ROLES EN EL DEBATE En un debate competitivo, cada equipo debe estructurarse en función de distintos roles que deben ser asignados a los oradores que lo conforman. De este modo, cada expositor debe cumplir de satisfactoriamente el encargo que le ha sido asignado. En este orden de ideas, cada debatiente debe ceñirse lo más rigurosamente posible a la ejecución de su rol, en dos sentidos: i. Cumpliendo apropiadamente la función encomendada para el debate, dentro de los límites que comprende el rol asignado; y ii. Evitar escapar de dichos límites, incorporándose en el cumplimiento de un rol distinto del que debe ser ejecutado. Dicho lo anterior, cabe señalar que los principales roles en un debate son: i. Introductor; ii. Argumentador; iii. Contraargumentador; y iv. Cierre. Excepcionalmente, se agrega el rol de interpelador, cuando es cumplido por alguien distinto de los oradores enunciados previamente.
1.- Introductor. El introductor es el orador que inicia el debate. Es la persona que traza en su discurso la estrategia de su equipo, las definiciones que resultan indispensables para comprender la tesis en discusión, que enuncia de forma sintética –pero clara – los movimientos argumentativos que serán expuestos en la fase de argumentación, en orden a defender el punto de vista que representan en la disputa. En este sentido, las actividades esenciales esenciales que realiza el introductor son las siguientes:
a)
Enunciar el tema y postura de su equipo: desde una perspectiva retórica, es indispensable que el introductor manifieste al auditorio cuál es el asunto que se discute y cuál es la postura que asume su equipo en esa oportunidad. Por muy obvio que resulte, es necesario que el introductor –y, en general, todos los oradores de un equipo – señale con claridad cuál es la postura defendida.
b)
Definir los elementos centrales de la tesis: ahora, desde un enfoque dialéctico, se requiere por parte del introductor que clarifique los términos esenciales de la diferencia de opinión que da motivo al debate. En términos sencillos, la definición que hace el introductor es un rayado de 1 cancha; es decir, acota el ámbito de discusión, a fin de evitar la ampliación o tergiversación de los argumentos de su equipo. Desde la teoría pragma-dialéctica de la argumentación, se entiende que las partes se valen de actos de habla declarativos de uso, pues, “su propósito es facilitar o incrementar la
1
SCHOPENHAUER, Arthur. “El “ El arte de tener razón expuesta en 38 estratagemas ”, traducción de Dionisio Garzón, año 2011, Editorial Edaf Chile, página 41. 1
comprensión del oyente respecto de otros actos de habla, indicándole cómo deben ser 2 interpretados” .
c)
Enunciar los argumentos de su equipo: es fundamental que el introductor anticipe al auditorio cuáles serán los argumentos a desarrollar por el argumentador. Así, el primer orador debe enunciar de forma breve y concentrada la estrategia argumentativa que avanzará el argumentador.
d)
Mencionar las fuentes de información para el debate: el introductor debe sustentar los discursos del introductor y contraargumentador. Por esta razón es que el primer orador debe indicar las fuentes bibliográficas que se emplearán en las exposiciones de los oradores que lo sucederán, a fin de respaldar –con estudios fidedignos, que gocen de una amplia aceptación en la comunidad que estudia una determinada ciencia o desarrolla cierta disciplina – los discursos de su equipo. Ahora, desde la literatura de la argumentación, es posible recoger la postura de van Eemeren a propósito de lo que él denomina –en su programa de investigación pragma-dialéctico – la etapa de confrontación en el procedimiento de resolución de una diferencia de opinión por medio de una discusión cr ítica, que vendría a ser lo que conocemos como “introducción”. El autor expresa lo siguiente: “El objetivo dialéctico de las partes es lograr claridad sobre cuestiones específicas que
están en juego en la diferencia de opinión y sobre las posiciones que cada una de las partes asume dentro de esa diferencia de opinión. Visto retóricamente, con un enfoque en la búsqueda de la eficacia, cada parte tendrá como objetivo la confrontación directa, de la manera que les resulte más favorable desde su propia perspectiva. Esto significa que cada parte intentará conseguir una definición de la diferencia de opinión que favorezca a los asuntos que esta parte quiera discutir, y a la posición que a esta parte le gustaría asumir. Para los participantes en el discurso que actuarán como protagonistas, esto significa que, en cada paso que dan en la fase de la confrontación, intentarán llegar a una articulación de los puntos de vista que deban ser discutidos y que, a su vez, estén de acuerdo con los intereses que representan. Para los participantes que se enfrentan, esto significa que, a cada paso, en la etapa de la confrontación, podrán avanzar en la forma que 3 consideren más adecuada respecto a sus dudas críticas (fundamentales)” .
