Sociología Quinta
Donald Light
Edición
Suzanne Keller
Craig Calhoun
SOCIOLOGÍA Quinta edición
REVISORES ACADÉMICOS DE LA QUINTA EDICIÓN Richard Alba State University of New York at Albany
Cedric Herring Texas A & M
Cecelia Ridgeway University of Iowa
Robert Allegrucci Wichita State University
Randy Hodson University of Texas at Austin
Barbara Risman North Carolina State University
Bernard Beck Northwestern University
Lois Horton George Mason University
Roland Robertson University of Pittsburgh
Jean Blocker University of Tulsa
Satoshi Ito College of William and Mary
Rachel Rosenfeld University of North Carolina
Wayne Brady Middlesex County College
Benton Johnson University of Oregon
William Roy University of California at Los Angeles
Michael Brown CUNY Graduate Center
Ronald Johnstone Central Michigan University
John Saltiel Montana State University
Brent Bruton Iowa State University
Jack Kamerman Kean College
Paul Schervish Boston College
Richard Campbell Duke University
Irwin Kantor Middlesex County College
Michael Schwalbe University of California at Riverside
David Carpenter University of Illinois at Chicago Circle
Paul Kelly University of Georgia
Joseph Scimecca George Mason University
Al Chabot Macomb Community College
Michael Kennedy University of Michigan
Charles Selengut County College of Morris
Dan Clawson University of Massachusetts
Gary Kiger Utah State University at Logan
Richard Senter Central Michigan University
Peter Conrad Brandeis University
Michael Kimmel Rutgers University
Constance Shehan University of Florida
William Fairbanks Cuesta College
Ray Kinkle University of Missouri at Flint
John Skvoretz University of South Carolina
Joseph Feagin University of Texas at Austin
Marvin Krohn State University of New York at Albany
William Snizek Virginia Polytech
Scott Feld State University of New York at Stony Brook
Anthony Margavio University of New Orleans
Barbara Stanford Cuesta College
Alan Marks University of Arkansas
Charles Starnes Oregon State University
Peter Marsden Harvard University
John Stratton University of lowa
Meredith McGuire Montclair State University
Verta Taylor Ohio State University
Patrick McNamara University of New Mexico
Terry Timmins Orange Coast Community College
Dennis Morton Pierce College
William Tolone Illinois State University
Christopher O'Brian Northern Virginia Community College
Theodore Wagenaar Miami University
Fred Pampel University of Iowa
Edward Walsh Pennsylvania State University
Robert Perrin University of Tennessee at Knoxville
David Willer University of Kansas
Thomas Pilarzyk University of Wisconsin at Milwaukee
Richard Zeller Bowling Creen State University
Ollie Pocs Illinois State University
Paul Zelus Idaho State University
Gary Fine University of Minnesota Joseph Ford California State University at Northridge Beverly Gartland Youngstown State University Thomas Gieryn Indiana University Helen Ginn Sí. Mary's College of Maryland Davita Silfen Glasberg Southern Illinois University Rcbecca Guy Memphis State University Bernie Halbur University of Alabama at Bírmingham Warren Handel Southern Illinois University at Edwardsville Ronald A. Hardart Arizona State University Christopher Hern University of Massachusetts
Michael Powell University of North Carolina at Chapel Hill
SOCIOLOGÍA Quinta edición DONALD LIGHT University of Medicine and Dentistry of New Jersey Rutgers University
SUZANNE KELLER Princeton University CRAIG C A L H O U N University of North Carolina at Chapel Hill
Traducción y revisión técnica GABRIEL MURILLO CASTAÑO Director del Departamento de Ciencia Política Universidad de los Andes Con la colaboración de Orion Traducciones, Ltda. Revisión técnica ALFONSO R. LATONI Catedrático Auxiliar Recinto Universitario de Mayagüez Universidad de Puerto Rico
McGRAW-HILL Bogotá, Buenos Aires, Caracas, Guatemala, Lisboa, Madrid, México, Nueva York, Panamá, San Juan, Santiago, Sao Paulo, Auckland, Hamburgo, Londres, Milán, Montreal, Nueva Delhi, París,. San Francisco, San Luis, Sidney, Singapur, Tokio, Toronto.
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin autorización escrita del autor. DERECHOS RESERVADOS. © 1991, por McGRAW-HILL INTERAMERICANA, S.A. Transversal 42B No. 19-77. Santa Fe de Bogotá D.C., Colombia Traducido de la quinta edición de SOCIOLOGY Copyright © MCMLXXXIX, por Alfred A. Knopf, Inc. ISBN 0-394-37248-4 5123467890 Impreso en Colombia
9023456781 Printed in Colombia
Se imprimieron 1.900 ejemplares en el mes de julio de 1991 Impresor: Editorial Presencia Ltda., Santa Fe de Bogotá, Colombia
Prefacio
Mucha de la emoción de escribir un texto de introducción a la sociología consiste en estar al frente de un campo que cambia permanentemente. Desde la primera edición de este libro en 1975, Donald Light y Suzanne Keller han trabajado para incluir lo mejor de la sociología moderna: una mezcla vigorosa de teorías importantes y de nuevas investigaciones científicas entrelazadas con el análisis de los aspectos sociales de gran interés actual. Para esta quinta edición nuestro equipo se amplió para incluir a Craig Calhoun y hemos trabajado juntos sobre una revisión de principio a fin. Como siempre, nuestra meta ha sido la de transmitir la emoción del descubrimiento sociológico y nuestro afecto por este campo. Partiendo de la erudición clásica de Marx, Weber y Durkheim, hasta los últimos hallazgos en investigación, creemos que la sociología ofrece ideas estimulantes sobre el mundo contemporáneo. Nuestra meta es lograr entusiasmar a los lectores para que apliquen estas ideas a sus propias vidas y a los temas más importantes de su época.
PRINCIPALES CAMBIOS EN LA QUINTA EDICIÓN A medida que entramos en la década de los años noventa, la sociología empieza a experimentar una nueva ola de emociones. Los principales proyectos teóricos como los de Pierre Bourdieu, Jurgen Habermas, Anthony Giddens comienzan a dar frutos. La investigación sociológica causa impactos visibles sobre los aspectos de la política pública, desde la mi-
gración hacia las costas (en los Estados Unidos) y creación de empleo hasta la política de las artes y regulación de los medios de comunicación. Hay demanda de sociólogos en las empresas y en el gobierno, como también en las carreras académicas. Las inscripciones van en aumento; los buenos alumnos buscan la ayuda del conocimiento sociológico para la comprensión del mundo en el cual viven y trabajan. Para prestar un servicio a estos alumnos y para reflejar la sociología contemporánea tan exacta como sea posible, hemos revisado extensamente la organización y los contenidos del texto. 1. Reorganizamos la tabla de contenido en seis secciones convenientemente integradas: la perspectiva sociológica, el individuo y la sociedad, los grupos sociales, la desigualdad y el poder, las instituciones sociales, y la transformación de la sociedad. 2. Añadimos nuevos capítulos sobre ciencia y tecnología y acerca del curso de la vida con el fin de reflejar las áreas clave en la investigación social actual y el interés público. 3. Aplicamos también la forma de tratar la política en un capítulo completo que comprende una sección amplia sobre la guerra; ampliamos el aspecto de la economía en un nuevo capítulo sobre los negocios, el trabajo y la economía; aumentamos los temas de la población y cuidado de la salud en un capítulo separado para cada uno. 4. En lo posible, utilizamos estudios de casos de la vida real y los patrones sociales sobresalientes V
VI
PREFACIO
para introducir los capítulos y las secciones dentro de los capítulos. La guía inductiva de estos ejemplos hace que el libro resulte más interesante para los alumnos y que los conceptos sean más claros y más fáciles de recordar. 5. Para reflejar la diversidad de planteamientos teóricos activos en la sociología de hoy, incluyendo especialmente la amplia gama de perspectivas denominadas frecuentemente teorías del "conflicto", revisamos nuestra presentación de la teoría. En el capítulo primero, mostramos cómo las diversas respuestas al interrogante fundamental "¿qué sostiene a la sociedad unida?" conducen a los sociólogos hacia una perspectiva más funcional o más orientada hacia el poder (y, por tanto, hacia el conflicto). Mostramos, además, cómo diferentes respuestas al interrogante "¿cómo se relacionan los individuos y la sociedad?" conducen a los sociólogos hacia un enfoque más amplio sobre la acción y la estructura social. A lo largo del libro mostramos cómo la investigación y el análisis sociológicos pueden ser vistos como funcionales, orientados hacia el poder, orientados por la acción, o estructurales. 6. Para elaborar unas ilustraciones más útiles como herramientas de enseñanza, aumentamos el uso de gráficas, fotografías selectas y trabajos de arte, que ayudan a los alumnos a captar los conceptos sociológicos y le dimos a cada uno una visión amplia relacionada directamente con el total del texto. 7. Usamos las casillas en forma selectiva, y todas éstas tratan de ampliar el material del texto. A menudo tratan sobre aspectos sociológicos de situaciones comunes: verbigracia, el problema de la segregación racial en África del Sur (capítulo 13) o la demografía del Sida (capítulo 10). 8. Introdujimos nuevas secciones en profundidad que exploran puntos de vista alternos o estudios específicos de investigación, con el fin de proporcionar un sentido más completo de cómo los sociólogos piensan e investigan: verbigracia, cómo interpretan los niños la televisión (capítulo 5) y experiencias de grupo durante la Gran Depresión (capítulo 6). 9. Desarrollamos un análisis de la sociedad estadounidense en el contexto del cruce de culturas a lo largo del libro, insistiendo de manera especial sobre obras recientes de sociología histórica y comparativa, y estimulamos a los alumnos para que desarrollen habilidades en el pensamiento crítico.
CAMBIOS ADICIONALES La revisión del texto Sociología, quinta edición, no terminó con los notables cambios anteriormente descritos. Tampoco se trataba de una revisión hecha a base de insertos y remiendos. Se escribió nuevamente cada capítulo con el fin de obtener la mayor claridad posible en su presentación. Volvimos a conceptualizar en cuanto al tratamiento dado a la cultura, a los grupos y organizaciones, a las comunidades y a la urbanización, a las funciones y desigualdades según el sexo y cambio social. Se ha utilizado la más reciente investigación sociológica y análisis para estudiar cada aspecto. Consultamos a sociólogos eminentes para identificar los importantes temas que se van a manejar y la investigación que se va a diseñar. Respondimos a muchos usuarios de las ediciones anteriores que nos han dicho qué tipo de innovaciones quisieran y qué estudios sociológicos interesan realmente a sus alumnos. Aquí están algunos de esos resultados: Capítulo 1: No solamente es nuevo el tratamiento de la teoría, sino que hay una presentación más completa de las perspectivas variables en la sociología, incluyendo la teoría de la escogencia racional como también las de Marx, Weber y Durkheim y el enfoque interaccionista. También una nueva introducción basada en la sobresaliente obra de Pierre Bourdieu sobre la sociología de la cultura. Capítulo 2: El suicidio de Durkheim es analizado como una obra clásica de la investigación sociológica, y es comparada con recientes obras actualizadas sobre el mismo tema escritas por David Phillips y otros. Capítulo 3: Los ejemplos en cadena muestran cómo los diversos niveles del análisis sociológico, desde el más pequeño hasta el más grande, pueden complementarse unos a otros y, algunas veces, integrarse. Introducimos enfoques sociológicos clave, como el análisis de red y el estructuralismo macrosociológico de Peter Blau. Capítulo 4: Presentamos nuevo material basado en los campos complementarios de más rápido crecimiento en la sociología: Wendy Griswold sobre literatura, Howard Becker sobre los mundos del arte, Michael Schudson y otros sobre publicidad; una sección totalmente nueva sobre medios de comunicación y un estudio a fondo sobre el impacto de la televisión. Capítulo 5: El libro de Gary Fine, With the Boys, ayuda a mostrar cómo la socialización de los compañeros, como se visualiza en las pequeñas ligas de
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béisbol, conduce a la socialización en el hogar y en la escuela. Capítulo 6: Las obras más importantes de Glen Eider, Jill Quadagno, Bernice Neugarten, Samuel Preston y otros, nos ayudan a hablar del modelo total del curso de la vida, el lugar de grupos tales como los "baby boomers" dentro de ella, la situación de los ancianos y las relaciones cambiantes entre los hijos y la gente adulta. Capítulo 7: El caso de Ivan Boesky y el problema todavía más complicado de los miembros del mercado en Wall Street ofrecen un cambio actual al tratamiento de la desviación y otro que es pertinente para los actuales estudiantes universitarios, orientados a la administración de negocios. La reciente investigación nos ayuda a ofrecer una sección totalmente nueva sobre el crimen corporativo. Capítulo 8: Un enfoque sobre las organizaciones de negocios nos ayuda a integrar el trabajo en pequeños grupos, la estructura organizacional, la burocracia, la cultura organizacional y el nacimiento y muerte de las organizaciones. Capítulo 9: El nuevo pensamiento acerca de los efectos de la urbanización sobre la comunidad se mezcla con los estudios clásicos sobre la vida urbana y sobre las comunidades más pequeñas. La historia de las ciudades se presenta mediante el enfoque de cuatro de ellas. Capítulo 10: Las gráficas mejoradas y los ejemplos dramatizados, como el de la política de la familia china que tiene un solo hijo, juegan un papel muy importante en lograr que la demografía tenga realismo. El capítulo está ubicado al comienzo del libro con el fin de acentuar la relación existente entre la población y la estructura social. Capítulo 11: Más trabajo actual, especialmente de sociólogos que se han enfocado en la dimensión de la fuerza de las relaciones de clases: Erik Olin Wright, Randall Collins y otros. Capítulo 12: Sobresale la obra de sociólogos feministas recientes. También un enfoque especial sobre la relación entre el sexo del individuo y las oportunidades económicas y la participación política y el uso de comparaciones entre culturas. Capítulo 13: Los aspectos políticos como el lugar de las subclases urbanas son dirigidos mediante obras clave como la de William J. Wilson. La situación contemporánea en África del Sur recibe un tratamiento extenso. La cobertura de grupos minoritarios en la sociedad estadounidense se actualiza y amplía.
VII
Capítulo 14: Empezando con un vistazo sociológico del terrorismo, este capítulo presenta los temas contemporáneos clave y los relaciona con temas sociológicos más amplios tales como el nacionalismo, la revolución y la posición del Estado y su transformación bajo el sistema del capitalismo y del socialismo. Utilizamos más frecuentemente los datos de las encuestas contemporáneas sobre actitudes y participación políticas. El capítulo concluye con una nueva sección muy amplia sobre la guerra, incluyendo tanto la organización social del ejército como la relación existente entre el cambio macrosocial y los patrones cambiantes de las operaciones militares. Capítulo 15: La obra reciente de los sociólogos economistas como Mark Granovetter, Michael Schwartz y Beth Mintz, James O'Connor e Immanuel Wallerstein, nos ayuda a presentar las dimensiones sociales de la actividad económica y su estructura. Se analizan las corporaciones y otras instituciones comerciales y, en una sección más amplia, presentamos los cambios en la organización social del trabajo, combinando las perspectivas clásicas con los recientes estudios de Charles Sabel y otros. Capítulo 16: Incluimos obras verdaderamente recientes sobre los padres solteros, los abuelos, el abuso de los ancianos y las relaciones de pareja. Se relaciona el cambio de patrones o modelos familiares con las consecuencias de las políticas contemporáneas. Se explotan las tendencias futuras a través del análisis de los papeles cambiantes de los miembros de la familia y de las necesidades excepcionales de las parejas profesionales. Capítulo 17: Añadimos más sobre la educación superior, la relación de la educación con la estructura de clases y la oportunidad económica, y sobre la enseñanza como profesión. Como tema fundamental está el enfoque sobre aspectos públicos fundamentales, tales como la proporción creciente del analfabetismo en los Estados Unidos. Capítulo 18: Añadimos las nuevas perspectivas de Robert Wuthnow, Rodney Stark y William Bainbridge, entre otros, a las discusiones sobre el surgimiento del derecho religioso, de la reestructuración de la religión estadounidense, sobre la fundación de nuevas religiones, la experiencia de la conversión y el debate sobre la secularización. Capítulo 19: Este capítulo, que es totalmente nuevo, analiza las dimensiones sociales de la salud y de la revolución en el cuidado de la salud. Se incluyen algunos temas como el Sida, el vicio de fumar, la espiral de los costos médicos y los esfuer-
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zos por contener los costos mediante la competencia y la privatización. Capítulo 20: Así como la American Sociological Association añadió una nueva sección sobre ciencia y tecnología, nuestro nuevo capítulo presenta la ciencia como una institución social, la naturaleza del descubrimiento científico y su discurso, la relación entre la ciencia y los debates públicos como sobre la evolución y el compromiso de la ciencia y la tecnología en el cambio social masivo. Capítulo 21: Las obras recientes de Charles Tilly, Theda Skocpol y otros, nos ayudan a enfocarnos en el contraste entre las aproximaciones psicológicas funcionales y sociales con el comportamiento colectivo, y las aproximaciones de elección racional, estructural y orientadas hacia la fuerza con la acción colectiva. Esta edición hace menos énfasis en los fenómenos pasajeros tales como las modas y los caprichos y profundiza más sobre los movimientos sociales. Capítulo 22: Al presentar la relación que guardan los amplios modelos de cambio social, como el surgimiento del occidente moderno y la teoría clásica de la disciplina y la reciente investigación sociológica, este capítulo equivale a una conclusión. También analizamos con profundidad un caso de estudio de cambio social: el impacto de los computadores.
AGRADECIMIENTOS Y RECONOCIMIENTOS Tuvimos suerte en contar con la ayuda y colaboración de excelentes colegas en Alfred A. Knopf. Barry Fetterolf dirigió todo el proyecto. Maggy Murray fue una estupenda editora, que trabajó de cerca con nosotros sobre cada capítulo y sobre cada característica del libro más allá de su obligación. Mary Marshall nos ayudó a obtener la claridad de prosa que
distingue este libro. También estamos agradecidos con los otros miembros del equipo editorial de Knopf por su múltiple contribución: Sylvia Shepard, editora de desarrollo; Robería Meyer, gerente especial del proyecto; Suzanne Thibodeau, editora ejecutiva; Martha Wiseman, editora del proyecto y De11a Mancuso, jefa de operaciones de producción. Al excelente equipo de la corporación de educación visual debemos darle el crédito por la producción del libro; Howard Petlack, diseñador del texto y de la cubierta; Marcia Dobbs, diseñadora; Mary Lyn Koval, asistente de producción; Denise LaSalle, supervisora de producción; Yvonne Gerin, investigadora de fotografía; David LaMotte, editor/escritor; Cindy George, editora; Lisa Alzo, asistente de fotografía; Lisa Black, licencias; Ellen Gordon, Estelle Silberman y Gail Weiss, copieditores y Susan Ashmore, directora sénior del proyecto. También deseamos agradecer a nuestros asistentes de investigación que pasaron largas horas en la biblioteca, y a sus computadores, que nos ayudaron a reunir la información y los recursos materiales para este libro. Ellos son Bart Dredge, Kevin Everet, Rekha Mirchandani, Tim Stephens y Victoria Velkoff. Los numerosos revisores académicos y los que respondieron a la encuesta nos ofrecieron una ayuda invaluable en la primera etapa de la planeación y, luego, en la revisión de los borradores de capítulo. Les agradecemos su tiempo y la sabiduría que muchos de ellos aplicaron con base en sus experiencias en la enseñanza. También nosotros nos hemos beneficiado con las referencias y las sugerencias que nos proporcionaron y con las discusiones de nuestros colegas Rutgers, Princeton y la Universidad de Carolina del Norte. Thomas Gieryn trabajó con nosotros a través del proceso de revisión. El tuvo un papel muy activo al ayudarnos a planificar el libro, nos sirvió como excelente crítico y como directivo muy importante, es el autor principal del capítulo dedicado a la ciencia y a la tecnología. Estamos especialmente agradecidos con Tom.
Tabla de contenido
PRIMERA PARTE LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
1
CAPITULO 1
Aproximaciones hacia la sociología
3
La perspectiva sociológica 6 Hechos sociales y causas sociales 6 La imaginación sociológica 8 Ciencia, sociología y sentido común 9 Niveles del análisis sociológico 11 Interrogantes sociológicos básicos 11 ¿Qué mantiene unida a la sociedad? 12 ¿Cuál es la relación entre el individuo y la sociedad? 13 Resumen 14 Los orígenes de la sociología 15 Teoría de la selección racional 16 La teoría de Karl Marx 18 La teoría de Emile Durkheim 18 La teoría de Max Weber 19 Teoría interaccionista 21 Comparación entre algunas teorías fundamentales 22 Teorías fundamentales y la sociología contemporánea 23 CAPITULO 2
Método de investigación sociológica 27 El proceso de investigación 28 Definición del problema 30 Revisión de la bibliografía 30 Formación de hipótesis 30 Selección de un diseño de investigación y recopilación de datos Análisis de los datos y conclusiones 31
30
IX
CONTENIDO
Investigación subsiguiente 31 Dificultades en la investigación sociológica 33 La interacción del método y la teoría en sociología Métodos de investigación 38 Las Encuestas 38 Los Experimentos 40 Etnografía 42 Estudios históricos 44 Análisis de contenido 45
37
CAPITULO 3
Interacción y estructura social 49 Interacción social 51 Marcos para la interacción 52 Comprensión de los status y roles 54 Diferentes opiniones sobre los procesos de interacción 57 El enfoque dramatúrgico 58 Etnometodología 61 Intercambio social 62 Opiniones comparadas 62 Redes: Los tejidos de las relaciones sociales 63 La importancia de los patrones de las redes 64 La estructura de la sociedad 70 Los efectos de las distribuciones sociales: una perspectiva estructural Integración social: perspectiva funcional y de poder 72
70
SEGUNDA PARTE
EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD 77 CAPITULO 4 La cultura 79 Los elementos de la cultura 81 Los valores 81 Normas 82 Símbolos 85 Lengua 86 Conocimiento 88 Integración y diversidad cultural 88 Integración cultural 88 Cultura dominante y subculturas: perspectivas funcionales y de poder 89 El caso de los hispanos 90 Etnocentrismo y relativismo cultural 92 Universales culturales 93 El individualismo: un tema clave en la cultura estadounidense 94 La producción de la cultura: combinación de acción y de estructura 97 La cultura y los medios de comunicación 100 En profundidad: el impacto de la televisión 101
CONTENIDO
CAPITULO 5
La socialización 107 La socialización: "naturaleza" y "crianza" 109 La interacción entre la herencia y el medio ambiente 109 El impacto de la socialización 112 Las dinámicas de la socialización 112 Cooley: el espejo para mirarse a sí mismo 114 Mead: la toma de roles 114 Freud: la socialización como una lucha de poder 117 Clase social y socialización 118 El impacto de la lengua 120 El impacto de los valores 121 Agentes de socialización 123 La vida de familia 123 Socialización de adultos y de pares: algunos contrates 126 Medios de comunicación masiva 127 En profundidad: cómo interpretan los niños la televisión 128 La escuela 130 Socialización secundaria 130 La resocialización 130 Socialización anticipada 132 Socialización ocupacional 132 CAPITULO 6
La sociología y el curso de la vida: de la infancia a la vejez 137 El curso de la vida en perspectiva sociológica 139 Definiciones sociales de las etapas del curso de la vida 139 Transiciones y cambios en el curso de la vida 141 Cohortes y contexto histórico 144 En profundidad: las experiencias de grupo durante la Gran Depresión 143 Las edades y las etapas del hombre 143 La niñez 144 Cambios históricos 144 La niñez en la sociedad actual 145 La adolescencia 146 ¿Quién soy? 148 Transiciones hacia la edad adulta 149 Edad adulta 149 Transiciones sobre la marcha: de la edad adulta inicial hasta la edad intermedia adulta ¿Y qué hay de las mujeres? 153 Envejecimiento, vejez y curso de la vida 154 Respuestas sociales al envejecimiento: mitos y realidades 155 La experiencia de envejecer 158 La muerte y los moribundos 163 CAPITULO 7
La desviación y control social 167 La naturaleza de la desviación 168 El rol de las definiciones sociales y el poder Explicaciones de la desviación 171
170
149
XI
XII
CONTENIDO
Perspectivas individuales 172 Desviación y tensión estructural 174 Asociación diferencial 176 Funciones sociales de la desviación 177 Teoría de los calificativos 179 La perspectiva marxista 182 Control social y desviación 183 La interiorización 184 Controles sociales informales 184 Controles sociales formales 185 Crimen y justicia penal 186 Tipos de crimen 187 El control del crimen 193 En profundidad: una nueva línea azul 194 La sociedad carcelaria 196
TERCERA PARTE
AGRUPACIONES SOCIALES
201
CAPITULO 8
Grupos y organizaciones
203
La naturaleza de los grupos sociales 204 Características del grupo 205 Dinámicas de grupo 205 Tipos de grupos 210 Compromiso individual y supervivencia del grupo 213 El sacrificio 214 La inversión 214 La renuncia 215 La comunión 215 La mortificación 216 Trascendencia 216 Resumen 216 Técnicas de organización formal 216 Técnicas para controlar grandes cantidades de personas: el caso del ejército 218 Técnicas para integrar operaciones diversas: el caso de Swift y compañía 219 Técnicas para reducir la oposición: el caso de la TVA 219 Resumen 220 La burocracia 220 Tipo ideal de Weber 220 Fuentes de la variación burocrática 221 Las limitaciones de la burocracia 222 Más allá de la burocracia: las organizaciones colectivistas 225 CAPITULO 9
Comunidades y ciudades
229
Los efectos de la urbanización sobre la comunidad Desintegración de la comunidad 232 Persistencia de la comunidad 233
230
CONTENIDO
Transformación de la comunidad 235 Desarrollo histórico de la vida urbana: historia de cuatro ciudades 236 La ciudad preindustrial: Venecia en su edad de oro 237 La industrialización y la urbanización: el Boston del siglo XIX 238 La metrópolis moderna: Los Angeles hoy 239 Ciudades del Tercer Mundo: la moderna Calcuta 242 Explicación de los patrones del uso de la tierra urbana 243 Ecología urbana 243 La economía política del espacio urbano 249 El futuro de la urbanización 251 Gentrificación: ¿revitalización o desplazamiento de la comunidad? 251 Explosión de poblaciones rurales: ¿comunidad o alienación? 253 CAPITULO 10 La p o b l a c i ó n 257 Población y la sociedad 258 Estudio de la población 259 Dinámica del cambio de la población 261 Tasas de nacimiento 262 Tasas de mortalidad 263 Tasas de migración 265 Para profundizar: la inmigración a los Estados Unidos 266 Cambios regionales de la población: del campo a la ciudad a los suburbios Estructura de edad y pirámide de población 269 Modelos de población mundial 269 Densidad 271 Malthus contra Marx 272 La transición demográfica 276 Tendencias de crecimiento de población 278 Política de población en el mundo 282 Refrenamiento de la fertilidad 283 Status de la mujer y reducción del crecimiento Promoción de la fertilidad 285
284
CUARTA PARTE
DESIGUALDAD Y PODER
289
CAPITULO 11 La e s t r a t i f i c a c i ó n y la c l a s e s o c i a l 291 Dimensiones de la estratificación 292 Riqueza e ingreso 293 Poder social 295 Prestigio 296 Análisis de la estratificación social 297 La perspectiva funcional 297 La perspectiva del poder 299 La perspectiva marxista 301 Opiniones funcionales y de poder: una síntesis
303
267
XIII
XIV
CONTENIDO
La tierra de las oportunidades: una evaluación 303 Sistemas abiertos y cerrados 304 Las clases sociales en Estados Unidos 305 Horacio Alger: ¿mito o realidad? 306 Procesos para el logro del status 309 ¿Quiénes son los pobres de Estados Unidos? 310 La pobreza y las oportunidades de vida 311 Reducción de la desigualdad 314 Programas de redistribución del ingreso 317
CAPITULO 12 Roles s e g ú n el g é n e r o y las d e s i g u a l d a d e s 321 ¿Cuán diferentes son los hombres y las mujeres? 323 Evidencia sicológica 324 Evidencia biológica 324 Evidencia entre las diferentes culturas 325 Patrones de desigualdad en los géneros 326 Estratificación de los géneros en el lugar de trabajo 327 Estratificación de los géneros en la política 332 El movimiento feminista 333 Análisis sociológico de los roles del género 334 El rol femenino tradicional 336 El rol masculino tradicional 337 Orígenes de los roles según el género: perspectivas funcional y de poder Estereotipos del género 340 La socialización de los estereotipos y los roles del género 342 Persistencia y cambio en los roles de los géneros 345 Tendencias entre las mujeres 346 Tendencias entre hombres 348
338
CAPITULO 13 Raza y las relaciones étnicas 353 Conceptos básicos 354 Grupos minoritarios 354 Raza etnia 354 Prejuicio y discriminación 356 Cuando grupos diferentes se encuentran: patrones de relaciones de grupo Modelos de conflicto y de dominio 359 Modelos de acomodamiento 364 ¿Por qué ocurre esto? Explicación del prejuicio y la discriminación 366 La perspectiva psicológica 366 El rol de los mitos raciales y étnicos 366 El rol del conflicto intergrupal 367 El factor cultural 368 Raza y etnia en los Estados Unidos hoy 370 Los estadounidenses negros 371 Estadounidenses hispanos 373 Los aborígenes 376 Los estadounidenses asiáticos 377 Los judíos estadounidenses 378
359
CONTENIDO
Otras etnias blancas 379 Esfuerzos para eliminar la discriminación institucional El futuro de las relaciones raciales 383
380
CAPITULO 14 Política, e s t a d o , y guerra 387 La disputa por el poder 388 Legitimidad y autoridad 389 El estado 392 El surgimiento de los estados modernos y los orígenes de la burocracia Nacionalismo y nacionalidad 394 El estado moderno del bienestar social 395 La democracia en Estados Unidos 397 La democracia y los sistemas políticos 397 Valores, principios y derechos 398 Participación en el proceso democrático 399 ¿Cuán concentrado y estable es el poder? 408 La perspectiva marxista 409 La perspectiva de la élite de poder 409 La perspectiva pluralista 411 La guerra: política con otro nombre 412 Las primeras guerras 412 El camino de la guerra moderna 413 La naturaleza cambiante de la guerra 414 La tecnología, la guerra y el complejo militar-industrial 417 La amenaza de la guerra nuclear 418
392
CAPITULO 15 La e c o n o m í a , los negocios y el trabajo 423 La economía como un sistema social: perspectiva estructural y de acción Sistemas e ideales económicos 425 El surgimiento del capitalismo 425 Economía socialista 430 El capitalismo comparativo moderno 433 Actividad económica del gobierno 435 Instituciones comerciales en Estados Unidos 437 La gran corporación 437 El poder global de las multinacionales 438 Las empresas pequeñas 443 El trabajo en Estados Unidos 444 El significado del trabajo 445 La organización social del trabajo 446 Cambio de los patrones del trabajo 448 Mercados de trabajo 449 Productividad y tecnología 451 QUINTA PARTE
INSTITUCIONES SOCIALES CAPITULO 16 La familia 459 La naturaleza de la vida familiar
460
457
424
XV
XVI
CONTENIDO
¿Por qué son esenciales las familias? 461 Perspectivas sobre la familia 461 La amplia variación en las formas familiares 463 Patrones de organización familiar 464 El matrimonio 466 Formas de matrimonio 466 La elección de un compañero de matrimonio 466 Estructura e interacción en la familia estadounidense 468 Características de la familia nuclear 469 Variaciones en los modelos de la familia estadounidense 470 Diferencias de clase social 474 La violencia en la familia 477 El divorcio 479 La cambiante familia estadounidense 482 Estilos alternos de vida y estructuras familiares 482 Roles cambiantes de marido y mujer 486 Perspectivas para la familia estadounidense 490 CAPITULO 17 La educación 493 La educación estadounidense: metas, valores, y dilemas 493 Interacción social en la escuela 496 Las expectativas se cumplen: la profecía de la realización personal 496 ¿Lo que las sociedades piden a las escuelas? 497 Socialización, disciplina y curriculum oculto 498 Integración política y social 498 Transmisión cultural 500 Selección de talentos 501 La enseñanza de habilidades 504 Relaciones y reformas 504 La educación y el lugar de trabajo 505 Oportunidades y niveles de logro educativo 505 Discriminación, programas paralelos y el cociente de inteligencia 507 La desigualdad y el rol de la escuela 510 ¿Acaso las escuelas constituyen la diferencia? 513 La educación superior y la sociedad estadounidense 515 El valor de una educación universitaria 515 ¿Quiénes son los universitarios de hoy? 516 Universidades comunitarias e intermedias 518 ¿Lo que ofrece el futuro? 520 CAPITULO 18 Religión 523 Los elementos básicos de la religión 524 Creencias religiosas 524 Símbolos religiosos 525 Prácticas religiosas 525 Comunidad religiosa 526 Experiencias religiosas 527 La religión y el orden social: perspectivas funcionales y de poder 527 La religión y el individuo: perspectivas de estructura y acción 530 Tipos de instituciones religiosas 532 Iglesias y sectas 532
CONTENIDO
Cultos 534 La religión y modernización 534 Las raíces religiosas de la modernización 534 Respuestas religiosas a la secularización 535 La religión en los Estados Unidos hoy 539 Tendencias: en las principales iglesias estadounidenses
540
CAPITULO 19 El c u i d a d o de la s a l u d y la m e d i c i n a 547 Modelos sociales de enfermedad y dolencia 548 Diferencias por sexo y raza 548 La pobreza y la salud 550 Dimensiones sociológicas de los problemas especiales de salud El hambre 552 Fumar 552 El SIDA 555 Tendencias futuras: la comprensión de la morbilidad 557 Cuidado de la salud en Estados Unidos 559 El desarrollo de la medicina estadounidense 560 Dominio profesional de la medicina 561 Medicalización 562 Desafíos al sistema de la salud 565 Cambios revolucionarios en el cuidado de la salud 566 Consecuencias del cambio 567 Corporatización y salud pública 568
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SEXTA PARTE
LA TRANSFORMACIÓN DE LA SOCIEDAD
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CAPITULO 20 Ciencia y tecnología 575 Explicación del crecimiento de la ciencia 576 Perspectiva funcional 577 Perspectiva de poder 578 Las normas de la ciencia 579 Perspectiva estructural 579 La perspectiva de la acción 582 Exploración del proceso de "hacer" ciencia 583 El proceso social del descubrimiento 583 Revoluciones científicas 585 La construcción social del conocimiento científico La sociedad y la tecnología 588 Análisis del cambio tecnológico 589 La evolución de los sistemas tecnológicos 589 Ciencia, tecnología, y políticas públicas 591
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CAPITULO 21 El c o m p o r t a m i e n t o colectivo y los m o v i m i e n t o s sociales Perspectivas sobre el comportamiento colectivo 597 Teoría de Smelser sobre la tensión social 597
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XVII
XVIII
CONTENIDO
Opinión de Tilly sobre la movilización de recursos 599 Histeria masiva, rumores y contagio social 601 El incidente de la destrucción de los vidrios panorámicos en Seattle Los rumores 601 Contagio social 602 Comportamiento de las multitudes 603 Tipos de multitudes 603 Acción de las masas violentas 603 Movimientos sociales 608 Tipos de movimientos sociales 608 Explicación de los movimientos sociales 609 Theda Skocpol y la revolución social 613 Perfiles de algunos movimientos sociales contemporáneos 614 CAPITULO 22 La sociología y el c a m b i o social 623 Perspectivas teóricas sobre el cambio social 625 Los teóricos clásicos 625 Karl Marx 625 Max Weber 626 Emile Durkheim 627 Comparación de las tres teorías 628 El tema de la evolución 628 Innovación y difusión 631 Formas de innovación 631 Difusión 633 En profundidad: los computadores y el cambio social Posibilidades de usos 634 Aspectos sociales del uso del computador 638 Preocupaciones públicas 639 Teorías del desarrollo 641 Teorías sobre la modernización 641 Teoría de la dependencia 641 Teoría de los sistemas mundiales 643 Mundos aparte 644 REFERENCIAS 645 GLOSARIO ÍNDICE DE NOMBRES ÍNDICE DE MATERIAS
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PRIMERA PARTE
LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
Durante los próximos años probablemente tendremos que enfrentar decisiones personales muy importantes tales como la continuación de la educación, proseguir una carrera, casarnos o levantar una familia. Aunque la sociología no nos facilite la toma de tales decisiones, sí nos ofrece al menos una nueva forma de considerarlas. La sociología nos permite retroceder y mirar las fuerzas sociales que configuran aun los aspectos aparentemente más privados de la vida, no solamente las "grandes" decisiones, sino también los asuntos de la vida diaria, como por ejemplo, los gustos, las opiniones políticas o cómo utilizar el tiempo libre. La sociología es una invitación a colocar las experiencias personales en el contexto del mundo social. El capítulo primero es una introducción a la perspectiva sociológica y a los interrogantes fundamentales que los sociólogos tienen en relación con la dinámica de la vida social. El capítulo también sigue el curso del desarrollo del pensamiento sociológico e identifica asuntos teóricos fundamentales para la sociología de hoy. Las diferentes perspectivas teóricas proporcionan el marco de referencia para el estudio del mundo social y ayudan al sociólogo a descifrar los mitos del sentido común acerca de cómo se comporta la gente en la escena social. El capítulo segundo describe la metodología de la investigación sociológica; el proceso gradual, con el cual la curiosidad de un sociólogo por los modelos sociales se convierte en una investigación científica capaz de producir información válida y confiable. Las técnicas investigativas del sociólogo incluyen encuestas, experimentos de laboratorio y observaciones sistemáticas. La naturaleza y el enfoque de una investigación están influenciados por la perspectiva teórica desde la cual, el sociólogo empieza su trabajo. En sus investigaciones del mundo social, los sociólogos examinan la forma como la gente interactúa en los contextos sociales y también las estructuras que influyen sobre sus acciones o que los fundamentan. El capítulo tercero presenta los diversos enfoques para el estudio de la interacción social. ¿Hasta dónde se extienden nuestras acciones obligadas por roles señalados y que nosotros desempeñamos en los contextos sociales especiales? ¿Hasta dónde podemos definir nuestros roles sociales mediante un proceso dinámico de negociar las expectativas y las interacciones? Estos interrogantes se examinan en ambos niveles, el micro de los encuentros interpersonales y el macro de las instituciones y de la estructura social.
CAPITULO 1
Aproximaciones a la sociología
"Si hubiera visto este montón de ladrillos al lado de la carretera nunca habría pensado que eso era arte". "Pero ahora que los ha visto en una galería de arte, ¿piensa que eso es arte?" "Bueno, supongo que debe serlo si ellos lo piensan así. Alguien debe pensarlo porque ellos no hubieran pagado tanto dinero por eso". "Bueno, podrá ser arte para ellos, pero para mí no lo es. Todavía sigue siendo un montón de ladrillos. ¿Por qué exponen esta basura, en lugar de algo verdaderamente artístico? (adaptado de Williams 1982, pp. 131-132).
Gustos. Todos los tenemos. De hecho, la mayoría de nosotros tenemos tantos gustos diferentes que podríamos hablar sobre ellos durante horas enteras. Preferimos ciertos estilos de obras de arte, ciertos tipos de comida y vestido, cierto tipo de música, ciertas maneras de decorar la habitación. La lista puede continuar y sería interminable. "De qustibus non est disputandum" dice el viejo refrán, sobre gustos no hay disgustos. Los gustos presumiblemente no pueden explicarse por fuerzas externas que nos hagan gustar o no de las cosas. En cambio los gustos parecen brotar de alguna parte dentro de nosotros mismos, más bien misteriosamente. Realmente no podemos decir por qué preferimos el rock a Mozart, las hamburguesas al paté, los jeans a los pulcros pantalones planchados. Simplemente estos gustos son parte de nosotros mismos, de nuestra propia individualidad. Los sociólogos entienden esta perspectiva individual y qué tan verdadera la percibe la gente. Pero ellos nos piden que tratemos de descartarla por un momento para ver el mundo con otros ojos. Desde el
punto de vista de los sociólogos existen razones identificables por las cuales una persona considera al montón de ladrillos como una obra de arte, mientras que la otra persona no. Estas razones se encuentran en las fuerzas sociales, fuerzas que se desarrollan como resultado del vivir de la gente, de su interacción entre sí y de la influencia sobre el pensamiento y las acciones de los demás. Una fuerza social importante es el contexto social, esto es, la situación social en la cual ocurre un evento. El contexto social nos proporciona indicaciones vitales acerca de los comportamientos considerados como apropiados. Por ejemplo, el hecho de que la conversación mencionada anteriormente acontezca en una galería de arte, crea una enorme diferencia con respecto a lo que los presentes piensan y dicen. Si hubieran visto el mismo montón de ladrillos en el sitio de una construcción, ninguno le habría echado una segunda mirada y mucho menos habría hablado de este como "arte". Pero debido a que el montón de ladrillos se exhibe como arte, los observadores se sienten obligados a debatir sobre sus méritos artísticos. Es importante, también, saber que más de una persona está mirando la escultura de ladrillo. Cuando nos encontramos en compañía de otros, estamos mucho más interesados en expresar la opinión "correcta". De esta manera, la persona que en forma vacilante exprese el punto de que esto debe ser arte, podrá hacerlo sencillamente para evitar que los otros piensen que él o ella carecen de sofisticación. Nuestros antecedentes sociales también afectan las actitudes hacia el arte. Por ejemplo, la gente de las clases sociales altas, con un nivel más alto de educación, posiblemente aprecie más el arte abstrac-
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LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
Lo que una persona ve como un pedazo de chatarra o un montón de ladrillos, otra puede considerarlo como buen arte. La educación, el ambiente social, y la clase afectan tales opiniones, así como también ver el objeto colgado en la pared de una galería de arte o en museo y no arrojarlo por el piso de una construcción. (F.B. Grunzweig Photo Researchers, Inc.)
to, o al menos haga un esfuerzo por entenderla. Debido a que su educación a menudo incluye algún tipo de instrucción artística, ellos pueden encontrarse más aptos para comprender el "objetivo" de una obra que simplemente parezca un interesante conjunto de formas y colores. La gente de ambientes sociales más bajos, sin embargo, probablemente no aprecie tanto el arte abstracto. De hecho, puede considerarlo como una señal de arte malo cuando no está claro todo lo que una obra puede significar. El último participante de la conversación que escuchamos en la galería de arte expresa este punto de vista. Su disgusto por la escultura de ladrillos no es tan sólo una preferencia personal; es más que todo el producto de cierto ambiente social. Debido a que el ambiente social influye de manera decisiva sobre los gustos de la gente en cuanto al arte, los sociólogos pueden predecir con bastante exactitud las características sociales de aquellos que gustarán de una pintura u otra. Pero, ¿por qué las clases altas, mejor educadas, prefieren el arte que tiene menos atractivo para las gentes de clase más baja? ¿Qué tipo de fuerzas sociales podría crear este modelo? De acuerdo con Pierre Bourdieu (1984), uno de los principales sociólogos de la cultura, no es simplemente un asunto de exposición y de un conocimiento acerca del arte. También tiene que ver con los esfuerzos por parte de las élites sociales para distinguirse de las clases que poseen un estatus social inferior. Para las élites, la capacidad para apreciar el arte abstracto se considera como indicación de su educación y de sus modales superiores. Así, las élites cultivan un gusto por el arte que se acerca más al intelecto que a las emociones y a los sentidos. Esta misma preferencia puede verse en el gusto que tienen por los muebles. Mientras que la gente de la clase trabajadora tiende a pre-
ferir muebles cómodos y que los haga sentir bien (un gran sofá con cojines por ejemplo), las élites tienden a preferir las piezas que tienen una forma bella, pero que quizá pueden ser mucho menos cómodas para el cuerpo (tales como una silla antigua finamente tallada pero con espaldar muy recto). De esta forma, las élites contribuyen a mantener su distinción social. Además de reflejar la proveniencia de clase social, los gustos en el arte son también el producto de una época y de un lugar social en particular. Lo que en una cultura puede declararse como una excelente pintura, puede parecer primitivo y sin sentido para otra; lo que en una época puede ser despreciado como un simple montón de ladrillos, mañana puede ser una obra maestra de la escultura. La Figura 1.1 muestra algunas citas extractadas de comentarios literarios escritos en el tiempo en que las obras que allí se critican se publicaron por primera vez. Hoy todas esas obras son consideradas como clásicos, aun cuando en su época mucha gente las consideró como afrentas a la moral pública. La obra Tom Jones, de Henry Fielding, por ejemplo, considerada hoy como una de las mejores novelas inglesas del siglo XVIII, fue considerada como escandalosa por algunos críticos de su época. Así mismo, la obra Cumbres Borrascosas de Emily Bronte, a menudo se considera actualmente como una obra genial; pero desde el punto de vista de los delicados gustos de la gente de la época victoriana sus trágicos amantes fueron considerados entonces como rudos salvajes. Así, "obra maestra" y "despreciable", "brillante" y "degenerado", son términos muy relativos, relativos entre otras cosas a los gustos que definen cada época y cultura en particular. Para resumir, los sociólogos muestran que nuestros gustos y disgustos son más que todo creaciones
APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA
Figura 1.1 Selección de reseñas literarias escritas por críticos contemporáneos
Fuente: Rotten Reviews: A Literary Comparison, editada por Bill Henderson, Penguin, 1987.
Muchos libros considerados actualmente como clásicos, fueron recibidos con una mala crítica. Probablemente no estaríamos dispuestos a defender estas opiniones negativas hoy en día, no solamente porque los gustos han cambiado, sino porque se nos ha enseñado a creer en la posición clásica de ciertos autores y de ciertas obras.
LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
de tipo social. Una gran cantidad de las diferencias en gustos que la gente exhibe puede explicarse sobre la base de las diferencias en los ambientes sociales, en la posición social actual, y en el tiempo y lugar en el que alguien vive. Por otra parte, estas fuerzas sociales configuran gustos más allá de los muebles y del arte. Las preferencias en todo, desde la comida y el vestido hasta los automóviles, las aficiones, la música, la educación y muchas más, están muy influidas por factores sociales. Aún a quien consideramos atractivo, de quien nos enamoramos y con quien nos casamos, no constituye estrictamente una elección individual. Las ideas acerca de la belleza personal están estructuradas por las fuerzas sociales que condicionan las ideas sobre la belleza de una pintura o una escultura. Por lo menos, nuestro lugar en la sociedad determina los tipos de personas que más probablemente encontremos. En el propio caso del alumno, el hecho de que esté asistiendo a una universidad incrementa significativamente las posibiliades de que tendrá un noviazgo y se casará con una persona estudiada y educada en la universidad. El amor, entonces, no es una cosa tan misteriosa como los poetas proclaman que lo es. Al igual que todos los sentimientos humanos, es parcialmente gobernado por las fuerzas sociales. La sociología, el estudio de la sociedad humana y el comportamiento en los contextos sociales, es una ciencia dedicada a revelarle estas fuerzas sociales a la gente. Los sociólogos ven más allá de la psicología individual y de los casos ideosincráticos, hacia la mayoría de los patrones recurrentes en las actitudes y acciones de la gente y hacia cómo esos modelos varían en el tiempo, en las culturas y los grupos sociales. En la medida en que el alumno aprenda a adoptar una perspectiva sociológica, llegará a ver que no es tan sólo un actor envuelto en su drama personal. En vez de esto, a menudo se encontrará atrapado por grandes fuerzas sociales, y se ejecutará su papel en un escenario social más amplio. Y que las cosas que haga puede, a su vez, influenciar las acciones de los demás, quizá aún alentando un nuevo modelo social que va a desarrollarse. Una perspectiva sociológica permite ver estos procesos sociales en acción. En la siguiente sección describiremos más exactamente lo que esta perspectiva comprende.
LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA Hechos sociales y causas sociales La idea de que gran parte de la experiencia humana está estructurada por fuerzas sociales no provenien-
tes del quehacer individual, ocupó, un importante lugar en los escritos de Emilio Durkheim sociólogo francés, pionero del siglo XIX. Durkheim describió lo qué el llamó hechos sociales, propiedades de la vida de grupo que no pueden ser explicadas por las acciones, por los sentimientos o por las características de las personas individualmente. Por ejemplo, muchos de los atributos personales que consideramos físicamente atractivos son definidos por la sociedad, no por el individuo. Pensemos tan sólo en las tendencias de la moda femenina en los últimos dos siglos (desde los apretados corpiños y las caderas abultadas del siglo XIX hasta las lisas y aplanadas formas de los años 20) para ver cuántas ideas acerca de la belleza están prescritas socialmente. Enamorarse también constituye un hecho social en el cual la manera en que actuamos cuando estamos enamorados es algo que aprendemos de nuestra cultura, de libros, revistas, películas, espectáculos de televisión, de la letra de las canciones y así sucesivamente. De hecho, en algunas partes del mundo, el a veces deleitoso y obsesivo comportamiento que llamamos "estar enamorado", es virtualmente desconocido. La selección de una esposa o de un marido se considera mucho más como una disciplina práctica. El amor romántico, entonces, como cualquier convicción, actitud o comportamiento que comparten las personas en una sociedad, es producto del grupo social; en pocas palabras, es un hecho social. (Luhmann 1986; Brain 1976). Otro tipo importante de hecho social es la tasa o proporción de algunos fenómenos sociales, es decir, el número de casos dados que se encuentran en una población. Una tasa de crímenes es un hecho social, como lo es la tasa de natalidad, la proporción de matrimonios, o la venta de automóviles. Aunque cada una de estas comprende la suma de casos individuales, la proporción global suministra una nueva información muy importante. Revela los modelos sociales que no serían manifiestos al analizar algunos casos aisladamente. Sin duda que generalizar de uno o dos casos es una vía muy riesgosa para determinar la proporción de alguna cosa. Supongamos, por ejemplo, que usted viene de una familia pobre, pero tiene un tío rico que se hizo rico gracias a su trabajo tesonero y a la habilidad en los negocios. Si usted concluye que este es el camino por el que la mayoría de la gente rica consigue su dinero, podría estar equivocado. La mayoría de los estadounidenses ricos heredaron una parte sustancial de su fortuna, y la mayoría de aquellos que amasaron su riquezas por sí mismos empezaron desde la base de la clase social media. Estas proporciones estadísticas son hechos sociales que pueden conocerse sólo estu-
APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA
La sociología es una disciplina extremadamente amplia que puede ayudar a entender todos los campos de la interacción humana, incluyendo (esquina superior izquierda) la oficina como un medio ambiente social; (superior derecha) la cacería como un evento deportivo; (centro izquierda) una campaña política; (centro derecha) la preparación para una ceremonia religiosa; (inferior izquierda) el aprendizaje de las culturas tradicionales; (inferior derecha) un proyecto de agricultura comunitaria (comunidad agricultora). (Superior izquierda: Lawrence Migdale/Photo Researchers, Inc; superior derecha: Jean-Claude Lejeunel/EKM-Nepenthe; centro izquierda: Charlie Cole/Picture Group; centro derecha: Jill Lesser Bilderberg/The Stock Market; inferior izquierda: Ray Ellis/Photo Researchers, Inc.; inferior derecha: Mathias Oppersdorff/Photo Researchers, Inc.)
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LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
Las personas en todas ¡as sociedades interactúan como seres sociales. Tales encuentros generan, estructuran y mantienen nuestras actitudes y acciones. (Superior: Sepp Seitz/Woodfin Camp & Associates; centro: Carl Frank/Photo Researchers, Inc.; inferior Joel Gordon).
diando una muestra significativa de la totalidad de la población rica, no sólo un puñado de gente opulenta. Además de identificar los hechos sociales, los sociólogos también buscan determinar las fuerzas sociales que las producen. Por ejemplo, si un soció-
logo observa que existe una proporción alta de crímenes en un vecindario en particular, él o ella buscaría explicaciones de tipo social, causas para un hecho en particular que forma parte de los aspectos de la vida en comunidad. Tales causas podrían incluir una alta tasa de pobreza, un bajo nivel de protección policial y la presencia de conflictos de grupos raciales o étnicos. Los sociólogos, en otras palabras, buscan explicar hechos sociales en función de otros fenómenos sociales. Una tasa de criminología, un modelo de matrimonio, un gusto en el arte o en cualquier cosa: si es un hecho revelado a través de la observación colectiva de la gente, se supone que tiene causas sociales. Este supuesto es ya una parte importante dentro de la perspectiva sociológica. El énfasis de la sociología en los hechos sociales y en las causas sociales ayuda a distinguirla de otras disciplinas interesadas en el comportamiento humano. La economía se interesa en primera instancia en la producción y el intercambio de bienes y servicios, incluyendo el uso del dinero y otras formas de propiedad. La sicología se centra principalmente en el individuo, y está relacionada tanto con las influencias internas sobre su comportamiento (constitución biológica, aprendizaje, emociones, motivación), como en las externas. La antropología subraya las pequeñas sociedades tradicionales. La ciencia política se especializa en el estudio del gobierno, la administración pública, y el ejercicio del poder, así como en el estudio de los conflictos y la manera como deben resolverse. Algunos investigadores de cada una de estas disciplinas trabajan sobre temas que se superponen unos a otros. Esto es especialmente cierto para los sociólogos, cuya disciplina es más amplia que cualquiera de las otras ciencias sociales. La inmensa extensión de los temas que los sociólogos estudian incluyen las relaciones interpersonales, las familias, las comunidades, los pequeños negocios, las inmensas corporaciones, las escuelas, las religiones, los gobiernos, las relaciones entre la gente de culturas diferentes, las fuentes de la desigualdad social y la efectividad de las políticas públicas. Este amplio espectro de temas ayuda a hacer de la sociología un campo fascinante.
La imaginación sociológica El énfasis sociológico sobre los hechos sociales y sobre las causas sociales, ofrece a las personas una nueva forma de mirarse a sí mismas. Los sociólogos nos indican que para entendernos y comprender nuestras experiencias personales debemos entender nuestra sociedad, tanto su pasado como su presente, como también nuestra ubicación dentro de ella. El distinguido sociólogo estadounidense C. Wright
APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA
Mills denominó a la habilidad para adoptar esta perspectiva como la imaginación sociológica. "La imaginación sociológica", explicaba Mills, "nos permite comprender la historia, la biografía y la relación entre ambas, dentro de la sociedad. Este es su objetivo y su futuro... El primer fruto de esta imaginación —y la primera lección de las ciencias sociales que la comprenden— es la idea de que el individuo puede entender su propia experiencia y medir su propio destino solamente si se ubica dentro de su período; puede conocer sus propias oportunidades en la vida dándose cuenta de las que tienen todos los individuos en sus circunstancias" (Mills 1970, p. 12). Un buen ejemplo de la imaginación sociológica es la habilidad para comprender nuestras oportunidades de encontrar un empleo después de graduarnos en la universidad. Supóngase que usted es mujer, con un grado en ciencias. Sus perspectivas de empleo dependen de algo más que tan sólo de habilidades y motivaciones personales, dependen del estatus de todas las mujeres en la sociedad y de los roles considerados como apropiados para ellas. Usted es afortunada porque en los últimos 30 a 40 años las actitudes con respecto a la mujer dentro del campo laboral han cambiado. Mientras que una mujer de los años 50 era considerada como algo "extraña" si quería obtener un grado en ciencias, esa actitud ya no prevalece. Existen aún muchos obstáculos que dificultan el que una mujer alcance la cima en los campos científicos, pero la mayoría de la gente ya no cuestiona el deseo de una mujer para hacerlo. Este cambio en las actitudes es producto de muchas fuerzas sociales, incluyendo una organización económica cambiante, un aumento en la tasa de divor-
Galileo, pintado aquí en un juicio frente a la inquisición, ayudó a llevar a la Europa del siglo XVIII dentro de una nueva era del conocimiento científico, con los descubrimientos hechos a través de la experimentación y de la observación. (The Bridgeman Art Library/Art Resource).
cios, una creciente demanda de personal científico y técnico, y la influencia de un movimiento importante en pro de los derechos de la mujer. En cualquier caso, las posibilidades de que usted pueda encontrar un empleo estimulante en las ciencias, son mucho mejores de las que existían cuando su madre tenía su misma edad. La imaginación sociológica le permite entender por qué. A lo largo de este libro la imaginación sociológica nos capacitara para vernos y a nuestra experiencia dentro del contexto de las fuerzas sociales. Ciencia, sociología, y sentido común A lo largo de la historia ciertas personas han sido respetadas por su conocimiento de las costumbres sociales y por la forma como operan las relaciones humanas. Pero solamente en la edad moderna se ha llevado a cabo un estudio de la sociedad siguiendo un método de investigación cuidadosamente organizado y sistemático que reduce la probabilidad de que algunos hechos sean pasados por alto o que algunas causas sean insuficientemente comprendidas. Esto quiere decir que se recoge la información, se estudia y se analiza de acuerdo con los prinicipios y procedimientos de la ciencia moderna. El método científico empezó a surgir en el siglo XVII, en la época de Galileo y Newton. La sociología se creó como parte del desarrollo y expansión de las ciencias que continuó en los siglos XVIII y XIX. Algo fundamental para el método científico es la minuciosa recolección de datos (hechos, estadísticas, resultados de estudios y otras partes de información observable). Estos datos se almacenan y ponen a disposición de otros investigadores, de tal
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LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
forma que su precisión pueda verificarse. Los datos son la materia prima de la ciencia y son la base de las teorías científicas. Una teoría es una explicación sistemática y formal de cómo dos o más fenómenos se relacionan entre sí. Las teorías científicas usualmente tratan de indicar la causa y el efecto; dicen cuáles factores están causando otros y cuáles de las diferentes causas son las más importantes. Algunas teorías sociológicas son muy estrechas; enfocan únicamente un pequeño aspecto de la vida social, explorando frecuentemente la relación entre solo dos factores dentro de un marco bastante específico. Estas se denominan teorías locales. Un ejemplo es la teoría de que el prejuicio dentro de un grupo es producto de la intensa competencia por recompensas escasas y valiosas (tierra, empleo, ingresos, prestigio y así sucesivamente). En el otro extremo, se encuentran las teorías sociológicas que tratan de explicar cómo diversos factores sociales se complementan. Las más amplias se denominan teorías generales, mientras que aquellas que lo son menos se denominan teorías intermedias. Sin embargo, todas las teorías, independientemente de sus alcances, deben examinarse sistemáticamente antes de que puedan ser aceptadas tentativamente. Dicho examen incluye estudios de comportamiento y observación sobre si los resultados coinciden con las predicciones de la teoría. De esta manera, las teorías carentes de fundamento pueden revisarse o descartarse. Debido a que el conocimiento sociológico se crea usando procedimientos sistemáticos y científicos, difiere del conocimiento basado en el sentido común. Los juicios del sentido común acerca de la sociedad y de las relaciones sociales, se derivan de las experiencias personales de la gente. Como tales, están profundamente predispuestos por los límites de esa experiencia, porque la mayoría de la gente encuentra personalmente sólo algunas de las condiciones sociales y fuerzas que en realidad existen. Los puntos de vista del sentido común también están limitados en el sentido de que nunca se encuentran organizados dentro de teorías sistemáticas y por esto nunca se verifican en cuanto a la precisión que tienen con respecto a todos los hechos conocidos. La ciencia, por el contrario, va más allá del sentido común al ir acumulando metódicamente gran cantidad de datos y al ir examinando rigurosamente todas las explicaciones plausibles de la información observada. Esto no quiere decir que las ideas del sentido común sean siempre incorrectas. Algunas veces nuestras nociones intuitivas sobre cómo trabaja la sociedad, resultan ser bastante exactas. En otras oca-
siones, los juicios de nuestro sentido común están equivocados, o contienen tan sólo una parte de la verdad. El problema es que sin métodos científicos no podemos decir cuándo estamos en lo correcto y cuándo no. Intentemos por ejemplo, determinar la precisión de estas tres sentencias del sentido común: ¿VERDADERO O FALSO? La mayoría de la gente con subsidio social podría mantenerse por sí misma si tuvieran que hacerlo. ¿VERDADERO O FALSO? Una vez que la gente llega a ser pobre, se queda pobre. ¿VERDADERO O FALSO? Después de la Segunda Guerra Mundial los negros pobres comenzaron a abandonar las ciudades del Sur para ir a las ciudades del Norte porque las asignaciones del subsidio social eran mayores allá.
Aunque millones de estadounidenses creen que las afirmaciones del sentido común son verdaderas, la investigación científica demuestra que son falsas (Rosenbaum 1977; Schiller 1980, 1981). Por ejemplo, al contrario de la convicción popular, aproximadamente todos los que reciben subsidio social son madres con niños pequeños, o los niños mismos, o la población anciana. La mayoría de estos individuos no están capacitados para emplearse fuera de su casa. Igualmente, aunque mucha gente supone que la pobreza es casi siempre una condición permanente, a menudo este no es el caso. Existe sin duda una categoría de pobreza absoluta, pero existen también familias que caen en la pobreza temporalmente (debido a que fueron despedidos del trabajo por un período prolongado, por ejemplo, o debido a una seria enfermedad). Así, cada año cerca de 10 millones de familias de los Estados Unidos permanecen por debajo de la línea de pobreza oficial, mientras que otros diez millones la suben por encima de ella. Finalmente, la idea del sentido común de que los pobres sienten atracción por las ciudades del Norte para captar mayores asignaciones del subsidio social es también cuestionable. Un estudio de seis ciudades del norte de Estados Unidos con grandes poblaciones de gente negra, reveló que los negros del Sur que habían migrado hacia allá estaban menos necesitados de recibir subsidio social que lo que estaban los negros que habían nacido en aquellas ciudades (Rosenbaum 1977, p. 3). Actualmente, por otra parte, la migración negra ocurre con mayor frecuencia del norte hacia el sur, a pesar de que las asignaciones del subsidio social son más bajas en los estados del sur del país. (Clark, 1985). Estos resultados muestran claramente el valor de los métodos científicos para poner a prueba la validez de los juicios del sentido común y para la acu-
APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA
mulación de un conjunto de información confiable. Las ideas del sentido común pueden proporcionar valiosos pálpitos acerca de cómo funciona la sociedad, pero aquellos deben ponerse bajo el escrutinio de la ciencia. Los métodos de la ciencia son, por tanto, una parte vital de la sociología.
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estudiante seminarista para el sacerdocio. Claramente, ambos niveles de análisis son contribuciones importantes a nuestra comprensión global del mundo social. Ignorar uno cualquiera nos daría una visión muy desproporcionada de lo que significa el análisis sociológico.
Niveles del análisis sociológico A lo largo de este libro veremos también dos niveles principales del análisis sociológico. Uno de ellos es el micro nivel de análisis (a pequeña escala) o microsociología. Este se enfoca principalmente hacia los patrones diarios de comportamiento y a las interacciones cara a cara. El estudio de cómo los alumnos y profesores manejan una serie de relaciones sociales en un salón de clase universitario es un ejemplo de investigación a un micro nivel. Los microsociólogps exploran la interacción humana en cualquiera de los cientos de diferentes marcos posibles. Un sociólogo que hace investigación en un micronivel podría explorar las interacciones entre hombres y mujeres en un bar de solteros, las de los niños en un campo de verano, o las de los trabajadores en una línea ensambladora. Las posibilidades son ilimitadas. Ningún aspecto de la vida social es demasiado pequeño para este nivel de investigación sociológica. Los investigadores pueden enfocar sus microscopios sociales hacia los más diminutos detalles de la vida diaria, revelando patrones que nunca antes eran evidentes. El segundo nivel principal es el macro nivel de análisis (o a gran escala) o macrosociología. Se enfoca hacia la totalidad de las situaciones sociales, hacia cómo están estructuradas y hacia qué efectos tienen a largo plazo. El estudio de las funciones de la educación superior en la sociedad estadounidense es un ejemplo de la investigación a un macronivel. También lo es el estudio de cómo la educación superior ayuda a mantener el sistema de clases sociales. Otros estudios a nivel macro se concentran sobre la política, la economía, los negocios, la religión, la ciencia, la tecnología, el sistema del cuidado de la salud y muchos otros aspectos a gran escala de la vida social. Los estudios sociológicos a nivel macro y micro se complementan con frecuencia unos con otros. Consideremos los estudios de la Iglesia católica, por ejemplo. Los macrosociólogos podrían preguntar cómo las políticas de la iglesia sobre el control de natalidad afectan a Latinoamérica o cómo el liderazgo de la iglesia ejerce su autoridad en las regiones lejanas de la tierra. Los microsociólogos, por el contrario, podrían observar cómo la creencia en las enseñanzas de la iglesia afectan el comportamiento diario de una persona, o cómo se capacita un joven
INTERROGANTES SOCIOLÓGICOS BÁSICOS En 1916 Clarence Saunders, un tendero de Memphis, Tennessee, abrió su primer almacén Piggly Wiggly, una innovación en las ventas minoristas de alimentos. Saunders llamó a su nuevo establecimiento almacén de "autoservicio" debido a que los clientes seleccionaban su propia mercancía; no eran atendidos por vendedores como en otros almacenes de comestibles. ¿Pero cómo iban los clientes de Saunders a encontrar los productos que ellos querían sin la ayuda de un tendero? Para resolver este problema a Saunders se le ocurrió un innovador sistema. Instaló un torniquete a la entrada del almacén que colocaría en línea a. los clientes al comienzo de una serie de pasillos y estantes. El laberinto se extendía a lo largo de un camino que la gente tenía que seguir, pasando frente a cada uno de los estantes para ver todo lo que había en ellos. Al final del laberinto, los clientes salían por otro torniquete que los conducía a una registradora donde un solo empleado marcaba los precios en la máquina. Tan exitoso fue el concepto de ventas al por menor de Saunders que en tan sólo seis años había construido e instalado más de 1200 almacenes Piggly Wiggly. Quien
Los almacenes Piggly Wiggly fundados por Clarence Saunders contribuyeron a transformar las ventas de alimentos al por menor. El nuevo concepto de autoservicio tuvo amplios efectos sobre la comunidad de los negocios y sobre el comportamiento del consumidor. (Cortesía de Piggly Wiggly Corporation.)
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LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
quiera que haya vivido o viajado por el sureste de los Estados Unidos, sabe que la cadena de almacenes Piggly Wiggly aún florece. Aunque la disposición original del almacén se modificó hace tiempo, la idea básica de Saunders puso los cimientos para el diseño de los supermercados modernos. Los almacenes Piggly Wiggly ayudaron a marcar el comienzo de una nueva era en la venta de alimentos al por menor. No solamente puso en marcha Saunders el concepto del "autoservicio", sino que también creó el concepto de una cadena de almacenes apropiados o acreditados por una compañía matriz que centralizó la totalidad de la compra de mercancías. Otra exitosa cadena de ventas de comestibles que comenzó en esta era fue la Great Atlantic and Pacific Tea Company, más conocida como la
A & P. Esta se expandió de 67 almacenes en 1876, a más de 1000 para 1915 y algo más de 15000 para los años 30. La década de los años 20 vio la creación del primer "supermercado" verdadero, un gigantesco establecimiento llamado el Palacio de Cristal en San Francisco. La construcción comprendía más de un acre y medio de pisos y tenía un estacionamiento que bien podía albergar más de 4 mil automóviles. Al final de los años 30 el Palacio de Cristal rompió los records de ventas: 365 toneladas de manzanas en un solo año, 5 vagones de huevos en un solo mes, ¡5 toneladas de azúcar en tan sólo una hora! Era claro que la era del gran mercado masivo de alimentos había llegado. Pero esta tendencia hacia las ventas al por menor de alimentos no estaba privada de resistencias. Los propietarios de los pequeños almacenes de comestibles se organizaron para oponerse contra el creciente poder de los grandes vendedores de alimentos al detal y contra la creciente sistematización en cuanto al procesamiento de los clientes y de las mercancías. Un oponente, la Asociación Nacional de Tenderos Minoristas de Comestibles, apoyaron medidas que refrenaran el poder de las grandes cadenas de almacenes. Estas incluían impuestos especiales para reducir las ganancias de las cadenas de almacenes y leyes para restringir el número de tales entidades que pudieran construirse en cualquier área dada. La mayoría de los estados eventualmente legislaron de modo favorable a los pequeños tenderos. Pero esto no fue suficiente para controlar las tendencias del mercado alimenticio, que ya se habían iniciado. Actualmente, las grandes cadenas de supermercados cuentan con algo así como un 95% de la ventas de alimentos al por menor. En años recientes sus almacenes han crecido más que nunca, con una mayor variedad en los nombres de las marcas y en la clase de mercancía puesta a la venta. El proce-
samiento sistemático de mercancías y de clientes también se ha ampliado con el uso del escanógrafo de rayos láser que lee los códigos de barra de los paquetes con el fin de tabular las cuentas y mantener el control de inventarios. Debido a que la mayoría de los estadounidenses encuentran este sistema de compra de alimentos muy económico y eficiente, las grandes cadenas de almacenes de comestibles permanecen como un rasgo distintivo de nuestra sociedad. Esta breve historia del supermercado moderno (basada en Beniger, 1986) es algo más que una historia interesante: es una excelente forma de entrar en dos cuestionamientos sociológicos básicos que nos proporcionan una estructuración para pensar acerca de los temas presentados en este libro y en el mundo social que nos rodea. La primera pregunta es: ¿qué mantiene unida a la sociedad? En otras palabras, ¿cuál
es el factor principal que une a los individuos y grupos dentro de una totalidad social? La segunda pregunta es esta: ¿cuál es la relación entre el individuo y la
sociedad? ¿Están los individuos constantemente comprometidos en la creación de la sociedad en la que viven? ¿O es más preciso decir que la sociedad configura el comportamiento individual y limita las opciones abiertas a la gente? En las siguientes secciones vamos a considerar las respuestas que han surgido para cada uno de estos interrogantes.
¿Qué mantiene unida a la sociedad? Algunos sociólogos dirían que los cambios del siglo XX en las ventas minoristas de alimentos fueron el resultado de ajustes automáticos dentro del mercado alimenticio; ajustes que originaron una distribución de alimentos que permitiera responder mejor a las cambiantes necesidades de los estadounidenses. Desde este punto de vista, una cadena de almacenes como Piggly Wiggly, o la A & P, o un supermercado gigante como el Palacio de Cristal, son solamente una parte funcional entre tantas de un sistema social y económico más grande. Cada parte cumple una determinada función dentro de ese sistema: el cultivo o cría del alimento, su procesamiento y empaque, el transporte hasta el mercado y hasta los estantes de la tienda de comestibles, el transporte hasta la despensa del consumidor. A medida que las condiciones sociales y las necesidades del consumidor cambian, estas partes funcionales y su interrelación tienden a ajustarse. El resultado es un sistema integrado que permanece unido porque sus partes juegan papeles complementarios. Igualmente, el mismo grupo de sociólogos argumenta que la sociedad como un todo se mantiene unida de la misma forma -a través de la interacción
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de partes complementarias. Los sociólogos que sostienen esta opinión tienen lo que se denomina una perspectiva funcional sobre la integración social. Ellos consideran que la sociedad está unida por un proceso automático de autorregulación, en el cual muchas partes diferentes (negocios, gobiernos, familias, escuelas, etcétera) desempeñan funciones diferentes, evolucionando de tal forma que trabajan juntas en forma integrada. Estos sociólogos reconocen que surgen conflictos y desorganización. Las condiciones cambian y una parte de la sociedad en particular (por ejemplo un sistema económico que falla) quizá no puede solucionar las necesidades actuales de la gente. Desde una perspectiva funcional, sin embargo, tales incidentes son períodos temporales de reajuste. Según el punto de vista funcional, la sociedad tiene una tendencia natural a desarrollarse hacia un estado de integración funcional en el cual sus diferentes partes encajan dentro de una totalidad que opera en forma continua. Pero otros sociólogos tienen una respuesta muy diferente para responder a la pregunta de qué mantiene unida a la sociedad. Al analizar las tendencias en las ventas minoristas de alimentos en el siglo XX, argumentarían que la perspectiva funcional deja por fuera el importante papel que juega el poder. En el proceso de labrarse su enorme participación en el mercado de los alimentos, las grandes cadenas de supermercados ejercieron un poder sustancial sobre sus pequeños competidores. La practica de rebajar los precios considerablemente para atraer más clientes, es algo que una gran compañía puede hacer más fácilmente que una pequeña. Es la manera como una gran corporación puede flexionar sus músculos económicos. Desde esta perspectiva, la pequeña tienda de comestibles y la inmensa cadena de supermercados se encuentran dentro del conflicto natural del uno con el otro y en este conflicto la cadena grande y poderosa está destinada a prevalecer. A pesar de la resistencia de los propietarios de los pequeños almacenes, la enorme cadena de supermercados se encuentra en posición de encaminar los resultados económicos a su favor. Este ejercicio del poder por parte de aquellos que controlan los recursos importantes, se considera como el factor principal que estructura y mantiene el orden social. Este énfasis sobre el papel que juega el poder es el punto de arranque de la perspectiva del poder. Los sociólogos que manifiestan este punto de vista ven el conflicto como el estado natural e inevitable de los asuntos sociales en que las diferentes gentes o grupos y organizaciones luchan por ganar la partida. En esta lucha los pocos privilegiados que controlan la mayor parte de los recursos son los que están
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más posibilitados para ganar en últimas y configurar la sociedad para su propia ventaja. Entonces, a través de su continuo ejercicio del poder, persuaden u obligan al desventajado a aceptar el orden social establecido. Desde esta perspectiva, la ideología de la libre empresa, a menudo elogiada por los ricos y poderosos, puede ser considerada como una racionalización conveniente para perpetuar sus privilegios económicos. Claramente, los sociólogos no están de acuerdo sobre qué mantiene unidas a las sociedades más grandes. Dadas estas opiniones encontradas sobre la pregunta básica del orden social, no es sorprendente que los sociólogos tengan diferentes expectativas al estudiar cualquier elemento de la sociedad o de las relaciones sociales. Por ejemplo, los sociólogos que asumen una perspectiva funcional esperarían encontrar que los dispositivos sociales más permanentes (la familia, el sistema de educación, la economía, etc.) hicieran al menos alguna contribución a la integración y a la estabilidad social. Los sociólogos orientados hacia el poder tendrían la expectativa de encontrar que los indicadores sociales permanentes fueran el resultado de algún grupo o individuo en una posición poderosa y dominante, que ejercen el control sobre grupos o individuos subordinados. ¿Cuál es la relación entre el individuo y la sociedad? En respuesta a nuestra segunda pregunta sociológica básica, algunos sociólogos subrayan la importancia de la estructrura social. La estructura social es simplemente la forma en que la gente, los grupos y las instituciones están organizados entre sí. Se cree que la organización estructural está allí para influir sobre el comportamiento, o por lo menos, para limitar las posibilidades abiertas a la gente. Volviendo a nuestro ejemplo de las tendencias en el mercado alimenticio, los sociólogos que hacen énfasis sobre la estructura social, averiguarían las diferentes formas en que los factores estructurales configuraron las decisiones de los propietarios de los almacenes. Por ejemplo, el factor estructural para una población estadounidense cada vez mayor hizo que hombres como Clarence Saunders aprovecharan las economías de escala (eficiencias que surgen de manejar los grandes negocios tales como una cadena de almacenes). Desde esta perspectiva los supermercados no aparecen súbitamente. En cambio, constituyen el producto de fuerzas sociales estructurales que hacen rentables a los grandes almacenes. Y una vez establecidos almacenes de autoservicio como el Piggly Wiggly, hacen estallar una reacción en cadena de otros cambios inducidos estructuralmente en la ven-
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ta de alimentos. Por ejemplo, una vez se adoptó la costumbre de exhibir los productos en los estantes de los almacenes, en lugar de ser vendidos por los empleados, se estimuló a los productores para que diseñaran paquetes tentadores pensados para "venderse por sí solos". De esta manera, los tarros de café actualmente anuncian que su grano se ha "cultivado en las montañas"; las envolturas del pan ilustran tajadas de pan que supuestamente ayudarán a los niños a "tener cuerpos fuertes"; y la etiqueta sobre una barra de jabón anuncia que el contenido es "99.44% puro". Si no fuera por el desarrollo del almacén de autoservicio, es muy poco probable que esta publicidad en los anaqueles hubiera evolucionado. De los sociólogos que se concentran en los aspectos estructurales de los fenómenos sociales, se dice que han adoptado una perspectiva estructural, según la cual, los gustos o preferencias de la gente pueden explicarse por fuerzas sociales que surgen de la forma en que se organiza la sociedad. Estas fuerzas sociales son consideradas como algo externo al individuo, como algo más permanente que él y como algo muy difícil de cambiar por parte del individuo. Aunque la gente es muchas veces inconsciente de la existencia de estas fuerzas sociales (como por ejemplo la influencia del fondo educativo y social sobre los gustos artísticos), nuestro comportamiento está muy constreñido por ellos. Las fuerzas que se originan en la estructura externa de la sociedad permanentemente limitan nuestras preferencias
y hacen que pensemos u actuemos en forma predecible. En contraste con la perspectiva estructural encontramos la opinión que mira el otro lado de la relación entre el individuo y la sociedad. En lugar de discutir sobre cómo el comportamiento individual es el producto de fuerzas sociales, insiste en el hecho de que la acción está creando permanentemente los indicadores sociales que constituyen la sociedad. Clarence Saunders, por ejemplo, el fundador de Piggly Wiggly, no fue exactamente un producto de su tiempo; fue, además, un innovador muy imaginativo que resolvió creativamente el problema de cómo manejar a los clientes por medio de un almacén de autoservicio. Las acciones de Saunders, a su vez, influenciaron mucho más que su mundo inmediato. Estas ayudaron a cambiar en forma dramática la manera como se comercializarían los alimentos en nuestra sociedad. Los sociólogos que analizan el fenómeno en esta forma, están adoptando lo que se conoce como una perspectiva de acción. Los sociólogos orientados hacia la acción consideran que es un error mirar la sociedad como algo estrictamente externo a las personas. Insisten en que la sociedad siempre está configurada por la acciones de los individuos. Aunque estas acciones están frecuentemente influenciadas por las fuerzas sociales, no peligran en sucumbir ante tales fuerzas como si fueran robots. Al contrario, el comportamiento humano es un proceso creativo basado en la forma como las personas interpretan y reorientan estas fuerzas sociales. De acuerdo con la perspectiva de la acción, entonces, una tarea central de la sociología es la interpretación de las creencias subjetivas y de las expectativas en las que se basa la acción del individuo. Resumen
En esta fotografía la acción individual se ejecuta tanto en la decisión del conductor como en la del peatón, sobre dónde y cuándo seguir adelante. Pero cuando uno se detiene para mirar el conjunto de la fotografía, se le presenta una estructura definida o modelo. Igual ocurre con la relación social entre el individuo y la sociedad. Las fuerzas sociales están organizadas en tal forma que limitan el comportamiento individual y los individuos hacen sus propias escogencias y se comportan en tal forma que, a su vez, configuran la sociedad. (Charles Harbutt/Archive Pictures, Inc.)
Existen dos interrogantes básicos que ayudan a encuadrar los esfuerzos de los sociólogos para entender la sociedad y el comportamiento social. Estos interrogantes se aplican bien sea que el sociólogo trate de entender un enorme cambio social, tal como sería el surgimiento del capitalismo, o bien en situaciones más específicas, como el desarrollo de grandes cadenas de supermercados. El primer interrogante se refiere a aquello que le permite a la sociedad permanecer unida. ¿Qué es lo que permite el mantenimiento del orden en las relaciones sociales? La respuesta a este interrogante tiende a enfocarse hacia uno de los dos factores o quizá hacia una mezcla de ambos. Un factor es la integración funcional, la tendencia natural de las partes a mantenerse unidas como un todo, porque juegan papeles complemen-
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tarios. El otro factor es el ejercicio del poder social, la habilidad de una persona, de un grupo o de una organización para dominar a otro. El segundo interrogante básico se refiere a la relación entre el individuo y la sociedad. ¿Hasta dónde las fuerzas sociales configuran el comportamiento del individuo y hasta dónde las acciones del individuo configuran a la sociedad? De nuevo, las respuestas tienden a enfocarse hacia uno de los dos factores o hacia la mezcla de ambos. El primer factor es la estructura social, la organización de la sociedad, que limita en forma sustancial las opciones abiertas a las personas. El segundo factor es la acción individual, la tendencia de las personas a interpretar el mundo que les rodea, a hacer sus propias selecciones y a comportarse en formas frecuentemente distintivas que influyen en la sociedad. Así pues, para responder al interrogante de qué es lo que mantiene unida a la sociedad o a algunas de sus partes, algunos sociólogos ofrecen una explicación orientada hacia el poder, mientras que la mayoría sostiene diversas posiciones intermedias. Así mismo, para responder al interrogante sobre la relación del individuo con la sociedad, la mayoría de los sociólogos apoyan las explicaciones que de alguna forma se encuentran entre una perspectiva de acción y un punto de vista basado sobre la estructura social. En efecto, pocos sociólogos toman posiciones relativamente extremas en relación con los interrogantes básicos. La mayoría trata de analizar la sociedad y las fuerzas sociales en forma tal, que se tenga en cuenta la integración del poder y la funcional, así como también la acción individual y la estructura social.
LOS ORÍGENES DE LA SOCIOLOGÍA ¿Cómo se llegó a las respuestas actuales sobre los interrogantes sociológicos básicos? Para averiguarlo, debemos mirar retrospectivamente hacia los siglos XVIII y XIX, una época tumultuosa, cuando los violentos cambios sociales como la revolución estadounidense, además de las sublevaciones de las colonias y de las cuatro revoluciones separadas de Francia, sacudieron las mentes del pueblo que alguna vez defendió las opiniones tradicionales de la sociedad. La revolución industrial, también anunció una amplia gama de cambios sociales. A medida que se levantaban las fábricas, la gente se agolpaba alrededor de las ciudades y las relaciones entre obreros y empresarios se fueron desvaneciendo en una niebla de burocracias impersonales. Las tasas de criminalidad aumentaron y parecería que se desvanecían algunos valores tradicionales. Era una época que aturdía a
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los que vivían en ella. La sociedad parecía haber sido colocada patas arriba. En estos tiempos extraordinarios, algunos pensadores talentosos trataron de dar sentido a los cambios que tenían lugar a su alrededor utilizando las herramientas de la ciencia. Al hacerlo, pusieron de moda una nueva disciplina, la sociología, término acuñado por el pensador, pionero francés, Auguste Comte (1798-1857). Cuatro grandes cambios en la era moderna contribuyeron al nacimiento de la sociología. Uno de ellos fue la transformación de las filosofías y políticas del gobierno. Por medio de guerras, matrimonios y maquinaciones políticas, los reyes de Europa extendieron su dominio sobre territorios cada vez más vastos. Empezaron a crear burocracias para administrar sus reinos en vez de gobernar indirectamente a través de una nobleza local. Como resultado, el pueblo empezó a sentirse más distanciado de sus legisladores, más separados de aquellos que controlaban sus vidas. Con gobiernos cada vez más remotos y más impersonales, el apoyo popular de las monarquías empezó a debilitarse. Aumentó el descontento a medida que el tamaño de la naciones modernas también crecía, haciendo cada vez más difícil que un rey y su corte las administraran. Cuando una masa lo suficientemente grande del pueblo sintió que el viejo orden político era insoportable, se encendieron las revoluciones y todas las formas de gobierno cambiaron. La comprensión de estos cambios turbulentos y hacia dónde podían conducir, fue una inquietud central para los primeros sociólogos modernos. Otra labor consistió en entender las difíciles transformaciones económicas que se daban simultáneamente. Las economías europeas crecieron con rapidez, no sólo en riqueza total, sino también en productividad. Los granjeros, por ejemplo, estaban capacitados para utilizar los avances tecnológicos en la siembra y en la recolección de las cosechas. Como resultado, se producían más y más alimentos con una inversión cada vez más pequeña de trabajo, lo cual a su vez reducía la demanda de trabajadores agrícolas. Miles de habitantes rurales que ya no eran necesarios en las granjas, se agolparon alrededor de las ciudades donde las fábricas fueron remplazando a los gremios tradicionales de artesanos y los talleres domésticos. Aquí las relaciones humanas eran mucho más impersonales que las que existían en las pequeñas villas rurales. Las personas ni siquiera conocían a muchos de sus vecinos y colegas de trabajo, ni mucho menos tenían un trato cara a cara con sus empleadores. La mayor parte de los trabajadores de las fábricas también se fatigaban durante largas horas por unos sueldos miserables a menudo
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La revolución industrial desarraigó un orden social predominantemente rural. El caos y la miseria que se vivían en las ciudades superpobladas del siglo XIX llevaron a muchos pensadores sociales al ensayo de buscarle un sentido a los cambios. En esta forma nació la disciplina llamada Sociología. (The Bettmann Archive)
rodeados por entornos nocivos para la salud. La gente quería saber cómo había surgido este nuevo orden social y los sociólogos pioneros trataban de proporcionarles alguna respuesta. Los primeros sociólogos también trataron de suministrar ideas acerca de la amplia diversidad que existía en las costumbres humanas y los valores alrededor del mundo. Los europeos siempre habían supuesto que sus prácticas eran naturales y correctas. Pero tan pronto como los imperios coloniales empezaron a crecer y se establecieron vínculos distantes de comercio, se llegó a la conclusión clara de que no todo el mundo compartía el modo de vida europeo. Los europeos querían saber qué hacer con las otras culturas acerca de las cuales escuchaban tantos rumores; querían entender cómo surgía un conjunto de creencias y costumbres. También querían comprender las implicaciones para su propia sociedad. Quizá las prácticas europeas no eran los imperativos morales que parecían ser. Quizá solamente eran opciones de organización social que podían cambiar con el tiempo.
Finalmente, los primeros sociólogos querían entender las nuevas formas en que la gente empezaba a reflexionar sobre sí misma y su mundo. Cada vez más los seres humanos se vieron como criaturas racionales, no como esclavos de la superstición y las emociones y como criaturas racionales, podían aplicar los métodos sistemáticos de la ciencia al ordenamiento y comprensión de sus vidas. Los sociólogos fueron a la vez producto de este nuevo enfoque racionalista y observadores del mismo. Formaban parte de la corriente científica que estaba azotando al mundo moderno y fueron los académicos quienes se empeñaron en darle una perspectiva histórica. En resumen, las enormes transformaciones que sacudieron a Europa y a Norte América en los siglos XVIII y XIX proporcionaron el gran "empuje" que llevó a la creación de la sociología. Estas transformaciones resultaron muy perturbadoras para quienes las estaban viviendo y crearon problemas sociales de una magnitud nunca antes conocida. La gente tuvo que admitir que las ideas del sentido común acerca del mundo social resultaban inadecuadas. Lo que se necesitaba en cambio, era un gran cuerpo de información sobre los hechos puesto en perspectiva mediante teorías acerca de la sociedad sistemáticamente verificadas. Los primeros sociólogos reunieron esta información y elaboraron estas teorías. Sus ideas acerca de lo que permite la coherencia de la sociedad y acerca de la relación entre la sociedad y el individuo, llevaron a la cimentación profunda del pensamiento sociológico actual. En efecto, algunas de la teorías del siglo XIX y del nuevo siglo XX son las que han ejercido mayor influencia de las desarrolladas hasta ahora. En los capítulos que siguen plantearemos las cinco corrientes clásicas del pensamiento sociológico.
Teoría de la elección racional Antes de que la ciencias sociales llegaran a convertirse en disciplinas separadas, se estudiaron en conjunto con la política, la economía y otros aspectos de sociedad como fenómenos relacionados entre sí. La perspectiva más importante que desarrolló un marco de referencia para estos primeros planteamientos se denominó teoría de la elección racional. Esta teoría sostiene que al tomar las decisiones, la gente sopesa los beneficios resultantes de una acción particular contra los costos invertidos. Sólo cuando las personas perciben que los beneficios son mayores que los costos adoptan el comportamiento correspondiente. La teoría de la elección racional subraya el papel de las acciones específicas en la configuración de los hechos sociales. Como tal, ha
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contribuido al desarrollo de la perspectiva de acción en la sociología. Pero la teoría de la elección racional está más relacionada con los modelos formales de toma de decisiones racionales para predecir comportamientos sociales, que con la creatividad deslumbrante o con las diferencias culturales en el pensamiento del pueblo. Difiere entonces de otras teorías que subrayan una perspectiva de acción. Sobresale entre los fundadores de la teoría de la elección racional el filósofo escocés del siglo XVI Adam Smith (1723-1790), gestor de la economía clásica y a la vez sociólogo de gran influencia en los siglos XIX y XX. Smith (1776-1976) creía que el pueblo toma decisiones económicas (qué comprar, qué fabricar, a qué precio vender) con base en cálculos muy racionales sobre la relación entre costo y beneficio. Al hacerlo así, consideran solamente las consecuencias para ellos mismo; no piensan en los efectos de sus acciones sobre los otros. Además, en un sistema de mercado libre, Smith afirmaba que las decisiones motivadas únicamente por el interés particular conducen finalmente a la producción de suficientes mercancías para el consumidor, y al correspondiente incremento de la riqueza de la sociedad. Esto sucede porque la competencia opera como una "mano invisible" en la producción en línea, para maximizar las ganancias y para dirigir el trabajo y la inversión hacia áreas donde la demanda es mayor. La versión de Smith sobre la teoría de la elección racional incorpora la idea de la integración funcional. Smith veía a la sociedad como un sistema autorregulable en el cual muchas partes diferentes, actuando en su propio interés, se engranan conjuntamente a través de las fuerzas del mercado hasta formar un todo que funciona para el bien común. Una generación después de Smith, el filósofo Jeremías Bentham (1748- 1832), amplió el concepto de la toma racional de decisiones. Bentham(1789/1970) demostró que los humanos en todas partes están motivados para obtener satisfacción y evitar el dolor. Argumentó que la gente se esfuerza por evaluar
sus diversas experiencias para actuar de tal forma que maximice el placer sobre el dolor. Bentham estaba en desacuerdo con la opinión de Smith sobre el hecho de que, según él, la suma de las decisiones del individuo, realizadas sobre la base del interés particular, automáticamente se convierte en el mayor bien para la sociedad como un todo. Para Bentham el bien público (definido como el mayor beneficio al menor costo para el mayor número de personas), podía alcanzarse mejor por medio de una acción gubernamental científicamente planificada, lo cual denominaba "la mano visible". Bentham afirmaba que no debemos depender de la tendencia automática hacia una sociedad que funcione sin alteraciones y en el interés público. En lugar de eso, necesitamos ejercitar el poder con el fin de proporcionar el máximo beneficio a la mayor cantidad posible de población. La teoría de la elección racional que Smith y Bentham lideraron, sigue influyendo todavía sobre muchos campos de la sociología. Por ejemplo, este enfoque se aplica a la forma como en los negocios se toman decisiones mercantiles, a la forma como la gente decide invertir en más educación, y más aún, a la forma en que el joven elige a la persona con quien se va a casar. En el caso del noviazgo, considera que los individuos están confrontando una cantidad enorme de posibles compañeros de romance (Blau 1963; Becker 1976). Ellos deben, en cierta forma, decidir a quién aproximarse o de quién recibir propuestas. Esto lo hacen parcialmente sobre la base de la atracción física. Además, sopesan toda una escala de costos y beneficios relacionados con la toma de una decisión particular. Estos pudieran incluir los costos de un posible rechazo y de una reprobación por parte de sus padres, contra los beneficios de sentirse a gusto con una persona especial y con la posibilidad de aumentar el propio estatus social si aquella persona impresiona a los amigos. Desde esta perspectiva, los noviazgos son como un mercado donde la gente investiga sobre el mejor "producto"
Adam Smith creía que las escogencias nacionales de los consumidores individuales producirían una economía autorreguladora encaminada a satisfacer la demanda común de bienes. (Culver Pictures)
Jeremías Bentham creía que si a los individuos se les permitía tomar sus propias decisiones, no producirían una sociedad que funcionara sin alteraciones. Apoyaba ¡a planificación gubernamental y los controles legales para alcanzar la utilidad: el mayor bien para el mayor número de gente. (Archivo Bettmann).
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dados los recursos individuales. Aunque esta perspectiva les parecía un poco torpe a la mayoría de los estadounidenses, una investigación sugiere que los cálculos racionales influyen sobre la elección de la pareja. Más adelante mencionaremos otros ejemplos de la teoría racional.
La teoría de Carlos Marx Cinco años antes de la muerte de Jeremías Bentham nació un hombre que ayudaría a cambiar el curso de la historia. Su nombre era Carlos Marx: historiador, economista, teórico social, agitador político y revo lucionario. Carlos Marx (1818-1883) contribuyó significativamente al pensamiento sociológico y económico. También sentó las bases del comunismo mo derno. Marx (1867/1976) creía que lo más significativo de las sociedades industriales de su época era el hecho de ser capitalistas; que los medios de producción eran propiedad privada y se utilizaban para maximizar las utilidades. En opinión de Marx, este sistema económico estructuraba todos los demás aspectos de la vida social y alimentaba un conflicto permanente (tensión, desacuerdos, competencia) so bre los valores y las metas sociales. El conflicto se originó porque los capitalistas (los propietarios de la tierra, de las fábricas y de la maquinaria) podían incrementar su riqueza únicamente mediante la explotación del proletariado (los trabajadores, quienes en realidad producían los bienes económicos). Para Marx, los intereses de los capitalistas y del proletariado eran inherentemente contradictorios. El mercado competitivo obligaba a los capitalistas a reducir los salarios hasta el nivel más bajo posible con el fin de maximizar sus ganancias. Los trabajadores, por su parte, se veían crecientemente abocados a la revuelta, al derrocamiento del sistema capitalista y al establecimiento de una sociedad sin clases en la cual la riqueza fuera distribuida equitativamente En opinión de Carlos Marx, la sociedad capitalista está dominada por aquellos que controlan los medios de producción y cosechan beneficios del trabajo de otros. Esto produce una división profunda entre las clases sociales, que conduce a las luchas por el poder social y, eventualmente, a la revolución. (Archivo Bettmann).
[véase Capítulo 11 (Estratificación) y 22 (Cambio so cial).] Pero para que los trabajadores pudieran unirse y levantarse en una revuelta, argumentaba Marx, debían desarrollar una conciencia de clase, un sentido de sus intereses compartidos y de su compromiso. Mientras tanto, los capitalistas mantendrían su poder para determinar las creencias religiosas, las actividades en tiempo de ocio y las preferencias del consumidor de un proletariado oprimido. Esto alimentaría en el trabajador una "falsa conciencia", dificultándosele aún más el tomar conciencia de su condición. Por esto mismo los intereses de los capitalistas aumentarían y el sistema continuaría, los capitalistas le heredarían a sus descendientes sus propiedades y su condición privilegiada. Así, pues, para responder al interrogante de cómo se mantiene unida la sociedad, la teoría de Marx está orientada hacia el poder. Argumenta que la sociedad capitalista se mantiene unida mendiante la destreza de los capitalistas para dominar a los trabajadores. El po der, según Marx, es la fuente de la ventaja social. Para responder al otro interrogante social básico (la relación entre el individuo y la sociedad), la teo ría de Marx toma en cuenta tanto la estructura como la acción. Es estructural en el sentido en que considera las circunstancias históricas del capitalismo co mo algo que limita la mayor parte de la opciones abiertas al pueblo. Y es orientada hacia la acción en el sentido en que reconoce la capacidad de los trabajadores para unirse en la lucha de clases y para cambiar colectivamente las condiciones existentes. Marx expresó estas dos ideas cuando escribió: "Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino más bien bajo circunstancias directamente encontradas, dadas y transmitidas desde el pasado" (1852-1979, p. 103). Una de las diferencias fundamentales entre los más recientes seguidores de Marx ha sido la de si insisten más sobre los aspectos estructurales de su teo ría, o si más bien hacen todo el énfasis sobre la acción de las clases como el factor determinante del cambio social. (Gouldner, 1980).
La teoría de Emilio Durkheim Otro temprano sociólogo que tuvo inmensa influencia fue el francés Emilio Durkheim (1858-1917). Al analizar la evolución de las sociedades industriales modernas, subrayó la forma como las fuerzas sociales ocultas hacían posible la unión de las gentes, fenómeno que él denominó solidaridad social (Durkheim 1893/1984). En opinión de Durkheim existen dos formas básicas de solidaridad social: Una la soli-
APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA Emilio Durkheim creía que los vínculos sociales compartidos mantienen unida a la sociedad moderna. La confianza mutua y la interdependencia crean una "conciencia colectiva" o sea, un sentido de pertenencia y ayuda a que la sociedad se realice como un todo mayor y distinto que la suma de los miembros individuales. (Archivo Bettmann).
daridad basada en una gran participación de creencias, valores y costumbres, que Durkheim llamó solidaridad mecánica. La solidaridad mecánica es el aglutinante que une a las sociedades pequeñas, sencillas y tribales, en donde cada uno mira al mundo en idéntica forma y se compromete en actividades semenjantes. Las sociedades grandes, complejas y modernas, por el contrario, están tejidas solidariamente por lo que Durkheim denominó la solidaridad orgánica, o sea, la interdependencia que se basa en una división compleja del trabajo. En una sociedad moderna cada persona gana dinero en una ocupación especializada y luego utiliza ese dinero para comprar mercancías y servicios que otros miles de personas han producido en su rol especializado. Los vínculos sociales que este sistema crea resultan extremadamente fuertes. La gente está interconectada porque las diferencias en sus habilidades y en sus roles hacen que se necesiten para sobrevivir. Durkheim (1895/1982) argumentaba que el estudio de la sociedad está a un nivel diferente del estudio del individuo, y que la sociedad forma un todo que es mayor que la suma de sus partes. Para clarificar estos puntos utilizaba la analogía de un organismo vivo (este es el origen de la palabra solidaridad "orgánica"). El estudio de un organismo vivo, como por ejemplo, el ser humano, es diferente del estudio de las partes que componen ese organismo. Una persona total es más que la suma del corazón, los pulmones, el cerebro, el hígado, la sangre, los huesos y así sucesivamente. Existen características del sistema vivo interconectado que van más allá del conjunto de sus partes. Además podemos aprovechar el estudio de las partes y su importancia en el funcionamiento de todo el cuerpo. Resumamos las enormes contribuciones de Durkheim al pensamiento sociológico en términos de sus respuestas a nuestros dos interrogantes socio-
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lógicos básicos. Para responder al interrogante de qué es lo que hace que la sociedad permanezca unida, la perspectiva de Durkheim fue definitivamente la funcional. Argumentaba que la sociedad tiende naturalmente hacia un estado de integración funcional. El todo, en su opinión, permanece unido mediante el trabajo interrelacionado de las partes. Para responder al interrogante de la relación entre el individuo y la sociedad, Durkheim acepta una perspectiva prevalentemente estructural. Creía que la sociedad era algo externo a la gente, algo que impone límites poderosos a sus comportamientos y como algo que se resiste a los esfuerzos del pueblo para lograr el cambio social. A diferencia de muchos teóricos estructurales, sin embargo, Durkheim y sus seguidores hicieron especial énfasis sobre la cultura, sobre las ideas de la sociedad y sobre los valores. (Durkheim 1912/1965; Alexander, ed. 1988). La insistencia de Durkheim sobre la integración funcional lo condujo a creer que los orígenes de un hecho social son en cierta forma menos importantes que la función desempañada por el mismo en el orden social. Por ejemplo, Durkheim destacaba el rol social que desempeñan el crimen y la desviación: creía que en pequeñas cantidades podían ser socialmente útiles. Despiertan a la gente a la conciencia de los lazos morales que los unen y a condenar a quienes los violan. Por el contrario, las altas tasas de criminalidad y desviación tienen el efecto opuesto. Debilitan las creencias de todos en las normas y conducen a que se ponga en duda la autoridad moral de la sociedad. En opinión de Durkheim, el rápido cambio social es una de las causas de este grave problema, él describía un estado llamado anomia (sin normas) en el cual el pueblo, como resultado de un cambio rápido, pierde su conexión con la sociedad y su fe en las reglas sociales y en las instituciones. Volveremos al concepto de anomia en otras partes de este libro.
La teoría de Max Weber Max Weber (1864-1920) fue uno de los más importantes intelectuales alemanes de su tiempo. Creía que las explicaciones sociológicas deben derivarse de la comprensión de por qué el pueblo elige ciertas acciones. Esta creencia difería profundamente de la opinión de Durkheim de que la sociedad y los individuos deberían ser estudiados en diferentes niveles. Weber (1904/1949)reconoció que existen factores sociales que deben analizarse utilizando métodos científicos, pero argumentaba también que los hechos sociales son el resultado acumulado de acciones individuales.
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Max Weber enfocó su pensamiento hacia la interacción de los factores económicos, políticos y culturales en la producción de una organización social distinta del occidente moderno. El insistía en que esto dependía de que los individuos adoptaran una orientación más racional y menos tradicional hacia la acción social. (Cortesía del Centro Alemán de Información).
Esta insistencia sobre la acción individual llevó a Weber a observar más allá del comportamiento objetivo y a enfocarse sobre las creencias subjetivas de la gente, sobre sus actitudes, sus valores y sus motivaciones. Según Weber, los sociólogos deben interpretar, no sólo observar. Deben tratar de observar las acciones desde el punto de vista del actor. Esta aproximación la denominó el verstehen, que en alemán significa "comprensión con empatia". Weber insistía en que la verstehen podría ser algo sistemático. No reducía entonces el conocimiento sociológico a un asunto de opinión, sino que las explicaciones, en su concepto, tenían que ir más allá del conteo objetivo de quien en la sociedad poseía tales atributos sociales. Las explicaciones, según Weber, deben contemplar los pensamientos subjetivos y los sentimientos que conducen a la ejecución de acciones particulares. Como Marx y Durkheim, también Weber deseaba entender los rápidos cambios sociales que ocurrían en su época. Para Weber, la tendencia fundamental en la época moderna era la mayor racionalización de la acción social y de las instituciones sociales. Más específicamente, Weber (1922/1968) consideraba la historia de la sociedad occidental como un cambio de las orientaciones tradicionales (en las cuales sencillamente la gente sigue las huellas de sus antepasados), hacia unas orientaciones más racionales (en las cuales la evaluación lógica de los efectos tiende a gobernar el comportamiento) (Roth y Schluchter 1979; Brubaker 1984). Weber creía que la tendencia general hacia una racionalización cada vez mayor podría observarse en muchos aspectos de la vida social. Uno de estos era el desarrollo de la ciencia como el principal método para la adquisición del conocimiento. Para los siglos XVIII y XIX se empezó a "creer" cada vez más que la ciencia, con sus métodos racionales y sistemáticos, era superior a la simple intuición y al sentido común. Una racionalización cada vez mayor podía verse también en el aumento de la burocracia en el
gobierno, donde las leyes son la base de la autoridad. Weber creía que las burocracias eran un avance sobre las antiguas formas de gobierno en las cuales o bien se seguía costumbres informales o bien se obedecía a los mandatos del rey. Tener reglas señaladas por los representantes del pueblo, facilitaría el cambio en forma ordenada. Un tercer campo donde podía apreciarse el progreso de la racionalización, fue en el desarrollo del capitalismo. Este exige gente que analice el mercado, que maximice la eficacia de la producción, que calcule los resultados de la inversión y que cree instituciones financieras para apoyar la expansión económica, todo lo cual necesita de un enfoque lógico y racional del mundo. Para lograr esta búsqueda de las explicaciones acerca de los valores y las creencias subjetivas de la gente, Weber (1904/1958) argumentaba que las ideas de la reforma protestante jugaron un papel importante en el fomento del capitalismo durante sus primeros años. El protestantismo fortaleció el ahorro y la inversión enseñando que el desenfreno en los gastos era un pecado. También defendía el trabajo constante ("las manos ociosas son el taller del demonio") y la orientación de que el éxito económico era una prueba del favor de Dios. En esta forma, las ideas religiosas promovieron acciones individuales que terminaron el surgimiento de una nueva clase de sistema económico. Este enfoque sobre las creencias subjetivas y los valores que conducían a formas particulares de acción y a las acciones que a su vez producían ciertos modelos sociales más amplios, es el enfoque típico de Weber. Un instrumento que Weber utilizó para analizar fenómenos como el surgimiento del capitalismo, es un modelo llamado tipo ideal; este se crea para examinar las características más importantes de algunas entidades o eventos sociales. El modelo no describe necesariamente lo que existe, ni siquiera lo que debiera existir. El tipo ideal del capitalismo, por ejemplo, podría incluir la falta de intervención gubernamental aunque haya al menos cierta ingerencia del gobierno en prácticamente todos los sistemas capitalistas. Así que un tipo ideal es simplemente una abstracción que permite a los sociólogos iluminar ciertas características de un fenómeno. En la actualidad, tales modelos se siguen usando para analizar muchos factores sociales. Para responder al interrogante de la relación entre el individuo y la sociedad, Weber adoptó una perspectiva de acción. Creía que la sociedad es el producto de las acciones de los individuos. Esta orientación hacia la acción es central a su teoría. Pero Weber también expuso sus ideas respecto a lo que hace posible que la sociedad se mantenga unida. Co-
APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA
mo Marx, también creía que el pueblo lucha por el poder para determinar la naturaleza de los mecanismos sociales, incluyendo a los gobiernos. A diferencia de Marx, sin embargo, argumentaba que las agrupaciones políticas del pueblo y sus opiniones no siempre reflejan sus intereses económicos. Para Weber el pertenecer a una determinada clase económica era solamente una de las muchas identidades sociales sobre cuya base el pueblo reúne sus fuerzas. Por ejemplo, un grupo elitista podría definir a sus miembros mediante criterios no económicos, tales como un acento apropiado, una educación en los mejores colegios, tener los amigos correctos, tener los antepasados que llegaron en el Mayflower. Tales grupos de estatus tienden a predominar en la cúpula de la jerarquía social, en donde la gente tiene el interés de excluir a los demás de sus posiciones privilegiadas. Por el contrario los grupos conformados según la clase (una organización de sindicatos por ejemplo) tienden a encontrarse en la parte inferior de la jerarquía social donde la gente encuentra su fuerza en el número (Parkin, 1976). Pero cualquiera que sea su base, los grupos sociales, en opinión de Weber, luchan por el poder y por la influencia. Como Marx, Weber creía que el ejercicio del poder es fundamental para el orden social.
Teoría interaccionista Otra teoría fundamental en sociología es el interaccionismo, originado en parte de una escuela de filosofía denominada fenomenología y que se desarrolló en Europa a comienzos del siglo XX. Los sociólogos fenomenologistas deseaban salirse del enfoque unilateral sobre las generalizaciones a gran escala acerca del comportamiento social, tales como los que presentaron Marx y Durkheim. En cambio, prefirieron concentrarse en la forma como la gente subjetivamente experimenta y entiende el mundo social, así como la construcción de su propia realidad social, un enfoque algo más cercano al de Weber (Schutz y Luckman 1973). Al mismo tiempo, los fenomenologistas deseaban conocer la forma como gentes diversas llegan a participar en una definición común de la realidad. Esto condujo a un enfoque de la lengua, el medio principal a través del cual los humanos comunican sus pensamientos y sus sentimientos a los demás. El enfoque sobre la lengua y la comunicación era uno de los factores que vinculaban la fenomenología a una escuela estadounidense de sociología llamada interaccionismo simbólico. Uno de los fundadores de esta escuela fue George Herbert Mead (1863-1931), filósofo de la Universidad de Chicago, quien se dedicó a la sociología y a la psicología so-
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Las interacciones humanas diarias eran de mucho interés para George Herbert Mead. Visualizó las palabras, los gestos y las expresiones como símbolos de aquello que pensamos y sentimos; estos símbolos constituyen el verdadero cimiento de la vida social. (Cortesía de la Universidad de Chicago, Biblioteca Joseph Regenstein).
cial en los primeros años del siglo XX. Mead creía que mediante la interacción social llegamos a aprender cuál es "nuestro lugar" en el mundo social. Inclusive la identidad de una persona es una creación social, afirmó Mead (1934). Su intención en esta afirmación era que llegaríamos a conocernos ampliamente contemplando cómo los demás reaccionan hacia nosotros. Para que ocurra todo este aprendizaje social, la comunicación es esencial y toda comunicación humana siempre encierra símbolos. Esto ocurre porque los pensamientos y sentimientos de una persona no son directamente asequibles a los demás. Primero deben ser codificados en símbolos tales como las palabras, los gestos, las expresiones del rostro y los sonidos no lingüísticos que luego los demás pueden interpretar. Este proceso de la comunicación simbólica es a lo que se refiere el término interacción simbólica. El enfoque de la perspectiva interaccionista consiste en que la gente se dirige y responde a otras personas, dependiendo de la forma como ellos interpreten la situación social. Pensemos en lo que ocurre cuando un alumno se aproxima a su profesora después de clase con una pregunta. Primero aprecia qué hace la profesora con el fin de determinar cómo acercarse bien a ella. Si está hablando con otro estudiante, probablemente interprete que está temporalmente ocupada y entonces permanecerá en silencio, a la espera de una oportunidad más adecuada. Cuando finalmente habla, controla sus palabras y acciones esperando las respuestas de la profesora. Si ella sonríe y se inclina suavemente hacia el alumno, probablemente suponga que está animándolo para que siga hablando con confianza. Si, por el contrario, con frecuencia desvía la mirada por la ventana o la aparta cuando le habla, probablemente interprete esto como un signo de impaciencia y un intento por cambiar de situación. En esta forma se actúa en un intercambio de ir y venir de señales tentativas y de retroalimentaciones que van condicionando el com-
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LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
portamiento social. El resultado final es el surgimiento de una comprensión compartida de lo que aquella situación significa. Estas comprensiones compartidas son escenciales para la vida social y de interés primordial para los interaccionistas (Blumer, 1986).
Comparación entre algunas teorías fundamentales Nuestros dos interrogantes sociológicos básicos proporcionan un valioso marco de referencia para comparar las teorías fundamentales de la sociología y para resumir sus contribuciones al pensamiento social. La Figura 1.2 nos muestra dónde se encuentran las teorías fundamentales sobre los interrogantes de qué es lo que hace que la sociedad esté unida y cómo se relacionan la sociedad y el individuo. En cuanto al primer interrogante, Marx y Weber argumentaban que la respuesta es el poder. Sostenían que la lucha por el poder es fundamental en toda sociedad. Pero mientras que Marx consideraba que el poder deriva de la estructura del sistema eco-
nómico, Weber consideraba que derivaba de muchos factores diferentes (educación, ancestro, conexiones sociales, etcétera, además del control de los recursos económicos). Y mientras que Marx veía el poder como algo que se agotaba por las relaciones entre las clases sociales, Weber veía el poder como algo que se agotaba por los contactos entre individuos. En agudo contraste con las perspectivas de poder de Marx y Weber, Durkheim adoptó una concepción exclusivamente funcional. El creía que la sociedad moderna se mantenía porque sus diferentes partes juegan papeles interdependientes. Uno de los primeros teóricos de la elección racional, Adam Smith, también se inclinaba hacia una perspectiva funcional. Argumentaba que, a excepción de una intervención del gobierno, la sumatoria de las preferencias particulares, motivadas por el interés propio, produce un sistema económico eficiente que beneficia a la sociedad como un todo. Jeremías Bentham, por el contrario, consideraba que el conflicto surge cuando la gente y los grupos persiguen metas individuales. Pensaba que el poder del gobierno es necesario para garantizar un bien social más amplio.
Figura 1.2 Posiciones de las teorías fundamentales de la sociología
Para simplificar, podemos colocar las teorías fundamentales en una rejilla formada por las dimensiones de las posibles respuestas a los dos interrogantes básicos de la sociología. Los círculos indican que algunos teóricos ofrecen respuestas ligeramente distintas a los interrogantes básicos en diferentes momentos de su trabajo. Por ejemplo, Marx algunas veces hizo énfasis en la acción (lucha de clases) y otras veces en la estructura (estructura de la clase capitalista). Cuando Marx insiste sobre la estructura, su enfoque es algo menor sobre el poder. Existe una tendencia general creciente de los enfoques funcionales a volverse más estructurales y hay más enfoques orientados hacia el poder que hacia la acción.
APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA
Como los teóricos de la elección racional, los interaccionistas también difieren en la insistencia que le dan a la integración funcional del poder. Mientras que unos consideran que su perspectiva es complementaria de la de Durkheim; otros subrayan el conflicto y el ejercido del poder. En cuanto al interrogante sobre la relación entre individuo y sociedad, los fundadores de la sociología sostienen nuevamente una amplia gama de opiniones. Max Weber, por un lado, adoptó una perspectiva muy sólida de acción. Para él, los mecanismos sociales son el producto de acciones que el pueblo elige, y que su vez se desprenden de diversas perspectivas y motivos subjetivos. La teoría de la elección racional también sigue a una perspectiva de acción, pero una perspectiva tal que no subraya la diferenciación individual y la creatividad. Quizá es el interaccionismo la más orientada a la acción de todas las teorías fundamentales. Sus proponentes contemplan todo el mundo social como una creación de la acción individual. Al otro extremo de la acción está la perspectiva sólidamente estructural de Emilio Durkheim, quien explicaba el comportamiento humano en función de fuerzas y de modelos sociales que existen fuera de la gente y que frecuentemente ejercen una fuerza coercitiva sobre ellas. Marx también creía en la naturaleza coercitiva de las fuerzas sociales, pero no tan absolutamente como lo hizo Durkheim. Aunque consideraba al capitalismo como un sistema que limita las preferencias disponibles, argumentaba que la acción por parte de las clases sociales puede originar un dramático cambio social. Seguiremos utilizando los dos interrogantes sociológicos básicos y las respuestas que han surgido, como marcos de referencia analíticos a lo largo de este libro. Estos no sólo son valiosos porque nos ayudan a analizar las teorías fundamentales de la sociología, sino también a comprender y a comparar las opiniones de los sociólogos contemporáneos en una gran variedad de situaciones. Las discusiones sobre lo que hace posible que la sociedad se mantenga unida y sobre la relación entre el individuo y la sociedad, siguen influenciando el trabajo sociológico de hoy y sin duda, seguirán teniendo una fundamental importancia para los sociólogos del futuro.
tante acerca de la naturaleza de la sociedad o del proceso de la interacción social. Hoy los sociólogos están todavía influenciados por las ideas de Marx, Durkheim, Weber, de la teoría de la elección racional y del interaccionismo. Es aceptado que los sociólogos contemporáneos han ampliado las versiones originales de estas teorías haciéndolas más aplicables a las situaciones de los tiempos modernos y se han hecho esfuerzos para mezclar las perspectivas funcionales y de poder, como también las opiniones estructurales y aquellas orientadas a la acción (Collins 1975; Giddens 1986; Bourdieu 1977). Sin embargo, las ideas centrales de las teorías fundamentales todavía son muy importantes. Por este motivo vamos a referirnos a ellas con frecuencia en las páginas que siguen. Una cosa que surgirá, una y otra vez en este libro, es que la perspectiva teórica general que un sociólogo adopta influye significativamente en el tipo de interrogantes para investigar qué se plantean él o ella. Supongamos que diferentes sociólogos analizan el sitio de trabajo en la sociedad moderna estadounidense. Un marxista podría preguntarse cómo el sistema de la clase social impide el avance de los trabajadores que pertenecen a grupos minoritarios hacia posiciones de status y poder. Un seguidor de Durkheim podría preguntarse cómo se desarrolla la solidaridad a medida que los trabajadores que ejecutan tareas especializadas lleguen a ser interdependientes. Un seguidor de Weber podría preguntarse si el desarrollo de una forma racional más burocrática de organización de empresa contribuye a una mayor exigencia en la producción. Un teórico de la elección racional podría preguntarse cómo los
TEORÍAS F U N D A M E N T A L E S Y LA SOCIOLOGÍA
CONTEMPORÁNEA
Las cinco teorías fundamentales que hemos descrito ayudaron a lanzar a la Sociología como una disciplina científica. Cada una de ellas revelaba algo impor-
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Como los fotógrafos, los sociólogos observan sus objetivos desde muchos puntos de vista, donde cada uno retrata el material bajo una nueva luz. ¿Cuál de los enfoques teóricos descritos en este capítulo es útil o persuasivo para usted? (Charles Harbutt/Archive Pictures, Inc.)
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empleadores sopesan los costos y beneficios al hacer sus elecciones acerca de a quién emplear. Y un interaccionista podría preguntarse cómo en el sitio de trabajo se negocian roles informales (como un maniático del trabajo, la persona de "las ideas", el mediador, el chivo expiatorio), a través de las interacciones entre sí. Además, la elección de qué interrogantes pueden hacerse sobre la idea social es como la elección que se hace de dónde ubicar y apuntar la cámara.
Todo depende de qué es lo que se desea iluminar en la escena que se contempla. Al enfocarse hacia ciertos interrogantes, por supuesto, pueden ignorarse otros que también podrían ser válidos. Este es el motivo por el cual muchos sociólogos utilizan varias perspectivas teóricas diferentes, dependiendo de la situación particular que estén explorando. Cada teoría observa la escena desde un ángulo diferente y a su vez todas ellas proporcionan una comprensión más amplia que cada una de ellas en forma aislada.
RESUMEN 1. La sociología, el estudio de la sociedad humana y del comportamiento en situaciones sociales, nos invita a hacer a un lado nuestras opiniones privadas sobre el mundo con el fin de observar más claramente y con objetividad, las fuerzas sociales que configuran y controlan nuestras vidas. La perspectiva sociológica nos permite ver cómo dichos factores forman nuestro ambiente social, nuestra posición social y cómo el tiempo y el lugar en los cuales vivimos afectan nuestra opinión del mundo, la forma cómo actuamos, sobre cómo nos perciben los demás, inclusive hasta con quién interactuamos. 2. Los hechos sociales son propiedad de la vida de grupo, que no pueden explicarse por referencias a las actividades, a las sensibilidades o a las características de los individuos. Por el contrario, los hechos sociales surgen en el proceso de la interacción social. Los sociólogos han revelado que muchas de nuestras experiencias están delimitadas por la sociedad, no precisamente por el individuo. La insistencia de los sociólogos sobre los hechos sociales y cómo se desarrollan ayuda a distinguir la sociología de otras disciplinas interesadas en el comportamiento humano. 3. Según C. Wright Mills, la imaginación sociológica se relaciona con la habilidad de contemplar nuestras experiencias personales en el contexto de aquello que está sucediendo en el mundo que nos rodea. Nuestras propias experiencias, sin embargo, son limitadas y los sociólogos son cuidadosos de no hacer generalizaciones basadas en observaciones del sentido común y de lo que la gente supone que es verdadero. Cuando los sociólogos deciden estudiar un aspecto del mundo social, empiezan por recoger
información, por formular una o más teorías, y después por probar estas teorías de acuerdo con los principios del método científico. Los estudios sociológicos pueden hacerse a nivel micro (pequeña escala) donde los investigadores observan los patrones diarios de comportamiento, o a un nivel macro (mayor escala) en el que se analiza la totalidad de los mecanismos sociales. 4. Dos interrogantes básicos que proporcionan un marco de referencia para hablar acerca del mundo social son los siguientes: "¿Qué mantiene unida a la sociedad?" "¿Cuál es la relación entre el individuo y la sociedad?" Para responder al primer interrogante, algunos sociólogos apoyan una perspectiva funcional (una creencia de que las diferentes partes de la sociedad contribuyen a un todo); otros apoyan una perspectiva de poder (una creencia que dice que aquellos que controlan las fuerzas de la sociedad probablemente están más adaptados para configurar la sociedad a favor de su propio beneficio). El segundo interrogante se responde frecuentemente desde el punto de vista de una perspectiva estructural (la creencia de que las preferencias individuales pueden explicarse por medio de fuerzas que surgen de la forma en que la sociedad está organizada) o en la perspectiva de acción (la creencia de que la sociedad está configurada por las acciones del pueblo). 5. La sociología es una disciplina relativamente joven. Surgió durante los siglos XVIII a XIX cuando una gran cantidad de cambios sociales y de agitación despertaron muchos interrogantes acerca de las funciones de la sociedad. 6. Adam Smith fue fundador de la teoría de la elección racional, la cual sostiene que la gente, en su to-
APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA
ma de decisiones, escoge el curso de acción más ventajoso para ella. Jeremías Bentham amplió este concepto. El mantenía que se requiere de la intervención del gobierno para ayudar a que la sociedad funcione sin alteraciones y para permitir que la mayor cantidad de gente posible se beneficie de los recursos de la sociedad. 7. Carlos Marx creía que el sistema económico de la sociedad estructuraba todos los demás aspectos de la vida social y alimentaba los conflictos sociales permanentes. Según Marx, el poder en el sistema capitalista está en manos de los capitalistas que dominan a los trabajadores. La única forma de que los trabajadores se deshagan de sus opresores es a través de una acción social planificada y de una revolución. 8. Emilio Durkheim enfocó su punto de vista hacia las fuerzas sociales que unen a una sociedad, denominó este fenómeno como solidaridad social. La solidaridad mecánica está basada en una estrecha participación de valores, costumbres y de creencias. La solidaridad orgánica es una interdependencia basada en la división compleja del trabajo. Durkheim tenía una visión extremadamente funcional y estructural. Argumentaba que la sociedad era algo externo
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a la gente y que le imponía fuertes limitaciones en su comportamiento. 9. Max Weber es importante ya que introdujo a la sociología la conciencia, de la naturaleza subjetiva de la vida social, y equilibró el énfasis de Marx sobre las fuerzas económicas con un énfasis igual sobre la política y la cultura. Para Weber la tendencia fundamental en la era moderna estaba dirigida hacia la creciente racionalización de la acción social y de las instituciones sociales. Weber también se preguntó sobre la relación entre el individuo y la sociedad. Creía que la sociedad era producto de las acciones de los individuos y esta orientación de la acción es central a su teoría. 10. George Mead y los interaccionistas, quienes subrayaban la lengua y la comunicación simbólica, sostenían que la gente se dirige y responde a los demás dependiendo de cómo interpretan la situación social. 11. La perspectiva teórica que tome un sociólogo afecta significativamente los tipos de interrogantes de investigación que se plantean. Por esta razón se requiere de varias perspectivas teóricas para obtener la comprensión más amplia posible del mundo social.
GLOSARIO Anomia. Inestabilidad social y pérdida de fe en las reglas sociales y las instituciones como resultado del rápido cambio social. Capitalistas. Miembros de una sociedad industrializada que poseen y controlan los medios de producción (la tierra, las fábricas, la maquinaria, etc). Conciencia de clase. Sentido de intereses compartidos y de problemas entre miembros de una clase social. Datos. Hechos, estadísticas y otras piezas de información observable, de las cuales es posible sacar una deducción. Estructura social. Cómo el pueblo, los grupos y las organizaciones están dispuestos entre sí. Fenomenología. Filosofía que sostiene que la gente construye su propia realidad social de acuerdo con las formas en que experimentan y entienden su mundo social. Grupos de status. La gente que predomina en la cúpula de la jerarquía social y que lucha por excluir a los demás de las posiciones privilegiadas. Hechos sociales. Propiedades de la vida social que no se pueden explicar haciendo referencia a las actividades, sensibilidades o a las características de las personas individuales; al contrario, ellas surgen en el curso de la interacción social.
Imaginación sociológica. Una forma de ver nuestras experiencias personales en el contexto de lo que está sucediendo en el mundo que nos rodea. Integración funcional. Condición que existe cuando todos los aspectos de la sociedad se ajustan en un todo que opera sin alteraciones. Interaccionismo simbólico. Una rama de la sociología interesada en las comunicaciones entre la gente, que ocurre por medio de símbolos, tales como palabras, gestos, expresiones faciales y sonidos. Macrosociología. Análisis a gran escala de la información sociológica derivada de los estudios de la estructura y de los efectos de las disposiciones sociológicas globales. Método científico. Reglas, principios, y métodos de la ciencia que se utilizan en la búsqueda sistemática del conocimiento. Microsociología. Análisis a menor escala de la información derivada de los estudios de los patrones de comportamiento diarios y de las interacciones cara a cara. Perspectiva de acción. Una perspectiva teórica que sostiene que la sociedad está configurada por las acciones de los individuos. Perspectiva de poder. Perspectiva teórica que ve el poder como el factor principal que mantiene y configura el
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orden social y ve el conflicto como el resultado natural e inevitable de la lucha por el poder entre los individuos y los grupos. Perspectiva estructural. Perspectiva teórica que sostiene que el comportamiento individual puede explicarse por fuerzas sociales que surgen de la forma como la sociedad está organizada. Perspectiva funcional. Perspectiva teórica que hace énfasis en cómo cada parte de una sociedad o de una institución social contribuye al todo. Perspectiva interaccionista. Perspectiva teórica que se enfoca hacia cómo la gente interactúa en las situaciones diarias y sobre cómo éstas le dan sentido a las relaciones sociales. Proletariado. Miembros de una sociedad industrializada que no tienen control sobre los medios de producción; es decir, los trabajadores. Sociología. El estudio sistemático de las sociedades humanas y del comportamiento humano en situaciones so dales. Solidaridad mecánica. Solidaridad que está fundamentada en las creencias comunes, los valores y las costumbres.
Solidaridad orgánica. Es la interdependencia de un grupo de gentes que está fundamentada en una división intrincada del trabajo. Solidaridad social. Condición que resulta cuando las fuerzas sociales fundamentales unen al pueblo conjuntamente. Teoría. Una explicación sistemática de cómo dos o más fe nómenos se relacionan entre sí. Teoría local. Teoría científica que se concentra en un aspecto muy específico de la vida social. Teorías de medio alcance. Son las teorías científicas que tienen un enfoque más estrecho que las teorías generales. Teorías generales. Teorías científicas completas que tratan de explicar cómo una amplia gama de factores sociales se ensamblan conjuntamente. Tipo ideal. Modelo puro de un patrón social particular o de un proceso que se utiliza como base para mecanismos o indicadores sociales de comparación en el mundo real. Verstehen. Término utilizado por Weber para la compren sión con empatia de lo que la gente piensa y siente.
CAPITULO 2
Método de investigación sociológica
La investigación en sociología, como en la mayoría de las otras ciencias, empieza con una persona lo bastante curiosa como para preguntar por qué. Hace aproximadamente un siglo, el sociólogo francés Emilio Durkheim se mostró interesado en el fenómeno del suicidio. ¿Por qué, se preguntaba, las personas se autoeliminan? En su tiempo, como en el nuestro, este interrrogante se respondía frecuentemente en términos individuales: el suicida está deprimido, enfermo mentalmente o ha sufrido una pérdida insoportable. Pero Durkheim no estaba satisfecho con esta explicación. Pensaba que probablemente había fuerzas dentro de la sociedad que influían sobre la decisión de una persona para suicidarse; desde esta perspectiva, la decisión de autoeliminarse nunca era simplemente personal. Para averiguar si sus ideas eran correctas, Durkheim consideró las explicaciones del suicidio comunes en su tiempo sistemáticamente y reunió las evidencias de cada uno de ellos. Como fuentes, Durkehim utilizó registros gubernamentales con la lista de suicidios e información acerca de las personas: edad, sexo, nacionalidad, religión, estado civil y así sucesivamente. Después de analizar este material, Durkheim descubrió que las explicaciones comunes sobre el suicidio se contradecían con la evidencia. La proporción de suicidios variaba de un período de tiempo a otro y de un país a otro. Si el suicidio fuera consecuencia de problemas personales, ¿por qué había tanta variación? ¿Por qué la proporción de suicidios era más alta en un país que en otro? Si el suicidio estaba relacionado con la enfermedad mental, Durkheim hubiera encontrado unas proporciones relativamente estables de suicidios y enferme-
dades mentales dentro de los grupos sociales. Pero encontró exactamente lo opuesto: en algunos grupos había una alta proporción de enfermedades mentales y pocos suicidios, otros grupos tenían proporciones iguales o altas proporciones de ambos. Durkheim también descubrió que las mujeres eran probablemente más propensas a la enfermedad mental que los hombres, pero menos inclinadas a suicidarse. Otra información contradictoria salió a la superficie: Durkheim descubrió que la mayor parte de las personas se suicidan durante épocas más cálidas y más soleadas del año, y no como podría esperarse durante los días de frío y oscuro invierno. Basado en los hechos y estadísticas que recogió, Durkheim concluyó que el suicidio, al menos parcialmente dependía de circuntancias sociales. Como lo expresó en su obra clásica, Suicide (1897/1951, p. 145), el suicidio está basado en "causas sociales y en sí mismo es un fenómeno colectivo". Las características del grupo social en el que la gente se encuentra, hacen que varíe la probabilidad de suicidarse y que la autodestrucción no sea simplemente un acto privado. Al analizar esta información, Durkheim observó las condiciones sociales bajo las cuales ocurre el suicidio con mayor o menor frecuencia. Encontró que los protestantes se suicidaban con una frecuencia tres veces mayor que los católicos y que éstos lo harían más frecuentemente que los judíos; que los solteros cometían suicidio más frecuentemente que los casados, y que los casados con hijos se suicidaban menos frecuentemente que todos. Durkheim pensó que la proporción de suicidios es más alta cuando la gente siente que tiene pocos o muy débiles vínculos 27
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LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
Durkheim propuso la existencia de tres clases de suicidios, distinguidos por las motivaciones que los ocasionan. En la fotografía de la parte superior izquierda, la muerte de Marylin Monroe, que captó la atención de los medios de todo el mundo es un ejemplo de suicidio egoísta A la derecha: los pilotos kamikazes japoneses aparecen posando aquí en esta foto antes de una misión y entregaron sus vidas en un suicidio altruista. Abajo a la izquierda: esta vista de Wall Street congestionada muestra el pánico durante la quiebra financiera de 1929, que ocasionó un desespero colectivo y que produjo casos de suicidio anómico. (A la izquierda: Wide World Photos; derecha: U.S. Navy; inferior izquierda: UPI/Bettmann Nezvsphotos).
con una comunidad o con un grupo social. La comunidad judía estaba más estrechamente unida que la católica, la católica más estrechamente unida que la protestante; los casados, especialmente aquellos con hijos, tenían vínculos sociales más estrechos que las personas solteras. Las personas con pocos vínculos con una comunidad, probablemente están más inclinadas a cometer lo que Durkheim llamó el suicidio egoísta, o sea, el suicidio relacionado con el aislamiento social y con el individualismo. En el otro extremo están las personas cuyos vínculos a su grupo son tan fuertes que se suicidan para el bien del grupo. Los soldados japoneses se autoeliminaban y las viudas de la India que se arrojaban sobre las hogueras funerales de sus esposos muertos cometían un suicidio altruista. Durkheim también descubrió que los suicidios aumentaban cuando se presentaban agudos reveses o fracasos económicos, y que disminuían cuando había estabilidad. Razonó entonces que cualquier cambio que le produjera angustia a la gente, bien fuera un fracaso o una bonanza económica, aumentaba la probabilidad del suicidio. Cuando los tiempos son estables, la gente se siente mejor integrada dentro del tejido social y más comprometida con las normas sociales. Cuando los tiempos son difíciles y desorganizados, el estado resultante de anomia, (la falta de normatividad social) conduce a la gente a
cometer el suicidio anómico. El análisis de Durkheim sobre el suicidio marcó el principio de una revolución en nuestra manera de pensar acerca de la vida social.
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN En la continuación de su estudio sobre el suicidio, Durkheim configuró la sociología como una ciencia empírica: una disciplina con capacidad para analizar objetivamente la información. Durkheim estableció guías para una metodología clara (los procedimientos que guían la investigación) y un camino claramente sociológico para conocer las cosas. Su investigación seguía un "modelo" de pasos: definición del problema, revisión de la bibliografía, formulación de una hipótesis, selección de un diseño investigativo, recolección de información, recolección de datos, análisis de los mismos y conclusiones (véase Figura 2.1).
Definición del problema El primer paso en el proceso de modelo de investigación, la definición del problema en una forma precisa, puede ser más arduo de lo que podríamos pensar. Por ejemplo, Durkheim tuvo que definir en qué consistía un acto de suicidio. Si las personas
MÉTODO DE INVESTIGACIÓN SOCIOLÓGICA
morían porque habían calculado mal el peligro o no habían tomado precauciones, ¿se habían suicidado? Durkheim (1897/1951, p.44) concluyó que el suicidio está relacionado con "todos los casos de muerte que resultan directa o indirectamente de un acto positivo o negativo de la víctima que sabe que producirá este resultado". Por "acto positivo" Durkheim quería decir acciones como lanzarse desde un puente o dispararse un tiro. Por "acto negativo" quería decir acciones como no tomar una medicina necesaria o no apartarse de la vía de un vehículo en movimiento. Con esta definición, el sacrificio de su propia vida que hace un soldado para salvar a sus camaradas, se cuenta como un caso de suicidio (altruista), aunque mucha gente no lo concibiera en esos términos. En nuestro tiempo, los investigadores argumentan que muchos accidentes fatales donde interviene un sólo vehículo y que tienen lugar en carreteras con muy buena visibilidad realmente son formas disfrazadas (quizá inconscientes) de suicidio (Philips 1974). La forma como los investigadores definen el comportamiento que estudian, configura el resultado de sus investigaciones. Si dos investigadores utilizan diferentes definiciones del mismo comporta-
Figura 2.1 Pasos en el proceso del "Modelo" de Investigación
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miento, pueden llegar a conclusiones muy diferentes aunque la información en ambos estudios sea ciudadosa. Cuando los sociólogos utilizan conceptos abstractos como suicidio o integración social, deben definir la idea en términos cuantificables. Este procedimiento les proporciona una definición operacional. En la definición operacional de la integración social, por ejemplo, Durkheim incluía el matrimonio (tener vínculos familiares) y el ser católicos (tener vínculos religiosos). Los investigadores no solamente deben definir su objetivo de estudio; también deben seleccionar dónde buscar explicaciones posibles de un comportamiento determinado. Tal como lo anotamos en el Capítulo 1, Durkheim formuló una teoría funcional según la cual el aglutinante de la sociedad es un sentido de solidaridad social que proviene de las creencias compartidas, de las costumbres y de las leyes. Influido por esta teoría, quería determinar si la falta de vínculos sociales tenía una influencia aparente en actos como el suicidio. Los sociólogos, a partir de Durkheim, también pueden buscar explicaciones al suicidio o a cualquier otro hecho en función del grado de integración de la gente en la sociedad. Por
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consiguiente, la selección de una perspectiva teórica a partir de la cual se empieza la investigación es cómo buscar hacia donde enfocar la cámara; se selecciona un punto ventajoso particular entre los muchos disponibles.
Revisión de la bibliografía Los sociólogos deciden qué interrogantes formular en sus estudios con base en una revisión de la bibliografía existente en un campo determinado. Los buenos investigadores buscan todo aquello que ya se sabe acerca del tema que quieren estudiar. Durkheim, por ejemplo, revisó la bibliografía existente sobre la relación entre el suicidio y la sugestión, o sea, sobre el interrogante de si la gente se suicidaba para imitar a otros y rechazó la idea (Phillips 1974). A su vez, David Phillips, un sociólogo actual, revisó la conclusión de Durkheim acerca de la imitación y decidió investigar más a fondo. Al finalizar, sus hallazgos diferían de los de Durkheim. Los investigadores revisan para saber lo que se conoce acerca de los temas que están investigando con el fin de evitar una duplicación de esfuerzos, para ayudar a ubicar los conflictos y discusiones dentro de su campo y para enfocar, de la manera más precisa, la relación entre los factores que se están estudiando.
Formulación de hipótesis Durkheim no quiso hacer un estudio sobre el suicidio en general. Empezó formulándose una hipótesis, una afirmación tentativa que predice cómo dos o más variables se afectan, o cómo se relacionan entre sí. El término variable se aplica a cualquier factor que puede cambiar con el tiempo o diferir en varios casos. En sociología, las variables frecuentemente constan de algunas actitudes, modelos de comportamiento o condición. Durkheim desarrolló muchas hipótesis, pero su hipótesis principal era que el suicidio varía inversamente con el grado hasta el cual una persona está integrada dentro de la vida de la sociedad. Entonces, tenía que especificar las variables que quería considerar. En la hipótesis principal de Durkheim las dos variables eran las siguientes: (1) el grado hasta el cual una persona estaba integrada dentro del grupo social y (2) la proporción de suicidios. Los sociólogos definen los problemas en términos de grupos de variables que ellos piensan pueden estar relacionados. Durkheim aceptó como hipótesis que el grado de integración de las personas a la vida social, como estar casado, tener hijos, tener vínculos religiosos, y así por el estilo, podría estar relacionado con la probabilidad de suicidarse. Muchos años más tarde, David Phillips (1974) acep-
Golpeados por un nuevo fenómeno, los investigadores formulan hipótesis para determinar la causa. Por ejemplo, en el verano de 1987, los jugadores profesionales de béisbol batearon un número extraordinariamente alto de jonrones. Varias teorías se desarrollaron para explicar este fenómeno, atribuyéndolo al cambio de condiciones, al clima, a diferencias en las pelotas, a la nutrición y al entrenamiento del jugador y demás. No es sorprendente que la demostración de estas teorías y ¡a determinación de las causas sea un tema de gran interés para los equipos y para sus seguidores.
tó como hipótesis que la imitación del suicidio podría estar relacionada con la cantidad de publicidad que rodea los suicidios de personajes notables. En la mayor parte de las investigaciones, los objetivos de la investigación comprenden una o más variables (en la investigación de Durkheim era la proporción de suicidios) y otras variables son las posibles explicaciones (para Durkheim, el grado de integración social). El tipo de variables que analizan los investigadores es algo que está determinado en gran parte por la hipótesis que desean evaluar.
Selección de un diseño de investigación y recopilación de datos Para probar sus hipótesis, los investigadores necesitan hechos, estadísticas, resultados de estudios y otros materiales pertinentes. El primer paso para recolectar estos segmentos de información observable, llamados datos, consiste en decidir cómo buscarlos. Esto implica la selección de un diseño de investigación o plan específico para la recolección y el análisis de la información. Algunos investigadores realizan encuestas y hacen preguntas a muchas personas. Algunos seleccionan la observación participante; los investigadores viven y trabajan entre las personas que van a ser estudiadas para aprender de primera mano cómo piensan y cómo se comportan. Algunos investigadores dirigen experimentos, o sea, crean una situación artificial en la cual pueden observar cómo responde la gente a diferentes estímu-
MÉTODO DE INVESTIGACIÓN SOCIOLÓGICA
los. Además, otros investigadores utilizan registros históricos para recopilar datos. Para muchos problemas, el mejor enfoque combina muchas estrategias de investigación: encuestas, observación, búsqueda de documentos. Los investigadores pueden basarse también en los resultados de investigaciones previas para complementar los nuevos datos que han recogido. Analizaremos todos estos métodos específicos de recolección de datos en la sección final sobre métodos de investigación. Cualquiera que sea el diseño de investigación que se utilice, la tarea crucial de un investigador es recoger suficiente información sobre la cual pueda basar una sólida comprensión del problema y probar su hipótesis. Aunque este camino pueda parecer sencillo y directo, frecuentemente puede resultar muy difícil. No solamente puede un investigador encontrar problemas en la recolección de datos, sino que un conjunto de datos puede interpretarse de muchas formas. Durkheim, por ejemplo, escogió el confiar en los registros oficiales del gobierno que daban la lista de causas de muerte. Esto significaba que él tenía que aceptar las interpretaciones de los funcionarios del gobierno, de los médicos y de los miembros de la familia que informaban por qué había muerto esa persona. Puesto que la gente generalmente basa sus observaciones sobre la sociedad en sus interpretaciones de lo que hacen los demás, un investigador debe ser cuidadoso para evaluar los "hechos" con la mayor objetividad posible.
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computadores serían de inmensa ayuda para el análisis de sus datos y hubiera utilizado muchos otros procedimientos estadísticos sofisticados disponibles en nuestro tiempo. La casilla de la página 34 presenta algunos sistemas de medidas estadísticas sencillas aunque muy importantes. El paso final en el proceso de investigación es sacar conclusiones basadas en los resultados del análisis. Dependiendo de los modelos que hayan surgido y de su interpretación, la hipótesis se puede confirmar, rechazar o queda sin aclarar. El análisis de Durkheim confirmaba su hipótesis de que la proporción de suicidios aumentaba cuando se debilitaban los vínculos de la gente con grupos significativos y que caían cuando estos se fortalecían . Cuanto más fuertes sean los vínculos que la gente tiene con los grupos sociales, tanto más dependían de ellos y más probable será que tengan en cuenta a otras personas cuando se trate de tomar decisiones. Las personas que tienen pocos vínculos con su comunidad, probablemente están más inclinadas a acabar con su vida que las personas que están profundamente comprometidas con su comunidad. El proceso de investigación permite a los sociólogos evaluar las conclusiones independientemente de unos y de otros. Así, las conclusiones no son terminantes sino que están siempre abiertas a nuevas preguntas e investigaciones. Cuando la investigación hace una contribución significativa al conocimiento sociológico, se publica y se pone a disposición de otros sociólogos.
Análisis de los datos y conclusiones Una vez que los sociólogos han recopilado los datos, el siguiente paso consiste en analizar esta información. El análisis es el proceso de buscar aquellas partes que se juntan para formar un modelo o un todo, y cómo esas piezas de información se relacionan entre sí. En cierto sentido, el análisis empieza con la definición del problema que se investiga, porque con base en esto el sociólogo decide exactamente cuáles factores estudiar y cómo medirlos. En el análisis de sus datos, Durkheim buscó las condiciones bajo las cuales el suicidio ocurría más frecuentemente, y aquellas en las cuales su frecuencia era menor. Encontró que se suicidaban más protestantes que católicos y más católicos que judíos; que los solteros se suicidaban más que los casados y que los casados con hijos eran los que menos suicidios cometían. Durkheim también descubrió que la proporción de suicidios aumentaban durante los períodos de agudos reveces económicos (inflaciones o depresiones), y que descendían en períodos de inestabilidad política. Si Durkheim hubiera realizado hoy su investigación, hubiera encontrado que los
Investigación subsiguiente El conocimiento sociológico crece cuando la teoría estimula la investigación y ésta, a su vez, genera nuevas teorías que producen más investigación y así sucesivamente. Tal como lo hemos visto, un sociólogo contemporáneo, David Phillips, tomó una de las conclusiones de Durkheim -que la imitación no juega un papel significativo en la decisión de suicidarse- como el punto de partida para su propia investigación. Por muchos años los sociólogos aceptaron los hallazgos de Durkheim. Pero en 1974, Phillips concluyó lo contrario, o sea, que los suicidios muy publicitados producen imitaciones en abundancia, después de examinar los patrones de suicidios que siguieron al suicidio ampliamente publicitado de Daniel Burros, un líder del Ku Klux Klan, —una violenta organización antisemítica— ocurrido en noviembre de 1965. Burros se suicidó después de que un reportero de un periódico reveló que él era judío. Phillips (1974) encontró que los suicidios aumentaron en forma significativa después de que la prensa publicó el suicidio de Burros en primera página.
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LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
Conceptos estadísticos fundamentales Para analizar las estadísticas derivadas de los proyectos y experimentos de investigación, los sociólogos utilizan varias medidas. La más fundamental de estas medidas es la de los promedios y las correlaciones. Promedios. Los investigadores distinguen tres clases de tendencias centrales o promedios en los datos que recolectan. La moda es la cifra que se presenta con más frecuencia en un conjunto de datos. Por ejemplo, un investigador estudia siete familias y encuentra que sus ingresos anuales
$3 000 $3 000 $7500 $9 000 $11000 $15 000 $90 000 En este grupo, el ingreso modal es de $3 000 al año. La moda no suministra información acerca de la amplitud de los datos; pero es útil para discernir cuál estadística aparece más frecuentemente. La medía o más comúnmente "promedio", se encuentra añadiendo todas las cifras en un conjunto de datos y luego dividiendo la suma por el número de ítemes. El ingreso promedio de siete familias es de $19 786 ($138 500/7). El promedio es
útil porque refleja todos los datos disponibles, pero puede ser engañoso: el ingreso de $90 000 de una de las familias oculta el hecho de que las otras seis tienen ingresos de $15 000 al año o menos. El promedio es más provechoso cuando la amplitud de los datos no incluye extremos. La mediana es el número de datos que cae en la mitad de una secuencia de datos. Para las siete familias aquí enumeradas, el ingreso intermedio es de $ 9 000. A diferencia del promedio, esta medida no permite extremos que puedan enmascarar la tendencia central. Los investigadores frecuentemente calculan tanto el promedio como la mediana para presentar una impresión adecuada de sus investigaciones. Los sociólogos también pueden desear encontrar hasta dónde varía una estadística con respecto al promedio (o de otro punto central). La variación del promedio se mide por unidades de desviación estándar. Cuando se toma esta medida, los investigadores calculan cuan lejos otras instancias registradas caen fuera del medio y entonces expresan si cada instante cae dentro del grupo más cerrado al medio, el segundo más cercano a la media y así en adelante. Los hallazgos pueden expresarse en algo así como "la mayor parte de las familias en el estudio están dentro de una desviación estándar de la media".
El interrogante que planteó Phillips era si los suicidios producían imitaciones, y su investigación condujo a la hipótesis de que ese es el caso. Para probar esta hipótesis, Phillips tuvo en cuenta la cantidad de cubrimiento periodístico que recibía un suicidio en las primeras páginas de la prensa, después comparó el número de suicidios esperados durante el mes siguiente con el número real de suicidios. Encontró una correlación directa entre un suicidio muy
Coeficiente de correlación. Una correlación, como se ha discutido en el texto, tiene que ver con la relación regular entre dos variables. La intensidad de una correlación se expresa comúnmente como un coeficiente de correlación, un número decimal entre 0 y 1. Cuando no hay correlación entre variables (o sea, los dos no tienen relación entre sí), el coeficiente de correlación es cero. Cuando dos variables se encuentran juntas todo el tiempo, hay una perfecta correlación positiva que se expresa como + 1.0. Cuando dos variables están inversamente relacionadas (o sea la presencia de una siempre está asociada con la ausencia de la otra), existe una perfecta correlación negativa. Esto se expresa como -1.0. Comúnmente en el mundo real, los investigadores no encuentran correlaciones perfectas. Ellos comúnmente encuentran ejemplos menos extremos de asociación entre variables. Los interrogantes más comunes del análisis se refieren a saber si dos variables que son correlativas tienen alguna conexión causal entre sí. Siempre es posible que una correlación sea coincidencial, es decir que coincida o que sea el resultado de alguna tercera variable que está influenciando a las otras dos. Las correlaciones, por tanto, tienen que verificarse con una posible causa independiente. Esta es una forma de demostrar la validez (algunas veces llamada independencia estadística).
publicitado y el aumento en la proporción de suicidios. Pero su trabajo no terminaba ahí. Tenía que probar otras hipótesis alternas. Quizá la publicidad predisponía a la gente que ya estaba considerando suicidarse a proceder. Quizá las personas que estaban tan desconsoladas o deprimidas como para estar virtualmente seguras de que se matarían, respondían a la publicidad siguiendo adelante con el acto de suicidarse (Phillips y Cars-
MÉTODO DE INVESTIGACIÓN SOCIOLÓGICA
tensen 1986). De ser así, Phillips esperaba encontrar primeramente un incremento en los suicidios después de la publicidad y posteriormente una caída repentina. Pero no la encontró. Otra hipótesis era que quizá los médicos forenses se dejaban sugestionar después de tanta publicidad acerca de los suicidios y clasificaban más muertes como suicidios y menos como homicidios o accidentes. Si así era, Phillips esperaba encontrar una disminución proporcional en las tasas de otras causas de muerte; pero tampoco la encontró. Podía ser entonces que el aumento en los suicidios tuviera que ver con otras condiciones. Si así fuera, los suicidios no deberían aumentar al máximo después de una noticia de primera plana en los periódicos y la cantidad de publicidad no debería estar correlacionada con el aumento en los suicidios. Pero estos ciertamente alcanzaron un tope y las variables en verdad estaban correlacionadas. Por último, quizá el aumento no se debía a la imitación sino a la aflicción. Phillips seleccionó una muestra de mucha gente ampliamente admirada, cuyos suicidios deberían haber generado una cantidad poco común de aflicción; pero encontró que la proporción de suicidios no se veía afectada más por las historias de estas muertes que por los suicidios de personas menos conocidas. (La sección "Cómo interpretar una tabla" incluye dos tablas de la investigación de Phillips). Phillips continuó su investigación sistemática de los patrones de imitación. Encontró que las proporciones de accidentes fatales con vehículos motorizados también aumentaban después de que se publicaban los suicidios (Phillips 1986). Encontró que había imitación después de relatos de prensa de robos y de asaltos ampliamente publicitados; más aún, luego de los encuentros de boxeo de peso pesado en los campeonatos se daba un aumento en los crímenes y las víctimas se parecían más a los perdedores de ]o que podría esperarse estadísticamente. Al tratar de medir cómo la violencia reportada en los medios de comunicación masiva afectaba la violencia en el mundo real, Phillips (1986) realizó un experimento fundamental. En vez de investigar directamente a los sujetos, los investigadores que realizan experimentos profundos generalmente confían en los datos que han sido recolectados directa y frecuentemente por agencias gubernamentales. Phillips concluyó que había tres tipos de publicidad que estimulaban la imitación: las historias sobre el suicidio, el suicidio-asesinato, los encuentros de boxeo en campeonatos y en el boxeo profesional. Sus conclusiones también sugerían nuevos interrogantes para una investigación futura: ¿qué otro tipo de desviaciones en el comportamiento origina la publici-
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Un aumento en la proporción de asesinatos que seguían a los encuentros por el campeonato de boxeo, fue una de las estadísticas encontradas por Phillips para sustentar su teoría de los patrones de comportamiento imitativo. (The Associated Press/AP Photo-Cdor)
dad? ¿Acaso la publicidad origina acciones prosociales como comportamientos antisociales? Así, desde Durkheim, una línea de investigación sistemática se ha extendido a los sociólogos contemporáneos y partiendo de los investigadores de hoy, nuevos interrogantes se extenderán hacia el futuro.
DIFICULTADES EN LA INVESTIGACIÓN SOCIOLÓGICA Los científicos sociales se interesan en buscar información acerca de algunos fenómenos individuales observables y la interpretación de datos de tal forma que los hallazgos puedan ser examinados por otros y lograr una amplia aceptación. Sin embargo, la sociología le plantea al futuro científico algunos formidables problemas de investigación, sencillamente porque es necesario tratar con personas. El estudio de Durkheim sobre el suicidio ilumina algunos de los problemas que los sociólogos confrontan cuando estudian el comportamiento social. Como cualquier otro estudio científico, la investigación de Durkheim debe evaluarse en términos de su validez y de su confiabilidad. La validez es el grado hasta el cual un estudio científico mide lo que se está intentando medir; por ejemplo, el grado hasta el cual la proporción de suicidios de diferentes grupos sociales miden su diferentes niveles de anomia. La confiabilidad es el grado hasta el cual un estudio produce los mismos resultados cuando es repetida por el investigador original o por otros científicos.
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LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
Cómo interpretar una tabla Los científicos sociales frecuentemente presentan sus hallazgos en forma de tablas. Estas tablas, que frecuentemente aparecen en artículos de revistas especializadas, en textos, en periódicos y en revistas de interés general, suministran una visión de conjunto de la información y expresan las relaciones entre variables. Sin embargo, aunque las tablas
son muy comunes, despiertan cantidad de interrogantes: ¿cuan válida es la información que contienen? ¿Pueden utilizarse las tablas para sacar conclusiones? ¿Qué debería buscar al interpretarlas? Los siguientes pasos para interpretar la Tabla 2.1 son guías generales que pueden aplicarse a cualquier tabla o cuadro.
Lea el título de la tabla para averiguar los datos que están allí y cómo se presenta la información. En la Tabla 2.1 los datos se presentan como números; pero en otras tablas pueden aparecer como porcentajes u otras medidas.
Tabla 2.1 Aumento en el número de suicidios después de que aparecieron en primera página del New York Times
Estudios subsecuentes de la proporción de suicidios han demostrado que los resultados de Durkheim son confiables; pero los críticos han cuestionado si los datos de Durkheim eran válidos (Pescolodi y Mendelsohn, 1968). ¿Es posible que los datos se hayan distorsionado? Quizá los católicos parecen tener menos suicidios que los protestantes porque ellos disfrazan y ocultan mejor sus suicidios. Se podría elaborar un buen caso en favor de la hipótesis que afirma que cuanto mejor esté integrada una persona dentro de una sociedad, es menos probable que su muerte se clasifique como suicidio. Por ejemplo,
los funcionarios en una comunidad cerrada podrían respetar el deseo de una familia de evitar la vergüenza y registrar el suicidio como una muerte por causas naturales; o no podrían sospechar el suicidio porque el individuo era considerado como un ciudadano prestante de la comunidad (Douglas 1967). Estos intereses socavan el argumento de Durkheim. Otra tarea difícil que los investigadores deben afrontar es la especificación de las relaciones entre variables. En forma ideal, los sociólogos se interesan más por especificar las relaciones de causa y efecto, o las relaciones en las cuales un cambio en una va-
MÉTODO DE INVESTIGACIÓN SOCIOLÓGICA Para evaluar la calidad de los datos, busque notas de encabezamiento o notas de pie de página que puedan explicar cómo se recolectaron los datos, por qué se estudiaron ciertas variables y si se recolectaron en forma diferente para ciertas variables. La fuente de datos, comúnmente presentados al final del cuadro o tabla, es otra medida potencial de calidad. Las fuentes de la Tabla 2.1 son: (1) el artículo publicado del sociólogo David Phillips "La influencia de la sugestión sobre el suicidio" y (2) Las estadísticas sobre suicidio publicadas por el Gobierno Federal. Si la fuente hubiera sido un grupo con un interés establecido en el tema, como por ejemplo una agencia para la prevención del suicidio, podríamos sospechar que allí hay parcialidad. 3. Lea el encabezamiento de cada columna (o sea verticalmente) y fila (o sea horizontalmente) para saber exactamente cuáles datos aparecen en la tabla. La Tabla 2.1, que presenta el aumento en los suicidios después de los relatos que aparecieron en el New York Times, enumera los nombres de gente bien conocida que se suicidó, la fecha en que apareció la relación en el periódico, la cantidad de suicidios esperados y los suicidios reales ocurridos en el mes siguiente al suicidio publicitado, y si la proporción de suicidios es más alta o más baja que la esperada.
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Tabla 2.2 Aumento en el número de suicidios después de que se publican estos casos en primera página en el New York Dally News
Observe patrones en la información. Nótese que a algunos suicidios publicitados siguieron incrementos en la proporción total de suicidios, mientras otros no. El suicidio de la estrella de cine Marilyn Monroe, por ejemplo, condujo a casi 200 suicidios más de los esperados en el mes siguiente. 5. Saque conclusiones acerca de la información en la tabla, y considere otros interrogantes que puedan surgir. ¿Acaso los suicidios de hecho aumentan des-
riable es producido por un cambio en otra. (Un ejemplo común de causa y efecto en el mundo natural es la relación entre la luna y las mareas). En muchos casos, sin embargo, los sociólogos no pueden determinar una relación causal entre variables. Quizá tan sólo puedan mostrar que dos variables cambian conjuntamente —son correlativas— en alguna forma medible. El término correlación se refiere a la relación continua que existe entre dos variables. Por ejemplo, una correlación podría indicarnos la frecuencia con la que se encontraría un alto valor de una variable (digamos la tasa de divorcios)
pués de que las historias correspondientes han sido altamente publicitadas? ¿Existe algún efecto imitativo, contrario a lo que Durkheim concluía? Si ese es el caso, ¿la cantidad de publicidad tiene influencia posterior? En otras palabras, si un suicidio es publicitado por más de un día, ¿hay un correspondiente incremento mayor en los suicidios imitativos? David Phillips verificó esta pregunta y los datos que encontró aparecen en la Tabla 2.2.
junto con un alto valor de otra variable (digamos la tasa de suicidios). Tal como se ha anotado, Durkheim no tenía las técnicas estadísticas sofisticadas de que se dispone ahora para medir la correlación. No obstante lo anterior, pudo demostrar que las tasas de suicidio varían con la afiliación a grupos religiosos y con otras condiciones sociales. El descubrimiento de una correlación entre variables, sin embargo, no prueba que tengan una relación de causa a efecto. Dos variables pueden estar correlacionadas, pero no necesariamente tener un vínculo entre sí. Esto se conoce como una correla-
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La tarea de las ciencias -desde la física hasta la sociología- consiste en definir las causas de acontecimientos como el influjo de unas variables sobre otras. (Mark Godfrey/'Archive Pictures, Inc.)
ción espúria y es fuente de error en la investigación. Una parte crucial del análisis sociológico es la distinción entre correlaciones significativas y espurias. Por ejemplo, alguien pudiera preguntar si la relación que Durkheim encontró entre la tasa de suicidios y la afiliación religiosa tenía una base causal o si la conexión era una simple causa espuria. Quizá ambas variables son el resultado de un tercer factor, tal como las diferencias económicas o geográficas. Durkheim era consciente de que alguna tercera causa podría explicar sus hallazgos, e intentó establecer que este no era el caso. Parte de las dificultades para determinar la relación causal es el hecho de que, a diferencia de muchos objetos de estudio en las ciencias naturales, la gente no puede reducirse a simples ecuaciones de causa y efecto. Un meteorólogo sabe que cuando la presión y la temperatura del aire se mezclan en cierta forma, va a llover. Pero el científico social que intenta predecir el efecto del cierre de una fábrica sobre la tasa de suicidios en una comunidad cercana, tiene que clasificar las muchas emociones en conflicto y las motivaciones de la gente que vive y trabaja allí. Además, puede suceder que las variables sociales no permanezcan constantes en el tiempo o de un lugar a otro. Las leyes de la gravedad y de la composición del agua son siempre las mismas en todas partes, igual hoy que ayer. Pero, por ejemplo, dos familias no son exactamente iguales y las ideas acerca de lo que deben ser las familias varían enormemente de una cultura a otra. En palabras del científico social sueco Gunnar Myrdal: La diferencia realmente importante entre (los científicos sociales) y nuestros colegas de las ciencias natura-
les, es que nosotros jamás obtenemos constantes -como la velocidad de la luz o del sonido en un medio particular- o los pesos específicos de los átomos o de las moléculas. No tenemos nada que corresponda a las medidas umversalmente válidas de energía, voltaje, amperaje, etc. Las regularidades que encontramos no tienen la validez firme general de "las leyes de la naturaleza"(1973).
Tal como lo veremos posteriormente en el capítulo, existen límites en la forma como un científico puede experimentar con seres humanos como sujetos. La gente debe ser tratada con dignidad y con respeto. Por ejemplo, un sociólogo no puede representar deliberadamente el cierre de una fábrica o un accidente en una planta de energía nuclear para definir o determinar su efecto sobre la comunidad. Finalmente, la objetividad es el mayor problema para todos los científicos sociales. Es difícil estudiar las relaciones entre razas o la carrera armamentista sin sentirse emocionalmente comprometido. El astrónomo que estudia las estrellas y el botánico que experimenta con plantas tienen la probabilidad de ser más objetivo en sus respectivos campos. Todo esto sugiere que los sociólogos sencillamente no suponen que los hechos sociales "hablan por sí mismos". Por el contrario, como se ha visto en el Capítulo 1, los sociólogos intentan interpretar estos hechos, desarrollando así una comprensión sistemática y precisa de la sociedad y las situaciones sociales dentro de lo posible. Este proceso exige la formulación de teorías que luego se demuestran por medio de la investigación empírica. En efecto, los hechos y las teorías son inseparables. Sin teoría carecemos de marco de referencia para entender los hechos. Del mismo modo, sin hechos nuestras teorías son tan sólo especulaciones carentes de prueba.
MÉTODO DE INVESTIGACIÓN SOCIOLÓGICA
Los métodos de investigación nos permiten llegar a hechos que confirman o ponen a prueba nuestras teorías. Regresemos, por tanto, a una consideración de la interacción entre método y teoría.
LA INTERACCIÓN DEL MÉTODO Y LA TEORÍA EN SOCIOLOGÍA Los métodos en la ciencia no son tan sólo instrumentos que permanecen alrededor de la mesa de trabajo, cualquiera de los cuales puede ser tomado por el investigador. Los métodos que los investigadores utilizan para investigar un problema deben ser apropiados para las teorías que los guían. En la ciencia, una teoría es una explicación de algo. Por ejemplo, Durkheim basó su investigación sobre el suicidio en una teoría que pudiera ser sintetizada como sigue: la sociedad no es simplemente una colección de gente. Existe por sí misma e influye en la forma como la gente piensa y actúa. En otras palabras, una persona es producto de un grupo al cual él o ella pertenece. Durkheim sintió que sus hallazgos sustentaban esta opinión porque podían explicar las variaciones en la tasa de suicidios. Durkheim adoptó un enfoque funcional al suicidio (véase Capítulo 1). Para ver cómo trabajan juntos los métodos y la teoría, consideremos una perspectiva alterna en relación con el suicidio; es la asociada con George Herbert Mead y con el interaccionismo simbólico. Los interaccionistas critican a Durkheim por "imponer" su interpretación sobre los datos que analizaba. Ellos dicen que Durkheim suponía que sin importar los grupos que iban a compararse, el significado del suicidio era obvio: reflejaba una falta de integración dentro de la sociedad y violaba las normas. Como Durkheim estaba influido por esta teoría, sus métodos no le permitieron explorar la posibilidad de que el suicidio tuviera diferentes significados para cada persona. Un interaccionista simbólico, al contrario, hubiera mirado de cerca la forma como había ocurrido cada muerte y lo que significaba para aquellos que se vieron afectados con ella. Esta perspectiva era complementaria, pero no remplazaría, el enfoque de Durkheim sobre el tema. Los interaccionistas empezarían con los suicidios como tales. La cuestión de por qué la gente se suicida debería responderse con un estudio de lo que significa el suicidio para las víctimas y para aquellas personas directamente comprometidas. Tomemos el ejemplo de un hombre que se sabe se siente atrapado por su vida urbana y por sus negocios. Cuando está de vacaciones en la playa se va nadando demasiado lejos y se ahoga, aunque se considera-
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ba un excelente nadador. ¿Acaso intencionalmente se fue nadando demasiado lejos de la playa? ¿Fue este un suicidio o un accidente? Una mirada a su vida y a sus relaciones personales podrían permitirnos responder a estos interrogantes en términos de sus propias percepciones y definiciones. Los interaccionistas examinan el significado implícito en la situación (significados ubicados) y por tanto, están menos interesados que los teóricos orientados funcionalmente con datos generalizados. En lugar de imponer un significado a los datos estadísticos, los interaccionistas analizan los acontecimientos del mundo real para extraer sus significados. Solamente entonces pueden discernir los patrones y trabajar para deducir concepciones abstractas y teorías. Es claro que esta perspectiva teórica reclama una metodología diferente de aquella que escogió Durkheim. Los interaccionistas considerarían que las estadísticas oficiales sobre el suicidio deben ser también eliminadas del evento y también filtradas en su contenido para que puedan ser utilizadas en la determinación de las causas que llevaron a la gente a suicidarse. En lugar de esto, los interaccionistas analizarían los detalles de los casos, elaborando gradualmente una información comparativa a través de las situaciones sociales. Analizarían documentos tales como una carta de suicidio o un informe del medio legal, igual que una entrevista a la gente cercana a la víctima del suicidio y observarían el contexto social en el cual vivía la persona. Los interaccionistas también quisieran fijar el impacto del suicidio sobre las otras personas. Una persona que se suicida frecuentemente utiliza este acto como una forma de comunicar un mensaje a alguien más en una forma contundente, pero dramática. Ambas posiciones teóricas tienen mérito, pero en forma diferente. Sus fundamentos no son dispares. El suicidio ocurre cuando se debilitan los vínculos sociales de la gente y es un acontecimiento que tiene un significado simbólico. Al mismo tiempo, cada uno apunta hacia una debilidad potencial en el otro. La aproximación simbólica interaccionista despierta dudas acerca de las categorizaciones utilizadas en el estudio de Durkheim. Contrariamente, un seguidor de Durkheim señalaría cuán arduo sería desarrollar generalizaciones a gran escala, demostradas estadísticamente, por medio de un enfoque simbólico interaccionista. Idealmente las dos aproximaciones -y otras- son complementarias. Resumiendo, nuestra perspectiva teórica influye, pero no determina, cómo se realiza la investigación. Puesto que Durkheim buscaba explicar las
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diferencias entre las proporciones grupales del suicidio, analizaba la información a gran escala. Otro investigador más interesado en examinar cómo construyen las personas una realidad social alrededor de las muertes que no se deben a causas naturales, podría, por el contrario, proporcionar entrevistas detalladas de los sobrevivientes para ver cómo se marcan algunas muertes como "suicidios" y otras como "accidentes". Algunos investigadores únicamente utilizan estudios estadísticos u otros datos a gran escala, y otros utilizan solamente entrevistas, aunque esto no tiene que ser así. En todos los casos la teoría sociológica afecta las preguntas que se formulan y esos interrogantes a su vez dictan los métodos más eficaces para obtener respuestas. En la sección siguiente veremos más de cerca los varios métodos disponibles para los investigadores.
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN El análisis de Durkheim sobre el suicidio colocó a los sociólogos en el camino de una explicación sistemática de los hechos mediante el establecimiento de las relaciones entre causa y efecto. Independientemente del hecho que va a examinarse -un suicidio, un tumulto racial, un terremoto- los científicos creen que algún orden, alguna permanencia, o alguna regularidad, lo fundamentan. Por consiguiente, bajo el mismo conjunto de circunstancias, una acción dada producirá permanentemente los mismos efectos. Los científicos sociales tienen a su disposición diversos métodos para determinar las relaciones entre causa y efecto.
Las encuestas Los sociólogos utilizan encuestas para medir la opinión pública, para evaluar las suposiciones acerca del comportamiento y para predecir cómo va a actuar la gente. Las encuestas son una recolección sistemática de respuestas a interrogantes estandarizados a partir de una muestra señalada de personas que responden. Se les puede solicitar a los encuestados que respondan cuestionarios por correo, por vía telefónica o mediante entrevistas personales. Las encuestas son especialmente útiles cuando los sociólogos quieren información acerca de acontecimientos que no pueden medir directamente. Por ejemplo, a los sociólogos les gustaría conocer la forma como mucha gente (en los Estados Unidos) cree que el aborto electivo debería ser ilegal. La mayoría de la gente jamás estará en posición de actuar con base en tal creencia; pero la opinión pública es frecuentemente consecuente con el cambio político y legal.
Las encuestas son comunes; sus resultados aparecen frecuentemente en los noticieros de la noche y en las revistas más populares. Las encuestas sociológicas, sin embargo, encierran mucho más que una simple interrogación sobre ciertos aspectos. Si los resultados van a ser confiables y válidos, los sociólogos tienen que ser sistemáticos en la elección de los encuestados y en la manera de formular las preguntas.
Selección de una muestra La mayoría de las encuestas se diseñan para recolectar información sobre un número pequeño de personas que pueden usarse para hacer generalizaciones acerca de actitudes, comportamientos, u otras características de una población mucho mayor. La población de cualquier encuesta es simplemente el número total de personas que comparten una característica que el sociólogo está interesado en estudiar. Digamos que un grupo de sociólogos está interesado en comparar actitudes hacia el aborto entre las mujeres más jóvenes (edad entre los veinte y los treinta años) y entre las mujeres más adultas (edad entre los cincuenta y los sesenta años). La población de la encuesta en este caso corresponde a todas las mujeres que viven en los Estados Unidos y que están entre las edades de veinte y treinta años y entre los cincuenta y los sesenta años. Debido a que comúnmente es muy costoso y demorado entrevistar a cada persona en una población, los sociólogos prefieren hacer la selección de una muestra, con base en un subconjunto limitado aunque representativo de la población que va a estudiarse. Por ejemplo, los sociólogos que estudian el aborto podrían escoger una muestra representativa de mujeres de los dos grupos de edades que vimos anteriormente. Si las características de la muestra coinciden con las de la población como un todo, entonces las respuestas de las personas de la muestra proporcionan una buena idea de la distribución de las actitudes entre toda la población. Mucha gente piensa que una muestra más grande suministra resultados más exactos que una muestra pequeña; pero esto no es siempre así. Quizá el más famoso ejemplo de lo contrario fue el intento de predecir los resultados de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en el año 1936. Una revista con el nombre de Literary Digest envió papeletas de votación en forma de tarjeta postal a diez millones de personas cuyos nombres se tomaron del directorio telefónico y de los registros de automóviles. De los dos millones de tarjetas postales que regresaron, la revista predijo que Alfred Landon vencería a Franklin D. Roosevelt por una mayoría abrumadora
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de votos. Al mismo tiempo, un joven llamado George Gallup hizo un muestreo únicamente entre 312 552 personas y predijo perfectamente que Roosevelt ganaría las elecciones. En este caso, la muestra más pequeña fue más representativa de la población. Una razón, de este resultado fue que en 1936, en lo más profundo de la Gran Depresión muchos votantes no poseían auto ni teléfono. Estas personas, la mayoría de las cuales votaron por Roosevelt, fueron excluidas de la muestra de la Literary Digest. Gallup utilizó una muestra aleatoria, en la cual cada individuo dentro de la población tenía la misma oportunidad de ser seleccionado. En las encuestas sociológicas sofisticadas, a cada miembro de la población se le asigna un número y entonces se toma la muestra utilizando una tabla de números aleatorios. Los sociólogos pueden seleccionar una de cada diez personas de la población o una de cada cien personas, dependiendo del tamaño de la muestra que quieren utilizar. Las muestras aleatorias no excluyen, por ejemplo, todos los votantes potenciales sin autos ni teléfonos. Señalar una muestra representativa se convierte en un verdadero desafío. Si quisiéramos encuestar a los estudiantes de la universidad para averiguar qué quieren estudiar (o sus opiniones sobre el suicidio, el aborto o los candidatos presidenciales), cometeríamos un error si arbitrariamente encuestáramos a los primeros cien estudiantes que salgan de un edificio en el campo universitario. ¿Qué pasaría con un grupo posiblemente grande de estudiantes que nunca usan ese edificio? Obtendríamos una muestra legítimamente más representativa si aleatoriamente escogiéramos cien nombres del registro de estudiantes de la universidad.
Diseño y formulación de interrogantes La expresión verbal exacta y la secuencia de los interrogantes que los sociólogos plantean en las estadísticas o en los cuestionarios afecta la validez y la confiabilidad de los datos que recogen (Schuman y Presser, 1981). La expresión verbal. La selección de palabras en los interrogantes de las encuestas puede afectar, y de hecho lo hace, los resultados de la investigación. A primera vista, por ejemplo, podría parecer que las palabras "prohibir discursos" y "permitir discursos" deberían ser opuestos lógicos. Pero aparentemente las connotaciones de las palabras son diferentes. En 1976, se le preguntó a algunos encuestados lo siguiente: "¿Piensa usted que en los Estados Unidos deberían prohibirse los discursos en público en contra de la democracia?" A otros se les preguntó:
La entrevista es una técnica de investigación ampliamente utilizada por los sociólogos para recopilar información. En razón del elemento humano involucrado, debe tenerse especial cuidado para evitar que la predisposición intervenga en el resultado de la encuesta (Peter Simon/Stock, Boston).
"¿Piensa usted que en los Estados Unidos se deberían permitir los discursos en público contra la democracia?" Las respuestas no concordaron: 21.4 por ciento dijo que hubieran "prohibido" los discursos, pero un 47.8 por ciento dijo que no hubieran "permitido" los discursos (Schuman y Presser, 1981). La secuencia. El orden en el que los sociólogos presentan las preguntas puede afectar los patrones de respuestas. Situaciones originadas en las primeras preguntas pueden afectar la forma de pensar de quienes responden acerca de las preguntas posteriores. Algunas veces los sociólogos obtienen diferentes resultados cambiando el orden de las dos preguntas. Por ejemplo, se interrogó a un grupo de personas sobre los dos siguientes aspectos: (a) "¿piensa usted que en los Estados Unidos debe permitirse que los reporteros de periódicos de los países comunistas vengan y luego envíen a sus periódicos las noticias tal como ellos las ven?" y (b) "¿piensa usted que un país comunista como Rusia debe permitir a los re-
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porteros de periódicos estadounidenses ir allá y enviar las noticias tal como se ven allí?" Cuando se les interrogó sobre el primer punto, el 54.7 por ciento dijo que sí, pero cuando se les hizo la pregunta (b), el 74.6 por ciento contestó afirmativamente la pregunta (a) (Schuman y Presser, 1981). Forma de respuesta. Tratándose de encuestas, la gente puede responder a preguntas en una de las dos formas. En una respuesta cerrada los encuestados deben escoger entre un conjunto de respuestas suministradas por el investigador. En una respuesta abierta los encuestados pueden contestar con sus propias palabras. Por ejemplo, los sociólogos podrían desear saber qué prefiere más la gente en un trabajo. Pueden preguntarlo en una forma cerrada: "¿Quisiera usted mirar esta carta y decirme qué cosa de esta lista prefiere más en un trabajo?" La tarjeta presenta la lista de cinco opciones: altos ingresos, ausencia de peligro de quemarse en un incendio, horario corto de trabajo, oportunidades de ascenso y satisfacción en el trabajo que le proporciona una sensación de realización. La pregunta puede también hacerse en forma abierta: "La gente busca diferentes cosas en un trabajo. ¿Qué preferiría usted más en su trabajo?" Cuando se les hizo estas preguntas, las respuestas diferían con la forma de presentación. Por ejemplo, 17.2 por ciento de las personas respondieron "oportunidades de ascenso" cuando vieron que estaba entre las respuestas. Pero solamente 1.8 por ciento ofrecía esta respuesta cuando se les presentaba el interrogante en forma abierta. Los sociólogos tienen que estar muy conscientes de la secuencia de la expresión verbal y de la forma como la encuesta afecta los resultados de la investigación.
La entrevista Para algunas clases de investigación, los sociólogos necesitan más información de lo que permite un corto cuestionario. Deben recurrir entonces a la entrevista personal o telefónica. Si utilizan las preguntas con respuesta abierta, los entrevistadores observan cuándo deben buscar más información y cuándo pasar a la siguiente pregunta. Los buenos entrevistadores también saben que la validez y la confiabilidad de las entrevistas dependen de la interacción entre el entrevistador y el entrevistado . Saben ajustar el tono o la velocidad de una entrevista a los diferentes tipos de entrevistados. La socióloga Harriet Zuckerman estaba interesada en investigar las carreras de los científicos que habían ganado el premio Nobel. Deseaba entrevistar a estas personas de la alta élite acerca de sus familias, de sus historias, de sus relaciones con otros científicos, de la afiliación organizacional y de las
oportunidades en sus vidas desde que habían ganado el premio (Zuckerman, 1972). Lo primero que hizo fue entrar en contacto con quienes habían recibido el premio Nobel y persuadirlos para que hablaran con ella. Esta puede ser una de las etapas más difíciles y más dispendiosas de un estudio. Porque nadie, especialmente un científico ocupado, está deseoso de gastar una hora o dos con un sociólogo preguntón. Zuckerman, sin embargo, tuvo bastante éxito en realizar los contactos: logró entrevistar a cuarenta y cuatro de los cincuenta y cinco laureados del Nobel que vivían en los Estados Unidos en 1963. Ella sugiere que superó alguna resistencia presentando sus credenciales profesionales, estableciendo claramente la finalidad de la entrevista y mencionando los nombres de otros laureados del Nobel que habían aceptado participar, además de mucha constancia. Se preparó a fondo para cada entrevista, no solamente elaborando por anticipado el conjunto de preguntas que iba a formular, sino también investigando los antecedentes de cada científico. Se aseguró de establecer una interacción durante la entrevista evitando temas sensibles, utilizando un lenguaje científico y encuadrando las preguntas para lograr continuidad dentro de la entrevista ("Usted dijo anteriormente que..."). Estas conversaciones con los laureados del Nobel fueron entrevistas semiestructuradas, o sea que los aspectos generales y específicos que iban a tratarse se trabajaron con anticipación, pero los entrevistados tenían libertad para tratar los temas en los términos que ellos consideraran más significativos. Por el contrario, las entrevistas estructuradas son aquellas en las cuales la fraseología y la secuencia de las preguntas están cuidadosamente planificadas con anticipación. En una entrevista no estructurada, las preguntas y los temas no están predeterminados y el entrevistador y el sujeto entran en una conversación que fluye libremente.
Los experimentos El experimento ofrece a los científicos la técnica más efectiva para establecer -una relación causa y efecto. En los experimentos, los científicos sociales pueden poner a prueba una hipótesis: que una variable (X) causalmente influye sobre otra variable (Y). Por ejemplo, los sociólogos pueden poner a prueba la hipótesis de que la gente que se somete a un duro rito de iniciación para obtener la admisión a un grupo (variable X) desarrolla una fuerte integración al grupo (variable Y) (Aronson y Mills, 1959; Aronson y Carlsmith, 1968). En la selección de un experimento para poner a prueba su hipótesis, los sociólogos conciben el problema en estos términos:
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Philip Zimbardo, un psicólogo social, creo una prisión en broma, en la cual los estudiantes actuaban los papeles de prisioneros y de guardias. Los resultados fueron espantosos: los guardias tomaron su "trabajo" tan seriamente que amenazaron la integridad de los prisioneros. El experimento de Zimbardo muestra cómo los papeles que desempeñamos influyen profundamente sobre nuestro comportamiento social. (Profesor Philip G. Zimbardo universidad de Stanford).
si se cambia una variable (X) y también cambia otra variable (Y) y si todos los demás factores permanecen constantes (controlados) el cambio en Y debe ser causado por el cambio en X. Así, con el fin de probar una hipótesis, los investigadores: (1) sistemáticamente manejan una variable (X), y (2) observan el efecto de esa manipulación sobre la otra variable (Y). El factor que varía sistemáticamente se conoce como variable independiente; se supone que es el factor causal en la relación estudiada. El factor estudiado se conoce como variable dependiente; es el factor que se ve afectado por la manipulación de la variable independiente. En nuestra ilustración, la condición de iniciación sería la variable independiente y la intensidad de la vinculación podría ser la variable dependiente. Los sociólogos se basan en dos clases de experimentos—de laboratorio y de campo.
Experimentos de laboratorio En los experimentos de laboratorio los sociólogos colocan personas en condiciones artificiales que el investigador puede regular cuidadosamente. Es decir, la persona que hace la investigación puede controlar los efectos de algunos factores mientras aisla el factor o los factores que son de importancia experimental. Por ejemplo, el psicólogo social Bibb Latané y sus colegas (1979), estudiaron el comportamiento llamado "ocio social" bajo condiciones de laboratorio. El ocio social es la tendencia de las personas a trabajar menos cuando están en grupo que cuando no lo están. Es un concepto que tiene gran
significación social: por ejemplo, los investigadores se preguntaban si ese factor podría relacionarse con la producción relativamente baja de los trabajadores estadounidenses en las fábricas. En primer lugar, Latané y sus socios llevaron a los voluntarios al laboratorio, allí se les solicitó aplaudir y palmotear (esa era la tarea), solos y en grupos de dos, cuatro y seis personas. Cuando los investigadores midieron el sonido de los aplausos y los palmoteos, encontraron que la cantidad de sonido de cada persona disminuía tan pronto aumentaba el tamaño del grupo. El experimento mostró que un aumento en el tamaño del grupo (la variable independiente), hacía que la gente participara menos en la tarea (la variable dependiente). En otras palabras, cuanto mayor sea un grupo, más se presenta el ocio social. Para obtener datos sobre el ocio social, sin embargo, los investigadores tuvieron que engañar a los voluntarios. Los investigadores dijeron que la finalidad del experimento era observar cuán bien podría la gente en una multitud juzgar los niveles de un sonido. Si los voluntarios hubieran sido advertidos de que esa era una forma de estudiar el ocio social, hubieran podido actuar en formas que hubieran invalidado los resultados del experimento. Este tipo de "metodología engañosa" es común en experimentos sociales de laboratorio. Pero en las últimas décadas, los aspectos relacionados con la protección de daños provenientes de la investigación a la gente, ha despertado nuevos y, algunas veces, perturbadores interrogantes. ¿Acaso los
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investigadores tienen el derecho de engañar a la gente o causarles ansiedad o humillación en nombre de la investigación científica? Para responder a estos interrogantes, el Gobierno Federal, en el caso de Estados Unidos, ha hecho más exigentes las normas sobre investigación con seres humanos, y las universidades deben tener una junta revisora para aprobar los experimentos donde se involucran personas. Las directrices actuales para este tipo de investigaciones son claras: explicar el experimento o procedimiento a las personas; no mentir; avisar al sujeto sobre cualquier peligro; describir cómo va a utilizarse la información; garantizar la confidencialidad del tema; certificar que antes de que el sujeto acepte, él o ella será completamente informado acerca del experimento.
Experimentos de campo ¿Es acaso posible hacer experimentos sociales en situaciones del mundo real ("de campo")? Sin las condiciones controladas de un laboratorio, donde los sociólogos pueden medir en forma precisa los efectos y cambios en las variables independientes, ¿puede acaso establecerse una relación de causa-efecto? Hasta hace poco, los sociólogos pensaban que era poco ético o quizá imposible manejar las condiciones en el mundo real con fines experimentales. ¿Cómo pueden irrumpir la vida de las personas en nombre de la investigación social? Hace algunos años, sin embargo, Durkheim insistía en que los sociólogos tienen el deber no solamente de investigar los problemas sociales, sino también tratar de solucionarlos. Quizá pudiera llevarse a cabo una investigación especial que beneficiara a los participantes. Si se pregunta a los pobres, qué es lo que les beneficia más, muchos dirían sin duda "el dinero". En los experimentos sociológicos de campo más importantes jamás realizados, los investigadores cuidadosamente igualaron muestras de gente pobre (en Hunt,1985). El grupo experimental (aquellos que vivían las condiciones experimentales en la realidad) obtuvo un ingreso anual garantizado. El grupo de control obtuvo los beneficios tradicionales de la seguridad social. Las entrevistas y los informes mensuales de ingresos y gastos suministraron a los investigadores una información acerca de si, primeramente, un ingreso garantizado era el más eficiente modo de distribuir el dinero, en lugar del sistema tradicional de la seguridad social; y segundo, si un ingreso garantizado podría desanimar a la gente a buscar un trabajo mejor remunerado. El experimento arrojó algunos resultados inesperados. Las personas a quienes se les daba un ingreso anual garantizado más alto, ganaban menos por su
cuenta que quienes recibían un ingreso garantizado más bajo, pero la evidencia no sugería que los ingresos garantizados desanimaban a la gente para tratar de encontrar trabajos mejor remunerados. Sorpresivamente, ocurrieron más fracasos matrimoniales entre las familias que recibían ingresos garantizados, que entre aquellas que recibían seguridad social. Sin embargo, la continuidad del ingreso pudo haber aumentado la estabilidad familiar entre algunos de los participantes en el estudio, también pudo haber hecho a las mujeres más pobres que no trabajaban menos dependientes de sus compañeros y, además, más inclinadas a buscar la separación o el divorcio. Estos hallazgos crearon cantidades de interrogantes éticos. Cuando el experimento comenzó, los investigadores no podían predecir sus resultados. Algunos de los efectos del estudio, tales como la inestabilidad marital creciente, podrían verse como algo dañino o perjudicial. ¿Será justo solicitar a la gente que participe en una investigación, cuando ésta les puede ocasionar perjuicios? Otras cuestiones éticas se enfocaban sobre el aspecto de la privacidad. Los investigadores preguntaban a los sujetos asuntos muy personales, como por ejemplo, ¿ha cometi do usted alguna vez un crimen? ¿Ha abortado? Aunque los sociólogos se hubieran interesado por recopilar la mayor cantidad posible de información importante, ¿acaso no hicieron algunas preguntas que constituyen una invasión a la privacidad? Finalmente, algunos sujetos del grupo experimental obtuvieron mayor reconocimiento remunerativo que otros. ¿Habrá derecho para que algunas personas tengan que hacer esto con menos dinero porque se colocaron en el grupo de control? Sin duda, los experimentos en el mundo real tanto como los del laboratorio, despiertan interrogantes muy serios acerca de la ética en la investigación.
Etnografía En los experimentos, los sociólogos intentan influenciar o cambiar el comportamiento de la gente. En las etnografías, este no es usualmente el caso. Las etnografías son estudios en los cuales los investigadores observan a las personas en situaciones diarias, comúnmente durante un considerable período de tiempo. La meta de los investigadores es suministrar descripciones detalladas e interpretaciones de la vida social tal como sucede, por ejemplo, entre los niños en sus campos de juego; hombres homosexuales en los saunas, o pandillas callejeras en los vecindarios urbanos. Los estudios etnográficos suministran el tipo de testimonios oculares de la vida social que no son posibles en los diseños experimentales.
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Observación abierta participativa En la observación abierta participativa el investiga-
dor participa en la vida social de los sujetos de su observación y su papel es conocido por las personas que están bajo estudio. El sociólogo William Corsaro (1985) actuó como observador abierto de un juego de niños. Durante varios meses, observó y registró cómo jugaban conjuntamente los niños de un jardín maternal. No trataba de ocultar su propósito. Los niños pensaban que él era "una persona grande", que actuaba más como ellos que como los adultos y ésta percepción le permitió acceso a la cultura de los niños. Al llevar a cabo la observación participativa, Corsaro tuvo que resolver algunos problemas de metodología. ¿Cómo podría entrar al mundo de los niños sin trastornarlo ni cambiarlo? Tenía que permanecer sin parecer como un entrometido, pero no tan distante que perdiera de vista cómo los niños mismos entendían su mundo social. Antes de que pudiera entrar al campo de juego, Corsaro tuvo que negociar con los "guardias", el director del jardín, la secretaria, los profesores y los padres de familia. Tuvo que convencerlos, por ejemplo, de que no iba a violar el derecho de nadie. Una vez que obtuvo el permiso de los adultos, observaba a los niños por detrás de un espejo de un solo lado. Aprendió los nombres de los niños, (lo cual sería importante durante la observación participativa) y se dio cuenta de cómo los niños interactuaban rutinariamente. Una vez que entró al campo de juego, Corsaro jugaba con los niños pero no afectaba la naturaleza o el flujo de episodios entre ellos (él consideraba los
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episodios de juego como la unidad central del comportamiento en su estudio). Nunca trató de empezar una actividad o de redirigir una en forma sustancial. Nunca intervino en los conflictos de los niños. Durante este tiempo, Corsaro llenó muchas libretas de notas con sus observaciones de campo. Más tarde, trajo equipos de grabación de video y de audio, para volver a revisar los episodios entre los niños tantas veces como lo necesitara para su análisis. Como otros etnógrafos, Corsaro tenía un doble propósito: entender el significado subjetivo de los acontecimientos para sus sujetos y ser analítico, sistemático y sociológico en su investigación.
Observación participativa secreta Los sociólogos algunas veces no les dicen a sus sujetos que van a ser observados por un etnógrafo. En la observación participativa secreta, los sociólogos se introducen en el mundo social sin identificarse como investigadores y tratan de pasar como miembros del grupo que están estudiando. Los sujetos de investigación comúnmente no conocen el fin de la investigación ni la verdadera identidad del investigador. Los sociólogos se han hecho pasar como miembros de cultos que profetizan el fin del mundo, como practicantes de "matrimonios abiertos", que intercambian sexo con otras parejas casadas y en una gran variedad de otros papeles. La participación secreta soluciona el problema de la intrusión (la alteración del comportamiento del grupo debido a la presencia del sociólogo) y permite a los sociólogos observar los grupos que comúnmente están cerrados a los intrusos. Pero este método de investiga-
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ción, a su vez, despierta serios interrogantes éticos. ¿Es acaso ético engañar deliberadamente a la gente pretendiendo pertencer a su grupo, cuando en efecto, la intención real es estudiarlos? ¿Es una operación secreta por definición una invasión de la privacidad?
Observación no participativa Una variación de la observación participativa secreta es la observación no participativa, en la cual los sociólogos no se unen a las actividades del grupo que van a estudiar. Sencillamente observan al grupo en sus situaciones diarias, en las que los miembros desarrollan sus diarios quehaceres. Cuando los observadores no participativos tienen éxito, el grupo no se da cuenta de que está siendo estudiado. En una de estas etnografías, por ejemplo, los sociólogos que habían estado investigando el comportamiento sexual fueron a saunas para homosexuales y pasivamente observaron el comportamiento de los hombres allí (Weinberg y Williams, 1975). Muchos de ellos se detenían y miraban los encuentros en forma
Los espejos de un solo lado se utilizan a veces para observar el comportamiento de sujetos en una investigación experimental de tal forma que ellos no sean afectados por la presencia del investigador. La selección de los métodos de investigación depende de la naturaleza de los tanas que van a estudiarse (Cary Wolinsky/Stock, Boston).
pasiva, de modo que los sociólogos que los observaban no eran obvios. Los sociólogos, entonces, se mezclaron porque los socios del lugar permanecían emocional y personalmente separados el uno del otro, a pesar de sus encuentros sexuales. Para conservar su circunspección, los investigadores tomaron notas de campo en áreas privadas del lugar y después de abandonarlo. En la interpretación de lo que vieron, los investigadores describieron la experiencia de muchos años de estudio del comportamiento sexual. Claramente, no eran voyeristas, sino que se aproximaban a la situación con una serie de preguntas teóricas. Sin embargo, observando el comportamiento a distancia, podría resultar difícil percibir todos los matices involucrados.
Estudios históricos Los sociólogos solamente pueden observar lo que se presenta aquí y ahora. Pero la comprensión del pasado se utiliza frecuentemente para entender el presente, como demostró Durkheim cuando utilizó registros históricos de muertes en su estudio sobre el suicidio. Puesto que los sociólogos también se interesan por los cambios que tienen lugar en las instituciones, en los grupos, y en las sociedades, recurren a los materiales históricos: información acerca de acciones, ideas, y acontecimientos que configuraron el comportamiento humano en el pasado. Los sociólogos están más inclinados a escoger una aproximación histórica cuando quieren estudiar los fenómenos sociales que no ocurren con frecuencia. En tales casos, puede que no haya suficiente información estadística y resulta imposible realizar entrevistas y encuestas. Para observar los efectos de un acontecimiento raro, un sociólogo podría tener que esperar décadas para tener una oportunidad de recopilar información fresca. Por ejemplo, interesa poco al sociólogo posponer su investigación sobre la revolución hasta cuando una se presente. Y en el caso de una revolución actual, las condiciones que la rodean pudieran hacer peligrosa o impracticable la investigación social. Theda Skocpol (1979) llevó a cabo un estudie histórico de las tres revoluciones exitosas: la Revolución Francesa del siglo XVIII y las revoluciones rusa y china del siglo XX. Ella postuló algunos de los interrogantes importantes acerca del cambio social que había interesado a los sociólogos antiguos. Skocpol también examinó la información de muchas revoluciones no exitosas y buscó ejemplos de cambios no revolucionarios con el fin de ver cómo las modificaciones sociales producidas por revoluciones sucesivas, diferían de otros tipos de cambios sociales. A través de análisis comparativos, identificó tres
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etapas en las revoluciones exitosas: el rompimiento de un gobierno del viejo régimen, la movilización masiva de los campesinos en una lucha de clases y la consolidación del poder por parte de una nueva élite política. Una segunda instancia en la cual los sociólogos llevan a cabo estudios históricos, es cuando se analizan acontecimientos que ocurren durante períodos muy extensos de tiempo. La mayor parte de la investigación sociológica está dirigida hacia hechos relativamente breves, como el matrimonio y el divorcio, la adolescencia, o la creación de nuevos negocios. Otros fenómenos de gran importancia, sin embargo, suceden durante períodos más largos de tiempo. La industrialización, la inmigración a los Estados Unidos, la creación de la estructura moderna de la familia y la extensión de la democracia popular, son unos pocos ejemplos de desarrollos que requirieron de muchos siglos para su desarrollo. Si los sociólogos solamente analizaran el tiempo presente, no sólo llegarían a generalizaciones defectuosas, sino que también perderían el patrón histórico esencial de los acontecimientos. Finalmente, al hacer investigación histórica y otras, los sociólogos pueden basarse en documentos creados con otros objetivos. Como los historiadores, los sociólogos estudian los registros de transacciones comerciales, los periódicos antiguos, los diarios, los registros de las iglesias sobre nacimientos y defunciones, la información y las estadísticas recolectadas por las agencias del gobierno. (Por ejemplo, Durk-
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heim y otros al investigar el suicidio habían utilizado los registros del médico forense.) Los sociólogos también pueden aprovechar las obras publicadas por los historiadores, especialmente cuando una investigación incluye un largo período o cuando deben compararse muchos países diferentes. Este método, llamado análisis secundario, incluye el análisis de datos que fueron originalmente recolectados por otra razón. En algunos casos, un sociólogo puede volver a interpretar los datos recolectados por otro sociólogo, con diferentes objetivos de investigación.
Análisis de contenido Frecuentemente los sociólogos emplean el análisis de contenido para descubrir información importante en materiales históricos y contemporáneos. El análisis de contenido puede aplicarse a casi todo tipo de información registrada: cartas, diarios, autobiografías, memorias, leyes, novelas, canciones líricas, constituciones, periódicos, inclusive hasta pinturas, todo lo cual puede revelar mucho acerca del comportamiento de la gente. Este método de investigación es especialmente útil en los estudios históricos, porque suministra una forma de organizar sistemáticamente y de resumir, el contenido latente y explícito de la comunicación. El computador, que permite al investigador analizar el contenido bajo muchas perspectivas, ha demostrado ser una poderosa herramienta de investigación.
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Para estudiar los efectos que sobre los Estados Unidos ejercen las numerosas olas de inmigrantes, los sociólogos pueden diseñar registros históricos que provienen desde los primeros arribos hasta el presente. Tal investigación histórica de largo alcance es muy útil para estudiar los cambios graduales cuyos impactos solamente se hacen aparentes en un período de tiempo muy extenso (EKM-Nepenthe).
Como ejemplo de cómo funciona el análisis de contenido, supongamos que un grupo de investigadores ha decidido estudiar las imágenes de los hombres y las mujeres en los videos musicales de rock. Puesto que no pueden estudiar todos los videos musicales existentes, los investigadores empiezan por recolectar una muestra representativa de los videos de rock Después, hacen una lista de todas las categorías posibles de contenido, tales como canciones líricas, estilos de vestir, gestos y así sucesivamente. Luego examinan la muestra de los videos, anotando tantos detalles específicos del contenido como sea posible. Hasta ahora, los investigadores se han basado principalmente en la investigación cualitativa, la cual depende de la interpretación hecha por el investigador. Una vez recolectada información suficiente, los investigadores pueden pasarse a los métodos de investigación basados en estadísticas, o sea, a lo que se denomina investigación cuantitativa: por ejemplo, pueden contar la frecuencia con la cual las
mujeres aparecen en papeles subordinados a los hombres, y pueden verificar si estas circunstancias son correlativas con otras variables. Los sociólogos, de hecho, han desarrollado este análisis de contenido y encontrado que los videos musicales con frecuencia retratan a las mujeres en papeles subordinados, como objetos sexuales o como blancos de violencia. (Brown y Campbell, 1986; Sherman y Dominick, 1986). El análisis de contenido es un buen ejemplo de la investigación que combina las investigaciones cualitativa y cuantitativa. Los investigadores generalmente utilizan el análisis cuantitativo cuando se estudia una ocurrencia o forma de comportamiento común. El análisis cualitativo probablemente es más útil cuando un comportamiento o situación ocurre raramente o cuando la información necesaria no es fácil de cuantificar, o sea, cuando existe en forma de palabras, dibujos o algo por el estilo.
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RESUMEN 1. En su estudio sobre el suicidio, Emile Durkheim presenta un precedente importante para examinar un problema desde el punto de vista sociológico. 2. El primer paso en un proceso de investigación es definir el problema. La definición de un concepto en términos medibles produce una definición operadonal. 3. Los sociólogos formulan interrogantes en sus estudios sobre la base de una revisión de la bibliografía sobre el tema -una encuesta de los hallazgos de otros investigadores que han estudiado un tema particular. 4. Después de una revisión de la bibliografía, un investigador establece una hipótesis, una afirmación que predice la forma como dos o más variables están relacionadas entre si. 5. El primer paso en la recopilación de datos o en la información, es escoger un diseño de investigación. El diseño, a su vez, depende de las cuestiones por investigar. Entre los diseños de investigación están la encuesta, la observación participativa y el experimento. 6. Los resultados de un estudio son válidos cuando la medida de una variable describe el fenómeno que va a ser investigado. Los resultados de un estudio son confiables cuando al hacer investigaciones repetidas se producen los mismos hallazgos. 7. El conocimiento sociológico se desarrolla en la medida en que la investigación genere teorías adicionales y más investigación. Un ejemplo de investigación continuada son los estudios de David Phillips sobre la imitación como un factor en el suicidio; sus hallazgos contradicen a los de su predecesor, Durkheim. 8. Los sociólogos confrontan diversas tareas de investigación muy difíciles. Como cualquier investigación científica, los estudios del comportamiento social deben demostrarse para que sean válidos y confiables. Los investigadores también deben tratar de especificar las relaciones entre dos variables. Puesto que estudian a las personas, los sociólogos tienen que ser particularmente cuidadosos para proteger los derechos de aquellas. Finalmente, los científicos sociales encuentran problemas más graves con la objetividad, que los científicos que estudian el mundo natural. 9. Los enfoques particulares seleccionados por los sociólogos tienden a ser aplicados a las perspectivas teóricas que los guían. Por ejemplo, en la investigación de su teoría funcional, Durkheim comparó patrones de grupo de suicidio. Un interaccionista simbólico se hubiera interesado más por examinar
los significados intrínsecos de los casos individuales de suicidio, acumulando gradualmente suficiente información para revelar modelos generales. 10. Una encuesta es una recolección sistemática de respuestas a preguntas estandarizadas en una muestra de encuestados. Una muestra es una serie representativa de la población que va a estudiarse. En una muestra aleatoria, cada unidad dentro de una población tiene una oportunidad igual de ser seleccionada. Las respuestas de una encuesta pueden verse afectadas por la formulación, o sea, la expresión verbal de las preguntas, la secuencia en la cual están planteadas y la forma de respuesta que se permite. 11. La entrevista sociológica puede estar estructurada (con las preguntas elaboradas por anticipado), semiestructurada o definitivamente no estructurada. La entrevista es una técnica que depende en gran parte de la habilidad del entrevistador. 12. En un experimento, se manejan una o más variables independientes, de tal manera que el investigador pueda examinar el efecto sobre una variable dependiente. En los experimentos de laboratorio, los sociólogos manipulan cuidadosamente a las personas bajo condiciones artificiales. En los experimentos de campo, se manipulan las condiciones del mundo real. Casos de metodología engañosa han llevado a normas federales y universitarias más estrictas para la investigación. 13. Las etnografías son estudios en los cuales los investigadores observan grupos en sus ambientes de vida diaria, comúnmente por un largo período de tiempo. Los observadores participativos abiertos estudian abiertamente el comportamiento de otros; los observadores participativos secretos, lo hacen sin revelarse como sociólogos. En la observación no participativa, los investigadores simplemente anotan el comportamiento de otros sin participar en sus actividades. 14. En los estudios históricos, los sociólogos utilizan datos acerca de actos, de ideas y de eventos que han configurado el comportamiento humano en el pasado. Los estudios históricos son muy valiososo para analizar los acontecimientos que duraron en el pasado o eventos que se desarrollaron a lo largo de un período de tiempo. 15. El análisis de contenido proporciona una forma de organizar sistemáticamente y de resumir tanto la comunicación explícita como el contenido latente. Es un ejemplo de investigación que combina los enfoques cualitativos y cuantitativos.
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GLOSARIO Análisis de contenido. Es un método de investigación que suministra una forma de organizar sistemáticamente y de resumir el contenido latente y explícito de la comunicación. Análisis secundario. Es el análisis posterior de las informaciones previamente recolectadas para otras finalidades. Anomia. Es una condición dentro de la sociedad en la cual la integración de los individuos al tejido social está debilitada y su compromiso con las normas sociales está aminorado. Coeficiente de correlación. Es un número decimal entre cero y uno que se usa para indicar la fuerza de una correlación. Confiabilidad. El grado al cual un estudio produce los mismos resultados cuando el investigador original lo repite o lo hacen otros investigadores. Correlación. Es el término utilizado en una relación común entre dos variables; también, una simple medida estadística del alcance de la asociación entre dos variables. Correlación falsa. Es una correlación entre dos variables que no tiene fundamento causal significativo. Datos. Son los hechos, las estadísticas, los resultados del estudio y otras partes de la información observable que se recolecta y se utilizan para construir teorías. Definiciones operacionales. Son los indicadores medibles para las variables en una hipótesis. Desviación estándar. Es una medida estadística de cuán lejos se encuentran otras instancias registradas del promedio u otro punto central. Encuestas. Es un método de investigación que utiliza cuestionarios, entrevistas o los dos a la vez, para saber cómo piensa la gente, cómo siente o cómo actúa. Las buenas encuestas utilizan muestras aleatorias e interrogantes previamente comprobados para garantizar la confiabilidad y la validez. Entrevista. Es una conversación por medio de la cual un investigador busca información sobre un tema que va a investigarse. Las entrevistas pueden ser más o menos estructuradas. Etnografías. Estudios en los cuales los investigadores observan a las personas en sus ambientes diarios, comúnmente durante un largo período de tiempo. Experimento. Un método de investigación que expone a las personas a una situación específicamente diseñada. La técnica más eficaz para establecer las relaciones entre causa y efecto entre variables. Los experimentos pueden hacerse en laboratorio o en el campo. Hipótesis. Es una afirmación tentativa que predice la forma como dos o más variables afectan, o están relacionadas entre sí. Investigación cualitativa. Es la investigación que depende principalmente de las interpretaciones subjetivas del investigador del material o evento. Investigación cuantitativa. Es la investigación que se basa en el análisis estadístico de los datos.
Materiales históricos. Son los datos que pertenecen a los actos, a las ideas, a las circunstancias que configuran el comportamiento humano en el pasado. Mediana. Es el número que cae en la mitad en una secuencia de cifras. Medida o promedio.. Se obtiene al sumar todas las cifras en una serie de datos y dividir por el número de ítemes. Moda. Es la cifra que ocurre más frecuentemente en una serie de datos. Observación no participativa. Una técnica de investigación en la cual los investigadores observan el comportamiento en forma cerrada, pero que no participan específicamente en las actividades del grupo que va a estudiarse. Muestra. Es una cantidad limitada de personas seleccionadas de la población a estudiar que son representativos de esa población. Muestra aleatoria. En una encuesta es un método utilizado para tomar una muestra de tal forma, que cada miembro de la población bajo estudio tenga la misma probabilidad de ser seleccionado. Observación participativa abierta. Es una técnica de in-
vestigación, en la cual el investigador participa en las actividades de aquellas personas que van a observarse y se hace conocer el papel del investigador. Observación participativa secreta. Es una técnica de in-
vestigación en la cual las actividades de las personas se observan sin su conocimiento y los investigadores nunca se identifican como sociólogos. Población. En una encuesta, es la cantidad total de personas que participan de una característica que va a estudiarse. Respuesta abierta. Es una forma de respuesta a las preguntas de un cuestionario en la cual las personas que responden utilizan sus propias palabras. Respuesta cerrada. Es una forma de respuesta a las preguntas de una encuesta en las cuales las personas que responden deben escoger entre un conjunto de respuestas suministradas por los investigadores. Suicidio altruista. En opinión de Durkheim es el suicidio que resulta de un compromiso extremo con un grupo o comunidad. Suicidio anómico. En opinión de Durkheim, es el suicidio que resulta de una condición de falta de normatividad social. Suicidio egoísta. En la opinión de Durkheim, el suicidio que resulta del aislamiento social y del individualismo. Validez. Es el grado hasta el cual un estudio científico mide lo que intenta medir. Variable. Cualquier factor que es capaz de cambio. Variable dependiente. En un experimento, la cualidad o factor afectado por una o más variables independientes. Variable independiente. En un experimento, la cualidad o factor que afecta una o más variables dependientes.
CAPITULO 3
Interacción y estructura social
Imaginemos a un estudiante recién graduado de la universidad en camino hacia una nueva situación social: su primera entrevista para un empleo. Agitado por la carrera, ligeramente sudoroso, llega quince minutos tarde a su cita. Aún antes de pensar en estrecharle la mano a la entrevistadora, empieza a excusarse. Ella responde con rostro impasible y señala al candidato una silla. El joven se sienta, todavía hablando rápidamente del bloqueo del tráfico y de los problemas de estacionamiento. De repente la entrevistadora lo interrumpe y le pide su hoja de vida. El candidato se busca en los bolsillos y se da cuenta que la ha dejado recién escrita a máquina. Solamente tiene un descuidado borrador en el bolsillo de la chaqueta. De nuevo empieza a excusarse abundantemente. Retorciéndose en su asiento, el candidato empieza a jugar con el cable del teléfono que está sobre el escritorio de la entrevistadora, mientras ella examina rápidamente los papeles. La entrevistadora mira fijamente el cable del teléfono que da vueltas y luego examina rápidamente el reloj. En la mente de las dos personas no queda duda alguna de que la entrevista ha terminado antes de que hubiera empezado realmente. Es posible que nos sea claro que esta entrevista se inició muy mal y que nunca pudo recuperarse. Pero, ¿por qué llegamos a esa conclusión? ¿Qué hace que estemos tan seguros de que esta persona jamás recibirá una oferta para el empleo? La respuesta está en que comprendemos los intercambios sociales. La insípida expresión inicial de la entrevistadora transmitía un inequívoco fastidio por la tardanza del joven. Suponemos que ella interpretaba la llegada tarde del candidato (y la hoja de vida olvidada)
como un signo de su desorganización, de su no confiabilidad o de su falta de interés por el empleo. El candidato trató de cambiar la opinión de ella explicando por qué había llegado tarde, pero la falta de respuestas de la entrevistadora indicaba su rechazo a estas excusas. A continuación el candidato demostró incertidumbre en la forma como se había comportado retorciéndose en la silla y molestando con el cable del teléfono. La entrevistadora respondió con una desaprobación permanente con su silencio y con la mirada fija en lo que estaba haciendo él con el cable del teléfono. Cuando ella miró su reloj le dijo que no tenía oportunidad de pasar la entrevista. Lo que resulta fascinante es que aunque gran parte de esta "conversación" social sucedió sin palabras, los significados se entendieron y se comunicaron. Lo que intriga a los sociólogos es cómo en el curso de sus diarias actividades, las personas configuran y dan significado a sus encuentros sociales mediante su comportamiento mutuo e interrelacionado (Taylor y Sniezek,1984). Pero el comportamiento social es más que un sencillo asunto de elecciones individuales sobre la forma de reaccionar con los demás. El comportamiento social siempre está enmarcado por expectativas y por significados socialmente definidos. En esta entrevista de empleo, vemos más de dos personas que se encuentran, intercambian palabras y gestos, y que no logran "entenderse bien". Lo que vemos de más son individuos que se acomodan (o que no logran acomodarse) a las expectativas sociales: una entrevistadora obligada por su programa de trabajo y por su necesidad de encontrar el candidato apropiado para el trabajo que se ofrece, un candidato 49
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La entrevistadora y la entrevistada desempeñan roles que se consideran apropiados para ¡a situación. ¿Qué significado revelan sus posiciones físicas y su "lenguaje corporal" con relación a esta sencilla interacción? (Doranne Jacobson/Naciones Unidas). que ha llegado tarde por los problemas de tráfico y que se ve limitado por su propio descuido. En cada interacción, los individuos desempeñan roles sociales y ocupan estatus sociales. Un estatus social es una posición en la estructura social, cualquier posición que determine dónde "encaja" una persona en el orden social. Un rol es un conjunto de comportamientos, actitudes, obligaciones y privilegios que se esperan de quienquiera que ocupe un status particular. En nuestro ejemplo, una persona tiene el status del que busca trabajo y se espera que se comporte como tal. El otro status es el de la entrevistadora, que es la posición dominante. Su rol es "buscar críticamente un candidato" y decidir si él se acomoda al trabajo. Estos status y los roles trascienden cualquier conjunto particular de personas; existen, en un sentido, por fuera de los individuos que los desempeñan en cualquier momento dado. Dichos status y roles estructuran el negocio de la firma y le permiten existir aunque algunos empleados vengan y vayan. La firma, a su vez, es parte de una economía más amplia, en la cual miles de firmas compiten por el dinero que gastan los consumidores. Esta economía más amplia, además, es el telón estructural contra el cual tiene lugar el negocio de la búsqueda de empleo y de asalariados. Las con-
diciones en la economía determinan, por ejemplo, que un recién graduado de la universidad se encuentre entre los millones de desempleados que tienen problema para encontrar trabajo o si se trata de alguien con una gran cantidad de ofertas laborales. Desde esta perspectiva, nuestra entrevista de empleo, está muy lejos de ser un único encuentro y aislado, es más bien el producto de cierto conjunto de estructuras en un orden social complicado. Este capítulo explora tanto en la interacción como en la estructura social, dos aspectos de la forma en que las personas socialmente se vinculan unas con otras. En las primeras secciones, adoptaremos un enfoque más orientado hacia la acción, mientras que en las últimas se tomará uno predominantemente estructural. Tal como se ha visto en el Capítulo 1, una perspectiva de acción hace énfasis en la forma como la gente construye sus propios mundos sociales, mientras que una perspectiva estructural hace énfasis en los patrones sociales relativamente estables que no se nos han impuesto. Pero tanto la interacción social como la estructura social pueden estudiarse desde caulquiera de estas perspectivas. Todo depende de qué características de la vida social quiere destacar un investigador. Existe también cierta tendencia entre los sociólogos a enfocar la interacción social y la estructura social desde diferentes niveles de análisis, micro y macro (véase Capítulo 1). Los estudios de la interacción social normalmente se enfocan en el nivel micro de análisis (o sea, a pequeña escala) donde podemos examinar los muchos pequeños detalles de los encuentros persona a persona. Los estudios de la organización social, comúnmente se enfocan en el nivel macro (a gran escala) e intentan explicar cómo se originan los patrones estructurales y las relaciones entre ellos. Pero el hecho de que los diferentes niveles de análisis tengan temas de estudio distintivos, no implica que un enfoque a un nivel pueda ignorar el otro. Tomando el comienzo de este capítulo como ejemplo específico, el enfoque sobre la entrevista de empleo (nivel micro) se dirigió hacia el telón de fondo del mercado económico de empleos vacantes (nivel macro) Algunos sociólogos creen que todos los análisis a nivel macro deberían elaborarse sin los elementos del nivel micro (Collins, 1986). Sin embargo, otros argumentan que la macrosodología representa un enfoque completamente diferente, que es complementario de la microsociología; pero en ninguna forma reducible a ella (Blau, 1977, 1986). En este capítulo nos centraremos primordialmente sobre los patrones de nivel de acción micro. Varios capítulos posteriores se enfocarán más hacia los patrones del nivel macro.
INTERACCIÓN Y ESTRUCTURA SOCIAL
Las diferencias señaladas entre la interacción y la estructura social, tanto a nivel micro como macro son distinciones que deben hacerse para lograr una mayor claridad del pensamiento sociológico. Pero estas distinciones son difíciles de observar en la vida diaria (cada episodio es al mismo tiempo interacción y estructura social). La distinción se hace tan sólo para que podamos ver mucho mejor lo que ocurre en la vida social. Teniendo esto en mente, regresamos nuestra atención a la visión micro de la interacción social.
INTERACCIÓN SOCIAL Todos nos comprometemos en incontables acciones durante nuestra vida diaria. Tosemos, reímos, nos rascamos la cabeza, y hacemos muecas cuando luchamos para arrastrar un paquete pesado, sólo para mencionar algunos de nuestros comportamientos. Otras personas con frecuencia ven nuestras acciones y modifican sus comportamientos como respuesta. Para responder a nuestra tos, pueden mirar en dirección nuestra; en respuesta a nuestras muecas, pueden ofrecer ayuda; en respuesta a nuestra risa, pueden sonreír. Nosotros, en cambio, al ser conscientes de las respuestas que hemos ocasionado en los otros, podemos ajustar nuestro comportamiento en concordancia. Cuando nuestra tos capta la atención
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de alguien, podemos empezar a hablar; cuando nuestra risa logra una sonrisa de felicidad, podemos responder con otra sonrisa. Este proceso de personas que se orientan hacia los otros y actúan en respuesta de los comportamientos de unos a otros, es lo que los sociólogos denominan interacción social. La palabra social señala que más de una persona está comprometida en la situación. El término interacción significa que todas las partes del intercambio influyen unas sobre otras. La interacción social ocurre con el fin de realizar algún intento y siempre está dirigida hacia otras personas específicas. No puede tenerse interacción social con la compañía de teléfonos o con la universidad, por ejemplo. Pero usted puede interactuar sodalmente con los miembros de estas organizaciones, tal como el decano de estudiantes. La proximidad física no es siempre necesaria para que la interacción social se presente. Las personas interactúan socialmente por carta o por un computador personal sin haber oído jamás la voz de la otra persona, o visto su rostro. Por el mismo motivo, el estar exactamente junto a otros, no siempre significa que tiene lugar una interacción social. Usted podría estar corriendo por una congestionada estación de tren, rodeado de centenares de personas y sin embargo, no tener ni siquiera un contacto visual con una sola de ellas. Así, la interacción social es un proceso de relacionarse a
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base de comportamientos con las demás personas que se reconocen como compañeros específicos en la relación. Lo que más interesa a los sociólogos sobre las interacciones sociales individuales son la forma y el significado que la gente les concede. (Por supuesto, los sociólogos también se interesan en agregar patrones, por ejemplo, quién interactúa con quién.). Cuando se llega a la interacción no somos jugadores separados, en la que cada uno ejecuta únicamente una parte de su propia realización. Por el contrario, lo que decimos y hacemos, está configurado tanto por las expectativas sociales como por las señales que otros nos suministran. Esto se ha ilustrado en la entrevista de empleo, presentada al comienzo de este capítulo. Ambas partes entraron en la situación con ideas muy claras de lo que se esperaba de ellas. Por ejemplo, ambas sabían que iban a estrecharse la mano y a presentarse. Ambas sabían que la entrevistadora iba a controlar la situación, ella era la que iba a hacer la mayoría de las preguntas y a decidir cuándo dar por terminada la reunión. Ambos sabían que ciertos aspectos iban a tratarse (una discusión sobre los orígenes del candidato, sus habilidades, sus experiencias relacionadas con el trabajo), mientras que otras eran consideradas prohibidas (uno no discute en una entrevista de empleo los detalles de su vida sexual). Finalmente, ambas partes tenían una comprensión implícita de las muchas miradas y gestos que podrían significar la forma como se estaba realizando la interacción. Si la entrevistadora hubiera mirado directamente al candidato, inclinándose hacia adelante y sonriendo suavemente, el joven quizá hubiera pensado que ella lo estaba apreciando favorablemente. Tal como salieron las cosas, la mujer miró el teléfono y luego su reloj, que no son gestos de aceptación, sino de fastidio y de despedida. La interacción social, entonces, nunca está libre para proceder en cualquier forma que se pueda. Más bien siempre está regulada en alguna medida por las expectativas compartidas. En la siguiente sección, miraremos más de cerca algunos de los factores que enmarcan y dan estructura a la interacción social. Estas incluyen nuestros esfuerzos por definir las situaciones sociales y nuestras comprensiones implícitas de los status y de los roles.
Marcos para la interacción Definición de una situación Tan pronto nos ponemos en contacto con otras personas, buscamos señales en las diferentes personas comprometidas y la forma como nosotros deberíamos actuar frente a ellas. El sociólogo Elijan Ander-
son observó este proceso entre los hombres que se alojaban en el "Jelly", un decadente bar del sur de Chicago (Anderson, 1978). Estos hombres son muy cuidadosos cuando hablan a extranjeros. Un extranjero, después de todo, podría convertirse en la "ley" o en el otro extremo, podría ser "el peor gato de Chicago". Así que antes de comunicarse con un extranjero, los muchachos del Jelly tratan de "leer" a la persona: Por esto, ponen mucha atención a diversos símbolos que la persona ostenta.... Escuchan la lengua de la persona o como dicen esos hombres, su "conversación total" y la examinan para ver las señales de su residencia, sus compañeros y su línea de trabajo. Observan la forma como va vestida. Ellos la miran interactuar con las otras.... Pueden preguntar a otras personas, bien sea secretamente o en público, sobre su confiabilidad. (Anderson, 1978, p. 6)
En esta forma los hombres del Jelly buscan definir la situación social. Estamos tan ansiosos por definir las situaciones sociales porque nuestras expectativas por el comportamiento pueden variar inmensamente de una situación a otra. Uno no se comporta en una entrevista de empleo como se comportaría en una cita romántica. No se comporta en un funeral como se comportaría en un partido de fútbol. Si se tienen algunas dudas sobre el poder de las expectativas sociales que se aplican a estas situaciones diferentes, entonces trate de actuar en una situación como esperaría que actuara en otra. En una cita romántica, por ejemplo, dé un fuerte apretón de manos a su compañero/a, preséntese en forma fina y describa su experiencia laboral. En el partido de fútbol trate de sentarse en silencio, inclinando suavemente la cabeza, con una expresión de tristeza en el rostro. No hay duda de que la gente que lo rodea va a notar la extrañeza de su comportamiento. Ellos pueden molestarse si usted rechaza "cortar esa actitud". En cualquier nuevo encuentro social, nos sentimos ansiosos por llegar a una definición compartida de la situación con el fin de evitar la tensión que causa un comportamiento inapropiado. Pero la definición de una situación es a veces una tarea que exige claridad. Aun cuando conozcamos la finalidad general de un encuentro social (un funeral o una cena de navidad), sin embargo, no conocemos los matices de una interacción particular. Para utilizar un ejemplo sencillo, no todas las cenas de navidad son iguales. Algunas son celebraciones joviales, otras tienen un tinte religioso serio y otras son consideradas como ocasión de tristeza porque los participantes extrañan a los que no pueden estar allí. Así que cuando la gente se reúne para una cena
INTERACCIÓN Y ESTRUCTURA SOCIAL
Los lugares públicos, como las calles de una ciudad, pueden ser la situación apta para muchos tipos de comportamiento social, desde la no interacción definitiva, hasta la interacción más personal. La conversación, la expresión facial, los gestos y el contacto físico ayudan a definir esta situación específica. (Gilíes Peress/Magnum)
de navidad debe llegar a un acuerdo para reconocer de qué clase de situación se trata. La misma búsqueda colectiva para dar significado de las situaciones se presenta en cualquier encuentro social que tengamos. Algunos sociólogos insisten en que al definir una situación, construimos nuestra propia realidad social. Si definimos una cena de navidad, como una ocasión para reír, ésta resulta despreocupada y alegre. Si definimos la cena como una ocasión para el dolor, resulta triste y sombría. El sociólogo W. I. Thomas se refiere a este proceso cuando desarrolla el teorema sociológico que dice que si las personas "definen las situaciones como algo real, ellas son realistas en sus consecuencias" (Thomas y Thomas, 1928, p. 572). Las consecuencias de una definición social pueden tener mucha importancia para las personas. Supóngase que usted es representante de personal en una corporación. Es casi mediodía y usted está esperando en su escritorio a que llegue el siguiente candidato para el empleo. Un hombre vestido con una chaqueta de cuero negra y que porta una bolsa de papel blanca entra a su oficina. Usted supone que él le trae su almuerzo del restaurante y así le dice que coloque la bolsa sobre la mesa, preguntándole al mismo tiempo: "¿cuánto cuesta?". El hombre lo mira a usted curiosamente y saca una hoja de vida de la bolsa. Usted se excusa de su error, lo entrevista brevemente, pero no le ofrece el empleo. En la definición inicial del candidato, como una persona que entrega algo, usted creó una realidad social que lo
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hizo a él parecer inapropiado para el tipo de empleo que usted ofrece. Un enfoque sobre la forma como las personas definen sus situaciones sociales, es un enfoque orientado a la acción. Los teóricos de la acción insisten sobre la forma dinámica en que las partes de una interacción social definen y redefinen la situación dependiendo de cómo se desarrolla su interacción. Los teóricos de la acción ven este proceso dinámico como algo esencial porque las situaciones que nosotros encontramos son comúnmente ambiguas hasta cierto punto. Como resultado, debemos "probar" permanentemente las acciones y modificar nuestros comportamientos tan pronto nos esforzamos por una definición más exacta de lo que encierra la situación. Los sociólogos que tienen una perspectiva de acción, en breve, hablan de las personas que negocian sus interacciones, o sea, que moldean continuamente y "ajustan" sus comportamientos unos a otros. Los sociólogos que participan de la perspectiva estructural, por el contrario, no se preocupan por la forma como las personas definen sus situaciones sociales. Toman la situación tal como se da y miran a su vez los aspectos de la estructura social en dicha situación. Los factores estructurales sociales, sostienen ellos, limitan las opciones de las personas hacia una interacción social y tienden a canalizar el comportamiento en formas predecibles. Por ejemplo, la proximidad o la cercanía, de una persona a otra es un factor estructural social que influye fuertemente en la probabilidad de su interacción definitiva. En un estudio clásico de los efectos de la interacción social, los investigadores encuestaron a los residentes de un conjunto de viviendas para estudiantes (Festinger, Schachter, y Back, 1950). A todos los residentes se les pidió nombrar sus tres amigos más cercanos en el edificio. Cuanto más cercana vivía una persona de otra, más probablemente se identificaban uno a otro como amigo cercano. Las personas que vivían en la puerta siguiente a cada uno estaban probablemente más cerca de llegar a ser amigos, que otras personas que vivían dos puertas más allá. Las personas que tenían viviendas en un área excesivamente congestionada (al final y al principio de la escalera, por ejemplo), estaban mucho más dispuestos a tener una actividad social más dinámica, que aquellos que vivían en sitios más aislados. En este caso, la forma como la gente definía sus situaciones sociales, no parecía jugar un papel importante en sus decisiones de con quién interactuar. El factor estructural de la proximidad promovía la interacción sin tener en cuenta cómo visualizaban las personas sus circunstancias.
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No es necesario decidir cuándo una perspectiva de acción o una perspectiva estructural son correctas. Ambos puntos de vista ofrecen valiosas introspecciones en la naturaleza de la interacción social. La perspectiva estructural tiene en cuenta correctamente el punto en el cual nuestras interacciones se ven afectadas por la forma como la gente se organiza con respecto a los demás. Nuestra proximidad con alguien, el tamaño del grupo en el cual nos encontramos, cómo está dividido ese grupo en cuanto a edad, sexo y demás, son factores sociales estructurales que nos animan a actuar en cierta forma. Pero una visión estructural puede llegar demasiado lejos al sugerir que el comportamiento de las personas está rígidamente controlado por fuerzas externas. Una perspectiva de acción, con su énfasis sobre la negociación permanente de modelos sociales, es un correctivo útil para los análisis que exageran un punto de vista estructural.
Comprensión de los status y los roles Además de definir sus situaciones, las personas involucradas en la interacción, deben también desarrollar alguna idea de los roles y los estatus del otro. Los estatus y los roles son parte de la estructura de la sociedad, las formas en que los individuos y sus comportamientos están organizados con respecto a los demás. Los estatus y roles facilitan la interacción social proporcionando a las personas alguna idea de los comportamientos esperados en las diferentes circunstancias. Status Ordinariamente, utilizamos la palabra status para significar "prestigio". Hablamos de una persona que tiene alto o bajo status o que es buscadora de status. En sociología, no obstante, el status se refiere más particularmente a una posición en la estructura social: una posición que determina en dónde "encaja" una persona dentro de la sociedad. Son status sociales el que busca un empleo, el camarero, el estudiante, la madre, el niño o el amigo. Toda persona ocupa varios status diferentes en un momento determinado. Un estudiante no es sólo un estudiante, sino que puede también ser hombre, hijo, novio, protestante y demás. Algunos status se asignan a las personas sin esfuerzo de su parte; esos se llaman status adscritos. Ser hombre o mujer, mejicano-estadounidense, Rockefeller, y ciudadano mayor, son ejemplos de status adscritos. Casi no se tiene ningún control sobre el hecho de que se ocupen o no estos tipos de posiciones sociales (Light, 1986). Se nace Rockefeller o se es adoptado en esa familia, exactamente como se nace blanco o negro,
hombre o mujer, hermoso o feo. No obstante, los significados vinculados a los status adscritos, cambian. Por ejemplo, el significado vinculado a ser mujer estadounidense, ha cambiado mucho en los últimos años, en la medida en que más y más oportunidades se han puesto a disposición de las mujeres (véase Capítulo 12). En contraste con el status adscrito, un status adquirido es una posición que una persona obtiene con el esfuerzo personal. Físico, político, maestro, bebedor del pueblo, estrangulador de Boston, todos, son estatus adquiridos. Pero lo que las personas alcanzan, está fuertemente conformado por la estructura de oportunidad disponible a todos ellos. Por ejemplo, los niños de una mujer que viven de la beneficencia en una barriada de una ciudad de provincia, tienen un conjunto diferente de status alcanzados disponibles, que los hijos del exitoso ejecutivo de una corporación. Cuando uno de los status de una persona determina ampliamente muchos de los otros status adquiridos, entonces se llama status principal. Ser príncipe de Gales es un status principal, porque determina muchas de las otras posiciones sociales de la persona (jefe de ceremonias, oficial militar, inclusive esposo y padre puesto que un futuro rey debe tener herederos). Pero no todo el mundo tiene un status principal. Muchas personas simplemente tienen diversos estatus adquiridos y adscritos, que toman más o menos importancia dependiendo de la situación social. Por ejemplo, cuando se ingresa en una universidad, su status de estudiante viene a ser el destacado y es el que tiene una mayor influencia en sus actitudes y comportamientos. No resulta particularmente importante que sea también amigo, hijo o hija, empleado de medio tiempo y demás. En el contexto de la clase, su status de estudiante domina. Por el contrario, cuando visita a sus padres, su status de hijo o hija es el que tiende a influir en sus pensamientos y en sus acciones. Aquí, su status de estudiante desciende y su posición en la familia toma el primer plano. Cuando un status domina en un determinado contexto social, se denomina status dominante.
Roles Cada status trae consigo un rol prescrito socialmente, o sea, un conjunto de comportamientos esperados, actitudes, obligaciones y privilegios. Por ejemplo, esperamos que los amigos sean colaboradores, participativos, leales y que se interesen por nuestros problemas, porque ese es el rol que asociamos con el status de amigo. La diferencia entre un status y un rol es que ocupamos un status pero desem-
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peñamos un rol (Linton, 1936). Un status es una posición; un rol es la forma como pensamos y actuamos. Las personas aprenden la forma de desempeñar sus roles mediante la observación y la interacción con otros más experimentados que ellos mismos. Este proceso, que se discutirá en el Capítulo 5, se conoce como socialización. La socialización en el rol de estudiante es un ejemplo muy conocido. Desde la edad de los cinco años, a los niños (estadounidenses) se les enseña a levantar la mano para poder hablar en clase, a hacer sus tareas, a estudiar para los exámenes y a evitar las trampas; todo lo cual es parte del rol que se espera van a desempeñar los estudiantes. Sin embargo, ningún rol está moldeado en piedra. Dentro de ciertos límites, los individuos son libres para interpretar los roles que desempeñan dándoles a ellos su estilo propio y personal. Puede verse esto en la forma en que los diferentes compañeros de clase desempeñan el rol de estudiante. Algunos estudian con constancia, otros estudian solamente cuando deben hacerlo, algunos empiezan las discusiones de clase, otros esperan a que se les haga una pregunta. A pesar de estas variaciones, no obstante, la mayoría de estudiantes se conforman con los comportamientos básicos que se esperan de los estudiantes. Aquellos que no lo hacen, comúnmente encuentran que son rechazados del status de estudiantes. El sociólogo Charles Powers (1981) argumenta que ciertas situaciones animan más a la improvisación de roles que otras. Por ejemplo, cuanto más tiempo las mismas personas hayan estado ejecutando un conjunto de roles interrelacionados, mayores serán sus aproximaciones en la interpretación de las normas que se relacionan con los roles. Un ejemplo puede observarse entre las personas que han trabajado juntas por muchos años. Al principio ejecutan sus trabajos "según las reglas", todos son cuidadosos en el cumplimiento de las expectativas de los demás. Sin embargo, gradualmente, se sienten más libres para descansar, para darle nuevos giros a su ejecución y algunas veces hasta para "abandonar su rol". Parte de la razón de este aumento de improvisación en el rol es el hecho de que las personas vienen a conocerse mejor, se sienten más familiares unas con otras y menos preocupadas por guardar una imagen "propia". La improvisación mayor del rol ocurre cuando un rol de relación no puede ser observado desde afuera por otros. Un oficial de policía, por ejemplo, es más propenso a improvisar en sus tácticas de refuerzo de la ley cuando no está a la vista de los periodistas. Otra situación que se presta
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En este mismo momento, el Príncipe Andrés está desempeñando simultáneamente los roles de hijo de la Reina Isabel y del Príncipe Felipe, Duque de York, Oficial de la Marina Real y cómico. (de Wildenberg/Sygma).
para mayor improvisación es al estar entre personas que tienen igual poder. Una mujer, por ejemplo, está más inclinada a improvisar el rol de amiga cuando se encuentra con antiguos compañeros de clase, que si improvisara el rol de empleada en un encuentro con su jefe. Finalmente, parece que los períodos de improvisación de roles se refuerzan cuando el desempeño del rol origina grandes emociones. Por ejemplo, un grupo de cirujanos que están comprometidos en un trabajo de vida o muerte, con frecuencia tienen períodos de bromas informales después de una actividad difícil. Esto es como si el tiempo de descanso en el rol de doctor, del técnico y de la enfermera, concediera a cada uno una ocasión para "liberarse" de la angustia del desempeño de su papel. La opinión de Power resalta un hecho importante acerca de los roles. Los roles nos son igualmente impuestos por las reglas sociales externas (tal como pretende la perspectiva estructural) y también improvisados por la gente que los desempeña (tal como lo afirma una perspectiva de acción). En casi todas la situaciones existe cierta validez para cada una de estas perspectivas. Sin embargo, la importancia relativa de cada perspectiva puede variar enor-
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memente con las circunstancias. En algunas circunstancias seguimos las reglas prescritas muy rigurosamente, aunque existe siempre algo de espacio para el estilo personal. En otras situaciones improvisamos libremente, siguiendo solamente los esquemas generales de las expectativas sociales. Así, las opiniones estructurales y de acción, no se excluyen mutuamente; simplemente se fijan en diferentes aspectos del mundo social. Otro hecho importante sobre los roles es que existen en relación mutua. El rol de hija no puede entenderse separado del rol de padre, el rol de abogado separado del rol de cliente, el rol del profesor separado del rol de estudiante, el rol del oficial de policía separado del rol de violador de la ley. Además, un solo status comprende típicamente muchos roles. Un gerente de personal, por ejemplo, juega un rol en relación con el presidente de la compañía, otro en relación con el director del departamento; un tercero, en relación con los representantes de ventas; un cuarto, en relación con el nuevo em-
pleado; un quinto, en relación con el asistente administrativo y un sexto en relación con el gerente de producto (véase Figura 3.1). En forma semejante, un actor se relaciona en algo diferente con los otros actores, el director, los tramoyistas, la audiencia y la prensa. El grupo de diferentes roles asociados con un status particular, se denomina conjunto de roles (Merton, 1986). Algunas veces una persona tiene problemas en reconocer las obligaciones propias de un rol o de un conjunto de roles. Si esto ocurre es porque las obligaciones del rol son demasiado exigentes para los recursos que tiene la persona; los sociólogos llaman a este problema rol forzado (Goode, 1960). Elliot Liebow encontró casos de roles forzados cuando estudió un grupo de negros que se ubican en la esquina de una calle en Washington D.C. Si bien la mayoría de los hombres se habían casado a una edad temprana con altas esperanzas de ser buenos esposos y padres, la mayoría había fallado en estos roles, primero en el aspecto financiero, luego emo-
Figura 3.1 Conjunto simplificado de roles de un gerente
Un jefe de personal tiene varias relaciones en sus roles (seguir las flechas) con las personas que ocupan status relacionados. Esta constelación de relaciones de roles se denomina conjunto de roles, y proporciona una parte importante de la estructura social de una administración.
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cionalmente. "Donde el padre vive con sus hijos, su contacto ocasional u otros gestos de ternura, son empequeñecidos por sus obligaciones incumplidas. No interesa cuánto haga, no es suficiente" (Liebow, 1967, p. 87). Aparentemente, la incapacidad de estos hombres, a la larga desempleados, para ejecutar el rol del "buen proveedor", causaba suficiente angustia al encontrar la falla de sus roles como educadores y como seres amados. Otra razón por la que la gente puede sentir el rol forzado, es que el desempeño de un rol está en contra del de otro rol. Este choque entre dos roles que compiten se llama conflicto de roles. Un ejemplo clásico sucede en el mundo de los negocios cuando un gerente contrata a un amigo cercano. Las exigencias del rol gerencial (dar órdenes a los empleados, criticar su desempeño cuando sea necesario, no mostrar favoritismo) pueden entrar en conflicto con las exigencias de ser un buen amigo. Otro ejemplo de conflicto de roles ocurre cuando las exigencias de un empleo de alto poder (total dedicación, largas horas en la oficina) están en contra de las exigencias de ser buen esposo y padre. En tales situaciones, las personas frecuentemente tratan de separar los roles conflictivos de la situación (empleado en su oficina, esposa y madre en el hogar) en un esfuerzo por minimizar las fricciones entre ellos. Pero puesto que esta separación es muy difícil, normalmente queda algo del conflicto de roles. En su mayoría, las personas se reconcilian con un mundo en el que no siempre serán capaces de ejecutar sus roles, tan bien como ellas quisieran. Sin embargo, esta situación no es enteramente negativa, ya que los problemas para cumplir las obligaciones del rol, pueden ser una fuente de cambio estructural. Cuando bastantes personas se resisten a ser atrapadas en roles cuya ejecución les ha creado problemas, tales roles gradualmente pueden hacerse más reales. Dicho cambio puede estar dándose en relación con el rol de padres trabajadores, como ha quedado en evidencia por el horario de trabajo más flexible que algunas empresas han permitido a sus empleados para que estén con sus hijos. El resultado es un cambio estructural en las expectativas tradicionales asociadas con el rol de empleado de una corporación.
Diferentes opiniones sobre los procesos de interacción La definición de las situaciones sociales y la comprensión de los status y de los roles son fundamentales para la perspectiva sociológica sobre la interacción social. Pero no todos los sociólogos explican los mecanismos y procesos específicos corres-
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pondientes exactamente de la misma forma. Uno de los primeros en desarrollar un punto de vista distinto sobre la interacción fue el filósofo George Herbert Mead, quien fundó la sociología en la Universidad de Chicago a principios de este siglo (véase Capítulo 1). El enfoque que Mead ayudó a descubrir se llamó interacción simbólica.
Interacción simbólica George Herbert Mead (1934) suministró una introspección importante dentro de la naturaleza de la interacción humana señalando la cualidad simbólica de nuestro comportamiento social. Las palabras, los gestos, las expresiones faciales y las posturas corporales que utilizamos en nuestros contactos con otras personas, tienen significados especiales que compartimos en razón de nuestra cultura común. Un apretón de manos, por ejemplo, es una expresión simbólica para saludarse en las sociedades occidentales. Como tal, ese saludo transmite algo más que tomarse los dedos y las palmas de la mano. Expresa realmente la comprensión compartida de ambas partes de que ha comenzado una interacción social. El mismo gesto simbólico puede tener diferentes significados, dependiendo del contexto social. Cuando se mira fijamente a alguien que empuja frente a usted cuando espera tomar el bus, su mirada probablemente sea interpretada como una señal de disgusto. Pero cuando se mira fijamente a una persona del sexo opuesto en un bar, probablemente la mirada sea interpretada como una señal de interés sexual. Fácilmente hacemos tales ajustes en los significados que atribuímos a los símbolos, dependiendo de la situación particular y de las personas comprometidas en ellas. Mead observó que nuestra habilidad para interpretar mensajes simbólicos nos permite tomar el rol de nuestros compañeros en la interacción social. Esta toma de roles implica imaginarnos que ocupamos el lugar de la otra persona, que juzgamos la forma como esa persona piensa y siente y previendo las acciones que más adelante tal persona podría ejecutar. Por ejemplo, el joven que estaba preparando su hoja de vida para solicitar un empleo, mostraba señales de haber tomado la perspectiva del entrevistador. Su nerviosismo sugería una preocupación porque la entrevistadora le observaba en forma negativa. Para que él experimentara dicha preocupación, debe haberse imaginado en el papel de la entrevistadora y haber percibido su disgusto con él. Esta toma de roles es una parte importante de la comprensión total de los significados que otros pretenden transmitir.
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Una sola acción social puede tener significados ampliamente diferentes, dependiendo del contexto. Remojar a un miembro de la comunidad en un cuerpo de agua puede significar (en el sentido de la dirección del reloj): Una celebración victoriosa después de una carrera de botes; la prueba de una persona sospechosa de brujería (si flota es señal de brujería. Si se ahoga es prueba de inocencia); el sacramento religioso del bautismo. Cada persona representa un rol determinado en estas acciones públicas y lo desempeña ante la presencia de todos los demás comprometidos. (Arriba a la izquierda: Rick Fricdman/The Picture Cube; abajo: The Bettmann Archive; abajo a la izquierda: David S. Strickler/The Picture Cube).
La toma de roles también es importante porque nos ayuda a ajustar nuestras palabras y acciones a las de otras personas. Tal como lo señaló Mead, no respondemos a los otros de una manera poco reflexiva. Por el contrario, tratamos de fijar los efectos que las diferentes respuestas pueden tener en nuestra audiencia. Supóngase, por ejemplo, que en una entrevista de empleo a usted se le formulara de repente una pregunta que no había previsto. Probablemente habría ensayado rápidamente unas pocas respuestas posibles e imaginaría la forma como la entrevistadora reaccionaría a ellas. Esto podría permitirle seleccionar la respuesta que probablemente hubiera "funcionado" como la mejor. Aunque no siempre evaluamos respuestas posibles tan concientemente, cierto grado de autodeterminación siempre funciona cuando interactuamos con los demás. Mead insistió en nuestra habilidad para el desempeño de roles en nuestra mente, para imaginarnos a nosotros mismos diciendo o haciendo algo y luego de anticipar la respuesta de la otra persona imaginándonos en el lugar de esa persona. Otros sociólogos también han utilizado el concepto del desempeño de roles, pero con un punto de vista diferente: no destacan tanto la forma como las per-
sonas analizan mentalmente sus propios roles de comportamiento y los de los demás, sino más bien la forma como todos somos ejecutores activos de roles, muy semejante a como los actores ejecutan roles en el escenario. Esta visión de la interacción social se llama enfoque dramatúrgico.
El enfoque dramatúrgico El autor George Orwell una vez escribió sobre sus experiencias cuando lavaba platos en un restaurante de París. He aquí la descripción de Orwells de la forma como un maitre de comedor se transforma apenas abandona la confusión ruidosa de la cocina (donde su empleo era cuidar que las cosas rodaran suavemente) y entra al elegante comedor (donde su función es "servir" a los comensales): Tan pronto traspasa la puerta, le sobreviene un cambio repentino. El conjunto de sus hombros se modifica; toda la mugre, afán e irritación han desaparecido en un instante. Se desliza suavemente sobre la alfombra, con un aire solemne, casi sacerdotal. Recuerdo a nuestro maitre d' hotel asistente, un ardiente italiano, deteniéndose en la puerta del comedor para dirigirse a un aprendiz que había roto una botella de vino. Agitando el puño por encima de la cabeza, gritó
INTERACCIÓN Y ESTRUCTURA SOCIAL fuertemente (felizmente la puerta era más o menos a prueba de sonidos): "Tu me fais -¿tú te llamas camarero, tú, un joven bastardo? ¡Tú camarero! Tú no das la talla para restregar los pisos en el burdel de donde salió tu madre. ¡Marquereau!" Luego entró al comedor y navegó cruzándolo con un plato en la mano, gracioso como un cisne. Diez segundos más tarde se inclinaba reverencialmente frente a un cliente. Y no podía menos que pensar, tan pronto se le vio inclinarse y sonreír, con aquella bendita sonrisa de camarero entrenado, que el cliente estaba a punto de avergonzarse por tener semejante aristócrata que le sirviera. (Orwell, 1961, pp. 68-69)
Es difícil no pensar en este hombre como en un actor que desempeña dos roles diferentes. Un rol es el de supervisor del personal del restaurante. Este rol lo interpreta él como si necesitara una aguda lengua y un ojo crítico. Reprende al camarero aprendiz sin misericordia por haber roto una botella de vino. Habla a gritos y se enfurece, se pavonea y echa pestes reflejando una intensa molestia. Luego cruza la puerta hasta llegar al comedor y todo su porte cambia. Es como un actor que ha salido de detrás de una cortina en diferentes escenas donde un nuevo rol lo espera. Ahora se convierte en un elegante y sonriente maitre d' que trata a sus clientes con refinamiento y estudiada cortesía. El comportamiento de este hombre es un ejemplo de la forma como todos nos adaptamos a los diferentes roles que desempeñamos. Sobre la cancha, por ejemplo, el jugador de fútbol trata duramente de actuar brusco y agresivo, pero también puede presentarse gentil y romántico frente a una mujer a quien pretende impresionar. De igual manera, un estudiante universitario puede tratar de presentar una imagen muy intelectual frente a sus profesores, pero cambiar y desempeñar el rol de payaso al tratar a sus amigos. Muchos sociólogos han trabajado sobre la analogía entre el desempeño de roles en una actuación dramática y el desempeño de roles en la vida real. El más eminente entre quienes han adoptado este enfoque dramático, es el sociólogo Erving Goffman (1959; 1974). Al considerar la interacción social como un tipo de actuación teatral, Goffman observó diferentes situaciones sociales como si fueran análogas a los diferentes escenarios donde se están desarrollando diferentes dramas. Cada persona en una escena especial es un actor con un rol definido, tanto como un espectador es a los otros actores. Los actores interpretan y desempeñan sus roles de forma que ellos consideran apropiada y esperan estimular las respuestas esperadas por los demás. Además, la vida
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social comprende la configuración de nuestras propias impresiones presentadas a los demás y el esfuerzo para hacer que esas impresiones sean lo suficientemente convincentes. En la misma forma, los actores tratan de convencer a su público de que son las personas que ellos representan. Pero, ¿por qué tenemos que dedicar tanta atención al manejo de las impresiones que causamos? La respuesta de Goffman es que la gente necesita definir las situaciones sociales con el fin de conocer la forma de comportarse en ellas y parte de la definición de una situación comprende el entendimiento de los roles que diferentes individuos desempeñan. Estos roles no aparecen de inmediato a los demás, a no ser que deliberadamente los transmitamos por medio de palabras y acciones, de nuestra vestimenta y de los "accesorios" que utilizamos. Un maítre, por ejemplo, utiliza smoking, saluda con cortesía a los clientes, consulta su libro de reservaciones en forma oficial y conduce a los comensales a una mesa que él selecciona. En todas estas formas inmediatamente dice a los recién llegados que él es el maitre y no un simple camarero o mensajero. Esto permite a los clientes ajustar suavemente sus propios comportamientos a la circunstancia de interacciones que viven. Goffman argumenta que aquellas personas comprometidas en una interacción social, están motivadas a soportar la presentación de sí mismos a cada uno de los demás. Esto es así porque el éxito de cada ciudadano para la impresión del gerente depende de los roles complementarios que desempeñan otras personas. Usted no puede presentarse triunfalmente a sí mismo como maitre, por ejemplo, si los camareros y los clientes lo ignoran. Ni tampoco usted puede ser exitosamente comensal de restaurante si el maitre se rehusa a darle una mesa y si el camarero nunca le toma el pedido. En un esfuerzo por conservar los desempeños de cada uno en una situación social, las personas tratan de rectificar cualquier error que ocurra. Por ejemplo, si el maitre en un elegante restaurante, en forma accidental eructa, en el momento de saludar a algunos clientes, estos pretenden no darse cuenta (una reacción que Goffman llama "no observación estudiada"). O si un camarero inadvertidamente derrama ensalada, el maitre d' interviene. Como un buen actor que observa que un actor compañero ha olvidado algunas líneas de su papel, el maitre d' improvisa y salva el drama social. En esta forma, todas las partes que interactúan conservan sus roles y queda intacta la elegancia de la situación. Como lo describe Goffman: "Gran parte de la actividad durante un encuentro, puede entenderse como un esfuerzo de parte de to-
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La línea de una chaqueta, el ángulo de un sombrero, la forma de llevar la cabeza son sólo algunas señales de los poderosos signos no verbales por medio de los cuales las personas transmiten lo que piensan, lo que son y la forma como usted podría aproximarse a ellas. (Bernard Fierre Wolff/Photo Researchers).
dos por sobrellevar la situación y todos los acontecimientos no previsibles y no intencionales que puedan mostrar una faceta desagradable de los participantes sin romper las relaciones entre los mismos" (Goffman, 1967, p.41). Pero resulta difícil estar en escena cada minuto, tratando de permanecer en un rol para cada situación, manejando con cuidado la impresión que uno causa. Esta es la explicación de por qué la vida social tiene dos espacios, la "escena frontal" y la "escena trasera". En la escena frontal, a las personas se les exige que desempeñen sus roles con toda la habilidad que puedan demostrar. "Salirse del personaje" se considera aquí como una mala forma. El comedor es un espacio para escenas frontales por parte de los camareros. No interesa cuán acosados, fastidiados o cansados se sientan, se espera de los camareros que permanezcan limpios y serviciales hacia sus clientes. Sin embargo, una vez se encuentren en la cocina, los camareros están en la escena trasera, allí pueden dejar caer la imagen de genialidad perpetua. Pueden hacer comentarios sarcásticos sobre las costumbres de la mesa en una cena; pueden hacer chistes sobre volver a colocar alimentos que se cayeron del plato. La cocina es el lugar donde los camareros "descuidan el cabello" por así decirlo donde descansan y se preparan para su próxima puesta en escena. Virtualmente, cada rol tiene una escena trasera en la que
uno puede refugiarse. La sala de espera de los médicos es su escenario trasero en el hospital, como la sala de profesores lo es en el colegio. En el escenario trasero en sus dormitorios, los estudiantes se ríen de los profesores, mientras en el escenario trasero de sus oficinas, los profesores hacen chistes de sus alumnos. El enfoque dramaturgia) de Goffman ha sido criticado por hacer que las personas parezcan poco sinceras en sus roles del escenario frontal. Sus críticos dicen que estos roles parecen ser sólo fachadas, con la misma irrealidad de una máscara. Pero Goffman responde que todas las personas deben proyectar una imagen, aunque ésta sea la de alguien que está poco preocupado por las imágenes. La presentación de sí mismo en alguna forma es una necesidad social. Además, tan pronto desempeñamos un rol en una situación especial y empezamos a presentar nuestra parte, la sensación de que sólo estamos actuando desaparece gradualmente. Cuanto más permanezcamos en un rol, más legítimo nos parecerá ese rol, hasta que eventualmente estemos tan convencidos como nuestra audiencia de que somos realmente la persona que representamos. Como lo ha explicado el sociólogo Peter Berger: Uno se siente más ardiente cuando besa, más humilde cuando se arrodilla y más disgustado cuando amenaza con el puño. O sea, que el beso no sólo expresa ardor, sino que lo produce. Los roles conllevan al mismo tiempo acciones verdaderas, emociones y actitudes que pertenecen a estas acciones. El profesor que pone en escena un acto que intenta la sabiduría, llega a sentir que es sabio. El predicador se encuentra a sí mismo como creyente de aquello que predica. El soldado descubre emociones marciales en su pecho tan pronto viste su uniforme. En cada caso, aunque la emoción o la actitud hayan estado presentes, antes de que se asumiese el rol, aquella inevitablemente refuerza lo que estaba allí antes. (Berger, 1963, p.96)
El enfoque de Goffman es particularmente valioso porque combina una perspectiva estructural con una perspectiva orientada hacia la acción. Goffman estaba preocupado con los "libretos" implícitos que ordenan y hacen predecibles las interacciones humanas en situaciones particulares. En este sentido, tomó una perspectiva estructural preocupado por los patrones recurrentes y por las reglas que dirigen el comportamiento humano. Pero Goffman también creía que las personas tenían que "trabajar" en la interacción, especialmente en situaciones sociales poco conocidas, cuando ellas deben negociar las identidades y los roles que desempeñan. Consideremos a los miembros de un comité formado recientemente, al que se le ha encargado la tarea de conseguir dinero. Los miembros tienen una idea ge-
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neral del libreto que van a seguir, porque anteriormente todos han formado parte de un comité; pero no se han asignado posiciones específicas para cada uno. Como resultado, los miembros empiezan por sugerir qué roles podrían desempeñar sin necesidad de comprometerse definitivamente con un rol en particular. (Goffman llamó a esta posición una "comunicación negable"). Los miembros luego observan la forma como los otros reaccionan a su autopresentación tentativa. Si las reacciones son positivas, los mismos proceden más audazmente a señalar una identidad y participación definidas. Si las reacciones son negativas, ajustan su comportamiento adoptando el rol que mejor engrana con los otros roles que van a desempeñar. En esta forma, surge una distribución negociada de caracteres y los roles exigidos continúan su curso para configurar el resto del drama social.
Etnometodología Al igual que Goffman, el sociólogo Harold Garfinkel (1967) también se concentró en las actividades de la vida social diaria. Pero a diferencia de Goffman, que observaba la interacción social como un auditorio que presenciaba un juego, Garfinkel trató de descubrir la forma como las personas llegan por sí misrms a captar y a reafirmar la comprensión compartida que ordena sus relaciones. Esta tarea es especialmente difícil, porque ni siquiera somos conscientes de la mayoría de estas comprensiones compartidas. Ellas son simplemente tácitas, fracciones de conocimientos tomados para captar lo que nos dice que, en alguna forma, llegamos a tener y a obedecer como reglas sociales. Garfinkel llamó este enfoque hacia el estudio de la interacción etnometodología. (Ethnos es una palabra griega que significa "gente" o "cultura"; así, la palabra se refiere a los métodos o formas con los que la gente les da sentido a todas las interacciones). Garfinkel ha tratado de revelar las comprensiones compartidas inconscientemente que estructuran la vida social por la violación deliberada de las expectativas sociales. En un experimento, por ejemplo, Garfinkel solicitó a algunos de sus estudiantes que actuaran como si fueran huéspedes cuando regresaran a casa, frente a sus familias. Por quince minutos hasta una hora, los estudiantes conservaron una distancia cortés, hablando sobre aspectos generales, en lugar de tópicos personales; solicitando permiso para utilizar el cuarto de baño o para tomar un vaso de agua, expresando gratitud al "anfitrión" y a la "anfitriona" por su amable hospitalidad. Dos de las cuarenta y nueve familias pensaron que los estudiantes estaban bromeando y una ignoró el compor-
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tamiento; las demás estaban molestas y fastidiadas. "Los miembros de la familia solicitaban explicaciones: ¿de qué se trata?, ¿qué está pasando contigo?, ¿te despidieron?, ¿estás enfermo?, ¿qué tipo de criatura superior eres tú?, ¿por qué estás enojado?, ¿estás loco o te has vuelto estúpido?" (pp.47-48). En una u otra, las familias de los estudiantes trataron de restablecer las relaciones "normales" y al hacerlo, revelaron algunas de sus suposiciones no establecidas sobre la interacción familiar. En otros experimentos, los estudiantes de Garfinkel "crearon problemas" intentando regatear artículos en un almacén (algunos estadounidenses generalmente no lo hacen); rompiendo las reglas de un juego de tic-tac-toe (borrando el primer movimiento del oponente), y acercándose durante una conversación de modo de quedar nariz con nariz con un sujeto inocente. Cada una de estas violaciones de las reglas de interacción producían confusión y frecuentemente ansiedad (tanto en los estudiantes como en la "víctima") y con frecuencia terminaban en una reprensión con enojo. La finalidad de los experimentos de Garfinkel era la de expresar las reglas tácitas de la interacción tal como ellas están intuitivamente estructuradas por las personas que las viven. Había argumentado que los sociólogos deben colocarse tan cerca como les sea posible de las experiencias reales de la vida social porque, en su opinión, esa es la única forma como podemos percibir los detalles de la interacción social. La ansiedad y el enojo que el experimento de Garfinkel provocó le confirmaron la forma como muchas personas inconscientemente dependen de suposiciones convencionales de la vida social para ordenar sus encuentros sociales. Garfinkel y sus alumnos estudiaron las suposiciones no expresadas que las personas utilizan para producir y mantener un sentido de orden social. En su opinión, el orden social no es algo ingeniado por una sociedad que funciona como una entidad independiente. Por el contrario, el orden se origina en los procesos de la vida diaria, en los que la gente simplemente supone que las interacciones sociales se darán de una manera predecible. Desde esta perspectiva, la gente no tiene que entender el pensamiento y los motivos de los otros para interactuar. Simplemente proceden bajo la suposición de que una interacción dada seguirá ciertos patrones convencionales definidos. Al hacerlo así, la gente prefiere no cuestionar lo que mantiene el orden social unido, por temor a que demasiado cuestionamiento pueda originar el colapso del orden. El sociólogo Randall Collins (1985) describe este proceso así: "(La gente) en forma intuitiva siente que el mundo social
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es un conjunto de construcciones arbitrarias levantadas sobre un abismo. Estas construcciones permanecen en su lugar porque no las cuestionamos y nos resistimos al cuestionamiento para que no se derrumbe todo el sistema" (p. 214). Solamente cuando nuestras suposiciones convencionales se ignoran y las interacciones se despedazan, logramos obtener alguna introspección de la fragilidad con la cual se sostiene unido el orden social.
Intercambio social Tanto Goffman como Garfinkel estudian el apuntalamiento invisible y supuesto de la interacción social humana. Ellos buscan quitar el velo de la vida social y desnudar sus reglas y sus mecanismos ocultos. Obtenemos una visión bien diferente de lo que mantiene unida la interacción a partir de teóricos tales como Peter M. Blau (1964) y George C. Homans (1974). Estos sociólogos analizan un amplio grupo de comportamientos sociales como procesos de intercambio. Aunque el intercambio puede tomar muchas formas, está dirigido comúnmente por la norma (un valor o una regla) de la reciprocidad (Gouldner, 1974). Cuando alguien nos hace un favor o nos regala algo de valor, la reciprocidad exige que devolvamos la bondad, que conservemos el equilibrio de las defensas sociales y logremos que la relación siga su marcha. El donante original, entonces, tiene una obligación de reciprocidad hacia nosotros y así el diálogo social prosigue. Los vínculos sociales creados por estos sentimientos de obligación mutua son intangibles, pero muy fuertes. Así lo escribió el sociólogo George Simmel: "con frecuencia los lazos más sutiles pero también los más firmes (entre las personas), se desarrollan por la (reciprocidad)" (citado en Nisbet y Perrin, 1977, p. 58). Los teóricos del intercambio social consideran esta reciprocidad mutua como la forma más fundamental de la interacción humana. Peter Blau argumenta que ésta se puede observar en todas partes: "no solamente en el mercado, sino también en la amistad y aun en el amor... como también en muchas relaciones sociales entre estos extremos de intimidad. Los vecinos intercambian favores; los niños, juguetes; los colegas, asistencia; los conocidos, cortesías; los políticos, concesiones; los argumentadores, ideas; las amas de casa, recetas de cocina" (Blau, 1964, p. 88). Para Blau y para otros teóricos del intercambio social, la reciprocidad es un adhesivo que ayuda a mantener unida a la sociedad. No es necesario que lo que se intercambia en el proceso de reciprocidad, sea igual. Si una aventajada estudiante de óptimas calificaciones le ayuda a usted a preparar un examen, usted seguramente no le
respondería recíprocamente ayudándole a estudiar, porque su ayuda para ella no sería tan valiosa como la de ella para usted. Por el contrario, usted podría invitarla a comer o a una película que ella tuviera deseos de ver. O si usted no puede corresponder con estos gestos de aprecio, ella podría considerar equilibrado su aporte social si usted simplemente aplaude su generosidad y admira su talento. Estos "regalos" la retribuyen mediante la reafirmación de su status social y de sus sentimientos de dignidad propia. No obstante, cualquiera que sea la forma de reciprocidad ella fortalece los lazos sociales y conserva viva la interacción creando nuevas obligaciones sociales. La teoría del intercambio social es una variante del pensamiento de elección racional en la que la gente equilibra las ganancias de sus acciones contra los gastos en que ha incurrido. En el intercambio social, la gente también equilibra ganancias y gastos, llevando la columna de créditos y débitos, por así decirlo. Aunque realmente no llevamos un libro de contabilidad para cada una de nuestras relaciones, tenemos un buen sentido de quién "debe" a quién. Estos cálculos no sólo ayudan a vincularnos a otras personas, sino que afectan el contenido de nuestras relaciones interpersonales tan pronto nos esforzamos por avivar las expectativas de reciprocidad. Otras formas de cálculos racionales como estos afectan nuestros intercambios sociales. En efecto, un punto clave en la teoría de la elección racional es que los costos y los beneficios que la gente equilibra en la decisión de sus acciones son importantes para establecer patrones de relaciones sociales. Un buen ejemplo es el estudiante que está tratando de decidir dónde sentarse en una gran sala de conferencias. Si se sienta al frente, piensa el estudiante, significa que va a estar más visible, aumentando las posibilidades de ser llamado para responder preguntas y animando seguramente una mayor interacción con el profesor universitario. Si se sienta atrás, por el contrario, permite una gran posibilidad de pasar inadvertido y menos probabilidad de ser incluido en las discusiones de clase. La determinación de cuál de estas consecuencias considera el estudiante que es costo y cuál considera que es beneficio, depende de sus valores y de su propia personalidad. Pero cuando una elección se hace con base en la racionalidad, estimando los beneficios y los costos, esa elección afectará claramente las interacciones del estudiante con las demás personas. Opiniones comparadas sobre la interacción social Habiendo discutido las diversas opiniones sobre la naturaleza de la interacción social, es útil volver
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La atracción y el amor, dicen los teóricos del intercambio social, como vínculos sociales están gobernados por la reciprocidad. El semejante tiende a atraer al semejante: los compañeros tienden a buscar pareja de acuerdo con las similitudes percibidas en la atracción, facilitando posibles diferencias. Pero sin importar cómo se formen estos vínculos, ellos están seguros de participar en una amplia red de relaciones en la vida de cada pareja. (A la izquierda: Jamie Tanaka/Bruce Coleman; a la derecha: Bohdan Hrynewych/Southern Light).
atrás y hacer algunas comparaciones. Cada opinión proporciona una respuesta diferente a la pregunta de cómo se mantiene unida la sociedad. Este es uno de los interrogantes sociológicos fundamentales que se presentó en el Capítulo 1. George Herbert Mead, con su enfoque interaccionista simbólico, afirmó que la sociedad se mantiene unida gracias a nuestra habilidad de asumir los roles de otros. A causa de esta habilidad, podemos ajustar nuestro comportamiento a determinar la forma como percibimos que los otros nos perciben. Las acciones de las diferentes personas, en consecuencia, se mezclan en un todo integrado. Erving Goffman también creía que la gente al "leer" el comportamiento de uno y otro modifica su propio comportamiento para acomodarse. Pero en la perspectiva dramatúrgica de Goffman, la sociedad también se mantiene unida por los roles sociales que estructuran las acciones de las personas. Estos roles suministran las instrucciones para el comportamiento y relacionan a los individuos unos con otros como si fueran actores que participan en las mismas escenas sociales. La opinión de Harold Garfinkel difiere de la de Goffman y especialmente de la de Mead. Según Garfinkel, la sociedad permanece unida, no por esfuerzos mutuos para entender las perspectivas de los otros y para ajustar en consecuencia sus comportamientos, sino por la suposición de que las personas seguirán convenciones sociales definidas sobre las cuales están muy vagamente conscientes. Esta suposición y las convenciones sociales relacionadas, es lo que ha-
ce funcionar suavemente a las interacciones, según la opinión de Garfinkel. Por último, los teóricos del intercambio piensan que la regla de la reciprocidad es un factor primario que mantiene las relaciones humanas. De acuerdo con esta perspectiva, los miembros de la sociedad están unidos por una red cambiante de obligaciones mutuas.
REDES: LOS TEJIDOS DE LAS RELACIONES SOCIALES Los procesos de la interacción social son la base para la creación de relaciones sociales. Una relación social es cualquier patrón de interacción relativamente perdurable entre dos o más personas. La mayoría de la gente tiene muchas relaciones sociales, desde conocidos ocasionales hasta las amistades íntimas y los lazos familiares cercanos. Estos conocidos, amistades y parientes, a su vez, interactúan con otros y así se desarrolla un cierto conjunto de vínculos sociales que se entrecruzan. El tejido de relaciones entre un conjunto de personas que están unidas directa o indirectamente, mediante varias comunicaciones y compromisos, se llama red. Para ver la forma como las redes pueden utilizarse para cumplir las metas de las personas, consideremos el proceso de redes para encontrar un empleo. Karl E. es un ingeniero recién graduado de la universidad. Su padre, también ingeniero, oyó de un colega que había una posibilidad de empleo en una compa-
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ñía cercana. El colega había oído sobre esa posibilidad de un vendedor que había visitado la compañía y la había oído de una secretaria. La secretaria la había oído de su jefe. Karl presentó su hoja de vida y más tarde lo aceptaron para el empleo. (Granovetter, 1974, p. 57)
La búsqueda del empleo de Karl E. empezó con una de esas relaciones de su red personal, los vínculos con su padre. Pero la red personal de Karl también incluye otras muchas relaciones; no precisamente vínculos con otros parientes, sino también con amigos, antiguos maestros y conocidos de varias clases. Todas estas personas que él conoce y con quienes interactúa, forman la red de vínculos sociales directos de Karl. Todas las personas de la red de Karl también tienen su propia red. La red de su padre, por ejemplo, incluye a muchos colegas en el trabajo. Uno de estos colegas tiene una red que incluye a un vendedor y la red del vendedor incluye a una secretaria en la compañía donde Karl encontró empleo. A través de todos estos vínculos interpersonales y entrecruzados, se construye y se estructura una sociedad más grande.
La importancia de los patrones de las redes Los sociólogos han desarrollado diagramas para mostrar los diferentes patrones de relaciones que las redes pueden contener. La Figura 3.2 muestra cuatro de tales patrones. El caso de Karl E. es una red conectada en cadena. Karl (A), conoce a su padre (B), él conoce a un colega (C), que conoce a un vendedor (D), quien a su vez conoce a una secretaria (E). Así Karl está directamente vinculado a su padre, e indirectamente a las otras cuatro personas a través de uno o más intermediarios. Esta no es una red de tejidos muy cerrada. A lo sumo, cada persona tiene compromisos con dos de los cinco individuos. Comparemos este modelo con el que se ilustra en el diagrama A, en donde cada persona tiene un vínculo directo con las demás. Este es el patrón que podría existir, digamos en un grupo de amigos. Al hacer un análisis de la red, los sociólogos destacan la importancia de estos patrones estructurales (Laumann y Knoke, 1986). No son el individuo y sus características personales lo que ellos consideran importante. Más bien, son la forma como las personas están interconectadas. La naturaleza de estas interconexiones se ha demostrado para presentar la diferencia de la forma como piensan y se comportan las personas. Tomemos el ejemplo de una comunidad en la que las personas tienen problemas en su organización para lograr fines comunes. ¿Serán las personalidades de los individuos las que aquí son culpables?
¿O podría ser que ellas estuvieran inhibidas por sus patrones de redes sociales? El sociólogo Mark Granovetter (1973) piensa que frecuentemente la segunda respuesta es la correcta. El argumenta que en una comunidad donde las personas están agrupadas en pequeñas y exclusivas pandillas, las oportunidades de organización a nivel comunitario son limitadas. No porque las personas comprometidas resulten apáticas, sino más bien porque sus redes sociales no les suministran muchos canales a través del cual pueda difundirse el apoyo para un proyecto comunitario a toda la comunidad. Si el apoyo se desarrolla en un solo grupo, no es probable que sea transmitido a otros, porque las personas de diferentes pandillas pocas veces se asocian con otras. Además, el apoyo debería desarrollarse en cada grupo separadamente y ésta no es una muy fuerte posibilidad. Aquí, entonces, el patrón predominante de las redes sociales presenta una diferencia crítica, de la que funciona en la comunidad como un todo. Las redes de pandillas impiden el acceso de las personas a la información, en el sentido de participar de unos objetivos y un liderazgo comunitario. Debido a que los patrones que encierran las redes sociales son tan importantes, los sociólogos han desarrollado múltiples conceptos para describirlos (Wellman, 1983; Mitchell, 1969; Burt, 1987). Uno de ellos es el concepto de densidad, el grado en el que se han efectuado efectivamente todos los vínculos posibles entre las personas dentro de una red. Esta característica se expresa en forma de porcentaje. Por ejemplo, en la red que incluye a Karl E. tal como se lo ha descrito, solamente cuatro de los diez posibles vínculos entre las cinco personas realmente se efectuaron proporcionando una densidad de 40 por ciento. En relación con el concepto de densidad, está el concepto de alcance, el número de pasos que necesita una determinada persona en una red para alcanzar a otra en aquella red. Debido a que la red en la búsqueda de empleo de Karl no era muy densa, necesita frecuentemente tan sólo uno o más intermediarios para poder tener contacto con otro miembro de la red. Por ejemplo, cuatro pasos le bastaron a Karl, para llegar hasta la secretaria de la compañía que tenía una vacante. Otro concepto útil para describir la estructura de la red, es el concepto de rango. El rango es la cantidad de contactos directos que cualquier persona tiene dentro de una determinada red. En la red que estamos considerando, el rango de Karl es muy estrecho. El tiene contacto directo solamente con una persona, su padre. El padre de Karl, por el contrario, tiene una de 2, sus contactos directos han sido con su hijo y con su colega de trabajo.
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La densidad, el alcance y el rango son aspectos de la red que pueden cuantificarse. Otras características de la red son más cualitativas. Una de las más importantes es el contenido, el significado que las personas atribuyen a sus relaciones de red. El vínculo entre Karl y su padre es el de una familia cercana, mientras que el vínculo entre el padre de Karl y sus colegas, es un vínculo de dos amigos relacionados por el trabajo. Las personas pueden atribuir muchos otros significados posibles a sus conexiones sociales dependiendo de las finalidades sobre las cuales se han formado los vínculos particulares. La identificación de estas finalidades es muy importante para entender la forma como funcionan las diferentes redes. También es importante entender la forma como funcionan las redes, la dirección de los vínculos, o sea, el grado en el que la comunicación, las influencias y demás fluyen en varias direcciones o solamente en una dirección.
Análisis de la red como una poderosa herramienta El análisis de la red existente entre muchas personas es una poderosa herramienta para los sociólogos. Utilizando pocos conceptos, el análisis de la red puede definir los bloques fundamentales del edificio de la vida social. Un status, por ejemplo, puede considerarse como una posición dentro de una red social; un rol es un acuerdo sobre quién hace qué cosas dentro de una red; y un grupo es una pequeña red organizada densamente, en la cual las personas interactúan sobre una base regular y comparten ciertos valores y metas. Los investigadores pueden utilizar los conceptos de red para comparar las organizaciones sociales. Por ejemplo, pueden estudiar las redes sociales en varias aldeas rurales, con el fin de descubrir cualquier modelo recuperable de la forma como los residentes forman sus vínculos sociales. Sin los conceptos de red, sería muy difícil describir estas estructuras sociales medianamente grandes, para que ofrezcan comparaciones significativas posibles (Laumann y Pappi, 1976; Burt, 1983). El análisis de red también puede mostrarnos cómo diversos factores -la información, el influjo, los recursos, la asistencia- fluyen de un individuo a otro a lo largo de los vínculos de la red. Por ejemplo, los estudios de vecindarios con ingresos muy bajos, revelan que los pobres están continuamente intercambiando una variedad de posesiones y favores (desde estampillas de alimentos y dinero para el arriendo hasta el cuidado de los niños o el uso de un automóvil) dentro de sus redes de parientes y de amigos cercanos (Lomnitz, 1977; Stack, 1975). El análisis de red nos anima a considerar estos intercambios socia-
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les porque se enfoca sobre las relaciones entre individuos y no sobre los individuos en sí mismos. Además, el análisis de red nos proporciona un cuadro muy dinámico de la sociedad, en el cual los factores se mueven permanentemente entre las personas y por lo tanto creando vínculos sociales. Los análisis de red repetidamente demuestran que los tipos de vínculos sociales que tenemos, interesan en formas frecuentemente inesperadas por las personas. Por ejemplo, si usted estuviera buscando un empleo para iniciarse en administración de empresas, ¿qué clase de red piensa que sería más provechosa para usted? ¿Una red que está conformada principalmente por personas muy cercanas a usted con las cuales tiene lazos muy fuertes? ¿O una red que incorpora una gran cantidad de conocidos casuales, personas con quienes usted está apenas débilmente vinculado? El sentido común podría sugerir que la red de vínculos fuertes podría proporcionar más asistencia. Las personas cercanas a usted, después de todo, están motivadas fuertemente a proporcionar a sus necesidades una alta prioridad. Pero aunque este raciocinio parece tener sentido, no deja de ser miope. La investigación muestra que, generalmente hablando, las personas que son más útiles para suministrarnos trabajo no son aquellas hacia las cuales nos sentimos más cercanos (Granovetter, 1974; 1983). El hecho de que Karl encontrara su posición a través de su padre, es atípico. Comúnmente, nuestros contactos más fructíferos son las personas que no vemos con frecuencia y con las cuales tenemos vínculos emocionales débiles. ¿Cuál es la razón de este patrón? La respuesta descansa en el beneficio de ampliar los recursos personales de información. Los vínculos más cercanos en su red social tienden a estar conectados a muchas de las mismas personas de las cuales usted forma parte, mientras que los vínculos débiles tienen lazos con muchas personas que usted no conoce. Los vínculos débiles, por lo tanto, ofrecen una escala mayor de información que aquella que sus amigos cercanos y su familia pueden suministrarle. Más de una década de investigación sobre el valor de los vínculos débiles en las redes sociales, ha ayudado a los sociólogos a mejorar su comprensión de cuándo y para quién esas relaciones son más benéficas. Por ejemplo, los estudios muestran que en la búsqueda de empleo, los vínculos débiles son utilizados más por personas mejor educadas que están buscando posiciones gerenciales y profesionales (Ericksen y Yancey, 1980; Langlois, 1977). Tales personas tienden a mantener una red grande de colegas que sabían de posibles oportunidades en muchos lugares (Bridges y Villmez, 1986; Marsden y Hurbert,
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LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA Las relaciones de grupo y la comunicación entre estas redes varían considerablemente. La red completamente conectada (a) es un estrecho tejido de grupo, en el que cada miembro está en contacto con todos los demás. La red conectada radialmente (b) se mueve en órbita alrededor de una persona clave. C. En la red b, los miembros A, B, D y E, pueden comunicarse solamente con uno de los otros a través del miembro C. La red conectada en cadena (c) también tiene el miembro C como vínculo central. En c, el miembro E debe unirse con otras tres personas con el fin de llegar al miembro A. En la red conectada en cerco (d), cada miembro puede ser alcanzado por cualquier otro miembro con dos vínculos o menos y ningún miembro tiene una posición de liderazgo.
1986). Además, el tipo de empleo que una persona encuentra a través de un vínculo débil está influenciado fuertemente por el prestigio de aquel conocido especial. Los conocidos que tienen un alto prestigio, y que tienen vínculos con otras personas también de alto prestigio, son generalmente más instrumentales en ayudar a la persona a encontrar un buen trabajo (Lin, Ensel y Vaughn, 1981). Pero inclusive en la búsqueda de señales de empleo a partir de un contacto de alto prestigio, no se garantiza que uno pueda encontrar un empleo de alta calidad. El éxito en el uso de los contactos de red también depende muchísimo de la industria y de la firma en las cuales se busca empleo (Hodson, 1984; Marsden y Hurbert, 1986; Zucker y Rosenstein, 1981). La investigación sociológica sobre el proceso de encontrar un trabajo, muestra que la naturaleza de la red social de una persona puede tener importantes consecuencias para su carrera. Sin análisis de red, podría no ser aparente por qué dos personas con iguales capacidades y credenciales pueden tener muy diferentes grados de éxito cuando buscan un
trabajo. El análisis de red es también muy útil para mostrar la forma como la posición de una persona en una estructura social puede influir mucho sobre lo que hace esa persona. Para demostrar este tipo de fuerza social en el trabajo, los investigadores frecuentemente comparan a las personas que mantienen posiciones estructuralmente equivalentes dentro de diferentes redes. Si encuentran que estas personas piensan y actúan en forma parecida, tienen razón en creer que el tener una posición definida en una red, robustece un tipo definido de comportamiento. Algo que se añade al poder de análisis de la red es que los vínculos en las redes no necesitan conectar personas individuales. Por el contrario, las unidades conectadas (o nudos, como se les llama), pueden ser corporaciones, sindicatos de trabajadores, partidos políticos, agencias públicas o cualquier otro tipo de organización o grupo. También pueden ser categorías de personas que comparten ciertos atributos, como las personas de ambientes étnicos definidos o de una clase social definida. Al conside-
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Tipos de sociedades Una sociedad es una agrupación autónoma de personas que tienen un territorio común y una cultura común (un conjunto compartido de creencias, valores, costumbres y demás) y que están vinculados unos a otros a través de numerosas interacciones sociales y roles interdependientes. Los estadounidenses forman una sociedad, así como el pueblo del Japón o el de la Unión Soviética. En efecto, en el mundo moderno los límites de las naciones unidas comúnmente definen las fronteras de las sociedades. Sin embargo, éste no es necesariamente el caso. Las sociedades existían miles de años antes de que se crearan las naciones-estado y algunas sociedades aisladas aún existen por dentro de las fronteras nacionales. Una forma común de clasificar las sociedades es por sus medios de subsistencia, es decir, por las formas de obtener el alimento y otras necesidades de la vida (Lenski y Lenski, 1978, 1982). Este esquema de clasificación incluye cinco tipos principales: las sociedades de caza y recolección, las sociedades horticulturales, las sociedades pastoriles, las sociedades agrarias y las sociedades industriales. Estos tipos han evolucionado no solamente en sus medios de subsistencia, sino también en muchas otras formas, tales como su tamaño, tecnología, complejidad de sus estructuras sociales y el grado en el que sus recursos están distribuidos en forma desigual. Hasta hace aproximadamente 10 000 años, todos los seres humanos vivían en sociedades de caza y recolección. En algunas partes remotas del mundo, todavía existen unas pocas de tales sociedades, aunque van desapareciendo rápidamente. Debido a que los cazadores y recolectores deben desplazarse comúnmente de sus establecimientos en busca de alimento, sus formas de vida no pueden sostener grandes concentraciones de personas. El grupo típico de caza y de recolección es, en consecuencia muy pequeño,
con un máximo de 50 personas y frecuentemente menos. Esto significa que todos en el grupo se conocen muy bien unos a otros y que con frecuencia conocen a los parientes de los demás en otros grupos. En tales sociedades, las redes personales se sobreponen extensivamente. Los grupos de caza y de recolección tienen unas organizaciones sociales muy sencillas. La familia es el único subgrupo dentro del grupo. La familia asume la mayor parte de las responsabilidades económicas, políticas y educacionales que las organizaciones formales más amplias asumen en nuestra sociedad actual. Por ejemplo, la familia es el grupo que organiza la producción de vestidos, herramientas y utensilios; es el grupo en el que los niños aprenden sus habilidades y que cuida de los enfermos, los incapacitados y los ancianos. Más allá de la familia, el grupo trabaja como una unidad. La división más importante de trabajo está basada en los sexos. Todos los hombres cazan y hacen sus propias armas; todas las mujeres recolectan y realizan otras tareas cerca del hogar. No hay especialistas de ninguna clase en las sociedades de caza y recolección, no existen jefes, ni artesanos, ni líderes religiosos. Aunque algunas personas pueden ser respetadas por su talento y por ciertas tareas, cada uno ejecuta los mismos trabajos y tiene las mismas responsabilidades. No es de sorprender que las desigualdades sociales sean mínimas entre cazadores y recolectores. Ninguno tiene el poder sobre los otros. Las decisiones se toman conjuntamente. Las posesiones de cada uno son pocas y muy modestas. Hace aproximadamente 10 000 años algunos pueblos empezaron a convertirse en productores de alimentos. En vez de buscar plantas salvajes y ganados, empezaron a cultivar sus propias cosechas y tendieron a buscar sus propios animales. Al principio, estos métodos de producción de alimentos eran extremadamente sencillos y en algunas
sociedades se utilizan métodos tan sencillos todavía. En las sociedades horticulturales, por ejemplo, las personas cultivan pequeñas parcelas con estacas y azadones. No todos los terrenos son aptos para la horticultura. Algunos son demasiado secos, como otros muy rocosos o demasiado montañosos para tener cultivos exitosos. Aquí el pueblo frecuentemente desarrolla las sociedades pastoriles, en las que la mayor cantidad de alimentos son carne y leche derivados de los rebaños y de los animales domésticos. Algunas sociedades combinan la horticultura con el pastoreo. Cuidan parcelas sencillas, pero también cuidan pequeños rebaños de ovejas, de pollos o de cerdos. Esta combinación reduce los riesgos de una exagerada dependencia en un sólo método de subsistencia. Si la sequía diezma las cosechas un año, los productos animales pueden compensar; si la enfermedad mata a la mayoría del rebaño, los vegetales pueden mejorar la proporción de los alimentos. Debido a que son capaces de producir un suministro más confiable de alimentos, tanto la horticultura como el pastoreo pueden sustentar sociedades más grandes que las sociedades de caza y recolección. Por ejemplo, muchos centenares de personas frecuentemente viven en un pueblo de horticultores. Comparadas con las comunidades de caza y recolección, las sociedades horticulturales son más permanentes. Aquellas que dependen de los árboles de cosecha, permanecen indefinidamente en el mismo sitio. Otros se mueven solamente cuando el suelo se agota, lo cual comúnmente requiere de un par de años. En ambas sociedades, tanto la pastoril como la horticultural, los roles sociales son más diferenciados que los que tenían en los grupos de caza y de recoleccción. Si bien la división del trabajo se fundamenta ampliamente sobre el sexo y la edad, también existe un principio de más especialización, por lo me-
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El crecimiento en la sofisticación de una sociedad va acompañado de una complejidad social creciente. Los cuadros presentan: (arriba de izquierda a derecha) sociedad de caza y recolección, sociedad horticultural, sociedad pastoril, (abajo de izquierda a derecha) sociedad agraria, sociedad industrial, sociedad postindustrial. (Arriba: Lars Smith/Anthrophoto; David Austen/Stock Boston; R. y S. Michaud/Woodfin Camp & Associates; abajo: Bruno Barbey/Magnum; Gabe Palmer/The Stock Market; Gabe Palmer/The Stock Market).
nos en la base. Por ejemplo, la mayor parte de las aldeas horticulturales tiene un jefe, que coordina ciertas actividades, tales como las celebraciones religiosas, el planteamiento de discusiones, la redistribución de los alimentos sobrantes. Estos jefes no tienen poder absoluto para configurar leyes y para dar órdenes, sino que su dirección es generalmente respetada y
frecuentemente tienen gran prestigio. Existe una posición semejante en las sociedades pastoriles. Otros roles especializados se encuentran en ambas comunidades, tanto la horticultural como la pastoril, incluyendo el shaman (o sea el hechicero, el "hombre que cura"), quien sirve tanto como sacerdote y médico. Las sociedades pastoriles y horticulturales frecuentemente desarrollan siste-
mas semejantes a los patrones de la interacción del gobierno. Estos no están determinados solamente por modelos de matrimonio y descendencia, sino también por alianzas, por cooperación económica y así sucesivamente. Las relaciones de semejanza son los factores más importantes para determinar las redes personales individuales.
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Tipos de sociedades (continuación) Por último, en muchas de estas sociedades hay asociaciones capaces de integrar muchas comunidades locales cuando se necesita de una acción colectiva. Esta puede ser una asociación fundamentada en las relaciones de parentesco (un clan, por ejemplo) o en una asociación militar. En cualquier caso, observamos el principio de un tipo más complejo de organización social que existía entre los cazadores y los recolectores. Más compleja todavía es la sociedad agraria; aquellos que se dedican a la agricultura utilizando innovaciones agrícolas, tales como el arado, el riego y la rotación de cosechas. Con estas innovaciones puede producirse más comida año tras año. En efecto, estos granjeros pueden producir suficiente alimento para sostener una cantidad considerable de personas. Las sociedades agrarias, por tanto, crecen bastante y sus poblaciones no son diseminadas muy ampliamente en aldeas aisladas. Por el contrario, tienden a estar concentradas en ciudades con miles de habitantes, ciudades que sirven como centros para las redes de poblaciones circunvecinas. Este incremento dramático en la escala de la sociedad, está asociado con cambios igualmente dramáticos en las redes sociales. Ninguna red personal de individuos, por grande que sea, incluye una comunidad entera, como sí ocurre con un grupo de caza y recolección o una tribu pastoril o una aldea de horticultores. En cambio, observamos un complejo tejido de redes que se entrecruzan donde cada persona se encuentra únicamente como una pequeña fracción de los miembros de la sociedad. Las sociedades agrarias también están marcadas por un crecimiento enorme en la cantidad de roles sociales diferentes. Esto se debe al hecho de que algunas personas están totalmente liberadas de los trabajos agrícolas o de otras tareas para la
producción de alimentos. En consecuencia, tienen la capacidad para consagrar sus energías todo el tiempo a diversos trabajos especializados: artesano, herrero, mercader o sacerdote, para nombrar solamente unos pocos. Esta es también la primera clase de sociedad que permite que las personas amasen cantidades grandes de dinero y de poder. Debido a que las sociedades agrarias son tan grandes y complejas, elaboran sistemas políticos, económicos y religiosos que desarrollan para gobernar el orden social. Quienes tienen el control de estos sistemas llegan a convertirse en miembros de los grupos elitistas, que son capaces de distribuir los recursos y privilegios entre sí. Además, las sociedades agrarias son las primeras en las cuales encontramos reyes y súbditos, plebeyos o comuneros, grandes terratenientes y siervos de la plebe. En efecto, tales sociedades comúnmente tienen más desigualdad social que cualquier otro tipo de sociedad. Estas desigualdades sociales frecuentemente se convierten en hereditarias, de modo que las personas en muchas sociedades agrarias nacen dentro de un conjunto de estatus rígidamente adscritos. Los estados agrarios pueden también legislar sobre las personas de diferentes ambientes étnicos o religiosos. Así, en términos de Blau, la heterogeneidad puede aumentar junto con la desigualdad. Hasta hace unos pocos cientos de años, las sociedades agrarias eran la forma más compleja de organización social. Entonces se inició una revolución industrial. Se inventaron las máquinas para facilitar la producción y se aprovecharon los nuevos recursos energéticos. Las mercancías llegaron a producirse en una escala nunca antes vista con anterioridad. El resultado final fue que las sociedades industriales empezaron a dominar el globo. Inclusive los países menos desarrollados del mundo actual, no pueden escapar a los vínculos con una economía inter-
nacional que es mayor que cualquiera de un país aislado. Con su enorme productividad, las sociedades industriales sostienen a millones de personas, especialmente en los asentamientos urbanos. Las redes sociales personales y las relaciones cara a cara organizan solamente ciertas partes de la vida social, tales como la familia y la comunidad. La mayoría de los trabajadores encuentran empleo en las corporaciones más grandes y las burocracias ayudan a coordinar todas las partes del orden social. Las instituciones relacionadas con la información, tales como la ciencia y la educación, son muy grandes y más importantes que en las sociedades agrícolas. Al mismo tiempo, los roles que las personas desempeñan son más especializados que en cualquier otro tipo de sistema social. Un médico, por ejemplo, no es solamente médico general sino también neurólogo, cardiólogo o cirujano ortopédico especializado en heridas deportivas. Esta gran diversidad de roles especializados frecuentemente está acompañada por la afluencia de personas de otros ambientes culturales, de otras razas, de otras religiones y demás. Las sociedades grandes y avanzadas industrialmente, están marcadas típicamente por el mayor grado de heterogeneidad de cualquier sociedad. A la vez, también presentan cantidades notables de desigualdad, aunque las oportunidades que aumentan en el orden social son mayores que en las sociedades agrarias. Algunos analistas sociales podrían defender que hemos pasado de la era industrial a la era postindustrial (Bell, 1973). En la sociedad postindustrial la fuerza central es la organización del conocimiento teórico. La producción de energía dirigió a la sociedad industrial; la producción de información, dirige a la sociedad postindustrial. El valor primario de la sociedad postindustrial está en los sistemas eficientes de producción. La educación, la
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ciencia y la tecnología son de importancia clave y la especialización estrecha de roles refleja su total complejidad, (véase también Capítulo 22). Las sociedades industriales y postindustriales, con su tamaño masivo
y su gran diversidad, no pueden mantenerse unidas por creencias semejantes o comunes o por las interacciones diarias tal como pueden hacerlo las sociedades de más pequeña escala (tales como las sociedades pastoriles y horticulturales). La
rar las redes que comprenden las organizaciones, los grupos y las categorías de personas, se aumenta enormemente la utilidad del análisis de redes. Por ejemplo, un investigador podría desear saber cómo ejerce su influencia una corporación en apoyo a un proyecto específico de ley. El análisis de red podría identificar el rango de la corporación, de los contactos y del alcance; la relación de la compañía con cada grupo o persona cuyas opiniones sobre el tema podrían interesar y la durabilidad de sus vínculos con los líderes de opinión, entre muchas otras partes valiosas de información. El análisis de red también es valioso porque sirve como puente entre los niveles micro y macro del estudio. "En una forma o en otra," Mark Granovetter explica, "es a través de las redes sociales como la interacción a pequeña escala viene a trasladarse a patrones de gran escala y que los patrones de gran escala (a su vez) retroalimentan los pequeños grupos" (1973, p. 1360). En otras palabras, interactuamos, con personas en nuestras redes y a través de estas interacciones se construye un orden social mayor. La naturaleza de este orden social más amplio y las influencias que ejerce, son los temas que trataremos enseguida.
LA ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD Ningún análisis de las relaciones sociales humanas es completo sin una mirada a los patrones sociales existentes de mayor escala, aquellos que proporcionan una estructura y una predictibilidad a la sociedad como un todo. Los sociólogos que han estudiado estos patrones a gran escala no están necesariamente preocupados por los factores que gobiernan las interacciones diarias, ni por las formas como se construyen las redes de las relaciones sociales. Pueden dejar estos temas a otros para que sean investigados. Por el contrario, quieren describir las formas en que la sociedad, como un todo, está colocada como conjunto y cómo las fuerzas a nivel macro son trabas para las oportunidades de las personas y para
última sección de este capítulo investiga algunas de las fuentes de la unidad social a gran escala que han identificado los sociólogos.
su comportamiento. "El enfoque macrosociológico" escribe Peter M. Blau: es apropiado para el estudio de todas las sociedades o para otras grandes colectividades porque es imposible trazar y dividir las relaciones interpersonales de muchos miles de millones de personas. Tampoco sería algo significativo si se describiesen todas (estas relaciones interpersonales). En este caso, las pequeneces de la vida social diaria deben rechazarse y las regularidades y los patrones principales deben abstraerse de ellos. (1977, p. 20)
Diferentes sociólogos tienen diferentes ideas sobre la naturaleza de estos patrones sociales a gran escala y sobre la forma como podrían estudiarse mejor. Aquellos que tienen una perspectiva estructural ven los modelos como algo impuesto externamente sobre las personas y como algo que esencialmente tiene vida propia, separada de los individuos (Mayheur, 1980). Aquellos sociólogos que tienen una perspectiva de acción, por el contrario, enfatizan que aún los patrones sociales de mayor escala son definitivamente el producto de decisiones y actividades individuales. Los sociólogos que asumen una perspectiva funcional, tienen aún una opinión diferente. Ellos buscan formas en las que los patrones sociales a gran escala contribuyan a la integración funcional de la sociedad y a su funcionamiento suave. Los sociólogos que han adoptado una perspectiva de poder, por el contrario, insisten en que muchos patrones sociales amplios son el resultado de que los grupos elitistas en la sociedad dominen a los grupos subordinados. Los efectos de las distribuciones sociales: una perspectiva estructural ¿Por qué los estadounidenses blancos tienden a casarse con otros blancos, los negros tienden a casarse con negros y los hispanos tienden a casarse con hispanos? ¿Por qué la mayoría de los amigos de sus padres están aproximadamente al mismo nivel de ingresos y por qué la mayoría de sus amigos son aproximadamente de la misma edad que la suya? Su
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primera respuesta es probablemente porque las personas prefieren estas relaciones. "Dios los cría y ellos se juntan", afirma el viejo proverbio y a las personas les gusta ese camino. Además, usted podría argüir que las fuerzas culturales tienden a fortalecer a las personas semejantes para sentir atracción unos a otros. Las creencias culturales frecuentemente nos enseñan que es "bueno" y "correcto" permanecer con aquellos que son de "de nuestra clase". Aunque hay evidencia para sustentar ambas explicaciones, algunos sociólogos han argumentado que ésta no es toda la historia. También son influyentes, dicen ellos, las trabas y las oportunidades extemas para las relaciones sociales que son creadas por la composición total de una población. Estas trabas externas y las oportunidades de influir, incluso configurar, toda clase de compromisos sociales, aun aquellos que aparentemente son personales como escoger un amigo o con quién casarse. Esta opinión es altamente estructural en su naturaleza, como puede reconocerse. Un sociólogo que defiende fuertemente este punto de vista es Peter M. Blau. Según Blau, los modelos de matrimonio, amistad, y otras interacciones sociales, son consecuencias no intencionadas de la forma como la población está distribuida a lo largo de unas pocas dimensiones sociales claves, tales como sexo, raza, religión, ingreso y educación (Blau, 1986, 1977; Blau y Schwartz, 1983). Algunas de estas dimensiones (como sexo, raza y religión) dividen a las personas en categorías con un corte de fronteras medianamente claro. Una persona es hombre o mujer; blanco o negro; es oriental o cristiano; es musulmán o hindú y así sucesivamente. La cantidad de dichas categorías y la distribución de las personas en ellas, sostiene Blau, determina cuán homogénea o heterogénea es una sociedad. Suecia, por ejemplo, es relativamente homogénea, porque su población consiste mayormente de cristianos blancos; la ciudad de Nueva York, por otro lado, tiene una población extremadamente heterogénea. Otras dimensiones (como el nivel de ingresos, la educación y el poder), no dividen a las personas dentro de categorías de claro corte sino que, por el contrario, los escalona a lo largo de una distribución desde pequeñas hasta grandes cantidades. Por ejemplo, algunas personas no tienen ingresos suficientes, mientras que otras tienen una gran cantidad. En el medio, existe una progresión gradual hacia la parte alta de la escala de ingresos, exactamente como las notas de una escala musical se mueven de una a otra. Cuando las personas están distribuidas en forma desigual a lo largo de una o de otra de estas dimensiones, se origina la desigualdad. La distribución
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desigual, dice Blau, es lo que significa actualmente la desigualdad. Existe mucha desigualdad en la distribución de la riqueza de los Estados Unidos, por ejemplo. Una tercera parte de la riqueza de este país es propiedad de sólo 1 por ciento de la población (Pág. 1983). Pero, ¿qué tienen que ver el grado de heterogeneidad y de desigualdad de una sociedad con las decisiones de los individuos sobre la amistad y matrimonio? Blau argumenta que un alto grado de heterogeneidad promueve las relaciones intergrupales) tales como los matrimonios intergrupales. Estructuralmente hablando, existen más oportunidades de contacto, para encuentros casuales que puedan convertirse en relaciones sociales. Supóngase, por ejemplo, que una mujer vive en una sociedad como la de Japón donde existe muy poca heterogeneidad racial (que no es la característica de las sociedades modernas más industrializadas). Sus oportunidades de encuentro con un marido potencial de una raza diferente a la propia en este caso, son obviamente muy pocas. Pero suponga que esta japonesa se traslada a San Francisco. La heterogeneidad racial de la ciudad hace más probable que ella conozca y haga citas con hombres de otras razas, aunque personalmente prefiera citarse con japoneses. La heterogeneidad racial, que es un factor solamente estructural, ha aumentado enormemente las oportunidades de un matrimonio interracial. Con la misma lógica, Blau defiende el que un alto grado de desigualdad en una población, promueva relaciones entre las personas de diferentes clases sociales. Supóngase, por ejemplo, que una mujer joven asiste a un colegio privado de secundaria en donde todos los estudiantes provienen de familias de ingresos medios. En estas circunstancias, sin desigualdad económica, sus posibilidades de ennoviarse con un joven de otra clase económica, son virtualmente nulas. Pero supóngase que después ella va a una universidad estatal donde hay estudiantes de todas las clases sociales. Ahora las oportunidades de sus encuentros y de sus citas con nombres de ambientes económicos diferentes han aumentado casi de cero a un porcentaje significativo. La desigualdad estructural se ha convertido en una fuerza determinante en sus patrones de noviazgo. Tanto la heterogeneidad como la desigualdad animan a las personas a interactuar con otras personas que son diferentes a ellas. Hasta el grado en que las personas que llegan a tener contacto con otras que son socialmente diferentes (digamos, de diferentes razas y de diferentes ocupaciones), pueden promoverse relaciones intergrupales. Blau considera estas relaciones entrecruzadas entre categorías soda-
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les, como una ayuda para aglutinar una población compleja muy grande como la nuestra, en un todo más integrado y armónico. Cantidades considerables tanto de heterogeneidad como de desigualdad en nuestra sociedad, ayudan a promover dichas reiaciones interpersonales. El punto importante del análisis de Blau es su énfasis en la forma cómo los patrones sociales a gran escala afectan las interrelaciones de las personas. El no está preocupado por la motivación sicológica que mantiene a las personas unidas o que las empuja a separarse. Más bien, enfoca la forma cómo los atributos sociales claves están distribuidos en las poblaciones, creyendo que esta distribución influye enormemente en las oportunidades para el contacto social.
Integración social: perspectiva funcional y de poder La pregunta sobre qué integra la sociedad, qué la mantiene unida, es un asunto central de la sociología. En opinión de Blau, las relaciones que se entrecruzan entre diferentes grupos de personas son importantes para mantener unidas las partes de una sociedad compleja; estas relaciones sirven para unir elementos dispersos dentro de un todo integrado. Sin embargo, no todos los sociólogos insisten en los mismos factores que Bíau. Algunos se enfocan sobre las características de las relaciones interpersonales, mientras que otros buscan diferentes clases de patrones sociales estructurales. En ambos casos, existen algunos que apoyan una perspectiva más funcional y otros que apoyan el poder. Un punto de vista funcional es observar la sociedad como un compuesto de subsistemas especializados llamados instituciones. Una institución está formada por patrones de comportamiento y relaciones de estatus con relación al rol que satisfacen las necesidades sociales fundamentales. Por ejemplo, la sociedad tiene necesidad de producir nuevos miembros y de enseñarles las costumbres, creencias y valores compartidos por todos aquellos que viven en su mundo. Esta tarea recae principalmente sobre la institución de la familia. La familia tradicional estadounidense está formada de padres e hijos. El rol de los padres es producir a los hijos, alimentarlos y cuidar de ellos hasta que alcancen su madurez y enseñarles a distinguir "lo correcto de lo erróneo". El rol de los hijos es esencialmente el de ser aprendices, un tipo de entrenamiento para la próxima generación de la sociedad. En la perspectiva funcional, las instituciones han evolucionado para solucionar muchas otras necesidades sociales importantes. Una de ellas es la de
movilizar recursos escasos con el fin de producir y distribuir las mercancías que la gente requiere. Esta necesidad es ampliamente solucionada por las instituciones económicas. Otra necesidad social comprende la protección a las personas de las amenazas externas, tales como invasiones militares y de las amenazas internas como el crimen. En nuestra sociedad, esta necesidad es competencia de las instituciones políticas. Las sociedades también tienen la necesidad de enseñar a la sociedad ciertos status y roles, especialmente los que tienen que ver con el ser ciudadano y trabajador. Esta es una función primaria de nuestras instituciones educativas. Por último, las sociedades tienen la necesidad de motivar a las personas a desempeñar sus roles sociales dándole a la vida un significado y una finalidad. Las instituciones religiosas están profundamente comprometidas en la satisfacción de estas exigencias. Desde un punto de vista funcional la integración social se convierte en un asunto de estas diversas instituciones que solucionan exitosamente las necesidades fundamentales que están en capacidad de entender. Cuando las instituciones están respondiendo a estas exigencias importantes, la sociedad funciona tranquilamente como un todo perfectamente ensamblado. (La Figura 3.3 presenta algunas de las instituciones sociales más importantes; vamos a estudiar más de cerca el conjunto de estas instituciones sociales en la Parte V.) Otros sociólogos tienen una opinión muy diferente y ven el poder como el fundamento de la integración social. Por ejemplo, aquellos que están de acuerdo con las ideas de Carlos Marx, ven a la sociedad como un sistema de clases sociales fundamentalmente antagónicas, unidas solamente por el dominio de los capitalistas sobre las masas trabajadoras (Poulantzas, 1975). Los capitalistas (o los propietarios de los medios de producción, incluyendo las grandes corporaciones) tienen el poder de configurar las instituciones de la sociedad para servir sus propios intereses y para perpetuar su propio control. De este modo, los marxistas consideran que la sociedad capitalista está unida por el ejercicio del poder por parte de una clase social elitista que busca su propio engrandecimiento. Lejos de ser un sistema que funciona suavemente, como lo describe la perspectiva funcional, la sociedad capitalista, según opinión de Marx, tiene corrientes subterráneas de conflictos de clase que están muy lejos de salir a la superficie. (Veremos más sobre la perspectiva del poder cuando hablemos de la integración social en la Parte IV.) Aún más, otra forma importante de pensar sobre qué es lo que mantiene unida a la sociedad no se
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las instituciones sociales evolucionan en cada sociedad a medida que las personas buscan solucionar necesidades importantes. Ellas orgaizan roles, status y grupos alrededor de valores centrales y normas, de modo que las necesidades fundamentales sean solucionadas a través de patrones estables de acción.
enfoca ni en las instituciones funcionales ni en el ejercicio del poder. Más bien mira las costumbres, los valores, los conocimientos, las creencias y los símbolos que las personas comparten en una socie-
dad, factores que ayudan a mantenerlos unidos dentro de un todo integral. Estos factores compartidos se denominan colectivamente cultura, el tema de nuestro próximo capítulo.
