ad quem (cf. Phys. 242a6566). Como ya se ha vista, para Arist6teles movimiento (kinesis) es muchas veces sin6nimo de cambia (metabole). El cambia, en efecto, se caracteriza tambien como un pasaje de un tennino a otro (Phys. 225a) y todo cambia puede producirse de cuatro maneras: (i) o de un substrata a un substrata, (ii) o de un substrata a un no-substrata, (iii) o de no-substrata a substrata o (iv) de un no substrata a un no substrato.La primera forma de cambia (i)indica el pasaje de un termino positivo a otro termino positivo; aquf "substrata" de.be designar no una substancia sino cualquier cosa, sea una substancia o un atributo, que sea denotado por un termino positivo; por ejemplo, el pasaje de negro a blanco o de semilla a
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hombre (cf. Ross, AR.PH. p. 616; Cornford, !P~, val. II?· 14-15). El segundo tipo de cambia (ii) es lo que Aristoteles e~tJende por . - ( hthora) la que a su vez puede ser entendJda en sencorrupcwn P ' . 'd d) b' tido absoluto (Ia destruccion de una substa~Cla o enti a o Jen en sentido relativo (el cambia de una cuahdad. por otra en un~ substanci<> es decir Ia destruccion de una cuahdad en una e~~l· d'Ica Ia generacwn m m .dad). La ..,tercera especie de cam b'Io ('") (genesis), la que tambien puede ser absoluta (g~ner~~wn de. un~ substancia) 0 relativa (generaci6n de una detenn1~ac10n cuahtat~l va particular en una substancia, como el ta~ano, el color o Iugar). El cuarto tipo de cambio (iv ), por ultimo, n~ es tal, a~n cuando se lo habfa incluido hipoteticamente en Ia pnmera c~asifi.- Asi']o dice expresamente Arist6teles: "En consecuencJa, de cacwn. . b' de lo mencionado resulta la necesidad de que los cam lOS sean tres -el de substrato a substrata, el de substrat\~ n;~ substrata y el de no-substrata a substrata-, pues ~l cam ~ 0 no-substrata a no-substrata no es cam~i_o
:e
1 During, A., p. 342] A. Mansion, IPA, pp. 38ss. 't~· Saemnbteurcso~~ · · - nunca lo~ ~ormu» · 1ar sus 1'deas materna 1cam 46: "Arist6teles leyes cuantitativas del movnruento .
24Cf
25
F. Solmsen, op. cit. p. 92.
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mental del estudioso de la naturaleza no sera investigar lo que hay de particular en cada ente fisico sino lo que de general hay en el, es decir sus principios.26 La naturaleza, a su vez, es definida como principia de movimiento (Phys. 192b20-23) y al dar esta definicion se esta poniendo ala physis, probablemente, enellugar que ocupaba el alma para Platen. Pero es tarea de Arist6teles mostrar de que modo Ia naturaleza, aun cuando esta privada de alma, puede tener un impulso innato al movimiento.27 Desde su punto de vista, Ia naturaleza y las entidades ffsicas o naturales tienen en sf mismas la tendencia o impulso (horme) a moverse por sf. Ellar>, por tanto, no precisan de un alma.2B La naturaleza de un objeto ffsico esta constituida por su materia y por su fonna, y la pregunta que hay que formular es cual de estas dos cosas (materia y forma) merece llamarse naturaleza en sentido estricto. Arist6teles se inclina en favor de la forma (eidos-morphe), pues ella es un principia explicativo que comporta una anterioridad onto16gica respecto de la materia ya que mientras e~ta es s6lo potencia aquella es acto. La forma, entonces, es naturaleza en mayor medida (ma-llon) que la materia.29 Un antecedente probable de la noci6n aristotelica de naturaleza es el concepto plat6nico de alma del mundo (cf. Timeo 34b ss.). El punto de partida de Arist6teles al definir la naturaleza como pl1ncipio y causa de movimiento debe de haber sido novedoso y, probablemente, crey6 que de este modo, al suprimir el alma en 1a consideraci6n del mundo ffsico, se apartaba de un modo de explicaci6n poco "cientffico" propio de P1at6n.30 E1 planteo aristotelico tambien se aparta del de Platen a la hora de considerar los ele-
mentos· al eliminar la noci6n de alma en el mundo ffsico, hay que supone; que los cuatro elementos tienen en sf mismos un pri~ci pio motor o tendencia innata al movimiento. En efecto, al ~om1en zo de Phys. II 1 los elementos o cuerpos simples son los eJemplos empleados para caracterizar las cosas ~ue se pr?duc~n por naturaleza. Animales, plantas y cuerpos s1mples (t.e. t1erra, fuego, aire y agua) se diferencian de las cosas que no son por n~t~raleza por el hecho de tener en si mismos el principia del moVlmlento. o del reposo. Hay cosas que se mueven seglin ellugar, ~tras se~n el crecimiento o el decrecimiento, otras padecen camb10s cuahtativos (cf. Phys. 192bll-15).31 El movimiento propio de los elementos es ellocativo la traslaci6n (phora). La traslaci6n puede ser de derecha a izqui~rda, de adelante hacia atnis o de arrib~ bacia abajo. Estos movimientos pueden ser naturale~ o cont~ar:os a 1a naturaleza; los movimientos naturales - sost1ene Aristotelesson anteriores a los movimientos forzados (De caelo, 286al8-20; 269bl 0). Los elementos, por su parte, tienen un movimiento locativo natural y esa es la raz6n por la cua] fuego y aire se t~aslad~n hacia arriba en tanto que tierra y agua se trasladan hac1a abaJo. Estos son, respectivamente, los movimientos naturales de l~s cuerpos simples o elementos (Phys. 192b34-36; De cael.o, 268blo269a20). Plat6n, en cambio, supone que los cuerpos s1mples son inanimados, lo cual justifica su necesidad de introducir el al:na como principia del movimiento.32 Sin embargo, pese a sus ~fe rencias, Arist6teles es un fie! discipulo de Platen en su doctnna del "automovimiento"; en e11a, en efecto, se da por sentado el hecho de que . el moverse a sf mismo es algo relacionado con la vida y que dicho automovimiento es una peculiaridad de las cosas
26 Cf. Filop6n, In Phys. 2, 13-18; F.M. Cornford, TPH, pp. XVI-XVTI y De · caelo, I 1, 268a1-6. 31 ?:l
Cf. F. Solmsen, op. cit. p. 93.
28
Ibidem, p. 95 y Phys. II 1, 193a9-30.
Para los diferentes tipos de movimiento cf. Phys. VII 2, 243a35ss.
Plat6n no llama "elementos" a tierra, aire, agua y fuego sino "generos" y Tim~o. 54b6-7). Elemento o cuerpo simple es terminologfa aristotelica; en opm16n de P~at6n, los verdaderos elementos son los triangulos elementales a los. que tlerr~, aire, agua y fuego se reducen (cf. Timeo 5~css.). ~obr~ ~a. doctnna pl~t6n~ ca de los elementos cf. G.S. Claghorn, Anstotle s Cnt!cls_m of Plato s maeus, The Hague 1954, pp. 22-26; A.Stuckelberger, Anttk~ Atomphys!~. Thxte zur antiken Atomlehre und zu ihrer Wiederau{nahme m der Neuze!t, Munchen 1979, pp. 134 ss.; P. Friedlander, Plato, trad. ingl. _New York{ 1958, pp. 248 ss. y F.M.Corn ford, Plato's Cosmology. The Timaeus 0 Plato, London 1946, pp. 213 ss . 1 32
La natura]e~a como ~ateria es tratada en Phys. II 1, 193a9-30; como forma, la phys!s se estud1a en Phys. 193a30-193b1-18. Vease De part. an. I 1, 640b28-29: "En efecto, ]a naturaleza formal es mas importante que la naturaleza material". Cf. tambit~n De part. an. I 1, 641b17, Phys. II 1, 193a33-193b1-3 y Metaph. IX 8, texto este ultimo dedicado casi exclusivamente a !a cuesti6n de la prioridad del acto respecto de la potencia. 29
30
Cf. F. Solmsen , op. cit. pp. 96~99.
(g~ne) o "cosas primeras" (pr6ta) (cf. Leyes X 89lc
'J!-
I 30
31
If .
animadas)l3 Esta misma doctrina es la que desarrolla Plat6n al afirmar que algo vive cuando se mueve a si mismo; el alma, entonces, es principia de vida (cf. Leyes 895c). 4.2. La explicacion teleologica La otra cuesti6n crucial al analizar Ia noci6n aristotelica de naturaleza es la de teleologfa. Esta es quiza una de las nociones mejor estudiadas y conocidas de la filosoffa de Arist6teles. Y ello, sin duda, noes casual pues en muchos lugares de sus escritos filos6ficos hace uso de modelos teleol6gicos para dar cuenta de diferentes t6picos. Contra sus predecesores materialistas y siguiendo las ensefianzas de Plat6n, Arist6teles argumentaba que muchas cosas y acontecimientos pueden ser explicados mediante el concepto de fin. En su opinion un fin (telos) significa algo bueno, es decir "aquello en vistas de lo cual" (to hou heneka) las demas cosas son hechas. Aun cuando el especial enfasis que pone Arist6teles en el fin del cambia como su causa final muestre sus intereses particularmente biol6gicos, la explicaci6n teleol6gica se aplica no solo ala biologfa sino tambien a las demas ciencias, incluidas la etica y la polftica. Con su t eoria de la causa final contaba con una instrumento que desempen6 un papel decisivo en diferentes areas de su obra; en lo que aqui importa en particular y por lo que ya llevamos visto no hay duda de la relevancia que tiene la doctrina de la finalidad en la fisica. En la naturaleza la forma es el fin de la materia:, pues aquello a lo cual la materia aspira para llegar a su realizaci6n mas plena es la forma.34 Pero, como deciamos, la explicaci6n teleol6gica tambien tuvo una enorme utilidad en el campo de las llamadas "ciencias practicas". En su descripci6n de los diferentes estadios constituidos por las formas mas primitivas de asociaci6n socio-polftica, desde ]a union instintiva entre macho y hembra hasta la mas compleja y perfecta forma de organizaci6n social (el Estado, polis), el concepto de telos tiene una importancia muy Cf. F. Solmsen, op. cit. p. 101 y Phys. VIII 4, 255a6ss.:"<.El automovimiento> es alga concerniente a ]a vida (zotik6n), y tambien es alga peculiar de las casas animadas." 34 Cf. J.M. Cooper, "Aristotle on Natural Teleology", M. Schofield-M. Nussbaum (eds.), Language and Logos, Cambridge 1982, pp. 200 ss.; cf. tambien l'hys. U l, l9::!bl7 -l8; 11 ~. l94a::!2; 11 8, l99a::!0-::!2; Jt.:th. lCud. 1 8, 1218b9-ll y Pol. I 2, 1252b34-35. . 33
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grande. En efecto, la finalidad es el concepto clave para explicar y fundamentar lo que Arist6teles cree ha sido, planteado hipoteticamente, el desarrollo de las primitivas formas de comunidad hasta llegar a conformar el unico medio posible de desarrollo integral humano: la polis. Toda polis, en efecto, es el fin o meta de las demas formas de comunidad (cf. Pol. 1252a4-7; 1252b30-31;1280b1281a). Como es natural, la cuesti6n de la finalidad tambien aparece claramente reflejada en los procesos biol6gicos de generaci6n, corrupci6n, crecimiento y decrecimiento.35 Una tesis aristotelica basica es que la naturaleza y todo lo que a ella se encuentra ligado es en vistas de un fin; esta doctrina esta expresamente dirigida contra Empedocles y su concepcion de la formaci6n de los distintos organismos. El ptimer argumento que se ensaya contra Empedocles consiste en decir que en la naturaleza ciertos hechos se producen con regularidad; pero lo que se produce con cierta regularidad no puede ser atribuido al azar o ala casualidad. Consiguientemente, la naturaleza no obra mecanicamente sino en vistas de un fin (cf. Phys. II 8, 198b35ss. y nuestro comentario ad locum). Ademas, en las casas que tienen un termino final que es su realizaci6n, lo que conduce al fin es el resultado de una acci6n que tiende a un fin. En una acci6n natural, empero, lo que conduce al fin es un agente natural y la naturaleza del agente se muestra en sf misma en el desarrollo de la acci6n. De aqui que si el desarrollo tiende a un fin, tambien debera tender a un fin la naturaleza por cuanto ella es su agente (cf. Ph~s. II 8, 199a8ss.).36 Por otra parte, el arte realiza aquellas cosas que la naturaleza no puede realizar; pero el arte imita ala naturaleza (Protr. fr. 13 During) y si, como vemos, el arte es en vistas de un fin, la naturaleza tambien debera ser en vistas de un fin (Phys. II 8, 199a15ss.). Otro argumento que se ensaya para probar que la naturaleza comporta finalidad se funda en la observaci6n de los seres vivos que, sin · tener arte ni deliberaci6n, parecen, sin embargo, obrar teleol6gicamente. Esto es lo que ha hecho pensar a algunos -dice Atist6teles- que las arafias, las hormigas u otros animales semejan~es obran en virtud de un intelecto. Esto tambien se aplica a 35 Sobre esta cuesti6n, vease el paradigmatico pasaje de De part. an. I 1, 640a33-b4 y el comentario de R. Sorabji, NCB, pp.l55-162. 36 Cf. A. Mansion, IPA, pp. 262-263.
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las plantas pues vemos que en ellas toclas las cosas que son utiles se producen en vistas de un fin como, por ejemplo, las hojas que se producen para proteger el fruto. AEi resulta que silas golon~ri nas hacen naturalmente su nido en vistas de un fin, las aranas sus telarafias y las plantas producen sus hojas para la proteccion de los frutos, debe haber finalidad en los entes que se producen por naturaleza (Phys. II 8, 199a20-30). . ,. Las crfticas que se hacen a Empedocles en particular y a los flslcos en general se inscriben en la tradici6n inaugurada por Plat6n en Fed6n 98b (cf. tambien Leyes X 888e). Lo que los ffsicos anteriores a Plat6n llamarian "causa", Plat6n lo llama "causa seguncla", pues es una causa mecanica y ciega que no tiene en cuen~ el "~om ponente intelectual" del agente causal (el nous). Esta m1sma 1dea es retomada por Arist6teles en su crftica al mecanicismo de Empedocles en Phys. II: la existencia de la finalidad de la naturaleza nos indica que en ella hay una especie de "comportamiento inteligente". El funcionamiento del no us es el modelo que se emplea para ilustrar las obras de la naturaleza, ya que el intelecto, al dirigir ]a actividad, propane un fin o prop6sito (cf. De an. II 4, 415b16-20). Como ha sefialado A. Mansion;37 por el tercer argumento que se dirige contra la tesis de Empedocles pareceria concebirse a ]a naturaleza como un ente que delibera y actua conscientemente. Pero si esto fuera cierto la teleologia aristotelica seria antropom6rfica, tal como suele ser interpretada por algunos crfticos modernos. Esto, sin embargo, no es asf ya que la naturaleza no. es presentada por Arist6teles como un ente determ~nado que pos:e deliberaci6n o inteligencia. La naturaleza es, mas b1en, una propledad de los entes naturales y dado que la naturaleza es un principio inherente no tiene existencia independiente del objeto en el cual se da (Phys. II 1, 192b22; 192b34). Sin embargo, muchas veces se presenta ala naturaleza como si fuera un ente inteligente que obra en forma consciente; esto, empero, parece ser ~6lo un modo de hablar. De esta manera, cuando Arist6teles habla de naturaleza no se esta refiriendo a una especie de fuerza universal que penetra todas las cosas naturales y que conduce su desarrollo bacia fines determinados. Si bien hay pasajes en los que pareciera sugerirse que la physis es algo como lo descripto, esto, sin embargo, se lo enuncia solo Ibidem, p. 261 y De gen . an. II 6, 744bl6 , donde se ve que Arist6teles est a haciendo una comparaci6n entre el artesano que obra conscientemente y la naturaleza (cf. .ademas R.Sorabji, NCB, pp.l66-67).
de una manera figurada. La naturaleza es asf la naturaleza particular de esta o aquella sustancia naturaJ.38 En Phys. II la naturaleza es presentada como una especie de fuerza o poder que reside en los objetos naturales y, en este sentido, la phys~s es una capacidad o propiedad de dichos objetos. Las cosas sin vida, por el contrario, precisan de un agente externo para pasar de un estado de reposo a uno de movimiento. 4.3. La doctrina de la causalidad Por otra par~, si el objeto primordial de la ciencia fisica es dar cuenta de la naturaleza, lo cual supone conocer las razones o fundamentos de los procesos y cambios ffsicos, sera tarea del ffsico investigar las causas de dichos procesos y cambios.39 En efecto, una vez que se ha estudiado que es la naturaleza y de cuantos modos se dice (Phys. II 1 ), y cuales son las diferencias existentes entre el matematico y el fisico (Phys. II 2), hay que examinar lo relativo a las causas porque de lo que se trata aqui es de tener un conocirniento cientffico de la naturaleza. No podra hacerse esto sin embargo, si no se conoce el porque relativo a cada cosa· al investigar la naturaleza y los procesos que ella involucra, s~ni necesario indagar el porque de la generaci6n y de la corrupci6n, es decir la causa relativa a todo cambio ffsico.40 En Phys. II 3 se expone la celebre doctrina de la causalidad· las causas son materia, forma (dos de los principios distinguido~ en Phys. 1), el motor y el fin. Arist6teles, sin embargo, no dice estrictamente. que las causas sean cuatro sino mas bien que la causa se dice de muchas maneras. No hay, entonces, mochas formas de causalidad sino diversos sentidos en los que hablamos de causa. Asi, puede ocurrir que al decirse la causa de multiples maneras haya multiplicidad de causas para un mismo objeto. Por ejemplo, ?ausa de estatua puede ser no solo el bronce sino tam- · 38 ~f.
W Charlton, Ar.Ph., pp. XVI-XVII yR. Sorabji (NCB, pp.l55-174), qmen, entre otras cuestiones, examina diferentes modelos de explicaci6n teleol6gica en los mismos textos de Arist6teles asf como las criticas modernas a dicha explicaci6n. 39
Cf. W.D.Ross.,AR.PH., pp. 35ss.
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Phys. II 3, 194bl6-23 y nuestro coment ario ad Zoe .
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bien la estatuaria; solo que mientras esta es causa motriz, aquel es causa mateliaJ.41 El problema de ]a causalidad habfa sido adelantado ya en Phys. II 1 al estudiar el concepto de naturaleza. Al1f, en efecto, se investigan los diferentes significados de physis y resulta que esta puede ser entendida como materia, como forma o como fin. La naturaleza como causa motriz nose trata en Phys. II 1, al menos estrictamente; sin embargo, hay tres formas de causalidad que con frecuencia se reducen a una pues el "que es" (la forma) y el fin son una y la misma cosa. Ademas, el principio del movimiento (la causa motriz) es identico en especie al fin y a ]a forma (Phys. II 7, 198a25-27; S. Waterlow, NCA, p.65ss.). Seglin Aristoteles, las diversas formas de causalidad han sido parcialmente reconocidas por los pensadores anteriores; asf dice que "la mayorfa de los primeros que filosofaron creyeron que los principios de todas las cosas eran solamente de indole material pues aquello a partir de lo cual se constituyen todos los entes y' aquello primero desde lo cual se generan y en lo cual finalmente se corrompen -permaneciendo la entidad y cambian.do en sus afecciones-, aquello, dicen, es el elemento y principia de los entes" (Metaph. I 3, 983b6-11).42 .Estos primeros pensadores, entonces, han advertido la causa material (cf. Phys. 193a9ss.). La causa motriz ha sido reconocida por Empedocles y Anaxagoras: este al introducir como principia del movimiento el nous, aquel el Amor y el Odio. La causa formal, en cambio, es reconocida por . Platon en su teorfa de las Ideas. Por ultimo, Arist6teles cree que la causa final fue un descubrimiento suyo por cuanto no fue totalmente reconocida por ninguno de sus predecesores.43 Luego de describir las cuatro formas de causalidad, se introduce una suerte de cligre::;ion en la que se tratan las nociones de azar (tyche) y espontaneidad (automaton) (Phys. II 4-6). Al com.ienzo de Phys. II 4 estos dos conceptos aparecen como termiCf Phys. II 3, 195a3-8; W. Wieland, TPT, pp. 147-150; R. Sorahji, NCB, pp.40-44.
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Vease el pasaje paralelo de De part. an. 640b4 ss .
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.cr. W.D. Ross, ARPH., pp . 37-38 y Metapb. 986b6-16. Este juicio de Anst6teles sobre Ia causa final es en todo injusto, a! menos en lo que a Plat6n se refiere, quieri sin duda entrevi6 lo que en terminos aristotelicos es "causa final" (cf. Timeo 46-47 y nuestro comentario a Phys. II 3 in fine).
nos sin6nimos. Su distinci6n se hace mas tarde: ]a diferencia entre azar y espontaneida.d reside en que mientras en esta la causa de lo producido es externa al objeto, en aquel es interna. En el caso del azar la causa es siempre un sujeto que tiene la capacidad de elegir y que, por tanto, tiene un prop6sito. Seglin la interpretacion adoptada (cf. nuestro comentario a Phys. II 4-6 y el Apendice II), en todos aquellos hechos atribuidos al azar hay un componente teleo16gico, aun cuando elfin o prop6sito que se da en el azar no es un fin propiamente dicho sino un fin secundario. Esto significa que los procesos de azar son procesos teleo16gicos accidentales, es decir no hay en ellos una "verdadera teleologfa"44 en el sentido de que la consecuencia de un proceso de azar no se hace presente de un modo pre-manifiesto. De acuerdo con el planteo de Phys. II, el azar (tyche) es algo exclusivo del ambito humano yes· caracterizado en funci6n de la eleccion (proairesis), en la cual hay involucrado un prop6sito (cf. Phys. II 6, 197bl-8). En el celebre ejemplo del mercado se muestra aJ.ecuadamente Ia razon porIa cual el azar es algo accidental. El prop6sito (primario) de quien va a] agora noes encontrarse con su deudor sino hacer negocios o ver un espectaculo. El acreedor, sin duda, quiere encontrarse con su deudor pero en ese momento clicho encuentro no esta entre sus prop6sitos primarios o inmediatos. Asf pues, en los sucesos que se producen como un efecto del azar hay ausencia de un fin que se vincule clirectamente con el resultado del hecho. El azar es una causa accidental porque es algo fortuito; hay en el, sin embargo, cierta finalidad ya que hay intenci6n y proposito aun cuando no sean regulares ni constantes (cf. Phys. II 5, 197a56 y Apendice II). El tratamiento que se ha hecho de la finalidad trae aparejado el estudio de la necesidad y el papel que esta desempefia en la naturaleza. En Metaph. V 5 se distinguen cuatro sentidos de necesario que' pueden resultar utiles para comprender mejor lo que se dice en Phys.: (a) necesario es aquello sin lo cual no es posible la vida; la respiraci6n y la nutTici6n son necesarias para el ser vivo pues este no puede vi vir sin aquellas. En este primer sentido tambien es necesario aquello sin lo cual el bien no puede existir ni producirse (1015a20-26).45 (b) Se llama necesario a lo forzoso y a la fuerza, es decir aquello que se opone como un obstaculo o impe44 45
Sobre esta expresi6n cf. ,T. G. Lennox, AOC, p.53 y Apendice II. Esto es Io que en Phys . II 9 se llama "ner.esidad h_ipotetica". Cf. De
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dimento al impulso natural (horme) y a la eleccion deliberada (proairesis) (1015a26-33). (c) Es tambien necesario aquello que no puede ser de otro modo. De este ultimo significado de ananka'ion derivan, en cierto modo, todos los demas (1015a33-36). Probablemente, Arist6teles esta pensando aqui en el primer motor que esta perfectamente en acto y que, como tal, no puede ser de otra mane:a que como es (cf. Metaph. XII 7, 1072b7-8). Por extension, es~e .tipo de necesidad se aplica tambien a los astros que, aunque moV1les, son eternos.46 (d) Por ultimo, tambien se habla de necesidad en el ambito de la demostracion; ella, en efecto, se encuentra entre las cosas necesarias pues no puede ser de otra manera si hay demostraci6n en sentido estricto (haplOs) (1057b7-10). Ah.ora bi~n, ~~ Phys. II 9 se habla de necesidad absoluta y neces1d~d hipotetica. Esta ultima, arguye Arist6teles, es la que caractenza a los fen6menos naturales y consiste en las condiciones que se requieren para alcanzar un fin determinado· esta n.ecesi~ad hipoteti~a o condicional reside en la materia y el ~rop6Sito eXIge la matena como algo necesario para su cumplimiento.47 Puede preguntarse por que una sierra es tal como es; la sierra es como es para poder cumplir con la funci6n que la caracteriza c?mo tal, esto es, un instrumento apto para cortar. Esta funci6n, sm embar~o, no podria cumplirse en caso de que la sierra no fuera de hieiTo; consecuentemente, si ha de existir una sierra y P.art. an. 642al-ll:Hay, pues, dos clases de cau sas: Ia fmalidad y la necesiSldad; muc~as casas, en efecto, se producen porque es necesario. Sin embargo, qmza podrfa preguntarse a que tipo de necesidad se refieren los ~e. hab~an sabre ella, par cuanto de las dos modalidades de necesidad ~s~mgu1das en los tratad~s filos6ficos, ninguna de elias se aplica aquf. Ex1ste, emp~ro, un tercer hpo de necesidad que se da en las casas que tienen generac16n: e~ efecto, decimos que Ja nutrici6n es algo necesario aunqu.e ~o ~n el sentldo de aquellas modalidades sino porque no es posible ex;strr sm ella. Esto, por cierto, es como una necesidad hipotetica: dado que el hacha debe cortar, es necesario que sea du.ra. Y si es dura, debe ser de bronce ode hierro."
Cf. Mansion, IPA, p~. 283-84: La necesidad como aquello que no puede ser de ot.ro modo .se aplica tamb1en a los hechos constantes o regulares, tal como se caractenzan en Phys. II 5, 196bl0ss. (ta men aei hosautos gignomena). Para Ia necesidad del primer motor y, en general de dios como causa que no sufre cambia cf. S. Waterlow NCA pp. 225~s · R Sorab•i1' MS&M, pp. 219-226. ' ' ., . ' . "'
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Cf. F.M. Com ford, TPH, p. 180.
esta ha de cumplir con su funci6n propia, debe ser de hierro (Phys. 119, 200a10-13). Arist6teles piensa que en los hechos nat~ rales no puede existir una necesidad absoluta o puramente mecanica.48 Por esa raz6n, la materia en la cual reside la necesidad de ]a naturaleza es solo una condici6n y nada puede obtenerse de la materia sin un fin determinado. Siguiendo el planteo plat6nico (Timeo 46-48), contrasta la perspectiva mecanicista de los pensadores antiguos sobre la causalidad con la concepcion teleo16gica, la cual implica una tendencia a hablar de materia como aquello que implica necesidad.49 La materia, sin embargo, no puede prescindir de un componente teleol6gico, pues este es el que exphca el orden natural que, seglin Arist6teles, no es mecanico.
5. La matematizacion del mundo fisico y el abandono de la fisica aristottHica Por lo visto hasta aqui, es evidente que Phys. I-II constituye una verdadera introducci6n a los conceptos fundamentales de la teoria aristotelica de la naturaleza. En Phys. I encontramos la exposici6n y explicaci6n de las nociones de materia, forma ~ P~~ vaci6n como principios del cambio, ademas de ciertas prescnpciones de orden metodo16gico concernientes al saber cientifico Ya las 50 condiciones minimas requeridas para su constituci6n. Ellibro I desarrolla desde sus primeras paginas una fuerte polemica co~tra la metafisica eleata, hi cual supone, seglin Arist6teles, la umdad del ser y la ·consecuente negaci6n del mundo empirico. Nue.stro mundo ffsico no coincide con el contenido inmutable de una 1dea unica sino que nos revela un ambito que se caracteriza por el
4B Este e~ el tipo de necesidad del que Arist6teles cree han hecho uso sU:s
predecesores y es s6lo posible en la explicaci6n que e~os hacen de la na~u raleza, es decir en una explicaci6n puramente mecamca. Cf. P.hys. II 9 ~n principia y el comentario de Filop6n ad loc.: "Todos los ffstcos, afirma , introducen Ja necesidad absoluta (to haplbs anankalon) ~n la generaci6n,. pues dicen que es en virtud de las potencias de la matena que se generan !lis casas sujetas a generaci6n" (In Phys. 330, 12-13). Cf. C.J.F. Williams, Aristotle's De generatione et corruptione, Oxford 1982, p. 202.
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Cf. especialmente Phys. I 1 y Diiring, A., pp. 281 -82. 39
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cambio: la naturaleza y todo lo que ella involucra son movimiento.51 La ffsica debe verselas con ciertas formas inteligibles; la tarea del ffsico, sin embargo, nose encuentra en el dominio de la especulaci6n pura. El estudioso de la naturaleza tratara con la materia sensible, pero para dar cuenta de ella no puede prescindir de la forma. La naturaleza, por otra parte, se entiende de dos maneras: como materia y como forma; de ahf que el objeto de estudio de la ffsica noes un ente privado de materia pero tampoco es exclusivamente material (Phys. II 2, 194a12-16). Por la rapida descripci6n que hemos hecho de las caracterfsticas mas generales de ciertas cuestiones de la ffsica aristotelica y en particular de la doctrina de los principios, es sencillo darse cuenta de que fisica es un termino que puede dar lugar a malos entendidos en cuanto al contenido te6rico de la obra hom6nima de Arist6teles. El titulo griego dellibro, physike akr6asis ("conferencia o lecci6n sobre la naturaleza"), es revelador del verdadero significado de la obra.52 No debe esperarse encontrar en este texto, por tanto, nada semejante a lo que encontrarfamos en un libro moderno de "ffsica". Los conceptos de causa final, potencia, acto, forma, etc., que son fundamentales en la doctrina aristotelica, son abandonados por completo por la ffsica moderna que a partir del siglo XVII se caracteriza por una creciente matematizaci6n del mundo fisico y que, consiguientemente, pone de relieve la noci6n de medida. Galileo desarrolla muy claramente una teorfa del movimiento que parte de una serie de axiomas y definiciones que se demuestran geometricamimte. De esta manera, toda la ciencia del movimiento queda reducida a un esquema en el cual impera una certeza y claridad matematicas, por cuanto sus }eyes se enunciaran matematicamente y se deduciran a partir de todos los axiomas y definiciones previamente establecidos.53 Arist6teles, por su parte, considera inutil o imposible la aplicaci6n de esquemas matematicos a los fen6menos ffsicos, pues ello solo conducirfa a dar una explicaci6n meramente cuantitativa y mecanica de
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I II I
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. d ]ado el aspecto cualitativo de la los objetos naturales y a ~eJar ~fi 54 cuesti6n que es mucho mas filoso c~~ la physike akr6asis desde l,Que cabe es~era~, _ent~nce;,de hombres del siglo XX? Una nuestra perspectlVa cientlfica 'ble advertir el esfuerverdadera obra de filosofia en la que ~s p~slgu'n instrumento como . d ensador que, sm mn . zo especulatlVO e un p h .u se propone investigar ontamos oy en wa, · aquellos con l os que c t mplejos y siempre VIVOS en en el "ambito fisico" problema~ ~n ~o causa finalidad, materia, el interes filos6fico como mEoVlnu~n o,ti'gacl'o'~ se lleva a cabo sin . t' uo sta mves xtraordinaria agudeza y un espacio, tlempo o con m . d mas que una e ' ninguna otra ayu a d l mundo que hoy llamanamos conocimiento de la na:uraleza y 5~ la ffsica aristotelica es lo que "primitivo". En el declr de He~el~na metaffsica de la naturaleza, para los ffsicos modernos sena h visto no de lo que han pensa· ues ellos solo hablan de lo que an , . te esta obra que se P pensar nuevamen 1 do. Vale la pena, pues_, d la literatura Jilos6fica universa . encuentra entre los clasicos e
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51 Cf. A.Mansion, IPA, p. 334.
52 F.M.Cornford,
TPH,p. XV.
Galileo Galilei, Dialogues concerning 1Wo New Sciences, trad. ingl. H. Crew y A. De Salvia, New York s/a (reprint.). Wase, por ejemplo, pp.19096 ("Tercer clia"; ed. Elzevir) donde se discute la cuesti6n del movimiento nniforme; la explicaci6n consta de una definici6n inicial y una serie de axiomas, teoremas y proposiciones.
53
54 Cf. A. Mansion, IPA, P· 339 · 55
. . de la filosofia (citado en nota G.W.F. Hegel, Lecciones sobre la htstona
19), vol. ll pp. 270-71.
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I
Abreviaturas de las obras de Arist6teles citadas An. Post. Cat. Analytica Posteriora Categoriae Dean. De anima De Caelo De Caelo Degen. an. De generatione animaz· De gen. et carr. Deg . lum Depart. an. D ene:atwne et corruptione Eth. Eud. ehP_artLbus animalium E t Lea Eudemia Eth. Nic. Me tap h. Ethica Nicomachea Metaphysica Meteor. Meteorologica Phys. Physica Pol. Politica Protr. Protrepticum Rhet. Rhetorica Soph. El. Sophistici Elenchi
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FISICA I 1
Vanantes textuaJes respecto de la edici·. . on segUida Ross Lectura adoptada
193all:
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193bl7-18: " t( otiv (pucrm;
11
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(Cornford, Carteron, siguiendo E2
F, I, J2, P) 196b35-36;
rcai not~crat touto tou" KO!.dcracrElat £vmx
Kat not~crat 'l'OVro (Bonitz, Hardie-Gaye)
I
Puesto que el saber en general y, mas precisamente, l84a el saber cientffico resulta, en todas las disciplinas de las que hay principios, causas o elementos, del conocimiento de estos -ya que creemos conocer cada cosa solo cuando conocemos sus causas y pdncipios primeros e incluso sus elementos-, es evidente que tam bien en la ciencia de la naturaleza hay que intentar, en primer termino, delimitar lo concerniente a sus prin- 15 cipios. Ahora bien, el procedimiento natural es partir de las cosas mas cognoscibles y claras para nosotros y remontarnos a las mas claras y cognoscibles por naturaleza. En efecto, no es lo mismo 'cognoscible para nosotros' y 'cognoscible en sentido absoluto'. Precisamente por eso es forzoso proceder de este modo: partir de las cosas menos claras por naturaleza pero mas claras para nosotros y remontarnos a las cosas mas 20 claras y cognoscibles por naturaleza. Pues lo que, en un primer momento, es para nosotros evidente y claro son, mlis bien, las cosas compuestas; y solo en segunda instancia y a partir de ellas se vuelven cognoscibles sus elementos y los principios las dividen. Es necesario, por tanto, avanzar de los universales a los particulares, ya que el todo es mas cognoscible por percepcion y el universal es una cierta totalidad: en efecto, 25 el universal abarca una multiplicidad de cosas como sus partes. Esto mismo ocurre, en cierto modo, con
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los nombres en relacion con la d r· .. , 'cir I ' . e micion, ya que d cu o ' po: eJemplo, indica una totalidad Y lo hace . e un modo mdeterminado Su defini·ci'o' n la d' 'd . · , en cambw IVI e en partiCulares. Tambien 1 · . . os nmos pequenos a1 prmcipi?, Haman 'padre' a todo hombre Y 'madre~ ~et~~~S~Ujer, pero mas tarde diferencian a cada uno •N
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FISICA I2 15
Es necesario que ha b· , . bien multiples, Y que ~t s~Joi~n un umco prin~ipi~ o , . . ' ay uno, sea o bien m~ovi1' como afll'man Parmenides Y Meliso o bi , vii, como sostienen los f, . ' en mol . . . ISicos, cuando afirman u que prmcipiO primero es aire otros que es npos ro sihaym'lt' 1 • •• ' agua. ebi~n infinitosu =~~~~~CI~os,. son ~ ~ien finitos o t . ' Sl son fimtos y mas de uno seran d
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t~r~inado; y~s~i :~~ ~~~~~0~ ::~: otro numero de-
ran, como afirma Dem, .t _m~ro, pertenece, ocr1 o, a un umco g' ro seran diferentes por la figura o 1 en.ero, pecontrarios De modo . por a espec1e y aun los que i~vestigan cua~nemt eJante lplantean Ia cuesti6n os son os entes
~~~~~fosd::;;~:~~Y:~'::~:i~i:uft~i7e:~, ~~·,:,
25
multiples, si finitos o infinitos A , P es, Y' SI son se estan planteando es si el . . s~ r.esulta que lo que uno_ 0 multiple. prmcipiO y elemento es co ~-~ra bien, i_nvestigar si el ser es uno e inmovil n
185a
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' o e geometra no pu d d . . .e e ar en modo alguno una fundamentEtcio n an_te q_Uien somete a critica los principios de 1 es tarea de otra ciencia b _a gedometn~, SI~o que esto . . 0 Jell e una Clencta comun a 44
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todas, asi tam bien aquel no es tema del que investiga acerca de los principios. Pues si existe una unica cosa y una en este sentido, no es ya un principio, pues principio es principio de alguna o algunas cosas. Evidentemente es indistinto examinar si algo que es uno 5 es uno en este sentido o discutir contra otra tesis cualquiera de las que se enuncian unicamente en vistas de la discusi6n -vgr. la de Heraclito o si se afirma que lo que es es un solo hombre- o bien refutar una argumentacion er:fstica, cosa por la que se caracterizan en ambos casos tanto las argumentaciones de Meliso como las de Parmenides. Dichas argumentaciones, en efecto, no solo parten de premisas falsas sino, ade- 10 mas, son no conc1usivas. La de Meliso, especialmente, es grosera y no plan tea ninguna dificultad; pero, si se le concede un solo absurdo, los demas se siguen de aquel. Y esto no es nada dificil de lograr. En cuanto a nosotros, demos por supuesto que los entes naturales son, todos ellos o algunos, moviles. Esto es algo que resulta evidente por experiencia. Tampoco conviene refutar simultaneamente todas las argumentaciones sino solo todas las que, demostrando a partir de principios, conducen a conclusiones falsas. Pero las que 15 no proceden de este modo, no. (Asi, por ejemplo, corresponde al geometra refutar la cuadratura del cfrculo por medio de segmentos, pero no es tarea suya refutar la propuesta por Antifonte.) Ciertamente no, pero aun cuando no tratan de la naturaleza, suele ocurrir que los eleatas enuncian dificultades ffsicas. Es bueno, tal vez, que se discuta un poco sobre ellas, ya que un examen de este tipo posee in teres filosofico. 20 Ahora bien-, el comienzo mas apropiado de todos, dado que hay multiples sentidos en que se dice que algo es, es preguntarse a emil de los sentidos del 'es' se refieren los que afirman que todas las cosas son una: 45
si quieren decir que todas las cosas son entidad o si cantidades o cualidades; y, por otro lado, si todas las cosas son una entidad {mica -vgr. un (mico hombre o un (mico caballo o una (mica alma-, o bien, si todas las cosas son una unica cualidad , como por ejemplo, 25 'blanco', 'caliente', o alguna otra similar. Todas estas tesis son muy diferentes y es imposible sostenerlas. En efecto, si ha de haber entidad, cualidad y cantidad -esten o no tales cosas separadas las unas de las otras-, multiples seran los entes. Pero, si todas las cosas son cualidad o bien cantidad, haya entidad o no, se cae en 30 un absurdo, si hay que Hamar absurdo a lo que es imposible. En efecto, ninguna de las demas categor(as es separable excepto la entidad, ya que todas las cosas se predican de la entidad como de un substrata. Ahora bien, Meliso afirma que lo que es es infinito. Se sigue que lo que es sera una cantidad, ya que 'infinito' significa cantidad. Pero no es posible que ni la· entidad ni la cualidad ni una determinacion sea infi185b nita, a no ser por accidente, i. e. si a la vez constituyen ciertas cantidades. En efecto, la definicion de infinito se vale de la cantidad pero no de Ia entidad ni de cualidad. Y, por cierto, si hay entidad y cantidad, lo que es sera doble y no uno. Pero si lo que es es (micamente entidad, entonces no es infinito ni tendra magnitud alguna, ya que, en caso de teneila, habra tambien una cierta cantidad. 5 Ademas , puesto que el uno mismo se dice de tantas maneras como el ser, hay que investigar en que sentido dicen que todo es uno. Se llama 'uno' a lo continuo o a lo indivisible o bien a aquellas cosas cuya definic ion es la misma, es decir, es una la definicion del 'q~e-era-ser', como en el caso de methy y o{nos. Por 10 cierto que, si es continuo, lo uno sera multiple, ya que lo continuo es divisible al infinito. (Se plantea
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aqui, empero, una dificultad concerniente ala parte y el todo, aunque no quiza referida a Ia presente argumentacion, sino que en y por si misma es una dificultad: si la parte y el todo son una unidad o una multiplicidad y como y' si son una multiplicidad, como lo son. Tambien en cuanto a las partes que no son continuas: si cada una de dos partes, en cuanto indivisible de el, es una unidad con el todo, tambien lo 15 sera cada una con la otra.) Ahora bien, si se considera 'uno' como indivisible, no habra cantidad ni cualidad ni, evidentemente, sera infinito lo que es, como afirma Meliso, ni finito, como dice Parmenides. El limite, en efecto, es indivisible mas no lo limitado. Si, en cambia, todos los entes son uno por su definicion, como, por ejemplo, 'mantilla' y 'manta', ocurre que los que as( piensan caen en 20 la argumentacion de Heraclito: lo mismo sera, en efecto, ser bueno y malo, i.e. ser bueno y no bueno -de modo que lo mismo sera 'bueno' y 'no bueno', 'hombre' y 'caballo' y el argumento no tratara ya acerca de que los entes son uno, sino acerca de que no son nada-, y 'ser de tal cualidad' y 'de tal canti25 dad' sera lo mismo. Entre los .pensadores antiguos, los mas recientes tambien plantearon sus protestas, de modo que no resulten lo mismo, a la vez y respecto de las mismas cosas, unidad y multiplicidad. Por ese motivo, algunos comb Licofron quitaron el "es", mientras que otros reformaron la expresi6n, ya que no decfan "el hombre es palido" sino "empalidece" y no "esta caminando" sino "camina", para no hacer que lo 30 uno resulte multiple al agregarle el 'es', como si "uno" y ''es" tuvieran un (mico significado. Los entes, sin embargo, son multiples ya sea en su definicion -por ejemplo, es distinto 'ser phlido' y 'ser culto', 47
aunque la misma cosa posea am~as de~erminac~on.e~, y' en consecuencia, en este sentldo, Sl es multlphcl· dad- ya sea por division, como el todo Y las part_es. 186a Llegados a este punto ya no tenfan s~lida y deblan aceptar que lo uno es multiple, como s1 no ~uera sible que unidad Y multiplicidad se~n lo mismo sm ser por ello contradictorias. La umdad, en efecto, puede darse tanto en potencia como en acto.
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FISICA I 3 Claro esta que, si nos aproximamos de este modo a la cuestion nos parece imposible que los entes sean 5 una unidad, y los argumentos a partir de l~s cuales los que asf lo suponen hacen sus demostrac10nes no son dificiles de refutar. En efecto, ambos (pensad?· res) tanto Meliso como Parmenides, argumentan enstica,mente, [pues sus argumentaciones .parten de premisas falsas y son, ademas, no concluslVas. La Melisa, especialmente, es grosera y no plantea nmg~ma dificultad; pero, si se le concede un solo absurd~, ~~s demas se siguen de el. Y esto no es en absoluto d1hc1l 10 de lograr.] Ahora bien, que Meliso incurre en ~n para· logismo es evidente, ya que cree haber. conclmdo q~e, si todo lo que se genera tiene un com1enzo, no lo tie· ne lo que no se genera. Luego, tam bien est~ .~s ab~ur do: que haya un comienzo de todo, y aq~1 comienzo" significa comienzo de la cosa produc1da Y ~o del tiempo; y esto no solo en cuanto ala generac10n en 15 sentido absoluto, sino tambien en cuanto ala alteracion como si el cambia no pudiera ocurrii' de repente. · Ademas, (si lo que es) es uno, (,por que habrla de ser inmovil? En efecto, asi como la parte de un todo que es una, por ejemplo esta parte determinada de
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agua, tiene en sf misma movimiento, wor que no podrfa ocurrir tambien lo mismo con el todo? Luego, wor que no habrfa de ser posible la alteracion? Pero, por cierto, lo que es tampoco puede ser uno en especie, sino solo por su materia -y es este el modo en que algunos de los fisicos afirman la unidad y no 20 aquel otro-. En efecto, es por la especie por lo que difieren hombre y caballo y los contrarios los unos de los otros. El mismo tipo de argumentaciones puede esgrimirse contra Parmenides, aun cuando hay algunas otras que le son espec:fficas. La refutacion consiste en que, por un I ado, sus premisas son falsas y, por otro, en que no concluye correctamente. Su falso punto de partida es que admite que 'ser' se dice en 25 sentido absoluto, aunque tiene multiples significados; ademas, concluye incorrectamente, porque, si se admitiera que solo hay cosas blancas y que 'blanco' tiene un unico significado, en no menor medida las cosas blancas seran una multiplicidad y no una unidad. Lo blanco, en efecto, no sera una unidad ni por continuidad ni por su definicion, ya que seran cosas distintas el ser de 'blanco' y el ser de lo que admite ser blanco. Yno por ello habra al margen de lo blanco 30 nada separable, pues no es en cuanto separable sino por su ser como se diferencia lo blanco de aquello a lo que pertenece. Pero esto Parmenides no llego todavfa a comprenderlo. Debe, entonces, admitir que 'seJ~_no' . s6lo tiene_.un unico significado__.(:!Qnforme-~1 s.11al se __ predica, sino t3J!l_bjen .._q~le 'se(..significa.. :ser~ .
e~.-~ntid.o__api9Iu.tci!.:.y _'uno, en .s~ntid;ahsolute- 1-~ ·-En
efecto, el accidente se predica de un cierto substrata, de modo que aquello a lo que se le atribuye de un 35 modo accidental el 'es' no sera, ya que es distinto de 'ser'. Se sigue que habra algo que no es. Resulta 186b evidente que ser en sentido absoluto no sera algo que 49
ues no sera posible que esa pertenezca a otra cosa, P . 'es' tenga mull que es a no ser que ' cada cosa pueda ser otra cosa sea a go tiplicidad de significaddo~, tal q:peu~sto que 'ser' tiene . . mbargo se a por s silo que es en senti· algo. Sm e ' b' un solo significado. Ah~a Ie;, un modo accidental
do abso~uto no se ~:~a~yc:sa:) se le atribuyen, ;,p~r 5 a nada smo que
a lo que se atribuye (o bien a aquello en lo cual esta presupuesto el enunciado de aquello a lo que se atribuye]; por ejemplo, el 'estar sentado', en tanto separado de un substrata, o bien que en el predicado 'nata' se presupone el enunciado de la nariz de la que decimos que resulta ser nata. Ademas, en el enunciado de todas aquellas cosas que estan contenidas en el enunciado definidor o lo componen no debe presuponerse el enunciado de la to tali dad ; por ejem- 25 plo, el enunciado de 'hombre' en el de 'bipedo' ni en el de 'blanco' el de 'hombre blanco'. Pues b~en, si en estos casos es asi y a 'hombre' se atribuye accidentalmente 'bfpedo', es forzoso que 'bfpedo' sea separable de 'hombre', de suerte que 'hombre' podrfa ser 'no bipedo'. 0
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lliL.es _cierto~:_que-;_sL.:es~- tiefi_e)ulJmi_~Q_§ignifi~ado_y
no es posible al mismo tiempo lo contrario, nada ha51
lfll.rr 1:
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bra que no sea, pues nada impide que 'no ser' se entienda no en sentido absoluto sino como 'no ser algo'.Yero clare esta que resulta absurdo afirmar que, si ning1ma otra cosa hay aparte de lo que es en sentido absolute, entonces todas las cosas seran una unidadJEn efecto, &quien puede comprender lo que es €'n.sentido absolute, a no ser como lo que es algo en sentido absolute? Y, si esto es asf, nada impide, sin embargo, que los entes sean multiples, seg(m se ha dicho. Asi pues, que, en este sentido, es imposible que lo que es sea uno es evidente.
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Por su parte, los argumentos que emplean los fisicos son de dos tipos: los unos, al postular un cuerpo {mice subyacente o bien alguno de los tres elementos u otro elemento mas dense que el fuego y mas raro que el aire, hacen generar las demas casas por conden· saci6n y rarefacci6n, y asf producen la multiplicidad.. Perc estas casas son contraries y, en terminos generales, son exceso y defecto en el mismo sentido en que Plat6n habla de lo grande y lo pequefio, solo que el los postula como materia y al uno, en cambia, como forma. Aquellos, por su parte, postulan a lo uno subsistente como materia y a los contraries como principios de diferenciacion, es decir como formas. Perc hay otros que sostienen que las contrariedades que estan contenidas en la unidad se extraen de ella por separaci6n, como afirma Anaximandro y cuantos sostienen la existencia de la unidad y la multiplicidad tal . ' como Empedocles y Anaxagoras. Ellos, en efecto, tambien derivan el resto de los entes de la mezcla; difieren entre s{, empero, en que mientras uno postu ~ 52
la mezclas peri6dicas el otro, en cambia, postula una (mica mezcla. Ademas, Anaxagoras propone infinitos homeomericos y contraries, mientras que Empedocles unicamente los llamados elementos. Al parecer Anaxagoras crey6 que hay infinitos homeomerico~ por suponer que era verdadera la opinion comun de los fisicos de que nada se genera de lo que no es -en efecto, es por esto ultimo por lo que afirman aquello de que todas las casas estaban juntas y por lo que Anaxagoras establece que el generarse una determinada cosa constituye un caso de alteraci6n, y aquellos una combinaci6n y separacion-, y tambien por considerar que los contraries se generan los unos de los otros, de modo tal que debfan preexistir en la mezcla. En efecto, si es forzoso que todo lo que se genera se genere a partir de lo que es o bien de lo que noes, pero esto ultimo, que se genere de lo que no es, resulta imposible -ciertamente, en esta opinion concuerdan todos los que se dedican ala investigaci6n de la naturaleza-, consideraron, entonces, que solo podfa darse la posibilidad restante: que todo se genere a partir de cosas que son y preexisten unas con otras, perc que son imperceptibles para nosotros en virtud de la pequefiez de sus masas. Por eso afirman que todo se encuentra mezclado con todo, por haber observado que todo se genera de todo. Ahara bien, si las cosas se nos aparecen como diferentes y reciben nombres diferentes unas de las otras, ello es por causa de aqu~l que, entre los infinitos componentes de Ia mezcla entra en ella en mayor proporcion. No hay, en efecto, ·un~ totalidad que sea puramente blanca, negra, dulce, carne o hueso sino que aquello que cada cosa contiene en mayor proporcion, parece ser la naturaleza misma de la cosa. Ahara bien, si lo infinite en cuanto infinite es in53
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cognoscible, entonces, tanto lo infinito en numero como en magnitud constituye una cantidad incognoscible. Lo infinito en especie, en cambio, una cua10 lidad incognoscible. Pero silos principios son infinitos tanto en numero como en especie, resulta imposible conocer lo que deriva de ellos. En efecto, admitimos conocer lo compuesto toda vez que conocemos de cuales y cuantas casas se com pone. Y, si es necesario mas, aquello cuya parte puede ser de cualquier magnitud en grandor y pequeiiez, tam bien ello mismo puede serlo; me refiero a alguna de aquellas partes en las que 15 el todo que las contiene puede dividirse. Por cierto que, si un animal o una planta no puede ser de cualquier magnitud en grandor y pequeiiez, es evidente que tam poco lo sera ninguna de sus partes cualesquiera, pues, en tal caso, tambit~n el todo sera similar. Carne, hueso, etcetera, son partes del animal tal co20 mo los frutos lo son de las plantas . Evidentemente, entonces, es imposible que la carne o el hueso o cualquier otra cosa por el estilo, pueda llegar a cualquier grado de magnitud ya sea en el mas o en el menos. Supongamos adem
por pequefi.a que sea la cantidad de carne separada, sin embargo, nunca ira mas alla de cierto grado de pe- 30 queiiez, de modo que si la derivaci6n por separaci6n puede completarse, todo iw estara en todo, ya que, en el agua restante, no habra carne. Y, si en caso contrario, no fuera posible completarla y Ia extracci6n pudiera continuar indefinidamente, se sigue entonces que en una magnitud limitada habra una cantidad infinita (de partes) finitas iguales. Pero esto es imposible. Por otro ]ado, si todo cuerpo del que se extrae 35 una parte forzosamente se vuelve mas pequeiio y si la cantidad de carne es siempre limitada en grandor y pequeiiez, es evidente que de la minima cantidad de carne posible no podra derivarse por separaci6n cuerpo ninguno, ya que , (de ser asf, ese cuerpo) sera me- l88a nor que la minima (parte de carne). Ademas , en los cuerpos infinitos podrfa estar ya contenida una cantidad infinita de carne, sangre y cerebra; sin embargo, no separadas unas de otras, pero no por ello en menor medida existentes ni infinita cada una de ellas. Pero esto es absurdo. Que Ia sepa- 5 raci6n no puede ser jamas camp leta lo dice Anaxagoras sin conocer las razones, aunque lo que opina es correcto. En efecto,. las determinaciones son inseparables. Consecuentemente, silos olores y las disposiciones se hallan mezclados, en caso de ser separados, habra un 'blanco' y un 'sano' que nose den en ningun otro ente ni pertenezcan a un substrata, de modo que el noiis de Anaxagoras, al buscar imposibilidades, cae en un absurdo porque, por un ]ado, intenta reali· 10 zar una separaci6n, pero por otro, resulta imposible de lograr tal cosa no solo en cuanto ala cantidad sino tam bien en cuanto a la cualidad. En cuanto a la cantidad, par no haber magnitud minima; en cuanto ala cualidad, porque las determinaciones son inseparables. 55
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Por otro lado, tampoco explica correctamente la generacion de las cosas de la misma especie, ya que, en cierto sentido, el barro se divide en partes de barro, pero en otro sentido no. Y no es el · mismo el modo en que los ladrillos resultan de una casa y una casa de los ladrillos y el modo en que aire y agua se constituyen y nacen el uno del otro. Es preferible, ademas, partir de un numero menor y limitado de principios, como lo hace Empedocles.
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Es evidente que todos postulan a los contrarios como principios, tanto los que sostienen que el todo es uno y no cambia -en efecto, tambien Parmenides pone a lo caliente y a lo frio como principios, aunque los llama fuego y tierra- como los que postulan lo raro y lo denso y Democrito, quien postula lo lleno y lo vacio, de los cuales -afirma- el uno constituye lo que es y el otro lo que no es.
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admitir que, de todos los entes, no hay ninguno que sea por naturaleza capaz de producir ni experimentar alga azaroso por causa azarosa y que un ente cualquiera no se genera de otro cualquiera, a no ser que se tome un caso de generacion accidental. En efecto, ·como se podrfa generar lo blanco de lo culto a no 35 ~er que lo culto se atribuya acCidentalmente a lo no blanco o a lo negro? Pero lo blanco se genera de lo no blanco, es decir no de todo lo que no es blanco sino de lo negro o bien de los intermedios a ambos; y lo 188b culto se genera de lo no culto, solo que no de todo de lo inculto o bien de algo intermedio a ellos, si es que lo hay. Tam poco, en principia, las casas se transforman. por corrupcion en cualquier otra cosa al azar; por e)emplo, lo blanco no se corrompe en lo culto, a no ser que accidental, sino en lo no blanco. Y no en cualquier cosa que no sea blanca, sino en lo negro o bien en lo 5 intermedio. Del mismo modo, tam bien lo culto se corrompe en lo no culto, y ella no en cualquier cosa que no sea culta sino en lo inculto o bien en alga intermedio a ambos, si es que lo hay. Y esto ocurre de modo semejante tainbien en los demas casas, porque a los entes que no son simples sino compuestos se aplica la misma argumentacion. Pero~ porno haber un nom- 10 bre para las disposiciones opuestas no se advierte que ella ocurre . En efecto, es forzoso que todo lo armonico se genere de lo inarmonico y lo inarmonico de lo arm6nico, y que lo arm6nico se transforme por corrupcion en inarmonfa; pero no en cualquier tipo de esta sino en la que es su opuesta. y en nada se diferencia hablar de armonfa, arden o campo- 15 sicion, ya que, evidentemente, la explicacion es la misma. 57
Ahora bien, una casa, una estatua o cualquier otra cosa se genera de modo semejante: la casa, en efecto, se genera a partir del no estar en composici6n sino dispersos de este modo determinado estos materiales determinados; y la estatua, es decir, algo que posee 20 formato, a partir de la deformidad. Es que cada una de estas cosas constituye o un cierto arden o una cierta composici6n. Pues bien, si esto es cierto, todo lo que se genera se generara de los contrarios y lo que se corrompe se corrompera en los contrarios o intermedios a est as casas. Y, a su vez, estos intermedios proceden de los contrarios: por ejemplo, los colores del blanco y del negro. Asf resulta que todas las cosas su25 jetas a generaci6n natural deben ser contrarios o bien derivados de los contrarios. La mayorfa de los demas pensadores estan, poco mas o menos, hasta ese punta de acuerdo, segul). dijimos anteriormente. Toi:los, en efecto, denominan 'contrarios' a los elementos y a los por ellos llamados 'principios ', aun cuando los establecen sin fundamen30 to como si se vieran forzados por la verdad misma. Difieren entre sf, sin embargo, en que unos parten de los contrarios primarios y otros de los derivados, unos, de los mas cognoscibles por via conceptual; otros, de los mas cognoscibles por percepci6n. En efecto, unos po35 nen como causas de la generaci6n a lo caliente y lo frfo, otros a lo httmedo y lo seco, otl'Os a lo par y lo impar o bien al Odio y al Amor. Estas cosas, empero, se distinguen entre sf segun el modo mencionado, de manera que, en cierto sentido, afirman cosas identicas y cosas distintas los unos de los otros. Distintas segti.n parece a la mayorfa, pero identicas por analogfa . 189a En efecto, parten de la misma serie de elementos, ya que algunos de los contrarios contienen (a otros) mientras que otros son contenidos. De este modo,
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entonces, afirman como principios casas semejantes y desemejantes a la vez, peores o mejores. Unos postulan cosas mas cognoscibles conceptualmente, seg(m se ha dicho antes; otros, en cambia, postulan co- 5 sas mas cognoscibles por percepci6n -en efecto, el universal es cognoscible conceptualmente pero el particular es cognoscible por percepci6n, ya que el concepto se relaciona con el universal y la percepci6n con el particular-, vgr. lo grande y lo pequeno son cognoscibles conceptualmente, pero lo raro y lo denso por percepci6n. Consecuentemente, que los principios 10 deben ser contrarios es evidente.
