MARCO TEÓRICO Las infecciones asociadas a la atención de la salud (IAAS) son un problema de salud pública importante debido a la frecuencia con que se producen, la morbilidad y mortalidad que provocan y la carga que imponen a los pacientes, al personal sanitario y a los sistemas de salud. Según encuestas nacionales recientes de prevalencia de IAAS y datos de los programas de seguimiento de la bacteriemia hospitalaria de varios países europeos, europeo s, se estima que estas infecciones afectan, en promedio, a 1 de cada 20 pacientes hospitalizados, lo que corresponde a un total anual de 4,1 millones de pacientes; de estos, se estima que unos 37.000 pacientes fallecen cada año en la Unión Europea. Con frecuencia, las IAAS son difíciles de tratar porque son causadas por microorganismos resistentes a los antibióticos. (Salud O. P., 2012) De igual manera en este artículo a rtículo menciona que el proceso de vigilancia de la IAAS, requiere de la existencia de un lenguaje común, que defina los criterios e indicadores, que serán necesarios para medición de los eventos infecciosos que ocurren en los pacientes hospitalizados, sobre los cuales queremos trazar las medidas de prevención y control, considerando en todo caso los estándares nacionales e internacionales, con los cuales compararíamos nuestros datos, previo a la estratificación del riesgo o el e l ajuste según variables de interés de los indicadores propuestos. Siguiendo las recomendaciones del Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos, y de algunas modificaciones hechas por programas de control de infecciones en unidades hospitalarias específicas, como las que utiliza la Comisión de Infecciones del hospital hosp ital “La Paz” de Madrid. ((CIAAS),
Septiembre, 2013.) Las infecciones asociadas a la atención de la salud dan a demostrar el alto índice que incrementa en los centros hospitalarios en relación a las Infecciones de vías urinarias (IVU) ya que son las infecciones bacterianas más frecuentes en la población adulto mayor. Su prevalencia aumenta con la edad, puesto que el envejecimiento produce una alteración de los mecanismos defensivos frente a la infección. A esto tenemos que unir el hecho de que este grupo de población tiene una elevada comorbilidad, siendo frecuente la instrumentación y la hospitalización,
lo que aumenta la nosocomialidad. Las manifestaciones clínicas son a menudo menos específicas, de presentación más grave y de peor pronóstico. Su manejo es más complicado, puesto que el envejecimiento lleva consigo una disminución del aclaramiento de los antimicrobianos, lo que produce un aumento de efectos secundarios. Además, hay que destacar el creciente aumento de resistencias bacterianas a los antibióticos. Vías de infección Ascendente. Es la vía más frecuente, la colonización periuretral y del vestíbulo vaginal es la fuente de donde proceden los gérmenes. La existencia de sondas, traumatismos o éstasis urinario produce una migración d e las bacterias por la uretra, lo que conduce a una colonización y multiplicación vesical pudiendo alcanzar el riñón. Esto es particularmente frecuente en el caso de existir un reflujo vesicoureteral. El hecho de que la uretra en la mujer sea más corta que en varones y exista menor distancia entre meato uretral y ano, explica que las infecciones urinarias sean más frecuentes en el sexo femenino, apoyando la importancia de esta vía. Hematógena. Generalmente como consecuencia de una sepsis, siendo poco común en las infecciones urinarias en ancianos. Por contigüidad. A través de las manos del personal y de equipos instrumentales contaminados. (Jiménez, 2011) En el último informe EPINE las infecciones de vías urinarias representaron alrededor de 20%4. El grueso del problema de las infecciones de vías urinarias (80-90%) se centra en las asociadas a catéteres uretrales. Estos pueden clasificarse como de corta duración y prolongados o permanentes (más de 30 días). El riesgo de colonización bacteriana del tracto urinario se sitúa alrededor de 3% por día de catéter, de forma que a partir del día 30 la colonización bacteriana es prácticamente universal. Diagnostico. La distinción entre colonización (bacteriuria asintomática) e infección es de gran relevancia clínica. Debe haber fiebre o síntomas uretrales o vesicales para