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RESUMEN 1. Permanentemente intervenimos en interacciones sociales dirigiéndonos hacia otras personas y actuando en respuesta a ellos. La interacción social ocurre con el fin de lograr algún propósito y está siempre dirigida hacia otras personas específicas. Lo que interesa a los sociólogos es el significado que las personas dan a la interacción social. 2. Cuando estamos en contacto con otras personas, buscamos definir la situación social. Damos a la situación un significado particular, que nos permite comportarnos en forma apropiada. Los teóricos de la acción sostienen que definir la situación es un proceso dinámico, en el que las personas modifican sus comportamientos y negocian sus interacciones. Por el contrario, otros sociólogos enfatizan los factores estructurales sociales que frenan nuestras oportunidades de interacción y canalizan el comportamiento en formas particulares. 3. Cada persona ocupa una cantidad de diferentes status en un momento determinado. Algunos status son adscritos (asignados) a las personas sin esfuerzo de su parte y otros son adquiridos (obtenidos por esfuerzo personal). Los status siempre afectan la forma como las personas interactúan unas con otras. 4. Cada status lleva consigo un rol prescrito socialmente, un conjunto de expectativas, actitudes, obligaciones y privilegios. Dentro de ciertos límites, las personas son libres de interpretar los roles que desempeñan, dándoles sus propios estilos personales. 5. La interacción simbólica, un enfoque sociológico fundado por George Herbert Mead, se centra sobre la naturaleza simbólica de los aspectos de la interacción social. Ser capaces de imaginarnos en los roles de otros, nos permite entender los significados que los otros transmiten en su comportamiento. 6. La aproximación dramatúrgica observa la interacción social como una forma de ejecución teatral en la cual desempeñamos ciertos roles.
7. La etnometodología es un punto de vista sociológico que se enfoca sobre las formas como las personas les dan sentido a las interacciones diarias, desarrollando comprensiones compartidas de comportamiento. 8. Los teóricos del intercambio social opinan que la reciprocidad es la forma fundamental de la interacción humana. La teoría del intercambio social es una variante de la teoría de la selección racional, en la cual las personas ponderan los beneficios que sus acciones proporcionan contra los gastos en que incurren. 9. El tejido de las relaciones sociales entre un conjunto de personas unidas, directa o indirectamente, a través de comunicaciones diversas y de compromisos, se llama red. Los sociólogos han desarrollado un sistema preciso de diagramas de redes para mostrar los diferentes patrones de las relaciones involucradas en ellas. Las redes se diferencian por la densidad, el alcance y el rango. 10. Sobre la escala de la sociedad como un todo, la interacción social es afectada por patrones sociales a gran escala. De acuerdo con Peter M. Blau, un líder estructuralista, el grado de desigualdad y de heterogeneidad de una sociedad afectan la forma como (si es posible), las personas van a interactuar unas con otras. 11. Una opinión funcional de la sociedad en general la considera como un compuesto de subsistemas especializados llamados instituciones: la familia, el gobierno, los establecimientos religiosos y demás. Las instituciones son un conjunto de comportamientos modelados y las relaciones entre rol y status que satisfacen las necesidades sociales. Por el contrario, una opinión de poder lo considera como el fundamento de la integración social. La clase dominante en una sociedad tiene el poder para estructurar las instituciones de la sociedad para que sirvan a sus propios intereses y para perpetuarse en su control.
GLOSARIO Alcance. Es la cantidad de pasos que tiene que dar una persona en una red para alcanzar a alguien más dentro de ella. Conflicto de roles. Es el choque entre dos nales que compiten. Conjunto de roles. Es el grupo de diferentes roles asociados con un estatus particular.
Densidad. Es el grado en el que se realizan todos los posibles vínculos entre las personas de una red social. Enfoque dramatúrgico. Es la perspectiva sociológica en la que la interacción social se considera semejante a una ejecución teatral en la que las personas ponen en escena su comportamiento como si extrajeran la respuesta que ellos desean de otras personas.
INTERACCIÓN Y ESTRUCTURA SOCIAL Estructura de oportunidad. Es la organización de oportunidades disponibles en diferentes partes de la sociedad, tales como la calidad de las escuelas locales, la disponibilidad de diferentes tipos de empleo y la riqueza de la zona. Etnometodología. Es un punto de vista sobre la interacción social desarrollada por Harold Garfinkel que se enfoca sobre la forma como las personas les dan sentido a las interacciones diarias. Instituciones. Son comportamientos regulados y relaciones status/rol que atiende ciertas necesidades sociales fundamentales. Interacción simbólica. Es un punto de vista sociológico fundado por George Mead, que se centra en la naturaleza simbólica de la interacción social. Interacción social. El proceso mediante el cual la gente se orienta hacia los otros y actúa en respuesta al comportamiento de los demás. Nudos. Son las unidades conectadas dentro de una red social. Rango. Es la cantidad de contactos directos que cualquier persona puede tener dentro de una red social. Red. El tejido de relaciones entre un conjunto de personas que están vinculadas, directa o indirectamente, a través de sus comunicaciones diversas y de sus compromisos. Rol. Un conjunto de comportamientos, de actitudes, de obligaciones y de privilegios que se esperan de cualquier persona que ocupa un status particular. Roles forzados. Es la dificultad de cumplir con las obligaciones de un rol porque es demasiado exigente. Sociedad. Es una agrupación autónoma de personas que comparten un territorio común y una cultura común.
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Sociedades agrarias. Sociedades que practican la agricultura a gran escala utilizando innovaciones tales como el arado, la irrigación y la rotación de cosechas. Sociedades de caza y recolección. Son sociedades dependientes de la caza de animales y recolección de plantas salvajes para obtener alimentos. Sociedades horticulturales. Son sociedades dependientes del cultivo de jardines y parcelas de cultivo para producir alimento. Sociedades industriales. Son las sociedades que practican la producción mecanizada a gran escala para la producción de mercancías. Sociedades pastoriles. Son sociedades dependientes de los rebaños de animales domésticos para la producción de alimentos. Sociedades post-industriales. Son las sociedades marcadas por sistemas de producción extremadamente eficientes y por el énfasis en los servicios de información. Status. Es una posición en una estructura social que determina dónde una persona se acomoda mejor dentro del orden social. Status adquirido. El status que una persona obtiene mediante su esfuerzo personal. Status adscrito. Es el status adquirido a las personas sin esfuerzo de su parte. Status dominante. Es el status que domina en un contexto social especial. Status principal. El status de una persona que ampliamente determina su identidad social. Toma de roles. Es imaginarse a uno mismo desempeñando el rol de otros y utilizando esta experiencia para entender el significado que los otros tratan de transmitir.
SEGUNDA PARTE
EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD
La sociología se centra en las fuerzas que trabajan; en los grupos sociales y en la sociedad en general. También estudia la interacción compleja entre estos patrones principales y las vidas de los individuos. ¿Qué significa decir que estamos configurados por la sociedad? Los próximos cuatro capítulos examinan la forma como las fuerzas y las estructuras sociales inciden sobre la vida del individuo y cómo, a su vez, las acciones individuales refuerzan o modifican los patrones sociales. El Capítulo 4 explora la comprensión de la cultura por el sociólogo: valores permanentes, creencias, costumbres, símbolos y artefactos que dan expresión a un tipo de vida compartida. Desde esta perspectiva, los anuncios publicitarios en la televisión, las novedades en la moda y la música popular son parte de la cultura tanto como las óperas o los museos de arte. La cultura no es solamente algo que se nos impone, es un tipo de lenguaje compartido, de cosas e ideas que desarrollamos y utilizamos. Empezamos a interiorizar los valores culturales y las normas desde la niñez mediante procesos de socialización. El Capítulo 5 discute la socialización desde perspectivas teóricas variadas y mira las formas en que la familia, los grupos de pares, la escuela, la televisión y el sitio de trabajo contribuyen a este proceso a lo largo de la vida. Los sociólogos identifican el curso de la vida como una serie de cambios predecibles que tienen lugar tan pronto las personas pasan de la niñez a la edad adulta o a la edad anciana. El Capítulo 6 considera las etapas y transiciones en el transcurso de la vida, que varía de cultura a cultura y de época en época. La generación de la explosión de nacimientos (baby boom) es un ejemplo de la forma como un grupo especial que cambia en el transcurso de la vida acelera los cambios sociales que a su vez forman tanto la experiencia de ese grupo como las oportunidades ofrecidas a otros. Aunque la mayoría de las personas se adapta a las normas y a las expectativas culturales la desviación es, sin embargo, un fenómeno universal. La desviación, en términos sociológicos, es cualquier tipo de comportamiento que los miembros de un grupo perciben como violación a sus normas. El Capítulo 7 explora los factores sociales que incrementan la desviación y considera los diferentes tipos de comportamientos desviados así como las estrategias de la sociedad para controlarlos. 77
CAPITULO 4
Cultura
En un anuncio reciente de televisión, un automóvil nuevo y brillante aparece sobre la cima de una colina, a lo largo de una amplia carretera. Un conductor solitario conduce hábilmente en una suave curva, mientras amplios rayos de luz solar caen dentro del automóvil, proporcionándole un aura espiritual. Sigue un cambio rápido de montaje en las escenas del vehículo. El automóvil rueda sin esfuerzo frente a las luces de neón de una calle de ciudad por la noche; luego lo vemos disminuyendo velocidad hasta detenerse con suavidad delante de un restaurante de moda; vislumbramos el vehículo cuando cruza un bello puente sobre un poderoso río. Al final, el conductor solitario, ahora en las faldas de una montaña, baja del automóvil y mira fijamente a través de una amplia explanada. La canción que acompaña estas escenas le dice al espectador que la carretera estadounidense "pertenece al Buick." Este anuncio de televisión obviamente tiene algo que ver con automóviles Buick, pero, ¿qué tiene que ver con la cultura? Para la mayoría de gente, la palabra cultura despierta imágenes de personas que regularmente asisten a la ópera, que prefieren a Shakespeare o a Stephen King, que hablan con mucho conocimiento sobre los vinos más finos y que conocen los caminos que llevan a los museos de Europa. Es una palabra que discrimina, aplicada a gustos y a pasatiempos discriminatorios. Un anuncio de televisión para Buick simplemente no se califica como "cultura." Pero los sociólogos no restringen su idea de cultura a las bellas artes o a sofisticados estilos de vida. Definen cultura como todas las costumbres, creencias, valores, conocimientos y artefactos que se
aprenden y a los símbolos que se comunican constantemente entre un conjunto de personas que comparten una forma de vida común. El uso sociológico de la palabra cultura significa una forma de vida completamente aprendida de la sociedad. El anuncio de televisión para el Buick es una parte de la cultura de los Estados Unidos porque incorpora un conjunto total de símbolos, cuyo significado comparten sus ciudadanos. El automóvil en movimiento, la carretera amplia, el conductor solitario, el paisaje despoblado, todo nos simboliza un sentido de libertad, de autonomía que los estadounidenses veneramos. Al mismo tiempo, este objeto material, un automóvil lujoso, está lleno de mensajes culturales sobre el género, el status, el privilegio, la afluencia y la clase social. El hombre que lo conduce está considerado como una estampa sobre el resto. Una razón para que la publicidad sea tan importante en nuestra cultura es la de que resulta exitosa para comunicar esta clase de mensajes entre los estadounidenses (Schudson, 1984). Es un medio primordial a través del cual se distribuye entre toda nuestra población la información sobre el significado social de los objetos materiales. Como tal, "la publicidad no es tan solo un gasto para generar ventas en el sentido de que se espera mover algunas mercancías de la estantería de un almacén, sino que es más bien una parte integral de la cultura". (Leiss y otros, 1985). Nuestras comunicaciones culturales incluyen una multitud de cosas además de la publicidad. Algunas las consideramos más bien triviales, otras las consideramos importantes. Por ejemplo, los patrones diarios de conversación en Estados Unidos son parte la cultura de este país, tal como la costumbre
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Estos niños están aprendiendo sobre los componentes materiales y no materiales de la cultura estadounidense. En nuestra sociedad, d automóvil es algo más que una forma de transporte. Es un objeto material que incorpora un significado cultural de libertad, movilidad, individualismo y progreso tecnológico. Los estadounidenses también están orgullosos de la historia de su país, de sus jefes y de su posición moral. Este detalle de una pintura de Norman Rockwell muestras estas ideas sin encajarlas en objetos físicos. (Izquierda: Burk Uzzle/Archive Pictures, Inc.: derecha: The Norman Rockwell Museum ai Stockbridge.)
de decir "hola" cuando contestamos al teléfono. (Los británicos, por el contrario, contestan típicamente confirmando su número telefónico o el nombre, sin decir hola.) Los estilos del vestido estadounidense, son parte de su cultura, desde los diseñadores del jean, hasta los pantalones estilo Bermudas, o los pañales desechables para bebé. Muchos gestos que se utilizan en la interacción social son también parte de nuestra cultura. Un apretón de manos, por ejemplo, es una costumbre cultural. Las cosas que admiramos o reverenciamos, también son parte de la cultura. Alabamos la democracia, adoramos a Dios y valoramos la competencia porque la cultura nos enseña a hacerlo. Debido a que tenemos poco que decir de la cultura en la que hemos crecido, existe la tendencia a pensar de ella como si fuera algo externo a nosotros mismos y casi impuesto por la fuerza. Pero esta manera de pensar ignora el lado activo y creativo de nuestra relación con la cultura. La cultura no es tan sólo un conjunto de elementos que dicta un comportamiento; es más bien algo que las personas mismas desarrollan y utilizan. El sociólogo Howard Becker (1986) expresa esta idea al describir la cultura como "comprensiones compartidas que las personas utilizan para coordinar sus actividades". Al crear y expresar los elementos de nuestra cultura, al vivirlos
día a día, estamos comunicando constantemente unos a otros una comprensión de nuestro mundo social. En el proceso, también hay lugar para una reestructuración de la cultura, para adaptarla a las nuevas situaciones y exigencias. Como resultado, la cultura nunca es estática. Está cambiando constantemente. Los elementos de la cultura pueden dividirse en dos clases fundamentales: materiales y no materiales. La cultura material está constituida por todos los objetos físicos, o artefactos, que las personas hacen y a las que les dan significado: libros, vestidos, escuelas, iglesias, misiles dirigidos, para mencionar unos pocos. Un disco compacto, por ejemplo, es parte de la cultura material estadounidense. Es un objeto físico que las personas en nuestra sociedad han creado, y compartimos la comprensión de su finalidad y significado. Para una persona que vive en una aldea remota, en una sociedad no industrializada, este mismo objeto físico, probablemente podría no significar nada de lo que significa para nosotros. Esa persona no se ha socializado en nuestro conocimiento, nuestras creencias, símbolos y no comparte nuestras comunicaciones culturales. Una fuente importante de cultura material es la tecnología, la rama del conocimiento que se relaciona con la ciencia y la ingeniería aplicadas. Naciones tales como los Esta-
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dos Unidos y el Japón han diseminado los productos materiales de sus tecnologías avanzadas hasta los rincones más lejanos del mundo. Los aviones estadounidenses y los automóviles japoneses se pueden encontrar casi en todas partes. En contraste con la cultura material, la cultura no material consiste en creaciones humanas que no se incluyen en objetos físicos, como valores, creencias, normas, costumbres, sistemas de gobierno, las lenguas que hablamos y demás. El valor que los estadounidenses dan al individualismo, por ejemplo, no se incorpora en una cosa tangible. Más bien, es una idea abstracta que guía nuestros pensamientos y acciones, y por tanto, es parte de nuestra cultura no material. Otros ejemplos de cultura no material en este país, son los valores que damos a la libertad, la democracia, la igualdad y la competencia, a nuestra convicción de que un trabajo arduo, es el ingrediente principal del triunfo, a las reglas de la carretera que seguimos cuando conducimos en las autopistas y a la costumbre de celebrar la fiesta nacional el 4 de julio. Una forma adicional para apreciar lo que encierra la cultura es distinguirla de la sociedad. Aunque en el mundo real la cultura y la sociedad nunca pueden estar separadas, los sociólogos las diferencian con finalidades analíticas. Cultura se refiere a las cosas (tanto tangibles como intangibles) que un grupo determinado de personas ha creado y al que les dan significados semejantes (sus creencias, valores, conocimientos, símbolos, normas que prescriben costumbres y demás), mientras que sociedad se refiere a las redes de relaciones sociales entre aquellos que comparten una cultura. Evidentemente, la cultura no puede existir sin la sociedad, ni ésta sin la cultura. Mientras la gente utiliza la cultura para guiarse y dar significado a sus relaciones sociales, la cultura en sí es el producto de las personas que interactúan en un sistema social (Bordieu, 1977; Griswold, 1987). Así que la sociedad y la cultura están relacionadas en forma inextricable. En este capítulo, vamos a examinar muchos otros aspectos de la cultura. Empezaremos con una visión de conjunto de los varios elementos de la cultura, incluyendo las normas y los valores; los símbolos de todas clases; incluida la lengua y el conocimiento. Aunque nuestros propios elementos culturales pueden parecemos tan "correctos" que sería difícil concebir eso mismo de otras culturas, estos elementos son simplemente formas aprendidas de ver y de asociarse con el mundo. Después nos preguntaremos cómo los elementos de la cultura están integrados en un todo coherente. Sin cierto grado de integración cultural, una sociedad es propensa a experimentar conflictos e inestabilidades. Seguire-
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mos explorando un tema clave en la cultura estadounidense: el valor que damos al individualismo. Luego, abordaremos el tema de cómo se crean nuevos elementos de la cultura. Los puntos de vista complementarios de la acción y de la estructura serán especialmente evidentes en nuestro examen de este proceso. A continuación miraremos a la cultura y a los modernos medios de comunicación, especialmente la televisión. Nos preguntaremos, ¿en qué forma están estos medios transformando nuestra visión del mundo?
ELEMENTOS DE LA CULTURA Ordinariamente no nos fijamos en los elementos de nuestra cultura, aunque los utilizamos todo el tiempo. Ellos incluyen nuestro conocimiento, lengua, símbolos de todas clases, valores y normas. Aunque el contenido particular varía de un lugar a otro, son elementos básicos de toda cultura humana. Las personas los utilizan para crear, sostener y cambiar su modo de vida. Veamos más de cerca cada uno de estos elementos, empezando por los valores y las normas que dirigen nuestro comportamiento. Valores En un popular programa de televisión de los años 70, se envió un visitante de otro planeta con figura humana, para observar la cultura de la Tierra. Este visitante, llamado Mork, cometió incontables disparates en sus interacciones con los habitantes de la Tierra. En un episodio, se le dijo a Mork que, los estadounidenses valoraban la franqueza, debería dejar de quejarse con cada petición que se le hiciera. Cuando poco después una niña scout que vendía galletas vino a la casa, Mork gritó "¡No!" y abruptamente le tiró la puerta a la niña en la cara. En otro episodio, Mork violó las convenciones sociales al describir en voz alta las reacciones no verbales que se esperaban de él. Cuando alguien describió un serio problema personal, Mork replicó: "¡Arrrghhh!" ¡Gasps! ¡Miren qué sincera empatia!" No es necesario decir que el interlocutor se sintió bastante molesto. Cuando Mork practicó la franqueza, al negarse a comprar galletas a la niña scout, estaba tratando de adoptar uno de los muchos valores estadounidenses. Un valor es una idea general que las personas comparten sobre lo que es bueno o malo, deseable o indeseable. Los valores trascienden cualquier situación particular. Si se valora la franqueza, por ejemplo, se piensa que es apropiada en muchos contextos sociales diferentes. El problema de Mork era que él generalizaba los valores hasta extremos ab-
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surdos. Ningún valor se aplica en todas las situaciones. Siempre hay excepciones. A pesar de eso, los valores que las personas defienden tienden a dar color a toda su vida. Los valores se reflejan aun en los comportamientos aparentemente triviales de cada día. Consideremos los juegos de la gente. Los Tangu de Nueva Guinea, por ejemplo, juegan el llamado taketak. El juego comprende dos grupos de estacas de coco que parecen boliches y un objeto resistente en forma de cabezote hecho de frutas secas. Los jugadores se dividen en dos equipos y los miembros del primer equipo se turnan para lanzar el cabezote a su grupo de estacas. Se retira cada estaca que golpean. Luego los miembros del segundo equipo tiran el cabezote a sus estacas. El objetivo del juego, sorprendentemente no es golpear tantas estacas como sea posible. Por el contrario, el juego continúa hasta que ambos equipos han removido la misma cantidad de estacas. Para los estadounidenses que tanto valoran la competencia, dicho juego parecería sin sentido. Pero para los Tangu, este juego tiene completo sentido. Los Tangu valoran la equivalencia, no la competencia (Burridge, 1957). La idea de que un grupo gane y otro pierda les molesta porque creen que esta situación crea mala voluntad. Cuando los europeos llevaron el fútbol a Nueva Guinea, los Tangu cambiaron las reglas, de modo que el objetivo para los dos equipos era marcar la misma cantidad de goles. ¡Algunas veces sus juegos de fútbol duraron varios días! Por el contrario, los juegos en Estados Unidos son altamente competitivos; siempre hay ganadores y perdedores. Existen muchos otros valores estadounidenses además de la competencia. El sociólogo Robin M. Williams, Jr. (1970) ha identificado quince valores fundamentales. Estos incluyen el logro y el éxito, la actividad y el trabajo, el humanitarismo, la eficiencia y el espíritu práctico, el progreso, y la comodidad material, la igualdad, la libertad, la conformidad, la ciencia y la racionalidad, el nacionalismo y el patriotismo, la democracia, la individualidad, la superioridad racial y de grupo étnico. La lista de Williams no es necesariamente compartida por todos en este país, ni tampoco es exhaustiva de todas las posibilidades. Además, como los valores cambian con el tiempo, algunos valores de esta lista inclusive pueden hasta desaparecer. Sin embargo, su compilación todavía se considera como un conjunto central de valores que distinguen a los estadounidenses. Por ejemplo, si dichos ciudadanos valoran la comodidad material, entonces tiene sentido que ellos también quieran valorar el éxito que puede comprar
esa comodidad, así como el arduo trabajo que se necesita para obtener el éxito. Otros valores, sin embargo, no son tan compatibles. Parece contradictorio valorar la conformidad y la individualidad, la igualdad y la superioridad racial. ¿Cómo hacen los estadounidenses para vivir con estas contradicciones? Con frecuencia, lo hacen aplicando diferentes valores a diferentes situaciones. Por ejemplo, el valor que le concedemos a la igualdad ha inspirado algunas veces acciones afirmativas, mediante las cuales los miembros de grupos minoritarios son contratados en proporción a su cantidad real. Aquí el valor conflictivo de la libre competencia es suavizado porque la presión por una justicia social es muy fuerte. El lector puede pensar probablemente en momentos de su vida en los que haya ensayado reconciliar valores en conflicto. Por ejemplo, indudablemente ha estado en situaciones en las que decir la verdad va a herir a alguien, mientras que ser amable significaría la mentira. Insinuar cortésmente la verdad es un intento por reconciliar los dos valores que se encuentran en conflicto aquí. Cuando los valores están repetidamente en agudo conflicto y la reconciliación es muy difícil, podría desarrollarse presión para lograr un cambio social. Por ejemplo, en años recientes el valor tradicional de la superioridad racial puede haber empezado a debilitarse. Esto esta indicado por la disminución de actitudes abiertamente racistas. La encuesta anual de 1983 entre los estudiantes de primer año de universidad, encontró que, por primera vez, una mayoría apoyaba transportar diariamente estudiantes de un distrito a otro para obtener la integración racial en las escuelas (Astin, 1983). Puede suceder que un conflicto entre el racismo y la igualdad haya conducido a nuevas leyes que a su vez hayan inspirado nuevos comportamientos y han ayudado a cambiar valores. Los valores también cambian al igual que las circunstancias sociales y los hechos. Por ejemplo, en 1985 cerca de 70 por ciento de los universitarios primíparas dijeron que ser adinerado resultaba muy importante para ellos, mientras que en 1970 solamente 50 por ciento había apoyado esta opinión (Astin y Green, 1986). Quizá un cambio en las condiciones económicas (mayor competencia en el mercado de trabajo) ha inspirado a los estudiantes a dar más valor a los logros y al éxito material. Cualquiera que sea la razón, estas cifras muestran que los valores no son estáticos. Como todos los aspectos de la cultura, los valores experimentan cambios. Normas Los valores suministran el marco de referencia dentro del cual las personas en una sociedad desarrollan
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En el Japón tradicional, la inclinación del cuerpo es la norma social apropiada para intercambiar saludos. (Rene Burri/Magnum.)
normas de comportamiento. Una norma es una pauta específica para la acción; es una regla que dice la forma como las personas deberán comportarse en situaciones particulares. Algunas veces las normas son explícitas, por ejemplo, las leyes escritas o los mandamientos bíblicos. Pero más frecuentemente, las normas son costumbres no expresadas que las personas conocen y siguen implícitamente. Mork rompió una norma no expresada cuando gritó sus respuestas no verbales ("¡Arrgh!" ¡Gasp! ¡Sofocación! ¡Miren qué sincera empatia!). Aunque las personas piensan frecuentemente sobre sus reacciones no verbales mientras están ejecutándolas, se considera como una señal de falta de sinceridad describirlas en voz alta. Probablemente aún nadie le haya hablado a usted explícitamente sobre esta convención social. Se trata de una norma que se agarra en el proceso del aprendizaje de la cultura. La violación de Mork a estas normas ilustra cuán destructora puede llegar a ser la ruptura de una norma en la suave interacción social. La oyente se asustó con las respuestas de Mork. Ellas violaron la expectativa de una persona sobre la conversación "apropiada". Una persona en esta situación incluso podría llegar a sentirse confundida y no saber cómo actuar. Al igual que los valores, las normas también pueden variar mucho de una sociedad a otra. Un comportamiento apropiado y culto en una sociedad
puede resultar poco afortunado en otra. Por ejemplo: Entre las gentes de África que hablan el Ila, las niñas reciben casas para su propiedad en la época de las cosechas, donde pueden jugar a ser esposo y esposa con niños elegidos por ellas. Se dice que entre estos pueblos, la virginidad no existe más allá de los diez años. (Por el contrario) entre los indígenas Tepoztlán, México, desde el tiempo de la primera menstruación de la niña, la vida se convierte en algo "escabroso, encerrado y limitado". A ningún muchacho debe hablársele o animársele en la más mínima forma. El hacerlo sería exponerse a la deshonra y mostrarse a sí mismas como tontas o locas (Ember y Ember, 1977, p. 277).
Las normas también varían de un grupo a otro dentro de una misma sociedad. Pensemos en la diferencia entre las costumbres de citas amorosas de los adolescentes de hoy y de los adultos en nuestra sociedad. La mayoría de las normas son situacionales, o sea, se aplican a circunstancias y ambientes específicos. Por ejemplo, empleamos la norma de estrechar la mano después de encontrarnos o de despedirnos de alguien, y no a la mitad de una conversación (a menos quizá que estuviéramos cerrando un contrato). Igualmente la norma de levantar la mano en silencio y esperar a que se nos llame para hablar, es propia de un salón de clase, pero no de un grupo de
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Los símbolos se presentan en todos los aspectos de la vida diaria. Algunos, como el signo de Pare, son unívocos, porque transmiten un solo significado deforma específica y clara. Otros, como la cruz, son multivocales. Tienen muchos significados diferentes y dicen algo diferente a diferentes personas. Asila cruz, dice "esta es una iglesia "y al mismo tiempo recuerda a un cristiano todos los significados de su vida religiosa personal. (Izquierda: Philip John Bailey/Stock, Boston; derecha: Tony O'Brien/Stock, Boston.)
amigos. Parte del proceso de adquirir una cultura es aprender exactamente cuándo se espera de nosotros cada una de las normas que son parte de esa cultura. La mayor parte del tiempo, las personas siguen más o menos automáticamente las normas. Las alternativas nunca se les presentan. Esto es particularmente cierto de normas no expresadas que parecen evidentes por sí mismas, como por ejemplo, responder a una persona que se dirige a usted. Las personas se conforman porque les parece correcto, porque el violar una norma dañaría su propia imagen o heriría su conciencia, y porque desean la aprobación y temen hacer el ridículo, sufrir el ostracismo o el castigo. Es importante entender la diferencia entre normas y valores. Consideremos a un hombre en un partido de béisbol cuando está escuchándose el himno nacional. Deja de hablar con sus amigos, se quita el sombrero, y permanece de pie en silencio y de frente a la bandera. Está siguiendo las normas que prescriben la forma como debe actuarse en esta situación particular. Si se le preguntara por qué procede así, él probablemente diría porque es "correcto" mostrar respeto a nuestra nación; actuar de otra manera sería poco patriótico. Aquí el hombre está fijando su conducta de acuerdo con un valor abstracto y amplio: el patriotismo. Las normas, entonces, son las reglas que gobiernan el comportamiento en contextos particulares, mientras los valores son los estándares amplios e internos sobre los cuales evaluamos los comportamientos.
Tradiciones, costumbres y leyes Las normas varían dependiendo de la importancia que las personas les asignan y de la libertad con que permiten su violación. Las tradiciones son los hábitos diarios y las convenciones que las personas obe-
decen sin pensar mucho en ellas. Por ejemplo, los estadounidenses comen tres veces al día y a las otras comidas las llaman "refrigerio". Consumimos cereales en el desayuno, pero no en otras comidas; dejamos los postres para el fin de la cena, aunque fácilmente pudiéramos empezar una comida con un pastel de cerezas, no lo hacemos. Otras costumbres que observamos son taparnos la boca cuando bostezamos, estrechar las manos cuando nos presentamos, cerrar las cremalleras de los pantalones o de las camisas y no llevar vestidos de noche al salón de clase. Las personas que violan las tradiciones pueden tacharse de excéntricas o descuidadas; pero como regla se toleran. Por el contrario, las violaciones de las costumbres provocan intensas reacciones. Las costumbres son las normas que las personas consideran vitales para su bienestar y para sus más preciados valores. Ejemplos son las prohibiciones contra el incesto, el canibalismo y el abuso sexual de los niños. Las personas que violan las costumbres se consideran impropias para la sociedad, desadaptadas de la misma y pueden ser alejadas, golpeadas, encerradas en una cárcel o en un hospital mental, deportadas o ejecutadas. (De aquí que la mayoría de los estadounidenses no condenarían a un individuo que diera a un violador infantil una paliza.) Algunas normas se concretan en leyes. Una ley es una regla decretada por un cuerpo político y reforzada por el poder del Estado. Mientras las tradiciones y las costumbres se refuerzan típicamente por acciones colectivas y espontáneas de los miembros de la comunidad, las leyes se refuerzan con la policía, las fuerzas armadas u otro tipo de organización especial. Las leyes pueden formalizar tradiciones (como lo hacen algunas reglas de tráfico) o respaldar tradiciones (como lo hacen las leyes contra la
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traición y el crimen). Las autoridades políticas también pueden intentar introducir nuevas normas decretando leyes tales como las que ordenan la evacuación de basuras tóxicas o la extensión de los derechos civiles a las diversas minorías. En general, las leyes más difíciles de reforzar son aquellas que no están cimentadas en las tradiciones o en las costumbres, por ejemplo, las leyes contra los juegos de azar o contra el consumo de marihuana.
Símbolos Además de darnos pautas de comportamiento e ideas sobre lo que es "bueno" y "correcto", la cultura nos proporciona también algunas nociones sobre lo que significan algunas cosas en nuestro mundo. Estos significados pueden encerrar símbolos, objetos, gestos, sonidos o imágenes que representan algo distinto de nosotros mismos. Una cruz, por ejemplo, es solamente dos líneas entrecruzadas, pero para los cristianos una cruz simboliza el dolor y el sufrimiento, la fe y la esperanza de salvación. De igual forma, una bandera de Estados Unidos no es más que un rectángulo tejido en color, pero para toda la gente del mundo simboliza una nación poderosa y la forma de vida de toda esa nación. Las palabras, también, son símbolos con siginificados que la gente comparte. La palabra verde por ejemplo, es sólo un conjunto de sonidos sin significado inherente, pero para los hablantes del español estos sonidos simbolizan una determinada familia de colores. Los símbolos varían en la escala de significados que se les han asignado. En un extremo están los símbolos multivocales que encierran una gran cantidad de significados diferentes. La bandera de Estados Unidos, por ejemplo, transmite cualquier canEl significado de un símbolo poderoso puede cambiar con su contexto. En frente del Capitolio de los Estados Unidos, la bandera señala el patriotismo de los estadounidenses y la identidad nacional. Cuando un manifestante lleva la bandera pintada en la cara, sin embargo, desafía este tipo de reverencia patriótica y de respeto por el símbolo. (Izquierda: Art Stein/Photo Researchers, Inc.; derecha: Ellis Herwig/Stock, Boston.)
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tidad de significados a la mente de la mayoría de las personas (libertad, democracia, capitalismo, poder militar y demás). Por el contrario, la palabra verde está vinculada a una escala mucho más restringida de significados. Algunos símbolos tienen sólo un significado; son símbolos unívocos. Un símbolo unívoco permite una expresión muy precisa del concepto que representa. Esto es deseable en ciertas situaciones, como cuando se está redactando un contrato legal. Pero lo que ganan en precisión, los símbolos unívocos lo pierden en flexibilidad y riqueza. No resulta accidental que la mayor parte de nuestros símbolos de mayor carga emocional sean los multivocales. (Turner, 1970). Como ilustran los ejemplos que hemos dado, los símbolos no son necesariamente iguales; ni suenan igual, ni se asemejan a otras cosas que muestran. Concedido, algunas veces los símbolos pueden derivar su significado parcialmente de sus cualidades inherentes (un león que simboliza un imperio poderoso, por ejemplo). Pero el significado dado a los símbolos es frecuentemente bastante arbitrario, simplemente un asunto de tradición y de consenso. Esto explica por qué, en diferentes culturas, diferentes símbolos frecuentemente se utilizan para representar el mismo concepto. En algunas sociedades, por ejemplo, el blanco es el color del luto, mientras que en otras el blanco o el rojo sugieren aflicción. Ño existe nada en estos colores que dicte su significado. El significado es asignado arbitrariamente. Cuando los significados se asignan arbitrariamente a los símbolos, aquellos significados pueden cambiarse más fácilmente. Por ejemplo, en Inglate-
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rra el dedo índice y el del medio, colocados en forma de una V con la palma de la mano hacia adentro es considerada como un insulto grosero. Durante la Segunda Guerra Mundial, Churchill cambió el significado de este símbolo (la palma hacia fuera) e hizo que ella significara la victoria. Dos décadas más tarde, los estudiantes que protestaban contra la guerra de Vietnam hicieron el mismo gesto como un símbolo de paz. Aun cuando las personas piensan que le asignan el mismo siginificado a un símbolo, éste puede ser, de hecho, algo diferente. Por ejemplo, en los Estados Unidos un anillo de oro colocado en el dedo de la mano izquierda de alguien simboliza que él o ella están casados; para otros, esto sugiere que la persona ha hecho un compromiso exclusivo y de por vida. Para otros esto significa que el compromiso va a durar solamente mientras la relación "funcione". Así, cada uno de nosotros también aporta al significado cultural de los símbolos sus propias interpretaciones. Pero el hecho de interpretar de manera personal los símbolos no debe tomarse como que cada uno de nosotros define los símbolos en forma idiosincrática. Si las personas quieren alinear sus acciones unas con otras, deben tener percepciones razonablemente similares sobre el mundo. Así se explica que la creación colectiva y el uso de los símbolos sea el mismísimo corazón de la vida social. Tal como escribió Clifford Geertz: El comportamiento del hombre...sin la dirección de sistemas organizados de símbolos significativos...sería prácticamente ingobernable, un caos total de actos sin dirección y de emociones explosivas, su experiencia virtualmente privada de forma. La cultura, la tota-
lidad acumulada de tales (símbolos), no es exactamente un adorno de la existencia humana...sino una condición esencial de ella. (1973, p.46)
Lengua Una lengua es un sistema verbal y en muchos casos, escrito de símbolos con reglas sobre la forma como pueden enlazarse los símbolos para que transmitan significados complejos. Es imposible exagerar la importancia de la lengua en el desarrollo, la elaboración y la transmisión de la cultura (véase Figura 4.1). La lengua permite a la gente conservar significados y experiencias y pasar esta herencia a las nuevas generaciones. Con la lengua, somos capaces de aprender de las experiencias de otras personas. Además, nos permite trascender el presente preservando el pasado e imaginando el futuro. La lengua también hace posible la formulación de planes e ideas complejos. Estas capacidades se aumentan particularmente con la utilización de la escritura. El ser humano podría razonar solamente en el nivel más primitivo si no tuviera el lenguaje. El estudio de la lengua ha sido un área de interés para los sociólogos que tienen una orientación más estructural. Estos investigadores analizan la forma como se estructura la lengua, cómo se construye a partir de unidades menores sonoras en palabras, y de palabras a frases y enunciados con significado. Tal análisis muestra que la estructura de la lengua es un factor clave en la transmisión del significado. No podemos arbitrariamente reorganizar los sonidos en una palabra o las palabras en un enunciado y crear un enunciado que otra persona necesariamente comprenda. Los idiomas tienen reglas de gramática y de sintaxis que deben seguirse si deseamos hacerEn la sociedad occidental, asociamos el negro con el luto; pero en la cultura china, el blanco es el símbolo del luto. Las tradiciones y el consenso dentro de una sociedad dan a los símbolos sus significados. (Brian Brake/Photo Researchers.)
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Figura 4.1 Una visión comparativa de las lenguas
lnglés ÍB,
□
Español
Chino
□ Francés □Portugués
Ruso
O
Arábico □ Otros
1980; diagrama: Libro Guiness de Respuestas, 1985.
Existen centenares de lenguas en el mundo, pero solamente unas pocas las hablan ciudadanos de varios países diferentes. Las diferencias lingüísticas son un punto importante para la comunicación entre los pueblos de diferentes orígenes culturales.
nos entender. Por supuesto, los sociólogos que tienen una formación más estructural del lenguaje reconocen que es una forma de comunicación muy flexible y creativa. Pero aún así, su flexibilidad está limitada por reglas estructurales que se establecen formalmente y se nos imponen externamente.
Uso de la lengua en contextos sociales Los sociólogos orientados hacia la acción miran más allá de los aspectos estructurales de la lengua, para estudiar la forma como ésta se utiliza actualmente y se entiende en los contextos sociales (Levinson, 1983). Han descubierto que las personas parecen cambiar sus patrones de habla en la medida en que cambian los contextos sociales. Por ejemplo, una mujer que pide a su hijo cortar el pasto, podría darle una orden directa ("¡Corta el césped!") pero ella utiliza una frase indirecta cuando se dirige a su esposo ("El pasto ha crecido horriblemente"). Esta frase indirecta se considera más delicada y por tanto, más propia entre adultos de igual status. Un error frecuente que las personas cometen cuando aprenden a
hablar otro idioma es pasar por alto las convenciones culturales sobre la forma como esa lengua debe utilizarse en diferentes contextos sociales. Por ejemplo, los alemanes algunas veces parecen dominantes cuando hablan inglés, porque su lengua materna les permite fraseo más directo de quejas y de reclamos que el inglés (House y Kasper, 1981). Cuando la gente utiliza aspectos de la lengua para juzgar el significado de una situación, emplean la lengua como un tipo de marcador social (Sherer y Giles, 1979). Un marcador social es cualquier tipo de patrón de comportamiento que suministre indicaciones sobre qué personas son, a qué grupos pertenecen y cuál es la situación que deben entender. Imagínese, por ejemplo, que después de una semana en un nuevo empleo, se le solicita a alguien que asista a una reunión de directivos. Sin tener idea de lo que impone una reunión de directivos, esa persona llega a la junta en una forma cautelosa y exploratoria, buscando algunas pistas sobre la forma como debería actuar. Entre éstas están las claves lingüísticas. ¿Acaso los participantes en la reunión van a uti-
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lizar un habla formal? ¿Van a seguir un esquema medianamente rígido, de quién habla, cuándo habla y por cuánto tiempo, o van a estructurarse más libremente, como si se tratara de una conversación casual? Estas pistas darán una buena idea de la clase: de reunión a la que va a asistir. La pronunciación, la selección de la palabra, el tono de la voz y la gramática van a proporcionarle una penetración social adicional. Ellas podrían sugerir la posición que cada participante mantiene en relación con los otros, el lugar de la persona en el sistema de clases sociales y quizás, sus antecedentes étnicos. Por ejemplo, una persona con autoridad, usualmente transmite su dominio por medio de frases dichas en forma asertiva, ("Obtenga esa información para mañana"). Un subordinado, por el contrario, está listo para adoptar un estilo más tentativo de hablar, liberalmente salpicado con "rodeos" lingüísticos, ("Me parece... puede ser, quizá, usted sabe") y levantando la entonación al final de las afirmaciones declarativas (como en la respuesta, "¿El jueves?" a una pregunta sobre cuándo estará listo un informe especial). Con frecuencia, sin darnos cuenta, ubicamos a las personas en categorías sobre la base de estos modelos de conversación (Andrews, 1984). Así, en gran parte, la identidad social de una persona se establece y se mantiene mediante los patrones de lengua que utiliza (Gumperz, 1982).
Conocimiento El conocimiento es el cuerpo de hechos y de creencias que las personas acumulan con el tiempo. Consiste parcialmente en información sobre procedimientos, tal como la forma de conducir un automóvil o de manejar un computador. También consiste en la información de lugares, personas, situaciones (¿Dónde queda el estadio de fútbol? ¿Quién fue nuestro primer presidente? ¿Qué sucede cuando la leche se derrama sobre el cereal? Frecuentemente tenemos conocimiento sobre cosas que no podemos verificar por nosotros mismos, pero que aceptamos como "verdades". En nuestra sociedad, esto incluye el conocimiento de que la energía atómica puede ser controlada y que los gérmenes causan las enfermedades. Sin embargo, lo que para una persona puede ser conocimiento "verdadero" para otra puede ser una "simple" creencia. Testigos son los debates sobre las narraciones bíblicas de la creación y sobre las teorías evolucionistas del origen del hombre. Todos estos tipos de conocimientos son parte de nuestra cultura, de nuestra herencia compartida. La sociedad moderna está acumulando conocimiento a un paso fantásticamente rápido. Esto se debe en parte a la contribución de varias ramas de la
ciencia, cuya finalidad fundamental es proporciunar nuevos conocimientos. No obstante la cantidad de conocimiento que la ciencia puede generar sería muy limitada de no ser por los métodos modernos de almacenar información. Los libros modernos, los microfilms, las cintas magnéticas, los discos de computador y demás pueden almacenar cantidades inmensas de información durante largos períodos. Personas en ubicaciones distantes entre sí pueden tener también fácil acceso a esta información. Algunos sociólogos piensan que el control sobre este conocimiento acumulado es central para una "sociedad de información" moderna como la nuestra (Bell, 1980).
INTEGRACIÓN Y DIVERSIDAD CULTURAL Una descripción de las diversas formas, valores, símbolos, conocimientos y otros elementos de una cultura solamente suministra un cuadro limitado de la vida social de una persona. Esto se debe a que una cultura es mucho más que el total de los elementos individuales. Estos elementos están entretejidos íntimamente hasta formar un todo complejo. El grado en el que las partes de una cultura forman un patrón consistente e interrelacionado se denomina integración cultural.
Integración cultural Cuando su cultura está bien integrada, los miembros de una sociedad enfrentan pocas contradicciones entre las formas como piensan y actúan. Al continuar unas tradiciones establecidas, las personas pueden llevar a cabo el seguir viviendo con un mínimo de conflictos internos. Sin embargo, como lo ha destacado el antropólogo Ralph Linton (1947), una cultura altamente integrada, donde la vida religiosa, económica y familiar son el todo de una sola pieza, resulta extremadamente vulnerable. Las costumbres, las creencias, los valores y la tecnología, son interdependientes. Los cambios en un área afectan invariablemente otras áreas, algunas veces desequilibrando el sistema. Por ejemplo, cuando los misioneros europeos tuvieron éxito en la conversión al cristianismo de cantidades considerables de pobladores de Madagascar, el robo se volvió un lugar común, y la gente no siguió siendo más cuidadosa con sus casas y aldeas. ¿Cuál fue la razón? Las sanciones tradicionales contra el robo y la conservación de la aldea perdieron su poder a la luz de las nuevas creencias y prác-
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ticas europeas que se adoptaron: "El temor del infierno y de la policía son un pobre substituto," explica Linton, "para el temor a unos espíritus ancestrales que conocen todo y que castigan a los que hacen el mal con una enfermedad sobre la tierra, y con la exclusión de la aldea ancestral en el futuro" (Linton, 1947, p. 357). En forma similar, la introducción del acero destruyó virtualmente la cultura altamente integrada de Edad de Piedra de los aborígenes australianos. Para los europeos que la introdujeron, las hachas de acero eran simplemente herramientas funcionalmente superiores a los implementos de piedra. Pero para los aborígenes, el hacha era algo más que una herramienta: las relaciones entre familias y tribus se fundamentaban sobre el intercambio ceremonial de apreciadas obras de piedra (Arensberg y Niehoff, 1964). Estos modelos de intercambio fueron socavados cuando los aborígenes cambiaron sus implementos por aquellos fabricados en acero. La mayoría de las culturas están mucho menos integradas que las de los pobladores de Madagascar o la de los aborígenes australianos. Esto es especialmente cierto para sociedades grandes y diversificadas como la nuestra, que incluye personas de muchos antecedentes raciales y étnicos diferentes. Así, la cultura estadounidense es menos integrada que la del Japón, que por muchas generaciones ha sido una sociedad verdaderamente cerrada a pesar de sus muchos vínculos económicos con el resto del mundo. Una sociedad como Inglaterra es una sociedad intermedia por su grado de integración cultural. Inglaterra ha experimentado una inmigración de varias partes de la comunidad Británica, así que tiene más diversidad cultural que el Japón. Pero la inmigración a Inglaterra se ha comparado en una pequeña escala con la inmigración a los Estados Unidos, de tal manera que Inglaterra es culturalmente menos diversa que los Estados Unidos. La integración cultural, entonces, es siempre un asunto de grado. En gran parte esto depende de cómo se haya comportado una sociedad diversa y homogénea a lo largo de su historia. Las culturas que son heterogéneas y poco integradas, encierran cierta cantidad de contradicciones internas. "Las culturas", escribe Linton (1947, p. 358), "como las personalidades, son perfectamente capaces de incluir elementos conflictivos e inconsistencias lógicas". Hemos visto ejemplos de tales inconsistencias en la cultura estadounidense en nuestra anterior discusión sobre los valores. Muchas otras sociedades extensas y heterogéneas viven con elementos de cultura igualmente contradictorios.
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Cultura dominante y subculturas: perspectivas funcional y de poder A diferencia de las sociedades pequeñas y homogéneas en las que casi todos participan de los mismos valores y costumbres, la nuestra es una sociedad en la cual algunos grupos de personas no participan plenamente de la cultura dominante. Nuestra cultura dominante es la de las clases media y media alta, blancas, cristianas, que tienden a imponer sus puntos de vista y sus tradiciones en la sociedad como un todo. Los miembros de ciertos grupos subordinados, tales como las minorías étnicas y religiosas, pueden rechazar algunos de los elementos culturales del grupo dominante. Por el contrario, pueden adherirse a muchas de sus propias normas, creencias y valores, y comunicarse con sus propios conjuntos de símbolos incluyendo su propia lengua. Cuando la perspectiva y el estilo de vida de esas personas difieren significativamente de la cultura dominante, y cuando la identificación de sí mismos es tan diferente, entonces se dice que pertenecen a una subcultura. Las subculturas pueden desarrollarse no precisamente por fuera de los grupos étnicos y religiosos. Ellas también se forman por fuera de los grupos ocupacionales, los grupos socio-económicos, los grupos de edad y así sucesivamente. Los adolescentes, por ejemplo, construyen un mundo privado fuera de su posición peculiar de no ser todavía demasiado adultos, ni tampoco niños. En forma semejante, los estudiantes de medicina comparten experiencias, metas y problemas comunes, de ahí que tengan un punto de vista común. Las subculturas típicamente se levantan cuando las personas en circunstancias semejantes se encuentran a sí mismas aisladas de las corrientes principales del mundo. Pueden estar aisladas físicamente (tal como los reclusos en una cárcel, los soldados en una base militar, las gentes pobres en los ghettos) o aisladas por lo que hacen y piensan, o sea, por sus mundos de significados compartidos. ¿Qué significa la relación de grupos subculturales para una sociedad principal? ¿Acaso los agentes de socialización masiva (las escuelas públicas y los medios de comunicación, por ejemplo) lentamente trabajan para asimilarlos dentro de una cultura dominante? La mayor parte de los sociólogos que enfocan este asunto desde una perspectiva funcional creen que la respuesta es afirmativa. Argumentan que la cultura dominante sirve para vincular a los individuos por medio de un conjunto ampliamente compartido de comprensiones sobre la forma como las personas pensarían y actuarían. Estos sociólogos,
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por supuesto, reconocen la existencia de la diversidad cultural sustancial en los Estados Unidos. Pero observan la cultura principal, como un hilo que teje los diversos grupos conjuntamente. En contraste, los sociólogos que responden en términos de poder, están fuertemente en desacuerdo con esta opinión funcional de la cultura dominante. Observan la cultura dominante, no como un hilo que une a las personas sino, más bien, como un conjunto de ideas y de costumbres que el grupo en el poder trata de imponer sobre los grupos subordinados. Como resultado, en su opinión, nuestra sociedad está caracterizada por una tensión de corriente oculta intra-cultural. Esa tensión se hace más patente cuando se desarrollan contraculturas. Una contracultura es un grupo cuyas normas, actitudes, valores y estilo de vida chocan directamente o son opuestas a las de la cultura principal. El movimiento juvenil de los años 60 y 70, tenía muchos componentes de una contracultura. Sus miembros rechazaban la ética del trabajo arduo para tener éxito, el enfoque materialista, la gratificación aplazada y la moralidad sexual restrictiva del "establecimiento". Los grupos religiosos tales como el Hare Krishna y la Iglesia de la Unificación del Reverendo Sun Myung Moon, así mismo, tienen muchas connotaciones contraculturales. Probablemente existe algo de verdad, tanto en la orientación funcional, como en la orientación de poder sobre las relaciones entre una cultura dominante y sobre los grupos subculturales. Si bien los miembros de las subculturas en nuestra sociedad constantemente son arrojados a la cultura dominante, este proceso no se hace sin tensión ni resistencia. Estos dos patrones pueden considerarse en relación con la minoría étnica que es la segunda mayor en los Estados Unidos: los estadounidenses de herencia hispana, que comprenden alrededor de 5 por ciento de nuestra población.
El caso de los hispanos Aunque la opinión pública tiende a amontonar a los hispanos como un solo pueblo, comprenden un conjunto de culturas ricas y variadas. De acuerdo con el censo de 1980, 59 por ciento de los 14.6 millones de la población de habla hispana, eran de ascendencia mexicana; 13.8 por ciento era de porto, cuya mayor parte vive en la ciudad de Nueva York; y 6.3 por ciento eran cubanos, la mayoría de los cuales están concentrados en el sur de la Florida. Todos los grupos han crecido desde que el censo se realizó. Estos grupos utilizan varios nombres para describirse a sí mismos. Algunos utilizan el nombre genérico de "hispánicos"; otros prefieren identificarse por su na-
cionalidad: portorriqueños, dominicanos, o cubanos. Más aún, algunos prefieren el término "latino", y algunos Mejicano-estadounidenses prefieren el término "chicano." Aunque hay muchos hispanos de ingresos y de riqueza medios, esta población tiene un alto porcentaje de gente pobre. De aquí resulta que en promedio los hispanos, ganan solamente la mitad o los dos tercios del ingreso promedio estadounidense (Canino y otros, 1980). El ingreso medio de los hispanos es de 17,465 dólares; el ingreso medio nacional es $23,618 (Statistical Abstract, 1987). Muchos hipanos se reúnen en una clase inferior de trabajadores, que aceptan oficios indeseables por un salario que ningún otro quisiera aceptar. Este aislamiento estructural y económico ayuda a preservar la subcultura de las influencias principales.
Patrones culturales distintivos En 1987 Henry Cisneros, el alcalde hispano de San Antonio, Texas, sorprendió a muchos observadores políticos al anunciar que no iría como candidato a gobernador en 1990, un cargo para el cual, él era ampliamente reconocido como el candidato principal. La razón de Cisneros para renunciar a la carrera era dedicar más atención a su hijo que sufría una enfermedad desde su nacimiento. En una iglesia católica de San Antonio, un sacerdote hispano había orado por la decisión de Cisneros en uno de sus sermones dominicales, Cisneros, decía, afirmaba uno de los más profundos y enraizados valores de la cultura hispánica: la familia. Este incidente señala una de las funciones más importantes en que las normas y valores de los hispanos difieren de los de la cultura dominante angloestadounidense. Los hispanos valoran la familia por encima de todo lo demás, incluso las ambiciones políticas y la carrera de un hombre. Para ellos la familia es una fuente de comodidad, de apoyo, de seguridad y de identidad (Cortés, 1980). Por "familia", los hispanos quieren significar la familia extendida, que incluye no solamente los padres e hijos, sino también los abuelos, los tíos, las tías y los primos por sangre o por matrimonio. Un intenso sentido de obligación familiar, lealtad y respeto, aglutina típicamente a los miembros individuales al grupo. Cuando un miembro se reubica, otros pueden seguirlo, reuniendo de nuevo a toda la familia. Un compromiso fuerte con la colaboración mutua dentro de la familia frecuentemente protege a los hispanos de tener que acudir a las agencias públicas o a los servicios sociales para obtener ayuda en tiempos de necesidad. Por ejemplo, los ancianos mexicanos rara vez van a casas para la tercera edad,
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porque gozan de un status especial en la cultura hispana y la familia tradicional se responsabiliza por ellos. Los hispanos también dan un gran valor a la riqueza interior del individuo. Tienden a ser muy sensibles a esta riqueza y al respeto que se le debe a los otros. Por esta razón, son particularmente sensibles a los insultos personales o a los desprecios. Los valores espirituales frecuentemente tienen precedencia sobre los materialistas. Los "hispanos tienden a pensar desde el punto de vista de las cualidades trascendentes, tales como la justicia, la lealtad, ,el amor, más que desde los dispositivos prácticos que explican detalladamente la justicia y la lealtad en concreto" (Fitzpatrick, 1971, pp. 91-92). La cultura hispana hace énfasis en las relaciones de uno a uno, más de lo que lo hace la cultura anglosajona. Los sistemas impersonales o las organizaciones engranadas hacia la eficiencia, hace que muchos hispanos se sientan incómodos. Están acostumbrados a tratar con otros, en formas altamente personales.
Dinámica del cambio subcultural Las subculturas, tal como la de los hispanos, existen dentro de una cultura más amplia y no por fuera de ella. En consecuencia, las subculturas y la cultura principal se encuentran y ejercen influencia recíproca en muchos aspectos. Algunas veces los efectos de la subcultura sobre la cultura dominante son tan grandes, que emerge una cultura nueva y en muchos aspectos amalgamada. Es el caso de los hispanos que influyen en la cultura estadounidense más amplia, sin embargo, los efectos son mucho más selectivos; la cultura anglo- estadounidense se ha enriquecido por la introducción de comidas, vestidos, música, arquitectura y palabras hispanas, pero no ha sufrido cambios fundamentales como resultado de este contacto subcultural. Los Amish de Pennsylvania inmigraron a los Estados Unidos durante el siglo XIX. Por razón de sus creencias religiosas y de sus comunidades rurales muy unidas, se han resistido a la asimilación dentro de los patrones culturales típicos estadounidenses. Por ejemplo, utilizan el carruaje tirado por caballos, Aunque conviven con ciudadanos de los Estados Unidos que se transportan en automóviles, camiones y motocicletas estadounidenses. (Richard Reinhold/EKM-Nepenthe.)
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Por el contrario, las normas y los valores de algunos hispano-estadounidenses se han visto desafiados profundamente por la necesidad de interactuar con el penetrante mundo anglosajón. Un ejemplo puede verse en el idioma. Los hispanos han tenido que abrirse paso en una sociedad "extraña", en la cual el inglés es la lengua del lugar de trabajo, del lugar de mercado, de la escuela y de la arena política. Hasta hace poco, los niños hispanos en muchas escuelas del suroeste eran castigados por hablar español en la clase o en el campo de juego. Incluso hoy, muchos niños de habla hispana se ven limitados con actividades y programas predominantemente en lengua inglesa. Las tradiciones hispanas también enfrentan retos en el reino de los valores. Las realidades de la vida en Estados Unidos frecuentemente obligan a los hispanos a un alto individualismo y a un medio ambiente competitivo, que en muchos aspectos es hostil a sus ideales de interacción humana. Debido a este tipo de presiones, algunos hispanos han abandonado gradualmente su lengua tradicional y sus valores para conformarse a la cultura anglosajona dominante. Esta respuesta está lejos de ser universal. Sin embargo, al comparar con otros grupos de inmigrantes a los Estados Unidos, los hispanos han sido los menos inclinados a fusionarse dentro de la cultura dominante (Oxford Analytica, 1986). Esa fusión se llama asimilación, el proceso por el cual los miembros de una subcultura vienen a aceptar los patrones culturales de la sociedad mayor. Los investigadores han encontrado que se han necesitado casi tres generaciones para que los miembros de la mayoría de los grupos de inmigrantes, alcancen una identidad como estadounidenses más que como armenios, como alemanes, rusos, etcétera. El sociólogo Milton Gordon (1964) ha identificado tres etapas de este proceso. La primera etapa es la asimilación cultural, que
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permite a los recién llegados funcionar dentro de la sociedad anfitriona, tomando parte en muchas de sus formas de vida sin renunciar necesariamente a las definiciones sobre sí mismos como un grupo étnico distinto. De este modo, los portorriqueños pueden aprender inglés, ejecutar sus trabajos satisfactoriamente, votar, observar las leyes y las regulaciones; pero mantener aún una identidad separada como miembros de una subcultura hispana. La siguiente etapa (si es que ocurre definitivamente), es la asimilación estructural, en la que, los recién llegados buscan entrada en pandillas, en clubes e instituciones de la sociedad mayor mediante el contacto personal con miembros del grupo dominante. Este tipo de asimilación gradualmente erosiona los vínculos estructurales que unen a los individuos dentro de la subcultura. Con el tiempo, puede conducir a la asimilación marital, por la cual algunos miembros de la subcultura se casan con miembros de la sociedad mayor. Gordon cree en este punto que la subcultura ha llegado a ser esencialmente una entidad histórica con un pequeño influjo sobre la vida de las personas. Este proceso de asimilación frecuentemente ofrece incertidumbre y dolor. Las personas pueden sufrir agudos choques de identidad, tan pronto entregan sus valores viejos, profundamente enraizados por otros nuevos y frecuentemente conflictivos. Por ejemplo, el valor hispano de la dignidad interior del individuo y de la bondad, no es para nada lo mismo que el énfasis que la cultura dominante hace sobre la libertad del individuo para ascender y competir por un estatus superior. Tan pronto algunos jóvenes hispanos abrazan el ideal estadounidense de la autonomía individual, se encuentran con que están cortando las cuerdas del tejido cerrado de una comunidad que los sustenta en su subcultura y que ellos han venido a rechazar como algo sofocante. Pero una vez que han aceptado el ideal estadounidense de la libertad individual y de la oportunidad, con frecuencia descubren que educacionalmente están impedidos y son blanco de prejuicios. Muchos se sienten desamparados, separados de una cultura tradicional que les ofrece identidad y apoyo, pero sin un anclaje real en su nueva cultura.
Etnocentrismo y relativismo cultural Cuando se consideran las ideas y las prácticas de otras culturas o subculturas, frecuentemente se emiten juicios de valor. La mayor parte de los angloestadounidenses, por ejemplo, consideran las obligaciones de una familia hispana extendida como una pesada carga que inhibe la libertad individual. Los hispanos, por el contrario, observan la familia nu-
clear aislada de los estadounidenses, como una institución solitaria que separa a las personas del amor y de la protección de su parentela más distante. Esta tendencia a ver los patrones culturales propios como buenos y correctos, y los ajenos como extraños e incluso como inmorales, se denomina etnocentrismo. Tal como ha señalado el antropólogo Robín Fox (1979, p. 31): "Cualquier grupo humano está siempre listo a consignar otro grupo humano, reconocidamente diferente, al otro lado de la frontera. No es suficiente poseer cultura para ser totalmente humano. Usted tiene que poseer nuestra cultura." Las relaciones de los primeros contactos de los europeos con el África negra son un estudio de etnocentrismo. Las cartas y los diarios de exploradores, mercaderes y misioneros de los siglos XV y XVI se desbordaron con descripciones de canibalismo, incesto y de una "lujuria desenfrenada". Puesto que los africanos no practicaban el cristianismo, eran tachados de ser "paganos"; ya que sus leyes eran incomprensibles para los europeos, eran llamados "sin ley"; y puesto que su matrimonio y sus prácticas familiares diferían de las que prevalecían en Europa, eran juzgados como "salvajes" y "bárbaros". Los europeos vieron a los africanos como objeto de abominación. El etnocentrismo los llevó a despreciar las realizaciones de las grandes dinastías africanas tales como la Sonniki en Ghana, fundada en la segunda centuria d. C. No resulta atípica la siguiente relación de un europeo: La mayoría de ellos . . . son completamente salvajes, y presentan una naturaleza de bestias salvajes . . . y están separados tanto como es posible de la bondad humana de los unos a los otros; y al hablar, lo hacen con una voz chillona, y sin cultivar ninguna de las prácticas de la vida civilizada, tal como las que se encuentran en el resto de la humanidad, presentan un contraste impresionante cuando se consideran a la luz de nuestras propias costumbres. (citado en George, 1968, p. 25)
Irónicamente, tales relaciones nos dicen más sobre las desviaciones de los europeos que sobre el comportamiento de los africanos. Para la mayoría de las personas, la cultura funciona por fuera de la conciencia. Sus propias costumbres, creencias y valores están tan inculcados en ellas, que los consideran como si estos elementos aprendidos de la cultura, fueran parte de la "naturaleza humana". Tales actitudes etnocéntricas promueven la solidaridad de grupo y la lealtad, aumentan la moral, animan la conformidad, y fomentan el nacionalismo y el patriotismo. Por el mismo motivo, los sentimientos etnocéntricos aumentan la hostilidad hacia los extraños, fomentan el conflicto entre
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La decoración del cuerpo, especialmente del rostro, constituye un universal cultural, un patrón de comportamiento que se encuentra en diferentes formas en todas las culturas conocidas. (Izquierda: Jack Fields/Photo Researchers; derecha: Ethan Hoffman/'Archive Pictures.)
los grupos, engendran racismo e intensifican la resistencia al cambio. En resumen, aunque el etnocentrismo es una fuente de unidad y de estabilidad dentro de los grupos, también es una fuente de falta de entendimiento y de fricción entre los grupos. Los científicos sociales argumentan que con el fin de entender completamente una cultura, debemos hacer algo más que tratar de suprimir nuestro etnocentrismo. También debemos esforzarnos por considerar los elementos de esa cultura en sus propios términos, en su propio ambiente y a la luz de las fuerzas sociales que inciden sobre las personas que han creado y siguen esas tradiciones culturales. Ésta perspectiva se denomina relativismo cultural. El relativismo cultural insiste en que cualquier elemento de la cultura está relacionado con un tiempo, un lugar y un conjunto de circunstancias particulares. Si tratamos de analizar ese elemento por fuera del contexto cultural en el cual evolucionó, probablemente distorsionemos su significado. Para finalidades prácticas del estudio del comportamiento humano, los científicos sociales tratan en lo posible de adoptar un relativismo cultural cuando fijan las costumbres de las personas en las sociedades diferentes a la propia. Es importante reconocer que el relativismo cultural es un asunto de comprensión y no necesariamente de aprobación. Podemos entender una practica tribal de infanticidio, sin aprobarla. A diferencia del etnocentrismo, el relativismo cultural es una posición que anima a la comprensión mutua y a la tolerancia entre los grupos.
Universales culturales Si bien todos los sociólogos tratan de adoptar un relativismo cultural en su estudio de las diferencias
entre sociedades, algunos se preocupan particularmente por encontrar las características comunes que sustentan a todas las sociedades humanas. Edward O. Wilson, un biólogo que ha sido el proponente principal de la sociobiología, sostiene que los grupos sociales se adaptan a su medio ambiente primordialmente a través de la evolución de rasgos genéticos que configuran el comportamiento social. Esta opinión ha sido adoptada a la vez que criticada por muchos sociólogos (véase el cuadro "Sociobiología y sus críticos"). Wilson también cree que "existen rasgos sociales que se presentan en todas las culturas y que después de un examen más detallado son tanto un diagnóstico de la humanidad como características distintivas de otras especies animales" (1978, p. 21). Los científicos sociales definen los universales culturales, como aquellos patrones de comportamiento e instituciones que se encuentran en todas las culturas conocidas. El antropólogo George Peter Murdock (1945) ha identificado más de sesenta universales culturales, tales como un sistema de status social, el matrimonio, los adornos del cuerpo, el baile, los mitos y leyendas, la cocina, los tabúes del incesto, las reglas de la herencia, las costumbres de la pubertad y los rituales religiosos. Mientras que algunos científicos sociales piensan que estos "universales" son demasiado vagos para tener algún valor analítico, los sociobiólogos como Wilson creen que esos universales muestran lo mucho que la cultura es heredada biológicamente y no aprendida. Wilson sostiene que las personas que se crían desde el nacimiento en un medio ambiente libre de influjo cultural, podrían presentar estos universales culturales en sí mismas. Cita a Robin Fox en esta afirmación:
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sociobiología
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La sociobiología debe mucho a los descubrimientos de Charles Darwin con relación a la selección natural, el proceso por el cual la naturaleza protege a los mejor preparados para sobrevivir y para reproducir sus características mediante la transmisión genética. Tomemos el ejemplo de la jirafa, con su largo cuello; particularmente adaptado para mordiscar las hojas de los árboles. En algún momento, puede haberse dado un cambio genético en una jirafa con un cuello un poco más largo que el de las otras especies. Puesto que este rasgo genético dio a los animales un margen competitivo en la lucha por la supervivencia (en este caso, alcanzar el alimento), tuvo mayor oportunidad para vivir y transmitir el rasgo a su descendencia. Por el contrario, los menos adaptados tienen más dificultades para sobrevivir y además, tienen menos éxito en la reproducción. Gradualmente, la descendencia de las generaciones sucesivas representan una cantidad creciente de características genéticas adaptables. Con este proceso, se presenta el cambio evolucionista en la constitución de una especie. La asombrosa afirmación de los sociobiólogos es que inclusive, la cultura humana y el comportamiento social han evolucionado en gran
s u s críticos medida con la selección natural y la transmisión genética de rasgos. A quienes insisten en que nuestro comportamiento social es aprendido, responden diciendo que los genes pueden predisponernos para aprender ciertas cosas. Considérese el siguiente experimento tomado del mundo animal (Barash, 1977). El experimento requiere de un perro y de una ardilla a los que se les aleja del alimento para que finalmente logren alcanzarlo. El perro falla miserablemente en su tarea, mientras la ardilla resuelve el problema fácilmente. ¿Por qué? Aunque menos inteligente que el perro, la ardilla es miembro de las especies cuyo sistema nervioso está "alambrado", dispuesto para desempeñarse en ese comportamiento. Para alcanzar su alimento, la ardilla frecuentemente debe saltar de un árbol a otro escogiendo un atajo que aprovecha las ramas de los árboles adyacentes cercanos el uno del otro. Esta aproximación frecuentemente ocasiona una rotación circular hasta la meta. Por el contrario, el perro debe permanecer en el piso y atacar directamente sobre la meta de su alimento. En el caso de la ardilla, la selección natural le favorece la habilidad para conducirse y dar un rodeo, dejando a la ardilla predispuesta a aprender la
Si nuestros nuevos Adán y Eva pudieran sobrevivir y engendrar -en total aislamiento de cualquier influjo cultural- después, con el tiempo podrían producir una sociedad que tuviera leyes sobre la propiedad, normas contra el incesto y sobre el matrimonio, prohibiciones de costumbres y tabúes . . . creencias en lo sobrenatural. . . prácticas de noviazgo . . . algún tipo de juego. . . de danza, adulterio, y varias dosis de homicidio, suicidio, homosexualidad, esquizofrenia, psicosis y neurosis, y de médicos que se aprovecharan para curar estas enfermedades, dependiendo de la forma en que se observaran. (Wilson, 1978, p. 24) Wilson cita el tabú universal contra el incesto como un ejemplo de un universal cultural con base en la herencia. Dice que para evitar el incesto "los seres humanos están dirigidos por un instinto basado en los genes" (p. 38). El cruce de razas, dice Wilson,
forma de alcanzar el tipo de meta presentada por el experimento. En suma, los sociobiólogos dicen que los genes construyen un cerebro que se organiza de forma que la información se procese más fácilmente en una manera que en otra. El principal problema planteado por la sociobiología es si la cultura es creación humana distintiva o es el producto de una programación genética. Los antropólogos como Marshall Sahlins (1981) defienden que la característica que distingue a los seres humanos de las otras especies es la utilización humana de símbolos que dan significado a los objetos y a los acontecimientos. Más específicamente, los seres humanos modelan su comportamiento de acuerdo con un esquema significativo que personalmente han inventado. Sahlins dice que este esquema -"cultura"- no tiene sus orígenes en los genes y que por esta razón los sociobiólogos han sido incapaces de identificar cualquier otro tipo específico de genes para un comportamiento específico. El sociólogo Kenneth Bock (1980) sostiene que el rápido andar de la historia humana y la amplia diversidad de las culturas humanas manifiesta que el comportamiento social
produce descendencia que es genéticamente menos adaptable que sus padres y menos apta para producir su propia descendencia. La selección natural darwiniana tiende a eliminar estos individuos mientras favorece a los otros que poseen un mecanismo congénito que impide el cruce de razas. La transmisión de esta predisposición genética durante miles de generaciones ha resultado en especies que culturalmente prohiben el incesto. EL INDIVIDUALISMO: UN TEMA CLAVE EN LA C U L T U R A ESTADOUNIDENSE Brian Palmer, un exitoso hombre de negocios, vive en un cómodo suburbio de San José y trabaja como
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no puede explicarse por mecanismos biológicos. Por ejemplo, en menos de doscientos años ha ocurrido una revolución en las modalidades humanas de transporte, incluyendo trenes, automóviles, aeroplanos y vehículos espaciales. Señala que la biología contribuye poco, si es que lo hace, a nuestra comprensión de las fuerzas que dirigen estos cambios masivos.
vel de la calle, no se preocupan por la urgencia de construir chozas en vez de edificios para oficinas" (p. 125). Harris insiste en que los pasos principales en la evolución cultural del hombre, el surgimiento de la agricultura, la nación - estado y las organizaciones industriales, han ocurrido todas muy rápidamente como para que la evolución biológica haya jugado un papel en ellos.
Del mismo modo, el antropólogo Marvin Harris (1980, p. 125) argumenta que la especie humana es capaz de adquirir una abrumadora cantidad de respuestas de comportamiento a través de procesos de aprendizaje, "sin el más leve intercambio o mutación de genes". Estas respuestas sociales no pueden considerarse como genéticamente determinadas porque pueden adquirirse o rechazarse en una sola generación. Por ejemplo, con la influencia de los misioneros cristianos, algunos pueblos polinesios renunciaron a sus formas sexuales relativamente desinhibidas y aceptaron la castidad matrimonial. Y los indígenas Mohawk del estado de Nueva York se conocen muy bien por sus habilidades como trabajadores de construcción en rascacielos. "Andando por vigas estrechas a ochenta pisos sobre el ni-
Harris concede que ciertos patrones de comportamiento han llegado a ser parte de la "naturaleza humana" porque contribuyen a la adaptación de los humanos y a su éxito reproductivo. Pero reconoce menos universales culturales que los que reconocen los sociobiólogos. Por ejemplo, Harris cree que es muy dudoso que el tabú del incesto esté generalmente programado como un rasgo universal. Cita razones sociales prácticas y económicas para el tabú del incesto entre hermano y hermana, en grupos que dependen de alianzas matrimoniales intergrupales para la defensa y el comercio. En forma similar, el hecho social de que tanto la madre como el hijo teman a la ira de un padre y de un esposo dominante, probablemente se cuenta para la rara ocurrencia del incesto entre madre e hijo. Por el con-
gerente de alto nivel en una gran compañía. Está justificadamente orgulloso de su rápido ascenso en la corporación; pero está todavía más orgulloso del cambio profundo que ha hecho recientemente con relación a su idea del éxito. "Hace dos años," dice, "enfrentado como estaba a la carga de trabajo que ahora tengo, hubiera querido quedarme en la oficina y trabajar hasta medianoche, hasta que hubiera terminado. Ahora simplemente 'apago y me voy'. Mi vida familiar es más importante para mí que esa otra, y el trabajo debe esperar; es lo que yo he aprendido". Un nuevo matrimonio y una casa llena de niños vinieron a ser para Brian el centro de su vida. Las razones del cambio de vida para Brian parecen ser principalmente un cambio en sus conceptos de qué lo hace feliz. Su nueva meta -la dedicación a
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trario, dado el mayor poder y los recursos del hombre, el incesto entre padre e hija no es raro; se estima que se presentan muchos cientos de miles de casos cada año solamente en los Estados Unidos. Harris reconoce que un rasgo es universal y que tiene un fundamento genético, o sea, la facilidad humana para el lenguaje. La selección natural favorece "las habilidades naturales para transmitir, recibir y almacenar el más complejo almacenamiento de los mensajes de siempre" (p. 123). Pero Harris señala una paradoja en este punto. Las capacidades para el lenguaje incrementan nuestro aprendizaje y nos capacitan para adquirir y modificar comportamientos que no requieren de genes para controlarlos. La capacidad del aprendizaje, posible por el lenguaje, ayuda a explicar la inmensa variación que se encuentra en el comportamiento social de la especie humana. De aquí, que los críticos de la sociobiología argumentaran que el comportamiento humano no está vinculado rígidamente a los genes y que la evolución cultural ha venido a ser considerada como la fuente principal del cambio en los comportamientos de los seres humanos.
su matrimonio y a sus hijos- parece tan arbitraria y falta de análisis como su búsqueda temprana de éxito material. Ambas están justificadas como preferencias idiosincráticas más bien que como representación de un sentido más amplio de la finalidad de su vida (Bellah y otros 1985, pp. 3-6). Margaret Oldham, una mujer elegante en sus primeros treinta años, tiene un fuerte sentido de disciplina, y ha obtenido un logro académico sobresaliente y éxito profesional (es psicoterapeuta)... Margaret entiende que las relaciones humanas exigen dar y recibir, que se debe trabajar duramente para lograr la satisfacción que se espera de la vida, y que uno es el único responsable de su vida. Pero esta clara visión manifiesta de la suprema confianza del individuo en sí mismo deja muy poco lugar para la interdependencia y representa una visión muy austera del lugar del indi-
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EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD viduo en el mundo social. La confianza en sí mismo es una virtud que implica estar solo. "Yo pienso que sí es importante que uno asuma la responsabilidad de sí mismo, quiero decir, nadie más va a hacerlo realmente. Quiero decir que las personas se cuidan entre sí, usted sabe, cuando alguien está enfermo y esto es maravilloso. Pero al final uno está solo, y tiene que responder realmente por uno mismo, y al final si no se consigue el empleo que se quiere, o usted sabe, no encuentra la persona que quiere, eso es al menos parte de su responsabilidad..." (Bellah y otros, 1985, pp. 13-15).
La cultura estadounidense hace mucho hincapié sobre el individualismo. El derecho de las personas a pensar, a juzgar y a decidir por sí mismas, a forjar su propio comportamiento y a vivir su vida se considera como algo incuestionable. Todas nuestras aspiraciones giran alrededor de nuestro sentido del logro y de la satisfacción individual. Aun los héroes ficticios que creamos -el vaquero del oeste, el comisario de justicia, el detective duro de la ciudad- tienden a ser solitarios que dependen sólo de sus propias habilidades e instintos. Alexis de Tocqueville, un observador teórico social francés, que visitó los Estados Unidos durante la década de 1830, fue uno de los primeros en escribir sobre el individualismo estadounidense y sus consecuencias. Tocqueville (1835) vio este poderoso valor de los ciudadanos de los Estados Unidos fuertemente vinculado al espíritu de igualdad. La idea de que las personas deben ser libres para tomar sus propias decisiones, va de la mano con la noción de que nadie está por encima de otro. Brian Palmer y Margaret Oldham expresan los temas estadounidenses centrales de autoconfianza, autorresponsabilidad, autointerés y autoselección. Brian Palmer se enorgullece por haber hecho "su voluntad" al rechazar en forma independiente un estilo de vida de adicción al trabajo, en favor de pasar más tiempo con su familia. El compromiso de Margaret Oldham con el individualismo está afirmado aún más explícitamente. Ella insiste en que todos estamos definitivamente solos, dependiendo primordial y necesariamente de nosotros mismos para obtener lo que queremos de la vida. La presión sobre el individualismo ha aumentado en la época moderna. Este aumento ha sido impulsado parcialmente por el movimiento religioso protestante, que defendía una relación individual con Dios (no una relación mediada por una jerarquía eclesiástica). Era también espoleada por el deseo político y económico de ganar la libertad del control opresivo de monarcas y aristócratas (Abercrombie, Hill y Turner, 1986). En Estados Unidos este deseo dio origen a una revolución y a un gobierno dedicado al derecho del individuo a "la vida, a la li-
bertad y a la búsqueda de la felicidad". Tan pronto nuestra sociedad llegó a hacerse más industrializada y nuestra población más móvil, se ampliaron las libertades individuales. Muchas personas no volvieron a sentir más que habían nacido en una religión particular, en una ocupación particular, en un estatus social particular que debía durar por toda la vida. Estas áreas llegaron a ser increíblemente abiertas a la iniciativa individual, al esfuerzo y a la elección. Al mismo tiempo, el matrimonio se hizo más privado. La gente empezó a pensar en él, no como una alianza entre familias o como una obligación social, sino como una decisión individual entre dos personas. La familia nuclear también llegó a hacerse más privada cuando las personas se movían hacia áreas distantes en busca de empleo y de una vida mejor. Esposos y esposas buscaron aquello que era mejor para sí, para su futuro, para sus hijos. Pero aun estos compromisos con la familia nuclear no eran absolutos. En la época moderna, el divorcio llegó a convertirse en algo común, cuando el matrimonio llegó a considerarse como algo que podía disolverse si no lograba proporcionar la satisfacción individual. Puede parecer que esta tensión cada vez mayor sobre el individualismo está en contra del crecimiento de la organización social a gran escala que también se ha presentado en la época moderna. Las dos, sin embargo, no son incompatibles. En la sociedad contemporánea, los individuos participan dentro de las organizaciones grandes. Los ciudadanos individuales votan y expresan sus opiniones personales dentro del sistema político; los trabajadores individuales eligen empleo y buscan sus metas de carrera personal en las grandes corporaciones; los consumidores individuales compran productos de acuerdo con sus gustos personales en los inmensos mercados económicos. Luego el espacio para el individualismo está tejido en la organización social a gran escala. El individualismo no es exactamente un valor en nuestra sociedad; es también una condición social protegida por la ley. Esta condición ha sido incitada parcialmente por nuestras instituciones de propiedad privada. La propiedad privada exige que el individuo tenga derechos extensivos sobre el uso y la venta de cosas materiales, incluyendo la tierra y el capital (Macpherson, 1974). El hecho de que tales protecciones hayan evolucionado muestra que una sociedad individualista no se da por sí misma. Puede crecer solamente en un ambiente que la sustente y la fomente. Aunque los estadounidenses ensalzan su individualismo, pagan un precio por él. Muchos sociólogos han argumentado que nuestra cultura altamente
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Los bebedores en la pintura de Degas, son claramente extraños aislados en su soledad; en la pintura de Renoir, forman grupos sociales animados. Estas dos escenas retratan un punto importante sobre el individualismo y la cultura: algunas veces, el acento sobre el individualismo frustra las necesidades de la comunidad, del compromiso y de la dependencia. Pero en otras circunstancias, demasiado énfasis sobre la comunidad puede crear individualismo. (Izquierda: Art Resource; derecha: The Phillips Collection.)
individualista descuida las necesidades humanas básicas de comunidad y de dependencia (Bellah y otros, 1985; Reisman, 1961; Slater, 1976). Destinados a cincelar nuestros propios destinos libres de prohibiciones ajenas, frecuentemente permanecemos en un aislamiento solitario y a veces asombroso. Especialmente vulnerables son quienes se mueven constantemente y que viven entre extranjeros. Aun de tiempo en tiempo cuando acuden a otros para buscar colaboración y apoyo, tienen pocas oportunidades de hacerlo. Pero también existe evidencia de que los estadounidenses están reconociendo la necesidad de volver a conectarse con los demás y a fortalecer sus vínculos sociales. Por ejemplo, cada vez más personas cambian el anonimato de la vida de la ciudad por los vínculos más íntimos que ofrecen las pequeñas comunidades. Y lo que es más, muchos de los que viven en las ciudades están organizando asociaciones de vecindarios para canalizar sus necesidades comunes. Se están formando muchos otros grupos con el único propósito de permitir que las personas intercambien información y manejen los problemas compartidos (desde enfrentarse al cáncer, perder peso, hasta invertir prudentemente en el mercado de valores). Estas tendencias atestiguan un esfuerzo creciente entre los estadounidenses por recuperar el sentido de comunidad, la responsabilidad comparti-
da y la interdependencia. (Boyte, 1986). Volveremos al tema de la Comunidad en el Capítulo 9.
LA PRODUCCIÓN DE LA CULTURA: COMBINACIÓN DE ACCIÓN Y ESTRUCTURA Hace unos veinte años, el sociólogo Herbert Blumer tuvo la oportunidad de estudiar la industria de la moda femenina. Se impresionó por el hecho de que algunas tendencias de la moda no brotan simplemente de las mesas de dibujo de los famosos diseñadores del momento. Por el contrario, estas tendencias son el resultado final de un complejo proceso social en el que se programan y seleccionan una gran cantidad de potenciales nuevos "look". Tal como Blumer describía una de las últimas etapas de ese proceso: En la apertura de estación de una importante casa de modas de París, pueden presentarse cien o más diseños de vestidas de noche ante una audiencia de cien a doscientas compradoras (representantes de los almacenes de minoristas venden vestidos femeninos). El equipo gerencial de la casa de modas es muy hábil para señalar un grupo de cerca de treinta diseños de un lote completo, dentro del cual caerá una pequeña cantidad, comúnmente de seis a ocho vestidos, que
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La producción de la cultura es un proceso social, En la producción de las películas, por ejemplo, existe un fuerte sentido del trabajo en equipo y de la organización social. La película será el resultado de un esfuerzo colectivo por parte del director, los escritores, ¡os actores y actrices, de los asistentes, los maquilladores, los encargados del vestuario, los fotógrafos y los asistentes. (Peter Sorel/Sygma.)
seleccionan las compradoras. Pero el equipo gerencial es típicamente incapaz de predecir esta pequeña cantidad en la que convergen las selecciones. Ahora bien, estas selecciones las realizan las compradoras, un grupo altamente competitivo y secreto, independientes entre sí y sin conocimiento de la selección que cada cual hace. ¿Por qué la selección coincide en unos pocos diseños, tal como sucede? Cuando les pregunté a las compradoras por qué escogían un vestido con preferencia a otro, entre los cuales mi ojo falto de experiencia no podía descubrir una apreciable diferencia, la respuesta típica, honesta y además ampliamente informativa era la de que el vestido escogido era "despampanante" (Blumer, 1969, pp. 278-279)
Las descripciones de Blumer del mundo de la moda ilustran una suposición central en el examen de la producción de cultura (Peterson, 1979). La suposición es que los elementos de una cultura no se levantan como una especie de soplo, como si se crearan por el toque de un pincel mágico. Por el contrario, estos elementos se configuran por una variedad de decisiones sobre lo que es deseable y bueno. Los diseñadores de moda, por ejemplo, no cambian el "look" de la estación simplemente por obra de su imaginación. Están influenciados por las tendencias de los vestidos del pasado, por lo que otros diseñadores están haciendo, y por las opiniones de los miembros de sus directivas. También están influenciados por las opiniones de las compradoras a quienes deben venderles, quienes a su vez están afectadas por sus propias ideas sobre lo que va a agradar
al público. El público, por su parte, está influenciado por lo que los diseñadores, los compradores y los editores de moda les dicen que está "de moda" para este año en particular. Así, las modas femeninas son el producto de un proceso social muy elaborado en el que muchas personas toman decisiones que se basan en la variedad de factores que frenan sus selecciones. La industria de la moda femenina es solo un ejemplo de la manera como se producen nuevos aspectos de la cultura. Richard Peterson (1979), un proponente de la producción de la perspectiva cultural, argumenta que en sociedades industrialmente avanzadas como la nuestra, los nuevos elementos de la cultura frecuente y deliberadamente son creados y propagados por personas que se especializan en esta tarea. El diseñador de moda es uno de tales especialistas. Otros son artistas, científicos y miembros de la profesión de leyes, todos los cuales están en el negocio de agregar nuevas ideas a la cultura. Peterson y otros buscan analizar la forma como estas personas introducen, mercadean y distribuyen nuevos elementos culturales, desde el momento en que estos elementos se conciben por primera vez hasta el momento en que se utilizan. Los sociólogos que estudian la producción de cultura están particularmente preocupados por la interacción entre el individuo que crea cultura activamente y la estructura social que influye en estas creaciones. En vez de tomar una acción extrema o un enfoque estructural, buscan cerrar la brecha entre el individuo y la sociedad. En consecuencia, examinan los aspectos sociales de la innovación cultural tan intencionadamente como analizan los esfuerzos del creador individual. Sin importar cuán solitaria pueda parecer la tarea de producir un nuevo elemento cultural, siempre es el resultado de un esfuerzo colectivo, y no del trabajo de un solo individuo. Consideremos al artista que produce un nuevo estilo de pintura. ¿Es solamente él responsable de este nuevo aspecto de la cultura? El sociólogo Howard Becker explica por qué la respuesta es no: Los pintores dependen de los fabricantes de lienzos, bastidores, pinceles y pinturas; de los vendedores, los coleccionistas, de los curadores de los museos para los espacios de exhibición y de apoyo financiero; de los críticos y de los estetas para racionalizar por qué lo hacen; del Estado para el patrocinio y también de las leyes ventajosas sobre impuestos que persuadan a los coleccionistas a comprar las obras y a donarlas al público; de los miembros del público para responder emocionalmente a las obras, y de los pintores, contemporáneos y pasados, que crearon la
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tradición que constituye el telón de fondo contra el que sus obras adquieren sentido (Becker, 1984, p. 13). La producción de la cultura, entonces, es siempre un proceso social. Sin importar cuán aislado pueda sentirse el innovador cultural, está siempre encajonado en un contexto social que permite que la innovación llegue y tome la dirección que quiera. Los sociólogos que estudian la producción de cultura examinan estos contextos sociales con gran detalle. Han encontrado que la innovación cultural no es un asunto de "algo que sucede". Por el contrario, existen muchos impedimentos sobre cuáles innovaciones exactamente encontrarán una aceptación social. Consideremos el papel que desempeña la tecnología dentro de los nuevos elementos de la cultura. Sin la tecnología del microscopio, por ejemplo, la medicina moderna jamás hubiera podido desarrollarse. Sin la tecnología del computador, la exploración del espacio y todos los nuevos conocimientos del universo que ella ha traído, jamás habrían llegado a convertirse en una parte de nuestra cultura. Aun en las artes, la nueva tecnología ha sido muy influyente. Sin la invención de la grabadora de cinta y del sintetizador, por ejemplo, la música electrónica jamás hubiera entrado en nuestra imaginación, ni mucho menos a nuestra cultura. Importantes también en la limitación para que nuevos elementos entren en la cultura, son las habilidades de aquellos que deben ejecutar la innovación. Por ejemplo, a principios de 1900, antes de que la gente se hubiera familiarizado con la politonalidad (el uso de más de una clave al mismo tiempo) el compositor Charles Ives experimentaba con ella. Pero los músicos le dijeron que no podrían interpretar sus piezas, que sus instrumentos no podían tocar las series de sonidos que él había escrito. No fue sino hasta mucho después, luego de que los estilos musicales hubiesen cambiado y los músicos hubiesen adquirido nuevas habilidades, cuando la obra de Ives encontró una audiencia. La obra del poeta E.E. Cummings fue igualmente rechazada. Los arreglos de sus poemas eran tan fuera de lo común cuando trató de publicarlos por primera vez, que muchos impresores abiertamente rechazaron encargarse del trabajo (Becker, 1984). Los ejemplos de Ives y Cummings ilustran un punto importante: la tarea de producir una innovación cultural es mucho más fácil cuando esa innovación no es tan heterodoxa que impida la cooperación de las personas cuya colaboración es necesaria. Un tercer factor que ayuda a determinar la aceptación de un nuevo elemento cultural, es las convenciones y tradiciones que ya se han establecido. Los diseñadores de la moda, por ejemplo, podrían con-
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cebiblemente diseñar vestidos que no llevaran ningún parecido con todo lo que estamos acostumbrados a utilizar. Pero ningún diseñador tiene éxito apartándose de la norma de una manera tan radical. Por el contrario, la mayoría de ellos crean estilos que están razonablemente en línea con las expectativas del público. Hacerlo de otra manera significaría comúnmente condenar las innovaciones culturales de alguien a la oscuridad. De forma semejante, muchas denominadas novelas-fórmula como los romances de Arlequín, encierran nuevos argumentos pero exigen que éstos se adapten a las convenciones establecidas, como la garantía de un final feliz (Griswold, 1988). La suerte de una innovación cultural también se ve afectada por quienes tienen que ver con la divulgación de la nueva idea. Con frecuencia estas personas se conocen como guardianes culturales, porque regulan el flujo de nuevos elementos de cultura dentro de la sociedad. Los guardianes deciden qué innovaciones culturales propuestas, dentro del inmenso número, terminará por lograr una amplia exposición a través de los canales tradicionales de distribución. Los compradores minoristas de los diseños de vestidos sobre los que escribió Herbert Blumer son los guardianes de la moda. Sus decisiones determinan cuáles de los centenares de modas posibles realmente se exhibirán en las estanterías de los almacenes al por menor. Cuando el sociólogo Paul Hirsch (1971) estudió la creación de nuevos productos en tres industrias de entretenimiento (publicación de libros, discos populares y películas) encontró también que los guardianes juegan un importante papel. Puesto que los productores en estas industrias están inseguros sobre cuáles son los ingredientes de una "bomba", hacen apuestas compensatorias creando muchas más publicaciones de las que los consumidores pudieran desear. Ciertamente no pueden darse el lujo de garantizar a cada uno de estos nuevos productos un presupuesto grande de publicidad. Así que dependen de los guardianes autónomos (críticos de libros, de discos y de cine, anfitriones de programas de opinión) para llevar los productos a la atención del público. La suerte de cualquier producto dado, por lo tanto, se gana o se pierde en este punto estratégico. En el mundo del arte, los propietarios de galerías y los administradores de museos, desempeñan una función parecida. Son los únicos que deciden qué piezas van a exhibirse en público y, por tanto, cuáles tienen oportunidad de ser aceptadas en la cultura principal (Becker, 1984). Pero, ¿qué pasa con el papel que juegan los gustos del público en la aceptación de nuevos elemen-
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tos de cultura? ¿No son los gustos del público tan importantes como la exposición dada a innovaciones particulares por los guardianes culturales? La respuesta es que los gustos del público son verdaderamente importantes. A causa de los gustos del público "La guerra de las Galaxias" se presentó en cine más que cualquier otra película europea "de arte" presentada en el mismo año. Gracias a los gustos del público, Madonna ocupa más espacios de radio y televisión, que los mejores cantantes de madrigales medievales. Pero observemos que las preferencias culturales de las personas son, parcialmente, el resultado de aquello a lo que están expuestas. Cuando los guardianes culturales nos rodean con cierto tipo de productos, estamos preparados para decidir que, en efecto, ésos son los productos que más nos gustan. Con frecuencia, entonces, nuestro rol de "consumidores" de cultura es simplemente decidir entre la poca cantidad relativa de nuevos artículos culturales que los guardianes preseleccionan para nuestra consideración (Hirsch, 1971). La forma como los nuevos elementos de la cultura se introducen, distribuyen y aceptan, es un proceso social bastante complejo, como lo ha demostrado nuestra discusión. Quienes estudian la producción de cultura exploran este proceso en forma extensiva. Al hacerlo, nos recuerdan que la cultura nunca es un producto estático, "terminado". Por el contrario, la cultura sufre permanentes cambios como un resultado de las decisiones tomadas por muchas personas diferentes que son, tanto consumidores de cultura, como creadores de ella.
LA CULTURA Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN La televisión es comúnmente la primera cosa que viene a la mente cuando pensamos en medios electrónicos de comunicación. Estos medios también incluyen la radio, el teléfono, la grabadora de cinta, el cine, el computador, la video grabadora, en suma, cualquier invento electrónico que permita que la gente recolecte, procese e intercambie información entre sí (Rogers, 1986). Claramente, una enorme cantidad de comunicación se presenta hoy con la ayuda de tales dispositivos electrónicos. Los medios de comunicación electrónicos son el último paso de una serie de inventos cuyo propósito es ayudar a las personas a comunicarse. El lenguaje fue el primer medio claramente humano de comunicación. Cuando las personas desarrollaron su lengua, colocaron su vida en un camino diferente del camino que siguieron sus antepasados que no hablaban. El lenguaje ha cambiado dramáticamente la
V A diferencia de los medios de comunicación masiva, contar cuentos involucra un contacto cara a cara entre el que los cuenta y su audiencia. El contacto social es más usual entre las personas que son muy similares entre sí que entre las que son diferentes. (N.R. Farbman/Time Inc.)
naturaleza de la sociedad. Ha permitido que las personas creen culturas complejas, compartan diversas creencias, valores, conocimientos, y símbolos y además transmitan estos elementos culturales a las generaciones posteriores. Ninguno de estos cambios se produjo de la noche a la mañana; han ocurrido en forma gradual. Pero al final, la esencia de la vida humana se ha transformado gracias a la creación de un medio de comunicación. Las innovaciones subsecuentes en los medios de comunicación se han visto eclipsadas frecuentemente por la importancia del lenguaje hablado. Pero estas innovaciones, a su vez, también han tenido un marcado efecto en la forma de vivir de las personas. Consideremos la invención de la escritura, y más tarde, de la imprenta. La escritura ha hecho posible el almacenamiento de información a largo plazo. Ya no es necesario conservar de memoria todo el conocimiento de una cultura. Puede volverse a los registros escritos en busca de una información, y puede estudiarse y analizarse. Luego vino la idea de imprimir la palabra utilizando tipos movibles y una prensa. Este invento se atribuye comúnmente a Johannes Gutenberg, un orfebre alemán del siglo XV. La palabra impresa incrementó enormemente en la distribución de libros. Un hábil copista, que trabajaba a mano, requeriría de seis meses para producir un libro, mientras que un impresor, trabajando en una prensa Gutenberg, podría escribir muchas páginas en un día (Eisenstein, 1979). Con libros disponibles para una gran audiencia, las nuevas ideas se divulgaron rápidamente. No es de admirarse que Francis Bacon, el filósofo y hombre de estado inglés, dijo
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que la imprenta (conjuntamente con el compás y la pólvora), "cambiaran la apariencia y el estado de todo el mundo." En nuestro tiempo, los nuevos medios electrónicos de comunicación, han transformado de nuevo la cultura occidental. El telégrafo, el teléfono, la radio, la televisión, los tocadiscos, los grabadores de cinta, las cámaras de cine, los computadores y demás han extendido grandemente la velocidad y la distancia sobre la que las personas pueden "hablar" unos a otros, así como el tamaño de las audiencias involucradas en la comunicación. Por ejemplo, millones de residentes en Hong Kong pueden escuchar sobre una baja en la bolsa de valores estadounidense casi tan pronto como ésta se sucede y sus propias respuestas a esta circunstancia serán la noticia para millones de estadounidenses en cuestión de horas. Al mismo tiempo, los medios electrónicos han alterado dramáticamente la forma como pensamos sobre el mundo y la forma como nos relacionamos con otras
En profundidad: El impacto de la televisión El programa Evening News de la CBS en la noche del 20 de junio de 1985, empezaron con las palabras e imágenes de Allyn Conwell, un estadounidense que fue tomado como rehén en Beirut: "Estoy hablando a nombre de mis cuarenta compañeros rehenes, que me han elegido como el hombre que tome la palabra para hacer una breve conferencia de prensa, para avisar a nuestras familias, amigos y a todos nuestros seres queridos, de nuestro bienestar . . ."Entonces Dan Rather interrumpió para contar los eventos del día: "Por primera vez en una semana, la primera mirada y las primeras palabras de algunos de los pasajeros rehenes del vuelo 847 de TWA en Beirut. Y en El Salvador, los cuerpos de seis estadounidenses abaleados por rebeldes izquierdistas, un horrible recuerdo de que el terrorismo no es exclusivo del medio oriente. Buenas Noches, éste es su programa Evening News, de CBS, con Dan Rathers, como reportero. Nuevas declaraciones en Beirut hoy, declaraciones de uno de los rehenes estadounidenses de que todos los treintaisiete pasajeros todavía cautivos del avión secuestrado están a salvo. Este es el séptimo día de la prueba del secuestro. Buena noticia para las familias de los rehenes. Pero había una noticia más trágica que provenía de El Salvador, donde trece personas, cuatro de ellas
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personas. El hambre en Etiopía es preocupación no solamente para los etíopes, sino también para los estadounidenses y para todos los demás alrededor del mundo que reciben las noticias por las comunicaciones electrónicas. Los medios electrónicos también están cambiando las fronteras entre la vida pública y la esfera privada. Por radio y también por programas en televisión, por ejemplo, las personas discuten su vida sexual mientras que millones de extraños las escuchan. Lo que una vez era algo altamente privado, un asunto de "detrás del telón", se convierte en tema de foro abierto. En contraste con esto, los dispositivos electrónicos como los estéreos con audífonos y radios "walkman", permiten que una persona esté en su propio mundo aun cuando esté en un lugar público (Meyrowitz, 1985). Para ver más de los cambios que los medios electrónicos han fomentado, consideremos en profundidad el ejemplo de la televisión, con tan grande ubicuidad en nuestra sociedad.
soldados del ejército de los Estados Unidos, dos de ellas civiles estadounidenses, fueron asesinadas en un ataque de la guerrilla".
La emisión cerró con un reporte sobre el funeral de un buzo de la Marina asesinado por los secuestradores en Beirut, y las reacciones de las familias de los estadounidenses asesinados en El Salvador. VIDEO
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Toma fija de un marino con uniforme en una inserción detrás de Rather.
"En este séptimo día del secuestro del avión de la TWA, fue enterrado el joven rehén brutalmente golpeado y luego asesinado por los terroristas. Pero asi como nos lo recuerda el asesinato de estadounidenses en El Salvador, esa muerte demostró ser el preámbulo, la página titular escrita en sangre sobre el volumen de violencia terrorista contra Estados Unidos.
Exhibición de la bandera de Estados Unidos a media asta en inserción aparte. Una corneta toca el minuto de silencio (el sonido continúa bajo la narración de Bruce Morton que hace el reportaje desde el Cementerio Nacional de Arlington). Toma fija de la bandera estadounidense.
La cámara se acerca despacio para mostrar la inmensa bandera que cuelga encima
"El himno del Cuerpo de La Marina dice: "Lucharemos las batallas de nuestro país, en la tierra y en el mar." Pero estos jóvenes soldados no han muerto luchando en batalla, luchando contra un
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del féretro cubierto con ella y la guardia de honor. Tomas fijas de los Marines en uniforme, alternando con tomas del funeral en Arlington.
enemigo en una guerra que ellos conocieran. Más y más hombres del servicio estadounidense van pacíficamente a sus viajes pacíficos y son asesinados por ello." (Luego una pausa mientras continúa el video.) "Bruce Morton, Noticias de la CBS, Arlington."
Fuente: Hallin, 1986, pp. 9-10.
A primera vista, no podría parecer que el escuchar a Dan Rather en el noticiero de la noche fuese algo diferente a leer acontecimientos ordinarios en un periódico o en un libro. Sin embargo, esta apariencia es un error. Cada medio de comunicación -la conversación, la imprenta, las fotografías, la televisión- configuran el contenido y el significado de los mensajes que él transmite. Comparada con la imprenta, la televisión es un medio dirigido por la imagen; es ampliamente producido para ser visto. Como resultado, lo que logra transmitirse por la televisión se selecciona y encuadra ampliamente de acuerdo con el impacto visual que puede producir. Si una narración de noticias no tiene contenidos visuales incitantes sobre los cuales se hable, dicho contenido deberá crearse. A medida que Dan Rather hablaba de los militares de los Estados Unidos que eran sacrificados por los terroristas, por ejemplo, las descripciones de las banderas estadounidenses y de los soldados acompañaban sus palabras. Puesto que estos símbolos son visuales, parece natural seleccionarlos para crear un impacto dramático. Esta es otra forma como los mensajes de televisión difieren de los mensajes impresos. Los mensajes en televisión que se consideran más exitosos son los que tienen mucha acción y son sensacionales, mientras que los mensajes exitosos transmitidos por la imprenta, comúnmente son bien pensados, bien estructurados y bien argumentados. Con los mensajes de televisión no hay mucha necesidad de ocuparse de construir argumentos bien razonados, porque las palabras en televisión casi nunca son largas, sino que son monólogos fáciles de ensayar. Consideremos la forma como Dan Rather empezó su reporte de noticias de la noche. Sus afirmaciones eran más bien titulares dramáticos, cargados emocionalmente, en lugar de narraciones bien elaboradas. Este formato dramático y lleno de acción hace que los mensajes de televisión sean mucho más fragmentados y cortados que los mensajes impresos. Unas pocas frases y unos cuantos pies de película
sobre el secuestro de un avión son seguidos rápidamente por cuadros y algunos comentarios sobre el ataque de la guerrilla en El Salvador. El objetivo es mantener el material en constante movimiento, lleno de excitantes destellos en los diferentes acontecimientos. En un programa de noticias tal como el que vimos de Dan Rather, la longitud promedio de una "narración" es solamente de 45 segundos (Postman, 1986). El libreto completo de un noticiero de la noche contiene por mucho el texto de una y media columnas de página del periódico New York Times (Meyrowitz, 1985). El resultado es un caleidoscopio de imágenes. Nada se extiende demasiado para que no resulte aburrido. Pero al mismo tiempo, a nada se le concede suficiente atención para analizarse con profundidad. La televisión, al contrario de la palabra escrita, es un medio de comunicación para el cual el drama, y no el análisis, parece ser más apropiado (Eisslin, 1982). Algunos observadores se han preocupado porque estas características de la televisión están configurando la forma como los estadounidenses miran otros aspectos del mundo. La nuestra puede ser una cultura en la cual las personas creen que la fuerza de la ley, la política, la educación y demás, se deberían modelar para hacer de ellas un entretenimiento, tal como lo esperamos de la televisión. Como resultado, podemos empañar así la distinción entre la realidad y el entretenimiento, de modo que dejamos de dar importancia a los problemas públicos que son bastante serios. El crítico Neil Postman (1986, pp. 93-97) nos da algunos ejemplos de esta tendencia: En Chicago, el reverendo Greg Sakowicz, un sacerdote católico romano, mezcla su enseñanza religiosa con música rock . . . En su programa de radio "El viaje al interior", el padre Sackowicz conversa en un tono suave sobre tópicos tales como los compromisos y las relaciones familiares, e interpone a su sermón con "el sonido de los 10 mejores de Bülboard." Dice que su predicación no está hecha, en una forma eclesiástica, y añade "Usted no tiene por qué ser aburrido para ser santo"... En Phoenix, Arizona, el Dr. Edward Dietrich ensayó un triple by-pass en una operación a Bemard Schuler. . . . La operación se transmitió por lo menos a través de cincuenta estaciones de televisión en los Estados Unidos y también de la BBC de Londres. Un panel de narradores de dos personas (un hombre para la jugada tras jugada y a todo color, por así decirlo), mantuvo a los espectadores informados sobre lo que estaban viendo. No era claro el por qué este evento debía televisarse, pero resultó que convirtió al doctor Dietrich y al pecho del señor Schuler en dos celebridades. ...
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Tal como lo han reportado con gran entusiasmo la WCBS-TV y la WNBC-TV en 1984, las escuelas públicas de Philadelphia se han embarcado en un experimento en el que a los niños se les cantará su currículo. Utilizando equipos Walkman, los estudiantes aparecían escuchando música rock, cuyas letras eran casi una octava parte de la conversación. El señor Jocko Henderson, quien tuvo la idea, está proyectando deleitar a los estudiantes más adelante, sometiendo las matemáticas, la historia y también el inglés, a las exigencias de un esquema musical rock. ... En New Bedford, Massachusetts, se pasó en televisión un juicio por violación, para deleite de la audiencia, que escasamente pudo establecer la diferencia entre el juicio por violación y su telenovela favorita del mediodía. En Florida, se pasan regularmente por la televisión juicios por crímenes de gravedad diversa, incluyendo el asesinato, y los televidentes los encuentran más entretenidos que muchos de los dramas de tribunales ficticios. Todo esto se hace a nombre de la "la educación pública".... Antes de las elecciones presidenciales de 1984, los dos candidatos se enfrentaron por televisión en aquello que se llamó "debates.". . . Los candidatos estaban menos interesados en dar argumentos que en "impresionar", que es lo que la televisión hace mejor. Los comentarios después del debate evitaron en gran medida cualquier evaluación de las ideas de los candidatos, puesto que no había ninguna para evaluar. Por el contrario, los debates estaban concebidos como encuentros de boxeo en donde la principal pregunta era ¿Quién va a noquear a quién? La respuesta estaba determinada por el ¡estilo! de los hombres -cómo lucían, cómo miraban fijamente, cómo sonreían y cómo caminaban...
Postman cree que la nuestra es una cultura que se está convirtiendo en entretenimiento, en la que la línea entre el espectáculo y los asuntos públicos serios, se está borrando. "Nuestros sacerdotes y nuestros presidentes," escribe, "nuestros médicos y abogados, nuestros educadores y nuestros presentadores necesitan preocuparse menos por satisfacer las exigencias de su profesión que por las demandas del espectáculo" (p. 98). Piensa que esta penetrante perspectiva del negocio del espectáculo surge, en gran medida, de nuestra permanente exposición a la televisión. Otros observadores consideran otros efectos de la televisión sobre la sociedad estadounidense. J. Meyrowitz (1985) cree que la televisión está rompiendo la antigua distinción entre los encuentros cara a cara de las personas y los encuentros que ocurren en los medios de comunicación que distancian a las personas en el tiempo y el espacio. Dan Rather no está realmente en nuestra alcoba todas las noches contándonos las noticias del día, sino que la televisión nos hace sentir como si él estuviera allí.
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Oímos sus palabras, vemos su rostro, miramos sus expresiones y experimentamos su estilo tal como si estuviera sentado en el sofá de nuestra alcoba. De ahí resulta, dice Meyrowitz, que las personas llegan a sentir que "conocen" a las que ven en la televisión en la misma forma en que conocen a sus amigos. Esto ayuda a explicar por qué, cuando un "amigo de la televisión" muere, millones de personas responden con un sentimiento de pérdida que normalmente se esperaría solamente con la muerte de un conocido íntimo. Meyrowitz también señala que la televisión cambia las fronteras de las situaciones sociales, incitando a las personas a actuar en formas nuevas y diferentes porque las audiencias son diferentes. Da el ejemplo del presidente y su esposa que hablan en su alcoba con un reportero delante de las cámaras de televisión. ¿Cómo deberían comportarse el presidente y la primera dama? ¿Deberían actuar como si este fuera un encuentro social privado entre tres personas, o deberían actuar como si estuvieran haciendo una aparición en público delante de toda la nación? La respuesta es que deben hacer ambas cosas y, por lo tanto, no pueden actuar plenamente en cualquiera de las dos modalidades. No pueden comportarse como si estuvieran totalmente solos con el reportero, charlando entre amigos, ni pueden comportarse tampoco como si estuviera pronunciando un discurso de posesión. "En la medida en que las acciones se configuran para acomodarse a determinados ambientes sociales, este nuevo ambiente conduce a nuevas acciones y a nuevos significados sociales. En este sentido, no solamente tenemos una situación diferente, sino un presidente diferente y, a la larga, una presidencia diferente" (Meyrowitz, 1985, p. 43). Además, otro efecto que tiene la televisión sobre la cultura estadounidense es el de reforzar algunas de nuestras creencias estereotipadas. Por ejemplo, muchos en este país han llegado a creer que la lucha racial y el conflicto son simplemente una cosa del pasado en nuestra sociedad. Los espectáculos corrientes en la televisión sostienen esta perspectiva. En un análisis reciente de negros en cuatro comedias populares ("Benson", "Webster", "Blanco y negro", y "Los Jefferson"), se muestra que los temas predominantes eran la movilidad ascendente, el éxito económico y la invisibilidad racial (Gray, 1986). El tema de las relaciones entre blancos y negros rara vez se trataba y, cuando se hacía, prevalecía siempre una imagen de armonía interracial general. En realidad, por supuesto, este mundo de la televisión es exageradamente idealizado. La riqueza y la falta de tensión racial que se ve en estos programas, simplemente no
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ocurre en la experiencia de millones de estadounidenses negros. El resultado es que la televisión refuerza una opinión distorsionada del grado en que los estadounidenses negros han "tenido éxito" en nuestra sociedad. Esto distrae la atención de la persistencia del racismo y de la desigualdad racial en este país. Dicha desviación en la televisión indica el poder substancial de las personas que controlan y poseen la industria de la televisión. Los directivos de las redes, en particular, deciden qué información cultural se va a distribuir a través de las ondas de la televisión. Inclusive las noticias no son sólo la cuestión de informar lo que ocurre en un día particular. Sencilla-
mente hay muchos acontecimientos de interés potencial para los espectadores y demasiadas perspectivas diferentes para que un reportero las puede tomar. Así, los escritores de noticias de la televisión y los editores son necesariamente selectivos para determinar qué fragmentos de los acontecimientos de un día van a transmitirse. Y esa selectividad, inevitablemente, refleja sus propias desviaciones, como también las desviaciones de sus jefes. Así, el personal de la red hace las veces de guardián cultural. Ellos deciden qué ideas culturales y qué innovaciones se exhiben por un medio de comunicación que toca las vidas de muchos centenares de millones de personas.
RESUMEN 1. Los elementos de la cultura pueden dividirse en dos clases diferentes, materiales y no materiales. La cultura material consiste en los objetos físicos que las personas hacen y a los que dan significado. La cultura no material consiste en las creaciones humanas no incorporadas en los objetos físicos. Los aspectos importantes de la cultura no material son los valores, las normas, los símbolos, la lengua y el conocimiento. 2. Los valores son ideas generales que las personas comparten respecto a lo que es bueno o malo. Los estadounidenses típicamente comparten ciertos valores, entre los cuales encontramos el logro, el éxito, el sentido práctico, el progreso, la comodidad material, la democracia y el individualismo. Cuando los valores entran en conflicto, se desarrolla una presión hacia el cambio social. 3. Las normas son guías específicas para la acción que indican la forma como las personas deben comportarse en situaciones particulares. Las normas son generalmente costumbres no habladas, que las personas implícitamente conocen y siguen. Las normas varían de sociedad a sociedad y también de grupo a grupo dentro de una misma sociedad. 4. Los símbolos son objetos, gestos, sonidos o imágenes que representan algo distinto a sí mismos. El significado que se da a los símbolos es frecuentemente arbitrario, y los símbolos particulares pueden tener leves diferencias de significado para los diferentes pueblos. 5. Una lengua es un sistema de símbolos verbales (y en muchos casos escritos) con reglas sobre cómo deben encadenarse esos símbolos para transmitir significados más complejos. La lengua es extremada-
mente importante para el desarrollo, elaboración y transmisión de la cultura. El lenguaje frecuentemente ofrece muchas señales para el significado de las interacciones sociales. 6. Al grado en que las partes de una cultura forman un todo consistente e interrelacionado, se denomina integración cultural. En una cultura altamente integrada, costumbres, creencias, valores y tecnología son interdependientes. En sociedades grandes y diversas tales como los Estados Unidos, la cultura está muy poco integrada. 7. En una sociedad heterogénea, comúnmente una cultura dominante tiende a imponer sus perspectivas y tradiciones sobre la sociedad como un todo. En los Estados Unidos, es la cultura de los cristianos blancos de las clases media y media alta. Los miembros de las subculturas y las contraculturas disienten o simplemente rechazan varias costumbres y valores de la cultura dominante. Algunas veces surgen subculturas dentro de una cultura dominante, un proceso conocido como asimilación. 8. El etnocentrismo es la tendencia a considerar los modelos de la cultura propia como buenos y correctos, como la medida para juzgar a los demás. Las actitudes etnocéntricas promueven la solidaridad de grupo y la lealtad; pero aumentan la hostilidad hacia los extranjeros y promueven los conflictos entre los grupos. 9. El relativismo cultural insiste en que cualquier elemento de cultura es relativo a un tiempo, a un lugar y a un conjunto de circunstancias particulares. El relativismo cultural fomenta la comprensión de los grupos y la tolerancia de sus prácticas. 10. Los sociobiólogos sostienen que el grupo social se adapta a su medio ambiente al evolucionar los
CULTURA
rasgos sociales programados y transmitidos por los genes. Citan los universales culturales como evidencia de que los rasgos sociales son hereditarios y no aprendidos. Los universales culturales son aquellos patrones de comportamiento y de instituciones que se encuentran en todas las culturas. 11. Un tema importante dentro de la cultura estadounidense es el individualismo, la idea de que las personas deben ser libres para tomar sus propias decisiones y confiar en sus propios esfuerzos. Aunque el individualismo es altamente valorado, algunos han argüido que una cultura individualista demasiado fuerte desprecia las necesidades humanas básicas de la comunidad y la dependencia. 12. La suposición de la producción de la perspectiva cultural es que los elementos de la cultura no surgen por su propia fuerza sino que están configurados
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por una variedad de decisiones sobre lo que es deseable y bueno. La producción de la cultura es siempre un proceso social: los innovadores culturales siempre actúan dentro de un contexto social. Los guardianes culturales son las personas que deciden qué cantidad de innovaciones culturales propuestas se deben aceptar. 13. Los medios de comunicación electrónicos han tenido un gran impacto en la cultura occidental, han crecido dramáticamente en la velocidad y calidad de la comunicación. Los medios también han hecho que muchos asuntos que eran solamente privados se conviertan en asuntos públicos. Finalmente, algunos han argüido que la televisión, con su orientación hacia la imagen más que hacia la conversación racional, está cambiando la manera como las personas miran el mundo.
GLOSARIO Asimilación cultural. El proceso por el cual los que llegan por primera vez asumen muchos de los modelos culturales de la sociedad anfitriona. Asimilación estructural. Es la entrada de los miembros a las pandillas, clubes, instituciones de la sociedad mayor a través de contactos con nuevos grupos primarios. Asimilación marital. Es el intermatrimonio de miembros de grupos subculturales con miembros de la sociedad mayor. Conocimiento. El cuerpo de hechos que las personas acumulan en el tiempo. Contracultura. Un grupo cuyas normas, actitudes, valores y estilo de vida se oponen directamente a las de la cultura dominante o principal. Costumbres. Son las normas que el pueblo considera vitales para su bienestar y/o sus más preciados valores. Cultura. Todas las costumbres, creencias, valores, conocimientos, artefactos aprendidos y símbolos que continuamente se comunican dentro de un conjunto de personas que comparten una forma de vida común. Cultura dominante. EÍ grupo cuyos valores, normas, tradiciones y perspectivas son impuestas en la sociedad como un todo. Cultura material. Todos los objetos físicos o artefactos que las personas hacen y a los que atribuyen un significado. Cultura no material. Son las creaciones humanas tales como los valores, creencias, reglas, costumbres, sistemas de gobierno, lengua y demás, que no están incorporados en los objetos físicos.
Etnocentrismo. La tendencia a considerar los patrones culturales propios como buenos y correctos, y a juzgar a los otros según estos estándares. Guardianes culturales. Personas que regulan el flujo de los nuevos elementos de la cultura dentro de la sociedad. Indicador social. Cualquier modelo de comportamiento que suministre indicaciones sobre qué personas son, a qué grupos pertenecen y cuál es la situación que ellas deben entender. Integración cultural. El grado en el que las partes de una cultura forman un todo consistente e interrelacionado. Lengua. Sistema de símbolos verbales (y comúnmente escritos también) con reglas sobre la forma como estos símbolos pueden enlazarse para transmitir más conocimientos complejos. Leyes. Reglas que establecen un cuerpo político y se refuerzan con el poder del estado. Normas. Son las guías específicas para la acción, que dicen la forma como las personas deben comportarse en situaciones particulares. Relativismo cultural. La idea de que cualquier elemento de la cultura es comprensible solamente en relación con el resto de su contexto cultural, y a la vez, lugar y conjunto de circunstancias particulares. Símbolo. Es un objeto, gesto, sonido, imagen o diseño que representa algo distinto a sí mismo. Símbolos unívocos. Son los símbolos que solamente tienen un significado.
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Símbolos multivocales. Son los símbolos que proporcionan una cantidad de significados diferentes. Sociobiología. Una perspectiva teórica que sostiene que los grupos sociales se adaptan a su medio ambiente primordialmente por la evolución de rasgos genéticamente determinados de Subcultura. Un grupo de personas cuyas perspectivas y estilos de vida difieren significativamente de la cultura dominante y que se identifican a sí mismas como
diferentes; miembros que participan de sus normas, valores y actitudes. Tradiciones. Los hábitos y convenciones diarios, Universales culturales. Los patrones de comportamiento instituciones que se encuentran en toda cultura conocida. Valores. Son ideas generales que las personas comparten sobre qué es bueno, malo, deseable o indeseable.
CAPITULO 5
Socialización
En una escuela primaria de China, los alumnos de tercer grado emplean la mayor parte del tiempo en el taller escolar, está asociado con una fábrica cercana que produce, entre otras cosas, piezas de madera para el juego del ajedrez chino. Los grupos más jóvenes trabajan diligentemente en una serie de tareas consecutivas; modelan los bordes de las piezas, estampan los caracteres, los pintan y, por último, los empacan en cajas. Algunos niños hacen las veces de monitores, asegurándose de que cada uno tenga los materiales necesarios para mantener la operación funcionando sin contratiempos. En un tablero que cuelga en la pared se anota el total de piezas producidas y el número de las rechazadas por defectos. El tablero ostenta la proporción de producción que sube en forma ininterrumpida, y la disminución de los errores. Cada alumno de tercer grado dedica dos horas semanales al taller. Los niños mayores le dedican más tiempo; los menores, menos. Los niños están orgullosos de estar contribuyendo con "trabajo productivo" al Estado. Le cuentan a un grupo de científicos sociales estadounidenses, que han venido a observar la educación en China, que sus esfuerzos le están "sirviendo al pueblo" (Kessen, 1975). Toda sociedad forma a sus niños a imagen y semejanza de su propia cultura. En la antigua Esparta, a los muchachos se les enseñaba disciplina, obediencia, destrezas físicas y autonegación a través de un duro tratamiento de privación. Cerca de allí, en Atenas, los padres educaban a sus hijos para que fuesen artísticamente sensibles y ampliamente educados, así como para ser buenos atletas. Estas prácticas produjeron individuos muy diferentes, así como sociedades diferentes (Berger y Berger, 1979). En los
tiempos modernos, los estadounidenses de clase media y alta, animan a sus hijos para que cultiven sus habilidades individuales y compitan con sus compañeros por el éxito. Los chinos, por el contrario, fomentan la lealtad de grupo, la cooperación y la voluntad para asegurar el autosacrificio para el bien de la sociedad. El proceso de inculcar los elementos fundamentales de la cultura en los nuevos miembros de una sociedad se llama socialización. Por medio de la socialización las personas aprenden a participar efectivamente en las comunidades a las que pertenecen. Observando más de cerca la infancia en China, se obtiene un buen ejemplo de la forma como puede realizarse la socialización. Desde aproximadamente los dos meses de edad, los infantes pasan con frecuencia el día en una "estación de alimentación para bebés", asociada con el lugar de trabajo de la madre. Aquí sus vidas se centran sobre las tareas rutinarias de comer, dormir y cambio de pañales. Quienes cuidan a los niños no piensan que estos "hacen mucho" como infantes que son, de modo que no dan a los bebés estimulación activa. Cuando los niños chinos empiezan a caminar generalmente se llevan a una guardería del Estado. Allí se les hace desistir de explorar libremente y de escoger sus propias actividades como lo hacen los niños estadounidenses de esta misma edad. Por el contrario, los profesores estructuran altamente sus rutinas diarias, de forma que los jovencitos pasan casi todo el tiempo organizando actividades de grupo. En forma silenciosa, pero persistente, se les enseña a seguir instrucciones, a controlar los impulsos, y a jugar en forma cooperativa con otros niños. Cuando los jovencitos chinos al107
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Los detalles que contrastan en estas dos escenas, resaltan las diferencias en la socialización entre la China y los Estados Unidos. Mientras que los niños estadounidenses trabajan por su cuenta en un ambiente sin presiones que acentúa las diferencias individuales, los niños chinos trabajan en grupos cuidadosamente supervisados que subordinan al individuo. (Izquierda: John Zoiner/Peter Arnold; derecha: Martin VarrlArchive.)
canzan la edad pre-escolar han aprendido mucho sobre cómo colocar el bien del grupo por encima de sus propios intereses. Los cuentos que oyen, las canciones que interpretan y los pequeños dramas que representan, comúnmente reconocen a aquellos que sin egoísmo sirven a la gente. En la escuela primaria, el mensaje de el grupo sobre el individuo se hace más fuerte mediante la práctica de exigir a los niños la crítica de su propio comportamiento egoísta. Por ejemplo, a un niño podría pedírsele que explicara al grupo por qué estuvo mal que no recogiera el pedazo de basura que vio en el patio del colegio. O a una niña podría solicitársele que describiera cómo superó la tentación de no compartir un juguete nuevo. Así se estimula a los jóvenes chinos a que acepten los valores fundamentales de su cultura (Kessen, 1975). Este ejemplo de la niñez en la China ilustra dos aspectos críticos de la socialización. El primero, la socialización crea individuos que forman parte de una comunidad humana. A través de la socialización, aprendemos a vivir dentro de un grupo, a ser miembros competentes de la sociedad en que hemos nacido. Desde este punto de vista, la socialización es el proceso por el cual se logra que los individuos se ajusten al orden social. En segundo lugar, la socialización es el proceso por el cual una sociedad se re-
produce por sí misma en una nueva generación. Mediante la socialización los valores y la tradición del pasado se continúan y perpetúan. Así, la socialización es lo que proporciona a la sociedad la continuidad en el tiempo. Es el proceso que garantiza que la China (o los Estados Unidos) de hoy, se reflejará en la China (o en los Estados Unidos) del mañana. Este capítulo está dedicado a explorar el proceso de socialización. En la primera sección, consideraremos la forma como la naturaleza y la crianza interactúan para producir individuos que son como todos los otros humanos y como los demás miembros de su sociedad, pena también personas únicas, capaces de acciones innovadoras. En la segunda sección, analizamos diversas teorías sobre cómo funciona la socialización y lo que realiza. A continuación examinaremos cómo la socialización estadounidense difiere según la clase social, y nos preguntamos si estas diferencias ayudan a perpetuar el estatus clasista a través de las generaciones. Nuestra próxima sección explora los principales agentes de socialización, los grupos y organizaciones principales que enseñan a las personas los elementos de su cultura particular. La última sección trata la socialización secundaria y prepara para el Capítulo 6, que enfoca el curso de la vida humana.
SOCIALIZACIÓN
LA SOCIALIZACIÓN: "NATURALEZA" Y "CRIANZA" Nuevos procedimientos científicos han hecho posible que muchas parejas que no podían tener hijos en el pasado, puedan ser padres hoy. Si el esposo es estéril, la pareja puede ensayar la inseminación artificial. Si el problema está en la esposa, la pareja puede escoger entre la fertilización en probeta, o que otra mujer tenga el feto o adoptar un niño. Estas nuevas opciones despiertan interrogantes legales y éticos sobre asuntos de la herencia y del medio ambiente social. ¿Son "realmente" padres del niño las dos personas que han proporcionado el óvulo y el espermatozoide, la herencia genética del niño? ¿Son los padres reales la pareja (o la persona soltera) que cría al niño y le proporciona un hogar? Los casos de custodia de niños concebidos por medios no convencionales están forzando a los tribunales a tomar posición sobre un debate antiguo sobre los roles de la "naturaleza" y de la "crianza" en el desarrollo humano. ¿Está determinado el carácter de un niño por su constitución biológica (naturaleza) o por el ambiente social en el que se ha criado (crianza)? Los científicos han debatido estos puntos por muchos años. En un extremo, estaban quienes sostenían que el infante es una pizarra en blanco, y que la clase de persona que llegaba a ser estaba determinada por la experiencia. La más famosa afirmación de esta posición proviene de un psicólogo estadounidense John B. Watson (1878-1958):
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nocen que ambos son esenciales. El desarrollo del ser humano es el resultado de la interacción entre las fuerzas biológicas y ambientales. Un infante no es un pedazo de arcilla que la experiencia puede moldear en alguna forma. Un infante tampoco está hecho de acero inflexible.
La interacción entre la herencia y el medio ambiente Los genes establecen el esquema básico para el desarrollo humano. Orientan un óvulo humano fertilizado para que desarrolle un bebé humano, no un roble. También establecen un itinerario para el desarrollo. Todos los bebés progresan, desde gatear hasta caminar, y desde balbucear hasta hablar, en el mismo orden y alrededor de las mismas edades. Ninguna cantidad de entrenamiento puede hacer que un niño de ocho meses pueda hablar; por el mismo motivo, es casi imposible evitar que un niño de venticuatro meses hable. Este itinerario configura la marcha de la socialización (Elkin y Handel, 1984). Un itinerario semejante gobierna las habilidades físi-
Dadme una docena de niños sanos, bien formados, y mi propio mundo específico para educarlos, y garantizo que cualquiera que tome al azar y lo entrene puede llegar a ser el tipo de especialista que yo seleccione: médico, abogado, artista, mercader, jefe, e incluso ladrón o mendigo, prescindiendo de sus talentos, aficiones, tendencias, habilidades, vocación y raza de sus antepasados. (1925/1970, p. 104) En el extremo opuesto están quienes argumentaban que lo que llegamos a ser está determinado por la herencia, y que la experiencia no puede cambiar lo que la naturaleza ya ha ordenado. Frecuentemente se invoca esta posición para explicar las diferencias entre los sexos o entre los grupos étnicos y raciales, y para explicar los extremos del comportamiento (desde los genios hasta los empedernidos criminales). Durante décadas, el debate sobre la naturaleza y la crianza ha estado enmarcado en términos de uno u otro, ganar o perder: o el comportamiento está determinado por la biología o está determinado por la experiencia. Hoy, sin embargo, los científicos reco-
Estos niños de Hare Krishna recalcan la poderosa influencia del ambiente a pesar de sus constituciones genéticas. Sus creencias, su percepción de otras personas, su vida social e incluso su forma de cortarse el cabello y de vestirse, están estructuradas por esta secta religiosa. (Birgit Pohl.)
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cas. Uno no puede enseñar a un niño a que coma con utensilios hasta tanto no haya desarrollado la suficiente coordinación de manos y ojos para agarrar los utensilios, para recoger con la cuchara el alimento y luego llevárselo a la boca. No interesa si los utensilios son un cuchillo, un tenedor o unos palillos. El bebé no estará en capacidad de usarlos hasta tanto no se encuentre biológicamente preparado. Los investigadores están descubriendo que el desarrollo de las emociones también sigue el itinerario biológico (resumido en Goleman, 1984). Los recién nacidos tienen sentimientos intensos; pero su repertorio emocional está limitado al placer y a la sorpresa, a la molestia y al disgusto. El gozo brota entre las seis y siete semanas; la angustia entre los tres y cuatro meses; el temor y la tristeza entre los ocho y nueve meses. Los sentimientos de vergüenza se desarrollan aproximadamente a los dieciocho meses, el orgullo alrededor de los dos años, y la culpabilidad entre las edades de tres y cuatro años. Las emociones sociales (inseguridad, humildad, confianza, envidia y otros) no aparecen sino hasta cuando el niño tiene cinco o seis años. Este desarrollo psicológico y social está unido a la madurez del sistema nervioso central, que continúa durante la primera infancia (Kagan, 1984). La conexión de los nervios que permiten que un niño mayor experimente duda y envidia, no funcionan todavía en el infante ni en el que hace sus primeros pinitos, un hecho biológico que tiene implicaciones obvias para la socialización. Pero los esquemas biológicos no son inmutables; la experiencia puede interrumpir el itinerario emocional. Infantes de los que se ha abusado a la edad de tres meses presentan una expresión prematura de temor y de tristeza (Gaensbauer y Hiatt, 1984). Algunos rasgos se fijan genéticamente: los genes dictan si el niño será hombre o mujer, si tendrá cabello rubio o moreno, ojos azules o castaños, si será de piel blanca o de piel oscura. Pero la lista de características que están directamente determinadas por los genes es más corta de lo que pudiera pensarse. En la mayoría de los casos, los genes no dictan la forma como un niño se desarrollará, sino que más bien establecen una escala de posibles resultados. Cuánto potencial de un niño se realiza depende del ambiente. Por ejemplo, la altura es hereditaria. Como regla general, los padres altos tienen hijos altos, y los padres bajos tienen hijos bajitos. Pero cuánto crece un individuo, realmente depende de la nutrición y de la salud. Si un niño con "genes para ser alto" crece en una aldea rural muy pobre, donde son escasas las proteínas, o es un niño enfermizo, como adulto podría llegar a tener 1.67 m. (cinco pies con siete pulgadas) de estatura. Pero si es un niño sano y bien
alimentado, entonces podría crecer hasta 1.87 m. (seis pies con dos pulgadas). Esto explica por qué los hijos de inmigrantes a Estados Unidos frecuentemente son más altos que sus padres. El mismo principio se aplica a otras características. Tal como lo muestra la Figura 5.1, un niño que tenga una aptitud para la música o para el deporte que no superen el promedio, puede desarrollar un potencial de superestrella si practica y recibe apoyos sociales correctos. Un ambiente de aprendizaje rico puede extender el potencial genético hasta sus límites, tal como lo demuestran experimentos con chimpancés, a los que se les ha enseñado a comunicarse con un lenguaje de signos, a ejecutar juegos como el de la gallina ciega y a funcionar hasta cierto punto como miembros socializados de familias humanas (Temerlin, 1975). Pero aún así, un ambiente rico no puede superar las limitaciones impuestas por el código genético. A los chimpancés les falta la capacidad biológica inherente para generar frases complejas y para intervenir en un pensamiento sofisticado. Además, aunque las capacidades exhibidas por los chimpancés están claramente relacionadas con las capacidades humanas, no son equivalentes a las capacidades humanas. El desarrollo de la personalidad revela un patrón más complejo de interacciones entre los genes y el medio ambiente. La personalidad puede definirse como los modos característicos de pensar, de sentir y de ejecutar que los individuos desarrollan como resultado de la experiencia. Los infantes, que tienen poca experiencia, no tienen personalidad en este sentido. Pero llegan al mundo con orientaciones emocionales distintas, o sea, temperamentos (Goleman, 1986). Desde el primer día de vida, los bebés difieren en sus niveles de actividad, en sus respuestas a las nuevas experiencias (aproximación/rechazo), su adaptabilidad, intensidad de sus reacciones, genio, humor general (desde feliz y amistoso hasta infeliz y poco amigo), y otras características. Alexander Thomas y Stella Chess (1979, 1980) realizaron el seguimiento de 140 niños desde el nacimiento hasta la adolescencia. Encontraron que las cualidades temperamentales tienden a agruparse en tres modelos. "Los bebés tranquilos" son calmados, juguetones y adaptables; aprovechan las experiencias nuevas con entusiasmo. "Los bebés difíciles" son agitados, temerosos, y fácilmente angustiables. Tienen niveles muy altos de actividad, pero baja capacidad de atención. "Los bebés lentos a cariñosos" caen entre estos dos modelos. Sus respuestas emocionales son menos pronunciadas y tienden a retirarse de las nuevas situaciones. El hecho de que estas diferencias entre ni-
SOCIALIZACIÓN
Figura 5.1 La interacción del potencial hereditario y del ambiente social
Aunque d potencial heredado establece d nivel de socialización, d entorno social afecta enormemente la extensión con que puede realizarse dicho potencial. Esto es particularmente cierto para los niños clasificados en " C , quienes tienen d nivel de potencial más alto entre los tres niños de la gráfica. En un ambiente empobrecido, un niño de "C" podría desarrollarse menos que un niño de la categoría "A" que viva en un ambiente ventajoso.
ños se presenten desde el nacimiento y tiendan a persistir todo el tiempo, sugiere que el temperamento no es algo de nadmiento, o sea, innato. Mientras que la mayoría de los estudios sobre la interacción entre genes y el medio ambiente se enfoca sobre la forma como el medio ambiente afecta los potenciales innatos, los estudios del temperamento muestran la forma como los rasgos innatos afectan la interacción social (Scarr y McCartney, 1983). Los niños con diferentes temperamentos evocan diferentes respuestas de las otras personas. Un niño que es muy rápido para sonreír y que le gusta que lo alcen, recibe más atención que un niño que es sobrio y pasivo, o uno que se echa a llorar a la vista de un extraño. Una naturaleza más exteriorizada del bebé afable, permite mayores interacciones con más personas, y él experimenta un ambiente amistoso. Aun las madres encuentran que ellas eluden a los niños difíciles (Maccoby, Snow, y Jacklin, 1984). Además,
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los niños con diferentes temperamentos seleccionan diferentes actividades. Al cumplir un año, el niño afable se sienta con un libro de pinturas, pasa las páginas despacio, y señala las cosas que quiere que su abuela le nombre. A la misma edad, el niño difícil gatea por la casa a máxima velocidad, golpea los muebles, dispersa los juguetes y, generalmente, crea un desastre. El primer niño gana experiencia social, el segundo ejercita sus habilidades físicas. Mientras tanto, el niño lento o cariñoso mira cada movimiento de su madre, temeroso de que pueda quedarse solo con un extraño. El resultado es que tanto su experiencia social como física son limitadas. Sin embargo, si su madre responde a su tendencia de rechazo haciendo un esfuerzo adicional para interesarlo en sus libros y en sus juegos, y para introducirlo a sus compañeros de juego, el niño puede tener experiencias que otros niños más extrovertidos pierden. En la misma forma, las características físicas heredadas evocan diferentes respuestas de otras personas y pueden causar en los niños el buscar o rechazar ciertas actividades. Los niños que cumplen con los estándares culturales de ser atractivos, tienden a tener experiencias diferentes de las de aquellos que no las cumplen. Cuando a los adultos y a otros niños se les muestran cuadros de niños atractivos y de niños no tan atractivos, aquellos describen a los primeros niños como más ingeniosos, agradables y amigables que a estos últimos (Langlois y Stephan, 1977). Estas expectativas pueden funcionar como una profecía de la autorrealización: las personas responden positivamente a un niño atractivo; estas respuestas positivas aumentan la autoestima social del niño y su sociabilidad. Y esto, a su vez, confirma la creencia de que los niños atractivos son más agradables y más ingeniosos que sus compañeros menos atractivos. En la adolescencia, los muchachos que maduran tempranamente probablemente sean más brillantes en atletismo, más populares con sus compañeros, y se consideren como líderes sociales más que los muchachos de maduración tardía (Jones, 1965). Los compañeros los describen como equilibrados, relajados, espontáneos y poco afectados. Estos rasgos de la personalidad son el resultado de la respuesta social a sus características físicas. En resumen, los significados de estos rasgos se construyen socialmente. Para resumir, la biología suministra la materia prima para el desarrollo; pero esa materia prima se estructura por la experiencia, experiencias que el niño busca en sí mismo y las respuestas que evoca de otras personas, así como también los recursos más generales que una familia particular y la sociedad suministran a un niño que está en crecimiento.
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El impacto de la socialización La naturaleza del animal humano permite y exige a la vez la socialización (Elkin y Handel, 1984, p. 18). En el momento de nacer, el infante es una de las criaturas más desprotegidas sobre la tierra. Otros animales vienen equipados con instintos o con respuestas dispuestas a promover la supervivencia. No tienen que aprender la forma de encontrar alimento o de evitar el peligro; "saben por sus genes" la forma de reaccionar ante determinadas circunstancias en su medio ambiente. Los seres humanos nacen con una cantidad muy limitada de instintos, pero con una gran capacidad de aprender de la experiencia. La habilidad para aprender nos permite adaptarnos a variados ambientes en formas flexibles y complejas. Sin aprendizaje, sin socialización, no podríamos llegar a ser seres sociales. Ningún científico social hubiera criado a un infante en el aislamiento para encontrar qué clase de persona hubiera llegado a ser sin la socialización. Desafortunadamente, debido a una negligencia extrema, algunas personas han pasado sus primeros años casi totalmente solos, y estos casos han suministrado señales que muestran el impacto de la socialización (Curtiss, 1977). Uno de tales casos es el de Anna (Davis, 1949), la hija ilegítima y no deseada de una granjera. Después de tratar infructuosamente de ubicarla en un hogar de adopción o en un orfanatorio, la madre de Anna confinó a su hija a una pieza oscura en la buhardilla. Alimentaba a la niña con suficiente leche para que pudiera vivir; pero raramente la bañaba ni nunca la acariciaba o jugaba con ella. Esta espantosa negligencia duró cinco años. Cuando las trabajadoras sociales descubrieron a Anna, estaba tan apática que creyeron que era sorda, mentalmente retardada o las dos cosas a la vez. No podía caminar ni hablar, no sabía cómo vestirse, ni alimentarse, ni siquiera cómo masticar. Nunca sonreía ni lloraba. En el hospital donde había sido atendida, permanecía en su cama mirando fijamente al techo y chasqueando con la lengua. Cuando alguien se aproximaba, se helaba de terror o montaba en una rabieta. Los observadores vieron que había algo inhumano alrededor de ella. Y lo había. La socialización de Anna no pudo empezar sino hasta la edad de seis años, cuando la llevaron a un hogar de adopción. Con cuidado y con atención, ella lentamente empezó a hablar, a caminar, a correr y a jugar con otros niños. También empezó a aprender la forma de tener cuidado de sí misma. En otras palabras, empezó a desarrollar intereses humanos y habilidades. Sin embargo, nunca pudo ser capaz de superar totalmente sus primeros años de negligencia y murió de ictericia a la edad de 11 años y medio.
Otra evidencia de la importancia de la socialización se desprende de casos de negligencia menos extremos. René Spitz (1951) ha estudiado bebés que se habían confinado a orfanatos. Los bebés recibían cuidado físico adecuado; buena alimentación, cambio oportuno de pañales, de vestido y baño, sábanas limpias, enfermeras alegres y joviales, pero poca atención personal. Pruebas psicológicas a las que se sometieron los infantes cuando tenían sólo un año, demostraron que la mayoría eran retardados mentales. Difícilmente sonreían o lloraban, y no harían ningún esfuerzo para hablar. Otros estudios (Bowlby, 1973) presentaron resultados similares. El cuidado físico no es suficiente, los niños necesitan socialización, tanto como necesitan alimento. Para desarrollarse como un ser humano bien criado, un niño debe ser tratado como un ser humano. Por último, el niño no es el único en sentir el impacto de la socialización: también lo sienten sus padres y otras personas comprometidas en su socialización. Pocos padres se superan de la experiencia de criar niños sin sufrir cambios en el carácter, en la actitud o en el comportamiento. La capacidad de los niños para afectar a sus padres aumenta en cuanto desarrollan su competencia lingüística y encuentran nuevas experiencias fuera del hogar (Berger y Berger, 1979). Por ejemplo, cuando los niños de padres inmigrantes asisten a escuelas estadounidenses, trasladan a sus hogares patrones de comportamiento que tienen un enorme impacto en el afán de la "americanización" de los padres. En forma más sutil, niños diferentes tienen diferentes efectos sobre sus padres. El resultado de encuentros sociales tempranos sobre los padres e hijos depende.de la forma como los temperamentos innatos del niño se mezclen con las personalidades y con las expectativas de sus padres. Thomas y Chess llaman a esto bondad de ajuste. Un bebé fácil es un perfecto ajuste para una madre ansiosa en su primer parto: su temperamento feliz y la habilidad para adaptarse a las nuevas situaciones, le garantizan que es una buena mamá. Una madre de voluntad férrea que admira la independencia y la viveza, podría encontrar que un bebé difícil es un mejor ajuste. Ser padre de familia es un nuevo rol social, y los bebés tienen casi tanto impacto sobre la socialización de sus padres para ese rol, como el que tienen los padres en la iniciación de los hijos dentro de la sociedad. Resumiendo, la socialización es un proceso dinámico y recíproco.
LAS DINÁMICAS DE LA SOCIALIZACIÓN Estamos en el año 1973; el lugar, China. Un niño de doce años llamado Tan Shan-li está en quinto grado.
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Ha estado demandando de sus padres un nuevo mueble para sus libros, porque el viejo está desvencijado. Luego, en la escuela, tuvo oportunidad de hablar con los miembros del Ejército de Liberación Popular quienes le alabaron el autosacrificio, el trabajo productivo y a las personas que son algo más que meros consumidores. T'an Shan-li quedó profundamente impresionado por esta experiencia; aplicó las palabras del Ejército de Liberación Popular y decidió que podría reparar su viejo mueble en vez de comprar uno nuevo. Sus compañeros conocieron esta decisión, y le recomendaron a todo el sistema escolar de dirección pública. Como resultado de este incidente, Tan Shan-li se convirtió en una persona algo diferente. (Basado en Kessen, 1975)
Este es claramente un ejemplo de socialización; pero, ¿cómo deberían definirla exactamente los sociólogos? Quienes siguen una perspectiva funcional con respecto a la cuestión básica de qué es lo que mantiene unida a la sociedad, la enfocarían sobre las formas como Tan Shan-li está aprendiendo valores que lo preparan para la vida en la China moderna. Estos sociólogos ven la sociedad como un compuesto de muchas partes diferentes que evolucionan para trabajar conjuntamente en forma integrada. Desde una perspectiva funcional, Tan Shan-li, como todos los niños chinos, se están socializando para acomodarse a los roles que su sociedad pone a disposición del pueblo. Aquí se ve que la socialización sirve a la función benéfica de producir el tipo de personas necesarias para mantener el orden social. Pero los sociólogos que han asumido la perspectiva de poder mirarían este episodio en forma bastante diferente. Incluso en una sociedad comunista, podrían argumentar que ciertas personas, ciertos grupos y organizaciones esgrimen el poder sobre los otros. Desde una perspectiva de poder, los valores que Tan Shan-li escuchó, expresados por los miembros del Ejército de Liberación Popular, son el resultado final de una lucha ideológica de poder entre las diferentes facciones en la sociedad China. En los años 60, el presidente Mao Zedung empezó una campaña para purgar a los líderes chinos de los elementos "burgueses" liberales, incluyendo los de la educación. El resultado fue el repudio del aprendizaje "libresco", en favor de una enseñanza de mayores habilidades prácticas relacionadas con el trabajo y con la producción económica. Así, T'an Shan-li vino a ser adoctrinado dentro de los valores característicos de aquellos que tienen la mano levantada en una batalla ideológica para influir sobre el pensamiento del pueblo chino. Otras perspectivas que los sociólogos podrían tomar sobre este incidente tienen que ver con sus opiniones sobre las relaciones de los individuos con
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la sociedad. Aquellos que tienen una perspectiva estructural deberían argumentar que las opciones de Tan Shan-li se frenan inmensamente debido a las fuerzas que surgen de la forma cómo está organizada su sociedad. Por ejemplo, la China de los años 70 tuvo un grave problema por el rápido crecimiento de sus ciudades y de la disminución de la población granjera, hasta el punto que no había suficientes trabajadores del campo para alimentar a los centenares de millones asentados en las áreas urbanas. Los centros urbanos también tienen sus propios dilemas, o sea, métodos de producción obsoletos y bajos niveles de producción en las fábricas. Estas condiciones estructurales prepararon la escena para la renovación de los valores revolucionarios. Personas como Tan Shan-li fueron simplemente barridas en una marea de fuerzas sociales sobre las que se tuvo poco control. Los sociólogos que han adoptado una perspectiva de acción, por el contrario, no niegan la influencia de las fuerzas estructurales, pero piensan que es un error considerar que los individuos se dejan arrastrar pasivamente por ellas. Desde una perspectiva de acción, Tan Shan-li es un participante activo de su propia socialización. Interpreta lo que ha oído decir a los miembros del Ejército de Liberación Popular, de acuerdo con sus propios sentimientos subjetivos y sus perspectivas, y aplica creativamente su comprensión de estos valores a su situación particular. En su propia y pequeña forma, Tan Shan-li está ayudando a definir y a elaborar la cultura china. Sus pensamientos y acciones, a su vez, pueden influir sobre otros estudiantes, de tal manera que su interpretación particular de la idea comunista pueda, inclusive, llegar a ser más ampliamente compartida. En esta forma la cultura china se desarrolla y se mantiene viva. Las diferentes perspectivas sobre el proceso de socialización han existido desde cuando los investigadores empezaron por primera vez a investigar este tema. En vez de ser mutuamente excluyentes, estas perspectivas son complementarias. Cada una resalta factores particulares que las otras no destacan, de modo que en conjunto proporcionan un contorno más completo de la socialización. En las próximas secciones, vamos a examinar las teorías de la socialización propuestas por tres pensadores que han ejercido gran influencia: Charles Horton Cooley, George Herbert Mead y Sigmund Freud. Si bien pueden estar en desacuerdo con el proceso de socialización o con algunos de sus aspectos, están de acuerdo en el punto más importante: la individualidad humana no es solamente natural, sino adquirida con la socialización. Empezamos con las ideas de
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Charles Horton Cooley, un sociólogo estadounidense que insistió en el rol activo que desempeñan los niños en el período de desarrollo en su propia socialización.
Cooley: el espejo para mirarse a sí mismo El concepto del yo es la noción que cada uno de nosotros tiene de que poseemos una identidad sola y distinta, que estamos colocados aparte de otras cosas y personas. Es el conjunto de ideas que empleamos para definirnos. Como otros aspectos de la vida social, nuestra propia imagen y nuestra propia concepción no son regalos; los infantes no han nacido con un sentido del yo. Más bien, derivamos activamente nuestra autoconcepción de las interacciones con otras personas (véase Figura 5.2). Charles Horton Cooley (1864-1929) fue uno de los primeros teóricos en considerar los orígenes sociales del concepto del yo. Observando a sus propios hijos, Cooley desarrolló la idea del espejo para mirarse a sí mismo: adquirimos nuestro sentido del "yo" viéndonos reflejados en las actitudes y en los comportamientos de las otras personas hacia noso-
tros e imaginando qué piensan de nosotros. De acuerdo con Cooley (1956, 1964), el espejo para mirarse a sí mismo tiene tres partes: lo que imaginamos que otros ven en nosotros; la forma como imaginamos que juzgan lo que ven; y la forma como nos sentimos sobre estos juicios. Desde el punto de vista de otras personas en sus comentarios y acciones, un niño de cuatro años piensa que sus padres lo ven como alguien que corre, salta y sube a los árboles, y él se imagina que ellos están orgullosos de que él esté creciendo grande y fuerte. También puede sentirse bien respecto a su imagen del yo, preocupado de que sus padres lo consideren como más independiente de lo que realmente es. Un muchacho de catorce años piensa que sus compañeros de clase lo miran como un "cerebro" e imagina que ellos juzgan la inteligencia como algo "fantástico". Esta imagen reflejada puede hacerlo sentir mal sobre su yo, y desear que él fuera más atleta o hacerle sentir a gusto con que él es diferente. Así, el espejo para mirarse a sí mismo no es una reflexión directa (una reproducción mecánica) de lo que otras personas ven en nosotros. Es una mezcla de observación, de imaginación y de interpretación subjetiva. También es una construcción social, que comprende influencias tales como valores y clases sociales. Discutiremos estas influencias más específicamente en las secciones posteriores.
Mead: la toma de roles
Mientras esta joven se mira al espejo, está participando en un esfuerzo universal de la gente joven para decidir cómo quieren parecer y qué identidad social quieren transmitir. (Gabe Palmer/Stock Market.)
Trabajando sobre el análisis de Cooley, George Herbert Mead (1863-1931) trazó el desarrollo de la autoconciencia a la interacción social naciente (Turner, 1981). Casi desde el principio, los infantes se dan cuenta que son independientes de los demás para satisfacer sus necesidades, y que sus propias acciones influyen en la forma como otros se comportan hacia ellos. Ellos aprenden, por ejemplo, que el llorar trae comida, y que las sonrisas traen cariñosos abrazos. Con el tiempo, a medida que aprenden muchas formas diferentes de despertar respuestas deseadas en los otros, los niños adquieren un repertorio de gestos (mirar, alcanzar, señalar, imitar) y, más tarde, las palabras que aquellos que los rodean entienden. Mead llamó a estos signos, gestos, y al lenguaje, símbolos significativos. Creía que la interacción social humana no puede existir sin símbolos, y que los símbolos solamente obtienen significación en una interacción social. A través de la interacción simbólica, los niños aprenden a anticipar lo que otras personas están esperando, a evaluar y ajustar su propio comportamiento en forma acorde. Mead sugería que el concepto del yo se compone de dos partes: la parte activa, espontánea, el yo
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idiosincrático, que él llamó el "yo", y el yo social (las expectativas sociales internalizadas y las exigencias), a las que él llamó "mí". El "yo" subjetivo es el producto de la distinción individual; el "mí" objetivo es el producto de la socialización. Sin el "mí", la interacción ordenadamente social no podría presentarse. Sin el "yo", la interacción social sería mecánica y monótona. Con estas dos partes complementarias, podemos reflejar nuestro propio comportamiento y desarrollar un sentido de continuidad interior, o sea, la identidad. El yo es algo que tiene un desarrollo; no está inicialmente allí al nacer, sino que se despierta en el proceso de la experiencia y de la actividad social, o sea, que se desarrolla en un determinado individuo como resultado de su relación con el proceso (social) y con los otros individuos dentro de ese proceso (Mead, 1934, p. 135). Mead no resolvió el problema de la manera como obtenemos el sentido del yo, el sentido subjetivo de sí mismo; pero el sociólogo Norbert Wiley (1979) ha ofrecido una solución. Inicialmente, los infantes no tienen el sentido del yo. Se consideran simplemente como parte de otros objetos, cuando los alimentan, los bañan y los cambian. Eventualmente, el bebé y los padres intercambian sonrisas o retozos y el bebé empieza a experimentar una relación de "nosotros", y en esa experiencia del "nosotros", el bebé obtiene un sentido de subjetividad o de un yo a partir de los padres. El bebé empieza a entender que él también tiene un ego, o un sentido subjetivo del yo. Se da cuenta de que los padres reaccionan a ese yo, tal como el bebé reacciona al yo de sus padres. Así el yo, como el mí, es social en su origen. Un sentido del yo permite que el bebé mantenga conversaciones internas con el "mí", y extienda así el proceso de socialización. "El desarrollo de la responsabilidad consciente y moral parece requerir que el bebé piense de sí mismo como si tuviera una agencia, o una cualidad subjetiva en la que la responsabilidad es inherente" (Wiley, 1979, p. 96). El enigma es saber cómo desarrollan los niños ese mí, cómo cada niño llega a percibirse como una persona diferente de quien los otros observan y juzgan. Mead propuso que este aspecto del sí mismo se desarrolla en la niñez temprana como un resultado del juego de ser otros y de la participación en los juegos. Los niños pasan mucho de su tiempo desempeñando roles diferentes. Por horas sin fin, creen que son mamás, doctores, policías y personajes fantásticos como Superman. Más frecuentemente, asumen los roles de personas que figuran como importantes en su mundo social, lo que los sociólogos denominan los otros significantes (Sullivan,
Niños y niñas que juegan a la cacería con arco y flecha en la playa. Esta actuación del juego en muchos niveles funciona como una forma de socialización. Estos niños están aprendiendo la forma como se coordinan los papeles de cada sexo. (P. Bion Griffin.)
1953). Los niños son especialmente aficionados a jugar a ser mamá haciendo bulla a los bebés que se han mojado, y a ser papás sermoneando a los niños sobre su comportamiento. En el juego, los niños tienen la oportunidad de verse desde el punto de vista de otra persona. Lo que hace de ello un simple juego, es el hecho de que los niños todavía no han aprendido a adoptar más que un solo rol a la vez. Tan pronto obtienen una experiencia social, los niños pueden empezar a avanzar desde un juego sencillo que comprende un sólo rol hasta juegos que comprenden la interacción de muchos roles. Los juegos son significativos en el surgimiento del sí mismo, porque exigen que los niños entiendan la forma como están coordinados los diferentes roles. Para jugar béisbol, por ejemplo, el corredor de base debe prever lo que los otros jugadores van a hacer cuando se golpea la bola. Sin comprender las diferentes acciones y respuestas de las demás personas, el niño no puede jugar su rol efectivamente. De forma similar, "para jugar el juego de la vida" una persona debe ser capaz de tener la organización de los roles y mirar una situación desde muchos puntos de vista diferentes, aunque coordinados. El trabajo de los últimos investigadores que se basan en las opiniones de Mead sobre el desempeño y los juegos, se ilustran en las casillas complementarias. El sí mismo, por último, se descubre cuando los niños empiezan a verse como parte de la sociedad como un todo, y a interiorizar en su propia personalidad las actitudes, los estándares y las creencias de sus padres y de otros. Mead se refirió a esta impre-
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Figura 5.2 Etapas y capacidades de la socialización
sión general internalizada de que la sociedad cree y espera como el otro generalizado (véase Figura 5.2). Desde el trabajo pionero de Mead sobre los orígenes sociales del sí mismo, otros investigadores han elaborado y refinado estos puntos de vista. Robert Leahy (1983), por ejemplo, considera la teoría de Mead como "funcionalismo optimista", una visión del niño que progresa desde un estado primitivo de aislamiento, hasta un estado de madurez de socialización en el que el joven "comparte las opiniones de otros hacia el sí mismo". Al mirar más allá de la niñez, hacia la adolescencia, Leahy concluye que
la realidad es más compleja (Leahy y Shirk, 1985). La preocupación por saber cómo consideran los otros el sí mismo llega a su punto culminante en la temprana adolescencia. A los once, doce y trece años, los jóvenes están más obsesionados por la forma como aparecen ante los demás y dedican mucha energía a ser como sus compañeros. En la adolescencia tardía, sin embargo, empiezan a moverse desde un razonamiento dirigido por otros hacia un razonamiento dirigido por sí mismos, y hacia una imagen de sí mismos que es relativamente independiente de las opiniones y de las expectativas de los otros. En esta
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etapa más avanzada, los jóvenes son capaces de pensar por qué los padres, los compañeros y los otros los miran en esta o en esa forma, y para distinguir entre su propia imagen social y su imagen real de sí mismos.
Freud: la socialización como una lucha de poder Ninguna teoría de la socialización ha tenido mayor impacto sobre el pensamiento occidental que la teoría de Sigmund Freud (1856-1939), un gigante de la psicología del siglo XX. Freud (1920, 1923) consideró la socialización como una batalla de toda la vida dentro de la mente de una persona. Esta batalla, en su opinión, encerraba tres fuerzas poderosas: el id, un depósito de direcciones de fuerzas biológicas innatas, ordenadas para obtener placer físico; el ego, la parte racional del yo intermedia entre el id y la realidad; y el superego, que es esencialmente la "conciencia" de una persona, que incorpora los estándares morales de la sociedad. La función del ego, tal como lo observó Freud, era encontrar formas seguras de satisfacer el id sin causar culpabilidad o remordimiento al superego. Debido a que estas tres partes de la psiquis luchan por el control, puede considerarse que la teoría de Freud se orienta hacia el poder. Freud, no obstante, era psicólogo, no sociólogo. No estaba interesado en la lucha por el poder que configura a la sociedad, sino más bien en los conflictos y en las luchas que ocurren dentro de una
El aprendizaje para controlar nuestras necesidades físicas es una parte importante del crecimien to. Freud pensaba que el ego -o sea la parte racional del sí mismo- se desarrolla tan pronto como el niño aprende a adaptarse a las exigencias de la sociedad. (Peter Vilms/Jeroboam.)
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persona cuando las fuerzas biológicas se encuentran con la realidad de las exigencias sociales. En opinión de Freud, las personas no nacen con un ego o con un superego. Estas partes de la psiquis se desarrollan durante la interacción con el mundo, especialmente con el mundo social. Freud creía que en el momento de nacer los humanos son irracionales, criaturas amorales, nada más que remolinos de impulsos del id en busca de placer. Pero en poco tiempo el bebé empieza a aprender que las fuerzas biológicas no siempre pueden satisfacerse inmediata o inofensivamente. La necesidad de lograr placer sensual al chupar un objeto, por ejemplo, puede causar dolor si el objeto elegido tiene un borde agudo. Por medio de descubrimientos como este, el ego empieza a desarrollarse. El rol del ego es canalizar los impulsos del id hacia salidas que sean seguras y realistas. Freud argumentaba que con esta función básica del ego la mente se desarrollaba y refinaba todas sus capacidades intelectuales más altas: la percepción, el aprendizaje, la memoria, la solución de problemas, la toma de decisiones y el planeamiento. El tercer aspecto de la psiquis en la teoría freudiana, el así llamado superego, se desarrolla durante los encuentros del niño con las exigencias de la sociedad, tal como son transmitidas por sus padres. Freud se centraba en las exigencias sociales que intentan contener las energías naturales del niño para obtener placer sensual. Una exigencia es el entrenamiento sobre el uso del retrete, que se presenta en el último período de los primeros pinitos. Otra exigen-
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A pesar de la liberación femenina, subsisten fuertes diferencias entre las formas silenciosas e íntimas como las niñas escogen para jugar y los ruidosos y exteriorizados juegos que practican grupos de niños. ¿Por qué persisten estas diferencias ? (Izquierda: Donald Dietz/Stock Boston; derecha: Bill Stanton/Magnum Photo.)
cía es la prohibición de los padres de la masturbación durante los años preescolares. Freud argumenta que de la forma como se resuelvan estos conflictos entre el id y la sociedad, dependerá cómo se configure la personalidad de un individuo. De acuerdo con Freud, una unión final del superego se presenta cerca del quinto año de edad, cuando el niño finalmente acepta el inmenso poder que ejercen los padres. En vez de seguir enredándose en conflictos, el niño busca un poder que le remplace por medio de la adopción de las actitudes y los valores morales de los padres. La opinión de Freud sobre la socialización es radicalmente diferente de las de Cooley y Mead. Mientras que ellos consideraban la socialización como un surgir gradual y complementario del individuo y de la sociedad, Freud miraba la socialización como una batalla perpetua entre la sociedad y las energías e inclinaciones biológicas de la persona. Pero la socialización, en opinión de Freud, es absolutamente esencial si la civilización quiere sobrevivir. Sin la socialización, seríamos totalmente egocéntricos, criaturas en busca del placer, con metas no diferentes a una gratificación de nuestras necesidades físicas inmediatas. Freud (1930) argumentaba que los grandes logros de la humanidad -arte, filosofía, literatura, ciencia- son el resultado de una recanalización de las energías del id en formas socialmente productivas.
CLASE SOCIAL Y SOCIALIZACIÓN Todo lo que yo deseaba era crecer y salir de allí (refiriéndose a su hogar de la infancia, que era pobre y su-
perpoblado). Me acostumbré a soñar en la forma como quisiera crecer, y casarme, y vivir en una de esas casas grandes y hermosas como las que aparecen en las revistas, usted sabe, revistas como House Beautiful. Dios mío, todas las horas que me pasaba mirando esas revistas y soñando en la forma como viviría en una de esas casas con todos esos bellos muebles, y todo tan correcto. . . La vida se convierte en algo muy diferente al final, ¿no es así? (empleada de una fábrica de conservas, de treinta y seis años de edad, madre de tres hijos, veinte años de matrimonio; citado en Rubin, 1976, p. 43) Como usted puede ver, ese sueño que yo había tenido de casarme y tener una vida de libro de cuentos, no resultó . . . Aquí estoy viviendo en esta casa vieja y sucia y los muebles son un revoltijo desaseado. Todavía tengo esas fotografías del libro de cuentos en la cabeza; pero ahora tengo mucho más sentido que cuando era joven. Ahora sé que eramos afortunados por tener con qué pagar nuestras cuentas, (vendedora, de 27 años, madre de tres hijos, con diez años de matrimonio; citado en Rubin, 1976, p. 72)
Aunque en toda generación hay cierto grado de movilidad ascendente o descendente en la escala social, los saltos desde "los andrajos hasta la opulencia" son extremadamente escasos. La mayoría de los adultos, como estas mujeres, terminan en la misma clase social en la que nacieron. ¿Por qué sucede ésto? ¿Por qué los sueños y el trabajo arduo no fueron suficientes para que las personas de clase trabajadora lograran la vida a la que siempre aspiraron? ¿Acaso la respuesta tiene algo que ver con la forma como ellos se socializaron? ¿Acaso la socialización refuerza las diferencias de clase social, generación tras generación?
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Desempeño y juegos en la socialización El tema de la obra de George Herbert Mead que ha atraído más la atención es el rol del desempeño y de los juegos en la socialización. Tal como precisa William Corsaro (1985), el juego de los pares no es una simple reproducción del mundo de los adultos, sino una reproducción dentro de la cultura de los
pares. Es algo que los niños hacen conjuntamente. Al jugar a la mamá y al papá o a la hermana mayor y al bebé, los niños empiezan a entender no solamente la forma como las personas se comportan en estos roles, sino también cómo ellos interactúan con otros (papas y mamás se hablan uno a otro como iguales. Las hermanas mayores son mandonas con los bebés, los bebés se comportan mal y deben ser controlados por mamá, por papá y así sucesivamente). El juego entre compañeros es esencial para el desarrollo del conocimiento social y las habilidades recíprocas. Inge Brethertton (1984) trazó el desarrollo del hacer creer y de la toma de roles en la infancia. El primer signo de hacer creer, es la autopresentación: el niño imita sus propias actividades diarias, pretendiendo estar dormido o tratando de comer. Esto va seguido por otras representaciones: el niño pretende ser un adulto y "lee" el periódico o "contesta" un teléfono de juguete. Alrededor de su segundo cumpleaños, las niñas empiezan a incluir las muñecas o animales rellenos de paja en su juego. Al principio, la muñeca es una figura pasiva (el bebé alimenta la muñeca o le peina la cabeza); más tarde la muñeca se convierte en una extensión de la niña (la bebé alimenta a la muñeca, después a sí misma); y más tarde, la muñeca se convierte en una compañera (la niña adscribe sentimientos a la muñeca y le habla a medida que juega). La verdadera
representación de roles aparece un poco después: la niña pretende que la muñeca actúe en su lugar. Más significativo aún (desde la perspectiva de Mead) es el hecho de que la niña pretende que es otra persona. Los niños pequeños frecuentemente involucran a los adultos en sus juegos, pero los adultos comúnmente juegan aparte de las fantasías del niño. Cuando los niños empiezan a jugar juntos, se ven forzados a negociar. Dos niños de cuatro años están jugando al papá y la
PADRE: Hasta luego. Te veré más tarde; es hora de ir a trabajar. MADRE: ¡Oye, espérame! ¡Yo también tengo que ir a trabajar! PADRE: Oye, mami no trabaja.. . tú quédate aquí. MADRE: Bien, mami trabaja. . . muchas mujeres trabajan, tú sabes. Mi mami es profesora en la universidad. PADRE: O.K. entonces; pero apúrate que vamos a llegar tarde. ¿Estás segura que quieres trabajar? (K.H. Rubin, 1980, p. 75) El análisis de Bretherton sugiere que el hacer creer es una fuente principal de la comprensión social. En sus juegos, los niños se mueven a través de acciones imitativas hasta la consciencia de que otros tienen sentimientos, desde jugar a ser ellos mismos, hasta jugar el rol de otros, desde jugar solos hasta el juego social. Al principio de la etapa de representación de Mead, los niños están listos, no solamente para ensayar roles de adultos, sino también
En los últimos veinte años, se han llevado a cabo muchos estudios en un intento por responder a estos interrogantes. Al comparar las familias de cla-
para interiorizar algunos elementos de estos roles. ¡La "madre" y el "padre" en la escena anterior ya se han sintonizado con los roles de adulto que una mujer toma en una sociedad! Los juegos con reglas añaden otra dimensión a la socialización (Bettleheim, 1987). Cuando no están supervisados por los adultos, los niños frecuentemente pasan más tiempo argumentando sobre qué juego van a jugar, sobre las reglas que van a seguir, quién va a estar en cada equipo, y otras circunstancias relacionadas que realizan efectivamente cuando organizan un juego. Desde el punto de vista de los adultos, los resultados son desastrosos. Pero desde el punto de vista de los niños, estas ocasiones le proporcionan experiencias importantes para resolver discusiones, probar capacidades sociales y aprender cuándo y por qué son útiles las reglas. Los niños en su propio ambiente sorprenden a los adultos con su generosidad: ante desplantes de coraje se excusan con frecuencia, y allí existen frecuentes llamadas a lo que ellos dicen "permitámosle a este flacucho" (o en algunos casos las niñas) que tenga su oportunidad. Un análisis de cerca del juego del niño proporciona otra señal para el enigma que sustenta todas las teorías de la socialización: ¿cómo es posible que las normas y valores que una vez estaban fuera del niño, vengan a estar dentro de él? (Elkin y Handel, 1984, p. 58). El juego promueve la habilidad de tomar el rol de otros (primero visto en el hacer creer) y en la internalización de dichas reglas sociales fundamentales como el "tomar el turno" y el "juego limpio" (desarrollados en el juego y en el desempeño del juego con los compañeros).
se baja, media y alta los investigadores han encontrado que existen en efecto diferencias en la forma como los niños se socializan. Algunas de estas dife-
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rendas tienen que ver con la lengua, las variadas formas de comunicación que los padres enseñan a sus hijos dependiendo de la posición de los padres en la jerarquía económica. Otras diferencias importantes comprenden los valores, las cosas que los padres admiran, respetan y tratan de transmitir a sus hijos. Estas diferencias en la socialización a través de las clases sociales pueden ayudar a canalizar a los niños hacia las mismas formas de ocupaciones que tienen sus padres.
El impacto de la lengua En el centro de la socialización está la lengua, el sistema de símbolos y de significados que las personas utilizan para entender su mundo y comunicarse acerca de él. Basado en muchos estudios y experimentos de observación realizados cuidadosamente, Basil Bernstein y sus estudiantes han encontrado diferencias significativas en la lengua predominante en la clase trabajadora y en los hogares de clase media. Bernstein (1971, 1977, 1981) argumenta que en Gran Bretaña y en Estados Unidos existen dos "códigos de conversación" distintos; dos conjuntos diferentes de reglas en relación con la forma como las personas seleccionan sus palabras y las unen en forma adecuada a la situación. A uno de estos códigos lo llama Bernstein código restringido de conversación. Este se basa en la suposición de que las personas con quienes hablamos comparten el mismo conocimiento, asignan los mismos significados y generalmente tienen las mismas opiniones. Cuando estamos con aquellos a quienes conocemos bien, todos tendemos a utilizar un código restringido de conversación. Dicho código nos permite dejar muchas cosas sin decir. No tenemos que molestarnos por construir nuestros significados o en hacer explícitas las conexiones entre las cosas que decimos. Podemos utilizar un tipo de taquigrafía lingüística y nuestros interlocutores nos entenderán perfectamente porque ellos comparten también nuestra perspectiva básica del mundo. Bernstein sugiere que los padres de la clase trabajadora están frecuentemente limitados por un código restringido de conversación. Sin embargo, muchos padres de la clase media han tenido una educación y una experiencia ocupacional necesarias para desarrollar lo que Bernstein denomina un código elaborado de conversación. Este se utiliza para transmitir ideas y significados diferentes de aquellos que tienen las personas que nos rodean. Este es el lenguaje de la persuasión, de la diferenciación y de la explicación, no de la charla diaria. No es de sorprenderse que sea más compleja y detallada esa lengua que la que se basa en un código
restringido. Para los oyentes, la lengua elaborada, suena más adornada y más lógica, más precisa y exacta en sus significados, y generalmente planificada y "bajo control." Bernstein cree que un niño que tiene oportunidad de adquirir un código elaborado de conversación se desarrollará en diferentes formas, intelectual y socialmente más, que un niño que está limitado al código de conversación restringida. Puesto que un código restringido se basa en la suposición de conocimientos y comprensiones compartidos, no estimula a los jóvenes a que desarrollen un sentido de sí mismos como individuos separados, con ideas distintas de las que tienen los demás miembros de los grupos a los que pertenecen. Puesto que es una lengua para diferenciar y hacer claras las ideas propias un código elaborado proporciona a los niños amplia oportunidad para desarrollar su sentido de individualidad. De este modo, los niños que adquieren un código elaborado, son impulsados a ser más independientes en sus relaciones con los demás, más autosuficientes y autónomos en su forma de pensar. Estos rasgos son importantes para triunfar en una carrera profesional o gerencial. Bernstein considera los códigos de conversación como algo que se relaciona estrechamente con la estructura social dentro de una familia. En su opinión, las familias de clase media están más inclinadas a tener un sistema de rol abierto, un sistema en el que cada rol de los miembros está parcialmente abierto a la negociación. En dichas familias, los niños tienen una buena dosis de discreción en los roles que desempeñan. Pueden escoger de entre una escala de alternativas (bebé, bromista, muchacho travieso, ayudante de la madre) dependiendo de las inclinaciones individuales. En una familia de rol abierto, los padres impulsan este tipo de independencia. Las cualidades individuales y las selecciones personales llegan a ser temas frecuentes de discusión. Para hablar de esta naturaleza, en la que la individualidad y la autonomía se defienden, es esencial un código elaborado de conversación. En agudo contraste se encuentra la familia que tiene un sistema de roles muy cerrado, común a muchos hogares de la clase trabajadora. Aquí los roles se asignan a los niños sin que tengan posibilidad de cuestionamiento. A los jóvenes simplemente se les enseña a aceptar sus posiciones en el orden social. No hay discusiones complejas para explorar las necesidades individuales y las perspectivas. En tal familia, un código restringido de conversación es perfectamente adecuado. Bernstein argumenta que los códigos de conversación y la estructura social de la familia están reía-
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donados con un tercer factor importante: el tipo de control que los padres prefieren cuando se trata de socializar a sus hijos. Muchas familias de clase trabajadora, con sistemas de roles cerrados, sostiene Bernstein, dependen en gran parte de lo que él llama
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Figura 5.3 Valores y clase social de los padres
control orientado hacia la posición, el cual hace énfasis
en el estado de una persona o su posición dentro del grupo, y los comportamientos adecuados para ella. Así, una madre de la clase trabajadora puede insistir en que su jovencita sea la niñera de su pequeño hermano, simplemente porque ella es la niña más madura de la familia. Las madres de la clase trabajadora, como en este ejemplo, también están inclinadas a dar órdenes. Imponen una regla con pequeñas explicaciones o con poca oportunidad para la discusión. Un código restringido de conversación es todo lo que se necesita para este tipo de comunicaciones. Por el contrario, una madre de clase media es más apta para utilizar lo que Bernstein ha denom i n a d o el control orientado hacia la persona. Este con-
trol comprende la elaboración de reglas que se acomodan tanto a la situación como a las características de un niño en particular. Así, por ejemplo, una madre de clase media puede decir a su hija de trece años "¿Quisieras, por favor, hacer de niñera por esta noche puesto que nadie más está disponible, y tú eres tan buena con los niños?" Aquí a la hija se le está dando la oportunidad de participar en la decisión, y de entender por qué la solicitud es razonable y adecuada bajo ciertas circunstancias. Para lograr este tipo de mensaje es necesario un código elaborado de conversación. Este código de conversación, a su vez, impulsará a la hija a ser más abierta mentalmente y más analítica en su pensamiento, ayudándole por lo tanto, a prepararse para roles de estatus más altos en la vida. Por el contrario, los códigos más restringidos de conversación y la tendencia a un control orientado hacia la posición en las familias de clase trabajadora, pueden limitar la habilidad del niño para alcanzar carreras de status más altos. Estos modelos son una posible explicación de por qué la posición de la clase social, tiende a permanecer de una generación a otra. El impacto de los valores Otra razón para que las distinciones de clase social parezcan perpetuarse a sí mismas, puede radicar en los valores que los padres pasan a sus hijos. Un investigador que ha estudiado extensamente las diferencias de los valores fundamentadas en la clase, es el sociólogo Melvin Kohn. El trabajo de Kohn en esta área se extiende por más de veinte años y comprende información recogida de miles de personas. El y sus colaboradores han encontrado diferencias
— - — Obedece a los padres Consideración por los demás Interesados en saber cómo y por qué suceden las cosas Buenas maneras
Una investigación sociológica extensa ha descubierto que el énfasis de los padres de clase trabajadora sobre las maneras, la obediencia y la pulcritud, contribuye a que sus hijos den mucha importancia a los trabajos subordinados, mientras que el énfasis de los padres de clase media y clase alta sobre la curiosidad, la consideración y la responsabilidad, conduce a que sus hijos busquen empleos más interesantes y les proporcionan mayores sentimientos de autocontrol.
muy sólidas en los valores que las personas sostienen para sí mismas y para sus hijos, dependiendo de su clase social (Kohn, 1959; Kohn y Schooler et al., 1983). Las personas de las clases sociales más altas están más inclinadas a valorar los rasgos que comprenden la autodirección, mientras que las personas de clases sociales más bajas, están más inclinadas a valorar los rasgos que implican la conformidad con una autoridad externa. La Figura 5.3 resume los diferentes valores que defienden los padres de la clase trabajadora y los de clase media. Los padres de clase trabajadora, conceden más valor a los
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Figura 5.4 Lo que las personas valoran acerca del trabajo
Las personas valoran las diferentes dimensiones del trabajo y trasladan estos juicios de valor a sus hijos. La investigación sociológica ha demostrado que estas orientaciones hacia el trabajo pueden influir a largo plazo. Tal como lo indica la gráfica, las diferencias en los valores acerca del trabajo entre clases es muy fuerte y puede ayudar a perpetuar las diferencias de clases en las próximas generaciones.
buenos modales, a la pulcritud, al ser buen estudiante, a la honestidad y a la obediencia. Los padres de clase media, por el contrario, conceden mayor valor a la consideración, al interés en cómo y por qué suceden las cosas, a la responsabilidad y al autocontrol. La comparación de los ítemes de estas listas
aclara la diferencia fundamental entre los dos sistemas de valores. La valoración de los buenos modales, por ejemplo, implica el cuidado de si un niño sigue las reglas de etiqueta que esa sociedad señala a las personas, mientras que la valoración de la consideración comprende el cuidado de si un niño siente empatia por los demás. El primer valor insiste en la conformidad con una autoridad externa; el segundo valor insiste en el desarrollo de los estándares internos propios de cada uno. Observemos la estrecha conexión entre esta diferencia de valores basada en las clases y la idea de Bernstein de la diferencia en los códigos de conversación basados en la clase. La familia de la clase trabajadora valora la conformidad y el uso de la lengua que supone que las personas comparten la misma perspectiva. Las familias de clase media valoran la autodirección y utilizan la lengua que promueve la expresión de la individualidad. Más aún, los padres de la clase media y de la clase trabajadora, no sólo diferencian entre lo que dicen valorar. Su comportamiento también está fuertemente influenciado por sus ideales comunes sobre lo que quisieran que hicieran sus hijos. Puesto que los padres de clase trabajadora valoran la conformidad con las reglas establecidas y con las tradiciones, tienden a enfocar las consecuencias inmediatas de las acciones del niño. Si un niño quebranta una regla, probablemente sea castigado, aunque no haya querido cometer el error. Los padres de clase media, por el contrario, son aptos para preocuparse más por los motivos de los niños y las intenciones de sus acciones en sí mismas. Por ejemplo; si un niño pequeño golpea a su hermana y la hace llorar, los padres de clase media se inclinarían a preguntar si este acto fue deliberado, antes de castigarlo. Los padres de clase media están más inclinados a razonar con sus hijos con el fin de hacerles entender por qué deberían o no hacer algo. Los padres de clase trabajadora, por otro lado, son aptos para castigar sin mucha discusión, y están más inclinados que los padres de clase media, a proporcionar castigos físicos. Pero, ¿de dónde provienen estos diferentes conjuntos de valores y de comportamientos relacionados? ¿Por qué los padres de clase trabajadora quieren que sus hijos sigan convenciones establecidas y obedezcan sin preguntar mucho, mientras que los padres de clase media están más preocupados por inspirarles autodirección y estándares internalizados? La investigación de Kohn ha demostrado que estas diferencias que se basan en la clase, están directamente relacionadas con las experiencias de los padres en el trabajo (Kohn, 1976; Kohn y Schooler, 1978; Kohn, 1981). El trabajo que proporciona
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oportunidades para el pensamiento independiente, para la iniciativa y para el juicio, tiende a fomentar los valores de la clase media; el trabajo que restringe estas oportunidades, tiende a fortalecer los valores de la clase trabajadora. Ciertos aspectos del trabajo son especialmente importantes en esta consideración (La Figura 5.4 resume los diferentes aspectos del trabajo que valoran las personas de clase media y de clase trabajadora). Cuando una persona que no es supervisada de cerca, trata con información y personas en vez de con cosas, y tiene trabajo suficientemente complejo como para hacer posibles diversas aproximaciones, él o ella tienen la independencia relacionada con el empleo que conduce a valorar la autodirección. Así, Kohn observa las experiencias en el trabajo como si tuvieran el efecto de extenderse dentro de la vida familiar. El éxito en el mundo del obrero, depende de que se sigan los procedimientos y las órdenes del supervisor, de modo que los padres de clase trabajadora tienden a valorar la obediencia y la conformidad en sus hijos. El éxito en el mundo de la clase media depende mucho más del pensamiento autónomo y del juicio, particularmente en el nivel gerencial más alto. Los padres de clase media, por consiguiente, tienden a valorar la autodirección, la autoiniciativa y la autoconfianza en sus hijos. ¿Acaso estos valores enfatizados en el hogar realmente tienen diferencia con los rasgos que desarrollan los niños? Los investigadores interesados en el trabajo de Kohn han tratado de responder a esta pregunta. Por ejemplo, Jeylan Mortimer y sus colaboradores (1986) consideraron los hallazgos de Kohn de que los padres que valoran la autodirección tienden a apoyar más a sus hijos y a animarlos, que aquellos que valoran la conformidad. En su investigación sobre las relaciones padre e hijo, Mortimer y sus socios descubrieron que el ánimo y el apoyo de los padres están relacionados con una cantidad de rasgos del niño que podrían tender a fomentar el logro. Uno de ellos es el fuerte sentido de autocompetencia, otro la tendencia a comprometerse más en el trabajo. Estas son precisamente las formas de rasgos que se encuentran en las personas que persiguen carreras de altos status. Si el valor de la autodirección es tan importante para los logros ocupacionales, ¿no podría concedérsele mucha atención a este valor en las escuelas? En esta forma, los jóvenes de la clase trabajadora podrían también adquirir la perspectiva personal necesaria para empleos de niveles más altos. Tal programa es ciertamente posible. La cuestión es cuánto quiere la sociedad ampliar las oportunidades que ya están abiertas a los hijos de la clase trabaja-
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dora. Regresaremos a este asunto en el Capítulo 17, el cual explora la educación.
AGENTES DE SOCIALIZACIÓN La socialización se presenta en muchos conjuntos diferentes, mediante la interacción con muchas personas, grupos y organizaciones diferentes (Elkin y Handel, 1984, p. 123). Los agentes de la socialización desempeñan roles diferentes en la vida de los niños, tienen metas diferentes, responsabilidades e impactos sobre el desarrollo de los niños. También pueden reforzarse en algunas circunstancias o contradecirse. Por ejemplo, los padres pueden querer que sus hijos vean a los hombres y mujeres como iguales, y los maestros pueden apoyar este propósito. Pero las comedias de humor, la publicidad y los videos de rock en la televisión, hechizan y "humorizan" las diferencias entre los sexos, y los grupos de pares con frecuencia exigen comportamientos sexuales estereotipados (se ignoran las niñas que juegan con escopeta; se ridiculizan los niños que juegan con muñecas). Al examinar estas influencias, es importante distinguir entre socialización intencional y no intencional. La madre que insiste en que el preescolar devuelva un juguete a su propietario, puede estar preocupada por enseñarle a comportarse con los demás, pero también está enseñándole a respetar "la posesión privada de la propiedad." Ciertamente no pretende dar una lección sobre los principios básicos del capitalismo; pero ése es el efecto de sus acciones. En otra sociedad, que concede menor valor a la propiedad privada, las madres podrían estar más preocupadas por un niño que guarda sus posesiones y que se resiste a regalar las cosas. Los padres podrían intentar enseñar a un niño que la raza o la religión de una persona no tienen importancia. Pero sus actividades (los amigos que invitan a la casa, los grupos que fomentan, las vecindades en las que viven) y sus comentarios sobre el estilo de vida de otras personas puede transmitir un mensaje diferente. El punto clave aquí es que la socialización no sigue un camino trazado en forma clara hacia una meta predeterminada (Wrong, 1961). Existen muchos saltos e influjos desconocidos sobre el niño y muchos resultados posibles.
La vida de familia La familia es el primer mundo social que encuentra el niño, y sus miembros el espejo en el que los niños empiezan a verse. Para decirlo claramente, la familia ya no desempeña en la sodalizadón el rol totalizante que le correspondió en otras épocas; las escuelas y los demás agentes sociales han asumido muchas de
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miliares como las escondidas. Los modelos de socialización en el hogar también reflejan las relaciones de los padres entre sí y el ambiente general de la familia: si una "interacción familiar es característicamente relajada y de buen humor, o tensa y apartada, o si recalca o minimiza la distancia entre padres e hijos o entre mujeres y hombres, o si es típicamente cooperativa o competitiva" (Elkin y Handel, 1984, p. 132).
La familia es el agente primario de socialización para los niños que están en el proceso de desarrollar los valores fundamentales y de aprendizaje acerca de las relaciones sociales. Durante muchos años la familia ha servido como el agente más importante de socialización en el mundo del niño. (Claudia Parks/Stock Market)
esas funciones. Los niños están acostumbrados a empezar la escuela a la edad de seis años; ahora la mayoría va al jardín infantil a la edad de cuatro o cinco años, y muchos asisten a los centros de cuidado diurno, como acontece con los infantes y con los que hacen sus primeros pinitos. La televisión se utiliza ampliamente como una niñera por horas. No obstante lo anterior, la familia continúa siendo el primer agente de socialización por importantes razones (Elkin y Handel, 1984). La familia introduce a los niños a las relaciones íntimas y personales, y les proporciona sus primeras experiencias, una de ellas la de ser tratados como individuos distintos. La familia es el primer grupo referencial del niño. El primer grupo cuyas normas y valores adopta el niño como propios, y al cual se refiere para evaluar su comportamiento. La familia también introduce a los niños a la vida de grupo. El vivir juntos en una casa significa aprender a compartir los recursos de la casa, incluyendo el espacio, los objetos, el tiempo y la atención de los padres. Padres y madres tienen diferentes estilos paternales, y por lo tanto suministran a su descendencia diferentes experiencias (Easterbrooks y Goldberg, 1984). Con niños pequeños, los padres tienden a los juegos físicos y a nuevos juegos poco conocidos; las madres tienden a una interacción vocal y juegos fa-
El nacimiento de hermanos añade nuevas complejidades a la vida de familia. A través de la interacción con los hermanos, los niños ganan experiencia en la cooperación y en el conflicto; en la negociación y en el regateo; en las desigualdades basadas en el tamaño y en la experiencia, y en los límites de tolerancia de otras personas. Además, la manera cómo una madre responde a un niño, depende no solamente de "bondad de ajuste" (como ya se ha descrito), sino también de la posición de la familia: las madres pasan dos veces más tiempo con los niños primogénitos que con los niños nacidos después (White, Kaban y Attanucci, 1979). La mayor parte de los expertos están de acuerdo en que el orden de nacimiento tiene un impacto significativo en la socialización. Los niños nacidos primero tienden a ser más estrictos en la disciplina que los niños nacidos más tarde, y a estar más en la mira de la atención paterna. La aparición de un hermano despierta respuestas competitivas en el primogénito. Como resultado, los primogénitos "tienden a sermás conscientes, a alcanzar más alta escolaridad, y a ir a la escuela durante más tiempo que los nacidos más tarde" (Forer, 1976, p. 11; Blake, 1986).. También son favorecidos por la fortuna, más predispuestos que los nacidos luego a ser presidentes, miembros del Congreso, astronautas y a aparecer en la carátula de la revista Time (Goleman, 1985). Los nacidos en segundo lugar deben aprender a hacerse su propio camino alrededor de unos hermanos mayores más fuertes, así que con frecuencia llegan a ser expertos en diplomada y en negociaciones (Jiao, Ji y Jing, 1986). La disciplina paternal por lo general es menos estricta en el caso de los nacidos en segundo lugar, lo que fortalece unas relaciones suaves con las personas (Snow y otros, 1981). La función "pionera" de los hermanos mayores, frecuentemente continúa a lo largo de toda la vida, proporcionando a sus hermanos y hermanas menores unos patrones de rol para confrontar situaciones como el divorcio, el duelo, la viudez y el retiro (Sobel, 1980). En efecto, por causa de los divorcios frecuentes de hoy y de los nuevos matrimonios, muchos niños forman vínculos más estrechos con sus hermanos y hermanas que con sus padres (Cicirelli, 1980).
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Finalmente, la familia introduce al niño en la sociedad, colocándolo en un mapa social. Haber nacido en una familia en particular es adquirir un estatus social. El que los padres de un niño sean ricos o que dependan de la seguridad social, no es problema del niño. Sin embargo, el status familiar tiene un fuerte efecto en la forma como los vecinos, los maestros y los otros observan a aquel niño. Además, los valores de la familia, las actitudes y el estilo de vida reflejan la clase social, la religión, el grupo étnico y la región a la que pertenece. Con la familia, el niño no solamente adquiere una versión no pulida de la cultura, sino también una versión selecta que se basa en la posición de los miembros familiares y de las experiencias en la sociedad. Pares ENTREVISTADOR ¿Por qué es Caleb tu amigo? TONY: Porque me gusta. ENTREVISTADOR: ¿Y por qué te gusta a tí? TONY: Porque es mi amigo. ENTREVISTADOR: ¿Y por qué es tu amigo? TONY (con un ligero disgusto): Porque. . .yo. . .lo he escogido.. a él.. .como.. .mi amigo. (Z. Rubin, 1980)
Los sociólogos han reconocido que los pares juegan un rol único e importante en la iniciación del niño en la sociedad. Los grupos de pares proporcionan a los niños las primeras experiencias de relaciones igualitarias. Puesto que los adultos son mayores, más fuertes, "más ricos" (controlan recursos como el refrigerador y los canales de televisión), y presumiblemente más prudentes que los niños, las relacio-
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nes de adultos con niños son siempre asimétricas. En la casa y en la escuela, hasta cierto punto los niños están siempre subordinados a los adultos. Pero, por otro lado, los pares son iguales socialmente. "Permanecen en la misma relación de las personas de autoridad" y "ven el mundo con los mismos ojos" (Davis, 1940, p. 217). Entre pares, existen oportunidades de aprender el significado del toma y dame que no existe en el mismo sentido en las interacciones entre adulto y niño. Los niños pueden enseñar a sus amigos nuevas destrezas o ayudarles a resolver problemas, oportunidades que raramente tienen con los adultos. Los adultos conocen las reglas y tienen el poder y la autoridad de reforzarlas; entre compañeros, los niños pueden participar en la creación y en el refuerzo de normas. En los grupos de pares, los niños pueden desarrollar relaciones cercanas de su propia elección (como lo demostró Tony enérgicamente en la entrevista anterior). Los niños no pueden escoger a sus padres ni a sus hermanos (o viceversa), pero pueden seleccionar sus propios amigos fuera de la familia. Las amistades proporcionan a los niños una introspección dentro de los sentimientos y prácticas de otras personas en el desarrollo de la comprensión mutua. En la niñez temprana, las amistades comúnmente se basan en la oportunidad (niños que viven cerca el uno del otro y juegan juntos); en la niñez mediana, sobre intereses y actividades compartidas; en la adolescencia, sobre secretos compartidos y confianza mutua. Los niños también aprenden de sus pares que la interacción social puede ser difícil y la amistad no es siempre automática (Corsaro, 1985).
Los grupos de pares desempeñan papeles importantes en los conflictos de los adolescentes para formar una identidad y constituir valores profundamente sostenidos por los adultos. (Izquierda, C. Simonpietri/Sygma; derecha: Chuck Nacke/Sygma).
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Los pares también pueden enseñarse unos a otros sobre temas que los adultos consideran delicados o prohibidos, tales como el sexo. Los jóvenes obtienen la mayoría de la información sobre el sexo y la mayor parte de su experiencia sexual con sus pares de la misma edad; nuestra sociedad no impulsa a los adultos para que inicien a un niño en este dominio del comportamiento. Muchos padres hablan a sus hijos sobre la reproducción, pero la mayoría se sienten incómodos hablando a los niños sobre lo que es el sexo y sus implicaciones. La educación de los pares, sin embargo, no está limitada a temas prohibidos. Iona y Peter Opie (1959) han identificado un cuerpo de "ciencia popular y de lengua de los niños", transmitidos de una generación de niños a otra en forma de juegos, de ritmos y códigos morales ("los buscadores guardianes, los perderores llorones"). Durante la adolescencia, el influjo de los pares aumenta y la influencia paternal disminuye tan pronto como los compañeros se apoyan unos a otros en sus pasos hacia la independencia. Esto es especialmente importante porque tan pronto los niños entran a sus trece años, necesitan ayuda para defenderse por sí mismos contra las ambigüedades de la adolescencia. En nuestra sociedad, los adolescentes ni son niños ni son adultos. Sus responsabilidades, su capacidad y deseo por nuevas experiencias aumentan, aunque de muchas maneras se les obliga a permanecer dependientes. Al unirse con sus pares y contra los adultos, los jóvenes que todavía siguen dependiendo económicamente de sus padres (pueden continuar así durante años si sus padres financian la universidad y la educación posgradada) y que todaCon intensa concentración que raramente prestan a sus padres, estos niños escuchan a su entrenador de la Pequeña Liga. La socialización por los pares funciona paralelamente con la socialización por los adultos en tanto los niños aprenden cómo equilibrar las normas del espíritu deportivo con el ardiente deseo de vencer. (Daemmrich/Uniphoto).
vía estudian en lugar de trabajar, pueden lograr cierto sentido de autonomía. Para la mayoría de los adolescentes tanto los padres como el grupo de pares son importantes anclajes en sus vidas (Troll y Bengtson, 1982). Cuando las circunstancias comprenden temas de gustos musicales, vestidos personales, ídolos del espectáculo, bebidas, uso dé marihuana, cigarrillos o trampas académicas, los adolescentes tienden a responder más a las preferencias de sus pares. Pero cuando las situaciones tienen que ver con las metas de la vida futura y con los valores centrales, tienden a responder más a las preferencias de sus padres (Davies y Kandel, 1981; Krosnick y Judd, 1982). Por último, el grupo de pares aplica sus propios estándares sobre la socialización. Volvamos ahora a algunas diferencias en la socialización entre los adultos y los pares, utilizando como base el estudio de Gary Fine sobre la Pequeña Liga. Socialización de adultos y de pares: algunos contrastes Las observaciones de Gary Fine (1987) iluminan las diferencias entre la socialización entre adultos y entre pares. Los adultos, según Fine, miran la interacción con los niños como una "empresa moral". Creen que tienen la obligación de enseñar a los niños los valores correctos y de crear oportunidades para hacerlo. La Pequeña Liga, cuyo lema es "carácter, valor y lealtad", es una de esas oportunidades. Fine encontró que los entrenadores de la Pequeña Liga insisten en cuatro temas morales: la importancia del esfuerzo ("si es digno de hacerse, es digno
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La televisión y los computadores se han convertido en instrumentos principales de socialización y en objeto de mucha controversia. ¿Cuáles piensa usted que sean las similitudes y diferencias entre interactuar con la televisión y con el computador? ¿Constituyen una diferencia significativa en las actitudes del niño y su comportamiento? (Izquierda, Rick Brady/Uniphoto; derecha: Gabe Palmer/The Stock Market).
de hacerse bien"); la grandeza deportiva (la "regla de oro" de los atletas); el trabajo de equipo (como una forma de responsabilidad social); y aprender la manera de comportarse en situaciones de victoria y de derrota. Fine anota que los adultos quieren que los jóvenes piensen en estas reglas morales como algo absoluto, más allá de toda negociación. Pero su propio comportamiento muestra que los adultos invocan las reglas en forma selectiva. Cuando se encuentran equipos que han estado en permanente rivalidad, un entrenador puede impulsar a sus jugadores para "confundir" al contrario, y él mismo puede "dominar" al otro entrenador -lo que no puede llamarse grandeza deportiva. Puede que los niños pequeños no perciban la diferencia entre lo que los adultos dicen y lo que hacen. Los muchachos preadolescentes, sin embargo, son muy rápidos para ver la grieta en la armadura moral de los adultos. En efecto, lo que ellos aprenden de los adultos es cuándo y cómo emplear la retórica moral para defenderse a sí mismos o para hacer que otra persona respete las reglas. Mientras tanto, los pares tienen su propia agenda moral, sus propios estándares que aplican a uno u otro con o sin aprobación de los adultos. En primer lugar, los niños esperan que cada uno manifieste emociones adecuadas. Un niño que llora cuando su equipo gana (porque él tuvo bajo rendimiento) se denomina "extraño"; alguien que sonríe nerviosamente después de poncharse es "loco". El segundo estándar es el autocontrol. Los muchachos esperan de los otros pares que controlen su angustia, refrenen su llanto y sean estoicos frente al dolor. Entienden cuando sus compañeros pierden el control, pero en forma amable (o no tan amable) les dicen "compórtate". En tercer lugar, los miembros de las pequeñas
ligas están obligados a exhibir un deseo de ganar. Los muchachos que no hinchan, que no se sienten comprometidos en el juego, o que no actúan o defienden la camiseta de jugador de la Pequeña Liga se menosprecian. Por último, los pares exigen lealtad. La "traición" y la "chismografía" de un compañero hacia un adulto se considera como algo criminal. Actuar con superioridad frente a los compañeros también es algo que va contra las reglas. Las notas sarcásticas cuando un joven se destaca (diciéndole a un chico que batea una triple base "no regreses" o a otro que batea un jonrrón "eso es sólo ficción de tu imaginación") reducen la cantidad de compañeros. Tal como lo indica Fine, la socialización de los pares no trabaja contra la socialización de los adultos, sino a su lado. Los chicos que él observó trabajaban para lograr los ideales del rol sexual del adulto masculino, pero a su manera.
Medios de comunicación masiva Los niños están expuestos a diversos medios de comunicación masiva, las formas de comunicación que llegan a gran cantidad de personas-televisión, radio, cine, videos, discos, historietas cómicas, revistas y periódicos. Si bien todos los medios son agentes importantes de socialización, el más influyente es probablemente la televisión. Ciertamente ningún otro medio consume más tiempo de los niños. A los nueve meses muchos infantes miran televisión (aunque no necesariamente la comprendan) por una hora y media cada día (Singer, 1983). A los tres o cuatro años de edad promedian cuatro horas al día (Singer y Singer, 1981; Instituto Nacional de Salud mental,
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1982). En la niñez mediana y en la adolescencia, el promedio son de 20 a 24 horas semanales y algunos jóvenes alcanzan a pasar 40 horas semanales en frente del aparato de televisión (Hodge y Tripp, 1986). Sobre todo, los niños en los Estados Unidos y en otras naciones occidentales pasan más tiempo mirando la televisión que el que pasan en la escuela, y muy probablemente, en comunicación directa con sus padres (Winn, 1985). Estos frecuentemente se sienten desesperanzados para controlar la dedicación de sus hijos a la televisión. Menos de la mitad establecen reglas claras sobre el tiempo y la clase de programas que los niños pueden ver (Robertson, 1980). Los padres y otras personas están preocupados por la forma como la televisión está socializando a los niños. Están insatisfechos con los contenidos de muchos programas (especialmente por la cantidad de violencia); están preocupados por la intensidad con la que los niños se compenetran con la televisión; creen que la televisión aleja a los niños de actividades más sanas (tales como deportes al aire libre) y de las experiencias de aprendizaje (especialmente la lectura). Subyacente a estas quejas específicas, el sentimiento general es que la televisión es un medio excesivamente poderoso, y que los niños no están lo suficientemente maduros como para protegerse de mensajes dañinos. El sociólogo Neal Postman (1979) ha sugerido que la televisión ha empezado a borrar las fronteras entre las cosas conocidas por los niños y las cosas conocidas solamente por los adultos. Un informe suministrado por el Instituto Nacional de Salud Mental en 1982 sugería que era válida la preocupación de los padres. "La televisión ya no puede considerarse como una parte casual de la vida diaria, como un juguete electrónico. Hallazgos de investigación han destruido la ilusión de que la televisión es solamente una diversión inofensiva" (p. 87). Sin embargo, un examen más atento de los estudios sobre el impacto que la televisión ejerce sobre los niños, produce resultados contradictorios. Por el lado positivo, los experimentos muestran que mirar programas que enfatizan la participación, la colaboración y la autodisciplina (tal como el programa "El vecindario del señor Rogers") impulsan comportamientos prosociales en los niños (Cater y Strickland, 1975; Singer y Singer, 1983). Y para los niños que viven en un ambiente empobrecido, los programas de entretenimiento como "Plaza Sésamo" son indudablemente una fuente de estímulo e instrucción. Por el lado negativo, numerosos estudios han demostrado que mirar la violencia en la televisión impulsa a la agresión. Un estudio a largo plazo sobre los jóvenes encontró que la preferencia por la violencia en la
televisión era una predicción más adecuada de comportamientos agresivos que el ambiente socio-económico, que las relaciones familiares, que el cociente intelectual o que cualquier otro factor (Cater y Strickland, 1975). Es difícil decir qué viene primero: la disposición agresiva o la preferencia por programas violentos; pero existe la relación entre ambos. Otra investigación sugiere que el ver televisión en exceso durante los años preescolares, pone al niño en el riesgo de comportamientos problemáticos en la escuela elemental (Singer y Singer, 1981, 1983). ¿Que debe hacer un padre de familia? Un estudio reciente toma una posición diferente en relación con los efectos de la televisión.
En profundidad: ¿cómo interpretan los niños la televisión? Robert Hodge y David Tripp (1986) argumentan que quizá los temores al impacto de la televisión sobre los niños se han exagerado. Este debate sugiere que los niños son espectadores pasivos. Se ha sugerido que el impacto de la televisión sobre los jóvenes es tan directo y dramático como un bate al golpear una bola. Hodge y Tripp no están de acuerdo: Las bolas no piensan; los niños sí. La televisión envía mensajes que son interpretados y actuados por agentes sociales responsables de sus acciones. La televisión comunica significados. No toma a los niños y los envía para que hagan alboroto por las calles. Si la televisión afecta el comportamiento, lo hace muy indirectamente por medio de los - significados, las creencias y los valores. (1986, pp. 2-3)
Hodge y Tripp enfocan al espectador de televisión desde una perspectiva de acción. Para ellos, el punto clave es el siguiente: ¿qué mensaje envía la televisión a los niños y (mucho más significtativo) cómo interpretan los niños este mensaje? En un estudio reciente, los investigadores mostraron a cuarenta y dos niños entre los seis y los doce años de edad una tira cómica denominada "Cara de colmillo". El héroe de la narración es un adolescente llamado Sherman Fangsworth, quien resulta ser un hombre que se convierte en hombre-lobo. La tira cómica es la presentación típica de la televisión infantil tanto en el alto nivel de violencia como en el sexo estereotipado (los héroes son todos muchachos; la única muchacha, Sally, es la clásica "damisela afligida"). En primer lugar, los investigadores mostraron el programa a pequeños grupos de niños. Luego un entrevistador sostuvo discusiones con grupos de cinco o seis jóvenes de uno u otro sexo, y sus conversaciones fueron grabadas en videotape.
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Como otros programas de televisión, "Cara de colmillo", no envía un sólo mensaje sencillo; más bien, allí se encuentran muchos mensajes ambiguos y contradictorios. "Cara de colmillo", por ejemplo, se presenta como una fuerza del bien, pero también es un hombre que se convierte en lobo, por lo tanto, queda asociado con relámpagos, lobos, oscuridad y fuerzas de destrucción; habla como una persona y aulla como un lobo; tiene la voz profunda de un adulto, pero una obsesión infantil por el alimento. Hodge y Tripp encontraron que los jóvenes eran diestros para decodificar estos mensajes. Incluso los niños más jóvenes en el estudio fueron enfáticos al afirmar que "Cara de colmillo" era una tira cómica y la historieta pura fantasía. ENTREVISTADOR: Ehm, ¿cómo sabemos que eso era una tira cómica? ADRIÁN: Oh, puede decirse que por los . . . dibujos y CRAIG: Los dibujos. CHRISTIE: Están coloreados. No como la gente de verdad. ADRIÁN: Y no estaban muy bien dibujados. .. . CHRISTIE: Y tú no puedes salir y mirar una tira cómica que camina por la calle o algo así. Es tan sólo ... (los demás ríen) un pedazo de papel. ADRIÁN: Y yo no creo que esa tira cómica fuera realmente verdadera. (Otros niños se ríen.) ENTREVISTADOR: ¿No lo crees así? ¿Por qué no? ADRIÁN: Oh, tú no verías toda una multitud de personajes que corrían por las calles, y a "Cara de colmillo" convirtiéndose y cambiando una y otra vez. CHRISTIE: No, tú no tienes ese tipo de cosas como las personas que se transforman en cosas, en verdad. (1986, pp. 110,111). La capacidad para distinguir la fantasía de lo real es importante. Otros estudios (por ejemplo, Feshbach, 1976) han demostrado que la violencia en televisión aumenta la tendencia a la agresividad si, y sólo si, los espectadores creen que la violencia es real. Aun los niños más jóvenes en el estudio de Hodge y Tripp, sabían la diferencia. ENTREVISTADOR: ¿Qué pasa si alguien es asesinado en televisión? GEORGE: Ehm. . . Ellos no son realmente asesinados. ENTREVISTADOR: ¿No son realmente asesinados en la televisión? GEORGE: Son tan solo balas simuladas y sólo pretenden parecer que son asesinados y todos se mueren a propósito. ENTREVISTADOR: Ya veo. . . ¿y qué pasa cuando alguien es asesinado en la vida real? GEORGE Ehm... ellos mueren. (1986, p. 112). El estudio de Hodge y Tripp también tocó un aspecto de controversia sobre la programación de televisión, a saber, los estereotipos sexuales. En la vida
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real, la proporción de hombres y mujeres es de uno a uno (1:1); en "Cara de colmillo" (y en la mayoría de programas de televisión), la proporción es de cuatro a uno (4:1) en favor de los hombres. Los investigadores probaron las reacciones de los niños hacia esta desviación pidiéndoles que describieran los personajes más significativos de la narración. Las selecciones de los niños fueron abrumadoramente masculinas (96 por ciento); las selecciones de las niñas fueron más variadas (64 por ciento por los hombres, 36 por ciento por las mujeres); pero también eran selecciones desviadas. El punto clave es que ninguna era una reproducción adecuada o mecánica de la proporción de sexos en la tira cómica: ambos sexos imponían su propia interpretación sobre lo que habían visto. Los niños aumentaron la importancia de los niños por un factor de 8, para una proporción de treinta y dos a uno (32:1); las niñas rechazaron esa desviación, promediando la proporción de dos a uno (2:1). En efecto, cuando se les preguntó qué personaje quisieran ser, 75 por ciento de las niñas escogió a Sally, el único personaje femenino. Claramente, la desviación en el programa no afectó su identidad de género o el gusto por los personajes femeninos. Hodge y Tripp tomaron la posición no muy común de que la desviación del sexo en la televisión realmente puede funcionar en favor de las niñas: ellas tienen muchas oportunidades de observar y entender el "otro masculino"; pero los muchachos tienen pocas oportunidades de saber algo sobre el "otro femenino". Este análisis en profundidad de la forma como los niños interpretan los significados de lo que ven en televisión hace hincapié en que los niños son algo menos que zombis cuando miran televisión. Los jóvenes interactúan con la televisión en la misma forma en que lo hacen con los juguetes. La televisión promueve la internalización de las normas sociales y los valores, forzando a los niños a utilizar y a aplicar su conocimiento de lo bueno y lo malo, de la realidad y de la fantasía. Como en los cuentos de hadas y en los mitos clásicos, las tiras cómicas y otros programas de televisión exploran las fronteras de una cultura -sus límites, sus problemas y sus contradicciones. Los personajes son frecuentemente transgresores, desviados y monstruosos. De esta forma los niños obtienen experiencia para resolver problemas. "La televisión no es el blanqueo de pensamiento que muchos temen: la televisión proporciona el grano para los molinos del pensamiento, oportunidades incontables para lograr un crecimiento cognoscitivo normal" (1986, p. 92). En palabras de un niño: "Usted medio escucha con los ojos" (p. 41). Hodge y Tripp no pretenden sugerir que todos los programas de televisión sean buenos para todos
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los niños. Los niños pequeños prefieren (y se benefician más) las tiras cómicas, en las que la línea entre la fantasía y la realidad está claramente trazada. Los niños mayores prefieren (y se benefician más) los programas con actores vivos que desafían su captación de la realidad social. Los adolescentes están listos para las noticias. Hodge y Tripp concluyen que la televisión no es ni mejor ni peor que las casas de muñecas y las casas en los árboles, los libros y los museos. Como otros medios de socialización, la televisión invita a la interacción, a la experimentación y al crecimiento mental y social -particularmente si los padres la miran con sus hijos y el contenido de los programas es llevado a una discusión familiar (e incluso en la escuela).
La escuela Así como un prejuicio sobre la televisión como medio de diversión puede ocultarnos su rol en la socialización, los prejuicios sobre la escuela como lugar del aprendizaje de las primeras letras (y otros temas), tienden a oscurecer el hecho de que una socialización considerable tiene lugar en la escuela. Si bien la finalidad oficial de la escuela es enseñar a los jóvenes habilidades técnicas e intelectuales, también es, enseñar valores culturales y actitudes que los preparen para sus roles como adultos. En las sociedades modernas, la escuela es el primer agente para apartar gradualmente a los niños del hogar e introducirlos en la sociedad más amplia. La vida en la escuela es un cambio drástico de la vida del hogar. En la familia, los niños se valoran por lo que son; en la escuela, se valoran por lo que hacen. Los padres (idealmente) ajustan las actividades a los intereses particulares del niño; los profesores comúnmente esperan que todos los niños sigan el mismo currículo. En casa, la disciplina va mezclada con amor; en la escuela, se espera que los niños se conformen porque las reglas deben obedecerse. La escuela es la antesala de los jóvenes para las organizaciones impersonales y burocráticas. Estas lecciones son parte de lo que Talcott Parsons (1959) denominó "el currículo oculto"; nunca enseñadas en forma explícita, esas lecciones se ensamblan dentro de la estructura del salón de clase. En la mayoría de las escuelas, los estudiantes no participan en la toma de decisiones sobre las reglas o currículo, o de otras circunstancias que afectan sus vidas; no tienen ni siquiera el derecho de hablar, de moverse o de ir al baño sin permiso. Un largo estudio sobre las escuelas de hoy concluye así: No existe ya una tradición firmemente enraizada que aquella que sostiene que los niños deben sentarse todavía en sus pupitres sin conversar para nada, tanto
durante los períodos de espera, cuando no tienen riada que hacer, como durante las actividades que exigen conversación. Inclusive en una línea de ensamblaje, se da la conversación y la interacción entre los trabajadores, y existen los descansos para tomar café, y las pausas en el trabajo (Silberman, 1971, p. 128)
Cuán tan bien les vaya a los niños en la escuela, depende en parte de la forma como aprendan a desempeñar el rol de estudiantes. Algunos jóvenes están mejor preparados para este papel que otros. Por ejemplo, las cualidades que los padres de la clase trabajadora inculcan-obediencia, conformidad, buenas maneras- son adecuadas para la escuela elemental; las cualidades que los padres de clase media inculcan -curiosidad, pensamiento independiente, autodirección- se hacen importantes en los programas preparatorios para la universidad. (Veremos más acerca del impacto de la escuela sobre los estudiantes en el Capítulo 17.)
SOCIALIZACIÓN SECUNDARIA Hasta aquí, hemos estado describiendo la socialización en las primeras etapas de la vida, o lo que podríamos llamar la socialización primaria. Pero el
proceso de adquirir las normas y los valores de la sociedad a la cual se pertenece, el aprender la forma como funcionan efectivamente en ella, y encontrar formas para expresar la individualidad dentro de este marco de referencia, no se detiene cuando las personas celebran su cumpleaños número dieciocho o cuando se gradúan de la escuela. Empezar una carrera, vivir su propia vida, casarse, convertirse en padres, cambiar de empleo, de vecindario o de cónyuge, y crecer en edad, demandan el aprendizaje de nuevos roles sociales. Examinaremos los diferentes roles en el curso de la vida en el Capítulo 6. Aquí vamos a mirar los procesos adicionales de socialización que entran en juego tan pronto crecen los niños y entran en el mundo de los adultos.
La resocialización Tal como se ha sugerido, algunas transiciones de la vida siguen configurándose en normas, valores y roles existentes (Bachman y otros, 1978). Otros exigen la resocialización, o la internalización de un conjunto diferente de normas y valores. La resocialización es más obvia en los contextos institucionales, tales como el campamento del ejército, una cárcel o un hospital mental. Pero ciertas profesiones (como medicina, enfermería, derecho, trabajo de policía y
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La resocialización de los atletas universitarios La socialización no beneficia necesariamente a los individuos o a la sociedad. También puede tener un impacto negativo. El estudio de Peter y Patricia Adler sobre los atletas de la universidad (1985) descubrió un modelo de decepción, desilusión y separación que socava las metas de educación establecidas por dicha institución. Peter Adler empleó cuatro años como observador participante (véase Capítulo 2) en una universidad del medio oeste con un equipo de baloncesto de "gran tradición". Como "sociólogo del equipo", Adler se ganó la confianza de jugadores y entrenadores, y fue capaz no sólo de seguir las huellas de las carreras de los atletas, sino también sus actitudes hacia la universidad y hacia ellos mismos. En contra de la creencia popular, la mayoría de los atletas entran a la universidad con unos ideales de alta educación, y con fuertes deseos de graduarse. Los reclutadores les dijeron que sus habilidades atléticas eran el tiquete para el triunfo académico y ocupacional posterior; sus padres y la cultura reforzaban enormemente esta esperanza. En las palabras de un novato, "Si puedo utilizar mis habilidades en el baloncesto para abrir la puerta de la educación, puedo también confiadamente utilizar mi grado para abrir la puerta de un buen empleo.. .." (1985, p. 243). Sus primeros semestres en la universidad, sustentaron esta socialización anticipada. Los entrenadores preparan programas especiales previos a la temporada, se aseguran de que los novatos se inscriban en cursos dirigidos por instructores que tengan simpatía por los programas deportivos de la universidad, arreglan programas tutoriales y de otras maneras amortiguan las exigencias académicas sobre los atletas. El segundo año de los atletas en la universidad se caracteriza más como un período de desocialización.
El entrenador ya no puede proteger a "sus" atletas de los estándares académicos regulares. De repente, los atletas se dan cuenta de que no obtendrán automáticamente un grado y que su preparación de la escuela secundaria no los ha formado suficientemente para el trabajo en la universidad. Imaginaban que serían tan populares en el campus universitario como lo habían sido en la secundaria. Por el contrario, encuentran que están aislados socialmente. A los atletas en algunas universidades se les exige vivir en un dormitorio especial, en un sitio retirado de la ciudad universitaria. Largas horas de práctica, viajes frecuentes y otras ocupaciones deportivas los separan de la vida social de la ciudad universitaria. A causa de su tamaño, de su contextura, y status social y socio-económico, los otros estudiantes los consideran como "diferentes". La mayoría de los estudiantes en la universidad que estudiaron los Adler, eran blancos, suburbanos y de clase media; la mayoría de los atletas, por el contrario, eran de clase trabajadora y de clase media baja, y 70 por ciento eran negros. Además, se dan cuenta de que "jugar balón" ya no es un juego, sino que es un gran negocio para la universidad. "En la universidad, los entrenadores están más preocupados por ganar y que haya dinero. Si no ganan, pueden ser despedidos y por eso, nos trasladan la presión a nosotros los atletas" (1985, p. 244). La etapa final en la "educación" de los atletas es la resocialización. En vez de enfrentar la vergüenza y el fracaso académico, se distancian del rol de estudiantes. Los Adler encontraron que tres cuartas partes de aquellos que escogen administración de negocios, ingeniería u otras profesiones principales se cambiaron a programas más fáciles; otros renunciaron a la universidad y soñaron con engancharse en un equipo
profesional (sólo un sueño para la mayoría de las estrellas universitarias). La subcultura del dormitorio de los atletas sostiene una postura antiacadémica y anti-intelectual, neutralizando la importancia de las calificaciones, suministrando excusas y justificaciones para el fracaso académico y burlándose de aquellos que continúan tratando de superarse. Los entrenadores, los "propulsores" (los ex-alumnos que financian el programa atlético) y los medios, hacen muy poco para detener la corriente. Al final, los atletas abrazan el estereotipo de "los idiotas útiles", que comen, duermen y respiran deporte. Los Adler concluyeron que todas las estrellas del atletismo están sometidas a esta resocialización negativa, a pesar de su potencial individual. "Los factores estructurales (falta de preparación para la universidad, falsas expectativas, aislamiento social, presiones para desempeñarse en la cancha, etc.) definitivamente son predicciones del triunfo académico de los atletas, mucho más fuertes que cualquiera otra característica individual" (1985, p. 248). Los investigadores sugieren que el círculo de desilución y de separación podría romperse si los atletas fueran integrados en dormitorios regulares, si se les diera un modelo del rol académico, consejeros y personal atlético "disfrazado" de asesores, y defendidos de la atención de los medios. Ellos también sugieren que este modelo negativo de desocialización y de resocialización puede aplicarse a otros estudiantes cuya socialización anticipada no los ha preparado para las realidades de la universidad.
Fuente: Adler, Peter y Patricia A. Adler, 1985. From idealism to pragmatic detachment: The acedemic performance of college athletes Sociology of Education 58: 241-250.
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otros) dependen de programas de entrenamiento que despojan a los individuos de su autoimagen y de los valores adquiridos durante una socialización previa, un proceso conocido como desocialización, y que los remplaza con nueva perspectiva y autoimagen. La resocialización para una profesión comúnmente incluye seis etapas (Light, 1980). Durante la primera etapa, a los reclutas se les hace sentir diferentes. Por ejemplo, a los residentes en hospitales siquiátricos, que han aprendido a ver: e a sí mismos como competentes médicos jóvenes, se les dice que están medianamente "locos". La segunda etapa comprende un proceso de descrédito. Los policías veteranos les dicen a los principiantes que se olviden de todo lo que han aprendido en la academia de policía, porque todo eso será inútil en las calles. Típicamente, sigue una tercera etapa de conflicto y confusión. Las estudiantes de enfermería murmuran que la escuela no es lo que esperaban (Davis, 1968; Simpson, 1979); los policías principiantes encuentran que sus ideas de lo absolutamente correcto y de lo erróneo, son atacadas. La cuarta etapa está caracterizada por la desesperación. Algunos principiantes consideran la deserción. Otros se acomodan. Ya no entienden o tratan de justificar qué está sucediendo, simplemente hacen lo que se espera de ellos. En la quinta etapa, los reclutas empiezan a verse a sí mismos como lo que esperaban llegar a ser. Las estudiantes de enfermería, por ejemplo, empiezan a alinearse con sus profesores (quienes conciben la enfermería en términos amplios y teóricos), contra el personal de guardia (que ve la enfermería en términos de tareas específicas). La sexta etapa es la de la reafirmación. Los individuos internalizan la opinión universal de la carrera, y aceptan sus normas y valores como si fueran propios. Retrospectivamente, consideran su iniciación con humor, al ver cómo eran de cándidos al comienzo. El principiante se ha convertido en policía; la estudiante, en enfermera; el residente, en psiquiatra. El interés actual por la resocialización refleja un cambio en las ideas sobre la naturaleza de la socialización. En el pasado, muchos (quizá la mayoría) de los científicos sociales creían que las experiencias de la niñez determinaban qué tipo de personas íbamos a ser. La socialización de los adultos se consideraba sencillamente como "helado sobre el pastel". (Freud fue un exponente líder de esta posición). Hoy, muchos sociólogos creen que las experiencias del adulto (el trabajo, la paternidad, el divorcio, la mediana edad, y demás), tienen tanto impacto en los modelos adultos de adaptación como las experiencias de la niñez.
Socialización anticipada La socialización anticipada se refiere a los ensayos mentales, a los planes concretos, a los cambios sutiles en los valores y en las percepciones que realizamos cuando sabemos que va a presentarse un cambio significativo en los roles sociales. Los niños se involucran en una sociedad anticipada cuando juegan a la casa o a ser médico. Pero su conocimiento de los roles de adulto es limitado e idealizado. Los adultos tienen más conocimiento y son más prácticos. Un joven de veinte años que quiere ser médico toma cursos de pre-medicina en la universidad, habla con el consejero estudiantil sobre la solicitud de ingreso a la escuela de medicina, y pide consejo a los médicos que conoce. Una mujer que va a ser madre habla con su propia madre y con sus amigas que tienen niños, lee libros sobre el desarrollo prenatal, asiste a clases sobre el parto, solicita una licencia de maternidad, y adorna el cuarto de los niños; un futuro padre, con frecuencia, siente urgente necesidad de poner la economía familiar en orden. Los adultos también pueden utilizar una socialización anticipada para prepararse para un rol que no es bienvenido, como el de pagar una condena en una cárcel. Aunque el ensayo mental y la imaginación juegan un rol importante en la socialización anticipada, la consulta con otras personas significativas también es crucial. Sin embargo, la socialización total anticipada, como la que se presenta para el primer empleo o para el primer matrimonio, o para la carrera en deportes (véase Tabla), rara vez es completa.
Socialización ocupacional La socialización ocupacional es el proceso de alinear las normas, los valores y las creencias de un nuevo trabajador con aquellas que son propias de la organización u ocupación. En el mejor de los casos, las escuelas preparan a los individuos solamente en una forma muy general para las posiciones en el lugar de trabajo. Todas las ocupaciones exigen un entrenamiento "en el trabajo", ya sea en la manera de las clases formales y de un currículo preparado, o de iniciación informal. Además, de adquirir ciertos conocimientos y habilidades, la socialización para un empleo impone el aprendizaje de valores y de la ética de la organización o de la ocupación, las reglas no oficiales y la forma como las personas ubicadas en diferentes rangos dentro de la jerarquía de la organización, esperan relacionarse, tanto con los clientes, como con los colegas. Como otras formas de socialización, la socialización ocupacional es un proceso recíproco. La organización socializa a los empleados en sus nor-
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mas, valores y prácticas básicas; el individuo adquiere el conocimiento y las habilidades necesarias para avanzar y seguir adelante. Los lugares de trabajo varían en cuánto quieren socializar a sus empleados en los trabajos nuevos. En un extremo, la socialización en la IBM, en muchos hoteles elegantes, en firmas líderes de contabilidad, o en el Departamento de Estado, toca el aspecto más sutil y personal de sí misma. Se espera que los empleados personifiquen la imagen de la organización cada minuto del día; pero la mayoría de las compañías y organizaciones exigen mucho menos, esperando solamente que los trabajadores hagan bien sus trabajos. El que uno sea socializado individualmente o en grupo, conlleva una diferencia. En el campamento del ejército o en un programa de entrenamiento para grandes ventas, uno marcha merced a la experiencia de otros. Las relaciones entre pares y las normas de grupo, llegan a ser fuentes significativas de participación y algunas veces de resistencia a la organización. Estar socializados individualmente hace que uno sea más dependiente de los superiores, que están "forzando la situación" (Wheeler, 1966; Van Maanen, 1976; Mortimer y Simmons, 1978). Edgar Schein (1978), de la Escuela Sloan de Administración, ha encontrado que la socialización para el primer empleo importante comprende cuatro tareas. La primera tarea es llegar a un acuerdo con la organización. Los nuevos empleados pronto descubren que otros en la organización frecuentemente constituyen un obstáculo para lo que quieren hacer. Los colaboradores no parecen tan brillantes, competentes y productivos como debieran serlo. Con mucha frecuencia parecen ilógicos, irracionales y desmotivados. El novato debe aprender a aceptar la organización humana con todas sus debilidades. "Vender", "negociar acuerdos", y "politiquear" resultan ser habilidades esenciales. La segunda tarea es aprender a hacer frente a la resistencia, al cambio en la organización. Los nuevos empleados se quejan de que sus "buenas ideas" son socavadas, aisladas, saboteadas o simplemente ignoradas. Descubren que sus recomendaciones, que parecen tan técnicamente sobresalientes, no se llevan a la práctica por una u otra razón. El grado en el que los nuevos empleados aprendan a hacer frente a la resistencia al cambio, tiene consecuencias importantes para el camino de su futura carrera. La tercera tarea es resolver la ambigüedad en sus empleos. Los novatos encuentran que algunos aspectos de su trabajo son débilmente definidos, y tienen dificultad para adquirir la retroalimentación
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Por generaciones los participantes han aprendido de costure-
ras experimentadas -no solamente cómo confeccionar el vestido sino también una aproximación global a su trabajo. (Earl Dotter/Archive).
esencial para juzgar su propio desempeño. Así, labrarse un porvenir en el empleo propio, es una tarea crítica en el aprendizaje de cómo trabajar. La cuarta tarea es el aprendizaje de la forma de seguir adelante. Los nuevos empleados deben aprender la forma de relacionarse con sus jefes, haciendo un equilibrio entre ser demasiado dependiente, o ser demasiado independiente. Simultáneamente, deben aprender a descifrar el sistema de remuneraciones. Esto comprende la identificación de lo que realmente se espera de ellos, qué es lo que realmente se premia y cuánto pueden confiar en las proposiciones formales oficiales. El grado hasta el cual las personas internalizan los valores y las costumbres de una organización u ocupación, depende de su grado de compromiso. Los sociólogos Jon Lorence y Jeylan Mortimer (1985) estudiaron el compromiso del empleo con una muestra grande de trabajadores estadounidenses en un período de varios años. Encontraron que la autonomía en el trabajo tiene un fuerte impacto en su grado de compromiso laboral (tanto como Kohn al encontrar que la autonomía en el trabajo tiene una poderosa influencia en la educación de los niños).
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En general, el compromiso en el trabajo es intenso en los primeros años de la carrera de un trabajador, luego se estabiliza. En años recientes, un compromiso excesivo en el empleo o la "manía por el trabajo", ha estado atrayendo más y más atención. Los doctores LaBier y Berglass, quienes estudiaron centenares de hombres y mujeres excepcionalmente exitosos, encontraron que el compromiso intenso en una ocupación frecuentemente hace que las personas se olviden de
otras áreas de sus vidas: a pesar de claras señales de éxito, como son las promociones y los ascensos, se sienten vacíos y tristes. Aquellos que alcanzan el éxito ocupacional a una edad muy temprana en su vida, son especialmente propensos a la depresión. "Uno no puede excederse a sí mismo por siempre", dice el Dr. Berglass. "Un éxito espectacular temprano es seguro para condenarlo a uno a un fracaso relativo al compararlo con el pasado" (New York Times, agosto 17 de 1986, p. Fl, F12).
RESUMEN 1. La socialización es el proceso por el cual aprendemos a ser miembros de una comunidad humana, y a interiorizar los valores y roles de la sociedad en la que hemos nacido. 2. Qué clase de personas llegamos a ser depende de la interacción de la biología y la experiencia. Los genes establecen un itinerario básico para el desarrollo y la socialización. También establecen una "escala de reacciones" para los rasgos que van desde la altura hasta la inteligencia. Los niños con temperamentos diferentes evocan ciertas respuestas de las personas y buscan diferentes actividades. 3. Los estudios de los niños que han sido abandonados o confiados al cuidado de instituciones muestran que la socialización es parte necesaria para llegar a ser plenamente humanos. Pero no es un camino de una sola vía: los niños y sus padres se influyen mutuamente. 4. Algunas teorías de la socialización se enfocan sobre sus resultados. La perspectiva funcional sostiene que la socialización contribuye a la integración funcional de la sociedad. La perspectiva de poder está más preocupada por la influencia de los grupos poderosos sobre la socialización. Otras teorías de socialización se enfocan sobre el proceso de relación entre el individuo y la sociedad. La perspectiva estructural enfatiza la forma como los niños se ajustan a un modo cultural particular o a una estructura social, mientras la perspectiva de acción se enfoca sobre las capacidades y acciones individuales. 5. Charles Horton Cooley utilizó la imagen de un espejo para mirar con el fin de explicar la manera como otras personas influyen en la forma en que nos ven. George Herbert Mead trazó el desarrollo de la autoconciencia para la interacción temprana entre padres e hijos. La socialización se extiende a la etapa de desempeños, cuando los niños aprenden a asumir los roles de otros, y la etapa del juego, cuando desarrollan una impresión generalizada de lo que las personas esperan de ellos y cómo pueden aco-
modarse en el cuadro de una sociedad más amplia. 6. Sigmund Freud vio la socialización como un trabajo contra nuestras energías e inclinaciones naturales. Pero también consideró que la socialización es esencial para la preservación del orden social. 7. Las diferencias de clase social en las prácticas de crianza de la niñez y aun en los estilos de lengua, reflejan las distintas experiencias en el sitio de trabajo, y tienden a reproducir la desigualdad social de generación en generación. 8. La socialización es el resultado de fuerzas superpuestas, algunas veces contradictorias, tanto como de lecciones intencionales y no intencionales. 9. La familia, que introduce al niño a relaciones íntimas y a la vida de grupo, es el agente primario de la socialización. La familia también proporciona al niño un status social. 10. Entre pares, los niños experimentan relaciones igualitarias, hacen amigos a su propio gusto, y aprenden sobre temas que los adultos consideran prohibidos. La importancia de los pares aumenta cuando los niños se mueven hacia la adolescencia y hacia la primera adultez. La socialización de los pares funciona igual que la socialización de los adultos, pero está sujeta a sus propios estándares. 11. La televisión tiene el mayor impacto de todos los medios sobre los niños, y sus influencias de socialización se debaten fuertemente. Nuevas investigaciones muestran que la televisión no convierte a los niños en observadores pasivos, sino que los invita a la interacción y a la exploración de fronteras culturales. 12. La función oficial de la escuela es enseñar a los niños habilidades intelectuales y técnicas; el "currículo oculto" introduce a los niños a una organización impersonal y burocrática. 13. La socialización secundaria puede comprender la socialización anticipada, la socialización ocupacional, la desocialización y la resocialización.
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GLOSARIO Código elaborado de conversación. Un estilo de lengua más complejo y más preciso que se utiliza para transmitir ideas y significados diferentes de otros que son de uso común entre nosotros. Código restringido de conversación. Es un estilo de lengua simplificada que se basa en el supuesto de conocimientos, puntos de vista y significados compartidos. Desocialización. Es el proceso de proyectar la imagen de sí mismo y de los valores; comúnmente seguida por la resocialización hacia un conjunto de valores diferentes. Ego. De acuerdo con Sigmund Freud, es la parte racional del sí mismo, que encuentra formas socialmente aceptables para satisfacer las tendencias biológicas. El otro generalizado. Una impresión general interiorizada de lo que la sociedad espera como un todo. El yo. La noción que cada uno de nosotros posee como una identidad distinta y única, de que somos un conjunto aparte de los otros objetos y personas. Espejo para mirarse a sí mismo. Término de Cooley para explicar cómo los otros influyen en la forma en que nos vemos. Obtenemos una imagen de nosotros mismos, imaginándonos qué piensan las otras personas sobre nuestra apariencia y nuestro comportamiento. Id. Es un término de Freud para el depósito de energías biológicas innatas proyectado para obtener placer físico. Internalización. El proceso en el que los individuos vienen a incorporar los estándares, las actitudes y las
creencias de la sociedad dentro de sus personalidades. Otros significativos. Las personas que son emocionalmente importantes en la vida de una persona. Resocialización. Es la interiorización de un conjunto nuevo y diferente de normas y valores. Símbolos significativos. De acuerdo con Mead, son los gestos convencionales y las palabras adquiridas en la infancia y en la primera niñez que despiertan las respuestas deseadas en otras personas y que hacen posible la interacción social. Socialización. El proceso por el cual los nuevos miembros de una sociedad se familiarizan con los elementos fundamentales de su cultura; significa los medios con los que llegamos a ser miembros de una sociedad humana. Socialización anticipada. Son los ensayos mentales, los planes concretos, y los planes en los valores y en las percepciones individuales que se utilizan para preparar un significativo cambio en los roles sociales. Socialización ocupacional. El proceso de alinear las normas, los valores y las creencias de un nuevo trabajador con las de la organización u ocupación. Superego. Es un término de Freud para la conciencia, la parte de la personalidad que interioriza las opiniones de la sociedad sobre lo que es correcto y equivocado. Temperamento. Orientación emocional hacia la experiencia con la que nace un niño.
CAPITULO 6
La sociología y el curso de la vida: de la infancia a la vejez
Durante dos siglos, la tasa de nacimientos en los Estados Unidos (y en otras naciones occidentales) ha disminuido continuamente salvo por excepción importante. En 1946, al regresar de la Segunda Guerra Mundial, los soldados abrazaron con entusiasmo la vida familiar, dando lugar al fenómeno conocido como el baby boom (explosión de bebés). Esta tendencia, que continuó por casi dos décadas, tuvo su punto culminante entre 1954 y 1964, cuando en Estados Unidos nacían cerca de 4 millones de bebés al año. En su paso desde la niñez a la adolescencia y a la adultez, la llamada generación del baby boom ha afectado casi todos los aspectos de la sociedad estadounidense, incluyendo el sistema educativo, el mercado laboral y la economía. En el proceso, los individuos nacidos durante este auge demográfico se formaron por nuestras opiniones culturales sobre la juventud y la edad adulta, y a la vez ayudaron a la formación de nuestra visión sobre ellas y, en último término, afectarán la forma como veamos la vejez. Tanto los individuos como los grupos de edades similares reflejan y afectan la sociedad, en la medida en que viven su propia vida e interactúan con el mundo social más amplio. La generación del baby boom nos proporciona un ejemplo útil de esta interacción, debido en parte al tamaño homogéneo del grupo, también debido en parte al flujo social permanente que ha marcado su paso por la vida. Al mismo tiempo, sin embargo, como individuo que debe retener un sentido de identidad en medio del cambio, esta generación tiene un especial perfil, par-
ticular que expresa las semejanzas con relación a la edad de los individuos que crecen en un contexto social particular. En el baby boom vemos algunos aspectos esenciales de la vida estadounidense durante la segunda mitad del siglo XX. Los niños de esta generación constituyeron la primera generación de mayoría, la primera en crecer con la televisión, la primera en asistir a las escuelas de secundaria en un intento por competir académicamente con la Unión Soviética (resultado del lanzamiento soviético del primer satélite artificial, el Sputnik, en 1957). En relación con la de sus padres, tuvieron una probabilidad del doble de asistir a la universidad, y también probablemente el doble de propensión al divorcio. Acontecimientos excepcionales-el asesinato del presidente John F. Kennedy y del líder de los derechos civiles, Martin Luther King Jr, la guerra del Vietnam y el escándalo de Watergate que derribó al presidente Richard M. Nixon- ayudaron a determinar su relación con la historia, y a proporcionarles su propia visión del mundo. De esta manera los niños del baby boom pueden verse como producto de un tiempo y lugar particular, -debido a que excedieron ampliamente en número a la generación que les precedió y a la que les siguió -pueden considerarse también como agentes del cambio social. A finales de la década de 1940 y comienzos de la de 1950, los bebés de esta explosión superpoblaron las guarderías infantiles y los jardines pre-escolares, convirtiendo a los doctores Spock y Seuss en figuras nacionales. En la década de 1950, saturaron los sistemas de escuelas elementales. En 137
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su paso por la adolescencia y la adultez joven, sus necesidades y pasiones, sus flaquezas y vicios, crearon manías pasajeras y cantidad de nuevas industrias (tales como la música rock). Una vez en la universidad durante la década de 1960 y primeros de la de 1970, su inmensa cantidad impulsó una "cultura juvenil" o contracultura, con sus propios valores, tradiciones, ritos y lengua. Protestaban contra la guerra de Vietnam, exigían una voz en la administración universitaria, se burlaban de los estrictos códigos sexuales del pasado y fumaban marihuana abiertamente desafiando a los adultos a que los detuvieran. Aunque sus acciones y creencias puedan no haber cambiado la sociedad tanto como lo esperaban quienes nacieron durante el baby boom, esta generación sin embargo, dejó una marca en la sociedad estadounidense. Un número creciente de parejas no casadas se encuentran actualmente viviendo en unión libre, y el gobierno, las fuerzas militares y la iglesia han perdido algo de su autoridad, ampliando la brecha entre los jóvenes y sus padres. Al mismo tiempo, cantidades nunca vistas de hombres y mujeres educados en universidades han saturado las empresas y las profesiones, ejerciendo presión sobre el mercado laboral y forzando a algunos de los de su generación a ubicarse en trabajos menos prestigiosos de los que habían planeado tener. La vivienda,
también, se ha vuelto escasa, y puesto que el suministro de viviendas disponibles no ha satisfecho la demanda, los precios de las casas y los apartamentos han subido hasta las nubes. Al llegar los individuos mayores de esta generación a la edad intermedia, esta generación constituye ahora el mayor grupo singular de consumidores en la nación (Jones, 1980, p. 275). Y cuando ellos se jubilen, nuestra sociedad tendrá el más alto porcentaje de ancianos registrados en la historia -una situación que ciertamente afectará el cuidado de la salud, el sistema de la seguridad social y de las pensiones. El número de ancianos ya está empezando a aumentar, así que dejaremos este fenómeno social para más adelante en el capítulo y haremos algunas predicciones sobre él. En la medida en que los integrantes del baby boom han crecido y han pasado desde el corralito hasta la universidad y luego a carreras, hogares y familias, también han ido alterando la manera como los estadounidense piensan sobre la juventud y la edad adulta. Esto también afecta nuestra perspectiva histórica. Así como un análisis de la década de 1960 no podría ser plenamente significativo sin hacer referencia a la "revolución juvenil" de ese tiempo, las primeras décadas del siglo XXI pueden estar dominadas por una generación de ancianos aburguesada y políticamente poderosa.
LA SOCIOLOGÍA Y EL CURSO DE LA VIDA: DE LA INFANCIA A LA VEJEZ
EL CURSO DE LA VIDA EN PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA Tal como se ilustra en este breve vistazo sobre el baby boom, el estudio de una generación en particular (o de un grupo mucho más estrechamente definido con relación a la edad, tal como se verá en breve), es una forma de considerar la estabilidad social, el cambio social y los puntos de vista sociales del ciclo de la vida. Y una manera como los sociólogos se aproximan a este estudio es el considerar el curso de la vida, o biografía colectiva de los grupos de personas a medida que transcurren por la vida. El curso de la vida es un marco de referencia relativamente nuevo para la sociología. El término "curso de la vida" implica un flujo muy significativo de años (Levinson, 1976). En el nivel más básico, el curso de la vida es el trayecto desde el nacimiento hasta la muerte. En otro nivel, este curso constituye una serie de cambios más o menos predecibles. Así como el año está dividido en estaciones, el curso de la vida está dividido en etapas: la niñez, la adolescencia, la edad adulta y así sucesivamente. Cada etapa del curso de la vida tiene su propio carácter particular y su propio lugar necesario, vinculando el pasado con el futuro. Aun en otro nivel, el curso de la vida es una serie de fases en las que la vida de un individuo (o de una generación) se estructura por experiencias particulares, tales como ser parte de la generación del baby boom. ¿En qué forma difiere esta aproximación del estudio psicológico del desarrollo humano? Mientras que los psicólogos analizan los cambios en la forma como los individuos piensan, sienten y se comportan a medida que van creciendo, los sociólogos analizan las formas variables de los grupos a medida que crecen en edad contra el telón de fondo del desarrollo histórico. De esta manera, tanto en términos sicológicos como sociológicos, el crecimiento en edad es mucho más que la suma de los años. En términos claramente sociológicos, el crecimiento de la edad encierra una secuencia moldeada de cambios sociales en los roles, las responsabilidades y los privilegios. Los individuos pueden desviarse de las expectativas culturales asociadas con cada etapa del curso vital, pero la secuencia en sí misma -sus etapas, su longitud y contenido- está socialmente definida.
Definiciones sociales de las etapas del curso de la vida Todas las sociedades clasifican a los individuos dentro de grupos de edad (esto se conoce como la gradación de edades), ubican a los miembros de
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acuerdo con su edad, y establecen itinerarios para los principales acontecimientos de su vida (Eider, 1978). Pero cuántas etapas en el curso de la vida reconoce una sociedad, cómo define ella estas etapas y dónde traza los límites entre las etapas de cultura a cultura y de un período histórico a otro. Dentro de nuestra cultura, por ejemplo, los significados de infancia y niñez han cambiado radicalmente en los últimos 150 años; y la etapa conocida como la adolescencia era desconocida hasta hace poco tiempo (Kett, 1977). Los conceptos de las etapas del curso de la vida y la lengua que se usa para describirlos reflejan relaciones sociales. Cuando estas relaciones cambian, las definiciones de las etapas también se alteran. Con certeza, todas las sociedades diferencian de alguna manera la niñez de la edad adulta. Los niños gozan de oportunidades y sufren restricciones que no se aplican a los adultos, y viceversa. Generalmente, el mayor se convierte en el que tiene más concesión de privilegios y poder (Foner y Kertzer, 1978). (La excepción es la vejez: los ancianos son tratados con respeto en algunas sociedades, pero no son valorados en otras). Así que usualmente la edad, contribuye al status social (Jones, 1980), pero el grado en el que contribuye al estatus varía de una sociedad a otra. En algunas sociedades, la edad es la base de un sistema formal de estratificación social. Los roles sociales, los derechos y privilegios que los acompañan, están distribuidos primordialmente sobre la base de la edad. Por ejemplo, la Massai, una sociedad pastoril en África oriental, reconoce cuatro grados de edades para los hombres a saber: muchacho, guerrero, anciano junior y anciano senior, y a cada grado de edad se le asigna un rol social (Bernardi, 1955; Ole Saitoti y Beckwith, 1980). Los muchachos se han iniciado dentro de la sociedad Massai y tienen a su cargo el pastoreo de los ganados de sus familias día a día; pero todavía se encuentran bajo la autoridad de sus padres. Los guerreros (llamados morani), que se ubican en la edad desde los quince hasta los treinta años, viven en aldeas separadas, supervisados por un comité de ancianos. A los ancianos junior (aproximadamente de treinta a cuarenta y cinco años), se les permite casarse, poseer ganados y establecer su residencia. Los ancianos senior (de edad de cuarenta y cinco en adelante) se encargan de los negocios públicos. En otras sociedades, tales como la nuestra, la edad es únicamente una de las fuentes para la identidad y el status sociales, aunque la distribución de ciertas oportunidades sociales y obligaciones de alguna forma están ligadas a la edad. Tan sólo podemos conducir un auto después de los dieciséis años,
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votar a los dieciocho, beber a la edad de veintiún años (en la mayoría de los estados), y jubilarnos con todos los servicios de la seguridad social a los sesenta y cinco. Se nos exige que asistamos a la escuela desde los seis años hasta aproximadamente los dieciséis. Sin embargo, los límites entre las etapas en el curso de nuestra vida están muy débilmente definidas, en comparación con los de los Massai. ¿Cuando se convierte en adolescente un niño estadounidense, o un joven adulto llega a la mediana? En una encuesta reciente, a los entrevistados se les preguntó por las edades que asociaban con la frase "hombre joven", ¡y las respuestas variaban desde los diecio-
cho hasta los cuarenta años! (Neugarten y Neugarten, 1987, p. 32). Pero, por supuesto, aun cuando no fundamentemos los roles sociales sobre la edad solamente en nuestra sociedad, las normas concernientes al comportamiento propio de la edad se tejen dentro de nuestra estructura social (véase Tabla 6.1). Aquí estamos hablando de actividades y oportunidades mucho más generalizadas y complejas, que la bebida o el voto. Itinerarios aceptados generalmente y las expectativas de la edad gobiernan las transiciones principales, tales como terminar la escuela, establecerse económicamente en forma independiente, ca-
Tabla 6.1 Opiniones sobre el comportamiento apropiado a la edad
Dos encuestas hacen ¡as mismas preguntas con 10 años de diferencia (en los años 50 y 70) y han demostrado un descenso dramático en el consenso entre la clase media de edad intermedia y la clase de edad avanzada de las personas sobre cuál es la edad correcta para varios eventos principales y para los logros de la vida adulta.
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sarse, tener hijos y jubilarse. Aunque las normas de la edad se han modificado en los últimos años, la mayoría de las personas todavía están preocupadas de si están en el "programa" o no. Cuando se le pregunta sobre los acontecimientos principales de su vida, una persona se refiere frecuente y directamente al itinerario social: "Empecé muy tarde porque estaba en servicio en Vietnam" o "Me casé demasiado joven". Al tomar las decisiones importantes, tales como un cambio en una carrera, las personas se preguntan si el tiempo es "correcto". Lo "correcto", es simplemente una referencia a las normas sociales. Cuando los eventos de la vida ocurren de acuerdo con el programa, usualmente se hacen sin esfuerzo, porque se han previsto y ensayado. No obstante, los acontecimientos imprevistos pueden causar alguna angustia (Rindfuss y otros, 1987). La partida del hijo menor y el principio de la fase llamada "nido varío" de la vida familiar no es una crisis para la mayor parte de los padres de mediana edad porque se espera que ocurra. Pero cuando la descendencia no se aleja en el tiempo adecuado, o regresa por un largo intervalo (después de un divorcio o durante un período de desempleo), tanto los padres como el hijo tienden a estar confusos sobre lo que se espera de ellos. Inclusive hasta acontedmientos positivos pueden causar angustia si ocurren en un "tiempo equivocado". Una mujer que alcanza enorme éxito profesional a la edad de treinta años, por ejemplo, puede caer en la depresión porque no sabe qué hará durante el resto de su vida.
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Transiciones y cambios en el curso de la vida Aunque las etapas del curso de la vida están definidas por una sociedad, cualquier movimiento de una etapa a otra debe comprender una transición, un punto en el que se abandona el rol conocido y se asume uno nuevo (Kertzer, 1978). Cada acontecimiento principal en la vida exige una transición. La llegada de la edad madura, por ejemplo, nos exige dejar las prerrogativas de la infancia y cargar con las responsabilidades desconocidas de esa edad. El matrimonio significa que debemos entregar nuestra libertad sexual y doméstica y aprender a acomodarnos a los demás. El nacimiento del primer hijo, la decisión de tener el último, o la jubilación constituyen otras transiciones. Tradicionalmente, los ritos de paso han marcado las transiciones. Estos ritos hacen público el paso de una etapa social a otra con las ceremonias y rituales supervisados socialmente, explican el significado de la transición a todos los interesados y comprometen a la comunidad en el proceso (Van Gennep, 1960; Gluckman, 1962; Turner, 1970). En las sociedades donde las etapas de la vida están puntualmente definidas y fuertemente ligadas a la edad, las transiciones de una etapa a otra y los ritos que acompañan este paso son mucho menos ambiguas y menos significativas que tales ceremonias en las sociedades más complejas. De nuevo, aquí podemos contrastar las sociedades tradicionales como la de los massai, donde las transiciones están claramente definidas y los ritos de paso son culturalmen-
.
Las transiciones son una parte importante en el curso de la vida y se celebran en todas las culturas, especialmente en el paso de la adolescencia a la vida adulta. El rito de iniciación de los masai marca cambios significativos en d rol de los hombres jóvenes de la tribu. En nuestra sociedad, tales ritos de iniciación, como el Bar Mitzvah de los judíos son ampliamente simbólicos; este hombre joven no puede asumir las responsabilidades de adulto por muchos años (Izquierda: Peter Arnold/ Arthusl Bertrand; derecha: Yoram Lehmann/ Peter Arnold, Inc).
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te significativos, con las sociedades modernas tales como la nuestra. Ciertamente, tenemos ceremonias que marcan transiciones: la barra y el bar mitzrah de la ley judía, las confirmaciones, los grados, los bailes de las jóvenes que se presentan en sociedad, las reuniones sociales, los matrimonios, las cenas de jubilación y los funerales. Pero estas ceremonias no constituyen necesariamente umbrales absolutos en nuestros ciclos vitales. De acuerdo con la tradición, por ejemplo, el bar mitzrah de la ley judía simboliza la entrada a la edad adulta; pero hoy, aunque se mantiene la ceremonia cuando un muchacho llega a los trece años, ciertamente no significa que el muchacho haya llegado a ser hombre en términos sociales más amplios. De nuevo, vemos que la definición de las etapas y el significado de las transiciones han llegado a ser ambiguas en forma creciente en nuestra sociedad contemporánea. Sin duda, una de las características distintivas de las sociedades contemporáneas es que estos significados están cambiando y algunas veces lo hacen con demasiada rapidez. La oportunidad de los acontecimientos en el curso de la vida se ha vuelto más variable y las normas sobre la edad se han debilitado (Neugarten y Neugarten, 1987). Algunas personas ingresan a la fuerza de trabajo a la edad de dieciséis o diecisiete años; otras todavía están en la escuela, preparándose para una profesión a la edad de treinta años. Algunas mujeres tienen su primer bebé antes de los quince años, mientras que otras no llegan a ser madres sino hasta los treinta y cinco o más. Hombres y mujeres pueden casarse, divorciarse, volverse a casar y otra vez divorciarse. Las mujeres, especialmente, ingresan y salen de la fuerza de trabajo, abandonan la escuela y vuelven a entrar, y empiezan varias nuevas carreras en el curso de su vida adulta. Como resultado de esta fluidez, el empleo de tiempo completo, el matrimonio y la paternidad no sirven ya como indicadores confiables de la transición a la edad adulta. Los cambios en las últimas etapas del curso de la vida son particularmente fuertes y merecen consideración más detallada posteriormente en este capítulo. En el pasado, la vejez se consideraba como un período de decaimiento intelectual y físico, de desprendimiento social y frecuentemente de pobreza. Por el contrario, actualmente muchas personas jubiladas llevan una vida sana y vigorosa. Los cambios en el curso de la vida son tanto una causa como un efecto de un amplio cambio social. En el mundo tecnológicamente cambiante de hoy, nadie puede esperar vivir como lo hicieron sus padres. Las exigencias para aprender nuevos roles y aun nuevas formas de vida son continuas, y los individuos deben llegar a adaptarse a la socialización
improvisada y a un aprendizaje sobre la marcha. Por ejemplo, los dramáticos cambios en las actitudes y comportamientos sexuales durante los últimos veinticinco años -algunos de estos cambios son el resultado de las creencias y acciones de la generación del baby boom y han exigido una resocialización. Tanto hombres como mujeres ahora tienen vida sexual fuera del matrimonio de una manera libre, desde "aventuras de una noche" hasta la cohabitación. Las reglas del juego han cambiado mucho y perfectamente pueden cambiar de nuevo: la crisis por causa del SIDA puede ocasionar un dramático retroceso en el comportamiento sexual relajado, haciendo que la soltería sea menos atractiva, en tanto que el matrimonio lo sea más. Tal cambio podría obligar a la juventud de hoy a entrar en un proceso de resocialización (discutido en el Capítulo 5). En resumen, la vida moderna supone un continuo proceso de ajustes a nuevos desarrollos y nuevas exigencias. A medida que vivimos más y el curso de la vida se prolonga, el proceso de socialización también se extiende. Cohortes y contexto histórico ¿En qué forma los sociólogos toman en cuenta tanto los rápidos cambios en las etapas del curso de la vida como los de los contextos sociales que influencian estos cambios? Tienen en cuenta grupos de personas que hayan nacido aproximadamente por la misma época (más o menos un año ) y quienes de esta forma envejecen juntos, compartiendo una experiencia histórica similar. Tal grupo es conocido por los sociólogos como cohortes por el nacimiento (Riley 1987; Rosow, 1978). El estudio de los cohortes es una forma de reconocer que las circunstancias históricas diferentes en cada etapa de la vida separa a los miembros de una sociedad de los otros en alguna forma (Eider, 1978, 1987). Las condiciones económicas, políticas y sociales particulares constituyen el marco de referencia de cada cohorte y fomentan el desarrollo de un conjunto común de creencias y actitudes. En la medida en que se alteren las condiciones, como están obligadas a hacerlo, la visión del mundo, las oportunidades, las aspiraciones y las creencias de los grupos sucesivos cambian también, traslapándose, cambiando o distanciándose en forma dramática. Los cohortes sucesivos se encuentran expuestos a amplios hechos sociales en diferentes etapas del curso de la vida, y además envejecen en formas distintas. (El aparte para profundizar examina un estudio de las características de los grupos de edad que ilustran exactamente este punto.) A medida que el proceso continúa, los cohortes llegan a las mismas
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etapas bajo diferentes circunstancias sociales: envejecen en una sociedad diferente de aquella en que empezaron su vida. Con el tiempo, cambia la cantidad de personas en cada etapa del curso de la vida (la así llamada estructura de la edad). Eventualmente, las opiniones culturales de los roles relacionadas con la edad también cambiarán; todo lo cual, a su vez, afecta las condiciones sociales. Así, el flujo de cohortes sucesivas en el curso de la vida es al mismo tiempo una reflexión y una fuente de cambio social (Riley, 1987; Eider, 1978). El enfoque sobre las cohortes de edad permite a los sociólogos fijar y predecir el cambio social.
En profundidad: Las experiencias de las cohortes de la Gran Depresión Glen Eider (1978, 1987) estudió el impacto de la Gran Depresión sobre dos cohortes, los que nacieron entre 1920-1921 y los que nacieron entre 1928-1929. (véase Cuadro 6.2) Los miembros de la primera de estas cohortes nacieron en los prósperos años de la década de 1920, y por lo tanto, tuvieron una niñez relativamente segura. Cuando la depresión empezó, los niños eran lo suficientemente grandes para ayudar a sus familias a "sobreaguar" financieramente. De adolescentes, los niños de este cohorte a menudo trabajaban tiempo parcial para complementar el ingreso familiar; las niñas a menudo asumían la responsabilidad de la casa cuando la madre se iba a trabajar. De este modo, el límite social entre la juventud y la edad adulta se disminuyó en algo, especialmente en las familias pobres. Esta cohorte se graduó en la escuela secundaria durante las primeras etapas de la movilización para la Segunda Guerra Mundial. El servicio en el ejército representó una clara transición, un paso de la dependencia familiar hacia la independencia y la autonomía. Después de la guerra, pudieron utilizar certificados del gobierno (G.I. bilis) que proporcionaban auxilios para la educación en la universidad y para la compra de casa. Por el contrario, la cohorte de quienes nacieron entre 1928-1929 experimentó penalidades económicas prolongadas, empezando en los años vulnerables de la niñez temprana (década de 1930) y extendiéndose hasta la adolescencia (década de 1940). Durante dos décadas estuvieron expuestos a la tensión de una movilidad descendente. A menudo, los padres eran incapaces de cumplir con su rol tradicional de ganarse el pan diario y las sobrecargadas madres tendían a preocuparse por mantener el esta-
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tus familiar o, en muchos casos, la supervivencia familiar. Como adolescentes, los que pertenecían a este segundo cohorte, vieron la Segunda Guerra Mundial desde lejos, frecuentemente separados de sus padres, con pocas oportunidades de llegar a ser héroes. Debido a las etapas diferentes en el curso de la vida, los efectos de la Gran Depresión sobre estas cohortes adyacentes fueron bastante diferentes. Eider encontró que los de la primera cohorte tenían más esperanzas, autonomía y confiaban en su futuro y, en general, se realizaron más en sus vidas adultas que los de la segunda cohorte. Tal como ha anotado Riley, "la pertenencia al grupo de cohortes (no) marca a los individuos solamente desde su nacimiento; los afecta en cualquier edad por medio de los grupos a los que pertenecen, las otras personas con las que interactúan, las condiciones sociales y culturales a las que se encuentren expuestos" (1987, p. 7). Las edades y las etapas del hombre Ya estamos listos para mirar más cuidadosamente las definiciones de las etapas del curso de la vida en nuestra propia sociedad. En general, dividimos la vida en: niñez, adolescencia, joven o temprana edad adulta, edad adulta mediana (o edad intermedia) y última edad adulta o vejez, cada una con sus respectivas subdivisiones. Esta división de toda la vida es claramente moderna (Neugarten y Neugarten, 1987, pp. 29-30), en particular la inclusión de la adolescencia, la edad adulta mediana, y de las subdivisiones de la vejez (el resultado de que más y más personas viven más tiempo). Uno de los pioneros en el análisis de las etapas de toda la vida fue Erik Erikson, quien extendió la teoría sicológica freudiana más allá de la niñez y consideró importantes factores culturales. En Childhood and Society (La niñez y ¡a sociedad) (1950, 1963),
Erikson propuso una teoría psicosociológica del desarrollo de la vida que incluía ocho etapas, las cuales denominó "las ocho edades del hombre". En cada etapa, sugería Erikson, el individuo enfrenta un conflicto fundamental entre sus necesidades predominantes y la capacidad de la sociedad para satisfacerlas. El conflicto crea una crisis; la forma como el individuo resuelva cada crisis afectará la autoimagen, identidad, relaciones sociales, productividad y satisfacción, en resumen, todo el resto de su desarrollo, que continúa durante la vejez. La teoría de Erikson se ha debatido y criticado. Algunos han argumentado que representaba las transiciones del curso de la vida como nítidas y claramente definidas y que su consideración de los factores sociales y culturales está lejos de ser completa
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Tabla 6.2 El contexto social de los cohortes
-aunque dentro de la psicología él fue una voz fuerte en otorgarle al rol de la sociedad lo que le corresponde, tal como lo implica el título de una obra principal. A pesar de las críticas, su teoría aún proporciona un marco de referencia conciso y concreto para entender el desarrollo y el cambio a lo largo del curso de la vida; también nos ayuda a reconocer la continuidad de cada individuo, cohorte o generación cuando pasa de una etapa a otra. Las descripciones de los conflictos y las tareas en cada etapa hechas por Erikson podrán demostrarse como útiles en la medida en que avancemos en este capítulo.
zas jóvenes" y luego por sirvientes. Nadie sentía que era necesario proteger a los jovencitos de las realidades diarias del nacimiento, la muerte o el sexo. Tan pronto como estaban físicamente capacitados para ejecutar tareas útiles, algunas veces cerca de los cinco o seis años, los niños trabajaban con los adultos. La idea de que los niños debían ser consentidos, alimentados y protegidos de un mundo adulto separado proviene del Renacimiento. Hacia el siglo XVIII, la mayoría de las familias de clase alta ya ha-
LA NIÑEZ La experiencia de ser niño depende no sólo de los niveles de maduración física, mental y emocional, sino también de las circunstancias históricas. Las ideas sobre lo que son los niños, lo que necesitan de los adultos y sobre qué roles sociales debería permitírseles desempeñar, han cambiado con el tiempo. Cambios históricos La niñez, tal como la conocemos actualmente en el mundo occidental no existió en la Edad Media (Aries, 1962). Antes del siglo XVI, por supuesto, se reconocía que los niños eran inmaduros, pero la niñez no se consideraba como una etapa especial e importante de la vida. Más bien, se consideraba como una preparación biológicamente necesaria para los asuntos socialmente importantes de la edad adulta, la cual empezaba mucho más temprano que hoy. El rol de padre también tema un significado muy diferente hace varios siglos. Los niños de familias acomodadas eran cuidados principalmente por "nodri-
Actualmente reconocemos la niñez como un período de desarrollo crítico y de valores provisto de una etapa rica y vital en el curso de la vida. En contraste, este retrato del siglo XVIII transmite un sentido en el que los niños se veían como "pequeños adultos" listos a asumir responsabilidades adultas tan pronto como su estatura y fortaleza se lo permitieran. La niñez era solamente un período de resistencia, como si se reflejara en el dicho Victoriano que "los niños deben verse pero no escucharse". (Joseph Bagder, 1760/ Abby Aldrich Rockefeller Folk Art Center).
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bían aceptado la nueva opinión sobre la niñez como un tiempo para aprender, explorar y jugar. La creciente clase media, de la que se dice algunas veces que había "inventado" la niñez como un período aceptado y claramente demarcado de la vida, siguió esa postura hacia fines del siglo XIX. Pero la vida cambió poco para los niños de la clase más baja hasta las primeras décadas del siglo XX. Como los adultos, trabajaban desde el amanecer hasta la tarde en los campos, minas y fábricas. El movimiento para la protección infantil en Estados Unidos estuvo dirigido por adultos de la clase alta y media que estaban alarmados por la cantidad de niños inmigrantes que vagaban por las calles de las ciudades en pandillas y sin vigilancia. Las leyes que prohibieron el trabajo de los niños e hicieron obligatoria la escuela se aprobaron tanto para proteger la sociedad como para proteger a los mismos niños. No fue sino hasta los años 20, que estas leyes se hicieron cumplir ampliamente, haciendo de la niñez una realidad para todos (o casi todos) los jovencitos estadounidenses. La niñez en la sociedad actual En la actualidad, consideramos la niñez como un extenso período de aprendizaje y crecimiento, desde la dependencia total de la infancia, hasta la casi independencia de la adolescencia. Es un período en el que cada niño debe adquirir muchas de las habilidades necesarias para funcionar en el mundo de los adultos. ¿Cómo sucede todo esto? Así como las definiciones de la niñez han cambiado de un período histórico a otro y de una sociedad a otra, así mismo ha sucedido con las opiniones sobre lo que gobierna el desarrollo durante la niñez. Tal como vimos en el Capítulo 5, los desarrollistas se enfocan primordialmente hacia la interacción de la herencia y el medio ambiente -sobre la naturaleza y la alimentación que funcionan conjuntamente en formas complejas. El punto importante es que el individuo no puede separarse realmente del contexto histórico, las tendencias sociales, etcétera. La enorme cantidad de investigación realizada en los últimos cincuenta años sobre todos los aspectos de la infancia y la niñez, especialmente sobre la competencia de los recién nacidos y los infantes, ha establecido, primero, que existe un itinerario genéticamente programado para la madurez física, para las etapas principales como son sonreír, balbucear, gatear, caminar, decir las primeras palabras, correr y demás (véase Figura 6.1). Segundo, los investigadores han encontrado que algunos aspectos del desarrollo del niño son primordialmente controlados por los genes, mientras que otros son menos dependientes de los factores biológicos. Finalmente, este cuer-
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po de investigación ha confirmado el rol significativo del medio ambiente, de los mundos sociales del niño y los padres. Toda esta investigación es importante de otra forma: todo lo que se ha aprendido y se seguirá aprendiendo sobre el desarrollo del niño se canaliza dentro de la definición que nuestra sociedad da de la niñez. En su análisis de los conflictos que los niños deben resolver, Erikson enfocó primordialmente las influencias del medio ambiente (especialmente los padres y más tarde la de los pares), pero reconoció los roles biológicos y el rol de la maduración física (véase Figura 6.2). De acuerdo con su teoría, el infante enfrenta la situación de la confianza básica contra la desconfianza. Idealmente, los infantes aprenden que el mundo es un lugar más o menos seguro, donde sus necesidades van a satisfacerse. Si, no obstante el cuidado es errático, los infantes empiezan a ver el mundo como un lugar duro, donde deben protegerse a sí mismos. Tan pronto los que hacen sus primeros pinitos se ven en el dilema entre el esfuerzo por la independencia y el deseo de protección paternal, enfrentan una crisis de autonomía en contra de ver-
güenza y duda. Si se les permite "pararse en sus dos pies" y al mismo tiempo se protegen del peligro, desarrollan la autoconfianza; si están poco o demasiado protegidos, experimentan la autoduda y una excesiva dependencia de la opinión de los demás. La crisis de la niñez temprana, iniciación contra culpabilidad, empieza a los cuatro o cinco años, cuando los niños empiezan a extender su dominio sobre el cuerpo hacia el mundo que los rodea. Si los padres y otras personas colaboran en sus exploraciones, los niños desarrollan sentimientos de autovaloración. Pero si sus primeros pasos se ridiculizan o rechazan, se castigan a sí mismos por sus faltas y por sentirse culpables. Luego, cuando alcanzan la edad escolar, los niños enfrentan el conflicto de la laboriosidad contra la inferioridad cuando luchan por ad-
quirir habilidades e información y para relacionarse con un círculo social más amplio. Dependiendo de sus experiencias, pueden desarrollar el orgullo en sus habilidades y en sus realizaciones y aprender a buscar una actividad satisfactoria para su propio bien; o pueden empezar a sentirse crecientemente inferiores y temer que si se les exige desempeñarse en algo, inevitablemente van a fallar. Quizás el desarrollo más importante de la niñez temprana es la adquisición de la lengua. Uno de los elementos sociales más fundamentales y complejos que poseen los humanos, la lengua, capacita al niño para comunicarse con otras personas, para pensar en forma simbólica, y para llegar a ser miembro competente de la sociedad. La lengua también per-
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Figura 6.1 Los logros de la niñez
El Instituto Gessell en New Haven, un centro piloto para el estudio del desarrollo de la infancia, ha subrayado estas etapas en el desarrollo. mite que los niños aprendan sobre su sociedad por medio de los demás. Para adquirir la lengua, el niño aprende el vocabulario y las reglas gramaticales, capta las sutilezas de la pronunciación y de la entonación, y domina formas cultas para dirigirse a personas diferentes en ocasiones diferentes, lo cual no es un logro pequeño. Todas estas realizaciones físicas, emocionales, sociales y cognoscitivas preparan al niño para movilizarse hacia la próxima etapa: la adolescencia.
LA ADOLESCENCIA La adolescencia es una invención todavía más reciente que la niñez (Kett, 1977). Hacia finales del siglo XIX, los comentaristas sociales empezaron a describir el período entre la niñez y la edad adulta como una etapa especialmente peligrosa y vulnera-
ble en el desarrollo. En una de sus obras más detalladas e importantes, Adolescence: Its Psychology and Its Relation lo Physiology, Anthropology, Sociology, Sex, Crime, Religion, and Education (1904) (La adolescencia: su psicología y sus relaciones con la filosofía, la antropología, la sociología, el sexo, el crimen, la religión y la educación) el sicólogo G. Stanley Hall describió la adolescencia como un período de tormenta, de tempestad, de angustia y de presión, pero también de posibilidad y promesa. Argumentó que a los jóvenes debería dárseles una oportunidad de experimentar y explorar antes de ser empujados hacia el mundo adulto. Las ideas de Hall reflejaban y proyectaban las condiciones sociales. Al convertirse los Estados Unidos del siglo XX en una sociedad crecientemente industrializada y urbanizada, y escasear las posiciones para los trabajadores sin habilidades, la educación no siguió siendo un lujo sino que se convirtió en una
Figura 6.2 Etapas de la vida y situaciones de desarrollo de Erikson
necesidad. Así, en vez de lanzarlos prematuramente al mundo adulto, a los jóvenes se les estimulaba para que terminaran la secundaria, incluso la universidad. Durante la Gran Depresión, la permanencia en la escuela fue impulsada por otra razón: evitaba que los jóvenes inundaran el saturado mercado laboral. En efecto, entre los años 1900 y 1956, la proporción de estadounidenses que se graduaron en la secundaria aumentó de 6.3 a 62.5 por ciento. La adolescencia tal como la conocemos hoy realmente tomó forma en las décadas de 1940 a 1950, cuando la segregación de los jóvenes en las escuelas fomentó el desarrollo de una sociedad de adolescentes (Coleman, 1961), o subcultura, con sus propios gustos y estándares. Muchos de los cambios que tuvieron lugar fueron el resultado de la afluencia del
período posterior a la Segunda Guerra Mundial, que preparó la etapa para una vertiginosa serie de cambios sociales y de redefinición de roles . Por ejemplo, muchos jóvenes tenían acceso a los automóviles. Esto significaba que la mayor parte de los romances de los jóvenes, no continuaron bajo la vigilante mirada de los adultos, una circunstancia que puede explicar, al menos en parte, el incremento en la actividad sexual de los jóvenes. Hacia la década de los 50, la adolescencia era una clasificación tanto legal como social: de los dieciséis a los dieciocho años se estaba bajo la protección de los tribunales juveniles en casi todos los estados. Existen señales de que la edad en que los niños se hacen adolescentes, está decreciendo paulatinamente. Las "pollitas" que se desvanecían con Frank
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Sinatra en los 40, tenían de quince a dieciocho años; los "adolescentes que jugaban a las escondidas" que asaltaban a los Beatles en los años 70 eran jóvenes de doce a catorce años. La edad en la que las jóvenes empiezan sus romances y a utilizar cosméticos (sin mencionar las drogas) ha caído de los quince a dieciséis años de edad a los once y doce años. Inclusive los niños tienen conocimientos sobre el sexo, las drogas, el alcoholismo, el suicidio y la guerra nuclear, todos ellos temas prohibidos hace una generación (Neugarten y Neugarten 1987). Algunos ven esto como una pérdida de la inocencia de la niñez y lo atribuyen a diversas influencias convergentes, incluyendo la revolución sexual, la televisión, la alta tasa de divorcios y las madres trabajadoras, cuyos niños pueden no ser supervisados después de la escuela (Winn, 1983). Los niños de la década de 1980, también están mucho más expuestos a los problemas de los padres e inclusive a convertirse en sus confidentes, familiarizándose con las emociones y dilemas de los adultos, los cuales no están preparados para manejar. Al mismo tiempo, algunos acontecimientos y procesos que han marcado tradicionalmente el comienzo de la edad adulta, se han pospuesto. El porcentaje de jóvenes que van a la universidad y permanecen económicamente dependientes de sus padres, en sus veinte años, empezó a incrementarse en los años 60,
cuando los jóvenes del baby boom alcanzaron la edad para ir a la universidad. Aunque la cantidad de estudiantes universitarios es hoy menor que la de 1960, la proporción de jóvenes que "retrasan" (de acuerdo con los itinerarios más tradicionales) los compromisos con el trabajo y con la familia, sigue siendo alta. Puede verse que, en conjunto, las presiones ascendentes hacia la edad adulta, y las presiones descendentes hacia la dependencia que se mantiene, han ayudado a consolidar la adolescencia como una etapa definida. ¿Quién soy? La búsqueda de la propia identidad es probablemente el tema predominante de la adolescencia. Al reconocer este período como una etapa del curso de la vida, la sociedad tiene el efecto de proporcionar a muchos jóvenes la oportunidad de preguntarse "¿quién soy?", y como sugería G. Stanley Hall, experimentar con las respuestas. Los adolescentes también tienden a utilizar este período para probar las convenciones y la moralidad de una sociedad como medio para defender sus propias ideas. En su análisis de esta etapa, Erikson también se centró en la identidad como la tarea principal de la adolescencia. Lo que Erikson quiere significar con identidad es un sentido de continuidad de nuestro pasado, presente y futuro, y la coordinación de los
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sentimientos sobre la forma como uno se mira y es visto por los demás. Aquellos que son incapaces de desarrollar un sentido de quiénes son y hacia dónde van, experimentan una confusión de roles. Así, la crisis que enfrentan los adolescentes es identidad contra confusión de roles.
Transiciones hacia la edad adulta La adolescencia puede empezar en la biología, con cambios físicos rápidos y dramáticos, pero termina en la cultura (Conger y Peterson, 1984). Precisamente cuando una adolescente llega a la adultez, depende de numerosos factores culturales y sociales. En las sociedades tradicionales, como se ha visto, los ritos de paso marcan claramente la transición y existe poca duda sobre quién es un adulto completamente formado. En las sociedades modernas y complejas,
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la transición es ambigua, tal como se ha anotado en la primera parte del capítulo; es un proceso gradual más que un hecho específico (Hogan y Astone, 1986, p. 112). En otras palabras, el paso a la edad adulta comprende múltiples transiciones. La oportunidad y el significado de estas transiciones dependen en parte de la raza, el origen étnico y la clase social, de modo que esos diferentes grupos dentro de la sociedad moderna, experimentan transiciones en tiempos diferentes. Tradicionalmente, la socialización del rol sexual también ha desempeñado su parte: se estimula a hombres y mujeres a que acojan diferentes caminos hacia la edad adulta. Además, las transiciones a la edad adulta pueden analizarse como voluntarias (escogemos el primer trabajo y la primera separación del hogar de acuerdo con deseos propios); anticipadas (se espera que nos casemos a los veinte años y seamos padres varios años más tarde, y lo hacemos); no anticipada (la muerte de uno de los padres o un embarazo no deseado nos obliga repentinamente a asumir responsabilidades de adulto); o, en efecto, no transicional (somos incapaces de encontrar un trabajo o una esposa o tener un niño) (Schlossberg, 1987). Evidentemente, las "no transiciones" también afectan los roles, las elecciones y las expectativas. La característica que acompaña la maternidad en los jóvenes atiende a varios tipos de transiciones en la edad adulta y las vincula con otro aspecto importante: el curso de la vida de una familia entera.
EDAD ADULTA Alguna vez considerada como un período de relativa estabilidad, la edad adulta actualmente es reconocida como una época de permanentes desafíos y cambios. El matrimonio, la paternidad, la familia y el trabajo significan, para los adultos de hoy, aspectos muy diferentes a lo que fueron para sus padres y abuelos. ¡Y no es de admirarse! A medida que nos acercamos al siglo XXI, los estadounidenses cada vez más se sienten menos satisfechos por tener el mismo esposo, trabajo u hogar durante su vida adulta. Transiciones sobre la marcha: de la edad adulta inicial hasta la edad intermedia adulta Aunque pensamos que el matrimonio es un rito de paso único, es sólo una de las decisiones más importantes que pueden marcar la transición gradual a ¡a vida adulta. Las decisiones sobre la amistad, la carrera, la familia, el hogar y el estilo de vida son elecciones que comprenden muchas posibilidades excluyen otras y vinculan al individuo con la comunidad más allá de sí mismo (Spencer Grant/ The Picture Cube).
Daniel Levinson (1978) fue pionero en la investigación sistemática del ciclo vital del adulto, especialmente del cambio de la edad joven adulta o inicial hasta la edad intermedia adulta. Su estudio principal, hecho a finales de la década de 1960 y a comienzos de la del 70, ha sido alabado tanto como
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Maternidad en la adolescencia La mayoría de la gente siente que las transiciones e interrupciones no anticipadas del curso de la vida derivan en angustia y generan problemas. Pero, ¿cómo sucede esto? ¿Cuáles son los problemas? y, ¿cuáles son los efectos a largo plazo? Algunos estudios recientes acerca del impacto de una paternidad no planeada sobre los individuos y las familias, proporcionan algunas respuestas que arrojan luz sobre la que es una transición común muy difícil y repentina-pero creciente- a la edad adulta. Y puesto que las vidas de los miembros de toda una familia son interdependientes, la investigación también revela la forma como el curso de la vida de una familia se ve afectado por las transiciones de los roles de sus miembros (Eider, 1986). L.M. Burton estudió cuarenta y una familias negras de clase urbana multigeneracional (Burton, 1985; Burton y Bengtson, 1985). Cada familia incluía una nueva madre, una abuela y una bisabuela. En veintitrés de las familias, la transición ocurrió "a tiempo": las nuevas madres eran jóvenes adultas (con edades de veintiún a veintiséis años), las abuelas tenían edades medias (de cuarenta y dos a cincuenta y seis años), y
las bisabuelas eran ancianas (edades entre sesenta y setenta y tres años). En dieciocho de las familias, la transición era "temprana": las nuevas madres eran jóvenes (de edades entre once y dieciocho), las abuelas eran adultas jóvenes (edades de veinticinco a treinta y ocho años), y las bisabuelas eran de edad media (edades de cuarenta y cinco a cincuenta y siete). Burton encontró que las transiciones a tiempo eran bien recibidas por todas las tres generaciones; los miembros de la familia se preparaban para moverse hacia la próxima etapa en la escala generacional. Por el contrario, las transiciones aceleradas de roles que resultaban del embarazo de adolescentes (una niña se convertía en madre; mujer joven, en abuela; mujer de media edad, en matrona), rompían las expectativas, las relaciones y los cursos de la vida de las personas involucradas. Puesto que las adolescentes no estaban preparadas para las responsabilidades de la maternidad, virtualmente todas esperaban que sus madres cuidaran de sus hijos. Más de 80 por ciento de las abuelas jóvenes, sin embargo, se rehusaron a la tarea de asumir primordialmente ese rol. De acuerdo con Burton, el llegar
criticado. Tomó en consideración sólo hombres de edad de treinta y cinco a cuarenta y cinco años, y aunque escogió sus cuarenta sujetos de estudio de diversos orígenes y situaciones de vida (diez ejecutivos de empresa, diez obreros por horas, diez novelistas y diez biólogos universitarios), su muestra no puede considerarse como representativa de la población masculina en su totalidad. La obra de Levinson, sin embargo, fue útil para dirigir la atención hacia el curso de la vida en la edad adulta y para modificar nuestro concepto sobre este momento de la vida. En su libro Childhood and Society, Erikson dice que la crisis de los jóvenes adultos (edades de veinte a cuarenta años) es de intimidad contra aislamiento. Los jóvenes adultos parcialmente deben mezclar sus identidades con las de otras personas, formar amistades profundas y levantar una familia. El peligro
a ser abuela tan temprano, acarreaba un conflicto para los planes del curso de la vida de estas mujeres relativamente jóvenes, planes que incluían el trabajo, la educación y el romance. Burton también señaló que la mayoría de las abuelas jóvenes habían sido madres muy jóvenes y que no habían querido una transición prematura del segundo rol. Algunas aún sufrían conflictos de su propia adolescencia, sin resolver, y estaban tratando de recuperar la juventud perdida cuando se hicieron madres. Así, en cierto sentido las madres y las abuelas jóvenes estaban luchando a brazo partido para resolver situaciones personales semejantes. No es de sorprenderse, con diferencias en edades entre ellas, relativamente pequeñas (un promedio de quince años), que las madres y abuelas tendieran a comportarse más como hermanas que como madres e hijas. En algunos casos, el rechazo de las abuelas a desempeñar el rol de custodia, obligaba a las madres jóvenes a asumir totalmente la responsabilidad por el bebé. Esta transición temprana hacia la vida adulta significaba que las madres jóvenes tenían que reorientar el curso de su vida, descartando planes de matrimonio,
consiste en que ellos fallen al comprometerse porque teman perder su propia identidad. En la edad madura mediana (cuarenta a sesenta años), la crisis es entre la generatividad, el sentimiento de que uno está haciendo una contribución al mundo y guiando a las generaciones jóvenes, y el estancamiento, sentimientos de aburrimiento y de resignación, cuando los sueños juveniles chocan con la realidad de la edad adulta intermedia. Al igual que Erikson, Levinson ve dos períodos distintos dentro de la edad adulta, la inicial y la edad adulta intermedia (o edad adulta mediana); pero Levinson fue mucho más allá. Concluye que el ciclo de vida de un hombre adulto está dividido en períodos estables (o estructuras construidas) en los que revisa y evalúa sus oportunidades pasadas y considera el futuro. Los períodos de transición son
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universidad y carreras -al menos por algún tiempo- mientras luchaban por cuidar al niño, quizá, inclusive durante los años de secundaria. Más frecuentemente, sin embargo, las madres jóvenes remitían sus responsabilidades más atrás en la escala generacional, a las bisabuelas de los nuevos bebés. Habiendo cuidado de los niños de sus hijas, estas mujeres asumían este rol de nuevo por sus nietas. Muchas también tenían a cargo familiares ancianos. Una bisabuela de edad mediana exclamaba: "No tengo tiempo para mí, cuido a los bebés, a los niños mayorcitos (la joven madre estaba todavía en la casa), y a los viejos. Trabajo demasiado. . . me canso tanto que no sé si podré hacer algo para mí". (Eider, 1986, p. 21). Las bisabuelas también temían que sus hijas, que habían renunciado a su rol de madres y ahora al de abuelas, jamás iban a crecer y a asumir sus responsabilidades con seriedad. Frank Furstenberg y sus colegas, quienes realizaron un estudio longitudinal con 300 mujeres de Baltimore, encontraron que, en contra de la mayor parte de las predicciones, la paternidad de los jóvenes no daña inevitablemente las oportunidades de vida de los adolescentes (Fursten-
berg, 1976, 1984; Furstenberg, Brooks-Gunn y Morgan, 1987). En su investigación, que sugiere cómo pueden reorientarse las vidas que se han separado de su programa, Furstenberg identificó tres "caminos de escape" para las madres adolescentes. El primero era la educación: las madres adolescentes que completaban la secundaria tenían iguales probabilidades de depender de la seguridad social en la edad madura, que aquellas que no habían cursado la secundaria. El segundo era el control de natalidad. Las mujeres que no tuvieran un segundo hijo en los cinco años después del primero, tenían tres veces y media más probabilidades a tener estabilidad económica en la adultez. También estaban más inclinadas a casarse. El tercer camino de escape era de hecho un matrimonio estable, lo que comúnmente significaba independencia de la madre de la familia de origen. Las mujeres que permanecían en las casas de sus padres largo tiempo después de ser madres no efectuaban otra transición a la edad adulta; para decirlo en palabras sencillas, seguían como niñas dependientes a lo largo de su vida. ¿Y qué pasa con la siguiente generación? Furstenberg y sus colegas
difíciles, frecuentemente dolorosos: suspendido entre el pasado y el futuro, un hombre lucha por cerrar la brecha. Levinson argumenta que aunque la edad en la que los hombres entran en un período particular de la vida puede variar en algo, todos ellos progresan durante las mismas etapas en el mismo orden (véase Figura 6.3). En la transición del joven a la edad adulta inicial (relativamente hablando, durante los veinte años), llega a ser adulto principiante con una base de hogar en su haber. Empieza a hacer elecciones sobre el matrimonio, la ocupación, la residencia y el estilo de vida que va a definir su lugar en el mundo de los adultos. Cerca de los treinta años, estas decisiones adquieren un nuevo carácter: ahora sus elecciones son "serias". Los últimos años de los treinta son un período para establecerse y para echar raíces -esta-
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encontraron que cuando estos jovencitos llegaban a la adolescencia, mostraban más síntomas de desajustes -representando distanciamiento social, etc.-, que los niños de las madres más maduras. En general, los adolescentes que mejor la pasaron fueron aquellos cuyas madres habían optado por un camino de escape. Por ejemplo, a los jóvenes cuyas madres no habían tenido un segundo o tercer hijo, inmediatamente después del nacimiento del primero, les había ido mejor en la escuela que aquellos cuyas madres habían tenido otros bebés mientras ellos eran todavía pequeños. Así, aunque las transiciones de roles en nuestra sociedad pueden ser más ambiguas que en las sociedades más tradicionales, sin embargo, son muy reales. Estudios sobre la maternidad en jovencitas revelan las consecuencias de salidas marcadas del itinerario de nuestra sociedad y nos muestran cuán importante puede ser ese itinerario. No sólo las transiciones no anticipadas arrojan al individuo fuera de su curso (al menos temporalmente), sino que también repercuten y reducen la escala generacional, alterando de esta forma el curso de la vida de la familia como un todo.
blecer un nicho en la sociedad, anclarse más firmemente en la vida y progresar en la ocupación elegida. La transición de la edad adulta intermedia, de acuerdo con Levinson, comúnmente ocurre entre las edades de los cuarenta y los cuarenta y cinco años. En la edad adulta inicial, los hombres están en su cima física y mental. Ahora deben enfrentar las señales y las limitaciones de la edad. Para la mayoría de los hombres que Levinson estudió (70 a 80 por ciento), la transición de la vida intermedia -popularmente llamada "la crisis de la media vida"- estaba psicológicamente tergiversada. De repente, los hombres empezaron a cuestionarse sobre su matrimonio, su familia y sobre su carrera. "¿Qué he hecho con mi vida? ¿Qué he conseguido realmente y qué he dado a mi esposa, a mis hijos, a mis amigos, a mi trabajo y
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a la comunidad -y para mí? ¿Qué es lo que realmente quiero para mí y para los demás?" (p. 60). Para algunos, el darse cuenta de que sus sueños juveniles jamás podrían realizarse, fue particularmente angustioso. Sin embargo, los hombres que negociaron bien esta transición, encontraron la edad adulta inicial como el tiempo más creativo del curso de su vida. Llegaron a tener mejores vínculos con otros y a tener más seguridad en sí mismos. Siguiendo a Erikson, Levinson sugiere que los hombres más exitosos de la edad adulta intermedia desarrollan la generatividad. Utilizan la autoridad en forma creativa, aceptando la responsabilidad paternal de las generaciones más jóvenes. Levinson sostiene que otra transición empieza alrededor de los sesenta años. Tan pronto los hombres se acercan a la vejez, deben reconocer que su generación ya no es la que domina. Su función es sustentar su vitalidad en formas nuevas y apropiadas para la edad adulta madura y la vejez.
Otra investigación confirma algunos de los hallazgos de Levinson; pero señala diferencias en otros puntos. El estudio Grant sobre el desarrollo de los adultos hizo el seguimiento de 270 estudiantes de primer semestre de la Universidad de Harvard, desde la universidad hasta la edad adulta. George Vaillant (1977) entrevistó a noventa y cuatro de estos hombres en su vigésima quinta reunión universitaria, cuando promediaban los cuarenta y cinco años y de nuevo cuando promediaban cincuenta y cinco años. (Este estudio por supuesto está sujeto a la misma crítica que el de Levinson -que se enfocó solamente sobre un grupo de hombres). Al igual que Levinson, Vaillant encontró que la edad madura inicial es un período de lanzamiento y de consolidación de las familias y de las carreras, y que la mitad de la vida es un período de alboroto interior. En efecto, describe la media vida como una segunda adolescencia: "Los hombres dejan la ocupación compulsiva e irreflexiva de sus aprendizajes profesionales y de nuevo exploran su mundo interior" (p. 220).
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A diferencia de Levinson, no obstante, Vaillant encontró que la edad en la que los hombres empiezan a cuestionar sus propias elecciones de vida variaban hasta en una década. A los treinta, algunos se habían vuelto introspectivos; a la edad de cuarenta y cinco, otros estaban todavía luchando con situaciones no resueltas de identidad e intimidad (conflictos que Erikson asocia con la adolescencia y con los tempranos veinte años). Vaillant argumenta que el cuestionamiento interior puede ocurrir en cualquier punto del curso de la vida y depende más de las circunstancias (por ejemplo, del divorcio o de la falla en lograr una promoción), que de la edad.
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Hasta la fecha, no ha aparecido un análisis en profundidad importante sobre el curso de la vida de las mujeres (aunque Levinson se encuentra actualmente
completando su estudio sobre las mujeres adultas). La evidencia disponible sugiere que el enfoque de "edades y etapas" puede no ser aplicable en igual forma a las mujeres (Rosenfeld y Stark, 1987, p. 69), primordialmente debido a la regulación del embarazo, que a su vez afecta las decisiones de una mujer sobre el trabajo y la carrera. Una mujer que tiene hijos a sus veinte años puede no entrar a la fuerza laboral hasta sus treinta años y así alcanza la etapa de consolidación de su carrera a mediados de sus cuarenta, diez a quince años "después" de los hombres. Otra mujer, en cambio, puede concentrarse en su carrera a los veinte años y posponer la maternidad hasta los treinta. En el mundo actual, conocer la edad de una mujer nos dice muy poco sobre su estatus marital, maternal u ocupacional. Sin embargo, saber cuándo y cuántos hijos ha tenido, es todavía el mejor sistema de predecir su participación ocupadonal y su adelanto (Hanson, 1983).
El primer día de esta joven en la universidad es desafiante, excitante y lleno de emociones con incertidumbre para sus padres y para ella. La edad adulta mediana cuando se han tenido los hijos y definido sus carreras, puede ser tiempo para la introspección y ¡a apreciación personal como una experiencia doloroso y prometedora a ¡a vez como si fuera una segunda adolescencia (Gabe Paletner, MUG Shots 1986/ The Stock Market).
En resumen, no está todavía claro cómo el influjo reciente de las mujeres en la fuerza laboral y la tendencia de mujeres jóvenes a combinar el empleo con los roles familiares, alteraran el curso de la vida familiar en la vida adulta, además de aumentar su diversidad. En este punto, las mujeres todavía tienden a identificarse más con la vida familiar, a ser más definidas centralmente por los compromisos y las prioridades familiares, que los hombres. En un estudio de cuatro grupos de hombres y mujeres, por ejemplo, se encontró que en todas las etapas los hombres estaban orientados esendalmente hada su carrera, mientras que las mujeres dieron el matrimonio y la familia como sus primeras metas; estuvieran o no comprometidas con una carrera (Lowenthal y otros, 1975). Estos tipos de diferencias, sin embargo, son más evidentes en algunas etapas que en otras: por ejemplo, en el estudio anteriormente mencionado las diferendas de sexo eran más pronundadas en los adolescentes y en las personas de edad adulta intermedia y menos pronundadas en las recién casadas y en aquellas que se aproximaban a la edad de la jubilación (Lowenthal y otros, 1975). De todas maneras, es derto que los roles de una mujer en las diferentes etapas del curso vital de la familia tenderán a determinar sus roles como individuo en un mayor grado de lo que lo son para los hombres. Incluso si las mujeres no atraviesan por etapas específicas en una forma tan predecible como los hombres, parece que ellas experimentan tipos similares de cambios en su edad adulta. De acuerdo con un estudio longitudinal de 132 graduadas del Mills College, una universidad para mujeres en California (Helson, Mitchell y Moane, 1984), las mujeres se comprometían más con sus deberes y eran más au-
¿Y qué hay de las mujeres?
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to disciplinadas a sus veinte años; más confiadas, más positivas y orientadas hacia su realización a los treinta; y más creativas y comprometidas en negocios por fuera de la familia a los cuarenta años. Este estudio también econcontró que aquellas mujeres que no estaban comprometidas, ni con la familia ni con la carrera, cambiaban menos en sus años de adultez que las mujeres que tenían tales compromisos. Algunos investigadores han escogido centrarse en el curso de la vida de la familia contemporánea en sí misma, tanto como sobre los individuos (Aldous, 1978; Waite, 1980; Eider, 1987). Las tendencias como la de un matrimonio tardío, embarazos diferidos, nacimientos fuera del matrimonio y de soltería pueden por supuesto, afectar los patrones de vida en la edad adulta. Disolver una familia y empezar otra pueden falsear los itinerarios y obligar tanto a hombres como a mujeres, a roles nuevos o mezclados. En efecto, la diversidad en el curso de la vida familiar ha venido a convertirse en un sello de nuestro tiempo.
ENVEJECIMIENTO, VEJEZ Y CURSO DE LA VIDA La gente siempre ha soñado con vivir hasta una edad avanzada; pero solamente ha sido en las últimas décadas cuando grandes cantidades de personas han realizado este sueño. Los estadounidenses se están volviendo más viejos y como resultado se están añadiendo nuevas etapas o sub-etapas al curso de la vida. Aunque no existe un acuerdo firme sobre la terminología, la mayoría de los científicos sociales distingue entre el anciano de edad avanzada (cerca de los sesenta y cinco a los ochenta y cinco años), y los envejecidos o "viejos-viejos" (edades de los ochenta
y cinco en adelante). El envejecimiento de la población estadounidense y la expansión del curso de la vida son el resultado de varias tendencias convergentes. En primer lugar, las tasas de supervivencia han mejorado firmemente desde el siglo XIX. La mejora en la salud pública y en la nutrición han significado que más y más infantes y niños lleguen hasta la edad adulta. Una segunda razón es el aumento de la lojongevidad debido, en parte, a los avances médicos. En 1900, sólamente dos de cinco estadounidenses vivían hasta los sesenta y cinco años de edad; hoy esa cifra es de tres a cuatro (Statistical Abstracts of the United States,
1988). El promedio de esperanza de vida para los nacidos en 1984, es de 71.1 años para los hombres, y de 78.3 años para las mujeres. La mayor parte de es-
te crecimiento ha tenido lugar en las últimas tres décadas (Horn y Meer, 1987, p. 80). Entre 1960 y 1980, el número de estadounidenses de sesenta y cinco y más años fue más que doblado. Al mismo tiempo, el número de "viejos-viejos" se cuadruplicó, alcanzando los 2.6 millones. Todos los grupos incluidos, la población de Estados Unidos creció más rápidamente que la de la India (Preston, 1984, p. 435). Una tercera razón para el creciente envejecimiento de la población estadounidense y la prolongación del curso de la vida ha sido la disminución de la tasa de nacimientos: el "boom" en las personas más viejas ha sido comparado con una "explosión" de nacimientos (Horn and Meer, 1987, p. 80). Con la excepción notable del baby boom, los nacimientos han disminuido en forma continua desde 1800. Sólo uno de cuatro estadounidenses tiene menos de dieciséis años. Cuando la generación del baby boom alcance la edad de sesenta y cinco años (comienzos del 2010), el envejecimiento de la población se acelerará. Los estimativos indican que en el año 2030 la proporción de estadounidenses con sesenta y cinco años y más habrá subido de 12 a 21 por ciento. Como puede adivinarse, el envejecimiento de la población ha alterado la estructura social. Los demógrafos solían describir la estructura de la edad de una población como una pirámide: los recién nacidos y los infantes formaban una amplia base de capas sucesivamente menores, a medida que las personas más viejas morían por enfermedad, accidentes, guerra y otras causas. Sin embargo,, las tendencias actuales buscan "cuadrar la pirámide". En el año 2030, la cantidad de personas en grupos de cada cinco años, desde el nacimiento hasta la edad de los setenta años será igual, lo que dará así una figura rectangular casi perfecta. En efecto, las personas sobrevivientes de la generación del baby boom van a formar una estructura de edades levemente más amplia en la cima (véase Figura 6.4). El envejecimiento de la población refleja tremendos cambios sociales. En los siglos XIX y XX, los Estados Unidos así como también otras naciones occidentales pasaron de una sociedad agrícola de alta fertilidad, a una sociedad industrial de fertilidad controlada. En las sociedades agrícolas tradicionales, el conocimiento, la sabiduría y las habilidades de las personas mayores se tenían en alta consideración. Aunque los mayores pueden no desempeñar los mismos trabajos que desempeñaron cuando eran jóvenes, la jubilación es desconocida. Típicamente, los viejos controlan el recurso más valioso de la sociedad -la tierra- y sus hijos permanecen económicamente dependientes hasta bien entrados en la edad adulta intermedia.
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Con la industrialización, sin embargo, la valoración de la edad ha sido casi invertida. La industrialización avanzada confiere un premio a la educación y a la innovación. El rápido cambio tecnológico vuelve obsoleto el conocimiento y las destrezas de los viejos; la educación está dirigida hacia la juventud y la competencia generacional por los empleos conduce a presiones para que los de mayor edad se jubilen. Típicamente, el control de los recursos vitales cambia a la edad adulta intermedia, y los trabajadores viejos son empujados a posiciones de dependencia económica y marginalidad social. La jubilación dio a la etapa final del curso de la vida una clara demarcación. Al fijar los sesenta y cinco años como la edad en que comienza el beneficio de la jubilación, la Ley de Seguridad Social, aprobada en 1935, efectivamente estableció un punto de arranque para la definición social de la vejez, y creó una categoría social completamente nueva. "Los viejos vinieron a definirse como un grupo dependiente en la sociedad, como un grupo cuyos miembros no podrían trabajar y no deberían hacerlo, y que necesitaban de asistencia económica y social que la población joven estaba obligada a proporcionarles" (Malcolm H. Morris, en Horn y Meer, 1987, p. 90).
El Burean Census predice que hacia el año 2030 la pirámide tradicional de población habrá cambiado su forma casi a la de un rectángulo perfecto, con cerca de la misma cantidad de personas en cada grupo de 5 años, desde el nacimiento hasta los 70 años.
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¿De qué manera ha respondido la población más joven? ¿Cómo tratamos a nuestros "ciudadanos veteranos" en este país? ¿Cómo percibe nuestra sociedad actual a la persona anciana y qué vamos a hacer en adelante en nuestra vejez? ¿Cómo definimos el rol de los ancianos entre nosotros, y cómo les permitimos asumir roles activos?
Respuestas sociales al envejecimiento: mitos y realidades Una persona anciana piensa y se mueve lentamente. No piensa como solía hacerlo o en forma tan creativa. Está ligada a sí misma y a su pasado, y no puede cambiar ni crecer más. No puede aprender bien ni rápidamente, y aunque pudiera hacerlo, no lo desearía... Le disgustan las innovaciones y no está dispuesta a acoger nuevas ideas. No solamente no puede avanzar, a menudo retrocede. Entra a una nueva niñez, encerrada en una creciente egocentricidad y exigiendo más de su entorno de lo que está dispuesta a ofrecerle. . . se vuelve irritable y pendenciera, aunque débil y superficial. Vive en su pasado, está al margen del tiempo. Está privada de propósitos y su mente vaga por todas partes, viviendo de recuerdos y volviéndose charlatana. . . Frecuentemente es golpeada por la edad. . .ha perdido su deseo y capacidad por el sexo.