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A continuaci6n, tendriamos que decir silos principios son dos, tres 0 mas en numero. Que el principia sea uno, en efecto, no es posible, ya que los contrarios no son una (mica cosa. Y no hay, adem as, un numero infinito de principios, porque, en ese caso, lo que es no sera objeto de ciencia. Ademas, hay una unica contrariedad en todo genera unitario y la entidad es un genero unico. Tambien porque es posible partir de un numero limitado de principios y es mejor 15 partir de un numero limitado de ellos -tal como lo hace Empedocles- que de un numero ilimitado. En efecto, cree este poder dar respuesta de todas las casas que Anaxagoras explica a partir de un numero ilimitado de principios. Ademas, algunos pares de contrarios son primarios respecto de otros y otros se generan los unos de los otros; vgr. dulce-amargo, blanco-negro. Pero los prin- zo cipios deben ser siempre permanentes.
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Ahora bien, que los principios no son uno ni infinitos resulta manifiesto en virtud de estos (argumentos). Pero, dado que los principios son limitados en numero hay una razon para no postular unicamente dos: en efecto, se podrla plan tear la dificultad de como la densidad tendrfa en su naturaleza la capacidad de ejercer alguna accion sobre la rareza o, por el contrario, esta sobre la densidad. lgualmente ocurrira en cualquier caso de contrariedad, ya que el Amor no se une con el Odio ni produce algo a partir de el ni 25 tampoco el Odio a partir del Amor, sino que ambos han de ejercer su accion sobre una tercera cosa distinta de ellos. Tambien algunos admiten mas principios a partir de los cuales constituyen la naturaleza de los entes. Por lo demas, uno podria todavfa encontrarse con la siguien te dificul tad: si no sed. necesario suponer por debajo de los contrarios una naturaleza distinta (de ellos). En efecto, no vemos a los contrarios como entidad de ningun ente y, por otra parte, es 30 forzoso que el principia nose predique de un substra· to, ya que, en ese caso, habra un principia del pri:ncipio. El substrata es, en efecto, un principia y, al parecer, anterior a lo que de else predica. Afirmamos ademas que una entidad no es contraria a otra entidad, pues, si asf fuere, ;,como podrfa una entidad estar constituida de no entidades? Y ;,como podria ser la no entidad anterior a la entidad? Precisamente por 35 eso, si se consideran verdaderos tanto este ultimo argumento como el anterior, resulta forzoso , si hemos 189b de preservar ambos, admitir una tercera cosa como substrata, tal como afirman los que sostienen que e! universo esta constituido de un unico elemento natural, vgr. agua, fuego o bien algo intermedio a ellos. AI parecer, es mejor considerar que esta constituido por algo intermedio, pues fuego, tierra, aire y agua 60
suponen ya oposiCwnes. En consecuencia, quienes postulan el substrata como algo distinto de estos (elementos) nolo hacen de un modo infundado; o, si se trata de alguno de los elementos, el aire, ya que en relaci6n con los demas es el aire el que posee en menor medida diferencias perceptibles y, despues de el, el agua. Pero todos dan forma a esta unidad valiendose de los contrarios, sea por la densidad y rareza, sea por el mas y el menos. Y es evidente que estos constituyen, en general, (tipos del> exceso y el defecto, segun 1 o se ha dicho anteriormente. Por cierto, parece ser antigua esta opinion de que la unidad, el exceso y el defecto son principios de los entes, aunque no siempre se la sostuvo del mismo modo sino que los antiguos afirman que los dos contrarios son principios activos y la unidad un principio pasivo. Por su parte, algunos pensadores mas recientes afirman, contrariamente, que Ia unidad es (un principio> activo y los dos
to, en un genero unitario siempre hay una (mica contrariedad y, al parecer, todas las contrariedades se reducen a una sola contrariedad. Consecuentemente, que no es uno el elemento ni mas de dos o tres es manifiesto; pero emil de estas dos cantidades es, segun dijimos, constituye una cuesti6n muy diffcil de resolver.
FISICA I 7 Ahara bien, una vez que hemos llegado a este punto hablemos, primeramente, de la generaci6n en general, ya que es natural enunciar, en primer lugar, lo com{m a todos los casos y luego considerar lo peculiar de cada cosa. En efecto, afirmamos que de una cosa se genera otra, es decir una cosa diferente de otra diferente; esto lo decimos tanto (valiendonos de las expresiones) simples como de las compuestas. Y digo esto en el siguiente sentido: por una parte, por cierto, es posible l caso de lo que se genera, a culto. Es compuesto, en cambia, tanto lo que se genera como lo sujeto a generaci6n, vgr. cuando decimos que el hombre no culto se vuelve hombre culto. 5 Ahora bien, entre estos (tipos de expresi6n) los unos se pueden expresar. no solo
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bre lleg6 a ser culto' sino 'el hombre lleg6 a ser cuito'. Y entre las cosas sujetas a generaci6n de las que decimos 'llegar a ser (tal o cual cosa)' con
vuelve culto por generaci6n. Por tanto, tambien en el compuesto es del mismo modo, ya que se dice que de 30 hombre inculto se genera hombre culto y el hombre inculto se vuelve culto por generaci6n. Pero puesto que 'llegar a ser' tiene multiplicidad de significaciones -en efecto, de ciertas cosas no decimos 'llegar a ser' sino 'llegar a ser tal o cual cosa' y solo de las entidades decimos 'llegar a ser' en sentido absoluto-, es evidente que en los demas casos de generaci6n que no son generaci6n de una entidad forzosamente, en lo sujeto a generaci6n algo debe susbistir. En efecto, una 35 cantidad, una cualidad, una relaci6n y un d6nde se generan (como determinaciones) de un-substrato, porque la entidad unicamente no se predica de ningun substrata sino que todas las demas categorias se predi190b can de la entidad. Pero, si se examina la cuesti6n, resultara manifiesto que tam bien las entidades, es decir todas aquellas cosas que son en sentido absoluto, se generan a partir de un substrato. En efecto, siempre hay algo que subyace a partir de lo cual se produce lo generado, 5 vgr. las plantas y los animales de la simiente. Y, entre las cosas que se generan en sentido absoluto, las unas se generan por mutaci6n de su forma, vgr. una estatua; otras por adici6n, vgr. las cosas que crecen; otras por extracci6n, vgr. la estatua de Hermes a partir de la piedra; otras por composici6n, vgr. una casa; otras por alteraci6n, vgr. las cosas que se modifican con respecto a su materia. Pero es manifiesto que todas las cosas 10 que se generan de este modo se generan a partir de substratos. Consecuentemente, es evidente por lo dicho que todo lo sujeto a generaci6n es siempre compuesto y que, por un lado, _hay algo que se genera y, por otro lado, hay algo que por generaci6n llega a ser esto. Pero esto {i.ltimo tiene dos sentidos: en efecto, puede tratarse del substrata o del opuesto. Y llamo 64
'opuesto' a lo inculto y 'substrata' a hombre. Y, ciertamente, , sin embargo, se resuelve por el hecho de existir un substrato distinto de ellos; ciertamente, este ya no es un contrario. Asi resulta que los principios, en cierto modo, no son mas que los contrarios sino dos, por asi decir, en
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numero. Pero, a su vez, no son dos en sentido estricto, por pertenecerle a cad a uno un ser dis tin to; son, 191 a entonces, tres. En efecto, "ser hombre" es distinto de "ser inculto" y "carente de forma" es distinto de "ser de bronce". Pues bien, hemos dicho cuimtos son los principios de los entes naturales sujetos a generacion y por que son tantos. Tambien resulta ya evidente que los contrarios deben tener un substrata y que los contrarios 5 son dos. En otro sentido, empero, esto no es necesario, pues bastadi que uno de los contrarios produzca el cambio con su ausencia o su presencia. Ahora bien, Ia naturaleza subyacente es cognoscible por analogfa. En efecto, como el bronce es ala es10 tatua, Ia madera a Ia casa o bien [Ia materia, es decir,] lo que carece de forma respecto de cualquiera de las demas cosas que poseen forma antes de recibirla, asi Ia naturaleza subyacente es a Ia entidad, i.e. ala cosa particular o ente. En consecuencia, la materia es uno de los principios aunque no es una ni existe en el sentido en que existe algo determinado. Pero el segundo principia es aquel al que pertenece la definicion y luego lo contrario de esto, la privaci6n. Se ha dicho ya arriba en que sentido los principios son dos y en que 15 sentido son mas de dos. En efecto, se dijo que principios eran unicamente los contrarios; en segundo Iugar, dijimos que forzosamente debfa haber otra cosa como substrata y que, en ese caso, eran tres. Pero, por lo tratado, ahora es evidente cual es el diferenciacion de los contrarios, de que modo se relacionan los principios unos con otros y que es el subs20 trato. Pero aun no se hace manifiesto si entidad es la forma o el substrata. Sin embargo, que los principios son tres o por que son tres y de que modo lo son es e'!idente. En consecuencia, cuantos y cuales son los 66
pnnc1p10s queda estudiado a partir de estos tratamientos. FISICA I 8
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Despues de estas argumentaciones, digamos que de este unico modo queda resuelta Ia dificultad de los antiguos. En efecto, los primeros que investigaban de un modo filosofico Ia verdad y la naturaleza de los entes desviaron el rumbo, pues se vieron impulsados por su inexperiencia a tomar otro camino. Asi, afirman que ningun ente se genera ni se corrompe, ya que es forzoso que lo que se genera se genere de lo que es o bien de lo que noes; ambas cosas, sin embargo, son imposibles. Por cierto que lo que es no se genera -pues ya era- y a partir de lo que no es tampoco podria generarse nada, ya que es necesario que haya un substrata. Y seguidamente, agravando lo que de este modo resulta, afirman que tampoco existe una multiplicidad sino solo lo que es mismo. Asi pues, aquellos adoptaron esta opinion por lo que se ha dicho. Nosotros, en cambio, decimos que hay un sentido en el que el generarse de lo que es o de lo que no es, o bien que lo que no es o lo que es ejerza o padezca alguna accion o bien que una cosa cualquiera se convierta por generacion en algo determinado, en cierto modo; en nada se diferencian de que el medico ejerza o padezca alguna accion o que de medico se produzca o genere algo. Asi pues, dado que esto (tltimo posee un doble significado, resulta evidente que algo se genera de lo que es o que lo que es ejerce o padece alguna accion. Pues bien, el medico construye una casa no en cuanto medico sino en cuanto constructor y se vuelve blanco por generaci6n no en cuanto medico sino en cuanto negro; pero cura o se vuelve incapaz de 67
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curar en cuanto medico. Sin embargo, dado que fundamentalmente y en sentido primario decimos que el medico ejerce 0 padece alguna aeci6n 0 que algo se genera del medico en caso de que ejerza esas acciones 0 bien elias se generan de el en cuanto medico, es evidente que tambien generarse de lo que noes significa lo siguiente: que se genera de lo que noes en cuanto 1o no es. Es precisamente esto lo que aqueilos dejaron de lado al no hacer esta distinci6n y, en virtud de este desconocimiento, se equivocaron tanto que creyeron que nada se genera ni se deriva de las demas cosas, sino que suprimiewn todo tipo de generaci6n. Por nuestra parte, tarnbi€m nosotros afirmamos que nada se genera en sentido absoluto de lo que no es pero, en cierto sentido, si hay generaci6n a partir de lo que no 15 es, vgr. por accidente. En efecto, de Ia privaci6n (que por si misma es una forma de no ser) se genera algo que no preexistia en ella. Pero este es un hecho sorprendente y, al parecer, es imposible que algo se genere en este sentido, (es decir ,) a partir de lo que noes. Del mismo modo, empero, tam poco es posible que algo se genere de lo que no es ni que lo que es se genere, a no ser por accidente. Pero es imposible que se de esta forma de generaci6n del mismo modo en que, por ejemplo, animal se generarfa de animal, es decir, un animal de un animal; por ejemplo, si se generara 20 un perro (de perro o un caballo) de caballo. En efecto no solo de un animal particular podria generarse el' perro sino tambien de animal; pero no en cuanto animal, pues esto yale pertenecia. Mas si una cosa cualquiera ha de volverse animal y no accidentalmente, no se producini a partir de animal ; y, si algo deviene algo que es, ho se generara de lo que es ni de lo que no es. 25 En efecto, se ha dicho cual es para nosotros el significado de la expresi6n "a partir de lo que no es" : "de 68
lo que no es en cuanto no es". Adem as, no estamos tampoco suprimiendo el axioma de que toda cosa es o no es. El anterior es, en efecto, un modo (de resolver Ia cuesti6n>; otro modo, en cambio, es sotener que l,as mism as cos as pueden decirse seg(m Ia potencia y el acto. Este (modo de explicaci6n>, sin embargo, se lo ha determinado con mas precision en otro Iugar. Asi 30 pues, como deciamos, estan resueltas las dificultades por las que se veian obligados a rechazar algunas de las cosas expuestas. En efecto, por esta raz6n, los antiguos se apartaron tanto del camino del tratamiento de Ia generaci6n y de Ia corrupci6n y, en general, del cambio. Ciertamente, si se hubiese examinado esta na~ turaleza, se habria resuelto toda su falta de conocimiento.
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Ciertamente, hay algunos otros que se dedicaron a 35 la investigaci6n de la naturaleza, aunque de un modo insuficiente. En efecto, en primer Iugar, convienen en que algo se puede generar en sentido absoluto a partir de lo que no es; yen este punto Parmenides se expre- 192a sa correctamente. Luego, creen que si la naturaleza es numericamente tJUa, tam bien es solo una en potencia. Pero esta ultima es (una cuesti6n) muy diferente: en efecto, nosotros afirmamos que materia y privaci6n son cosas distintas y que, de estas dos cosas, la materia es algo que no es por accidente mientras que la pri- 5 vaci6n es algo que no es por si. Y la materia esta, en cierto ·modo, proxima a la entidad pero la privaci6n no lo esta en modo alguno. Oti'os, de modo semejante, postulan a lo grande y lo pequeno -ya sea juntos o cada uno de los dos por separado- como lo que no 69
es. Asi resulta que este tipo de triada es completamente distinto del nuestro. En efecto, hasta este pun10 to avanzaron porque es necesario que haya una naturaleza subyacente y a esta la postulan como (mica. Y por cierto que si se Ia postula como dfada llamandola "grande" y "pequeiio" en no menor medida se esta postulando la misma cosa, ya que se paso por alto la otra naturaleza. En efecto, la naturaleza subsistente es concausa de lo que se genera junto con la forma, como una madre. Y frecuentemente a quienes po15 nen su atencion en su aspecto negativo podria parecedes que la otra parte de la contraried~d no existe en absoluto. En efecto, si existe algo divino, bueno y a lo que debe aspirarse, diremos que la privaci6n es lo contrario de ello y que la materia es aquello que constitutivamente tiende a ello y lo desea en virtud de su propia naturaleza. En cambio, a estos les resulta que lo 20 contrario aspira a su propia corrupcion. Noes posible, empero, que una misma forma aspire a sf misma ya que, (en tal caso,) no carece de nada, ni tampoco que aspire a ella (Ia forma) contraria, pues los contraries son causa de corrupcion reciproca. 25 empero, en un sentido se corrompe y se genera pero no en otro, ya que considerada como aquello que esta en ella por si misma, se corrompe, pues lo que en ella se corrompe es la privacion. Pero, considerada seg(m la potencia, no se genera ni se corrompe por si sino que, forzosamente, la materia es incorruptible e inengendrable, ya que si ella se generase seria necesario, en primer lugar, un substrate, es decir, algo inmanente a partir de lo cual ella fuese generada. Pero esto 70
(que subyace) es la misma naturaleza, de modo que 30 existira aun antes de generarse. Llamo, en efecto, 'materia' a lo primero que subyace a cada cosa, es decir, aquello inmanente desde donde una cosa se genera no accidentalmente. Y en caso de que se corrompa, habra Jlegado a su termino, de modo que se habra corrompido antes de comenzar a corromperse. Por otra parte, en cuanto al principio formal, si es uno o multiple y cual o cuales son es tarea de Ia filosofla prime- 35 ra determinarlo con precision, asi que dejemoslo para el momento oportuno de tratarlo. Y de las formas fi- 1 g 2 b sicas y corruptibles hablaremos en indicaciones ulteriores. En consecuencia, que hay principios, cuales y cuimtos son nvmericamente queda de este modo determinado. Continuemos ahora haciendo nuestra exposicion y comenct~mos por un nuevo punto de partida.
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FISICA II 1 Entre los entes, unos son por naturaleza; otros, en cam bio, por otras causas. Por naturaleza son los animales y sus partes, las plantas y los cuerpos simples, 10 vgr. tierra, fuego, aire y agua. En efecto, afirmamos que estas y las demas cosas de este tipo son por naturaleza. Todas estas cosas, evidentemente, se diferencian de las que no estan constituidas por naturaleza, ya que cada una de elias tiene en si misma el principia del movimiento y del reposo: unas en cuanto allugar, otras en cuanto al aumento y la disminuci6n, otras en 15 cuanto ala alteraci6n. En cambia, una cama, unmanto o alguna otra cosa de tal clase, en cuanto se le aplica cada una de esas denominaciones y en la medida en que existe por arte, no tiene ninguna tendencia innata al cam bio; pero, en cuan to los en tes artificiales son accidentalmente de piedra, de tierra o bien una mez- 20 cla de estas cosas y en tal medidaj si tienen esa tendencia. Porque la naturaleza es cierto principia o, mas precisamente, es causa del movimiento o del reposo en aquello en que es inherente en sentido primario y por sf, es decir, no por accidente. Y digo 'no por accidente' porque uno podria volverse causa de salud para si mismo si fuera medico; pero, sin embargo, no posee 25 el arte de la . medicina en cuanto es sanado sino que por accidente el mismo hombre es medico y paciente. Por tanto, esta separada una cosa de la otra. De modo semejante tam bien ocurre en los demas entes producidos artificialmente, pues ninguno de ellos tiene en si mismo el principia de su producci6n sino que unos lo tienen en otras cosas y es entonces externo, ugr. una casa y los demas entes hechos a mano. Otros, en cam- 30 73
bio, lo tienen en sf mismos aunque no por si, ugr. todos aquellos que accidentalmente podrian volverse causas de si mismos. Consecuentemente, naturaleza es lo que se ha dicho. Ademas, tiene naturaleza todo aquello que posee un principia como el descripto; todas estas cosas son tambien entidad, ya que ellas son cierto substrata y Ia naturaleza esta siempre en un substrata. Pero no solo estas cosas snn conforme a Ia 35 naturaleza sino tambien todos aquellos atributos que por sf les pertenecen, vgr. al fuego trasladarse hacia arriba. Esto, en efecto, no es naturaleza ni tiene natu1938 raleza sino que es por naturaleza y conforme a la naturaleza. Se ha dicho, entonces, que es Ia naturaleza y que significa "por naturaleza" y "conforme a Ia naturaleza". Ahora bien, in ten tar mostrar que la naturaleza existe seria ridiculo, pues es evidente que hay multiplicidad de entes naturales. Pero, mostrar las cosas evidentes por las no evidentes es propio d~l que no 5 puede discernir lo cognoscible por si de lo que no lo es; y que esto puede suceder resulta manifiesto, ya que alguien podria argumentar sobre los colores aun en el caso de ser Ciego de nacimiento. En consecuencia, es forzoso que para hombres semejantes Ia discusion sea solo verbal y que no haya un entendimiento genuino de la cuestion. Algunos opinan que Ia naturaleza o, mas precisa19 mente, la entidad de los entes naturales es lo primero inmanente a cada cosa, informe en cuanto tal. Por · ejemplo, Ia naturaleza de una cama es la madera; de una estatua, el bronce. Seiial de ello -afirma Antifonte- es que si se enterrara una cama y la putrefaccion adquiriera tanta fuerza que hiciera salir un brote, no se generaria una cama sino madera. de que lo uno se da accidentalmente, es decir, Ia disposicion acostumLrada de cama y el arte (con
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el que se la construye). La entidad, en cambio, es aquella que permanece de un modo continuo mientras padece esas afecciones. Pero, si a carla una de es· · tas casas le ocurre lo mismo respecto de otra, vgr. el bronce y el oro respecto del agua, los huesos y maderas respecto de Ia tierra y de modo semejante tambien en cualquier otro caso ,. esto itltimo -seg(m ellos20 debe ser Ia naturaleza o entidad de lo primero. Precisamente por eso, algunos afirman que fuego, otros que tierra, otros que aire, otros que agua, otros que algunas de estas casas y otros que todas ellas constituyen la naturaleza de los entes. En efecto, aquello que alguno de ellos admite que es del tipo descripto, ya sea uno o multiple, afirma que eso o esas cosas es Ia entidad de todo; todas las demas cosas, en cambio, no son mas que sus determinaciones, estados y disposi- 25 ciones. Y cualquiera de las cosas que ellos postulan debe ser eterna, ya que, en si mismas, no admiten cambia. Pero lo demas esta sujeto a generacion y corrupcion indefinidamente. Pues bien, asf se entiende en un primer sentido :naturaleza': la materia primera que, en cada caso, es substrata de las ~osas que tienen en sf mismas el principia del movimiento y del cambia. En otro sentido, 30 naturaleza es la forma y su determinacion conceptual espedfica. En efecto, tal como se llama 'arte' a lo que es conforme al arte, es decir, a lo artistico, asi tambien se llama 'naturaleza' a lo que es conforme a la naturaleza, esto es, a lo natural. Pero de ninglin modo dirfamos que algo es conforme al arte ni que es arte si . solo es, (por ejemplo,) cama en potencia pero todavia 35 no tiene la forma de cama. Tampoco (lo diremos) respecto de las cosas que estim constituidas por naturaleza, ya que la carne o el hueso en potencia no tienen aun su propia naturaleza ni son por naturaleza antes 193b 75
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I I de adquirir su determinacion conceptual espec:lfica, por medio de la cual establecemos la definicion de carne o hueso. En este segundo sentido, por tanto, la naturaleza de los entes que en si mismos poseen el principia del movimiento sera la configuracion o, mas precisamente, la forma, la cual es no separable a no 5 ser conceptualmente. En cambio, el compuesto de materia y forma no es naturaleza sino que es por naturaleza, por ejemplo, hombre. Ademas, la forma es en mayor medida naturaleza :JUe la materia, ya que cada cosa recibe el nombre que Ia determina como tal siempre que ella esta en acto mas que cuando esta en potencia. Ademas, hombre se genera de hombre pero cama nose genera de cama. Por eso tambiim afirman que Ia naturaleza (de cama) 10 no es Ia figura sino Ia madera, porque en caso de que la madera germinara no se generar:la una cama sino madera. Entonces, si Ia madera es naturaleza, ~e sigue que la forma tambiim es naturaleza, pues de hombre se genera hombre. Ademas, la naturaleza entendida como generaci6n es un transito a la riaturaleza (propiamente dicha). En efecto, la curaci6n no se entiende como un transito al arte de curar sino a la salud, ya que es forzoso que la 15 curaci6n proceda del arte de curar pero que no (se encamine> hacia el. No es as:l, empero, la relaci6n que tiene la naturaleza entendida como generaci6n con Ia naturaleza propiamente dicha: por el contrario lo ' que crece, en cuanto crece, va de una cosa a otra. Ahora bien, t,hacia que dirige su crecimiento? No lo dirige hacia su punto de partida sino hacia su punto final. En consecuencia, Ia forma es naturaleza. Sin embargo, la forma y la naturaleza tienen dos significados; en efecto, la privaci6n es, en cierto modo tam20 .bien forma. Pero si la privaci6n es tambiim alg~ con76
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trario a Ia generaci6n en sentido absoluto o no lo es ' hemos de examinarlo mas tarde. FISICA II 2
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Puesto que hemos determinado en cuantos sentidos se entiende Ia naturaleza, hay que considerar ahora en que se diferencia el matematico del fisico. En efecto, los cuerpos naturales tienen superficie, volumen, longitud y puntos, cosas sobre las que investiga el matematico. Debemos examinar, ademas, si Ia astronomia es una ciencia distinta o bien es parte de la fisica, ya que si corresponde al fisico saber que es el sol o la luna resulta absurdo que no conozca sus atributos esenciales. Y, principalmente, porque, claro esta, los que discurren sobre Ia naturaleza y la figura de Ia luna o del sol tam biEm investigan si Ia tierra y el mundo son esfericos o no. Ahora bien, de estas cosas tambien se ocupa el matemittico pero no en cuanto cada una de elias es limite de un cuerpo _natural; tampoco estudia los accidentes en cuanto atributos de tales entes. Por eso el tambien separa, ya que dichas cosas son separables del movimiento por medio del pensamiento y esto no hace ninguna diferencia (para el matematico) ni se produce error en tal separaci6n. Pero los que sostienen las Ideas tam~ien hacen esto aunque inadvertidamente , ya que separan los entes naturales aun cuando son menos separables que los matematicos. Pero esta cuestion se tornarfa evidente si se intentara definir cada una de las dos cosas por separado, es decir: los entes en ?i mismos y sus accidentes. En efecto, por una parte lo 1mpar Y lo par, lo recto y lo curvo y por otra el m1mero, la linea y Ia figura deben existir sin movimiento. En cambio, la carne, el hueso y el hombre no estan 77
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privados de movimiento sino que este ultimo tipo de entes se entiende como "nariz chata" pero no como "lo curvo". Esto tambien se hace evidente en las disciplinas matematicas mas cercanas a Ia fisica, vgr. optica, arm6nica y astronomia. Elias, en efecto , son ' ' en cierto modo, contrarias a Ia geometrfa, pues Ia geometria investiga lo concerniente a Ia linea fisica pero no en cuanto fisica; la 6ptica, por su parte, investiga Ia linea matematica pero no en cuanto matematica sino en cuanto ffsica . Pero, puesto que la naturaleza se entiende de dos modos -como forma y como materia- hay que estudiarla como si examinaramos en que consiste lo que se refiere a Ia chatura de Ia nariz. As{ pues, entes como los descriptos no se dan sin materia ni son
ca conocer 'aquello en vistas de lo cual', es decir, el fin y cuantas cosas son en vistas a un fin. Pero la naturaleza es fin y causa final; en efecto, de aquellas cosas de las que el movimiento es continuo y hay un fin de su movimieuto, este fin es no solo (el) ultimo termino sino tambien Ia causa final. Por eso tambien el poeta burlonamente se vio inducido a decir: "Tiene el fin para el que nacio". En efecto, no pretende ser fin cualquier termino ulterior sino solo el mejor. Puesto que las artes tam bien producen Ia materia -unas absolutamente, otras Ia adecuan a sus propositos- nos servimos de todo como si todas las cosas existiesen para nosotros. En efecto, en cierto sentido, tam bien nosotros somos un fin, pues la finalidad tiene dos significados. Esta cuestion ya Ia herrios tratado en el De Philosophia. Por otra parte, las artes que gobiernan la materia y la conocen son dos: una, Ia que se vale de ella; Ia otra, Ia que gobierna la producci6n. Por eso tambien Ia que se vale de Ia materia es, en cierto modo, arquitectonica; Ia diferencia estriba en que la arquitectonica conoce Ia forma mientras que Ia otra, en cuanto arte productiva, conoce I~ materia. En efecto, el timonel conoce y prescribe cual es la forma del timon; el constructor, en cambia, sabe de que clase de madera y de que movimientos estara constituido el timon. POl' tanto, en los entes artificiales nosotros producimos Ia materia en vistas de su funci6n pero en los naturales Ia materia ya preexiste. Ademas, el termino 'materia' es relativo, ya que a una forma distinta correspondera una materia distinta. (.Hasta que punto, entonces, de' be conocer el ffsico Ia forma o, mas precisamente, el ~que es'? (.No sera que debe conocer Ia forma tal como el medico conoce el nervio o el herrero el bronce, es decir, solo en la medida en que cada cosa propia del 79
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arte en cuestion es en vistas de algo y se encuentra relacionada con aquellas cosas que, aunque separables formalmente estan, sin embargo, en la materia? En efecto, hombre engendra a hombre y tambien el sol. Pero delimitar como es y en que consiste lo separable 15 , es tarea de la filosofia primera.
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Una vez hechas estas distinciones, tenemos que examinar ahora lo concerniente a las causas: cuales son y cual es su numero . En efecto, puesto que la investigacion se lleva a cabo para saber y como no creemos saber nada antes de aprehender el porque de cada cosa -y ello es, precisamente, aprehender la causa primera- se hace evidente que debemos investigar el porque de Ia generaci6n, de la corrupcion y de todo cam bio fisico, de modo que, conociendo sus principios, intentemos remontar a ellos cada una de las casas investigadas. Ahora bien, se llama causa, en un primer sentido, a aquello inmanente desde donde algo se genera, vgr. el bronce es causa de la estatua, la plata de la copa y tam biEm sus generos. En otro sentido, en cam bio, es causa la forma y el modelo, es decir, la definicion del 'que era ser' y sus generos, vgr. de la octava es causa la relacion de dos a uno y, en general, el numero y las partes que entran en la definicion. Ademas, es causa el principio primero desde donde procede el cambia o el reposo, vgr. el que tom6 una decision es causa (de sus actos>, el padre es causa del hijo y, en general, lo que produce es causa de lo producido y lo que es capaz de producir cambia de lo que es capaz de sufrirlo. Ademas, causa se entiende tam bien en el sentido del fin y este es 'aquello en vistas de lo cual', vgr. del pasear es 80
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causa la salud. En efecto, (,por que pasea? y respondemas: "para estar sano"; y una vez que hemos respondido de este modo creemos haber dado la causa. Ade- 35 mas, claro esta, (tam bien nos expresamos asi> respecto de todas aquellas cosas que, siendo otro el motor, se generan como algo intermedio entre el motor y el iin, vgr. el adelgazamiento es causa de la salud o bien la purga o los medicamentos o los instrumentos (medi- 195b cos.) Todas estas cosas, en efecto, son en vistas de un fin, pero se diferencian entre si porque mientras unas son efectos las otras son instrumentos. Pues bien, poco mas o menos las causas se dicen de todas estas formas y, al tener las causas multiplicidad de significados, resulta que tam bien hay muchas cau5 sas del mismo objeto y no por accidente; vgr. de estatua son causa la estatuaria y el bronce. Y esto no en relaci6n con otra cosa sino en cuanto estatua. No son, empero, causa del mismo modo sino que lo uno lo es como materia mientras que lo otro lo es como principia de movimiento. Hay tambien algunas causas que son recfprocas, vgr. trabajar es causa del vigor y este 10 lo es del trabajar. Sin embargo, no del mismo modo sino que lo uno es causa como fin y lo otro, en cambia, como principio de movimiento. Ademas, una misma cosa puede ser causa de contrarios, ya que aquello que al estar presente es causa de este (efecto) cuando esta ausente, a veces, lo postulamos como causa del efecto contrario. Por ejemplo, consideramos que la ausencia del piloto es causa de la perdici6n de la nave, pero su presencia era causa de la salvaci6n de la misma. 15 'l'odas las causas ahora mencionadas se reducen, muy claramente, a cuatro tipos: en efecto, las letras de las sflabas, la materia de las cosas fabricadas, el fuego y los demas elementos semejantes de los cuer81
pos, las partes del todo y las premisas de Ia conclusion son causas en el sentido de 'aquello desde donde se genera algo'. Pero, entre estas cosas, unas son como el 20 substrata, vgr. las partes; otras son como el 'que era ser': el todo, Ia com posicion y Ia forma. Pero la simiente, el medico, el que tomo una decision y, en general, el agente son todas causas en el sentido de 'aquello desde donde proviene el principia del cambia, del reposo [ o del movimiento']. Otras cosas son causas, en cambia, como el fin, es decir, el bien de lo demas, ya que aquello en vistas de lo cual algo se hace es lo mejor y quiere ser el fin de las demas cosas. Ten25 gase presente, sin embargo, que(, en este caso,) no hay ninguna diferencia en decir bien en sf o bien aparente. Estas son, por tanto, las causas y son tantas en especie; y las modalidades de las causas son muy numerosas, pero resumidas tam bien elias son menos. Las causas, en efecto, se dicen de multiples modos y, entre las causas de la misma especie, la una es causa en sen30 tido inmediato y la otra lo es en senti do mediato; vgr. de la salud son causa el medico y el artesano, de Ia octava el doble y el numero. Y siempre las cosas que contienen son causa de los particulares (que en elias se incluyen>. Ademas, las causas se entienden en el sentido del accidente y sus generos; vgr. causa de Ia estatua es, en un sentido, Policleto y, en otro, el escultor, porque 35 accidentalmente el escultor es Policleto. Es causa tambien lo que contiene al accidente (-i.e. el genera del accidente-), vgr. si hombre fuera causa de estatua y, en un sentido mas general, animal. Pero, entre (las cau195bsas) accidentales hay algunas que se encuentran mas lejos 0 mas pr6ximas que otras, vgr. si se dijera que hombre blanco y hombre culto son causa de estatua. Pero todas
sentido propio como las accidentales, unas se dicen en 5 el sentido de Ia potencia y otras en el del acto; vgr. de construir una casa es causa el constructor o un constructor que esta construyendo. Y de modo semejante al expuesto habra que expresarse tam bien respecto de aquellas cosas de las que las causas son causas; vgr. de esta estatua particular o de estatua o, en general, de imagen son en conjunto seis, aunque se entienden en dos sentidos: en efecto, elias son causas como lo particular o como genera o como accidente o como genera del accidente o 15 como combinadas entre sf o bien como dichas sin combinacion. Todas elias, sin embargo, son entendidas como causas en acto o en potencia; pero la diferencia entre elias estriba en que las causas en acto y las causas particulares existen o no existen simultaneamente con los objetos de los que son causas; por ejemplo, este que estii curando y este que esta siendo sanado, y este que esta construyendo con esto que es- 20 ta siendo construido. Las causas en potencia, en cambia, no sie1npre son (asf,> ya que la casa y el constructm no se corrompen al mismo tiempo. Es necesario, entonces, buscar siempre Ia causa mas elevada en cada caso como tambi€m en las demas cosas; vgr. el hombre construye porque es constructor pero el constructor construye conforme al arte de construir y esta ultima es, ciertamente, Ia causa primera. Asf tambien ocurre 25 en todo lo demas.
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generos como causas de los generos y los particulares como causas de los particulares; vgr. escultor tornado en general es causa de estatua pero este escultor en particular es causa de esta estatua particular. las potencias como causas de las cosas posibles y las cosas en acto como causas de las cosas en acto. Consiguientemente, cuantas son las causas y de que modo lo son quede para nosotros suficientemente determinado de este modo. FISICA II 4
Se dice que tanto el azar como Ia espontaneidad se encuentran entre las causas y que multiplicidad de cosas son y se generan por azar y por espontaneidad. Hay que examinar, entonces, de que modo el azar y Ia espontaneidad se encuentran entre las causas mencionadas y si el azar y Ia espontaneidad son lo mismo o 35 bien algo diferente y, en general, en que consiste el azar y la espontaneidad. En efecto, algunos dudan de si existen o no, pues esta 196a claro -dicen- que nada se genera por azar sino que hay una causa determinada de todas las cosas que decimos se generan por espontaneidad o por azar. Por ejemplo, causa de ir al agora por azar y de encontrar a quien se querfa pero no se esperaba encontrar es la 5 decision de ir al mercado a hacer negocios. Y de modo semejante ocurre tam bien en los demas casos atribuidos al azar: siempre es posible encontrar una causa pero no azar. Porque, si efectivamente el azar existiera de alg(m modo, parecerfa, en verdad, absurdo y se podrfa preguntar por que raz6n nunca ning(tn sabio antiguo, al formular las causas de la generaci6n y la corrupci6n, dio ninguna definicion sobre el azar. Por 10 .el contrario, parece que tampoco ellos crefan que algo 84
fuera efecto del azar. Pero esto ultimo tambien es sorprendente, ya que muchas cosas se generan e inclu- · so son por azar y espontaneidad, aun cuando no ignoramos que es posible remontar cada cosa particular, entre ,las que estan sujetas a generaci6n, a alguna causa determinada, tal como dice el antiguo argumento que niega el azar. Sin embargo, todos afirman que al- 15 guna de estas cosas son por azar y otras no. Por eso tambien de algun modo y en cierto sentido, los antiguos deberfan haber hecho alguna menci6n del azar. Pero, ciertamente, no pensaban que el azar fuera alguna de las causas mencionadas por ellos, ugr. Amor, Odio, Intelecto, fuego o alguna otra cosa similar. Consecuentemente, ya sea que no admitian que el azar existiera o si lo dejaban de lado aunque creian en su existencia, el heche resulta extrano. En efecto, algunas veces se valen de el; asf, por ejemplo, Empedo- 20 cles afirma que el aire se separa en lo mas alto) aunque no siempre sino en cuanto resulta por azar. Por cierto, en su Cosmogonia dice: "al hacer su recorrido se encontr6 de este modo, peromuchas veces de otro." Tambien afirma que las partes de los animales, en su mayorfa, se generan por azar. Ademas, hay algunos 25 que postulan como causa de este universe y tambien de todos los mundos a la espontaneidad; en efecto, 1 afirman que el torbellino y el movimiento que separa I y dispone 'el todo en este orden se genera por espontaI neidad. Esto tambien es extraiHsimo, ya que dicen I que los animales y las plantas no son ni se generan por azar sino que la naturaleza, el intelecto o alguna otra 30 . cosa por el estilo es la causa. En efecto, de cada semilla no se genera aquello que resulta ser por azar sino que de esta semilla determinada se genera el olive y de esta otra se genera hombre.
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Por otro lado, sostienen que el cielo y las cosas visibles mas divinas se generan por espontaneidad pero 35 no tienen una causa semejante a la de los animales y las plantas. Por tanto, si
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Ahora bien, primeramente, puesto que vemos que hay cosas que se generan siempre del mismo modo mientras que otras lo hacen la mayor parte de las veces, resulta evidente que ni el azar ni lo atribuido al azar se entiende como causa de ninguna de estas dos cosas: ni de lo que necesariamente y siempre es ni de I~, que es en Ia mayoria de los casos. Pero, como tambien hay cosas que se generan al margen de estas y dad.o que todos afirman que ellas son por azar, es mani15 ftesto que el azar y Ia espontaneidad existen de algun modo. En efecto; sabemos que tales cosas son efectos del azar y que los efectos del azar son tales. Pero , ent~·e las cosas sujetas a generaci6n, unas se generan en 86
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vistas de un fin y otras no; yen tre las prim eras, unas se producen por elecci6n y otras no. Sin embargo, ambas se encuentran entre lo que es en vistas a un fin. Consecuentemente, es evidente que no solo en aquello que se da al margen de la necesidad sino tambien 20 en lo que ocurre la mayor parte de las veces hay algunas cosas respecto de las cuales puede darse la finalidad. Son en vistas a un fin cuantas cosas se podrfan llevar a cabo por un proposito y todo lo que es por naturaleza. Claro esta que siempre que tales cosas se generan accidentalmente afirmamos que son por azar; en efecto,. tal como 'ser' se dice por sf y por accidente, 25 asf tambiim puede ser la causa. Por ejemplo, de casa es causa por sf el arte de construir; lo blanco o lo cuito, en cam bio, es causa accidental. Ahora bien, Ia causa por sf es determinada mientras que la accidental es indeterminada, pues infinitas cosas podrfan atribuirse de un modo accidental a un unico hecho. Segun se ha dicho, entonces, cada vez que en las cosas generadas 30 en vistas a un fin se produce un hecho accidental, en ese caso, se dice que es un efecto de la espontaneidad o del azar. La diferencia entre espontaneidad y azar la hemos de precisar mas tarde; pero ahora tengamos como algo evidente que ambas cosas se encuentran entre lo que es en vistas a un fin. Por ejemplo, alguien habrfa podido ir al agora para cobrar su dinero, si hubiese sabido el momenta en que su deudor obtendria un pago; sin embargo, no fue con este proposito sino que 35 se dio el caso de que fuera (al agora) y de que obtuviera su dinero. Y esto le ha ocurrido no porque fuera con muchil frecuencia al agora ni por necesidad sino que el fin, es decir, el cobra del dinero no estaba entre sus 197 a causas sino entre lo que es objeto de elecci6n y se da por un proposito; y, en tal caso, se dice que fue al agora por azar. Pero si hubiese venido premeditada87
mente y con este prop6sito -ya sea que siempre frecuentase el Iugar o solo lo hiciera en Ia mayor parte s de los casos-, no habria venido por azar. Resulta evidente, entonces, que el azar es una causa accidental que se encuentra entre las cosas que, intencionalmente, son en vistas a un fin. El azar y el prop6sito, por tanto, se refieren al mismo objeto, ya que no hay elecci6n sin un prop6sito. Ahora bien, es forzoso que las causas a partir de las cuales se podria generar un efecto del azar sean indeterminadas. De aqui tambien resulta que el azar, al parecer, es propio de lo indeterminado yes oscuro al 10 hombre. Yen este sentido, pareciera que nada se genera por azar; todas estas cosas, en efecto, estan correcta y fundadamente dichas. Es posible, ciertamente, que algo se genere por azar, pues se genera por accidente; y el azar es una causa accidental. Pero, en sentido absoluto el azar no es causa de nada; vgr. de casa es causa por si el constructor de casas, pero acci15 dentalmente causa de casa es tambien el flautista. Y para quien fue al agora y obtuvo su dinero aun cuando no tenia Ia intenci6n de hacerlo, las causas son infinitas en numero. En efecto, al ir al agora podemos desear ver a alguien, hacer una acusaci6n, defendernos o bien contemplar un espectaculo. Ademas, afirmar que el azar es algo que esta mas alla de Ia raz6n es adecuado, ya que Ia raz6n se aplica a los entes que son siempre o que lo son en Ia mayoria de los casas. 20 El azar, en cambia, se da en las cosas que se generan al margen de estas. Por consiguiente, dado que las causas en este sentido son indeterminadas, tambien el azar debe ser algo indeterminado. Pero, sin embargo, en algunos casos se podria poner en duda si, efectivamente, cualquier cosa podria volverse causa de un hecho azaroso, vgr. causa de la salud el viento o el ardor 88
del sol y no el corte de cabello. En efecto, entre las causas accidentales unas son menos remotas que otras. Se llama 'bueno' al azar siem;:;::<} que resulta algo 25 buena de el; 'malo', eii cambia, cuando resulta algo malo. Y hablamos de buena fortuna o de mala fortuna cuando el mal o el bien adquieren cierta magnitud. Por eso, estar a punto de recibir un gran mal o un gran bien es ser desafortunado o afortunado, ya que el pensamiento afirma que (este bien o este mal> son algo existente. En efecto, aquello que es casi ocurrido parece realmente ocurrido. Fun- 30 dadamente, ademas, se dice que Ia buena fortuna es inconstante, ya que Ia fortuna es inconstante. En efecto, ninguna cosa atribuida a Ia fortuna puede darse siempre ni en la mayor parte de los casos. Consecuentemente, segun hemos dicho, tanto el azar como la espontaneidad son causas accidentales en aquello que no puede generarse en sentido absoluto ni en la mayor parte de los casos, pero se podrfa producir en vistas de un fin. 35
FISICA II 6
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El azar se distingue de la espontaneidad porque Ia espontaneida'd posee mayor extension. En efecto, todolo que es producto del azar es por espontaneidad pero no todo lo que es producto de Ia espontaneidad es por azar. Por cierto 1 el azar y lo que es efecto del azar se 197b encuentra entre las casas que podrfan pertenecer a la buena fortuna o, en general, a la acci6n (o actividad pnictica). Por tanto, el azar for zosamente se vincula con lo practico. Sefial de ello es que, al parecer, la 89
buena fortuna es o bien lo mismo que la felicidad o bien esta proxima a ella. Pero la felicidad es cierta ac5 cion
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el caminar se hace en vistas a la obtencion de Ia digestion y sino se produjera elfin deseado para el que camina, decimos entonces que ha caminano en vano y que la 25 caminata ha sido vana. Esto, en efecto, significa Ia expresion "en yano": lo que naturalmente se hace con vistas a otra cosa pero no puede cumplir aquello que era su fin y su disposicion natural. Por eso, si uno dijera que se baii.o en vano porque el sol nose oculto, seria ridfculo. En efecto una cosa no se hacfa en vistas de la otra. ' De este modo, pues, se aplica lo esponhineo conforme a su nombre siempre que algo se produce en va- so no. La piedra, ciertamente, no cay6 con el fin de causar una herida; la piedra, por tanto, cayo por espontaneidad porqtie podria caer por obra de alguien y con el proposito de causar una herida. Pero fundamentalmente, en las generaciones naturales la espontaneidad esta separada de lo que es efecto del azar, ya que cuando algo se genera contra naturam, en ese caso, no decimos que es efecto del azar sino mas bien que se 35 ha generado por espontaneidad. En este caso, empero, tam bien hay una diferencia; en efecto, Ia causa de lo espontimeo es externa mientras que Ia del azar es interna. Pues bien, se ha dicho que es la espontaneidad Y 198a que el azar; ademas, hemos dicho en que se diferencia lo uno de lo otro. Pero en cuanto a los tipos de causalidad, · azar y espontaneidad se encuentran entre lo que es causa como aquello desde donde procede el principia del movimiento. En efecto, siempre se da alguna de las causas naturales o de las que operan por un proposito; la can tid ad de elias, sin embargo, es in- 5 definida . Pero puesto que la espontaneidad y el azar son causas de casas cuya causa podria ser el intelecto o la naturaleza, siempre que accidentalmente algo se vuelve causa de esas mismas casas, y como nada acci91
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dental es anterior a lo que es por sf, se hace evidente que tampoco la causa accidental puede ser anterior a la causa por sf. Por tanto, la espontaneidad y el azar son posteriores al intelecto y a la naturaleza. Asf pues, si, en un caso extrema, la espontaneidad fuera causa del cielo, forzosamente el intelecto y la naturaleza serian causas no solo de muchas otras cosas sino tambien de este universo.
FISICA II7 Que hay causas y que numericamente son tantas cuantas afirmamos es evidente. En efecto, el porque 15 comprende tal numero de causas, ya que, en ultimo termino, se reduce, (a) en el caso de los entes inmutables, al que es. Por ejemplo, en los entes matematicos, pues el porque se reduce a la definicion de lo recto, de lo conmensurable 0 bien de alguna otra cosa de esta indole. (b) los saquearon; o (c) tambien al fin: para detentar el mando; o (d) a Ia materia en las cosas ·que ademas de los otros movimientos> 20 estan sujetas ~ gerieraci6n _. Por lo tanto, que las causas son tales y tantas resulta evidente. Ahara bien, puesto que las causas son cuatro sera tarea del fisico conocerlas todas y hacienda referencia a todas elias -a la materia, a la forma, al motor y al fin-, podra responder al porque de un modo ffsico. Pero hay tres (formas de causalidad) que con frecuencia se reducen a una: el 'que es' y el fin son una unica 25 cosa y lo primero de donde procede el movimiento es identico en especie a ellos. En efecto, hombre engen~ra a hombre y, de un modo general , esto se aplica a 92
todo aquello que mueve y es movido; pero todas aquellas cosas que no son de esta indole ya no son objeto de la ffsica, pues mueven sin tener en sf mismas movimiento ni principia de movimiento, sino siendo inmoviles. Es por eso que hay tres disciplinas: una 30 que se ocupa de entes inmoviles, otra de entes moviles pero incorruptibles y una tercera que se ocupa de los entes corruptibles. El ffsico, por tanto, podni responder al porque remontitndose no solo ala materia sino tam bien al 'que es' y al primer motor. De este modo, en efecto, se suelen examinar sabre todo las causas concernientes a Ia generacion: que se genera despues de que, cual fue el primer agente y cual el primer paciente, y siempre asf en adelante. Pero los principios del movimiento natural son de dos tipos: uno de ellos 35 no es fisico, pues no tiene el principia del movimiento en si mismo. Y si hay algo que mueve sin moverse, 198b sera de esta clase, tal como el
FISICA II 8 Pues bien, debemos decir, en primer lugar, por que razon la naturaleza se encuentra entre las causas fina93
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les; luego debemos hablar de la necesidad e investigar de que modo se da en los objetos fisicos. En efecto, todos se remontan a esta causa y afirman que, puesto que lo caliente, lo frfo y todas las cosas de este tipo son de tal o cual indole, precisamente de ellos resultan y se generan forzosamente tales o cuales cosas, (y 15 no otras.) Ciertamente, aun cuando aducen otra causa -uno, el Amor y el Odio; otro, el Intelecto-, ni bien la han atrapado renuncian a ella. Pero aqui se nos presenta una dificultad, pues (podemos preguntarnos) que impide que Ia naturaleza no obre en vistas de un fin ni en vistas de lo mejor sino que asf como Zeus no hace Hover para que el grano crezca sino que esto se produce por necesidad -pues es necesario que lo que se evapora se enfrie y que lo enfriado descienda al 20 convertirse en agua, pero que el grano crezca al producirse (este fenomeno) es algo accidental- , de modo semejante tam bien si a alguien se le arruina la cosecha en el campo, no llueve para que la cosecha se pierda sino que este hecho se produce por accidente. Asf pues, ;,que impide que tam bien sea asf con las partes de los seres vivos en la naturaleza? Por ejemplo, es necesario que los dientes incisivos sean agudos y aptos 25 para cortar. Las muelas, en cambia, de ben ser anchas y utiles para aplastar el alimento. Por cierto, todo esto no se produce con este proposito sino por accidente; otro tanto ocurre en las demas partes en las que, al parecer, se da la finalidad. Asf pues, allf don de todas las cosas ocurren como si se hu biesen genera do en vistas a un fin, entonces, esas cosas se conservan pores30 tar espontaneamente bien constituidas. Yen cuanto a las casas que no se dan de este modo, han perecido y continuan pereciendo como aquellos bueyes de rostro · humano de los que habla Empedocles. Este es el tipo de argumentacion con la que se podrfan plantear difi94
cultades y, si hay alguna otra, es de este tipo. Es imposible, empero, que sea de esa manera, ya que estasy todas las casas naturales se generan de un mismo mo- 35 do siempre o en la mayorfa de los casos; pero no ocurre asf en aquello que es efecto del azar o de la espontaneidad. Porque no parece ser efecto del azar o de 199a una coincidencia fortuita el que llueva a menudo durante el invierno, pero sf que ello ocurra en un dfa de perros. Tampoco parece un efecto del azar el que haga calor en un dfa de perros pero sf en invierno. Consecuentemente, si tales cosas parecen generarse en virtud de una coincidencia fortuita o de un fin, y si no es posible que se generen por una coincidencia fortuita o por espontaneidad, deberim hacerlo, entonces, en virtud de un fin. Pero, ciertamente, todas las cosas 5 como las descriptas son por naturaleza, tal como admitirfan los sostenedores de Ia tesis antes expuesta. En consecuencia, la finalidad entra en las cosas que son y se generan por naturaleza. Ademas, en las cosas que comportan un fin, hay algunas que se llevan a cabo primero y otras despues, en vistas de dicho fin. En efecto, como se lleva a cabo una cosa, asf tambien 10 ella es por naturaleza; y en cuanto es por naturaleza, de ese modo se lleva a cabo, siempre y cuando no haya impedimenta alguno. Pero ella se lleva a cabo en vistas de un fin y, consecuentemente,esta por naturaleza ordenada a un (determinado> fin. Por ejemplo, si una casa tuviese relacion con los entes que se generan por naturaleza, se generaria del mismo modo en que ahara se genera por arte. Pero silos entes naturales se generaran no solo por naturaleza sino tambiim por arte, se generarian del mismo modo que son por naturaleza. Una cos a, entonces, tiene por fin a Ia otra y, en su- 15 rna, el arte !leva a cabo aquellas casas que Ia naturaleza es inca paz de realizar y, adem as, imita a Ia natura-
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leza. Por tanto, silos entes artificiales son en vistas de un fin, es evidente que tambien lo senl.n los entes naturales. En efecto, en los entes artificiales y en los naturales lo posterior y lo anterior se encuentran entre 20 sf en la misma relaci6n. Y esto es particularmente manifiesto en aquellos otros vivientes que no actuan por arte, que no investigan ni deliberan. De aq~i que algunos pongan en duda silas arafias, las horm1gas u otros animales semejantes obran en virtud de un intelecto o de alguna otra (capacidad). Y el que procede asi poco a poco comienza a creer que tambien en las plantas las 25 cosas que son utiles se producen en vistas a un fin; vgr. las hojas para proteger el fruto. Asi pues, si Ia golondrina hace naturalmente su nido yen vistas de un fin, la arafia su telarafia, las plantas producen sus hojas en vistas de los frutos, y si ellas afirman sus raices debajo del alimento y no arriba, es evidente que una causa 30 semejante debe haber en los entes que se generan Y son por naturaleza. Y puesto que la naturaleza puede entenderse en dos sentidos, como materia y como forma, y dado. que esta ultima es el fin y to do lo demas es en vistas de un fin, la forma debe ser causa final. Por otra parte, en los (procedimientos que se llevan a cabo) seg(m un arte se producen errores; en efecto, el gramatico pudo haber escrito en forma incorrecta Y el medico pudo haber suministrado incorrectamente 35 un medicamento. Resulta evidente, pues, que esto · mismo puede ocurrir en los (procesos) naturales. Asf, 199b si hay algunos (procedimientos) artfsticos que estilll ordenados a un fin, (a saber,> aquellos naturales. Asi 96
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los monstruos no seran sino errores en efecto, aspira siempre a lo mismo, si nada se lo impide. Ademas, el fin y lo que es en vistas de el podrfa tambien producirse como un efecto del azar, como cuando decimos que el extranjero lleg6 por azar 20 y que, habiendo liberado , se march6, siempre y cuando actue como si hubiese venido con el prop6sito de liberar al prisionero sin haber venido con ese prop6sito . Un hecho como el descripto es accidental, ya que el azar, seg(m hemos dicho antes, se en97
cuentra entre las causas accidentales. Y cuando esto se produce siempre o la mayor parte de las veces no es 25 por accidente ni por azar. En los entes naturales, en cambio, siempre es as( si nada lo impide. Resulta absurdo, entonces, no creer en Ia existencia de la finalidad, aunque no se vea que motor haya deliberado. Ciertamente, tampoco el arte delibera; y si el arte de construir barcos fuese inmanente a la madera, de modo semejante tambien actuaria por naturaleza. De manera que, si la finalidad entra en el arte, tambi€m en30 trara en la naturaleza; y esto se hace particularmente manifiesto cuando uno se cura a sf mismo. A esto, en efecto, se asemeja la naturaleza. Consecuentemente, que la naturaleza es causa y que es ~ausa final en este sentido es evidente.