2
VAN EEMEREN, Frans; GROOTENDORST, Rob. Argumentación, Comunicación y Falacias. Segunda edición, año 2006, Ediciones Universidad Católica de Chile, pág. 60. 3 VAN EEMEREN, Frans. Maniobras Estratégicas en el Discurso Argumentativo. Primera edición, año 2012, Editorial Plaza y Valdés, pág. 86. 2
2.- Argumentador. El orador que cumple el rol de argumentador debe desarrollar la estrategia argumentativa ofrecida por el introductor. Desde una perspectiva toulmiana, el argumentador brinda información, esclarece la base en que se sustenta la postura de su equipo, garantiza y respalda las razones entregadas para alcanzar la persuasión de su auditorio. Se ha dicho que “un argumento sólido, una afirmación bien fundamentada y firmemente respaldada, es el que resiste la crítica 4 […]” . Un argumento debe ser sólido, previniendo –en lo posible – eventuales refutaciones. Ahora, el argumentador, junto con avanzar movimientos argumentativos en favor de su equipo, debe tener en consideración lo siguiente: a) Conocer en profundidad el tema debatido: es fundamental para el argumentador haber investigado previamente el tema que defenderá. No basta solamente que el o rador disponga de la información que expondrá durante su discurso, sino que debe estar preparado para las interpelaciones que formule el equipo contrario. La preparación investigativa del argumentador es, en sí, un respaldo a su actividad, puesto que debe estar en condiciones de desarrollar los argumentos y de responder a los puntos de información que le sean requeridos. Por eso, cabe tener presente que “la memoria del orador nunca ha sido para aprenderse al pie de la letra los
discursos. De hecho, hacerlo así ha sido siempre mala oratoria. La señal de maestría en la oratoria ha sido siempre hablar elocuentemente ex tempore […] para actuar improvisadamente en el 5 debate ante interrupciones y preguntas” . b) Estructurar los argumentos: sobre este aspecto es recomendable tomar nota de la investigación pragma-dialéctica, en lo tocante a las “estructuras de la argumentación”. Van Eemeren y Grootendorst enuncian los siguientes modelos: a)
Argumentación única: es aquella en que el protagonista ha avanzado una argumentación única como necesaria y suficiente, y el antagonista ha aceptado la argumentación como necesaria y suficiente. Los autores ejemplifican al tenor del siguiente caso: el usuario del lenguaje 1 sostiene el punto de vista afirmativo “las mujeres poseen una lógica propia”. Frente a eso,
el usuario del lenguaje 2 arroja dudas sobre este punto. En orden a sostener su punto, el usuario del lenguaje 1 aduce como razón que las mujeres resuelven los rompecabezas de una forma bastante diferentes a los hombres6.
4
TOULMIN, Stephen. “Los usos de la argumentación”, primera edición, año 2007, Editorial Península, Barcelona, página 29. 5 V ALENZUELA, Rodrigo. “Retórica. Un ensayo sobre tres dimensiones de la argumentación”, Editorial Jurídica de Chile, año 2009, página 165. 6 VAN EEMEREN, FRANS; GROOTENDORST, ROB. Los Actos de Habla en las Discusiones Argumentativas . Primera edición, Ediciones Universidad Diego Portales, año 2013, pág. 201. 3
b) Argumentación compleja: se entiende que es un conjunto de que deriva de la combinación de argumentaciones únicas7. Ésta, como señalamos más arriba, se subdivide en: i.