considerar el diagnóstico de infección. Sin embargo, los síntomas uretrales pueden aparecer en pacientes sondados sin bacteriuria. Puede diagnosticarse infecciones de vías urinarias con urocultivo negativo, pero esta situación debe ser la excepción antes que la norma. El valor del recuento de colonias más ampliamente aceptado como indicativo de infección sigue siendo 100.000 ufc/ml, pero hay datos que apoyan la posibilidad de aplicar dinteles inferiores en situaciones especiales. (Fariñas-Álvarez, 2010) Cateterismo prolongado o permanente en los pacientes con SU permanente, la Infección de vías urinarias sintomática, definida como la presencia de fiebre no atribuible a otra causa. El riesgo de bacteriemia durante el episodio febril oscila entre el 10 y el 24%, y puede llegar a ser 60 veces superior al paciente no sondado. La Infecciones de vías urinarias sintomática se ha relacionado con la obstrucción de la sonda, los recambios traumáticos de la sonda, la presencia de piuria intensa. La tasa de bacteriuria tras un cateterismo único es del 3-5%, y la de IU sintomática es excepcional. En los lesionados medulares, la cateterización intermitente es una alternativa que se asocia a unas tasas de bacteriuria inferiores al cateterismo permanente, aunque la prevalencia de bacteriuria es del 50%, igual para ambos sexos. Estos individuos presentan entre 18 y 24 episodios de nueva bacteriuria por persona-año. La IU está causada por un solo microorganismo, y el patógeno aislado con mayor frecuencia es Escherichia coli (Pigrau, 2012 ) (Pigrau, 2012 ) Los síntomas o criteriosa de las Infecciones de vías urinarias son: Dolor en flancos, Percusión dolorosa del ángulo costo vertebral, Dolor supra púbico, Disuria, Sensación de quemadura, Urgencia miccional, Polaquiuria, Calosfrío, Fiebre o distermia, Orina turbia. Los hallazgos de urocultivo son: Chorro medio: muestra obtenida con asepsia previa, mayor de 50,000 UFC/ml (una muestra).Cateterismo: más de 50,000 UFC/ml (una muestra).
La Punción supra púbica de un aislamiento nuevo microorganismo en urocultivo es diagnóstico de un nuevo episodio de infección urinaria. Pacientes asintomáticos de alto riesgo con un sedimento urinario que contenga 10 o más leucocitos por campo más cualquiera de los siguientes:
Chorro medio: muestra obtenida con asepsia previa mayor de 50,000 UFC/ml (una muestra).
Cateterismo: mayor de 50,000 UFC/ml (una muestra).
Punción suprapúbica: cualquier crecimiento es diagnóstico.
Cuando se decide instalar una sonda de Foley, la UVEH deberá evaluar la necesidad de obtener urocultivo al momento de la instalación, cada cinco días durante su permanencia y al momento del retiro. La vigilancia de la etiología microbiológica descrita tendrá prioridad en pacientes graves, con enfermedades energizantes e internados en áreas críticas. (Salud, 20/11/2009) Las sondas para drenaje urinario de hule látex objeto de esta Norma, se clasifican de acuerdo a su forma en 3 tipos y un solo grado de calidad como sigue:
Tipo I. Sonda para drenaje urinario de látex natural estéril, con globo de autorretención o hemostático con válvula para jeringa modelo Foley (de 2 vías) con punta normal.
Tipo II. Sonda para drenaje urinario de hule látex natural estéril con globo hemostático con válvula para jeringa modelo Foley (de 2 vías) con punta Robinson.
Tipo III. Sonda para irrigación continua de 3 vías con globo de autorretención o hemostático y válvula modelo Foley-Owen.