FISICA H9 Ahora bien, en cuanto a la necesidad, ;.se trata de 35 una necesidad hipotetica o absoluta? En efecto, actualmente se cree que lo que es por necesidad entra 200a en la generaci6n, como si se considerara que el muro se ha generado por necesidad porque, por un lado, lo pesado naturalmente se traslada bacia abajo mientras que lo liviano por naturaleza se traslada bacia arriba. Por tanto, las piedras y los cimientos se dirigen bacia abajo; la tierra, en cambio, hacia arriba en virtud de su ligereza. Pero las maderas, fundamentalmente, se 5 trasladan bacia arriba por ser muy ligeras. Perc aunque sin estas (condiciones) la generaci6n es imposible, sin embargo, (esta) no se produce por causa de estas cosas -salvo en el sentido de causa material-, sino que se produce con vistas a la protecci6n y conservaci6n de determinadas cosas. De modo semejante ocu98
rre tam bien en todos los demas entes en los que hay finalidad, pues ellos no se producen independientemente de lo que tiene una naturaleza necesaria y no por ello, a no ser como materia, sino en vistas de un 10 fin. Por ejemplo, ;.por que la sierra es de esta fndole? Para esta funci6n determinada, es decir, para este fin particular. Serfa imposible, sin embargo, que la sierra se generara en vistas de su funci6n si no fuera de hierro. Forzosamente, entonces, tiene que ser de hierro si ha de ser una sierra y ha de cumplir con su funci6n. Es evidente, entonces, que la necesidad, en este caso, es una necesidad hipotetica pero no como fin. En efecto, lo necesario radica en la materia pero el fin en 15 la forma. Por otra parte, la necesidad, en cierto modo, es semejante en las matematicas y en los entes que se generan por naturaleza. En efecto, puesto que la li'nea es esto determinado, es necesario que el triiingulo tenga sus angulos iguales a dos·rectos. Pero no porque se de esto ultimo se clara tam bien lo primero. Pero, por cierto, si no se cumple el que el triangulo tenga sus angulos igual a dos rectos, tampoco habra linea recta. En las cosas que se generan en vistas de un fin, en cambio, ocurre lo contrario: si elfin debe existir o existe, tam- 20 biE'm debe existir o existe lo que lo precede. Y si no, como en la matematica, al no haber conclusion no habra prin~ipio y, consecuentemente, tampoco habra fin ni finalidad. En efecto, tam bien el fin es un principia aunque no de la acci6n sino del razonamiento. En el caso de las matematicas, tambien lo es del razonamiento, pues alli no hay actividad pn'ictica. Asi pues, si ha de existir una casa es necesario que se produzcan 25 y existan estas (condiciones) o que, en general, exista la materia que tienda a un fin; vgr. ladrillos y piedras si se trata de una casa. El fin, entonces, no se da en 99
virtud de estas condiciones a no ser que las entendamos como materia; tampoco se clara el fin por causa de elias. En general, si no hay piedras o hierro, no habra casa ni sierra: no habra casa si no hay piedras, ni sierra si no hay hierro. En el caso de las matematicas, tampoco habra principios si el triangulo no tiene (sus 30 angulos iguales) a dos rectos. Es evidente, entonces, que Ia necesidad en los entes naturales es aquello que se entiende como materia y como movimientos de Ia materia. Y seni tarea del ffsico enunciar las dos causas pero, en mayor medida, habra de enunciar la causa final. En efecto, el fin es causa de la materia pero esta nolo es del fin; y elfin es 'aquello en vistas de lo cual' y el principio procede de la definicion y del concepto, 35 tal como ocurre en el caso de los entes artificiales. oob Por ejemplo, dado que la casa es de tal indole es pre2 ciso que estas condiciones se generen y sean por necesidad. Y puesto que la salud es esto determinado, forzosamente estas condiciones deben existir y generarse por necesidad. Asi tambien, si hombre es esto determinado, seran necesarias estas condiciones determinadas; y si tales cosas, tales otras. Sin embargo, la necesidad tambi<~n entra en la definicion; no hay duda, empero, de que Ia fun cion de la sierra puede definirse como un particular tipo de division. Esta division, por 5 cierto, no se producira si la sierra no posee dientes de un tipo determinado y estos no existiran si la sierra no es de hierro, ya que tam bien algunas partes entran en la definicion como materia de la misma.
ANAL ISIS FISICA I 1. Punto de partida y metodo
184a10: El conodmiento cientffico de un sector de entes solo es posible si conocemos sus principios, causas y elementos. Si esto es asf, resulta evidente que en Ia ciencia de Ia naturaleza tendremos que intentar determinar lo relativo a sus principios. 16: El procedimiento natural en Ia investigaci6n es partir de lo mas cognoscible y claro para nosotros y remontarnos a lo mas cognoscible y claro por naturaleza. En un primer momenta lo que es clara y cognoscible para nosotros son los compuestos y s6lo en segunda instancia y a partir de ellos se conocen sus elementos y principios en el analisis. 23: Debemos avanzar desde los universales a los partic:ulares, ya que el todo es mas cognoscible por percepcion y el universal es, en cierto modo, una totalidad. El universal entendido como totalidad abarca una multiplicidad de cosas como sus partes. 26: Ejemplo de lo dicho es lo que ocurt·e entre nombre y definicion: un nombre indica una totalidad de un modo general o indeterminado, vgr. "cft·culo". Su definicion, en cambio, lo analiza en sus instancias particulares. 2. Distintas posiciones acerca del numem y natw·aleza de los principios a) Cuantos son los principios
184b1S : Los principios deben ser o (i) una unidad o (ii) mas de u no. (i) Si son una unidad, entonces, o bien (a) no estaran sujetos a cambia (Meliso y Parm €mides) o bien (b) estaran sujetos a cambia (los ffsicos en general). (ii ) Si los principios son mas de uno, senin o bien (a) finitos en numero o bien (b) infinitos en n(tmero. (a) Sison finitos en numero 101
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pero mas de uno, seran dos, tres, cuatro o algun ~tro. numero de~er· minado; (b) si infinitos seran (1) de u n gener? umtano ~unque d1fe· rentes por su figura (Dem6crito) o bien (2) d1ferentes.: mcluso c~n trarios en especie. Del mismo modo plantean Ia cuestwn los quem· vestigan si hay o no multiplicidad de casas ex:istentes, pues lo.qu.e ~e estan preguntando es si dichas casas se reducen o no a un prmc1p1o primero (mico o si debe echarse mana a mas de uno, ya sea fin ito o infinite. 25: Plantearse silo que es es uno y no esta sujeto a cambia no es algo legftimo desde el punto de vista ffsico, pues no es tarea de una ciencia cuestionar sus principios sino que eso sera tarea de otra ciencia o bien de una ciencia comun a todas. No es competencia de la ciencia ffsica considerar si lo que es es uno, ya que si asf se hace, no se tr~tara ya de un principia pues todo principia es principia de alga. 185 a5: La tesis que sostiene que lo que es es uno en el sentido de una (mica cosa solo es posible enunciarla en vistas de Ia discusion, como, por ejemplo, Ia tesis de Heraclito u otras semejantes. 7: Con este fin tiene sentido discutir los razonamientos erfsti· cos de Meliso y de Parmenides, ya que sus argumentos son fal~ces materialmente (parten de premisas falsas) y formalmente (concluyen incorrectamente). La argumentaci6n de Me!iso esespecialmente gro· sera y si se le concede un solo absurdo los demas se siguen de el. 12: Nosotros, por nuestra parte, sostenemos que los entes natu· rales estan todos o algunos de ellos sujetos a cam bio. Esto es mani· fiesta por experiencia. 14: No conviene refutar todas las argumentaciones sino solo aquellas que partiendo de principios conducen a conclusiones falsas, Asf, el geometra debe refutar la cuadratura del cfrculo par media de segmentos, pero nola cuadratura que propane Antifon~e. 18: En cuanto a los eleatas, aun cuando sus doctnnas no tratan estrictamente cuestiones relativas ala naturaleza, suele ocunir que se planteen dificultades de tipo ffsico. Par eso debemos discutir sabre elias, pues este tipo de ex:amen tiene interes filosofico.
ren a otro significado de ser, por ejemplo, a Ia cualidad, todo sera blanco o caliente, ya que estas son cualidades. 26: Estas son tesis diferentes e imposibles de sostener, porque (a) si hay entidad, cua!idad y cantidad, esten o no separadas entre sf, habra una multip!icidad de casas existentes. (b) Si todo es cantidad o cualidad se cae en el absurdo de que ninguna de las demas determinaciones categoriales es separable excepto la entidad y aquellas se predican de esta como de un substrata. 32: Me!iso afirma que lo que es es infinito, De ser asf, se seguira que !o que es es una cantidad, pues infinito es un predicado que pertenece a Ia categorfa de Ia cantidad. Pero solo por accidente entidad o cualidad pueden ser infinitas, i.e. si al mismo tiempo constituyen ciertas cantidades. Solo Ia definicion de infinite, en efecto, se vale de la cantidad (por ser un predicado que pertenece a esa categorfa), pero no de la entidad ni de la cualidad. Ademas, si hay entidad y canti· dad, lo que es ya 110 sera uno sino doble.
185b5: Uno se dice de tantas maneras comoser; debemos investigar en cual de los sentidos se emplea la ex:presion uno cuando se dice que todo es uno. Se dice uno de (i) lo continuo, (ii) de lo indivisible y (iii) de aquello cuya definicion es la misma y su 'que era ser' es identico. 9: Si tomamos el uno como continuo, lo uno sera multiple, pues lo continuo se divide al infinite, 16 : Si consideramos el uno como indivisible, resultara que no habra cantidad ni cualidad, ni lo que es sera infinito como dice Meliso ni finite como dice Parmenides. Finalmente, si todo es uno en vir· tud de su definicion caemos en la argumentacion de Heriiclito y lo mismo sera buena y malo, hombre y caballo. Ahora el ser no sera alga sino nada,. pues nuestro argumento no tratarii acerca de que los entes son uno sino acerca de que no son nada. 25: Otros pensadores se preocuparon por impedir que las mis· mas casas sean ala vez multiples y una. Licofron, por ejemplo, quito el es en la predicaci6n; otros reformaron el modo de hablar y no dedan "el hombre es palido" sino "el hombre empalidece". Pero este modo de proceder se basaba igualmente en la creencia de que es y uno tienen un solo significado. · 32: Los entes son multiples, ya sea en su definicion, ya sea por division. Unidad y multiplicidad pueden ser lo mismo sin ser por ello cosas opuestas, pues ·las casas pueden ser una unidad tanto en patencia como en acto . .
b) Cdtica de la noci6n elecitica de uno
20: Puesto que ser tiene multiplicidad de significados, hay que preguntarse a cual de los significados de se~ se .r~fieren quienes dice~ que todo es uno. Que todo es uno puede SJgmfJCar que todo es enti· dad, cantidad o cualidad. Estos, en efecto, son algunos de los modos . en que se dice ser. 22: Sup6ngase que todo es una entidad unica; entonces, todo . sera un (mico hombre o un unico caballo, porque "hombre" y "caba· llo" son ejemplos de lo que entendemos por entidad. Pero, si se refie· 102
3. La refutaci6n del monismo eleatico I
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186a4 : Ya se ha dicho que las argumentaciones de Meliso y de Par· 103
menides son erfsticas y se ha seiialado en que consisten sus sofismas. 10: El paralogismo en el que incune Meliso es evidente: cree que (a) si todo lo que se genera tiene un comienzo, lo que nose genera no lo tiene, Pew (b) es absurdo suponer que haya un comienzo de todo lo que se genera. Es posible, en efecto, el cambia repentino; y esto vale tanto para Ia generatio simpliciter como para los casos de alteraci6n. 16: Adem as, (c) si lo que es es uno, ;,por que no podrfa haber cambia cualitativo? Lo que es no puede ser uno en especie sino solo por su materia; Ia especie es el principia de diferenciaci6n de los entes y de los contrarios. 22: El mismo tipo de argumentacion podemos esgrimir contra Parmenides aunque hay otras que le son propias. El falso punto de partida de Parmenides es admitir Ia unicidad de los significados de ser, es decir, supone que ser se dice en sentido absoluto, aunque en realidad se dice de multiples maneras. Ademas,concluye incorrectamente, porque si se admite solo Ia existencia de cosas blancas y se dice que "blanco" tiene un solo significado, no por eso las casas blancas seran una multiplicidad y no una unidad. El ser de blanco y el de lo que admite ser blanco son distintos; de ahf _que lo blanco no sera uno ni por continuidad ni por definicion. Parmenides no advirtio que noes qua separable sino por su ser como se diferencia lo blanco de aquello a lo que pertenece. 32: Consecuencia de lo dicho es que Parmenides suponga que ser tiene un (mico significado seg(m el cual se predica y que ser significa se1· en sentido absoluto y lo que en sentido absoluto es uno. Set, entonces, no podra ser un accidente, ya que, en ese caso, aquello de lo que se predica el es no sera, por ser distinto de lo que es, que se lo entiende en sentido absoluto. Para que el accidente sea, ser debe tener multiples significados; pew se habfa admitido que ser tiene un iinico significado. 186b4: Lo que es en sentido absoluto no se atribuye a nada de un modo accidental sino que las demas cosas se le atribuyen . ..;Por que razon, entonces, 'ser en sentido absoluto' significa mas bien ser que no ser? Si lo que es en sentido absoluto tambien es blanco y 'ser blanco' no es 'ser en sentido absoluto' (pues ser blanco es una determinacion accidental), resulta que tampoco es lo blanco. De aqui' se sigue que ser en sentido absoluto (lo (mico que se habfa admitido que es en sentido propio) es algo que no es, ya que se habfa admitido que ser en senticlo absoluto eraser blanco. Ser blanco, sin embargo, mienta una cualidad y se habfa dicho antes que ser en sentido absoluto no puecle ser a! go perteneciente a otra cosa (como lo es toda cualidad). Consecuentemente, ser tiene multiplicidad de significados. 12: Si es significa ser en. sentido absoluto, lo que es no tendra 104
magnitud, por ser diferente el ser de cada una de sus partes. 14: En la definicion se hace evidente que ser en sen tido absoluto es analizable en algo distinto que es en sentido absoluto. Asf, si "hombre" es algu que es en sentido absoluto tam bien lo seriin "animal" y "bfpedo'', ya que, en caso contrario, ambas casas seran accidentes y deberan pertenecer a "hombre" o a algun otro substrata. Esto, sin embargo, es imposible por las siguientes razones: 18: (a) accidente es (i) lo que puede pertenecer o no a un substrato o {ii) aquello cuyo enunciado presupone aquello a lo que se atribuye y (b) no debe presuponerse el enunciado de la totalidad definida en el enunciado de aquello que esta contenido en el enunciado que define o lo compone: Dicho de otro modo, cuando se definen los elementos que componen una totalidad no hay que presuponer Ia definicion de esa totalidad. 26: Por tanto, (c) si "animal" y "bfpedo" fueran atributos accidentales de hombre, entonces hombre podrfa no ser b:fpedo o bien en la definicion de bfpedo deberi'a entrar hombre lo cual es imposible. 33: Debemos tener presente que ser en sentido absoluto noes un accidente de otra cosa y que de aquello de lo que se predican ambas cosas o cada una de ellas por separado tam bien se predica lo que se compone de esas dos casas. La dificultad que se presenta aquf es si el universo se compone de indivisibles. 187al: Hay quienes respondieron parcialmente a ambos tipos deargumentacion: (i) si ser tiene un unico significado, todo es una unidad, pues, en caso contrario, existe lo que no es. (ii) La argumentaci6n que procede por dicotomfas en contra de Ia multiplicidad, por cuanto postulan las magnitudes como indivisibles. 3: En nuestra opinion es evidente Ia false dad de que, si ser tiene un unico signficado y no es posible a la vez lo contrario, no sea posible en absoluto el no ser. Nada impide que no ser se entienda no en sentido absoluto sino como no ser algo, Asf resulta que ser tiene multiplicidad de significaciones y que las determinaciones accidentaIes son, aunque no absolutamente sino siempre respecto de la ous(a. 6:. En efecto, ,:,como puede comprenderse lo que es en senti do absoluto a no,ser como lo que es algo en sentido absoluto? Si as( se admite, nada impide que lo que es sea multiple,
4. Los argumentos de los fisicos ace rca de los principios
187a12: Los argumentos empleados por los ffsicos son de dos tipos: (i) unos postulan un cuerpo unico subyacente y derivan la multipli·
cidad de otras casas por rarefaccion y condensacion. Sin duda postulan una multiplicidad y se valen de contral'ios, que son modalida· 105
des del exceso y el defecto. Plat6n habla de lo grande Y l~ ?equefio y pone a esto como materia y a lo uno como forma. Los f1sJcos, ~ or su parte, post ulan al su bstrato ?nico c.m~ ? ma~.eria y a los contran?.~ como forma 0 principios de dlferencJaClon. (11) Hay otros que afn man que las contrariedades contenidas _en la unidad se ~xtraen de ella por separaci6n (Anaximandro, Empedocles y A~axagor~s). Es~os pensadores derivan las demiis casas de la mezcla; solo se dlferen:_~a~ entre sf en el h echo de que mientras uno postula mezclas penodtcas el otro las p ostula de una sola vez. . , 25: Anaxagoras propane infinitos homeomeros y c~ntra~w~; Empedocles solo los elementos, Anax agoras sostuvo su ~e~1: de mft· nitos homeomericos porque (a) supuso verdadera la opmwn d.e lo~ ffsicos de que nada se genera de lo que noes y (b) porque cons1dero que los contrarios se generan los unos de los otros, de modo que debfan preexistir en la mezcla, , 32: Por lo dicho antes, creyeron que todo debta generarse a par· tir de casas ex istentes y que preexisten unas con otras, aunque son imperceptibles por su pequenez . Por eso dicen que todo esta m ezcla· do con todo.
187bl: Silas cosas son diferentes y les aplicamos nombresdiferentes es por aquella entre las infinitas casas que en mayor proporci6n preexiste en la mezcla debido a su cantidad. No hay un todo com· pletamente negro, blanco, dulce, carne o hueso, sino que lo que carla cosa contiene en mayor proporci6n es la naturaleza del resultado de la mezcla. No hay, entonces, una cualidad que se de en estado puro, 7: Si lo infinito qua infinito es incognoscible, lo infinito en numero como en magnitud es incognoscible en cu anto a su canti· dad. Lo infinito en especie, en cambia, es incognoscible en cuanto a su cualidad. 10: Si los principios son numerica y especfficamente infinitos es imposible conocer lo que de ellos se deriva. Conocemos carla cosa particular cuando sabemos de cuales y c~an~as casas se com pone. 13: Si aquello cuyas partes const1tutJvas pueden ser de cual· quier magnitu.d en grandor y pequenez, tambien ~llo mismo puede serlo Dicho con un ejem plo: si una planta o un ammal no puede ser de c~alquier tamafio en g~·~ndor y pequenez, tampoco lo sed. ~n~ cualquiera de sus partes. Es imposible que. carne, hueso o alg~ s1m1· Jar pueda llegar a cualquier gt·ado de magmtud, ya sea en el mas o en el menos. 22: Supongamos que (i) todas.las cosas preexisten las un as en las otras; (ii') que las casas adquieren su n ombre de aquello que. en elias esta presente en mayor proporci6n; (iii) que una cosa cualqUJera puede generarse de otra cualquiera ; (iv) que to do cuerpo limitado es
consumido por otro cuerpo limitado. De aqui se sigue !a imposibilidad de que cad a una de estas cosas exista en cada una de las otras. En efecto, si la carne se ex trae del agua, y si de la cantidad restante de agua se genera por _separacion una de carne, por pequefia que sea la cantidad de carne separada, nunca ira mas alla de cierto grado de pe· quefiez. De donde resulta que, si la separaci6n es completa todo no estara en todo, pues en el agua restante no habra carne. Pero si la separaci6n no se completa, en una magnitud limitada habra una cantidad infinita de partes iguales. 35: Todo cuerpo del que se extrae una porci6n se vuelve mas pequeno; de la mfnima cantidad de un cuerpo determinado no podra separarse ningun otro cuerpo, ya que en ese caso, ese cuerpo ser!a menor que la mfnim a parte de carne.
188a2: En los cuerpos infinitos podda estar contenida ya una cantidad infinita de carne, san gre, cerebra, aunque no separadas en· tre sf cada una de ellas. Esto, empero, carece de fundamento yes im· posible. 5: Segun Anaxagoras, la separaci6n nunca puede completarse y au nqu e Jo que opina es conecto, no conoce las razones de su afirmaci6n. Lo qu e ocune es que las propiedades son inseparables del substrata a! cual pertenecen. 9: El nous de Anaxagoras cae en un absurdo, pues, por un la· do , intenta realizar una separaci6n pel'O, por otro lado, es imposible logrm·la no solo en cuanto a la cantidad sino tam bien en cuanto a la cualidad. En lo que se refiere a la cantidad, por no haber magnitud mfnim a; en cuanto a la cu alidad porque las propiedades son insepa·1 rables, 13: Anaxagoras tampoco ha comprendido el modo en que se generan las cosas homeomeras: el barro, en cierto sentido, se divide en partes pero n o en otro. 17 : Por ultimo, es mejor partir de un n(tmero limitado de prin· cipios (como Empedocles), pues si Jo hac emos de un numero ilimita· do el objeto se tornara incognoscible. 5. El estudio de los principios como cont;·arios
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188a19: Todos postulan a los contraries como principios: los fi'si· cos lo l'aro y lo. denso, Dem6crito lo lleno y lo vacfo. Este ultimo pone como principios de diferenciaci6n de los atomos a la posicion, la figura y el arden . Estas determinaciones constituyen ciertas especies de contrarios. 26 : El que todos propongan a los contral'ios como principios parece ser una tesis bien fundada. Los contrarios cumplen con la
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condici6n inherente a todo principia que es Ia de que los principios no deriven los unos de los otros ni de otras casas. Esto se cumple en los contrarios primarios, pues por ser primeros no derivan de otras casas y por ser contrarios no derivan los unos de los otros. 30: Debemos analizar conceptualmente lo dicho. Ante todo, hay que admitir Ia imposibilidad de que haya algU.n ente capaz de producir 0 experimentar algun cambia azaroso par causa azarosa, Es imposible tam bien que un ente cualquiera se genere de otro cualquiera, a no ser en un caso de generaci6n accidental. Dicho con un ejem· plo: (,Como podrla generarse blanco de culto, salvo que lo culto sea un atributo accidental de lo no blanco ode lo negro? Blanco se gene· ra de no blanco, pero. no de todo lo que es no blanco sino de lo negro o bien de un intermedio a ellos. La generaci6n debe darse den· tro de un mismo genera. 188b3: La mismo ocune con Ia conupci6n: blanco nose transfor· ma por conupci6n en culto, a no ser en un caso accidental de conupci6n. 12: Todo lo arm6nico debe generarse de lo inarm6nico y lo arm6nico debe transformarse por conupci6n en inarm6nico. 15: No hay diferencia si hablamos de arden, composici6n oar· moni'a, ya que Ia explicaci6n es Ia misma. Observemoslo en un ejemplo: una casa se genera a partir delano composici6n de ciertos ma· teriales; una estatua a partir de la deformidad. En ambos casas se da un cierto arden o com posicion cuando se produce Ia generaci6n. 21: De aquf resulta que, admitido lo dicho, todo lo que se generase generara de un contrario y lo que se conompe se conompera en los contrarios o en los intermedios a ellos. Todo aquello que esta sujeto a generaci6n debe ser un contrario o bien derivado de los con· trarios. 26 : La mayorfa de los fil6sofos convienen en admitir que los principia's son contral'ios, solo que dan el nombre de contraries a los elementos. Esto, sin embargo, lo establecen sin fundamento, como forzados par Ia verdad misma. 30: Mientras unos pat'ten de los contrarios primarios, otros par· ten de los derivados. Unos parten de los contrarios que son cognos· cibles por via conceptual (par-impar, amor·odio ), otros de los mas cognoscibles por percepci6n (caliente-frio, humedo-seco ). 36 : Todos ellos afhman cosas identicas, aunque par analogfa ; estos pensadores parten todos de Ia misma serie de elementos, ya que algunos contrarios contienen a otros mientras que otros son con· tenidos. 189a2 : Unos postulan como pl'incipios lo mas cogn oscible concep· tualm ente, otros lom as cogn oscible por percepci6n.
9.: .L~ que sf es evidente a partir de estos tratamientos es que los prmc1p10s deben ser contrarios,
6. El numero de los principios es dos o tres 1 ~9a~ 1.: (i) Los principios no pueden ser una unidad, pues si los prmc1p1?s ~o.n contrarios deben ser a! menos dos. (ii) Tampoco pueden ser mfmttos porque (a) si asf fuere, lo que es ser!a incognoscible; (b) por otra. parte, en to do genera unitario hay una unica contrariedad Y l.a entldad es un genera unitario. (c) Es posible partir de un numero hn:_it~do de principios, pues, como se ha dicho, es preferible. (d) Par ultimo, hay algunos pares de contraries que son primarios respecto ~e otros; pero los principios primarios deben ser permanentes, es decn·, eternos.
20: Par ~~ d~c~o hasta aqul, podemos inferir que los principios no so? dos nt mf1.~1tos, Ambos contrarios deben tener algo sobre lo cual ejercer s~ accwn; debe haber , entonces, una tercera cosa distinta de los contranos. 27: Podrfa plantearse la dificultad de si los contrarios no parecen ser. entidad de algo, Por nuestra parte, no consideramos a los ·~o.ntr.ar!os como entidad de nada y; por otro lado, es forzoso que un m·~nc~p~o no se pr~d~que de un substrata, pues, en ese caso habra un J~rmcJpJo del prmcJpJO. El substrata, aquello sabre lo cuallos contra· 1 '10~ e]ercen ~u acci6n, es un principia y como tal es anterior a Io que
Todos dan forma a la unidad valiendose de los contrarios
~ea por la densidad o la rareza, sea por el mas y el menos. Estos co:
. ~10 ya s~ h~ dicho, son tip~s del exc~so y el defecto. Segun los ~en· ,a?or.es. dntJg~os los contranos son .prmcipios activos y Ia unidad un )nnc1p10 pas;vo. Algunos pensadores mas recientes, en cambio pienl~n. que Ia. umdad es un pl'incipio activo y los dos contrarios so~ prin:lp!Os pastvos. 16 : ~ecir que los elem entos son tres es alga bien fundamenta1o; si dec1mos que son mas de tres y a no lo es, pu es la unidad es
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suficiente como principia pasivo y, en caso de que haya cuatro terminos, las contral'iedades senln dos. Si las contrariedades son dos sera necesaria una naturaleza· intermedia que corresponda a cad a una de las contrariedades por separado. Y si estas contrariedades se pueden generar la una de la otra, una de ellas sera superflua. . 22: Los principios se distinguiran solo por ~er anter~or~s o posterim·es entre sf, pero no por su genera. En un genero umtano siei:n· pre hay una sola contrariedad y, segun parece, todas las contranedades se reducen a una sola contrariedad. 27: Como consecuencia de lo dicho, es evidente que el elemento noes mas de dos o tres ni tam poco uno. Determinar con precision si son dos o tres es un problema diffcil de resolver.
7. Nuestra posicion ace rca de Ia naturaleza y numero de los pl'incipios 189b30: Debemos hablar ahora de la generaci6n en general, ya que es natural enunciar primero lo com(m a todos los casos y luego considerar lo peculiar de cada cosa. 32: Decimos que una cosa se genera de otra valiendonos de ex· presiones simples o compuestas. Podemos decir: 'un hombre llega a ser culto' o 'lo no culto llega a ser culto' o 'el hombre no culto llega a ser un hombre culto'. 190al: Es simple en el caso de lo sujeto a generacian 'hombre' Y 'no culto' y, en el caso de loque se genera, '?ulto'. Es com.r:_uesto, en cambia, tanto lo que se genera como lo su]eto a generacwn, como cuando decimos que el hombre no culto se vuelve hombre culto. 5: La expresian "a partir de" la podemos emplear cuando decimos que a partir de no culto se genera culto. Pero esto no se aplica a todos los casos, pues no decimos que "a partir de hombre se genera hombre culto" sino que decimos "el hombre se volvi6 culto por generaci6n." 9: Entre las cosas sujetas a generaci6n de las que decimos que algo llega a ser con expresiones simples, unas subsisten y otras no. 'Hombre' subsiste mientras se vuelve culto; lo no culto no subsiste, ni cuando empleamos expresiones simples ni cuando empleamos expresiones compuestas. 13: Luego de lo clicho puede admitirse lo siguiente: es siempre necesario que en lo sujeto a generacion algo subsista. Este substrata, aunque numedcamente uno, no es uno en su especie. "En su especie" aquf significa lo mismo que "en su definicion", ya que noes lo mismo el ser de hombre y el ser de inculto. "Hombre", pot ser una entid3;d, su bsiste; pero "no culto", por no sel.' entidad y por tener 110
contrario, no subsiste . Tampoco subsiste "hombre inculto" que es el compuesto de "hombre" y de "inculto". 21: Expresiones como "de", "desde" o "a partir de" las empleamos, fundamentalmente , en relacion con las cosas no subsistentes. Sin embargo, dichas expresiones a menudo se aplican tambien a lo su bsistente. Decimos que de bronce se genera una estatua y no que bronce llega a ser estatua. En el caso de lo no subsistente podemos hablar de dos modos: decimos de esto se genera esto otro y que esto llega a ser esto otro. 31: "Llegar a ser" (g{gnesthai) tiene multiples significaciones, pues solo de las entidades o substancias decimos que "Began a ser" pero de lo demas se dice que "llega a ser tal o cual cosa". Es evidente que en determinaciones categoriales como cantidad, cualidad o relacion (modos de generacion relativos o accidentales) debe preexistir un substrata, pues la entidad unicamente no se predica de un substrata. La entidad o substancia es el substrata de las categorfas mencionadas y, en este sentido, hay identidad de significado entre entidad y su bstrato. 190bl: En los casos de generacion relativa es necesaria la existencia previa de un substrata; pero si se examina con cuidado la cuesti6n se vera que las entidades tam bien se generan a partir de un substrata. Su bstrato de las plantas y animales es, por ejemplo, la simiente. 5: Hay diferentes tipos de generatio simplicite1·: (i) por mutacion de la forma (una estatua), (ii) por adici6n (lo que crece), (iii) por extraccion (el Hermes a partir de la piedra), (iv) por composician (una estatua a partir de la com posicion de sus materiales), (v) por alteracion (lo que se modifica respecto de su materia). 10 : De lo dicho resulta que todo lo que se genera es compuesto y lo que se genera supone un substrata y un opuesto. Ejemplo de opuesto es 'inculto', de substl·ato 'hombre'. 17: To do se genera a partir de un substrata e incluso de una forma. 'Hombre culto', por ejemplo, se compone de 'hombre' y de 'cuito', ya que la ex presion 'hombre culto' puede analizarse en los enun· ciados de esas dos determinaciones. 23: El substrata es numericamente uno pew en su especie es doble. La materia subyacente es lo numerable (el substrato); y esto es lo que en mayor medicla corresponde a una cosa particular. La privaci6n, en cambia, y la c.ontrariedad son solo accidentes del ente particular. · 28: En cuanto ala forma, ella es una; por ejemplo, el orden o el co nocimiento de las artes. Los principios en un sentido son dos pew en otro tres. Dos por cuanto los principios son contrarios (forma y privaci6n son, en efecto, contrarios). En otro sentido los principios no son dos sino tres, pues los contrarios no pueden ejercer accion el -11 1
uno sobre el otro. En este caso los principios seran tres: substrata (o materia), forma y privacion.
191a5: Ha quedado claro que los contrarios deben tener un substrata y que los contrarios son dos. Hay un sentido, sin embargo, en que esto ultimo no es necesario, pues uno de los contrarios puede produ · cir un cambio con su ausencia o su presencia. 7: La naturaleza subyacente (es decir, lo que hasta ahora hemas llamado substrata) se conoce por analog fa. Como el bronce es a la estatua, asf Ia naturaleza subyacente es a la entidad; y aquf enti· dad significa el ente particular. 12: La materia es uno de los principios aunque no existe en el sentido en que existe una cosa determinada; el segundo principia es la forma y, en tercer Iugar, tambien es principio lo contrario a esta, a saber, Ia privacion. 20: Todavfa noes claro si Ia entidad es la forma o el substrata. Sabemos, sin embargo, que los principios son tres, por que lo sony de que modo son tres. 8. Nuestro modo de considerar el pt•oblema de los principios
resuelue las aporias de los pensadores anteriores
191a24 : Los fil6sofos antiguos pensaban que ningun ente se genera ni se corrompe por ser forzoso que lo que se genera se genere o bien de lo que es o bien de lo que no es. Ambas casas son, sin embargo, imposibles, ya que lo que es no se genera y a partir de lo que no es nada podrfa generarse. Estos pensadores agravan Ia dificultad y afirman que no hay multiplicidad sino solo unidad. 34: Nosotros, en cambio, pensamos que generarse de lo que es o de lo que no es, en un sentido, en nada se diferencia de que un medi· co ejerza 0 padezca alguna acci6n 0 que de medico se produzca 0 genere algo. b2 : Esto ultimo tiene un significado doble: (i) pues un medico construye una casa no en cuanto medico sino en cuanto constructor; y (ii) un medico cura o se vuelve incapaz de cm·ar en cuanto medico. 6 : Generarse de lo que no es significa que se genera de lo que no es en cuanto no es, por cuanto decimos que algo se genera de medico siempre que provenga de el en cuanto medico. 10: Esta precision fue desechada por los antiguos y por ignorarla cayeron en tales equfvocos que pensawn que nada se gene1·a ni se deriva de las demiis cosas sino que suprimieron cualquier tipo de generaci6n. 13: Nosotros sostenemos que en sentido absoluto nada se genera de lo que no es; pero en cierto sentido admitimos que haya generacion a partir de lo ·que no es porque desde Ia privaci6n, que es 112
una forma de no ser, se genera algo que no preexistfa en ella. Los . pensadores antiguos se sorprendel'fan de esta tesis pero ello se debe a que no comprendfan que puede haber una generaci6n per accidens. 17: Del mismo modo afirmamos que tampoco es posible que algo se genere de lo que no es o que lo que es se genere, a no ser por accidente. Esta forma de generacion no puede darse del mismo modo en que animal se generarfa de animal; quiero decir, un animal de un animal. Por ejemplo, si se generara un perro de perro o un ca· ballo de caballo. Peno no solo podr!a generarse de un animal parti· cular sino tam bien de animal; mas no en cuanto animal pues esto ya le pertenecfa. Y si una cosa cualquiera llega a ser animal y no por accidente, no se generara de animal. Por ultimo, si un ente particular !lega a ser, no llega a ser de lo que es ni de lo que no es; ya se ha dicho cual es el significado de Ia expresi6n "a partir de lo que no es". AI decir esto no ponemos en duda el axioma que dice que todo es o noes. 27: Este es un modo de resolver el problema de los antiguos; otro modo es apelando al argumento de que las mismas cosas pueden entenderse desde dos perspectivas diferentes: segun la potencia o el acto. 30: Asf quedan resueltas las dificultades planteadas por aquellos fil6sofos. Por no conocer nuestro planteo trataron de un modo tan equfvoco el problema de Ia generaci6n, de Ia corrupci6n y del cam· bio en general.
9. Algunas precisiones acerca de los principios seiilllados: materia, forma y pt·iuaci6n 191 b3 5 : Algunos otros investigaron Ia naturaleza aunque de un mo· do insuficiente. (i) Admiten que algo se puede generru· en sentido absoluto de lo que no es; (ii) luego sostienen que si Ia naturaleza subyacente o substrata es uno, tambien debe ser una la potencia. Pel'O aquf hay una gran diferencia, pues Ia materia es alga que no es per accidens mientras que la privaci6n es algo que no es per se. Por esa raz6n Ia m ateria esta proxima a Ia entidad pera Ia privacion nolo es· tii en modo alguno ..
19 2a6 : Otl'Os identifican a lo grande y lo pequefio como lo que no es, Pero este tipo de tdada es muy diferente al nuestro. . 13: El substrato o naturaleza subsistente es concausa de lo que se genera con Ia fi:H'ma. Si ponemos atencion a su aspecto negativo se podrfa creer que la otra parte de la contrariedad no existe en abso~ luto. La privaci6n es lo contrario a aquello hacia lo cual debe tender· se, es decir, la forma; Ia materia es lo que tiende a la forma. Pero Ia 113
forma no aspira ni tiende a sf misma por no necesitar de nada. 25: La materia en un sentido se corrompe y se genera pero no en otro: considerada como aquello que esta en ella por sf misma se corrompe (lo que en ella se corrompe es la privaci6n). Pero vista desde la perspectiva de Ia potencia no se genera ni se corrompe sino que es incorruptible e inengendrada, ya que si se generara necesitarfa de un substrata. Pero esto que subyace es la misma naturaleza y el ser subs· trato es ya una propiedad inherente a la materia. 31: Por materia entiendo aquello inmanente desde donde una cosa se genera no accidentalmente, es decir, el substrata primero de cada cosa. 34: En cuanto al principia formal, si es uno o multiple y cual o cuales son, es tarea de la filosoffa primera investigarlo.
192b2: Ya hemos mostrado que hay principios de Ia physike episteme y curues son. Continuemos nuestra exposicion y comencemos por un nuevo punto de partida. FISICA II
1. La naturaleza y las cosas que son por naturaleza 192b8: Podemos clasificar los entes del siguiente modo: (i) los que son por naturaleza y (ii) los que deben su producci6n a otras causas. Los animales y sus partes, las plantas y los cuerpos simples son ejemplos de lo por naturaleza. 13: Lo por naturaleza se. diferencia de lo que noes por naturaleza por cuanto aquello tiene en sf mismo el principio del movimiento y del reposo; esto, en cambia, no tiene dicho principia en sf mismo. El automovimiento propio de lo por naturaleza puede darse locativamente, cualitativamente o cuantitativamente. 19: Las producciones artificiales, en cuanto accidentalmente son de piedra o de tierra, entonces sf tienen dicha tendencia innata al cambio. Por natw·aleza entiendo un cierto principia o mas bien una causa de movimiento y de reposo. 27: En cuanto a los entes artificiales, ninguno de ellos posee en sf mismo el principia de su producci6n, pues en ellos el principia del movimiento es externo. Nada artificial tiene en sf mismo el principia del cambia y si lo tiene solo lo tiene per accidens. 33: Todas las cosas naturales son ous(a, ya que la naturaleza involucra siempre un cierto substrata; tambien son naturaleza los atributos esenciales de los objetos naturales como, por ejemplo, el trasladarse hacia arriba para el fuego.
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193a3: Resulta absurdo intentar probar la existencia de Ia naturaleza por cuanto hay multiplicidad de entes naturales. Quien quiere probar lo evidente a traves de lo que no lo es, demuestra su falta de juicio. 9: Algtmos definen Ia naturaleza como lo primero inmanente a cada cosa que es informe por sf. Este es el primer significado de naturaleza: materia. En este senti do, la naturaleza de cam a es "made· ra", Ia de estatua "bronce", 12: Antifonte cree mostrar que Ia naturaleza es lo que permane· ce por cuanto si se enterrara una cama -dice-y Ia putrefaccion ad· quiriera tanta fuerza que hiciera salir un brote lo que se generarfa no es una cama sino madera. 13: Por otra parte, Ia naturaleza como generacion es un transito o pasaje a !a naturaleza propiamente dicha. La curacion nose entien· de como un pasaje al ade de curar, pues ese noes su fin, sino como un triinsito a la salud. La relacion de !a naturaleza entendida como generaci6n con Ia naturaleza propiamente dicha no es asf.. Lo que crece dirige su crecimiento no hacia su punto de partida sino hacia su punto final. 21: Hay muchos que creen que fuego, aire, tierra y agua constituyen Ia naturaleza de los entes. Las demas cosas, en cambia, no son mas que sus determinaciones, estados y disposiciones. Dichos esta· dos, dicen, deben ser etemos, pues no admiten cambio. 28: Este es el primer significado de naturaleza: la materia pri· mera que, en cada caso, es substrata de las cosas que tienen en sf mismas el principia del movimiento o del cam bio. 30: En otro sentido, naturaleza es la forma o determinacion conceptual especffica. No decimos, por ejemplo, que algo es confOl'· me al arte si solo es cama en potencia y no tiene todavi'a ]a form'a o determinaci6n conceptual especifica de cama. Esto mismo se aplica a las cosas constituidas por naturaleza. b3: El segundo significado del termino naturaleza es, entonces, este: la forma o determinacion conceptual especffica, la cual es solo separable conceptualmente. Ademas, Ia forma es en mayor medida naturaleza que Ia materia, ya que cada cosa recibe el nombre que Ia determina como tal siempre que ella esta en acto. Y el acto tiene prioridad ontol6gica 1;especto de Ia potencia. 13: Por otra parte , la naturaleza como generaci6n es un transito o pasaje a Ia naturaleza propiamente dicha. La curaci6n no se entiende como uh pasaje al arte de curar, pues ese no es su fin, sino como un transito a la salud. La relacion de Ia naturaleza entendida como generaci6n con la natmaleza propiamente dicha no es asf. Lo que c1·ece clirige su crecimiento no hacia su punta de partida sino hacia su punto final.
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18: Forma y naturaleza tienen dos significados, pues la privaci6n es, en cierto modo, tambien forma.
2. En que difieren el fisico y el matematico 193b22: Debemos investigar {i) en que se diferencia el matematico del ffsico , {ii) si la astronomfa es una ciencia distinta de Ia ffsica y tam bien {iii) en que difiere el ffsico del metafisico. 3 1: El matematico estudia las superficies, pero no en cuanto son limites de cuerpos ffsicos; tampoco estudia los accidentes en cuanto son atributos de dichos cuerpos. Esto ocurre porque es propio del matematico valerse del procedimiento de la abstracci6n. 35: Lo s sostenedores de las Ideas tambh~n hacen una abstracci6n , aunque no Jo advierten; abstraen, en efecto, los objetos naturales que , sin duda son menos susceptibles de ser abstrafdos que los objetos matematicos:cosas tales como par-impar o recto-curvo no estan sujetas a cambio. Carne, hueso y hombre sf lo estan. 194a7 : Esto tambH~n puede verse en las disciplinas matematicas mas cercanas a la fi'sica, como 6ptica, armonfa y astronomfa. Ellas son, en cierto modo, opuestas a la geometri'a, pues mientras esta investiga lo relativo ala lfnea ffsica, pero no en cuanto fi'sica la 6ptica, por su parte, estudia la lfnea matematica pero no en cuanto matematica sino en cuanto ffsica. 12: Dado que la naturaleza se entiende desde dos perspectivas, la de la materia y la de la form a, debemos estudiarla como si examinaramos la chatura de la nariz. Pero si hay dos naturalezas, (,CUal de elias habra de constituir el objeto de estudio del ffsico? 18: Si nos atenemos ala opinion de los antiguos, habra que considerar a la materia como el objeto de estudio del f(sico , Y si el arte imita a la naturaleza y, basta cierto punto, corresponde a la misma ciencia conocer form a y matel'ia (el constructor, por ejemplo, debe conocer la form a de casa y la materia), tambien sera propio de la ciencia ffsica conocet· ambas naturalezas, la material y Ia formal. La ffsica tam bien debera ocuparse del fin, porque la naturaleza es fin. 33: Hay artes que produ cen la materia; unas absolutamente, otras la adecuan a sus prop6sitos. Nosotros nos servimos de todo como si las cosas existiesen para nosotros, ya que tambien nosotros, en cierto modo , som os un fin (Ia finalidad, en efec to, tiene dos significados ). 36 : Las artes qu e conocen y _gobiernan Ia materi a son dos: una, la que se vale de ella; la otra, la que gobierna la produ cci6n. Aquella es arquitect6nica y conoce la forma mientl·as que esta, en cuanto arte productiva solo conoce la materia. b8 : El termino materia es relativo, ya qu e a u na forma diferente corre~ponde una materia diferente. 116
9: El ffsico debe conocer la forma en cuanto ella se vincula con su ciencia ; estudiani tam bien las cosas separables respecto de la forma pero que se encuentran en la materia. Es tarea del metaffsico y de la filosoffa primera investigar en que consiste lo separable. 3. Las condiciones del cambio: Ia causalidad
194b16: Debemos investigar lo relativo a las causas; nuestra investigaci6n tiene por fin el saber. Pew no sabemos nada en sentido propio antes de conocer el porque de cada cosa. 23: El termino causa tiene los siguientes significados : (i) aquello inmanente desde donde algo se genera, i.e. el constitutivo material o materia; (ii) la forma, modelo o definicion, asf como sus generos; (iii) el principio primero desde donde procede el cambio o el reposo, esto es, Ja causa motora o eficiente. Y (iv) Ja causa tam bien es elfin. 195a3: Puede ocurrir que haya muchas causas de un mismo objeto, dada la multiplicidad de significados del Hirmino causa. 8: Hay tam bien causas recfprocas como, por ejemplo, trabajar es causa del vigor y este lo es de trabajar. Pero no son causa en el mismo sentido, porque el vigor es causa motriz del trabajar y este es causa final del vigor. 11: Una misma cosa puede ser causa de cosas contrarias, pues lo que por su presencia es causa de una cosa, por su ausencia puede ser causa de un efecto contrario. 15: Las causas mencionadas tam bit~n se reducen a estos cuatro tipos : (i) causa como 'aquello desde don de algo se genera' son las sflabas respecto de las letras, la materia de las cosas fabricadas, el fuego y los demas cuerpos simpl es, las partes del todo y las premisas de la conch:isi6n. (ii) Causa como el 'que era ser' o como forma son el todo y la composici6n. (iii) La simiente, el medico y en general el agente son causa en el sentido de principio del movimiento o motor. (iv) Hay cosas tam bien que son causas como fin y este es el bien de lo pemas. Aquino hay diferencia en decir 'bien' o 'bien aparente'. 26 ~ Las modalidades de las causas tambien son muchas, pero resumidas tambien resultan menos numerosas. Entre las causas de Ia misma especie, Ia una es inmediata y Ia otra es mediata; tal es lo que ocurre con medico y artesano respecto de salud. 32: Causa tam bien se entiende en el sent ido del accidente y sus generos; por ejemplo, Policleto en un sentido es causa de estatua y en otro sentido la causa de estatua es escultor, porque accidentalmente el escultor es Policleto. 'l'ambien son causa los generos de los accidentes: de estatu a es causa hombre y, en general, animal. 19 5b3 : 'l'o das las form as de causalidad, tanto las por sf como las, ac-
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cidentales, se dicen en potencia y en acto. Por ejemplo, causa de construir una casa es "constructor" o "constructor que esta constru· yendo". 6: De los efectos propios o accidentales es posible distinguir Ia causa particular o general; las causas propias o accidentales se pueden enunciar combinadamente, vgr. no 'Policleto' ni 'escultor' sino 'el escultor Policleto'. 12: Este tipo de causas en conjunto son seis: (i) Ia causa parti· cular, (ii) Ia causa generica, (iii) Ia causa accidental , (iv) Ia causa ge· nerica respecto del accidente, (u) Ia combinaci6n de (i) y (iii), y (vi) Ia combinaci6n de (ii) y (iv). 16: Estas form as de causalidad se dicen de dos modos: en potencia y en acto ; difieren entre sf en que las causas en acto existen a! mismo tiempo que los objetos de los que son causa; esto no ocurre con las causas en potencia. 21: Debemos buscar siempre las causas mas elevadas; las causas genericas son causas de efectos genericos y las causas particulares de efectos particulares. Las causas potenciales, pm· ultimo, deben consi· derarse como causas de efectos potenciales y las actuales como cau· sas de efectos en acto.
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4. Opiniones generales sobre el azar y la espontaneidad
19Sb31: Suele decirse que azar y espontaneidad se encuentran entre las causas y que, consecuentemente, hay muchas cosas que existen y se producen por azar y esp<;mtaneidad. Habra que examinar (i) de que modo se encuentran entre las causas que hemos mencionado el azar y Ia espontaneidad; (ii) si es lo mismo azar y espontaneidad y (iii) en que consisten, 36: Algunos ponen en duda Ia existencia de azar y espontanei· dad, pues segiin ellos esta claro que nada se genera por azar sino que hay una causa determinada de aquello que atribuimos al azar y Ia espontaneidad. 196a7: Podrfa preguntarse por que nunca ningun sabio definio el azar al formular las causas de la generaci6n y Ia corrupcion. Los an· tiguos debieron haber hecho alguna mencion del azar, pues hay mu· chas cosas que se generan por azar y espontaneidad. 17: Ninguna de las causas enunciadas por los antiguos (odio·· am or, intelecto, etc.) era azar. Sin embargo, much as veces, aun cuan· do no mencionan el azar se valen de el. 24: Por otro !ado, hay algunos que enuncian como causa del universe y de todos los mundos al azar y Ia espontaneidad. Tam bien los astros, seg(m ellos, se generan por espontaneidad. Esto, sin em· 118
bai·go, es particularmente extraiio porque vemos que en el cielo no hay nada que se genere por espontaneidad.
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196b5 : Hay otros que consideran que el azar es una causa, aunque oculta al entendimiento humano, por ser algo divino.
5. La existencia del azar y la espontaneidad. Que es el azar 196bl0 : Hay casas que siempre se generan del mismo modo, es de· cir, son necesarias; otras lo hacen en la mayor parte de los casas. Ni el azar ni lo que a el se atribuye puede entenderse como causa de lo qu e siempre es ni de lo que es en la mayorfa de los casas. 13 : Azar y espontaneidad deben tener algun modo de existen· cia, por cuanto hay cosas que se generan al margen de lo que siempre y necesariamente es o de lo que es en la mayor parte de los casos; y todos afirman que estas cosas son producto del azar. 17: Entre las cosas que se generan, unas se generan en vistas a un fin pero no otras; entre las que se generan en vistas a un fin, unas se producen en virtud de una eleccion y otras no. De lo dicho puede inferirse que la finalidad puede darse en aquello que se da al margen de Ia necesidad y de aquello que ocurre en la mayor parte de las cases. 21: Son en vistas a un fin aquellas casas que podrfan hacerse por un prop6sito y las cosas que son por naturaleza. Cuando dichos objetos se producen accidentalmente, decimos que son efectos del azar. 24 : Ser se dice por sf o por accidente; asf tam bien se dice Ia cau· sa. Causa por sf de casa es el arte de construir; causa accidental blan· co o cu)to. La causa por sf es determinada, Ia accidental indetermina· da. 29: Cuando en las casas sujetas a generaci6n y que son en vistas a un fin se produce algo accidentalmente, en ese caso decimos que ello es un efecto de Ia espontaneidad o del azar. En sentido estricto, azar y espontaneidad no son lo mismo; la diferencia entre am bas co· sas· Ia diremos luego. Por ahora, digamos que tanto azar como espon; taneidad se encuentran entre lo que es en vistas de un fin. Veamos un ejemplo: uno podrfa haber ido al mercado para cobrar su dinero si hubiese sabido el momenta en que su deudor recibirfa un pago; no fue , empero, con este prop6sito sino que se dio el caso de que fuera a1 mc~rcad6. Y esto no Ie ocurri6 porque fuera con mucha frecuencia al mercado ni por necesidad sino que el fin primario no se encontra· ba entre sus causas sino entre lo que es objeto de elecci6n Y se produce por un proposito. En tal caso decimos que fue al mercado por azar; pero si hubiese ido premeditadamente, no habrfa ido por azar. 119
l97a5: EI azar, entonces, es una causa accidental que se encuentra entre las cosas que intencionalmente son en vistas a un fin. Azar y proposito deben referirse al mismo objeto, ya que sin pi·op6sito no hay elecci6n. 8: Las causas que producen efectos azarosos son indeterminadas; por eso el azar es indeterminado y es oscuro al entendimiento humane. Es en este sentido que pareciera que nada se genera por azar. Pero es posible que algo se genere por azar, ya que Ia genera· cion accidental es posible y hemos definido al azar como una causa accidental. 14: En sentido estricto, el azar noes causa de nada. 18: Es adecuado afirmar que el azar esta mas alia de Ia raz6n, pues esta se aplica a las casas que son siempre o a las que lo son Ia mayorfa de las veces. 20: El azar debe ser algo indeterminado por cuanto las causas azarosas son indeterminadas. 25: El azar es bueno cuando de el resulta algo buena y es malo cuando resulta algo malo. Y decimos buena o mala fortuna cuando el mal o el bien tiene cierta magnitud. 30: Tanto el azar como Ia buena fortuna son inconstantes, pues nada de lo que atribuimos al azar o a Ia fortuna es necesario ni se da en Ia'mayorfa de los casas. 32: Azar y espontaneidad son causas accidentales en aquellas casas que se podrfan generar en vistas de un fin,
6. La distincion entre azar y espontaneidad. Como incluir el azar y la espontaneidad entre las causas mencionadas
197a36: La espontaneidad es mas amplia que el azar y, en ese senti· do, constituye un genera respecto del azar. 197bl: El azar y sus efectos se encuentran en lo que llamamos "buena fortuna" o, en general, "acci6n o actividad pnictica". EI azar, entonces, se vincula con lo practice. 6: Todo aquello que no puede actuar tampoco puede hacer nada por azar; por esa raz6n, ni un nffio pequeiio ni una bestia pueden hacer nada por azar, ya que no tienen capacidad de elecci6n, 13: La espontaneidad se aplica a los demas vivientes y a muchas cosas inanimadas. Decimos, por ejemplo, que el caballo vino espontaneamente o bien que el trfpode se cay6 espontaneamente. En ambos cases, empero, no hay ningun proposito. · 18: Decimos que algo es efecto de la espontaneidad cuando sin tener por fin lo que ocurri6 se generan hechos cuya causa es externa. Decimos, en cambia, que alga es efecto del azar cuando se genera 120
por espontaneidad, pero entre lo que es objeto de eleccion y posee, por tanto, capacidad de elegir. 22: La naturaleza de Ia espontaneidad se ve con claridad en Ia expresion "en vano", porque se Ia enuncia cuando nose produce el fin esperado sino solo lo que se hace para que se produzca. 32: La espontaneidad se distingue del azar particularmente en las generaciones naturales. Cuando algo se genera contra naturam no decimos que es un efecto del azar sino mas bien de Ia espontaneidad. La causa de la espontaneidad es externa, Ia del azar interna. 198a2: Azar y espontaneidad son causas en el sentido de causa motriz. En efecto, siempre se da alguna causa natural o alguna causa que opera con un proposito; su cantidad, empero, es indefinida. 5: Pero azar y espontaneidad designan un tipo de causalidad 'accidental y Ia causa accidental no puede ser anterior a Ia causa per se. Azar y espontaneidad, entonces, no pueden ser anteriores al in· telecto o a Ia naturaleza entendida como causa. As! pues, si en un caso extrema el azar y Ia espontaneidad fueran causas del universe, con mayor razon deberfan serlo el intelecto y Ia naturaleza.
7. El fisico debera emplear todas las formas de causalidad para dar cuenta de Ia natumleza
198a14: El porque significa (i) el que es, es decir, Ia definicion y Ia forma, (ii) el motor proximo, (iii) elfin y (iv) Ia materia. 21: El ffsico debera conocer las cuatro formas de causalidad y asf podra explicar el cambia en Ia naturaleza, 24: La forma, el motor y el fin son tipos de causa que frecuen· temente coinciden: el 'que es' y el fin son una unica cosa y lo pri· mero de donde precede el movimiento es identico en especie a ellos. 29: Hay tres disciplinas: una se ocupa de entes inm6viles, otra de entes m6viles pero incorruptibles y una tercera que se ocupa de los entes corruptibles, 31: Por ,toclo lo dicho, el ffsico debera responder a Ia pregunta por el porque remontandose a Ia materia, a Ia forma y al primer motor. AI examinar las causas concernientes a Ia generaci6n se suele poner atencion a la secuencia de los sucesos y a Ia determinacion de cual es el primer agente y cuiil el primer paciente. 35·: Los principios del movimiento natural son de dos tipos: uno de ellos no es natural, por no tener en sf mismo el principia del movimiento. Lo que produce movimiento pero nose mueve es un ejemplo de este tipo de movimiento.
198b4: La naturaleza tiende a un fin y sera tarea del ffsico conocerla 121
valiendose de las cuatro formas de causalidad.
8. La naturaleza comporta finalidad
198b10: Nuestra tarea ahora es (i) determinar por que raz6n la natumleza se encuentra entre las causas finales; (ii) luego debemos ha· b}~r de la necesidad ~ !nvestigar de q ~ e modo se da en los o bjetos fisicos. Hay muchos f1losofos que exphcan los hechos como si se si· gtlieran necesariamente de aquello que los precede y no emplean otras formas de causalidad aducidas por ellos como por ejemplo el odio , el amor o el intelecto. ' ' 16: Podemos plantear la sigu iente dificultad: <,que impide que Ia n~turaleza no obre en vistas de un fin? <.Que impide que ocuna lo m1smo con las partes de los seres vivos, es decir, que impid e que se produzcan por necesidad? Asf pues, allf. donde todas las casas ocurren como si se hubiesen generado en vistas de un fin esas cosas se conservan por estar espontaneamente bien _constit~idas. Lo que no ocurre de este modo ha perecido y contin(ta pereciendo, como los bueyes de rostra humano de los que habla Empedocles. 32: Esta tesis, empero, no es satisfactoria porque todas las cos~s naturales. siempre o en Ia mayor parte de lo s casos se generan con VIstas a un fm, aunque no es asf en lo que es efecto del azar 0 mas precisamente, de Ia espontaneidad. '
a un fin. Por ejemplo , las hojas para proteget· el fruto ; animales y plantas, entonces, son una prue ba evidE;mte de que la naturaleza com· porta finalidad. 30: Dado que la naturaleza es materia y forma, y puesto que la forma es el fin (de Ia materia) y todo lo demas es en vistas de un fin , la forma es causa final. 33: En los entes artificiales se pro ducen errores; esto mismo puede ocurrir en los entes naturales y los monstruos senin ·asf errores de ]a finalidad de Ia naturaleza. Y estos errores se deben a cierto grado de destrucci6n de alg(Jn principio en el!os.