Argumentación múltiple: es el conjunto de argumentaciones que constituyen el compuesto argumentativo, en que todos los argumentos son individualmente suficientes, pero ninguno de ellos es por sí mismo necesario 8. Se entiende, en consecuencia, que cada argumentación se halla separada e independiente de la que la acompaña, de manera que basta con que una de ellas sea efectivamente avanzada, pues, en principio, no importa qué argumentación se escoja. Cabe destacar que “la argumentación múltiple puede usarse también por motivos
retóricos. La profusión de argumentos hace que la defensa parezca más fuete. Así, el hablante da la impresión de haber tomado en cuenta todas las objeciones posibles a su punto de vista”
9
Van Eemeren y Grootendorst ejemplifican de la siguiente manera: frente al punto de vista “él estaba violando la ley”, se sostienen los siguientes argumentos: 1) él iba
por el lado incorrecto de la carretera; 2) él no tenía luces; 3) él avanzó con el semáforo en rojo10. ii.
Argumentación compuesta: en este caso las argumentaciones son individualmente necesarias y sólo suficientes en conjunto. Acá nos encontramos con dos variantes: coordinada y subordinada.
Argumentación compuesta coordinada: esta estructura argumentativa se caracteriza por el hecho de que todas las argumentaciones principales son de estatus equivalente11; todos los argumentos están directamente relacionados con el punto de vista12. Se entiende que el antagonista “sólo estará convencido, suponemos, cuando el protagonista tenga éxito en proveer evidencia para apoyar todas sus afirmaciones argumentativas para satisfacción del antagonista; remover las dudas 13 acerca de sólo una de sus afirmaciones no será suficiente” . Así , por ejemplo, frente al punto de vista “este libro no tiene cualidades literarias”, se avanzan las siguientes afirmaciones: 1) el estilo es defectivo; 2) los
diálogos suenan artificiales; 3) la trama no contiene sorpresas; 4) poco se deja a la imaginación14. 7
VAN EEMEREN, FRANS; GROOTENDORST, ROB. Argumentación, Comunicación y Falacias. Segunda edición, Ediciones Universidad Católica de Chile, año 2006, pág. 95. 8 Actos de Habla […], pág. 201. 9 Argumentación, Comunicación y Falacias, pág. 96. 10 Actos de Habla […], pág. 202. 11 Ibidem. 12 Argumentación, Comunicación y Falacias, pág. 98. 13 Actos de Habla […], 203. 14 Op. Cit., pág. 202. 4
Argumentación compuesta subordinada: en este caso, el primer argumento se relaciona directamente con el punto de vista y el segundo, con el primer argumento, que ahora funciona como un punto de vista subordinado, y así sucesivamente15. Una argumentación de este tipo surge cuando “la persona que argumenta supone que una argumentación única no será aceptada de inmediato, ya que ella misma necesita de defensa. En este caso, la defensa de la argumentación conduce a una serie, más o menos larga, de argumenta ciones únicas ‘ligadas 16 verticalmente’” . “Toda argumentación avanzada por el protagonista puede, en principio,
ser desafiada por el antagonista y, por ende, dar lugar a una nueva discusión o subdiscusión, a partir de las cuales todavía otras nuevas discusiones pueden surgir, 17 y así sucesivamente” . Consideremos el siguiente ejemplo: se sostiene el punto de vista “las mujeres poseen una lógica propia”. De cara a este punto, el protagonista ofrece la argumentación “las mujeres resuelven rompecabezas de una forma bastante
distinta a los hombres. Sin embargo, el antagonista arroja dudas sobre este punto, por lo que el protagonista, a fin de defender el argumento ofrecido (que ha adquirido el estatus de sub-punto de vista), sostiene que las mujeres resuelven rompecabezas de una forma distinta a la de los hombres pues ellas empiezan por varios lugares a la vez, mientras que los hombres comienzan por uno solo18.