El diseño de las sondas deben presentar una superficie de acabado liso, libre de irregularidades e imperfecciones en su exterior e interior que puedan afectar su apariencia o su funcionamiento, tales como roturas, fisuras, deformaciones, burbujas,
oquedades,
rebabas,
rugosidades,
ondulaciones,
orificios
y
desmoronamientos. En su ensamblado final pueden presentar materiales tales como tela, plástico y otros que cumplan las características apropiadas del producto. El hule látex de la sonda no debe agrietarse ni hacerse quebradizo o pegajoso bajo condiciones normales de almacenamiento en lugares frescos y secos (25ºC), se deberá mantener lejos de los rayos solares, calderas, radiadores y de cualquier fuente de calor. El globo al ser llenado o inflado a su volumen de diseño, debe ser capaz de cumplir con su función autorretentiva o hemostática sin obstruir el canal de drenado y/o irrigación. El extremo distal de la sonda debe contener dos o tres ramales o brazos, según el tipo, dispuestos de la siguiente manera: dos ramales para los tipos I y II, el lateral para inflar o llenar el globo y el central para permitir el drenado normal. La sonda tipo III tiene un ramal lateral más para administrar líquidos (canal de irrigación). El extremo distal del conducto de drene cuando el segmento sea uniforme, debe satisfacer las siguientes dimensiones: diámetro interno 7 mm ± 1 mm y un largo mínimo de 38 mm. En el extremo distal del canal de inflado debe estar asentada firmemente en el tubo una válvula de diafragma de tipo autosellante con entrada universal Luer hembra, que debe permanecer estacionaria durante la inflación o deflación del globo. (Salud., 1993) El Indicador: “Prevención de Infecciones de Vías Urinar ias en Pacientes con Sonda Vesical Instalada”
1. La bolsa colectora se mantiene por debajo del nivel de la vejiga. Revise que la bolsa colectora: o
Se mantenga por debajo del nivel de la vejiga independientemente de la posición del paciente para evitar el retorno de la orina.
o
Que no rebase más del 75 % de la capacidad de la misma.
o
Que no esté colocada sobre el piso, superficie sucia o cualquier otro recipiente.
2. La sonda vesical está fija de acuerdo al sexo del paciente.
Verifique la fijación de la sonda:
o
Mujeres: en la cara interna del muslo.
o
Hombres: en la cara antero superior del muslo.
Revise que la fijación permita la movilidad del paciente, que ésta no obstruya la permeabilidad de la sonda y que no haya tracción de la misma. La fijación podrá ser diferente sólo en aquellos casos en los que se
tenga indicación médica específica como en cirugías correctivas por malformaciones congénitas, cáncer en uretra, cirugía plástica y otros. 3. La sonda se encuentra con membrete de identificación.
Verifique que el membrete tenga escrito como mínimo:
o
Fecha de instalación.
o
Nombre completo de la persona que la instaló.
4. El sistema de drenaje se mantiene permanentemente conectado Revise que la sonda vesical esté permanentemente conectada al
sistema de drenaje y bolsa colectora, que el dispositivo de salida de la misma esté colocado en la guarda y tenga cerrada su respectiva pinza; por ningún motivo debe ser desconectada la sonda del sistema. 5. Registra datos referentes al funcionamiento de la sonda y tubo de drenaje.
Observe y verifique que este registrado en notas de enfermería:
o
Que la sonda y tubo de drenaje permiten fluir la orina libremente.
Que no estén pinzados, torcidos, acodados, colapsados o
o
presionados por un objeto externo como pueden ser los barandales de la cama. o
Que no tengan fisuras.
o
Que la sonda no este flácida o sus paredes colapsadas.
o
Que no existan fugas por ninguna causa.
6. Registra días de instalación de la sonda y corrobora prescripción médica.
Constate que se encuentre anotado en los registros clínicos de enfermería:
o
Días de instalación de la sonda en forma consecutiva, los cuales deben coincidir con los datos del membrete de identificación y la indicación médica.
7. Reporta ausencia o presencia de signos y síntomas que evidencien infección de vías urinarias.
Revise que esté reportado en las notas de enfermería y constate con el paciente:
o
Características macroscópicas de la orina: hematuria, orina turbia, sedimento entre otras.
o
Picos febriles.
o
Dolor suprapúbico o en flancos derecho o izquierdo.
o
En área periuretral presencia de secreción, prurito, ardor, inflamación, eritema entre otros. Corrobore en el paciente siempre y cuando lo permita.
o
En caso de no presentar signos y síntomas deberá quedar registrado.
8. Realiza y registra medidas higiénicas al paciente.
Constate que esté reportado en las notas de enfermería las medidas higiénicas realizadas al paciente.
o
Cuando lo permita el paciente, revise que la zona periuretral esté limpia y libre de secreciones
9. Anota las medidas de orientación proporcionadas al paciente y familiar
Revise en los registros clínicos de enfermería si se encuentran anotadas:
Las acciones de orientación proporcionadas al paciente y familiar con relación a los cuidados a la sonda vesical y bolsa colectora.
Corrobore con el paciente y familiar (cuando el caso lo permita) si la enfermera (o) lo orientó sobre los cuidados a la sonda vesical y bolsa colectora durante su estancia hospitalaria y al egreso; siempre y cuando continúe la indicación médica.