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EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD Su cuerpo se encoge y así sucede también con el flujo de sangre que llega a su cerebro. Débil, falta de interés, espera la muerte, sintiéndose como una carga para la sociedad, su familia y para sí misma. (Butler, 1975, pp. 6-7)
¿Es esto lo que pensamos de la vejez? Tomado del libro Why Survive? de Robert Butler, este es el retrato basado en los mitos y en los falsos conceptos que los estadounidenses tienden a tener sobre las personas ancianas. Porque, como cultura, idealizamos la juventud y rechazamos la vejez. En algunas sociedades -Japón, notablementelos ancianos son reverenciados. A pesar de la industrialización y de los rápidos avances tecnológicos en ese país, las personas jóvenes buscan las opiniones de los ancianos, esperan que sus padres ancianos vivan con ellos, difieren de sus padres en asuntos familiares y guardan lo mejor de todo para sus ancianos. Sus actitudes crecen a lo largo de sus tradiciones culturales permanente y profundamente religiosas. Por el contrario, en nuestra sociedad y en las sociedades más industrializadas y opulentas, al envejecimiento (ageism), que es un sistema de creencias negativas sobre la vejez, es la norma. Está elaborado dentro de nuestra cultura y de nuestra estructura social. Nuestras creencias culturales y nuestras prácticas sociales denigran no solamente de las capacidades, habilidades y salud de la gente anciana, sino también de su dignidad moral y significación social. Para estar seguros, muchas personas están profundamente vinculadas a miembros ancianos de la familia o permanecen estrechamente vinculados con un antiguo profesor o jefe que sirvió anteriormente como consejero. Pero la mayoría temen a la idea de volverse viejos y pocos son los que buscan activamente vivir con personas más viejas o trabajar junto a ellas. Dado el retrato anterior es posible ver el por qué. Y no sólo las encuestas muestran firmemente que los estadounidenses menores de sesenta y cinco años tienen estereotipos negativos de los ancianos, sino que de acuerdo con esas mismas encuestas, muchos estadounidenses ancianos están de acuerdo, y simplemente se ven a sí mismos como excepciones a la regla (Harris, 1981). Echemos una mirada más detallada a algunas opiniones estereotipadas sobre los ancianos. Primero, existe la creencia de que la vejez significa disminución inevitable en las fuerzas físicas, mentales y sexuales. Es incuestionable que el cuerpo decae con la edad. La velocidad, la fortaleza, el vigor, la percepción y la sensitividad disminuyen. Una persona de setenta años no puede caminar tan rápidamente, ni ver u oír tan bien, ni reaccionar tan rápidamente, ni subir a la misma montaña que una persona de
treinta años. Pero las diferencias entre el adulto más joven y el más viejo, son más pequeñas, y se desarrollan más gradualmente y no afectan el funcionamiento hasta mucho más tarde de lo que para la mayoría de nosotros cuenta -la octava década de la vida. Comparado con el joven, el anciano está menos propenso a sufrir enfermedades agudas o de corta duración, tales como resfriados ordinarios; pero es mucho más propenso a sufrir enfermedades crónicas y de larga duración, tales como hipertensión, y enfermedades del corazón, artritis o enfisema. Incluso estos achaques crónicos no son comúnmente incapacitantes, aunque presentan más serios problemas para los verdaderamente "viejosviejos". Existe otra realidad que contradice un falso concepto. La sexualidad, dada la disponibilidad de compañeros, puede ser, y frecuentemente es, una parte muy fuerte de la vida de las personas más viejas y añade mucho al sentido de satisfacción total. Algunas personas que jamás han disfrutado el sexo en primer lugar, pueden utilizar la vejez como una excusa para renunciar al sexo (Horn y Meer, 1987); pero aquellos que fueron sexualmente activos en su juventud, siguen siéndolo en la vejez si tienen la oportunidad. Es importante distinguir entre vejez primaria, un proceso programado biológicamente que empieza temprano en la vida y afecta todos los sistemas corporales, y la vejez secundaria, que son las limitaciones que resultan no de la edad en sí misma, sino de la enfermedad, del abuso y/o de la falta de uso (Horn y Meer, 1987, p. 81). El hecho de que el corazón de una persona bombee menos sangre a los setenta años que a los treinta o cuarenta, es el resultado inevitable de la vejez primaria, no de la enfermedad cardíaca. Es importante recordar también que la mayoría de los estudios sobre los efectos de la vejez están basados en datos cruzados, o sea, comparaciones de diferentes personas de diferentes edades durante el mismo tiempo. Los resultados pueden decirnos más sobre las diferencias generacionales o de grupo que sobre la edad misma. Por ejemplo, los estudios sobre varias sociedades modernas encuentran que los hombres de veinticinco a veintinueve años de edad son, en promedio, 7 cm y medio más altos que los hombres de sesenta y cinco a setenta y nueve años. ¿Significará acaso esto que los hombres se encogen a medida que envejecen o que los jóvenes son más altos porque la nutrición, el cuidado médico y la buena salud han mejorado considerablemente en los últimos cincuenta años? Sin estudios longitudinales, en los que un solo grupo es monitoreado año por año o "década por década, no puede haber respuesta definitiva posible.
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Jugando con la edad... A pesar de la idealización de la juventud que hace nuestra cultura, la vejez puede ser una etapa de desafío y de satisfacción más plena que otras del curso de la vida. Quizas la meta de la transición a la edad adulta avanzada no es sólo ser "tan jóvenes como nos sentimos " sino sentir, como esta pareja claramente lo hace, que estamos en el sitio exacto en el momento exacto (Paul Fusco/ Magnum photos, Inc).
¿Y qué decir de la senilidad: acaso golpea eventualmente a todas las personas ancianas? Esto también es un mito, el resultado de la falta de información. Hasta hace muy poco, cualquier persona anciana olvidadiza, irracional o infantil en los patrones de pensamiento y comportamiento, era tachada de senil. Las personas que trabajan con los ancianos ahora saben que este término solamente oculta una multitud de problemas separados y de desórdenes, incluyendo la enfermedad de Alzheimer (un desorden incurable del cerebro), la depresión, la desnutrición y las reacciones adversas a drogas prescritas. La mayor parte de estas condiciones pueden diagnosticarse ahora cuidadosamente, y muchas pueden tratarse efectivamente. Ninguna se considera como consecuencia inevitable de la vejez creciente. Efectivamente, las habilidades cognoscitivas tales como la verbalización y el razonamiento, continúan en aumento de los cuarenta a los sesenta años. Puede existir alguna pérdida de memoria a corto plazo (la habilidad para recordar un número telefónico o el nombre de alguien a quien se ha conocido recientemente); pero otras habilidades permanecen intactas. Aun la memoria a corto plazo, está menos propensa a disminuir en tanto que la mente, como un músculo, se haya seguido utilizando consistentemente. Así, dados la oportunidad y el estímulo las personas pueden continuar asimilando nueva información a lo largo de su vida (Burdman, 1986). "Loro viejo no aprende a hablar". Este viejo dicho resume el mito de la inflexibilidad (Butler, 1975). Pero no existe evidencia para sustentar tanto folklore. Los ancianos responden a la innovación y al cambio con la misma mezcla de aceptación y rechazo que se encuentra en las personas más jóvenes. En
efecto, las personas de mayor edad tratan de adaptarse con éxito a los tipos de cambio (pérdida de empleo, pérdida del cónyuge, traslado a una comunidad desconocida) que las personas más jóvenes con frecuencia encuentran perjudiciales. Otro mito sostiene que los ancianos están separados del mundo que los rodea (Butler, 1975). De acuerdo con esta opinión, los ancianos escogen retirarse no solamente de la fuerza laboral, sino también de la sociedad como un todo, refugiándose en sí mismos, rechazando contactos sociales y perdiendo el interés por un mundo más amplio. Aunque con la edad algunas personas se retiran un poco, son excepciones a la regla. Mala salud/ penurias económicas, accesos limitados al transporte y otros, pueden obligar a las personas mayores a suprimir las actividades que anteriormente les daban satisfacción. Pero el retiro no es una parte natural en el proceso de envejecer. Por ejemplo, consideremos la descripción de un hombre de setenta y ocho años de edad sobre uno de sus días típicos: Me levanto cerca de las siete de la mañana y me pongo los audífonos para escuchar las noticias. Poco antes de las ocho me ducho, me afeito y me visto. Después bajo y recojo el periódico, preparo el desayuno para mi esposa y para mí. Leo las noticias. Después del desayuno aseo un poco, luego ordinariamente subo aquí y me ocupo en fruslerías en el escritorio, escribo cartas, investigo un poco. Miro el correo y trato de estar aquí hasta el medio día. Luego almuerzo. Por la tarde comúnmente salimos puede ser al centro o a un parque. Ocasionalmente visitamos a alguien. Vamos de compras. Regresamos a casa alrededor de las cinco de la tarde y prendemos el fuego. Luego volvemos a las noticias cerca de las seis... Después preparamos una cena deliciosa. Después de esto podemos ver un programa de t.v. o alguien viene a
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visitarnos. Podemos ir a cenar fuera con los amigos como lo hicimos la noche pasada (Kaufman 1986, p.107).
Este tipo de compromisos con la vida de otros y con el mundo exterior, en general, parece que es más típico de lo que muchos creen. Ayudaría mucho a refutar otro mito: que todos los ancianos son muy solitarios. La mayoría no están aislados, y la mayoría tampoco son dependientes. Por otro lado, también existe un mito que es irrealmente positivo y que considera la última parte de la vida como una etapa perfectamente serena, "como una especie de tierra de hadas" en que las angustias y preocupaciones de la vida diaria han desaparecido mágicamente (Butler 1975, p.10). Por supuesto este no es el caso. Si algo es cierto es que los problemas diarios pueden aumentar en la última etapa del curso de la vida. Y como ha insistido Erikson, los conflictos todavía pueden afrontarse y lograr soluciones. En la última etapa de la vida adulta, la octava y última edad del hombre (Erikson definió este período de los sesenta años en adelante, no subdividió la vejez tal como lo hacemos hoy), uno puede trabajar, bien hacia la aceptación de sí mismo y de su pasado integrando los diversos aspectos que se vivieron, o maldecir el pasado, sentirse desesperanzado de los años de la vida que faltan y temer a la muerte. Erikson llamó a la crisis central en la última etapa de la vida la integridad contra ¡a desesperación.
¿Cómo hacen los viejos para enfrentar y resolver hoy tales conflictos? ¿Cómo integran estas preocupaciones con la vida diaria? La experiencia real de la edad es un tema importante y sorprendente que debe considerarse. La investigación en los últimos 20 años indica altos niveles de satisfacción entre todos los ancianos estadounidenses (Foner 1986, p. 71). ¿Quién tiene la responsabilidad? La experiencia de envejecer La experiencia de envejecer ha cambiado en los últimos años gracias a mejores cuidados médicos, dietas mejoradas y al interés creciente por la buena salud. Un estudio a largo plazo que hizo el seguimiento de la historia de la salud de 1600 parejas casadas durante muchos años, se extendió a sus hijos. Los investigadores encontraron que cuando la descendencia tenía la misma edad que tenían sus padres cuando se empezó el estudio, obtuvieron puntuaciones significativamente más bajos en los tres factores de mayor riesgo para enfermedades del corazón: alta presión sanguínea, alto colesterol sérico y el fumar (en Foner 1986, p. 113,13). "Nuestra sociedad está en
vejeciendo" escribió Jack Horn y Jeff Meer, "pero los viejos se están volviendo más jóvenes" (Horn y Meer 1987, p. 77). Confianza en sí mismo, compromiso social y estilo de vida A la edad de 99 años, Ethel Nixon está llena de vigor. Vive en una aldea apartada de California, pero todavía hace el aseo y las compras. Regularmente conduce su vehículo para ir de visita donde sus dos hijos, cinco nietos y seis bisnietos. Cuando la señora Nixon apareció en el programa de Johny Carson "Tonight Show, de la noche a la mañana se convirtió en una celebridad. ¿Por qué? Porque ha desafiado el estereotipo de que las personas de su edad están obligadas a estar en casas de reposo, a depender de sus hijos de edad adulta intermedia, a ser olvidadas, abandonadas, o simplemente a estar solas. La señora Nixon puede ser una persona extraña, pero no única. Actualmente, sólo cerca de 5% de los estadounidenses viven en casas de descanso, otro 5% vive en comunidades de retiro segregadas por edades. La gran mayoría mantiene sus propias casas y apartamentos a pesar de las dificultades que esto conlleva. La autoconfianza caracteriza al "viejo viejo" tanto como "al viejo joven". Una mayoría (54.6%) de los 2 y medio millones de estadounidenses con edades de 85 y más años, todavía mantienen hogares independientes, aunque muchos, (21,3%) son pobres y la mayoría (96%) no tienen más que los ingresos de la seguridad social. Solamente (11,6%) de los "viejos viejos", vive con sus hijos. Como muchos otros mitos sobre la vejez, la creencia de que los padres que envejecen son un escape en las finanzas de sus hijos es generalmente falsa. Una encuesta de 1987 hecha por Luis Harris & asociados encontró que los estadounidenses viejos son cuatro veces más propicios a dar ayuda financiera a sus hijos que a recibirla. También, menos de 1% de ancianos dicen que realmente quisieran vivir con sus hijos (Horn y Meer 1987,pp. 87-89). Pero esto no significa que los ancianos necesariamente se sientan separados de sus familias. De hecho, una independencia financiera de los padres ancianos previene una fuente de tensiones entre generaciones desde el principio. Y tal como veremos, al discutir a los abuelos en familia, en el Capítulo 16, los vínculos cariñosos entre abuelos y nietos parece que se están fortaleciendo. No solamente la familia sino también los amigos son fuentes importantes de satisfacción y de apoyo social para los ancianos estadounidenses, tal como estos lo son para otros grupos. En un estudio, la mitad de los sujetos viejos decían que tenían entre
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once y cuarenta amigos a quienes podían pedir ayuda en su vida diaria (Quadagno 1986, p. 243 fn 52). Estas relaciones eran recíprocas: aquel que tenía un coche llevaba a sus amigos a la iglesia y de compras al mercado, otros hacían un pastel más grande o una olla de sopa con más de lo necesario y llevaban los sobrantes a sus vecinos; otros leían regularmente a un amigo que tenía problemas de visión. Una pequeña minoría de ancianos asegura tener un círculo social disponible viviendo en comunidades para pensionados. Por supuesto este tipo de vida comunitaria no es para todos, sino para aquellos que la escogen (y pueden hacerlo), parece ser benéfica. La mayoría de los estudios demuestran que las personas en estas comunidades le dan la bienvenida a la sociabilidad, gozan de mejor salud y viven más que los ancianos en otros ambientes (Quadagno 1986, p. 240 fn 41). Nótese, sin embargo, que dado que las mujeres normalmente viven más que los hombres, las comunidades de retirados tienden a ser predominantemente femeninas. Para resumir, vemos de nuevo que la imagen del anciano como ser dependiente y aislado se aplica solamente a una pequeña minoría. La mayor parte de hombres y mujeres ancianos son independientes y socialmente activos, lo que a su vez aumenta la satisfacción que sienten con su vida. Seguridad social, trabajo y retiro La seguridad social ha tenido consecuencias tanto positivas como negativas para la vida diaria de los ancianos. Ciertamente ha proporcionado dinero y además cierta independencia para muchos. Al mismo tiempo ha ayudado a reforzar el problema del envejecimiento. La vejez puede ser una época especialmente enriquecedora para ejercer algunas aficiones, para explorar nuevas ideas, para compartir nuestros intereses con otros. Estos estudiantes de arte pueden estar realizando una gran ambición largamente diferida o profundizando en sus compromisos de vida; en cualquier caso, demuestran que la vejez es una época de crecimiento y de investigación como cualquier otra etapa de la vida (Jim Pickerell/ Black Star).
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La Ley de Seguridad Social fue aprobada en el peor momento de la Gran Depresión. La función manifiesta u oficial de la ley era proporcionar asistencia a las personas desempleadas, cuyos ahorros habían sido barridos. La función latente (no oficial ni tácita), sin embargo, fue la de abrir oportunidades urgentemente necesitadas para los trabajadores jóvenes animando a los trabajadores viejos a jubilarse. Desde cuando se aprobó esta ley se ha ampliado enormemente extendiendo sus beneficios, en especial para financiar Medicare (Atención Médica), un programa obligatorio de seguridad de salud para las personas de 65 y más años de edad. Ciertamente, una de las primeras razones para que los ancianos estadounidenses estén mejor hoy que en el pasado, es porque tienen estos beneficios muy ampliados. Es claro que Medicare ha mejorado en forma muy clara el estándar de vida de los ancianos (Prestan, 1984). La seguridad social sancionó oficialmente al fenómeno relativamente moderno denominado retiro. Con esto, la cantidad de ancianos que trabajan se ha reducido en forma significativa. En 1900, aproximadamente dos de tres hombres de edad de 65 años y mas aún estaban en la fuerza laboral. Hoy solamente uno de cada cinco ancianos y una de cada siete ancianas están empleados (Statistical Abstracts of the United States, 1988). La razón principal para el desempleo en esta etapa del transcurso de la vida es el retiro forzoso. Cerca de 80% de los trabajadores estadounidenses, -al menos 30% de los que hubieran preferido continuar trabajando (Quadagno, 1986, p. 240 fn 41) -enfrentaron el retiro obligatorio a la edad de 65 o 70 años. Irónicamente, las leyes y disposiciones que ahora obligan a los ancianos a retirarse de la fuerza laboral fue creada con las mejores
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intenciones. Por ejemplo, los sindicatos lucharon ardientemente para proteger a los trabajadores ancianos (especialmente los que tenían 50 años) de despidos por medio de la seguridad en el empleo basado en el argumento de que eran empleados más antiguos. A cambio, aceptaron el retiro forzoso a los 65 años de edad (Horn y Meer 1987, p. 90). El Congreso ha aprobado una ley que prohibe el retiro forzoso en 1986, pero su aplicación es gradual y no cubriría a todos los trabajadores sino hasta 1994. En muchos casos, la discriminación por edad obliga a las personas a "retirarse", antes de que hayan alcanzado oficialmente la edad para el retiro obligatorio. La creencia de que los trabajadores ancianos son menos productivos que los trabajadores jóvenes, menos motivados, inútiles para aprender nuevas habilidades, y más inclinados a perder el tiempo por su mala salud -todas falsas-, frecuentemente hace que los empleadores no quieran contratar a trabajadores de edad adulta intermedia. Aunque la proporción de desempleados es más baja en hombres de 45 años de edad y más, que en hombres jóvenes, los efectos del desempleo sobre el individuo anciano son más devastadores, tal como se ilustra en el siguiente caso. Un hombre de 50 años de edad con educación secundaria perdió su posición gerencial en una firma de máquinas eléctricas donde había estado empleado por 17 años. Sus ingresos anuales antes de su separación ocurrida entre 1969 y 1971 eran de 13 mil dólares... .En 1971 este hombre había reportado 44 semanas de desempleo durante los 12 años precedentes, pero entonces estaba trabajando como empleado de ventas en una tienda de ventas al por menor. En 1973 tenía un trabajo de oficina en una firma de maquinaria agrícola, donde sus ingresos anuales eran de US$8,500. Dos años más tarde estaba desempleado y había trabajado solamente 22 semanas en el año anterior, como jefe agrícola con ingresos de US$4,500. Para el año 1976 aparentemente se había retirado; después de 42 semanas de desempleo durante los 12 meses precedentes finalmente decidió dejar de trabajar. Para entonces su salud, que se había deteriorado en los tres años precedentes, no le permitió seguir trabajando. (Quadagno, 1986, p. 239).
Existe una ley que prohibe la discriminación contra los trabajadores de edades de 45 a 70 años, demoninada Ley Contra la Discriminación por la Edad en el Empleo (1967), pero es difícil de hacerla cumplir. Tal como lo ilustra el ejemplo, el desempleo, la salud deficiente y el desánimo pueden llevar a una persona a retirarse, antes de que deba hacerlo. En 1980, 60% de los trabajadores jubilados disfrutaron de los beneficios de la seguridad social antes de los 65 años de edad (Quadagno 1986, p. 247 [fn 68]).
El retiro se ha constituido en una transición importante en el transcurso de la vida y puede ser verdaderamente angustioso, especialmente para los hombres, si ocurre entre los 65 y los 70 años. Los hombres que se aproximan a la vejez están hoy más comprometidos en el mundo del trabajo, son más propensos a derivar su identidad clave de su estatus laboral que la mujeres de su misma generación. Un empleo no es solamente una fuente de ingreso y de estatus, sino también una fuente de orgullo y significado. Un empleo estructura el día de las personas, la semana, los años, ofrece un contacto social e idealmente proporciona oportunidades para la creatividad personal y la realización. Sin embargo, la mayor parte de los estudios demuestran que una mayoría de ancianos estadounidenses preveen su retiro (Quadagno, 1986, p. 234 [fn 27]). Una vez que se ha realizado la transición de un rol de trabajador a un rol de retirado, muchos se dedican a su nueva situación con verdadero placer. Muchos jubilados expresan un sentido de bienestar tan alto o más alto quizás que el que tienen los trabajadores jóvenes. Descontando las preocupaciones por la salud, parecen llevar una vida menos presionada y para apreciar la libertad que otorga una vida estructurada de acuerdo con sus propios intereses y con su propio ritmo. Sin embargo, las diferencias socioeconómicas entran aquí a jugar un papel notable. En general, los trabajadores en ocupaciones de alto status se retiran más tarde que los trabajadores en ocupaciones de status más bajos. Los trabajadores de status alto también están más inclinados a declarar que gozan del retiro, probablemente porque, en general, son más sanos y tienen más dinero que los trabajadores jubilados pertenecientes a status más bajos. Status socioeconómico Tal como lo aclara la diferencia entre trabajadores de alto y bajo status, el status socioeconómico se convierte en un factor importante en la calidad de vida de un anciano o de cualquier otro individuo. Como grupo los ancianos están económicamente mucho mejor hoy, en parte gracias a la seguridad social y a Medicare. La proporción de hombres y de mujeres de 65 y más años, que viven por debajo de la línea de pobreza ha disminuido de 35% en 1959 a 12% hoy. En 1970 la incidencia de la pobreza entre los ancianos era el doble del promedio nacional. Hoy es menos del promedio (Preston, 1984). En el extremo superior de la escala socieconómica, muchas de las grandes corporaciones de la nación están encabezadas por "ciudadanos senior". Entre los extremos de pobreza y riqueza existe una creciente clase acomo-
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La vejez es un tiempo de aislamiento y desesperación... Tales mitos pueden satisfacer las ambiciones por esfuerzos propios para aquellos que viven solos, con un ingreso fijo, en una cultura desinteresada por sus habilidades e impacientes con sus necesidades. Esta manifestante de cabello gris tiene una historia diferente que contar. Como otros que han experimentado la discriminación, los ancianos realizan actividades enérgicas y determinadas. A través de grupos como las Panteras Grises gradualmente pueden llegar a ser muy eficaces para movilizar un activismo político en su propio provecho (Izquierda, Birgit Pohl; derecha, Alain Kelerl Sygma).
dada de ancianos "con dinero para gastar y tiempo para disfrutarlo" (Horn y Meer, 1987, p. 77). En 1982 una encuesta de Gallup encontró, al igual que otras, que una mayoría, (más de 70%) de personas de 65 años y más decían que estaban bastante satisfechas con su estándar de vida, el más alto nivel de satisfacción reportada por grupo alguno de edad (Gallup 1983, p.18-19). Aun así, la mayoría de las personas experimentan una reducción de sus ingresos en la vejez y una minoría sustancial'todavía experimenta penalidades económicas extremas. Las viudas y los miembros de los grupos minoritarios son los más propensos a sufrir: como ganaron menos que los hombres blancos durante su vida, reciben menos beneficios de la seguridad social (y otras pensiones para las que podían ser elegibles). 15% de los hogares encabezados por mujeres de edad de 45 años y más tienen ingresos inferiores a los de la línea de pobreza absoluta, en comparación con 8% de hogares encabezados por hombres de la misma edad. Los ancianos negros y los hispanos tienen tres veces más probabilidades de vivir en la pobreza que los ancianos blancos (Quadagno, 1986, p. 228). La pobreza también aumenta con la edad: las personas de 80 y más años tienen dos veces más probabilidades de vivir en pobreza que aquellas que tienen entre 65 y 69 años. La vivienda es el problema principal de los ancianos que viven cerca o por debajo de la línea de pobreza absoluta. Aunque casi 70% de los ancianos estadounidenses tienen su casa propia, libre de
hipoteca (Butler, 1975), esto no significa que los retirados que cuentan con ingresos fijos sean capaces de cubrir los altos costos del mantenimiento de las casas, de los equipos y de los impuestos prediales, mucho menos de adaptarlas a las necesidades actuales. Los gastos médicos son otra carga financiera para muchos ancianos, no solamente para aquellos que viven al nivel de pobreza o por debajo de esta. Medicare no cubre los costos de los gastos médicos tales como drogas, controles, anteojos y enfermeras de tiempo completo. De nuevo, una respuesta es la vida en una comunidad de retiro. Pero por supuesto, en primer lugar, uno tiene que ser capaz de cubrir los costos iniciales de mantenimiento de manera que no existe opción para las personas más pobres. En muchas comunidades de retiro, los residentes pagan una cuota de entrada (desde US$10,000 hasta US$57,000 en 1975), que les proporciona contrato de arrendamiento de por vida en un apartamento con cuidados médicos adicionales vitalicios. Además, pagan un costo de mantenimiento mensual (que iba desde US$240 hasta US$595 en 1975), por alimentos en un comedor central, calefacción, ¡electricidad, lavandería y demás. Nótese que la cuota de entrada no es reembolsable. El apartamento no se puede vender a otro retirado o dejarse a los herederos. Sexo y viudez Debemos reconocer, primero que todo, que hombres y mujeres experimentan la edad de la vejez en formas muy diferentes. Tanto hombres como mujeres
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confrontan los estereotipos negativos de la edad; pero como la sociedad valora la juventud y la belleza en forma más alta en las mujeres que en los hombres, las mujeres sufren mayor pérdida con la edad. Los estadounidenses asignan la etiqueta de "vieja" a una mujer menor de 60 años con más facilidad que a los hombres (Riley y Foner, 1968). No obstante, las diferencias en las percepciones culturales son solamente parte de esta historia. Las mujeres en los Estados Unidos viven en promedio de 7 a 8 años más que los hombres. El simple hecho de la longevidad tiene numerosas ramificaciones. Puesto que las mujeres tienden a casarse con hombres mayores, son mucho más propensas a quedar viudas gran parte de su vejez. En 1981, sólo 13% de los hombres de edad de 65 años en adelante, contra 51% de mujeres de la misma edad habían enviudado. A la edad de 75 años, solamente una de 5 mujeres vivía con su esposo, en comparación con dos de cada tres hombres (Horn y Meer, 1987, p.84) (véase Figura 6.5).
La experiencia de la viudez es diferente para los hombres y para las mujeres. En alguna forma es más difícil para los hombres ajustarse a la viudez porque no solamente pierden a sus esposas sino además, frecuentemente todo un sistema de apoyo emocional y doméstico con el que siempre habían contado. Los hombres que ahora están en sus 60 y 70 años no están acostumbrados a cocinar, a realizar las tareas de la casa y pueden experimentar una disminución física porque omiten comidas y por una nutrición deficiente. La vejez también choca con la autodefinición de los hombres como personas independientes y recursivas. No están acostumbrados a buscar ayuda y pueden tener menos apoyo de sus familiares y amigos porque no se les ve como "necesitados". Sin embargo, al mismo tiempo, volver a casarse es casi exclusivamente una prerrogativa para los hombres, tanto por razones demográficas como por razones culturales (Berardo, 1980). En 1981 había solamente 23 hombres no casados de 65 años y más por cada 100 mujeres no casadas. Además, los homLa distribución de la población de acuerdo al status marital cambia considerablemente con el aumento de edad Los cambios son similares a los patrones amplios tanto para hombres como para mujeres, pero son más dramáticos para las mujeres que para los hombres.
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bres ancianos tienen todavía la opción de volverse a casar con mujeres jóvenes, lo que hace que la lista de elegibles sea todavía mayor. Como resultado, los hombres de 65 y más años tienen 8 veces más probabilidades de volver a casarse que las mujeres de edad avanzada (Horn y Meer 1987, p. 84). Es interesante que el status social afecte las tasas de nuevos matrimonios y los afecte en formas opuesta para hombres y para mujeres. Mientras más educación tenga una mujer y mayor sea su ingreso, menos propensa estará de volver a casarse; el caso contrario ocurre para los hombres (Hagestad, 1986). Para una mujer, la viudez comúnmente trae una disminución en el estándar de vida, que frecuentemente combina con la pérdida de la persona amada. Muchas mujeres actualmente en sus 60 y 70 años fueron amas de casa de tiempo completo en la mayor parte de su vida. Como ingresaban a la fuerza laboral en forma esporádica, si es que lo hicieron, no son aptas para obtener ahorros e ingresos de los planes para pensionados. En muchos casos, la pensión del esposo no incluye una provisión para las viudas, de tal manera que esta fuerza de ingreso queda suprimida. Aun si la mujer trabaja la mayor parte de su vida, las oportunidades de que ella ganara mucho menos que su esposo y recibiera mucho menos beneficios de la seguridad social y pensión después de su muerte son altas. Esta es una diferencia de sexo que probablemente disminuya tan pronto como las mujeres trabajadoras y profesionales del baby boom lleguen a su vejez. Hoy, sin embargo, las mujeres de edad avanzada son una minoría en desventaja, (véase Tabla 6.3). Solidaridad y activismo político Dadas sus múltiples experiencias y problemas compartidos, podríamos esperar que los ancianos estadounidenses sintieran una fuerte "conciencia de clase" y que actuaran juntos en muchas situaciones políticas. Hasta cierto punto esto es verdad. Estudios recientes han demostrado que "la identificación con las personas de edad avanzada (es) tan amplia como la conciencia de raza entre los negros y más amplia todavía que la identificación de sexo entre las mujeres (Foner, 1986 p.89). Pero la conciencia de edad no es universal. Por una parte, muchos ancianos estadounidenses aceptan la opinión de que después de cierta edad hacerse a un lado para dar paso a los jóvenes. Por otra parte, muchas personas con edades de 65 y más años todavía piensan en sí mismas como si fueran de edad adulta mediana. La conciencia de edad es mayor entre los ancianos de edad más avanzada que como grupo tienen ingreso más bajo y menor educación. Pero en este caso la ac-
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ción no resulta necesariamente de la conciencia. Los ancianos de mayor edad son los menos dispuestos, seguramente también los menos capaces, para organizarse políticamente. Esto no quiere decir que los ancianos sean políticamente inactivos. Los Panteras Grises, un grupo organizado sobre el modelo de grupos políticos radicales de los años 60 y 70 para combatir el envejecimiento, tenía 10 mil miembros en 1980. La American Association of Retired Persons, A.A.R.P. (Asociación de Estadounidenses Retirados), más moderada, ostenta 24 millones de miembros y un presupuesto anual de 145 millones de dólares (Collins 1987). Además para la representación de situaciones que interesan a los estadounidenses de edad avanzada, la A.A.R.P. presenta su propio plan de seguridad y salud de grupo, su fondo mutuo propio, una droguería sin ánimo de lucro para órdenes por correo, programas de viajes y gran variedad de programas de servicio social. Desde el punto de vista de la participación política más convencional, los ancianos estadounidenses están entre los grupos más activos en la nación. En 1982, en las elecciones para el congreso, por ejemplo, el porcentaje de personas de edad de 65 a 74 años que votaron duplicó al de los votantes con edades de 20 a 29 años, y el número absoluto de votantes en las edades de 60 y más, excedió al de los jóvenes por debajo de los 35, o al de los de edad adulta media (35 a 40 años) (Prestan 1984, p.446). Las encuestas también demuestran que los ancianos tienden a estar más informados políticamente que los ciudadanos más jóvenes. Están mucho más inclinados a capacitarse para identificar a su representante en el Congreso, por ejemplo, (Gallup, 1983, p.75). La muerte y los moribundos Actualmente, debido al aumento de la longevidad y al crecimiento de la población anciana, la mayoría de las muertes ocurren entre los de edad avanzada. Como resultado, el significado de la muerte para los individuos y para la sociedad ha cambiado. En el
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pasado, la muerte, la transición que todos estamos obligados a hacer, llegaba en momentos impredecibles. La mayoría de las personas hoy están en posición de contemplar su propia muerte. El fatalismo sobre ella ha dado paso a un gran sentido de predectibilidad y de control. Sin embargo, las normas y las instituciones sociales se han retrazado con relación a estos hechos sociales. En un libro ya famoso, titulado, The Denial of Death (1973), Ernest Becker decía que la no aceptación de la inevitabilidad de la muerte y el temor a morir eran fuentes principales de angustia no percibida en las sociedades modernas. La negadón de la muerte inhibe la preparación para el morir, haciendo que la última transición en el curso de la vida sea más difícil. Las sociedades occidentales aislan a los jóvenes y a las personas sanas de los ancianos y de los moribundos. Como resultado, las personas se privan de la oportunidad de aprender sobre la muerte a través de la observación personal. Puesto que usualmente no hablamos de nuestra propia muerte con nuestra familia y amigos, no existen orientaciones o apoyos sociales para una "buena" muerte. A los moribundos se les deja en las salas de los hospitales y en los hogares de ancianos para que se encuentren solos con sus propias ansiedades y con sus propios temores. Cuando Becker escribió su libro, la mayor parte de los médicos sentían que era imprudente informar a un paciente de que él o ella eran pacientes terminales. A los parientes se les exigía mantener la ficción de que estaban mejorando cada vez más, aunque todos sabían la verdad. El libro de Elisabeth Kübler-Ross titulado On Death and Dying (1969) ha roto definitivamente este silencio. A través de la observación y de entrevistas con parientes terminales, pudo esbozar las cinco etapas en el proceso de la agonía: la negación, la oportunidad para el alivio
temporal, la angustia, la depresión y finalmente la aceptación de lo inevitable. Ella argumenta que impedir el que las personas muribundas (y sus familias) atraviesen estas etapas realmente es cruel. Efectivamente, Kübler-Ross ayudó a dar a los moribundos, y a sus familiares y amigos algún sentido de lo que significa la última etapa de la vida. Kübler-Ross tocó una cuerda muy sensible. Las encuestas que se hicieron a finales de los 70 y a principios de los 80 demostraron que la mayor parte de las personas no se sentían amenazadas por la muerte; pero estaban de acuerdo con afirmaciones como "la muerte es a veces una bendición", y "la muerte no es trágica para las personas que mueren, sino para los sobrevivientes". Menos de la mitad estaban de acuerdo en que "la muerte siempre viene demasiado rápido"; y solamente uno de 10 sentían " que morir es sufrir" (Riley, 1983, p. 195). Nuevas tecnologías médicas que prolongan la vida han despertado preocupaciones sobre la autonomía de los moribundos y su derecho a rechazar un tratamiento, y a escoger la manera y el lugar de su muerte. "Los deseos de vivir", las peticiones de no permanecer vivos por medios artificiales han ganado mucha popularidad. Los médicos han reconocido los derechos de los parientes a conocer su condición. Y el apoyo para los hospicios ha crecido, instalaciones no burocráticas y de estilo doméstico que ofrecen cuidados y apoyo a los enfermos terminales y a sus familias. Los cambios en la demografía, y el significado de la muerte constituye un desafío a los individuos y a las instituciones sociales interesadas en la mortalidad humana. Aunque nuestra sociedad como un todo esté dispuesta a aceptar más la muerte y a enfrentarla, y tenga más voluntad para socializar a sus miembros, esta sigue siendo un interrogante (Riley 1983, p. 213).
RESUMEN 1. Ahora los sociólogos estudian los cambios sociales, la estabilidad social, los roles sociales relacionados con la edad considerando el curso de la vida, la secuencia de etapas más o menos predecibles en el ciclo de la vida. La sociología del curso de la vida analiza la forma como el crecimiento y la vejez se reflejan, y afectan los roles sociales y las condiciones sociales. 2. El curso de la vida esta socialmente definido. La cantidad de etapas, los roles en cada etapa y cómo
se marcan las transiciones, varían de cultura a cultura y de un período histórico a otro. 3. Las transiciones en las que los roles del anciano proporcionan otros nuevos son aspectos importantes del curso de la vida. Las transiciones en nuestra sociedad tienden a ser más ambiguas que en las sociedades tradicionales, donde los ritos de paso ocurren en tiempos fijos y marcan claramente la transición para los individuos y para toda la comunidad.
LA SOCIOLOGÍA Y EL CURSO DE LA VIDA: DE LA INFANCIA A LA VEJEZ
4. El enfoque del estudio de las etapas de la vida sobre los grupos de nacimiento ayudan a los sociólogos a fijar los efectos cambiantes de los tiempos sobre las normas y valores de las personas. 5. Erik Erikson fue uno de los primeros en analizar el curso completo de la vida. Consideraba que era una serie de ocho etapas, cada una de las cuales tenía su propio desarrollo y su crisis. 6. Ahora la niñez, es un período extenso de aprendizaje y de crecimiento; esta etapa no siempre se ha definido bien. La noción de que los niños deberían ser alimentados y protegidos del mundo de los adultos viene desde el Renacimiento; pero sólo a principios de este siglo, cuando la prohibición del trabajo de los niños y la educación obligatoria tuvieron lugar, esta noción llegó a ser una realidad para la clase más baja. 7. La adolescencia, un período de cuestionamiento y de experimentación, llegó a ser una etapa aceptada del curso de la vida durante las décadas de los años 40 y 50. La creación de una identidad es la primera fase de la adolescencia. 8. La edad adulta también es un período de cambio y de desafío. Levinson dividió el curso de la vida adulta de los hombres en dos períodos relativamente estables; la temprana y la edad adulta media precedida y seguida por tiempos de transición inestable. La transición de la vida media es un tiempo de cuestionamiento doloroso para los hombres. Las etapas del curso de la vida de la mujer son menos predecibles que la de los hombres, porque el rol de una mujer en cualquier tiempo dado está fuertemente influenciado por las decisiones sobre su maternidad. 9. La población de los Estados Unidos es anciana debido al aumento en las tasas de supervivencia, el aumento de la longevidad y la disminución de las tasas de nacimiento. Se espera que continúe esta tendencia, que ha extendido el transcurso de la vida y ha alterado las estructuras sociales. 10. La Ley de Seguridad Social (1935) estableció una edad fija para recibir los beneficios del retiro, además creó una nueva categoría social: los retirados o jubilados. Los beneficios extendidos, que incluyen Medicare, explican en parte el mejoramiento de la condición económica del anciano promedio de hoy.
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11. Sin embargo, la Seguridad Social también ha ayudado a reforzar el envejecimiento en nuestra cultura, que se basa en los mitos de senilidad, inflexibilidad, aislamiento y en decadencia general en la vejez. Además, el empleo entre los ancianos ha decrecido enormemente debido al retiro obligatorio; algunas veces las personas se ven forzadas a retirarse antes de los 65 años. Las leyes contra la discriminación por la edad existen pero es muy difícil hacerlas cumplir. 12. La transición del empleo al retiro puede ser motivo de angustia (stress) especialmente para los hombres. Sin embargo, la mayoría de los estadounidenses preveen el retiro y lo disfrutan una vez que hayan hecho la transición. El status socioeconómico es un factor importante para el retiro. La cantidad de ancianos que viven en la pobreza ha disminuido en los últimos 30 años, pero una cantidad enorme de ellos, muchos de los cuales son viudos o miembros de grupos minoritarios, enfrentan una privación extrema. 13. Puesto que las mujeres comúnmente viven más tiempo que los hombres, son más propensas a la viudez. El ajustarse a ella puede ser psicológicamente más duro para los hombres, pero ellos están más inclinados a volver a casarse. 14. Las mujeres de edad encuentran un prejuicio mayor que los hombres, debido a las opiniones de la sociedad sobre la juventud y la belleza. El estándar de vida de la mujeres comúnmente declina con la viudez, aunque esto puede cambiar cuando las mujeres profesionales del baby boom lleguen a la vejez. 15. La conciencia de edad y los sentimientos de solidaridad entre los ancianos están ampliamente extendidos, pero no son universales. Existen muchos grupos de acción política y de protección para los ancianos. 16. En la actualidad y por lo general, la muerte llega en la vejez, y cantidades crecientes de personas pueden contemplar ahora su propio fin. La falla en aceptar la muerte, el temor a ella y la inadecuada preparación hace que esta transición sea penosa para algunos. Elisabeth Kübler-Ross en su j libro On Death and Dying rompió el silencio de nuestra sociedad sobre la muerte y esbozó cinco etapas esenciales en el proceso del morir.
GLOSARIO Cohorte de nacimiento. La categoría de personas que nacieron en el mismo año o período y que crecen juntos. Curso de la vida. La secuencia de etapas definida social-
mente en el curso de la vida desde el nacimiento hasta la muerte. Cada etapa tiene sus características, sus expectativas y sus privilegios.
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EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD
Envejecimiento. Es un sistema de creencias negativas sobre la evolución de las capacidades, habilidades y la salud de los viejos. Estructura de edad. Es la cantidad de personas en cada etapa del curso de la vida. Graduación de edades. Es clasificar las personas en diferentes categorías sociales de acuerdo a la edad. Hospicio. Es una instalación parecida a los hogares que proporcionan cuidado y apoyo para los que están extremadamente enfermos y para sus familias.
Identidad. El sentido de "quién es uno"; un sentido de continuidad de la propia imagen en el pasado, en el presente y en el futuro. Medicare. Un beneficio resultante de la Ley de Seguridad Social que proporciona un seguro obligatorio de salud para las personas que tienen más de 65 años. Ritos de paso. Son las ceremonias que celebran y publican la transición de un estado de vida a otro. Transición. Es un punto en el curso de la vida cuando los antiguos roles deben abandonarse para asumir otros
CAPITULO 7
Desviación y control social
Ivan Boesky fue el ejemplo clásico de un gran éxito en la historia de los Estados Unidos. Hijo de un inmigrante ruso, el joven Iván luchó para obtener un grado en la Escuela de Leyes de Detroit. Después de haber servido en tareas poco gratas como escribano en una oficina de abogados y como contador, obtuvo un empleo en Wall Street a la edad de 29 años (Rusell, 1986B). Su suegro rico, quien entonces le estaba pagando la renta, lo apodó "Iván el holgazán". A la edad de 49, sin embargo, el apodo parecía estar mal colocado. Boesky había amasado una fortuna personal estimada en 200 millones de dólares. Un jugador de elevadas apuestas que con frecuencia apostó millones en acciones de alto riesgo (y ganó), llegó a ser conocido en Wall Street como "Iván el terrible". Boesky subió a la fortuna en la ola de un nuevo fenómeno económico, la toma corporativa, que cambió toda la naturaleza de los negocios estadounidenses. En los "viejos tiempos" los negocios crecían al descubrirse nuevos mercados, al aumentar la producción, al comprar a los competidores y vender acciones para financiar su expansión. Cuando una compañía adquiría otra, o cuando dos compañías se fusionaban, el asunto era negociado por empleados de las empresas comprometidas. Luego en los años 60 y 70, los Estados Unidos de las corporaciones se vieron "invadidos" por un nuevo tipo de empresario. En lugar de tratar directamente con los ejecutivos de la compañía, que buscaban controlar, los "invasores corporativos" compraban en el mercado abierto las acciones de la compañía que tenían por objetivo, adquirir con frecuencia una participación en su control, antes de que ésta se diera cuenta
de lo que estaba sucediendo. De estas tomas podían obtenerse enormes utilidades, tanto para los inversionistas como para las corporaciones involucradas. Cuando las noticias de una toma potencial llegaban al público, el precio de las acciones en la compañía blanco subían en cuanto el invasor y la gerencia luchaban por su control. Por esa época, Iván Boesky volaba muy alto. Convertido en una superestrella de las tomas financieras, Boesky tenía una misteriosa habilidad para anticiparse a las ofertas de adquisición antes de que fueran anunciadas. Por ejemplo, entre mayo 22 y 29 de 1985, Boesky compró 377, 000 acciones de Nabisco; cuando Nabisco y R. J. Reynolds anunciaron su fusión el 30 de mayo, vendió sus acciones de Nabisco con una ganancia de 4 millones de dólares (Russell, 1986A). En abril de aquel año la "bola de cristal" de Boesky le dijo que comprara 301,800 acciones de la Houston Natural Gas; dos semanas más tarde, cuando se anunció la fusión con otra compañía, acumuló 4.1 millones de dólares en utilidades. Boesky atribuía su éxito a la predicción y a la combinación del instinto con la información. En realidad, tal como se reveló más tarde, su éxito fue el resultado del fraude. Una de las reglas de los negocios de inversión, tal como ha sido puesta en vigencia por la Securities and Exchange Commission, SEC (Comisión de Valores e Intercambio), prohibe que los socios saquen provecho de la información que no se encuentra disponible para el público en general. El comercio entre socios va contra la ley, y Boesky violó esta prohibición en alto grado. Había convenido pagar al banquero de inversiones David Levine inmensas sumas 167
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por información anticipada sobre ofertas de toma. Cuando Levine fue acusado de comercio entre socios en agosto de 1986, denunció a Iván Boesky como cómplice. Sorprendido en flagrante, Boesky hizo un trato con la SEC, según el cual acordó pagar 100 millones de dólares en multas, entregar en fideicomiso todas sus acciones por el siguiente año y medio, ser expulsado del negocio de valores de por vida, y confesarse culpable de una acusación penal no especificada con una posible sentencia de cárcel de cinco años o menos. Boesky también estuvo de acuerdo en cooperar con la SEC en su investigación sobre adquisiciones indebidas, comercio entre miembros de una asociación y permitió que durante varios meses sus conversaciones con otros sospechosos fuesen grabadas. El desenmascaramiento de Iván Boesky fue sólo la punta del iceberg. Muchos meses después, se hicieron citatorios a algunas de las más antiguas y respetadas firmas de inversión de la nación. Cuatro altos ejecutivos de importantes instituciones financieras fueron arrestados, uno de ellos fue conducido desde su oficina con esposas. La investigación reveló una red de comercio interno de socios, que se complementaban con cuentas bancadas en el Caribe, con invasiones nocturnas a los cajones de los escritorios de los banqueros inversionistas, con claves de acceso secretas, portafolios cargados con dinero en efectivo (Sterngold 1987). Nadie sabía dónde pararían los arrestos. Un estudio de 172 tomas exitosas, entregado por la SEC en marzo, revelaba que en cada caso las acciones en la compañía objetivo habían subido notablemente tres semanas antes de que se anunciaran las ofertas de toma (Nueva York Times, marzo 11 de 1986, p. Al). En la primavera, todo Wall Street estaba reaccionando con el descubrimiento del comportamiento irregular de sus miembros. En capítulos anteriores hemos examinado algunas de las características ordenadamente establecidas como patrón de la vida social y de la interacción social. Pero la vida social no siempre procede de acuerdo con un plan. En cada sociedad y en cada circunstancia existen personas que rompen las reglas y que se consideran desviadas; la desviación, al igual que la conformidad, es universal. Por qué esto debe ser así es materia del cuestionamiento de muchos sociólogos. En la primera sección de este capítulo vamos a considerar la desviación desde un punto de vista sociológico. En la segunda sección consideramos las diferentes perspectivas teóricas que contribuyen a nuestra comprensión de la desviación. A continuación, examinaremos los diferentes niveles del control social, que como la desviación
misma, puede tomar formas diversas. En las últimas secciones, nos centraremos en el crimen y en el sistema de justicia penal, volviendo a Wall Street en varios puntos a lo largo del camino.
LA NATURALEZA DE LA DESVIACIÓN Tendemos a tomar la naturaleza de la desviación como algo aceptado: Todos saben más o menos lo que es y lo que no es un comportamiento aprobado y respetable. Sin embargo, es difícil establecer una no ción precisa y verdadera de la desviación. ¿Es desviación usar camisas cortas? ¿Lo es el pertenecer a un culto religioso? ¿Es una desviación vivir con alguien sin el beneficio del matrimonio? En un pasado no muy lejano, muchas personas describían una pareja de no casados que vivían juntos como "viviendo en pecado". Muchas personas ahora piensan que esa cohabitación es aceptable... bajo ciertas condiciones. Si en la pareja ambos son jóvenes, si son heterosexuales y sin hijos, se levantan pocos entrecejos. Pero supóngase que los individuos están por los 70, o que la mujer es mayor que el hombre, o que ella es divorciada con niños, o que su amante es otra mujer.Se sabe que esta clase de arreglos para vivir han tensionado la tolerancia social, algunas veces hasta el punto de ruptura. La desviación, tal como lo sugieren estos ejemplos, está en los ojos de quien la mire. La perspectiva sociológica busca desenredar las complejidades que rodean el tema de la desviación. Los sociólogos definen la desviación como cualquier comportamiento que los miembros de un grupo social definen como una violación a sus normas. Este concepto se aplica tanto a los actos criminales de desviación, (comportamiento que toda la sociedad ha declarado formalmente ilegal) como a los actos no criminales que los miembros de un grupo ven contrarios a la ética, inmorales, raros, enfermizos, o de cualquier otra forma por fuera de los límites de respetabilidad. Tal como lo usan los sociólogos, desviación es un término relativamente neutral. El término también es neutral en tanto los sociólogos no buscan estar de acuerdo o en desacuerdo con los estándares de comportamiento socialmente definido. Pero la perspectiva sociológica ilumina diversos conceptos populares falsos sobre la desviación. Uno es que ciertos actos son inherentemente desviados. Los sociólogos señalan que el que un acto sea considerado como desviado o no, depende de la sociedad y de las circunstancias sociales. La mayor parte de las sociedades tienen normas que prohiben el asesinato, el robo, el rapto, y otras formas de desviaciones criminales "evidentes". Aún estas mismas sociedades reconocen excepciones a estas reglas
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El comportamiento considerado desviado en una cultura puede ser considerado normal en otra. Mientras los adornos utilizados por estas dos personas son sorpren dentemente similares, la persona de la izquierda se considera como desviada, mientras que la de la derecha, no. En la vida diaria hay sutiles diferencias en la, forma de vestir en el campus universitario que marcan a las personas como desviadas o como pertenecientes a una subcultura. (Izquierda: Dennis Stock/Magnum; dere cha: David Austen).
(Ben-Yehuda, 1985). Matar en la forma de asesinato es un crimen, pero matar al enemigo en una guerra no lo es. Ciertamente una persona puede recibir una sentencia de por vida y otro recibir una Medalla de Honor del Congreso por haber realizado el mismo acto. En forma similar, todas las sociedades virtualmente condenan el robo; pero muchos movimientos guerrilleros (que mas tarde pueden llegar al poder) permiten y aún santifican el robo y el asalto a mano armada como medio para los fines revolucionarios. Para los británicos, los hombres que organizaron la Fiesta de Té de Boston fueron quebrantadores de la ley; para muchos colonos estadounidenses, fueron héroes. Se sigue que debido a que las normas de las gentes difieren de una situación social a la siguiente y de una sociedad a otra, lo que consideran como desviación también varía (véase Tabla 7.1). La relatividad de la desviación en la situación surgió de una encuesta realizada por la revista Business Week (diciembre 6 de 1986, p. 34) en el punto culminante del escándalo de Wall Street. La mayoría de los encuestados (62 por ciento), dijeron que Boesky era un criminal y merecía el castigo que se le imponía. No obstante, una gran cantidad (55 por ciento) dijo que comprarían acciones con base en una información interna proveniente de un amigo que tuviera conocimiento sobre una próxima adquisición y 34 por ciento de quienes dijeron que ellos no hubieran actuado de acuerdo con la información interna, dieron como razón que ¡la información secreta pudiera estar errada! Por deducción, resulta un comportamiento adecuado que un pequeño inver-
sionista privado utilice información secreta interna, ¡pero sería algo criminal que un financista ganara millones de la misma forma! Un segundo falso concepto es considerar la desviación como cualquier actividad poco común o atípica. Muchos actos desviados son característicos de solo una minoría de la población; pero, el hecho de que un comportamiento sea poco común no es suficiente para determinar si se considera como desviado o no. Muchos actos poco comunes no son necesariamente desviados, y algunos actos desviados son más bien comunes. Por ejemplo, el paracaidismo es algo no común, mas no es desviado; mientras que exceder el límite de velocidad constituye algo desviado (en el sentido de ser algo ilegal), pero es común. Otra idea prevaleciente,es que la desviación se reduce a una pequeña categoría de personas marginales -llamadas "tontos, prostitutas y pervertidos". Se infiere,entonces, que los desviados pertenecen a una clase de personas diferentes de usted y de mí. Sin embargo, las personas más "normales" cometen actos desviados de vez en cuando, aunque su desviación permanezca sin detectarse por mucho tiempo. ¿Cuántas personas conocemos que nunca han robado un libro de una biblioteca o libretas y lápices de una oficina? ¿Quién no se ha pasado un semáforo en rojo? ¿Quién no ha dicho una mentira? ¿Quién no ha hecho trampa en sus impuestos sobre la renta? Claramente, otras personas diferentes a aquellas a quienes la sociedad cataloga como desviados violan las normas sociales.
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El rol de las definiciones sociales y el poder Desde el punto de vista sociológico, la desviación existe solamente en relación con los valores y las normas que prevalecen entre las personas en un lugar y un tiempo particulares. En otras palabras, la desviación es un asunto de definición social. Ciertos actos, tales como el asesinato, el rapto, el robo, la perversión y la patología mental pueden ocurrir sea que se definan o no como actos desviados. Pero al definirlos como desviaciones, ponemos en movimiento una serie de acontecimientos que de otra manera no hubieran tenido lugar. Este asunto de la definición social destaca el punto de que la desviación no es una propiedad inherente a comportamientos particulares. Más bien,es una propiedad que las personas confieren a algunas formas de comportamiento mediante sus definiciones sociales. Más aún, las definiciones sociales pueden cambiar con el tiempo, tan pronto cambian las actitudes. Las actitudes variables hacia las tomas comerciales ilustran este punto (Hirsch, 1986). Cuando las noticias sobre las tomas aparecieron por primera vez en las páginas dedicadas a los negocios, el establecimiento financiero consideró las tomas como una aberración, como una actividad vergonzosa que no afectaría las grandes empresas. Las principales firmas de Wall Street rechazaron el verse involucradas en lo que ellos consideraban como una práctica
ilegítima en los negocios. Sin embargo, en la medida en que las adquisiciones se hicieron cada vez más comunes, y las ganadas que podrían obtenerse se hicieron más evidentes,las actitudes de Wall Street hacia las tomas empezaron a cambiar sutilmente. Hacia los primeros años de la década de los 80, las compañías de Wall Street que alguna vez trataron a los invasores corporativos como forasteros desviados, se apresuraban a subirse al vagón triunfante de las tomas. Si la desviación es relativa a los valores y a las normas que prevalecen en un tiempo y lugar particulares, las preguntas claves que surgen se refieren a de quién son las normas y valores que se violan, y quién tiene el poder de identificar y castigar a los violadores. No es de sorprenderse que estas preguntas se contesten a menudo en forma acalorada, confrontadas en el terreno político. Un ejemplo claro de la primera pregunta es el debate sobre el aborto. La terminación voluntaria de un embarazo viola los principios morales de algunos grupos que equiparan el aborto con el asesinato, un acto desviado. Sin embargo, muchos grupos de mujeres están fuertemente convencidas de que toda mujer tiene el derecho de ejercer control sobre su propio cuerpo y, por ende,debería ser capaz de optar por el fin de un embarazo no deseado. El problema entonces se convierte a quién pertenecen los valores que deben prevalecer. En el caso de las tomas, la salida gira en
Estudios basados en muestras nacionales conformadas por personas de diferentes culturas, formulan preguntas similares sobre comportamientos similares que son raros. Notemos en este estudio principal que los estadounidenses son mucho más tolerantes a la protesta y a la homosexualidad que otras culturas como Irán que es la menos tolerante. Por otro lado, la condena a la contaminación del aire es uniformemente alta, una norma global que no existía en la generación anterior.
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torno a quién debería ser el perro guardián. La comunidad financiera, una de las más poderosas manifestaciones políticas de Washington, durante décadas ha argumentado ante el Congreso que debería permitírsele la auto-regulación con base en un punto de vista de que una legislación más estricta podría maniatar la economía. A raíz del escándalo del comercio interno de socios, los legisladores siguen insistiendo en que una legislación más estricta es competencia del Congreso. Vistas en esta forma, las definiciones de desviación se han decidido quienes tienen el poder para hacer cumplir sus propias definiciones. A través de la manipulación de remuneraciones y la imposición de castigos, algunos individuos y grupos pueden hacer que sus estándares prevalezcan aun cuando otros los objeten.
EXPLICACIONES DE LA DESVIACIÓN ¿Qué es lo que conduce a personas como Iván Boesky a arriesgar las fortunas que han ganado mediante negociaciones legales de acciones, sus haciendas y limosinas, su respetabilidad y aun su libertad, a cometer actos ilegales? ¿Eran acaso Boesky y su grupo "los chicos malos", o eran víctimas de los tiempos cambiantes? (¿Si Boesky no hubiera nunca quebrantado una ley, hubiera surgido otro Boesky?) ¿Cierta dosis de desviación se constituye en parte inevitable de la vida social? ¿O es un producto de situaciones sociales particulares? ¿Los desviados son fundamentalmente diferentes de otras personas, o son simplemente los desafortunados a quienes se les captura?
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Después de todo, no existe una explicación sencilla de por qué la desviación sucede ni dónde el individuo desviado se ajusta dentro de la sociedad más amplia. Podemos mirar la desviación desde el punto de vista de los actores individuales o podemos examinar los factores estructurales que podrían animar o promover la desviación. El enfoque hacia la acción despierta interrogantes de por qué se llega a juzgar ciertos actos como desviados, así como los interrogantes de por qué las personas violan las normas sociales. La orientación estructural dirige la atención hacia factores tales como la edad y el sexo de los individuos (véase Por qué las mujeres son ajenas a la manipulación indebida de información confidencial). Puede considerarse la desviación como una salida política que está fundamentada en la estructura de poder de una sociedad, o como una característica universal de la vida social que debe cumplir alguna función dentro del mantenimiento del orden social. Todos estos enfoques básicos contribuyen en algo a la comprensión de la desviación. Varías teorías de rango medio tienen que ver específicamente con el tema de la desviación,e incluyen elementos de una o más de estas orientaciones básicas. Ninguna de estas teorías proporciona una explicación completa de cada incidencia y de cada faceta de la desviación. La investigación sociológica completa exige un enfoque desde múltiples aspectos. Aquí hemos dividido las explicaciones de la desviación en dos categorías generales. El primer conjunto de teorías intenta explicar la desviación desde el punto vista de las características y de las experiencias que distinguen a los individuos desviados de los no desviados. El segundo conjunto de
El hecho de que una actividad no sea común, no significa que sea desviada; también debe violar una norma aceptada por la sociedad. (A) Los esfuerzos iniciales por volar pudieron parecer desviados en el tiempo en que el vuelo humano se consideraba imposible. (B) Hoy, nuestra comprensión de la aerodinámica se ha desarrollado en tal forma que incluso volar sin alas no se considera como algo desviado, aunque sea practicado por un pequeño número de personas. (Izquierda: The Bettmann Archive; derecha: F. Richard/Photo Researchcrs, Inc).
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teorías intenta explicar la desviación desde el punto de vista de factores sociales que hacen más probable que las personas se comprometan en comportamientos desviados. Estas no son explicaciones separadas y aisladas de la desviación. Las teorías tienen relación unas con otras y contribuyen a la historia del pensamiento sociológico sobre la desviación. Perspectivas individuales Las teorías individualistas de la desviación buscan identificar la "clase de persona" que llega a desviarse y a señalar los factores que condujeron a que esa persona llegara a desviarse. Las modernas teorías biológicas buscan explicaciones en la herencia de la persona y en la constitución fisiológica; las teorías psicológicas miran hacia la historia personal del individuo y su perfil psicológico. En los dos planteamientos se encuentra implícito el interrogante: ¿cómo se diferencian los desviados de los no desviados? La teoría de la selección racional sugiere que
cualquiera podría quebrantar las reglas, dadas una oportunidad y un incentivo suficientes. Explicaciones
biológicas
Las teorías biológicas de la desviación no constituyen una innovación reciente. Por muchos años, se han hecho muchos intentos para explicar la desviación desde el punto de vista de los factores biológicos. En el siglo XIX, Cesare Lombroso, un criminalista italiano, pensó que una respuesta a la pregunta de quién es desviado, podría encontrarse en la configuración craneal. Lombroso desarrolló su teoría cuando se encontraba examinando el cráneo de Villela, un criminal maestro. A la vista de aquel cráneo, me pareció ver de repente, iluminarse como una explanada inmensa bajo un cielo radiante, el problema de la naturaleza del criminal - un ser atávico que reproduce en su persona los instintos feroces de la humanidad primitiva y de los animales inferiores. De esta forma, se reiteraba en sus enormes mandíbulas., pómulos salientes, arcos superciliares prominentes... que se encuentran en criminales, salvajes y monos. (Lombroso, en Cohen, 1966, p. 50) Lombroso y sus estudiantes se dedicaron a medir las cabezas de los prisioneros italianos. Todas las medidas que hicieron parecían confirmar la creencia de Lombroso de que los criminales constituían una reversión a una etapa anterior de la evolución, "salvajes" entre hombres civilizados. Concluyó que los criminales nacían, no se hacían. Sin embargo, desde el punto de vista científico, Lombroso cometió un error fatal: solo examinó a los criminales, una muestra que no era representativa de toda la población. Cuando el médico británico Charles Goring comparó las medidas de las calaveras de los criminales y de los ciudadanos ordinarios algunos años más tarde, no encontró diferencia entre las dos (Goring, 1913). A pesar de eso, el concepto de "criminales natos" permanece como una explicación popular y de sentido común sobre la desviación. La idea de que los criminales nacen y no se hacen es atractiva porque ofrece una solución simple a problemas sociales complejos.
Las creencias conflictivas sobre las normas, algunas veces coexisten en la sociedad. Los esfuerzos para establecer un consenso ilumina las divisiones que separan los diferentes sistemas de valores. El debate que sigue en Estados Unidos sobre el aborto, por ejemplo, tiene defensores ardientes en ambos lados, tal como lo muestra esta fotografía. (Steve Woit/Picture Group).
Un estudio histórico reciente (Hughes, 1987) puede zanjar la cuestión. Australia empezó como una colonia penal. Durante los siglos XVIII y XIX, Gran Bretaña envió a 121 000 de sus criminales "al otro lado del mundo" (antípodas) (Australia). Otros colonos eran convictos de las colonias británicas del sur de África, de Canadá y de Irlanda. Ochenta por ciento de los criminales eran ladrones y más de la mitad habían sido condenados en más de una ocasión. Estos criminales formaron la mayoría de la población
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de fundadores de Australia, y la mayor parte de los australianos actuales descienden de estos criminales. Sin embargo, el traslado de los convictos no libró a Gran Bretaña de su "clase criminal", como lo esperaban sus defensores, ni aún menos libró a Gran Bretaña del crimen. Ni tampoco la moderna Australia tiene una tasa de criminales particularmente alta. Este experimento natural ofrece una valiosa evidencia en el sentido de que la propensión a violar la ley no se lleva en los genes. Esto no significa necesariamente que la biología no juegue un rol en la desviación. Avances recientes en genética, bioquímica y neuropsicología han renovado el interés de los científicos por las explicaciones biológicas de la desviación. Estos han desarrollado sofisticados métodos para identificar los rasgos genéticos, los desórdenes neurológicos, los desequilibrios químicos y otros aspectos similares. Crece la evidencia de que ciertas formas de desviación, especialmente la patología mental, son al menos parcialmente biológicas en su origen (Wender y Klein, 1981). La investigación sugiere que las personas que sufren desórdenes mentales de esquizofrenia heredan una vulnerabilidad para el desorden. Cuando se está bajo un estado de angustia, el sistema nervioso de estos individuos reacciona violentamente, creando desequilibrios químicos y conduciendo a un pensamiento desordenados alucinaciones y a otros síntomas. Se ha encontrado un modelo semejante en los maníacodepresivos, que experimentan extremas alteraciones del humor. Si las anormalidades genéticas y biológicas explican estas desviaciones del comportamiento normal, es lógico intuir que la biología también juega un rol en otras formas de la desviación. Nadie sugiere con seriedad que la investigación biológica pueda explicar algún día el fraude financiero sofisticado, pero puede ayudar a solucionar otros patrones enigmáticos del crimen. ¿Por qué, por ejemplo, los hombres son responsables por 90 por ciento de los crímenes violentos y homicidios? Una teoría prominente es que la agresión es una variable clave. La investigación biológica señala las bases hormonales de la agresión,las cuales son diferentes en el hombre y en la mujer (Wilson y Hernstein, 1978). La investigación en la genética y en las bases bioquímicas y genéticas del comportamiento está todavía en pañales. Pero las nuevas teorías e investigaciones están ganando la atención de los científicos y del público en general (Kamin, 1986; Wilson, 1983). Esto no significa un regreso a la antigua idea de los criminales de nacimiento (u otros desviados). Un resultado de una investigación reciente en esta área es
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el reconocimiento de que,aun en la más simple de las criaturas, el comportamiento se refleja en la interacción de factores biológicos y ambientales (véase Capítulo 5). Esto es particularmente cierto cuando se trata de la más compleja de las criaturas, los seres humanos. Explicaciones sicológicas Mientras que algunos científicos han considerado las características biológicas de las personas para explicar los comportamientos desviados, otros han puesto su atención en el perfil psicológico del individuo. Los psicólogos que siguen la tradición psicoanalítica de Sigmund Freud sostienen que todas las personas tienen impulsos desviados hacia la sexualidad y la agresión. Sin embargo, en el proceso de crecimiento, la mayoría de nosotros aprendemos a inhibir o a canalizar productivamente estas inclinaciones. Freud argüía que a través de la identificación con sus padres, los niños adquieren un superego, o una conciencia que les prohibe tipos de comportamiento desviados; también adquieren un ego que les permite manejar con realismo los impulsos internos frente a las exigencias sociales. La teoría psicoanalítica sugiere que los actos de crueldad y los crímenes perversos cometidos sin motivos aparentes pueden indicar un superego subdesarrollado. De la misma manera, un superego superdesarrollado también puede conducir a la desviación. Las personas rechazadas por sus propios instintos pueden también cometer actos desviados hasta provocar el castigo que creen merecer por odiar a sus padres o por tener fantasías sexuales. La popularidad de la teoría freudiana se ha desvanecido en los años recientes, y muchos científicos han apuntado hacia explicaciones psicológicas alternas de la desviación. Algunos sostienen que la desviación, como cualquier otra forma de comportamiento, se aprende de la observación de aquellos que están a nuestro alrededor. En un estudio clásico, Albert Bandura y Richard H. Walters (1959) compararon grupos de niños blancos delincuentes y no delincuentes de hogares económicamente estables. Encontraron que la mayoría de los jóvenes agresivos provenían,por lo general, de familias en las que los padres estimulaban o perdonaban la agresión. Esta y otra investigación hecha por Bandura también revela que castigar a los niños por la agresión resulta en más, no en menos, comportamientos agresivos: Ciertamente, el comportamiento del modelo paternal puede contrarrestar con frecuencia los efectos de su entrenamiento directo. Cuando un padre castiga físicamente a su hijo por haber agredido a los compañeros, por ejemplo, el resultado esperado de este
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entrenamiento es que el niño se abstenga de golpear a los demás. El niño, sin embargo, también está aprendiendo de la demostración paterna cómo agredir físicamente, y este aprendizaje imitativo puede proporcionar la dirección del comportamiento del niño cuando igualmente esté frustrado en una interacción subsecuente. (Bandura, 1967, p. 43). Bandura (1973, 1977) sostiene que la exposición a
modelos de comportamiento violento y el refuerzo de actos agresivos explican por qué las personas tan frecuentemente actúan agresivamente unos con otros. Otras perspectivas sobre la desviación provienen de la psicología cognoscitiva, la cual se enfoca sobre los procesos mentales que sirven de base al comportamiento. Un análisis cognoscitivo de la desviación probablemente consideraría cómo piensan las personas acerca de las circunstancias y las relaciones en su vida y cómo su pensamiento afecta sus acciones. Por ejemplo, la desviación puede ocurrir cuando por una razón u otra las personas piensan que los valores culturales que gobiernan el resto de la sociedad no les cobijan. Varios observadores piensan que este tipo de pensamiento explica el brote de desviación en Wall Street (Arenson, 1986, Elliott, 1986). Quienes se comprometieron en el escándalo estaban haciendo circular manejando millones de dólares; la suerte de las corporaciones con docenas de oficinas y miles de empleados estaban en sus manos; se contaban entre los superestrellas del Wall Street. El poder y el éxito pueden dirigir los sentimientos de la especialidad, o lo que algunos han llamado el "síndrome de Nixon": Soy el presidente y estoy por encima de la ley. Además, los autores de la manipulación indebida de información confidencial en Wall Street pueden haber sentido que las exigencias de sus empleos -semanas de 100 horas de trabajo, menor tiempo con la familia y los amigos, y presión constante- les permitían obtener ganancias adicionales pero ilícitas. Explicaciones sobre la selección racional Algunas explicaciones psicológicas sugieren que la desviación no se basa en el juicio y en la selección: efectivamente, que las personas desviadas no saben lo que están haciendo. El análisis de la selección racional rechaza esta línea de pensamiento. Argumentan que en muchos casos (si no en la mayoría), la desviación es el resultado de un cálculo altamente racional de riesgo y recompensa. Los presuntos desviados pesan sus oportunidades de ganar contra los riesgos de ser sorprendidos y, por tanto, deciden el curso de la acción. Por ejemplo, en términos de selección racional, Boesky y otros calcularon que las
ganancias enormes que podrían hacerse a través de la manipulación indebida de información confidencial compensaba el riesgo de ser capturados. Dicho simplemente, un desviado es un oportunista. La perspectiva de selección racional también implica que el que las personas cometan o no actos desviados depende de las normas prevalecientes y de los estándares. Si las recompensas potenciales por quebrantar las reglas son grandes, la tentación a romper las reglas también será muy fuerte. Si, por otro lado, la posibilidad de ser sorprendido y castigado es grande, las recompensas no serán dignas del riesgo. Por muchos años, existió una regla no escrita según la cual la prensa no podía meterse en la vida privada de los candidatos presidenciales, antes o después de la elección. Las aventuras extramaritales de los presidentes Roosevelt, Eisenhower y Kennedy sólo llegaron a la luz pública en las biografías que se publicaron después de su muerte. Sin embargo, en 1987, la prensa rompió este silencio: fotografías comprometedoras forzaron al principal candidato demócrata Gary Hart a retirarse de la competencia. Teniendo en cuenta la nueva amenaza de la publicidad los futuros candidatos probablemente no aceptarán los riesgos que corrió Hart. Al igualar la desviación con el oportunismo, la teoría de la selección racional crea un puente entre las teorías de la desviación que se enfocan sobre los individuos y las teorías que se enfocan sobre el sistema social. Desviación y tensión estructural Aunque las teorías de la selección biológica, psicológica y racional sobre la desviación proporcionaron introspecciones en los casos individuales, ellas no explican por qué las tasas de desviación (la cantidad de
actos desviados por unidad de población) varían de un grupo a otro y de vecindario a vecindario. En consecuencia, los sociólogos buscan respuestas a la pregunta de la desviación en un ambiente social más amplio. Un enfoque sociológico busca la parte que la estructura social juega en la producción de las tensiones que incitan a las personas a comprometerse en un comportamiento desviado. El sociólogo Robert Merton (1968) utilizó una forma de la teoría de la tensión para explicar la desviación. En su opinión, las altas tasas de desviación son el resultado de una discrepancia entre las expectativas y las oportunidades sociales, entre las metas culturales y los medios disponibles para alcanzarlas. Merton argumentaba que en algún grado todas las personas interiorizan las metas que en su cultura consideran dignas de alcanzar por medio de su esfuerzo. Todos interiorizan las normas que rigen las
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La figura ilustra los cinco patrones de ajuste con las expectativas sociales especificadas por Robert K. Merton. Mientras los conformistas aceptan las metas y los medios aprobados culturalmente, ¡os desviados rechazan, ya sea las metas o los medios, o ambos a la vez.
formas apropiadas y legítimas de trabajar para el logro de estas metas. Pero cuando las oportunidades legítimas de alcanzar metas definidas culturalmente son limitadas o no existen, las personas pueden buscar formas alternas de alcanzar esas metas, o pueden abandonarlas definitivamente. El punto clave de Merton es que las tensiones en la estructura social invitan a la desviación. En sus palabras, "algunas estructuras sociales ejercen una presión definitiva sobre ciertas personas en la sociedad para comprometerse en comportamientos no conformistas . en lugar de comportamientos conformistas". (Merton, 1968, p.132). La sociedad estadounidense era el ejemplo primario de Merton. Esta cultura establece un tremendo hincapié sobre el éxito financiero. A los niños se les educa no solamente creyendo que pueden llegar a ser presidente de los Estados Unidos sino que también sueñan que pueden llegar a ser millonarios. Al mismo tiempo, las oportunidades legítimas para llegar a ser rico en nuestra sociedad son limitadas. Muy pocos adultos son capaces de alcanzar estos sueños infantiles; difícilmente alguien llega a ser multimillonario. ¿Qué hace la gente cuando existe una extensa brecha entre las metas culturalmente definidas y los medios legítimos de alcanzarías? Merton identificó cinco posibilidades (véase Figura 7.1). 1. Conformidad: A pesar de la discrepancia entre sus expectativas y oportunidades, los conformistas continúan buscando metas aprobadas culturalmente por medios aprobados culturalmente. Un ejemplo de ello son los banqueros y los corredores de seguros que cumplen estrictamente las reglas contra la manipulación de información, aunque sospechan que muchos de sus más exitosos colegas están quebrantando las reglas.
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Innovación: El buscar metas aprobadas culturalmente por medias desaprobados culturalmente (que incluyen actividades ilegales). Boesky y los otros comprometidos en la manipulación caen dentro de esta categoría. Ganaron dinero (una meta aprobada culturalmente) de cualquier forma que pudieron. Ritualismo: Es conformarse tan estrictamente a los medios prescritos para lograr las metas, que las metas más amplias se olvidan en el proceso. La desviación radica en el conformarse en un grado tal, que las consecuencias negativas de hacerlo así se ignoran. El ejemplo clásico del ritualismo es el burócrata que rígidamente se adhiere a las reglas y a las regulaciones aun cuando ellas no contribuyen mucho a la eficiencia de la organización o, lo que es peor, sofocan la creatividad individual y la imaginación. Retirada: Es abandonar tanto las metas como los medios que prescribe la cultura propia. Quienes se retiran desaparecen a los ojos de la sociedad, la gente que renuncia a buscar trabajo y engruesa las filas de los holgazanes, de los adictos crónicos a la droga, que ni siquiera intentan abandonar sus hábitos, los vagabundos que llevan una vida sin propósito alguno. Rebelión: Es rechazar las metas aprobadas y los medios que lo permiten, y abrazar en cambio nuevos medios, que son socialmente desaprobados. Personas como T. Boone Pickens, que fue pionero hostil de las tomas corporativas, pueden describirse como rebeldes. Estos rebeldes financieros pusieron de moda una nueva meta: reestructurar el negocio estadounidense. Además inventaron nuevos medios de alcanzar sus metas: la toma corporativa hostil. Tal como este ejemplo lo sugiere, los rebeldes de ayer pueden llegar a ser los conformistas del mañana. Virtualmente todas las firmas de Wall Street tienen ahora divisiones que manejan todos los aspectos de las fusiones y de las adquisiciones.
Desde su publicación en 1938, la teoría de Merton ha sido altamente alabada por su precisión lógica, pero también ha sido ampliamente criticada
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(véase Johnson y Turner, 1984). Una crítica es que la teoría no puede explicar algunos tipos de desviación, por ejemplo, el alcoholismo o los desórdenes mentales. Una segunda crítica es que no puede explicar cómo se mueven las personas de una alienación (percepción de una brecha), a la adaptación (hacer algo sobre esto), o por qué algunas personas hacen innovaciones mientras que otros se retiran o se rebelan. Merton argumentaba que las personas se desviaban cuando no podían obtener sus metas con métodos legítimos, pero la investigación demuestra que esto no sucede en todos los casos. Travis Hirschi (1969), por ejemplo, encontró poca evidencia para sustentar la hipótesis de que la delincuencia nace como respuesta a la frustración de que se bloquee obtener éxito por esfuerzo propio. Merton suponía que las personas hacen lo mejor que pueden para adoptar metas y medios convencionales, cuando, de hecho, la aceptación de las convenciones sociales varía de persona a persona, y de situación a situación. Albert K. Cohen (1965,1966) hizo una contribución importante a la teoría de Merton cuando señaló que la forma como las personas responden a las presiones sociales depende en gran parte de los grupos sociales a los que pertenecen, las presiones por o en contra de la desviación en estos grupos y las oportunidades para aprender las "técnicas" de innovación, de retraimiento, de rebelión y demás. La teoría a la que ahora dedicamos nuestra atención, la asociación diferencial, enfatiza este punto. Asociación diferencial La teoría de la asociación diferencial está basada sobre la idea de que así como las personas deben aprender mediante la socialización cómo conformarse a las normas de su sociedad, también deben aprender cómo apartarse de estas normas. En otras palabras, la desviación, como el comportamiento conformista, es un producto de la socialización. Esta perspectiva sobre la desviación creció a partir de un proyecto de investigación. En los años 20, Clifford Shaw y Henry Mckay encontraron que las altas tasas de criminalidad habían persistido en el mismo vecindario de Chicago durante más de veinte años. Pero durante este tiempo, grupos étnicos diferentes han llegado y se han ido. Obviamente, las tradiciones culturales étnicas no podrían explicar la tasa de criminalidad. En uno de los estudios clásicos de la desviación, Shaw y Mckay (1969) formularon como hipótesis el que los nuevos residentes aprendían formas desviadas de los residentes ya establecidos, primordíalmente en grupos juveniles de juegos y luego en pandillas de adolescentes. Una vez que los nuevos habitantes ha-
bían absorbido las normas y los valores del vecindario, a su vez, las aprobaban y las transmitían a la próxima ola de inmigrantes. Una investigación más reciente (Akers y otros, 1979) defiende el rol del aprendizaje en la desviación. En su libro Principies of Criminology (1960) Ed-
win Sutherland y Donald Cressy ampliaron esta perspectiva explicando la manera cómo tiene lugar la transmisión cultural, o sea, el proceso por el cual se aprende la desviación a través de la transmisión de normas dentro de una comunidad o grupo. Todos están expuestos a definiciones diferentes y conflictivas sobre lo que es correcto y falso. Los estándares que las personas llegan a adoptar como propios se aprenden a través de asociaciones diferenciales con los demás. Si los individuos pasan más tiempo con los desviados y tienen más relaciones intensas con ellos, estas influencias van a contrapesar las influencias de los no desviados hacia ellos. Con la transmisión de normas dentro de la misma comunidad o grupo, las personas pueden socializarse hacia la subcultura de la droga, hacia la subcultura homosexual, hacia la subcultura denominada yuppie que se desarrolló en Wall Street, y así sucesivamente. De esta forma, algunas comunidades ofrecen a los jóvenes oportunidades para educarse, modelos de roles de personas que han alcanzado el éxito por medios establecidos, y contactos con personas que pueden ayudarlos a avanzar en sus carreras por los canales convencionales. Por el contrario, otras comunidades ofrecen oportunidades para aprender la forma de empujar y evadir a las autoridades, modelos de personas que han alcanzado el éxito como jugadores y como alcahuetes, y contactos con personas que controlan las oportunidades en las carreras del mundo subterráneo. En su estudio clásico sobre los consumidores de marihuana, Howard Becker (1963) hizo hincapié en el rol del aprendizaje asociativo y de las subculturas en la desviación. Becker escribió por la época en la que la marihuana se consideraba ampliamente tan peligrosa como la heroína, cuando el uso de la droga no se había extendido todavía a la clase media, y cuando los consumidores de marihuana constituían una subcultura desviada. Encontró que la primera vez que las personas fumaban marihuana, no tenían ninguna reacción o la tenían extremadamente desagradable (desorientación espacial, distorsión del sonido, sed fuerte, y así por el estilo). Los consumidores experimentados tenían que enseñar a los principiantes la forma de fumar un cigarro y cómo reconocer sus efectos (si no tenían reacción), o la forma de regular la cantidad que fumaban (si tenían reacciones adversas). Aún más importante, los consumí-
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dores experimentados enseñaban a los consumidores principiantes a redefinir lo horroroso y desagradable como agradable y deseable. Un consumidor experimentado de marihuana describía su rol como consejero así: Ellos no saben lo que les sucede. Porque creen que van hacia arriba, hasta que pierden la mente y empiezan a hacer cosas extrañas o algo así. Uno tiene que asegurarles, explicarles, que realmente no están en el aire o algo así, y que van a estar bien. Uno tiene que decirles que no se asusten. Estar hablándoles, asegurándoles, diciéndoles que todo va muy bien. Y empezar con su propia historia; usted sabe: "La misma cosa me sucedió. Vas a lograrlo después de un rato". Continúa así; un poco después uno les habla de que pueden asustarse. Y además ellos lo ven a uno hacerlo y que nada horrible nos pasa, y de esta manera ellos tienen más confianza. (p. 55)
Las subculturas desviadas proporcionan nuevas definiciones de comportamientos no conformistas, un vocabulario que justifica la violación de las normas, y lo más importante de todo, la aceptación social. Los consumidores experimentados de marihuana, que algunas veces han tenido "malos viajes", también necesitan del apoyo del grupo. Becker encontró que sea o no que una persona llegara a ser consumidor ocasional o regular dependía de su grado de participación en la subcultura de la marihuana. Las subculturas cumplen otro rol importante suministrando a los miembros un sistema de creencias que explican y justifican su desviación. Los homosexuales, por ejemplo, creen que su persuasión es tan natural para ellos como la heterosexualidad lo es para los demás (Simón y Gagnon, 1970). Las subculturas inclusive pueden desarrollar una identidad colectiva pública para luchar contra las formas discriminatorias de la sociedad: pensemos en la liberación de los homosexuales y en las organizaciones dedicadas al mejoramiento de la suerte de los exconvictos. Para resumir, la teoría de asociación diferencial describe la forma como la desviación se aprende de los otros y se apoya por una subcultura simpatizante. Esto es incuestionablemente una introspección muy importante (Matsueda, 1982). Aunque también tiene sus limitaciones. En primer término, la teoría no explica por qué una cantidad considerable de personas en una comunidad en la que las normas desviadas prevalecen, no se convierten en desviadas. Por ejemplo, dos personas pueden estar expuestas a patrones criminales, y sólo una de ellas se convierte en criminal. Más aún, la asociación diferencial no explica por qué, en primer lugar, ocurre la desviación. El enfoque funcional de la desviación proporciona una respuesta.
El comportamiento desviado se transmite a través de las subculturas, en la misma forma que las normas aceptadas por la sociedad. Por esta razón los grupos de pares tienen una enorme influencia sobre los valores de los jóvenes. Para estos jóvenes los graffiti son una forma de manifestar sus mensajes y de marcar un medio ambiente impersonal. Para otros significa dañar las paredes de los edificios. (Barbara Burners/Photo Researchers, \nc).
Funciones sociales de la desviación La idea de que la desviación desempeña una función social necesaria e importante, se remonta al libro de Emile Durkheim titulado "The Rules of Sociological Method (Las reglas del método sociológico), publicado en 1895. En este manual de trabajo para los estudiantes de la sociedad, Durkheim. hizo la sorprendente afirmación de que la desviación es una parte natural de la vida social, efectivamente, "una parte integral de todas las sociedades saludables" (1895/1958, p. 67) ¿Qué quiso decir con esto? ¿Cómo puede ser la desviación saludable para la sociedad? La respuesta de Durkheim consta de dos partes. Primero, al definir ciertas formas de comportamiento como desviadas, un grupo o comunidad puede definir qué comportamiento es aceptable. Las fronteras entre comportamiento aceptable e inaceptable rara vez son difíciles y rápidas. Típicamente las sociedades tienen una "zona permisiva de variación", que rodea inclusive normas bastante específicas y fuertemente apoyadas. Además, la mayoría de las normas no están expresadas como reglas firmes o códigos oficiales. Más bien, las reglas se definen en el curso de las actividades diarias de la gente. Al poner a prueba las fronteras de la permisividad, los desviados obligan a otros miembros de la sociedad a pensar sobre lo que ellos creen que es normal y adecuado.
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En segundo lugar, al unirse contra el desviado, ese grupo o comunidad se une y reafirma su solidaridad. Así, cuando las personas en el Viejo Oeste formaron un ejército para defender la autoridad, cuando los padres se unen para luchar contra las tiendas pornográficas en sus vecindarios, cuando los ciudadanos votan por un político nuevo y más confiable, están unidos por un sentido de indignación compartida contra aquello que permitió unirlos, el bandido que les robaba sus caballos, el propietario adulto de la librería, el político corrupto que aceptó sobornos. El juicio público de los desviados no solamente reafirma las normas y valores que fueron amenazados, sino también permite que los miembros de un grupo o comunidad trabajen juntos y gasten energía para apuntalar el orden social en el que creen. El sociólogo Kai T. Erikson (1966) proporciona una ilustración de las contribuciones funcionales que la desviación hace al orden social en su estudio denominado Wayward Puritans (Los puritanos perdidos). En 1630, cuando Anne Hutchinson empezó a proclamar que los ministros de Boston no tenían el derecho exclusivo de interpretar la Biblia, congregó grandes audiencias, encolerizando a los ministros puritanos que habían dirigido ai Boston colonial. Al desafiar a los ministros, retaba un modo total de vida. Además la señora Hutchinson era una ciudadana recta y temerosa de Dios. No existía ley contra lo que decía; en efecto, era experta en citar pasajes de la Biblia para sustentar sus creencias y acciones. El juicio fue tenso, mientras la fiscalía daba tumbos tratando de establecer una acusación contra ella. Por último, la señora Hutchinson "se comprometió" al declarar que se comunicaba directamente con Dios, una herejía para los puritanos. Su castigo fue la expulsión de la comunidad. "Deseo saber por qué razón se me destierra" dijo. El gobernador Winthrop le dio esta respuesta: "No diga más, el tribunal sabe por qué y está satisfecho". "Y ese era exactamente el punto" escribe Erikson (1966, pp. 100-101): El tribunal sí sabía por qué la señora Hutchinson tenía que ser desterrada, pero no sabía la forma de expresar este sentimiento en ningún lenguaje conocido entonces en Nueva Inglaterra. Los expositores estaban experimentando un cambio en el enfoque ideológico, un cambio en las fronteras comunitarias, pero no tenían un vocabulario para explicarse a sí mismos o para alguien más lo que significaba la naturaleza de estos cambios. La finalidad del juicio era inventar ese lenguaje, encontrar un nombre para la ofensa sin nombre que la señora Hutchinson había cometido.
Así, sin darse cuenta, Anne Hutchinson ayudó a la Colonia de la Bahía de Massachusetts a redefinir los
Anne Hutchinson, que en 1630 había tratado de desafiar la naturaleza de la autoridad religiosa en la Boston colonial, ayudó a fortalecer la solidaridad de los ciudadanos que unidos la condenaron. Así, aunque su comportamiento se consideró desviado, actualmente sirve como un propósito para el resto de la comunidad. ¿Acaso existen algunas formas de comportamiento desviado en ¡a sociedad moderna que sirven a este propósito? (The Cranger Collection).
límites de las creencias religiosas aceptables. Y, lo que es algo irónico, también contribuyó a la solidaridad social de la comunidad que ella dejaba atrás. Aunque los tiempos y los actos de desviación fueron muy diferentes, los hombres que fueron arrestados en el escándalo de la manipulación de información en Wall Street realizaron una función similar. La comunidad financiera había sufrido un cambio rápido y profundo. No solamente " los rebeldes" como el invasor corporativo T. Boone Pickens y los "innovadores" como Iván Boesky, sino también las tradicionales casas financieras establecidas que valoraban su reputación pública por su integridad estaban comprometiéndose en nuevas actividades para las que se habían escrito pocas reglas. El escándalo proporcionaba la excusa para detenerse y considerar las fronteras de un comercio aceptable en acciones y en títulos. Así fue como en la primavera de 1987, nueve proyectos de ley se habían llevado al Congreso para señalar controles más extrictos sobre Wall Street (Nash, 1987).
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Además de los aspectos funcionales de los grupos y las comunidades de ayuda para definir las fronteras del comportamiento aceptable, los desviados también deben servir como agentes del cambio social. Por ejemplo, la mala gana de los negros para someterse a las leyes de segregación durante los años 50, -considerada como acto criminal en ese tiempo- dio origen a un nuevo código legal y moral. Y durante la pasada década o un poco más, los esfuerzos de las mujeres por alcanzar la igualdad también comprometieron un comportamiento -tales como el rechazo a abandonar su apellido propio después de casadas- que inicialmente pareció, y aún puede parecer, desviado para algunas personas. Trabajando sobre las opiniones de Durkheim de las funciones de la desviación, Nachman Ben-Yehuda (1985) demostró que el que la desviación conduzca a la reafirmación de normas sociales existentes o sirva como un catalizador para el cambio social, depende en parte del tipo de sociedad en la que eso ocurra. Las sociedades simples y tradicionales, como los puritanos del Boston colonial, -tienden a producir un alto grado de consenso en relación con el comportamiento aceptable. En tales sociedades, la identificación y el juicio público de los desviados comúnmente conducían al compromiso incrementado hacia el estatus y a la conformidad con las normas existentes. Las sociedades complejas y modernas tienden a ser pluralistas, o sea, existen muchos puntos de vista opuestos en cuanto a los estilos de vida y a la moral. "En estas sociedades, los valores, las normas, y las fronteras morales no están dadas; se negocian" (Ben-Yehuda, 1985, p. 15). La desviación conduce frecuentemente a la renegociación de normas y al cambio social. Así, el creciente uso de la marihuana como una "droga social" condujo a una relajación de las leyes contra ella, aunque no a su completa legalización. El escándalo de Wall Street probablemente conducirá a una renegociación de las regulaciones entre los miembros del Congreso, los comisionados del SEC, y los líderes de las firmas inversionistas, pero no a una serie de leyes específicas que pudieran limitar drásticamente las tomas corporativas. El consenso y el conflicto coexisten en las sociedades modernas y complejas. Estas sociedades dependen de la educación, de los ritos seculares (tales como la celebración del día de la Independencia), de los símbolos y de las ideas tales como "regido por ley" para hacer recordar a la gente sus intereses comunes y su identidad.
Teoría de los calificativos Imaginemos a dos individuos que son adictos a diferentes drogas: no pueden lograr funcionar por la
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mañana sin una dosis. Para la hora de almuerzo sus cuerpos les están pidiendo más; si no consiguen lo que necesitan, se toman confusos e irritables. Durante la tarde escapan de sus escritorios para otro golpe. Al final del trabajo diario, en lo único que piensan es en otra dosis. Cada uno de ellos sabe que la droga que utiliza le hace mal, pero cada uno siente también que la vida es dura de vivirse sin ella. Supongamos ahora que uno de estos individuos está atrapado por la cocaína, mientras el otro está atrapado por la nicotina o simplemente por la cafeína. La primera persona se calificará como desviado, la segunda no. Y esto, de acuerdo con la teoría de los calificativos, es lo que constituye la diferencia. La teoría de los calificativos es única dentro de las teorías sociológicas de la desviación al enfocarse, no sobre quién comete los actos desviados y por qué, sino sobre el proceso de calificar exitosamente a algunos individuos y a grupos como desviados. Esta teoría insiste en la relatividad de la desviación. El mismo comportamiento puede calificarse en forma diferente de una situación a otra, de acuerdo con la forma como las personas comprometidas responden entre sí y negocian su interacción. La teoría de los calificativos se basa en las perspectivas orientadas hacia la acción de la interacción social, enfatizando que la desviación la definen las personas mismas en el contexto de una situación. La teoría de los calificativos también ayuda a explicar las consecuencias a largo plazo de una calificación desviada sobre la identidad social de una persona. Esta perspectiva se originó en el trabajo del sociólogo Edwim M. Lemert (1951), quien creía que había una diferencia crucial entre las desviaciones primaria y secundaria. Lemert definía la violación inicial de una norma social como la desviación primaria, acerca de la cual no se hacen inferencias en relación con los motivos o con el carácter de la persona que comete el acto. La desviación primaria ocurre todo el tiempo. Probablemente cada uno quebranta la ley en forma ocasional, pero la mayoría de las personas no tienen registros penales. Un estudio exhaustivo encontró que una de cada cinco personas entrevistadas en un muestreo aleatorio tenía serios problemas emocionales y sicológicos, pero ninguno de estos entrevistados se había confinado a un hospital mental (Srole y Fischer 1978). Sin embargo, a una pequeña cantidad de desviados primarios se les señala y califica como "criminales", "enfermos mentales", "homosexuales" y demás. Típicamente las personas que se han calificado como desviadas se excluyen de la corriente principal de la vida. El hombre que ha sido convicto de un crimen y enviado a la cárcel no puede conseguir un trabajo honesto; la mujer divorciada a quien se ha declarado
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lesbiana se considera madre incapaz para sus hijos; y así sucesivamente. Una respuesta al ser calificado como desviado es abrazar el rol (Goffman 1963b, p. 30). En la desviación secundaria las personas vienen a definirse a sí mismas como desviadas y adoptan un estilo de vida desviada como respuesta a que otros las definan como desviadas. Una persona puede ser desviada sin que se le califique como tal, o ser calificada sin que haya cometido un acto desviado. Lo que interesa no es el acto sino el calificativo social aplicado al actor. El sociólogo William J. Chambliss (1973) encontró el proceso de calificar en marcha en el "Hannibal High School", donde identificó dos pandillas, que apodó los Santos y los Canallas. Los ocho miembros de los Santos provenían de familias de clase media alta. Eran buenos estudiantes y activos en los eventos de la escuela. Durante los fines de semana y en los días cuando se salían a hurtadillas de la escuela, los Santos se distraían en varias formas de delincuencia: bebidas fuertes, conducción temeraria de automóvil, robos menores, vandalismo y el juego de "los gallina". Uno de sus pasatiempos favoritos era quitar las defensas de madera y las linternas de los sitios en reparación de las calles, y contemplar a los conductores desprevenidos caer en el hueco. No obstante, estas actividades peligrosas, las personas del vecindario consideraban a estos muchachos como muy buenos porque estaban gozando un poco su juventud. La policía no arrestó a ningún Santo en los dos años en que Chambliss duró como observador en el "Hannibal High". Por el contrario, los seis Canallas estaban constantemente en problemas con la policía y los vecinos del pueblo los consideraban unos "buenos para nada". Los Canallas no venían de familias de clase alta y no eran particularmente buenos estudiantes. La mayoría de sus fines de semana podían encontrarse rondando por la droguería local bebiendo de botellas de alcohol escondidas. Cerca de una vez al mes tenían algún tipo de peleas, comúnmente entre ellos mismos. Los Canallas también realizaban robos menores. Aun así Chambliss estimó que el daño a la propiedad ajena causado por los Santos, les costaba a los habitantes del pueblo más que los robos de los Canallas. Y aunque los Santos raramente peleaban, ponían en peligro la vida de otros cada vez que iban detrás del volante de un coche. ¿Por qué las personas del pueblo excusaban a los Santos y condenaban a los Canallas como delincuentes? Los Santos se vestían muy bien, conducían automóviles muy caros, y hablaban cortésmente a
los profesores, policías, y otros personajes de la autoridad. Cualquiera podía ver que eran "buenos chicos" y los líderes del mañana. Los Canallas eran diferentes: "Todo mundo estaba de acuerdo en que eran muchachos mal trajeados, de malas maneras y no tan ricos, se estaban metiendo en problemas (1973, p.27). Además, la policía sabía que los padres de clase media alta de los Santos podrían causar problemas si se arrestaran a sus hijos. Los padres de los Canallas carecían del poder y de la influencia para defenderse. En resumen, la estructura social de la comunidad protegía a los Santos y no a los Canallas. A través de la percepción selectiva y de la rotulación, los "chicos malos", visibles, pobres y desafiantes se identificaban como "delincuentes", mientras que los jóvenes de clase media, igualmente delincuentes, pasaban desapercibidos. Esto no es el final de la historia. Con pocas excepciones, los Santos y los Canallas satisficieron las expectativas de la comunidad. Muchos miembros de los Canallas eran repetidamente arrestados, no sólo de adolescentes sino de adultos jóvenes. Por el contrario, los Santos superaron su adolescencia, recorrieron rápidamente los caminos de la clase media y recordaron su adolescencia cariñosamente como una simple y juvenil cana al aire. Tal como lo sugiere este ejemplo, los calificativos desviados tienden a ser profecías de auto-realización. El proceso de calificación empuja a las personas hacia carreras desviadas, la adopción de una identidad y un estilo de vida desviados dentro de una subcultura que la soporta. Separado, el adicto empieza a asociarse casi exclusivamente con otros adictos, la prostituta con otras prostitutas, y así por el estilo. Gradualmente aprenden de los delicuentes más experimentados las varias técnicas para desviarse. Igualmente importante, aprenden a racionalizar sus comportamientos desviados. Por ejemplo, las prostitutas llegan a defender su trabajo como un servicio social y consideran como hipócritas a aquellos que condenan el sexo por dinero. La subcultura desviada empieza a jugar un papel central creciente en la identidad de la persona y en su estilo de vida. Como una adicta confesó a un investigador, ella se dió cuenta de que era adicta cuando se dio cuenta de que todas sus amistades eran simplemente basura (Becker, 1963). Resumiendo, al calificar a ciertas personas como desviadas y al cerrarles una vida convencional, virtualmente la sociedad asegura el comportamiento que está tratando de prevenir. Si bien esta descripción del impulso hacia la desviación, puede estar sobre-estimando los hechos. Los teóricos de los calificativos suponen que las personas que llenan los pabellones de los hospitales men-
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¿Por qué las mujeres son ajenas a la manipulación indebida de información confidencial? Lois L. Evans es la presidenta del Federal Home Loan Bank de Nueva York. Su hija, Heather H. Evans, es jefe financiero de una compañía de producción de películas. En medio de la crisis del escándalo de Wall Street, las Evans escribieron al New York Times acerca de "personas omitidas" en los escándalos del mercado de socios. ¿Por qué resulta que ninguna mujer estaba entre los profesionales acusasados del reciente escándalo de Wall Street sobre el mercado de socios?... Aproximadamente una cuarta parte de los profesionales de Wall Street, y una gran parte de los abogados de corporaciones, eran mujeres. Más aún, ocho de los hombres acusados tenían menos de 35 años. Proporcionalmente, el número de mujeres en este grupo de edad es aún más alto. Una probabilidad estadística sencilla sugiere que por los menos tres mujeres deberían haber estado implicadas en el grupo de acusados. Quizás, algo más que la probabilidad esté funcionando aquí. Los hombres de negocios, al parecer, están todavía demasiado molestos con las mujeres como para incluirlas en la clase de redes de confianza y complicidad que forman el círculo de comercio entre socios. Un claro ejemplo de una estrecha relación masculina que excluye a
las mujeres son las conversaciones seguras en los vestidores para hombres. El vestier masculino en el Vertical Club de Nueva York era pretendidamente el foro para el intercambio de información entre el círculo de negocios llamado los "cinco yuppies"... La resistencia de los hombres a compartir información delicada con las mujeres (también) las ha puesto fuera de las fusiones, adquisiciones y del arbitraje, las especialidades que comprenden la información más sensible y confidencial. Los altos jefes ejecutivos ya desconfían de los tipos de Wall Street, pero un intruso femenino es aún peor, a su manera de ver. Las fusiones y las adquisiciones son, por tanto, el último baluarte de la masculinidad en los departamentos financieros corporativos... Como extraños parciales, las mujeres pueden retener más fácilmente el sentido de perspectiva que hace que los banqueros que no invierten se pregunten por qué Dennis Levine, quien a la edad de 33 años ganaba más de un millón de dólares al año, podría estar motivado a robar. Nuestra mera presencia en Wall Street es muy nueva y apreciada como para arriesgarla. Más aún, un empleo de Wall Street es un logro signifi-
tales, por ejemplo, están allí porque más o menos arbitrariamente alguien decidió rotularlos como enfermos y someterlos a las consecuencias. Tienden a ignorar el hecho de que la mayor parte de los reclusos de los hospitales mentales fueron incapaces de enfrentarse con su vida y con su problema. Los estudios sociológicos han encontrado que tanto las familias como la autoridades comúnmente cosideran la
cativo para cualquier mujer. Mientras que a las mujeres (allí) sus colegas, amigos y vecinos constantemente les recuerdan su especialidad, los hombres pueden sentir una gran necesidad de distinguirse. El esfuerzo para llegar a ser estrella también estimula el alarde. El señor Levine conduda un Ferrari de $80.000 dólares y presumía de su millón de dólares de ganancias. Este materialismo ostentoso es representativo de la raza algo tosca de los banqueros inversionistas más jóvenes. Tal ostentación, sin embargo, se considera particularmente poco atractiva para las mujeres. Aunque una mujer ostentosa pudiera forzar su camino para ser aceptada entre los chauvinistas banqueros, de seguridades, ella hubiera reconoddo pronto que el ostentar con un fulgurante fajo de billetes podría apartar a los clientes tanto como a los colegas. La modestia entre las mujeres está recompensada por encima del alarde... Aunque las mujeres tienen la oportunidad y el poder de ser corrompidas, todavía no han sucumbido. Quizás el poder absoluto corrompe absolutamente, solamente si se es hombre. Fuente: New York Times, febrero 12, 1987, p. A27.
reclusión en un hospital mental como un último recurso (Gove, 1975-1979). Los teóricos de los calificativos también tienden a poner relativamente poca atención al hecho de que no todas las personas rotuladas aceptan su estigma (rótulo negativo fuerte) pasivamente. Las personas con retardo mental que han sido liberadas de las instituciones, por ejemplo, en gran proporción van a es-
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conder su estigma no sólo de los otros sino también de sí mismos (Edgerton, 1967). Además de aquellos que esconden su estigma, otros activamente buscan escapar de sus calificativos. Los "rockeros punks" que aparecieron a finales de los años 70 llegaron hasta límites considerables -mohawks, múltiples perforaciones en la orejas, cabello pintado -para manifestar desviación. También es verdad que algunas etiquetas pueden opacarse. Muchos alcohólicos, por ejemplo, han sido capaces de quitarse los rubros uniéndose a Alcohólicos Anónimos, una organización que hace posible a los bebedores remplazar su status desviado estigmatizado con un "rol de penitente", aceptable a la sociedad (Trice y Román, 1970). Todo esto no quiere decir que la teoría de la rotulación esté "equivocada", sino que sólo explica parcialmente las carreras desviadas. No explica por qué las personas violan las reglas en primer lugar, o por qué algunas personas son capaces de sobrellevar el estigma de la desviación. Los Santos fueron capaces de resistir la rotulación por motivo de sus conexiones y costumbres de clase media. ¿Serán los implicados en el escándalo de Wall Street capaces de regresar a las comunidades que robaron? ¿Será Wall Street capaz de aplicar los esfuerzos para poner mayores restricciones a las actividades financieras, convenciendo al Congreso de que puede protegerse exitosamente? Tales interrogantes apuntan hacia la identidad social de los desviados y a las cuestiones de control social, como parte de cualquier explicación de la desviación. Están dirigidas por la perspectiva marxista que se describirá en la próxima sección. La perspectiva marxista
Estos trabajadores están removiendo basura tóxica a un lugar más seguro, la eliminación descuidada de basuras tóxicas es un ejemplo de crimen corporativo contra la sociedad. Puede amenazar la salud y la seguridad de una comunidad y dañar el medio ambiente y la economía. Los marxistas dirían que el poder ejercido por las corporaciones protege del castigo a esta forma de negligencia. (Dale Wittner/West Stock, Inc).
Las diversas teorías que hemos descrito implican que todos los miembros de una sociedad tienen igual oportunidad de ser definidos como desviados e igualmente tener intereses en limitarla. Los marxistas están ampliamente en desacuerdo con estas presunciones. En su opinión, los calificativos y el tratamiento de los desviados reflejan la estructura de poder en una sociedad. En su opinión, quienes controlan la vida económica de una sociedad también controlan su moralidad, pues las normas sirven para sustentar el sistema económico. Como resultado, la severidad de la respuesta de la sociedad a la violación de sus normas depende de la manera como la violación amenaza al sistema económico. Por ejemplo, algunos marxistas argumentarían que el vicio de la droga se toleraba temporalmente por la clase dirigente porque afectaba principalmente al desventajado, al pueblo pobre, a los negros y simila-
res. No obstante, una vez que los niveles de uso de droga y los problemas relacionados con ella aumentaron entre los blancos de la clase media, la acción social contra las drogas se intensificó. Vista desde la perspectiva marxista, la ley es "primero y sobre todo un reflejo de los intereses de la clase dominante" (Chambliss 1974, p.34). El sistema de justicia penal refleja los valores e intereses de aquellos que tienen el poder para controlar los procesos legislativos, policiacos y judiciales. Esta imagen de la ley contrasta fuertemente con los ideales de "igualdad ante la ley" y " la separación de poderes". Los marxistas argumentan que tales ideales obscurecen la realidad implícita del conflicto de clases. El orden legal sirve a los intereses de la clase dominante en vez de servir a la voluntad colectiva y al bien general del pueblo. El estado designa los actos
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como criminales cuando estos contradicen los intereses de los que están en el poder (Quinney, 1979). Los marxistas, más aún, señalan que los esfuerzos policivos de la nación están dirigidos hacia el control de crímenes cometidos por los desaventajados; asalto, robo, hurto, vandalismo, uso de drogas, intoxicación en público y violación a las normas del tráfico. Las violaciones que van en contra de los consumidores o contra la comunidad, tales como la contaminación del aire y del agua, son típicamente manejados por agencias reguladoras que gozan de poco poder y de presupuestos mínimos. El Federal Bureau of Investigation, FBI, por ejemplo, rutinariamente registra cada asesinato, asalto y robo de automóviles reportados en la nación. Las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley también anotan los robos a las corporaciones. Pero ninguna agencia sigue los crímenes cometidos por las mismas corporaciones. El sociólogo Amitai Etzioni estima que durante los últimos diez años dos terceras partes de las quinientas corporaciones más grandes de Estados Unidos han quebrantado la ley en grado diverso (en Gellerman, 1986). En un caso recientemente descubierto, el crimen fue descrito por los agentes investigadores como un tipo de asesinato. La corporación Johns-Manville es una de las fábricas más antiguas y grandes de asbestos en los Estados Unidos. La evidencia de que la exposición a los asbestos causa una enfermedad que debilita el pulmón, a menudo fatal, empezó a aparecer en los periódicos médicos a finales de los años 20. Los ejecutivos de la Johns-Manville sabían de esta información, pero no tuvieron la precaución de proteger a sus trabajadores. Por el contrario, los ejecutivos de la Johns-Manville suprimieron la investigación sobre los daños causados por trabajar con asbestos, dieron instrucciones a los médicos de la compañía para que no dijeran a los trabajadores cuando sus radiografías del tórax mostraban síntomas de asbestosis, y silenciosamente llegaban a acuerdos con sus trabajadores por fuera de los tribunales. Este mortífero encubrimiento se extendió durante 40 años (Calhoum y Hiller, 1988). Para los marxistas el crimen corporativo no es una sorpresa. El sistema capitalista, en su opinión, se basa en la explotación, y consideran la idea de que las corporaciones demuestren responsabilidad social y conducta ética como un engaño. Desde su perspectiva, el escándalo de Wall Street fue poco menos que una riña en los campos de juego del capitalismo, o capitalistas que trataban de golpear a otros capitalistas en su propio juego. Más aún, el escándalo ilustraba la cooperación entre los financistas y las empresas que se suponía debían regularlas.
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Cuando Boesky fue capturado, hizo un trato con la SEC. Con seguridad, se le había exigido pagar una gran multa ($ 100 millones de dólares). También se le había permitido descargar calladamente 440 millones de dólares en títulos antes de que los cargos contra él se hicieran públicos, lo cual lo salvó en unos 100 millones de dólares. La SEC justificó este arreglo sobre el supuesto de que si Boesky hubiera vendido estas acciones después del anuncio, el mercado de acciones se hubiera precipitado y muchos inversionistas inocentes se hubieran perjudicado. Los marxistas considerarían esto como un ejemplo de la ayuda de capitalistas a sus compañeros capitalistas. La perspectiva marxista llama la atención hacia el elemento del poder detrás de las definiciones sociales de la desviación. Frecuentemente, el grado en que un acto determinado se ve como desviado no es una medida de la cantidad de daño hecho a los individuos o a la sociedad, sino como una medida del poder de aquellos que consideran el comportamiento inaceptable contra el poder de aquellos que pasan la raya. Una crítica mayor a la perspectiva marxista es que falla en identificar a los individuos específicos y a los grupos que constituyen lo que se llama la "élite capitalista" o "la clase gobernante". En relación con esto, falla en reconocer los conflictos de poder dentro de la misma clase gobernante. Además, no explica el poder esgrimido por los grupos externos de interés. A principios de los años 60, el grupo de protección al consumidor encabezado por Ralph Nader ("Nader's Raiders"), difícilmente un "instrumento capitalista", fue capaz de ganar el apoyo del gobierno federal para proteger a los consumidores contra productos defectuosos y peligrosos, tales como los automóviles con motor trasero. Un ejemplo muy corriente es la presión pública que exige leyes cada vez más fuertes en contra de fumar, a pesar de las objeciones hechas por los capitalistas que se benefician de la venta de los cigarrillos.
CONTROL SOCIAL Y DESVIACIÓN El control social se refiere a los esfuerzos de un grupo o de una sociedad para regularse (Janowitz, 1978). Este control impone motivar a las personas para que se comporten de tal forma que sirva su interés colectivo y resuelvan sus problemas colectivos. El control social depende de la cooperación voluntaria (a regañadientes). Idealmente, es lo opuesto al control coercitivo, que depende de la amenaza o del uso de la fuerza. En la práctica, sin embargo, el sistema más efectivo del control social exige un elemento de coerción. Para ser enfáticos, aun el más rígido sis-
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tema totalitario (la sociedad en la novela de George Orwell 1984 o una penitenciaría) depende en algún grado mínimo de condescendencia. Los controles sociales funcionan sobre niveles diferentes. Consideremos los avisos contra el fumar. Los cigarrillos constituyen uno de los mayores peligros previsibles contra la salud. Desde el primer Reporte de Cirugía General publicado en 1964, que advierte sobre los peligros de fumar, la evidencia del daño para los fumadores tanto como para las personas que los rodean, ha venido aumentando. Todavía millones continúan poniendo en peligro su vida por fumar. ¿Qué puede hacerse para controlar este vicio? Una posibilidad es declarar ilegal el fumar en lugares públicos designados; algunos pasos se han dado en esta dirección. Desde mediados de los años 70, el fumar se ha prohibido en los almacenes de departamento y supermercados, en los teatros e iglesias, en los buses, en los metros y en otros lugares públicos y los fumadores se han segregado de los no fumadores en los trenes, aviones, restaurantes y oficinas. El problema con los esfuerzos por declarar ilegal el vicio de fumar es que éste probablemente va a crear un mercado negro, tal como lo hizo la Prohibición en los años 20. Un planteamiento diferente para controlar el cigarrillo radica en las presiones informales. Numerosos estudios (Chassin y otros . 1984, Hirschman y otros 1984, Krohn y otros 1985) demuestran que los jóvenes son más inclinados a empezar a fumar si sus amigos lo hacen, si sus amigos lo definen como "sexy" y como algo "fresco" (y el no fumar como "gallinas"), y si el fumar trae la recompensa social de sentirse más cerca a otras personas. Por el contrario, los adolescentes están menos dispuestos a fumar si sus amigos no fuman, si definen el fumar como peligroso y estúpido, y si sus amigos hacen comentarios despreciativos cuando enciendan un cigarrillo. (Notemos el impacto de la asociación diferencial). Pero la sola presión informal no es suficiente. Los mismos estudios muestran que los más jóvenes son los más inclinados a hacer presión sobre los compañeros para que fumen si tienen un modelo de autoridad despreocupada y de comprometerse en comportamientos riesgosos. En últimas, el control más fuerte y seguro sobre el fumar cigarrillo (y por implicación de otros comportamientos desviados) es interno. La interiorización. En el nivel interno, el control social descansa sobre la socialización, el proceso por el cual una sociedad trasmite sus valores y normas a sus nuevos miembros (véase Capítulo 5). Los sociólogos utilizan el término interiorización para describir el proceso
por el cual los estándares culturales llegan a ser parte de la estructura de la personalidad de una persona. A través de la interiorización, las personas aceptan completamente ciertas normas sociales y valores. Cumplen con estas reglas, no por que teman al castigo, sino por cumplir las leyes "naturales" la desviación ni siquiera les viene a la mente . Como miembros que están en buena situación dentro de su grupo, las personas simplemente hacen lo que otros miembros del grupo hacen. Más aún, el desviarse de las normas del grupo hace que la mayoría de las personas se sientan culpables y desorientadas. En un sentido importante, interiorizar las normas y los valores conforman la base del orden social, para que las personas se vigilen a sí mismas. El control social se convierte en autocontrol. Pero la socialización nunca es perfecta; las personas no pueden interiorizar todas las reglas que la sociedad considera "adecuadas" y "correctas". Más aún, muchas situaciones que surgen no están cubiertas por reglas y las personas deben improvisar nuevos comportamientos. Puesto que la socialización no es adecuada para garantizar la conformidad, se necesitan frenos exteriores. Los sociólogos denominan estos frenos como sanciones: recompensas por conformarse con la norma social o castigos por violar una norma social Controles sociales informales Algunas sanciones se aplican informalmente. El control social informal comprende la presión no oficial y sutil para conformarse con las normas y valores. Es efectivo porque las personas quieren vivir de conformidad con las expectativas de otros, aun en formas que ellos no siempre reconocen consciente o explícitamente. Las sanciones informales positivas incluyen una sonrisa, una alabanza, un beso; la sanción informal negativa incluye el ostracismo, el ridiculizar y las amenazas verbales y físicas. Los controles sociales informales están tan sutilmente entrelazados en el tejido de la vida diaria, que es fácil pasar por alto su impacto. De sus estudios sobre la forma como las personas interactúan unas con otras, el antropólogo social Ervin Goffman (1967) concluyó que las personas llegan a extremos para guardar las apariencias. La mayor parte de las conversaciones, de acuerdo con Goffman, son "intercambios rituales" en los que el principal objetivo es evitar momentos difíciles de manejar. Esperamos que cada persona cubra los intervalos de silencio en una conversación o, por lo menos, pretendemos estar interesados en el que habla y terminamos la conversación en forma prudente. Si alguien dice algo rudo o se deja llevar por un
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despliegue emocional inapropiado, tenemos diversas técnicas ocultas para salvar la brecha. Idealmente, quien comete la falta ofrece una disculpa o una excusa, la otra otorga el perdón y el primero concluye con una expresión de gratitud. Tales gestos rituales permiten que cada uno sienta que de alguna manera el orden social se ha restablecido. La vergüenza juega un papel particularmente poderoso en el funcionamiento del control social informal. Goffman creía que la incomodidad que sentimos cuando estamos avergonzados crea una motivación fuerte para evitar comprometerse en comportamientos que de nuevo vayan a producir desaprobación social. En opinión de Goffman, los controles sociales informales satisfacen los requerimientos sociales básicos en el sentido de que las personas pueden ser capaces de predecir el comportamiento de unos con otros. La obligación y las expectativas que se asocian con los roles alcanzan esta finalidad (véase el Capítulo 3). Estamos obligados a someternos a estas reglas asociadas con un rol particular y otros esperan que nos sometamos a ellas. Cuando las reglas se quebrantan, ambas partes se desacreditan en una relación de rol recíproco. Por lo tanto, es una ventaja para todos el obedecer las reglas. El desacato puede incurrir en penalidades informales desde una leve desaprobación hasta un tratamiento diferencial. Por ejemplo, los enfermos que se someten silenciosamente a los procedimientos y a las normas de un hospital, generalmente reciben mejor cuidado que aquellos que interrumpen las rutinas institucionales ya establecidas alegando con los miembros de la dirección y quejándose en exceso por el dolor y la incomodidad. Estos últimos individuos adquieren la etiqueta de "paciente problema". En consecuencia, pueden encontrar una negligencia deliberada, prematura dada de alta, o remisión al psiquiatra. Quien es "paciente problema" se sabe rápidamente en los hospitales y, por lo tanto, los miembros de la dirección están menos dispuestos a aceptar sus quejas como legítimas (Lorber, 1975). Controles sociales formales El control social formal comprende las presiones directas y oficiales para conformarse con las normas y valores sociales. Cierto control es el producto de organizaciones especiales tales como los departamentos de policía, los congresos, los tribunales, las cárceles, las instalaciones juveniles, los centros de rehabilitación de drogadictos y las casas de establecimiento institucional. Este control tiende a ser coercitivo. El sistema médico, especialmente el psiquiátrico, también funciona como una agencia de
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control social al definir quién está "enfermo" y luego manejar la "enfermedad". Así mismo, el sistema de bienestar, particularmente como sistema incorporado en las actividades de los trabajadores sociales, define quién es elegible para los diversos beneficios en conformidad con las políticas a las reglas para la asistencia del bienestar. Además, visto en términos marxistas, todo el sistema corporativo domina la economía, decidiendo cuáles actividades en la producción y en la distribución de bienes y servicios son legítimas y cuáles son desviadas. El control social formal implica poder -algunas veces coerción- para regular el comportamiento de los individuos y de los grupos. Los marxistas, en particular, preguntan quién está controlando a quién y por qué medios, bajo qué circunstancias y por qué razones (Schur, 1980). La relación entre desviación y control social formal es muy compleja. Los agentes y las agencias del control social de los desviados que se supone van a controlar, no son enteramente opuestos y separados. Por el contrario, están entrelazados en forma significativa. Primero, la policía, los trabajadores de la salud mental y otros agentes del control social están sujetos a las normas y a las sanciones. En algunos casos, la línea entre el control legítimo e ilegítimo es clara (por ejemplo, leyéndole a un prisionero los derechos de Miranda); en otros, sin embargo, es materia de interpretación. En segundo lugar, quienes hacen cumplir la ley frecuentemente confían en depender de los violadores de la ley para obtener información. En el control de las drogas, por ejemplo, la policía en forma rutinaria permite a los vendedores en las calles que continúen funcionando con la esperanza de que los vendedores a pequeña escala puedan llevarlos hacia los proveedores principales. Ivan Boesky pudo negociar con la SEC porque estuvo de acuerdo en que sus conversaciones se grabaran. En tercer lugar, la creación de nuevas reglas y de leyes frecuentemente tiene una consecuencia no intencionada de crear nuevas formas de crimen y de desviación. La ley de inmigración de 1986 ilustra el último punto (Reinhold, 1986). La ley permite a los inmigrantes que hayan residido en los Estados Unidos ininterrumpidamente desde enero 1 de 1982, que se hagan residentes legales. Al mismo tiempo, la ley dispone que los empleadores que, sabiéndolo contraten trabajadores que no tengan los documentos necesarios, cometen un crimen. El resultado ha sido la explosión de falsificación de tarjetas del Seguro Social, de recibos de renta, de formularios para declaración de impuesto sobre el ingreso y de certificados de nacimiento.
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En pequeñas sociedades tradicionales, donde existe un alto grado de consenso sobre lo que es y lo que no es aceptable, los controles informales comúnmente son suficientes para contener la desviación. Sin embargo, en sociedades modernas y complejas, donde hay muchas ideas encontradas sobre lo que es correcto y lo que es incorrecto, los controles sociales formales son necesarios. Como resultado, el comportamiento que pudiera manejarse a través de una presión social y de la vergüenza en pequeñas sociedades se redefine como un crimen y se castiga con multas, prisión y otras sanciones formales. Volvamos al examen sobre el crimen y sobre su activación del sistema de justicia penal.
CRIMEN Y JUSTICIA PENAL Un crimen es la violación de una norma que se ha manifestado dentro de la ley y está respaldada por el poder y la autoridad del Estado. Aunque el crimen y la desviación frecuentemente coinciden, no obstante, no son idénticos. Los crímenes no se consideran necesariamente como desviaciones, y las desviaciones no siempre son crimen. Una vez más, las definiciones sociales son importantes. Por ejemplo, la mayoría de las personas no consideran que conducir a diez o 15 kilómetros por encima de la velocidad límite autorizada en las autopistas sea una desviación; pero está contra la ley. Por otro lado, aunque la mayoría de la gente consideraría desviado a un hombre que sacara todo su dinero del banco, caminara por la calle y les regalara billetes de $100 dólares a extraños, no habría nada ilegal en lo que hace. La diferencia principal entre las dos actividades es que los crímenes son ilegales y conllevan una amenaza de sanciones formales (multas, cárcel, sentencias y así por el estilo).
La compra y venta de drogas ilegales se clasifica como crimen, porque la sociedad encuentra tal comportamiento inaceptable. No obstante su ilegalidad, impulsa una estructura social compleja y como una sociedad subterránea internacional que parece estar más allá del control social. Entonces, ¿qué podría hacer la sociedad para controlar las drogas peligrosas? (Hugh Patrick Brozvn/Sygma).
Como otras formas de desviación, el crimen no es absoluto; qué constituye un crimen cambia con el tiempo. Algunos crímenes que alguna vez fueron considerados graves, como fumar marihuana, están recibiendo ahora menos atención. Otras actividades ilegales que comúnmente se olvidaban, tales como descargar desechos industriales en áreas no autorizadas, están recibiendo ahora gran atención. Boesky y otros financistas involucrados en el escándalo de la manipulación ilegal de información confidencial fueron acusados de crímenes que hace diez años no existían, antes de la manía de las tomas. El cambio en las definiciones de crimen se inspiran no sólo en los cambios en las normas y en los valores; las agencias de control social también influyen en la expedición de leyes. El establecimiento de salud mental, por ejemplo, ha contribuido a redefinir como problemas médicos muchas conductas que antiguamente se consideraban como crímenes (Conrad y Schneider, 1980). Por mucho tiempo el alcoholismo se consideró como un signo de debilidad moral y conductas que se asociaban con el exceso de bebida (conducta desordenada, intoxicación pública), se trataban como crímenes. Hoy, se considera ampliamente el alcoholismo como una enfermedad y muchas faltas relacionadas con el alcohol se han descriminalizado (legalizado), y los infractores están más inclinados a hacerse tratar como personas enfermas. En menos de un cuarto de siglo, el "crimen" de la homosexualidad se redefinió, primero como una enfermedad mental y, luego, se redefinió otra vez como una alternativa de estilo de vida (Bayer, 1981). Las leyes contra los actos homosexuales están todavía en los libros, pero raramente se hacen cumplir. A pesar de los ejemplos ampliamente publicados sobre la amnistía legal (embriaguez, homose-
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xualidad y aborto) la mayor tendencia generalizada en los Estados Unidos ha sido más bien hacia la mayor en lugar de la menor cantidad de restricciones legales. Los Estados han aprobado más de 500 000 nuevas leyes penales en este siglo (Calahan, 1979). Esto despierta la pregunta sobre si los Estados Unidos están llegando a ser "superpenalizados" en sus intenciones de tratar con los problemas crecientes del crimen.
Tipos de crimen Existen muchos tipos de crimen. Quizá el crimen con el que estamos más familiarizados es el índice de crímenes -aquellos crímenes que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) cita en su anuario Uniform Crime Reports. A las agencias regionales y locales de policía la ley les exige la entrega de información al FBI sobre dos clases de ofensas, crímenes de tipo I y tipo II. Los crímenes de tipo I, aquellos que tienen intención criminal, incluyen crímenes contra las personas -asesinato, rapto, robo a mano armada y asalto- y crímenes contra la propiedad -robo, asalto, robo de automóviles e incendio premeditado (véase Tabla 7.2 y Figura 7.2). Los crímenes de tipo II incluyen crímenes de cuello blanco, la prostitución, ofensas contra el sexo, el juego, el vandalismo y recibir propiedad robada. Al reportar los crímenes de tipo I al FBI, las agencias de policía incluyen la información sobre todos los crímenes conoci-
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dos así como también la cantidad de arrestos hechos, la cantidad de personas acusadas, las armas utilizadas y demás. De los crímenes de tipo II solamente se informan los arrestos. (Crime in the U.S., 1982). Las estadísticas oficiales sobre el crimen se basan en informes de las agencias encargadas de hacer cumplir la ley. No todas las agencias a las que se les exige informar al FBI, lo hacen y éste hace estimativos cuando publica sus informes anuales sobre el crimen. Más aún, cuando un incidente criminal comprende más de un crimen, tal como un robo que resulta en una muerte, solamente cuenta el crimen más grave (asesinato en este caso) (Crime in the U.S., 1982). La política local también puede tener un impacto profundo sobre información al FBI. Si un departamento de policía local está buscando un incremento sustancial de presupuesto, por ejemplo, puede exagerar bien sea en el aumento del crimen en su área o en la cantidad de personas que ha arrestado, dependiendo de qué es lo que justificaría el mayor incremento presupuestal. No obstante, la mayor parte de las estadísticas oficiales subestiman el crimen. Algunos crímenes nunca se detectan: otros se detectan pero no se reportan. Las encuestas sobre el crimen dan cuenta de que en conjunto, cerca de la mitad de todos los crimines no se reportan (Shogan, 1984). De acuerdo con los estimativos del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, sólo 30.7 por ciento de todos los robos de automotores, 58.5
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por ciento de todos los raptos y algo menos de la mitad de todos los asaltos agravados y robos, se reportan a la policía. Con un 72.5 por ciento, los hurtos y robos son los que probablemente más se reportan (Criminal Victimization, 1980). Las decisiones de las víctimas acerca de si se reporta el crimen o no, se basan en cuánto bien piensan que la policía puede hacer y en cuán grave es el crimen.
Crímenes sin víctimas Pensamos en el crimen como algo que deja una víctima identificable, que sufre como resultado de la conducta criminal de otra persona. En este sentido, algunos crímenes, sin embargo, no tienen una víctima. Los así denominados crímenes sin víctimas incluyen la prostitución, los actos sexuales ilegales entre adultos que los consienten, el uso ilícito de drogas, el juego y la embriaguez (véase Tabla 7.3). Estos actos se designan en las leyes penales de la sociedad como crímenes porque la comunidad como un todo o los grupos poderosos dentro de la comunidad, los consideran moralmente repugnantes. Se pretende que las leyes mantengan en alto ciertos estándares morales de la sociedad. Los crímenes sin víctimas son altamente controvertidos, aunque algunas personas argumentan que estos actos no son sin víctimas. Cada año conducto-
res borrachos matan a miles de personas inocentes, y los jugadores compulsivos roban a sus familias los ingresos necesarios. Las prostitutas que transmiten el virus del SIDA pueden extender la enfermedad a otros, y los drogadictos son víctimas de su propia adicción aunque no roben para sostener su hábito. De acuerdo con esta opinión, debería controlarse el
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La prostitución se cataloga frecuentemente como un crimen sin víctima. Pero puesto que también viola valores morales aceptados se considera ilegal en la mayor parte de los Estados Unidos. ¿Quién se siente herido, directa o indirectamente por la prostitución 1 ¿ Qué fuerzas sociales la perpetúan ? (Ethan Hoffman/Archive Pictures, Inc).
comportamiento autodestructivo (que puede hacer peligrar a los demás directa o indirectamente). Otras personas cuestionan si el gobierno debería ocuparse de legislar sobre la moralidad. De acuerdo con esta opinión, ninguno tiene el derecho de decir a los adultos qué es lo que deben o no hacer en su vida privada y en sus hogares. Aun otros críticos adoptan la postura pragmática de que cuando una proporción significativa de la población desea ciertos bienes y servicios, las leyes que prohiben su venta son contraproducentes. No sólo es difícil hacer cumplir dichas leyes, sino que también crean mercados negros y oportunidades para el crimen organizado. Crimen organizado Todo el mundo sabe sobre el crimen organizado a través de los medios de información masiva, pero las ideas de qué constituye un sindicato de crímenes, varían. El estado de Oregon es el que más se acerca a una definición muy concisa: "El crimen organizado es una conspiración permanente y autoperpetuante que opera para obtener el provecho o el poder, buscando obtener inmunidad ante la ley a través del temor y la corrupción" (en Abadinsky, 1981, p. 4). El crimen organizado difiere de otros negocios en sus graves compromisos con actividades ilegales y en su uso casi rutinario de sobornos y de violencia. Difiere de otros tipos de crímenes en su alcance y organización. Pero los grupos de crímenes no se organizan en un modelo burocrático de negocios legítimos a gran escala; más bien, se organizan como sociedades tradicionales en las que el parentesco y la relación entre patrón y cliente atropellan todas las otras obligaciones (Ianni, 1972). El crimen organizado se especializa en la provisión de bienes y servicios ilegales, incluyendo la venta de drogas ilegales; tráfico con mercancías ro-
badas y productos ilegales (cigarrillos y alcohol sin impuestos, porte ilegal de armas, cintas y discos producidos ilegalmente, tarjetas de crédito robadas, y así por el estilo) y la usura (cobrar intereses por encima del límite legal). Los servicios ilegales que proporciona el crimen organizado además incluyen corredores de apuestas (apuestas en carreras de caballos y eventos deportivos), las quínelas (una forma de lotería), el juego y la prostitución. Además, el crimen organizado proporciona bienes y servicios legales por medios ilegales. En muchas ciudades, el crimen organizado ejerce un monopolio sobre la recolección de la basura, sobre las máquinas traganíquel, los servicios sobre los taxis y limosinas, monopolios logrados a través del soborno de funcionarios públicos y por el uso de la amenaza y de la violencia contra los competidores potenciales. El crimen organizado también puede utilizar compañías legítimas para "lavar dinero" conseguido a través de actividades ilegales por inversiones en activos respetables como finca raíz, acciones y bonos. Los sindicatos del crimen con frecuencia se desarrollan entre los inmigrantes que no están suficientemente familiarizados con la cultura principal para participar en su economía y son sospechosos para la policía y otras autoridades que no hablan su idioma. Como resultado, el crimen organizado ha seguido el patrón de la "sucesión étnica". A los sindicatos irlandeses del crimen en el siglo XIX, siguieron los de los judíos europeos. Y luego en los años 1920 por los italianos, cuyas familias criminales ganaron poder durante la Prohibición. Cuando el alcohol se legalizó de nuevo en los años 1930, los sindicatos italianos tenían el capital, la experiencia, el personal y los contactos en ultramar para pasarse al mercado de la heroína. En los años 1960, la mayor parte de la heroína se fabricaba del opio que se cultivaba en
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Turquía, se procesaba en Marsella, Francia, o Córcega y luego se vendía en los Estados Unidos. En los años 1970, sin embargo, Turquía quebrantó la producción del opio. Los grupos con contactos en otras naciones que producían opio -México, Colombia, Pakistán, Irán y los países del sureste asiático- empezaron a entrar en el negocio. Los sindicatos del crimen de hoy, se han descrito como "unas Naciones Unidas de los contrabandistas de la droga, incluyendo chinos, tailandeses, paquistaníes, hindúes, iraníes, afganos, nigerianos e israelíes". (Kerr, 1987, p. El crimen corporativo y de cuello blanco Un hombre roba $250 dólares de una estación de gasolina y lo envían a prisión por seis meses; otro hombre gana $2.5 millones de dólares en el negocio ilegal de acciones y solamente se le exige devolver el dinero (más los "intereses" en forma de multas). Terroristas colocan una bomba en un automóvil diplomático; cuando son atrapados, se les acusa de conspiración y de homicidio criminal. La compañía Ford Motor vendió millones de automóviles Pinto, aunque sus propias pruebas habían demostrado que el tanque de gasolina montado en la parte trasera podría explotar si el auto se golpeaba allí. En los ocho años siguientes, 500 personas murieron por quemaduras como consecuencia de accidentes que comprometían a los Pinto. La Ford pagó millones de dólares en daños; pero fue hallada inocente de cargos penales. Nadie fue a la cárcel. Como lo sugieren estos ejemplos, la respuesta social al crimen corporativo y de cuello blanco es bastante diferente del tratamiento que se les da a los "criminales comunes". El término crimen de cuello blanco lo utilizó primero el sociólogo Edwin Sutherland (1949, p. 9) para referirse a "un crimen cometido por una persona de mucho respeto y de status muy alto en el curso de su ocupación". Dentro de esta categoría se encuentran: el desfalco de fondos, las cuentas de gastos infladas, el robo al empleador y la evasión de impuestos al ingreso personal. Así ocurre con el mal uso de dineros públicos por parte de los empleados gubernamentales (aceptar sobornos, inflar nóminas y así por el estilo). Una diferencia entre el crimen de cuello blanco y el crimen "común" es que el primero con más frecuencia se basa en la manipulación de los registros y en el encubrimiento más que en la fuerza física. Una segunda diferencia es la magnitud del crimen: en general, los crímenes de cuello blanco son más costosos. Por ejemplo, el promedio del desfalco a un banco es de $23 000 dólares, mientras que los ladrones de banco sólo roban por mucho una octava parte ($3 000 dólares o menos). Una tercera di-
Los crímenes corporativos pueden perjudicar a los clientes, a los empleados, a los propietarios o al público en general. Los manifestantes en esta fotografía están protestando por la contaminación que causa una fábrica. La contaminación ambiental típicamente constituye un crimen contra el público en general. (Jacques Gardin/Sygma).
ferencia es el tratamiento que se da a los infractores. Un 90 por ciento de los ladrones de banco van a prisión, pero solamente cerca de 17 por ciento de los malversadores de fondos son puestos tras las rejas (Clinard y Yeager, 1980). Los crímenes de cuello blanco se cometen para obtener una ganancia personal; los crímenes corporativos son actos ilegales que se cometen a favor de una organización formal. Como en el caso del Ford Pinto, muchos individuos pueden estar involucrados en un crimen corporativo, directa o indirectamente, a sabiendas o no. La primera meta de tales crímenes es impulsar las ganancias de la compañía (o evitar pérdidas). A diferencia de otros criminales, las corporaciones no son personas y no pueden ser encarceladas. Los cargos contra ellas se archivan usualmente en los tribunales civiles (en la forma de pleitos individuales o de acción de grupos) en lugar de hacerlo en los tribunales penales. Sin duda, los
DESVIACIÓN Y CONTROL SOCIAL Para una persona que gana $15 000 dólares al año ( un salario decente en 1970 ), las multas impuestas a las corporaciones podrían parecer enormes. No obstante, cuando se observan como un porcentaje de ingresos, las mismas multas parecen insignificantes. La columna 3 traslada las multas corporativas a las multas equivalentes para los asalariados.
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Tabla 7.4. Grandes corporaciones no subsidiarias comprometidas en 1961 y 1976 en casos de fijación de precios
1961 Acusados Allis-Chalmers
502,200,000
$127,500
$ 3.75
Carrier
266,300,000
7,500
0.42
Cutler-Hammer
118,300,000
45,000
5.70
Federal Pacific
88,200,000
65,000
10.95
Foster Wheeler
197,900,000
20,000
1.50
General Electric
4,456,800,000
437,500
1.47
I-T-E
111,500,000
92,500
12.30
IngersolI Rand
181,400,000
20,000
1.65
McGraw-Edison
329,200,000
70,000
3.15
Square D
115,300,000
75,000
9.75
65,900,000
10,000
2.25
1,913,800,000
372,500
2.85
189,000,000
20,000
1.50
American Can
3,142,500,000
50,000
0.24
Champion International
2,910,500,000
50,000
0.26
Diamond International
887,100,000
50,000
0.84
Federal Paper
393,600,000
50,000
1..80
International Paper
3,540,000,000
50,000
0.21
Mead
1,599,300,000
50,000
0.47
624,100,000
50,000
1.20
St. Regis
1,642,100,000
50,000
0.45
Weyerhauser
2,868,400,000
50,000
0.26
Wagner Electric Westinghouse Worthington
$
1976 Acusados
Potlatch
a
Informes reportados en 1961 en el New York Times, febrero 7, 1961, p.26 y febrero 2, 1961; informes reportados en 1976 en "Notice of Hearing on Proposed Class Action Settlements and Proposed Plan of Distribution" In Re Folding Carton Antitrust Litigation, U.S. District Court, Northern District of Illinois, Eastern Division, MDL 250, julio 26, 1979. Para determinar el equivalente para los individuos que ganan $ 15 00 dólares, primero dividimos la multa por las rentas brutas de 1961. La cifra que resulta se multiplica por $15 000 dólares. Por ejemplo, Allis-Chalmer había sido multado con $127 000 dólares y tenía rentas brutas de $502 200 000; $127 500 dólares se divide por $502 200 000 dólares equivalentes a, 00025 y, 00025 veces multiplicado por $15 00 que equivale a $3 75 dólares y es equivalente a un ingreso individual de $15 000. Fuente: M. David Ermann and Richard I. Lundman, 1982. Corporate Deviance. New York; Holt, Rinehart and Winston.
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crímenes corporativos se manejan por fuera del sistema judicial, a través de agencias gubernamentales reguladoras (tales como la SEC, la Federal Trade Commission, The Evironmental Protection Agency y demás). En la mayoría de los casos, las sanciones contra los infractores de la ley toman la forma de multas relativamente pequeñas con relación a las ganancias (véase Tabla 7.4). David Ermann y Michael Lundman (1982) identifican cuatro tipos de crimen corporativo. El caso del Ford Pinto es un ejemplo de crimen contra los clientes. Esta categoría incluye no solamente la venta de productos inseguros, sino también falsa publicidad y la imposición de precios. Un segundo tipo es el crimen contra los empleados. En el caso ya mencio-
nado de la Johns-Manville, los trabajadores fueron hábilmente expuestos a niveles perjudiciales de ceniza de asbesto. Las contrataciones de personal, las políticas desleales de promoción, y la mala administración de los fondos de pensión constituyen también crímenes contra los empleados. El tercer tipo de desviación corporativa es el crimen contra el público en general. El caso de Love Canal es un ejemplo del flagrante desprecio de una corporación por el bienestar público (Ermann y Lundman, 1982). En 1947, la Hooker Chemical and Plastics Corporation adquirió Love Canal para usarlo como un depósito para deshechos tóxicos. Cuando el sitio sobrepasó su tiempo de vida útil, Hooker lo donó a la junta de una escuela local por $1 dólar. Sin tener conocimiento del peligro potencial, la junta construyó una escuela en una parte del lugar y vendió el resto a una promotora de vivienda. Al pasar los años, se incrementaron las quejas de los residentes de Love Canal por causa de quemaduras por químicos, altas tasas de cáncer y otros problemas de salud, pero Hooker no hizo nada. Finalmente, en 1978 el comisionado de salud de Nueva York intervino declarando que los residentes de Love Canal se encontraban en un "gran e inmediato peligro", ordenando la evacuación de las mujeres embarazadas y de los niños menores de dos años, y cerrando la escuela. Al cubrimiento extensivo de la prensa sobre Love Canal se parte que el público tuviera conocimiento del peligro de los deshechos químicos: Hooker no estaba sola. El cuarto tipo de desviación corporativa raramente ocupa los titulares de la prensa. Si se informa de todos los crímenes contra los propietarios, se hace en la
página de negocios. ¿Qué significa esta frase? Grandes cantidades de pequeños accionistas independientes son "propietarios" de la mayoría de las principales corporaciones. En la mayoría de los casos, los accionistas no tienen más información sobre cómo se está manejando una compañía de la que tie-
Figura 7.3 Justificaciones del crimen corporativo Las barreras legales representan la interferencia del gobierno con el sistema de empresa libre. Las reglamentaciones gubernamentales absorben los costos, retardan el progreso y recortan fuertemente los beneficios. Las reglamentaciones gubernamentales son incomprensibles y demasiado complejas para que les prestemos atención. La mayor parte de las violaciones corporativas no son intencionales: muchas de ellas son errores de omisión en lugar de comisión y muchas son equivocaciones Nuestros competidores están quebrantando la ley y saliéndose de ella. Si nosotros no hacemos lo mismo, perdemos el negocio. Al hacerlo, podemos ahorrar (o hacer) millones y eso le costará a cada uno de nuestros clientes solamente unos centavos. Si no hay aumento en las ganancias corporativas, entonces una violación no es un error. Tenemos que hacer esto con el fin de: proteger el valor de nuestras acciones, asegurando un adecuado ingreso para nuestros accionistas o para proteger la seguridad del trabajo de nuestros empleados. Fuente: Adaptado de Clinard y Yeager 1980, pp.69-72 passim.
Si estas justificaciones suenan familiares, es porque no son diferentes a las que usan los muchachos y los adultos cuando hacen trampa, ha mayoría de ellos invocan una u otra ciase de normas para normalizar un acto desviado que fue dañino. En efecto esto hizo bien. De cualquier forma las reglas son incorrectas y opresivas. Tuve que hacerlo para protegerme.
ne el público en general, y sólo unos pocos asisten a las asambleas anuales de accionistas que la ley exige. Cuando los funcionarios de las corporaciones actúan en favor de sus propios intereses a expensas de los accionistas, están cometiendo crímenes contra los propietarios de las corporaciones. La explicación más obvia del crimen corporativo es la ganancia (Ermann y Lundman, 1982, p. 70). Por ejemplo, en 1972 a la Johns-Manville le hubiese costado $12 millones de dólares instalar un equipo para el control de desperdicios y $5 millones de dólares anuales el mantenimiento de este equipo, mientras que el pago de la compensación a los trabajadores sólo le costo a la compañía $1 millón de dólares por año. La protección de los trabajadores no era "efectiva en costo" para la Johns-Manville.
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Más sutilmente, la estructura de las corporaciones alienta estos tipos de crimen. La complejidad de las organizaciones también hace extremadamente difícil que se descubra, investigue y persiga el crimen corporativo. La Figura 7.3 presenta diez justificaciones del crimen corporativo (Clinard y Yeager, 1980). Los costos de los crímenes de cuello blanco y los corporativos superan ampliamente los costos de otros crímenes. Los expertos del gobierno estiman que las violaciones de las leyes federales antimonopolios, impuestos, fraude, soborno y otras, cuestan a la nación miles de millones de dólares cada año. Se pierden muchas más vidas por la "negligencia" corporativa que por el homicidio criminal individual (Clinard y Yeager, 1980, p. 9). Pero hasta hace muy poco, el público generalmente consideró el "crimen en las calles" como mucho más serio que el "crimen en las suites". Las actitudes están cambiando. Recientes encuestas muestran que la gente se interesa más por las corporaciones que contaminan las reservas de agua, que en los robos, y consideran la fijación de precios más seria que los asaltos callejeros (Wolfang, 1980). No obstante, la mayor parte de las discusiones sobre el control del crimen se enfoca sobre los índices de crímenes comunes.
El control del crimen Desde una perspectiva internacional, el crimen en los Estados Unidos parece estar por fuera de control. La cantidad de asesinatos que se cometen en Manhattan tan solo cada año, igual al de los que se cometen en toda Inglaterra y Gales, se cometen más robos cada año en Chicago que en todo Japón, existen más casos de drogadicción en Los Angeles que en todos los países de Europa occidental juntos (Radzinowicz y King, 1977). Entre 1960 y 1976, las oportunidades de ser asesinado, atracado, raptado o asaltado en los Estados Unidos casi se triplicaron (Silberman, 1980). Aunque algunas tasas de crimen en los Estados Unidos han descendido algo desde 1981 cuando se alcanzó el tope máximo, otras han permanecido muy altas en comparación con las de otras naciones o con las que existían con anterioridad a la década de 1960 (Currie, 1985, FBI, 1986) (Véase Figura 7.4). Una tendencia perturbadora es que más y más crímenes violentos se cometan por parte de personas desconocidas por las víctimas. El resultado es que en ciertos vecindarios con alta criminalidad la gente no sabe en quién confiar. Una causa principal del incremento del crimen es que los controles informales que restringen a las personas se han agotado
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con la descomposición de la sociedad (Silberman, 1980). En parte, la alta tasa de crimen entre los estadounidenses puede reflejar el argumento de Merton de apelar a medios desviados cuando las metas deseables están fuera de alcance. En un importante estudio, Charles Silberman lo expone de esta forma: "En los Estados Unidos, el premio por ganar -tener éxito- anima a las personas a violar las reglas que se interponen, y a sentirse justificados al hacerlo" (1980, p. 50). Los que son pobres y aquellos contra quienes se ejerce discriminación, tienen una buena razón para creer que no alcanzarán el "éxito" a no ser a través de medios ilegales. En la medida en que las actividades criminales se convierten en una parte establecida del medio ambiente social de los blancos pobres y los negros e hispanos, los niños se socializan dentro de un estilo de vida, y el crimen se convierte en algo que se transmite culturalmente de una generación a otra. ¿Cómo romper este círculo vicioso? Elliot Currie (1985) sostiene que las técnicas convencionales, tales como disponer de más policías para la lucha y enviar más criminales a prisión con sentencias más largas, no funcionará. En su opinión, la única respuesta es atacar las raíces del crimen: el desempleo, la desigualdad social y económica, la falta de lazos comunitarios y la descomposición familiar. Contrario a la creencia popular, Currie sostiene que el gobierno puede llevar a cabo cambios importantes y positivos en la estructura social. Pueden ofrecerse empleos más atractivos para la gente joven (especialmente para los jóvenes de las minorías), puede apoyarse la vida de la comunidad, y se les puede ayudar a las familias a que hagan frente a sus necesidades. Tales cambios a tan gran escala requerirían un mayor compromiso del público y del gobierno; pero gran parte del público está convencido de que la policía, los tribunales y la prisión no pueden hacer el trabajo. A continuación examinamos estas suposiciones. La policía: agentes claves de control Muchas personas ven el incremento de las fuerzas locales de policía como la respuesta al problema del crimen. Sin embargo, numerosos estudios han mostrado que en la mayoría de las veces el incremento, de la cantidad de policía, de las patrullas callejeras y de otras medidas convencionales no han tenido el efecto esperado sobre la reducción de las tasas de criminalidad (Skolnick y Bayley, 1986). La policía raras veces encuentra asaltos callejeros, raptos u homicidios mientras patrulla. Más aún, la mayoría de los crímenes no se solucionan a través del trabajo del detective sino porque la víctima o un testigo identi-
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fican al criminal. Pero esto no quiere decir que la policía no pueda tener impacto sobre el crimen, tal como se ilustra en la siguiente discusión en profundidad.
En profundidad: una nueva línea azul En el libro The New Blue Line (1986), Jerome Skolnick y David Bayley describen y analizan seis fuerzas innovadoras de policía , incluyendo una en Santa Ana, California. Al final de la década de 1960, la hostilidad entre la policía y los ciudadanos allí estaba en su momento de mayor tensión. A comienzos de la década de 1970, el jefe de la policía de Santa Ana, Raymond Davis, comenzó una serie de reformas que condujeron a que la policía y la comunidad vol-
vieran a estar juntas de nuevo. El primer paso fue la civilización. En los departamentos convencionales de policía, los oficiales pasan más tiempo llenando informes del que gastan para llevar a cabo investigaciones criminales. Davis argumentó que los ciudadanos podrían hacer este trabajo tan bien como los oficiales de juramentados policías. Los empleados civiles no sólo costaban menos que los oficiales entrenados; también provenían de la comunidad y eran vistos como integrantes del grupo en lugar de serlo como de una fuerza exterior. El segundo paso era la movilización de la comunidad: asignar capitanes
de manzana para servir como enlace entre la policía y la comunidad. En muchos casos, las actividades de los capitanes de manzana crearon una comunidad donde no había existido antes: los vecinos que hasta entonces habían sido extraños se convirtieron en amigos. Tercero, Davis instaló cuatro subestaciones
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dades. Más aún, Santa Ana fue la única ciudad estudiada por Skolnick y Bayley en la cual no vieron, escucharon o leyeron algo negativo sobre la fuerza de policía. Pero la policía es sólo parte del sistema de justicia criminal.
El cuello de botella de la justicia penal
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En Japón, la policía es muy accequible al público y los oficiales llegan a familiarizarse con todos los residentes locales. Como resultado, el público japonés y la policía disfrutan de una relación de trabajo muy cercana y de confianza.
dentro de las comunidades que funcionaban como una combinación entre estación de policía y centro de servicio social. Aquí los residentes pueden obtener información sobre cómo manejar toda suerte de problemas personales y comunales. Los oficiales son asignados a una subestación en una base semipermanente (en lugar de rotaciones semanales) y muchos más que en el pasado están en patrullas peatonales. Como resultado, la policía y los residentes llegan a conocerse unos a otros personalmente. Además, Davis asignó un Oficial para Asuntos Hispanos, y creó una brigada especializada y un comité para trabajar con los comerciantes que quisieran limpiar el área central de la ciudad. Subrayando estas variadas actividades, estaba la idea de que la policía y el público son "co-productores de la prevención del crimen" (Skolnick y Bayley, 1986, p. 213). Skolnick y Bayley concluyen que el experimento de Santa Ana ofrece un modelo para otros departamentos de policía de otras ciudades. Las tasas de criminalidad en Santa Ana no disminuyeron dramáticamente (en parte porque más habitantes de Santa Ana están más inclinados a informar crímenes), pero tampoco crecieron tan rápido como en otras ciu-
Un estudio del sistema de justicia penal, que se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York, examinó todos los delitos mayores en 1979, punibles con más de un año de prisión. En ese año, se cometieron aproximadamente 829 000 delitos mayores en la ciudad. Cerca de 104 000 personas fueron arrestadas, 16 000 fueron procesadas y 1 000 fueron condenadas a prisión (New York Times, enero 4 de 1981). En efecto, el sistema de justicia penal trabaja como un cuello de botella, y sólo envía a prisión a un pequeño porcentaje de criminales. La gran mayoría se salvaron "pagando fianza" (véase Figura 7.5). ¿Qué debemos concluir de cifras? ¿Sencillamente el sistema de justicia penal no funciona? En verdad existen muchísimas razones válidas para la disminución de las cifras antes del proceso y la condena. No es simplemente una cuestión de tribunales saturados y sin financiación, como se cree comúnmente. Un estudio realizado por el Vera Institute of Justice (1977) ha encontrado que muchos delincuentes mayores nunca se persiguen o encarcelan porque sus víctimas o sus demandantes se niegan a atestiguar contra ellos. Cuando la gente llama a la policía, a menudo lo hacen para atemorizar al ofensor y mostrar su enojo; se calman luego cuando se trata de rendir el testimonio que enviará a la persona a prisión. Otra explicación para el efecto de cuello de botella es que los delitos mayores pueden reducirse a delitos menores (faltas menos serias) con la negociación de la culpabilidad del acusado. Esta negociación es el proceso en el cual el fiscal de distrito ofrece reducir los cargos si el sospechoso se declara culpable y renuncia al derecho a un juicio. La negociación le ahorra tiempo, costos y problemas al Estado pero presiona a algunas personas inocentes a declararse culpables y coloca a algunos delincuentes de regreso a las calles en menos de un año. Como resultado de la forma como funciona el sistema de justicia penal, casi la mitad de las personas que están en la cárcel no han sido declaradas culpables por un crimen. Permanecen sujetas a juicio (Statistical Abstract, 1983). Malcolm Feeley (1979) argumenta que para muchos criminales estos procedimientos de juicio anticipado que constituyen un castigo en sí mismo, algunas veces son mucho más
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severos que una sentencia real o que una multa. Cree que estas condiciones inducen a los acusados a renunciar al juicio y a declararse culpables. Esas condiciones no hacen otra cosa que minimizar los costos de un juicio anticipado para ellos mismos. Generalmente, son pobres no blancos los que van a parar dentro del sistema carcelario. Todos los controles formales han venido funcionando en forma discriminatoria, intencionalmente o no. En primer lugar, la policía utiliza su juicio para decidir a quién arrestar. Los fiscales públicos utilizan su juicio para decidir a quién se le va a permitir negociar la culpabilidad, es decir, declararse culpable de una acusación menor. Los jueces deciden qué individuos son un peligro para la comunidad y si a estos individuos debe permitírseles una fianza durante el juicio o enviarlos a la prisión después del fallo. La última etapa en este proceso es, con mucho, la más polémica. La sociedad carcelaria En 1969, la Comisión Nacional sobre las Causas y la Prevención de la Violencia, predijo que nuestras ciudades serían campos armados, en los que los ricos se protegerían de los pobres con barricadas. Hasta cierto punto, esta predicción se ha vuelto verdadera. Los habitantes de las ciudades colocan seguros triples a sus puertas, y rejas de hierro en sus ventanas; contratan guardias para sus zonas y organizan patrullas de barrio. Los condominios suburbanos están rodeados por altas paredes de ladrillo y a la entrada una guardia exige identificación a quien quiera que desee entrar. El temor al crimen está haciéndonos prisioneros en nuestras propias casas. A la vez, el apoyo público al encarcelamiento está aumentando. En 1980, ciertas tasas de criminalidad empezaron a nivelarse, incluso a decaer. Durante el mismo período, sin embargo, las tasas de encarcelamiento aumentaron continuamente. Entre 1980 y 1986, la cantidad de reclusos en las cárceles en los Estados Unidos aumentó en cerca de 60 por ciento, alcanzando un registro de 525 000. El costo del encarcelamiento también aumentó hasta un promedio de $14 591 dólares por prisionero por año. Los presupuestos totales de operación para las prisiones en 1986 alcanzaron $9.8 mil millones de dólares (Corrections Year Book, 1986). Aun así, los sistemas de prisión no han sido capaces de absorber la inundación de reclusos. Las celdas que estaban construidas para albergar a un recluso, ahora albergan dos o tres, y el sobrecupo ha ido a los gimnasios, dormitorios, salones de recreo, corredores, subterráneos y tiendas de campaña. Para garantizar la seguridad, la prisión de San Quentin, que fue diseñada para mantener 2 700
prisioneros, encierra sus 3 900 reclusos en sus celdas excepto para las comidas y para las duchas (Logan, 1985). Muchos de los problemas que rodean los sistemas carcelarios se originan en la confusión de propósitos. ¿Se pretende que las sentencias en prisión se han diseñado para disuadir a los delincuentes y a otros de cometer los crímenes? ¿O quizá para rehabilitar al criminal y devolverlo (o menos frecuente a ella), a la sociedad como una persona reformada? ¿O será para castigar a los culpables? ¿O para proteger al público? En años recientes, el péndulo había cambiado de un énfasis social sobre la rehabilitación a las exigencias de encarcelamientos más prolongados. Aunque hay poco acuerdo sobre los fines del encarcelamiento, hay un amplio acuerdo en que el sistema carcelario es inadecuado en muchos aspectos.
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El temor público al crimen ha conducido a (A) un aumento en la tasa de prisiones para los criminales convictos y (B) una tendencia de los habitantes urbanos y suburbanos a proteger sus casas, virtualmente aprisionándose ellos mismos. La controversia acerca de la efectividad del sistema de prisiones ha causado un debate en relación con la mejor forma para que la sociedad pueda salir avante frente al comportamiento criminal (izquierda: Alex Webb Magnum Photos, Inc; derecha: Rapho Photo Researchers, Inc).
En primer lugar, las prisiones no protegen al público tan bien como lo piensa la gente. La mayoría de los criminales no son encarcelados nunca: se hicieron arrestos en sólo 16 por ciento de más de 13 millones de crímenes reportados al FBI en 1986 (FBI, 1986). Solamente 3 por ciento de las personas conocidas por haber cometido crímenes, van a la cárcel (solamente un 1.5 por ciento si incluimos crímenes no reportados). Más aún, la mayor parte de los funcionarios de las prisiones estiman que solamente de 15 a 25 por ciento de los encarcelados son en realidad peligrosos. Los estudios sugieren que menos del 10 por ciento de los criminales cometen casi 30 por ciento de los crímenes (Moore, 1983). 1983). Las duras condiciones que se encuentran en las prisiones (superpoblación, falta de sanidad, negligencia y brutalidad por parte de los guardias), combinadas con las humillantes condiciones de vivir en una institución total (supervisión y regulación constantes, degradación, pérdida de la identidad y de las
posesiones personales) hacen de la prisión, en palabras de Charles Silberman, "un crisol de intimidación y de conflicto". La única forma en que un prisionero puede alcanzar estatus o identidad, es poniendo a alguien por debajo de él "verbal, física, económica o sexualmente.. .hay un énfasis exagerado en la rudeza: o en la habilidad para hacer víctima a los otros o para resistirse a ser víctima" (1980, p. 523). Este tipo de cultura de prisiones difícilmente conduce a la rehabilitación. Después de su liberación, al menos una tercera parte de los antiguos reclusos terminan de nuevo en la prisión. En efecto, las prisiones pueden socializar a las personas hacia la desviación. Muchos observadores las consideran como "escuelas para el crimen" donde los primeros ofensores aprenden las habilidades y las justificaciones de las carreras desviadas. Actualmente se están ensayando alternativas a las sentencias de prisión (Locayo, 1987). Algunos Estados están experimentando dar a ciertos criminales una oportunidad entre una sentencia de cárcel y una
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combinación de multas y de servicio público. Otros Estados ponen a algunos criminales bajo arresto domiciliario, de modo que puedan vivir en sus hogares e ir a trabajar; pero deben obedecer estrictos horarios de libre movilidad y tener frecuentes reuniones con funcionarios del correccional. Aún otros Estados están ensayando centros de rehabilitación para presos, que exigen que los criminales vivan en dormitorios a manera de prisiones, pero también les permiten trabajar. Unas pocas municipalidades han ensayado el enfoque de la "carta escarlata": a los conductores condenados por ebriedad se les exige que desplieguen unas etiquetas en el parachoques de sus coches anunciando su crimen y a otros ofensores se les exige imprimir apologías públicas com-
pletas (con su fotografía) en los periódicos locales. La justificación de estas alternativas es que algunas categorías de ofensores son más propensos a reintegrarse a la sociedad estando por fuera, que si estuvieran dentro de las paredes de la cárcel. No obstante, sólo unas pocas alternativas al encarcelamiento han ido más allá de ser ideas, y los jueces parecen reacios a correr riesgos. ¿Qué pasa si un criminal bajo arresto domiciliario comete otro crimen más serio? Tal como están las cosas, las actitudes sociales no se inclinan hacia la clemencia por los criminales ofensores, y la prisión sigue siendo más probable que otras alternativas propuestas (Applebombe, 1987).
RESUMEN 1. La desviación es el comportamiento que los miembros de un grupo o de una sociedad ven como violación a sus normas. En otras palabras, la desviación es un asunto de definición social. Más aún, el que un acto particular se considere desviado depende del tiempo, del lugar y de las circunstancias sociales. 2. Las explicaciones de la desviación recaen sobre dos categorías básicas. Las teorías biológicas y psicológicas se enfocan sobre las características individuales y las experiencias que distinguen a los desviados de los no desviados. Las teorías sociológicas se ocupan de las condiciones sociales que hacen más probable la desviación. 3. La teoría de la tensión social sostiene que la desviación surge cuando la conformidad con las normas más ampliamente aceptadas no satisface los deseos legítimos de las personas. La teoría de la transmisión cultural sostiene que las personas se socializan a la desviación a través de la inmersión en una subcultura desviada. 4. La perspectiva funcional sostiene que la identificación de la desviación clarifica las normas de grupo y así contribuye al orden social. 5. La teoría de los calificativos se enfoca no solamente sobre por qué en primer lugar personas violan las normas, sino también en las consecuencias de señalar ciertos quebrantamientos de las reglas y en catalogarlos como desviados, quizá forzándolos a un estilo de vida desviado y en las subculturas. 6. La perspectiva marxista argumenta que las definiciones de la desviación reflejan la estructura de poder de una sociedad y sirven a los intereses de las clases dirigentes.
7. El control social se refiere a los esfuerzos de un grupo o de una sociedad por la autorregulación. La forma más poderosa de control social es la interiorización de las normas. Cuando la interiorización falla, intervienen los controles sociales informales y (especialmente en las sociedades modernas complejas) las sanciones formales. 8. Los crímenes son actos que se han definido formalmente como ilegales y están sujetos a sanciones formales por parte del Estado. 9. Existen cinco tipos básicos de crimen. Los crímenes indicativos son los crímenes "comunes" contra las personas y la comunidad. Los crímenes sin víctimas son violaciones de los así llamados códigos del vicio, que pueden no causar daño pero que causan indignación. 10. El crimen organizado se refiere a las organizaciones ocultas que proporcionan elementos y servicios ilegales y/o utilizan la violencia y el soborno para superar a la competencia. El crimen corporativo y el de cuello blanco se refieren a actos ilegales que cometen los empleados de compañías legítimas o las compañías en sí mismas. La primera categoría incluye crímenes contra los compradores, contra los empleados, contra el público en general y contra los accionistas. 11. Las discusiones sobre el control del crimen comúnmente se enfocan sobre los crímenes indicativos. Los estudios de la acción de la policía sugieren que ésta es más efectiva cuando ella colabora con grupos de la comunidad. El sistema de justicia penal es altamente selectivo. Sólo un pequeño porcentaje de aquellas personas que cometen crímenes son capturadas, arrestadas y enviadas a prisión.
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12. Aunque las tasas de criminalidad han disminuido en los Estados Unidos, la tasa de encarcelación
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está aumentando, lo que lleva a cuestionar las metas y los propósitos del sistema carcelario.
GLOSARIO Asociación diferencial. El proceso por el cual los individuos se socializan dentro de un grupo de personas particulares,tales como los criminales, y vienen a adoptar los estándares de ese grupo como los suyos propios. Ausentismo. Es el abandono culturalmente prescrito de metas y medios (Merton). Calificación. La asignación de estatus desviados a una persona, que luego dominan su identidad social. Carrera desviada. Adopción de un estilo de vida desviado y la identidad dentro de una subcultura que la apoya y que proporciona las técnicas para romper las reglas y las justificaciones para la inconformidad. Conformidad. Es la búsqueda de metas aprobada culturalmente por métodos culturalmente aprobados (Merton). Control social. Los esfuerzos de una sociedad por regularse a sí misma. Aquellos mecanismos con los que las reglas sociales se sostienen y con los que se refrenan sus violaciones reales o potenciales. Controles sociales formales. Presión oficial para conformarse con las normas y los valores sociales específicamente reforzados por instituciones, tales como los departamentos de policía, tribunales y las prisiones. Controles sociales informales. Son las presiones no oficiales para conformidad, que incluyen la desaprobación, el ridículo y la amenaza al ostracismo. Crimen. Es una viblación de una norma que ha sido impuesta por la ley y está respaldada por el poder y por la autoridad del estado. Crimen corporativo. Actividad ilegal cometida a favor de una organización formal. Crimen de cuello blanco. Crímenes cometidos por individuos de alto status en el curso de sus ocupaciones.
Crimen indicativo. Aquellos crímenes que la Oficina Federal de Investigación (FBI) anualmente cita en sus Uniform Crimes Reports.
Crimen organizado. Es la conspiración permanente que opera para buscar ganancias y busca la inmunidad de la ley mediante el temor y la corrupción; se especializa en el suministro de bienes y servicios ilegales. Crimen sin víctimas. Son los crímenes que no tienen víctimas, excepto quizá las personas que los cometen. Desviación. Comportamiento que los miembros de un grupo social definen como violación a sus normas. Desviación primaria. Es la violación inicial de una norma social, sobre la cual no se pueden hacer inferencias en cuanto a los motivos o al carácter de la persona que ha cometido el acto. Desviación secundaria. Es un modelo con el que las personas vienen a definirse a sí mismas como desviadas y toman modelos de vida como reacción a que los demás los cataloguen como desviados. Innovación. Es la búsqueda de metas aprobadas culturalmente por medios desviados (Merton). Interiorización. El proceso por el cual los estándares culturales llegan a ser parte estructurada de la personalidad de una persona. Rebelión. Es la creación de nuevas metas y métodos para lograrlas (Merton). Ritualismo. Es el adherirse rígidamente a las normas, aun abandonando metas afines (Merton). Sanciones. Recompensas por conformarse a una norma social o castigos por violarla. Transmisión cultural. El proceso por el cual la desviación se aprende a través de la transmisión de normas dentro de una comunidad o grupo.
TERCERA PARTE
AGRUPACIONES SOCIALES
¿Podemos nombrar todos los grupos sociales a los que pertenecemos? La lista podría empezar, por ejemplo, con nuestra familia o con la clase en la que estamos leyendo este libro. Algunos de los grupos a los que pertenecemos poseen conjuntos de reglas formales y objetivas; otros pueden parecer más casuales: sus miembros entienden sus metas y sus normas de comportamiento implícitamente. Los próximos tres capítulos exploran la dinámica de los grupos sociales en una escala creciente y compleja, desde grupos pequeños hasta organizaciones grandes, comunidades y poblaciones enteras. El Capítulo 8 presenta las características que definen los grupos sociales y las formas en las que los sociólogos las clasifican. El texto ilustra la naturaleza del compromiso con un grupo, utilizando el ejemplo de una comunidad Amish. También examina la estructura y la función de las organizaciones formales, enfocándose en particular sobre la burocracia como una técnica de organización ampliamente utilizada en nuestra sociedad. El Capítulo 9 se mueve desde Main Street en una pequeña población de Montana hasta el cañón de vidrio de los rascacielos de Manhattan, ofreciendo una perspectiva sociológica de comunidades y de ciudades mientras se traza el crecimiento de las metrópolis modernas. Actualmente, más de la mitad de la población del mundo vive en las ciudades, y el capítulo discute la dinámica del crecimiento urbano, su decaimiento y su renovación; los modelos teóricos de la ecología urbana; los problemas especiales que confrontan las ciudades del Tercer Mundo; y las tendencias normales tales como la gentrificación y la industrialización rural. El traslado de la población del campo a la ciudad es un aspecto de la demografía, -la disciplina que estudia como los nacimientos, muertes y migraciones afectan las poblaciones. En el Capítulo 10 aprenderemos la forma como los sociólogos reúnen e interpretan la información sobre el tamaño, la composición y la distribución de las poblaciones. El estudio del cambio de la población es una forma útil muy particular para los sociólogos de "leer" la historia progresiva de la estabilidad y del cambio social. El capítulo explora las dinámicas del cambio de población tanto en los Estados Unidos como en el mundo. Un crecimiento rápido en la densidad de población del mundo, con el crecimiento de la población centrado en los países en vía de desarrollo, sugiere difíciles y controvertidas situaciones sobre la forma de controlar las poblaciones y de proteger el medio ambiente.
CAPITULO 8
Grupos y organizaciones
Pasamos nuestra vida como miembros de grupos y organizaciones sociales. En el momento en que nacimos hicimos parte de un grupo conformado por los padres, un médico, algunas enfermeras y el personal médico involucrado en nuestra llegada. Desde este momento nos hemos unido a un grupo de otros recién nacidos y a otros vigilantes en la sala de cuidados de un hospital. Después de pasar muchos días allí fuimos a casa a formar un tercer grupo, la familia, que ha influido desde entonces en nuestra vida. Con el paso de los años hemos sido parte de una larga lista de clubes, equipos, clases, círculos de amigos, cada uno de los cuales es un grupo que ha afectado nuestro comportamiento. Algunos de estos grupos, como la clase de sociología en la que ahora asistimos, están encajonados en organizaciones más grandes (en este caso la universidad). Otras organizaciones formales que intervienen en nuestra vida son las corporaciones que fabrican los productos que compramos, y las muchas agencias gubernamentales cuyos formularios llenamos y cuyas normas y regulaciones cumplimos. Es más que el tamaño lo que diferencia los grupos de las organizaciones. Consideremos la diferencia entre la familia y la General Motors Corporation. Aunque la familia es pequeña y la General Motors es grande, existen otras diferencias importantes entre ellas. Una diferencia importante es la formalidad de las estructuras de organización. Mientras que una familia está estructurada de manera informal (no posee descripciones de trabajo ni cadena oficial de mando), la General Motors está organizada formalmente dentro de una jerarquía de relaciones de trabajo. Cada empleado de la GM puede establecer
precisamente su posición en la organización. En la familia por el contrario, los status, los roles y las responsabilidades son relativamente fluidos. Otra diferencia crítica entre grupos y organizaciones recae en lo explícito de sus metas. Las metas de una familia son más implícitas con frecuencia éstas no están establecidas expresamente. Los miembros de la familia no discuten regularmente sobre sus objetivos conjuntos, ni establecen planes a cinco años. Las metas que las familias tienen, están vagamente establecidas y cambian con demasiada facilidad. La General Motors, por el contrario, explícitamente establece un programa para sí misma y determina la forma como cada división de la firma trabajará para llevar adelante el programa. Para resumir estas diferencias, un grupo social es un conjunto de individuos que se identifican con otros e interactúan en formas estructuradas de manera informal que se fundamenta en las normas, metas y valores que ellos comparten en forma implícita. Una organización formal, por otro lado, es un conjunto de individuos cuyas actividades están consciente y precisamente diseñadas con el fin de alcanzar metas establecidas explícitamente. En este capítulo examinamos tanto los grupos sociales como las organizaciones formales. Iniciaremos con una mirada a la naturaleza de los grupos: las características que los definen, los procesos dinámicos dentro de ellos y las formas como los sociólogos los clasifican en tipos. Aquí utilizaremos numerosos ejemplos desde los acontecimientos en la muy conocida novela titulada El señor de las moscas. Luego consideramos cómo las personas se comprometen con los grupos, algunas veces hasta el punto de 203
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AGRUPACIONES SOCIALES
La mayoría de nosotros aceptamos los grupos y las organizaciones a las que pertenecemos o de las que dependemos. Imaginemos un mundo en el que ya no existen esas organizaciones. Esta es la situación dramática de la novela de William Golding, El señor de las moscas, acerca de un grupo de muchachos de colegio abandonados en una isla tropical. En esta escena de la historia ¿qué detalles podría encontrar un sociólogo dignos de atención al examinar las características del grupo y de su dinámica? (Culver Pictures).
sacrificar su propia identidad individual. En el proceso, exploraremos el compromiso en la comunidad Amish (Menonitas), un grupo social que tiene un grado extraordinariamente alto de lealtad y de consagración. Luego volveremos nuestra atención a las técnicas de la organización formal, examinando sus ventajas en las grandes y complejas sociedades. También discutiremos la burocracia, sus características principales y sus variaciones, así como sus defectos. Finalmente, examinaremos la burocracia, sus rasgos principales y variaciones, y sus limitaciones. Finalmente, iremos más allá de la burocracia, las organizaciones colectivistas. ¿Acaso proporcionan una alternativa a los problemas que presenta esa burocracia? El examen de una escuela nada común, Black Mountain College, nos ayuda a proporcionar algunas respuestas.
LA NATURALEZA DE LOS GRUPOS SOCIALES ¿Qué piensa usted que sucedería si treinta muchachos fueran abandonados en una isla tropical deshabitada? Algunos podrían tomar ventaja de la libertad de la supervisión de los adultos para actuar sus propias fantasías más salvajes. Otros podrían intentar restablecer las reglas y estructuras que tenían en el hogar al sostener reuniones y delegar responsabilidades. Otros, además, podrían lloriquear por sus padres y buscar a alguien que ocupara el rol del
hermano mayor. Surgirían líderes que podrían unir pandillas y competir por el poder. El grupo podría, inclusive, dividirse en campos hostiles, cada uno declarándole "la guerra" al otro. Con el tiempo, los muchachos podrían llegar a sentirse entusiasmados, llevados por un impulso del grupo y hacer cosas que nunca hubieran hecho solos. Esto es esencialmente lo que sucede en la novela de Willian Golding El señor de las moscas (1954). La narración se inicia en una isla tropical deshabitada después de que un avión que llevaba un grupo de muchachos británicos, de edades entre seis hasta doce años, tiene un choque al aterrizar. Todos los adultos mueren y los muchachos quedan solos para organizarse y tratar de llevar a cabo su rescate. Pero las cosas no funcionan como esperaban originalmente. Un grupo racional y democrático, organizado por Ralph, es dominado por un grupo violento e irracional dirigido por Jack. Los muchachos están consumidos por temores infundados, por la intensa competencia, el odio y el impulso de experimentar satisfacciones inmediatas y de expresar agresiones primitivas. A lo largo de la narración, Golding muestra que las experiencias del grupo nos influyen hasta un grado notable. Los grupos sociales vinculan nuestras vidas privadas a una sociedad más amplia. Nos proporcionan seguridad y apoyo. Configuran nuestros valores, actitudes y comportamientos. La forma como actuamos dentro de un grupo es raramente la
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forma como actuaríamos si estuviéramos completamente solos. Esta importante introspección sociológica está dramáticamente ilustrada en el libro El señor de las moscas.
Características del grupo Cuando los muchachos de El señor de las moscas hicieron un aterrizaje de emergencia en la isla tropical, lo primero que surgió de la selva fue un muchacho gordo, super protegido, intelectual, apodado Piggy, y un muchacho rubio y atlético de doce años, llamado Ralph. Por insinuación de Piggy, Ralph llama a los otros sobrevivientes soplando en una caracola. Los muchachos pequeños, vistiendo uniformes andrajosos de diferentes colegios, cruzan la jungla y salen a la playa. Estos muchachos no constituyen todavía un grupo social. Simplemente son un agregado de individuos que se han encontrado en el mismo lugar al mismo tiempo, muy parecido a los peatones que se encuentran en la misma acera o a los pasajeros del mismo bus. Sin embargo, los muchachos pronto llegan a convertirse en un grupo mediante interacciones repetidas con los demás, desarrollando una estructura social informal y poniéndose de acuerdo sobre normas que guíen sus comportamientos, y a establecer un sentimiento de unidad y de pertenencia. Un grupo social tiene cuatro características. Primero, los miembros del grupo interactúan y tienen una base suficientemente regular. Las personas que no se comunican entre sí, que escasamente conocen la existencia de las demás constituyen un agregado social, un grupo social. En El señor de las moscas la reunión de andrajosos sobrevivientes empezó a convertirse en grupo con sólo soplar la caracola y llamar, así, a la primera "asamblea". Una segunda característica de un grupo social es que las interacciones de los miembros están estructuradas. La gente de un grupo no actúa unos frente a otros en forma casual. Cada uno asume típicamente un tipo de status y adopta cierto rol. Los estatus y roles son a veces establecidos oficialmente como si fueran organizaciones formales. Tienden a evolucionar informalmente y siempre están abiertos a la renegociación. No obstante, las relaciones en grupo están estructuradas en alguna forma, como puede verse en El señor de las moscas. Por ejemplo, en la primera asamblea los muchachos mayores rápidamente toman el control; se convierten en los líderes del grupo. Los muchachos más jóvenes son deferentes y obedientes; se ven a sí mismos como seguidores, no como líderes. Una tercera característica del grupo social es que los miembros están de acuerdo en alguna forma
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sobre normas, metas y valores. Es poco probable que una reunión de personas con propósitos encontrados forme un grupo. Cuando la asamblea de los muchachos sobrevivientes de Golding inicialmente se ponen de acuerdo sobre la necesidad de proceder ordenadamente y sobre la importancia de ser rescatados, actúan más como grupo que cuando este consenso viene más tarde a disolverlos. No es necesario que las normas, las metas y los valores de un grupo se establezcan en forma explícita; con frecuencia están implícitos. Pero aún implícitos, los entendimientos compartidos pueden unir fuertemente a un grupo. Finalmente, los miembros de un grupo social tienen un sentido de identidad compartida. Piensan en sí mismos como seres unidos e interdependientes, como algo aparte de otras personas. Este sentido de pertenencia colectiva surge rápidamente en la isla tropical de Golding, donde los muchachos separados de otras personas pronto empiezan a verse a sí mismos como Robinson Crusoes, que comparten una aventura común. "Esta es nuestra isla" proclama Ralph a los otros en su segunda asamblea. "Es nuestra isla. Hasta cuando los adultos vengan a buscarnos, vamos a pasarla muy bien". Los muchachos de la novela de Golding ciertamente forman un conjunto de individuos que se identifican unos a otros y que interactúan de maneras informalmente estructuradas, basadas sobre las normas, las metas y los valores que ellos implícitamente comparten, en suma un grupo social. Dinámicas de grupo Aunque en El señor de las moscas los muchachos imaginaron una aventura llena de emociones, su realidad se volvió muy diferente. Desde el principio, se fue dando una lucha por el control entre el rubio y atractivo Ralph, quien representaba la sociedad civilizada, racional y regulada por normas, y el alto, delgado y feo Jack que representaba los instintos primitivos y espontáneos de la violencia y de la excitación. Al principio Ralph prevalece; los muchachos son ordenados y adoptan un conjunto de reglas para ayudar a realizar el rescate. Pero gradualmente Jack gana el mando. Al final, la mayoría de los muchachos son persuadidos de unirse a la "tribu" de Jack, la que entonces se vuelve contra los "intrusos" restantes y sistemáticamente los subyuga o destruye. Eventualmente, Ralph es la única voz razonable y de civilización que queda en la isla, y lo cazan como a un animal. La cacería es frenética. Cuando ya parece que no hay esperanza para Ralph, pasa por casualidad un crucero y el mundo adulto interviene.
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El señor de las moscas proporciona excelentes ejemplos de la dinámica de grupo en funcionamiento. Esta dinámica está dada por los patrones recurrentes de una interacción social entre los miembros de un grupo. Estos patrones son influidos por diversos factores, de los cuales el tamaño del grupo es uno de los más importantes.
momento, simplemente ignorando a Piggy, este debe proceder cuidadosamente, para que Ralph no lo rechace completamente. Esta amenaza de retiro por parte de uno de los miembros, que amenaza con acabar el grupo, tiende a crear en la diada una situación más propensa a la tensión que en la tríada (Hare, 1976). Otra diferencia entre las diadas y las tríadas es Influencia del tamaño del grupo que los participantes en una diada no pueden esconder su responsabilidad por hechos que ocurren denCuando al comienzo Ralph y Piggy salen de la seltro del grupo. Si, por ejemplo, uno de los dos va, forman una diada, o sea, un grupo de dos persocompañeros de cuarto se come el último pedazo de nas. Existen diferencias notables entre la dinámica dulce, ambos saben con certeza quién lo hizo. Cuande una diada y la dinámica de una tríada, o sea, un do tres o más compañeros de cuarto viven juntos, grupo de tres personas. En una diada, ambos miemsolamente la persona que se comió el caramelo sabe bros deben participar o el grupo definitivamente decon certeza quién fue la persona que lo hizo. En los ja de existir. Esto significa que un miembro de una grupos de tres o más personas, un miembro también diada "con más frecuencia se ve confrontado Todo o puede reconciliar los conflictos entre los otros miemcon Nada, que si fuera miembro de un grupo mabros. Si los miembros de una diada están en desayor"(Simmel, 1950, p. 135). Golding demuestra esto en El señor de las moscas cuando Piggy y Ralph se en- cuerdo, no hay socio que actúe como mediador. Por otro lado, las diadas no tienen que manejar el procuentran por primera vez. Ralph no está muy intereblema de los intrusos o de los espectadores. Ningusado en las proposiciones de amistad de Piggy. No no de los dos necesita actuar para el beneficio de un considera a este muchacho gordo, miope y asmático, tercero; ni tampoco ambos tienen que preocuparse como un compañero deseable. Así que Piggy se ve por dar espacio a un tercero. obligado a seguir obstinadamente a Ralph a la playa, engatusando a Ralph en la interacción. Puesto Las posibilidades de construir coaliciones y de que Ralph puede terminar la relación en cualquier crear mayorías también distinguen las diadas de las
Diadas y tríadas: los miembros de la diada gozan directamente de la comunicación y de la responsabilidad inmediata de uno frente a otro. Los miembros de la tríada son capaces deformar coaliciones, de compartir (o eludir) la responsabilidad y las discusiones mediatas. En un contexto u otro, cada uno de nosotros ha experimentado estas unidades básicas de interacción social (Izquierda: Cyril Toker/Photo Researchers, Inc.; derecha: John Launois/Black Start).
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tríadas. Una coalición y una mayoría son imposibles en la diada. Si Ralph y Jack hubieran sido los únicos sobrevivientes en El señor de las moscas, nunca hubiera ocurrido una división en dos campos hostiles. Pero si se añade tan sólo una persona, se abre una escala de nuevas posibilidades, tal como lo sugiere el sociólogo Theodore Caplow en su libro Two Against One (Dos contra uno) (1969). Supongamos que existe una tríada en la que A es más poderoso que B o C, peno no más fuerte que B y C juntos. Existen tres posibilidades para ganar la coalición: A y B contra C, A y C contra B, y B y C contra A. En una tríada el poder de la mayoría está particularmente marcado, porque la minoría siempre es una persona sola, que se deja potencialmente sola y vulnerable. Para preservar la solidaridad del grupo y la viabilidad, los miembros de la mayoría de las tríadas tienden a cambiar las coaliciones de un desacuerdo a otro (Hare, 1976). A medida que aumenta el tamaño, aumenta el potencial para una división especializada de trabajo. Al comienzo de la novela de Golding, cuando todos los muchachos están unidos en un grupo mayor, asignan con éxito los roles a los diferentes individuos. A algunos muchachos se les da el rol de cazadores; a otros se les pide que sean transportadores de agua; a otros se les da el trabajo de conservar una señal de humo en caso de que pase cerca un barco. Pero hacia el fin del libro, cuando Jack seduce a la mayoría de los muchachos a unirse a su tribu, Ralph es abandonado con sólo unos cuantos seguidores, y la elaborada división del trabajo se viene abajo. Ahora el grupo de Ralph no puede ni siquiera proteger la señal de fuego permanentemente. La organización y la estructura que eran posibles cuando el grupo era grande, no es factible en un bando pequeño. Otros patrones de interacción también difieren entre grupos pequeños y grandes. Por ejemplo, en los grupos grandes existen más límites en la cantidad y calidad de las comunicaciones que puede ocurrir entre los miembros. Esto es evidente en El señor de las moscas. En la primera gran asamblea, un puñado de muchachos domina los procedimientos y muchos definitivamente no tienen oportunidad de hablar. En general los miembros, en fila, están más impedidos para participar en las discusiones a medida que aumenta el tamaño del grupo. La solución de los problemas es otro patrón de interacción que difiere con el tamaño del grupo. Dentro de su comunidad un grupo grande tiene una gran variedad de recursos para resolver sus problemas. Sin embargo, la contribución promedio de cada miembro tiende a disminuir a medida que el grupo crece, y llega a ser muy difícil para el grupo alcanzar una solución por
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consenso (Hare, 1976). Tales diferencias en la dinámica del grupo, que se dan completamente en razón del tamaño, tienen un impacto enorme sobre nuestras experiencias los grupos que tienen diferentes cantidades de miembros.
Conformidad y control Inicialmente la banda de los muchachos en El señor de las moscas formaba un grupo bastante armonioso. Adoptaban las formas familiares de la escuela y del mundo adulto que recientemente habían dejado atrás. En una temprana asamblea, Ralph señaló lo siguiente: ". . .No podemos hablar todos a la vez. Tenemos que levantar las manos como en la escuela. . . Entonces le daré la caracola." "¿Caracola?" "Así se llama esta cascara. Le daré la caracola a la próxima persona para que hable. Puede sostenerla cuando esté hablando."... Jack estaba de pie. "¡Daremos las reglas! gritó excitado. "¡Muchas reglas!" (Golding, 1954, p. 31)
Los muchachos están de acuerdo en las reglas que tienen que ver con el lugar en dónde debe levantarse la señal de fuego, quién debe cuidar el fuego, cómo podrían recogerse el agua, el alimento y demás. La aceptación de tales normas compartidas ayudó mucho a mantener unido el grupo. Las normas definen los comportamientos necesarios para cumplir las metas del grupo. Luego, haciendo presión uno sobre el otro para conformarlo con las reglas, los miembros logran una acción concertada y facilitan la vida del grupo. Pero la conformidad con las normas del grupo y con los valores, es a veces permanente. En El Señor de las moscas, la conformidad empieza a romperse, no mucho después de que los muchachos establecen su comunidad. Jack, a quien se ha encargado de mantener vivo el fuego, desplaza de su tarea a los que mantienen el fuego para que le ayuden a cazar cerdos salvajes. Los muchachos se vuelven indiferentes hacia sus esfuerzos por construir refugios para dormir y por recoger agua potable. Pronto su manera original y ordenada de vivir se convierte en algo descuidado y sin propósito. Jack, con sus maneras agresivas y amedrentadoras, infunde respeto en forma creciente. La conformidad basada en el consenso cede el paso al control por la fuerza. En una escena que marca esta transición, Jack, en primer lugar desafía la norma que indica que la persona que tiene la concha pueda hablar:
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AGRUPACIONES SOCIALES Piggy se ha sentado en un lugar entre dos rocas, con la concha entre las rodillas... -Yo tengo la concha -dijo Piggy en forma indignada. -¡Déjenme hablar! -"La concha no cuenta en la cima de la montaña" dijo Jack -así que cállate. Yo tengo la concha... Jack se volvió fieramente. -¡Tú, cállate!
Esta amenaza de fuerza funciona por la fortaleza física superior de Jack. Más tarde, Jack consolida su control destruyendo la concha y con ella cualquier pobre autoridad que Ralph todavía conserva. Sin la concha como símbolo de consenso grupal y de reglas compartidas, el control se impone con la lanza y las piedras. La amenaza y el uso de la fuerza han remplazado a los valores compartidos como la base para las actividades que gobiernan el grupo. Liderazgo Así como la base de conformidad y de control cambian durante la vida de grupo, así el liderazgo también cambia tan pronto se enfrentan nuevas situaciones. En El señor de las moscas, Ralph es el primer seleccionado como líder porque los muchachos perciben que tiene carisma, una cualidad especial que hace que acepten su autoridad. No solamente es Ralph uno de los muchachos más antiguos y grandes, es también físicamente atractivo y toma la iniciativa en ser el primero en llamar a los supervivientes. Su seguridad en sí mismo le da el respeto. Los otros muchachos le aplauden cuando lo eligen como jefe, y lo buscan para reunir las asambleas, establecer las reglas y asignar las tareas. Pero al avanzar la narración, es cada vez más claro que su liderazgo está ampliamente forzado por las circunstancias -tiene mayor edad y es más hábil que la mayoría de los muchachos, su deseo de orden, el rescate eventual y el hecho de ser el primero en encontrar y soplar la caracola. Lejos de ser un líder natural, Ralph está inconforme con la atención y con la responsabilidad que conlleva todo liderazgo. Con frecuencia no sabe cómo actuar ni qué hacer luego. Pronto Jack surge como un líder rival que apela a las necesidades de aventura y descanso emocional de los muchachos. Basado en su cuidadosa observación de grupos en el proceso de formación, el sociólogo de Harvard, Robert Bales y sus estudiantes, concluyeron que los grupos necesitan líderes por dos razones fundamentales: para dirigir diversas tareas y para mantener el ánimo y las buenas relaciones con el grupo (Sécord y Backman, 1974). La primera es conocida como el liderazgo de tareas, el segundo es el liderazgo socioemocional. En la mayoría de los grupos, al co-
mienzo una persona desempeña estos dos roles, tal como Ralph ejecutó estos roles al comienzo en la novela de Golding. Pero a la larga, estos roles están frecuentemente divididos entre dos personas. El líder socioemocional comúnmente es una persona agradable. Ralph tiene las cualidades de un buen líder socioemocional. Valora las relaciones sociales armoniosas y democráticas; protege a Piggy y a las otras víctimas; escucha las ideas de cada uno y sus necesidades. Pero se vuelve tan atento a su tarea de cuidar el funcionamiento de la señal de fuego con esperanza de rescate, que empieza a descuidar las necesidades socioemocionales del grupo. -"Míranos. ¿Cuántos somos? Y aún así no podemos hacer que el fuego siga echando humo. ¿No entiendes? ¿No puedes ver que nosotros debemos morir antes que permitir que se apague el fuego? Había risillas entre los cazadores. Ralph se volvió en forma apasionada hacia ellos. .. Y otra cosa. Alguien gritó. -Demasiadas cosas... Inmediatamente hubo una riña. Los muchachos se levantaron y gritaron, y Ralph también gritó. (Golding, 1954, p. 73)
Jack, ambicioso de poder, siente insatisfechas las necesidades del grupo y se mueve para llenar la brecha que Ralph ha creado al hacer que una tarea simple y tediosa adquiera excesiva importancia. Mientras Ralph se concentra en mantener encendido el fuego, Jack ofrece diversión y aventura a aquellos que abandonaron a Ralph. -¡Abajo las reglas! ¡Somos fuertes -nosotros cazamos! ¡Si hay una fiera, la cazaremos, la encerraremos y luego la golpearemos una y otra vez-! Jack dio un alarido salvaje y saltó sobre la pálida arena. Al momento la plataforma se llenó de ruido y excitación, de revueltas, de chillidos y de risas. (p. 83)
Así, los roles de liderazgo en la isla se cambiaron con el tiempo aunque todavía era necesario satisfacer las tareas y las necesidades socioemocionales. La toma de decisiones en grupo Los muchachos de la isla de Golding no tienen idea de por qué los acontecimientos siguen el curso que toman. Las cosas simplemente suceden; se toman las decisiones. Los sociólogos que estudian la dinámica de grupo son todavía más penetrantes. Han encontrado que cualquiera que sea la composición del grupo o tarea por realizar ésta se desarrolla típicamente a través de cuatro etapas cuando de selecciones se trata (Bales y Strodtbeck, 1951). La primera etapa comprende la orientación. Los miembros analizan las tareas que les toca desarro-
GRUPOS Y ORGANIZACIONES
llar, intercambiando información y sugiriendo soluciones. La segunda etapa es la evaluación de las posibilidades. La tercera etapa es la eliminación de las opciones menos deseables y de la selección de una que parezca ser la mejor. La cuarta etapa está en restablecer el equilibrio, o sea, en normalizar las relaciones del grupo después de la tensión que acarrea la toma de decisiones. Cuando los muchachos en El señor de las moscas toman la decisión de permanecer en la isla y esperar el rescate, un período de diversión y de bromas informales restableció el equilibrio, arrastrando incluso a aquellos muchachos con dudas dentro del grupo. La decisión de permanecer en la isla y esperar el rescate era la mejor bajo las circunstancias. Si se hubieran apresurado a construir un bote provisional y se hubieran aventurado a salir al mar, habrían encontrado el desastre. Sin embargo, de ninguna manera todas las decisiones son así de claras. Aun cuando un grupo de adultos bastante inteligentes esté analizando los datos confiables, pueden cometer errores muy serios en la forma de juzgar. ¿Cuándo están más inclinados los grupos a tomar malas decisiones? El científico social Irving Janis (1972) cree que los grupos pequeños y bastante unidos con líderes poderosos y respetados están inclinados a producir decisiones que tienen defectos críticos. Tales grupos, según Janis, pueden dar origen a un proceso que él denomina pensamiento de grupo, o sea, la tendencia de los miembros a estar tan atentos por conservar la unanimidad del grupo, que pasan por alto o destacan problemas serios en las selecciones que hacen. Las víctimas del pensamiento de grupo Pensamiento de grupo. Un pequeño y es trecho grupo puede buscar la manera de preservar la unidad y el acuerdo bajo la responsabilidad de un razonamiento cuida doso y a través de la consideración de diversas alternativas. Este fue el análisis de Irving Janis sobre la dinámica de grupo en la oficina de Kennedy durante el episodio de la Bahía de Cochinos. ¿Acaso la dinámica de grupo al mismo nivel de gobierno ha seguido sustentando el argumento de Janis? (UPI/Bettmann Newsphotos).
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racionalizan colectivamente sus decisiones. Suprimen sus propias dudas y las de los demás del grupo. Se aislan de las opiniones de extraños autorizados, convirtiendo en estereotipos negativos las opiniones que chocan con las suyas. Como resultado, se convencen de que sus decisiones son excelentes y de que sus acciones inevitablemente traerán el éxito. No es necesario afirmar que, a menudo, se sorprenden en forma desagradable. Un ejemplo clásico del fracaso inducido por el pensamiento de grupo es la invasión de la Bahía de Cochinos planeada por el presidente John F. Kennedy y sus asesores en 1961. Mil cuatrocientos exiliados entrenados por la CÍA debían desembarcar en Cuba y derrocar el régimen de Castro. La invasión, sin embargo, fue un total fracaso. Avergonzó a los Estados Unidos y consolidó la alianza cubano-rusa. En la toma de sus decisiones, el grupo solamente consideró dos planes. Su falla consistió en no considerar el segundo plan cuando los defectos del primero se hicieran evidentes, no consultó con una amplia gama de expertos, ignoró la información contradictoria que se presentó a su consideración y no proporcionó los planes contingentes adecuados. Janis argumenta que la razón principal para este desastre fue una fuerte compulsión entre los miembros de este grupo, común entre los grupos muy pequeños y muy cercanamente entretejidos, para mantener la unidad y el consentimiento a toda costa; en resumen, para no perturbar la armonía. Esta tendencia puede verse en El señor de las moscas cuando los muchachos ridiculizan y suprimen en forma persistente cualquier opinión que
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contradiga la opinión de la mayoría. Por ejemplo, en una escena un muchacho perceptivo, llamado Simón, trata de advertir a los otros que la "bestia" que están descartando como no existente realmente puede estar dentro de ellos (es una creación mental que hace reflexionar a los muchachos sobre su propio potencial destructivo). Los otros muchachos inmediatamente se mofan de las advertencias de Simón y lo obligan a dejar ese asunto. Simón no volvió a expresar públicamente su punto de vista. Dadas esas fuertes presiones en este grupo hacia la conformidad, no es de sorprender que los muchachos no fuesen capaces de confrontar el problema de la "bestia" sino hasta cuando fueron abrumados por impulsos violentos. Pero entonces ya era demasiado tarde.
Tipos de grupos Para los muchachos de la isla tropical de Golding, los grupos sociales que forman son tanto similares como diferentes de otros grupos a los que han pertenecido. Los sociólogos han analizado las similitudes y diferencias en los grupos, y han sugerido formas de clasificación de los grupos. Una clasificación fundamental es la distinción entre grupos "in" y grupos "out".
Grupos "in" y grupos "out" Un grupo "in" es aquel en el que una persona se identifica, con el cual él o ella se siente como en casa. Un grupo "out" es aquel con el que una persona no se identifica y hacia el cual él o ella se siente como extraño. En un grupo "in" en otras palabras, pensamos como "nosotros"; en un grupo "out" pensamos como "ellos". Continuamente nos situamos en términos de grupos "in" y grupos "out". Si somos adictos a las drogas, el grupo "out"es el mundo rígido; pero si no las usamos, entonces los drogadictos están en el grupo "out". Para los ricos, los grupos "out" son las clases media y baja; para la clase media, los ricos y los pobres son grupos "out". Para los residentes de vecindarios étnicos, las personas de su propia nacionalidad son el grupo "in", mientras que las personas de otros ambientes étnicos son los grupos "out". La distinción entre grupos "in" y grupos "out" atrae la atención sobre las fronteras de grupos, las líneas comprendidas implícitamente que señalan quién está adentro y quién está afuera. Sin fronteras, no habría forma de diferenciar los grupos uno de otro, ni de distinguir los miembros de los no miembros. Las fronteras prestan dos funciones. En primer lugar, mantienen a los extraños por fuera; les impiden que entren en ciertas esferas de interacción con los "in". Al mismo tiempo, las fronteras conservan a
los "in" en su lugar. Prohiben que ellos se muevan más allá de los confines del grupo. Las fronteras del grupo "encierran" a los miembros, por así decirlo, enfocándose en sus vidas dentro de una arena social particular. Frecuentemente las personas tienen que trabajar para mantener las fronteras de grupo y hacerlas claras a los demás. Una forma de hacer esto es mediante el uso de símbolos. Por ejemplo, una camiseta de la fraternidad, o una calcomanía de la universidad colocada en la ventana de un automóvil anuncia el status interior simbólicamente diciéndole al grupo que uno "pertenece a". Formas comunes de hablar y vocabularios especializados, sirven mucho para este propósito. Una de las formas más efectivas de crear y conservar las fronteras de grupo, es a través de conflictos con extraños. Un enemigo común ayuda a mantener unidas a las personas. Mediante la confrontación con grupos externos, los de adentro empiezan a desarrollar un sentido de "nosotros". Los enfrentamientos deportivos entre universidades, especialmente entre rivales tradicionales, sirven muy bien a este propósito. En los capítulos finales de El señor de las moscas, Jack forma un estrecho grupo interno del que son excluidos Ralph, Piggy y un puñado adicional de muchachos. Los miembros se identifican a sí mismos por los vestidos y por las formas "salvajes" de actuar (utilizando pinturas de guerra, atándose el largo pelo por detrás desde la frente, danzando y cantando juntos). También construyen una fortaleza para dejar por fuera a los "extraños". Jack activamente se aprovecha del estatus de enemigos de Ralph y de Piggy para unificar su bando: -Mañana- siguió diciendo el jefe (Jack), -volveremos a cazar. Y señaló a uno y otro salvajes con su lanza. -Algunos de ustedes se quedarán aquí para mejorar la cueva y la entrada. Yo llevaré a unos cuantos cazadores para traer comida. Los defensores de la entrada vigilarán para que los demás no vengan a husmear. Un salvaje levantó la mano y el jefe volvió su sombría y pintada cabeza hacia él: -¿Por qué tratarán de husmear, Jefe? El jefe fue vago pero serio. -Ellos lo harán. Tratarán de despojarnos de las cosas que tenemos, así que los que vigilan la entrada deben ser cuidadosos. (Golding. 1954, pp. 145-46)
Grupos primarios y secundarios Aunque todos nos identificamos con varios grupos "in", no necesariamente interactuamos frecuentemente con todos, ni conocemos íntimamente a todos
GRUPOS Y ORGANIZACIONES
los miembros de todos los grupos. Cuando un grupo tiene una naturaleza muy entretejida, se conoce como grupo primario. Este término fue introducido por Charles Horton Cooley (1909) quien describió a un grupo primario con estas cinco características: 1. Interacción continua cara a cara. 2. Identidad personal fuerte con el grupo. 3. Vínculos fuertes de afecto entre los miembros del grupo. 4. Relaciones multifacéticas. 5. Tendencia del grupo hacia la permanencia. La familia nuclear, en su forma ideal, es el grupo primario por excelencia. Los miembros de una familia nuclear se involucran en frecuentes interacciones cara a cara. Para ellos, la familia es una importante fuente de identidad y de propósitos. El amor y el afecto une a los miembros de la familia y ellos tienen muchas formas de relaciones unos con otros (desde el intercambio de servicios -"tú pones la mesa, yo lavo los platos"- hasta el apoyo emocional y la protección física). Finalmente, la familia es permanente. Aun cuando los miembros se aparten entre sí, todavía se consideran parte de la unidad. Cooley escoge el término primario para describir este tipo de grupos, porque son los primarios o "primeros" agentes de socialización. Son los principales medios por los cuales las personas adquieren su yo social. Esta es la razón por la que Cooley llamó grupos primarios a los "semilleros de la naturaleza humana". Los valores y las normas que aprendemos en nuestros grupos primarios, tienden a permanecer con nosotros por toda la vida. Golding ilustra esto en una escena en la que Roger y Maurice (dos de los muchachos de mayor edad), patean sobre la arena los castillos que algunos muchachos están haciendo. En el proceso Maurice accidentalmente arroja arena en los ojos de uno de los pequeñuelos, quien se echa a llorar, y Maurice se siente culpable aunque no haya un adulto que lo castigue. Golding explica que Maurice fue una vez castigado por sus padres por hacer lo mismo, lo que explica que se sienta culpable cuando lo hace de nuevo. La socialización que ocurría en aquel lejano grupo primario, todavía afecta la forma en que éste piensa. Este ejemplo ilustra una segunda razón de por qué los grupos tales como la familia apropiadamente se denominan grupos primarios. Son primarios no precisamente por ser el lugar donde aprendemos muchas normas sociales, sino porque allí es donde se refuerzan dichas normas. En su íntima y frecuente interacción, los miembros de los grupos primarios tienen incontables oportunidades de escudriñar el comportamiento de unos y otros, y de devolver al camino correcto a aquellos que se han desviado de
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Los grupos "in" y los grupos "out" -unidos en el medio. ..El. fervor generado por las rivalidades de los estudiantes universitarios es un ejemplo de la manera como se incorporan los símbolos externos a nuestra necesidad de establecer fronteras entre los chicos buenos y los chicos malos, nosotros y ellos (Jeff Jacobson/Archive Pictures, Inc).
las normas. Hacen esto con una mirada de reproche, con algunas miradas de reprensión y con el retiro del afecto. Los padres de Maurice hicieron una de estas cosas cuando vieron que él le echaba arena en el rostro a un compañero. En tal forma los grupos primarios sirven como un agente de "línea frontal" del control social. Los grupos primarios lo son en un tercer sentido, es decir, porque sus relaciones responden a las necesidades emocionales y psíquicas básicas de las personas. Los miembros de los grupos primarios se proporcionan entre sí un sentido de amor y de seguridad, reconocimiento de compañerismo y de bienestar. Tales grupos son nuestras principales anclas en la sociedad. Sin ellos, nos sentiríamos solos y vulnerables. Los grupos secundarios tienen características opuestas a las de los grupos primarios: 1. Limitada interacción cara a cara. 2. Identidad personal modesta o débil con el grupo. 3. Vínculos débiles de afecto entre los miembros del grupo. 4. Relaciones limitadas. 5. Tendencia a no ser muy permanentes. Ejemplo de un grupo secundario es un comité de facultad organizado para estudiar el currículo de una universidad grande. Los miembros del comité se reúnen con poca frecuencia, solamente unas pocas horas cada vez, y con un propósito explícito; sus interacciones no son un fin en sí mismas. De hecho, probablemente los miembros reaccionarán a las disgresiones de sus tareas con un buen grado de impaciencia. Aunque los miembros pueden mantener
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Estas tres generaciones de artistas del acordeón en una familia resumen las cualidades íntimas, afectivas y permanentes de un grupo primario, mientras que las relaciones entre los miembros de la Asamblea del Estado de Nueva York son necesariamente menos personales y de menos duración. En tanto que el último grupo tiene una responsabilidad legislativa para la función de ordenar la sociedad, grupos primarios, tal como una familia nuclear, juega un rol directo de "línea frontal" como los que transmiten y refuerzan los valores sociales (Izquierda: Stephanie Maze/Woodfin Camp & Associates; derecha: Peter Vadnai/The Stock Market).
actitudes y valores similares, sus vínculos básicos están orientados por las tareas, no por las emociones. Algunos grupos secundarios llegan a ser informales, y sus miembros llegan a conocerse bastante bien. Pero aún así, sus amistades están en un contexto limitado; no están íntimamente unidos en las relaciones multifacéticas. Esta distinción entre los grupos primarios y secundarios, al igual que otras distinciones en la sociología es útil porque ilumina las dimensiones sociales que de otra manera no podríamos ver. La distinción, sin embargo, no es absoluta. Frecuentemente es más preciso considerar que lo primario y lo secundario son un asunto de grado, no de clase. Por ejemplo, aunque orientados por las tareas, muchos grupos de trabajo en las empresas proporcionan a sus miembros unas relaciones más cercanas y cálidas. En estos grupos vemos algunos rasgos del grupo primario dentro del contexto de las bases de un grupo secundario. Esta mezcla de características no invalida la distinción entre grupo primario y grupo secundario. Simplemente significa que en la práctica las características de grupo pueden ser muy complejas y pueden tener elementos de ambos.
Grupos de referencia En los grupos internos, la identificación con el grupo es un factor clave que crea un sentido de "nosotros". Sin embargo, no todos los grupos con los que nos identificamos, son aquellos a los que pertenecemos realmente. Los grupos a los que nos referimos cuan-
do evaluamos nuestro comportamiento, pero a los cuales no necesariamente pertenecemos, son nues-
tros grupos de referencia. Los grupos de referencia cumplen dos funciones. Una es proporcionarnos estándares contra los cuales podemos evaluarnos y evaluar nuestras situaciones vitales. Por ejemplo, si obtenemos una B en un examen, podemos sentirnos muy bien o mal dependiendo de si utilizamos como referencia el grupo de estudiantes que obtuvieron C o de estudiantes que obtuvieron A. El grupo particular de referencia que escogemos no es un asunto de capricho. La elección refleja los grupos sociales de los que provenimos y las expectativas que nos han animado a fijarnos. La función de comparación de los grupos de referencia puede verse en El señor de las moscas, cuando Piggy, Ralph y Simón comparan sus propios esfuerzos chapuceros con los de los adultos.
-Los adultos conocen las cosas-, dijo Piggy-. . . Ellos se encuentran para tomar té y para discutir. Entonces las cosas irán perfectamente. -Ellos no le hubieran prendido ruego a la isla, o se hubieran perdido. -Ellos construirían un barco-. Los tres muchachos se pusieron de pie en la oscuridad, esforzándose infructuosamente por transmitir la majestad de la vida adulta. -Ellos no hubieran reñido. -Ni roto mis especulaciones. -Ni hubieran hablado de una bestia.
GRUPOS Y ORGANIZACIONES En comparación con este grupo de referencia de mayor edad y más maduro, el comportamiento de los muchachos se queda patéticamente corto. Los grupos de referencia también sirven como función normativa, o sea, proporcionan una orientación para el pensamiento y la acción apropiados. Queremos identificamos con nuestro grupo de referencia, y así tratamos de actuar como las personas que pensamos que tipifican estos grupos. Si nuestro grupo de referencia, son los fanfarrones de la universidad, vestiremos, hablaremos y actuaremos de modo muy diferente que si nuestro grupo de referencia fuese el de los intelectuales. En otras palabras, los grupos de referencia nos ayudan a configurar nuestra perspectiva, apariencia y estilo.
COMPROMISO INDIVIDUAL Y SUPERVIVENCIA DEL GRUPO Es una bella mañana de septiembre. El sol brilla vivamente en los rostros de la audiencia a través de las puertas de batientes del granero... Las filas de bancas están casi llenas -hombres en un lado y mujeres en el otro- excepto por dos filas en el medio.... Se cantan varios himnos y quienes solicitan el bautismo -en esta ocasión, seis niñas con edades de dieciocho años y más, desfilan por entre las filas de bancas del recinto y toman su silla en la sección central, cerca de la banca del ministro. Tanto jóvenes como adultos intencionalmente miran a las seis jóvenes que están preparadas para hacer sus votos ante Dios y ante la iglesia para decir "no" al mundo y "sí" a Jesucristo y a su Gemein (iglesia) aquí en la tierra. Todas se sientan con la cabeza inclinada, como si estuvieran en profunda meditación y en oración por el voto de por vida que estaban a punto de pronunciar... Sus vestidos son estrictamente uniformes. Capas negras de muselina, vestidos negros, gorras blancas de muselina, delantales de muselina blanca, medias negras y zapatos estilo Oxford.... Sentada en silencio y a la expectativa, la audiencia escucha los dos sermones. Después de dos horas de intensa espera, finalmente llegan al climax del día cuando el obispo se vuelve a las solicitantes con una admonición personal. El diácono deja el servicio y regresa con un balde pequeño y con una copa de estaño. El obispo...pide a las solicitantes que se arrodillen si todavía tienen el deseo de convertirse en miembros del cuerpo de Cristo. Las seis se arrodillan. El obispo, un diácono y su esposa proceden con el bautismo.... El obispo instruye a quienes ha bautizado a ser fieles a la iglesia y al ministro. Para ilustrar la importancia de la obediencia, recuerda el relato del acto de idolatría de los hijos de Israel mientras Moisés estaba orando en la montaña comparando a Israel con la gente joven que hace fiestas escandalosas y se entrega a otras actividades pecaminosas mientras los padres están fuera del hogar.... Después de cuatro ho-
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Como otras distinciones en la sociología, la que existe entre grupos primarios y grupos secundarios ayuda a identificar los conjuntos de características que frecuentemente se sobreponen en situaciones reales. Aunque las relaciones entres estos especialistas de mercado se limitan a su sitio de trabajo, su trabajo de equipo puede estar imbuido por los rasgos de intimidad delgrupo "primario" con el afecto y con la lealtad. (MichaelL. Abramson/Woodfin Camp & Associates).
ras, el oficio termina en la forma acostumbrada. Cada uno se arrodilla para orar, se da una corta bendición y se canta un himno. (Hostetler, 1980, pp. 81-83) Esta es una descripción del bautismo dentro de uno de los grupos más conservadores de la sociedad estadounidense: la antigua orden Amish, o Menonita. La antigua orden Amish es simultáneamente un grupo social, una iglesia, una comunidad y una unión espiritual. Su forma de vida ha sobrevivido por cerca de 300 años, sin que apenas haya tenido algún cambio en las costumbres, en las creencias y en los valores establecidos por su fundador, Jacob Amman, antes de 1700. Hoy más de 100 000 seguidores de la antigua orden Amish viven en asentamientos en veinte estados de la Unión y en el Canadá. En algunas áreas, la población Amish se ha doblado cada veintitrés años. Este rápido crecimiento resulta de una alta tasa de nacimientos, unida a una baja proporción (solamente cerca de 6 por ciento) de miembros que abandonan el grupo (Kephart, 1982). Los Amish insisten en la necesidad de separarse para alejarse de un mundo mayor con todos sus vicios y tentaciones, con el fin de vivir verdaderamente la vida recta que es necesaria para la salvación eterna. Esta doctrina nace especialmente de dos pasajes de la Biblia. Uno es: "Ño os acomodéis a este mundo, antes bien, transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la perfecta voluntad de Dios" (Romanos, 12:2). Para los Amish, esto significa que deben separarse de los valores, de las creencias y de las po-
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sesiones materiales de la sociedad más amplia. En concordancia con esto, esquivan todas las cosas "mundanas", desde los estilos modernos de vestir, hasta los adornos personales (las joyas, los relojes, el maquillaje, el corte del pelo o el rizado del cabello para las mujeres), a toda clase de comodidades modernas como los automóviles, la electricidad, el agua corriente, el aire acondicionado, los teléfonos, las máquinas de coser y demás. El otro pasaje bíblico que configura fuertemente la forma de vida de los Amish es: "No vayáis a unciros en yugo desigual con los incrédulos; pues, ¿qué relación hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué unión tiene la luz con las tinieblas?" (2 Corintios, 6:14). Para los Amish esto significa que no deben entrar en relaciones estrechas con otro tipo de personas que sean "extrañas". Fuera del contacto con quienes no son Amish y que es inevitable en su vida diaria, los Amish pasan sus vidas enteras interactuando solamente con las treinta o cuarenta familias que viven dentro del distrito de su iglesia local (Hostetler, 1980). La comunidad Amish impone un enorme compromiso a sus miembros. Por este motivo, el sociólogo Lewis Coser (1974) llama grupo "codicioso", lo que quiere decir un grupo que hace demandas exclusivas, totales del corazón y la mente, y una lealtad no dividida de sus miembros. Todos los grupos deben obtener cierto grado de compromiso si quieren sobrevivir. Sin una mínima voluntad para consagrar su tiempo y sus energías al grupo, los miembros serán arrastrados por la corriente y gradualmente dejarán de pertenecer al grupo. Un grupo en el que existe poco compromiso también tendrá problemas para atraer nuevos reclutas, porque comúnmente a través del entusiasmo de los miembros actuales se logra persuadir a nuevos reclutas que se afilien al grupo. De este modo, el compromiso es central al proceso de conservar el grupo vivo. ¿Qué incita a un grupo a desarrollar tal compromiso? ¿Por qué algunos grupos tienen éxito mientras que otros fracasan? Para responder estas preguntas, Rosabeth Kanter (1972) dirigió un estudio sobre las comunidades utópicas del siglo XIX, algunas de las cuales eran semejantes a las Amish. Llegó a la conclusión de que las comunidades exitosas tenían varios procesos para construir un compromiso que surgía de las formas en las que estos grupos estaban estructurados. Seis procesos de elaboración de compromiso fueron especialmente importantes, a saber: el sacrificio, la inversión, la renunciación, la comunión, la mortificación y la trascendencia. Estos seis procesos han permitido a los Amish existir en una forma que ha permanecido inmutable por mucho tiempo.
El sacrificio Sacrificio significa que a los miembros del grupo se les exige entregar algo de valor con el fin de unirse al grupo, algo que es realmente apreciable en el mundo externo. Cuanto mayor sea el sacrificio, argumenta Kanter, más fuertes serán el amor y la devoción de los miembros por el grupo, porque la persona necesita justificar el entregar tanto. El sacrificio también construye el compromiso retirando a los miembros potenciales que no estén seguros de estar preparados para consagrarse totalmente al grupo. Así, el ambivalente se retracta porque el costo personal de entrada es muy alto, dejando solamente a aquellos que están listos para comprometerse enteramente con el grupo. A los Amish se les exige sacrificar centenares de cosas. Por ejemplo, no pueden poseer automóviles, radios, equipos de televisión, teléfonos, estéreos, instrumentos musicales, refrigeradores eléctricos, lavadoras y otros aparatos domésticos. Tampoco se les permite tener muebles "lujosos", tales como alfombras, cortinas, papel de colgadura; vestidos de moda, adornos personales; ni siquiera espejos, porque mirarse en ellos se considera vanidad. Los miembros también deben sacrificar la posibilidad de conseguir una educación superior (la mayoría de los Amish no van a la escuela más allá del octavo grado), así como la oportunidad de encontrar trabajo satisfactorio en un campo que concierne también a los "extraños". La inversión La inversión exige de los miembros el contribuir con sus recursos al grupo, bien sean recursos tangibles tales como propiedad o dinero, o intangibles tales como tiempo y esfuerzo. Cuanto más se exige a las personas que inviertan en un grupo, mayor será el riesgo que tienen para continuar trabajando por la supervivencia del grupo. La inversión también construye el compromiso recordándoles a las personas que las necesidades del grupo tienen prioridad sobre sus egoístas deseos individuales. La inversión en las comunidades Amish toma la forma de una contribución de tiempo y trabajo. Por ejemplo, después de un incendio que destruye un granero o una casa Amish, todos los hombres del distrito se reúnen para reconstruir lo que se perdió. O cuando ocurre una muerte en una familia Amish, los miembros de la comunidad ayudarán haciendo las tareas de la desconsolada familia. Otro ejemplo de inversión ocurre cuando los hombres Amish son llamados a servir como ministros de la iglesia. Este empleo no tiene salario, pero los hombres Amish lo consideran un honor. Al invertir sus propios esfuer-
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El sacrificio, la inversión, la renuncia, la comunión, la mortificación y la trascendencia, ¿cuántos de estos procesos para construir un compromiso funcionan en las costumbres de los Amish para construir un granero? (Blair Seitz/Photo Researchers, Inc).
zos en la comunidad en estas formas, los Amish elevan su sentido de compromiso grupal. La renuncia La renuncia significa que a los miembros de un grupo se les exige abandonar cualquier relación interpersonal que pudiera romper la cohesión del grupo al interferir con las obligaciones de los miembros o hacer que cuestionen sus creencias y los valores. Llevada hasta este extremo, la renuncia permite que los miembros únicamente puedan interactuar entre ellos, para fortalecer así los lazos del grupo y su importancia como miembros del mismo. La renuncia ocurre en la comunidad Amish donde a los miembros se les exige que se alejen de la sociedad principal. Para ayudar a reforzar esta regla cardinal, se levantan muchas fronteras simbólicas entre los de adentro y los de afuera. Una de tales fronteras es, por ejemplo, el código estricto de trajes de los Amish. Los hombres Amish con sus trajes negros, camisas sin cuello y sombreros de ala ancha; las mujeres Amish con sus vestidos largos, medias blancas y los tradicionales delantales y gorras, se ubican en forma distintiva de los otros estadounidenses del siglo XX. "Bien sea como un lenguaje de protesta, o como una costumbre", escribe John Hostetler, "los modelos de los vestidos Amish, forman una base fuerte de identidad y de exclusión. Como todos los mecanismos de frontera, el vestido les sirve para separar a los internos del mundo exterior y para identificar a los extraños" (1980, p. 237). La comunión La comunión comprende el hecho de estar todo el grupo reunido para actividades de conjunto, con frecuencia de naturaleza ritualista y simbólica. Ir a la
iglesia el domingo, asistir a una boda o a un funeral, celebrar un evento considerado importante en la historia del grupo, son todos ejemplos de comunión, que requieren que los miembros actúen unidos. La comunión construye el compromiso estimulando el sentido del "nosotros", una visión de sí mismo entremezclado con otros que son parte del grupo. En esta forma la comunión complementa la renunciación. Mientras que la renunciación exige que las personas entreguen sus relaciones con los extraños, la comunión fortalece los vínculos que existen entre los internos. El calendario Amish está lleno de ocasiones comunales. Los servicios religiosos se tienen cada dos domingos, no en una iglesia sino en sus casas. Estos servicios incluyen a todos los adultos y niños del distrito, que pueden llegar a ser cientos de personas. Muchos Amish separan los cuartos del piso bajo con divisiones corredizas en vez de muros con el fin de acomodar la congregación cuando es su turno para servir de anfitriones del culto dominical. Los cantos de la comunidad son otro hecho comunal que ocurre regularmente entre los Amish y ayuda a construir un sentido de compañerismo. De menor frecuencia, pero extremadamente importantes para el fortalecimiento del compromiso del grupo, son los rituales del bautismo, descritos al principio de esta sección. Después de ser bautizados en la iglesia Amish, los adultos jóvenes hacen una solemne promesa de defender las reglas de la comunidad Amish y de esforzarse por llevar una vida virtuosa. Todos los que asisten a tal servicio renuevan la consagración al grupo. Otros rituales de la comunidad Amish que engrandecen el compromiso del grupo incluyen las bodas y los funerales (a los que frecuentemente asisten todos los miembros en el distrito) y la celebración periódica de la comunión cristiana que para
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los Amish está acompañada por el ritual de lavarse los pies, entre sí (tal como Jesús les lavó los pies a sus discípulos en la Ultima Cena). La mortificación Kanter utiliza el término de mortificación para significar "la muerte del egoísmo privado". Los grupos que requieren la mortificación exigen que los miembros hagan desaparecer sus egoísmos privados y autónomos y que estos sentimientos sean remplazados por un yo que se perfecciona solamente como parte del grupo . La mortificación construye el compromiso del grupo porque hace que los miembros necesiten al grupo con el fin de sentirse íntegros. En un sentido, sin el grupo el yo no puede seguir existiendo. Los Amish promueven la mortificación a través de su práctica de condenar constantemente los sentimientos del propio orgullo. Ni a las mujeres ni a los hombres se les permite mostrarse orgullosos de su apariencia física. Inclusive el poseer un espejo o tomarse una fotografía está estrictamente prohibido. En la escuela, los niños Amish no deben mostrarse orgullosos por sus logros académicos. Competir activamente con otros estudiantes y alardear de las buenas calificaciones es considerado como la peor clase de autoengrandecimiento. En efecto, la jactancia es casi inexistente en la sociedad Amish. Los Amish exigen una mutua e intensa humildad. Llamar la atención sobre sí mismo se considera vano y vergonzoso. Trascedencia Trascendencia significa que las personas sienten una fuerza especial o una virtud como resultado de ser parte de un grupo. Tienen un sentido de que la pertenencia al grupo los eleva por encima de lo común, proporcionando a su vida un significado más elevado del que se dispone para las otras personas. La vida del grupo, en otras palabras, trasciende lo ordinario; se levanta por encima de él y les otorga superioridad. La trascendencia fortifica el compromiso porque quienes la experimentan buscan el incremento de su consagración al grupo que les proporciona tan elevado sentido de ser. La trascendencia está estructurada dentro de la forma de vida de los Amish. Consideran a su comunidad como la iglesia cristiana verdadera. "La iglesia verdadera", explica John Hostetler (1980), "debe distinguirse de la iglesia caída. Como numerosos grupos cristianos, los Amish sostienen que en cierto punto de la historia cristiana las iglesias establecidas se corrompieron, fueron ineficaces y no agradables a Dios "(p. 76). Como miembros de la verdadera iglesia, los Amish se esfuerzan por hacer un pueblo "pe-
culiar" en el sentido de ser diferentes del resto del mundo al que consideran ciego y pervertido. El apóstol San Pedro utilizó el término en este sentido cuando se dirigía a los primeros cristianos: "Vosotros sois una generación elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo peculiar" (1 Pedro, 2:9). Los Amish creen que los miembros rectos y obedientes de la verdadera iglesia gozarán de la vida eterna en los cielos. Resumen El sacrificio, la inversión, la renunciación, la comunión, la mortificación y la trascendencia son procesos de construcción de! compromiso que pueden despertarse en muchas formas en los grupos, no sólo en los religiosos. Los reclutas del Cuerpo de Marina en el campamento, por ejemplo, deben abandonar totalmente la libertad para hacer sus propias vidas (sacrificio). Deben consagrarse durante largas y difíciles horas al entrenamiento militar (inversión), y temporalmente separarse de las relaciones que pueden disminuir su consagración al cuerpo (renunciación). Mientras están entrenando, los reclutas de la marina están constantemente unidos y comprometidos en actividades de conjunto (comunión). Sus uniformes, sus cortes de pelo y su comportamiento ocultan el yo privado y crean un nuevo sentido del yo que existe como parte del grupo (mortificación). Finalmente, tan pronto los reclutas tienen éxito en sus metas, adquieren un sentido de ser especial, como miembros de una fuerza de combate que está por encima de los demás (trascendencia). En este punto, están verdaderamente comprometidos con el Cuerpo de la Marina. El grado en que estos seis procesos están presentes en el grupo social determina enormemente el compromiso que tiene el grupo. Algunos procesos de elaboración de compromiso existirán en la mayor parte de los grupos sociales, porque, sin al menos algunos de ellos, es improbable que un grupo pueda sobrevivir. Cuando los seis procesos de elaboración de compromiso de Kantor están tejidos en la estructura social del grupo, el compromiso con ese grupo será verdaderamente fuerte. Dicho compromiso fuerte es esencial en los grupos "ambiciosos" tal como son los Amish, quienes demandan una lealtad no dividida de sus miembros.
TÉCNICAS DE ORGANIZACIÓN FORMAL Como los Amish por tradición cultivan la tierra para vivir, sus familias tienden a ser más numerosas. Las parejas tienen un promedio de siete u ocho hijos, y
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Dada la complejidad y el tamaño de los ejércitos modernos, el comando efectivo depende de la coordinación de los esfuerzos y de la estandarización de los procedimientos y de los materiales. El trabajo en equipo y la organización tienen precedencia sobre la innovación y sobre el atrevimiento; los napoleones tienen que sobrevivir en el campo de entrenamiento junto con los demás. (Izquierda: Antoine Jean Gros/Art Resourse; derecha: R. Eckert/EKM-Nepenthe).
están lejos de ser excepcionales las familias que tienen de diez a quince hijos. Cada familia Amish virtualmente tiene los mismos patrones estructurales. Desde temprana edad, los jóvenes aprenden a ayudar a sus padres á cuidar las cosechas y los ganados mientras que las niñas aprenden a ayudar a sus madres a cocinar, a coser, a lavar y demás. Toda la familia se reúne para el desayuno, el almuerzo y la cena. El padre siempre se sienta a la cabeza de la mesa, con su esposa a su izquierda o a su derecha. Al lado de la esposa se sientan las hijas, de menor a mayor. Y al lado opuesto se sientan los hijos también en el mismo orden. En esta forma cada uno tiene un "lugar" en la comida. La familia Amish parece altamente estructurada para aquellos de nosotros que venimos de familias más típicamente estadounidenses. Pero, realmente, una familia de cualquier clase es una organización verdaderamente informal. Incluso entre los Amish, las descripciones del trabajo nunca se dan explícitamente a un miembro de la familia. Por el contrario, las tareas son frecuentemente asignadas sobre una base informal alrededor de la mesa en el desayuno. En forma similar, las reglas de la familia nunca están escritas formalmente. Por el contrario, los miembros tienen una comprensión tácita de lo que se espera de
ellos. Este sistema funciona perfectamente para un grupo que no sea superior a veinte personas. Pero imaginémonos utilizándolo para administrar la General Motors, con sus varios miles de empleados. La tarea de construir y vender automóviles se volvería un caos si se llevara de esta manera tan informal. Se requiere de una organización formal para estructurar esta empresa tan enormemente productiva. Además, la General Motors está organizada en muchas divisiones, cada una de las cuales tiene departamentos asignados a tareas específicas (producción, ventas, mercadeo, contabilidad, personal). Dentro de los departamentos, las personas están estructuradas jerárquicamente desde los altos ejecutivos hasta los gerentes medios y los supervisores de nivel bajo, hasta los trabajadores ordinarios. Dentro de la jerarquía cada persona tiene una descripción formal de su empleo y cada trabajo está dirigido por reglas que hacen predecible el comportamiento. Cada uno sabe quién tiene a su cargo, cuáles tareas y quién depende de quién. Solamente con tales roles y procedimientos formalizados puede la General Motors operar con éxito. Las organizaciones formales como la General Motors son una característica prominente de las sociedades modernas. Hemos nacido en grandes hos-
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pítales, se nos educa en complejos educacionales, estamos empleados por corporaciones internacionales enormes, somos gobernados por organismos burocráticos estatales y federales, e inclusive somos enterrados por firmas mortuorias muy grandes. En efecto, grandes organizaciones toman la mayoría de las decisiones cruciales que afectan nuestras vidas, especialmente aquellas que tienen que ver con los asuntos económicos y con las situaciones de guerra o de paz. ¿Por qué las organizaciones formales han llegado a ser tan extendidas en nuestro mundo? ¿Por qué la mayoría de los estadounidenses no pueden pasar un solo día sin encontrarse con una organización formal o al menos con los productos o servicios de una de ellas? La respuesta es que la organización formal es una respuesta racional y eficiente a las siempre crecientes necesidades y complejas estructuras de la sociedad. A medida que los grupos se vuelven más grandes y adquieren más funciones, se organizan en una forma jerárquica y formal con reglas explícitas y procedimientos que proporcionan una ventaja competitiva. Los grandes grupos e instituciones que han escogido organizarse formalmente han tendido a ganar competencia sobre sus rivales. En las secciones siguientes veremos algunas técnicas específicas que las organizaciones formales utilizan para darles un margen competitivo a sus organizaciones informales. Técnicas para controlar grandes cantidades de personas: el caso del ejército Napoleón I fue uno de los más grandes líderes militares de todos los tiempos. Durante una batalla este famoso emperador francés supervisaba todos los detalles, con frecuencia sólo dormía unas pocas horas cada noche. Estaba en permanente movimiento: viajando de una posición estratégica a otra, inspeccionando sus tropas, conferenciando con sus subordinados, buscando información de los civiles y de los prisioneros de guerra, inclusive haciendo su propio reconocimiento, que en algunas ocasiones lo llevaba muy cerca de las líneas del enemigo. Por la noche recogía todos los datos posibles, formulaba sus planes y componía sus muy detalladas órdenes. ¡Algunas veces dictaba órdenes a cuatro secretarios sobre cuatro temas diferentes a un mismo tiempo! (Van Creveld 1985). Pero incluso el impresionante poder de control de Napoleón empezó a quebrantarse en la medida en que el ejército crecía. En la batalla de Austerlitz en 1805 Napoleón controló brillantemente un ejército de 85 000 hombres, mientras que en Jena un año más tarde perdió el control de la tercera parte o de la mitad de sus 150 000 soldados (Van Cre-
veld 1985). El gran ejército que Napoleón reclutó para su desastrosa invasión de Rusia tenía más de 500 000 hombres. Ni siquiera Napoleón con su mente casi computarizada pudo seguir el rastro de una fuerza de lucha tan inmensa. Después de la derrota de Napoleón, Helmut von Moltke, jefe del estado mayor general prusiano, se orientó hacia el problema de cómo ejercer el mando sobre un ejército moderno y grande. Un cambio importante que hizo von Moltke fue mejorar el sistema de entrenamiento de los oficiales del estado mayor. Ya no se darían a los jóvenes posiciones en el estado mayor por el simple hecho de provenir de familias militares. Por el contrario, los oficiales potenciales del estado mayor eran cuidadosamente seleccionados entre aquellos graduados de cada año de la prestigiosa Kriegsakademie (Academia de guerra). Estos jóvenes eran seleccionados a través de exámenes competitivos de un grupo más grande que buscaba ingreso a la Academia. En esta forma von Moltke seleccionaba la flor y nata de los candidatos a oficiales jóvenes. Por otra parte, aun después de haber sido nombrado en el estado mayor general, un oficial estaba en prueba por un período de varios años, tiempo durante el cual se le seguía dando entrenamiento en las estrategias y ejecución de la guerra. Solamente si von Moltke quedaba satisfecho con el desempeño del hombre, entonces, el oficial se convertía en miembro permanente del estado mayor. En esta forma von Moltke entrenaba a fondo a los oficiales del estado mayor para pensar y responder como él quería, tal como una corporación grande, como la IBM entrena a sus ejecutivos junior para que piensen y actúen a la "manera IBM". Esta unanimidad de pensamiento y de acción entre los miembros del estado mayor ayudó a garantizar su coordinación unificada durante la guerra (Ropp 1959). Ningún miembro del estado mayor era indispensable, puesto que todos estaban altamente entrenados y habilitados en forma similar. Cada uno de sus oficiales podía hacer cualquier cosa que von Moltke le ordenara. Otra innovación en la organización empleada por von Moltke fue la estandarización de las divisiones del ejército prusiano. El sistema de división se introdujo por primera vez durante la Guerra de los Siete Años (1756-63) por el general francés duque Victor de Broglie, quien combinó las brigadas de infantería y de artillería, que antes habían sido independientes, en la misma unidad, a la que llamó división. Estas divisiones permitían mucho mejor coordinación entre las diversas clases de tropas. En 1794, el ministro francés de guerra creó las divisiones que incluían tres tipos de tropas: infantería, arti-
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llería y caballería. Al cabo de unos años este sistema fue adoptado también por todo el ejército francés, y no mucho después los ejércitos británico y prusiano se cambiaron al sistema de divisiones (Dupuy and Dupuy 1986). Von Moltke llevó la idea de la división hasta sus últimas consecuencias haciendo divisiones muy similares, cada una en su tamaño, en su composición y en su estructura. Las divisiones en el ejército prusiano, en un sentido, llegaron a ser partes intercambiables en una máquina militar muy bien diseñada. La gran eficiencia del sistema de von Moltke explica ampliamente la rápida victoria de Prusia sobre Francia en la guerra franco-prusiana (1870-1871). Ambos lados estaban relativamente iguales en armamentos y en potencial humano; pero las innovaciones de organización de von Moltke les dieron a los prusianos un perfil decisivo. En corto tiempo sus innovaciones se copiaron en todo el occidente. Hoy todos los ejércitos aprovechan las innovaciones burocráticas fundamentales de von Moltke. Entrenan a sus oficiales en un conjunto común de habilidades, tácticas y procedimientos, y han estandarizado en forma extensa la estructura y las características de sus unidades militares. Estas técnicas de organización son esenciales para lograr que los ejércitos modernos luchen con la eficiencia necesaria. Técnicas para integrar operaciones diversas: el caso de Swift y compañía. El siglo XIX contempló el nacimiento, no sólo de ejércitos enormes, sino de inmensas corporaciones industriales. Estas compañías eran enormes en términos de su volumen de producción y de la diversidad de las operaciones que controlaban. ¿Cómo manejarían los ejecutivos de negocios una empresa tan extensa que suministraba sus propias materias primas, que manufacturaba una línea grande de productos y que los vendía directamente a los minoristas en vez de utilizar intermediarios? Las respuestas a estas preguntas, de nuevo, vuelven a través de nuevas técnicas de organización formal. Swift y compañía es un buen ejemplo de cómo las técnicas de organización permitieron la integración de diversas operaciones (Chandler 1962). Gustavus Swift era un carnicero de Massachusetts que se trasladó a Chicago en los años 1870. Sabía que en las ciudades del Este tales como Boston, Filadelfia y Nueva York había una gran demanda de carne fresca, mayor de la que los granjeros de la costa este podían satisfacer. Swift insistió en la idea de utilizar vagones refrigerados de ferrocarril para transportar grandes cantidades de carne del Oeste hasta la costa este. Pero al comienzo la venta de esta carne en el
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Este no fue asunto fácil. La gente era muy recelosa de comer carne que fuera transportada durante tanto tiempo; debían estar convencidas de que la refrigeración realmente conservaba fresca la carne. Así Swift decidió establecer su propia operación de mercadeo en cada una de las ciudades principales del Este. Esta operación consistía en almacenes de refrigeración en los cuales los cargamentos que llegaban podían almacenarse temporalmente, y también en una red de venta al por mayor, y de puestos de venta al por menor para vender a los almacenes y a los consumidores. Un gerente regional en cada área metropolitana podría coordinar allí las diversas actividades de mercadeo. A mediados de la década de 1880 Swift estaba sistematizando su compra de ganado vacuno, construyendo plantas adicionales para empacar la carne y extendiendo sus esfuerzos de mercadeo. Aparte del mercadeo de la carne de res, vendía otros tipos de carnes y también numerosos productos relacionados con la carne (cuero, fertilizantes, pegantes). Otras compañías en el negocio del empaque de la carne tuvieron que copiar la organización de Swift con el fin de competir con él. Pronto la industria del empaque de la carne estaba dominada por enormes y pequeñas firmas bien organizadas, cada una de las cuales integraba una serie de operaciones. Técnicas para reducir la oposición: el caso de la TVA El ejército y los negocios no tienen el monopolio de la organización formal. De hecho, generalmente se considera al gobierno como el epítome de la organización formal. Las agencias gubernamentales han prosperado en este siglo, no sólo porque la administración centralizada tiene sentido en términos de una mayor eficiencia, sino también porque han adaptado la utilización de técnicas que reducen la oposición a sus programas y políticas. Dicha técnica es la llamada cooptación, o sea, el proceso de dispersar los oponentes potenciales, haciéndolos parte de la propia estructura de la organización. Un excelente ejemplo de cooptación ocurrió en el caso de la Tennessee Valley Authority, TVA, (Autoridad del Valle del Tennessee), una corporación perteneciente al gobierno de los Estados Unidos establecida en 1933 para integrar el desarrollo de la cuenca del río Tennessee (Selznick 1949). La TVA fue autorizada para construir diques con el fin de controlar las inundaciones, para profundizar el canal del río y hacerlo más navegable, para producir y distribuir electricidad barata, para operar plantas de fertilizantes, para planificar una utilización apropia-
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da, y buscar la conservación de los recursos naturales de la región. En un esfuerzo por comprometer a los residentes de aquella área en la marcha del plan de la TVA, los representantes de los grupos locales poderosos y de las organizaciones recibieron la oportunidad de ocupar posiciones para la toma de decisiones en el consejo. Muchos de estos miembros de la dirección inicialmente se oponían a los planes de la TVA, pero al ser cooptados dentro de la organización, su oposición esencialmente se eliminó. En esta forma la TVA que es una agencia del Nuevo Trato (New Deal) fue capaz de sobrevivir en una región muy conservadora del país (Blau y Meyer 1987). La cooptación, sin embargo, es una calle de doble vía (Hall 1982). Aunque una organización puede dispersar la oposición dándoles voz a los críticos potenciales de su operación, este proceso aumenta las probabilidades de que los puntos de vista de las partes cooptadas tengan acceso a las políticas de la organización. Esto es lo que sucedió con la TVA, que frecuentemente favorecía los intereses privados de sus directores sobre el interés público para cuya defensa había sido creada. Por ejemplo, se permitió vender a los particulares la tierra con los suelos mejorados que rodean las represas de la TVA y se permitió que poderosas compañías madereras explotasen las tierras reforestadas que se entendían debían dejarse como áreas de cuencas imperturbables (Scott 1981). Así, la cooptación puede ser una técnica exitosa para ayudar a que sobreviva una organización;, pero también podría cambiar las metas de la organización y sus políticas. Resumen Esta sección se abrió con el interrogante de por qué la organización formal ha llegado a ser tan extendida. Los tres casos que hemos examinado revelan que, para cierto tipo de grupos en ciertas circunstancias, las técnicas de organización formal han demostrado ser altamente ventajosas. Cuando el ejército prusiano estandarizó el entrenamiento de sus oficiales y la estructura de sus divisiones, tuvo más capacidad para controlar grandes cantidades de personas. Cuando la Swift y compañía estableció jerarquías en su personal, fue más capaz de integrar las diversas operaciones. Y cuando la TVA cooptó a algunos miembros de la localidad tuvo mayor capacidad para sobrevivir en una región conservadora del país. Además, las técnicas de la organización formal permitieron a aquellos que las utilizaron, alcanzar metas importantes, y derrotar a sus rivales y oponentes. Como resultado, las técnicas fueron ampliamente imitadas y la organización formal se extendió, de
tal manera que hoy puede encontrarse en operación en todas las sociedades modernas.
LA BUROCRACIA Al aproximarse el siglo XX, Max Weber señaló las muchas clases de organizaciones formales que habían venido a dominar las sociedades modernas. El se preguntaba qué tenían todas estas organizaciones en común y concluía que ellas tenían una estructura burocrática. Para Weber el término "burocracia" no tenía las connotaciones negativas que tiene actualmente. Aunque Weber reconocía que la burocracia algunas veces puede tener efectos deshumanizantes colaterales, creía que era un medio técnico superior de coordinar las actividades de grandes cantidades de personas. Cuando la burocracia funciona bien, argumentaba Weber, se obtienen tres beneficios: (1) se maximiza la efectividad con la que se consiguen las metas de una organización; (2) se maximiza la eficiencia para lograr el mejor resultado al más bajo costo; y (3) se controla la incertidumbre al regular a los trabajadores, a los proveedores y a los mercados. Tipo ideal de Weber Con el fin de ilustrar las características principales de la burocracia, Weber construyó un tipo ideal, un modelo creado para definir las características más importantes de la burocracia (véase Capítulo 1). El tipo ideal de Weber no describía cómo funcionan actualmente todas las burocracias. Las burocracias actuales son demasiado variadas para que se ajusten a un solo modelo. Por el contrario, el tipo ideal de Weber era un modelo analítico que abstraía las características generales comúnmente encontradas en las burocracias. Existían cinco tipos de características: 1 Especialización. En las burocracias, el trabajo que debe ejecutarse se reparte en una división claramente establecida del trabajo y la gente se entrena para especializarse en ejecutar esa tarea. Se supone que dicha especialización es la forma más eficiente de hacer un trabajo. Gustavus Swift utilizó la especialización en su operación para mercadear la carne. Algunos empleados se especializaron en comprar ganado en las ganaderías; otros, en el sacrificio del ganado; otros en cargar la carne en los trenes; otros en manejar los almacenes en el Este; inclusive, otros en vender los productos de Swift y compañía a los distribuidores de carne al por mayor y en los mercados minoristas. Este sistema era mucho más eficiente que tener un equipo de trabajadores que siguieran cada envío de reses desde las praderas del Oeste hasta los estantes de la tienda de comestibles en Nueva York. 2. Una jerarquía de oficios. Una vez que la operación de la organización está dividida en tareas peque-
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La corporación multinacional moderna es a la vez el resumen y el producto terminado de la organización burocrática, un hecho frecuentemente celebrado en la arquitectura corporativa. ¿ Qué valores o características organizacionales están incorporadas en esta fachada? (Bohdan Hrynewych/Stock, Boston).
ñas y más manejables, las diversas actividades deben integrarse, los engranajes de la máquina deben mezclarse. Si eso no se hace, las personas de un departamento pueden diseñar un perno de 1/8 de pulgada mas grande que la tuerca diseñada en otro departamento (Blau y Meyer 1971). La solución es organizar a ios trabajadores dentro de una jerarquía, con una persona directamente responsable en la cadena de mando. Una jerarquía está conformada típicamente como una pirámide, con categorías y autoridades que aumentan a medida que se asciende. Swift estableció dicha jerarquía en su negocio del mercadeo de carne. Por ejemplo, los empleados de cada área metropolitana estaban bajo la dirección de un gerente regional, quien a su vez, dependía a los ejecutivos de las oficinas centrales de la compañía. En esta forma todas las diversas partes del sistema de Swift estaban coordinadas. Las jerarquías organizacionales tales como los de Swift, consisten en posiciones, no en personas específicas. Cada posición conlleva cierta cantidad de deberes y privilegios, y cada una de ellas paga un salario establecido. La autoridad de aquellos que están en posiciones más altas reside en sus cargos, no en las personas mismas. Esa autoridad siempre está claramente definida y limitada. Un gerente regional de Swift y compañía, por ejemplo, podría tener la autoridad para suspender a un trabajador de un depósito, pero no tiene la autoridad para decirle dónde debe vivir o con quién debe casarse. 3. Las reglas. Las actividades y las relaciones entre las personas en una burocracia están gobernadas por reglas explícitas. En esta forma, cada uno sabe lo que se le exige a cada cual. Las reglas, por lo tanto, hacen que el funcionamiento de la burocracia sea ordenado y predecible, aun cuando existan cambios de personal. Von Moltke claramente utilizó este principio en su organización del ejército prusiano, en el que los procedimientos militares deberían llevarse en forma establecida y explícita. Ninguna actividad de alguna importancia se dejaba a la discreción personal.
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Impersonalidad. Weber creía que por el hecho de que las emociones impiden la eficiencia, estas no deben tener lugar en la burocracia. Sostenía que la separación personal promueve la toma de decisiones racionales. La impersonalidad hacia los compañeros y hacia quienes hacen los negocios con las organizaciones, promueve un tratamiento equilibrado de todos los individuos y la subordinación de los intereses personales a las metas de la organización. Dicha impersonalidad ciertamente fue parte del sistema de von Moltke para hacer funcionar el ejército prusiano. Von Moltke era en sí una persona austera para quien las decisiones motivadas emocionalmente estaban completamente fuera de carácter. Este^severo jefe prusiano del estado mayor fue el epítome de la separación personal y de la estricta objetividad en la administración burocrática.
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Reconocimientos basados en los méritos. Las posiciones en una burocracia se ganan sobre la Dase de calificaciones técnicas (tal como se miden por las pruebas, los grados educativos, los diplomas y otros criterios estandarizados), no sobre la base a quien uno conoce. Si los supervisores llevan a la práctica entregar empleos y promociones a las personas porque son amigos o parientes, la organización eventualmente va a sufrir. No solamente serán menos competentes las personas que ocupen algunas posiciones, sino que sus esfuerzos individuales no serán promocionados, y el esprit de corps de la corporación se reducirá. Las personas deben saber que su trabajo será bien remunerado con el fin de que entreguen sus mejores esfuerzos a la organización. En una organización en la que el enganche se basa en los méritos, los trabajadores tienden a ver su empleo no simplemente como un empleo sino como una "carrera". De nuevo aquí, el ejército prusiano es un excelente ejemplo de la puesta en práctica de este principio. Von Moltke era un firme defensor de conceder las posiciones estrictamente sobre la base del desempeño. Consideraba a los oficiales como profesionales que ganaban su categoría por el entrenamiento y el trabajo difícil. Este nuevo profesionalismo del ejército prusiano fue una de fas razones de su éxito.
Fuentes de la variación burocrática Puesto que Weber había defendido la burocracia en términos de estas cinco características, es fácil suponer que prácticamente todas las organizaciones formales tienen estos rasgos particulares. Este, sin embargo, no es siempre el caso. Las organizaciones formales varían considerablemente en la medida en que se acercan al tipo ideal de Weber (Hall, 1963-4; Udy, 1959; Zey-Ferrel, 1981). También varían en términos de otras características claves tales como el tamaño (desde el enorme gobierno federal con sus millones de empleados, hasta los negocios con 100 o menos trabajadores), la complejidad de la organización (cuántas clases diferentes de trabajos hay), la centralización del control (si la toma de decisiones está concentrada en pocas manos o está en forma dispersa), y el rango de objetivos (muchos o pocos). Los sociólogos se admiran de que existan tantas diferen-
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cias entre las organizaciones formales (Hannan y Freeman, 1977). ¿Por qué existe tanta variación en las formas como están estructuradas las burocracias? Aunque diferentes investigadores han dado respuestas diferentes a este interrogante, la mayoría busca las causas en los ambientes externos de las organizaciones. Swift y compañía, por ejemplo, fue afectada considerablemente por diversos factores del entorno importantes en sus primeros años. Estos incluían la gran demanda de carne fresca en las ciudades del Este, la duda de los consumidores acerca de comer carne de reses que no se habían sacrificado recientemente, la resistencia de los ferrocarriles para aceptar los carros refrigerados de Swift, y la oposición de los carniceros locales que temían la nueva competencia. Cuánto creció la organización de Swift y cómo estructuró sus operaciones, indudablemente se vieron influidos por todos estos factores. En forma similar, los centros locales de poder se opusieron a los objetivos organizacionales de la TVA. Estas presiones de elementos externos ayudaron a cambiar la forma como se manejó esta organización. Aunque existe gran acuerdo en que el entorno puede ayudar a configurar la estructura de una organización, hay diferencia de opinión en relación con la forma como, exactamente, se realiza este proceso. Una teoría sostiene que una organización se adapta activamente a sus entornos estructurándose hasta el punto de aumentar sus oportunidades de triunfar en un entorno en particular. La organización de Swift y compañía es un buen ejemplo de este modelo de adaptación. Gustavus Swift enfrentó dos elementos claves en su entorno: la existencia de una demanda no satisfecha de carne de res en las ciudades de la costa este, y el hecho de que en Estados Unidos, los grandes hatos sólo podían criarse en las praderas del Oeste. La forma como Swift estructuró su firma fue una respuesta directa a estos dos supuestos del entorno. Deliberadamente integró la mayor parte de las fases del negocio de la venta de carne (el sacrificio, el empaque, el transporte y el mercadeo), dentro de una sola operación a gran escala. Esto le permitía dirigir el suministro de carne a donde era más necesaria. En el proceso, Swift no solamente se adaptó a su entorno, sino que lo controló en forma significativa. Por ejemplo, cuando decidió construir sus propios vagones refrigerados, redujo su dependencia de las compañías de ferrocarril que frustraba sus esfuerzos. Aquí sus acciones superaron un obstáculo principal del entorno. Otra teoría de la relación entre la organización y su entorno externo, se denomina modelo de selección (Aldrich y Pfeffer, 1976). Esta teoría sostiene
que frecuentemente existe demasiada inercia en las organizaciones grandes para que se adapten efectivamente al entorno (Hannan y Freeman, 1977). Este enfoque considera el medio externo como algo que determina cuáles estructuras de organización tendrán éxito y cuáles fracasarán. Las organizaciones podrán prosperar si han escogido las estructuras que se acondicionan bien al entorno, y podrán perecer si han escogido estructuras poco adaptables. El modelo de selección está apoyado por investigación empírica. Por ejemplo, Freeman y Hannan (1983) habían predicho que en un entorno muy inestable (el que tiene una gran cantidad de cambios), las firmas de negocios que son generalistas en los productos que ofrecen, tienden a tener ventaja sobre las firmas especializadas. Esto resulta así, porque las generalistas se protegen por su diversidad. Si un bien o servicio que vende una firma generalista, llega a perder el favor del público o resulta demasiado caro para fabricarse, se puede confiar siempre en otras líneas de sus productos para obtener ganancias. Las firmas o las organizaciones especializadas, por el contrario, son más vulnerables a los cambios de mercado. Freeman y Hannan encontraron, como ellos esperaban, que las organizaciones especializadas tienden a fallar más que las organizaciones generalistas en ciertos entornos inestables. En un estudio de varios centenares de restaurantes en California, los generalistas (aquellos que ofrecen diversas clases de alimentos) tendían a sobrevivir a los especializados cuando el clima económico era variable y había muchas fluctuaciones de temporada en las ventas. Aquí la supervivencia no era solamente el resultado de la adaptación por parte de las organizaciones, sino más bien del poder selectivo del entorno. Todavía no está claro cuál de estas dos teorías explica mejor cuál es la relación entre la estructura burocrática y el entorno. Estos dos procesos -la adaptación y la selección- pueden ejercer influencias importantes en puntos diferentes de la vida de una organización (Blau y Meyer, 1987). Las presiones selectivas pueden ser mayores cuando una organización es joven, razón por la cual tantas firmas recientemente establecidas fallan (Freeman, Carroll y Hannan, 1983). Entonces, después de que una organización haya sobrevivido por varios años, puede estar en mejor capacidad de adaptarse a su entorno. Las limitaciones de la burocracia Aun las mejores organizaciones burocráticas tienen sus limitaciones. De una parte, la burocracia puede tener efectos colaterales en sus trabajadores que reducen su eficiencia total. Además, la investigación
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moderna ha demostrado que muchas de las suposiciones de Weber sobre la burocracia no son necesariamente verdaderas. En las siguientes secciones vamos a examinar algunas de las principales limitaciones de las burocracias.
Estructura formal contra estructura informal En 1927 dos sociólogos industriales empezaron un estudio de la Western Electric Company en la planta de Hawthorne (Roethlisberger y Dickson, 1961). En una parte del estudio, observaron a catorce hombres que trabajaban juntos alambrando tableros de cambio telefónico en una línea de ensamblaje. Sus resultados sorprenderían a quienquiera que pensara que las organizaciones formales funcionan estrictamente "por reglas". El comportamiento de los hombres se regía tanto por normas no oficiales como por los reglamentos oficiales de la Western Electric. Por ejemplo, se esperaba de los empleados que trabajaran en una forma estable durante todo el día. En realidad, ellos fijaron su propio ritmo, trabajando más arduamente en la mañana y tomándolo "con suavidad" en la tarde. En forma similar, aunque la Western Electric trató de maximizar la producción pagando a los trabajadores por piezas producidas, los trabajadores desterraban a cualquier trabajador que terminara más tableros en la cantidad de tiempo "normal". Esto era porque los trabajadores creían que su remuneración por pieza disminuiría si la producción total era demasiado alta. Los trabajadores también descansaban de la monotonía intercambiando el trabajo con otros, en contra de las normas de la compañía, y muchas veces dejaron su propio trabajo para ayudar a alguien que había perdido terreno, de nuevo violando los reglamentos de la compañía. Inclusive los supervisores no actuaban en la
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forma en que la Western Electric esperaba que lo hicieran. Aunque la alta gerencia suponía que los inspectores de la línea de ensamble ejercerían su autoridad y "denunciarían" el comportamiento de los trabajadores, en realidad los trabajadores habían desanimado fuertemente a los inspectores (considerados como "uno de ellos") para que actuaran en la forma oficial. Los hallazgos en la Western Electric señalaban la existencia tanto de una estructura formal como de una estructura informal en las organizaciones. La estructura formal consiste en posiciones oficiales, deberes, reglas, y reglamentos diseñados por la alta gerencia. La estructura informal está constituida por las normas no oficiales que los trabajadores inevitablemente desarrollan entre ellos mismos. Estas normas no oficiales están diseñadas para resolver los problemas no considerados por los reglamentos, para eliminar trabajos no agradables o innecesarios y para proteger generalmente los intereses de los trabajadores. Aunque algunas veces las estructuras informales promueven los objetivos de organización oficiales, en otras ocasiones los impiden. En el caso de la Western Electric, la estructura informal de la compañía reducía la producción en una forma de la cual los altos ejecutivos no eran conscientes. Ritualismo ¿Acaso es preferible que una organización inhiba las estructuras informales e insista en que los trabajadores sigan sus reglas y reglamentos al pie de la letra? Weber creía que las reglas facilitan la toma de decisiones racionales y maximizan la eficiencia; pero los sociólogos contemporáneos no opinan así. Por ejemplo, Robert Merton (1968) concluyó que cuando las personas se consagran a los procedimientos, pueden
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desempeñarlos simplemente como rituales y pierden la perspectiva de por qué en primer lugar se establecieron esos procedimientos (véase Capítulo 7). Los procedimientos llegan a ser una finalidad en sí misma, y se cumplen en forma irreflexiva. Dicho ritualismo puede impedir que las personas reconozcan y traten las nuevas condiciones y problemas. Como resultado, la eficiencia de la organización y sus objetivos pueden ser socavados. La pérdida de tiempo y la ley de Parkinson Otra crítica a la burocracia es que puede promover la fabricación de desperdicios, o sea, ejecutar tareas sólo por llenar el tiempo. Esta tendencia está contenida en la ley de Parkinson: "El trabajo se expande para llenar el tiempo disponible para su terminación" (Parkinson, 1957). Un ejemplo es el burócrata que quiere parecer ocupado para justificar su trabajo. Estos burócratas crean trabajos adicionales para ellos mismos, pero pronto encuentran que necesitan asistencia para manejar su trabajo. Supongamos que han contratado dos asistentes (dos son más seguros que uno, puesto que uno puede convertirse en competidor). Con toda probabilidad, los burócratas se reservan el poder de tomar decisiones por sí mismos, de tal modo que se añada supervisión a su carga de trabajo original. Si todo funciona bien, los asistentes entonces necesitarán sus propios asistentes en un año o dos, y allí entonces tendremos seis personas para hacer el trabajo que antiguamente una persona hacía. Entonces los rituales de realizar juntos, y de revolver papeles una y otra vez, serán suficientes para presentarlos como demostrablemente muy ocupados. ¿ Qué está sucediendo dentro del monolito? Nos hemos venido acostumbrando a las revelaciones de impropiedad, del desperdicio, de la ineptitud resultante de las burocracias tanto en el sector público como en el privado. Podríamos preguntarnos si realmente el principio de Peter puede aplicarse a todos, así como a sus partes individuales: ¿qué pasa cuando una burocracia en expansión alcanza sus propios niveles de incompetencia? (Seth H. Goltzer/The Stock Market).
Peter F. Drucker (1983), una autoridad en asuntos gerenciales, señala que las universidades no son excepciones a la ley de Parkinson: Una universidad de artes liberales que yo conozco tenía en 1950 un rector, un decano, un decano asistente de estudiantes, que manejaban las admisiones y un empleado jefe que llevaba los libros. La matrícula se dobló de 500 a 1 000; pena el alto equipo de la administración se incrementó en seis veces, con tres vicepresidentes, cuatro decanos, y 17 decanos asistentes y vicepresidentes asistentes....(En 1950) cinco secretarias hacían el mismo trabajo que ahora hacen siete u ocho decanos, decanos asistentes y vicepresidentes asistentes, y lo hacían muy bien.
La fuerza de la ley de Parkinson se vio durante la recesión a principios de los 80. En diciembre de 1982 había cerca de 9 por ciento más de gerentes y administradores en la economía estadounidense de los que había en enero de 1980. Durante el mismo período, sin embargo, los empleos de cuello azul cayeron en 12 por ciento (Arenson, 1983). Como resultado, había muchos más gerentes supervisando a muy pocos trabajadores.
Protección del inepto Weber creía que las organizaciones burocráticas promovían el óptimo uso del talento disponible, descartando la gente inútil como un asunto rutinario. Pero en la realidad, muchas firmas son renuentes a degradar a los empleados incompetentes por temor a incurrir en el gasto del cambio de personal y de socavar la moral de la compañía (Goode, 1967). Estas firmas realmente adoptan un enfoque benevo-
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lente y retienen trabajadores marginales, reduciendo, por lo tanto, la eficiencia total. Los gerentes también tienden a promover a los empleados que demuestran un desempeño superior en su trabajo actual. Esta práctica racional, sin embargo, puede tener consecuencias irracionales. Las personas que demuestran ser capaces de manejar sus nuevas obligaciones son promovidas más y más hasta que finalmente alcanzan sus niveles de incompetencia, el punto en el que sus responsabilidades exceden a sus talentos. Laurence Peter y Raymond Hull denominaron a esto el principio de Peter (1969). Un buen maestro que llega a ser un buen rector, por ejemplo, podría ser promovido a superintendente de distrito escolar, un empleo que podría estar más allá de las capacidades de la persona. Pero en este momento, alguien con un desempeño anterior recomendable, probablemente no sea degradado. Por el contrario, probablemente se le conserve como superintendente y cada uno sacará lo mejor de una mala situación, incluyendo al superintendente que tratará de disfrazar sus ineptitudes. Mientras tanto, el trabajo real es ejecutado por aquellos que no han alcanzado todavía sus propios niveles de incompetencia.
MAS ALLÁ DE LA BUROCRACIA: LAS ORGANIZACIONES COLECTIVISTAS Imaginemos que asistimos a una universidad que no tiene rector, ni decano, ni tesorero, ni director de admisiones, de hecho, no tiene administradores de ninguna clase en el sentido tradicional. No se exige tomar ningún curso en particular, ni tampoco permanecer en la universidad un tiempo específico. Al principio de cada semestre podemos simplemente
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curiosear las clases que más nos atraen. Una vez inscritos en una clase, no tenemos ningún examen que presentar, tampoco tenemos que recibir una calificación formal. Cuando pensamos que estamos listos para el grado, simplemente sometemos a consideración de los profesores un texto escrito de "lo que sabemos y de lo que hemos alcanzado". Si ellos aceptan nuestra afirmación, entonces nos prepararán "personalmente" un conjunto de exámenes orales y escritos para presentarlos en varios días. Después de haberlos completado en forma exitosa, entonces seremos considerados como graduados, aún sin la ceremonia formal que señale nuestro nuevo estatus. Si esta universidad nos parece extraña, incluso extravagante, es porque se aparta completamente del sistema burocrático tradicional de la educación estadounidense. En realidad ese tipo de escuelas todavía existía en la década de los años 30 y 40 e incluso a comienzos de la década de los 50 (Duberman, 1973). Se llamaba Black Mountain College y estaba ubicada en las estribaciones de las montañas de Blue Ridge en Carolina del Norte. Los fundadores de Black Mountain College deliberadamente rechazaron la estructura burocrática, que consideraban sofocante para la creatividad y el pensamiento independiente. Por el contrario, conformaron lo que puede llamarse una organización colectivista, o sea, una organización que estaba buscando ser una alternativa a la burocracia tradicional. Una organización colectivista es completamente opuesta a la burocracia en diversas formas importantes (Rothschild-Whitt, 1979): 1. Autoridad. Una característica principal de las burocracias es la jerarquía de organización en que los que están arriba tienen autoridad sobre los que están abajo. En las organizaciones colectivistas por el contrario, las jerarquías se suprimen ¿Acaso la Black Mountain College falló porque el enfoque colectivista es inadecuado para ¡as tareas de dirigir y administrar una organización grande? ¿O quizá, estamos acostumbrados a la burocracia porque somos incapaces de abrazar otros conceptos de organización ? La mayor parte de las instituciones educativas como la Universidad de Columbia, cuya fotografía aparece aquí, ciertamente confían en la burocracia. ¿Existen organizaciones en nuestra comunidad que no puedan emplear una estructura burocrática? (Katrina Thomas/Photo Researchers, Inc).
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completamente. Las organizaciones colectivistas quieren abolir el liderazgo formal y, por el contrario, investir de autoridad al grupo como un todo. Este patrón existía en Black Mountain College donde la comunidad entera tenía voz en la toma de decisiones. Los estudiantes, por ejemplo, compartían la responsabilidad por el funcionamiento de la universidad. Los representantes del cuerpo de estudiantes asistían a las reuniones de profesores, en las que se discutían políticas educativas. También había un miembro estudiantil en el Board of Fellows (consejo de compañeros) que tomaba las decisiones sobre los asuntos administrativos. Las reglas. Las burocracias operan de acuerdo a un conjunto de reglas formalmente establecidas, mientras que las organizaciones colectivistas tratan de minimizar las regulaciones. Las reglas de las organizaciones colectivistas han salido del consenso del grupo y nunca han sido impuestas en forma coercitiva. En Black Mountain College, había muy pocas normas para el comportamiento. Una era que los miembros de la comunidad siempre deberían actuar "inteligentemente". Otro era que la señal de "No moleste" en la puerta del estudio de alguien debía respetarse. Cada año, los estudiantes tenían reuniones en las cuales llegaban a acuerdos generales sobre otros aspectos de la vida del campus universitario. Pero nunca se sometió a votación ninguna de las situaciones discutidas, porque la idea de que una mayoría impusiera sus opiniones sobre las de los otros era fuertemente rechazada. Control social. En las burocracias, las reglas y la autoridad para reforzarlas son medios poderosos de control social y ambos están ausentes en las organizaciones colectivistas. Las organizaciones colectivistas tienden a controlar el comportamiento de los miembros haciendo llamados personales a su sentido de lo correcto y de lo incorrecto, y para empezar, escogiendo como miembros a los que comparten los valores del grupo. En un incidente en Black Mountain College, por ejemplo, cuatro estudiantes (dos hombres y dos mujeres) decidieron hacer un viaje a Florida durante sus vacaciones de verano. El resto de la comunidad sintió que aquel viaje no era "un comportamiento inteligente porque arriesgaban la reputación moral de la institución (recordemos que esto fue en 1930). Así que algunos profesores y estudiantes les hablaron a los cuatro "desviados" y los convencieron de que tal comportamiento no podría repetirse. No se necesitó de otra forma de control social para poner a los cuatro en la vía correcta.
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Relaciones sociales. En las burocracias las relaciones sociales son impersonales, con base sólo en los roles especializados que las personas desempeñan en la estructura de la organización. En las organizaciones colectivistas, por el contrario, las relaciones sociales no están tan mentadas. Son real y altamente personales y multifacéticas. Además, las organizaciones colectivistas evitan la división extensiva del trabajo que es el distintivo de las burocracias. Las personas desempeñan muchas de las mismas tareas y tienen una perspectiva igualitaria. Esto era muy cierto en Black Mountain College, en donde los profesores y los estudiantes comían en el mismo comedor, tomaban turnos para ayudar a servir a la mesa, ejecutaban trabajos manuales dentro del campus, tales como cuidar el jardín y asear, y generalmente compartían muchas responsabilidades.
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Incentivos y promoción. Mientras que en las burocracias a las personas siempre se les paga por su labor y se les promueve de acuerdo con criterios formalmente establecidos, en las organizaciones colectivistas la remuneración y la evaluación del desempeño son mucho más informales. En los primeros años en Black Mountain College, por ejemplo, a muchos instructores no se les daba mucho dinero porque el presupuesto de la universidad era muy bajo. Su "pago" venía de la satisfacción de tomar parte en este experimento educativo. Más tarde, cuando se asignaron los salarios, las cantidades eran asignadas parcialmente por "necesidad", un criterio totalmente ajeno a la burocracia.
¿Es acaso una organización colectivista tal como la de Black Mountain College una alternativa superior a la burocracia? ¿Es prudente abolir la estructura burocrática en favor de este modelo? Es muy difícil sacar conclusiones generales. Cada forma de organización social está fundamentada en un conjunto diferente de valores. Cada una tiene sus propias limitaciones y ventajas. Pero el hecho que permanece es que las burocracias son más permanentes que las organizaciones colectivistas. Black Mountain College cerró sus puertas en 1956, pero miles de escuelas estructuradas en forma burocrática permanecen. Esto plantea el interrogante de si la burocratización es una parte necesaria e inevitable de la vida moderna.
RESUMEN 1. Un grupo social es un conjunto de individuos que se identifican entre sí y que interactúan en formas estructuradas informalmente con base en normas, metas y valores que comparten implícitamente. 2. Los patrones de interacción que ocurren en los grupos sociales están altamente influidos por el tamaño del grupo. Las diferencias entre las interaccio-
nes en diadas (grupos de dos personas) y tríadas (grupos de tres personas) son particularmente grandes. Los miembros de las tríadas pueden formar coaliciones, mientras que los de las diadas no pueden hacerlo. Las diadas están también más inclinadas a la tensión, puesto que si uno de los miembros abandona la diada, simplemente se acaba. En cuanto
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el tamaño del grupo va más allá de ser una tríada, entonces existe potencial para una división especializada del trabajo y más límites en la calidad y cantidad de comunicación entre los miembros del grupo. 3. La conformidad con las metas del grupo puede estar basada en el consenso de grupo o en la amenaza del uso de la fuerza. En el curso de las interacciones grupales, surge el líder. Los grupos necesitan líderes para dirigir sus diversas actividades (la tarea del liderazgo) y para mantener el buen espíritu y las relaciones dentro del grupo (liderazgo socioemocional). Los grupos muy unidos con líderes fuertes y respetados están dispuestos a pensar como grupo. 4. Los grupos pueden clasificarse en diversas formas. Un grupo "in" es aquel con el que una persona se identifica y en el cual él o ella se sienten como en casa. Un grupo "out" es aquel con el que una persona no se identifica y en el cual él o ella se sienten como un extraño. Los grupos a los cuales nos referimos al hacer una evaluación de nosotros mismos y con los cuales compartimos nuestro comportamiento, pero a los que no necesariamente pertenecemos, se denominan grupos de referencia. 5. Los sociólogos también distinguen entre grupos primarios y secundarios. Un grupo primario se caracteriza por interacciones continuas cara a cara, con identidad personal fuerte al grupo, vínculos y afectos fuertes entre los miembros, relaciones multifacéticas y tendencia a permanecer en el tiempo. Un grupo secundario tiene características opuestas: interacciones limitadas cara a cara, tienen identidad modesta o débil a nivel personal con el grupo, vínculos débiles de afecto dentro de los miembros, relaciones limitadas y tendencia a no permanecer. 6. Todos los grupos deben obtener algún grado de compromiso si quieren sobrevivir. Rosabeth Kanter ha identificado seis procesos de elaboración del compromiso: el sacrificio, la inversión, la renuncia, la comunión, la mortificación y la trascendencia. El grado en que estos seis procesos se presentan en un grupo social determina ampliamente el nivel de compromiso que ese grupo posee. 7. Una organización formal es un conjunto de individuos cuyas actividades son consciente y precisamente diseñadas para la finalidad de alcanzar metas explícitamente establecidas. La organización formal permite que los grandes grupos e instituciones sean más efectivos para controlar gran cantidad de personas, integrar las diversas operaciones, superar a los
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rivales o reducir la oposición. Como resultado, las técnicas de la organización formal han sido copiadas y se han extendido ampliamente. 8. Prácticamente todas las organizaciones formales están establecidas en forma burocrática. De acuerdo con el tipo ideal de Weber, una burocracia tiene cinco características: (1) la división de trabajos en tareas relativamente específicas y especializadas, (2) una jerarquía de oficios con personas responsables una sobre otra, (3) reglas y regulaciones explícitamente establecidas, (4) la impersonalidad en la toma de decisiones de tal manera que se promueva la selección racional y (5) recompensas y promoción con base en el mérito. 9. En realidad, las organizaciones formales varían considerablemente en su proximidad al tipo ideal de Weber. Los sociólogos creen que estas variaciones están relacionadas con el hecho de que diferentes organizaciones existen en ambientes externos diferentes. Existen dos argumentos para decir que realmente el entorno afecta la estructura de la organización. El modelo de adaptación sostiene que una organización se adapta activamente al entorno estructurándose de tal manera que aumente sus oportunidades de triunfar en ese medio ambiente en particular. El modelo de selección argumenta que el entorno ejerce un poder selectivo sobre el cual las estructuras de la organización podrán triunfar y algunas veces podrán fracasar. 10. Aunque la organización burocrática puede ser racional y eficiente, también tiene sus limitaciones. Una es el hecho de que las personas frecuentemente se guían por normas no oficiales desarrolladas entre ellos mismos en vez de hacerlo por reglamentos oficiales. Además la burocracia puede promover un énfasis exagerado sobre las regulaciones y dar origen al ritualismo. La burocracia también puede promover la pérdida de tiempo tanto como la protección de trabajadores ineptos. 11. Una alternativa para la burocracia es la organización colectivista, que en muchas formas se opone a la burocracia. En una organización colectivista no existe un liderazgo formal; la autoridad se encuentra diversificada dentro del grupo como un todo. Quienes establecen organizaciones colectivistas creen que ellas superan los aspectos deshumanizantes de la burocracia. Pero queda el hecho de que la burocracia está mucho más extendida.
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GLOSARIO Agregado. Son los individuos que están en el mismo lugar a un mismo tiempo. Burocracia. Una estructura de organización caracterizada por la especialización y la división del trabajo. También por una jerarquía de oficios, reglas y regulaciones explícitas, por la impersonalidad en la toma de decisiones y por las recompensas y promociones basadas en los méritos. Carisma. Cualidad especial que hace que otras personas acepten la autoridad de un líder. Cooptación. Proceso de diluir a los oponentes potenciales al tomarlos como parte de la estructura de organización. Diada. Un grupo de dos personas. Estructura formal. Las posiciones oficiales, los deberes, las reglas y las regulaciones como un conjunto establecido por los líderes de una organización. Estructura informal Normas no oficiales que se desarrollan entre los miembros de una organización con el fin de resolver los problemas no cubiertos por las reglas formales para así eliminar los deberes desagradables y protejer sus propios intereses. Grupo de referencia. Grupo al que las personas se refieren cuando se evalúan a sí mismas y configuran su comportamiento pero al que no necesariamente pertenecen. Grupo "in" Grupo con el que una persona se identifica y en el cual el o ella se siente como en casa. Grupo "out" Grupo con el que una persona no se identifica y hacia el cual el o ella se siente como un extraño. Grupo primario. Grupo caracterizado por continuas interacciones cara a cara, por una identidad personal fuerte con el grupo, por vínculos fuertes de afecto hacia los miembros, por relaciones multifacéticas entre ellos y por una tendencia a la permanencia en el tiempo. Grupo secundario. Grupo caracterizado por la interacción limitada cara a cara, por una identidad personal débil y modesta con el grupo, por vínculos débiles de afecto entre los miembros, relaciones limitadas y tendencia a no permanecer.
Grupo social. Conjunto de individuos que se identifican unos a otros y que interactúan en formas estructuradas informalmente basadas en normas, metas, y valores que comparten implícitamente. Ley de Parkinson Explicación de por qué los empleados burocráticos frecuentemente parecen más ocupados de lo que están: "El trabajo se expande para llenar el tiempo disponible para su realización". Liderazgo de tarea. Es el liderazgo con la finalidad de dirigir un grupo para realizar varias tareas concretas. Liderazgo socioemocional. Es el liderazgo que se da con el fin de mantener el buen espíritu y las relaciones dentro del grupo. Modelo de adaptación. Es la teoría de que una organización activamente se adapta a sus entornos estructurándose de tal manera que incremente las oportunidades de éxito en ese contexto en particular. Modelo de selección. Teoría de que el entorno determina cuales estructuras de organización van a triunfar y cuales van a fallar. Las organizaciones prosperarán si han escogido estructuras que pueden acomodarse a su entorno y van a perecer si han escogido estructuras que son muy poco acomodadas al mismo. Organización colectivista. Una alternativa a la burocracia caracterizada por la ausencia de la estructura jerárquica, con un mínimo de reglas, con mecanismos de control social informales, con relaciones sociales altamente personales y con ausencia de criterios estandarizados para la promoción. Organización formal. Conjunto de individuos cuyas actividades están designadas conscientemente y con precisión para alcanzar las metas explícitamente establecidas. Principio de Peter. Un intento para contar la incompetencia de muchos empleados burocráticos arguyendo que "en una jerarquía cada empleado tiende a surgir en su nivel de incompetencia". Ritualismo. Término de Merton para seguir las reglas y regulaciones sin mirar a las metas originales o a las consecuencias de nuestras acciones. Tríada. Grupo de tres personas.
CAPITULO 9
Comunidades y ciudades
Main Street en Mineville empieza a despertarse a las 5:00 A.M. El cocinero del restaurante llega a esta hora para empezar a calentar el horno y a preparar el café. El administrador de correo hace su aparición a las 5:30 para desocupar el único buzón de correo en esta ciudad de 1 400 habitantes. Todas las cartas que salen de la ciudad deben estar seleccionadas y estampilladas a tiempo de tomar el tren de las 6:30. Un poco antes de esta hora el silencio se rompe por los rugidos de los grandes vehículos de carga que transportan el mineral desde la mina hasta la estación del tren. Luego un taxi de Reavley se mueve con esfuerzo en la estación del tren para dejar bajar unos pocos pasajeros que van a tomar el tren temprano para Gold, con el fin de hacer compras y algunos negocios. Hacia las 7:00 la calle está llena de mineros que van a su trabajo. Caminan en grupos llevando sus almuerzos; la mayoría de ellos se han conocido desde que eran muchachos. A las 8:30 una ola de niños inunda Main Street. Riendo, hablando, corriendo, para ponerse al día con los amigos van derecho a la escuela local. El siguiente acontecimiento notable es la llegada del bus de Smelters, que entrega los periódicos diarios. Hacia las 11:00 todo mundo pregunta: "¿Ha llegado ya Julio (el conductor del autobús)?" Una vez han llegado los periódicos, la atención se vuelve hacia la llegada del tren del correo al medio día. Por el resto del día la oficina de correos es el lugar más ocupado de la población. Los habitantes de Mineville van allí, no sólo a recoger el correo, sino también a hablar con sus amigos y vecinos, y a ponerse al día sobre los últimos chismes de la población (Blumental 1932). La ciudad de Nueva York está ubicada a más de 3 mil kilómetros de Mineville (un seudónimo para
una pequeña población de Montana), pero considerando su estilo de vida la distancia parece superior a los 200 mil kilómetros. En el Upper West Side de Manhattan, por ejemplo, Columbus Avenue es el centro de un consumo notable. Los jóvenes profesionales urbanos pasean por sus tiendas en los fines de semana para comprar chaquetas deportivas de $ 400 dólares, pantalones de $200 dólares, perfectos para sentarse en un café de moda a tomar una Perrier a 5 dólares el vaso. En un domingo típico, miles de personas hacen parte de una escena yuppie. ¡El propietario de un almacén ha informado que su piso nuevo de madera se desgastó por el tráfico peatonal en dos años exactamente! Algunos de estos compradores vienen de los suburbios, algunos vienen de otras secciones de la ciudad de Nueva York, pero la gran cantidad son habitantes del Upper West Side de Nueva York. Viven en la misma pequeña área escasamente (cinco cuadras de ancho por 27 cuadras de largo) y mientras admiran una nueva tienda almuerzan en un restaurante o beben en un bar, comúnmente no saben nada de las personas que los rodean. Los habitantes del Upper West Side son definitivamente una "comunidad" de extraños. Cada residente es conocido solamente por una pequeña fracción de sus 100 mil habitantes (McKeon 1985; Morrisroe 1985). Las comparaciones entre Mineville y el Upper West Side de Manhattan podrían llenar muchas páginas. En Mineville los residentes están permanentemente comprometidos en una circulación de actividades centradas en la comunidad, tal como las danzas, los encuentros del club, los programas de la iglesia, los proyectos patrocinados por las organizaciones cívicas. Se espera que la gente participe, 229
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al menos en alguna medida, en estas actividades. Quienes no lo hacen se consideran apartados y antisociales. Por el contrario, en el Upper West Side la mayoría de las vidas sociales de las personas no están orientadas hacia el vecindario. De hecho, manifestarse demasiado amigo del vecino tiende a despertar alguna sospecha. La mayor parte de los habitantes de esta zona no saben casi nada de las personas con las que comparten el edificio de apartamentos. Tampoco es muy común saber quiénes son los inquilinos de la puerta de al lado, excepto por el nombre que aparece debajo del timbre. Tal anonimato es desconocido en Mineville. Allí, la gente conoce incontables detalles de la vida de los demás. Compartir los chismes de los vecinos es un pasatiempo favorito de la población. Este conocimiento cercano de las actividades de cada uno ayuda a que la gente de Mineville no se aleje de la línea. Por supuesto, las indiscreciones sexuales, los incidentes de borracheras y el vandalismo ocasional de los adolescentes también tienen lugar. Pero los crímenes graves son tan escasos que el concejo de la población declaró la oficina del jefe de policía indefinidamente vacante. Los residentes del Upper West Side se horrorizarían ante la posibilidad de disminuir su fuerza de policía. Asaltos, robos, raptos y asesinatos ocurren diariamente en la ciudad de Nueva York. El temor al crimen dirige a muchos residentes a instalar dos, tres y aun cuatro seguros en las puertas de sus apartamentos. ¿Cómo podemos resumir las diferencias entre Mineville y el Upper West Side de Manhattan? ¿Cuál es la esencia de los contrastes entre ellos? Tales contrastes son esencialmente diferencias de lugar, diferencias entre una pequeña ciudad y una ciudad grande. Aceptado, Albert Blumenthal escribió su descripción sociológica de Mineville en los años 30, cuando los Estados Unidos tenían formas de ser muy diferentes a las de hoy. Pero las pequeñas poblaciones como Mineville todavía existen en nuestra sociedad. Existen pequeños lugares, en donde a pesar de la tecnología moderna y de los medios de comunicación masiva, los rasgos básicos de una pequeña población todavía permanecen. Según el sociólogo Ernest Burgess estas características incluyen "un conocimiento cercano de cada uno con los demás, el predominio de las relaciones personales y la sujeción de los individuos a la observación continua y al control hecho por la comunidad" (Prefacio a Blumenthal 1932 p. XII). Ninguna de estas características se encuentra en el Upper West Side de Manhattan. En efecto, esta zona parece presentar el espectro opuesto en estos tres aspectos. ¿Podríamos acaso concluir que aquel no se parece en nada a Mi-
neville? Probablemente no, porque, como lo veremos más adelante en este capítulo, algunos sociólogos argumentan que los vestigios de comunidades tradicionales -y algunas veces maneras enteramente nuevas de comunidad- prosperan hasta en los lugares más urbanizados. Este capítulo analiza desde un punto de vista sociológico la vida en las ciudades y en las pequeñas poblaciones. En primer lugar, examinaremos la cuestión de si la urbanización ha destruido a la comunidad o simplemente ha proporcionado una nueva forma a las relaciones más cercanas que se encuentran en lugares como Mineville. En segundo lugar, consideraremos el proceso histórico de la urbanización. ¿Dónde y cuándo aparecieron las ciudades por primera vez, y por qué se han desarrollado? ¿Acaso la forma básica y la función de las ciudades han cambiado mucho a través de los siglos? ¿Cuál es la diferencia entre, digamps, Venecia, Italia durante el Renacimiento y la extensa metrópolis de Los Angeles? En tercer lugar miraremos más de cerca el medio ambiente urbano contemporáneo y evaluaremos muchas teorías que intentan explicar su organización espacial. Concluimos el capítulo regresando a la relación entre comunidad y urbanización y considerando dos tendencias recientes: la revitalización de los vecindarios y de los distritos comerciales del centro de la ciudad y el rápido crecimiento de pequeñas poblaciones donde se han construido nuevas e inmensas plantas industriales.
LOS EFECTOS DE LA URBANIZACIÓN SOBRE LA COMUNIDAD La urbanización es el proceso por el cual grandes cantidades de personas abandonan el campo y pequeñas poblaciones con el fin de establecerse en ciudades y en los alrededores de las áreas metropolitanas. Así, la urbanización comprende la migración de regiones pobladas en forma esparcida a las regiones densamente pobladas. El flujo de esta migración ha sido enorme en el siglo XX. En 1900, 86.4 por ciento de la población del mundo vivía en áreas rurales, mientras que solamente 13.6 por ciento vivía en las ciudades. Hoy, solamente 37.5 por ciento de las personas son residentes rurales, mientras que 62.5 son habitantes de las ciudades (Palen 1986). Las regiones urbanas densamente pobladas han llegado a convertirse en una característica dominante de los paisajes modernos. Pero las estadísticas sobre la migración no transmiten la perspectiva total de la transformación social que ha ocasionado la urbanización. Vivir en una
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¿El epítome de la civilización o una fuerza deshumanizante? Puede formularse el interrogante de si se trata de micro circuito o de una metrópolis. En efecto, el área metropolitana que se muestra en la fotografía de la izquierda es la pequeña población en forma de microcircuito de Silicon Valley, Sunvale, California. ¿Acaso la semejanza en apariencia y en organización estructural refleja las semejanzas de funciones y de finalidades? (Izquierda: Jim Balog/Black Star; derecha: David Parker/Science Photo Library).
dudad es completamente diferente a vivir en el campo. Algunos ven esta diferencia como un cambio para mejorar. Ellos ven las ciudades como el resumen de la dvilizadón humana: lugares donde las personas de diferentes ambientes pueden mezclarse e intercambiar ideas y perspectivas, lugares que promueven las innovaciones en los negodos, en la dencia, en la tecnología y las artes. Aquellos que alaban la vida de la dudad también insisten en la enorme espedalizadón de los productos y de los servicios que esta ofrece. Una pobladón grande y densa se compone de compradores y de proveedores de artículos que prácticamente cualquier persona puede desear. Una hojeada a las páginas amarillas del directorio telefónico de la dudad de Nueva York, por ejemplo, muestra una inmensa cantidad de oportunidades. La secdón de automóviles solamente tiene aproximadamente 100 subsecdones: desde accesorios, aire acondidonado, sistemas de alarma y avaluadores, hasta techos de vinilo, lavado y brillado, alineamiento de dirección y remolques. Pero otros sostienen que los problemas de la ciudad contrapesan los benefidos. Las ciudades, dicen ellos, están contaminadas, dominadas por el crimen, y son tan turbulentas que promueven la angustia y la enfermedad mental. Los sodólogos también están en desacuerdo sobre las consecuendas de la urbanizadón. Algunos resaltan los resultados positivos que puede tener; otros, los puntos negativos. Buena parte de este debate se centra en si la urbanizadón ha significado una pérdida de comunidad. Por comunidad, los sodólogos entienden más que un lugar particular habitado por personas; el término también describe
derta cualidad de las reladones. Las personas que conforman una comunidad tienen valores e intereses comunes, como también vínculos relativamente perdurables uno con otro. Puesto que tienen frecuentes interacdones cara a cara, también se sienten muy cercanos y tienden a pensar que son parte de un grupo (tienen un sentido de "nosotros"). Podemos darnos cuenta de que esta definición de comunidad es muy semejante a la definición de grupos primarios que vimos en el Capítulo 8. Esta similitud es intencional, puesto que los dos aspectos tienen mucho en común. La diferenda principal entre ellos es que las comunidades tienden a comprender grupos más amplios de personas que los grupos primarios. El término comunidad ciertamente se aplica a la vida en una pequeña ciudad como Mineville, donde todos conocen personalmente a los demás. Pero, ¿podría una comunidad también encontrarse en situadones tales como el Upper West Side de Manhattan? Los sodólogos sugieren tres respuestas diferentes (Hunter 1978). Una es que la urbanizadón ha destruido todas las posibilidades de comunidad en las áreas urbanas densamente pobladas y muy grandes como el Upper West Side de Manhattan. Una segunda opinión sostiene que un sentido de comunidad semejante al de Mineville persiste dentro de las comunidades de los vecindarios incluso de las dudades más populosas y más grandes. Nueva York, Chicago y Boston, se argumenta, tienen enclaves en donde las reladones son de alguna forma como las de los pueblos pequeños. Una tercera opinión no se ocupa de encontrar "aldeas" tradidonales encajonadas en las áreas urbanas; por el contrario, argumenta
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que la urbanización ha dado origen a comunidades de una clase diferente, de tal forma que no dependen de las personas que viven cerca unas de otras. En las próximas secciones vamos a explorar la evidencia de cada una de estas perspectivas.
Desintegración de la comunidad La idea de que la comunidad se desintegra tan pronto se presenta la urbanización tiene profundas raíces en la sociología. Ya en 1887, el sociólogo alemán Ferdinand Tónnies comparaba las relaciones sociales en una pequeña aldea aislada (que el llamó una Gemeinschaft) con las relaciones sociales en un centro urbano grande (que el denominó Gesellschaft). En un Gemeinschaft o sea en una ciudad pequeña, todos conocen a todos e interactúan en permanente contacto diario. Cada persona está entretejida en una red estrecha de parientes y de amigos. Los miembros de la comunidad también tienen muchas cosas en común. Comparten un ancestro común, valores comunes, aspiraciones y tradiciones, así como también muchos roles comunes. Estos elementos compartidos y las frecuentes relaciones cara a cara ayudan a crear vínculos emocionales y sociales muy fuertes. Además, el estatus de cada persona en la comunidad tiende a adscribirse por nacimiento. El hijo del terrateniente no se convierte en granjero inquilino, asi como el hijo del granjero inquilino tampoco se casa con la hija de un burgués. Las personas tienden a permanecer en lo que son al nacer. Más aún la movilidad geográfica es tan limitada como la movilidad social. Una persona frecuentemente vive y muere en la misma área pequeña. Por lo tanto, la identidad individual está ligada muy de cerca a la comunidad. Las personas piensan de sí mismas desde el punto de vista de su lugar dentro de la (pequeña comunidad) Gemeinschaft.
La sociedad industrial urbana, Gesellschaft, es dramáticamente diferente. De una parte, la densidad de la población garantiza que muchas de las personas que se encuentran en el curso de un día típico, son extraños entre sí. Estos extraños con quienes los individuos deben interactuar tal como los vendedores de almacenes, las camareras, los cajeros de banco, por ejemplo, se tratan en formas muy impersonales. De hecho, las relaciones tienden a ser muy superficiales, inclusive con los vecinos. Es raro que los vecinos urbanos formen un grupo social muy unido. Con frecuencia provienen de diferentes ambientes, de modo que no pueden compartir ancestro, valores, normas y actitudes. Ni tampoco están muy inclinados a tener los mismos roles de trabajo, puesto que el trabajo en la sociedad urbana está altamente especializado. Todas estas diferencias
hacen que los habitantes urbanos se distancien socialmente unos de otros. Lo que los une, ha tendido a fragmentarse. Los amigos pueden vivir al otro lado del pueblo, los colaboradores pueden vivir a muchos kilómetros de distancia y los parientes prácticamente al otro lado del país. Más aún, a diferencia de las personas de las pequeñas aldeas rurales que pasan toda su vida en la misma parte, los habitantes de la ciudad son extremadamente móviles. En los Estados Unidos una de cada 10 personas se traslada cada año. Los habitantes de las ciudades también se mueven socialmente, dejando a los viejos amigos atrás tan pronto adquieren nuevas amistades. Las descripciones de la vida hechas por Tonnies en la aldea rural contra la vida en las grandes ciudades fueron parte de su teoría general sobre el cambio social. El creía que había una tendencia principal en el mundo moderno: un cambio de lo rural a lo urbano, del Gemeinschaft hacia el Gesellschaft. Tonnies la-
mentaba este desarrollo, porque pensaba que un crecimiento de la urbanización significaba un crecimiento en la pérdida de la comunidad. Y él no fue el único sociólogo europeo que consideraba que la urbanización tenía efectos corrosivos sobre las relaciones sociales. En un clásico ensayo titulado The Metrópolis and Mental Life (1902-1903), el sociólogo alemán Georg Simmel describía el constante estímulo que ocurre en un medio ambiente urbano, ruidoso, superpoblado y siempre cambiante. Hoy este estímulo intenso se denomina frecuentemente "sobrecarga psíquica" (Milgram 1970). Según Simmel, dicho estímulo impulsa a las personas a desarrollar una actitud indeferente hacia lo que sucede a su alrededor. Esta actitud les permite defenderse de aquello que ven y oyen, protegiéndose así de un agotamiento emocional. El resultado es que los habitantes de la ciudad parecen ser fríos y sin corazón, totalmente indiferentes a los sentimientos y a las acciones de los demás. Esta concha protectora de reserva contrasta agudamente con el interés mutuo y los cuidados típicos de las personas de las pequeñas poblaciones. En los Estados Unidos, Louis Wirth apoyó las ideas de Tónnies y Simmel (Wirth 1938). Wirth era miembro del Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago y había hecho un gran esfuerzo para desarrollar el campo de la sociología urbana. En su estudio sobre Chicago durante las décadas de 1920 y 1930, argumentaba que las poblaciones de la dudad tenían tres características diferentes: gran tamaño, alta densidad (superpobladas) y gran heterogeneidad (muchas diferencias entre las personas). Cada una de estas, según Wirth, es perjudicial para las relaciones personales cercanas. Por ejemplo, una
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gran población hace imposible que cada uno conozca a los demás. Puesto que el Upper West Side de Manhattan tiene 100 mil residentes, los encuentros con los extraños tienen que ser enormemente superficiales. En forma similar, las poblaciones densas pueden dar origen a fricciones y a irritaciones, en cuanto las personas sienten que es muy difícil conseguir espacio y privacidad. Wirth estaba de acuerdo con Simmel en que mientras más cercanos sean los contactos entre extraños, más distantes tendemos a hacer nuestras relaciones sociales. Finalmente, una población heterogénea puede socavar los vínculos personales cercanos. Cuando los vecinos ya no tienen valores, normas y actitudes en común, tienden a perder el sentido característico del nosotros comunitario. Wirth llegó hasta vincular la naturaleza impersonal de la vida de una ciudad con la proliferación de graves problemas sociales. Por ejemplo, cuando las personas se sienten aisladas y separadas de un apoyo emocional, son más susceptibles de sufrir colapsos mentales, experimentar depresiones e intentos de homicidio. En forma similar, una actitud indiferente hacia los demás, que Simmel observó en los habitantes de las ciudades, puede permitir tasas crecientes de crimen, de delincuencia y de corrupción. Los residentes de las ciudades están más inclinados a devorar a los demás porque consideran que sus vecinos son rostros anónimos, no individuos. La desviación en las ciudades, además, es muy difícil de controlar porque las personas se encuentran socialmente muy distanciadas. No distinguen la vida de los demás y reducen al ostracismo a los infractores, como lo hace la gente de las pequeñas poblaciones. Por el contrario, los habitantes de las ciudades tratan de mantener el orden social a través de mecanismos formales de control: la ley, la policía, los tribunales. Estos mecanismos, sin embargo, son a veces tan efectivos como las presiones sociales informales que operan en las aldeas y pequeños poblados. ¿Estaba Wirth en lo cierto cuando sostenía que los rasgos fundamentales de la vida urbana alimentaban grandes problemas sociales? Una evidencia empírica reciente sugiere que pudo haber exagerado su argumentación. Por ejemplo, después de revisar varios estudios realizados por diferentes investigadores, Harvey Cholding (1978) concluyó que la densidad de población no es una causa primaria del crimen y de la delincuencia juvenil. Por el contrario, estos problemas sociales se pueden predecir mejor a través de diversos factores estructurales sociales, tales como una mezcla racial de población o la distribución de riqueza y de empleos. Por lo tanto, las
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ciudades no son la causa de los problemas urbanos, sino, más bien, lo son factores tales como la mezcla de población, la privación y las oportunidades de trabajo, factores que varían considerablemente de una ciudad a otra. La idea de que la vida urbana no socava necesariamente las relaciones humanas había sido sugerida por varios sociólogos antes de que Cholding y otros que realizaron investigaciones empíricas. Entre aquellos que defendían esta opinión estaban quienes argumentaban que los vínculos tradicionales de la comunidad que se encuentran en las pequeñas poblaciones frecuentemente persisten dentro de los vecindarios de las ciudades grandes y modernas.
Persistencia de la comunidad El sociólogo Herbert Gans recogió la evidencia que apoya la persistencia de la comunidad en los ambientes urbanos. En 1957, alquiló un apartamento en el West End de Boston para observar allí la vida de primera mano. Por entonces, el West End de Boston era un distrito de clase trabajadora y de bajos ingresos con cerca de 7 mil habitantes que vivían en edificios de inquilinato de 3 y 5 pisos. La mayoría pertenecían a las segunda y tercera generaciones de italoestadounidenses, aunque allí podían encontrarse también grupos de polacos, judíos, griegos, ucranianos y de otras nacionalidades. Funcionarios del gobierno consideraban el West End como una barriada en decadencia y planeaban demolerla. Pero Gans encontró que el área estaba muy lejos de ser el área despersonalizada y alienante del tipo de lugares que había descrito Wirth en sus escritos. Efectivamente el descubrió que el West End era una comunidad con los mismos vínculos cercanos y perdurables, y con las redes de apoyo mutuo que pensaba que existían solamente en las pequeñas ciudades. El libro que Gans escribió sobre los residentes de West End oportunamente lo denominó The Urban Willagers (1962).
¿Qué era exactamente lo que sucedía con la vida en West End que hacía de ella una aldea urbana? Gans creía que era el grado en el que las personas allí se conocían e interactuaban unas con otras. Por ejemplo, aunque no todos los 7 mil residentes del West End, se conocían íntimamente, si conocían y hablaban rutinariamente con los vecinos de su propia cuadra. En efecto, una vida social muy activa tenía lugar en los corredores de los edificios, en los almacenes y en las calles. Los vecinos podían saludarse, detenerse para conversar y estar al tanto de los chismes. Además, más allá de su propia cuadra, los habitantes del West End sabían mucho acerca de otros miembros de su propio grupo étnico, aun de
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las personas que nunca habían conocido personalmente. Sabían, por ejemplo, que una prima segunda de un amigo tres cuadras más allá había dado a luz mellizos, o que el suegro de la sobrina de otro amigo había perdido su trabajo. A través de esta información personal tan íntima, los residentes del West End se sentían conectados a centenares de otros a su alrededor. Sabían de las alegrías y de las tristezas de los demás, de sus fortalezas, su seguridad, de los triunfos y fracasos. De ningún modo eran una colección de extraños que difícilmente se reconocían unos a otros. Gozaban de los vínculos sociales cercanos característicos de una verdadera comunidad, aunque vivían en medio de una ciudad moderna. Las interacciones sociales más intensas entre los habitantes del West End tenían lugar dentro de los pequeños grupos de pares formados por parientes y amigos cercanos. Dichos grupos se reunían varias veces a la semana en la casa de alguno. Los hombres podían congregarse en la sala y las mujeres alrededor de la mesa de la cocina. Durante horas sin fin, podían hablar, reír, chancearse, intercambiar cuentos, historias, contar el último chisme y simplemente gozar sintiéndose parte del grupo. Para los italianos habitantes del West End estudiados por Gans, la vida de grupo era sumamente importante. Los grupos de pares empezaban a formarse en la niñez temprana y continuaban en la adolescencia y la edad adul-
ta. Una persona se sentía verdaderamente perdida si se aislaba de su grupo de pares. Estos grupos proporcionaban compañía, apoyo emocional e, inclusive, salida para expresar la individualidad. El West End de Boston no es el único espacio urbano en proporcionar a los habitantes de la ciudad el sentido de comunidad que se encuentra en los pequeños poblados. Por ejemplo, cuando el sociólogo Gerald Suttles (1968) estudió a los habitantes del Near West Side de Chicago, también encontró algunas zonas que podían denominarse aldeas urbanas. El Near West Side estaba claramente dividido en vecindarios étnicos italianos, mexicanos, negros, portorriqueños, cada uno con su propio terreno. Como el West End de Boston, el distrito de Chicago era también considerado como una barriada, pero la vida allí no era la experiencia de soledad y de alienación que Wirth y los otros habían descrito. Los habitantes del Near West Side de Chicago como los habitantes del West End de Boston conocían muy bien a los vecinos de su propio grupo étnico. Caminar a lo largo de la cuadra de uno no era pasar por un mar de extraños, sino encontrar personas a quienes uno había conocido toda la vida. La experiencia de comprar en los almacenes locales proporcionaba un buen ejemplo de la atmósfera que prevalecía en las pequeñas poblaciones. Los almacenes en ciertos vecindarios étnicos abastecían
COMUNIDADES Y CIUDADES Se ha pensado que las características básicas de la vida urbana superpoblación, fragmentación social y aislamiento, indiferencia e impersonalidad, crean en sí mismas serios problemas sociales. Pero algunos sociólogos argumentan que ¡as raíces del crimen urbano, la delincuencia y los disturbios emocionales son más complejas. Ellos denotan la persistencia de la comunidad en muchos vecindarios de la ciudad y definitivamente pueden crear otras desventajas. (Photo Researchers, Inc).
a las personas de ese grupo étnico. Así, un almacén de granos de propietarios italianos, o una barbería de propiedad de un negro, o un café de propietario mexicano, eran lugares donde las personas de estos ancestros étnicos podían encontrar los productos y servicios preferidos. Al mismo tiempo, estos establecimientos se convirtieron en centros de la vida social del vecindario. Las personas podían detenerse para bromear y chismosear, discutir sus problemas y expresar sus opiniones. Muy frecuentemente cuando un cliente abandonaba ese lugar no había comprado nada. Las transacciones económicas se consideraban secundarias en relación con la cuestión real de dar y tomar socialmente. Si alguien estaba en un pequeño aprieto para pagar de contado, entonces el crédito se extendía sin vergüenza ni alharaca. Estos patrones sociales son muy semejantes a los que existían en Mineville, donde los residentes frecuentaban los almacenes de Main Street sólo para observar y conversar con sus amigos. Guardan muy poca relación con el estilo estereotipado de la vida fría y altamente despersonalizada de una gran ciudad.