199b7: Es necesal"ia ademas Ia ex istencia previa de Ia simiente, pues los seres vivos no pueden generarse de golpe. 9: Como dijimos, tambien en las plantas hay finalidad aunque en elias esta menos articulada. 18: El fin y lo que es en vistas de un fin podrfan producirse co· mo 1111 efecto del azar; pero cuando los hechos se producen siempre o en la mayor parte de los casos ya no son productos del azar. 26 : Es absurdo negar la existencia de !a finalidad si se arguye que hay ausencia de deliberaci6n; tampoco el arte delibera y el arte se diferencia de la naturaleza porque el principia de movimiento no es interno. Hay, pues, finalidad en el arte y tambien en la naturaleza. 9. La necesidad en la naturaleza
199a3 : Ahor a bien, si cosas como las descriptas se generan
0 bien en virtud de una co incidenc ia fortuita o bien en virtud de un fin y si resulta imposible que se generen por una coincidencia fortuit~ o por espontaneidad, deberan hacerlo por un fin o prop6sito. Aq uello que es por naturaleza involucra, por tanto, un fin . 8: La naturaleza tiende a un fin yen cuanto algo es por natura· ~eza. se dirige ~~cia un fin , siempre y cuando no hay a algo que se lo I~PI?a. Tamb1en el arte es en vista a un fin, p ues lo que de else der~v~ mvolucra un "comportamiento inteligente" y, por tanto, teleo· logiCo.
. 15: El arte_ r~al~za aquellas casas que la naturaleza no puede reahzar Y ademas 1m1ta a la natural eza. De lo dicho se sigue que si los entes artificiales son en vistas de un fin tam bien lo senin los en· tes naturales. 20: La finalidad es p articularmente m anifiesta en los animales que no actuan por arte ni tienen capacidad de deliberar. Por eso algunos se preguntan si las araiias u otros animales obran en virtud deal· guna capacidad intelectual. Lo mismo se observa en las plantas, ya que vemos que lo que. en elias hay de util se produce con vistas
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199b34: Debemos preguntarnos si en Ia naturaleza opera una necesidad absoluta o solo una necesidad hipotetica. Actualmente se cree que lo que es por necesidad entra en los procesos de genemcion, pues se con:sidera que el muro, por ejemplo, se ha generado por necesidad por ser natural que lo pesado descienda y que lo liviano se traslade hacia arriba. Una casa no puede prescindir de los materiales con los que se la construye y , en este sentido, ellos son necesarios; pero estos materiales .s6lo constituyen aquello de lo que se construye la casa. Lo que en realidad produce la casa es el proposito de proteger y pl·eservar ciertos bienes. 200a9 : Del mismo modo tambien ocurre en todas las demas cosas en las que hay una finalidad o proposito: el objeto no puede ex istir independientemente de sus materiales pero el existe en virtud de un prop6sito. Por ejemplo, la sierra debe ser de tal fndole para poder cumplir con una funci6n determinada. Y si la siena no fuese de hierro no se generarfa en vistas de su funci6n , ya que esta es cortar. Es evidente que, en este sentido, la necesidad es solo hipotetica; Ia necesidad en este caso nose entiende como fin. La materia se vin123
cula con Ia necesidad en el sentido de que "es lo que se necesita para que tal objeto cumpla tal funcion" pero el fin pertenece a Ia forma o concepto. 15: En los entes matematicos y en los naturales Ia necesidad es, en cierto modo, semejante. En el caso de los entes tnatematicos, los principios necesitan de las conclusiones porque si no hay conclusion tampoco habra principia y, por ende, tampoco habra finalidad. 22: La premisa tambien es un principia, aunque no de la accion sino del razonamiento; en las matematicas el principia se vincula con el razonamiento porque no hay actividad practica. 24: Si hade existir una casa, de ben producirse estas condiciones determinadas, esto es, debe haber ciertos materiales que posean cier· tas caracterfsticas. Pero el fin no se da en virtud de estas condiciones, a no ser que las entendamos como materia. En el caso de las materna· ticas ocurre algo similar, ya que tampoco habra principios si el trifm· gulo, por ejemplo, no tiene sus angulos interiores iguales a dos rectos. 30: De lo dicho puede inferirse que lo que se requiere en las co· sas naturales es Ia materia y sus cambios o movimientos. La necesi· dad en la naturaleza debe entenderse como materia. Por otra parte, el ffsico debera estudiar la causa 'material y final aunque debera de· dicar sus esfuerzos preferentemente a esta ultima, porque es causa de Ia materia. 34: Tanto en Ia naturaleza como en el arte la necesidad procede de Ia definicion y del enunciado; por ejemplo, si la casa debe ser de tal fndole, es preciso que se den estas condiciones.
200b4: Es probable que la necesidad tambien entre en Ia definicion, ya que podemos definir la funci6n de la sierra como un particular ti· . po de division. Pem esta division no podni producirse si Ia sierra no tiene dientes de un tipo determinado. Los dientes de la sierra deben ser de hierro, ya que en la definicion tam bien hay algunas partes que entran en ella como su materia.
COMENTARIO LIBRO I
Capitulo I
184a10-14: Phys. I 1 comienza con una cuestion cara a Aristoteles: ·que debemos entender por saber? 0 bien, lque significa conoci·
~iento propiamente dicho? En el tex to inicial hay una neta diferen· ciaci6n entre conocer en general (eidenai) y conocer cientificamen· te (epistasthai); el saber cientffico es un saber especffico Y .si ?o~o cemos cientfficamente algo tendremos que conocer sus prmCiptos, causas y elementos. Esta es una distincion que, stricto sensu, no se aplica al saber en general; en efecto_, .hay form~s de conoc~mi.ento que no precisan cumplir con el reqU!stto de parttr del conoCJmtento de los principios o causas del ente en cuesti6n. En Metaph. I 1, 980a27 ss. Aristoteles menciona Ia primera forma de saber en el sentido de eidenai: la sensaci6n (aisthesis). Esta forma de saber es un saber en general y, consecuentemente, no debe cumplir con la exigencia. mencionada. En un breve pasaje de An. Post. Arist6teles ex plica que significa epistasthai: 1, Conocer cientfficamente a! go es conocer en senti do absoluto
(hapl6s) y no por accidente (kata symbebekos), es decir, no de un modo soffstico (7lb9·10). 2. Creemos conocer algo cientfficamente toda vez que conocemos la causa mediante la cual se da la cosa (71b10·11). 3. Por otro lado, el objeto del conocimiento cientffico no puede ser algo contingente. Aquello de lo cual hay conocimiento cientffi· co no puede ser de otro modo (71b12·16; cf. tam bien Eth. Nic. VII 3, pasaje en el que se estudia la episteme como una virtud dianoetica y se enuncian algunas de las caracterfsticas propias del conocimiento cientffico ). 4. Se afirma conocer cientfficamente mediante una demostracion Y Ia demostraci6n es un silogismo cientffico.
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5. Decimos, ademas, que es cientffico aquel razonamiento que, por el solo hecho de poseerlo, conocemos cientfficamente. 6. El conocimiento demostrativo debe partir, entonces, de cosas verdaderas, primeras, inmediatas, mas cognoscibles, anteriores Y causas de Ia conclusion. Ciertamente, si se prescinde de estas cosas puede haber silogismo; lo que no habra es demostraci6n pues.dicho silogismo no producira ciencia (71b17-25). Alguno~ han mterpbretado estos adjetivos (verdadero, primero, etcetera) como atr1 utos de un supuesto sustantivo "premisas" que en el t~xto griego no est~ .•~refiem mantener Ia ambigiiedad de los adjetivos neutros y dec1r cosas verdaderas, primeras, etc.".
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Por caracterfsticas que hemos enunciado sabre Jo que Arist6teIe_s entle~de por conocimiento cientffico, cabe ahora preguntarnos como ub~earemos a Ia ffsica como ciencia dentro de esta caractedzaci6~. EI objeto de Ia ciencia debe ser necesario y, consiguientemente segun consta en el pasaje indicado deEth. Nic., eterno. Pero Jo eter: no no esta sujeto a cambio y lo que no esta sujeto a cambia no es precisa~ente, obj~to de Ia ciencia ffsica. Por el contrario, el objet~ de Ia fJsJca es aq uel que es susceptible de movim iento (para este punto cf. Phys. n 1 y III 1, 200b12ss.: "Pero dado que Ia naturaleza es principia del movimiento o del cambio, y como nuestra investigaci6n trata lo concerniente a Ia naturaleza, no nos debe pasa 1• inadvertido q~e es el movimiento. En efecto, es forzoso que a! ignorar el movimJento ignoremos tambien Ia naturaleza."). Que lo eterno no esta sujeto a cambio puede entenderse de dos modos: (i) o bien que lo eterno no sufre ningiin cambio o bien (ii) que lo eterno se mantiene en iden:icas condiciones en cada caso. Quiza es cierto en este ultimo sentJ~o el que lo. ~te;no no esta sujeto a cambia, pues los 'astros descr1b~n u~ moVJmiento circular etemamente. Que los astros no estan SU]etos a cambia aquf significa que no se detienen ni experimen~~n ningiin c~~bio de rumbo. Lo mismo se aplica a Ia gener~c10n en Ia regton sublunar (cf. De gen. et corr. u 10). Pero deb1do a! caracter cfclico, invariable y estable del movimiento este es en ese sentido necesario y por eso puede haber ciencia de el:
_CI~arlton (Ar. Ph. comentario ad Zoe.) sostiene que el vocable epzsteme (que traduce "conocimiento sistematico") puede ser restringido al conocimiento de cosas que se pueden probar como las proposiciones de Ia geometrfa. Charlton apoya su afirm;ci6n en el pasaje de An. Post. 90b9-10; advierte, sin embargo que puede extenderse a disciplinas que no hacen uso de pruebas ~strietas. Esto ultimo se apoya en Soph. El. 172a28 ; denb·o de estas disciplinas deberfamcis incluir a.la ffsica, ya que en rigor no hay en este ambito pruebas o demostraciones tal como se plan tea en An. Post. , donde Ia re-
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ferencia es casi exclusiva a Ja matematica o, en particular a Ia geometria. Por ultimo, en cuanto a! tex to, no creo necesario seguir a Ross quien supone que el antecedente del relativo plural hon noes, probablemente, tas methodous sino un tallta que debe suponerse como objeto de eidenai y epistasthai. Con el permiso de Ross, creo que es perfectamente inteligible Ia lectura del relative si se piensa tas methodous como antecedente. Ross plantea, sin embargo, el problema de que habda que hablar de disciplinas que poseen elementos; con archa{ y aitia no hay dificultad, pues admiten un uso 16gico Y un uso en las cosas. La pregunta es entonces si hay un uso l6gico de stoiche{on o solo in rebus. Sobre los significados de principia, causa Y elemEmto cf. Metaph. v 1, 2 y 3 respectivamente; para Ia nocion de causa cf. tam bien Phys. II 3. 184a14-16: El conocimiento cientlfico de un sector de entes se da a partir del conocimiento de los principios, causas y elementos de esos entes. Como Ia ffsica tam bien es una episteme -y en buena medida el esfuerzo de Arist6teles en Phys. I es tratar de probarlo- es necesa· rio delimitar lo concemiente a sus principios.
El curso natmal en Ia investigaci6n es partir de lo mas cognoscible para nosotros y remontarnos a lo mas cognoscible por naturaleza. Esta es una prescripci6n metodologica muy frecuente en los . tratados aristotelicos; cf., por ejemplo, Metaph. VII 3, 1 029b3-12; Eth. Nic. I 4, 1095b2-4; De anima II 2, 413all-12. A nuestro juicio, resulta especialmente claro el pasaje deAn. Post. I 2, 7lb33 ss.:
i. Anterior y mas cognoscible posee un doble significado, ya que no es lo mismo anterior para nosotros y anterior por naturaleza, ni tampoco cognoscible y mas cognoscible para nosotros. ii. Anterior y mas cognoscible para nosotros es lo que esta mas proximo a Ia sensaci6n. En cambio, anterior y mas cognoscible en sentido absolute o por naturaleza es lo que esta mas alejado de Ia sensaci6n. Lo mas !ejano a Ia sensacion son los universales y lo mas cercano ella son los particulares (cf. Metaph. I 1, 982a24-25 ).
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Esto, sin embargo, no concuerda estrictamente con lo dicho en Phys. I 1 sobre el universal y el particular; Ross (AR . PH. ad loc.) sen ala que en el .pasaje citado de An. Post. I 2 Arist6teles indica que debemos partir de lo mas cognoscible por naturaleza y no de lo mas cognoscible para nosotros. Pero aquf Aristoteles esta estableciendo Ia naturaleza de Ia prueba cientffica y en ella debemos partir de los principios 0 de las cosas que son primeras por naturaleza. Los princi-
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pios, en este caso, son lo mas cognoscible en sentido absoluto. Lo primero para nosotros en el contexto de Ia ffsica son los compuestos (synkechymena). Synkechymena son las cosas que, en un primer momenta, aparecen "confusas" a nuestra percepcion y solo ulteriormente mediante Ia intervenci6n del concepto y de Ia definicion se tornan c.omprensibles y claras, En el tex to de Phys. a diferencia del de An. Post., el proceso de conocimiento parece estar considerado desde una perspectiva mas emp{rica. Concuerdo con Ross (AR. PH. ad loc.) y con Cherniss (ACPL, p. 78) en que no hay contradiccion entre los dos pasajes (Phys. I ·1 y An. Post. I 2 y II 19), pues es preciao tener en cuenta que los logoi que escribe Arist6teles son de eliversa indole. En An. Post. el termino katholou significara, de acuerdo a su contexto, una noci6n general o concepto, mientras que en Phys. I 1 debe significar el todo concreto de la percepci6n inmediata. Para la expresi6nsynkechymena cf. Platon el pasaje de Rep. vn, 524c: "Pues bien, seg11n dec!amos, Ia vista vefa lo grande y lo pequeii.o pero no separadamente sino como algo confuso". Lo que noses dado en la experiencia es, en un primer·momento, algo confuso. Posteriormente, lo percibido se vuelve claro y cognoscible cuando los principios y elementos lo distinguen. Segun hemos dicho antes el universal es lo primero cognoscible para nosotros y el debe ser ~ntendi do en este contexto como el "todo concreto". Este es, como seii.ala Comford (TPH., ad loc.) un sentido menos frecuente de kath6lou. El compuesto es, entonces, el universal en el sentido del todo concreto; de aquf se comprende lo dicho en las lfneas 24-25: el todo es mas cognoscible por via sensorial y el universal es una cie1'ta totalidad.
184bl: Como ejemplo de lo dicho Aristoteles enuncia Ia relaci6n existente entre el nombre y su enunciado o definicion: un nombre como "cfrculo" indica s6lo una totalidad de un modo indiferenciado. La definicion de dicho nombre Ia analiza en sus instancias particulares; Ia idea de Arist6teles es que Ia definicion analiza unto do en sus ele~e~tos l6gicos y aquf hay una relaci6n de genera y diferencia. C·o~10 mdtca ~oss (ad loc. ), en los ejemplos dados por Aristoteles se dtvtde Ia totahdad en sus particulares, lo que significa Ia division de un genero en sus especies. Pero esto, agrega Ross no es tarea de la definicion sino de una division l6gica. Para una ex;licacion mas detaJlada de este problema, cf. el comentario de Ross ad Zoe.
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Capftulo II 184b15 : La discusi6n con los pensadores anteriores es algo propio del metoda aristotelico al comenzar a tratar una cuesti6n. Este modo de proceder esUi paradigmaticamente descripto en un pasaje de Top. I 14, 105b12ss.: "Conviene tam bien escoger ei1tre los argumen~os escritos y hacer listas de cada clase mientras se las separa colocandoles debajo tftulos como 'Del bien', 'Del ser vivo' yen el caso del bien total hay que comenzar por la definicion. Conviene tam bien indicar a! !ado las opiniones de cada uno, como por ejemplo que Empedocles sostuvo que los elementos de los cuerpos eran cuatro. Pues cualquiera podrfa adjudicarse como propio lo dicho por alguien de renombre". Notamos este modo de proceder en Metaph. I 3 ss. yen De An. 1.. A lo largo de Phys. I Aristoteles tratara el problema de los principtos y esto no es, en modo alguno, algo casual sino que obedece ala prescripcion hecha al com ienzo de Phys. 1 1: el conocimiento cientffico de un oector de entes s6lo es posible a partir del conocimiento de los principios y causas de esos entes. Aristoteles comienza el ex amen del problema de los principios siguiendo un habitual recurso dialectico que consiste en exponer y refutar las posiciones tradicionales sabre el tema. Las diversas alternativas planteadas por los fil6sofos anteriores son presentadas del siguiente modo por Arist6teles: (a) Es forzoso que los principios sean una unidad o una multiplicidad. (b) Entre los que sostienen la primera tesis se encuentran los eleatas, representados por Meliso y Parmenides. Entre los que sostienen Ia segunda posicion se encuentran los fil6sofos que Arist6teles den om ina con el nomb1~e generico de "ffsicos"; ellos son Tales, Anax fmenes, Anaxagoras, Anaximandro, Empedocles, los atomistas y hasta el mismo Plat6n (cf. Phys. I 4, in principia). (c) De Ia tesis eleata se sigue, segun Aristoteles, que el principio es inm6vil; de Ia de los ffsicos se sigue que los principios estan sujet?s a movimiento o a cambia y que, consecuentemente, es posible dar cuenta del cambia. (En lo concerniente al numero de principios cf. aquf mismo el ANALISIS al pasaje).
En lfnea 21, al referirse a Dem6cl'ito, Aristoteles habla de Ia "figura" o "forma" (schema) como principia de diferenciaci6n de los principios. Con Ia palabra schema Aristoteles esta probablemente i11terpretando el t ermino democrfteo rysm6s, "m ovimiento regulado", " proporci6n", " figura". Para Ia discusion tex tual del pasaje cf. Ross AR. PH. ad loc. ; sobre el voeablo 1ysm6s cf. nuestro comentario a 188a19. :1 29
184b2S: Aquf comienza Ia primera parte de Ia crftica aristotelica al eleatismo. Tal como Arist6teles interpreta la tesis del eleatismo, dicha doctrina darfa como resultado Ia imposibilidad del cambio y del movimiento. Si no es posible el cambio o el movimiento, tampoco sera posible la ciencia ffsica (cf. Phys. III 1, 200b12 ss. ). Las tesis del eleatismo, siempre dentro de la peculiar interpretacion aristote· Jica, niegan Ia multiplicidad y por otro !ado, al sostener la absoluta inmovilidad del ser, rechazan la existencia del devenir. Al negar la multiplicidad, se niega tambien Ia distinci6n e11tre las cosas y sus principios y, consecuentemente, se niega tambien la existencia de los principios propios de la ffsica. Si aceptamos la tesis eleata seg11n la cual el ser es uno e inm6vil resulta imposible dar cuenta de multiplicidad de fen6menos de nuestra experiencia y se niegan, ademas, infi· nitos ejemplos manifiestos de movimiento: Ia generaci6n y la corrup· cion, el aumento y Ia disminuci6n, la alteraci6n y el movimiento lo· cativo. Por eso, investigar si el ser es uno e inm6vil noes una investigacion concerniente a Ia naturaleza (184b25-185a). La naturaleza, en efecto, es principio de cainbio y Ia tarea de una ciencia noes discutir contra aquellos que niegan sus principios. Si afirmamos con el eleatismo que lo que es es uno, negamos no solo el principio del movi· miento sino tam bien Ia noci6n misma de principio, porque principio es principio de alguna o de algunas cosas. Ciertamente, no hay en los fragmentos conservados del poema de Parmenides el menor indicio de que el fil6sofo de Elea niegue explf. citamente Ia existencia de la multiplicidad (tii 6nta) ni de que sostenga Ia existencia de una (mica entidad. Lo dicho antes, sin embargo, se desprende de lo que -segun creemogc-, ha sido Ia interpreta.ci6n aristotelica de Parmenides. Sobre Ia exegesis de Arist6teles de los pensadores anteriores cf. H. Chern iss A CP, cap. I "The Principles". Segun el pasaje 185b2-3, dar una fundamentaci6n frente a quien critica los principios de Ia geometrfa no es tarea del ge6metra, sino que de esto debe ocuparse otra ciencia, o bien una ciencia comun a todas. Ross (ad Zoe.) interpreta que Ia ciencia en cuesti6n puede ser 1) una ciencia subalterna, como la 6ptica, que es subalterna de la geometrfa. De ser asi, Ia discusi6n de sus principios pertenece ala ciencia superior. 2) Puede tratarse de una ciencia que no tenga una ciencia superior a ella; en este segundo caso, sus principios pueden ser obtenidos por una ciencia comun a todas. Ciertamente, nosotros podemos preguntarnos cual es realmente esa ciencia "diferente" a Ia geometrfa, i.e cual es esa " otra ciencia". La ciencia superior a Ia geometrfa es, sin duda, la aritmet ica , pue ~ la prim era se vale de prindpios que son propios de esta ultima ( cf. Metaph. v 6, 1016b30-31; XIII 8, 1084b26- 27 ). Sin embargo , Arist6 teles no admite Ia posibilidad de deducir los principios de Ia geometrfa de los de Ia aritmetica sino que, p or el contrario, lo niega de ] i\ 0
un modo explfcito (Cf. An. Post. I 7, 75b4-6). lCual sera, entonces,' en el caso de Ia ffsica Ia ciencia distinta y superior a esta ultima? La ciencia comun a todas y, por tanto, superior debe ser Ia filosoffa primera, a Ia cual se subordina Ia ffsica. Cf. Metaph. VI 1, 1026a 27-32: "Ahora bien, si no hay alguna otra entidad al margen de las que estiin constituidas por naturaleza, Ia ffsica sera ciencia primera; pero, si hay alguna entidad inm6vil, el saber (que se ocupe de dicha entidad) sera anterior a Ia ffsica y sera (por eso) filosoffa primera. Y en este sentido es universal: porque es primera". (En Ia ultima parte del comentario a este pasaje he seguido las valiosas sugerencias de E. Berti, "Physique et metaphysique selon Aristote: Phys I 2, 184b 25-185 a 5" en N aturphilosophie beiAristoteles und Theophrast, Heidelberg, 1969, pp. 18-31.) 185a8: Arist6teles sostiene aquf que tanto los argumentos de Parmenides como los de Meliso son erfsticos, pues parten de premisas falsas (falacia material) y porque ademas no concluyen correctamente (faJ lacia formal). Esta misma crftica es retomada un poco mas adelante y se hace mas explfcita (cf. el pasaje 186a6ss.).Arist6teles se refiere en Metaph. I 5, 986b18ss. a Meliso y Parmenides en los siguientes terminos: "Parmenides parece entender el uno segun el concepto; Meliso, en cambio, segun la materia. Por eso tam bien aquel dice que es limitado y este que es ilimitado. Jen6fanes, por su parte, quien instaur6 antes que estos Ia doctrina del uno -en efecto, se dice que Parmenides fue su discfpulo- no aclara nada ni parece haber alcanzado ninguna de las dos naturalezas, sino que, tras dirigir su mirada bacia el cielo entero afirma que el uno es dios. Estos, entonces, como dijimos, deben ser dejados de !ado en Ia presente investigaci6n; dos de ellos, Jen6fanes y Meliso, absolutamente, porque son demasiado rusticos. Parmenides, en cambio, habla de un modo mas penetrante; en efecto, considera que al margen de lo que es, lo que no es noes nada, Cree que, forzosamente, hay una unica cosa: lo que es y que no hay ninguna otra cosa. Sobre esta cuesti6n hemos hablado mas claramente en la Physica". En este pasaje esta formulada la interpretacion que Arist6teles hace de Parmenides con la explfcita afirmaci6n segun la cual "lo que es es uno". El uno parmenfdeo, segun Arist6teles, es semejante a Ia forma (o al concepto como dice el texto: katd tOn logon); no hay duda de que el uno es limitado y, en este caso, la interpretacion de Arist6teles no parece tan forzada ( cf. Parm enides B8 v. 30 ss. ). Meliso, en cambio, sostiene que el uno es ilimitado; el ser ilimitado es una propiedad de la materia (cf. Meliso B3 y 7 ). Atinada parece la observaci6n de G. Reale a este pasaje de Metaph. (Aristotele : La Meta(isica. Traduzione, introduzione e commento di G. Reale, Napoli, Loffredo, 1968 ), segun Ia cual es necesario tener en cuenta que el ser del que habla Meliso es incor-
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p6reo (cf. B9). Consecuentemente, tampoco en este caso serfa correcta Ia interpretacion de Arist6teles. Sobre el uso tecnico del verbo lambtino en contextos l6gicos ("admitir", "asumir", "dar por sentado") cf. LSJ s.v. y Bonitz, Ind . Ar. s.v. Vease un uso similar a! que aparece en este pasaje de Phys. en An. Pr. 46b6 y 53a2.
185al2: Aquf Arist6teles enuncia de un modo explfcito su doctrina: los entes que deben su modo de producci6n a Ia naturaleza estan todos o algunos de ellos sujetos a cambio, es decir, Ia nota que los define como entes naturales es el movimiento. Esta es, segiin creemos, una de las tesis fundamentales que se plantea en Phys. I y que se intenta explicar en Phys. II 3 a! hablar de las condiciones del cambio, es decir, cuando se formula Ia doctrina de Ia causalidad. Cf. tambien el pasaje de Phys. II 1, 193a3ss. donde Arist6teles sostiene que es ridiculo tratar de demostrar Ia existencia de Ia naturaleza, ya que hay multiplicidad de entes naturales. Hay multiplicidad de entes que poseen un principia de movimiento interno y que, por tanto, estan sujetos a cambio. Que los entes naturales son todos o algunos m6viles es algo que se hace evidente por epagoge, en nuestra traducci6n por experiencia. El vocablo epagoge tiene en Arist6teles un uso tecnico y sus significados, segun el contexto, son fundamentalmente dos: 1.
2.
Proceso mediante el cual se va de lo particular a lo universal; cf. Top. I 12, 105al3-14. Recuento o adici6n de casos particulares; cf. Cat. 11, 13b37. Vease tam bien dentro de la Phys. el uso del adverbio epaktikos y de Ia palabra epagoge en el sentido general de ex perierJ.Cia, es decir 1 observaci6n de los hechos y objetos ffsicos: Phys. IV 3, 210b 8; v 1, 224b30 y v 5, 229b3. En estos pasajes es evidente que epagoge no significa "inducci6n"; no se trata, pues de un metodo 16gico sino de una "constataci6n empfrica". (Cf. Bonitz, Ind. Ar. 264a40. Cf. tambien Cat. 13b ; De Caelo, 276a15 Y Metaph. 1048a36 y 1056b33.)
185a14: Aristoteles observa que es tarea del geometra refutar los argumentos falaces que se basan en los principios admiti.dos por .Ia geometrfa; pero, si los argumentos no estan basados en d1chos prmcipios no es tarea del ge6metra intentar refutarlos. La "cuadratura del cfrculo" es el intento de "medir" el circulo mediante Ia inscripcion de un polfgono en Ia circunferencia. El m etodo de Antifonte, sofista contemporaneo de Socrates, consistfa, aparentemente, en Ia inscripcion de polfgonos con un creciente num ero de !ados; el error
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de Antifonte parece haber sido Ia creencia de que, a! aumentar el n(tmero de !ados indefinidamente, Ia circunferencia del poli'gono podrfa coincidir con Ia circunferencia del cfrculo. Como sefiala Heath (A History of Greek Mathematics, Oxford At The Clarendon Press, 1965, vol. I, p. 221) "debemos a Aristoteles v sus comentadores nuestro conocimiento del metodo de Antifont·e". Hay dos versiones que dan cuenta del metoda utilizado por Antifonte para cuadrar el cfrculo:
1. Temistio, in Phys. 4, 2: Antifonte inscribio en el cfrculo un triangulo equilatero y sobre cada uno de los !ados puso un triangulo isosceles, cuyo vertice tocaba Ia circunferencia. Continuo hacienda esto, pues crefa que en algun momenta el angulo del ultimo triangulo coincidiria con Ia circunferencia. (Cf. infra Fig. 1) 2. Simplicia, in Phys. 54, 12: Hay muchos -sostiene Simpliciaque han intentado hacer Ia cuadratura del cfrculo, esto es, construir un cuadrado igual a un cfrculo. Sin embargo, noes tarea del geometra intentar refutar Ia cuadratura de Antifonte, ya que este no tiene en cuenta los principios de Ia geometrfa. El metoda de Antifonte, seg(ln Ia version de Simplicia, consiste en lo siguiente: inscribir en el cfrculo un cuadrado, carla !ado del cual se divide en dos partes; luego se traza una perpendicular al lado del cuadrado que llega hasta Ia circunferencia. Desde los cuatro puntos del cuadrado que coinciden con Ia circunferencia, se trazan rectas que unen las perpendiculares y se construye asf un octagono. Y, si se continua de este modo y se observa el mismo pmcedimiento, cada uno de los !ados del octagono se divide tam bien en dos y se origina un polfgono de dieciseis !ados. Este procedimiento puede continuar indefinidamente (cf. infra Fig. 2 ). El principia que gufa a Antifonte es el que subyace al metodo de "exhausi6n" (cf. Heath op. cit., p. 222). En efecto, cuando Ia superficie del cfrculo estuviera exhausta, el polfgono estarfa inscripto y, en virtud de su pequefiez, sus !ados coincidirfan con Ia circunferencia del cfrculo. Y si en todo polfgono se puede construir un cuadrado' equivalente, se habra construido un cuadrado equivalente al cfrculo. Arist6teles atribuye a Hipocrates de Qufos Ia cuad;atura por medio de " lunulas" -segmentos de cfrculo- en Sop h. El. XI 171 bY, segun Simplicia, Ia cuadratura por medio de segmentos (diii ton tmemiiton) es, en n~alid ad, Ia cuadratura por medio de las lunulas descubierta por Hip6crates de Qufos. El termino tmema significa "se?m~n to" y, en rigor, no se puede aplicar a las lunulas. Ross (ad loc.) md1ca dos posibilidades en cuanto al significado de este termino: a ) todas las proposiciones en cuestion se valen de segmentos de cfrculo como hinulas y Ia palabrn puedc estar usada en sentido propio; b) pero en
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FIGURA 1
De Caelo 290a4 Arist6teles usa el termino tmema respecto de una porci6n de cfrculo. Es posible, entonces, que en las condiciones en que se encontraba todavfa !a terminologfa geometrica Arist6teles haya usado !a palabra tmema en relaci6n con una parte del area del cfrculo y, por tanto, de una hinula. Para una completa explicaci6n de la cuadratura de Hip6crates de Qufos mediante lunulas cf. Heath op. cit., pp. 183-200. Otro intento de cuadrar el cfrculo es mencionado por Aristoteles en An. Post. 75b40 y en Soph.. El. 17lb16 y 172a4. Este intento, realizado por Brison, es considerado erfstico y no geometrico tal como el de Antifonte. Recordemos, por ultimo, que el ejemplo de !a cuadratura del cfrculo lo pone Arist6teles para ilustrar el hecho de que no es tarea del ffsico investigar si el ser es uno e inm6vil. En efecto, desde la perspectiva aristotelica esto constituye un argumento erfstico, ya que el ffsico, como el ge6metra, debe intentar refutar los argumentos falaces que se basan en los principios de Ia ciencia en cuesti6n. 18Sal7: El eleatismo, al negar que haya movimiento, niega la exis· tencia de una ciencia de la naturaleza, la cual se define, fundamentalmente, como principia de movimiento. Sin embargo, advierte Arist6teles, los eleatas plantean dificultades de tipo ffsico, a saber: el movi· miento, el infinito, etc. Cf. Metaph. I 5, 986b17ss. (pasaje citado supra), locus en el que se mencionan los problemas ffsicos planteados por los eleatas.
FIGURA 2
(Las figuras hari sido reproducidas de D K II, p. 341. ). 1.34
18Sa20: Aquf comienza propiamente el intento de refutar Ja tesis eleata segun la cual "todo es uno". Si el eleatismo sostiene que todo es uno, habra que investigar a cual de los significados del ser se refieren. Desde el principio de la argumentaci6n de Arist6teles, la pre· misa fundamental es to on legetai pollachos es decir, "ser o es tiene multiplicidad de significados" o bien "hay multiples modos en los que se dice que una cosa es". Esta afirmaci6n es el punto basico de la argumentaci6n de Arist6teles, pues de ella se desprende lo absurdo de considerar el ser unicamente en sentido absoluto (haplos). Si entendemos el ser en sentido absoluto, entonces todo sera entidad, cantidad, cualidad o alguna de las determinaciones categoriales; es decir, todo sera alguna de ls determinaciones del ser pero entendida en sen· tido absoluto. Si todo es cualidad o cantidad se cae en un absurdo, ya que no hay ninguna-categorfa que sea separable, excepto Ia entidad (ousia ). Todas las deteTminaciones se predican de la entidad co· mode un substrato y substrata es "aquello de lo cuallas demas cosas se predican pero el mismo nunca se predica de otra cosa" (Metaph. VII 3, 1028b36-37). En este sentido, Ia ousia es lo {mica que tiene independencia y que es por sf; su propiedad fundamental es Ia per· manencia, i.e. el ser substrata (cf. Cat. v y Phys. II 1). 135
185a32: Esta lfnea abre Ia refutacion especialmente dirigida aMeliso. La tesis de Meliso, tal como Ia expone Aristoteles, es que lo que es es infinito; pero, en este caso, lo que es debe ser una cantidad, porque Ia nocion de infinito implica Ia de cantidad. Es decir que " infinito" se predica en el ambito de Ia cantidad; hablamos de cantidades infinitas o finitas pero estos predicados no pueden aplic.arse, por ejemplo, a Ia cualidad salvo por accidente. Ademas, Ia cantidad es una determinacion y no hay ninguna determinacion accidental que pueda ser infinita. La cantidad es una determinacion relativa a Ia entidad, es decir, es una propiedad suya. Si esto es asf, lo que es ya no sera uno sino a! menos doble, ya que Ia cantidad es algo que se predica de una ousia; por ejemplo, "Ia entidad Xes de tres codos". Por otro lado, si se considera que lo que es es solo entidad, tampoco podra ser infinite ni tener magnitud, ya que si Ia tuviese habrfa tam bien una cantidad . Nuevamente, entonces, lo que es no es uno sino doble. 185b5: La expresion "uno" tiene multiplicidad de significaciones, a! igual que Ia expresion "ser". Aqui se enuncian tres significados de uno: 1: 'Uno' se dice de lo continuo. 2: 'Uno' se dice tambien de lo indivisible y 3: 'Uno se dice de aquellas casas cuya definicion es Ia misma, es decir, es uno el enunciado del 'que era ser'. El ejemplo dado por Aristoteles es methy y oz'no.~, dos palabras distintas para decir "vino" . En Metaph. V 6, 1015b16ss. se distinguen con mayor extension los diversos significados de uno. De los significados distinguidos tomamos solo algunos que pueden aclarar el pasaje de Phys." a! que nos estamos refiriendo: Uno se dice (a) por accidente y (b) par sf (Metaph. 1015 b161016a 1.) (a) Por accidente son uno "Corisco"' y "lo culto" o bien "Corisco culto". Esto significa que es lo mismo decir "Corisco y lo culto" que "Col'isco culto". En este caso hablamos de "uno par accidente" en cuanto "culto" es una dete1·minaci6n accidental de Ia ousia Corisco. La unidad accidental es, entonces, Ia unidad fundada en Ia union de heche de dos elementos y no sabre Ia naturaleza esencial de lo que constituye Ia unidad. Esto mismo -arguye Aristoteles- se aplica cuando el accidente se afirma de los generos o de nombres universales; por ejemplo, cuando decimos que "hombre" es lo mismo que "hombre m(lsico". Yesto es asf porque "musico" es un accidente de "hombre", el cual es una entidad unica o bien porque "hombre" y "musico" son atributos accidentales de cualquier particular como, por ejemplo, "Co risco". (b) De las cosas dichas por sf, unas se Haman 'uno' por ser un con136
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tinuo; vgr. un manojo se llama uno en virtud de aquello que Jo liga. Una lfnea tam bien se dice 'una', aunque este seccionada, porque es continua. En este mismo sentido, l:ambien se llama 'una' cada parte del cuerpo. Volvamos ahora a los tres significados distinguidos en el pasaje de
Phys.: 1. ' Uno' se predica de lo continuo, pew si entendemos por uno Jo continuo, Jo que es sera multiple y no uno, ya que lo continuo puede dividirse al infinito. La dificulta.d a Ia que alude aquf Aristoteles esta referida a! hecho de que si cada una de dos partes es una con el todo en el sentido de que es indivisible de el, entonces, elias tambien seran una respecto del todo. Por lo dicho en el texto citado de Metaph. podemos en tender que cada parte del cuerpo es una porque es un continuo. En lo que se refiere a las partes del cuerpo -que es el ejemplo que cita Aristoteles en el pasaje de Metaph .- debemos recordar que una mano no es una mano ni un pie un pie cuando estan separados del cuerpo, esto es, de Ia totalidad . Cf. Pol. 1253a20-22: "En efecto, el todo es, forzosamente, ante1·ior a Ia pal'te, ya que a! consumirse el todo no habra pie ni tampoco mano, a no ser por homonimia, como si se dijera 'mana de piedra' ". 2. Si 'uno' se entiende en el sentido de lo indivisible, no habra cantidad ni cualiclad, porque lo indivisible es el lfmite pero nolo limitado. Ross (cf. A R . PH. comentario ad loc.) sefiala que, al entenderse el uno como indivisible, tampoco habra cualidad "presumiblemente porque Ja cualiclacl es divisible respecto de Ia intensiclad o parque un simple punto o unid ad aritmetica no tiene cualidad". 3. Si to do es uno en virtud de su definicion (como "manta" y "mantilla") caemos en Ia argumentacion de Heraclito y sera imposible distinguir "bueno" de "malo". Si todo es lo mismo, Ia propiedad que defina a una cosa Ia tendran todas las demiis.
18Sb25: Segun Arist6teles, hay otros pensadores mas recientes que se negaron a aclmitir la multiplicidad. En este pasaje se menciona a Licofron, el sofista, que tambien aparece en Pol. 1280b10. La preocupacion por el lenguaje, cHisica entre los sofistas, llev6 a Licofron a estudiar el problema de la predicaci6n. La tesis de Licofron era que si se podia suprimir Ia copula entre sujeto y preclicado, se podrfa predicar del stijeto algo distinto del sujeto. Pero, por otro !ado, la reformulacion de. las expresiones relativas a! verba 'ser' planteadas por otros (quiza la referencia sea a Plat.on Soph . 215b o a! soo~ratico Meneclemo ), en opinion de Arist6teles, no resuelven el problema de ia multiplicidad. En efecto, si en vez de decir "el hombre es palido" decimos "el hombre empa]idece" no resolvemos el pwblema de que lo uno sea multiple, ya que "es" y "uno" no tienen un unico significa13 7
do. Lo uno es multiple, concluye Aristoteles, porque unidad y multiplicidad pueden ser lo mismo y ello no implica contradiccion. En virtud de su doctrina de Ia potencia y el acto Aristoteles puede fundamentar su tesis, pues una cosa puede ser una en acto pero muchas en potencia, ya que es divisible en muchas partes. Asf un hombre, por ejemplo, es uno en acto pero multiple en potencia, pues puede ser dividido en muchas partes.
Capftulo III
186a7: Aqu( se t•epiten textualmente las palabras dichas en 185a 7-11: dado que las argumentaciones de Parmenides y de Meliso par· ten de premisas falsas y ademas son incorrectas en su conclusion, Ia refutacion -dice Aristoteles- no sera tarea diffcil. Segun se dice en el texto, el paralogismo que comete Meliso es evidente y consiste en suponer que si todo lo que se genera tiene un comienzo lo que no se genera no lo tiene. Arist6teles critica aqu i Ia falacia formal en Ia que incurre Meliso; dicha falacia se produce cuando se cree que por negar el antecedente del condicional queda necesariamente tam bien nega· do el consecuente. El paralogismo es presentado tambien en Soph. El. 181a25ss. en estos terminos: "En efecto, si lo que se ha genera· do tiene un comienzo, hay que considerar que lo no generado no lo tiene. De modo que si el universo nose ha generado debe ser infini· to. Pero esto no es asf, porque Ia implicaciones inversa". Esto signi· fica que de A=>B nose sigue -A=> -B sino -B:> -A.(Para este punto cf. Olivieri F.J.: Los filosofos presocraticos, vol. II, Madrid, Gredos, 1979, p. 93 nota 41.) · En Soph. El. Arist6teles ataca tres veces a Meliso ( cf. los pasajes 167b13, 168b35 y 181a25ss.) y el ataque esta siempre referido al mismo argumento atribuido a Meliso: todo lo que se genera tiene un comienzo; de esto, segun Meliso, se seguiria que todo lo que tiene un comienzo se ha generado. Arist6teles no acepta que pueda deducirse esto ultimo de lo primero; lo que Meliso debi6 haber dicho es que si lo que se genera tiene un comienzo, entonces lo que tiene un comienzo se ha generado. Arist6teles ejemplifica el error ·de Meliso del siguiente modo: "tam poco si el que tiene fiebre esta caliente, es ne· cesario que el que estii caliente tenga fiebre" (Soph.El. 167b20). Si examinamos los fragmentos conservados de Meliso no encontraremos estrictamente en ninguno de ellos Ia tesis que Arist 6teles le at.ribuye en este pasaje. Por el contrario, Meliso supone que lo que es no se ha generado y que, por tanto, es infinito (cf. B 2). Debemos pensar, entonces, que se trata aqui nuevam ente de una interpretacion de Aristoteles. En el pasaje de Phy s. Aristoteles dice que "comienzo" (arche) ha y que e ntenderlo com o comienzo de Ia cosa (producida ) 138
pero no del tiempo. Esta ultima afirmacion tiene no pocas dificultades; lo dicho antes respecto del comienzo de Ia cosa se aplica tanto a la generatio simpliciter como al cambio cualitativo, es decir, a Ia alte· racion. El agua, por ejemplo, no comienza a congelarse en un punto determinado sino que el fenomeno se produce de golpe 0 de repen· te. Segun esto, no podemos afirmar donde comienza el proceso sino que el agua pasa como un todo de un estado a otro. De lo dicho se sigue que Ia alteracion, el cambio cualitativo, es posible; probable· mente Meliso ha sostenido una tesis opuesta a esta y su argumento pudo haber sido que si hay cambio, este debe comenzat· en un punto determinado y desde allf desarrollarse poco a poco. Para las distintas interpretaciones y traducciones modernas a este pasaje de Phys. cf. Gel'shenson D.E., Greenberg, D.A. "Melissus of Samos in a New Light: Aristotle's Physics 186a10·16" en Phronesis 6, (1961), pp. 1-9. Cf. tambien Phys. 253b25, donde el congelamiento es un ejem· plo de alteracion repentina. 186al9: Lo que es no puede ser homogeneo, es dec1r noes uno en especie sino solo pol' su materia. N6tese la expresi6n usada por Aris· t6teles aqui para indicar la materia: ex hou, esto es, aquello desde don de se constituye Ia cosa (cf. el tratado de Ia causa en Phys. II 3, 194b24).
186a22: Este es el comienzo propiamente dicho de la refutaci6n de Ia tesis de Parmenides y, aunque los argumentos esgrimidos contra Meliso valen tam bien para Parmenides, hay otros que son especfficos a este ultimo. La critica de Arist6teles indica que (i) Parmenides par· te de premisas falsas y, por otro !ado, que (ii) aun cuando aceptemos sus premisas, Ia conclusion es incorrecta. Esto ya se ha dicho antes, pero en este pasaje se hace manifiesto que la premisa falsa, el falso pun to de partida, es considerar que ser se predica de un unico modo, es decir, se lo entiende en sentido absoluto. Que las conclusiones de Parmenides son incorrectas se ve, segiin Arist6teles, en Jo siguiente: si admitimos que solo hay cosas blancas y que blanco tiene un unico significado, de todos modos las cosas blancas no seran una unidad · sino u,na multiplicidad. Ciertamente, a la base de esta argumentaci6n se encuentra Ia teorfa de Ia multip!icidad de significados de t6 on: blanco solo es una propiedad o determinacion de Ia entidad es algo que se predica de Ia entidad porque Ia cualidad nose da sep~rada de Ia ousia. Pero si hay entidad y cualidad (blanco) lo que es ya no sera t!na unidad sino una multiplicidad. Esta distinci6n, la diferencia en· tre lo blanco y aquello que admite Ia cualidad de ser blanco - segun Aristoteles- "Parmenides no llego a advertirla". La consecuencia que se sigue de est-o es que "ser" solo es "ser en sentido absoluto". La expresi6n que he traducido por "ser en sentido absoluto" es to hoper on; otras pro bables traducciones pudieron haber sido "lo que 139
precisamente es" o bien " lo que es en se ntido estricto". Ross (AR. PH. ad loc.) traduce ''just existent", "essentially a kind of existent" I y entiende que la expresi6n es usada aquf como un sin6nimo de substancia, es decir, lo que puede ser por sf. Al parecer, Ia expresi6n to hoper on significa aquf "ser por sf" como opuesto a "ser relativo", el modo de ser de los atributos accidentales. 1 Sabre esta cuesti6n es interesante Ia tesis de Buchanan (ATB, pp. i 18ss.) segun Ia cual el uso de hoper puede explicarse si seguim os Ia distincion hecha en Cat. entre "ser predicado de un sujeto" y "estar en un sujeto" (cf. Cat. lblOss.). Cuando una cosa se predica de otra como de un sujeto -segun el texto de Cat.-, si puede decirse del predicado tambien puede decirse del sujeto; por ejemplo, 'hombre' se predica de un hombre particular y 'animal' se predica de hombre. Por tanto, 'animal' se predica del hombre particular. Por otra parte, en el caso de algo que esta presente en un sujeto, vgr. 'blanco', aunque a veces puede predicarse el nombre, no es posible, sin embargo, predicar Ia definicion o el genero. Puede decirse de un cuerpo que es blanco, pew no se puede predicar de un cuerpo Ia definicion de blanco porque "cuerpo" no es un color. Una vez llegado a este punta, Buchanan cita el pasaje de Metaph. IV 4, 1007a32-33: "En efecto, 'lo blanco' se predica accidentalmente (symbebeken) de hombre, porque hombre es blanco pero no es 'lo blanco en sentido absoluto ' (ouch h6per leuk6n ). " Esta distinci6n, afirma Buchanan, "es equivalente a Ia clistinci6n que hay entre predicacion de un nombre y predicaci6n de un adjetivo" (ATB p. 19). Lo que aquf esta en juego, entonces, es Ia diferencia entre lo que es por sf y lo que es respecto de otro. La expresi6n t6 hoper 6n es empleada por Arist6teles para caracterizar el ser parmenfdeo, 1o que en otros pasajes se llama t6 hapl6s 6n, "ser en sentido absolu to".
I
186bl : Segun lo dicho, ser en sentido absoluto no puede ser algo que pertenezca a otra cosa, es decir, no es algo que se predique de otra cosa. Y si se ha dado por cierto que ser es se1· blanco, es decir, si se supone que ser tiene un unico significado, entonces ser en sentido absoluto no puede pertenecer a otra cosa porque esa otra cosa no puede ser algo que es. Pero 'blanco' pertenece a otra cosa: una ousia que recibe esa determinacion y de Ia cual se predica. 186M: Ser en sentido absoluto significa mas bien ser que no ser; pero, si lo mismo que es en sentido absoluto es tam bien blanco y ser blanco no puede ser en sentido absoluto -ya que pertenece a otra cosa- resulta entonces que tampoco es lo blanco. De aquf se sigue que ser en sentido absoluto es algo que no es, porque se ha en unciado como algo cierto que ser en sentido absoluto es blanco . Pero esto es absurdo, ya que ser en sentido absoluto significa ser y no no ser. 140
El (mico modo de escapar a esta aporfa es, segun Aristoteles, entender el on como lo que puede tener multiplicidad de significados, es decir, lo que se predica de multiples modos. (Cf. Metaph. VII 1, 1028a10-22). 186b12: EstE: es otro argumento contra Parmenides: lo que es no puede tener magnitud si lo que es es "ser en sentido absoluto", es decir si se entiende el ser en un (mico significado, de modo tal que qued~ excluida la multiplicidad. En efecto, si tuviese magnitud, deberfa tener tambien partes que se diferencien entre si. 186bl4: Hasta aquf Adst6teles ha intentado mostrar que Ia tesis eleata de Ia existencia de una (mica cosa es incompatible con Ia experiencia que, por el contrario, muestra que hay multiplicidad de entes. Ahora se pasa al analisis logico que tiende a mostrar que igualmente absurda es !a posicion eleata si se la considera desde un punto de vista estrictamente conceptual y, mas precisamente, cuando se Ia estudia en la definicion. Asi por ejemplo, si "hombre" es algo que es en sentido absoluto, tambien lo seran "animal" Y "bfpeclo". "Animal" y "bfpedo" constituyen asf las partes e~.la definicion de "hombre", pero al igual que "hombre" son oustal 0 bien son atributos de Ia ous{a. Sino son entidades, es decir, sino son algo que es en sentido absoluto, deben ser accidentes. Sin embarg~, es imposible que sean accidentes porque por accidente se entiende (t) lo que puede pertenecer o no a un substrata o bien (ii) aquello cuyo enunciado presupone aquello a lo que se atl'ibuye o (iii) aquello en lo cual estii presupuesto el enunciado de aquello a lo que se atribuye. En el pt·edicado "nata", por ejemplo, esta presupuesta Ia definicion de nariz porque "nata" se dice de la nariz. Por otra parte, en la definicion de las . cosas que estan conteniclas en Ia definicion o. l.a componen no debe presuponerse el enunciado de la totalidad defmJda, Esto significa que los elementos involucrados en Ia definicion. d~ _un termino complejo no implican el complejo en su propia defmJci6n; esto es asf porque de otro modo la definicion serfa circular. Esto s'ignifica, entonces, que el definiendum no debe aparecer e~ el definiens. Lo's elementos que estan en la definicion de un termmo como " hombre", por ejemplo "bfpeclo", si son atributos de "hombre" cleben ser separables de hombre. En este caso, "bfpedo" debe ser separable de "hombre"; de esto se sigu~ que "hombre" puede ser "no bip_e do". Pero t~mbien pueden ser atributos no separables; esto, sin embargo, es imposible porque "bfpedo", que es un elemento del termino "hombre", no puede entrar en la definicion . Por otra parte, si "bfpedo" y "animal" se atribuyen a otra cosa distinta de hombre, entonces "hombre" sera tambien parte de los accidentes de otra cosa. 141
e)
El problema de Ia unidad del objeto de Ia definicion es tratado Metaph. VII 12, 1037b10ss. en los siguientes terminos: "Me refiero a Ia siguiente dificultad : w or que razon es una unidacl aquello cuyo enunciado decimos que es una defi nicion , ug1·. en el caso de hombre 'animal bfpedo '? Supongase, en efecto, que este sea su enunciado: .:.por que, pues, es esto -'animal' y 'bfpedo'- una unidad y no , una multiplicidad?". Una respuesta a esta cuestion puede ser que las partes de Ia definicion de ben forzosamente ser una unidad , porque Ia ~ definicion expresa Ia entidad y Ia unidad es una caracterfstica fun· ' damental de Ia entidad; lo que no es unidad es solo un mero agrega· do y, consecuentemente, no puede ser ousia. En Ia definicion de hombre como "animal bfpedo", "animal" y "bfpedo" son atributos esenciales y son .diferentes de los atributos · "separables" como "estar sentado". Por otra parte, hay accidentes que son "inseparables", como por ejemplo "nata" que contiene en su definicion el sujeto del cual se predica. El accidente "bfpedo" no puede ser un accidente inseparable porque en su definicion no contiene el termino "hombre"; en efecto, "bfpedo" no se predica (micamente de hombre pero nata, en cambia, se predica solo de nariz. Tampoco es posible que "bfpedo" sea un accidente separable porque el hombre tiene que ser bfpedo. Pero Parmenides no acepta que pueda haber predicaci6n accidental; entonces, "bfpedo" y "animal" tienen que ser en sentido absoluto del mismo modo que hombre. Si esto es asf, "hombre" debe set· divisible en otras cosas que son en sentido absolute, de lo cual se sigue que ya no habra una unidad sino una multiplicidad (cf. Cornford, TPH ad Zoe.). Po demos formular Ia cuesti6n de este otro modo: Ia nocion de parte, ;.debe entrar o no en la de todo? 0 bien, ,:,Ia noci6n de. to do incluye o no Ia de parte? El problema que aquf se plantea, entonces, es como y por que aquello que esta contenido en una definicion constituye una unidad (cf. Metaph. VII 10-12). La unidad es el canicter distintivo de Ia ousia y del t6 ti en einai, del cualla defini· cion es su expresi6n. Los terminos contenidos en Ia definicion clan el genero y Ia diferencia (animal·bfpedo ); pero el genera y Ia difet·encia deben ser una unidad porque el genera no existe fuera de las difet·en· cias. Entonces, en cierto sentido, el genero esta contenido en las diferencias.
cion, pues se caerfa en la argumentaci6n de Heraclito. Debe ser urio, entonces, por ser indivisible. Simplicia, por su parte (In Phys. 128, 35·37; 129, 1·7) da dos explicaciones para las palabras ex adiaireton lira to pan: (1) "Asf pues, -dice Simplicia-, el to do se constituira de cosas que son indivisibles, como por ejemplo, de hombre, de caballo y de otras cosas, si es que, en verdad, ninguna de estas cosas es divisible. Tambi{m resulta manifiesto que no solo el todo mismo sera indivisible sino tambi€m lo que es y se dice un todo. En efecto, tampoco las cosas indivisibles serfm multiples, pues no hay cantidad en lo que es uno; pero aunque hubiera muchas casas, lo que se compone de elias sera indivisible, ya que al concentrarse multiplicidad de puntas todas las cosas se convierten en un (mico punto, como tambien el (i.e. Arist6teles) lo mostrara. Esto, sin embargo, es absurdo. En efecto, al parecer tambien se ha mostrado que no s6lo el todo es divisible sino tambien cada una de las cosas existentes. Y el cree haber mostrado suficientemente que no solo lo que es un toclo sera m(Jltiple sino tambh~n todas las demas cosas." Ross encuentra esta explicaci6n de Simplicia excesivamente oscura, aunque ad· vierte que su intencion general es tratar Ia frase en cuestion como una reductio ad absurdum de Ia posicion de Parmenides. (2) La segunda interpretacion de Simplicia consiste en to mar adia{l·eton como equivalente a "inseparable del todo" (ek me sym· bebek6ton mede chorizes·thai dynamenon ap'autou), es decir, de_l.a misma na turaleza que el. De modo que, en este caso, "cosas indivisi· bles" (adiaireton) es lo mismo que "entidades" (ous(ai) ( cf. Simplicia, In Phys. 129, 8-15 ). Si admitimos con Pa1·menides que una entidad (o substancia, ousia) no puecle set· un atributo por ser aquello que es en sentido absoluto, y si admitimos que de aquello de lo cual "animal" Y "bfpedo'' se predican puede tambien ser predicado el compuesto ("hombre") -lo cual convierte a hombre en un atributo-, se sigue que el iinico modo de resolver la dificultad es hacer que el universo - se componga de entidades indivisibles y dejar de lado el analisis de hombi·e en animal y bipedo. Esta es, poco mas o menos, la inter· pretacion que da Ross a Ia cuest.ion (cf. AR. PH. ad Zoe.). El texto, de todos modos, no queda del todo claro y no encuentro una explica· cion mejor.