3.- Contraargumentador. El contraargumentador es la persona encargada de la refutación de la estrategia argumentativa avanzada por el equipo contrario; es quien asume la detección de errores de debate y la comisión de falacias por parte de la bancada opositora. No cabe duda que una parte esencial del debate se construye sobre la base de la contraargumentación: la refutación propiamente tal. La introducción y la argumentación, si se puede decir, preparan el camino al orador que debe contraargumentar. La labor de este expositor apunta a desmantelar la estructura argumentativa del equipo contrario, a detectar las falacias que debilitan la fuerza lógica de los argumentos contrarios y, no menos importante, a evidenciar los errores estratégicos en que haya incurrido el equipo contendor. En consecuencia, forman parte de la actividad del contraargumentador las siguientes:
15
Argumentación, Comunicación y Falacias, pág. 98. Op. Cit., pág. 103. 17 Actos de Habla […], 204. 18 Ibidem. 16
5
a) Denunciar errores estratégicos: el contraargumentador debe detectar y poner de manifiesto los desaciertos en que haya incurrido el equipo opositor: errores u omisiones de definición, falta de credibilidad en las fuentes de información, falta de cumplimiento en los roles de debate, entre otros. b) Detección de falacias: una forma de debilitar la fuerza de los argumentos del equipo contrario –pero no la principal – es la enunciación de las falacias en que ha incurrido la contraparte. Cabe recordar que las falacias son “aquellos razonamientos que, aunque incorrectos, 19-20 . El propósito es dejar en evidencia que la contraparte – son psicológicamente persuasivos” intencional o imprudentemente – ha incurrido en errores argumentativos tendientes a persuadir, por una vía contraría a la razonabilidad, al auditorio. La razón por la que se estudian extensos catálogos de falacias es que los oradores deben estar precavidos: “la familiaridad con ellos y su comprensión impedirá que seamos en gañados por 21 ellos. Estar prevenidos es estar armados de antemano” . c) Refutación de argumentos: sobre este punto sólo cabe señalar que el contraargumentador es el encargado de derribar la estrategia argumentativa avanzada por el equipo contrario. Para ello, debe evidenciar las inconsistencias, contradicciones y debilidades de la argumentación que sirve de fundamento para la defensa del equipo contrario.
4.- Cierre. Es la persona encargada de sintetizar el debate, tanto la de su equipo como la de la bancada opositora. Trataremos las funciones que le atañen al orador de cierre desde dos dimensiones: desde un enfoque retórico-aristotélico y un aspecto pragma-dialéctico ampliado: a)
Desde la óptica de Aristóteles, es conveniente destacar que el filósofo instaba a que, en el epílogo del discurso, se refrescara la memoria sobre lo que se ha dicho. Así, el estagirita decía que “algunos recomiendan, erróneamente, que todo eso es
adecuado hacerlo en los proemios, pues para resultar más fáciles de comprender, exhortan a decir las cosas muchas veces. Si bien es cierto que en ese punto del discurso se debe presentar la cuestión, para que no se oculte sobre qué se juzga, en el epílogo deben resumirse los puntos esenciales en los que se ha basado la demostración. Su comienzo será que se ha cumplido lo 19
COPI, Irving. “Introducción a la lógica”, traducción de Néstor Alberto Míguez, vigésimo primera edición, Editorial Universitaria de Buenos Aires, año 1980, página 81. 20 Según Charles Hamblin, el tratamiento que da Copi a las falacias es el denominado “tratamiento lógico estándar”. Para un estudio de las falacias se sugieren, dentro de la literatura especializada, las
investigaciones de Luis Vega Reñón y Frans van Eemeren. 21 COPI, Irving. Op. Cit., pág. 82. 6
prometido, de suerte que hay que señalar lo que se ha dicho y por qué, y se habla haciendo una comparación con los argumentos del contrario […] Para el final del discurso es apropiada la falta de conjunciones, para que sea un epílogo y no un razonamiento: ‘He hablado, habéis 22
escuchado, aquí lo tenéis, juzgad’” .