Transformación de la comunidad Gans, Suttles e investigadores del mismo parecer argumentan que la comunidad persiste a pesar de la urbanización. Señalan que aún en las grandes ciudades, los residentes de un vecindario pueden desarrollar un sentido compartido de pertenencia, intimidad y cuidado. Frecuentemente estos aldeanos urbanos, para utilizar el término de Gans, también com-
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parten cierto ambiente étnico. Los residentes pueden ser inmigrantes de pequeños poblados rurales de Europa o de Suramérica o los hijos o nietos de dichos inmigrantes. Mantienen en el entorno urbano el tipo de vínculos comunitarios que sus familias habían considerado siempre como algo natural y correcto. Pero los vecindarios étnicos estrechamente entretejidos no son los únicos lugares en donde la comunidad sobrevive en el centro de las ciudades. Otros sociólogos han argumentado que la alta concentración de personas en los asentamientos urbanos da origen a nuevas formas de vínculos comunitarios, que no se basan necesariamente en la proximidad residencial. De acuerdo con esta opinión, los habitantes de las ciudades frecuentemente forman redes que trascienden las fronteras del vecindario y aun los límites de la ciudad. Estas redes están fundamentadas en intereses, ocupaciones y actividades compartidos. Así, las feministas de las diferentes partes de una ciudad pueden encontrarse regularmente para compartir sus opiniones y emprender algún proyecto conjuntamente. O las personas que tienen en común su amor por la música clásica pueden formar un equipo no profesional de música de cámara y tocar juntos una vez a la semana. Las aldeas rurales no se prestan a este tipo de redes basadas en el interés compartido ya que sus poblaciones no son grandes ni están suficientemente diversificadas para sustentarlas. Solamente la ciudad, con su inmensa concentración de personas, permite formar ese tipo de subculturas urbanas. Irónicamente, entonces, el tamaño de la población y su densidad (que son los mismos rasgos que Wirth pensaba que alienaban a las personas unas de otras) originan nuevas clases de vínculos sociales para desarrollar y ayudar a conservar la comunidad. El Sociólogo Claude Fischer (1982) puso a prueba esta teoría entrevistando a más de mil hombres y mujeres que vivían en lugares que variaban enormemente en su grado de urbanismo. Encontró que el urbanismo estimula a las personas a buscar amigos en un área geográfica más amplia. Sin embargo, la distancia física entre los amigos en ninguna forma debilitaba los vínculos personales que formaban. Los amigos que vivían en secciones separadas de una ciudad eran tan capaces de sentirse cerca unos de otros como los amigos que vivían en la puerta siguíente. El urbanismo, en otras palabras, no destruía la comunidad. Simplemente ampliaba las fronteras geográficas dentro de las que se construía la comunidad. Fischer también encontró que vivir en un área urbana cambiaba la composición de las redes sociales de las personas. Las relaciones tendían a es-
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tar menos fundamentadas en la semejanza y en la asociación en la misma iglesia y más en los roles de trabajo y en el compromiso con las asociaciones seculares (tales como los clubes, los grupos de interés y las organizaciones cívicas). Comparados con los residentes rurales, entonces, los habitantes de la ciudad tendían a ser más amigos de las personas que gozaban de la misma clase de actividades que ellos realizaban. Si la comunidad sobrevive en las ciudades, ¿por qué entonces tenemos la sensación de que las personas son antisociales y poco atentas? La respuesta, según Fischer, es que los habitantes de la ciudad se diferencian de los residentes rurales en su desconfianza general hacia los extraños. Esta desconfianza deriva parcialmente de un gran temor al crimen y de otras formas de victimizadón, que tienden a ser más prevalecientes en las áreas urbanas. Así, la reserva en público de los habitantes de la ciudad, frecuentemente actúa como una especie de concha protectora. Pero en su vida privada estas personas tienen unas relaciones tan cercanas y cariñosas como las personas que viven en lugares menos densamente poblados. Sin embargo, la opinión de que una nueva forma de comunidad surge en las ciudades no es universalmente verdadera. Es más propio decir que la comunidad en las ciudades se desintegra, persiste y se transforma todo al mismo tiempo. Dependiendo de los distritos urbanos particulares que observemos, podemos encontrar un apoyo empírico para cada una de las tres teorías que hemos subrayado en esta sección. La tarea de los sociólogos es identificar las condiciones específicas bajo las cuales la urbanización destruye, sustenta o crea vínculos comunitarios. Volveremos a este punto más adelante en este capítulo.
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA VIDA URBANA: HISTORIA DE CUATRO CIUDADES Una ciudad es un asentamiento permanente, densamente poblado y relativamente grande de personas que son diferentes socialmente y que no producen de manera directa su propio alimento. Esta definición incluye las ciudades a través de las épocas, desde la antigua Tebas en Egipto y de Atenas en Grecia, hasta las modernas como Nueva York, Tokio y París. En la aurora de la cultura humana no había ciudades, ni siquiera poblados o aldeas. La gente vivía en pequeños grupos cazando, pescando y almacenando su alimento. Debido a que la bondad de la natu-
raleza en la mayoría de las partes del mundo no era completamente suficiente para sustentar sino a unas pocas personas en algún lugar, los humanos se vieron forzados a ser nómadas. Se establecían en un lugar sólo por poco tiempo, trasladándose cuando el alimento había acabado. ¿Por qué la gente empezó a vivir en la ciudades? ¿Qué innovaciones sociales, tecnológicas o culturales les permitían adoptar esta nueva forma de organización social? Para responder estos interrogantes debemos remontarnos a la época en que los pueblos primero empezaron a cultivar las plantas y a domesticar a los animales hace unos 10 000 años. En algunas partes del mundo (probablemente en aquellas donde el suministro de alimento natural era demasiado precario), la gente empezó a intentar domesticar la naturaleza para sus propios fines. Luego empezó a sembrar y a regar cultivos de plantas comestibles, añadiendo materias orgánicas para ayudar a fertilizar el suelo y reservar las semillas de las plantas más fuertes y más deseables para sembrarlas en la próxima primavera. Al mismo tiempo, empezó a proteger de las manadas de depredadores a los pequeños animales salvajes, tales como las cabras y las ovejas, llevándolos a pastos más provechosos durante los meses secos del verano y complementando su alimento durante los duros períodos del invierno. Estas innovaciones, unidas a unas cuantas técnicas sencillas de almacenamiento de granos y de carne, les permitía abandonar su estilo de vida nómada para asentarse en aldeas pequeñas y semipermanentes. Estas aldeas, que alojaban solamente 200 ó 400 personas, constituyeron la forma básica de la organización social humana durante los próximos varios miles de años (Childe 1952). Luego, entre los años 6000 y 5000 a.C, en las cuencas de los ríos Nilo, Tigris y Eufrates e Indo surgieron asentamientos humanos 10 veces mayores que cualesquiera de los anteriores. Al alojar entre 7 000 y 20 000 personas, estas primeras ciudades verdaderas se desarrollaron ampliamente en virtud de las innovaciones en la agricultura y en el transporte que permitían a esos pueblos aprovecharse de la ventaja excepcional de los suelos fértiles de sus valles. El cultivo de granos nuevos de más alto redimiento, el arado tirado por bueyes, la metalurgia y la irrigación produjeron un excedente de alimentos abundante. Este excedente permitió que partes de la población se convirtieran en artesanos, mercaderes, maestros, legisladores, soldados y sacerdotes, en vez de granjeros. Esa especialización del trabajo, a su vez, exigía que las personas vivieran en proximidad de quienes dependían. Las áreas densamente pobladas, por lo tanto, se convirtieron en una necesidad, y
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las ciudades empezaron a crecer en tamaño y en cantidad (Davis, 1955). No obstante, el surgimiento de las ciudades no puede explicarse solamente en términos de una diversidad incrementada de ocupaciones. También se requería de una estructura de poder centralizado para que las ciudades crecieran y florecieran (Sjoberg 1960). Esta estructura de poder centralizado era esencial para coordinar la nueva diversidad de actividades sociales y económicas. También era esencial para resolver numerosos conflictos entre grupos con intereses encontrados. Entonces, no resulta accidental que el desarrollo de las primeras ciudades verdaderas coincidiera con el surgimiento de gobiernos poderosos, de legisladores formales, de jueces y administradores. Durante la mayor parte de la Edad Media, (desde la caída de Roma en el siglo V a.C. hasta 1350 aproximadamente), el crecimiento de las ciudades en Europa se detuvo virtualmente. Pero luego empezó el Renacimiento, y con él, un renacer de la expansión urbana. Las ciudades crecieron no solamente en tamaño sino también en logros políticos, tecnológicos y artísticos. Bastante típica de las ciudades de este período es Venecia, ubicada al norte de Italia, sobre el Adriático.
La ciudad preindustrial: Venecia en su edad de oro. Venecia fue construida sobre un grupo de pequeñas islas acomodadas conjuntamente en un inmenso lago. Venecia es famosa por su red intrincada de 177 canales que sirven como avenidas para movilizar a la gente y las mercancías a través de la ciudad. Diez siglos después de su fundación en el año 421, Venecia había crecido hasta el punto de llenar todas las tierras disponibles en las islas. El tamaño de su población era muy inestable, no obstante, pues las epidemias de enfermedades contagiosas barrieron a la ciudad y los oleages de peregrinos, refugiados, mercaderes y marinos iban y venían. Un estimativo es Incluso los centros urbanos más antiguos tuvieron avances enormes en la agricultura y en los medios de transporte de los excedentes de alimentos desde el campo hasta la ciudad. Aquí un faraón egipcio supervisa la cosecha en su hacienda y toma la decisión de qué cantidad y por qué medios puede llegar ese alimento al pueblo. (Egyptian Expedition of the Metropolitan Museum of Art, Rogers Fund, 1930).
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que en 1422 Venecia tenía 190.000 habitantes (Davis 1955). La Venecia preindustrial era indudablemente una ciudad muy poblada, porque el área que ocupaba no era muy grande. Resulta interesante que aunque Venecia no hubiera estado confinada a un grupo pequeño de islas, aún seguiría siendo pequeña en área geográfica, según los estándares actuales. La razón es que el transporte dentro de las ciudades preindustriales estaba limitado a carros tirados por caballos o bueyes, los pequeños botes de río o simplemente a pie. Para que los residentes interdependientes pudieran moverse rápidamente desde un punto a otro de la ciudad, una urbe preindustrial no debía tener sino unos pocos kilómetros de un extremo a otro. La dispersión urbana, en otras palabras, es un fenómeno del mundo moderno. Antes del siglo XIX, las ciudades del mundo eran asentamientos pequeños y concentrados de personas que apenas salpicaban el vasto paisaje rural. Así como las ciudades preindustriales estaban limitadas en su tamaño, también estaban limitadas en su población. Sólo cierto número de personas podían apretujarse dentro de los confines de sus límites, en razón del problema de transporte de los alimentos para los habitantes. El alimento para Venecia, por ejemplo, en primer lugar tenía que transportarse en carros hasta la orilla, luego transportarse por barcazas hasta las islas y luego por góndola por la ciudad. Puesto que este sistema era muy lento, los alimentos tenían que producirse en un campo muy cercano de Venecia y allí los granjeros solamente producían una cantidad limitada. Las 190.000 personas que habitaban la ciudad en 1422 estaban probablemente muy cerca del máximo que podía alimentarse adecuadamente. Sin la tecnología moderna, una ciudad con una población tan densa tendía a ser sucia y campo abonado para las enfermedades. Las basuras podridas y las aguas negras se amontonaban en los canales, causando olores asquerosos que invadían la ciudad. En 1438, un visitante español que vino a Venecia
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describía la forma como los residentes trataban de disimular la hediondez quemando especies de suave olor en las calles (Chambers 1970). Pero las especies hacían muy poco para detener la expansión de las infecciones bacteriales y virales. Las epidemias golpeaban periódicamente. Las víctimas eran enterradas en los cementerios o simplemente aisladas dentro de sus hogares en un desesperado esfuerzo para detener el contagio. Si este método suena insensible, recordemos que no había instrumentos médicos disponibles para combatir estas calamidades. Aislar a los enfermos de la gente sana era la única forma de prevenir que la mayor parte de la comunidad desapareciese. La ausencia de la iluminación moderna también hizo de Venecia una ciudad oscura y peligrosa en la noche. Las callejuelas estrechas de la ciudad y los canales sombríos eran la escena de muchos asesinatos y de otros actos de violencia. Algunos de estos crímenes fueron el resultado de conflictos personales, mientras que otros eran motivados políticamente. Algunos comprometían a trabajadores comunes y a comerciantes; otros comprometían a los miembros de la clase aristocrática. Una fuerza especial de policía, los signori di notte (señores de la noche) patrullaban la ciudad para proteger a los residentes respetuosos de la ley que se aventuraban a salir de sus casas en la noche. Cualquier persona que fuera sorprendida con un cuchillo afilado (aunque fuera pequeño) era inmediatamente multada y se le llevaba a la cárcel. A pesar de estos esfuerzos, la tasa de crímenes en Venecia siguió siendo muy alta durante la era preindustrial (Chambers 1970). Por supuesto la vida en la Venecia preindustrial no era del todo negativa. Venecia siempre ha tenido fama de ser una ciudad bella, una obra maestra de arte arquitectónico, iglesias magníficas, plazas y casas adornaban los canales principales, muchos de los cuales se habían construido durante los siglos XV y XVI. La Venecia preindustrial también sobresalió en la producción de las bellas artes y de artesanías. Los venecianos ricos eran los mecenas de algunos grandes pintores, y la cristalería de la ciudad y los textiles eran codiciados por toda Europa (David 1973). Como muchas dudades industriales, entonces, Veneda fue centro de las artes. También fue centro de las dendas y del aprendizaje de todas clases (Davis 1973). Aunque la vida en la Veneda preindustrial era generalmente armoniosa, la pobladón estaba fuertemente dividida en clases sodales. Una inmensa brecha en la riqueza existía entre tabarro (dudadanos ordinarios) y toga (los aristócratas). La mayor parte de las familias aristócratas vivían con gran lujo. Sus palados tenían grandes salones construidos exquisi-
tamente con ventanas de vidrio; sus mesas estaban llenas de alimentos excelentes, que comían con cubiertos de plata; sus lechos tenían colchones reales y sus góndolas estaban adornadas elegantemente (Davis 1973). Un trabajador tenía que laborar durante todo un año para ganar el equivalente del predo que se pagaba por una simple capa de aristócrata. Aún así, los comuneros de Veneda estaban mejor que sus contrapartes de la mayoría de las dudades europeas. La tasa de empleo en la Venecia preindustrial comúnmente permanedó alta. Aunque dertamente la dudad tenía mendigos, ellos no eran tan numerosos ni tan indigentes como los de Roma, los de París o los de Londres. El bienestar relativo de los trabajadores comunes es una de las razones por las cuales nunca estalló un intenso conflicto de clase en Venecia. Otra razón fue el poder absoluto de la clase gobernante. Los "inquisidores secretos del estado" espiaban a los desleales al régimen existente. El temor a las consecuendas de una rebelión o de una traidón ayudaron a mantener en línea a la mayoría de los venedanos (Rowdon 1970).
La industrialización y la urbanización: El Boston del siglo XIX La explosión del credmiento urbano que propidó el surgimiento de la dudad moderna dependió del proceso de industrializadón. Estamos acostumbrados a pensar en la Revoludón Industrial como la transformadón de la producción de cosas como el hierro y el acero, los textiles y los vestidos. Pero la Revolución industrial también afectó a las granjas, cambiando las formas en las que se cultivaban las cosechas y se levantaban los ganados. La introducdón de nuevos equipos agrícolas (tractores, cultivadores, cosechadoras, ordeñadoras) redujo la necesidad de mano de obra en el campo a la vez que aumentó inmensamente los rendimientos. Los pesticidas, herbicidas, fertilizantes, y alimentos produddos y aplicados masivamente tuvieron los mismos efectos, tal como los tuvieron los nuevos métodos mecanizados de irrigadón. El resultado fue un salto enorme en la cantidad de personas a las que un solo granjero podía alimentar. Mientras que en 1820 un granjero estadounidense alimentaba solamente a cuatro personas (incluyéndose él), en 1900 un granjero estadounidense alimentaba siete personas, casi dos veces lo anterior. Durante los siguientes ochenta años los logros fueron aún más impresionantes. Tal producdón masiva de alimentos ha sido capaz de sustentar inmensos asentamientos humanos. Así como la industrializadón hizo posible el crecimiento urbano, éste hizo posible la industrializadón. Los dos procesos fueron interdependientes.
COMUNIDADES Y CIUDADES
Los campesinos obligados a dejar los campos, concurrieron a ciudades florecientes, donde suministraban la fuerza de trabajo necesaria para impulsar el crecimiento de las fábricas urbanas. En el Boston del siglo XIX, por ejemplo, las oleadas de inmigrantes europeos eran campesinos desplazados. Esta enorme y continua afluencia de personas hizo de Boston una gran reserva de trabajo. Los primeros industriales habían levantado sus fábricas en los pequenos poblados de Nueva Inglaterra, no solamente buscando tener agua sino también aprovechando el exceso de recursos laborales de los granjeros, mujeres jóvenes y niños. Así, cerca de un puerto marítimo altamente desarrollado existía también un ejército de hombres y de mujeres (inmigrantes) desesperadamente necesitados dé trabajo. La prosperidad industrial de la región de Boston data de la década de 1840 cuando las mejoras en las máquinas de vapor suministraron la fuerza, y la afluencia de trabajo barato suministró la mano de obra para atender las fábricas y las máquinas (Warner 1962, p.6). Boston y otras ciudades en crecimiento podían sustentar una fuerza laboral industrial inmensa por
muchas razones. Una razón, que ya hemos mencionado fue el gran crecimiento en la productividad agrícola. Otra fue el desarrollo de los sistemas de ferrocarril, que mejoraron enormemente la velocidad y la eficiencia del transporte. Los trenes podían entregar grandes cantidades de alimentos en el centro de Boston, mucho más de lo que podía llevarse a caballo, en carretas y en vagones. El invento de los carros de carga refrigerados y de los depósitos posteriormente mejoraron este sistema, haciendo posible alimentar a inmensas concentraciones de habitantes de la ciudad. Al mismo tiempo, los nuevos materiales de construcción, tales como el acero y el concreto reforzado, más la invención del ascensor, permitieron que los arquitectos diseñaran edificios mucho más altos en sus esfuerzos por acomodar la densa y creciente población. Finalmente, las mejoras en la higiene pública (instalaciones sanitarias interiores, sistemas de alcantarillado municipal, la recolección de la basura en la ciudad) redujeron las tasas de mortalidad ocasionadas por enfermedades contagiosas que por siglos habían diezmado periódicamente a las poblaciones urbanas. En el siglo XIX en Boston, por ejemplo, el movimiento de salud pública era una realidad. La densa población de la ciudad no iba a sufir más los brotes de epidemias virulentas. El Boston del siglo XIX difiere de las ciudades preindustriales en otras formas también. Por ejemplo, existía el trazado físico. Mientras que la Venecia del siglo XV era una ciudad de callejuelas estrechas y de torcidos canales, el Boston del siglo XIX se desarrollaba según un modelo de rejilla, con filas de
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calles paralelas que se entrecruzaban con otras en ángulos rectos. Las manzanas así formadas se dividían en lotes uniformes, con un frente relativamente angosto sobre la calle. Esta disposición en forma de rejilla se convirtió en la norma para los vecindarios de todas clases, desde edificios de tres y cinco pisos estrechamente amontonados del West End hasta las casas espaciosas de una familia de los suburbios circundantes. Los mismos suburbios eran otra nueva característica de la urbanización industrial. En el Boston del siglo XIX y en otras ciudades de aquella época, los nuevos suburbios tendían a surgir a lo largo de las líneas del tranvía que estaban en expansión, (primero fueron los tranvías tirados por caballos y luego los tranvías movidos por electricidad). A vuelo de pájaro, Boston empezaba a parecerse a una rueda gigante de bicicleta: el distrito industrial superpoblado aparecía en el centro y los suburbios se extendían a lo largo de carriles fijos. Más tarde, las plantas manufactureras también empezaron a salir del centro de la ciudad hacia los suburbios, donde la tierra era más barata (Warner 1962). Pero todavía permanecían cerca a las estaciones del tren porque dependían de los trenes para recibir materias primas y para embarcar los productos terminados. El desarrollo de los suburbios del siglo XIX también intensificó la segregación residencial por clases sociales. A causa del pequeño tamaño de las ciudades preindustriales, los ricos y los pobres nunca vivían unos muy aparte de otros. En la Venecia preindustrial, por ejemplo, un canal podía tener por un lado las casas de las familias aristócratas y por el otro las de personas de la clase trabajadora. El Boston del siglo XIX, por otro lado, estaba desarrollándose como una ciudad dividida. Alrededor de 1900, las familias de bajos ingresos vivían principalmente en el anillo central, a corta distancia a pie de las grandes fábricas en donde trabajaban. La mayor parte de las familias de ingresos medios y altos se habían trasladado a los suburbios, donde los alrededores eran más silenciosos, menos agitados y menos sucios. Aún así, la distancia entre los ricos y los pobres no era muy grande. En los años 80 y 90 la distancia del centro de la dudad de Boston a los suburbios más lejanos era aproximadamente de 10 kilómetros. Más allá del anillo más alejado de vivienda aparecían grandes franjas de campos y de bosques sin desarrollar.
La metrópoli moderna: Los Angeles de hoy Este cuadro del Boston del siglo XIX ofrece poco parecido con la inmensa metrópoli contemporánea, una dudad importante con municipios circundantes
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la Venecia del siglo XVIII proyectada sólo para peatones, fue una ciudad estrechamente confinada cuya plaza de San Marcos proporcionaba un punto focal para reuniones oficiales e informales. Los Angeles del siglo XX, una ciudad sin centro y sin límites, solamente podía existir en la época del automóvil. (Arriba: Granger Collection; Bottom: Ellis Herwig/Picture Cube).
aprisionados en su órbita social y económica (Herbers, 1983). El gran Los Angeles cubre 2 000 kilómetros cuadrados, un área aproximadamente catorce veces mayor que la del gran Boston al terminar el siglo. En vez de ser dominada por un distrito central único, esta metrópoli tiene muchos centros urbanos unidos fluidamente por un sistema enorme de autopistas. En agudo contraste con el modelo de asentamiento de las ciudades industriales más antiguas del Este, el modelo de asentamiento de los Angeles es muy bajo en densidad (Warner, 1972). La casa uni-familiar es la forma de vivienda más común. Los edificios de apartamentos muy altos son relativamente escasos. Pero la subdivisión de la vivienda, los distritos de almacenes al detal, los centros de diversión y los parques industriales se extienden por kilómetros y kilómetros. El Bureau of the Census denomina metrópoli un Área Estadística Metropolitana Consolidada (Consolidated Metropolitan Statistical Área, CMSA) o
sea un grupo de una o más ciudades y los suburbios
circundantes que conjuntamente tienen una población de más de un millón de habitantes. Existen actualmente 21 CMSA y el de los Angeles, con sus 13 millones de habitantes, es el segundo mayor en población de los Estados Unidos. (La CMSA más grande es Nueva York, con un total de población cercano a los 18 millones). Algunas CMSA se han extendido tanto en su área greográfica, que los límites extremos están empezando a mezclarse con los vecindarios de otras metrópolis (la conurbación). Esta expansión urbana que ocupa centenares de millas es denominada una megalópolis (literalmente significa "gran ciudad "). La extensión urbana entre los Angeles y San Diego hacia el sur conforma una megalópolis. Por su lado norte esta inmensa región urbana puede pronto empezar a mezclarse con el extremo sur de la metrópoli de San Francisco. En la Costa Este se extiende una inmensa megalópolis desde Kittery, Maine, a Quantico, Virginia, e incluye los principales centros urbanos de Boston, Nueva York, Filadelfia, Baltimore y Washington. Más de 40 millones de personas, una quinta parte de la población de la nación, viven en este cinturón que se extiende a lo largo de 750 kilómetros. Otras megalópolis que están en crecimiento son Palm Beach -Miami, Dallas-Fort Worth, Pittsburgh - Youngstown - Canton - Akron- Cleveland, y Milwaukee - Chicago - Detroit. ¿Por qué algunas áreas urbanas se han extendido tan implacablemente? muchos piensan que la principal razón individual ha sido el advenimiento del automóvil. Cuanto más se ha acostumbrado la gente a viajar en automóvil en vez de hacerlo en tren, cada vez más han sentido menos restricciones en cuanto a dónde vivir y poder viajar aun al trabajo (commute). Ya no es necesario construir las casas cerca de las líneas del tren o del tranvía. Podrían establecerse en cualquier área entre estas rutas de transporte ya señaladas, o aun en los distritos cercanos. La misma libertad aplicada a los negocios decide ¡a localización de las fábricas. Con vehículos de carga que entregaban materias primas y transportaban productos terminados, una fábrica podía trasladarse lejos de las líneas ferroviarias. Los caminos que se necesitaban para unir un lugar con otro resultaban relativamente baratos. El resultado fue un desarrollo urbano irregular de una red de líneas entrecruzadas con un sistema complicado de autopistas. En el sur de California la afición por los automóviles privados es tal que podría tratarse de un asunto de amor. En 1915, cuando la posesión de un automóvil era bastante rara, los 750 000 habitantes del condado de Los Angeles tenían cerca de 55 000 ve-
COMUNIDADES Y CIUDADES
En el siglo XIX, la vía férrea y la máquina a vapor eran los símbolos centrales de la invasión del hombre sobre el mundo natural. En la pintura de Claude Monet titulada "Tren en el campo" la naturaleza todavía permanece como fondo, pero esos carros negros en forma de cajas sugieren que sobre el horizonte empezaron a crearse las primeras subdivisiones. (Art Resource).
hículos. Solamente tres años más tarde el registro de automóviles en Los Angeles se había doblado a 110 000; en 1924, ya había alcanzado los 440 000, y por el año de 1929, había aproximadamente 800 000 automóviles en este solo condado de California (Brodsly 1981). Hoy la mayoría de los residentes de Los Angeles (85 por ciento) tienen por lo menos un vehículo, y el 96 por ciento de todos los viajes entre semana en la región metropolitana de la ciudad se realizan en automóvil o en un vehículo de carga. Esto suma un total de 5.8 millones de viajes diarios que cubren 75.2 millones de millas (Brodsly 1981). Se ha construido un sistema complejo de autopistas para acomodar este tráfico. El sistema esta trazado en forma de rejilla para maximizar ei acceso de las personas a las vías. Con cada autopista adicional que se haga, las personas, los negocios y los empleos se van dispersando cada vez más, creando la necesidad de más autopistas. Actualmente, el sistema de autopistas es insuficiente para manejar todo el tráfico en la gran ciudad de Los Angeles. Cerca de 20 por ciento de todas las vías están clasificadas como "congestionadas", y en las horas "pico" el tráfico avanza a menos de 35 kilómetros por hora (Steiner 1981). La cantidad considerable de viajes en automóvil y el desarrollo irregular y grande, hacen que el estilo de vida en una metrópoli moderna como Los Angeles sea muy diferente del estilo de vida en una temprana ciudad industrial como Boston. Mientras que los habitantes del Boston del siglo XIX consideraban los 16 kilómetros de ida y vuelta para el trabajo co-
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mo un viaje sustancial los residentes contemporáneos de Los Angeles frecuentemente viajan 10 veces esa distancia con el fin de llegar a su lugar de trabajo. Y a diferencia de sus contrapartes del siglo XIX, los residentes de la relativamente moderna ciudad de Los Angeles rara vez viajan a la ciudad central. La mayoría tiene su lugar de trabajo en áreas circundantes, haciendo de su traslado diario un inmenso enredo en toda el área metropolitana. La mayoría de las tiendas de ventas al detal y también de los lugares de entretenimiento se han trasladado a los suburbios. Amplios centros comerciales cerrados, comúnmente ubicados en las intersecciones de las grandes autopistas, ofrecen todas las atracciones de una ciudad central -restaurantes, teatros, almacenes, boutiques, tiendas para gourmets -sin problemas de estacionamiento. Es significativo, que las tiendas del centro de Los Angeles aporten sólo 3 por ciento de todas las ventas al detal de la región metropolitana. (Brodsly 1981). La ciudad central ubicada dentro de la metrópolis de Los Angeles, como la mayoría de las ciudades más antiguas, ha tendido a perder o, por lo menos, a permanecer estática, mientras que los suburbios circundantes han crecido. A lo ancho del país, entre 1970 y 1980, la cantidad de habitantes de los suburbios aumentó en 16 millones; pero el número de los habitantes de las ciudades se mantuvo casi igual. Sin embargo, la composición social de las ciudades centrales cambió drásticamente. En total, su población blanca descendió en 6 millones de personas, mientras que la población negra aumentó en 2 millones. Este cambio entre blancos y negros ocurrió en Los Angeles, como también en otras ciudades del país. Además, la ciudad de Los Angeles experimentó un aumento en su población latina. El resultado final es que la segregación según características sociales y de ingresos de las ciudades del siglo XIX ha permanecido y aun se ha intensificado en el siglo XX. La ciudad del siglo XX también está marcada por una estructura ocupacional distintiva. Se han ido la mayoría de las industrias de "chimeneas" o de fabricación pesada del siglo XIX. La metrópoli moderna está dominada por las industrias de servicios. Así, el centro de Los Angeles es hoy cada vez más un centro para empresas bancarias, financieras y comerciales, así como para oficinas corporativas. Las industrias como la aereoespacial y la electrónica han trasladado sus instalaciones de producción a la periferia metropolitana (Steiner 1981). Se pudiera pensar que los patrones de vida en la metrópoli moderna se han impuesto sobre la gente como el resultado indeseado del automóvil privado. Quizá es más apropiado decir que los estadouniden-
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ses han escogido parcialmente el tipo y estilo de vida que les ofrece una ciudad como Los Angeles. Cuando se les pregunta dónde preferirían vivir si se les diera la oportunidad, la mayoría de los estadounidenses diría que en los suburbios o en una pequeña población (Gallup, 1987). La gran ciudad de Los Angeles en un sentido responde a estos deseos. Es primordialmente un suburbio gigante, y algunas de las comunidades de los alrededores son muy parecidas a los pequeños poblados. Tal como lo ha descrito Dan Brodsly en su libro LA. Freeway: Los Angeles surgió principalmente como la metrópoli de clase media de América. El sur de California estaba en el sitio y en el tiempo precisos, un paisaje relativamente virgen que esperaba ser explotado por la tecnología avanzada y por el aumento de los ingresos. Fue uno de los grandes experimentos de Estados Unidos; un intento por construir una ciudad moderna, libre de los traumas de la superpoblación y de la fealdad gris de la urbanización de alta densidad. Como tal, ha marcado una senda para el desarrollo futuro de la nación (1981, p.136)
Ciudades del Tercer Mundo: la moderna Calcuta La gran ciudad de Los Angeles puede ser la esencia de la América urbana del siglo XX, pero no representa la vida urbana en todas las partes del mundo. En las naciones subdesarrolladas del Tercer Mundo, los patrones de urbanización, son distintos de lo visto en el Oeste industrializado. La ciudad de Calcuta India, ilustra estas diferencias. Una diferencia dramática está en las tasas del crecimiento poblacional. Mientras que la población en muchas ciudades de Estados Unidos ha tendido a nivelarse, la población de la mayoría de las ciudades del Tercer Mundo están creciendo en proporción explosiva. El crecimiento rápido está alimentado por un alto índice de nacimientos, unido a una disminución en la tasa de mortalidad debido al mejoramiento de los cuidados de la salud y de la higiene. Por supuesto, que la tasa de mortalidad debida a la desnutrición y a la enfermedad es mayor en Calcuta que en los Angeles o en Boston. Pero es relativamente baja en comparación con la tasa de nacimientos que produce una población siempre creciente. Es particularmente rápido el crecimiento en las poblaciones de los barrios pobres de las ciudades del Tercer Mundo. Actualmente, albergan mil millones de personas y están creciendo en una tasa promedio de más de 15 por ciento anual (Werlin, 1987). Al crecimiento rápido de la población en las ciudades del Tercer Mundo debe añadirse una alta tasa de migración del campo a la ciudad. Los cambios en
la agricultura empujan constantemente a los residentes rurales de las naciones del Tercer Mundo, hacia las ciudades. Estos cambios incluyen la concentración de la propiedad de la tierra en manos de pocos y más ricos propietarios (desplazando así a los granjeros más pobres y más pequeños) y la mecanización creciente de la producción agrícola, que reduce la necesidad de mano de obra en las granjas. Al mismo tiempo, los residentes rurales en las naciones del Tercer Mundo se sienten atraídos por las ciudades, engañados con la esperanza de que las ciudades les proporcionarán escape a la pobreza del campo. La mayoría de las veces, esta esperanza es insatisfecha, porque las condiciones en las ciudades son amargamente pobres para las masas que tienen bajos salarios o para los desempleados. Sin embargo, existe la creencia de que las condiciones podrían mejorar y así miles de residentes rurales se arrastran a los grandes centros urbanos. La enorme y siempre creciente población de las ciudades del Tercer Mundo ha determinado esta tremenda superpoblación. En conjunto, Calcuta tiene una densidad poblacional tres veces mayor que la de la ciudad de Nueva York. Cerca de una tercera parte de sus diez millones de habitantes están apretujados dentro de las estrechas habitaciones de un bustee (barrio bajo). Las casas de estos bustee son provisionales (construidas de barro, de bambú o de paja) y la mayoría tiene una sola pieza. El promedio del espacio vital para una familia entera es solamente de 4 metros cuadrados. Estas chozas no tienen agua potable ni servicio de alcantarillado. Grandes grupos de vecinos deben compartir un grifo exterior de agua y una letrina primitiva (Werlin, 1987). Estas condiciones de extrema superpoblación son típicas de los barrios bajos de las ciudades del Tercer Mundo. El tipo de pobreza que acompaña a esta clase de superpoblaciones es más duro y más extenso de lo que podamos imaginar los occidentales. Calcuta está entre las ciudades más pobres del Tercer Mundo. 82 por ciento de sus habitantes está cerca o por debajo del límite de la pobreza absoluta. El ingreso neto per cápita es inferior a los 50 dólares al año. La razón de estas condiciones es que Calcuta es una ciudad económicamente lisiada. Su producción industrial está cayendo; sus negocios están fallando; su puerto se está muriendo; su comercio está cayendo rápidamente. La economía no puede proveer nada efectivo que pueda dar trabajo a esa hormigueante población. Un estimado de 50 por ciento de la fuerza del trabajo no tiene empleo formal; estas personas arañan un ingreso como puedan. El gobierno no puede hacer mucho para ayudar porque
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carece de las cantidades inmensas de capital requeridas para solucionar este problema. Entre otras cosas, las calles de la ciudad, los puentes, los acueductos, los alcantarillados y los sistemas de drenaje son viejos y desesperadamente inadecuados, de tal manera que es muy difícil saber por dónde empezar a resolver los problemas. Además, a primera vista, un visitante occidental que llegue a Calcuta no acierta a describir la situación tal como realmente es. Las partes centrales de la ciudad parecen ser medianamente modernas e inclusive prósperas: los edificios del gobierno, los negocios exitosos y las casas de los opulentos, por ejemplo. Pero alrededor de este pequeño centro moderno están los distritos de barrios bajos, más o menos tres mil. El cuadro de pobreza se empeora por la gran cantidad de gente sin hogar, gentes que viven y mueren en las calles. En Calcuta los que no tienen hogar llegan a medio millón de personas, haciendo de esta ciudad una de las capitales mundiales de la miseria y la desesperación. Así, aunque tendemos a pensar en las ciudades grandes como centros de progreso, muchas de las naciones que se encuentran en vías de desarrollo están muy lejos del progreso. El resto de este capítulo se dedicará con más detalle a las ciudades en los Estados Unidos modernos e industrializados. Pero tengamos presente que para miles de millones de personas en todo el mundo, el estilo estadounidense de la urbanización está mucho más allá de sus propias experiencias. Muchas ciudades del Tercer Mundo presentan el agudo contraste de un centro urbano rico y progresivo rodeado por una probreza aguda, como en esta fotografía de los alrededores de Bombay en la India. Las ciudades estadounidenses también presentan dichos contrastes, particularmente con el reciente crecimiento en las cantidades de personas que colman las calles. Pero en el Tercer Mundo la condición desesperada de las barriadas de los pobres es incrementada por el alto crecimiento de nacimientos, seguido de una migración del campo a la ciudad y de una crisis terrible de desempleo (Porterfield/Chickering/Photo Researchers, Inc).
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EXPLICACIÓN DE LOS PATRONES DEL USO DE LA TIERRA URBANA Ninguna ciudad puede desarrollarse al azar. La vivienda afluente no surge en medio de barrios pobres, decaídos, ni las fábricas que arrojan humo se construyen de repente junto a una elegante torre de oficinas. La forma de una ciudad, en otras palabras, no es un azar: es el producto de las fuerzas sociales, políticas, económicas y geográficas (véase cuadro sobre Raza, Pobreza y suburbios en Estados Unidos). Pero, exactamente, ¿cuáles son las fuerzas más importantes y qué influencias ejercen? En esta sección vamos a considerar las respuestas desde el punto de vista de dos perspectivas diferentes: La perspectiva urbana-ecológica y el punto de vista político-económico.
Ecología urbana La ecología es un subcampo de la biología que estudia la forma como los organismos vivos interactúan con su entorno físico y con los demás para afectar el desarrollo de sus comunidades. A mitad del siglo XX, varios sociólogos empezaron a pedir prestados conceptos ecológicos y a aplicarlos a los estudios de las ciudades. Denominando su enfoque ecología urbana, examinaron la forma como los usos sociales de la tierra urbana resultaban de una interacción de los diversos grupos de personas y su ambiente físico/geográfico. La perspectiva ecológica urbana ha producido tres modelos principales de desarrollo del área urbana.
Tres modelos del uso de la tierra urbana El modelo más antiguo del uso de la tierra urbana fue propuesto por Ernest Burgess, un vocero importante de la escuela de sociología de Chicago. Burgess argumentaba que con el crecimiento del tamaño de una población urbana, la gente compite por el uso del espacio urbano (Park Burgess, y McKenzie 1925). Esta competencia tiende a producir cinco zonas concéntricas de desarrollo, cada una de las cuales sirve a un propósito diferente, (véase Figura 9.1). La primera zona, en el centro de la ciudad, es el distrito de negocios compuesto por almacenes y oficinas. Adyacente y fuera de esta área central del comercio está la zona en transición. Se caracteriza por la inestabilidad residencial, baja renta, altas tasas de criminalidad, y varias formas de vicio y porque poco a poco está siendo invadida por negocios y pequeñas fábricas. Más allá de la zona en transición están las tres zonas residenciales. La primera está habitada por la clase trabajadora, la segunda por las clases alta y media,y la tercera es una zona de subur-
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Fuente: Chauncy D. Harris y Edward Ullman, "The Nature of Cities" In Paul K. Hatt y A. J. Reiss, Jr. (eds.), Cities and Society (Peona, III.: Free Press, 1957). Intentos por describir la estructura de las ciudades han producido los tres modelos alternativos mostrados aqu í: el modelo de la zona concéntrica de Burgess, con el distrito comercial en el centro y otros distritos que de él irradian. El modelo del sector de Hayt, que enfatiza en las rutas del transporte; y el modelo de núcleos múltiples de Harris y Ullman, organizado alrededor de los usos de la tierra, costos e intereses. Un enfoque más nuevo del análisis de la estructura urbana se llama análisis del área social. Los analistas, mediante el empleo del censo y de otros indicadores sociales, intentan explicar los patrones residenciales al correlacionar las categorías sociales amplias tales como el rango social, la estructura familiar y lo concerniente a la étnica. Con el advenimiento del computador, más factores también se están teniendo en cuenta en modelos de uso de la tierra urbana y estructura social.
bios fuera de los límites de la dudad, cuyos residentes hacen viajes para ir a su sitio de trabajo. Burgess no pretendía que este modelo de zona concéntrica definiera a todas las ciudades estadounidenses. A la que mejor describe es a Chicago, una ciudad que se ha desarrollado muy rápidamente después de la Revolución Industrial, pero antes de la introducción del automóvil. En los años 30, el sociólogo Homer Hoyt (1943) propuso otro modelo ecológico de desarrollo urbano, que fue aplicado a algunas de las ciudades que no se acomodaban al modelo de Burgess. Hoyt hacía énfasis sobre la importancia de las rutas de transporte, tales como las líneas del tren, las autopistas, los ríos y los canales, en la configuración del crecimiento de las ciudades. Su modelo se caracterizó por un movimiento centrífugo de la población, tal como lo había hecho el de Burgess, pero en el modelo de
Hoyt las zonas del uso de la tierra tomaban la forma de tajadas de pastel, rodeando un distrito de negocios centrales (véase Figura 9.1). De acuerdo con este modelo sectorial, varias zonas del uso de la tierra urbana tienden a distribuirse a lo largo de las rutas principales de transporte que toman la forma de radios desde el área central. Cuando se expande el uso de cierto tipo de tierra, tiende a hacerlo dentro de sus sectores particulares, extendiéndose hacia afuera los límites de la metrópoli. Un ejemplo es el desarrollo de los suburbios de Boston a lo largo de las líneas del tranvía. Otro es el desarrollo reciente del Valle del Silicon en California, en donde las firmas de computadores se han establecido a lo largo de autopistas que corren hada el sur de Oakland y de San Frandsco. Tanto la zona concéntrica como los modelos sectoriales suponen que las dudades se extienden hada
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Raza, pobreza, y suburbios de Estados Unidos En muchas calles de Ford Heights la mitad de las casas están vacías. Las ventanas están rotas, las puertas cuelgan de las bisagras y las entradas para estacionar los coches están llenas de basura. En el área central los hombres holgazanean en las esquinas de las calles, desperdiciando el tiempo, sin trabajo, sin tener a donde ir ni proyectos a la vista. Las fábricas de acero y las plantas de fertilizantes están cerradas. Así lo han hecho muchos almacenes de venta al detal, sus puertas protegidas por barreras de acero. El desempleo en Ford Heights alcanza 55 por ciento. El ingreso per cápita en 1985 era escasamente de $4 500 dólares al año. Recientemente el área cambió su nombre de East Chicago Heights a Ford Heights en honor de la planta de troquelado de la Ford Motor Company que todavía sobrevive allí (el único empleador grande que queda). "Ojalá el nuevo nombre nos dé un nuevo renacer", dijo un residente políticamente activo. "Ojalá esto estimule al pueblo a intentar más arduamente y a no perder la esperanza. Porque es fácil perder la esperanza allí." (Johnson, 1987: A 18) ¿Dónde está la comunidad arruinada económicamente? ¿En alguna parte fracazada del centro de Chicago? Sorprendentemente, Ford Heights no es un distrito interno de la ciudad, sino más bien un pequeño suburbio, una pequeña población de 5 300 personas ubicada a 25 millas al sur de Chicago. En un estudio reciente sobre las 15 mayores áreas metropolitanas de los Estados
Unidos, Ford Heights se clasificó como la más pobre de todas las comunidades encuestadas (véase el cuadro que acompaña este artículo). Como la mayoría de los suburbios de bajos ingresos, Ford Heights está habitado predominantemente por negros. Las excepciones a este patrón están principalmente en California, donde algunos de los suburbios más pobres de Los Angeles son primordialmente hispanos. Ford Heights rompe la imagen que la mayoría de las personas tienen de los suburbios. Para los estadounidenses el suburbio típico tiene calles con árboles, casas pintadas con buen gusto, patios traseros perfectamente delineados y con prados bien cortados, pero lugares como Ford Heights están muy lejos de esta imagen mental porque el término "suburbio" difícilmente podría aplicarse en este caso. El cuadro que acompaña a este trabajo muestra cuan grande es la brecha existente entre los ingresos de los habitantes más pobres y más ricos de los suburbios de los Estados Unidos. Kenilworth, que también está en las afueras de Chicago, es el más rico, con un ingreso de $48 950 dólares per cápita en 1985. El promedio de residentes de Kenilworth, en otras palabras gana once veces más que el promedio de residentes de Ford Heights 0ohnson, 1987). ¿Son acaso los lugares como Ford Heights lo mejor que la mayoría de familias de grupos minoritarios pueden esperar cuando luchan por realizar su sueño de tener una casa en
afuera desde un distrito simple de negocios que permanece siempre en el centro de la ciudad. No obstante, esto no es cierto para todas las áreas urbanas. Para describir aquellos que han seguido patrones diferentes, Chauncy Harris y Edward Ullman (1945) propusieron el modelo de núcleos múltiples. En este modelo, las ciudades desarrollan una serie de centros separados, denominados núcleos, cada uno de los cuales se especializa en sus funciones (véase Fi-
los suburbios? Afortunadamente no. Hay suburbios estadounidenses más prósperos donde las minorías raciales y étnicas pueden encontrar hogar. Pero frecuentemente estas son predominantemente negras o hispanas, inclusive ghettos "esparcidos" adyacentes a una ciudad central o los pueblos más viejos de las "periferias" (Muller, 1981). El traslado de las minorías a los suburbios de blancos ha venido lentamente. En los años 60, los negros hicieron algunas incursiones "a salto de rana" en los poblados de blancos en donde las secciones más antiguas y residenciales eran menos apetecidas, y en donde los blancos habían dejado de buscar casas. Estas incursiones fueron facilitadas por el movimiento de los derechos civiles y por el cambio de las actitudes raciales de aquel tiempo (Stahura, 1986). Este modelo de "salto de rana", sin embargo, se redujo fuertemente durante los años 70, cuando el país se hizo más conservador, y cada vez menos suburbios blancos estaban abiertos para los negros. Durante cierto tiempo fue como si el crecimiento suburbano negro se hubiera confinado a las áreas negras, al menos para los próximos años. Pero luego surgió una tendencia nueva. Algunos suburbios blancos más pequeños de estatus más alto empezaron a evidenciar que el crecimietno de la población se aflojaba y que se erosionaba sus impuestos básicos. Muchos de estos poblados intentaron revitalizarse promoviendo el desarrollo de negocios e industrias
gura 9.1). Cuatro factores fundamentales animan este modelo. En primer lugar, ciertas actividades exigen instalaciones especializadas. La industria pesada, por ejemplo, exige la proximidad a las autopistas o a las líneas del ferrocarril, así como la importación internacional exige la proximidad a un puerto. En segundo lugar, ciertas actividades (tales como el comercio al por menor) se benefician cuando quienes los realizan están agrupados (porque esto au-
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locales. Estos esfuerzos estimularon el crecimiento de la población, algunas veces hasta el punto en que las poblaciones crecieron y se diversificaron tanto que ya no podían controlar efectivamente su composición racial. Como resultado, más familias negras empezaron a trasladarse a aquellas comunidades que una vez habían sido ampliamente blancas. (Stahura, 1986).
Sin embargo, es equivocado concluir que los suburbios estadounidenses se están convirtiendo rápida y radicalmente en espacios mezclados como las ciudades centrales internas. Los suburbios más deseables especialmente, tienen un porcentaje mucho más pequeño de residentes negros que el porcentaje de negros en las regiones metropolitanas donde ellos se localizan. Además, la se-
menta el caudal de compradores en un área). En tercer lugar, ciertas actividades disímiles pueden perjudicarse mutuamente cuando están colocadas muy juntas unas a otras. Por ejemplo, el almacenamiento, con su gran demanda de tráfico de camiones, es perjudicial al mercadeo callejero y viceversa. En cuarto lugar, ciertas actividades (como las ventas al por mayor que exigen una gran cantidad de espacio) no pueden darse el lujo de ubicarse en los distri-
gregación racial por vecindarios sigue siendo un hecho real en los suburbios en todo el país. Para resumir, los suburbios estadounidenses están todavía muy lejos de ser daltónicos, es decir, ciegos al color.
tos de rentas altas. Estos cuatro factores tomados conjuntamente dan origen a los varios distritos especializados dentro de una ciudad. La ciudad crece cuando los distritos especializados se extienden y proliferan. Estos modelos del uso de la tierra urbana son valiosos elementos para comparar las diferentes formas en que ha venido desarrollándose el espacio urbano. La perspectiva ecológica, sin embargo, no está
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limitada a estas descripciones de las formas que las ciudades han venido tomando. También se ha puesto mucha atención en los procesos ecológicos que producen estos modelos espaciales diversos. Por ejemplo, ¿cómo se explica el que el uso de la tierra urbana cambie gradualmente con el crecimiento de la población? Alguna de las respuestas que dan los ecólogos urbanos se ilustran ampliamente en el desarrollo de la sección de Harlem de la ciudad de Nueva York.
Procesos ecológicos y cambio de vecindario Actualmente el Harlem de Nueva York es uno de los barrios bajos urbanos más conocidos de Estados Unidos. A causa de su fama de pobreza, violencia, crimen, tráfico de drogas y de todos los decaimientos urbanos generales, pocos visitantes que van a Nueva York se animan a aventurarse a visitar esta parte de la ciudad. No obstante, hada finales del siglo XIX Harlem era uno de los distritos residenciales de moda de la ciudad. La historia de este dramático cambio en el uso de la tierra urbana se inició a comienzos del siglo XX cuando Harlem estaba en la cima de su afluencia (basada en Osofsky, 1982). A finales de 1890 se empezó la construcción de un nuevo metro que debía extenderse hasta Harlem. La noticia levantó una ola de especulaciones en el negocio de la finca raíz de Harlem. A las personas se les convenció de que los valores de la propiedad, que ya eran altos, se iban a doblar y a triplicar cuando las conexiones del subterráneo se conectaran hasta el centro de la ciudad. Así que los constructores empezaron a levantar apartamentos en todo pedazo de tierra vacía que encontraron. Y las viviendas que estaban surgiendo por todas partes no eran casas modestas de clase media. Harlem era el hogar de la gente elegante y rica. La mayoría de la demanda era muy cara, eran habitaciones de la "clase alta" que podían cosechar las más grandes ganancias para los constructores. Así, la mayor parte de los nuevos apartamentos eran grandes y exquisitamente amoblados con salas y comedores amplios, cuartos para el servicio, una despensa para el mayordomo, montaplatos y ascensores. La explosión de la construcción rápidamente llevó a una abundancia de los precios más inflados y elevados. Muchos conjuntos se terminaron años antes de que el nuevo tren subterráneo empezara a funcionar, entonces el flujo masivo de nuevos residentes ricos que todos esperaban nunca se realizó. Los edificios quedaron completamente vacíos. Los arrendamientos empezaron a caer dramáticamente. Los constructores se arriesgaban a perder sus enormes inversiones. ¿Cómo podían salvar esta pesadilla de la superconstrucción?
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Había en la ciudad un grupo de habitantes que necesitaba desesperadamente mayor y mejor vivienda: era la población negra de Nueva York. Los corredores negros de bienes raíces aprovecharon la ventaja de la caída de las rentas en Harlem y empezaron a tratar de colocar a sus clientes allí. Al principio solamente unas cuantas familias se establecieron en Harlem, todas ellas en la sección oeste desarrollada recientemente. Muchos propietarios blancos empezaron a impedir que más negros llegaran firmando convenios que los comprometían a no rentar apartamentos a los negros. No obstante, se demostró que estos esfuerzos eran ineficaces, porque los blancos no podían crear un frente totalmente unificado. Algunos estaban deseosos de reducir sus pérdidas y abrir los edificios a los negros. Otros se comprometieron en una venta de pánico (entregar su propiedad a cualquiera que la comprara a cualquier precio que pudieran lograr). El resultado final fue un movimiento permanente de negros hacia el oeste de Harlem, y desde allí a las otras partes del distrito. Para la Primera Guerra Mundial gran parte de Harlem era predominantemente negra. Pero el Harlem negro al principio no fue un barrio bajo. Inicialmente era el ghetto negro más elegante en la historia estadounidense. Ocupando apartamentos elegantes destinados a las familias ricas, finalmente los negros tenían un vecindario decente para vivir. El problema era que más y más negros querían irse a Harlem. Una corriente permanente impulsó los alquileres más allá del nivel que los negros podían pagar en ese tiempo. Las familias se vieron obligadas a empezar a tomar huéspedes y muchos edificios más pequeños se convirtieron en casas de alquiler. Las condiciones llegaron a ser realmente de superpoblación: La gente se amontonaba hasta el punto de la "indecencia". Algunos propietarios, después de haber abierto las casas a inquilinos negros, perdieron interés en cuidar su propiedad y permitieron que se deteriorara; los pasillos eran oscuros y sucios, permitieron que se pudrieran los tubos rotos, se suspendió la calefacción de vapor como también los aparatos correspondientes, los montaplatos se rompieron y las casas se infestaron de cucarachas. (Osofsky 1982, p 192). Para los años 20 Harlem se había convertido en uno de los peores barrios bajos del país.
Una teoría ecológica que se ha ensayado para explicar el cambio del vecindario, tal como el que ocurrió en Harlem, es el modelo de invasión y sucesión (Park, Burgess, y McKenzie 1925). Hay dos conceptos principales de invasión y de sucesión tomados de la ecología animal y de las plantas, en la cual invasión se refiere a la aparición en un medio am-
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biente de nuevas especies y la sucesión se refiere a un cambio en la mezcla de especies diferentes que se presentan hasta cuando se forma una nueva comunidad estable. En la ecología urbana, el proceso de invasión y sucesión empieza cuando las fuerzas sociales, incluyendo los valores de la tierra empiezan a atraer una nueva clase de residentes a un distrito urbano, a un residente que es diferente social o racialmente de quienes ya están establecidos. En el Harlem de finales de siglo esa nueva clase de residentes era la familia negra. La invasión percibida se encuentra con la resistencia por parte de los residentes establecidos y que se ven obligados a competir con los extraños por una tierra disponible. La competencia puede dar paso al conflicto tan pronto los grupos compiten por el espacio. Algunas veces se alcanza un acomodamiento y ambos logran vivir juntos. Esta es una forma de sucesión en el vecindario. Otras veces, el acomodamiento no es posible y uno u otro grupo abandona el área. Cuando los residentes ya establecidos son los que parten, como ocurrió en el Harlem de Nueva York, otro tipo de sucesión toma lugar. El complemento de cambio de modelo de invasión/sucesión de un vecindario es el modelo del ciclo vital del vecindario (Hoover y Vernon, 1959). Se contempla el cambio en los distritos urbanos como parte de una serie más amplia de episodios de invasión y sucesión. Un área puede empezar a experimentar un desarrollo extenso, tal como ocurrió en Harlem en el siglo XIX. Luego, puede ocurrir un período de transición en el que las fuerzas sociales claves cambian (la sobreconstrucción en Harlem, por ejemplo, estuvo seguida por la caída vertical de los valores de la tierra y de la invasión de los negros). Puede seguir una degradación del área, tal como ocurrió en Harlem cuando los dueños de la tierra permitieron que su propiedad cayera. Con el tiempo, los almacenes y las residencias pueden deteriorarse tanto que puede darse una disminución de la población. La etapa final puede ser la renovación urbana y una nueva ola de desarrollo. Por supuesto que los vecindarios de las ciudades no necesariamente pasan por todas estas etapas. Algunas veces cierto vecindario puede llegar a fijarse en cierto punto. La investigación sugiere que el movimiento a través de las etapas depende de una cantidad de factores, que incluyen la extensión en que la población y la nueva vivienda se expandan, el grado en el que los residentes del área tengan acceso a los empleos, en que las fuerzas se movilicen para resistir el cambio y en que los empleados públicos busquen el desarrollo (Schwirian, 1983). La perspectiva ecológica sigue teniendo influencia sobre la sociología urbana de hoy, pero se le han
Este capítulo define varias características de una ciudad y ofrece modelos diversos para su desarrollo. En este cuadro de Hong Kong, con las oficinas del banco de Hong Kong y Shangai al fondo, ¿qué detalles podría señalar un sociólogo con el fin de ilustrar la naturaleza de una ciudad y de la dinámica de su crecimiento? (Alien Green/ Photo Researchers, Inc).
añadido algunos nuevos conceptos. Uno es el de la idea de la interdependencia, que equilibra la tensión tradicional en la competencia por los recursos (Berry y kasarda, 1977). Los ecólogos urbanos contemporáneos contemplan las ciudades como un todo integrado, cada parte sirve a las funciones que complementan y desempeñan aquellas a quienes sirven las otras partes. Por esto, así como una parte se adapta a un entorno cambiante, deben hacerse ajustes en las otras partes para que el todo permanezca siempre vivo. Por ejemplo, si cierto distrito de la ciudad es invadido por fábricas, las áreas cercanas desarrollarán vivienda para la clase trabajadora con el fin de alojar la fuerza de trabajo que necesitan las nuevas fábricas. Notemos que estos distritos residenciales y de fábricas se benefician mutuamente y son interdependientes. Las fábricas necesitan de los trabajadores y suministran trabajo para ellos, así como los
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trabajadores necesitan de las fábricas y les suministran mano de obra. Los ecólogos urbanos contemporáneos creen que las ciudades se adaptan constantemente de tal manera que aprovechan sus oportunidades de supervivencia en cierto entorno (Hawley, 1971). Al hacerlo así, se mueven constantemente hacia un estado de equilibrio, en el cual las diversas partes independientes funcionan tranquilamente.
La economía política del espacio urbano Los sociólogos resaltan una perspectiva de poder que ve las cosas en forma muy diferente de como lo hacen los ecólogos urbanos. Creen que la configuración de las ciudades no surge de un proceso de adaptación al medio ambiente, sino más bien de los grupos poderosos que dirigen el crecimiento urbano para su propio beneficio. Estos grupos poderosos controlan las principales instituciones económicas y políticas de la ciudad: sus corporaciones, sus bancos, mercados financieros, negocios de finca raíz, industrias de construcción, gobierno local y programas gubernamentales. Por medio de ese control, pueden frenar las oportunidades de abrirse a la clase trabajadora que vive en la metrópoli. A causa de esta insistencia sobre lo económico y sobre el poder político, esta perspectiva sobre el desarrollo urbano se denomina visión político-económica. Veamos, en primer lugar, la forma cómo esta visión explica el surgimiento de la ciudad corporativa moderna.
Surgimiento de la ciudad corporativa El sociólogo David Gordon (1984) argumenta que la ciudad corporativa moderna, con sus oficinas en el centro de la ciudad y las instalaciones de producción en los suburbios, no se creó primariamente con el advenimiento de automóviles, vehículos de carga y autopistas, como argumentan los ecólogos urbanos. Estos cambios en la tecnología, en opinión de Gordon, permitieron el surgimiento de la ciudad corporativa, pero no fueron su causa fundamental. Según Gordon, la ciudad corporativa fue el producto del logro capitalista de las ganancias manejadas por enormes y ricas corporaciones con inmenso control sobre los mercados mundiales. Un cambio que estas corporaciones deliberadamente introdujeron fue el cambio en la ubicación de las plantas de producción desde los distritos centrales hasta la periferia de las ciudades o inclusive más allá de los límites de la ciudad. La motivación principal tras estos cambios era la necesidad de controlar los sindicatos de trabajadores y reducir el conflicto entre el trabajador y la gerencia. A comienzos del siglo XX, los capitalistas tuvieron que enfrentar paros,
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huelgas y aun sabotajes a sus operaciones. Agrupar las fábricas en la ciudad central empeoró el problema, porque los trabajadores en las diferentes plantas podían comparar las condiciones y fomentar el desorden entre unas y otras. Una solución fue moverse a los suburbios, donde los empleados estarían más aislados de los incidentes y de los desórdenes de trabajo. Y así las corporaciones se trasladaron en cantidades más crecientes. Gordon cree que este éxodo de la producción desde la ciudad central se hizo posible por la ola de fusiones corporativas que ocurrieron entre 1898 y 1903. Muchas corporaciones eran ahora grandes y estaban lo suficientemente bien financiadas como para pagar los gastos de nuevas instalaciones. El movimiento hacia los suburbios se ajusta al tamaño del crecimiento y riqueza de las empresas estadounidenses. La proliferación de oficinas corporativas en el centro de la ciudad alojadas en torres de rascacielos fue un desarrollo que también se acomodaba al rumbo del capitalismo del siglo XX. Por los años 20, muchas corporaciones estadounidenses habían adquirido el control sobre vastos mercados. "Eran suficientemente grandes para separar las funciones administrativas del proceso de producción, dejando a los gerentes de planta supervisar las fábricas mientras los gerentes corporativos supervisaban el extenso imperio" (Gordon 1984, p. 43). Como lo sabe quien haya estado al pie de una enorme torre corporativa, la característica de ubicuidad de la ciudad moderna es el verdadero símbolo del enorme poder económico altamente centralizado.
La ciudad como máquina de crecimiento Mientras que Gordon y otros han intentado explicar la organización espacial de las ciudades capitalistas, otros sociólogos, con una perspectiva de economía política, han estudiado las fuerzas que abastecen el combustible del proceso general de la expansión urbana. De acuerdo con el sociólogo Harvey Molotch (1976), "la ciudad es, para aquellos que cuentan, una máquina en crecimiento" (p. 310). Esto significa que la ciudad es un dispositivo gigante hecho por el hombre que ayuda a extender los negocios y el comercio, aumenta la fuerza de trabajo, y hace más intensivo y más amplio el uso de los recursos de la tierra. El crecimiento, en pocas palabras, es la fuente de las ciudades en las naciones capitalistas como los Estados Unidos. La razón es muy simple. El crecimiento es una fuente de mayor riqueza y poder para aquellos que poseen los recursos de la tierra de la ciudad. Por el crecimiento, una hectárea de tierra que una vez se vendía por unos centenares de dólares llega a valer millones de dólares. Con el creci-
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miento, las élites propietarias de tierra multiplican sus múltiples ganancias. Molotch considera la ciudad estadounidense como un agregado de intereses basados en la tierra: una coalición de individuos, grupos y organizaciones que se establecen para ganar o perder financieramente, como resultado del desarrollo de los recursos de tierra de la ciudad. El mayor uso intensivo de la tierra es el objetivo, pues esto significa más grandes ganancias. Muchos de los dueños de propiedad en Harlem, por ejemplo, convirtieron grandes apartamentos en apartamentos de una alcoba, con el fin de aumentar sus ganancias. Hacia los años 20, el espacio en Harlem que normalmente podía valer 40 dólares al mes, estaba valiendo 100 ó 125 dólares porque se había intensificado su uso. Algunos propietarios rentaban inclusive los espacios de los sótanos y de las carboneras con el fin de conseguir mayor utilidad de sus propiedades (Osofsky, 1982). Aumentar la cantidad total de personas que podían amontonarse en el distrito, era la meta atropellada de las élites propietarias de la tierra. Este ejemplo demuestra cómo las condiciones de vida en una ciudad son el resultado directo de la máquina en el crecimiento urbano y de los intereses de aquellos que la controlan. Los gobiernos locales auxilian el crecimiento urbano eligiendo empleados oficiales que están profundamente comprometidos con los intereses de tierra de la ciudad. Muchos son propietarios de tierras, o banqueros, corredores de finca raíz, corredores de inversiones o de otras ocupaciones, cuyos éxitos e ingresos dependen de una comunidad en crecimiento. Estos funcionarios públicos tratan de conservar un "clima de crecimiento" favorable, lo que significa considerables alivios de impuestos para constructores e inversionistas, relaciones armónicas de trabajo para atraer nuevas industrias y una fuerza de policía que proporcione alta prioridad a la protección de la propiedad privada. Molotch insiste en que el crecimiento no es bueno para la comunidad como un todo, como lo sostienen los que están en el poder. El crecimiento urbano puede traer muchos problemas que complican la situación, tal como la contaminación del aire y del agua, la congestión del tráfico y la superpoblación residencial. También puede incrementar lo que las personas deben pagar por los servicios públicos, la policía y la protección contra incendios, y por otros servicios de la ciudad. Y el crecimiento no necesariamente produce empleos para los residentes, tal como afirman comúnmente los proponentes. Puesto que los trabajadores son muy móviles, toda la nación puede ser considerada como un inmenso cau-
dal de trabajo. Así, los nuevos trabajos que el crecimiento origina en una ciudad particular se pueden llenar con personas de otras comunidades, provenientes de sitios muy apartados. El crecimiento urbano, en otras palabras, otorga los mayores beneficios a aquellos que poseen los recursos utilizados en el proceso. Esto significa las élites económicas de la comunidad.
Crecimiento urbano y economía mundial El sociólogo Joe Feagin (1985) lleva un paso más allá el concepto de una máquina urbana en crecimiento, considerándolo dentro del contexto de la economía capitalista mundial. Feagin afirma que la expansión de muchas metrópolis modernas puede entenderse completamente sólo cuando se coloque como telón de fondo un cuadro global más amplio. El implacable crecimiento de Houston, Texas, capital del petróleo de los Estados Unidos, proporciona un excelente ejemplo del punto de vista de Feagin. Con cualesquiera estándares que se mire, Houston ha crecido en forma fenomenal. La población ha aumentado, mínimo 29 por ciento en cada década entre 1850 y 1980, y en una década (la de los años 20), llegó a doblarse. Mientras que en 1890 Houston se clasificaba como la ciudad 112 en población entre todas las ciudades de Estados Unidos, hoy es la cuarta (después de Nueva York, Los Angeles, y Chicago). Este crecimiento se ha realizado en parte por la migración, pero también ha sido el resultado de la anexión de tierras. Houston cubría solamente 9 millas cuadradas en 1900, pero había anexado cerca de 550 millas cuadradas adicionales en 1980 (Feagin, 1985). Feagin explica esta impresionante tasa de crecimiento, no sólo por el empuje de los intereses locales basados en la tierra, sino también por el impulso de la exigencia mundial del petróleo y sus derivados. A través de los años, Houston ha llegado a ser el centro global para la exportación de la tecnología, y equipos petroleros, y también de la refinación del petróleo y de la manufactura de petroquímicos. Tiene un nicho especial, por así decirlo, en el sistema capitalista global. Como tal, su suerte está más ligada a las tendencias económicas globales (especialmente el precio del petróleo crudo) que a las nacionales. Cuando el precio del petróleo sube (como sucedió en la década de 1970), Houston resulta ser una ciudad de mucha prosperidad; cuando el precio del petróleo cae (como sucedió en 1980) Houston experimenta graves recesiones. La bonanza y el fracaso en Houston durante las dos últimas décadas ilustra la forma cómo el desarrollo de la ciudad se manifiesta con base en los cambios econó-
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plantas industriales. En el resto de este capítulo vamos a explorar cada uno de estos desarrollos.
Gentrificación: ¿revitalización o desplazamiento de la comunidad?
La torre corporativa, símbolo de poder económico centralizado, domina ahora gran parte del paisaje de la ciudad. Grandes compañías utilizan este símbolo para definir su imágen corporativa en la publicidad. Esta pirámide en el horizonte de San Francisco es una imagen familiar de la Transamerica Corporation. (F. Scianna/Magnum). micos globales. Puesto que la ciudad es un componente clave del sistema de mercado capitalista mundial, sus fortunas suben y bajan con las decisiones que se toman en las salas de juntas de las corporaciones multinacionales.
EL FUTURO DE LA URBANIZACIÓN ¿Cuál es el futuro de la urbanización en los Estados Unidos? ¿Cuál va a ser el patrón de asentamiento más común cuando entremos al siglo XXI? Dos desarrollos en los últimos años se van a acelerar en forma notable, al menos en el futuro próximo. Uno es la renovación de los vecindarios de la ciudad central, un proceso denominado gentrificación. El otro es el crecimiento de la bonanza urbana en comunidades anteriormente pequeñas y seleccionadas como los lugares para ubicar las nuevas y enormes
La gentrificación es la conversión de áreas de clase trabajadora, frecuentemente desgastadas de una ciudad en vecindarios urbanos de clases media y media alta. La gentrificación implica que los profesionales de cuello blanco se tomen un distrito, y que al hacerlo, lo transformen. Los edificios que desde el punto de vista arquitectónico resultan interesantes, se restauran y se vuelven a su belleza original, por fuera y por dentro. Los jardines, los árboles, los arbustos que se plantan dan al área el aspecto de una prosperidad bien conservada. Al mismo tiempo que se renuevan esas áreas residenciales, los almacenes cercanos también pueden transformarse. Los antiguos almacenes de variedades con restaurantes o lavanderías son remplazados por una boutique de moda o tiendas gastronómicas. Vecindarios recientemente gentrificados incluyen la sección de AdamsMorgan en Washington, Society Hill en Philadelphia, Mount Adams en Cincinnati, Inman Park en Atlanta, Mission District en San Francisco, Reservoir Hill en Baltimore, Boerum Hill en Brooklyn y Kitsilano en Vancouver. En efecto, es difícil que un área metropolitana principal en el mundo occidental no haya participado del fenómeno de la gentrificación. En sí misma, la gentrificación parecería contradecir las preferencias estables de los estadounidenses para escapar a los males urbanos al escoger vivir en los suburbios. Es claramente evidente que una vez el distrito central de una ciudad se deteriora, los acomodados no quieren arriesgarse a comprar propiedad allí (ni tampoco los bancos quieren arriesgarse a financiar hipotecas). El caso es que la gentrificación es un hecho de la vida moderna o urbana. ¿Pero qué causas la explican? Algunos investigadores han sondeado los motivos personales de los "gentrificadores", las personas que están renovando actualmente las áreas internas de la ciudad. Sus motivos usualmente son diversos. Quieren estar muy cerca del trabajo en la ciudad y evitar prolongados desplazamientos; acceso más fácil a los lugares de entretenimiento (restaurantes, museos, salas de conciertos, teatros); y para satisfacer el gusto de vivir en casas antiguas (algunas veces históricas) en vez de vivir en la modernidad monótona de la mayoría de los suburbios. Por otro lado, factores institucionales también promueven la gentrificación. Antes de la llegada de los gentrificadores, se han aprobado leyes que protegen a los distritos de ser arrasados por la renovación urbana designándolos áreas históricas.
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Al mismo tiempo, las leyes de impuestos pueden ofrecer beneficios financieros a aquellos que desean invertir en estas secciones decaídas de la ciudad. Los constructores de finca raíz pueden también iniciar la compra barata de edificios aún no renovados, con la expectativa de revenderlos posteriormente con una considerable ganancia. Entonces el área es denominada "en ascenso y con futuro" y los "gentrificadores" empiezan a mudarse a ella (Zukin, 1987). Las personas que gentrifican un vecindario urbano frecuentemente comparten algunas características sociales. Una de ellas es su antiguo lugar de residencia. La mayor parte de ellas no provienen de los suburbios, sino de otras partes de la ciudad. La gentrificación, en otras palabras, no implica darle la espalda a la ciudad, sino un cambio poblacional dentro de la ciudad. Los gentrificadores también tienen en común su edad (la mayor parte de ellos están entre los 20, 30 y también los 40), su raza (90 por ciento son blancos), sus ingresos (la mayoría está entre un rango de ingresos de medio a superior con ganancias superiores al promedio de la ciudad), en sus ocupaciones (la mayor parte son profesionales y gerentes aunque también hay trabajadores de estatus más bajos que pueden estar incluidos en esta sección), en la estructura de sus hogares (predominantemente solteros adultos que viven solos o que cohabitan, matrimonios sin hijos, (LeGates y Hartman, 1986). Hacer el perfil del gentrificador típico es más fácil que hacer el perfil de aquellos a quienes ellos desAsi como el desarrollo suburbano remplaza a las comunidades rurales y a los terrenos para el cultivo, de igual manera la gentrificación remplaza a estos habitantes de la ciudad que no pueden pagar casas nuevas o rentas más altas. La gentrificación, unida a la reducción del apoyo gubernamental para las familias de bajos ingresos, ha contribuido a incrementar el número de los que no tienen hogar. (Izquierda: John M. Roberts/The Stock Market: derecha: Jim Pickerdl/ClickJChicagc).
plazan. La población desplazada es mucho más heterogénea. Sus miembros incluyen todos los grupos de edades, desde niños hasta ancianos, aunque en algunos vecindarios ya gentrificados los de edad muy avanzada y los demasiado jóvenes forman un número desproporcionado de quienes se trasladan. También existe cierta heterogeneidad. Hasta hace muy poco, la mayoría de los desplazados han sido blancos, pero corrientemente la gentrificación está expandiéndose a los negros y a otros vecindarios de minorías. De esta forma, en el futuro los grupos minoritarios probablemente formarán un porcentaje más amplio de la población desplazada. En cuanto al ingreso, aquellos que se desplazan por causa de la gentrificación tienden a estar en el rango medio bajo. En general, en principio, los ingresos varían ampliamente de muy alto a muy bajo. Una variación amplia se da también en las ocupaciones, desde los pobres desempleados y beneficiarios de la seguridad social, hasta los profesionales ocasionales. La mayor parte de los residentes desplazados, no obstante, tienen trabajo de cuello azul o de cuello blanco de bajo estatus. Por último la población desplazada se compone de diversos tipos de familias. Desde los que viven solos, hasta las parejas casadas con o sin hijos, pasando por los individuos que cohabitan y otras situaciones alternas. (LeGates Y Hart man, 1986). Es interesante anotar que la mayor parte de las personas desplazadas por la gentrificación se esta blecen cerca (o incluso dentro) del área que se está
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gentrificando, Pero corren el riesgo de ser nuevamente desplazados a medida que se extiende el proceso de renovación urbana. No sorprende entonces que la mayoría de estas personas desplazadas deban pagar más por la renta, lo que es particularmente una carga pesada para las familias de bajos ingresos. Este hecho ayuda a explicar por qué mientras más bajo es el ingreso de una familia desplazada, más propensos están sus miembros a sentirse insatisfechos con su nueva vivienda (LeGates y Hartman, 1986). ¿Cómo podemos resumir el proceso de la gentrificación? ¿Acaso ésta representa un verdadero desarrollo en los patrones residenciales de los estadounidenses? El sociólogo Irving Alien (1986), entre otros, piensa que no. Argumenta que las casas elegantes de la sección central simplemente pueden ser una forma de expresión del estatus y éxito de las nuevas generaciones de la misma forma en que sus padres expresaron sus logros con casas más amplias y modernas en los suburbios. En ambos casos, los blancos de clase media alta buscan un lugar para vivir protegido de los estratos sociales y estilos de vida ajenos a los suyos. Los gentrificadores parecen no ser diferentes de los habitantes de los suburbios en el sentido de evitar la diversidad racial étnica y de clase social en sus vecindarios. La gentrificación les proporciona una situación residencial exclusiva y además les permite estar cerca (pero no demasiado cerca) de la diversidad de entretenimientos de la ciudad que los recibe.
Explosión de poblaciones rurales: ¿comunidad o alienación? Si las ciudades están volviendo a desarrollarse, también lo están haciendo los pequeños poblados, pero por diferentes razones. Las corporaciones están jugando aquí un papel importante en la configuración del desarrollo de la tierra. Cuando los ejecutivos de la General Motors anunciaron que habían seleccionado a Spring Hill, Tennessee, como el sitio de la nueva planta de la compañía muitibillonaria, la audiencia reunida en la vecina Colurabia se puso de pie y cantó "God Bless America". Muchos habitantes de Tennesse, desde el gobernador y los legisladores hasta los agentes de finca raíz alrededor de Spring Hill, estaban encantados con la decisión de la GM. El pequeño poblado de 1 100 habitantes, a 28 millas al sur de Nashville, iba a recibir un gran estímulo económico que podría tener repercusiones a lo largo de todo el estado. Veinte mil nuevos empleos podrían crearse; 6 mil en la nueva planta con una nómina anual de 200 millones de dólares y 14 mil en negocios que podrían suministrar a la GM materia-
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les, equipos y repuestos. Al parecer, se necesitaba con urgencia una bonanza económica como esa en un área en donde el desempleo estaba entre 10 y 19 por ciento. Pero muchos residentes de Spring Hill tenían sentimientos encontrados. Le daban la bienvenida a un empujón económico de alguna forma, pero no a uno de tan gigantescas proporciones corno la nueva planta de la GM (150 acres de espacio de planta bajo techo, la más grande inversión industrial privada en la historia de los Estados Unidos). Temían que la invasión de la GM pudiera arruinar las granjas y ponerle fin a la tranquila y pacífica forma de vida de Spring Hill. Algunos eran abiertamente hostiles hacia los "yanquis" de Detroit. Pero, ¿carecía de fundamento su recelo? Una investigación sociológica podría ayudar a responder este interrogante, porque la inversión corporativa en las áreas rurales es muy común en la actualidad. En la década de los años 70, la cantidad de empleos en las fábricas de áreas metropolitanas de Estados Unidos aumentó en 4 por ciento, mientras que la cantidad de trabajos de manufactura en las áreas no metropolitanas creció 24 por ciento, o sea 6 veces más (Summers y Branch, 1984). Además, este crecimiento no metropolitano, no estaba en los distritos rurales adyacentes a los suburbios de las ciudades. También se dio en partes del país que estaban retiradas de las grandes áreas metropolitanas (Fuguitt, 1985). La tendencia proporciona a los sociólogos una información sustancial muy importante para predecir el impacto que la planta de la GM podría tener sobre el poblado de Spring Hill, Tennessee. Con base en su revisión de estudios que habían investigado 728 plantas manufactureras en 245 pequeños poblados, Gene Summers y Kristi Branch (1984) concluyen que la industrialización rural tiene diversos efectos mezclados. Por un lado, crea nuevos trabajos, aumenta el flujo de dinero a través de la economía local, mejora la vivienda, incrementa el valor de la propiedad y expande los servicios de la comunidad, todo positivo. Pero, por otro lado, no proporciona todos los beneficios que sus proponentes predicen con frecuencia. Una decepción, según Summer y Branch, consiste en la reducción del desempleo local. El supuesto lógico es que si se crean miles de nuevos empleos, la demanda de trabajo será tan alta que casi ninguno de los que quieren empleo tendrá problema en encontrarlo. Pero este supuesto falla. La comunidad en la cual se ha construido la nueva planta no está cerrada a los extraños. Gente proveniente de muchos kilómetros alrededor y aun de regiones distantes del país son parte del caudal laboral del cual se extraen
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AGRUPACIONES SOCIALES
los nuevos trabajadores y los no residentes que solicitan trabajo pueden estar mejor calificados que los residentes antiguos para el trabajo disponible. Spring Mili, por ejemplo, se conoce ampliamente como una comunidad de granjeros. Sus residentes no saben prácticamente nada de construcción de automóviles modernos. La General Motors, por lo tanto, se inclina más probablemente por contratar trabajadores experimentados en automóviles, especialmente a aquellos que recientemente había retirado de sus otras plantas. En efecto la GM tiene un acuerdo con la U. A.W. (el sindicato) por el cual los miembros del sindicato tendrán la primera opción para trabajar en Spring HUÍ. Este patrón común, ayuda a explicar por qué la industrialización rural frecuentemente hace muy poco para reducir el desempleo rural. En la mayor parte de los estudios que Summers y Branch revisaron, menos de 10 por ciento de los nuevos trabajos fueron ocupados por residentes locales en desventaja (los locales de bajos ingresos, los desempleados y los miembros de grupos minoritarios). El estado de Tennesee ha ensayado revertir esta tendencia creando un programa de entrenamiento sobre fabricación de vehículos modernos. Pero el programa se abrió para todos los habitantes de Tennessee, no solamente para los residentes de Spring Hill ni tampoco para aquellos que más necesitaban trabajo. La industrialización rural también ha desilusionado a los residentes locales de otras áreas. El supuesto de que la industria iba a traer nuevos impuestos y, por lo tanto, a reducir la carga tributaria de los individuos demostró ser equivocada en muchos casos. El problema es que a las industrias con frecuencia se les ofrece un cambio de impuestos para atraerla a lugares rurales. A la General Motors por ejemplo, no se le exigió pagar impuestos de propiedad durante los primeros 10 años en su planta de Spring Hill. Después de eso, debía pagar sólo 25 por ciento del valor declarado (Borden, 1986). En consecuencia, la GM hará relativamente muy poco para diferirse los costos de los servicios municipales, lo mismo que a sus industrias satélites y a cualquier
flujo de nuevos trabajadores. Summers y Branch encontraron que este patrón era relativamente común. En muchos pequeños poblados en donde se habían construido plantas industriales, el costo de proporcionar servicios adicionales (tales como más policía, bomberos, acueducto, alcantarillado, recolección de basuras y más escuelas) excedía al aumento en las rentas por conceptos de nuevos impuestos. La industrialización rural también puede acarrear un costo psicológico. Los residentes de Spring Hill se preocupan de que una invasión tan grande y repentina de personas nuevas debiliten el fuerte sentido de comunidad que siempre han tenido. La investigación sociológica sugiere que esta preocupación no carece de validez, al menos para algunos segmentos de la población. Un estudio ha comparado a los residentes de un pequeño poblado que creció rápidamente después de que se construyó una planta de generación de energía, con residentes de poblados vecinos que habían experimentado poco crecimiento (Freudenburg, 1984). Se encontró que los adolescentes de la pequeña población en crecimiento tenían actitudes más negativas hacia sus comunidades y hacia sus propias vidas, y se sentían más alienados que las otras personas. Para resumir, los adolescentes parecían particularmente susceptibles a perder el sentido de comunidad bajo condiciones de crecimiento económico rápido acompañado de cambio social. La industrialización rural, entonces, no es un asunto fácil. Aunque puede generar empleo y el crecimiento general de ingresos, esos beneficios no afectan a todos los residentes locales. La prosperidad tiende a pasar por alto a aquellos que están económicamente en desventaja. Además, los gobiernos locales enfrentan incrementos de costos que la industria no puede ayudar a solucionar y algunos residentes antiguos pueden empezar a perder su sentido inicial de comunidad. Sólo a través de esfuerzos concertados para evitar estos problemas, la gente de lugares como Spring Hill, Tennessee, gozarán de un futuro que mejore su pasado.
RESUMEN 1. En el siglo XX el mundo se ha urbanizado rápidamente, la gente abandona el campo y los pequeños poblados, y se establece en las ciudades y en los alrededores de las áreas metropolitanas. Hoy la mayoría de la población del mundo (casi 63 por ciento) vive en las ciudades.
2. Los sociólogos no están de acuerdo con respecto a las consecuencias de la urbanización. Algunos argumentan que ella inevitablemente trae una pérdida de comunidad: una pérdida de los valores comunes y de los vínculos cercanos y permanentes característicos de los pequeños poblados. Pero otros argumen-
COMUNIDADES Y CIUDADES
tan que la comunidad persiste dentro de los vecindarios urbanos. Dicen que las ciudades tienen zonas en donde las relaciones son muy similares a aquellas que se dan en los pequeños poblados. Más aún, otros argumentan que la urbanización ha producido una clase diferente de comunidad, que no depende de que las personas vivan cerca unas de otras. La investigación sugiere que cada una de estas opiniones tiene validez, pero que cada una de ellas tiende a darse bajo diferentes circunstancias. 3. Las ciudades han sufrido grandes cambios desde que comenzaron a surgir. Las ciudades preindustriales necesariamente eran pequeñas porque el transporte terrestre se limitaba a los caballos, a los vagones y a ir a pie. En estos espacios confinados, los aristócratas y los comuneros vivían muy cerca. Las ciudades preindustriales también eran sucias y malolientes, expuestas a infecciones y a enfermedades. 4. El crecimiento urbano explosivo que dio origen a la ciudad moderna fue posible por la Revolución Industrial y por la tecnología agrícola inmensamente mejorada que proporcionó este adelanto. Los granjeros podían ahora producir suficiente alimento para sustentar poblaciones grandes y densamente pobladas. Los trabajadores desplazados de las granjas migraron a esas ciudades, donde proporcionaban el trabajo para que funcionaran las fábricas que dominaban el área central de las ciudades. Más allá de la ciudad central se desarrollaron suburbios residenciales a lo largo de las líneas del tren y del tranvía. Estos suburbios alojaban principalmente familias de ingresos medios y altos. Las familias de bajos ingresos permanecían en las ciudades cerca de sus lugares de trabajo. 5. Los suburbios se extendieron con el desarrollo de las metrópolis que a su vez se extendían atravesadas por una red intrincada de autopistas. En la metrópoli, las fábricas también se movieron hacia los suburbios como la habían hecho los comercios al por menor y los lugares de entretenimiento. El área central de las ciudades es ahora la sede de las instituciones financieras y de las oficinas corporativas, rodeadas por tradicionales distritos residenciales de bajos ingresos. 6. Mientras que las poblaciones en muchas ciudades estadounidenses han tendido a nivelarse, las ciuda-
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des del Tercer Mundo están creciendo en una proporción explosiva. Los empleos, la vivienda, los servicios de la ciudad son inadecuados para este crecimiento de la población urbana y, en consecuencia, millones de personas sufren pobreza aguda. 7. De acuerdo con el enfoque de la ecología urbana, las ciudades son todos integrados, cada parte sirve a las funciones que complementan y apoyan aquellas que sirven las otras partes. Los ecologistas urbanos han propuesto muchos modelos para explicar el desarrollo de la organización espacial de una ciudad. Ellos incluyen el modelo de las zonas concéntricas, el modelo del sector y el modelo de núcleo múltiple. Los ecologistas urbanos también han descrito los procesos que están comprendidos en el cambio de los vecindarios. Los cambios frecuentemente ocurren con la invasión de nuevos grupos de residentes, lo que entonces conlleva un cambio en la composición de la población y a un nuevo uso de un área en particular. 8. La perspectiva político-económica insiste en la importancia de los grupos poderosos en la dirección del crecimiento urbano para su propia ventaja. Estos grupos frecuentemente forman una coalición de intereses basados en la tierra, incluyendo a los propietarios, a los constructores de finca raíz, a los banqueros e inversionistas financieros. Las poderosas corporaciones hicieron mucho para animar el surgimiento de la metrópoli moderna. De acuerdo con la perspectiva político-económica, las corporaciones trasladan sus operaciones febriles a los suburbios para evitar especialmente el descontento laboral en la ciudad central. Actualmente, las enormes corporaciones multinacionales continúan afectando el desarrollo de las ciudades que son parte del sistema capitalista global. 9. Dos desarrollos importantes en los últimos años son la gentrificación (la renovación de los vecindarios de la sección central de la clase trabajadora) y la construcción de grandes plantas industriales en las áreas rurales. Los sociólogos están preocupados porque estas dos tendencias puedan debilitar los vínculos comunitarios; la gentrificación podría estar desplazando a las familias de bajos ingresos y la industrialización rural podría hacer que las pequeñas ciudades crecieran muy rápidamente.
GLOSARIO Área estadística metropolitana consolidada. (CMSA)
Grupo interconectado de una o más ciudades y de sus suburbios circundantes que unidos tienen más de un millón de habitantes.
Ciudad. Establecimiento relativamente grande, densamente poblado y permanente, de personas diversas socialmente, y que directamente no producen su propio alimento.
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AGRUPACIONES SOCIALES
Comunidad. Grupo de personas relativamente grande que tienen valores e intereses comunes, vínculos relativamente permanentes, interacción cara a cara frecuente y un sentido de proximidad unos de otros. Ecología urbana. Enfoque sociológico para estudiar las ciudades que examina los usos sociales de la tierra urbana como el resultado de la interacción entre diversos grupos de personas y de su entorno físico geográfico. Cemeinschaft. Palabra que utiliza Tónnie para denominar un pequeño lugar tradicional en el que cada uno conoce a alguien más y las personas tienden a permanecer donde han nacido, tanto social como geográficamente. En un Gemeinschaft las personas comparten un ancestro, valores, aspiraciones, tradiciones y muchos roles comunes. Estos factores, más la diaria interacción cara a cara, tienden a crear vínculos social y emocionalmente fuertes. Gentrificación. Conversión de un área de una ciudad habitada por clase trabajadora frecuentemente descuidada, en vecindarios urbanos renovados, y ocupados por clase media y media alta. Gesellschaft. Término de Tónnie para denominar una sociedad caracterizada por una población densamente establecida en la que la mayor parte de las personas son extrañas unas a otras e interactúan en forma impersonal. En una Gesellschaft las personas tienen valores, roles de trabajo, y ancestros diferentes, y las redes con sus parientes y con sus amigos son muy lejanas, y también tienen una gran movilidad social y geográfica. Megalópolis. Dos o más metrópolis vecinas que se han extendido tanto en el área geográfica que sus límites se tocan entre sí. Metrópoli. Ciudad principal con municipios que la rodean e integradas en una órbita económica y social. Modelo de invasión y sucesión. Modelo de cambio en el vecindario que se enfoca sobre la invasión de una nueva clase de residentes, seguida por una competen-
cia por ¡a tierra disponible y en último término por el surgimiento de un nuevo uso del área. Modelo de vida cíclica de los vecindarios. Modelo de cambio del vecindario que mira el proceso como una parte de una serie más grande de episodios de invasión /sucesión. El ciclo completo incluye las siguientes etapas: desarrollo, transición, degradación,, recuperación y renovación. Modelo de zona concéntrica. Modelo de Burguess del uso urbano de la tierra en el que las ciudades desarrollan un disfrito central de negocios que está rodeado por muchos anillos concéntricos cada uno de ellos dedicado a un conjunto diferente de actividades sociales y económicas. El primer anillo, el más cercano a la ciudad central, es un área de alta inestabilidad y de altas tasas de criminalidad, invadido gradualmente por negocios y por fábricas. Los siguientes tres anillos contienen las viviendas de la clase trabajadora, la ciase media y alta, y los suburbios que implican largos viajes. Modelo sectorial. Modelo de Hoyt del uso urbano de la tierra en el que las ciudades desarrollan una serie de sectores en forma de ponqué y que rodean un distrito de negocios central. Los sectores tienden a estar distribuidos a lo largo de las rutas de transporte principales en forma de radios por fuera del área central dedicándose cada uno a distintos propósitos. Modelos de núcleo múltiple. Modelo de Harris y üe Ullman del uso urbano de la tierra en el que las ciudades se desarrollan como una serie de centros separados, denominados núcleos, cada uno con sus propias funciones especializadas. Perspectiva político-económica. Visión sociológica de las ciudades que ¡as mira como el producto de decisiones tomadas por los grupos poderosos en su propio provecho. Urbanización. Proceso por el cual grandes cantidades de personas que viven en el campo y en pequeñas poblaciones se desplazan con el fin de establecerse en ciudades y en las áreas metropolitanas circundantes.
CAPITULO 10
La población
En la actualidad viven en China 1 050 millones de personas: cerca de una cuarta parte de la población del mundo. Su población es cuatro veces mayor que la de los Estados Unidos; pero su economía produce mucho menos. El crecimiento de la población de China es el resultado de la modernización, que ha traído consigo más alimentos, mejor atención médica, menos enfermedades y epidemias menos frecuentes. La tasa de mortalidad en China ha disminuido, más niños sobreviven y se convierten en padres de familia incrementando la cantidad de nacimientos. (En los años 60 China experimentó un baby boom tal como lo había experimentado Estados Unidos (véase Capítulo 6). La tasa incremental de supervivencia en China significa que más personas están entrando a la edad de la maternidad, tantos que en efecto, a comienzos de los años 80 los científicos sociales chinos se dieron cuenta de que aunque cada matrimonio tuviera menos de dos hijos, el país todavía tendría que enfrentar un rápido crecimiento poblacional. Este crecimiento estaba amenazando con destruir las oportunidades de que China se convirtiera en un país más rico: el sólo proporcionar el alimento y satisfacer las necesidades básicas a todos los habitantes, consumiría todas las ganancias económicas. En el mundo en desarrollo, la India y otros países se enfrentan con perspectivas semejantes. Durante los años en que estuvo en el poder el líder revolucionario de China, Mao Zedong (también algunas veces suele escribirse Mao tse- Tung), la situación en China se ignoraba ampliamente. Mao aceptaba el punto de vista marxista de que los llamados "problemas" de la población eran solamente síntomas secundarios de un desarrollo económico
pobre o de una injusta distribución de la riqueza. Los problemas, pensaba él, no eran tantas bocas, sino poco alimento; no eran tantos trabajadores, sino tan pocos empleos. Pero después de la muerte de Mao, los nuevos líderes de la China concedieron mucha atención a la investigación social que demostraba cómo la ignorancia de los problemas de la población sólo los empeoraba. Era inevitable tomar medidas drásticas. La cantidad enorme de personas debía reducirse de alguna forma. Para suavizar el aumento de la explosión demográfica, el gobierno chino de los años 70 instituyó una política moderada que animaba a las parejas casadas a tener solamente dos hijos. Pero una política moderada no controló la ola de crecimiento de la población, y entonces el gobierno lanzó la política drástica de permitir solamente un niño por familia, con la esperanza de estabilizar la población en 12 mil millones hacia el año 2001 (Kane, 1987). En la actualidad, una pareja que planea tener un niño debe obtener permiso oficial, en la forma de un pequeño certificado rojo. Además, la pareja debe esterilizarse, o utilizar los anticonceptivos que ofrece el Estado sin ningún costo. Para hacer cumplir su política, el gobierno tiene diversos incentivos para aquellos que cumplen y también castigo para quienes no lo hacen. Por ejemplo, las parejas que solamente tienen un niño reciben una ayuda mensual hasta que el niño cumpla 14 años, teniendo en consideración especial la escasez de vivienda, los cuidados médicos gratuitos y los beneficios de una pensión adicional. La presión para adaptarse es poderosa. Las comunidades y los lugares de trabajo inspeccionan a sus trabajadoras para que eviten los embarazos, y se han 257
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AGRUPACIONES SOCIALES
Muchas naciones del mundo adoptaron políticas vigorosas orientadas a reducir la tasa de natalidad. El aviso que vemos al fondo de esta fotografía es parte de una campaña extensa del gobierno chino para promover las familias de un solo hijo. Esta política incluye beneficios financieros para las parejas que cumplen con esta meta y también sanciones para aquellos que tienen más de dos hijos. (Owen Franken).
establecido cuotas de embarazos. Las parejas que ignoran las directivas del Estado, sufren el estigma social y castigos económicos. La política de planificación familiar instituida en China en 1979, ha sido eficaz en forma notable, (aunque considerablemente más notable en las ciudades que en el campo). Los nacimientos en mujeres que están en edad de embarazo han disminuido dramáticamente; cerca de 2.5 niños por mujer (Chen, 1984). Entre 1968 y 1980, la tasa de fertilidad cayó en un 65 por ciento. Pero la meta más alta, o sea, una población estabilizada, todavía no está a la vista. Con el tiempo China podrá tener éxito en estabilizar el crecimiento de su población, pero al hacerlo, está creando un nuevo problema. Lo irónico es que a causa del éxito de la política de población de
China, la población de dicho país se está envejeciendo rápidamente. En 1982, 5 por ciento de la población tenía más de 64 años. En el año 2000 un 8 por ciento tendrá más de 64 años, y en el año 2050 el 25 por ciento tendrá más de 64 años (Chen, 1984). A nivel familiar, los hijos que no tienen hermanos deberán cuidar de sus dos padres ancianos. A nivel nacional, la gran cantidad de personas en edad avanzada son una carga para los recursos de la sociedad. China comparte este problema -una pobla ción que envejece rápidamente sin una generación subsiguiente que la pueda sustentar- con muchas de las naciones desarrolladas del mundo. Nuestra mirada a China y su dilema pobladonal ilustra dramáticamente una forma importante de contar la historia de una sociedad: por el número, las características y la distribución de su pueblo. Los datos sobre la población -información censal nacional periódica y registros de nacimientos, de matrimonios y de muertes- son indispensables para la comprensión de la vida social. El tamaño de la población adquiere más significación cuando determinamos la adecuación de los recursos ambientales de un pueblo y el impacto que los números de la población tienen sobre el marco ecológico. En forma análoga, la composición de una sociedad -edad, sexo, educación, ingreso, ocupación, estatus marital, raza y religión de sus miembros- tiene enormes implicaciones para la naturaleza de las relaciones entre sus gentes. También la distribución espacial de las personas -la localización en regiones del mundo, países, provincias, estados, ciudades, localidades y bloquestiene consecuencias para las disposiciones institucionales: por ejemplo, cuando muchas personas se trasladan a un área determinada, aumentan las exigencias de escuelas, hospitales, centros comerciales y carreteras; cuando ellos abandonan el área, estos servicios pueden estar subutilizados. En efecto, en años recientes, el estudio sobre la población ha surgido como uno de los influjos más importantes sobre los negocios y la política pública. La dirigencia política en China tuvo la capacidad de reconocer y de señalar el dilema de su nación, en parte porque se han beneficiado por tener información más sofisticada.
POBLACIÓN Y SOCIEDAD La mayor parte de nuestra información acerca de una sociedad, incluyendo los datos de opinión y las encuestas de actitud, no pueden interpretarse en forma útil, sin hacer referencia a los datos de población. Por ejemplo, los datos de una encuesta actual indican que 90 por ciento de los estadounidenses aún
LA POBLACIÓN
profesan una fuerte vinculación a la institución del matrimonio (Walsh, 1986). Aun cuando en la Oficina de Censo las estadísticas muestran un aumento en la cantidad de personas que posponen su matrimonio y que permanecen solteros hasta los veintitantos o treintitantos años y se divorcian. Claramente, ni las estadísticas de la población, ni los informes de las encuestas nos dicen toda la verdad. Una simple interpretación, -que el matrimonio como institución está en graves problemas, o que está libre de elloses engañosa (véase el Capítulo 16). Los sociólogos, que utilizan ambas clases de datos, van más allá con preguntas potencialmente más útiles: por qué cada vez menos personas escogen el matrimonio o permanecen casadas; quiénes son -por edad, educación, ingreso, región- y si la situación económica o social tienen correlación con estos patrones estadísticos. En este capítulo vamos a examinar en primer lugar los enfoques generales sobre el estudio de la población. Luego examinaremos la dinámica del cambio de la población y la forma como afecta nuestra sociedad. En las últimas dos secciones de este capítulo, volveremos a los patrones de población a nivel mundial y a las políticas de desarrollo que se relacionan con ellas. Estudio de la población El cambio social, y en particular los cambios en tamaño, en composición y en distribución de una población difícilmente se perciben en poco tiempo. Solamente una visión amplia puede mostrarnos verdaderamente estos cambios y su alcance. Sin embargo, con el tiempo nos damos cuenta de este tipo de cambios, por ejemplo, cuando alguien regresa a la ciudad después de haber estado mucho tiempo por fuera, quizá se impresione por su decadencia y deterioro, o por su crecimiento y desarrollo. El cambio poblacional puede ocurrir en forma lenta, pero con el tiempo sus efectos pueden ser muy sorprendentes: aquí ciudades florecientes de Estados Unidos como Phoenix, Arizona o San Antonio Texas; allí una comunidad cada vez más pequeña como Camden, Nueva Jersey; más allá la escasez de vivienda; acullá edificios de apartamentos vacíos. La demografía es el estudio científico de la forma como los nacimientos, las muertes y la migración afectan la composición, la distribución y el tamaño de la población. La demografía tiene dos aspectos, ambos necesarios para comprender completamente la forma como los sociólogos utilizan los datos demográficos. En primer lugar, la información demográfica se utiliza ampliamente para describir la estructura social, particularmente la estructura por edad. Esto ayuda a crear una visión de conjunto de una sociedad y sus
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posibles tendencias futuras, como en China, en donde una visión clara de la estructura por edad muestra que el problema continúa. Sin embargo, no podemos olvidar que los individuos y sus acciones están comprometidos, y éste es el segundo aspecto de la demografía. La población está basada en el nacimiento de los niños y esta creación es un asunto enteramente personal. Tener o no tener niños, cuándo y cuántos son asuntos de elección personal. Esto no sólo se aplica en la afluente sociedad estadounidense aunque la amplia aceptación y la disponibilidad de las tecnologías del control de la natalidad ha afectado en forma obvia las selecciones en este campo. Existe evidencia sobre el uso de formas de control de nacimiento y de planificación familiar en las sociedades más antiguas. Cada una de las decisiones personales que afectan el nacimiento de los niños en la familia, incluyendo la de estar casado o no, o cuando hacerlo o no, tener relaciones sexuales, usar el control de natalidad, amamantar y destetar, influyen en la tasa de nacimientos de una sociedad. La selección individual también se ve comprometida en otros aspectos del cuadro de la población: la migración es un asunto de elección y también de respuesta a la presión social de la estructura (tanto del individuo como de los grupos). Incluso, las tasas de mortalidad se ven afectadas por las selecciones humanas, incluyendo las decisiones acerca de estar o no en buena salud, de comer bien, conservar la vida con tecnología médica, etc. Por lo tanto, debe considerarse la demografía, tanto en la perspectiva estructural, como en la perspectiva de la acción. Vislumbramos estos dos enfoques -y algunas de las formas como puede aplicarse- en nuestra discusión sobre el curso de la vida, que describe tanto el progreso del individuo a través del ciclo vital, como el progreso de los grupos dentro de la estructura por edad. La cantidad de personas es siempre un correlativo significativo de la vida social; y a veces, -durante las guerras, hambrunas y epidemias o sobre fronteras y territorios recientemente establecidospueden convertirse nuevamente en algo decisivo para el progreso o para la decadencia de una sociedad. Fuentes de datos sobre población La ciencia de la demografía exige una fijación cuidadosa de la composición y de la distribución de la población para suministrar una base informativa con el fin de predecir las tendencias futuras y para tomar decisiones sabias con base en estas proyecciones. Por tanto, los demógrafos requieren una información precisa y detallada de una amplia variedad de fuentes. La fuente más importante de datos demográficos es el censo de población. El censo, además
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AGRUPACIONES SOCIALES
sus hijos, la forma como toman sus decisiones con respecto al embarazo, qué clase de los métodos primigenios de control de la natalidad utilizan y cómo sienten que les ayudan los sistemas modernos de control de natalidad etc, todo esto con base en entrevistas y observaciones.
El censo en los Estados Unidos
Los dos aspectos de la demografía: los datos demográficos proporcionan una perspectiva de la estructura social y de las tendencias futuras de la población tales como la necesidad de mayor auge de los edificios de apartamentos como estos en Hong Kong, pero detrás de estos datos están las decisiones altamente personales acerca de dónde y cómo quiere vivir la gente. (Arriba: Alain Evrard/Photo Researchers; abajo: ]eff Dunn/The Picture Cube).
de ser el "conteo de cabezas", es el conteo de la composición regional y de la distribución de las personas de acuerdo con sus orígenes, destrezas y actividades. Estados Unidos ejecuta un cuidadoso censo cada 10 años. Pero muchas naciones menos desarrolladas no han establecido programas para dirigir un censo regular y eficiente. En tales casos, los demógrafos utilizan encuestas, entrevistas y métodos etnográficos para llegar a las indicaciones de unos modelos de población y de una visión personal -del lado de la acción- y de las situaciones de población. La Encuesta sobre Fertilidad Mundial, por ejemplo, ha proporcionado datos sobre los patrones de embarazo en áreas en las cuales fue imposible llevar a cabo censos o estos no fueron confiables. O un investigador de campo que vive entre personas del Tercer Mundo puede desarrollar un cuadro bastante detallado de los valores que estas personas dan a
El Artículo I de la Constitución de los Estados Unidos exige que se contabilice cada 10 años la pobla ción del país (la Tabla 10.1 muestra la población residente de los Estados Unidos en el censo de cada década). Los resultados del censo proporcionan la base para la asignación, Estado por Estado, de las curules en la Cámara de Representantes. Con tanto como hay que perder en términos de poder político, todos los censos han sido materia de mucha controversia. Puesto que los fondos para los programas de titulación se distribuyen sobre la base de los resultados censales, la rápida expansión de estos programas ha llevado a intensos debates en los últimos años. A principios de los 80, por ejemplo, la asignación de aproximadamente $100 mil millones de dólares de fondos federales estaba directamente vinculada cada año a las cifras del censo. Los funcionarios estatales y municipales tienen un interés vital en mirar que se contabilicen todos los individuos de su jurisdicción, puesto que cada persona que no se contabiliza significa una pérdida de cientos de dólares provenientes del gobierno (Mitroff, Mason y Barabba, 1983). La mayor precisión posible es la meta de un censo ¿Cuán precisos son los censos de los Estados Unidos? Una forma de fijar la precisión es comparar las cifras del censo con las proyecciones que se basan en otros datos. En los años intercensales la Oficina del Censo también recopila datos sobre aspectos muy específicos, tales como empleo, patrones de bienestar social e inmigración. Los censos de 1950, 1960 y 1970 contabilizaron cada uno 5 millones de personas menos de lo que habían proyectado los cálculos basados en este tipo de datos (Keyfitz, 1981). En 1970, por ejemplo, la Oficina del Censo utilizó los certificados de nacimiento, de muerte y de inmigración, Medicare y las cifras del bienestar social para demostrar que la población de los Estados Unidos estaba más cercana a los 208.5 millones que a los 203.2 millones que aparecen en el censo de 1970. En 1980, se hicieron esfuerzos especiales para encontrar las personas faltantes dado que el censo contabilizó cerca de 5 millones más de estadounidenses de lo que se había proyectado. No obstante, la Oficina del Censo creyó que se pasaron por alto cerca de siete millones de personas (Hauser, 1981; Mitroff, Mason
LA POBLACIÓN
y Barabba, 1983). ¿Cómo pudo suceder esto? Los sociólogos y los demógrafos saben que no se contaron los inmigrantes y en particular los extranjeros indocumentados (muchos de los cuales son hispanos). Estas personas rehusan contestar el censo por temor a que las deporten una vez que se descubra su presencia en el país. Además, muchos indocumentados extranjeros son pobres y los conteos inferiores al número real frecuentemente corresponden a los vecindarios pobres. En conjunto, los pobres, los jóvenes, los extranjeros, los hombres y las minorías -son los grupos más móviles en nuestra sociedad- son más difíciles de contar que los de clase media, los adultos, los nativos, las mujeres y los que no pertenecen a las minorías. También existen problemas con la formulación de las preguntas, especialmente entre la población que no habla inglés y que, por tanto, necesita formularios bilingües para el censo y personas especiales que se encarguen de entrevistarlo. Más aún, muchos estadounidenses pueden mirar el censo como una intrusión en su vida privada. Muchos se preguntan por qué el gobierno necesita tanta información personal y algunos dudan de que ésta vaya a permanecer confidencial. Todos estos factores pueden afectar la precisión de los datos finales del censo.
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Al reconocer las dificultades inherentes en la contabilidad de la población con un sistema que confía fuertemente en la cooperación voluntaria, la Oficina del Censo preparó en 1980 la campaña publicitaria más grande de su historia. Utilizó actores y actrices, héroes del deporte y carteles llamativos para transmitir dos mensajes: (1) toda la información es confidencial, por eso no importa si usted es criminal o extranjero ilegal; y (2) un censo preciso es vital para la nación y para el acceso de quienes responden a él a los recursos comunitarios. Finalmente, en marzo 28 de 1980 se enviaron por correo 164 millones de cuestionarios. Tan pronto cada uno de esos cuestionarios regresaba, era comparado con una lista maestra de verificación. Los fomularios que no habían regresado se controlaban mediante un sistema de procedimientos diseñado para encontrarlos. El censo de 1980 costó más de $1 mil millones de dólares.
DINÁMICA DEL CAMBIO DE LA POBLACIÓN Con el fin de fijar el cambio en las cantidades totales de la población, los demógrafos se concentran en
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tres tipos de variables: la fertilidad (nacimientos); la mortalidad (muertes); y la migración (movimiento hacia o fuera de un área). Consideremos ahora estas variables por orden. Tasa de nacimientos La tasa de nacimientos sin análisis estadístico es la cantidad de nacimientos por 1 000 personas durante un año. Durante el baby boom de 1947, la tasa bruta de nacimientos en los Estados Unidos era aproximadamente de 27 por 1 000. En 1984, por el contrario, fue de 15.6 por 1 000 (3.7 millones de niños). La tasa de fertilidad (frecuentemente se usa fertilidad) es la cantidad de nacimientos reales por 1 000 mujeres cuyas edades oscilan entre los 15 y los 44 años, en otras palabras, la cantidad de niños nacidos comparada con el porcentaje de mujeres que se encuentran en edad de concebir. Fertilidad no es lo mismo que fecundidad, esta última es el potencial biológico teórico para la reproducción. En 1982, la tasa de fertilidad en los Estados Unidos estaba en 67.8 nacimientos. Tal como vimos en el capítulo dedicado al curso de la vida (Capítulo 6), excepto para el caso del baby boom, las tasas de nacimiento y de fertilidad en los Estados Unidos han disminuido en forma estable durante varios años (Rindfuss, Morgan y Swicegood, 1988). El patrón de disminución ha variado según los estatus socioeconómicos. O sea que las tasas de nacimiento disminuyeron primero en las familias de clases alta y media, y más tarde en las familias más pobres. Las diferencias también son evidentes entre los blancos y entre los que no lo son; la tasa de nacimientos entre los blancos empezó a disminuir antes que entre los negros. Actualmente, la tasa total de nacimientos entre los negros está disminuyendo, pero la estratificación socioeconómica se da también en este campo: las familias negras de clase media tienen menos hijos que los blancos de clase media; pero los negros pobres tienen más hijos que los blancos de la misma clase social. Las tasas de población entre los hispanos y los asiáticos son todavía altas, aunque algunos observadores han notado una pequeña disminución. Esto significa que desde 1972, la tasa de nacimientos de los Estados Unidos ha estado por debajo del nivel de compensación de 2.1 niños por cada mujer en edad de concebir. Esto, a su vez, acompañado por la alta expectativa de vida, ha alterado la estructura de edad en la población de los Estados Unidos. La disminución prolongada en la fertilidad ha estado acompañada por otro cambio significativo en la población de los Estados Unidos: una disminución en el tamaño de la familia. A comienzos del siglo, la mayoría de los estadounidenses preferían una
La abundancia de ramas en este árbol genealógico de los años 1900 refleja el hecho de que las familias más numerosas, familias de tres o más hijos, fueron alguna vez la norma en los Estados Unidos. En comparación con éste, ¿cómo reflejaría un árbol genealógico ¡as tendencias actuales en el tamaño de la familia? (EKM - Nepenthe).
familia de 3 o más hijos. En nuestros días, la familia de dos hijos es la ideal (Gallup, 1986). Parece que aquí se dan varias influencias. Una es el alto costo para tener y alimentar a los hijos (alimentarlos, vestirlos, proporcionarles cuidados, enviarlos a la escuela, etc). Otra influencia es la participación creciente de las mujeres en la fuerza laboral, muchas de las cuales están siguiendo carreras profesionales. Un tercer hecho, que además está relacionado, es que las mujeres con ambiciones profesionales tienden a casarse más tarde y a posponer el comienzo de su familia; estas son las limitaciones naturales sobre el número de hijos que piensan tener. La Figura 10.1 muestra el número de nacimientos en la población mundial. En países industrializados como los Estados Unidos, esta tasa es relativamente baja en relación con el resto del mundo. El factor más importante que influye en la tasa de nacimientos de una nación es si las mujeres (o las parejas) quieren tener hijos, y esta actitud cultural está fuertemente influenciada por la religión y por la economía. El número de mujeres fértiles en la población en un momento determinado también influye en la tasa de nacimientos. Puesto que la mayoría de los niños nacen de padres casados, la tasa de matri-
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Una vasta mayoría de la población del mundo está en los países en vía de desarrollo. Así que los más altos porcentajes de nacimientos del mundo están allí.
monios y la edad para casarse son dos factores adicionales que influyen en la tasa de nacimientos. Existe todavía otra influencia más y es la disponibilidad de anticonceptivos eficaces. Existe una creencia común de que con anterioridad a los métodos modernos de contracepción, no hubo éxito en la prevención de los embarazos. De hecho, esto no es verdad. Durante los siglos XVIII y XIX la mayor parte de la disminución en la tasa de nacimientos se logró sin los métodos modernos del control de natalidad. No obstante, los métodos anticonceptivos eficaces separan aún más la actividad sexual de la concepción y fundamentalmente han cambiado la naturaleza de la decisión que allí está comprometida. Para una mujer casada en 1880, la decisión de no tener hijos era la excepción; hoy, muchas mujeres están interesadas en sus carreras y están inclinadas a aplazar el tener los hijos o a evitarlos totalmente.
Tasas de mortalidad La tasa de mortalidad sin llevar a cabo el análisis estadístico es la cantidad de muertes por 1 000 personas al año. En 1984 hubo más de 2 millones de muertes en los Estados Unidos, con una tasa de 8.6 muertes por 1 000 personas. El conocimiento per se de cuántas personas mueren no es particularmente importante, porque la muerte nos llega a todos en un momento o en otro. La tasa de mortalidad se en-
foca más bien sobre qué proporción de la población muere anualmente y a qué edades. Las tasas de mortalidad no varían mucho en el primer año de vida y después de los 50 años. Las probabilidades de que un niño muera durante el primer año de vida todavía son muy altas; pero después del primer año la tasa de mortalidad disminuye fuertemente hasta los siguientes años. La tasa de mortalidad infantil es la cantidad anual de niños que mueren durante el primer año de vida por cada 1 000 nacimientos. En los Estados Unidos durante 1984 murieron 10.8 niños por mil nacidos vivos, la tasa más baja que se ha registrado en ese país. Esta tasa es un poco más alta que la de otros países desarrollados. Por ejemplo, Suecia, Japón y Suiza tienen las tres tasas de mortalidad infantil más bajas, respectivamente. Las tasas de mortalidad infantil en Estados Unidos son mucho más altas entre los negros (18.4) que entre los blancos (9.4); y éstas son todavía más altas en los vecindarios más pobres del país tanto en las áreas rurales como en los cascos urbanos (Children's Defense Fund 1987). Las tasas de mortalidad están estrechamente vinculadas con la expectativa de vida, que es la cantidad promedio de años que se espera viva una persona de una edad determinada. Sin embargo, las tasas de mortalidad tienen poco efecto en la duración de vida, o sea, la cantidad máxima de años que
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un ser humano puede vivir. Con el paso de los siglos esta no ha cambiado sustancialmente. En los Estados Unidos la expectativa de vida ha aumentado enormemente en los últimos 75 años, gracias a la disminución general en la mortalidad infantil, a los avances de la medicina moderna y al mejoramiento de la nutrición y de los servicios de sanidad, alcanzando casi a la duración de vida. Actualmente el promedio de expectativa de vida en los países industrializados es 74 años. Las mujeres blancas son quienes viven por más tiempo, un poco más de 78 años; las mujeres no blancas pueden vivir 74.5 años. Los hombres tienen expectativas de vida más cortas que las mujeres: los hombres blancos pueden vivir 70.6 años y los que no lo son alrededor de 65.6 años. La Figura 10.2 muestra las diferencias en la expectativa de vida al nacer, para varias regiones del mundo. Una de las razones para la disminución general en la tasa de mortalidad infantil es la disminución en las muertes causadas por enfermedades contagiosas. Esto significa que más niños llegan a la edad adulta, (como hemos visto en el Capítulo 6). Otra tendencia relacionada con el aumento de la expectativa de la vida para los estadounidenses, es el cambio en las causas de la muerte. Los demógrafos han observado recientemente que los estadounidenses mueren cada vez con mayor frecuencia de enferme-
dades y de ciertas condiciones que con el tiempo los matan a una edad más avanzada; por ejemplo, mayor cantidad de muertes causadas por diferentes tipos de cáncer. En otras palabras, hay tasas de mortalidad menores para ciertos tipos de muerte; pero tasas más altas para otros. En general, los estadounidenses viven más tiempo, mueren más tarde y por diferentes causas que en el pasado (Stockwell and Groat, 1984). A pesar de que hay cierta disminución en la mayoría de las tasas de mortalidad, los Estados Unidos todavía tienen la tasa más alta de asesinatos en el mundo industrializado; más alta todavía que en Irlanda del Norte, donde la violencia es ampliamente divulgada (Oxford Analytica, 1986). Entre todas las variables demográficas, los cambios en la mortalidad tienen el impacto más fuerte sobre la historia demográfica de la población humana. Lo que hay detrás de la "explosión demográfica" actual no es el aumento significativo en la fertilidad sino una caída sorprendente en la tasa de mortalidad (Donaldson, 1986). La Figura 10.3 muestra sin el análisis estadístico la tasa de mortalidad y las tasas de mortalidad infantil entre las diferentes sociedades del mundo. En contraste con las naciones industrializadas, algunas partes del mundo todavía se caracterizan por unas tasas de mortalidad bastante altas. Se espera que en los próximos años, la disminución de la mortalidad en estas regiones sea la
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principal influencia en el crecimiento de la población y sobre todo el tamaño mundial de ésta (Stockwell and Groat, 1984). Tasas de migración El movimiento de gentes de un país o de una región a otra se mide por las tasas de migración. La tasa de migración es la diferencia entre la cantidad de personas que se marchan y aquellas que llegan cada año por 1 000 personas. La emigración es una migración de la tierra nativa; y la inmigración es una migración a un nuevo país. Estos términos se utilizan comúnmente para referirse a la migración internacional, que consideramos en profundidad, en el caso de la inmigración en Estados Unidos. Pero migración interna o sea, el movimiento dentro de un
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país, es también muy importante y por tanto, lo vamos a estudiar. La gente migra por muchas razones, entre ellas por los desastres naturales; las persecuciones religiosas o gubernamentales, el deseo de aventura o de mejorar las oportunidades de la vida y -una vez que empieza la migración- el ímpetu del grupo (Peterson, 1975). Todas estas razones han traído personas a Estados Unidos. La hambruna de la papa de la década de 1840 -una fuerza natural- dio comienzo a una ola de inmigración irlandesa. El racismo y el genocidio empujaron la inmigración judía antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Los progroms (masacres organizadas) contra los judíos incitaron a muchos judíos rusos a establecerse en los Estados Unidos a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Y muchos asiáticos del sur han huido de situaciones
La rapidez con que crece una población no solamente tiene que ver con ¡a cantidad de niños que nacen, sino también con los que sobreviven. Aunque disminuyó la cantidad de nifios en muchas zonas, los índices de mortalidad infantil son todavía altos en muchas partes del mundo
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En la actualidad, muchas comunidades de los Estados Unidos, grandes y pequeñas, han dado albergue a una o más familias de Vietnam, de Camboya y de Laos. Una ola de inmigración del Sureste Asiático que empezó con la caída de Vietnam en los años 70. Estos migrantes se denominan "pueblo de botes" porque se arriesgaron a cruzar el mar del sur de China en barcos sobrecargados y frecuentemente descompuestos, antes que permanecer bajo la opresión política en sus países de origen destrozados por la guerra. (J.P. LaffontISygma).
políticas en sus regiones desde 1970 y desde la guerra de Vietnam. El deseo de un mejoramiento económico atrajo a los inmigrantes del sur y del este de Europa en el siglo XIX. La noticia del éxito de sus parientes, trascendió en sus países nativos, creando un impulso social que atrajo una inmigración de 6 millones de sus compatriotas hasta 1910. Con 5 por ciento de la población mundial, los Estados Unidos aún reciben aproximadamente 50 por ciento de inmigrantes del mundo (Oxford Analytica 1986; esta cifra no incluye los refugiados cuyo paso a otro país se supone que no es permanente). Claramente, la inmigración siempre ha sido una fuente importante del crecimiento (y con frecuencia de tensión entre grupos) de Estados Unidos. Desde 1820 más de 50 millones de personas vinieron a vivir a los Estados Unidos, incluyendo 3 millones de esclavos que vinieron contra su propia voluntad.
Para profundizar la inmigración a los Estados Unidos La inmigración hacia los Estados Unidos no estuvo reglamentada sino hasta 1882, cuando el Congreso
decretó la Ley de Exclusión de los Chinos, que detuvo la inmigración de dicho país. En 1920, nuevas leyes establecieron un sistema de cuotas de origen nacional para los inmigrantes; por ejemplo, toda la inmigración del este asiático se detuvo. Los grupos del norte de Europa tuvieron preferencia; la suposición implícita era que algunos grupos étnicos eran preferibles a otros. Sólo hasta la Ley de Inmigración de 1965, se abolió este sistema de cuotas basado en los orígenes nacionales. Hoy 170 000 personas del hemisferio occidental pueden entrar a Estados Unidos legalmente cada año, y la misma cantidad lo puede hacer legalmente del hemisferio oriental. La ley de 1965 favorece el ingreso de aquellos inmigrantes que tienen vínculos familiares con otros estadounidenses y aquellos que tienen habilidades ocupacionales esenciales. Así entre otros efectos, la ley de inmigración de 1965 ha significado un mayor número de inmigrantes de America Latina y del Caribe y también ha cambiado la composición social de los inmigrantes chinos de adultos solteros a familias completas que inmigran juntos. Desde mediados de la década de 1960, la inmigración a Estados Unidos ha aumentado fuertemente, a niveles no vistos desde el tope de inmigración de 1920. Tres millones de personas llegaron en 1960, 4 millones en 1970 y aún muchas más llegaron en 1980. Un millón de cubanos y 400 000 asiáticos del sureste llegaron a Estados Unidos cuando cayeron en sus patrias los gobiernos proestadounidenses (Massey, 1981). Los inmigrantes del sudeste asiático a Estados Unidos constituyeron un 7 por ciento en los años 60; en los años 80 llegaron a 44%. (Kelly, 1986). Muchos de los cubanos que eran profesionales, gerentes, propietarios de tierras y de negocios en su tierra natal, se vieron obligados a recibir empleos menores cuando llegaron a Estados Unidos. La mayoría de los inmigrantes vietnamitas también disfrutaban de un estatus más alto en Vietnam que en Estados Unidos. Pero ambos grupos muestran evidencia de una movilidad ascendente. Los nuevos requerimientos ocupacionales de la ley han significado "una fuga de cerebros" para muchos países: la emigración de personas altamente calificadas y educadas. La fuga de cerebros ha sido especialmente dura para los países asiáticos. Aunque claro está existen excepciones, los inmigrantes recientes a los Estados Unidos están en condiciones diferentes a los de los primeros, porque están mejor educados, más altamente calificados y, por lo tanto, no desean permanecer por largo tiempo en la base de la jerarquía social. En efecto, la perspectiva de un estándar de vida más alto y de una movilidad ascendente, ha sido una de las fuerzas principales para la inmigra-
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ción desde los países más pobres del Tercer Mundo hacia las naciones más ricas, incluyendo Estados Unidos (Massey, 1981). Algunos grupos, tal como la reciente afluencia de buhoneros senegaleses, en la ciudad de Nueva York, llegan para conseguir dinero para llevar con ellos a su casa tan pronto como les sea posible. Desde 1980, muchos de los inmigrantes que llegan a Estados Unidos han sido afganos y europeos del Este, especialmente rumanos y polacos. Esto tiene que ver con la política exterior de los Estados Unidos. Dicho país acepta solamente refugiados "políticos", no económicos. Esto significa que se aceptan muchas personas de algunas naciones, mientras que de otras sólo se aceptan unas pocas. Por ejemplo, existe discriminación contra los africanos. Durante el punto crítico de la hambruna y de las guerras civiles en Etiopía a mediados de los años 80, solamente 2 000 africanos podían ir a los Estados Unidos anualmente. Esto correspondía a una pequeña fracción de la cantidad de europeos y de asiáticos que se aceptaban. Aunque en EE.UU se define como refugiado político a cualquier persona que desee dejar la Europa comunista del Este, incluyendo a los miles de polacos que llegan cada año esencialmente por razones económicas, allí se rechazan como refugiados "económicos" a la mayoría de los refugiados de Etiopía, El Salvador y de otros países de América Latina desgarrados por la guerra. Las condiciones políticas y económicas críticas en sus patrias, particularmente en México y en otros países centroamericanos, también han llevado a muchos inmigrantes a entrar a los Estados Unidos en forma ilegal. Nadie sabe exactamente cuántos extranjeros ilegales se encuentran actualmente viviendo en los Estados Unidos. Algunos estimativos indican una cantidad de más de 12 millones. La Oficina del Censo concluyó que de 2.5 a 3.5 millones de extranjeros ilegales se contabilizaron en el censo de 1980, y que en 1987 residían en Estados Unidos 4.7 millones de extranjeros ilegales y anualmente entran otros 200 000 (Robey, 1987). Se ha estimado que 45 por ciento de los extranjeros indocumentados que se contabilizaron en el censo de 1980 eran mexicanos; 17 por ciento eran de Centroamérica y el Caribe; un 12 por ciento de Europa; otro 12 por ciento asiáticos; un 5 por ciento africanos, australianos y de las islas del Pacífico, y un 2 por ciento del Canadá (Pear, 1983). Durante muchos años, los extranjeros indocumentados formaron un grupo de mano de obra barata para los negocios estadounidenses: muchos inmigrantes ilegales trabajaban por menos del salario mínimo. Los hispanos, por ejemplo, proporcio-
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nan mano de obra barata, estacionaria y agrícola; los asiáticos forman un grupo de trabajadores que confeccionan ropa a bajo costo. Pero en 1987, la Ley de Reforma y Control de la Inmigración entró en vigor. Este es un intento del gobierno para detener la inmigración ilegal -un esfuerzo sobre el que las encuestas muestran gran apoyo de los estadounidenses (Robey 1987)- para legalizar muchos de los inmigrantes que entraron en forma ilegal y para deportar a aquellos que permanecen allí ilegalmente. Los empleadores ahora deben ver las pruebas de residencia legal, antes de contratar a un inmigrante, o si no deben pagar severas multas y sanciones. Los inmigrantes que entraron a los Estados Unidos en forma ilegal pueden lograr la amnistía a su deportación si pueden demostrar que han vivido allí permanentemente desde el 1 de enero de 1982. Sin embargo, la inmigración ilegal no ha terminado. México, un vecino cercano a los Estados Unidos y una nación pobre, con una alta tasa de nacimientos, ha sido una fuente de muchos inmigrantes legales e ilegales, muchos de ellos jóvenes. Pero se espera que permanezca siempre alta la inmigración de América Latina y especialmente de México. Tal como lo discutiremos en el Capítulo 13, cuando hablemos sobre la raza y las relaciones étnicas, los hispanos forman una proporción creciente de la población estadounidense. Con su alta tasa de natalidad y la continua inmigración, se espera que los hispanos lleguen a ser el mayor grupo étnico minoritario del país a comienzos del próximo siglo. A la larga, esto significa que en 100 ó 150 años, los estadounidenses blancos, que no son hispanos serán una minoría en la población de los Estados Unidos.
Cambios regionales de la población: del campo a la ciudad a los suburbios La migración interna puede afectar a una sociedad tan profundamente, como los movimientos hacia y desde un país. Por ejemplo, en China la migración interna está estrechamente controlada por el Estado. Pero aun así, demasiadas personas migran hacia ciudades como Shanghai, donde se esparcen en los andenes -para comer, para cortarse el pelo, para comprar y vender, incluso para dormir- y donde ahora hasta el sistema de alcantarillado está sobrecargado. Los estadounidenses siempre han sido un pueblo en movimiento. Casi 17 por ciento de la población de los Estados Unidos se traslada cada año con más de 6 por ciento de traslado a un nuevo Estado o país (Oficina del Censo de los Estados Unidos, 1987). Según un observador, esto se convierte en
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un promedio de 8 traslados por cada persona adulta (Gordon, 1978). La migración hacia el oeste, como parte de la mitología estadounidense, sigue todavía su marcha. Hoy, el Cinturon del sol, las montañas del Oeste y los Estados del Pacífico muestran el mayor incremento de población (véase Tabla 10.2). Su clima soleado, sus espacios abiertos y otros recursos atraen empresas y personas que están en una edad en la que muchos empleos fácilmente pueden trasladarse, migran porque quieren vivir en una zona con más atractivos. Con el cambio poblacional ha sobrevenido también un cambio en el poder político: cuatro de los últimos cinco presidentes de los Estados Unidos son originarios del Sur y del Oeste. Así como los chinos provenientes de las áreas rurales se amontonan en Shanghai y así como los granjeros ingleses y los trabajadores que dejaron sus cabañas rurales para buscar empleo en los centros urbanos, los estadounidenses de todos los grupos durante más de un siglo se trasladaron del campo a las ciudades. Después de la Guerra Civil en los Estados Unidos, la industrialización comenzó en serio. Al mecanizarse la agricultura, los granjeros dejaron las áreas rurales y se sintieron atraídos hacia las ciudades para trabajar en las fábricas. En 1900, 60 por ciento de la población vivía en granjas; en 1980 solamente 6 millones de personas vivían en granjas, o sea 25 por ciento menos que en 1970. La cantidad de personas que viven en las granjas continúa en descenso. Muchas ciudades en el Noreste y en el Medio Oeste están perdiendo su población en beneficio de los suburbios adyacentes, y éstos son los lugares de más rápido crecimiento residencial. Los demógrafos, observaron primero esta tendencia a finales del siglo, y su marcha aumentó en los años 40. A causa de este movimiento que parecía coincidir con la migración de los negros del campo del Sur hacia el Norte, algunos demógrafos denominaron este fenómeno el "vuelo blanco". Hoy, 57.7 por ciento de los negros estadounidenses viven en las grandes ciudades, en comparación con 24.9 por ciento de los blancos. En
1900, 90 por ciento de los negros estadounidenses vivían en los campos del Sur. Pero hacia 1980 menos negros empezaron a migrar a las ciudades centrales del Norte, y más, al menos los de clase media, empezaron a migrar hacia los suburbios (Hauser, 1981). Los negros que se trasladaron a las ciudades pretendieron establecerse de nuevo en las ciudades sureñas, a causa del crecimiento económico de la región del Cinturón del sol. Los demógrafos también han observado que durante los años 70, los ciudadanos de los Estados Unidos reaccionaron a los problemas causados por la densidad urbana y se mudaron hacia ciudades más pequeñas y hacia las zonas rurales. Al final de aquella década, dos terceras partes de todos los con-
¿Qué significa un cambio demográfico? Realmente, esta comunidad suburbana en el sur de California es la incorporación de las dos tendencias demográficas en los Estados Unidos: un movimiento de centros urbanos hacia los suburbios, y áreas rurales, y una continua migración hacia el Sur y el Suroriente y hacia los Estados del Pacífico. Esta imagen también sugiere otro dilema creado por el crecimiento de población: las personas que vienen y van pero, las tierras fértiles una vez desocupadas jamás se recuperan. (Dan McCoy/Rainbow).
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dados no metropolitanos aumentaron en población, mientras que por muchos años en ellos había ocurrido lo contrario. (Oficina del Censo de Estados Unidos, 1980). Por primera vez en más de un siglo las pequeñas poblaciones y las zonas rurales (aunque no necesariamente las granjas) estaban creciendo más rápidamente que las áreas metropolitanas. Esto marcó un punto de retorno importante en el desarrollo regional de los Estados Unidos (Clark 1985). Desde los años 70 se han dado señales de que el crecimiento de la población en las poblaciones pequeñas y en las zonas rurales está disminuyendo paulatinamente. Algunos analistas especulan que las zonas metropolitanas pueden reestablecerse por sí mismas como ubicaciones principales para jóvenes profesionales en proceso de movilidad ascendente (Peterson, 1986). Estructura de edad y pirámide de población El impacto de la dinámica de población que acabamos de discutir, o sea, el nacimiento, la muerte, las tasas de migración dentro de un país determinado, pueden resumirse en una pirámide de población. Tal como se discutió en el Capítulo 6, la forma de la pirámide tradicional es el resultado de un alta tasa de natalidad, como ocurrió en los Estados Unidos con el baby boom, en China en los años 60, o como ocurre actualmente en muchos países en vía de desarrollo (véase Figura 10.4). Una proporción bastante estable de muertes, particularmente en las poblaciones que envejecen, también ayuda a mantener la forma triangular de la estructura de edad. Cuando la tasa de nacimientos disminuye, la estructura de edad toma más o menos la forma de un diamante. Si la población como un todo envejece tal como sucede ahora en los Estados Unidos, y más personas viven todas las etapas del curso de la vida y alcanzan una edad avanzada, entonces la pirámide empieza a cuadrarse, incluso a ser más pesada en la parte superior. Esto, a su vez, presenta tales problemas como el de un sistema sobrecargado de Seguridad Social que no alcanza a adaptarse fácilmente a las tendencias de la población. Un crecimiento grande de las muertes o de la migración también cambiará la forma de la pirámide. La inmigración masiva también creará una gran franja de adultos en la mitad de la pirámide poblacional, tal como en el caso de la población de la postguerra de Israel. Desde 1948 hasta 1951, el período inmediatamente posterior al establecimiento de Israel, este nuevo país creció en población en un 24 por ciento anual, y 90 por ciento de este creci-
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miento fue resultado de la inmigración. Por otra parte, la emigración masiva o la guerra formal crearán una pequeña baja dentro de los adultos jóvenes. Por ejemplo, la Unión Soviética perdió 20 millones de personas en la Segunda Guerra Mundial y otros 15 millones en las purgas de Stalin, dejando una brecha en su pirámide poblacional que afectó profundamente la vida soviética durante varias décadas. La reciente guerra entre Irán e Irak prácticamente eliminó a una generación de hombres jóvenes, especialmente en Irán. Esto afectará necesariamente todos los aspectos de la vida, desde la economía hasta las oportunidades de matrimonio para las jóvenes. La distribución de la población por edades es un ejemplo de una fuerza estructural en funcionamiento. Como hemos visto, los efectos están muy lejos de ser abstractos, tanto para la población como un todo, como para los individuos que constituyen esa población. Un efecto muy importante de la cantidad creciente de personas muy jóvenes y de personas de edad muy avanzada en una población es una dependencia creciente: a mayor cantidad de personas muy jóvenes y de personas de edad avanzada, mayor cantidad de adultos productivos del rango intermedio que deben cuidar de los niños y andados de la sociedad. (Preston, 1984). En los Estados Unidos, desafortunadamente la pobreza entre los ancianos sigue siendo un asunto preocupante, -aunque la Seguridad Social, el cuidado médico, IRA y las pensiones han elevado a la mayoría a un estándar decente de vida-, y también la pobreza entre los niños que se ha incrementado sustancialmente. Los jóvenes y los adultos de edad intermedia, ¿serán capaces de incrementar suficientemente la productividad para poder ayudar? ¿Podrán, por ejemplo, hacer una presión política en el intento de hacer que la Seguridad Social responda más y esté más disponible para las familias pobres? Las respuestas a estos interrogantes dependerán en parte de la elección individual, la que a su vez producirá a la larga un cambio estructural. Ahora vamos a observar la interacción entre la acción individual y las fuerzas estructurales en una escala mundial, cuando la población humana empieza a superpoblar nuestro planeta.
MODELOS DE POBLACIÓN MUNDIAL El impacto de las fuerzas demográficas no se detiene en las fronteras de una nación, sino que tiene implicaciones globales. En conjunto, la población mundial creció lentamente hasta 1800, en realidad tan lentamente, que se necesitaron muchos cientos de miles de años para que la población del mundo al-
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canzara mil millones (Wilford, 1981). No obstante, este no era un modelo de crecimiento lento pero continuado. Más bien, la población humana sufrió altibajos dramáticos, a causa de las hambrunas, guerras y enfermedades que redujeron sociedades completas. Aproximadamente después del año 1850, tan pronto empezó la modernización a extenderse a lo largo de Europa del norte, la población mundial empezó un largo período de crecimiento ininterrumpido. Los avances en la medicina, en la sanidad y en la agricultura redujeron enormemente la tasa de mortalidad. La población mundial hizo historia cuando alcanzó por seguna vez otros mil millones en 1930. Se sumaron otros mil millones en 1960, al igual que en 1975. De no ser por las hambrunas masivas, las epidemias y el holocausto nuclear, los expertos en población calculan una población mundial de 6.2
mil millones para el año 2000 (Pear, 1986). (El anexo -en la página 274- analiza el impacto del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), como un contexto demográfico). Aunque toda la población mundial está creciendo más lentamente que en los años 60 ó 70, cada minuto nacen 146 nuevos seres humanos, 8 790 en una hora, 210 959 en un día, 77 millones en un año. En 1987, la población mundial sobrepasó la marca de los 5 mil millones (véase Figura 10.5) Mucho más significativos son los cambios que ocurren en la distribución de la población (Donaldson, 1986). Tres cuartas partes de estos 5 mil millones de personas viven en los países menos desarrollados. Los estimativos actuales predicen que desde 1990 hasta el 2000 la población de estos países crecerá en 828 millones, lo que equivale a tres veces la población actual de los
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Estados Unidos. De esta manera, más y más personas se concentrarán en estas zonas del mundo, que son las menos aptas para suministrarles alimento. Densidad Shanghai, una de las ciudades más agitadas de China, está tan densamente poblada que el espacio en que puede vivir cada persona es de aproximadamente cuatro metros cuadrados, casi el tamaño de una cama grande. La densidad de una población es la cantidad de personas que viven en un área territorial determinada. La densidad total de los Estados Unidos en 1985 era de 67 personas por cada milla cuadrada de tierra. Pero los residentes de Nueva Jersey se sintieron más estrechos (con 1 013 personas por milla cuadrada), que los residentes de Montana (con sólo 6 personas por milla cuadrada). En efecto, en 1985 la densidad de población de Montana era igual a la de todos los Estados Unidos en 1800. En 1900, había 25.6 personas por cada milla cuadrada de territorio de los Estados Unidos y en 1950 la cifra ascendió a 50.7. La Tabla 10.3 presenta los diferentes niveles de la densidad de la población en los Estados Unidos (habitantes por milla cuadrada).
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La densidad puede medirse numéricamente, pero también es una condición que las personas experimentan subjetivamente. Una de las primeras cosas que observamos comúnmente de otros lugares es cuan superpoblados son en comparación con lo que acostumbramos a ver. Para algunas personas del área rural de Montana, casi cualquier ciudad grande puede parecer demasiado poblada. Un nativo de Indianápolis puede no estar de acuerdo con eso, pero podrá admitir que en Chicago o en Los Angeles se siente atiborrado. Incluso los habitantes de Nueva York que están acostumbrados a los empujones y a la agitación de las multitudes de la ciudad posiblemente se desconcierten por la densidad de la ciudad de México o de Shanghai. Las ciudades modernas en todas partes pueden llegar a alcanzar densidades de población inimaginables hace solamente unas pocas generaciones (véase el Capítulo 9). Por ejemplo los habitantes de Nueva York y Tokyo viven y trabajan en edificios muy altos y estacionan sus automóviles en los sótanos. Los incrementos en la densidad también dependen de los avances en la productividad agrícola, que les permite que áreas más pequeñas y aptas para el cultivo suministren alimento a más gente. Ade-
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Esta figura indica el crecimiento de la población del mundo desde el año 8000 a. de C. Si se alargara todo el recorrido hasta el surgimiento del Homo Sapiens, una vez que comenzara a recorrer muchos pies de longitud en la parte izquierda del gráfico, la línea sería difícilmente visible.
más, los métodos de transporte moderno permiten que los alimentos y otros suministros se puedan embarcar desde áreas rurales localizadas dispersamente hasta las ciudades densamente pobladas. El ganado vacuno se embarca desde Montana hasta New Jersey, así como las verduras de las granjas chinas se envían a Shanghai y a otras ciudades de China. Pero cuando las personas se establecen densamente en una zona, crean enormes problemas. ¿A dónde debe ir el alcantarillado? ¿Cómo se van a dar vivienda adecuada y servicios de transporte? ¿Dónde se establecerán "zonas verdes" suficientes, es decir, espacios abiertos en donde los árboles y otras plantas generen oxígeno para que respire la gente? Puesto que en el período industrial las ciudades no enfrentaron eficazmente estos desafíos, en general eran centros menos saludables que los alrededores rurales. "La niebla asesina" cuelga sobre Londres durante varios días. La expectativa de vida en algunas ciudades era 10 años más baja que la de los campos (Inglis 1972; Thompson 1968). En la actualidad muchas ciudades se enfrentan a estos mismos desafíos.
La densidad y el crecimiento rápido de muchas ciudades del Tercer Mundo han producido inmensos establecimientos de advenedizos donde la vivienda es rudimentaria -techos de cartón o de hojalata corrugada sobre paredes débiles, fétidas zanjas para las aguas negras- y donde los servicios son pocos. En Calcuta, decenas de miles de personas viven en las aceras. En el Cairo, la "ciudad de los muertos", un antiguo cementerio es la habitación de miles de personas que encuentran las tumbas de piedra más atractivas que cualquier otra vivienda disponible (unos pocos han extendido alambres eléctricos hasta las tumbas en las cuales han levantado su casa y sostienen con palos la antena de televisión en el techo). En Brasil casi todas las ciudades principales están rodeadas por kilómetros de tugurios en los cuales los recientes inmigrantes del campo viven en una pobreza absoluta. Malthus contra Marx El rápido crecimiento de la población mundial y la densidad que la acompaña han planteado cantidad
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de interrogantes. ¿Cuán grande puede llegar a ser la población mundial y, más particularmente, a cuántos seres humanos puede alimentar el planeta y sostener el medio ambiente? Estos interrogantes no son nuevos, e inquietaron al erudito inglés Thomas
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Malthus (1766- 1834), cuyas teorías aparecieron en 1798 en "Un ensayo sobre el principio de población". Malthus adoptó un punto de vista excesivamente pesimista, argumentando que las poblaciones humanas están ineludiblemente atrapadas en un con-
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AGRUPACIONES SOCIALES
La demografía d e l S I D A En noviembre de 1987 en Estados Unidos se habían reportado más de 27 000 casos de enfermos del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA); de estos, hubo más de 15 000 muertos. Esta estadística no solo es desconsoladora en términos humanos, sino que también es preocupante en términos demográficos. En primer lugar, dados los avances de la medicina, la pérdida de decenas de miles de vidas por una enfermedad infecdosa es profundamente estremecedora y humillante, cuando suponemos que la mayoría de las enfermedades causadas por microbios pueden controlarse con ayuda de la medicina moderna (véase Capítulo 19). Pero no solamente es sorprendente la aparidón de la enfermedad infecdosa mortal, aún es más estremecedor conocer la pobladón que ésta ha afectado: los adultos jóvenes. La mayoría de los casos de SIDA (47 por ciento) son diagnosticados en personas con edades entre los 30 y los 39 años. El otro 21 por ciento de víctimas de SIDA están entre los 20 y los 29 y el 21 por ciento con edades entre los 40 y los 49 años (AIDS Alert, 1987). La razón para que el SIDA se haya concentrado en personas entre los 20 y 50 años es que éste es el cuerpo de la pobladón más activo sexualmente y el SIDA es una enfermedad transmitida prinpalmente por contacto sexual. Un asunto que los demógrafos deben medir cuando consideran los impactos de esta enfermedad, son sus implicaciones en el credmiento de pobladón y en la economía. En términos sencillos y aunque se desarrollara una vacuna contra el SIDA (probablemente no habrá ninguna sino hasta los años 90), muchos miles más de personas morirán. Los cálculos actuales indican que alrededor de 1.5 millones de personas están infectadas con el virus del SIDA. Nadie sabe cuántas de estas personas desarrollarán con el tiempo la enfermedad mortal (los estimativos van de 10 a 20 por ciento hasta 100 por ciento), pero todos son capaces de transmitir la enfermedad a otros mediante el contacto sexual o
compartiendo instrumental médico. Las mujeres con el virus de SIDA también pueden infectar a sus hijos cuando están en el útero, los bebés que han nacido con este virus, por lo general, les va todavía peor que a las víctimas adultas del SIDA. Una característica que surge de la demografía del SIDA es la cantidad desproporcionada de minorías comprometidas. En los Estados Unidos cerca de 40 por ciento de personas que tienen SIDA son negros o hispanos, aunque estos grupos constituyen menos de 20 por ciento de la pobladón. La enfermedad presenta un cuadro diferente entre los blancos y entre las minorías; las víctimas blancas del SIDA están mucho más propensos a ser homosexuales y las minorías predominantemente son consumidores de drogas intravenosas y sus compañeros son heterosexuales. Los negros y los hispanos que tienen SIDA tienden a ser más pobres y enfermos, y mueren en promedio mucho más pronto que los blancos. Los homosexuales están mejor informados que la minoría de consumidores dé droga acerca del SIDA y de su transmisión, y la tasa de la enfermedad entre los homosexuales se extiende más despado en comparadón con la tasa entre las minorías. Esto significa que con el tiempo el SIDA puede llegar a ser una enfermedad en la cual la mayoría de las víctimas sean negros o hispanos, los drogadictos, sus compañeros y sus hijos. (Este es el caso de algunas zonas metropolitanas como la dudad de Nueva York). Así, el último impacto de la enfermedad sobre la pobladón es probablemente más importante entre las minorías. Aunque la mayoría de los estadounidenses están preocupados primordialmente por el SIDA tal como existe en los Estados Unidos, debería recordarse que Ferientemente se ha presentado como enfermedad casi mundial. En 71 países se han presentado casos de SIDA. La mayoría de los casos se han identificado en los Estados Unidos; otras zonas con cantidades sustandales incluyen a Europa Occidental, África central,
Brasil y Haití. La Organizadón Mundial de la Salud ha informado que actualmente puede estarse presentando un mínimo de 10 000 casos al año en África; pero allí, como en otras áreas del mundo en vía de desarrollo, es difícil tener un cálculo predso de la prevalenda de la enfermedad. Los registros que se tienen, las pruebas del diagnóstico y los cuidados médicos en general son inadecuados en tales áreas y muchas personas que llegan a enfermarse nunca acuden a la atención de las autoridades médicas. A escala mundial, por lo tanto, los pronósticos demográficos son indertos. Es probable que mientras en Estados Unidos, en donde las personas están informadas acerca del SIDA y de su transmisión, disminuyan los casos, y que en donde la gente no ha redbido educadón acerca de las precauciones que deben tomarse, la enfermedad continúa extendiéndose más rápidamente. Esto señala otros aspectos de la demografía del SIDA: la cantidad de casos reportados actualmente tan sólo sugiere dónde estamos; no necesariamente hada dónde nos dirigimos. La educación acerca del SIDA puede condudr a la protección contra la infecdón y si sufidentes personas lo hacen, la cantidad de casos disminuirán con el tiempo. No obstante, por el momento lo que prindpalmente se sabe es que habrá más casos en los próximos 5 ó 10 años porque el virus está latente. La cantidad de casos adicionales dependerá mucho del porcentaje de infectados con el virus del SIDA que en realidad desarrollen la enfermedad. Además, tratándose de una enfermedad, ésta es una pregunta que todavía no tiene una respuesta definitiva.
Fuentes: "Surgeon General's Report on Acquired Immune Deficiency Syndrome", JAMA 256 (noviembre 1986): 2784-2789, "AIDS ALERT", Centers for Disease Control, 1987; Kathleen McAuliffe, "La apuesta desigual", U.S. News and World Report, August 17, 1987, págs. 31-34.
LA POBLACIÓN
flicto entre sus "necesidades de alimento" y la "pasión entre los sexos". La población, argumentaba, aumenta geométricamente (2,4,8,16,...), mientras que los suministros de alimentos sólo lo hacen en forma aritmética (2,3,4,5,...). Ninguna población puede continuar creciendo indefinidamente, porque la cantidad de personas aumentará hasta el límite de subsistencia. Puesto que las poblaciones aumentan hasta el último punto de la subsistencia, deben prevalecer bajos estándares de vida. La población siempre estará atrapada "corroyendo" los estándares más altos de vida. Para Malthus, la única solución al problema de la población era que la gente se casara más tarde y tuviera menos hijos (no aprobaba el control de natalidad ni el aborto). Además, el crecimiento de la población debería controlarse inevitablemente con medios drásticos: la inanición, la peste o la guerra. Los críticos han encontrado fallas en la teoría de Malthus. Hablando en forma lógica, una población no puede aumentar más rápidamente que la producción de alimentos. Si una población crece, los medios de sustentarla también deben crecer. De lo contrario, la mortalidad aumentaría y la población no crecería. La población del mundo no puede "ir más aprisa" que sus provisiones de alimentos, así como las patas traseras de un caballo no corren más rápido que las patas delanteras (Wrong 1977). Malthus también falló en preveer las grandes posibilidades de la Revolución Industrial y no previó la revolución tecnológica en la agricultura. En efecto, en los Estados Unidos, la maquinaria agrícola, los fertilizantes, los pesticidas, la irrigación, las plantas híbridas y los animales seleccionados genéticamente contribuyeron a un crecimiento más rápido en la subsistencia de la nación que en la población. De hecho, durante los últimos 50 años el gobierno estadounidense ha patrocinado programas de granjas destinados a reducir la producción agrícola (aunque los excedentes agrícolas estadounidenses no han acabado con el hambre y con la inanición en otras partes del mundo). Uno de los principales críticos de Malthus fue Carlos Marx (Marx 1867). Malthus culpaba de la superpoblación y de la pobreza a los miembros de la sociedad que sucumbían a sus impulsos sexuales. Pero Marx veía el asunto en forma muy diferente. Para él no había "una superpoblación" como tal, sino que la situación real era de subproducción. Marx creía que el sistema del capitalismo, tenía la capacidad de producir alimentos y otros suministros para una población que se expandía en forma indefinida. Era solamente la distribución desigual de la riqueza social del capitalismo lo que hacía que pareciera
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Una escena como ésta en la India nos recuerda que la superpoblación es uno de los problemas sociales más serios en el mundo de hoy. Muchos millones de personas están amenazados por el hambre y por la desnutrición y viven en condiciones de extrema pobreza, superpoblados y con privaciones, has consecuencias de un crecimiento rápido de ¡a población exigen un reconocimiento y una participación global. (Boreau/Sygma).
completamente "natural" limitar la población. Más aún, en opinión de Marx, el sistema de relaciones de propiedad del capitalismo falseaba la producción, apartándola de las necesidades de la gente pobre y llevándola a las manos de los capitalistas. Estos, además, se beneficiaban del excedente de la población que creaba una competencia de trabajo, disminuyendo así los sueldos y maximizando las utilidades. La solución al problema de la superpoblación que Marx proponía era el socialismo. De esta manera, mientras Malthus centraba el problema en el individuo y veía la respuesta a los problemas de población en una restricción moral, Marx lo hacía sobre la estructura económica de la sociedad y veía la solución en un nuevo orden social. Mao Zedong seguía a Marx cuando decretó que China no necesitaba controlar su población, tan sólo estimular la expansión económica. Sin embargo, como hemos visto en este capítulo, los sucesores de Mao en el gobierno de China no estuvieron de acuerdo y decretaron medidas drásticas para detener el crecimiento de la población. Sobre la base de un nuevo censo, concluyeron que si no se disminuía el crecimiento de la población china en forma drástica, todos los beneficios de las mejoras económicas se irían hacia la provisión de la subsistencia básica para una población más numerosa en vez de un mejoramiento del estándar de vida. Aunque Marx puede haber sido demasido optimista, muchos sociólogos contemporáneos creen que Malthus fue demasiado pesimista. En primer lugar, Marx tenía razón en que la tecnología y los factores sociales -no solamente los límites naturales-
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AGRUPACIONES SOCIALES
determinan cuánta gente puede vivir en la tierra. Y los demógrafos señalan que el desarrollo económico ha traído en forma general reducciones en la tasa de crecimiento de la población. Este proceso se conoce como la transición demográfica, un tema al cual nos referiremos a continuación.
La transición demográfica Aunque algunos demógrafos siguen pensando en el espectro malthusiano de la inanición, de las plagas y de las guerras, otros creen que la humanidad es capaz de evitar tal desastre. Cierta evidencia sugiere que podemos alcanzar una población con baja mortalidad y baja fertilidad, quizá hasta un crecimiento cero de población. De hecho, muchos países industrializados han logrado disminuir rápidamente la tasa de crecimiento de población en un proceso denominado, transición demográfica. El concepto de transición demográfica se refiere a las tres etapas características de la dinámica de población para las sociedades sometidas al proceso de industrialización (véase la Figura 10.6). En la primera etapa que es característica de las sociedades preindustriales, tanto la tasa de natalidad como la de mortalidad son altas y relativamente estables. La segunda etapa es transitoria: la tasa de natalidad
permanece alta pero la tasa de mortalidad baja tan pronto mejoran la nutrición, la salud y la sanidad. En particular, cuando la mortalidad infantil disminuye, una proporción más alta de bebés sobrevive anualmente y a su debido tiempo se convierten en padres. De ahí que esta etapa tenga el potencial para un crecimiento explosivo de población. En la tercera etapa, tanto la tasa de natalidad como la de mortalidad son bajas y se equilibran otra vez. Las parejas tienen menos hijos a causa del dramático crecimiento de las posibilidades de supervivencia infantil. Al aplicar este modelo, China estuvo en la primera etapa de la transición demográfica en los años 50, los años siguientes a su revolución política. Algunas naciones africanas actualmente están en la primera etapa, con unas tasas muy altas de nacimientos y de mortalidad. India, Nigeria y la mayor parte de los países latinoamericanos están en la segunda etapa, con un alto crecimiento transitorio. Europa, Norteamérica y Japón están en la tercera y (aparentemente) fase final, con una tasa de natalidad baja aunque fluctuante, y una proporción baja y estable de muertes. En algunos casos, la cantidad de nacimientos ha descendido por debajo de la cantidad de muertes en los países industrializados, tal como sucede en Alemania Occidental, ocasionando una disminución en la población de la nación (a menos que la inmigración compense la caída).
LA POBLACIÓN
Los demógrafos advierten que la transición demográfica no debe considerarse como una secuencia fija que inevitablemente experimentan todas las naciones industrializadas. Bajo ciertas condiciones, los factores culturales y otros han alterado los patrones de fertilidad más profundamente que los desarrollos económicos y los status socioeconómicos. Los Países Bajos es un ejemplo histórico de una nación que no siguió el curso predicho por la teoría de la transición demográfica (Petersen, 1960). La tasa de mortalidad holandesa aumentó continuamente entre 1750 y 1850. No obstante, la tasa de fertilidad aumentó más rápidamente. Esto ocurrió en parte por las condiciones económicas que permitieron a las parejas más jóvenes tener su propio hogar independiente. En el presente, la Unión Soviética experimenta una disminución en la expectativa de la vida y un aumento en la mortalidad infantil que se debe parcialmente a las altas tasas de alcoholismo y a una disminución en la calidad del cuidado de la salud. La transición demográfica que ocurrió en los países industrializados del Oeste puede no suceder en la misma forma en muchas de las naciones actualmente en vía de desarrollo. Por ejemplo, la tasa de mortalidad ha caído en forma acelerada en la India, no precisamente por razones internas tales como mejores nutrición y salubridad, sino por causa de la introducción de vacunas, pesticidas y de otras formas de tecnología importada. Las palabras de un anciano en Calcuta captan la rapidez de este cambio: Cuando era niño, se llevaban cuarenta o cincuenta cadáveres después de una epidemia de cólera. Sucedía cada cinco o diez años. Ahora vienen y vacunan a nuestros hijos. Yo he vivido aquí casi 70 años. El mayor cambio en mi vida ha sido la salud. Hemos aprendido a evitar la muerte (citado en Thomlinson 1976, pág. 29).
Como lo sugiere esta reflexión , las historias de la población del Tercer Mundo difieren en forma significativa de las naciones occidentales (Yaukey, 1985). Los cambios que tuvieron lugar en cien o doscientos años en el mundo occidental, se han condensado en el Tercer Mundo en unas pocas décadas. Aunque medidas de salud pública, como las que se introdujeron en la India eran avanzadas, éstas llegaron "de la noche a la mañana" a una cultura que apreciaba mucho las familias numerosas. Los miembros de estas sociedades todavía no han tenido tiempo de ajustarse a los valores religiosos y culturales que conforman la tasa de natalidad. Estos factores culturales son de interés principal cuando los sociólogos utilizan la teoría de la transición demográfica para tratar de predecir lo que sucederá en el mundo en vía de desarrollo. A pesar de
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Mientras que las tasas de mortalidad pueden reducirse relativamente rápido mediante tecnología importada, las tasas de nacimientos dependen profundamente de los valores culturales enraizados. En las economías agrícolas simples, las familias numerosas son una forma de seguridad y de riqueza. En esta familia de granjeros en Indonesia se necesitan muchas manos para la cosecha del arroz. (David Robert Austen/Stock Boston).
la aguda disminución en la tasa de mortalidad, en muchos países pobres la tasa de natalidad realmente ha aumentado y las familias numerosas continúan siendo la norma. La razón parece ser el rechazo a aceptar los cambios en los valores culturales y particularmente aquellos que se relacionan con las bases económicas de la familia (Entwisle y Mason 1985; Harrison 1984). En la vida de las aldeas rurales, los niños se consideran como un activo económico. En la juventud, los hijos pueden ayudar en trabajos domésticos, al cuidado de las gallinas y del ganado a plantar semillas y a usar el azadón. También pueden trabajar en pequeñas fábricas y en artesanías. En segundo lugar, en una economía simple que se basa en trabajos agrícolas, los padres pueden desear muchos hijos para que les ayuden a producir alimentos y que posteriormente los produzcan para ellos en su vejez. En las sociedades que carecen de seguridad social, los hijos son un tipo de seguro para la vejez. Las personas también pueden elegir tener familias grandes por otras razones que no sean simplemente económicas. Simplemente pueden disfrutar de la compañía de los hijos o recibir estímulos del gobierno y de los líderes religiosos para que mantengan la tradición de las familias numerosas. Debido a la fuerza de la tradición, las costumbres antiguas favorecen la alta fertilidad que necesariamente se oponen al cambio. A pesar de la disminución en la mortalidad, la experiencia permanente de una mortalidad infantil alta en estas sociedades puede hacer que se sienta la necesidad de tener muchos hijos (Eberstadt, 1981). Hasta cuando la gente de los países pobres en vía de
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AGRUPACIONES SOCIALES
desarrollo no pierda sus motivos para tener muchos hijos, probablemente no estarán de acuerdo en ajustar la tasa de fertilidad. En estas condiciones, estas sociedades pueden permanecer indefinidamente en una etapa caracterizada por una mortalidad baja y una alta fertilidad. Tal como lo sugieren estos ejemplos, el cambio demográfico no siempre sigue de acuerdo con el escenario señalado por la teoría de la transición demográfica. Aún es necesario determinar las perspectivas de una transición demográfica global. El cuadro más inmediato es el de una polarización demográfica mundial, un aspecto que vamos a tratar en seguida. Tendencias de crecimiento de población ¿Cuál es el rumbo del crecimiento de la población? Como se ha demostrado en la Tabla 10.4, el mundo se divide fuertemente en regiones en donde la población crece lentamente (1 por ciento anual o menos) y en regiones en donde el crecimiento es rápido (anualmente 2.2 por ciento o más). Expresadas en
términos porcentuales, estas cantidades parecen pequeñas, pero su impacto a largo plazo sobre la población es inmenso. La razón de esto es que el crecimiento de la población es un exponencial, es decir, el crecimiento se basa en duplicar la población y en reduplicarla en una determinada cantidad de tiempo. Por ejemplo, una población que crece a una tasa anual de 2 por ciento se duplicará en tamaño cada 35 años. Con un 3 por ciento se doblará cada 23 años. Una tasa todavía más modesta de 0.5 por ciento hará que una población se duplique en 140 años (Stockwell y Groat, 1984). De esta forma, la población de Suecia que crece con una tasa de 0.1 por ciento, requerirá aproximadamente 700 años para duplicarse, si se mantienen las presentes tasas de población. Por otra parte, se espera que la población de la India, que se incrementa en un 2.3 por ciento, sea más del doble en el año 2010, haciéndose aún más populosa que la de China. Estas cifras proporcionan algún sentido de las perspectivas divergentes para los países que se encuentran dentro de las categorías de crecimiento lento y rápido. Si estas pro-
LA POBLACIÓN
porciones continúan tal como se proyectan (véase la Tabla 10.5), los países en vía de desarrollo estarán mucho más atrasados que los países industrializados en sus esfuerzos por elevar el estándar de vida. El rápido y continuo crecimiento de la población en los países en vía de desarrollo complica los problemas sociales y económicos. Miremos algunas de las consecuencias del ciclo de la pobreza y la superpoblación. La población y el suministro de alimentos La pesadilla de Malthus es una realidad para centenares de millones de personas. Por ejemplo, de las cuarenta y una naciones del África al sur del Sahara, solamente cinco son capaces de producir suficiente
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alimento para sus poblaciones crecientes (Knight, 1983). Más aún, dos mil millones de personas en los países en vía de desarrollo -cerca de la mitad de la población del mundo- están desnutridas hasta el punto de baja vitalidad y alta vulnerabilidad a las enfermedades, y muchos millones están al borde de la inanición (Crittenden, 1981; Green and Fearey, 1978). La desnutrición predispone a las personas a la enfermedad y a la muerte, contribuyendo a que nazcan niños prematuros y con bajo peso deteriorando los procesos de inmunización. Irónicamente, el mundo produce ahora suficiente alimento para su población. Y aproximadamente la mitad de éste se destina para alimentar a los animales (algunos de los cuales finalmente se utilizan como alimento; pero más que todo en los países en vía de desarrollo). Muchos de los alimentos se pier-
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den, se pudren y se infectan por las deficientes prácticas de almacenamiento, y gran parte de estos alimentos se desperdician o se consumen en exceso en las naciones industrializadas, que rutinariamente votan la comida y comen más de lo que necesitan. Y aunque en los últimos años se han hecho avances significativos en el campo de la producción alimentaria, en la llamada revolución verde, estos avances han resuelto algunos problemas; pero han creado otros. La revolución verde se refiere al invento de nuevas especies de plantas alimenticias, injertadas para duplicar la producción por acre. Cuando se introdujeron por primera vez en los años 50, en países como India y Pakistán, estas semillas altamente productivas se aclamaron como la solución al hambre mundial. Pero la nueva agricultura ha tenido sus costos sociales. En primer lugar, exige un uso intensivo de fertilizantes, que son derivados del petróleo y resultan demasiado costosos. Esto ha acelerado la tendencia hacia las granjas comerciales grandes y al alejamiento de las pequeñas granjas independientes. En segundo lugar, la tecnología de la revolución verde es muy arriesgada. El método acostumbrado es cultivar inmensas extensiones de tierra con un sólo cultivo, lo que significa una posible pérdida cuando las condiciones climáticas destruyan la cosecha. Si los granjeros sembraran diversos cultivos, algunos sobrevivirían. En tercer lugar, las nuevas semillas altamente productivas son genéticamente más uniformes que las antiguas, de tal manera que cuando una
enfermedad las ataca, todas pueden sucumbir (Enzer, Drobnick y Alter, 1978; Scrimshaw y Taylor, 1980). Otro costo de la revolución verde es que los trabajadores pierden sus empleos por las máquinas que son más eficientes. En la región de Punjab en la India, se ha eliminado casi hasta la mitad de empleos agrícolas y miles de trabajadores han abandonado la tierra. Lo irónico es que hay más alimento, pero aquellos a quienes se buscaba beneficiar, no pueden comprarlo. Algunos de estos alimentos inclusive se exportan en lugar de utilizarse para alimentar a la población autóctona que está hambrienta. La meta más práctica para el futuro es reducir el crecimiento de la población y ayudar a las naciones en vía de desarrollo a confiar más en sí mismas (Selim, 1980). No obstante, la autosuficiencia agrícola no ha sido fácil para las naciones en vía de desarrollo. Lo irónico es que actualmente muchos países en vía de desarrollo deben comprar tantos alimentos a los Estados Unidos y a otros países provistos de excedentes, que han acumulado deudas externas masivas que los han dejado sin ninguna reserva para invertir en su propio desarrollo agrícola. Población, recursos y estándares de vida Cuando un país tiene demasiadas personas para sus recursos, la mayoría viven en la pobreza. Los recursos que se necesitan para el desarrollo de capital se
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agotan y su índice de desempleo es alto. Además, se presenta la superpoblación, el agotamiento de los servicios públicos y la contaminación del medio ambiente. El cuadro social en los países más pobres del mundo es generalmente sombrío. Millones de personas incapaces de encontrar trabajo en el campo migran hacia las grandes ciudades con la esperanza de encontrar trabajo. El desempleo y el subempleo atrapan grandes segmentos de la población que viven en la pobreza. Como resultado, ciudades tales como Calcuta, Ciudad de México y El Cairo se convierten en vastas aglomeraciones rodeadas por tugurios miserables en los cuales los residentes viven en casas hechas de cartones para empacar y de otros desechos urbanos. Cinco o seis personas viven en una alcoba, no tienen agua limpia, ni servicios de sanidad, ni tampoco alimento suficiente. Con esas grandes cantidades de personas apartadas de los mínimos rudimentos de la civilización moderna, no es de extrañarse que otros servicios urbanos también resulten inadecuados. La educación y el cuidado de la salud son prácticamente inexistentes en muchas zonas, y familias enteras pasan el resto de su vida sin siquiera ir a la escuela o visitar un médico. Otra desgracia adicional para los países en vía de desarrollo es la destrucción del medio ambiente. Cuando demasiadas personas ocupan una zona, empiezan a destruir los bosques locales, los prados, las tierras cultivables y las fuentes de agua. Los árboles y la vegetación desaparecen, el suelo se erosiona, la productividad de la tierra disminuye, los niveles freáticos disminuyen y los manantiales se secan (Brown, 1987). En la mayor parte del Tercer Mundo, la madera es el combustible más importante para cocinar y para la calefacción. Pero a medida que las poblaciones crecen, los suministros de madera se agotan en forma rápida. La gente -por lo general las mujeres- deben ir más lejos para recoger leña todos los días. Cortan los árboles, casi siempre los más jóvenes, que ofrecen menos protección contra la erosión del viento y del agua. Las tierras fértiles y productivas se convierten en desiertos y las poblaciones experimentan la escasez e inanición de alimento en forma masiva. Ninguno de estos problemas se ocasionan solamente por el exceso de población; pero éste agrava las dificultades económicas, políticas y sociales existentes. Perspectivas de conflicto sobre el ambiente y el crecimiento En años recientes se ha dado un agudo debate sobre la dirección de las tendencias de la población mun-
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dial (Holden, 1986). Una apreciación resulta pesimista y la otra optimista. La lóbrega visión se refleja en el Global 2000 Report, presentado en 1980 por el Consejo del Presidente Carter sobre la Calidad del Ambiente. Dicho Consejo predijo: "Si las tendencias actuales continúan, el mundo en el año 2000 estará más superpoblado, más contaminado, menos estable ecológicamente y será más vulnerable a la desorganización que el mundo en el que vivimos ahora" (citado por Boffey, 1983, p. 9). El Consejo hizo un llamado a la acción decisiva por las naciones para preservar los recursos naturales, a través de la planificación gubernamental centralizada y de la cooperación internacional. Esta evaluación coincide con la del Worldwatch Institute, una organización de investigación financiada privadamente. Encuentra que la superpoblación del mundo ha cambiado la misma química de la tierra, la cantidad de especies vivientes, y la temperatura de la tierra. También advierte que hemos atravesado muchos umbrales naturales en un corto tiempo, sin un conocimiento científico claro de la forma como responderán los sistemas naturales afectados y mucho menos de la forma como se afectarán los sistemas políticos y económicos (Brown, 1987). Además, los analistas de Worldwatch dicen que prácticamente toda la tierra productiva del mundo está cultivada actualmente. A medida que las nuevas tierras cultivables se hacen más escasas y que el suelo fértil se erosiona, el crecimiento en la producción de alimentos en el mundo disminuye. Los costos crecientes de energía y la disminución de los retornos por el uso de fertilizantes químicos, contribuye a bajar los niveles de la producción de alimentos. Las cosas se complican con el aumento en las emisiones de sustancias que contaminan el ambiente y con la acumulación de sustancias químicas tóxicas en las cadenas alimenticias. La mayor parte de los sistemas biológicos del mundo como los bosques, los prados, las zonas pesqueras, también se están deteriorando. Y los recursos esenciales no renovables, tales como el petróleo y el gas natural, y los minerales no combustibles, tales como el tungsteno, el estaño y el platino, se están agotando rápidamente. En consecuencia, hay disponible para cada persona, una cantidad menor de cada recurso. A medida que la población del mundo aumenta, el problema crece. En resumen, estas investigaciones sostienen que el mundo está al borde de una crisis ambiental que está deteriorando la economía mundial. La perspectiva pesimista sigue la tradición de Malthus que retrata el "problema de la población" como resultado de una población que crece rápidamente y que ejerce presión sobre unos recursos limi-
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tados. Una opinión bastante diferente surge de los escritos altamente controvertidos del fallecido futurista Herman Kahn, y del economista Julian L. Simón (1984). Ellos no aceptan la idea de que los recursos sean limitados. Simón y Kahn han encontrado que a lo largo de la historia de la humanidad una administración arriesgada y técnicos recursivos han descubierto nuevas reservas de minerales, han logrado un uso cada vez más eficiente de minas de menores contenidos de minerales y han encontrado sustitutos para muchos otros minerales. Así, no hace mucho tiempo se despachaban barcos balleneros que cazaran ballenas para extraerles el aceite; después se extraía el petróleo extendiendo mantas sobre los yacimientos petrolíferos y luego se las exprimía con la mano; posteriormente se hicieron perforaciones en la tierra para dar paso a los depósitos de petróleo. Basados en las tendencias históricas, estos dos analistas esperan que en el futuro disminuya la escasez, caigan los precios actuales y se aumente la riqueza. Simón también afirma que ahora el agua y el aire están menos contaminados que en 1900. En las ciudades del siglo XIX, el humo de carbón, el estiércol de caballo y los excrementos humanos presentaban graves amenazas a la salud. Cuando se superaron estos problemas, las expectativas de vida aumentaron. Y para afianzar el punto, anota que en el lago Erie otra vez abundan los peces. Simón sostiene que la clave para resolver el presente problema asociado con el agotamiento de los recursos no es la disminución del crecimiento de la población. Considera que la inteligencia humana es "el recurso último". Y, por tanto, "el grado de mejoría depende de la cantidad de personas disponibles que utilicen su mente" (1981, p.197). La riqueza no es una cantidad fija; la producen las personas. De esta manera, cuanta más gente, más grande será la riqueza. La mente humana nos proporciona maravillas tecnológicas, lo cual, Simón cree, continuará aumentando los productos por hectárea y ofrecerá a la humanidad alimento suficiente. En efecto, anota que las tasas de natalidad están disminuyendo en todo el mundo como una respuesta a la transición demográfica. Sostiene también que el mundo se ordenaría si se le permitiera valerse por sí mismo, opinión que muchos demógrafos calificaron de ingenua, si no de estar completamente equivocada. Resumiendo, los analistas pesimistas y los optimistas utilizaron fuentes de datos comunes y llegaron a conclusiones sorprendentemente distintas (Holden, 1986).
POLÍTICA DE POBLACIÓN EN EL MUNDO ¿Qué tipos de políticas se han propuesto para cerrar la brecha entre el alimento y los empleos disponibles, y las cantidades cada vez mayores de personas? Hemos visto el intento extremado que hizo el gobierno de China para resolver este problema. ¿Qué otras metas se han considerado? ¿Quién tiene el derecho de formlular políticas directas o indirectas que afecten a los individuos tan personalmente? Muchas personas ven otra clase de problemas que además es opuesta, la cual debemos enfrentar hoy; una tasa de natalidad que continúa disminuyendo y una población decreciente, en las sociedades del mundo tecnológicamente avanzadas. ¿Qué políticas se han diseñado para controlar este problema de la disminución de población? ¿Cuáles son las implicaciones morales en este problema? ¿Habrá acaso una pob'tica mundial que comprenda ambos tipos de problemas, el crecimiento de la población en algunas zonas y la disminución de la misma en otras, y que sea en realidad viable? Los sociólogos han señalado desde hace tiempo que los altos índices de natalidad son más comunes en las naciones predominantemente agrícolas, no industrializadas como las del Tercer Mundo, y que los índices más bajos de natalidad y de familias más pequeñas tienden a encontrarse en los países ricos e industrializados, como los Estados Unidos. Como hemos señalado, una razón para que esto sea cierto es que en las comunidades agrícolas, mientras más hijos haya, habrá mayor seguridad en el futuro de la familia y de la tierra (Cain, 1985). Históricamente, frente al alto índice de mortalidad infantil, las enfermedades infecciosas desenfrenadas, y la reducida expectativa de vida, estas sociedades han tendido a creer que mientras más bebés tengan, mayores serán sus probabilidades de lograr que la descendencia sobreviva. Aun cuando la medicina moderna y la salud pública han tenido cierto impacto y además ha alterado las tasas de mortalidad y la expectativa de vida, no han cambiado necesariamente el valor que se da a la descendencia numerosa. Por lo tanto, se han conservado los altos índices de natalidad en los países preindustriales y poco desarrollados. Cualquier política orientada a refrenar la fertilidad en el Tercer Mundo debe tener en cuenta estos factores. Por otro lado, las familias de las naciones desarrolladas e industrializadas tienden a limitar su tamaño, particularmente en las clases altas y medias.
LA POBLACIÓN
¿Por qué? En parte porque tener más hijos significa gastos adicionales. Esto puede no parecer un problema grande comparado con los medios económicos de una familia del Tercer Mundo; pero, socialmente existen inmensas diferencias en los estilos de vida y en los valores. Por ejemplo, mientras más hijos tenga una pareja estadounidense de clase media, menores serán las oportunidades que tendría cada hijo de, digamos, ir a una "buena" universidad, y de encontrar una posición conveniente en el mercado laboral. Además, más mujeres, no solamente trabajan, sino que además siguen una carrera, lo que, a pesar del ideal de la supermamá, entra en conflicto con la maternidad y la crianza de un hijo y ha contribuido a que el tamaño de la familia disminuya.
Refrenamiento de la fertilidad Algunos sociólogos han llegado hasta decir que, dadas las circunstancias que hemos esbozado, la mejor forma de reducir la fertilidad en los países donde esta situación presenta un problema, es simplemente concentrándose en el desarrollo económico; como consecuencia la disminución en el crecimiento de la población seguirá (Lieberson, 1986). No obstante, Peter Donaldson (1986) argumenta que los países del Tercer Mundo enfrentan un conjunto de problemas más complejos que pueden no responder solamente al desarrollo económico. En primer lugar, Donaldson anota que aunque disminuyan las tasas de mortalidad infantil, y de mortalidad en general, en las naciones más pobres continuarán las altas tasas de natalidad y de fertilidad. Así, la población aumenta en dos sentidos: en la base y en la cima de la estructura de edad, con más niños que sobreviven y más adultos que viven por más tiempo. Pero quizá el problema central que sugiere Donaldson, es que los países más pobres no pueden desarrollarse con la rapidez necesaria para hacer frente al crecimiento poblacional; no pueden proporcionar suficiente alimento, educación y empleo para enfrentarse a la población creciente y a su estructura de edad. En términos de desarrollo económico, una mayor cantidad de niños significa mayores inversiones en el cuidado y en la educación de los mismos. Pero eso requiere dinero del capital y de la inversión industrial, lo que a su vez significa que aun si los niños estuvieran adecuadamente educados para una sociedad más modernizada, podrían no tener empleos en ésta cuando lleguen a la edad adulta, o que ni siquiera haya una sociedad más modernizada. Según Donaldson, el tamaño de la población, la estructura de la edad y los índices de crecimiento están íntimamente ligados con los cambios estructurales y sociales. La planificación familiar también se
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convierte en un factor importante en los esfuerzos por generar un cambio social. La planificación familiar y el control de la natalidad son de importancia crucial para las zonas del mundo en vía de desarrollo, particularmente como parte de los amplios planes de desarrollo (Donaldson, 1986). Aquí, sin embargo, se nota la intersección del individuo con el cambio económico y demográfico a nivel social, ya que es a nivel individual donde funciona la planificación familiar. Los intentos de "legislar" el control de natalidad frecuentemente han fracasado porque no se tuvieron en cuenta el individuo y la motivación personal para limitar la fertilidad y el tamaño de la familia. En Kenya, por ejemplo, el programa de planificación familiar no ha refrenado mucho el crecimiento de la población (Cordes, 1985). En China, donde, como hemos visto, se tuvo algo de éxito en el programa radical de control de población, parece que el programa no funcionó tan bien como se esperaba. Para el año 2050 se espera que la población China alcance unos 200 o 300 millones de habitantes, por encima de lo que el gobierno había planificado (New York Times, noviembre 15 de 1987). No obstante, en la planificación familiar hay algunos éxitos dignos de mención, tales como los obtenidos en Túnez y en Tailandia. En muchos lugares, la simple disponibilidad (o provisión) de los dispositivos de control natal es la cuestión. Los programas educativos han tenido algo más de éxito en el cambio de actitud de la gente hacia el control de natalidad, (por ejemplo, al mostrar que los bebés distandados unos de otros son generalmente más sanos). Frecuentemente, la resistencia a la planificación familiar se fundamenta en bases religiosas y morales, implantadas profundamente. Los diseñadores de políticas se enfrentan entonces con una situación del huevo y la gallina: con el fin de alcanzar el desarrollo, debe controlarse el crecimiento de la población, pero para que esto se lleve a cabo, la cultura y sus valores deben cambiar lo suficiente, de modo que los individuos elijan la práctica del control natal. La sociedad también debe cambiar lo suficiente para que valga la pena el control natal. Finalmente, existe una situación moral imbricada en todos los asuntos de política y crecimiento de población. ¿Tiene el gobierno el derecho a invadir los dormitorios de la gente y a decirles cuantos niños pueden o no pueden tener? Después de todo, como lo hemos analizado, los valores tradicionales pueden no ajustarse con la noción de control sobre la fertilidad natural. En la India, por los años 70, un programa obligatorio de esterilización de hombres produjo muchas protestas e inclusive motines. En
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AGRUPACIONES SOCIALES
Occidente, las reacciones hacia el programa chino de un hijo por matrimonio, en ocasiones han llegado hasta la indignación moral contra ese control ejercido sobre la vida personal. Algunas veces el tema moral se oscurece, sepultado bajo otras preocupaciones. Muchas naciones, a diferencia de China, no tienen "políticas" de población per se. Por el contrario, las políticas económicas, industriales y educativas de un país reflejan las posturas de quienes elaboran la política de crecimiento y/o reducción de la población.
Status de la mujer y reducción del crecímiento Tal como ha anotado acertadamente un científico social "El efecto indirecto del status de la mujer sobre la fertilidad es tan fuerte como la enseñanza directa" (Harrison 1984, p.232). El status de las mujeres permanece bajo en la mayoría de las sociedades tradicionales, y cualquiera que sea el status que las mujeres tengan, éste se deriva del matrimonio, de la maternidad y particularmente de los hijos. Tradicionalmente, el matrimonio en los países en vía de desarrollo ha sido universal y temprano. A las mujeres se les ha negado el acceso a la educación formal y al trabajo fuera del hogar y comúnmente no han tenido otra alternativa que acostumbrarse a la maternidad, numerosos embarazos, con frecuentes muertes de sus hijos en la infancia. Una reducción en el índice de nacimientos en dichas sociedades claramente comprende un cambio drástico en el rol de la mujer (Cramer, 1980; Stevens 1981). La política pública contra la elección privada... el control del crecimiento de la población es un problema difícil, porque es a la vez un asunto social y personal. ¿ Qué tanto se les debería permitir a los gobiernos intervenir en la elección de la vida de sus ciudadanos? (Richard Dunoff/The Stock Market).
En ¡as culturas que valoran a las mujeres principalmente como quienes crían y alimentan a los hijos, los temas del control de natalidad y ¡a planificación familiar pueden ser amenazantes y confusos. Las oportunidades para ¡a extensión de la educación y el empleo pueden ayudar a las mujeres a adquirir un status más alto, una autoestima y un poder de elección. Para las mujeres de una aldea de Bangladesh éste es un paso vital aunque pequeño en este proceso. (Bruce Thomas/The Stock Market).
Como hemos visto, los demógrafos han anotado que las parejas no cambiarán sus patrones de tener hijos hasta tanto no tengan una motivación para hacerlo. Una reducción en la mortalidad infantil puede ser un factor de motivación importante. Otras motivaciones provienen de la expansión de la educación básica, especialmente para las niñas (Rindfuss, Bumpass y St. John, 1980). Tal como China lo ha reconocido e incorporado en sus políticas de control de población, cuando las niñas permanecen más tiempo en la escuela, se casan más tarde. También pueden estar en capacidad de conseguir algún tipo de trabajo y de esta forma mejorar su status. La educación también presenta a los jóvenes la idea de un futuro alternativo. Y ayuda a ambos sexos a reducir la falta de confianza en el cambio social, haciendo de la contracepción una idea menos temerosa. De esta forma, los gobiernos en muchos países en vía de desarrollo buscan extender las oportunidades educativas para las mujeres como un medio para disminuir el crecimiento de la población. Los programas del gobierno también pueden impulsar a las mujeres a entrar en la fuerza laboral, de tal manera que puedan tener otras formas distintas a la maternidad para ganarse el respeto de la sociedad. Las mujeres que
LA POBLACIÓN
trabajan están mucho menos inclinadas a tener hijos que aquellas que no lo hacen fuera del hogar. La tasa más baja de fertilidad de mujeres que tienen empleo refleja las restricciones que obligan a coordinar la maternidad con el empleo (Oficina del Censo de Estados Unidos, 1986). Un indicio del cambio de estatus de la mujer a nivel mundial es la disponibilidad creciente de anticonceptivos que usualmente están a su alcance y que la facultan para controlar el número de nacimientos. No obstante, los anticonceptivos modernos no están todavía al alcance de la mayor parte de la población del mundo. En los países en vía de desarrollo, cerca de 80 por ciento de las parejas "alto riesgo" no tienen acceso a los anticonceptivos (o no los utilizan por otras razones) (Green y Fearey 1978; Harrison 1984). Aunque algunas parejas logran limitar la familia con los métodos tradicionales (la abstinencia, el retiro, el ritmo), existe una clara necesidad de difusión de la información sobre contraceptivos y dispositivos. Cuando están ampliamente disponibles y son gratuitos, entonces la tasa de nacimientos baja drásticamente.
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¿Qué decir acerca del crecimiento lento de la población, el segundo tipo de problema poblacional? ¿Cómo podemos manejar esto que Ben Wattenberg (1987) denominó la" escasez de nacimientos"? En Estados Unidos y en muchas partes de Europa la tendencia es el lento crecimiento de la población. Tal como lo advertimos anteriormente, después de una disminución en la fertilidad desde 1972, Estados Unidos ha estado por debajo de nivel de remplazo de 2.1 hijos por mujer en edad de concebir. Las tasas de nacimiento en Alemania Occidental y en Dinamarca han disminuido hasta un 1.3 hijos por mujer. Las tasas británicas y francesas también han caído, al igual que las de la mayoría de las naciones europeas del Este, con excepción de Polonia. Wattenberg y otros (Kelley, 1986) consideran que Europa Occidental, Canadá, Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda, Israel, Australia e Islandia, todas naciones del "mundo libre" experimentaron la caída libre de la "fertilidad" (Wattenberg, 1987). Así como el sistema de Seguridad Social Estadounidense puede sentirse sobrecargado por una población que envejece, el Estado benefactor europeo puede estar en problemas, puesto que las proyecciones muestran que cada vez más hay menos trabajadores adultos para sostener al resto de la población.
práctica políticas pronatalistas (pro nacimientos) en muchos países del Occidente y del Este de Europa. Dichas políticas apoyan la elección de tener hijos (o tener más hijos) proporcionando a los padres cuidado gratuito del niño, con una licencia de maternidad y/o paternidad prolongada que proporcione a los nuevos padres la opción de vivienda e incluso incentivos en dinero. Así, por ejemplo, para combatir su bajo nivel de nacimientos, Francia ha introducido un pago de "salarios" para las madres jóvenes que hayan tenido más de 2 hijos. Alemania Oriental hace 10 años empezó a ofrecer a las familias tiempo adicional de vacaciones y a darles licencias de maternidad más prolongadas; en Rumania se prohibió el aborto, los adultos solteros y los matrimonios sin hijos deben pagar impuestos; en la Unión Soviética la licencia remunerada por maternidad se amplió de 12 a 18 meses. Para solucionar la "escasez de nacimientos" Wattenberg ha pedido que se establezcan costosas políticas pronatalistas parecidas en los Estados Unidos y en Europa Occidental. Pero no es claro que dichos programas tengan efectos duraderos (Sullivan, 1986). Las implicaciones políticas, sociales y económicas de las políticas y programas pronatalistas se han debatido ampliamente. Las predicciones recientes de Wattenberg, en particular, dieron origen a enormes controversias. Sus presagios sobre los efectos nocivos a largo plazo de la "escasez de nacimientos" reducción del poder militar y de la influencia mundial, ruptura de negocios estadounidenses con Europa Occidental, como resultado de la disminución en la demanda y un déficit de jóvenes trabajadores consumidores, la incapacidad de adaptar a la población de edad avanzada, han sido argumentos en este debate. Los argumentos de Wattenberg de que una población reducida del mundo libre pondrán en peligro creciente a la civilización occidental y su influencia sobre el mundo en vía de desarrollo, se han tachado de etnocéntricos e incluso de racistas. Ciertamente, si los occidentales representan menos de la población mundial, será muy difícil convencer a las naciones del Tercer Mundo, (si esto se hace necesario) de que los valores occidentales deberían aplicarse también a ellos. Pero de todos modos para algunos esta ya es una postura cuestionable. ¿Qué puede decirse de un mundo en donde los programas pronatalistas animan a la fertilidad en los países desarrollados y los programas de planificación familiar buscan reducir la fertilidad en los países en vía de desarrollo y en desventaja?
Para contrarrestar la tendencia de pocos hijos y de familias más pequeñas que parece acompañar la afluencia creciente, se han diseñado y puesto en
Se impone la controversia de lado y lado. Además, en cuanto al tema moral, existen consideraciones económicas, políticas e incluso de desempeño de
Promoción de la fertilidad
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AGRUPACIONES SOCIALES
roles según el sexo. ¿Cómo se dispondrá de los fondos para los anticonceptivos, la educación, el empleo y el desarrollo de capital? ¿Cómo puede disponerse realmente de los anticonceptivos y de la educación? ¿Cómo puede motivarse la aceptación del control de natalidad o de tener familias más numerosas? ¿Cómo deberá administrarse una política de desarrollo comprensible que tenga en cuenta todas las cosas, desde la ecología hasta el tamaño de la fa-
milia? ¿Cuál será el status de las mujeres en el hogar y en el mercado laboral? ¿Quién llevaría la carga del cuidado de los niños y quién tomaría esa decisión? ¿Cómo pueden coordinarse los programas de control de población mundialmente? Los interrogantes continúan. La paz y la prosperidad del mundo entero pueden depender al final de las respuestas que se den a algunos de estos interrogantes y también de la unión de un mundo dividido demográficamente.
RESUMEN 1. La demografía es el estudio de la forma como los nacimientos, las muertes y la migración afectan la composición, el tamaño y la distribución de la población. Tanto las perspectivas de acción como la estructural son necesarias en los estudios de población. Los demógrafos consiguen su información para utilizarla en la descripción de la estructura social, y en la comprensión de los efectos de los individuos y de sus elecciones en los cuadros de población. 2. El censo es la principal fuente de datos sobre la población, un conteo periódico de la población y una recolección de datos acerca de ella. Cada diez años se realiza un censo total de la población de Estados Unidos. También se utilizan encuestas, entrevistas y métodos etnográficos con censos de numeración para generar una acción frente a los temas relativos a la población. 3. El crecimiento de la población depende de la relación entre tres variables demográficas: los nacimientos, las muertes y la migración neta. La tasa de crecimiento de población es el punto en el cual los nacimientos y la inmigración exceden las muertes y la emigración. 4. Estados Unidos tiene el 50 por ciento de los inmigrantes del mundo, fuente principal de crecimiento de su población. En parte, esta política es el resultado de una tradición estable de apertura a ciertos grupos de inmigrantes y su éxito en asegurar que otros grupos puedan seguirlos. Es también el resultado del gran compromiso de Estados Unidos en asuntos internacionales, incluyendo los conflictos militares, que le proporcionan un fuerte sentido de compromiso con ciertas poblaciones. 5. Los estadounidenses han tenido siempre una muy alta población móvil. Un cambio principal de población se realiza desde el Norte y el Este, hasta el Sur y el Oeste del país. En la actualidad, Cinturón de Sol (Estados del Sur y del Suroeste caracterizados por su clima agradable), la zona del Oeste montañoso y los Estados del Pacífico experimentan las más altas tasas de crecimiento.
6. Ha habido un crecimiento sustancial en la densidad de la población del mundo durante algunas de las últimas generaciones. Este aumento ha influido para bien ó para mal- en el empleo, la producción de alimentos, el transporte, la vivienda e incluso la espectativa de vida. La industrialización y la tecnología moderna han facilitado e impulsado la alta densidad en las ciudades de todo el mundo, pero en las naciones del Tercer Mundo, el rápido crecimiento de población y la superpoblación han producido pobreza absoluta y bajas condiciones de vida. 7. Thomas Malthus fue el primer investigador en analizar el crecimiento de la población y en preocuparse por sus consecuencias para la humanidad. Se dio cuenta de que el crecimiento en el suministro de alimentos nunca podría llevar el mismo ritmo del crecimiento de la población. Malthus pensó que la única forma de detener el crecimiento de la población era una abstinencia voluntaria de las relaciones sexuales; de otra manera, la población se controlaría drásticamente con la guerra, las pestes o el hambre. 8. Karl Marx fue la excepción a la doctrina de Malthus, al creer que el problema no era un asunto de superpoblación, sino de la baja producción y la distribución desigual de la riqueza mundial. Mientras Malthus veía que la solución a los problemas de la población estaba en la restricción moral, Marx vio la solución en el socialismo. 9. El modelo básico del cambio de población en el Oeste durante los dos siglos pasados se conoce como transición demográfica. En la primera etapa, una tasa de natalidad alta y estable, y una tasa de mortalidad igualmente alta, que golpean durante las epidemias y hambrunas, moderaron la tasa de crecimiento de población. En la segunda fase, la tasa de mortalidad empezó a disminuir tan pronto la higiene pública y el servicio de sanidad mejoraron y se dispuso el suministro de mejores alimentos. Las poblaciones crecieron rápidamente. Por último, en la tercera fase, como en las naciones industrializadas de hoy, la tasa' de mortalidad es lenta y estable mientras que la tasa
LA POBLACIÓN
de natalidad es baja, pero fluctúa con las tendencias sociales. 10. Los demógrafos son muy cuidadosos en la aplicación del modelo de transición demográfica a las áreas en vía de desarrollo del mundo, para predecir lo que les sucederá en el futuro. Allí la transición demográfica ha tomado una forma diferente porque cuanto más avanzada sea la tecnología, más reducida será la tasa de mortalidad dentro de unos pocos años. Por otra parte, en muchos países en vía de desarrollo las tasas de natalidad han permanecido altas a pesar de la disminución en las tasas de mortalidad y las ganancias económicas. Es poco probable que disminuya la tasa de nacimientos en estos países hasta que la gente se motive a limitar el número de hijos que deben tener. 11. El lento crecimiento de población para algunas naciones y acelerado para otras ha producido un mundo dividido demográficamente. Los cambios demográficos dividen al mundo económicamente haciendo que el mundo en vía de desarrollo se retrase más en su esfuerzo para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. 12. La pesadilla de Malthus es una realidad para millones de personas. A medida que el crecimiento de la población excede los recursos disponibles, aparecen el hambre, el desempleo, la destrucción de los recursos naturales y otras enfermedades sociales. 13. Los analistas tienen diferentes puntos de vista sobre las tendencias futuras de la población mun-
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dial. Muchos expertos expresan un gran interés por las políticas del crecimiento económico que no se preocupan por la contaminación de la biosfera y por la conservación de los recursos escasos. Otras autoridades tienen una opinión más optimista, defendiendo la tecnología como el" último recurso" para preservar nuestro ambiente. 14. El bajo estatus de las mujeres en las sociedades tradicionales ha contribuido a las altas tasas de nacimientos y al continuo crecimiento de la población. Un aspecto significativo de la reducción en el crecimiento de la población es que tales sociedades comprometen un cambio en los roles de las mujeres. 15. Las terribles predicciones de un planeta superpoblado y hambriento se han modificado, pero el problema del crecimiento de población en los países en vía de desarrollo realmente es crítico. Con frecuencia las políticas que buscan detener la fertilidad no han tenido éxito, en parte a causa de los valores culturales y personales involucrados, por las situaciones morales y por la enorme brecha que existe entre el crecimiento de las poblaciones y la de los alimentos, recursos disponibles y dificultades para dar prioridades a un desarrollo global y coordinado. Los países desarrollados enfrentan el problema opuesto: disminución de la población. Las políticas pronatalistas propician la lucha contra este problema que es muy controvertido.
GLOSARIO Censo. Conteo periódico de la población, en el cual se registran también factores de edad, sexo, ocupación, etc. Demografía. Estudio científico de la forma como los nacimientos, las muertes y la migración afectan la composición, el tamaño y la distribución de las poblaciones. Densidad. Número de personas que viven en una determinada zona territorial. Duración de la vida. La máxima cantidad de años de una vida humana. Emigración. Movimiento de las personas afuera de una zona. Expectativa de vida. Cantidad promedio de años que dura un individuo. Fecundidad. Potencial biológico para la reproducción. Inmigración. Movimiento de las personas hacia adentro de una zona. Migración interna. Movimiento de personas de un lugar a otro dentro de un país.
Tasa de fertilidad. Cantidad de nacimientos por 1 000 mujeres que tienen entre los 15 y los 44 años. Tasa de migración. Diferencia entre la cantidad de personas que se marchan y aquellas que llegan cada año por 1000 personas. Tasa de mortalidad infantil. Cantidad anual de niños que mueren durante el primer año de vida por cada 1000 nacimientos Tasa de mortalidad sin análisis estadístico. Cantidad de muertes por 1 000 personas al año. Tasa de nacimientos sin análisis estadístico. Cantidad de nacimientos por 1000 personas al año. Transición demográfica. Proceso de 3 etapas en el cual una población cambia de un alto índice de natalidad y de un alto índice de mortalidad hacia un bajo índice de nacimientos y de muertes.
CUARTA PARTE
DESIGUALDAD Y PODER "Estados Unidos es la tierra de las oportunidades". "Estados Unidos es el crisol de todas las naciones". "El lugar de una mujer está en el hogar". Tales afirmaciones, con su atractivo emocional, a la tradición, o al "sentido común", frecuentemente escapan al juicio racional. Pero todas tienden a apoyar los intereses de un grupo social frente a los intereses de los grupos con los cuales compiten. Los próximos cuatro capítulos van más allá del "sentido común" para explorar la forma como los sistemas sociales distribuyen remuneraciones tales como la riqueza, el poder y el prestigio, y por qué prevalecen estos patrones de distribución. Por ejemplo, ¿cuán bien se ajusta la sociedad al ideal del sueño estadounidense de que todos tengan una oportunidad para ascender en la estructura de clase? El Capítulo 11 examina las causas y las consecuencias de la estratificación social, los efectos de la pobreza y los programas sociales para la redistribución de la riqueza. ¿De dónde sacamos las ideas acerca de la masculinidad y de la feminidad? ¿Están acaso fundamentadas en diferencias biológicas entre los sexos, o en las expectativas de una sociedad acerca de la manera como los hombres y las mujeres deberían actuar? El Capítulo 12 analiza los estereotipos de los sexos, los roles de los sexos y los cambios económicos y políticos del estatus de las mujeres. El Capítulo 13 ofrece una perspectiva sociológica sobre las situaciones críticas correspondientes a las relaciones raciales y étnicas. ¿Qué hace un grupo minoritario en términos sociológicos? ¿Cómo responden las diferentes sociedades a los nuevos grupos y a los extranjeros? ¿Cómo y por qué hay discriminación contra algunos grupos?, y ¿cómo responde la sociedad a las formas institucionalizadas de discriminación? Los noticieros están llenos de política; pero rara vez examinan la organización social más allá del proceso democrático y de otras formas de ejercer el poder. El Capítulo 14 examina la política como un proceso social y considera situaciones tales como el uso del poder, los tipos de autoridad, el surgimiento del Estado moderno y el desarrollo de la guerra moderna. Trataremos el rol del dinero, de los partidos políticos, y de los medios de comunicación en la política de los Estados Unidos y además compararemos su sistema democrático con el de estados más totalitarios. Cuando escuchamos algo acerca de los precios de las acciones o de la balanza comercial, probablemente no pensamos en ellos como situaciones sociales. El Capítulo 15 muestra cómo los sistemas económicos están fundamentados en las fuerzas sociales al comparar los dos sistemas económicos principales: el capitalismo y el socialismo. El rol de las corporaciones multinacionales en una economía global está entre otras situaciones que se examinan allí. Puesto que el trabajo que hacemos es parte de nuestra identidad como seres sociales, el texto explora el significado y la organización del trabajo en una era de automatización creciente. 289
CAPITULO 11
La estratificación y la clase social
Personas sin hogar. En las dudades de todo el país, pueden verse personas que visten ropas andrajosas y llevan bolsos con sus pertenencias, que duermen en las estaciones de tren, en las terminales de los buses e inclusive en las aceras. Durante el invierno viven acurrucadas sobre los ductos del aire caliente, sobreviven con el alimento y el dinero que piden a los transeúntes (Bingham, Green, and White, eds. 1987). La presencia creciente de los desamparados sirve como un preocupante recordatorio de que muchas personas de la sociedad estadounidense están mucho peor que otras. Con base en la escala social estadounidense, todavía más desposeídos que los habitantes que pueblan los barrios bajos, están estas personas cuyos bienes caben en unas cuantas bolsas de mercado y que carecen del más rudimentario refugio. No obstante, los trabajadores sociales que investigan las circunstancias en que viven las personas desamparadas, comúnmente encuentran que estas personas alguna vez estuvieron mejor; pero que alguna desgracia inesperada les condujo a perder su hogar. Por ejemplo, un edificio de apartamentos se vende a un constructor para la renovación, y sus pobres inquilinos son desalojados; quien sostiene a la familia pierde su trabajo por motivo del cierre de una planta o por una prolongada enfermedad; una mujer abandona a un abusivo esposo, pero no puede pagar un apartamento por sí sola; cualquiera que sea la situación, el resultado es el mismo: una persona, una pareja, una madre y sus hijos o una familia entera que vive a la interperie. Al descender de un peldaño más alto en la escala social, muchos de los
desposeídos son incapaces de recuperar su posición. (Hope and Young 1986). La falta de recursos y de oportunidades caracterizan a esas personas que están en el nivel inferior de la sociedad; por el contrario, una abundancia de recursos y de oportunidades caracteriza a quienes están en la cima. Esta clasificación estructurada de las personas en una jerarquía es la esencia de la estratificación, que se refiere a la división de una sociedad en capas (o estratos) de personas que tienen cantidades desiguales de recursos escasos pero deseables, de oportunidades de vida y de influencia social. La estratificación se refiere también a la desigualdad entre las categorías de las personas; por ejemplo, personas con niveles semejantes de educación, en las mismas ocupaciones, o que tienen acceso similar al poder podrían ocupar el mismo peldaño en la escala social. Estas desigualdades se construyen dentro de la estructura social y pueden persistir de una generación a otra. La estratificación social no ocurre por casualidad; es una disposición sistemática que sirve a los intereses de algunas personas colocados por encima de los intereses de otras. Como veremos, las sociedades difieren en su grado de movilidad social; en la disponibilidad de oportunidades de los individuos para ascender o descender en la jerarquía de la estratificación por sus propios esfuerzos. En este capítulo, consideraremos varios aspectos de la desigualdad en los asuntos humanos, empezando con la naturaleza de la estratificación social en la sociedad estadounidense. Otros temas incluyen el interrogante de por qué surgen la estratifica291
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DESIGUALDAD Y PODER
ción social, la movilidad social en Estados Unidos, la pobreza y los programas que reducen la desigualdad.
DIMENSIONES DE LA ESTRATIFICACIÓN Los sociólogos han tomado la palabra estratificación de la geología (stratum significa capa). La imagen convencional de estratificación es aquella en la cual las sociedades humanas se describen como muchas capas dentro de las rocas o como las capas de un ponqué. Así consideradas, las capas sociales son una mezcla de status semejantes y no propiamente de grupos altamente diferenciados. La imagen de la estratificación propuesta por Karl Marx (y utilizada por algunos sociólogos contemporáneos) es muy diferente. Al rechazar la visión de una sociedad de clases múltiples, Marx recalcó una división económica simple y exacta entre los grupos o clases. Marx sabía que en corto tiempo muchas otras diferencias entre grupos eran significativas; pero con el tiempo creía que la división esencial estaba entre aquellos que poseían los medios de la producción en las sociedades capitalistas (la burguesía) y aquellos que debían trabajar por un salario con el fin de sobrevivir (la clase trabajadora o proletariado) (1848, 1852). El sociólogo Max Weber estuvo de acuerdo con algunos puntos de Marx; pero creía que Marx había simplificado los términos de la estratificación (1922). Según Weber, la estratificación social no es un asunto solamente económico. Weber identificó tres dimensiones distintas
pero relacionadas de la estratificación social: el status económico o riqueza, el status político o poder y el status social o prestigio. El alcanzar uno de estos status, recalcó Weber, no necesariamente implica alcanzar los otros. Por ejemplo, alguien que gana la lotería, adquiere riqueza, pero probablemente no adquiere gran prestigio ni poder. Un miembro de la clerecía puede poseer considerable prestigio, pero comúnmente tiene poco poder o riqueza. Un terrorista que secuestra un avión puede tener poder, al menos por cierto tiempo, pero no está relacionado ni con la riqueza ni con el prestigio. Resumiendo, la posición social es un fenómeno más complejo de lo que imaginaba Marx. Aunque la riqueza, el poder y el prestigio son dimensiones distintas de las categorías sociales, no son mutuamente excluyentes. En efecto, con frecuencia coinciden reforzándose y sustentándose unas a otras. Algunas veces una dimensión puede convertirse en otra (Goode 1978; Bourdieu 1987). Consideremos la dimensión del poder. En los países comunistas, los altos funcionarios políticos aprovechan las posiciones para obtener privilegios que no posee el resto de la población: apartamentos espaciosos, mercancías importadas y elegantes automóviles. En forma semejante, las personas que tienen gran riqueza frecuentemente alcanzan el poder y los adornos de la eminencia. El prestigio también puede ser ventajoso. Los actores populares y las celebridades frecuentemente utilizan su fama para adquirir riqueza e influencia (un actor se vuelve presidente; un astronauta se vuelve senador). En los Estados Unidos y en otras partes, las dimensiones del poder, Una fábrica tierra sus puertas, un esposo se va o muere, un edificio de apartamentos se vende a renovadores urbanos. La mayor parte de los desamparados en Estados Unidos no son residentes permanentes de la calle, sino hombres, mujeres y frecuentemente familias enteras que perdieron temporalmente la capacidad de suplir sus propias necesidades básicas. (Roy Morsch/The Stock Market).
LA ESTRATIFICACIÓN Y LA CLASE SOCIAL
del prestigio y de la riqueza están distribuidas en forma muy desigual, un asunto al cual nos vamos a referir a continuación.
Riqueza e ingreso La pregunta de todos los tiempos y de gran interés es saber quién aprovecha lo que la participación de bienes y servicios produce en un sistema económico. La respuesta no solamente influye en la riqueza material que tiene un individuo, sino que también afecta a la sociedad al moldear las motivaciones de las personas para trabajar y su deseo de sostener las disposiciones sociales existentes. La estratificación económica está fundamentada sobre lo que las personas poseen (riqueza) y lo que ganan (ingreso). La riqueza se refiere a lo que las personas tienen; consta del valor de todo aquello que una persona o un grupo posee. El ingreso se refiere a la cantidad que las personas obtienen; es el monto de dinero que una persona o un grupo reciben. Las personas en los veinti tantos años tienen ingresos estables, pero poca riqueza acumulada. Por el contrario, las personas jubiladas generalmente poseen bienes (casa, automóvil y otras propiedades), pero sus ingresos no son tan grandes. La mayoría de las personas logran su ingreso de los sueldos o salarios;
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relativamente pocas personas reciben sus rentas de la propiedad. Los economistas consideran los salarios y sueldos como una retribución al trabajo, y consideran el interés, los dividendos y la renta como una retribución a la propiedad (o capital, que se define como la propiedad que puede proporcionar a su vez una ganancia). El ingreso por interés resulta de los títulos y de las cuentas bancarias; el ingreso por dividendos, de la posesión de acciones; y el ingreso por renta, de los pagos por el uso de la propiedad. La distribución desigual de la riqueza y de los ingresos contribuye a la estratificación de la sociedad. La estratificación también existe y causa tensión entre las sociedades. Las naciones industriales tienden a ser más ricas que las agrícolas o las preindustriales y las oportunidades varían de acuerdo con esa situación. Además, la brecha entre naciones ricas y pobres se está ampliando (véase Figura 11.1). Estados Unidos, la nación más rica del mundo, salió de la Segunda Guerra Mundial con ventajas indiscutibles. Mientras la mayor parte de las naciones desarrolladas estaban limpiando los escombros de sus fábricas y ciudades bombardeadas, Estados Unidos convertía su economía de una producción de guerra a una de bienes de consumo, creando un estándar de vida que por mucho tiempo se desconoció en la historia. Pero en
Fuente: Tomado de Minding America 's Business por Ira C. Magaziner and Robert B. Reich. Copyright 1982 by Law & Business, Inc. Reimpreso con permiso.
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DESIGUALDAD Y PODER
1979 muchos países industrializados alcanzaron niveles de ingreso absoluto más altos que los Estados Unidos. Más aún, tal como aparece en la Figura 11.1, cuando el igualitarismo se mide por la distribución del ingreso, los Estados Unidos están clasificados casi en el último lugar de las naciones industriales de occidente. Solamente Francia y Canadá proporcionan aproximadamente la misma pequeña participación de su ingreso nacional con aquellos que figuran en el último puesto de la escala económica. En Japón, Alemania Occidental y los Países Bajos, el 10 por ciento inferior de las familias recibe cerca del doble de la partición del ingreso nacional, de lo que recibe el 10 por ciento de la base en los Estados Unidos (Magaziner and Reich 1983).
Riqueza No se dispone fácilmente de la información acerca de la riqueza de los estadounidenses, especialmente la de los más ricos. Por lo general se cree que es mucho más difícil obtener información sobre la concentración de la riqueza que obtener información sobre los ingresos que se reciben. Las personas ricas frecuentemente son renuentes a hablar sobre la cantidad y el valor de sus propiedades, y no tienen ni siquiera una idea clara de lo que "valen" en un momento determinado. Esto es especialmente cierto respecto de personas cuya riqueza está concentrada en inversiones tales como acciones, títulos y bienes raíces, valor que fluctúa con el tiempo y seguramente, sólo puede conocerse cuando se vendan. Es mucho más fácil disponer de estadísticas sobre el ingreso; muchos salarios son asunto de registro y varias entidades del gobierno (la Oficina del Censo, el Servicio de Renta Interna) reúnen estadísticas sobre los niveles de ingreso de la población de los Estados Unidos. La información disponible sugiere que la mayoría de los estadounidenses tienen poca riqueza; un poco más de la mitad de la población posee casa propia, y aún un número menor posee propiedades tales como acciones o bienes raíces. Y aunque la mayoría de las personas tienen ahorros, cheques y/o cuentas de planes de jubilación (IRA y KEOGH), la mayoría de los estadounidenses tienen ahorros valorados en menos de $ 4.000 dólares (Oficina del Censo de los Estados Unidos, 1987). La gran riqueza por lo general es heredada u obtenida por capitalización sobre un recurso valioso como la tierra o los derechos minerales o un nuevo producto. La riqueza proporciona a los individuos distintas ventajas que están más allá de la disponibilidad de cosas esenciales como el alimento, el techo y el cuidado de la salud. Las personas muy ricas también tienen acceso a los servicios, a los viajes y a las
distracciones, que no están disponibles para los individuos menos favorecidos. Más aún, una cuantiosa riqueza frecuentemente proporciona ingreso, poder e independencia.
Ingreso Una forma común de examinar la distribución del ingreso es dividir la población en quintas partes y comparar la participación del ingreso nacional total de cada uno de estos segmentos. La Tabla 11.1 proporciona esta información para los años 1980 y 1985. La tabla muestra que en 1985, el 20 por ciento inferior de las familias estadounidenses recibía el 4.6 por ciento y el 20 por ciento superior recibía el 43.5 por ciento del ingreso total. También revela que el 5 por ciento superior de las familias recibía el 16.7 por ciento del ingreso total de la nación, tres veces la participación que ellos recibirían si todos los estadounidenses recibieran un ingreso igual. Los cambios más significativos en porcentaje ocurridos entre 1980 y 1985 están en la base y en la cima de la escala. El ingreso en ambas quintas partes inferiores cayó por lo menos 0.5 por ciento, mientras que el ingreso en la quinta parte superior aumentó cerca del 2 por ciento, y en 1.4 por ciento en el 5 por ciento superior. En 1985, 17 000 estadounidenses informaron al Servicio de Renta Interna ingresos por encima de $ 1 millón de dólares. Solamente el 16 por ciento del ingreso provenía de salarios y jornales; el resto provenía de la posesión de propiedades. Otras informaciones revelan que el 1 por ciento de los estadounidenses posee el 33 por ciento de la riqueza total de
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la nación y el 62 por ciento de todas las acciones corporativas (Page, 1983). La Tabla 112 resume las estadísticas de ingreso del año 1983 de hogares, familias, y personas en Estados Unidos que se ajustaron a las condiciones reflejadas en 1986. Pocos estadounidenses tienen ingresos sustanciales. Por ejemplo en 1987, 147 altos ejecutivos que trabajan en corporaciones, ganaron más de $ 1 millón de dólares. De estos, tres ganaban más de 5 millones. Además de sus salarios algunos funcionarios de corporaciones también recibían muchos millones de dólares por ganancias de varias opciones de la bolsa y de otros convenios financieros a largo plazo (Bronson y Morse, 1983). De acuerdo con estas cifras, con el crecimiento de las corporaciones multinacionales, ya puede examinarse la estratificación solamente en términos de desigualdades personales de riqueza y de ingreso, también debemos mirar las desigualdades de poder.
Poder social La palabra poder generalmente tiene una connotación negativa (Marger, 1981). Decimos que las personas están "locas por el poder", "hambrientas de poder" o "en busca del poder". Y con frecuencia asociamos el poder con los tiranos, con los dictadores y con líderes de regímenes totalitarios. Sin embargo, el concepto de que el mal se impone por el poder, mientras que el bien vuela por sus propias alas es insostenible. El poder también puede utilizarse para combatir el sexismo, el racismo y la tiranía.
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El poder social es un elemento fundamental e inherente a toda interacción en cualquier nivel social; puede utilizarse para fines constructivos o para fines egoístas. Donde quiera que miremos, en los negocios humanos, las familias, las pandillas juveniles, las naciones-estado, vemos cómo algunas personas encuentran su camino con más frecuencia que otros. El poder se ejerce tanto a nivel interpersonal como a nivel social (Marger, 1981). En el nivel interpersonal, el poder funciona en las relaciones directas cara a cara, tal como las que tienen lugar entre esposo y esposa, supervisor y subordinado, maestro y alumno. Para la mayoría, el uso de poder dentro de estos contextos tiene consecuencias inmediatas sólo para las personas comprometidas. Pero cuando los individuos o grupos manejan el poder para crear situaciones que afectan a muchos, si no a todos los elementos de la sociedad, entonces el poder es social. La presidencia de los Estados Unidos es un ejemplo de poder social. Las decisiones que el presidente toma no son iguales a las de las otras personas: pocos pensamos en términos de miles de millones de dólares o de millones de personas o de iniciar una guerra nuclear. Aunque en el Capítulo 14 exploraremos más ampliamente la concentración del poder en Estados Unidos, los aspectos más sobresalientes de esa discusión se dan aquí. Como la riqueza y el prestigio, el poder también es una dimensión importante de la estratificación social y no hay duda de que en los Estados Unidos está distribuido en forma desigual. El
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interrogante que los sociólogos debaten no es si la posesión del poder es desigual en los Estados Unidos, sino más bien en qué forma es desigual.
Prestigio La tercera dimensión de la estratificación es el prestigio. El prestigio es "la estima, el respeto o la aprobación concedidos por un individuo o una colectividad a desempeños o cualidades que consideran superiores al promedio" (Goode, 1978, p. 7). Como tal, el prestigio ofrece a las personas un sentido de dignidad y de respeto, el sentimiento de que de algún modo son admirados y valorados por los demás. Al hacer hincapié en su potencial para convertirlo en una ventaja económica, Pierre Bourdieu se refirió a dichos signos de prestigio como un "capital cultural" (1984). Las sociedades vinculan el prestigio a los diferentes atributos. En una sociedad preocupada por la religión, la santidad y el fervor pueden ser los atributos más importantes para el prestigio; en un ambiente militar, la valentía es con frecuencia lo que más cuenta; la gente del mundo del cine o de la moda, frecuentemente equiparan el status con el talento o la buena apariencia. En Estados Unidos se con-
cede prestigio de acuerdo con la forma como la persona gana su dinero (la ocupación), cómo lo gastan (modo de consumo), quiénes son (sus ancestros) a quién conocen, y cuán exitosos y conocidos son. Ser neurocirujano, ganar muchos cientos de miles de dólares al año, poseer un gran yate, tener un apellido anglosajón, pertenecer a los clubes más "sofisticados", tener amigos poderosos, todos estos son fuentes de prestigio en nuestra sociedad. Sin embargo, el determinante general principal del prestigio parece estar en la ocupación de la persona. Los sociólogos miden el prestigio de las ocupaciones pidiendo a las muestras representativas de la población que fijen sus posiciones sociales en varios tipos de trabajo y clasifiquen las ocupaciones en una escala que va desde excelente, pasando por el promedio, hasta malo. Luego los investigadores traducen estas clasificaciones de las marcas de prestigio que van desde 0 (bajo) hasta 100 (alto). Los resultados de las encuestas ocupacionales han tendido a permanecer bastante estables durante períodos largos. Como se muestra en la Tabla 11.3, la tasa estadounidense más alta corresponde a aquellos trabajos que permiten que una persona tenga poder, que exijan habilidades profesionales y suministren altos ingresos. Médicos, científicos, abogados y algunos ingenieros están en
La riqueza el poder y el prestigio se refuerzan mutuamente, al contribuir a los extremos de la estratificación social. En las sociedades industrializadas tal estratificación es notable y sus contrastes suavizados; en los países en vía de desarrollo, al igual que en los ricos en petróleo del Medio Este, el proceso de estratificación es frecuentemente más agudo y sus efectos son más notorios. (Izquierda: Robert V. Eckert, Jr./EKM-Nepenthe; derecha: René Burri/Magnum).
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niveles superiores; recolectores de basura, porteros y emboladores están en niveles inferiores; maestros de escuela, carpinteros, agricultores y gerentes de ventas están en la mitad. Pero hay algunas sorpresas. Los estadounidenses no son tan anti-intelectuales como algunas veces se les describe: los profesores de universidades se clasifican en segundo lugar (incluso por encima de los banqueros) y los actores de cine se clasifican por debajo de los maestros. El prestigio es un asunto subjetivo, más intangible que tangible. No obstante, puesto que el prestigio es una parte tan importante de las relaciones sociales, la gente le da una apariencia tangible mediante representaciones simbólicas. Títulos ("Señor", "Señor Presidente", "Su Alteza Real", "Doctor", "Profesor"), grados honorarios, cátedras de honor, medallas, trofeos, insignias y demostraciones de deferencia, son las expresiones simbólicas del prestigio. La vida corporativa proporciona innumerables indicios para clasificar a una persona en la jerarquía del prestigio. Por ejemplo, una oficina esquinera en un piso más alto es un signo de triunfo. Los empleados del Bank of America saben que han adquirido más prestigio cuando reciben sus efectos de escritorio con el logotipo del banco en oro, para remplazar los anteriores impresos en tinta negra. La corporación Ford Motor tiene un sistema muy detallado de clasificación de status. Los empleados se clasifican en una escala de 1 (empleados y secretarias) a 27 (Presidente de la junta directiva). El grado 9, que es el nivel más bajo de ejecutivo, incluye el derecho a un sitio de estacionamiento para el automóvil; el grado 13 proporciona una oficina más grande, con ventanas, plantas, un sistema de intercomunicación y secretaria. Aquellos que logran el grado 16 reciben una oficina con baño privado, tarjetas de navidad firmadas por el presidente de la junta directiva, un espacio de estacionamiento cubierto y, además, vehículo de la compañía.
ANÁLISIS DE LA ESTRATIFICACIÓN SOCIAL Prácticamente en todas las sociedades humanas con mucha población se desarrolla algún tipo de estratificación. Desde los faraones de Egipto hasta la clase alta estadounidense, desde las castas más altas de la India hasta los partidos burócratas de los países socialistas, algunos grupos de personas inevitable-
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Aunque el prestigio es un elemento subjetivo e intangible del status social, sus símbolos -el adorno sobre la cubierta de este automóvil o el avión privado que vemos en el fondo-, son clara y umversalmente reconocidos, en parte gracias a su repetición permanente en la prensa y en los avisos de televisión. (Gabe Palmer/The Stock Market).
mente terminan en la cumbre del orden social y el resto de la población se clasifica más abajo. ¿Por qué sucede esto? Existen dos explicaciones que pueden adelantarse: una que hace énfasis en la integración funcional y otra que acentúa el poder. Los funcionalistas sostienen que la estratificación sirve a las necesidades de una sociedad y es, por lo tanto, necesaria e inevitable. Aquellos que mantienen una perspectiva de poder creen que la estratificación es innecesaria y coercitiva puesto que permite que ciertos grupos manipulen el sistema a su favor. Primero examinaremos más estrechamente las opiniones funcionales y de poder de la estratificación, y luego los esfuerzos de los sociólogos por unir estas opiniones.
La perspectiva funcional Un grupo de sociólogos ha argumentado que la estratificación existe porque sirve a una necesidad
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funcionalmente positiva e importante para la sociedad. Esta posición la elaboraron con mucha influencia Kingsley Davis y Wilbert E. Moor (1945-1953) en American Sociological Review. Aunque sociólogos pos-
teriores modificaron sus ideas, Davis y Moore fueron los primeros en argumentar que la estratificación es tanto universal como necesaria y que las disposiciones de clases de cualquier tipo son una característica de toda sociedad. Ellos razonaban de la siguiente manera: si todas las posiciones que tienen que llenarse en una sociedad fueran igualmente importantes y todas las personas tuvieran las mismas
capacidades para realizar estos trabajos, no habría necesidad de estratificación. Pero este no es el caso. Algunas tareas son claramente más esenciales que otras y algunas exigen más talento y entrenamiento que otras. Pongamos un ejemplo: a casi cualquier persona físicamente capacitada se le puede enseñar a cavar zanjas en un día o dos; pero se necesitan muchos años de estudio para llegar a ser médico. Los estudiantes de medicina deben aprender a diagnosticar y a tratar innumerables enfermedades. Luego, como internos deben realizar con frecuencia trabajos contra reloj, sacrificando horas de sueño y su vida
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Este ejecutivo podría afirmar que los años de trabajo arduo y sacrificio le permitieron alcanzar este nivel de éxito. ¿Pero podría el mismo grado de lucha y sacrificio producir d mismo éxito para estos trabajadores chícanos ? La forma compleja como la sociedad distribuye las retribuciones hace muy difícil definir lo que llamamos igualdad. (Izquierda: Will Mclntyre/Photo Researchers; derecha: James McGoon/Wheeler Pictures). social. Después de que logran su estatus profesional, se espera que los médicos todavía continúen gastando su tiempo, energía y compasión en su propio trabajo. ¿Cuántas personas elegirían pasar la mayor parte de su vida adulta en confrontar los temas de vida y de muerte si no estuvieran adecuadamente motivadas para hacerlo? El factor de motivación humana es la clave del argumento de Davis y Moore. Las sociedades deben motivar a las personas para que busquen las posiciones sodalmente importantes y esenciales y las ejecuten en forma consciente. La sociedad recompensa a aquellos que aceptan el reto con más cosas que tienen que ver con su sostenimiento, comodidad, diversión e interés propio. En otras palabras, una sociedad debe tener recompensas que puede utilizar como incentivos y además alguna forma de distribuirlos. De otra manera, muchas tareas esenciales nunca se realizarían y la sociedad misma empezaría a desintegrarse. La desigualdad social proporciona este incentivo de motivación y es consecuentemente tanto necesaria como constructiva. Puesto que la estratificación sirve a los intereses de la sociedad como un todo, la mayoría de los miembros de una sociedad aceptan el sistema y cooperan
para preservar la distribución establecida de premios y oportunidades. Es importante advertir que la perspectiva funcional no es una justificación de la estratificación; es solamente una explicación de por qué existe la estratificación. Como tal, este punto de vista ilumina el por qué todas las sociedades están estratificadas y por qué los sistemas de estratificación de los países industrializados tienden a parecerse unos a otros, a pesar de las diferencias políticas y económicas (Wesolowski, 1979). Sin embargo, una de las principales limitaciones de la perspectiva funcional es que no tiene en cuenta el importante rol del poder en la generación y mantenimiento de la estratificación en todo el mundo.
La perspectiva del poder Algunos de los críticos más expresivos de la perspectiva funcional de la estratificación son aquellos que sostienen una perspectiva de poder (Dahrendorf 1968; Collins 1975; Beteille 1977; Tumin 1953, 1985). Los defensores de este punto de vista aseguran que la estratificación es "funcional" sólo para algunos miembros de la sociedad, especialmente para
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En el mundo medieval, la estratificación social se aceptó como parte de una jerarquía divina. En esta escena de un manuscrito ilustrado del siglo XV, el orden y la estabilidad emanan de la figura central del Duque de Berry, que dirige a los vasallos, los consejeros y los soldados de su estado feudal. Muchos sociólogos argumentan que todas las sociedades necesitan algún grado de estratificación social para poder funcionar. (Giraudon/Art Resource). aquellos que tienen el poder de configurar el sistema para su propio beneficio. Uno de los argumentos clásicos que apoya la perspectiva del poder es el del sociólogo Melvin Tumin, quien señala como dificultad fundamental determinar qué posiciones son realmente más necesarias para la sociedad. "A largo plazo" escribe Tumin, "la fuerza laboral de trabajadores no calificados es tan importante e indispensable como la fuerza laboral de los ingenieros" (1970 p. 380). Tumin también cuestiona la propuesta de Davis y Moore de que solamente una porción limitada de la población tiene la destreza necesaria para las posiciones más importantes. Según Tumin, en lugar de facilitar el cumplimiento de esas posiciones, el sistema de estratificación, en realidad previene el descubrimiento de
miembros talentosos de la sociedad porque el acceso a la educación depende del acceso a la riqueza. Y lo que es más, un sistema de estratificación pasa con sus desigualdades de una generación a otra, porque quienes buscan una educación superior generalmente deben depender de sus padres para pagarla. Además, la motivación de una persona para triunfar es disminuida o aumentada de acuerdo con lo que los padres hayan obtenido y puedan aportar. Por lo tanto, el talento está forzado socialmente. Tumin afirma también que los grupos elitistas tienden a restringir el acceso a su posición privilegiada con el fin de preservar su prestigio y poder. Por ejemplo, cada año las escuelas de medicina rechazan centenares de miles de solicitantes calificados permitiendo así a los médicos proteger sus ingresos limitando su cantidad. En resumen, como anota el sociólogo británico T.B. Bottomore (1966, p. 11) "Sería una descripción más apropiada del sistema de clase social decir que funciona especialmente mediante la herencia de propiedad, para garantizar que cada individuo conserve una posición social definida, determinada por su nacimiento y prescindiendo de sus capacidades particulares". Tumin más adelante afirma que, a la larga, los sacrificios que Davis y Moore atribuyen a quienes se entrenan para importantes posiciones no son verdaderos sacrificios. Un médico que debe luchar aproximadamente durante sus primeros diez años de práctica para pagar por años de entrenamiento, está más que recompensado en los próximos veinte o treinta años por sus servicios. Tumin y otros debaten la idea de que los incentivos para tomar funciones esenciales deban comprender el acceso a escasas recompensas. Por el contrario, sugieren que la motivación para tomar dichos trabajos debería ser el gusto por el trabajo o el orgullo por realizar un servicio social. Más aún, la persona que ocupa una posición importante en la sociedad disfruta de muchas recompensas síquicas y espirituales: alto prestigio, desarrollo propio, acceso al tiempo libre y a la libertad que se niega a las personas menos privilegiadas. En resumen, el argumento de poder es que lejos de ser funcional en una forma positiva, la estratificación social es disfuncional. Restringe el talento limitando el acceso a la educación, lo que a la vez limita la capacidad productiva de una sociedad. Al enfocar la atención de la gente sobre el avance dentro de la jerarquía en vez de cambiar el sistema, la estratificación legítima el status quo, independientemente de que la estructura existente sea correcta o no. La estratificación también priva de los recursos necesarios para lograr el cambio a las personas que están
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en el extremo inferior de la escala social y funciona para hacer que los menos privilegiados sean hostiles y recelosos, lo cual impide la completa integración social. El análisis sobre el poder se relaciona fuertemente con las ideas de Karl Marx (1818-1883), cuyas opiniones sobre la estratificación estudiaremos a continuación.
La perspectiva marxista Como ya se sugirió, la opinión central de Marx sobre la estratificación es la suposición de que las clases sociales están divididas fuertemente y de que constantemente compiten unas con otras por una oferta limitada de recompensas y de recursos. Desde este punto de vista, los "ganadores" en esta lucha alcanzan una participación desproporcionada de las recompensas de la sociedad y resueltamente toman la defensa y el engrandecimiento de sus principios de privilegio. Tal como lo señalamos en el Capítulo 1, Marx decía que las sociedades capitalistas estaban organizadas para suministrar a algunas clases el poder y el control sobre las decisiones económicas y políticas claves. Las clases que no están en una posición de poder deben adaptarse a las disposiciones existentes de riqueza y de poder vendiendo su trabajo en el mercado. Es importante anotar que el análisis de Marx estaba basado sobre sus observaciones del primer capitalismo en el siglo XIX. Algunos aspectos de la división de clases pudieron ser más evidentes entonces, antes del surgimiento del capitalismo corporativo. (Las grandes corporaciones modernas con sus amplias propiedades accionarias eran virtualmente desconocidas en la época de Marx). Sin embargo, los marxistes modernos todavía consideran que la estructura de clase tiene importancia central en la organización social, aunque esto resulte bastante más complejo (Wright, 1985). La clase dominante en la sociedad capitalista, los capitalistas o la burguesía, se distinguen de otras clases sociales por su propiedad de los medios de producción y también por el ejercicio del control y de la autoridad en el sitio de trabajo (Marx 18671976). La otra clase importante, la clase trabajadora o proletariado, no posee los medios de producción (lo más importante, las fábricas en las cuales trabajan) y deben cumplir los mandatos de la burguesía. En la opinión del marxismo, las relaciones de clase comprenden en forma inherente los intereses en conflicto, entre la clase gobernante que tiene el interés de mantener la estructura de autoridad y la clase explotada que tiene el interés de derrocarla. Con la propiedad de minas, fábricas, grandes granjas y de otras fuentes de subsistencia, la burgue-
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sía estratégicamente se ubica entre el proletariado y los medios por los cuales éste puede ganarse la vida. Al ganar el dominio de los recursos críticos de la sociedad, la burguesía gana también el dominio de su gente sometiendo a las masas vulnerables y susceptibles a su propio control. Mas aún, al dominar los medios de comunicación, la escuela y otras instituciones claves, la burguesía pretende socializar el proletariado con opiniones e ideas sugestivas de orden capitalista, de modo que este no pueda desarrollar fácilmente una conciencia exacta de su condición de explotado. Avanzando más en esta idea, Marx consideraba al estado- nación como un instrumento de opresión, la religión como un medio para distraer y controlar las masas y la familia en su forma de siglo XIX como un medio de conservar la riqueza y la educación en manos de unos pocos (Marx 1845-1975). En una frase famosa Marx dijo: "La historia de todas las sociedades existentes hasta ahora es la historia de la lucha de clases" (El Manifiesto Comunista, p. 482). Esto indica que él no miraba las clases como peldaños en una jerarquía de status, sino como poderosas fuerzas colectivas que movilizan las energías humanas a redirigir el curso de la historia. Las clases son como los actores en una escena histórica, compiten, luchan, debaten, explotan, defienden y atacan a la sociedad sobre su respectiva participación en la torta de la riqueza y el poder. Marx predijo que a medida que la clase de trabajadores industriales creciera, podrían hacerse cada vez más conscientes de su condición de explotados y de la desigualdad del incremento en la riqueza entre propietarios y trabajadores. Esta conciencia podría desatar la lucha de clases, de la cual el proletariado saldría victorioso. El resultado sería la primera sociedad socialista en la cual los medios de producción serían publicamente propiedad del proletariado bajo una dictadura benevolente y en último término una sociedad comunista sin clases en la cual todos deberían estar unidos en una "comunidad plena" cooperativa y completa. Hasta cierto punto, el enfoque sobre la clase y la lucha de clases separa el pensamiento marxista de otras perspectivas de poder sobre la estratificación. Max Weber, tal como hemos visto, creía que la clase era solamente una de las muchas formas de desigualdad sobre la cual las personas deberían luchar. La etnia, la religión, la raza y otros status fácilmente podrían tener prioridad sobre la clase aun en la mente de los trabajadores pobres. En forma parecida, muchos sociólogos sostienen que el conflicto no está restringido a las relaciones entre clases. Sostienen que la competencia de grupo y el conflicto son
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Algunos sociólogos han intentado explicar por qué la revolución mundial socialista predicha no ha ocurrido (Marwick 1980). Una explicación es que el crecimiento considerable de la clase media desde la época de Marx ha reducido la polarización entre la clase "propietaria" y la clase "trabajadora" (Giddens 1973; F. Parkin 1979). Mas aún, la cantidad creciente de ocupaciones intermedias en los lugares de trabajo ha creado más oportunidades para la movilidad social entre la clase trabajadora. Como veremos en el Capítulo 15, la tradicional clase trabajadora de producción manual disminuyó sustancialmente, mientras que han aumentado en cantidad los empleos de servicio y los de cuello blanco con bajos salarios. Las personas que hace un siglo podían emplearse solamente como trabajadores manuales en las fábricas y en las granjas, ahora pueden encontrar trabajo en las oficinas, en ventas y en otras posiciones de servicio. Además, Estados Unidos ha ofrecido por mucho tiempo oportunidades para una movilidad social: no pocos hijos de la clase trabajadora van a la universidad. Y aunque su posición social no mejore en forma significativa respecto de la de sus padres o abuelos, tienden a distanciar su identificación con la clase trabajadora.
En contraste con la exaltación de una jerarquía social inherente que se ha mostrado en la ilustración anterior, este mural urbano del siglo XX exalta una sociedad sin clases, organizada alrededor de los trabajadores comunes y sostenida por ellos. Ambas escenas muestran los conceptos idealizados de la forma como una sociedad debería dividir su trabajo y distribuir sus retribuciones. (Roy Morsch/The Stock Market).
una parte inevitable de la vida social y por eso no aceptan la idea de Marx de que el conflicto de clases debería eliminarse con una revolución proletaria (Dahrendorf 1959; F. Parkin 1979). Todavía, una pregunta obvia para los marxistas y para otras perspectivas de poder en la estratificación es por qué se ha tolerado por tanto tiempo la desigualdad de clases. Marx creía que el capitalismo proporcionaba a los trabajadores tanto la necesidad como el ímpetu para derrotar la burguesía y establecer una sociedad socialista. Pero hasta ahora, ninguna de esas revoluciones ha tenido éxito ni en los Estados Unidos ni en otras sociedades industriales modernas. Las revoluciones socialistas que tuvieron lugar, ocurrieron en sociedades más agrícolas que industriales (China, Cuba, Rusia) y los resultados no se conformaron con las expectativas de Marx.
Otro cambio que Marx no logró anticipar es que la suerte y el salario de los trabajadores han mejorado sustancialmente en el último siglo. En las democracias políticas, los trabajadores tienen considerable libertad para organizar los sindicatos de trabajadores y elegir los líderes que van a defender sus intereses. Los trabajadores sindicalizados adquirieron mayor protección de la ley, y las vacaciones, los planes de salud y otros beneficios son ahora algo rutinario. Tomados en conjunto, estos factores ayudan a explicar por qué se liman asperezas entre los trabajadores y los propietarios y sugiere por qué la desigualdad de clase sigue tolerándose. A pesar de la falla en la predicción de los acontecimientos futuros, las ideas de Marx acerca de las relaciones entre la estratificación y el conflicto social son todavía consideradas como agudas perspectivas. Muchos teóricos del poder continúan aplicando las ideas de Marx a las condiciones cambiantes del mundo de hoy. Erik Olin Wright (1981, 1985), por ejemplo, ha aplicado las teorías de la estratificación basadas en la clase, para analizar la estructura de la sociedad estadounidense contemporánea. Como parte de sus intentos de distinguir las clases como grupos significativos, ha encontrado cantidades crecientes de personas que ocupan lo que él denomina "posiciones contradictorias de clase". Estas son personas cuyos intereses están repartidos entre capitalistas y trabajadores. Por ejemplo, los gerentes del
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nivel más bajo y los capataces realmente son empleados de los capitalistas, aunque frecuentemente tienden a identificarse con la gerencia. En la misma forma, muchos dueños de pequeños negocios (como la "tienda de la esquina") son propietarios de capital, pero sus ingresos y sus vínculos personales con los empleados los unen con la clase trabajadora. En tiempos de estabilidad económica y social, estas personas pueden pensar como capitalistas. Sin embargo, durante los períodos de crisis muchas personas en posiciones contradictorias se contarán entre la clase trabajadora. Otra área provechosa de la investigación para los sociólogos de poder es aquella que Marx mismo predijo: el crecimiento de la internacionalización del capitalismo. Muchos expertos ahora creen que la división fundamental de clase está entre la burguesía de los países ricos y el proletariado de los países pobres (Wallerstein 1979; Lloyd 1982). Tomaremos este cuestionamiento en un enfoque más profundo en el Capítulo 22. En cualquier caso, el enfoque de Marx hacia la forma como el capitalismo estructura la estratificación, todavía se utiliza ampliamente (Poulantzas 1975).
Opiniones funcionales y de poder: una síntesis. A pesar de las agudas diferencias entre las perspectivas funcionales y de poder, cada una tiene un valor particular para los sociólogos al responder a los diferentes cuestionamientos (Coser 1965; Lenski 1966). Cada vez más, los científicos sociales están tratando de unir las perspectivas de las dos opiniones para una descripción más completa de la estratificación. Desde una perspectiva de poder, el principal argumento contra el punto de vista funcional es que excluye el importante rol del poder en la configuración y en el mantenimiento de la estratificación (Beteille, 1977). El poder, necesidad no funcional, responde mejor a cuestionamientos tales como quién se beneficia de la estratificación, quién logra ser nombrado en posiciones más altas o más bajas en el sistema y por qué surgen los conflictos. Por el contrario, el principal argumento contra la opinión de poder es que todas las sociedades están estratificadas. Existe por lo menos una semejanza entre los sistemas de estratificación de los países industrializados, sin tener en cuenta si son socialistas o capitalistas (Wesolowski, 1979). El ejercicio del poder puede ayudar también a configurar en algo un sistema de estratificación particular; pero la presión de las necesidades sociales fundamentales aparece como responsable por el sistema como un todo.
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En su enfoque evolutivo de la estratificación, el sociólogo Gerhard Lenski (1966) dio un gran paso hacia una síntesis practicable de ambas perspectivas. Observó, por un lado, que la estratificación podría servir en realidad a una necesidad funcional al equipar los talentos escasos con las recompensas. Por otro lado, no obstante, las formas establecidas de estratificación tenderán a persistir por más tiempo después de que dejen de ser funcionales, lo que apoya muchas de las exigencias del poder. Lenski también diseñó una síntesis entre el enfoque funcional sobre los valores comúnmente sostenidos, y la estabilidad social, y el enfoque del poder sobre los intereses divididos y la inestabilidad. En su opinión, la sociedad evolucionó para reflejar tanto los valores sostenidos comúnmente, como los valores de los grupos poderosos. En forma similar, la estratificación facilita simultáneamente algunos aspectos del funcionamiento social mientras impide otros.
LA TIERRA DE LAS OPORTUNIDADES: UNA EVALUACIÓN El padre de Leonard Stern vino de Alemania a Estados Unidos hace muchas décadas. Cuando su negocio textilero entró en problemas, el viejo Stern y un amigo decidieron importar canarios. Tuvieron éxito moderado; pero después su negocio de canarios también se endeudó. Mientras tanto, su hijo Leonard fue a la universidad y obtuvo un M.B.A. en tiempo muy corto. Asumió la responsabilidad del negocio en 1959. El joven Stern construyó la Corporación Hartz Mountain de su familia una empresa de $ 150 millones de dólares al año, y al cumplir los treinta y cinco años, había amasado más de quinientos millones de dólares (Louis, 1973). Esta historia del éxito, desde los harapos hasta la riqueza, es propia del sueño estadounidense. La creencia de que cualquier persona que logre una educación, trabaje duro y aproveche las oportunidades puede "salir adelante", es el centro de tal sueño; y es una de las razones por las cuales los trabajadores estadounidenses no han desarrollado una conciencia de clase. Otra razón es que la diferencia entre los ingresos de los ricos y de los pobres es menor que la que existe en otros países (véase Figura 11.2). Sin embargo, muchos estadounidenses tienen reservas sobre si trabajar o no arduamente conduce sin duda al éxito. Este país, ¿es realmente una tierra de oportunidades? ¿Se ha acercado al ideal de la igualdad de oportunidades en la década anterior? ¿Se puede estar más cerca de él? Para responder a estos interrogantes, primero deberíamos determinar el grado de movilidad social
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Los colores en el mapa indican cómo d ingreso total del 5% de las personas mas ricas dd país se compara con d total recibido por d 20% de los más pobres. En países como Brasil o Irak, la estratificación es muy marcada; el 5% de los más ricos reciben 15 veces más la cantidad total que recibe el 20 % de los más pobres. Por el contrario, en Estados Unidos y Libia los ingresos de los ricos y de los pobres no son tan diferentes.
que existe en este país. Por movilidad social, se entiende el movimiento de las personas de una posición social a otra. El término movilidad vertical se refiere a los cambios ascendentes o descedentes en el estatus de una persona, tal como se muestra en el caso de Leonard Stern. El término movilidad horizontal se refiere a los cambios en la posición, que no alteran en forma apreciable el estatus de una persona, como cuando un alto ejecutivo de una compañía petrolera se convierte en Ministro de Transportes.
Sistemas abiertos y cerrados Con relación a la movilidad social existen dos tipos analíticamente distintos de sistemas de estratificación: abierto y cerrado. Un sistema de clase verdaderamente abierto tiene pocos impedimentos para la movilidad social; las posiciones se conceden sobre la base del mérito y la clasificación está relacionada con el logro individual. Puesto que el estatus depende de lo que los individuos puedan hacer por su propio esfuerzo, se dice que es adquirido (véase Capítuio 3). Los orígenes familiares, el credo, la raza, el
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color, el sexo y otras características adscritas no interesan. Cualquiera que tenga talento y ambición puede progresar. Por tanto, hay un amplio rango de posiciones de status y las líneas de clase prácticamente desaparecen. Esto no quiere decir que una sociedad abierta sea una sociedad igualitaria. Existe una diferencia entre igualdad de oportunidades (cuando los miembros de una sociedad logran diferentes estándares de vida con base en sus diferentes talentos y contribuciones) e igualdad de resultados (cuando los miembros de una sociedad tienen el mismo estándar de vida). Los sistemas abiertos idealmente proporcionan a las personas iguales oportunidades de éxito. Que los individuos tengan éxito o no, depende casi por entero de ellos, al menos desde un punto de vista ideal. Ninguna sociedad contemporánea ofrece una verdadera igualdad de oportunidades o de resultados. Un sistema cerrado o de castas, es lo opuesto: allí el status es adscrito, o sea, determinado por el nacimiento, y las personas están encerradas dentro de la posición social de sus padres. En el sistema de castas las características adscritas determinan la posición social y las oportunidades del individuo están limitadas en consecuencia. Las líneas de casta están claramente definidas, y las sanciones legales y religiosas se aplican a aquellos que intentan obstruirlas. El sistema de segregación racial de Sur África (que se ha descrito en forma eufemística como "desarrollo separado") es un claro ejemplo de un sistema de casta. En Sur África, los negros, los asiáticos y los blancos viven en vecindarios separados, asisten a escuelas separadas, obedecen leyes separadas y reciben castigos diferentes. El sistema rígido de castas que existió en la India por siglos es hoy ilegal; pero todavía permanecen los vestigios profundos del sistema. La mayor parte de las sociedades cae en uno de los dos extremos de sistemas de estratificación, abierta o cerrada. En Estados Unidos, el racismo continúa bloqueando la movilidad social en grupos enteros de personas; la discriminación de sexos también detiene el sistema abierto de estratificación del cual los estadounidenses se sienten orgullosos. En términos evolutivos, Gerhard Lenski (1966) ha argumentado que la desigualdad aumenta con la aparición de un sistema agrícola estable y con la industrialización inicial. Frecuentemente, bajo estas condiciones, hay un excedente de bienes y el poder, se concentra en pocas manos. Pero la desigualdad económica disminuye considerablemente a medida que las ciudades continúan industrializándose. En las sociedades avanzadas industrialmente existe una igualdad más notable en la distribución de la rique-
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za, hasta el punto de que los pueblos adquieren y ejercitan el poder político. El estímulo para este cambio de poder es el crecimiento y el surgimiento continuo de las clases medias. Los países socialistas, sugiere Lenski, con el tiempo pueden reducir las desigualdades económicas todavía más. Su potencial para hacerlo no radica en una redistribución económica, sino con la distribución del poder que ahora está concentrado en manos de unos pocos burócratas y dirigentes de los partidos.
Las clases sociales en Estados Unidos El primer científico social en explorar con alguna profundidad el sistema de clasificación en las comunidades modernas fue W. Lloyd Warner. Su estudio de la "ciudad yanqui" (Newburyport, Massachusetts) produjo un modelo de seis clases basado en la riqueza, el estilo de vida, las posesiones, y la participación en la vida comunitaria y en los clubes privados (Warner y otros 1949). (Obsérvese que Warner utiliza el término clase en un sentido más amplio que Weber). Las seis clases de Warner se descomponen en la siguiente forma: alta-alta (1.4 por ciento), alta-baja (1.6 por ciento), media-alta (10 por ciento), media-baja (28 por ciento), baja-alta (33 por ciento) y baja- baja (25 por ciento). Warner dirigió su investigación antes de la Segunda Guerra Mundial. Más recientemente Richard D. Coleman y Lee Rainwater (1978) han investigado la estructura de clase de los Estados Unidos urbanos tomando muestras de los residentes en Boston y en Kansas City. La clase surge de esta investigación más que todo como un sistema de riqueza y de ingreso, especialmente cuando se traduce en un estilo de vida, con base en la vivienda, los autos, los electrodomésticos y las actividades en el tiempo libre. Cuando se les solicitó que describieran las diferencias entre los grupos de status en sus comunidades, los individuos reflejaron un sistema de múltiples capas de estratos sociales, todos con fronteras confusas. Sin embargo, surgió una disposición de clasificación aproximada, así: Personas que "lo han logrado". Los individuos de este nivel constituyen un grupo elitista de miembros adinerados de los antiguos ricos (los Rockefellers), las ricas celebridades (personajes de la televisión), los ricos anónimos (los propietarios de los pozos petroleros, centros comerciales y otras propiedades), y los ricos con una esmerada educación profesional (profesionales exitosos). Personas a las que les va muy bien. En su mayoría este nivel está conformado por funcionarios de
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La movilidad social no tiene ningún significado para los "intocables " de la India, así denominados porque cualquier contacto físico con ellos se consideraba ritualmente profano para los miembros de otras castas indúes. Aunque este sistema rígido de estratificación social es ilegal en la India, los prejuicios e injusticias de dicho sistema persisten en forma impresionante tal como lo hicieron en Estados Unidos durante la abolición de la esclavitud y el movimiento de los derechos civiles en 1950 y 1960. (Porterfield/Chickering/Photo Researchers, Inc.).
corporaciones y profesionales. Viven en casas grandes y cómodas, pertenecen a clubes sociales, ocasionalmente disfrutan de vacaciones en el extranjero, envían a sus hijos a universidades estatales grandes y prestigiosas o a universidades privadas. Personas que han alcanzado el sueño de la clase me-
dia. Los estadounidenses de este nivel disfrutan de "buena vida", pero carecen de los lujos que tienen aquellos de los niveles más altos. Son los residentes suburbanos de la nación, poseen casas de tres alcobas con una sala familiar para ver la televisión. Personas que tienen una vida cómoda. Aunque se-
parados solamente por un escalón de aquellos que disfrutan de la "buena vida", estos individuos llevan una existencia "cómoda" en suburbios menos elegantes. Personas que se defienden. Por lo general, tanto el esposo como la esposa son empleados, él en un trabajo de cuello azul y ella como secretaria o vendedora. Viven en arriendo en un apartamento o poseen una casa pequeña; pero "el defenderse" tan solo representa un gran esfuerzo para sus recursos financieros. Personas que tienen una situación difícil. El desem-
pleo con frecuencia acecha a las parejas de este nivel; pero el esposo y la esposa comúnmente logran "sobrevivir". Muchas familias de sólo un padre, se clasifican en esta categoría. Aunque estos individuos tienen problemas tratando de que todo salga bien, están orgullosos de no necesitar del bienestar social.
Personas pobres. Estos individuos constituyen una "subclase", muchos están en el bienestar social. Los sociólogos reconocen que cualquiera de estos sistemas de clase es un dispositivo para juzgar una sociedad estratificada. Existe una cantidad de propuestas igualmente útiles para hacer el análisis. Por ejemplo, algunos profesionales prefieren simplificar la división de los estadounidenses en clases alta, media y baja. Al añadir más criterios refinados basados en la ocupación o en el ingreso, se produce un esquema más preciso, pero también más complejo. Algunos sociólogos encuentran el término clase demasiado partidista y además cargado políticamente. Prefieren términos más neutrales como estrato o estratos socioeconómicos.
Horacio Alger: ¿mito o realidad? Las narraciones del escritor del siglo XIX Horacio Alger son ejemplo del sueño estadounidense: un muchacho pobre inmigrante; como Leonard Stern, trabaja duro, tiene algo de suerte, y se vuelve rico. ¿Cuánta verdad hay en esta historia? Algunos sociólogos argumentan que la movilidad en Estados Unidos históricamente ha sido ascendente. El mercado laboral ha decrecido dramáticamente desde el comienzo de este siglo, con un total de empleos duplicados al máximo y con unos empleos de cuello blanco realmente disparados. La tecnología ha abierto campos completamente nuevos, ampliando las oportunidades de carrera, abiertas a técnicos, gerentes y profesionales.
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La inmigración en gran escala también ha proporcionado impulso al avance ocupacional. Una gran afluencia de trabajadores no capacitados o semicapacitados a este país tuvo lugar a finales del siglo XIX y a comienzos del siglo XX, liberando a los trabajadores experimentados para moverse en la escala ocupacional. (Por ejemplo, un artesano que alguna vez hizo su trabajo en el taller, puede contratar asistentes, ampliar sus operaciones y llegar a ser trabajador de cuello blanco.) El hecho de que los trabajadores de cuello blanco tiendan a tener menos hijos que los trabajadores de otras categorías también estimula la movilidad ascendente. Es muy sencillo: los trabajadores de cuello blanco no tienen muchos hijos que suplan sus categorías, lo cual proporciona a los individuos de los otros grupos oportunidad para ascender. De esta manera, los cambios en la tasa de nacimientos, los avances en la tecnología y la migración han facilitado la expansión y el cambio en el mercado de trabajo de los Estados Unidos. Existe también una movilidad descendente, o descenso hacia un status social más bajo, cuando la persona pierde su trabajo, se incapacita físicamente o, de otro modo, tiene tiempos difíciles (Newman, 1988). La pérdida del status social también puede resultar de los cambios en la estructura de una economía mayor. Tanto las categorías individuales como las sociales pueden experimentar una movilidad descendente cuando todas las industrias (como la industria estadounidense de automóviles) enfrentan un decaimiento, o cuando se cierran fábricas y talleres o cuando las destrezas alguna vez valoradas (como el soplado de vidrio) se remplazan por nuevas tecnologías ( por ejemplo, la manufactura de los plásticos). Un ejemplo dramático de esto fue el cierre de las fábricas de acero de Winsconsin Steel (Bensman y Lynch, 1987). El cierre de estas fábricas significó un despido masivo de trabajadores y un decaimiento económico en toda el área, que obligó a los empleados de la antigua fábrica a luchar por prestaciones no canceladas, con ahorros que se extinguían y largos períodos de ansiedad sobre el futuro y su supervivencia económica. Dependiendo de los criterios que se utilicen para fijar la posición social, el desplazamiento de empleo de cuello azul hacia el de cuello blanco, puede ser solamente una movilidad ascendente ilegítima. En términos del análisis tradicional de clase, un desplazamiento del trabajo de cuello azul en una fábrica a un trabajo de cuello blanco o a un trabajo de servicio, se considera ascendente. Sin embargo, muchos trabajos de cuello blanco -incluyendo varios de aquellos que aumentaron más rápidamente en cantidad- en realidad ofrecen salarios más bajos y benefi-
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Los recursos que disminuyen y las industrias que languidecen forzaron a nuestra sociedad a mirar más allá del mito de la movilidad ascendente ilimitada. Aquí centenares de desempleados de la industria del acero en una población industrial de Pensilvania hacen fila para solicitar trabajo para 15 empleos disponibles. (Hodge/Gamma-Liaison).
cios más insignificantes que los trabajos de cuello azul (especialmente los sindicalizados). De este modo, mientras los trabajadores del acero que fueron despedidos se reentrenan gradualmente en campos de programación de computadores, -un trabajo de más prestigio, de cuello blanco- en realidad experimentan un movimiento descendente en términos de salario real. Aunque puede argüirse que la movilidad ascendente en la sociedad estadounidense tiende a contrarrestar la movilidad descendente, comúnmente sólo pocos cambios ocurren en la movilidad social hablando en términos intergeneracionales (o sea, de una generación a otra). Una forma como los sociólogos miden la movilidad intergeneracional es comparando los empleos de los padres y de los hijos (desafortunadamente, los estudios disponibles son
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sólo para hombres). Aplicando esta medición, Peter M. Blau y Otis Dudley Duncan (1967), en un estudio clásico, encontraron que los hombres estadounidenses como un todo se movían en forma ascendente, pero que la mayoría de las personas solamente ascienden incrementalmente en la escala social. David L. Featherman y Robert Hauser (1978), utilizando el mismo enfoque de investigación y las informaciones censales de la fuerza laboral masculina, compararon las ocupaciones de los padres y de los hijos en 1962 y 1973. Encontraron en ambos años que el 49 por ciento de los hijos se movían en forma ascendente, mientras que sólo el 17 por ciento lo hacían en forma descendente en 1962 y el 19 por ciento en 1973. Estos hallazgos confirman que la movilidad social ascendente es parte esencial de la vida estadounidense. No obstante, la movilidad social ascendente históricamente ha sido más difícil para los negros que para los blancos. Si se utiliza como criterio el status ocupacional, los padres negros han tenido mayores dificultades que los padres blancos para transmitir los beneficios a sus hijos. Afortunadamente, existen algunos signos de que este modelo puede cambiarse en la medida en que haya más y mejores oportunidades de trabajo para los negros (Clark, 1983). Los sociólogos del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, han considerado la movilidad social desde una perspectiva inirageneracional, lo que se refiere a la movilidad social durante el tiempo de vida de una persona (Duncan, 1982). Estos investigadores han hecho un seguimiento del caudal económico de una muestra muy representativa y numerosa de familias estadounidenses desde 1967. Cada vez que un miembro de una familia deja un hogar para formar otro, el nuevo hogar se adiciona a la muestra. Los hallazgos de Michigan revelan que los estadounidenses se mueven hacia arriba y hacia abajo en la escala económica con considerable frecuencia. Por ejemplo, sólo cerca de la mitad de los individuos que en 1971 vivían en hogares con ingresos correspondientes al 20% inferior estaban todavía allí en 1978. Mas aún, menos de la mitad de los individuos que estaban en el 20% superior en 1971, se mantuvieron en este nivel. Los individuos más afectados por estos cambios fueron los niños menores de 14 años y sus madres. El divorcio o el matrimonio de una mujer influyen profundamente en su caudal y en los hijos que dependen de ella (Preston, 1984). El divorcio tiene un impacto económico particularmente devastador, no solamente porque las mujeres, por lo general, ganan menos que los hombres, sino también porque comúnmente
los hijos permanecen con su madre (véase el Capítulo 16). Esta investigación sugiere que los cambios en la composición familiar predicen cambios en el estatus económico mejor que cualquiera de las variables comúnmente consideradas para determinar el triunfo o el fracaso, incluyendo la inteligencia, el logro, la motivación y la educación. Las conclusiones de Featherman y los investigadores de Michigan, son desafiadas, por los teóricos marxistas, quienes probablemente están más inclinados que otros sociólogos a considerar la clase en términos de propiedad o no propiedad de las personas de los medios de producción. Por ejemplo, Sidney M. Willhelm (1979, p. 17) sostiene que la movilidad y la oportunidad están bajo el control de grandes corporaciones estadounidenses que han "transformado gran cantidad de dueños de propiedad, en individuos sin propiedad". Las personas no son realmente libres para subir o bajar en la escala; por el contrario, están moldeados dentro de un tipo de persona que puede ocupar cierta posición predeterminada por las necesidades corporativas. Así un movimiento de una posición de cuello azul a una de cuello blanco, no es verdaderamente un indicativo de movilidad ascendente: "Que muchas personas cambien los cuellos azules por cuellos blancos, no puede ocultar la realidad de que todavía tenemos collares en el cuello y de que, en efecto, hacen lo que los collares deben hacen apretar nuestra vida" (pp. 12-13). Según Willhelm, Featherman y muchos otros sociólogos cometen el error de recalcar el estilo de vida en su análisis de lo que constituye la movilidad, mientras que la situación real es quién controla la riqueza y la producción. Willhelm también minimiza los hallazgos de Featherman sobre la creciente movilidad intergeneracional de empleos entre los negros en comparación con los blancos. A lo sumo, los negros han sido capaces de lograr una estabilidad ocupacional entre los de su propia clase y en las ocupaciones de nivel más bajo. Los blancos han aumentado su control de las categorías de empleo de cuello blanco "supuestamente superiores". Estas diferencias en definir lo que constituye la movilidad social afectan la forma como los sociólogos responden al interrogante de si Estados Unidos ofrece mayores oportunidades de avance que otras naciones (Tyree y otros 1979; Smith, 1981). Muchos sociólogos concluyen que las naciones industrializadas del mundo son sorprendentemente semejantes en sus tasas de movilidad social (Hope, 1982; Grusky y Hauser 1984; Kerckhoff, Campbell, y WinfieldLaird, 1985). Esta conclusión se mantiene también para los naciones comunistas (Connor, 1979). Aparentemente, las tasas de movilidad social son
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menos una función de los sistemas políticos y de los valores sociales que de los factores estructurales asociados con las innovaciones tecnológicas y con la industrialización. En la mayor parte de los países, la forma de la estructura ocupacional ha venido cambiando de la forma de pirámide (un triángulo con la mayor parte de las ocupaciones concentradas en la base) por un óvalo (con más ocupaciones concentradas en el medio). Entre los factores que contribuyen a este cambio en las naciones occidentales, están el reemplazo de las empresas de propiedad familiar por corporaciones públicas, la burocratización de la vida corporativa, los reclutamientos de personal de gerencia de las categorías de graduados universitarios, y la recompensa de altas posiciones sobre la base de promociones competitivas (Lipset, 1982). Procesos para el logro de status Los sociólogos se interesan no solamente por las estructuras más grandes de oportunidad y movilidad dentro de una sociedad, sino también por los factores que apoyan la transmisión y el logro del status individual. En su estudio clave, Peter M. Blau y Otis Dudley Duncan (1967) dirigieron el interrogante sobre cómo el origen social afecta en último término el status de una persona y si otros factores, además del origen social, están comprometidos. Los investigadores desarrollaron una medida que se conoce como el índice socioeconómico que les permitió comparar los logros ocupacionales y educacionales de los padres con los de sus hijos. Blau y Duncan concluyeron que el origen social afecta en último término el status social, principalmente la educación que una persona alcanza. El logro educativo, creían ellos, era el mecanismo mediante el cual se transmitía el status de una generación a otra. El modelo de Blau y Duncan sobre el logro del estatus lo ampliaron William H. Sewell y sus colegas en la Universidad de Wisconsin (Sewell and Hauser 1976; Hauser et al. 1982, 1983). Con intervalos periódicos, realizaron el seguimiento de unas 10 000 personas que se graduaron en las escuelas secundarias de Wisconsin en 1957. Los investigadores buscaban determinar la forma como los orígenes sociales de una persona influían posteriormente en su carrera y qué mecanismos interferían entre su origen social y más tarde en el empleo. Los sociólogos de Wisconsin concluyeron que el logro ocupacional y educativo son el resultado de dos procesos relacionados entre sí: aquellos que configuran las aspiraciones de status de una persona y aquellos que convierten las aspiraciones en una nueva categoría de status. Prácticamente el efecto completo de la posición de clase de la familia sobre los
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logros posteriores del niño es el resultado de la influencia personal que los miembros de la familia producen sobre las aspiraciones del status del niño durante la adolescencia. La motivación paternal y del maestro para asistir a la universidad así como los planes universitarios del mejor amigo del adolescente, también influyen en las aspiraciones sobre su status. Desde ese punto de vista, el impacto del origen social de los padres se convierte en algo no trascendental. El nivel de escolaridad de una persona luego se convierte en una influencia principal. Visto de esta forma, el logro ocupacional está configurado por muchos vínculos que intervienen o que se mediatizan en una cadena que se extiende desde el nacimiento a lo largo de toda la vida: El status de los padres les da colorido a las aspiraciones del adolescente; las aspiraciones contribuyen al logro educativo del individuo; dicho logro influye en el primer empleo de la persona, y el primer empleo afecta sus oportunidades ocupacionales posteriores (así, mientras más abajo empiece la gente a subir en la escala del status ocupacional, más alto puede surgir, y probablemente alcance posiciones superiores). La idea de que el logro del status se fundamenta en los logros educativos, todavía se basa en ciertas suposiciones acerca de la sociedad, más significativamente, que las cualidades individuales son" más importantes que el mercado general de trabajo. Los modelos de Blau y Duncan suponen que una persona que obtiene una buena educación también obtendrá un buen trabajo con un buen salario. Los críticos han observado que éste no es necesariamente el caso, en particular para las minorías y las mujeres que no reciben la misma "retribución" por su inversión educativa como ocurre a los hombres blancos. Hombres y mujeres, negros y blancos compiten de alguna manera en los diversos mercados de trabajo (véase Capítulo 15). Por ejemplo, los hombres blancos trabajadores de cuello azul son empleados con más frecuencia en industrias sindicalizadas con altos salarios, que producen bienes "importantes" tales como automóviles; mientras que las mujeres blancas, trabajadoras de cuello azul frecuentemente trabajan en plantas sin sindicatos que fabrican productos menos valiosos, tales como vestidos y juguetes. Además, otros factores no incluidos en el modelo de Duncan y de Blau, tales como las diferencias regionales, también afectan el logro del estatus (algunas regiones del país ofrecen más oportunidades que otras). Por tanto, una comprensión del logro del estatus debe tener en cuenta las estructuras de oportunidad dentro de las cuales pueden ocurrir los logros individuales.
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¿QUIENES SON LOS POBRES DE ESTADOS UNIDOS? Cuando la situación de los pobres en Estados Unidos se convirtió en una preocupación nacional en los años 60, el presidente Lyndon Johnson respondió con el lanzamiento de la "lucha contra la pobreza" en 1964. La administración Johnson se encargó de definir la pobreza en términos de una cantidad de dólares que establecía una línea entre el pobre y el que no lo era. La línea de pobreza se basaba -y aún se basa- en la mínima cantidad de dinero que las familias necesitaban para lograr una adecuada dieta nutricional, suponiendo que gastaban una tercera parte de su ingreso en alimentos. Definida en esta forma, la pobreza en los años 60 se concentró entre las personas de edad avanzada, las familias numerosas, los blancos de los Apalaches, los campesinos blancos y negros del sur, y las minorías de las ciudades (Hess, 1983). En los años posteriores a la guerra, la pobreza contempló una disminución en el número de familias clasificadas como pobres. Esa disminución se invirtió en 1978, y durante el período de 1978 y Í983 la cantidad de pobres aumentó en 10.8 millones, o sea, el 44 por ciento (O'Hare, 1986). Aunque este aumento en la pobreza fue más extenso, y ocurrió en muchas regiones del país y entre muchos grupos raciales y étnicos, era evidente un cambio significativo en el patrón de pobreza. La pobreza había au-
mentado entre los jóvenes y había disminuido entre las personas de avanzada edad; alrededor del 22 por ciento de estos menores de 18 años son pobres, comparados con el 14 por ciento de quienes tienen más de 65 años (Prestan, 1984). Esto es en parte el resultado de los recortes de los programas del gobierno que atendían a los niños, mientras a la vez se han conservado o extendido los programas para las personas de edad avanzada (tales como la Seguridad Social). Pero en la raíz de este fenómeno existen cambios sociales más complejos que incluyen los cambios en la familia y en los retrasos salariales (Levy, 1987). Aunque el estereotipo, es decir la imagen común, "del pobre" es el negro o las minorías residentes en los ghettos urbanos que viven en familias cobijadas por la seguridad social y encabezadas por la mujer, éste es un concepto errado. En realidad, la mayoría de las personas pobres son blancas. No obstante, la tasa de pobreza dentro de los negroses más alta que la de los blancos, de tal manera que los negros son desproporcionadamente pobres. Además, en contra de ese estereotipo, la mayoría de las personas pobres viven en familias encabezadas por un hombre, y menos del 15 por ciento reside en ghettos del casco urbano. Y de todas las familias pobres, solamente el 35 por ciento reciben pagos de la seguridad social (O'Hare 1986), pero estos son los pobres más visibles debido a que están ubicados en el medio. Los cambios de gran alcance en la economía es-
Esta mujer y sus tres hijos en un refugio de la Cruz Roja en el Bronx se acomodan perfectamente al estereotipo de los pobres de Estados Unidos; pero la pobreza no reconoce las fronteras de raza, geografía, ni clase. El decaimiento de las principales industrias en los últimos años ha ¡levado a que una gran cantidad de personas de la clase trabajadora y de las familias suburbanas vivan por debajo de la línea de la pobreza. (Tannenbaum/Sygma).
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tadounidense (desde los empleados de fábricas hasta los empleados de servicios) han producido una clase de personas que los sociólogos denominan los "nuevos pobres", o sea las familias de clase trabajadora o de clase media y los adultos jóvenes que se convierten en pobres como resultado de la pérdida de trabajo o del despido, o simplemente porque nunca fueron capaces de encontrar empleo estable que les pagara lo suficiente para vivir. Los obreros de las siderúrgicas, los de la industria del automóvil, y otros trabajadores de cuello azul bien remunerados, cuyas industrias disminuyeron, fueron despedidos y obligados a subsistir en trabajos de medio tiempo o con el salario mínimo, si es que podían encontrar algún trabajo (Bensman y Lynch, 1987). Los cheques estables que proveían del pan de cada día a estos trabajadores y a sus hijos ya no llegan. Este movimiento hacia la pobreza en personas que una vez vivieron cómodamente (al menos por períodos de tiempo entre los empleos) es un cambio significativo en el patrón de indigencia de los Estados Unidos. Un cambio afín es la extensión de la pobreza a los vecindarios de clase media y de los suburbios: una de cuatro personas estadounidenses pobres viven en un suburbio (O'Hare, 1986). No solamente existen muchas formas de pobreza, sino que la mayoría de personas pobres, contrariamente a la opinión popular, no son pobres por periodos muy largos de tiempo. Estudios sobre la población de los Estados Unidos durante intervalos de 10 años han encontrado que menos del 3 por ciento de la población es pobre en forma permanente (tenían un ingreso más bajo que el de la línea de pobreza por ocho o más de los 10 años). Mucho más común es el patrón de ser pobre por un lapso de 1 a 7 años en un período de 10 años (22 por ciento de la población). Entonces, por lo general, la mayoría de las personas pobres se mueven dentro y fuera de la pobreza, algunos años les va mejor y en otros les va peor, dependiendo de los patrones de empleo como también de los problemas familiares que tengan un impacto sobre el ingreso (divorcio, enfermedad, viudez etc.) (Duncan, 1984). No obstante, la proporción de la población que vive cerca del límite; - que logra sostenerse financieramente, pero sin suficientes reservas para hacer frente a una desgracia- es aun considerable. En cualquier década, una tercera parte de la población de los Estados Unidos experimenta una disminución del 50 por ciento o más en su ingreso (Duncan, 1984). Afortunadamente, la mayoría de estas personas no permanecen en la pobreza por mucho tiempo; encuentran trabajo, se trasladan a vivir con parientes, vuelven a casarse, les va bien, y de alguna manera recuperan algo del ingreso perdido y del status vinculado a estar empleados.
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¿Cuán extensa es la pobreza en los Estados Unidos? Dependiendo del criterio utilizado, la pobreza en este país o es extensa, o es insignificante. Algunos han argumentado que los aproximadamente 35 millones de estadounidenses que están ubicados oficialmente por debajo de la línea de la pobreza, no podrían identificarse como pobres si se introdujesen en la ecuación algunos subsidios del gobierno. Por ejemplo, un estudio en 1982 hecho por la Oficina del Censo de Estados Unidos sugería que la tasa de pobreza debería caer del 11 por ciento al 6.4 por ciento si los beneficios gubernamentales entregados en especies se incluyeran en los cálculos de ingreso (Smeeding, 1982). El estudio advertía que durante 1965 y 1980 el valor de los bonos de transferencia en especie, por ejemplo, de los subsidios de vivienda, los almuerzos escolares, los bonos de alimentos, el programa de Medicare (Fondo del seguro social de asistencia médica para personas mayores de 65 años) y el programa Medicaid (Asistencia médica del gobierno para personas de pocos recursos económicos) aumentaron de $22 mil millones a más de $72.5 mil millones. Estos bonos de transferencia en especie para los estadounidenses de bajos ingresos superaban el dinero en efectivo del auxilio público en más del doble. Aun así, la definición más común de pobreza incluye sólo ingresos en dinero. Por ejemplo, si se contara el valor en el mercado de todos los beneficios no representados en dinero en efectivo, la cantidad de personas en edad avanzada que está por debajo de la línea de la pobreza disminuiría de 4.1 millones a 1.3 millones, una reducción del 70 por ciento simplemente cambiando la técnica de medida. De aquí que algunas personas crean que la extensión de la pobreza en Estados Unidos es exagerada porque no se incluyen los bonos de transferencia en especie. Por otra parte, algunos críticos sostienen que los beneficios en especies tienen solamente un efecto marginal sobre la pobreza actual; afirman que el umbral de la pobreza definido ofidalmente (alrededor de 11 000 mil dólares por una familia de 4 personas en 1985, ó 916 dólares por mes) es irracionalmente bajo, en espedal en las áreas urbanas.
La pobreza y las oportunidades de vida El término oportunidades de vida se refiere a la distribución de oportunidades dentro de un sistema sodal que afecta la salud, la supervivenda y la feliddad de las personas. A excepdón de aquellos que están en el fondo absoluto de la jerarquía social -los desamparados estudiados al prindpio de este capítulo- la mayoría de
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los estadounidenses tienen acceso a cosas esenciales como el alimento y el techo. Pero aquellos que están en los estratos más bajos, tienen muy pocas oportunidades de vida simplemente por razón de su clase. De esta manera, los pobres tienen menos posibilidades de llegar a su primer cumpleaños, obtener educación, obtener nutrición adecuada, vivienda decente, cuidado de la salud y completar sus días con dignidad y comodidad. Además, las minorías y los pobres sufren las desventajas que afectan profundamente la forma como llevan su vida. Entonces examinemos más cuidadosamente la situación en los Estados Unidos.
Expectativa de vida En todas las naciones industrializadas, cuanto más baja sea la clase social, mayor es el riesgo de muerte en el momento de nacer o de peligros ocupacionales y más corta será la duración de la vida (Gortmaker, 1979). Los efectos de la estratificación se observan más claramente en las muertes relacionadas con la ocupación (tales como la enfermedad de pulmones negros en las minas). Pero los pobres también sufren más de enfermedades crónicas e infecciosas que el resto de la población, comúnmente a causa de una vivienda que no cumple con los requerimientos básicos, en la que imperan condiciones de vida insalubres (véase Tabla 11.4). Y cuando la enfermedad golpea, los pobres están desprovistos de los medios para pagar un cuidado médico de excelente calidad. Es más, muchas, personas de la clase trabajadora descuidan el tratamiento de los problemas de la salud con el fin de permanecer en el trabajo y llevar el salario al hogar.
Es difícil especificar con exactitud qué papel juega la pobreza en la mortalidad de los adultos porque ciertos comportamientos que resultan mortales (tales como fumar; conducir irresponsablemente un automóvil) no están relacionados con el estatus socioeconómico. Sin embargo, los efectos de la pobreza sobre la mortalidad pueden observarse con bastante claridad en las tasas de mortalidad infantil. Aquí los peligros de la pobreza -vivienda, condiciones salubres, nutrición, cuidado médico postnatal, todos inadecuados- pueden ser cruciales. En Estados Unidos, el riesgo de muerte en los niños nacidos en la pobreza es un 50 por ciento mayor que para los nacidos en mejores condiciones (Gortmaker, 1979). Entre los estadounidenses negros, la tasa de mortalidad infantil equivale a más del doble que la de los blancos (Centro Nacional de Estadística de la Salud 1987).
Nutrición Los pobres gastan una proporción mayor de sus ingresos en alimento que los otros estadounidenses: en promedio, el 59 por ciento de las familias que ganan menos de $5 000 dólares por año, en comparación con el 16 por ciento de las familias con ingresos de $20 000 a $30 000 mil dólares por año (U.S. Statistical Abstracts, 1988). Con frecuencia los pobres pagan más por menos: los comerciantes de los ghettos justifican los altos precios sobre la base de que corren altos riesgos trabajando en el área; las pequeñas tiendas locales de comestibles recargan los precios y conceden crédito. El pobre, no solamente paga más, sino que también recibe mercancías de calidad inferior. Por ejemplo, los almacenes de cadena llevan el
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pan del día anterior y otros sobrantes a los vecindarios de bajos ingresos. Los bajos presupuestos para alimentos de los pobres comúnmente exigen que ellos subsistan con las mercancías más baratas que mejor satisfagan sus necesidades. Millones de estadounidenses (especialmente niños) se alimentan con arroz blanco, espaguetis, macarrones, granos, pan blanco y otros alimentos altos en carbohidratos. Cuando el dinero resulta escaso, muchas personas pobres optan por los alimentos para animales. Del 30 al 50 por ciento de los niños pobres sufren deficiencias de proteínas, hierro y vitaminas. La desnutrición atrofia el crecimiento de los niños y hace que sean más vulnerables a la enfermedad, pero esto no es todo. Hay una gran cantidad de evidencias que sugieren que la severa deficiencia de proteínas durante los primeros 12 a 18 meses de vida causa daños irreparables en el cerebro y en el sistema nervioso. Además, los niños hambrientos son apáticos, letárgicos, tienen poca capacidad de atención y frecuentemente son irritables y violentos (Winick, 1980). En resumen, el hambre interfiere con el aprendizaje y el desarrollo intelectual.
Vivienda Muchas de las unidades de vivienda de las secciones pobres de las grandes ciudades estadounidenses están en mal estado; algunas están condenadas y abandonadas. En forma significativa, los pobres gastan proporcionalmente más de su ingreso en alquiler
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que otros: en promedio los jefes de familia que ganan $4 000 mil dólares o menos por año, pagan cerca de 59 por ciento de su ingreso en alquiler de vivienda, en comparación con los que ganan $20 000 o $25 000 dólares por año, quienes pagan alrededor de 35 por ciento (Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos. 1985). Estas presiones económicas obligan a grandes cantidades de personas a buscar un auxilio de vivienda.
Salud mental Los estudios sugieren que los desórdenes mentales son más comunes entre los estratos más bajos de la sociedad que los que existen entre las clases altas. (Goodman y otros, 1983). En efecto, un estudio clásico dirigido en New Haven, Connecticut, durante los años 50 encontró que la relación entre los pacientes mentales de la clase baja y la clase alta era sorprendente: de 40 a 1 (Hollingshead y Redlich, 1958). En forma semejante, las encuestas de las comunidades revelan tasas comparativamente más altas de tensiones sicológicas entre los individuos de los estratos más bajos que entre los de estratos más altos (Kesler y Cleary, 1980; Kessler, 1982). Muchos factores intervienen para producir la relación negativa entre la posición socioeconómica, y los síntomas siquiátricos y las tensiones sicológicas. En primer lugar, las personas con problemas crónicos de salud mental con frecuencia "cambian", en forma descendente en su status o encuentran cerrado su ascenso porque sus desórdenes interfieren con
Algunas veces las apariencias engañan. Una de las fotografías sugiere seguridad, prosperidad y crecimiento; la otra muestra pobreza, incertidumbre y miseria. Pero la pintura fresca y los prados bien podados son solamente emblemas de un horizonte más amplio de la comunidad de la clase media: mejor cuidado de la salud, dieta más nutritiva, educación de calidad superior, mercado del trabajo más fuerte e incluso expectativas de vida más prolongadas, (izquierda: Michael D. Sullivan; derecha: Mark Antman/The Image Works.)
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obtener o conservar sus empleos (Eaton, 1980). En segundo lugar, la prueba sugiere que los estratos más bajos están más expuestos al desempleo y a otras tensiones que precipitan dificultades emocionales, que las personas de los estratos superiores (Myers y otros, 1974). Y en tercer lugar, su socialización y experiencia educativa les proporcionan pocas habilidades y competencias sociales necesarias para enfrentar las tensiones de la vida (Kessler y Cleary 1980). Resumiendo, entonces, los pobres y las minorías tienen menos oportunidades que las personas de los estratos sociales más altos de disfrutar de una vida prolongada, sana, confortable y segura. Esto ocurre no solamente porque los pobres tienen menos ingreso y riqueza que los otros sino porque las oportunidades de vida de los pobres también son restringidas y porque no tienen acceso a los recursos importantes del poder y el prestigio. Las cosas se han complicado durante los últimos quince años, cuando la opulencia que disfrutó Estados Unidos durante las dos décadas subsiguientes a la Segunda Guerra Mundial empezó a decaer. El empobrecimiento de los bienes públicos se ha convertido en una preocupación creciente: la contaminación del aire, el decaimiento del casco urbano, los peligros de la salud en el sitio de trabajo y el decaimiento de los sistemas de transporte masivo. En algunas áreas de vida estadounidense, las cantidades reales de bienes y servicios producidos han disminuido. Al empequeñecerse el pastel económico, se ha hecho más difícil encontrar una forma más equitativa de compartir los recursos del país (Magaziner y Reich, 1983).
REDUCCIÓN DE LA DESIGUALDAD La Declaración de Independencia francamente declara como una verdad evidente por sí misma que "todos los hombres son creados iguales". Aún así, como lo muestra nuestra discusión anterior, la desigualdad es un hecho real en los Estados Unidos. ¿Cómo hacen los estadounidenses para reconciliar el sueño de la igualdad con la realidad de la desigualdad social? ¿Cómo puede esperarse que los pobres de la nación ofrezcan su lealtad a un sistema que les proporciona menos de su parte proporcional de la riqueza estadounidense? Parte de la respuesta está en las concepciones estadounidenses sobre la igualdad. Según el sueño estadounidense, cualquier niño pobre puede progresar, como el caso del obrero ferroviario llamado Abe Lincon que llegó a ser presidente. Pero esta promesa se ha fundamentado en el principio de igualdad de
oportunidades, no en la igualdad de resultados. La
igualdad de oportunidades intenta liberar a los individuos de la discriminación fundamentada en raza, familia, religión, sexo y comunidad, de tal manera que puedan surgir en la sociedad por sus propios méritos. En un orden caracterizado por la justicia distributiva, las recompensas se reparten proporcionalmente de acuerdo con la contribución de cada ciudadano a su grupo (Homans, 1974). Quienes trabajan o invierten más, reciben más que aquellos que trabajan o invierten menos. Esta norma contributiva se fundamenta en la ética capitalista. Pero si algunas personas se convierten en "ganadores", obteniendo riqueza y alto status, otros -al menos por implicación- se convierten en perdedores: la igualdad de oportunidades produce desigualdad de resultados. En efecto, dadas las limitadas oportunidades de vida de los pobres, de las minorías y de las mujeres, la oportunidad no es igual. "La igualdad del esfuerzo" podría ser una frase más justa: todas las personas pueden aspirar a una escala social más alta sin interesar dónde empiecen. El sueño estadounidense nunca fue el de una sociedad sin clases, en la cual todos los individuos disfruten de riqueza, poder y prestigio en forma igualitaria, más bien es el sueño de una sociedad de clases en la cual las personas tienen igual acceso a las posiciones más altas. La doctrina de la igualdad de oportunidades supone que todos los hombres (y últimamente todas las mujeres) son creados iguales. Si de hecho, ellos no fueron creados iguales, es responsabilidad de la sociedad hacer que sean más iguales al principio, de modo que todos puedan empezar en la misma línea de partida. Este argumento ha proporcionado la razón fundamental para la creación del sistema de escuelas públicas de la nación y el decreto de unas leyes que han establecido la educación obligatoria. Sin embargo, los estadounidenses no disfrutaron de las mismas oportunidades para salir adelante. El Capítulo 12 describe cómo el sexismo ha puesto en desventaja a las mujeres y el Capítulo 13 presenta la forma como el racismo ha convertido en víctimas a los negros. El presidente Lyndon B. Jonhson, en su discurso de junio de 1965 en la Universidad de Howard, advirtió que muchas injusticias se pasaron por alto en la legislación sobre los derechos civiles: "Uno no toma a una persona que durante años ha estado impedida por cadenas, la libera, la ubica en una línea de partida de una competencia y le dice... ya eres libre para competir con los demás y todavía seguir creyendo que uno fue completamente justo". Sin dejar de lado la lealtad por el valor del éxito competitivo, el presidente Jonhson, con todo, hizo alusión a otros valores estadounidenses: la justicia y
LA ESTRATIFICACIÓN Y LA CLASE SOCIAL
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Realidad y ficción acerca del bienestar social ¿Estaría usted de acuerdo o no con las siguientes afirmaciones? - Los requisitos para la elección al servicio del bienestar social en EE.UU son realmente demasiado indulgentes. Una gran cantidad de personas que podrían vivir perfectamente sin la asistencia pública están, sin embargo, recibiendo esa ayuda. - La mayoría de quienes reciben el bienestar social eluden la responsabilidad de ganarse su propia subsistencia. Son personas con habilidades físicas, pero les falta motivación para trabajar. Por el contrario, son una sobrecarga para el gobierno. - Uno de los problemas con el sistema actual del bienestar social es que les permite a los beneficiarios vivir demasiado bien por nada. ¿Por qué deberían encontrar empleo si realmente lo tienen todo sin necesidad de trabajar? Es posible que usted crea que hay algo de verdad en uno o en mas de estos supuestos comunes. En efecto, muchas personas tienen impresiones desfavorables de los beneficiarios del bienestar social, como lo demuestran los gráficos adjuntos. ¿Podrán acaso los investigadores sociales defender las afirmaciones enumeradas anteriormente? La respuesta es un no definitivo. En primer lugar, los "umbrales de la pobreza" de la Oficina del Censo ampliamente utilizados para ayudar a establecer la elección para el bienestar social, difícilmente pueden llamarse generosos. Por ejemplo, en 1986 el puntaje inicial de la pobreza para una familia urbana de 4 personas era de $ 11 000 dólares.
Estos puntos iniciales son parcialmente determinados por los estimativos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y representan la mínima cantidad de dinero requerida para proporcionar alimentación suficiente para familias de diferentes tamaños. Pero los propios estudios del Departamento muestran que solamente 10 por ciento de la personas que gastan tan poco pueden lograr suministrarse una dieta calificada como adecuada o mejor. En segundo lugar, la mayoría de las personas en el bienestar social no evaden la responsabilidad de ganar su propia subsistencia. Muchos son o demasiado jóvenes o demasiado viejos para trabajar. (Cerca de la mitad de los pobres son niños menores de dieciseis años o personas mayores de sesenta y cinco. Por tanto, una gran cantidad de pobres ni siquiera tienen la edad apropiada para buscar empleos de tiempo completo). En cuanto a los hombres con capacidad física que muchos estadounidenses consideran sostenidos por sus dólares de impuestos, están excluidos de la mayoría de programas de asistencia pública (con excepción de los cupones de alimentos) sin tener en cuenta cuán bajos sean sus ingresos. En tercer lugar, por lo general, los individuos no reducen su esfuerzo de trabajo o abandonan sus emi pleos con el fin de obtener o retener los beneficios del bienestar social (Pear, 1983). Por ejemplo, las personas que fueron retiradas de las listas de bienestar social por la administración Reagan generalmente estaban por fuera de las listas y no dejaron sus empleos con el fin de llenar los requisitos para obtener pagos del
la imparcialidad. Estos valores han sugerido a algunos estadounidenses que puesto que la nación no ha dado a todos sus ciudadanos igualdad de oportuni-
bienestar social. Más tarde, muchos de los que habían perdido su trabajo y regresaron al bienestar social, pronto encontraron otro empleo y dejaron una vez más las listas de esi ta ayuda. En efecto, un factor en las tasas de desempleo más altas de los grupos en desventaja es la tendencia a abandonar sus empleos más rápidamente que los que están en mejoi res condiciones. ¿Por qué tantos estadounidenses sostienen estos puntos de vista tan erróneos acerca del sistema del bienestar social? Parte de la razón es su excesiva idealización de la imagen de los Estados Unidos como una tierra de oportunidades ilimitadas. Treinta y dos millones de estadounidenses viven en la pobreza, o sea, el 14 por ciento de la población total. Es una estadística demasiado discordante para que muchas personas la crean. En consencuencia, algunos estadounidenses suponen que la mayoría de estas personas que reciben los beneficios del bienestar social deben estar simplemente defraudando al sistema. Otros concluyen que los que están en la pobreza deben de alguna manera "merece" su suerte. A los pobres les falta motivación y ambición, es el argumento que usualmente se tiene. Si la pobreza se pudiera atribuir a las fallas de los individuos, entonces no merecerían asistencia pública: los "holgazanes" no deberían disfrutar de aquello por lo que los otros trabajaran tan duramente. Este razonamiento se denomina inculpación a la víctima y es claramente ilegítimo. El deseo de trabajar duro no garantiza escapar de la pobreza. Por ejemplo, una mujer con 2 hijos, que trabaje 40 horas a la semana durante 52 semanas con un salario mínimo, debería tener un
dades, ha adquirido la obligación de igualar más los beneficios y las recompensas del sistema. Han defendido los programas de acción afirmativa para las
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ingreso anual más bajo que los puntos iniciales de la línea de pobreza, más los gastos de los cuidados del niño y del transporte para ir al trabajo (Hess, 1983). Así, la tendencia a culpar a las víctimas de la pobreza por su difícil situación ignora el hecho de que la pobreza no es exactamente un asunto individual. Es el resultado de un sistema de clasifica-
ción social que les ofrece a los que están en la base de la sociedad solamente unos empleos humildes, mal pagados y con frecuencia ningún trabajo. La pobreza es ampliamente el producto de las fuerzas que están más allá del control de sus víctimas; el cambio de las industrias intensivas en mano de obra a industrias intensivas en capital (par-
ticularmente de las "industrias de chimenea" a las de "alta tecnología"), los mercados de doble trabajo, la fuga de las clases medias hacia los suburbios, las prácticas bancarías y de finca raíz, las expectativas de vida prolongada y los patrones cambiantes de la vida familiar, especialmente el advenimiento de hogares de un solo padre (Hess, 1983).
¿Cuál es su impresión acerca de los beneficios del bienestar social?
Fuente: Los Angeles Times Poll, Abril, 1985.
minorías, el servicio de buses escolares y los programas de bienestar social financiados con los impuestos de los grupos con ingresos más altos.
Al reconocer que la norma contributiva asociada con el principio de igualdad de oportunidades ha producido desigualdad de resultados, algunos esta-
LA ESTRATIFICACIÓN Y LA CLASE SOCIAL
dounidenses miran hacia otras normas para la distribución de beneficios. Una de éstas es la norma de necesidades que se expresa en un eslogan de comunismo puro, "de cada individuo según su habilidad y para cada uno según su necesidad". Sin embargo, esta norma no se aplica a la ideología comunista. Las normas de responsabilidad social dentro del mundo occidental han señalado históricamente que las necesidades de la gente deberían influir sobre la forma de distribuir los beneficios. De ahí que los enfermos, los ancianos, los débiles, los jóvenes y otros hayan exigido a la sociedad una porción de los recursos de la nación. Otra norma para la distribución se basa en la norma de igualdad. Este enfoque tiene una larga historia, que se remonta a la antigüedad. Muchas personas consideran al sistema que asigna sus beneficios en forma desigual como algo de por sí insensible e injusto. Por el contrario, están a favor de una disposición basada en la doctrina de "igualdad para todos". Este tipo de sistema de distribución se encuentra más comúnmente dentro de las familias y de los grupos estrechamente unidos. La tensión en la vida estadounidense entre el principio de igualdad de oportunidades y el de igualdad de resultados, con frecuencia encuentra expresión en el debate entre lo que es un "derecho" y lo que es un "privilegio". En general, los conservadores en política han estado a favor del mundo mercantil como regulador de la necesidad y la ambición, mientras que los liberales en política han favorecido los programas de gobierno para ayudar a los pobres, a las minorías, a los incapacitados y a las mujeres en su lucha por lograr una vida mejor.
Un buen trabajo es más que una simple fuente de ingreso; es también un medio de romper las cadenas de la impotencia, el aislamiento y la indignidad de la pobreza. Estas personas entrenadas por el Job Corps en Atlanta reciben salarios, adiestramiento, oportunidades de trabajo y, tal vez, también el mensaje de que la sociedad más amplia no los ha abandonado. (Rob Nelson/Stock Boston).
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Programas de redistribución del ingreso Tal como lo ha sugerido nuestra presentación, el gobierno ha tomado bajo su responsabilidad diversos programas para luchar contra la pobreza en los Estados Unidos. En una forma u en otra estos programas pretenden reducir la desigualdad mediante la redistribución del ingreso. El gobierno utiliza tres métodos primarios para alterar la redistribución del ingreso: los impuestos de ingreso, los pagos de transferencias, y los subsidios de bienes y servicios.
Impuestos ¿Cómo afectan los impuestos la distribución del ingreso? Se ha pretendido que el impuesto federal sobre ingresos sea un impuesto progresivo: cuanto más dinero gane una persona, más alta será su tasa de impuesto. Por ejemplo, en 1984 las parejas casadas que declaraban conjuntamente tenían un impuesto a una tasa del 11 por ciento para los ingresos entre $3 400 y $5 500 dólares, del 25 por ciento para ingresos de $24 600 a $29.900 y de 50 por ciento para ingresos superiores a $162 400 dólares. Pero algunos afirman que el impuesto progresivo es menos eficaz de lo que se pretendía. El proyecto de impuestos del presidente Reagan, aprobado por el Congreso en 1981, disminuyó considerablemente las tasas de impuesto progresivo en un 5 por ciento en 1981, y en un 10 por ciento en 1982 y en 1983. El programa de impuestos de Reagan debilitó posteriormente el efecto progresivo del impuesto sobre el ingreso, al extender "exensiones" como la tributación de las ganancias de capital a bajas tasas y la depreciación sobre la propiedad que devengara impuestos.
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La Ley de Reforma Tributaria de 1986 se encaminó a corregir algunas de estas desigualdades notables del sistema tributario. El atractivo político de la nueva ley de impuestos proviene ampliamente de la aguda caída en la tasa máxima de impuestos para las personas. Los beneficios de una caída acentuada de la tasa de impuestos son más notables para los estadounidenses que tienen altos ingresos. Pero la ley contrapesa las ganancias ocasionales de la riqueza mediante la fuerte limitación del uso de protección de impuestos, eliminando la tasa especial de bajos impuestos en las ganancias de capital y reduciendo otras preferencias tributarias. La nueva ley de impuestos preserva también la deducción sobre pagos de intereses de hipoteca, que es un beneficio para los propietarios de vivienda de la clase media.
Pagos de transferencias Otro enfoque hacia la redistribución del ingreso comprende diversos planes de pago de transferencias. Los pagos de transferencias incluyen ayudas en dinero en efectivo del bienestar social, dirigidas a incrementar los ingresos de los pobres, los desempleados, los ancianos y los ciegos. El dinero se transfiere de un sector de la economía a otro, sin la contribución correspondiente a la producción real. Más de la mitad de estos pagos de transferencias son para la Seguridad Social; por lo general, los beneficiarios reciben considerablemente más en el tiempo de su retiro que lo que aportaron al sistema durante el período laboral. El total del cheque de Seguridad Social de una persona se determina por sus anteriores contribuciones a los impuestos y por sus ganancias, no por las necesidades. De esta forma, los beneficiarios están distribuidos a lo largo de la escala de ingresos y no están concentrados entre los grupos de ingresos más bajos.
Capacitación de desempleados Recientemente se ha trazado un programa conocido como capacitación de desempleados para resolver el problema de la "dependencia del bienestar social" personas que dependen de los pagos de bienestar social en vez del empleo como su principal fuente de ingresos. La idea de la capacitación de desempleados es ayudar a los beneficiarios del bienestar social a que sean personas que puedan sustentarse por sí mismas, exigiéndoles que participen en programas educativos, de consejería y de entrenamiento a cambio de los pagos del bienestar social. Tan pronto una persona encuentre trabajo, el Estado le proporciona servicios de sustento (beneficios médicos, cuidado de los niños) durante seis meses o un
año, hasta cuando la persona se considere capaz de continuar en forma independiente. La capacitación de desempleados se ha ensayado aproximadamente en la mitad de los Estados de la Unión con algunas variaciones en sus grados de éxito. Uno de los programas más exitosos fue el de las Opciones de Entrenamiento y de Empleo (Employment and Training Choices) de Massachusetts, conocido familiarmente como E.T. Una persona recibe en E.T consejería intensa para el empleo, seguida de la ubicación en un empleo en el que se reciben aproximadamente $10 000 dólares por año. De esta manera más de 20 000 residentes de Massachusetts han pasado en forma exitosa de los programas del bienestar social a un empleo, como resultado del E.T. En parte, esto puede vincularse al auge económico de Massachusetts, lo que significó que se crearan muchos empleos nuevos. En los estados con altas tasas de desempleo, tales como Michigan, el programa de capacitación de desempleados tuvo menos éxito, pero es claramente una innovación que encuentra apoyo en el público estadounidense (Herbers, 1987). El Congreso está considerando una importante propuesta de reforma al bienestar social que incorpora elementos de la idea de la capacitación de desempleados.
Subsidios del gobierno Estos subsidios de bienes y servidos están estrechamente relacionados con los pagos de transferencias, con la excepción de que incluyen transferencias en especie y no beneficios en efectivo. El programa de cupones para alimentos es un ejemplo de una transferencia en especie. En 1985, 6 779 000 familias estadounidenses (el 7.7 por ciento) recibieron cupones para alimentos alguna vez durante el año. Otro ejemplo es la vivienda subsidiada. De las 29 914 000 familias que vivían en arriendo en 1983, 3 234 000 (el 10.8 por ciento) residían en viviendas de propiedad pública o subsidiada. Sin embargo, no todos los subsidios del gobierno favorecen a los grupos de ingresos más bajos. Muchos servicios públicos sustentados por el Estado, incluyendo la educación superior, autopistas, aeropuertos y puertos, aunque legalmente disponibles para todos los ciudadanos, benefician principalmente a las clases pudientes en vez de favorecer a las clases de menores recursos. Los programas federales han ayudado a solucionar necesidades básicas. Los beneficiarios de dichos programas han sido primordialmente las personas de edad avanzada, las madres y sus hijos dependientes. Aunque esos programas se dirigieron a necesidades muy reales (y según los críticos cuando más han tenido resultados mezclados porque
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quizás sus beneficios rara vez lograron llegar a quienes más lo necesitaban), los años 80 vieron el reconocimiento creciente al hecho de que los subsidios pudieron ayudar, aunque en forma desapercibida, a mantener un grupo de 10 millones de estadounidenses que llegaron a formar una "subclase"(Lodge y Glass, 1982). En forma desproporcionada los negros, los hispanos y los jóvenes -aunque no exclusivamente- son pobres, están permanentemente desempleados y presentan el problema de la dependencia prolongada del bienestar social. Con frecuencia son abandonados en ghettos urbanos mientras que sus iguales de clase media y de trabajo, salen en busca de vecindarios más seguros y más prósperos, los miembros de la subclase se encuentran separados del mundo laboral y, por supuesto, de la sociedad principal. La dificultad de la subclase se vincula, por
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un lado, a la "cultura de la pobreza" en comunidades aisladas y, por otro, a los efectos de la disminución de las oportunidades de empleo para los trabajadores manuales. La mayor parte de las propuestas que se han hecho para resolver estos problemas insisten en la educación complementaria, en el entrenamiento y en la ubicación laboral; de hecho, los ingredientes de los programas de la capacitación para desempleados que intentan sacar a usuarios del bienestar social para llevarlos al mercado laboral. En los próximos años veremos cuán exitosas son las iniciativas del bienestar social orientadas hacia el trabajo. Por ahora, ofrecen alguna oportunidad a los pobres y a los desempleados capturados en las dislocaciones estructurales de la economía estadounidense o de sus propias adaptaciones dis-funcionales a ellos.
RESUMEN 1. La estratificación se refiere a la división de una sociedad en capas (o estratos) de personas que tienen cantidades desiguales de recursos escasos pero deseables, y que afectan sus oportunidades de vida y su estabilidad social. 2. La estratificación se fundamenta en una cantidad de factores que incluyen la riqueza (lo que las personas tienen), el ingreso (lo que las personas ganan) el poder (la medida en que una persona puede inducir a otras a actuar en una forma determinada) y el prestigio (la estima o el respeto del público). En la practica estos factores generalmente se refuerzan mutuamente. 3. Se presentaron dos explicaciones generales de la estratificación. El argumento funcional es que la estratificación existe porque las sociedades deben atraer a las personas a trabajos difíciles e importantes, remunerándolas mejor que a los demás. Por el contrario, según los teóricos del poder, la clase dominante ejerce un monopolio sobre los recursos de la sociedad y sistemáticamente niega las oportunidades a los pobres. La perspectiva de poder se apoya fuertemente sobre las ideas de Karl Marx, quien originó un punto de vista de la estratificación con base en la clase. Se enfocó en la lucha de clases como el medio por el cual el conflicto de clases se eliminaría con el tiempo. Cada vez más los sociólogos intentan sintetizar situaciones de las dos perspectivas, para una comprensión más completa de la estratificación. 4. El sueño estadounidense de Horatio Alger, el niño pobre que se hizo rico, es algo mítico. Aunque los
estadounidenses como grupo se mueven en forma ascendente, la mayor parte del movimiento hacia arriba es sólo de una escala o dos y algunos se mueven hacia abajo. El status en el momento del nacimiento juega un papel importante en la determinación de la ocupación más tarde en la vida. Las naciones industrializadas del mundo en forma sorpresiva tienen tasas similares de movilidad social; pero los estadounidenses tienden a creer que su sociedad les ofrece más oportunidades. 5. La igualdad de oportunidades siempre fue la meta de los Estados Unidos, aunque en la práctica nunca existió plenamente. Continúan proponiéndose programas que promueven este ideal. Su objetivo es liberar a los individuos de la discriminación que se basa en la raza, la familia, la religión, el sexo o la comunidad, de tal manera que las personas puedan surgir en sociedad por sus propios méritos. 6. La mayoría de las personas pobres no lo son en forma continuada, sino que se mueven dentro y fuera de la pobreza, de acuerdo con los cambios de circunstancias. La mayoría de las personas pobres son blancas y viven fuera de los ghettos urbanos. La pobreza ha disminuido últimamente entre las personas de edad avanzada, y aumentado entre los niños nacidos dentro de familias pobres. Los "nuevos pobres" incluyen aquellos que se empobrecieron como resultado de la pérdida del trabajo o del despido. 7. La estratificación reprime el bienestar y las oportunidades individuales a quienes están en la base de la sociedad con una marcada desventaja. Cuanto más baja sea una clase social, más bajas serán sus ex-
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pectativas de vida, menores las posibilidades de alimento y peor será la vivienda. Una persona pobre está mas propensa a sufrir de enfermedades mentales y problemas de salud crónicos.
8. Los programas de redistribución del ingreso incluyen impuestos progresivos, pagos de transferencia, programas de capacitación de desempleados y subsidios del gobierno.
GLOSARIO Burguesía. Término que utilizó Marx para señalar a los propietarios de los medios de producción. Clase. Término utilizado por Marx para señalar los grupos básicos comprometidos en la lucha social, más particularmente la burguesía y el proletariado. El término que usó Weber para referirse a las personas que ocupan el mismo peldaño de la escala socioeconómica en términos de capacidad de compra o de ingreso. Estratificación. División de una sociedad en estratos de personas que tienen cantidades desiguales de cualquier recurso o beneficio escaso. Igualdad de oportunidades. Los miembros de una sociedad pueden lograr posiciones sociales de acuerdo con sus diferentes talentos y contribuciones. Igualdad de resultados. Los miembros de una sociedad disfrutan del mismo nivel de vida. Impuesto progresivo. Tasa de impuestos que aumenta a medida que sube el ingreso de una persona, lo opuesto al impuesto regresivo. Movilidad horizontal. Es el cambio en la posición que no altera la clasificación social de la persona. Movilidad social. Movimiento de las personas en forma horizontal o vertical de una posición social a otra.
Movilidad vertical. Cambios ascendentes o descendentes en el status de una persona. Oportunidades de vida. Son las oportunidades de obtener salud, larga vida, rango y felicidad en un sistema social. Pagos de transferencia. Beneficios de bienestar social en efectivo que se designan para aumentar el ingreso de los pobres, los desempleados , los ancianos y los ciegos. Prestigio. Status que resulta de la posesión de atributos que se consideran admirables y quizá envidiables por las personas en una situación social específica. Proletariado. Término que utiliza Marx para describir a la clase desposeída cuyos miembros venden sus capacidades laborales a los propietarios de los medios de producción. Sistema abierto de clases. Sistema de clase en el cual hay pocos obstáculos para la movilidad social; las posiciones se ganan con base en el mérito y la clasificación está vinculada al logro individual. Sistema de castas. Sistema cerrado de desigualdad social, en el cual el status se determina por el nacimiento, y los individuos se aseguran por la posición social de sus padres.