186b35: Este pasaje ha dado Iugar a las mas diversas interpretaciones
cles~e Filop6n (In Phys. 79,2-23 ), quien sostiene que aquello que es
estnctamente uno es uno por ser un continuo o bien pot· ser indivisible o por tener una unica definicion. Pero, como senala Ross, Arist6teles ya ha demostrado que algo no puede ser uno por ser un conti· nuo, ya que el continuo es divisible a! infinito (cf. Phys. 185b10-11); tampoco es posible que algo sea una uniclacl en virtud de Ia defini142
18 7a 1: .En este pas:;~je Arist6teles solo hace referenda a una sola argumentacion, a saber : si ser tiene un (mico significado, todas las cosas son una unidad, ya que, en caso contrario, existe lo que no es. La argumentaci6n que procede pox dicotomfas no ha sido enunciada aquf, pero segun los comentadores antiguos, dicha argumentaci6n se identifica con las pruebas de Zenon contra Ia pluralidacl. Vease, por , 143
ejemplo, Simplicia (In Phys. 133, 30; 134, 1-5): "Despues de refutar el argum ento de Parmenides, dado que las premisas que se admiten son falsas (la premisa era 'lo que es se predica de un (mico modo' 0 'lo contrario a lo que es es lo que no es' o 'lo que no es no es nada' · por cierto estos (enunciados) de Ia premisa son equivalentes) y pu es: to que concluye incorrectamente (en efecto, Ia conclusi6n que se ob tiene no se sigue), (Ar ist6teles) afirma que algunos asintieron a ambos argumentos, tanto al de Parmenides ya mencionado como al de Zenon, quien querfa dar credito al argumento de Parmenides contra los que intentaban desecharlo ." (Para el argumento que procede por dicotom ias, cf. Ross AR . PH. ad Zoe. quien resu me las principal es argumentaciones contra Ia existencia de Ia multiplicidad y que, aparentemente, sostuvo Zenon de Elea.) Subsiste como problem a todavfa determinm· quienes son los enioi ("algunos") a los que se refiere Arist6teles en 187al. En Metaph. XIV se sugiere que son los plat6nicos, particularmente en el pasaje 1089a2ss. : "En efecto, les parecio que tocios los entes habrfan de ser uno, lo que es mismo, si no se resolvia y refutaba la argum entacion de Parmenides: 'pues nunca podra imponerse esto : que lo que no es sea'. Y sostenfan que era necesario mostrar que lo que noes es." Ross, sin embargo, objeta que Plat6n comprendfa que ''lo que no es" puede entenderse como lo que no es algo, es decir, que el no ser puede ser analizado en termi nos rel ativos y no absolutos. Cf. Soph. 258-259, clonde se trata este problema y, especialmente, el pasaje 258d2 lo cus en el que se cita el verso de Parmenides: "pues nunca podra imponerse esto: que lo que no es sea." En opinion de Ross parece mas atinado buscar otra interpretacion para enioi y piens~ que estos "algunos" son los atomistas; cf. Ross AR. PH. ad Zo e. De gen. et co rr. 324b35-325a32.
y
187a3: Nuevamente Aristoteles opone su doctrina del ser en sentido relativo a la teorfa eleata de entender el ser unicamente en sentido absolute . Lo que es en sentido absoluto solo es comprensible como algo que es en sentido absoluto. Este pun to de vista puede dar cuenta de la multiplicidad que, segun se ha dicho antes, es evidente en Ia naturaleza par experiencia. En este sentido, entonces resulta im posible que lo que es sea una unidad incliferenciada modo qu e plantean la cuesti6n los eleat11s.
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Capitulo IV
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187al2: En es.t e capitulo Arist6teles examina los puntas de vista sostenidos par los "ffsicos", entre los que se incluye a Tales, Anaxfmenes, Anaxagoras, Empedocles, Anaximandro, Heraclito y el m isino Platon . Aristoteles divide aquf las posiciones de los ffsicos en dos: 14 4
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(1 ) los que sostienen la existencia de un cuerpo ( o materia) subyacente que ident ifican con algunos de los elementos aire, fuego y agua y (2) los qu e sostienen la existencia de otro elem ento mas denso que el fuego y mas raro que el aire, hacienda clel'ivar los entes sensibles por condensac i6n y rarefaccion . Entre el segundo grupo se encuentran los que descr iben el su bstrato como alga indefinido y los que derivan los entes por sepracion de la mezcla od ginaria indiferenciada. N6tese que Aristoteles habla de los que "postulan un cuerpo (mico subyacente o bien alguno de los tres elementos", que en este caso son fuego, aire y agua . En Meta ph. I 1, 988b30 se indica explfcitamente el hecho de que se ha omitido ala tierra como materia su byacet te a partir de Ia cual se gene1·a lo de mas. Es curioso, sin em bargo, que Aristoteles no hable de Jen6fanes quien pone ala tierra como ex hou de la generacion ( cf. B27 ); es posible, empero, que Aristoteles hay a considerado a Jenofanes un teologo antes que un ffsico . Pese a lo dicho, en Phys. II 1., 193a21 en una clara refe1·encia a los ffsicos se dice: "hecisamente por eso , algunos afirman que fuego, otros que tierra, otros que aire, otros que agua ... constituyen la naturaleza de los entes". Es probable que est a referencia se vincule al pasaje de Phys. IV 1, 209a30 en el que se citan los versos del comienzo de la Teog. de Hesiodo: "Tambien Hesfodo pareciera expresarse correc· tamente al postular, en primer Iugar, el Caos. En efecto, el dice 'ante to do se gener6 Caos , y luego Gea de ancho seno ', por ser necesario que h ay a un lugar para los entes y por considerar, como muchos, que t o do esta en un lugar" . Entre el segundo grupo de ffsicos se encuentl·an los que sostienen la existencia de un elemento mas denso que el fuego y mas raro que el aire. Esto se menciona tambien en el pasaje de De gen. et carr. 328b31ss. en los siguientes terminos : " Resta considerar. ahora lo relativo a los llamados elementos de los cuerpos; en efecto, la generaci6n y Ia corrupci6n no se producen en to cl as l as ent iclades constituidas por naturaleza independientemente de los cuerpos perceptibles. Unos afirman que ]a materia su bsisten· te de estos es una, al postular, par ejemplo, el aire, el fuego o algo intermedio a estas casas, que es un cuerpo y es separable". Es proba· ble que este elem ento unico intermedio sea, en ]a interpretacion de Arist6tel es , lo apeiron de Anaximan dro que en un primer m omenta se diferencia en fu ego y aire. En otro pasaje de este mismo tratado se menciona este elemento intermedio (332a21) y se dice que es algo intei'medio (meson ti) entre el aire y el agua o entre el aire y el fuego, mas .denso que el a ire y el fuego y mas r aro que los de mas ele . mento s. Sin embargo, la referenda no puede ser a Anaximandro, qu ien es mencionado mas aclelante y esta excluido de aqu ellos que crefan en Ia existencia de un cue rpo intermedio a partir del cual se produjeran los demas entes par condensaci6n y rarefacci6n. La referencia mas bien parece conesponder a Anaxfmenes , qui en habla de la
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condensaci6n y rarefacci6n como procesos que caracterizan los diferentes tipos de materia. 187a16 : Esto es una anticipaci6n de lo que se desanollara mas adelante (caps. 5 y 6) acerca de que los contrarios son prin cipios. 18 7a 17 : En Metaph . I 6, 987b20 Arist6teles atribuye a Plat6n Ia doctrina de Ia diad a indefinida (grande y pequefio) y lo uno, presenhindolos como principios de las Ideas ( el problema se retoma y tesume mas adelante en el pasaje 988al Oss. ). El principia m aterial es, ento nces, lo grande y lo pequefio y el formal lo uno. Dentro del C01pus Aristotelicum hay muchos lugares en los que se emplean expresiones equivalentes a "grande y pequefio" para hacer referencia a! principiomaterial: to cinison (Metaph. 1075 a33; 1087b5 y 1088b29 ); he anis6tes (Metaph. 100lb23 ); to dpeiron (Me taph . 987b26). Para una exposici6n hist6rica desde Ia antigi.iedad hasta nuestros clfas de Ia discusi6n esoteristas-no esoteristas, cf. E.N. Tigerstedt, Interpreting Plato, Uppsala, 1977, "The Hidden System" pp. 63-91 y 130149. Los dos libros fundamentale s de los defensores del esoterismo en nuestros dfas son los de H.J. Kramer, Arete bei Platon und Aristoteles. Zum Wesen und zur Geschichte de1· Platonischen Ontologie, Heidelberg,1959 y de K. Gaiset:Platons Ungeschriebene Lehre, Stuttgart,1963. Contra los esoteristas cf. H. Cherniss, Aristotle's Criticism of Plato and the Academy, Baltimore 1 1944. Para una detallada y completa exposici6n del ambiente academico en general y de Eudo· xo, Espeusipo y Jen6crates en particular cf. E. Berti, AD, pp. 108-172.
187al9: Trarluzco el vocablo diaphord por "principia de diferenciaci6n"; podrfa haberse vertido p or el sustantivo mas com(m para traducir este termino: "diferencia". La primera forma , sin embargo, me parece que hace mas inteligible el texto. Un uso similar de Ia palabra diaphord encontramos en A n. Post. II 19, 100a16 donde Arist6teles, a! refer irse a Ia empeiria, utiliza Ia expresi6n "muchos recuerdos del mismo objeto" (cf. Me taph. I 1, 980b29), lo cual no signiftca muchos recuerdos del mismo individuo sino multiplicidad de recuerdos de una misma caracter{s tica o principia de diferenciaci6n (diaphord ) que esta presente en distintos individuos (cf. E. Berti: A D, p. 330). 187a20: En este pasaje comienza el examen y crftica explfcitos de , Anaximandro, Empedocles y Anaxagoras, pensador este ultimo que sera tratado con especial dureza por Arist6teles. N6tese que aunque 'Arist6teles sefiala algunas diferencias entre ellos, finahnente los agrupa dentro de Ia misma categor fa : en efecto, en las lfneas 29. y 30 dice: " ... afirman aquello de qu e todas las cosas estaban juntas" . La sentencia "todas las cosas estaban jun tas" es una !eve modificaci6n 146
por parte de Ari st6teles del fr. 1 de Anaxagoras, que podemos leer en Ia forma homou panta chremata en. Arist6teles ha resumido el sustantivo chremata en el neutro plural pdnta. El aspecto comun que Arist6teles probablemente ha visto en estos pensadores es el hecho de que todos ellos forman el substrato en una mezcla indetenninada que es a Ia vez una y ml1ltiple y que extraen las contrariedades que estan contenidas en Ia unidad por separaci6n. La multiplicidad, entonces, se deriva de Ia mezcla originaria por un proceso de separaci6n. Anaxagoras -dice Al'ist6teles- propone infinitos homeomeri· cos. De hecho no encontramos una sola vez en los fragmentos conservados de Anaxagoras Ia palabra "homeomero", tecnicismo de Arist6teles. Cuerpo homeomero es aquel cuyas partes tiene las caracterfsticas del todo. En Meteor. IV 10, 388a Arist6teles caracteriza a los homeomeros del modo mencionado y ejemplos de ellos son los me tales (oro, plata , estafio, hierro), los tejidos animales y vegetales (carne, 11Ueso, nervio, pie!, fibras, venas, etc.). Las cosas homeomeras estan compuestas de ellos, como el rostro, las manos o los pies. Pero lo cierto es que aunque Simplicio (De Caelo 603, 18) diga que Anaxagoras llama semillas a las cosas homeomeras, en Anaxagoras nose encuentra el concepto de homeomerfa. (Sobre el concepto de homeomero en Arist6teles cf. De part. an. 646b10-35; 647a.) Por otra parte, lo que Arist6teles llama uno y designa mezcla en el caso de Anaximandro, Empedocles y Anaxagoras, son cosas esencialmente diferentes para cada uno de ellos. Los contrarios para Anaxi· mandl'O eran "ingre dientes" de lo cipeiron y se separan de el por un movimiento ffsico. El Estero del que habla Empedocles es una mezcla de cuatro "rafces" que son diferentes constituyentes de el y no forman un nuevo cuerpo homogeneo. El Esfero, el momento del amor total no parece, entonces, ser anterior al momento de completa separaci6n prod~JCida por el odio. En este sentido, serfa diffcil interpretar el Esfero como un substrato material en el cuallos contrarios estan contenidos (cf. Cherniss ACP pp. 50-51). La crftica dirigida contra Anaxagoras se funda en el hecho de que, segun Al'ist6teles, los principios no pueden ser infinitos en numero, ya que si queremos conocer una cosa deberemos saber de cuales y cuantas cosas se com· pone (197bll-12). En efecto, no hay conjuntos que tengan actualmente infinito numero de elementos y, por tanto, tampoco puede haber infinitos principios (cf. Phys. III 6, 206a16-1 8 donde se afirma que el infinito exist e s6lo po tencialmente, es decir como lo que es divisibl e infinitamente ).
187a37: Las pal abras dia milu-o teta son una clara referencia a! fragmento 1 de Anaxagoras: "y como t odo estaba junto, nada era visible por su pequefiez". N6tese que nuevamente aqu f Arist6teles esta atribuyendo ·a t odos los ffsicos sin m as doctrinas que son espec fficas de 147
Anaxagoras. En efecto, en 1 87 b1 dice: "Por eso afirman qu e t o do esta m ezclado en todo" . Esta afirmaci6n que Arist6teles hace valer para todos los fil6sofos antes m encionados solo vale en sentido estricto para Anaxagoras. Cf. B. 11: "Partes de todo est an contenidas en todo"; B 12: "Las demas casas tienen una parte de todo; pero el intelecto es infi nito, aut6nomo y no esta mezclado con ninguna cosa, sino que se encuentra solo en sf mismo. En efecto, si no existiese por sf mismo sino mezclado con cualquier otra cosa, participarfa de todas las casas, si estuviera mezclado con alguna. Pues en todo estan contenidas partes de todo, como ya lo h emos dicho antes".
187b2: Cf. Anaxagoras B 1 2 in fine: "pero ninguna otra cosa es semejante a nada sino que cacla cosa era y es, de un modo en extl·e mo evidente, aquello de lo que mas hay" . 187b7: Lo infinito en tanto infinito es incognoscible; es decir, loinfinito entendido en sentido absoluto es incognoscible. Lo que es infinito e incognoscible en un sentido puecle ser finito y cognoscible en otro.
187b13 : La secuencia del argumento que presenta a continuaci6n Arist6teles es aproximadamente la siguiente: silas partes que constituyen una t otalidad son de un tamafio, asf tam bien debe serlo el todo. Una planta o un animal n o puede ser de cualquier magnitud en grandor o pequeiiez; tampoco lo sera cualquiera de sus partes. Vemos, en efecto, que hay lfmites al tamaiio del todo . De lo dicho puede inferirse que hay un limite en cuanto a la magnitud de las partes. Seguidamente, Arist6teles concede t odos los supuestos de Ia tesis de Anaxagoras: (i) todas las cosas preexisten unas en otras, lo cu al significa que no se generan sino que se separan del todo al cual son inherentes. (ii) Las casas reciben su nombre de aquello que en elias esta presente en mayor medida; (iii) una cosa cualquiera pl\ede generarse de otra cualquiera, vgr. de Ia carne por separaci6n , agua; (iv) to do cuerpo limitado es consumido por otw cuerpo limitado. Pero si esto es cierto, es evidente -dice Arist6teles- que no es posible que cada cosa exista en cada una de las otras. En efecto, si hay partes de todo en un cuerpo dado y estas partes pueden ser separadas, un proceso de separaci6n como este debe ser capaz de ago taro consumir las partes de carne en una cantidad determinada de agua. Sin embargo, por pequeiia que sea Ia cantidad de carne separada nunca se ira mas alla de un cierto grado de pequeiiez. De modo que todo no estara en todo, ya que en el agua restante no h abra carne. En l o que sigue Arist6teles se vale de un argumento sim ilar: en una cantidad mfnima, por ejemplo una cantidad minima de carne, nada podrfa estar contenido porque serfa mas pequeiio que el minim li n. De una canticlad mfnima · 1'18
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de carne no es posible derivar un cu erpo, ya que ese cuerpo es ~ e ' , . E t rgumentos como sena a nor que Ia mmnna parte de carne. • s os a , . ' A , Chemiss (cf. ACP p. 52), presuponen cantidades mmtmas qu e naxagoras niega expresamente. 188aS: Arist6teles conviene con Anaxagoras en que la separaci?n no . , comp 1e t a· es t o sm . em bat•go ' es algo que. Anaxagoras puede ser Jamas , · · ' ' . dirii Anstoteles enunc1a sm conocer las razones. Las razones, . ' son • . • · en general son msepara8 que las cua!Jdades o btenlas determmacwne bles del substrata al cual se refieren. La separaci6n, entonces, n~ d ni en cuanto puecle completarse m. e n cuanto a Ia can t'd I a . a Ia cuah· · ya se ha vtsto dad: en cuanto a Ia canhdad porque, como · ' .no hay . , . d porque las proptedades magmtud mtmma; en cuanto a Ia cua]'d 1 a son inseparables del substrata. , h a d eJa . d o sm . exp 1JCar . ·Ia generaci6n . . de las cosas 188 a13 : Anaxagoras · · el barl'O, en cterto · se •dtvtde en p artes especte: sen t'do J ' •• de la mtsma . El b . uede dtvtdtrse de barl'O pero no en otro senhdo. • arro P . en partes mas peqi.leflas de barro pero puede descomponerse en tierra y agua (cf.. Ross ad lac. ).
188al S: El modo en que resultan los ladrillos de una casa Y una casa · · e y el agua el uno del y el m odo en que nacen e1 air de los ladnllos otro noes el mismo. Los ladrillos se producen de una casa Y una casa . " Y de division. de partes. respor un proceso de a d'JciOn de los ladrtllos · · · pectJVamente; atre y agua, en carnbJO, supon en camb10 de cuahdad Y genesis haple. Arist6teles quiere decir, probablemente, que en Ia " es tmpost · 'b]e ·' ciertamente teon' a de Anaxagoras Ia generacwn ., ' Ana· . , . . ' ]' de generacwn. Para Artsxagoras no se vale del concepto anstote !C O . p d' t6teles Ia generac i6n puede ser accident al o substancJal. . arab'1?s DJversos ti p os de ge nesis haple cf. Phys. 1 7, 190b5ss.; cf. tam Jen e ge n. et carr. I 3, 318b2-319b5. 188al7-18: Aquf Ar ist6teles vuelve sobre lo dicho en el .pa~a~ e 1 87 11-1 3: . es pr eferible p artir de un numera limit.ado de prmctpJO~ por que de ese modo sabiendo de cuales y cuantas cosas se constJtuy el compuesto; p~dremos conocerlo. Empedocles habla de ~ua . . ·. , : aHe, . . Empedo t ro " prmctpJOs agua, tterra y f uego. Com o sabemos, . cles ut iliz6 el vocablo riz6mata ("rafces) p ara refe.nrse ,a los e~eme~ tos (cf. B 6 ); en este pasaje Arist6teles entiende sm mas que ~s raJ · · · " · Para conclmr " ,veaces de Ia's que habla· Empedocles son "prmctpJOS mos las palabras q ue Simplicia anota sobre este probl.ema: Empedo· ' d e cons1derar Ia generatJenen un modo com un " . cl es y Anaxagoras 1 generacwn por com cton en cuanto qu e ambos dan cuenta c1e a . bt nac ton " y separac10n. · , D'f' · em bar go , en cuanto ala cantJda 1 tercn, sm 149
de elementos; y es mejor admitir un numero mas pequefio y Iimitado de principios como hizo Empedocles que un numero grandee ilimitado de ellos como hizo Anaxagoras. En efecto, lo limitado es mejor que lo ilimitado porque es aprehensible por sensaci6n y por ciencia. Lo ilimitado, en cambia, noes objeto de sensaci6n ni de ciencia" (In Phys. 178, 14ss.).
Capftulo V
188a19: En este capftulo comienza Ia parte constructiva de Ia doctrina aristotelica de los principios. Arist6teles cree haber reconocido en algunos de sus predecesores Ia tesis que postula que los principios s~n contrarios. Entre los que proponen a los contraries como principws se encuentran Pat·menides, Anaxfmenes y Dem6crito. La referencia en Parmenides Ia encontramos eri Ia segunda parte del poem a, en B 8, 56-58; un pasaje paralelo a este es Metaph. r 5, 986b31ss.: "Al verse obligado a seguir los fen6men'o s y suponiendo que Ia unidad es segun el concepto mientras que Ia multiplicidad es segun Ia percepci6n, postula dos causas y dos principios: lo caliente y Io frfo, como si dijera fuego y tierra. Y a lo caliente le asigna el puesto de Io que es, mientras que a Ia tierra le asigna el puesto de Io que noes". Este comentario de Arist6teles esta lleno de inexactitudes: en efecto, Parmenides no habla de lo que es kata logon y kata a(sthesin sino de lo que es "segun Ia verdad" y "segun Ia opinion". Parmenides tampaco habla de caliente y fr{o ni de fuego o tierra sino de fuego y noche. EI fuego, sin duda, es caliente y Ia noche puede ser frfa pero, como sefiala Ross, no hay -nada que indique que esos eran los atributos·que Parmenides trat6 como caracteristicos de ellos. Un pasaje paralelo al de Metaph. 986b31 encontramos en De gen. et corr. 318b6: "Parmenides dice que hay dos (principios) y afirma que lo que es y lo que no es son fuego y tierra (respectivamente"). En lo que concierne a Dem6crito, Arist6teles sostiene que postula como principios Io lleno y lo vacfo: el uno es lo que es y el otro lo que noes. De aquf interpreta Aristoteles que Democrito tam bien propane que los principios son contrarios. Los principios de diferenciaci6n propiamente dichos -dice Arist6teles- son la. posicion, la figura y el orden. En Me tap h. I 4, 985b13ss. esto se explica mas claramente: "ellos (Leucipo y Dem6crito) afirman que los principios de diferenciaci6n son causas de las demas cosas y sostienen que estos son tres: Ia figura, el orden y Ia posicion. En efecto, afirman que lo que es difiere iinicamente por proporci6n (rysmos ), por contacto y por direcci6n. La proporci6n es Ia figura o forma '(schema), el contacto es el orden y Ia direccion es Ia posicion. Pues A difiere deN por su figura o forma, AN difiere de NA por el or den Y. ·:I: difiere de H por su posicion". EI vocablo rysm6s 150
que Arist6teles interpreta schema designa en el vocabulario de los atomistas las caracterfsticas propias de los atomos que distinguen a un atomo de otro. Rysmos significa movimiento regular o medido, medida, proporcion de don de resulta figura o forma (cf. LSJ s. v. ). Como sefiala Cherniss (ACP p . 56 ss. ), Ia noci6n aristotelica de "contrario" implica los conceptos de generacion y alteracion. En efecto, es necesario que haya un substrata en el que se de el cambia cualitativo y las cualidades son para Aristoteles predicados; dichos predicados se dicen del substrato que debe ser permanente y ademas no puede tener contrario. Un substrata de este tipo cree Aristoteles encontrar en sus predecesores y, de este modo, interpreta Ia sen tencia "todas las cosas estaban juntas" en el sentido de que las alteraciones o cambios individuales eran inherentes a una materia indiferenciada. Que Arist6teles ha visto su noci6n de substrata ode materia en general en los pensadores anteriores se ve en Metaph. XII 2, 1069b18ss.: "De modo que no s6lo es posible que todo se genere accidentalmente de Io que no es sino que ademas todo de genera de lo que es; pero, ciertamente, de lo que es en potencia y de lo que no es en acto. Y esto es lo que realmente significa la unidad de Anaxagoras; en efecto, mejor que 'todas las cosas estaban juntas' y que Ia mezcla de Empedocles y Anaximandro, y tambien como dice Democrito, hubiese sido decir: 'todas las cosas estaban juntas en potencia pero no en acto' ". Los contrarios, por otra parte, son principios por cumplir con las condiciones necesarias a ellos: no derivan los unos de los otros ni de otras cosas, sino que toclo lo demas deriva de ellos. Los contrarios no pueden derivar unos de otros, pues Ia presencia del uno destruye al otro; por e,iemplo, Ia presencia del frfo destruye Ia presencia del calor. Arist6teles estudia los contrarios o Ia contrariedad en general en Metaph. v 10 como una suerte de especie subordinada al genera opuesto (antilleiinena). La primera definicion que da Arist6teles del termino "contrario" es como sigue: "llamo 'contrarias' a aquellas cosas que no pueden estar presentes al mismo tiempo en el mismo objeto y que difieren en cuanto al genera" (Metaph. 1018a25-27). Esta primera caracterizaci6n de "contrario" a primera vista resulta inapropiada pues, segiin el mismo Arist6teles, los contrarios deben ser de un mismo genero. (Cf. Cat. 6 a 17; An. Post. 73b21 y aquf mismo Phys. 188a30ss. ). La segunda definicion de "contrario" es mas apropiada: "son contrarias aquellas cosas que en mayor medida difieren dentro del mismo genera" (Metaph . 1018a27-28). Ross explica·la primera caracterizaci6n de contrario (cf. AR. MET . comentario a 107 8a2 5-2 7) arguyendo que es necesario tener presente el hecho de que un genera siempre puede ser especie de otro genera mas amplio. De aquf que los contraries justicia-injusticia estan incluidos en el genera mas amplio hexis. Esta explicacion, sin embal:151
go, no da cuenta del significado que el termino tiene en Phys. (Zoe. cit.). En efecto, en 188a-188b Aristoteles insiste en el hecho de que los contraries de ben ser del mismo genera. Esto se justifica al menos en el caso de los contraries que tienen que ver con los procesos de generacion en general y de generacion natural en particu lar .
188a30: La genesis es considerada por Arist6teles como el pasaje de un opuesto a otro; pero los contral'ios no son opuestos de cualquier fndole. Un contrario, entonces, no puede ser simplemente la negaci6n del otro sino que los contraries cleben pertenecer al mismo genera y constituir el uno Ia pl'ivacion del otro. Un ente no puede generarse de otro cualquiera a no ser que se tome un caso de generacion accidental: lo blanco nose genera de lo culto sino de lo no blanco pero no de todo lo que no es blanco sino de lo negro o bien de alga intermedio. "No blanco" son tam bien las sillas o las mesas, pel'O "silla" y "mesa" pertenecen a diferentes generos respecto de blanco y tam bien entre sf. En el caso de "blanco" y "negro" nos encontramos frente a dos propiedades que se incluyen dentl·o del genera "color". Los "intermedios" pueden ser los matices de colores. El pasaje de Metaph. IX 4, 1055a6ss. ayuda a comprender lo dicho: "Las cosas diferentes en genero no admiten un pasaje de unas a otras, sino que esta.1 muy Jejanas entre sf y son incombinables". De aquf se sigue que entre dos casas de diferente genera no hay posibilidad de combinacion. 188bl5: Esta explicacion vale tambien para el caso de Ia generaci6n de entidades, es decir que, en este caso, Ia generaci6n tambien es considerada como el pasaje de un contrario al otro. En efecto, del no estar en composici6n sino dispersos los materiales, se genera una casa. A partir de Ia deformidad se genera lo que posee una forma o un formato; en este sentido, una casa o una estatua constituye una com· posicion o un orden (cf. De Caelo I 2, 369bl4ss.).
bien principios. En efecto, ellos se transforman los unos en los otros y no es como Empedocles y los dem:is filosofos dicen, pues, en ese caso no habrfa alteraci6n. Las contrariedades en cambio, no se transfor~an (entre sf). Sin embargo, ~,-, uu menor medida habra que decir cua]es y cuantas CO!'.~~O.
188b31: Los contrarios primarios son los mas cognoscibles por vfa concept ual y los secundarios los mas cognoscibles por percepci6n. A prop6sito de los contrarios primarios comenta Simplicia: "Los contrarios primarios, par tanto, son principios. Ahora bien, (At·ist6teles) llama 'contrarios primarios' a los mas genericos; yes evidente que si algo es primario en sentido absoluto, no pwcede de otra cosa. En efecto, lo primario, en tanto primario no podra proceder de otra cosa; y es manifiesto que lo que no deriva de otra cosa es un principia. Que los principios no derivan unos de otros tam bien es evidente, 'pues si un principia derivara de algo -dice Plat6n- no serfa principia'" (In Phys. 182, 13·18). La menci6n de Plat6n esta claramente refel'ida al pasaje de Fedro 245d donde Plat6n ensaya una prueba para demostrar la inmortalidad del alma: "En efecto, todo lo sujeto a generaci6n se genera a partir de un principia pero el principia no se genet·a de otra cosa, pues si el principia se generara no serfa ya principia". 189al: La palabra systoich ia ("serie de elementos") es Ia misma que utiliza Arist6teles en Metaph. I 5, 986a23 a1 establecer Ia "serie de contrarios" de los pitag6ricos. Cf. Bonitz Ind. Arist. 736b33ss. 189a5: Aquf vuelve Arist6teles a Ia concepcion mas "oi'todoxa" del universal como lo · que es cognoscible conceptualmente. (Cf. el comentario a 184a16ss. donde katholou significaba el "todo concreto" y, consecuentem ente, era mas cognoscible por percepci6n.) Capitulo -VI
188b26: Segun Arist6teles, los fi16sofos que lo precediewn se val en de Ia noci6n de contrario pel'O hablan de el sin ningun fundamento, "como si se vieran obligados por Ia verdad misma". En De gen. et corr. 329a33ss. se formula tam bien Ia doctrina de que los contrarios son principios y se plantea la misma crftica a los antiguos sobre el modo en que se utiliza la noci6n de contrario sin dar cuenta de ella: "Asf resulta que, en primer Iu gar, el cuerpo sensible en potencia es principia; luego, que son principios tambien las contrariedades -y llama contrariedades al calor y al fTfo ; y, en tercer lu gar, (de lo dicho) resulta que fuego, agua y los cuerpos de este tipo son tam152
189a13: Este capftulo comienza con una suerte de resumen de lo tratado en los dos cap. anteriores: (i) Ia tarea ahora es de terminar si los principios son dos, tres o mas . (ii). No puede haber un (mico principia -esto ya quedo descartado desde el cap. III-, ya que se ha vista que son contrai.'ios y estos se dan por pares. De modo que los principios son al menos dos. (iii) Los pdncipios no pueden ser infinitos, porque en ese caso lo que es no sera objeto de ciencia. Y como es posible partir de unmlmero lim ita do de pdncipios mas que de un numero ilimitaclo de ellos diremos que los principios son limi153
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tados en numero, ya que, como lo muestra Empedocles, es posible l Phys. II 1, 193al4-17 ). En este senti do Ia entidad admite c.ontrarios dar cuenta de gran cantidad de cosas partiendo de un numew limita· j aunque ella no tiene contrarios (cf. Cat. 4a10ss. y el pasaJe de Medo de principios. (iv) En to do genero unitario hay una (mica contra- , taph. v 10, 1018a32). La entidad admite contraries aunq_ue como riedad. (u) Hay contraries que son primaries respecto de otros y los j sus determinaciones, ya que ella es el substrata del camb10 y para principios deben ser siempre permanentes. que haya cambia o generaci6n es necesario que haya algo como subs1 i b·ato. La innovaci6n de Arist6teles respecto del problema de los con· 189a20: Los contraries no pueden ejercer acci6n ~~uno sobre el otro trarios es que no son ellos los que cambian en el proceso de geneni se unen para producir algo. Los dos contrarios ejercen su acci6n r raci6n sino una tercera co sa: el substrata. Los contraries l·esulsobt·e una tercera cosa a Ia que Arist6teles llama substrata. El mismo tan ser asf predicados o determinacion~s del substrata. Esta puede argumento encontramos en Me tap h. XII 2, 1069b3-9: "La entidad ser, segiin creo, otra raz6n que de cuenta de por que la ous{~ e~ sensensible esta sujeta a cambio. Pero si el cambio se produce a partir de tide primario no tiene contrario; los contraries que para Anstoteles l opuestos o de intermedios a ellos, pero no a partir de todos los son principios no son ousia . Debe, en consecuencia, haber una terce· opuestos (pues no blanco tam bien es Ia voz) sino a partir del contra- } ra cosa que pueda ser entidad y de Ia cuallos contraries sean sus de· rio es forzoso que haya un substrata que cambie en el contrario. Los ' terminaciones. Esta tercer a cosa, este principia es el hypoke(menon. contraries, en efecto, no cambian. Aclemas, lo uno (el substrata) per· Por ultimo, cf. Metaph. VII 3, 1028b36ss. donde se define substrata manece pero el contrario no permanece. Consiguientemente, ademas en los siguientes terminos: "Substrata es aquello de lo cual se predide los contraries hay una tercera cosa: !a materia". Aunque en este 1 ca lo demas pero el mismo nunca se predica de otra cosa". Segun Bupasaje de Phys. que estamos comentando Ia palabra "materia" no chanan (ATB, p. 25ss. ), Arist6teles esta reconsiderando aquf su doc· aparece, substl·ato es sin6nimo . de materia. De Jo dicho, entonces, 1 trina de ia ousia como substrata, Ia cual-dice- esta mejor expuesta se sigue que no son los contraries que cambian el uno en el otro sino en Cat, La definicion que da Arist6teles en Metaph. VII 3 -contin(ta que lo que cambia es una tercera cosa a la cuallos contrarios se refie· diciendo Buchanan- es mas bien aplicable al sujeto 16gico antes que ren como sus predicados. Esta tercera cosa es el substrata. (Cf. tama los elementos materiales de los fil6sofos de Ia naturaleza. Cierta· bien De gen. et. COlT. 322b16-19: "En efecto, no son el calor y el frio mente, en Metaph, v 8, cuando Arist6teles enuncia el primero de los los que cambian mutuamente sino que es evidente que (lo que cam· significados de ousia aparece la noci6n de substrata entendida como bia) es el substrata; de modo que en aquellas cosas en las que se da el aquello de lo cual se predica lo demas y se aplica este concepto, ca· actuat· y el padecer debe haber una naturaleza subyacente (mica".) racterizado de ese modo, a los llamados elementos: "Se llama ousia a los cuerpos simples, vgr, tierra, fuego, agua y cuanto es de este ti· 189a29: La entida.d no tiene contrario, porque -como seii.a]a. Ross po; y, en general, a los cuerpos y los compuestos de estos, tal com,o ad loc.- los contraries son siempre cualidades o, en general, propie· los entes divinos y sus partes, Todas estas cosas son llamadas ousza clades que presuponen un substrata. El contrario de !a entidad es ex porque no se predi.c an de un substrata sino que, por el contrario, las hipothesi Ia no entidad. Pero lo propio de la ousia prim aria es note· demas cosas se predican de ellas". No comparto, por tanto, la tesis ner contrario; el que !a entidad no tenga contrario noes, al parecer, de Buchanan seg(m Ia cualla definicion de substrata se aplica al suje· algo privative de la ousia. Esto mismo se da en Ia cantidad, una de· to l6gico y no al ontol6gico. El termino hypoheimenon tiene Ia am· terminaci6n de !a ousia. En el caso de las cantidades determinadas bigi.ieclad de ser sujeto 16gico de Ia predicaci6n y de ser aquello que -de dos codos, diez- no hay contraries, a no ser que se hable en permanece, Ia ous{a, mientras las afecciones o determinaciones cam· sentido generico y se diga que "lo mucho" es el contrario de "lo bi.an. Los predicados, entonces, pueden ser entendidos como los pre· poco" o lo gt·ande lo es de lo pequeiio. Esto, sin embargo, tampoco dicaclos atribuibles a un suj eto (l6gico) y los predicados que son pro· es posible ya que, en rigor, "mucho" 0 "poco" no son cantidades ' pios o inherentes a una ous(a primera. Cf. ademas, Phys. I 7, 190a sino relaciones (Cf. Cat. 3b24ss. ). La entidad, siendo numericamente 33-190bl. una e identica es capaz de admitir contrarios; por ejemplo, un hom · bre que es uno e identico en un momenta es blanco y en otro puede 189b 1: La referencia a los ffsicos antiguos: Tales afirma como ele· ser negro, honesto o deshonesto, etc; Adst6teles parece estar dando mento tmico natural el agua, Heraclito e Hipaso el fuego; para el ele· aquf una nota distintiva de Ia ousia prim aria, es decir aquella que ni menta intermedio cf . el comentario a 1 87al2ss. Los que postulan esta en un sujeto ni se dice de un sujeto. La entidad, entonces, per· ' el aire como unico elemento son Anaxfmenes y Di6genes de Apolo· manece una e identica mientras que sus determinaciones varian (Cf. nia; cf. Metaph. 1 3, 984a5-7: "Anax fm enes y Di6genes postulan al
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aire antes que al agua incluso como principio sup rem o entre los cuer· pos simples". (Sobre Ia noci6n de m ateria o de elemento material en I general en los fil6sofos presocraticos cf. Lejewski , C., "The Concept of Matter in Presocratic Philosophy" en Th e Co ncept of Matter in Greell and Medieval Philosophy, Notre Dame, 1965, pp. 25-36.)
189b13: Ross sugiere que Arist.6teles esta pensando en Anaxfmenes, : que supone un principio material unico a las fuerzas opuestas de con· ' densaci6n y rarefacci6n. (Cf. comentado de Ross ad loc. ). 189bl4: Probable refe rencia a Ia mencionada doctrina plat6nica ( cf. cap. 4 in principia) de que el Uno es el principio formal y Ia Dfada indefinida (lo grande y lo pequeno) es el principia material. ~ 189bl6: Si se acepta lo dicho los principios seran tres: los contra· ~ rios y el substrato. Si hay dos pares de contraries habra dos substra· !I tos y uno de ellos sera superfluo. Puede ocurrir tam bien que hay a un . mismo substrato para los dos pares de contrarios yen este caso uno .l de los pares de contrarios resultara superfluo. Com o ya se ha dicho antes, e~ un genero unitado habra sie~pre una (mica contrat:iedad de don de Iesulta superfluo que hay a mas de un par de contranos en un i genero que es uno.
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C apftulo VII
189b30: " ... hablemos de Ia genemci6n en general ". Aquf Ia palabra genesis significa "cambio"; no se considerarii ninguna forma particu-
tua" pero no "bronce llega a ser estatua". Segun esto, no podemos transformar la expresi6n "x ll ega a ser y" en " de x llega a ser y" . La generaci6n en sentido absol u to es algo completam ente difere nte a Ia generaci6n en senti do relativo, es dec ir, Ia generaci6n de la entidad difiere de la generaci6n de cualqui er cualidad. Cuando clecimos que de bronce se genera estatua estamos cliciendo que algo que carecfa de una forma determinada ha aclquir ido dicha forma. Esto es lo qu e Arist6teles llama genesis haple. En el caso de Ia generaci6n de cualidades o propiedades decimos "hombre inculto llega a se1· culto"; aquf una cualidad -cui to- sustituye a otra (cf. W. Wieland, API, pp , 133-134 ). Esto se a plica en el caso de ·tas expresiones simples y en el de las expresiones compuestas. "Hombre" y "no culto " son expresiones simples en el caso del termino a quo de Ia generaci6n; "culto", en cambio, es el termino ad quem en las expresiones simples, Pero cuando decimos "el hombre no culto llega a ser hombre culto", son expresiones compuestas tanto el termino a quo como el tennino ad quem. Arist6teles indica el termino ad quem de Ia generaci6n con la expresi6n ho g(gnetai y el termino a quo con Ia expresi6n t6 gignomenon. En este caso lo ho g(gnetai y lo t6 gignomenon pueden ser simples o compuestos. En otros ejemplos, en cambio, cuando decimos que alga llega a ser, cuando nos referim os a Ia genesis haple, Ia expresion t6 gignomenon indica el resultado del proceso de genera· ci6n Y, en este sentido, es el terminus ad quem de Ia generaci6n .
190a9: Lo que su bsiste a la generaci6n es, naturalmente, Ia ousla lo cual indica Ia necesidad de Ia existencia de algo que permanezca para posibilitar el cambia. Cf. infra 193a15-17.
lar de cam bio sino el cambia en su forma mas generica. De lo'que se i va a ocupat· ahora Arist6teles es de Ia genesis haple, es decir, de Ia ~ generaci6n substancial. Basta ahm·a solo se habfa hablado de genesis i entendida en sentido relativo como "culto" o "negl'O". Ahora se ., 190al3 : Todo lo ~ujeto a generac i6n debe suponer siempre algo que estudiarii Ia generaci6n de entidades (ousiai) y se vera cual es el pap el } subsista y lo qu e subsiste -el substrato- es num e1·icamente uno, aunque en su especie (efdei) ya noes uno . "Ser hom bre" no es lo que cumplen en este tipo de generaci6n los principios determinados basta ahora: los contrarios y el substrato. l mismo que "ser incul to", ya que " hombre"· subsiste pero "inculto" no subsiste. El substrato, entonces , ser a uno porque una materi a de· 189b32 : En esta prim era parte, Arist6teles indica los distintos mo- l terminada -hronce, por ejempl o- constituye una unidad ; pero en dos en que usamos Ia ex presion " llegar a ser o generarse". La genera· :1 ~uanto a su efdos posee, por un !ado, una determinacion positiva, I. e .. Ia forma determinada de bronce porIa cual decimos que esta rna· cion en sentido estricto es indicada con Ia expresi6n ex a/lou allo, "de una cosa se gene1·a otra"; Ia genera cion de una pl'Op iedad, en . ten a detem1inada es bronce. Pel'O, por otro !ado, posee tam bien una d_eterminaci6n negativa, la privaci6n, que es Ia determinacion contracam bio, se indica con Ia ex presion ex he terou hete ron " de una cosa diferente se genera otra diferente". Pode mos decir "no culto llega a ' ;,1 a que te ndra a! terinino del proceso de generaci6n; por ejemplo, hom bre" es "no culto" . Forma y pr ivaci6n son pues elementos ser culto"; ''hombre no culto llega a ser h ombre culto"; " hombre !le- I de una misma cosa y, en este senti do, son principios. constitutivos ga a· ser culto". Pel'O tam bien puede clecirse "de hombre no culto li e· .. ga a ser hombre culto"; no puede decirse, sin embargo, "de hombr-e ' Este argum ento, en rigor, se desarroll a expli'citamente mas adelante se genera culto". Podemos decir ademas "de bronce se genera esta· ' (~?Ob24- 27), pasaje en el que aparece ya Ia palabra steresis (privaCion) pero aquf ya se encuentra adelantado. La forma y Ia privaci6n 156 157
seran, entonces, dos terminos de una contrariedad y es aquf dond ~ , Arist6teles hace suya Ia tesis segun la cual los contraries son princi ' pios (Cf. Berti, AD p. 298).
190a17: Subsiste aquello de lo cual no hay opuesto, esto es Ia enti· dad (a usia), Cf. supra 189a3 2-34 y nuestro comentario al pasaje,' 190a21: La expresi6n "algo se genera de algo" se aplica prefere nte· mente a lo que no subsiste. Pero en las cosas que subsisten tambien se emplea esta expresi6n, ya que podemos decir que "de bwnce se genera estatua". No puede decirse, empero, que "bronce se vuelve es· tatua por generaci6n". En el caso de lo no subsistente, en las propie· clades o cualidades pueden emplearse ambas expresiones: de esto se genera esto otro (de no cui to, cul to) y esto llega a ser esto otro (no culto llega a ser cui to) , He utilizado diferentes gil'os -tanto en la tra· ducci6n del texto como en el comentario- para interpretar el verbo, gignomai y asf he traducido: "devenir", "llegar a ser", "volverse una' cosa otra por generaci6n", "generarse", Al'ist6teles em plea siempre el mismo verbo (gfgnomai) en sus multiples formas (participios, infi· nitivos o formas conjugadas.) 190a31 : "Generarse", segun hemos visto, tiene m(lltiples significa·, dos, ya que Ia generaci6n puede sel'io de una cualidad -y en ese caso, nos refel'imos al cambio accidental- o bien de una entidad y en ese.f caso hacemos refet·encia al cambio substancial, i.e. ala generaci6n entendida en sentido absoluto. En el caso de la generaci6n acciden· tal, como ya se ha visto, es evidente la necesidad de un ex h'ou de Ia generaci6n, ya que la cantidad, la cualidad, Ia relaci6n, etc. presupo· nen un substrata (cf. 189a27 -34. ). Las determinaciones categorialesJ entonces, se generan como determinaciones de un substrate, i, e. son predicados de la ousia entendida como substrato, lo subsistente. La entidad (micamente no se predica de ningtin substrata sino que lo de· masse predica de la entidad. Cf. Metaph. VII 3, 1028b36-1029al, locus en el que se define el substrata, y nuestro comentario a Phys. 189a29, donde se discute el uso aristotelico de hypolwimenon. 190bl: La generaci6n su bstancial tam bien debe suponer la existencia de un substrata. Interpreto con Ross el kai que une hai ousiai con hosa como· epexegetico y omito alla, ya que lo que es en sentido ab· . soluto solo pueden ser las ousiai. En el caso de la genesis haple tam·' bien hay un substrata: Ia semilla es el ex hou de animales y plantas, 1 es el substrata de la generacion. 190b5: Hay distintos tipos de genemtio simpliciter: (i) por muta· cion de Ia fori11a, como Ia estatua a partir del bron ce : (ii) p?r adi·j 15 8
cion, como lo que crece; (iii) por extracci6n, la estatua de Hermes a partir de la piedra ; (iu) por composici6n, como una casa. Aqul Ia composici6n hay que entenderla como la reunion de determinados materiales disperses (por ejemplo, los ladrillos) que dan como resultaclo la gene1·aci6n de una casa. (u) Por alteraci6n, lo que se modifica respecto de su materia, es decir, lo que padece algun cam bio en su materia. Es problemiitico, a mi juicio, el hecho de que aquf Ia alteraci6n se incluya entre los tipos de genesis haple, ya que la allo{osis es un cambio cualitativo. Ross (ad loc,) sei'iala que parece tratarse de casos como, por ejemplo, la transformaci6n del vi no en vinagre o Ia transformaci6n de las secreciones en el interior de los tejidos del cuerpo. (Cf. Sexto Emp. Pyrr. Inst. I 41 y, en el fr. 213 de Aristofanes, la ex presion tropias oinos.)
190bl 0: De lo dicho resulta que to dolo que se genera es compuesto. Hay, por un lado, algo que se genera y adquiere una determinacion o propiedad que antes no tenia. Pm· otra parte, hay algo que se produce como resultado de la generaci6n: una propiedad que se aplicara a lo que se genera. Pero esto ultimo tiene dos significados: puede ser el opuesto o, en general, la contrariedacl que pone en relaci6n las distintas propiedades que se generan y se destruyen ante la aparici6n del termino contrario de la contrariedad. Tam bien puede tratarse del substrato sobre el que se manifiestan las relaciones de oposici6n en· tre los contrarios, En efecto, el substrata es lo que subsiste, ug1·. hombre. Opuesto, en cam bio, es lo que no su bsiste, vgr. inculto, esto es, cualquier determinacion o propiedad, la que para manifestarse necesita de la existencia de un su bstrato. 190,h17: Los "entes naturales" son aquellos entes que deben sumo· do de producci6n ala naturaleza, es decir, los entes que tienen como nota definitoria el movimiento , Aquf ya se dice expllcitamente que no solo el substrata es un principia sino tam bien Ia forma, i.e. aqu&llo a lo que aspira la privaci6n. 190b23: Aqnf se hace expllcito el argumento que hemos comentado antes en el pasaje 190a13ss. Substrato es hombre, oro 0 Ja "materia numerable", es decir Ia materia determinada como este trozo de oro 0 , este hombre particular. Co ncuerdo con Ross {ad loc.) en leer he h?le arithmete en la lfnea 25 y no he arrythmistos como sugiere Bo· n.1 ~Z . El 'texto es perfectamente clara si ponemos atenci6n a la expre· Slon ',';1 substrata es uno en numero " . La privaci6n y los contrarios tam b1en son principios pero son solo accidentes del ente particular; Ia privaci6n, en efecto, es una forma de no ser. Para el estudio del concepto aristotelieo de steresis (privacion) cf. Metaph. v 22, 1022 b22ss . En lo concerniente a la forma, sefiala Arist6teles, ella es una, 159
como el orden o el conoc imiento de las artes. La forma, seg(ln esto, es aquello a lo que la privac i6n aspira y lo que se produce como resultado del ,cambio. De la determinacion " desorden" se ll ega, como producto del cambio, a la determinacion contraria: el orden. Los 1 principios son, en un sentido dos -los dos terminos de una con tradedad- pero en otro sentido son tres, ya que ademas de la contrarie- I dad debe existh· tam bien un substrato en el cual puedan darse los terminos de contrariedad. Arist6teles hace suya Ia tesis seg(mla cuallos · contrarios son pl'incipios y en su planteo los dos terminos de !a con· trariedad son privaci6n y forma. El tercer principio es el substrata. Hasta aquf Arist6teles ha mostrado que es posible !a existencia de principios del devenir o, mas bien, de los entes que estan sujetos a generaci6n. De este modo el movimiento -que es inherente a los entes naturales- se hace perfectamente inteligible contra lo que sosten(a Parmenides .. Arist6teles ha indicado que el substl·ato es uno numeri· camente aunque en especie es doble. Recordemos que en 190a13ss. ha dicho qu,e por "en su especie" hay que entender "en su concepto ' o definicion", de modo que aqul nose trata de una distinci6n "real" sino de una distinci6n conceptual. En efecto, "hombre culto" se compone de "hombre" y de "culto" , pero esto solo en un cierto sentido porque "hombre culto" no pierde su unicidad. Por otro lado, se· ( fiala Al'ist6teles, los contrarios deben presuponer la existencia de un su bstrato y ellos son dos. Pero en otro senti do, no es necesario que los contrarios sean dos porque la presencia de uno de ellos determinar:i !a ausencia del otro.
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191a7: En Phys. I 7 el problema central es hacer inteligible' el cambio substancial. El problema estriba en comprender cual se· ra la materia o el substrato del cambio substancial , porque aunque Arist6teles reconoce que la semilla es su bstrato de animales y plantas podemos preguntamos cual sera el substrata de las sem illas que tambien son ous{ai determinadas. En los cam bios accidentales el substra· to es siempre una ous(a determinada y los cam bios accidentales son solo determinaciones 0 propiedades que se predican de dicha ous(a. Podemos pensar que en el caso de !a generaci6n substancial el ex hoCt es lo que Arist6teles den om ina materia prima (prate hyle) yen este pasaje de Phys. "naturaleza subyacente". El problema de la materia prima aparece siempre que es necesario dai' cuenta de un proceso de generatio simplicite1'. Pero esta materia prima, arguye Arist6teles, es cognoscible solo por analogfa, ya que ella carece de tocla determina· cion. En Metaph. VII 3, l029a2.0ss. Adst6teles define Ia hyle en los siguientes terminos: "Llamo 'materia' a aquello que p or sf nose di· ee como algo determinado , i.e. ni como cantidad ni como ninguna de las demas determinaciones- con que se h a definiclo lo que es". Creo que, en est.e caso, Ai"ist6teles se esta refiriendo a la noci6n general de 160
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·' a mas que a ]a materia prima en particular, ya que esta ttltima ma t en d ' · noci6n aparece estrechamente vinculada al problema e la geneSIS hablar de la matehap le,· Pero ' 6·que es la materia prima?· ;,Podemos ria prima como algo efectivamente ex1stente? Y en tal c~so, ;,que' t'I· la po cle existencia deberfamos atribuirle? Creo que, dtentatlvamente, . . , materia prima puede entenderse como un pos~ula. o exp1Icativo m~s alla del cual no puede irse pero que resulta md1spensa~l: en cua1· quier explicaci6n que pretende dar cuenta de !a generacwn de una ous{a. Hay muchos pasajes del Co1pus en los que puede le~rse este problema ; cito algunos de los mas significativos: Phys. II 1, 193a29; De gen. an. I 20, 729a32; Metaph. v 4, 1015a7-10; 1044a23; 1049a 24-27. Po demos agregar algunos otros textos en los que se habla de . "lo pl'imew inmanente" o "lo primero subyacente": Phys. 192a31, 193a10 (cf. tambien Bonitz, Ind. Ar. s.v. y Charlton, Ar. Ph. p.l29). Es preciso aclarar en este pun to que la expresi6n ar.ist~t~lica pro.~e hyle es sumamente equfvoca, pues en algunos casos s1gmfica mat:n.a prima y en otros simplemente materia proxima. No~emos, a prop mn· to de esto iiltimo, el enunciado de la causa matenal en P~ys. II 3, 194 b23-25: "En un primer senti do se llama causa a aquello mmanente desde lo cual (0 desde don de) algo se genera, vgr. el bronce es causa de la estatua y }a plata de la copa." Ami juicio, es claro que lama· teria indicada por el ex hou (el desde lo cual, el substrata de la ge~e1·acion) noes una materia determinada como bronce o plata. Matena, entonces, en el senti do de ex hoa pasa a ser una pur a indeter~i~aci6n. Sin embargo no podemos pensar nada que no tenga un m1mmo de ' de modo que la "naturaleza subyacente " , l a rna t er1a . determinacion primera, es solo cognoscible por analogfa. _Para _Ia discusi6n de los pasajes mas significativos a prop6sito de PI'Ote hyle cf. C~arlt~n Ar. Ph. p. 129ss. -quien rechaza la existencia de la mat.ena pnma-, H.M. Robinson, "Prime Matter in Aristotle", Phroneszs 19 (19~4·), 168-188. Vease tam bien el trabajo de J. Owens, "Matter and Pre?lcation in Aristotle" The Concept of Matter in Greeh and Medzeval Philosophy, Notre,Dame, 1965,79-95 (cf..esp~~ialmente, ?P· 81-~2) .. Podrfa objetarse que el conocimiento c1entrflco se~ kat , analogwn, el textci griego, dice: "La naturaleza su by.acente es ep1stet~ ~or analo: gfa." El conocimiento por analogfa es s1empre un conocimJento pm semejanza y, en ese sentido, derivado. Traducimos epistete simpl.e· mente por "cognoscible" y asf evitamos el prob~:ma; contra .esto, sm embargo, cf. J. Owens quien .sigue la traducc10n de HardJe-Gaye, "The underlying natw'e is an object of scientific hnou:tedg~, ~y analogy" (cf. " The Aristotelian Argument of the Matenal Prmc1pl.e of Bodies" , Natwphilosophie bei Aristoteles und Theophrast, HeJdelberg, 1969, p. 193). . . 19la10: Ross, siguiendo a Diels, secluye las palabras he hyle ka1 que, al parecer, son glosa de amorphon, lo carente de forma·. 161
191al2: Aquf quedan formulados con toda precision los principios del cambio: (i) la materia, esto es, aquello que no existe en el sentido en que existe un tode ti, una entidad determinada. (ii) El segundo principia es aquel a] , que pertenece la definicion, es decir, Ia forma; (iii) por ultimo, es tam bien principia del cam bio la privaci6n, el contrario de la forma. 19la14: En Ia conclusion del capitulo notamos un cierto tono de triunfo por parte de Arist6teles y con el se hace manifiesta Ia parte constructiva de Ia ex posicion aristotelica, luego de Ia refu tacion de los pensadores anteriores. El resultado de este capftulo es, resumidamente, el siguiente: Los principios son los contrarios y el substrata que, en Ia doctrina aristotelica, son Ia privaci6n y Ia forma (los dos terminos de Ia contrariedad ), y Ia materia respectivamente. Aiin no ' se hace manifiesto, dice Arist6teles, si entidad es Ia forma o el substrato; esto es una probable referenda a Phys. II 1, locus en el que se examinan los diferentes significados de physis. En un primer senti do, naturaleza es el substrato, la materia; pero este es solo un modo insuficiente de considerar Ia naturaleza, pues lo que es en sentido primario es Ia forma. Cf. Metaph. VII 3 y nuestro comentario a! mencionanado pasaje de Phys. Capftulo VIII
191a23: Esta prim era parte del capftulo retoma lo dicho supra en 187a32-187b a pl'Op6sito de la generaci6n y agrega los resultados obtenidos en el capitulo 7 con la determinacion de los principio.s del , cam bio (materia, forma y privacion.) Segun Ia interpretacion de Arist6teles, los eleatas negaban la existencia del devenir por considerar que este debfa producirse a partir de lo que es 0 bien a partir de lo que no es. Pero el cambio no puede darse a partir de lo que es, pues lo que es ya era y, en ese caso, no hay cambio. Pero, por otro lado, el cambio tampoco se puede producir a partir de lo que noes porque, como se ha mostrado desde el cap. 5, es siempre necesario algo ·preexistente, i.e. el substrato. Aristoteles cree haber resuelto esta aporfa al establecer la distinci6n entre generaci6n de algo por sf y generadon de algo en sentido relativo. Asf resulta que algo se genera de lo que no es pero no se genera de lo que no es en tanto noes en sentido absoluto, sino en tanto noes algo. Aristoteles muestra entonces que hay un sentido en el que puede darse Ia generacion a partir de Io que no es. Lo que no es, en este caso, es la determinacion contraria que el objeto alcanzara a! termino de Ia generaci6n (!a privaci6n ), pel'O es necesario que, ademas, haya siempre un substrato. Nada se genera de lo que no es en terminos absolutos pero, en eierto sen.tido, sf hay generacion a partir de lo que no es, i.e. por accidente. De la 162
privaci6n se genera algo que no preexistfa en ella, ya que Ia steresis es una forma de no ser. Por otra parte, la generaci6n a partir de lo que es tambien es posible, siempre y cuando no consideremos a lo que es en terminos absolutos. Que algo se genera de lo que es significa que se genera a partir de un substrata que tiene, ademas, privaci6n. De este modo se puede explicar la generacion sin negar el principio que dice que to do es o no es. ( Cf. Ross, A R. PH. Introduction pp. 23-24 ). Isnardi Parente ("A proposito di kath' auto e dynamei in Aristotele, Phys. A 8-9, 191a23-192 a 34" en Rivista di Filologia e di lstruzione Classiea, 1968, pp. 129-148) vincula la distinci6n establecida por Aristoteles entre no ser haplos y no ser pas con el pasaje de Soph. 257b-259b, es decir, el principio platonico de no ser como lo otro del ser. (Cf. Soph. 257b2: "Siempre que nos referimos a lo que no es, al parecer, no decimos algo contrario a lo que es sino solo lo otro (de lo que es)".)