b) Ahora veamos lo que puede ofrecer la teoría pragma-dialéctica ampliada, pues, la conclusión de un debate se asemeja a la denominada “etapa de conclusión” en el
procedimiento de resolución de una diferencia de opinión. Así: El procedimiento de resolució n de diferencias de opinión “tendrá que concluir con una 23 respuesta a la pregunta de si la disputa ha sido resuelta” . Puede ocurrir que la disputa se resuelva en favor del protagonista, por lo que le antagonista retracta las dudas que arrojó sobre el punto de vista. También puede ocurrir que el protagonista retracte su punto de vista, resolviéndose la disputa en favor del antagonista. Finalmente, puede que la disputa no se resuelva, pero que la discusión se termine24. “En la etapa de la conclusión, por último, el objetivo dialéctico de las partes es establecer
el resultado alcanzado a través del procedimiento crítico y determinar si el protagonista podrá mantener su punto de vista, a pesar de las críticas formuladas por el antagonista, o si, alternativamente, el antagonista podrá mantener su posición de duda respecto a dicho punto de vista, a pesar de las alegaciones formuladas por el protagonista. Visto retóricamente, cada parte afirmará que su propia posición ha salido victoriosa, y su maniobra estratégica se diseñará en consecuencia. Esto significa que los protagonistas harán todo lo posible para dejar en claro que el punto de vista defendido puede mantenerse, mientras los antagonistas tratarán de probar lo contrario, ya que los protagonistas no han tenido éxito en la eliminación de todas las dudas críticas. Al igual que en todas las otras etapas de la discusión, en estos esfuerzos, ambas partes deben asegurarse que la búsqueda de la meta retórica de ser eficaz pueda conciliarse con las exigencias dialécticas de razonabilidad inherentes a la etapa de la conclusión25.
5.- Interpelador. El interpelador es la persona llamada a requerir información por parte del expositor que está llevando a cabo su exposición. Este rol puede ser cumplido de dos formas: por todos los miembros de un equipo, o bien, por una persona determinada, distinta de los cuatro roles revisados precedentemente.
22
ARISTÓTELES. Op. Cit., págs. 315-316. Los Actos de Habla […], pág. 193 24 Op. Cit., pág. 195. 25 Maniobras Estratégicas […] , págs. 87-88. 23
7
El interpelador lo que hace es solicitar al orador del equipo contrario la aclaración, corrección o incorporación de información contenida en el discurso que se expone. Sin embargo, puede ocurrir que el interpelador, en vez de requerir información, evidencie algún error en que esté incurriendo el expositor de la bancada opositora, así como también puede poner de relieve la comisión de alguna falacia argumentativa. Finalmente, algunos interpeladores emplean esta facultad con el objeto de desestabilizar el discurso del contrincante, realizando preguntas que pueden resultar completamente inatinentes al tema central del discurso del orador contrario. Entonces, del interpelador se espera: a) Capacidad de previsión: el interpelador debe ser capaz de anticipar los argumentos y fundamentos que entregará el equipo contrario, con el propósito de preparar las preguntas o requerimientos de información que formulará al orador de turno. b) Oportunidad y rapidez26: el interpelador debe estar atento al discurso del expositor contrario; debe ser preciso al momento de formular la interpelación o punto de información, esperando la oportunidad para plantear su intervención. Por otro lado, se exige que el interpelador sea conciso, breve y rápido, pues lo habitual es que sólo se cuente con un tiempo limitado para plantear el requerimiento. c) Estrategia: el interpelador debe planear a qué apuntará la interpelación. Si la información que entrega el expositor contrario es difusa, lo correcto sería solicitar la aclaración o incorporación de nueva información. Si el orador de la bancada opositora está incurriendo en errores manifiestos, el interpelador, mediante su intervención, hará patente dicha situación al jurado y al público en general, en orden a demostrar la falta de lógica y argumentación en el discurso del opositor. Por último, si el discurso del contrincante resulta ser una exposición preparada y correcta –una suerte de alocución infalible –, será necesario que el punto de información que formule el interpelador esté orientado a desviar el tema, desconcentrando al orador contrario, perdiendo el hilo conductor de su discurso.
26
VALENZUELA, Rodrigo. Op. Cit., página 146. La oportunidad y rapidez se reflejan en la estatua de Kairos, esculpida en la entrada del estadio de Olympia. Con pies alados, barba en la cara y calvo en la cabeza, se dice que el orador debe estar atento, perceptivo y listo para responder en el instante preciso a la oportunidad fugaz. Y lo mismo para el interpelador, quien debe sentir el momento adecuado para interv enir en el discurso contrario. 8