CAPITULO 12
Roles según el género y las desigualdades
Edward Pickering, director del Observatorio de la Universidad de Harvard durante los años 1877 y 1919, fue uno de los primeros académicos en encontrar un lugar para las mujeres en la ciencia de la astronomía. Necesitaba auxiliares que hicieran cálculos prolongados y cuidadosos acerca de la posición de los cuerpos celestes, basados en miles de fotografías del cielo tomadas mediante un telescopio. Pensaba que este trabajo en detalle era muy tedioso y se acomodaba perfectamente a las mujeres. Aunque en su opinión, las mujeres no poseían una inteligencia muy creativa, sí tenían la paciencia, el cuidado y la exactitud que hacía de ellas instrumentos perfectos para esta tarea. La contratación de mujeres tenía la ventaja adicional de ser muy baja en costo. Por la misma cantidad de dinero que hubiera tenido que pagar a un hombre, Pickering pudo contratar tres o cuatro mujeres que estarían felices de encontrar trabajo (Rubin, 1986). Han pasado setenta años desde que Pickering dejó su puesto en el Observatorio de Harvard. Desde entonces, las mujeres han entrado oficialmente al campo de la astronomía y de muchas otras ciencias. A mediados de los años 80, representaban el 30 por ciento del total de doctorados en ciencia e ingeniería; no obstante, persiste la discriminación contra las mujeres científicas. Muchas personas todavía piensan que las mujeres se adaptan mejor a profesiones de "cuidado" (enfermería, enseñanza, trabajo social) que para una ciencia exigente. Algunas veces los empleadores se rehusan a ofrecer trabajo a la mujer por temor a que ellas le dediquen más tiempo a su familia que a su trabajo. En parte esta es la razón por la cual más de una tercera parte de las mujeres con
doctorados en ciencia se encuentran desempleadas en forma involuntaria. Cuando las mujeres científicas logran obtener empleos, estos por lo común son mal pagados y menos prestigiosos que los ofrecidos a hombres que poseen igual eduación y entrenamiento. Además comparadas con los hombres, las mujeres científicas tienen que luchar más arduamente por sus ascensos y promociones. Como resultado de esto existe en el campo científico un promedio de diferencia salarial de más de $10 000 dólares anuales entre hombres y mujeres. La desigual distribución de la remuneración entre hombres y mujeres es parte de la estratificación de los géneros. La estratificación de los géneros se refiere al hecho de que los hombres y las mujeres generalmente ocupan posiciones desiguales en la jerarquía social. En términos de remuneraciones, comúnmente las mujeres tienen una estabilidad social más baja, con menos poder, riqueza, ingresos, prestigio y libertad personal. En EE.UU. África, Asia y Europa, las mujeres completan en promedio menos años de educación, bajos ingresos, menos propiedades, y menos posiciones de poder y autoridad que los hombres. Las desigualdades del sexo inclusive existen en las naciones comunistas, las cuales supuestamente intentan eliminar todas las formas de estratificación social (Treiman y Roos, 1983). Por ejemplo, en la Unión Soviética las ocupaciones en las que las mujeres están fuertemente representadas se encuentran en la base de la escala de pagos y del status social (Daniloff 1982; Browing 1987). El setenta y cuatro por ciento de todos los miembros del partido comunista son hombres; ellos ocupan todas las curules del poderoso politburó y del comité central. 321
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DESIGUALDAD Y PODER La discriminación contra las mujeres se ha manifestado de diversas formas. En el Observatorio de la Universidad de Harvard en 1890, el trabajo de las mujeres tenía un costo muy bajo: aproximadamente, una tercera o una cuarta parte del salario de los hombres. También se pensaba que las mujeres eran aptas para el trabajo poco creativo, tedioso, de gran exactitud, para el cual el observatorio las había contratado. (Alrededor de 1890 Harvard Observatory).
Ninguna mujer soviética en la actualidad tiene un puesto ministerial o una embajada. Así, a pesar de las afirmaciones marxistas acerca de la igualdad y de la justicia para todos los trabajadores, la Unión Soviética es una sociedad claramente dominada por los hombres -patrón que se encuentra en todos los estados industrializados-. Así como las mujeres reciben remuneraciones diferentes a las de los nombres, asimismo se les conceden diferentes tareas y esferas de actividades. Estas tareas y actividades que la sociedad asigna a cada sexo se conocen como roles según el género. A la luz del rol del sexo masculino, los hombres son los líderes del gobierno y de la industria, los jefes de las iglesias y quienes dominan profesiones de leyes y de ciencias. Desde el punto de vista del rol del género femenino, las mujeres son el centro del hogar y de la familia, quienes cuidan los niños y también los enfermos. En la mayor parte de las sociedades en el mundo, el rol del género femenino no se valora tanto como el masculino. Unidos a los roles según el género están los estereotipos según el género que son ideas fuertemente sostenidas aunque bastantes simplificadas, sobre las características de las mujeres y de los hombres (Basow, 1986). Cuando Pickering consideraba a las mujeres que trabajan como cuidadosas pero poco imaginativas, estaba expresando un estereotipo según el sexo. Todavía existen personas que suponen que las mujeres en general tienen menos atributos deseables que los hombres por la norma de su cultura. Se cree que las mujeres son dependientes, pasivas, modestas y muy emotivas, mientras que los
hombres se consideran como dominantes, autoritarios, agresivos, confiados en sí mismos, capaces de controlarse. En consecuencia, las mujeres se consideran más aptas para ser enfermeras que administradoras de hospital y los hombres más aptos para los empleos en ventas que en el cuidado de los niños. Por el hecho de que el "trabajo de las mujeres" se encuentre mal remunerado con relación al de los hombres, estos últimos no se motivan a aceptar dichas ocupaciones. Por lo tanto, las desigualdades en el pago fundamentadas en el sexo, refuerzan el bajo status dado a la mayoría de los roles que se consideran propios de las mujeres. Uno de los enigmas más fascinantes de la vida social es por qué existen roles según el género, los estereotipos y la estratificación en la vida social. ¿Qué es lo que sucede con las mujeres y con los hombres que hace que cada sexo se considere en forma diferente y que se le asignen tareas distintas? La respuesta no puede ser que las mujeres carecen de las capacidades mentales que tienen los hombres. Desde la niñez las mujeres se desempeñan tan bien en el colegio y en las pruebas de inteligencia como los hombres. La respuesta tampoco puede ser que, simplemente por tradición, las mujeres no están entrenadas para posiciones de liderazgo, prestigio y poder. En la sociedad las mujeres son tan capaces como los hombres para entrenarse en ciertas profesiones de status más alto (leyes y medicina, por ejemplo). Aún así una vez empleadas en estos campos todavía ganan menos que sus colegas masculinos y todavía figuran menos en los empleos más prestigiosos. La Tabla 12.1 muestra las ocupaciones que
ROLES SEGÚN EL GENERO Y LAS DESIGUALDADES
emplean principalmente hombres, aquellas que emplean principalmente mujeres y la forma como estas cantidades han cambiado entre 1970 a 1980. Este capítulo ofrece algunas perspectivas dentro del enigma de las desigualdades del sexo. Empezaremos por examinar las diferencias mentales, emocionales y de comportamiento entre los sexos. Contrariamente a lo que muchas personas piensan, hombres y mujeres no poseen diferencias innatas en sus intereses, capacidades y rasgos de personalidad. Si realmente existen, tales diferencias son con certeza creaciones sociales, no basadas en la biología. El uso del término sexo hace hincapié en este hecho. Mientras que las diferencias de sexo se refieren a las distinciones anatómicas entre mujeres y hombres, las diferencias de género se refieren a todos los rasgos no biológicos que asignamos a cada uno de ellos; desde los diferentes estilos de vestir, hasta las diferentes normas de comportamiento apropiado. En otras palabras, las diferencias de sexo, son asunto de herencia; las diferencias de género constituyen lo que las personas en una sociedad consideran correcto y apropiado. Después de explorar las diferencias entre los hombres y las mujeres, volvemos al tema de la estratificación según el género. A pesar de todo el progreso alcanzado por las mujeres en los últimos años, las desigualdades de género aún permanecen arraigadas, tanto en los sitios de trabajo, como en la política. Una razón por la que algunas personas subestiman el tamaño de estas desigualdades es que la
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posición de las mujeres en la sociedad es multidimensional. Por ejemplo, el hecho de que con frecuencia las mujeres tomen muchas decisiones dentro de la familia da la impresión de que ejercen una considerable influencia. No obstante, en el mundo de los negocios y del gobierno, la voz de las mujeres es mucho más débil. En este Capítulo, enfocaremos los aspectos desventajosos en el status de la mujer. También examinaremos el movimiento feminista. ¿Cómo empezó? ¿Qué tácticas se utilizaron?, y ¿Qué beneficios se han logrado? Para finalizar, exploraremos desde las diferentes perspectivas sociológicas, el contenido de los roles según el género y la forma como estos interactúan con los estereotipos del mismo. En la actualidad, muchos estadounidenses no saben nada acerca de los roles que los hombres y las mujeres deben desempeñar. Discutiremos tanto los roles tradicionales como los que han surgido últimamente y consideraremos los puntos de conflicto entre ambos.
¿CUAN DIFERENTES SON LOS HOMBRES Y LAS MUJERES? Durante muchos siglos, se ha supuesto que las diferencias innatas son las que explican los comportamientos de las mujeres y de los hombres, y que la biología determina tendencias y rasgos de la personalidad diferentes para los dos sexos. En la cultura estadounidense, la creencia ampliamente extendida
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de que los hombres son racionales en forma inherente y que las mujeres son emocionales en la misma forma, es sólo uno de los tantos ejemplos en este común punto de vista. Aunque pueden existir algunas diferencias innatas en el comportamiento entre los sexos, éstas difícilmente justifican las distinciones elaboradas de los roles del género que se encuentran en muchas sociedades. Mucho más significativas son las fuerzas sociales que funcionan en las personas desde el momento de nacer, que les ayudan a estimular la adaptación a roles de los géneros. La evidencia que apoya esta perspectiva proviene de muchas fuentes: de la investigación sicológica y biológica y de los estudios de las diferentes culturas.
Evidencia sicológica Los sicólogos han estudiado a hombres y mujeres de todas las edades para descubrir las diferencias entre ellos. Gradualmente, han acumulado un enorme cuerpo de hallazgos. En su investigación pionera Eleanor Maccoby y Carol Jacklin (1974) revisaron más de 2 000 libros y artículos sobre las diferencias del sexo en la motivación, en el comportamiento social y en la capacidad intelectual. Concluyeron que los sexos, en promedio, no difieren en lo absoluto en términos de sociabilidad, sugestibilidad, autoestima, motivación para el logro, aprendizaje rutinario, habilidades analíticas y de respuestas a los estímulos auditivos y visuales. Pero los hombres parecían ser más agresivos que las mujeres y desempeñarse mejor en las tareas espacio- visuales, así como en matemáticas. Por el contrario, las mujeres se desempeñaban mejor en las habilidades verbales. Sin embargo, estas diferencias basadas en el sexo son insignificantes. Cuando grupos de investigadores estudiaron independientemente la información disponible sobre habilidades verbales, matemáticas y espacio visual, concluyeron que si en estas áreas existían diferencias vinculadas con el sexo, éstas eran realmente mínimas (Hyde, 1981; Sherman, 1978; Tavris y Wade, 1984). ¿Por qué las diferencias de comportamiento entre los sexos son más pequeñas de lo que la mayoría de la gente cree? Parte de la razón está en el amplio rango de variación individual en la expresión de cualquier rasgo determinado, con una considerable sobreposición entre los sexos. De hecho existe mucha más variación dentro de cualquiera de los sexos en relación con cualquier característica de la que existe en promedio, entre los sexos (Bleier, 1984; Hyde, 1984). Por ejemplo, hay muchos hombres que son buenos para las matemáticas, pero también hay algunos que se desempeñan en forma más insatisfactoria que la gran mayoría de mujeres. En forma
semejante, hay muchas mujeres que realizan las tareas verbales muy bien; pero también hay algunas cuyas habilidades lingüísticas son peores que la de la mayoría de los hombres. Cuando los investigadores resumen este rango de variación en términos de promedios, las diferencias entre los hombres y las mujeres tienden a desaparecer. Una diferencia de comportamiento entre los sexos que se presenta muy seguramente es el nivel general de agresión (Harris, 1987; Wilson,1978). Aunque, por una parte, existe un amplio rango de variación individual, en promedio los hombres tienden a mostrar tendencias más agresivas que las mujeres. Los sicólogos se han preguntado por qué esto es así. Luego de su estudio, Maccoby y Jacklin (1980) han llegado a la conclusión de que la agresión es una diferencia de sexo que trasciende la cultura. Otros creen que es causada por una interacción entre factores biológicos (tales como las hormonas antes y después del nacimiento) y por las influencias sociales (tales como las normas de un comportamiento aceptable). Aunque los científicos continúan debatiendo si la agresión es o no una diferencia sexual que trasciende la cultura, los sociólogos siguen encontrando evidencia de que los muchachos están impulsados socialmente a demostrar agresión, mientras que a las niñas se les estimula a que la inhiban. La evidencia de la importancia de las influencias sociales proviene del hecho de que los muchachos y las niñas no empiezan a mostrar diferencias en sus niveles de agresión sino después de que han tenido tiempo de conocer las expectativas de la cultura acerca de los comportamientos considerados como propios de cada sexo en las diversas situaciones. Travis y Wade (1984) están de acuerdo sobre la importancia del aprendizaje social para la demostración de la agresión. Estos investigadores piensan que muchas mujeres tienen el potencial para ser tan agresivas como los hombres cuando las normas apoyan la agresión femenina, pero que ellas aprenden a inhibir la agresión en situaciones en las que dicho comportamiento se consideraría inapropiado.
Evidencia biológica A medida que aumenta la evidencia biológica, se hace cada vez más claro que los factores biológicos solos no son suficientes para producir los comportamientos que denominamos masculinos y femeninos. Para entender por qué, revisemos lo que se conoce acerca de las diferencias genéticas y hormonales entre hombres y mujeres. Los hombres y las mujeres difieren en sus cromosomas, las estructuras filiformes en cada célula
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Estos niños parecen burlarse de los estereotipos de los géneros. No obstante, en general a las niñas todavía se les impulsa a alimentar y a inhibir la agresión, mientras que a los niños se les estimula a mostrar agresión, a tener seguridad y aprovechar las oportunidades en ¡as profesiones de status más alto. (Izquierda: Charles Leavitt/The Picture Cube; derecha: Peter Menzel).
del cuerpo, transportan los genes dentro de ellos, los determinantes de las características hereditarias. Tanto los hombres como las mujeres tienen 23 pares de cromosomas, todos ellos idénticos, excepto uno. En las células femeninas, este par comprende dos cromosomas X, en las células masculinas un cromosoma X y un cromosoma Y. El cromosoma Y es el que hace que un embrión se desarrolle como ser masculino. Esto sucede por el estímulo a la producción de hormonas masculinas, sustancias químicas que estimulan o frenan los procesos biológicos específicos. Si las hormonas masculinas están presentes en cantidades bastante grandes en un embrión, el individuo desarrollará los órganos reproductores masculinos. Muchos investigadores piensan que las hormonas masculinas también afectan el desarrollo del cerebro de un embrión, dirigiéndolo a que se organice de tal forma que facilite el comportamiento "masculino". Por el contrario, el desarrollo femenino, exige la ausencia de hormonas masculinas. De hecho, todos los óvulos fertilizados sufren un desarrollo de tipo femenino a menos que se expongan a cantidades suficientes de hormonas masculinas. Sin embargo, ocasionalmente, algunas toman caminos equivocados durante el desarrollo embrionario y una cantidad intermedia de hormonas masculinas hace que la persona desarrolle un cuerpo con características tanto masculinas como femeninas. En el momento del nacimiento el médico encargado dice si el bebé se acerca más a un niño o a una niña. Los padres aceptan esta identificación del sexo y declaran al hijo como niño o niña -según se les haya dicho-. Y entonces el niño crece por lo general para ser mentalmente, del sexo que se le haya asignado (Money y Tucker, 1975). La facilidad con que esos niños llegan a ser del género que piensan
que son, nos dice que la biología no puede ser el único factor que crea la masculinidad o la feminidad. Aparentemente, la clasificación de "niño" o "niña" dirige la socialización del niño hacia formas críticas en el desarrollo de una personalidad apropiada al género.
Evidencia entre las diferentes culturas Una evidencia adicional de que las características masculinas y femeninas son más que un asunto biológico proviene de los estudios de otras sociedades. Si las características del género fueran simplemente un asunto biológico, entonces uno esperaría encontrar pequeñas variaciones culturales en los roles según el género. Pero esto no es así. Lo que las personas consideran un comportamiento masculino o femenino es en realidad bastante variable. Por ejemplo, los estadounidenses piensan comúnmente que los hombres por naturaleza son más fuertes que las mujeres y mejor dotados para ejecutar los trabajos físicos más duros. No obstante, no todos los pueblos del mundo sostienen esta distinción. Los gobernantes del reino africano de Dahomey empleaban a las mujeres como guardaespaldas porque creían que las mujeres eran luchadoras especialmente violentas. En forma similar, los tasmanos suponían que las mujeres estaban perfectamente habilitadas para las tareas de caza más peligrosas, tales como nadar en mar abierto hasta las rocas lejanas del océano, para acechar y golpear nutrias marinas. En los países africanos del sub-Sahara, a las mujeres se les asignan las tareas difíciles de llevar mercancías al mercado, transportar leña y realizar la construcción de las casas. Tales diferencias en las ideas de los pueblos acerca de aquello que las mujeres y
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los hombres están dispuestos y son capaces de hacer, sugiere que no existen características universales o innatas de los géneros referentes a las habilidades y capacidades generales para realizar diversos tipos de trabajo. Por el contrario, los roles según el género son el resultado de la forma como las sociedades socializan a los hombres y a las mujeres en su comportamiento. La antropóloga Margaret Mead (1935/ 1963) fue una de las primeras en informar sobre algunas sociedades cuyas disposiciones sobre los géneros difieren de los estadounidenses. En un primer estudio sobre los roles según el genero en tres tribus de la Nueva Guinea, los arapesh, los mundugumor, y los tchambuli, ella encontró evidencias de la agresión en las mujeres, la pasividad en los hombres, y diferencias mínimas en los roles de los hombres y de las mujeres. Según Mead, los arapesh de costumbres pacíficas parecían esperar que los miembros de ambos sexos fuesen amables, colaboradores y maternales. Por el contrario, los vecinos mundugumbr parecían tan fieros como, a su vez amables los arapesh. Los mundugumor parecían aplicar su ideal agresivo y de combate a ambos sexos. Tanto los hombres como las mujeres mostraban lo que podría llamarse un machismo exagerado, o masculinidad compulsiva, que incluye la condición, la jactancia y una actitud de proeza (en la sociedad estadounidense, hacia las mujeres). En la tercera tribu, los tchambuli, las mujeres eran dominantes, no usaban adornos y se rapaban la cabeza. También eran las que suministraban los alimentos básicos. Los hombres, por otro lado, se preocupaban por las tareas artísticas, sus propíos adornos y por chismosear acerca de las mujeres. Después de Mead, los antropólogos han documentado variaciones considerables en los roles según el género de cultura a cultura, con hombres y mujeres que asumen diferentes derechos, obligaciones y esferas de influencia (Kottak ,1987). En las diferentes culturas, los antropólogos han encontrado que los roles según el género son más equivalentes cuando las mujeres contribuyen a la subsistencia en la misma medida que los hombres (Sanday, 1974). Entre las diferentes culturas también, los derechos de las mujeres y sus deberes tienden a centrarse mucho más en el hogar que los de los hombres, como es tradicional en el caso de los Estados Unidos. Con todo, la evidencia en las diferentes culturas sugiere que los roles según el género son demasiado flexibles y reflejan los imperativos ambientales y culturales en vez de los imperativos biológicos. Tomada como un todo, la evidencia de las distintas culturas ayuda a establecer el interrogante de
i Esta mujer Tchambulí de Nueva Guinea está cumpliendo la noción que se tiene en su cultura sobre el rol de mujer, o sea, la de cazadora y proveedora. La evidencia entre las diferentes culturas de una amplia variación en los roles de los géneros reduce la noción de que la biología es determinante. (Agnes Estioko-Griffin y P. Bion Griffin).
si los roles según el género son una creación "natural" o social. Pero, deja abierto otro interrogante importante que todavía tenemos que explorar. Aunque se sabe que los roles según el género varían, su estratificación parece estar extremadamente dispersa. ¿Por qué ocurre esto? En muchas sociedades, los hombres y las mujeres no reciben roles diferentes, están clasificados socialmente, siendo los hombres a quienes se les concede una mayor participación en la riqueza, en el poder o en el prestigio. Estos patrones profundamente arraigados de la desigualdad de los géneros constituyen el tema al que vamos a referimos a continuación.
PATRONES DE DESIGUALDAD EN LOS GÉNEROS En Estados Unidos, existe en la actualidad una escasez aguda de enfermeras. En 1986, se duplicó el crecimiento en el número de vacantes para enfermeras en los hospitales. A mediados de 1987 la tasa de vacantes alcanzó el 13.5 por ciento, y siguió en aumento. Cada vez menos jóvenes eligen la carrera de enfermería, porque el salario es relativamente muy bajo. Muchos piensan que el problema básico es que la enfermería sigue siendo del dominio de las mujeres (solamente el 3 por ciento de hombres ejercen esta profesión), y que la sociedad subvalora cualquier profesión ejercida ampliamente por mujeres (Lewin, 1987). Aunque a mediados de los años 80 el 16 por ciento de los abogados en Estados Unidos eran mu-
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jeres, muchas de ellas encontraron discriminación en los bufetes y en los tribunales. De acuerdo con Leonard Cavise, profesor de la Facultad de Leyes de la Universidad De Paul, "Una abogada tiene que luchar arduamente para lograr el respeto. También debe soportar los hábitos sexistas, como el de ser llamada querida o el que un juez le pida que sonría más o que use ropas más femeninas y llamativas en vez de pantalones" (citado por Blodgett, 1986). Es difícil, también, para las abogadas irrumpir en el establecimiento legal, con sistemas y camaradería de dominio masculino. Esto ayuda a explicar por qué relativamente pocas abogadas llegan a ejercer los cargos superiores de su profesión (Epstein, 1981; Abramson y Franklin, 1986). Los problemas de las mujeres en la enfermería y en las leyes, aunque de alguna manera diferentes, repiten el mismo tema principal. Las mujeres estadounidenses están ingresando a la fuerza laboral en grandes cantidades, pero todavía tienen un status social de segunda clase en el mundo del trabajo. Aunque esto contradice los titulares, la investigación social demuestra que las mujeres están todavía segregadas dentro de profesiones "femeninas", en las que el pago es bajo con respecto a las responsabilidades asumidas y las posibilidades de ascenso son limitadas. Estas profesiones, tales como la enfermería, el secretariado y la enseñanza en las escuelas elementales, han venido a llamarse "ghettos de cuello rosado" (Howe, 1977). En otros casos, las mujeres se han aventurado en los campos antiguamente monopolizados por los hombres, tales como leyes, ciencia, ingeniería y medicina, para mencionar sólo algunos pocos ejemplos. No obstante, en dichos campos las mujeres todavía están luchando por obtener una posición en pie de igualdad con los hombres. Aunque las mujeres tienen el talento, la educación y las credenciales requeridas, los mejores trabajos y los salarios más altos comúnmente recaen en los hombres. Pero el empleo no es la única zona en la cual existen las desigualdades de género. Las mujeres tampoco tienen el mismo acceso al poder en la esfera política. En vista del hecho de que las mujeres constituyen más de la mitad de la población, no tienen casi ninguna representación en las ramas ejecutiva, legislativa y judicial del gobierno. Observemos de cerca estas dos áreas de la estratificación de los géneros: en el lugar de trabajo y en la política.
Estratificación de los géneros en el lugar de trabajo La reciente afluencia de mujeres estadounidenses a la fuerza laboral remunerada se ha denominado "el
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La escasez de hombres en la fuerza laboral durante la Segunda Guerra Mundial ayudó a que las mujeres tuvieran acceso a los trabajos que tradicionalmente realizaban los hombres. La participación de la mujer en el esfuerzo de la guerra se consideró como un factor importante en el rompimiento de las barreras tradicionales para las mujeres que trabajaban por fuera del hogar. (Culver Pictures). fenómeno único más sobresaliente de este siglo" (Ginzberg, citado por Lenz y Myerhoff 1985). Entre 1900 y 1985, la proporción de mujeres que trabajaban por fuera del hogar ascendió del 20 al 54 por ciento, casi triplicándose esta cifra. Se estima que en 1990, alrededor del 70 por ciento de las mujeres en edad de trabajar tendrán un empleo remunerado o buscarán alguno (Gerson,1985). Esta estadística señala un cambio dramático en el tipo de mujer que va a encontrarse en la fuerza laboral. Mientras que a principios de siglo una gran proporción de empleadas eran solteras y sin hijos, actualmente muchas son casadas y tienen hijos. En efecto, en 1986 más del 53 por ciento de las mujeres estadounidenses con niños en edad preescolar tenían empleo remunerado. Este flujo creciente y estable de mujeres dentro de la fuerza laboral se debe a muchos factores. Históricamente hablando, tanto la Gran Depresión de los años 30 como la Segunda Guerra Mundial tienen mucho que ver con el ingreso de mujeres a las oficinas y fábricas de la nación; en el primer caso, por motivo de una extrema necesidad económica y en el segundo, a causa de la escasez de hombres en la fuerza laboral. Después de la guerra, a las mujeres se las sacó de la fuerza de trabajo por varios años, a medida que los hombres regresaban a casa. Entonces, después de este punto bajo en el empleo femenino, la participación de la mujer en la fuerza laboral
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empezó a aumentar una vez más. El crecimiento se debió en parte a factores económicos (England y Farkas, 1986). De una parte, la cantidad de empleos orientados hacia los servicios: empleada de ventas, secretaria, camarera o enfermera, estaba creciendo rápidamente. Puesto que tradicionalmente las mujeres habían ejercido tales empleos, los empleadores las buscaron para llenar estas oportunidades de trabajo. En comparación con lo que las mujeres habían ganado en las décadas precedentes, estos "cargos de las mujeres", de los años 50 y 60 eran mejor remunerados. Las mujeres se sentían cada vez más atraídas por los ingresos familiares adicionales, especialmente cuando la tecnología moderna hizo posible las atractivas comodidades de los nuevos bienes de consumo. Las familias querían acceder a un mayor estándar de vida y tener la posibilidad de ganar dos sueldos en el hogar, para que les diera mayor poder adquisitivo. Esta era la situación particular causada por la alta inflación de los años 70, cuando los pagos de amortización de hipoteca por la casa estaban más allá del alcance de muchas familias, a no ser que los dos cónyuges trabajaran. Además, una tasa de divorcios en espiral ascendente convirtió el trabajo por fuera del hogar no simplemente en una opción deseable, sino en una necesidad económica para una cantidad creciente de mujeres. A la vez que estos cambios económicos ocurrían, también cambiaron las actitudes. Muchas mujeres ya no sentían que el ser amas de casa de tiempo completo les proporcionara un sentido adecuado de realización y de dignidad. Con menos niños a su cuidado y más equipos a su disposición para ahorrar trabajo, muchas mujeres empezaron a sentirse aburridas y aisladas en el hogar. Creían que teniendo un empleo remunerado podrían dar a sus vidas mayor interés y desafío. Y esta esperanza, hasta cierto punto, demostró ser justificada. En un conjunto de entrevistas con mujeres, realizada en 1953, el 56 por ciento de todas las empleadas y el 77 por ciento de aquellas que tenían empleos profesionales dijeron que su trabajo las hacia sentir útiles e importantes (Klein ,1984). En los años 60, el movimiento de liberación femenina apoyaba este nuevo punto de vista. Las mujeres empezaron a pensar en sí mismas, no como trabajadoras, sino como personas con ocupaciones a largo plazo y con metas en sus propias carreras. En esta forma, la imagen personal de las mujeres estaba haciendo cada vez más énfasis en la independencia y en la confianza en sí mismas. "El trabajo de mujeres" hoy Hasta ahora, muchos peldaños de las carreras continúan siendo difíciles de superar por parte de la mu-
jer. Aún hoy las mujeres tienden a estar segregadas en empleos que la sociedad considera propios para mujeres. Por ejemplo, en 1980, las mujeres conformaban el 96 por ciento de las camareras y de las modistas, el 97 por ciento de las mecanógrafas y recepcionistas, el 98 por ciento de las profesoras de jardín infantil y el 99 por ciento de las secretarias, en la fuerza de trabajo (Klein, 1984). Por el contrario, coformaban menos del 10 por ciento de los ingenieros, de los arquitectos y del clero. La Figura 12.1 compara la participación de las mujeres y de los hombres en la actual fuerza laboral y la que se proyecta para la próxima década. ¿Qué diferencia genera la segregación de géneros sobre la fuerza de trabajo? ¿Por qué les interesa a las mujeres estar encaminadas hacia empleos diferentes de los que se ofrecen a los hombres? La respuesta es que las ocupaciones femeninas tienden a ser muy mal pagadas y a tener poco prestigio (Coser, 1983). En términos de salario y prestigio existe una gran brecha entre secretarias y ejecutivos de corporaciones, entre profesoras e inspectores de escuelas, entre vendedoras y gerentes de ventas, entre enfermeras y médicos. El primero de cada par de ocupaciones de la lista es un campo dominado por las mujeres, el segundo está dominado por los hombres. Así, en cada industria en donde los hombres y las mujeres trabajan, prácticamente las mujeres tienden a estar concentradas en el último lugar de la jerarquía, mientras que los hombres tienden a monopolizar los escalones superiores. Este patrón se mantiene en parte porque hay poca promoción de los empleos con bajas remuneraciones dentro de los de salario más alto. Por ejemplo, una secretaria excelente podría llegar a ser supervisora de otras secretarias, o podría ofrecérsele un trabajo para un ejecutivo más importante. Pero hay poca oportunidad de que ella pudiera llegar a ocupar los cargos de la escala directiva, particularmente sin un título de posgrado u otra credencial profesional exigida actualmente a quienes deseen ascender en la administración (Blau y Jusenius, 1976). Las mujeres están progresando en las clasificaciones de médicos, abogados, ejecutivos, negocios, etc., en la medida en la que se entrenan para estas profesiones. Aún así las mujeres todavía enfrentan obstáculos para su movilidad dentro de organizaciones dominadas por los hombres (Blum y Smith, 1988; Kanter 1977,1983). Y aun cuando comparemos los empleos masculinos de un status más bajo con los empleos femeninos característicos, a los hombres les va mejor en términos de compensación. Las camareras y las modistas, por ejemplo, que son principalmente mujeres, tenían un ingreso medio de $8 632 dólares en
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1982. Por el contrario, los instaladores de alfombras que eran primordialmente hombres recibirían un ingreso medio de $15 392 dólares, casi el doble de lo anterior. También, en forma significativa, cuando los hombres trabajan en ocupaciones tradicionalmente femeninas (como secretarios, enfermeros, profesores de escuela elemental) tienden a ganar más que las mujeres. Estas desigualdades en la fuerza laboral explican ampliamente la brecha sustancial en las ganancias existentes cuando se consideran todas las circunstancias de ganancia salarial masculina y femenina. Desde 1950 hasta 1980 aproximadamente, las mujeres recibieron solamente cerca del 60 por ciento de las ganancias promedio de los hombres. En los años 80, esta diferencia empezó a disminuir, especialmente para los jóvenes trabajadores. En 1986, las mujeres entre las edades de 25 y 34 años ganaban el 74 por ciento de lo que los hombres ganaban en este grupo de edad, mientras que las mujeres entre las edades de 20 y 24 años ganaban el 86 por ciento de lo que ganaban sus compañeros. (U.S. Statistical Abstract, 1988). Estas son todavía diferencias muy apreciables en los ingresos. Y para la minoría de las mujeres el panorama es mucho peor. En 1986, las mujeres negras ganaban solamente el 88 por ciento de lo que ganaban sus compañeras blancas, mientras que las mujeres hispanas ganaban solamente el 83 por ciento. En otras palabras, las mujeres de las minorías, están en doble desventaja, por razón de su origen étnico y de su sexo. Este hecho, explica la estadística alarmante de que en 1985 el 54 por ciento de los hogares encabezados por mujeres hispanas o negras tenían ingresos por debajo de la línea de pobreza.
Explicación de las desigualdades de género en el trabajo Explicaciones del capital humano. ¿Cómo pueden explicarse las diferencias en el pago basados en el género? Una posibilidad es que las mujeres estén en desventaja cuando se trata de lo que los economistas denominan el capital humano. El capital humano se refiere a cualquier tipo de capacidades que las personas puedan adquirir mediante una inversión en el mejoramiento de su potencial de venta como trabajadores. Asistir a la universidad, por ejemplo, es una inversión en capital humano porque les proporciona a las personas un conocimiento y unas credenciales que las hacen más deseables para los empleadores. La experiencia en el empleo es otra forma de capital humano, como lo es la red de contactos de empleo, una fuerte motivación para lograrlo o la habilidad
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para organizar procedimientos. Según las explicaciones del capital humano sobre las desigualdades de los géneros en el sitio de trabajo, la inversión de la mujer en esos factores relacionados con el trabajo, generalmente es menos productiva que la del hombre, puesto que las mujeres terminan en empleos con salarios más bajos. Los sociólogos han encontrado que existe algo de verdad en la teoría del capital humano. Una forma significativa que diferencia el capital humano femenino del masculino tiene que ver con la forma como los dos sexos se socializan durante la infancia. Tradicionalmente, a la mayoría de las niñas se les enseñó a desarrollar habilidades sociales como también en la formación del hogar y en el cuidado de los niños. Por el contrario, a los muchachos se les estimuló a ser excelentes en las actividades físicas al igual que competitivos y confiados. Estos rasgos, a su vez, ayudaron a guiar a los niños hacia los empleos estereotipados por el género. En un estudio de jóvenes entre las edades de 7 a 12 años, más de la mitad de las niñas planeaban ser maestras, enfermeras, amas de casa, secretarias o camareras, empleos a los cuales solamente aspiraban el 1 por ciento de los muchachos. En forma similar, muy pocas niñas estaban interesadas en los empleos que la mayoría de los muchachos deseaban: bombero, oficial de policía, mecánico de automóviles, trabajador de construcción, reparador, o deportista profesional (Nemerowicz, 1979). Puesto que los empleos femeninos tradicionales son peor pagos que los tradicionales de los hombres, estas preferencias aprendidas en la infancia tienden a perpetuar la brecha salarial de los géneros. Queda por verse si las generaciones actuales de niñas están adquiriendo diferentes actitudes ocupacionales. Un estudio reciente (O'Keefe y Hyde, 1983) que compara a los niños y a las niñas de la escuela elemental encontró evidencia de cambio en las preferencias y redujo los estereotipos entre las niñas. Cuando se les preguntó lo que querían ser cuando fueran mayores, los 55 niños escogieron 52 empleos masculinos y 3 neutros (las tres elecciones más populares fueron conductor de vehículos pesados, bombero y granjero). Pero las respuestas de las niñas fueron mucho más variadas: eligieron 12 empleos masculinos, 14 empleos neutros y 29 empleos femeninos. Esto refuerza la hipótesis de que la presencia de muchas más mujeres en la fuerza laboral está haciendo que las jóvenes adquieran conciencia de un nivel más amplio de opciones ocupacionales. Queda un interrogante para el futuro: si esta toma de conciencia se reflejará en el status de empleo en la generación actual de niñas.
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Desde 1960 en la fuerza laboral ha aumentado fuertemente el porcentaje de mujeres. Este crecimiento cambió su status en el lugar de trabajo.
Otra diferencia en el capital humano que ayuda a perpetuar la brecha de pagos entre los géneros es la diferencia de los años de experiencia de trabajo entre las mujeres y los hombres. En general, las mujeres tienen menos experiencia laboral que los hombres, y la experiencia que ellas tienen tiende a fragmentarse por motivos de cambios o ausencias en sus trabajos y empleos con períodos de medio tiempo (Englan y Farkas, 1986). Este patrón se debe al hecho de que muchas mujeres dejan la fuerza de trabajo en forma temporal con el fin de formar una familia. De acuerdo con los estimativos, entre el 25 y el 50 por ciento de la brecha generacional en los salarios puede atribuirse a las diferencias que resultan de la experiencia laboral (England y Farkas, 1986). Por supuesto, cuanto más se orienten las mujeres hada una carrera, más pospondrán o renunciarán a tener hijos, y otras utilizarán cuidado profesional de los niños, lo que les permitirá regresar al trabajo tan pronto hayan tenido el bebé. Esto significa que el promedio de años de experiencia laboral está llegando a ser comparable con el del hombre. Además, hay una larga tradición que define a las mujeres co-
mo personas adecuadas para cuidar de los niños. Como resultado, es más apropiado que la esposa abandone un empleo y cuide de su hijo, no que el esposo haga el mismo sacrificio por su esposa. Una solución posible para la mayoría de los empleadores es ofrecer la licencia de paternidad a los hombres tal como lo ordena la ley en Suecia. No obstante, mientras exista esta actitud hacia el rol de la mujer como guardia na principal de los niños, la experiencia laboral de las mujeres, continuará siendo más fragmentada que la de los hombres. La discriminación en la contratación y en la promoción. ¿Pero solamente las diferencias en el capital humano pueden explicar por qué las mujeres, en promedio, ganan menos que los hombres? Si estas diferencias fueran todo el asunto, entonces las mujeres que aspiran a ocupaciones "masculinas", y adquirieran entrenamiento y experiencia apropiados automáticamente recibirían el mismo salario de los hombres. Sin embargo, esto no sucede así. Las mujeres con grado de Maestría en Administración de Empresas, por ejemplo, promedian solamente el 81 por ciento de los salarios de sus compañeros masculi-
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nos, a pesar de haber adquirido las mismas credenciales (Gold, 1983). Tales estadísticas sugieren que las mujeres sufren una discriminación en el sitio de trabajo, lo cual les hace más difícil el acceso a un empleo mejor remunerado. La discriminación contra las mujeres puede tener muchas formas (England y Farkas, 1986). Los empleadores simplemente pueden aceptar los estereotipos de los roles de los géneros y suponer que las mujeres no son suficientemente fuertes, ambiciosas o racionales en su modo de pensar para competir en forma exitosa por los trabajos "masculinos". Algunas de estas suposiciones pueden basarse en parte en generalizaciones defectuosas. Por ejemplo, es verdad que las mujeres, en promedio, tienen menos vigor físico que los hombres y menos conocimiento de la maquinaria. Así un empleador que está buscando a alguien, digamos para reparar un equipo pesado, puede rehusar entrevistar a cualquier mujer, aunque ésta fuera muy diferente del promedio en relación con las calificaciones del empleo. Es difícil saber la medida en la que la discriminación impide el progreso de la mujer en el sitio de trabajo; pero los estudios muestran que en realidad existe la discriminación. En una encuesta, por ejemplo, cerca de 900 gerentes masculinos compararon mujeres y hombres en cuanto a las características que ayudarían o impedirían la eficacia gerencial (Rosen y Jerdee, 1978). Los hombres resultaron mejor juzgados que las mujeres en cuanto a observar un cuadro general y en la resolución cuidadosa de los problemas, en la comprensión de los asuntos financieros, en la toma de decisiones racionales, en la asignación de metas de largo alcance, en el logro para que las personas trabajen juntas y tengan fortaleza para afrontar situaciones difíciles. En comparación con las mujeres, también se juzgó que los hombres son más ambiciosos, confían más en sí mismos y son más decididos. A las mujeres por el contrario, se les asignaron características que no estaban asociadas con ser gerentes eficaces. En comparación con los hombres, se consideraron más emotivas, más sensibles a la crítica, más tímidas y más inclinadas a llorar. Además se les consideró menos comprometidas con sus empleos, más inclinadas al ausentismo y al abandono, y al trabajo rutinario en lugar de trabajos que presentan nuevos desafíos. Estudios más recientes han llevado a conclusiones más positivas. Por ejemplo, Russell, Rush, y Herd (1988) hicieron encuestas a mujeres universitarias sobre las expectativas de lo que hada gerentes eficaces a los hombres y a las mujeres. Las mujeres encuestadas pensaban básicamente que los gerentes eficaces de cualquier sexo esencialmente podrían te-
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ner perfiles similares de liderazgo. El estudio mostró más paridad entre las expectativas para gerentes mujeres y hombres del que hicieron Rosen y jerdee, y así potencialmente menos razón para la discriminación. En otro estudio, la socióloga Anne Statham (1987) investigó a 18 hombres y a 22 mujeres gerentes para explorar las diferencias potenciales de géneros en los estilos gerenciales. Concluyó que los hombres y las mujeres tienen métodos diferentes de lograr metas semejantes. Una diferencia que ella notó es que los gerentes tienden a dejar que los empleados luchen entre ellos mismos, creyendo que este es el "mejor método de administrar". Las gerentes generalmente muestran más preocupación y sus subordinados masculinos pueden resentirse por "estar supervisados muy de cerca". Indudablemente estas diferencias en los estilos de administración causan malos entendidos en el sitio de trabajo. Como escribe Statham: "Podemos concluir que la percepción de hecho, puede no reflejar la realidad, que los hombres y las mujeres pueden ser igualmente eficaces como gerentes, pero pueden no considerarse así por razón de ciertas diferencias en los estilos o de enfoque" (p. 425). Estos hallazgos sugieren que la discriminación de sexo que se basa en los estilos gerenciales puede demorarse mucho tiempo, aun después que se prohiban las formas abiertas de discriminación. El debate sobre el valor comparable. ¿En qué forma las diferencias en el capital humano contribuyen a las desigualdades entre los géneros dentro del lugar de trabajo y en qué grado influye la discriminación? Investigadores diversos dan respuestas diferentes. Aquellos que insisten en la discriminación señalan que todavía existe una brecha en los salarios aun cuando se confronten los empleos masculinos y femeninos de un status y riqueza comparables. ¿Cómo puede explicarse esta brecha salarial, preguntan los sociólogos, a menos que los empleadores establezcan un límite sobre lo que quieren pagar por el trabajo femenino? Los investigadores han tratado de cuantificar el costo que exige esta discriminación. Analizan los niveles de entrenamiento, las habilidades y otras cualidades exigidas para los diferentes empleos y, de acuerdo con esto, asignan una puntuación. Luego analizan los empleos de los hombres y de las mujeres con la misma cantidad de puntos para ver si se les paga lo mismo. La mayoría de los estudios muestran en forma comparativa que en el trabajo de las mujeres se paga sustancialmente menos que en el trabajo de los hombres. Se presume que esta brecha en el pago se debe solamente a la discriminación.
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Algunos investigadores estiman que la discriminación asciende a más del 70 por ciento del total de la brecha salarial entre los géneros (Gold, 1983). Pero otros investigadores argumentan que es muy difícil medir todas las habilidades y las capacidades necesarias para los diferentes empleos. Se les puede asignar el mismo valor a las habilidades tanto de la secretaria como del carpintero de mantenimiento, pero estos empleos son muy diferentes, ¿Cómo podemos decir con certeza que son de valor comparable? Podría suceder, por el contrario, que esas sutiles diferencias entre ellos hicieran que un trabajo recibiera más pago que otro. También podría suceder que haya demasiadas mujeres para muy pocas ocupaciones; esto aumentaría la oferta de mano de obra para las ocupaciones femeninas disponibles y disminuiría los salarios que se pagan. En cuanto a por qué las mujeres comúnmente terminan en las ocupaciones de salarios más bajos, también estos mismos críticos afirman que no se trata de que a ellas se les impida acceder a mejores empleos a causa de un prejuicio. Ellos dicen que las mujeres escogen los campos de categoría más baja por diversos motivos. Una razón es que muchas mujeres piensan tradicionalmente en sus ingresos como un suplemento al ingreso de sus esposos. Dada esta opinión, tiene sentido preocuparse menos por ganar el máximo posible y preocuparse más, dependiendo de la situación real de la familia, por encontrar un trabajo que permita un movimiento flexible dentro y fuera de la fuerza laboral. Los trabajos de categoría inferior ofrecen tal flexibilidad debido a que el trabajo que ellos demandan es rutinario, y puede aprenderse con el mínimo de entrenamiento. Una mujer fácilmente puede dejar este tipo de trabajo cuando su familia se lo exija (por ejemplo, cuando a su esposo lo transfieren o cuando nace un niño) y de la misma manera puede encontrar otro trabajo cuando cambien las circunstancias familiares (Gold, 1983). Pero otros investigadores no aceptan estos argumentos. Dicen que el congestionamiento de ocupaciones femeninas no es tan grande como el de los empleos masculinos. Después de todo, los hombres están tan socializados para buscar trabajos apropiados al género como las mujeres, si no más que ellas (England y Farkas, 1986). Tampoco puede decirse que las mujeres eligen libremente de modo que se inclinen hacia los trabajos de salarios inferiores. La socialización basada en los roles de los géneros también ha infundido mucho en las mujeres el concepto de que ellas reciben salarios secundarios y que la mayoría de las mujeres no se motivan en buscar empleos de salarios superiores, en la misma forma que hacen los hombres (Gold, 1983).
Una solución al problema de las desigualdades de los géneros en el sitio de trabajo podría ser revisar los salarios de acuerdo con trabajos de valor comparable. Bajo este acuerdo, las mujeres recibirían los mismos salarios que los hombres que tienen empleos diferentes pero con valores comparables. Por ejemplo, una secretaria recibiría el mismo salario de un carpintero de mantenimiento o de un electricista, quienes hoy ganan cerca del doble del salario de una secretaria (Gest, 1984). Estas nuevas valoraciones podrían basarse en un sistema que dé puntos a cada ocupación de acuerdo con la habilidad, responsabilidad, esfuerzo y al riesgo que implica. No obstante, dicho sistema está muy lejos de ser aceptado. Una razón para la oposición es el estimativo de $150 mil millones de dólares anuales que les costaría a los empleadores aumentar los salarios de las mujeres a los niveles de los hombres por trabajos de valor comparable. (Lewin, 1984). No hay que dudar que la implementación del nuevo sistema resultaría muy costosa, pero la alternativa es funcionar bajo el actual sistema de injusticia social.
Estratificación de los géneros en la política En 1984 Geraldine Ferraro se convirtió en la primera mujer nominada para el cargo de vicepresidente de Estados Unidos por un partido político importante. La publicidad que acompañó su elección como candidata para este alto cargo, recordó a los estadounidenses cuánta desigualdad de géneros existe todavía en la arena política. Estados Unidos probablemente tiene más estratificación de géneros en el mundo de la política que en el mundo del trabajo. Las estadísticas sobre las mujeres en política confirman esta generalización. Por ejemplo, a mediados de los años 80 de un total de 435 miembros había solamente 22 mujeres en la Cámara de Representantes de Estados Unidos; en el Senado, la representación femenina era todavía inferior: solamente un 2 por ciento, o sea 2 entre cien. También había 2 mujeres en el gabinete de Reagan, y solamente una en la Corte Suprema. Por supuesto, en la política local y estatal las mujeres tienen mayor participación. El 15 por ciento de los legisladores de los Estados son mujeres y 90 ciudades con poblaciones superiores a 30 000 mil habitantes tienen alcaldesas. Pero estas cifras todavía están muy lejos de representar la participación política equitativa de las mujeres (O'Kelly y Carney, 1986). No obstante, en política las actitudes hacia las mujeres están cambiando. Hacia 1980, en Estados Unidos el 60 por ciento de los hombres y el 63 por
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ciento de las mujeres pensaban que los dos sexos deberían tener el mismo acceso a las posiciones de liderazgo, tanto en los negocios como en el gobierno (Klein, 1984). Para responder a un interrogante de una encuesta de 1985, la gran mayoría de estadounidenses (el 82 por ciento) decía que aceptarían con gusto tener a una mujer como presidente del país si ella realmente fuera el candidato más calificado para esa posición. Esto está en fuerte contraste con las actitudes de hace 50 años, cuando solamente el 34 por ciento de los estadounidenses decían que votarían por una mujer para la presidencia, aunque ella estuviera altamente calificada. De esta manera, mientras más y más mujeres ingresen a la política, primero a niveles locales y estatales, y luego a nivel federal, ellas ayudarán a cambiar las opiniones de las personas acerca de la conveniencia de que las mujeres ocupen cargos públicos.
EL MOVIMIENTO FEMINISTA El cambio en las actitudes de las personas hacia las mujeres en los roles de liderazgo jamás habría prosperado tanto si no hubiera contado con la fuerza del movimiento feminista. La protesta organizada por las mujeres en su propia defensa no es un fenómeno nuevo. Ha venido creciendo en EE.UU. desde el siglo XIX (Klein, 1984). Durante muchas décadas las mujeres han estado en camarillas, huelgas, boicoteos y desafiando las prácticas injustas de los tribunales. Sin embargo, con frecuencia, estos esfuerzos tuvieron poco éxito. A excepción de las mujeres que ganaron el derecho de votar en 1920, su lucha por la igualdad con los hombres fue recibida con oposición o en el mejor de los casos con indiferencia, hasta hace muy poco tiempo. Solamente cuando una gran cantidad de mujeres desarrolló el sentido de compartir los agravios, sus protestas políticas empezaron realmente a tener impacto. Una etapa culminante llegó en 1963 con la publicación de un libro llamado The Feminine Mystique. En ese libro, la autora, Betty Friedan, describía el aislamiento y el descontento que sentían algunas amas de casa de la clase media a lo largo de todo el país pero que rara vez se habían discutido. Friedan puntualizaba algunas de las razones de estos sentimientos. Las mujeres estadounidenses se habían entrenado desde su niñez para ver su realización personal en términos de dedicación a un esposo y a unos hijos. Pero en la época de los dispositivos domésticos que ahorran trabajo, con frecuencia el tiempo se convierte en algo pesado para las manos de las amas de casa de tiempo completo y su talento creativo se desperdicia. El hogar en los suburbios, supuesta-
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mente una casa ideal empezó a parecerse cada vez más a una prisión. Friedan le dio importancia a este extendido problema enfrentado por muchas mujeres y al hacerlo, ayudó a impulsar una era de cambio. Catalizadores adicionales del cambio llegaron a través de la movilización de las mujeres que se consideraban como feministas, o sea, personas con un gran sentido de las experiencias, y los problemas compartidos por las mujeres y con un fuerte compromiso para el mejoramiento de su posición en la sociedad. Por ejemplo, en 1966 se formó la Organización Nacional de las Mujeres (National Organization for Women, NOW). Su intención, según Betty Friedan, una de sus fundadoras, era: "actuar para llevar a las mujeres a la plena participación en la corriente principal de la sociedad estadounidense, ahora". Dos años más tarde, se formó la Liga de Acción de Igualdad de las Mujeres (Women's Equity Action League, WEAL). Tanto NOW como WEAL bombardearon al gobierno con quejas acerca de la discriminación de géneros, y con propuestas para un tratamiento más igualitario bajo la ley. El número de proyectos de ley relacionados con las situaciones de las mujeres que los legisladores aprobaron estaba directamente relacionado con el movimiento de protesta de las mujeres. Durante los años 60, cuando la protesta estaba tomando fuerza, el Congreso convirtió en leyes solamente 10 proyectos. Sin embargo, en los años 70, cuando el activismo feminista se incrementó, se aprobaron siete veces más leyes favorables al movimiento femenino. Esto significa cerca del 40 por ciento de toda la legislación decretada en defensa de las mujeres durante el siglo XX (Klein, 1984). Una pieza clave de la legislación y por la cual las mujeres llegaron a interesarse en los años 70, fue la Enmienda Constitucional sobre los derechos de igualdad, denominada ERA. Esta enmienda simplemente establecía que la igualdad de derechos bajo la ley no podría negarse con base en el sexo. En marzo de 1972 esta enmienda, inicialmente propuesta casi 50 años antes, fue aprobada por el congreso y presentada a los estados para su ratificación. En un año, 30 de los 38 estados necesarios para su aprobación ratificaron la enmienda y su aceptación parecía inminente. Pero luego el apoyo en las legislaturas estatales empezó a desvanecerse. En junio de 1982, cuando el vencimiento para la ratificación llegó a su fin, a la enmienda sólo le faltaban los votos de tres Estados para que se convirtiera en ley. Los sociólogos se preguntaron por qué no se logró la ratificación de la ERA, especialmente cuando encuesta tras encuesta mostraba que la mayoría de los estadounidenses estaban de acuerdo con su prin-
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ripio básico. Una respuesta clave parece estar en la estrategia que adoptaron los oponentes de la ERA (Mansbridge, 1986). Desviaron el debate sobre la enmienda de una situación abstracta de igualdad de derechos (que la mayoría apoyaba), a una posibilidad de que la ERA incitaría un cambio fundamental en los roles de las mujeres, (algo que temían muchos estadounidenses). Por ejemplo, había mucha preocupación sobre si la ERA podría exigir que las mujeres fuesen opcionadas para el deber de combatir en las fuerzas armadas. La mayoría de los estadounidenses no creían que los hombres y las mujeres fueran igualmente aptos para esta tarea; ni tampoco querían que los sexos gradualmente fueran más semejantes en esta forma. Mucha gente que proclamaba su apoyo a la ERA sostenía aún muchos puntos de vista tradicionales acerca de los roles propios de la mujer en la sociedad. Cuando los legisladores de los Estados se enteraron de que la ERA cambiaría estos roles tradicionales de género, se intranquilizaron acerca de la enmienda, y se debilitó el impulso para su ratificación. La intranquilidad pública sobre los cambios sustanciales en los roles tradicionales de género se reflejó en el tipo de progreso que el movimiento feminista ha alcanzado hasta la fecha. Mientras que se han abierto gradualmente mayores oportunidades para las mujeres en los negocios, en el gobierno y en las profesiones, los cambios en la esfera doméstica no han conservado el mismo ritmo. La investigación muestra que las mujeres continúan teniendo la ma-
yor responsabilidad por las tareas familiares, sea que ellas trabajen o no por fuera del hogar. Por ejemplo, un estudio con médicas encontró que el 75 por ciento siguen cocinando, haciendo compras, manejando el dinero y cuidando a los niños de su familia (Collins, 1982). No es necesario decir que dicho trabajo exige una cantidad considerable de horas cada día. De hecho, las mujeres que tienen un trabajo remunerado, con 30 o más horas a la semana destinan un promedio de aproximadamente 5 horas diarias en las labores rutinarias del hogar. Resulta interesante ver que la cantidad de horas que un esposo gasta en las tareas domésticas no aumenta mucho cuando su esposa asume un empleo (Pleck, 1977). Así, el hecho de que más y más mujeres tengan trabajos por fuera del hogar no significa que las opiniones tradicionales sobre los roles de las mujeres estén cambiando rápidamente. En la sociedad estadounidense las mujeres se consideran todavía el centro de la vida familiar. Ellas son primordialmente las responsables por mantener el entorno confortable y de proveer el cuidado y la nutrición de la familia (di Leonardo, 1987). En la próxima sección veremos más de cerca la naturaleza del rol tradicional de la mujer.
ANÁLISIS SOCIOLÓGICO DE LOS ROLES DEL GENERO Me levanto a las 6 a.m., pongo el café y los cereales para el desayuno, y bajo al sótano a colocar la ropa
ROLES SEGÚN EL GENERO Y LAS DESIGUALDADES
en la lavadora. Cuando subo, visto a Teddy (1 año y medio de edad) y lo pongo en su silla. Luego visto a Jim (3 años y medio) y les sirvo el desayuno a él y a mi esposo y alimento a Teddy. Después de que mi esposo se va, el día es como sigue: lavo los platos del desayuno, limpio la cocina, tiendo las camas, limpio el apartamento, lavo el cuarto de baño y la cocina. Arreglo las legumbres para el almuerzo y pongo a cocinar las papas. Visto a los dos niños con ropas de calle; hago mis compras de alimentos y estoy fuera de casa con los niños hasta las doce. Regreso a casa y desvisto a los niños, los baño para el almuerzo, alimento a Teddy y lo pongo a dormir la siesta. Hago el almuerzo, lavo los platos, ordeno la cocina. Pongo a descansar a Jim, entre la 1:00 y las 2:30, dependiendo del día de la semana, plancho, aseo completamente una habitación, cocino y horneo para los fines de semana, etc.; a las 3:00 p.m les doy a los niños jugo o leche y los visto para salir al parque y regresamos a las 4:30; les doy un baño, les preparo la comida y les ayudo a ir a la cama, hago la comida para mi esposo y para mi. Después de la comida lavo los platos y hago el aseo, después de las 8:00 p.m. plancho más, especialmente en los días que he aseado en la tarde, luego los remiendos que hay que hacer, a las 9:00 p.m me quedo dormida en la sala después de leer un periódico o escuchar la radio. (De Komarovsky, 1953 citado por Hewlett, 1986).
Aunque la anterior descripción de un día en la vida de esta mujer data de los años 50, muchas mujeres contemporáneas todavía ejecutan las mismas tareas.
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La única diferencia es que la madre moderna con los niños en edad preescolar, también está dispuesta a ayudar teniendo un trabajo por fuera de la casa. En el lugar de trabajo sus deberes pueden ser tan aburridores y desestimulantes como los que ejecuta en su casa. Quizá sea empleada en un almacén de descuentos o escriba a máquina en una oficina. Puede ser que ayude a hacer pequeños dispositivos en una línea de ensamblaje. A pesar de las largas horas que dedica al trabajo, su salario de ninguna manera es suficiente para sostener a la familia. El rol de quien gana la mayor parte del sustento diario recae en su esposo. Por la noche, después de intercalar un segundo trabajo, en la cocina, el aseo, el cuidado de los niños, se queda dormida viendo televisión en lugar de escuchar la radio. El grado en el cual el rol de la mujer ha estado subordinado en la sociedad en Estados Unidos, ha viariado algo durante la historia. En la época colonial, las mujeres tenían una cantidad considerable de poder económico, en parte porque eran escasas, pero principalmente porque tenían la responsabilidad de producir muchas cosas que necesitaba la familia. No existía quien ganara el sustento diario per se, puesto que el trabajo ejecutado por hombres y mujeres era esencial para la supervivencia (Lyon, 1986). El advenimiento de la industrialización gradualmente debilitó la sociedad económica que existía entre esposos y esposas. En una economía basada cada vez más en el dinero y en la mano de obra remunerada, el esposo era comúnmente quien con su
Desde el corset y la pollera de la matrona victoriana hasta la activa y afanada madre de una carrera muy poderosa, las mujeres han tenido cambios significativos hacia la independencia económica y política. Sin embargo, sin un cuidado infantil diario adecuado y otros servicios, hoy se espera que las mujeres que trabajan sean "Supermamis", al cumplir con las aspiraciones de sus carreras y con el rol tradicional de ser quienes cuiden de los hijos y de ser amas de casa. (Izquierda: Culver Pictures; derecha: Steven McCurry/Magnum).
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salario sustentaba a la familia. Largas horas de trabajo por fuera del hogar separaban ahora a los esposos de sus familias. Puesto que las mujeres eran quienes estaban siempre en casa, tenían más control sobre los asuntos domésticos. Durante la era victoriana, la segregación de los sexos fue casi total. Las mujeres eran principalmente las que cuidaban de la casa y de los niños, excepto en las familias de clase baja, donde se requerían los salarios de la esposa. Si en algo los tiempos modernos se han intensificado, es en el aspecto de esta polaridad de funciones. Al requerir los empleos mayor movilidad, los padres estaban algunas veces alejados de la familia por varios días, mientras que las mujeres permanecían en casa para cuidar a los niños y hacer el trabajo doméstico. La expansión de los suburbios sirvió para aislar a las mujeres del mundo del trabajo y de sus esposos. Los hombres que vivían en los suburbios con frecuencia tenían que viajar diariamente muchas millas para llegar a las principales ciudades, dejando a las esposas solas con los niños durante la mayor parte del día. La mujer que describe su día al principio de esta sección ilustra este modelo. Los roles esperados de las mujeres estadounidenses, son hoy más exigentes porque actualmente muchas mujeres son al mismo tiempo empleadas asalariadas, y centros de la familia y del hogar. Estos roles dobles se reflejan en la ley: existe una legislación que elimina las barreras a la igualdad de las mujeres codo a codo con leyes que buscan proteger a las mujeres, como si todavía constituyeran el sexo débil. Así, aunque se abran nuevas oportunidades de trabajo para las mujeres, todavía permanece la aceptación del rol femenino tradicional (Roger, 1984; Mindel y Halbenstein, 1981). Damos por sentado que el rol tradicional femenino varía a través de las clases sociales y de los grupos étnicos, tal como sucede en los roles tradicionales masculinos. Por ejemplo, los estadounidenses negros tienen algunas expectativas diferentes a las de los hispanos u orientales acerca del comportamiento masculino y femenino así como los blancos de la clase alta y de la clase baja o media tienen diferentes opiniones al respecto. Más aún, todavía existe un núcleo de ideas tradicionales compartidas sobre los roles adecuados para cada uno de los sexos. Veamos qué comprenden estos roles tradicionales de los géneros.
El rol femenino tradicional La sabiduría popular sostiene tradicionalmente que todas las mujeres "normales" quieren casarse y tener hijos, y que cualesquiera sean los otros intereses que pudieran perseguir, son secundarios a estos roles familiares. Las mujeres que no quieren casarse o las
madres que no disfrutan el estar con sus hijos, se consideran como extrañas y anormales. Para cumplir con el rol tradicional de ama de casa, se espera que las mujeres desarrollen una capacidad para la cordialidad, la compasión, la sensibilidad y el cuidado. Mientras que los hombres generalmente se han educado con orientación hacia el logro, las mujeres lo han hecho hacia las personas y hacia la valoración del cultivo de relaciones estrechas. El rol tradicional de esposa y madre también ha traído una dependencia de los hombres, especialmente del esposo. (Tomar el apellido del esposo después del matrimonio simboliza esta dependencia). La sociedad todavía considera que es perfectamente legítimo que una mujer dependa económicamente por completo de su esposo. En efecto, más de un esposo todavía piensa que si su esposa acepta un empleo, esta actitud desprestigiará su masculinidad. El rol tradicional de la mujer acarreaba varios beneficios. Por una parte, en una era de escasez laboral, las mujeres comúnmente no estaban obligadas a ganarse la vida para sus familias. Por supuesto que millones de mujeres tenían empleos por necesidad, pero el sustento económico no era un deber moral como generalmente lo era para los hombres. Hasta hoy, las mujeres también tienen el derecho legal de reclamar el apoyo de sus esposos. En muchos Estados, el hombre es responsable por las deudas de su esposa, pero ella no es responsable de las del esposo. En otras palabras, la sociedad no presiona a las mujeres para que cumplan con una responsabilidad como lo hace con los hombres. Aunque una mujer puede esforzarse por alcanzar la cima de su profesión, es menos vergonzoso para ella que para el hombre fallar o solamente tener éxito moderado. Las mujeres pueden, por tanto, ser menos propensas que los hombres a tener el síndrome de la carrera, casi con total dedicación al lugar de trabajo, frecuentemente con exclusión de intereses distintos. Para finalizar, el rol femenino permite a las mujeres más libertad emocional que a los hombres. A las mujeres se les permite expresar sus dudas y su vulnerabilidad; tienen mayor escape para sus tensiones y ansiedades, y tienen menos inhibiciones para buscar la intimidad con los demás. Pero el rol femenino tradicional también tiene sus costos. A la mujer se le ha negado la autonomía total en la mayor parte de las esferas de la vida estadounidense. La dependencia enseñada a las niñas en la infancia, con frecuencia las conduce a la pasividad y a la timidez en su vida adulta (por ejemplo, una mujer que no se ha comprometido con un trabajo remunerado en diez o quince años, lo pensara dos veces antes de separarse en un matrimonio infeliz).
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Además, el rol femenino se asocia con una mayor incidencia de ciertos tipos de problemas emocionales, tales como la depresión. Quizá esto ocurra en parte, porque la ocupación de ama de casa no proporciona muchas recompensas para las mujeres educadas, porque las amas de casa sienten que su status es inferior y porque el aislamiento les ofrece muchas oportunidades para meditar, especialmente cuando los hijos han crecido y se van de la casa (Gove y Tudor, 1973; Rosenfield 1980; Scarf, 1980). Otro aspecto importante en el que el rol femenino tradicional fracasa es en los conflictos que presenta para las mujeres que siguen una carrera. Aquellas que temporalmente se separan del mercado laboral para dedicarse a sus familias, frecuentemente se atrasan en sus carreras, mientras que aquellas que compiten en el lugar de trabajo con frecuencia deben renunciar a tener hijos. Las mujeres de la clase trabajadora y las madres solteras frecuentemente no tienen la oportunidad de elegir entre trabajar y ser amas de casa de tiempo completo: sus familias dependen de lo que ellas ganan. La mayoría de estas mujeres trabajan en empleos que no son profesionales, con bajo salario y sin la esperanza de ascender en la escala profesional. Las mujeres que buscan comprometerse tanto con una carrera como con una familia, por lo general se encuentran impedidas por la necesidad de ser unas supermujeres que puedan manejar ambas responsabilidades. Por el contrario, los hombres más fácilmente son capaces de aspirar tanto al trabajo como a la vida familiar. En realidad, cuanto más exitosos son los hombres, más se inclinan a casarse y a formar una familia. Para las mujeres el modelo es inverso. Mientras que el 51 por ciento de las ejecutivas son solteras, solamente el 4 por ciento de los ejecutivos lo son. Y en tanto que el 61 por ciento de ejecutivas no tienen hijos, sólo el 3 por ciento de ejecutivos no los tiene (Hull 1982). Es claro que la elección entre una carrera y una familia es más preocupante y el costo es más evidente para las mujeres que para los hombres (Rubín, 1983).
El rol masculino tradicional El rol masculino tradicional está tan profundamente ligado a la familia como lo está el rol femenino, aunque las uniones no son tan obvias. En primer lugar y ante todo, tradicionalmente se esperaba que el hombre fuera un buen proveedor para su esposa y sus hijos. Para los estadounidenses no es raro que un hombre sacrifique su tiempo libre y aun su salud por una carrera. La propiedad y el logro de un hombre se consideran como indicativos de su valor como ser humano.
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El rol tradicional masculino encierra un alto grado de competencia y de afirmación de sí mismo, como también de control emocional. La debilidad, la duda y concesión tradicionalmente se han considerado como rasgos no masculinos. La proeza heterosexual también hace parte de la imagen masculina. Los muchachos y los hombres que muestran comportamientos afeminados están profundamente señalados en la sociedad. Para finalizar, los hombres estadounidenses están acostumbrados a ser dominantes en las relaciones hombre-mujer. Cuando están en una posición de subordinación a una mujer, muchos hombres se sienten incómodos e incluso amenazados (Mayes, 1979). Además de estas presiones, el rol tradicional masculino también tiene muchas ventajas obvias. Los hombres en Estados Unidos (especialmente los blancos de clase media) tienen acceso a la cima del poder institucional. Tradicionalmente han ocupado un puesto en el gobierno, las iglesias, las corporaciones, las profesiones y las universidades de la nación, incluso en los teatros y en las galerías de arte. Con la notable excepción de la conscripción militar y de normas sobre pensión de alimentos en caso de divorcio, ninguna ley ni costumbre discrimina contra los hombres o los restringe solamente por pertenecer a dicho sexo. Los hombres tienen mayores oportunidades que las mujeres para desarrollar sus talentos y adquirir habilidades especiales y conocimiento. Si una familia sólo tiene los medios suficientes para enviar a un hijo a la universidad, lo más probable es que envíe al hijo. Pero en Estados Unidos, las responsabilidades que se vinculan al rol masculino pueden ser una fuente de mucha ansiedad. Estar en una posición que implica tomar decisiones es algo satisfactorio para los hombres que están confiados en lo que hacen, pero les crea muchas tensiones a aquellos a quienes les falta seguridad en sí mismos. Un asunto más complicado es el hecho de que los hombres consideran que deben mantener la impresión de fortaleza y de valor en todas las circunstancias. El temor a la imprecisión y al fracaso es el lado oscuro de la presión que se hace sobre los hombres para lograr tal impresión. Además el énfasis que los hombres hacen en el vigor, la tenacidad y la superioridad puede conducirlos a probar en forma obsesiva, y a demostrar estos atributos mediante el compromiso con actos de agresión y violencia. Iguales costos supone el síndrome competitivo que les exige a los hombres considerar a todos los demás como inferiores o rivales. Aunque los hombres conservan la idea de la solidaridad masculina, las amistades masculinas no son necesariamente relaciones íntimas. Y al
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Este hombre podría no ser consciente de que se ha dirigido durante toda la noche al otro hombre de la mesa y que ha interrumpido a la mujer de su izquierda, tantas veces como ella ha intentado hablar. Ella podría creer ser "vista mas no oída"; se muerde la lengua y finge tener mucho interés. (Charles Harbutt/Archive Pictures).
definir la expresión de cordialidad, ternura y sensibilidad como una debilidad, los hombres también limitan sus relaciones con sus propios hijos y con las mujeres. El pago obligado del rol masculino se refleja en enfermedades físicas y mentales. Los hombres sufren más de ataques al corazón que las mujeres y la expectativa de su vida es en promedio de ocho años menos. Los hombres también son más propensos a tener enfermedades relacionadas con la tensión, tales como: úlceras, asma e hipertensión. La tasa de suicidios masculinos es del triple en comparación con la femenina y los hombres son catorce veces más propensos al alcoholismo. Finalmente, más hombres que mujeres sufren de desórdenes de la personalidad marcados por la agresión y por el comportamiento antisocial (Rosenfield, 1980). Entonces el rol masculino, aunque aparentemente privilegiado, es difícil de cumplir y la tasa de "fallas", es alta. En Estados Unidos, como en otras sociedades industriales, pocos hombres esperan lograr el poder, la riqueza y las posiciones de liderazgo que prescriben los ideales sociales. El machismo puede ser un último recurso para los hombres que aceptan el rol masculino tradicional, pero que no pueden vivir de él. En un esfuerzo por convencer a los otros hombres, a las mujeres, y sobre todo a sí mismos, de que él es verdaderamente todo un hombre, utiliza una demostración exagerada de fuerza y de proeza sexual; también como de denigración y de brutalidad frente a las mujeres como fachada para su inseguridad, desconfianza y fracaso total (Aramoni, 1972).
Orígenes de los roles según el género: perspectivas funcional y de poder Por mucho tiempo los sociólogos siempre se han preguntado por los orígenes de los roles tradicionales de los géneros. Quienes adoptan una perspectiva funcional argumentan que estos roles están vinculados históricamente al hecho biológico de que las mujeres son las que dan a luz y alimentan a los niños. En la época en que no existían el control natal confiable y la lactancia artificial, las otras tareas que las mujeres ejecutaban en la sociedad tenían que ser compatibles con su rol reproductor. Actividades paralelas -tejer, cocinar- realizadas cerca de casa, "naturalmente" las encerraban en las funciones de la maternidad y de la crianza. En forma semejante, el compromiso menor de los hombres con los aspectos reproductivos los liberaban para otros compromisos vitales -como la guerra y la caza- que les permitían mayor movilidad. Esta asignación de deberes guerreros para los hombres era especialmente importante en los tiempos en que las armas eran rudimentarias y el combate era con frecuencia mano a mano. La perspectiva funcional sostiene que esta división tradicional del trabajo por sexos surgió por muchas razones significativas. Una razón es que las dos esferas creadas para los hombres y las mujeres son complementarias. Es muy eficiente tener algunos miembros de la sociedad que críen a los niños y cuiden el hogar mientras que los otros se encargan de conseguir el alimento y defenderse de los ataques enemigos. Estos conjuntos diferentes de roles exigen
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Con frecuencia, la división del trabajo en casa refuerza los estereotipos de los géneros: las niñas ayudan en el lavado de los platos y en el aseo; los muchachos cortan el pasto. Hoy los padres que están luchando con los cambios de roles en el hogar y en el lugar de trabajo, reconocen el valor del entrenamiento flexible de los géneros para sus hijos. (John Lei/Stock Boston).
diferentes conjuntos de competencias: en el primer caso, el cuidado y la sensibilidad hacia los demás, y en el segundo, la fuerza física y los esfuerzos competitivos. Con el fin de asegurar que la sociedad funcione en forma moderada, los hombres y las mujeres deben socializarse de acuerdo con sus diferentes esferas. Gradualmente, entonces, las tareas vinculadas con el género y las orientaciones llegan a estar socialmente arraigadas y establecidas. Desde entonces, la idea de las esferas femeninas y masculinas separadas está tan arraigada en la sociedad estadounidense que se entiende como una disposición natural e incluso correcta moralmente. Pero claro que la presión por el cambio está ascendiendo y el rol tradicional de los géneros esta empezando a romperse. Algunos sociólogos argumentan que se ha alcanzado un punto en el cual estos roles se convierten en formas disfuncionales. Una razón es que la esfera doméstica asignada a las mujeres ha disminuido. Como ya vimos, ahora que muchas mujeres tienen acceso a bienes y servicios que les economizan trabajo, a la educación pública para sus hijos y además pueden prever una duración de vida que se extiende más allá de la edad en que los jóvenes dejan el hogar, ellas encuentran que el rol femenino tradicional les deja más tiempo a su disposición. Además, muchas mujeres se ven obligadas a trabajar por motivo de la creciente taza de divorcio y de la responsabilidad como madres solteras de sustentar a sus hijos. Inclusive un alto porcentaje de mujeres casadas ahora se dan cuenta de que las familias necesitan dos ingresos para mantener un es-
tándar de vida adecuado. A causa de todos estos cambios, no es posible por más tiempo adherirse a la división tradicional del trabajo por géneros. Los sociólogos que adoptan la perspectiva de poder están en desacuerdo con la interpretación funcional. La perspectiva de poder insiste en que los roles de los géneros comprenden más que una división eficiente de la mano de obra que sirve a las necesidades de la sociedad. También comprende la dominación de un sexo sobre el otro como reflejo del valor real o imputado de su respectiva contribución económica. Por ejemplo, en las sociedades de caza y recolección, la mano de obra de las mujeres contribuía en gran parte a la subsistencia, ellas estaban en pie de igualdad con los hombres. Las sociedades que dependen de la agricultura también son bastante igualitarias; la atención de pequeñas parcelas es compatible con el cuidado de los niños, así que en dichas sociedades las mujeres contribuyen con más de la mitad de mano de obra para producir el alimento. No obstante el desarrollo del cultivo con arado produce cambios radicales. Por una parte, el arar campos inmensos es frecuentemente un trabajo pesado que no puede combinarse bien con el embarazo y con la lactancia. Por otra parte, la utilización de los arados hace que el trabajo de la granja sea más eficiente y que reduzca las necesidades de la mano de obra agrícola. Como resultado de todo esto, en las sociedades que cultivan el alimento de esta manera, con frecuencia las mujeres se ven excluidas de ejecutar las principales tareas de la producción de alimentos. La mayor parte de estas culturas están
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fuertemente dominadas por hombres que les asignan a las mujeres un status secundario (Basow, 1986). El desarrollo del cultivo con arado tuvo otra consecuencia que afectó el status de las mujeres. Ahora se podían construir asentamientos permanentes en una sola ubicación. Ya no era necesario moverse periódicamente cuando la caza o los pastizales se agotaran. Esto significaba que la gente podía poseer la tierra: podía llegarse a una forma de propiedad privada. La necesidad de establecer líneas indisputables de descendencia se convirtió en algo muy importante, porque la tierra que se posee puede traslardarse de una generación a otra. En respuesta a la necesidad de establecer la descendencia surgieron por primera vez los patriarcados: sociedades en las cuales la descendencia se transmite por la línea masculina y la responsabilidad paternal llega a convertirse en un enfoque clave del hogar y de la vida familiar. En los patriarcados la fidelidad sexual de las esposas es por ende esencial con el fin de asegurar la legitimidad de los hijos. Como resultado de esto, la vida de las mujeres en estas sociedades se restringió mucho. Bajo tales circunstancias se institucionalizó verdaderamente el dominio de los hombres sobre las mujeres (Basow, 1986). La revolución industrial cimentó el cambio del status de los hombres y las mujeres en forma compleja. Así como el trabajo de los hombres los ocupaba por fuera del hogar, las mujeres adquirieron un rol más importante dentro de éste. Al mismo tiempo, a medida que se hacían más y más mercancías fabricadas por las máquinas, las mujeres perdieron la importancia que tuvieron alguna vez como productoras de las cosas esenciales para el hogar. Relegadas a las tareas de mantener el hogar y a alimentar a los hijos (tareas esenciales, pero formalmente no remuneradas), las mujeres se convirtieron en dependientes económicas de los hombres. Cada sexo, ahora, se especializaba en distintas tareas y el hombre como proveedor y la mujer como la persona encargada del cuidado infantil, se convirtieron en imágenes culturales elementales. La perspectiva de poder también argumenta que los roles tradicionales del género se mantienen porque los hombres que tienen la mayor parte del poder formal en la sociedad tratan de mantenerlos. Los hombres encuentran muy ventajoso mantener a las mujeres en una esfera que no amenace ni que compita con sus roles. Más aún el hecho de que gran parte del rol femenino tradicional incluya a las mujeres que suministran servicios a los hombres, naturalmente hace que ellos se resistan al cambio del statu-quo. Las mujeres, por su parte, en la lucha por
restablecer el equilibrio, trataron por muchos modos de elevar su posición social. El resultado es la clásica batalla entre los sexos que todavía continúa. Aun cuando las explicaciones funcionales y de poder sobre los roles de los géneros son muy diferentes, no son incompatibles. La perspectiva funcional probablemente sea correcta al decir que una división del trabajo entre los sexos ha tenido gran sentido en la historia humana. Pero la explicación de poder también es correcta en muchas formas, especialmente en el énfasis que hace sobre la tensión entre los sexos, y en el hecho de que la dominación masculina sobre las mujeres sirve para mantener el status dominante de los hombres.
Estereotipos del género Si un interrogante persistente es saber cómo se originan los roles de los géneros, el otro es por qué persisten y cómo se mantienen. Los estereotipos de los géneros son una razón importante. Como leíamos al principio de este capítulo, los estereotipos del género son ideas muy simplificadas pero fuertemente arraigadas acerca de las características de los hombres y de las mujeres (Basow, 1986); ayudan a mantener los roles según el género, configurando ideas acerca de las tareas a las cuales los hombres y las mujeres están inclinados "naturalmente". Por ejemplo, si pensamos que los hombres son competitivos, lógicos, mundanos y ambiciosos, podríamos pensar que están bien dotados para ser los realizadores en la sociedad. De la misma manera, si pensamos que las mujeres son emotivas, gentiles, tiernas y puras podríamos pensar que ellas están bien dotadas para las actividades de crianza y para desempeñar el rol del cuidado de los niños. Los estadounidenses realmente mantienen los estereotipos de género que sustentan los roles tradicionales de las mujeres y de los hombres. Cuando se les pide que describan las características del hombre y de la mujer comunes, la mayoría dan respuestas que muestran que ven a mujeres y a hombres como opuestos en las dimensiones claves. A los hombres se les considera como seres agresivos, objetivos, dominantes, independientes, competitivos, lógicos, confiados en sí mismos y ambiciosos, mientras que las mujeres, carecen de estos rasgos "masculinos". Por el contrario, las mujeres se consideran como seres prudentes, amables, sensibles con los demás, puras, tranquilas y con capacidad para expresar fácilmente sentimientos tiernos, mientras se supone que los hombres generalmente carecen de estas características "femeninas". La investigación que revela estos estereotipos de los géneros se hizo en los años 70 (Broverman y otros 1972); pero estudios más recientes muestran que estos mis-
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mos estereotipos persisten actualmente, inclusive entre estudiantes universitarios en las escuelas más liberales (Ruble, 1983; Wener y La Russa, 1985) (véase Tabla 12.2). Los roles del género y los estereotipos del género se influyen uno a otro en ambas direcciones. Si bien los estereotipos ayudan a establecer nuestras expectativas acerca de las tareas que los hombres y las mujeres deben realizar, ver todos los días a las personas en estas ocupaciones tradicionales refuerza nuestra creencia de que los estereotipos de los géneros son válidos. Por ejemplo, pensamos que los hombres son fuertes y enérgicos y, por tanto, dispuestos a efectuar trabajos policiacos, y cuando observamos que la mayoría de los oficiales de policía
Tabla 12.2 Estereotipos de los roles según el sexo
Rasgos asignados a los hombres
Rasgos asignados a las mujeres
Adjetivos favorables franco
equlibrada
laborioso
de buenas maneras
lógico
agradable
ambicioso
afectuosa
valiente
amable
agresivo
bondadosa
dominante
cariñosa
confiado en sí mismo
comprensiva
independiente
simpática
fuerte
de corazón suave Adjetivos desfavorables
jactancioso
sumisa
franco
temerosa
obstinado
supersticiosa
porfiado
emotiva
imprudente
estimulable
inflexible
frivola
pertinaz
tímida
argumentativo
presuntuosa
prejuiciado
quisquillosa
avaro
melindrosa
Fuente: Paul D. Wemer y Georgina Williams La Russa, Persistance and Change in Sex-Role Stereotypes. 1985.
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son en efecto hombres, concluimos que nuestros estereotipos de género deben ser correctos. En forma similar, suponemos que las mujeres son cuidadosas y tiernas y por ende dispuestas al trabajo del cuidado de los niños; y cuando observamos que la mayoría de los trabajadores que tienen la custodia de los niños son mujeres, concluimos que los rasgos que atribuimos a las mujeres son ciertos. El problema con este razonamiento es su naturaleza circular. Puesto que rutinariamente no vemos a los hombres y a las mujeres por fuera de los roles de los géneros tradicionales, tenemos pocas oportunidades de invalidar nuestras suposiciones. Así, cuando vemos individuos que realizan tareas correspondientes al otro género (un hombre enfermero o una mujer ejecutiva), sicológicamente hablando, concluimos que deben ser excepciones a la regla. Además, para sustentar los roles tradicionales de los géneros, los estereotipos de género correspondientes en realidad pueden ayudar a impulsar los comportamientos propios que las personas asumen como naturales. Por ejemplo, si suponemos que una niña no confía en sí misma, podemos contribuir inconscientemente a su dependencia ayudándole a realizar sus cosas. Análogamente, si suponemos que un niño es activo y agresivo, podemos impulsarlo verdaderamente a estas características, jugando con él con brusquedad. En resumen, nuestros estereotipos acerca de las personas pueden convertirse en la realización de las predicciones. Este efecto se ha demostrado con experimentos. En un estudio, los investigadores pidieron a hombres y mujeres que previamente no se conocían que lo hicieran mediante una conversación telefónica de 10 minutos (Snyder, Tanke, y Berscheid, 1977). Con anticipación, a cada hombre se le dio la fotografía de una mujer diciéndole que era su futura "fonocompañera". En realidad la fotografía era de una mujer completamente diferente, convencionalmente o muy atractiva o poco atractiva. El comportamiento subsecuente de los hombres se guio por los estereotipos comunes de que las mujeres hermosas y extrovertidas, son equilibradas, mientras que con las mujeres que no son bonitas ocurre lo contrario. Los hombres que creían que estaban hablando con una compañera atractiva fueron más amigables, más interesados, alegres y más sociables que quienes pensaron que lo hacían con una mujer poco atractiva y, lo que es más imporante, las mujeres respondieron de la misma manera. Las que se presumían eran atractivas actuaban en forma amistosa y sociable; quienes creían ser poco atractivas actuaban en forma uraña y alejada. Aparentemente, cada una siguió la persona que él esperaba que fuera.
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La socialización de los estereotipos y los roles del género Nuestros estereotipos de género, por supuesto deben aprenderse en alguna parte, así como nuestras ideas apropiadas sobre los roles del género. Las tres fuentes principales en el aprendizaje de este género son los padres, los maestros y los medios de comunicación masiva, incluyendo la televisión. Tan poderosos son estos agentes de socialización del género que la gente adquiere expectativas sobre el género a una edad muy temprana. En un estudio, niños de dos años se describían como proclives a pelear y las niñas sin interés de hacerlo. También decían que cuando grandes, los niños deben cortar pasto y las niñas deben asear la casa (Kuhn, Nash y Brucken, 1978). Los niños también aprenden a diferenciar los sexos por los rasgos sicológicos y por la ocupaciones que representan ingresos. Veamos ahora cómo funciona esta socialización de los géneros.
La influencia de los padres La socialización que se relaciona con el rol de los géneros y con su tipología empieza con el nacimiento (Rubin y otros, 1974; Paludi y Gullo, 1986). Aunque los recién nacidos tanto hombres como mujeres no pueden distinguirse, excepto por sus genitales, los padres (especialmente los papás) tienden a describirlos en forma diferente. Ellos ven a sus hijas como "débiles", "suaves", "de finas características", "desmañadas" y "delicadas"; mientras que sus hijos son "fuertes", "firmes", de "contextura fuerte", "bien coordinados" y "seguros". Tales percepciones diferentes de las características de sus hijos establecen las etapas para diferentes comportamientos en los niños y en las niñas. Por ejemplo, los padres decoran los cuartos de los niños con motivos de animales y dan a los muchachos juguetes como autos, pistolas, juegos mecánicos y equipos deportivos. Por el contrario, rodean a sus hijas con motivos florales, de encajes y risos y les dan muñecas, casas de muñecas y juguetes domésticos para que jueguen con ellos (Rheingold y Cook, 1975). Los papás son particularmente conscientes del género en el tratamiento de los hijos. Tienden a ser más duros con un hijo que con una hija, aunque el hijo tenga solamente un año. Esto ocurre porque creen que los muchachos son más activos y menos dóciles, y por tanto exigen una disciplina más estricta (Snow y otros, 1983). Los padres también estimulan en forma más sutil el comportamiento propio del género con los niños que gatean. Cuando Beverly Fagot (Fagot et al, 1985) realizó un estudio de observación de las familias con un niño de 13 ó 14 meses, encontró que los padres
respondían en forma diferente a un comportamiento dependiendo de si venía de un niño o de una niña. Por ejemplo, los padres estaban más dispuestos a reaccionar a los comportamientos de reafirmación física de los muchachos que a los de las niñas. También tendían a conceder más atención a los intentos que hacían las niñas para comunicarse con los adultos que a las intenciones de los niños. Once meses después cuando se observaron muchos de estos mismos niños en grupos de juego de los que empezaban a caminar, se detectaron diferencias de género en el comportamiento. Los muchachos eran más agresivos. Las niñas hablaban más a sus maestros. De este modo, los padres pueden haber perpetuado sutilmente un estereotipo. Cuando un niño llega a la edad pneescolar, aquello que al principio sólo eran distinciones casuales acerca del comportamiento adecuado al género se convierte en lecciones explícitas: los padres empiezan a dirigirse al hijo como "la pequeña niña de papito" o como "el gran niño de mamá" y en forma activa desaniman (o al menos ignoran) el comportamiento que consideran inadecuado. En alguna forma los cambios que se exigen a los niños son mayores que los exigidos a las niñas. De los niños se espera que rechacen la dependencia y la sujeción, mientras que este tipo de comportamiento es el que se espera de la niñas (Bardwick y Douvan, 1971). Por ejemplo, una madre puede empezar a ignorar los lloriqueos de un niño. Si persiste ella puede preguntarse "¿has visto alguna vez llorar a tu padre? ¿Piensas que Joe Greene el malo llora? Por supuesto que no". Gradualmente los niños aprenden que sólo a la niñas se les permite llorar. Los comportamientos contrarios se desaprueban en la niñas, por ejemplo, una niñita puede encontrar que sus padres se enojan de verdad cuando utiliza una "mala" palabra, pero se sonríen cuando es su hermano quien la dice. El mensaje es claro. Se supone que las niñas son bellas, aseadas, puras, suaves y populares; y que los muchachos son ingeniosos, fuertes, agresivos, audaces y controlados. Además, para inspirar estos ideales estereotipados, la mayoría de los padres también adoctrinan a sus hijos en el desempeño de tareas domésticas tradicionales para cada sexo, a las niñas se les pide que ayuden a cocinar y a cuidar al bebé; a los muchachos se le encargan los trabajos del jardín y las tareas de carga (Baker, 1984). Para la mayoría de los niños, el esforzarse por vivir de acuerdo con estas expectativas del género es el camino de menor resistencia. Existen indicios de que el entrenamiento paternal puede estar cambiando, especialmente para las mujeres. Hoffman y otros (1984) encontraron que las
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¿ Un hombre de auxiliar de vuelo? ¿ Una mujer que maneja una máquina pesada en un equipo de perforación de petróleo ? Los tiempos han cambiado. ¿Pero se han percibido este hombre y esta mujer como modelos del rol o como excepción a nuestras reglas profundamente arraigadas acerca de lo que cada uno puede hacer? (Izquierda: Mark Antman/Stock Boston; derecha: David E. Kennedy). mujeres trataban igualmente a los niños y a las niñas, tanto en períodos de juego estructurado como no estructurado. Los hombres en este estudio no respondieron en forma diferente a las niñas y a los niños durante el período estructurado, pero hablaron más con lo niños que con las niñas durante el período no estructurado. En una encuesta de los padres con los hijos, Michele Paludi y Dominic Gullo (1986) explotaron el efecto potencial de los calificativos de los géneros en las percepciones de los adultos del modo en el cual se desarrollan los niños. Les pidieron a 234 adultos de ambos sexos que indicaran en un cuestionario cuándo creían que sus niños serían capaces de ejecutar una serie de tareas de desarrollo mental. A una tercera parte de los encuestados se les preguntó acerca de las "niñas", a la otra tercera parte acerca de los "niños" y a la otra tercera parte acerca de los "bebés". Contrariamente a investigaciones previas, estos investigadores encontraron que el calificativo del género no tenía efecto en las clasificaciones de los adultos. Hasta ahora hemos visto las maneras como los padres pueden moldear y formar el comportamiento de sus hijos de conformidad con los roles del género. Pero algunos investigadores sostienen que también funcionan procesos menos conscientes. Por ejemplo, Nancy Chodorow (1978) cree que la división tradicional del trabajo entre los sexos es una
consecuencia de que las mujeres sean las principales personas encargadas del cuidado de los niños. Las niñas se identifican con la madre y así toman muchos de sus rasgos, incluyendo su capacidad "femenina" para el amor, el cariño y la nutrición. Por el contrario, se supone que los muchachos no se identifican con su madre sino con su padre o con otros hombres adultos. Esto lleva a los niños a evadir el rol maternal femenino y, por el contrario, a volverse hacia el mundo impersonal del trabajo y de la vida fuera del hogar. Según Chodorow, este ciclo de socialización de los géneros se repetirá generación tras generación, mientras las mujeres sean las principales responsables de la maduración emocional de los bebés recién nacidos y mayorcitos. Chodorow y otros consideran la compasión femenina y el cuidado como elementos importantes de la sociedad, elementos que no queremos perder en el esfuerzo por cambiar los roles tradicionales de los géneros (Gilligan 1982). Algunos argumentan que en vez de tratar de hacer que las mujeres sean como los hombres, deberíamos trabajar para que tanto hombres como mujeres fueran más andróginos, o sea, más capaces de combinar las diferentes características asociadas con los dos géneros (Bem 1974, 1975; Tavris y Wade, 1984). Se dice que las parejas andróginas son más adaptables y más aptas para satisfacer sus relaciones. Pueden comportarse,
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bien sea en forma segura e independiente, o compasiva y educada, dependiendo de las exigencias de la situación (Spence, Deaux y Helmreich, 1985).
La influencia de las escuelas Al igual que los padres, los maestros también adoctrinan a los niños en los roles de los géneros, y también parecen especialmente preocupados por que los muchachos actúen de acuerdo con las expectativas tradicionales de los géneros. Los maestros niegan a los muchachos la libertad concedida a las niñas para probar los comportamientos asociados con el sexo opuesto. Los niños que en el juego se disfrazan de niñas o les gustan las muñecas como juguetes probablemente sean más suceptibles de recibir las críticas del profesor, que las niñas comprometidas en actividades de estereotipos masculinos (Fagot 1977,1984). En general, los niños que eligen los estilos tradicionales para jugar, (los niños con juguetes movibles, martillos, carpintería; las niñas con muñecas, baile, dibujo), reciben más atención positiva de los maestros. Los maestros también son más rápidos en responder a la agresión de los muchachos. Al hacerlo, en forma inadvertida recompensan a los muchachos con atención cuando estos son conflictivos y les comunican la tendencia que tiene a pelear. Al mismo tiempo, los maestros estimulan a las niñas a que sean dependientes dándoles más asistencia que a los niños y prestando más atención cuando permanecen cerca a sus maestros (Serbin y otros 1973; Fagot, 1977). Los niños también aprenden los roles de los géneros en la escuela de otras formas. Por ejemplo, mientras que el 85 por ciento de los maestros de la escuela elemental son mujeres, el 79 por ciento de los directores son hombres (Baker, 1984). El hecho de ver en forma repetida a los hombres en posiciones de mando sobre las mujeres, no puede menos que dejar una impresión sobre los niños. Al subrayar este punto, Louis Paradise y Shavaun Wall (1986) encontraron que los niños de primer grado que asistían a las escuelas con directivas femeninas, tenían menos opiniones estereotipadas acerca de los roles de los géneros que los niños de las escuelas con directores masculinos. Sus hallazgos sugieren que la presencia de ambos sexos como modelos para el rol de directivo de la escuela puede tener un notable efecto positivo en las percepciones de los niños y además los programas escolares frecuentemente refuerzan los roles de los géneros. Aunque las clases de economía doméstica ahora aceptan a los muchachos y las clases de taller a las niñas, estos programas siguen siendo segregados ampliamente por el sexo. Lo mismo sucede con los deportes que se jue-
gan en la escuela. Desde los años 70, muchas escuelas han tratado de combatir la discriminación de géneros organizando equipos coeducacionales. Pero los deportes "rudos" (fútbol, hockey sobre el hielo, lucha libre) todavía son principalmente del dominio de los hombres (véase la discusión del cuadro sobre el tema de las mujeres en el deporte). Bajo una perspectiva optimista, un estudio reciente de (Koblinsky y Sugawara, 1984) ha demostrado que el exponer a los niños a un currículo escolar no sexista puede ayudar a reducir las preferencias por actividades tipificadas por el sexo. Los niños de preescolar que participaron en un programa no sexista (incluyendo fotografía, rompecabezas, loterías, discos y libros de dibujos) durante un período de 6 meses tenían menos actitudes estereotipadas que los niños del grupo de control. En la escuela, los niños también se exponen a las influencias de sus compañeros. En efecto, mientras más y más niños estadounidenses asisten a los centros de cuidado diario y a las guarderías, la influencia de los compañeros adquiere mayor significado. Incluso los niños de 3 años saben "lo que hacen los niños" y "lo que hacen las niñas" y se unen para adaptarse a estas normas. Cuando un niño viola las expectativas del rol del género, los compañeros inmediatamente le responden: lo critican, se quejan en voz alta y tratan de detener el comportamiento del que se desvió, llamando la atención o utilizando la fuerza física. Por el contrario, cuando un niño actúa en forma estereotipada de acuerdo con el género, los compañeros frecuentemente lo estimulan mediante el elogio y la imitación (Lamb y otros, 1980).
La influencia de los medios de comunicación Claro está que los padres y la escuela no son las únicas fuentes de información para los niños sobre la forma como deben actuar. Los medios de comunicación -televisión, radio, revistas, libros- están llenos de ilustraciones sobre los roles tradicionales de los géneros. Un estudio en los años 70 encontró que casi todos los libros galardonados escritos para niños presentaban imágenes estereotipadas e irreales de niños y niñas, mujeres y hombres (Weitzman y Eiffer, 1972). La relación entre figuras masculinas y femeninas era de 11 a 1; la tercera parte de los libros solamente presentaban hombres. Cuando las niñas aparecían en los libros infantiles, eran casi siempre en el interior de la casa, colaborando, mirando o adorando al héroe de la historia. Una colección de libros denominado Mommies and Daddies resultaba poco halagadora con las madres. "Los papitos", escribía el autor, "saben que tú eres suficientemente
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grande y valiente para hacer un montón de cosas que las mamitas piensan que son demasiado difíciles". Ninguno de los libros mencionaba a las madres que trabajan por fuera del hogar, ni mostraba a los padres colaborando en la casa. Un grupo de investigadores (Williams et al, 1987) recientemente repitió el estudio realizado por Weitzman en 1972 sobre los libros galardonados, dando especial atención a los ganadores de los años 80. Contrariamente a los estudios anteriores, encontraron que los personajes femeninos y masculinos actualmente están representados en dichos libros en forma equitativa. Además, alrededor de una tercera parte de los personajes principales son femeninos. Las mujeres "del libro ilustrado" empiezan a salir de la casa, pero todavía no ingresan a la fuerza de trabajo. Solamente un personaje femenino entre aquellos estudiados trabajaba fuera de la casa como camarera. Estos investigadores concluyeron que los libros ilustrados para niños han alcanzado un progreso mixto. Los personajes femeninos son realmente mucho más visibles, pero todavía descoloridos en esencia y dentro de la línea de los roles tradicionales. Los programas de televisión y los comerciales también refuerzan los estereotipos de los roles del sexo. De acuerdo con la compañía Nielsen A.C. que se especializa en medir la popularidad de los programas de televisión, esta última marca un promedio de 53 horas semanales en aquellos hogares que tienen niños en edad preescolar. El promedio de niños miran televisión de 31/2 a 4 horas diarias y la mitad de los niños de 12 años miran televisión durante 7 horas o más diariamente (Nielsen, 1985). La televisión, por supuesto, está llena de ejemplos de estereotipos y roles tradicionales de los géneros. Por ejemplo, en los programas de niños existe más del doble de personajes masculinos que femeninos, y a los hombres se les representa en forma más favorable. Comúnmente son activos y constructivos, y se les recompensa por sus acciones, mientras que las mujeres son respetuosas y frecuentemente manipulan a otros para obtener lo que desean (Basow, 1986; Feldman y Brown, 1984). Las mujeres también están subordinadas en programas de mayor audiencia. Con frecuencia tienen menos empleos que los personajes masculinos, y cuando los tienen, sus ocupaciones a menudo están estereotipadas por el género (son secretarias, enfermeras, maestras). Por el contrario, los personajes masculinos son siempre los que están llenos de aventura (detectives, oficiales de policía), y superan a los personajes femeninos en una proporción de 2 a 1 en ser competentes y tener confianza en sí mismos. Esta imagen estereotipada
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de los hombres como competentes, también ocurre en los comerciales de televisión (Courtney y Whipple, 1983; Downs y Harrison, 1985). Las voces autorizadas e inteligentes que describen las cualidades de un producto son casi siempre masculinas. ¿Influye en el pensamiento de los niños esta barrera de fuego de los estereotipos de los géneros de la televisión estadounidense? Existe evidencia de que así es. En un estudio, grandes aficionados a la televisión (25 horas semanales o más) tenían ideas más tradicionales acerca del género, que los niños que miraban televisión 10 horas semanales o menos (Fruch y McGhee, 1975). Pero parece que el tipo de programa de televisión es el que establece la diferencia. Los niños que miran más televisión educativa que programas comerciales tienden a tener menos nociones estereotipadas del género que sus compañeros (Repetti, 1984). Esto sucede porque la televisión educativa es definitivamente menos sexista en la descripción de los roles de los géneros. De esta manera, quizá, con un esfuerzo concertado, los medios de comunicación masiva podrían utilizarse eficazmente para ayudar a cambiar los estereotipos en los géneros.
PERSISTENICIA Y CAMBIO EN LOS ROLES DE LOS GÉNEROS En 1983 la revista Fortune encuestó a 33 de las 34 mujeres que se graduaron en 1973 en el programa MBA de la Escuela de Negocios de Harvard. Esta era la primera promoción en la cual por lo menos el 5 por ciento de los estudiantes eran mujeres (Rowan, 1983). Diez años después de la graduación, todas menos una estaban trabajando de tiempo completo; dieciocho se habían casado y catorce eran madres. La que ganaba más devengaba $200 000 mil dólares al año, otras cuatro ganaban por lo menos $100 000 dólares al año, nueve ganaban menos de $50 000 dólares. Aun así, estas mujeres ganaban menos que sus compañeros hombres, 35 por ciento de los cuales ganaban más de $100 000 dólares. Un cuadro muy semejante surgía de la clase de estudiantes universitarios de Princeton en 1973, la primera que incluía mujeres. La mediana del salario de los hombres en la clase era de $46 000 dólares mientras que para las mujeres era solamente de $33 000 dólares al año (Geist, 1983). Las mujeres de Princeton no atribuían esta brecha a la discriminación. Por el contrario, la atribuían a los cambios de empleo para dedicarles tiempo a sus esposos o a tomar tiempo libre de su trabajo para cuidar los niños. Lo que ellas pasaron por alto al dar estas explicaciones fue el grado en el que los roles tradicionales del género resultaban co-
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Las mujeres en los deportes Carol Mann, una golfista profesional de mucho éxito, sabe cuan difícil es para las mujeres desempeñarse en el mundo de los deportes. Aquí describe, basada en su propia experiencia, los obstáculos que encuentran las mujeres atletas. Para mí, el atleta serio es aquel que está comprometido con la excelencia en cualquier nivel, en cualquier edad, con cualquier esfuerzo y de cualquier sexo. Este compromiso empieza con un sueño: un sentido de talento, habilidad y determinación para hacer que aquel sueño se convierta en realidad. Ese sentido lo llamo yo "la llama". Cuando un hombre crece en la sociedad estadounidense, esa llama se recompensa, se alaba, se estimula y se apoya... cuando una mujer crece en esta sociedad, la llama se frustra, se impide, se le ponen obstáculos, se le amenaza y se le condena. Y muchas mujeres se queman al pasar por esas fases de la no aceptación (Mann, 1984, p. 20). La práctica difundida de la falta de estímulo a las mujeres de excelencia en los deportes tiene consecuencias de gran alcance. No es exactamente que el ingreso a una carrera potencial sea más difícil, tal como ocurrió en el caso de Carol Mann. También, a las mujeres excluidas de los deportes les hace falta una parte importante de la socialización que está disponible para los hombres. Los deportes por equipos
les enseñan a los muchachos a ser agresivos y competitivos, a cooperar con los otros y a delegar responsabilidades, a cultivar el potencial de liderazgo, y a establecer metas y estrategias mientras se corren riesgos calculados. Estas características son las verdaderamente necesarias para el éxito en el manejo corporativo. Las niñas que nunca se comprometen con los deportes tienen menos oportunidades de adquirirlas. Irónicamente, incluso las niñas que practican un deporte con frecuencia están en desventaja. Puesto que muchos deportes "femeninos" (por ejemplo, el patinaje en el hielo, la gimnasia, la equitación) no son deportes orientados a un equipo, las niñas pierden muchas de las enseñanzas que conocen ampliamente los muchachos. La legislación ayuda a cambiar este patrón. El Título IX de la Ley de Enmienda Educativa de 1972 prohibió la discriminación sexual en los juegos atléticos intercolegiados de las escuelas que reciben ayuda federal. Casi de la noche a la mañana surgieron programas de deportes para mujeres en las universidades. En la actualidad hay más de treinta deportes distintos para mujeres en Estados Unidos, en comparación con los cuatro o cinco que existían en la mayoría de las escuelas a principios de los años 70. Anualmente se conceden alrededor de 15 000 mil becas atléticas a las mujeres, en comparación con su ausencia total antes de que se aprobara El Título IX. La participación de
mo una discriminación sutil contra las mujeres por el hecho de configurar las ideas acerca de los deberes de una "buena" esposa y madre.
Tendencias entre las mujeres Los caminos profesionales tanto de las mujeres de Harvard como de las de Princeton muestran una tendencia persistente: aunque las mujeres han alcanzado grandes avances en el logro de igualdad de
las mujeres en los juegos atléticos intercolegiados también creció rápidamente. En 1972 había solamente 30 000 atletas femeninas universitarias en los Estados Unidos; en 1985 había más de 150 000 (Alfano, 1985). Además durante esos años, los juegos atléticos profesionales femeninos adquirieron nueva vitalidad. Por ejemplo, en 1970 la cantidad de dinero disponible para los premios del ámbito del tennis femenino era solamente $200 500 dólares. En 1980 esta cifra aumentó a $9.2 millones (Basow, 1986). Pero una cosa es la participación y las recompensas en dinero y otra es|el desempeño. ¿Estarán las mujeres tan dispuestas como los hombres a destacarse en los deportes? Los últimos registros en el desempeño femenino en diversas competencias sugiere que la respuesta es incuestionablemente afirmativa. En las competencias de carreras el nivel de avance de las mujeres es especialmente impresionante. Por ejemplo, en 1971 el récord mundial de las mujeres para la carrera de los 1 500 metros estaban a un 20 por ciento del record masculino. Exactamente 10 años más tarde, en 1981, esa diferencia disminuyó a menos del 10 por ciento (Jordán, 1983). La brecha de desempeño entre la mujer y el hombre en los eventos de natación es ahora del 10 por ciento o menos (Doyle, 1986). Un nadador que hubiese terminado los 400 metros en estilo libre con el mismo tiempo con que ganó el evento para los hombres en los Olímpicos de 1964 hubie-
oportunidades, están muy lejos de estar en pie de igualdad con los hombres en los lugares de trabajo (Strober, 1982; Pear, 1987). Por una parte, los rangos más altos en los negocios y en el gobierno todavía no están tan abiertos a las mujeres como para los hombres. Las mujeres deben luchar arduamente para obtener lo que se considera el derecho de nacimiento del hombre blanco de clase media. En efecto, si bien desde 1970 muchas mujeres han obtenido promociones, las gerentes siguen siendo una peque-
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ra alcanzado solamente el puesto quinto en la rama femenina en los Olímpicos de 1980 (Gelman, 1981). Las mujeres están en ventaja en las pruebas de larga distancia que requieren flexibilidad y resistencia en las piernas, porque los músculos de las piernas de las mujeres son relativamente más fuertes y el suministro adicional de grasa del cuerpo, les da energía por períodos más largos. Estos dos factores ayudan a explicar por qué las mujeres han vencido a los nadadores masculinos más rápidos en la competencia de ida y vuelta en el Canal de la mancha con una ventaja de tres horas. También ayuda a explicar por qué en eventos de carreras de gran distancia, "las mujeres tienden a hacerlo mejor con relación a los hombres cuanto más larga sea la distancia" (Doyle, 1986, p.49). Pero las mujeres están en desventaja cuando se trata de la fortaleza de la parte superior del cuerpo, una desventaja que probablemente siempre ha existido, porque los hombres tienen hombros más anchos, bíceps más grandes y brazos más largos. Esto significa que'los hombres continuarán teniendo una ventaja sobre las mujeres en los eventos que exigen levantamiento empuje o lanzamiento poderosos. ¿Cuánto han cambiado en los últimos tiempos las actitudes del público hacia las mujeres deportistas? ¿Todavía encuentran las mujeres atletas reacciones tan negativas como las que encontró Carol Mann? La respuesta es ambigua, puesto que se trata de interrogantes relacionados
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El trabajo en equipo, la fortaleza, la agresividad y la resistencia...La paciencia, la intuición, el tacto y la gracia... Las atletas femeninas han mostrado en forma creciente que poseen las cualidades necesarias; un potencial notable para el logro en una cantidad de deportes. La participación en los deportes de equipo también proporciona a ¡as mujeres una oportunidad para aprender las lecciones de la cooperación, la competencia, el establecimiento de objetivos y la afirmación que antes sólo lograban los hombres. (UPI/Bettmann Newsphotos).
con otros aspectos del cambio en los roles de los géneros. Por otra parte, la sociedad todavía trata de reservar cierta clase de deportes para los hombres. La mayor parte de los eventos que comprenden contactos del cuerpo muy agresivos (fútbol y boxeo) todavía son del dominio de los hombres. La sociedad prefiere ver a las mujeres en deportes que exaltan la gracia y la belleza (por ejemplo, la natación, el clavado, el tennis y la gimnasia). Cuando las mujeres participan en competencias generalmente consideradas para
ña proporción de las mujeres empleadas. En realidad, persiste la concentración de la mayoría de mujeres en posidones subordinadas, particularmente en la fuerza de trabajo de la oficina (Blum y Smith 1988). Además, muchas mujeres encuentran que es muy difícil ignorar las expectativas que la sociedad tiene con relación a sus lugares apropiados dentro de la familia. De esta manera, las mujeres con frecuencia asumen hoy muchas de las responsabilidades de madre y esposa tradicional, al lado de las
hombres tienden a utilizar vestidos y equipos de colores suaves para evitar ser calificadas como poco femeninas (Snyder y Spreitzer, 1983). Por otro lado, las mujeres actualmente han progresado muchísimo en el atletismo, mejorando las predicciones de los expertos hace pocos años. Cada vez más, las atletas femeninas demuestran elasticidad física y psicológica y también resistencia. Su récord ha desafiado muchos supuestos populares acerca de las capacidades innatas y las limitaciones de las mujeres en los deportes.
exigendas de un trabajo de tiempo completo. Esto es lo que produce una cantidad enorme de conflictos y luchas. Aunque algunos consideran la resistenda de los hombres como el obstáculo prindpal que está retardando el progreso de las mujeres hada la igualdad, el panorama es en realidad mucho más complejo. Las mujeres tienen diferentes opiniones de la forma como pueden mejorar su posidón en la sodedad. Algunas mujeres son feministas porque están comprometidas con una sodedad igualitaria
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en cuanto a los géneros y en cuanto a su independencia económica. Ahora que muchas de las batallas por las oportunidades de empleo se han ganado, las feministas de hoy frecuentemente vuelven su atención a las nuevas luchas que las mujeres modernas tienen que enfrentar en el mundo del trabajo. En particular quieren ayudar a las mujeres que tienen la doble angustia de una carrera y una familia. Por tanto, están trabajando en busca de varias metas: mejores beneficios en las licencias de maternidad, mayor calidad de las guarderías infantiles, mayor flexibilidad del horario de trabajo, y más deducciones tributarias por el cuidado de los niños (Chavez, 1987; Hewlett, 1986). Pero no todas las mujeres estadounidenses son declaradas feministas. Algunas que apoyan los objetivos feministas no se consideran como parte del movimiento. Otras son decididamente antifeministas porque piensan que las feministas han traído cambios destructivos en los roles del género. Estas mujeres prefieren una vida tradicional de matrimonio e hijos. Las tradicionalistas temen que las mujeres estén perdiendo rápidamente las estructuras protectoras que una vez les permitieron ser amas de casa de tiempo completo. La socióloga Sylvia Hewlett describe la perspectiva de los tradicionalistas en esta forma: En el fondo, las mujeres tradicionalistas ven a las feministas como traidoras y tontas. Traidoras porque han socavado los sistemas tradicionales de apoyo familiar para otras mujeres y sus hijos. Y tontas porque no parecen entender que no hay para qué alienar a los hombres. La mayoría de las mujeres desean tener hijos y la mayoría de ellas no tienen otra alternativa que casarse, si quieren vidas decentes para sí mismas y para sus hijos. Las tradicionalistas creen que las feministas no están en contacto con la realidad. Sólo las "liberadas" de la élite de la Costa Este tontamente imaginarían que la indepedencia puede encontrarse en el mercado de trabajo, una verdad que Nora Ephron descubrió en Heartburn. "Finalmente las esposas se liberaron y, solteras de nuevo descubrieron la horrible verdad: que ellas eran vendedoras en un mercado de compradores y que el principal logro concreto del movimiento de las mujeres en los años 70 era el tratado holandés" (Hewlett, 1986, pp. 332333).
Sin embargo, se sabe que un movimiento genera contramovimientos, y durante los años 80 el feminismo estadounidense se encontró con oposición en varios frentes. Los grupos contra el aborto han logrado campañas activas; los oponentes a la ERA han impedido en forma exitosa su ratificación por parte del Congreso. En resumen, los campos feministas y antifeministas tienen ideas diametralmente opuestas acerca de lo que es de mayor interés para las muje-
res. Esta confrontación de metas y de valores ha retardado en forma significativa la marcha hacia el cambio social que ocurrirá posteriormente en los roles de los géneros.
Tendencias entre hombres Las mujeres no son las únicas que muestran signos de confusión y división. También los hombres, actualmente están en desacuerdo en el futuro de los roles de los géneros. Clyde Franklin (1984) describió cuatro respuestas masculinas a los cambios que ya han tenido lugar. Los hombres "clásicos" se adhieren a las nociones tradicionales de género y se resisten al cambio. Condenan la degradación del poder masculino y las prerrogativas en la medida en que la de las mujeres ha ganado mayor igualdad. Para ellos, el único cambio bueno sería regresar el reloj a los días en que los "hombres eran hombres" y "las mujeres eran mujeres". Algo más progresistas que los hombres clásicos son los habituales "defensores de la masculinidad". Aparentemente están de acuerdo con los avances del movimiento femenino, pero su comportamiento real demuestra prejuicios prolongados. Los hombres "anémicos", por el contrario aceptan el concepto de la igualdad de sexos y todavía están confundidos sobre los roles adecuados que deberían desempeñar hombres y mujeres. Hoy muchos hombres estadounidenses caen en esta categoría. Por razón de su confusión con el tiempo podrían evolucionar hacia lo que Franklin ha demoninado humanistas. Los humanistas trabajan activamente para crear roles masculinos y femeninos sin los estereotipos y las expectativas tradicionales de los géneros. Su objetivo es una sociedad en la cual la mayoría de los hombres y las mujeres sean andróginos, o sea, que se comportan en forma masculina o femenina dependiendo de la situación. Apoyar este cambio, sin embargo, no resulta fácil para muchos hombres. Joseph Pleck (1983) cree que las relaciones complejas de poder entre los sexos no son fáciles de deshacer a causa de las funciones que desempeñan. Desde el punto de vista masculino, estas funciones son especialmente apremiantes. Por ejemplo, según Pleck, al constituirse en una subclase grande o sea en un grupo con un status por debajo del cual la mayoría de los hombres no pueden caer nunca, las mujeres proporcionan una especie de amortiguación del status para los hombres. Esa subclase propicia la tensión que experimentan los hombres que pierden en todas las competencias económicas y sociales masculinas. En sus roles tradicionales, las mujeres, también ofrecen a los hombres un refugio de las tensiones del competitivo mundo masculino. La mujer tradicional es aquella en quien
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Si la igualdad de géneros con frecuencia equivale a una mayor independencia política y económica para las mujeres, para los hombres podría significar la liberación del sitio de trabajo orientado al logro, o sea, la participación más intensa en la alimentación de los niños y en las tareas de la nutrí- ción en la vida familiar. (Spencer Grant/Photo Researchers, Inc). un hombre puede confiar sin temor a que sus propias revelaciones se utilicen contra él. Finalmente, Pleck ve a la mujer tradicional como un medio por el cual los hombres defienden su masculinidad. La esposa que depende del esposo y se somete a sus deseos, le da a su esposo el sentimiento de satisfacción de que él es un "verdadero hombre". Con todas estas funciones que los roles tradicionales de los géneros les ofrecen, no es de admirar que muchos hombres rechacen el cambio en el statu-quo. Como individuos, muchos hombres podrían desear cambiar su comportamiento, pero existen demasiadas fuerzas sociales que operan contra esto. Además, muchos hombres no están bien informados acerca de los problemas que enfrentan las mujeres. Ellos piensan en las mujeres en términos tradicionales, como quienes disfrutan del apoyo y protección de los hombres. Se preguntan por qué las
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mujeres quisieran cambiar de alguna manera este status privilegiado. Lo que ellos no tienen en cuenta es el hecho de que hoy, además de ser amas de casa, la mayoría de las mujeres tienen empleos remunerados, frecuentemente por necesidad económica. También existe una cantidad creciente de mujeres que están posponiendo su matrimonio o que están casadas por corto tiempo y luego se divorcian, frecuentemente con hijos por educar. Para estas mujeres la reducción en las desigualdades de géneros no es sólo deseable, es una cuestión de supervivencia. Pero algunos hombres equilibran el surgimiento en el status de la mujer con la caída en el status masculino. Están convencidos de que cualquiera que sea la ganancia social y económica que realicen las mujeres, todo será necesariamente a costa de los hombres. La oposición de algunos hombres al cambio del rol de los géneros se refleja en el movimiento por los "derechos del hombre" el cual empezó en los años 70. Su brazo más estructurado y más grande es una organización denominada Hombres Libres (Free Men) que tiene miembros por todo el país en más de 35 estados. La meta principal de Hombres Libres es cambiar las leyes que considera discriminatorias contra los hombres, particularmente en sus roles de esposos y padres. Por ejemplo, el movimiento de Hombres Libres está profundamente comprometido en mejorar la posición de los hombres con relación a las leyes de pensión de alimentos en casos de divorcio, custodia de los hijos y derechos de visita (Doly, 1985). El objetivo de esta organización con frecuencia es la mujer feminista y su opinión de que en EE.UU. las mujeres todavía están oprimidas sexualmente. Según los miembros de Hombres Libres, el péndulo ha oscilado tanto en la dirección de concesión de derechos a las mujeres, que ahora los hombres son frecuentemente quienes se sienten tratados injustamente. En el lado opuesto están aquellos hombres que trabajan por el traslado de los roles tradicionales de los géneros y de las distinciones, hombres a quienes Franklin denomina humanistas. La National Organización of Changing Men (Organización Nacional de hombres para el Cambio) NOCM, fundada en 1983, es un brazo de este movimiento. La NOCM está comprometida en lograr la total igualdad y la justicia para ambos sexos, incluyendo a las minorías homosexuales y lesbianas. Hasta ahora se estima que sus miembros llegan solamente a 550 (Franklin 1984). Pero la aparición de dicha organización certifica que la conciencia creciente que cambia las relaciones entre hombre y mujer depende tanto de él como de ella.
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RESUMEN 1. Desde hace mucho tiempo ha existido en el mundo el sistema de estratificación según el género, en el cual se presenta una distribución desigual de las remuneraciones entre hombres y mujeres. En términos de compensaciones, las mujeres comúnmente tienen un status más bajo y menos poder; riqueza, ingreso, prestigio y libertad personal. Este sistema también comprende los roles según el género; los diferentes patrones de comportamiento que se esperan de los nombres y las mujeres en la sociedad. Unidos a los roles de los géneros están los estereotipos de los géneros, muy simplificados, pero fuertemente sustentadores de las ideas sobre las características esenciales (o naturales) de los hombres y de las mujeres. 2. Aunque los genes y las hormonas determinan el sexo (es decir, la biología masculina o femenina), no determinan los géneros (conjunto de conceptos que la gente tiene respecto de las características "femeninas" o "masculinas"). De esta manera, no podemos suponer que los hombres y las mujeres nacen con diferentes capacidades y temperamentos que hacen que naturalmente estén dispuestos para los diferentes roles de los géneros. 3. Los sicólogos han tratado de identificar las diferencias del sexo en la personalidad y en la capacidad. Por lo general, los hallazgos demuestran que las diferencias de sexo son más pequeñas de lo que la gente espera. Más aún, para un rasgo en particular existe un rango amplio de variación en su expresión tanto entre las mujeres como entre los hombres y es considerable la mezcla entre los rangos de los dos sexos. Así, en promedio, los hombres y las mujeres son sicológicamente muy similares, a excepción del nivel de expresión de la agresión. Los científicos sociales continúan la discusión sobre si las diferencias en la agresión son un asunto biológico o de un aprendizaje social. 4. La considerable variabilidad que los científicos sociales encuentran de una sociedad a otra en los patrones de comportamiento entre hombres y mujeres, los ha vuelto escépticos en su afirmación de que los factores biológicos son la fuente principal de las ideas sobre los géneros y de sus disposiciones. Tomada como un todo, la evidencia entre las diferentes culturas sustenta la opinión de que los roles de los géneros son, en gran parte, el resultado de fuerzas sociales y ambientales que estimulan la adaptación a dichos roles. 5. La cantidad de mujeres en la fuerza laboral ha aumentado en forma creciente desde comienzos del si-
glo debido a factores tales como: la Segunda Guerra Mundial, las complicaciones de la economía, las altas tasas de divorcio y el movimiento feminista. Pero en relación con los empleos sigue un patrón de desigualdad de los géneros. Las mujeres todavía tienden a encerrarse en las ocupaciones diferentes a las de los hombres y a ganar menos que ellos en un idéntico desempeño laboral. Una teoría que busca explicar este fenómeno es la explicación del capital humano. Según esta opinión, la inversión que hacen las mujeres en la adquisición de sus credenciales relativas al trabajo es generalmente menos productiva que la de los hombres; el resultado es que la mayoría de mujeres terminan en empleos con salarios bajos. 6. En Estados Unidos la estratificación según el género en la esfera política también es muy fuerte, aunque existen algunas señales de que estas actitudes están cambiando. La tendencia actual muestra un número creciente de mujeres en ocupaciones políticas. Debido a su gran visibilidad, estas mujeres ayudan a cambiar las ideas populares acerca de las mujeres en cargos públicos. 7. Los movimientos feministas tales como National Organization for Women (Organización nacional para mujeres) NOW y Women's Equity Action League (Liga de acción para la igualdad de las mujeres) WEAL, han luchado por la igualdad de derechos de las mujeres. Estas organizaciones han bombardeado al gobierno con casos de discriminación de géneros y con propuestas para un tratamiento más igualitario cobijado por la ley. En 1972 se aprobó por el Congreso la Enmienda sobre la Igualdad de Derechos a la Constitución, que luego se presentó para su ratificación, pero hasta el presente todavía no ha sido aprobada como ley. 8. Con el tiempo ha variado el grado hasta el cual las mujeres han sido subordinadas en la sociedad estadounidense, desde la época colonial hasta el presente. El advenimiento de la industrialización ha debilitado gradualmente la participación económica que había existido entre esposo y esposa, además estimuló la separación de actividades. Quizás en los tiempos modernos se ha intensificado esta polaridad entre hombres que se responsabilizan por el sustento diario y mujeres encargadas del hogar y de la familia. Los roles que se espera cumplan las mujeres estadounidenses hoy son más exigentes, ya que una gran mayoría de ellas son tanto empleadas remuneradas, como centros del hogar y de la familia. 9. Se esperaba que las mujeres estadounidenses desearan el matrimonio y formaran una familia y que ésta ocupara el primer lugar; que dependieran de
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sus esposos financiera y socialmente; vivieran de forma indirecta de sus esposos y de sus hijos; fueran pasivas en vez de ser agresivas y arrogantes; atractivas, amables y simpáticas. De los hombres estadounidenses se esperaba tradicionalmente que fueran buenos proveedores, y competitivos, realizadores, confiados en sí mismos y emocionalmente controlados. Cada uno de estos conjuntos de creencias ha acarreado ciertos costos y beneficios para ambos sexos, y cada uno incluye conflictos de rol. 10. La perspectiva funcional argumenta que los hombres y las mujeres han asumido roles específicos de los géneros que son altamente complementarios y así garantizan que la sociedad funcione normalmente. La perspectiva de poder hacer énfasis en que los roles de género comprenden el dominio de un sexo sobre otro, comúnmente del hombre sobre la mujer, y refleja el valor de la contribución económica de hombres y mujeres.
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11. Los estereotipos de los géneros sustentan sus correspondientes roles tradicionales. También ayudan a reforzar los comportamientos que las personas asumen como "naturales". En consecuencia, los roles de género perpetúan los estereotipos de los géneros. Los roles de género se aprenden mediante los procesos de socialización y los inculcan los maestros, los padres y los medios de comunicación masiva, para nombrar sólo algunos. Con cierto esfuerzo, puede ser posible utilizar el poder de los medios de comunicación masiva para ayudar a cambiar los estereotipos del género. 12. Aunque el futuro de los roles de género no es claro, la tendencia actual es un lento movimiento hada la igualdad. Hombres y mujeres, por igual, están tratando de cerrar la brecha de los géneros; a través de las organizaciones que trabajan para acabar con los roles tradicionales de los géneros y de los estereotipos.
GLOSARIO Andrógino. Combinación de rasgos tanto masculinos como femeninos. Capital humano. Todo tipo de capacidades que las personas puedan adquirir mediante una inversión en el mejoramiento de su potencial como trabajadores. Cromosomas. Estructuras filiformes en cada célula en el cuerpo que transporta los genes dentro de ellos. Estereotipos según el género. Ideas fuertemente sostenidas aunque bastante simplificadas sobre las características de las mujeres y de los hombres. Estratificación por géneros. La asignación de los hombres y mujeres a posiciones desiguales en la jerarquía social. Feminista. Persona que comparte con gran sentido las experiencias y problemas femeninos; además tienen un fuerte compromiso por el mejoramiento de la situación de la mujer en la sociedad.
Género. Se refiere a todas las características no biológicas asignadas a hombres y mujeres. Cenes. Los determinantes de las características hereditarias. Hormonas. Sustancias químicas producidas por las células y que estimulan o inhiben los procesos fisiológicos específicos. Machismo. Masculinidad compulsiva, evidenciada en la condición, la jactancia y en las actitudes de proeza hacia las mujeres. Patriarcado. Sociedad en la que el padre es la cabeza incuestionada de la familia y en la que la descendencia se transmite a través de la línea masculina. Roles según el género. Las distintas tareas y actividades que la sociedad le asigna a cada sexo.
CAPITULO 13
Raza y las relaciones étnicas
Edmund Perry era un brillante y prometedor joven de Harlem, donde su familia había echado raíces por cinco generaciones. Su familia era unida, muy trabajadora y temerosa de Dios. En la escuela junior (grados 7o a 9o) el rendimiento académico de Perry superaba en matemáticas y en lectura el nivel del grado duodécimo. Ganó una beca para la elitista y prestigiosa academia Phillips Exeter, una escuela con dos siglos de existencia en New Hampshire reconocida como campo de entrenamiento para las mejores universidades de la nación. Perry hizo el penúltimo año en España. Se graduó con honores en la academia Exeter y obtuvo una beca para Stanford. Durante el verano en el que terminó la escuela secundaria y empezó la universidad, vivió en su hogar y ganaba $175 dólares a la semana como mensajero de la compañía Wall Street. Pero durante aquel verano, Perry también atacó a un policía blanco vestido de civil y murió de un balazo. El gran jurado absolvió al policía. Cerca de 24 testigos apoyaron su declaración; más de 1 500 personas asistieron al funeral de Edmund Perry, unos para alabar a este joven ejemplar, otros para desaprobar a la sociedad que lo había destruido. ¿Otro negro muerto por la violencia? ¿Otra víctima del sistema? ¿Otra estadística? Mas no se suponía que Edmund Perry fuese otra estadística, a menos que fuera una estadística brillante. Se suponía que él iba a salir del ghetto. Perry tenía una familia que lo apoyaba fuertemente, tenía ambición y talento, contaba con el respaldo de un programa de acción afirmativa, había recibido becas y honores. Su muerte en un crimen callejero sorprendió a muchas personas, pero no a todas. Un amigo de Perry, un
negro que había salido de la pobreza y asistido a la Universidad de Yale, que además había triunfado en el mundo de los negocios de los blancos, dijo que la muerte de Perry había sido casi un suicidio: Toda esta cosa de blancos y negros realmente lo estaba absorbiendo y sabía que no se iba a terminar. Sí, es verdad que había estudiado en Exeter y también iba para Stanford, pero jamás sería miembro del club. El seguiría siendo Eddie Perry, el negro inteligente. Aunque hubiera querido ser diferente, Harlem no se lo hubiera permitido. Ese muchacho estaba encerrado en una caja y tendría que lidiarla durante el resto de su vida. (Anson 1987, p.45)
Resulta muy fácil rechazar a Perry por vivir en esa caja y argumentar que con tanto apoyo social, él hubiese podido salir de allí. Después de todo, otros han derribado los muros que separan los grupos étnicos y las clases sociales. Pero eso es subestimar las enormes dificultades que cualquiera confronta al tratar de moverse entre dos mundos sociales diferentes, que tienen estructura, valores, normas y oportunidades sociales enormemente diferentes. Estos mundos sociales diferentes otorgan el privilegio y el poder sobre algunos con gran desproporción, en relación con lo que dan a los demás. Crecer en un ghetto de negros es estar en notable desventaja, es ser esencialmente impotente. Cuando Perry se movió hacia ese otro mundo social -poderoso, privilegiado y elitista- estaba, tal como dijo una mujer negra cuando hizo una transición semejante "en un ambiente en cual se le recordaba constantemente cuán impotente realmente era... El problema es que ya realmente no somos parte de nuestro vecindario en ninguna forma" (Anson 1987, p.39). Ser impoten353
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te, ser un eterno extraño, estar enojado por esta situación, y actuar de acuerdo con esa ira puede resultar fatal. La historia de la raza y las relaciones étnicas en Estados Unidos y otros países es que muchas personas, al igual que Edmund Perry, sienten que se les hala entre mundos sociales separados. La sensación de una autenticidad dividida es común entre los miembros de los grupos minoritarios y los inmigrantes en todo el mundo. En algunos casos, la resistencia de una minoría a la separación de la sociedad principal puede tomar formas que van desde la supresión de la ira hasta la rebelión completa. En otros casos, la separación es una fuente de orgullo étnico y un sentido de comunidad; cuando éste es el caso, puede ser una base para la coexistencia y el éxito. En términos sociológicos, ¿qué constituye un grupo minoritario? ¿Cómo y por qué hay discriminación contra algunos grupos? ¿Cómo pueden responder las diferentes sociedades a los grupos nuevos y extranjeros? ¿Qué es racismo? ¿Por qué la diversidad étnica y racial conducen a la coexistencia en algunos casos, pero lleva a las amargas desigualdades en otros? En este capítulo trataremos de dar respuesta a estos y otros interrogantes. En nuestra aldea mundial del siglo XX, las respuestas y soluciones a estos cuestionamientos y problemas son esenciales tanto para el futuro de la sociedad estadounidense, como para el futuro de las relaciones raciales y étnicas a nivel mundial.
CONCEPTOS BÁSICOS Probablemente usted conozca muchos de los términos y conceptos fundamentales que se estudiarán en este capítulo; pero por muchas razones es importante fijar el significado sociológico tan precisamente como sea posible.
Grupos minoritarios La mayor parte de las sociedades cuentan con grupos minoritarios, o personas cuya apariencia física o características culturales los marcan como personas diferentes del grupo dominante y que además están sujetos a un tratamiento desigual. Para los sociólogos, el concepto minoritario implica que lo social se opone a la desventaja numérica. Es completamente posible que un grupo sea minoría numérica y que domine sobre otros por la fuerza del poder, del privilegio y del status. Los hombres blancos anglosajones son una minoría numérica en los Estados Unidos, pero ciertamente no tienen las características sociológicas de un grupo minoritario. También
es muy posible que un grupo minoritario supere al resto de la población en número, pero que permanezca subordinado en poder y que tenga pocas o ninguna de las oportunidades sociales y económicas que le dan a la gente acceso al poder. En Suráfrica, por ejemplo, quienes no son blancos forman el 80 por ciento de la población. Y aún así la minoría blanca dominante les niega el acceso a la riqueza, a la educación, a los ingresos y a otras formas de poder y de igualdad. En algunas sociedades, los negros tienen el poder y son ellos quienes discriminan a los otros. En Uganda, el gobierno negro confiscó las propiedades de los ciudadanos hindúes y los sacaron del país. En otras naciones como Kenya en África del Este, los negros también resienten sus minorías asiáticas. La sociedad japonesa, racialmente homogénea, rechaza a los hindúes y asiáticos que no son del Japón y que ingresan a su país en busca de trabajo. Las minorías de ancestro chino que viven en muchas naciones en el Sureste de Asia también se sienten víctimas de la discriminación y el prejuicio por parte de otros asiáticos. Lo mismo ocurre con los indígenas de Centro América en México, los húngaros en Rumania, los gitanos en Grecia, los armenios en Turquía, los aborígenes en la Australia blanca... La lista podría ser muy larga. Además, en muchas sociedades, incluyendo la estadounidense, los niños (que virtualmente no tienen derechos legales), los ancianos, y las mujeres (componen el 53 por ciento de la población estadounidense, pero ocupan pocas posiciones de poder) también tienen algunas características de grupos minoritarios. Incluso la idea de los Estados Unidos como un crisol de muchos grupos, una idea que en la superficie describe una fusión democrática, puede entenderse como la ideología de un grupo dominante en lugar de la descripción de las relaciones reales entre los grupos dominantes y la minoría. De esta manera, la minoría y los grupos dominantes pueden reflejar patrones de dominación política y económica en la estructura de poder de una sociedad. ¿Qué otros factores contribuyen a la formación de estos grupos? En primer lugar la raza, la etnia y el conflicto que estas percepciones sociales pueden engendrar.
Raza y etnia Aparentemente, el conflicto y la competencia entre grupos raciales y étnicos son más la excepción que la regla. En todas partes, la raza y la etnia son factores sociales que afectan en forma significativa los cambios de vida de las personas y sus relaciones con los miembros de otros grupos.
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El tema de la "Coalición del arco iris" introducida en la campaña del Reverendo Jesse Jackson en 1984 para la nominación presidencial por el partido demócrata, celebra tanto las diferencias percibidas de la etnia y de la raza, como también la humanidad común que subyace a tales distinciones. Una fuerte identificación con un grupo especial étnico o racial puede ser una fuente de seguridad y de autoestima. (Jean Anderson/The Stock Market).
Desde la perspectiva biológica, parece que una raza es una población que se ha engendrado por suficientes generaciones como para desarrollar características distintivas que se transmiten genéticamente. Sin embargo, las limitaciones y aún la falta de un sentido esencial de este tipo de definiciones pronto se hace evidente. ¿Cuándo se hace distintiva una característica, si existe mucha superposición y cruce de razas, como evidentemente ocurre? Los "hechos" biológicos y físicos son confusos. Y en cualquier caso, los hechos sociales pueden ser muy diferentes de los biológicos. Para los sociólogos, la raza es una construcción social. Ellos estudian las diferencias raciales porque la gente piensa que estas diferencias son significativas y actúan en consecuencia porque dichas percepciones tienen consecuencias sociales. Así, raza denota a un grupo de personas que se perciben a sí mismas y que son percibidas por los demás como poseedoras de ciertos rasgos distintivos y hereditarios. Se supone que estos rasgos físicos a su vez, se relacionan con atributos morales, intelectuales y otros no físicos (Van der Berghe, 1978). Como resultado, los miembros de una raza tienden a pensar que son diferentes a otros grupos de personas, y otros grupos tienden a tratarlos como si realmente lo fueran. Por tanto, una raza existe en la percepción y en las creencias de sus observadores. El concepto de etnia, como el de raza, es una construcción social. Pero mientras que raza se fundamenta en la percepción de las diferencias físicas, la etnia se basa en la percepción de las diferencias culturales. Un grupo étnico es un grupo de personas que se perciben a sí mismas y que son percibidas por los demás como individuos que comparten ras-
gos culturales tales como la lengua, la religión, la familia, las costumbres familiares y las preferencias en el alimento. Los polaco-estadounidenses, los franceses canadienses, los judíos, los portorriqueños y los navajos son todos ejemplos de grupos étnicos. El grado en que los miembros de grupos étnicos realmente comparten rasgos culturales únicos es menos significativo de los que ellos y otros creen que son distintos, étnicamente hablando. Por tanto, etnia, como raza, es un rótulo que las personas crean y aplican. ¿Cuáles son las consecuencias sociales de estos calificativos? Primero que todo, son necesariamente negativas. Una consecuencia positiva es una sensación de "pueblo" (Gordon, 1978), un sentido de identificación con un segmento relativamente pequeño de la población mundial: aquellos cuyos ancestros o herencia los hacen partícipes "de nuestra misma clase". Aunque podemos vivir e interactuar con personas de otros orígenes étnicos y raciales, seguimos sintiendo que ellos son algo diferentes. Ser diferente, por ejemplo, ser negro y por tanto diferente de los blancos, no es sólo una identidad impuesta por otro grupo, digamos los blancos; también significa la participación en una tradición cultural particular, la cual puede reforzar la autoestima. Por supuesto, la conciencia de unidad y de identidad que las ideas de etnia y de raza suministran, también pueden conducir a la alienación, como parece haber sucedido con Edmund Perry: si tú no eres uno de los "nuestros", entonces eres uno de "ellos". Para Perry, los sentimientos de identificación y de alienación eran supremamente fuertes. ¿Pero por qué este sentido de identidad racial y étnica es tan apremiante? Una razón es que puede
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satisfacer una necesidad psicológica importante. Como escribió Erich Fromm en 1941: Esta identidad con la naturaleza, con el grupo, con la religión, proporciona seguridad al individuo. Pertenece y está arraigado en un todo estructurado donde sin duda tiene un lugar. Puede sufrir hambre o represión, pero no puede sufrir de la peor de todas las penas: la completa soledad y la duda. (Citado por Isaacs, 1975).
Este fuerte sentido de pertenencia, que Perry, en su angustia privada pudo haber perdido, puede ser una razón de que las identidades étnica y racial hayan persistido a pesar de las tendencias hacia la homogeneidad de la vida industrial moderna. Pero también un sentido de identidad racial y étnica puede ser comprometedor por otras razones; de alguna manera, una razón estructural. La solidaridad social con otros a quienes uno considera como uno mismo puede servir a intereses políticos y económicos importantes. Visto desde la perspectiva de poder, por ejemplo, la creencia del siglo XIX en una raza blanca superior alimentó la expansión colonial y sirvió como una justificación para la explotación económica. En forma similar, en el siglo XX, la conciencia racial compartida de los negros africanos hizo mucho para unir a tribus que antes guerreaban entre sí para su lucha por la independencia. Entonces, desde esta perspectiva, los vínculos étnicos y raciales pueden ser instrumentos para lograr objetivos políticos y económicos. Otra consecuencia social posible de la raza, la etnia, y de la formación de minorías y de grupos dominantes con base en la raza y en la etnia, es el racismo, la doctrina (o una política basada en la doctrina) que afirma que por naturaleza algunas razas son inferiores y que otras son superiores por la misma causa. A lo largo de la historia, a su vez, esta doctrina ha servido a numerosos propósitos sociales, políticos, económicos y personales; cuando estaba respaldada por una supuesta evidencia científica, condujo a resultados trágicos, como veremos en este capítulo.
Prejuicio y discriminación Cuando niño, Edmund Perry oyó decir que a Martin Luther King Jr. y a los Kennedy los habían asesinado y le dijo a su madre: "Los blancos son el demonio, porque matan a las personas que están tratando de ayudarnos". Su madre le respondió que no era correcto juzgar a las personas por el color de la piel (Anson 1987, p. 37). La señora Perry le estaba dando a su hijo una lección de no aprendizaje del prejuicio.
El prejuicio es una predisposición categórica para aceptar o rechazar a las personas por sus características sociales, reales o imaginarias. Comúnmente, tales características están asociadas con la raza, la religión, el grupo étnico, la orientación sexual e inclusive con las incapacidades físicas. Puede considerarse que la gente tiene prejuicios cuando están convencidas de que todos los miembros de un grupo tienen las mismas cualidades, tales como ser inmorales, violentos y retrasados (o morales, amantes de la paz, brillantes). No pueden considerarse como individuos, e ignoran la evidencia que podría refutar sus convicciones. En otras palabras, perciben a cada uno en un grupo en formas distorsionadas, de acuerdo con sus normas inflexibles. El prejuicio es un estado mental, pero la discriminación es un comportamiento real. La discriminación se refiere al acto de quitar cualidades o de maltratar a las personas sobre la base de su pertenencia a un grupo. Una persona que discrimina no está necesariamente prejuiciada. Por ejemplo, el propietario negro de una tienda puede decidir no contratar a los judíos, no porque él tenga prejuicios contra los judíos, sino porque cree que sus clientes las tienen. Pero la discriminación tiende a crear o a sustentar el prejuicio. Por el contrario, el prejuicio también tiende a crear y a sustentar la discriminación. Cuando a los miembros de un grupo minoritario se les considera inferiores y no aptos para ocupaciones de status superiores, la discriminación contra ellos parece apropiada. El prejuicio y la discriminación trabajan juntos para sustentar la estratificación racial y étnica. Pueden considerarse como componentes primarios del racismo y ellos mismos se configuran como una constelación total de creencias y acciones. La distinción entre prejuicio y discriminación es muy importante. Frecuentemente oímos decir: "No se puede legislar contra el prejuicio". Este argumento lo proponen quienes dicen que las leyes son ineficaces para combatir el racismo. Lo que pasan por alto es que dichas leyes están diseñadas principalmente para detener la discriminación. Así como las leyes contra el asesinato se diseñan no para acabar con el deseo de las personas de matar, sino para impedirles que actúen de acuerdo a esos deseos, las leyes contra la discriminación se hacen para impedir que se actúe en ciertas formas. Por otro lado, no es usual que las personas hagan coincidir sus acciones con sus actitudes. A medida que se levanta barreras contra la discriminación, las personas de diferentes grupos raciales o étnicos empiezan a actuar en formas nuevas no obstruidas y en efecto, se socavan muchos de sus prejuicios.
RAZA Y LAS RELACIONES ÉTNICAS
Discriminación institucional A nivel individual el prejuicio y la discriminación tienen lugar en las diarias interacciones con los demás; a nivel institucional también existe la discriminación. La discriminación institucional se refiere a las políticas y programas que sistemáticamente niegan las oportunidades y la igualdad de derechos a los miembros de grupos particulares. Por ejemplo, la marcada separación de blancos y negros llamada apartheid en Suráfrica, está escrita en las mismas leyes del país y es un hecho en escuelas, libros de texto, política, propiedad de las tierras y vivienda, (véase lectura adicional "El apartheid en Suráfrica"). La perspectiva de poder ha contribuido en gran medida al análisis sociológico de la discriminación institucional. Como han recalcado muchos sociólogos, las disposiciones sociales en los Estados Unidos aseguran que se tomen decisiones críticas, se definan situaciones y se asignen recursos de forma que funcionen para ventaja de los blancos y para desventaja de los negros y los hispanos (Alien y Farley 1986; Wilson y Aponte 1985). Consideremos el tema de la disposición de desperdicios venenosos, un tema que podría parecer ajeno a los problemas raciales. Los depósitos de desperdicios venenosos comúnmente se ubican en áreas en donde la mayoría de residentes no son blancos (Williams, 1987). Para muchos sociólogos esto no es sorprendente; argumentan que la distribución desigual del poder les permite a los grupos dominantes poner en peligro la salud de la minoría no blanca. En la distribución de los beneficios y de los costos de producción, la estructura social perpetúa la desigualdad en violación de las profesadas metas sociales de la igualdad dé oportunidades y de la justicia social (Hear y Fessler, 1986). Una vez más, es importante reconocer que las escuelas, los hospitales, las fábricas, los bancos y otras instituciones no tienen que contar entre sus empleados con personas que tengan prejuicios para que se cree la discriminación. La discriminación institucional perfectamente puede carecer, y de hecho es así, de rostro y, además, ser impersonal. Por ejemplo, los empleadores ordinariamente exigen que las personas que contratan para ciertas posiciones tengan un cierto nivel de educación formal, por ejemplo un diploma de la secundaria o uno universitario. Cuando estas normas se aplican en forma uniforme a todo los solicitantes de empleo, se excluyen las personas que no tuvieron oportunidad de ganar las credenciales necesarias. Si los miembros de los grupos minoritarios sistemáticamente tienen menos escolaridad de la requerida, ingresan al mercado laboral educativamente impedidos y no pue-
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den competir con aquellos a quienes se les exigen calificaciones de pruebas, diplomas, grados y certificados (McLemore, 1983). El reconocimiento de esta arraigada discriminación fue la causa de que Edmund Perry saliera de las escuelas públicas dominadas por una minoría de Harlem (luego de que Perry fuera seleccionado por su capacidad intelectual) y se le ubicara en un curso que le proporcionara las credenciales necesarias para competir por un empleo de status más alto. El hecho es que la discriminación institucional toma muchas formas. Posteriormente, en este capítulo discutiremos los intentos de superarla. La mayor parte de estos intentos se han enfocado sobre la desegregación de escuelas , lugares de trabajo y vivienda, y en otras áreas de la vida, es decir, la expedición de leyes y diseño de costumbres que inviertan los efectos de la segregación. Segregación e integración Cuando las personas de diferentes grupos étnicos y raciales están separados social y físicamente por costumbre o por ley se dice que están segregadas. Cuando no están separadas por la raza o la etnia se dice que están integradas. La segregación es en realidad una forma de discriminación institucional. Sirve para mantener los prejuicios, ya que previene del contacto que puede refutar los estereotipos. En una sociedad segregada solamente se permiten ciertos tipos de contactos entre el grupo dominante y el grupo minoritario. Los miembros del grupo subordinado no pueden vivir donde lo hacen los unos pocos cables de alambres de púas son las barreras mínimas ante estos niños negros de África del Sur, cuyas oportunidades de vida están extremadamente limitadas por un sistema rígido de discriminación institucional. (Naciones Unidas).
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El apartheid en Suráfrica Quizá en ninguna parte del mundo existen el prejuicio y la discriminación social en una forma tan profundamente arraigada en las leyes y costumbres de una nación, como ocurre en Suráfrica. Según el punto de vista de quienes tienen el poder en ese país, la raza es una división básica absoluta entre las personas, y la raza determina no solamente cualidades físicas, sino también culturales (Thompson, 1985). Bajo las leyes de Suráfrica, el apartheid, literalmente significa "separación", obliga a que todos los surafricanos se clasifiquen según la raza. Esa clasificación determina dónde deben vivir, qué empleos deben tener, a qué escuelas deben asistir y cómo se gobernarán. El grupo racial más poderoso, los "blancos" (los descendientes de los europeos) forma una minoría numérica (15.7 por ciento de la población). Los grupos menos poderosos hacen la mayoría numérica. Ellos son "los indios" (2.8 por ciento de la población), los descendientes de los hindúes y asiáticos; y "los de color" (9.1 por ciento) personas de descendencia mixta y los negros nativos "africanos" (72.4 por ciento). Todos estos grupos están separados de los
blancos y discriminados por las leyes de Suráfrica (Thompson 1985). Aunque quienes se oponen a la segregación racial la denigran diciendo que es la baasskap ("dominación" en africans, la lengua de la minoría blanca), quienes lo sustentan lo llaman "coexistencia cooperativa" (Omond, 1986). Los blancos que creen muy celosamente que la segregación es un sistema moral son los africaners, descendientes blancos de holandeses, alemanes, franceses y otros europeos del norte que llegaron a Suráfrica en los años 1600 y 1700. Según los africaners, Dios ha determinado que los cristianos blancos permanezcan separados y por encima de todas las otras razas. Decía un africaner acerca del ideal de la segregación racial: "A mayor consistencia en la aplicación de la política de la segregación, mayor será la seguridad de la pureza de nuestra sangre y mayor la supervivencia racial no adulterada de los europeos" (citado por Thompson 1985, p. 44). Existen muchos líderes religiosos surafricanos, tanto blancos como negros, que se oponen a la segregación sobre bases morales. Y por supuesto, ambas partes defienden la autoridad bíblica.
del grupo dominante, no pueden pertenecer a los mismos clubes ni organizaciones, y frecuentemente tampoco pueden usar los mismos servicios públicos (todo, desde fuentes de soda, transporte público, restarurantes y cinemas, hasta los bancos de los parques y las playas). Además, la segregación refuerza las desigualdades en los ingresos, en el poder y en el prestigio. Su más extrema expresión se encuentra en las sociedades en las cuales el grupo dominante percibe a la minoría como una amenaza para el orden establecido, como sucede en Suráfrica (Berry y Tíschler 1978; Forbes, 1985). ¿Dónde encaja la sociedad estadounidense? Aun cuando se han hecho muchos esfuerzos hacia la
Los primeros pobladores europeos compitieron con los africanos nativos por la tierra y los recursos naturales abundantes. (Bajo el rico suelo había depósitos de carbón, diamantes y oro). Partidas de cazadores blancos, la guerra y la viruela mataron a muchos negros. Luego los británicos llegaron a principios de 1800. En busca de un control económico y político, desplazaron a los pobladores holandeses hacia las zonas rurales del interior, fuera de las ciudades. (Omond. 1986). Hacia finales de 1800, las tensiones entre africaners y británicos condujeron a la guerra Boer (1899-1902), en la cual los africaners fueron derrotados, al menos en ese momento. Suráfrica se convirtió en república políticamente independiente de los británicos en 1961, pero se autogobernaba desde antes y el poder político se concentró de nuevo en manos de la minoría africaner. En todo este tiempo, los líderes africaners habían sido defensores de la segregación como herramienta para resistir el imperialismo británico. En las elecciones de 1948, hubo una victoria del Partido Nacional Africaner, lo cual significaba que la segregación podría convertirse en ley.
integración de los blancos y los demás, y aunque la segregación abierta es ilegal en este país, prácticamente muchos aspectos de la vida continúan, segregados. Por ejemplo, las escuelas públicas dominadas por una minoría en Harlem podrían describirse como segregadas; de igual manera podría describirse la escuela preparatoria dirigida por blancos a la que asistió Edmund Perry. Y se evidencia que altos y continuados niveles de segregación residencial -para los blancos, hispanos y asiáticos- están estrechamente vinculados a los ingresos inferiores de estos tres grupos (Tienda y Lii 1987). Esto no significa que no se haya obtenido cierto progreso, no obstante, la situación es muy compleja.
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Actualmente en Suráfrica la segregación racial y la discriminación son inevitables. El poder de la policía del estado refuerza brutalmente la segregación. Uno de los baluartes de la segregación es un sistema de diez "tierras natales" para los blancos que se supone que con el tiempo llegarán a ser estados independientes. A cuatro de estas tierras natales ya se les ha concedido la independencia, pero ningún otro país en el mundo los reconoce. Los negros son asignados a las tierras natales, y por tanto no se les considera ciudadanos de Suráfrica. Esta política asegura que los negros africanos pueden vivir y poseer tierras solamente en asentamientos desparramados, agotados y empobrecidos. La tierra es tan pobre y los asentamientos tan subdesarrollados que los trabajadores negros deben dejarla para buscar trabajos en las zonas blancas. Otro baluarte de la segregación denigrado por sus oponentes son los parlamentos separados para blancos, para los de color, para los indios. Los negros no tienen representación de ninguna forma. Dirigen sus políticas en su tierra natal, donde teóricamente tienen algunos
derechos como votar, aunque los críticos se refieren a estos derechos como una falsedad. De este modo, a los negros se les despoja de sus derechos y se les impide una alteración del status quo. Por supuesto, lo que en realidad los blancos temen es que, siendo mayoría numérica, los negros en el parlamento puedan darse un poder político real. Después de eso, piensan los defensores del apartheid, seguirían el peligro de la desegregación y un gobierno mayoritario (Wilmot, 1987). Desde 1977, hasta la fecha, una serie de leyes de seguridad han permitido al gobierno y a la policía prácticamente pcxler total para condenar, arrestar y retener sin proceso a quienes critiquen o trabajen contra el sistema de segregación (incluyendo niños en algunos casos). El gobierno sostiene que está reformando ciertas leyes de la segregación tales como las leyes de paso (abolidas en 1985) que exigían a los negros que llevaran libros de paso en los que señalaban sus lugares de residencia y de trabajo. Pero al mismo tiempo se han extendido los poderes de emergencia del gobierno en forma permanente. Esto ha significado una gran cantidad de arrestos, heridos y
CUANDO GRUPOS DIFERENTES SE ENCUENTRAN: PATRONES DE RELACIONES DE GRUPO Vista desde cierta perspectiva, la historia humana está formada por una serie de contactos entre grupos raciales y étnicos diferentes. La evidencia arqueológica muestra que mucho antes del nacimiento de la historia, las poblaciones humanas estaban en movimiento. Las migraciones de los primeros hebreos narradas en el Antiguo Testamento no eran las únicas (Berry y Tischler, 1978). Tales contactos estaban marcados por la curiosidad, el conflicto, la acomodación y, ocasionalmente, por la fusión de nue-
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muertes, en una nación que es, en efecto un estado policía. El apartheid ha hecho de Suráfrica un paria entre las naciones. Muchos de quienes se oponen a la segregación han sugerido utilizar medidas económicas contra Suráfrica, con el fin de socavar el poder del gobierno. Las medidas propuestas incluyen descapitalización de las empresas, embargos de comercio, sanciones económicas, apoyo finaciero para las empresas de negros, etc. En 1986 y 1987 más de 100 compañías estadounidenses abandonaron Suráfrica. Los críticos de la descapitalización sin embargo, aseguran que solamente se verían perjudicados los negros de Suráfrica y que vender a precios de ganga, las compañías más rentables a los blancos surafricanos, tan sólo empeoraría la situación. Continúa la segregación a pesar de las protestas, las manifestaciones de solidaridad y las desaprobaciones. Hoy en Suráfrica la inquietud negra se va extendiendo y muchos temen el curso próximo de los acontecimientos. Mientras la policía blanca fuertemente armada se prepara, los negros se organizan, protestan y cantan que ellos van a vencer.
vos tipos físicos y culturales (Shibutani y Kwan 1965). En esta sección consideraremos la forma como los sociólogos han analizado estos patrones básicos.
Patrones de conflicto y de dominio Cuando personas de diferentes grupos étnicos y raciales se ponen en contacto, tienden a juzgar a los otros bajo las normas de su propia forma de vida. Como vimos en el Capítulo 4 ("La cultura"), esta actitud se conoce como etnocentrismo. Cuando las personas son fuertemente etnocéntricas (como son los africaners blancos), desconfían de los extranjeros y
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los consideran como símbolos de lo extraño, del mal y del peligro. Para una persona etnocéntrica, los rituales de los otros pueblos parecen sacrilegos, sus costumbres poco civilizadas, sus leyes incomprensibles y sus dioses paganos. El racismo encuentra un suelo fértil en la intensa glorificación del grupo interno y en el rechazo del grupo externo (Noel 1972; Vander Zanden l983). Cuando el etnocentrismo está unido con la competencia intergrupal por el territorio y por los recursos escasos o deseados, los resultados comúnmente son explosivos. Tal como quedó expuesto en el cuadro dedicado a la segregación, por ejemplo, los africaners mataron a muchos de los negros nativos con quienes competían por la tierra. El etnocentrismo puede alimentarse y utilizarse para justificar la competencia; ésta, a su vez, puede fomentar el etnocentrismo. La competencia por los recursos, al activarse el prejuicio y la discriminación, empieza a tomar un tono racista.
El colonialismo: una subyugación económica y política La toma económica del poder que hace una nación más poderosa sobre otra, y la subsecuente dominación política y social de la población nativa se denomina colonialismo. Cuando los británicos se establecieron en Suráfrica, revocando las antiguas leyes holandesas, aboliendo la esclavitud, estableciendo el servicio civil, poblando las ciudades y dominando los pueblos indígenas, convirtieron a Suráfrica en una colonia británica. El colonialismo con frecuencia empieza cuando un grupo de personas necesita mano de obra más barata (o mano de obra de esclavos),
materias primas y mercados para alimentar una economía creciente. El colonialismo europeo que empezó en el siglo quince es un claro ejemplo. Así como los británicos querían las tierras de Suráfrica y sus minerales, otros poderes coloniales querían dinero, oro, plata, petróleo y estaño, que no se encontraban en abundancia en Europa Occidental. De los trópicos ellos querían caoba, árbol de teca y cosechas de azúcar, caucho, algodón y tabaco. Las colonias también suministraban salidas para los capitales excedentes y para las bases estratégicas tanto navales como militares. Los holandeses fueron primero a Ciudad del Cabo a establecer una avanzada para los marineros que regularmente viajaban por la ruta del cabo africano en sus viajes entre Europa y el Este. Se establecieron colonias europeas no solamente en África, por supuesto, sino también en el Medio Este, en Asia, Surámerica y en el Caribe. Con frecuencia los primeros contactos con los grupos nativos se limitaron a una cantidad relativamente pequeña de comerciantes. Las relaciones entre ellos y la población nativa eran con frecuencia de amistad, ya que los comerciantes parecían no presentar una seria amenaza y suministraban mercancías útiles. Pero a medida que el comercio crecía y se establecían empresas provechosas, los gobiernos europeos quisieron asegurar que estas disposiciones comerciales lucrativas continuaran en forma indefinida. Por lo tanto, declararon que estas áreas de inversiones económicas eran sus "colonias". Puesto que tenían la superioridad tecnológica, y como pronto llegaron a dominar la mayor parte de los recursos de una colonia, los europeos encontraron que podrían mantener su poder con un número relativamente pequeño de administradores y de militares. En los últimos años, la incertidumbre económica y el desempleo pueden ser, en parte, responsables del resurgimiento de un movimiento de supremacía blanca en los Estados Unidos. Los emblemas y los gestos de este grupo nos recuerdan que el siglo XX ha sido testigo de ejemplos particulares y devastadores de lo que sucede cuando la competencia por los recursos y por los empleos está vinculada al etnocentrismo. (Baughman/Sygma).
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Bajo el colonialismo económico, los trabajos duros y bajos, tales como portero, peón de campo, colector de basura, invariablemente pertenecen a los nativos. Esta división de la mano de obra, más la organización masiva del trabajo en las minas y en los campos, comúnmente da por resultado en un sistema de estratificación racial muy rígido. En Suráfrica, por ejemplo, los negros trabajan en las minas y los blancos las poseen y administran. Los nativos rara vez pueden superar el estrato económico más bajo (Lelyveld 1985; Shibutani y Kwan, 1965). El colonialismo de ultramar quizás no es más familiar que el colonialismo interno, que tiene lugar dentro de un solo estado. Según el sociólogo Michael Hechter (1975), el colonialismo interno típicamente empieza cuando las diferentes partes de una sociedad se industrializan a tasas diferentes de crecimiento. Como resultado, se forman dos grupos distintos, uno más avanzado que el otro y cada uno económica y especialmente segregado del otro. Pronto el grupo más avanzado trata de institucionalizar sus ventajas a través de políticas que perpetúan la desigualdad social existente. En forma gradual, el dominante o grupo central toma forma aparte del subordinado o grupo periférico (Blauner, 1972). Entonces el central explota al periférico económicamente. La economía de la periferia es poco más que un complemento de la economía central; con frecuencia descansa en la explotación de un solo producto agrícola o mineral. El dominio político refuerza esta subyugación económica. (Hetcher, 1975). En Estados Unidos los negros tienen internamente muchas características de un grupo colonizado, aunque no estén geográficamente aislados por completo (Clark 1964, 1965; Franklin y Resnik 1973). Sin embargo, están limitados en cuanto al lugar en el que pueden vivir. Durante muchas generaciones, a los negros se les ha explotado como fuente de mano de obra barata y principalmente se les ha dado empleos serviles. Hasta la mitad de este siglo, las restricciones para votar les negaron a los negros el acceso al poder político, especialmente en el Sur. El movimiento de los derechos civiles de los años 50 y 60 hizo mucho para remover las barreras legales a la igualdad negra. Pero Estados Unidos todavía no es una sociedad integrada racialmente. Con pocas excepciones, no existe una mezcla fluida y fácil de negros y blancos en grupos sociales, amistades íntimas, matrimonios y organizaciones privadas (Gordon, 1964).
Desplazamiento de una población nativa La subyugación política y económica de un grupo minoritario a un grupo más poderoso no es el único
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patrón de conquista que ocurre cuando se encuentran diferentes grupos étnicos y raciales. Cuando un grupo más débil ocupa un territorio deseado por un grupo más fuerte, este tiene la posibilidad de desplazar al más débil. Las poblaciones nativas generalmente son desplazadas de las zonas ricas en recursos naturales y cuya geografía y clima son semejantes a los de la tierra natal de los grupos invasores (Lieberson, 1961; Van de Berghe 1978). Estas semejanzas hacen atractivo para los invasores el establecimiento permanente. Al igual que las primeras etapas del colonialismo, los primeros contactos con las poblaciones nativas pueden estar marcadas por la tolerancia o la amistad, porque los nuevos habitantes son pocos en número. Pero en la medida en que aumenten las cifras y las tierras tomadas, asimismo surgirá el conflicto entre los grupos. El desplazamiento puede ocurrir mediante el agotamiento. Los miembros del grupo más débil pueden morir de hambre o de enfermedad, como sucedió en Suráfrica cuando los negros nativos de África murieron de viruela cuando luchaban contra los colonizadores europeos por la tierra. Algunas veces el desplazamiento toma la forma de transferencia de población: a los pueblos nativos los sacan por la fuerza de un área o ellos la dejan voluntariamente porque la vida se les torna más difícil. La creación de "tierras natales" para los negros de Suráfrica es una forma de transferencia de población. En los casos extremos, un grupo más débil puede ser deliberada y cruelmente exterminado. Esto se denomina genocidio. El agotamiento, la transferencia de población y el genocidio vienen a jugar en la manipulación de los pioneros de los grupos estadounidenses nativos sobre la frontera estadounidense. Los nativos no pensaban en la tierra como una mercancía que se pudiera comprar o vender. En consecuencia, no se daban cuenta de que la ocupación de un pedazo de tierra por los blancos significaba un monopolio. Cuando esto se aclaró, ya estaba amenazada la subsistencia misma de los nativos, quienes empezaron a resistir la expansión blanca, pero ya demasiado tarde. Los nativos no pudieron hacer frente al influjo sin fin de los pobladores blancos con sus armas inmensamente superiores (Spicer, 1980). Al principio los blancos intentaron resolver el conflicto trasladando a los nativos al oeste del río Mississippi. Por ejemplo, en el año 1830 los cherokees, entre otros, fueron obligados a marchar de sus hogares en Georgia hacia una reserva árida de Oklahoma. Más de 4 000 nativos murieron en lo que se conoció como el sendero de las lágrimas. A comienzos de la década de 1840, sólo unos cuantos nativos
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Incluso los mitos y leyendas de los aborígenes estadounidenses han venido a reflejar el desplazamiento de sus tierras y la corrupción de la herencia cultural impuesta por la cultura blanca dominante. Hoy ellos son el grupo minoritario mas pobre de los Estados Unidos; un legado tan amargo que los estadounidenses preferirían ignorarlo. (Eve Arnold/Magnum Photos, Inc)
quedaban en el este de los Estados Unidos. Luego, en las Grandes LLanuras, los blancos destruyeron una de las principales fuentes de subsistencia de los estadounidenses nativos, el búfalo. Las enfermedades introducidas por los pobladores blancos también diezmaron grandes segmentos de las poblaciones nativas, ya que estas carecían de inmunidad natural. La viruela, por ejemplo, aniquiló completamente a los indios Missouri. Algunas veces los blancos en forma intencional dejaban vestidos infectados con una enfermedad mortal en lugares donde seguramente los nativos llegarían a tomarla. Estos, por supuesto, continuaron luchando, pero esto solamente convencía a la población blanca de que los dos grupos no podían vivir juntos. Entonces empezó un programa de exterminación masiva; al final, se exterminó a cerca de las dos terceras partes de la población nativa. A los sobrevivientes los relegaron a los peldaños más bajos de la sociedad principal y los
ubicaron en reservas golpeadas por la pobreza y manejadas por el Gobierno Federal (Brown, 1971, 1984). Desafortunadamente, semejantes patrones se repitieron muchas veces, en muchos lugares, y bajo diversas circunstancias. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética aprovechó la oportunidad para reducir el conflicto interétnico expulsando de su tierra natal a las "nacionalidades desleales"; los alemanes del Volga, los chequen- ingush, los tártaros de Crimea y los kalmukos. El genocidio también se ha practicado a lo largo de la historia. Los conquistadores británicos en Tasmania cazaban a los nativos por puro deporte. Cuando los nativos se defendieron, se desató una feroz guerra. Los británicos, por supuesto, tenían las de ganar y después de algún tiempo sólo sobrevivieron unos pocos centenares de tasmanios. Estos eran reunidos en una reserva nativa en donde la población murió gradualmente. En nuestros tiempos el holocausto nazi de 6 millones de judíos es todavía un ejemplo más de aniquilación como "solución final" para el conflicto étnico. Por lo tanto, los sociólogos han encontrado que el genocidio y las expulsiones masivas no están limitadas a los casos de expansión territorial. En general, estos ocurren cuando el grupo dominante percibe que la amenaza que presenta una minoría es demasiado poderosa; cuando la asimilación de la minoría en un grupo dominante se considera imposible o indeseable, y cuando los miembros del grupo minoritario no se consideran fuentes esenciales de mano de obra, de conocimiento o de habilidades (Dowty 1987). Respuestas de la minoría a la dominación ¿Cómo reaccionan los miembros de un grupo minoritario al prejuicio y a la discriminación? ¿En qué formas y bajo qué circunstancias intentan defenderse? Una reacción es tratar de que la mayoría los acepte. Algunos miembros de una minoría pueden intentar "pasar", es decir, cambiar su nombre, apariencia y vida, para ocultar así su identidad minoritaria. Pasar significa rechazar la familia y los orígenes propios y puede dejar a una persona extraviada entre dos mundos sin que ninguno la acepte completamente (como parece haber ocurrido con Edmund Perry). Otros miembros de los grupos minoritarios que son incapaces de pasar (por motivo de sus características físicas obvias, por ejemplo), simplemente pueden renunciar a su status. No obstante, la renuncia total rara vez tiene lugar. Usualmente, los miembros de una minoría oprimida contraatacan de alguna forma. Cuando se siente totalmente impotente para cambiar la forma
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como se les trata (porque superan el número en forma abundante, porque les falta el acceso a los canales políticos, porque no tienen las armas para una rebelión y demás) pueden tomar una retaliación mediante la agresión encubierta. En apariencia, parecen acepta el rol que el grupo dominante les asigna, obedecen las etiquetas del racismo, ceden a los miembros del grupo dominante en la mayor parte de los contextos interraciales. El ejemplo clásico de esta respuesta es el Tío Tom, que sonreía, y arrastraba los pies diciendo "sí madam", como forma de comportarse en la novela La Cabaña del Tío Tom, de Harriet Beecher Stowe. Pero entre ellos mismos, los miembros del grupo minoritario muestran su desprecio por la mayoría. Pueden llamarlos con nombres insultantes (ganzo, gringo, carapálida), pueden reírse de su arrogancia y contar historias sobre la forma como pueden engañárseles. Otras formas de retaliación encubierta incluyen la holgazanería, el hacer un trabajo deficiente, el fingir enfermedad, el robar herramientas y materiales de trabajo o destruirlos a propósito, o el abandonar el trabajo en tiempos difíciles cuando el empleador más lo necesite (Davis, 1978). Si los miembros de los grupos minoritarios creen tener alguna posibilidad de mejorar su status al trabajar dentro del sistema existente, frecuentemente organizan varias formas de protesta políticas y económicas. Esto fue lo que sucedió en los Estados Unidos durante los años 60. Los líderes negros sintieron que al publicar las injusticias que sufrían en las manifestaciones pacíficas (manifestación de protesta, boicoteo, marchas, cruzadas por la libertad y otras), ellos podrían ganar los derechos civiles a través de legislaturas y de los tribunales. Durante el verano de 1963, se realizaron unas 1 122 manifestaciones, culminando con la marcha en Washington. El 28 de agosto de 1963, más de 200 000 mil manifestantes por los derechos civiles, estuvieron en el Mall ubicado entre los monumentos a Washington y a Lincoln "pidiendo empleo y libertad". La ola de manifestaciones contribuyó a que un año después se aprobara la Ley sobre los Derechos Civiles de 1964. Manifestaciones adicionales, particularmente las que se hicieron en Selma, Alabama en la primavera de 1965, convencieron al Congreso de la necesidad de fortalecer la Ley Federal con las Leyes sobre los Derechos Civiles de 1965. Durante este período, el reverendo Martin Luther King Jr. se presentó como líder y como símbolo del movimiento de los derechos civiles. En otras ocasiones, sin embargo, los miembros de los grupos minoritarios creen que hay poca esperanza de que su suerte mejore trabajando dentro del sistema. El grupo dominante, piensan ellos, resulta
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poco receptivo e incluso hostil hacia su causa. Estas circunstancias conducen frecuentemente a protestas violentas o a rebeliones totales. Esto es especialmente
cierto cuando los miembros del grupo minoritario creen que tienen suficiente fuerza en cantidad para causar un daño sustancial al grupo dominante y cuando piensan que ese daño está justificado a causa de la explotación y de la opresión del pasado (Davis, 1978). Algunas veces el uso de la violencia se programa con anticipación como parte de la estrategia de liberación. Una cantidad de revueltas de esclavos que ocurrieron en los Estados del Sur antes de la Guerra Civil, son ejemplo de este tipo de ataque organizado en contra de la mayoría. Sin embargo, en otras ocasiones la violencia por parte del grupo minoritario no está específicamente dirigida hacia un objetivo. Simplemente se enciende en forma espontánea, a menudo por un acontecimiento particular o por una circunstancia injusta. La violencia que irrumpió en los ghettos negros en todos los Estados Unidos durante finales de los años 60 fue de esta clase, y hoy todavía surgen tales incidentes. Diremos más acerca de las causas y consecuencias de los disturbios en el Capítulo 21. La resistencia violenta, por supuesto, casi siempre significa pérdida de vidas y de propiedades para la minoría y también para el grupo dominante. Es común utilizarla solamente como último recurso. Una alternativa que una minoría puede tener contra la violencia, es minimizar los contactos con el grupo dominante, así se limita la degradación y el abuso. Por ejemplo, cuando el sentimiento antichino empezó a crecer en el oeste de Estados Unidos, las familias chinas se retiraron a las ciudades de las costas del Atlántico y del Pacífico, aislándose de la sociedad hostil que les rodeaba (Yuan, 1963 ). En varias oportunidades desde la abolición de la esclavitud, grupos negros en Estados Unidos también han apoyado el separatismo; algunos inclusive han fijado como meta la creación de estados negros separados. La autosegregación no solamente proporciona un aislamiento de la agresión y de las ofensas, sino que también les permite a los miembros de un grupo minoritario mantener los vínculos familiares estrechamente unidos, ayudarse entre sí, practicar sus propias formas de vida y cuidar que su cultura permanezca viva. No obstante, separarse de la mayoría es una espada de doble filo. Si bien puede proporcionar a los miembros del grupo minoritario un sentido de solidaridad y de protección, también puede intensificar el prejuicio intergrupal y la sospecha, además perpetuar las prácticas discriminatorias. La línea entre "nosotros" y "ellos" se hace mucho más fuerte.
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Patrones de acomodamiento Aunque el conflicto y la opresión entre grupos raciales y étnicos es muy penetrante, es importante reconocer que las relaciones étnicas y raciales también pueden caracterizarse por la tolerancia y el acomodamiento. Algunas veces este acomodamiento sigue a un período de gran conflicto. En otros tiempos, puede no existir un conflicto, incluso en los comienzos. ¿Qué condiciones realizan y promueven las diversas formas de acomodamiento entre los miembros de grupos raciales y étnicos? El concepto de crisol de razas Una forma que puede tomar la adaptación interracial e interétnica es: para la mayoría y para la minoría es el matrimonio entre diferentes grupos, y para la diversidad de valores y costumbres, la mezcla; de esta manera, se crea un híbrido cultural. Esto es lo que tenía en mente Israel Zangwill, escritor de principios del siglo XX, cuando describía a Estados Unidos, como un crisol de razas, en su drama popular relacionado con la vida de un joven inmigrante judío-ruso: "Allí está el gran crisol -escuchad! ¿Podéis escuchar los borbotones y el rugido? Ah, que agitación y que bullicio; celtas y latinos, eslavos y teutones, griegos y sirios, negros y amarillos, judíos y gentiles" (1909, pp. 198-199). En la trama romántica de Zangwill, el pobre muchacho judío se casa con la bella niña cristiana, todas las enemistades entre las familias desaparecen y la pareja vive felizmente para siempre. Par supuesto, es posible una mezcla cultural y biológica, en la cual las costumbres y los valores de ambos grupos se preservan hasta cierto punto. Es muy probable que esto ocurra cuando el' poder entre los diversos grupos étnicos y raciales es relativamente igual, cuando las relaciones entre ellos son más cooperativas que competitivas, y cuando el etnocentrismo no es muy fuerte. Aunque los políticos alaban frecuentemente el concepto del crisol, no es una descripción exacta de lo que actualmente está sucediendo a quienes inmigran a los Estados Unidos. El sociólogo Milton Gordon escribe: No hay razón para suponer que estos hombres (los fundadores de la nación) miran a su nuevo país como un crisol imparcial para el surgimiento de varias culturas de Europa; o como una nueva "nación de naciones"; o como algo diferente a una sociedad en la cual con importantes modificaciones políticas, el lenguaje anglosajón y las formas institucionales podrían ser la norma (Gordon 1978, p. 185)
John Quincy Adams expresó el sentimiento en los inicios del siglo XIX:
Por esta razón ellos (quienes inmigran hacia Estados Unidos) deben adaptar su mentalidad, o de lo contrario, no podrán estar de acuerdo con todas las expectativas de felicidad como estadounidenses. Deben abandonar su piel europea y nunca volver a tomarla. Deben mirar hacia adelante, a su posteridad, en vez de hacerlo hacia atrás, hacia sus antepasados; deben estar seguros de que cualquiera que sea su sentimiento, el que experimenten sus hijos se adherirá, a los prejuicios de este país. (Citado por Gordon 1978, p. 187). En contra de la opinión popular, desde los primeros
días de este país, se esperaba que los nuevos habitantes adoptaran las costumbres y valores anglosajones.
Asimilación La adopción de las normas predominantes y de los valores es parte del proceso de asimilación: la incorporación de un grupo minoritario dentro de la cultura y la vida social del grupo dominante, en tal forma que con el tiempo la minoría deje de ser una unidad separada e identificable. La asimilación es otra forma que puede tomar el acomodamiento interracial e interétnico. El sociólogo Robert E. Park fue uno de los primeros en describir el proceso de asimilación como un ciclo de etapas por el cual presumiblemente pasaba cada nuevo grupo inmigrante que llegaba a los Estados Unidos. (Park, 1925). El proceso empieza con la lucha de los nuevos habitantes por ganar una posición fija en la nueva nación adoptada. Pero, puesto que no conocen la cultura dominante, los inmigrantes solamente pueden lograr asegurar lo que otros no desean -la tierra más pobre, la peor vivienda, los empleos más serviles. Como resultado, se sienten burlados y ridiculizados, despreciados por personas mejor establecidas. La mayoría busca separarse en los enclaves étnicos (con frecuencia los barrios más pobres de la ciudad), donde pueda sentirse segura y a gusto. A la larga, estos inmigrantes y especialmente sus hijos y nietos empiezan a adquirir la cultura del grupo dominante. Su lucha por la supervivencia se convierte en una lucha por el respeto, mejores condiciones de vida y empleos mejor pagados y más prestigiosos. Esta lucha no es fácil. Pero gradualmente más y más miembros de los grupos étnicos logran una movilidad ascendente, los vestigios de su cultura tradicional se desvanecen, y se presentan matrimonios intergrupales. El resultado es la asimilación. Una mirada hacia los grupos étnicos y raciales de Estados Unidos revela que la descripción de Park se aplica mejor a unos que a otros. Los escoceses y
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los escandinavos, por ejemplo, se han asimilado bastante bien, los italianos un poco menos y para los portorriqueños esto ha sido muy difícil. ¿Qué puede explicar estas diferencias en la rapidez y en el grado en el cual la sociedad principal ha absorbido los grupos? Un factor es sencillamente el tiempo; el grado de asimilación de un grupo obviamente depende en parte de la forma como el grupo se haya establecido en un sitio particular. La mayoría de los inmigrantes del norte de Europa, por ejemplo, llegaron antes del inicio del siglo. Por el contrario, la afluencia de inmigrantes de Puerto Rico ocurrió solamente desde la Segunda Guerra Mundial, por tanto, no es de sorprenderse que se hayan asimilado menos. Sin embargo, el factor tiempo no puede explicar todas las diferencias en los niveles actuales de asimilación. Por ejemplo, ¿por qué los negros que han estado aquí por centenares de años todavía están excluidos de la corriente principal de la vida estadounidense? La respuesta tiene mucho que ver con el profundo etnocentrismo existente entre muchos estadounidenses de herencia blanca anglosajona protestante. En general, este etnocentrismo ha significado que la invitación a participar igualitariamente en la sociedad estadounidense se ofreció en forma muy selectiva. Aquellos cuyos antecedentes cultural y su apariencia física (particularmente el color de la piel) es más parecido a las del grupo dominante, han tenido más facilidades de adaptación. Además, el tamaño actual de la población minoritaria también puede tener cierta influencia sobre el grado de discriminación igualmente sobre el grado de asimilación de la minoría. Lo que significa que mientras más abundante sea la población minoritaria, mayores serán las amenazas para el grupo dominante (Lieberson, 1980). Finalmente, las tasas diferentes de asimilación también se relacionan con el propio deseo del grupo inmigrante a asimilarse. Algunos grupos étnicos han sentido mayor ambivalencia que otros hacia ciertos aspectos de la cultura estadounidense. Muchos hispanos, por ejemplo, cuestionan las costumbres de la clase media blanca de que padres e hijos vivan aparte de otros parientes (incluso a miles de millas de los parientes, hermanos, abuelos, tíos, tías, y primos). Por el contrario ellos valoran el cariño y la seguridad de una familia extendida y numerosa. Tal ambivalencia hacia algunas de las costumbres de los Estados Unidos podría crear un grupo inmigrante renuente a abandonar sus propias formas culturales. Veremos otros aspectos de la asimilación cuando consideremos la historia y el status de algunos de los grupos minoritarios importantes en dicho país.
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Pluralismo Por todos estos factores, y probablemente por muchos otros, el patrón de asimilación étnica y racial en los Estados Unidos ha sido desigual. En realidad, existe un pluralismolestructuraly cultural considerable, en el que cada grupo retiene su lengua, religión y costumbres propias y en el que sus miembros tienden a interactuar socialmente en principio entre ellos mismos (noviazgos, matrimonios, amistades íntimas). Sin embargo, conjuntamente participan en los sistemas económico y político. Un ejemplo importante de esta disposición puede encontrarse en Suiza. Allí, las gentes de origen alemán, francés e italiano preservan sus diferentes formas culturales mientras coexisten pacíficamente y con igualdad. Ningún grupo goza de privilegios especiales ni se siente descriminado.
El "crisol de las razas", el pluralismo y la exclusividad étnica; -¿de qué manera esta escena de la celebración del día de un santo en Brooklyn está representando la experiencia de los grupos étnicos en la sociedad estadounidense?- (Katrina Thomas/Photo Researchers, Inc).
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El pluralismo no existe en la misma forma en los Estados Unidos, en donde las costumbres de los blancos-anglosajones protestantes y sus valores todavía predominan. Pero muchos miembros de los grupos étnicos y raciales, desde los negros hasta los italianos, desde los chinos hasta los hispanos, desean conservar por lo menos algo de su identidad cultural. Muchos grupos étnicos no quieren que los absorban totalmente en la corriente principal. Muchos viven dentro de las fronteras de comunidades étnicas (Farley, 1986). En razón de esta exclusividad étnica, tanto en los grupos raciales y étnicos como en los del grupo dominante, el pluralismo ha sido un factor importante en la experiencia étnica y racial de los Estados Unidos (Lieberson 1980).
¿POR QUE OCURRE ESTO? EXPLICACIÓN DEL PREJUICIO Y LA DISCRIMINACIÓN ¿Por qué exite el prejuicio? ¿De dónde viene el odio racial? ¿Cómo pueden los hombres corrientes cometer actos tan inhumanos como el genocidio y la expulsión forzada? ¿A qué finalidades sirve la discriminación? Hay muchas formas en que los sociólogos analizan las posibles respuestas a estos interrogantes.
La perspectiva sicológica Supongamos que un hombre trabaja cinco o seis días a la semana en una fábrica para tratar de sostener a su familia, pero parece que esta meta nunca se alcanza. Dadas las circunstancias, podría culpar á los adinerados en general y a sus empleadores en particular porque no le pagan un salario justo. Puesto que estas personas tienen el poder de reducir sus ingresos, oponerse a ellos abiertamente resultaría contraproducente. También podría culparse por los problemas financieros, pero esto lo haría sentirse mal. Entonces busca otra fuente de culpa. Inmigrantes mexicanos han empezado a trabajar en su fábrica. Realmente no los conoce, pero sospecha que están deseosos de trabajar por bajos salarios y que muchos de ellos anhelan tener el puesto que él ocupa. Mediante este proceso de lógica distorsionada, considera que los mexicanos son reponsables de su pobreza. Pronto comienza a intercambiar narraciones desdeñosas acerca de ellos con sus camaradas y haciendo esfuerzos para cerrar la frontera. El odio a los mexicanos hace que este hombre y sus amigos se sientan un poco mejor. Este cuadro psicológico del prejuicio se basa en la hipótesis de la agresión por la frustración que ar-
gumenta que las personas son criaturas dirigidas hacia una meta, las cuales se vuelven coléricas y hostiles cuando sus deseos se ven frustrados. En consecuencia, empiezan a golpear. ¿Pero a quién golpean? Presumiblemente, si no saben quién o qué bloquea sus ambiciones, o que son demasiado amenazantes o poderosos para atacar, buscan algunas personas o grupos sobre los cuales desahogan sus sentimientos. Frustrados y enojados con frecuencia despojan su hostilidad en un objetivo sustituto o en un chivo expiatorio. Comúnmente, el chivo expiatorio es bastante accesible y, en forma conveniente, demasiado débil para vengarse. Recordemos que los chistes étnicos y raciales pueden ser expresiones insidiosas de hostilidad. Una vez que encuentran un grupo que sirva de chivo expiatorio, justifican sus sentimientos irracionales y sus comportamientos al "descubrir" la evidencia de que ese grupo externo es realmente más débil e inferior. En esta forma, pueden mantener algún sentimiento de que ellos son razonables y amables. Pero la trampa está en que con el ataque verbal o físico a los mexicanos, a los judíos, a los negros o a los miembros de cualquier otro grupo, las personas con prejuicios evitan la confrontación con las verdaderas fuentes de sus problemas. En consecuencia, su situación no cambia y la frustración y la hostilidad aumentan. Así, situaciones personales inconscientemente pueden adquirir un significado social muy importante. Hay otro punto psicológico que debemos analizar. Algunas veces el prejuicio y la discriminación contra una minoría pueden interiorizarse en los miembros de un grupo minoritario individual, de modo que ellos puedan creer que en alguna forma merecen ser víctimas. En otras palabras, pueden sentirse culpables por la dominación hecha por otro grupo. Esto naturalmente juega a favor directamente del grupo dominante y refuerza el racismo (Allport, 1979; Wallace, 1976).
El rol de los mitos raciales y étnicos Otra forma de analizar el por qué el prejuicio y la discriminación se presentan, y con frecuencia florecen, es observar la creación y la proliferación de poderosos mitos raciales y étnicos. En Suráfrica los Africaners han creado un mito que actualmente penetra en la conciencia nacional: creen fuertemente que sus antepasados, los pobladores holandeses, fueron los primeros en la tierra y, por tanto, tienen derechos absolutos sobre ella. Aún más insidiosamente, crearon un mito acerca de sus orígenes divinos y de las obligaciones impuestas por Dios de mantener la pureza racial.
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Frecuentemente se justifica un comportamiento cruel e injusto con tales mitos y sistemas de creencias. En la India, por ejemplo, los miembros de la casta inferior, los intocables, de acuerdo a la doctrina religiosa, han ganado su status como leprosos por las acciones indignas en su vida pasada. Esta creencia presumiblemente justificaba el guardar una exajerada distancia social de estos desterrados. El racismo proporcionó una justificación conveniente para la subyugación de los europeos sobre otros pueblos. Sir Harry Johnston, administrador colonial británico y una "autoridad" en África, argumentaba que los negros "por naturaleza" eran dóciles y joviales, prestos a olvidar las injusticias y las crueldades y siempre agradecidos por cualquier bondad (Shibutani y Kwan 1965). Según esta opinión, los negros eran sencillos e infantiles, por lo tanto, biológicamente dispuestos a ser siervos de los blancos. El mismo razonamiento se utilizó para justificar la esclavitud en el sur de los Estados Unidos. Opiniones muy rígidas se han utilizado para justificar un trato todavía más duro. Así, puesto que muchos pobladores creyeron que los nativos americanos eran salvajes, poco menos que bestias salvajes, los colonizadores creían que la exterminación de estos pueblos estaba justificada. Aún hoy las opiniones racistas son muy comunes, aunque pueden tener una forma justificada. Arthur Jensen, sicólogo educativo de la Universidad de California en Berkeley, publicó en 1969 un artículo racista en la Harvard Educational Review.
Anotaba que la calificación promedio para los negros en las pruebas de inteligencia (IQ) era de 10 a 15 puntos más bajas que las que tenían los blancos y sugería que la razón estaba en los "factores genéticos". Aun si se incluyeran los factores genéticos, sería casi imposible concluir cómo interesan realmente muchos de estos factores, puesto que la socialización, los factores culturales y el contexto social total desempeñan un enorme papel en la educación y en la elaboración, ejecución y calificación de pruebas. Además, puesto que la raza como categoría social no puede definirse completamente en términos biológicos, ¿cómo pueden aplicarse los términos biológicos (genéticos) en un análisis de la raza y de sus diferencias? Por estas críticas el razonamiento de Jensen perdió crédito, pero su trabajo, que oculta mitos racistas disfrazados de los viejos tiempos en términos de la ciencia moderna, causó gran revuelo y escándalo por esa época. Regresaremos a esta controversia en el Capítulo 17 ("Educación"). Conviene hacer énfasis en que los estereotipos que constituyen el centro de los mitos étnicos y raciales, por naturaleza falsos o al menos muy simplis-
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tas, se fundamentan en una información incompleta acerca del grupo minoritario. Como ya observamos, la segregación ayuda a asegurar que el conocimiento verdadero de "los otros", no logre su objetivo, por eso los estereotipos no pueden corregirse fácilmente. Por último, señalemos también que los medios de comunicación masiva, los informes de noticias, las comedias, los melodramas y los avisos publicitarios, frecuentemente tienden a reforzar los estereotipos y a mantener los mitos predominantes y dañinos (Lieberson, 1982).
El rol del conflicto intergrupal Las perspectivas sicológicas despiertan enorme interés, así el rol de los mitos, pero estos no pueden proporcionar una información completa sobre el prejuicio y la discriminación. ¿Por qué, por ejemplo, se aisla a un grupo minoritario como blanco de una intensa aversión e intolerancia, cuando muchos otros grupos subordinados e igualmente impotentes para vengarse, servirían igualmemte como blanco? ¿Y por qué en primer lugar surgen y proliferan los mitos? Una explicación muy convincente es que la intensidad de la discriminación y de la fuerza de las creencias dependen enormemente del nivel de tensión entre los grupos. Este nivel depende de los inteEl hecho de que los blancos logren calificaciones medias más altas que los negros en las pruebas educativas estandarizadas, se ha utilizado para defender la noción de su superioridad genética. De hecho, tales discrepancias en la calificación reflejan la discriminación en el sistema educativo y en las inclinaciones culturales implícitas en las pruebas mismas. ¿Será el ambiente o la herencia lo que probablemente fija los límites para el futuro que ilumina tan brillantemente los ojos de esta jovencita campeona de deletreo? (Charles Gupton/The Siock Market).
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reses que compiten entre el grupo dominante y el grupo minoritario. Cuando el grupo dominante percibe a un grupo minoritario como una amenaza particular a su posición establecida, y a su deseo de mayores ingresos, poder y prestigio, o a sus oportunidades, probablemente se produzcan prejuicio y discriminación en alto grado. Desde esta perspectiva, que es básicamente un análisis de poder, podemos observar cómo el conflicto económico y social conduce al prejuicio y a la discriminación, y cómo estos son medios eficaces para mantener el conflicto (Farley 1987; Newman 1973; Allport 1979). Por ejemplo, cuando los británicos se establecieron por primera vez en la India, mostraron poca intolerancia hacia la población nativa, e inclusive estimularon el matrimonio entre grupos diferentes. Todo esto cambió cuando los hijos del matrimonio mixto empezaron a superar en número a los europeos y a competir por los empleos administrativos y gerenciales. Entonces, por motivos de los intereses en competencia, los hindúes y los de "sangre mixta" alcanzaron los objetivos de una intensa discriminación justificada, pero no necesariamente motivada, por el mito de la superioridad racial inglesa. Los análisis del prejuicio de la discriminación basados en una perspectiva de poder preguntan: ¿Quién se beneficia del conflicto y quién pierde? El interrogante es central a la perspectiva de poder porque, en su opinión, la sociedad es un sistema bastante cerrado: si un grupo gana, otro debe perder, o al menos ganar menos. De este modo, según algunos sociólogos el grupo dominante gana mucho de un conflicto, y tiene sus intereses puestos en él, mientras que el grupo minoritario pierde. De esta forma, el prejuicio racial y étnico surge de un esfuerzo más o menos calculado de la parte elitista, digamos los propietarios o directivos de una gran compañía, con el fin de conservar los recursos para ellos y mantener a los grandes segmentos de la población con unos salarios de subsistencia. Desde este punto de vista, por ejemplo, los trabajadores negros y los inmigrantes forman "una fuerza laboral de reserva". Cuando la economía se amplía, se pueden contratar fácilmente, pero cuando la economía se contrae también se despiden con facilidad. Esto, con frecuencia conduce a que los empleos de los trabajadores blancos no elitistas permanezcan prácticamente estables. Pero los blancos, sin embargo, tienden a percibir que sus empleos se veían amenazados por la disponibilidad de otros, mano de obra más barata, y así se fomentará el conflicto entre estos trabajadores blancos, y los negros de reserva y los trabajadores inmigrantes. Mientras ellos resuelven su conflicto, la clase dirigente goza
de los beneficios del trabajo de los obreros. Además, como los trabajadores están en conflicto mutuo, estarán menos dispuestos a retar al gobierno elitista. Así este conflicto entre los trabajadores proporciona un amortiguador entre el grupo privilegiado y los miembros del grupo menos privilegiado de la misma raza o grupo étnico, digamos, en este caso, entre los propietarios y directores blancos y los empleados blancos de la clase baja. El conflicto entre los trabajadores blancos en el último extremo de la escala y los trabajadores negros puede también explicar por qué en la mayoría de las pruebas que miden el prejuicio, los blancos de clase baja y de clase trabajadora tienen una puntuación más alta, en promedio, que los blancos de clase alta. Es digno de mencionar que un estudio sobre el Ku Klux Klan demostró que la mayoría de sus miembros provenían de la clase trabajadora y de la clase media baja (Vander Zanden, 1960). Debe notarse que no todos estos efectos que benefician al grupo dominante y que son discriminatorios contra la minoría se logran por medio de estrategias conscientes. Los propietarios capitalistas, por ejemplo, pueden empezar simplemente deseando una mano de obra lo más barata posible; no deciden de manera consciente reproducir la estructura de clase. Pero, puesto que el resultado funciona a favor de su beneficio y puesto que pueden hacer uso del sistema de clases en status quo sin darse cuenta de ello, probablemente continúen el mismo camino.
El factor cultural Algunos sociólogos han insistido, no tanto en el hecho de que un grupo dominante saque provecho del prejuicio y la discriminación, sino en que estos se conviertan en parte de la cultura en las sociedades con estratos étnicos. Son hábitos sociales transmitidos de generación en generación. Por ejemplo, los niños aprenden a valorar su propia condición de blancos o negros y a evitar o a apartar a los miembros de razas y grupos étnicos diferentes, tanto como aprenden la identidad de géneros y el rol según el sexo. Con tan temprano entrenamiento, no es de sorprenderse que los prejuicios hacia los grupos minoritarios parezcan tan naturales como el amor a la competencia, el respeto por la propiedad privada o cualquier otra actitud profundamente incorporada en la cultura estadounidense. Pero todos estos valores alguna vez se crearon y se enseñaron conscientemente. El prejuicio permanece incorporado porque en muchos casos rara vez la gente se pone en contacto con miembros de minorías desacreditadas, de tal forma que no tienen oportunidad de de que sus estereotipos tradicionales se vean refutados. Aun
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Figura 13.1 El círculo vicioso del prejuicio y la discriminación
Fuente: Richard T. Schaefer, Racial and Ethnic Groups, 2 ed. Copyright 1984 by Richard T. Schaefer. Reprinted by permission of Little, Brown an Company.
Esta figura ilustra el círculo vicioso creado por el prejuicio y la discriminación. El resultado de este sistema -los estándares culturales consideran inferiores a los mianbros de los grupos minoritariosentonces se convierte en el argumento principal para futuras discriminaciones y prejuicios.
cuando se encuentran a los miembros de un grupo desacreditado, sus verdaderos prejuicios tienden a distorsionar su opinión de tal manera que se conformen a sus preconcepciones negativas. Los perciben por sus estereotipos (Lieberson, 1982). Por ejemplo, los rasgos normalmente considerados como virtudes pueden convertirse en vicios cuando se perciben a través de una mente llena de prejuicios. El sociólogo Robert K. Merton ha observado:
¿Trabajó Lincoln hasta altas horas de la noche? Esto testifica que él era muy industrioso, resuelto, perseverante y anhelante de realizar sus capacidades al máximo. ¿Conservan este mismo horario los grupos externos de los judíos o los japoneses? Esto es solamente el testimonio de su mentalidad de fuertes negociantes, de su cruel capacidad para reducir las normas estadounidenses, sus prácticas competitivas injustas. ¿Es el héroe del grupo interior frugal, económico y austero? Entonces el villano del grupo externo
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discriminación institucional) son obras humanas, y por tanto, en último término sujetas al cambio. El sistema puede abrirse, por ejemplo, para disminuir o erradicar el prejuicio podríamos confrontarlo ¡rectamente en las escuelas y enseñar conscientemente nuevos valores; podríamos gastar mucho dinero en la educación, contratar más y mejores maestros y ofrecer más puestos en las escuelas a las minorías. (Este tema se discutirá con mucho detalle en el Capítulo 17, "Educación"). Así, desde esta perspectiva particular, el racismo puede ser un hábito cultural incorporado, pero no es algo eternamente inmutable.
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resulta mezquino, miserable y tacaño. Todo el honor se le debe a Abe (Lincoln) del grupo interior por haber sido inteligente, astuto, hábil y al mismo tiempo toda clase de desprecio merecen los Abes del grupo ex temo, por haber sido listo, astuto, mañoso y diestro en demasía (Merton 1957, p. 428).
Además, las causas y efectos tienden a ser muy confusos. Las personas son hábiles en el uso de las consecuencias del prejuicio y de la discriminación para probar que su evaluación negativa era correcta. En promedio, los negros viven en casas más pobres que los blancos, tienen empleos con salarios inferiores y tienen menos años de escolaridad. Pero en lugar de ser justificación para el prejuicio y la discriminación, dichas condiciones son resultado del prejuicio y de la discriminación. No obstante los blancos dan vuelta a estos hechos y los utilizan como evidencia de que los negros son inferiores a ellos (véase Cuadro 13.1). Con este razonamiento tan ilógico, el prejuicio puede sobrevivir, aunque la mayoría de la gente logre poco beneficio de él. Algunos sociólogos podrían hacer énfasis en que las condiciones culturales y estructurales (como la estratificación racial o étnica mantenida por una
Hace cien años, las relaciones étnicas y raciales en ese país formaban una multitud de grupos inmigrantes europeos que luchaban unos contra otros por los empleos, la educación, y las oportunidades políticas. Todos estos grupos estaban a su vez activa o pasivamente en contra de los nativos y todos, incluyendo estos últimos, estaban en contra de la población negra, a pesar de la abolición de la esclavitud y de la victoria de la Unión durante la Guerra Civil. Actualmente, la mayoría de los inmigrantes europeos han alcanzado un alto nivel de asimilación, aunque algunos aún viven en comunidades estrechamente ligadas (por ejemplo, los polacos en Chicago, o los filandeses en el Anillo del Hierro de Minessota). Pero los nativos todavía ocupan una posición muy baja en la escala social; forman el grupo minoritario más pobre y los negros aún no han alcanzado igualdad con los blancos. Los mayores problemas de las luchas por los derechos civiles de la década de los años 60 quedan ampliamente sin resolver. Y ahora existen nuevas tensiones. Los hispanos, por ejemplo, son el grupo más prominente de los inmigrantes actuales y su afluencia hacia Estados Unidos ha creado fuerte competencia entre ellos y los estadounidenses negros a quienes pronto podrían superar en número. En efecto, "la coalición del arco iris" de Jesse Jackson se ha orientado hacia esta tensión con la esperanza de ayudar a los hispanos y a los negros a trabajar conjuntamente. Además, muchos hispanos enfrentan el prejuicio y la discriminación de los blancos. Los inmigrantes de las naciones asiáticas, por otro lado, han sido generalmente capaces de lograr el triunfo educativo y económico en este país más rápidamente que los negros, los hispanos y los nativos. Para un análisis de los gru-
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pos étnicos y raciales mayores en Estados Unidos hoy, véase la Tabla 13.1.
Los estadounidenses negros Los 28.1 millones de estadounidenses cuyo ancestro se remonta a África a través de tres siglos de pobreza, explotación y violencia, son la mayor minoría racial de EE.UU.: forman aproximadamente el 12 por ciento de la población de este país (Pinkney 1987; U.S. Census Abstract 1987). Las victorias logradas con el movimiento de los derechos civiles, la urbanización, la conciencia política y cierto grado de movilidad económica y social, han convertido a los estadounidenses negros en una fuerza creciente que hay que tener en cuenta. ¿Qué es lo que han sufrido históricamente y cuál es su situación actual? Muchos de los primeros africanos que llegaron a Estados Unidos vinieron no como esclavos sino como sufridos sirvientes: se contrataron para trabajar durante un número determinado de años, después de los cuales recibirían su libertad. Por un tiempo, parecía como si la esclavitud no pudiera florecer en las nuevas colonias. No obstante, en 1600 casi todos los negros y sus descendientes por ley estaban relegados a perpetua servidumbre. La razón fue primordialmente económica: los terratenientes del Sur encontraron la esclavitud muy provechosa. Con la invención de la desmontadora de algodón y por consiguiente con el enorme crecimiento de la producción de algodón, la esclavitud vino a considerarse como vital para la prosperidad del Sur. Antes de que se aboliera la esclavitud en 1865, casi medio millón de negros habían sido traídos en forma obligada a esta tierra en donde se les consideraba simplemente como una propiedad. La mayoría blanca los compró, vendió, utilizó y abusó de ellos a voluntad. La creencia en la inferioridad negra desarrollada para justificar la esclavitud (desde una perspectiva de poder, para mantener el dominio económico de los blancos) todavía abarca ampliamente las relaciones entre blancos y negros. La esclavitud puede haberse abolido en 1865, pero el terrorismo blanco y la discriminación no. Las Leyes de Jim Crow se refieren a las barreras sociales y legales levantadas en el Sur a finales del siglo XIX y a comienzos del XX para prohibir que los negros votaran, utilizaran los servicios públicos y se mezclasen con los blancos. (Jim Crow era el nombre de un trovador que actuaba con la cara pintada). La segregación legal en el Sur se parecía a la de Suráfrica. Los linchamientos periódicos mantenían a los negros "en su lugar". Ese lugar estaba marcado por la explotación económica permanente y la exclusión política. Por ejemplo, la vivienda para los negros y
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los blancos todavía está fuertemente segregada. El 60 por ciento de los negros y el 72 por ciento de los blancos viven en vencindarios completamente homogéneos. Esta es una situación que agrada a la mayoría de los blancos; pero que no agrada a la mayoría de los negros (Freedman, 1987). El éxodo de los blancos de los centros urbanos parece estar aumentando la segregación de facto residencial en las ciudades centrales. Por segregación de facto se entiende una separación racial que resulta de patrones sociales no oficiales, en oposición a la segregación impuesta por la ley, que se denomina segregación de jure.
En los años 60 empezó una batalla decisiva contra la segregación en el Sur, la lucha por los derehos civiles, con boicoteos y manifestaciones no violentas. Los negros hacían marchas, piquetes de guardia y se sentaban en los restaurantes con servicio "sólo para blancos". Poco después, los negros empezaron a ganar victorias de los derechos civiles en los tribunales y en el Congreso. Al mismo tiempo seguían emigrando especialmente desde las zonas rurales de los campos del sur hacia las ciudades del norte, tal como lo venían haciendo desde principios del siglo (Pinkney, 1987). Los ghettos urbanos del norte crecieron. En este sentido, el movimiento de tal cantidad de población negra hacia las ciudades del norte ha colocado en primer lugar a los derechos civiles y a las relaciones entre blancos y negros, no tan sólo en el Sur sino en el país como un todo (Pinkney, 1987). Muchos negros hoy están mejor educados, están mejor financieramente y tiene mejores perspectivas de trabajo que sus padres (incluso más que sus hermanos mayores) (Farley 1984, Alien y Farley 1986). Pero todavía no tienen igualdad con los blancos en estas áreas. Tomemos la educación, por ejemplo. Los negros representan solamente el 8 por ciento de la población total en las universidades (Pinkney, 1987); y sólo el 11.1 por ciento de los negros completa cuatro o más años en la universidad, mientras que el 20 por ciento de los blancos asisten a la universidad cuatro o más años (Oficina del Censo de los Estados Unidos, 1987). Muchos estudiantes negros abandonan la universidad porque no están tan bien preparados como los otros estudiantes y encuentran que el ambiente universitario es poco acogedor. También contribuyen la falta de fondos, los altos costos, el bajo reclutamiento entre las escuelas de negros y la poca presión para una acción más afirmativa. Entre los negros, los hispanos, y los estadounidenses asiáticos, solamente el último grupo ha aumentado en el porcentaje de matrícula en las universidades entre 1976 y 1984 (véase Figura 13.2; Fiske, 1987). Proba-
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Fuente: American Council on Education from federal Education Department.
blemente los negros también asisten a escuelas desproporcionadas racialmente: escuelas de primaria y secundaria donde predominan los negros y universidades en donde predominan los blancos. Las primeras tienden a ofrecer una educación de menor calidad que la que reciben los estudiantes blancos, a causa de servicios inadecuados, cuerpo docente menos preparado, falta de dinero y otras causas (Pinkney, 1987). Económicamente hablando, muchos negros han obtenido ganancias. Actualmente una cantidad creciente de negros se encuentran en posiciones de autoridad económica, en corporaciones, en bancos, en cargos del gobierno, en oficinas ejecutivas y en otras áreas. Pero a pesar de los éxitos de los negros de clase media, muchos otros negros permanecen sustancialmente peor que los blancos. Muchos de los negros contratados nunca alcanzan posiciones de autoridad (Alter, 1986). Una encuesta en las mil compañías más grandes de la nación dio como resultado que sólo cuatro altos ejecutivos eran negros (Hicks, 1987). Generalmente, una gran pro-
porción de empleados negros están en empleos de bajos salarios y de baja habilidad (Pinkney, 1987). (La Tabla 132 muestra que las opciones ocupacionales y el prestigio del empleo para los negros se han mejorado en los últimos 40 años, pero todavía están considerablemente rezagados en el status de empleo promedio de los blancos). Un trabajador negro tiene mucho más probabilidad que uno blanco de estar desempleado y por un tiempo comparativamente mucho más largo. La tasa de desempleo para los negros ha sido casi el doble en comparación con la de los blancos desde la Segunda Guerra Mundial (Pinkney, 1987). Por ejemplo, en 1985, la tasa total de desempleo de los negros superó el 15 por ciento y la de los adolescentes negros fue aproximadamente de 40 por ciento (Oficina del Censo de Los Estados Unidos,1987). En el mismo año, el desempleo entre los negros era dos veces mayor que el de 1960 (Freedman, 1987). Si contamos a los negros empleados que ganan menos del ingreso del nivel de pobreza y los que trabajan por horas pero que desean un empleo de tiempo completo, encontramos que la tasa del subempleo es al menos el doble de la tasa de quienes están completamente desempleados. En términos humanos, estas cifras son aterradoras ya que pintan un grupo de personas que tiene poca esperanza de tener una vida decente y para quienes el empleo es fuente de frustración, no de satisfacción (Farley, 1987). La pobreza de los negros es consecuencia de su desempleo y del subempleo. En 1985, por ejemplo, el ingreso del 28.7 por ciento de las familias negras cayó por debajo del nivel de pobreza, más del triple de la cantidad de familias blancas clasificadas como pobres por la Oficina del Censo (Oficina del Censo de los Estados Unidos, 1987). El ingreso medio de las familias negras oscila entre el 56 y el 61 por ciento del ingreso de las familias blancas. Aunque los hogares de los negros formaron el 11 por ciento de todos los hogares en 1984, solamente lograron el 8 por ciento de la riqueza combinada entre blancos y negros (Oficina del Censo de los Estados Unidos, 1987). Desde 1980 la pobreza entre los negros ha venido aumentando. (Pinkney, 1987). Como resultado de la pequeña proporción de negros que mejora su status mientras que el resto se desliza hacia la pobreza, los negros se han estratificado. De esta manera, el panorama que surge es el de una clase media negra que está ganando en derechos civiles y en términos políticos y económicos, que se desarrolla aparte de un grupo mucho mayor de negros pobres y no privilegiados, pertenecientes a la así llamada subclase. Esta subclase puede definirse como un subgrupo que tiene pocos recursos,
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El índice socioeconómico al final de cada columna suministra una medida del prestigio de los empleos en comparación para los hombres blancos y negros. Las calificaciones altas.representan empleos de alto prestigio; las calificaciones bajas, posiciones de bajo prestigio. Como podemos ver, existen todavía enormes diferencias entre las razas. Observemos que en 1980 el promedio del status de empleo de un hombre no blanco era comparable al de un hombre blanco cuarenta años atrás. Existe un patrón similar para los empleos de las mujeres.
gran desesperación y solamente las más débiles esr peranzas de salirse algún día de la periferia de la sociedad. En algunas ciudades estadounidenses casi la mitad de los nombres negros carecen de educación y de empleo. Esto presenta un enorme problema para este país y para sus relaciones raciales, un problema que se considerará más en detalle en la sección de las relaciones raciales estadounidenses. No obstante, debemos señalar que con el tiempo la urbanización, la conciencia política y cierta movilidad social y económica han hecho de los estadounidenses negros una fuerza con la cual se debe contar. La campaña de Jesse Jackson para la nomina-
ción presidencial demócrata en 1988 es una excelente demostración de este caso. Jackson movilizó con éxito los votos de los negros. Un porcentaje mucho mayor de negros aptos se registró y votó en 1988 en las elecciones primarias, que en épocas anteriores. En el estado de Nueva York una encuesta final mostró que el 93 por ciento de los votantes negros escogió a Jackson; la misma encuesta mostró que el 52
por ciento de los votos de Jackson provenían de votantes de las primarias; una proporción realmente grande (New York Times, abril 21,1988). En el Profundo Sur, el votante negro le proporcionó a Jackson una ventaja substancial sobre sus opositores (Southern Exposure, primavera 1988). Más aún, Jackson conquistó también una cantidad significativa de votantes blancos, especialmente entre los estudiantes y los liberales con mayores ingresos. En realidad, invirtió la ruptura racial tradicional en las elecciones: en el pasado, los votantes blancos no habían votado por los negros, pero esta vez más blancos votaron por Jackson, que negros por todos los candidatos blancos juntos (Christian Science Monitor, marzo 17, 1988).
Estadounidenses hispanos Los estadounidenses hablantes del español, o hispanos, son actualmente la segunda minoría más grande en los Estados Unidos. En el censo de 1980 se
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DESIGUALDAD Y PODER
contabilizaron 8.7 millones de mexicanos, 2 millones de portorriqueños, 803 000 cubanos, y 3.1 millones de "otros hispanos". Hay muchos hispanos no documentados que trabajan y viven ilegalmente en los Estados Unidos, pero nadie sabe cuántos son. Esta es una razón para que el estimativo sobre la cantidad de hispanos en este país sea problemático (Exter, 1987). Pero es muy claro que los estadounidenses hispanos son el grupo minoritario que crece más rápidamente en los Estados Unidos. De acuerdo con las proyecciones, entre 1980 y 1990, la población hispana crecerá en un 54 por ciento hasta llegar a 22 millones. Si esta tasa de crecimiento continúa en el próximo siglo, los hispanos van a remplazar a los negros como el mayor grupo minoritario de la nación (Oxford Analytica, 1986). Los hispanos están convencidos de que van a desempeñar un rol importante en el desarrollo de la sociedad estadounidense. La población hispana es abrumadoramente urbana. En 1980, el 80 por ciento vivía en las áreas metropolitanas, comparada con el 75 por ciento de toda la población. (Oficina del Censo de los Estados Unidos, 1983). Tres de cuatro inmigrantes de México viven en California o en Texas. Casi la mitad de quienes provienen de Puerto Rico viven en el área de la ciudad de Nueva York y el 59 por ciento de los hispanos provenientes de Cuba viven en la Florida (Russell, 1983). Cuando los hispanos migran a los Estados Unidos, compiten con los negros por los empleos y educación. En ambas áreas parece que están aventajando a los negros, con consecuencias potenciales muy graves para el avance y el progreso de los negros (Oxford Analytica, 1986). Las tendencias en la migración de los hispanos hacia los Estados Unidos son importantes porque muchos de ellos están comprometidos a retener sus diferencias étnicas. Quieren conservar su idioma (español), su religión, (catolicismo) y una cultura que valora mucho los vínculos familiares (véase Capítulo 4, "Cultura"). Pero cada grupo dentro de la comunidad hispana también tiene su propia historia y herencia. Antes de que Nueva Inglaterra fuera colonizada, los españoles se habían establecido en lo que hoy es el Sureste de Estados Unidos. Sin embargo, sólo hasta 1848, después de las guerras y conquistas, ellos y sus tierras llegaron a formar parte de los Estados Unidos. Poco después, los pobladores de habla inglesa comenzaron a aislar a los hispanos: cuando todo fallaba, los "devolvían" a México. Con excepción de Nuevo México, donde los hispanos fueran capaces de mantener su tierra, la mayoría se retiró a los poblados rurales y a los campamentos
mineros. Cuando llegaban a las áreas dominadas por los pobladores que hablaban inglés, para trabajar allí como obreros migratorios, los alojaban en campamentos separados; cuando se transladaban a las grandes ciudades, vivían separados de otros grupos. Al principio de este siglo, nuevos grupos de nacionales mexicanos comenzaron a entrar a los Estados Unidos para recoger las cosechas de algodón en el este de Texas. Después de cada cosecha, ellos regresarían a México. A medida que iban pasando los años y la producción de algodón se extendía hacia el oeste de Texas, los intereses agrícolas en el suroeste se incrementaron en forma dependiente de las multitudes inmensas de trabajadores migratorios de México. Los mexicanos han ingresado a Estados Unidos legalmente bajo convenios periódicos con el gobierno mexicano y también en forma ilegal nadando o atravesando el Rio Grande. En los últimos años el contrabando de extranjeros ha llegado a ser altamente organizado, con una red que va desde los contrabandistas profesionales pasando por los contratistas de mano de obra, hasta los cultivadores y fabricantes estadounidenses que dependen de la mano de obra barata. Cada vez más, los extranjeros han comenzado a dejar de lado los ranchos y haciendas del suroeste, sus fuentes tradicionales de empleo, por los empleos urbanos de construcción, manufacturera e industria. Los ciudadanos mexicanos están particularmente expuestos a la explotación y al abuso porque temen ser aprehendidos y deportados a México o despedidos del trabajo. Los empleadores con frecuencia engañan a los trabajadores extranjeros pagándoles menos del salario federal mínimo, no pagándoles las horas adicionales y escamoteándoles las horas trabajadas. Las presiones de población en México y las oportunidades económicas en los Estados Unidos han estimulado a los mexicanos a ir a ese país. Factores comparables han contribuido a la migración de los portorriqueños a los Estados Unidos continentales, particularmente al área de Nueva York. Su afluencia allí es relativamente reciente. Los Estados Unidos adquirieron a Puerto Rico en 1898 y en 1917 todos los portorriqueños fueron declarados ciudadanos estadounidenses. Las compañías del país empezaron a abrir sucursales en la Isla, pero se encontraron con una violenta resistencia nacionalista. Se logró un compromiso que concedía a Puerto Rico ayuda para su modernización y desarrollo económico, y un status de estado asociado dentro de la nación. No obstante, la mayoría de los portorriqueños no se beneficiaron de la expansión económica. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando las lí-
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neas aéreas introdujeron tarifas más bajas, cantidades crecientes de portorriqueños empezaron a dejar su isla para buscar fortuna en Nueva York. En la ciudad de Nueva YorK los portorriqueños, uno de los grupos más pobres de la nación, sufren serios problemas de educación y de salud (Schaefer 1984; Hernández 1983). Tienen la tasa más alta de deserción escolar de todos los grupos étnicos, inclusive más alta que la de los negros. También tienen muy altas tasas de mortalidad por drogadicción, alcoholismo, accidentes, homicidios y diabetis. En los ghettos de las ciudades los portorriqueños frecuentemente deben soportar una doble discriminación: la discriminación debida a su idioma y la discriminación por el color (el color de piel de los portorriqueños puede ser blanco o negro o un color intermedio, pero con frecuencia se les califica como no blancos). Lo que hace su situación única es que la inmigración marcha en dos direcciones: la isla está bastante cerca para que los inmigrantes vuelvan a casa, como lo hace la mayoría, en forma temporal o permanente. Como resultado, la mayoría tiene menos incentivos que otros grupos para aprender el inglés y las costumbres estadounidenses. Los estadounidenses mexicanos, o chicanos, viven principalmente en el suroeste y en California, la mayoría de ellos en ghettos urbanos o en granjas como trabajadores asalariados. Muchos cruzan la frontera a los Estados Unidos como extranjeros indocumentados, a quienes los empleadores les dan trabajos serviles, mal remunerados y por debajo del salario mínimo. Los guardias fronterizos de los Estados
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Unidos capturan cada año más de un millón de estos extranjeros. Sin embargo, muchos mexicanos siguen intentando cruzar la frontera, impulsados por la pobreza absoluta y por la alta tasa de desempleo en su propio país. Él gobierno de Estados Unidos ofreció amnistía a los inmigrantes ilegales en 19871988, pero muchos chicanos no la aprovecharon, unos a causa de la gran cantidad de documentación exigida y otros por temor a la deportación. En Estados Unidos, los chicanos experimentan muchas de las dificultades que enfrentan los portorriqueños, aunque una proporción menor de ellos vive por debajo del nivel de pobreza. Los chicanos han mantenido una identidad cultural muy fuerte; sus movimientos por los derechos civiles han hecho campaña para mejorar las condiciones de los trabajadores de los obreros migratorios y de una educación bilingüe para sus hijos. A pesar de la gran población indocumentada, los chicanos también están comenzando a ejercer más poder electoral. En muchas ciudades del suroeste, más especialmente San Antonio, se han elegido alcaldes chicanos, así como ediles a los concejos municipales (Portes, 1958). En general, al igual que los negros, los hispanos no están representados en los trabajos que exigen alto adiestramiento y que generan altos ingresos, especialmente puestos ejecutivos y abundan en trabajos de poco adiestramiento y de bajo salario, aunque tienen mayor probabilidad de ser empleados de oficina o de ser obreros. Muchos hispanos jóvenes ingresan al mercado laboral con desventaja.
Atrás está la inestabilidad económica y política; al frente el prospecto de una explotación económica y los más bajos escalones de la fuerza de trabajo de los Estados Unidos. No obstante, estos mexicanos detenidos en el momento de cruzar la frontera estarán más dispuestos a intentar de nuevo el camino difícil. (Stephanie Maze/ Woodfin Camp & Asso-
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Bien sea que hayan nacido en los Estados Unidos o en otra parte, muchos tienen un inglés deficiente y poca educación, además siempre se sienten discriminados. A medida que los Estados Unidos han perdido empleos en las fábricas, en el ensamblaje y en los sectores relacionados con la economía, muchos hispanos (y también negros) han perdido acceso al trabajo (Santos, 1985). El ingreso promedio de la familia hispana está por debajo casi en un 70 por ciento frente al ingreso promedio de una familia blanca en los Estados Unidos (Oficina del Censo de los Estados Unidos, 1987).
Los aborígenes Los aborígenes, el grupo minoritario más pobre en Estados Unidos, han sido víctimas de las mentiras, la corrupción y el abuso, por más de cien años. Las guerras contra ellos alcanzaron su punto más alto a mediados del siglo XIX, cuando el este del país se fue superpoblando y el ferrocarril transcontinental facilitó los viajes. Durante este período se descubrió oro en las Colinas Negras de Dakota del Sur y en otras tierras de los nativos y cuando todavía los aventureros podían sacar utilidades de la piel de los búfalos. Más de 500 000 indígenas murieron antes
del final del siglo. A los 300 000 que sobrevivieron a la guerra, a las enfermedades, al hambre y a las recompensas, (de $25 a $100 dólares por cabeza, en muchos lugares), se les forzó a vivir en inhóspitas reservaciones administradas por la bastante corrupta Oficina de Asuntos Indígenas (BIA). Solamente el 38 por ciento del 1.4 millones de aborígenes viven en reservaciones reconocidas por los funcionarios de los gobiernos estatales y federales. Los restantes están esparcidos por todo el país, cerca del 50 por ciento en las áreas urbanas. El cuarenta y ocho por ciento de los aborígenes de las reservaciones viven por debajo de la línea de la pobreza, y su tasa de desempleo supera el 40 por ciento. En las reservaciones, cerca del 55 por ciento de estos habitan en viviendas subnormales y el 70 por ciento debe cargar el agua potable desde unos dos kilómetros o más de distancia (con frecuencia sacándola de fuentes poco higiénicas). El cincuenta y ocho por ciento de los niños de las reservaciones abandonan la escuela antes de completar el octavo grado. El 36 por ciento del total de los aborígenes tienen un ingreso anual de $9 999 dólares o menos, en comparación con el 17 por ciento de la población de los Estados Unidos en su conjunto. También tienen tasas muy altas y poco usuales de accidentes,
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homicidios, suicidios, alcoholismo, neumonía y diabetes (véase Figura 13.3). Generalmente, tienen la tasa de mortalidad infantil más alta y la tasa de longevidad más baja de todos los grupos minoritarios estadounidenses. (Hagan 1979; U.S News & World Re-
port 1983). Durante los años 70, en Estados Unidos a medida que la belicocidad de los negros crecía, los aborígenes también se hicieron más insistentes en las exigencias de que los errores del pasado debían corregirse. Muchas de sus manifestaciones -la ocupación de la isla de Alcatraz y la manifestación en Wounded Knee- aparecieron en los titulares de periódicos nacionales e internacionales. Además,los líderes de los aborígenes llevaron sus agravios a los tribunales. Por ejemplo, se concedieron $122.5 millones de dólares a ocho tribus de la nación Sioux en compensación por el embargo por parte de los Estados Unidos de las Colinas Negras de Dakota del Sur. Un tratado que había entregado la tierra en exclusividad a los Sioux (se rompió cuando allí se descubrió oro). Estos pleitos marcan el progreso en el reconocimiento de las injusticias que han sufrido los aborígenes. Asimismo ocurrió con los negros, aunque se habían hecho algunos progresos, las relaciones entre los aborígenes y el grupo dominante todavía no pueden describirse como relaciones equitativas (Cornell, 1984).
Estadounidenses asiáticos Existen dos grupos principales de asiáticos que han estado en Estados Unidos por algún tiempo: los chinos y los japoneses. No obstante, desde los años 70, cantidades enormes de coreanos, filipinos, e inmigrantes de muchas partes del sureste asiático han llegado a ese país a vivir y a trabajar. Algunos de estos grupos han tenido un éxito notable al alcanzar algún grado de igualdad con los blancos y/o al asimilarse a su vida diaria estadounidense. (Para un mejor análisis sobre la inmigración véase el Capítulo 10, "Población"). En 1987, David Kuo, un chino estadounidense ganó el premio al Talento Investigativo de la Ciencia de la Compañía Westinghouse, el más prestigioso premio científico para estudiantes de secundaria. En 1986, su hermano había quedado entre los finalistas; en 1985, su otro hermano había quedado también entre los finalistas. La frecuencia de este tipo de logro en matemáticas y en ciencias entre los estadounidenses chinos (y entre otros estadounidenses asiáticos) y la representación relativamente alta de los estadounidenses asiáticos en las universidades puede alimentar el prejuicio positivo de que todos los estadounidenses chinos son buenos para las mate-
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máticas y para la ciencia, o que todos los estadounidenses asiáticos son triunfadores académicos. Pero, por supuesto, estos son estereotipos semejantes a los otros. Entonces ¿qué es lo que nos indica los logros de los hermanos Kuo y de otros estadounidenses chinos? Si miramos los factores que sustentan los premios científicos y los honores académicos, encontraríamos en primer lugar, que los immigrantes chinos han tendido a provenir de una sociedad afluente y de un estrato educado. En el caso de los hermanos Kuo el padre había sido cirujano y la madre enfermera y profesora en Taiwan. Aquí hay algo no muy claro: ninguno de los padres desempeña su anterior profesión en Estados Unidos: aceptaron empleos de bajas habilidades (Quindlen, 1987). Pero sus valores educativos, su unidad como familia y apoyo emocional, probablemente hayan ayudado a los hijos a buscar con ansiedad la oportunidad de una movilidad ascendente en este país. Han dado a sus hijos los recursos para responder a sus altas expectativas. En realidad, el éxito de muchos estadounidenses asiáticos, especialmente de la primera generación, que se levantó en ese país, compite con el de los ganadores judíos de dos o tres décadas atrás. Esto no significa que los chinos no hayan encontrado prejuicio y discriminación, puesto que realmente las han encontrado. Empezaron a inmigrar a la costa oeste a mediados del siglo XVIII. Trabajando en el ferrocarril, lavando o cocinando, se ganaron la reputación de excelentes trabajadores. Pero cuando se terminó el ferrocarril y el desempleo empezó a aumentar, los trabajadores blancos se volvieron contra los chinos. La Ley de Exclusión de los Chinos de 1882 detuvo una inmigración posterior y les negó el derecho de llegar a ser ciudadanos naturalizados y de poseer tierra. En la mayoría de los lugares a los chinos se les negó también el derecho a la escuela, a los empleos y a la vivienda. Los chinos se retiraron a los asentamientos étnicos (denominados barrios chinos), cuidándose mucho entre ellos hasta que los sentimientos en su contra empezaron a disminuir. En 1943, bajo el impacto de las condiciones de guerra, se derogó la Ley de Exclusión de los Chinos y se estableció una cuota para inmigrantes asiáticos. Sin embargo, la cantidad era escasa, por año solamente se admitía la entrada de 105 chinos a este país. Finalmente, en 1965 se abolieron las cuotas nacionales originales y, por primera vez, a los immigrantes chinos se les trató al igual que a los de otras nacionalidades. (Wong, 1982). En 1980 había 894 000 personas de ancestro chino en el país, un aumento del 85.3 por ciento desde 1970 (Oficina del Censo de los Estados Unidos, 1986). Los asentamientos chinos en cuatro ciudades grandes de los Estados Unidos, -Nueva
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Mientras los actos de discriminación están dirigidos frecuentemente a quienes ya están económica o políticamente demasiado débiles, para defenderse por s( mismos, los 110 000 japoneses internados en "centros de reubicación " durante la Segunda Guerra Mundial incluían ¡muchos ciudadanos estadounidenses de clase media. (EKM-Nepenthe).
York, San Francisco, Los Angeles y Boston- han absorbido la mayor parte de este incremento proveniente de Taiwan y Hong Kong. En el año 1980, había 791 000 personas de ancestro japonés en este país (Oficina del Censo de los Estados Unidos, 1986). Los japoneses llegaron dos décadas después de los chinos. Establecieron tiendas de comestibles, floristerías y otros negocios pequeños, además aceptaron empleos como granjeros y como operarios en las fábricas madereras y en las fábricas de enlatados de pescado a lo largo de la costa oeste. Pero los sentimientos antiorientales crecieron mucho y en 1924 se suspendió totalmente la inmigración procedente del este asiático. Después, durante la Segunda Guerra Mundial, los japoneses en los Estados Unidos se convirtieron en víctimas de la discriminación racial, en clara violación de sus derechos. Todavía hoy, muchas personas se sorprenden al saber que 120 000 japoneses, incluyendo a 70 000 ciudadanos estadounidenses fueron encerrados y colocados en campamentos custodiados y protegidos con alambre de púas o en "centros de reubicación". Esta acción se ejecutó por la ostensible razón de proteger a otros estadounidenses de las posibles fechorías de los japoneses leales al enemigo, el Japón. Una vasta mayoría de los internados apoyaban a los aliados, pero el prejuicio antijaponés se había estimulado con el ataque a Pearl Harbor y con la guerra del Pacífico. Durante su confinamiento, las familias japonesas perdieron en promedio $10 000 dólares cada una (en términos del valor del dólar en 1941). En abril de 1988, el Senado de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley para excusarse oficialmente y pagar $20 000 dólares como reparación a cada japonés estadounidense vivo que hubiera sido confinado durante la guerra (New York_Times, abril 21, 1988). Muchos creían que este acto debería ha-
berse realizado mucho antes y expresaba el reconocimiento de la nación por las grandes injusticias cometidas contra estos leales estadounidenses.
Los judíos estadounidenses Los primeros judíos llegaron a Norte América desde el Brasil en 1654, pero sólo hasta 1840 los judíos empezaron a llegar por miles huyendo de los pogroms europeos (matanzas periódicas de judíos). En la actualidad hay más judíos en los Estados Unidos (alrededor de seis millones) que en cualquier otro país en el mundo (la Unión Soviética ocupa el segundo lugar e Israel el tercero). Cerca de un tercio de los judíos estadounidenses viven en los alrededores de la ciudad de Nueva York. Desde 1970, más de medio millón se han establecido en Estados Unidos, la mayor proporción proveniente de Israel y de la Unión Soviética. A diferencia de las primeras oleadas de immigrantes judíos del sur y del este de Europa, los que llegaron últimamente son por lo general más educados y capacitados. Urbanos y empresarios a lo largo de su pasado, los judíos se adaptaron en Estados Unidos con relativa facilidad. Esto no significa que no hubieran encontrado discriminación. Una y otra vez se les ha acusado de deslealtad, participación en conspiraciones internacionales y de prácticas comerciales inescrupulosas. Por tradición, muchas corporaciones, las principales firmas de abogados, los bancos y los clubes privados no los admitían (todavía algunos no lo hacen) y hasta la Segunda Guerra Mundial muchas universidades mantuvieron sistemas de cuotas muy estrictas. Con todo los judíos prosperaron -en parte por utilizar las habilidades del viejo mundo para iniciar los empresas (la industria del vestido, por ejemplo), en parte porque aprovecharon la educa-
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ción pública (hoy el 58 por ciento de los judíos tienen grados universitarios en comparación con el 29 por ciento del total de los estadounidenses), y en parte también porque han continuado, hasta cierto punto, considerándose como "el pueblo elegido" sin interesar las circunstancias (una doctrina que los judíos comparten con los musulmanes negros). Por supuesto, la mayoría de los judíos no son ricos y muchos son pobres, pero como grupo, han prosperado y están fuertemente representados en todos los negocios y profesiones. Como otras minorías, la comunidad judía estadounidense tiene una conexión histórica con sus primeras raíces, tradiciones, e instituciones. Se ha experimentado tensión entre la preservación de la herencia cultural y el logro del éxito y aceptación en la sociedad estadounidense principal. La familia, la religión y una vasta red de organizaciones nacionales y comunitarias han preservado la identidad judía. Simultáneamente, el antisemitismo proveniente del exterior ha fortificado los sentimientos de grupo y el sentido de que la supervivencia judía está en peligro. Hoy, todavía, los judíos estadounidenses confrontan un nuevo desafío para mantener su identidad en una sociedad no judía, en la que la discriminación y el prejuicio son menos pronunciados que en el pasado (Schaefer, 1984).
Otras etnias blancas Además de los judíos, otros diversos grupos étnicos blancos contribuyen a formar la sociedad estadounidense (véase Tabla 13.3). Estos grupos incluyen a los irlandeses, italianos, polacos y personas de otras naciones del sur y del este de Europa. Muchas etnias. blancas son obreros que trabajan como estibadores, mineros o mecánicos y que poseen sus propios hogares en las comunidades como el Charlestown de Boston o el West Side de Cleveland. Algunos grupos étnicos se concentran en ciertas regiones del país, como por ejemplo, los italianos y los rusos en el noreste y los noruegos y checos en los estados centrales del norte. Por supuesto, algunos de estos grupos étnicos han tenido mayor aceptación que otros, al menos inicialmente. Las razones de esto pueden tener relación con el prejuicio y la discriminación contra aquellos que eran marcadamente muy diferentes del grupo dominante WASP (White Anglo-Saxon Protestants; anglosajones protestantes blancos) en cuanto a la apariencia, la religión y otras características. Pero esta explicación va más allí. ¿Por qué, por ejemplo, se ignoraron algunas diferencias y otras se reforzaron? Esto puede estar relacionado con lo que sucedía política, económica y socialmente, en particular
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Tabla 13.3 Etnias blancas 1980
Inglesa
49,598,035
Alemana
49,224,146
Iraní
40,165,702
Francesa
12,892,246
Italiana
12,183,692
Escocesa
10,048,816
Polaca
8,228,037
Holandesa
6,304,499
Sueca
4,345,392
Noruega
3,453,839
Rusa
2,781,432
Hispano-española
2,686,680
Checa
1,892,456
Húngara
1,776,902
Galesa
1,664,598
Danesa
1,518,273
Portuguesa
1,024,351
Suiza
981,543
Griega
959,856
Austríaca
948,558
Franco-canadiense
780,488
Eslovaca
776,806
Lituana
742,776
Ucraniana
730,056
Filandesa
615,872
Canadiense
456,212
Belga
360,277
Yugoeslava
360,174
Rumana
315,258
Fuente: Oficina del Censo de los Estados Unidos, Statistical Abstract, 1980.
en los mercados de mano de obra, cuando diversas oleadas de grupos inmigrantes llegaron a Estados Unidos. Stanley Lieberson (1981) y otros sociólogos se han enfocado recientemente sobre estos aspectos relacionados con el éxito de algunos grupos étnicos blancos en comparación con otros. Richard Polenberg (1980) ha afirmado, sin embargo, que aunque la etnia entre los blancos puede ser importante, tanto individual como socialmente, las divisiones y dife-
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DESIGUALDAD Y PODER
rendas reales entre varios grupos étnicos blancos interesan muy poco en comparadón con las diferendas y tensiones que dividen a los blancos de los negros, los hispanos, los asiáticos y las personas del Tercer Mundo. Por lo general, la mayoría de los sodólogos están de acuerdo en que con el paso del tiempo, a los grupos étnicos blancos generalmente les ha ido bien en ese país, (Sowell, 1981). A finales de los años 60, cuando el país estaba dividido por causa de la guerra de Vietnam, las etnias blancas adquirieron la reputadón de ser ultraconservadoras; el término sombrero duro llegó a ser sinónimo de racista y de halcón. Pero esta imagen, como otros estereotipos, ha demostrado ser incorrecta. En efecto, muchas encuestas realizadas durante la guerra de Vietnam indicaban que las etnias blancas estaban más propensas a ser palomas y a apoyar la integradón que los WASPS (Greeley, 1974). Recientemente, ha surgido un interés renovado sobre la etnicidad, lo que algunos han llamado la "renovadón étnica". Algunos italianos, polacos, checos, irlandeses y otros han buscado recuperar su herenda étnica y su identidad. El impulso para volver a capturar el pasado étnico se vio estimulado por el nadonalisomo cultural negro y por la polarizadón racial que acompañó la desegregadón de las escuelas. Pero gran parte de la nueva etnia ha demostrado ser más simbólica que real (Gans 1979; Steinberg 1981). La pérdida de la lengua materna, el rompimiento de los asentamientos étnicos y el rápido surgimiento de matrimonios entre los diferentes grupos étnicos y las religiones han disminuido la etnia como un fador significativo en la vida estadounidense.
Esfuerzos para eliminar la discriminación institucional Como ya se señaló, la discriminadón existe en dos niveles dentro de la sodedad: el institucional y el individual. La discriminadón está tan fuertemente entretejida en las instituciones sodales de Estados Unidos, que se perpetúa, algunas veces sin importar si los individuos resultan prejuzgados. Son necesarias medidas espedales para eliminar estas disposidones institudonales. La integración de las escuelas y la acdón afirmativa están entre las medidas que se han ensayado en los Estados Unidos. Estas son medidas bastante recientes, tomadas solamente cuando grandes cantidades de personas empezaron a protestar contra la discriminadón y la injusticia. ¿Cuán bien han funcionado estas medidas?
Desegregación de la educación En mayo 17 de 1954, en la culminante dedsión de Brown contra el Consejo de Educación, la Corte Suprema decretó que las leyes que exigían escuelas radalmente segregadas eran inconstitudonales. Luchas muy amargas, violenda e inclusive terror siguieron a esta dedsión. Los notideros de televisión mostraban a aterrados niños negros que eran escoltados por la policía a sus escuelas mientras enardecidos populachos les gritaban y se mofaban de ellos. Pero en 1970 las estadísticas eran alentadoras: de los 2 702 distritos escolares del Sur, el Departamente de Justida estimaba que el 94 por ciento había actuado de acuerdo con la ley sobre desegregadón escolar. En 1987 una nueva encuesta demostraba que el Sur, en donde la segregadón absoluta alguna vez había sido la regla, era más exitoso que el Norte en la desegregadón (Fiske, 1987). En los Estados del Norte, los patrones de vivienda segregados y la gran cantidad de pequeños distritos escolares (lo que significaba que había que cruzar las líneas suburbanas de la du-
En 1957, Dorothy Geraldine Counts ignoraba las burlas de los jóvenes blancos cuando fue a inscribirse en estudios superiores en Charlotte, North Carolina, una escuela nuevamente desegregada. La desegregación escolar ha tenido mas éxito en el sur que en el norte, en donde los patrones de vivienda y la cantidad de distritos escolares alrededor de las zonas urbanas han hecho que el sistema de buses, ordenado por la corte, sea un tema de controversia. (UPI/Bettmann News Photos).
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dad con el fin de integrarse) habían dificultado la desegregadón. La encuesta de 1987 también mostró que la segregación en las escuelas estadounidenses está profundamente enraizada. Entre 1972 y 1984, la segregación de los estudiantes negros no avanzó. Cerca de dos terceras partes de estudiantes negros todavía van a escuelas segregadas (en las cuales los blancos forman la minoría; en las escuelas desegregadas los blancos forman la mayoría). Los estudiantes hispanos también asisten a escuelas segregadas en forma creciente. Entre 1980 y 1984, la cantidad de estudiantes hispanos que asistían a escuelas segregadas realmente aumentó, de 68.1 a 70.6 por ciento. Según demostraba la escuela solo los niños estadounidenses asiáticos iban a escuelas integradas. Tal como comentó el politólogo autor del estudio: Cualquiera que sea las raíz de "la subclase urbana", es verdad que sus niños van a las escuelas que están casi totalmente segregadas por la raza y por la clase, y no tienen posible conexión con otros caminos de movilidad en la educación y en el empleo. (Orfield, citado en Fiske 1987, p. 24). La segregación en las escuelas está acabando con el ideal inicial estadounidense de que los niños debieran asistir a una escuela común; que al llevar a las escuelas a niños de todas las razas, de todos los ambientes étnicos, religiones y clases, crearemos una nación única y unificada. Las naciones europeas han funcionado con un sistema educativo de dos filas: un conjunto de escuelas para la élite y otro para las masas. Aunque los estadounidenses no admiten este sistema, en efecto, hemos creado un dispositivo similar escogiendo nosotros mismos los patrones de vivienda que separan a las personas por la raza y por la clase social, y luego vinculando la asistencia a la escuela con la residencia en el vecindario (Coleman, 1981). Los tribunales han diseñado varias soluciones para desegregar las escuelas comunitarias, incluyendo el rediseño de los límites de los distritos escolares, reubicando las escuelas y reasignando estudiantes. De todas estas soluciones, el servicio de buses para formar escuelas racialmente equilibradas, ha sido el más controvertido y ha despertado las mayores tensiones. Los científicos sociales esperaban que la desegregación pudiera mejorar el logro académico de los estudiantes negros. Después de todo, la investigación realizada en los años 60 sugería que el desempeño de los niños negros mejoraba a medida que la proporción de estudiantes blancos aumentaba (Coleman, 1966). Pero ¿es esto cierto? La respuesta es complicada. En realidad, algunos estudios han de-
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mostrado que la desegregación afecta negativamente los logros de los estudiantes negros (Longshore y Prager, 1985). Pero la mayoría de los estudios muestran que la desegregación, por el contrario, mejora los logros de los estudiantes negros, aunque ha tenido poco efecto en el caso de los estudiantes blancos. Es más, los logros de los estudiantes negros parecen mejorar cuando la desegregación empieza en los primeros grados. Pero aunque la desegregación puede mejorar los logros de los estudiantes de la minoría, generalmente no mejora las relaciones entre los grupos raciales. El hecho es que los vínculos existentes tienden a ser superficiales, inclusive en escuelas que gozan de reputación de integración. Por ejemplo, la comunidad de New Rochelle, en Nueva York, había recibido la orden de los tribunales de que desegregara sus escuelas en 1961. Hoy la escuela secundaria, como dijo su director (el primero negro) está desegregada; pero no está integrada (Rimer, 1987). Los estudiantes tienden a hacer amistad con aquellos de su propia raza y clase y las amistades que cruzan la línea racial no tienden a cruzar las líneas de clase. En cuanto a los logros, aunque los negros se desempeñan muy bien, las clases de honor, el gobierno estudiantil y los directivos del periódico, siguen siendo mayoritariamente blancos. Entonces, a pesar de algunos progresos en la desegregadón, el panorama que surge está todavía dentro de las institudones educativas segregadas. Donde se logra la desegregadón, particularmente en los primeros grados, y donde las escuelas se enfocan hada el aprendizaje cooperativo en grupos pequeños y de mezcla de razas, los logros de la minoría se mejoran y parece que la aceptadón racial se fomenta (Logshore y Prager, 1985). Pero la verdadera integradón del sistema educativo sigue siendo un ideal lejano.
La acción afirmativa La acdón afirmativa se refiere a la consideradón especial y al tratamiento preferendal acordado para los miembros de los grupos minoritarios para remediar la discriminación pasada. Los programas de acdón afirmativa se han diseñado para remover las barreras institudonales, para el avance de las minorías y de la mujeres y también para rectificar los desequilibrios históricos. Estos programas están dirigidos contra practicas institudonales enraizadas y, propiamente, para dar prioridad de admisión a los estudiantes de grupos minoritarios en dertas escuelas. A Edmund Perry, por ejemplo, lo enviaron a Exeter a través de un programa de acdón afirmativa, denominado Una Oportunidad Mejor, que ubica
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a los estudiantes talentosos de la minoría en las mejores escuelas preparatorias (Anson, 1987). Estos programas también señalan las prioridades para la contratación de las minorías y el establecimiento de horarios para lograr los objetivos señalados del empleo de las minorías. Los críticos de la acción afirmativa denominan los programas como discriminación invertida y también como racismo in-
vertido además afirman que esos programas sacrifican a los hombres blancos. El fundamento legal de la acción afirmativa es la Ley de los Derechos Civiles de 1964, que está encaminada a eliminar la discriminación basada en la raza, en la religión, en el origen étnico o en el sexo. Según sus defensores, atacar la discriminación en la educación y el empleo lleva a algo más que a eliminar las barreras legales, puesto que si ignoramos los faltantes en las capacidades y en las credenciales que las minorías y las mujeres poseen, es muy poco probable que haya un cambio. Por lo tanto, la acción afirmativa es necesaria para eliminar las consecuencias de la discriminación pasada. ¿Qué ocasionan, más exactamente, los programas de acción afirmativa? Aplicados a las prácticas de contratación, por ejemplo, a los empleadores se les exige censar a todos los empleados y después de que hayan identificado las áreas en las cuales existen pocas minorías y mujeres en forma proporcional, se les exige señalar metas para el empleo de miembros de tales grupos. Los objetivos son una forma de señalar los compromisos de un empleador, pero no son propiamente cuotas: El empleador no está obligado a contratar personas no calificadas o a comprometer genuinamente normas válidas para lograr las metas establecidas. Si las metas no se logran, no se impone ninguna sanción, en tanto que el empleador pueda demostrar que de buena fe hizo esfuerzos para alcanzarlos. (Comisión de los Derechos Civiles de los Estados Unidos 1977, p. 6).
Un problema es la forma de supervisar y de reforzar los programas de acción afirmativa. La Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo (EEOQ, es la principal agencia gubernamental señalada para este fin. Uno de sus triunfos más notables fue el caso en el cual la AT & T estuvo de acuerdo en señalar metas para la integración sexual de sus empleados y en otorgar $38 millones de dólares en pagos retroactivos a las mujeres que había canalizado hacia empleos con bajos salarios, y sin probabilidad de progresar. Sin embargo, a pesar de estos casos dramáticos, la mayor parte de las quejas a la EEOC disminuyen cada año.
La acción afirmativa ha sufrido muchos retrocesos desde mediados de los años 60 y desde la Ley de los Derechos Civiles. El humor político del país se ha conservatizado cada vez más, culminando, como algunos pueden ver, en los dos períodos de la presidencia Reagan. La administración Reagan demostró que se oponía activamente a la acción afirmativa en todas sus formas (Pinkney, 1987). Un indicio fue que Reagan destituyó a los miembros de la Comisión de los Derechos Civiles que buscaban el cumplimientoo de las leyes sobre estos derechos y el nombramiento de nuevos, antagónicos con estos derechos y con la acción afirmativa. Sin embargo, es interesante observar que muchos gobiernos locales y estatales han mantenido firme su lealtad declarada con los programas de acción afirmativa, sin importarles qué hace el gobierno federal (Pinkney, 1987). A pesar de eso, hoy los programas de acción afirmativa están en una posición precaria y controvertida. Ya que aun cuando se apoya la idea general de esta acción, existe poco acuerdo en la forma como debe llevarse a cabo. Tal como se expresó el juez Brennan de la Corte Suprema en relación con el caso la Seguridad Pública de Alabama: Ahora está bien establecido que los cuerpos gubernamentales, incluyendo los tribunales, constitucionalmente pueden utilizar clasificaciones raciales esenciales para remediar el tratamiento ilegal de los grupos étnicos y raciales sujetos a discriminación... Pero aunque esta Corte ha sostenido en forma permanente que se necesita un nivel elevado de examen cuando se hace una distinción racial o étnica para remediar esta situación, también debía lograr un consenso sobre el análisis constitucional apropiado (New York Times -febrero 26, 1987).
Algunos sociólogos han sugerido que los programas de acción afirmativa han ayudado a los negros de la clase media, capaces de aprovechar las oportunidades que los programas ofrecen y que están menos afectados por la discriminación acumulada del pasado. Estos sociólogos afirman que, por el contrario, la mayoría de los negros que forman la subclase pobre no la han alcanzado en absoluto (Wilson, 1987). William J. Wilson (1987) concluye que simplemente los programas no son apropiados para una clase más pobre y que no se han dirigido a ese segmento de la población negra en desventaja. Después de todo, los programas especiales de admisión a las escuelas de posgrado que favorecen a los negros, no harán nada por quienes están en el ghetto sin esperanza alguna de obtener un grado universitario. Este puede ser uno de los problemas creados por el enfoque sobre el tratamiento preferendal hacia los grupos con base primordialmente en la raza o
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la etnia, sin tener en cuenta las clasificaciones económicas y sociales dentro de esos grupos. Estos temas se analizarán en la próxima sección.
El futuro de las relaciones raciales Estados Unidos es una nación que sostiene un ideal de igualdad, pero que perpetúa la discriminación y el prejuicio. Dada la disparidad entre el ideal y la realidad, ¿cómo podremos hoy asegurar el status de las relaciones de raza? Veinticinco años después de la aprobación de la significativa legislación sobre los derechos civiles, ¿por qué tantas personas que no son blancas permanecen en la parte inferior de la jerarquía social, encerradas quizá en una subclase de permanente pobreza, desempleo y desesperación? ¿Puede esto cambiar? ¿Cuál podría ser el futuro? Según algunos observadores, en este país las tensiones raciales entre los negros y los blancos empeoraron durante los años 80. Tal como lo hacía notar un profesor negro: "En donde debiéramos ver un crisol de razas, yo definitivamente veo una polarización" (Freedman 1987, p. 1). Este antagonismo mutuo puede observarse en un estallido de cólera, como el incidente de una comunidad blanca de clase media, predominantemente italiana ocurrido en diciembre de 1986 en Howard Beach, Nueva York. Un grupo de blancos persiguió a tres hombres negros que caminaban por el vecindario y los apalearon. Cuando uno de los negros corrió hacia la autopista para escapar, un automóvil lo atropelló y murió. La policía interrogó a once blancos y acusó y procesó a tres de ellos, todos estudiantes de secundaria (Freedman, 1987). La mayoría, tanto de blancos como de negros, condenó el ataque. Pero este hecho también dio rienda suelta a los sentimiento reprimidos de los negros por otros ataques brutales durante muchos años. ¿Acaso el atrevimiento y la claridad del movimiento de los Derechos Civiles entre los años 1950 y 1960 brota del desangre y de la claridad de los errores que este movimiento cometió? Hoy, la discriminación racial parece envolver una interacción sutil y más compleja de condiciones económicas, cambios demográficos y prácticas atrincheradas. ¿Qué estrategias se necesitan para asegurar que la marcha hacia la verdadera igualdad racial continúe? (Matt Herror/Black Star).
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Los líderes negros insistieron en que el incidente representaba el racismo tradicional de las etnias blancas en ese país. Los blancos de Howard Beach sentían que toda su comunidad no debería ser condenada por las acciones de unos pocos quinceañeros enojados y sin objetivos. En Howard Beach se confirmó que para muchas personas las relaciones raciales se han venido desintegrando y que hoy forman uno de los principales problemas que enfrenta la nación. Así, una cantidad de sociólogos argumentan que el significado de raza está aumentando, especialmente para los negros de la clase media, quienes por motivo de la desegregación escolar y de la acción afirmativa, han llegado a tener mayores contactos con los blancos (Willie, 1979). Otros sociólogos han sugerido que los factores socioeconómicos estructurales, incluyendo la estratificación de la población negra, han llegado a ser más importantes que la raza misma para la subclase negra del ghetto, que vive en una pobreza absoluta y continuada. El más notable defensor de esta posisión es William J. Wilson (1978, 1987), particularmente en su último estudio; The Truly Disadvantaged: The Inner City, The Underclass, and Public Polio/. Wilson argumentó en forma persuasiva que los problemas principales de la subclase del ghetto, que él denomina "dislocaciones sociales", on el fuerte incremento en el crimen, la adicción a las drogas, los embarazos juveniles, los nacimientos fuera del matrimonio, los hogares encabezados por mujeres, la dependencia del bienestar social y el desempleo. Definir estos problemas en términos de raza, dice Wilson, es una respuesta demasiado fácil, que de verdad obscurese los verdaderos problemas. Aunque sus efectos pasados y presentes son extendidos, el racismo no explica del todo por qué, por ejemplo,
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estas dislocaciones en la vida del ghetto ocurrieron durante un período en que se pusieron en marcha los programas más amplios contra la discriminación. Más bien, son los cambios demográficos y económicos de la sociedad los que han afectado fuertemente el mercado de trabajo en los ghettos y han producido esas altas tasas de desempleo a largo plazo. Estos cambios incluyen la transformación de una economía orientada hacia los bienes, por una economía orientada hacia los servicios; el desplazamiento de la industria de las ciudades centrales; la brecha y la polarización del mercado de trabajo solamente en los empleos de altos salarios y de bajos salarios, con muy poco en el intermedio; la reducción de las necesidades del trabajo poco calificado; la consecuente discordancia entre empleos disponibles y las capacidades de los residentes del casco urbano; el gran influjo de inmigrantes, particularmente de hispanos, que ha inflado las categorías de los incapacitados y
ha contribuido a la explosión demográfica y a disminuir la mediana edad entre las minorías y, finalmente, el desplazamiento de los negros de la clase media del casco urbano, por medio de la acción afirmativa, ha dejado como secuela una inmensa concentración de pobres (Wilson, 1987). Lo que Wilson sugiere es un enfoque completamente nuevo en el tratamiento de los problemas complejos e interrelacionados de la subclase del ghetto, como también las reformas potenciales necesarias para manejar estos problemas. Aunque la posición de Wilson es controvertida, lo que parece claro es que hoy las relaciones de raza son una combinación poderosa de prejuicios raciales y de cambio económico en la sociedad. El desafío será aprender la forma como la economía y la raza pueden influirse mutuamente -y si los programas sociales pueden diseñarse para mejorar las oportunidades de vida de quienes no poseen una vivienda decente, ni escuela, ni empleos ni esperanzas reales.
RESUMEN 1. Las relaciones étnicas y raciales se caracterizan por la discriminación y por la distribución desigual de poder, de oportunidades y de recursos, o por el orgullo étnico, la asimilación y el éxito de los distintos grupos sociales. 2. La apariencia física o las características culturales de los miembros de los grupos minoritarios los ubican aparte de los miembros del grupo dominante y los sujetan a un tratamiento desigual. Los grupos minoritarios reflejan los patrones de la dominación política y económica en la estructura de una sociedad. 3. La raza y la etnia son construcciones sociales. Una raza es una población que se considera a sí misma y es considerada por los demás como poseedora de características físicas distintivas. La etnia es la identificación social basada en las diferencias culturales percibidas de un grupo. 4. Las consecuencias sociales de la raza y de la etnia incluyen un sentido de identidad y de tradición compartida, un sentido de alienación del grupo exterior y de solidaridad social y política, y de racismo. 5. El prejuicio es una actitud positiva o negativa hacia un grupo de personas por sus características sociales reales o imaginarias. La discriminación es la acción basada en el prejuicio. La discriminación institucional es la negación sistemática de derechos y oportunidades a un grupo. No necesariamente comprende a los individuos prejuzgados; está formada
por programas y de políticas. La segregación separa a los grupos física y socialmente por la raza o la etnia; la integración los une. 6. Cuando diferentes grupos étnicos y raciales se encuentran, comúnmente resulta el conflicto o la adaptación. Los patrones de conflicto frecuentemente crecen a causa de una combinación de etnocentrismo y de competencia por los recursos. Algunas veces, un grupo subyuga a otro, económica y políticamente, como en el colonialismo, lo que da como resultado una estratificación racial. El colonialismo interno también es posible. Otras veces, el grupo más poderoso desplaza al más débil, sea por transferencias de población, por atrición o por genocidio. 7. Las minorías pueden reaccionar al prejuicio y a la discriminación al tratar de ser aceptadas por el grupo dominante o al comprometerse en agresiones encubiertas, en protestas políticas y económicas o en protestas violentas y en rebeliones abiertas. 8. Algunas veces los grupos se encuentran en un mínimo de conflicto, cuando se mezclan, se asimilan o existen en un mosaico pluralista. La asimilación de un grupo particular está influenciada por factores de tiempo, por contextos históricos y económicos, por el tamaño del grupo, por la similitud con el grupo dominante, por los beneficios para el grupo dominante del status de minoría de otros grupos y por el deseo de adaptarse a la minoría. El así llamado crisol de razas puede ser más una ficción de ideología política, que un reflejo de la realidad. Estados Uni-
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dos no es realmente una sociedad pluralista porque predominan los valores de los protestantes anglosajones blancos y sus ideales. 9. Existen muchas formas de explicar el prejuicio y la discriminación: la necesidad sicológica de suprimir la frustración con un chivo expiatorio; el rol que desempeñan los mitos raciales y étnicos que sirven como justificación para el racismo; el rol desempeñado por los conflictos sociales y económicos, frecuentemente basados en la amenaza percibida de otro grupo y los beneficios que podrían ganarse o mantenerse por la descriminación (la perspectiva del poder); y los factores culturales que mantienen el prejuicio como un hábito socializado e incorporado. 10. Las tensiones raciales pueden empeorarse en Estados Unidos. La minoría más grande en Estados Unidos, o sea los negros, tiene que luchar contra la esclavitud y contra el mito de la inferioridad negra. Aunque la esclavitud se abolió en 1865, la discriminación continúa, a pesar de las victorias del movimiento de los derechos civiles de 1960. Ha habido mejoras para algunos negros, pero todavía no existe igualdad con los blancos. La población negra está estratificada: la clase media negra ha ido aumentando, pero una subclase más voluminosa y muy pobre, confinada en los ghettos urbanos está más aislada y más cargada de problemas que antes. 11. Los hispanos también están desproporcionadamente representados en la subclase urbana, forman la segunda minoría más grande de los Estados Unidos. En el próximo siglo, probablemente sea la mayor. Los hispanos provienen de diferentes sociedades de América Latina; pero comparten una lengua, una religión y costumbres que los convierten en un grupo étnico distinto. 12. Los aborígenes son el grupo minoritario más pobre en los Estados Unidos y han sufrido todos los efectos trágicos del racismo.
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13. Los estadounidenses asiáticos han sido relativamente exitosos en este país. El pueblo chino ha emigrado a Estados Unidos desde mediados de 1800 y ha experimentado una fuerte discriminación y explotación. Pero la gran importancia que la familia da a la educación y al éxito, como también las leyes de inmigración menos rígidas, han hecho que muchos estadounidenses chinos puedan moverse fácilmente hacia la clase media. Los estadounidenses japoneses, también, a pesar de los prejuicios y de la discriminación, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial, han triunfado como grupo en los Estados Unidos. Otros asiáticos están llegando en cantidades crecientes. Los estadounidenses judíos se clasifican por encima del promedio nacional, tanto en educación como en ingresos. Otras etnias blancas tales como italianos, polacos e irlandeses todavía se agrupan en muchos vecindarios urbanos fuertemente unidos, pero se están moviendo también en forma creciente dentro de la clase media. 14. Los intentos para eliminar la discriminación institucional en este país han incluido la desegregación escolar y las leyes y programas de acción afirmativa. Cada uno ha tenido algún logro y ha encontrado también oposición, particularmente de las clases conservadoras en los años 80. 15. Aunque Estados Unidos es una nación que defiende el ideal de la igualdad, el prejuicio y la discriminación institucional todavía persisten fuertemente. Algunos sociólogos observan que la raza se está convirtiendo en forma creciente en algo significativo. Otros creen que el aislamiento de la subclase en el casco urbano y la polarización económica de la sociedad, son los problemas centrales. Las relaciones raciales hoy deben observarse como un sistema de relaciones de poder basadas en la raza, el status social y la economía.
GLOSARIO Acción afirmativa. Consideración especial y tratamiento preferencial acordado para los miembros de los grupos minoritarios para remediar la discriminación pasada. Asimilación. La incorporación de un grupo minoritario dentro de la cultura y la vida social del grupo dominante tal como la de la minoría que con el tiempo deja de ser una unidad separada e identificable. Colonialismo. Es la toma económica de una nación por otra más poderosa, y la subsecuente dominación política y social sobre la población nativa.
Colonialismo interno. La formación de distintos grupos dentro de una sociedad, causados por varios grados de oportunidad económica, que están segregados económica y especialmente de otros. Chivo expiatorio. Es un objetivo sustituto sobre el cual los individuos enojados y frustrados desplazan toda la hostilidad. Discriminación. Exclusión o explotación sobre la base de la asociación de grupo. Discriminación institucional. Estructuración de políticas y programas que sistemáticamente niega los derechos
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y las oportunidades iguales a los miembros de grupos particulares. Grupo étnico. Una categoría de personas que se consideran a sí mismas y son consideradas por las otras, como poseedoras de unos rasgos culturales compartidos. Grupos minoritarios. Son las personas que están separadas por el tratamiento desigual de la sociedad donde viven y que se consideran a sí mismas como víctimas de la discriminación colectiva. Hipótesis de la frustración-agresión. La teoría de que las personas son criaturas dirigidas por metas, personas que llegan a enojarse, y que son hostiles cuando se frustran sus deseos y liberan su ira bajo la imagen de un chivo expiatorio. Integración. Interacción permitida y contacto entre diferentes grupos raciales y étnicos. Leyes de Jim Crow. Las barreras legales y sociales construidas en el Sur a finales del siglo XIX y a comienzos del XX para evitar que los negros votaran, utilizaran los servicios públicos, y que se mezclaran con los blancos. (Jim Crow es el nombre de un personaje trovador que actuaba con la cara negra). Pluralismo. Es la coexistencia de diferentes grupos étnicos y raciales, cada uno de los cuales conserva su propia
identidad cultural y sus redes sociales mientras que participan con igualdad en los sistemas políticos y económicos. Prejuicio. Predisposición categórica de agrado o desagrado por las personas, por sus características sociales, reales o imaginarias. Racismo. La doctrina de que algunas razas son intrínsecamente inferiores y algunas son intrínsecamente superiores a otras. Raza. Grupo de personas que se consideran, y de quienes los otros creen que son, genéticamente distintas. Segregación. Contacto restringido o prohibido entre grupos que es creado por la ley o por las costumbres. La segregación puede ser étnica o racial, o basarse en el sexo o en la edad. Segregación de facto. Separación racial que resulta de patrones sociales no oficiales, en oposición a la segregación impuesta por la ley o segregación de jure. Segregación de jure. Segregación impuesta por la ley. Segregación racial. Leyes y políticas en Suráfrica que segregan a los blancos y a los no blancos en cada nivel de la sociedad. Subclase. Un subgrupo golpeado por la pobreza, que tiene pocos recursos y pocas oportunidades de mejorar su status en la sociedad.
CAPITULO 14
Política, Estado y guerra
A mediados de los años 80, los periódicos de todo el mundo transmitieron siniestras noticias sobre actos de terrorismo: un camión-bomba voló las barricadas de la marina de los Estados Unidos en Beirut, matando centenares de soldados; el crucero Achille Lauro fue secuestrado y un anciano que estaba a bordo resultó muerto; un avión de la TWA fue secuestrado en Atenas y asesinado un joven soldado. Para muchas personas que leen o escuchan las noticias, estos horrendos acontecimientos parecerían ser crímenes aislados realizados por locos. Sin embargo, desde un punto de vista sociológico, estos acontecimientos no eran ni aislados, ni tan sólo obra de un puñado de violentos y desequilibrados. Tal como lo ha señalado el sociólogo Richard E. Rubenstein (1987, p. 51): "Más de cinco mil actos terroristas se cometieron en el mundo en la década de los 70, de los cuales aproximadamente el 40 por ciento tuvo lugar en Europa Occidental, el 25 por ciento en las naciones urbanizadas de Latinoamérica y el 10 por ciento en los Estados Unidos". El terrorismo se ha extendido tanto que ahora es imposible descartarlo como la acción de unas pocas personas dementes. En efecto, el terrorismo tiene raíces sociológicas: el uso de la violencia por pequeños grupos de personas para lograr objetivos políticos que consideran difíciles de alcanzar por medios pacíficos y legítimos. El terrorismo, con mucha frecuencia, se origina en la situación de personas que se consideran como grupo nacional, pero que sienten que ningún estado, ningún gobierno autónomo, legítimo y reconocido ampliamente las representa. Puesto que todo territorio habitable del mundo se divide en estados, que
son la principal unidad de organización mediante la cual puede ejercerse el poder político, las personas que no tienen un Estado que las represente se sienten completamente impotentes y se aislan del orden mundial. Para tener independencia -y aún para tener identidad reconocida- como pueblo, aquellos individuos sienten que ellos también deben tener un gobierno de estado soberano. De esta manera, el terrorismo frecuentemente es una táctica de quienes se encuentran o se sienten sin estado. Pueden buscar derribar el gobierno del país en el cual viven y remplazarlo por uno que sea más de su gusto, o pueden tratar de separarse del estado en el que habitan con el fin de fundar un nuevo país. El terrorismo entonces representa un desafío principal a la legitimidad de un estado existente. No es accidental que muchos de los actos de terrorismo de hoy se relacionen con la situación política del Medio Oriente. Durante muchas generaciones, Palestina y las tierras que la rodean han sido un campo de batalla entre dos grupos en contienda: los judíos y los árabes. A comienzos del siglo XX comenzó un movimiento de judíos europeos por asentarse en Palestina (por ese entonces un protectorado británico) con la esperanza de fundar su propio país. Esta idea, conocida como sionismo, fue una respuesta a los sentimientos de muchos judíos por el hecho de no tener patria. Dispersos por muchos países en el mundo, los judíos sufrían la opresión y la persecución. Algunos de ellos que se establecieron en Palestina se convirtieron en terroristas; atacaron el régimen británico, volando edificios y realizando otros actos de violencia. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se revelaron los esfuerzos 387
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El terrorismo y la guerra, la pérdida y el temor, se han convertido en parte de la vida diaria de las personas del Beirut que alguna vez fue cosmopolita. Desde un punto de vista sociológico, los bombardeos y las batallas en el Líbano son parte de los principales patrones de terrorismo y violencia que actualmente caracterizan al Medio Oriente (Gamma-Liaison).
de la Alemania nazi para exterminar la población judía de Europa, centenares de miles de judíos se unieron al movimiento sionista, buscando un estado en Palestina. El gobierno británico y otros gobiernos occidentales apoyaron este plan. Sin embargo, cuando se creó el estado de Israel miles de palestinos se unieron a los países árabes vecinos para negar su legitimidad. Muchos fueron considerados como riesgos para la seguridad y expulsados de sus hogares; todos repentinamente se encontraron como "extranjeros" en un estado religioso que los excluía de todos los derechos de ciudadanía. Algunos palestinos descontentos iniciaron una guerra de guerrillas contra Israel y otros el terrorismo. Una meta central tanto de las luchas pacíficas como de las violentas fue la creación de un estado palestino independiente. Un grupo de personas sin patria -los judíos- habían ganado un estado; pero esto sólo intensificó el deseo de los palestinos sin patria de tener un país propio, en la tierra de sus antepasados. Con todo, el terrorismo no está confinado al Medio Oriente; los terroristas estadounidenses, jóvenes del ala ultraizquierdista en los años 60 y 70, cometieron una cantidad de atentados como protesta contra la guerra de Vietnam, la cual consideraban una guerra no declarada e ilegítima. Los terroristas también pueden ser ciudadanos de un país subdesarrollado
gobernado por una pequeña élite que sacrifica a los campesinos y a los pobres de las ciudades (como es el caso de los movimientos guerrilleros en Latinoamérica). Los defensores de algunas posiciones ideológicas ("pureza" racial, oposición al aborto, por ejemplo) pueden recurrir al terrorismo como respuesta a los cambios adversos a sus posiciones en una sociedad pluralista. Los terroristas pueden ser también miembros de grupos nacionales o religiosos que buscan liberarse de una dominación de los otros grupos (como los católicos en Irlanda del Norte o los sikhs en la India). Cualquiera que sea el motivo de quienes tratan de obtener el cambio mediante la violencia, los gobiernos existentes están muy inclinados a calificarlos de terroristas -lo cual significa que no tienen legitimidad y que tienen pocos seguidores. No obstante, algunas veces la historia parece probar que la causa de los terroristas era una causa buena y basada en principios. Para los británicos, los colonos estadounidenses que arrojaron el té en el puerto de Boston antes de la guerra revolucionaria eran simples terroristas. Hoy, puesto que una mayoría de colonos dieron apoyo a su lucha, se les considera como héroes. En este capítulo discutiremos el estado, cuya falta -como vimos- frecuentemente sirve de soporte a los actos terroristas. Discutiremos la forma como surgen los estados y cómo llegan a ser considerados legítimos (o no). Más ampliamente, vamos a considerar qué es el poder, la forma como se disputa, y cuán estable y concentrado permanece. Finalmente, trataremos el asunto de la guerra, o sea, qué sucede cuando un enfrentamiento se convierte en conflicto entre dos estados.
LA DISPUTA POR EL PODER Los sociólogos definen política como el proceso social mediante el cual las personas obtienen, utilizan y pierden el poder. Y el poder, de acuerdo con la clásica definición de Max Weber, es "la probabilidad de que un actor dentro de una relación social esté en posición de imponer su voluntad a pesar de la resistencia" (1922/1978. p.153). Así, existe un elemento de política -de adquirir y utilizar el poder-en casi todas las relaciones sociales, no solamente aquellas que se han establecido separadamente para tratar del poder, tales como el gobierno, la policía y las fuerzas militares. Los padres de familia, por ejemplo, buscan mantener el poder sobre sus hijos, los esposos y las esposas ejercen el poder uno sobre otro; los profesores esgrimen el poder sobre sus estudiantes, y los ejecutivos de negocios utilizan el poder para poder manejar sus compañías. De ahí que
POLÍTICA, ESTADO Y GUERRA
la política sea una parte inevitable de la vida social, no simplemente una cuestión de quien busca la candidatura para la elección o quien ocupa un cargo público. En este capítulo, sin embargo, el enfoque se hará sobre la política en el sentido más amplio, en las instituciones especializadas del poder, especialmente aquellas que están vinculadas con el gobierno. La definición de poder dada por Weber -o sea la habilidad para ejercer el control sobre otros a pesar de la resistencia- todavía se acepta ampliamente; pero se refiere sólo a un tipo de poder. El poder en opinión de Weber hoy es conocido por los sociólogos como un poder distributivo, es decir, el poder en relación con el de los demás. El poder en este sentido está distribuido en forma desigual y la persona o personas con más poder prevalecerán cuando haya conflicto. Los sociólogos también reconocen otro tipo de poder, que a veces se denomina poder colectivo o poder habilitante (Parsons, 1960). Este poder se refiere a la capacidad para lograr que se hagan los cosas, por ejemplo, fabricar objetos materiales. En este sentido, el poder no está distribuido entre las personas, sino que surge de un esfuerzo cooperativo, una división del trabajo y demás. Por ejemplo, mediante la división del trabajo, una fábrica con trabajadores tiene la capacidad de producir automóviles. Con la cooperación, la dirección de un hospital, puede suministrar a los pacientes los cuidados requeridos para su mejoría. El poder colectivo es, entonces, un engrandecimiento del poder mediante la cooperación. Asimismo, este incremento colectivo del poder con la división del trabajo se presenta a nivel de toda la sociedad. La existencia de muchas ocupaciones y profesiones diferentes aumenta la capacidad productiva, administrativa, e inclusive, de defensa de toda la sociedad (Rueschemeyer, 1986).
Legitimidad y autoridad Cuando los sociólogos examinan el poder, no sólo se interesan por saber cuán grande es, sino también por si es legítimo. La legitimidad se refiere al grado en el que el poder se reconoce como válido y justificado por la gente en una relación (e implícitamente por toda la sociedad). El poder de los padres sobre los hijos generalmente se considera legítimo (en tanto no sea exagerado), mientras que el poder de un criminal con un arma no lo es. Con frecuencia los sociólogos se refieren al poder legítimo como autoridad y anotan que se ejerce con la aprobación social de la mayoría de los individuos en un grupo o sociedad. Un ejemplo sencillo podría ayudar a ilustrar esta idea. Reconocemos que los jueces tienen autoridad judicial para tomar decisiones sobre asuntos de
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la ley; estemos de acuerdo o no con estas decisiones, creemos en el derecho que tienen los jueces para hacerlo. Por el contrario, un poder ilegítimo se ejerce sin dicha aprobación social. Tal poder ilegítimo siempre depende de la coerción, o sea, del uso de la fuerza. Berger y Luckman (1966), por ejemplo, observan el poder coercitivo como si progresara en un continuo desde el menos enérgico, hasta el más enérgico, siendo la persuasión, la presión y la coacción los tipos principales. El poder coercitivo entonces podría depender del uso de la fuerza física (un sofocamiento) o de un incentivo más encubierto (como el dinero), pero sus fines son inducir a las personas a hacer algo que de otra manera no quisieran hacer. Así, si el poder coercitivo es la habilidad para controlar el comportamiento de otras personas, la autoridad es el derecho de hacerlo. El poder coercitivo se utiliza algunas veces para apoyar la autoridad, como cuando la policía en forma rutinaria expide sanciones por exceso de velocidad y por otras violaciones. El poder que se fundamenta en la autoridad comúnmente se acepta por quienes están sujetos a él. El poder fundamentado en la coerción, sin embargo, tiende a ser inestable porque quienes se someten a él solamente lo hacen por temor, no por lealtad, y pueden, en cierto momento, rebelarse. En la práctica, la mayor parte de los sistemas políticos se apoyan en el ejercicio tanto de la autoridad legítima como del poder coercitivo. Pocos sistemas se fundamentan tan totalmente en la fuerza o que no tengan al menos un elemento de consentimiento de los gobernados. Incluso las dictaduras tienen algún tipo de aceptación. Pero cuando un sistema político llega a depender casi exclusivamente del uso de la fuerza, empieza a perder la lealtad de su pueblo y está expuesto a experimentar la oposición e inclusive la caída. Tal era la difícil situación de Irán bajo el gobierno del último Sha, y en las Filipinas bajo el gobierno de Ferdinando Marcos. Debido a su permanente confianza y dependencia de la fuerza, la autoridad de estos gobernantes se vio socavada y con el tiempo se desmoronaron sus bases de poder. El poder coercitivo puede ser eficaz para actos sencillos de sumisión; pero a la larga no lo es como base primaria para un gobierno. Las ideas de la gente acerca de la legitimidad de los sistemas políticos pueden ser diferentes. En Estados Unidos se tiende a tener más altas expectativas sobre la legitimidad que la mera tolerancia del sistema político. Como veremos más adelante, los estadounidenses tienen a la democracia representativa como algo apreciado y como un ideal por el cual se esfuerzan, y no precisamente como un sistema en el
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cual viven. Pero aun así, el sistema estadounidense no es completamente "democrático". La elección de los representantes, por ejemplo, es realmente un compromiso del ideal democrático de la participación directa, pero difícilmente se practica en una sociedad a gran escala (Bobbio, 1987; Held, 1987). El punto es que a pesar de la alta valoración que le dan a la democracia, otros sistemas pueden tener legitimidad a los ojos de aquellos que viven bajo gobiernos diferentes. Otros tipos de autoridad política también son reconcocidos. La familia no es una democracia, por ejemplo, ni tampoco lo son las iglesias. En muchos países se considera legítimo que un líder político ejerza el poder a la manera de los sacerdotes o de los padres de familia. Como sugerimos anteriormente, no existe una base objetiva sobre la cual decidir si un sistema político es legítimo, porque la legitimidad depende del consentimiento de los gobernados. Pero podemos identificar las normas más débiles o más fuertes de la legitimidad. Por ejemplo, un gobierno podrá considerarse legítimo, siempre y cuando no exista una oposición abierta, amplia y pública. Esta noción tan débil de legitimidad es particularmente característica de la perspectiva funcional (Lipset, 1981). Desde un punto de vista funcional, en tanto el pueblo tolere el orden político suficientemente como para mantenerse en el poder, entonces se cumplirá el requisito funcional de la legitimidad. Por el contrario, la perspectiva de poder tiende hacia un concepto mucho más fuerte de legitimidad (Habermas, 1975; Taylor, 1985). Los sociólogos del poder argumentan que un sistema no es legítimo a menos que los gobernados realmente puedan tener el poder de hacer cambios si así lo desean. Algunos teóricos del poder van más allá y se preguntan si aún aquellas instituciones que el pueblo acepta a diario son legítimas, si no están a favor del mayor interés del pueblo y si existe una alternativa visible (Connolly, 1984). La legitimidad, entonces, sigue siendo un problema vigente para los gobiernos y los líderes políticos. La legitimidad de cualquier sistema político puede fluctuar, dependiendo de las circunstancias. Cuando un gobierno empieza a perder legitimidad, puede suceder que dependa en forma creciente del uso de la fuerza. Tal estado de situaciones existe ahora en Suráfrica, donde el gobierno ha buscado protegerse al aprobar leyes drásticas del "estado de emergencia", encarcelando a sus opositores y cometiendo otros actos coercitivos. En los sistemas parlamentarios, tal como sucede en Gran Bretaña, se convoca a elecciones cuando se percibe que el gobierno está perdiendo legitimidad. En Estados Unidos, los asuntos de la legitimidad en los últimos
años explican el retiro de Lyndon Johnson y la renuncia de Richard Nixon. Aún en la actualidad, cuando hay poco menos que un ambiente de crisis, la confianza pública en las instituciones sociales no es muy grande (Informe Gallup, 1986). Las revelaciones del así llamado escándalo Irán-Contras, caasó la caída de la confianza en el presidente Reagan, que antes estaba en alto nivel (Harris, 1987; Sussman, 1988). Las revelaciones de que miembros de la administración Reagan negociaron armas con Irán, a cambio de los rehenes y de dinero, y que además utilizaron ganancias del negocio para financiar a los rebeldes de Nicaragua, crearon serios interrogantes acerca de la conducta legítima de la política exterior de Estados Unidos. Cuando un gobierno se considera legítimo, la gente se somete a su autoridad voluntariamente (más o menos). ¿Por qué la gente acepta a los líderes y a las instituciones que los gobiernan? La opinión más influyente acerca de la autoridad es la que tenía Weber, quien identificaba tres tipos de autoridad: la legal/racional, la carismática y la tradicional. Cada tipo se caracteriza por una base diferente sobre la cual reposa el poder legítimo.
Autoridad legal/racional La autoridad legal/racional se deriva de un sistema de reglamentaciones explícitas o leyes que definen los usos legítimos del poder. La autoridad está conferida a los cargos o posiciones, no a quienes los ocupan temporalmente. Por lo tanto, la autoridad legal/racional se considera como un "gobierno de leyes, no de personas". La autoridad también se limita a los "asuntos oficiales". Por ejemplo, los jefes tienen autoridad notable sobre la forma como los empleados utilizan sus días de trabajo, pero no tienen autoridad sobre la forma como pasan sus fines de semana. Bajo la autoridad legal/racional, un funcionario puede ejercer el poder solamente dentro de límites específicos. Se considera que los funcionarios están cumpliendo con sus responsabilidades dentro del contexto de un sistema "racional" definido por reglas y normas.
Autoridad carismática La autoridad carismática es lo opuesto a la autoridad legal/racional. Se deriva de cualidades personales excepcionales que la gente percibe como "regalos de la gracia", o sea, capacidades que parecen sobrehumanas o sobrenaturales. La clave para la autoridad carismática se basa en las creencias de los seguidores en los dones del líder y no en la evidencia objetiva de esas creencias. La gente sigue a un lí-
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Tres tipos de autoridad: tradicional, carismática, racional/legal. Swaziland tiene un nuevo rey, Mswati 111, "El León", cuya familia ha gobernado este pequeño reino por muchas generaciones. Martin Luther King no tenía ningún cargo público; pero su valor y su visión se convirtieron en una fuente de poder y de dirección para el movimiento de los derechos civiles. Margará Thatcher sirve como primera ministra de Gran Bretaña; la autoridad es conferida a su cargo por normas explícitas y dentro de límites específicos. (Arriba a la izquierda: Francois Von Sury/Sygma; abajo izquierda: Dan Budnik/Woodfin Camp & Associates; derecha: Peter Turnley/Black Star).
der carismático por devoción personal. Pero Weber (1918/1949, p. 249) observó: "El líder carismático obtiene y mantiene la autoridad solamente probando su fuerza en la vida. Si quiere ser profeta, debe hacer milagros; si quiere ser el señor de la guerra, debe ejecutar hazañas heróicas". Puesto que los líderes carismáticos tienen cualidades únicas, no es fácil encontrarles sucesores. Por esta razón, la autoridad carismática es intrínsecamente inestable y no dura mucho tiempo. Si la autoridad carismática no fracasa, se rutiniza comúnmente en una forma de autoridad tradicional o racional/legal. Ejemplos de líderes carismáticos en la historia actual son Mahatma Gandhi, quien condujo la lucha no violenta de la India hacia su independencia; Martin Luther King, Jr. y Malcolm X, líderes negros en los Estados Unidos, y César Chávez, un portavoz de los granjeros mexicano-americanos.
Autoridad
tradicional
La autoridad tradicional se origina en las creencias y practicas transmitidas de generación en generación. En las sociedades tradicionales las personas tienden a mirar la forma en la que las cosas siempre se han realizado como algo sagrado; los reyes, las reinas, los jefes, los sacerdotes, los concejos de ancianos y las demás organizaciones son parte de este orden sagrado. Aunque las tradiciones podrían limitar su autoridad, tales líderes tienen cierta libertad para tomar decisiones. Las posiciones son por lo general hereditarias y las personas tienen la sensación de lealtad personal hacia quienes las ocupan. En la práctica los tres tipos de autoridad identificados por Weber pueden superponerse. John F. Kennedy, por ejemplo, tenía autoridad racional/legal en virtud de su elección a la presidencia; tam-
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bién tenía la autoridad tradicional que rodeaba al cargo de la presidencia y asimismo el poder del carisma. No obstante, en un momento dado del poder legítimo, la autoridad frecuentemente descansa primordialmente, en uno o en otro de estos tres fundamentos.
EL ESTADO El poder, como hemos visto, es un factor importante en todas las relaciones humanas. Una de las características más distintivas de las sociedades modernas es el grado hasta el cual muchos tipos de relaciones de poder se concentran en un campo especializado. En estas sociedades, ciertas instituciones y organizaciones se especializan en esgrimir el poder y la autoridad. Estas incluyen los tribunales, la policía, la legislatura, las agencias de regulación, la rama ejecutiva (la presidencia, los gobernadores y demás), y las fuerzas armadas. Tomadas en conjunto y en unión de otras organizaciones públicas, tales como las escuelas, los departamentos de transporte, las autoridades de acueducto y alcantarillado, etc., estas instituciones en las cuales se concentra el poder autónomo sobre una zona geográfica forman lo que los sociólogos denominan el Estado. Este tiene un monopolio sobre el uso legítimo de la fuerza dentro de un territorio determinado, el cual depende de la aceptación del Estado como legítimo por quienes viven dentro de ese territorio. Como vimos al principio de este capítulo, el Estado considera como terroristas o revolucionarios a quienes no lo aceptan como legítimo. Estado no es exactamente lo mismo que gobierno. El gobierno es el cuerpo de funcionarios elegidos y nombrados que dirigen el Estado en un determinado período. El Estado es una entidad abstracta. Entonces, en teoría uno podría ser leal al país propio aun cuando deteste al gobierno particular existente. A lo largo de la historia, los estados abstractos tal, como los conocemos no existieron. El poder se concentraba en las personas mismas, comúnmente en las personas de edad avanzada o en los jefes de familia. Las tribus y otros grupos pequeños formaron las unidades sociales básicas. El parentesco era la base del orden social. El poder personal y el poder oficial eran una misma cosa. El poder político no era distinto de las relaciones personales. El Estado, tal como lo conocemos hoy, ha llegado a formarse a través de un prolongado proceso gradual de distinciones cada vez mayores que aparecen entre lo público y lo privado; entre los funcionarios como personas privadas y los funcionarios en su capacidad pública. El proceso empezó con el sur-
gimiento de los caciques y los reyes, a medida que el poder político se hacía más y más especializado. El parentesco originó la monarquía. Con el tiempo, "el monarca", o sea el rey, llegó a interpretarse como algo separado de la persona particular que mantiene el oficio en un tiempo determinado. "¡El rey ha muerto! ¡Viva al rey!". En otras palabras, un rey puede morir, pero el cargo mismo continúa, al ser ocupado por los herederos del rey muerto o por otros sucesores (Gluckman, 1965; Kantorowicz, 1957). A medida que el estado crecía y los funcionarios adquirían más y más poder, el concepto de que la autoridad y las recompensas del cargo público debieran distribuirse sobre la base de calificaciones y no por razones del parentesco tuvo cada vez más aceptación (Weber, 1922). Las esferas públicas y privadas se iban separando cada vez más. Hoy consideramos bastante inapropiado que los funcionarios, permitan que las relaciones personales influyan en sus acciones. Los gobernadores, por ejemplo, no pueden nombrar a sus parientes para empleos del estado o para manejar los fondos públicos como si fueran propios sin arriesgarse a un proceso penal. Los estados modernos han crecido hasta adquirir una fortaleza sin precedentes, con una brecha cada vez más amplia entre la vida pública y la privada, como veremos en la próxima sección.
El surgimiento de los estados modernos y los orígenes de la burocracia Los estados, tal como los conocemos actualmente, empezaron a formarse en Europa hacia el siglo XVI y el proceso de su formación continuó hasta principios del siglo XIX. Dos fuerzas principales e interrelacionadas contribuyeron a este proceso: (1) la expansión y la consolidación de los territorios y (2) el crecimiento del comercio internacional. Estas a su vez, estaban vinculadas con otras tendencias históricas: la unificación de principados separados, mediante matrimonios reales o por herencia; el mejoramiento de los transportes; las guerras de conquista; el descubrimiento y la colonización de América, Asia y África. Mantener el control sobre territorios grandes o extensos se hizo necesario y posible. Con el fin de asegurar las fronteras territoriales, los gobernantes tenían que estar preparados para combatir y detener las ambiciones de que gobernantes enemigos crearan sus propios imperios. Esto significaba que los ejércitos tenían que estar preparados y desplegados sobre áreas extensas. La administración de los territorios en expansión también significó el aumento de los impuestos, la construcción de caminos, etc. Al mismo tiempo, mercaderes y comercian-
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tes exigían que sus mercancías estuvieran protegidas de los salteadores y que se garantizara la seguridad de sus embarcaciones. Y esto significaba la necesidad de acordar, firmar y cumplir convenios, vigilar los caminos y los mares; abrir los mercados internacionales y asegurar la paz interna (Anderson, 1974; Hall, 1985; Mann, 1986). Con el fin de conservar el nuevo territorio y los intereses comerciales, los gobernantes europeos necesitaban nuevas instituciones de gobierno. Cuanto más grande era el territorio y mientras más complejo fuera el control eficiente sobre un territorio, más dependían los gobernantes europeos de estas instituciones. Estas operaban sobre dos principios fundamentales: la estricta separación de las obligaciones públicas de las vidas privadas, que analizamos anteriormente, y el control del comportamiento de los funcionarios por medio de reglamentos formales, no por sus decisiones autónomas. Esta nueva clase de "servidores públicos" llegó a ser lo que ahora denominamos burocracia, una palabra acuñada por Max Weber (1922) para describir la autoridad mediante organizaciones formales de funcionarios públicos. A medida que las burocracias se extendieron, surgieron otras características importantes. En primer lugar, se desarrollaron jerarquías manifiestas de poder dentro de las burocracias, y en segundo lugar, las tareas de los funcionarios (burócratas) se especializaron cada vez más. De esta forma, la necesidad de administrar los estados emergentes creó las burocracias, y éstas continúan siendo el centro de operación de todo estado moderno actual (Badie y Birnbaum, 1983). Weber no le quiso dar a su término "burocracia" el significado peyorativo que se le asigna comúnmente hoy. Con frecuencia, asociamos la burocracia con la "tramitomanía" y con el cumplimiento de normas complejas y no razonables. Para Weber, el advenimiento de la burocracia, con su división del trabajo y la jerarquía de control, significaba que los estados funcionan más eficientemente. Por otro lado, la burocracia era intrínsecamente impersonal (a causa del énfasis que daba a los roles oficiales más que a las personas reales que los desempeñaban) y formal, puesto que se fundamentaba en la realización de normas específicas (hasta el punto de olvidar algunas veces las razones que los respaldan). Estas características le facilitaron a la burocracia traicionar los valores sobre los cuales se había cimentado y aparentar valorar sus normas operativas en sí mismas, en vez de utilizarlas como medios para algún fin humano o social. Sin embargo, Weber consideraba la burocracia como un avance, puesto que significaba que las normas claras y los criterios imper-
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sonales iban a aplicarse a la toma de decisiones y al compromiso de los funcionarios, en vez de permitir que dominaran los caprichos personales y las conexiones. Desde cuando Weber escribía, en 1920, la burocracia ha crecido en importancia por todo el mundo. En efecto, en algunos países, -en particular en los países comunistas- la burocracia parece ser la base del sistema político (Badie y Birnbaum, 1983). Puesto que el Estado controla la mayor parte de las empresas en estos países, la burocracia pública es básica para la economía, lo mismo que en otros aspectos de la vida. En los países capitalistas, las burocracias de Estado han crecido como parte del desarrollo de los "estados del bienestar social" (como veremos luego en este capítulo). El crecimiento de corporaciones muy grandes también ha producido burocracias privadas de importancia. Las diferentes opiniones sobre cuánto control debe ejercer el estado contra las fuerzas del mercado y sobre la actividad social son un punto que separa a las ideologías comunista y capitalista y a los sistemas políticos (de Jassay, 1985; Lindblom, 1977). No obstante, ambos tipos de sistemas incluyen burocracias. Esta también se ha extendido en los países menos desarrollados del Tercer Mundo (Thomas y Meyer, 1984). Muchos sociólogos consideran que la formación de una burocracia eficiente fundamentada sobre los principios que hemos discutido (de nuevo, no se está hablando de la tramitología) es un criterio esencial en el desarrollo económico (Amsden, 1985; Robertson, 1984; Rueschemeyer, Skocpol y Evans, 1985). Muchos pises del Tercer Mundo, por ejemplo, tienen gobiernos militares que mantienen el poder por la fuerza. Pero independientemente de la fuerza que estos gobiernos pueden tener en términos de capacidad de violencia, generalmente no tienen el beneficio de un conjunto fuerte de organizaciones estatales, en otras palabras, de una burocracia eficiente. Aunque estos gobernantes militares pueden tener control físico sobre si los individuos viven o mueren, no pueden extender su poder profundamente en la sociedad, en las vidas diarias de sus subordinados a no ser con base en el temor. Con frecuencia su objetivo principal es tan sólo continuar en el poder. Existe un gobierno; pero no un Estado moderno en la forma como se define aquí. Aunque en muchos países del Tercer Mundo las relaciones personales frecuentemente siguen desempeñando un rol importante en la distribución del poder y sus recompensas, la ideología de un estado libre del dominio personal -uno de los principios de burocracia- está ampliamente extendida. Aún en los países en donde los cambios de régimen son comu-
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nes, es probable que se justifique cada golpe sucesivo en términos de corrupción del régimen anterior. En este contexto, a la larga, corrupción significa una falla al conformarse con la noción de un estado en el cual el dominio público y el privado se encuentran separados.
Nacionalismo y nacionalidad Un hecho relacionado con la formación del estado y el nacimiento de la burocracia fue el surgimiento de las ideas de nacionalidad y de nacionalismo Gellner, 1983; Breuilly 1985). "Estado" se refiere directamente a las instituciones políticas establecidas dentro de un territorio determinado: rey, presidente, tribunales, policía y otras. Nadón se refiere primordialmente a los vínculos culturales entre un grupo de personas que les concede una identidad compartida. Antes de la formación del Estado, la vida europea había sido principalmente local. En un sólo país, por ejemplo, Francia, se hablaban diversas lenguas o dialectos y las costumbres variaban enormemente de un lugar a otro. (Esta situación es todavía común en muchos países del Tercer Mundo). Gradualmente, sin embargo, a medida que las fronteras se iban solidificando, se facilitaba el transporte entre las diversas regiones, y a medida que el control sobre los grandes territorios que comprendían muchas regiones se centralizó más y se hizo más consistente, las diferencias locales empezaron a disminuir. Para finales del siglo XVIII, cuando nació Estados Unidos, se había expandido la idea de que todos los ciudadanos de un solo Estado deberían participar de una cultura común así como compartían un gobierno común. La creciente alfabetización de la población, el uso de la imprenta para hacer circular literatura y otros documentos, y las conexiones crecientes de diferentes distritos en virtud del comercio, contribuyeron al desarrollo de un sentimiento de identidad común. Los franceses se diferenciaron de los los ingleses en vez de diferenciarse de los franceses de un pueblo vecino. En realidad, no todos los franceses se conocían entre sí ni necesariamente compartían mucho unos con otros. Esto también era verdadero en otros países. Así, la nacionalidad hasta cierto punto ha sido siempre algo imaginario: más un ideal abstracto que una realidad (Anderson, 1983). Pero ese ideal abstracto tiene mucho que ver con la identidad personal. "El americanismo" es una parte fundamental de la identidad individual en EE.UU, así como ser chino o salvadoreño es fundamental para la identidad de esas personas. Creemos que una identidad común se fundamenta en rasgos culturales objetivos; pero estos tienden a ser bastante ambiguos y difíci-
les de definir (véase Capítulo 4). De nuevo vemos aquí que la nacionalidad tiene elementos subjetivos. La identidad cultural toma su significado primariamente de las comparaciones con otras identidades, o sea, con otras naciones. Junto con el concepto moderno de nacionalidad creció la idea paralela o creencia de que todos los pueblos de diferentes culturas deberían tener, y merecer en efecto, sus propios Estados (Gellner, 1983). Esta creencia, que incluye un elemento de orgullo en la nación propia, llegó a conocerce como nacionalismo a finales del siglo XIX (Williams, 1976). El surgimiento del nacionalismo claramente marcó un cambio en las relaciones de los ciudadanos con el Estado y el poder que el Estado esgrimía. Ya ningún pueblo se identificaba con los intereses de un rey o emperador, ni les prometía lealtad. Ahora empezaban a identificarse no solamente unos con otros, sino también con un poder y con políticas claras verdaderamente nacionales (Morgenthau y Thompson, 1985). El permanente descontento de las "naciones sin estado" revela otro aspecto importante del nacionalismo: los sentimientos nacionalistas tienden a reforzar cualquier opinión de grupo, racial, étnica o regional que no tenga Estado, de que un Estado propio puede resolver sus problemas. Pensemos en los vascos de España, los católicos en Irlanda del Norte, los judíos dispersos en Europa y en otras zonas antes de que se creara Israel y también pensemos en los palestinos actualmente desposeídos. Todos estos pueblos han presionado o lo están haciendo ahora por lograr su propio Estado-nación. Recordemos también que el nacionalismo fue una de las fuerzas que condujeron al surgimiento de Hitler en el poder de Alemania. Los pueblos de habla alemana jamás se habían unificado en un sólo estado. Finalmente, el nacionalismo ha probado que es una razón fundamental del terrorismo puesto que puede unificar a los pueblos de diferentes clases contra un enemigo común claramente definido (Rubenstein, 1987). Los conceptos de nación y de Estado están ahora muy estrechamente conectados, de tal forma que ninguno de los dos puede existir sin el otro. El Estado-nación es la unidad política central del mundo moderno. Casi en forma paradójica, se crearon algunas naciones en el mundo actual, no solamente porque comparten su cultura y sentimientos nacionalistas, sino también porque los pueblos de estas naciones estaban en alguna forma obligados a conformarse con la forma como el resto del mundo estaba y está organizado, de acuerdo con el Estado-nación. Esto mismo sucedió en África, donde los imperialistas europeos e invasores corrieron las fronteras de sus colonias de acuerdo con sus intereses partícula-
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res, frecuentemente con poco o ningún respeto por la cohesión de las tribus y comunidades. En algunos casos, pueblos que tenían poco en común se unieron en una nación. En otros casos, las tribus desaparecieron. Cuando llegó la independencia al África, las fronteras coloniales se convirtieron en los límites de los nuevos países. Ahora no hay una forma sencilla de reversar la situación causa del predominio del Estado-nación consolidado en los últimos 300 años (Wolf, 1982).
El Estado moderno del bienestar social En los Estados Unidos y en otros países relativamente ricos, industrializados y democráticos -Canadá, Nueva Zelanda, Australia y la mayor parte de Europa Occidental- el Estado se ha extendido en forma significativa desde principios del siglo XIX. En primer lugar, el Estado empezó a asumir un rol en el desarrollo de los sistemas de comunicación y de transporte durante el siglo XIX y principios del XX, y luego pasó a comprometerse con la educación, el cuidado médico y los servicios públicos. Particularmente en los últimos 50 años, se ha pronunciado esta tendencia total en los países social-demócratas (una forma de socialismo mezclado con capitalismo bajo procesos democráticos) como Austria y Suecia, al igual que en países capitalistas tales como los Estados Unidos. Esta tendencia, esparcida por el mundo desarrollado, es uno de los principales fenómenos sociológicos y políticos de nuestros tiempos (Flora y Heidenheimer, 1981; Przeworski, 1985; Skocpol, 1985). En Estados Unidos, comúnmente se busca el desarrollo de un estado ampliamente extendido, conocido ahora como el Estado de bienestar social, hasta al programa de Franklin D. Roosevelt: "New Deal" (Nuevo Trato). Este conjunto de programas guber-
La bandera que saludan los niños en el patio representa el conjunto estable de instituciones políticas y la identidad cultural. Por otro lado, los palestinos que no tienen estado, agitan su bandera en un gesto de desafío y de determinación militante para tener su propio Estado-nación. (Izquierda: Rick Brady/Uniphoto; derecha: A. Tannenbaum/Sygma).
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namentales de amplio espectro se instituyó en los años 30 para responder a la Gran Depresión, para empujar la debilitada economía, para hacerle frente al desempleo creciente y para proporcionar un bienestar social general a los ciudadanos comunes (de allí proviene el nombre de "estado de bienestar social"). Sin embargo, la Depresión no solamente afectó a Estados Unidos. Por esta misma época otros países empezaron a ampliar el rol del gobierno. El teórico más importante e influyente en relación con el rol extendido del gobierno fue el economista inglés John Maynard Keynes (Schott, 1983). La teoría keinesiana dio la base para el enorme crecimiento de los programas sociales del gobierno dirigidos a los pobres y desempleados, para sostener el aparato militar en tiempo de paz (incluyendo investigación para la defensa) y para un crecimiento de la fuerza de trabajo del gobierno, en otras palabras, de la burocracia. A medida que el Estado crecía hasta convertirse en el moderno Estado de bienestar social, asumió otros roles en diversas áreas principales. En primer lugar, suministraba asistencia a las personas que no podían sostenerse por sí mismas, por ejemplo, los pobres y los ancianos. En segundo lugar, el gobierno empezó a suministrar bienes colectivos; bienes que no pueden comprarse ni venderse fácilmente por los individuos debido a los altos costos y a la indivisibilidad de las mercancías mismas (Olson, 1965). Ejemplos de bienes colectivos incluyen la defensa nacional, un alto nivel de educación, sistemas de transporte público eficiente y agua y aire limpio. La economía privada no puede manejar en forma adecuada estos bienes. Los bienes colectivos pueden arruinarse en muchas formas. Los bienes habilitados, por ejemplo, ayudan a establecer condiciones apropiadas para realizar las actividades privadas. La acuñación de la mo-
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neda por parte del gobierno, por ejemplo, nos permite comprar y vender con alguna consistencia de valor. El Sistema de Reserva Federal suministra un sistema bancario eficiente. Los departamentos de carreteras y transportes construyen y conservan las autopistas que nos permiten viajar y embarcar mercancías. Las actividades reguladoras del Estado supervisan el funcionamiento de las actividades privadas y protegen al público de posibles enfermedades. Es decir, las agencias reguladoras del Estado establecen los criterios para permitir y también expedir licencias para asegurar que las actividades privadas se realicen de acuerdo con las reglas comúnmente conocidas. La Comisión de Derechos Civiles, por ejemplo, existe para garantizar que todas las personas sean tratadas en forma igual, de acuerdo con sus derechos civiles garantizados por el Estado. La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) garantiza, entre otras, que las frecuencias en las cuales una estación de radio transmite tengan una interferencia mínima. Algunas actividades del Estado pueden considerarse como habilitantes y como reguladoras. Pensemos en el sistema legal civil moderno (no penal) que habilita a los ciudadanos para firmar contratos y realizar con sus negocios diarios, seguros de que los contratos serán cumplidos y los problemas resueltos. La gran complejidad de las actividades privadas y la frecuencia de las transacciones entre los extranjeros y el mundo moderno estadounidense han hecho que sea necesaria la expansión del rol del Estado en estas áreas. Actualmente, podemos caracterizar el Estado de bienestar social por su participación creciente y prominente en (1) el suministro de los servicios y apoyos que ya hemos discutido y (2) en la dirección de la economía. El control del Estado sobre la economía tiene vastas repercusiones. Algunos sociólogos han señalado la cantidad de contradicciones básicas en el corazón mismo del Estado de bienestar social en una sociedad fuertemente capitalista (O'Connor, 1973; Offe 1984, 1985). Una economía capitalista necesariamente crea desigualdades y apuros económicos para quienes pierden en su competencia. La pobreza y la distribución bastante desigual de la riqueza puede llegar a amenazar la legitimidad tanto del Estado, como del sistema económico en un país que reconoce los ideales democráticos; es decir, los ciudadanos pueden empezar a cuestionar la legitimidad del gobierno. Con el fin de silenciar la crítica y de alejar una crisis, el gobierno empieza a gastar dinero en programas de bienestar social. Sin embargo, si (o cuando) estos programas empiezan a ser "demasiado costosos", la clase media puede resistir-
se a sustentar las leyes que apoyan a los pobres y a cuestionar el derecho que tiene el Estado para hacerlo. Por lo tanto, puede presentarse una crisis social a causa del costo de los programas del bienestar social que se hicieron necesarios debido a las desigualdades del capitalismo, que pueden ser superiores a la cantidad que el Estado puede financiar por medio de los impuestos. (O'Connor, 1973). En los años 70 y 80, en Estados Unidos hubo críticas notables al "gran gobierno". En efecto, Ronald Reagan fue elegido dos veces con un programa que incluía una reducción del tamaño del gobierno federal y la extensión de sus programas reguladores y sociales (aunque los gastos gubernamentales aumentaron significativamente en el gobierno Reagan). Las administraciones Reagan tuvieron cierto grado de éxito en la reducción de los programas reguladores y de ayuda. También hubo debates acerca de quienes se beneficiaban con los programas sociales: ¿Los pobres? ¿La clase media? ¿Al final, nadie? ¿A todos por diferentes razones? Se propusieron todas estas respuestas. Algunos críticos influyentes, particularmente Charles Murray (1984), han alegado que los gastos del gobierno en programas sociales han aumentado en forma exhorbitante, quizás por un factor de 20 entre 1950 y 1980 y que esto resultó contraproducente. Se ha refozado la dependencia, acompañada del desempleo y se ha contribuido al aumento de las familias de un solo padre y a la desintegración de los valores y de la vida familiar. Estos argumentos han dado un importante apoyo a los nuevos movimientos políticos conservadores. Sin embargo, los críticos sociales liberales, han acusado a Murray y a otros de un racismo implícito contra los negros y los hispanos, puesto que son estas minorías las que se beneficiaban en forma desproporcionada de los programas del bienestar social tales como Ayuda a las familias con niños dependientes (Aid to Family with Dependent Children) (AFDC) (Block y otros, 1987). Para responder a las exigencias de los conservadores que piden gastar menos en programas sociales y también la movilización comercial como solución a los males morales y económicos de la nación, los sociólogos Fred Block , Richard Cloward, Bárbara Ehrenreich y Frances Fox Piven (1987) y Miguel Harrington (1984) están a favor de nuevos programas sociales y de la ampliación del Estado de bienestar social, fundamentado en algunos principios provocadores: una crítica de nuestra cultura de consumidores, el entierro de la "falsa polaridad" de los valores tradicionales y de la permisividad, la centralización de la verdadera igualdad material y un énfasis en la participación democrática, tema que consideraremos en seguida.