191 b 18: Perro podrfa generarse no solo a partir de un animal particular sino tam bien a partir de animal. Pero animal es algo que yale pertenecfa a perro, de modo que, en ese sentido, es algo accidental que perro se genere de animal. Sigo con Ross Ia reposici6n y lectura de las palabras ek kynos hippos en las lfneas 20-21, ya que, al parecer, este es el modo mas simple de resolver la cuesti6n sin introducir casos extraordinarios de generaci6n como los que proponen los comentadores griegos. Tal es el caso de Ia lectura ei kyon ex h(ppou gignoito, "si perro se generara de caballo" (cf. Ross, A R. PH. ad Zoe.).
e
19lb26-27: No se suprime el axioma de que todo es o noes, ya que no se esta afinnando Ia posibilidad de que algo se genere de lo que noes ode Io que es en terminos absolutos sino relativos. 19lb27: La segunda soluci6n es considerar el problema desde el punto de vista de la potencia y el acto: podemos decir que algo se genera de lo que no es en acto, es decir, de lo que es en potencia. La referencia que hace aqu f Arist6teles es, probablemente, a Metaph. VIII 2, 3 y 6 o Metaph. IX 1. Capftulo IX
191b35: Como seiiala Cornford (TPH cf. nota ad Zoe.) Ia palabra autes parece referirse a la hat~te physis, i.e. Ia physis hypokeimer~e determinacla en los capftulos anteriores como ]a materia cuyo atnbuto principal es la privacion. No concuerdo, en calnbio, con ~u interpretacion de las lfneas 36 y 192a1; si bien hay una leve var1ante entr~ el texto de Corn ford y el de Ross -Cornford omite con E F J S e 163
pronombre indefinido ti-- encuentro mas senti do si traducimos "con· l vienen en que algo se pue de generar a partir de lo que noes e,n senti· ; do absoluto" y no como Cornford "pues comenzaron por aceptar 1 como verdadera Ia concepcion de Parmenides de que ' llegar a ser' no ; podda significar otra cosa mas que nacer de lo no existente". Aun : cuando el sentido sea similar, me parece importante mantener en la , traducci6n el adverbio haplos e indicar que Arist6teles quiere poner · de manifiesto el hecho de que Parmenides se ha dado cuenta de que es imposible admitir ]a generaci6n a partir de lo que noes en sentido absoluto. Esto significa que los pensadores a los que esta aludiendo Aristoteles no solo admitieron la alternativa parmenfdea de Ia gene· ; raci6n -lo sujeto a generaci6n se genera de lo que es ode lo que no : es-, sino que ademas creyeron que era posible que algo se generara de lo que noes en sentido absoluto, cosa que Parmenides rechazaria. · Por otra parte, Arist6teles sostiene que materia y privaci6n son cosas ' diferentes, pues Ia materia es algo que no es "per accidens mientras que la privaci6n es algo que no es" por sf, es decir, algo que no es en sentido absoluto. La privaci6n, en efecto, puede ser con- • siderada como una "propiedad" de Ia materia y , en ese sentido, ' Ia materia es mas ous{a que la privaci6n. Cabe preguntarse quienes ! son los heteroi tines a los que se refiere aqu f Arist6teles; Ross cree 1 que ]a referenda es a Plat6n o a los plat6nicos. En este capitulo la polemica es contra los plat6nicos que, seg(m Arist6teles, habrfan ad· ~ mitido un "principio negativo" incorrecto. Dicho principio es una dfada pero esa dfada es completamente distinta de la que ellos pro· ponen (lo grande y lo pequefio ), ya sea que se consideren los termi· 1 nos de la diad a por separado o juntos. La "dfada" en realida~, se· giin Arist6teles, debe ser la materia y !a privaci6n; la materia se pre· . senta como substrato, algo que esta mas proximo a !a entidad (ou· s{a) pero, por otro lado, es tambh~n privaci6n, esto es, absoluta pri· vaci6n de ser, no ser por sf. La materia, en cam bio, es algo que no es ; por accidente. (En esto ultimo sigo a Isnardi Pa1·ente, artlculo citado supra pp. 129-130. Para la distinci6n kath' hauto- lwta sym be bekos cf. este mismo trabajo, especialmente pp. 131-139.) I
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192a8: La trfada de los plat6nicos es grande·pequefio-uno; Ia trfada ! aristotelica es materia-forma·privacion. La trfada plat6nica ya apare· f ce mencionada antes por Arist6teles en el pasaje 187a17-18. Por otro , !ado, al ser necesaria la existencia de una naturaleza subyacente, esto , es, de un substrato, postulan los platonicos la ex istencia de un subs· trato unico: lo grande y lo pequefio que, segun Arist6teles (cf. 187a 17 -18.) son la materia. Pero, al !lamar a !a dfada "grande" y "peque· fio" se esta diciendo lo mism o y se dejo de !ado la otra naturaleza, i.e. la privaci6n.
16 4
192al3: Como hace no tar Ross, esta es una referencia directa a Timeo 50d donde Platon compara a Ia chora con una madre. Como he· mos senalado antes (cf. nuestro comentario al pasaje 187a17ss.), la terminologfa "grande y pequefio" no aparece explicitamente en los dialogos de Plat6n. Es probable que estos terminos aludan a la teo. , (t o' d ec h.omenon· rfa platonica del "receptacula" o de ! " espacw chora) desarrollada en Timeo 50bss. En el pasaje 50d?-3 de este tex· to plat6nico Ia madre es el receptaculo, aquello que recibe las cosas Y en Jo cual se produce la generaci6n (to d' en hoi g(gnetai). 192a14: "La tendencia maligna" ala que ir6nicamente alude Aris· t6teles se debe, quizft, al hecho de que la privaci6n se encuentra es· trechamente asociada a ]a corrupci6n(cf. Charlton,Ar. Ph. su comentario ad foe., don de se indica ]a clara referenda allenguaje plat6nico de Timeo 49d-52b). Pese a toda Ia ironfa de Arist6teles en este pasaje es evidente la analogfa existente entre laphysis hypokeimene des· crlpta en Phys. r 7 y la ch6ra plat6nica. En efecto, en Timeo 50a Plat6n sostiene que de la ch6ra no podemos decir que sea un toiUton, i.e. no es posible predicar de ella cualidades determinadas, !n-eci,samente porque la ch(n·a es absoluta indeterminaci6n. A la chora solo le caben los atributos de touto y t6de; las cualidades "caliente" o "blanco" en cambio son atributos propios de los entes particulares o lo que ~n poco lib1:emente podrfamos denominar las manifestacio· nes particulares o dete1minadas de la ch6ra. A nuestro juicio, es rna· nlfiesto el becho de que Arist6teles ha tenido presente este pasaje del Tim eo de Plat6n al elaborar su teorfa de Ia hyle. 192a16: ·La materia tiende naturalmente ala forma (cf. Phys. II 1, pasaje en el que se' desarrolla esta cuesti6n con mas detalle ), ya que esta es un pl'incipio de determ inacion de aqueila. La forma, por no necesitar de nada, no tiende o aspira a nada, Arist6teles, al comparar la materia con lo femenino que aspira a lo masculino o con lo feo que aspira a lo bello, se da cuenta de que cae en el "error" plat6nico de hacer que las cosas cleseen sus propios contrarios. Por esa razon, lo feo y lo femenino son solo accidentes de la materia que es la que, en realidad, se opone ala forma (cf. Ross AR. PH. ad. loc.). 192a2S: La materia en un sentid o se corrompe pero no en otro: consideracla como privaci6n se conompe, pero consideracl~ com.o patencia no 'se corrompe ni se genera. (Para la hyle como dynamzs, cf. De an. 4l2a9;Metaph. 1042a27-28,1046a1l;Degen. et con·. 335a32 ss. ). Como ya se ha dicho desde el capftulo 6 (cf. supra 189a23 ss. ), . todo lo sujeto a generaci6n se genera a partir de un su bstrato. Pero la materia es , precisamente, el substrato, de modo que SJ se 165
enunciado de Ia causa material (cf. infra 194b24). La materia esaquello desde donde se produce Ia generacion de algo, pero ,esta generaci6n es no accidental, ya que lo sujeto a generaci6n solo se genera per accidens de Ia materia conside1·ada como privaci6n.
generara serfa necesaria Ia existencia de un substrata de este substrata y asf ad infinitum. Este problema es tratado mas detalladamente en Metaph, VII 8, donde se lo hace extensivo a Ia forma y se aplican los misrr.os argumentos. Indicamos en lo que sigue los puntos principales de la argumentaci6n: (i) Asf como nose produce el substrata, vgr. el bronce, tampoco se produce la esfera. Solo se genera esta esfera determinada, es decir que Ia esfera se genera pero solo per accidens {1033a28-31). (ii) Producir un bronce redondo no es producir lo redondo o Ia esfera; lo uno, en efecto, difiere de lo otro. Producir un bronce redondo significa realizar Ia forma en qtra cosa, ya qu~ si Ia forma se generase, se generarfa a partir de otra cosa (1033a32-1033b1). (iii) La generaci6n de una esfera de bronce se produce del siguiente modo: a) De esta cosa determinada que es bronce se produce esta otra cosa que es una esfera, b) De aquf se sigue que si Ia forma se generase, deberla generarse del mismo modo y asf los procesos de generaci6n irian a! infinito. Es manifiesto, entonces, que Ia forma no esta sometida a generaci6n (1033b2-8). c) Lo que se genera es "Ia esfera de bronce"; su producci6n se da a partir del bronce y de Ia forma de esfera: en este bronce determinado se realiza !a forma esfera y lo que de ella resulta es Ia esfera de bronce (1033b8-10). En el pasaje 192a26 -a! comienzo del texto que estamos comentando- resulta sin duda extraii.a Ia f61mula t6 en hoi que emplea Arist6tel~s para referirse a Ia materia (entendida como privaci6n). Uno hub1ese esperado que dijera to en autei, i.e. "aquello que esta en ella" (en Ia materia). Charlton (Ar. Ph. p. 83) sugiere que en este paso Arist6teles esta usando terminologfa plat6nica y que por "aqueUa en Ia cual" Arist6teles simplemente se esta refiriendo a Ia privaci6.n. En efecto en Timeo 50d3 Plat6n emplea esta ex presion para 1·ef~nrse a Ia madre, a! rec~ptaculo o a Ia chora entendida como espaCIO, Es probable que Anstoteles tenga en mente este pasaje del Timeo; el contexto nos dice que la formula se refiere a Ia privacion. No v~o, empero, con tanta claridad como Charlton el hecho de que Aris· toteles emplee esta expresion para designar algo que precisamente ha dicho que Platon no ha visto, i.e. Ia privaci6n. (Cf. 'ta:mbi<'!n Corn:
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192a32: 'La materia es el termino a quo de Ia generaci6n, de modo que si se generara tendrfa que generarse a partir de sf mi~ina y si pereciera perecerfa tamb~en en sf misma En este. sentido, la materia deberfa existir antes de generarse y habrfa pereCJdo antes de que algo, pero esta generacion es no accidental, y~ que I~ sujeto a genf'!r~ cion solo se genera per accidens de Ia materia cons1der;ada como pn· vaci6n. 192a32: La materia es el termino a quo de Ia generacion, de modo que si se generara tendrfa que generarse a partir de sf misma Y si pereciera perecerfa tam bien en sf misma. En este sentido, Ia materia deberfa existir antes de generarse y habrfa perecido antes de que algo perezca en ella (Cf. pasaje citado de Metaph. VII 8 y Cornford nota ad loc. en TPH ). 192a34: El "principio fmmal" es tratado in extenso en Metaph. VII y XII; en Metaph. VII 4 se habla, por ejemplo, de Ia ous(a entendida como to t( en e(nai; en el cap. 10 se habla de la definicion Y su relacion con Ia forma. 192bl: La referenda es probablemente a los demiis tratados ffsicos, en espeCial De Caelo y De gen. et cOlT,
LIBRO II Capitulo 1
I
de mateda, ia hjle ea (i) el aubat,.t o primero pe cada cosa (t6 p1'6toi't hypoke!menon hekastoi), esto es , I el substrata en el sentido en que se ha hablado a lo largo de t odo el j libro I. {ii) Es el "desde donde inmanente" se produce Ia generaci6ri I y esta, no por accidente. Esta es la misma formula empleada en e1 .1 16 6
1
t
192b8: Este primer capitulo trata el concepto aristotelico de ph~sis. La definicion de naturaleza Ia da Aristoteles despues de exammar algunos ejemplos de entes naturales o, dicho de otro modo, entes que deben su modo de producci6n ala naturaleza. En efecto, en uri pl'imer p aso se distinguen aquellos entes que son physei de los que no lo son. Entes por naturaleza son los animales y sus partes, las plantas y los cuerp os simples, esto es, los cuatro elementos de la ffsica tradicional anterior a Aristoteles. Para Ia nocion de elemento cf . Metaph. v 3 , 1014a26-30 donde se establece que "elemento" es lo primero inmanent e y , en cuanto a su especie, indivisible en otra espeCie ; eso primero inmanente es, ademas, aquello de lo que algo esta 167
constitmdo. Elemento es, entonces, Ia unidad ultima indivisible de Ia cual esta constituido un ente (cf. tambien De Caelo 268b25ss. donde se caracteriza a los cuerpos simples -o elementos- como aquellos en los que el principia del movimiento es inherente a su mis· rna naturaleza, i.e. fuego, tierra y sus especies ). Aquf adelantamos Ia nota definitoria de lo que es physei: to do ente natural tiene en sf mismo el principia de su movimiento o de su reposo. Reposo (stasis) no es algo contrario a! movimiento sino s6lo privaci6n de movi · miento; ademas, movimiento significa movimiento locativo aumenta, disminucion y alteraci6n. Los animales (uno de los eje~plos dados por Arist6teles para indicar lo ph'ysei) tienen Ia tendencia in· nata a crecer y reproducirse, y tienen Ia capacidad de moverse locativamente por sf mismos. Otro tanto ocurre con las plantas: tienen Ia tendencia innata a Ia nutrici6n y el crecimiento, formas de movi· miento que en terminos aristotelicos se denominan "aumento". En el caso de .los cuerpos simples (los elementos) Ia tendencia innata a! cambio esta dada por el hecho de que dichos cuerpos experimentan movimientos locativos: hacia arriba (fuego y aire) o bacia abajo (agua y tierra). El movimiento locativo es lo que Arist6teles denomi· na phora. Los movimientos de trasl
168
generaci6n, corrupci6n, aumento, dismi~ucion y .al~er~ci~n .(can:bio cualitativo ). Estos son, en efecto, los tlpos de kznesezs d1stlngmdos en Cat. XIV, 15al3-14: "Las form as de movimiento son seis: ,generacion corrupci6n, aumento, disminuci'on, alteraci6n y cambio segun el l~gar". N 6tese que incluso much as veces kinesis ("movimiento'D . significa sin mas "cambia"; cf., por ejemplo, Phys. IV ~0, 21~b1920: ''Para nosotros, en. el presente tratado, en nada se d!f~i·enc1a ha· blar de movimiento (kinesis) ode cambio '(metabol€)". . • Al principia de este capftulo (192b8-9 ), Al'ist6teles establec~ que . hay entes que resultan ser por naturaleza, mientras que otros en.tes son por otras causas. Las otras causas son e1 azar (~~che) -t~ata.do in extenso a partir del cap. 4 de este libro- y la eleccwn (proamms). La eleccion es considerada causa en Eth. Nic. 1139a30·31: "Asf pues, principia de la acci6n -es decir, aquello desde donde procede el movimiento pero no el fin-es la eleccion". Aqu f la proairesis esta tomada como causa motriz o eficiente; Arist6teles adelanta tambien que la physis es causa. Plat6n es el antecedente mas important~ en la consideracion de la physis y la tyche como causas del devemr (cf. Leyes X 888ess. ).
192b19: En tanto un ente artificial resulta ser (symbebeken) de pie· dra o de tierra o bien una mezcla de am bas casas, entonces sf deci· mos que tal e~te tiene una tendencia innata al cambio . Pero esto solo es algo accidental, ya que en toda producci6n artificial el princi· pio de la producci6n es externo al objeto producido I cf. Me tap h. XII 3, 1070a7·8). 192b20: Una vez establecida Ia diferencia entre ente natural Y artifi· cia!, Arist6teles ensaya su definicion de physis. En Metaph V 4 s.e han distinguido los diversos significados del termino naturaleza d~ u_n modo mucho mas detallado. De los significados sefialados por Ansto· teles en Metaph. clestacamos los siguientes: (i) naturaleza es aquello inmanente y primario desde donde crece lo que crece: (ii) o bien es aquello desde donde se produce el movimiento primero en ea?a ente natural. Aquf la naturaleza esta entendida como causa motnz. (iii) N aturalez·a es lo primero desde donde es o se genera un ente na· tural y es inca paz de cambiar por su pro pia potencia. (iv) "Naturaleza se dice tambien como la entidad de los entes naturales (ct. Metaph. 1014b17 -36 ). De los significados mencionados dos se encuentran de un modo explicito en Phys. u 1: (1) naturaleza entendida co~o materia= (i) y (iii) y (2) naturaleza entendida 'como forma= (w). La ousia en el sentido de forma es causa formal; el significado (ii) -Ia naturaleza como causa motriz- no se trata, al menos estrictamente, en Phys. n i. Sin embargo , segun Ar1st6teles hay tres formas de l!aU~ salidad que con frecnencia se reducen a una, ya que el 'que es' Y el 169
fin son una misma cosa. Por otra parte, el principia del movimien to es identico en especie al fin y Ia forma (cf. Phys. n 7, 198a25-27). De este modo se formulan ya las cuatw formas de causalidad que senin tratadas en detalle en el cap. 3 de este libw. Aquf mismo , sees· tudiara Ia naturaleza como materia, como fo rma y como fin; esto ex· plip que al comienzo del texto se hable de Ia physis como causa. Simplicia (in Phys., 26 7, 22-268, 6) distingue las expresio nes pr6tos y kath' hauto que utiliza Arist6teles en el pasaje 192b22 a! definir physis. Simplicia arguye que "primero" (p1·6tos) difiere de "por sf" (kath' haut6) porque un atribu to puede estar presente en un sujeto en sentido primario pero no por sf; to do lo que es por sf no es prima· rio y todo lo que es primario no es por sf. Para un triangulo, tener Ia suma de sus iingulos igual ados rectos es algo kath 'haut6. La blancu ra, por otro !ado, es un atributo que pertenece primariamente a Ia superficie tal como Ia virtud a! alma. Pero estos no son atributos esenciales o por sf, ya que no son propios de Ia esencia (ous(a). En efecto, es posible sepamr lo blanco de Ia superficie y Ia virtud del al· ma. En mi traducci6n interpreto las expresiones adverbiales pr6tos y kat ' haut6 formando una unidad q1ie se opone a kata symbebek6s. Acepto en principia lo que sugiere Simplicia; hago notar, empero, que Ia explicaci6n que propone no da entera cuenta del pasaie en cuesti6n y que resulta mas natural leer pr6tos kath' haut6 en bloque oponiendo dichas expresiones a lo que es kata symbebek6s.
192b23 :__Se ha dicho ya que en los entes artificiales el principia de Ia produccion es externo y que si el es interno es solo por accidente y no pertenece kath ' hauto a Ia cosa. El ejemplo de Arist6teles es u ~ hombre que es medico y se cura a sf mismo ; un hombre qu e ha sido sana do, en tanto ha sido sanado, es una producci6n del arte de Ia medicina, Pero en el ejemplo que da Arist6teles el principia de !a produccion parece interno, porque es el enfermo mismo quien procura su salud. Pero el enfermo no se cura a sf mismo en cuanto enfermo sino en cuanto medico, (Cf. Hamelin, AP, ad Zoe. ). ·
1
192b27 : En el caso de las producciones artificiales es mucho m as cla· ro el hecho de que el principia de la producci6n es externo. p • 01 ejemplo, una casa tiene el principia de su pr oducci6n en el constructor (cf. Eth. Nic. \!1 4, 1140allss. : " To do al'te tiene que ver con ]a generac i6n y con el idear y considerar c6mo puede generarse alguna de las casas que pueden ser o no ser y cuyo principia se encu entra en lo que produce pero no en lo producido. En efecto, el arte no se rela· ciona ni co·n las cosas que son o se generan necesariam ente ni co n las cosas que son por naturaleza. Estas ultim as, en efecto, tienen el prin· cipio (de su producci6n) en sf mismas" ). · 170
l92b3 2: Tienen natmaleza tocl as aquellas cosas que tienen e_n s( mis· mas el principia del movimiento. Todas ellas son, ademas, e.ntes stem· . ·1 ados por ser substratos y !a naturaleza debe darse det erm11 ·b' 1 ubstrato. Esto significa que Ia natura eza no esta conce pre en un s I' · " I· da como una entidad determinada sino solo como una c tsposiCIO~ o capac!'d a d que es propia de los entes naturales. Por otra parte, · t s,tla · naturaleza es un principia "inherente por s(" no posee una exts e~c1a · d epen d 1en ' t e. De esto se sigue que !a naturaleza ·noes· un ente307) smo m una propiedad que tienenlos entes natur.ales. (cf. Berti AD p. . . ,. De Jo dicho hasta aquf resulta que: (t) Ia naturaleza es ~a ~n~tdad de las cosas que tienen en sf mismas y en cuanto tales eJ prmct?I~ de su movimiento. El principia del movimiento del que habla Anstote· les es un principia que poseen los entes naturales en cuanto tales, ~s to es, no por accidente sino de un mod~ esenci~l.. El ?oseer e~te pnn: cipio interno de movimiento es lo prop1o y defm1ton? d:I.enLe natu raL (ii) Tienen naturaleza las cos~s que tienen un pnnc1p10 .~~mo ;a1 descripto y la naturaleza se da s1empre en ~n substrata .. Po. _s::>, 1 naturaleza no es una entidad determinada smo una prop1edad d~ los entes naturales; y si Ia naturaleza es un principia inherente, no tie·~·e tam poco existencia independiente del objeto en el cual se da ..(m) Por ultimo ]a natmaleza tambien es causa pues, como hemos v1sto, Ia naturale~a es materia y, fundamentalmente, forma (cf. ~os textos citaclos de Metaph . ). Esto sera tratado en detalle enlo que stgue. 193a3 : Es absurdo intentar demostrar que Ia natm:aleza existe;rp~r cuanto hay multiplicidad de entes naturales. Se ha d1cho ya (18oal:· 14) que los entes naturales existen y que todos ~ll os. o algunos estan sujetos a movimiento ; esto es evidente por expenenc1a. En este ~asa· je Al'ist6teles p arece apartarse de su pl'incipio fundamental se~un el c~al es necesario ·en primer lu gar, determinar si el objeto ex1ste Y luego investigar ~ue es. La cuesti6n de existencia, sin em b.arg.o , en el caso de la nat uraleza esta respondida de hecho. La prescnpc16n me· todol6gica esta formulada en An. Post. 89b3~-9?~9 . En Phys; ~1ay. mucho s pasajes en lo s que se mantiene este prmc1p10 met~dologJCo.' cf. Phys. II 4, .19 5b3 1-35 : rv 1, 208a32-34;I 10, 217b29-33. Para:J ejemplo del ciego que puede argumentar sabre los colores cf. Hamelm AP ad Zoe. y Ross AR . PH. ad loc.
193a8: Para aquellos que no pu eden distinguir lo au toevi d~nte de I ~ que no lo es la discusi6n sera s6Jo nominal, ver b a~per~ son mc apac~~ de tener un verdadero co nocimiento. El texto gl'iego hteralment.c dt· ce: "de m odo que para hombres se~ej antes es :~rzos~ qu~ la dJ~~u si6n se refiera a palabras, pero no p1ensan nada (noem de mede ). 171
En mi traducci6n pretendo poner de manifiesto el hecho de que los que argumentan confundiendo lo evidente por sf con lo que no lo es, no argumentan fundandose en un conocimiento propiamente di· cho. La oposici6n es, entonces, entre discutir verbalmente y cono cer en sentido propio. 193a9: La naturaleza, como muchos otros conceptos, ha sido objeto de estudio de los fil6sofos anteriores. Arist6teles acepta que, en un primer sentido, Ia naturaleza puede ser considerada como el substra· to material. En este pasaje encontramos dos notas caracterfsticas de la definicion aristotelica de causa material o materia en general: (1) es lo primero inmanente a cad a co sa (cf. Phys. II 3, 194b24 ). (2) Es ir,forme por sf, es decir, esta desprovista de toda determinacion. Por otra parte, interpreto los terminos physis y ousia en este pasaje co·· mo equlvaientes y leo el ka( que los une como epexegetico. Aristoteles presenta aquf como ejemplo de lo dicho Ia tesis de An· tifonte (el sofista que ya ha mencionado a proposito del problema de la cuadratura del cfrculo ); para ello, cita el fr. 15 de Antifonte !eve· mente modificado. El fr. tal como lo conservamos dice: "Si uno en· terrara una cama y la putrefacci6n de Ia madera deviniera dotada de vida no se generarfa una cama sino madera". La naturaleza de un en· te ffsico es, entonces, su substrato material, lo primer6 inmanente que, en cuanto tal, es carente de forma. Segun los ffsicos antiguos y en este caso particular de acuerdo con Antifonte (aunque este no se incluye entre los ffsicos), lo que permanece inalterable es la naturale· za o, mas bien, Ia naturaleza entendida como substrata que, en ulti· rna instancia, es el sentido fundamental que tiene Ia noci6n de mate·. ria en Aristoteles. Simplicia (in Phys. 273, 24-25) interpreta el pasaje diciendo: "la materia prima que es lo prime1·o informe en cuanto tal". Creo que, tal vez, seria mejor interpretar materia en general y no materia prima como sostiene Simplicio; el adjetivo anjthmiston pue· de referirse solo al substrata, que no significa necesariamente materia prima. Segun Arist6teles, este es el punto de vista de los antiguos fi· sicos, quienes sostienen que toda causa, en ul timo termino, se reduce · a Ia materia (cf. Metaph. I 3, 983b7ss. ). Lo que tiene un modo accidental de ser es la cama y el arte con el que se Ia construye; permanece la naturaleza o substrata de un modo continuo. 193al7: La referenda es, nuevamente, a los ffsicos que postulan co mo principia los elementos: Anaxfmenes y Diogenes de Apolonia, el aire; Tales e Hip6n, el agua. Arist6teles sefi.ala que ning(m ffsico pone como prinCipia a Ia tien·a, aunque observa · que cualquiera podrfa considerarla como un genuino principia. (Cf. Me tap h. 989a8ss.: "En efecto, .:,por que no mencionan tambien Ia tiena como Ia mayori'a
172
de los hombres? Ciertamente, suele de~irse que tod~s las cosas son . . 1 s Hesfodo afirma que ]a tierra se genero antes que los tlel'l'~; me u.' o , , Cf tambii'm nuestro comentario al pasaje 187a demas cuetpos. · 'd d d · luir el comparto con Ross 1a necesl a e me . 1 • no Pm. u'lt'lno · d · ·- en e1 pasaJe 12ss.). . . . , 193a11· Ross fundamenta su ec1swn ' partJc1plO on en · ' , - t c sin 4 b27 donde se dice arrythmzstou on os. reo, de Metap h· 101 . · 'bl · 1 · ] · mtehg1 e sm a me uswn del. em bargo, que el tex to es perfectamente · participio on. · 1 'e 193a9ss ~omentano a pasa) . . r~ 193a28: Cf. lo dicho supra en. ro 6sito de la cita de Simphcw zn Phys. 273, 24-25. La t~te a p ~, d s· r , anota Ross ad loc ., debe ser descar"ada pretacwn e tmp IC!O, · · • d t r . 1 l h de que Arist6te1es menciona ensegmda matenas , e e . p~I ed tec(moadera bronce), en cuyo caso Arist6teles no estana ha· mma as , . , . blando de materia prima sino de materta proxima.
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1 to de vista de Arist6te1es, considerar la natura· . f' . nte La forma es anterior a lama· 193a30: Desde e pun materia es msu tcie . t ,l lez~ so o como . dida (cf. Metaph. VII 3, 1029a5-6). Lana u· terla Y es en mayo;• me, . amente un modo de entender la naturale· ra1eza como matena;~~:~~erivado. B segundo sentido en que pode· za y es, ademas, un 1 ntido de la forma. La naturale· mos hablar de 1a nat~;a~~:~ :~ ec:~fi~:raci6n (morphe) o su determi· za ~l~ una co sa esl rna effie a (eldos ). En este texto aparecen ligados nacwn conceptua espe , h , - ue vertimos por "configura· 1os voca b1os m orphe y ezdos·' morp. e1 f'q gura externa de la cosa. Pero cion" o "forma" sin mas- parece ser a t . , 'm de e(dos En . . 10 . f 0 rmal y en ese caso es smom o · tambien es pnnc1P 'd ' n m'ezclados (cf. Bonitz, Ind. nuestro texto ambos senti os aparece Ar~t 474a11· 474b8~
o:
· ,d . ·gumento analogi co: se llama l~nr::teria sino a 1o que distingui· 193a31: Arist6tele~ s~ val_e aqm arte no a lo que distmgUlmos p d f la cosa La forma segun la demos por la forma, que es lo qu~ e me nt .como tal N> decimos . . ., 1 ncepto determma a un e e · f mtcwn o e co . 1 arte si s6lo es en potencia y no en ac·
~u~
algo. es ar,t : ~ ~i~~f~\~::turaleza: carne o hueso en potencia no lo mlsmo s p .d 1 uirir Ia f01·ma conceptual. La forma, tienen su naturaleza antes de .adc q t ra1eza pues nos referimos a un ' esta en potenc1a; . y 1o en t onces, es en - mayor me 1 a , na u ndo ente. cuando el estii en ~cto mafs que cufa l'"etaph VII 3 1029a5-6). t cia es 1a or rna (c . •1 ' • · • · 1 que actuahza a_~o en. . , . o admite formas de entes JV.atenales Pero como la f1slca anstotehca nd d' h. ntes Ia forma solo puede ' . t ncia separada e IC os e t 1 La forma se realiza siempre que tengan ex1s e estar separada de un modo conctep du'al. omo forma del ente fi'sico . la naturaleza en en tc a c ' . , en un cuerpo Y , enle natural reahza sus acdetermina los procesos segun 1os cua1es e1 . LO'
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tividades (cf. Mansion, IPA, pp. 248ss.).
193bS: El compuesto de materia y forma no es nat uraleza sino que es por naturaleza, es d ecir , debe su modo de producci6n a Ja natm·ale za . ESto es cierto unicamente en el caso de los compuestos natmales (como "hombre"), pues en ellos Ia n at ural eza del compu esto natural es Ia forma; en estos compuestos su naturaleza es su forma. Fh l~s ~0~11puestos artifici ales, en cambia, no ocurre lo mismo, pues el prmc1p10 de su producci6n ~s externo. Eh efecto, de hombre se genera hom~r.e pero ~e cama. no se genera cam a; esta es Ia raz6n por Ia cu_al los .f1 s1cos antJguos aflrman que Ia naturaleza no es Ia figura (sc~ema) sm_o Ia madera. Pero si la madera es naturaleza, con mayor razon lo sera Ia forma, ya que de homb1·e se genera hombre. Para los pwble mas textuales concernientes a este pasaje cf. Hamelin AP ad
loc.
193b 12: A qu( comienza un nuevo argumento que intenta mostrar que 1~ natu.raleza es forma:_~ rist6teles se vale de Ia equivalencia semantica ex1stente entre physzs y genesis (phyomai - gfgnomai = nacer , crecer). La naturaleza como forma, a! ser pu esta en relaci6n con Ia naturaleza entendida como generaci6n, muestra que Ia nat uraleza como forma constitu ye el termino ad quem se dirige Ia naturaleza como generaci6n. 193bl7 : En2 este pasaje me aparto del texto de Ross y sigo ]a lectura 2 que dan E F I J Y que sigue Filop6n en su comentario a! texto. Ross, por su parte, lee ti oim phye tai, se ntencia que curiosamente traduce "(,q ue se pr oduce , entonces, en este proceso de crecimiento?" (what then is produced in this process of growing?). De mantener esta lectura hubiesemos esperado que se in terpretara el t{ como adverb_io causal interr~gativo, ya que a! preguntar por el porque ya, de algun ~odo, se es_ta pr~guntando por el fin, pues se pregunta por Ia ca~Isa. Creo que Sl seguim os Ia lectura que proponen los codices ~enc10nados, se ve con m as claridad que Ia naturaleza ta mbi en es fm , ya que en este pasaje forma y fin se identifican. l93bl8: Aqu f se plantea Ia cuesti6 n de si en el caso de lageneratio simplicite r hay privaci6n o contrario de lo que se genera. En el caso
d~ _las generaciones entendid as en sentido relativo no hay mayores d~fJCultad:s, pues todo aquello qu e no permanece -ha dic ho ya Aristoteles- tlene contrario. En cuanto a Ia generaci6n entendida en sent ido ~~soluto, es dec ir Ia generaci6n ·de una ousla, Ia cuesti6n es problemattca ya que Ia ous{a no tiene contrario. En efecto, el contrario de Ia ous{a serfa la " no -ousza" pero es imposible que una ous{a este constituida de "no-ous{ai'' (cf. aquf mismoPhy s. I 6, 189a32-34· el
,
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problema es examinado con mas detalle en De gen. el carr. tam bien Ross ad Zoe . ).
I
3. CL
Cap ft ul o II
t93b22: Una vez determinados los dos sentidos fund amental~s en que se entiencle ]a physis (como m a:eri~ y ~~mo fo rma), habra qu~ examinar como se aplica esto a Ia ciencJa fisica. La tarea ahora sera determinar cual es el objeto de estudio de la ffsica y en que se diferencia esta ciencia de la matematica y de Ia filosoffa primera. La referencia a esta 'Cdtima se h ace en el pasaje 194b1 4-15, a! final del capit ulo. En Ia prim era p arte, Arist6tel~s _intenta determinar cuales s?n las diferencias entre f fsi ca y matematlca: los cuerpos naturales tie· nen superficies, volum en, longitud, puntas, cosas s?bre. las que inves· tiga ]a matematica. Las diferencias entre ambas Ciencias se encu entran tratadas con m ayor amplitud en Metaph. VI 1, locus en el que Arist6teles enuncia su clasificaci6n de las ciencias. Seg'Cm dicho texto, todo conocimiento es practico, productivo o teoretico ;. co~se · cuentemente Ia ffsica debera pertenecer a uno de estos tres t1pos de cono~imie nt~. La ffsica no puede ser una ciencia practica ni productiva, ya que (i) el principia de las producciones esta e? el agente q~~ lleva a cabo Ia producc i6n y es el intelecto, el arte o b1en alguna otxa capacidad. (ii) El principia de lo practice esta_ en el q~e r~aliza la_ ac· cion y dicho princip ia es la capacidad de elegu _(proau·eszs ). La Ciencia ffsica, por su parte, trata de un genero part1~ulat de e~te.: aquel tipo de ent idad que tiene en sf misma el princip1o d:J_ mov1~1e~to Y del reposo (cf. Metaph . VI 1, 10 25bl8 -21 ; cf. tamb1en aqUI m1smo supra 19 2b1 2-1 5). La ffsiCa sera en tonces un conocimiento teoretico respecto de un ente t al que tenga el'l sf mismo la capacidad de moverse; y seni. un co· nacimiento teoretico relativo a Ia entidad entendi da concept ualmente ( katd ton logon) aun que no por eso sepa1·ada de la mat_eria (Me: taph. 1 025b26-28). De lo dicho se sigue que la ffsica tratara de entl· clades sensibles pero consideradas formalm ente . Entre las c~ s~s ~ue son suscept ible ~ de ser definidas, unas son como 1? chato (to szm_o~) y otras como ]o c6ncavo (to koflon ). Estos dos tlpos de :osas chfie· ren entre sf porque lo chato esta siempre unido ala mat~na; lo ch_ato es una nariz c6ncava. La concavidad, en cam bio, se da mclepend_Ientemente de ]a materia sensible. Si todas las cosas naturales se diCen como Jo simon, es evidente como se ha de buscar la definicion en los objetos ffsicos (Metaph. V I 1, 1025b30-1026al-4_)- La_forma de Ia que se ocupa la ffsica es siempre una forma que ex1ste sol_o e~ Ia materia (lo simon es siempre una nariz concava). E~t~e las_ CJe l1 CI~s te~ reticas Arist6teles incluye tambien a la matemabca; SI esta CJencia trata d'e entes inm 6viles y separables es algo todavfa incierto. Lo que 175
. •. 1 , 5 1-8 -materia y forma- han sido 194al4: Los dos stgmftcados de pt~ - - ( f 193a9-193b12). . . d t con toda preCisiOn c . supra ya del!mlta os an es . b studiada sin prescindir de la maPor lo dicho, la naturaleza de ~ ser ~ice .Arist6teles. Es decir, los sigteria. Pero las natt~raleza~ s_on osd . materia y forma. (,Cual sera el nificados del termmo p~yszs_ ~ond ~~fsico la materia o la forma? Si objeto propio de inve~tl~acwnd elos antig' uos ffsicos, que considera. 1 . t s a las opmwnes e nos a]US amo desde un pun t o d e VI'sta exclusivamente matena , al ban a la natur eza. l b'eto de estudio del ffsico es unicamen· tendremos que decn· q~te ,e o J ha mostrado ya en Phys. II 1 que la . te la materia. Pero .Anstoteles 1 t de vista de Ia materia es s6lo natura1eza considerada desdeh ~ . pun o dema's un modo parcial. El •.· un modo de cons!' d er ar lap ys1s y es, a la forma es· b ., nocer tanto la matena como , ffsico, entonces, de era co" (P . l referencia a Empedocles y Deto es, " las dos naturaleza~42a~;a ;e A n. 410a1, Metaph. 993al7 y m6crito cf. De Part. An. , Metaph. 1078b19 .)
sf es manifiesto es que algunas partes de Ia matemiitica (enia mathemata) estudian sus objetos en cuanto inm6viles y separables. Mantengo en este pasaje Ia lectura que sigue Ross Aristotle's Metaphysics, Oxford, 1927 y Jaeger Aristotelis Metaphysica, Oxford- Classical Texts, 1957 (cf. Metaph. 1026a7-10). La otra cuestion enunciada por Arist6teles al comienzo de este capitulo es Ia determinacion de si Ia astronom fa, una disciplina matemiitica cercana a Ia ffsica -dirii el- es diferente de !a ffsica o bien es parte de ella. El ffsico, dice Al'istoteles, estudia no solo el sol o Ia luna sino tambien sus atributos geometricos. La diferencia entre el ffsico y el matematico es que cuando el ffsico estudia esos atributos geometricos (superficie, volumen, longitud, puntos, etc.) los estudia como determinaciones de cuerpos ffsicos. El matematico, en cambio, estudia estas determinaciones abstrafdas de esos cuerpos (cf. Ross, AR. PH. ad lac .). La superficie, volumen, longit ud, puntos, etc. son separables del movimiento por medio del pensamiento. Esto significa que Arist6teles justifica Ia posibilidad de abstraer dichas detet·minaciones por parte del matematico. Que estos atributos son "separables del movimiento" significa que se los puede abstraer de los cuerpos ffsicos y, en este caso, ya no estanin sujetos a cam bio.
194a27: Tam bien ha de ser tarea de .1a fi_sica conocer el fin, pues 1a naturaleza es, primariament.e, forma, I.e. fm. . h a Euripides; Bonitz, en cambio, 194a30 : Filopon atribuye este. dt~ ob' n a un IJoeta c6mico que a un . sug1ere que po d.~ r 1 a pertenecer mas te tragico ( cf. Hamelin, AP ., ad lac.).
193b35: Los sostenedores de las Ideas -dice .Al'ist6teles- tambien separan, pero tal separaci6n (o abstracci6n) es impropia. Lo que era un metodo adecuado cuando se lo aplicaba a los objetos matematicos es impropio para los objetos ffsicos. Las cosas ffsicas o naturales son inseparables de sus sujetos; el problema, seg(m Al'istoteles, se podrfa aclarar si se define, por un !ado, los atributos de los entes matematicos (impar-par, recto-curvo) y por otro, los entes en sf mism~s (numero, linea y figura). En la definicion de las entidades matematicas no entra la materia; Ia definicion de una cosa ffsica , en cambio, contiene su materia. La concavidad se define por sf misma independientemente de su materia, pero el objeto ffsico es como lo chato que supone una nariz, porque lo chato es siempre una nariz c6ncava (cf. supra texto citado Metaph. 102 5b30-1026a1-4). Que Ia carne, el hueso y el hombre no estan privados de movimiento significa qu e la definicion de dichas entidades contiene la materia, la cual hace que estos entes esten sujetos a cambi o. 194a7: Aqu f se ve que Ia astronom i'a, ciencia tr adicionalmente reco· nocida como parte de Ia matematica, es en realidad u na parte de la ffsica. Lo mismo ocun-e con Ia 6ptica y la arm 6nica. Estas ciencias son contrarias, en cierto modo, a Ia geometrfa, ya que mientras esta estudia Ia lfnea ffsica, pero no en cuanto ffsica, la 6ptica, p or ejemplo, estudia la lfnea matematica, pero no en lo que tiene de matemiit ica sino en lo que tiene de ffsica.
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. · . 1 produce la materia abso194a33: El art e de constrtllr, por e]emp o, . bl . e la adecua a d 1 r hace la cera mane]a e, I. . .. lutamente; el arte de mo ~ a d c quien cita esta interpreta· · 't·os ( c f' · Hamelm ' AP a 1o ·• rv'tmos de t odo lo que nos sus propos! · . . 8 27) Nosotros nos se cion de Temistw, 16 . • · d b. s de arte (Simplicia, In Phy s. puede ser util y ese es el caso e 1as 0 ra 304,8),
. . . o sentido, tambien nosotros somos un f~~· esto e~ 194 a35. En cter~ . 1 f I'd d Larefet·enciaesaldialo goper en el sentido sub]et_IVo de a m~ I ~-A t Dial. Fr., De Phil. 30). Es· dido De Philosophza (cf. R . Wa zeL nst . en De an II 4 415b2 y ., d f 1' dad se encuen ra · ' , ta distincwn e 1a · ma 1 • • • 'f'cados· el en vista de qu e 415b20: "Pero l a finalidad ttene_ dos stgn~ I 1 . t la f inalidad ; . , " El f' el pnmer sentJdo es a me a, y el para qUJen . . . m en lud el objeto al que se aspira. La sapor ejemplo, l a fehcJdad o la sa ' d' . a El fin en el segundo lud es el ·fi n al que aspira el_ al'te de If~ me bicumen~ Esta misma distin, t ·qu1en este m es sentido es el su]e 0 p ara e en an· 742 a22 . cion se encuentra en Me taph. 1072b2 Y D g .
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-se vale de la materia y arte que 194 a36 : La distinci6n entre arte que C. 't 10 'l 390d- " Por tanto , ta" es t'a tomada del Ja · gobierna la procluccwn
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rea del carpintero es hacer un timon mientras el timonello dirige, si es que el timon ha de ser bello" (cf. Cornford TPH ad Zoe.). El timonel, entonces, "conoce Ia materia" y el arte que posee es arquitect6nica, ya que conoce !a forma del timon y prescribe cual es el modo de construirlo. El constructor, el artesano, solo conoce el tipo de material con que se ha de producir el timon. Si esto es as!, el timonel conoce las condiciones formales del objeto mientras que el constructor conoce iinicamente las condiciones materiales; pero, en cierto modo, ambas artes son arquitectonicas, pues la una no puede prescindir de Ia otra en la produccion del ente artificial. Aqu! Jeemos la distinci6n aristoti.'Hica hecha en Metaph. I 1, 981a30 entre architecton y cheirotechnes.
ampliamente en Metaph. XII 6-10. En este pasaje de Phys. como en 194a23ss. Arist6teles se vale de una comparaci6n ~on el art~ para ejemplificar Ia ciencia ffsica. El ffsico no. se ocupara de estud1ar las formas puras que prescinden de Ia mate~Ja, ~ara los p,rob~em~s ~ex tuales concernientes a las expresiones mechrz tau - mechrz tau tznas heneka luikaston cf. Ross AR. PH. ad Zoe.
194bl3: "Hombre engendra a hombre", ejemplo h~bi~ual de Arist6teles para hablar de la generaci6n natural (cf. aqm mJ.s~o 193b8 Y 198a26-27). En Ia generaci6n de un_ hombre no.es sufi~I-ente elmotor (causa eficiente) sino que adem as es. necesana tamb1en Ia fo:ma. El padre, en este sentido, es causa mot~~z y f~rmal, pue~,. adema.s de ser el principia del movimiento, es tamb1en qmen tra~sm1te Ia fmma. El sol, por su parte, tambien es causa de Ia generac10n. En ~e-taph. XII 5, 1071a14ss., al hablar de !a generaci6n de hombre, Anstoteles enumera los siguientes puntas como sus causas: (i) los elementos fuego y tierra como materia; (ii) la forma propia; \iii) otra cosa u ot:o agente que viene del exterior, a saber, el padre .. (z~) El sol_Y (v) el ctr· culo oblicuo, es decir, Ia eclfptica. Segiin Al'JStoteles, (zv) Y (v) no son materia ni forma ni privaci6n, sino que son motores, El sol Y su movimiento anual en Ia eclfptica son causa motriz (c~. De gen. et carr. 336a31ss., pasaje en el que se dice que causa mo~nz de I~ ge.ne· raci6n y la corrupci6n no es Ia traslaci6n primera, prote phora~ SJ~o !a traslaci6n segiin el c{rculo oblicuo. ). La i~cli?aci6n_de.la echpti~a con el ecuador determina que el sol este mas leJOS en mv1erno Y ~-as cerca en verano. Este hecho da cuenta de los procesos de generacwn y corrupci6n.(Para !a distinci6n de ffsica y mate~atica cf. el exte~: so estudio de A. Mansion "Distinction de Ia physique et des mathe matiques d' apres Al'istote" en IPA pp. 143-186.)
194b7: En los objetos naturales noes necesario producir Ia materia pues ella ya preexiste. En el caso de los objetos artificiales en cam~ bio, producimos la materia en vistas de su funci6n (ergon ). Esto adelanta, en cierto modo, el problema planteado en el cap. 9 de este libra respect a de Ia necesidad de Ia naturaleza ( cf. infra 199b34ss. ). No hay dos ciencias de Ia naturaleza sino solo una que estudia por igualla forma y la materia. 194b8 : Como sefiala Ross (AR. PH. ad loc. ), este es otro argumento para mostrar que Ia ciencia flsica estudia tanto Ia materia como Ia forma. Materia y forma son, en efecto, terminos conelativos. Esto muestra Ia negaci6n de la realidad per se de materia y forma. Lo que desde un punto de vista es materia para una. forma (por ejemplo, bronce para estatua), desde otro punto de vista es forma de una ma· teria (el bronce en cuanto esta constitmdo de elementos). Cf. De an.· II 1, 412a6-9: "Ciertamente, llamamos 'entidad' a un (mica genero de entes; y a esta, en un primer sentido, !a entendemos como materia, i.e. aquel!o que por s{ mismo no es un 'esto'. En otro sentido, consideramos a Ia entidad como configuraci6n o, mas precisamente, como forma, en virtud de Ia cual ya denominamos a la entidad un 'esto'. Y en un tercer sentido, Ia entidad es el compuesto de materia y forma". Materia y forma no tienen existencia "real " como las entidades particulares; lo (mica real es el compuesto. 194b9: En esta parte final del capftulo, Arist6teles se ocupa de distinguir la diferencia fundamental existente entre ffsica y filosoffa primera. El flsico no conocera Ia forma en general sino Ia forma que, aunque es susceptible de ser separada por el pensamiento, se cla en los cuerpos ffsicos. El flsico conocera, entonces, !a forma en la medida en qu e ella es fin ( cf. Phys. II 1 ), es decir, en cuanto ella es causa final de todo ente ffsico. Tarea de la filosof!a pl'imera en cambio sera estudiar las form as separadas de !a materia·' esto 'se lleva a c~bo .
Capftulo III
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194b16: Este capitulo se repite, casi textualmente, enMetaph. V 2; allf no se reproducen las lfneas de Phys. 194b16-23 Y 195b21-30,,lo cual indicarfa que el texto de Phys. es anterior Y que Ia m_ano que~~ cluy6 el tratado de Ia causa en Metaph. v sabfa que las hneas omitJdas no constitufan partes fundamentales. Por otra parte, dentl'O de I_a misma Metaph. ellibro v "parece habet· sido hist6rica~ente un~ a~J ci6n tardfa a Ia Metaffsica" (cf. Owens, J., The Doctrzne of Bemg zn 3 the Aristo telian Metaphysics, Toronto, 1~78 , p. 8~)· M:tap~. .I 3 ~~ otl'O pasaje en el que se encuentra resmmda ~a teona anstotehca , . Ia causalidad · segun este texto "las causas se dtcen de cuatro ~odos · (i) causa es Ia' entidad o, mas pr~c.isam ente, e1' que- er a ser'· .· . ' (11) Ia maviteria o substrata; (iii) el princ1p10 desde do nde se ongma el ~ 0 miento y (iv) causa tambien se dice en el sentido de 'aquello en vtstas
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de 1~ c~al\ es d~cir,,el bien, "ya qu e el fin de Ia generacion y de todo mov~m1ento es este (Metaph. 983a32). A cont inuacio n, Aristoteles nos ~nfon~a q ue acerca de las causas "ya hemos hecho suficientes consideracJones en los tratados concernientes a ]a naturaleza '! Podemos pensar en Phys. II 3 o bien en De gen. et carr. como referencias de _esta m encion ; el texto mas affn es, en mi opini on, Phys. n 3, pues a!h el problema de la causalidad esta tratado mas extensa y sistematJcan:ente. (Cf. sobre la causalidad dentro de Metaph . los siguientes pasa.)es: II 2, III 2,, ~96b5ss.; VII 7, 9 y 17; VIII 4, J.004ass. y xn 4 . Pa~a una br~ve_notJcia sobre la nocion de causa en los pensadores antenores a Ar1stoteles cf. Apend ice I) .
194b1_7-18: En este pasaje el verbo eidenai ya es sin6nimo de epistasthaz .(cosa que no ocurrfa al com ienzo de Phys. r 1; cf. nuestro coment.a no ad Zoe.), ya que aquf eidenai es el conocimiento que se a?~ mere por. causas. Aprehender el porque es aprehender Ia pr6te mtza, es decu· Ia causa prox ima. Au nqu e en Ia traduccion hemos I~antenido "prim era" para prate, es conveniente indicar que, pm los ~Je_mplos _dad~s ~~~· el P.ro~i~ Arist6teles, es mas probable que el ad· .) etJvo P~o:e s.Igmfique proxima" y no " primera". Para un uso similar de ezdenaz cf. A.n. J>_o~t. I 2, 7lb16 -19: "Ahora bien, si hay otro modo de C011?Cer CienhfiCamente (ep(stas thai) Jo dire mos mas tarde· P~.ro ahm·a afnmamo~ _que conocemos cientfficamente (eidenai) me: C~Iante una demostrac10n. Y llamo demostraci6n a! silogismo cientf· fico; lueg?, ~l amo cientffico a aquel silogismo segun el cual tenemos un COnOCimJento cientffico (epist{unetha) pore] solo hecho de po· seerlo ."
194b20: Si queremos con ocer cientfficamente !a physis, tendremos que buscar la p1·6te ait{a de la generaci6n y Ia corrupci6n es decir ]a cau~a d~l c~1:1bio flsic?. En ellibm anterior ha queclado ~entad o ~ue la ? 1~nc1a f1s~ca es pos1ble y que, consigu ientemente, el cambia es int~hgible, Begun se ha dicho, los principios de inteligibilidad del cam· b10 en general son ma~eria, forma y privaci6n. Los principios que den · cuenta d_e las generacwnes y corrupciones seran las causas pr6ximas que exphcaran el cambio ffsico. 194b23: La causa en este primer sentido es el "desde d6nde" 1 " cI es·de 1o cuaI " (ex h ou) • algo se genera. Esto nos recuerda lo clicho o e ac:rc~ del substrat~ en Phy.s. I. N6tese que la expresi6n con !a que Anstoteles caractenza Ia pnmera fo rm a de causalidad alude a lo qu e podemos eotender como materia en general, tal como se ]o define en M_etaph. VII 3, l02 9a20 : "Llamo ' materi a' a aq uello que por sf 110 se diCe como algo determinado, es clecir, ni como cantid acl ni como ninguna de las dem iis determinaciones con que se ha definido el ser." 180
Es este, creemos, el sentido fundamental que tiene Ia expresi6n to ex hou gigneta{ ti e nyparchontos, esto es, m ateri a en general. Sin embargo, cu ando Aristoteles pasa a los ejemplos !a referencia es a materias determinadas , como bronce y p lata. El bronce y Ia plata son, respectivamente, causa como materia de esta estatua y de esta copa. Pero Ia materia a la que antes se ha hecho refere ncia noes nada determinad o, no es un "esto"; de lo que se trata en este caso es de Ia ma· teria en general y no de una materia determinacla. (Cf. De an. II 1, 412a6-8: "Ciertam ente, llamarnos 'entidad' a un unico genero de en· tes; y a esta, en un primer se nti do , Ia entendem os como materia, es dec ir, como aquello que por sf mismo no es un 'esto '. ") La materia proxima (bronce, plata) es causa de lo generado, pero tambien lo son sus generos. Simplicia (In Phys. 310, 13ss.) interpreta tii gene como bronce o plata en general y no solo este bronce o es ta plata de este ente determinado. Podrfa pensarse que, a su vez, el genero de plata o bronce en generales " metal". Las cuatro forma s de causalidad son tambien tratadas en An. Post. II 11; en el pasaje 94a22, la causa material es definida como un antecedente que necesita un consecuente y, en este sentido, esta for· rna de cau salidad es causa cognoscendi. En efecto, las premisas son causas de la conclusion en el sentido de ex hou; esto mismo se afirma en Phys. 19 5a18-1 9. Berti (AD p. 324), a! comentar el pasaje de An. Post. II 11, indica que las cuatw fo rmas de causalidad tal como estan tratadas en Phys. no coinciden exactamente con lo dicho en An. Post., pues en Iugar de Ia causa m aterial se indica un tipo distinto de causa constituido por las premisas del sil ogismo. Admite, sin embargo, como algo posible demostrar que las premisas del silogismo estan en lugar de la causa matedal. Ciertamente, es ello posible y resulta curiosa que Berti no cite el pasaje de Phys. 195al 8-19 en el CjUe Arist6t eles, explfcitamente, dice que .las premisas son causas de Ia conclu sion en el sentido de la causa material. (Para el pap el de la cau · salidad en Ia l6gica aristotelica cf. Evans, M., "Causality and Explanation in the Logic of Aristotle" en Philosophy and Phenomenological Resem·ch XIX [19 59 ] 466-485 ..) Digamos por ultimo, que enPhys, se identifica Ia necesidad de Ia naturaleza con la causa material (cf. infra cap. 9 ). ' La necesidad de Ia naturalez a a la qu e se refiere Arist6teles es una necesidad hipotetica y son las condiciones necesarias que deben darse para que exista un ente determinado. Por ejemplo, para que exista Ia casa de ben darse ciertas condiciones, a saber, los ladrillos o piedras con los que se construye Ia casa. En el pasaj e de De gen. e t corr. 335a32ss. la causa material es presentada hac ienda espe· cia! referencia a uno de los sentidos en los que se entiende Ia m ateria: como potencia. "Asf pues -arguye Arist6teles- como materia es causa de las cosas sujetas a generacion lo que puede ser o no ser.
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En efecto, u nas cosas ex is ten por necesidad, vgr; las eternas; otras cosas no existen por necesidad" (De gen. et corr; loc. cit.). 194b26: Segun indica Ross (AR. PH. ad loc. ), Ia palabra parddeigma muestra que este texto pertenecer(a a una epoca temprana del pensamiento aristotelico, pues en textos posteriores, en los que se habrla superado el penodo platonico, ya no se encuentra este vocablo ligado a Ia forma. Sin embargo, en Metaph. I 9, 991a21 Arist6teles dice que Ia palabra paradeigma no puede referirse a las Ideas plat6nicas sino al efdos inmanente. Simplicia (In Phys. 310, 25) interpreta que Aristoteles emplea el vocablo para mostrar que Ia naturaleza actua aspirando a Ia forma y, en este sentido, Ia forma es un paradigma. La relacion de dos a uno es causa de Ia octava; esta es Ia causa proxima de Ia octava y su genero es numero, ya que Ia relacion de dos a uno es una relacion numerica especi'fica que entra en el genero numero. Las partes que entran en la definicion son el genero y la diferencia (cf. Simplicio,ln Phys. 314, 31). 194b29: El;ta tercera forma de causalidad es la que Ia tradici6n llam6 "causa eficiente". Arist6teles dice mas bien "causa motriz", i.e. principia u origen del movimiento. La causa motriz es externa y se encuentra separada de Ia producci6n, ya que si fuese inmanente a ella estana unida con Ia forma a un principia formal, El padre, sin embargo, no es solo causa motriz del hijo en el sentido descripto sino tam bien causa formal, ya que es el agente que transmite Ia forma (cf. De gen. an. I 18, 724a14ss. sobre el esperma del padre portador de Ia forma). Eh los entes en que no hay movimiento Ia causa formal noes causa motriz; en los entes en los que si' lo hay, en cambio, Ia causa motriz de una cosa es Ia forma que se encuentra presente en otro miembro de la misma especie. Como dice frecuentemente Arist6teles a! ejemplificar la generaci6n natural, "hombre engendra a hombre". Cf. tambh~n De an. II 4, 415a26-29: "En efecto, para todos los vivientes que son perfectos, esto es, los que no son incompletos ni tienen generaci6n espontanea, Ia mas natural de las funciones es producir otro (viviente) semejante a sf mismo. Un animal (produce) un ani~al, una planta una planta."
194b32: La cuarta forma de causalidad, el fin o 'el en vistas de lo cual' es estudiada por A rist6teles con especialrelaci6n a Ia naturaleza en los capi'tulos 8 y 9 de este libra. La finalidad ha sido frecuentemente presentada p.or los estudiosos como la causa suprem a respecto de las demas formas de causalidad. Asi', por ejemplo, A. Mansion (IPA p. 35) sostiene que "la explicaci6n finalista de Ia naturaleza, que es caracteri'stica de su fi'sica y Ia domin a por completo, se inspira 182
. .· llcita de Plat6n". During, por de modo inmedtat~, en Ia ~~~!n~: l::~uatro causas es, en cierto su parte, cl'ree ·~~edel~a ~~~s~ffa aristotelica del telos" (A p. 27 5 ). Sdm do, Ia rea 1zac1 . . 1 za supone haber supera o duda, Ia explicacion fi~al_lsta de !~.~~t~r~:obre {)l antecedente de Plael mecanicismo que Anstotel~s a n. y to de s~s 'interpretaciones de . ton-, a los pensadores antenores res?elc Wl'eland (TPT 141-160), tebargo como sena a . ' . 1 azar (ty' che) como un la naturaleza. sm em · Bevan a exp 11car e M sis como las de .a~swn raleza cu os orfgenes no pueden obstiiculo a la actlVldad de .la natu si bie/la finalidad tiene un pacomprenderse. ~ieland sostlenelaq~~'ica aristotelica, es, sin embargo, pel ciertamente Importante en A . t , teles se preg~nta cuantas causas solo una de las cuatro caus~s. ~~s o . mpero el hecho de que hahay ; no es de fundamenta\~~~mta~~:~ ~on las ~alabras de Wieland, ya cuatro formas de causa 1 a . o, n los ue hablamos de la causa. que haya cuatro modos o sentldos e l r:;ismo nivel que las demas La causa final parece estar, .ent~n~e:·:e las otras tres formas de caucausas; el hecho de. qu~- el fm prec_ls . esto sino que, por el contrasalidad para su reahz~cwn no cont~.ad.lcel demas causas (cf. Wieland . rio, muestra que el fm no es supenor a as TPT pp. 147ss.). f'nal como instrumento (o 194~35 : Aqui se distingue lo ~~= (~ ~~~~~6~), que seria la causa final medw) y lo que Jo es com.o o . del azamiento Ia purga o los . la ~btenci6n de la en sentido estricto. Par e]em~lo, el a g medicamentos son medias o mstrumentos para
m?-
salud.
d'~ de todos los modos mencionados, es de195a3: Las causas se. !<,en lt' I' ' d d de significaciones. Por tanto, . 1t ' . causa tJene mu lp !Cl a 1 . d' en·, e ermmo 'lt' 1 s causas pero como om Ide una misma cosa puede haber mu ~~.~ n cuatro ~rincipios difeca Wieland (TPT p. 147), ellas no.cdonsd'lfu~eentes en los que hablamos . - b' cuatro senti os 1 er d' 'd · - n que se haga de los 1srentes smo, mas 1en, eracw . de de la cons1 de causa. y est.o d epen . d d l s cuales es posible estudlar . t untos de v1sta es e o . · tmtos aspec os o p . h blarii de causa matenal, Sl a el objeto: si ~e atiende a su mat~rl~,;e de ~rist6teles, la estatuaria su forma de causa formal. En e eJe p rrtaterial Esto da . 1 t t y el bronce su causa . . es causa motnz de a es a ua (como el trabaJO Y b'- de causas rec1proca 8 t 1 Iugar a que se hab e ·am ten . ( o el piloto que cuansa de contranos com , el vigor) o de lo que es cau . d" . , de la nave y cuando esta predo esta a usente es· causa de la per !CIOn sente es causa de su salvaci6n). odo un resumen de lo cli. 19 Sal5: En este pasaje que es, en ctertto .~\ b J:O el genero unico ex • cho, se pone a 1a causa f.ormal . y ma . ena, k a'menan y (ii) to- t I' en hoft. Este ex h oft es de dos t Jpos: (z) hypo ez
1:
183
efnai. Ross
ad Zoe.) remite al pasaje Metaph. 1070b22 en el que materia y forma son llamados enyparchonta a!tia, es decir, son (AR. PH.
causas inmanentes. Por otra parte, las letras son los elementos de las silabas por ser las unidades m:fnimas en que .p uede dividirse una sflaba. El todo (to holon) es aqu:f la totalidad formal, noel compuesto o to do concreto como en Phys. I 1; el to do es lo que hace de las partes un todo y, en este sentido, holon es sin6nimo de forma. Algo similar ocurre con synthesis, composici6n. Las partes constituyen el todo por composici6n, lo cual debe entenderse como lo que informa Ia materia ( cf. Simplicia, In Phys. 320,1ss. ). 195a21: Estos son los ejemplos de causa motriz y, como sefiala Sim· plicio (In Phys. 321, 3ss. ), el que tom a una decision es principia del movimiento sin intervenir en la obra por sf mismo; el medico, en cambio, interviene en su obra. La simiente, por ultimo, estii a mitad de camino entre la causa motriz y material, ya que da origen a lo· producci6n por su propia transformaci6n. La causa motriz propiamente dicha debe ser externa al objeto producido. En la lfnea 23 -arguye Ross- se mejora el sentido si se omiten las palabras e kineseas con E 1 MVS . El mismo Ross atetiza estas palabras en su edici6n del texto griego de 1950 (Oxford Classical Texts), cosa que no habfa hecho en el texto de Ia primera edici6n comentada de 1936. Las palabras mencionadas son, basta cierto punto, superfluas y, probablemente sean una glosa supuestamente requerida por la presencia de stilseos. En efecto, ambos vocablos suelen ir juntos pero, de todos modos, aqui no serfa preciso reponer kineseos, pues ya se ha dicho metaboles, termino que en este pasaje puede interpretarse como si· n6nimo de kineseos. 195a23: El fin es aquello en vistas de lo cual se hace lo demas; Ia finalidad es, entonces, el bien a! cual aspiran las casas porque aquello para lo cual algo se hace es lo mejor (cf. Metaph. I 2, 982b4ss.: "La mas elevada entre las ciencias, la que en mayor medida debe gober· nar sobre las que de ella dependen, es Ia ciencia que conoce aquello en vistas de lo cual debe hacerse cada cosa. Y el fin es el bien de cada cosa y, en general, (el bien) supremo o mejor en la naturaleza toda "). Aqui aparece la distinci6n aristotelica de los dos significados de telos: (i) el fin particular (tagathon hekcistou) y (ii) el fin general o universal (to ill'iston en tei physei pcisei). A proposito de esta cuesti6n cf. supm el pasaje 194a35-36 y nuestro comentario ad loc. 19 5a25 : Hamelin (A P p. 93) cita el pasaje de De an. III 10, 433a27 donde Arist6teles afirma que lo que causa m ovimiento es siempre el objeto deseable, que es lo bu eno o lo que se pr esenta como bu eno. "Sin embar go -agrega Arist6teles-, no t odo lo bueno sino lo bueno 1 84
. lo ue tam bien puede. ser de otro mo d o " . realizable; y lo reahzable :~'b' q" "bien aparente" son dos tipos de Hamelin sugiere que aqlll 'd len Y t atamiento aniilogo al que se ha ) E . 1 en este sentl o, es un r t .·z (cf supra 195a21ss. . n causa f ma Y, t de la causa mo r 1 · hecho antes respec. o . , . el enitivo plural cillon no retomand~ a las lfneas 24 y 2? mterpr;to u!no ue presupone y requiere el fm. las otras causas smo a _to odaq {48 (cf Top. 116b22ss.). Sigo en este punto a Wlelan TPT p. .
f' 1 causas mencionadas que, 195a26: Lo dicho hasta aqu:f s~ r~ Jere ~e a~ichas o determinadas (cf. en definitiva, son las causasl~ora~e7as causas (tr6poi) estiin vincuinfra 196b24·28). Las m_oda 1 es 'nedeterminadas; son subdivisiones de las cuatro formas de cauladas con las causas accldenta es ~ 1 . que pueden hacerse dentro de ca a una salidad distinguidas. t. t rior y posterior ya se ha . 195a29: La dife~·encia ex1ste~t~a~a~ed:~aecausa material al comien· adelantado, en cJerto m?do, lo de Arist6teles medico y artesano son zo del capitulo. En el e]emp 1 motriz proxima de la salud es ambos causa de la salud; pero a causa el medico y la causa remota ~1 artesanotiene es causa de los particulaPero a su vez, dado que o que con de medico pues aquel es res contenidos en ello, artets~tno. esXcl'satuesnate entre tii p~riechonta y tii . • • te La an 1 es1s e • mas amp110 qu~ esl . t t la antftesis genero-especie como la antihath' hekaston me uye an tesis especie-individuo (cf. Ross. AR. PH. ad loc. ).
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• mas l'Opiamente se habla de las 195a32: Este es el pasa]e en el qu~ • P. a de estatua es escultor; , L causa motnz prox1m causas acCJdenta1es. a l t nces el es causa de estatua, pero (i) si Policleto es el escu tor,len olt res Policleto Pero es ac• . 'd nte ya que e escu o · aunque solo por accl e ' p r 1 t (ii) Policleto ademas, es hom. ue se e~cuentra iriclu1da cidental que el escultor sea o lC e o. "h bre" es una espec1e q bre; y, a su vez, om b , " 1'mal" son causa de esta· • " · 1" Asf ' "hom re o an en el genera amma : , . . dad de ser culto o blanco, tua. (iii) Luego, si Pohcleto tiene 1a prople . un hombre bl!_tnco o culto sera causa de estatua. . . 1 cto tam bien se aplica al pro19 Sb3: La doctrina de la potencJa y e :-las or sf y las accidentablema de Ia causalidad: t odas las causae dpe construir una casa es ·a 0 en acto . ausa · • t les- pueden ser en P? encl . ) bien un constructor que esta el constructor (causa en potenCJa o realiza,ndo la acci6n de construir (causa en acto).
. de u e la materia sea des195b7 : En este pasaje es cunoso el hecho q .. decir aquf que el · t, t 1 parece querer cripta como un efecto. Arls o e es . l b ·once o en general, el escultor produce este br once det.ermmac o, r ,
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material adecuado para la obra Cf . . se distinguen las artes que . >d . sura 194a_33ss., locus en el que prop6sitos de las que Ia pl·opdro uc~n a _matena adecuandola a sus . ucen sm mas Esta es I . . e 1mphcio (In Phys. 3 ) C · ., a mterpretaci6n 24 22 8 d S commentary al pasaje paraleio de AR. MET. su
~~ta;h.t~~~~:~:oss
19Sbl0: Es posible combinar las causas or .tales, asf como los efectos or si l P_ SI y las causas acciden· puede ser Policleto o el esdult PY l~slaccidentales. Causa de estatua h d' h or o IC eto La caus . f , a IC o antes, es escultor y p r l t . a por s 'segun se tal de escultor. Las mod;lid do Icde oles una determinacion acciden· a es e as causas s · pero segun sean en potenc 1'a o en acto see t' don seis en numero ' causa de estatua es (i) escultor (i') 1 - n Ien en en dos sentidos: tesano. (iii) Policleto que es c' z e g?dnero de escultor, esto es, ar· . · )h • ausa acc1 ental res t d . pee o e escultor; ( zv ombre, genera en el cual se inclu e d y. Pohcleto. (v) Es elresultado de la combinaci6n de (i) y ( "') . m, es ec1r Iacomb' ·con Pohcleto· asf podemos d . ' ' macwn de escultor Policleto"; (vt) es Ia com bin e~~r qdue c~usa de estatua es "el escultor aciOn e (u) con (iv) ,t causa d e estatua es tambit~n "h om bre .artesano . ". 'Y asl enemas que
19 Sb 16: Este pasaje presenta cierta o . cho que lo particular y lo scundad, ya que antes se ha disal) son casas distintas, as:f ~:~~~mprende ~ l~ particular (el univertencial. En este texto se sug' on cosas distmtas lo actual y lo po· · Iere que lo particular 1 mismo; Ross resuelve el problem d' . d y o actual son lo ope t' . , a ICien o que el un' l 'I ra IVO Sl esta realizado en los articul !Versa so o es sa no es "el artesano" sino "est p t ares. El que produce una ca· ya se ha visto, en el artesano :l~~c~;:~o determina.do."; p~ro, como. tructor del constructor que e pt, podemos distmgun· el conss a construyendo E t . - , qmza mas em-recto tomar h , d h . , . ,n es .e contexto es ta construyenclo" En esta ~ _ozkodomon, esto es, "este que es· Jar y lo actual, ya ~ue expresa ~~esi~t~' eln efecto, se refine lo particu· Pal ICU ar en acto.
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195b21 : Como lo indican l . Ross AR. PH. ad loc . Ha 1~ mayor parte de los comentadores (cf . ·• me m AP p 98· F'l · 22 y Simplicia, In Phys. 326 17-21. .' I opon,lnPhys. 258,16preguntar por que construye 'el homb;m~n comenta: "En efecto, al es constTUctor. Pero ·por , e "e nos responde que porque t · ' & que es constructo ·'} p 1 rmr. y ei;. estos ejemplos se det" I . r. or e arte de consIene a mvestigaci6n del porque. Por eso (Arist6teles) tam bien 11 ton), porque cuando nos re~o~:a esta ~ausa la mas elevada (akr6taya que la causa mas important mos asta ella allf nos detenemos truir ") to alu·otaton ,•t· e de la construcci6n es el arte de cons: ..,l zon no es aquf la ca ' It' ser en Metaph 1003a26 El . usa u lma como puede carlo: el homb;·e constru};e ~m~emplo de Arist6teles asf parece .indi. . casa porque es constructor ·, canstrue- . ·
tor, entonces, es causa de casa pero no es Ia causa primer a. La cau sa primera de casa es aquella en virtud de la cual el constructor es capaz de construir y ella es el arte de construir. (Para una discusion mas completa de este pasaje cf. la extensa nota de Ham elin al texto en AP,
pp . 98 -10 5.)
19Sb25: Debe notarse aquf que estas distinciones son solo conceptuales y relativas; un efecto entendido como genera (i.e. como un universal) hay que relacionarlo con una causa tomacla como genero. Esto mismo se aplica a los efectos potenciales respecto de las causas potenciales. En el ejemplo de Arist6teles, escultor en general es causa de estatua en general, pero este escultor determinado es causa de esta estatua determinada. Capitulo IV
19Sb31: Este capitulo se abre con la habitual referencia a lo que la opinion general cree respecto del tema a tratar. Arist6teles examina· ra lo que se dice (legetai) respecto del azar ( tyche) y lo espontaneo o mecanico (to automaton). Una vez que se han hecho las distinciones necesarias sobre las causas propiamente dichas o, como se dira · mas adelante (cf. 196a24ss. ), sobre las causas determinadas. habra que indagar ahora en que sentido el azar y la espontaneidad se encuentran entre las causas mencionadas. La opinion general sostiene, por un lado, que tyche y automaton son causas y que hay multiplicidad de efectos que se producen por acci6n del azar y Ia espontaneidad. Hay otros que, por el contrario, dudan de la existencia del azar y la espontaneidacl, ya que todo debe producirse como efecto de una causa determinada . Ante esta alternativa Arist6teles plan tea el hecho previo de examinar si azar y espontaneidad son la misma cosa o bien algo diferente, es decir, sera necesario definir que es azar y que espontaneidad.
195b36: Simplicia (In Phys. 330, 14) atribuye la negaci6n de la existencia 'del azar mencionada por Arist6teles a Dem6crito, pues, aurique en su Cosmoiogia parece valerse del azar, en los problemas particulares lo deja de lado. Cf. tam bien Leucipo B 1: "Nada se produce en vano sino que todo se da por raz6n y necesidad ".
196a3: En el ejemplo del mercado adelanta Arist6te1es su propia opinion acerca de la tyche . Los efectos que, aparentemente, poclr1an considerarse intencionales pero que no son premeditados son los que suelen atribuhse al azar. El prop6s1to primario de quien vaal mercado no es, en el ejemplo, encontrarse con e1 deudor sino rea1izar negocios. Sin embargo , encontrar al deudor tam bien estaba entre los pro· 187
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trario, nuestra observaci6n nos dice que los cuerpos celestes son lo mas estable y no sufren cambia alguno, excepto su traslaci6n circu· Jar. Precisamente, por ser los cuerpos celestes inmutables, sirven co· mo puntos de referenda para medir el tiempo objetivo (cf. Phys. IV
p6sitos de quien va al mercado au con su deudor. La tesis de Arist6te~e~uando no esperara encontrarse azar haya ausencia de causa sino , ~arece ser que no es que en el t~rminada; en el caso pecullar del~::rb!en, ausenci.a de una causa devmcule directamente con el resultado dhay ausenc!a de un fin que se deudor estaba entre los pro , 't d 1 el hecho. El encuentro con el 't pos1 os e acreedor Sl o secundario, no primario. Todo lo per? c~mo un prop6· componente accidental ya que es apo tyches tiene un ido al mercado para c~brar ~~ed::e caso de q~e ~1 aCi·eedor hubiese t ro y, constgmentemente, encon· trarse con su deudor el enc plo se retoma y desar~olla ~~: ~~ ~~6~a3b3rfa ss . sido por azar. El ejem·
14, 223b12ss.). 196b5 : La teoria de la tyche como una causa oscura al entendimien· to humano es atribuida a Democrito por Diels-Kranz (DK, II, 68A70). Ross (AR. PH. ad loc.) sostiene que puede referirse a Anaxagoras o bien, como lo sugieren Temistio y Simplicia, al culto popular de Ty· che, la diosa fortuna (cf. Simplicio, In Phys., 333, 2-9: "Pero, en cuanto a que es (el azar), no pueden dech- que el es algo oscuro al en· tendimiento humano al considerar que es algo divino y dem6nico y que, por esa raz6n, excede al conocimiento humano, tal como pare· cen decir los estoicos. Y dado que muchos son de esta opinion, resul· ta evidente que por rendir culto ala Fortuna como a una diosa tam· bien le levantan templos y le cantan him nos. Y al parecer la opinion relativa a la Fortuna como algo divino se encontraba ya entre los Helenos y es anterior a Arist6teles. ") Cf. tam bien Plat6n, Leyes 709b (pasaje citado tam bien por Simplicia): "el dios es todo y con el dios, Tyche (Fortuna) y Kair6s (Oportunidad) pilotean todas las cosas humanas ". Al final del capitulo, luego de pasar revista a la opinion de los antiguos, Aristoteles vuelve a anunciar, como al comienzo del texto, cual ha de ser ]a tarea de la presente investigaci6n; habra que examinar que es azar y que espontaneidad, si son lo mismo o algo eli· ferente, y c6mo se encuentran entre las causas determinadas.
pra en 196a1·7 y que se remontquelmega el ~zar es el mencionado su· .196a14 : El antiguo argumento
. a a os atomtstas.
196a15 : Todos los antiguos hablan casas que se producen por az . del azar, pues sostienen que hay t6teles, no se encuentra entrare lpero no otras. El azar, arguye Aris· co as cosas que los t' mo causas: amor-odio intel t f an Iguos postulan teles el hecho parad6jic~ res' dec o, uego, etc. A los ojos de Arist6· que hay cosas que son efect~se de~ que.' por un lado, suele afirmarse por oh·o lado, no se consider ~ azai o de la espontaneidad pero gun Arist6teles, algunas vecesa az:: una causa. Asf, se: azar pero luego se lo de]'a d 1 d p sadores anhguos se valen del · ra t'JVa. L a referencia a Em e, da o Y no se le da mnguna facultad ope· corr. 334a1ss. pe oc1es es B 53; cf. tambien De gen. et.
l~s
verdad~ra
196a24·. Sin dud a, qmenes · ponen com
Capitulo V
todos los mundos ala espo. nt 'd d o causa de este universe y de h ane1 a son los t · se ace .tam bien en De part. an. 641bl5-23 a omJst~s. La referencia . . Esta af!rmaci6n resulta contradJCtoria para Arist't 1 0 e es, pues al t1em a;guye que las plantas y los animales no po .que se Ia formula se . son m se generan por azar smo que Ia causa es la naturale teles, por su parte considera q~a, ~1 m:electo o algo similru'. Arist6· 5·7) y que hay un' unico mund Je(~ u~JVerso es limitado (De Caelo I a generacion y' consecuenteme o t e _aelo I 8-9) que no esta sujeto 12). En De Caelo II 1 284 2.1 n e, es mcorruptible (De Caelo I 10· s~bre Ia ?atmaleza y c~mpo:icl~s~ ~:ldes~arta la teorfa del torbe!lino dme o dmos cf. Empedocles B s~ D um;er.so. Para la doctrina de Ia 0 Y emocnto B 164 y 167 . 196a33: Hay algunos que tamb"' . sible_s mas divinas (i e los t !)en afnman que el cielo y las cosas vi· . . . . as ros se generan p vamente aqui se pone de 'f or espontaneidad. Nu esemejante afirmaci6n resul:a:~:s!o la contradicci6n pero ademas en el cielo no hay nada que se porqu e ,_en efecto, vemos que geneie espontaneam ente · Po.I e1 con· . ·
an~
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196b1 0: Los procesos de la natmaleza son, fundamentalmente, de dos tipos : (i) los que siempre se producen del mismo modo y (ii) los que solo se producen del mismo modo la mayor parte de las veces. Begun Arist6teles, ni el azar ni l o que se 1e atribuye puede entenderse como causa de ninguna de estas dos casas: ni de lo que necesaria· mente y siempre es ni de lo que es en la mayor parte de los casos. Esta misma distinci6n se encuentra casi textuahnente en Metaph. V1 2, 1026b27ss. : "Pues bien, dado que entre los entes hay algunos que son siempre del mismo modo, es decu:, por necesidad -pero nola ne· cesidad entendida como violencia sino aquella ala que nos referimos como lo que no puede ser de otro modo-, y como hay otros entes que no son pOT necesidad ni siempre sino en la mayor parte de los casos (hos epi to poly), este es el principio y esta la causa de la e:x:is· tencia del accidente . En efecto, afirmamos que aquello que no es siempre ni en la mayor parte de los casas es el accidente." (Cf. tam· bien Top. 11 6, 112b lss . ; De Caelo I 12, 283a3 2ss . y De gen. et COJT. 1 89
11, 337b2ss.). Lo que es "en la mayor parte de los casas o bien la mayor parte del tiempo" no expresa una conexion necesaria entre sujeto y predicado y asi da Iugar a una proposicion probable que se funda en la opinion comfm. Cf. Rhet., I 2, 1357a27-1357b1 y el comentario a] pasaje de M. Mignucci (AI'istotele: Gli Analitici himi trad. introduzione e commento eli Mario Mignucci Napoli 1969, A. ' 1es arguye que hay casas que se generan ' p. 7 .~?1) ... nstote a! 'margen' de (t) Y (zz) y, como todos afirman que dichas cosas son por azar, entonces azar y espontaneidad deben tener alg(m modo de existencia. .Azar y espontaneidad -que aqui todavfa parecen ser terminos equivalentes- son sucesos rru:os e inusuales que no pueden ser clasifica· dos dentro de lo que es siempre (lo necesario) ni dentro de lo que es en la mayor parte de los casos. II
196b17: El argumento de Arist6teles en Jo que sigue p1·esenta Ia siguiente secuencia: e_ntre las cosas sujetas a generaci6n hay (i) algunas que se generan en VIstas a un fin y hay otras (ii) que no. En (i) hay cosas que se producen por elecci6n (katd proairesin) pero no otras. Sin embargo, ambas cosas (i.e lo que se produce por elecci6n y Io que no se produce por elecci6n) se encuentran entre lo que es en vistas a un fin. Como consecuencia de lo dicho, se sigue que no solo en lo que se da al margen de la necesidad sino tam bien en lo que se da a1 margen de lo que se produce en la mayor parte de los casos hay cosas respecto de las cuales hay finalidad. Las cosas sujetas a generaci6n, segun Jo ha dicho al comienzo del capitulo, se dividen en necesarias, frecuentes y raras o excepcionales. Estas ultimas, que son hec"l10s que no siempre se producen del mismo modo ni se producen del mismo modo con fre· cuencia, son los hechos qUe comunmente se atribuyen al azar. Pero ademas, los hechos pueden dividirse en sucesos que comportan finalidad Y sucesos que no comportan finalidad. Por lo que dice Al"ist6teles en 196bl9-21 parece inferirse que los hechos atl"ibuidos a] azar los hechos raros o excepcionales, son en vistas a un fin ( cf. tam bien 196 b29· 19 7a lss. ). En la Hnea 19 de 196 b se dice "am has casas se en~uentran entre lo que es en vistas a un fin" (ampho d' en tof's henelw tou). {.Que retoma la palabra ampho? En nuestra traduccion retoma Jo inmediata· mente anterior, esto es, las cosas que son por elecc i6n y las que nolo son. A prop6sito de esta frase se han suscitado algunos problemas, ya que se suele ver una contradicci6n entre esto y lo que sigue en el argumento. Constantine Georgiadis, por ejemplo, ha sostenido que Ja frase ampho d' en tots heneka tou tal como aparece en la linea 19 mencionada es redundante y propane una enmienda a! texio (cf. "Fal!aciu s Reasoning in Ari~totle'sPhysics B 5, 19 6b1 9·21? An Emendation" en Here mes cvn (1979), 253-25 5 ). Segun Georgiadis, despu es que se ha dicho q~1~ los acontecim ientos que tiene nun prop6sito (purposive events) se dJviden en aquello que se cia por elec ci6n y aquello que no se da por 190
eleccion, parece inlitil que Arist6teles sefiale que este tipo de hechos se encuentre entre las casas que tienen un prop6sito (art. cit . p. 253). Georgiadis encuentra una contra~icci6n entre ;a frase "a~bas_cosas se encuentran entre lo que es en v1stas a un fin y lo que s1gue mmediatamente en el texto: "Resulta evidente, entonces, que tambien en las cosas que se clan al margen de la necesidad y de lo que es en la mayor parte de los casas hay algunos hechos respecto de los :uale~ puede darse Ia finalidad ." La enmienda propuesta es leer en tozs apo tyches en vez de en tofs heneka tou en Ia lfnea 19. La tesis de Aris· t6teles es, segun Georgiadis, que los hechos que tienen un prop6sito se encuentran entre las cosas que suceden apo tyches (art. cit. p. 254). Segun este interprete, la formula en tofs henella t~u _r_eemplaz6 a en to fs tyches cuando algun aristotelico tern prano advn·t10 una anomalfa en Ia "frase original" ampho d' en tofs apo tyches, por haber interpretaclo la secci6n 196bl 7-19 en el senti do de que lo kata proa£resin y lo ou kata proa£resim son subdivisiones de lo to apo tyches. Creo sugestiva Ia sugerencia de Georgiadis pero demasiado aven· tmacla · mas aun cuando se habla de "frase original" y se cm-rige un tex· to sin ~tender a Ja lectma de los codices. Por esa raz6n y porIa interpre· taci6n dada al pasaje mantengo Ia lectura de Ross.
196b21: Comportan finalidad (i) las cosas que podrfan realizarse por un prop6sito o pensamiento practico, esto es, un pensamiento en vistas de Ia acci6n (dianoia) y (ii) las cosas que son por naturaleza. La finalidad de Ia naturaleza sera especialmente estudiada en los capftulos 8 y 9 ·de este libra . Interpreto el vocablo dianoia como "prop6s ito" y no "pensamiento" (Hamelin, AP, p. 17; Chari· to n, Ar. Ph., p. 34, y Ross, Ar. Ph., p. 519). Seg(m Ross (Ar. Ph. p. 518), proaz'resis· y dianoia (en 196bl8 y 2~) son sin6nim,os ,Y la~ casas que no so n por elecci6n cleben ser exp!Jcadas como ta d apo physeos, es decir, las casas que son por natur::l ltza. La presencia del verho pratto parece indicar que didnoia es prop6sito o bien "pensa· miento para la acci6n" y no "pensamiento" sin mas.
196b23: Las ~osas que se producen de un modo accidental son atribuidas al azar. Aqui se introduce un aspecto fundamental para expli· car lo que es efecto de Ia tyche y lo au t6maton: el accidente. Lo accidental esta siempre ligado .a lo azaroso y eso es lo que hace que hablemos del azar como una forma de causalidad indeterminada. Las formas de causaliclad cleterminacla han sido estudiadas en el capftulo anterior y son l a materia, Ia forma, el motor y el fin. En Metaph. v 30 se examinan los eli versos significados de acc id ente: (i) accidente es aquello que corresponcle a una cosa pero no puede ser afirmaclo como a1go vercladero del oh jeto, ni necesariamente ni en Ia mayor Hll
parte de los casos. Por ejemplo, si uno hace un pozo para poner una planta y encuentra un tesoro. Una cosa nose sigue de otra necesariamente ni ocurre que, en la mayor parte de los casos, el que hace un pozo encuentra un tesoro (1025a14-19). (ii) Musico podrfa tam bien ser blanco; pero, dado que ni necesariamente ni en la mayor parte de los casos ocurre esto, decimos que este hecho es accidental. De lo dicho -arguye Arist6teles-, se sigue que e1 accidente sera una causa indetenninada, es decir, azarosa (to tych6n) (cf. Metaph. VI 2-3). Es por accidente que uno llega a Egina si no se parte con el prop6sito de llegru· allf (ei me did touto aphiketo hopos eke{ elthei (Metaph. 1025 a24-27). Si se llega a Egina por acci6n de una tempestad ode los piratas que han tornado la nave, resulta accidental el arribo a ese luga~. En este caso, el accidente no se produce por sf mismo sino por otro (1025a27 -29 ). En lo accidental o azru·oso no hay ausencia de causa sino solo ausencia de causa determinada. Lo acCidental es indeterminado porque infinidad de casas podrfa atribuirse accidentalmente a un hecho. En el pasaje de Phys. que nos ocupa Arist6teles introduce la distinci6n existente entre causa por sf y causa accidental mediante una analogfa con el argumento de la distinci6n entre ser por sf y ser por accidente. Causas por s:f son las causas propiamente dichas que tienen relaci6n directa con la producci6n del objeto; causas accidentales son las propiedades que tendra ese objeto. En el ejemplo de Arist6teles, causa por sf de casa es el constructor y causa accidental es blanco o musico. Sin embargo, como ru·guye Hamelin(AP, p. 118), la asimilaci6n que establece Arist6teles entre el azar y las causas accidentales tal como se entienden aquf parece ser inexacta. Un efecto del azar no supone una causa por sf y otras causas que se refieren a ella como sus accidentes.
196b29: Los efectos del azar y la espontaneidad se producen cuando en las cosas generadas en vistas a un fin se da un hecho accidental. Aquf todavfa se estan empleando los vocablos tyche y automaton como sin6nimos; Ia distinci6n entre ambos terminos se hace al comienzo de Phys. n 6 ( 197a35-197b ). Arist6teles quiere dejar en clara que tanto azar como espontaneidad son en vistas a un fin y vuelve a repetir el ejemplo del mercado agregando algunos detalles que antes no se habfan mencionado: si 1,mo hubiese sabido el momenta en que su deudor obtendrfa un pago, habrfa podido ir al mercado pan cobrar su dinero. Pero el acreedor no fue al mercado con ese prop6sito sino que resu1t6 ser o se dio el caso de que fuera al mercado y obtuviera su dinero. Esto no se produjo porque fuera con mucha frecuencia al mercado ni por necesidad: el cobra del dinero no estaba entre sus fines primm:ios. El azar com porta asf un importante componente teleol6gico y es posible pm·que diferentes conexiones teleol6gicas independientes pued en coincidir y porque una teleologfa "como si"
. .d ·a (Cf Wieland, TPT P· t ' s de tal comet enct · · k · puede establecerse a rav~ . t - lwmisasthai hene a SJ146). En la linea 35 supnmo las palabyas a~a~ras en el texto, poiesai guiendo a Bonitz. Si mantenem_os es~as _Pf. "obtener el dinero" (cf. . ·r·tear " ve nir"·• SJ no stgnt tea . en este segun do sentoUto debe stgm ad loc. ). Interpreto Ja sentencta Ross, AR . PH ., tido. . . meditadamenle Y con el Si el acreedor hu biese ido al mercado prhe b.- mos dicho que este d" . no a na · prop6sito primario de cobrar su meio, f t del azar hay tamhien ues en los e ec os · hecho se prodU]O por azar, P se define como una un componente ace!"d en t·a1· El azar ' entonces, uentra entre las cof ·t "to) que se enc n vistas a un fin. Esa causa accidental (pues es a1go or UJ • _ . · 1 t por eleccwn son . 0 sas que intenctona men e . te El azar y Ja a·. wnoza, finalidad la entendemos en el sentido ~escrtplo~ismo objeto, ya que . t o Practico ' tlenen e . u' nico capaz de h acer el prop6sito o pensamten ·- El hombre es e1 sin prop6sito no hay eleccwn. algo por azar (cf. infra 197b5-8). d 1 efectos del azar deben 197a8: Las causas de las cuales depen en. o~ terminado y puede reser indeterminadas. Por eso el azar e\~~~~~6)~ Debemos admitir 1~ sultar oscuro al hombre (cf. supra . ue se genera por ace!1 genere por azar, ya q posibibdad de que a go se "dental· sin embargo, en . t e, es una. causa. acct ' d dente. El azar, ctertamen . 1 azar no es causa e sentido absoluto (haplOs), en r,entl(:lo pw?t~, :erminadas porque son nada. Las causas de un hecho azaros~ so~e~~J:a imposible determinar . y que no puede hacerlo infinitas en numero y, por esa razon,. 1 parttcu ro:l 'gora puede desear ver que puede conducir a un resultado C do uno va a a ' (cf. Ross. AR. PH. ad loc. ) . uan_defenderse; el azar noes causa un espectaculo, hacer una acusacwn.? . d no es causa por si. El a determma a, de nada porque no es una .j::aus . . d pues es una causa acn senttdo denva 0 • azar es causa, pero causa e cidenta1. l que esta parcilogon, pues 197a18· Debemos decir que e1 azar es_a gol que siempre es o a Jo . d El 1' s se aphca a o es algo indetermina o. ogo como sabemos, el azar seeny, . . lgo ajeno a lo regular q ue es en la may, or parte de. losdecasos sel a cosas poi cuentra al margen d e est e t tpo o constante. cidentales remotas y pr6xi197a21: Para la distinci6n entre causas ac mas cf. sttpl'a 195blss. . . . _. . mplitud de stgmft1 . de mamftesto a a 197a2S: En este pasa]e se pone . "f . azar 0 bien fortuna o cado de ]a palabra tyc. he que puede stgm ltcaractos humanos. Por eso . espe cialmente a 051 for tuna cuan do e1 b"te n sueyte cuando se la ap ltea I I · dice Arist6teles que se' habla de buena o rna a
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~ e.J ~a! resultante adquiere ciert . . a ImportancJa. Asf estar a punt d I ecibn· un gran mal d oungranb· ' o e na o o afortu nado. Ien es, respectivamente, ser desafortul97a30: Es correcto f·' I a ll'mar qu I b que a fortuna ( o azar) e I .e a uena fortuna es inconstante ya de que !a tyche no se da ss~~ I.nco~stante. Esto se infiere del he~ho Azar y espontaneidad son c pre 111 ~n !a mayor parte de los casos. fenera en sentido absoluto :~sas accidentales en aquello q\le no se o que siempre es ni en] p que no son causas por sf ni se dan en que admitir, empero qu: que es en !a mayor parte de los casos Hay y esto se hace mas e~iden:zar y espontaneidad son en vistas a ~n fin da en el ambito exclusivam:n~n ~I caso particular de Ia tyche, pues se e umano (cf. Infra 197blss.). Capftulo VI 197a36: El capftul . 196b31 o comienza con I d' . . , . ·32) entre azar es . a Istmcwn anunciada antes (cf. cie respecto de Ia espo:tan P.~n~aneidad. El azar resulta ser una espe· ~s por espontaneidad pero 1:1. a ' pues todo lo que es efecto del azar el azar se halla vinculado c m~er~a noes COI'recta. Lo que es efecto tanto, con la accion (praxis ~~ a uena fortuna (eutych(a) y, por lo do a _lo practico; si el azar ~~rte~zar se encuentra estrechamente ligatych~a y si esta es lo m. ece a las cosas que pueden tener euella, el azar sera algo pr~~~1o dqu~ Ia felicidad o bien esta proxima a que la felicidad (eudaz'm ?) e o que puede ejercer una prdxis ya en f onza es un · • e ecto, es una euprax (a t a especie de prdx is. La felicidad c.:uentra bien. De este mod e~ o es, un estado en el que uno se en: en est: pasaje; Aristoteles e~t' emos ~raducido el vocablo eupraxia e.xpresion eu prdttein ("est . a recurnendo aquf al significado de !a J~Icad.o de euprax(a en este ~::t:ncontrat·se bien") y este es el signi· . Lo que n? puecle actuar no p.uede aceJ,_nada por aza.r; de a uf los nmos pequeiios no q I que las cosas manimadas las bestJ'as y · puecenh ' ' capacJclad de elegir (proaz're . acer nada por azar, pues no tienen (cf. ~up.ra 197 a8 ), no hay el sz~~· E~ efecto, como se ha dicho antes 0 SJg;nendo la lfnea inte/~~~ ~ sm un P.rop6sito (d ianoia). · p. 14 tss.) y por lo d' I lp . ativa sugerJda por W. Wieland (TPT IC 1o 1asta el · · • que resulta del azar son h h - momen to ;· t an to el azar como lo ~1 .p:·oblem a resid e en con~~d os .que s: ~roduc e n en vi stas de un fin. Iefmenclo cuando clecim I era! a que t ipo de finalidad nos es tamos n en tes teleqlogico s. J G ols qu e en los proc esos de azar hay comJ)O· el caso d 1 . · · ,ennox (c f AO C ~3 ·· · . e azar nose t rata de r . p . .J ) ha argurclo que en Wiela~cl , por su p arte, en tienc esu lta cl os estr ictamente tel eol 6gicos; un ~ fmali dad als o b. Si est o l:squ_e _e n lo s procesos te leo1 6gicos hay . Ci eJ t. IJ , agrega Lennox, Ari st 6 teles 191
no creerfa que los fines son realmente causas sino que los procesos naturales unicamente ocurren como si fuesen fines dirigidos. Tal como nosotros entendemos el problema, n o hay en Aristoteles una intencion manifiesta por contrastar los procesos azarosos con aquel1os procesos que en Ia naturaleza tienen un verdadero caracter teleologico. Los procesos que atribuimos al azar pueden ser fines als ob (en los terminos de Wieland) porque el1os no involucran fines primarios sino solo fines secundarios . A nuestro juicio, resulta de fundamental importancia conectar esto ultimo con el pasaje de Phys. 197bl-8 donde se arguye que Ia tyche se encuentra vinculada con los hechos practicos, lo cual determina que sea algo exclusivamente humano. No ocurre lo mismo, en cambio, con lo espontaneo, que puede aplicarse tam bien a cos as inanimadas ( cf. infra 197b16-1 7 ). Aun cuando admitimos que en los procesos de azar no hay una uerdadera teleolo· gz'a (en el senticlo en el que emplea esta expresi6n J. Lennox, i.e. procesos teleol6gicos no accidentales), sin embargo, creemos que en lo azaroso hay un importante componente teleol6gico. Es posible infe· rir esto del hecho de que el azar es algo exclusivo del ambito humano y, aunque el azar es caracterizado como una causa accidental, no por el1o deja de tener importancia en los procesos teleol6gicos. Como me ha hecho notar J. Lennox, hay que distinguir (i) la causa de un hecho o proceso, (ii) el hecho o proceso y (iii) el resultado del proceso y Ia relaci6n entre (i), (ii) y (iii). En el caso de lo azaroso, no es manifiesto el resultado del proceso de antemano; tal resultado, en efec· to, es producto de la coincidencia de diferentes procesos teleol6gi· cos. Dado que este resultado es solo casual, el azar resulta ser una causa accidental. Sin embargo, aunque el azar es una causa accidental se encuentt·a entre aquellas cosas que intencional o selectivamente (katd proairesin) son en vistas de un fin (cf. supra 197a5-6 ). Simplicio (In Phys. 366, 27~29) advierte que los procesos de azar tienen la apariencia de ser fines dirigidos; tal apariencia se funda, a nuestro juicio, en el canicter acc idental de tales procesos y, p1·ecisamente, son fines dirigidos solo en apariencia porque su direcci6n 0 prop6si· to exacto no es un fin primario. Dicho de otro modo, los procesos atribuidos al azar no tienen un fin determiando y, en este sentido, estamos de acuerdo con Lennox en que no hay una verdadera teleologia en los procesos atribuidos a! azar. Pero que no hay a una "verdadera teleologfa" no significa que no haya finalidad sin mas, ya que los actos humanos, la praxis a la cual esta estrechamente ligado el azar, cori1portan siempre un fin (cf. Eth. Nic. I 1, 1 094al-3: "To do arte y toda investigaci6n y, de modo semejante, toda acci6n y elecci6n parecen aspirar a un bien. Por eso se ha cleclarado con raz6n que el bien es aquello a lo que toclas las cosas aspiran" ) .
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197b8: Esto esta tornado, probablemente, de un discurso epidfctico de Protarco, discfpulo de Protagoras (cf. Ross, AR. PH. p. 522).
197bl3: En este pasaje se establece la difere ncia fundamental entre azar y espontaneidad; esta se aplica tanto a cosas animadas como a cosas inanimadas. En el ejemplo de Adst6teles, el caballo y el trfpode respectivamente. En el azar, en cambio, hay componentes teleo16gicos, pues hay elecci6n; y el azar se distingue de la espontaneidad pcrque en los procesos de azar la causa de lo producido es interna, a saber, el sujeto que puede elegir y que, por tanto, tiene un proposito . En la espontaneidad, en cambia, la causa es externa. La espontaneidad en su sentido mas am plio simula lo que es por naturaleza y lo que es por elecci6n; por esa razon, tam bien en lo automaton parece haber una cierta finalidad.
197b22: Arist6teles caracteriza lo automaton como un resultado no intentado y por eso, al parecer, deriva automaton ("espontaneo", espontaneidad) de maten ("en vano"). Automatos, sin embargo, no parece derivar de mtiten -acusativo de mate ("desatino", "falta") empleado adverbialmente-, sino de mciomai ("buscar"). Automatos en su sentido originario es la acci6n que uno realiza por sf mismo, el acto que depende de Ia propia voluntad. Respecto de cosas inanimadas, es el hecho o acci6n espontanea; asf se em plea la palabra en Il. v, 749: "Las puertas del cielo bramaron por sf mismas ("espontaneamente")". Para la discusi6n etimologica de mciten y automatos cf. E. Boisacq, Dictionnaire etimologique de Ia langue grecque, Paris, 1916, s.v. La expresion "en vano", segun el argumento de Arist6teles en este pasaje, se u tiliza cuando el fin no se realiza, aun cuando se haya hecho lo necesario para que el fin deseado se produzca. Lo espontaneo alude a un hecho que, en sf mismo, carece de fin, es decir, que se produce en vano.
197b32: Lo que se genera parii physin noes efecto del azar sino de la espontaneidad, pues, como .ya se ha dicho, Ia tyche parece comportar cierta finalidad. En efecto, el azar es algo propio de lo humano, pues solo lo que tiene proairesis actua por azar; y la elecci6n involucra finalidad. Espontaneidad y azar se distinguen ademas parque en un caso (automaton) la causa es externa mientras que en el otro (tyche) la causa es interna. Cuando el caballo viene espontaneamente (cf. supra 197b15), su accion se debe a una causa externa.
.. ntes En efecto automaton y t'y· . n causas e f 1c1e · ' h, · d miento, es eclr, so da a la causalidad accidental de lap yszs che son nom hres q~e se , t s son causas eficientes (cf. Hamey es a t ' dad y al azar es solo y la dianoia respectJVamente, 1 "causa" a la espon anel entl"do estricto son las cuatro lin AP p. 13 8 ). Lam ar en s t· • un modo d e h a)11 ar, P.ues· causas 'd s y estu d"1a das en Phys · 11 3. Lo au oformas de causalidad dtstmglll a t"lclo derivado ya que son - h 'lo causas en sen '· mat on y Ia tyc e son so 97 1-8 Como lo indica Ross (AR. causas accidenta1es (cf. su~ra 1 . a ). espontaneidad y azar son 1 pasa1e sug1ere que . PH. ad loc.),to d o e ., h' . po' diano!as (pel'Operaccz1 duccton p ysez o a nom bres para a pro d., ser producidos directamente. dens) de resultados que po nan
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61o nombres para la producci6n
198a9: Si espontanetdad y azar son s_ d. , s la actividad propia d hy' sei 0 apo zano za , accidental que se a p , . 1 d .. . debe ser anterior a lo . l d l physzs o de a zanoza -y no acctdenta- e a t "d d y el azar implican, por , t ' he La espon ane1 a automaton y a 1a yc . . , . la dicinoia como causas tanto, Ia actividad antenor de la physzs ~ s que supone la rela(cf. Cornford, TPH p . 163 ). (Para l~s ~ro em a cion del azar con la finalidad cf. ApendlCe II).
Capftulo VII d
a cabo hasta este momenta puede responderse hay cuatro mo os en que t muestra claramen e que . , (t, d"' tz') se expresa de cuatro " . e?" El porque o za . a la pregunta war qu . . l tro form as de causalidad: (z) en modos que, naturalmente, son, as c~a a cambio el porque se reduel caso de los entes que no estan su]etos . e~tido la causa sere., t la forma En este pnmer s d r· ce al que es, ~s .o. :s, a . p. t 72al4-24 locus en el que las e Jduce a la defmiCIOn (cf. An. , os : m le~dos en cad a ciencia se niciones nominales. de. l~s ~erm:.o~o: d:la prueba cientffica). Ross cuentan entre los prmclplOS mme ta . ue la causa formal fue(AR. PH. ad loc.) advierte que aqu.f par~cle~a q ternos es decir, cosas ra empleada solo al tratar lo relatlVo a ec os e osible porque mas . b' E t sin embargo noes p que no padecf?n cam to. s ~· f 'rmal tam bien a casas que adelante (198a22·33) se aphca la causa o t to no que la causa padecen cambia. Su significado debe ser, por ~:ce 'cambia sino mas formal es operativa unicamente en lo que no pat" en tofs akinetois . 1 ' nica causa opera IVa ., bien que, strzcto sensu, es a u . bl . ( 'i) El porque tambten (en los entes inm6viles, es~o ~s, mm~~-~) e~slin zo (iv) la materia, en el significa el origen del movlmtento o u ·t· d algo preexistente (cf. 1 se generan a par ll' e d . totelico De gen. an. I ' caso de las cosas que .1mp1"!ClO, . In Phys · 361. ' 19 y el trata o ans S 715at1-11).
198al4: El estudio que se ha lleva od
198a2: Espontaneidad y azar son causas como principia de movi197 196
198a21: Si las formas de causalidad son tant . as numencamente como se ha dicho sera tarea del f'. ' ISJco conocerlas a t d .. elias, deber:i responder al por ue d ~ _as y, va1Iendose de teria, forma motor y fin s ql e u~ _modo flsico. En efecto, ma' on as condiCIOnes del b" . Y tematizadas en Phys. II 3 , cam Io enunc1adas el ffsi raleza mediante dichas condi~ones. co debera dar cuenta de Ia natu198a24: EI que es (Ia forma) elfin _ . origen del movimiento es ide~f son una umca cosa Y el motor u bre este pun to cf el a . ·Ico en especie a Ia forma y al fin; so"D d . p SaJe paralelo de Metaph. XII 4 1070b30-35· a o que el motor en las cosas n t . l ( ' . ugr. para hombre hombre yen 1 a Uia es es de Ia misma especie) p6sito (dianoia) el motor' es l cosas que se pi·o_ducen por un prodo, habra solo tres causas a orma o el contrano, en cierto sentiEn efecto, Ia salud es, en ci:~~q~~;n ~entido_ ~stricto hay cuatro. casa es el arte de construir y hombro, a mediCma y Ia forma de la e engend~a a hombre. Ademas, al margen de estas causas esta I En _este pasaje la medicina es Iaaf~:z~~~ap~-~~~a lo Im~eve todo." tru1r es Ia forma de casa· a su v h b au Y e arte de consel hombre transmite Ia forma :z,unomar~~ces forma de h_ombre, pues (cf. De an. II 4, 415a26-415b1) As/ ular de su misma especie reduce a Ia causa formal y l . , result~ que Ia causa motriz se sin embargo, es solo un mod~ causas no seran cuatro ~ino tres. Este, Ies Io indica. En los entes que de hta_blar ~al como el mismo Arist6te· noes an SUJetos a camb" 1 ma I no es causa eficiente n·1 f " I· 10, a causa fort d ma , pero en los entes b" es e los que se ocupa Ia ffsica Ia for . - . que _cam Ian, enliza en ella La causa motriz d ' ma es IdentiCa al fm que se reate en otro ~iembro de Ia mi·sme una c?sa es Ia forma que esta presen. a espec1e.
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198a27: Lo dicho se a plica fundam I sas que pwducen movimie;to son ~ta ~ente, a todas aquellas conen esta caracterfstica no son :b.eto d ovida~ .. Los entes que no tiese define como el saber que inv I e Ia fisica, _Ya que esta ciencia principio del movimiento y d Iga a ente que tJene en sf mismo el 21) H e reposo (cf Metaph VI 1 1025 · ay, entonces, tres disciplin s· (" 1 · · ' b18Ios entes inmoviles (Ia filosof' a." z) a q~e se ocupa de estudiar ciencia son dios Y las int r I~ primera;_ ob]eto de estudio de esta ciplina que se ocupa de tnvigeent~Ias,les decn· , formas puras) (ii), Ia disente·· m- ·1 . h] es (Ia astronomfa dond s 1gar os . " OVJ es pero mcorruptit ' e se estud1an los astros 1 ~s ~n general con sus movimientos· cf y ?.~ cuerpo§ celesdJsciplina que se ocupa de l t ' ·. De Caelo) Y (Ill) por ultimo Ia os en es su 1etos a co. .- ( ' d o D e gen. et COlT.). · IrupcJOn cf. el trata. La astronomfa estudla entes ue se Sl~ embargo, son incornq:itibl es~ esto muev_en (los astros) pero que, mJento que experimentan I 't , es porque el unico movi. un t1po . .os as ros es el Circular ·, es d ec1r,
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especial de movimiento locativo. Los astros, sin embargo, no pade· cen movimiento substancial, o sea, no se generan ni se corrompen sino que son etemos (cf. supra 196a33-34, donde se caracteriza a los astros como td thei6tata ton phaneron, "las cosas visibles mas divinas"). La tercera disciplina, la fisica, se ocupa de estudiar los entes que estlin sujetos a generaci6 n y corrupci6n, es decir, todos los fen6menos propios del mundo sublunar. Este texto tiene un paralelo en Metaph . XII 1, 1069a30ss.: " Las entidades son de tres tipos: una es Ia entidad sensible que se divide en etema y corruptible -esta es la que todos admiten, ugr. las plantas y los animales- [ ... ]. Otra, es Ia entidad inmbvil y hay quienes afirman que esta es separada." Los tres tipos de ousiai seran: (i) Ia ousia sensible corruptible (plantas, animales y fenomenos del mundo sublunar en general); (ii) Ia ous(a sensible incorruptible y eterna (los cuerpos celestes) y (iii) Ia ousia no sensible e inmovil ( dios y las inteligencias de las esferas ). Una cla· sificaci6n similar de la ousia se encuentra en Jen6crates ( cf. fr. 5 Heinze).