POLÍTICA, ESTADO Y GUERRA
LA DEMOCRACIA EN ESTADOS UNIDOS Como hemos visto, el Estado es el centro del poder legítimo en cualquier sistema político moderno. Pero existen grandes diferencias en la forma como los estados ejercen su poder y en el rol que los individuos desempeñan en la dirección de la política del Estado. ¿Cómo influyen los individuos en el Estado? ¿Qué oportunidades tienen para influir en el estado y para participar en sus políticas? Vamos a concentrarnos en esta sección en el Estado democrático; pero también vamos a contrastarlo con otros sistemas políticos y con las formas en las cuales responden a estos mismos interrogantes.
La democracia y los sistemas políticos La idea de democracia es muy antigua; es una de las formas de gobierno descritas por los pensadores griegos clásicos tales como Platón y Herodoto. La palabra viene del griego demos que significa "el pueblo" y krátos "autoridad": por lo tanto, es la autoridad del pueblo, o el gobierno por el pueblo. En un Estado democrático, la autoridad se deriva idealmente de la ley, que tiene su origen en el consentimiento del pueblo. Tanto los gobernantes como los gobernados funcionan de acuerdo con el principio del proceso debido. La política democrática se fundamenta en la creencia de que el poder no debe utilizarse en forma caprichosa o arbitraria, sino en consonancia con las reglas democráticas del juego, tales como la realización de elecciones libres y abiertas, la aceptación de la voluntad de la mayoría y el respeto al derecho de las minorías a trabajar dentro del sistema. El gobierno tiene el poder para llevar a la práctica su política (los grupos de oposición no tienen éxito en tratar de inmovilizar el gobierno); pero éste es limitado. Los individuos o los partidos tienen solamente autoridad temporal. Otros grupos tienen el derecho y los recursos -que incluyen la cantidad de personas, organizaciones, conocimiento y propiedad privadapara desafiar las decisiones del gobierno. El estado democrático no exige una lealtad exclusiva e incuestionable (Andrain, 1975). Si el gobierno sobrepasa los poderes que el pueblo le confió, el pueblo tiene el derecho, e inclusive el deber, de oponerse a él. Estos conceptos de democracia han persistido durante siglos. Los autores de la Constitución de Estados Unidos consideraron la república democrática como una de las tres posibles formas de gobierno. Las otras fueron la aristocracia y la monarquía. (Una república es un gobierno en el cual el poder supremo descansa en el cuerpo de sus ciudadanos y depende de su participación eficaz; principalmente un gobierno democrático). Y hasta que los cimientos -y
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la longevidad- de los Estados Unidos demostraron lo contrario, generalmente se creyó que la democracia era una forma inestable e ineficiente. ¿Sobre qué fundamentos sociales descansa la democracia? O dicho de otra manera, ¿qué condiciones económicas y sociales exige la democracia? Estos interrogantes se han debatido por mucho tiempo. La noción de que la democracia descansa en la existencia de una clase media fuerte es ampliamente aceptada, principalmente porque se ha razonado que ninguna población formada solamente por ricos y pobres no podría funcionar en forma unida. Muchos sociólogos han argumentado que el capitalismo (que está frecuentemente vinculado al surgimiento de la clase media) es la base económica más fuerte de la democracia (Berger, 1987; Schumpeter 1942). La libertad económica sobre la cual descansa el capitalismo parece que se correlaciona con la libertad política, e incluso, que la fomenta. Y en efecto, ha habido pocas democracias no capitalistas que hayan durado largo tiempo. Sin embargo, no existe un consenso para explicar por qué ocurre. Muchos académicos argumentan que en principio la democracia política puede combinarse con un socialismo económico. Particularmente en este siglo, con el surgimiento de los Estados comunistas y fascistas, muchos sociólogos se preocupan por la amenaza que la democracia tiene en su opositor, el totalitarismo, una forma de gobierno en la cual no se reconoce ni tolera forma alguna de oposición. Un estado totalitario se diferencia de una tiranía tradicional en el grado del control efectivo. Un gobierno totalitario tiene la capacidad de controlar muchos más aspectos de la vida de las personas (en otras palabras, su poder es mucho más amplio y profundo). La autoridad totalitaria descansa propiamente en los fundamentos ideológicos. Los líderes justifican su derecho a gobernar afirmando que encaman una causa ideológica. El poder tiende a concentrarse en manos de un partido gobernante que se identifica permanentemente con el gobierno: el partido y el Estado son una misma cosa. Idealmente, el gobierno dirige toda la actividad económica. También trata de crear uniformidad ideológica al controlar la educación, los medios de comunicación masiva, las artes y la literatura. El poder de las autoridades es tan grande que puede ejercerse en forma caprichosa y evidentemente arbitraria. La atmósfera resultante de ansiedad e inseguridad obliga a los ciudadanos a demostrar una lealtad activa hasta el estado (Andrain, 1975). Los contrastes entre estos dos sistemas son obvios y, especialmente desde la guerra fría, estamos acostumbrados a pensar en estados o democráticos o
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totalitarios. No obstante, muchas naciones-estado no son, ni lo uno, ni lo otro. El sociólogo Barrintong Moore (1980, p. 18) escribe: "La mayoría de los gobernantes saben que existen ciertos límites de su poder, más allá de los cuales no pueden esperar complacencias... Y para seguir gobernando necesitan subordinados [complacientes]". Así, los esfuerzos del totalitarismo raras veces resultan tan completos como lo sugiere nuestra definición de los términos. Siempre que los gobernantes sobrepasan en forma permanente los límites de su autoridad -cuando buscan ganancias personales en detrimento del orden social- con frecuencia los desafían e inclusive los derrocan. El último Sha de Irán es un buen ejemplo. Amasó una increíble fortuna a expensas de la sociedad. Abusó de los instrumentos de violencia del Estado contra los iraníes y desafió el orden religioso que movilizó la oposición contra él, hasta que le derrocaron. En el totalitarismo, el partido y el estado son una misma cosa. En la Unión Soviética el poder de las autoridades está reforzado por demostraciones exigidas de la lealtad de los ciudadanos y por el homenaje a los fundadores del comunismo soviético. Aquí Marx, Engels, y Lenin miran la celebración del primero de mayo (A. Keler/Sygma).
En forma semejante a como los regímenes totalitarios rara vez son completamente totalitarios, los regímenes democráticos rara vez son completamente democráticos. Como ya se ha señalado, hasta el sistema político estadounidense, que se considera altamente democrático, carece de algunos de los elementos incluidos en una definición estricta de democracia. Por ejemplo, es el Colegio Electoral el que elige a los presidentes de Estados Unidos, no los ciudadanos" mismos. Pero los interrogantes más prácticos e importantes, más que saber simplemente si este país se ajusta con exactitud al ideal democrático, son: ¿Cuál es el fundamento del sistema político estadounidense? y ¿cómo funciona?.
Valores, principios y derechos La democracia, tal como se conoce en Estados Unidos, depende de muchos valores fundamentales. Se cree en las reglas de la mayoría, aplicadas con respeto a las minorías. También se cree que el gobierno debe basarse en el libre consentimiento de los gobernados y en que todos los ciudadanos son iguales y deben ser tratados por igual ante la ley: ricos y pobres, miembros de diversos grupos étnicos raciales y religiosos, etc. Tal vez estos valores pueden expresarse mejor en términos de "derechos" (Dworkin, 1977,1986) En este sentido, los derechos se refieren a los beneficios que las personas pueden esperar de su gobierno, como también a los patrones de respeto y a las obligaciones que ellos se deben unos frente a otros. El sentido de derecho de los ciudadanos es el criterio fundamental para juzgar sobre la legitimidad de su gobierno. Existen dos tipos de derechos democráticos. Los derechos civiles: aquellos a los cuales los individuos tienen derecho en virtud de la ciudadanía. En Estados Unidos, los más famosos de estos derechos están estipulados en la Declaración de los Derechos, las primeras diez enmiendas a la Constitución, en la cual se declara que los ciudadanos tienen derecho a la libertad de expresión, de reunión, de religión y otras. Existen también los derechos humanos: aquellos derechos que tenemos en virtud de pertenecer a la raza humana. El ciudadano estadounidense destaca tres de estos derechos: a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad. Las críticas estadounidenses a los estados no democráticos a menudo enfocan su atención en la violación de los derechos humanos. Los estadounidenses deploran, como gobierno y como individuos, el trato dado a los judíos soviéticos, a los negros de Suráfrica y a los oponentes izquierdistas al gobierno de Chile. Algunas veces las decisiones políticas se basan, al menos nominalmente, en dichas críticas. Debe debatirse con exactitud
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qué constituye una violación a los derechos humanos. Podríamos argumentar con base en los derechos humanos que a los judíos soviéticos se les debe permitir emigrar. Los soviéticos no lo ven así, porque consideran que emigrar no es ni un derecho humano ni un derecho civil. En la misma forma, muchos consideran la afirmación y extensión de los derechos como un medio principal para fortalecer la democracia (Barber, 1983). En Estados Unidos, las largas luchas y los movimientos de protesta sociales han sido necesarios para garantizar que los derechos democráticos se extendieran a todos los adultos. El movimiento de los derechos civiles ha luchado por lograr igualdad de derechos para los negros; por su derecho a la vida e inclusive a comer lo que desearan, por un acceso igual a las oportunidades de educación y profesión y por el privilegio de votar. El movimiento femenino ha buscado el reconocimiento público de que ciertos derechos civiles pertenecen a ambos sexos.
Participación en el proceso democrático Uno de los derechos más importantes de los ciudadanos en un país democrático es poder participar en el proceso político, puesto que la autorregulación es uno de los aspectos capitales del verdadero significado de la democracia. ¿Cómo puede lograrse? En muchas sociedades pequeñas es posible la democracia directa: todos los ciudadanos se reúnen para discutir y decidir las situaciones. El mejor ejemplo de esta forma de democracia es una reunión de un pueblo de la Nueva Inglaterra. Esta era también la forma teórica de gobierno de la antigua Atenas, pero incluso Atenas era demasiado grande para incluir a todos sus ciudadanos. Solamente podían participar en el gobierno los varones adultos libres y de medios independientes. Se excluían las mujeres, los esclavos, los agricultores, los artesanos y a otros. De esta manera, por razones prácticas, la participación de los ciudadanos en el proceso democrático comúnmente se logra a través de una democracia representativa, en la cual los ciudadanos eligen a los funcionarios para que formen el gobierno, como ocurre en los Estados Unidos (Bobbio, 1987; Held, 1987). Sin embargo, incluso en los sistemas políticos, existen ocasiones en las que la democracia es directa; un ejemplo es el referéndum nacional (o en la ciudad) en el cual todos los ciudadanos del estado (o de la ciudad) pueden votar sobre una propuesta de ley o de reglamentación. Tradicionalmente, han existido tres canales principales dé participación pública en la democracia representativa estadounidense. Los ciudadanos participan mediante el voto; los ciudadanos y los gru-
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pos participan a través de los partidos políticos y de las campañas; los ciudadanos también pueden ejercer influencia sobre el gobierno mediante grupos de interés organizados y de movimientos de protesta social. Consideremos ahora la extensión y el tipo de participación que se presenta realmente a través de cada una de estas modalidades de participación.
Patrones de votación El sistema político estadounidense se basa en la participación masiva a través de elecciones periódicas. Idealmente, el principio una persona, un voto contrapesa las desigualdades de clase, sexo y raza en la sociedad. Puesto que muchos estadounidenses no votan, la validez de esta hipótesis es cuestionable. Mientras que en Europa Occidental 80 ó 90 por ciento de los votantes regularmente participan en las elecciones nacionales, solamente 59.9 por ciento de los estadounidenses aptos para votar, participó en las elecciones presidenciales de 1984. Y ese año se registró una participación relativamente alta. En Estados Unidos la participación de los votantes ha venido disminuyendo desde 1960 (véase Tabla 14.1). La concurrencia a las elecciones intermedias (no presidenciales) es todavía más baja: en 1982, por ejemplo, fue sólo del 48.5 por ciento. Las encuestas muestran que quienes están menos dispuestos a ejercer el derecho al voto son los que tienen educación e ingresos bajos y los desempleados (Neuman, 1986; Piven y Cloward, 1988). La Tabla 142 muestra estos patrones en el resumen de las características de los votantes en 1980 y 1984. Además, en ambos años la concurrencia fue más amplia entre los blancos que entre los negros o los hispanos (Oficina del Censo, 1986). En la medida en que las preferencias políticas del grupo de personas que están menos inclinadas a votar difieran de las de otros estadounidenses, las opinionnes del primer grupo no están adecuadamente representadas en las urnas electorales. Si Estados Unidos tiene un gobierno "del pueblo", es claro que lo es sólo "por" algunos ciudadanos. En Estados Unidos se han propuesto muchas explicaciones sobre la baja concurrencia de votantes. Algunos observadores políticos han sugerido que una mayoría de estadounidenses sienten que sus votos no interesan, que las cosas seguirán igual, sea que voten o no. Encuestas recientes sugieren que podría haber algo de verdad en estas afirmaciones (véase Figura 14.1). Las encuestas también indican que muchas personas encuentran la política confusa, incomprensible y amenazante, y sienten que los intentos por comprender o influir en la política serían inútiles. Estas personas simplemente se desen-
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La gran concurrencia de votantes en sí misma no es necesariamente señal de una democracia fuerte y sana. Algunas democracias exigen el pago de una multa a los no votantes, como en Australia, de tal manera que en estos países tiene la gran mayoría que votar. La concurrencia de votantes en naciones totalitarias tales como Rumania, Albania y Alemania Oriental se acerca al 99 por ciento. Partidos políticos
tienden de los mensajes políticos de todo tipo, incluyendo la información básica con la cual los medios de comunicación los bombardean. Esto describe el cuadro de un electorado fuertemente desinformado (Neuman, 1986). También se ha sugerido que las elecciones en sí mismas sirven para formar personas pasivas, incluso apáticas y apolíticas. Con los medios y los políticos que señalan la agenda y toman la iniciativa, las personas tienden a pensar que la política es "algo de lo cual se pueden ocupar otros". (Hirschman, 1982). Frances Fox Piven y Richard Cloward (1988) también señalan que existen barreras institucionales para la participación completa en las elecciones de Estados Unidos. Por ejemplo, los procedimientos para registrar a los votantes decretados a finales del siglo pasado y comienzos del presente -tales como el lapso existente entre el registro y la elección- han hecho que los pobres, los negros y la clase trabajadora industrial no voten. Y en la medida en que los miembros de estos grupos no votaban, los partidos políticos y los líderes les concedían menos atención, creándose así un círculo vicioso. La gente se siente más inclinada a votar y a participar en la política cuando siente que sus intereses corren riesgos. De ahí, que la juventud aumentara su compromiso político a finales de los años 60 y principios de los 70, tal como lo hicieron los desempleados en la elección de 1982 (Beck y Jennings, 1979; Clymer 1983). La gente parece que vota con sus resentimientos y temores; cuando hay una escasez de todo, está menos inclinada a votar (Adelman, 1980). En realidad, probablemente no hay ni razones ni motivos sencillos que expliquen la concurrencia relativamente baja de votantes en Estados Unidos.
Las opciones que el sistema electoral ofrece están estrechamente relacionadas con la naturaleza de los partidos políticos estadounidenses. Por tradición, la actividad política en ese país se centra alrededor de los partidos. Para la mayoría de los estadounidenses, la política se reduce a escoger tan sólo entre republicanos y demócratas. En 1915 Robert Michels (1915/1949, p. 134) definió partido político como una "sociedad de propaganda y de agitación que busca adquirir poder". Aunque estas no sean las palabras que los estadounidenses contemporáneos escogerían, esta definición es esencialmente correcta. Un partido político es un grupo colectivo diseñado para ganar y mantener el poder legítimo del gobierno. Los partidos ejecutan muchas funciones importantes en sistemas políticos complejos y grandes. En forma ideal, los partidos políticos vinculan al pueblo y al gobierno, transmitiendo las opiniones públicas a quienes toman las decisiones y las elaboran, convirtiendo así la opinión pública en legislación. Movilizan el apoyo de las clases populares a las decisiones políticas tomadas al más alto nivel. También sirven como vínculo entre las diferentes ramas y niveles del gobierno (ejecutivo y legislativo, federal y estatal) y entre las estructuras oficiales del poder (gobierno) y las no oficiales (no gubernamentales). A nivel práctico, los partidos desempeñan un rol dominante en el reclutamiento de candidatos para los cargos electivos (Dowse y Hyghes, 1972). Aunque los estadounidenses están acostumbrados a pensar en términos de dos partidos políticos principales, en algunos países existen cinco o más partidos, en otros solamente uno (allí, la lucha por el poder tiene lugar dentro del partido, y no entre los partidos). ¿Por qué en Estados Unidos en forma consistente se han generado dos partidos, mientras que en otros países como Italia se han generado varios partidos en la misma forma? La respuesta recae ampliamente en la estructura del sistema electoral de cada país. En Estados Unidos, los representantes y los otros funcionarios del gobierno se eligen por un sistema de pluralidad simple. Esto significa que el candidato que asegura la
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Tabla 14.2 Características de la población en edad a votar, noviembre 1984 y 1980 (Cantidad en miles)
Caracteríticas
de personas registrado de votación
Porcentaje de personas registado de votación
Total 18 años y más
169,963
68.3
59.9
157,085
66.9
59.2
Raza y origen hispano Blanco Negro Origen hispano
146,761 18,432 9,471
69.6 66.3 40.1
61.4 55.8 32.6
137,676 16,423 8,210
68.4 60.0 36.3
60.9 50.5 29.9
80,327 89,636
67.3 69.3
59.0 60.8
74,082 33,003
66.6 67.1
59.1 59.4
Sexo Masculino Femenino Edad 18 a 24 años 25 a 44 años 45 a 64 años 65 años o más Región Noreste Medio oeste Sur Oeste
27,976 71,023 44,307 26,658
51.3 66.6 76.6 76.9'
40.8 58.4 69.8 67.7
28,138 61,285 43,569 24,094
49.2 65.6 75.8 74.6
39.9 58.7 69.3 65.1
36,868 42,136 57,587 33,372
66.6 74.6 66.9 64.7
59.7 65.7 56.8 58.5
35,500 41,542 50,561 29,483
64.8 73.8 64.8 63.3
58.5 65.8 55.6 57.2
Años de escuela terminados Elemental: 0 a 8 años Estudios secundarios: 1 a 3 años 4 años Universitarios: 1 a 3 años 4 años o más
20,580 22,068 67,807 30,915 28,593
53.4 54.9 67.3 75.7 83.8
42.9 44.4 58.7 67.5 79.1
22,656 22,477 61,165 26,747 24,040
53.0 54.6 66.4 74.4 84.3
42.6 45.6 58.9 67.2 79.9
111,562 104,173 3,132 101,042
68.4 69.4 64.3 69.6
60.5 61.6 55.9 61.8
101,934 95,041 3,015 92,026
67.4 68.7 68.1 68.7
60.4 61.8 60.0 61.9
77,160 15,813 8,068 7,389 58,401
66.7 82.0 72.4 54.3 68.1
58.6 75.9 65.2 44.0 58.9
69,161 15,801 7,063 6,893 55,151
65.1 82.0 73; 7 50.3 65.8
57.9 77.0 67.0 41.2 57.0
7,843 14,594 18,131 15,997 14,790 25,322 35,218 8,355
49.8 56.8 62.9 65.5 68.7 74.2 80.7 62.9
37.5 46.2 53.5 57.1 61.1 67.0 74.2 56.9
8,567 18,873 21,746 18,359 19,100 35,427 35,427 9,091
50.4 58.4 63.6 66.8 73.5 79.2 79.2 60.2
39.4 48.8 54.8 60.3 67.2 73.8 73.8 54.4
Status de la fuerza laboral y clase trabajadora En la fuerza civil de trabajo Empleado Agricultura Industrias no agrícolas Salario privado y trabajadores asalariados Trabajadores del gobierno Trabajadores independientes Desempleados No presentes en la fuerza de trabajo Ingresos familiares Por debajo de $5,000 dólares $5,000 a $9,999 $10,000 a $14,999 $15,000 a $19,999 $20,000 a $24,999 $25,000 a $34,999 $35,000 o más Ingreso no reportado
Fuente: Oficina del Censo de los Estados Unidos, 1986.
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mayor cantidad de votos gana la elección; en este caso solamente hay un ganador definido. Por lo tanto no interesa cuántos votos tenía el partido o los partidos perdedores. Tal como podría esperarse, este sistema desestimula a los terceros partidos, porque un voto para un partido minoritario es en efecto un voto realmente desperdiciado. Casi que no hay ninguna oportunidad de que un candidato de un tercer partido pueda ganar. Por el contrario, en los sistemas de voto proporcio-
nal, como el existente en Italia, un partido recibe tanto porcentaje o proporción de representantes, como votos obtenga en la elección; cuántos votos recibe un partido, es algo que cuenta mucho en este sistema. Aunque un partido minoritario sólo reciba 10 por ciento de los votos, todavía recibe una décima parte
de las curules en la legislatura. Así, en este tipo de sistema electoral, un voto a favor de un candidato de un partido minoritario no se desperdicia y se refuerzan los sistemas multipartidistas. El sistema de pluralidad simple no determina solamente la cantidad de partidos en Estados Unidos sino también su carácter. Para ganar las elecciones nacionales y estatales, los partidos políticos deben incorporar diversos tipos de personas y una gran cantidad de intereses. Las diferencias de opinión se deben resolver antes de las elecciones. Críticos como el sociólogo francés Maurice Duverger (1954) argumentan que el sistema estadounidense obliga a los partidos a tomar posiciones suaves y eso evita la presentación de muchos grupos. Tanto el partido demócrata como el partido republicano de-
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ben inclinarse hada el centro y crear políticas atractivas para todos y que no molesten a nadie. En otras palabras, la ideología de cada uno de los dos partidos estadounidenses principales debe ser considerablemente más amplia y con frecuencia más genérica que la ideología de cualquier partido en un sistema multipartidista. Lealtad al partido y bienestar de los partidos ¿En qué grado la lealtad al partido determina los patrones de votación? Existen señales de que en Estados Unidos ésta es cada vez menos importante y que en general los partidos mismos se debilitan (Gibson, 1985). Según algunos sociólogos, el decaimiento gradual de los partidos empezó en los años 60. Como resultado de esto, la política se ha convertido en algo que está más orientado hacia el candidato que hacia el partido (Price, 1986; Salmore y Salmore, 1985). La influencia decreciente de los partidos puede observarse no sólo en las elecciones sino dentro del gobierno mismo; y los cambios en la estructura del gobierno y en el comportamiento, a su vez, influyen en los candidatos y en los votantes en su relación con los partidos. En primer lugar, ha existido mucha menos cohesión dentro de las Cámaras del Congreso. En segundo lugar, el control del Congreso por el partido del presidente ya no es algo que se de por descontado; aun cuando ha existido, no tiene el significado que alguna vez tuvo. Por lo tanto, el rol de los partidos en la configuración de la política pública necesariamente se ha reducido. Los Los habitantes de Corea del Sur tuvieron en 1987 las más grandes esperanzas en el cambio y en una reflexión más verdadera de la democracia, aquí aparecen en el momento de votar en aquellas elecciones nacionales. Al igual que en los Estados Unidos, el derecho individual a votar y la disponibilidad para una elección real de opciones para votar son los puntos centrales para hacer que se cumplan los ideales de la democraccia (Robin Moyer/Gamma-Liaison).
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votantes, como los candidatos mismos, parece que se han identificado menos con uno de los dos partidos en los últimos años (Salmore y Salmore, 1985). Muchos creen que los avances tecnológicos han contribuido al rol cada vez más marginal de los partidos políticos en la actualidad. La independencia creciente de los candidatos que realizan campañas más personales les ha ayudado, por ejemplo, a través del correo computarizado directo, que puede llegar a los votantes individuales. Los medios de comunicación masiva, la televisión en particular, han cubierto algunas de las funciones de mayor importancia que anteriormente ejecutaban los partidos. Después de todo, en las noticias y en los anuncios de publicidad, un candidato puede entrar a la residencia de los votantes con su mensaje. Hoy la televisión proporciona un medio alterno muy efectivo para informar al electorado acerca de cada candidato, un trabajo que antiguamente pertenecía a los partidos (Salmore y Salmore, 1985). La televisión y los programas radiales de noticias funcionan actualmente como exploradores de talento político y pueden tener un gran impacto no solamente sobre lo que en realidad son los candidatos sino también sobre quién va a ganar las elecciones. Los noticieros informan acerca de los resultados de encuestas de popularidad y predicen los ganadores mientras se están contando los votos. Ambos tipos de información pueden tener mucha influencia. En algunos casos, los noticieros actúan como defensores públicos autoindicadores que exponen la debilidad de los candidatos y señalan las culpas y las fallas del sistema. Como resultado parcial, los partidos no pueden organizar ni movilizar al electorado tan efectivamente como lo hacían antiguamente (Ladd y Hadley, 1975; Lipset y Schneider, 1983). Dadas estas tendencias, no es de sorprender que la proporción de votantes que se identifican a sí mismos como independientes haya aumentado. Algunos analistas han predicho que con el tiempo los independientes pueden llegar a ser una mayoría absoluta (Madron, 1979). En realidad, los triunfos recientes de los candidatos republicanos a nivel nacional pueden ser el resultado del apoyo de una cantidad creciente de independientes, y de la libertad incremental que los votantes sienten de pasarse de un partido a otro. (Dolbeare y Edelman, 1985). Este podría ser un punto importante, puesto que los demócratas han demostrado que todavía exceden en número a los republicanos registrados. Han existido críticas en el sentido que estas tendencias no son tan marcadas como se ha pretendido. Algunos sociólogos, incluyendo a los observadores que presenciaron el anterior decaimiento de los par-
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tidos, ahora argumentan que estos organismos están "reagrupándose" y están fortificándose una vez más (Pomper, 1980). Otros señalan que el aumento en la cantidad de independientes es realmente muy modesto; los votantes que se declaran como independientes todavía tienden a votar por un partido u otro con mucha más lealtad de lo que lo hacían las personas que se clasificaban como demócratas o republicanas. Si esto es verdad, los observadores que han predicho un colapso, un fracaso del sistema bipartidista, y como resultado un desastre de la democracia estadounidense, pueden encontrar que sus temores son infundados. Factores, antecedentes y preferencias del votante Otro aspecto interesante relacionado con la política de los partidos es hasta qué punto los factores de trasfondo, tales como la educación, el status socioeconómico, la raza y el género influyen o sesgan las preferencias de los votantes por un partido y un candidato en una sola elección. En una época la clase y el partido se consideraban muy estrechamente vinculados; los electores tendían a votar en la forma en que los miembros confiables de su propio grupo social también votaban, lo que comúnmente significaba votar en forma consistente por "el partido". Todos sabían que los republicanos estaban a favor de
los grandes negocios y que los demócratas eran los perdedores. Votar era un ejercicio de lealtad al partido, y esta lealtad se determinaba por la clase. ¿Cuánto de esto ha cambiado, si en realidad ha sido así? Existen algunos indicios de que los factores fundamentales son todavía influyentes. Tomemos, por ejemplo, el ingreso. De acuerdo con dos encuestas realizadas, por la Organización Roper y por el Centro de Investigación de Opinión Nacional, a medida que aumenta el nivel de ingresos, también lo hace la tendencia hacia actitudes conservadoras; en los niveles más altos de ingreso, los conservadores superan considerablemente a los liberales (Public Opinión abril/mayo 1985 -véase Tabla 14.3). En cuanto al factor ocupacional, los profesionales y los ejecutivos muestran mayor apoyo a los republicanos en comparación con los trabajadores de status más bajo (Public Opinión, octubre/noviembre de 1985). Sin embargo, la tendencia hacia "el voto de clase" se ha debatido ampliamente. En lo que a la raza se refiere, los negros siguen siendo mayoritariamente demócratas, aunque hayan ascendido en la escala económica (Public Opinión octubre/noviembre, 1985). Los negros también han tenido poca representación en el Congreso y en otras posiciones políticas. Solamente en los años 70 se hizo común que ellos se convirtiesen en alcaldes de las ciudades con población predominantemente
Esta tabla muestra cómo se consideran políticamente las personas encuestadas. Notemos que, tal como era de esperarse, los demócratas están más inclinados a identificarse a sí mismos como liberales y los republicanos se inclinan más a identificarse como conservadores. Tabla 14.3 Ingreso y autodescripción política
Conservadores
Ingresos
menos liberales
ROPER Liberales Moderados
Conservadores
NORC
menos
Conservadores Liberales Moderados Conservadores
liberales
Inferiores a $10,000 $10,000$14,999 $15,000$19,999 $20,000$24,999 $25,000$34,999 $35,000$49,999 $50,000 y más
+ 9
27%
37%
36%
29%
40%
32%
+ 3
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34
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25
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20
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36
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19
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50
21
45
34
+ 13
+ 25
22
31
47
22
38
41
+ 19
+ 25
18
39
43
25
26
50
+ 25
Fuente: Public Opinión abril/mayo 1985, p. 37.
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negra. Todavía continúa el prejuicio racial como una poderosa fuerza en la política estadounidense, aunque la campaña de 1988 del reverendo Jesse Jackson por primera vez demostró la capacidad de un candidato negro para llevar adelante una campaña presidencial en forma confiable. Al figurar como la segunda fuerza en todas las elecciones primarias de los demócratas, Jackson fue capaz de movilizar una cantidad récord de votantes negros y también de reunir una cantidad significativa de votos blancos. También, la edad en parte como resultado de la experiencia de grupo (véase Capítulo 6) puede estar vinculada a las preferencias de partido. En 1985, por ejemplo, los republicanos generalmente eran más fuertes entre los jóvenes y los viejos, mientras parecía que los demócratas tenían su fuerza en los votantes de edad mediana. ¿Qué debemos decir acerca del género entre los votantes y entre los candidatos? Las mujeres están mucho más inclinadas a ser demócratas que a ser republicanas, y están inclinadas a ser más demócratas que los hombres. La razón de que la brecha entre los géneros pueda estar aumentando tiene mucho que ver con el movimiento de los hombres hacia la derecha y hacia el partido republicano (Wirls, 1986). Los hombres están más inclinados a responder favorablemente a una política exterior "dura" y a las posiciones militares; las mujeres están más inclinadas a favorecer a los candidatos que parecen ser menos militaristas y estar más preocupados por la situación nacional y el bienestar social. Tanto las reacciones de los hombres como las de las mujeres hacia los candiEl mensaje de esperanza y determinación del reverendo Jesse Jackson atrajo nuevos votantes al proceso político. Su interés en quienes tradicionalmente estuvieron por fuera del proceso, atravesó las fronteras de raza, religión, sexo, y clase económica, demostrando tanto el poder de la "Coalición del Arco Iris" de Jackson y su propia credibilidad como candidato presidencial (John Chiasson/Gamma- Liaison).
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datos femeninos están algo mezcladas. A niveles estatal y municipal, las mujeres no parecen estar significativamente más inclinadas que los hombres a votar por candidatas femeninas. En las elecciones nacionales, sin embargo, existe evidencia de que las mujeres están más inclinadas a favorecer las candidatas femeninas. Por ejemplo, el apoyo primario a la congresista Pat Schroeder en 1988, provino primordialmente de las mujeres. En 1988 en comparación con 1958, muchos más hombres y mujeres estadounidenses (82 por ciento comparado con el 52 por ciento) dijeron que preferían votar por un candidato presidencial femenino. Los sureños, los ancianos y los menos educados ofrecieron ligeramente menos apoyo a una candidata del que les dieron a otros competidores (Gallup, 1988). En términos de nivel educativo, los hallazgos son más difíciles de interpretar. Algunos observadores señalan un apoyo creciente a los republicanos entre los graduados universitarios desde los años 60. Otros señalan que las complejidades regionales y de otros tipos sesgan tal afirmación (Public Opinión octubre/noviembre 1985). Empero resulta bastante claro, que los votantes con menos educación todavía tienden hacia el partido demócrata, en parte por la correlación del nivel educativo con la clase económica. Muchos han observado que el conservatismo y los candidatos conservadores probablemente obtengan ahora más apoyo entre los universitarios que en el caso de las eleccciones de 1960 y 1970, cuando muchos estudiantes tenían inclinaciones liberales. Sin embargo, algunas encuestas han descubierto detalles interesantes que cambian el cuadro de una tendencia conservadora "universal" entre los estudiantes universitarios. Por ejemplo, el tipo de universidad a la que asisten los estudiantes puede haber tenido relación con sus preferencias en las elecciones Reagan-Mondale de 1984. Mondale tendía a ser mucho más popular entre los estudiantes en las universidades privadas elitistas, universidades de mayorías negras y unas pocas universidades estatales con tradición liberal. Reagan, por otra parte, era generalmente más popular en las universidades estatales más grandes y en las universidades privadas con afiliaciones militares o religiosas (Cook, 1985). (véase Tabla 14.4; también comparar estos hallazgos con los estudios de diferentes clases de escolaridad en la educación, Capítulo 17). Si el sistema de partidos estadounidense es bueno o malo, o si ha existido un realineamiento fuerte entre los votantes o una falta de "alineamiento", son diagnósticos muy difíciles de hacer. Algo si es claro: la dificultad en el funcionamiento de los partidos políticos, lejos de ser una novedad en nuestros tiem-
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pos, es una de las condiciones que la democracia estadounidense ha tenido que afrontar desde el principio. El historiador Arthur Schlesinger, Jr. (1979), nos recuerda que los partidos políticos estadounidenses siempre han sido algo difícil de manejar. Señala que hace más de 140 años el escritor francés Alexis de Tocqueville, quien escribió sobre la democracia en los Estados Unidos, observó que esta dificultad surgía de la dependencia de los legisladores en sus constituyentes: Un representante nunca está seguro de sus votantes y, si ellos lo abandonan, quedará absolutamente sin recursos... Así es muy natural que en los países democráticos los miembros de los grupos políticos deban pensar más en sus constituyentes que en el partido... Pero lo que debe decirse para gratificar a los constituyentes, no es siempre lo que debe decirse con el fin de servir al partido, al cual los representantes profesan pertenecer.
Política de los grupos de interés Las metas y las acciones de los grupos de interés y de los partidos políticos tienden al menos a contraponerse unas con otras, si no son definitivamente antagónicas y opuestas. En este sentido, los grupos de interés actúan en oposición a la naturaleza amplia y fuerte de la construcción de una coalición de los partidos políticos en los Estados Unidos. Una consecuencia del debilitamiento de la organización regular de los partidos es un rol más fuerte de los grupos de interés (Gibson, 1985). Los grupos de interés son organizaciones creadas para influir sobre las decisiones políticas que directamente se relacionan con sus miembros. En esos grupos encontramos desde asociaciones comerciales (tales como la Asociación Nacional de Fabricantes) hasta sindicatos de trabajadores (incluyendo la poderosa coalición AFLCIO), y grupos de agricultores (incluyendo la Asociación Nacional de Productores de Leche), asociaciones profesionales (Asociación de Médicos Estadounidenses, Asociación de Abogados Estadounidenses), además grupos de derechos civiles (Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color), grupos políticos ( Estadounidenses por La Acción Democrática, La Sociedad John Birch), y los grupos de una sola tendencia (tal como el Movimiento por el Derecho a la Vida). Las corporaciones también pueden formar sus propios cabildos. El ejemplo más notable de esto fue el intento de la ITT por ganar un planteamiento favorable de una posición antimonopolista, ofreciendo suscribirse a la Convención Nacional Republicana de 1972. Las agencias y los departamentos del gobierno también
pueden tener sus cabildeos (lobbying)*, utilizando sus recursos y sus voceros para influir en el Congreso. Por ejemplo, los miembros del Departamento de Defensa regularmente se declaran en favor de un gasto militar creciente. Los gobiernos extranjeros también tienen sus cabildeos en Washington para cuidar sus propios intereses. Cuando los encuestadores preguntan a los ciudadanos por qué piensan que el sistema de gobierno de Estados Unidos, no funciona mejor, responden por considerable mayoría que se debe a la enorme influencia que tienen los grupos de interés especiales y también los cabildeos (Etzioni, 1982). Aunque los grupos de interés especiales y los cabildeos son relativamente nuevos en el ámbito nacional, han estado presentes desde que empezó el Congreso (Schlesinger, 1979). En efecto, los cabildeos de interés privado nunca han sido más poderosos que en los años posteriores a la Guerra Civil. Ni tampoco los movimientos contemporáneos de una sola tendencia tales como los grupos contra el aborto, grupos de control antiarmamentista, grupos antinucleares, ni los grupos ambientalistas, son una innovación moderna. También han sido parte del panorama político desde 1789, generando discusiones de tanto interés como la eliminación de la masonería, la abolición de la esclavitud, la distribución del papel moneda, la acuñación libre de plata, la restricción de la inmigración y la promulgación de la prohibición. Lo que es relativamente nuevo es la importancia de las organizaciones formales que cuentan con presupuestos abundantes para la publicidad y con personal de cabildeo, además con programas bien desarrollados para la consecución de fondos, dedicados más o menos en forma permanente a la representación de diversos intereses. El movimiento social más tradicional, menos organizado formalmente y más dependiente de la movilización popular, sigue siendo significativo (véase Capítulo 21). No obstante, la influencia de cabildeos formalmente organizados y quien controla los fondos de las campañas, han adquirido mayor atención en los últimos tiempos. El Comité Selecto de la Cámara para las Actividades de Cabildeos estima que en el presente existen más de 15 000 mil cabilderos en Washington: treinta por cada miembro del Congreso. Cada año se gastan más de $3 mil millones de dólares tratando de influir sobre las acciones de los funcionarios del gobierno. Uno de los ejemplos más prominentes del Lobby, lobbying es el término que se emplea para referirse a los grupos de interés que ejercen un papel importante en influir sobre las decisiones de los miembros del Congreso en cuanto a cómo votan un proyecto de ley. N. del T.
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éxito de un grupo de interés especial es la Asociación Nacional del Rifle (National Rifle Association) NRA. Mediante los cabildeos y las amenazas electorales de los votantes de una sola tendencia, en 1986 la NRA logró que se aprobara un proyecto de ley que atenuaba las leyes sobre control de armas que ya era una de las más débiles del mundo industrializado. La NRA tuvo éxito en esto, aunque una mayoría de estadounidenses encuestados y la mayor parte de las agencias para el cumplimiento de la ley estaban en contra de las leyes que debilitaban el control de armas y en realidad hubieran preferido tener
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leyes más fuertes. Las leyes que reforman la financiación de las campañas aprobadas por el Congreso a mediados de los años 70 trataron de reubicar el poder político, alejándolo de los intereses monetarios y dispersándolo en las clases populares (Alexander y Haggety, 1981). Estas medidas restringieron el rol de los grandes contribuyentes, particularmente de las grandes corporaciones, de los sindicatos de trabajadores, y de los grupos especiales de interés, exigiendo que debían informarse todas las contribuciones directas a las campañas superiores a $1 000 dólares y redu-
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ciendo las cantidades permitidas. Estas medidas restringieron el papel de los grandes donantes secretos, quienes exigían favores de los candidatos o buscaban influir sobre aquellos que fueran elegidos con la ayuda de su dinero. No obstante, en forma contradictoria, las leyes han contribuido a incrementar el rol desempeñado por los intereses especiales al sancionar el establecimiento de Comités de Acción Política (CAP). Un CAP está organizado comúnmente por un grupo comercial, laboral, profesional, agrícola, profesional o ambiental, con el fin de conseguir dinero de numerosos individuos de modo que puedan adicionarse pequeñas contribuciones a grandes sumas para apoyar la campaña de su candidato favorito o del partido político o directamente a los cabildeos del Congreso. Los comités de acción política están creciendo rápidamente como fuentes de finanzas electorales. Una de las razones para que los CAP y sus contribuciones hayan llegado a ser tan importantes es el alto costo que actualmente significa el manejo de una campaña electoral. Por ejemplo, según la Comisión Federal de Elecciones, las elecciones de 1984 costaron $1.55 mil millones de dólares. Sin embargo, esa cifra podría ser baja, porque, a pesar de las leyes de reforma financiera de las campañas, algunos gastos no necesitan informarse a la comisión (Brownstein y Glen, 1986). Algunas elecciones del Senado en ese año costaron más de $ 3 millones de dólares cada una; unas pocas, tal como la competencia arduamente disputada en Carolina del Norte entre el senador Jesse Helms y el ex-gobernador James Hunt, costó varias veces esa cantidad. Las campañas locales y estatales también son muy costosas, aunque existen grandes variaciones aquí. Los CAP suministran gran cantidad de este dinero. Aunque al principio utilizados principalmente por los miembros de la así denominada "Nueva Derecha", hoy los CAP existen en todas las zonas del espectro político. Mediante los CAP, los grupos religiosos, los sindicatos, las corporaciones, cabildeos especiales como la Asociación Nacional del Rifle, la Liga de los Derechos de Aborto y muchas otras, recolectaron $228.7 millones de dólares para las elecciones de 1984 (Brownstein y Glen, 1986; Sabato, 1984). Así, los CAP han tenido variadas consecuencias, la mayoría de las cuales no fueron previstas (Alexander y Haggerty, 1981). Al ampliar la base financiera para los candidatos y para los partidos, los CAP han asumido algunas de las funciones del recaudador tradicional de grandes sumas. Los CAP pueden organizar cenas, cocteles, y enviar correo directo para recolectar dinero sin costo alguno para los candidatos. Simultáneamente, los CAP han ayudado a separar a los candidatos de la dependencia de los
partidos políticos y han debilitado la lealtad política entre los funcionarios electos. El resultado ha sido la fragmentación del proceso legislativo y el fortalecimiento de la política de una sola tendencia. En su mayoría, los CAP se han concentrado en una pequeña cantidad de situaciones estrechamente definidas, en las cuales los contribuyentes tienen un gran interés, con frecuencia de orden económico (Gopian, 1984). Por ejemplo, cuando llegó al Senado un proyecto de ley que limitaba los costos de los hospitales, la Asociación Médica Americana AMA se opuso fuertemente a él. De los cincuenta senadores cuyas campañas habían recibido fondos de la AMA, cuarenta y ocho se opusieron al proyecto de ley (Roeder, 1980). Los grupos de interés especiales y los CAP en particular han adquirido una mala reputación. Algunos investigadores no creen que la influencia de los CAP sea tan importante como se ha afirmado (Wright, 1985), y muchos científicos sociales creen que, en general, los grupos de interés especial cumplen algunas funciones útiles (Etzioni, 1982). Por un lado, los CAP suministran un mecanismo para un refuerzo político que complementa el proceso electoral. En algunos casos, los CAP han aumentado la participación ciudadana en el sistema político organizando a los miembros para hacer campaña por un candidato que ellos apoyan. En otros casos, los diversos grupos operan como control entre sí y crean numerosos cruces de corrientes en la política estadounidense. Frecuentemente hay activistas que pertenecen a más de un grupo, de tal modo que tienen diferentes perspectivas y algunas veces pueden unir sus esfuerzos. Por ejemplo, en el apoyo a los derechos de la mujer, una demócrata sureña conservadora, puede alinearse con liberales declarados. El sociólogo Seymour M. Lipset (1963) sugiere que diversos intereses en conflicto, que previenen la formación de bloques políticos sólidos, son vitales para las democracias modernas. Si los intereses y las afiliaciones no se superpusieran el país se hubiera resquebrajado por la mitad, tal como sucedió durante la Guerra Civil. De ahí que las lealtades múltiples ayuden a evitar la polarización de la sociedad en grupos extremadamente hostiles.
¿CUAN CONCENTRADO Y ESTABLE ES EL PODER? Al explorar los sistemas políticos estadounidenses, hemos encontrado que el poder está distribuido en forma desigual. ¿Pero, cuan extrema resulta esta desigualdad? ¿Está el poder concentrado en las manos de una pequeña minoría, o está compartido ampliamente?
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Los científicos sociales han ofrecido muchas respuestas a estos interrogantes. Algunos afirman que el poder está concentrado en las manos de unos pocos selectos que dominan y manipulan a los demás. Los más poderosos obviamente tienen los cargos públicos; pero muchos otros, en algunos casos con igual o mayor poder que los funcionarios elegidos, son menos visibles, o sea, los jefes de corporaciones gigantes, los agentes del poder político que están tras bambalinas, y otros. Muchas figuras claves en la estructura de poder funcionan como líderes de grupos de interés; otros, como el difunto doctor Martin Luther King, se mantienen a la cabeza de movimientos de protesta. Aún más, otros combinan estos roles, tal como, el reverendo Jesse Jackson, quien ha sido simultáneamente líder de protesta, jefe de un grupo de interés y candidato para un cargo público. Claramente Jackson y sus aliados han tenido que luchar contra las élites atrincheradas; pero muchos sociólogos consideran su éxito parcial como una evidencia de que el sistema estadounidense está relativamente abierto a todos los grupos. En esta perspectiva el ideal de la participación del poder entre una pluralidad de grupos se ha alcanzado en gran medida.
La perspectiva marxista Antes de Marx, los filósofos políticos más o menos habían supuesto que el poder social residía en el estado y en las fuerzas militares. Por el contrario, Marx dirigió la atención hacia las raíces económicas del poder. Los dueños de los medios de producción, (las fábricas, la tierra y las minas) controlan al resto de la sociedad por medio de su dominio de la actividad económica de la sociedad. Pueden utilizar la fuerza del Estado para subyugar el descontento interno y para promover sus intereses en la esfera internacional. Según Marx, cada período histórico se caracteriza por un modo de producción predominante, por una forma de lograr la subsistencia, como la manufactura. Cada modo de producción crea su propia jerarquía de poder o, en palabras de Marx, una clase gobernante y una clase oprimida. Bajo el sistema de clase más antiguo, o sea la esclavitud, la clase dominante estaba formada por propietarios de esclavos; y la clase oprimida la constituían los esclavos. Más tarde, bajo el feudalismo, la clase dominante estaba formada por los terratenientes, mientras que la clase oprimida la conformaban los siervos. Posteriormente, bajo el capitalismo industrial, la clase dominante es la burguesía (los propietarios de la industria); y la clase oprimida es el proletariado (los desposeídos que reciben un salario). Puesto que la clase domi-
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nante controla los medios de producción, dirige, no solamente la actividad económica, sino también las instituciones que configuran la vida moral e intelectual de los trabajadores, incluyendo la ley, el gobierno, el arte, la literatura, la ciencia y la filosofía. De esta manera, la clase dominante dirige todas las instituciones de la sociedad, y, al hacerlo, asegura su propia fortuna y la subyugación del pueblo. Muchos científicos sociales han enfocado su atención hacia el interrogante de quién ocupa las posiciones de poder y cómo están vinculados entre sí estos individuos en el grupo cerrado. No obstante, los marxistas argumentan que interesa muy poco quién es el que toma las decisiones en un sistema capitalista. Insisten en que, en tanto un sistema económico se fundamente sobre la propiedad privada y la concentración del capital, el rango de decisiones que cualquier político o cualquier otro líder pueda tomar, estará limitado por la exigencia de que las corporaciones produzcan beneficios. Así, cuando la General Motors decide aumentar sus beneficios mediante el cierre de fábricas en Estados Unidos o mediante la cooperación con compañías extranjeras, el mandato capitalista de los negocios ordena que así se haga, sin tener en cuenta los grandes efectos sociales que conlleve. Marx creía que el capitalismo, como todos los órdenes económicos anteriores, acarreaba las semillas de su propia destrucción. Con esto quería decir que ciertas contradicciones implícitas en la economía capitalista, con el tiempo, podían producir su propia caída. En particular, el implacable impulso de los capitalistas para aumentar las ganancias podría empeorar progresivamente las circunstancias de la clase trabajadora, intensificar los efectos perjudiciales del círculo de los negocios y también las tensiones internacionales. Finalmente las condiciones de los trabajadores llegarían a ser tan deplorables que estos deberían unirse para derrocar a sus explotadores. En resumen, la caída del capitalismo, en opinión de Marx, era inevitable porque el sistema gradualmente fuerza a la gente a una pobreza abyecta y a la degradación, circunstancias que con el tiempo se hacen intolerables. Este sistema de explotación, creía Marx, debería remplazarse por un orden socialista que, a su vez, debería proporcionar la vía hacia el comunismo y hacia una sociedad sin clases.
La perspectiva de la élite de poder El enfoque de Marx sobre la economía y las predicciones acerca del advenimiento de una sociedad sin clases, no tardó mucho tiempo en generar un desafío teórico. Dos filósofos sociales italianos, Vilfredo
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Pareto (1848-1923) y Gaetano Mosca (1858-1941), consideraban que las desigualdades del poder son algo inherente a cualquier orden social. En su opinión, era imposible una sociedad sin clases. Pareto (1916/1935) empezó con una simple observación de que algunos abogados eran más sagaces, que algunas amantes de la realeza eran más influyentes, y que algunos ladrones tenían más éxito que otros. Estas son las élites en sus campos respectivos: miembros de esa pequeña minoría que dirigen porque están mejor dotados que otras personas. Lo mismo ocurre en la sociedad como un todo. A lo largo de la historia, pequeñas élites gobernantes -individuos que se distinguen por su talento y su organizaciónhan gobernado a las masas en virtud de su superioridad social. Este fenómeno, opinaban Pareto y Mosca (1939), era un patrón inevitable y, en realidad, también deseable. Escribiendo en las primeras décadas del siglo XX, el economista y sociólogo alemán Robert Michels afirmaba que en todas las organizaciones, el poder tiende a caer en manos de un grupo pequeño de líderes, cualesquiera que sean sus metas e ideologías. Después de estudiar los movimientos socialistas y laborales de su tiempo, Michels (1915/1949) concluyó que cuando las organizaciones crecen en tamaño y en complejidad, la necesidad del liderazgo se convierte en algo que presiona cada vez más. La toma informal de decisiones en las cuales participen todos los miembros se hace impracticable. Existen demasiados asuntos por resolver. Además, la organización debe presentar un frente unido al mundo externo. Los líderes elegidos por sus talentos especiales en la administración y en las relaciones públicas gradualmente van tomando el mando. A su debido tiempo, estos líderes desarrollan intereses creados para mantener sus posiciones; una combinación de admiración y de apatía en las categorías y en las filas acelera dicha concentración de poder en las manos de unos pocos. El grupo gobernante se conservatiza, busca compromisos con sus enemigos, evita correr riesgos, y levanta barreras contra los desafíos de sus oponentes; medidas diseñadas para proteger posiciones y para aumentar fortunas. En ninguna parte es más obvio este proceso que en los movimientos políticos radicales exitosos. Las revoluciones, argumenta Michels, son poco menos que el remplazo de una élite por otra. En opinión de Michels: "Quien dice organización, dice oligarquía", o sea, el gobierno de unos pocos. La cadena de acontecimientos que Michels pintó como conductora de concentración de poder en manos de unos pocos ha
venido a conocerse como la ley de hierro de la oligarquía.
Entre los sociólogos estadounidenses del siglo XX, C. Wright Mills (1959) tomó el liderazgo en la postulación de la existencia de una élite de poder estadounidense, una coalición de líderes militares, de funcionarios del gobierno y de ejecutivos comerciales que controla eficazmente la sociedad capitalista de su país. Según Mills, este grupo pequeño toma las decisiones principales que afectan la vida de los estadounidenses, especialmente aquellas que se relacionan con asuntos de guerra y de paz. El empezó con el hecho de que muchas personas que ocupan altas posiciones en el gobierno también han tenido altas posiciones en las corporaciones o en las fuerzas armadas y parecen moverse hacia atrás y hacia adelante entre estos centros de poder. La élite gobernante de Estados Unidos, escribió Mills, es "una coalición de generales en los roles de ejecutivos de corporaciones, políticos disfrazados de almirantes, y ejecutivos de corporaciones que actúan como políticos" (1959, p. 278). Averiguando las historias personales, Mills encontró que, en conjunto, estas personas descienden de los protestantes anglosajones blancos, de las antiguas raíces estadounidenses, asistieron a las mismas escuelas de la Liga Ivy*, pertenecen al mismo club y visitan los mismos lugares. Por tanto, si el presidente de una compañía petrolera no conoce personalmente al "zar federal de la energía", seguramente conoce a alguien que le conozca (y entonces puede hacer una llamada confidencial si es necesario). Mediante las semejanzas sociales, los intereses coincidentes de la élite de poder se refuerzan, y entonces surge algo así como una clase dominante. Mills argumenta que las diferentes ramas de la élite están entrelazadas. El Congreso aprueba miles de millones de dólares en las apropiaciones militares cada año, dinero que va más o menos directamente a los bolsillos de las corporaciones. ¿Por qué el Congreso hace estas apropiaciones? En parte para la defensa nacional, en parte porque los contratos militares crean empleos, y también porque los líderes de negocios son importantes contribuyentes a las campañas. De esta manera, los políticos tienden a apoyar grandes negocios, y los líderes de los negocios con frecuencia apoyan a los políticos. Estos tres sectores, -económico, político y militar- tienen intereses establecidos en lo que Mills denomina "capitalismo militar". Mills creía que la tendencia hacia la centralización del poder continuaría sin disminuirse. "La cú-
*Grupo de prestigiosas universidades privadas. (N. del T)
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pula de la sociedad estadounidense moderna está cada vez más unificada y con frecuencia parece intencionalmente coordinada: en la cima ha surgido una élite cuyo poder probablemente excede al de cualquier grupo pequeño de hombres en la historia del mundo" (citado por Oslen 1970, p. 261). Mills (1958: 29) resumió sus opiniones en estas palabras: "Debo argumentar que los hombres son libres para hacer la historia, pero que algunos hombres son realmente mucho más libres que otros". G. William Domhoff (1978; 1983) ha intentado reunir evidencia de dicha élite de la cual no pensaba que estuviera tan coordinada o unificada como lo creía Mills. Concluye que el 0.5 por ciento de la población de Estados Unidos controla la cuarta parte de la riqueza de la nación y mantiene una cantidad desproporcionada de altas posiciones en el gobierno y en los negocios. Los miembros de la "clase gobernante" asisten a las mismas escuelas, pertenecen a los mismos clubes y asociaciones cívicas, se casan con los del mismo grupo y producen un círculo central estrechamente unido. En forma similar, el sociólogo Michael Useem (1984) dice que los propietarios primarios y los gerentes de la cúpula de las principales corporaciones estadounidenses, constituyen un " círculo interior" En virtud de sus múltiples conexiones corporativas, redes sociales comunes, y de su compromiso con el sistema capitalista, comparten perspectivas similares sobre las situaciones políticas y los problemas contemporáneos. Traen esta perspectiva para influir en el gobierno mediante su participación en los círculos políticos de alto nivel y de la toma de decisiones, como también en la dirección de las organizaciones y fundaciones claves sin ánimo de lucro.
La perspectiva pluralista ¿Tienen en realidad, los líderes políticos, militares y corporativos de Estados Unidos una sola idea y se limitan a cooperar mutuamente? ¿No es lo contrario, una representación más acertada -se consideran entre sí como rivales? Este es el interrogante que se hacen los pluralistas. Están de acuerdo con Mills en que algunas personas son más libres que otras para hacer la historia y que los individuos desorganizados (las masas) son relativamente impotentes. Pero no ven a un grupo gobernante único, una élite de poder en la cúpula de la estructura de poder en este país. Más bien, los pluralistas argumentan que el poder social está disperso en una variedad de grupos de interés que compiten; la industria petrolera y la del carbón, los fabricantes de automóviles y los ecologistas, las asociaciones comerciales y los sindicatos, los cabildeos de cazadores y las fundaciones
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protectoras de la vida salvaje, la marina y la fuerza aérea, la General Motors y la Ford. Todos estos grupos controlan los recursos y las actividades en diversos momentos con diferentes grados de éxito; pero ningún grupo está al mando. En la mayoría de los casos, lo más que puede hacer es vetar los programas que amenacen sus intereses. Tal como dijo el sociólogo David Riesman (1951, p. 242): "En la actualidad hemos sustituido el liderazgo de los grupos centralizados, aristocráticos y comerciales por el de una serie de grupos, cada uno de los cuales ha luchado y finalmente ha obtenido el poder que le permite detener los acontecimientos adversos a sus intereses y, dentro de límites más específicos, iniciar otros" (véase también Dahl, 1961; Keller, 1963; Kornhauser, 1961). El economista Lester Thurow (1980) hizo una observación todavía más enérgica. Argumenta que "demasiado"pluralismo puede ser la razón por la cual no se pueden solucionar algunos de los problemas sociales y económicos principales de EE.UU. Con muchos intereses en competencia el logro de una sola voz en política pública y en la toma de decisiones frecuentemente queda bloqueado definitivamente y sin esperanzas. La legislación se desarrolla con tantos compromisos que prácticamente se convierte en algo ineficaz. En resumen, los teóricos de la élite como C. Wright Mills creen que los intereses que coinciden y se refuerzan por la semejanza social, vinculan a los líderes de Estados Unidos en una élite de poder cohesiva y única. Por el contrario, los pluralistas como David Riesman sostienen que los intereses diversos, y a menudo en conflicto, impiden una política o acción unificada. Mills argumenta que los miembros de la élite de poder resuelven asuntos importantes entre ellos mismos, a puertas cerradas. Riesman no está de acuerdo, argumentando que las situaciones fundamentales se deciden a través de convenios entre los grupos interesados, y que quienes ejercen el poder varían con las situaciones, (la Asociación Nacional del Rifle, no está interesada en los subsidios agrícolas ni en las donaciones para las artes). Mills lamenta la erosión de la democracia, la pérdida de la responsabilidad de los centros de poder y la alienación de muchos impotentes. Riesman deplora la escasez de liderazgo y la falta de dirección en la política estadounidense. El sociólogo Arnold Rose (1967) concluye que necesariamente las dos partes opuestas de este argumento no se excluyen mutuamente. Lo que existe en la sociedad puede ser una mezcla compleja de ambos. Rose acepta que, al parecer, un pequeño grupo de personas similar a la élite de poder de Mills domina los asuntos extranjeros, pero sugiere que el
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crecimiento del gobierno federal y el surgimiento de nuevos grupos de presión (como las organizaciones de los derechos civiles) han disminuido el poder de los grandes negocios. En su opinión, existen muchas estructuras de poder en Estados Unidos, no solamente una, y las decisiones a nivel nacional se toman mediante un proceso de concertación entre ellos (opinión pluralista). Sin embargo, las estructuras de poder en sí mismas (los partidos políticos, las agencias gubernamentales, las legislaturas, los hombres de negocios, etc.) tienden a ser dominados por las oligarquías (opinión elitista). En resumen, Rose observa que la estructura de poder estadounidense es una pluralidad compleja-de élites. Otros sociólogos que han estudiado la forma como actualmente se toman las decisiones de política, han encontrado que Rose tiene razón, al menos, parcialmente. Por ejemplo, el sociólogo J. Alien Whitt (1982) ha investigado recientemente la forma de elaborar una cantidad de decisiones claves relacionadas con el tránsito masivo de California. Descubrió que puede encontrarse un soporte para las tres posiciones teóricas, dependiendo del punto de vista de cada cual y de la forma como se filtre cuidadosamente la evidencia. Así, diferentes grupos de interés (por ejemplo, el cabildeo de las autopistas y el comercio de la ciudad central) compiten mutuamente hasta cierto punto en sus posiciones sobre el transporte público, tal como lo predijeron los pluralistas. Y tal como lo argumentaron los teóricos elitistas, los líderes del comercio estuvieron altamente comprometidos en estas decisiones, y hubo mucha cooperación entre ellos. Del mismo modo, como dirían los marxistas, la verdadera necesidad para el tránsito masivo, estaba parcialmente relacionada con la búsqueda capitalista de ganancias siempre crecientes. Por tanto, Whitt (1979) concluye que una integración de los tres enfoques podría ampliar nuestra comprensión de la elaboración de la política en Estados Unidos.
La guerra entre los estados modernos puede depender también en parte de la forma como legítimamente los ciudadanos miren las demandas de que el país haga la guerra lo cual, a su vez, depende de la habilidad para identificarse con el Estado y para identificar al otro país o a las personas como enemigas. Antes de que el estado moderno surgiera, la guerra se dirigía entre los gobernantes y sus secuaces contratados. A medida que surgía el Estado-nación, un pueblo podía considerar las ambiciones reales o imaginarias, de otro Estado como amenazantes, no sólo para la vida de su gobernante, sino también para su forma de vida. La identificación con el Estado vino a proporcionar a las gentes ordinarias dos ideas diferentes y relacionadas acerca de la legitimidad (Gellner, 1983). Las amenazas al Estado desde fuera se consideraban como ilegítimas y justificaban la fuerza legítima como defensa. En forma similar, los "malos" gobiernos se consideraban como amenazas internas y justificaban la revolución. Con el surgimiento del Estado-nación moderno, las guerras se han considerado como aventuras cada vez más peligrosas; hasta alcanzar el punto en el cual nos encontramos hoy, cuando el futuro de la especie humana y del planeta están en la balanza. Aunque la guerra nuclear es tan diferente de las así llamadas guerras "tradicionales" que constituye para algunos observadores un fenómeno completamente nuevo, no obstante, es todavía una guerra, llevada a su más terrible potencial destructivo. Todavía podemos aprovechar de una mirada retrospectiva al desarrollo de la guerra moderna. Como ha escrito Gwynn Dyen La guerra es una institución tan antigua, complicada y amplia como la religión o la propiedad, y para entender por qué las cosas inmutables al respecto no han cambiado -por qué cada Estado del mundo constantemente se prepara para la guerra, sin importar qué diga la propaganda- tendremos que retroceder al principio de la civilización (1985, p. 3).
LA GUERRA: POLÍTICA CON OTRO NOMBRE
Las primeras guerras
La relación de la guerra con la política debe ubicarse en el contexto de la legitimidad, un aspecto que hemos discutido al comienzo de este capítulo. Los terroristas quedan por fuera del campo de la política legítima, hasta cuando se convierten en héroes y algunas veces en hombres de Estado, como sucede con frecuencia. En esta forma se legitima su anterior carrera de violencia ilegítima. Hoy, un aspecto principal del poder político tiene que ver con el poder de hacer la guerra y con el poder de defenderse contra las amenazas de guerra.
En las primeras sociedades humanas, tribus o grupos de personas organizadas con base en el parentesco la guerra fue ampliamente una actividad ritual. Existían pocas fronteras territoriales estables o bienes durables por los cuales luchar. Los guerreros en esas circunstancias, como los combatientes de las sociedades de los pre- estados de hoy, podían confrontarse unos a otros en escaramuzas episódicas. Pero comúnmente se evitaban los conflictos y pocas personas morían. Los amigos y parientes intervenían para limitar la lucha o para encontrar alguna
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Estado Unidos a los actos terroristas no solamente pudo ser desproporcionada, sino también haber incursionado en el juego de los terroristas (Rubenstein, 1987).
El camino de la guerra moderna
Las máscaras rituales de los Mudmen de Nueva Guinea podrían tener su origen en una batalla real, en la cual los sobrevivientes a un ataque sorpresivo se esconden en el lecho de un río durante la noche, y luego derrotan a sus atacantes al amanecer porque, amasadas con barro, parecían como espíritus de aquellos que ya habían muerto. En la guerra episódica de las antiguas sociedades, en realidad pocas personas morían -en contraste con las guerras modernas, que han aumentado gradualmente su capacidad destructiva. (Burt Glinn/Magnum).
solución. Un segundo patrón de las primeras guerras, la enemistad entre familiares, comprendía la prolongada hostilidad entre los dos grupos. En este patrón existe una aguda distinción entre "nosotros" y "ellos" durante un largo período que persiste aun cuando la lucha no continúe. Ocasionalmente surge el conflicto: un miembro de un bando es asesinado, entonces en retaliación se asesina a uno del otro. Nunca surge una guerra total; pero tampoco hay un estado de paz, Algunos de estos patrones de lucha persisten en algunos conflictos modernos, tales como los que se dan entre los israelíes y los árabes: la hostilidad entre los dos grupos es constante; pero rara vez esa guerra asciende a una confrontación de gran magnitud. Los árabes se han dividido en muchas facciones y parece que han considerado su lucha continua con Israel como una enemistad entre familias; frecuentemente consideran sus actos terroristas contra ese país como actos de venganza. Israel, sin embargo, es un estado moderno que no está interesado en las enemistades. Probablemente responda a un carro bomba con un ataque aéreo, que puede golpear a los árabes en forma desproporcionada a la provocación. Esto luego ocasiona otros actos de venganza por parte de los árabes. En la misma forma podemos observar los bombardeos de Estados Unidos sobre Libia en el verano de 1986: la respuesta de
En contraste con las escaramuzas tribales y las enemistades entre familias, la guerra moderna empezó con el desarrollo de sociedades agrícolas ricas y establecidas y también en las ciudades fortificadas (Dyer, 1985). Dichas sociedades tenían gobiernos, fronteras y riquezas suficientes para tentar a otros. Estas tres condiciones fueron necesarias para el desarrollo de la guerra como una institución estratégica y racional: un medio de lograr algo de valor del otro lado. En las guerras intertribales, "ganar" tenía poca importancia y una facción rara vez hacía todos los esfuerzos para ganarle a la otra. Por el contrario, las guerras entre los primeros estados modernos fueron realmente más graves. Sus metas generalmente eran la conquista (la expansión del territorio), el pago de tributos o el escape del dominio de otro estado. Estos objetivos exigían ejércitos dedicados a la victoria. Las guerras entre los primeros Estados rara vez incluían directamente a la población civil; el cuerpo principal de estas poblaciones formaba una sociedad casi completamente separada de otros gobernantes y ejércitos (Giddens, 1985). En las guerras lucharon especialmente los "soldados de infantería contratados que se enfrentaban en las batallas masivas. Mientras los oficiales dirigían desde carruajes o a caballo, escuadrones de soldados estrechamente unidos, armados con lanzas o espadas se atacaban unos a otros. Los hombres de las filas del frente luchaban mutuamente por un tiempo, y luego los remplazaban los de atrás a medida que iban cayendo, hasta que un lado u otro pensara que estaba ganando la batalla. En ese momento todas las filas unían sus esfuerzos en un empuje permanente por romper la fila del enemigo en forma definitiva; si este intento se lograba entonces se había ganado la batalla. Se desintegraba la formación del enemigo, los hombres huían del campo y empezaba la masacre. Comúnmente los vencidos sufrían la pérdida de la mitad de su fuerza o más, casi todos sus hombres eran asesinados, ya que no se concedían cuartel, mientras que los vencedores no perdían más de un 5 ó 10 por ciento de sus hombres Pyer, 1985, p. 37).
Puesto que tales batallas se desarrollaban generalmente en llanuras abiertas, rara vez se asesinaban civiles en la lucha, aunque las tropas victoriosas alborotadas podían asesinarlos o capturarlos (para luego venderlos como esclavos).
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Los cartagineses cautivos se vendieron como esclavos, y ninguno vivió en el asentamiento de la ciudad por centenares de años. Así, aunque la tecnología de esa época era primitiva, el resultado de la guerra no fue muy diferente (excepto quizá por la cantidad de víctimas civiles) de lo que podría haber sucedido si una bomba nuclear hubiera caído sobre Cartago (Dyer, 1985)
La naturaleza cambiante de la guerra
Hoce más de 21 simios, Roma derrotó y dejó en ruinas a Cartago, poniendo así fin a las Guerras Púnicas de 100 años. La completa destrucción de Cartago fue algo que podría compararse con el efecto de una bomba lanzada sobre una ciudad. (Editorial Photocolor Archives, Inc/Art Resource). Este patrón fundamental de la guerra continuó hasta la Edad Media. Aunque hubo algunas innovaciones tecnológicas (el remplazo del bronce y el hierro por el acero, la creciente participación de naves, la crianza de caballos más grandes y más robustos para la caballería), la guerra era reconocidamente el mismo enfrentamiento de hombre a hombre entre grandes cantidades de hombres armados (McNeill, 1982). La tecnología y las tácticas de la época podrían parecemos ahora primitivas, pero la guerra en los tiempos antiguos y medievales no era un empeño de poca magnitud. Las tres Guerras Púnicas (264146 A.C) entre Roma y Cartago pueden compararse en algunos niveles con la guerra total entre las modernas superpotencias. En el momento más crucial del conflicto, cerca de una tercera parte de los ciudadanos de Roma estaban al servicio del ejército, una cifra igual a la de las guerras modernas, y el 10 por ciento de los hombres adultos de Roma murieron (Hopkins, 1978). Cuando Roma venció a Cartago se destruyó completamente la ciudad; se regó sal sobre la tierra para que el suelo no pudiera producir vida.
Para entender la forma como la guerra cambió su curso después de la Edad Media, debemos ir más allá de observar los cambios en la tecnología o las tácticas. Los Estados se estaban formando y el mundo político europeo estaba cambiando. Si, tal como dijo una vez el general prusiano Karl von Clausewitz: "La guerra es la continuación de la política por otros medios", debemos considerar los cambios políticos que sucedieron por esa época. Como hemos visto, el desarrollo más importante en el mundo de la política europea en esa época sería el surgimiento de los estados nacionales. Los gobiernos se centralizaron más y ejercieron un control más estricto sobre sus territorios. Las fronteras entre estos territorios se demarcaron claramente. La política se convirtió en un asunto de relaciones entre estados centralizados y cada vez más homogéneos. Este cambio político significaba que cuando un conflicto entre estados se convertía en guerra, ocasionaba un enfrentamiento en gran escala que comprometía las fronteras territoriales de un estado, sus intereses económicos y sus metas nacionales. Otro factor significativo fue el crecimiento del nacionalismo. El creciente sentimiento popular de ser ciudadanos de un estado particular significaba que se estaba más deseoso de luchar por su estado, incluso de ser reclutado. Vieron la guerra como algo por lo que debían arriesgarse, puesto que el resultado podía significar la destrucción del estado y de su propia forma de vida. Los sentimientos de nacionalismo de la gente también prepararon el camino para las guerras internas -revoluciones- dirigidas al mejoramiento del estado. Hasta entonces, se habían dado intentos de rebelión, pero no verdaderas revoluciones, las cuales dependen de la existencia de un estado, de un gobierno que debe ser tomado o transformado, y también de la existencia de un pueblo con un sentido de ciudadanía común y su determinación de tomarse ese gobierno. (Eisenstadt, 1978: Goldstone, 1985; Skocpol, 1979). Las revoluciones y las guerras civiles han sido el tipo más común de conflicto en la época moderna. De las cuarenta guerras que había a comienzos de la década de 1980, sólo cinco tuvieron lugar entre Estados establecidos,
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el resto eran guerras civiles (Kegley y Wittkopf, 1985). Las revoluciones tienen como objetivo transformar el estado existente, conservando esencialmente las mismas fronteras nacionales. Las guerras civiles de secesión pretenden crear un nuevo estado a partir del territorio del estado existente, pero la extensión de ese territorio no es generalmente el problema.
La transformación del combate A principios de la era moderna, la guerra era todavía un asunto de confrontaciones masivas en los campos de batalla. Las batallas eran grandes y terribles, con muchos miles de muertos en pocas horas (Strachan, 1983). Muchos de los soldados eran mer-
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cenarios, (la palabra soldado literalmente significa "hombre contratado") que se unían al ejército porque no tenían otra forma de sobrevivir. En tal situación, era necesaria la disciplina rigurosa para evitar que los soldados se fugaran o rehusaran luchar; a quienes desobedecían las órdenes se les azotaba o inclusive se les daba muerte. Sin embargo, los ejércitos fueron transformándose gradualmente, de simples colecciones de hombres contratados en cuerpos de soldados ciudadanos. El primer gran ejemplo de esto fue la movilización masiva de franceses en 1793, que convirtió en soldados a 770 000 franceses en muy poco tiempo (Dyer, 1985). Los ejércitos de ciudadanos que tenían algo por qué luchar además del sueldo, podían desplegarse en forma diferente a las líneas de ejércitos La guerra transformada repite y ayuda a crear un mundo transformado y quizás más violento. Las catapultas y los arcos eran las armas escogidas del siglo XIII; hoy los arsenales enormes y letales están controlados desde centros subterráneos de mando, por supuesto alejados de los objetivos reales. (arriba: The Granger Collection; abajo: Diego Goldberg/Sygma).
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Voluntad para matar: un problema para la socialización militar Durante y después de la Segunda Guerra Mundial, los sociólogos empezaron a estudiar la forma como operaban las fuerzas militares. Uno de sus más importantes hallazgos se relacionaba con la motivación, o sea, con la fuerza de voluntad para luchar. Se encontró que, comparativamente, los soldados capacitados se desempeñaban mejor o peor, no tanto en proporción a su lealtad nacional o a su ideología, sino más bien en proporción a la fortaleza de los sentimientos comunes y a la solidaridad dentro del grupo inmediato de personas con las cuales luchaban. Los soldados en un grupo de combate podían sentirse incluso más cercanos entre sí que a sus familias, porque no solamente vivían y trabajaban conjuntamente, sino que también arriesgaban su vida juntos, y constantemente cada uno podía salvar la vida del otro. En pocas palabras, la clave para la motivación militar era formar grupos primarios fuertes entre los soldados. (Dyer, 1985; Shils y Janowitz, 1948). Durante el siglo XX, y especialmente desde la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas armadas han aplicado la ciencia del comportamiento social para mejorar su organización. Por ejemplo, el entrenamiento fundamental es una experiencia sociológica y sicológica cuidadosamente planificada y diseñada, no sólo para enseñar habilidades, sino también para cambiar la identidad personal y realzar la lealtad a la organización y al grupo primario. Entre sus retos está la necesidad de conservar estrechamente la disciplina y de asegurar la obediencia a las órdenes; el hecho de que la vida del ejército pueda comprender períodos largos y tediosos de espera entre episodios de ac-
ción; la abstracción de las situaciones en las que se les exige a los soldados que luchen, y la presencia del miedo. El miedo puede parecer como el meollo del asunto, y es realmente importante; pero el ejército se sorprendió en la calificación durante la Segunda Guerra Mundial. El coronel del ejército de Estados Unidos S.L.A Marshall estudió el impacto que causaba la dispersión de los soldados (una situación en la cual los hombres de infantería gastaban gran cantidad de tiempo por fuera de la vista de sus compañeros). No encontró una tendencia a huir o un incremento significativo en la cobardía o en el miedo. Lo que encontró fue una falta de voluntad para matar. Para su sorpresa, encontró que solamente el 15 por ciento de los hombres de infantería entrenados habían disparado sus fusiles en batalla. No habían disparado aun cuando sus propias posiciones estuvieran bajo ataque y su vida estaba en peligro. "En las compañías de infantería más agresivas, bajo las más intensas presiones locales, la cifra estaba por encima del 25 por ciento del total de fuerzas desde el comienzo hasta el fin de una acción" (Marshall, 1947). Los estudios han confirmado en forma repetida los hallazgos de Marshall, y parece que fueron ciertos para ambos bandos durante la guerra (Dyer, 1985). Estos estudios ilustran la poca inclinación fundamental de las personas a matar. En la vida social habitual desarrollamos un respeto por la vida humana y un sentido de la importancia del acto de matar que no se desvanece automáticamente en el campo de batalla. Con el fin de superar esta inhibición, los cuerpos de marina exigen a sus sargentos que hagan cantar a la muerte,
mercenarios estrechamente controlados. Por ejemplo, un pequeño grupo de soldados ciudadanos podía incursionar contra ejércitos más grandes que ocupaban sus tierras, utilizando el conocimiento su-
practiquen combates brutales mano a mano (aunque esto resulte extremadamente poco común en las fuerzas armadas de hoy), que disparen a objetivos aparentemente vivos y que ayuden a poner los valores de los cuerpos de marina por encima no sólo los de ellos mismos, sino también por encima de los que se han identificado con la sociedad civil. Y funciona realmente. La primera generación de reclutas entrenados bajo estos métodos luchó en Corea, y en promedio dispararon sus fusiles más de tres veces de lo que lo hicieron sus predecesores en la Segunda Guerra Mundial (Dyer, 1985). El entrenamiento fundamental se ha redefinido todavía más, pero la idea es la misma. Es particularmente importante en sociedades como la de los Estados Unidos, que es altamente individualista y en la cual la vida civil difiere en forma marcada de la vida militar. Desde el día en que los reclutas ingresan a los cuerpos de marina (o a cualquier otra rama del servicio militar), los expertos se centran en reconstruir la identidad personal y en romper las barreras de las ideas que son apropiadas para la vida civil, pero no para la guerra. Un problema en este proceso necesario es que aún ni los militares, ni otras instituciones, han desarrollado métodos comparables para ayudar a los soldados que han tenido intensos combates y han matado a otras personas para reencontrarse con la sociedad y reasumir sus patrones de pensamiento. Esta es una de las muchas razones por las cuales regresar a casa fue tan difícil para muchos veteranos de Vietnam que se habían imaginado que el retorno sería su mayor alegría.
perior del terreno (y quizá el apoyo de civiles amistosos). Este tipo de lucha conocido como guerra de guerrillas, es característico de muchas guerras actuales. La guerra de guerrillas funciona mejor contra un
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poder extranjero de ocupación, una situación en la que incursiones repetidas de la guerrilla pueden hacer que resulte cada vez más costoso y desmoralizador para el ejército extranjero el permanecer en el lugar. (Esta era en términos generales la posición de las fuerzas de Estados Unidos en Vietnam). La lucha de guerrillas también permite que pequeñas cantidades de tropas se extiendan por una zona grande, un factor importante en la defensa contra la superioridad en bombas y misiles de un enemigo más poderoso. No solamente ha cambiado la naturaleza de los ejércitos, sino también de las armas. Empezando con el invento del rifle a finales del siglo XVIII, y continuando con el invento de ametralladoras, misiles y bombas, el arsenal es cada vez más letal y las distancia entre los combatientes ha aumentado mucho más. Además, para el desarrollo de las armas, los métodos de suministro también han cambiado en forma significativa. Hasta el siglo XVIII, las guerras habían tenido lugar entre los meses de mayo y octubre, porque estas son las únicas épocas del año en que había suficiente forraje en los campos para alimentar a los caballos. La alimentación de los soldados también fue muy difícil hasta años recientes; antes de la invensión de productos deshidratados, enlatados y de otros tipos de alimentos conservados, las tropas con frecuencia vivían de las tierras que ocupaban, con no poco desaliento por parte de los agricultores del lugar. Aunque en un sentido la tecnología ha facilitado y ha hecho más "eficiente" librar una guerra, también la ha hecho más costosa. Los ejércitos modernos dependen de armamentos costosos y de gran cantidad de materiales que se pierden en las batallas con mayor rapidez de la que el país puede fabricarlos. Esto significa que cualquier guerra importante se convierte en una guerra de capacidad de producción doméstica. Por ejemplo, las dos guerras mundiales en parte las ganó el bando que tenía mayor capacidad industrial (McNeill, 1982). Los triunfadores simplemente superaron en producción a los vencidos, y, en últimas, los confinaron a una guerra de agotamiento, una guerra en la cual con el tiempo, las pérdidas, devoraron todos los recursos de uno de los dos bandos.
La tecnología, la guerra y el complejo industrial militar La guerra moderna depende enormemente de la tecnología, y los preparativos para la guerra se enfocan no solamente hacia tener un ejército listo, sino también en tener inmensos depósitos de armamentos de toda clase. El ex-presidente Eisenhower, comandante de las fuerzas aliadas en Europa durante la Se-
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gunda Guerra Mundial, estaba muy consciente del rol que la producción industrial había desempeñado para ganar la guerra. Pero también expresó una advertencia famosa acerca del crecimiento de lo que él llamó el "complejo industrial militar". Lo que preocupó a Eisenhower fue la tendencia de las compañías que permitían que el ejército obtuviera beneficios desmedidos a expensas de los contribuyentes, y la tendencia de dichas compañías a unir sus fuerzas con los funcionarios del Pentágono para impulsar el desarrollo de sistemas de armas cada vez más costosas; esto sin preocuparse si eran necesarias o de si siquiera funcionaban. Que los temores de Eisenhower eran legítimos, lo demuestran relatos de años recientes que han empezado a hablar de martillos exageradamente costosos ($500 dólares c/u) y cafeteras ($7 000 dólares c/u), así como también de repuestos y equipos inmensamente costosos, cuya compra fue aprobada por los contratistas militares. También se han hecho inversiones masivas en equipos diseñados deficientemente para el uso militar, por ejemplo, tanques que no estaban a prueba de agua, aviones que se accidentaban frecuentemente. Más allá de los desperdicios y de los trabajos inútiles, las fuerzas armadas modernas enfrentan un grave problema de disponibilidad de fuerzas, tanto en la cúpula como en la base. En la cúpula, cada rama de las fuerzas armadas de Estados Unidos ha desarrollado una inmensa burocracia y muchos de quienes los comandan relativamente han tenido poca experiencia en combate. El ascenso dentro de la burocracia militar depende de los tipos de habilidades políticas y de organización que constituyen una ventaja dentro de cualquier burocracia. En la base, en el nivel de los reclutas promedio, existe un problema potencialmente más grave: la falta de educación y de entrenamiento necesarios para manejar un armamento complejo y organización. Tal como lo planteó un consultor del ejército de los Estados Unidos: ¿Qué sucede cuando se tiene un misil antitanque que, si golpea a un tanque enemigo, tiene 100 por ciento de probabilidades de incapacitar o destruir ese tanque, pero cuyo sistema de dirigir y disparar el misil en realidad sólo puede ser usado por alguien que tenga un coeficiente de inteligencia (IQ) superior a 100, mientras que la mayoría de las unidades de la línea de combate del ejército tiene un coeficiente de inteligencia (IQ) de 85 ó 90 y los que son más hábiles tienen que cumplir con una inmensa cantidad de otros trabajos? (Citado por Dyer 1985, p. 193).
Esto ilustra el grado en que un sistema militar eficaz está vinculado a la solidez de la sociedad que está tratando de defender (McNeill, 1982). Un ejército
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DESIGUALDAD Y PODER A quienes hablan de la paz mundial, en un tiempo en que los Estado- naciones serán sustituidas por un gobierno mundial en un sentido global de comunidad, frecuentemente se les acusa de ingenuidad e inocencia. La inocencia viene de la palabra latina in que significa no y nocere que significa hacer daño. Quizá se necesite inocencia en un mundo en el cual todos los individuos de todas las naciones viven ante el peligro de la destrucción nuclear (Arriba: G. Vandystadt/Photo Researchers, Inc.; abajo: James L. Long/Black Star).
moderno necesita soldados que sepan leer y escribir (inclusive que manejen computadores). Las fuerzas armadas dependen en gran medida de la sociedad para entregar los recursos materiales y los efectivos militares que se necesitan. En resumen, la guerra es un asunto de organización social.
La amenaza de la guerra nuclear Hasta ahora, hemos hablado del cambio tecnológico en la guerra y en el armamento sin mencionar el cambio más importante y más terrible de todos: el desarrollo de las armas nucleares. Desde cuando se arrojaron las bombas atómicas en las ciudades japo-
nesas de Hiroshima y Nagasaki al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el mundo ha vivido sabiendo que la naturaleza de la guerra ha cambiado. En efecto, la palabra "guerra" que nos trae a la mente ejércitos, generales, columnas de tanques y otras cosas, parece poco apropiada para describir lo que sucedería en una catástrofe nuclear, cuando unos pocos líderes del mundo podrían oprimir botones que producirían la destrucción de naciones enteras y continentes, y aun de toda la población de la tierra. Claramente, la guerra nuclear no deberá hacerse como las guerras convencionales, en las que cada bando compite para desplegar suficiente fuerza que evite la derrota, y mide las presuntas pérdidas y ga-
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nancias. En una guerra entre dos naciones con armas nucleares, ambas pueden aniquilarse mutuamente (Schell, 1982). Las pérdidas y ganancias pierden su significado. Algunos militares, teóricos y otros observadores afirman que las armas nucleares no son básicamente diferentes de otras armas y que éstas se podrían utilizar con ventaja en "golpes quirúrgicos" contra objetivos enemigos muy específicos, "limitando" de esta manera el poder destructivo de una guerra con armas nucleares. Sin embargo, otros argumentan con fuerza lógica que una guerra nuclear "limitada" es realmente un imposible (Zuckerman, 1983). La expansión de la capacidad nuclear y de las guerras nucleares a las naciones más allá de las que ya las poseen; la construcción de nuevos y más "avanzados" armamentos y sistemas de armamentos, como la iniciativa de defensa estratégica propuesta por el Presidente Reagan o la "Guerra de las Estrellas", que extiende la carrera armamentista hasta el espacio; el lugar de las armas nucleares en la política de defensa; la negociación de tratados y lo que es considerado negociable han sido el centro del debate sobre armas nucleares y la guerra nuclear. Estos debates continúan ensombreciendo -tal como algunos creen que debe suceder- a otras preocupaciones morales de la política tanto interna como externa. Desde la guerra fría ha prevalecido una amplia política de discusión entre las superpotencias (Estados Unidos y la Unión Soviética). Esto significa que cada país frena al otro (al menos en teoría) de un ataque nuclear en virtud de su poder de destruir al otro en una retaliación para inflingir las denominadas pérdidas "irreparables", (otro nombre para la disuación mutua es "destrucción mutua asegurada" DMA). Los proponentes de la disuación argumentan que una formación de al menos cantidades iguales de armas en cada lado promueve la paz y refrena la guerra. En otras palabras, según este razonamiento, Estados Unidos debe continuar construyendo y almacenando armas para que jamás se usen. La mayoría de los observadores están de acuerdo en que, en efecto, la política de disuación ha continuado alimentando la carrera armamentista, en la cual cada superpotencia trata de ganar la victoria, desestabilizando así cualquier "balance" del poder nuclear. Como lo señaló Lord Solly Zuckerman, antiguo jefe científico asesor del gobierno británico: Para 1962 la formación de las fuerzas nucleares estadounidenses y en forma correspondiente las de la Unión Soviética habían ido más allá de los requerimientos racionales de cualquier amenaza de refrenamiento mutuo. No solamente la formación no se detuvo nunca, sino que ha sobrepasado cualquier nivel razonable....
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La ignorancia, la sospecha recíproca, la creencia de que un mayor poder destructivo implica una mayor seguridad militar y la simple dificultad de reducir el ímpetu que supone una carrera armamentista en la cual muchos miles están comprometidos, fueron las razones por las cuales los dos lados no se pusieron a considerar antes de 1970 la forma de detener el proceso. Si alguna vez se negocia, la restricción todavía dejará armas suficientes en los dos arsenales para hacer volar a Estados Unidos, Europa y Unión Soviética.... Desafortunadamente, el concepto de disuación siempre ha sido demasiado vago para una definición en términos de unidades de destrucción. Una vez empezó el juego de los números, la razón salió volando por la ventana (1983, pp. 47-48). En los últimos veinticinco años, mientras la carrera armamentista continuaba acelerándose, Estados Unidos y la Unión Soviética intentaban negociar varias formas de control de armas, limitaciones mutuamente acordadas y la restricción para probar y utilizar las armas nucleares. Porque apesar de la poderosa influencia del complejo industrial militar tanto en EE.UU. como en todo el mundo, existe una presión moderadamente constante a nivel mundial para que las superpotencias alcancen y conserven algún tipo de consenso sobre el control armamentista. En efecto, se han firmado varios tratados entre la Unión Soviética y Estados Unidos, y en alguna medida se han cumplido, aunque la verificación, o sea, el que el otro lado sea "honesto" y mida su capacidad, a menudo ha resultado ser el punto de riesgo. No obstante, el control de armamento ocupa un lugar central en las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética, y en 1988 se observó que de común acuerdo en realidad cada país estaba destruyendo algunos misiles. Sin embargo, en la proliferación de las armas nucleares a nivel mundial, ciertamente detenida, Estados Unidos ha tenido poco éxito desde la década 1970 en el trabajo hacia la no proliferación, o sea, en ejercer presiones diplomáticas sobre las naciones potencialmente nucleares para que disminuyan el desarrollo de este tipo de armas (Spector, 1985). Muchos observadores están preocupados porque con la proliferación, la amenaza del terrorismo nuclear está cobrando cada vez más importancia, especialmente en el Tercer Mundo. Los argumentos para el desarme van más allá de los del control de las armas. El desarme significaría una considerable reducción o, quizá, la eliminación de las armas en los arsenales nucleares del mundo. Quienes trabajan para el desarme creen que todas las armas nucleares por su sola existencia son amenazas seguras para la paz y para la seguridad mundial. Seguir haciendo y almacenando este tipo de armas solamente aumenta, no disminuye, la probabilidad de su futuro uso.
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En la actualidad, es poco viable la eliminación total de las armas nucleares ya existentes. Puede que no sea posible volver atrás el reloj y pretender que no se sabe nada acerca de la desintegración del átomo y de la fabricación de bombas. Por otra parte, un alto en la carrera armamentista y en la proliferación de la capacidad nuclear puede ser absolutamente necesario. Aunque podemos mirar la amenaza de la guerra nuclear como un crecimiento exagerado de las tendencias políticas y sociales en el Estado-nación moderno, el tipo de poder destructivo de las armas nucleares nos proporcionará algo que no tiene precedentes en la historia. Algunos esperan que al llegarse a un acuerdo con el poder, encontraremos que la guerra y el Estado-nación se han convertido en algo obsoleto. Los Estados van a preparar el camino para un gobierno mundial. Pero pudiera ser igualmente probable que el poder nuclear, al hacer obsoletos los Estados-naciones, cumpliera la misma
función para al menos una gran parte de la raza humana. En el fondo, el problema de la guerra es político, pero el armamento científico moderno la ha convertido en una aflicción soportable en una crisis potencialmente periódica... La guerra y el Estado fueron elementos centralmente importantes en la estrategia para lograr más control sobre el entorno, pero también nos dejaron sin escape a nuestro dilema actual, que incluye la extinción potencial de la especie humana (Dyer 1985, pp.246, 252).
J. Robert Oppenheimer, el físico estadounidense que supervisó la fabricación de la primera bomba atómica en el laboratorio de Los Alamos, en Nuevo México, informó que cuando presenció la primera explosión de prueba de la bomba en el desierto, vinieron a su mente las palabras Bhagavad-Gita: "Me he convertido en la muerte, en destructor de los mundos".
RESUMEN 1. La política es el proceso social mediante el cual las personas obtienen, utilizan y pierden el poder. El poder es la habilidad de ejercer el control sobre otras personas a pesar de su resistencia. El poder en este sentido -poder distributivo- está distribuido en forma desigual. El poder colectivo o habilitante es el poder de un grupo para lograr que las cosas se hagan con la cooperación y la división laboral. 2. La legitimidad es el grado hasta el cual el poder se reconoce como válido y aceptable por parte de los participantes en las relaciones sociales e implícitamente por la sociedad como un todo. El poder legítimo se conoce como la autoridad que se ejerce con la aprobación social de la mayoría de los individuos de una sociedad. Por otro lado, el poder ilegítimo se ejerce sin dicha aprobación social y tiende a incluir la fuerza. La mayor parte de los sistemas políticos descansan en el ejercicio tanto del poder como de la autoridad legítima. La legitimidad de un sistema político puede fluctuar dependiendo de los acontecimientos. 3. Weber distinguió tres tipos de autoridad: la autoridad legal/racional que proviene de la ley; la autoridad carismática, que deriva de las cualidades personales excepcionales, y la autoridad tradicional, que proviene de las creencias y prácticas aprobadas, transmitidas de una generación a otra. 4. El Estado, una entidad abstracta, es la suma de las instituciones que se especializan en ejercer el poder
y la autoridad. Incluye los tribunales, la policía, la legislatura, la rama ejecutiva, las fuerzas armadas, las agencias de regulación y otros cuerpos oficiales. El Estado no ha existido a lo largo de la mayor parte de la historia. Los Estados surgieron cuando los gobernantes buscaron expandir sus territorios y sus intereses comerciales y también la protección del comercio. El Estado moderno se basa en la clara separación entre la vida privada y la pública. 5. La administración de los territorios cada vez más grandes y de los intereses comerciales, hizo necesaria una clase de empleados del Estado conocida como burocracia. El funcionamiento de dicha clase depende de la separación de lo público y de lo privado, y de un conjunto formal de normas que gobiernen el comportamiento oficial. A medida que las burocracias se van extendiendo, desarrollan claras jerarquías de poder y las tareas de los burócratas se hacen cada vez más especializadas. La formación de una burocracia eficiente puede ser esencial para el desarrollo económico de un país. 6. La idea de nacionalismo y de nacionalidad fueron surgiendo con la formación de los Estados y las burocracias. El advenimiento del transporte fácil y de la centralización del gobierno condujo a una comunicación creciente entre las localidades anteriormente aisladas, y un sentido de identidad y de cultura común. El surgimiento paralelo del nacionalismo hacia finales del siglo XVIII significó que los ciuda-
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danos habían empezado a identificarse con el Estado y con el poder. En nuestros días, el nacionalismo ha demostrado ser un argumento muy fuerte para el terrorismo por parte de las gentes sin Estado. 7. Un Estado del bienestar es aquel en el que se han expandido considerablemente sus funciones en forma de programas sociales y gubernamentales, para tener más responsabilidad por el bienestar social de sus ciudadanos. En efecto, proporciona bienes y servicios que no son de fácil acceso para los individuos. Estos incluyen la asistencia a los más necesitados, los bienes colectivos como la defensa nacional, las actividades de regulación y la capacidad de obtener bienes. El moderno Estado de bienestar también maneja la economía. 8. En un Estado democrático, la autoridad se deriva idealmente del consentimiento de los asociados. El principal interés del Estado democrático es la protección de los derechos humanos y civiles, y las críticas a los Estados no democráticos se enfocan hacia la violación de estos derechos. Los Estados totalitarios no toleran las voces que disienten; un partido único y el Estado son la misma cosa. La autoridad tiende a estar concentrada en pocas manos. 9. La participación masiva en el proceso político es un derecho clave de los ciudadanos de un Estado democrático. Pero solamente vota alrededor de 60 por ciento del electorado estadounidense (menos en los años de elección no presidencial). Los partidos políticos, o sea, los grupos colectivos diseñados para ganar y sostener el poder gubernamental legítimo, pueden estar perdiendo importancia a medida que la política se orienta menos hacia el partido y más hada los candidatos. Por contraste, los grupos de interés y los Comités de Acdón Política (CAP) al parecer están ganando influenda en los Estados Unidos, espedalmente a medida que las campañas se hacen más costosas y la tecnología permite que los candidatos lleguen directamente a los votantes y seguidores sin ayuda del partido. 10. Los fundonarios del gobierno de Estados Unidos se eligen mediante un sistema de pluralidad simple: el candidato gana con la mayoría de votos. Este sistema refuerza la estructura bipartidista estadounidense. En otras nadones occidentales prevalece un sistema multipartidista o sistema de voto proporcional: un partido redbe tanta proporción de representantes cuantos votos obtenga. 11. Muchos factores de antecedentes, tales como raza, género, ingreso y educadón influyen en la preferenda de los votantes por un candidato particular. 12. Los marxistas creen que el poder en la sodedad
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estadounidense se deposita en manos de los capitalistas, quienes dominan y manipulan a los trabajadores en la búsqueda de sus propios intereses de clase. Los marxistas también sostienen que esta distribución de poder es implídtamente inestable porque genera el conflicto de clases que eventualmente conducirá a su caída. Los teóricos de la élite de poder también creen que el poder en los Estados Unidos está monopolizado por una minoría relativa; pero sostienen que este patrón se está perpetuando y, por lo tanto, que es poco probable que cambie. Finalmente, los pluralistas consideran el poder como algo que está más ampliamente disperso de lo que los marxistas y los teóricos elitistas creen. También suponen que la distribución de poder cambia constantemente, a medida que los grupos compiten unos contra otros buscando influenda y que las alianzas que se forman se rompen. 13. En muchas sodedades antiguas la guerra era comúnmente una actividad ritual o una lucha continua entre familias. La guerra moderna empezó con el desarrollo de sodedades agrícolas permanentes y los estados fortificados. Las guerras antiguas tenían como contendientes grandes ejércitos de soldados de infantería, con frecuenda mercenarios; pero pocas veces se incluían civiles. Con el surgimiento del Estado-nadón se desarrollaron los ejércitos de dudadanos, que se identificaban más con el Estado y estaban puestos a luchar por él y por su forma nacional de vida. 14. La guerra moderna depende cada vez más de la tecnología y de la productividad de todos los Estados. Como consecuenda, el complejo industrial militar se ha hecho más grande y poderoso. El ejército de hoy requiere reclutas que sepan leer y escribir, que tengan educadón y que estén bien dotados para manejar las armas modernas y para cumplir sus tareas. 15. Las armas nucleares que se han acumulado desde el final de la Segunda Guerra Mundial constituyen el instrumento de guerra más importante y terrible que la tecnología moderna haya podido proporcionar. Se puede llegar a pensar en que la guerra convendonal no tiene significado. Algunos consideran que un arsenal de armas nucleares avanzadas provee el apalancamiento político y la seguridad necesarios en un mundo en el cual otros Estados también tienen poder nuclear. Esta es la creenda sobre la cual se basa la prevalente política de disuadón mutua. Muchos de los que presionan por el desarme y la paz mundial critican la disuadón. El control de armas y su negociadón son los aspectos prindpales de la política exterior actual.
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GLOSARIO Autoridad. Poder que se considera como legítimo y que se ejerce con la aprobación social de la mayoría de los individuos en un grupo o sociedad. Autoridad carismática. Tipo de autoridad identificada por Weber, que proviene del reconocimiento público de las cualidades personales excepcionales. Autoridad legal racional. Es un tipo de autoridad identificado por Weber que se origina de un sistema de reglamentaciones explícitas que definen el uso legítimo del poder. Se confiere a las posiciones y no a los individuos específicos. Autoridad tradicional. Tipo de autoridad identificada por Weber que se origina de tradiciones sagradas de la lealtad a las monarquías, a los jefes y a los sacerdotes. Bienes colectivos. Bienes que los individuos no pueden comprar y vender fácilmente y que el estado del bienestar moderno proporciona a los ciudadanos. Burocracia. Organización de servidores públicos en forma de jerarquía gobernada por reglas. Derechos civiles. Derechos que tienen las personas en virtud de su ciudadanía; los ejemplos incluyen la libertad de religión, los derechos de votar y otros. Derechos humanos. Derechos a los cuales se tiene título en virtud de la pertenencia a la raza humana. Desarme. Es la reducción y la eliminación eventual de las armas nucleares. Disuación. Política en la cual los países que tienen poder nuclear disuaden (refrenan) mutuamente los ataques nucleares, por su capacidad de retaliación y destrucción del atacante; también se denomina destrucción mutua asegurada. Élite de poder. Coalición de líderes militares, funcionarios del gobierno y ejecutivos comerciales unidos por intereses comunes y por una afinidad social. En la opinión de C. Wright Mills esta coalición es la que gobierna en Estados Unidos. Élites. Miembros de esas pequeñas minorías que manejan a sus respectivos campos porque están mejor dotados que otras personas. Estado. Entidad abstracta compuesta por organizaciones públicas en las cuales el poder se concentra sobre un área geográfica específica. Estado del bienestar. Estado extendido ampliamente, característico de los países ricos e industrializados de hoy, que suministran el bienestar social de los ciudadanos ordinarios, asumiendo las responsabilidades
de las comunidades locales y de las familias, tales como la compensación por desempleo, el cuidado de la salud y otros. Estado democrático. Estado basado en la participación política del pueblo. Grupos de interés. Organizaciones creadas para influir sobre las decisiones políticas directamente relacionadas con los miembros. Legitimitad. Es el grado en el que el poder se reconoce como válido y justificado por parte del pueblo en una relación social y (implícitamente) por toda la sociedad. Ley de hierro de la oligarquía. De acuerdo con Robert Michels, es la cadena de acontecimientos que lleva a la concentración del poder en las manos de unos pocos. Nación. Grupo unido por vínculos culturales compartidos que comúnmente conforman un estado. Nacionalismo. La creencia de que un pueblo con una cultura distinta (o sea una nación) debería tener su propio Estado, el orgullo por la nación está vinculado con esta creencia. Oligarquía. Gobierno de unos pocos. Pluralismo. La opinión de que la estructura de poder político está compuesta por diversas élites y por grupos de interés que compiten. Poder. La capacidad de conseguir que las personas actúen de acuerdo con los deseos de uno mismo, aunque ellas prefirieran no hacerlo; de acuerdo con la definición de Weber "La probabilidad de que un actor dentro de una acción social esté en posición de realizar su propio deseo a pesar de la resistencia". Poder coercitivo. Poder que busca controlar el comportamiento de otras personas; puede ejercerse más o menos forzosamente. Poder distributivo. Poder que se relaciona con el de otros y con la distribución desigual entre las personas. Poder habilitante o colectivo. Capacidad de las personas para lograr que se hagan las cosas; el engrandecimiento del poder que surge de la cooperación y la división del trabajo. Política. El proceso social por el cual las personas obtienen, utilizan y pierden el poder. Totalitarismo.Sistema político en el cual no se tolera ninguna opinión o partido de oposición, y donde el gobierno controla muchos aspectos de la vida de los ciudadanos.
CAPITULO 15
La economía, los negocios y el trabajo
El estadounidense típico, de los años 80, lleva un reloj japonés, conduce un automóvil japonés, introduce cintas de video en una grabadora japonesa VCR, y las ve en un televisor japonés. Quizá esto sea una pequeña exageración, pero tiene un elemento de verdad un poco amarga. A medida que las mercancías fabricadas en los países asiáticos, especialmente en Japón, han superado en forma abrumadora los productos estadounidenses en los mercados mundiales, los ciudadanos de Estados Unidos han evidenciado la existencia de una nueva e importante fuente de competencia económica. Primero Japón, y ahora Taiwan, Hong Kong y Corea del Sur han empezado a desafiar en el comercio internacional el dominio de Estados Unidos, compitiendo con mucho éxito con los fabricantes estadounidenses de automóviles, televisores, computadores, equipos electrónicos y demás. El producto nacional bruto, que sigue siendo el más alto del mundo, está creciendo más lentamente que las economías de muchos de los competidores asiáticos. Más aún, Estados Unidos importa más mercancías de los países asiáticos de lo que exporta hacia allá, ocasionando un déficit comercial considerable. Los países asiáticos están aventajando a Estados Unidos en las exportaciones a muchas otras partes del mundo, por tanto, no es de sorprender que estos y otros desarrollos económicos cumplan una función vital en el futuro de Estados Unidos. ¿Por qué los empresarios asiáticos están amenazando tanto el liderazgo en el mundo económico como la estabilidad económica interna de Estados Unidos? ¿Qué factores sociales han permitido que los países asiáticos obtengan ganancias tan considerables en su competencia económica con aquel país?
Lester Thurow (1985), reconocido economista estadounidense, señala una amplia categoría de posibles respuestas, que incluyen: (1) las diferencias culturales entre las sociedades occidentales y las orientales, tales como una "ética del trabajo" más fuerte de los asiáticos; (2) iniciativa y organización superiores en las empresas asiáticas; (3) salarios más bajos y generosos subsidios gubernamentales para ciertas industrias asiáticas. Sin embargo, otro factor muy significativo es la estructura cambiante de la economía mundial, que hace muy difícil que frente a tantos competidores cualquier país sea el dominante por mucho tiempo. Por supuesto, ninguna de estas respuestas es definitiva, pero cada una señala el hecho de que no importa cuántas diferencias se expliquen entre la economía estadounidense y la asiática, puede verse que el status financiero de la nación tiene una base social. Por ejemplo, el triunfo del Japón en parte puede estar vinculado a la homogeneidad social, un sistema educativo altamente competitivo, una gran cantidad de familias íntegras o a cualquier cantidad de factores sociales. También es muy claro que el estado de la economía de un país tiene consecuencias sociales. El debilitamiento de la economía estadounidense, por ejemplo, ha traído como resultado del desempleo, la ola de "retribuciones" y otras concesiones sindicales, creciente necesidad de doble ingreso familiar, multitud de problemas relacionados con la creciente falta de empleos bien remunerados en las fábricas. La economía es la institución social que satisface la producción y la distribución de bienes y servicios dentro de una sociedad. Desde un punto de vista sociológico, la economía es un sistema social 423
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En una ciudad-estado italiana del siglo XV, las mercancías de todo el Mediterráneo llenaban los almacenes de esta calle comercial, bastante concurrida. Centros del comercio internacional, gobernados por las oligarquías de mercaderes ricos, estas dinámicas ciudades -estado proporcionaron el contexto para el movimiento social y cultural hacia el secularismo y el humanismo que se conocieron en el Renacimiento italiano (Art Resource).
que comprende relaciones sociales de varias clases y que afecta profundamente todos los aspectos de la vida social. En este capítulo, consideraremos los principales sistemas económicos, o sea, el capitalismo y el socialismo, y también los ideales sobre los cuales se fundamentan. Nos centraremos en las características claves del capitalismo moderno y de las instituciones económicas capitalistas más importantes como son la corporación y la pequeña empresa. Para terminar, examinaremos el trabajo como la actividad humana más fundamental, su organización y su significado en la economía mayor.
LA ECONOMÍA COMO SISTEMA SOCIAL: PERSPECTIVA ESTRUCTURAL Y DE ACCIÓN Cuando escuchamos los informes económicos en los noticieros de la noche ("El promedio de Dow Jones
cayó 10 puntos hoy"; "La economía de los Estados Unidos creció en mayo, siendo el vigésimo segundo mes consecutivo"), podemos empezar a pensar en la economía como un tipo de fuerza natural, así como el clima. Ambas parecen difíciles de predecir con precisión y mucho más de controlar. Pero, aunque ciertos fenómenos naturales (como las sequías que ayudan a incrementar los precios de la agricultura) afectan la economía, ésta es básicamente un sistema social. La gente crea economías, interactúa unos con otros en formas culturales definidas que son la fuente de fenómenos económicos, desde los cambios en el petróleo y en los precios de los alimentos, hasta las fluctuaciones del promedio de Dow Jones. Un interés particular de los sociólogos es la conexión entre los individuos y las principales fuerzas económicas: ¿acaso las transacciones económicas en pequeña escala cuentan para las tendencias, o acaso las principales tendencias estimulan o deprimen las actividades económicas de los individuos? ¿O serán ciertas ambas afirmaciones? Un enfoque útil en interrogantes como éstos, es considerar la economía desde perspectivas estructurales y de acción. Desde el punto de vista de la acción, la economía puede mirarse como la acumulación de muchas acciones económicas individuales. En este sentido las tendencias se explican mejor como el total de opciones económicas de millones de personas. Por ejemplo, la reducción de la industria automovilística de Estados Unidos puede considerarse como el resultado de las preferencias de los consumidores por vehículos más baratos y que consuman menos combustible. Puesto que hasta hace poco en el mercado la mayoría de los automóviles baratos que ahorran gasolina eran japoneses, los compradores arrebataban estos automóviles, mientras que los automóviles de Estados Unidos quedaban sin venderse. Así, los problemas de la industria automovilística de Estados Unidos podrían delinearse por la selección de muchos millones de compradores de autos que prefieren un Toyota o un Honda en vez de un Ford o un Pontiac. La situación de las compañías de automóviles también puede considerarse en un contexto estructural. ¿Qué factores estructurales han hecho que los estadounidenses deseen autos más pequeños y más baratos? Una respuesta importante sería que la mayor parte de la oferta de petróleo del mundo está fuera de Estados Unidos, lo que lo hace vulnerable al precio del cartel petrolero de la OPEP. Otro argumento sería que la cantidad creciente de familias en que dos personas trabajan han creado la necesidad de un segundo vehículo de "cambio". Más aún, podría argumentarse que la relativa falta de transporte público masivo en Estados Unidos, y las exigencias
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a la industria que los automóviles estadounidenses sean seguros y confiables, también fueron factores que estimularon la venta de automóviles extranjeros. En efecto, tanto el punto de vista de la acción como el de la estructura tienen validez y ambos son necesarios para ayudar a explicar el fenómeno económico. Por ejemplo, ambas perspectivas aclaran la quiebra del mercado de acciones en octubre de 1987. Desde la perspectiva de la acción, no podría haber duda de que la quiebra fue causada, al menos en parte, por decisiones simultáneas de muchos individuos y directivos institucionales de vender sus acciones. Pero, desde una perspectiva estructural, es más fácil que el mercado de acciones fracase cuando el volumen de las contribuciones lo sostiene un pequeño número de inversionistas institucionales y cuando demasiadas transacciones se realizan por computadora. Las interrelaciones esenciales de la actividad económica individual y de las principales fuerzas sociales están cautivas en el "mercado" mundial. En términos tradicionales, un mercado es el lugar donde el pueblo viene a vender la mercancía. Pero actualmente la palabra "mercado" también se utiliza para describir las operaciones de fuerzas económicas impersonales: el mercado de acciones, de vivienda y automóviles nuevos, etc. Así, podemos hablar de un "mercado" que ejerce presión sobre los fabricantes de automóviles para que bajen los precios o
para que fabriquen automóviles más económicos en combustible, sin hacer referencia a las personas específicas que compran (o rehusan comprar) automóviles. No obstante, el rol de los individuos que trabajan en el mercado es obvio, compradores y vendedores son las personas que han hecho posible que funcione el mercado a lo largo de la historia. Los términos "mercado" y "lugar del mercado" también se utilizan para caracterizar las relaciones económicas globales. Estados Unidos y otras naciones industrializadas deben competir en el mundo mercantil donde capital, empleo y mercancías, fluyen a diario a través de fronteras nacionales. Tal como lo sugiere nuestro primer ejemplo, la posición en el mercado mundial afecta un amplio rango de asuntos sociales, como los productos que la gente compra, si las fábricas prosperan o fracasan, si una sociedad gana o pierde empleos y si el estándar de vida de un país crece o disminuye. Veamos ahora las principales formas de la actividad económica en las naciones industrializadas del mundo.
SISTEMAS E IDEALES ECONÓMICOS El surgimiento del capitalismo Hasta el siglo XVIII la actividad económica se ejerció principalmente a nivel local. Los agricultores producían la mayor parte del alimento para una región cercana y lo llevaban a los mercados locales para co-
¿Cómo funciona el mercado? Actualmente esta pregunta hace que la mayoría de nosotros pensemos en una fuerza impersonal y sin cuerpo que ondula a través de las pantallas del computador en Wall Street, Londres, Tokyo... Sin embargo, el granjero tailandés con su mercado flotante de verduras frescas está comprometido en la misma actividad esencial que el corredor japonés con un teléfono en cada oído: ambos deben convencer a alguien de comprar lo que ellos venden (Abajo: K. Kurita/Gamma; derecha: Ron Sanford/Black Star). TOKIO FXMKT
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merciar con otros agricultores y residentes de aldeas pequeñas. Los artesanos locales suministraban la mayor parte de las otras necesidades de la vida. Sin embargo, desde principios del siglo XIX, los agricultores y los artesanos locales abandonaron sus hogares y aldeas para convertirse en empleados de las fábricas, un proceso que ha continuado por muchos años y que ha señalado el comienzo de cambios sociales significativos. El advenimiento de la revolución industrial, primero en Inglaterra y finalmente en el resto de Europa y el Nuevo Mundo, trajo una vasta expansión de fábricas especializadas en textiles, vasijas y cacerolas, muebles, zapatos y otras mercancías. Con ello se expandió la idea del "mercado"; ya que el mercado para estos productos se extendió hasta donde los barcos europeos podían transportarlos. El azúcar, el algodón, los granos, y otros alimentos y materias primas se embarcaban desde regiones rurales del mundo hasta zonas cada vez más industrializadas, impulsando la actividad económica y adelantando la revolución industrial. Una forma nueva de organización económica empezó a florecer tan pronto la industrialización se extendió y las naciones-Estado europeas se hicieron más ricas y poderosas. Este era el capitalismo, el enfoque más revolucionario de la producción, distribución e intercambio de las mercanrías que el mundo había podido ver hasta entonces. En efecto, el capitalismo en las primeras etapas fue tan dinámico que pudo ser el ímpetu principal para la extensión de la exploración europea, del mercado y colonización en el resto del mundo (Wallerstein, 1974, 1980; Frank, 1980; Wolf, 1982). Karl Marx y Friedrich Engels describieron así este desarrollo: La burguesía no puede existir sin revolucionar constantemente los instrumentos de producción, y por lo tanto las relaciones de producción, y con ellas todas las relaciones de la sociedad La necesidad de extender constantemente el mercado para sus productos persigue a la burguesía por toda la superficie del globo. Ella debe anidar en todas partes, establecerse en todas partes y hacer conexiones en todas partes. (1976; 1848, p. 451) Así, el sistema de mercado capitalista es algo que reconocen amigos y también enemigos como un sistema extremadamente dinámico, que ha continuado creando riquezas sin precedentes y que ha revolucionado los medios de producción. Inclusive actualmente, los observadores del capitalismo estarían de acuerdo en que las observaciones de Marx acerca de la capacidad productiva todavía siguen siendo verdaderas, a pesar de la disminudón en las tasas de algunos países capitalistas (Berger, 1986; Drucker, 1986).
Todos los sistemas capitalistas descansan sobre algunas hipótesis ideales. Según Adam Smith, el autor de "La riqueza de las Naciones" y teórico influyen-
te tanto en la sociología como en la economía (véase Capitulo 1), una sociedad capitalista se basa en tres principios básicos: La propiedad privada, el deseo de ganancias y la libre competencia. En un sistema capitalista puro, todos los medios de producción -desde las tierras cultivables hasta las refinerías de petróleos y las fábricas que producen esferas- son propiedad de individuos, no del Estado. La ideología capitalista sostiene que la propiedad privada es un derecho inalienable, casi sagrado. En la sociedad capitalista, la gente logra su realización y éxito especialmente en términos de posesión de la propiedad. Y es la propiedad privada de los medios de producción la que proporciona al capitalismo una fuerza de manejo: el motivo del beneficio. La ideología capitalista sostiene que los propietarios de los negocios están fuertemente motivados para aumentar sus ganancias. Como anotó Smith, la razón es muy simple: al aumentar las ganancias, los empresarios también impulsan su propia riqueza y prestigio. De esta manera es fácil entender por qué es bastante deseable desde un punto de vista capitalista el poder poseer la propiedad productiva y ganar una utilidad. Pero, ¿por qué la sociedad en general apoyaría el motivo del beneficio? La respuesta es menos obvia; pero, de acuerdo con Smith y sus seguidores, es igualmente obligatoria. La ideología capitalista sostiene que el impulso de obtener beneficios cada vez mayores asegura que los empresarios produzcan los bienes y servicios que más desean los consumidores y a precios lo más bajos posibles. Los empresarios que se empeñan en producir mercanrías que los consumidores no necesitan, pronto estarán por fuera del negocio. Y, si el costo de producción de cierta mercancía es más alto que el precio que los consumidores pueden pagar voluntariamente, entonces no se puede obtener ningún beneficio y deben replantearse los planes de producción. El resultado es que los capitalistas constantemente buscan nuevos mercados en los cuales entrar y nueva tecnología para fabricar sus mercanrías a más bajos costos. Desde el punto de vista de estabilidad de la sociedad, los recursos se utilizan con gran eficiencia. De ahí que todos ganen, no sólo los empresarios. Cuando a la gente se le permite conseguir su propio interés, la sociedad recibe el mayor beneficio. Pero, ¿qué puede hacerse para evitar que un empresario capitalista impongan precios exorbitantes con el fin de aumentar sus ganancias? La ideología capitalista dice que, puesto que una economía de
LA ECONOMÍA, LOS NEGOCIOS Y EL TRABAJO
mercado capitalista se caracteriza por la libre competencia, ningún empresario puede obtener más de la ganancia "normal". Si los productos de una compañía tienen precios altos, los consumidores simplemente los rechazan, lo cual va en beneficio de productos similares producidos por otras empresas. Las mismas fuerzas competitivas presumiblemente operan en el mercado de los recursos productivos. Si una firma trata de aumentar sus ganancias pagando a sus trabajadores menos del salario corriente, los mejores empleados encontraran trabajo en otra parte, dando como resultado una baja en la calidad de producto de la empresa. Al final, dicha empresa puede salir del mercado, o al menos la forzará a pagar salarios más altos. El resultado, por supuesto, es que todo el mundo se beneficie. A los productos se les colocan precios moderados, a los trabajadores se les paga lo justo, los recursos se utilizan en forma eficiente y los capitalistas ganan un beneficio normal. O por lo menos, ésta es la forma en que se supone que funciona el sistema, aunque en realidad algunas veces los monopolios restringen la libre competencia o pueden intervenir en otros factores. Así, en sentido más amplio, el capitalista es alguien que posee dinero u otra forma de riqueza y la invierte para obtener beneficios. Esta búsqueda deliberada de ganancias financieras es la meta de la actividad económica. En palabras de Max Weber, la intención primaria del capitalismo es "la producción para la búsqueda de ganancias e incluso ganancias renovadas". Con esta definición el capitalismo existió por siglos en muchas sociedades. En realidad, según esta definición los agricultores que invierten en tierras, semillas y ganados y posteriormente venden sus productos con una ganancia, son tan capitalistas como los propietarios de las fábricas. Pero el capitalismo moderno es un sistema, no sólo una búsqueda individual. Descansa en otras suposiciones también: en la acumulación de capital, la creación de riqueza, y en el expansionismo. Miremos más de cerca estas tres características fundamentales del capitalismo moderno.
La acumulación de capital El capitalismo moderno depende de una orientación particular en cuanto las actividades que producen dinero: el impulso para acumular capital. Esto significa algo más que lograr beneficios: es, esencialmente, el retorno de una parte de las ganancias al negocio, proporcionando así a la empresa un creciente suministro de capital. En otras palabras, los capitalistas modernos (que actualmente incluyen a las corporaciones y también a los individuos) no están dispuestos a gastar todas las ganancias en el
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consumo personal. Por el contrario, la ganancia se vuelve a invertir con la esperanza de hacer todavía más dinero en el futuro. Max Weber insistía en que el triunfo del capitalismo en generar un crecimiento continuo dependía de dos situaciones relacionadas entre sí: la separación de las finanzas del negocio de los asuntos personales o de las finanzas familiares de sus propietarios y el surgimiento de las cuentas del capital. A lo largo de la mayor parte de la historia, se han realizado pequeñas distinciones entre gastos personales y gastos del negocio. Al igual que los reyes manejaban sus reinos como extensiones de sus posesiones personales, así también pequeños granjeros o artesanos no diferenciaban mucho entre sus cuentas familiares y sus cuentas de negocios. Si se necesitaba dinero para alimento o para comprar nuevas semillas, eso venía del mismo depósito de ahorros. Inclusive muchos comerciantes ricos usualmente utilizaron esta forma; no fue sino hasta la era moderna cuando esos empresarios empezaron a ver el negocio como algo diferente de su vida privada. Las cuentas de capital, un sistema que se generalizó en el siglo XIX, permite que los hombres de negocios enfoquen las inversiones a largo plazo en vez de las transacciones diarias. En el pasado, los comerciantes evaluaban sus negocios simplemente comparando sus gastos y sus ganancias para ver si habían aumentado o disminuido. Este método conocido como cuentas corrientes, se asemeja a la forma como uno lleva una chequera haciendo el balance entre los ingresos y los egresos. Por otra parte, la cuenta de capital trata de llevar la cuenta de la tasa del crédito en la inversión total; considera el tamaño de la inversión inicial como también el tamaño de los beneficios. Por ejemplo, un capitalista que invierte $1 millón de dólares en nuevo equipo querrá saber cuánto ha ganado cada año como porcentaje de esa inversión. Una ganancia de $50 000 dólares puede parecer una cantidad grande de dinero, pero solamente representa un 5 por ciento de la tasa de crédito del capital invertido, o menos de lo que un inversionista común podría ganar en una cuenta de ahorros normal. Un capitalista moderno podría estar poco dispuesto a considerar esto como una buena tasa de créditos sobre la inversión. A medida que se impuso el nuevo sistema de cuenta de capital, este impulsó a los capitalistas a comparar con cuidado varias inversiones posibles. Cuando se considera cualquier riesgo, el capitalismo moderno se preguntará: ¿Será este el mejor uso de mi dinero? ¿Me traerá esta inversión la mayor ganancia? El enfoque se centra sobre el crecimiento del negocio y en las ganancias, no sobre un producto en
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particular. En consecuencia, un capitalista contemporáneo puede elegir cambiar de productos, trasladar las operaciones de manufacturas a ultramar (en donde los costos son más bajos) o inclusive abandonar totalmente la fabricación en favor de inversiones más rentables.
La creación de riqueza Los capitalistas modernos no logran mucho dinero simplemente por el intercambio de mercancías que se compran baratas y se venden por un precio mucho mayor; obtienen dinero organizando la producción en forma tal que aumente el suministro total de mercancías, lo que generalmente se realiza al reunir un grupo de obreros, que trabajando juntos y utilizando maquinaria y otras tecnologías, son capaces de producir más de lo que los trabajadores podrían generar solos. Por ejemplo, cinco personas que operen telares mecánicos pueden producir muchos más vestidos en un día que lo que pueden producir diez tejedoras que trabajen con telares manuales. Pero solamente el capitalista tiene suficiente dinero para los telares mecánicos (en términos capitalistas una inversión). Cada inversión adicional en el mejoramiento de la maquinaria aumenta la productividad, es decir, hace que la misma cantidad de trabajadores produzcan muchas más mercancías y aumente todavía más el suministro total de mercancías. Esta noción, de que el deseo de los capitalistas es tener ganancias cada vez más crecientes y que podrían crear riqueza en forma de bienes materiales y beneficios sociales (como el empleo), se utilizó como una justificación moral del capitalismo en el siglo XIX. Antes de esa época, a las personas que manifestaban el deseo de amasar una ganancia personal, muchos cristianos y otros individuos de la sociedad los acusaban de corrupción moral. En los albores de la era capitalista en Inglaterra, sin embargo, el teórico social Bernard de Mandeville resumía la nueva actitud al declarar que ciertos "vicios privados" pueden llegar a ser "ganancias públicas". En otras palabras, desde el punto de vista de la moralidad individua], podría considerarse el egoísmo y la avaricia como el deseo de buscar riqueza en forma agresiva. Pero, si en el curso de la búsqueda se creaba más riqueza, no exactamente para uno mismo, sino para otros, entonces esto debía alabarse como algo que servía al bien público. Por tanto, la avaricia de ganancias que los primeros críticos del capitalismo habían condenado como algo moralmente malo, en últimas podría verse como algo productivo para el bien social de todos (Dumont, 1977; Hirschmann, 1977).
La expansión hacia un sistema total El capitalismo no es simplemente un enfoque posible de la actividad económica dentro de una sociedad en donde se arraiga en forma real, sino que domina normalmente la organización económica dentro de su propia esfera. Los capitalistas individuales, los empresarios, los trabajadores y otras personas comprometidas en las economías capitalistas, todos encuentran sus opciones ampliamente determinadas en el sistema como un todo. Por ejemplo, si la mayor parte de las empresas de un negocio están mejorando constantemente sus productos, sencillamente otras no pueden seguir fabricándolos en la misma forma en que lo han hecho siempre. Estas empresas no sólo no se estancan o dejan de crecer, sino que se van a la bancarrota. En una sociedad capitalista, la competencia entre diferentes negocios es definitiva y una compañía que no progrese irá necesariamente al fracaso. A causa de la necesidad que se ha creado en el capitalismo de extender constantemente la producción y de buscar nuevos mercados, se tiende a formar un sistema cada vez más abarcador o sistema total. Con el fin de que el capitalismo logre establecerse como un sistema total, la naturaleza del trabajo y de la propiedad deben cambiar. Mientras que en el pasado los trabajadores suministraban sus propias herramientas y sus materias primas, al llegar el capitalismo el trabajo se separó de los medios físicos de producción. El zapatero que alguna vez se proveía su propio cuero y clavos, y hacía los zapatos de acuerdo con pedidos, fue a trabajar a un taller en donde el propietario suministraba la materia prima y las condiciones del empleo. De allí se pasó en corto plazo a las fábricas y a otras formas de producción que exigen una división extensa del trabajo; es decir, los diferentes aspectos del trabajo de un solo artesano se dividen en tareas más simples que pueden realizar trabajadores menos capacitados y (más baratos). En cierto sentido, este cambio "liberó" a los trabajadores porque podían ir a trabajar con cualquiera que pagara mejores salarios. Pero también significaba que los trabajadores se encontraban sin recursos independientes y, para vender, no tenían nada más que su mano de obra. El mismo procedimiento que separaba a los trabajadores de los medios de producción también aceleró el desarrollo del concepto moderno de propiedad. Aunque los derechos de propiedad existían antes del siglo XIX, estaban expuestos generalmente a muchas restricciones. Un señor feudal, o un vasallo, estaban autorizados a disfrutar de la riqueza producida por los campesinos que trabajaban sus
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A nivel internacional se tiene en cuenta qué es lo que desea el común de la gente. En los años 70, cuando los fabricantes estadounidenses de automóviles no pudieron responder a los cambios sociales y alas condiciones económicas, los japoneses incrementaron en forma significativa las ventas en Estados Unidos de autos pequeños que ahorran combustible y son más económicos. ¿Hace la falta de innovación inevitable la caída en la economía, para una compañía o para una economía nacional, en un sistema que define el triunfo como una expansión constante? (J.P. Laffont/Sygma).
tierras, pero únicamente ellos "poseían" la tierra con aprobación del rey o de otro señor más poderoso. En el intercambio, el vasallo debía cumplir ciertas obligaciones con los campesinos, como proporcionarles suficientes tierras para que pudieran vivir y protegerlos de los merodeadores. Por otra parte, el concepto moderno de derecho de propiedad, especifica que la tierra (y otras posesiones) pueden venderse a voluntad y pueden acumularse en parcelas más grandes que aquellas que trabajaban los campesinos en la época de los señores feudales. Fue este concepto de los derechos de propiedad lo que permitió a los colonos europeos tomar en posesión la tierra de poblaciones nativas desprevenidas. En Norteamérica, por ejemplo, los colonos (y el gobierno) repetidamente obligaron a los indios, quienes no conocían el concepto de propiedad de la tierra, a tratar sus campos de labranza y caza como propiedad privada y a "venderla" a los colonizadores. La transición al sistema económico nuevo trajo oportunidades para algunos, pero dejó atrás a muchas personas que perdieron su forma tradicional de ganarse la vida (Thompson, 1968; Seldon, 1974; Himmelfarb, 1983). En términos estrictamente eco-
nómicos, el principal avance del capitalismo inicial fue una productividad siempre creciente. Pero a medida que los artesanos calificados fueron remplazados por trabajadores menos calificados, se hizo más fácil que el capitalismo considerara la mano de obra como una de las muchas materias primas que debía comprar. Y los trabajadores mismos podían intercambiarse unos con otros porque sus trabajos dependían menos de destrezas especializadas. Los primeros capitalistas también experimentaron la nueva tecnología y las nuevas formas de organización en los lugares de trabajo con el fin de optimizar la productividad y de lograr mejores resultados en las inversiones capitalistas. Algunas de estas innovaciones, como los telares mecánicos, simplemente permitían que los trabajadores individuales produjeran más. Otros, como el sistema de línea de ensamble, aumentaron la eficiencia en la producción mientras que al mismo tiempo se señalaba una velocidad común a la cual debían acomodarse todos los trabajadores. Se diseñaron relojes de trabajo con tarjetas perforadas para controlar a los trabajadores, no precisamente para ayudarles a producir más. Y los turnos de la noche fueron una forma de lograr
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mayor productividad de una inversión fija en maquinaria y en otras instalaciones. Desde cuando empezó la Revolución Industrial, los esfuerzos por aumentar la productividad han sido la fuerza impulsora central del capitalismo. Estos esfuerzos han incluido el desarrollo de nuevas tecnologías, una supervisión más directa de los trabajadores, una mejor contabilidad y el mejoramiento del transporte (Landes, 1965). Aunque en los últimos años el suministro de servicios (en vez de mercancías) cuenta mucho para la actividad económica en las naciones industrializadas, el interés por aumentar la productividad sigue siendo el punto central (Mandel, 1976; Thurow, 1985). Ha sido, por ejemplo, el principal punto en el debate sobre la forma de ayudar a la industria estadounidense a ganar una mejor posición en la competencia con el Japón.
Economía socialista La economía del estado socialista moderno surgió como una respuesta a algunos de los abusos y excesos del capitalismo industrial del siglo XIX: largas horas de trabajo, salarios bajos, condiciones peligrosas de trabajo y mano de obra infantil. Las críticas formuladas por el filósofo social Karl Marx fueron particularmente influyentes. Marx creía que, lejos de promover el mayor bien de la sociedad como un todo, el capitalismo beneficiaba principalmente a los propietarios de los medios de producción, los capitalistas. Argumentaba que los capitalistas estaban motivados solamente por el deseo de aumentar sus ganancias y, al hacerlo, no tenían razón para pagar a los trabajadores más que el mínimo necesario para que ellos conservaran sus puestos. Y, cuando las máquinas se utilizan en forma amplia y hay pocos empleos calificados disponibles, esta cantidad pudo ser extremadamente baja; a veces solamente lo suficiente para lograr que los trabajadores y sus familias sobrevivan en el nivel más bajo. Así, la libertad económica que los capitalistas habían enaltecido en el siglo XIX, era para Marx simplemente un medio de explotar a los trabajadores (el proletariado), con ventaja de la burguesía (los capitalistas). Marx creía que a través de un largo proceso de auto-conocimiento, discusión y organización de su propia defensa, con el tiempo, los trabajadores podrían levantarse contra los capitalistas y arrebatarles el control de los medios de producción. En opinión de Marx, en últimas el capitalismo podría remplazarse por una sociedad sin clases. Aunque no describió en detalle el sistema económico que podía traer el igualitarismo, propuso sus elementos básicos. En primer lugar, sería socialista, lo que quiere decir que todos los medios de producción deberían ser de pro-
piedad colectiva y la producción debía organizarse para beneficio de todos en la sociedad, no solamente para el de los capitalistas individuales. En segundo lugar, la toma de decisiones económicas no debería dejarse a los caprichos del mercado sino que debería colocarse en manos de un consejo de planeación central. Este consejo tendría la tarea enorme de señalar qué mercancías debería producir la sociedad, en qué cantidades, dónde y cómo. Marx pensaba que, después de un período de transición inicial, un sistema socialista exigiría cada vez menos control del Estado porque sus ciudadanos se orientarían por un deseo de cooperar. Hasta la fecha, los dirigentes de las sociedades socialistas existentes no han permitido que el pueblo vea si esto es posible. Aunque Marx creía que el socialismo seguiría necesariamente al capitalismo en los países industrializados más avanzados, hasta ahora los experimentos más significativos (si no necesariamente los más exitosos) con las economías socialistas se han hecho en los países más pobres, localizados en la periferia del mundo capitalista industrial. Muchos de estos experimentos empezaron con una revolución interesada no precisamente en la institución de la reforma socialista, sino en la eliminación de todas las desigualdades, o sea, el comunismo. El primer sistema comunista moderno se estableció en la Unión Soviética después de la Revolución bolchevique de 1917. Muchas otras sociedades socialistas han surgido desde entonces, pero la U.R.S.S. todavía es el país que más inmediatamente viene a la mente cuando muchos estadounidenses piensan en un estado socialista. No obstante, la Unión Soviética no adhiere estrictamente el modelo de una economía comunista, así como Estados Unidos no sigue estrictamente el modelo de mercado capitalista. Por ejemplo, aunque en la U.R.S.S. prácticamente todos los medios de producción y los activos de capital son pertenencia del estado, la vivienda no lo es. Cerca de la mitad de las casas urbanas y casi todas las casas rurales son propiedad privada. Ni el mecanismo de mercado de oferta y demanda está completamente ausente en la Unión Soviética. Por ejemplo,se permite un pequeño sector "capitalista" en el que algunos granjeros pueden vender lo que producen en mercados al aire libre; los médicos, los abogados y otros profesionales pueden tener prácticas privadas; y la gente puede operar algunos negocios de pequeña escala (lavanderías, zapaterías, restaurantes) en tanto no infrinjan una prohibición constitucional relacionada con la contratación privada. Más aún, bajo una ley aprobada a principios de 1987, el gobierno está proponiendo negocios conjuntos en la Unión Soviética hasta con un 49 por ciento de propiedad de compañías de
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Estados Unidos y de otros socios extranjeros. Puede llegar el día en que los arcos amarillos de McDonald's se extiendan sobre alguna esquina de una calle del centro de Moscú Avanzar para proporcionar una mayor libertad al mercado es uno de los elementos claves en la política del gobernante soviético Mikhail Gorbachov y en sus esfuerzos por reestructurar y reducir la rigidez del sistema soviético. Las reformas económicas y sociales de Gorbachov, conocidas colectivamente como perestroika, o sea reestructuración, son parte del impulso para una productividad creciente y sobre todo una campaña para revitalizar una economía soviética estancada. Mientras que claramente el sistema soviético ha tenido éxito notable en algunas áreas, tales como la fortificación militar, su desempeño económico ha declinado radicalmente en los últimos años. Las carestías crónicas, las caídas en las utilidades del dinero, el alto ausentismo y la poca disciplina de los trabajadores, se han convertido en signos crónicos de la debilitada economía soviética. El deseo de Gorbachov de presionar hacia el cambio es parte de su política conocida como glasnost, o apertura y encierra considerables riesgos políticos. Pero también reconoce la inhabilidad de la economía centralmente controlada para satisfacer la demanda creciente de los consumidores y, al mismo tiempo, solucionar los enormes costos de los beneficios sociales y el inmenso establecimiento militar. Además, la economía soviética está sintiendo los efectos de la caída de los precios del petróleo y del desastre nuclear de Chernobyl (Trimble, 1986). Las propuestas de la perestroika son más difíciles de alcanzar desde que se inició la agitación en la década de 1920, justo después de la revolución bolche-
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vique. En efecto, en aquellos primeros años la Unión Soviética tuvo ganancias masivas en la industrialización, aunque bajo el gobierno de Stalin y sus sucesores la economía empezó a estancarse. Está por verse si las reformas de Gorbachov serán suficientemente extensas como para permitir que la Unión Soviética realice sus anhelos de modernización. Pocos analistas esperan que las medidas de reforma soviética lleguen a acercarse siquiera a las que se instituyeron en China, donde los trabajadores pueden ser despedidos, donde se pueden cerrar las empresas que pierden dinero y donde otros experimentos en la redefinición del socialismo están en camino. Por el contrario, se espera que las innovaciones soviéticas se asemejen a los sistemas de incentivos de Alemania Oriental, la más próspera de las naciones del bloque soviético. Tan firmemente establecido está el actual sistema soviético, sin embargo, que las reformas, aunque limitadas, significarán un período de ajuste difícil tanto para los funcionarios como para los ciudadanos. Pero muchos observadores creen que Gorbachov tiene más libertad para hacer cambios que la que tuvieron sus predecesores del Kremlin, Nikita Khrushchev y Aleksei Kosygin en los años 60 y 70. Una razón para este optimismo es el éxito de Gorbachov hasta ahora para estimular la economía. El indicador económico soviético fundamental es el producto neto material, algo así como el producto nacional bruto en el Occidente. El producto material aumentó un 4.3 por ciento en los primeros nueve meses de 1986, fue el mejor de la década (Galuska y otros, 1987). A pesar de estas desviaciones de la estricta filosofía socialista y de los recientes intentos de reforma
La economía monolítica y el mercado abierto. La misma arquitectura del inmenso centro comercial "GUM" en la Plaza Roja de Moscú evoca la economía planificada rígidamente controlada por el Estado. Sin embargo, en la Unión Soviética existe la libre empresa en pequeña escala, como ocurre en este mercado de granjeros con precios libres en Samarkanda. (Izquierda: M. Bertinetti/Photo Researchers, Inc.; derecha: George Holton/Photo Researchers, Inc).
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DESIGUALDAD Y PODER
Cambios en la economía soviética Desde marzo de 1985, cuando en la Unión Soviética Mikhail Gorbachov llegó al poder, se ha escrito mucho acerca de las reformas que él ha traído al sistema soviético. El Glasnost (la apertura, o sea, el descubrimiento público) y la perestroika (reestructuración) se han convertido en palabras familiares para el mundo occidental. Aunque todavía no se conoce con exactitud la profundidad que en últimas podrían tener estos cambios, es claro que la Unión Soviética bajo el gobierno de Gorbachov está en manos de un líder más moderno y más vigoroso que nunca antes. Más allá de sus reformas políticas, tales como una mayor libertad de prensa, ha instituido una serie de reformas económicas. Estos programas, aunque tentativos y en pequeña escala, representan los primeros intentos de la Unión Soviética para llegar a formar parte de la economía mundial. Los problemas de la economía de Rusia son legendarios. Sólo se necesita pensar en las diversas anécdotas que llegan al Oeste; la escasez permanente de alimentos controlados (el pan una vez a la semana pero sin mantequilla; la siguiente semana hay mantequilla pero no hay pan; y largas colas para lo que pueda estar disponible, vestidos feos y de mal gusto, autos de baja calidad que cuestan muchos sueldos anuales, etc) y estas quejas son verdaderas. Por ejemplo, un periódico de Moscú informaba en 1987 que 40 por ciento de los incendios en la ciudad durante el año anterior los habían causado televisores defectuosos (Sancton, 1987). Una prioridad de Gorbachov ha sido el mejoramiento de la calidad de los productos soviéticos, no solamente porque desea mejorar el estándar de vida de los ciudadanos soviéticos, sino para que de este modo los productos soviéticos puedan competir en la economía mundial, dando así valor
a la moneda de la U.R.S.S. para comprar los electrodomésticos sofisticados y otros productos que necesitan para llevar a cabo una modernización creciente. Para estimular la fabricación de mejores productos (y en mayor cantidad), Gorbachov ha ajustado el sistema de inspección, de modo que no se aceptan los bienes defectuosos. Ha aumentado en algo los poderes de los gerentes de fábricas y les ha solicitado que sean muy cuidadosos en el desempeño de sus plantas. (Ya no basta con cumplir con una cuota de producción determinada por el gobierno; los bienes deben ser de calidad compatible y entregados a tiempo). Gorbachov también ha introducido la idea de que los trabajadores industriales que producen más deben ganar más, una noción anteriormente demasiado capitalista para ser aceptada en la Unión Soviética. Entre otros cambios que Gorbachov ha defendido, están la disminución de los subsidios estatales para ciertas mercancías -los precios de los alimentos, los vestidos y la vivienda generalmente son señalados por el gobierno-, y un control menos centralizado, haciendo más dinámicos los vínculos entre los burócratas y los productores. La meta a largo plazo es una productividad creciente, un cambio moderado de una industria pesada hacia la producción de bienes de consumo y la modernización de las fábricas por medio de la instalación de computadores, robots y otros avances de alta tecnología tomados de Occidente. En cierta forma, ya existe un modelo para los planes de Gorbachov sobre la Unión Soviética: la economía de China. Desde finales de los años 70, bajo el liderazgo de otro hombre vigoroso e innovador, jefe de Estado, Deng Xiaoping, China ha alcanzado un notable éxito económico. El ingreso personal ha aumentado enormemente, así como también
en lo económico, no puede decirse que la Unión Soviética esté acogiendo el capitalismo. Los soviéticos
la producción en las granjas; los bienes de consumo están más disponibles que nunca; la distensión de las leyes que prohibían los negocios privados ha producido millones de pequeños negocios que generan ingresos; y las exportaciones han aumentado en forma significativa (más de $ 27 mil millones de dólares en 1985). Aunque China todavía se considera una sociedad principalmente socialista, ha absorbido ciertas ideas y prácticas capitalistas con buenos resultados. La Unión Soviética bajo el gobierno de Gorbachov puede ir avanzando lentamente en esa dirección. Por ejemplo, las medidas de reforma ya han legalizado empresas de servicios en pequeña escala: carpinteros, quienes trabajan con restaurantes, peluqueros, plomeros y demás, ahora pueden establecer negocios por su cuenta. Hasta ahora, los mecanismos de libre mercado introducidos por Gorbachov son pequeños comparados con la economía masiva planificada de la Unión Soviética. Aún más, las metas de Gorbachov para el cambio futuro no han sido del agrado de todos los sectores de la sociedad soviética. Algunos funcionarios políticos poderosos ven estas reformas como una amenaza a su autoridad y algunos ciudadanos promedio de la Unión Soviética se burlan de las reformas que hasta ahora parecen sugerir que a ellos les demandará trabajar más arduamente y pagar más por los bienes y servicios. No obstante, no puede haber duda de que Gorbachov está decidido a empujar (o quizá arrastrar) a su país hacia adelante. Otra década podrá mostrarnos cambios en la economía soviética tan significativos como los que ha tenido China. En realidad, China señala la forma como la Unión Soviética debe funcionar si quiere prosperar en una economía global.
se adhieren a valores económicos muy diferentes de como lo hacen los estadounidenses bajo el capitalis-
LA ECONOMÍA, LOS NEGOCIOS Y EL TRABAJO
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que desempeña el gobierno en la economía capitalista de Estados Unidos.
EL CAPITALISMO CORPORATIVO MODERNO
El Este se encuentra con el Oeste mas a pesar de las reformas económicas del Premier Gorbachov, que incluyen ¡a propuesta de unos negocios comerciales unidos con las compañías estadounidenses, los valores de la economía soviética siguen siendo muy diferentes de los de los estadounidenses (Peter Turnley/BlackStar). mo. Su economía socialista de Estado se fundamenta en la propiedad colectiva (no privada) de los medios de producción, en la planificación centralizada para el bien colectivo (y no la planificación descentralizada realizada por firmas individuales y consumidores), y en la visión última de una verdadera sociedad sin clases (no solamente la igualdad de oportunidades económicas que valoran los estadounidenses). Muchos estadounidenses no entienden el atractivo ideológico del sistema soviético y creen que el poder militar es la única fuente de poder de la Unión Soviética. Sin embargo, observadores del pueblo soviético más atentos anotan que la ideología comunista proporciona a los ciudadanos una visión consistente de la historia, de los acontecimientos del mundo, y configura su vida diaria y su perspectiva de vida (Satter, 1983). En las secciones que siguen, exploraremos los tipos de instituciones económicas a las cuales nuestros propios valores capitalistas han dado origen. Empezaremos con una mirada al capitalismo corporativo moderno y al rol
La economía estadounidense moderna no está dominada por capitalistas individuales o por sus descendientes. En su mayor parte, empresarios como Henry Ford, los hermanos Lever y W. K. Kellogg han salido de la escena. Por el contrario, la actividad económica estadounidense está dominada por unas cuantas docenas de corporaciones gigantes -compañías" petroleras, fábricas de automóviles y diversos conglomerados (corporaciones gigantescas conformadas por un conjunto de pequeñas compañías tales como Tecnologías Unidas o Teléfonos y Telégrafos Internacionales [ITT]). Una corporación es una organización creada por la ley, que tiene una existencia continua de poderes y responsabilidades que son independientes de las que tienen sus propietarios y directivos. La palabra "corporación" significa literalmente un "cuerpo creado": sus "propietarios" son miles de accionistas (un grupo diferente cada día a medida que se compren y se vendan las acciones) y sus directivos son empleados contratados para manejar la compañía. En Estados Unidos, una corporación la puede crear casi cualquier tipo de personas que firman documentos de apropiación y los registran con el gobierno estatal. Aunque algunas iglesias, obras de beneficiencia, escuelas y otros grupos profesionales pudieran decidir incorporarse, el término comúnmente se asocia con las corporaciones comerciales. Una forma de entender cómo se desarrollan las corporaciones estadounidenses es mirar a la primera de las organizaciones de negocios en gran escala de Estados Unidos, los ferrocarriles. De acuerdo con el historiador de negocios Alfred Chandler (1976), el ferrocarril participa tanto del modelo corporativo estadounidense como de la innovación crucial que hizo posible el desarrollo de otras empresas comerciales en gran escala. (Sin los vínculos proporcionados por los ferrocarriles, el transporte que conlleva el embarque de materias primas y de productos terminados, los negocios a escala regional hubieran resultado prácticamente imposibles). Los ferrocarriles eran en sí mismos los primeros negocios que presentaban exigencias para una organización en gran escala. Primero que todo, los ferrocarriles eran extraordinariamente caros, de manera que se necesitaban muchos inversionistas diferentes que proporcionaran un depósito de capital que permitiera su manejo y funcionamiento. En segundo lugar, puesto que era
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DESIGUALDAD Y PODER
muy ineficiente que muchos ferrocarriles pequeños funcionaran en forma independiente, las compañías
tuvieron que trabajar juntas para coordinar el itinerario (y por ese motivo inclusive tuvieron que acor-
LA ECONOMÍA, LOS NEGOCIOS Y EL TRABAJO
dar el ancho de las carrileras). En tercer lugar, los ferrocarriles exigían una administración cuidadosa. Por ejemplo, no podía ser que los agentes de boletos en dos ciudades vendieran a dos personas diferentes boletos para el mismo asiento en el mismo tren para Cleveland. Además la certeza de que dos trenes no viajaran en direcciones opuestas por el mismo carril exigía organización. Se necesitaba una administración central para delegar la autoridad y para coordinar las actividades de muchos gerentes locales. Los ferrocarriles por lo tanto proporcionaban el modelo para la corporación moderna al desarrollar técnicas para la capitalización (buscar dinero entre los inversionistas) y al señalar la dirección interna en una verdadera gran escala. Los ferrocarriles eran demasiado grandes para que se manejaran como un negocio familiar; necesitaban administradores que pudieran trabajar primordialmente por salarios y no como propietarios de los negocios. Aunque los rasgos característicos de la corporación moderna pueden considerarse como un desarrollo del prototipo de los ferrocarriles del siglo XIX, es importante observar que no se trata de un proceso inevitable o completamente indiscutible. Se exigieron ciertas intervenciones sociales que pudieron no haber ocurrido o pudieron haber tomado una forma algo diferente. Legalmente, por ejemplo, ahora tratamos a la corporación como un tipo de "persona artificial" (Dan- Cohen, 1986). Como persona, la corporación puede tener propiedades, hacer contratos y demandar o ser demandada ante un tribunal. En el siglo XIX muchas personas se oponían a estas ideas, con el temor de que tales libertades pudieran permitir a las corporaciones crecer demasiado o permitir que los directivos evadieran la responsabilidad de sus acciones o generalmente crearan un sistema injusto. Otra acción significativa del sistema legal estadounidense para defender la evolución de la corporación fue el desarrollo de la doctrina de la "responsabilidad limitada" (Ohrnial, 1984). Lo que esto significa es que quienes invierten en las corporaciones no pueden ser responsables por cualquier fechoría que hagan las directivas de la corporación o los empleados. Así, si uno posee 100 acciones en una compañía farmacéutica que mercadea una nueva droga que termina matando gente, no lo pueden obligar a uno a pagar los daños ocurridos a las víctimas o a sus herederos. Ni se tiene responsabilidad con los acreedores de la compañía que puede entrar en quiebra. La responsabilidad se limita a la cantidad de dinero que se invierte en las acciones. Por tanto la responsabilidad limitada protege a los inversionistas y, al hacerlo, permite que las corporaciones logren grandes cantidades de capital al vender las acciones. El concepto de responsabilidad li-
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mitada actualmente es parte de la ley comercial de Estados Unidos, pero para establecerla se necesitaron más de den años de decisiones controvertidas de los tribunales (Friedman, 1973; Horowitz, 1977). La doctrina todavía es motivo de controversia, con detractores que exigen, entre otras cosas, que se comprometa la responsabilidad de la corporación con el público (Nader, Green y Seligman, 1976). Un examen de los recursos controlados por las corporaciones estadounidenses más grandes, indica cuán enormes han llegado a ser muchas de estas organizaciones (véase Tabla 15.1). Las ventas anuales de las treinta principales corporaciones excedieron los $ 10 mil millones de dólares en 1986. Y cuando estas ventas se tambalean -como en los años recientes, en la industria automovilística-, a muchos miles de empleados en todo el país los pueden despedir de su trabajo por períodos indefinidos. El poder de las corporaciones estadounidenses contrasta fuertemente con el poder que tienen los ciudadanos estadounidenses comunes: el resultado es lo que el sociólogo James Coleman (1982) ha denominado una "sociedad asimétrica". Las corporaciones grandes y poderosas sobreviven a las personas individuales y pueden reunir recursos superiores a los que se obtienen en forma privada. Por otro lado, las corporaciones pueden lograr empresas más allá del alcance de los individuos; y por otro lado las corporaciones pueden llevar adelante pleitos de individuos afectados durante años o décadas, sabiendo que los individuos tarde o temprano van a morir o les faltarán los recursos para proseguir el pleito.
Actividad económica del gobierno Como se sugirió antes en este capítulo, el capitalismo estadounidense se acerca cada vez más al modelo ideal, pero también difiere en algunos aspectos importantes. La teoría capitalista ideal exige un mínimo de intervención gubernamental en los negocios y en otras áreas de la vida económica. Pero a partir de la Gran Depresión, cuando el sistema capitalista parecía estar al borde del colapso total, el consenso general aceptó que era necesario algún grado de intervención económica gubernamental. Como vimos en el Capítulo 14, el gobierno desempeña dos roles principales en el estado moderno. Es "habilitador", o sea, proporciona bienes (como el dinero) y servicios (tales como los tribunales civiles) que hacen posible que los individuos y los negocios se comprometan en una amplia variedad de actividades y transacciones. El gobierno también es "regulador", al proteger los negocios de formas injustas de competencia, a los consumidores de unos productos potencialmente dañinos y a la sociedad en general
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de prácticas injustas, tales como la discriminación y otras cosas por el estilo. No solamente en Estados Unidos sino también en todo el mundo moderno, el gobierno ha tomado un rol prominente cada vez más creciente en la actividad comercial, dirigiendo el suministro de dinero, proporcionando soporte financiero, servicios a los individuos, las familias, las comunidades y también a los negocios. En Estados Unidos, el crecimiento del gobierno que lo ha conducido al estado de bienestar de hoy (véase Capítulo 14) comúnmente se origina en los programas del Nuevo Trato del Presidente Franklin D. Roosevelt, que representaban los intentos de impulsar la economía y de suavizar los efectos sociales de la Gran Depresión. No obstante, el proponente teórico más famoso de un rol expandido para el gobierno fue un inglés , el economista John Maynard Keynes. La idea más influyente de Keynes era que los gobiernos deberían aumentar el gasto cuando la actividad económica privada disminuyera. Los gastos del gobierno durante tiempos difíciles (se harán posibles, prestando si es necesario) estimularían la recuperación económica y amortiguarían los efectos del desempleo y otros problemas sociales. Hasta los años 70, este principio predominó en los círculos tanto académicos como de la política gubernamental en todo el mundo occidental. Proporcionó la base para un crecimiento significativo en los programas sociales del gobierno, para gastos militares en tiempo de paz y para un incremento sustancial en la cantidad de empleados gubernamentales. Un prominente keynesiano estadounidense, John Kenneth Galbraith (1978), ha argumentado que un gobierno fuerte y permanente se ha hecho esencial, no sólo porque la gente desea los servicios que éste proporciona, sino también porque el comercio moderno depende de él. Las grandes corporaciones, según Galbraith, necesitan un ambiente estable dentro del cual puedan planearse nuevos productos y hacer costosas inversiones de capital, y solamente el gobierno puede mantener este ambiente. Es más, los contratos con el gobierno proporcionan beneficios garantizados a largo plazo para las corporaciones, haciendo posibles extensos programas de investigación, y estos a su vez, resultan en nuevos inventos que benefician al público. (Uno de esos es la superficie anti-adherente del Teflón, un producto derivado de la investigación militar). A la industria moderna de computadores también la han apoyado enormemente los contratos gubernamentales del ejército y las agencias como el Servicio Interno de Rentas, que requiere computadores para dirigir sus enormes tareas de archivo (Goldstine, 1972). En resumen, el así llamado estado de bienestar proporciona muchos
beneficios al público además de la asistencia financiera a los pobres. Esta última, de hecho, recibe una proporción relativamente pequeña (5 a 12 por ciento) del gasto gubernamental. A finales de los años 70, se atacaron fuertemente los puntos de vista keynesianos sobre el rol del gobierno en la economía . Una de las ideas básicas de Keynes era que, aunque el gasto del gobierno podría crear inflación (indebido crecimiento de la oferta de dinero del país), éste era un mal necesario puesto que el mismo gasto reduciría el desempleo. Pero después de los aumentos del precio del petróleo de la OPEP en 1973, la inflación y el desempleo simultáneamente alcanzaron niveles muy altos. Las iniciativas gubernamentales que habían funcionado antes, fallaron esta vez en la solución del problema. Además, a causa de los intereses creados tanto de los individuos como de las corporaciones en los programas del gobierno, se demostró la dificultad de disminuir los gastos del gobierno. La situación parecía que se iba acercando al modelo de Galbraith de un gobierno permanentemente poderoso, pero que resultaba incapaz de resolver los problemas económicos aunque gastara más o gastara menos. De las muchas explicaciones propuestas en los años 70 sobre la "stagflation" (o sea, la inflación combinada con la disminución de la actividad comercial y el creciente desempleo), las más sobresalientes fueron dos importantes teorías alternas a las ideas de Keynes. La primera fue el monetarismo, que argumentaba que los cambios en la oferta del dinero determinan la dirección de la economía de un país; de este modo, el control sobre la oferta de dinero es la clave para una buena economía. Según este punto de vista, el gobierno no debería tener otro rol económico que el de asegurar un dinero estable; el resto debería dejarse al libre mercado. El monetarismo tuvo una influencia sustancial sobre la decisión de la Junta Directiva de la Reserva Federal para conservar altas las tasas de interés durante la mayor parte de finales de la década de 1970 y principios de 1980 (ésta es la forma de limitar el crecimiento en la oferta de dinero y de luchar contra la inflación). Una segunda teoría alterna denominada teoría del "lado de la oferta", o teoría de la oferta fue desarrollada por los políticos, más que por los académicos. Los creadores de esta teoría (incluyendo a muchas personas poderosas de la administración Reagan) sintieron que el pensamiento keynesiano estaba demasiado interesado en asegurar que las personas tuvieran dinero para gastar (el aspecto de la demanda). En su opinión, la forma de reducir los precios a los consumidores es permitir que los negocios aumenten su productividad. En consecuencia, los creadores de la
LA ECONOMÍA, LOS NEGOCIOS Y EL TRABAJO
teoría de la oferta favorecían recortes en los impuestos, diseñados para liberar la riqueza privada y así se invirtiera en la industria (el lado de la "oferta"). Es importante recalcar que ninguna de estas teorías económicas proponía la forma de expansión del estado del bienestar favorecido por los keynesianos. Aunque los desembolsos del gobierno se duplicaron en los años 80 (de un total del presupuesto federal de $590.9 mil millones de dólares en 1980, a la propuesta de la administración Reagan de $1 015.6 mil millones de dólares en 1987), el mayor crecimiento se dio en los presupuestos militares y de defensa. La administración Reagan redujo en forma eficaz muchos de los programas sociales apoyados anteriormente por argumentos económicos y humanísticos. Algunos keynesianos argumentan que, aunque Reagan denunciaba los préstamos gubernamentales, realmente elevó la deuda de Estados Unidos más que cualquier presidente anterior, esto podría ser una fuente de prosperidad económica relativa en la mitad de los años 80.
INSTITUCIONES COMERCIALES EN ESTADOS UNIDOS La gran corporación No puede discutirse el hecho de que una pequeña cantidad de grandes corporaciones controlan una parte desproporcionada de la economía estadounidense. En 1982 las 500 compañías principales contabilizaron cerca de $2.4 billones en ventas, lo que equivale a 78 por ciento del producto nacional bruto de Estados Unidos. Más aún, las 808 firmas más grandes emplearon a 21.6 millones de personas, que equivale a uno de cada cinco trabajadores estadounidenses. De estos 21.6 millones de trabajadores, un 20 por ciento, lo emplearon diez firmas (Forbes, 1983). De las firmas industriales del país, 259 corporaciones poseen 65 por ciento de todas ias acciones corporativas y contabilizan cerca de 70 por ciento de todas las ganancias (Oficina del Censo de Estados Unidos, 1983). No existe indicio de que esté disminuyendo la participación económica de las corporaciones más grandes. De hecho, en muchas de las últimas décadas se ha visto una permanente tendencia hacia la concentración, cada vez mayor, de la riqueza y de los beneficios en las manos de relativamente pocas firmas. Los años 80 han visto tomas corporativas de tamaño y frecuencia nunca vistas hasta ahora. Muchas industrias estadounidenses son oligopolios, industrias dominadas por solamente unas pocas compañías grandes. En la manufactura de produc-
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tos tan diversos como automóviles, goma de mascar, bolas de tenis, cuchillas de afeitar, cigarrillos, detergentes, acero, sopas enlatadas y cámaras, las cuatro firmas más grandes producen un 80 por ciento de estos bienes en Estados Unidos. Los efectos de esta situación son la reducción de la competencia y hacerla más difícil para una nueva compañía que quiera entrar en uno de estos negocios. En conjunto, cerca de 60 por ciento de la fabricación en este país es oligopolística. Además, existen señales de que la tendencia hacia la creciente concentración está extendiéndose ahora al sector de servicios de la economía, (aquellas firmas que proporcionan al público servicios en vez de mercancías tangibles). Los cincuenta bancos más grandes de la nación emplean alrededor de un tercio de todo el personal bancario y cerca de la mitad de los de la industria de los seguros trabajan para las cincuenta firmas aseguradoras más importantes (Heilbroner, 1976). Para abreviar, es probable que la tendencia hacia el oligopolio continúe, al menos en el futuro próximo. Las grandes corporaciones de Estados Unidos son muy diferentes del tipo de negocios que los fundadores de la teoría capitalista tenían en mente. El más famoso de estos primeros teóricos, Adam Smith (1776), pensaba que el capitalismo sería un sistema en el cual los capitalistas individuales operarían en forma independiente y en el cual el orden en la economía total lo suministraría aquello que él denominaba la "mano invisible". Esta mano invisible era su frase para referirse a la presión del mercado, para la recompensa automática del trabajo, para la creatividad, el riesgo y el castigo por la pereza, para el convencionalismo, y para la excesiva precaución que pudiera reforzar los precios del mercado. Sin embargo, para que la mano invisible trabajara, los individuos en el lugar de mercado debían ser más o menos igualmente aptos para la fuerza laboral. En teoría, por ejemplo, los negocios introducen nuevos productos (oferta), los consumidores hacen una selección racional del mejor producto (demanda), y su productor prospera en consecuencia. Esto estimula a los competidores a trabajar más arduamente y a suministrar productos mejores y más baratos que los de la competencia. No obstante, cuando unas pocas corporaciones gigantes dominan el mercado, los productores pequeños, a pesar de sus productos innovadores y excelentes, trabajan de hecho con una gran desventaja. Las grandes corporaciones tienen enormes recursos para promover y producir sus productos y para crear la demanda con ayuda de una publicidad sofisticada. Por otra parte, las grandes corporaciones pueden sacar ventaja de las economías de escala, vendiendo sus productos a
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menor precio porque pueden fabricarlos en mayores cantidades, lo que hace que cada producto sea menos caro en conjunto. Enfrentados a la nueva competencia, pueden bajar precios en sus propios productos, ofrecer rebajas o lanzar promociones sugestivas; todo lo cual está más allá de las fuerzas de los recursos de las nuevas y pequeñas empresas. Cuando unas pocas corporaciones suministran casi todos los productos particulares, esas compañías están virtualmente libres de las restricciones que existen en el mercado competitivo. Ellas pueden recargar a un producto, en la medida en que los consumidores paguen por él antes de que busquen sustitutos menos deseables. Con una publicidad extensiva las corporaciones frecuentemente pueden asegurar que la demanda de sus productos sea alta a pesar de tener precios muy elevados. Además, los oligopolios pueden evitar que otras firmas entren en el mercado, al sacar patentes, controlar las materias primas, convencer al gobierno de que suprima la competencia, o confabularse con otras corporaciones. También pueden comprar otras compañías -competidores, proveedores, fabricantes de productos diferentes o relacionados con los suyos- y llegar a formar un conglomerado, para así controlar aún más los recursos y los empleos a través de subsidiarias. Además, al decidir cuándo y a qué velocidad puede invertirse, las corporaciones más grandes determinan la tasa de crecimiento, no solamente de sus propias corporaciones, sino de la de toda la industria que se relaciona con ellas. Por ejemplo, las decisiones tomadas por las compañías de acero para optimizar el flujo de caja a corto plazo en vez de modernizar las siderúrgicas en este país, causaron la escasez de 1950 e igualmente la de los años 70 (Bensman y Lynch, 1987). Las fábricas de acero de EE.UU. son obsoletas en comparación con las de otras naciones y actualmente los estadounidenses importan acero, lo cual afecta las tasas de desempleo, el precio de cualquier cosa hecha de acero e incluso los impuestos (porque el acero es vital en la manufactura de equipos de defensa). Las grandes corporaciones también son libres de decidir lo que las nuevas tecnologías exploran con la investigación y el desarrollo, y también qué innovaciones se traducirán en nuevos productos y servicios. La tecnología tiene un profundo impacto en todos los aspectos de la vida social (como veremos en el Capítulo 20). Si por ejemplo, durante los años 60 y principios de los 70, Ford y General Motors hubieran destinado la mayor parte de sus acciones al desarrollo de automóviles más eficientes en energía, las relaciones estadounidenses con las na-
ciones que producen petróleo y su competencia con la industria japonesa podrían ser diferentes de lo que son en la actualidad.
El poder global de las multinacionales Como anotábamos anteriormente en este capítulo, las economías domésticas de muchas naciones están cediendo a una economía mundial. Los actores claves en el sistema económico mundial de hoy son las corporaciones multinacionales. Una corporación multinacional es una firma comercial privada con operaciones y subsidiarias en muchos países diferentes. Cruzar las fronteras nacionales para obtener materias primas y para mercadear bienes es una tradición que viene desde los mercaderes fenicios de vidrios e incluso mucho antes. Pero la integración actual de los pueblos de todas las tierras en una economía mundial empezó con la expansión y con la El concepto de Adam Smith de la "mano invisible" de la presión del mercado ha dado origen al logotipo visible de la corporación multinacional, logrando crear una visión mundial de los nuevos mercados para sus productos. La competencia de las colas se ve en este ambiente rural de Kenya como en cualquier otra parte. (Moss/Photo Researches, Inc).
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conquista de las nadones europeas en el siglo XV. Los territorios coloniales exportaban a Europa espedes, condimentos, café, té y tabaco. Más tarde, llegaron a ser proveedores de materias primas agrícolas y minerales. Sin embargo, las corporadones multinacionales de hoy no solamente se dedican a comprar y a vender en el exterior; realmente están produciendo allí. Por ejemplo, Exxon, la compañía petrolera más grande del mundo, fundona aproximadamente en 70 refinerías en 37 países. En 1986, el comercio internacional contabilizó el 72 por ciento de las rentas de Exxon y el 74.9 por ciento de sus ganandas (véase Tabla 15.2). No todas las corporadones multinadonales son estadounidenses. Las compañías multinadonales europeas y japonesas incluyen el gigantesco grupo Royal Dutch/Shell (petróleo, de Holanda y el Reino Unido), Mitsui (el vendedor al por mayor del Japón), y el grupo Volkswagen (de automóviles de Alemania). Las corporaciones multinadonales no consideran las fábricas extranjeras y sus mercados como adidones a las operadones domésticas. Por el contrario, consideran a todo el mundo como un solo sistema económico. Los críticos acusan que las multinadonales son demasiado grandes, demasiado ricas y demasiado poderosas. Para muchos gobiernos nacionales resulta casi imposible imponer control sobre esas inmensas firmas. Los ingresos anuales de las ventas de grandes firmas petroleras como Exxon y de compañías de automóviles como General Motors exceden el producto nadonal bruto de la mayor parte de las
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nadones en las cuales comercian. En efecto, los recursos fínancieros de las prindpales corporadones multinadonales son tan enormes que, con frecuenda, estas compañías pueden manipular las economías de las nadones en las cuales fundonan. Por ejemplo, si una multinadonal dedde que el dinero arcillante de un país está sobrevalorado o resulta inseguro, puede cambiarse a la moneda de otro país. O si creen que una nadón es políticamente poco amistosa o inestable, pueden hacer sus inversiones en otra parte. Tales dedsiones tienen un profundo impacto en la riqueza -y en la política- de las nadones. Además, al cambiar los activos y las operadones en el exterior, las multinacionales pueden evitar las reguladones gubernamentales, los altos impuestos y los sindicatos. Por ejemplo, al vender a sus propias divisiones, pueden asumir una pérdida en los países que tienen impuestos altos y mostrar ganandas en los que los impuestos son bajos. Más aún, las corporadones globales frecuentemente tienen un impacto significativo sobre la política y sobre las institudones sociales en los países donde fundonan, espedalmente en las nadones en vía de desarrollo. Por ejemplo, cuando las multinadonales llegan a extenderse ampliamente en un país en vía de desarrollo, la igualdad de la distribudón del ingreso frecuentemente disminuye y todo el desarrollo económico frecuentemente se retrasa (Bornschier y Ballmer- Cao, 1979; Bornschier y Hoby, 1981). La razón tiene que ver con los esfuerzos de las multinadonales por impulsar su propio credmiento.
Tabla 15.2 Las 10 multinacionales más grandes de Estados Unidos
1986
Compañía
Renta total (millones)
Ganandas totales de operadón (millones)
Activo total (millones)
1
Exxon
2
Mobil
$69,888 46,025
$5,219 1,407
$69,484 37,233
3
IBM
51,250
4,789
57,814
4
Ford Motor
62,716
3,285
37,933
5
General Motors
102,814
2,945
72,403
6
Texaco
31,613
1,187
34,940
7
Citicorp
23,496
1,058
184,013
8
E.I. du Pont de Nemours
26,907
1,791
26,733
9
Dow Chemical
11,113
12,242
Chevron
24,352
1,285 1,055
10
Fuente: Forbes, julio 27, 1987, p. 152.
34,583
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¿Quién controla a las corporaciones?
interrogante del control corporativo que se hace considerablemente más complejo (Berle y Means, 1932; Herman, 1981). En principio, la propiedad todavía es el fundamento para controlar Ja corporación. Pero existen muchas otras razones por las cuales se ha reducido en forma notable el poder de los propietarios. En primer lugar, la propiedad es difusa en vez de ser concentrada; se basa, como anotamos anteriormente, en las participaciones de acciones. Aunque un individuo o una familia puedan tener una participación sustancial en una corporación, miles de accionistas son los propietarios de la mayor parte de las grandes corporaciones. Muchos de estos accionistas no son individuos en su totalidad, sino son grandes instituciones de inversionistas -fondos mutuos, trusts y fondos de pensiones (Glasberg y Schwartz, 1983). Actualmente, tales instituciones inversionistas controlan por lo menos 70 por ciento de todo el mercado de acciones. Otra razón por la cual los accionistas (aun los más importantes) tienen un control limitado, es porque cada uno posee pocas acciones de modo que valga la pena asumir un rol activo en los asuntos corporativos. Si a los accionistas no les gusta la forma como se maneja una compañía, probablemente decidan vender sus acciones en vez de exponer su desaprobación personalmente en la asamblea anual de accionistas. Además, los propietarios son incapaces de ejercer un control gerencial eficaz, porque constituyen un grupo ampliamente disperso con pocas conexiones sociales. Los miles de personas que poseen acciones en IBM tendrían mucha dificultad para decidir una acción directa relacionada con las políticas de la compañía. Más aún, frecuentemente carecen de la experiencia técnica y legal para tomar decisiones para "su" compañía. En general, mientras la compañía logre obtener utilidades, los administradores contratados son libres para hacer lo que consideren mejor.
En los "viejos tiempos" (a principios del siglo XIX), los empresarios propietarios individuales -empresarios que manejaban sus propios negocios- tomaban sus propias decisiones fundamentales, y recogían los beneficios o sufrían las pérdidas de sus políticas económicas. Sin embargo, dos de las características claves de la corporación moderna, son la propiedad compartida (mediante la venta de acciones), y la separación de la propiedad y de la dirección. Los propietarios no dirigen y los directivos no poseen (aunque los directivos reciben salarios sustanciales y pueden comprar sus propias acciones). De ahí resulta que la propiedad corporativa y la dirección corporativa son dos cosas muy diferentes y plantean el
Dadas varias limitaciones sobre el poder de los propietarios, el interrogante permanece: ¿quién controla a las corporaciones? Teóricamente, la alta gerencia debe responder ante la junta directiva de la corporación, la que a su vez es responsable frente a los accionistas. La mayoría de las juntas directivas están formadas por aproximadamente una docena de gerentes senior de la compañía, destacadas personas de negocios de otras compañías y figuras públicas. La junta está encargada de proteger los intereses de los accionistas y, hasta cierto punto, los intereses del público mediante la supervisión de la legalidad de las operaciones. Pero mientras que la responsabilidad de la junta directiva con los propie-
Estas corporaciones gigantescas pueden utilizar su inmensa influencia política y económica para conservar los impuestos y los salarios bajos, y para fomentar otras condiciones que incrementan su rentabilidad (Chase-Dunn, 1975). En su forma más flagrante y agresiva, tales esfuerzos pueden involucrar sobornos y otros tratos ilícitos, como también intenciones deliberadas de derribar los regímenes poco simpatizantes. El ejemplo más frecuentemente publicitado de este último caso fueron los gastos de $1 millón de dólares por la ITT para derrocar al presidente socialista chileno Salvador Allende. Como resultado de la vergüenza que ha causado tal descubrimiento, algunas multinacionales han establecido políticas específicas que tratan de limitar sus compromisos en la política del país anfitrión (Comisión de los Estados Unidos, 1978). Pero tales gestos por parte de las multinacionales, solamente indican que está naciendo una nueva estructura de poder económico, una estructura que trasciende el poder político de las naciones. Los directivos de GM, IBM, Pepsicola, General Electric, Pfizer, Shell, Volkswagen, Exxon y quizá otras 100 grandes corporaciones influyen cada vez más sobre la prosperidad, la balanza de pagos y la fortaleza política de los países en los cuales operan. Y aún así, los gerentes corporativos no tienen completamente las manos libres. Los trabajadores se han organizado en sindicatos como una fuerza que equilibra el crecimiento de las corporaciones gigantescas. Y los gobiernos de las naciones occidentales han impuesto restricciones sobre el uso poco restringido del poder corporativo. Con todo, el surgimiento de corporaciones multinacionales gigantescas ha proporcionado nuevas dimensiones al ejercicio del poder por las organizaciones que buscan ganancias económicas. Esto ha despertado el interrogante de quién tiene el control de las corporaciones.
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¿Quién controla a las corporaciones? En principio, el control definitivo está en los accionistas, tal como aparece en esta fotografía, en la que se ve un grupo de accionistas que asisten a una junta anual. No obstante, el control eficaz se concentra en un grupo de altos gerentes importantes y de directores, muchos de los cuales también pueden tener asiento en las salas de juntas de otras corporaciones. ¿Cuáles son los beneficios y los inconvenientes de tal red de poderes ? ¿ Quién deberá controlar la corporación ? (Izquierda: Catherine Ursillo/Photo Research.es, Inc.; derecha: Jacques Charlas/Stock, Boston).
tarios es verdadera en teoría, lo es menos en la práctica. La alta gerencia comúnmente coopta miembros de la junta y esta última rara vez interviene en la dirección a menos que surja una crisis (Herman, 1981). Algunos sociólogos llevan esta observación un paso más adelante. En su historia de los negocios de EE.UU., Alfred Chandler (1976) comenta sobre el rol de la corporación en remplazo de aquella "mano invisible" del mercado por la mano visible de los gerentes. Otros autores argumentan que los altos directivos, los miembros de la junta y los accionistas principales forman una "élite capitalista", a la larga, porque sus intereses son los mismos (Mills, 1951). Esta élite capitalista, continúa el argumento, extiende su influencia mediante las juntas directivas entrelazadas -una red de personas que prestan sus servicios en las juntas directivas de dos o más corporaciones- (Mintz y Schwartz, 1986; Useem, 1980). La Figura 15.1 ilustra los directorios entrelazados de General Motors y de otras grandes firmas. Según Michael Useem, estos vínculos de la red crean un sentimiento de solidaridad y de finalidad común entre los propietarios y directivos de dichas corporaciones. Ese objetivo, dice Useem, es el de que los gerentes se identifiquen a sí mismos, como los "optimizadores de la tasa de rentabilidad del capital". Otros investigadores, no obstante, encuentran la noción de una élite capitalista corporativa como demasiado exagerada. Edward Herman (1981), quien ha dirigido una investigación detallada sobre las operaciones de las juntas directivas corporativas y sus gerentes principales, encontró que los miembros de estos grupos frecuentemente tienen intereses opuestos que no les permiten actuar como una enti-
dad monolítica. Para citar un ejemplo, las instituciones financieras tales como los bancos pueden tener un lugar en la junta directiva de una compañía, a la cual han concedido préstamos. Los representantes bancarios se inclinan a interesarse solamente por los asuntos de seguridad financiera y así se oponen a más movimientos de riesgo que apoyan los gerentes. En el caso de la amenaza de una toma, las instituciones financieras generalmente se deciden a favor de vender la compañía al mejor postor, lo que beneficia sus intereses. Los gerentes de la firma, sin embargo, pueden perder sus empleos en el negocio y puede esperarse que traten de bloquear el intento de una toma (Hirsch, 1986). Los interrogantes sobre el control corporativo afectan no solamente a los propietarios y a los directivos, sino también "a los empleados ordinarios y al público en general". Useem (1984) documenta el grado en que los altos gerentes corporativos se unen para promover los intereses comunes del negocio como un todo. No sólo proporcionan el dinero a los candidatos políticos que apoyan sus intereses, sino que también toman parte en grupos de cabildeo y en la publicidad de los patrocinadores por sus opiniones sobre diversas situaciones: desde una reforma tributaria a gastos militares, hasta la protección contra las importaciones extranjeras. Los gerentes corporativos frecuentemente sirven como ministros del gabinete, asesores de los presidentes y directores de intereses de beneficencia. Aun dentro de sus compañías, toman decisiones que pueden afectar el bienestar de miles de personas. Deciden si se deben utilizar químicos peligrosos en las plantas y cuánto gastar en procedimientos de seguridad. Deciden si
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Fuente: Beth Mintz y Michael Schwartz, "Juntas directivas vinculadas y formación de los grupos de interés", American Sociological Review, (Diciembre, 1981), Figura 3, p. 857. Los individuos que se sientan en las juntas directivas de General Motors también lo hacen en las de otras 29 empresas. A la vez, los miembros de cada una de las 29 empresas se sientan en ¡as juntas directivas de otras firmas. Por ejemplo las personas que se sientan en la junta directiva de J. P. Morgan también están vinculadas a las juntas directivas de otras 59 empresas. Mediante estos vínculos, General Motors está incorporada en una red de 728 corporaciones.
deben remodelar las fábricas en el Medio Oeste o trasladar la producción al Sur o a Corea del Sur. Sin
importar cuál sea su opinión en estas situaciones, los gerentes de niveles medio y bajo no pueden desafiar
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a los altos líderes corporativos de quienes depende completamente su carrera (Jackall, 1988). En todas estas formas, los altos gerentes corporativos constituyen un grupo de control con un poder social muy significativo dentro y fuera de la corporación.
Las empresas pequeñas Aunque las empresas estadounidenses nos hacen pensar en las corporaciones gigantes como IBM y General Motors, las empresas pequeñas, definidas por el gobierno como cualquier tipo de firma con 100 empleados o menos, son una parte significativa del escenario económico. Las empresas pequeñas emplean la mitad de la fuerza laboral (Birch, 1982, 1988). El panorama de empresas pequeñas es muy variado: comprende de todo, desde cafeterías y lavanderías, hasta oficinas de médicos, firmas de abogados, contratistas de construcción, y proveedores de programa para computadores. Como lo sugiere esta lista, las empresas pequeñas difieren muchísimo en las habilidades y en los recursos de sus propietarios y en su estabilidad financiera. Sin embargo, muchos factores son comunes a las empresas pequeñas y la mayoría de ellos son problemas. La falta de capital es casi siempre una de las características que define una empresa pequeña, especialmente en sus comienzos. Los bancos rehusan prestar dinero a empresas sin experiencia, y muchos empresarios empiezan utilizando sus propios ahorros, frecuentemente complementados por préstamos de los miembros de la familia. Otro problema común es la vulnerabilidad a las fluctuaciones en el mercado (Markusen y Teitz, 1985). Estas fluctuaciones pueden ser estacionarias (pocas personas quieren equipos de jardín en el invierno); un resultado del clima de los negocios (altas tasas de interés o alta inflación pueden comerse las ganancias); ligados a los problemas de industrias específicas (el mercado para la maquinaria agrícola sufrió un colapso luego que los precios de los productos agrícolas se desplomaron) o el resultado de los cambios en el medio empresarial (una empresa puede verse afectada por el deterioro del vecindario a medida que los clientes se trasladan a otra parte, o son incapaces de pagar una renta aumentada si el vecindario se valoriza). Aunque se presenten todos estos problemas, cientos de miles de empresas se inician cada año. El poseer su propio almacencito, un restaurante o una oficina, parece que se ajusta muy bien al ideal estadounidense de la independencia. (También se requiere el ideal estadounidense del trabajo arduo; los propietarios de las pequeñas empresas comúnmente trabajan mucho más de 40 horas semanales y con
La variedad de servicios ofrecidos por las pequeñas empresas está limitada solamente por laingeniosidad de los empresarios que las inician y por el gusto de los consumidores que las apoyan. Este hombre que tiene un negocio propio, que consiste en vender perros mientras camina, esta confiado en que la demanda de sus servicios no desaparecerá de un momento a otro. Por otro lado, su negocio seguramente no es algo que lo haga rico. (Chuck Fishman/Woodfin Camp & Associates).
frecuencia familias enteras trabajan largas horas). Cuando las empresas pequeñas tienen éxito, es porque se han utilizado con frecuencia una o varias estrategias. Una de ellas es el crecimiento mediante la apertura de nuevas sucursales. Una tienda de víveres o una lavandería, por ejemplo, pueden abrir una segunda o tercera dependencia en un vecindario cercano. Otra estrategia es la diversificación de productos: un almacén de juguetes añade una línea de ropa para niños o un almacén de alimentos vegetarianos empieza a vender equipos de gimnasia. Otra técnica es la diferenciación de los productos o la venta de un producto o de un servicio un poco diferente de lo que los competidores están ofreciendo, como cuando una pizzería es la única que existe en el vecindario que se destaca por la entrega a domicilio sin costo alguno o por vender pizzas especiales a los judíos. Un aspecto interesante del panorama que presentan las empresas pequeñas en Estados Unidos es la frecuencia con la cual éstas son propiedad de miembros de las minorías étnicas, en particular de los nuevos inmigrantes (Aldrich y Auster, 1986). Por ejemplo, en 1976 el 25 por ciento de las familias coreanas en los Angeles se ocupaban en empresas pequeñas de propiedad familiar, una proporción tres veces más alta que la tasa del total de la fuerza laboral. En Nueva York, en 1980 una muestra de restaurantes reveló que el 60 por ciento eran de propiedad de inmigrantes (Aldrich y Auster, 1986). Es posible intentar varias explicaciones para este fenómeno, entre ellas la discriminación contra los grupos étni-
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cos en la economía principal; las características especiales de los inmigrantes en sí mismos (un chino puede saber poco inglés, pero ser muy hábil para preparar comida china y además tener parientes que quieran invertir en un restaurante); familias extendidas en ciertos grupos que ofrecen una reserva de fondos para iniciar un negocio pequeño, y una reserva de empleados de bajo costo para laborar allí, y complejos residenciales que simultáneamente reúnen a los nuevos inmigrantes en vecindarios étnicos y les suministran clientes con gustos y necesidades afines. Finalmente, para algunos empresarios de los grupos étnicos, el ser independientes -incluso detrás de un mostrador resulta más atractivo que el empleo con baja remuneración en la economía principal. Cada año nacen empresas pequeñas de toda clase con las esperanzas de sus dueños, pero la tasa de mortalidad entre ellas es realmente muy alta. Más del 50 por ciento fracasan en dos años; el 75 por ciento dentro de los primeros 5 años y el 90 por ciento dentro de los 10 primeros años (Aldrich y Auster, 1986). La pequeñez o la novedad son obstáculos definitivos en el mundo de los negocios. Las empresas pequeñas, sin embargo, son extremadamente importantes en la economía estadounidense. No solamente proporcionan servicios a los consumidores, sino que generan muchos más empleos nuevos, que las grandes compañías (aunque las grandes compañías cuentan con un gran porcentaje de empleos existentes) (Birch, 1982, 1988). La Tabla 15.3 compara el porcentaje de empleos creados por las empresas pequeñas con los que son producidos por compañías grandes y de tamaño medio.
EL TRABAJO EN ESTADOS UNIDOS Los estadounidenses hablan de su trabajo, a partir del estudio de Studs Terkel, Working: People Talk
About What They Do All Day and How They Feel About It (1972): Tengo que ser mesera. ¿Cómo más puedo aprender acerca de la gente? ¿De qué otra forma puede venir el mundo a mí? No puedo llegar a cada persona. Por tanto, son ellos los que tienen que venir hasta mí. Cada cual quiere comer, porque todos tienen hambre, y yo les sirvo. Si han tenido un pésimo día, los cuido y los halago. Puede ser que con un café les dé un poco de filosofía. Tienen sus cocteles, yo les doy ciencia política. Dolores Dante, mesera (p.294) Era niño todavía en 1942 cuando salí de la escuela de arte. Quería hacer mucho dinero y hacerme famoso. En cinco años poseeré el mundo. Iré a Nueva York en mi propio Cadillac y tendré mi propio avión. Quiero mancornas de oro, hijos y una casa grande en el campo. Todo. El sueño americano. (Se ríe). Ese bello sueño, feo y arisco que en alguna forma todos tenemos. Quería ser un hombre clave en la industria. Con los años me di cuenta de que no existe ningún hombre clave; que cada hombre, cada ser humano es una mercancía que se puede explotar, destruir y desechar. Durante 30 años he sido un mercenario comercial. Walter Lundquist, artista comercial (p. 525) Todo lo que hago ahora es levantarme por la mañana, salir, y no pensar en nada. Como una máquina, es todo lo que siento. Will Robinson, conductor de bus (p. 201) Me encuentro con mucha gente que dice lo mucho que admiran lo que hago. Es vergonzoso. No hago ningún juicio acerca de mi trabajo, si es grandioso o es indigno. Es sólo lo que mejor hago, es el único trabajo que deseo hacer. Trabajo duro porque así tengo que hacerlo, me siento cansada. A las cuatro me siento como si estuviera lista para morir (sonríe). No me siento mal al respecto. Esta es mi vida. Yo sólo soy.
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Pat Zimmerman, profesora suplente de escuela (p. 493)
Karl Marx argumentaba que el trabajo es una actividad exclusivamente humana. Los animales pueden construir y producir -las abejas, por ejemplo, construyen panales complejos y estructuralmente perfectos, y hacen miel- pero no trabajan. Según Marx (1867), lo que distingue al peor arquitecto humano de la mejor abeja, es que el arquitecto traza un plan y trabaja en forma consciente para ejecutarlo. Entonces, el trabajo humano siempre incluye tanto el componente mental como el físico. En la organización social del trabajo, sin embargo, con frecuencia estos dos elementos están separados. Especialmente desde el comienzo de la era capitalista, algunas personas planean y dirigen los procesos de producción, mientras que otras hacen la labor manual.
El significado del trabajo El trabajo es el esfuerzo dirigido a producir un artículo o servicio que corrientemente recompensamos con una paga y al cual añadimos un valor moral. La importancia con la cual observamos el trabajo se puede apreciar si pensamos en el primer interrogante que frecuentemente planteamos cuando no conocemos a una persona: "¿Qué haces?" Con lo que queremos decir "¿Cuál es tu trabajo?", qué aficiones tienes o cómo te entretienes los fines de semana o por las noches. El trabajo ofrece una forma de definir a las otras personas, y a nosotros mismos. Si el hombre que se sienta cerca de nosotros en el avión dice que es boxeador profesional, nos formamos una primera impresión; si nos dice que es siquiatra, nos formamos otra bastante distinta. Y lo mismo ocurre con un gran número de ocupaciones diferentes: hacemos ciertas suposiciones y tenemos ciertas expectativas acerca de la clase de persona que es un trabajador de metal laminado, una enfermera, un profesor de educación física, un corredor de bolsa, un astrónomo, alguien que trabaje en una granja lechera, etc. Por tanto, vemos que el trabajo se convierte en una parte altamente significativa de nuestra propia identidad y de la identidad de los demás. Como lo sugiere la lista anterior de ocupaciones, en Estados Unidos los empleos difieren enormemente en la forma de pago y en el nivel de habilidades, en la proporción de esfuerzo mental que exige contra el esfuerzo manual, la cantidad de autonomía o de control, las oportunidades para progresar, el riesgo de accidentes y muchos otros factores. Una forma tradicional de distinguirlos ha sido denominar- los trabajos de cuello blanco (en términos gene-
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rales, el trabajo de oficina); o de cuello azul (el trabajo de fábrica u otro trabajo manual). En una época, la mayor parte de la población estaba formada por trabajadores de cuello azul (incluyendo a los granjeros en este grupo) y el trabajo de cuello blanco se reservaba para una pequeña proporción perteneciente a la clase media estudiada. Esta ya no es la situación: hoy la mayor parte de la gente trabajadora en Estados Unidos tienen empleos de oficina (de cuello blanco). Al mismo tiempo, la distinción entre el trabajo de cuello blanco y de cuello azul ha perdido mucho su significado. Aunque los empleos de cuello blanco proporcionen más prestigio, a muchos no les pagan más (inclusive menos) de lo que se ofrece a un operario calificado. Una cantidad sustancial de empleos en oficinas, en ventas y trabajos semiprofesionales (técnicos de laboratorio, programadores de computadores) realmente ofrecen un pago medianamente modesto y pocas oportunidades de avance (Calhoun, 1981; Piore y Sabel, 1985). Mientras que casi todo trabajo (o la falta de uno) forma parte de la identidad de una persona, un empleo en sí mismo puede proporcionar satisfacción o crear (o mantener) la frustración. ¿Qué es lo que hace que un trabajo sea satisfactorio y que otro sea aburrido, que no llene las aspiraciones, que sea frustrante e incluso alienante? Este es un interrogante central para los sociólogos que estudian la naturaleza del trabajo. En primer lugar, parece que aunque muchas personas se quejen del trabajo, una gran mayoría expresa opiniones favorables de su empleo (Tausky, 1984). Esto es particularmente cierto en aquellos empleos profesionales y técnicos para los cuales se requiere un entrenamiento especial: matemáticos, biólogos, abogados, periodistas, están entre los que se sienten más satisfechos con sus empleos, tal como se evidencia por el hecho de que del 80 al 90 por ciento de ellos responden que seleccionarían de nuevo el mismo tipo de trabajo. En comparación, sólo el 24 por ciento de una sección representativa de trabajadores de cuello azul dicen que eligirían el mismo trabajo de nuevo (Tausky, 1984). Podría suponerse que la satisfacción laboral es más alta entre los trabajadores profesionales a causa de mayores salarios y más prestigio en los empleos. Pero aunque el pago y el prestigio ciertamente son aspectos importantes en la satisfacción laboral, no son las únicas razones por las cuales las personas se expresan satisfactoriamente de su trabajo. Otros incluyen el interés inherente al trabajo en sí; el sentido de que se está haciendo algo valioso y que se está contribuyendo a la sociedad; el sentido de que uno se apoya a sí mismo y/o a su familia, además de ha-
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cer lo que se espera de un adulto; la satisfacción de desarrollar la competencia en algo y en ejercitar una destreza; y el placer de la compañía de los compañeros de trabajo. Pero muchas personas trabajan en empleos que no ofrecen estas satisfacciones. Por ejemplo, muchos empleos en las fábricas, se organizan de tal forma que se hacen inherentemente aburridos, faltos de desafío y propiciadores del aislamiento, también son mal remunerados y poco prestigiosos. Los trabajadores que desempeñan las mismas tareas manuales todos los días, que están presionados a hacer estos trabajos tan rápidamente como sea posible y que nunca ven el proceso desde el principio hasta el final, frecuentemente encuentran sus empleos como algo poco satisfactorio. Probablemente se sientan enajenados de su ambiente, de la sociedad como un todo, aun de sí mismos. Un empleo llega a convertirse en algo que hay que tolerar con el fin de sobrevivir y para obtener las cosas que uno realmente desea. Puesto que los trabajadores no están comprometidos en el proceso total de la toma de decisiones, y como el trabajo no se organiza en forma significativa, es cada vez más común que los trabajadores consideren su empleo solamente como un mal necesario, como e! precio que deben pagar por el tiempo libre y por actividades más agradables fuera de su trabajo. Esta es una de las razones por las cuales las demandas de los trabajadores, especialmente a través de las negociaciones de los sindicatos, se han enfocado demasiado sobre la remuneración y sobre otros aspectos de la seguridad material... Los trabajadores siguen luchando fuertemente por tener más dinero porque, al igual que la gerencia, ellos también están convencidos de que no pueden encontrar un trabajo que sea en sí mismo agradable, y por esto deben buscar todas las satisfacciones en las actividades del tiempo libre. (Calhoun, 1981, p.288).
La visión marxista de esta situación es extremadamente clara. Sus seguidores argumentan que la organización capitalista del trabajo hace de ella algo intrínsecamente alienante y deshumanizante. Los trabajadores no tienen control sobre el proceso de producción, el trabajo no está organizado en una forma que unifique socialmente, y el trabajo lo planean los empleadores capitalistas cuyas metas son opuestas a las de los trabajadores. Los trabajadores deben sacrificar su trabajo -básicamente una parte de sí mismos- para enriquecer a los capitalistas. Para un trabajador es imposible llenar las aspiraciones de su propio potencial en una sociedad capitalista. La gente quiere que su trabajo sea significativo; incluso los que trabajan en las fábricas, quieren que se les trate como personas hábiles que están desem-
peñando un rol valioso, no como robots que sin pensar hacen lo que los jefes les ordenan hacer.
La organización social del trabajo Tradicionalmente, los sociólogos han considerado el grupo de trabajo como la unidad más fundamental en la organización social laboral. (I. Simpson, en impresión). Un grupo de trabajo es un grupo de personas que- trabajan juntas al mismo tiempo en el mismo lugar -sea la tripulación de una nave espacial o la ayuda de cocina en un restaurante. Quizá la investigación más famosa sobre los grupos de trabajo son los estudios Hawthorne, los trabajos sobre la compañía Western Electric cerca de Chicago, entre los años 1924 y 1936. Estos estudios, hechos para identificar los factores que podrían aumentar la productividad de los trabajadores, produjeron una cantidad de hallazgos importantes, el más famoso de los cuales, desde entonces conocido como el efecto Hawthorne, se descubrió por accidente. Mientras los investigadores examinaban los efectos de las alteraciones en el ambiente laboral, pequeños grupos de trabajo, salarios más altos y demás, encontraron que cualquier cambio en las condiciones de trabajo de un grupo aumentaba la productividad, al menos por cierto tiempo. Aparentemente, el hecho de ser parte del estudio, hizo que los trabajadores sintieran que la gerencia estaba interesada en ellos y esto aumentó la producción. Los estudios Hawthorne también revelaron que los factores sociales, tales como los vínculos entre los trabajadores, eran muy importantes en la motivación de las personas (Tausky, 1978). A partir de los estudios Hawthorne, los sociólogos se han concientizado de la importancia del contexto social del lugar de trabajo. Por supuesto, la mayoría de los grupos de trabajo existen en una organización grande de cualquier tipo, y el tamaño y el tipo de organización tienen un impacto muy importante en la vida de los trabajadores por dentro y por fuera de ella. La mayor parte de las organizaciones desarrollan culturas compartidas y esto afecta todo, desde el tipo de vestido que utilizan los empleados (y que se espera que utilicen) hasta la socialización que realizan después del trabajo con los colegas. Comparemos la atmósfera formal de una oficina de abogados de Wall Street con la informalidad de una cadena de almacenes de artículos deportivos. En algunos casos, la gerencia fomenta activamente la cultura corporativa distintiva. En IBM, por ejemplo, en las celebraciones especiales en las cuales se premia a los empleados con recompensas, se cantan los himnos de la compañía y se refuerzan en forma ritual los valores de la compañía. Muchos factores contribuyen a darle a la organi-
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Del taller, a la fábrica, a la línea de ensamblaje y hasta la planta automatizada, el proceso de industrialización ha significado la subordinación del trabajo humano en el lugar de trabajo donde tanto el espacio físico como la señalización del tiempo están configurados y determinados por la labor de las máquinas. La estructura de trabajo en sí misma puede empezar a parecer una máquina gigante con trabajadores individuales como únicos elementos. (Izquierda: Cortesía de General Motors; derecha: Ethan Hoffman/Archive Pictures).
zación una cultura particular, entre ellos, el tamaño, el grado en que sea jerárquica, la cantidad y el tamaño de sus grupos de trabajo, la insistencia sobre las reglas y el orden, y su orientación: científica, creativa, de altas finanzas o de otra clase. El control es el aspecto más importante para los estudios sociológicos contemporáneos sobre la organización del trabajo (R. Simpson, 1985). Puesto que actualmente en la producción de mercancías no se incluye al artesano sino a centenares de personas que funcionan como piezas de una máquina gigante, se necesita una planificación considerable y coordinación. En la mayoría de las modernas instalaciones de trabajo, la coordinación se vincula con el control, con los gerentes que buscan aumentar su propio poder a expensas de los trabajadores. Esta es una característica de (aunque no limitada a) la producción capitalista. Como escribió el sociólogo Richard Edwards: La coordinación se presenta en la producción capitalista como debe ocurrir inevitablemente en toda la producción social; pero necesariamente tiene la forma específica de una coordinación vertical descendente, para cuyo ejercicio los de arriba (capitalistas) deben ser capaces de controlar a los de abajo (trabajadores) (1979, p.27).
En las pequeñas empresas el control es comúnmente un control simple. Esta fue la característica de la empresa capitalista inicial y persiste hoy en las pequeñas empresas. Esta es directa y "cara a cara": usualmente el control lo ejerce el propietario de la compañía y/o algunos gerentes altos. Este tipo de control puede ser a la vez arbitrario y áspero; los tra-
bajadores que cuestionan o desobedecen los deseos de los gerentes están en peligro. A medida que las organizaciones crecen y se hacen más complejas, el control simple se hace imposible. Por una parte, existe un límite a la cantidad de trabajadores que un sólo gerente puede supervisar directamente; por otra, en las grandes organizaciones los trabajadores pueden estar sindicalizados, y por tanto, tienen alguna protección contra un despido arbitrario o el castigo de la gerencia. Para manejar estas situaciones, la gerencia ha ideado dos nuevos estilos de control, los dos son "estructurales"; es decir, están diseñados dentro de la organización laboral en sí misma y no dependen de una supervisión personal cercana. En primer lugar, existe un control técnico. En una fábrica, por ejemplo, el proceso físico de mano de obra empuja a los trabajadores a ejecutar sus tareas en una forma determinada dentro de un período de tiempo específico. La línea de ensamblaje es un ejemplo primario del control técnico, puesto que a los trabajadores se les exige hacer sus trabajos -tales como, fijar guardabarros a un automóvil- en un tiempo determinado para que pase a la tarea del próximo grupo de trabajadores cuando los anteriores terminen su trabajo. La coacción está incorporada dentro de la misma línea de ensamblajeEn ambientes como las oficinas, en donde el control técnico no es viable, se espera que los trabajadores respondan a un control burocrático (Edward, 1979). En este caso, un sistema jerárquico que asigna recompensas diferentes a los diversos niveles de empleo, es la que controla a los trabajadores; así uno
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trabaja más arduamente para lograr artículos de escritorio con su nombre, un lugar reservado en el estacionamiento de la compañía, la calificación que le permite entrar al comedor de los "ejecutivos", etc. En general, el control burocrático se asocia con los empleos de oficina; pero también podría anotarse que la llegada de la automatización a la oficina ahora permite que los gerentes ejerzan algún grado de control técnico. Por ejemplo, el producto de los empleados que trabajan en computadores puede supervisarlo en forma precisa la gerencia, y los trabajadores pueden sentirse presionados a trabajar más rápidamente, tal como ocurre con los trabajadores de una fábrica, a quienes se les puede presionar para que aprieten más tornillos y suelden más conexiones por hora. Al final de esta sección veremos una vez más algunos asuntos de control y sus consecuencias, cuando nos centremos en la tecnología en el lugar de trabajo.
Cambio de los patrones del trabajo En Estados Unidos los hombres han dominado tradicionalmente la fuerza laboral remunerada. Durante los últimos 100 años, la proporción de hombres de dieciseis años y más que trabajan por un sueldo ha fluctuado sólo un poco de un 80 por ciento constante. Por el contrario, la proporción de mujeres en la fuerza laboral remunerada en ese mismo período de tiempo ha aumentado del 15 por ciento a más del 50 por ciento (Tausky, 1984). Este impresionante cambio en la fuerza laboral estadounidense tiene implicaciones significativas para el matrimonio, la vida familiar, la tasa de nacimientos y para otras áreas de la vida social. Otro cambio que ha tenido lugar en los patrones de trabajo es el crecimiento significativo en las ocu-
paciones de servicios, unidos a una fuerte caída en el trabajo agrícola y a una disminución estable en los empleos fabriles (véase Tabla 15.4). El crecimiento del sector servicios ha sido tan prodigioso que algunos sociólogos y economistas están buscando una subdivisión del término servicios dentro de categorías más prácticas y distintas, incluyendo quizá un "sector de información", fundamentado en las nuevas tecnologías del computador (Jones, 1982). Muchos factores sociales, culturales y tecnológicos cuentan para estos dos grandes cambios. En primer lugar, las mujeres ingresaron a la fuerza laboral en grandes cantidades durante la Segunda Guerra
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Mundial, cuando millones de hombres fueron requeridos por el ejército y se necesitaban mujeres para trabajar en las fábricas de municiones y en otras industrias de guerra. La naturaleza cambiante de la familia en los años 60 y 70, o sea, el aumento en las tasas de divorcio, el desarrollo de anticonceptivos confiables, el renacimiento del movimiento feminista y la necesidad de un segundo ingreso familiar para contrarrestar los efectos de la inflación, condujeron a muchas mujeres trabajadoras, particularmente las casadas, hacia la fuerza laboral. Advirtamos también que el aumento en la cantidad de mujeres que trabajan va de la mano con el otro cambio principal en los patrones laborales: el número creciente de empleos orientados hacia los servicios. Estos, después de todo, son los empleos hada los cuales las mujeres se sienten más inclinadas (Shank y Getz, 1986). La disminución en el empleo del campo es prindpalmente el resultado de la mecanización en la agricultura, lo que ha permitido que los granjeros cultiven áreas más grandes de tierra. Los empleos fabriles también han disminuido a causa de los cambios tecnológicos, tales como el advenimiento de los computadores y de los robots industriales (Jones, 1982). Pero también debemos observar los cambios en la economía mundial para hacer una reladón completa de la disminudón de empleos en el sector industrial. Primero que todo, el movimiento de producdón de fábricas en ultramar realizado por firmas estadounidenses en busca de mano de obra más barata y luego, la introducción de mercancías económicas fabricadas (autos, zapatos, acero, textiles, aparatos electrónicos) desde el exterior, han hecho realmente una gran mella en los empleos industriales de Estados Unidos. De todo esto resulta el fenómeno del trabajador desubicado, ahora familiar en las noticias de los periódicos y la televisión: el trabajador despedido de la industria del acero, que trabaja en un restaurante de comidas rápidas por una fracción de su antiguo salario; el trabajador de las fábricas de automóviles obligado a retirarse a los cincuenta años, cuya esposa sustenta ahora a la familia (Schwartz y Neilcirk, 1983). Como tendenda básica, la disminudón de empleos tanto agrícolas como industriales probablemente continúe. De paso, esta tendencia tiene una implicadón educativa muy significativa: día a día se requerirán credenciales mínimas cada vez más altas para ingresar a la fuerza laboral. Para conseguir su primer empleo los jóvenes necesitan más educadón formal que antes. La razón más obvia de esto es que hay muchísimos empleos que dependen de destrezas técnicas, como la programadón de computadores. Pero más
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allá de este tipo de calif icaciones técnicas, en casi todas las categorías laborales se han cambiado las credendales mínimas. Empleos que hace dncuenta años no existía ningún grado, ahora exigen un diploma de secundaria; otros empleos para los cuales la educadón secundaria alguna vez fue ideal, ahora exigen un grado universitario; y a los solicitantes para muchos empleos profesionales se les exige tener doctorados. Desde los años 70, por ejemplo, las posiciones ejecutivas de los negodos comerciales exigen típicamente un (M.B. A. Máster en Administradón de Negodos) grado extremamente escaso antes de la Segunda Guerra Mundial. Por supuesto, el sólo hecho de que estos grados se exijan no significa que los trabajadores necesariamente utilicen su educadón. Sentirse demasiado calificados puede alimentar fádlmente el sentimiento de frustradón y de alienación que tienen muchos trabajadores estadounidenses (Carnoy y Levin, 1985). Además, mientras más requisitos se exijan para el trabajo (muchos empleos que pagan el salario mínimo exigen ahora un diploma de secundaria), más limitados estarán los candidatos jóvenes de la clase baja para los empleos (Oxford Analytica, 1986). Las cifras de desempleo para la subclase, particularmente la de los negros, son ya demasiado altas. Por lo tanto, las credendales más altas tienen sus propias implicadones sodoeconómicas. Más adelante en el Capítulo 17 veremos más de cerca otros aspectos de este "tremendo credencialismo".
Mercados de trabajo Básicamente, los mercados del trabajo armonizan a las personas y sus habilidades con los empleos disponibles. Y, como los empleos, los trabajadores tienen varios atributos que los hacen aptos en mayor o en menor medida. La educadón, la destreza manual y otras habilidades se consideran ventajas legítimas en el mercado del trabajo, pero la raza, el género, y el origen de clase social, que no son considerados campos legítimos para el empleo, comúnmente interesan también. Los sociólogos distinguen dos mercados amplios de trabajo en las economías capitalistas modernas, el mercado primario y el secundario, con trabajadores más aventajados para encontrar empleo en la primera clase y trabajadores más desaventajados en la segunda (Sabel, 1982). El mercado primario de trabajo es aquel en el cual se emplean trabajadores en forma estable, exitosa y usualmente en empresas más o menos grandes; estos trabajadores tienen seguridad de empleo, benefidos de salud y de retiro e ingresos relativamente buenos. El mercado, secundario de trabajo ocupa un lugar más pequeño y menos estable en la economía; allí la demanda de
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productos es fluctuante. Los trabajadores de este mercado tienen empleos en restaurantes de comidas rápidas, en negocios pequeños como floristerías, proveedurías de alimentos y en depósitos de licores, y es este mercado el que ha ido creando más empleos nuevos en el sector de servicios. Muchos de los empleos en el mercado secundario de trabajo son de medio tiempo o temporales. Los salarios son bajos y el trabajo es inestable, de tal manera que con frecuencia los trabajadores están predispuestos a quedar sin empleo, especialmente durante las recesiones económicas; y rara vez se ofrecen atención médica y otros beneficios sociolaborales. Las mujeres, las minorías, los jóvenes y los menos educados se concentran en el mercado secundario del trabajo. Muchos empleos del mercado secundario de trabajo no ofrecen a la larga ningún cambio para un avance en la carrera, ni siquiera para la estabilidad y la acumulación de antigüedad; así podemos decir que existen muy pocas carreras en este mercado, lo que hay es simplemente oportunidades de trabajo. Más aún, estos empleos no permiten a los trabajadores adquirir una habilidad que pueda servirles como un trampolín para un empleo mejor. Los trabajadores en este mercado son aptos para permanecer en una posición de "base" o cerca de ella y por salarios que les duran mientras están en la fuerza laboral. Los empleos del mercado secundario del trabajo verdaderamente son posiciones de callejones sin salida. Los "pobres trabajadores", las personas que trabajan todo el tiempo pero que no ganan lo suficiente para satisfacer sus necesidades básicas, comúnmente pueden encontrarse en el mercado secundario de trabajo (Levitan y Shapiro, 1988). Sus filas han aumentado cerca de un 50 % desde los años 60 (Simón, 1988). Es interesante advertir que en el Japón de hoy, que ofrece a Estados Unidos una competencia industrial y económica fuerte, la segmentación del mercado de trabajo en submercados primarios y secundarios es muy marcada, más que en Estados Unidos. En el mercado primario del trabajo, dominado por grandes corporaciones como Mitsubishi, la estabilidad de la fuerza laboral se refuerza con actitudes y programas de "motivación", (espacios de trabajo agradable, una supervisión directa mínima, participación en las utilidades y demás) que fomentan los prospectos a los candidatos a largo plazo, y a una lealtad a largo plazo (Cole, 1979). El modelo corporativo japonés ha tenido gran influencia en la estructuración de las firmas de computadores en el famoso Valle del Silicón de California, en donde los empleadores ofrecen gimnasios y almuerzos elegantes en retribución a la lealtad de los empleados (Ho-
ward, 1985). Con todo, dicho estilo gerencial de libertad no va más allá del sector privilegiado de la alta tecnología (Piore y Sabel, 1985). El mercado laboral define lo que cuenta como habilidad para un trabajo, y el mercado de trabajo refleja la demanda. Los empleos no son intrínseca y permanentemente parte de un mercado primario, ni del secundario. Como ya hemos visto, los cambios en la tecnología y en la organización de los medios de producción que demanda muchas habilidades siempre están variando. En cualquier momento, ciertas habilidades pueden tener alta demanda, tal como lo es en la actualidad la programación de computadores, mientras que otras habilidades están devaluadas, como ha ocurrido con las habilidades de un auxiliar contable desde que apareció el computador.
La
profesionalización
En el otro extremo de la escala de empleos, donde se encuentran los trabajadores secundarios, están los profesionales, trabajadores que por lo general ganan buenos salarios y tienen el prestigio y estabilidad en el empleo, del que carecen los trabajadores del mercado secundario de trabajo. Esto se debe en parte al hecho de que la mayoría de los profesionales tienen credenciales educativas, licencias y otros documentos de certificación que limitan la competencia para sus empleos. Además, las profesiones ofrecen una autonomía considerable (véase también el Capítulo 19). Los profesionales tales como médicos, abogados, arquitectos y demás, tienden a ser independientes, con sus propias oficinas o sociedades; así, están libres de una supervisión de un jefe y de que los gobiernen no con un control jerárquico sino con códigos de ética profesional y por el deseo de una gran reputación. Sin embargo, está disminuyendo la proporción de profesionales independientes, incluyendo a los médicos y a los abogados. Más y más profesionales están trabajando para grandes organizaciones, relativamente burocráticas. Aunque los profesionales corporativos son relativamente privilegiados en comparación con la mayoría de los trabajadores, están sujetos a grado de control burocrático (Friedson, 1985; Powell, 1986). Las profesiones más antiguas y más respetadas son, por supuesto, el derecho y la medicina. El ministerio religioso, que fue la profesión más elitista en otros países y en períodos históricos, ahora es menos prestigiosa en Estados Unidos, en parte por la falta de una iglesia establecida y/o la certificación de la clerecía por parte del gobierno. (En Estados Unidos, cualquiera puede ejercer como ministro religioso). En los últimos años, una gran cantidad de
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Los mercados de trabajo primarios y secundarios. La venta de flores en una calle de Roma parece algo romántico, pero es una forma muy incierta y difícil de ganarse la vida. En contraste, los trabajadores en una planta eléctrica japonesa disfrutan de empleos estables, tienen esperanzas de avanzar, beneficios de salud y de retiro y un fuerte sentido de comunidad Lomo una fantasía, o al menos como una sombra, como una motivación colectiva, empiezan su día haciendo fila y cantando el himno de la compañía. (Arriba: Catherine Ursillo/Photo Researchers, Inc.; derecha: Hiroji Kubota/Magnum).
otras ocupaciones han buscado organizarse como profesiones. Algunas han tenido cierto éxito (dentistería, contabilidad), y otras han tenido menos éxito (enfermería y trabajo social). Puesto que los profesionales típicamente disfrutan de alto prestigio, altos ingresos y de relativa autonomía, existe un incentivo cada vez más grande en algunos grupos para tratar de lograr un status profesional. La profesionalización también puede considerarse como algo que contribuye al incremento del mínimo de credenciales académicas en la sociedad estadounidense. Las organizaciones profesionales y las asociaciones diversas de licencias y credenciales que certifican la posición profesional, están inclinadas a continuar expandiendo su rol de reguladores del trabajo en Estados Unidos (Friedson, 1985).
Productividad y tecnología La productividad se refiere a la cantidad de trabajo, de tiempo, de tierra o de otros factores de la producción necesarios para producir un resultado determinado. Por ejemplo, un acre de tierra podría producir cinco o diez toneladas de soya dependiendo de la habilidad del granjero, la cantidad del fertilizante que se utilice, la calidad de la tierra, etc. En forma semejante, una parcela de diez hectáreas de soya podría necesitar del trabajo de muchos hombres si no existiera maquinaría agrícola disponible, pero un trabajador puede bastarse por sí solo con un tractor, una cosechadora y otras máquinas. En sociología y
en economía, el interés principal es la productividad de la mano de obra: cuánta mano de obra se necesita para producir una determinada cantidad de bienes. Mejores herramientas y tecnología, mejor organización del trabajo (una división del trabajo por ejemplo) y mayor esfuerzo, todas son formas de aumentar la productividad de la mano de obra diaria. Una de las tendencias económicas y sociales más importantes a partir de la Revolución Industrial ha sido el aumento rápido y continuado en la productividad de la mano de obra. En muchos sentidos, esto ha traído efectos benéficos para la sociedad: es la base para el alto estándar de vida de que disfrutan los estadounidenses. Pero las formas en las cuales se alcanzó y se mantuvo la productividad, ha originado algunos interrogantes. Quizá el más importante es saber si la introducción de la maquinaria y la reorganización del lugar de trabajo a su alrededor, fenómenos conocidos como automatización, hacen que el trabajo sea menos satisfactorio y, de hecho, esté menos disponible en cuanto las máquinas remplacen a los trabajadores humanos. Si así es, ¿cómo pueden estar motivados los trabajadores y estar satisfechos en sus propias labores -si es que están disponibles-, sin sacrificar los altos niveles de productividad actuales?
Automatización en una sola industria Al considerar el impacto en una sola industria, podemos ver mejor los efectos de la automatización.
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La industria textil estuvo alguna vez dominada por artesanos individuales donde los trabajadores tejían paños en telares, en sus hogares. A principios del siglo XIX se desarrollaron considerablemente los telares mecánicos, se aceleró muchísimo el trabajo de los telares y se multiplicó el producto diario de paño de un solo hombre. Este cambio tecnológico causó asimismo una gran cantidad de cambios sociales. El cambio más significativo fue el traslado del trabajo de las casas a las fábricas. Los telares mecánicos eran muy grandes y costosos para que los tejedores los pudieran poseer y operar, en esta forma el tejido se convirtió en una industria, que se realizaba en las fábricas, no una artesanía hecha en casa. Más aún, cada vez se necesitaban menos tejedores para operar un telar mecánico. Operando una máquina, un tejedor hábil podía hacer el trabajo que muchos tejedores hicieron una vez. Típicamente, al tejedor le ayudaban trabajadores no calificados -comúnmente niños. (Uno de los escándalos del siglo XIX fue el empleo de niños en las fábricas de textiles, con frecuencia durante diez o doce horas diarias por unos salarios muy bajos). Los tejedores que habían sido alguna vez artesanos independientes eran ahora trabajadores fabriles; sus habilidades en los telares manuales ya no eran muy apreciadas. Puesto que el manejo de un telar mecánico requería menos habilidad, se contrataban y entrenaban más fácilmente nuevos empleados que reemplazaran a los descontentos. En esta forma, a medida que la automatización en la industria textil aumentaba la productividad de los trabajadores, también cambiaba en forma cualitativa la naturaleza, las organizaciones y la experiencia de su trabajo; además forzaba a muchos artesanos a buscar otro tipo de empleo. Una segunda ola de cambio tecnológico golpeó a la industria textil poco después del final de la Segunda Guerra Mundial. Fibras sintéticas como el poliéster, se produjeron en fábricas altamente automatizadas; comparativamente, se necesitaban pocos trabajadores para preparar estas fibras para la hilandería y los tejidos. Se introdujeron computadores para supervisar y para controlar el proceso de los tejidos, disminuyendo aún más la necesidad de trabajadores. Los empleos que quedaron eran sencillos y fáciles de aprender. Cuando los propietarios de las fábricas se dieron cuenta de que trabajadores extranjeros no calificados podían llenar esos empleos tan bien como los estadounidenses (y con salarios mucho más bajos), una gran cantidad de la industria textil se fue al exterior, especialmente a los países del Tercer Mundo (Evans, 1981; Rada, 1982). Con el fin de competir con los proveedores extranjeros, los fa-
bricantes de textiles que todavía producían en Estados Unidos tenían dos opciones: reclamar del gobierno la protección contra las importaciones, las cuales aumentaban los costos para los consumidores de Estados Unidos, o automatizarse todavía más de modo que pudieran reducir sus propias exigencias laborales, dejándoles menos empleos que ofrecer a los estadounidenses, o ambas cosas. En realidad, todas estas tendencias continúan en muchas industrias, además de la textil. Con la internacionalización de la economía, y a medida que la automatización se extendió más y fue mucho más avanzada, prácticamente se paralizó el aumento de los empleos en la producción de materiales. En los años 70 y los años 80 disminuyeron los empleos de Estados Unidos en las industrias de automóviles, de zapatos, de acero, de aparatos electrónicos y otras, a medida que las compañías abrían plantas automatizadas en el extranjero o bajaban los costos internos.
La promesa y el costo de la tecnología Indudablemente, los aumentos en la productividad benefician a los consumidores, permitiéndoles escoger entre más productos y a precios más bajos. La sociedad también se beneficia de la expansión económica resultante y del aumento de la riqueza aunque, por supuesto, dicha riqueza no se distribuye en forma equitativa: gran parte de ella se va a los propietarios capitalistas y a otros grupos privilegiados. Pero, ¿cómo podemos medir lo que para los trabajadores significa una productividad creciente? Como vimos, la automatización reduce la necesidad de mano de obra; y puede hacer que los empleos sean menos estimulantes y satisfactorios. Tradicionalmente siempre han existido dos escuelas de pensamiento sociológico en esta materia. La primera, que está aliada con una visión funcional de la industrialización, sostiene que una mejor remuneración a los trabajadores hoy compensa los empleos menos atractivos. Quienes apoyan este punto de vista creen que la industrialización satisface a una necesidad y está tecnológicamente determinada: las fuerzas humanas no podrían detenerla o disminuirla en ninguna forma. Los funcionalistas identifican la industrialización con el progreso y sostienen que ésta abrió el camino de la sociedad moderna. La segunda escuela de pensamiento, por el contrario, afirma que, puesto que la industrialización se da en el sistema capitalista -en efecto, fue el capitalismo quien la alimentó-, necesariamente se desvía en contra de los trabajadores y sirve solamente a las necesidades de los propietarios. (Reconoceremos en este punto la perspectiva de poder).
LA ECONOMÍA, LOS NEGOCIOS Y EL TRABAJO
En esta época de creciente automatización y computarización, la productividad no se fundamenta en cuán arduamente trabajen las personas, sino en la tecnología que utilicen en la organización o en la estructura social del lugar de trabajo. Por ejemplo, en los últimos años la cantidad de granjeros estadounidenses ha disminuido en forma considerable, mientras que la productividad del campo siempre ha ascendido porque maquinaria costosa multiplica la eficiencia en un grado notable. En la misma forma, en otros tipos de trabajo la falta de apoyo tecnológico ha significado un aumento en la cantidad de trabajadores, como por ejemplo, en los campos del secretariado y de oficina, al menos hasta hace muy poco. Mientras que en 1975 el promedio de trabajador fabril contaba con un equipo de más de $ 50 000 dólares, el trabajador corriente de oficina tenía $2 000 dólares en equipo de ayuda. Pero en 1985 la cifra anterior ascendió a $5 000 dólares y crecía rápidamente (Forester, 1985). Paralelos a la automatización y a los avances tecnológicos, surgieron los cambios en la estructura de poder en el lugar de trabajo. En las grandes corporaciones, la mayor parte del poder lo sostienen los gerentes, quienes buscan mantener este control mientras al mismo tiempo reducen los costos de mano de obra y aumentan la productividad y las ventas. Estos son los criterios que frecuentemente utilizan al seleccionar y al implementar la tecnología. Algunos sociólogos creen que de hecho este control -no la preocupación por la productividad y las ganancias- es el que motiva a los gerentes a automatizar el lugar de trabajo (Noble,1984; Edwards, 1979; Braverman,1974). En efecto, la mayor parte de la in-
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vestigación sociológica reciente muestra que los cambios que han acompañado a la automatización creciente en la naturaleza y en el sitio de trabajo, han reducido los niveles de habilidad del trabajador y la autonomía, y han aumentado el control de la gerencia. En algunos casos, la tecnología misma refuerza el dominio de los gerentes. Los procesadores de palabras en las oficinas cuentan los golpes de tecla de la mecanógrafa por cada minuto o por cada hora; los computadores en las compañías de teléfonos miden la cantidad de tiempo que las operadoras invierten en llamadas de ayuda. La supervisión de este tipo podría contribuir a mayores tasas de tensión y enfermedad relacionadas con el trabajo (Howard, 1985; Shaiken, 1984). Esto nos conduce al interrogante sociológico largamente debatido que se ha tejido a través de nuestra discusión: ¿acaso la automatización, al reducir la responsabilidad del trabajador y sus niveles de habilidad, reduce el orgullo y la satisfacción que los trabajadores sienten por su trabajo? En muchos casos la respuesta es sí. La composición tipográfica suministra un buen ejemplo. Cuando trabajaban en máquinas de linotipo pasadas de moda, los tipógrafos tenían la responsabilidad por espaciar las letras y las palabras en cada línea y de unir con un guión las palabras en forma precisa entre las sílabas al final de las líneas; estos trabajadores se sentían orgullosos de su habilidad y de su capacidad de lectura y escritura. Hoy, la mayor parte de la composición tipográfica se hace mecánicamente, con sencillos teclados de máquina de escribir y sólo se necesita la habilidad de un mecanógrafo: la máquina automáticamente espacia y
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divide las palabras. En este caso no sólo se ha "privado de habilidad" un trabajo de artesanía o simplificado; se ha cambiado de una ocupación de hombres principalmente sindicalizados a una de mujeres en su mayoría no sindicalizadas, o menos calificadas, quienes por supuesto, trabajan por salarios menores. Existen también algunas situaciones en las cuales un trabajador calificado inicialmente da la bienvenida al desafío del aprendizaje, al perfeccionamiento y funcionamiento eficaz de nuevas herramientas tecnológicas, como por ejemplo un equipo de computadores, solamente por encontrarse excluido(a) de un entrenamiento oficial, de una programación real, e incluso del control de un interruptor. El resultado puede ser una autoestima demasiado baja y una roedora sensación de pérdida de posesión (Howard, 1985). En un estudio de la industria química altamente automatizada de New Jersey, el sociólogo David Halle (1984), encontró que el trabajo automatizado y supervisado directamente, en cierta forma no permitirá la satisfacción en el trabajo. Un trabajador le dijo a Halle: Es muy duro y brutal trabajar donde no hay aire puro y los vapores son dañinos. Hay excesivo calor de las calderas. No se necesita ni cerebro ni talento; uno ciegamente sigue las órdenes de un zoquete inseguro, insensible y sin sentimientos. Uno destroza el material con un martillo y bajo un calor insoportable como si fuera un prisionero, preocupado continuamente de que no lo sorprendan fumándose un cigarrillo o inactivo. Eso resulta bueno para desarrollar músculos y para petrificar el cerebro. (p.105)
No obstante, deberíamos resaltar que algunas de las nuevas tecnologías tales como el computador,
tienen numerosas aplicaciones benéficas para los trabajadores y para la sociedad: se escriben las cartas comerciales, se almacena la información de los libros de contabilidad, se ejecutan las pruebas médicas, se diseña la maquinaria industrial, se imprimen los libros , se dirigen los experimentos científicos, todo esto con la ayuda del computador. Aunque, cuando aparecieron los computadores por primera vez, se les recibió con cierta cantidad de "fobia al computador" y con un poco de terror, pocas personas que han crecido acostumbradas a los computadores estarán contentas de retroceder a la época anterior a la creación de estos (para mayor información sobre la computarización y cambio social véase el Capítulo 22). Más aún, la computarización y la automatización en general no solamente han reducido la monotonía de algunos trabajos, sino que han creado nuevos empleos, programadores de computadores, analistas de sistemas, trabajadores de reparación, y demás (Schwartz y Nekirk, 1983; Gil, 1985). Algunos sociólogos tales como Paul Attewell (1987 a,b) han argumentado que, en conjunto, la tendencia actual va en la dirección de exigir mayores destrezas a la fuerza laboral. No obstante, también hay algunos que creen que sería prudente confrontar los peligros impuestos por una tecnología aparentemente benigna y nacional. Robert Howard (1985), por ejemplo, previene sobre la visión, defendida por una nueva casta de gerentes corporativos, de un ambiente de trabajo de alta eficiencia, aerodinámico, cuidadoso y completo, hecho posible gracias a la tecnología. En esta visión, las fuerzas centralizadas del poder corporativo "desaparecen detrás de la impersonalidad opaca de la máquina" (p.66). Howard se esfuerza por demostrar que no es la tecnología del computador por sí mis-
¿Será el usuario del computador una persona que en el futuro no tendrá amigos? ¿Extienden o disminuyen nuestra libertad los computadores ? Quizá las dos cosas. Es difícil predecir si las ventajas, o sea, la eliminación de los trabajos monótonos, la creación de nuevos empleos y el aumento de requisitos necesarios, con el tiempo van a sobrepasar los peligros: altos grados de control gerencial y de impotencia del trabajador, la supresión de problemas potenciales y en último término la subordinación a la máquina impersonal. (Brownie Harris/The Stock Market).
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ma lo que es peligroso, sino el grado de control gerendal sobre los trabajadores que permite cada paso de la producción. Anota que, en cualquier caso, la utopía corporativa que responde a todas las necesidades sociales de salubridad, no es del agrado de todos. Howard encuentra la visión transformada tecnológicamente de la vida laboral como otro intento para hacer frente al problema del trabajo en Estados Unidos. Como escribe en su libro Brave New Workplace:
La investigación casi desesperada por buscar nuevos caminos hacia el éxito económico, quizá simbolizado mejor por la reciente fascinación por la "gerencia japonesa", ha hecho que el problema del trabajo sea más un asunto de competencia industrial y de supervivencia económica, que una situación social. Y donde anteriormente los observadores de la vida laboral tendían a considerar a la corporación como un obstáculo que debía reformarse, hoy la consideran cada vez más como el vehículo principal para el cambio social.
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La atracción del nuevo y desafiante sitio de trabajo promete una transformación total de la vida laboral precisamente en el momento en que sentimos que más la necesitamos... . . . Pero lejos de resolver los problemas laborales, tiende a disfrazarlos, a suprimirlos y a crear dentro del proceso nuevos problemas todavía más difíciles de manejar (hasta ahora no reconocidos, menos aún comprendidos). Puesto que esta utopía corporativa del trabajo niega el hecho esencial de este nuevo modelo de corporación, casi tanto como el anterior, se basa en la negación sistemática de la influencia del control sobre la gran mayoría de trabajadores estadounidenses. Por lo tanto, cuando la tecnología se vincula a los mandatos del control corporativo, el trabajo a menudo se convierte en la antítesis del reino de la libertad (1985, p.9).
Sea que el futuro del nuevo sitio de trabajo fracase o no, como lo anuncia Howard , de todas maneras deben plantearse interrogantes sociológicos acercadel trabajo.
RESUMEN 1. La economía no es un fenómeno natural sino una institución social que realiza la producción y distribución de bienes y servicios. Desde una perspectiva de acción, las tendencias económicas surgen de las elecciones individuales; pero, desde una perspectiva estructural, los diversos fondos y las fuerzas externas son las que ejercen influencia sobre la dirección de la economía. Ambas perspectivas son necesarias para explicar el trabajo en el mercado nacional e internacional. 2. Actualmente existen dos tipos de acuerdos económicos: uno de ellos es el capitalismo, que se basa en la posesión privada de los medios de producción y de distribución. Además de la propiedad privada, las otras piedras angulares del capitalismo son la motivación para optimizar las ganancias y la libre competencia (el acceso al mercado de cualquiera que tenga recursos para competir). El capitalismo moderno se caracteriza también por la acumulación de capital (por la reinversión de las ganancias en los negocios), por la creación de riquezas (por un incremento en la oferta de mercancías) y por el continuo expansionismo (por su tendencia a dominar la acti-
vidad económica en sus propias posibilidades y para expandirse en nuevas posibilidades). 3. El otro acuerdo económico moderno es el socialismo, el cual descansa en la propiedad pública de los medios de producción y de la distribución. La propiedad pública compromete la planeación centralizada de todas las actividades económicas. Pero recientemente muchas naciones socialistas, especialmente la Unión Soviética, han hecho el experimento de facilitar una mayor iniciativa económica privada. A pesar de esta desviación de los principios, las economías socialistas aún tienen principalmente una planeación central y están comprometidas con una igualdad económica con base amplia para eliminar las clases sociales. 4. Al capitalismo en el Estados Unidos de hoy lo dominan las grandes corporaciones, entidades legales que son propiedad de los accionistas y que tienen poderes y responsabilidades que son independientes de los de los propietarios y de los gerentes. Pero el gobierno ayuda y regula las corporaciones . El gobierno de Estados Unidos se ha comprometido cada vez más en la economía durante la Gran Depresión,
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de acuerdo con los principios de Keynes, quien sugería que los programas del gasto gubernamental eran necesarios para controlar los cambios de la economía desde el desempleo hasta la inflación. Dos teorías alternas acerca del rol del gobierno han desafiado recientemente el estado bienestar: el monetarismo y la teoría de la oferta. 5. Una pequeña cantidad de grandes corporaciones controla la economía estadounidense. Muchas de éstas son multinacionales que funcionan en muchos países diferentes y no tienen un interés especial en ninguna nación. Las multinacionales influyen tanto en la economía como en la vida política de los países en donde funcionan. Los accionistas de las corporaciones grandes son demasiado difusos para ejercer mucho control sobre la política; es por eso que las decisiones, que afectan tanto a las corporaciones como los países huéspedes, están principalmente en manos de los gerentes corporativos. 6. Aunque las corporaciones dominan los negocios en Estados Unidos, las pequeñas empresas también desempeñan un rol muy significativo como empleadores. Las pequeñas empresas a menudo son de propiedad de los nuevos inmigrantes y son ellos quienes las manejan. A pesar del gran número de fallas, cada año las pequeñas empresas crean más empleo que las grandes firmas. 7. El trabajo se remunera no solamente con el pago sino también con el sentido de identidad que brinde a quienes se comprometen con él. Actualmente, los trabajadores de oficina prevalecen más que los trabajadores de fábrica y también parecen estar más satisfechos. Las dos clases de trabajadores están sujetos al control, o a la coordinación de su esfuerzo laboral -los trabajadores de cuello azul por medio de
requisitos técnicos de la producción en línea y los trabajadores de cuello blanco por las remuneraciones no monetarias que se les prometen. 8. Actualmente en Estados Unidos dos tendencias de trabajo son: la creciente proporción de mujeres en la fuerza laboral remunerada y la disminución del trabajo en las fábricas y en los campos, y también el aumento en las ocupaciones de servicios. Muchas mujeres (y minorías) trabajan en el mercado secundario de trabajo donde hay empleados de medio tiempo o temporales y donde se ofrecen pocas oportunidades para la carrera. El mercado primario de trabajo mejor remunerado y más seguro se reserva para quienes tienen credenciales académicas, exigencia que con los años ha llegado a ser exagerada. En la parte alta de este mercado están las profesiones como leyes y medicina, que ofrecen los mejores pagos, el mayor prestigio y la mayor autonomía. 9. La productividad o la producción de la mayoría de los trabajadores ha aumentado con la automatización, la introducción de maquinaria y la reorganización del lugar de trabajo. La automatización ha beneficiado a los consumidores haciendo que los productos sean más asequibles y con precios más bajos, pero ha disminuido la necesidad de trabajadores. Algunos afirman que la automatización también ha disminuido la satisfacción laboral de los trabajadores permanentes, al exigir menos habilidades. Otros argumentan que, por el contrario, la automatización ha evitado la monotonía de algunos trabajos, y creado nuevos y más interesantes empleos. Un tercer punto de vista es que la automatización en sí misma no es peligrosa, sino que puede presentar una amenaza a la libertad del trabajador, al permitir un mayor control por parte de los gerentes.
GLOSARIO Automatización. Uso de maquinaria que remplaza a los trabajadores y reorganiza el lugar de trabajo. Conglomerado. Corporación gigante conformada por un grupo de pequeñas compañías. Corporación. Una organización creada por la ley que tiene existencia continua, responsabilidades y poderes independientes de los que tienen los propietarios y directivos. Corporación multinacional. Una corporación muy grande y comúnmente muy diversificada que tiene operaciones y sucursales en muchos países. Economía. Institución social que cumple con la producción y la distribución de los bienes y servicios dentro de una sociedad. Economía socialista de Estado. Sistema económico basado en la propiedad colectiva de los medios de pro-
ducción y en la centralización de la toma de decisiones económicas en manos del Estado. Inflación. Incremento desmedido de la oferta de dinero del país, creado por los gastos del gobierno. Junta directiva vinculada. Red de personas que sirven en las juntas directivas de dos o más corporaciones. Monetarismo. Teoría que sostiene que los cambios en la oferta de moneda determinan la dirección de la economía de un país. Productividad. La cantidad de trabajo, tiempo y recursos que se exige para producir un resultado determinado. Sistema de mercado capitalista. Sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y de distribución, también se basa en la libre competencia entre las firmas comerciales que se interesan por tener una acumulación de capital cada vez mayor.
QUINTA PARTE
INSTITUCIONES SOCIALES En el Capítulo 3, se definió la institución social como un conjunto de comportamientos modelados y de relaciones status / rol que cumplen con las necesidades sociales básicas al suministrar los bienes y servicios esenciales. Los cuatro capítulos siguientes hacen un examen (desde perspectivas teóricas diversas) de las instituciones sociales claves, la forma como varían de una cultura a otra y cómo se adaptan a los cambios en una sociedad. La familia juega un rol vital en la preparación de los individuos para la participación exitosa en el mundo social, pero cada sociedad tiene formas muy diferentes de organizar la vida familiar. El Capítulo 16 aborda la interacción social en los diferentes tipos de familias y explora la forma como los cambios en la sociedad estadounidense han dado origen a alternativas de la familia nuclear tradicional. Para el sociólogo, la educación comprende mucho más que las asignaturas y las destrezas que se enseñan en clase. La sociedad estadounidense es única en el énfasis que concede a la educación universal libre, pero ¿ofrece dicho sistema educativo realmente oportunidades iguales a todos los estudiantes? ¿Acaso el sistema de trasladar los estudiantes ha traído la igualdad racial o la integración? ¿Cuáles son los efectos de hacer un seguimiento a los estudiantes de acuerdo con las pruebas o las percepciones que tienen los maestros de sus habilidades? ¿Cuánta importancia se concede a qué universidad asisten los estudiantes? El Capítulo 17 muestra cómo la educación es configurada por diversas fuerzas sociales y cómo tendrá efectos que van más allá del salón de clase y del currículo. Así como la vida familiar y la educación, la religión es un tema que comprende convicciones personales profundamente arraigadas. La sociología proporciona un contexto en el cual puede explorarse el rol de la religión en la sociedad sin adherir o sin ofender a un conjunto particular de creencias. El Capítulo 18 ofrece muchas perspectivas teóricas de por qué la religión es una parte tan vital de prácticamente todas las culturas y por qué los pueblos adoptan creencias y prácticas religiosas. El texto diferencia entre iglesias, sectas y cultos como instituciones religiosas; cuestiona qué iglesias están ganando o perdiendo miembros actualmente, y considera el surgimiento de la "iglesia electrónica" en la sociedad estadounidense. La mayoría de nosotros pensamos en el "cuidado de la salud" y en el "cuidado médico" como frases sinónimas; nuestro sistema de salud es tal, que hace hincapié en la intervención médica y la preeminencia de la profesión médica. El Capítulo 19 nos insta a mirar el cuidado de la salud en términos muchos más amplios: los factores sociales que influyen en los modelos de cambio de la enfermedad y de la morbilidad; las dimensiones sociológicas de los actuales problemas de salud tales como fumar y el SIDA; y los desafíos que hoy enfrenta el sistema del cuidado de la salud, en el cual la calidad del cuidado depende de la capacidad que uno tenga para pagar. 457
CAPITULO 16
La familia
Cierto día Alien llegó a casa y encontró que su mujer se había ido con uno de sus amigos. Había quedado con la casa y dos hijos. Alien sabía que había cosas que tambaleaban en su matrimonio, pero nunca esperaba esto. De repente le llegaron muchas crisis. Tenía que decidir qué les iba a decir a los niños; trabajar y también arreglárselas para cuidarlos, tenía que ingeniarse cómo desempeñar el oficio doméstico, lavar la ropa y preparar las comidas. Finalmente, tenía que aclarar las cosas. Había muchas cosas acerca de su matrimonio fracasado que no acababa de entender. Tres meses más tarde, la esposa de Alien regresó; su nueva relación había sido un fracaso y ella quería a los niños y la casa. Alien se negó y fueron a un tribunal. El juez creyó que los hijos estarían mejor allí donde estaban: ganó Alien. (Greif, 1985, p.l)
En 1983, cerca de 600 000 padres únicos criaban por sí solos a casi un millón de hijos menores de dieciocho años (Greif, 1985, pp. 4-5). Aunque la cantidad de mujeres que son madres únicas es todavía mayor (4.2 millones en 1983), la proporción de hombres como padres únicos está aumentando por muchas razones. Los roles del sexo ahora son menos marcados y se han incrementado las oportunidades de carreras para las mujeres. Muchas más mujeres trabajan por fuera de la casa; al mismo tiempo, los hombres están comprometiéndose más en el rol de padre, tanto en familias unidas como en familias divorciadas. Los ingresos de sus esposas permiten que los padres casados tengan más tiempo libre para estar con sus hijos. Al reflexionar sobre sus propias épocas de niñez, muchos hombres luchan conscientemente por ser diferentes de sus propios padres, quienes solo se preocuparon por el trabajo y estuvieron muy distantes de sus hijos. Finalmente, los cam-
bios en las leyes sobre el divorcio han logrado que los tribunales consideren a los hombres y a las mujeres como iguales en las responsabilidades familiares. La custodia de los hijos ya no se le adjudica automáticamente a la madre. ¿Cómo hacen los hombres para salir adelante como padres únicos? ¿Es la situación algo diferente porque son hombres? La encuesta de Geoffrey Greif con 1 136 padres solteros (1985) encontró que el cuidado de la casa era la menor preocupación de los padres únicos; aunque, antes de que su matrimonio se rompiera, rara vez iban a comprar alimento y ropa para los niños, ni cocinaban, ni lavaban la ropa; la mayoría de los padres únicos encontraban que, una vez que ponían su imaginación en ello, el trabajo de la casa era perfectamente manejable. Al parecer el cuidado de los niños pequeños también era algo que los hombres manejaban y además gozaban. La mayoría de padres únicos disfrutan las relaciones con sus hijos y están felices con su progreso. Mientras más jóvenes sean sus hijos, más competentes se sienten como padres; un hallazgo sorpresivo, pero quizá surge del hecho de que los pequeños generalmente no cuestionan ni amenazan la competencia de sus padres en ese rol. El problema más difícil para los padres únicos, según encontró Greif, es equilibrar las exigencias del trabajo y el cuidado de los niños. La mayoría de los padres únicos descubrieron que tenían que escoger entre tener éxito en el trabajo o como padres. No podían desempeñar bien ambos roles; uno salía perdiendo. Mientras más hijos hubiera que educar, menos edad tuvieran, y más joven y menos establecido en la carrera estuviera el padre, mayores eran 459
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INSTITUCIONES SOCIALES ha sociedad estadounidense desde hace tiempo ha mirado la crianza de los hijos como una experiencia primordial del dominio de las madres. Sin embargo, para los padres que inesperadamente se encuentran desempeñando el rol de padres solteros, sin experiencia, la necesidad les demuestra cómo actuar. Muchos hombres se adaptan con mucho éxito al rol de padre primario y de custodio de la casa, cambiando los estereotipos de género (Alexander Lowry/Photo Researchers, Inc).
los problemas. La mayoría de los hombres estudiados tenían que disminuir el tiempo que gastaban en el trabajo; sesenta y seis cambiaron de empleo y a cuarenta y tres los despidieron. Para casi todos los hombres estudiados, el darse cuenta de que no estaban ganando tanto dinero como antes y que no estaban avanzando tan rápido en sus carreras como debiera ser, los afectaba. Mientras estuvieron casados, estos hombres se habían considerado primero como trabajadores antes que como padres; ahora estas prioridades se habían invertido. Esto afectaba la forma en que se miraban como hombres. (Aunque las mujeres enfrentan numerosos problemas cuando se convierten en madres únicas, no tienen que hacer frente a la inversión del rol en igual grado). Las implicaciones del estudio de Greif van más allá de la observación de que los hombres se hacen buenos padres. Si los hombres pueden criar con éxito a los hijos, entonces podrían volverse a evaluar los clichés sobre los reinos separados del hombre y de la mujer. La relativa facilidad con la que los hombres aprenden el manejo de la casa y el cuidado de los niños, sugiere que siempre han tenido la capacidad de asumir estos roles, pero que rara vez tuvieron la oportunidad. Tanto hombres como mujeres han tenido parte en el mantenimiento de estos roles tradicionales de género y ambos han tenido, precauciones para no perder su reino de experiencia exclusiva. El punto es que los hombres estudiados cambiaban en forma significativa porque tenían que hacerlo. Si no se hubieran convertido en padres únicos, lo más probable es que nunca hubieran considerado reordenar sus prioridades. ¿Qué beneficio potencial
podría surgir de esto en el futuro para la relación hombre-mujer? Como lo anota Greif, si los hombres se volvieran padres más comprometidos, no deberían diferenciarse de sus esposas en la toma de decisiones relacionadas con sus hijos. Habiendo experimentado la dificultad de equilibrar la vida doméstica con la vida laboral, los hombres podrían llegar a ser más sensibles a las necesidades de los cuidados diarios, a los horarios flexibles de trabajo y a otros cambios institucionales que se consideran como "necesidades de las mujeres". Y las mujeres tendrían más opción de explorar carreras diferentes, de tener relaciones diferentes con sus hijos y diferentes relaciones con su esposo. En resumen, "habría mayores opciones para todos" (1985, p. 165). En la última década,las cantidades crecientes de padres y madres únicos se han añadido a la serie de variantes en las formas y estilos de vida en Estados Unidos. La meta de este capítulo es examinar el rol que la familia juega en la sociedad, la forma como las diferentes sociedades organizan la vida familiar, la interacción social dentro de los diferentes tipos de familias, y la forma como están cambiando las familias estadounidenses.
LA NATURALEZA DE LA VIDA FAMILIAR ¿Qué es la familia? ¿Cómo sabemos a quién se incluye en la familia y a quién no? A primera vista estos interrogantes parecen fáciles: todo el mundo tiene una idea de lo que es una familia. Sin embargo, cuando empezamos a hacer un análisis sobre la vida familiar a través de un amplio espectro de culturas del mundo, encontramos muchos tipos diferentes de disposiciones. En algunas sociedades, un hombre puede tener varias coesposas y muchos hijos, todos los cuales se consideran como miembros de una sola familia. En otras sociedades, una pareja vive con los familiares de la esposa; la pareja y los hijos se consideran, no como una familia distinta, sino como parte de un grupo mayor. Pero ni siquiera uno necesita trasladarse a otras culturas para encontrar variaciones en las disposiciones familiares. La misma sociedad estadounidense incluye grandes cantidades de familias de un solo padre, parejas en unión libre, parejas casadas sin hijos, personas que se han casado más de una vez, familias de padrastros y madrastras, y familias multigeneracionales (sin mencionar a los adultos solteros de todas las edades). Para acomodar estas variaciones, la Oficina del Censo de Estados Unidos ahora define a la familia como "dos o más personas que viven juntas y que están relacionadas por sangre, matrimonio o adopción". Pero es-
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ta definición tan simple y eficiente no hace justicia al rol que las familias juegan en la vida privada y en la sociedad como un todo.
¿Por qué son esenciales las familias? De cierto modo, la familia es un rasgo sobresaliente de la organización social de todas las sociedades. En efecto, es lo que se define algunas veces como la institución social fundamental. ¿Por qué este tipo de primacía? La Familia responde o se relaciona con algunas de nuestras necesidades fundamentales. • La regulación del comportamiento sexual. Todas la sociedades establecen límites al comportamiento sexual de sus miembros y especifican quién puede tener relaciones sexuales con quién. Por ejemplo, toda sociedad tiene un tabú de incesto que prohibe las relaciones sexuales entre ciertos parientes. Las sociedades difieren en cuanto a los parientes con los cuales se prohiben las relaciones sexuales. En las familias reales del antiguo Egipto y de Hawai se permitía, y realmente se esperaba, que los hermanos se casaran con las hermanas (aparentemente como un medio de consevar el poder y la propiedad dentro de la familia). Por el contrario, en la sociedad china tradicional, la prohibición del tabú del incesto incluía todos los individuos que ostentaban el mismo nombre del clan, aunque fueran primos bastante lejanos. • La reproducción. Si una sociedad debe sobrevivir de una generación a otra, también debe tener algunas disposiciones para remplazar a sus miembros. Puesto que las necesidades sexuales pueden satisfacerse sin la reproducción, las sociedades deben motivar a las personas a que tengan hijos. En la sociedad china tradicional, el culto del pasado suministraba un incentivo: el bienestar de la pareja después de la vida dependía de haber tenido muchos hijos. Los hijos también proporcionaban ayuda a los padres en su vejez. En Estados Unidos, las presiones para ser padre son más sutiles. Los logros de los hijos se han considerado como algo enaltecedor para el status social de sus padres, aunque los hijos no proporcionen a sus padres una ayuda financiera directa. Esto es especialmente verdadero en el caso de las comunidades de inmigrantes. • La socialización. Como señalamos en el Capítulo 5, los hijos son los "nuevos reclutas" de la sociedad. Su desarrollo social depende de la adquisición de aquellos elementos de la cultura que son necesarios para la participación competente en la vida social. Hoy, como en el pasado, la familia es el medio primario para transmitir la cultura de generación en generación. También sirve como vínculo entre el individuo y la comunidad principal. • Cuidado y protección. Durante la infancia y en la niñez temprana, los seres humanos son incapaces de defen-
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derse por sí mismos. Dependen totalmente de los demás en cuanto al alimento, el vestido y la protección. Además, a medida que llega la vida adulta, todos los individuos experimentan episodios de enfermedad, incapacidad y dependencia. Durante este tiempo la familia asume la responsabilidad del cuidado y la protección de sus miembros. • Posición social. La estructura de una sociedad es una red intrincada de roles y diferentes status sociales. En alguna forma los individuos deben ubicarse dentro de estos status y motivarse a desempeñar los roles apropiados. Muchos de nuestros status adscritos, incluyendo nuestras identidades nacionales, étnicas, raciales, religiosas, de clase y de comunidad, se derivan de la pertenencia a la familia (véase el Capítulo 4). Aun en sociedades como la de Estados Unidos, que insisten muchísimo en la igualdad de oportunidades y en el avance basado en los méritos, la familia juega una parte crítica en facilitar (o limitar) la movilidad social de sus miembros (véanse los Capítulos 11 y 17).
Perspectivas sobre la familia ¿Por qué la familia estadounidense tiene la estructura que tiene? ¿Qué podría explicar el hecho de que, durante la mayor parte de la era moderna, la familia nuclear de esposo, esposa e hijos haya prevalecido, siendo el hombre el que principalmente proporciona el sostén de la familia (en algunos casos el único)? Los sociólogos tienen diferentes respuestas para estos interrogantes, dependiendo de si hacen hincapié en la integración funcional o de poder como la respuesta al interrogante de qué es lo que mantiene a la sociedad unida. Los sociólogos que tienen una perspectiva funcional han argumentado que este modelo de familia sirve a los propósitos de las sociedades industriales, donde las personas frecuentemente deben trasladarse de una ciudad a otra con el fin de encontrar trabajo (Goode, 1963). Dada esta necesidad de movilidad, es más ventajoso para una familia tener a alguien que gane un sueldo básico y que sea libre para aceptar un empleo sin tener que considerar los empleos de otros miembros de la familia. Cuando el esposo tiene el rol de sostén de la familia, la esposa puede dedicarse de tiempo completo al cuidado de la casa y sus hijos. Esta opción es funcional no sólo porque proporciona al esposo la movilidad en el empleo, sino también porque una familia que está separada del apoyo emocional de otro pariente se beneficia al tener un miembro adulto que sirva como "eje" emocional del grupo. Por su parte, a los niños estadounidenses comúnmente no se les exige que participen de muchas de las obligaciones del quehacer doméstico que realiza la madre. Por el contrario, se les con-
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sidera "dependientes" hasta cuando llegan a la edad adulta. Esta disposición asimismo tiene sentido en una sociedad industrial, en la que deben adquirir una educación mucho más formal con el fin de convertirse en trabajadores productivos. Por tanto, de acuerdo a esta perspectiva funcional, la familia estadounidense tradicional complementa tanto el sistema económico como el educativo. La familia estadounidense tiene la forma que tiene actualmente, porque ha evolucionado de manera que se ha confundido con otras partes de la sociedad. Pero los sociólogos que adoptan una perspectiva de poder observan mucho más que esto en los patrones familiares tradicionales de Occidente. Señalan que, en la mayor parte de la historia moderna, los esposos han ejercido en forma creciente el poder y la autoridad dentro de la familia. Tradicionalmente los esposos han tenido el derecho de controlar la propiedad de sus esposas, tomar todas las principales decisiones familiares, y esperar obediencia de su esposa y de sus hijos. Visto desde una perspectiva de poder, no hay nada particularmente funcional acerca de estas disposiciones. Por el contrario, estos patrones son el resultado del simple hecho de que los hombres han dirigido para asegurar un status privilegiado en la sociedad. Puesto que han acumulado una participación desigual de poder social, los hombres han sido capaces de configurar los roles familiares para su propio beneficio (Sprey, 1979). Los roles tradicionales de la familia han ido cambiando en las últimas décadas, con relaciones que han llegado a ser mucho más igualitarias entre esposo y esposa. Desde una perspectiva de poder, los sociólogos argumentan que esta tendencia es en parte el resultado de que las mujeres están entrando a la fuerza laboral en cantidades sin precedentes. Hoy, 58% de las mujeres casadas desempeñan empleos remunerados y, con esta mayor contribución financiera a la familia, ha llegado a tener una base de poder más amplia. Las esposas contemporáneas están en posición de exigir un status igual al de sus esposos, porque ellas también contribuyen al sostén de la familia, no solamente dependientes. Pero los sociólogos que tienen una perspectiva funcional miran estos cambios en forma diferente. Para ellos, la lucha femenina por el poder no es la única razón por la cual están cambiando los roles de la familia; afirman que la tendencia hacia los roles más igualitarios dentro de la familia complementa la tendencia económica hacia hogares en donde ambos cónyuges tienen su propia carrera. En otras palabras, los dos patrones están evolucionando igualmente puesto que "encajan" conjuntamente. Sin duda, tanto la perspectiva funcional como la de poder son útiles
para explicar los roles cambiantes de la familia. La estructura de la familia se refleja también en las relaciones de poder y en la tendencia hacia una institución social que se mezcle con otros aspectos de la sociedad. Otro marco de referencia para analizar los patrones familiares es el segundo interrogante sociológico fundamental que nos cuestiona acerca de las relaciones entre la sociedad y los individuos. ¿Hasta qué punto los patrones familiares se han creado mediante opciones individuales? ¿Hasta qué punto son ellos producto de fuerzas sociales externas? Las perspectivas de estructura y de la acción ofrecen diferentes respuestas a estas importantes preguntas. La tasa creciente de adolescentes embarazadas y la paternidad de los jóvenes es una situación que puede utilizarse para ilustrar las diferencias entre el punto de vista de la acción y el estructural. Según la perspectiva de la acción, las opciones individuales desempeñan un rol clave cuando una adolescente queda embarazada. La joven puede desear probar su madurez a sus compañeros, o escapar de un padre abusivo o tener a alguien a quien ella pueda amar. Cualquiera que sea la razón particular, su punto de vista subjetivo de la vida le incita a considerar que el tener un hijo es un acontecimiento generalmente positivo. Una perspectiva estructural consideraría como algo incompleto el análisis de la acción de este fenómeno. Argumenta que no son solamente las elecciones individuales las que han originado el marcado aumento de madres solteras adolescentes. Este patrón familiar también es el resultado de fuerzas sociales más amplias que surgen de la estructura social. Las adolescentes que quedan embarazadas y deciden conservar a sus niños más probablemente pertenezcan a la clase baja que a las clases media o alta; a vivir en los cascos urbanos o en zonas rurales que en los suburbios, y a tener buenas amistades con las otras madres adolescentes. En resumen, existe todo un conjunto de factores sociales estructurales que configuran la forma como los adolescentes consideran el embarazo y la paternidad. Las dos perspectivas ofrecen valiosas aproximaciones a otros patrones familiares subyacentes. Por ejemplo, aunque las decisiones respecto a cuándo casarse son individuales, están influidas por fuerzas estructurales, tales como el número de potenciales compañeros disponibles en la población. Por tanto, como lo muestra un estudio reciente, las mujeres que desean casarse después de los 40 años, frecuentemente tienen problema en encontrar hombres en capacidad de casarse que pertenezcan a su grupo de edad, porque la mayoría de los hombres o ya están
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casados o simplemente cortejan a mujeres más jóvenes (Gnoss, 1987). En forma análoga, la decisión de cuántos hijos tener es en parte una decisión personal. Sin embargo, al tomar esta decisión, los individuos están influidos por tendencias estructurales, tales como el aumento continuado de la edad para el primer matrimonio. Entonces, en resumen, la familia puede considerarse como una construcción social configurada por acciones individuales y fuerzas externas. Una comprensión más completa de la familia debe tener en cuenta la variación en la construcción social de la familia que existe de una sociedad a otra. Ahora destacaremos algunas formas diferentes en que los seres humanos ordenan las relaciones entre hombres, mujeres y niños.
La amplia variación en las formas familiares Al igual que la mayoría de los pueblos, tenemos la tendencia a considerar nuestra propia forma de comportamiento, organización social, reproducción y socialización, como la única forma natural. Es difícil que nos demos cuenta, o aceptemos, que otros pueblos, en otras culturas y en otros tiempos tengan muchas disposiciones familiares diferentes. Por ejemplo, consideremos una niña nayar que vive en Kerala, India (Góugh, 1974). Durante su adolescencia, a una niña nayar se le anima a tener muchos amantes. Si queda embarazada, uno o más de ellos reconocen la paternidad y pagan los costos del nacimiento del bebé. No obstante, después de esto, ninguno de ellos tiene obligación hacia la niña o hacia su hijo. Los parientes de la madre son completamente responsables del cuidado del niño y del sustento de la madre. Los nayares tienen una forma de matrimonio: un simple ritual que marca el paso de una niña a la edad adulta; no es una ceremonia que anuncie el comienzo de una familia tal como la conocemos. Durante el ritual de matrimonio, los parientes de la mujer seleccionan a un hombre para que sea su esposo por tres días. Después de esto, posiblemente el esposo y la esposa nunca vuelvan a verse. El hermano de la madre asume la responsabilidad del esposo por la alimentación de los hijos. Los niños deben lealtad al tío, no al padre. A su vez, la propiedad y el status privilegiado se transmiten no de padres a hijos sino de tío materno a sobrino. La vida familiar gira alrededor de la relación hermanohermana. Para los dani de Irian Occidental, Indonesia, la familia no es una unidad particularmente significativa; de hecho, en el lenguaje dani no hay una palabra que signifique "familia" (Heider, 1972). Aunque los dani tienen una forma de matrimonio (un hom-
El estándar de la familia nuclear estadounidense podría parecer demasiado extraño para esta mujer dani, que vive separadamente de su esposo y cuyo hijo probablemente se irá a vivir con parientes lejanos cuando tenga aproximadamente diez años. De hecho, no existe una palabra para familia en la lengua dani. (Malcolm S. Kirk/Peter Arnold).
bre puede casarse con muchas mujeres), los esposos y las esposas no necesariamente viven en los mismos conjuntos. Para quienes nos hemos educado en las culturas occidentales, la característica más impresionante de la vida de los dani es la aparente indiferencia hacia el sexo. Hombres y mujeres generalmente duermen en cuartos separados. Los dani también observan largos períodos de abstinencia sexual ritual, particularmente después del nacimiento del niño. Los esposos y las esposas pueden abstenerse de relaciones sexuales por cuatro o cinco años después de que un niño haya nacido y no definen esta abstinencia como algo que cree una privación especial (Heider, 1972). Las comunidades colectivas en Israel, denominadas Kíbutz, proporcionan además otro ejemplo de un estilo de vida familiar que es diferente al occidental. En muchas de estas granjas colectivas, las actividades que asociamos con la vida de familia las ejecuta la comunidad como un todo. Cocinar, lavar la ropa y la recreación se organizan todas en forma
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comunitaria. Los hombres no son responsables por el sustento económico de sus esposas; tanto el hombre como la mujer trabajan para la comunidad y son sustentados por ella. Las mujeres no son exclusivamente las responsables del cuidado de los hijos; dicho cuidado es responsabilidad de la comunidad (Tálmon-Garber, 1962). Una madre biológica alimenta a su hijo durante los primeros ocho meses de vida, pero después de este tiempo pasan al cuidado de las enfermeras de la comunidad de niños en casas separadas. Puesto que las casas de los niños se organizan en grupos homogéneos por edades, cada niño crece con un mismo grupo de pares. Este grupo juega un rol enormemente importante en la vida del niño. La forma de la familia también varía con el tiempo. En la Inglaterra del siglo XVII, la familia ideal de la clase trabajadora estaba conformada por doce o más miembros (Laslett, 1974). La familia de un panadero podría haber incluido al panadero y a su esposa, cuatro jornaleros (empleados pagados), dos aprendices, dos sirvientas y tres o cuatro hijos del panadero. No existía en esas familias la distinción entre la vida de trabajo y la vida de familia tal como la conocemos; a los aprendices y a los sirvientes se les consideraba como parte de la familia, y se esperaba que los hijos del panadero ganaran para su sustento. Con la posible excepción de los jornaleros, todos estos individuos trabajaban, comían y dormían bajo el mismo techo. Por tanto, vemos que el término familia se aplica a modos muy diferentes de vida doméstica.
Patrones de organización familiar Nuestras descripciones de las prácticas de los nayar, los dani y el kíbutz atestiguan la gran cantidad de formas sociales que existen para ordenar las relaciones entre hombres y mujeres. ¿Cómo vamos a hacer para comprender estas diferencias? Los sociólogos y los antropólogos han hecho esto, al distinguir entre varios patrones de organización familiar. Consideremos algunos de ellos.
Tipos de familia En la estructuración de sus relaciones, una persona puede dar prioridad bien sea a los vínculos maritales o a los vínculos de sangre. Cuando la prioridad se da a los vínculos maritales, la disposición se denomina familia nuclear. El centro familiar está formado por los esposos y su descendencia; los parientes de sangre son funcionalmente marginales y periféricos. Esta disposición es la forma preferida de la vida familiar en Estados Unidos. Normalmente, du-
rante el curso de la vida, una persona es miembro de dos familias diferentes o de dos familias que se traslapan. La primera está formada por uno mismo, el padre, la madre y los hermanos, ésta es la familia de orientación. La segunda está compuesta por uno mismo, su cónyuge y los hijos, es la familia de procreación. Cuando se da prioridad a los vínculos de sangre (aquellos que existen entre padres e hijos o entre hermanos), la disposición se denomina familia extendida. La familia central en esta gran red la forman los parientes de sangre, con los cónyuges que son funcionalmente más marginales y más periféricos. Esta disposición se encuentra entre los nayar, donde el rol del cónyuge prácticamente no existe y la vida familiar se desenvuelve alrededor de las relaciones hermano-hermana. Las familias extendidas tienen continuidad a través de las generaciones en una forma en que la familia nuclear no lo hace. El funcionamiento del tabú del incesto hace que la familia nuclear pierda su continuidad con el tiempo. Los hijos y las hijas deben buscar compañeros por fuera de la familia de orientación, contribuyendo así a la ruptura entre esta familia nuclear y la familia de procreación. Las personas que "cuentan" como parte de la familia también varían de acuerdo con las culturas. En la sociedad estadounidense, los hijos se consideran parte del grupo familiar de la madre y también del grupo del padre, y pueden heredar dinero tanto de sus abuelos maternos como paternos. En otras sociedades, la descendencia se traza solamente por la línea masculina. Cuando una pareja se casa, la esposa se convierte en familia del esposo y los hijos se consideran miembros del grupo de parientes del padre. En otras sociedades la descendencia se traza sólo por la línea materna. Al casarse, el esposo se convierte en parte de la familia de la esposa y sus hijos se consideran parte del grupo de parientes de ella. La sabiduría convencional afirma que las familias extendidas son características de las sociedades tradicionales y agrícolas, y que las familias nucleares son características de las sociedades modernas e industriales. En realidad, la distinción no es tan clara. Tamara K. Hareven (1982) estudió la relación entre la familia y el trabajo en un ambiente industrial, la Amoskeag Manufacturing Company de Manchester, New Hampshire, una gran fábrica textilera fundada en 1838. Ella dedujo que la familia extendida, en lugar de romperse a causa del nuevo orden industrial, se convirtió en una pieza clave. La familia era la unidad primaria que suministraba la fuerza de trabajo para las fábricas, la base de la moralidad comunitaria, la estabilidad y el socializador de la juventud.
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Tampoco la migración hacia una nueva comunidad rompía necesariamente los vínculos de parentesco. Más bien, el sistema de la fábrica reforzaba los vínculos familiares al permitir que ya crecidos los hijos encontraran trabajo en la misma comunidad y permanecían así cerca de sus padres y hermanos adultos. Los hijos se convirtieron en padres y madres, y más tarde, cuando sus ancianos padres necesitaban ayuda, estos se convirtieron de nuevo en hijos e hijas, frecuentemente asumiendo las responsabilidades filiales. Durante el período de transición anterior al matrimonio, los jóvenes frecuentemente vivían en los hogares de sus padres y trabajaban en la fábrica. Y después de casados no era raro que los jóvenes adultos continuaran viviendo por un tiempo con sus cónyuges en la casa de su familia. De esta manera, la vida en una comunidad industrial ofrecía muchas oportunidades para la interdependencia familiar y para la mezcla entre generaciones dentro de la familia.
Normas de descendencia Por años una buena cantidad de estadounidenses se han interesado en las genealogías de sus familias, un interés que ha aumentado por la dramatización en televisión de la novela de Alex Haley, Raíces. Se reconoce la descendencia a través de las familias tanto de la madre como del padre, un sistema denominado descendencia bilateral. En la encuesta de George Peter Murdock (1949) de cerca de 250 sociedades, un 30 por ciento seguían este procedimiento. Otro 42 por ciento trazaban su parentela solamente a través de la línea paterna, o sea, la descendencia patrilineal; mientras que cerca de 20 por ciento calculaban la descendencia solamente a través de la línea materna, la descendencia matrilineal. Con mucha frecuencia, la herencia de la propiedad sigue las reglas de la descendencia. Dichas reglas definen la familia como un grupo social en vez de una unidad simplemente biológica.
Normas de residencia En la disposición de la familia nuclear, el esposo y la esposa comúnmente toman una residencia juntos. Puesto que provienen de diferentes familias de orientación, uno u otro, o ambos, deben mudarse al casarse. La disposición más prevalente es la patrilocal, la pareja casada vive con o cerca de la familia del esposo. En una disposición matrilocal, el esposo deja su familia y establece su hogar con o cerca de la familia de la esposa. Finalmente, una pareja puede establecer una nueva residencia. Esta disposición neolocal es el modelo preferido en Estados Unidos.
¿Por qué los patrones igualitarios ae la autoridad se están haciendo cada vez más comunes en las familias modernas? La respuesta, en parte, incluye la participación creciente de las mujeres en la fuerza de trabajo. Cuando las mujeres que trabajan aumentan su status educativo, financiero y profesional, el resultado es una mayor participación en el poder de la toma de decisiones en la vida familiar. (Mimi Forsyth/Monkmeyer Press).
Tipos de autoridad En teoría existen tres modelos de autoridad posibles dentro de la familia: el poder se puede conferir a los hombres, patriarcado; a las mujeres, matriarcado; o en forma relativamente equitativa a los dos, igualitaria. Durante la mayor parte de la historia, el modelo prevalente ha sido la disposición patriarcal, el sistema entre los antiguos griegos, romanos y hebreos. En ninguna sociedad el matriarcado ha sido la norma, a pesar de las leyendas de las amazonas. La autoridad de las mujeres comúnmente varía de familia a familia, dependiendo de las personalidades de los esposos y de la naturaleza de sus relaciones. Y cuando los niños nacen fuera del matrimonio, cuando una pareja se divorcia o cuando el esposo muere o abandona el hogar, la mujer gana una posición autónoma por abandono. Los modelos equitativos están convirtiéndose en algo muy extendido en las sociedades modernas. En 1962, por ejemplo, un 66 por ciento de las mujeres estadounidenses entrevis-
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tadas por investigadores de la Universidad de Michigan dijeron que las decisiones principales de la familia las debían tomar los hombres de la casa, pero en 1980 solamente un 28 por ciento opinaban en esa forma (Klemesrud, 1980).
EL MATRIMONIO El matrimonio es una unión socialmente reconocida entre dos o más individuos que comúnmente incluye deberes, derechos económicos y sexuales. El matrimonio marca el comienzo de una familia nuclear o la expansión y la continuación de una familia extendida. En cualquier caso, fuertes sanciones sociales respaldan el matrimonio. Aunque podríamos sentir que somos "libres" para tomar nuestras propias decisiones acerca de si casarnos o no, y con quién, existen, en efecto, fuerzas sociales poderosas que nos empujan al matrimonio y a la selección de un compañero "apropiado" (Turner y Helms, 1968).
Formas de matrimonio Una manera como las sociedades emprenden la regulación del matrimonio es por medio de normas que definen el nivel de compañeros potenciales para el matrimonio disponibles para un individuo. La endogamia es una norma que exige que una persona que va a casarse lo haga con alguien que viva dentro de su mismo grupo, tribu, nacionalidad, religión, raza, comunidad u otra agrupación social. La exogamia es una norma que exige que una persona se case con alguien externo a su propio grupo. Estas regulaciones frecuentemente funcionan como un círculo dentro de otro círculo. La norma de la exogamia prohibe el matrimonio dentro de un pequeño círculo interior, mientras que la norma de la endogamia estipula los límites del círculo social exterior que el individuo no debe sobrepasar. Entre los primitivos hebreos, por ejemplo, los tabúes del incesto funcionaban como normas exógamas que restringían el matrimonio entre parientes cercanos, mientras que las normas endógamas prohibían el matrimonio con extranjeros no judíos. En Estados Unidos las normas de la exogamia han extendido los tabúes del incesto, aproximadamente hasta las relaciones de primos segundos, mientras que las reglas de la endogamia, que se han suavizado durante las últimas décadas, han servido para prohibir los matrimonios entre razas distintas y en algunos casos también los matrimonios entre etnias y religiones diferentes. Las relaciones matrimoniales se dividen en cuatro formas fundamentales: la monogamia, un esposo y una esposa; la poiiginia, un esposo y dos o más
esposas; poliandria una esposa y dos o más esposos; y el matrimonio de grupo, dos o más esposos y dos o más esposas. Aunque la monogamia se encuentra en todas las sociedades, solamente cerca del 20 por ciento de las 238 sociedades, en la muestra de cruces culturales del estudio de Murdock (1949), eran estrictamente monógamas. Por el contrario, cuatro quintas partes de las sociedades permitían la poiiginia. Pero en la mayor parte de estas sociedades, pocos hombres casados realmente tenían más de una esposa. En forma general solamente los hombres que tenían ventajas económicas podían proporcionar sustento a más de una familia. Así, en China, India y en las naciones musulmanas, la poiiginia usualmente se limitaba a los más ricos. La poliandria es poco común, sólo se encuentra en menos del 1 por ciento de las sociedades en la muestra de Murdock. Y, donde se encuentra, comúnmente no permite a las mujeres una libre elección sexual de los compañeros masculinos. La forma más prevalente de poliandria es la fraternal, los hermanos comparten una esposa, práctica que tiene lugar entre los todas no hindúes del sur de la India. Aparentemente pocas disputas o celos se originan entre los hermanos todas, porque no consideran a las mujeres como propiedad sexual. Puesto que el padre biológico de un niño permanece desconocido, los todas han establecido socialmente la paternidad mediante una ceremonia en la cual uno de los esposos presenta un arco y una flecha de juguete a la futura madre. Parece que las disposiciones poliándricas evolucionaron entre los todas como un ajuste a la pobreza. Al ser muy precaria su subsistencia, un hombre podía tener una esposa y un hijo solamente si participaba en su sostenimiento junto con otros hombres. Más adelante, la poliandria conservó el control de la tasa de nacimientos. Puesto que una mujer podía tener solamente un niño cada año, no interesaba cuántos compañeros sexuales tuviera. Al parecer el matrimonio de grupo también es relativamente poco común y por tanto no es una disposición cultural de preferencia. Se ha reportado entre los Kaingang del Brasil, los Dieri de Australia, los Chuckchee de Siberia y los habitantes de las islas Marquesas. Ocasionalmente éste es el resultado de una mezcla de poiiginia y de poliandria, o del compartimiento de privilegios sexuales entre las parejas. La elección de un compañero de matrimonio En conjunto los estadounidenses creen que la única razón legítima para casarse (o, en efecto, para terminar un matrimonio) es el amor romántico. Se considera el matrimonio como una unión perfecta y nos
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gusta creer que cada uno de nosotros encontrará el compañero perfecto, el matrimonio perfecto y que viviremos felices por siempre. La cultura estadounidense idealiza y exalta el romance (Luhmann, 1986; de Rougemont, 1940). Este es el tema de la mayoría de las canciones populares y el tema de muchas películas y de los espectáculos de televisión. Además de eso, existen completas industrias en este país que dependen del romance y que sostienen sus figuras populares. Sin embargo, esta importancia del amor romántico y de la elección personal no es universal. Matrimonios por conveniencia Cuando un hombre y una mujer se casan, su unión también vincula conjuntamente a muchas otras personas. Puesto que muchas personas están comprometidas con el resultado, ciertas sociedades han considerado que es demasiado arriesgado dejar a la discreción de los jóvenes una decisión tan importante. En algunas sociedades y grupos religiosos (por ejemplo, la secta judía Hasidic), las familias pueden disponer los matrimonios para su descendencia, a menudo sin consultar a los mismos jóvenes. La pareja no puede conocerse hasta el día de la boda. En otras sociedades, reglamentaciones muy estrictas determinan qué individuo puede casarse o no, y de esta manera restringen la reserva de compañeros aptos a unos cuantos elegidos. En dichas sociedades, los grupos de parientes comúnmente ejercen el poder de "veto" sobre la elección de los jóvenes de casarse. Aunque los sistemas de matrimonios por conveniencia parecen poco románticos e incómodos para Para aquellos de nosotros que nos educamos con los valores culturales de los derechos individuales y ¡a libre elección, el poderse casar con quien elijamos es parte de nuestros derechos innatos. En la mayor parte de las sociedades tradicionales, el matrimonio comúnmente se ve más como un reconocimiento de los vínculos con el grupo social principal, que como una expresión de elección personal. (Izquierda: David Burnett/ Contact Press Images; derecha: Ethan Hoffman/Archive Pictures).
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aquellos de nosotros que nos hemos criado con los valores de individualismo de la selección libre, es posible entender por qué tales sistemas se desarrollan y florecen. Pensemos en las sociedades en las cuales los recién casados se trasladan a la casa de la familia del esposo. En tales casos, la familia tiene un interés especial en el tipo de mujer que el hijo trae a su casa. ¿Compartirá ella las ideas de la familia acerca de qué es bueno y meritorio? ¿Se acomodará sin dificultad a los códigos de comportamiento de la familia? ¿Podrá hacer su parte en el hogar? Si una nueva esposa va a vivir en la casa de su esposo para siempre, es razonable que los miembros de aquel hogar den su opinión sobre el nuevo miembro de la familia. Más aún, en la sociedades donde los recién casados viven con la familia del novio o la novia, es comprensible que no haya parejas que se fundamenten completamente en el amor romántico. En tales situaciones un dispositivo emocional intenso podría tener un efecto completamente destructor. Por ejemplo, si el esposo estuviera fuertemente consagrado a su esposa, podría aliarse con ella en contra de los otros miembros de la familia, y en esta forma, poner en peligro las acostumbradas relaciones y prácticas familiares. Así, por estas razones, los miembros de las sociedades tradicionales tratarán de controlar a los nuevos miembros de la familia, efectuando matrimonios por conveniencia para los jóvenes.
Controles subterráneos Aunque frecuentemente los matrimonios en la sociedad estadounidense no se arreglan formalmente, ellos no son los actos de amor espontáneo que tre-
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cuentemente imaginamos. Los padres y el resto de la sociedad configuran las aspiraciones del matrimonio de sus hijos desde muy temprana edad. No obstante, este proceso de configuración con frecuencia es muy sutil. Las elecciones paternales con respecto a los vecindarios y a los distritos escolares influyen en los tipos de pares que los hijos tienen que seleccionar como compañeros y más tarde para sus romances (Gallup Youth Survey, 1985). Cosas intangibles de la vida familiar, como el desarrollo de un sentido de "nosotros" y de "ellos", -de "nuestra clase" y "de su clase"-, influyen en las ideas de la gente joven sobre aquellos que considerarán atractivos. La decisión que tome la familia sobre las actividades recreacionales, sobre los sitios de vacaciones y sobre el estilo de celebrar los días festivos y las ocasiones especiales, también influirán en los tipos de compañeros potenciales que los jóvenes de esa familia van a tratar o que con el tiempo van a buscar por su cuenta. Estos tipos de controles subterráneos dirigen los intereses afectivos de un joven hacia una cantidad adecuada de compañeros elegibles. Y, de hecho, la efectividad de estas influencias sutiles se demuestra en las estadísticas sobre matrimonios. Aunque los matrimonios entre diferentes religiones en Estados Unidos parecen estar aumentando, los matrimonios entre personas de diferentes razas y nacionalidades son relativamente escasos, particularmente entre aquellos que pertenecen a los estratos más altos de la sociedad (Udry, 1974). Solamente cuando los jóvenes han aprendido qué clase de persona consideran sus familias como opcionadas, se les anima a que asuman la responsabilidad de sus ímpetus y emociones románticas.
El amor romántico: pros y contras Sociológicamente, existen razones muy comprensibles de por qué el amor romántico ha llegado a ser la base aceptada para el matrimonio en la sociedad estadounidense (así como existen buenas razones de por qué los sistemas de matrimonios por conveniencia prevalecen en muchas sociedades tradicionales). En Estados Unidos, cuando un hombre y una mujer se casan y establecen un nuevo hogar (como lo hicieron casi 2 millones de parejas estadounidenses en 1988), son relativamente independientes (al menos geográficamente) de sus parientes. Como resultado, pueden amarse libremente sin crear tensiones, celos ni competencia entre otros miembros de la familia. También, puesto que en un amplio rango los miembros de la pareja casada dependerán uno de otro en cuanto al apoyo emocional y físico, estarán en mejor capacidad de conocer sus mutuas necesidades si se
guían por el amor, en vez de hacerlo por los derechos y obligaciones estrictamente definidos. El amor romántico también ayuda a debilitar los vínculos emocionales fuertes que unen a los jóvenes con sus propias familias y les permite sentirse más a gusto dentro de su propio mundo independiente. Pero como base del matrimonio, el romance tiene sus limitaciones. En algunas formas el romance es completamente contradictorio a las exigencias diarias de la vida matrimonial. El romance prospera en el misterio, en la distancia y en la incertidumbre, mientras que la vida diaria de los esposos es algo que no es misterioso. Cuando se desvanece el romance, con demasiada frecuencia se desvanece todo lo demás. Así, al exaltar el romance, la sociedad estadounidense puede estar socavando simultáneamente las verdaderas relaciones que trata de promover matrimonios estables, permanentes y con hijos. El matrimonio es tanto una sociedad empresarial como un romántico cuento de hadas; incluye compromisos, divisiones de trabajo, especialización, arreglos financieros y sistemas de comunicación. Declarar el matrimonio como un paraíso cubierto de flores equivale a arriesgar su eventual abandono para buscar una unión más perfecta.
ESTRUCTURA E INTERACCIÓN EN LA FAMILIA ESTADOUNIDENSE Al estudiar la interacción familiar, es importante distinguir entre lo que las personas consideran ideal y lo que practican. El hecho de que la mayoría de las personas señalen un modelo ideal social particular, no significa que lo sigan. En efecto, la sociedad puede funcionar en forma tal que impida su conformidad con las normas existentes. Así, aun en una sociedad en la cual los individuos prefieren las disposiciones de la familia nuclear, factores tales como una alta tasa de divorcio y de ilegitimidad, el aumento de la pobreza y el desempleo, o una razón o relación sexual desequilibrada, pueden impedir que muchas personas vivan en una unidad nuclear. El Estados Unidos contemporáneo nos ilustra bien esta situación. Las encuestas demuestran en forma consistente que los estadounidenses consideran la familia nuclear como algo ideal (Gallup Youth Survey, 1985). Pero todavía prevalece una gran diversidad de disposiciones familiares: muchos solteros que viven solos, muchas parejas sin hijos, muchas familias de padres únicos, muchas familias con dos miembros que sostienen la familia y muchas parejas que cohabitan. Consideraremos brevemente las formas alter-
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nas de la familia; pero en primer lugar miremos más de cerca la unidad nuclear tradicional.
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como respuestas al divorcio, a la falta de paternidad responsable y a otros factores que consideraremos en este capítulo.
Características de la familia nuclear ¿Cómo es la vida dentro de una familia nuclear? ¿Qué es lo que la diferencia de las disposiciones de la familia extendida? La Tabla 16.1 resume las diferencias principales entre la familia nuclear moderna y la forma de familia tradicional extendida. Analicemos dos de estos aspectos: el aislamiento de la familia y la división del trabajo. Debe recordarse, sin embargo, que el grupo étnico, la clase y el lugar de residencia, influyen sobre la manera como la familia se adapta estrechamente a cualquier modelo, y que las nuevas costumbres sexuales y sociales se desarrollan
Aislamiento de la familia En la familia tradicional extendida, como ya lo hemos anotado en este capítulo, las parejas casadas pertenecientes a generaciones distintas -sus hijos y con frecuencia otros parientes también- comúnmente viven y trabajan juntos en la misma casa. Por el contrario, la familia nuclear está aislada: cada nueva pareja establece un hogar independiente de los de sus padres. A falta de un gran número de parientes que vivan bajo el mismo techo, el esposo y la esposa deben depender uno del otro casi exclusivamente
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por un sentido de bienestar emocional y de comodidad. Además, deben ser independientes y realizar por sí mismos todas las tareas de la casa (incluyendo el cuidado de los niños). De esta forma, mientras que la familia tradicional está unida y ligada conjuntamente a la sociedad principal mediante relaciones de parentesco, la familia nuclear se centra en la dependencia mutua de esposo y esposa. Está relativamente libre de otros vínculos sociales. Puesto que la mutua dependencia es tan crítica para conservar intacta la familia nuclear, la sociedad ha institucionalizado el amor -una característica matrimonial otrora muy poco relevante- como el aglutinante social que remplaza los apoyos estructurales que atan a la familia tradicional a su contorno social. Paradójicamente, la prevalencia del amor como un vínculo primario se correlaciona con las altas proporciones de divorcio, puesto que justifica el rompimiento del matrimonio cuando la pareja considera que ya no se ama.
La división del trabajo En la familia nuclear aislada, es tal la división del trabajo entre los esposos que uno de ellos debe permanecer en casa durante los años en que hay que cuidar a los niños, o la pareja debe disponerse a pagar por el cuidado de los mismos. En una familia extendida, otros parientes adultos comúnmente ayudan con el cuidado de los niños o en el desempeño de otras funciones domésticas importantes. Hasta hace poco tiempo, el ideal estadounidense era que el esposo ganara el dinero y que la esposa permaneciera en la casa (aunque debemos recordar que entre este tipo ideal y la realidad siempre ha habido mucha disparidad). Aunque no interesa quién sostenga a la familia y quién críe a los hijos, la dependencia mutua de los esposos hace que la familia nuclear sea extremadamente frágil. En las tradicionales familias extendidas, por ejemplo, la muerte o el abandono de un miembro probablemente no sea algo que no produzca efectos demasiado dañinos sobre la familia. Pero cuando una familia nuclear aislada pierde uno de sus miembros (por muerte, separación o divorcio) el rompimiento puede resultar inmenso. Y aunque no existan rompimientos de este tipo, la familia nuclear todavía está destinada a sufrir grandes cambios una vez que los hijos abandonen el hogar. Los hijos solían permanecer subordinados y dependientes de sus padres mientras estos vivieran; actualmente, a los hijos se les estimula a luchar por sí mismos tan pronto alcanzan la madurez. Más tarde, cuando los padres envejecen y son menos capaces de atender sus propias necesidades, el ideal de la familia nu-
En una gran familia extendida, como los grupos hispanos, que se ven aquí, los miembros pueden ayudarse mutuamente y proporcionar el apoyo necesario para educar a los niños. La familia nuclear, a menudo aislada de los parientes, depende de sí misma para cumplir todas las demandas de la vida familiar. (Arriba: Craig Aurness/West Light; abajo: Susan McCartney/Photo Researchers, Inc).
clear les prohibe irse a vivir con sus hijos ya mayores. Deben sostenerse por sí mismos o ir a las instituciones específicamente diseñadas para el cuidado de los ancianos. Así, la familia nuclear aislada no puede desempeñar muchas de las funciones tradicionalmente asumidas por una familia extendida. Variaciones en los modelos de la familia estadounidense En Estados Unidos todavía prevalece el mito de que la gran mayoría de estadounidenses viven en familias nucleares estables. Generaciones de niños
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aprendieron a leer en libros que describían una pareja casada y sus hijos, viviendo con su perro Pecas en su propio hogar detrás de una cerca de estacas blancas. En estos libros, las familias con diferentes estructuras y estilos de vida simplemente no existían. El mensaje que trasmitían era que había solamente un tipo deseable de familia en la sociedad estadounidense: un padre trabajador competente y una madre de familia consagrada, ambos preferiblemente jóvenes, nativos del país, de clase media y con dos o más hijos bien disciplinados. Esta imagen se convirtió en el ideal estadounidense, aunque no refleja verdaderamente la realidad de ese país (Figura 16.1). En los últimos años, sin embargo, los sociólogos han enfocado su trabajo cada vez más sobre otros tipos de familia, reconociendo que el modelo nuclear aislado está reducido literalmente a un cuarto o menos del total de las familias estadounidenses.
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Figura 16.1 En Estados Unidos, porcentaje de hogares en los que el padre trabaja de tiempo completo y la madre no trabaja fuera del hogar.
Familias compuestas Una variación en la estructura familiar estadounidense es la familia nuclear incrustada en una red de parentela numerosa (Winch y Blumberg, 1968). Esta forma de familia es propia de muchos asentamientos étnicos de las ciudades. Puede constar de tres generaciones de la misma familia que ocupan apartamentos separados en un edificio o separados en casas de una sola familia localizadas en un vecindario cerca una de otra. El hecho de que las partes relacionadas separadas de esta familia tengan diariamente un contacto cercano, la clasifica como extendida en vez de nuclear. En Estados Unidos, tradicionalmente, los inmigrantes de las áreas urbanas han hecho uso de este tipo de familia extendida. Aislados de la cultura nacional, estos inmigrantes dependen de sus vínculos familiares para sustentarse y para identificarse. El aumento en las expectativas de vida hace que la familia compuesta sea algo más que una mera posibilidad. Hoy, más que en el pasado, muchas más personas viven para ver que sus nietos se hacen padres. Esto es especialmente cierto en Estados Unidos, donde hay una mayor proporción de familias de cuatro generaciones que en Dinamarca o en Gran Bretaña (Streib en Quadagno, 1980). Pero esto no significa necesariamente que los miembros de familias de tres o cuatro generaciones vivan en la misma casa o aun en el mismo vecindario. Cada vez más, los inmigrantes de la tercera generación están cambiando la disposición de la familia extendida y están formando familias nucleares. Este cambio puede reflejar la aculturación de las últimas generaciones nacidas en Estados Unidos, hacia la privacidad y la independencia del modelo nuclear aislado.
Fuente-. U.S. Bureau of the Census, Current Populatbn Reports, Population Characteristics, Series P-20, No. 424, Household and Family, 1987.
Familias de padre único Entre 1970 y 1986, el numero de familias de padre único en Estados Unidos creció en forma significativa, de 3.8 millones a cerca de 9 millones, alrededor de 16 por ciento del total de familias. Si las tendencias actuales continúan, los expertos en población predicen que cerca de la mitad de todos los niños nacidos en los 80 van a vivir en un hogar de padre único, durante una parte de su infancia por lo menos. Alrededor del 70 por ciento de los hogares de padre único se originan en el divorcio, 10 por ciento en la muerte de la esposa y 20 por ciento en el nacimiento de un hijo fuera del matrimonio. Más de 90 por ciento de las familias de padre único están encabezadas por mujeres. Más de 55 por ciento de familias dirigidas por madre única viven por debajo de la línea federal oficial de pobreza (Current Population Reports, marzo 1986). La sicóloga Eleanor Maccoby (1978) expresa mucha preocupación porque el aumento en las familias de padre único (especialmente aquellas que están dirigidas por mujeres) puedan presentar considerables problemas para el bienestar y la socialización de los niños. Un padre, cree ella, es más eficaz que una madre para imponer obediencia porque su presencia, al menos, puede alterar el equilibrio. El puede tomar al niño bajo su cuidado cuando la madre es incapaz de hacer frente por alguna razón, y él es capaz de proporcionar un apoyo emocional im-
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Estructura familiar y delincuencia juvenil Hace ya tiempo los sociólogos saben que una alta proporción de delincuentes juveniles provienen de hogares sin padres. Este hecho social se atribuye usualmente a una combinación de factores. La separación y el divorcio con frecuencia obligan a una madre y a sus hijos a vivir en la pobreza: las mujeres dirigen cerca de la mitad de las familias pobres en Estados Unidos. Además, una alta proporción de hogares dirigidos sólo por la madre pertenecen a grupos minoritarios. El "doble calvario" de una desigualdad económica y racial aumenta la probabilidad de la delincuencia juvenil. Según este punto de vista, la pobreza y la discriminación son las principales causas de la delincuencia, y la ausencia del padre es un factor menos grave o es un subproducto de estos otros problemas. Un estudio reciente de investigadores en el Stanford Center para el Estudio del Desarrollo Juvenil (Dombusch y otros, 1985) examina esta línea de razonamiento al analizar una muestra nacional representativa de 7 541 adolescentes. La información sobre la historia clínica de cada uno de los adolescentes y de su comportamiento se obtuvo de un padre de familia; se realizó una entrevista separada sobre el comportamiento, las actitudes y las creencias con el adolescente; y se recogió información adicional de los directivos de la escuela y de los registros escolares. La clase social se midió en términos de ingresos familiares y educación de los padres; la delincuencia se midió en una escala ponderada en la cual al fumar y a la acción disciplinaria en la escuela se les asignó 1 punto; a fugarse de la casa a la holgazanería, 3 puntos; y a
los problemas con la ley, de 2 a 4 puntos (dependiendo de cuántos encuentros con la policía había tenido el adolescente y si había sido o no arrestado). La puntuación para un adolescente podía oscilar entre 1 y 12 puntos en esta escala. El equipo de Stanford encontró que la estructura familiar, por sí sola, contaba para las diferencias en las tasas de desviación. Cuando controlaron los aspectos de raza y clase social, comparando solamente a los miembros del mismo grupo, la relación entre hogares sostenidos solamente por la madre y la desviación permaneció constante. "Sin excepciones, la proporción de desviaciones entre hogares sostenidos sólo por la madre es mayor que la proporción de desviaciones entre los hogares con dos padres naturales" (p. 332). Los investigadores encontraron que el problema no era tanto la ausencia del padre natural del adolescente, sino la ausencia de otro adulto. Cuando un abuelo, u otro pariente, o amante o un amigo vivían en la misma casa, las proporciones de delincuencia juvenil eran menores que en casas donde estaba sólo la madre (aunque no tan bajo como en las casas con dos padres). ¿Por qué ocurría esto? El equipo de Stanford sugiere que la estructura familiar afecta los modelos de toma de decisiones. La adolescencia es el tiempo en que los jóvenes se preparan para la transición del hogar en que crecieron al hogar de su propiedad, la transición de la dependencia a la independencia. Parte de esta transición les enseña a tomar decisiones por sí mismos. Las entrevistas del grupo de Stanford con ambos padres y con los adolescentes incluían una serie de preguntas acer-
portante a su esposa y a su familia. Además, los padres desempeñan un papel financiero trascendental en las familias nucleares estables. Muchas madres únicas no reciben ayuda financiera de sus exesposos o simplemente reciben unos pagos irregulares para
ca de las decisiones relacionadas con el traje, el dinero, los amigos y las limitaciones. Los investigadores preguntaban quién tomaba tales decisiones, sólo el padre, sólo el joven, o el padre y el joven conjuntamente, mediante discusiones y negociaciones. Cuando la madre dirigía el hogar, las respuestas estaban más próximas a caer dentro de la categoría "sólo el joven". Esto sugiere que cuando las madres no cuenta con el apoyo de un adulto en el hogar, se inclinan menos a insistir en que el adolescente siga sus órdenes, son menos aptas para adelantar procesos difíciles que requieren tiempo para negociar con los adolescentes, y están más propensas a permitir que el joven haga lo que él o ella quieran. Las tasas más altas de delincuencia entre los adolescentes de dichas familias sugieren que, algunas veces, por su propia cuenta, los adolescentes toman decisiones erróneas. Los investigadores concluyen "que la educación de los adolescentes no es una tarea que pueda realizar fácilmente una madre sola" (p. 343). Sin embargo, añaden que la presencia de otro adulto, aunque esa persona no sea el padre del adolescente, agrega un importante elemento de control. Los padres modernos pueden desempeñar el rol de educar a los adolescentes casi tan bien como los padres tradicionales. Fuente: Sanford H. Dornbusch, J. Merrill Carlsmith, Steven J. Bushwall, Philip L. Ritter, Herbert Leiderman, Albert H. Hastorf y Ruth T. Gross (1985). Padres únicos, familias extendidas, y el control de los adolescentes. Child Development, 56,326-341.
el sustento de sus hijos (Cherlin y otros, 1983; Weitzman, 1985). Por todas estas razones, una madre única puede sufrir una gran tensión al tratar de enfrentarse sola a los problemas, y lo mismo le puede ocurrir a un padre único, como se ha anotado al
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principio de este capítulo. Con frecuencia, la angustia proviene de la interacción con los hijos. Explosiones de cólera, falta de afecto y de comunicación, disciplina inconstante, comidas y sueño irregulares, son indicativos del deterioro del funcionamiento de una familia en un hogar de padre único. Maccoby (1978, pp. 206-207) concluye que la crianza de los niños "es algo que muchas personas no pueden realizar en forma adecuada como adultos únicos que funcionan aisladamente. Los padres únicos necesitan tiempo para cumplir con sus funciones como padres, necesitan la compañía de otros adultos, necesitan otras voces que se unan a las suyas para transmitir los valores y la madurez exigidas a sus hijos". (Véase la discusión sobre Estructura familiar y delincuencia juvenil). Muchos padres únicos también son miembros de grupos minoritarios. (Las mujeres dirigen aproximadamente 7 de cada 10 familias negras o hispanas). Cualesquiera que sean los problemas que experimenten como padres solteros, estos se mezclan con otros impedimentos sociales. La mayoría de padres únicos de hogares de clase media son producto del divorcio. La investigación sugiere que las dificultades que experimentan los padres recién divorciados, se complican por la ruptura de sus vidas sociales y emocionales (McLanahan, 1983). El impacto a largo plazo de la paternidad de uno en vez de dos adultos (especialmente la madre) y de la socialización de la próxima generación, no puede señalarse todavía pero deberá observarse en el futuro. La variación por el ciclo de vida y por la experiencia social como el divorcio, es una fuente de cambio de la familia estadounidense contemporánea. Las diferencias étnicas, raciales y de clase son otras fuentes importantes de variación.
La familia negra estadounidense En Estados Unidos actualmente la familia negra es el resultado de las adaptaciones a unas circunstancias históricas especiales. La familia negra estadounidense tiene sus orígenes en la época de los esclavos de África Occidental. La investigación histórica sugiere que a pesar de esfuerzos activos por socavar los lazos familiares de los negros en el tiempo de la esclavitud, las lealtades de parentela siguen siendo muy fuertes. Con el final de la esclavitud, la migración de los negros desde las plantaciones hacia las ciudades después de la Guerra Civil, y desde el Sur hasta el Norte luego de la Primera Guerra Mundial, se presentaron nuevos problemas de ajuste. La pobreza y la discriminación hicieron que los esfuerzos de los negros por establecer un lugar fijo en el área
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urbana resultaran excesivamente difíciles. Dos de los rasgos distintivos de las familias negras proceden de este largo período de penuria y de ajuste: la ayuda mutua entre parentelas extendidas y la dependencia de quienes sostienen la familia (mucho antes de que se hicieran comunes las familias de la clase media de los blancos donde dos personas se ganan el sustento diario). Hablar de "la" familia negra oscurese el hecho de que la subcultura negra (al igual que la sociedad blanca) esté estratificada y que cada nivel de clase tiene sus propias disposiciones familiares características. Billingsley (1968) sugería que la comunidad negra se divide en tres clases: una pequeña clase alta (10 por ciento) que insiste en su linaje familiar y es políticamente conservadora; una clase media (40 por ciento) que se interesa por el respeto y el logro; y una clase baja (50 por ciento) compuesta por familias estables y pobres de obreros, y también por familias con múltiples problemas. La disposición propia de la clase media negra es la familia nuclear estable. En estas familias tanto el esposo como la esposa, por regla general, son empleados. Los padres dan un gran valor a la educación y a la movilidad ascendente e inspiran grandes esfuerzos de triunfo en sus hijos (Willie, 1981). Por el contrario, el peldaño último de la subclase negra se caracteriza por la pobreza, el desempleo crónico, el empleo con muy baja remuneración, el rompimiento conyugal y la maternidad de las mujeres solteras. En este segmento de la comunidad extendida negra existe un apoyo emocional y material mutuo. Es también en este grupo donde se encuentran hogares matrifocales (o sea, enfocados hacia la madre) compuestos por la madre, los hijos que dependen de ella, una o más de sus hermanas mayores con sus hijos y quizá otros parientes. El (los) padre-esposo (s) puede(n) estar desempleado(s) o ausente(s). La madre-esposa es la jefe o centro de la familia, y los parientes femeninos colaboran con el sustento de la familia y la confianza de los niños. Los esposos y los amigos pueden contribuir a la manutención de la familia; pero las mujeres constituyen la columna principal. Los análisis de estas disposiciones tienden a presentar controversia (Edelman, 1987). En el pasado, algunos observadores consideraron la ausencia de familias nucleares estables en la clase negra más baja como una evidencia de la patología familiar. Pero esta opinión se ha criticado muy ampliamente por la implicación de que esta patología familiar era más bien la causa, en vez de la consecuencia de la pobreza. Investigadores como Robert Staples (1978), Herbert Gutman (1977), y otros, ahora opinan que
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las familias matrifocales son una adaptación positiva en el tiempo a las condiciones de pobreza crónica. Los hombres negros abandonan sus familias, no porque no quieran ser esposos o padres, sino porque en los empleos disponibles para ellos no pagan lo suficiente para permitirles actuar como proveedores. En vez de enfrentar su fracaso cada día que pasa, se trasladan a los arrabales de la vida familiar. No obstante, al mantener unas redes de parentela muy extensas, las mujeres negras pueden mantener sus familias unidas bajo penosas circunstancias. Este modelo de pobreza centrado en las mujeres y en los niños, al parecer, continúa en la subclase negra de hoy. Una señal de este modelo es el aumento de la maternidad juvenil entre los negros (Ladner, 1986). La tasa de fertilidad para las mujeres negras sexualmente activas entre las edades de 20 y 29 años es de 1 054 por 1 000, en comparación con 215 por 1 000 para las mujeres blancas de la misma edad (Tanfer y Horn, 1985 p.17). La tasa de maternidad entre adolescentes negras es tres veces mayor que la de adolescentes blancas (Westoff, Calot y Foster, 1983, p. 109). En 1983, un 32 por ciento de las mujeres blancas sexualmente activas entre las edades de 20 y 29 años quedaron embarazadas, en comparación con 70 por ciento de las mujeres negras de igual condición. Sólo un 14 por ciento de las mujeres blancas de este grupo de edad dieron a luz fuera del matrimonio, en comparación con 62 por ciento de las mujeres negras. Esto significa que las mujeres blancas jóvenes y solteras que resultan embarazadas, con frecuencia optan por el aborto, mientras que las mujeres negras escogen ser madres. Finalmente, la tasa de matrimonio para mujeres negras es menor que para las mujeres blancas: 53 por ciento de mujeres blancas frente a 29 por ciento de mujeres negras en este grupo de edad se casan a los 3 años de tener un hijo por fuera del matrimonio (Tanfer y Horn, 1985, p.17). A la luz de las normas de la clase media, podría parecer que estas estadísticas muestran la defensa de una estructura familiar inestable en la clase negra más baja. Sin embargo, a los ojos de la subcultura negra, deben tenerse en cuenta otros factores. Una mayor permisividad sexual podría reflejar la ausencia de una doble norma y una mayor libertad sexual para las mujeres, al igual que un menor grado de represión sexual. Un modelo subcultural de embarazo entre adolescentes presenta un carácter diferente en alguna forma dentro de una tradición de madres y de abuelas que acogen a los hijos de sus hijas adolescentes. Dicho sencillamente, por lo general las madres negras no casadas no están tan aisladas como jefes de familia, como lo están las madres blancas no
casadas; por el contrario, ellas son miembros de redes de parentelas extendidas, de hogares matrifocales y de varias generaciones. Muchos sociólogos de hoy sostienen que la familia negra no debería considerarse simplemente como la desviación de las disposiciones de la familia blanca y de clase media, sino más bien como una variación subcultural única y vital en la forma familiar. Sin embargo, señalan que los recursos económicos y educativos ejercen un impacto semejante sobre las familias blancas y las negras. Mientras más recursos posea una familia, más probablemente muestre patrones de clase media, incluyendo familias nucleares de dos padres, familias menos numerosas y una sólida planificación familiar.