198a34: Simplicia (In Phys. 366, 5 ss.) interpreta el pasaje diciendo que "que se genera despues de que" indica !a sucesi6n de formas en el devenir; el "primer agente" indica el motor proximo y el "primer paciente" la materia (cf. tambien Hamelin AP p. 145). Ross (AR. PH. ad lac.) descarta la interpretacion de Simplicio de la frase tz' meta t( gignetai, por considerar imposible que esta sentencia designe la causa motriz (ti p1·8ton epoiesen) y Ia causa material (ti epathen) respectivamente. Segun Ross, el pasaje debe ser tomado como una crftica a! metodo usual de los ffsicos, pues ellos acostum bra ban investigar la secuencia de los hechos. No creo imposible, sin embargo, la interpretacion de Simplicio, ya que Aristoteles esta hablando de las causas de la generaci6n en Ia frase inmediatamente anterior y no parece desa· certado que la expresi6n ti prOton epoiesen se refiera ala causa motriz, asf como t{ epathen a Ia causa material. La formula to poioun tou poiounu!nou es empleada por Arist6teles al hablar de Ia causa motriz (cf. supra 194b31). La observaci6n de Ross, sin embargo, es ciertamente sugestiva y atendibl e. 198a3S: Los princ1p10s del movimiento ffsico son de clos tipos: (i) aquel que por sf mismo no es ffsico, pues no tiene en si mismo el principio del movimiento. Este motor que mueve sin moverse ni ser movido es lo absolutamente inm6vil (to pantelos akz'neton ), esto es, lo primero de todo. (ii) El otro principio de movimiento es Ia forma .de cacla cosa natural. 198b2: Lo completamente inmovil es el primer m otor. El primer 199
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motor es causa final y aquf aparece a del nt tado in extenso en Phys, VII-VIII f ~ ando el tema que sera traSimplicio (In Phys, 367 14) A. t(_ct.l olsls, AR.~H. ad Zoe.). Segun ' ' rJS 0 e es ama to pant [' k • ( "] o completamente inmovil") • e os a meton - motores inm6vil ,-a1 pnmer motor para dist'mguu· . Io d e 1os "d emas mueve un cuerpo En realida~ '.c~m~ en el caso del alma cuando hablarse de "mot~r inm6vi"I" ' niiSIQUJ:rd·a en el caso del alma puede en e sent1 o del pri e1 alma tambien padece afecciones. mer motm·, pues
I 98b5: Nuevamente se enuncian 1 causa motriz ("de e;to r as cuatro formas de causalidad: (i) bera decir si ha de exis~irocede esto otro"), (ii) causa material ("deformal ("esto era el 'que e~as:: ~s;~ cos~ determi~ada"), (iii) causa mejor de este modo") Cf R r ) y (w) causa fmal ("por que es Charlton (Ar. Ph . pp 13s. ) oss, AR .P~. ad l~c. y la sugerencia de nida por Ross En e~te s .. que _c u;st!Ona la Interpretacion mantenecesidad de q'ue el ffsic~a;:~:t::~::~t~~es parece es.tar indicando la CIOn a las cuatio causas o "factores explicativos" de 1 as cosas en su totalidad • puede estar seguro de hallarlos • aun cuando el nunca 1 p. 114 ). por _comp eto (cf. Charlton, Ar. Ph.,
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Capftulo VIII
198b10: En las primm·as lfneas de este . . mas fundamentales que sera'n b' t d pasaJe se enunc!an los dos teo ]e o e estudio en 1 • . t uIo y en el S!guiente: Ia finalid d d 1e presente cap!a e a naturaleza y el 1 empena Ia necesidad en Ia flsic Ch I . . pape que deslos textos mas controvertidos d:· Ari~~6t~7 aftrma_ que es este uno de procedente del renac.imie~to se , I e e~. y senala Ia observaci6n causas finales para explic . I gun a cual el uso aristotelico de las troso" (cf. Charlton A ru Phos procesos ~atm·ales es un error desas· . comentano ad Zoe ) E . .. Ch arlton, Arist6teles •no r. afi'J·m . . . n opmJOn de a en nmguna parte t d _qu e o o lo que es por naturaleza es en vistas de un fin. . ton-, Arist6teles asegura que 1 pm el contrano --sostiene Char]. as cosas que son t sentJdo de materia no son . . por na uraleza en el en VIstas a un fm si de un modo incondicionaJ L . • no que son necesarias continua diciendo Charlton. o que Alnstoteles habrfa querido decir . , es que a gunas de las ' naturaleza son en vistas de un f' S . cosas que son por senti do de Ia cautelosa afirmaci ~n. d eg~~ es_te comentad~r , este es el nalidad se da en las cosas q on e nstoteles en 199a 7 ·8: "!a fiue se generan y so n . . 1a mterpretaci6n pr opu est Ch por naturaleza ". En a por ar1ton las c , d ' osas que eben su rnado de producci6n a la natur 1 partes organicas de los se a e~a y que son en vistas de un fin son las tamaiio o forma La co_nres VIVo~ y lo s cam bios naturales de Iu gar .• . secuencia que extrae Ch ·]t , mentacwn es que es u n en or su 1 at on de su argu·· t poner que a explicaci6n de la natura-
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leza que hace Arist6teles sea completamente teleol6gica. Aun cuando no se afirme en ninguna parte explfcitamente que todo lo que es por naturaleza es en vistas de un fin, parece lfcito inferirlo a partir del estudio que se ha hecho en Phys. II 1 sobre los di· versos significados dephysis. Observamos esto porque Charlton fundamenta su tesis en el hecho de que Arist6teles supone que las cosas que son por naturaleza como materia son con vistas a un fin. Sin embargo, Aristoteles ha dicho ya que entender Japhysis como mate· 1·ia es s6lo un modo de considerar Ia cuesti6n y, ademiis, es un modo insuficiente porque Ia naturaleza es primariamente forma (cf. supra 193a9-28, donde se trata Ia naturaleza como materia y 193a28-193 b1-20, locus en el que se Ia considera como forma; vease tambien nuestro comentru·io ad loc. ). Por otra parte, en el caso de los entes naturales su forma es su fin. La crftica de Arist6teles en este capftulo esta dirigida, principalmente, contra Empedocles y Anaxagoras, y se inscribe en Ia tradici6n plat6nica inaugurada en Fedon 98b. Lo que los ffsicos anteriores a Plat6n llamarfan "causa", Plat6n lo llama "concausa" o "causa segunda" (syna{tia). As:(, en Timeo 46c-d, despues de un extenso discurso sobre problemas relativos a los espejos y los diferentes tipos de reflejos, Platon dice: "Pues bien, todas estas cosas se encuentran entre las concausas de las que el dios se vale co· mo de sus servidoras para realizar la forma (idea) de lo mejor en cuanto es posible~ Muchos, sin embargo, opinan que no son concausas sino (verdaderas) causas de to do porque calientan, enfrfan, condensan, di· suelven y realizan todas las casas de este tipo." En Ia perspectiva pia· tonica estas causas son solo secundarias, ya que las cosas que se pro· ducen por necesidad (las causas mecanicas de los fil6sofos antiguos) deben ir acompaiiadas de raz6n para no andar errantes. Asf, segun Platon, · el origen del cosmos se ha pwducido como el resultado de una mezcla de necesidad e intelecto, pues el intelecto gobierna a la necesidad y, de este modo, la persuade para que conduzca la mayor parte de las cosas generadas hacia lo mejor (cf. Tim eo 4 7e-48a). Esta misma idea es retomada por Arist6teles en su crftica al mecanicismo de Empedocles y Anaxagoras: Ia existencia de una finalidad en lanaturaleza nos indica que hay eli ella una suerte de "comportamiento inteligente" y que sus producciones tienen un sentido y no son el resultado de la mera casualidad. En la cosa particular constitufda por naturaleza, la forma coincide con la causa final, pues la forma es la causa final (cf. infra 199a30; J. Owens TNA p. 161 y Bonitz Ind. Ar. 753b24·39). En este sentido y contra lo dicho por Charlton, la teleologfa. esta presente e.n todas las cosas naturales, aun cuando sea mas evidente en los organismos vivos (cf. Owens TNA pp. 161-162 Y De an. 415b16-20 ). Aristoteles entiende que un fines siempre algo bue· no que otra cosa prod11ce o hace posible (cf. supra 194a32-33: "En efecto, no pretende ser fin cualquier termino ulterior sino solo el 201
ado de la naturaleza. En efecto, es de Ia naturaleza de d~nde ha t~m h a derivado el hecho de que sus produccione~ sean en ~lstas ~e a~~e fin. En e1 caso del arte, el fin o proposit? es_t~ ~~del ~o~s !~~ . el caso de 1a naturaleza esto es mas dlflcl e e er. artesano, en 1 un ente determinado o concreto smo . a que la natura eza no es t na~' y. . . . dad o capacidad de los entes naturales. La .na umas bJen una ~IO~lel·o inherente y en este sentido, no tiene exJste nraleza es un pnncip ' PI 1) L que . . d endiente del objeto e n el cual se da (cf. 1yS. II . o l cJa m ep . . t' de Protr 14 es que Ia natura eza • . · ne de mamf1esto a par Jr se po "comportamienio inleligenle" en su obrar teleo 1ogJco clerivado respecto de Ia naturaleza, pues ha to· supone un y que el arte al~o . d d de producir finalfsticamente. La consemado de ella a prop!: ~ n el asa' e de Phys. 199a5ss. es que u~ fin tambien cleberan serlo cuencia que ex.t~a~ Anstoteles ~ t si los entes art JflcJales son ;n VIS a.s e. ' t de aquellos. los entes naturales, pm· ser estos pnmarws resp ec o
mejor"; vease tambien Pol. I 2, 1252b34-35). Como sefiala Hamelin (AP p. 148), Arist6teles jamas niega la noci6n de causa mecanica propiamente dicha; sin embargo, el enfasis siempre esta puesto en Ia nocion de finalidad como una especie de orden y de principia racional que da cuenta del cosmos en el sentido de totalidad ordenada.
198bl6: La objeci6n que se presenta es la que, segun Aristoteles, habrfa podido hacer Empedocles; este, en efecto, de acuerdo con la interpretacion aristotelica, supone que cuando el mundo se constitu· ye por acci6n del amor las partes de los animales se producen por separado y son unidas por el amor de un modo casual. Entonces, j,por que no suponer que la naturaleza no obra en vistas de un fin sino que todo lo que se produce re;ulta por necesidad y es algo accidental? La expresi6n td bougene andr6proira ("bueyes de rostro huma· no") aparece en Empedocles (B61) pero solo con referencia ala pro· ducci6n de criaturas monstruosas (cf. Ross, AR.PH. p. 528). Segun Arist6teles, la tesis de Empedocles serfa que todo aquello que atri· buimos al obrar teleol6gico de la naturaleza no puede ser otra cosa que un resultado de Ia espontaneidad (cf. Phys. 198b30). Esto, naturalmente, no es aceptado por Arist6teles, quien cree que todas las cosas que deben su modo de producci6n a Ia naturaleza, siempre o en Ia mayor parte de los casos, se generan en vistas de un fin. No ocurre de este modo en aquello que es efecto de la espontaneidad, ya que lo espontaneo es algo casual y no puede ser posible que el orden que exhibe la naturaleza sea el resultado de la casualidad. La idea de Arist6teles parece ser que las obras de la natmaleza son el resultado de una accion inteligente y si dicha accion es inteligente, entonces, esta dirigida hacia un fin. Segun Ross (AR .PH. ad loc. ), la premisa de que el cmso de acci6n de la naturaleza conesponde a1 de un modo de acci6n inteligente es bien ilustrada por Arist6teles por el hecho de que si una casa fuera un producto natural se construirfa del mismo modo en que ahora se construye por arte. Silos productos natu· 1·ales, en cambia, se produjeran por arte se producirfan del mismo modo en que ahora son producidos por naturaleza. El arte, indica Aristoteles, realiza aquellas cosas que la natmaleza es incapaz de realizar y ademas imita a Ia naturaleza ( cf. Protr. fr. 14: "Pues bien, si el arte imita a Ia naturaleza, el que toda generaci6n en las ar· tes se produzca en vistas de un fin se sigue de Ia na turaleza, ya que establecimos que todo lo que se genera adecuadamente se genera en vistas de un fin. En efecto, lo que se genera bellamente se genera adecuadamente. Y todo lo que se genera y se ha generado segun naturaleza es bello, porque lo contrario a Ja naturaleza es inalo y se opone a lo que es confm:me naturaleza. Consiguientemente, l a generaci6n se· gun naturaleza se produce en vistas de un fin."). Las producciones artisticas tambien involucran finalidad pero esto es algo que el arte 202
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199a20· La finalidad de Ia naturaleza Ia ve Arist6teles,con
~o~:
~:~d:~~:n:~r a~;:n~~r~~:~~~chas
a~~~
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to de animales y plantas, o qu : cosas son inteligentes o qu_e 'd d sJ'ml'lar al nous rige sus conductas. Noes necesariO, f' l' d d na capac1 a pero, Ia existencia de deliberaci6n para que haya ma 1 a . 1
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materia y como forma,
e como 1 f es el 19933 0·· La naturaleza se entlen d Ph 11 1 Pero a orma
~~gun haq~~~~~a~o~~~~:~~s~:t~·i:naspfr~· (cf. ~upra 192a14-25); la m, es a f' forma, entonces, debe ser causa ma1.
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199a33: Arist6teles
monstruosas apelando
e~p~i~aa cl:~ ;le~r~:~c~f~~slo artificial se pwducen
nuevamente a una ana o . uede ocurrir tambiE~n con o pueden producirse .e rrores, esto mJsmop d 1 f' lidad de la lo natural. Los monstruos, entonctes, slon e~~~:e:n ~i~a;~: un fin, lo 1 El hecho de que la na ura eza natma eza. t "inteligente" en la naturaleza, no supocual implica un componene~eraciones monstruosas; pero estas gene· ne que no puedan darse g t neidad o de algo azaroso. Para 767a36-767b1· raciones no son producto de la espon a D la teorfa aristotelica de los monstruos cf. e gen. an. 15 y 770b9-17.
199b5: Nuevamente, Ia referenciaes a Empedocles (cf. supra 198b 32 y E~1peqocles B 61) . . l primera"; nueva referencia a Empe199b9: "Una totalidad natura docles (B 62).
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so de las plantas es menos evidente, 199bl0: La finalidad en el Ca
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tenia sin duda, intenci6n de cobrar su deuda. En este se~tido, he~os ar~iiido que en el ejemplo de Arist6tel~s el cob~·o del dmero por
pues en ellas Ia finalidad esta "menos articulada •; dice Arist6teles. Esto se debe, probablemente, a1 hecho de que en los animales seven y se cumplen con mas claridad todas las formas de movimiento: generaci6n y corrupcion, aumento y disminucion, alteracion y cambia locativo, la forma de movimiento fundamental apuntada por Arist6teles (cf. Phys. IV 1, 208a31-32 y VII 2, 243a39-40). Por otra parte, si fuera posible que las producciones que se derivan de simientes fueran efectos del azar, se suprimirfa la naturaleza en su conjunto, ya que de ese modo se suprime Ia finalidad. En este pasaje como en 198b35 la palabra tyche esta usada en sentido amplio y significa pnicticamente lo mismo que automaton . Pero Arist6teles ha dicho antes que el azar es algo propio del hombre, ya que solo obra por azar el que puede elegir (cf. supra 197bl-8 ). Si el obrar teteologico de la naturaleza comporta un cierto noi'ts y lo que obra apo tyches tiene elecci6n, entonces, el azar se encuentra mas cercano a lo que es en vistas de un fin que a lo que nolo es. En Ia linea 15ss. de este pa· saje Arist6teles afirma que son por naturaleza todas aquellas cosas que se mueven continuamente en virtud de un principio inmanente (apo tinos en hautots arches). Para este punto cf. supra 192b20-23 y nuestro comentario ad loc.
199bl8: "Elfin y lo que es en vistas de un fin tambien podrian .producirse como un efecto del azar"; a nuestro juicio, aquf la palabra tyche vuelve a tener el sentido restringido del pasaje antes mencionado de Phys. II 6. El profesor J. Lennox me ha comentado que a su criterio el problema en este pasaje reside en r·e conciliar Ia afirmaci6n segun Ia cual el extranjero no lleg6 con el fin de liberar al prisionero con la-primera afirmacion: el fin y ]o que es en vistas de un fin podria tambien producirse como un resultado del azar. En su opinion, tal reconciliaci6n puede hacerse del siguiente modo: cuando rescatamos a un amigo en problemas y tomamos .las medidas necesarias para eso, en este caso, se trata de alguien que sabfa previamente Ia situa· cion del amigo. Este es el tipo de cosa que uno hace con un prop6sito. Pero en el ejemplo de Arist6teles, arguye Lennox, el extranjero no lleg6 al lugar con el prop6sito de rescatar a nadie sino que su arribo se produce como algo accidental y, siendo asf, actua como si hu- · biese venido con el fin descripto. En esto radica para Lennox la diferencia fundamental existente entre azar y resultados verdaderamente teleol6gicos. Coincido con Lennox en que este es el punto crucial para determinru.· los procesos verdaderamente teleol6gicos pero este ejemplo no es identico al que pone Arist6teles antes en 196a3-5 y 196b33-197a1-3. En el pasaje mencionado, nose da el mismo proble· rna porque, atlnque el acreedor se encontr6 por azar con su deudor en . el agora, sabfa, sin embargo, que Ia persona en cuesti6n le deb fa dinero
parte del acreedor se encontraba entre los fmes de e_ste; Y aunque no era este su prop6sito primal'io (el acreedor no va a~ agora para ~-obrar su dinero sino por negocios o para ver un espectaculo) el cob.o del dinero se encontraba entre sus fines.
199b26: Es absurdo negar la finalidad de la naturaleza por el hecho
de que no se encuentre allf a quien delibera. Esto_ ta~poco se encuentra en d arte y por eso no decimos que no hay fmahdad en el arte. El carpintero no necesita deliberar antes de ase:-rar su tabla o de alisarla. el g1·amatico tam poco delibera acerca de como se deletrea ~a palabr; "Cleon " (cf. Ross, AR.PH. ad loc. quien cita este co~e~_tano de Temistio y Eth. Nic. 1112a34 ). Para una completa expos1~1on de los argumentos de Arist6teles contra E~pedocle~ cf .. A;,Ma~swn IPA cap. vn paragr. 3 "La nature comme fm ei Ia fmahte . Vease especialmente pp. 254E,s. Capitulo IX
199b34: En este texto se tratara lo que ya aparece adelant~do al comienzo del capitulo anterior: que es la necesidad Y de que modo se da en los entes naturales o, en general, en la naturaleza. El problema entonces sera determinar si la necesidad en la naturaleza se _da s61~ hipoteti~amente, es decir, con;-o ciert~s con~~ciones nece~anas sin las cuales no puede existir el objeto, o s1 tamb1en puede dars: en sentido absoluto, esto es, en el sentido en que hablamos de ~eces1da~ en las ciencias matem
200a4: "La tierra, en cambio, hacia arriba en virtud ~e.su li.~e~ez~-:· Como sefl.ala Cornford (TPH, p. 180), aquila palabra t1en:a sJgmfi· ca "ladrillo sin apoyo", ladrillos con los que solian construlrSe las paredes de las casas.
200a5: Sin ladrillos, mad eras, piedras, etc., la generaci6n es imposi-
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ble; sin embargo, la generaci6n nose produce co.mo consecuen~:a de estas cosas a no ser en el sentido de causa matenal. La generac_wn se . roduce c~n vistas de 1a protecci6n y preservaci6n de determmadas P · ]" ' l natu. cosas. Aquf aparece el sentido de neces1dad que se ap 1cara a a raleza: condiciones materiales sin las cuales no puede darse Ia genma205
cion. Este pasaje recuerda el texto de Fed6n 96a-99c, locus en el cual Plat6n determina Ia diferencia entre causa real (to aition toi ti) y aquello sin lo cual nunc a podrfa haber causa, es decir, las condiciones sin las cuales Ia causa no serfa causa. El sentido de materia del que habla aquf Al'istoteles es el indicado en el pasaje 195a17: Ia materia de las cosas fabricadas "es causa como aquello desde donde". De lo que se trata aqu:f, entonces, es de la condicion hipotetica o el conjunto de condiciones que se requieren para Ia obtencion de un determinado fin. Este fin es la hip6tesis que vuelve necesarias a las condiciones ( cf. Mansion, IPA p. 285 ). Aristoteles entiende el termino necesario en tres sentidos fundament~les: (i) necesario como aquello sin lo cual algo no puede vivir; por e]emplo, para los animales Ia respiracion , porque sin ella aquellos no pueden existir. Tam bien es necesario aquello sin lo cual el bien no puede existir ni producirse; este es el tipo de necesidad que en el pasaje d e Phy s. nos ocupa, es decir, Ia necesidad hipotetica (cf. Metaph. v 5, 1015a20-25; De part. an. I 1, 642a3-12). (ii) Tambien es necesario lo forzoso y Ia violencia, es decir, aquello que se opone como un obstaculo o impedimento al impulso natural y a Ia eleccion odeliberaci6n (Metaph. v 5, 1015a26ss.). (iii) Por ultimo, necesario es aquello que no puede ser de otro modo (Metaph. v 5, 1015a34; VI 2, 1026b28; XII 7, 1072bllss.). Esta es Ia necesidad propia de los entes etemos e incorruptibles (asf lo interpreta Alejandro In Metaph. 361, 6ss . ). En Phys. Aristoteles habla (i) de necesidad absoluta y (ii) de necesidad hipotetica. La necesidad absoluta es propia de lo que es absolutamente inmovil, de lo que es acto puro, que, como tal, no puede ser de otro modo. Probablemente, tam bien se atribuye este tipo de necesidad a los astros ( cf. De gen. et cotT. II 11, 338a17 -b3 y De part. an . I 1, 63 9b23-24) . Pero (. que necesidad se reconoce en los hechos naturales? Arist6t eles elige una concepcion que asigna al fin una funci6n directiva en vistas de Ia necesidad; asf, en el ejemplo de Ia siena se dice que es de un tipo determinado para cumplir .con una funci6n determinada. La sierr a no se podrfa generar en vistas de su funci6n si no fu era de hierw; aqu f aparece Ia materia como necesidad hipot etica, como condici6n sin la cual es imposible que se genere o que exista la sierra . La necesidad absoluta se convierte en Ja natura- · leza en la necesidad que procede de ciel'tos antecedentes que son entendidos como materia ( cf. Mansion, IPA, p. 287 ).
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200a 13: La necesidad es hipotetica en Ia natu raleza, y a que Ia necesidad afecta Ia materia mientr as que el fin en vistas del cu alla materia de be ser de u~ cierto t ipo yace en la form a qu e t iene qu e ser realiza· da (cf. R oss , AR . PH . p . 53 1). En la lfnea 151a palabra logos es for ma sin mas. Sa bre Ia difere ncia entr e necesid ad hip ot etica y absolu t a cf. De p art. an. I 1, 63 9 b21 ss. : "Lo necesario, aq u ell o h acia lo cu al 206
practicamente todos intentan remontar sus explicacione.s sin distinguir la multiplicidad de significados del termino 'necesan?'· nose da en todas las cosas que se producen segun naturaleza del mtsmo modo. La necesidad entendida en sentido absoluto se da en los entes et~rnos mientras que la necesidad hipotetica se da en todos :a~ entes suJetos a generacion, como ocul'l'e con las prod~cciones arttstic~s, tal com~ con una casa o cualquier otra cosa seme]ante. Es ~ecesano que se ~e una materia determinada si es que se ha de productr una casa o algun otro fin."
200a 15: Para explicar mas claramente la necesida.d de la natu~~leza, Arist6teles establece una analogfa entre la necestdad ma~ematlca Y
la natural. Si Ia linea recta es definida tal como se la defme: p~ede inferirse que, necesariamente, los angulos de un tri~ngulo seran tgual a dos rectos. El que los angulos del triangulo sean 1gual a dos rectos se basa en Ia definicion de linea recta; pero no podemos pro bar l~ verdad de la definicion de Ia propiedad del triangulo de ten~r sus.~ngu los igual a dos rectos. Podemos decir, sin embargo, que s1 el tnangulo no tiene la propiedad de tener sus angulos igual a dos r~ctos, entonces no se da la definicion de linea recta. En los razonamtentos de la mat~matica la necesidad procede del fundamento a la consecuencia, de modo que las premisas (los antecedentes) fun~an_ la conclusion (el consecuente) (cf. supra 195a18-19 donde Anstotele~ pone como ejemplo de causa material las premisas de un razonamtento ). En la naturaleza la necesidad procede de otro modo, pues ella vade los fines a las condiciones, de la conclusion a las premisas o antecedentes. Si el fin ha de realizarse, las condiciones deberan ser de un tipo determinado y si esas condiciones no se producen, entonces~ ~~ fin no se realizara. Aunque de otro modo, tal como en las matematlcas la falta de 1~ conclusion en los procesos naturales (i.e . su realizaci6~) se producira si y s6lo si se producen las premi~~s adecuadas; en el caso de las matematicas, si no se da Ia conclus10n ( el que los angulos interiores de un triangulo sum en 180°) es porque nose da Ia premisa requerida (la definicion de linea recta). La falta la con.clusi6n en los hechos naturales se explicara por la ausencta del fm 0 prop6sito. En efecto , el fin al igual qtte las premisas en un razo~a miento matematico son el punto de partida aunque no de Ia accton sino del razonamiento. En l as matematicas, en cambio, ~~lo hay ?r~ misas del razonamiento, pues en este ambito no hay acttvt~a~ .pract;~ ca A.sf en el caso de l a producci6n de una casa deben extstu det: mln~da's co ndiciones de un modo necesario, a saber l adrillo~ Y ptedras. Esta materia tiend e a la realizaci6n del fin que, en _el e~e~p~o, es la constr ucci6n de la casa. En las m atematicas no habra prmclp!Ol s . , · 1 d os rectos Por t odo o · · si el t rangulo n o ttene sus angu 1os 1gua es a dicho, la necesidad. debe entenderse com o mat eria, esto es, com o ne-
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cesidad hipotetica o condicional {cf R Cornford . oss, AR. PH. PP 531 32 'TPH, pp. 182-83; Sorabji, NCB, pp. 143ss.). . - ;
200a32: La tarea del ffsico sera enun . , Ia final; pero en mayor medid d b ~Jar am bas causas, Ia material y que esta es causa de aquella. a e era ocuparse de Ia causa final, ya 200b4: La necesidad, ha dicho Arist6 I . . sos que ella involucra Ah tees, es Ia matena y los proceora se agrega que 1a neces1'd a d tam b1en .. en tra en I a def'lllJciOn · · - ,es deci 1 · . · punto de vista se enduentra c:'nt:n7~cesJdad c~n~~~~rada desde este TPH, pp, 186-187) En Ia def· ... da eln Ia defmJCwn (cf. Cornford, ' 111JCJOn e OS b' t f- · tambien la necesidad p I o Je os lSicos debe entrar synolon de materia y 'ro:s eccompue~to, el ente determinado, es un · a. omo sug1ere Charlton (Ar Ph Anstoteles muchas veces ind' · , p. 128) . Ica que en una definicion ' d 1.ferenCJa el genero es a la d'f . por genero y ' 1 erenc1a como 1 t · pero aquf Arist6teles esta' d a rna en a es a Ia forma. pensan o mas bie · I . ' n en que os ob,1etos naturales son como "Ia chatu. , ( f . ra c .supra 194al2-15) se da Siempre unido ala t . L f ' ya que lo chato . rna ena. a orma de Ia -. ca es s1empre una forma qu . t _ que se ocupa Ia fiSI1 siempre una nariz c6ncava C e exJs e so o e_n Ia materia; lo chato es a diferencia de Ia definici6n od:~:sa ~~-:a VIsto a?te_s _(cf. Phys. II 2), en Ia cilal no entra Ia materia I d f' J_ t_~s matematJcos, definicion . • a e micJon de un ob' t f' · cam b10, contiene la materi L . . Je o ISico, en Arist6teles) se define por ~- . a co_ncavidad (e]emplo preferido de · SI m1sma mdepend' t · na pero el ObJ'eto f' . Ien emente de su mateISJco es como Jo ch t ' que lo chato es siem re . ~ o que supone una nariz, por· 1026a1·4 y nuestro co~en~~~o:a~I~3~o2n2cav)a (cf. Metaph 1025b30ss . .
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APENDICE I Algunas observaciones sabre el termino 'causa' en la tradici6n griega anterior a Arist6teles Como se sabe, Ia palabra griega que en su uso filos6fico tecnico lleg6 a significar causa proviene del ambito jurfdico. Originariamente, en los textos mas antiguos encontramos el adjetivo aitios con el significado fundamental de "autor", "responsable", "culpable". En Homero hallamos numerosos pasajes en los que elvocablo a{tios aparece con ese significado; en !Uada XIX 86-88, por ejemplo, el heroe Agamen6n dice: "Yo no soy responsable (altios) sino Zeus, Ia Moira y Ia Erinia que camina en las tinieblas, quienes en Ia asamblea pusieron en mi coraz6n una salvaje ceguera". En este pasaje Agamen6n se excusa de su conducta y atribuye responsabilidad a fuerzas divinas que ciegan su alma. Este uso antiguo de Ia palabra aitios lo encontramos tam bien en algunos textos de los grandes tragi cos del siglo v . En Ia obra Alcestis de Euripides (v. 1-4 ), Apolo acusa a Zeus de Ia muerte de su hijo Asclepio: "Casas de Admeta en las que yo me resigne a aceptar una mesa pastoril, aun cuando en verdad soy un dios. Zeus, en efecto, es responsable (a(tios) de asesinar ami hijo Asclepio". Otro tanto encontramos en S6focles (Antz'gona 1173) Y Esquilo (Eumenides 597). Probablemente, uno de los prim eros textos en los que aparece el adjetivo cdtios y el sustantivo aitia con su significado tecnico filos6fico de causa es el tratado hipocratico De uetere medicina. En el pasaje r 6 de dicho tratado leemos: "Ciertamente, todas las causas (aftz'ai) del dolor se reducen a lo mismo : los alimentos mas fuertes perjudican muchfsimo y del modo mas evidente al hombre, tanto al que esUi sano como al que esta enfermo". En De vet. med, II 11 encontramos el sustantivo aitia empleado nuevamente en un sentido tecnico no jurfdico; allf se indican las condiciones en que se .producen las enfermedades para el hombre Y se enurn eran una seri e de explicaciones tendientes a dar cuenta de las mismas. (Para un completo resumen .de Ia nocion de causa en los me· dicos hipocrat icos y en los fil6sofos presocnlticos en general, cf. el excelente v esclarecedor libro de G.E.R. Llovd. Manic , Reason and Experience . Studies in th e Origin and Development of Greek Sci-
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ence, London-N ew Ymk-Melbourne-Cambridge University Press 1979, pp. 15-29, 32-37 y 49-58.) . ' Naturalmente, el antecedente mas importante de Arist6teles en el uso filos6fico del vocablo aitia es Plat6n. Uno de los textos plat6nicos mas representativo a este respecto es el p asaje de Fed6n 99a102a, donde se establece Ia diferencia existente entre lo que es causa en sentido estricto y las condiciones necesarias para que se de Ia causa. Leucipo habfa dicho que "nada se produce en vano sino que todo ocurre pm· raz6n (logos) y por necesidad" (Bl DK). Si esto es asf queda exclu:ido todo pmp6sito y toda finalidad, y los procesos cau~ sales se reducen a procesos puramente mecanicos. Plat6n es quien advierte esto por primera vez y en Fed6n 96a-99c establece una serie de distinciones que seran retomadas mas tarde en el dialogo Timeo. En primer Iugar, se determina cuales son las causas reales (to aition t6i 6nti) y cuales las condiciones sin las cuales la c~usa no serf~ causa (ekeino cineu hou to aition auk an pate e(e a(twn). En el eJemplo que da Plat6n en el Fed6n, huesos y musculos son las condiciones necesarias de Ia existencia misma de Socrates pero no son las causas reales de su conversaci6n ni de sus pensamientos. Las ~a~sas reales son las que determinan a Socrates a permanecer en Ia pmwn _Y aceptar Ia co~dena pudiendo haber escapado (Fed6n, 98 d-e). Platon reconoce la 1mportancia de las condiciones necesarias pues sin elias Socrates no hubiese sido capaz de tomar su decision' La elecci6n de lo mejor, sin embargo, no puede hacerse a partir d~ estas condiciones necesarias (Fed on 99a). Las condiciones necesarias no son tampoco suficientes para explicar el origen del cosmos. Por ulti.mo, la poten?ia que hace que las cosas esten bien dispuestas y del meJor modo posJble en el cosmos, obedece a una inteligencia 0 causa divina (Fedon 99c). La distinci6n hecha en Fed6n es retomada en Timeo 46b-c y 48 ss., donde ya se habla de dos tipos de causas: las causas primeras y las causas segundas. Las causas primeras aparecen ligadas a una inteligencia que obra en vistas de lo m ejor; las causas segundas, en cambia, operan de un modo desordenado y, si no estuviesen gobemadas por un intelecto, producirian efectos azarosos. Sabemos que Arist6teles cree ver adelantadas, al menos en parte, algunas de sus propias doctrinas en los pensadores anteriores. AI referirse a Plat6n, Aristoteles parece estar particularmente en·ado en su juicio . En efecto, en Metaph. 988a7ss. afirma que Plat6n solo se sirvi6 de la causa formal y materiaL Hay, sin embargo, gran canticlad de pasajes en los dialogos plat6nicos en los que hay evidentes sugerencias e indicacion~s de Ia causa eficiente y final ; cf., por ejemplo, Fedro 24 5c-d, Sofista 265b-d, Timeo 28css. y Filebo 23d, 26e y 27b. Por otra pm·te, ser:fa absurdo que Plat6n no tuviese en cuenta la finalidad eomo una form a de. causalidad despues de haber distingui21 0
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do entre causa primera y segunda. Alrespecto, cf. Timeo 48a, pasaje en el que se afirma que la generacion del cosmos se debe a una combinaci6n de necesidad (andnke) e intelecto (nous). La necesidad responde a las causas meramente mecanicas o segundas ; el intelect~ gobiema la necesidad y la persuade a dirigir todo lo generado hac1a lo mejor. Causa en sentido primero es el nous, el cual, na~uralmente, obra en vistas de un fin. (Sobre el problema de Ia causahdad en Piaton y, particularmente, sobre este pasaje de Tim eo cf. G.B:- Morr~w, "Necessity and Persuasion in Plato's Timaeus" en The Phzlosophzcal Review LIX (1950) 2, pp. 147-163, reproducido en R.E. Allen (~d.) Studies in Plato's Metaphysics, London 1965, pp. 421-437. Vease tambien H.J. Easterling, "Causation in the Timaeus and Laws X" en Eranos LXV (1967) fasc. 1-2, pp. 25-38. Sobre la causa fi~al en Pl~ t6n, forma de causalidad que Arist6teles sostiene haber s1do el pnmero en formular, cf. Filebo 20d y 53e y Timeo 29dss.). Segun Arist6teles, toda la filosaffa que lo precede no son mas que intentos "balbuceantes" por expresar Ia verdad contenida en su propia pensamiento; asf es que des de los presocraticos_ a Pla~6_n se descubrieron diversas form as de causalidad (causa matenal, eficiente Y formal) y se concluye y, en cierto modo, parece cerrarse l_a !n_vesti?a~i6n de la verdad con Arist6teles. Las palabras con que se miCJa el ultimo capitulo de Metaph. A son, en este sentido, elocuentes: ."Pues bien, resulta evidente tam bien a partir de lo que antes se ha dJCho que todos parecen investigar las causas ya mencionadas en Ia Physica Y que ademas de estas no podrian enunciar ninguna otra. (Aquellos pensadores,) sin em bar go, las (han investigado) confusamente y, aunque en un sentido todas las causas ya han sido mencionadas antes, en otro sentido, no (han sido mencionadas) en absoluto. En efecto, Ia filosofia anterior (he prate philosoph fa) parece balbucear sobre todas las cuestiones, por ser joven y estar en sus comienzos".
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APENDICE 2 Azar y teleologfa En nuestro comentario a Phys. II 4 nos esforzamos por mostrar que para Arist6teles (pace A.Mansion, IPA, p.95, nota 5; pp. 2923) la cliferencia entre tyche y automaton es relevante. Vimos, en efecto, que el azar (tyche) puede tener un importante papel ala hora de determinar la responsabilidad para la accion. En este sentido,creo posible sostener que azar y teleologfa no solo no son conceptos opuestos (contra lo que piensa Mansion, IPA, 282, 291, 302) sino que estan estrechamente asociados. Los acontecimientos azarosos (ta ap(J tyches) contienen un componente teleol6gico, aun cuando dicho componente sea no un fin primario sino secundario (en lo que sigue tratare de mostrar en que sentido creo que puede hacerse esta distincion la cual, naturalmente, noes explfcita en el texto aristotelico). La tesis de que en la concepcion aristotelica el azar involucra un componente teleol6gico esta animada por ciertas observaciones hechas en Phys. II, espedalmente en el pasaje en que se caracteriza a la tyche haciendo una particular referencia a la noci6n de proatresis (cf. la secci6n 197b5-8). Analizare brevemente algunas dificultades que supone la doctrina aristotelica del azar, la mayor de las cuales es la relaci6n existente entre los procesos de azar. y aquellos procesos que, en la interpretacion estandard, son en vistas de un. fin en sentido estricto. La interpretacion tradicional del problema del azar, legitimada por muchos pasajes importantes (cf. por ejemp1o, De caelo, I 12, 283a; Top. II 6, 112bl-2; Rhet. I 10,1369a30~34; Eth.Eud. VII 14, 1274b y Protr. fi·. 12 [ed. During]), considera que la tyche es la negaci6n de un fin o, al menos, es algo contrario a el. De este modo, no queda Iugar para asociar el azar con los procesos teleol6gicos. Contra este punto de vista, sin embargo, intentare mostrar que, aun cuando
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la ~~lacion tyche-telos es controvertida, en Phys. II (donde ]a nocwn de azar es estudiada en detalle) hay un sentido en el que los procesos de azar son en vistas de un fin. ~n p:i~er Iugar, ~reo que es crucial enfatizar el hecho de que pat a Anstoteles de mnguna manera tyche y automaton son sinoni mos. Aun cuando es cierto que en general el uso de ambos terminos es bastante amplio, debe admitirse que a] hacer una distincion ~as p~n~ua~, Arist6teles diferencia ambos conceptos entre sf; d1ch~ d1stmc10n noes en absoluto accidental, pues enfatiza Ja diferencJa entre dos ambitos esencialmente diversos: el natural (a! q~e perte~ece lo aut6maton) y el humano (a! que pertenece Ia tyche). As1, en el pasaje de Phys. II 6, 197b18-22 un efecto de Ia espontaneidad (ta ~po automatou) es caracterizado como aquello que se pr~~uce en VJstas de un fin siempre que, sin tener por fin ]o que ocumo, se generan cosas cuya causa es externa. En cambia algo es una conse~uencia del azar (ta apo tyclies) cuando se produ~ ce po: espontane1dad pero entre aquellas casas que pueden ser esCO!,TJdas por aquellos que son capaces de elegir. Es decir que en el caso ?el azar la c~usa es intema, y esta causa interna es un sujeto que tiene Ia capac1dad de elegir (cf. tambien Phys. 197a5-8). J.G. Lennox (Aoc: ha sefialado algunos de los numerosos problemas que el tratam1ento aristotelico del azar involucra. Como el ha ~echo notar, debe advertirse una falta de consistencia en afirmacJOnes tales como '1os acontecimientos azarosos se encuentran entre las cosas que se producen en vistas de algo" (Phys. 196b33· 197a6; 197b~l) Y los dichos que sugieren que los procesos de aza; no son en VJstas de sus resultados (Phys. 196b34-35· 197a16 · 199b21-22). Pese a estos pasajes (y contra Jo que Len no~ dice), n~ creo que en Phys. II pueda encontrarse un "eviderite intento por contrastar los procesos de azar con aquellos procesos que son verda~eramente teleol6gicos". No hay duda de que, como el dice, Ja tesJs ~ue establece que los acontecimientos que son en vistas de algo mcluyen cualquier cosa que podrfa haber sido hecha (prachthefe) como un resultado del pensamiento o ]a naturaleza (Phys. 196b21-22) noes un.buen ejemplo de lo que podrfa Jlamarse "'a te01ia aristotelica de Ia finalidad". . Ami .iuicio, sin embargo, serfa mejor evitar hablar de acontecimle_ntos verdaderamente teleol6gicos. Mi sugerencia puede tener ~l~n apoyo si se tiene en cuenta que, aun cuando nuestra famibandad con la "verdadera'' doctrina aristotelica de los fines pro-
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viene de algunos textos clasicos sobre el tema (que ofrecen la interpretacion estandard sobre el azar), algunos de los pasajes citados supra (cf. tambien nuestro comentario a Phys. II 4-6) son los unicos lugares que introducen lo que podrfa considerarse como una distinci6n no clasica en Ia perspectiva aristotelica sobre la finalidad. Creo ademas importante hacer notar que, para comprender en su mas preciso sentido el uso tecnico de la palabra tyche en Phys. II, hay que concederle relevancia a la afirmaci6n antes citada de que s61o aquellos que son capaces de elegir son, a su vez, capaces de llevar a cabo algo por azar. Al sefialar que ni las bestias ni los nifi.os pequefios pueden hacer nada por azar, Arist6teles muestra que tyche, hablando en sentido estricto, pertenece a] ambito de los seres humanos que han desarrollado su capacidad racional por completo. En Eth. Nic. III 1-2 (y especialmente en el pasaje 1112al3-l 7) se dice que tanto los nifios como los animales pueden 11evar a cabo actos voluntarios; tambien se dice que los actos hechos sobre la base de un imp11lso repentino pueden ser caracterizados como voluntarios. Sin embargo, no todos los actos voluntarios dependen de una elecci6n porque Ia proairesis involucra deliberaci6n. Elecci6n y deliberaci6n, entonces, son nociones que estan estrechamente asociadas y ello en alglin sentido explica que al hacer su caraterizaci6n mas estricta de azar Arist6teles piense que es algo propio de aquel que es capaz de elegir (cf. Phys. II 6,197b2-8). En general, los procesos de azar son accidentales; en Ia seccion 196b29-33 se sostiene que cuando en las cosas que se producen en vistas de algo se genera un hecho accidental! en ese caso, se dice que la consecuencia es por azar (y tambien por espontaneidad; en este paso, como el mismo Arist6teles lo aclara, ambos terminos, i. e. azar y espontaneidad, se estan empleando indistintamente). Aunque admito que en los acontecimientos azarosos no hay una "verdadera" teleologia en el sentido usual del termino (es decir, proce'sos teleol6gicos no accidentales) creo, sin embargo, que en las cosas que se atribuyen al azar hay un cierto tipo de finalidad. Aun cuando Arist6teles dice que en su mas estricto sentido (haplos) el azar noes causa de nada (Phys. 197a14), hay que tener presente que en lo azaroso no hay ausencia de causalidad sino mas bien falta de causalidad det€rminada; Ia causa por sf es determinada (en el ejemplo del texto, el constructor; Phys. 196b26). La causa accidental, en cambio, (y el azar es , sin duda,
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una causa accidental) es indeterminada pues un numero ilimitado de cosas podria ser la causa de un unico hecho. Los efectos de un proceso de azar no estan presentes de un modo pre-manifiesto; un efecto semejante es el producto de la coincidencia de diferentes cone,Oones teleol6gicas independientes que pueden coincidir. Esta coincidencia de diferentes factores teleol6gicos es lo que explica que los acontecimientos azarosos esten siempre relacionados con ]o accidental (cf. W. Wieland, TPT, p. 146). El famoso ejemplo del mercado (cf. Phys. 196a3-5; 196b33197a5) muestra por que raz6n el azar es algo accidental; el analisis de este ejemplo ayudara a explicar la distinci6n antes mencionada al principio de este Apendice entre fines "primarios" y "secundarios". Begun la interpretacion que se ha propuesto, el prop6sito primario de quien se dirige al mercado noes encontrarse con su deudor sino realizar negocios o simplemente ver un espectaculo. Esta persona, que sin duda querfa recobrar su dinero, tambien quiere encontrar a su deudor y, especialmente cuando este ultimo esta cobrando a su vez una deuda; sin embargo, en ese preciso memento el encuentro no estaba entre los fines primaries o inmediatos del acreedor. En la secci6n 199b18-25 se da otro ejemplo para explicar los acontecimientos de azar. Este pasaje tiene algunas dificultades, porque, aparentemente, hay una inconsistencia interna entre la afirmaci6n de que el extranjero no vino para liberar al prisionero y la afirmacion segiln la cual "el fin y aquel1o que es en vistas de el tambien podrfa producirse como un efecto del azar." Si nosotros tenemos la intenci6n de ir a rescatar a un amigo que se encuentra en problemas, tomaremos los recaudos necesarios para poder hacerlo; y esto es asf porque sabfamos con antelaci6n que nuestro amigo necesitaba nuestra ayuda. En este tipo de acciones actuamos con una meta determinada y estos casos serfan los resultados "verdaderamente" teleol6gicos. Sin embargo, en el ejemplo de Arist6teles el extranjero no llega al lugar para pagar el rescate en favor de su amigo ya que el no sabfa que aquel estaba en problemas. Decimos que el extranjero actu.a por azar si actua como si hubiese llegado al lugar para pagar el rescate. Este pasaje, por tanto, no es util para explicar y clarificar los procesos de azar o el ejemplo paralelo del mercado antes mencionado, pues aquf ]a situacion es dife'rente. Aun cuando la persona a quien se le debe dinero encuentra a su deudor en el mercado por azar, el acreedor
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sabfa que su deudor tenia que pagarle y sin duda querfa .cobrar su dinero. En resumen, el encuentro con. el deudor es accidental (y en este sentido por azar) porq~e sem.eJante encuentro no estaba entre las metas primarias o mmediatas del acreedor en ese momen to . E ste ultimo nova al mercado con el fin de recobrar. su dinero sino con otro fin, como ver un espectaculo o hacer negoc10s. En aquellos eventos que se producen como el resultado del azar no hay un fin que se encuentre directamente conectado con el resultado del hecho.
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BIBLIOGRAFIA
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INDICE DE LUGARES ARISTOTELICOS
An. Post. 7lb9-10, 125 7lb10-11,125 7lb12-16, 125 7lb16-19, 180 7lb17 -25, 126 72a14 , 197 72a22,197 7lb33,127 73b21, 151 75b4-6, 131, 135 89b34,171 90a9, 171 90b9-10, 126 94a22, 181 100a16, 146
An. Pr. 46b6, 132 53a2, 132
Cat. 1b10,140 3b24, 154 4a10,155 6a17, 151 13b37, 132 15a13-14, !'69
Dean. 410 a1 , 177 412a6 -9, 165, 178,180,181 413all-12, 127 415a26-29, 182,198 415b2,177
I
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415bl6-20,34,177,201 433a27 184
3:Ha1, 188 334b30, 27 3a5a32, 165, 181 336a31, 179 337b2, 189-190 338a1 7-b3, 206
De caelo 247a21,17 268al-6, 16 268bl4-24, 27 268b15, 31 268b25,168 269al-20, 31 270a12-17, 23 270bl-6, 26 n. 23 276a15, 132 283a32,189 284a24,188 286a18-20, 31 290a4,135 301 a20-302a9, 28 369b14, 152
De part. an. 6:~9b21, 206 639b23-24, 206 640a33, 33 n. 35 640b28-29, 30 n . 29 640a33-b4, 33 n. 35 641b17, 30 n. 29 641 b15-23, 188 642a1-12, 37 n. 45, 38 n. 45, 206 642a17,177 644b22, 11 645a7-10, 12 645a16-21, 13 645a36,11 646b10-35, 147 647a,147
Degen. an. 715a4-ll, 197 724a14, 182 729a32,161 742a22,177 744bl6, 34 n. 37 767a36,203 767bl-15, 203 770b9-1 7, 203
Eth. Eud. 1218b9-ll, 32 n. 34 1274b, 213
Eth. Nic. De gen. et carr.
1094n1 -3, 195 1 09 5a2-4, 127 1112a13-17, 216 1112al8-bll, 205 1139a30-31, 169 1140a11, 170
316a5, 26 n. 23 318b2-319b5,149,150 322b16-19, 154 324b35,144 325a32,144 328b31,145 329a33,152 332a21 ,1 45
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Metaph.
1025a27-29, 192 1025b18-21,175,198 1025b26-27, 29, 168, 175 1025b30,175,176,208 1026a1,175,176,208 1026a7-10, 176 1026a12,29 1026a27-32, 131 1026b27-28, 189, 206 1028al0-22, 141 1028b36-37,135,155, 158 1029a1,158 1029a5-6, 173 1029a20,160,180 1029b3-12, 127 1033a28-31, 166 1033a32,166 1033b1, 166 1033b2-8, 166 1037b10, 142 1042a27-28, 165 1044a23,161 1046all, 165 1048a36,132 1049a24-27, 161 1054b33,132 1055a6,152 1069a30,199 1069b3-9, 154 l069b18, 151 1070a7-8, 169 1070b22,184 1070b30-35, 198 1071a14, 27,179 1072h2, 177. 1 072bll' 206 1074al2, 186 1075a33, 146 1078a25-27, 151 1078bi9, 177 1084b26-27, 130 1087b5,146 1088b29,146 1089a2,144
980a27,125 980b29,146 981a30, 178 982a24-25, 127 983a32,180 983b6-16, 36, 172 984a5-7, 155 985bl3, 150 986a23, 153 986h6-16, 36 986b17-18, 131,135 986b31,150 987b20,147 987b26,146 988a7,210 988a10,146 988b30,145 989a8, 172 991a21, 182 993a17, 177 996b5,180 1001b23, 146 1003a26,186 1004a1, 180 1004b31,23 1007a32-33, 140 1014a26-30, 167 1014b17-36, 169,173 1015a7-10, 161 1 015a20-26, 37, 206 1 015a26-33, 206 1 015a33-36, 206 1015b16, 136 1016a1, 136 1016b30-31, 130 1 018a25-27, 151 1018a27-28, 151 1018a32, 155 1022b22, 159 1025a14-1 9, 192 1025a24-27, 192 1025a24-27, 192
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Meteor. 338a20-b22,14,147
Phys.
184al4-16,19 n.14, 153 184b25, 20 n. 17, 130 185a1-5, 20 n.17 185a12-13,17, 26 n. 23 185b2-3, 130 185b10-11, 142 186a6, 131 186a22-27, 21 187al, 144 187a12, 155,173 187a17-18,164,165 187bl,148 187bl0-13, 22, 149 188al7-18, 22 188a19-27,129 188a26, 23 l88a30, 151 189a20-26, 24 189a27-34,158, 174 190al3, 159,160 190a33-l90b1, 155 190b5, 149 190b23-19la, 25, 157 191a23-24, 24 191bl4-27, 25 192al, 163 192al4-25, 203 1!}2a31,161 192b8, 18 n.13 192b9, 14 n. 4, 169 192bll-15, 175 192b20-23, 18 n.15, 30, 34,170, 204 192b24,172 192b34-36, 34 193a3,132 l93a9-28,36,161,173,177,201 l93all, 173 193al4-17, 155, 157
226
193a21, 145 193a28-29,161,173,201 193a30, 30 n. 29 193a33, 30 n. 29 193b8,179 193bl2, 177 193b17-18, 32 n. 34 193b22,208 194al2-16, 40, 208 194n23,179 194a32-33, 32 n. 34, 186, 201 194bl3, 27 194b14-15, 175 194b16-23, 179 194b23-25,161,167 l94b31, 199 195a18, 181, 207 195b21-30, 179, 185 195b31-35, 171 196n3-5, 204, 216 196a24, 187 196a33-34, 199 196bl0, 37 n. 46 196bl8, 191 196b19-21, 190 196b21-22, 214 l96b24-28,185,215 196b29-35,188,190,204,214,215,216 197a1~8,188,190,197, 204,214,216 l97a14, 215 197a16, 214 197n35,192 197b1-8,37,193,194,195,204,213,215 197bll-12, 147 197b15, 196 . 197b16-17, 195 197b18-22, 214 198a22,197 198a25-27, 36,170 198b30, 201' 202 . 198b35,33 199a5,203 l99n7 -8, 33, 200 199nl5, 33 199a20-32,34, 179,201 _,
227
Rhet.
1991!30, 32 n. 34 199b18-25, 214, 216 199b34,178 200a10-13, 39 200b12,126,130,168 200bl4, 14 n. 4 206a16-18, 147 208a32-34, 171, 204 209a30,145 210b8, 26 n. 23,132 212b29,28 213al0, 28 21 7b29-33, 1 71 218b19-20, 169 223b12, 189 224b30, 26 n. 23, 132 225a7-12, 28,29 229b3, 26 n. 23 , 132 242a65-66, 28 243a35, 31 n. 31 243a39-40, 203 251a9,17 253b8,17 253b25, 139 254a35-254b, 26 n. 23 255a6, 32 n. 33 261a32-33, 29
1357a27, 190 1357bl,190 1369a30-34, 213
Soph. El.
167b13, 138 167b20,138 168b35,138 171b1, 133 171b16, 135 172a4, 135 172a28,126 181a25, 138
Top. 105al3-14, 132 105b12, 20, 129 112bl-2, 189, 213 116b22,185
Pol. 1252a1-5, 13 1252a4-7, 33 125b30-31' 33 1252b34-35, 32 n. 34, 202 1253a20-22, 137 1280b10-1281a, 33,137
Protr. Fr. 12, 213 Fr. 13, 33 Fr.14,201
228
229
INDICE DE AUTORES ANTIGUOS
Alejandro, 206 Anaxagoras, 22, 3B, 52, 53, 106,107, 129,144,146, 147, 148,149,189,201,205 Anaximandro, 52, 106, 129,144, 146, 147 Anaxfmenes, 129, 144, 155, 172 Antifonte, 45, 74, 102, 132, 135, 172 Arist6fanes, 159 Bris6n, 135 Di6genes de Apolonia, 155, 172 Di6genes Laercio, 17 Dem6crito, 44,102, 107,129,150, 187, 188, 189 Empedocles, 22, 36, 52, 59, 85, 94, 106, 129, 146, 147, 149,153,154,188,201,202,203,205 Espeusipo, 146 Esquilo, 209 Eudoxo, 146 Euripides, 177, 209 Filop6n, 9, 14, 16, 17, 30 n. 26, 39 n. 48, 142, 174, 177, 186 Heraclito, 45, 103, 137, 144, 155 Hesfodo 144, 173 Hesiquio, 17 Hi paso de Metaponto, 1.55 Hip6crates de Qufos, 133,135 Hip6n, 172 Romero, 209 Jen6crates, 146 Jen6fanes, 131 Leucipo, 150,187,210 Licofr6n, 47,103 Meliso, 20 n.18, 21, 44, 45, 46, 47, 48, 101,102,103,129, 131, 139 Menedemo, 137 Parmenides, 20 n. 18, 44, 45, 47, 48, 49, 69, 21 n. 18, 21, 101,102,103,104,129,130,131,139,141,143,150 Plat6n, 36,52,106, 129,137,153, 165,189, 201,206,210 Protligoras,196 Protarco, 96, 196 Sexto Empfrico, 159 S6crates, 132 · S6 focles, 209 Simplicia, 9, 14, 16, 17, 133, 143, 147, 149, 153, 172, 173,
230
177,181,182,184,186,187,189,195,197,199 Tales, 129,144,155, 172 Temistio, 133, 177, 189, 205 Teofrasto, 11, 23 n. 19 Zen6n,141,144
231
INDICE DE AUTO RES MODERN OS
Beavers, A. F., 19 n. 15 Bekker, I., 13 n. 3 Berti, E., 14 n. 5, 16 n. 9, 24 n. 20, 131 146 158 171 , , , ' 181 Boisacq, E., 196 Bonitz, H., 132,153,159,161,173,177,193,201 Buchanan, E., 140,155 Charlton, W., 35 n. 38, 126 161 165 166 191 200 201 208 ' ' ' ' ' ' ' Cherniss, H., 21 n.18, 22 n.19, 128, 130,146,149,151 Claghorn, G. S., 31 n. 32 Cooper, J. M., 32 n. 34 Cornford, F. M., 9, 30 n. 26, 31 n. 32, 40 n. 52, 128, 142, 163,167,178,197,205,20 Couloubmitsis, L., 18 n.l3, 26 n. 22 Diels, H., 18 n. 13, 189 Dilring, 1., 16 n. 9, 29 n. 24,39 n. 50 Easterling, H. J., 211 Evans, M.G., 181 Friedlander, P., 31 n. 32 Gaiser, K., 146 Gaye, R., 161 Georgiadis, C., 190, 191 Gershenson, D. E., 139 Greenberg, D. A., 139 Guthrie, W. K. C., 22 n. 19 Hamelin, 0., 9, 170, 171, 177, 184, 185, 186 187 1891 199,202 , ' ' Hardie, R., 161 Heath, 1., 133, 135 Hegel, G. W. F., 23 n.19, 41 Isnardi Parente, M., 163, 164 Jaeger, W., 16 n. 4, 176 Kramer, H. J., 146 Lejewski, C., 156 Lennox, J., 9, 37 n. 44, 194,195, 204, 214 Lord, C., 16 n. 12 Lloyd, G. E. R., 11 n.l, 13 n. 2, 209 Mansion, A., 16 n. 9, 29 n. 24, 33 n. 36, 34, 38 n. 46, 40 n. 51,41 n. 54,174,179,182,205,206,213 Mignucci, M., 190 Moreaux, P., 18 n.12
232
Morrow, G. R., 211 Olivieri, F. J., 138 Owens, J., 14 n. 5, 161, 179, 201 Reale, G., 131 Robinson, H. M., 161 Ross, W. D., 9, 16 n. 8, 17, 18,18 n.13, 19 n.15, 35 n. 39, 36 n. 43,127,128,130,142,143,144,150,151,156,159, 163, 164, 165, 171' 174, 176, 179, 182, 184, 185, 186, 189, 191,193,199,200,201,202,205,206,208 Sambursky, 8., 29 n. 24 8olmsen, F., 24 n. 20, 29 n. 25, 30 n. 27, 30 n. 30, 32 n. 33 Sornbji, R., 33 n. 35, 34 n. 37, 35 n. 38, 35 n. 41, 38 n. 46, 208 Stuckelberger, A., 31 n. 32 Tigerstcdt, E. N., 146 Walzer, R., 177 Waterlow, 8., 20 n.16, 24, 29, 36, 38 n. 46 Wieland, W., 9, 24,35 n. 41,157,183,185,193,194,195, 216 Williams, C. J. F., 39 n. 49
233
I'
J
I
1
FISICA II Libras III-IV (Traducci6n, introducci6n y comentario de Alejandro G, Vigo) Estos libros constituyen un tratamiento bastante completo del problema del cambio y de los temas que surgen de su examen: el infinito, el lugar, el vacio y el tiempo, Estos son algunos de los t6picos centrales que, seglin Arist6teles, es necesario considerar en toda teoria fisica, Dichos t6picos son tratados en detalle a lo largo de los libros III-IV (por ejemplo, la existencia y modo de existencia del infinite, la imposibilidad de un infinito en acto, la caracterizaci6n del tiempo como "mimero del movimiento seglin el antes y el despues", el tiempo como una propiedad del movimiento, el "ahora" como limite de lo pasado y lo porvenir, la conciencia del tiempo, la refutaci6n del vacio, la relaci6n vacio-lugar, la inutilidad del vacio para la explicaci6n del movimiento, etc. El problema del cambio (y del movimiento), junto con el del tiempo, reapareceran en todo el resto de la Ffsica aristotelica pues constituyen dos de los conceptos clave para explicar el mundo fisico,
FISICA III Libras V-VI (Traduccion, introduccion y comentario de Victoria E. Julia) En estos libros Aristoteles presenta un tratamiento bastante detallado del problema del continuo y vuelve sabre el tema del infinito. Al comienzo del libra VI argumenta que todo continuo debe ser infinitamente divisible y hace notar que la divisibilidad infinita del movimiento y del tiempo se implican mutuamente. Asimismo, la tesis aristotelica de la continuidad del movimiento y del tiempo seve con claridad en el tratamiento de las paradojas de Zenon contra el movimiento . Aristoteles acusa a Zenon de confundir infinito con divisibilidad infinita. En estos libros Aristoteles tambien desarrolla con bastante detalle los tipos de cambia, la contrariedad del movimiento y del reposo, del movimiento y del repose naturales y no naturales, la divisibilidad del movimiento respecto del tiempo y respecto de los mcivimientos de la partes del objeto en movimiento, etc. Este ultimo tema, supuestos sus argumentos explicativos, reaparece en las primeras paginas dellibro VII.
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