Diferencias de clase social De todos los factores que tienden a influir sobre la naturaleza de la vida familiar, la clase social es uno de los más importantes. Sin importar la forma como se defina la clase social (por el ingreso, por la ocupación o por la educación), invariablemente afecta la organización de la vida familiar. Por supuesto, en un nivel superficial, este enunciado es más que evidente. Los recursos de una familia influyen directamente sobre la calidad del alimento que consume, la cantidad y el tipo de actividades que realiza en el tiempo libre, el tamaño del espacio en que vive y las escuelas a las que asistirán los hijos (véase Capítulo 11). Pero más allá de estas opciones obvias que el dinero puede comprar, existen otras diferencias de clase en la vida familiar. Vemos las diferencias en los
La familia negra estadounidense tiene una larga historia de adaptación a las circunstancias difíciles y especiales. Dos rasgos distintos de la familia negra de hoy, la lealtad a su parentela extendida y la dependencia de dos personas que ganan el sustento diarios, reflejan este largo período de adaptación. (Donna Jernigan/Monkmeyer Press).
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factores demográficos, la tensión marital temprana y las prácticas de la crianza de los hijos.
Factores demográficos La clase social influye sobre el número de hijos que tendrá cada familia y sobre las tasas de muerte de sus miembros. Las encuestas muestran que las familias más bajas en la jerarquía social comúnmente tienen (y desean) más hijos que las de las clases más altas de dicha jerarquía (Gallup, 1986). La tasa de mortalidad es sustancialmente más alta entre las familias de clase baja, lo cual significa que las personas de los estratos sociales más bajos están más propensas a morir más jóvenes que las personas de los estratos más altos. Por supuesto, la tasa de mortalidad se relaciona con variables de clase, tales como cuidado de la salud, nutrición, condiciones de vida y peligros de la ocupación. Además, las familias de clase más baja están más inclinadas que las de clase alta a ser golpeadas por la enfermedad, la deserción y el divorcio.
Tensión conyugal temprana Los efectos de las diferencias de clase social sobre los primeros años de vida marital y familiar están impresionantemente retratados en el libro de Lilian Rubin Worlds of Pain (1976). Rubin comparó a 50 familias blancas de clase trabajadora con 25 familias blancas de profesionales de clase media. Como se esperaría, los problemas económicos constituyen una inmensa fuente de tensión en las familias de la clase trabajadora, mucho más que en las familias profesionales de la clase media. Muy jóvenes cuando se casan, los hombres de la clase trabajadora carecen de la experiencia que les permita contar con un ingreso estable. Generalmente, deben aceptar empleos inseguros mal pagados; los despidos son un problema común. Un 20 por ciento de las familias de la clase trabajadora que estudió Rubin tenían que depender del bienestar social en algún momento de sus primeros años de matrimonio. Es una verdadera lucha pagar el alimento y la renta. Hablando de estos primeros años, una esposa de la clase trabajadora decía: "No sé cómo pudimos sobrevivir durante ese período. Fueron los problemas financieros lo primero que nos aquejó. Nos sentíamos extremadamente pobres. Me
había casado con todos aquellos sueños, y luego me vi en apuros para tratar de administrar un presupuesto de $1.50 la hora y una gran cantidad de días él no trabajaba muchas horas" (Rubin, 1976, p.71). El modelo general era una esposa que se sentía alarmada y entonces se enojaba con su esposo, y un es-
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poso que reaccionaba en forma defensiva: "No podía imaginarme qué demonios quería de mí. Yo trataba de lograrlo y no me gustaba la forma como resultaban las cosas más que a ella" (p. 77). Rubin señala que los hombres y las mujeres de la clase media profesional tienen un amortiguador económico que les permite resolver gradualmente los problemas al entrar a la edad adulta, comúnmente antes de que se casen. Y las parejas de la clase trabajadora, con frecuencia adolescentes cuando se casan, se encuentran con las responsabilidades adultas. Una responsabilidad que las parejas de la clase trabajadora debe asumir en los primeros años es la paternidad. En el grupo de la clase trabajadora que Rubin estudió, el tiempo promedio entre el matrimonio y el primer niño eran 9 meses. Por el contrario, el primer hijo de una pareja de clase media profesional nacía, en promedio, tres años después del matrimonio. La paternidad presentaba una enorme carga económica y emocional para los padres de la clase trabajadora, quienes rápidamente cambiaban los roles "de niña y de muchacho, a esposa y esposo, a madre y padre" (p. 79). La mujer renunciaba a su libertad (y a su empleo en la mayoría de los casos) y el esposo dejaba su lugar como centro de los afectos de su esposa a la vez que asumía la responsabilidad por el niño. Aunque se reconoce que tales problemas de adaptación no son específicos de clase, Rubin cree que la dificultad de la experiencia es mayor en las familias de la clase trabajadora. Muchos nombres y mujeres de la clase trabajadora han considerado el matrimonio como un refugio a las privaciones de su propia niñez y de sus hogares destruidos. Un frustrado trabajador de la construcción que se casó a los 18 años y se convirtió en padre 5 meses más tarde, le decía a Rubin: "Ahí estaba yo, era apenas un muchacho, y finalmente tenía a alguien que cuidara de mí. De repente, tuve que cuidar a un niño, y ella estaba demasiado ocupada con él para cuidarme. Nada de esto tiene sentido" (p.84). La seguridad económica que disfrutan las parejas profesionales de clase media les permite conservar sus roles de esposo/esposa de manera central aun en los primeros años de la maternidad. Las relaciones con los parientes políticos también resultaron ser más fuente de situaciones molestas para las parejas de la clase trabajadora. La mitad de las esposas de esta clase señalaron que las dificultades con las suegras solamente eran secundarias en relación con las dificultades económicas. Las esposas se quejaban con frecuencia de que su esposo concedía más atención a la madre que a ella. Por el contrario, las familias de clase media tenían menos
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problemas con sus parientes políticos. Las parejas profesionales de clase media generalmente no vivían cerca de sus familias y aquellas que lo hacían, por lo general, no estaban en contacto diario con ellas. Así, al reducir los vínculos con los parientes políticos, también reducían las fricciones. Por otra parte, las parejas de la clase trabajadora tendían a vivir cerca de sus familias, (o inclusive con ellas) y a verlas con frecuencia. Por ejemplo, las abuelas tendían a cuidar a los niños mientras los padres trabajaban. Además, muchos de los hombres de la clase trabajadora todavía tienen fuertes vínculos con sus familias porque han cambiado directamente de un rol dependiente en el hogar de sus padres al del matrimonio. Los esposos profesionales de la clase media, por el contrario, se han separado de sus padres mucho antes del matrimonio, puesto que vivieron por fuera del hogar mientras estaban en la universidad. El estudio de Rubin no sugiere que los primeros años de matrimonio sean fáciles para las parejas profesionales de la clase media. También tienen sus problemas. Pero la mayoría evade el desempleo crónico, los ingresos marginales, la paternidad temprana y las dificultades con los parientes políticos que angustian a muchas parejas de la clase trabajadora. Como resultado, las parejas jóvenes profesionales de la clase media frecuentemente experimentan menos frustraciones, conflictos y desilusiones que sus contrapartes de la clase trabajadora.
¿Están disminuyendo las diferencias de clase en la vida familiar? Hace unos 60 años los sociólogos Robert y Helen Lynd investigaron las diferencias de clase en Muncie, Indiana. Encontraron marcadas diferencias en el estilo de vida entre las familias de la clase trabajadora y las de la clase empresarial en "Middletown" (su nombre ficticio para Muncie). Los sociólogos Theodore Caplow y Bruce Chadwick (1979) decidieron explorar si estos patrones habían cambiado desde 1924, el año en el que Lynd hizo la investigación. Así en 1978 repitieron el estudio de Lynd en Muncie, y descubrieron algunas tendencias muy interesantes. El cambio más significativo estaba en los patrones laborales de la familia. En 1924, la mayoría de las mujeres de Muncie no buscaban trabajo por fuera de casa, a menos que sus esposos estuvieran desempleados. De hecho, muchas más esposas de la clase trabajadora tenían empleos remunerados porque en ese tiempo la tasa de desempleo era mucho más alta para los hombres de la clase trabajadora. En el año 1978, sin embargo, aproximadamente casi
la misma cantidad de esposas de la clase empresarial y de esposas de la clase trabajadora laboraban por fuera de casa. A partir de sus respuestas parece que las mujeres de ambos grupos laborales ahora tienden a buscar empleo no sólo porque tienen que hacerlo por razones financieras, sino porque lo desean. Caplow y Chadwick también encontraron cambios sustanciales en los modelos de trabajo dentro del hogar. La mayoría de las esposas de la clase trabajadora todavía dedican relativamente más tiempo al trabajo doméstico que la mayoría de las esposas de la clase empresarial, pero la brecha entre ellas ya no es muy grande. También el servicio doméstico pagado es ahora relativamente escaso. Sin embargo, en 1924 aproximadamente un 90 por ciento de las familias de dase empresarial tenían servicio doméstico en comparación con un 5 por ciento de las familias de la clase trabajadora. Los enfoques sobre la crianza de los hijos también tienden a coincidir. En 1924 las madres y los padres de la clase trabajadora pasaban menos tiempo con sus hijos, que las madres y padres de clase empresarial. Pero en 1978 esta diferencia desapareció. Las diferencias en las aspiraciones educativas para los hijos también cambiaron en forma significativa. En 1924 solamente 31 por ciento de los padres de la clase trabajadora esperaban que sus hijos terminaran la secundaria y un 23 por ciento esperaban que asistieran a la universidad (en comparación con casi todos los padres del grupo empresarial), mientras que en 1978 un alto porcentaje tanto de la clase trabajadora (83 por ciento) como de las familias de clase empresarial (90 por ciento) esperaban que todos sus hijos recibieran educación superior. En ninguna de las áreas investigadas por Caplow y Chadwick las familias de la clase trabajadora y de la clase empresarial se desarrollaron separadamente. En algunas áreas la clase trabajadora se movió hacia las normas de la clase empresarial de 1924, mientras que en otras áreas la clase empresarial se movió hacia las normas de la clase trabajadora de 1924. Aún, en otros casos, parecía surgir una nueva norma compartida. Para resumir, Caplow y Chadwick encontraron una convergencia parcial de los estilos de vida familiar de personas de diferentes clases sociales. No deberíamos concluir, sin embargo, que todas las diferencias relacionadas con la clase social van a desaparecer con el tiempo. Nada más, la brecha de ingresos entre las familias de clase alta y de clase baja garantizaran inevitablemente que, por lo general, vivan en diferentes tipos de vivienda, realicen diferentes actividades en el tiempo libre y encuentren diferentes tipos de problemas re-
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Aunque todas las parejas enfrentan un período de ajuste durante los primeros años de matrimonio, las familias de la clase trabajadora a menudo tienen tensiones económicas que las familias profesionales no experimentan. Las responsabilidades de los adultos pueden tener una abrumadora presión sobre las parejas jóvenes de la clase trabajadora, quienes tienden a casarse y a tener hijos mas pronto que aquellas de su contraparte, profesionales de la clase media. (Peter Menzel).
lacionados con la vida familiar. El estudio de Rubin ya descrito muestra, por ejemplo, que el bajo ingreso y el logro educativo de muchos recién casados de la clase trabajadora los condena a experiencias tensionantes de las cuales se escapan las parejas de profesionales. Los hallazgos de Caplow y de Chadwick no niegan que tales diferenda aún existan. Pero sugieren que los cambios sociales de los últimos 50 años han reducido en forma significativa las más grandes disparidades persistentes que alguna vez existieron entre los estilos de vida de las familias de la clase trabajadora y de la clase empresarial. Otros investigadores han encontrado que las diferencias en los estilos de la crianza de los hijos son más una fundón de educadón de los padres, que de un status ocupadonal (Alwin, 1984).
La violencia en la familia Aunque nos gustaría pintar la familia como un refugio contra los abusos y los conflictos violentos, este caso no es demasiado frecuente. El uso de la fuerza física está angustiosamente extendido en las familias estadounidenses; en efecto, existen algunos grupos en dicha sociedad en los cuales la violencia ocurre más frecuentemente (Gelles, 1983; Steinmetz y Straus, 1974; Lincoln y Straus, 1985). La familia es susceptible a la violencia por diversas razones. Por un lado, los estadounidenses ha-
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cen una gran inversión emotiva en sus reladones familiares, de manera que las palabras y acdones de los miembros de la familia rara vez se consideran en forma desapasionada. Como resultado, las pequeñas desavenendas familiares fádlmente pueden convertirse en conflictos. Agreguemos a esto el hecho de que en esa cultura se hacen concesiones a la violenda -en los deportes, en el cine y en los programas de televisión- y el resultado es entonces que al parecer la agresión física se hace cada vez más común en la familia. El aislamiento de las familias nucleares también hace que la violenda sea menos visible y que esté menos sujeta al control social. Su fuerte creenda en que la familia es algo sagrado, frecuentemente hace que la polida, los trabajadores sodales y aun los parientes bien intendonados y los amigos sé rehúsen a intervenir si no quieren que se les considere como invasores de la intimidad de la familia. Por último, y más criticamente, la violenda familiar refleja actitudes culturales arraigadas, cuyas, víctimas son los niños, las esposas y los ancianos.
Abuso del niño La violencia en las familias estadounidenses toma muchas formas. Una forma prevalente que frecuentemente pasamos por alto es el castigo físico de los niños. Quizá un 93 por ciento de todos los padres de familia castigan a sus hijos con el fin de corregirlos (Stark y McEvoy, 1974). Los niños pequeños son los que más se castigan, pero los estudios revelan que cerca de 50 por ciento de los estudiantes de secundaria informan que han experimentado el castigo físico o los han amenazado con él. El castigo de los hijos varía desde una suave palmadita hasta una golpiza brutal; pero históricamente se ha concedido a los padres el derecho de utilizar la tuerza física contra sus hijos. Por ejemplo, una ley aprobada en 1696 condenaba con la pena capital al hijo de "sufidente inteligencia" que tuviera más de 16 años y maldijera o golpeara a uno de los padres o que fuera "obstinado y rebelde" al no obedecer a sus padres . De las entrevistas con 2 143 parejas casadas que constituían una muestra representativa del total de las familias estadounidenses, los sociólogos estiman que los padres dieron puntapiés o puñetazos, y mordieron a 1.7 millones de niños en un año; golpearon de 460 000 a 755 000 o más y atacaron a 46 000 con escopetas o navajas (Straus y Gelles, 1986; Straus, Gelles y Steinmetz, 1980). Ahora, el castigo físico de los niños con heridas que exigen tratamiento médico generalmente se considera un abuso. Con todo, la mayoría de personas no se dan cuenta de que es el uso "común" del castigo físico y la aprobación cultural que conlleva,
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lo que deja el campo abierto para el abuso infantil. Según David Gil (1974), "En la mayor parte de los incidentes de abuso con niños, los encargados de cuidarlos que están comprometidos son individuos "normales" que ejercen sus prerrogativas de disciplinar al niño cuyo comportamiento encuentran necesario corregir." Si un adulto fuera a golpear a otro, la mayoría de las personas mirarían ese comportamiento como un abuso. La mayoría de los padres utilizan el castigo físico con la creencia de que va a controlar la agresión de sus hijos y los va a volver más obedientes. De hecho, la violencia, sea verbal o física, da a los hijos un pésimo ejemplo. Un adulto que grita o que da palmadas a un niño, inconscientemente le proporciona un ejemplo de agresión. Los estudios han encontrado que el uso frecuente del castigo físico por actos agresivos de un niño, produce un marcado incremento de la agresión del niño (Walters y Grusec, 1977). Quizá no debe sorprendernos saber que los padres que abusan de sus hijos, probablemente fueron víctimas de iguales abusos en su infancia (Gelles, 1985; Reed, 1975). El modelo del abuso es trasmitido de manera inconsciente de padres a hijos y, por tanto, de generación en generación. ¿Cómo se puede controlar el abuso de los niños? Algunos sociólogos sostienen que el abuso de los niños puede terminar solamente cuando se supriman las condiciones sociales que lo han originado (Gelles, 1974, 1985; Gil, 1974). En general, los investigadores encuentran que quienes experimentan situaciones de tensión, tales como la pérdida del empleo, el divorcio o el embarazo de una adolescente, y sienten la necesidad de compensar la falta de recursos tales como el dinero, el conocimiento y el respeto, utilizan la violencia como recurso (Wolfe, 1985). Más aún, las familias que viven en aislamiento social, sin ninguna red de apoyo, tienden más a maltratar a los niños, que aquellas que tienen muchos vínculos sociales (Garbarino y Gilliam, 1980). Los grupos de apoyo pueden, por lo tanto, ofrecer algún remedio. En años recientes se han formado grupos de Padres Anónimos en el país para que los padres abusivos puedan hablar acerca de sus problemas y proporcionarse alivio mutuo en un grupo determinado. No obstante, otro tipo de enfoque haría simplemente que el castigo físico de los niños sea ilegal, como se ha hecho recientemente en Suecia. Al desaprobar el castigo físico, la propensión a golpear a un niño podría socavarse. A corto plazo, es importante identificar a los individuos que abusan de los niños para ponerlos en tratamiento. Todos los 50 estados han decretado leyes relacionadas con los abusos de niños y su descuido; y se han preparado
servicios sociales públicos y privados para ayudar a tratar y a prevenir el abuso de los niños (Straus y Gelles, 1986).
Abuso de la esposa La fuerza o la amenaza de fuerza entre marido y mujer es también común en la familia estadounidense. El estudio de 2 143 parejas reveló que en un año dado 1.8 millones de esposas fueron golpeadas dos o más veces (Straus y Gelles, 1986). La investigación sugiere que el abuso de los niños y de la esposa es más notorio en las familias de bajo status socioeconómico, aunque no se limita a ellas. En parte, la prevalencia más alta de violencia en estos hogares es causada por situaciones más tensionantes y condiciones conflictivas. Por ejemplo, el desempleo o el empleo de medio tiempo en los hombres aumenta la incidencia de violencia familiar. El abuso de los niños también es mas notable en las familias de padres únicos que en las familias de dos padres (Gelles, 1983; Straus y Gelles, 1986). Un esposo podría recurrir más a la fuerza contra su esposa por muchos motivos (Okun, 1986). Un primer factor podría derivarse de la tradición de superioridad masculina que prescribe que el esposo "debe controlar". Si él siente que está perdiendo control, está más inclinado a golpear. En los últimos años, algunos hombres se han sentido amenazados por la tendencia creciente de las mujeres a buscar la igualdad con los hombres en materia de empleo, movilidad, toma de decisiones y relaciones sexuales. La tensión que subyace a una relación puede explotar en violencia, especialmente cuando el cónyuge está bajo influencia del alcohol. Para complicar este asunto, la cultura occidental ha aprobado tradicionalmente el uso de la violencia por parte de un esposo ofendido. Por ejemplo, durante la mayor parte de la historia la ley ha estado de parte de los hombres que han dado muerte a una esposa adúltera. Más aún, los hombres se socializan en formas tales que reciben recompensas por actuar con agresividad. Y el folclor masculino y la pornografía retratan a las mujeres como si gozaran con el trato agresivo que les dan los hombres. Finalmente, a los hombres se les permite e incluso se les anima a que expresen físicamente sentimientos de hostilidad, mientras que culturalmente se espera que las mujeres repriman su enojo o que lo expresen en formas no físicas (burlas, gestos y argumentos).
Abuso de los ancianos ¿Quién pensaría que la figura dulce y frágil de la abuela, en la imaginación nacional, estaría sujeta a la
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malsana violencia física, por parte de un miembro de su propia familia? Pero dicha violencia, o el abuso de los ancianos como la llaman, está en aumento en la sociedad estadounidense, y la llevan a cabo los miembros de la familia. Karl Pillemer (1986) comparó a 42 ancianos que habían experimentado el abuso físico con 42 ancianos del grupo de control. La intención del estudio era determinar qué es lo que hace que las personas de edad avanzada sean motivo de abuso. Una hipótesis común es que los ancianos físicamente disminuidos y por lo tanto dependientes de los miembros de la familia para el alimento, el baño y otros tipos de cuidado, están en el mayor riesgo. Según este punto de vista, la fragilidad y las exigencias de los ancianos causan tensión a los que abusan de ellos, quienes responden con violencia. Pillemer encontró que esta hipótesis es falsa. Si hay algo cierto en el estudio es que los ancianos que habían sufrido abusos estaban en mejor estado de salud y eran más independientes que los ancianos del grupo de control. La diferencia crítica entre estas dos series de familias era que los abusadores eran dependientes de los ancianos en cuanto a la vivienda, les ayudaban con reparaciones de la casa, con ayuda financiera y con el transporte. La violencia era una respuesta para los abusadores que todavía necesitaban de uno de los padres ancianos, y no a la pobreza de los padres. Pillemer también encontró que a las dos terceras partes de los abusadores se les describía como personas que tenían problemas mentales o emocionales o que eran alcohólicos. Finalmente, los ancianos de los cuales se abusaba estaban más inclinados a describirse a sí mismos como aislados socialmente que los del grupo de control, quienes no experimentaban abusos. Es muy difícil de definir si esta era la causa o la consecuencia del abuso de los ancianos. Tampoco había evidencia de que los abusadores fueran víctimas de la violencia familiar (el ciclo de la hipótesis de la violencia). Ni tampoco había evidencia de que los hogares de los ancianos de quienes se abusaba estuvieran bajo tensión económica crónica. Tomado como un todo, este estudio sugiere que el grado en que los ancianos estadounidenses están en riesgo de abuso, depende primordialmente de las características de sus "guardianes" y de los niveles de frustración y de autocontrol de los mismos.
El divorcio Las estadísticas del matrimonio en Estados Unidos muestran claramente que la sociedad ha logrado promover el matrimonio como un modo de vida. Nueve de cada diez personas se casan al menos una vez, y lo hacen siendo bastante jóvenes. La edad promedio de los primeros matrimonios en las
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mujeres ligeramente sobrepasa los 23 años y para los hombres está entre los 25 y los 26 años (Current Population Reports, marzo 1986). ¿Pero qué sucede con todos estos matrimonios que empiezan con tanto amor y con tantas esperanzas? Desafortunadamente, es muy difícil saber con certeza qué es lo que en efecto sucede. Para empezar, es difícil definir satisfactoriamente lo que constituye un matrimonio feliz o infeliz. Y sin tener esa definición, no podemos esperar la determinación de la forma como ocurren muchos de estos matrimonios. Y aunque confiáramos en la información que pareciera mediable, como por ejemplo la cantidad de matrimonios que terminan en divorcio, la tarea resultaría demasiado complicada.
La dificultad de medir el divorcio Medir la tasa de divorcios podría parecer un trabajo fácil. Contar exactamente la cantidad de divorcios que se conceden en cualquier año y comparar esa estadística con el número de matrimonios realizados en el mismo año. Por ejemplo, en 1987 hubo 1.2 millones de divorcios y 2.4 millones de matrimonios (National Center For Health Statistics 1.988), para una tasa de divorcio de aproximadamente 50 por ciento. Parece simple, pero se están comparando cosas equivocadas y así no averiguamos nada sobre la tasa de divorcios. Una proporción válida de divorcios debe comparar el número de divorcios en un año con la cantidad total de matrimonios realizados en ese
mismo año. De esta manera, cuando uno compara los más de 50 millones de matrimonios que existían en 1987, con 1.2 millones de divorcios ocurridos ese año, la tasa de divorcios resulta ser solamente de 2 por ciento. Muchos observadores comparan las estadísticas actuales de divorcio con las de una época anterior (413 000 divorcios en 1962, equivalentes aproximadamente a un tercio del total de los de 1987) para mostrar que hoy el matrimonio ya pasó de moda y que la institución de la familia está en decadencia. Pero comparar las estadísticas de divorcio de dos épocas es engañoso. Digamos que fuéramos a comparar la tasa de divorcios de hoy con las de 1920. Un problema sería que las tasas de divorcio de entonces eran estimativos poco confiables, fundamentados en los registros de menos de la mitad de los Estados. Más aún, en 1920 había mayores inhibiciones para lograr el divorcio: era más costoso, había menos fundamentos para demandar y había una mayor condena social. Finalmente, las expectativas de vida eran considerablemente menores en ese entonces, lo que significaba que algunos matrimonios se disolvían por la muerte antes que por el divorcio. De tal ma-
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nera que por varias razones, muchas parejas que permanecían casadas en 1 920 obtendrían el divorcio si vivieran hoy. De ahí se deduce que la tasa aislada de divorcio es un indicador poco exacto de la salud y de la felicidad de la vida conyugal (Crosby, 1980). Otro problema con la tasa general de divorcios, como nuestra cifra anterior de dos por ciento, es que no revela nada acerca de cuántos matrimonios perduran y por cuánto tiempo. Por ejemplo, 19 por ciento de las parejas que ahora se casen terminarán su matrimonio antes del quinto aniversario; 33 por ciento, antes del décimo aniversario; 40 por ciento antes del décimo quinto aniversario; 47 por ciento antes de las bodas de plata y 50 por ciento antes de las bodas de oro. Tal como estas cifras lo revelan, el riesgo del divorcio disminuye rápidamente después de la primera década (Weed, 1982).
Figura 16.2 Tasa de divorcios por 1 000 personas en Estados Unidos.
Explicación de las tasas de divorcio En el curso de las décadas recientes, las tasas de divorcio han ido creciendo (véase Figura 16.2). La tasa creció en forma bastante estable en los años 60 y 70, estabilizándose al comienzo de los años 80. Las tasas de 1986 y 1987 son las más bajas desde 1975. Pero aún así, si las tasas corrientes persisten, la Oficina del Censo estima que seis de cada diez mujeres estadounidenses que actualmente están en los treinta años experimentarán por lo menos un divorcio. Los factores sociales han jugado una parte muy importante en esta tendencia, todo lo cual comprende un cambio en los valores, en las instituciones y en la posición de las mujeres. El cambio principal en los valores ha incluido un cambio de una filosofía de abnegación a una que da importancia a la felicidad individual. Actualmente la razón principal para casarse es satisfacer las necesidades sicológicas y personales en cuanto éstas encuentran expresión en el amor romántico. Ahora el fracaso en la satisfacción de estas necesidades, conduce a la disolución del matrimonio, en lugar de un intento de permanecer juntos "para bien de los hijos". En lugar de que todos los divorcios se miren como un signo de fracaso personal (como en la época pasada), hoy algunos divorcios se consideran como "un signo de salud sicoemocional, de crecimiento personal y de lucha constante por la realización personal" (Crosby, 1980, p. 57). El sociólogo Sam Preston (1984) sostiene que el aumento en el divorcio refleja el incremento en los incentivos para divorciarse y un mayor deseo de hacerlo "actuando sobre algunos incentivos en una forma estrechamente egoísta" (p. 445). Las instituciones que afectan la vida de la familia también han cambiado. Por ejemplo, la mayor parte de las iglesias ahora reconocen el divorcio.
Fuente: V.S Department of Commerce, Bureau of the Census.
Además, se ha hecho menos complejo el aparato legal para obtener el divorcio; 47 estados ahora tienen algún tipo de ley para el divorcio sin causal; disponen de ayuda legal gratuita para quienes no puedan pagar los honorarios de un abogado y los costos del juicio (Melville, 1983). Finalmente, el cambio en la posición de la mujer ha contribuido a incrementar las tasas de divorcio. Las mujeres ahora son menos dependientes económicamente de los hombres, y por lo tanto, más libres de rechazar el matrimonio.
¿Quién se divorcia? ¿Hay algunos matrimonios más propensos a divorciarse que otros? Ciertamente, los matrimonios en los cuales hay problemas personales, incompatibilidad sexual, infidelidad, excesiva bebida, dificultades financieras o relaciones difíciles con los parientes políticos, están más propensos al divorcio. También factores menos obvios hacen que un matrimonio esté más propenso al divorcio. Una mezcla de los hallazgos en los estudios sociológicos produce el siguiente perfil de un matrimonio especialmente susceptible al divorcio: • El esposo y la esposa viven en un área urbana (y probablemente crecieron allí). • Ambos trabajan pero sus ingresos no son altos.
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• Se casaron muy pronto y no han estado casados por mucho tiempo. • Tienen un niño pequeño. • La esposa tiene actitudes igualitarias acerca de la división del trabajo en la casa y el esposo no las tiene. • Ni el esposo ni la esposa tienen convicciones religiosas profundas. • Tanto la esposa como el esposo son liberales en sus actitudes y más bien pesimistas acerca de la vida. • Uno o el otro tiene padres divorciados (Booth y White, 1980; Huber y Spitze, 1980; Yoder y Nichols, 1980). Por supuesto, ninguno de estos factores aislados, ni siquiera todos en conjunto, garantizan que una pareja se vaya a divorciar. Pero, a medida que se acumulan, aumentan la probabilidad estadística de que el matrimonio se disuelva con el tiempo.
Los costos personales del divorcio Hoy es más fácil conseguir el divorcio que en tiempos pasados; pero no es menos penoso. Los estudios han demostrado que tanto los hombres como las mujeres sufren una tensión significativa en dos momentos claves: antes de tomar la decisión de divorciarse y en el momento de la separación final (Chiriboga y Cutler, 1977; Jacobs, 1982). Una salud deficiente, la dificultad para dormir y trabajar, la soledad, la depresión, la ansiedad, la baja autoestima y la memoria debilitada, están todos relacionados con el procedimiento de divorcio. David A. Chiriboga y Loraine Cutler (1977, p. 104) en su estudio de 252 hombres y mujeres que actualmente están divorciados, encontraron que "todo el proceso completo de separación es altamente traumático, generalmente mucho más que la tensión relacionada con el matrimonio del cual los encuestados estaban tratando de escapar". Encontraron que los hombres eran más susceptibles que las mujeres a la tensión. Al mismo tiempo, cerca de 50 por ciento de hombres y mujeres informaron que habían sentido cierto alivio como resultado de haber iniciado el proceso de divorcio. En términos financieros, sin embargo, las mujeres pagan un costo más alto por el divorcio que los hombres. En realidad, la separación y el divorcio son factores principales en la feminización de la pobreza (véase Capítulo 12). El empobrecimiento de las mujeres divorciadas y de sus hijos es una de las consecuencias no pretendidas de la reforma sustancial de las leyes de divorcio, que se implantó en California en 1970. Bajo las leyes antiguas, los únicos
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fundamentos para el divorcio eran las acusaciones de mala conducta (adulterio) o de crueldad. Como resultado, las parejas que buscaban el divorcio estaban obligadas a comprometerse en amargas acusaciones (algunas veces exageradas o inclusive falsas), aun en situaciones en las cuales ambas partes querían el divorcio. Las nuevas leyes de divorcio, menos drásticas, eliminaron estos procedimientos de enfrentamiento, y los sustituyeron por "incompatibilidad" y por "fallas irreparables" del matrimonio como motivos de divorcio. Ninguna de las partes se considera culpable, y a ninguna de ellas se le castigaLas nuevas leyes hicieron que los procedimientos del divorcio en sí mismo fueran más honestos y más humanos, pero inadvertidamente crearon penuria económica para la mujer y para los hijos que están bajo su custodia. En el caso de divorcios sin causal, el patrimonio familiar de la pareja se divide por igual, pero a las mujeres se les otorga la custodia de los niños en un 90 por ciento de los casos. Esto significa que la mitad del patrimonio familiar asignado a la mujer debe cubrir sus gastos y los de sus hijos. Además, las mujeres ganan en promedio solamente cerca de las dos terceras partes de lo que ganan los hombres. Como resultado, las mujeres comúnmente experimentan una disminución dramática en el estándar de vida después de un divorcio; muchas caen por debajo de la línea de la pobreza. Los cambios en las leyes de divorcio que han ayudado a crear una dificultad económica para las mujeres han tenido un efecto completamente contrario para los hombres. De acuerdo con un estudio sociológico importante (Weitzman, 1985), un año después del divorcio, el estándar de vida de los ex-esposos mejoró en un 42 por ciento, mientras que el de las ex-esposas cayó en 73 por ciento. Las nuevas leyes exigen a los hombres pagar menos que en el pasado por el sustento del hijo y por la pensión a la ex-esposa. Esta reducción en las obligaciones financieras de los hombres divorciados, junto con los altos ingresos y otras formas de seguridad financiera (pensiones, pólizas de seguros, planes de salud) les permite tener más ingresos para gastar. Así, la igualdad que prometen las nuevas leyes de divorcio ha resultado ser ilusoria, porque no tienen en cuenta las diferencias entre las oportunidades económicas fundamentales del hombre y de la mujer y de sus responsabilidades financieras diferentes con respecto a sus hijos. Cualquiera sea el dolor que inflinja el divorcio, no parece amargar a las personas sobre la institución del matrimonio. Al año, una cuarta parte de las personas que se divorcian se vuelven a casar, y 75 por
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ciento lo hace dentro de los nueve años siguientes al divorcio. Aproximadamente cinco de cada seis hombres divorciados y tres de cada cuatro mujeres divorciadas se vuelven a casar. Una razón para que los hombres estén más inclinados que las mujeres a volverse a casar es que los hombres generalmente se casan con mujeres más jóvenes. Cuando consideramos que a la edad de 27 años las mujeres empiezan a superar en cantidad a los hombres, podemos ver cómo los hombres maduros y los de edad avanzada tienen una mayor cantidad de opciones que las mujeres de posibles parejas para escoger (Glick, 1984). En resumen, aunque el matrimonio pueda ser muy difícil de sostener, ciertamente no está pasando de moda.
Los efectos del divorcio sobre los niños Los hijos de una pareja que planea divorciarse participan del dolor, en especial inmediatamente después de la separación. Judith S. Wallerstein y Joan B. Kelly (1980) en un estudio sobre el fracaso de la familia encontraron que los padres rara vez preparan a sus hijos para la crisis que se avecina, ni tampoco les proporcionan las garantías que ellos requerirán. Preocupados por sus problemas personales, los padres son frecuentemente insensibles a los enojos, a los temores, a los sentimientos de responsabilidad o de perplejidad de sus hijos. Cuando el divorcio hace necesario que la madre vaya a trabajar, al niño suele llevársele a establecimientos no familiares donde lo cuiden, y tanto la madre como el padre pueden llegar a estar sustancialmente más alejados de él. En un estudio de 131 niños de padres divorciados, desde la edad del jardín infantil hasta la adolescencia, casi todos se adherían a la esperanza de que sus padres en alguna forma se reconciliarían milagrosamente (Wallerstein y Kelly, 1980). Aun cinco años después de la separación de sus padres, más de un tercio de estos niños seguían insatisfechos con sus nuevas vidas familiares. Muchos de estos niños estaban desde moderada hasta gravemente deprimidos y solos, y una gran cantidad de ellos estaban de mal humor la mayor parte del tiempo. De vez en cuando los hijos, especialmente los niños, presentaban problemas de manejo para los hogares de padres solteros. Los hijos varones pueden llegar a ser abusivos, exigentes, poco afectuosos y sus madres pueden responder con depresión, baja autoestima y con un tipo de paternidad fastidiosa (Francke, 1983; Hetherington, Cox y Cox, 1977). Pero la investigación sobre los efectos del divorcio en los niños también descubrió algunos hechos más positivos. Primero, el paso del tiempo parece ayudar. Dentro de los tres años siguientes al divorcio, mejora en forma notoria la adaptación de los ni-
ños, particularmente aquellos de padres adinerados, (Elias, 1987). Segundo, cuando ambos padres son colaboradores, comprensivos y afectuosos en forma permanente, los niños del divorcio se adaptan mucho más fácilmente (Clingempeel y Reppucci, 1982). Una investigación reciente sugiere que la adaptación puede ser más fácil si el niño permanece con el padre del mismo sexo (Peterson y Zill, 1986). Más aún, si el padre que tiene la custodia está relativamente seguro financieramente y está haciendo una transición sicológicamente saludable para él o para ella en su nuevo status, la adaptación de los niños comúnmente es mucho mejor (Lamb, 1977a). Un aspecto importante de la adaptación parece ser si el niño es capaz de regresar a una rutina familiar segura y consistente (Peterson y Zill, 1986). Todos estos hallazgos desafían la suposición popular de que el divorcio es incuestionablemente malo para los hijos. Un ambiente familiar hostil y conflictivo puede resultar potencialmente tan o posiblemente más perjudicial para el niño que el divorcio mismo (Kurdek y Siesky 1980; Zill 1984). Por otra parte, sería erróneo suponer que el divorcio es necesariamente bueno para los hijos si es bueno para los adultos. Los hijos de padres divorciados pueden seguir sufriendo dificultades sicológicas y financieras aun cuando sus padres sean felices (Preston, 1984). En resumen, los efectos del divorcio sobre los hijos son muy complejos y son asunto de permanente controversia.
LA CAMBIANTE FAMILIA ESTADOUNIDENSE Hoy, la gente vive más años. También se casan más tarde y se divorcian más. Se comprometen menos en aventuras sexuales, como una respuesta a los riesgos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y al herpes genital. Las parejas se están decidiendo a tener menos hijos que sus padres, y las mujeres siguen entrando a la fuerza laboral en grandes cantidades. Estos cambios en la mortalidad, en el matrimonio, en la sexualidad, en la fertilidad y en los modelos de empleo están ocasionando un efecto profunfo sobre la vida familiar. Vamos a examinar dos áreas principales del cambio: la diversidad creciente en la estructura familiar y los roles cambiantes del esposo y de la esposa.
Estilos alternos de vida y estructuras familiares Uno de los aspectos más llamativos de la vida estadounidense de décadas pasadas fue la expansión en
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los estilos de vida disponibles. A medida que pasan de la juventud a una edad más avanzada, frecuentemente las personas experimentan una mayor escala de disposiciones hogareñas que en las pasadas generaciones estadounidenses. Aún así, las encuestas de opinión pública muestran que el matrimonio es sin lugar a dudas el estilo de vida preferido. Solamente un 5 por ciento están a favor de permanecer solteras y otro tres por ciento prefiere vivir con alguien aunque no se casen. Ahora examinaremos algunas de estas disposiciones alternas.
La soltería En los últimos tiempos, la idea de que uno debe estar casado para ser feliz, ha sido seriamente cuestionada (Cargan y Melko, 1982). Sin embargo, no hace mucho tiempo, los estadounidenses le colocaban un estigma al término solterona. Por ejemplo, en un encuesta de 1957 se encontró que 80 por ciento de los estadounidenses creían que una mujer debía ser "enferma" "neurótica" o "inmoral" si permanecía soltera. Pero en el año 1978 esta proporción cayó a 25 por ciento (Yankelovich, 1981). Igualando estos cambios de actitud, la soltería entre hombres y mujeres de 35 años de edad ha aumentado fuertemente, excediendo el crecimiento de la mayor parte de otras disposiciones relacionadas con el hogar. Ahora la población de adultos solteros en los Estados Unidos registra alrededor de 20.6 millones, un sobresaliente 90 por ciento que recae en los hogares de una persona en los últimos 15 años (U.S. Department of Commerce 1985). Aún así, en Estados Unidos solamente uno de cada cinco hogares está formado por una persona que vive completamente sola (muchas de las cuales son viudas). Más de dos terceras partes de adultos solteros viven con un amigo, con un pariente o con un "equivalente del cónyuge". El rápido crecimiento en la soltería puede atribuirse a una cantidad de tendencias económicas y sociales coincidentes: el aplazamiento del matrimonio, el aumento en la tasa de divorcios (cerca de una cuarta parte de adultos que viven solos están separados o divorciados), el adelanto de las carreras para la mujer, la mejoría salarial y de crédito para las mujeres y la independencia creciente de los jóvenes con respecto a sus padres. Mientras que muchos hombres y mujeres han decidido simplemente aplazar el casarse, las tendencias recientes señalan que un número creciente va a permanecer soltero durante toda su vida. Para muchas personas la soltería es una elección deliberada de un estilo de vida sobre otro, no necesariamente un asunto de no haber encontrado el compañero (a) perfecto (a). Muchas personas que viven solas, dicen
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que son muy cautelosas del matrimonio y que valoran su libertad e independencia sobre cualquier otra ventaja que la vida matrimonial les pueda ofrecer. Además, actualmente los solteros adultos, especialmente aquellos que viven en áreas metropolitanas, pueden tener ventaja de la creciente subcultura de la soltería. Pueden vivir en apartamentos especiales y complejos, asociarse a clubes para solteros e ir a vacaciones de solteros, tomar cursos de solteros y demás. Los adultos solteros han encontrado que a medida que ha aumentado su cantidad, así también obtienen las oportunidades que les ofrece su status y su estilo de vida.
La cohabitación Aunque las parejas no casadas que viven juntas todavía representan aproximadamente sólo 6 por ciento de adultos que cohabitan, la practica está en aumento. Había 22 millones de hogares de parejas no casadas en 1986, cuatro veces la cifra de 1960, (Current Populations Reports, marzo 1986). En particular, los movimientos estudiantiles de finales de los años 60 y principios de los 70, causaron un incremento sustancial en la cantidad de estudiantes universitarios que cohabitaban. Se estima que durante los años 70 cerca de 25 por ciento de los estudiantes universitarios vivían con un compañero de compromiso al mismo tiempo que hacían sus carreras universitarias, aunque ahora la tendencia podría estar disminuyendo en algunos claustros universitarios. Los estudiantes que cohabitan comúnmente consideran su relación como parte del proceso de galanteo y no como una alternativa a largo plazo para casarse. Hablando de interés, las parejas que cohabitan no están más dispuestas a casarse ni a romper la relación, de lo que las parejas que simplemente "viven juntos" (Risman, 1981). La cohabitación ha atraído primordialmente a los adultos de edad intermedia y a los jóvenes: la mayor parte del crecimiento abrumador desde 1970 se ha concentrado entre los hombres y las mujeres menores de 45 años (Glick 1984, p. 209). El cambio de actitudes hacia las relaciones sexuales prematrimoniales y la creciente disponibilidad de anticonceptivos económicos y fáciles de usar, han hecho de la cohabitación un estilo de vida más aceptable. Por ejemplo, el uso del control de natalidad es ampliamente aceptado ahora, a medida que hay más información disponible para todos sobre el mismo, incluyendo a los adolescentes no casados. Esta situación ha cambiado mucho desde las actitudes nacionales que se mostraban en la encuesta Gallup de 1936. En ese estudio, 70 por ciento de los estadounidenses se oponían a la legalización o a la
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distribución de información sobre el control de natalidad, incluso para personas casadas (Wattenberg, 1973). Algunos cambios enormes en las actitudes y en el comportamiento sexual hacen que las parejas se sientan cada vez más libres de vivir juntos antes del matrimonio o después de que un matrimonio haya terminado. Los adolescentes, en particular, cada vez más están considerando el matrimonio "nada más que como una de las relaciones de la vida en la cual el encuentro sexual es aceptable. Por tanto, la cohabitación ha ganado una aceptación creciente en las opiniones de la juventud y la urgencia de una relación matrimonial ha disminuido". (Walters y Walters, 1980, p. 191; Tanfer, 1987). También la ley está empezando a nivelarse con las personas que no se han casado y viven juntas. Los compañeros que viven juntos en algunos casos se califican ahora como "palimonia". ¿Qué tipos de individuos están más inclinados a adoptar el modelo de cohabitación? Utilizando la información de la Oficina del Censo, para comparar las parejas casadas con los adultos que no se han casado y viven juntos, Paul C. Glick y Graham P. Spanier (1980) encontraron que, en general, las parejas jóvenes que cohabitan están más inclinadas a ser más educadas que las parejas casadas, pero que las parejas que cohabitan y que tienen más de 35 años, están más inclinadas a ser menos educadas. Las parejas que cohabitan también están más propensas a vivir en áreas urbanas que en áreas rurales, y más negros que blancos eligen la cohabitación. En conjunto, las parejas que viven juntas se caracterizan por un ingreso menor que el de las parejas casadas. El desempleo prevalece más entre los hombres que cohabitan que entre los casados, aunque prevalece menos entre las mujeres que cohabitan que entre las casadas. Investigaciones más recientes han cuestionado si quienes cohabitan se diferencian de los que no lo hacen, en sus sentimientos de compromiso hacia la relación en general, sea marital o no. Utilizando las informaciones de una encuesta de 1981 hecha sobre mujeres suecas, un equipo de sociólogos (Bennett, Blanc y Bloom, 1988) observaron las relaciones entre la cohabitación premarital y la estabilidad marital subsecuente. Encontraron que había una tasa de divorcios significativamente más alta entre las suecas que vivieron con sus esposos antes del matrimonio que entre aquellas que no habían cohabitado antes de su matrimonio. También encontraron tasas superiores de fracasos maritales subsecuentes entre las parejas que habían cohabitado antes del matrimonio. Esto confirmó su hipótesis de que los que coha-
bitan como un grupo sienten compromisos más débiles con la institución del matrimonio y con las relaciones en general.
Matrimonio sin hijos Los hogares sin hijos incluyen aquellos en los cuales una pareja casada ha decidido no tener hijos, aquellos en los que los hijos han crecido y han dejado el hogar, y aquellos hogares encabezados por un hombre o por una mujer solos y cuyos hijos no viven con él o con ella. En 1986, la cantidad de familias de parejas casadas con hijos menores de 18 años que ya no estaban en el hogar, superaba en número a aquellas que tenían hijos que vivían en él, 26.3 millones frente a 24.6 millones (Current Population Reports, March 1986). Para el año 1990, se espera que solamente la mitad de las parejas casadas tengan hijos menores de 15 años que vivan en su casa. Cuando se adicionan estas parejas (25 millones) a la cantidad de hogares encabezados por un hombre o por una mujer cuyos hijos no viven con ellos (34 millones),la cantidad total de hogares sin hijos (57 millones) constituirán cerca de las dos terceras partes de la cantidad proyectada de hogares en 1990 (Masnick y Bane, 1980). Una razón para el incremento de hogares sin hijos es la mayor longevidad de hoy. En 1920 el promedio de vida estadounidense era de 54 a 55 años. Actualmente el promedio de vida de un hombre es de aproximadamente 70 años y el promedio para las mujeres es de 78 años. Esto significa que una pareja que se casa muy joven y permanece casada, ahora puede esperar casi cincuenta años de unión, en comparación con 1920 cuando solamente era de aproximadamente 35 años. Puesto que la vida de matrimonio para aquellos que permanecen casados es ahora más larga que antes y puesto que los lujos requieren aproximadamente de la misma cantidad de años para llegar a la vida adulta, ahora sólo es necesario orientar una proporción mucho menor de vida matrimonial a los hijos. La tendencia hacia la disminución de hogares con niños se acentúa con el hecho de que en los últimos 25 años las mujeres gradualmente se han casado más tarde, han tenido hijos más tarde y en menor cantidad. De hecho, la proporción de estadounidenses que dicen que dos hijos es la cantidad ideal en una familia, pasó de 41 por ciento en 1972, a 59 por ciento en 1986; la proporción de aquellos que estaban a favor de tener cuatro o más hijos bajó de 31 por ciento a 11 por ciento (Gallup, 1986. Desde cuando Gallup empezó su primer registro de preferencias del público en 1936, éstas son las mayores y las menores proporciones que expresan estas opinio-
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nes; sin embargo en Estados Unidos, los negros están más inclinados que los blancos a preferir familias numerosas, como también lo están los estadounidenses mayores que tienen menos educación y menores recursos (Gallup, 1986). Mientras que sólo 10 por ciento de mujeres nacidas en 1940 se quedarán sin hijos, se espera que más de 30 por ciento de aquellas que han nacido desde 1954 se quedarán sin ellos. Muchos factores han contribuido a esta tendencia, incluyendo el uso de contraceptivos eficaces, el acceso al aborto, los hogares con doble ingreso y las actitudes cambiantes con respecto a la vida familiar. Las mujeres que voluntariamente se quedan sin hijos, por lo general se ajustan a la siguiente descripción: blancas, viven en un área urbana, empleadas, con mucha educación, no son devotas religiosas y son separadas o divorciadas. La educación cumple un rol particularmente importante en las decisiones del embarazo. Las parejas jóvenes que han tenido un hijo durante su adolescencia o un poco después de los 20 años, comúnmente no pueden seguir en la escuela. Por el contrario, las mujeres que completan su programa universitario de pregrado a las que cursan un posgrado, no solamente posponen el embarazo durante estos años, sino que también lo postergan por mucho más tiempo para poderse emplear. Cuanto más se aplace
Estas madres en sus treinta son parte de una tendencia hacia la maternidad que se pospone con el fin de desempeñar metas educativas y profesionales. Pero esta mayor libertad de elección presenta a las mujeres y a sus compañeros decisiones difíciles sobre cómo y cuándo adaptar a su vida la crianza de los hijos. "Ganarle al reloj biológico" comprende equilibrar los objetivos de una carrera con el hecho de que a la larga se posponga la maternidad, lo menos probable es que la mujer tenga hijos. (Alan Carey/The Image Works).
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la paternidad, menos probabilidades habrá de que una mujer tenga hijos (Pebley y Bloom, 1982). Aquellas mujeres "mayores" que tienen hijos podrían enfrentarse a obligaciones de los hijos dependientes y de los padres ancianos cuando ellas estén en la edad intermedia. Esto rara vez ocurría en el pasado. Sin embargo, hoy una mayoría de mujeres de cincuenta años tienen madres vivas y también una gran minoría tienen hijos menores de veinte años (Menken 1985, p.477).
Los padrastros En uno de cada tres matrimonios uno de los esposos se ha casado anteriormente. La mitad de los que han vuelto a casarse son padres, lo cual origina una situación de padrastros. Si las tendencias presentes continúan, para 1990 más de 50 por ciento de todos los niños estadounidenses habrán experimentado el divorcio y unas segundas nupcias en sus familias. En esta forma, es probable que la familia con padrastros se vuelva algo común. La mayoría de los adultos se enfocan hacia este tipo de familia, buscando crear una familia nuclear tradicional porque es el único modelo que tienen. Así que hay con mucha frecuencia hermanastros y hermanastras, abuelastros y parientes políticos de matrimonios anteriores, a quienes por igual se les presentan una multitud de complicaciones. Quizá no sea algo sorpresivo que un 44 por ciento de las familias mixtas fracasen en los primeros cinco años (Kargman, 1983). Estas familias tienen problemas especiales (Bohannan y Erickson, 1978; Turnbull y Turnbull, 1983). Los padrastros frecuentemente se fijan en forma irreal altas expectativas. Frecuentemente esperan ser capaces de relacionarse con sus hijastros como lo hacen los padres "verdaderos" y también esperan encontrar pronto el amor y la aceptación. Cuando sus esperanzas y sus fantasías fracasan, sienten que algo les pasa a ellos mismos y a los niños, lo cual contribuye al enojo, a la culpabilidad y a la baja autoestima. Y los niños de quienes se espera que respondan a los padrastros como si esa persona fuera realmente su padre natural, frecuentemente reaccionan con hostilidad, rebelión y culpabilidad. Y algunos niños se preguntan: "¿Si amo a mi madrastra (o a mi padrastro) estaré traicionando a mi verdadera madre (o a mi verdadero padre)?" También abundan otros problemas. Frecuentemente existen tiranteces financieras, especialmente si un hombre debe hacer un pago para el sustento del hijo del otro hogar. Las diferencias en las preferencias de alimentación son muy comunes. Y la disciplina típicamente es un asunto sensible para el
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padrastro. Sin embargo, los consejeros familiares tienen muchísimas sugerencias que pueden ayudar a las familias a manejar estas diversas situaciones. Estos incluyen trasladarse a una nueva casa, señalar y reforzar límites sobre los cuales tanto los padres naturales como los padrastros están de acuerdo, permitir a los niños una salida a los sentimientos hacia el padre natural ausente dejando que el tiempo se encargue de fraguar los vínculos emocionales y manteniendo la primacía de la relación marital (Turnbull y Turnbull, 1983).
Los viejos y la familia estadounidense Como anotábamos anteriormente, gran parte de la cantidad creciente de familias sin hijos en los Estados Unidos son aquellas en las cuales los hijos han crecido y han dejado el hogar. Con frecuencia, en estos hogares los padres están cercanos a la edad del retiro y muchos ya se han retirado. En el futuro aumentará sustancialmente la proporción de estas familias estadounidenses con padres de edad avanzada, a medida que los individuos nacidos durante el baby boom del período de la postguerra lleguen a la tercera edad. Actualmente uno de nueve estadounidenses tiene 65 años o más; pero entre los años 2010 y 2020 la proporción será aproximadamente de l a 6. ¿Qué tipo de vida familiar pueden esperar estas personas? Puesto que las mujeres seguirán sobreviviendo a los hombres, al menos en el futuro próximo, y puesto que en general las mujeres eligen esposos que sean mayores que ellas, habrá más viudas que viudos de edad avanzada en el año 2 000. Actualmente tres de cuatro hombres estadounidenses de 65 años o más están casados y viven con sus esposas, mientras que solamente una de tres mujeres en este grupo de edad esta casada y vive con su esposo. Es difícil decir con exactitud cómo será el matrimonio para estas parejas de ancianos, pero algunos signos comunes son bastante positivos. Varios estudios recientes sugieren que, aunque la satisfacción marital a menudo disminuye después de los primeros años del matrimonio, frecuentemente toma un auge significativo después de la jubilación, cuando marido y mujer tienen más tiempo para dedicarse uno al otro (Rollins y Cannon, 1974; Rollins y Feldman, 1970). Este cambio puede ocurrir particularmente en las parejas de profesionales o directivos, probablemente porque sus ingresos relativamente satisfactorios les permiten escapar a la inseguridad financiera que incomoda a una gran cantidad de jubilados de la clase trabajadora. Un ingreso satisfactorio también permite a una pareja conseguir cuidados médicos adecuados, y la buena salud está
fuertemente asociada con la satisfacción marital (Beck, 1982; Renne, 1970). El ser abuelos también seguirá siendo una parte importante de la vida de los ancianos estadounidenses durante las próximas décadas. El hecho de que más gente llegue a ser abuelos y que más gente, incluyendo a los adolescentes y a los adultos, tengan abuelos vivos, ha despertado el interés por ser abuelos. La investigación muestra que los abuelos frecuentemente desempeñan un rol importante en las familias extendidas -como niñeros, ofreciendo recursos en tiempos de crisis familiar, como guardianes cuando los padres están enfermos o cuando están ausentes, como confidentes y compañeros fieles, como proveedores de regalos y de asistencia financiera (Robertson, en Quadagno 1980, p. 291). Puesto que tradicionalmente las mujeres están asociadas con el hogar y con la familia, y puesto que las mujeres viven más tiempo, la mayor parte de esta investigación se ha enfocado hacia las abuelas. Un estudio de 125 abuelas (Robertson, en Quadagno, 1980) encontró que la mayoría (80 por ciento) gozaban plenamente su nuevo rol en la familia. La mayoría de las mujeres del estudio sentían que el ser abuela era más fácil que ser madre; liberadas de las responsabilidades diarias de la crianza de los hijos, disfrutaban mucho más de sus nietos. En efecto, 36 por ciento decía que preferían ser abuelas a ser madres. Una buena abuela era considerada como alguien que ama y disfruta de sus nietos, da buen ejemplo, ayuda cuando se le solicita o cuando se necesita y no interfiere demasiado en la vida de sus nietos o en la educación que les den los padres. Estas abuelas eran frecuentemente niñeras y se les invitaba a visitar y a jugar con sus nietos con más frecuencia de lo que ellas mismas se invitaban. En el libro The New American Grandparent (1986),
los sociólogos Andrew Cherlin y Frank Furstenberg sugieren que está aumentando el estilo de camaradería en el cual el abuelo y el nieto son compañeros. A diferencia de muchos padres de hoy, los abuelos tienen mucho tiempo para jugar con sus nietos, leerles algo, mirar televisión con ellos, ayudarlos en sus tareas y llevarlos a un juego de balón o a Disneylandia. Finalmente, la mayoría de los ancianos estadounidenses quieren mantener relaciones con sus hijos y con sus nietos mientras que continúan viviendo tan independientemente como sea posible.
Roles cambiantes de marido y mujer Con todos estos cambios en la estructura familiar, ¿qué ha sucedido con la familia nuclear formada por
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el esposo, la esposa y los hijos? ¿También está cambiando? La respuesta es un rotundo sí.
La pareja que cambia Philip Blumstein y Pepper Schwartz (1983) en su estudio de 300 parejas estadounidenses exploraron lo que permanece y lo que cambia en las relaciones íntimas1. Encontraron que los roles de marido y mujer han sufrido una modificación esencial en los últimos años, (como se discutió en el Capítulo 12). En parte, estos cambios los indujo el movimiento feminista, con su insistencia sobre la igualdad entre los sexos. También los incitaron las mujeres casadas que ingresaron al mercado de trabajo en cantidades crecientes. Como resultado, ya no es tan clara la forma como los hombres y las mujeres deben relacionarse entre sí. La edad más avanzada para el primer matrimonio, el menor tamaño de la familia, la mayor aceptación de la cohabitación, la homosexualidad más abierta, el número creciente de padres únicos y las altas tasas de divorcio y las segundas nupcias también afectaron las relaciones. No hay duda de que las parejas contemporáneas se encuentran en un estado de transición. "¿Pero transición hacia qué?" (1983, p.47). Las parejas contemporáneas tienen muchas más posibilidades de estilo de vida de las que disponían las parejas en el pasado, pero también tienen menos normas. Tal como lo señalan los interaccionistas simbólicos, la toma de nuevos roles y la negociación de nuevas responsabilidades es una tarea principal del matrimonio. En los matrimonios tradicionales, a cada parte automáticamente se le asignaban ciertos roles, responsabilidades y privilegios. La pareja no tenía que pensar en cómo se ganaría el dinero o cómo se asearía la casa; se daba por sentada una división del trabajo. Actualmente, como nos lo recuerdan los interaccionistas simbólicos, casi todos los aspectos de las relaciones de una pareja, desde preparar los alimentos hasta iniciar el sexo, son negociables. ¿Deberán vivir juntos? ¿Casarse? ¿Tener hijos? Las respuestas ya no son automáticas. Cuando los cónyuges están igualmente comprometidos en ganar lo del sustento diario y ambos reciben satisfacción personal de sus empleos, el trabajo se convierte en un asunto doméstico. ¿Qué deberán hacer si a él le ofrecen una promoción en una ciudad donde ella no puede encontrar empleo en su cam-
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En el estudio se incluyó 120 parejas heterosexuales, 72 de ellas eran casadas, 48 no lo eran y vivían en unión libre, 90 parejas de lesbianas y 90 parejas de homosexuales.
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po? ¿Qué pasa si ella trabaja por la noche y en los fines de semana, o si viaja frecuentemente y el trabajo de él le deja mucho tiempo libre? para muchas personas ahora en sus 30 ó 40 años la necesidad de tomar tales decisiones llega como por sorpresa. Crecieron en una cultura que asumió las reglas al matrimonio como algo "dado", ahora, de repente, en la mitad de sus relaciones (y en mitad de su vida), se les obliga á hacer ajustes difíciles. Blumstein y Schwartz sugieren que se están dando tres formas distintas de matrimonio, cada una de las cuales tiene su propio conjunto de reglas. En los matrimonios tradicionales, el hombre trabaja fuera de la casa y ejerce una autoridad incuestionable en el hogar; la esposa es ama de casa de tiempo completo. Para estas parejas, el divorcio es algo en lo que no se piensa. El segundo tipo de matrimonio es el matrimonio voluntario, dura solamente mientras la pareja se ama. La pareja da una alta prioridad a la "felicidad", y a la "compatibilidad" y se da cuenta de que estas altas expectativas hacen poco probable la continuidad. Ambos pueden diseñar un contrato especial de matrimonio, que es renovable cada cinco años. La tercera variación moderna es el matrimonio de prueba. El matrimonio de prueba es algo parecido al matrimonio tradicional en el sentido de que la pareja espera un eventual compromiso de por vida. Pero la pareja no ha tomado una decisión final, y esta indecisión da colorido a la relación. Aunque la mujer intenta llegar a convertirse en ama de casa de tiempo completo, continúa trabajando durante el matrimonio de prueba. Dichas parejas generalmente no tienen hijos (aunque uno o ambos puedan tener niños de un matrimonio anterior). Algún día estos tipos diferentes de matrimonio podrían formalizarse y acompañarse con más "regulaciones" que intenten darle una mayor seguridad. Sin embargo, Blumstein y Schwartz encuentran en el presente una gran cantidad de ambivalencia en las actitudes. El papel de proveedor ha sido durante mucho tiempo central al sentido de identidad y autoestima de los hombres. Además, aunque muchos hombres quieren que sus esposas les colaboren financieramente, quieren seguir siendo los proveedores fundamentales. En efecto, el hecho de que automáticamente ya no se les considere jefes del hogar hace que el logro exterior sea lo mas importante para ellos. Cuando eran los únicos proveedores, daban importancia a las oportunidades ocupacionales y esperaban más servicios domésticos de sus esposas. Muchos hombres encuentran difícil renunciar a estos privilegios. Cada vez más las mujeres, al igual que los hombres, consideran el empleo como parte de su propia imagen y como algo esencial a la esta-
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bilidad financiera de la familia. A cambio de estas responsabilidades financieras compartidas, las mujeres quieren ayuda con el cuidado de la casa. También quieren que a sus necesidades y deseos se les de tanta consideración como a los de sus esposos. La pregunta para la sociedad, dicen Blumstein y Schwartz, es como pueden enfrentar las parejas las circunstancias de cambio social y los problemas difíciles que esto crea, y todavía permanecer y ser felices (1983). En la siguiente sección, veremos algunos de los problemas que presentan los matrimonios de dos profesionales. Matrimonios de dos profesionales Los matrimonios en los cuales tanto el esposo como la esposa trabajan, han prevalecido por mucho tiempo entre las parejas de la clase trabajadora, para quienes los ingresos son frecuentemente una necesidad financiera. Pero al empleo de la esposa generalmente se le da poca importancia, y ella sigue desempeñando la mayor parte de las tareas del hogar. No obstante, en los últimos años ha surgido una nueva disposición marital más equitativa. Se trata del matrimonio de dos profesionales, un matrimonio en el cual ambos compañeros ejercen y comparten las responsabilidades familiares. La principal diferencia entre el matrimonio de dos profesionales y el de dos trabajadores, es el nivel de educación, la motivación para trabajar y el grado de compromiso de la esposa por su carrera. (Thomas, Albrecht y White, 1984). En los matrimonios de doble profesión, ambos compañeros deben mezclar las demandas de sus empleos con las demandas de la familia. Si tienen hijos, deben arreglárselas para poderlos atender, también deben asegurarse de que se realicen las tareas domésticas necesarias; y además deben contar con tiempo sencillamente para estar juntos. Aunque haya mucha coordinación cuidadosa, no todos los problemas pueden preveerse y evitarse. A diferencia del trabajador de horario de 9 a 5, con frecuencia los hombres y las mujeres profesionales tienen que llevar el trabajo a la casa, asistir a reuniones no programadas o viajar (Skinner, 1983). La niñera puede no presentarse y las vacaciones y el programa de trabajo pueden no coincidir. ¿Cómo se resuelven estos conflictos? La mayoría de los estudios (Shenon, 1983) demuestran que, tal como sucede en los matrimonios de dos trabajadores, la esposa asume la responsabilidad primaria por el manejo del hogar y el cuidado de los niños (véase Figura 16.3). En su estudio de parejas de dos profesionales, en la cual la esposa era profesora, abogada o médica, Brian F. Pendleton, Margaret M. Poloma, y T. Neal Garland (1980), descubrieron que las mujeres se mostraban
más de acuerdo con que la madre tuviera la responsabilidad primaria por el cuidado del niño, que la carga de las responsabilidades del hogar recayera primordialmente en la esposa, que el trabajo era un empleo agradable en vez de ser un compromiso completo por toda la vida y que la historia de la profesión de una mujer era muy diferente a la del hombre. Pero la mayoría de estas mujeres no estuvieron de acuerdo con la afirmación de que un esposo debiera aprobar el empleo de la esposa, de que al esposo no se le debería exigir ayuda en las tareas domésticas, y de que sería imposible que una mujer profesional casada combinara una profesión de tiempo completo con las exigencias familiares. Pero las responsabilidades del hogar y el cuidado de los niños no son solamente situaciones para las parejas de profesionales. También deben coordinar sus profesiones y darse tiempo a sí mismos como pareja. Un estudio de 34 parejas profesionales comparó los estilos de vida y los modelos de inter-
Las dinámicas cambiantes de los matrimonios de dos profesionales le permiten al hombre desempeñar un mayor rol en los aspectos de la crianza del hijo y la vida familiar, que antes se suponía pertenecían exclusivamente a la mujer. Esto enaltece el sentido de paternidad que con frecuencia empieza con una mayor participación de los papás en las primeras etapas de este período. (Peter Menzel/Stock, Boston).
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Figura 16.3. Tiempo que dedican a los quehaceres domésticos las parejas casadas
acción en matrimonios de alta calidad y de baja calidad (Thomas Albrecht y White, 1984). Todas las parejas dijeron que el doble ingreso constituía una diferencia importante en su estilo de vida y que los capacitaba para contratar ayuda doméstica, salir a comer y otras cosas que contribuían a la calidad de sus matrimonios. El conflicto sobre el dinero solamente surgía cuando la esposa ganaba más que el esposo. En los matrimonios de alta calidad, las esposas habían hecho concesiones en cuanto a sus profesiones con el fin de atender a las demandas fami-
liares. La mayoría de las mujeres habían "roto su línea profesional" porque les había quitado tiempo para cuidar los niños pequeños. Más aún, la mayoría de las mujeres dijeron que las profesiones de sus esposos eran más importantes que las suyas. Los problemas se presentaban cuando el esposo no apoyaba el compromiso profesional de su esposa, o cuando sus profesiones no se sincronizaban. En muchos matrimonios de baja calidad el posponer la profesión de la esposa se aceleró en el momento en que su esposo estaba desilusionado y aburrido en su
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trabajo, "la última florecencia contra el Síndrome de Profesión Quemada". Las diferencias en los patrones de interacción también diferenciaban los matrimonios de alta y de baja calidad. En los matrimonios de baja calidad, el esposo y la esposa tienen diferentes percepciones de la importancia de la profesión de la esposa y de su nivel de tensión. En muchos de los matrimonios de alta calidad el esposo y la esposa estaban comprometidos en profesiones similares (ambos eran educadores, investigadores, ejecutivos), aunque no para la misma institución o compañía. La semejanza de profesiones realzaba la comprensión. La comunicación fue un problema para todas las parejas de doble profesión. Al terminar la jornada de trabajo, estaban "sobrecargados", demasiado cansados para hablar. En los matrimonios de alta calidad la pareja había hecho el esfuerzo concertado de programar el tiempo para estar juntos. En los matrimonios de baja calidad las esposas se sentían desencantadas con el nivel de "intimidad intelectual". En particular, sentían que sus esposos demostraban muy poco interés por los problemas relacionados con su profesión y sus logros. Finalmente, los matrimonios de alta calidad registraban un alto grado de "intimidad recreativa"; los matrimonios de baja calidad registraban conflicto sobre cómo pasar el precioso tiempo libre. Los investigadores concluyen que la mayor parte de los estudios sobre los matrimonios de doble profesión han puesto demasiado énfasis sobre la forma como las parejas manejan sus situaciones domésticas y el cuidado de los niños, y muy poco en la coordinación de sus profesiones y la simple diversión. Hertz dirigió un estudio en profundidad sobre parejas exitosas de dos profesiones de los años 80 (1986). Estas parejas eran miembros de una minoría privilegiada cuyos diplomas universitarios, conexiones e ingresos, abrían muchas puertas a la seguridad material y al avance, los cuales no estaban a disposición de la mayoría de parejas. Estaban en capacidad de "tenerlo todo" (profesiones y familias) en parte porque podían contratar amas de llaves y niñeras (comúnmente trabajadoras menos aventajadas). Pero Hertz considera que su éxito es una espada de doble filo; por un lado permite que la pareja contrate colaboradores, pero también hace que ambas partes estén menos deseosas de sacrificar las oportunidades profesionales para mantener la familia unida. Encontró que estas parejas no se habían propuesto
conscientemente establecer un matrimonio equilibrado. Por el contrario, sus elecciones profesionales y sus éxitos habían originado un cambio en sus actitudes hacia la vida familiar. Los estudios de matrimonios de doble profesión, iluminan la naturaleza desigual del cambio en la familia. En sus profesiones, las mujeres en estos matrimonios han escapado a los estereotipos acerca del rol femenino. A menudo, sus esposos aplauden sus éxitos. En casa, sin embargo, tanto la mujer como el esposo todavía se adhieren a muchos elementos de los roles tradicionales de los sexos (tales como la responsabilidad de la esposa para el manejo de la casa y la preminencia de la profesión del marido). Para estas parejas, un matrimonio verdaderamente equilibrado está a la vista; pero no está totalmente al alcance.
PERSPECTIVAS PARA LA FAMILIA ESTADOUNIDENSE Muchas disposiciones innovadoras de la familia son intentos por realzar el compromiso del matrimonio mientras aumenta la libertad y la realización individual. En esta forma, las familias se están adaptando a las amplias tendencias sociales tales como demorar el matrimonio, posponer el embarazo, la mayor participación de la mujer en el mercado de trabajo y la creciente tasa de divorcios. Sin lugar a dudas, la familia nuclear estadounidense continuará adaptándose a estas presiones; pero, ¿cuán rápidamente y cuán amplias serán las adaptaciones futuras? Las opiniones son diversas. Algunos observadores sienten que los cambios en la vida familiar durante las próximas dos décadas serán muy pequeños en comparación con las que ocurrieron en las dos décadas pasadas (Glip, 1979 ). Otros predicen que vamos a ver cambios más fundamentales en la familia estadounidense antes del año 2000 en las prácticas de la crianza, en la división del trabajo entre marido y mujer, en los métodos de salir adelante en los hogares con dos profesionales y en las expectativas generales de las personas con respecto al matrimonio y la vida familiar (Scolnick, 1978). A pesar de estas diferencias, hay consenso en reconocer que la vida familiar cada vez es más diversa (Bumpass, 1985, pp. 621622) y en la necesidad de un soporte normativo e institucional para los cambios sociales.
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RESUMEN 1. La familia es elemento clave de la organización social, encargada de regular el comportamiento sexual, la reproducción, la socialización, el cuidado y protección y la ubicación social. 2. Los sociólogos están en desacuerdo sobre si los modelos familiares en las sociedades occidentales son funcionales para la sociedad, o si estos reflejan la participación del poder social en partes desiguales por los hombres y por las mujeres. También están en desacuerdo acerca de si debe considerarse que modelos familiares emergen de estructuras externas, dentro de las cuales los individuos deben intentar adaptarse, o como una creación de muchas decisiones individuales. 3. Los modelos de organización familiar varían entre culturas y con el tiempo. Las dos formas familiares fundamentales son la familia nuclear (que hace hincapié en los vínculos conyugales) y la familia extendida (que insiste en los lazos de sangre). 4. Las opiniones sobre el matrimonio también varían: algunas sociedades permiten el matrimonio con más de un cónyuge, mientras que otras prefieren la monogamia; algunas idealizan el amor romántico, mientras que otras dan importancia a las obligaciones de la familia extendida. 5. La familia nuclear todavía es el ideal en la sociedad estadounidense; pero la realidad de la vida familiar en dicha sociedad incluye muchas variaciones. Está creciendo más y más la cantidad de familias de padres solteros y de familias en las que am-
bos padres trabajan. Cuando las personas se casan, la cantidad de hijos que tengan o la forma como van a criarlos variará de acuerdo con la clase social. Como grupo, los estadounidenses negros han desarrollado modelos familiares diferentes. 6. La familia estadounidense no está libre de conflictos. Cuando los miembros de la familia no viven con ideales altos, la respuesta frecuente es la violencia hacia los hijos, hacia los cónyuges y aun hacia los padres ancianos. 7. El divorcio es también algo común. Algunos matrimonios son más susceptibles que otros al divorcio; las mujeres pueden sufrir más que los hombres cuando se divorcian y los hijos necesitan tiempo para su adaptación. 8. En décadas recientes, la familia estadounidense ha cambiado en muchas formas. Muchas personas se casan, tienen hijos más tarde; tienen menos hijos o ninguno. Estos cambios sociales han dado por resultado las diversas modalidades de hogares, que incluyen las familias de personas solteras, la cohabitación sin matrimonio, las parejas sin hijos y las familias de padrastros. 9. Estos cambios tienen un impacto directo sobre las parejas: las reglas para el matrimonio y para la vida familiar no se dan como un hecho sino que están sujetas a la negociación. En muchas formas, las actitudes y las expectativas no han seguido el mismo paso de un comportamiento. Las parejas de dos profesionales están en el filo cortante de estos cambios.
GLOSARIO Autoridad igualitaria. Modelo en el cual el poder dentro de la familia se aplica en forma equitativa a los hombres y a las mujeres. Descendencia bilateral. La descendencia que procede tanto de la familia del padre como de la madre. Descendencia matrilineal. La rama de descendencia a través de la familia de la madre solamente. Descendencia patrilineal. Es la línea de descendencia a lo largo de la familia del padre únicamente. Endoganúa. Reglamentación en la cual se requiere que una persona se case con alguien dentro de su propio grupo, tribu, nacionalidad, religión, raza, comunidad u otra agrupación social. Exogamia. Reglamentación que exige que una persona se case con alguien que esté fuera de su propio grupo. Familia. Grupo de personas que están unidas por lazos matrimoniales, de ancestro o de adopción y que tienen responsabilidades en la crianza de los hijos.
Familia de orientación. La familia nuclear que está formada por uno mismo, el padre, la madre y los hermanos. Familia de procreación. Una familia nuclear formada por uno mismo, el cónyuge y los hijos. Familia extendida. Familia que forman las parejas casadas de diferentes generaciones, sus hijos y sus otros parientes; el centro de la familia lo forman los parientes de sangre con cónyuges que son funcionalmente marginales y periféricos. Familia nuclear. Hogar formado por un esposo, una esposa y los hijos; los parientes de sangre son funcionalmente marginales y periféricos. Kíbutz. Un establecimiento colectivo en Israel para el cual trabajan los individuos, y a los niños los educan los guardianes y profesores de la comunidad. Matriarcado. Modelo en el cual el poder dentro de la familia lo presenta la mujer.
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Matrimonio. Unión socialmente reconocida entre dos o más individuos que comúnmente se comprometen con deberes y derechos sexuales y económicos. Matrimonio de dos profesionales. Matrimonio en el cual ambos compañeros desempeñan carreras fuera del hogar. Matrimonio de grupo. Es un matrimonio formado por dos o más esposos de dos o más esposas. Monogamia. Disposición legalmente prescrita de un esposo y una esposa. Patriarcado. Modelo en el cual el poder dentro de la familia está representado por los nombres.
Poliandria. Matrimonio formado por una esposa y dos o más esposos. Poliginia. Es el matrimonio formado por un esposo y dos o más esposas. Residencia matrilocal. Disposición en la cual la pareja casada, después del matrimonio establece su hogar con o cerca de la familia de la esposa. Residencia neolocal. Es una disposición en la cual la pareja casada después del matrimonio establece una nueva residencia. Residencia patrilocal. Disposición en la cual la pareja casada, después del matrimonio establece su hogar con o cerca de la familia del esposo.
CAPITULO 17
La educación
En las sociedades tradicionales, los niños aprenden de sus padres y amigos y de los especialistas religiosos, no mediante instrucción formal. Los niños siguen a sus padres en sus ocupaciones y otros roles sociales. Las niñas siguen a las mujeres mayores en los roles concernientes al campo, la cocina, el matrimonio y el cuidado de los niños. Estos siguen a los hombres en los roles de esposo, pescador, pastor o cazador. Los niños aprenden mirando a los adultos a desollar una foca, tallar una vasija, cocinar un estofado, y luego prueban sus propias habilidades. Las narraciones y los mitos constituyen otra fuente importante de conocimiento con relación a la cultura. En las sociedades complejas, la educación se suministra principalmente en las instituciones formales y especializadas, llamadas escuelas. La palabra formal es quizá el término clave aquí. Las escuelas elementales, de secundaria y las universidades son organizaciones formales que desempeñan importantes funciones de socialización. La socialización, tal como la conocemos, es el proceso amplio y total mediante el cual los individuos adquieren aquellos modos de pensar, de sentir y de actuar que son necesarios para participar eficazmente en la sociedad. La educación es la forma específica y estructurada de socialización mediante la cual se transmiten formalmente, de una generación a otra, el conocimiento de una cultura, las habilidades y los valores. La educación no se limita a la escuela. Las escuelas son simplemente el medio principal por el cual se suministra la educación moderna. En otras palabras, así como la educación es una forma especializada de socialización, asimismo la escuela es una forma más especializada de educación. Ella entrena a los jóve-
nes para trabajar, los induce a las tradiciones compartidas y los prepara para la participación (y a menudo para el liderazgo) en la vida pública. La educación es un acto muy consciente y deliberado: tanto el profesor como el estudiante saben que se espera que se dé el aprendizaje.
LA EDUCACIÓN ESTADOUNIDENSE: METAS, VALORES Y DILEMAS Ninguna nación moderna cree tan profundamente en la educación y en las escuelas como Estados Unidos. A mediados de 1800 Estados Unidos era pionero de un sistema de escuelas públicas gratuitas. Se esperaba que los niños asistieran a la escuela, no sólo para que pudiesen progresar económicamente, sino también para que pudiesen entender los principios de la democracia y participasen en los asuntos del gobierno. Actualmente en Estados Unidos la educación se considera como algo tan importante que a todos los estadounidenses se les obliga por ley a asistir a las escuelas. Los estadounidenses todavía sienten que la educación abre oportunidades y permite que todos los individuos avancen en la sociedad de acuerdo con sus capacidades. El fuerte compromiso estadounidense con el ideal de una educación pública gratuita y universal ha tenido diversos resultados. En las escuelas de este país abundan graves problemas y la percepción pública de estos se ha agudizado más en los últimos años. Un problema ha sido suministrar a los estudiantes las destrezas fundamentales verbales y aritméticas. Las escuelas estadounidenses gradúan mu493
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dos en forma tan inadecuada? En esta sociedad moderna de rápidos movimientos, ¿habrá demasiado que enseñar y aprender y no hay métodos claros para organizar ese conocimiento? ¿O es el diagnóstico demasiado simple? Parece al mismo tiempo contradictorio que esa sociedad "avanzada" no pueda cumplir lo que las sociedades tradicionales habían logrado obtener. Un observador lo expone en esta forma:
la educación es una socialización estructurada. En las sociedades tradicionales los niños aprenden a través de la imitación y de la práctica bajo la supervisión de uno de los padres, de un líder religioso o de un maestro que tiene una habilidad especial. En la compleja sociedad estadounidense, la educación se formaliza y tiene lugar especialmente en las escuelas (Michael Melford/Wheelcr Pictures).
chos estudiantes que no pueden leer, escribir, o calcular suficientemente bien como para balancear una chequera o consultar un mapa de carreteras. Muchos estudios importantes han arrojado un cuadro inquietante: millones de estadounidenses que no pueden utilizar la información escrita para funcionar en la sociedad o para alcanzar sus metas personales. Según un estudio financiado por el Gobierno Federal titulado "Literacy: Profiles of America's Young Adults", uno de tres jóvenes adultos, apenas saben leer y escribir (Fiske, 1986a). Así, la educación estadounidense puede verse en dos formas: por un lado, 95 de 100 adultos pueden leer en el nivel del cuarto grado, el nivel que los educadores consideran básico para leer y escribir. A este respecto, Estados Unidos es una de las naciones más alfabetizadas de la Tierra. Por otro lado, 20 de 100 estadounidenses no pueden desempeñarse bien hasta mucho después del octavo grado (Fiske, 1986a), y su capacidad de razonamiento abstracto y de resolución de problemas es deficiente. Las personas que leen en ese nivel no pueden, por ejemplo, entender lo que la etiqueta de un limpiador de cañerías, indica que debe hacerse si un niño ingiere el veneno. Los 25 millones de estadounidenses que leen en el nivel del cuarto grado, no pueden entender las señales de tránsito o los menús en los restaurantes de comidas rápidas (King y Weaver, 1986). Además, los negros y los hispanos generalmente registran un nivel más bajo de alfabetización que los blancos. ¿Qué es lo que no funciona con las escuelas estadounidenses modernas y con los sistemas educativos? ¿Por qué hay tantos estadounidenses socializa-
Dado que durante 5 millones de años aproximadamente, la sociedad humana ha tratado de educar a su juventud de modo que todos sean capaces de perfeccionar el conocimiento y las destrezas necesarias para la supervivencia, ¿por qué esto no sucede en las escuelas de la sociedad moderna?... ¿Por qué sucede que cuando sabemos que las operaciones cognoscitivas necesarias para aprender a hablar una lengua las perfeccionan casi todos los niños a la edad de 5 años, muchos de ellos parecen incapaces de aprender a leer en la escuela, aunque la complejidad cognoscitiva para aprender a leer, al menos en las primeras etapas, es menor a la que se requiere para aprender a hablar? (F. Erickson 1977, p. 527)
Esta contradicción señala otra pregunta: ¿se espera demasiado de las escuelas? ¿Acaso, por ejemplo, se espera que éstas, resuelvan importantes problemas sociales que realmente pueden estar más allá de su alcance? ¿Suponemos que las escuelas, de alguna manera, harán que la democracia -la igualdad de oportunidades para todos- se convierta en realidad? Quizás realmente las escuelas no estén dotadas para tareas complejas y vastas de socialización. También debemos preguntar qué valores realmente funcionan y fomentan el sistema educativo moderno, en su totalidad, y en la vida diaria. Debemos mirar los objetivos originales de las escuelas, en general, y específicamente en Estados Unidos, ya que los habitantes de este país han jugado un rol muy significativo en la historia de la educación. Las escuelas se crearon originalmente hace muchos miles de años para preparar a los individuos seleccionados para servir como líderes y profesionales, aunque hasta 1800 muchas personas se educaron con tutores privados. Sin embargo, el sistema de escuelas públicas gratuitas que los estadounidenses crearon a mediados del siglo XIX era algo que no existía con anterioridad. El sistema era (y es) financiado por impuestos pagados por todos los ciudadanos, incluso por aquellos que no tienen hijos en las escuelas públicas, porque se creía, y se cree, que la educación, mejora la vida de todos los miembros de la sociedad. A finales del siglo XIX y principios del actual, la educación formalmente certificada, por expertos en las escuelas, en lugar de serlo en el hogar, llegó a ser algo que se exigía de todos los niños esta-
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dounidenses. (Existe una conexión aquí con las leyes sobre el trabajo de los niños, aprobadas en la primera parte de este siglo como vimos en el Capítulo 6; la asistencia obligatoria a las escuelas, evitó que los niños trabajaran en las fábricas y que estuvieran en las calles). ¿Qué pretendían hacer las escuelas durante este período? En primer lugar, enseñar las habilidades básicas consideradas necesarias para la vida democrática moderna. Las escuelas también entrenaban a los niños provenientes de las zonas rurales para las rutinas disciplinadas de las fábricas y en las labores de oficina en una sociedad cada vez más industrializada. Otro objetivo principal, que este país compartía con otras sociedades que habían sufrido la modernización, era el desarrollo de un sentido común de nacionalidad cohesiva. Esto fue particularmente importante para Estados Unidos durante los finales del siglo XIX y principios del XX por su enorme influjo de inmigrantes de todos los países del mundo. En la escuela, los hijos de estos inmigrantes podían aprender un caudal común de conocimientos , podían aprender, en otras palabras, a ser estadounidenses (Violas, 1978). Al parecer las escuelas pueden proporcionar medios muy importantes para unir estrechamente a personas de diversos orígenes étnicos en una nación común. La historia estadounidense ha demostrado cierto éxito en este esfuerzo. No menos significativo es que en la escuela, los niños aprendan una lengua común. Por ejemplo, en China actualmente se están haciendo intentos para dirigir la escuela cada vez más en putongua (literalmente, la lengua común del pueblo) o en la lengua de toda la nación, en vez de hacerlo en muchos dialectos locales. Generalmente, los objetivos de las escuelas están íntimamente ligados al desarrollo económico de la sociedad, como puede verse en el énfasis que se hace sobre la industrialización. En este país y en todo el mundo se cree que el grado de escolaridad es un índice del nivel de desarrollo. Por ejemplo, en los países menos desarrollados del Tercer Mundo la escolaridad comúnmente termina con la escuela elemental. Esto ocurre principalmente porque los adolescentes forman un caudal importante de mano de obra, particularmente en las comunidades agrícolas. Los jóvenes no pueden perder tiempo yendo a la escuela; son necesarios para el trabajo. Además, en estos países usualmente no existen recursos suficientes para sostener un sistema educativo superior. En la misma forma,los sistemas educativos de las sociedades modernas y ricas comparten muchos objetivos fundamentales relacionados con la econo-
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mía y las estructuras de edad. Sus métodos educativos generales también son muy similares y se han descrito como un tipo de entrenamiento básico militar en términos sociales: Una sociedad moderna es... como un ejército moderno, sólo que es más. Proporciona un entrenamiento completo y muy prolongado para todos los reclutas, insistiendo sobre ciertas calificaciones compartidas: alfabetización, numeración, hábitos básicos de trabajo y habilidades sociales... La hipótesis es que a quienquiera que haya completado el entrenamiento genérico común a la población entera puede volvérsele a entrenar para la mayor parte de los empleos sin demasiada dificultad (Gellner, 1983, p. 28).
Aun así, las diferencias en los valores educativos en los diferentes países ricos y modernizados explican algunas diferencias importantes en sus sistemas educativos. Los estadounidenses valoran la oportunidad de educación que se proporciona a todos, inclusive a expensas de estándares educativos bajos. Por tanto, un 86 por ciento de los estadounidenses terminan la secundaria, y cerca de un tercio de estos graduados, ingresan a las universidades. En Gran Bretaña, por el contrario, solamente cerca de 12 por ciento de los estudiantes de 18 años (comparados con más de 28 por ciento de estadounidenses) son aptos para asistir a la universidad. Los estudiantes británicos presentan pruebas de estado que le permiten solamente a este pequeño grupo prepararse para la educación universitaria. (Lo mismo sucede en el Japón). Los valores británicos -algunas veces considerados "elitistas" en comparación con los de los estadounidenses- hacen hincapié en los estándares académicos por encima de la oportunidad democrática. Las universidades británicas generalmente tienen un estándar promedio de instrucción superior al estadounidense; pero son asequibles sólo para un segmento más pequeño de la población. Cuando consideramos que en Estados Unidos los graduados de secundaria también pueden entrar a los centros universitarios en donde hacen los dos primeros años de carrera y otras formas de educación universitaria para adultos que no existen en en Reino Unido (ni en ninguna otra parte), el contraste resulta mucho más impresionante. De esta manera, cuando analicemos cualquier sistema de educación, incluyendo el estadounidense, debemos considerar los modelos de oportunidades y de logro. ¿Cuáles son los niveles de logro y quién puede alcanzarlos? ¿Quién entre los educadores y entre los estudiantes puede, o desea, llegar hasta la cima y quién no puede o no quiere hacerlo? y ¿qué reflejan estos modelos de logro acerca de unas situaciones sociales más amplias tales como la clase
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social, la movilidad, las relaciones étnicas, los roles según el género y las dinámicas de grupo?
INTERACCIÓN SOCIAL EN LA ESCUELA El investigador Ray Rist, en su estudio realizado en 1970 en un jardín infantil de niños negros, con profesorado totalmente negro, después de sólo ocho días de escuela encontró que a los alumnos se les ubicó permanentemente en tres mesas de trabajo separadas, según las percepciones de la maestra en cuanto a las capacidades académicas de los niños. La mesa 3, la de los de más bajas capacidades, estaba en la parte posterior del salón de clases y era la más alejada del profesor; la mesa 2 estaba ubicada en la mitad, y la mesa 1 era asignada a los alumnos de más altas capacidades y estaba al frente del salón. Rist descubrió que de hecho las percepciones de la maestra con respecto a las capacidades de sus alumnos, se basaban en criterios socio-económicos: a los estudiantes de clase media se les asignaba la mesa 1 y a los estudiantes menos acomodados las mesas 2 y 3. No era de sorprenderse que la maestra tuviera la tendencia a ignorar a los estudiantes a quienes consideraba de más bajo nivel y quienes estaban en la parte de atrás del salón. Con el tiempo, estos estudiantes se despreocupaban de las actividades de clase. Cuando se hicieron las pruebas de "destreza de lectura" de final de año, los niños de la mesa 1 obtuvieron las calificaciones más altas. A medida que los niños progresaban de un grado a otro en la escuela, se adherían categorías y etiquetas a las mesas. En el primer grado, a los estudiantes de la mesa 1 se les apodaba los Tigres y se les colocaba en el grupo "alto"; a los niños de la mesa 2 y 3 se les llamaba Cardenales y Payasos, y se les hacían menos exigencias de lectura. Sin embargo, los registros del cociente intelectual de los Cardenales y de los Payasos no eran significativamente inferiores a los de los mejores estudiantes, es decir, los Tigres. Pero a los Cardenales y los Payasos realmente nunca se les dio la oportunidad de nivelarse. Los juicios acerca de quién es brillante y quién está atrasado, con frecuencia se hacen en los primeros años escolares y de muchas maneras, como lo describió Rist. Claramente, las asignaciones de grupo y los calificativos basados en tales juicios y expectativas afectan la experiencia de los niños en la escuela: un grupo "atrasado" y un grupo "listo", bien sea a nivel de todas las clases o en los grupos de clase, tienen experiencias muy distintas en el aula. A menudo los maestros tratan a estos niños en forma diferente, les asignan tareas distintas, y se espera que se muevan y trabajen a velocidades diferentes y de
Algunos enfoques educativos y habilidades parecen todas las barreras culturales. Sin embargo, en las sociedades industrializadas los estudiantes recibirán muchos más años de educación formal que sus pares en las culturas tradicionales. ¿ Qué diferencias en el resto de la sociedad conducen a un mayor énfasis en la escolaridad formal? (Arriba: Víctor Englebert/Photo Researchers, Inc.; abajo: R. Doisneau/Photo Researchers, Inc.).
acuerdo con estándares diferentes. La dinámica de grupo de una clase o de una escuela, incluyendo las interacciones maestro-estudiante y las que se dan entre los grupos de estudiantes, algo que podríamos denominar la sociología de la clase, son contribuciones importantes a los modelos de oportunidad y de logro en el sistema educativo, puesto que es un rol principal que se espera que el sistema desempeñe en la sociedad como un todo.
Las expectativas se cumplen: la profecía de la realización personal Una forma tradicional, aunque algo controvertida, para analizar la dinámica del salón de clase y sus efectos es observarla desde el punto de vista de un fenómeno denominado la profecía de la realización personal. Por ejemplo, en el momento en que a un alumno se le clasifica como payaso, tal como lo muestra el estudio de Rist, los profesores y los de-
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más alumnos se han formado ya una idea de la manera como el niño se comportara en la escuela. De los payasos, como lo sugiere su despectivo nombre, no se espera que hagan las cosas bien, y dada esta expectativa, es probable que no lo logren. Esta es la profecía de la realización personal: en principio la describe el sociólogo Robert K. Merton (1968, p. 447) como una definición "falsa de la situación que despierta un nuevo comportamiento que hace que la falsa concepción original sea verdadera". En otras palabras, es una creencia originalmente desviada o incorrecta que se confirma: trate a un estudiante de estúpido y con el tiempo él (o ella) empezara a comportarse como tal. La fuerza que está implícita en la profecía de la realización personal es el calificativo (que se ha discutido en el Capítulo 7). Cuando a los alumnos se les llama payasos o sus pares los reconocen como integrantes del "grupo tres" o "el grupo de los tontos", con el tiempo ellos toman esta definición como propia y ya no intentan hacer las cosas bien. Las actitudes de los maestros son determinantes especialmente importantes del progreso de los alumnos. Los maestros no sólo inician el proceso de rubricación al asignar los estudiantes a grupos diferentes durante las primeras semanas de clase; sino que también se guían por estos juicios iniciales a través de todo el año escolar. Consideremos la siguiente escena en un salón de clase de una escuela elemental: La maestra de matemáticas de cuarto grado escribe media docena de problemas en el tablero para que la clase los resuelva. "Creo que puedo nombrar a cuatro niños que no pueden hacerlos", dice a la clase, luego procede a llamar al tablero a cuatro de los más jóvenes, para que todos vean, cuan acertado es su juicio. No es necesario decir que los niños hacen que la profecía se cumpla. (Silberman, 1971, p. 139). ¿Se cumple la profecía de la realización personal realmente, suceden así las cosas en la escuela? En un
famoso experimento, Robert Rosenthal y Lenore Jacobson (1968) seleccionaron al azar estudiantes de escuela elemental y les dijeron a sus maestros que las pruebas indicaban que estos estudiantes eran de "florecencia tardía"* -niños que iban a salir adelante académicamente en el próximo año. Un año más tarde, al repetir la prueba, se demostró que las puntuaciones CI de estos alumnos de florecencia tardía habían aumentado cerca de cuatro puntos más que la calificación del resto de los estudiantes. Rosenthal y Jacobson llegaron a la conclusión de que las altas
* Se refiere a niños absolutamente normales, que se desarrollan más tardíamente. N del T.
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expectativas de los maestros habían afectado su interacción con estos muchachos seleccionados al azar, de tal forma que les ayudaron a aumentar sus puntuaciones de cociente de inteligencia. Los intentos de otros investigadores para repetir estos hallazgos han tenido resultados diferentes. Después de revisar muchos estudios, un investigador, Brophy (1983) concluyó que solamente una minoría de maestros tenía expectativas que afectaban diferencialmente los logros de sus estudiantes. Se encontró que la mayoría de los maestros tenían expectativas generalmente precisas y que también eran flexibles y abiertos a la alteración de sus expectativas iniciales. Es más, aun cuando los maestros tenían expectativas diferenciales, los efectos de éstas sobre el logro de los estudiantes dependían de la forma como cada estudiante interpretara y reaccionara a tales expectativas. Pero una cantidad de estudios de campo sobre la interacción real en el aula de clases ha apoyado la premisa básica de Rosenthal y Jacobson: las expectativas del maestro en relación con el desempeño de los estudiantes pueden cumplirse en forma inadvertida, aun cuando haya otras influencias, que, además de estas expectativas, dominen sus efectos. Otros estudios de campo (Crano y Mellon, 1978; Gouldner, 1978; Leacock, 1969) han confirmado la fuerte influencia que ejerce sobre las expectativas del maestro la clase social a la que pertenecen los niños, y han sugerido algunos factores que podrían contribuir a este prejuicio. Por ejemplo, Eleanor Leacock encontró que mientras los maestros se deleitan con las preguntas de sondeo y con las ideas de los estudiantes brillantes en las escuelas de clase media, se fastidian con los mismos comportamientos provenientes de los estudiantes brillantes en la escuelas de clase baja. Consideran que estos estudiantes, inteligentes aunque poco privilegiados, van a ser personas petulantes. Pero los niños de bajos ingresos también pueden contribuir a este tipo de expectativas. A menudo, los valores que la experiencia y la socialización inculcan en ellos se oponen a los valores exaltados en la escuela. Los niños en particular aprenden de sus hogares y vecindarios a despreciar el conocimiento intelectual y a respetar las habilidades prácticas y la "virilidad". Sus actitudes confirman los estereotipos que poseen los maestros y señalan a los muchachos el camino de los logros reducidos.
LO QUE LAS SOCIEDADES PIDEN A LAS ESCUELAS Si vamos más allá del salón de clase, de su dinámica de grupo y de las expectativas y valores de los maes-
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tros, podemos enfocarnos en las expectativas más amplias que tiene la sociedad estadounidense con respecto a los maestros y a los estudiantes, y en consecuencia los valores sociales que las escuelas intentan inculcar. En otras palabras, ¿cómo satisfacen los sistemas educativos las necesidades de la sociedad, particularmente en la forma en que agrupa a los estudiantes, tal como venimos discutiendo? ¿Cómo funcionan las diferentes tasas y niveles de logro educativo respecto a las grandes necesidades sociales? ¿Cómo interpretamos la forma en que las escuelas socializan a los estudiantes en una sociedad particular? Desde la revolución estadounidense, se ha creído que la educación pública ayuda a preservar la democracia. Los ciudadanos educados, creían los Padres Fundadores, serían productivos, cumplidores de la ley y lentos para abrazar a los monarcas y demagogos. Lo que es más, sentían que la educación era la clave para eliminar la pobreza y el crimen, -un ideal ampliamente defendido en la actualidad. ¿Se cumplen estas funciones e ideales? ¿Son estos los objetivos actuales (o los únicos objetivos) de la educación de hoy? Como veremos, los teóricos funcionales y del poder tienen diferentes respuestas a estos interrogantes.
Socialización, disciplina y el curriculum oculto Una tarea definida de las escuelas es apartar a los niños del mundo privado y de las reglamentaciones familiares y socializarlos en un mundo público en el cual las reglas impersonales y los status sociales remplazan las relaciones personales. En las escuelas, los niños aprenden a adaptarse a una institución jerárquica en donde el poder y los privilegios se distribuyen en forma impersonal y desigual (Apple, 1979; Parsons, 1959). El currículo oculto es el conjunto de reglas no escritas del comportamiento que prepara a los niños para el mundo exterior (Jackson, 1968). Para avanzar en forma gradual, para sobrevivir académicamente y también socialmente, los menores de edad deben aprender a estar en silencio, a hacer filas, a esperar, a actuar con interés aunque no estén interesados, a agradar a sus profesores sin alienarse de sus pares, a abordar la inevitabilidad de la escuela: en resumen, a desempeñar el rol de estudiante. El jardín infantil es la iniciación del niño en el rol de estudiante. En las actividades de este jardín los niños aprenden a hacer lo que quiere el maestro, cuando éste desee que se haga. Hay un tiempo para los cuentos, para la siesta y un tiempo para el
aprendizaje: una rutina oficial. Día tras día a los niños se les enseñan comportamientos y actitudes que los maestros creen esenciales y se les adiestra en estos modelos. Como anotamos anteriormente, los primeros años de escolaridad tienden a parecerse a un campamento militar: tiene "éxito" si los menores aprenden a seguir las rutinas y a obedecer las órdenes sin preguntar; aunque éstas sean triviales. El maestro es el primer jefe del niño. Aprender a aceptar las órdenes de un jefe, a hacerle frente a las evaluaciones contradictorias, a tolerar las frustraciones, y a ser uno entre muchos, son las verdaderas cualidades que las personas necesitan para funcionar en forma eficaz en una línea de ensamble o en una gran corporación. En efecto, el currículo oculto se ha diseñado para moldear a los estudiantes como buenos trabajadores. La mayoría de los estadounidenses aparentemente están de acuerdo en que el curriculum oculto es necesario y deseable. En 1983 los encuestadores de la Gallup preguntaron qué cualidades eran importantes en el desarrollo del niño y muchos adultos respondieron que era "la capacidad para lograr vivir con otros" y "el aprendizaje para pensar por uno mismo". Preguntaron la forma como podrían mejorar todas las cualidades de la educación y muchas personas respondieron que había que "reforzar más estrictamente la disciplina" y "dedicar más tiempo a la enseñanza de las habilidades fundamentales". En realidad, la mayoría de los estadounidenses consideran la falta de disciplina como el mayor problema en las escuelas (Gallup, 1985).
Integración política y social Como ya lo hemos dicho, una función importante de la educación formal es integrar a los individuos política y socialmente dentro de la cultura principal para enseñar a los estudiantes lo que significa ser estadounidense, inglés, ruso o chino. Los teóricos funcionales se enfocan en este aspecto de la socialización, anotando que es tanto directo (las clases de cívica, historia, y gobierno) como indirecto. Las clases se dictan y los estudiantes son evaluados en formas diseñadas para socializarlos en una cultura particular. En algunas culturas, las escuelas enseñan que el grupo y no el individuo es la parte central. En estas escuelas, se hace presión de grupo para corregir comportamientos problemáticos de los individuos. Por ejemplo, en la Unión Soviética, los estudiantes se dividen en "eslabones" (grupos), y al grupo se le puede castigar colectivamente por un mal comportamiento de algún miembro en particular (Bronfenbrenner, 1970; Daniloff, 1983). Por el contrario, el sistema escolar estadounidense insiste mucho en la
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individualidad. Aquellos estudiantes, a quienes se les encuentra ayudando a otro a resolver un problema de matemáticas durante un examen, se les castiga por tramposos. La integración social reduce la probabilidad de que aquellos que están en la parte inferior de la jerarquía social se rebelen contra el sistema: otra función de la escolaridad. Esta razón fundamental la han dado las escuelas públicas desde la era revolucionaria hasta la Gran Depresión, cuando a las directivas escolares se les pedía que apoyaran la educación puesto que ésta se consideraba como un buen seguro contra el radicalismo social. Así, aun cuando los propósitos de la educación pública, se encaminan hacia la preparación de ciudadanos que participen en una sociedad democrática, también hace hincapié en la creación de "buenos" ciudadanos, o sea de ciudadanos que acepten la rectitud fundamental de las instituciones estadounidenses. Las escuelas tratan de moldear a dichos ciudadanos recalcando los méritos de la forma de vida estadounidense, de los procesos políticos y económicos, de las formas de vida familiar, inclusive del mismo sistema educativo. Históricamente, los estadounidenses también han utilizado el sistema educativo para imponer valores (Tyack y James, 1985). Por ejemplo, en respuesta al flujo de los inmigrantes en ese país, la Legión Americana pidió la "Americanización de América" (Estados Unidos) mediante cursos obligatorios de cívica para los estudiantes de escuelas públicas, y en varios Estados se exigen cursos sobre historia estadounidense; gobierno; ciudadanía, constitución y patriotismo. Algunos Estados exigen que todas las escuelas enseñen solamente en inglés. Por ejemplo, hasta finales de los 60, la ley de Texas prohibía la enseñanza en un idioma diferente al inglés. Estas actitudes, que hacen que los miembros de grupos minoritarios se integren a la corriente principal, aún persisten. En 1986, California aprobó una ley que proclamaba el inglés como "el idioma oficial" del Estado en parte como una reacción a los programas educativos bilingües. Estas tendencias históricas, dicen los teóricos del poder, revelan que la integración política y social de los estudiantes a la sociedad estadounidense en realidad significa que el americanismo es priado a los estudiantes de las minorías. Las observaciones de las escuelas en las comunidades negras, méxicoestadounidenses y en las reservaciones indígenas, sustentan esta opinión. Por ejemplo, aproximadamente un tercio del total de los aborígenes estadounidenses menores asisten a internados manejados por la Oficina de Asuntos Indígenas dirigida por los
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"El curriculum oculto" significa preparar a los estudiantes para tomar sus lugares en la sociedad principal. En la medida en que la sociedad cambia, lo hacen también los métodos educativos. En el pasado, la disciplina estricta en el salón de clase preparaba a los niños para las estructuras más rígidas de la nueva sociedad industrial. Recientemente, la pérdida de la estructura de algunas aulas puede reforzar los ideales estadounidenses de individualismo y de habilidad emprendedora en la era de la información. (Arriba: Culver Pictures, Inc.; abajo: Nancy ]. Pierce/BlackStar).
blancos. Estas escuelas se instituyeron por primera vez en el siglo XIX con el objetivo concreto de separar a los niños de sus padres "salvajes" de tal manera que los menores pudieran aprender a ser "estadounidenses". No se aprobaban las visitas de los padres. El resultado, después de todo, es que 16 000 niños aborígenes estadounidenses no van a la escuela porque sus padres no aceptan enviarlos y cada año más centenares de estos niños abandonan las escuelas. Los aborígenes estadounidenses no constituyen solamente el grupo étnico cuya herencia se ignora o denigra en las escuelas. La mayor parte de los textos ofrecen solamente una consideración y atención breve, no sólo a los aborígenes estadounidenses, sino
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INSTITUCIONES SOCIALES Los estudiantes navajos reciben instrucción en la pronunciación del inglés. La herencia de muchos grupos minoritarios a menudo se ha ignorado o denigrado en favor de los valores dominantes de los blancos. Hoy, existe una conciencia cada vez más grande de esta tendencia de "americanización" (Tom McHugh/Photo Researchers, Inc.).
también a los mexicanos estadounidenses y a la historia de los negros. La suposición en las escuelas estadounidenses siempre ha sido que las minorías deben asimilarse, para su propio bien; y que no llegarán a ser "ciudadanos estadounidenses" a menos que abandonen sus costumbres distintas. Esta opinión define sus formas culturales como inferiores y no dignas de preservarse. Pero como se ha indicado, otras tendencias son evidentes. En Estados Unidos muchas escuelas han adoptado alguna forma de educación bilingüe. (La ley de 1986 de California sobre la lengua oficial, después de todo, fue una parte del contragolpe de dichos programas). Inglés-español probablemente es la combinación que más prevalece, debido a las cantidades de hispanos inmigrantes ubicados en muchas partes del país. Pero también existen los programas de inglés-chino y de francés (acadiano)-inglés, para nombrar sólo unos pocos. No obstante, los investigadores educativos no han podido lograr un consenso sobre cuán eficaz es la educación bilingüe en comparación con la dirigida principalmente en la lengua de la cultura dominante. Como resultado de los derechos civiles y de los movimientos feministas, en los quince o veinte años pasados se han adicionado al currículo de las escuelas adaptadas a las minorías, cursos tales como historia negra, literatura negra, estudios sobre mujeres; sin embargo, esto primordialmente ha sucedido en la educación superior; de modo que la oportunidad para todos los estudiantes de las minorías de aprovechar tales ofertas curriculares es necesariamente limitada. Digamos que los estudiantes de las minorías, que frecuentemente provienen de ambientes de
bajos ingresos y a quienes la escolaridad de la cultura dominante en tiempo de educación elemental y secundaria, puede "cerrarles las puertas", no tienen tanta probabilidad como los blancos de la clase media de ir a la universidad.
Transmisión cultural Otra forma de ver la integración social y política, y también el currículo oculto, es centrarnos sobre la transmisión cultural como una función principal de la escolaridad. La transmisión de los valores culturales es un aspecto importante de la socialización. Con ella los niños soviéticos pueden ver los retratos de Lenin, de Marx o de Gorbachov en las paredes del aula de clases y al mismo tiempo aprenden a pensar en términos marxistas-leninistas y por qué el sistema comunista les sirve mejor; los niños estadounidenses ven los retratos de Washington, Jefferson, y Lincoln, prometen lealtad a la bandera, cantan el himno "Star-Spangled Banner", aprender las virtudes de la democracia y del capitalismo y asimilan la mentalidad del "crisol de las razas". En otras palabras, tanto el sistema escolar estadounidense como el soviético, tienen que promover sus respectivas ideologías. A pesar de las críticas que se han hecho en los últimos años a las escuelas estadounidenses por ignorar la historia y las contribuciones de las minorías, y a pesar de los estudios que éstas han hecho y de la educación bilingüe, el sistema estadounidense sigue promoviendo la ideología y el valor de la cultura dominante, al menos de acuerdo con algunos sociólogos, particularmente los teóricos del poder.
LA EDUCACIÓN
Teóricos tales como Samuel Bowles y Herbert Gintis (1976) han argumentado que las escuelas son agencias mediante las cuales las sociedades capitalistas perpetúan en los jóvenes las estructuras sociales existentes y las relaciones sociales de clase basadas en los medios de la sociedad y en las necesidades de producción. Estos sociólogos han argumentado que existe un "principio de correspondencia": las relaciones sociales y las estructuras que se fomentan en las escuelas reflejan las del lugar de trabajo. De esta manera, la estructura autoritaria de las escuelas corresponde al orden burocrático de la corporación. Las escuelas promueven la sumisión y la diligencia, características deseadas por una empresa capitalista. Michael W. Apple (1979, 1982) y otros marxistas argumentan que el dominio cultural de los capitalistas, significa que los miembros de la sociedad están saturados con el idioma, los símbolos, los valores y los conceptos de un orden social capitalista. No hay lugar en la conciencia de las personas para otro idioma, otros símbolos, valores o conceptos. En otras palabras, a estos teóricos bien les parece que el "americanismo" -aquí expresado en términos específicos de teoría dominante capitalismo de libre empresaÍes es impuesto a todos los estudiantes, especialmente a los de las minorías. Pero desde el punto de vista de la perspectiva de poder, esto no significa que a todos los estudiantes se les trate en igual forma cuando se les "americaniza". El principio de correspondencia también implica que las escuelas socializan y recompensan a los estudiantes que provienen de orígenes diferentes, en forma acorde con los requerimientos de sus roles ocupacionales futuros en esta cultura. Los teóricos del poder señalan que las diferentes escuelas enseñan distintas "culturas de status" (un concepto de Max Weber), es decir, que las escuelas enseñan la cultura propia de un status social definido. Así, los maestros en las escuelas de clase alta y media insisten en el inglés puro mientras que los maestros en las escuelas de la clase trabajadora o de los barrios pobres pueden permitir jergas étnicas y gramáticas callejeras en el aula de clase. Probablemente los temas que se llevan a discusión en clase también difieran, al reflejar las diferencias de clase en las actividades de recreo, entretenimiento y demás. El resultado de tales diferencias es que los estudiantes de clase media se acomodan más fácilmente en las posiciones de status altos y medios de la sociedad: ellos sabrán cómo hablar o actuar y también tendrán como activo importante (aunque intangible), un transfondo de clase media. Los estudiantes menos aventajados frecuentemente están marcados por su forma de hablar, por sus maneras y experiencias del
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pasado. Así, a ellos se les ubicará en la "cultura de status" de clase obrera, al igual que a los estudiantes privilegiados se les ubicará como profesionales o de directivos. Sin embargo, la evidencia de este argumento está hoy en discusión (Olneck y Bills, 1980). Aunque reconocemos algunos de los puntos de la perspectiva del poder, debe anotarse que la transmisión cultural no solamente significa adoctrinamiento. En la transmisión de los valores culturales, de las formas del pensamiento y del conocimiento, las escuelas también cumplen otra función: suministran y mantienen un sentido tangible de continuidad cultural. En otras palabras, las escuelas nos proporcionan el beneficio de participar de una identidad de grupo positiva. Es principalmente por este motivo que las escuelas en Estados Unidos enseñan literatura inglesa y estadounidense e historia occidental y estadounidense. Estas disciplinas se fundamentan directamente en otras funciones importantes de la escuela: la enseñanza de destrezas complejas y fundamentales a las cuales nos referiremos al final de esta sección.
Selección de talentos Otra tarea de las instituciones educativas es seleccionar e investigar el talento. En forma ideal, según la teoría funcional, el sistema escolar identifica a aquellos estudiantes con talentos especiales que la sociedad necesita y los entrena para llenar posiciones importantes de liderazgo. Pero esto significa que las escuelas deben seleccionar también a los individuos con menos talento. ¿Cómo corresponde esto con el principio de que todas las personas son creadas iguales? Las escuelas deben proporcionar a cada individuo oportunidades iguales para que demuestren sus talentos; y, por tanto, el derecho a que las personas sean seleccionadas para los empleos correctos, sin mirar quienes son o de dónde provienen. El proporcionar oportunidades iguales a cada estudiante, de modo que todos sean capaces de llegar a la cima, es tanto una función fundamental como racional para las escuelas públicas estadounidenses. No obstante, los teóricos del poder señalan que, aunque durante el siglo XX los niveles de escolaridad promedio han aumentado en forma significativa, las clases privilegiadas han conservado su ventaja sobre las clases más pobres al completar más años de escuela (Mare, 1981). Hay evidencia considerable de que la igualdad de oportunidades no se cumple. Como hemos visto, los estudiantes de bajos ingresos normalmente son asignados a grupos y a cursos académicos más bajos -una ubicación típicamente permanente. Y lo que es más grave aun estos
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INSTITUCIONES SOCIALES
El problema crónico de las deserciones en la secundaria En una sociedad en la cual hasta para los empleos menos calificados se requieren elevadas credenciales educativas, el hecho de que los estudiantes abandonen la escuela antes de graduarse es un problema serio - para los desertores mismos, para los educadores y para la sociedad en general. Un estimativo indica que uno de cada cuatro alumnos de quinto grado nunca se graduará de bachiller (Mann, 1986). El problema de la deserción crónica hace peligrar a una sociedad democrática que depende de una ciudadanía educada. ¿Por qué abandonan sus estudios los alumnos? No hay una respuesta sencilla a esta pregunta. Entre otras posibilidades, las razones pueden incluir profesores deficientes y/o una burocracia educativa rígida, (Mann, 1986). ¿Pero debería considerarse la tasa de deserción como un problema en sí mismo, o realmente se trata de un síntoma de otros problemas mayores? ¿Quién abandona? ¿Por qué un estudiante abandona la escuela y otro no? ¿Cómo afecta la deserción los resultados de las pruebas de logro? ¿Qué pasa con los desertores mientras otros de su edad continúan en la escuela? Con el fin de ayudar a responder a estas preguntas, entre 1980 y 1982 el Ministerio de Educación de Estados Unidos patrocinó un estudio longitudinal de 30 000 estudiantes de secundaria (Ekstrom y otros, 1986). El estudio mostró que la deserción afecta a ciertos tipos de estudiantes en ciertos tipos de escuelas. Por un lado, es probable que el origen de un estudiante influya en el tipo de escuela y de procesos educativos a los cuales tiene acceso. Por otro lado, las escuelas particulares atraen a los estudiantes con ciertas características. Un estudiante de un grupo minoritario o en desventaja es mucho más susceptible que otros estudiantes a desertar. Aunque, en comparación con los últimos 15 años, los estudiantes negros de ambos sexos y las jovencitas blan-
cas actualmente están desertando menos, los hispanos y los blancos lo están haciendo en mayor proporción. Los estudiantes de familias de padres solteros, los de familias numerosas, los del Sur y de las grandes ciudades también están más inclinados que otros a desertar. Las familias de estos jóvenes están menos inclinadas que otras a tener libros y ayudas de estudio en la casa o a fomentar el aprendizaje. En otras palabras, los estudiantes que están en desventaja social, académica y económicamente, son los que desertan (Ekstrom y otros, 1986; Natriello, Pallas, y McDill, 1986). Estos estudiantes comúnmente han sufrido años de problemas en la . escuela. Son aptos para ir a la escuela pública -y no lo desean-. A menudo, llegan tarde a clase o se escapan, se portan mal o simplemente son suspendidos, o todo lo anterior. No es de sorprender que estos estudiantes generalmente se sientan alienados de la escuela y tengan una baja autoestima. De hecho, cuando se les pregunta por qué desertaron, la mayoría dicen que abandonaron la escuela porque tuvieron bajas calificaciones y no les gustaba la escuela. Las bajas calificaciones en las pruebas de logro y el no querer seguir estudiando después de terminar la secundaria son también características propias de este grupo. La mayoría de los desertores han estado en cursos vacacionales y en cursos generales no académicos en la escuela, muchos ya tienen empleos. Los problemas más graves de la adolescencia, la delicuencia, la haraganería y el embarazo, también rodean a este grupo (Ekstrom y otros, 1986). Los sociólogos han sugerido muchos programas específicos para combatir este problema complejo y persistente. A los padres se les puede enseñar a que demuestren más interés y a que supervisen a sus hijos en el progreso escolar. Se han propuesto programas para identifi-
car las deserciones potenciales ante los primeros indicios de problemas de disciplina, bajas calificaciones y baja asistencia, mucho antes de la secundaria. De igual modo, existen programas, en la escuela para los adolescentes insatisfechos, intranquilos y de pocos logros escolares (Ekstrom y otros, 1986). Pero las reformas se propusieron en el pasado y los problemas siguen creciendo -a nivel de un escándalo nacional para algunos sociólogos. Lo cierto es que ninguno está seguro de realmente cuántas deserciones se dan (por una parte las cifras de asistencia escolar frecuentemente se manipulan para asegurar fondos) ni tampoco nadie está seguro de cuan eficaces son los programas existentes. Así, las escuelas primero tendrán que desarrollar medidas precisas de cómo afectan sus programas a los que "continúan" como también a los que abandonan (Natriello, Pallas, y McDill, 1986). El educador Dale Mann (1986) argumentó que para resolver el difícil problema de las deserciones, la sociedad tendrá que dedicar más recursos que antes. Debemos considerar las deserciones, dice Mann como "problemas insolubles disfrazados de oportunidades maravillosas". Tasa de deserción de hispanos, negros y blancos
Fuente: U.S. Census Bureau
LA EDUCACIÓN
niños más pobres que más tarde obtienen altas calificaciones en las pruebas de aptitud académica, tienen menos probabilidades que los estudiantes ricos de ir a la universidad. Del 25 por ciento de los más brillantes en el grado 11, solamente la mitad de los estudiantes de más bajos ingresos asisten a la universidad frente al 90 por ciento de los estudiantes más adinerados. Dentro de los estudiantes académicamente más débiles, el 26 por ciento de los que pertenecen a hogares ricos van a la universidad, mientras que esto solamente lo puede hacer el 6 por ciento de los que vienen de hogares pobres. (Bowles, 1977). Más aún, una proporción relativamente alta de jóvenes negros e hispanos abandonan la escuela antes de completar su bachillerato (véase cuadro de Deserción). Aunque el rápido crecimiento de las universidades comunitarias intermedias desde los años 60 ha extendido la oportunidad a muchos estudiantes que de otra manera no hubieran podido ir a la universidad, también ha canalizado muchos estudiantes de la clase media a los empleos de status bajo. Más que los estudiantes de las universidades con carreras de cuatro años, los estudiantes que asisten a las universidades comunitarias o intermedias pertenecen a familias en las que los padres solamente tienen una educación de bachillerato o inferior. Muchos están ansiosos de utilizar la universidad comunitaria en donde se cursan los dos primeros años de la carrera, como un trampolín para ingresar a una institución en donde se ofrezcan los cuatro años. Pero aunque algunos lo hacen en los dos primeros años de la universidad, estos centros comunitarios o intermedios empujan a muchos estudiantes hacia programas vocacionales, una meta que también está apoyada por el comercio, el gobierno y las fundaciones. Los consejeros académicos, por ejemplo, con frecuencia impulsan a los estudiantes a no tener "aspiraciones idealistas", es decir, a aceptar los programas de dos años como los más aptos para ellos. Como resultado, muchos estudiantes que ingresan a las universidades comunitarias con la esperanza de convertirse en gerentes o profesionales, frecuentemente terminan como técnicos o como tecnólogos. En efecto, los teóricos del poder afirman que las universidades comunitarias o intermedias únicamente son la extensión ascendente del sistema de la escuela pública, que funciona para mantener a los estudiantes de la clase trabajadora y de la clase más baja casi al mismo nivel social de sus padres (Karabel, 1977). Los marxistas argumentan que estos y otros modelos relacionados demuestran que la finalidad de las escuelas en la sociedad capitalista no es simplemente seleccionar y entrenar a los más brillantes, sino
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perpetuar las diferencias de clase y legitimarlas con certificados "objetivos" de logros educativos. El sociólogo inglés Paul Willis (1977) insiste en que los efectos del currículo oculto y de los procedimientos similares de selección no sólo les ocurren a los estudiantes; sus acciones son parte del proceso. Por tanto, en las escuelas, a los estudiantes de clase trabajadora se les enseñan varias trivialidades acerca de cómo alguien puede llegar a ser presidente o primer ministro; acerca de cómo los empleos se distribuyen de acuerdo con los méritos y no el origen; acerca de cómo aquellos que trabajan con tenacidad tienen éxito y aquellos que fracasan son perezosos. Pero los estudiantes de la clase trabajadora se dan cuenta de que el establecimiento educativo representa la visión del mundo de la clase media; Enfrentados al conflicto entre la visión del mundo, que se les enseña y que obtienen con base en su propia experiencia, los estudiantes de la clase trabajadora desarrollan una cultura propia. Es, en parte, una cultura de resistencia y de rechazo a las opiniones y valores de la clase media. Incluye, por ejemplo, la hostilidad hacia el trabajo escolar y el rechazo a aceptar los estándares escolares de lo que constituye el fracaso y el éxito. En otras palabras y puesto que se les dice que son menos valiosos para la sociedad porque tienen menor logro en la escuela, estos estudiantes de la clase trabajadora responden construyendo una cultura alterna que promueve otros valores. De esta manera, pueden ganar prestigio entre sus pares siendo pendencieros, sexy, atléticos, buenos bebedores, o ágiles para el chiste. Dentro de su contracultura crean un conjunto más aceptable de significados para su propia vida. La trampa en que caen es que al rechazar los valores escolares fracasan frente a los ojos de la escuela de modo que no pueden obtener las credenciales educativas aceptadas y por tanto terminan como miembros de la misma clase desaventajada de sus padres. Romper las reglas escolares puede hacer que los estudiantes de la clase trabajadora se sientan más poderosos; pero el efecto crucial es el refuerzo de su propia posición de desventaja. Según Willis, una opinión estructural puede demostrar que los estudiantes de la clase trabajadora prosperan poco en la escuela, logran empleos de estatus inferior y, por lo tanto, permanecen en la misma clase trabajadora. Lo que una opinión estructural jamás nos muestra es cómo los estudiantes de esta clase ayudan a que esto suceda, cómo es el resultado de una lucha entre ellos y las autoridades escolares y, en consecuencia, "cómo y por qué a menudo los jóvenes aceptan los empleos restringidos y de poca significación en formas que parecen sensatas para
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INSTITUCIONES SOCIALES
ellos en su mundo familiar y en su vida familiar, como si en realidad esto fuera cierto" (Willis, 1977, p. 172). Por eso necesitamos tanto la perspectiva de la acción como la de la estructura con el fin de desarrollar mejores ideas de cómo ayudar a los hijos de la clase trabajadora a romper este círculo vicioso.
La enseñanza de habilidades Regresamos ahora quiza a la función más obvia de las escuelas: proporcionar a los individuos aquellas capacidades sociales fundamentales que son esenciales para la participación eficaz en las sociedades modernas. Esta tarea comprende la enseñanza de las habilidades básicas (leer, escribir y la aritmética); desarrollar la capacidad de pensar (aplicar las habilidades mentales para nuevos problemas); y proporcionar conocimientos generales y específicos, así como también las habilidades particulares, que serán útiles en los empleos. La mayoría de quienes respondieron la encuesta Gallup de 1985 dijeron que se deberían exigir las matemáticas y el inglés a todos los estudiantes del bachillerato. Un 91 por ciento de los encuestados exigió las matemáticas y 87 por ciento el inglés para los estudiantes que proyectaban ir a la universidad. Por el contrario, un 85% de los encuestados exigió matemáticas para los estudiantes que no planeaban ir a la universidad, y 81 por ciento exigió el inglés. Para los estudiantes que proyectaban ir a la universidad (pero no necesariamente para los otros), la mayoría de los encuestados exigió cursos de historia y de gobierno de Estados Unidos, ciencias y computación. Pocos encuestados, pero aún una buena mayoría, también exigió comercio, educación profesional e idiomas extranjeros (Gallup, 1985). Aunque la enseñanza de las habilidades fundamentales parece ser la función más necesaria y obvia de las escuelas, existe una clara evidencia de que éstas están fallando en este importantísimo rol, como anotábamos al principio del capítulo. En 1986 se encontró que uno de tres adultos jóvenes era funcíonalmente analfabeto: no podían leer a nivel de octavo grado (Fiske, 1986a). El analfabetismo funcional entre los jóvenes de las minorías es cercano a 40 por ciento. Pocos jóvenes de 17 años pueden expresar correctamente por escrito sus propios pensamientos. Aunque su ortografía y su gramática son adecuadas, utilizan frases cortas como las de los niños y no pueden organizar párrafos coherentes (National Commission, 1983). Un patrón semejante es evidente en las habilidades aritméticas. La mayoría de los adultos jóvenes pueden ejecutar las operaciones matemáticas fundamentales, pero tienen problemas al utilizar estas
operaciones para resolver problemas. Menos de la mitad puede establecer cuál es el tamaño más económico de un producto; sólo un 45 por ciento puede leer una tabla del impuesto federal y únicamente un 1 por ciento puede balancear una chequera (NAEP, 1979). Entre 1975 y 1980, los cursos remedíales de matemáticas en las universidades aumentaron en 72 por ciento y ahora constituyen la cuarta parte de todos los cursos de matemáticas que se enseñan en dichas instituciones (National Commission, 1983). Por lo general, los estudiantes estadounidenses parecen tener dificultad para aplicar las habilidades y los hechos que conocen en situaciones imprevistas.
Relaciones y reformas Estos y otros tipos de debilidades de la escuela han enojado al público. Durante la década de los 80s, las encuestas registraron frustración con la educación pública; y también se expresó la necesidad de reformas fuertes. Pero, ¿qué han señalado el público y las diversas comisiones nombradas para estudiar la situación expuesta? En una encuesta de 1985, los informantes expresaban (en este orden) interés por la falta de disciplina, el uso de drogas, currículo y estándares deficientes y las graves dificultades que las escuelas enfrentan para encontrar buenos profesores (Gallup, 1985). Realmente existe cierta evidencia de que muchos maestros están deficientemente entrenados y que las facultades de educación (y así lo admiten) admiten aspirantes a maestros que tienen bajo nivel académico (Goodlad 1983; Kerr 1963). Mejorar la calidad de los profesores y de la enseñanza se ha convertido en la presión central de las propuestas de reforma desde que se inició el debate público sobre las escuelas con el informe de 1983 de la Comisión Nacional para la Excelencia de la Educación, titulado A Nation at Risk. El debate ha estado a la vanguardia. En 1986 la Fundación Carnegie publicó un informe de seguimiento denominado A Nation Prepared. Este informe argumentaba que el mejoramiento de la calidad de los maestros y por ende el incremento en las habilidades intelectuales de los estudiantes estadounidenses, era algo esencial para mantener la posición competitiva de este país en el mundo. Propuestas recientes para mejorar la calidad de los maestros incluyen el pago merecido para ellos y pruebas de su competencia, la cual actualmente se exige en algunos estados (Johnson, 1984; Seklak, 1987). Ambas reformas causan controversia. La sindicalización de los maestros ha crecido de manera consistente; también tiene fuertes promotores y oponentes. Igualmente se ha propuesto alteración del for-
LA EDUCACIÓN
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mato para la educación del maestro. El grupo Holmes, compuesto por decanos de educación y por otros funcionarios académicos de universidades de todo el país, ha sugerido que los estudios de pregrado de los maestros debería proporcionarles una base de artes liberales y que deberían restringirse los cursos de educación solamente al nivel de posgrado. Muchas otras comisiones y paneles le han dado eco a esta propuesta, en diversos grados (Fiske, 1986b). La Junta Nacional para los Estándares Profesionales de Enseñanza (National Board for Profesional Teaching Standars), recientemente constituida, planea poner en práctica el primer sistema nacional para la preparación de maestros (Fiske, 1986b). Un factor que podría cotribuir indirectamente a la educación de baja calidad es la alta tasa de violencia y de criminalidad en las escuelas. Más de 2 millones de robos y 200 000 asaltos a estudiantes y maestros ocurren en las escuelas estadounidenses cada mes (National Institute of Education, 1978). Algunos sociólogos, sin embargo, recomiendan analizar el cuadro en forma más cuidadosa y amplia. Por ejemplo, según Joan McDermott (1983), la mayoría de los crímenes en las escuelas son pequeños asaltos y robos menores. Además, la disciplina puede ser una respuesta muy simplista para cambiar los patrones de crimen y violencia existentes en las escuelas. McDermott y otros han argumentado que el crimen y el temor al mismo son iguales dentro y fuera de las escuelas. Las escuelas de alta criminalidad tienden a estar ubicadas en los vecindarios de alta criminalidad. Debe erradicarse el crimen de estas vecindades si se quiere erradicar de las escuelas; la reforma debe enfocarse en la sociedad principal. McDermott está básicamente de acuerdo con los teóricos que alegan que las escuelas reflejan las estructuras y los valores de la sociedad. Con un público tan interesado en la disciplina es posible que, una vez más, a los maestros y a las escuelas se les exija resolver un problema que es demasiado grande para ellos, o sea, el crimen, el temor y la violencia en una sociedad compleja.
mo una preparación o como una reflexión para el mundo del trabajo. Un estudio reciente de Martin Carnoy y de Henry Levin (1985) ha elucidado las relaciones entre la educación y el trabajo. Ellos argumentan que la relación educación- trabajo es mucho más complicada de lo que otros han considerado. Señalan una diferencia importante entre la escuela y el lugar de trabajo: generalmente existe mayor igualdad en las escuelas (a pesar de las desigualdades que aún existen allí) que en el trabajo. Los ideales igualitarios sobre los cuales se basaba el sistema escolar estadounidense, al menos en parte, han tenido algunos efectos, bien sea que las escuelas puedan o intenten llenar estos ideales totalmente, o no. En resumen, "la educación pública reproduce las relaciones jerárquicas desiguales de una familia nuclear y también el lugar capitalista de trabajo, además presenta las oportunidades para una movilidad social y la extensión de los derechos democráticos" (Carnoy y Levin 1985, p. 76). Según Carnoy y Levin existe una tensión inherente entre los objetivos ideológicos de la escuela y las necesidades prácticas del lugar de trabajo. Por una parte, existen presiones para hacer que las escuelas cumplan con el propósito democrático de entrenar a los ciudadanos para la participación cívica y política. Por otra, existen presiones para hacer que la educación satisfaga las necesidades de los empleadores capitalistas y suministre una fuerza de trabajo acorde con sus exigencias. Durante su historia, las escuelas estadounidenses han respondido a ambos tipos de presiones, algunas veces se han orientado más hacia el capitalismo, y otras se han orientado más hacia la democracia. Este modelo alternativo, dicen Carnoy y Levin, describe los cambios en la educación estadounidense desde los tiempos de la revolución. Veremos elementos de este modelo nuevamente en la próxima sección, donde consideramos la reciente ampliación de la oportunidad educativa y la discriminación que subsiste y que contribuye a diferenciar los niveles de logro dentro del sistema educativo y en la sociedad.
La educación y el lugar de trabajo
OPORTUNIDADES Y NIVELES DE LOGRO EDUCATIVO
En resumen, hemos observado que hay una cantidad de vínculos y similaridades importantes entre las escuelas y los elementos de la sociedad principal, particularmente el lugar de trabajo, que es en un sentido o en otro la finalidad hacia la cual tiende la mayoría de vidas. Saber si las escuelas realmente nos preparan para el trabajo que seleccionamos (o con el que nos encontramos) es otro interrogante que se repite. Muchos sociólogos, sean teóricos funcionales o del poder, han considerado la escuela co-
Desde principios de este siglo, la cantidad de personas de todos los niveles socioeconómicos que asisten a las escuelas se ha incrementado en forma significativa. Tal como lo muestra la tabla en 1940 un 75 por ciento de los adultos no habían culminado el bachillerato, y el promedio de los años escolares terminados era de seis. Pero en 1984, solamente 27 por ciento de los adultos no habían culminado el bachillerato, y el promedio de años escolares termina-
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INSTITUCIONES SOCIALES
Tabla 17.1 Años de escuela culminados por las personas de 25 años omás, por raza: 1940 a 1984 Año 1940
1950
1960
1970
1980
1983
1984
75.5
65.7
58.9
47.7
33.5
27.9
26.7
13.7
11.1
8.3
5.5
3.6
3.0
2.8
24.5
34.3
41.1
52.3
66.5
72.1
73.3
4.6
6.2
7.7
10.7
16.2
18.8
19.1
8.6
9.3
10.6
12.1
12.5
12.6
12.6
92.7
87.1
79.9
68.6
48.8
43.2
41.5
42.0
32.9
23.8
14.6
8.2
7.1
7.0
7.3
12.9
20.1
31.4
51.2
56.8
58.5
1.3
2.1
3.1
4.4
8.4
9.5
10.4
5.7
6.8
8.0
9.8
12.0
12.2
12.2
Todas las personas Porcentaje de bachilleres no graduados Total Con menos de 5 años de escuela Porcentaje con 4 años de bachillerato o más Total Universitario, 4 años o más Promedio de años culminados de escuela Personas negras Porcentaje de bachilleres no graduados Total Con menos de 5 años de escuela Porcentaje con 4 años de bachillerato o más Total Universitario, 4 años o más Promedio de años culminados de escuela.
Fuente: U.S. Bureau of the Census, U.S. Statistical Abstract, 1985.
dos ascendió a doce. Más gente en la sociedad estadounidense se está graduando en la secundaria, en la universidad y en las escuelas profesionales. La escolaridad en Estados Unidos se considera como una amplia vía para el logro de las oportunidades. El preciado ideal estadounidense es que si a todos los estudiantes se les da una educación pública, gratuita y de alta calidad, tendrán libertad para llegar tan lejos como su talento se lo permita. No obstante, las oportunidades dentro del sistema educativo mismo, no son necesariamente iguales. Por consiguiente, a pesar del ideal de igualdad de oportunidades, el sistema está plagado de notables desigualdades de logro. Muchas personas ingresan en el sistema educativo, pero alcanzan diferentes niveles dentro del mismo. Un alto nivel de logro en las escuelas de alta calidad abre el camino para la oportunidad económica y profesional (algunos dirían que casi lo garantizan). Un alto nivel de logro también significa credencia-
les, o un tipo de sello de aprobación educativa, que es cada vez más importante en la sociedad estadounidense. De hecho, algunos miembros de la sociedad tienen mucha menos oportunidad que otros de lograr una educación de alta calidad. Dichas credenciales únicamente están disponibles en forma selectiva. (Véase el cuadro sobre Credencialismo). El supuestamente amplio camino para la oportunidad tiene muchos obstáculos y muchas barricadas a todo lo largo del mismo. Por eso debemos preguntarnos, ¿cuáles son estas desigualdades de logro y oportunidad, qué puede hacerse al respecto, y cuál es la relación con la estructura social y con la desigualdad en la sociedad estadounidense en general? ¿Por qué son importantes las credenciales? ¿Y, después de todo, qué es los que comprende una educación de calidad? Esto se ha convertido en una pregunta importante, junto con la fuerte crítica reciente y ampliamente publicitada contra las escuelas estadounidenses.
LA EDUCACIÓN
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¿ Se cumple la igualdad educativa? Más mujeres y minorías están alcanzando niveles más altos de educación que antes. Pero las mujeres jóvenes en las escuelas de leyes probablemente tienen más dificultades, -los estereotipos de género y las expectativas familiares, que sus compañeros de clase que son los blancos. Otros factores diferentes al esfuerzo y ala capacidad pueden ayudar a determinar los límites del alcance entusiasta del primer grado escolar (Izquierda: Suzanne Szasz/Photo Researchers, Inc.; derecha: James McGoon/Wheeler Pktures).
Discriminación, programas paralelos y el cociente de inteligencia Es claro que existen diferencias significativas de logro en cuanto a la raza, la clase socioeconómica, el sexo y otros factores de origen. ¿Qué tipo de evidencia sustenta esta afirmación? Por ejemplo entre los estudiantes que tomaron las pruebas de aptitud escolar en 1980 y 1981, las calificaciones en matemáticas y en expresión oral variaban directamente con los ingresos familiares de los estudiantes. Las calificaciones fueron más bajas entre quienes provenían de los grupos de ingresos más bajos y fueron más altas entre quienes provenían de los de más altos ingresos (véase Tabla 17.2). Las calificaciones en las pruebas de aptitud escolar también variaron según el origen étnico de los estudiantes: los blancos, los asiáticos y los estadounidenses del Pacífico obtuvieron las notas más altas, seguidos por los mexico- estadounidenses y los negros. En parte, la matrícula en la universidad también depende del ambiente socioeconómico de los estudiantes (Lee, 1985). Tal como el sociólogo James Hearn (1984) ha caracterizado la situación, a pesar del compromiso de igualdad y de oportunidades, en Estados Unidos los socioeconómicamente ricos tienden a hacerse más ricos, es decir van a las universidades con mejores recursos materiales e intelec-
tuales, mientras que los pobres se hacen más pobres. Aunque la proporción de negros, hispanos e indígenas estadounidenses en la educación superior, ha mejorado en algo, todavía anda muy lejos de la de los blancos. La inscripción en las escuelas de graduados describe un panorama similar: más blancos que miembros de otras razas, más blancos que blancas, pero más mujeres negras, indígenas estadounidenses e hispanas que hombres de esos mismos grupos. Una de las consideraciones importantes al considerar los modelos desiguales de la educación superior y del logro entre los diferentes grupos étnicos es la tendencia de los estudiantes provenientes de grupos económicos más bajos a entrar a los cursos e instituciones educativas de los status más bajos y de más baja calidad. ¿Por qué sucede esto? A menudo, este es el resultado de lo que conocemos como programas paralelos,* la agrupación de estudiantes de acuerdo con sus capacidades percibidas y con sus intereses profesionales. (Aquí, los teóricos de la perspectiva de poder podrían afirmar que el seguimiento por habilidades es la razón fundamental utili-
* Tracking. Se trata de un diseño que contempla programas preparados de acuerdo con las capacidades de los estudiantes pertenecientes a un mismo nivel escolar. (N. del E.).
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Credencialismo El sociólogo Randall Collins (1979) ha argumentado que la enorme demanda de escolaridad en la sociedad estadounidense está ampliamente determinada por "el mercado cultural" en el cual las credenciales educativas constituyen un recurso importante. Sugiere que el verdadero porpósito de la educación no es satisfacer esencialmente la demanda industrial o duplicar el . crecimiento económico, sino mantener la posición de la élite en la sociedad. El sistema educativo es un mecanismo por el cual la élite busca perpetuarse al mantener un control estricto sobre las credenciales que cada uno debe tener. En otras palabras, el logro educativo y las credenciales son un recurso al igual que el oro, el petróleo o el carbón, por las que se compite activamente. El resultado es que hoy en la sociedad estadounidense, la gente necesita credenciales educativas hasta para obtener los trabajos más serviles y poco calificados. (El término credencialismo se refiere al requisito de que un individuo tenga un grado educativo como condición para el empleo). Los niveles de las habilidades necesarias para la mayor parte de los empleos realmente no se han alterado mucho: esta es una razón que alegan Collins y otros en el sentido de que el credencialismo no refleja las necesidades de la economía actual y del mercado de trabajo. La exigencia de credenciales puede significar que la gente que posee las habilidades necesarias, pero que no tiene las credenciales, puede encontrar dificultad para hallar trabajo. Mientras que hace un siglo, un trabjador
inmigrante podía haberse iniciado cargando ladrillos y progresar como trabajador de la construcción a niveles más calificados o podía obtener un empleo en un molino en donde no exigieran una educación formal, hoy la gente que quiere ingresar a la fuerza laboral necesita, por lo menos, tener el diploma de bachiller. El diploma no es tanto un signo de que la persona haya aprendido a leer, a escribir y a hacer cálculos (a menudo, como hemos visto, éste no garantiza totalmente esas habilidades) sino una garantía parcial de que ha sido bastante constante en sus hábitos, bastante diligente en su trabajo, y lo suficientemente brillante como para obtener el diploma de bachiller. En una sociedad en donde existe la movilidad, un diploma también le ofrece al empleador criterios bastante estandarizados, simples y rápidos para juzgar a quienes solicitan empleo. El que los estudiantes asistan a la universidad, bien podría ser un factor de discriminación básico del status en la sociedad estadounidense de hoy. En un extremo están los médicos y los abogados, cuyas credenciales educativas les proporcionan monopolios sobre cierto tipo de conocimiento y de capacidades. Sus credenciales no sólo les permite tener prestigio sino también valiosas remuneraciones económicas. Con todo, el credencialismo también crea una subclase entre quienes no poseen diploma de bachiller o universitario. El credencialismo inclusive afecta a las especializaciones que la gente sigue. En la universidad, el
zada para canalizar a los estudiantes de trasfondos socioeconómicos más bajos hacia los campos más bajos, lo cual puede considerarse como sinónimo de educación de calidad inferior). El programa paralelo es quizá el mayor obstáculo para la igualdad de oportunidades en las escuelas estadounidenses. El nivel del programa en que se encuentran los estudiantes los puede alejar del camino de las oportunidades o del camino recto hacia un camino sin salida. El desempeño de los estudiantes en las pruebas
énfasis ha variado de los programas de artes y ciencias experimentados en cursos básicos, hasta las especializaciones en administración, tecnología, o cualquier área que el estudiante crea que lo dotará mejor para el mercado de trabajo. Esta puede ser una visión miope; sin embargo, para cuando se cierre el mercado especializado, la gente con esas habilidades se encontrará sin trabajo. Actualmente, muchos de quienes estudian los problemas escolares están recomendando que quienes quieran ser maestros, se concentren en las humanidades, no en la educación durante el ciclo de pre-grado. Esto debería ponerlos en mejor posición, no sólo para enseñar las habilidades básicas, sino para proporcionar una amplia perspectiva intelectual y motivar el pensamiento crítico - elementos estos que se han considerado ausentes en lo que hoy puede llamarse el empobrecimiento mental estudiantil. En la misma forma, los empleadores pueden aburrirse con los trabajadores que tienen entrenamiento comercial o técnico pero que demuestran problemas para redactar una frase, para pensar en forma creativa o para hacer operaciones aritméticas elementales, y que no tienen un caudal suficiente de conocimientos generales basados en la realidad. ¿Continuaría el credencialismo intacto, cambiando simplemente su curso y siguiendo las nuevas modas? Muchos dicen que sí.
de inteligencia es uno de los criterios más comunes para asignar el programa paralelo. Aun cuando las calificaciones de las pruebas de inteligencia no se utilizan para el programa paralelo; el cociente de inteligencia de un estudiante (CI) -la calificación de una prueba de habilidades mentales que es una razón entre la edad mental y la edad cronológica- no obstante puede afectar las expectativas de los maestros acerca de su habilidad (Berk, Bridges, y Shih, 1981).
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Tabla 17.2 Raza, clase social y calificaciones en los exámenes de aptitud escolar. Resultados de las pruebas realizadas en 1980-1981; calificaciones con escala desde 200 hasta 800
Muchas personas creen erróneamente que las pruebas del cociente de inteligencia miden la capacidad intelectual con la cual una persona nació. Pero la inteligencia innata no es equivalente a la inteligencia que miden las pruebas. Aunque ha habido muchas teorías sobre qué factores conforman esa cualidad evasiva denominada "inteligencia", nadie sabe lo que es. Más aún, las pruebas de inteligencia solamente miden una escala limitada de capacida-
des mentales, principalmente verbales y matemáticas, pero poco o nada de la creatividad de una persona, de su flexibilidad, de su viveza, de su perspectiva, de su habilidad para aprender de un contexto o de sus habilidades para tratar a las personas, de las habilidades para la música, la danza o el diseño. Las pruebas son buenas para detectar a los estudiantes dotados en los temas académicos tradicionales, pero son particularmente deficientes para de-
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tectar a quienes (muchos provenientes de las minorías y de grupos no privilegiados) ya están rezagados en el sistema educativo. A los estudiantes que carecen de habilidades para tomar una prueba, o sea, los que no saben cómo contestar las preguntas rápidamente y en inglés, por ejemplo, y a quienes les falta el marco cultural de referencia sobre la prueba, se les penaliza. Las pruebas de inteligencia miden lo que las personas han aprendido con los años, los efectos del ambiente y también ciertos aspectos de su capacidad mental innata. Puesto que las calificaciones sobre las pruebas de cociente de inteligencia están fuertemente influenciadas por el ambiente, de ahí se sigue que algunos ambientes pueden ser más propicios para un desempeño excepcional que otros. Este es definitivamente el caso. Las pruebas de cociente de inteligencia están desviadas para favorecer a quienes provienen de la clase media, predominantemente blanca, occidental y de la cultura industrializada (la misma cultura que produjo a las personas que diseñaron y administraron las pruebas). Por tanto, el hecho de que un niño negro no conozca muchas de las palabras del vocabulario de una prueba de cociente de inteligencia, no significa que carezca de "inteligencia". Simplemente puede significar que él o ella proviene de un ambiente en donde esas palabras son poco usadas, si es que alguna vez se usan. El sicólogo especializado en educación Arthur Jensen (1969,1979) le restó importancia a estos factores ambientales cuando sugirió que la herencia contaba en gran medida para los diez o quince puntos de diferencia entre las calificaciones promedio de la prueba de cociente de inteligencia entre los estadounidenses blancos y los negros. Como señalamos en el Capítulo 13, el prejuicio extendido contra los negros hace imposible igualar las experiencias ambientales de los niños blancos y negros, aun cuando los niveles de ingresos de sus padres y la educación sean similares. Y más frecuentemente que nunca, estos factores son disímiles. En casi todos los estudios que comparan el cociente de inteligencia de los blancos y de los negros, la muestra de los negros se ha tomado de un grupo más desaventajado social y económicamente que la muestra blanca (Joseph, 1977). Igualmente significativo, cuando el promedio de calificaciones del cociente He inteligencia de los niños blancos de hogares privilegiados se compara con el de los hogares poco aventajados, las diferencias entre ellos son iguales o aun mayores que las que existen entre jóvenes blancos y negros (Hurn, 1978). ¿Qué podemos decir entonces de la relación entre la herencia y la inteligencia medidas por las
pruebas del cociente de inteligencia? A lo sumo, que la herencia genética ayuda a establecer una gama de "inteligencia" más amplia que aquella que potencialmente puede manifestar una persona. Pero precisamente en qué nivel de este rango se ubica una persona, es algo que se determina en gran medida por los factores ambientales. Es por eso que no hay garantía en el uso de las pruebas de cociente de inteligencia para discriminar entre estudiantes "inherentemente" brillantes y los estudiantes torpes. Afortunadamente, el uso de dichas pruebas para estos propósitos está disminuyendo cada vez más.
La desigualdad y el rol de la escuela ¿Qué parte juega realmente la escuela en el establecimiento de los modelos de igualdad en nuestra vida? ¿Qué puede hacerse con respecto a la desigualdad en las escuelas públicas de Estados Unidos? Durante muchas décadas pasadas los funcionarios públicos han puesto mucha atención a estos interrogantes importantes.
El informe Coleman Como parte de la puesta en práctica de la Ley de los Derechos Civiles de 1964, a un equipo de sociólogos dirigido por James Coleman (1966) se le solicitó realizar nacionalmente un estudio de la desigualdad en las escuelas. Este estudio llegó a incluir 570 000 estudiantes y 60 000 maestros en 4 000 escuelas. A mitad de camino de la investigación, Coleman le dijo a un entrevistador que "el estudio mostraría la diferencia en calidad de las escuelas a las que está expuesto el promedio de niños negros y el promedio de niños blancos. Usted sabe bien que la diferencia va a ser realmente impresionante" (citado en Hodgson 1973, p. 37). Los resultados finales no fueron en absoluto los que Coleman esperaba. Encontró diferencias relativamente pequeñas entre las escuelas en donde predominan los estudiantes negros y las escuelas en donde predominan los blancos, en los gastos por alumno, en la edad que tenía la construcción, en las instalaciones de la biblioteca, en la cantidad de textos, en las características de los maestros y en el tamaño de la clase. Más sorprendente aún, fue el hallazgo de que los edificios modernos, los currículos y los textos desactualizados, y los gastos más altos por alumno no tenían un efecto perceptible en el logro
de los estudiantes que las pruebas registraban. El gobierno y la mayoría de los educadores siempre han supuesto que existe una relación de causa y efecto entre los recursos de la escuela y el desempeño de los estudiantes: creían que mientras más dine-
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ro se gastara en los alumnos, mejor sería su educación. Tradicionalmente, la igualdad de oportunidades ha significado el intento de proporcionar a todos los niños el acceso a las mismas clases de insumos educativos, -maestros, instalaciones y similares. Este enfoque puede ser más o menos equivalente a proporcionarle a una persona que jamás ha jugado golf y a otra persona jugadora experto, palos y pelotas de golf idénticos y señalarles a ambas el mismo punto de partida. No hay duda de quién será el ganador; esta desigualdad inicial es parte del mensaje de Coleman. El concluyó que las escuelas tienen poca influencia en lo referente al logro del niño, que es independiente de su origen y del contexto social general... Esta verdadera falta de efecto de independencia significa que las desigualdades impuestas a los niños por el hogar, el vecindario y el ambiente de los pares, van siempre con ellos hasta que se convierten en las desigualdades con las cuales se enfrentan en la vida adulta al final de sus estudios (Coleman citado en Silberman 1971, p.71)
En otras palabras, las escuelas mismas parecerían tener poco efecto sobre los logros de los estudiantes con dos excepciones. Coleman encontró que la calidad de la enseñanza constituye una pequeña diferencia y que los negros de bajos ingresos que asisten a las escuelas de clase media se desempeñan mejor que los negros de bajos ingresos que asisten a las escuelas del ghetto. Pero principalmente Coleman encontró que la familia, no la escuela, es la principal institución educativa, aun en la sociedad moderna. Las familias transmiten a sus hijos su status socioeconómico, el cual afecta fuertemente las opciones para las oportunidades educativas y de sus logros personales. En otras palabras, la clase casi es el determinante total en términos del logro de un niño en su educación. El informe Coleman suministró una razón fundamental para lo que ha venido a conocerse como educación compensatoria, programas de enriquecimiento que ayudan a los estudiantes de ambientes poco aventajados con el fin de "nivelarse" con los estudiantes más aventajados. Coleman argumentaba que para lograr una verdadera igualdad de oportunidades, debemos crear una situación en la cual cada persona tenga una oportunidad igual de lograr cierto resultado. En educación, la igualdad de oportunidades existirá cuando las calificaciones promedio de los graduados de diferentes escuelas (no en gastos por alumno, instalaciones y demás) sean las mismas. Con el fin de alcanzar esta igualdad, los jóvenes en desventaja necesitan educación compensatoria para ayudarles a competir justamente con otros estudiantes.
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Christopher Jencks y sus colegas en su artículo Inequality (1972) reforzaron el diagnóstico de Coleman. Jencks estaba de acuerdo en que la desigualdad de la clase social al exterior de la escuela es un factor determinante de desigualdad en la misma escuela y que el gasto de dinero sobre los estudiantes en cualquier sistema escolar era algo irrelevante. (Nótese que Jencks aquí le hace eco a la perspectiva de poder; las escuelas reflejan la estructura de dase y las oportunidades de la sociedad). Jencks argumentaba que no había nada en el sistema educativo en sí mismo que pudiera hacer esto; no podía "fijar" las desigualdades sociales. En general, la reforma de las escuelas no cambiaría a la sociedad ni aseguraría las oportunidades para todos, ni siquiera para algunos más de los desaventajados. En respuesta al interrogante que surgió anteriormente en el capituló, o sea, ¿esperamos demasiado de las escuelas?, Jencks diría que sí. Las escuelas no pueden ser el doctor o el trabajador milagroso que cure las enfermedades de la sociedad.
Discriminación, supresión de la segregación y servicio de buses Antes de que Jencks publicara su controvertido libro, Estados Unidos estaba haciendo esfuerzos para cambiar el modelo de desigualdad educativa, específicamente el modelo de la supresión de la segregación racial. Este esfuerzo empezó con el fallo de la Corte Suprema en 1954, Brown vs. la Junta de Educa-
ción, que socavaba la rigurosa segregación tradicional (y hasta entonces legal) de niños de escuelas de blancos y negros en el Sur y la segregación virtual en el Norte, basada en patrones residenciales (Orfield, 1983). El estudio de Coleman en 1966 influyó fuertemente sobre los procesos y planes subsecuentes de supresión de la segregación, particularmente su hallazgo de que los niños negros de bajos ingresos en las escuelas del ghetto se desempeñaban más deficientemente que los niños negros de bajos ingresos en las grandes escuelas de clase media. Hemos visto que la política y los programas de educación compensatoria le deben muchísimo a Coleman. Los tribunales y los funcionarios gubernamentales acudieron al servicio de buses para suprimir la segregación escolar con cuya eliminación se esperaba igualar las oportunidades educativas y derribar las barreras raciales. El servicio de buses había demostrado ser una disposición útil (Sheppard, 1981). En muchos casos, ninguna otra estrategia ha demostrado ser tan efectiva. La causa principal de la demora para acabar con
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La vida familiar y el status socioeconómico desempeñan un rol principal, el rol primario, según algunos sociólogos -en determinar las oportunidades educativas de un niño y el nivel de logro-. Un niño de una familia pobre y analfabeta necesitará especial atención con el fin de competir en condiciones de igualdad con este infante de clase media que ya está "leyendo" con su papi (Joel Gordon).
la segregación en los distritos escolares de hoy, es la segregación residencial ampliamente dispersa y la adherencia al concepto de una escuela de vecindario. Puesto que los negros de bajos ingresos viven en vecindarios habitados predominantemente por negros, en sus escuelas locales también predominan los negros. Con el fin de lograr la integración, los tribunales obviamente no pueden mover los hogares, pero si pueden mover a los niños llevándolos en bus. Como se discutió en el Capítulo 13, el servicio de buses ordenado por la corte ha incitado a una reducción masiva de la segregación en las escuelas públicas, especialmente en el Sur. Ahora menos negros asisten a escuelas del Norte que a las altamente segregadas del Sur (Fiske 1987). A pesar de su falta de efectividad en el logro de la integración y a pesar de las opiniones de la mayoría en favor de la integración, el servicio de buses en sí mismo nunca ha sido popular, particularmente entre los blancos de clase media. No es de sorprender que los padres negros apoyen enormemente este servicio. Muchos de aquellos que se oponen a él insinúan que la táctica frecuentemente es contraproducente. Argumentan que el servicio ordenado por la corte anima a los padres blancos a sacar a sus hijos de las escuelas públicas, bien sea enviándolos a escuelas privadas o trasladándolos a las afueras de la ciudad en donde no haya servicio de buses. En consecuencia, se dice que el servicio de buses produce una segregación todavía mayor en las escuelas de la ciudad, cuando la relación porcentual entre estudiantes negros y blancos baja en forma drástica. Sin
embargo, la mayoría de los estudios demuestra que la "fuga de los blancos" de las ciudades es una tendencia que ha venido creciendo por varias décadas. En general, no parece que haya acelerado la supresión de la segregación de las escuelas públicas (Daniels, 1983; Pettigrew y Green, 1976). En un estudio reciente realizado a nivel nacional, Franklin Wilson (1985) encontró que la fuga de los blancos es una tendencia general, y que los resultados positivos de la supresión de la segregación son efímeros. El estudio Wilson también encontró que las familias blancas generalmente trataban de evitar los distritos de escuelas donde se hubiese abolido la segregación, cualquiera que hubiese sido su historia. Claramente, la supresión de la segregación en las escuelas públicas han sido en cierto modo efectiva, pero como vimos en el Capítulo 13, no es muy claro si ésta ocasionó o no un mejor desempeño académico entre los estudiantes de los grupos minoritarios. La mayor parte de la investigación sugiere que el desempeño académico de los estudiantes de las minorías tienden a mejorar en escuelas en donde no hay segregación (Daniels, 1983). También es incierto qué clase de efecto ha tenido la supresión de la segregación sobre la sociedad en general. Las experiencias actuales en las escuelas en donde no hay segregación bien podrían ser las bases de una menor segregación en la vida adulta y entre las generaciones futuras (Daniels, 1983). Otros han encontrado que la supresión de la segregación tiene pocos efectos positivos a largo plazo. La tesis de Jencks de que una política como la de la supresión de la segrega-
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ción en las escuelas no puede alterar el mismo fenómeno en la sociedad, no ha sido ni totalmente aprobada ni desaprobada.
¿Acaso las escuelas constituyen la diferencia? En los años 60 y 70, Coleman y Jencks plantearon no solamente el interrogante específico de la desigualdad racial y étnica, sino también un interrogante general: ¿constituyen las escuelas la diferencia? Durante estas décadas, ambos informes han tenido mucha influencia en la opinión pública y en las decisiones gubernamentales. Aunque el informe de Coleman, por lo menos, se utilizó para respaldar la educación compensatoria y el servicio de buses, la conclusión de Coleman pudo ser, y lo fue, entendida también en una forma distinta: es decir, que las escuelas realmente no constituyen la diferencia, tal como la conclusión de James parecía reforzar más fuertemente. Otros estudios han cuestionado los métodos y las conclusiones de Coleman y la investigación de Jencks, y, más bien han sugerido en primer lugar, que existen diferencias cualitativas en las escuelas, y en segundo lugar, que estas diferencias a su vez difieren en el aprendizaje y en la vida de los estudiantes. Información particularmente interesante provino de Barbara Heyns (1978), coautora de Jencks en el libro Inequality. Ella encontró que las escuelas sí constituyen diferencia en el aprendizaje para todos los grupos, pero la diferencia es mucho más pronunciada para los niños más pobres. La razón es que los niños más ricos tienen mayores oportunidades de aprendizaje fuera de la escuela; es decir, donde el status socioeconómico y el ambiente de la familia tienen los efectos más notables. Los niños provenientes de grupos adinerados tienen mayores oportunidades de progresar más firmemente que los estudiantes en desventaja, como resultado de mayores estímulos en las familias y en los entornos comunitarios de los niños más ricos. Esto ocurre durante todo el año; pero el efecto es más pronunciado durante el verano que en el período regular de escuela, las vacaciones de verano establecen una diferencia, puesto que en el verano los niños adinerados tienen mayores estímulos, instrucción y recursos educativos -campamentos, viajes y demás-. Otros niños, que no tienen la oportunidad de ir a un campo de computadores o a Europa pierden un poco más de terreno cada año. Heyns encontró que entre los grados sexto y undécimo la mayoría de las diferencias medibles en el aprendizaje tenían lugar en el verano. Este fue un fuerte indicio de que las escuelas constituyen la diferencia; pero que los programas de reforma educativa
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durante el año escolar en curso no serían una forma adecuada de solucionar la desigualdad. Una de las implicaciones de la investigación de Heyns es que las escuelas podrían aprender de los modelos de logro de niños acomodados e introducir tipos semejantes de estímulo, instrucción y de recursos en los currículos escolares. En otras palabras, si las escuelas pudieran mejorar en estos aspectos específicos, podrían constituir una diferencia aún mayor. No obstante, el problema de dar marcha atrás al "resbalamiento" que ocurre para los jóvenes en desventaja durante los veranos en casa, todavía subsistiría. El proporcionar buenas escuelas de verano u otras formas eficaces de estímulo para los niños en desventaja parece ser la respuesta obvia a esa política. Un grupo inglés dirigido por Michael Rutter y sus colegas (1979) encontró que las escuelas constituían la diferencia en la vida de los estudiantes de los diversos ambientes sociales, quizá más de una diferencia de las que señaló Heyns. Rutter criticó el estudio de Coleman por utilizar medidas sin llevar a cabo un análisis estadístico y porque nunca encontró qué sucedía realmente dentro de las escuelas. (El estudio de Jencks había sido criticado en aspectos similares). Rutter también señaló que las encuestas con una muestra representativa del total de la población como la de Coleman, no pueden medir los cambios que ocurren con el tiempo. Lo que necesitamos, entonces, es un estudio longitudinal. En su estudio Ruter y sus colegas, hicieron un estimativo cuidadoso con niños de 10 años en escuelas del casco urbano de Londres, midiendo la capacidad verbal, el logro de lectura, el ambiente familiar, los problemas emocionales, de comportamiento y demás. También interrogaron a los profesores para obtener informes sobre el comportamiento de los niños. Luego hicieron estimativos detallados de la calidad de las escuelas, utilizando información de la encuesta, observaciones de la clase y entrevistas. Finalmente, el proceso se repitió cuatro años más tarde para ver qué cambios habían ocurrido en los estudiantes. Toda esta cuidadosa medición se diseñó para hacer estimativos de la admisión (el carácter de los estudiantes al principio, incluyendo la clase social), el proceso (lo que las escuelas hacían), y el resultado (qué cambios ocurrían en los estudiantes).
¿Qué produce una educación de calidad? A diferencia de Coleman, Rutter encontró grandes diferencias de una escuela a otra: en la asistencia, el comportamiento y el desempeño académico. Algunas escuelas eran definitivamente "mejores", es decir, sus estudiantes se desempeñaban y se comporta-
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ban mejor que los estudiantes de ambientes y capacidades similares de otras escuelas. Lo que hada que las escuelas buenas fueran realmente buenas era primordialmente la forma como los maestros enseña-
ban. En las buenas escuelas se hacía mucho énfasis en los logros académicos. A los estudiantes se les asignaban tareas regulares y su trabajo era controlado cuidadosamente. De los estudiantes se esperaba que perfeccionaran el trabajo de clase, entregaran sus tareas a tiempo, utilizaran la biblioteca, etc. Se esperaba que fueran responsables. Los profesores de las escuelas buenas tenían un estilo distinto de enseñanza: interactuaban con toda la clase, tenían modelos claros y reforzados de disciplina, y premiaban el buen trabajo. Creaban en la escuela un ambiente agradable para los estudiantes, decorando las aulas de clase, haciendo que los estudiantes se sintieran libres para consultar con ellos los problemas personales. Más aún, en las buenas escuelas, las directivas eran estables y organizadas en forma eficiente. Las conclusiones de Rutter estaban sustentadas por un estudio de escuelas eficaces en Estados Unidos, el cual habían dirigido algunos investigadores de la Escuela de Educación de Harvard (Williams y otros, 1981). Al suministrar un punto de vista útil e interesante sobre los atributos de las escuelas "buenas" y sobre la posibilidad de alcanzar esa meta, Sara Lightfoot escribió: "La búsqueda de escuelas buenas" es algo difícil de comprender y algo decepcionante.... (Una) orientación más modesta hacia la virtud no descansa sobre cualidades absolutas o discretas de excelencia y perfección, sino sobre las opiniones de instituciones que preven el cambio, el conflicto y la imperfección. A menudo me ha parecido que la búsqueda de escuelas buenas está marcada por una norma bastante parecida a las expectativas sociales vinculadas a las buenas madres: cualidades perdurables de nutrición, bondad, estímulo y estabilidad. Inevitablemente, esta búsqueda no encuentra ganadores. Ni siquiera las madres pueden competir con estos cuadros idealizados. Creo que (una) opinión más generosa debería aplicarse también a las percepciones sobre las escuelas (Lightfoot 1983, pp. 309, 311)
Las escuelas, argumenta Lightfoot, no se pueden medir de acuerdo con modelos imposibles de perfección. La flexibilidad es quizá el atributo clave de una buena escuela.
Escuelas públicas y privadas Hasta ahora hemos visto los problemas que acosan a las escuelas públicas. Si ellas no siempre proporcionan una educación de calidad (o al menos no pue-
den hacerlo en este punto), ¿podrán lograrlo las escuelas privadas? Muchos padres acaudalados han optado por las escuelas privadas por la decepción que encuentran en el sistema de escuelas públicas. ¿Cuáles son las diferencias reales entre los dos tipos de escuelas? Coleman y sus compañeros (1987) recientemente compararon el logro académico de los estudiantes en las escuelas públicas y privadas. Encontraron que el promedio de las escuelas privadas es superior al promedio de las escuelas públicas en muchas formas. El ambiente en las escuelas privadas generalmente es más disciplinado y mas ordenado, y estas cualidades están probablemente relacionadas con el éxito de la escuela. Los estudiantes de la escuela privada generalmente logran más altos niveles de desempeño académico, aun cuando el origen familiar y otros factores se mantengan constantes. Por ejemplo, cuando se compararon los estudiantes de escuelas públicas y privadas, quienes provenían de escuelas privadas estaban mucho más inclinados a entrar a la universidad que quienes provenían de las escuelas públicas. Estas diferencias permanecían aun cuando factores tales como las pruebas de aptitud académica, la capacidad, las aspiraciones educativas y la clase socioeconómica se conservaran constantes. (Halsey y Heyns 1984). Estas diferencias pueden atribuirse al impulso adicional que las directivas de la escuela privada pueden proporcionar a los estudiantes y quizá también al enfoque de la escuela privada frente la universidad, como meta importante para los estudiantes. La siguiente es una descripción de las escuelas de internados elitistas, los currículos y, por implicación, las agendas para sus estudiantes: Los currículos de los internados son exigentes y a los estudiantes se les pide que trabajen intensamente en sus estudios. Aunque no se exige que tengan inquietud intelectual, parte del derecho al privilegio consiste en demostrar los méritos perfeccionando un currículo difícil. Las habilidades académicas que los estudiantes de los internados adquieren pueden ayudarles a ingresar en una universidad selecta y a perfeccionar las complejidades de los mundos comercial, político y financiero. Sentirse a gusto en el mundo de las ideas y poder expresar los pensamientos en una forma lógica y concisa, no solamente son el sello de una persona bien educada, sino que hoy son habilidades esenciales en la lucha por el poder. (Cookson y Persell 1983, p. 30).
Pero el grupo de Coleman encontró que mientras algunas escuelas privadas son muy elitistas (especialmente los internados), otras atienden a la clase media. Y muchas, especialmente las escuelas católicas y las así llamadas academias cristianas, tienen muchos niños pertenecientes a familias de clase tra-
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bajadora. Aun aquellas que no tienen estándares intelectuales elitistas pueden ofrecer" niveles altos de orden y disciplina. Coleman y sus colegas concluyeron que las políticas que animan a los estudiantes a asistir a las escuelas privadas (tales como el crédito para el impuesto a la enseñanza) aumentarían la proporción de estudiantes de las minorías y de bajos ingresos y en esta forma podrían beneficiar a los estudiantes de los grupos más desaventajados.
LA EDUCACIÓN SUPERIOR Y LA SOCIEDAD ESTADOUNIDENSE Antes de 1960, aproximadamente sólo una de cuatro personas asistían a la universidad. En 1970, esa relación cambió de una persona a tres y ha permanecido en ese nivel desde entonces. No obstante, recientemente se ha hecho una crítica aguda sobre la educación superior estadounidense. Los críticos señalan, como anotamos anteriormente, que los negros, los hispanos y los miembros de grupos de bajos ingresos tienen poca representación entre los estudiantes universitarios (Lee, 1985). ¿Es digna la educación universitaria del tiempo y del dinero que exigen? Si es así, ¿por qué ? ¿Qué es exactamente lo que las personas logran de la universidad?
El valor de una educación universitaria Un grado universitario, como hemos visto, es una credencial importante en la sociedad estadounidense. Se espera que aumente los ingresos de los graduados y que también proporcione ventajas no materiales: mejores capacidades cognoscitivas, amor al aprendizaje y respeto a los derechos de la persona, entre otros. Por tanto, una razón para matricularse en la universidad es aumentar el poder de ingreso. Calculado en términos de poder adquisitivo en dólares de 1981, el valor vitalicio agregado de un grado universitario frente a un diploma universitario, era de $329 000 dólares para los hombres y de $142 000 dólares para las mujeres. En 1983, el promedio de ingresos de un hombre que se había graduado de bachiller era de $17 600 dólares y para una mujer de $7 400 dólares. El ingreso promedio de un hombre que se había graduado en la universidad en un programa de 4 años era de $28 100 dólares y de una mujer $14 600 dólares (véase Figura 17.1). Las diferencias de sexo se deben principalmente a la cantidad de mujeres no empleadas durante al menos una parte de su vida adulta, pero también a las diferencias en el pago por empleos predominantemente masculinos y femeninos, y por los hombres y mujeres en trabajos similares (véase Capítulo 12).
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El tipo de universidad a la cual asiste un estudiante también puede constituir de algún modo cierta diferencia en sus ingresos, al igual que en la determinación de que un estudiante asista o no a la universidad. Richard Coleman y Lee Rainwater (1978) dividieron las universidades en tres categorías. Un 15 por ciento de los estudiantes que asistían a las universidades privadas más elitistas, pueden esperar ganar 85 por ciento más que aquellos que no han tenido grado universitario. Un 45 por ciento de los estudiantes que asisten a las menos elitistas, pero que todavía son universidades privadas selectas y a las universidades más importantes del estado pueden esperar ganar 52 por ciento más que quienes no han tenido grado universitario. Para un 40 por ciento restante de los graduados de universidad, el grado no les proporcionará un ingreso adicional, en comparación con los graduados de secundaria. Muchos tendrán empleos que pudieran denominarse "de la clase trabajadora de cuello blanco", empleos que exigen grado de universidad (el grado en sí mismo puede tener poco o nada que ver con el empleo real), pero que ofrecen pocas oportunidades reales de progresar. Algunos grados de licenciatura ya no tienen mucho valor financiero a causa de la "inflación" educativa. Esto significa que se han otorgado demasiados grados universitarios para una cantidad de empleos que exigen una educación universitaria. Un grado universitario es la credencial mínima para los empleos de clase media, así como un diploma de bachillerato es la credencial requerida para empleos de la clase trabajadora. A través del proceso de ascenso educativo, más empleos de los que alguna vez realizaban los bachilleres o los técnicos, ahora los realizan los graduados universitarios (Berg, 1970; Colins, 1972; Rodríguez, 1978). Mientras que en 1972, 1 de 7 trabajadores entre las edades de 25 y 64 años era graduado universitario, en 1982 la relación era de 1 entre 4 ( Ehrenhalt, 1983). Como resultado, muchos graduados universitarios han tenido que luchar por cualquier clase de trabajo, y por eso están manejando taxis, vendiendo zapatos, mecanografiando o archivando, quizá temporalmente, quizá en forma permanente. Además, un receso económico que coincidió con la búsqueda de empleo de la última generación del baby-boom ha significado que los graduados universitarios de los años 70 enfrentaran un mercado laboral estrecho y descubrieran que sus grados valían menos de lo que originalmente esperaban. (Véase también el cuadro sobre credencialismo p. 508).. Sin embargo, el valor de la educación universitaria no puede medirse únicamente sobre la base de
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las ganancias monetarias para los individuos. Howard Bowen (1977) argumenta que la universidad mejora significativamente la calidad de vida de las personas. Los estudios que él presenta demuestran que la universidad proporciona muchos cambios deseables en el individuo: por ejemplo, habilidades cognoscitivas crecientes mediante la adquisición de habilidades verbales y matemáticas, un pensamiento más lógico, un mayor conocimiento y curiosidad intelectual. Además un interés creciente en el gusto por las artes. La investigación del sociólogo Herbert H. Hyman y sus colegas (1975, 1979) en particular ha registrado los efectos perdurables de la educación. Según Hyman, ésta aumenta la receptividad hacia aprendizajes futuros, estimula la búsqueda activa de nuevos conocimientos, despierta el respeto por las libertades civiles y realza el desarrollo emocional y moral del estudiante. Y lo que es más, los estudiantes esperan que la universidad les proporcione esos beneficios no materiales.
¿Quiénes son los universitarios de hoy? ¿Quién forma esta población universitaria cada vez más creciente en Estados Unidos? ¿Cuáles son sus orígenes, intereses y actitudes, y cómo pasan su tiempo? ¿Qué esperan que la educación universitaria haga por ellos después de su graduación? La edad promedio de los estudiantes universitarios ha aumentado a casi 22 años, en parte porque los estudiantes de mayor edad han regresado a las escuelas para mejorar sus habilidades de empleo, y
en parte porque otros han tomado tiempo adicional para decidir lo que quieren hacer y después regresan a la universidad. De hecho, probablemente hoy el cambio más rápido en la educación superior, tiene lugar en la educación de los adultos, tanto en los graduados como en los no graduados, a medida que los centros universitarios, las universidades, las corporaciones y otros proveedores privados ofrecen entrenamiento de alfabetización, cursos de capacitación y entrenamiento profesional para adultos (Eurich, 1985). Actualmente, más de la mitad de todos los estudiantes en las universidades son mujeres (Casale y Lerman 1986). La mayoría de los estudiantes universitarios son blancos; menos de 10 por ciento son negros y alrededor de 1 por ciento son estadounidenses nativos, portorriqueños, asiáticos, y otros que provienen de los grupos minoritarios, el treinta por ciento provienen de familias en las cuales el padre ha recibido un diploma de bachiller y 20 por ciento de familias en donde los padres han recibido un grado universitario. Mayor cantidad de madres que de padres, 40 por ciento- se han graduado de bachilleres, aunque superficialmente menos madres que padres se han graduado en la universidad, el 17 por ciento (Astin, 1987). ¿Qué dicen los estudiantes mismos acerca de su decisión de asistir a la universidad? ofrecen diversas razones intelectuales, sociales y financieras para explicar esta decisión. Setenta y seis por ciento quiere ir a la universidad porque así conseguirían mejores trabajos que los que tendrían sin un grado, y casi
"Este proceso de entrenamiento por el cual el intelecto, en vez de ser formado o sacrificado para alguna finalidad particular o accidental, alguna profesión, intercambio o ciencia específica, se disciplina para su propio bien, para la percepción de su propio objetivo y para su propia cultura más alta, se denomina Educación Liberal" Qué hubiera dicho John Henry Cardenal Newman, quien escribió: "The Idea of a University" en 1852, acerca del curriculum propio de la universidad de hoy?
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Figura 17.1 Ingreso promedio por educación, para hombres y mujeres, 1985
Fuente: U.S.Bureau of the Census,U.S. Statistical Abstract, 1985, p. 447.
73.5 por ciento quieren, en forma bastante apropiada, aprender más. 61 por ciento quiere obtener una educación general, y 56 por ciento quiere conocer personas nuevas e interesantes (Astin, 1987). Más mujeres que hombres, y un poco más de la mitad, se clasifican políticamente como de centro y aproximadamente una quinta parte se clasifican como liberales y conservadores. Un porcentaje muy pequeño dice que está muy lejos de la derecha o lejos de la izquierda (Astin, 1987). La mayoría de los estudiantes universitarios en los conservadores años 80 gustan y tratan de emular la vida de sus padres, aunque quieren ser financieramente mucho mejores que ellos (Casale y Lerman, 1986). Dos terceras partes se consideran a sí mismos como moderadamente religiosos, y un 15 por ciento se consideran profundamente religiosos. Casi todos los estudiantes encuestados estaban de acuerdo en que deberían mejorarse las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética, y tres cuartas partes estaban de acuerdo en
que el gobierno de Estados Unidos debería dar alta prioridad al desarme nuclear. Tres cuartas partes también estaban de acuerdo en que una mujer debería ser capaz de escoger entre tener o no un aborto (Boyer, 1987). 85 por ciento quieren casarse, preferiblemente alrededor de los 25 años. Más de 90 por ciento de las mujeres quieren trabajar después de casadas. Solamente un 15 por ciento de los hombres y 6 por ciento de las mujeres quieren tener un matrimonio en el cual la esposa se quede en casa y el esposo vaya a trabajar (Casale y Lerman, 1986). Fuera del salón de clase, muchos estudiantes trabajan. Cerca de 30 por ciento de los estudiantes de tiempo completo y 84 por ciento de los estudiantes de medio tiempo trabajan 21 horas o más cada semana. A medida que los costos de derechos de matrícula sigan creciendo, la cantidad de estudiantes que trabajan aumentará igualmente. Los estudiantes también pasan el tiempo hablando informalmente con otros estudiantes, escuchando músi-
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Figura 17.2 Metas de los primíparas: espirituales contra financieras, 1967-1987
ca, leyendo, practicando deportes, haciendo ejercicios y mirando la televisión. Muchos se preocupan por estar en forma y saludables lo cual constituye un mejoramiento prometedor desde los años 70. Hoy, más estudiantes, más de 25 por ciento, planean especializarse en negocios más que en cualquier otro programa de estudios. Luego, en orden de popularidad, están la ingeniería, la educación, la biología, la ciencia, la sicología, las comunicaciones, la ciencias de computación, inglés y la ciencia política. Estas tendencias bastante recientes, ilustradas en la Figura 172, pueden estar relacionadas con el interés creciente entre los estudiantes por ganar dinero. La cantidad de estudiantes que se están especializando en literatura y en humanidades puede haber disminuido por la misma razón: estos campos están específicamente menos relacionados con un mercado de trabajo corriente o con las ganancias económicas. Sin embargo, como mencionamos anteriormente, los empleadores pueden empezar a querer mayores conocimientos en inglés, en humanidades y en ciencias naturales de los graduados universita-
rios, lo cual podría eventualmente cambiar la tendencia orientada hacia la administración. Una vez que terminen la universidad, 44 por ciento de los estudiantes planean trabajar de tiempo completo, 24 por ciento ir a una escuela de graduados y 16 por ciento trabajar e ir al postgrado al mismo tiempo (Casale y Lerman, 1986). Un 38 por ciento proyectan obtener un grado de licenciado, 31 por ciento un grado de master, 15.2 por ciento un doctorado y 6.2 por ciento un grado adjunto (Astin, 1987).
Universidades comunitarias e intermedias* El crecimiento completo de la educación estadounidense y la proporción creciente de los estudiantes universitarios son dos tendencias muy importantes. Pero la cantidad real de inscripciones en las univer-
* Por intermedias se entiende aquí el junior college de dos años. (N. del T.)
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sidades ha caído recientemente. Esto se equilibra con la tendencia a las inscripciones en las universidades donde se dictan los dos primeros años de la carrera, las cuales para los estudiantes de medio tiempo y de tiempo completo siguen aumentando año tras año. En 1981, las universidades que dictan los dos primeros años de una carrera inscribieron un 32 por ciento de estudiantes, superior al 27 por ciento registrado en 1970 (Oficina del Censo de Estados Unidos, 1983). El incremento puede reflejar, en primer lugar, una mayor edad promedio de estudiantes (más adultos que toman cursos de "extensión", por ejemplo) y en segundo lugar el interés de los estudiantes de hoy en recibir de la escuela un mayor entrenamiento vocacional práctico e inmediato (en vez de un entrenamiento en artes liberales y humanidades). Además, las universidades comunitarias y las universidades intermedias están ofreciendo a los estadounidenses un tipo de cursos intermedios de fundamentos entre el bachillerato y la universidad. En este país las primeras universidades privadas intermedias se diseñaron para proporcionar una oportunidad para acceder a la educación superior, a los estudiantes que no podrían ingresar a las universidades. Las primeras universidades públicas comuni-
tarias fueron una extensión del sistema escolar local y se crearon primordialmente para los estudiantes que no podían ingresar a las universidades o a los que no se les permitía. Actualmente, las dos clases de universidades mencionadas ofrecen muchos servicios de gran valor. Allí perfeccionan la educación para los estudiantes que, de otra manera, deberían abandonar la escuela después de graduarse de bachilleres; preparan a los estudiantes para inscribirse en las universidades; entrenan a los semiprofesionales y proporcionan una educación continuada para los adultos. Las dos clases de universidades de las que hablamos, comúnmente ofrecen tres tipos de programas: entrenamiento vocacional (en áreas tales como servicios sanitarios, mecánica, habilidades comerciales, programación de computadores y entrenamiento de policía); programas de "transferencia" (que hacen énfasis en los temas académicos para ayudar a los estudiantes a transferir a las universidades); y la educación comunitaria (cursos de interés especial en cívica, en asuntos culturales y en actividades recreacionales). Tres de cuatro estudiantes en las universidades intermedias dan como una razón primordial para asistir a la escuela el obtener mejores empleos (AACJC, 1977). La mayor parte de las universidades comunitarias están orientadas hacia una educación técnica y profesional. Los estudiantes que siguen tales cursos
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vocacionales se interesan por los empleos semiprofesionales en ciencia, salud, ingeniería y en varios campos técnicos. (Tales trabajadores conforman 35 por ciento de la fuerza laboral estadounidense). El problema con los que buscan tales empleos con el fin de lograr un salario más alto y empleos más prestigiosos, es que la mayoría tienen un horizonte muy restringido. Una enfermera, un auxiliar de profesor, un técnico de laboratorio, por ejemplo, pueden encontrar pocas oportunidades de progreso. Más aún, muchos graduados de las universidades comunitarias no pueden encontrar empleos en los campos en que recibieron el entrenamiento. Por ejemplo, en 1976 solamente 11 por ciento de los graduados en ciencias tenían empleos relacionados con esta área (Pincus, 1980). Por tanto, las universidades comunitarias a menudo sólo se limitan a ayudar a los estudiantes que quieren conseguir un mejor trabajo. Sociólogos como Randall Collins (1971,1979) señalan que en cualquier caso, con la excepción de unos pocos profesionales altamente especializados en medicina e ingeniería, la mayor parte de las ocupaciones exigen poco del tipo de habilidades que enseñan las escuelas. Más frecuentemente, los individuos adquieren las destrezas necesarias en el empleo y no en la escuela. Como vimos en el cuadro sobre el Credencialismo, lo que más importa son las credenciales que una escuela puede otorgar. No obstante, las universidades comunitarias ofrecen a sus estudiantes oportunidades importantes. Dos años de universidad pueden ahora ser tan esenciales en el mercado de trabajo como lo era hace veinte años un diploma de bachiller. Aunque los estudiantes de las universidades comunitarias como grupo no experimentan una movilidad ascendente significativa, y aun cuando los estudiantes que entran a las universidades intermedias tienen menos posibilidad de obtener el grado de licenciados que aquellos que acuden a las universidades (Vales, 1985), pueden estar en mejores circunstancias que estudiantes semejantes, que se decidieron a no asistir a la universidad. Además, la educación de la universidad comunitaria a menudo proporciona recompensas de considerable significación personal. Por ejemplo, los cursos en dichas universidades pueden despertar intereses dormidos y desarrollar talentos latentes que enriquecen en forma ilimitada la vida de los estudiantes. Y puesto que los estudiantes de estas universidades tienen más tendencia a ser de mayor edad, casados y trabajadores, en las universidades comunitarias y en las intermedias se ha abierto un sistema de educación para una gran cantidad de estudiantes que no pueden asistir a las universidades. Este grupo también incluye a las mi-
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norias; aunque las minorías todavía están poco representadas en todos los tipos de universidades, la educación profesional y el entrenamiento vocacional que ofrecen las universidades comunitarias han ayudado a los negros a ascender en el mercado de trabajo, dentro de ocupaciones orientadas hacia las personas y el procesamiento de datos (Kerckhoff y Jackson, 1982).
LO QUE OFRECE EL FUTURO La educación estadounidense está sufriendo un gran cambio. Los observadores pesimistas llaman a éste un tiempo de declive y de desorden; los optimistas lo consideran como un tiempo de adaptación y de renovación. Cualquiera sea la opinión que se tome, el cambio parece inevitable. Al menos los cambios en el tamaño y composición de la población afectarán la configuración de la educación estadounidense (véase Capítulo 10). Las inscripciones en las escuelas elementales disminuyeron hasta mediados de los años 80, cuando los niños de la "repetición del boom", los nacidos después de la generación del baby boom en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, alcanzaron la edad escolar. Ahora las escuelas elementales están superpobladas temporalmente. Las inscripciones en las universidades y en la secundaria siguen el mismo modelo: una disminución continua (en este caso durante los años 90) seguido por un resurgimiento como fue la "repetición del boom" de los estudiantes que llegaron a la edad adulta. Al mismo tiempo una cantidad creciente de personas de edad avanzada saludables y activas, y una cantidad creciente de adultos de edad intermedia forzados a entrenarse en Las universidades comunitarias ofrecen oportunidades para el crecimiento personal y el avance de las carreras a muchos que de otra manera no podrían continuar su educación. En una época de "inflación educativa" el entrenamiento técnico o vocacional de este tipo de universidad puede ser más apropiado para asegurar el empleo que algunos grados de las otras universidades (R. Bossu/Sygma).
nuevas profesiones, darán a la educación continuada (o adulta) una importancia todavía mayor. Hasta ahora, la mayoría de estas ventajas de la educación continuada han sido en la clase media. Pero esto puede cambiar en la medida en que los programas de educación de adultos tengan más amplia publicidad. En efecto, la educación continuada de adultos es probablemente el área de crecimiento para los centros universitarios y las universidades, y algunas veces para las empresas privadas y organizaciones comunitarias. Las tendencias demográficas no serán los únicos factores que configuren el curso de la educación estadounidense. Igualmente importantes serán las presiones para mejorar la calidad de las escuelas y los programas, y proporcionar a los estudiantes una mayor cantidad de opciones en los tipos de institución a los cuales quieren asistir. Ahora la insistencia se hace en la enseñanza de los "básicos", y muchas universidades urgen a los estudiantes a que tomen un programa fuerte orientado académicamente en la secundaria. En las sociedades modernas, basadas en la tecnología, el conocimiento supone un papel crítico. La Comisión Nacional para la Excelencia en la Educación notaba en su informe, titulado A Nation at Risk (1983, pp. 6-7): El mundo realmente es una aldea global. Vivimos entre competidores definidos, bien educados y fuertemente motivados. Competimos con ellos por la estabilidad internacional y por los mercados, no solamente con productos sino con ideas de los laboratorios y los talleres de los vencindarios... El conocimiento, el, aprendizaje, la información y la capacidad de inteligencia son ahora las materias primas del comercio in-
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ternacional y se están extendiendo en todo el mundo tan vigorosamente como lo hicieron antes las drogas milagrosas, los fertilizantes sintéticos, los blue jeans El aprendizaje es la inversión indispensable exigida para el triunfo en la "era de la información" en la cual estamos entrando. De ahí que la educación tenga vínculos fuertes con otras instituciones sociales y desempeñe un papel
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importante en la sociedad contemporánea. En efecto, nos encontramos mirando cada vez más hacia las escuelas y universidades de la nación para dar soluciones a los problemas personales, sociales, económicos y políticos que el hogar y otras instituciones tienen dificultad para solucionar. Que las escuelas puedan resolver estos problemas, o hasta qué punto lo puedan hacer, es algo que exige mucha discusión.
RESUMEN 1. En las sociedades tradicionales la socialización tiene lugar primordialmente a través de la observación, la imitación, los ritos, los mitos y las leyendas. En las sociedades afluentes la educación es una socialización formal, estructurada y deliberada cuyo proceso ocurre principalmente en las escuelas. Los estadounidenses, como nación, tienen un fuerte compromiso para ofrecer una educación universal y gratuita, además la creación del sistema de escuelas públicas estadounidenses fue algo sin precedentes. 2. Dentro del salón de clase, las dinámicas de grupo de los profesores y estudiantes pueden desempeñar un papel importante en los modelos de oportunidades y de logros. Los juicios acerca de las capacidades de los estudiantes a menudo se hacen con rapidez muy temprano en las profesiones escolares de los niños. La profecía de la realización personal, asunto de mucha controversia, en principio es un juicio incorrecto acerca de la capacidad de los estudiantes, el cual confirma el estudiante con el tiempo. Parece claro que las expectativas de los maestros pueden tener peso en el comportamiento del estudiante, pero también existen otras influencias, incluyendo el status social del niño y cualquier tipo de valores que los niños puedan tomar de las familias y de los vecindarios. 3. Las intenciones originales de la educación pública estadounidense fueron preservar la democracia y mejorar la sociedad. Las funciones generales que la sociedad hoy espera de las escuelas es que presten un servicio que incluye preparar a los niños para las relaciones sociales en un mundo público de jerarquías y desigualdades; la transmisión de los valores culturales, que pueden comprender, tanto el adoctrinamiento como el fomento de un sentido positivo de identidad nacional; la selección del talento para los roles sociales futuros y la enseñanza de las habilidades cognoscitivas básicas. 4. Tanto los teóricos funcionales como los del poder generalmente consideran las tareas de la escuela como el moldeamiento de las exigencias de la sociedad principal. Pero los teóricos funcionales se centran en
el mantenimiento del orden social y de la cohesión cultural. 5. Los teóricos del poder se centran primordialmente en las formas en las cuales las escuelas reflejan el sistema de clase, sus conflictos y además preservan las desigualdades esenciales en la sociedad. Ellos señalan que la integración social podría significar la supresión de la identidad de clases; que la selección de talento a menudo es el rechazo de los desaventajados; que la transmisión cultural y la socialización significan cosas diferentes dependiendo del status social; y que el entrenamiento de las habilidades frecuentemente no es el apropiado. 6. La enseñanza de las habilidades básicas como leer, escribir y hacer operaciones numéricas puede ser la función mas obvia de las escuelas, pero muchas pueden no estar cumpliendo en forma adecuada con esta tarea. Muchos grupos de trabajo y comisiones han confirmado las deficiencias de los estudiantes y de las escuelas y han propuesto reformas orientadas hacia el mejoramiento de la calidad de la enseñanza. Estas incluyen cambios en el entrenamiento de los maestros, mejores formas de acreditar a los maestros, mejores remuneraciones y la sindicalización. 7. Algunos teóricos describen la historia de la educación estadounidense como una respuesta alterna a los ideales de igualdad y a las exigencias del lugar de trabajo capitalista. 8. El sistema educativo estadounidense está plagado de niveles desiguales de logros; estos se correlacionan mucho con la raza, el status socioeconómico y con otros factores de origen. Son enormes las consecuencias de las desigualdades del logro para la sociedad y para el individuo. Una educación altamente calificada que lleva a un alto nivel de logro ayuda a asegurar el éxito profesional y económico. Este tipo de credencial es cada vez más importante como finalidad en sí misma. 9. Existe una tendencia general en los estudiantes de clase baja a canalizarse dentro de los cursos e instituciones de status más bajo y de más baja calidad, a
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menudo mediante un proceso conocido como seguimiento, el cual se basa en la capacidad percibida, que a su vez, tradicionalmente se juzga de acuerdo con los resultados de las pruebas del cociente de inteligencia. Las pruebas, sin embargo, pueden estar dirigidas a conocimientos de la cultura dominante. 10. El informe Coleman de 1966 sobre la desigualdad en las escuelas, producto de la ley de Derechos Civiles de 1964, concluyó que la calidad y el tipo de escuela tiene poco o ningún efecto en el logro de los estudiantes; se encontró que la principal influencia era la familia y el origen de clase social. Otros, particularmente Jencks a principios de los años 70, reforzaron el mensaje de Coleman argumentando que las escuelas no pueden superar las desigualdades sociales que traen consigo los estudiantes. El informe Coleman se utilizó inicialmente como una razón fundamental de la educación compensatoria para los que están en desventaja y para alcanzar la integración a través del sistema de servicio de buses. 11. El esfuerzo por abolir la segregación en las escuelas estadounidenses empezó con la decisión Browm vs. la Junta de Educación, de la Corte Suprema en
1954. El sistema de servicio de buses ha sido el enfoque más útil para la abolición de la segregación, aunque ha encontrado cierta resistencia. Los efectos de la segregación en los logros de las minorías son poco claros. 12. En los estudios más recientes se ha criticado el trabajo de Coleman y de Jencks y se ha afirmado que la calidad de la escolaridad puede constituir la diferencia para el logro y la vida de los estudiantes. Elementos principales en la calidad de la educación parecen ser los métodos, la estabilidad y la calidad de la enseñanza. La flexibilidad y la adaptabilidad también pueden ser de gran importancia.
13. Los estudiantes de escuelas privadas en promedio pueden lograr una educación de más alta calidad y alcanzar niveles académicos más altos que los estudiantes de escuelas públicas, aun cuando la familia y otros factores de origen puedan permanecer constantes. Sin embargo, las escuelas privadas no parecen ser tan elitistas como se supone con frecuencia. 14. Más personas están asistiendo a las universidades, puesto que un grado universitario se ha convertido en una credencial esencial para muchos empleos. Sin embargo, también podría haber una devaluación permanente de esta credencial, por causa de la inflación educativa. En este punto, un grado universitario sí les permite a las personas obtener mejores ingresos. Pero el tipo de universidad a la que se asiste puede ser de igual importancia para el éxito. 15. Los estudiantes universitarios de hoy son de mayor edad en promedio, en parte como resultado de la expansión reciente de la educación de adultos. Las minorías étnicas y raciales todavía están poco representadas en las universidades. La especialización más popular es la administración, puesto que una gran cantidad de estudiantes ahora afirman que su principal propósito al asistir a la universidad es material y económico. 16. Se están incrementando las inscripciones en las universidades comunitarias y en las universidades intermedias, aunque estas escuelas no necesariamente proporcionan la movilidad que muchos esperan; éstas en sí mismas pueden ser un tipo de seguimiento de status más bajo. No obstante, la expansión de estas dos clases de universidades indica alguna ampliación de oportunidades en la educación superior.
GLOSARIO. Credencialismo. El requisito que un individuo tiene en un grado educativo como una condición para obtener empleo. Curriculum oculto. Es un conjunto de normas de comportamiento no escritas y enseñadas en la escuela, que preparan a los niños para el éxito académico y las relaciones sociales para el mundo exterior a la escuela. Educación. La transmisión formal y sistemática que se hace de una generación a otra, de las habilidades, el conocimiento y los valores de una cultura a otra.
Educación compensatoria. Programas de enriquecimiento para ayudar a los estudiantes en desventaja a competir con los estudiantes privilegiados sobre bases más equitativas. Profecía de la realización personal. Un juicio, en principio falso, acerca de la capacidad de una persona que con el tiempo evoca el comportamiento apropiado al juicio; una expectativa que se hace realidad. Seguimiento. Es la agrupación de niños de acuerdo a sus calificaciones en las pruebas de aptitud y de logros, (en efecto, de acuerdo a su capacidad percibida).
CAPITULO 18
La religión
Puede ser que a usted el mundo no le parezca especialmente religioso. La oración, la adoración, los ritos sagrados requieren solamente una pequeña parte de la vida de la mayoría de las personas. Sin embargo, la religión sigue siendo una fuerza vital para los seres humanos en todas partes. Ha encendido algunos conflictos intensos, lanzando a los judíos en contra de los palestinos en Israel; los musulmanes contra los drusos y cristianos en el Líbano; los hindúes contra los sikh y los musulmanes en la India; los protestantes contra los católicos en Irlanda del Norte. La religión también está comprometida en más luchas políticas pacíficas. Los seguidores de la teología de la liberación han trabajado por la paz y por la justicia en Latinoamérica, y los trabajadores en huelga en Polonia han acudido a los símbolos religiosos. Inclusive la religión puede inducir a las personas a renunciar a sus formas corrientes de vida y a adoptar una vida completamente nueva, como cuando alguien abandona el empleo, la familia y los amigos para unirse a un culto religioso. En la Unión Soviética, en donde el ateísmo se ha enseñado por cerca de 70 años, la religión aún sobrevive. ¿Cuál es la fuerza poderosa que subyace tan profundamente en el comportamiento humano? La religión es uno de los conceptos sociológicos más difíciles de definir. Una definición adecuada debe ser lo suficientemente amplia de modo que incluya la gran variedad de religiones que han existido en toda la historia; pero no tan amplia como para que también comprenda las creencias y prácticas generalmente consideradas como no religiosas. La definición clásica, y la que se ha utilizado por muchos años, la propuso Émile Durkheim, quien definía la
religión como un conjunto de creencias y prácticas que pertenecen a objetos sagrados que unen a las personas dentro de una comunidad moral. Un elemento clave en esta definición es la idea de que la religión pertenece a lo sagrado. Por sagrado Durkheim se refiere a todo aquello que se ubica aparte de la experiencia diaria e inspira pavor y reverencia. Hacía un contraste entre lo sagrado y lo profano, que es aquello mundano y ordinario. La cualidad de lo sagrado no es inherente. Una comunidad le otorga el sentido de lo sagrado a las cosas. Por tanto, las personas pueden considerar casi cualquier cosa sagrada, por ejemplo, una cruz, un lagarto y aun una piedra singularmente configurada. Pero algunos sociólogos piensan que la definición de Durkheim es excesivamente amplia. Puede aplicarse a las perspectivas filosóficas y a otras no religiosas, como también a las religiosas. Rodney Stark y William Bainbridge (1986) argumentan que la religión se define mejor como el trabajo de las organizaciones primordialmente comprometidas en proporcionar a las personas la esperanza de futuras recompensas para resarcir aquellas cosas muy deseadas que no se obtuvieron en vida. Esta esperanza se basa en un conjunto de creencias en fuerzas, en seres o en lugares sobrenaturales. La definición de Stark y Bainbridge es mucho más estrecha que la de Durkheim. Para ellos, una religión debe incluir una creencia en lo sobrenatural, al igual que la idea de las compensaciones ofrecidas a los creyentes. No obstante, esta definición incorpora una amplia variedad de religiones desde el cristianismo, el islamismo y otros credos ampliamente sostenidos, hasta la adoración antigua de los pueblos tribales re523
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motos o la creencia en la vida posterior entre los antiguos habitantes de las cavernas. En vez de intentar resolver la mejor manera de definir la esencia de la religión, enfocaremos este tema en una forma algo diferente. Buscaremos las semejanzas entre las religiones, sin buscar rasgos de identificación especial. Esto es semejante a explorar los parecidos entre los miembros de la familia sin identificar ningún rasgo especial que haga que todos estos miembros se parezcan entre sí. Algunos de los elementos que se encuentran en la mayor parte de las religiones incluyen creencias, símbolos y rituales, una comunidad de seguidores y diversas experiencias religiosas. Después de explorar estos elementos vamos a considerar la religión desde la perspectiva sociológica de la función y el poder, y desde la perspectiva de la estructura y la acción. Estas perspectivas ayudan a responder a los importantes interrogantes de por qué las culturas de todo el mundo tienen algún tipo de religión y por qué la gente adopta determinadas creencias religiosas. En seguida, consideraremos tres tipos diferentes de instituciones religiosas: la iglesia, la secta y el culto; y exploraremos varias respuestas religiosas al proceso de modernización. Finalmente, daremos un vistazo a la religión en Estados Unidos hoy.
LOS ELEMENTOS BÁSICOS DE LA RELIGIÓN Creencias religiosas La religión es en parte un sistema de creencias acerca de lo que es sagrado. Los pigmeos Mbuti de África creen que la selva en donde viven es un ser sobrenatural. La personifican como la Madre, el Padre, el Donante de la vida y ocasionalmete como el Donante de la muerte. Las creencias de los pigmeos son un ejemplo de animismo, o sea, la idea de que la cosas del mundo (un bosque, un árbol, un animal, una montaña o un río, por ejemplo) están imbuidas con espíritus activos y animados. En algunas religiones las personas creen en espíritus ancestrales. Esto ocurre con los 38 millones de seguidores del sintoísmo, la mayoría de los cuales son japoneses. Más familiar para los occidentales es la creencia religiosa conocida como teísmo, que es la idea de que seres sobrenaturales poderosos están involucrados en los acontecimientos y condiciones existentes en la tierra. Los monoteístas, como por ejemplo los 1.7 mil millones de cristianos del mundo, los 18 millones de judíos y 840 millones de musulmanes (Brittanica, 1987) creen en un único ser sobrenatural denominado Dios, Yavé o Alá. Los politeístas, por el
fe*.-
Lo sagrado no es inherente a los objetos, sino que se les confiere esta cualidad a través de las costumbres y creencias de una cultura. A las vacas que caminan por las congestionadas calles de la India se les protege y venera como símbolos de la creencia hindú en la unidad de todas las cosas vivas. (Benares) (Van Bucher/Photo Researchers, Inc.)
contrario, creen en muchas deidades. Los 648 millones de hindúes de hoy, muchos de los cuales viven en la India, tienen un panteón de muchos dioses menores y de cinco mayores, que a su vez son reflejos de un principio mayor y más sagrado de Brahman o de la "Unidad".
En otras religiones, las creencias se centran alrededor de las fuerzas sobrenaturales en vez de centrarse sobre seres sobrenaturales. Los polinesios por ejemplo, creen en una fuerza sobrenatural denominada mana que puede habitar en los objetos y en las personas. Una canoa que puede resistir tormentas intensas, o un granjero cuyas cosechas florecen se dice que están poseídas por el mana. Este tipo de creencias religiosas es más común en sociedades preindustriales. Émile Durkheim fue uno de los primeros sociólogos en proponer explicaciones para las creencias religiosas que la gente desarrolla. Empezó por estudiar las tribus aborígenes de Australia, que él creía que constituían el tipo más simple de sociedad humana y, por tanto, deberían tener formas elementales de religión. Una parte central de la religión aborigen es el totem: un objeto (comúnmente un animal o una planta) que simboliza la tribu en sí y también aquello que el clan considera sagrado. Durkheim estaba intrigado por este simbolismo doble de las tribus y de lo sagrado. Argumentaba que en la adoración totem, los aborígenes eran esencial-
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mente reverentes de su propia sociedad. Esta perspectiva condujo a Durkheim a la conclusión de que las creencias religiosas nacen de las experiencias del pueblo con las fuerzas sociales que configuran su vida. Por ejemplo, una creencia en la creación divina nace del hecho de que somos producto de una cultura que parece externa a nosotros, no de nuestra propia creación. "Hablamos un idioma que no hemos hecho", escribe Durkheim; "utilizamos instrumentos que no hemos inventado; invocamos derechos que no hemos fundado; se transmite un tesoro de conocimiento a cada generación que no se reunió en sí misma" (Durkheim 1912/1965, p. 212). Esto origina la idea de que estamos modelados por fuerzas externas más allá de nuestro control, fuerzas que ameritan nuestro temor y devoción. La misma idea se incorpora en la creencia en un dios creador. Además de las creencias en las deidades, en los espíritus o en las fuerzas sobrenaturales, la mayor parte de las religiones también incorporan principios morales. Los principios morales son creencias acerca de lo que es recto y de lo que es incorrecto, de lo bueno y lo malo, lo propio y lo impropio. No son tan solo ideas abstractas, sino prescripciones para el comportamiento. Se espera que los seguidores de la religión las utilicen como guías en su vida diaria (Gellner,1972). En algunas religiones no teístas (las que carecen de ideas de la deidad) los principios morales son lo fundamental. Los budistas, por ejemplo, están menos interesados en venerar a Buda que en lograr las ideas espirituales y éticas que Buda divulgó en su mensaje de "las cuatro nobles verdades". Otras religiones que se concentran en la lucha por las metas morales son el confucionismo y el taoísmo, las cuales se originaron en China.
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duos. Así, los diversos símbolos empleados en la comunión cristiana hablan por todos aquellos que comparten la fe cristiana (incluyendo todas las generaciones pasadas) y por todos aquellos que efectivamente participan en forma ordinaria en la ceremonia.
Prácticas religiosas Las actividades del pueblo religioso también se configuran por su fe. Consideremos la Organización Comunitaria de Cristo (Christ Communal Organization) CCO, resultado del movimiento de Jesús de los años 60. Sus miembros llevan una vida realmente ascética. No utilizan drogas, ni tabaco, ni alcohol, ni tampoco tienen relaciones sexuales extramaritales. Se levantan temprano y oran juntos antes del desayuno; oran nuevamente antes de empezar a trabajar. Mientras que están en el trabajo (la mayoría en em-
Símbolos religiosos Virtualmente todas las religiones se expresan a través de símbolos u objetos que toman un significado adicional al que comúnmente tienen. Como dijimos en el Capítulo 4, nada es simbólico en sí mismo. La gente asigna significados simbólicos y está de común acuerdo en lo que señalan dichos significados. Las palabras y las acciones, al igual que los objetos, pueden ser símbolos religiosos. La ceremonia de la comunión cristiana, por ejemplo, incluye tanto actos simbólicos (beber vino y comer pan como una nueva representación de la Ultima Cena) como objetos simbólicos (el vino y el pan en sí mismos, que simbolizan la sangre y el cuerpo de Cristo). Durkheim argumentaba que el uso de tales símbolos religiosos frecuentemente comprende lo que él denominaba representación colectiva: la comunicación desde los cuerpos sociales mayores hasta los indivi-
El simbolismo religioso es un lenguaje complejo de imágenes y de gestos. Esta famosa pintura del siglo XV parece ser un sencillo retrato doméstico de marido y mujer, pero los elementos simbólicos -la mano levantada del esposo, una sola vela encendida en el candelabro, el fruto en el umbral de la ventana y de hecho virtualmente cada detalle en la pintura- lo transforman en un comentario poderoso sobre la sacralidad del matrimonio (London National Gallery).
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pieos agrícolas), repiten cantos espirituales. Cada noche deben reunirse para orar y estudiar la Biblia por muchas horas. En el tiempo libre, los miembros se comprometen en la evangelización; divulgan las doctrinas de su religión a los demás (Richardson, Stewart y Simmonds 1979). La oración comunitaria, el estudio, el canto y la prédica en la cual participan los miembros de la CCO, son ejemplos de prácticas religiosas. Estas prácticas son actividades en las que se comprometen los seguidores de una religión para expresar su fe y comunicarla a otros, para buscar una guía o intervención sobrenatural, para honrar a sus deidades, para afirmar sus creencias sagradas, o simplemente para producir experiencias religiosas. Dichas prácticas pueden hacerse en forma grupal o individual, pueden ser obligatorias y opcionales, estar estructuradas rígidamente o abiertas a las innovaciones creativas. El rango de prácticas religiosas es enorme. La música, la danza, la oración, las meditaciones, los festejos y los ayunos son sólo algunas de las muchas actividades realizadas en nombre de la religión. Algunas prácticas religiosas pueden clasificarse como ritos, o sea, como conjuntos regulares de acciones que se realizan en ceremonias especiales o en otras ocasiones específicas. Los ritos dependen de los símbolos para transmitir su significado y para reforzarlo a los participantes. Algunos ritos son seculares, no religiosos. Por ejemplo, la costumbre de que la gente se ponga de pie cuando un juez entra al salón del tribunal; un testigo levante la mano derecha cuando está jurando decir la verdad y, que un presidente del jurado se ponga de pie para pronunciar el veredicto, son todos rituales que conllevan respeto simbólico y solemnidad por los procedimientos legales. Comúnmente a los ritos religiosos se les ha otorgado una santidad aún mayor. El rito de purificarse con agua en el bautismo cristiano, o el rito de la lectura del Torah en la ceremonia judía del bar mitzvah son actos solemnes que transmiten a los participantes significados espirituales profundos y que además les ayudan a darse un sentido de comunidad religiosa (Douglas 1970; Gluckman 1962; Turner l970). Las personas que declaran ser seguidores de una religión particular no necesariamente cumplen con todos los ritos de esa religión y otras prácticas. Por ejemplo, no todos los que profesan ser cristianos van a la iglesia y no todos los que van a la iglesia reciben la comunión. Una encuesta reciente encontró que solamente 40 por ciento de los estadounidenses registran asistencia a los servicios religiosos cada semana, aunque muchos más han declarado una afiliación religiosa (Princeton Religious Research Cen-
ter, 1986). La mayor asistencia regular está entre los católicos, seguidos por los protestantes y luego por los judíos (Gallup Report,1982). En parte, estas diferencias reflejan los distintos significados que los diversos grupos religiosos atribuyen a la asistencia a los servicios religiosos.
Comunidad religiosa Como sistema de creencias sagradas, ritos y símbolos, la religión configura la vida de los individuos, pero además tiene un carácter social. Uno de sus elementos propios es utilizar el término de Durkheim, una comunidad moral. Esta comunidad la componen quienes comparten creencias, símbolos, prácticas y experiencias que los unen conjuntamente en un todo social más amplio. Tan importante es la comunidad para la vida de una religión, que su ausencia se considera como un problema serio. Por ejemplo, muchos clérigos contemporáneos están preocupados por el evangelismo predicado por televisión, particularmente porque promueve una religión sin comunidad. Los espectadores no hacen parte de ninguna congregación local, ni tampoco se les anima a que se identifiquen con el cuerpo de creyentes de todo el mundo. Pueden conectar y desconectar sus vínculos religiosos, simplemente con encender o apagar el receptor de televisión. El alcance de una comunidad religiosa varía dependiendo del tipo de sociedad vinculada. En una tribu pequeña, la religión involucra a cada miembro y afecta todos los aspectos de la vida: podrían buscar la guía de los espíritus ancestrales relacionados con asuntos familiares y aquellos mismos espíritus se verían como algo que afecta las condiciones políticas y económicas. En este caso, la comunidad religiosa y la sociedad como un todo son virtualmente una (Calhoun, 1980; Evans-Pritchard, 1965; Fortes, 1969). En comparación, con las sociedades mayores y más complejas, la religión está más dividida en compartimentos; tiene instituciones propias, tales como una diversidad de iglesias. Cada iglesia labra su propia comunidad religiosa, haciendo más difícil para ella el fomentar la unidad social. Las iglesias tienden a no estar de acuerdo sobre el tipo de comunidad que la sociedad principal debería construir y sobre qué parte debería tener cada iglesia en la comunidad. Esto ha sido un tema recurrente en la historia religiosa de Estados Unidos. Periódicamente nuevas sectas se han separado de las iglesias establecidas y han buscado distintos lugares (frecuentemente en las fronteras occidentales) en donde puedan forjar sus propias comunidades ideales. Los mormones que se establecieron en Utah son un
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ejemplo. Otras sectas estadounidenses han seguido un modelo semejante (Marty, 1984): Algunas veces la idea de comunidad religiosa se utiliza en formas más radicales. Por ejemplo, durante la edad media la Orden Franciscana de monjes católicos renunció a todas las propiedades personales en favor de una comunidad que participaba de las posesiones materiales. Este estilo de vida, que pretendía ser un mensaje al mundo acerca del comportamiento cristiano apropiado, produjo un conflicto con la jerarquía eclesiástica. Un proceso semejante se ha dado en tiempos modernos con el surgimiento de la teología de la liberación. Esta teología inicialmente se relacionó con un movimiento de sacerdotes católicos en Brasil y en otros países latinoamericanos. Los sacerdotes buscaban, tanto la justicia económica, como la salvación espiritual, en parte por su creencia en que la comunidad cristiana está destruida por el abismo inmenso que existe entre ricos y pobres. Al dedicarse al servicio de los pobres y de los desposeídos, estos sacerdotes fundaron "comunidades de base", establecimientos en los cuales, al igual que los primeros cristianos, se daba importancia a la lucha común contra la opresión (Gutiérrez, 1973, 1983). La teología de la liberación se ha extendido ahora a muchas iglesias cristianas estadounidenses, católicas y protestantes (Tabb, 1986).
Experiencias religiosas La idea de una comunidad religiosa en los aspectos colectivos de la religión, se enfoca en el hecho de que las creencias, los símbolos y las prácticas se comparten entre un grupo de seguidores. Pero la religión también involucra a los individuos que tienen experiencias religiosas. Estas experiencias son una forma importante para que los seguidores expresen su fe (Stark y Bainbridge, 1985). Algunas veces las experiencias religiosas incluyen la conciencia excesiva sobre un ser o poder sobrenatural. Esto puede estar acompañado de un sentimiento de limpieza espiritual o purificación. La así llamada experiencia de renacer asociada con la conversión al cristianismo fundamentalista a menudo toma esta forma (Tipton,1982). Otras veces las experiencias religiosas son estados de éxtasis que trascienden el tiempo y el espacio. Entre ciertos grupos ascéticos musulmanes, por ejemplo, se utilizan danzas, giros rápidos y gritos para lograr estados de alteración de la conciencia. En otras religiones las drogas se pueden utilizar ritualmente para lograr el mismo objetivo. Las experiencias religiosas también incluyen el sentimiento de haber logrado el contacto personal con una deidad. La gente inclusive puede decir que han tenido revelaciones divinas. Estrecha-
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El culto público o comunal se relaciona con un demento esencial de la mayor parte de las religiones, un medio de fortificar la fe de los individuos y de afirmar un sentido de comunidad. La vida diaria en este monasterio mongólico budista, como en el de los cristianos, está ordenada alrededor de períodos de culto comunal y de meditación privada. Aquí dos lamas soplan los cuernos para llamar a la oración comunitaria (George Holton/Photo Researchers, Inc.).
mente relacionado está el sentido de unidad con otras personas (especialmente con miembros del mismo grupo religioso) o una identidad fuerte con la naturaleza. Las experiencias religiosas que tienen las personas no son exactamente el producto de su historia personal ni de su formación sicológica. Las experiencias religiosas también son en parte fenómenos sociales; las configuran las expectativas del grupo al cual han pertenecido (Snow y Machalek, 1984). Por ejemplo, en un estudio de los testigos de Jehová se encontró que los nuevos seguidores aprendían a describir sus experiencias de conversión en formas que se adecuaban a las ideas de la organización acerca de como deberían ser dichas experiencias (Beckford, 1978). Esto no quiere decir que los nuevos seguidores inventaran sus propias historias. Simplemente filtran lo que habían experimentado a través de las expectativas del grupo sobre el proceso de conversión. Además, aunque cada narración tiene versiones y variaciones individuales, todas se incorporan a los mismos temas principales del grupo.
PERSPECTIVAS SOBRE LA RELIGIÓN La religión y el orden social: perspectivas funcionales y de poder Los restos de flores encontrados entre los esqueletos del cementerio de Neanderthal y las inmensas losas
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INSTITUCIONES SOCIALES
La palabra religión viene del latín re que significa atrás y de ligare que significa atar o amarrar. La religión lo ata a uno al pasado, al mundo natural y a los otros miembros de la sociedad. También refuerza un sentido de misterio acerca del mundo y de nuestra ubicación en él. Aunque su origen y finalidad no están perfectamente comprendidas, estas esculturas monolíticas en la Isla de Pascua (el nombre polinesio de la isla significa "el ombligo del mundo") nos llenan de una devoción que repite, quizá el temor de los constructores que confrontan su mundo (Tardos Camesi/The Stock Market).
de piedra en Stonehenge en Inglaterra, y las inmensas cabezas talladas en roca volcánica en las laderas de la Isla de Pascua en el Pacífico Sur, y las ruinas de templos antiguos que marcan los paisajes de Grecia atestiguan la existencia de la religión entre los pueblos de todas las épocas. De hecho, probablemente nunca ha habido una sociedad en la cual la religión haya estado completamente ausente. De aquí los sociólogos infieren que la religión debe ser una parte crucial de la vida social. ¿Pero por qué es tan importante? ¿A qué necesidades u objetivos sirve esta creencia? Quienes toman una perspectiva funcional argumentan que la religión sirve a una cantidad de objetivos muy importantes para las sociedades y para los individuos. En primer término, la religión tiende a promover la solidaridad social, en parte dando normas que reducen el conflicto en la comunidad. Los mandamientos como "amar al prójimo", "no robar" y "poner la otra mejilla" son más que abstracciones piadosas. Son realmente normas concretas para el comportamiento diario que impulsan una interacción armoniosa. La religión también promueve la solidaridad social al imponer sanciones contra las conductas antisociales y al ofrecer formas de enmendar los errores. Por ejemplo, en la sociedad Manus del Pacífico Sur, las familias guardan la calavera de un antepasado en sus casas. Se cree que el antepasado, a quien se dirigen como a un "Señor espíritu", si-
gue de cerca la conducta de sus descendientes. Si alguien comete una falta, el Señor Espíritu puede hacer que una persona (no necesariamente el ofensor) se enferme, tenga una pesca deficiente o sufra alguna otra desgracia. De esta manera,la intervención potencial del antepasado funciona como un freno contra la mala conducta (Pelto y Pelto, 1976). Quienes toman la perspectiva funcional también señalan que la religión sirve para consagrar los principales acontecimientos de la vida. Virtualmente todas las religiones tienen ceremonias que marcan el nacimiento, la madurez, el matrimonio y la muerte. Tales ceremonias ayudan a los individuos a interpretar estos acontecimientos, mientras que al mismo tiempo ligan a los participantes a la comunidad principal. Por ejemplo, el matrimonio del príncipe Carlos de Inglaterra con Lady Diana Spencer le reafirmó al pueblo británico los valores de la iglesia y de la corona. En menor escala, cada boda une a una pareja y a su grupo social con las leyes y valores de su comunidad. Otra función que la religión puede prestar es ayudar a los inmigrantes en una sociedad a adaptarse a su nuevo ambiente. Esto ha ocurrido en Estados Unidos (Greely, 1972a). Las iglesias construidas según el modelo de las que hay en la tierra natal de los inmigrantes, proporcionan un refugio de creencias y costumbres tradicionales que facilitan la transición hacia las nuevas formas de vida. Al mismo tiempo, la religión a menudo proporcionó la cohesión étnica y la disciplina que ayudaban a algunos grupos inmigrantes a ascender en forma rápida. Esto ha ocurrido especialmente con los irlandeses católicos, los polacos católicos y los judíos. En algunas partes de Estados Unidos, estos grupos han superado en ingresos y en riqueza a los metodistas, a los presbiterianos y a los episcopalistas (Greeley,1972, 1976). En el caso de los judíos, la adaptabilidad emocional e intelectual que han necesitado para sobrevivir como minoría perseguida, ha facilitado su ascenso en la sociedad estadounidense. La religión también sirve para legitimar el orden social establecido, al ratificar las disposiciones sociales que prevalecen en ella. Guy Swanson (1974) demostró esto en un estudio de 50 sociedades no occidentales. Tal como Durkheim lo había sugerido, cada sociedad tendía a reflejarse en su religión. Por ejemplo, en las sociedades en donde los ancianos ocupaban posiciones claves, se adoraban los antepasados; y en sociedades con grandes desigualdades en la riqueza, la religión tendía a mantener una brecha amplia entre ricos y pobres. En la sociedad estadounidense, por ejemplo, cuando predicadores de televisión como el reverendo Robert Schuller ani-
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man a que cumplan las capacidades individuales, ellos están respaldando los valores estadounidenses de ambición y de oportunidad individual (véase Capítulo 4). Por tanto, con algunas excepciones notables como la de los sacerdotes de Latinoamérica que declaran inmoral al régimen dominante, la religión con frecuencia sirve para reforzar y justificar las disposiciones sociales existentes. La legitimación religiosa del orden social establecido puede considerarse como aquello que el sociólogo Robert Bellah (1970) denomina la religión nacional o civil. La religión civil es esencialmente una santificación de la nación mediante la asociación de su historia, valores e instituciones con una ayuda especial de Dios. Un estudio sobre la religión civil entre los niños de las escuelas elementales encontró que 85 por ciento creían que Estados Unidos "estaba situada en esta tierra para un objetivo especial", es decir, que era la nación elegida de Dios, y que su éxito era una recompensa por su bondad (Smidt, 1980). La mayoría de los adultos también sienten que dicho país fue creado "por Dios" y que de El deriva el gobierno su legitimidad última. Por supuesto que la Constitución Nacional prohibe expresamente cualquier vínculo entre el Estado y cualquier religión particular. Como resultado, la religión civil comprende una búsqueda muy general de las bendiciones de Dios. En la apertura del Congreso se invoca la ayuda de Dios en favor de la nación; en las convenciones políticas de los partidos, cuando los funcionarios juran su cargo, y en los discursos políticos, incluyendo cada discurso de posesión de un presidente, a excepción de uno (el segundo de Washington, que sólo tuvo dos párrafos). Por tanto, la religión civil crea vínculos entre lo sagrado y lo secular. Al hacerlo, anima a interesarse por la voluntad y el sacrificio por el bien público (Bellah y Hammond, 1980; Coleman, 1983). La religión civil puede llegar tanto en forma conservadora como liberal y puede insistir en la libertad de elección y en las obligaciones de unos con otros (Wuthnow, 1988). Los sociólogos que siguen una perspectiva funcional consideran la legitimación religiosa del orden social como una fuerza positiva que ayuda a unir la sociedad en un todo. Bellah, de hecho, ha expresado su preocupación de que la religión civil en Estados Unidos pueda estar disminuyendo, porque, si es así, considera que se está perdiendo una fuente importante de unidad social (Bellah, 1975). Wuthnow (1988) considera que las luchas entre cristianos liberales y fundamentalistas está socavando la efectividad de la religión civil. No obstante, los sociólogos que tienen una perspectiva de poder están inclinados a sostener que la religión civil logra la aparien-
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cia de unidad cuando se reducen las diferencias. Ellos sostienen que la religión sirve no solamente a los intereses generales de la sociedad, sino más bien a los intereses de las élites poderosas. Karl Marx, por ejemplo, creía que la religión en las sociedades capitalistas estaba bajo el dominio de quienes poseían los medios, de producción. Argumentaba que, al justificar el poder de esta clase dominante, la religión desempeñaba un papel negativo en la pacificación de las clases trabajadoras explotadas. Marx denominaba a la religión como el opio del pueblo porque sosegaba a los trabajadores, al crear un falso sentido de bienestar y los desanimaba a derrocar a sus opresores capitalistas. Esto no significa que Marx fuera ciego a los tiempos en que la religión había sustentado a las víctimas de la injusticia social. El reconocía que en períodos históricos anteriores, las ideas religiosas habían alcanzado algunos puntos por las protestas de los grupos oprimidos. Pero Marx sostenía que en la era capitalista la religión no desempeñaba este papel. Por el contrario, los miembros de las clases trabajadoras debían luchar por sus intereses sin confiar en la religión. Marx era ateo, y sus opiniones sobre la religión eran negativas en extremo. La mayor parte de los sociólogos contemporáneos con una perspectiva de poder creen que Marx subestimaba el grado en el cual la religión podía estar comprometida en las luchas por la justicia social dentro de las sociedades capitalistas. Por ejemplo, el reverendo Martin Luther King Jr. y la Conferencia de Líderes Cristianos del Sur apelaron a las ideas y a los conceptos religiosos cuando encabezaron el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos. La noción de la fraternidad cristiana fue central en su causa y recurrieron a los pasajes bíblicos (tales como los del éxodo de los israelitas de Egipto) como "soporte" para entender su propia situación y para organizar su propia resistencia (Lincoln, 1984; Walzer, 1985). En forma semejante, hoy en muchos países de Latinoamérica, muchos obispos y sacerdotes católicos consideran que su misión es defender a los pobres contra los regímenes explotadores, creyendo que pueden estar listos para sentirse obligados a aceptar el cambio (Hehir, 1981; Gutiérrez, 1983). Estos ejemplos demuestran que, aunque las instituciones religiosas frecuentemente reflejan la estructura social y los valores del grupo dominante, también pueden incorporar una visión de lo que debería ser la vida y de cómo deberían tratarse las personas entre sí. Estas creencias religiosas algunas veces sirven como un ímpetu, un impulso para el cambio social. De esta manera, el papel que juega la religión en las luchas de clases sociales depende de
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usos políticos, a los cuales se antepone la doctrina cristiana, dependen de la interpretación personal de la misma.
La religión y el individuo: perspectivas de estructura y acción
Er; Polonia el movimiento Solidaridad y ¡a inquietud social se motivan por factores económicos, pero la fe católica proporciona una fuente de fortaleza y un sentido de comunidad a los trabajadores en las industrias separadas y en las ciudades. Aquí un retrato del Papa Polaco Juan Pablo II cuelga de la parte superior de la puerta de una fábrica que están bloqueando los trabajadores (Alain Dejean/Sygma).
cómo decidan utilizar la religión. La cristiandad puede ser una religión de los oprimidos como también de los opresores. Ella es capaz tanto de persuadir a las clases menos favorecidas a que acepten su suerte, como de ofrecerles una base de resistencia. En la Suráfrica contemporánea, por ejemplo, el obispo Desmond Tutu y el reverendo Alian Boesak son líderes de ia oposición religiosa al régimen de segregación racial. Ellos afirman que el cristianismo considera a todas las personas iguales delante de Dios y que la segregación es contraria a las ideas cristianas de justicia. Sin embargo, al mismo tiempo, los gobernantes blancos de Suráfrica han alegado por mucho tiempo la legitimación religiosa para la segregación racial. Cada lado en esta disputa cree que la Biblia está divinamente inspirada y que señala los pasajes en los cuales se reclama el apoyo para su posición en las relaciones entre las gentes de diferentes razas. Los
Además de preguntarse por los roles que la religión desempeña en la sociedad, los sociólogos también quieren conocer por qué los pueblos adoptan las creencias religiosas que ellos forman. Émile Durkheim dio una respuesta, que ya hemos mencionado. Argumentaba que "la idea de la sociedad es el alma de la religión", la cual significa que las creencias religiosas surgen de las experiencias del pueblo con la sociedad en la que se vive. Por tanto, en opinión de Durkheim, la religión es el resultado de una estructura social relativamente estable, más allá de la formación y del control de los individuos. Esta estructura social configura fuertemente el comportamiento, con frecuencia inconsciente de los individuos. Pero los teóricos de la acción advierten que la opinión estructural de Durkheim puede ser exagerada. La religión, afirman ellos, es también el producto de las actividades y elecciones individuales. Nace de los esfuerzos del pueblo para resolver en forma creativa el problema de encontrar un significado a su vida. El proceso de convertirse a una nueva religión ilustra bellamente estas dos opiniones contrarias. La conversión a una nueva religión no es un tema de interés central para los sociólogos que tienen una perspectiva estructural. Cuando se trata del estudio de la religión, los estructuralistas se interesan más por otros aspectos tales como los patrones de la organización religiosa, el incremento y la disminución de la afiliación a la iglesia y las tasas de asistencia a los servicios religiosos. Inclusive, los estructuralistas tienen algo que contribuir al estudio de la conversión religiosa. Enfocan los factores objetivos en los orígenes del pueblo y en el contexto social que lo anima a adoptar una nueva fe. Uno de tales estudios lo dirigió John Lofland, quien se intrigó por las conversiones abundantes a la Iglesia de Unificación del reverendo Sun Myung Moon (Lofland y Stark, 1965). Moon predicaba que el fin del mundo se estaba acercando y que podía alcanzarse la salvación siguiéndole a él. Lofland se preguntó por qué la gente podía abandonar su vida convencional para convertirse en discípulos de tiempo completo de este Cristo auto-elegido. Aunque Lofland no es un estructuralista extremo, enfocó algunas fuerzas estructurales amplias en búsqueda de una explicación. Tal fuerza fue el rompimiento o la tensión en la vida del posible converso. Podía ser
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cualquier cosa, desde problemas maritales hasta fallas en la universidad, el desempleo prolongado o una mala experiencia con las drogas. Otros estudios tienden a confirmar la importancia de este factor. Por ejemplo, en las entrevistas de los nuevos conversos a una secta religiosa no convencional, Richardson, Stewart y Simmonds (1979) encontraron que 50 por ciento habían experimentado graves alteraciones inmediatamente antes de unirse al grupo. En forma parecida, en un estudio de los miembros de una pequeña iglesia bautista fundamentalista, James Ault (1987) encontró que todas las parejas casadas que había entrevistado en profundidad, describían sus matrimonios antes de la conversión como conflictivos, desorganizados y sin sentido. Una segunda fuerza ampliamente estructural que anima a la conversión religiosa es la formación de vínculos sociales con uno o más miembros de la nueva religión. Para muchos de los conversos que Lofland estudió, dichos vínculos ya existían a través de la amistad o del matrimonio. Esto mismo ocurrió entre los fundamentalistas estudiados por Ault. Todos los miembros originales de la iglesia estaban relacionados con el pastor por sangre o por matrimonio. Después de experimentar una conversión de re-nacimiento, cada uno trabajaba para traer a otros parientes al grupo. Un tercer factor que animó la conversión fue el rompimiento de viejos vínculos con las personas ajenas a la nueva religión. Los miembros de la Iglesia de Unificación, por ejemplo, tienen algunos de sus mayores éxitos cuando recluían personas aisladas socialmente, que tienen pocos o ningún vínculo con la comunidad principal. Esto hace más fácil construir vínculos sociales fuertes con miembros de la secta. El aislamiento de los no creyentes continúa siendo importante aun después de que la conversión haya tenido lugar. Los nuevos miembros están más inclinados a seguir como miembros si llegan a depender del grupo para la satisfacción de sus necesidades emocionales y sociales (Lofland y Stark, 1965; Stark y Bainbrigde, 1980; Barker 1987). Hasta aquí, al discutir las fuerzas sociales que estimulan la conversión religiosa, hemos considerado las fuerzas que actualmente inciden sobre las personas o las fuerzas que las han influido en un pasado muy reciente. Otros investigadores, sin embargo, han mirado las fuerzas sociales en la niñez de los conversos, fuerzas que pueden haber configurado sus primeras perspectivas en formas que los hicieron susceptibles a las nuevas religiones. Por ejemplo, en su estudio de los miembros de la Iglesia de Unificación, Eileen Barker (1984, 1987) encontró que los conversos tendían a tener ambientes de ni-
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ñez semejantes. Por una parte, tendían a provenir de hogares en donde los padres recalcaban el servicio, la responsabilidad y el deber, que son los valores necesarios para consagrarse a un culto. Los conversos también tendían a tener padres bastante religiosos, pero que frecuentemente habían crecido en tradiciones religiosas diferentes (un padre católico y el otro protestante, por ejemplo). Así, si bien se concedía importancia a la religión en el hogar, ningún conjunto de creencias y prácticas religiosas se presentaba como si fuera el único verdadero. Esto podría inducir una mentalidad suficientemente amplia en los niños de modo que escuchen el evangelio de una fe no convencional. Resulta interesante también que las familias de los conversos tendían a ser muy unidas y protectoras. Quizá esta experiencia familiar temprana promueva el deseo de encontrar vínculos sociales muy semejantes en la edad adulta, el tipo de lazos existentes en la Iglesia de Unificación. Identificar las variables de origen que podrían estimular a una persona a abandonar la cultura principal y a unirse a una secta religiosa, es una preocupación de los sociólogos que estudian la religión desde una perspectiva estructural. Este enfoque está de acuerdo con la creencia de que los individuos están configurados por fuerzas sociales ajenas a ellos mismos, fuerzas sobre las cuales tienen poco control o quizá ninguno. Pero este enfoque no dice nada acerca del rol que las personas juegan en la interpretación de su mundo y de la configuración de sus propias realidades. Tal enfoque es el dominio de los sociólogos que tienen una perspectiva de acción. Los teóricos de la acción consideran la conversión a una nueva religión como parte de la búsqueda individual de un significado moral en la vida. Por ejemplo, durante la década de 1960, muchos adultos jóvenes estaban desilusionados con los valores de la cultura estadounidense convencional, a la vez que estaban desagradados por el éxito limitado que la contracultura había tenido al tratar de ofrecer un cambio fundamental en estos valores. Diversos movimientos religiosos nuevos apelaron a esa juventud porque consideraban la conversión como una forma de sobrevivir en el mundo moderno. Tal como lo explica el sociólogo Steven Tipton: Para algunos jóvenes la estabilidad social e ideológica de estos movimientos (nuevos religiosos) ha significado la supervivencia sicológica e incluso física. Para muchos más, el pertenecer a movimientos religiosos alternos ha significado la supervivencia moral y un sentido de finalidad y significado (Tipton 1982, p. 30).
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Desde una perspectiva de acción, entonces, la conversión a una nueva religión no es el esfuerzo sobre las personas por fuerzas sociales externas. Por el contrario, la conversión es en parte un asunto de la gente que activamente busca soluciones al problema de encontrarle significado a la vida (Berger, 1969). Como tal, no podemos entender completamente la conversión religiosa sin mirar la forma particular como los conversos interpretan su propia vida, la forma como ven sus relaciones con la sociedad convencional y cómo experimentan una nueva sensación de finalidad mediante su compromiso con una fe alterna. Por supuesto, existen asuntos de categorías culturales así como creencias individuales (Wuthnow, 1987). Las interpretaciones y la comprensión subjetivas continúan siendo importantes aun después de que la conversión religiosa haya tenido lugar. Las personas realmente no están unidas a una nueva religión por fuerzas externas, como si fueran pedazos de hierro atados a un imán. Por el contrario, también ayudan a crear sus propios vínculos religiosos. Un buen ejemplo puede verse entre los miembros de la Iglesia Bautista Fundamentalista que estudió James Ault (1987). Cada día estos conversos creaban y recreaban su propia comunidad cristiana. Esto lo harían parcialmente a través de la lengua, especialmente con los apelativos que utilizaban. Los miembros comúnmente se dirigían unos a otros con nombres de parientes ("Hermano Jo", "Tía Kate"), aun cuando realmente no estuvieran relacionados ni por sangre ni por matrimonio. De esta forma simbólicamente establecían vínculos sociales permanentes y cercanos. Los miembros de la Iglesia de la Unificación también hacen la misma cosa cuando se refieren a las personas que los presentan en la nueva religión como "Madre" o "Padre". Están ayudando activamente a consolidar los vínculos que necesitan para conservar su propia conversión (Barker, 1987). Otro ejemplo de cómo las personas pueden mantener activamente su propia conversión puede observarse en la forma como los miembros de la Iglesia Fundamentalista en el estudio de Ault ayudaban a responder las oraciones de unos y de otros. Cada semana el pastor debía pedirle a la congregación solicitudes de oración y los miembros deberían responder diciéndole al grupo qué querían que el Señor les suministrara. (Jim necesitaba un empleo, Alicia un poco de dinero adicional para comestibles, Bárbara ayuda para cuidar a un hijo enfermo y así por el estilo). En las semanas siguientes, otros miembros de la Iglesia debían tratar de satisfacer estas necesidades con actos de caridad cristiana y de bondad. Pero en lugar de atribuirse esta ayuda, la
atribuían a la intervención de Dios. ("Dios siempre trabaja a través de las personas", argumentaban). De esta forma, al crear esencialmente sus propias pruebas de que sus creencias religiosas eran válidas, estos fundamentalistas fortificaban su propio compromiso religioso. Una vez más observamos aquí que las personas no son receptores pasivos de la religión; por el contrario, son creadores activos de ella.
TIPO DE INSTITUCIONES RELIGIOSAS La mayor parte de las comunidades religiosas se organizan en algunos tipos de instituciones: un conjunto de roles, estatutos, grupos y valores relativamente estables. Las instituciones religiosas varían enormemente, sin embargo, dependiendo de factores como su tamaño, doctrinas, afiliación, orígenes y relaciones con el resto de la sociedad. Sobre la base de dichos factores, los sociólogos reconocen que la iglesia, la secta y el culto son las tres formas principales de instituciones religiosas.
Iglesias y sectas El sociólogo Ernest Troeltsch (1931) consideraba las instituciones religiosas como algo que cae comúnmente en las categorías de sectas o iglesias. La Tabla 18.1 enumera algunas de estas características de iglesia y de secta de acuerdo con Troeltsch y sus seguidores. Nótese que cualquier grupo religioso dado no necesita conformarse en un 100 por ciento a una o a otra lista de características. Estas descripciones son simplemente tipos ideales, que sirven como instrumentos conceptuales y que pueden utilizarse para medir la realidad y para hacer comparaciones. Troeltsch definía la secta como una hermandad exclusiva, pequeña e inexorable de personas que buscan una perfección espiritual. Los miembros son conversos voluntarios y su vida está controlada en gran medida por la secta. Troeltsch encontró que las sectas usualmente se caracterizan por el ascetismo: sus miembros adoptan estilos de vida disciplinados y austeros. La mayoría están interesados estrictamente en sus propias doctrinas religiosas. Se consideran a sí mismos como grupos selectos que han recibido una iluminación especial. Frecuentemente desaniman a sus miembros de una participación más extensa en los negocios del mundo, porque consideran que el mundo exterior a la secta es decadente, corrupto y pecaminoso. A medida que la secta crece, creía Troeltsch, evoluciona haría la iglesia, una institución grande, conservadora y más universal. Su crecimiento pro-
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Tabla 18.1 Iglesia y secta
viene cada vez más de aquellos individuos nacidos en el grupo, no de las conversiones. Una iglesia es más tolerante que una secta de otros grupos religiosos. Puesto que es muy grande, tiende a adquirir cierta cantidad de poder social y político, y con mucha frecuencia conserva ese poder al asociarse con el gobierno o con las clases gobernantes. Una iglesia se acomoda así a las necesidades de los grupos poderosos y a las instituciones dominantes y tiende a sustentar el status quo. La Iglesia de Inglaterra, la Iglesia Católica en España y los chiítas musulmanes en Irán se acomodan bastante bien a este modelo. Aunque las descripciones de Troeltsch ofrecen muchas perspectivas valiosas acerca de las iglesias y las sectas, algunos sociólogos piensan que estos modelos pueden conducir a la confusión sobre la forma como se clasifican ciertas instituciones religiosas de la vida actual. Admitamos que en las definiciones de Troeltsch hay iglesias y sectas con todas sus características. Pero también hay iglesias con algunos de los rasgos de las sectas, al igual que sectas con algunos de los rasgos de las iglesias. Esta es la explicación de por qué algunos sociólogos prefieren clasificar las instituciones religiosas de acuerdo con la sola di-
mensión de si la institución acepta o rechaza su ambiente social (Johnson, 1962; Stark y Brainbridge, 1986). En un extremo de este continuo, está la iglesia que se acopla de una vez a su ambiente social; en el otro extremo está la secta en un estado perpetuo de tensión con la sociedad principal. La mayor parte de los grupos religiosos caen de alguna forma dentro de estas dos clasificaciones extremas. Este modelo tiene la ventaja de hacer hincapié en la dinámica de una organización a medida que se mueve hacia arriba y hacia abajo en la escala de tensión con su entorno. Por ejemplo, a medida que una secta gana estabilidad y respetabilidad, empieza a coexistir más armoniosamente con la sociedad que la rodea y además se mueve mucho más hacia la iglesia como punto final del continuo. Este modelo también ilumina las variaciones nacionales en aquellas instituciones que llamamos iglesias. La Iglesia Católica de Irlanda, por ejemplo, es más eclesiástica que la Iglesia Católica de Estados Unidos porque en Irlanda la iglesia está mucho más estrechamente unida a la estructura social. En forma semejante podemos decir que algunas iglesias en Estados Unidos son más eclesiásticas que otras en este país. La Igle-
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sia Episcopal y la Iglesia Presbiteriana son más eclesiásticas por ejemplo, que los Testigos de Jehová o que la Iglesia de los Nazarenos.
Cultos Stark y Bainbridge (1985) señalan que las instituciones religiosas que están en tensión con su entorno pueden tener orígenes diferentes. Algunas están formadas por la separación de una iglesia establecida. Los fundadores frecuentemente afirman que son la versión auténtica y purificada de la fe, de la cual se disociaron. Stark y Bainbridge reservan la característica de secta para estas instituciones cismáticas. Los puritanos que rompieron con la iglesia de Inglaterra y formaron su propia comunidad religiosa son un ejemplo de secta. Otras instituciones religiosas en tensión con su entorno son importadas de otra culturas o se han formado cuando los pueblos crean creencias y prácticas religiosas completamente nuevas. Estas instituciones no tienen vínculos anteriores con los cuerpos religiosos establecidos en la misma sociedad. Stark y Bainbridge se refieren a estas instituciones más innovativas como cultos. En sus primeros años, el cristianismo se consideraba como un cuito. En efecto, todas las religiones principales del mundo empezaron como tales. Slark y Bainbridge describen tres tipos de cultos, basados en la forma como se organizan. Los cultos de audiencia no tienen prácticamente ninguna organización formal. Los miembros realmente son consumidores de doctrinas del culto difundidas por la radio, las revistas y las columnas de los periódicos. En los cultos de clientela, los líderes religiosos ofrecen servicios específicos a quienes los siguen. Aunque los líderes están más bien organizados, los
clientes no lo están. Un ejemplo de un culto de clientela es la cientología que utiliza una red organizada de directivos para suministrar la doctrina del culto a grupos de parroquianos. Algunos de estos cultos de clientes evolucionan hacia los movimientos de culto tan pronto llegan a convertirse en grupos mayores y mejor organizados. Esto sucedió con la meditación trascendental y con la Iglesia de Unificación del reverendo Sun Myung Moon. En el proceso de convertirse en organizaciones mayores y mejores, los movimientos del culto frecuentemente generan oposición en el entorno social. Los cultos que permiten que sus miembros sigan una vida normal y ocupaciones normales, comúnmente generan menos oposición que los cultos cuyos miembros abandonan sus actividades normales y se vuelven conversos de tiempo completo. ¿Por qué la comunidad más gran de es más hostil a los cultos que consumen todas las energías de sus miembros? En parte porque estos cultos rompen los vínculos del converso con las instituciones convencionales, incluyendo la familia.
RELIGIÓN Y MODERNIZACIÓN
Las raíces religiosas de la modernización Según Max Weber, la modernización de las socieda des occidentales fue parcialmente un producto del cambio religioso efectuado por la Reforma Protestante. Este vasto cambio empezó en el siglo XVI. cuando líderes religiosos como Martín Lutero y Juan Calvino se opusieron a lo que consideraron como decadencia dentro de la iglesia cristiana. Lutero, por ejemplo, particularmente se opuso a las prácticas de la iglesia sobre la concesión de indulgencias. Una Estos judíos Chasidic en la ciudad de Nezv York son miembros de una secta caracterizada por una adherencia estricta a las leyes religiosas y a la estricta observancia de las prácticas rituales. Como las sectas cristianas protestantes -los Amish por ejemplo- el Chasidismo escoge el límite del grado de asimilación dentro de la cultura estadounidense con el fin de preservar sus valores religiosos y culturales (Catherine Ursillo/Photo Researchers, Inc).
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persona podía obtener una indulgencia al donar dinero para ayudar a las finanzas de algún proyecto de la iglesia, tal como la construcción de la Catedral de San Pedro en Roma. En recompensa, el donante podía obtener la promesa de que se le perdonarían algunos de los castigos por sus pecados que le esperan en el purgatorio. Para Lutero esta práctica era una corrupción moderna de las creencias sagradas. ¿Cómo es posible, se preguntaba, que la gracia de Dios pueda ser comercializada por dinero como un bien vendido en el mercado? En el nombre de un cristianismo puro, Lutero y otros demandaron reformas radicales a las doctrinas de la iglesia. Para muchos, esta protesta condujo a un rompimiento con la Iglesia Católica, de ahí el nombre de "protestante" (otros reformadores prefirieron trabajar dentro de la iglesia católica). Max Weber creía que algunas de estas reformas sentaron las bases del capitalismo moderno al promover nuevas actitudes hacia el trabajo y hacia la inversión. Empezó observando que el capitalismo había surgido en una Europa dominada por el cristianismo y no en Asia o en África, y que Alemania, ampliamente protestante, estaba más industrializada que las partes de Europa que seguían siendo mayormente católicas. Weber también observó que era más probable que los protestantes fuesen millonarios industriales que los católicos. El interrogante consistía en explicar estos patrones. Para encontrar una respuesta, examinó las creencias protestantes, particularmente las de Juan Calvino (1509-1564) y sus seguidores. En el corazón de la doctrina calvinista está el concepto de la predestinación, la creencia de que la suerte de una persona después de la muerte, sea de salvación o de condenación, está determinada desde el nacimiento. La vida eterna según los calvinistas está otorgada por la gracia de Dios, no por los méritos individuales. Por lo tanto, los calvinistas no podían acudir a un sacerdote para que intercediera por ellos ante Dios o para encontrar la promesa de absolución por parte de una jerarquía eclesiástica. Ningún esfuerzo humano, incluso de los miembros del clero, podría alterar los planes de Dios. Ni tampoco podían esperar conocer las intenciones especiales de Dios sobre ellos; tal información no estaba al alcance de los seres humanos. Estas creencias religiosas dejaron a los calvinistas con una profunda incertidumbre acerca de su futuro, unida a una profunda sensación de aislamiento. Muchos respondieron tratando de probar que tenían un lugar entre los pocos elegidos de Dios al lograr el éxito en la vida. Esto significaba un arduo trabajo, gran frugalidad, negación de sí mismo y una inversión inteligente para ganar el
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futuro, en resumen, un tipo de ascetismo mundano. La visión calvinista se encierra en proverbios tradicionales como "Manos perezosas son manos del demonio" y "Un centavo ahorrado, es un centavo ganado". Weber llamó esta perspectiva la ética protestante. La ética protestante, según Weber fomentó el "espíritu" del capitalismo; estaba formada por ideas y actitudes que animaban al crecimiento de los negocios de propiedad privada. Esto se hacía especialmente estimulando a los propietarios de los medios de producción a reinvertir sus ganancias, en vez de gastarlas en lujos (tal como lo habían hecho los primeros aristócratas). Los calvinistas estaban altamente motivados para hacer estos sacrificios personales, ya que consideraban la autonegación de placeres materiales como el camino para el éxito en los negocios, y el éxito, en su modo de pensar, era una prueba tangible del favor de Dios. La teoría de Weber de que ios valores protestantes colocaron ios cimientos del capitalismo y de la modernización económica ha sido mucho más debatida desde que él la propuso por primera vez hace más de 80 años (Marshall, 1982). Los críticos han argumentado, por ejemplo, que los cambios que Weber describió no se confinaban a los protestantes, sino que afectaban a algunos católicos también. Otros argumentan que los cambios religiosos siguieron al desarrollo capitalista, en vez de haberle preparado el camino. A pesar del debate y de las cualificaciones, la teoría de Weber es un ejemplo excelente de interacción entre la religión y el mundo secular. A medida que las creencias religiosas iban cambiando en un esfuerzo por purificar el cristianismo, aquellas creencias ponían en movimiento fuerzas que tenían el potencial para ayudar a alterar el sistema económico. De esta manera, Weber descubrió cómo la reforma religiosa y los cambios en las esferas seculares de la sociedad pueden ir juntas.
Respuestas religiosas a la secularización Una vez establecidos el capitalismo y los otros aspectos de la sociedad moderna, el nuevo orden social empezó a secularizarse: se preocupó cada vez más por los asuntos mundanos y menos por los asuntos espirituales (Martin, 1978). Esta secularización ha ocurrido por muchas razones. En primer lugar, la modernización incluyó la creación y el fortalecimiento de la ciencia que se apoya en la razón y en las observaciones sistemáticas como las supremas autoridades de nuestro conocimiento del mundo. A medida que la gente ha "creído" más y más en la ciencia y ha aceptado su perspectiva racionalista, la capacidad de la fe para explicar las cosas sobrenatu-
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rales puede haberse erosionado gradualmente. En segundo lugar, las sociedades modernas son mucho más heterogéneas que las sociedades tradicionales, no sólo en términos de diversidad racial o étnica, sino también en términos de diversidad religiosa. Con tal cantidad de creencias religiosas para escoger, es difícil pensar en alguna como aquella que lleva incorporada la verdad absoluta, y así la autoridad tradicional de la religión puede destruirse más adelante. Finalmente, la naturaleza de la vida moderna, con sus máquinas complejas y con su rápido ritmo, no siempre es compatible con la espiritualidad. Si los ángeles nos hablaran todo el tiempo, explica el sociólogo Peter Berger (1979), los negocios de la vida moderna probablemente producirían una parálisis total. Un grado sustancial de preocupación por los asuntos seculares es esencial si vamos a conservar nuestras sociedades modernas en funcionamiento. Algunos han predicho que la secularización implacable con el tiempo podría indicar el fin de la religión. Las opiniones y los intereses seculares podrían llegar a ser tan predominantes que habría poco lugar para otros intereses mundanos. Sin embargo, a pesar de sus oscuros presagios, la fe religiosa no está desapareciendo en el mundo moderno. En efecto, sigue siendo penetrante y fuerte tal como lo anotamos al principio de este capítulo. Inclusive en las sociedades altamente industrializadas, la religión es aún una fuerza poderosa. En una encuesta reciente de estadounidenses, 56 por ciento afirmaba que la religión era "muy importante" en su vida y 61 por ciento pensaba que la religión podría responder a todo o a casi todos los problemas de hoy (Gallup Report, 1985). En otra encuesta, realizada a los cristianos de Minnesota, 71 por ciento describía la oración como "muy importante" y 88 por ciento consideraba la religión como algo que le daba significado a su existencia (Chittister y Marty, 1983. ¿Cómo puede ser la religión tan vital cuando la secularización es un hecho de la vida moderna? La respuesta es que a medida que se presenta, la secularización tiende a animar dos tendencias opuestas (Stark y Bainbridge, 1985). Una de estas tendencias es la renovación religiosa: un esfuerzo por restaurar las religiones más tradicionales y las características espirituales que establecen las religiones. La otra tendencia es la innovación religiosa: un esfuerzo por crear nuevas religiones o por cambiar las existentes, para mejorar la solución de las necesidades comunes de la gente. Estas dos tendencias conjuntamente contrarrestan la influencia de la secularización, de manera que la importancia de la religión permanece relativamente constante. Sin
embargo, la naturaleza de las creencias religiosas, de las prácticas, y de la comunidades y la experiencia, todas han cambiado en un proceso de reestructuración (Wuthnow, 1988). Los procesos de renovación y de innovación religiosas pueden entenderse cuando se consideran algunos ejemplos. En las secciones que siguen vamos a examinar la creación de la religión Mormona en el siglo XIX, el surgimiento del Fundamentalismo Islámico en las naciones musulmanas actuales y la renovación Fundamentalista Cristiana y Judía en los Estados Unidos contemporáneos. Durante la lectura acerca de estas instancias de cambios religiosos, observe la forma como la modernización y la influencia de crecimiento de las instituciones seculares (especialmente el gobierno) frecuentemente ayudan a reestructurar la religión.
Innovación religiosa: La creación de la fe mormona La Iglesia de Jesucristo y de los Santos de los Últimos Días, mejor conocida como mormonismo, fue fundada en 1830 por Joseph Smith, quien afirmaba haber tenido una serie de visiones sagradas. La primera tuvo lugar mientras Smith aún era adolescente. Confundido por muchas sectas cristianas modernas que competían por conseguir seguidores, Smith decidió interrogar a Dios sobre cuál fe era la verdadera. Entonces se fue solo a los bosques a buscar la orientación divina. Tal como él describe el incidente: "....inmediatamente me elevé por algún poder que me sobrevino y que tenía tan admirable influencia sobre mí que mi lengua enmudeció y no podía hablar. Una oscuridad densa me rodeó y por un momento me pareció que estaba condenado a una repentina destrucción... precisamente en este momento de gran espanto, contemplé una columna de luz sobre mi cabeza, bajo el resplandor del sol, la cual descendió gradualmente hasta que se posó sobre mí (citado por Marty 1985, p. 199). De la luz salieron dos personas, suspendidas en el cielo y deslumhrando a Smith con su resplandor. Uno identificaba al otro como su "amado Hijo" y dio instrucciones a Smith para que escuchara lo que debía decir. Audazmente Smith preguntó cuál secta era la verdadera. Se le dijo que todas estaban equivocadas, que en efecto eran corrompidas y abominables. Si tomamos las palabras de Smith sin cuestionarlas, no puede negarse que algo extraordinario sucedió en el bosque aquel día. Pero, ¿qué significado podría dársele a este extraño acontecimiento? Un predicador metodista le advirtió a Smith que el
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Esta litografía del siglo XIX muestra a Joseph Smith cuando recibía las tablas de oro inscritas con el Libro del mormón. La nueva religión, divinamente inspirada o no, evidentemente respondía a las necesidades de sus seguidores. El rápido crecimiento del mormonismo sugiere que la enseñanza de Smith hacía un llamado y continúa llamando a las personas insatisfechas con los modos tradicionales de la fe cristiana y a su culto (The Granger Collection).
acontecimiento era una obra del demonio, que estaba tratando de debilitar la fe cristiana sobre la tierra. Otros pueden haberle dicho a Smith que simplemente había sido una alucinación, que la visión era una ilusión, quizá un signo de tensión mental. Pero Smith interpretó el acontecimiento como una visita de Dios, cuya finalidad era expresar una fuerte insatisfacción con las iglesias modernas. Más tarde, Smith afirmó que había tenido una segunda visión en la cual un mensajero de Dios le había revelado el lugar donde se encontraba un texto sagrado escrito en tablas de oro. De acuerdo a esta narración, Smith encontró las tablas, las tradujo, y así publicó el Libro del mormón. Poco tiempo después confirmó a sus dos hermanos y a tres hombres jóvenes como los primeros seguidores de la fe mormona. De esta manera se sembraron las semillas de una nueva religión.
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Lo que resulta especial en la fe mormona no es tanto su comienzo, como la reacción contra las religiones cada vez mas secularizadas del siglo XIX: esta razón para comenzar una nueva religión es bastante común. Lo que es notable acerca del mormonismo es el grado fenomenal en que ha crecido desde sus inicios. Mientras que la mayoría de las nuevas religiones mueren en una oscuridad casi total, el mormonismo ha disfrutado de la más alta tasa de crecimiento que haya logrado cualquier fe en la historia de Estados Unidos (Stark, 1984). En 1840 solamente diez años después de que Smith y sus cinco seguidores se hubieran declarado como los primeros mormones, la iglesia mormona había alcanzado alrededor de 30 000 seguidores. Diez años más tarde en 1850, había 60 000 mormones. El hecho de haber duplicado la cantidad de miembros tuvo lugar a pesar de la persecución de los no mormones, de un cambio en el liderazgo surgido a la muerte de Joseph Smith, y de la agotadora emigración a través de las llanuras y las montañas rocosas para empezar una nueva comunidad en el estado de Utah. En 1950, había más de un millón de mormones y en 1980 cerca de 4.6 millones. Esto significa una proporción de crecimiento de más de 50 por ciento para las tres décadas intermedias. Este impresionante crecimiento se debió en parte a las costumbres de los jóvenes mormones (y de cada vez más mujeres) que voluntariamente durante muchos años hicieron trabajo misionero gratuitamente. En 1980 estos jóvenes mormones llegaban a 30 000 y servían como misioneros en todo el mundo, convirtiendo a otros adultos jóvenes a la fe mormona. Al proyectar las cifras, vemos que llegarán a más de 250 millones de mormones en el próximo siglo (Stark, 1984).
Renovación religiosa: el Fundamentalismo Islámico El resurgimiento del Islam Fundamentalista es otro buen ejemplo de una respuesta religiosa al mundo moderno. Desde los días del profeta Mahoma hace aproximadamente 1400 años, los musulmanes han reafirmado sus creencias tradicionales y sus prácticas en tiempos de serias amenazas por parte de las fuerzas sociales en confrontación. Como resultado de esto, la fe islámica no ha sufrido una secularización tan amplia como las principales denominaciones cristianas en Occidente (Dekmejian, 1985). Una instancia reciente de esta renovación islámica periódica ocurrió durante la revolución iraní. Los iraníes se enfrentaron a problemas que acompañaban la afluencia de ideas occidentales y de modernización económica, entonces optaron por reafir-
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mar la autoridad religiosa tradicional apoyando activamente al Ayatollah Ruhollah Khomeini (Brown, 1980; Kedourie, 1980; Lewis, 1979). Si los cambios de la modernización originados por la secularización hubieran sido altamente válidos, hubiera valido la pena el esfuerzo por el ajuste. Pero para miles de iraníes estos cambios significaban desubicación en las ciudades, desempleo, y una represiva fuerza de poliría secreta. Muchas de las nuevas riquezas provenientes del petróleo llegaron a manos de unos cuantos multimillonarios. El momento decisivo llegó cuando los iraníes que habían apoyado a la modernización, perdieron su fe en ella. Esta pérdida de fe fue particularmente crítica para más de la mitad de todos los iraníes que tenían menos de veinte años. Al igual que los jóvenes de todas partes, estaban buscando ideales con base en los cuales dirigir sus vidas. Al no creer más en la modernización, volvieron al Islam tradicional (Lewis, 1979a). Su fe islámica era la única institución que permanecía firme contra el "paganismo y el ateísmo occidental". Las mezquitas de la secta musulmana conocidas como el shiismo, que tenían una larga historia de fusiones políticas y de religión, se convirtieron en santuarios ya construidos para reunirse y para organizarse por fuera del control del Sha de Irán. En estas mezquitas los iraníes jóvenes escuchaban relatos idealizados del antiguo Islam por parte de los ancianos que representaban al líder exilado Ayatollah Khomeini. Aquí empezaron a tomar forma los proyectos para una revolución que debía configurarse, una revolución que restauraría las tradiciones del antiguo islam. Sin embargo, la revolución se ejecutó con muchas dificultades (Kedourie, 1980). Para algunos iraníes fue muy difícil regresar el reloj ante las nuevas libertades que habían experimentado como resultado de la modernización. Los revolucionarios también enfrentaron la oposición proveniente de otras sectas religiosas y de la clase educada al estilo occidental. Así la revolución produjo nuevas tensiones en la sociedad iraní. Aunque el balance se había inclinado en favor de la renovación fundamentalista, la fuerza compensatoria de la secularización todavía permanece bajo !a superficie (Rubin, 1983; Smith, 1984).
Renovación religiosa: fundamentalismo en Estados Unidos Las sociedades musulmanas distan mucho de ser las únicas que han tenido una renovación fundamentalista. En todo el mundo, las tendencias seculares cuentan con un resurgimiento de los ritos y las
creencias religiosas tradicionales. Este modelo se puede observar en Estados Unidos entre los cristianos y entre los judíos (Wuthnow 1985,1988). En respuesta a la liberalización de las creencias en muchas de las principales iglesias protestantes, una cantidad cada vez mayor de cristianos está regresando a lo que consideran los valores fundamentales de su fe. Esta renovación fundamentalista se esta realizando tanto en las sectas que se separaron de las iglesias principales como también en las denominaciones bien establecidas incluyendo a los metodistas, los presbiterianos y episcopalianos. A los participantes en esta renovación que sienten un llamado especial para hacer énfasis en las enseñanzas de las Escrituras y para dar testimonio de la influencia de Dios sobre la tierra, frecuentemente se les llama evangélicos. Según una encuesta reciente, aproximadamente 22 por ciento de los adultos estadounidenses son evangélicos y la cantidad está aumentando cada día (Gallup Report, 1985). Aunque los evangélicos son un grupo bastante diverso, tienden a tener muchos rasgos en común (Gallup Report, 1985). Por una parte, aceptan la autoridad absoluta de la Biblia y muchos interpretan literalmente lo que ésta dice. La mayoría se describen a sí mismos como cristianos con un "segundo nacimiento": personas que han tenido una experiencia de conversión significativa con la cual llegaron a aceptar a Jesús como su Señor y Salvador. Los evangélicos también tienden al proselitismo; tratan de animar a otras personas a creer como ellos lo hacen. Finalmente, muchos evangélicos adoptan valores sociales conservadores, tales como la abstinencia del alcohol y la estricta fidelidad marital. Dicen que estos estándares exigentes, unidos a un fuerte compromiso religioso, proporcionan una estructura y un significado a su vida en un mundo que de otra manera parece degradado y caótico (Ault, 1987). Una renovación de las creencias y prácticas religiosas tradicionales también está en camino entre los judíos estadounidenses. Este es un contraste muy marcado con las tendencias hacia la secularización y la asimilación propia de los judíos hasta los años 60. En los años 50 y principios de los 60, los objetivos predominantes de los judíos eran tener éxito y aceptación en la sociedad moderna estadounidense. Esto implicaba un buen grado de secularización; los judíos abandonaron algunas costumbres tradicionales y rituales que no estaban muy de acuerdo con la corriente principal de la cultura estadounidense (Goldscheider, 1986). Pero luego ocurrió una serie de situaciones que animaron a la reafirmación de la identidad judía (Cohen y Fein, 1985). Por alguna razón, en los años 60 muchos judíos habían al-
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Las manos levantadas en oración en un mundo aparte -un par en el reino islámico de Arabia Saudita y otras en Oral Roberts University en Tulsa Oklahoma-nos recuerda que el islam y el cristianismo comparten una tradición sagrada común. Pero la herencia común ha sido rara vez confiable, comprendida y tolerante entre los miembros de diferentes religiones o de diferentes sectas (Izquierda: C. ]. Collins/Photo Researchers, Inc.; derecha: Tom McHughJPhoto Researchers, Inc.).
canzado un éxito económico considerable y aceptación social, y no volvieron a sentir la necesidad de abandonar su herencia. Al mismo tiempo, la sociedad estadounidense toleró más la diversidad étnica. El afirmar la etnicidad se ha convertido en algo casi caprichoso. Luego hubo una notable victoria de Israel durante la guerra de los seis días con Egipto. Esta victoria les recordó a los judíos de todo el mundo su larga lucha por la supervivencia. Muchos respondieron reafirmando sus tradiciones religiosas. Esta tendencia puede observarse en las sinagogas en todo el país en donde se han revivido algunos cultos hebreos clásicos. En algunas congregaciones de la Reforma, por ejemplo, los hombres han reasumido el uso del solideo y del mantón para la oración durante los servicios. El Judaismo Ortodoxo ha encontrado nueva popularidad entre los jóvenes judíos, así como también la educación judía (Gittleson, 1984; Loar, 1984). La asistencia a las escuelas judías aumentó de 60 000 en 1962 a 110 000 en 1983, a pesar de una disminución en los nacimientos judíos (Sanoff, 1983). Más adelante hablaremos un poco más acerca de esta reafirmación del judaismo tradicional cuando hagamos una revisión de las iglesias principales de Estados Unidos.
LA RELIGIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS HOY A diferencia de las sociedades en las cuales existe solamente una religión, Estados Unidos se caracteriza por el pluralismo religioso. Esto significa que los estadounidenses tienen docenas de denominaciones religiosas de entre las cuales elegir. Actualmente cer-
ca de 33 por ciento de la población se asocia con una de las muchas denominaciones protestantes o liberales modernas. Esto incluye entre otros los congregacionalistas, los unitarios los episcopalianos, los presbiterianos, los metodistas y los luteranos. Otro 15 por ciento de la población está afiliada a las iglesias protestantes conservadoras, tales como los bautistas del Sur, los pentecostales y las asambleas de Dios. Los grupos protestantes negros cuentan aproximadamente con 9 por ciento de la población. Los católicos tienen 25 por ciento y los judíos 2 por ciento. Más o menos 16 por ciento restante se divide igualmente entre quienes declaran alguna otra fe religiosa y quienes no tienen ninguna. (Roof y McKinney, 1985). Pero estadísticas como estas proporcionan solamente un cuadro estático de la religión en los Estados Unidos hoy. La afiliación religiosa es un proceso dinámico que constantemente sufre cambios. Cuando una denominación pierde seguidores, otra recobra fortaleza. Cuando una secta desaparece del horizonte social, surge una nueva y atrae seguidores. Uno de los principales cambios actuales, dice el sociólogo Robert Wuthnow (1988), es la disminución total en el denominacionalismo. Existe mucho menos competencia entre las denominaciones protestantes como los bautistas y metodistas; los líderes protestantes y católicos ya son más coadyuvantes. Los individuos están más inclinados a escoger entre muchas denominaciones cuando buscan una nueva iglesia en una nueva comunidad. Entre estos grupos que experimentan crecimiento está la Iglesia Católica. La afiliación católica ha aumentado sustancialmente en los últimos años, debido especialmente a
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una alta tasa de nacimientos entre los católicos como también a la emigración hispana. Los grupos Protestantes Evangélicos también se han extendido, frecuentemente con una tasa más alta que la de la población total. Por el contrario, las iglesias protestantes más liberales han experimentado una disminución perdiendo conversos, especialmente entre los jóvenes en comparación con los grupos evangélicos. En forma similar, la población judía estadounidense no está en aumento aunque la asistencia a los servicios ha ascendido un poco. Esta ha permanecido pequeña debido a una baja tasa de nacimientos entre los judíos y a una alta tasa de matrimonios con miembros de otras comunidades. Estos, por supuesto, son simplemente los datos sobre los cambios en la afiliación eclesiástica. Pero no dicen nada acerca de los cambios que tienen lugar en la forma como sienten y piensan los individuos de cada grupo religioso. Por esto debemos examinar más de cerca los acontecimientos que ocurren en cada una de las iglesias principales en los Estados Unidos de hoy. Tendencias en las principales iglesias estadounidenses Aunque recientemente muchos estadounidenses han buscado nuevas formas de expresión religiosa, en su mayoría no han abandonado la religión tradicional. Por el contrario, han tratado de hacer que las iglesias existentes respondan mejor a sus necesidades. En los años 80, esto incluyó la investigación de ataduras espirituales más fuertes y un activismo incrementado entre los líderes de las iglesias para responder a las necesidades sociales (Gallup Report, 1985). Las investigaciones recientes entre los católicos, los protestantes y los judíos estadounidenses ilustran estas tendencias.
Los católicos Por más de 20 años los católicos estadounidenses han experimentado un profundo trastorno en su vida religiosa. En muchos aspectos, las reformas que instituyó el Concilio Vaticano II marcaron un momento decisivo para la Iglesia Católica Romana tradicional en Estados Unidos. El Vaticano II (Segundo Concilio Vaticano reunido en Roma entre los años 1962 y 1965) eliminó la misa en latín y los viernes de vigilia, permitió a los laicos recibir las hostias de la comunión en sus propias manos y tomar el vino del cáliz, redefiniendo a los no católicos, no ya como herejes, sino como hermanos separados y repudió el antisemitismo. Después del Concilio Vaticano II, la iglesia continuó su cambio. En Estados Unidos, muchos católicos disienten de las enseñanzas del Papa
en varios aspectos. Por ejemplo más de 4/5 partes de los católicos adultos jóvenes rechazan las enseñanzas de la iglesia sobre el control de natalidad, el divorcio, las segundas nupcias y muchos tampoco aceptan el concepto de la infalibilidad pontificia. Sin embargo, muchos continúan siendo sólidamente católicos en sus convicciones fundamentales acerca de la vida, la muerte, Dios, y dicen que quieren permanecer en la iglesia aunque en sus propios términos (Greeley l982). En el catolicismo estadounidense también han tenido lugar otras formas de cambio. En unas pocas generaciones los descendientes de inmigrantes católicos se han convertido en ciudadanos estadounidenses muy bien educados, suburbanos de clase media. El triunfo, el poder y la prosperidad han llegado a ser cada vez más la suerte de los católicos no hispanos de la nación. Al mismo tiempo, hubo una fuerte caída en las filas de los sacerdotes y de las monjas. Una quinta parte de todos los sacerdotes católicos abandonaron el ministerio y una proporción todavía más alta de monjas se retiró de las órdenes religiosas. Estos cambios animaron a los laicos a comprometerse más en los asuntos de las parroquias. Los católicos laicos se han encargado de los deberes litúrgicos y administrativos que anteriormente estaban reservados a los sacerdotes, incluyendo la lectura de la Escritura y la distribución de la comunión. Aunque oficialmente muchas cosas han cambiado para los católicos laicos desde hace una generación, el rol de las mujeres en la iglesia moderna es una fuente profunda de tensión. Muchas mujeres católicas están profundamente preocupadas por las reglamentaciones del Vaticano que les demanda permanecer en sus roles tradicionales. El Papa Juan Pablo II se ha pronunciado fuertemente en contra del control de natalidad, las relaciones sexuales prematrimoniales, contraer nuevos matrimonios, el celibato opcional de los sacerdotes, las muchachas acólitas y la ordenación de las mujeres. El resultado de esto ha sido una tensión creciente entre los funcionarios del Vaticano y antiguos funcionarios en las iglesias católicas estadounidenses, que sugieren interpretaciones diferentes de las leyes de Dios. Las monjas, que todavía superan el número de sacerdotes en una proporción de dos a uno, han tomado el liderazgo en el movimiento de cambio del rol de las mujeres en la iglesia. Asimismo, han asumido un rol más amplio y más audaz en la sociedad estadounidense. Miles de monjas han servido como abogadas, lobbyists, y activistas políticas; estos roles son muy diferentes de los de maestras y enfermeras que ocupaban anteriormente.
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En otras situaciones sociales, los obispos católicos estadounidenses han adoptado un rol nuevo mucho más fuerte en propiciar el cambio. El bienestar de los pobres y las preocupaciones por la paz y por la carrera de armas nucleares se están ubicando a la vanguardia, superando otras preocupaciones parroquiales y más tradicionales de la iglesia (O'Rourke, 1983). Esta nueva defensa política surgió en la primavera de 1983 con la publicación de una carta pastoral sobre las armas nucleares. Después, en el otoño de 1984, se publicó el primer bosquejo de una carta pastoral sobre la economía de Estados Unidos. Dicha carta llamaba la atención sobre los esfuerzos para eliminar la pobreza y el desempleo, como también para sugerir una política de ayuda creciente a las naciones del Tercer Mundo. Repentinamente, la Iglesia Católica parecía estar adoptando el rol de conciencia social y de defensor liberal para el cambio que algunas de las iglesias protestantes de primera línea habían adoptado en 1960 (Marty, 1985).
Los protestantes A mediados de los años 60 las principales denominaciones protestantes empezaron a experimentar una disminución en sus agrupaciones. Entre 1972 y 1982 la afiliación a la Iglesia Metodista Unida cayó en un 10 por ciento; en la Iglesia Episcopal, un 15 por ciento; y en la Iglesia Presbiteriana Unida, un 21 por ciento. Durante este mismo período las Iglesias Evangélicas Protestantes atraían nuevos miembros en cifras récord. El número de miembros de la Convención Bautista del Sur aumentó en 20 por ciento; en los Adventistas del Séptimo Día, 36 por ciento, y en las Asambleas de Dios 62 por ciento. Aunque la disminución en las denominaciones principales ahora parecen haber tocado fondo, las pérdidas experimentadas fueron suficientes para despertar una notable reacción. Estas denominaciones empezaron a reconocer la tendencia hacia el tradicionalismo al hacer más énfasis en la adoración, en la oración, en la fe religiosa y en la espiritualidad. Hasta ahora, sin embargo, las iglesias principales no se han recuperado. Esto es en parte debido a una baja natalidad entre los miembros que permanecen (Mann, 1983). La insistencia renovada sobre la fe y la adoración tradicional también ayudaron a espolear el movimiento ecuménico, que fomenta la unidad cristiana universal y estimula la fusión de las iglesias cristianas, especialmente las protestantes. En Estados Unidos los presbiterianos del Sur y del Norte votaron la unión en 1983, y en 1987 tres grupos Luteranos principales siguieron el mismo proceso. La Iglesia Unida de Cristo y los Discípulos de Cristo también
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están discutiendo la unión. Los sociólogos tienen diferentes opiniones de la forma como el denominacionalismo está disminuyendo rápidamente entre los grupos protestantes (Wuthnow, 1988; Roof y McKinney, 1985). No obstante, todos están de acuerdo en que la brecha en la comprensión que separa a las iglesias protestantes conservadoras de las liberales es particularmente amplia (Gallup Report, 1985). Esto puede verse, no obstante, como una fuerza contraria al denominacionalismo. Por ejemplo, los cristianos evangélicos conservadores crearon organizaciones y redes que unen a diferentes grupos protestantes y que tienen causas comunes (por ejemplo, en la lucha contra el aborto) entre protestantes y católicos.
Los judíos Entre los judíos, los ortodoxos, los conservadores y los templos de la reforma en algunos aspectos se asemejan a las denominaciones protestantes (Harrison y Lazerwitz, 1982). Los judíos ortodoxos son los más tradicionales en sus creencias, en la lealtad étnica y en las prácticas religiosas; los judíos reformados son los menos tradicionales y los judíos conservadores están en la mitad. Uno de los pocos aspectos en el cual los tres grupos son semejantes, es su preocupación por Israel y por el judaismo mundial. En efecto, aun los judíos que se consideran a sí mismos como poco religiosos expresan una profunda vinculación con Israel y se preocupan por él (Cohen, 1983). Muchos judíos estadounidenses encuentran que quieren algo más significativo en su vida religiosa que un culto pasivo en congregaciones grandes y frecuentemente impersonales. Han regresado al havurah, un movimiento que intenta hacer que la religión sea más significativa desde el punto de vista espiritual y personal (Novak, 1981; Sanoff, 1983). Un havurah, palabra hebrea que significa grupo, comúnmente lo conforman una cantidad de familias que se reúnen regularmente. Algunas funcionan como grupo de estudio, otras dan importancia a las actividades de servicio social, para ayudar a los enfermos y a los necesitados y otros todavía intentan personalizar y humanizar el judaismo, reuniendo las familias para el culto y la celebración de los días festivos. Los havurah también permiten una mayor participación de las mujeres en los servicios religiosos. (Entre las tres ramas del judaismo, los templos de la Reforma ordenan a la mayoría de las mujeres como rabinas). Como las principales denominaciones protestantes, muchos grupos judíos fueron activos en el movimiento por los derechos civiles y en otras causas activistas de los años 60 y 70. Pero cada vez más,
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¿Puede la religión preservar las creencias conservadas a través del tiempo y de los rituales y aún responder al mundo cambiante? Algunos podrían afirmar que sí. Una pareja de cristianos puede, sin sentir vergüenza, agradecer a Dios antes de las comidas en un restaurante moderno; una mujer puede llegar a convertirse en rabino, lo probó Ami Eilberg, la primera rabina femenina conservadora en Estados Unidos. (Arriba: Michael O'Brien/Archive Pictures, Inc.;abajo: Dana Fineman /Sygma).
los judíos están mirando hacia adentro y se están enfocando en su renovación religiosa. Muchos jóvenes judíos se han comprometido en los esfuerzos por revitalizar las prácticas religiosas en sus sinagogas o en las organizaciones universitarias. Otros han encontrado significado en la observancia más estricta de las leyes dietéticas, o en el mayor estudio del Torah, del Talmud y de la escolaridad judía moderna. Estos esfuerzos están proporcionando al judaismo estadounidense una nueva vitalidad muy considerable.
Religión invisible o privada Aunque las tendencias en las iglesias principales son importantes, no nos cuentan toda la historia de la religión estadounidense contemporánea. Muchos de quienes son críticos de la religión organizada de hecho son religiosos. Practican lo que Thomas Luckmann (1967) llamó religión invisible o privada, que se
refiere a la práctica de pensar en la religión como una experiencia subjetiva y personal, no como una doctrina de grupo. Los estudios sugieren que esta perspectiva está bastante extendida. Por ejemplo, en una encuesta de cristianos en Minnesota dos terceras partes dijeron que las personas podrían "rechazar algunas enseñanzas de la iglesia y seguir teniendo una profunda fe cristiana" (Chittister y Marty 1983, p.79). Para muchos, este tipo de religión privada es también invisible porque reside solamente en la inteligencia de quienes creen en ella. Ordina riamente no son miembros de las iglesias tradicionales. No hacen proselitismo, ni tampoco hablan acerca de sus creencias religiosas, excepto a los pa rientes más cercanos y a sus amigos. Tienden a guardar la fe, el culto y la vida espiritual para sí mismos (Hart, 1987). La existencia de la religión invisible ayuda a explicar por qué, aunque 95 por ciento de los estadounidenses dicen que creen en Dios, sólo un 42 por ciento o menos asisten regularmente a los servicios religiosos (Harris, 1987). Aun en el tope de asistencia en Estados Unidos (en 1958), solamente un 49 por ciento de adultos asistía a la iglesia en forma regular. Algunos teólogos están preocupados por la expansión de la religión privada porque temen que pueda socavar el sentido de comunidad que ofrecen las iglesias. Sin embargo, la religión privada parece ser el producto natural de muchas fuerzas poderosas. Algunas de éstas tienen que ver con la ideología estadounidense y con los valores (Hart, 1987). En una sociedad democrática como la nuestra,que respeta la libertad de elección, tiene mucho sentido pensar en la religión como un asunto de preferencias personales. La economía de mercado capitalista estadounidense tiende a reforzar esta perspectiva. Estamos acostumbrados a visitar almacenes en busca de productos y a comprar sobre la base del gusto personal sin tener que explicar nuestras opciones a otras personas. Esta experiencia puede animarnos a pensar en la religión como un asunto personal en forma semejante. Además, el hecho de que tengamos acceso a la información religiosa (a través de los libros, las revistas, la radio y la televisión), sin tener que llegar a estar vinculados a ninguna organización religiosa, hace mas fácil la practica de la religión en cualquier forma que pensemos que es mejor. Por todas estas razones, la religión privada es apta para conservarse como una característica importante en la vida religiosa estadounidense.
La iglesia electrónica Uno de los factores que facilitan la religión privada es la "iglesia electrónica", con lo cual queremos sig-
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nificar las transmisiones de programas religiosos por radio y televisión. Este nuevo vehículo para la comunicación religiosa se acomoda perfectamente a la vida moderna. En un mundo móvil, en el cual las personas frecuentemente se trasladan a diferentes comunidades y encuentran difícil cambiar de una iglesia a otra, se logra la participación en un servicio de culto simplemente con encender el televisor. Además, puede sintonizarse siempre que se desee; no tienen que mezclar su complicada agenda con la de una iglesia formal. Finalmente, aunque el evangelismo de la televisión está desconectado de cualquier comunidad especial, proporciona a las personas la ilusión de una relación cara a cara con los ejecutantes. A la larga el espectador puede llegar a ver al predicador como a un amigo, un consejero, como alguien que lo conforta y también como a un modelo. Los mensajes evangélicos por radio y televisión tienen una gran audiencia. Una encuesta Nielsen en 1985, encontró que 60 millones de estadounidenses sintonizan al menos un programa evangélico cada semana (Economist Mayo 16, 1987). ¿Quiénes son estos millones de personas que sintonizan las ondas radiales en busca de dirección y estímulo? Los programas de radio, en particular, tienden a atraer al segmento más pobre y menos educado de la sociedad; estas son las personas susceptibles a caer en "problemas" que expresan un sentido de incapacidad para enfrentarse a ellos. La edad y el sexo son otras características significativas. De dos terceras a tres cuartas partes de la audiencia tienen una edad de cincuenta años o más y de estos más de la tercera parte son mujeres ( Hadden y Swann 1981). Para algunas de estas personas, el escuchar o ver programas evangélicos sirve como sustituto de ir a la iglesia (Gaddy y Pritchard, 1985). Esto resulta especialmente cierto entre los más viejos y entre los individuos socialmente aislados. Sin embargo, para otros espectadores, los programas evangélicos complementan y refuerzan sus actividades relacionadas con la iglesia (Jacquet, 1985). Por supuesto que a través de los medios de comunicación masiva los predicadores no trasmiten sus mensajes sin esperar respuesta alguna. Muchas veces están dedicados a recabar fondos (Horsfield, 1985). Además de solicitar a los espectadores donaciones que sustenten los ministerios, también se ofrece mercancía para la venta: calendarios, libros, revistas, transcripciones de sermones, cassetes, arte religioso, prendedores, escapularios, calcomanías e infinidad de otros artículos. Las solicitudes por televisión constituyen solamente la mitad del esfuerzo que se consagra a la consecución de fondos. La otra mitad se solicita a través de correo computarizado:
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Como un espíritu invisible, el computador permite que el predicador salga en la pantalla de televisión haciendo como si lo escuchara a usted solamente, que orara con usted, y que lo llamara por su nombre cuando le sostiene la bandeja de la colecta...(El computador) es la máquina pensante que conecta los nombres, agradece a Martha o Ray por la contribución de $10 dólares, le dice a Juan que el Señor le ayudará para el asunto de su empleo y le pregunta a Jim una vez más si no hará un sacrificio especial por la Gloria de Dios (Hadden y Swann 1981, pp. 104, 107).
Con una combinación de todos estos esfuerzos, los programas evangélicos de TV llegan a millones de personas anualmente. En 1986 el reverendo Jimmy Swaggart por sí solo logró una suma calculada en $142 millones de dólares (Economist, Mayo 16, 1987). Sin embargo, a mediados de los años 80, la iglesia electrónica tuvo su momento de oscuridad. Uno de sus predicadores, al reverendo Jim Bakker lo sorprendieron pagando un chantaje a una mujer con la cual había tenido una breve aventura algunos años antes. A Bakker se le obligó a renunciar a su ministerio, y se le descubrió que tenía $50 millones de dólares en deudas (Economist, Mayo 16, 1987). Algunos estadounidenses empezaron a preguntarse sobre la integridad de los evangélicos de televisión. Por esa época, en una encuesta Harris, 41 por ciento de quienes veían programas religiosos en televisión pensó que los predicadores podían hacer más daño que bien y un 54 por ciento creían que los evangelistas de televisión estaban primeramente en el negocio de conseguir dinero. La desilusión se profundizó cuando se descubrió que el reverendo Jimmy Swaggart también era culpable de indiscreciones sexuales. Así, la iglesia electrónica se dedicó a trabajar por restablecer su manchada reputación. Pero en el futuro seguirá siendo una parte significativa de religión en Estados Unidos.
La nueva derecha cristiana También en los años 80, los cristianos fundamentalistas abandonaron su antiguo aislamiento de la política estadounidense y se convirtieron en defensores activos de las políticas conservadoras. La nueva derecha cristiana, tal como la han denominado los medios de comunicación, surgió en el contexto de un movimiento conservador más amplio que culminó en el año 1980 con la elección de Ronald Reagan. Muchas fuerzas contribuyeron a la politización de los fundamentalistas (Wuthnow, 1983, 1988). La presidencia del cristiano re-nacido Jimmy Carter incrementó el reconocimiento del público hacia los evangélicos y les dio mayor legitimidad. Además, el escándalo de Watergate y la reglamentación de la Corte Suprema sobre el aborto derribó algunas de
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INSTITUCIONES SOCIALES
las barreras simbólicas entre la moralidad y la política. De repente, algunas situaciones políticas importantes parecieron estar entrelazadas con asuntos morales. Tres organizaciones principales surgieron para facilitar una acción política fundamentalista. La primera, la Voz Cristiana, surgió de la fusión de muchos grupos antihomosexuales, antipornográficos y grupos profamilia en la Costa Oeste en 1979. La segunda, la Mayoría Moral, fundada por el reverendo Jerry Falwell en julio de 1979; su fuerza estaba centrada en el Sur y en el Suroeste. La tercera, la Mesa Redonda Religiosa, fue establecida para atraer a los clérigos conservadores que no estaban contentos ni con la Voz Cristiana ni con la Mayoría Moral (Guth, 1983). La nueva derecha cristiana no se expresa unánimemente sobre temas actuales. No obstante, tres temas ideológicos la han dominado: el libertarianismo económico, el tradicionalismo social y el anticomunismo militante (Himmelstein, 1983). La nueva derecha culpa al gobierno por los problemas económicos como la inflación, el desempleo, los altos impuestos y las altas tasas de interés. Se opone al aborto, a la integración mediante el servicio escolar de buses, a la enmienda sobre la igualdad de derechos, a la permisividad sexual, a las drogas, a la prohibición de orar en la escuela, a la pornografía, a los derechos de los homosexuales. También pinta a Estados Unidos como si estuviera comprometido en una lucha a muerte con la Unión Soviética y con el comunismo mundial. Desde el punto de vista de la organización, la nueva derecha cristiana tiene métodos modernos para obtener dinero en forma computarizada a través de modernas redes extensas, cabildeo y publicidad en los medios de comunicación masiva. Esto ayudó a que se convirtiera en una fuerza política importante en los años 80 (Yinger y Cutler, 1984). Aunque muchos estadounidenses se oponen al aborto y a los derechos de los homosexuales, apoyan la oración de las escuelas y los roles tradicionales de la mujer, las encuestas nacionales solamente han demostrado un apoyo limitado a la Mayoría Moral (Shupe y Stacey 1983, 1984). Inclusive, los grupos conservadores y predominantemente sureños como los Bautistas del Sur están divididos en su posición frente a la Mayoría Moral. El apoyo proviene primordialmente de los ministros marginados de
Los predicadores, al igual que los políticos han descubierto la forma de lograr directamente -y en forma provechosa- entrar a nuestras habitaciones. Y algunas veces los predicadores son políticos (Jeff Jacobson/Archive Pictures, Inc.).
la Convención Bautista del Sur, de aquellos que tienen orígenes rurales, educación más modesta y menos vínculos con la convención (Guth, 1983). La información de la encuesta demuestra además que el apoyo a la Mayoría Moral es mucho más fuerte entre los grupos decadentes que buscan realzar su status dentro de la vida estadounidense (Simpson, 1983). Al sentirse amenazados por estilos de vida cambiantes y por la secularización creciente de la sociedad estadounidense, regresan a la acción política para aumentar su poder y su prestigio. La nueva derecha cristiana es un movimiento social y los movimientos sociales vienen y van. Los grupos y movimientos que fueron el centro de la atención pública en los años 70, tales como el partido de las Panteras Negras, la Weather Underground y el Ejército Simbionés de liberación, están prácticamente olvidados. En los años 80, la Iglesia Católica estadounidense, con sus cartas pastorales relativamente liberales, pronunciaron un fuerte desafío al conservatismo de los fundamentalistas. Está por verse cuánto apoyo popular van a recibir los obispos católicos. Pero sin tener en cuenta el resultado, iluminan la naturaleza dinámica de los movimientos sociales. Tan pronto surge un movimiento, surgen otros contramovimientos y frecuentemente pueden ayudar a cambiar el carácter del pensamiento en la sociedad .
RESUMEN 1. Durkheim definió la religión como un conjunto de creencias y prácticas que pertenecen a cosas sagra-
das que unen a la gente dentro de una comunidad moral. Esta definición es muy amplia: puede apli-
LA RELIGIÓN
carse a filosofías no religiosas y también a las religiones. Un enfoque alterno define la religión como el trabajo de la organización primordialmente comprometida en proporcionar la esperanza de recompensas futuras para compensar aquellas cosas que la gente desea muchísimo, pero que no ha podido obtener en la vida. Esta esperanza se basa en la creencia en fuerzas, seres y lugares sobrenaturales. 2. Sin tener en cuenta la forma como se defina la religión en un concepto general, las religiones particulares tienen ciertos elementos en común. Estos incluyen creencias religiosas, símbolos y prácticas, así como también comunidades de seguidores y variadas experiencias religiosas. 3. Las perspectivas funcional y de poder ayudan a explicar por qué la religión se ha extendido tanto. Desde la perspectiva funcional, la religión satisface diversos objetivos importantes para la sociedad y para los individuos. Estos incluyen la promoción de la solidaridad social ( mediante normas que reducen el conflicto y las sanciones contra-actos antisociales), consagran los acontecimientos principales de la vida, ayudan a los inmigrantes a adaptarse a una nueva sociedad y a legitimar el orden social establecido al sancionar las disposiciones sociales. Sin embargo, los sociólogos que siguen una perspectiva de poder consideran las cosas en forma diferente. Ellos dicen que la religión realmente puede desempeñar ciertas funciones; pero que esas funciones sirven a los intereses de las élites y no a toda la sociedad. Por ejemplo, Karl Marx argumentaba que al legitimar el poder de la clase dominante, la religión pacifica a los trabajadores oprimidos, haciéndolos aceptar un sistema económico explotador. Pero a partir de la observación, puede decirse que la religión es capaz tanto de persuadir a los oprimidos y desposeídos, como de hacerles aceptar su suerte y ofrecerles una base para la resistencia. Los usos políticos que la gente da a la religión dependen de las interpretaciones individuales que se hagan de ésta. 4. Las perspectivas estructurales y de acción pueden ayudar a explicar por qué las personas adoptan las creencias religiosas que tienen. Desde la perspectiva estructural, el compromiso con una religión específica, la configuran las fuerzas sociales poderosas que están más allá del control y de la determinación de los individuos. Desde la perspectiva de la acción, el compromiso religioso es también el producto de unas comprensiones subjetivas de las personas y de las elecciones individuales. 5. Los sociólogos distinguen entre tres tipos de instituciones religiosas: la iglesia, la secta y el culto. Una iglesia es una institución religiosa, conservadora y grande, que tiende a coexistir en forma armoniosa
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con la sociedad principal. Una secta, por el contrario, es una asociación pequeña y sin compromisos de personas que buscan perfección espiritual y tienden a rechazar a la sociedad principal. Las sectas se forman cuando las personas se separan de una iglesia establecida y afirman haber adoptado una versión más pura y auténtica de su fe. Un culto es como una secta en la mayoría de los aspectos excepto en su origen. Los cultos se importan de otras culturas o se forman cuando las personas crean en forma completa nuevas creencias y prácticas religiosas. 6. Max Weber creía que el surgimiento del capitalismo moderno tiene raíces importantes en ciertas ideas religiosas de la reforma protestante. En particular, el concepto calvinista de la predestinación animó el trabajo arduo, la frugalidad y la inversión astuta e inteligente con el fin de tener éxito en la vida y así demostrar el favoritismo de Dios. La teoría de Weber es un buen ejemplo de cómo el cambio religioso puede promover también el cambio en otros aspectos de la sociedad. 7. La modernización generalmente ha estado acompañada por la secularización, la cual se entiende como un mayor interés por los asuntos mundanos que por los espirituales. Pero la secularización no significa el fin de la religión. La religión permanece como fuerza importante a causa de dos tendencias que se contrarrestan: la renovación religiosa (un esfuerzo por restaurar las características tradicionales más espirituales que establece la religión ) y la innovación religiosa (un esfuerzo por crear nuevas religiones o cambiar las existentes para mejorar las necesidades del pueblo). La Fe Mormona fundada en Estados Unidos en 1830 es un ejemplo de innovación religiosa; el Fundamentalismo islámico en Irán y el Fundamentalismo entre los cristianos y judíos en Estados Unidos son ejemplos de una renovación religiosa contemporánea. 8. Actualmente la religión en Estados Unidos está sufriendo muchos cambios. Las principales iglesias están tratando de convertirse en una respuesta a las necesidades de la gente. Esto comprende un mayor énfasis sobre la espiritualidad y un crecimiento del activismo con respecto a ciertas situaciones sociales principales. Otro cambio es el crecimiento de la religión invisible o privada. Estos términos se refieren a la opinión, sostenida por muchos, de que la religión es una experiencia personal y subjetiva,no un asunto de doctrina de grupo. La religión privada facilita la iglesia "electrónica", un término descriptivo para las emisiones de programas religiosos por radio y TV. Estos programas, que son principalmente cristianos fundamentalistas, tienen inmensas audiencias y recogen grandes sumas de dinero. En la última dé-
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cada, los cristianos fundamentalistas abandonaron su antigua lejanía de la política estadounidense y se han convertido en defensores de las políticas ultra-
conservadoras. No obstante, la iglesia católica esta dounidense ha desafiado recientemente esta tendencia en sus cartas pastorales sobre la situación social.
GLOSARIO Animismo. La idea de que las cosas en el mundo están imbuidas con espíritus activos y animados. Comunidad moral. Un grupo de personas que comparten creencias, símbolos y prácticas religiosas que los reúne conjuntamente como un todo social. Culto. Grupo religioso que tiende a existir en un estado de tensión con la cultura circundante y que no tiene vínculos anteriores a ningún cuerpo religioso establecido en la sociedad principal (Stark y Bainbridge). Evangélicos. Los cristianos que sienten un llamado especial a dar gran importancia a la enseñan2a de las Escrituras y para presentarse como testigos de la influencia de Dios sobre el mundo. Iglesia. Es una institución religiosa grande, conservadora y universal que hace pocas exigencias con sus miembros y se adapta a la sociedad principal (Troeltsch). Innovación religiosa. Es un esfuerzo para crear nuevas religiones o para cambiar las existentes con el fin de conocer mejor las necesidades del pueblo. Profano. Lo que es mundano y ordinario (Durkheim). Religión. Un conjunto de creencias y prácticas que pertenecen a las cosas sagradas que unen a las personas dentro de una comunidad moral (Durkheim). Las organizaciones primordialmente se comprometen en proporcionar a las personas esperanzas de recompensas futuras para compensarlas por cosas que ellos han deseado mucho pero que nunca han obtenido en su vida. Esta esperanza se basa en un conjunto de creencias en fuerzas sobrenaturales, en seres o lugares (Stark y Bainbridge).
Religión civil. Término de Bellah para una santificación de la nación al asociar su historia, valores e institucio nes que tienen especial privilegio de Dios. Religión privada o invisible. Término que refleja la opinión de que la religión es una experiencia personal y subjetiva y no un asunto de doctrina de grupo . Renovación religiosa. Es un esfuerzo por restaurar las características más tradicionales y espirituales que establecieron las religiones. Ritual. Conjunto estandarizado de acciones utilizado en una ceremonia particular o en algunas otras ocasiones específicas. Sagrado. Aquello que forma un conjunto aparte de la experiencia diaria y que inspira devoción y reverencia (Durkheim). Secta. Una congregación pequeña exclusiva y sin compromisos que hace grandes demandas a sus miembros y los separa de la sociedad principal. (Troeltsch). Un grupo religioso que se forma al separarse de un cuerpo religioso ya establecido (Stark y Bainbridge). Secularización. Es el proceso por el cual las personas y sus instituciones sociales llegan a preocuparse más por los asuntos mundanos que por los espirituales. La secularización frecuentemente se asocia con la modernización. Teísmo. La idea de que seres sobrenaturales poderosos están involucrados en los acontecimientos y las condiciones de la tierra. Tótem. Objeto, planta o animal que es adorado como un ancestro místico de una sociedad o de un grupo social.
CAPITULO 19
El cuidado de la salud y la medicina
Una mañana de febrero en una ciudad de la Costa Este, una mujer hispana de 26 años de edad llevó a su hija de 20 meses a una clínica pública de cuidados de salud. Según la madre, la niña había perdido el habla, había vomitado algunas veces, se quejaba de dolores de cabeza y tenía diarrea "arenosa". El estudiante de cuarto año de medicina que estaba de turno, alarmado por el posible significado del último síntoma, preguntó a la madre: "¿Acaso su hija ha comido pedacitos de pintura o de yeso?" "Oh, sí", respondió la madre, "se come las paredes permanentemente. No puedo impedírselo; se las come hasta llegar a la madera". Después de realizar una serie de exámenes, se diagnosticó que la niña tenía un grave envenenamiento con plomo y anemia aguda. Los pedacitos de pintura que había comido le habían introducido en el cuerpo una cantidad peligrosa de tóxicos. Aunque la madre había encontrado que la niña tenía molestias al masticar el yeso, no consideró esto como un comportamiento que amenazara la salud de la niña. Después de todo, otros niños del vencindario de casas deterioradas habían hecho lo mismo y parecían estar bien. Además, los niños pequeños parecían encontrar en los pedacitos de pintura y en el yeso algo agradable al gusto (Light, Phipps y Sorbello, 1982). Como lo indica este ejemplo, la bioquímica de la enfermedad está entrelazada con el contexto cultural, económico y social de los individuos. El envenenamiento con plomo de la niña, producto de comer pedazos de pintura y de yeso, se relaciona directamente con su entorno. Vivía con su familia en una casa de inquilinato construida antes de 1940, cuando
comúnmente se utilizaban las pinturas con base de plomo como tratamiento para las paredes. El arrendador que era el dueño del edificio del barrio pobre de ese casco urbano había permitido que se deteriorara la vivienda, y cualquier niño curioso que apenas empezara a caminar, podría desprender fácilmente las peladuras de pintura e ingerirlas. El plomo se acumula en el cuerpo, y puede atacar y amenazar el sistema nervioso central. Hubiera sido más correcto admitir a la niña en el hospital y tratarla directamente para el envenenamiento con plomo. Pero el solo tratamiento médico no garantizaba el fin de los problemas de su salud. A menos que el arrendatario reparara las paredes del apartamento y a la madre se le instruyera sobre los peligros de ingerir pintura y otras sustancias que no son alimento, la niña todavía estará en peligro de envenenarse. La enfermedad es una patología diagnosticada médicamente y los sociólogos la distinguen de la dolencia (la sensación de que uno no se siente bien) y del malestar (la aceptación por parte de la sociedad de que una persona no está bien, así como la asignación de un número de "días de enfermedad"). Por supuesto, estas distinciones tan tenues, frecuentemente se confunden. En el caso citado anteriormente, la niña sentía una dolencia. Se le diagnosticó una enfermedad por envenenamiento de plomo; en el hospital se le trató como a una persona con malestar. Sin embargo, a veces una persona puede tener una enfermedad y no sentir una dolencia, como ocurre en las primeras etapas del cáncer o de la tuberculosis, o sentirse débil con un dolor de cabeza o con un transtorno estomacal y no tener todavía una enfer547
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INSTITUCIONES SOCIALES
Cuando se vive en una cultura que iguala el cuidado de la salud con la tecnología médica, se tiende a reconocer sólo una de estas escenas como relacionada con la salud. Efectivamente, los servicios sociales como estos programas de alimentación gratuita son tan vitales para el sistema del cuidado de la salud estadounidense, como lo son las unidades de cuidados intensivos más sofisticadas. La salud es un tema social, en el cual la medicina es solamente una faceta. (Izquierda: Danuta OtfinowskilArchive Pictures Inc.; derecha: Jan Halaska/Photo Researchers, Inc.).
medad evidente. Cualquiera que sea el calificativo que le aplicamos al estado de salud de una persona, tanto el estado de salud en sí como el calificativo mismo están afectados por factores sociales, entre ellos la edad, el sexo, la etnia, la clase social y la subcultura. Las personas de edad avanzada y las personas pobres en general más frecuentemente se encuentran con malestares, por ejemplo; los negros tienen más altas proporciones de hipertensión que los blancos; los japoneses que tienen una dieta alimenticia baja en grasas, tienen tasas más bajas de enfermedades del corazón. En este capítulo consideramos los modelos principales de dolencia y enfermedad, y algunos de los factores sociológicos que influyen en ellos. Luego examinaremos las dimensiones sociológicas de algunos problemas actuales de salud, tales como el hambre, el fumar y el SIDA. Finalmente, haremos un pequeño resumen del sistema estadounidense para el cuidado de la salud y los problemas que ahora está enfrentando.
MODELOS SOCIALES DE ENFERMEDAD Y DOLENCIA Las principales causas de muerte en 1900 fueron la neumonía, la gripe y la tuberculosis. Actualmente, estas enfermedades rara vez ocasionan la muerte; por el contrario, la mayoría de las personas mueren de enfermedades crónicas tales como trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos o de cáncer (véase Figura 19.1). ¿Por qué este cambio? Los antibióticos y drogas similares que pueden curar enfermedades infecciosas, no existían en 1900. Además, los
estándares de vida y de la salud pública han mejorado: hoy cada vez más la gente tiene una dieta alimenticia más sana, comparativamente toman agua y leche puras y viven en ambientes relativamente libres de insectos, ratas y otros transmisores de enfermedades. Quienes generalmente disfrutan de buena salud con frecuencia pueden rechazar las infecciones agudas. Las enfermedades de hoy reflejan ciertos cambios en la sociedad estadounidense. Puesto que la mayoría de las enfermedades agudas ya no son una amenaza para la vida, ahora la mayoría de las personas en este país viven largamente para desarrollar lo que se ha llamado "enfermedades de civilización". Una vida sedentaria, y una dieta con alto contenido de grasas y sales se han vinculado al desarrollo de las enfermedades cardiacas y vasculares. Los modelos dietéticos y la exposición desde larga hasta corta a los carcinógenos (sustancias que ocasionan el cáncer) se han unido a ciertas enfermedades. La prosperidad y la buena vida tienen sus consecuencias médicas. En esta sección, examinaremos la enfermedad y la dolencia con la variedad que se suponen por el sexo, la raza, la etnicidad y el status socieconómico.
Diferencias por sexo y raza Aunque existe alguna evidencia de que las mujeres experimentan más dolencias menores que los hombres (Gove y Hughes, 1979), éstas sobreviven a los hombres en un promedio de más de 7 años. Nadie sabe por qué ocurre esto, pero los sociólogos y otros han propuesto explicaciones que toman en cuenta las diferencias en el estilo de vida, la dieta, el nivel
EL CUIDADO DE LA SALUD Y LA MEDICINA
Esta figura nos muestra las 11 causas de muerte entre 1900 (basados en la información de Estados que han llevado un registro de muertes) y 1983, con las últimas disposiciones en forma descendente de acuerdo con su importancia. Observemos cómo la muerte por enfermedades infecciosas ha disminuido, dando paso a las enfermedades de la vejez. Los sociólogos y los médicos han demostrado que la medicina desempeña solamente un rol muy modesto en este cambio histórico y que su rol en la postergación de la muerte aún sigue siendo muy modesto.
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Figura 19.1 Causas conducentes a la muerte en Estados Unidos entre 1900 y 1983.
de actividad y las circunstancias sociales entre hombres y mujeres. Algunas señalan el hecho de que más hombres fuman, se comprometen en comportamientos de riesgo (beber mucho, participar en deportes peligrosos, conducir demasiado rápido) y hasta hace muy poco, experimentaban más angustia y tensiones en el lugar de trabajo y en el desempeño del rol de ser quienes ganan el sustento diario. Otros analistas sostienen que en cierto sentido, algunos factores genéricos hacen que las mujeres, sean superiores a los hombres fisiológica o médicamente. Las hormonas femeninas, por ejemplo, parecen desempeñar un rol en la protección de un ataque al cora-
zón a las mujeres que están en la premenopausia y éstas parecen estar menos inclinadas a alta presión sanguínea que los hombres. Los negros y los hispanos tienen tasas más altas de mortalidad que los blancos. La tasa de cáncer en los hombres negros es aproximadamente una vez y media mas alta de lo que es entre los hombres blancos, y más del doble de lo que es entre las mujeres blancas. Y los hombres negros tienen dos veces más apoplejías que los hombres blancos. Los negros y los hispanos son mucho más susceptibles a informar que están en "regular" o en "mal" estado de salud, como algo opuesto a "excelente" o "buena" salud
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(U.S. Department of Health and Human Services 1986). Estas diferencias raciales y étnicas indican el rol de factores sociales tales como la pobreza en la enfermedad. Los negros y los hispanos son en promedio más pobres que los blancos y la falta de recursos materiales se unen a la mala salud en todo el mundo.
La pobreza y la salud La pobreza significa nutrición inadecuada, vivienda poco saludable y con escasa calefacción; menos visitas al doctor para tratar dolencias menores antes de que éstas se conviertan en males mayores y más exposición a la tensión y a la violencia. Las frustraciones de la pobreza pueden, a su vez, fomentar el comportamiento autodestructivo, por ejemplo, el alcoholismo, el cigarrillo, el abuso de las drogas y otras formas de riesgo que debilitan el sistema inmunológico del cuerpo y dejan a una persona más propensa a tener malestares cuando se confronta con agentes infecciosos. Aunque los estadounidenses gastan más en el cuidado de la salud que cualquier otra nación del mundo, estadísticamente no constituyen la nación más sana del mundo. La tasa total de mortalidad infantil ha continuado decreciendo, pero está en ascenso de nuevo en algunas zonas, particularmente en aquellos Estados en donde la reducción de la ayuda gubernamental ha obligado a hacer recortes en los servicios de salud preventiva, prenatal y materna. En ciudades como Washington, D.C, con una sustancial subclase de pobres y de familias poco favorecidas, las tasas de mortalidad infantil pueden ser más altas que en naciones como Jamaica, Cuba y Costa Rica. Desafortunadamente, para los pobres, la pobreza y la enfermedad frecuentemente van de la mano. A mayor pobreza, mayor probabilidad de enfermedad. Y a mayor dolencia, mayor disposición a la pobreza. Ademas, el pobre no solamente tiene las enfermedades de la pobreza, tales como infecciones y enfermedades por deficiencia alimenticia; también sufren más de las enfermedades llamadas de los acomodados o sea, el cáncer y las enfermedades cardiacas. ¿Por qué? Porque su alimentación es mucho más grasosa y están expuestos a mayores contaminantes. Y sobre todo, su vida frecuentemente está más llena de tensión. La conexión entre la pobreza y la salud deficiente es un fenómeno mundial. Entre los países del mundo hay una fuerte correlación entre el producto nacional bruto per cápita de una nación y los índices de salud como la mortalidad infantil y las expectativas de vida. En las naciones más desarrolladas la ta-
Esta familia empobrecida en el campo deMaine demuestra los efectos físicos de una dieta inadecuada y de un cuidado de salud deficiente (Arthur Grace/Stock, Boston).
sa de mortalidad infantil está por debajo de 20 per 1000 infantes; en las regiones más pobres fluctúa en la mitad del total de infantes (la mayoría de esta-, muertes se deben a la mala nutrición, la diarrea y los desórdenes infecciosos). En forma similar, la expec tativa de vida en el momento del nacimiento es de aproximadamente 72 años en los países desarrollados, pero es solamente de 49 años en África y de 51 en Asia del Sur (Mahler, 1980). El patrón de enfermedad en las naciones subdt¡sarrolladas difiere en forma apreciable del que ocurre en las naciones desarrolladas. Las enfermedades in fecciosas, parasitarias y respiratorias, causan más de 40 por ciento de las muertes en las naciones en desarrollo. En comparación, causan 10 por ciento de las muertes en los países industrializados en don de las principales causas de muerte son las enfermedades vasculares, las cardiacas y el cáncer. Las enfermedades más propagadas en las regiones más pobres son las diarreicas, transmitidas por la contami nación de materias fecales humanas en los alimentos, en el agua y en el suelo; pero sólo una tercera parte de la población de las naciones subdesarrolladas tiene acceso al agua purificada. Las
EL CUIDADO DE LA SALUD Y LA MEDICINA
enfermedades parasitarias tales como la malaria y la esquistosomiasis también tienden a extenderse, infectando a una cuarta parte de la población mundial. La malaria, transmitida por los mosquitos, es la enfermedad más prevalente en todo el mundo -se registran cerca de 100 millones de casos cada año- a pesar del hecho de que se puede prevenir con la administración rutinaria de medicamentos poco costosos (World Malaria Situation, 1987). La esquistosomiasis -causada por un parásito nacido de un caracol- infecta a cerca de 200 millones de personas. Tanto la malaria como la esquistosomiasis son enfermedades crónicas y debilitantes que agotan la energía y la fortaleza de sus víctimas. Muchos países subdesarrollados gastan una cantidad grande de sus presupuestos de salud en el establecimiento de escuelas médicas y en la construcción de complejos hospitalarios. Aún así, este enfoque atiende los problemas de salud de sólo 10 a 15 por ciento de la población, especialmente los miembros de las élites. Los recursos se utilizan principalmente para curar enfermedades con tecnología cada vez más costosa (unidades de cuidados intensivos, operaciones de desviaciones coronarias, sistemas para "mantener a los pacientes con vida" y scanners). Sin embargo, las necesidades de salud de la población podrían satisfacerse mejor atacando a los agentes parasitarios e infecciosos, ofreciendo mejores programas de medicina preventiva, más alimentación, y descontaminando el agua utilizada en el consumo cotidiano. La mala nutrición y las enfermedades parasitarias e infecciosas continúan siendo la fuente principal de sufrimiento, incapacidad y muerte en las naciones más pobres. Puesto que la incidencia de la mayoría de estas condiciones puede reducirse en forma significativa a un costo relativamente modesto, los problemas que causan pueden prevenirse sustandalmente. En la actualidad, cuatro quintas partes de la población del mundo carecen de acceso a alguna forma permanente de cuidado de salud. Los servicios de salud pública de las 67 naciones más pobres, excluyendo a China, gastan menos en el cuidado de la salud de lo que las naciones ricas solamente gastan en tranquilizantes. Aún más, las naciones más ricas (especialmente Australia, Canadá, Alemania Occidental, el Reino Unido y Estados Unidos), están atrayendo cada vez más médicos de los países más pobres. Aunque cuesta ocho veces más entrenar a un médico que entrenar a un auxiliar de medicina, muchos de los países más pobres todavía le siguen dando importancia al entrenamiento de médicos. Si la meta es alcanzar una buena salud para las grandes masas de la población mundial, las estrategias exis-
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tentes para el cuidado de la salud tendrán que transformarse en forma vigorosa (Mahler, 1980, 1981).
Desempleo y salud Dadas las relaciones entre pobreza y enfermedad, no es de extrañar que el desempleo también ejerza un efecto negativo sobre la salud. Para muchos de los 500 millones de personas en el mundo que han perdido su empleo (o que nunca lo han tenido), el desempleo significa tener que arreglárselas sin satisfacer muchas de las necesidades vitales. En los países pobres, el cuidado médico puede no estar fácilmente accesible a la clase trabajadora; para aquellas personas que no tienen ingresos, simplemente es algo inalcanzable. Aún más, muchos países no tienen una "red de seguridad" basada en pagos de transferencia o en beneficios de incapacidad para las personas que pierden su trabajo, y el desempleo conduce rápidamente a la indigencia de individuos y familias enteras. Cuando estos países tienen una disminución económica y las tasas de desempleo aumentan ampliamente, como sucedió en las naciones de Latinoamérica durante la crisis de la deuda en los años 80, el impacto sobre la salud nacional puede ser enorme (Musgrove, 1987). Los efectos del desempleo sobre la salud se extienden más allá de la suspensión o de la reducción del ingreso. Aun en Estados Unidos, en donde la compensación a los trabajadores y otros programas ofrecen cierto grado de ayuda y en donde muchas familias tienen dos personas que devengan un salario, los investigadores han descubierto que la experiencia del desempleo en sí mismo puede socavar la salud. Un estudio (Brenner, 1987) agitó la controversia demostrando que la tasa de muertes por causa de enfermedades del corazón se incrementaba cuando aumentaba el desempleo. El desempleo también se ha vinculado a la ansiedad, la depresión y el abuso del alcohol y de los tranquilizantes (Kessler y otros, 1987). Estos efectos aún existen cuando la dolencia preexistente que pudiera haber contribuido a la pérdida del trabajo, se han eliminado estadísticamente. En apariencia, las estadísticas de desempleo pueden servir como indicadores de la salud al igual que los indicadores económicos, y la reducción en el desempleo puede producir grandes mejoras en la salud.
DIMENSIONES SOCIOLÓGICAS DE LOS PROBLEMAS ESPECIALES DE SALUD La percepción, la experiencia de la salud y de la enfermedad varían mucho entre los grupos sociales.
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r/ hambre en los años 80 amenazó la salud no solamente de los pobres, sino también de las familias de clase trabajadora atrapadas entre los despidos de trabajo u los recortes en los programas sociales y los altos costos de la vida. En la fotografía aparecen los trabajadores desempleados del acero, haciendo cola en un banco de alimentos en Braddock, Pennsylvania (UPl/Bcttmann Newsphotos).
Este punto puede ilustrarse al analizar los efectos físicos y sociales del hambre, de fumar y del SIDA, tres problemas de salud que crean una cuota que infunde miedo en términos de dolor humano y de costos para la sociedad.
El hambre Para la mayoría de los estadounidenses, el hambre significa una leve sensación de incomodidad causada por la dieta o por saltarse una comida. Pero para casi 20 millones de personas en este país (Brown, 1987) el hambre significa miseria crónica y salud deteriorada. En los años 60, cuando el hambre en Estados Unidos por primera vez llamó la atención pública como problema social, se establecieron muchos programas del gobierno para asegurar que hubiera alimentos disponibles para los pobres. Entre estos estaban los programas de estampillas para alimentos, el almuerzo y el desayuno escolares, y los programas de alimento gratuito para infantes, mujeres y niños, WIC. A mediados de los años 70, estos programas lograron un avance considerable al asegurar que la mayoría de los estadounidenses tuvieran suficiente comida (Brown, 1987). Sin embargo, a comienzos de 1981, el Gobierno Federal empezó a retirar fondos de estos programas sociales, obligando a muchas agencias públicas a cerrar sus puertas y a demandar esfuerzos privados para alimentar a los pobres. En 5 años las iglesias y las agencias de servicio social estaban sobrecargadas de gente pobre y hambrienta que se reunía en ¡os comedores de beneficencia y en las despensas de alimentos que se ha-
bían establecido en los centros urbanos y en las áreas con altas tasas de desempleo. Muchos de estos centros de distribución de alimentos informaron que estaban alimentando familias enteras y no sólo a los hombres y mujeres "pobres", que anteriormente harían fila para obtener comida gratis. Este incremento en el hambre también puede tener sus orígenes en el surgimiento del desempleo de 1982 a 1984 y del ajuste en prácticamente todos los programas federales de asistencia a principios de los años 80, con respecto a las exigencias para poder recibir tal beneficio, acceder a lo que esto significaba era que a muchas de las personas que habían perdido sus empleos se les juzgara como no aptos para recibir las ayudas del desempleo, como las estampillas de alimentos, la asistencia médica y el que sus hijos no pudieran recibir alimentos gratuitos o subsidiados en las escuelas. Durante el mismo periodo, la inflación (especialmente en el costo de la vivienda) hizo que las familias golpeadas por el desempleo tuvieran que estirar sus reducidos ingresos todavía más. El resultado, en forma predecible, fue el agudo aumento en la cantidad de personas que buscaban alimento en las organizaciones de caridad, como también un aumento en las tasas de mortalidad infantil en once Estados y en muchas áreas urbanas (Brown, 1987). La alimentación inadecuada también es parcialmente culpable del último fenómeno, en la medida en que las madres mal alimentadas dan a luz niños más pequeños y más débiles.
Fumar El Cirujano Jefe de los Estados Unidos declaró en 1982 que fumar es "la causa principal, única y evitable de muerte en la sociedad estadounidense y el tema más delicado de salud pública de nuestro tiempo" (Davis, 1987). A pesar de esta dramática afirmación y de muchas otras advertencias de que "fumar puede ser peligroso para su salud", millones de estadounidenses siguen fumandp y cada año una cantidad mayor de jóvenes adopta el hábito de fumar. Las consecuencias para la salud realmente son graves: el servicio de salud pública de Estados Unidos estima que el fumar mata a 350 000 estadounidenses cada año y da cuenta aproximadamente de una sexta parte de la cuota de muerte de este país (Davis, 1987). Los costos de los cuidados de la salud para las enfermedades relacionadas con fumar, tales como el cáncer de pulmón, el enfisema y las enfermedades cardiacas, son voluminosos. ¿Por qué tanta gente fuma? Parte de la respuesta se encuentra en el hecho de que los cigarrillos son el producto de consumo más promodonado en Es-
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tados Unidos. En 1984, las compañías de tabaco gastaron $2.1 mil millones en publicidad y promoción de cigarrillos. La industria, bien consciente de que la agitación de antifumadores está animando a más personas a abandonar el hábito, ha orientado las campañas publicitarias a aquellos grupos de la población que más fuman, o que han demostrado menos inclinación a abandonar ese vicio: las mujeres, los obreros, los negros, los hispanos y los miembros de las fuerzas armadas. Por ejemplo, los cigarrillos tienen bastante publicidad en aquellas publicaciones que principalmente leen las mujeres (Family Circle), trabajadores masculinos (Popular Mechanics) los negros (Ebony), y los hombres y mujeres de los servicios militares (Army Times). Se han introducido marcas con nombres sobresalientes en español (Dorado) y las vallas publicitarias en español son comunes en los barrios hispanos. Aunque las compañías de tabaco niegan que están desviando su publicidad a los niños y adolescentes, realmente hacen publicidad con frecuencia en revistas que tienen millones de jóvenes lectores (TV Guide, Sports lllustrated, Glamour, Cosmopolitan), y los anuncios con frecuencia destacan modelos jóvenes y atractivas en poses que sugieren que los fumadores son independientes, amantes de la diversión y además sexys. Las compañías de tabaco también promueven el cigarrillo en formas menos directas. Muchas compañías patrocinan eventos deportivos (tal como las competencias de tenis Virginia Slim), en parte a causa de la asociación de los deportes con la salud. Patrocinar torneos deportivos también permite que los productos de las compañías se anuncien en la televisión y en la radio, lo cual en otras circunstancias prohibiría la ley. Quizá lo más significativo es que los voluminosos presupuestos de publicidad de las compañías de tabaco les otorga lo que está cerca al poder del veto sobre los contenidos editoriales de las revistas que aceptan la publicidad del cigarrillo. Cualquier tipo de revista que presente artículos sobre los riesgos que produce el cigarrillo para la salud o que, incluso, les haga el juego en forma notable a las campañas en contra del cigarrillo, pueden encontrarse con menos millones de dólares de ingreso por concepto de publicidad. El resultado de todo esto es que "la dependencia que tienen los medios de comunicación masiva de la renta proveniente de la publicidad del cigarrillo ha conducido repetidamente a abandonar la discusión sobre asuntos de salud y cigarrillo" (Warner, 1985, p. 385). En 1976, quince años después de que el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos expidiera un informe vinculando el cigarrillo con el cáncer y con otras enfermedades, un relato en
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la cubierta de la revista Newsweek sobre "Qué causa el cáncer" dejó de mencionar el cigarrillo. Cuando una revista presenta un artículo contra el fumar, como sucedió con una entrega de Newsweek en 1983, que tenía una sección sobre el movimiento de los derechos de los no fumadores, las compañías de tabaco suprimieron todos sus anuncios en aquella edición de la revista. (Las compañías de cigarrillos comúnmente se informan con anticipación cuando un artículo "anti" va a aparecer). En efecto, disgustar a las compañías de tabaco puede resultar costoso: cuando la compañía de publicidad Saatchi & Saatchi creó un aviso para la compañía aérea Northwest en 1988, que destacaba la nueva política de la aerolínea de no fumar, la compañía de tabaco RJ Reynolds retiró de la firma toda su multimillonaria cuenta en dólares para publicidad. Los recursos financieros a disposición de las compañías de tabaco les proporcionan un poder considerable. Diversas fuerzas "antifumadoras" están en contra de las compañías de tabaco. Estas incluyen al Cirujano General de Estados Unidos, el Servicio de Salud Pública, las revistas médicas como la influyente New England Journal of Medicine, y los grupos
de ciudadanos tales como Acción Sobre el Fumar y la Salud (Action on Smoking and Healt) ASH. Aunque la agitación antifumar puede parecer un fenómeno relativamente reciente, no lo es. Desde 1604 se ha atacado el vicio del cigarrillo, cuando el rey Jacobo I de Inglaterra expidió un folleto sobre el tabaco y le impuso altos derechos de aduana (Troyer y Markle, 1983). En Estados Unidos las campañas en contra del cigarrillo tuvieron éxito en el siglo XIX al desaprobar la venta de cigarrillos a los menores de edad y en 1909, al prohibir totalmente las ventas de cigarrillos en quince Estados. Al parecer, en tiempos de la Primera Guerra Mundial tuvo lugar una reacción de varias clases; fallaron nuevos esfuerzos para aprobar leyes en contra del cigarrillo y grupos de ciudadanos empezaron a enviar cigarrillos a las tropas como una ayuda al esfuerzo de estar en la guerra. (Incluso se citó que el general John J. Pershing había dicho que el tabaco era tan necesario como las balas para ganar la guerra). Aún las fuerzas contrarias al cigarrillo no renuncian; muchos de los reformadores que impulsaron la prohibición del alcohol consideraron el tabaco como un mal casi igual a aquel. Pero el movimiento antifumar empezó sólo cuando se acumuló evidencia sobre los riesgos que presentaba este producto para la salud -en los años 50-. La cruzada en contra de fumar puede considerarse como un movimiento para declarar ilegítimo el hecho de fumar: socavar los mensajes de las com-
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pañías de tabaco en el sentido de que fumar es un placer personal inofensivo, algo que las personas escogen por su libre deseo y se comprometen con él por el gusto que proporciona. Este es el contenido fundamental de los avisos referentes al cigarrillo: fumar es algo independiente, viril, adultos jóvenes de aparienda saludable fuman por diversión. Por otro lado, la fuerzas contra el fumar sostienen que los fumadores (1) se afidonan al dgarrillo en su juventud como una respuesta a la presión de sus compañeros y a la publiddad; (2) siguen fumando porque la nicotina del tabaco crea adicción, y (3) están en un riesgo mucho mayor que los no fumadores de desarrollar diversas enfermedades que amenazan la vida. Estas definiciones del vicio de fumar -como un pasatiempo placentero o como una adicción que destruye la salud tan seriamente, que constituye el principal problema de salud pública-, son el centro de la batalla contra el cigarrillo. Ciertas evidencias sugieren que las campañas contra el dgarrillo están alcanzando éxito al cambiar las ideas de las personas sobre el fumar, cuando no su comportamiento. Por ejemplo, más de 90 por dentó del público acepta ahora la afirmadón de que fumar es peligroso para la salud (Troyer y Maride, 1983). Aunque el conodmiento de los efectos nocivos del dgarrillo, es muy superficial (Warner, 1985), las preocupaciones relacionadas con la salud probablemente han inspirado a la mayoría de aquellos que han logrado renunciar al dgarrillo. Ha sido notable la disminudón de fumar en los últimos años: desde 1973 el consumo de dgarrillos per cápita ha disminuido cada año (Warner, 1985). Por supuesto que las compañías de tabaco se han defendido, gastando más para publicidad e intentando vencer la imagen del tabaco como algo dañino para la salud (promoviendo marcas de bajo alquitrán y "suaves"; utilizando frases como "Viva el placer"). Pero a medida que la evidenda se ha aumentado sobre los peligros hasta para los no fumadores que deben respirar el humo de los otros, las ordenanzas munidpales de toda clase en contra del dgarrillo, han logrado su efecto. Por ejemplo, la Administración Federal de Aviadón (FFA) ya no permite fumar en los vuelos más cortos de aviones y en una cantidad de dudades el fumar se ha prohibido en dertos edifidos públicos. Asimismo, las compañías de tabaco han respondido promoviendo la idea de los "derechos de los fumadores" y retando la autoridad del gobierno para prohibir fumar. Dados los millones de personas que todavía fuman y los esfuerzos cada vez mayores de las fuerzas en contra del cigarrillo, parecería que este conflicto va a continuar por algún tiempo. En este caso, declaradones
sobre salud y enfermedad seguirán aparedendo en los campos del poder político y económico.
La mujer y el fumar Con la ruptura de las censuras sodal y cultural que alguna vez desestimularan a las mujeres de fumar, se han convertida en el objetivo prindpal de la promodón del cigarrillo. Los hábitos de fumar en las mujeres son dignos de considerar como un ejemplo de cómo el fumar puede convertirse en una atraedon para las personas y qué significado puede tener en su vida. En sus esfuerzos para atraer a las mujeres, las empresas de tabaco han intentado asodar el cigarrillo con cualidades "femeninas", tales como la femineidad, la sofisticadón, el atractivo sexual y la elegancia. Han lanzado al mercado marcas diseñadas espedalmente para atraer a las mujeres: Virginia Slims, Eve, Satin y Ritz (el último, que lleva el logotipo de Yves Saint Laurent, se ha anundado como el primer dgarrillo de "diseñador"). Las modelos en la publiddad de los cigarrillos son bonitas, se visten a la última moda y frecuentemente las fotografían en unas poses afectivas y provocativas con los hombres. Otro tema en la publiddad de los dgarrillos es lo delgado del dgarrillo. Esto es aparente en los nombres de los dgarrillos: delgados y suaves. ("Consérvese delgada y suave" es un eslogan de una marca). Los anundos de dgarrillos son muy importantes en las revistas como Weight Watchers, como también en las revistas y periódicos de modas u orientados al hogar. Puesto que muchas fumadoras creen que el dgarrillo les ayuda a disminuir su apetito -y que al dejar de fumar volverán a subir de peso- este es un atractivo muy poderoso. Puede ser una razón de por qué en los últimos años el de fumar ha declinado significativamente con más lentitud entre las mujeres que entre los hombres (Davis, 1987). Un estudio rédente identificó muchos patrones de fumar entre las mujeres de bajos ingresos y ofredó algunas razones de por qué las mujeres escogían fumar. Además de advertir que fumar era más co mún entre los grupos de ingresos más bajos, mostró que son quizá los que están menos informados acerca de los riesgos que conlleva para la salud, también encontró que fumar estaba estrechamente unido a la idea del descanso, a menudo como parte de un receso para tomar café o de momentos de paz y tranquilidad arrebatados a un día consagrado al cuidado de otros miembros de la familia. Tal como anotaba una fumadora: "Pienso que me proporciona un descanso. Fumar un dgarrillo es una excusa para tener un descanso de 5 minutos" (Graham, 1987, p. 52). Las
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mujeres del estudio veían el cigarrillo como un poco de complacencia consigo mismas en los presupuestos que no permiten adquirir nuevos vestidos, maquillajes, comidas en restaurantes y otros lujos parecidos. Una mujer le dijo al investigador: "Trato de disminuir en cigarrillo para ahorrar dinero, pero los cigarrillos son mi único lujo y en el momento ellos parecen ser algo así como una necesidad" (Graham, 1987, p. 55). Tristemente, el que las mujeres fumen tiene efectos desafortunados que se extienden más allá de la salud de la fumadora en sí misma. Se ha sabido desde hace tiempo que fumar lastima a los bebés en gestación; que los hijos de madres fumadoras están más propensos a ser prematuros, de bajo peso y además tienen otros problemas de salud (Graham, 1987). El fumar "pasivamente" (o sea, el respirar el humo de otros) se ha vinculado a varias afecciones respiratorias en los niños, tales como asma, bronquitis y neumonía, y también a problemas como desórdenes estomacales, derrames del oído y desórdenes de comportamiento. Además, la madre que fuma comunica un mensaje poderoso a sus hijos de que fumar es algo aceptable (e incluso hasta deseable) en el comportamiento adulto. Puesto que los hijos de las fumadoras son más propensos a convertirse en fumadores (Graham, 1987), el fumar de la madre ayuda a perpetuar el hábito del cigarrillo.
El SIDA El síndrome de inmunodeficiencia adquirida, comúnmente conocido como SIDA, se identificó por primera vez en los Estados Unidos en 1981. Desde entonces el Ministerio de Salud y Servicios Humanos la declaró "la prioridad sanitaria número 1". Esta condición es causada por un virus que ataca el sistema inmunológico, haciéndolo impotente para proteger el cuerpo de las que se denominan enfermedades e infecciones "oportunistas" tales como la neumonía y ciertos tipos de cáncer. La mayoría de los investigadores creen que el virus del SIDA se propaga de una persona a otra en la actividad sexual, en el intercambio de fluidos del cuerpo y que también lo puede transmitir una madre infectada al hijo que lleva en el vientre. El SIDA se ha propagado rápidamente entre los que abusan de las drogas intravenosas, al pasar el virus de uno a otro compartiendo agujas hipodérmicas infectadas. Cuando el virus del SIDA entra por primera vez al cuerpo, puede permanecer inactivo por meses e incluso por años, período durante el cual la persona
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infectada puede no sentirse enferma, pero es capaz de transmitir el virus a otros. Nadie sabe cómo se activa el virus del SIDA, pero una vez que esto sucede, las infecciones oportunistas empiezan a diseminarse y usualmente la muerte ocurre en dos años. Aunque la mayoría de los primeros casos conocidos de las víctimas de SIDA en este país (70 por ciento aproximadamente) eran hombres homosexuales, que llevaban la estigmatización del SIDA como una "enfermedad de homosexuales", existe evidencia de que ésta es hoy más prevalente entre quienes utilizan drogas intravenosas, los que a su vez la han transmitido a compañeros sexuales heterosexuales y a los hijos que aún están en el vientre de la madre. Los estimativos actuales sobre la cantidad de personas infectadas por el virus del SIDA varían de 1 a 2 millones; de este número, cerca de 30 por ciento o más, con el tiempo desarrollarán la enfermedad (Berk, 1987). Puesto que es una enfermedad nueva, llena de complejidades médicas y sociales, nadie sabe exactamente cuántas personas, aun entre aquellas a quienes se les puede comprobar que están infectadas con el virus del SIDA, se enfermarán. Pero hasta ahora, entre quienes lo han desarrollado, no se sabe de ninguno que se haya recuperado. La epidemia del SIDA es una ilustración clara de los efectos de la sociedad sobre la enfermedad y de ésta sobre aquella. En Estados Unidos y en otros países industrializados, la extensión de la enfermedad ha seguido unos patrones demográficos particulares. Además, hasta ahora, el status socialmente marginal de la mayoría de las víctimas del SIDA homosexuales, usuarios de drogas intravenosas y sus compañeros sexuales, e inmigrantes haitianos- le ha dado a la enfermedad una imagen estigmatizante. Frecuentemente a las víctimas del SIDA, incluso las "inocentes", tales como los jóvenes hemofílicos que contrajeron el virus a través de productos que utilizaban para ayudar a coagular la sangre en forma normal, se les ha tratado como parias. La casa de una familia fue totalmente incendiada, luego de que los vecinos del pueblo se enteraron de que tres niños en una familia, todos hemofílicos, estaban infectados con el virus del SIDA. Esta acción está en agudo contraste con las actitudes sociales compasivas hacia las enfermedades más graves o terminales. Pensemos en los teletones para reunir fondos para distrofias musculares y campañas puerta a puerta para ayudar a la Liga Contra el Cáncer de Estados Unidos. Las actitudes públicas hacia el SIDA varían desde temores exagerados (dentistas que utilizan guantes de caucho para examinar a cada paciente) hasta la condena moral abierta (líderes políticos y
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religiosos que sugieren que el SIDA es un castigo por un comportamiento malvado o antinatural). Al igual que los médicos y otros clínicos que todavía están tratando de resolver las consecuencias médicas del SIDA, los sociólogos empiezan a entender la forma como este mal está cambiando nuestro panorama social. Incluso en este punto inicial en que muchos expertos temen a lo que será una larga epidemia, han empezado a surgir algunos patrones sociales relacionados con el SIDA. El primero es un cambio en el comportamiento sexual y en las actitudes frente al sexo. Desde cuando el virus del SIDA se encontró en los fluidos corporales de una persona infectada, los funcionarios de salud pública, tales como el Cirujano General de Estados Unidos, C.Everett Koop, han insistido en refrenar la promiscuidad sexual como una forma de reducir el riesgo de adquirir el SIDA. En 1988 un folleto que envió el doctor Koop a todos los hogares en Estados Unidos, resumía el comportamiento sexual "seguro" así: (1) no tener relaciones sexuales, (2) el sexo con un compañero mutuamente fiel y no infectado (Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, 1988). La evidencia sugiere que ahora los hombres homosexuales, en particular, tienen relaciones sexuales con pocos compañeros y están evitando los comportamientos "de riesgo" tales como la relación anal (la cual permite que el virus del SIDA entre al cuerpo mediante desgarramientos en la membrana del recto) (Friedman y otros, 1987). Y puesto que hay necesidad de educar al público acerca de cómo se propaga el SIDA, el tema del sexo se ha convertido en un foro público. Incluso los temas que antes eran tabú tales como el uso del condón, (para prevenir la transmisión del virus durante la relación) y el sexo anal ahora se tratan en las revistas "familiares" y en la televisión. El SIDA le ha puesto un regulador a la denominada "revolución sexual" de los años 60 y 70 y, desafortunadamente también, ha borrado algunos de los avances que los homosexuales habían hecho en la vía del logro de la aceptación dentro de la corriente principal de la sociedad. Otra consecuencia del SIDA es el desafío que les plantea a las libertades civiles. A medida que crecen los temores frente al SIDA, algunos políticos y otros han sugerido que algunos o quizá todos los estadounidenses deberían hacerse una prueba del virus del SIDA y que los portadores de la enfermedad deben ser separados. Por ejemplo, William F. Buckley, el vocero conservador, ha abogado por una prueba universal obligatoria para el virus del SIDA y porque a todos aquellos cuya prueba fuera positiva, los marcaran con tatuajes en el antebrazo y en las nalgas (Brandt, 1986). En 1986, los californianos aproba-
ron una proposición que decía que debía imponerse una cuarentena a todas las víctimas del SIDA. (La proposición no fue aprobada, pero si apoyada por un tercio de los votantes). Actualmente, el estado de Illinois exige que todos los que solicitan licencia matrimonial deben hacerse una prueba para el SIDA. La sociedad aún no ha decidido qué derechos tienen las personas con SIDA (o con el virus del SIDA). ¿Deberá permitírseles continuar trabajando en caso de ser capaces de hacerlo o se les debe permitir a los empleadores que los despidan? ¿Podrían comprar un seguro de salud o de vida o se les debe permitir a las compañías de seguros que les nieguen ese alcance? A los niños que tienen SIDA, ¿se les debe permitir asistir a las escuelas públicas, o las directivas de estas instituciones deben exigir que a estos niños se les excluya de clases? Temas como los condones o la relación anal, ¿deberían omitirse del currículo de la educación sexual, porque algunos padres creen que sus hijos no están preparados para aprender acerca de estas materias, aunque esto signifique una instrucción incompleta acerca del SIDA? Estos y muchos otros interrogantes incluidos en el conflicto entre los derechos individuales y la protección de la salud pública siguen siendo asuntos acalorados de discusión. El SIDA también ha cambiado nuestras ideas acerca de la salud y de la medicina en general. Como ha escrito un investigador: El SIDA ha amenazado nuestro sentido de seguridad médica. Después de todo, se había considerado que la era de infecciones letales y transmisibles era cosa del pasado en el mundo occidental. La nuestra fue la era de las enfermedades crónicas: ataques al corazón y cánceres que principalmente golpeaban a las personas de edad avanzada. La capacidad de transmisión de epidemias de enfermedades infecciosas, se había alejado de la memoria pública. Ni siquiera la epidemia del polio de los años 50 que amenazaba con la infección, alcanzó tan alto grado de temor como el que se tuvo en los años 80 (Brandt, 1986, pp. 233-234).
Mientras que el temor a la infección del virus del SIDA siga siendo preocupación pública importante, muchos observadores han expresado incertidumbre con respecto a la efectividad del sistema de atención de salud para hacerle frente a la epidemia. No sólo no se ha encontrado cura contra el SIDA, sino que quienes han adquirido la enfermedad (y el número está creciendo cada vez más) requieren de una cantidad considerable de cuidados y de tratamientos, muchos de los cuales los pacientes se sienten incapaces de pagar. Inevitablemente han surgido discusiones sobre el beneficio y el costo: ¿debe haber un límite a la cantidad de dinero que el gobierno gasta
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en el cuidado de las víctimas del SIDA, todos los cuales probablemente mueran? ¿Cuánto dinero debe asignar el gobierno para la investigación? Los voceros de los grupos homosexuales han acusado al Congreso de ser renuente a destinar fondos para la investigación del SIDA, hasta cuando el virus empezó a infectar en forma considerable a muchas personas heterosexuales. A medida que el virus del SIDA cobra más y más víctimas, se presiona más al sistema de cuidado de salud tanto práctica como financieramente, para que se tomen medidas para el control de esta enfermedad. El SIDA ha fomentado la aprehensión contra los extraños y la desconfianza de personas que son miembros de grupos asociados con el SIDA. Esto significa que los negros e hispanos de la ciudad central (desproporcionadamente representados entre los pacientes del SIDA por el uso de drogas intravenosas) pueden experimentar más prejuicios y discriminación (Mays y Cochran, 1987). Los hombres homosexuales o los que ostentan estos comportamientos estereotipados pueden ser evitados o simplemente esquivados. En palabras de un escritor, "se teme a la homosexualidad en sí misma como si fuera una enfermedad letal y transmisible" (Brandt, 1986). En respuesta a la epidemia del SIDA, las comunidades homosexuales en todo el país se han movilizado para apoyar y cuidar a los pacientes del SIDA. En San Francisco, por ejemplo, una cantidad de organizaciones voluntarias -la Fundación San Francis-
Durante muchas décadas, los condones ni siquiera se mencionaban frente a compañías cultas, las droguerías los ocultaban tras el mostrador. Un cambio en ¡as actitudes culturales los ha sacado a los mostradores exteriores, pero hay un temor mortal de que el SIDA se lleve a la publicidad, como este aviso en San Francisco en donde la proporción de infección es sumamente alta. El SIDA ha cambiado la imagen y la función de los condones a la de un dispositivo higiénico para prevenir esta fatal enfermedad. (Terrence McCarthy/The Newv York Times).
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co para el SIDA, el Proyecto Shanti, y otros- han suministrado información, referencias médicas, han ayudado con hospedaje, asistencia financiera, cuidado de enfermeras, consejería, servicios de atención en el hogar y cuidado de hospicios (Arno, 1986). No solamente estos esfuerzos han sido de inmensa ayuda para las personas que tienen SIDA; también han contribuido a disminuir la carga sobre las instituciones públicas. (Por ejemplo los pacientes que pueden vivir en casa con alguna ayuda no tienen que hospitalizarse). Aunque los drogadictos y las agencias de tratamiento de drogas han realizado esfuerzos para suministrar servicios similares, en general los drogadictos "han tenido pocas organizaciones formales y su organización informal no está bien adaptada para enfrentarse al cambio de comportamiento del individuo para reducir el riesgo del SIDA, ni tampoco para una acción colectiva" (Friedman y otros, 1987). Puesto que el fenómeno del SIDA se ha desarrollado como un fenómeno social y también como una enfermedad, la respuesta a éste ha sido social y también médica. En el proceso, se revelarán muchos valores subyacentes en la sociedad.
TENDENCIAS FUTURAS: LA COMPRESIÓN DE LA MORBILIDAD Como anotamos al principio de este capítulo, actualmente pocas personas mueren de enfermedades infecciosas, tales como la influenza o la neumonía. Por el contrario, la mayoría de muertes son causadas por enfermedades cardiacas, cáncer, y otras "enfermedades crónicas de la civilización". A diferencia de las enfermedades infecciosas, que golpean de repente y siguen su curso por espacio de semanas e incluso de días, la enfermedad crónica se desarrolla lentamente y puede perjudicar la salud de sus víctimas por diez, veinte o más años. Frecuentemente estas enfermedades resultan de un largo período de exposición a una combinación de factores riesgosos: fumar, una dieta alta en grasas, falta de ejercicio o por cancerígenos ambientales. ¿Qué sucedería si se eliminaran estos factores de riesgo, o si al menos se redujeran en forma notable? James F. Fríes (1983), de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, ha sugerido que eventualmente podríamos observar un fenómeno que él ha llamado compresión de la morbilidad. Esto significa que la mayoría de las personas vivirían una vida larga, activa y relativamente libre de dolencias; que la enfermedad, al llegar, podría confinarse a los últimos años de vida. Tal como señala Fríes: "el período 'firme' del vigor adulto se prolonga y el período 'no firme' de la enfermedad o
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senectud se reduce a las barreras naturales al final de la vida"(1983, p.409). La relación de factores de riesgo y enfermedad puede observarse en el caso hipotético que señala Fríes: Tomemos a dos hermanos, uno de ellos fuma tres paquetes diarios de cigarrillos, mientras que el otro fuma medio paquete cada día...En 1900 (el hermano fumador empedernido) quizás hubiera contraído una neumonía a la edad de 30 años y haber muerto después de 30 años de vida y de una dolencia de tres días -una muerte prematura, ciertamente, pero poco costosa (al menos en términos de costos médicos directos), con una relativa baja carga de enfermedad para la sociedad y con una alta proporción de vida vigorosa convertida en enfermedad. Ahora, con penicilina, este hombre sobrevive para empezar a desarrollar una tos, un resuello, y una insuficiencia respiratoria a la edad de 40 años. Si continúa fumando, cada vez será más corta su respiración por el resto de su vida. Cuando tiene 50 o poco más años, sufre un ataque cardiaco; quizá antes del tratamiento moderno de la enfermedad, él podría haber muerto en este punto. Ahora, su arritmia está controlada y algunos años más tarde le da un paro cardiaco y necesita hacer esfuerzos de rehabilitación muy agudos. Con el tiempo aumenta la insuficiencia respiratoria. Finalmente, un cáncer del pulmón se desarrolla y muere en el crescendo de una enfermedad crónica... Por el contrario, el hermano, fumador ocasional, no desarrolla el síntoma de enfisema hasta quizá los 70 años. El ataque cardiaco se pospone unos pocos años como también el paro cardíaco. El cáncer de pulmón se pospone de todas formas hasta el término de su vida y nunca ocurre. Este individuo es más vigoroso, con una calidad de vida más alta, por más tiempo y representa socialmente una carga mucho menor. El cambio, con relación a la primera insuficiencia respiratoria, representa, en este ejemplo de la vida diaria, treinta años de vida mejorada para el individuo que no era fumador empedernido (Fríes, 1983, pp. 409-410).
Así, la compresión de la morbilidad depende de la disminución de los factores de riesgo -tales como fumar- que pueden inducir enfermedades crónicas. Pero aunque uno no fumara, no bebiera demasiado, o no se engordara en exceso, todos estamos expuestos al riesgo de la contaminación ambiental. Los humos expelidos por las chimeneas, los exhostos de los automóviles, los montones de basuras tóxicas, los reactores nucleares, están involucrados en muchos cánceres, enfermedades del pulmón y de otros tipos. El lugar de trabajo contiene también muchas sustancias peligrosas y ciertas ocupaciones presentan riesgos particulares al exponer a los trabajadores a carcinógenos. Los investigadores de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard encon-
traron que la tasa de leucemia es un 78 por ciento más alta entre los trabajadores de las fábricas de zapatos que en la población normal. El cáncer de próstata es 156 por ciento más alto entre los soldadores; el cáncer de esófago es 97 por ciento más alto dentro de los plomeros; el cáncer de faringe y de la cavidad oral es 152 por ciento más alto entre los impresores; y el cáncer de la mieloma múltiple es 186 por cient< • más alto entre los carpinteros. Los materiales peligrosos están involucrados aún más en otras enfermedades relacionadas con la ocupación, incluyendo la enfermedad del pulmón negro entre los mineros del carbón, la bronquitis crónica y el enfisema entre los trabajadores de textiles. Pero todas estas estadísticas no podrían separarnos del hecho de que los contaminantes y los tóxicos pueden controlarse en forma responsable. Esto exige una política de "endurecimiento" con las empresas que no siguen las reglamentaciones de seguridad ambiental. La meta de "compresión de la morbilidad" está comprometida también por los gérmenes oportunistas que aprovechan el más leve cambio ambiental (Russell, 1983). El síndrome de alteración tóxica es un ejemplo de un microbio que se adapta a un producto desarrollado para la higiene femenina, unos tampones ultra-absorbentes que hospedan a los mi crobios estafilococos. En forma similar, la enfermedad del legionario surgió en 1976, como una epidemia enigmática de neumonía entre los conven cionistas de la Legión Americana. El germen había vivido inofensivamente en la tierra y en el agua por miles de años. Sin embargo, encontró hospedaje en el nuevo ambiente de los sistemas de aire acondicionado y de las instalaciones sanitarias modernas. El SIDA también se ha convertido en algo enigmático al sacar ventaja de los cambios en la tecnología y en el estilo de vida. Entre estos factores están la dirección del viento (que parece ha esparcido el virus desde África a muchas partes del mundo), los encuentros sexuales anónimos en las grandes ciudades, el compartir agujas hipodérmicas entre drogadictos, y el uso de factores coagulantes de la sangre para los hemofílicos. Sin estos medios modernos de transmisión, el virus del SIDA podría permanecer confinado a pequeñas áreas geográficas. Los obstáculos para la compresión de la morbilidad, tanto en las enfermedades agudas como en las crónicas relacionadas con el estilo de vida, ilustran una vez más la naturaleza social de la enfermedad. El hecho de que las personas sufran malestares, el tipo de dolencia que adquieren y el hecho de aliviarse, dependen asimismo de factores sociales. Estos pueden ser asuntos de la economía (si una persona puede encontrar un empleo que ofrezca seguridad
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en salud, o si se expone libremente a sustancias peligrosas), de la política (si el gobierno subsidia las granjas que cultivan tabaco y permite la promoción del fumar), o de la tecnología (si una vacuna es o no efectiva o si se descubre una nueva droga). Aunque el sistema de salud estadounidense, como veremos posteriormente, está diseñado para tratar la enfermedad y no para prevenir a las personas de contraerla, el concepto de Fríes es característico de un nuevo énfasis que está empezando a darse al bienestar. Regresamos ahora a los aspectos sociales del sistema del cuidado de la salud estadounidense.
EL CUIDADO DE LA SALUD EN ESTADOS UNIDOS El sistema estadounidense de cuidado de la salud es la segunda mayor industria del país, contabilizando más de una décima parte del producto interno bruto -más de 600 mil millones de dólares (Conrad y Schneider, 1980; Mechanic, 1986). Esta gigantesca empresa emplea a más de 5 millones de personas: médicos y enfermeras, por supuesto, pero también técnicos, terapistas, farmaceutas y otros que abarcan una amplia variedad de objetivos, desde los hospitales hasta las agencias sociales, hospicios y ancianatos en donde se presta asistencia médica. Dos características importantes distinguen el sistema estadounidense del cuidado de la salud. En primer lugar, el cuidado estadounidense de la salud es esencialmente un sistema de intervención más que de prevención; el sistema está orientado hacia el tratamiento y la cura de las enfermedades, no hacia su prevención. Por tanto, comúnmente los estadounidenses no se ponen en contacto con quienes suministran el cuidado de salud o con las instituciones, a menos que estén enfermos. Muchos practicantes del cuidado de la salud en este país están altamente entrenados corno especialistas que utilizan las tecnologías más avanzadas para proporcionar un tratamiento -si sus pacientes pueden costearlo. Y esto nos lleva a la segunda característica distintiva del sistema estadounidense del cuidado de la salud: es el único sistema moderno, además del de Suráfrica, que no proporciona un amplio cuidado para todos sus ciudadanos. El sistema estadounidense tiene tres niveles en el cuidado de la salud: uno para las personas adineradas y bien aseguradas (clase media y clase alta); otro para los pobres que son aptos para recibir la asistencia gubernamental en la forma de Medicaid; y el otro para los 35 ó 40 millones de ciudadanos sin seguro (Schwartz, 1987). El cuidado de la salud que
La mayoría de los médicos prefieren tratar a los ricos que trabajar en ghettos urbanos. En consecuencia, los hospitales en los vecindarios pobres urbanos frecuentemente son poco atendidos y las personas tienen que esperar horas para ver al médico. (Barbara Pfeffer/Photo Researchers, Inc.).
uno recibe en Estados Unidos depende del status del seguro y del estado financiero y puede depender también de donde vive uno. Los médicos, los hospitales, las instalaciones médicas de alta tecnología y otros recursos de cuidado se concentran en y alrededor de las grandes ciudades, y muchos residentes de áreas rurales viven muy lejos de quienes proporcionan y están capacitados en el cuidado de la salud. El sistema estadounidense del cuidado de la salud ahora enfrenta grandes desafíos. Los costos médicos crecientes, han acarreado esfuerzos para contenerlos y esto ha cambiado el tratamiento de los pacientes y ha amenazado la autonomía y la autoridad de los médicos. Los defensores del acceso amplio al cuidado de la salud han pedido un rol federal mayor, para asegurar que las personas logren el cuidado que necesitan; al mismo tiempo, quienes administran los programas del gobierno, han tratado de reducir los costos. Los críticos han denunciado que dada la naturaleza crónica de la mayoría de las enfermedades, actualmente toda la estructura del sistema de salud está equivocada y que se enfoca demasiado hacia las curaciones heroicas de enfermedades agudas e ignora los cuidados a largo plazo y las medidas de salud pública que pudieran prevenir la enfermedad en la primera etapa. Exploraremos algunos de estos problemas y desafíos en las secciones siguientes. Pero en primer lugar necesitamos considerar brevemente la forma cómo el sistema estadounidense del cuidado de la salud llegó a ser lo que es hoy.
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El servicio de helicópteros de emergencia es un ejemplo extraordinario del sistema de cuidado de la salud estadounidense con la tecnología más avanzada para suministrar el tratamiento. Por el contrario, la prevención de la enfermedad es la meta de esta clase de ejercicios en una planta de la Ford; ayudar a los empleados a que estén preparados y sanos aumenta su productividad, reduce el ausentismo y resulta en menos costos para atender los cuidados médicos y el seguro. (Izquierda: Chris Jones/The Stock Market; derecha: Michael L. Abramson/Woodfin Camp & Associates).
El desarrollo de la medicina estadounidense Los médicos ocupan una posición de tal estima y respeto en la sociedad estadounidense contemporánea que es difícil creer que esto no haya sido siempre así. Sin embargo, durante la mayor parte del siglo XIX, la posición social de un médico y sus ingresos eran frecuentemente un poco mejores que los de un trabajador manual. En los Estados Unidos de la colonia, cualquiera podía hacerse médico, solamente bastaba con adoptar el rótulo. No había escuelas de medicina ni sociedades médicas suficientes para regular lo que era un negocio libre para todos. Algunas veces los pastores trataron de suministrar cuidados médicos a sus feligreses y el cuidado de este tipo también lo ofrecía toda clase de legos. Los documentos de la época registran un médico que vendía "té, azúcar, aceitunas, uvas, anchoas, uvas pasas y ciruelas secas", al lado de medicinas; y también de una mujer que "trabaja aquí con su doble habilidad de doctora y de cafetera" (Starr, 1982, p.39). El entrenamiento para la práctica médica, de esta forma, era dado por el aprendizaje. La medicina se convirtió en una vocación de tiempo completo en Estados Unidos (aunque todavía no era una profesión estable) en los primeros años del siglo XIX (Conrad y Schneider, 1980). Las escuelas de medicina empezaron a abrirse en todo el país y los pocos médicos que tenían educación y entrenamiento profesional tuvieron éxito al convencer a las legislaturas estatales que adoptaran leyes que regularan la práctica de la medicina. No obstante, el
período de la "democracia jacksoniana" (1828-1836) vio desaparecer a la mayoría de estas regulaciones por ser elitistas. Hacia mediados del siglo XIX una cantidad de médicos, algunos entrenados y otros no, practicaban diversos tipos de medicina. Muchos de los tratamientos, comunes en esa época, provenían de la Edad Media y aun de tiempos más antiguos: la aplicación de sanguijuelas para purgar la sangre que se creía excesiva o que estaba infectada, la inducción del vómito a los pacientes y la aplicación de objetos calientes en la piel para producir ampollas. Los medicamentos se fabricaban con raíces y con hierbas (Conrad y Schneider, 1980; Starr, 1982). Además, de aquellos que se llamaban a sí mismos médicos, había una cantidad de "especialistas": abortistas, parteras, curanderos y doctores del cáncer (Starr, 1982). Una razón, por la cual tantas de estas personas encontraron clientes en aquel tiempo, era la naturaleza primitiva de la ciencia médica en sí misma. Por ejemplo, se desconocía la anestesia efectiva, así como el terrible hecho de que algunos agentes invisibles, o sea los gérmenes, causaban muchas enfermedades. Hasta los médicos que recibían entrenamiento en las escuelas médicas practicaban un tipo de medicina que frecuentemente perjudicaba a los pacientes en vez de ayudarlos. En tales circunstancias, los esfuerzos de los médicos entrenados para distinguirse a sí mismos de yerbateros, legos, vendedores ambulantes de medicina y de otros practicantes irregulares, tuvieron un éxito muy modesto al principio. No fue sino hasta la década de 1920 que los avances científicos, acompañados del surgimiento de la Asociación Médica Americana (AMA), la orga-
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nización profesional de los médicos, permitieron que los médicos adquirieran suficiente status social y político para prevalecer sobre otras personas que se proclamaban curadoras (Starr, 1982; Burrow, 1981; Larson, 1977). La aceptación extendida de la medicina científica como algo superior a los intentos tradicionales de cura, ubicó a los médicos entrenados profesionalmente en una posición que aseguraba que la educación médica era necesaria para producir un verdadero médico. En esencia, la medicina empezó a definirse como una profesión verdadera, como una profesión que debido a su experiencia acreditaba concentrar y dominar el cuidado de los enfermos. Se aprobaron nuevas leyes que fijaban los requisitos para obtener la licencia de médico, lo cual convirtió a la medicina en un monopolio definido legalmente (Conrad y Schneider, 1980; Freidson, 1970). La AMA también presionó una legislación que limitara los tipos de medicina que podían ofrecerse directamente al público. En alguna época, cualquier persona podía conseguir preparaciones que contenían opio, cocaína y otras drogas poderosas; ahora se necesita la fórmula de un médico para obtener dichas sustancias (Starr, 1982). Los médicos también aseguraron el derecho a establecer sus propios honorarios (antes del siglo XIX algunos Estados fijaron límites legales al dinero que los médicos podían cobrar por sus servicios). Un poco después de la Primera Guerra Mundial, la profesión médica empezó a aparecer tal como la conocemos, aunque en las décadas subsiguientes su status profesional había crecido en forma sustancial.
Dominio profesional de la medicina La medicina estadounidense se transformó de una simple ocupación a una profesión, al restringir el título de "doctor" para quienes tenían una educación médica profunda y al reservarse ciertas prerrogativas, tales como la formulación médica y la determinación de sus honorarios. La educación avanzada y la destreza distinguieron al profesional del lego y legitimaron los reclamos profesionales por ciertos privilegios. Generalmente, los miembros de una profesión determinan quién puede practicarla. En el caso de la medicina, existe una cantidad de obstáculos que todo aspirante a médico debe superar: la admisión a una escuela médica, el grado como doctor en medicina (M.D.), la clasificación aprobatoria en un examen de licencia, la certificación de las directivas, y demás. En cada uno de estos casos, otros médicos deciden quién triunfa y quién no; hasta los exámenes de licencia del estado los preparan los médicos. Además, el desempeño clínico de un médico
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puede, en principio, juzgarlo únicamente otro médico, puesto que se considera a los observadores externos como no calificados para evaluar las decisiones médicas. Una característica importante que distingue a los profesionales es la autonomía (independencia; libertad del control de otros) con que cuentan. Todos los profesionales -no sólo los médicos- tienen cierto grado de autonomía: comparemos la libertad de los abogados o de los arquitectos para organizar su propia oficina, escoger sus clientes y establecer las normas para su trabajo, con las restricciones de tiempo de los obreros y con la incapacidad para desviarse de una tarea señalada. Por supuesto que algunas personas que no son profesionales disfrutan también de cierta autonomía en su trabajo: los propietarios de pequeños negocios, las amas de casa y las personas que trabajan en forma independiente a menudo laboran con poca o ninguna supervisión por parte de otras personas. Pero los médicos disfrutan del prestigio y de las recompensas financieras que acompañan el hecho de ser considerados como las figuras más importantes en un campo cada vez más complejo y técnico. Una medida para el dominio de los médicos en el sistema del cuidado de la salud es que sólo los médicos tienen la autoridad para diagnosticar la enfermedad, para prescribir o evaluar el tratamiento y para transmitir información a los pacientes. Es posible que a un enfermo que sufre de una enfermedad seria no se le informe completamente de qué sufre, frecuentemente bajo el pretexto de que a ellos les falta experiencia para entender la información médica, o de que pueden molestarse al malinterpretarla. Como resultado de esto, a menudo se obliga a las personas gravemente enfermas a regresar a una dependencia infantil frente a sus médicos. En años recientes, algunos pacientes han rechazado esta posición afirmando que tienen el derecho de saber acerca de su estado de salud y de participar en los cuidados médicos propios (véase el cuadro de características). La posición preeminente de los médicos también implica una cierta relación con los otros trabajadores de la salud. Los médicos existen en lo que el sociólogo Eliot Freidson (1970) ha denominado un estado de autonomía organizada: la suya es la profesión dominante en el campo de la salud y la apoyan una cantidad de profesionales subordinados y semiprofesionales (enfermeras, terapistas físicas, farmaceutas y demás). Los clínicos en estos campos "menores", puesto que se limitan con frecuencia a obedecer órdenes del médico, pueden llegar a estar alienados de su trabajo, como los obreros de las fábricas y otros que tienen poca autonomía. Por ejem-
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pío, es probable que los problemas del estado de ánimo sean tan importantes como los bajos salarios en la actual escasez de enfermeras. Como ha escrito Freidson: "El trabajador para-profesional está, entonces, como el trabajador industrial, subordinado a la autoridad de otros... al conocimiento supuestamente superior y al juicio de expertos profesionales" (1970, pp. 144-145). La arrogancia de los médicos acerca de su posición en la cima del sistema de cuidado de salud es el resultado de un largo período de socialización en la practica de la medicina. Como estudiantes de medicina, internos y residentes, quienes se entrenan para ser médicos, van interiorizando los ideales de la profesión. Por supuesto, algunos de estos ideales, comprenden la dedicación al cuidado de los enfermos. Pero otros comprenden el mantenimiento del prestigio de la profesión (aprender a no criticar jamás a otro médico en frente de personas legas) y aceptar la idea de que la práctica de la profesión necesariamente conlleva un alto grado de autonomía. Puesto que el trabajo se ve como algo muy difícil y complicado, es frecuente suponer que la persona que es capaz de hacerlo debe ser extraordinariamente recompensada: en consecuencia, la mayoría de los médicos jóvenes desarrollan nociones de orgullo profesional, cuando no de superioridad y arrogancia (Freidson, 1970). La estructura de la profesión en sí misma afecta las actitudes de los médicos y por extensión, el tipo de cuidado que ofrecen a los pacientes.
Medicalización Un subproducto importante del crecimiento del conocimiento médico y del prestigio de la profesión, es el aumento en la cantidad de condiciones que se enseñan y que, se piensa, tienen que ver con el campo médico. En un pasado no muy lejano, el nacimiento y la muerte comúnmente sucedían en casa, con miembros de la familia y amigos cercanos que prestaban asistencia. Hoy la mayoría de las personas nacen y mueren en un hospital, rodeados de luces brillantes y de máquinas muy costosas. A las personas adictas al alcohol o a las drogas que alguna vez se consideraron como pecadoras o carentes de fuerza de voluntad, ahora se les considera "enfermas". Los problemas que solían aceptarse como parte de la vida, como la calvicie, las arrugas, el exceso de peso, el acné, los senos pequeños, la falta de respuesta sexual, la ansiedad, el insomnio, ahora se consideran como asuntos propios de una intervención médica. Inclusive algunos criminólogos han definido los comportamientos antisociales como problemas médicos -infractores de todo tipo, desde el ratero de
tiendas hasta el asesino de masas pueden calificarse como "enfermos". Esta anexión dentro de la esfera médica de muchos problemas alguna vez considerados como no médicos se ha denominado la medicalización de la sociedad estadounidense. Como escribió Eliot Freidson: "El médico es -el experto fundamental en lo que es la salud y la enfermedad, y en cómo recuperar la primera y curar la segunda...el mundo se inclina actualmente ante él en busca de consejo sobre todas las materias relacionadas con la salud y la enfermedad, sin importar su competencia. Dados los visibles milagros que la medicina ha desarrollado en el último siglo, la gente también se ha inclinado a solicitar a la profesión que se ocupe de los problemas que no son de carácter biofísico, frente a los cuales se logró un triunfo en los esfuerzos del pasado. Los que alguna vez se consideraron problemas económicos, religiosos y personales, se han redefinido como enfermedades y, por lo tanto, se han convertido en problemas médicos" (1970, p.147).
Un resultado obvio de la medicalización es la atención creciente a las actividades vitales relevantes para la enfermedad (Zola, 1972). Puesto que una gran parte del cuidado médico está orientado a tratar enfermedades crónicas, los hábitos del paciente (patrones de sueño, alimentación, trabajo y diversión) pueden caer bajo la supervisión del médico. Una "prescripción" de un médico moderno podría ser: dejar de fumar, comer menos alimentos grasosos o empezar un programa de ejercicios. Yendo más lejos, los médicos pueden intentar influir en los hábitos de una sociedad completa: promoviendo restricciones al fumar, por ejemplo. El acceso privilegiado de la medicina a ciertos aspectos privados y personales de la vida humana, se ha extendido a medida que el rol de otras instituciones -especialmente la familia y la iglesia- ha disminuido. Los nacimientos fueron alguna vez asuntos de familia, ahora, de médicos y enfermeras. En efecto, prácticamente todos los aspectos relacionados con el nacimiento -sexualidad, contracepción infertilidad, cuidado prenatal- han llegado a convertirse en asuntos médicos. Otras preocupaciones altamente personales que alguna vez se expusieron ante un miembro del clero o ante un integrante respetado de la familia, tales como el uso de la droga y del alcohol, la mala conducta de los hijos y las perturbaciones emocionales, ahora las trata un médico. Otro signo de la medicalización es el uso de argumentos médicos para ayudar a avanzar las causas no relacionadas directamente con la medicina (Zola, 1972). Por ejemplo, el nivel de ruido de la música rock se cita como algo dañino al oído y perjudicial para la salud mental de los niños. La polución am-
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El cuidado de la salud y la rebelión de los consumidores Es fácil discutir el sistema de cuidado de la salud y sus problemas, y perder la pista del factor causante del sufrimiento prolongado y materia del cuidado médico en sí mismo: el paciente. En efecto, los sociólogos médicos burlonamente han llamado a quien pasivamente recibe los cuidados médicos "un ladrillo que respira" (Goldsmith, 1984). Muchas personas han tenido la experiencia de ser tratadas por médicos y por otros trabajadores de la salud como si fueran objetos inanimados o niños a quienes se les tiene que decir lo que deben hacer en la forma más simple posible. Los pacientes que rechazan este tratamiento, encuentran respuestas de sus médicos que van desde la incomprensión hasta la hostilidad. A finales de los años 60, se levantó una protesta bien fundamentada contra el cuidado médico autoritario y deshumanizado. A la vanguardia de este movimiento estaban las feministas, que estaban indignadas por el trato que recibían las mujeres por parte de los médicos, especialmente de los obstetras y de los ginecólogos. En los años 70 se publicó una cantidad de libros y de artículos que documentaban el tratamiento paternalista (y aun abusivo) de los médicos hacia las mujeres. Estos incluían a médicos que administraban pastillas para el control de la natalidad, sin informar a los pacientes de los riesgos que ellas acarreaban; médicos que realizaban histerectomías
innecesarias y los que (equivocadamente) les decían a sus pacientes que la mastectomía radical era el único tratamiento apropiado para el cáncer de seno; los que recibían bebés de acuerdo con sus conveniencias, utilizando una cesárea para aligerar los acontecimientos; y los médicos que desatendían las quejas de las mujeres, como si fueran "producto de la imaginación", perdiéndose así el diagnóstico de la enfermedad (Ej., Corea, 1977). Parcialmente en respuesta a estos problemas, una cooperativa de salud de mujeres en Boston compiló un libro llamado Our Bodies, Ourselves, publi-
cado originalmente en 1973, el cual ha vendido más de un millón de copias en varias ediciones (Ruzek, 1978). Lo que pedía el movimiento femenino de la salud era más información de los médicos acerca de sus condiciones médicas, la oportunidad de seleccionar el tratamiento y la atención respetuosa como adultos en vez de un paternalismo o condescendencia. Estas metas hace tiempo trascendieron el movimiento feminista y los médicos ya no se sorprenden demasiado cuando pacientes de todas las edades y filosofías exigen tener voz en lo relativo a sus propios cuidados. Tales demandas a los médicos bien podrían empezar a influir en el tipo de cuidados suministrados -médicos que ofenden a sus pacientes pueden encontrarse con la disminución del trabajo y con una reducción
biental está condenada por desagradable y por destructora de plantas y animales, y por causar cáncer. Un gran explotador de la retórica médica ha sido la industria publicitaria, la cual mercadea, éxitosamente en nombre de la salud, todo: desde los cereales ricos en fibra hasta las aspirinas, pasando por los endulzantes bajos en calorías y por la cerveza "ligera" (con bajo contenido de alcohol). La medicalización también comprende una redefinición de los temas sociales. Por ejemplo, si personas que no tienen hogar son caracterizadas como
en sus ingresos. Actualmente hay exceso de médicos y es casi seguro que será peor en la próxima década (Coddington y Moore, 1987). Por lo tanto, los médicos que deseen prosperar deberán armonizar mejor con las necesidades y preocupaciones de sus pacientes. Otra indicación de la determinación de los pacientes a desafiar el establecimiento médico fue el alto crecimiento en las demandas por prácticas equivocadas de la pasada década (Press, 1984). Este fenómeno no es solamente el resultado de la insatisfacción de los consumidores con el desempeño de los médicos. La sociedad estadounidense, en general, se ha hecho más litigante y la cantidad de abogados disponibles para tratar las demandas por prácticas equivocadas ha venido creciendo. Pero el aumento en tales demandas, al empezar la década de 1970, ciertamente refleja un aumento de pacientes disgustados y listos a demandar en forma voluntaria los errores médicos, -diagnósticos poco adecuados, fallas en la ejecución de pruebas necesarias, operaciones mal hechas-. El costo del seguro contra las malas prácticas ha aumentado marcadamente después del crecimiento del número de demandas legales, y este costo adicional deben pagarlo todos los médicos, buenos, malos y mediocres, puesto que casi todos ellos tienen un seguro de este tipo.
mentalmente enfermas, esto oscurece el hecho de que a gran parte de los que no tienen hogar se les relacione con el desempleo entre trabajadores poco calificados y la falta de habitación urbana disponible (Snow y otros, 1986). Si el abuso de la droga se considera como una enfermedad, entonces, ¿por qué hoy se encarcelan los usuarios de ciertas drogas, en vez de ubicarlos en un programa de tratamiento? En forma similar, si los violadores son "enfermos", quizá ellos se beneficiarían más de un tratamiento siquiátrico que de ir a la cárcel. Como lo sugieren estos dos últi-
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En respuesta a la amenaza de malas prácticas, los médicos están practicando cada vez más lo que se denomina la "medicina defensiva": le proporcionan al paciente un diagnóstico probable y acuden a colsultores aun cuando no sea necesario, para protegerse así de una acusación del paciente de que ellos no fueron suficientemente cuidadosos. Algunos practicantes han dejado de ofrecer ciertos servicios que comúnmente exigen primas de seguros por mala práctica, como por ejemplo en el nacimiento de niños. El problema de la mala práctica también ha aumentado en forma significativa el costo del cuidado médico. Puesto que el seguro contra los errores de los médicos cuesta tanto, sus honorarios también suben. La "medicina defensiva" es muy cara: el paciente o su asegurador deben pagar todas las pruebas y las consultas adicionales. Un aspecto final de la rebelión de los consumidores contra la medicina convencional, es el movimiento del cuidado de sí mismo. Por supuesto, la gente siempre ha tratado muchos de sus problemas médicos, ya sea con medicamentos de la droguería (desde emplastos de cereales hasta purgantes) o con medicina casera (sopa de pollo, hielo empaquetado, almohadillas calientes, gárgaras de agua-sal). Y actualmente las tiendas naturistas ofrecen métodos de cuidado personal y productos en presentaciones moder-
Los sistemas de curación son más un asunto social y cultural de lo que la mayoría de personas creen. La acupuntura es un sistema complejo y sofisticado para curar los desórdenes y para reducir el dolor. Sin embargo, la "medicina científica" la ignoró completamente hasta cuando algunos cirujanos estadounidenses sobresalientes presenciaron operaciones tales como el nacimiento con cesárea con pacientes chinas despiertas y relajadas. (Judy S. Gelles/Stock, Boston). ñas y muchas veces dudosas, tales como libros sobre la terapia del polen de las abejas, frascos y botellas de vitaminas y suplementos de minerales desconocidos. Este cuidado también comprende una red grande de grupos de esfuerzo propio, algunos de los cuales tienen que ver con los problemas que están más allá del alcance del cuidado médico tradicional. Quizá el más antiguo de di-
mos ejemplos, la sociedad está muy inquieta con la distinción entre enfermedad y desviación criminal, puesto que a una persona enferma en gran medida se le descarga la responsabilidad por sus acciones. Aunque considerar algunos comportamientos desviados, tales como el alcoholismo y el abuso de las drogas, como una enfermedad en vez de un crimen pareciera digno de compasión, surgen las cuestiones del control social. Por ejemplo, ¿puede considerarse una prueba de drogas a los empleados hecha al azar como algo malo, como una violación de los derechos
chos grupos es el de Alcohólicos Anónimos (fundado en 1935), y muchos grupos modernos se han inspirado en su organización y en su filosofía. Estos grupos incluyen Mastectomy, Inc, para mujeres a quienes se les han quitado el seno, Mended Hearts, para las víctimas de ataques cardiacos; y Make Today Count, para pacientes de una enfermedad terminal como el cáncer.
de la gente, si se hace para proteger su salud? Mientras que la retórica médica se extienda hasta abarcar muchas de las actividades humanas, tales interrogantes se seguirán debatiendo. La medicalización no se ha quedado sin sus críticos; de muchas formas tanto los médicos como los pacientes han intentado quitar de la supervisión de la medicina algunos aspectos del comportamiento humano (Fox, 1977). Los grupos femeninos en favor de la salud han presionado por la "desmedicalización" del proceso de nacimiento, estableciendo "cen-
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tros de nacimientos" y clínicas en donde los niños puedan nacer en un ambiente parecido al hogar, y en donde a las madres se les pueda evitar al máximo la intervención médica (frecuentemente las atienden solamente las enfermeras -parteras). En forma parecida, los defensores de los pacientes han afirmado que las personas con enfermedades terminales deberían poder morir sin la intervención médica heróica si así lo desean. En 1980 el establecimiento médico excluyó la homosexualidad de sus manuales oficiales de desórdenes siquiátricos, afirmando que los actos homosexuales entre adultos, no se consideran "enfermedad". Y las personas con una amplia cantidad de problemas como el sobrepeso, el juego al azar, el abuso conyugal han formado grupos de esfuerzo propio para salir adelante contra los problemas sin acudir a la autoridad médica. Aunque estos esfuerzos sugieren inquietud frente a la medicalización de la sociedad, quizá incluso los inicios de un contragolpe, parecen ser, sin embargo, excepciones aisladas a las tendencias de la medicalización.
DESAFÍOS AL SISTEMA DE LA SALUD La medicalización y el dominio profesional del sistema de cuidado de la salud son signos tanto de la fortaleza del sistema como de su vulnerabilidad. En
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cierto sentido, al sistema podría llamársele víctima de su propio invento: su filosofía directriz, vigorosa (inclusive heróica) y las intervenciones para curar enfermedades agudas, ha llevado a la existencia de una gama de tratamientos de alta tecnología extremadamente costosos. Estos cuidados intensivos y especializados, han salvado sin duda muchas vidas, pero han ocasionado costos médicos que aumentan tan espectacularmente, que los aseguradores y el gobierno se resisten a pagar las facturas. Se han hecho presiones sobre los médicos y sobre los hospitales para detener los costos, y las evaluaciones profesionales de los médicos se han puesto en tela de juicio. Interrogantes como "¿Es necesaria esta prueba tan cara?" ¿"Acaso este paciente realmente necesita estar en el hospital durante una semana o puede ser atendido en tres días?" "¿Es acaso la operación el mejor tratamiento para las condiciones de este paciente, o hay una buena posibilidad de que se mejore sin una operación tan costosa?", marcan el comienzo de una nueva era en la cual los médicos deben ser responsables por sus decisiones. Los desafíos al status quo de la medicina afectan a más gente que a los médicos: hospitales, aseguradores, y pacientes encuentran que sus necesidades y roles están cambiando. En particular, a medida que se evidencia que el sistema de cuidado de la salud, basado en intervenciones heróicas sobre las enfer-
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medades agudas, no es adecuado para confrontar el predominio de pacientes que sufren enfermedades crónicas, el establecimiento médico se ve desafiado para que responda en una nueva forma a las necesidades de los pacientes y de la sociedad.
Cambios revolucionarios en el cuidado de la salud A finales de los años 70 y durante los 80 se han visto algunos cambios en los sistemas del cuidado de la salud, la mayoría de ellos estimulados por los aumentos en los costos de los tratamientos médicos. Una visita a un especialista ahora cuesta más de $100 dólares, los exámenes médicos sobre el estado del paciente cuestan mucho más y el costo de la hospitalización va más allá del alcance de los medios de la mayoría de los individuos. Las únicas personas que pueden aprovecharse de lo que la ciencia médica tiene para ofrecer, son los muy ricos y aquellos que están asegurados. No obstante, los acelerados costos médicos, han sido igualados por las primas de seguros, cada vez más altas, y quienes deben pagar las cuentas han buscado una forma de reducir los costos. Muchos empleadores que pagan un gran porcentaje de las primas de seguros de sus empleados han adoptado una estrategia conocida como autoseguro, la cual permite que las compañías conserven las primas de seguro en fondos bajo su propia dirección, en vez de pagar primas a una compañía de seguros que hace muchas ganancias, tales como la Cruz Azul. Actualmente, una mayoría de los empleadores principales de la nación (particularmente las grandes corporaciones), han diseñado planes de autoseguros (Goldsmith, 1984). Otras estrategias que adoptan los empleadores para reducir costos incluyen: • Ofrecer contratos de servicios sobre una base de posición competitiva, o sea, ofrecer a los proveedores tales como hospitales y organizaciones dedicadas al cuidado de la salud, la oportunidad de atender a un grupo grande de empleados, si pueden hacerlo a un precio atractivo para los empleadores. • Trasladar el costo del seguro a los empleados aumentando los pagos de los deducibles (el porcentaje de la factura médica que el paciente debe pagar). • Recoger información sobre los honorarios cobrados por los hospitales y por los médicos para identificar a los proveedores especialmente costosos y desalentar a los empleados para que busquen esa atención.
• Exigir que los empleados apelen a una segunda opinión en caso de que sea necesaria una operación quirúrgica. • Iniciar o ampliar programas para ayudar a ios empleados a que dejen el cigarrillo, supriman el abuso del alcohol o de las drogas, pierdan peso, controlen la alta presión sanguínea, dominen la tensión, etc., reduciendo así las posibilidades de que se requieran cuidados de salud más costosos (Leyerle, 1984; Light, 1988). El alto precio del cuidado de la salud presenta desafíos para el gobierno y también para los empleadores privados. Los costos del Medicare (para los ancianos) y del Medicaid (para los pobres) han aumentado en forma significativa desde cuando se establecieron estos programas a mediados de los años 60, causando preocupación entre los legisladores. Para disminuir los costos, los legisladores introdujeron el sistema de pago prospectivo (PPS), un método radicalmente nuevo de compensación a los hospitales por el cuidado de un paciente. Anteriormente, un hospital pasaba una cuenta por los servicios privados y Medicare los pagaba. Bajo el sistema de pago prospectivo, el hospital recibe un pago fijo por la condición que se trata. En esencia, el gobierno ha asignado cierta cantidad de dinero para la operación de la vesícula biliar, otra cantidad para la operación de cataratas, y demás. Los reportes iniciales sobre el sistema de pago prospectivo sugieren que en realidad así se reducen los gastos de los cuidados médicos (Guterman y Dobson, 1986). Pero también ofrece un incentivo para despachar rápidamente a los pacientes, puesto que los hospitales ganan lo mismo por un servicio particular, bien sea atendiendo al paciente durante tres días o durante tres semanas. Bajo el sistema antiguo del reembolso, los hospitales ganaban más dinero al suministrar más servicios. Bajo el sistema del pago prospectivo, los hospitales ganan más por proporcionar menos servicios, lo que quiere decir que los pacientes del cuidado médico de Medicare con múltiples problemas no pueden ir bien con el sistema (PPS). No es de sorprender que muchos hospitales se encuentren en dificultades financieras, acosados como están por tener que decidir entre proporcionar a los pacientes el cuidado que necesitan y recibir los pagos de Medicare solamente en la cantidad que se "supone" necesaria. (Guterman y Dobson, 1986). Medicaid, concebido originalmente como un programa que debía cubrir los costos médicos de todas las personas pobres, está disponible ahora solamente para un 47 por ciento de los pobres (Davis y Rowland, 1983), principalmente porque el Gobierno Federal y muchos Estados han aumentado los requi-
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sitos para poder disfrutar de él. Por ejemplo, las familias de dos padres comúnmente no son aptas para Medicaid, y a los adultos solteros rara vez se les atiende a no ser que estén en una edad avanzada o incapacitados (Davis y Rowland, 1983). En muchos Estados, las personas que tienen ingresos inferiores al nivel de la pobreza no califican para Medicaid. Además de reducir la cantidad de personas aptas para este sistema las reducciones recientes también han limitado los beneficios y los honorarios que se pagan a los médicos y a los hospitales (Kern y Windham, 1986). Esto significa que las personas que necesitan cuidados médicos no pueden obtenerlos, y que los hospitales públicos que voluntariamente quieren proporcionar cuidado a los pobres han sido inundados con pacientes que no pueden pagar.
Consecuencias del cambio Una de las consecuencias más significativas de los cambios en el sistema de cuidado de la salud es un equilibrio alterado del poder, con aquellos que pagan las cuentas, el gobierno (a través del Medicare y del Medicaid), los empleadores y las compañías de seguros, rompiendo el poder absoluto de los médicos para definir el cuidado requerido por el paciente. Tal como decía un comentarista: "Lo que ha sucedido... (recientemente) es que el poder económico tan cuidadosamente acumulado y preservado durante la mayor parte de cinco décadas, ha empezado a pasar de aquellos que suministraban el cuidado a quienes pagan por él... Cada vez más, aquellos que pagan por el cuidado les están exigiendo responsabilidad económica a aquellos que lo administran y están cambiando muchas de las reglas fundamentales históricas" (Goldsmith, 1984, p. 453). La responsabilidad económica está tomando una gran cantidad de formas. Los compradores de cuidados médicos están empezando a señalar los precios que los médicos pueden cobrar. Están supervisando su desempeño -cuestionando si los paciente? necesitan una operación o la hospitalización, por ejemplo, y una vez que los pacientes están en el hospital cuestionan qué tipo de exámenes necesitan y cuánto tiempo deben estar hospitalizados. El respeto antiguo por los médicos; el supuesto de que ellos saben mejor y que sus decisiones no deben cuestionarse, está convirtiéndose en un asunto del pasado. La forma como los hospitales trabajan ha cambiado radicalmente también. En primer lugar, los hospitales han encontrado varias formas de limitar el numero de días que un paciente debe permanecer en el hospital (por motivo de unos precios fijos por estadía). Los hospitales ahora hacen todos los exámenes preliminares y el papeleo antes de la admi-
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sión. Los pacientes programados para algunos tipos de operaciones preferiblemente son admitidos al hospital en la mañana y tienen la operación el mismo día. Además, algunos hospitales están diseñando ciertas habitaciones que reducen las áreas para acomodar pacientes que necesitan de una recuperación posterior, pero que requieren menos servicios que otros pacientes. Los hospitales también están intentando aumentar sus beneficios al suministrar servicios para responder a las necesidades especiales de las personas de la comunidad. "Los centros de urgencias" por ejemplo, ofrecen el servicio de cuidado temporal para ancianos y niños en lugares convenientes tales como los centros comerciales y centros de cuidado de la salud femenina y de las operaciones de cirugía plástica dirigidas a poblaciones específicas. Muchos servicios hospitalarios, como rayos X, farmacia, exá-
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La compra del cuidado de la salud en los centros comerciales. Esta escena de servicio médico gratuito es en realidad un evento de mercadeo. Por ejemplo, una forma eficaz usada por una compañía farmacéutica, para promover sus productos a los consumidores potenciales. ¿Cuándo fue la última vez que a usted le tomó la presión arterial un vendedor entrenado? (David Hum/Magnum Photos).
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menes de laboratorio, y lavandería se han ubicado en negocios especiales de modo que los pacientes puedan recibir facturas por estos servicios en forma separada y en mayor proporción. Las preocupaciones del costo también han conducido a nuevas formas en la entrega del cuidado de la salud. Dos de las más notables son las organizaciones para la conservación de la salud, (Health Maintenance Organizations) HMO y la Organización de Proveedores Selectos (preferred provider organizations) PPO. Las HMO, que datan del siglo XIX, han crecido rápidamente desde la década de 1970 porque solucionan las necesidades médicas de sus suscriptores por un precio fijo cada año. Puesto que las HMO pierden dinero si los pacientes exigen muchos tratamientos costosos en un determinado año, estos proyectos frecuentemente ofrecen programas preventivos para conservar sanos a sus pacientes. Las PPO son grupos de médicos que ofrecen servicios específicos a grupos de pacientes (tal como los empleados de una compañía) por precios especiales. Los clientes de la organización logran una rebaja en los precios y los médicos logran un flujo estable de pacientes. Una PPO también permite una notable libertad: un paciente a quien no le gustan los médicos de los programas PPO puede ir a otra parte; pero debe pagar la diferencia de los costos. En forma similar, los médicos que ven a los pacientes del programa PPO pueden también ver a pacientes que no pertenezcan a este programa; ellos no son solamente empleados de una organización. Así los PPO adquieren muchas formas y tamaños. Los organizan los empleadores, las compañías de seguros y los hospitales que quieren extender la cantidad de servicios hasta incluir el cuidado ambulatorio.
Corporatización y salud pública Como ya anotamos en este capítulo, el cuidado de la salud es el segundo negocio más grande en Estados Unidos. No resulta sorprendente saber que en un país tan dedicado a la libre empresa como Estados Unidos, el cuidado de la salud venga a ser una fuente de negocios y de ganar dinero. Cada vez más, el suministro de servicios médicos lo están tomando las corporaciones con ánimo de lucro, y éstas se están consolidando con otras corporaciones más grandes, lo que alguien ha denominado "el complejo industrial médico" (Relman, 1980; Light, 1986). Este proceso de corporatización tiene consecuencias para la salud pública. Tal como lo ha anotado un investigador: A medida que la salud se convierte en un mercado lucrativo para las inversiones corportivas, a los servi-
cios de salud se les trata como mercancías, productos que se compran y se venden en el mercado, como los automóviles, los sombreros, el hierro o el petróleo. El factor decisivo para suministrar un servicio o producir una pieza especial de un equipo, se hace de acuerdo con el criterio de si el "producto" se venderá. La línea inferior es su comerciabilidad y si la compañía que suministra el servicio va a lograr una buena ganancia con su venta (Levit, 1986, p. 483).
La corporatización es un fenómeno relativamente reciente en el cuidado de la salud. Podría provenir del año 1968, época en que un médico de Nashville y un antiguo ejecutivo de la compañía Kentucky Fried Chicken conformaron la Corporación Hospitalaria de Estados Unidos, Hospital Corporation of America (HCA), una cadena de hospitales con ánimo de lucro de propiedad de sus inversionistas (Light, 1986). Los defensores de los hospitales con ánimo de lucro comúnmente argumentan que no hay nada malo con obtener una ganancia por el cuidado de la salud, y que sus hospitales son lucrativos porque funcionan en forma más eficiente que las instituciones sin ánimo de lucro. Las grandes cadenas de hospitales se benefician de las economías de escala (comprando grandes cantidades de suministros con descuentos, por ejemplo) pero los hospitales sin ánimo de lucro hasta cierto punto han seguido el ejemplo de los hospitales con ánimo de lucro, convirtiéndose en cadenas no lucrativas para obtener las mismas ventajas. Es evidente, sin embargo, que los hospitales con ánimo de lucro se han posicionado en el renglón del cuidado de la salud en el cual pueden obtener excelentes ganancias. En muchos casos, esto lo han logrado evitando ofrecer los servicios en que se pierda dinero, como por ejemplo las obstetricias y ubicándose en áreas en donde viven pocas personas relativamente pobres que no están aseguradas. Cuando llegan los pacientes pobres a la sala de urgencias de un hospital con ánimo de lucro, es posible que no se les admita (Light, 1986). Los hospitales no son las únicas empresas que producen ganancias en el campo del cuidado de la salud. En los últimos años, los laboratorios médicos, los centros de diálisis del riñón, las unidades de escanografía CAT, las clínicas de cuidados ambulatorios, los ancianatos y muchas otras empresas se han organizado como negocios corporativos. Los médicos también se están conviertiendo cada vez más en empresarios, incorporándose en prácticas de grupo e inviertiendo en equipos médicos costosos de modo que pueden ejecutar exámenes y procedimientos costosos en sus propios consultorios. Y al igual que los hospitales, los grupos de médicos están estableciendo clínicas privadas, centros de salud femenina, centros siquiátricos y otros. En una atmósfera como
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¿ Es posible para el cuidado de la salud moderna combinar la dedicación y el toque personal de un médico rural que usa los métodos antiguos, con los recursos técnicos del "complejo industrial médico"? ¿O es el arte personal de curar a una persona, uno de los sacrificados en el éxito del sistema de cuidado de la salud estadounidense? (Arriba: Bruce Roberts/Rapho Photo Researchs, Inc. derecha: Ted Horowitz/The Stock Market).
ésta, el practicante independiente puede encontrar que cada vez resulta más difícil competir. Aunque el cuidado de la salud en Estados Unidos ha tenido largas vinculaciones con los negocios, hasta hace poco también abrazaba un ideal de servicio para el público. Para estar seguros, no todos los médicos demostraron sus impulsos altruistas, sino que muchos renunciaron voluntariamente o difirieron honorarios a los pacientes que no podían pagar mientras que recargaban un poco más los cobros a los pacientes acaudalados. El mismo gobierno respalda este ideal en sus programas de Medicaid y Medicare, que ofrece a las personas pobres servicios de salud que pagan los contribuyentes de las clases media y alta. Sin embargo, a medida que nos acercamos al siglo XXI, la meta de un cuidado amplio de salud para todos los estadounidenses sigue siendo algo que se escapa. Los compradores institucionales (los empleadores y las compañías de seguros) solamente quieren pagar por el cuidado que sus empleados o clientes reciben, y la cantidad que voluntariamente pagan es cada vez menor (Goldsmith, 1984). Los pagos al Medicare y Medicaid se han reducido significativamente dejando a casi 35 ó 40 millones de personas sin seguro médico de ninguna clase (Davis y Rowland, 1983). En efecto, un estudio esclarecedor demuestra que las personas aseguradas reciben 90 por ciento más de cuidado hospitalario que los que no están asegurados -obviamente no es
porque experimenten 90 por ciento más de las enfermedades graves (Davis y Rowland, 1983). Las personas que no están aseguradas también reciben mucho menos cuidado ambulatorio que quienes no lo están, especialmente cuidados preventivos. En palabras de los investigadores que han examinado esta situación: La falta de seguro tiene tres consecuencias principales: contribuye al dolor innecesario, al sufrimiento, a la incapacidad e incluso a la muerte entre quienes no están asegurados; se crea un cargo financiero sobre aquellas personas que no están aseguradas, que luchan para pagar facturas médicas muy costosas; y se coloca en una tensión financiera a los hospitales, a los médicos y a otros encargados del cuidado de la salud que intentan suministrar cuidado a las personas no aseguradas (David y Rowland, 1983, p. 523).
En la atmósfera actual del freno de los costos y de las preocupaciones por el déficit del presupuesto federal, más y más personas están cayendo en las grietas del sistema de salud estadounidense. Además el freno de los costos ha esclarecido la gravedad de la pobreza médica, suministrando combustible adicional al movimiento que extiende el seguro de salud a todos los hombres, mujeres y niños de Estados Unidos (Light, 1986). El que a largo plazo este sistema sea aceptable para el público estadounidense es algo que está por verse.
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RESUMEN 1. Las causas de la mortalidad cambiaron en el siglo pasado, de enfermedades agudas a enfermedades crónicas, principalmente enfermedades del corazón y el cáncer. 2. Las mujeres sobreviven a los hombres, aunque reportan más enfermedades menores. Los negros, los hispanos v los pobres tienen tasas de mortalidad más altas y en general un estado de salud más deficiente. Los actores que contribuyen a los problemas de salud entre los pobres son vivienda y alimentación inadecuadas, menos cuidados médicos y más exposición a la tensión. 3. La conexión entre riqueza y salud es universal. Los países más pobres están todavía llenos de enfermedades infecciosas. En la mayor parte del mundo, la gente carece de adecuado cuidado de salud porque ellos o sus países no tienen dinero para pagarlo. 4. El desempleo se relaciona con la enfermedad. Priva a las personas del ingreso necesario para pagar por los cuidados de la salud y de un seguro médico, además la tensión conectada con el hecho de no poder trabajar en sí mismo contribuye a los problemas de la salud. 5. El hambre, reconocida por primera vez como un problema social en Estados Unidos a mediados de los años 60, de nuevo ha emergido como una situación de salud. Los recortes en el presupuesto y el desempleo durante los años 80, combinados con un incremento en el costo de vida, hacen que muchas personas no puedan tener una dieta alimenticia adecuada. 6. El fumar esta cada vez más reconocido como un problema de salud pública. Aunque muchas personas lo han abandonado, una gran publicidad a los cigarrillos constantemente atrae a nuevos fumadores. Los activistas antifumadores en parte han tenido éxito en sus esfuerzos para hacer que el fumar sea contrario a la ley. 7. El SIDA ha traído una cantidad de consecuencias sociales con su aparición. Estas incluyen los cambios en el comportamiento sexual y en las actitudes frente al sexo, en la discución más abierta de los temas prohibidos, la estigmatización de los grupos homosexuales y de otros grupos de alto riesgo y en el desafío a las libertades civiles. La extensión de la epidemia del SIDA ilustra el rol de los factores políticos, tecnológicos y sociales de las enfermedades. 8. Un experto ha sugerido que si la exposición de la población a los factores de riesgo puede reducirse, habrá una "compresión de la morbilidad": las personas tendrán vidas más saludables y solamente adquirirán enfermedades en la vejez. No obstante, en
el presente la exposición a factores de riesgo no es fácilmente controlable. 9. La segunda industria mayor en la nación, el sistema del cuidado de la salud estadounidense, es un negocio de intervención más que de prevención y un asunto en el cual el cuidado no se suministra en forma universal sino que se relaciona con la capacidad del paciente para pagar. 10. La medicina surgió lentamente como una profesión durante el siglo XIX. La profesión estuvo fragmentada hasta el siglo XX cuando los avances científicos y las campañas vigorosas ubicaron a los médicos formados científicamente en una posición dominante. Las leyes y posteriormente el financiamiento fortificaron su poder. 11. Los médicos disfrutan de un grado poco común de autonomía en su profesión; hasta hace muy poco se habían protegido de las intervenciones, de la competencia y de la evaluación. La preminencia de la profesión médica en el campo del cuidado de la salud está sustentada por una cantidad de profesiones y de ocupaciones auxiliares. 12. Un subproducto del prestigio de la profesión médica ha sido la medicalización de la sociedad. Muchos problemas que alguna vez fueron asunto de los clérigos, la familia o el sistema legal, están cayendo ahora en manos de los médicos. El lenguaje médico ahora se utiliza en muchos contextos para dar autoridad a diversas propuestas y reclamos. Algunos críticos han tratado de redefinir los aspectos de la vida, tales como el nacimiento, la muerte y el comportamiento sexual como asuntos privados en los cuales la intervención médica debería limitarse. 13. El aumento de los costos médicos ha conducido a los compradores institucionales del cuidado de la salud a adoptar diversas medidas que frenen los costos. Esto ha puesto límites tanto a la autonomía de los médicos como a la cantidad y clase de cuidados que reciben los pacientes. Los recortes o las disminuciones en el Medicare y el Medicaid han constituido una disminución en la meta de proporcionar cuidado para todos los que no pueden pagar. 14. Las instituciones del cuidado de la salud han cambiado en una cantidad de formas como resultado de las presiones financieras. Los hospitales ofrecen procedimientos rutinarios y se han extendido a líneas mucho más rentables. Las organizaciones del dudado de la salud y la Organizadón de Proveedores Selectos tratan de ofrecer cuidado a grupos de personas en un paquete menos costoso que el cuidado convendonal.
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15. El cuidado médico ha sufrido un proceso de corporatización: se ha convertido en un mercado muy rentable para una inversión corporativa. Los hospitales con ánimo de lucro se han extendido mucho; los médicos se han convertido en empresarios, y todo tipo de industrias relacionadas con la salud han crecido como empresas con ánimo de lucro. Un én-
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fasis cada vez mayor en hacer dinero señala los problemas de quienes no están asegurados: ¿quién ofrecerá cuidado médico si no es para hacer dinero con ello? Cada vez más, el sistema estadounidense del cuidado de la salud ofrece un cuidado de primera clase para quienes puedan pagar e ignora las necesidades de los que no pueden hacerlo.
GLOSARIO Compresión de la morbilidad. Situación en la cual las dolencias podrían ocupar solamente los últimos años de la vida de una persona. Dolencia. La sensación personal de que uno está mal. Enfermedad. Patología diagnosticada médicamente. Malestar. El reconocimiento social de que uno no está bien. Medicalización. Es anexar dentro de la esfera médica muchos problemas que alguna vez fueron considerados no médicos.
Organización de conservación de la salud. Una organización del cuidado de la salud que proporciona todos los cuidados al paciente por un precio fijo por año. Organización de proveedores selectos. Grupo de médicos que ofrecen servicios específicos a pacientes con precios especiales de descuentos. Profesión. Ocupación para la cual uno debe prepararse con educación y con entrenamiento avanzado en el ejercicio de una habilidad especial.
SEXTA PARTE
LA TRANSFORMACIÓN DE LA SOCIEDAD
La estabilidad y el cambio han sido los temas principales de este texto. En último término, los sociólogos buscan comprender los grandes patrones históricos del cambio social (o la resistencia a él) con el fin de confrontar más efectivamente los desafíos del presente. Los últimos tres capítulos nos invitan a considerar las fuerzas que dan origen a las transformaciones fundamentales del mundo social, tales como aquellas que definen la era moderna. Vivimos en una época en la cual los desarrollos en la ciencia y la tecnología amenazan con dejar atrás nuestra comprensión de sus implicaciones sociales. La adquisición y aplicación del conocimiento científico es, en efecto, un proceso social y el Capítulo 20 examina el surgimiento de la ciencia moderna, las normas sociales según las cuales funciona, sus vínculos con la tecnología avanzada, y el rol de la ciencia en la realización de la política estatal. Pensemos en algo que hayamos hecho como miembros de un grupo y que no nos hubiéramos atrevido a hacer solos: ¿qué ocasionó que lo hiciéramos? El Capítulo 21 compara las perspectivas funcional y de poder sobre el comportamiento colectivo y discute fenómenos como la histeria, el rumor y el contagio social. Veremos luego la espontaneidad y los patrones organizacionales de los motines. Además, examinaremos las diversas opiniones de cómo surgen y se desarrollan los movimientos sociales, enfocándonos en ejemplos muy recientes como los movimientos por los derechos civiles y los movimientos antibélicos de los años 60. El Capítulo 22 presenta el tema del cambio social en sí mismo. ¿Es el cambio social un proceso que evoluciona y por el cual podemos identificar tanto el curso como el mecanismo? ¿Cómo y por qué sucede el cambio social? El texto investiga estos y otros interrogantes, enfocándose en el ejemplo de la tecnología del computador y en sus efectos en el lugar de trabajo y en la sociedad como un todo. El cambio social es también una situación crítica desde una perspectiva global: la brecha entre las naciones ricas y pobres sigue ampliándose, mientras que el mundo se convierte en un lugar más frágil y más pequeño para vivir. 573
CAPITULO 20
Ciencia y tecnología
La fuerza laboral emplea cerca de 4 millones de científicos y de ingenieros y cada año las universidades estadounidenses confieren el grado a más de 350 000 estudiantes en estos campos. Este inmenso ejército de personal técnico anualmente produce más de mil millones de palabras en artículos científicos. A una tasa de 250 a 300 palabras por minuto por un día de trabajo de ocho horas, ¡los lectores tomarían de 25 a 30 años para absorber tal material escrito! Igualmente sorprendente es la tasa en la que los científicos de Estados Unidos producen nuevos descubrimientos e inventos. En la década de 1980, la Oficina de Patentes de Estados Unidos concedió en promedio más de 60 000 nuevas patentes al año y recibió solicitudes para muchas más. ¿Cuál es el costo de toda esta investigación y desarrollo? En 1985 el precio fue de $ 107 mil millones de dólares. Esta cantidad corresponde a $ 500 dólares por cada hombre, mujer o niño de este país (Science Indicators, 1985). Sin lugar a dudas, la ciencia y la tecnología son enormemente importantes en la sociedad estadounidense. Por ciencia entendemos la búsqueda sistemática de conocimiento confiable acerca de los fenómenos naturales y acerca del mundo social. Por tecnología queremos decir la aplicación del conocimiento (científico y de otro tipo) a la solución de los problemas prácticos. Los avances científicos y tecnológicos de los tiempos modernos transformaron nuestra vida. La invención del teléfono por Alexander Graham Bell, por ejemplo, ha hecho que las llamadas a larga distancia sean algo rutinario. Los experimentos en la aviación de los hermanos Wright y la producción masiva de automóviles de Henry Ford nos han permitido viajar a grandes distancias.
El desarrollo de la bomba atómica ha cambiado igualmente nuestra vida, comprometiendo al país en una carrera armamentista en la cual se gastan miles de millones de dólares cada año. La investigación científica de los viajes espaciales ha extendido las fronteras de la exploración millones de millas más allá de nuestro planeta. En razón de sus efectos de largo alcance sobre la sociedad y las relaciones sociales -y porque requieren esfuerzos colectivos- la ciencia y la tecnología son fenómenos sociales. La explosión de la primera bomba atómica o el envío de los primeros astronautas a la Luna incluyó a centenares y aun a miles de personas que trabajaron juntas. Contrario a la creencia popular, los principales descubrimientos casi nunca han surgido del laboratorio de un científico aislado. Por el contrario, los científicos individuales generalmente comparten sus hallazgos con el resto de la comunidad científica. Cada miembro de esta comunidad trabaja y construye con los descubrimientos de los demás, formando un cuerpo de conocimiento. A mediados del siglo XX la ciencia y la tecnología estadounidenses han sufrido un crecimiento explosivo (Price, 1962). En efecto, la ciencia y la tecnología han ido creciendo a una velocidad extraordinaria durante los últimos 300 años. Medidos en términos de trabajadores o de la cantidad de publicaciones, la ciencia y la tecnología se han duplicado cada 15 años durante este período. Esto significa que durante las tres últimas centurias la ciencia y la tecnología han crecido millonariamente. Hoy nos vemos como seres que viven en la era de la "Gran Ciencia": grande en términos de la vasta 575
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LA TRANSFORMACIÓN DE LA SOCIEDAD
¿QUÉ sucedería si de repente usted transplantara a este astrónomo del siglo XVII de su estudio a un observatorio moderno con su telescopio infrarrojo gigante? Su perplejidad podría testimoniar el hecho de que el conocimiento científico surge de un contexto particular, social e histórico. A pesar de los vuelos de la inspiración, el descubrimiento científico es un logro altamente social (Izquierda: Art Resource; derecha: Prof. R. Gehrz/Photo Researchers, Inc).
escala en cuanto a los esfuerzos científicos, los logros y lo que las instituciones han alcanzado (Price, 1962). De hecho, la ciencia ha crecido tanto que su tasa de crecimiento ha tenido que empezar a nivelarse. Quince años para duplicar el tiempo no pueden avanzar en forma indefinida, cuando el crecimiento de la tasa de población está cercano a cero. Si así fuera, ¡cada hombre, mujer y niño en el país sería un científico en otros cien años y la ciencia conformaría la totalidad del producto nacional bruto! Sin duda el final del rápido crecimiento científico debe llegar en algún momento, y para Estados Unidos parece que ese momento está empezando. Así, la era de la Gran Ciencia es también una era en la que la ciencia sigue siendo enormemente importante, pero en la que no tiende a crecer tan rápidamente como lo hizo en el pasado. En este capítulo exploramos los fenómenos sociales de la Gran Ciencia en Estados Unidos. Comenzamos preguntando por qué la ciencia ha crecido tan enormemente. ¿Qué factores han hecho que llegara a ser una característica tan altamente respetada en las sociedades modernas? Luego examinamos las reglas de la ciencia, las normas con las que los científicos realizan su trabajo. ¿Moldean fuertemente estas normas el comportamiento de los investigadores? o, ¿las interpretan los científicos libremente dependiendo de la situación? Exploramos luego el proceso de "hacer" ciencia, la forma como realmente se hacen los descubrimientos científicos y la contribución al conocimiento científico. Esta sección hace hincapié en que la ciencia es una empresa altamente social y en que los científicos construyen la "verdad" tal como ellos la conocen. Posteriormen-
te examinaremos el proceso del cambio tecnológico y también la forma como se construye socialmente. Para finalizar, miraremos el rol de los científicos y de los técnicos expertos en la realización de opciones de política estatal.
EXPLICACIÓN DEL CRECIMIENTO DE LA CIENCIA ¿Por qué ha crecido la ciencia a una velocidad tan extraordinaria? ¿Qué puede explicar el rápido surgimiento de esta institución social? Al igual que para otros enigmas sociológicos, se han ofrecido dos respuestas fundamentales: una que toma una perspectiva funcional y otra una perspectiva de poder. Desde la perspectiva funcional, el crecimiento de la ciencia se explica por su valor propio para el funcionamiento normal de la sociedad. La ciencia proporciona el conocimiento confiable para controlar la naturaleza y el complejo orden social. Como resultado, las personas son mucho más capaces de lograr sus metas colectivas y de esta manera la ciencia ha crecido y florecido. Desde la perspectiva de poder, por el contrario, el crecimiento de la ciencia se explica no en términos de su valor para la sociedad, sino de la utilidad para quienes controlan el orden social. Grupos poderosos promueven la ciencia para enaltecer su propia fuerza y luego sus propios intereses. La ciencia crea una nueva forma de poder mediante el cual los grupos dominantes pueden controlar a los débiles. Tanto la perspectiva funcional como la de poder hacen importantes observaciones dentro de la rápi-
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da expansión de la ciencia en los últimos 300 años. Las explicaciones que proponen son complementarias: cada una de ellas le adiciona una dimensión a su comprensión, mediante diferentes enfoques. En secciones posteriores exploraremos los desarrollos científicos que ilustran la utilidad de ambas opiniones.
Perspectiva funcional A principios de los años 70, el Departamento Federal de Salud, Educación y Bienestar Social (HEW) tuvo un problema importante. En los años 60 se promulgó una gran cantidad de programas para los pobres, los ancianos, los desempleados y los no privilegiados. Pero, ¿cuántas personas eran elegibles para que participaran en los programas? ¿Superaban la cantidad que ordinariamente recibían beneficios? ¿Cambiaba con frecuencia el número a lo largo del año cuando las personas obtenían o perdían sus empleos? ¿Y cuál era el impacto de todos estos programas? ¿Elevaron significativamente el nivel de vida de la gente? ¿Se estaban gastando el dinero proveniente de los impuestos en forma económica? ¿O algunas personas estaban recibiendo ayuda en forma ilegal de tres o cuatro programas, sin el conocimiento de los administradores? Los funcionarios de HEW no tenían manera de responder a estos interrogantes. La encuesta sobre ingreso anual de la Oficina del Censo no proporcionaba la información necesaria y ni siquiera los investigadores habían tocado este punto específico. Parecía que la solución estaba en realizar una nueva encuesta, especialmente destinada a descubrir lo relativo a la vida financiera de los estadounidenses que necesitaban asistencia estatal. De esta manera se desarrolló la Encuesta sobre Ingreso y Participación en el Programa. Comprende entrevistas realizadas en ciudades y pueblos de todo Estados Unidos con miembros de 25 000 familias. Se interroga a los sujetos en detalle sobre cuánto ganaban, cuánto podían ahorrar, qué propiedades tenían, qué asistencia gubernamental recibían (tanto en dinero como en beneficios en especie, incluyendo las estampillas de alimentos, la vivienda subsidiada, el cuidado gratuito de la salud y demás). Se entrevistaron durante algunos meses por varios años las mismas personas. De esta forma, los investigadores pudieron observar no sólo el estado actual de los hogares de bajos ingresos, sino también la forma como habían cambiado el ingreso y la asistencia gubernamental, afectando la vida familiar entre los pobres (Hunt, 1985). La Encuesta sobre Ingreso y Participación en el Programa ilustra el uso de la ciencia para resolver el
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problema de obtener información confiable para la toma de decisiones gubernamentales. Este problema ha existido desde cuando las sociedades crecieron tanto que los gobernantes no podían conocer personalmente a todos sus miembros. En primer lugar, los funcionarios gubernamentales realizaron censos para encontrar lo que necesitaban conocer. Después de la Conquista de Normandía en 1066, por ejemplo, Guillermo el Conquistador de Inglaterra envió a los encargados del censo a todo su nuevo reino. Su trabajo era ir a todos los hogares, contar el número de hombres que podían tomar las armas, describir y registrar cada unidad de tierra y de propiedad, susceptible de impuestos. Durante muchas generaciones, el censo continuó siendo el único método de recoger información nacional. Pero era una tarea tan grande y costosa que no podía hacerse con mucha frecuencia. Entonces, en los años 30 la Gran Depresión golpeó duramente y los legisladores necesitaron conocer más de cerca sus efectos. Afortunadamente, los investigadores sociales estaban desarrollando una forma de recoger información social mucho menos costosa y que requería menos tiempo: la encuesta por muestreo. Con la teoría estadística y las pruebas científicas, demostraron que interrogar a por lo menos 1 500 personas de la población, cuidadosamente seleccionadas, podía revelar en forma acertada las opiniones y preferencias de todos los estadounidenses (Hunt, 1985). Así surgió una técnica de las ciencias sociales, la encuesta por muestreo, a raíz de la demanda por más información nacional. Desde una perspectiva funcional, la mayor parte del crecimiento de la ciencia puede explicarse en forma semejante. La ciencia se ha extendido porque ha llenado una necesidad social y vital. Émile Durkheim resumió la perspectiva funcional sobre el surgimiento de la ciencia. "El que ella (la ciencia) hubiera nacido", escribió Durkheim, "indica que la sociedad la necesitaba" (Durkheim, 1925). También sugería que la ciencia crecía a una velocidad extraordinaria porque las necesidades de información científica seguían siendo urgentes. Pero, ¿por qué tiene la sociedad esta necesidad urgente de la ciencia? ¿Qué funciones sirve la ciencia? Durkheim argumentaba que a medida que crecían más y más las sociedades se iban diferenciando (con miembros de una gran cantidad de grupos que sostienen diversas creencias y valores), se hacía cada vez más difícil que las personas estuvieran de acuerdo en lo que ya se sabía. La ciencia resuelve este dilema suministrando algo con lo que la gente puede estar de acuerdo: un conocimiento que con el tiempo todos consideran confiable por ser sistemáticamente compartido y probado empíricamente. Además, este conocimiento puede utilizarse para lograr
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metas colectivas en una forma racional y objetiva. Con el conocimiento científico de la naturaleza, por ejemplo, pueden predecirse los fenómenos naturales (desde el curso de una enfermedad y la erupción de un volcán, hasta el agotamiento del suelo cultivable) y algunas veces aprender a controlarlos. En forma análoga, con el conocimiento científico de la sociedad y de las relaciones sociales, pueden preverse las fuerzas sociales (tales como el curso de una tendencia a una baja económica) y tomar las medidas necesarias para dirigir estas situaciones. Por lo tanto, la ciencia es un elemento para la comprensión, la planificación y el control. Permite que la gente tenga mayor responsabilidad por el mundo social y físico. Puesto que la ciencia cumple estas importantes funciones, no debe sorprendernos que se haya convertido en la enorme institución que es actualmente. Pero algunos sociólogos dudan que una perspectiva funcional pueda explicar completamente el desarrollo de la ciencia moderna. Argumentan que la ciencia ha crecido en forma tan significativa en parte porque proporciona una forma de ejercer poder sobre los demás. Estos sociólogos consideran la ciencia, no como algo que beneficia a toda la sociedad, sino como un instrumento que los grupos dominantes utilizan con el fin de imponer el orden social y avanzar en sus propios intereses, con frecuencia a expensas de los menos poderosos. Una ilustración patética de esta perspectiva de poder se encuentra en lo que se ha llegado a denominar el estudio Tuskegee.
Perspectiva de poder En el verano de 1972 un reportero de la Associated Press publicó una narración que golpeó y escandalizó a los estadounidenses (descrito en Jones, 1981). Durante cuarenta años el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, una agencia que se suponía estaba dedicada a mejorar la salud de los ciudadanos, había permitido que aproximadamente 400 negros que sufrían de sífilis estuvieran sin tratamiento para esta enfermedad potencialmente mortal. (Los microorganismos sifilíticos pueden arruinar los órganos internos, incluyendo el corazón y el cerebro). Los hombres vivían en y alrededor de Tuskegee, Alabama, una zona rural muy pobre de una región en donde la incidencia de la sífilis entre los negros era particularmente alta. A principios de los años 30 el Servicio de Salud Pública había empezado un programa de tratamiento de la sífilis en el área de Tuskegee, pero no tuvo mucho éxito. El tratamiento para la sífilis en aquellos días era largo, frecuentemente doloroso e incluso potencialmente peligroso porque comprendía drogas que podían tener efectos
colaterales muy dañinos. Los médicos de Salud Pública tuvieron problemas para convencer a los negros sifilíticos de que a largo plazo los riesgos de esta enfermedad eran peores que los recibidos en el tratamiento. Cuando finalizó la campaña del tratamiento, unos cuantos médicos comprometidos quisieron recobrar cierto grado de beneficio por sus esfuerzos. De modo que decidieron realizar una investigación científica sobre los estudios de la sífilis en los negros que no habían sido tratados. Para ese estudio se reclutaron hombres negros que estaban en la última etapa de la enfermedad. Para lograr su cooperación, los médicos falsamente les hicieron creer a estos hombres que estaban recibiendo un tratamiento para la sífilis. Por varios años a los hombres se les hicieron exámenes físicos muy intensos, que incluían uno que comprometía un examen de la espina dorsal que era muy doloroso. Los médicos ofrecieron tratamiento para lograr que las personas se interesaran por el estudio, pero no mucho para curar la enfermedad. Algunas veces, los paliativos no llegaban a ser sino aspirinas y un reconstituyente de hierro. Aun cuando se descubrió la penicilina, una droga que cura fácilmente la sífilis, en los años 40, el Servicio de Salud Pública todavía no terminó su estudio en Tuskegee; el proyecto continuó hasta el mismo día en que los noticieros descubrieron la historia y, para entonces, la mayoría de los sifilíticos habían muerto. El estudio sólo produjo una fracción mínima de información nueva sobre la enfermedad. ¿Qué podría incitar a los investigadores médicos para intentar aumentar el conocimiento científico con un estudio tan abiertamente deshonesto? La respuesta está en la comprensión de la interacción entre algunos grupos poderosos y otros sin poder. El grupo poderoso estaba compuesto por los médicos de Salud Pública que iniciaron el estudio y presionaron para continuarlo. Buscaban aumentar su propio prestigio e influencia al llegar a convertirse en investigadores científicos de una actividad considerada como una profesión elitista entre los médicos. Dichos médicos legitimaron su experimento al realizarlo bajo los auspicios de las agencias gubernamentales de Estados Unidos. Entonces buscaron evitar oposición local, atrayendo la ayuda de otro grupo poderoso, o sea, los propietarios blancos de plantaciones en el área de Tuskegee. Persuadieron a los cultivadores blancos no solamente para que aprobaran el estudio, sino también para que suministraran su cooperación activa (por ejemplo, dando a los trabajadores del campo "tiempo libre" para hacerse los exámenes físicos). Su motivación era la esperanza de que el estudio ayudaría a bajar la inci-
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
dencia de la sífilis en sus trabajadores negros. Pero su impulso no era puramente humanitario: una alta incidencia de sífilis entre los negros reducía la mano de obra barata de la cual dependían los dueños de las plantaciones. Si muchos negros se debilitaban por la enfermedad, los salarios agrícolas podían aumentarse, reduciéndose así las ganancias de los dueños de las plantaciones. Al mismo tiempo, el temor secreto era que la sífilis no controlada entre los negros podía llevar más sífilis a la población blanca. De tal manera que los blancos dueños de las plantaciones siguieron adelante con el estudio de Tuskegee, convencidos de que podría ser beneficioso para sus intereses. En este trágico asunto, los negros que no tenían autoridad, se encontraban en el lado opuesto. Estaban expuestos a la explotación por muchas razones. Eran tan pobres que el ofrecimiento de un almuerzo gratuito y un paseo en auto eran suficientes para hacerles ir a los exámenes físicos. Eran tan poco educados que no podían evaluar la veracidad de lo que afirmaban los médicos. Estaban tan privados de una organización colectiva que montar una protesta eficaz era improbable aunque se lograra algo distinto a una decepción. Además, como objetos del racismo blanco, se les culpaba de su propia situación. Los médicos blancos razonaban que la promiscuidad entre los negros era la causa del sufrimiento de las personas, y no el hecho de que se les negara el tratamiento. En resumen, el estudio de Tuskegee representa una confrontación de los poderosos contra los impotentes. Ilustra la forma como la ciencia puede llegar a ser una herramienta que un grupo de interés esgrime a expensas del otro. También muestra el poder de la ciencia en sí misma, la autoridad que la ciencia ofrece para llevar a cabo unos proyectos realizados en nombre de la investigación científica. En el estudio de Tuskegee, los médicos ejercieron esta autoridad en un intento por engrandecer su propio prestigio e influencia. Aquí la ciencia "creció" (se realizó más investigación científica) porque los grupos poderosos utilizaron la ciencia para sus propios fines. Esto no quiere decir que el engrandecimiento personal sea la fuerza única detrás de la cual se desarrolla toda expansión científica. Pero en el desarrollo de cualquier institución grande que domina tanto el prestigio como el dinero, la lucha por consolidar y ejercitar el poder juega una parte inevitable.
LAS NORMAS DE LA CIENCIA Invitamos al lector a jugar un nuevo juego: un juego llamado Verdad. Para jugarlo, debe reunirse con
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otras personas para formar un equipo de la Verdad, que puede tener hasta 100 personas. El objetivo es recolectar la mayor cantidad posible de hechos relacionados con el mundo y ser capaces de demostrar que cada hecho es correcto. El lector puede utilizar sus propios dispositivos para determinar la mejor manera de realizar estos objetivos. ¿Qué piensa usted que se necesitaría para ejecutar el juego de la Verdad en forma eficiente? Aunque realmente no existe el juego de la Verdad, los objetivos de este pasatiempo ficticio son idénticos a los de la ciencia. Los científicos se esfuerzan por recoger información acerca de los mundos físico y social. Sus datos deben ser confiables, es decir, pueden recogerse en tal forma que no se distorsionen los factores como la desviación personal, la observación descuidada o situaciones anormales. Existen dos perspectivas sociológicas sobre las normas que dirigen la ciencia: un punto de vista estructural y otro de acción. Cada uno de ellos ve en forma distinta las normas para el juego de la Verdad.
Perspectiva estructural Desde una perspectiva estructural, los participantes en la ciencia están muy lejos de estar en el "juego" en la forma deseada. Por el contrario, los limita un conjunto de normas institucionalizadas que prescriben
El estudio de Tuskegee, en el cual los médicos del Servicio de Salud Pública estudiaron el progreso de la sífilis entre un grupo de negros en vez de tratarlos para curar la enfermedad, fue un mal uso particular y evidente del poder y déla autoridad científica. En muchos casos, sin embargo, las situaciones son más sutiles y se relacionan con la realidad diaria. ¿Qué tipos de investigación científica necesitan actualmente de un conmovedor debate en la sociedad estadounidense? (Centerfor Disease Control, Atlanta, Georgia).
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compoitamientos apropiados. Estas normas incluyen no solamente los métodos de organizar los experimentos, de llevar a cabo las observaciones y de hacer otros tipos de investigación, sino también las reglamentaciones que establecen el ethos o sea el espíritu fundamental de la ciencia. Dichas normas son esenciales, afirman los estructuralistas, si el juego de la Verdad ha de jugarse con cierto grado de éxito.
El ethos de la ciencia: cuatro normas básicas Robert K. Merton (1973) identificó cuatro normas básicas que constituyen en conjunto el ethos de la ciencia. Se refiere a estas normas como "imperativos institucionales"; por institucional quiere decir que ellas estén incorporadas a la estructura de la ciencia (y no son sólo caprichos individuales o manías pasajeras), e imperativos significa que esas normas son las normas que un científico adopta y cumple con el fin de mantener una buena posición en la comunidad científica. Por lo tanto, desde la perspectiva estructural de Merton, el juego de la Verdad tiene normas muy rigurosas, que son independientes de los deseos de los jugadores y que permanentemente dirigen el comportamiento de los participantes. Los jugadores, por su parte, interiorizan las normas; llegan inclusive a considerarlas como algo recto y esencial a sus objetivos en la búsqueda del conocimiento. Aquella que Merton llama "universalidad" es la primera de estas cuatro normas básicas que conforman el ethos de la ciencia. Universalidad significa que la comunidad científica considerará las teorías y la investigación de iodos sus miembros, no solamente las de unos cuantos prestigiosos que están afiliados a las "mejores" instituciones. Las contribuciones a la ciencia, por lo tanto, se afirman solamente sobre la base de la evidencia que las sustenta, no sobre el historial de un investigador particular y su reputación. Universalidad también significa que las recompensas y las oportunidades (desde la aceptación de una tesis para su publicación hasta la concesión de un Premio Nobel) se asignan de acuerdo con la competencia y el logro, y no según lo que cada uno es o sabe. Lo contrario a la universalidad es la discriminación -conceder aceptación y la entrega de recompensas a las personas con ciertas características sociales (fama, influencia profesional, afiliación a la Liga Ivy, ser hombre, ser blanco, ser de Europa Occidental y así por el estilo)-. Cuando se rechaza la discriminación y prevalece la universalidad, todos los científicos se motivan a trabajar en forma ardua en su profesión porque ellos saben que serán juzgados por lo que logren.
Se conoce como comunalismo a la segunda norma de las cuatro fundamentales de Merton. Comunalismo significa que los hallazgos científicos son de propiedad pública (comunal), y no propiedad privada de los investigadores que los descubrieron. Los datos, en otras palabras, son compartidos por tocia la comunidad científica. Tal participación amplia de información tiene muchos beneficios. De una parte, reduce la duplicación de esfuerzos. También permite que los investigadores afirmen las contribuciones de uno y otro, desechen lo débil, y construyan lo que sea notable. De esta manera, el conocimiento cientí fico se extiende gradualmente. Los científicos individuales reciben, por supuesto, un reconocimiento por su trabajo; pero el acto de acaparar información científica y de ocultarla en forma deliberada directamente viola el ethos de la ciencia. Una tercera norma de la ciencia es el desinterés, no indica que los científicos carezcan de interés por su trabajo o que no se preocupen por los resultados. Sencillamente significa que ellos deben hacer menos énfasis en el provecho personal (fama, poder, recompensas económicas) en la búsqueda del conocimiento. En otras palabras, los científicos no deben utilizar su trabajo principalmente para su propio engrandecimiento. La motivación para adquirir nuevos y adecuados conocimientos debe ser prioritaria sobre las ambiciones personales. Por supuesto, a los científicos no se les exige que eviten el reconocimiento, los premios profesionales y las designaciones prestigiosas, pero el interés por dichos logros personales no debe remplazar el compromiso de hacer "buena" ciencia. En la búsqueda de la fama y de la fortuna, un científico puede estar tentado a falsear los hallazgos con el fin de adquirir mayor reputación. La cuarta norma de la ciencia, que Merton denomina escepticismo organizado, significa que los científicos, como un asunto de procedimiento científico, evalúan mutuamente las contribuciones al campo. Los científicos, en otras palabras, son escépticos profesionales. También cuestionan permanentemente la validez de la información, la importancia de las teorías y la perfección de los métodos investigativos. También ponen a prueba la lógica de una explicación y ofrecen alternativas. Se comportan de tal modo no precisamente para ser contradictores. Más bien, son escépticos porque descubren que la verdad requiere que cada descubrimiento e idea estén sujetos a un riguroso escrutinio y a una prueba antes de que sean tentativamente aceptados. Decimos tentativamente porque en la ciencia pocas cosas se consideran probadas absolutamente y para siempre. Los científicos creen que un escepticismo sano hacia todo conocimiento es la única vía para refinar y am-
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pliar nuestra comprensión del mundo. En este sentido, la ciencia es muy diferente de la religión. Las verdades religiosas no están sujetas a cuestionamiento implacable, sino que se aceptan por medio de la fe. Por el contrario, la verdadera estructura de la ciencia está construida sobre la duda. Ella motiva la búsqueda de una evidencia más firme, la cual constituye el núcleo de la ciencia. Aunque la mayoría de científicos aceptan estas reglas como esenciales en la búsqueda de la verdad, la ciencia, como otros campos, tiene también practicantes poco éticos. La desviación de las normas, o sea, el fraude científico, se considera como algo muy serio en la comunidad científica.
Fraude científico En la primavera de 1981, los fraudes de investigación de la Escuela de Medicina de Harvard eran más que una simple sospecha. John Roland Darsee, uno de los más jóvenes colegas, que tenía a su cargo la investigación cardiovascular, ¡había publicado casi 100 documentos y resúmenes en sólo dos años! (Broad y Wade, 1982). Estaba produciendo en profusión el trabajo para publicación a la velocidad increíble de una obra por semana. Presionado por sus colegas, Darsee confesó que había violado realmente una norma cardinal de la ética científica: "No falsificarás jamás los datos". Pero juró que ésta había sido su primera falta. El mentor de Darsee, un famoso cardiólogo e investigador médico que dirigía el laboratorio donde trabajaba Darsee, decidió no arruinar su carrera haciendo público aquel fraude. A Darsee se le permitió continuar con sus investigaciones, bajo el supuesto de que no volvería a hacer trampas. Todo marchó bien por algunos meses, pero entonces un funcionario del Instituto Nacional de Salud (NIH) informó sus dudas sobre informaciones de Darsee en un estudio que el NIH estaba financiando. El decano de la Escuela de Medicina de Harvard designó una comisión investigadora, que encontró culpable a Darsee de fraude y que le prohibió participar en las investigaciones del NIH durante diez años. Con el tiempo, a Darsee se le forzó a renunciar. Infortunadamente, el caso de Darsee no es el único de esta clase. En 1974, William Summerlin, un investigador del prestigioso Sloan- Kettering Institute, reconoció que estaba falsificando la evidencia de unos exitosos injertos de piel entre animales genéticamente diferentes. El fraude lo descubrió accidentalmente un técnico que limpiaba con alcohol los injertos de piel oscura sobre un ratón de piel blanca. Para su asombro, el "injerto" desapareció; ¡simplemente había sido pintado con tinta! Otro fraude
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muy publicitado fue la calavera del Hombre de Piltdown, supuestamente encontrado en Piltdown, Inglaterra, en 1912. En esa época, se afirmó que la calavera tenía entre 200 000 y 1 millón de años de edad. En la decada de 1950, sin embargo, nuevas técnicas de datación arqueológica y los análisis de rayos X demostraron que no era más que una falsificación hábilmente ensamblada. Parece que en cada década algunos incidentes de decepciones científicas salen a la luz pública. ¿Serán estos casos aislados o simplemente la punta de un inmenso iceberg de fraudes? Algunos sociólogos argumentan que hoy los científicos se encuentran bajo presiones muy grandes para hacer que sus hallazgos "luzcan bien". A diferencia de sus contrapartes de siglos anteriores, los científicos contemporáneos se ganan la vida haciendo investigaciones. Pueden encontrar empleo en un laboratorio público o privado, o su tenencia en la facultad de una universidad puede depender de ganar reputación favorable por sus ensayos publicados. En cualquier caso, su salario, su estándar de vida y el respeto de sus colegas están directamente relacionados con la forma como se recibe su trabajo. Como dicen William Broad y Nicholas Wade: Si las lumbreras de la historia científica se vieron en la ocasión de falsificar sus datos por la vindicación personal de ver que sus ideas prevalecieran, la tentación es mayor para los científicos contemporáneos. No sólo la justificación personal, sino también las recompensas profesionales dependen de obtener la aceptación de una idea o teoría o técnica. Frecuentemente una medida extraordinaria de aceptación puede alcanzarse mediante falsificaciones menores. "Maquillar" la información, hacer que los resultados aparezcan más claros, seleccionar únicamente los "mejores" datos para su publicación, todos estos ajustes, aparentemente excusables, ayudan a lograr que se publique un artículo, forjarse un nombre, que se le solicite formar parte de la dirección de una revista científica, o asegurar la donación del próximo gobierno o ganar un premio de prestigio (Broad y Wade, 1982, pp. 36-37).
Pero otros sociólogos consideran que los estimativos de las falsificaciones en la ciencia son frecuentemente exagerados (Zuckerman, 1977). Ellos argumentan que la socialización profesional de los científicos prohibe en forma enérgica el fraude. A los estudiantes de post-grado repetidamente se les advierte que la voluntaria distorsión del estudio se convierte en "el peor pecado que un científico puede cometer puesto que sus acciones amenazan con destruir la verdadera esencia del sistema científico" (Aionson, 1975, p. 115). Si esta norma fundamental no se interioriza suficientemente para detener la desviación, el
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darse cuenta de que los otros examinarán su trabajo, mantiene controlados a los posibles falsificadores. La norma del escepticismo organizado exige que los científicos traten de copiar nuevos hallazgos interesantes. Pocos investigadores se atreverían a publicar información fraudulenta cuando saben que sus colegas están en capacidad de descubrirlos en una mentira. El hecho de ser sorprendidos en un acto de fraude en la ciencia no es un asunto pasajero. Las desviaciones son un asunto de indignación y de desprecio de los colegas, como ocurrió con John Darsee. Los actos suficientemente severos de las falsificaciones resultan ser la causa de la expulsión de la profesión y el fin de una carrera científica. Resulta verdaderamente difícil determinar el punto exacto de fraude en la ciencia, porque los investigadores no están muy inclinados a confesar dichos actos, aun en un ambiente de la más estricta confianza. Sin embargo, según aquellos que tienen una perspectiva estructural, la existencia de falsificaciones no niega las normas éticas de la ciencia. Estas normas son el ideal, el rumbo que debe seguir el juego de la Verdad. En la opinión estructural las normas son aquellos modelos que utilizan los científicos constantemente para conducir su propia conducta y para juzgar la de los demás. No obstante, existe otra opinión muy diferente. Según los sociólogos que aceptan una perspectiva
de acción, las normas de la ciencia no existen excepto por el uso que hacen de ellas los científicos. Según la perspectiva de la acción, los científicos emplean normas para justificar o para condenar ciertas acciones. En el proceso, las normas están abiertas a variadas interpretaciones, dependiendo de las situaciones particulares. La perspectiva de la acción está claramente ilustrada en lo que ha venido a llamarse "el episodio Velikovsky".
La perspectiva de la acción En 1950 un médico y sicoanalista llamado Immanuel Velikovsky publicó un libro titulado Worlds in Collisiun, que creó un verdadero furor en la comunidad científica. Velikovsky señalaba que antiguos escritos de todo el mundo narran una serie de grandes catástrofes naturales sobre la Tierra. Por ejemplo, en la descripción del Antiguo Testamento de la forma como Moisés obtuvo la liberación de los israelitas cautivos en Egipto nos cuenta sobre una tempestad tremenda de granizo, de relámpagos y de fuego; de una tremenda oscuridad que envolvió a la Tierra durante varios días y de las fuerzas de la marea suficientes para dividir el Mar Rojo. Estos acontecimientos catastróficos, argumenta Velikovsky, los causaron encuentros cercanos entre el planeta Venus y la Tierra. Venus, según Velikovsky, se separó de Júpiter
Mientras que la mayoría de los fraudes científicos comprenden una manipulación sutil de la información, el hombre de Piltdown fue un ejanplo de una completa falsificación de una calavera "descubierta" en Piltdown, Inglaterra, en 1912, de la cual se dijo que tenía centenares de miles de años de antigüedad. Las nuevas técnicas para el análisis y para encontrar la edad de los materiales arqueológicos eventualmente determinaron que realmente el hombre de Piltdown no era tan antiguo como se alegó en este descubrimiento. (Abajo y derecha: Cortesía del Departament Library Services/'American Museum of Natural History).
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para formar un cometa inmenso y ardiente que rozó dos veces la Tierra en vida de Moisés y luego chocó con Marte, rebotando después a su órbita ordinaria. La sorprendente descripción de Velikovsky de los tiempos antiguos conquistó la imaginación del público y su libro llegó a convertirse en un best-seller. Pero los científicos no estaban tan intrigados con las ideas de Velikovsky. Se burlaron de su teoría y de plano rechazaron considerarla como una posiblidad digna de ser sometida a pruebas científicas. Muchos lanzaron fuertes ataques contra Velikovsky sin siquiera haber leído Worlds in Collision; basaban su crítica solamente en versiones de segunda mano que aparecían en la prensa popular. Los científicos de la nación entera escribieron cartas a los editores de Velikovsky amenazando con no comprar los textos científicos de la compañía si continuaban vendiendo la obra de Velikovsky. Los editores de los periódicos científicos se rehusaron a publicar los artículos de Velikovsky en los cuales él se defendía. A los pocos científicos que se atrevieron a decir que a Veliskovsky debería dársele un poco de atención, los ridiculizaron sus colegas y algunos hasta perdieron sus empleos (Mulkay, 1969). La vehemente reacción de la comunidad científica contra Velikovsky parecía violar muchas normas de la ciencia. Los científicos parecían violar la universalidad al rechazar la concesión de atención respetuosa a las ideas de alguien que por lo menos era un académico o al menos un investigador científico de buena fe. Asimismo, parecían estar violando la norma del comunalismo al tratar de bloquear la distribución del libro de Velikovsky. También parecían violar el espíritu del escepticismo organizado al rechazar de una forma tan absoluta la teoría poco convencional sin hacer ningún esfuerzo para someterla a prueba. ¿Qué podría explicar esta respuesta de los científicos? ¿Estaban todos ellos comprometidos en un acto deliberado de desviación de las normas de la ciencia? Los sociólogos que consideran el asunto desde la perspectiva de la acción señalan que los científicos que criticaron a Velikovsky ciertamente no consideraban que estuvieran desviándose de las normas profesionales. Simplemente creían estar actuando de manera apropiada y normativa, y que harían lo correcto al responder a Velikovsky como lo hicieron. Se sentían justificados porque habían interpretado la norma de la ciencia en la forma que sustentaba sus puntos de vista. Por ejemplo, los críticos de Velikovsky lo consideraban como un "ajeno" a los campos científicos en relación con su teoría (astronomía, astrofísica, geología, arqueología, antropología). En consecuen-
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cia, consideraron legítimo interpretar la universalidad como inaplicable a Velikovsky (Storer, 1977). Además los años 50, cuando se publicó el libro de Velikovsky, era un momento en el que los científicos y otros intelectuales estaban bajo el ataque de los conservadores. Las opiniones de Velikovsky parecían precisamente como otro intento de desacreditar a la comunidad científica. De tal manera que los científicos sintieron que razonablemente podían excluir el trabajo de Velikovsky de la norma de comunalismo (Storer, 1977). Las opiniones de Velikovsky también eran diametralmente contrarias a las ideas estableadas de la formación de nuestro sistema solar. Debido a que Velikovsky desafiaba estas ideas, puesto que su teoría simplemente no se acomodaba al marco de referencia de las "verdades" aceptadas, los científicos juzgaron que era correcto interpretar el escepticismo organizado como algo imposible de aplicar en el caso de Velikovsky (Mulkay, 1969). Luego, en resumen, la perspectiva de la acción considera las reglas del juego de la Verdad en una forma diferente a como lo hace la perspectiva estructural. Las normas de la ciencia no existen en forma independiente de las interpretaciones que los científicos les den. Tales interpretaciones son esenciales, puesto que ninguna norma tiene un significado único que se aplique a todas las circunstancias. Las personas siempre deben analizar la situación en cuestión y decidir en qué forma las normas se ajustan a ella (Mulkay, 1976). En el episodio Velikovsky, los científicos reconsideraron el significado de la universalidad, del comunalismo y del escepticismo organizado y concluyeron que no se aplicaban estas normas. En el proceso, recurrieron a lo que en primer lugar parecía una violación del ethos científico en respuesta a lo que ellos creían que era una defensa legítima de la "verdad" científica. Al mismo tiempo, utilizaron las normas como una ideología (Mulkay, 1976), y al hacerlo así justificaban sus acciones ante los demás y promovían sus propios intereses. Desde esta perspectiva las normas de la ciencia no son reglas rígidas impuestas a las personas, sino que son guías altamente flexibles que los científicos deben permanentemente interpretar y redefinir.
EXPLORACIÓN DEL PROCESO DE "HACER" CIENCIA
El proceso social del descubrimiento Al inicio de este capítulo dijimos que la ciencia era un fenómeno social en parte porque comprometía a muchas personas que trabajan colectivamente y
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comparten sus ideas. La creencia de que los descubrimientos importantes provienen de los laboratorios de un científico consagrado que trabajaba solo y en forma diligente, se ajusta a nuestros conceptos románticos, pero no a la realidad. Este hecho sorprende a muchas personas porque frecuentemente oímos hablar de grandes científicos a quienes se les describe como si fueran unos héroes solitarios. Por ejemplo, a James Watson y Francis Crick, los biólogos que descubrieron la estructura del DNA, (la molécula que transporta la información genética ) frecuentemente se les describe como dos científicos brillantes que improvisaban con modelos del DNA en un aislado cuarto de laboratorio hasta cuando finalmente -¡Eureka!- tuvieron la respuesta a uno de los enigmas más grandes de la biología. Nada podría estar más lejos de la verdad. Watson y Crick, como todos los científicos, eran parte de un esfuerzo colectivo y mundial para acumular conocimientos objetivos. Aunque ganaron un premio Nobel porque
finalmente unieron las piezas del rompecabezas del DNA, ellos no fueron quienes las produjeron, ni tampoco estaban solos en la búsqueda de una respuesta. Muchos otros científicos en Europa y en Estados Unidos hicieron sus aportes críticos. En resumen, el descubrimiento de la estructura del DNA, fue un logro social, no una conquista individual. Esto se cumple para todos los hallazgos científicos. El filósofo del siglo XVII Francis Bacon fue uno de los primeros en descubrir la forma como un proceso de descubrimiento científico es un fenómeno social. Consideremos su descripción, tal como la resumió Robert Merton (1973) a la luz de la historia del descubrimiento de la estructura del DNA:
James Watson (izquierda) y Francis Crick (derecha) recibieron un premio Nobel en 1962 por su deducción de la estructura del DNA. La competencia entre los científicos para fundamentar, publicar y defender algunas veces oscurece el hecho de que la ciencia es una empresa metódica y colectiva, en la cual muchas tendencias de investigación se unen para producir un nuevo conocimiento. El trabajo de muchos científicos contribuyó al "descubrimiento" realizado por Watson y Crick de la doble espiral de la molécula del DNA. (Arriba: Photo Researchers, Inc.; abajo: Dr. A. Lesk/Photo Researchers,lnc).
2. Los descubrimientos científicos y el conocimiento de aquello sobre lo cual se fundamenta requieren de una división de trabajo y de compartir la información. El
1. Los descubrimientos científicos se forman sobre el conocimiento aportado por muchas personas. Son el pro-
ducto de un inmenso cuerpo de información, acumulado durante muchos años y que sirve de base para nuevos conocimientos. En el caso del DNA, muchos investigadores contribuyeron a generar información importante. Los químicos habían determinado los diferentes componentes del DNA (fósforo, azúcar y muchas bases que contienen nitrógeno), pero no conocían la forma como se acomodaban estos componentes. El famoso químico estadounidense Linus Pauling hizo una sugerencia: había encontrado que las moléculas de proteína frecuentemente tienen forma de espiral y sospechaba que el DNA podría ser similar en estructura. Las fotografías de difracción de los rayos X del DNA que tomó el inglés Mauricio Wilkins y su ayudante Rosalind Franklin demostraron que esta sospecha era probablemente correcta. Las fotografías también revelaron que el ancho de una molécula del DNA era uniforme en toda su longitud. Este hallazgo descartó muchas disposiciones que producirían una forma irregular. Estas y otras piezas de información permitieron a Watson y a Crick deducir la estructura correcta. Por tanto, sin muchos de los aportes suministrados por sus colegas, ellos jamás hubieran podido resolver el misterio.
esfuerzo sería en vano si todos los científicos interesados en cierto problema fueran a solucionarlo exactamente en la misma forma. Es mucho más efectivo que cada persona siga un enfoque algo diferente y luego reunir los hallazgos. Como escribió Bacon: "Los hombres empezarán a entender su propio vigor sólo cuando, en lugar de que
CIENCIA Y TECNOLOGÍA muchos de ellos hagan las mismas cosas, uno pueda encargarse de una cosa y otro de otra". En la investigación de la estructura del DNA, los científicos adoptaron este tipo de especialización. Algunos realizaron estudios químicos para descubrir los componentes del DNA. Otros utilizaron las técnicas de difracción de los rayos X para lograr un sentido general de la configuración del DNA. Y otros, como Watson y Crick, construyeron modelos físicos para observar cómo podrían ajustarse todas las partes del DNA. Como resultado de esta división del trabajo, se obtuvo una respuesta relativamente rápida para el rompecabe-
3. Los descubrimientos científicos se facilitan con el uso de métodos sistemáticos. Estos métodos no sólo recolectan información más confiable, sino que también aumentan la cantidad de investigadores que pueden hacer contribuciones importantes a la ciencia. Con métodos establecidos por seguir, los científicos no tienen que ser genios para hacer descubrimientos valiosos; con sólo una inteligencia promedio pueden ser muy productivos: Bacon comparaba los métodos de la ciencia con los instrumentos que utiliza un dibujante para trazar una línea recta o una circunferencia perfecta. Estos instrumentos reducen en forma notable la necesidad de un talento extraordinario en la persona que las utiliza. Muchas personas, por ejemplo, pueden recibir entrenamiento en la técnica científica de tomar fotos de difracción de rayos X. Por supuesto, ayuda mucho, si un investigador que utiliza esta técnica tiene una percepción profunda en el análisis de los resultados. No obstante, con la especialización y la división del trabajo, todas estas exigentes tareas pueden ejecutarlas los miembros de un equipo de investigación.
4. Los descubrimientos científicos son "los nacimientos de la época". En otras palabras, son el producto de cierta época en la que se tienen los cimientos necesarios. El descubrimiento de la estructura del DNA jamás podría haber ocurrido a mediados del siglo XIX, época en la cual los investigadores descubrieron por primera vez la existencia de la molécula. Por tanto, los científicos tenían solamente un conocimiento limitado acerca de los componentes del DNA; de ninguna manera estaban preparados para explorar la disposición de sus partes. La situación era muy diferente a mediados del siglo XX, cuando los científicos tenían todas las piezas de información necesarias para deducir la estructura del DNA. De hecho, Watson y Crick estuvieron preocupados permanente-
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mente de que otros científicos se adelantaran a su descubrimiento. Sabían que era el momento exacto para resolver el rompecabezas.
5. Diferentes investigadores científicos pueden realizar descubrimientos científicos en forma simultánea. Esta hipótesis se deduce directamente de la anterior. Si una época está "madura" para un determinado descubrimiento científico, éste probablemente lo realizará más de una persona. Al darse cuenta de esto, Watson y Crick se apresuraron a publicar la estructura del DNA en una revista científica. Si se hubieran demorado incluso unos cuantos meses, otros investigadores podrían haber tenido éxito en unir todas las piezas y en "robarse" la victoria.
Revoluciones científicas El descubrimiento de la estructura del DNA fue enormemente importante. Permitió que los científicos entendieran la forma como la información necesaria para construir un organismo vivo está codificada en genes y cómo la información se transmite de una generación a la siguiente. También abrió la puerta a la ingeniería genética, el proceso por medio del cual los investigadores deliberadamente cambian los genes y crean nuevas formas de vida. Pero por mucho que hayan logrado estos avances, no constituyen realmente una revolución en nuestra forma de pensar acerca de la herencia. Desde comienzos del siglo XX, los científicos han creído que las características hereditarias las determinan entidades discontinuas (que ahora denominamos "genes") contenidas en el esperma de un hombre y en el óvulo de una mujer. El descubrimiento de que el DNA es la molécula que porta los genes, y la determinación de la estructura del DNA realizada por Watson y Crick, y también la abundancia de hallazgos posteriores sobre cómo se codifica cada gene, todos han sido esfuerzos para llenar el vacío de un cuadro preexistente de la forma como funciona la herencia. Thomas Kuhn (1970) se refiere a este proceso de llenar la brecha como "ciencia normal". La ciencia normal comprende la recolección de información y de hechos que sustentan un conjunto de teorías actuales acerca del mundo. Como tal, esta recolección consume la mayor parte de la carrera de muchos científicos (si no toda). Kuhn señala que la ciencia normal siempre se da dentro de un paradigma; un conjunto de suposiciones generales acerca de cómo funciona cierto as-
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pecto del mundo. El paradigma funciona como un marco de referencia que avisa a los investigadores acerca de asuntos importantes que siguen sin respuesta y la forma como pueden enfocarse estos interrogantes. Por ejemplo, el paradigma de que los rasgos hereditarios son el producto de entidades discontinuas llamadas genes, naturalmente condujo a la investigación para descubrir qué es un gene y la forma como este gobierna el desarrollo. En forma similar el paradigma en la astronomía de que el sol es el centro de nuestro sistema solar, con los planetas que giran a su alrededor, inevitablemente condujo a plantear muchos interrogantes acerca de nuestro lugar en el sistema solar, en el universo. Asimismo un estudio contemporáneo de la fisiología humana ha estado enmarcado en el paradigma de que el cuerpo humano es como una máquina bastante compleja. Así, los sicólogos modernos investigan en forma diligente cómo está "alambrado" el cerebro humano puesto que lo conciben como una analogía al computador que opera eléctricamente. Además de guiar la dirección de una investigación, un paradigma también limita el alcance. Un paradigma define el mundo en una forma especial, por tanto elimina la necesidad de que los investigadores consideren una gran cantidad de otras alternativas. Y más que esto, un paradigma crea en el científico una determinada posición mental, una tendencia a observar el mundo en la forma como lo hace el paradigma. Un paradigma, entonces, es como un par de anteojos de colon colóqueselos y el mundo aparecerá de un color especial. Por supuesto que los paradigmas científicos cambian. Antes de la hipótesis de que entidades discontinuas llamadas genes transportaban la información hereditaria, se creía que una mezcla de los fluidos masculinos y femeninos formaban un tercer fluido con el poder de generar un nuevo organismo. Antes de la hipótesis de que el sol está en el centro de nuestro sistema solar, se creía que todo el universo giraba alrededor de la tierra. Antes de la hipótesis de que el cerebro es una máquina compleja que controla el comportamiento, se creía que los pensamientos y las acciones eran el producto de un espíritu interno o alma. El remplazo de un paradigma anterior constituye una verdadera revolución científica: una nueva perspectiva, radicalmente diferente de las anteriores. Si un paradigma antiguo nos parece ridículo, es sólo porque como personas educadas, nos han adoctrinado dentro de los paradigmas científicos de hoy. Desde la perspectiva de las generaciones futuras algunas de nuestras suposiciones ordinarias sobre la naturaleza podran parecer igualmente absurdas.
Todo marinero sabe que el movimiento de un bote es relativo a los movimientos del viento y del agua, pero fue Albert Einstein quien aplicó esta idea -que todo movimiento es relativo- al paradigma existente a los físicos. El resultado fue la Teoría General de la Relatividad que, al igual que las revoluciones científicas anteriores, creó un nuevo paradigma y nos proporcionó una nueva forma de ver el mundo, un mundo en el que "todo es relativo ". (AP/Wide World Photos).
¿Por qué un paradigma científico remplaza a otro? ¿Por qué los investigadores abandonan una forma antigua de pensar en favor de un marco de referencia completamente nuevo? La respuesta empieza con la aparición de las anomalías, los hallazgos que contradicen el paradigma existente o lo que se desvía en forma significativa de sus predicciones. Por ejemplo, a mediados de los años 1800, Gregor Mendel monje austríaco, realizó una serie de experimentos de cruce de razas con guisantes y demostró que los rasgos heredados deben estar determinados por un par de unidades hereditarias (genes), uno de los cuales proviene de la mujer y el otro del hombre en la reproducción sexual. Los hallazgos experimentales de Mendel se publicaron en 1866; pero fueron prácticamente ignorados durante los siguientes 34 años. Simplemente no se acomodaban a los paradigmas del siglo XIX acerca de la herencia biológica. Una anomalía importante en la ciencia frecuentemente se encuentra con esta suerte. Con el tiempo, no obstante, más y más anomalías pueden surgir, demasiadas como para sencillamente pasarlas por alto o explicarlas en forma descuidada dentro de los
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paradigmas existentes. Cuando esto sucede, el campo científico comprometido entra en crisis y se hace evidente que el paradigma que lo sustenta resulta inadecuado. El tiempo está ya maduro para que surja un nuevo paradigma, uno que pueda explicar todos los hechos conocidos en forma más exitosa. Finalmente, cuando dicho paradigma se proponga, puede rechazarse al principio. La teoría de Charles Darwin de la evolución biológica explicó en forma elegante la trayectoria fósil de la historia de la vida sobre la Tierra, pero muchas personas fueron renuentes a aceptarla. A veces se requieren varias décadas para que un paradigma nuevo obtenga aprobación universal. Cuando esto sucede por fin, empieza otra ola de ciencia normal. Los investigadores se colocan sus anteojos de diferentes colores y contemplan un mundo completamente nuevo con un conjunto de interrogantes por responder.
La construcción social del conocimiento científico Los paradigmas señalan un hecho importante: lo que "sabemos" acerca del mundo no es simplemente una reflexión directa de lo que está "allá afuera" en el ambiente. Por el contrario, los interrogantes que se hacen los científicos son sobre la forma como conducen sus estudios y como interpretan sus hallazgos, todos los cuales se filtran y se sesgan muchísimo por suposiciones que todavía prevalecen. Como resultado, los científicos no simplemente "descubren" informaciones científicas, como si estuvieran dejando guijarros sobre una playa, a la espera de que sean descubiertos y recogidos. Dicho de otra forma, el conocimiento que los científicos acumulan nunca es una reflexión literal de la naturaleza tal cual "ella es en realidad". Más bien, los investigadores construyen activamente un modelo de los fenómenos naturales más allá de su comprensión colectiva. El proceso de construir el conocimiento científico está muy bien ilustrado por la forma como los físicos llegaron a creer que las partículas elementales denominadas quarks son los pedacitos más pequeños del núcleo de un átomo (Pickering, 1984). Los quarks son extremadamente difíciles de aislar, si es que esto puede hacerse. Por lo tanto, cuando en los años 60 se propuso por primera vez la teoría de los quarks, nadie había visto nunca un quark ni recogido ninguna otra señal de que existían tales partículas. Los físicos tuvieron que trabajar por muchos años para demostrar la existencia de los quarks. Una creencia en su existencia precedió cualquier in-
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formación para sustentar la teoría de los quarks. En otras palabras, los físicos intuyeron que los quarks eran reales y entonces interpretaron sus hallazgos para verificar esta opinión. Este proceso se opone totalmente a la manera como la mayoría de las personas conciben la forma como se da la ciencia. Piensan que los científicos realizan experimentos para revelar verdades últimas acerca del mundo, verdades que están ahí fuera, esperando ser descubiertas. Con todo, esta descripción minimiza demasiado el proceso de investigación. Los científicos no son como los periodistas de un diario que simplemente "cuenta los hechos"; por el contrario, son más que periodistas que hacen sus propias historias, que llegan a creer que un determinado acontecimiento tuvo lugar (un crimen, un escándalo, un disparate político) y luego lo toman como testimonio para sustentar su opinión. Pero, ¿cómo surge en primer lugar la creencia en una determinada "verdad"? ¿Qué es lo que hace que una persona desarrolle una percepción particular de la realidad? Para el científico, como para el periodista, es un asunto de contexto social, es decir, los objetos, los intereses y los valores de la comunidad con los cuales se identifica el científico. Un aspecto del contexto social que fortaleció la creencia en los quarks fue el paradigma imperante que regía el trabajo en la física de las partículas elementales. Ese paradigma supone que la materia está compuesta de pequeñas unidades tan diminutas que el ojo humano no puede verlas. Llegar a la conclusión de que existen los quarks comprendió la aplicación de esta suposición básica a los componentes ya reconocidos del núcleo atómico (los protones, los neutrones, etcétera). Por lo tanto, los físicos teóricos partían de la hipótesis de que los componentes del núcleo podían dividirse en componentes todavía más pequeños llamados quarks. Esta hipótesis estaba en consonancia con su experiencia y entrenamiento. En resumen, la hipótesis se "ajusta" a su opinión fundamental sobre la materia (Pickering, 1984). Otro aspecto del contexto social que robusteció la creencia en los quarks fue el gran empalme entre la teoría de los quarks y los diversos recursos que poseían los físicos de las partículas elementales. Estos recursos incluían su entrenamiento y habilidades así como sus procedimientos para explorar la naturaleza de la materia. Una creencia en los quarks creaba muchas oportunidades nuevas para utilizar estos recursos en forma ventajosa. Los investigadores podrían orientar su atención hacia la búsqueda de la evidencia de los quarks, y si la encontraban obtendrían una ganancia apreciable en términos del re-
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conocimiento de sus compañeros y como un adelanto de su carrera. En otras palabras, una creencia en los quarks se "acomodaría" a los intereses de algunos científicos y así construyeron un modelo de los quarks. Al mismo tiempo, el modelo quark se acomoda al contexto tecnológico de su época. Si se hubiera propuesto la teoría quark 20 años atrás, hubiera sido un aspecto prácticamente inalcanzable. Los científicos de entonces no tenían el equipo necesario para buscar el indicio de estas partículas minúsculas. Esos estudios tenían que esperar al desarrollo de los aceleradores de las partículas (dispositivos que producen rayos de partículas atómicas de alta energía, las cuales se someten posteriormente a choques). También hubieran tenido que esperar al desarrollo de los detectores de partículas (dispositivos que registran la información acerca de las partículas atómicas todavía más pequeñas producidas por los aceleradores de partículas). El invento de estas piezas de equipo investigativo altamente tecnificado y además el contar con inmensas sumas de dinero necesario para construirlos, fijaron el escenario para que los físicos exploraran las posibilidades de los quarks. A medida que la investigación sobre los quarks avanzaba y la información se iba acumulando, asimismo surgían nuevas oportunidades para los físicos teóricos. Podían elaborar y refinar sus hipótesis sobre los quarks, construyendo unos modelos todavía más sofisticados. Por lo tanto, se desarrolló una especie de relación simbiótica entre los investigadores y los teóricos de los quarks. Cada grupo le proporcionó al otro los problemas que debían resolverse y una justificación para proseguir el trabajo en el campo de los quarks (Pickering, 1984). Esto hizo que el concepto del quark se convirtiera en algo provechoso. Por supuesto que no todos aceptaron de inmediato el modelo del quark. Algunos físicos especializados en partículas elementales continuaban rechazándolo aun después de que la prueba empírica en su favor empezara a consolidarse. Dicha resistencia demuestra, una vez más, que las verdades científicamente establecidas no son un asunto de aceptación pasiva, cualesquiera que sean los hechos presentados por la naturaleza. Por el contrario, las verdades científicas las construyen en forma activa los científicos, para ajustarlas a sus contextos sociales ordinarios.
LA SOCIEDAD Y LA TECNOLOGÍA Caliente era en todo sentido una comunidad estadounidense modelo. Sus casas, sus almacenes, sus
calles y parques eran muy atractivos y bien mantenidos. Sus escuelas eran buenas, el gobierno local honesto, los ciudadanos trabajadores y de espíritu cívico. Caliente era exactamente el tipo de comunidad que los estadounidenses quieren preservar. Esto explica por qué durante los años 40 fue tan trágico que sus ferrocarriles se cambiaran por trenes de tipo Diesel. Caliente, ¿orno vemos, era una población ferrocarrilera. Se construyó en el desierto del sureste de Estados Unidos con el sólo propósito de mantener las locomotoras de vapor que pasaban diariamente por allí. Las calderas de acero de estas locomotoras se sometían a enormes presiones debido a las altas temperaturas y presión necesarias para conservar el depósito de vapor. De modo que cada 100 millas las desconectaban del tren, las verificaban y las reparaban o remplazaban. Caliente era uno de los "puntos de división" en donde tenía lugar este trabajo. La mayoría de los hombres de Caliente trabajaban en el ferrocarril. Aquellos que no lo harían, suministraban los bienes y servicios que necesitaban los trabajadores del ferrocarril. La introducción de los trenes Diesel significó la desgracia para Caliente. Esta, al menos, era la opinión de W.F. Cottrell, quien publicó un estudio clásico de la situación en 1951. Las locomotoras Diesel no requieren de servicio frecuente, así que algunos de los anteriores puntos de la división incluyendo Caliente, se volvieron anticuados. A excepción de unos cuantos hombres, a quienes se les ofreció tra-
Verdad, belleza, extrañeza, encanto... Incluso los nombres de los quarks parecen reconocer los orígenes sociales del conocimiento científico. En el Fermí National Accelerator Laboratory, los electrones, los protones y otras partículas subatómicas se aceleran casi a la velocidad de la luz, viajando en direcciones circulares por muchos kilómetros de tubos del túnel circular, que se muestra aquí. Cuando estas partículas chocan, se desintegran en muchas partículas elementales tales como ...Verdad, belleza, extrañeza y encanto. (Dan McCoy/Rainbow).
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
bajo en otra parte del sistema del ferrocarril, la mayoría de los hombres de Caliente se quedaron sin trabajo. Puesto que había aumentado el desempleo, la economía de toda la población sufrió; las ventas en la zona de negocios cayeron verticalmente y muchos almacenes tuvieron que cerrar. Los valores de la propiedad cayeron en forma precipitada, ocasionando que muchas familias perdieran la mayor parte de los ahorros de toda la vida. Para empeorar las cosas, la situación parecía ser permanente. Esforzándose hasta donde fue posible, los residentes de Caliente no pudieron atraer otro empleador grande para un sitio tan alejado del país.
Análisis del cambio tecnológico El estudio de Cottrell sobre los efectos del fenómeno Diesel en Caliente se adelantó a algunas de las ideas centrales en la opinión ordinaria de los sociólogos sobre el cambio tecnológico, como la noción de que la tasa y la dirección del cambio en la tecnología no se determinan por la tecnología misma. Nada relacionado con los motores a vapor, fue necesario para el desarrollo de los motores Diesel. Pero había buenas razones sociales. En efecto, los sociólogos contemporáneos consideran la tecnología y la sociedad como algo inseparable. Los "sistemas tecnológicos", escribe Thomas Hughes (1987, p. 51), están "socialmente construidos y configurados por la sociedad". Con esto él quiere decir dos cosas: primero, el contexto social determina qué inventos se acepten y cuán duraderos pueden ser. La invención y aceptación de las locomotoras con motor Diesel se vieron influenciadas por diversos factores sociales: las ganancias para los ferrocarrileros, debido a la reducción de mano de obra y de costos de reparación, el aumento de las ventas de las compañías petroleras que producían el combustible Diesel, y el debilitamiento de la oposición pública a la pérdida de empleos en el ferrocarril por causa de la escasez de trabajadores durante la Segunda Guerra Mundial. El segundo punto de Hughes es que si bien las tecnologías se construyen socialmente, también configuran y cambian a las sociedades en las cuales se utilizan. En el caso de Caliente, un simple cambio en la tecnología socavó las formas de vida de toda una comunidad. ¿Cómo interpreta la gente un cambio como el efectuado con el motor Diesel? ¿Qué significado le da a esta nueva tecnología? Los sociólogos contemporáneos argumentan que el significado varía dependiendo de a quién se interrogue. El motor Diesel en las locomotoras puede haber sido un "progreso" para el promedio de los estadounidenses que reque-
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rían de un viaje más rápido, pero fue una tragedia para el pueblo de Caliente que perdió sus medios de supervivencia. De este modo, las percepciones del éxito tecnológico o del fracaso, del avance o retroceso, dependen de quién las mire; éstas, al igual que la tecnología, son construcciones sociales. Ninguna máquina o método nuevo es inherentemente mejor que el que remplaza. El que sean deseables o valiosos depende de un juicio subjetivo que hacen los grupos sociales comprometidos. Por supuesto, nadie está de acuerdo en qué tecnología es la más ventajosa y útil. Cuando surgen notables diferencias de opinión, las preferencias de quienes ejercen más poder comúnmente prevalecen. Así, las locomotoras Diesel remplazaron a las de vapor porque la tecnología Diesel era la preferida de algunos grupos muy poderosos (por ejemplo, las compañías ferroviarias y las corporaciones petroleras) grupos con más poder que los residentes de Caliente.
La evolución de los sistemas tecnológicos Las tecnologías, como la del motor Diesel, no existen en forma aislada. Son parte de sistemas tecnológicos más amplios dedicados a resolver problemas prácticos. El motor Diesel pertenece al sistema tecnológico que incluye máquinas y equipos (trenes, rieles, equipos de repuestos), organizaciones sociales para producir y utilizar el motor (las fábricas y las corporaciones nacionales ferroviarias) y el conocimiento científico que hizo posible el motor Diesel (los principios físicos de la compresión de aire y el encendido). Estos elementos forman un "sistema" porque inevitablemente están interconectados. Cada uno necesita del otro para su existencia. Thomas Hughes (1987) construyó un modelo para la evolución de grandes sistemas tecnológicos modernos. Este modelo reconoce cinco etapas, la primera de las cuales es el invento, o sea, la creación inicial de una nueva tecnología. El invento puede corresponder a cosas físicas (un automóvil, una máquina de escribir, una peladora de papas) o a una organización social (la invención de una corporación, una empresa matriz, por ejemplo). Algunos inventos son "radicales": lanzan todo un sistema tecnológico completamente nuevo. Otros sistemas son "conservadores": desarrollan aún más los sistemas existentes. Los inventores independientes (por oposición a aquellos a quienes emplean las organizaciones) han tenido a su cargo una contribución desproporcionada de inventos "radicales", probablemente porque tienen pocos intereses creados en mantener el status quo. Algunos ejemplos de inventores independientes de los inventos "radicales" incluyen a Alexander
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LA TRANSFORMACIÓN DE LA SOCIEDAD
Graham Bell y el teléfono, a los hermanos Wright y el aeroplano, y a Thomas Edison y el bombillo y el sistema de energía eléctrica. La segunda etapa en el modelo de Hughes es el desarrollo, el proceso por el cual a un invento se le otorgan características sociales, económicas y políticas que le ayudarán a sobrevivir. Muchos inventores gradualmente incorporan tales características a sus productos. Thomas Edison deliberadamente diseñó su alumbrado eléctrico de modo que fuera económicamente competitivo con las lámparas de gas. En forma semejante, los hermanos Wright conscientemente tuvieron en cuenta las características fisiológicas de los pilotos, cuando diseñaron sus aeronaves. Dichos esfuerzos ayudan a asegurar que un invento sea aceptado. Al desarrollo comúnmente le sigue una etapa en la cual el invento se rodea de un sistema complejo de fabricación, de ventas y de operaciones de servicios; algunas veces el inventor original se encarga de este proceso y se convierte tanto en inventor como en empresario. Thomas Edison, por ejemplo, estuvo íntimamente comprometido en diseñar y manejar las compañías establecidas para sustentar y mercadear sus bombillas eléctricas y sistemas de energía eléctrica. George Eastman, inventor de la cámara Kodak, también desempeñó un papel clave en la producción masiva y en la venta de sus propios productos. Pero estos hombres son más una excepción que una regla. La mayoría de los inventores tienden a ceder la fabricación y el mercadeo de sus inventos
a personas que tengan experiencia especial en estos campos. Cuando esta etapa en la evolución de una nueva tecnología llega a su fin, el invento ha llegado a lo que Hughes denomina una innovación. Una vez que se establece una innovación, puede empezar una cuarta etapa, denominada transferencia de tecnología. Comprende la modificación del nuevo sistema tecnológico con el fin de acomodarlo para transferirlo a otro tiempo o cultura. Así, por ejemplo, los ingenieros japoneses han adaptado sus autos a las necesidades de los compradores estadounidenses, así como las cadenas de comidas rápidas estadounidenses han adaptado sus menús para satisfacer los gustos de los clientes japoneses. Una etapa final en el modelo de Hughes es el crecimiento y la consolidación, el proceso por el cual un
sistema tecnológico se convierte en algo muy grande y solidifica su posición en la sociedad; ejemplos en las naciones industriales modernas incluyen los sistemas tecnológicos que se han desarrollado alrededor del automóvil, el teléfono, el aeroplano, la televisión y el computador. Sin embargo, el crecimiento en gran escala de los sistemas tecnológicos nunca está exento de problemas. Algunas veces un componente del sistema se desarrolla en forma menos rápida que otros, el componente que se atrasa produce un cuello de botella que debe suprimirse con el fin de no limitar el potencial del sistema. Por ejemplo, en el siglo XIX el desarrollo de la industria textil británica en los equipos de telares algunas veces se vio atrasado con relación a los dispositivos de hilan-
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
derías, mientras que en otras ocasiones podría suceder lo contrario. Los inventores tendían a concentrarse en el componente rezagado con el fin de aumentar la eficiencia de todo el sistema. Algunas veces surge un problema que no puede solucionarse dentro del marco de referencia de la tecnología existente. Por ejemplo, a finales de los años 20 los diseñadores sabían que el perfeccionamiento del avión impulsado por motor a pistón no podría alcanzar jamás la velocidad del sonido. Puesto que la empresa y las fuerzas armadas valoraban los viajes a alta velocidad, llegó el momento para el desarrollo del nuevo invento, el motor de turbina. No obstante, remplazar una tecnología ya establecida no es una tarea fácil. Frecuentemente existen intereses creados por mantener el sistema tecnológico existente, tanto porque se ha invertido tiempo y dinero en su desarrollo, como también porque permite una subsistencia o beneficio. Dicha resistencia al cambio debe superarse si va a empezarse un nuevo ciclo de evolución tecnológica.
CIENCIA, TECNOLOGÍA Y POLÍTICAS PUBLICAS En 1960 la Dirección Federal de Alimentos y Medicinas prohibió el transporte interestatal y la venta de Laetrile, una droga extraída de las pepas del albaricoque y anunciada por algunos como un tratamiento efectivo contra el cáncer. La mayoría de los médicos y de los investigadores del cáncer se burlaban del Laetrile, puesto que consideraban inútil una sustancia que alimentaba falsas esperanzas de algunos enfermos de cáncer y hasta los engañaban para que dejaran los tratamientos tradicionales. Pero los proponentes del Laetrile defendieron en forma vehemente la droga en una serie de procesos ante un tribunal federal orientados a levantar la prohibición de la FDA. Argumentaban que los críticos del Laetrile estaban suprimiendo deliberadamente la investigación de la información sobre la efectividad de la droga por temor a que pudiera extenderse su uso y que pudiera reducir enormemente las ganancias del uso de las terapias convencionales contra el cáncer. Al final, los proponentes del Laetrile, lograron la legalización de la droga en 22 Estados, no porque allí los legisladores estuvieran convencidos de que el Laetrile curara el cáncer, sino porque creían que las personas moribundas debían tener libertad de escoger sus tratamientos (Petersen y Markle, 1984; Markle y Petersen, 1987). En diciembre de 1981 se llevó a cabo un juicio en Little Rock, Arkansas, que amenazaba la constitucionalidad de una ley estatal recientemente apro-
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bada. La ley exigía que las escuelas públicas de Arkansas presentaran un tratamiento equilibrado de dos opiniones sobre el origen de la Tierra: "la ciencia de la creación" (que sostiene que la Tierra se creó de repente, en su forma presente, hace algunos 6 000 a 20 000 años como lo describe la Biblia) y la ciencia de la evolución, (que argumenta que la Tierra y todos ios seres vivos han evolucionado gradualmente, a través de procesos naturales, en un período de 4 a 5 mil millones de años). En el juicio, los defensores y contrincantes de la ley trataron de convencer al tribunal de que su propia opinión era la única razonable y firme científicamente hablando. Pero el juez finalmente falló a favor de los demandantes y prohibió la ejecución del controvertido estatuto (Gieryn, Bevins, y Zehr, 1985). En una sociedad en la que la ciencia moderna y la tecnología son ubicuitarias, inevitablemente éstas alguna vez llegan a enredarse en las decisiones de política pública estatal (Nelkin, 1975, 1982). En la primera situación política descrita, la comunidad científica trató de convencer al Gobierno Federal de que una droga no convencional para el cáncer era totalmente ineficaz. En la segunda situación política, los científicos se fueron a la defensiva y trataron de persuadir al tribunal de que el creacionismo era realmente la religión vestida de ciencia y que por lo tanto no tenía lugar en las escuelas públicas. En la decisión sobre otras incontables políticas públicas, se pide la opinión de los científicos y técnicos expertos. Cuando se construye una planta nuclear, se amplía un aeropuerto, se prueba un nuevo pesticida, se perfora costa afuera un pozo petrolero, se discute un cambio en el programa de asistencia social o siempre que se considera cualquiera de las múltiples opciones de políticas, comúnmente se les solicita a los científicos y a los técnicos expertos alguna información. Pero exactamente, ¿qué deberá esperarse de estos científicos y expertos cuando desempeñen este rol? ¿Podríamos considerarlos como árbitros razonables e imparciales en las controversias públicas, siempre capaces de suministrar los hechos sobre los cuales deben fundamentarse las decisiones importantes? La historia de cómo se hace la política pública estatal ha demostrado repetidamente que esta visión es poco realista. La información que los científicos proporcionan en asuntos de política pública casi nunca es clara y concisa. Con frecuencia simplemente añade más combustible al conflicto en vez de mostrar en forma definitiva cuáles opciones deben seguirse. ¿Por qué la contribución científica añade tanta complejidad a los debates sobre política pública? Algunas razones se ilustran en los casos del Laetrile y la "ciencia de la creación".
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posición, mientras que los oponentes insistían en que estos hallazgos aislados no podrían repetirse en forma confiable. Además, en un debate político pueden ambos lados apelar a la ciencia porque cada uno tiende a definir su tema en forma diferente. En la controversia del creacionismo, por ejemplo, ambos lados estaban de acuerdo en que las escuelas públicas deberían enseñar ciencia y no religión, pero estaban en desacuerdo en lo que era la ciencia. Los creacionistas definían la ciencia simplemente como un conjunto de teorías en apoyo del cual uno puede arreglar una cantidad de "hechos", algunos de los cuales son simplemente rumores. Los evolucionistas, por el contrario, definían la ciencia como un conjunto de métodos sistemáticos y rigurosos para reunir información confiable y probar la exactitud de las teorías; con estas definiciones tan diferentes, es fácil observar cómo ambos bandos pueden reclamar la representación de la ciencia y aún diferir en forma tan notable.
Las compañías farmacéuticas gastan millones de dólares en la investigación y en el desarrollo y más millones en la fabricación y mercadeo de las drogas. Por lo tanto, están muy inclinados a resistir, como en el caso del Laetrile, la introducción de drogas competitivas o métodos de tratamiento, sin atender a su mérito. ¿Puede usted citar algunos ejemplos de una resistencia similar al cambio de la tecnología en otras industrias? (Hank Morgan/Rainbow).
En primer lugar, en el debate sobre prácticamente todos los asuntos de política pública, los científicos y los técnicos expertos se mueven hacia ambos lados. En otras palabras, ni una sola "verdad" científica responde sin errores a todos los interrogantes que se suscitan; por el contrario, cuando muchas "verdades" compiten, cada una de ellas afirma ser la versión precisa. ¿Pero cómo puede suceder esto cuando las opiniones científicas se fundamentan en hechos objetivos? Cada campo científico tiene algunas áreas grises, algunos temas sobre los cuales la información disponible no es completamente clara. En un debate sobre política pública, los adversarios explotan estas áreas grises para su propia ventaja; por ejemplo, en la controversia del Laetrile, pocos estudios sugirieron que quizás esta droga tenía algunos efectos contra el cáncer. Los defensores del Laetrile utilizaron estos estudios como "prueba" de su
Además, la contribución científica en los asuntos de política pública casi nunca es clara y concisa, porque las emociones y los valores de juicio están inevitablemente incluidos en la presentación de la información técnica. En la controversia del Laetrile, por ejemplo, los médicos que siguen el sistema y los científicos describieron a quienes apoyaban el Laetrile como carentes de "buenas" credenciales y del respeto de la profesión científica. Esta táctica de calificar ayudó a socavar la credibilidad de los defensores del Laetrile. Pronto el debate se convirtió en una especie de "conflicto de clases", con los oponentes del Laetrile en la cima de la escala de prestigio y los defensores en la base; los defensores respondieron haciendo del Laetrile una causa populista, vituperaron la arrogancia de los médicos que siguen el sistema al suponer que al promedio de las personas les falta capacidad para tomar decisiones racionales en relación con un tratamiento médico. En sus argumentos ante los tribunales el derecho de utilizar el Laetrile se convirtió en un asunto de libertad personal. De esta manera, los defensores apoyaban su caso apelando a un valor estadounidense profundamente arraigado. Del mismo modo, los creacionistas, defendieron su caso argumentando que los individuos tenían la libertad de considerar puntos de vista alternativos a la ciencia. Sin embargo, fueron incapaces de convencer al tribunal de que el creacionismo es de hecho una ciencia. Los científicos que atestiguaron que el creacionismo no es una ciencia, estaban motivados por algo más que el deseo de definir la ciencia como ellos la conocían; percibían correctamente que una
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
victoria para los creacionistas amenazaba la autoridad fundamental de toda la ciencia tradicional; su
La palabra criogenia en griego literalmente significa, "nacido en congelamiento". Aquí las técnicas de un laboratorio preparan un óvulo humano y un esperma para almacenamiento criogénico en un tanque lleno de nitrógeno. Esta es sólo una de las muchas tecnologías que parecen haber sobrepasado nuestra comprensión de las implicaciones sociales. ¿ Qué otras existen ? A medida que aumenta la brecha entre la ciencia y las personas ordinarias, ¿quién o qué definirá los medios y los objetivos del crecimiento científico? (Hank Morgan/Rainbow).
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lucha entonces fue en parte para proteger la posición privilegiada de la ciencia en la sociedad. La complejidad de estos casos, muestra claramente que la información científica sola no resuelve los asuntos de política pública. Tal información inevitablemente despierta interrogantes y siempre está más estrechamente vinculada a los valores culturales del investigador. Pero esto no significa que un llamamiento a la ciencia sea estéril cuando se deciden las políticas públicas del Estado. La mayor parte de las situaciones sociales modernas son complejas y exigen el conocimiento especializado de expertos bien entrenados; sin dicho conocimiento estaríamos limitados a la especulación acerca de los efectos de una nueva droga médica o sobre el valor de un programa educativo. Además, el conocimiento y la técnica científica permiten que las decisiones sean más racionales y objetivas de lo que serían si se hicieran de otra manera. Por otro lado, un papel creciente para los técnicos expertos en las decisiones de políticas públicas también comprende riesgos. A medida que la voz de los expertos se hace más fuerte, la de los ciudadanos promedio puede resultar ahogada. Si los expertos llegan a ser demasiado poderosos, ese poder podría ser abusivo, conduciéndolos a una inundación de programas que la mayoría de las personas no desean. Finalmente, la ciencia nunca es un valor neutro. Los hechos científicos no hablan por sí mismos; siempre los interpretan las personas con gustos y disgustos, con motivos e intereses personales. Como resultado de esto, la información científica puede utilizarse para legitimar diversas posiciones. Cuando la información se presenta en forma selectiva y tergiversada para sustentar una opinión particular, la toma racional de decisiones puede verse socavada. Por lo tanto, quienes formulan la política deben estar muy conscientes de que la información técnica y científica tiene estas limitaciones.
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RESUMEN 1. Ciencia es la búsqueda sistemática de conocimiento confiable acerca de los fenómenos naturales y acerca del mundo social. La ciencia ha crecido enormemente en los últimos 300 años, a juzgar por el número de personas que emplea actualmente, la cantidad de dinero que se gasta en ella y la cantidad de descubrimientos científicos, de artículos y de libros que se producen. La perspectiva funcional explica este crecimiento como algo que resulta de las necesidades de la sociedad para obtener conocimientos confiables que puedan utilizarse para predecir y controlar los fenómenos naturales y sociales. La perspectiva del poder, por el contrario, sostiene que la ciencia ha crecido porque sirve a las necesidades de los grupos dominantes para ejercer el poder sobre los demás. 2. Las reglas de la ciencias son un conjunto de normas institucionalizadas que prescriben los métodos en la recolección de datos y en las costumbres fundamentales del ethos o espíritu de la ciencia. Según Robert K. Merton la ciencia tiene cuatro normas básicas: la universalidad, el comunalismo, el desinterés y el escepticismo organizado. La desviación de estas normas por parte de los científicos que falsifican las informaciones se considera como una grave traición a los ideales de la comunidad científica; pero según los sociólogos que adoptan la perspectiva de la acción, estas normas no existen independientemente de las interpretaciones que los científicos les dan al utilizarlas, y ninguna norma tiene un significado único que se aplique a todas las circunstancias. 3. La ciencia es un proceso social de descubrimiento
en el que la comprensión de cualquier fenómeno dado surge a través de los esfuerzos colectivos e ideas compartidas de muchos científicos. Thomas Kuhn distingue dos niveles diferentes del conocimiento científico. La ciencia normal está conformada por hechos e información que sustentan las teorías corrientes acerca del mundo. Las teorías mismas caen dentro de un paradigma, o sea, un marco de referencia de hipótesis generales que indica a quiénes siguen la ciencia normal y qué preguntas formular. Cuando los paradigmas cambian, ha ocurrido entonces una revolución científica. Los paradigmas señalan el hecho de que los científicos activamente construyen, en lugar de reflejar pasivamente, lo que se conoce como las verdades científicas. 4. La aplicación del conocimiento científico y de otros conocimientos a la solución de los problemas prácticos se denomina tecnología. La tecnología cambia en respuesta a las necesidades sociales y, a su vez, ayuda a configurar la sociedad. Según Thomas Hughes, los sistemas tecnológicos evolucionan en cinco etapas: la invención, el desarrollo, la innovación, la transferencia de tecnología, el crecimiento y consolidación. 5. Los científicos desempeñan un rol muy importante en las decisiones de la política pública. Aunque proporcionan conocimientos valiosos sobre los cuales juzgar los efectos de las posibles decisiones, su aporte nunca está libre de valoración subjetiva; el público y quienes elaboran las políticas deben estar alertas a las posibles desviaciones que reflejan las opiniones de los expertos.
GLOSARIO Ciencia. Es la búsqueda sistemática del conocimiento confiable acerca de los fenómenos naturales y del mundo social. Ciencia normal. El proceso de recolectar información de hechos y datos para sustentar un conjunto de teorías corrientes acerca del mundo. Comunalismo. Es una norma básica de la ciencia que sostiene que los hallazgos científicos son de propiedad pública y no del dominio privado de los investigadores que los descubrieron. Desinterés. Es una norma básica de la ciencia que exige que los científicos no den prioridad al provecho personal en la búsqueda del conocimiento. Escepticismo organizado. Una norma básica de la ciencia que ordena a los científicos evaluarse mutuamente y en forma crítica las contribuciones en su campo.
Paradigma. Es un conjunto de hipótesis generales de la forma como cierto aspecto del mundo puede funcionar. Revolución científica. El remplazo de un paradigma por una nueva perspectiva, radicalmente diferente de la anterior. Tecnología. La aplicación del conocimiento (científico o de otra clase) a la solución de un problema práctico. Universalidad. Es una norma básica de la ciencia que sostiene que las teorías y las investigaciones de iodos los miembros de la comunidad científica, no ciertamente unos cuantos prestigjosos,se pueden revisar y estudiar, y que las recompensas se adjudicarán sobre la base del mérito.
CAPITULO 21
El comportamiento colectivo y los movimientos sociales
Para los habitantes de clase media y de edad adulta media que vivían en los suburbios estadounidenses, el año 1965 fue por lo menos un año agitado. La juventud de Estados Unidos, incluyendo a sus propios hijos e hijas, parecían haber perdido todo sentido de dignidad. Esto se hizo más evidente en las modas juveniles de la época (Skolnik, 1978). Los ruedos de las faldas de las jovencitas se levantaron hasta la mitad del muslo, con calcomonías adhesivas de flores y mariposas adornando las rodillas desnudas. El cabello largo liso colgaba libremente, algunas veces más abajo de la cintura y en las calles públicas el brasier, esa prenda de vestir estrictamente femenina, estaba desapareciendo notoriamente. Si el vestido de las jovencitas escandalizó a los mayores, el impacto de la vestimenta masculina fue todavía peor. El cabello largo hasta los hombros adornado con una cinta, la barba desgreñada, el pecho descubierto, usaban collares y vestían jeans raídos, todo esto simbolizaba para las personas estadounidenses mayores y serias, una nueva generación degradada. La moda juvenil no era lo único que inquietaba a las personas de la clase media y de la edad media adulta. El concepto que tenía la juventud estadounidense sobre lo que significaba diversión parecía como algo decadente en extremo. En el área de San Francisco, el novelista Ken Kesey y su grupo Merry Pranksters invitaban al público joven a una serie de fiestas cuyo objetivo principal era el consumo de drogas y a donde todo el mundo estaba invitado. Todd Gitlin describió así estos acontecimientos: Las docenas, y luego los centenares de jóvenes que asistieron a estas reuniones recibieron el más puro LSD (cuando todavía era legal en California) y eran
convidados a disfrazarse, a pintarse (el cuerpo), a vibrar con luces de colores intermitentes, con películas de los Pranksters, a inundarse de música, de sonido con grabadoras exóticas, con instrumentos ensamblados y con una inundación de voces amplificadas (en un sistema PA...). Los Pranksters fantaseaban con introducir LSD en la piel del público mediante solventes; y en el Watts (un sector de Los Angeles) mientras el mismo Kesey estaba en la cárcel en México, acusado de portar marihuana, otros Pranksters distribuían el "Kool-Aid" mezclado con LSD, sin advertírselo a los novatos y cuando una mujer tuvo un "mal viaje" la hicieron delirar en el micrófono en frente de todos por el sistema PA (Gitlin, 1987, p. 207).
Al final de los años 60, aumentó la tensión entre la generación joven y el sistema. La creciente oposición a la guerra de Vietnam presentó una situación alrededor de la cual se reunieron varios grupos de jóvenes. Las protestas masivas, que se cargaban cada vez más y eran más numerosas, incitaban en forma creciente el enfrentamiento violento entre la policía y los manifestantes. En agosto de 1968, por ejemplo, miles de jóvenes que protestaban contra la guerra viajaron a Chicago donde se celebró la Convención Nacional Demócrata (Albert y Albert, 1977). Al congregarse en el Lincoln Park de Chicago, pintaron pancartas en contra de la guerra, escucharon los discursos activistas, discutieron sus tácticas y esperaron. Por la noche, la policía de Chicago recibió órdenes de utilizar gases lacrimógenos para despejar el parque. La mayoría de los manifestantes corrieron, pero algunos permanecieron en su lugar, se resistieron y lucharon contra la policía con botellas, palos y piedras. Tan pronto la violencia arreció, el Presidente Lyndon Johnson envió a la Guardia Na595
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cional, la cual llegó a la ciudad con tanques y soldados con rifles con bayonetas. A la semana siguiente, la policía suprimió brutalmente de las calles las protestas en contra de la guerra. Esta acción se convirtió en un símbolo para el movimiento que estaba en contra de la guerra, el cual organizó al año siguiente su más grande manifestación: una marcha pacífica de medio millón de personas en Washington D.C. ¿Qué podemos pensar de los acontecimientos poco comunes que ocurrieron en los años 60? ¿Qué perspectivas ofrecen los sociólogos para ayudarnos a entender esta década de desafío, rebelión y cambio? Muchos de los fenómenos ya descritos son ejemplo de comportamiento colectivo, o socialmente compartido, pero son respuestas relativamente no rutinarias a los acontecimientos, a las cosas o a las ideas. Estas respuestas no rutinarias difieren ( a menudo en forma notable) de los modelos más habituales de la vida diaria en ¡a cual las personas siguen normas sociales establecidas (Rose, 1982). El comportamiento colectivo también tiende a comprometer a grandes cantidades de personas, que con frecuencia, ni siquiera se conocen unos a otros. Así una moda en la vestimenta que recorre el país, otro tipo de novedad que se convierte en una locura nacional, un rumor extraño que se extiende de una ciudad a otra, una repentina histeria o un pánico colectivo, una huelga u otra forma poco común de acción de masas, todos son incidentes de un comportamiento colectivo. A veces el comportamiento colectivo se tranforma en un movimiento social, "un intento consciente, organizado y colectivo para efectuar o resistir el cambio en gran escala en el orden social por medios no institucionalizados" (Wilson, 1973, p. 8). Los sociólogos que defienden la perspectiva funcional tienden a relacionar los movimientos sociales con el
comportamiento colectivo. Los consideran como si incluyeran rupturas con las expectativas sociales y como si frecuentemente interrumpieran el orden social establecido. Sin embargo, los sociólogos que sustentan la perspectiva de poder, ven las cosas en forma diferente. Argumentan que la mayor parte de los movimientos sociales se relacionan sólo superficialmente con fenómenos repentinos y a menudo irracionales, como son las manías, la histeria colectiva y el pánico. En su opinión, los movimientos sociales son el producto del pensamiento racional y de la planificación. Representan esfuerzos deliberados de un grupo cuyos intereses son desatendidos por el sistema existente, para resistir o para originar el cambio; pero que carece del poder de cambiar el sistema y que no cuenta con otro medio distinto de la protesta masiva. De esta manera, los sociólogos bajo la perspectiva de poder tienden a considerar el comportamiento colectivo y los movimientos sociales como fenómenos separados. Volveremos a tratar el asunto de la naturaleza de los movimientos sociales posteriormente. Este capítulo comienza con una mirada a dos teorías del comportamiento colectivo: una que destaca la tensión social como una causa central y otra que pone de relieve la movilización de los recursos realizada por las partes interesadas. La primera de estas teorías se origina en una perspectiva funcional, la segunda en una perspectiva de poder. Luego damos una mirada sociológica a la histeria masiva y a los rumores, dos formas de comportamiento colectivo que surgen en una situación de angustia. También exploramos el proceso denominado contagio social, en el cual la disposición de ánimo o el comportamiento se extienden rápidamente a través de un grupo de personas incitadas emocionalmente; luego observaremos el comportamiento de las mul"Cuando llegamos a Woodstock, eramos un fuerte medio millón". Tal como lo sugieren estas letras nostálgicas de este canto popular en la década de 1970. la feria de música y arte de Woodstock de 1969 vino a resumir "el poder de la flor" y el activismo juvenil de la generación de los años sesenta. A pesar de los preparativos poco adecuados para tanta gente, las vías rurales circundantes completamente congestionadas en varias millas a la redonda cerca del sitio del festival y la pésima temperatura, la multitud de Woodstock perseveró en participar en una celebración gozosa y pacífica (UPl/Bettmann Neius- photos).
EL COMPORTAMIENTO COLECTIVO Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
titudes, en especial el comportamiento de las inestables y potencialmente violentas. ¿Por qué las personas reunidas en multitudes algunas veces llegan a alborotarse y a hacer cosas que no harían estando solas? Para finalizar, volvemos la atención a los movimientos sociales y examinamos los diferentes tipos de movimientos, incluyendo algunos de reciente ocurrencia.
PERSPECTIVAS SOBRE EL COMPORTAMIENTO COLECTIVO Puesto que algunas formas de comportamiento colectivo nacen en forma tan repentina y están tan cargadas emocionalmente, muchas personas las consideran incomprensibles. Por ejemplo, muchos estadounidenses no podían creer en la violencia que surgió en las calles de Chicago, en el verano de 1968; miraban las pantallas de televisión con asombro y horror cuando los noticieros de la noche mostraban a los manifestantes golpeados brutalmente por la polida. Pero aunque este suceso pareda inexplicable para una persona promedio, los sodólogos tienen una opinión diferente. Ellos argumentan que los inddentes de comportamiento colectivo no ocurren precisamente en cualquier tiempo, en cualquier lugar; sino que precondiciones poderosas preparan el escenario para que estos tengan lugar. Neil Smelser ha propuesto una teoría que explica estas precondiciones.
Teoría de Smelser sobre la tensión social
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cial facilitan la acción. En 1968, por ejemplo, las cadenas de televisión de todo el país fadlitaron la publicadón de opiniones en contra de la guerra. El cubrimiento televisivo de la Convendón Nacional Demócrata proporcionó un foro en el cual los estudiantes activistas podían exponer su oposidón a las políticas gubernamentales sobre el problema de Vietnam. Por supuesto, tal conductividad estructural es muy general y en ninguna forma requiere de un comportamiento colectivo, pero proporciona un escenario que hace posible ciertas formas de acción colectiva.
Tensión social La tensión sodal puede provenir de muchas fuentes. Puede surgir de un rompimiento repentino del orden sodal existente como cuando ocurre una inundadón catastrófica o un huracán, o puede también provenir de un cambio social a largo plazo, tal como los cambios que condujeron a la caza de brujas durante la época medieval (véase recuadro p. 598). La tensión también puede surgir cuando la cultura ofrece orientadones inadecuadas para responder a un acontedmiento o a una situadón, o también puede resultar de conflictos de valor persistentes e intensos entre los diferentes segmentos de la sodedad (por ejemplo, grupos religiosos incompatibles, clases económicas contrarias o campos políticos bastante hostiles). Esta última situación parece haber fundonado en Chicago en 1968. El sistema político enredó a la nación en un conflido extranjero que la mayoría de los jóvenes ni entiendían, ni por el cual deseaban sacrificar su vida; el intenso choque de valores y de intereses fue una fuente poderosa de tensión sodal.
Según Smelser (1962), seis condiciones preceden comúnmente a un episodio de comportamiento colectivo: la conductividad estructural, la tensión social, una creenda generalizada, acontecimientos que se predpitan, la movilización de los partidpantes y una ruptura del control social. Estas condidones ocurren en forma secuencial, cada una va creando un ambiente sodal que ayuda a que la próxima condidón sea posible. Smelser no dice que el comportamiento colectivo siempre ocurra cuando se presentan unas o incluso todas estas precondiciones; pero a medida que a cada una de éstas se le añada otra, las probabilidades de que haya respuestas alternas disminuyen, hasta que con el tiempo se hace prácticamente inevitable un tipo de comportamiento colectivo.
Comúnmente se desarrolla una creenda generalizada para explicar la tensión que la gente está experimentando. En 1968 los jóvenes con opiniones antibélicas desarrollaron la creenda generalizada de que los fundonarios públicos de alto rango eran insensibles a la voluntad popular y estaban dispuestos a suprimir cualquier punto de vista que estuviera en su contra. Esta creenda generalizada sirvió para aumentar la tensión, al definir las ideas anteriormente vagas, al darles una realidad compartida. En forma credente, el escenario estaba preparado para que cualquier tipo de inddente saliera a flote.
La conductividad estructural
Acontecimientos precipitantes
Por conductividad estrudural Smelser quiere dar a entender que dertos aspectos de la organizadón so-
Con frecuenda un episodio de comportamiento colectivo estalla cuando algo ocurre para confirmar la
Creencia generalizada
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La caza de brujas en Europa En uno de los episodios más extravagantes y macabros de la historia humana, se ejecutaron entre 200 000 y 500 000 mujeres europeas por brujería en los siglos XIV y XV. Cuando consideramos estos extraños episodios de comportamiento colectivo, perfectamente podríamos concluir que estos eran obra de alguna persona malévola que pudo conmover a la gente hasta un frenesí irracional. A veces este puede ser un factor. Sin embargo, generalmente aquí operan fuerzas sociales profundas que algunos líderes pueden usar para su propio beneficio. Según el sociólogo Nachman Ben-Yehuda (1980), la caza de brujas en Europa no fue simplemente una explosión irracional; también fue la respuesta de las instituciones establecidas y de sus élites a los cambios sociales que tuvieron lugar al final de la Edad Media. La Iglesia y su Inquisición promovieron la persecución, la cual anteriormente había concentrado sus energías para combatir a los herejes. ¿Por qué la Iglesia medieval, particularmente las sedes en Alemania, Francia y Suiza se sentían amenazadas? ¿Y por qué optaron por luchar contra las "brujas", la mayoría de las cuales eran evidentemente mujeres? Para responder a estos interrogantes debemos considerar la cantidad de cambios sociales, económicos y demográficos que estaban ocurriendo en estos países. Primero que todo, el desarrollo económico estaba acelerándose y estaba deteriorándose el orden medieval tradicional. Bajo el feudalismo la vida económica y social estaba estrictamente ordenada. Cada miembro de la sociedad ocupaba un lugar: desde el rey y los altos fun-
cionarios de la Iglesia hasta el más pobre aldeano. La familia estaba estrechamente ordenada con un rol claramente definido para cada miembro en una estructura centrada en la producción familiar. En el siglo catorce esta estructura empezó a debilitarse; el desarrollo económico significó más comercio, industria y urbanización. Con el surgimiento de las industrias, la familia empezó a perder su importancia como unidad productiva: la fabricación se realizaba en los talleres y fábricas. En el nuevo orden urbano, las fábricas y la vida secular no se acomodaban al esquema feudal. A medida que las personas pasaban de ser simples aldeanos a ser obreros, perdían la seguridad de una vida en la cual su rol y sus funciones estaban claramente definidas. Cuando más hombres y mujeres solteras se trasladaban a las ciudades para bascar trabajo, las mujeres se hacían más visibles; frecuentemente incapaces de encontrar trabajo como hilanderas y tejedoras, muchas mujeres se limitaron a la prostitución para ganar a duras penas la subsistencia. Todos estos cambios produjeron un estado de inseguridad y de inquietud; para muchos, parecía que la sociedad se estaba desintegrando, particularmente a medida que desaparecía la influencia de la Iglesia. Para agravar la situación, el siglo XIV vio como la plaga devastadora, la Muerte Negra, que probablemente mató entre una tercera parte y la mitad de la población. Esta calamidad creó un extendido sentimiento de fatalidad y decadencia. La caza de brujas fue una reacción a estos desarrollos y un intento para "contrarrestar e impedir el cam-
creencia generalizada de la gente. En Chicago el acontecimiento que se precipitó fue el comunicado en el que el Alcalde Richard Daley, un jefe político de la vieja guardia, negó el permiso para las manifestaciones parificas en contra de la guerra. Pronto los rumores se extendieron por toda la comunidad
bio y también para restablecer la autoridad religiosa tradicional... Al perseguir a las brujas, esta sociedad, dirigida por la iglesia, intentaba redefinir sus fronteras morales" (BenYehuda, 1980, p. 14). Las brujas servían como símbolos adecuados de todo lo que estaba mal. Al cambiar la posición de las mujeres, ellas se convirtieron en los blancos principales para darles rienda suelta a los temores y ansiedades que el cambio engendraba. La caza de brujas es un ejemplo representativo de las caprichosas artimañas a las cuales acudían las élites dominantes con el fin de proteger su dominio sobre el orden social. Obviamente, los intentos de los cazadores de brujas por purificar la fe, redefinir las fronteras morales y detener la corriente de cambio fracasaron. Estos esfuerzos desesperados por purificar la sociedad representaban los intentos de impedir la muerte de las instituciones al acabar con la vida de miles de individuos. Aunque se sabe mucho acerca de la cacería de brujas en Europa, aún subsisten muchos interrogantes. ¿Por qué ocurrieron justamente en ese momento -la mayor parte dentro de un período de 100 años- y luego cesaron abruptamente? ¿Por qué fueron las mujeres los principales blancos y víctimas? ¿Qué necesidades sociales ocultas reflejaban las persecuciones y cuáles eran los impactos estructurales? Estos interrogantes todavía esperan una respuesta.
que estaba en contra de la guerra. La gente afirmaba que la policía de Chicago estaba entrenando perros para atacar a los manifestantes y que el Alcalde había ordenado que se prepararan las alcantarillas de la ciudad como espacios adicionales que sirvieran de cárcel; aquí se suponía que había una evidencia
EL COMPORTAMIENTO COLECTIVO Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
concreta de que el sistema político era opresor y que utilizaría cualquier medida para erradicar la oposición.
Movilización
de participantes
Cuando la evidencia por una causa se acumula, la gente empieza a actuar de acuerdo con sus creencias; en otras palabras, se movilizan. La histeria de las masas estalla, revienta el pánico, se forma el tropel de gente, se organizan los movimientos sociales o algunas otras formas de comportamiento colectivo toman forma. En 1968 esta movilización tomó la forma de una decisión por parte de muchos activistas contrarios a la guerra, de ir a Chicago y expresar sus opiniones sin tener en cuenta las consecuencias.
Ruptura del control social Frecuentemente las élites gobernantes intentan frenar el comportamiento colectivo. Al hacerlo pueden influir sobre su oportunidad, los contenidos, la dirección y aun sobre los resultados particulares. Los resultados, sin embargo, no siempre son lo que los agentes del control social buscan; algunas veces sus esfuerzos son totalmente contraproducentes. En Chicago, la orden policiva del alcalde Daley para despejar el parque Lincoln y la movilización del presidente Johnson de la Guardia Nacional no restablecieron el orden; por lo contrario, solamente alimentaron la protesta y la violencia.
Evaluación de la teoría de Smelser La teoría de Smelser destaca la forma como la tensión social interactúa con otros factores sociales para activar un episodio de comportamiento colectivo. Su opinión está estrechamente alineada con la perspectiva funcional; él ve el comportamiento colectivo como la ruptura del orden social establecido, como una circunstancia que señala que el funcionamiento normal y armonioso del sistema social esta desfasada por alguna razón. El comienzo de este proceso disociador es un tipo de tensión social, una situación angustiosa poco común que agota la capacidad de las personas para salir adelante. Como resultado de esto, se ignoran las normas sociales establecidas y surge el comportamiento colectivo. El modelo de Smelser se ha aplicado a muchos fenómenos diferentes, desde la histeria colectiva, hasta las asonadas y los movimientos sociales. Pero no todos los sociólogos están de acuerdo con Smelser. Quienes aceptan la perspectiva del poder argumentan que la sociedad siempre tiene algunos grupos de personas que experimentan la
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tensión. La sociedad, piensan ellos, es dominada por las élites que apartan a los otros para su propio beneficio. La mayoría de gente carece de riqueza y privilegios y muchos se sienten privados hasta el punto de soportar una enorme angustia, que en esos términos está lista para ser activada. No obstante, tal angustia no se traduce automáticamente en acción colectiva. ¿Qué les permite a algunos grupos que sienten que los tratan injustamente, a actuar en su propia defensa y desafiar el orden social, mientras que otros, igualmente en desventaja, tienden a aceptar su situación? Una respuesta apunta hacia el poder de movilizar recursos en la búsqueda de las metas deseadas.
Opinión de Tilly sobre la movilización de recursos Un proponente líder de la perspectiva orientada hacia el poder es el sociólogo Charles Tilly (1978, 1987), quien propone un conjunto de condiciones que conducen a la acción colectiva y que son muy diferentes de las expuestas por Smelser. Los factores de Tilly incluyen intereses comunes, organización, movilización de recursos y oportunidad. Miremos de nuevo los acontecimientos de Chicago en el verano de 1968, esta vez desde la perspectiva de Tilly.
Intereses comunes Para que alguna forma de acción colectiva tenga lugar, las personas comprometidas primero deben darse cuenta de que comparten ciertas opiniones sobre el mundo social y de que tienen intereses comunes. Este proceso incluye la ampliación de la visión de que los deseos y las necesidades de cada persona son únicos y también permite ver que el punto de vista propio es compartido por muchos otros que se encuentran en circunstancias semejantes. El proceso también incluye el reconocimiento de que sería benéfico unir las fuerzas, y de que si todos aquellos que tienen intereses comunes pudieran unirse, podrían tener el poder para efectuar el cambio. Los manifestantes estudiantiles de los años 60 tenían un interés común: terminar la guerra de Vietnam. Después de todo, los miembros de su generación eran los únicos a quienes habían enlistado para luchar.
Organización Pero los intereses comunes por sí solos no son suficientes para provocar una acción colectiva. Los esclavos negros en Estados Unidos tenían intereses comunes; pero a finales del siglo XVIII y a principios
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Movilización de recursos La movilización es el proceso por el cual un grupo obtiene el control de los recursos necesarios para una acción colectiva; esos recursos pueden ser el tiempo, el trabajo, el dinero, los equipos o cualquier cosa que pueda utilizarse para actuar en pro de los intereses comunes. Por tanto, la movilización es el punto crítico que conduce al grupo a una aceptación pasiva del status quo, a un esfuerzo activo para cambiar o resistir el orden social. Los manifestantes que protestaban contra la guerra alcanzaron este punto crítico mucho antes del verano de 1968. Las asambleas especiales, manifestaciones de protesta realizadas en forma parifica, grupos con carteles y marchas contra la guerra de Vietnam, se fueron convirtíendo cada vez más en algo común a finales de la década de 1960. En octubre de 1967, por ejemplo, se realizó una protesta pacífica en contra de la guerra en las escaleras del Pentágono, la capacidad de escenificar tales manifestaciones masivas, como ocurrió en las calles de Chicago, es el testimonio de la fuerte movilización de recursos en defensa de la causa antibélica.
Oportunidad Los líderes del movimiento en contra de la guerra fueron organizadores muy diestros, adeptos inclusive al uso de los juegos confines políticos. En esta manifestación de protesta realizada en forma pacífica en 1967 en las escaleras del Pentágono, se hizo un intento para levitar el edificio de las oficinas Centrales del Ministerio de Defensa de Estados Unidos a través de meditación y canto. El Pentágono se quedó en el campo, pero el movimiento en contra de la guerra fue ayudado por el cubrimiento que le dieron los medios de comunicación. (DennisBrack/BlackStar).
del XIX los incidentes de la acción colectiva contra el gobierno de los blancos eran extremadamente escasos. Un factor importante del cual carecían los esclavos era la organización: Esta afecta fuertemente la capacidad de un grupo para actuar en favor de sus intereses colectivos. Quienes protestaron contra la guerra en la década de 1960 estaban muy bien organizados. Se formaron grupos en contra de la guerra en los campos de todas las universidades de el país, cada grupo estaba unido con los otros mediante una red de comunicación efectiva. Esta red fue la que estimuló a miles de estudiantes para que fueran a Chicago en agosto de 1968.
La oportunidad surge cuando cambia algún aspecto del ambiente de un grupo, dándole a éste nuevas oportunidades para actuar en favor de sus intereses. En 1968, para los activistas que estaban en contra de la guerra surgió la oportunidad de comunicar sus opiniones a un partido político importante y a través de la televisión nacional al resto del país al hacer manifestaciones en Chicago durante la Convención Nacional Demócrata. Esta oportunidad casi irresistible para propagar públicamente y a nivel nacional su posición frente al conflicto fue el ímpetu final para un episodio masivo de acción colectiva. Notemos que Tílly utiliza el término acción colectiva, no comportamiento colectivo, con lo cual hace énfasis en que dichos acontecimientos son los esfuerzos racionales e intencionales de un grupo de personas que buscan metas colectivas.
Evaluación de la teoría de Tilly La perspectiva de Tilly sobre la movilización de los recursos nos ayuda a predecir cuándo tendrá lugar una acción colectiva y la forma como va a extenderse. Sin organización, sin un caudal de recursos y sin oportunidades excelentes, un grupo, por más insatisfecho y angustiado que esté, nunca podrá estimular una acción colectiva en defensa de sus intereses comunes. Por supuesto que el modelo de Tilly es
EL COMPORTAMIENTO COLECTIVO Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
más aplicable a algunas formas de comportamiento colectivo que a otras. Fenómenos tales como las novedades y las modas, el pánico, la histeria colectiva y los rumores, no se prestan a la teoría de la movilización de los recursos. Pero cuando se han de explicar ciertas actividades de las multitudes, manifestaciones y movimientos sociales, la perspectiva de Tilly resulta esencial. Esta nos previene de considerar la participación en estos acontecimientos simplemente como explosiones emocionales de personas que sufren tensiones y también nos estimula a observar estos incidentes, en muchas formas, como esfuerzos deliberados y calculados para lograr metas anheladas.
HISTERIA MASIVA, RUMORES Y CONTAGIO SOCIAL El incidente de la destrucción de los vidrios panorámicos en Seattle El 23 de marzo de 1954, los periódicos de Seattle publicaron la primera de muchas historias acerca de la destrucción de los vidrios panorámicos de los automóviles en una población ubicada ochenta millas al norte de la ciudad. Los panorámicos tenían huecos pequeños y burbujas, y ocasionalmente diminutas partículas con apariencia metálica estaban incrustadas en el vidrio. Se desconocía la causa de este curioso daño, pero la policía sospechaba de los vándalos. Luego, en la tarde de abril 14, el misterioso agente destructivo pareció golpear a Seattle. Durante los siguientes dos días, cerca de 250 personas llamaron a la policía local, ¡para informar daños en los vidrios panorámicos de más de 3 000 autos! Los rumores proponían una precipitación de la lluvia radioactiva de las pruebas nucleares de la bomba de hidrógeno en el Pacífico Norte como la explicación más difundida. A medida que este rumor se extendía por Seattle, los temerosos residentes desesperadamente trataban de conseguir implementos de protección. En la tarde de abril 15, el alcalde de Seattle acudió al Gobernador y al Presidente para obtener ayuda de emergencia. Pero así como empezó, la histeria colectiva desapareció rápidamente. Más tarde, un equipo de expertos determinó que los pequeños agujeros siempre habían estado allí; los propietarios simplemente no se habían dado cuenta de que los huecos y las burbujas siempre habían estado ahí porque los conductores por lo general miran a través de los vidrios panorámicos y no a ellos directamente (Medalia y Larsen,1958). A primera vista, este caso de histeria masiva, que definimos como una expresión de terror incon-
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trolable a nivel social, parece no haber surgido en ninguna parte. En el área de Seattle, alguien se dio cuenta primero de los huecos en dichos vidrios, se lo contó luego a otras personas, lo cual condujo a que muchas personas informaran de la existencia de más huecos, hasta que una epidemia se propagó y se esparcieron rumores extravagantes causando el pánico de la gente. Sin embargo, los sociólogos encontraron que por más extravagantes que parezcan estos incidentes, no surgen simplemente por casualidad. Una teoría del comportamiento colectivo, tal como la de Neil Smelser, puede ayudar a señalar una cantidad de factores determinantes que lo producen. En primer lugar, la conductividad estructural para la histeria colectiva existía en Seattle. El área estaba densamente poblada, con comunicaciones rápidas y amplias que eran posibles gracias a la radio y a la prensa. En segundo lugar, los residentes estaban bajo una tensión sicológica por motivo de su relativa proximidad a los sitios de pruebas de bombas atómicas. Se encontraban en estado de ansiedad por el posible daño que podría causarles la lluvia radioactiva, pero no sabían cómo protegerse. En tercer lugar, la prensa local había fomentado una creencia generalizada. Durante muchos meses antes del incidente de la destrucción de los vidrios panorámicos, los periódicos habían publicado algunas historias acerca de las pruebas recientes de la bomba de hidrógeno en el Pacífico. "La Comisión de Energía Atómica anuncia explosión en medio de creciente preocupación" anunciaba un titular, "Testigos afirman que la prueba de la bomba de hidrógeno esta fuera de control" decía otro; "Tres víctimas de la bomba de hidrógeno enfrentan la muerte" declaraba un tercero. Tales informes inquietantes ayudaron a confirmar los temores de la gente. En cuarto lugar, se presentó un acontecimiento precipitante: el descubrimiento de algunos vidrios panorámicos de automóviles con huecos. Puesto que la gente estaba sobrecogida por el temor difundido por las pruebas nucleares, estos descubrimientos presumiblemente ofrecían pruebas concretas de que estaban llegando las consecuencias terribles de una precipitación de lluvia radioactiva. El resultado fue el comienzo de una histeria colectiva.
Los rumores La histeria causada por la destrucción de los vidrios panorámicos ocurrida en Seattle se estimuló con el cubrimiento de las noticias de primera plana sobre lo que estaba sucediendo, lo cual era considerado como una emergencia aumentada por la rápida difusión de los rumores por los residentes del área. Un rumor es una narración no verificada que circula de
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persona a persona y se acepta como un hecho, aunque su fuente original puede ser muy vaga o desconocida. Los rumores proliferan en situaciones tensas y ambiguas, cuando las personas son incapaces de observar los hechos, o cuando por una razón u otra desconfían de la información que reciben. De esta manera, los rumores comprenden una información que se dispersa, aun cuando esa información sea sospechosa y carente de pruebas. Los rumores se diferencian del chisme en que en algunos casos el chisme encierra hechos conocidos. Además, el chisme se relaciona con situaciones personales, mientras que los rumores comúnmente se ocupan de situaciones y acontecimientos más amplios (Rosnow y Fine, 1976). La difusión de rumores no es simplemente una respuesta a la curiosidad ociosa; ésta refleja los anhelos que tiene la gente de encontrarles significado a los acontecimientos y, por lo tanto, representa una forma de solucionar problemas de grupo. En Seattle, los residentes pensaban que la destrucción de los parabrisas era causada por la precipitación de la lluvia radiactiva proveniente de las pruebas nucleares de la bomba de hidrógeno. Aunque esta interpretación se convirtió en un error, por algún tiempo resolvió su problema de encontrar razones para explicar el misterioso daño. En forma similar, en Chicago en 1968, llegaron rumores hasta la oficina del Alcalde de que los manifestantes en la convención planeaban asesinar al candidato presidencial y contaminar el agua de la ciudad con LSD (Albert y Albert, 1984). Asimismo estos rumores, aunque forzados, eran una forma de dar a conocer a la gente la determinación de los manifestantes de ir a Chicago. La rivalidad y el secreto estimulan los rumores. Esta explica por qué la guerra y la política dan origen a muchos rumores, como sucede con los negocios financieros y corporativos. La competencia y el secreto que rodean los exámenes importantes hace que los estudiantes universitarios sean muy receptivos a los rumores. (En efecto, se sabe que algunos estudiantes han echado a correr informaciones falsas para extraviar a sus compañeros que no sospechan y darse a sí mismos un perfil de ventaja competitiva). En la Unión Soviética, en donde por largo tiempo el régimen autoritario previno el flujo libre de información confiable, la gente confía fuertemente en los rumores que ayudan a dar sentido a los acontecimientos ordinarios (Rosnow y Fine, 1976). La mayor parte de los rumores nacen, sobreviven y mueren dentro de un período de tiempo relativamente corto. Después de estudiar la transmisión de los rumores en el laboratorio y en el campo, los sicólogos Gordon W. Allport y Leo Postman (1947)
descubrieron un patrón básico para todos. Una persona escucha una narración que parece interesante y si la repite -o cuenta lo que recuerde de ella- a un amigo. En forma gradual, la versión original se va reduciendo a unos pocos detalles esenciales que son fáciles de contar. Allport y Postman denominan este proceso nivelación: "A medida que un rumor viaja, tiende a disminuir, a hacerse más conciso y más fácil para captar y narrar. En las versiones posteriores se utilizan menos palabras y se mencionan menos detalles" (p.75). Como resultado de la nivelación ciertos detalles obtienen más importancia y el rumor se agudiza: las personas recuerdan y aprueban sólo una parte de la narración original. A medida que circula el rumor, la gente también tiende a cambiar los detalles para hacer la historia más coherente y más acorde con sus preconcepcio nes. En uno de los experimentos de Allport y de Postman, por ejemplo, una narración acerca de una ambulancia que llevaba explosivos se cambió a una nueva narración sobre una ambulancia que transportaba provisiones médicas. La versión que se vuelve a contar se acomoda a las expectativas comunes de la gente. En forma similar, en el verano de 1968 los activistas que estaban en contra de la guerra, maquillaron los rumores diciendo que la policía de Chicago se iba a comportar bruscamente con los manifestantes (atacándolos con perros y encarcelándolos en las alcantarillas) porque esperaban esa insensiblilidad de parte del sistema político. Se acomodaba a sus estereotipos.
Contagio social Así como los rumores se relacionan con la tensión y con la angustia, asimismo el contagio social, que como ya se ha dicho, se relaciona con la difusión espontánea y relativamente rápida de un estado de ánimo o comportamiento de un individuo a otro. En 1954, la histeria causada por la destrucción de los vidrios panorámicos que se extendió rápidamente por Seattle, acarreaba un contagio social. Los investigadores han estudiado muchos otros incidentes de este proceso colectivo. En 1972, por ejemplo, treinta y cinco mujeres que trabajaban en un centro de procesamiento de datos en una universidad sintieron molestias de náuseas, vértigos y desmayos temporales (Stahl y Lebedun, 1974). Diez habían tenido síntomas graves de modo que tuvieron que ser llevadas a la enfermería. El rumor decía que los síntomas eran causados por una fuga de gas no identificado dentro de las oficinas de procesamiento de datos. Los investigadores cerraron el edificio e investigaron el misterioso gas, pero realmente no pudieron encontrar nada. Ni siquiera pudieron encontar rastros de gas
EL COMPORTAMIENTO COLECTIVO Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
tóxico en las muestras de sangre de las víctimas. El edificio se abrió nuevamente, pero al siguiente día más trabajadores cayeron enfermos. De nuevo se cerró el edificio y otra vez se hizo una investigación profunda, que no arrojó causas físicas. No obstante, lo que encontraron los investigadores fue un modelo bien definido en las experiencias sicosociales de las mujeres que mostraban los síntomas más graves. Tendían a ser las más insatisfechas con su empleo y la insatistacción en el trabajo puede considerarse como una medida indirecta de la angustia. Es igualmente interesante anotar que la difusión de los grandes síntomas siguió un modelo social. Las mujeres que estaban más enfermas no trabajaban cerca unas de otras, como debería esperarse si un gas tóxico fuera la causa. Por el contrario, los síntomas se extendieron a través de las redes de amistad, a pesar de lo lejos que pudieran estar estas trabajadoras. Tales hallazgos son una indicación fuerte de que había ocurrido un incidente inadvertido de contagio social.
COMPORTAMIENTO DE LAS MULTITUDES Tipos de multitudes Las reuniones temporales de personas alrededor de una persona o un acontecimiento y que están conscientes e influenciadas por la presencia de uno y de otro se denominan multitudes. Las multitudes difieren de otros grupos sociales principalmente en que tienen poca duración y están poco estructuradas, y en que utilizan áreas convencionales o edificios para finalidades no convencionales (Snow, Zurcher y Peters, 1981). En su ensayo clásico denominado "Collecive Behavior", el sociólogo Herbert Blumer (1939/1951) describió cuatro tipos de multitudes. Una es la multitud casual, que se forma espontáneamente cuando algo atrae la atención de los transeúntes. Por ejemplo, cuando una cantidad de personas que van por la calle de una ciudad se detienen a mirar a alguien que limpia las ventanas de un edificio muy alto, forman una multitud casual. Los miembros de estas multitudes, escribe Blumer, "Van y vienen, concediendo sólo una atención temporal al objeto que ha despertado (su) interés.... y solamente entran en una asociación débil con las demás personas" (p. 178). Por el contrario, los pasajeros de un avión, los compradores en un almacén o la audiencia en un concierto, ilustran lo que Blumer denominó una multitud convencional. Los miembros de una multitud convencional se reúnen por un objetivo específico y se comportan de acuerdo con normas estable-
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cidas. Por ejemplo, aunque el abuchear es algo esperado de la multitud en un partido de fútbol, se considera bastante inapropiado para la multitud en un concierto de música clásica. En una multitud convencional relativamente se da poca interacción. La gente busca una meta común, pero tiende a hacerlo en forma individual. Los intercambios entre tales personas comúnmente son muy rutinarios e impersonales. Los asistentes a los festivales de rock, a las reuniones de renovación y a los carnavales exuberantes (tales como los que se realizan en Mardi Gras en Nueva Orleans y en Río de Janeiro) presentan ejemplos de multitudes expresivas. Las personas de las multitudes expresivas están cargadas emocionalmente y se dejan llevar por el entusiasmo y los sentimientos intensos, se comportan en formas que se considerarían inaceptables en otras circunstancias. Expresar los sentimientos se convierte en una intención primaria. La legendaria feria de música y arte de Woodstock, que se llevó a cabo en las montañas de Catskill de Nueva York en agosto de 1969, es un ejemplo de dicha multitud. Un impresionante conjunto de estrellas del rock llevó a más de 300 000 jóvenes a la granja en donde se reunía el festival. El estado de ánimo de la multitud fue haciéndose cada vez más alegre y hoy se recuerda el acontecimiento quizá más por esta experiencia y expresión de buenos sentimientos que por el concierto en sí mismo. El tono emocional de una multitud en acción es diferente del que tiene una multitud expresiva. Una multitud en acción es una colección entusiasta y volátil de personas que se concentran en un acontecimiento que despierta controversia, que provoca indignación, ira, y deseo de actuar. Los miembros de las pandillas que golpean a un joven de otro vecindario que por casualidad entra a su territorio, o los fanáticos asistentes a un encuentro de fútbol que llegan hasta el alboroto cuando un arbitro toma una determinación cuestionable, son ejemplos de multitudes en acción. A diferencia de los miembros de una multitud expresiva, que consideran la expresión de sus sentimientos como un fin en sí mismo, los miembros de una multitud en acción busca corregir un error manifiesto. Cuando este tipo de multitud se compromete en la violencia o en la intimidación, es frecuente que se relacione con las masas violentas (Hoult, 1969). Puesto que los efectos sociales de la acción de las masas violentas puede ser de largo alcance, lo examinaremos con un poco más de detalle.
Acción de las masas violentas Por muchos siglos los levantamientos de masas y las orgías destructoras han sido la pesadilla de los go-
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bernantes. Las acciones de las masas violentas fueron muy comunes en los siglos XVIII y XIX en Europa. Tanto en los poblados como en los campos, los tropeles de hombres y mujeres armados se tomaron mercados y almacenes, exigiendo la reducción de precios, llevándose en algunas ocasiones las mercancías. En Inglaterrra, bandas aisladas de artesanos quemaron las fábricas y destruyeron las máquinas que amenazaban su subsistencia. En julio 14 de 1789, los parisinos asaltaron la vieja prisión de La Bastilla en la más famosa confrontación de la revolución Francesa. Las multitudes violentas también han figurado en forma notable en la historia estadounidense. El siglo XIX estuvo marcado por las revueltas de los agricultores, por las rebeliones de los mineros y por las batallas sangrientas entre los sindicatos y la poliría, por los linchamientos y los motines urbanos.
Los motines de la Guerra Civil de 1863 hicieron estragos en cuatro días y fueron probablemente las revueltas más graves de la historia de la nación. Ha habido acción de las masas violentas en el siglo XX, tal como los desórdenes civiles de los años 60. Por todo el país surgieron huelgas en los ghettos de los negros y fueron tan violentos que frecuentemente se llamó a la guardia nacional para que restableciera el orden. ¿Por qué se desencadenan los motines? ¿Por qué las personas abandonan las rutinas de la vida diaria y toman parte en las multitudes hostiles? Una explicación popular es la "teoría del populacho". Esta sostiene que solamente los tipos criminales participan en los motines y que un núcleo fuerte de agitadores incita a la violencia a pesar de la fuerte desaprobación de los residentes de la zona. No obstante, la Comisión Asesora Nacional sobre Desórdenes Civiles, designada por el presidente Johnson, rechazó esta teoría. En los motines de Detroit de 1967, por ejemplo, se encontró que cerca de 40 por ciento de los residentes de los ghettos participaban en las acciones de las masas violentas o eran espectadores. Esto difícilmente representa una minoría desviada. Además los revoltosos de Detroit, en promedio estaban mejor educados, mejor informados y más comprometidos con la comunidad de lo que estaban los no revoltosos. Y la mayoría de los revoltosos eran empleados que pensaban que sus empleos no eran dignos de ellos. Entonces, ¿por qué estas personas se ven comprometidas en las acciones de las masas violentas? Es posible que el siguiente relato sobre los motines de Detroit (con base en el Report of the National Advisory Commission on Civil Disorders, 1968) (Informe de la Comisión Nacional Asesora sobre Desórdenes
Cixnles) no explique totalmente la violencia de las masas, pero proporciona algunas perspectivas de sus causas.
Perfil de los motines de Detroit
Los cuatro tipos de multitudes señaladas por Herbert Blumer sirven como modelo para sensibilizarnos a las complejidades del comportamiento humano. Las líneas precisas son difíciles de trazar. ¿Es acaso la audiencia callejera de un payaso en una calle de Nueva York una multitud casual o convencional? ¿Hasta qué punto estos fanáticos del fútbol en Río de Janeiro dejan de ser una multitud convencional y se convierten en una masa violenta? (Arriba: William Edward Smith/The Stock Market; abajo: Robert Fried/Stock, Boston).
En el verano de 1967 los ghettos de los negros en veintitrés dudades explotaron en violencia. La legislación sobre los derechos civiles había despertado algunas esperanzas, pero también había proporcionado poco en la forma de una mejoría concreta. Muchos negros estaban frustrados y desilusionados. La Comisión Asesora Nacional sobre Desórdenes Civiles encontró que 70 por ciento de los revoltosos creían merecer mejores empleos y culpaban al racismo de sus problemas, no a su falta de capacidad, de entrenamiento o de ambición. En resumen, los habitantes del ghetto estaban sujetos a una verdadera tensión social. Además, los ghettos son en forma estructural propicios para las acciones masivas. Los re-
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sidentes viven muy cerca unos de otros y la vivienda que no cumple con todos los requisitos, estimula a muchos a pasar buena parte de su tiempo afuera de la casa, especialmente durante los calurosos meses del verano. Como resultado de esto, las calles normalmente permanecen llenas de gente. Tales condiciones aumentan la posibilidad de que pueda surgir un comportamiento colectivo. Más aún, cuando experimentan tensión social en un ambiente social propicio, la gente no se compromete necesariamente en la violencia masiva. Para hacerlo deben haber desarrollado comúnmente una creencia generalizada de que son víctimas de una gran injusticia. En el ghetto, los almacenes tientan a los residentes con mercancías que no pueden conseguir, y la policía que acosa y algunas veces abusa de los residentes, está siempre presente como recordatorio de la dominación blanca. La frustración, la ira y el resentimiento se extienden. Todo lo que se necesita es una chispa para que se produzca la explosión. Esa chispa ocurrió en la noche del sábado 22 de julio, cuando el escuadrón contra el vicio de Detroit efectuó varias redadas contra jugadores en cinco clubes sociales frecuentados por negros. Estos arrestos masivos suministraron el foco de descontento entre los habitantes del ghetto. Mientras la policía transportaba a los últimos participantes la mañana del domingo, una multitud de doscientas personas ya se había reunido en la calle; una botella arrojada de entre la multitud rompió la ventana del último vehículo de la patrulla que ya se retiraba, este acto desencadenó otras acciones agresivas y movilizó a la gente hacia acciones aún más violentas. Hacia las 8 de la mañana la multitud de la calle 12, había aumentado a 3 000 personas. Al sentirse superados en número, los policías se retiraron. Por unas pocas horas prevaleció el ambiente de carnaval; pero al mediodía la policía había tomado posiciones en las calles adyacentes; rápidamente se dispersaron rumores entre la multitud. Según un rumor, un oficial de la policía había herido con la bayoneta a una persona negra a sólo unas cuantas cuadras. Tan pronto la policía montó sus refuerzos y aumentaron los rumores, el humor de la multitud cambió, y la juerga se convirtió en ira. La gente empezó a apedrear a la policía y a prender fuego en los almacenes. Los bomberos trataron de controlar las llamas; pero hacia las 4:30 de la tarde del domingo estaban exhaustos y abandonaron el área. En ese momento el alcade impuso el toque de queda y llamó a la guarda nacional. El número de incendios y saqueos disminuyó; pero los informes sobre la presencia de francotirado-
La Guardia Nacional patrulla una calle desierta durante los motines de Detroit en 1967. Lejos de ser obra de las masas violentas inconscientes o de un grupo fuerte de agitadores, los motines del ghetto de la década de 1960 fueron una respuesta espontánea pero provista del propósito de dar una respuesta a las condiciones sociales y económicas poco aceptables. (Dennis Brack/BlackStar).
res aumentaban. Los informes habían alcanzado la cifra de 534 el miércoles 26 de julio. El pánico y la confusión se diseminaron entre los residentes del ghetto y las acciones de la policía contribuyeron al terror; esta irrumpía en los domicilios, apoyándose en la más leve excusa y arrestaba a cualquiera que tuviera un arma. Estos esfuerzos frenéticos por restablecer el control social solamente sirvieron para intensificar la violencia y para exacerbar el problema. Antes de finalizar la semana, la policía había arrestado a 7 200 personas y 43 habían sido asesinadas (30 o más por la policía y el ejército; 2 por los propietarios de almacenes, y 2 o posiblemente 3 por los revoltosos). Entre los muertos estaban un guardia nacional, un bombero y un oficial de policía (muerto accidentalmente por un oficial compañero). Treintra y tres de las víctimas eran negras y diez blancas; los daños en propiedades particulares se calcularon en $22 millones de dólares. Los investigadores encontraron que los participantes en los motines del ghetto de 1960 buscaban beneficiarse, no propiamente derrocar, el sistema so-
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cial estadounidense (Alien, 1970). En resumen, estas acciones colectivas fueron "protestas espontáneas contra las condiciones injustas" (Campbell y Schuman, 1968). Además, esta forma violenta de protestar demostró efectividad. Tal como señala un observador: "Los reporteros y los camarógrafos se apresuraron en ir a los ghettos; siguieron los funcionarios elegidos y designados; sociólogos y otros académicos llegaron un poco más tarde. El Presidente estableció una comisión de motines, así lo hicieron también los gobernadores" (Fogelson 1970, p. 146). De esta manera, los motines trajeron resultados inmediatos, si no de largo plazo, que no se hubieran logrado mediante décadas de protestas parificas (Button, 1978).
Análisis del comportamiento violento de las masas El consenso en relación con los motines de la década de 1960 es que estos desórdenes civiles representaban atentados intencionales para expresar la ira por la opresión de los blancos y el deseo de corregir la injusticia social; es muy significativo que en la mayoría de los casos solamente los almacenes de propietarios blancos del ghetto fueran quemados y saqueados; la destrucción no era algo casual, estaba dirigida contra metas propuestas. Pero esta opinión sobre la acción de las masas violentas como comportamiento relativamente racional, no ha prevalecido siempre. Hasta hace muy poco las masas violentas se consideraban como algo cercano a las bestias desencadenadas, aguijoneadas por impulsos poderosos, violentos y carentes de algún sentido de razón. Un proponente principal de esta perspectiva sicológica fue el francés Gustave Le Bon. La sicología de las multitudes. Le Bon (1841 - 1931) fue un aristócrata en una época en la que las masas populares estaban desafiando a la clase gobernante hereditaria. En cuanto a las preocupaciones de Le Bon, el viejo sistema social con sus privilegios y seguridad para las élites como para sí mismo, estaba amenazado por masas emocionalmente veleidosas. Le Bon se refería a las masas violentas como algo puramente irracional y destructivo, capaz de revolver el orden social. El desarrolló una profunda desconfianza hacia toda disidencia política bien sea que estuviera apoyando a la democracia parlamentaria o al socialismo. "La era en que estamos entrando", escribió Le Bon "será en verdad la era de las multitudes"; para él, esto significaba una admonición terrible. En su libro The Psychology of Crowds (1895/1960)
Le Bon argumentaba que el involucrarse en una
multitud colocaba a los individuos "en posesión de una mentalidad colectiva" que los hacía pensar sentir y actuar en forma muy diferente a como se comportarían si cada persona estuviera aislada. Las multitudes, afirma Le Bon, ganan control sobre el pueblo en forma muy semejante a como lo hacen los hipnotizadores. En las multitudes los individuos se convierten en algo altamente sugestionable; ellos "acometerán acciones con irresistible ímpetu". Las olas de emoción se deslizan entre ¡as multitudes, contagiando a una persona después de otra, así como se extiende una enfermedad contagiosa. La apariencia débil de la civilización desaparece, permitiendo que salgan a flote las motivaciones primitivas y los impulsos antisociales. En la década de 1950 el sociólogo Herbert Blumer (1939) volvió a definir las ideas de Le Bon. Describió el contagio social descrito anteriormente como algo que se presenta en las multitudes por un "acontecimiento excitante" que crea inquietud en un grupo de personas. Estas empiezan a moverse en círculos "como si estuvieran tratando de encontrar o de evitar algo; pero sin saber qué es lo que están tratando de encontrar o de evitar" (p. 173). Mientras buscan señales, un comportamiento agitado o retórico atrae su atención; y en lugar de juzgar estas acciones, como deberían hacerlo ordinariamente, responden impulsivamente y conforman su propio comportamiento de acuerdo con el de ellos. Ésta reacción refuerza a los actores originales, haciendo que se exciten cada vez más (lo que Blumer denominó la reacción circular). Tan pronto se forma la agitación, las personas se inclinan cada vez más a actuar sobre sus crecientes sentimientos de alboroto. En opinión de Blumer, esta tendencia explica el contagio social que frecuentemente ocurre entre las multitudes. Normas emergentes y relaciones sociales. Pocos sociólogos contemporáneos rechazan la observación de que las emociones y el comportamiento algunas veces se extienden entre las multitudes como si fueran realmente un contagio. Sin embargo, la mayoría de los sociólogos contemporáneos creen que Le Bon y Blumer subestimaron la organización de las multitudes y su capacidad para expresar un comportamiento racional. Según ellos, es muy sencillo considerar a las personas en las multitudes como criaturas impulsivas, impredecibles que no pueden controlar por más tiempo su comportamiento. Los sociólogos Ralph Turner y Lewis Killian (1972), por ejemplo, cuestionan la suposición implícita de que la conformidad social ya no funciona en una multitud. Según su teoría de la norma emergente, las personas desarrollan nuevas normas sociales a medida que interactúan en situaciones carentes de linea-
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mientos firmes para convivir con ellas. Estas normas luego ejercen una influencia poderosa en su comportamiento. Las nuevas normas evolucionan a través de un proceso gradual de exploración social y de prueba. Una o más personas pueden sugerir una línea de acción (gritando obsceninades o lanzando botellas, por ejemplo). Pueden seguir otras sugerencias. La multitud empieza a definir la situación, a desarrollar una justificación de los actos que bajo otras circunstancias serían cuestionables. En esta forma pueden surgir nuevas normas que toleren la violencia y la destrucción, pero todavía imponen algunos límites en el comportamiento de la multitud. El surgimiento de nuevas normas, argumentan Turner y Killian, no significa que los individuos de una multitud lleguen a pensar y a sentir como una sola persona. Aunque a los extraños les podría parecer que una multitud es un todo unánime, algunos participantes pueden estar marchando con ellos pa-
¿ Contagio social o una norma emergente? Al caminar solos, la mayoría de nosotros esquivaríamos los charcos. La presencia de una multitud parece haber puesto a unos bañistas impetuosos, en las palabras de Le Bon: "En posesión de una mente colectiva". Otros sociólogos, sin embargo, argumentarían que su unanimidad demuestra alguna conformidad a nuevas normas sociales. (PeterMenzel).
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ra evitar la desaprobación y el ridículo. Así, a diferencia de Le Bon y de Blumer, Turner y Killian creen que la unanimidad de las multitudes es poco menos que una ilusión. La ilusión se crea por el hecho de que los miembros de la multitud tienden a exigir al menos una conformidad superficial con las nuevas normas que han evolucionado. Al extender las ideas de Turner y Killian, otros sociólogos han argumentado que las nuevas relaciones sociales también emergen en las multitudes (We11er y Quarentelli, 1973). Consideremos el linchamiento, una forma común de violencia de multitudes en el Oeste de Estados Unidos hasta las décadas recientes y también en el Sur del país. Una masa violenta que lincha se aparta de las normas convencionales de un juicio por jurado, del régimen jurídico y de la ejecución hecha solamente por parte del Estado, remplazándolos por normas de un juicio vigilante y de castigo con el consentimiento de las masas violentas. Pero a la vez se desarrollan nuevas relaciones sociales también; los participantes, improvisando una división de trabajo, designan informalmente tales roles como fiscal, testigos, miembros del jurado y ejecutores. En resumen, las multitudes, ni carecen de normas ni de organización social. Las normas y las relaciones sociales siempre surgen en ellas, haciendo que sean mucho más estructuradas de lo que podría parecer a primera vista. Comportamiento de las masas violentas como toma de decisiones racionales. Un problema de la opinión de Turner y de Killian es que no explica por qué las normas nuevas que surgen en una multitud son frecuentemente tan exageradas. ¿Por qué algunas multitudes aprueban comportamientos fuertemente condenados bajo circunstancias normales, como por ejemplo, el incendio, el saqueo y el asalto? El sociólogo Richard Berk (1974) sugiere una respuesta. Su explicación genera la teoría de la opción racional; en su opinión, las personas no dejan de ser racionales simplemente porque sean parte de una multitud; siguen sopesando los costos y los beneficios de los posibles cambios de acción. Los costos asociados con las revueltas son el riesgo de daño personal y la probabilidad de ser arrestado. En una multitud que supera enormemente el número de policías, estos riesgos son relativamente pequeños; por el contrario, los beneficios de una acción de masas pueden ser grandes para las personas que están en situaciones desventajosas y tienen muchas frustraciones. Estos beneficios pueden ser tangibles como mercancías saqueadas o intangibles como el reconocimiento social y la liberación emocional. En cualquier caso, argumenta Berk, las personas en masa violenta calculan que en su situación determinada, la violencia será recompensada.
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No todos los sociólogos están de acuerdo en que la acción de las multitudes sea calculada de este modo. Pero el hecho de que las revueltas del ghetto a finales de la década de 1960 lograran para los negros insatisfechos la atención renovada de los estadounidenses blancos, parece proporcionar algún apoyo a la hipótesis de Berk. Desde la perspectiva de los revoltosos, la acción violenta puede, en efecto, ofrecer algunos beneficios.
MOVIMIENTOS SOCIALES Hasta ahora hemos visto formas de comportamiento colectivo relativamente pasajeras. La histeria colectiva o de masas es como una llamarada: rápidamente desaparece; las multitudes se reúnen y pronto se dispersan; más aún, las revueltas disparadas por injusticias sociales profundamente asentadas, tienen un curso de vida breve. Pero la acción colectiva no es siempre efímera. A veces las colectividades humanas lanzan esfuerzos deliberados y sostenidos para producir o resistirse al cambio; estos esfuerzos se denominan movimientos sociales. Los movimientos sociales difieren de otros tipos de comportamientos colectivos no sólo en términos de su duración sino también en su grado de organización. Como lo señalaron Turner y Killian, las normas y los roles se forman en las revueltas y en otras acciones multitudinarias. Pero la estructura que está presente en estos incidentes pasajeros es mucho más cambiante que la estructura que se encuentra en los movimientos sociales. De hecho, los movimientos sociales que han existido por largo tiempo y que han llegado a ser muy influyentes, frecuentemente comprenden organizaciones con estructuras jerárquicas formales y con vínculos precisos de unos con otros. No obstante, esto no significa que los movimientos sociales sean lo mismo que los esfuerzos institucionales para permitir o para resistirse al cambio social. Cuando las compañías petroleras solicitan al Congreso que apruebe leyes de impuestos a su favor, o cuando los médicos solicitan a la Dirección de Alimentos y Medicinas (FDA) que acelere la aprobación de una nueva droga, no están comprometidos en un movimiento social. Los movimientos sociales siempre comprometen, por lo menos, a algunos medios no institucionalizados de persuasión, incluyendo marchas de masas y mítines, paros, boicoteos y algunas veces hasta la violencia, el sabotaje y otros actos ilegales (especialmente cuando los agentes del control social tratan de suprimirlas). Estas tácticas van más allá de los procedimientos convencionales para ventilar los agravios, así como el pánico, la histeria colectiva y las revueltas van más allá de las formas convencionales de hacer frente a
las situaciones de tensión (Traugott, 1978). ¿Por qué los participantes en los movimientos sociales confían en los métodos no institucionalizados? Porque carecen de poder social para desarrollar sus intereses colectivos solamente por los caminos institucionalizados (McAdam, 1982). Durante las décadas de 1950 y 1960, por ejemplo, los estadounidenses negros tuvieron que utilizar boicoteos, manifestaciones masivas y algunas veces la insurrección violenta para dar a conocer la profundidad de su descontento. Simplemente no tenían el poder de producir los cambios deseados mediante políticas convencionales de los grupos de interés. Esto les ocurre a los participantes en otros movimientos sociales.
Tipos de movimientos sociales Los movimientos sociales pueden desarrollarse alrededor de casi cualquier situación social significativa, tal como la calidad ambiental, las armas nucleares, los derechos de la mujer, la segregación racial en Sur África, el uso de las drogas, la salvación religiosa, para sólo mencionar unos cuantos. Dada la gran variedad de movimientos sociales, muchos sociólogos han tratado de clasificarlos. David Aberle (1966) fundamenta sus categorías de movimientos sociales sobre dos criterios: el tipo de cambio que los miembros buscan (bien sea un cambio en los individuos o un cambio en el orden social) y la cantidad de cambio deseado (bien sea parcial o total). Este enfoque ha producido cuatro tipos de movimientos: alterno, redentor, reformador y transformador. Los movimientos alternos permiten alcanzar algún cambio específico en los individuos aunque limitado. Los participantes de estos movimientos consideran a los seres humanos como esencialmente buenos, pero creen que el carácter cambia en forma negativa o que las presiones sociales pueden llevar a las personas a extraviarse. Cuando los miembros de la Unión de Mujeres Cristianas por la Tolerancia buscaron enseñar a la gente los peligros del alcohol y los desanimaron a beber, estaban comprometidas con un movimiento alterno. Los movimientos redentores también se centran en el individuo, pero buscan un cambio total y no pardal. Los participantes creen que las personas deben convertirse a un estado interior completamente diferente; la mayor parte de los movimientos redentores son religiosos. Por ejemplo, según los miembros del movimiento cristiano evangélico, los hombres son oprimidos por el pecado y son capaces de redimirse solamente mediante la aceptación de las enseñanzas de Cristo. Los movimientos de reforma difieren de los movimientos alterativos y de los movimientos re-
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dentares en que buscan un cambio en la sociedad en lugar de buscarlo en los individuos. Su propósito es un cambio parcial, puesto que ven el orden social presente como básicamente trabajable; pero sus miembros no están satifechos con las políticas en una o más áreas de la vida social. Los movimientos por los derechos civiles de varios tipos (a favor de las minorías raciales y étnicas, las mujeres, los homosexuales, etc.) son ejemplos de movimientos reformadores. Estos movimientos no se encaminan a derribar el sistema social prevaleciente, sino a distribuir sus beneficios en forma más amplia. Un cambio moderado no es la meta de los movimientos transformadores, que buscan un cambio total en el orden social. Los movimientos transformadores son verdaderas revoluciones. Los cambios que apoyan son totales; nada del antiguo orden debe sobrevivir. El movimiento bolchevique en Rusia a comienzos del siglo XX es un ejemplo. Sus seguidores buscaban el derrocamiento total de la clase dirigente tradicional. El resultado de dichos movimientos puede ser cataclísmico.
Explicación de los movimientos sociales ¿Por qué surgen los movimientos sociales? ¿Bajo qué condiciones la gente se compromete en una acción colectiva para resistir o para producir un cambio? Los investigadores han propuesto dos respuestas fundamentales. Una es que los movimientos sociales surgen de una privación económica y social, un, tipo de tensión social. Según esta perspectiva, cuando el descontento con la situación social existente se profundiza y amplía, la gente se reúne y lucha para defenderse. La mayoría de los sociólogos, sin embargo, ven la privación solamente como una explicación insuficiente para el surgimiento de un movimiento social. Ellos sostienen que el descontento es siempre algo difundido, y que aún los movimientos sociales perfectos son relativamente infrecuentes. La razón, argumentan, es que el descontento debe ir unido a la capacidad de movilizar los recursos en beneficio de los intereses del grupo. Sin recursos suficientes ni la organización para utilizarlos en forma eficaz, incluso las personas más oprimidas no pueden lanzarse a un movimiento social. En las siguientes secciones exploraremos las formas en las cuales pueden ser importantes la privación y la movilización de recursos.
La privación social y económica La forma más fundamental de privación es la falta de satisfacción de las necesidades vitales: alimentación adecuada, vivienda y vestido. Tales condiciones
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aparecen como precursoras de la revolución y algunas veces lo son. La Revolución Francesa, por ejemplo, fue precedida por un aumento inmenso en el precio del pan (el precio más alto en setenta años) debido a las malas cosechas en 1787 y 1788. Los trabajadores de la ciudad e incluso los residentes rurales tuvieron que enfrentar un hambre prolongada. En 1789 se rebelaron. El argumento de que los movimientos revolucionarios surgen cuando el pueblo no puede satisfacer sus necesidades fundamentales fue básico para la teoría de la revolución de Marx, quien sostenía que el uso cada vez más creciente de la maquinaria y de la producción de las fábricas condenaría a los trabajadores a tareas cada vez más y más serviles, deprimiendo continuamente sus salarios y alimentando su sentido de alienación. Los ciclos económicos de la explosión y del fracaso que caracterizan a las sociedades capitalistas solamente agravarían y conformarían la miseria de la clase trabajadora. Eventualmente, los trabajadores serían arrojados a un estado de explotación tan intolerable que deberían organizarse para derrocar a sus opresores (y, a diferencia de los sistemas anteriores, el capitalismo debería dar a la clase trabajadora la capacidad de organización social para ganar su lucha revolucionaria). Pero no todos los sociólogos están de acuerdo con la opinión de que el empobrecimiento progresivo coloca siempre al pueblo en una situación mental de revolución. Hace más de un siglo el observador francés Alexis De Tocquevile (1856) estudió la economía y la decadencia social del siglo XVII, que fue seguida por un período de progreso en el siglo XVIII. Concluyó que los movimientos revolucionarios generalmente ocurren no cuando las condiciones son desesperadas, sino después de que han empezado a mejorar. Durante los períodos de mejoramiento, argumenta Tocquevile, la gente empieza a darse cuenta de que la privación abyecta no es inevitable. Los desposeídos de repente se dan cuenta de que es posible una vida mejor y reaccionan buscándola. "Los males que se toleran pacientemente cuando parecen inevitables, se vuelven intolerables tan pronto se sugiere la idea de escapar de ellos", escribió Tocquevüle, (p. 214). Los sociólogos llaman a esta brecha entre las expectativas de la gente y sus condiciones actuales, privación relativa (Gurr, 1970). La privación relativa ocurre bajo diversas circunstancias. Tocquevile identificó una condición, la que llamó expectativas crecientes. Fue un sentimiento de expectativas crecientes, dicen algunos sociólogos, el que alimentó el movimiento de protesta negra, y
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los estallidos del ghetto de los años 60 (Geschwender, 1964; Abeles, 1976). La prosperidad económica de los años 50 y los logros tempranos de los movimientos por los derechos civiles condujeron a los negros a creer que sus circunstancias mejorarían en forma sustancial en un futuro previsible. Pero la nueva legislación sobre los derechos civiles y el programa de lucha contra la pobreza del Presidente Lyndon Jonhson no dieron buenos resultados. Los sueños de una Gran Sociedad se iban desvaneciendo a medida que Estados Unidos se preocupaba crecientemente por Vietnam. Dspertar las expectativas de la gente sobre un banquete que está a la puerta y luego entregarle migajas, es crear una situación social explosiva. No es de sorprenderse que surgieran motines en los ghettos y el movimiento del Poder Negro. El sociólogo James Davies (1962, 1974) ha identificado otra condición que fomenta los sentimientos de una privación relativa: una situación de surgimiento y caída en forma de una curva. El basa esta observación en el análisis de acontecimientos como la Rebelión de Dorr en Rhode Island en 1842, la huelga de Pullman en 1894, la revolución rusa en 1917 y la revolución egipcia en 1953. Davies concluye que los movimientos revolucionarios son más probables cuando hay un período prolongado de mejoría económica y social, seguido por un drástico
trastorno en la fortuna de la gente. El primer período presumiblemente crea una expectativa de que las cosas mejorarán permanentemente; el segundo período estimula un terrible temor de que todo posible progreso pasado se perderá repentinamente sin posibilidad de recuperación. Davies cree que las condiciones que prevalecen en el período de reverso son menos importantes que el estado sicológico que fomentan. Algunas personas inclusive pueden estar más acomodadas de lo que estaban antes de que empezara la tendencia a la baja económica y social. Pero pueden sentirse engañados en relación con sus expectativas. Se sienten desposeídos de aquello que pensaban iban a recibir. En consecuencia, experimentan una frustración intensa. La Figura 21.1, que resume la teoría de Davies, muestra que las revoluciones se inflaman cuando de repente se amplía la distancia, entre lo que la gente espera y lo que recibe. Las ideas de Marx, Tocqueville y Davies sobre el papel de la privación en el fomento de la revolución superficialmente parecen muy diferentes. Según Marx, el empobrecimiento progresivo causa la rebelión; de acuerdo con Tocqueville, la revolución surge del nacimiento de esperanzas por una vida mejor; y según Davies, un fuerte reverso de las condiciones mejoradas prepara el escenario para el levantamiento popular. Sin embargo, a pesar de sus diferencias, un proceso sicológico común subyace a todas estas opiniones. En todos los casos, la gente está experimentando una intensa insatisfacción sobre su participación actual en recompensas valiosas. Puede no ser crucial el hecho de que la participación ordinaria esté decayendo en forma estable o creciendo suavemente o que sufra una tendencia temporal a la baja. Lo que puede ser más importante es cómo el pueblo se percibe a sí mismo como engañado en relación con otras personas. (La privación puede ser económica o social, o de ambos tipos a la vez). Como resultado de esto, se sienten frustrados y su frustración les causa un deseo de organizarse, frecuentemente en violentas demandas por el cambio.
Movilización de recursos En 1894, los trabajadores de la fábrica Pullman Palace Car en las afueras de Chicago dejaron el trabajo como protesta por la disminución del salario. Los miembros del Sindicato de Ferrocarriles de Estados Unidos apoyaron a los trabajadores al rechazar manejar los trenes con autos Pullman. Eventualmente se utilizaron tropas para romper la huelga. La huelga de Pullman, ocurrió en una época de rápida industrialización, de expansión del empleo, y de surgimiento de expectativas que intensificaron el sentimiento de los trabajadores sobre la privación relativa. (The Granger Collection).
Sin embargo, la mayoría de los sociólogos contemporáneos argumentan que la privación percibida es solamente un factor que precipita un movimiento social. Para cambiar las normas o los valores existentes, afirman ellos, la gente debe movilizar recursos para sustentar su causa. Sin recursos, aun los grupos más engañados y frustrados no serán capaces de producir un cambio (Jenkins y Perrow, 1977; Snow y otros, 1981). Así, sociólogos como Charles Tilly (1973, 1978), cuya teoría hemos subrayado al co-
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Este gráfico ilustra la teoría de Davies de que las revoluciones probablemente ocurren más fácilmente cuando un período de economía y de progreso económico y social es seguido de una época totalmente opuesta, y que crea temores de que todo lo ganado se pueda perder.
Figura 21.1 Teoría de Davies sobre la revolución
fuente: Adaptado de James C. Davies, "Toward a Theory of Revolution". American Sociological Review, Vol. 27 (febrero 1962), Fig. 1, p.6.
mienzo de este capítulo, argumentan que los movimientos sociales ocurren solamente cuando los grupos oprimidos pueden movilizar los recursos necesarios para desarrollar acciones significativas con el fin de promover sus intereses colectivos. En otras palabras, los grupos oprimidos deben movilizar los recursos para aumentar su poder limitado y, con ello, desafiar las disposiciones sociales que han establecido quienes controlan la sociedad. Los recursos que se pueden movilizar para sostener un movimiento incluyen tanto habilidades humanas como capitales tangibles (Freeman, 1979). Entre los recursos tangibles primarios está el dinero (que puede comprar muchas cosas) los canales de comunicación masiva (volantes, radio, prensa y televisión, que pueden publicitar las metas de un movimiento) y el espacio para alojar las sedes de éste. Las habilidades humanas incluyen el liderazgo, el talento organizativo, el prestigio personal (que es muy útil para atraer a los seguidores y para ganar aceptación social), y un conocimiento profundo acerca de la gente y de las instituciones que el movimiento espera cambiar. El tiempo dedicado a las actividades del movimiento y el compromiso con sus causas (lo que quiere decir la voluntad de sobrellevar riesgos e inconvenientes, de tal manera que se
puedan alcanzar las metas del movimiento) también son muy críticas. Por ejemplo, en los primeros años, el movimiento por los derechos civiles dependía fuertemente de la movilización, del tiempo de los colaboradores y de su compromiso. Los estudiantes en particular, tanto blancos como negros, se movilizaban en huelgas, marchas y mecanismos de registro de votantes. En esta forma, el movimiento ganó una gran cantidad de atención nacional y de simpatía a un costo relativamente bajo. La participación de los estudiantes blancos en el movimiento de los derechos civiles ilustra otro punto importante. Los recursos movilizados para un movimiento social no siempre vienen exclusivamente del interior del grupo oprimido. Los recursos de una minoría en desventaja frecuentemente son insuficientes para lanzarse a un movimiento social que tenga éxito. Comúnmente, debe haber, por lo menos, una parte de recursos proveniente de las personas que no van a ganar directamente de los cambios que el movimiento pretende hacer, pero que sienten simpatía por él. Pero aún con ayuda externa, la movilización de recursos no siempre es fácil, el éxito depende de una gran cantidad de factores. Uno es la organización (Tilly, 1978; McAdam, 1982). Por ejemplo, las igle-
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sias, las universidades y los grupos de negros firmemente establecidos como la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color, NAACP, (originalmente interesada ante todo en la abolición del linchamiento) suministraron una base de organización muy importante para el movimiento por los derechos civiles de los años 50 y 60. Estas organizaciones hicieron posibles la comunicación, el planeamiento y la movilización de recursos. La capacidad para movilizar recursos depende de oportunidades favorables en el ambiente social. Por ejemplo, fue muy fortuito para los negros que los años 50 y 60 fueran económicamente muy prósperos. Durante la prosperidad la gente generalmente es más receptiva para mejorar las condiciones de grupos poco privilegiados. Los líderes de los derechos civiles aprovecharon la ventaja de este clima social relativamente favorable en la oportunidad de plantear sus exigencias de cambio. En forma análoga, en un estudio de la protesta negra en las ciudades estadounidenses durante los años 60, Peter Eisinger (1973) encontró que la tendencia era mayor que en aquellas comunidades en donde los funcionarios del gobierno mostraban receptividad al cambio social. La implicación es que la movilización de recursos depende en parte de las oportunidades políticas favorables. Otro factor que conduce a la movilización de recursos es lo que Doug McAdam (1982) llama liberación cognoscitiva (mental). La liberación cognoscitiva es algo semejante a lo que se refiere Charles Tilly cuando habla de un sentido de intereses comunes. Mas específicamente, la liberación cognoscitiva es una percepción colectiva de los miembros de un grupo oprimido de que sufren una situación injusta que pudieran cambiar mediante una acción colectiva. Dicha percepción colectiva se relaciona, tanto con la estructura favorable de oportunidades (la cual sostiene la esperanza de que el cambio es posible), como con la organización (que les permite a los insurgentes compatir sus opiniones). El resultado final de estas acciones es una acción colectiva. Pero que una acción colectiva tenga éxito o no, es otro asunto. Comúnmente un movimiento social debe mucho de su éxito a un liderazgo efectivo. Los sociólogos han identificado diversas clases de líderes, fluctuando desde el "agitador" o el "profeta", cuyas habilidades para organizar algunas exigencias imponen la atención del público, hasta el "administrador", que une las tuercas y tornillos de una campaña organizada (Wilson, 1973). Algunas veces, un solo líder ejerce muchos tipos de liderazgo en forma simultánea. Martin Luther King, Jr. y Betty Friedan fueron profetas influyentes que proclamaron las
Nuclear Free World (Un mundo libre de una amenaza nuclear) En el aniversario del accidente de Chernobyl, los manifestantes en Londres marcharon para protestar contra el uso de la energía nuclear -bien fuera como armas o como fuentes de energía¿qué teoría explica mejor el surgimiento de dicho movimiento la que se enfoca en la tensión social o aquella que lo hace con base en la movilización de recursos? (Stuart Franklin/Magnum Photos).
preocupaciones de los negros y de las mujeres respectivamente. Además, ambos funcionaron como administradores. King fue el vocero de la Conferencia de Líderes Cristianos del Sur, y Friedan, de la Organización Nacional de Mujeres. Líderes tan versátiles, sin embargo, tienden a ser la excepción. Mas a menudo, un movimiento desarrolla una división del trabajo entre varios líderes con diferentes clases de habilidades. Los sociólogos John McCarthy y Mayer Zald (1973, 1977) han propuesto que muchos movimientos sociales de hoy son ampliamente la creación de un liderazgo exterior. Ellos afirman que un mar sin fondo de descontento entre individuos oprimidos tiene una importancia secundaria en la generación de un movimiento social. Los líderes capacitados pueden tomar un descontento débil y mal definido para ampliarle su base. Por esta razón, la gente co-
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mún apoya algunos movimientos sociales que realmente vienen después de que el movimiento está en camino. Por ejemplo, el movimiento para proporcionar salud con fondos federales para los ancianos en Estados Unidos no se originó inicialmente de una gritería entre los ciudadanos de mayor edad. Por el contrario, la organización principal del movimiento, o sea, el Consejo Nacional para los Ciudadanos Mayores para la Atención Médica a través de la Seguridad Social (NCSC), estaba dirigido primeramente por funcionarios jóvenes y de edad madura, sostenido económicamente por la AFL-CIO. Los organizadores establecieron reuniones en todo el país y estimularon los movimientos masivos con memoriales. Más tarde, cuando el movimiento encontró cierta oposición en la Asociación Médica Americana, el NCSC empezó a utilizar sus recursos para movilizar una gran cantidad de miembros de base entre los ancianos. Por lo tanto, un apoyo activo del grupo oprimido fue movilizado después de que el movimiento estaba en pleno ímpetu. Lejos de comprometerse en griterías populares de descontento, este movimiento social fue planeado y dirigido profesionalmente por extraños (Rose, 1967). Esta visión del surgimiento de los movimientos sociales es muy diferente de la que se centra en el descontento y en la protesta entre los miembros de un grupo engañado. La perspectiva de la privación económica y social mira las frustraciones internas y los sentimientos de injusticia que estimulan a las personas a protestar y a buscar el cambio. La perspectiva de la movilización de recursos considera principalmente las condiciones externas que hacen posible una protesta organizada. Además, las dos opiniones no se excluyen mutuamente: ambas proporcionan perspectivas importantes, y ninguna de las dos es completamente adecuada por sí misma. Tan solo considerando las fuerzas sociales del descontento y el proceso por el cual se movilizan los recursos, podemos entender perfectamente la forma como surgen, se desarrollan y mueren los movimientos sociales. En este aspecto, la socióloga Theda Skocpol ha contribuido notablemente con su teoría de las revoluciones sociales.
Theda Skocpol y la revolución social Skocpol define la revolución social como "transformaciones rápidas y fundamentales del estado de una sociedad y de las estructuras de clase...acompañadas y en parte realizadas por las revueltas desde abajo, basadas en la clase" (1979, p. 4). La ocurrencia simultánea del levantamiento de clase y la transformación sociopolítica distinguen una revolución social de una rebelión (que no produce un cambio
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estructural), de la revolución política (que no comprende ningún cambio en la estructura social) y de procesos revolucionarios como la industrialización (que no comprende ningún cambio en la estructura política). Skocpol explica la revolución social combinando aspectos de las teorías marxistas y de las teorías de la movilización de recursos. Ella encuentra que aunque el conflicto de clase subyacente es fundamental para la revolución, también es necesario considerar la forma como los miembros de clase están organizados y cuáles son sus recursos. En vez de intentar crear una teoría general para todas las revoluciones, ella pretende construir una explicación válida para las revoluciones sociales en tres estados agrarios: Francia en la época del derrocamiento de Luis XVI (1789), Rusia en la época en que el Zar Nicolás II fue depuesto (1917), y China en la época en que se expulsó la dinastía Ch'ing (1911). Con base en un cuidadoso estudio de estas revoluciones, Skocpol destaca tres factores que tienden a ignorarse en otras teorías de la revolución. El primero, las revoluciones rara vez han empezado en forma intencional; generalmente surgen de situaciones de crisis. Segundo, las revoluciones no son exactamente productos de fuerzas internas. Las relaciones internacionales y los desarrollos (particularmente prolongados, guerras y derrotas militares) contribuyen al surgimiento de las crisis y de las revoluciones, al socavar los viejos regímenes políticos. En tercer lugar, los Estados tienen una existencia propia, y no necesariamente dependiente de los intereses y estructuras de la clase dominante. Otros estudios han enfocado las consecuencias económicas de la revolución. En un examen de las consecuencias de la Revolución Cubana, dirigida por Fidel Castro en 1959, Michael Lewis-Beck (1979) encontró que en un corto plazo la revolución logró unos efectos positivos sobre la economía cubana, por cuanto se midió por un aumento en el producto nacional bruto per capita. Sin embargo, estos efectos positivos fueron muy efímeros. A causa de las dificultades comerciales, la escasez de administradores y de materiales, y por errores administrativos, la economía cubana pronto empezó a sufrir una declinación. Lewis-Beck llama a esto un patrón "eufórico": la prosperidad inicial que sigue inmediatamente a una revolución crea el sentimiento de un éxito inequívoco, pero no puede sostenerse por mucho tiempo. Este estudio, sin embargo, consideró únicamente los efectos de la revolución cubana sobre la economía de la nación. Los cambios sociales producidos por la revolución pueden haber sido más profundos y más duraderos.
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Perfiles de algunos movimientos sociales contemporáneos A juzgar por el número de movimientos sociales recientes, vivimos en una era de protesta. El movimiento de los trabajadores del campo, el movimiento por los derechos civiles, el movimiento antibélico, el movimiento feminista, el movimiento ecológico, el movimiento antinuclear, el movimiento de los derechos de los homosexuales, el movimiento de la reforma carcelaria, el movimiento del crecimiento cero de la población, el movimiento del derecho a la vida, el movimiento cristiano evangélico: todos estos y otros surgieron o fueron renovados durante los años sesenta, setenta y ochenta. ¿Qué pueden aprender los sociólogos de tales movimientos sociales? ¿Hay acaso algunas similitudes en la forma como se han desarrollado estos movimientos? ¿Y qué éxito han tenido los movimientos recientes a largo plazo? Quizá la mejor forma de responder estos interrogantes sea un análisis profundo de tres movimientos sociales contemporáneos: el movimiento feminista, el movimiento ambiental y el movimiento contra la guerra nuclear.
El movimiento feminista La protesta hecha por las mujeres data de los años 60. A principios del siglo XX surgió un amplio movimiento feminista para demandar el derecho al voto. A continuación de esta victoria, la protesta feminista se debilitó a medida que las mujeres entraron al período denominado por algunos como los "años estériles" (Klein, 1984). Pero inclusive en esta época de pocas protestas masivas subsistió cierto activismo. Las mujeres que sustentaban ese activismo eran primordialmente profesionales de la clase media alta y este hecho limitaba su atractivo entre las masas. Pero conservaron vivos los temas femeninos hasta cuando las fuerzas sociales prepararon el escenario para un apoyo popular renovado (Rupp y Taylor, 1987). Una de estas fuerzas sociales fue la publicación en 1963 del libro de Betty Friedan (La mística femenina\. En él, Friedan hablaba a los millones de mujeres estadounidenses acerca del "problema que no tiene nombre". Entrenadas desde la niñez a renunciar a la confianza en sí mismas, a la carrera profesional, a la autonomía personal, y a dedicar su vidas al cuidado de tiempo completo de los hogares y de los niños, muchas mujeres se sintieron dependientes, aisladas y no realizadas. Friedan las ayudó a identificar las causas de estos sentimientos. Ella también llamó la atención pública hacia la injusticia privada contra las mujeres que trabajaban por fuera del hogar y es-
taban atrapadas en un callejón sin salida con empleos poco atractivos y mal pagos. De esta manera, las mujeres en todo el país se hicieron cada vez más conscientes del descontento compartido y de la posibilidad de que juntas podrían mejorar su vida. Este fue el comienzo de lo que McAdam llama su liberación cognitiva. Pero no fue únicamente un libro lo que disparara esta nueva perspectiva. Una cantidad de factores adicionales ayudaron a animar la igualdad de derechos para las mujeres. Uno de ellos fue el movimiento por los derechos civiles de los negros. Este movimiento estimulaba el crecimiento de la conciencia de la injusticia y la opresión en otros muchos grupos, incluyendo las mujeres. Es interesante que las experiencias de las mujeres en el movimiento de los derechos civiles también sirviera como un catalizador importante. Las miles de mujeres que trabajaban para el movimiento frecuentemente estaban relegadas a trabajos de rutina como escribir a máquina, contestar el teléfono y hacer el café. Como resultado, se les obligó a confrontar las contradicciones de trabajar en un movimiento de libertad, sin que ellas, a su vez, fueran libres. Por supuesto que un movimiento social requiere más que un sentimiento de injusticia compartido. También se necesita la movilización de recursos. Esta movilización, a su vez, se facilita con la organización. Las comisiones para investigar el status de las mujeres, que estaban establecidas en cada uno de los 50 Estados en 1963, fueron especialmente importantes. El sociólogo Jo Freeman (1973) argumenta que el movimiento feminista de los años 60 no podría haberse materializado sin las redes de comunicación que proporcionaron estas comisiones: produjeron conjuntamente grandes cantidades de mujeres bien informadas y políticamente activas, y les proporcionaron canales para discutir problemas comunes y planear soluciones colectivas. Por lo tanto, aunque la posición de las mujeres en los años 60 era la misma de las décadas anteriores, algo crítico había cambiado. "Lo que había cambiado", escribe Friedan, "era la situación organizacional. Solamente cuando se desarrolló una red de comunicaciones entre personas de un mismo parecer, más allá de las fronteras locales, el movimiento pudo surgir y desarrollarse, superando el surgimiento ocasional y espontáneo" (1973, p. 804). La estructura organizacional se mejoró en junio de 1966 cuando un pequeño grupo de mujeres que asistieron a la Tercera Conferencia Nacional de Comisiones sobre el Estado de las Mujeres, se reunió en la habitación de hotel de Betty Friedan y crearon la Organización Nacional de Mujeres (National Orga-
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nization for Women), NOW. Con Friedan como presidente, NOW empezó a atraer a las mujeres en las profesiones, el trabajo, el gobierno y la industria de las comunicaciones. NOW recibió un ímpetu importante en 1969 cuando los medios nacionales empezaron a transmitir noticias sobre la liberación femenina. Con su consejo nacional de 800 o más capítulos locales, NOW había utilizado demandas legales, cabildeo, manifestaciones, boicoteos y otros métodos de presión para alcanzar objetivos como la reforma educativa; el retrato no estereotipado de las mujeres en los medios; la revocación de leyes que prohibían el aborto; los derechos de las lesbianas; los roles protagónicos de las mujeres en la religión, la política y los deportes; y la aprobación de la Enmienda por la Igualdad de Derechos (ERA). Además, se había conformado una cantidad de otras organizaciones de mujeres profesionales tales como (Liga de Acción de la Equidad Femenina) Women's Equity Action League WEAL, que se enfocaba a las cuestiones legales, y la Asociación Nacional de Mujeres Políticas (National Women's Political Caucus) NWPC, que se centraba en la elección de más mujeres para los cargos públicos. Simultáneamente, a un nivel popular, muchas mujeres jóvenes también empezaron a organizarse. Estas mujeres rechazaban las organizaciones jerárquicas altamente estructuradas, creyendo que inevitablemente ahogaban a las de la base. En cambio, crearon grupos igualitarios de mujeres. Estos grupos no solamente buscaron aumentar las oportunidades para las mujeres, sino también cambiar las estructuras de las relaciones humanas y de los roles. Muchos de los grupos le daban especial importancia al despertar de la conciencia: mediante ideas y experiencias compartidas, sus miembros intentaban identificar actitudes anteriores de inconciencia y su comportamiento en el trato tanto con hombres como con mujeres. Esperaban que esta nueva conciencia, ayudara a cambiar sus actitudes y comportamientos, fomentando una sociedad más igualitaria. Además, estos grupos desarrollaron diversos proyectos de servicio y de educación local. Establecieron centros femeninos, clínicas de consejería para el aborto, centros de ayuda para las víctimas de violación sexual y para las esposas golpeadas; librerías y publicaciones feministas e instalaciones para el cuidado infantil diario. Para los años 70, el movimiento feminista había hecho progresos importantes en la expansión de oportunidades de carrera para las mujeres. Todavía permanecían algunas barreras y desigualdades; pero las mujeres estaban entrando a campos que alguna vez se habían considerado del dominio masculino y,
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a su vez, sus salarios estaban aumentando. Sin embargo, el ingreso de muchas mujeres a los empleos profesionales de tiempo completo suscitó una nueva situación que tenía que ver con el problema de cómo manejar los compromisos y los roles familiares. Este problema incitó a las activistas a buscar nuevos objetivos, incluyendo cuidados infantiles diarios accesibles, licencias de paternidad y embarazo, horas más flexibles de trabajo y trabajo compartido entre esposa y esposo (Klein, 1984). En la actualidad tales objetivos siguen siendo importantes. Pero un nuevo obstáculo mayor, en la forma de contramovimiento, había retrasado el progreso del movimiento femenino. Un contramovimiento es un movimiento social que se forma para resistir a un movimiento que ya está en marcha. El contramovimiento antifeminista surgió para luchar en contra de la aprobación de ERA. Tal como se analizó en el Capítulo 12, los líderes de este contramovimiento culpaban a las feministas de una cantidad de cambios sociales (desde las leyes de divorcio no culpable hasta el aborto legal) considerados como una amenaza para la estabilidad familiar. Para ellas, ERA repre-
El movimiento de los derechos civiles y el movimiento femeninista han sido muy eficaces para movilizar el apoyo popular y producir profundos cambios sociales. Los valores, los objetivos, y los métodos de estos dos movimientos frecuentemente se confunden; un hecho incorporado en el lema de la camiseta de esta mujer, que reproduce las palabras de Martin Luther King en su famoso discurso en el Lincoln Memorial en 1967: "Yo tengo un sueño..." (Jean-Louis Atlan/Sygma).
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sentaba el asalto final sobre los papeles tradicionales de esposa y madre. Para impedir la ratificación de este movimiento, formaron grupos de contramovimiento como Humanistas Opuestas a la Degradación de Nuestras Hijas (Humanitarians Oposed to Degrading Our Girls) HOTDOG, en Utah; Protejan Nuestras Mujeres (Protect Our Women) POW, en Wisconsin, y Mujeres que Quieren Ser Mujeres (Women Who Want to Be Women) WWW, en Texas (Marshall, 1985). Dirigiendo el contramovimiento a nivel nacional, estaba el activista antifeminista Phyllis Schlafly, quien organizó a miles de mujeres en una campaña denominada STOP-ERA. Todos estos esfuerzos tuvieron éxito. El fuerte ímpetu inicial en favor de ERA disminuyó significativamente después de 1973 y llegó a detenerse en 1977. Entre 1977 y el final del plazo para su ratificación, en 1982, ni un solo Estado adicional votó la aprobación de la enmienda. Actualmente, las líneas de batalla entre el movimiento feminista y el contramovimiento antifeminista están claramente trazadas. Por un lado, está la mayoría de mujeres jóvenes, mejor educadas, empleadas profesionales que quieren extender las ventajas que las mujeres han logrado durante los años 60 y 70. Por otro lado, están en primer lugar las de mayor edad, mujeres menos educadas, que con frecuencia son amas de casa de tiempo completo, con fuertes creencias religiosas (Deutchman y PrinceEmbury, 1981; Mueller y Dimieri, 1982; Burris, 1983). Con la derrota de ERA, estas antifeministas han señalado nuevos objetivos, como suprimir el aborto legalizado y los programas de acción afirmativa para las mujeres. Las integrantes de NOW y otras organizaciones de movimientos femeninos se ven obligadas a consagrar mucho tiempo, energía y dinero, para defenderse de los ataques (Chávez, 1987). ¿Qué bando será derrotado en el futuro cercano? Probablemente ninguno. Los miembros de ambos bandos están firmemente comprometidos con sus objetivos y pueden movilizar recursos a su favor. Lo más probable es que esta lucha entre movimiento y contramovimiento continúe en la década de los 90 (Hewlett 1986).
El movimiento ambientalista Algo parecido a lo que sucedió con el libro de Friedan The Feminine Mystique que dio origen al movimiento feminista, se dio con el libro de Rachel Carson Silent Spring (1962), que le dio un poderoso impulso a la formación del movimiento ambiental. El libro describe un futuro en el cual el uso indiscriminado de pesticidas "silenciará los cantos de las aves y de los peces que saltan en los arroyos". La ad-
vertencia de Carson llevó al presidente John F. Kennedy a ordenar a las agencias federales la vigilancia de esta situación. El libro también provocó una gran cantidad de leyes estatales y locales para regular el uso de los pesticidas; empezó un movimiento profundo de apoyo a la creación de la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency) EPA; y en general ayudó a hacer que la ecología se convirtiera en una causa popular (McDowell, 1982). ¿Por qué era necesario el libro de Carson para encender un movimiento social cuando millones de estadounidenses ya vivían en ciudades dominadas por el 'smog' y los contaminantes industriales que se acumulaban en muchos lagos y ríos? La respuesta es que la mayoría de las personas no se daban cuenta de la magnitud del daño ecológico existente. En forma magistral Carson presenta una gran cantidad de hechos, cuya suma total demostró que estamos destruyendo gradualmente el entorno, hasta el punto de amenazar nuestra propia supervivencia. Ella puso en claro que aun los contaminantes invisibles pueden tener efectos devastadores sobre la salud y el bienestar humano, y también expuso algunos de los intereses de las empresas y de las comunidades científicas que estaban deliberadamente comprometidas en la degradación del ambiente. Su exposición despertó angustia pública e indignación. Preocupados expertos, comentaristas de los medios de comunicación masiva y otros autores tomaron como suya la causa y el descontento compartido que se necesitaba para que surgiera un movimiento social. Pero también se necesitaba la movilización de recursos. Tal como ocurrió con el movimiento feminista, la movilización para defender el entorno también la facilitó la experiencia previa de otros movimientos que tenían algunos miembros del movimiento, especialmente en el de los derechos civiles. Los jóvenes que habían tomado parte en las campañas por los derechos civiles podrían aplicar las experiencias adquiridas para impulsar la causa presente. Del movimiento por los derechos civiles habían aprendido las técnicas para la participación masiva, incluyendo la forma de conducir paros cívicos, marchas, manifestaciones y la forma de hacer manifestaciones utilizando carteles, distribuir volantes y escenificar cuentos a través de los medios de comunicación. Estas técnicas que se habían pulido durante el movimiento para detener la guerra del Vietnam, se transfirieron fácilmente a los intereses ecológicos (Schnaiberg, 1973). Al mismo tiempo, las redes de comunicación establecidas por los derechos civiles y por los movimientos de paz pudieron emplearse para difundir la información acerca del entorno.
EL COMPORTAMIENTO COLECTIVO Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
El rol del comportamiento colectivo en el surgimiento de los movimientos sociales no debe oscurecer la importancia de la responsabilidad individual. El movimiento ambiental funciona en un campo de confrontación tan grande y complejo como la misma tierra, pero el éxito del movimiento últimamente depende de la suma de nuestras acciones individuales -no solamente de nuestras "respuestas no rutinarias", a las causas ambientales, sino lo que tomamos y añadimos al entorno con nuestras acciones diarias. (Ved Spiegel/Black Star).
Veinticinco años después del anuncio del libro de Carson en una época de ambientalismo, vemos algunos signos alentadores. El aire en las veinte principales ciudades estadounidenses es considerablemente más limpio de lo que era antes de aprobarse la Ley para la Protección del Aire Puro en 1970. Los peces ahora pueden nadar en ríos y lagos que hace muchos años carecían de vida. En 1987 la EPA acordó quemar todos los suelos contaminados con dióxido proveniente del área de Love Canal en las Cataratas de Niágara en Nueva York, un sector residencial antiguamente utilizado como basurero químico. Los ambientalistas esperan que este proyecto de $30 millones de dólares estimule la limpieza general de los lugares contaminados en todo el país, y la opinión pública parece estar de su parte. Según una encuesta compartida entre New York Ti-
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mes y CBS en 1983, 58 por ciento de los estadounidenses estaban de acuerdo en que "proteger el ambiente es tan importante que los requisitos y estándares nunca serán demasiado y que deben continuarse las mejoras ambientales sin importar los costos" (Shabecoff, 1983). Este apoyo basado en la comunidad a favor del movimiento ambiental se refleja en el crecimiento del poder político y en el activismo de organizaciones tales como el Club Sierra y la Sociedad Vida Salvaje (Wilderness Society). A pesar de este notorio progreso, Estados Unidos todavía enfrenta problemas importantes en la limpieza ambiental. No se conocen estándares de contaminación del aire en áreas que afectan 50 millones de personas. Los escapes de las industrias del medio oeste y de los automóviles llegan al noreste como lluvia ácida que mata la vida salvaje y destruye la propiedad. Continúa la contaminación de los depósitos de agua por productos químicos cancerígenos (Taylor 1983; Beck 1983). Aunque los sitios de superficie con desperdicios tóxicos también representan peligros para la salud, sólo 3 por ciento de ellos están anotados en la lista de limpieza (Beck 1983). El peligro potencial de la radiación de los escapes radiactivos de la planta de energía nuclear se convirtió en una realidad con la explosión de la planta de Chernobyl en la Unión Soviética en 1986; eventualmente 24 000 ciudadanos soviéticos morirán de cáncer como resultado de la exposición a la radiación (Diamond, 1986). El movimiento ambiental enfrentó un desafío importante durante los años 80 cuando el Secretario del Interior del Presidente Reagan liberó grandes cantidades de tierra pública para exploraciones de petróleo, gas y carbón; suavizó las restricciones federales sobre la minería en explotación a cielo abierto; y ademas dio la impresión de que favorecía a las empresas por encima de los intereses ambientales. El presupuesto de la EPA también se redujo, e inició menos casos contra los contaminadores. Él cumplimiento de los estándares ambientales se dejó cada vez más a los Estados de la Unión y se hizo cada vez más laxo. Los grupos ambientales, sin embargo, lucharon firmemente contra esta tendencia y tuvieron éxito en lograr leyes federales contra los contaminantes del aire, de la lluvia ácida y de los pesticidas (Shabecoff, 1987). En alguna forma las opiniones y estrategias de los ambientalistas están cambiando. Ahora muchos están llegando a creer que la cooperación con la industria es esencial. Un defensor del entorno que está trabajando por estos objetivos es el actor Robert Redford. Su Instituto para la Administración de Recursos (Resource Management) en Sundance, Utah,
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patrocina conferencias en las cuales los ejecutivos de negocios pueden reunirse con directivos conservacionistas para buscar soluciones mutuamente aceptables. Al mismo tiempo, el reconocimiento del manejo ambiental es un problema global que ha llegado a ser mucho más amplio. La lluvia ácida causada por las factorías en el medio oeste estadounidense está cayendo sobre Canadá y Nueva Inglaterra; la radiación desprendida de Chernobyl afecta a las gentes de Europa del Este. Puesto que la cooperación entre las naciones es esencial, el movimiento ambiental se ha hecho cada vez más internacional. Finalmente, los ambientalistas actualmente sienten una apremiante necesidad de educar al público acerca de los problemas ambientales. Muchos creen que los valores capitalistas tradicionales de producción, progreso económico y éxito material presentan el mayor obstáculo a sus metas (Pirages y Ehrlich, 1974). Los estudios muestran que la aceptación de estos valores se relacionan con la falta de interés por las situaciones ambientales (Dunlap y Van Laire, 1984). Lo que se necesita, afirman los ambientalistas, son nuevos valores que insistan sobre el crecimiento limitado y un esfuerzo para vivir en armonía con la naturaleza (Gray, 1985).
El movimiento contra la guerra nuclear Aunque la posibilidad de accidentes nucleares en las plantas de energía es alarmante, las perspectivas de una conflagración nuclear es todavía más aterradora. En consecuencia, en los últimos años ha surgido un fuerte movimiento contra la guerra nuclear. Durante los años 80 las cantidades de estadounidenses comprometidos en la lucha para poner fin a la campaña de armas nucleares ha crecido constantemente. Han surgido miles de grupos, que han producido un movimiento variado y laxamente ligado. Algunos, tales como la Liga de Resistentes a la Guerra, Mujeres por la Paz y el Comité Nacional por una Política Nuclear Sana (SANE), tienen viejas raíces en los movimientos estadounidenses por la paz. Pero la mayor parte de los grupos de este movimiento son relativamente nuevos. ¿Por qué despegó este movimiento en los años 80 cuando las armas nucleares habían proliferado desde los años 50? Probablemente porque a medida que Estados Unidos entraba a los años 80, la retórica y las políticas de las administración Reagan enfocaban la atención estatal sobre las situaciones que rodeaban la defensa nacional. El Presidente Reagan propuso un crecimiento substancial en los gastos de defensa; el despliege de misiles MX, Trident 2, y Pershing; y el desarrollo de una nueva generación de armas (la Iniciativa de Defensa Estratégica, la de-
nominada, Guerra de las Galaxias). Muchos líderes del partido demócrata reunieron a sus distritos electorales para oponerse a estos costosos programas, como también a la consiguiente reducción en los presupuestos del bienestar social. Representativas manifestaciones antinucleares en Europa Occidental, dieron un ejemplo convincente para que lo siguieran los estadounidenses. La amplia participación de los líderes de la Iglesia también impulsó el movimiento. Los obispos de la Iglesia Católica Romana de Estados Unidos, por ejemplo, se pronunciaron firmemente en favor de la congelación nuclear bilateral por parte de Estados Unidos y la Unión Soviética, y francamente condenaron la guerra nuclear como algo inmoral. Además, los grupos de la Iglesia, al igual que los grupos feministas y las organizaciones cívicas, proporcionaron una estructura que ayudó a organizar la oposición a la carrera armamentista. Pero a pesar de la cantidad notable de opositores que se han comprometido con el movimiento contra la guerra nuclear, no todos los estadounidenses están seguros de la postura que deben tomar sobre el tema del desarme. Una revista de opinión estadounidense sobre las armas nucleares y sobre la guerra, revela que esta incertidumbre se remonta hasta hace cuatro décadas (Ladd, 1982). Por otra parte, muchos estadounidenses creen que una guerra nuclear podría matar a millones y quisieran con-
Hermanas y hermanos tomados de las manos, ciudadanos de la Unión Soviética y Estados Unidos marchan juntos en la ciudad rusa de Novgorod para promover la paz mundial y protestar contra los arsenales nucleares de sus respectivos países. Quizas las ecuaciones complejas del refrenamiento mutuo que confunde a los expertos, puede ser simplificado por la buena voluntad común (Sygma).
EL COMPORTAMIENTO COLECTIVO Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
tener este potencial destructivo. Además, muchos desconfían de los soviéticos y creen que a ellos no se les debería permitir obtener una ventaja militar. Por tanto, los estadounidenses parecen ambivalentes acerca de las armas nucleares. Sienten que Estados Unidos debe ser fuerte militarmente; pero también temen la amenaza implícita en los arsenales cada vez mayores de armas nucleares. Como podría esperarse, los defensores y los oponentes de la congelación de las armas nucleares, tienden a diferenciarse en el grado de sospechas hacia la Unión Soviética (Feshbach y White, 1986). Los oponentes son más hostiles y más desconfiados que
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los defensores. Creen que sería una tontería que Estados Unidos estuviera de acuerdo con una congelación bilateral. También sienten que los estadounidenses que apoyan la congelación nuclear no son patriotas. Además, si los miembros del movimiento contra la guerra nuclear desean fortificar su apoyo popular, probablemente tienen que demostrar que sus objetivos están en conservar tanto el patrimonio como la seguridad nacional. Dar importancia solamente a los horrores de la guerra nuclear será muy poco para ganarles a quienes comúnmente se oponen a los convenios armamentistas con la Unión Soviética.
RESUMEN 1. El comportamiento colectivo se refiere a las respuestas socialmente compartidas, pero relativamente no rutinarias referentes a los acontecimientos, a las cosas o las ideas. Estas respuestas no rutinarias difieren de unos modelos mucho más habituales de la vida diaria en los cuales las personas principalmente siguen las normas sociales establecidas. Algunos ejemplos de comportamiento colectivo incluyen el pánico, los motines, la histeria colectiva, las modas, las manías, los rumores y las multitudes exuberantes. 2. Aunque los incidentes de comportamiento colectivo frecuentemente parecen surgir de repente y sin razones evidentes, los sociólogos han encontrado que ciertas precondiciones hacen que su ocurrencia sea mucho más probable. Según el sociólogo Neil Smelser, estas precondiciones incluyen la conductividad estructural, la presión social, una creencia generalizada, acontecimientos precipitantes, la movilización de participantes y una ruptura del control social. Según el sociólogo Charles Tilly, un conjunto diferente de factores son más importantes: intereses comunes, organización, movilización de recursos y oportunidades. La teoría de Smelser está asociada con una perspectiva funcional; la de Tilly, con una perspectiva de poder. Cada una es más útil para explicar algunos tipos de comportamiento colectivo que las otras. 3. La histeria colectiva y los rumores se relacionan con las situaciones tensas y ambiguas, bajo las cuales las personas experimentan una tensión social fundamental. Los rumores que surgen de esta situación les dan a las personas explicaciones sobre lo que experimentan. La histeria colectiva también comprende el contagio social, un proceso en el cual el estado de ánimo o el comportamiento rápida e
inintencionalmente se difunde de un individuo a otro. 4. Las multitudes son colecciones temporales de personas reunidas alrededor de una persona o un acontecimiento y que están conscientes de ello y son influenciadas por la presencia de otra persona. Las multitudes también son de corta duración y poco estructuradas. El sociólogo Herbert Blumer identificó cuatro tipos de multitudes, cada una formada bajo distintas circunstancias y de acuerdo con sus propios objetivos. Estas son: la multitud casual, la multitud convencional, la multitud expresiva y la multitud actuante. Las acciones de multitudes violentas y descontroladas han sido importantes en la historia humana. Un ejemplo reciente en Estados Unidos fue la serie de motines que se desarrollaron en las principales ciudades en el verano de 1967. Al analizar estos disturbios, los sociólogos se han centrado en el estudio de las tensiones sociales que los residentes de los ghettos estaban experimentando y del uso deliberado de motines para tratar de realizar cambios sociales. 5. Una cantidad de teóricos diferentes han caracterizado la naturaleza del comportamiento de las multitudes. El aristócrata francés Gustave Le Bon, quien escribió en el siglo XVIII, argumentaba que una multitud posee una mente colectiva que hace que las personas actúen en forma diferente de lo que lo harían si estuvieran solos o en pequeños grupos. El sociólogo del siglo XX Herbert Blumer redefinió las ideas de Le Bon, enfocándose especialmente sobre el contagio social que ocurre en las multitudes. Por el contrario, Ralph Turner y Lewis Killian argumentan que las multitudes están mucho más estructuradas de lo que Le Bon y Blumer sostienen. Afirman que las multitudes evolucionan hacia nuevas normas so-
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ciales, frente a las cuales los participantes tienden a conformarse luego. Finalmente, Richard Berk sostiene que el comportamiento exagerado que frecuentemente ocurre en las multitudes resulta de las personas que están equilibrando los costos y los beneficios de sus acciones y realizando elecciones en forma consciente. 6. Un movimiento social es un intento deliberado y organizado para producir cambios sociales relativamente en gran escala por medios no institucionalizados. Las tácticas de los participantes incluyen las manifestaciones masivas, los boicoteos y algunas veces la violencia y el sabotaje. David Aberle ha identificado cuatro tipos de movimientos sociales fundamentados en el tipo y en la cantidad de cambio que buscan los miembros. Estos movimientos son alterativos, redentores, reformativos y transformadores. 7. Implícitos en el surgimiento de un movimiento social están tanto la privación social y económica como la movilización de recursos. Los teóricos han diferido en sus afirmaciones sobre el rol de la privación en el fomento de demandar el cambio. Marx pensaba que el empobrecimiento progresivo conduce a la rebelión; Tocqueville creía que el surgimiento de esperanzas precedía la revolución y James Davies postula que un cambio drástico en las condiciones de mejoría produce un levantamiento popular. El común denominador de las tres opiniones es que la gente que impulsa una demanda de cambio organizada y frecuentemente violenta, se percibe a sí misma como tratada injustamente en relación con los demás. 8. Los recursos que pueden movilizarse para apoyar un movimiento social incluyen habilidades humanas y objetivos tangibles. Las habilidades humanas incluyen la habilidad del liderazgo, el talento organizacional, el prestigio personal y el conocimiento profundo acerca del pueblo y de las instituciones que están en estudio. Dentro de los principales objetivos tangibles están el dinero, los medios de comunicación masiva y el espacio para albergar las
oficinas del movimiento. También es importante anotar que los recursos movilizados para un movimiento social no provienen exclusivamente del interior del grupo injuriado; los recursos de una minoría en desventaja frecuentemente no son suficientes. (De hecho, los sociólogos John McCarthy y Mayer Zald argumentan que muchos movimientos sociales actuales se crearon con un liderazgo exterior). El éxito en la movilización de los recursos también depende de las oportunidades favorables existentes en el entorno social, el mismo que Doug McAdams llama liberación cognitiva. Este último concepto se refiere a la percepción colectiva de un grupo que sufre una situación injusta, la cual podría cambiarse mediante una acción colectiva. 9. La socióloga Theda Skocpol estudió la Revolución Francesa, la Revolución Rusa, y la Revolución China de 1911, y llegó a la conclusión de que hay tres factores que usualmente se ignoran en otras teorías acerca de la revolución. Ella señala que las revoluciones rara vez comienzan en forma intencional; usualmente surgen de situaciones de crisis. Además, las revoluciones no son simplemente productos de fuerzas internas; están influenciadas por relaciones y por desarrollos internacionales. Finalmente, los Estados tienen una existencia privada, independiente de los intereses y de la estructura de la clase dominante. 10. Las décadas recientes han estado repletas de movimientos sociales y muchos de esos movimientos manifiestan las características discutidas en este capítulo. Por ejemplo, el movimiento feminista nació del descontento de las mujeres, excluidas de una participación plena dentro de la sociedad; pero sin líderes en la organización, no se habría producido un movimiento. El movimiento ambiental y el movimiento contra la guerra nuclear surgieron de un interés por la supervivencia de la raza humana; ambos movimientos movilizaron recursos a través de técnicas de organización que los líderes aprendieron en movimientos masivos anteriores, tales como el movimiento por los derechos civiles y el movimiento para detener la Guerra de Vietnam.
GLOSARIO Comportamiento colectivo. Son respuestas socialmente compartidas, pena relativamente no rutinarias, a acontecimientos, cosas e ideas. Contagio social. La difusión en forma relativamente rápida y no intencional del estado de ánimo o del comportamiento de un individuo a otro.
Contramovimiento. Movimiento social que se forma para resistir a un movimiento que está funcionando. Histeria colectiva. Brote incontrolable de temor a nivel social. Masas violentas. Cantidad grande de personas a cuyos miembros se les incita emocionalmente y están com-
EL COMPORTAMIENTO COLECTIVO Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES prometidos o amenazados a comprometerse en acciones violentas. Movimiento alterativo. Término de Aberle para señalar un movimiento social que propicia un cambio limitado pero específico en los individuos. Movimiento redentor. Término de Aberle para señalar un movimiento social que propicia un cambio total en los individuos. Movimiento reformador. Término de Aberle para señalar un movimiento social que propicia un cambio parcial en el orden social. Movimiento social. Esfuerzo deliberado y organizado para producir o resistir en gran escala los cambios, a través de medios no institucionalizados. Movimiento transformador. Término de Aberle para señalar un movimiento social que propicia un cambio total en el orden social. Multitud. Colección temporal de personas que se reúnen alrededor de una persona o de una situación, estando conscientes de ello y que además reciben influencia de otras personas. Multitud actuante. Término de Blumer para una colección pasajera y excitada de gente involucrada en un cuento controvertible, que provoca su indignación, su ira y el deseo de actuar. Multitud casual. Término de Blumer para señalar una reunión espontánea, cuyos miembros le prestan aten-
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ción temporal a un objetivo o a un acontecimiento y luego se separan en formas diversas. Multitud convencional. Término de Blumer para señalar a las personas que se reúnen para un objetivo específico y se comportan de acuerdo a normas establecidas. Multitud expresiva. Término de Blumer para señalar una multitud cuyos miembros expresan sentimientos y se comportan en formas que no se considerarían aceptables en otras situaciones. Nivelación. Lo que sucede durante el proceso de transmisión de rumores: una historia compleja se reduce a una muy simple y a los detalles fáciles de recordar. Privación relativa. Desfase entre las expectativas de la gente y su condición actual. Reacción circular. Término de Blumer para señalar la tendencia de la gente en una multitud a copiar impulsivamente un comportamiento poco usual, animando de esta forma al actor original a continuarlo. Revolución social. Según la definición de Skocpol, transformación rápida y fundamental de un estado de la sociedad y de las estructuras de clase social. Rumor. Historia no verificada que circula de persona a persona y se acepta como un hecho, aunque su fuente original sea muy vaga o desconocida. Teoría de la norma emergente. El principio de que las multitudes desarrollan nuevas normas con el fin de definir una situación ambigua.
CAPITULO 22
La sociología y el cambio social
En 1987 los estadounidenses tuvieron una buena razón para celebrar el bicentenario de la Constitución de Estados Unidos. Ese documento no solamente creó un nueva forma de gobierno, sino que también resistió la prueba del tiempo en un período de grandes cambios sociales. En el sofocante verano de 1787, 55 delegados de cada una de las colonias rebeldes de Norte América a excepción de una (Rhode Island) se reunieron en Filadelfia para construir el gobierno nacional. A pesar del calor, los delegados trabajaron detrás de las puertas y ventanas cerradas para mantener sus discusiones en un total secreto. Los delegados no tuvieron dificultad en ponerse de acuerdo en que el nuevo país no tendría rey ni tampoco una iglesia establecida, y que los representantes elegidos escribirían las leyes de la nueva nación. Pero se requirió de muchos debates y compromisos antes de que pudieran estar de acuerdo en la naturaleza exacta del gobierno. En su forma final el documento producido en la convención proponía que el poder se dividiera entre los gobiernos nacional y de los estados, equilibrándolo entre las tres ramas del poder y dándoles a los votantes el poder último (que en aquellos momentos incluían sólo a hombres blancos que tuvieran propiedades y se excluían a los negros y a las mujeres). En el momento de la creación de la Constitución de Estados Unidos en 1787, las constituciones escritas se habían utilizado únicamente para revisar y formalizar los procedimientos para países que ya existían. La Constitución de Estados Unidos fue el primer conjunto de reglas escritas para orientar los asuntos de un nuevo país. Las distintas colonias que anteriormente habían formado el imperio británico
en el Nuevo Mundo, se habían unido para rebelarse contra ese gobierno. Se oponían a las políticas coloniales específicas del reino y compartían el disgusto contra una monarquía y contra la aristocracia en general. Las condiciones sociales y económicas del Nuevo Mundo, que fomentaron la iniciativa individual y un espíritu de independencia, eran contrarias a la misma idea de un gobierno colonial. Los colonizadores encontraron que sus negocios los manejaban mejor aquellas personas que vivían y trabajaban en el medio, no un rey y un Parlamento que estaban a 3 000 millas al otro lado del océano. Estados Unidos no fue solamente un país nuevo, sino que en muchos aspectos era también una nueva sociedad. En primer lugar, era una sociedad colonizadora (Lipset, 1979; McMichael, 1984). Los colonizadores rompieron sus vínculos con las antiguas comunidades establecidas de la madre patria y formaron nuevas comunidades, frecuentemente con nuevas costumbres. Los pobladores no habían venido al Nuevo Mundo simplemente para hacer fortuna y regresar a la patria, como muchos españoles y franceses lo habían hecho anteriormente. Además, muchos de los pobladores estaban motivados por ideales colectivos, tales como la libertad de culto. Estos ideales fomentaron un fuerte sentido de comunidad. La sociedad estadounidense también era nueva en el sentido que era una sociedad capitalista. Después de la Revolución, los hombres de negocios estadounidenses no tuvieron que luchar contra un orden "feudal" en el cual los nobles controlaban los derechos económicos y restringían las actividades comerciales, ni tampoco había un promedio de ciu623
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Cuando se reunieron en Filadelfia en 1787 los líderes de las antiguas colonias británicas en Norte América, la Constitución que redactaron reflejaba un largo proceso de cambio social en la cultura europea, así como también en las condiciones sociales que surgían de la experiencia colonial. Y por supuesto, las transformaciones continúan en la sociedad estadounidense. De esta manera, la Constitución de Estados Unidos marcó tanto la culminación como el principio, un paso importante en el proceso continuo de cambio social. (The Granger Callec tion).
dadanos blancos vinculados por nacimiento a una ocupación agraria, o incluso a una granja específica. En la época de la Constitución los estadounidenses eran bastante independientes. Muchos de ellos tenían su propiedad individual y buscaban sus ocupaciones bien fuera en las granjas o en el comercio, en forma individual. En vez de agruparse alrededor de un poblado central, los estadounidenses frecuentemente vivieron dispersos en sus granjas individuales; al desplazarse hacia el Oeste en busca de nuevos territorios, podían confiar solamente en sus familias o en comunidades muy pequeñas. Quizá por causa de todas esas formas de vida que la hacían realmente nueva, la sociedad estadounidense no utilizó mucho las maneras tradicionales europeas en el orden de sus asuntos. En efecto, muchos estadounidenses habían venido al nuevo país con el fin de establecer una forma diferente de hacer las cosas. Benjamín Franklin y Thomas Jefferson, conjuntamente con algunos de los otros fundadores, concibieron la construción de una nueva sociedad en forma semejante a la que habían pensado los experimentos en las ciencias físicas y naturales, que también eran nuevas por aquel tiempo. A ellos les gustaba pensar en su país como un "experimento en libertad" (Osborn, 1978). Lo nuevos estadounidenses eran una raza extrañamente independiente; pero la creación de Estados Unidos no fue simplemente el resultado de características idiosincráticas de sus gentes. Por el contrario, la sociedad estadounidense se desarrolló como parte de un largo proceso histórico de cambio social que también condujo al surgimiento de muchas otras "sociedades modernas". Desde los tiempos me-
dievales, la sociedad se fue unificando en mayor escala a medida que las comunicaciones y los transportes mejoraban, las ciudades crecían, el trabajo se hacía más especializado, el gobierno más centralista y el comercio se ponía en contacto con países distantes. El mundo y Estados Unidos han continuado su cambio; los estadounidenses viven ahora en una forma que los granjeros de la Constitución jamás soñaron. Thomas Jefferson había entrevisto una sociedad en la cual la mayoría de las personas trabajaban como granjeros o como artesanos y vivían en pequeñas comunidades. Actualmente, la mayoría de los estadounidenses viven en ciudades y trabajan o bien en empleos industriales o de servicios y no tanto en las granjas. La economía estadounidense, la mayor del mundo, la dominan unos cuantos cientos de corporaciones, cada una de ellas más ricas que todo el país en el momento de su fundación. Los estadounidenses utilizan diariamente computadores, teléfonos, automóviles y aeroplanos. Actualmente podemos oír sermones en televisión en lugar de ir a la iglesia. El estudio de los procesos del cambio social es parte importante de la sociología. Hemos visto la forma como los investigadores estudian diversos cambios en áreas diferentes de la vida social. Hasta ahora, este texto se ha enfocado sobre los cambios que afectan a corto plazo solamente nuestra vida diaria, tales como la prevalencia del divorcio y el número creciente de crímenes de empleados de oficina. En este capítulo vamos a observar la forma como los sociólogos han tratado de darles sentido a
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patrones importantes del cambio social, aquellos que producen transformaciones fundamentales y permanentes, tales como el cambio de las sociedades agrarias feudales a las sociedades capitalistas industriales. Vamos a examinar las perspectivas teóricas principales sobre el cambio social y luego observaremos más de cerca el cambio social contemporáneo con consecuencias a largo plazo -el uso de los computadores-. Al final del capítulo vamos a preguntarnos a qué se parece la era llamada "modernidad" y si los patrones semejantes del cambio esperan almacenados a disposición de las sociedades de todo el mundo.
PERSPECTIVAS TEÓRICAS SOBRE EL CAMBIO SOCIAL El cambio social se refiere a las alteraciones fundamentales, en el tiempo, de los patrones de comportamiento, la cultura y la estructura de una sociedad. Claramente, ésta es una definición amplia; pero no todos los cambios son sociales. Por ejemplo, la socialización que experimentamos como niños afecta profundamente nuestra vida personal; pero generalmente no afecta la organización fundamental de la familia o de la sociedad principal, y por lo tanto, no es un cambio social. Por otra parte, la creación de centros comunales para el cuidado de los niños en los Kibuts de Israel, en donde los jóvenes son alojados, alimentados y adoctrinados, constituye un cambio social importante. El niño se socializa en una forma que difiere de la socialización tradicional dentro de la familia. El cambio social ocurre en todos los aspectos del orden social. Afecta nuestros patrones diarios de interacción social, como se ha observado en la experiencia de los Kibuts y las estructuras más amplias de las instituciones sociales. Consideremos, por ejemplo, la forma como la organización del trabajo ha transformado la estructura ocupacional. Actualmente, algunos observadores consideran que estamos entrando a una nueva fase en la historia humana: la reestructuración de Estados Unidos de una sociedad industrial a la sociedad de la informática. Tal como el motor a vapor transformó la sociedad agrícola, se considera al computador como el transformador de la sociedad industrial estadounidense. Un resultado de este cambio es la pérdida de los empleos en manufactura por la automatización, y el incremento de empleos en el sector de servicios y en el manejo de la información. Dos interrogantes son de interés para muchos sociólogos actualmente: ¿existe una explicación total del cambio social y sigue dicho cambio en general
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un curso fácilmente percibible? Unido a estos intereses, está el interrogante de si el curso del cambio social es un proceso evolutivo. En esta sección observaremos las perspectivas de los fundadores clásicos, Marx, Weber y Durkheim, como también las opiniones de muchos teóricos contemporáneos sobre estas materias. Luego concluiremos con una discusión sobre la difusión e innovación, las formas en las cuales tiene lugar el cambio social específico .
LOS TEÓRICOS CLASICOS Karl Marx En los capítulos anteriores vimos que la perspectiva de Marx sobre la sociedad hacía énfasis en las relaciones de poder y de conflicto. Aquellos que están en una posición de poder -quienes son dueños de los medios de producción en una sociedad capitalista- están atados a un conflicto con aquellos a quienes dominan -los trabajadores que venden su trabajo en el mercado. El interés de los propietarios radica en mantener su autoridad y control sobre las decisiones económicas, mientras que el interés de los trabajadores descansa en derribar esa clase con el fin de disfrutar completamente los beneficios de su trabajo. Las opiniones de Marx sobre el cambio social se enfocan en el proceso de lucha, pero esta lucha es de dos clases. La primera clase de lucha es común a todo el pueblo: superar las limitaciones de la naturaleza y de la tecnología existente. Por ejemplo, en una sociedad de caza y de recolección, la disponibilidad de los animales y de los frutos ubicados en las áreas circundantes, establece un límite "natural" en la población de esa sociedad y en el estándar de vida. Pero si los miembros de esa sociedad "inventan" la agricultura, su número puede aumentar y pueden vivir mejor, (como dijera Platón: "La necesidad es la madre del invento"). Marx creía que en cada etapa de la Revolución Industrial los avances en la capacidad productiva iban a alterar radicalmente los que se consideraban límites naturales y establecían la base para un cambio social. Según Marx, los avances en la producción casi siempre cambian las organizaciones sociales. Una fábrica es una organización social de relaciones entre personas, de la misma manera en que lo es una organización técnica de relaciones entre máquinas (Marx, 1976/1867). A medida que la industria se hacía más compleja, se hacía también cada vez más y más organizada socialmente, hasta que en la actualidad tenemos una división del trabajo a gran escala, inmensas fábricas e instituciones financieras muy elaboradas.
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El problema con este esquema, en opinión de Marx, era que al mismo tiempo que los procesos de producción se hacían cada vez más organizados socialmente y más cooperativos que antes, la propiedad de los medios de producción se concentraba ada vez más en manos de una pequeña clase relativamente elitista. Este desarrollo señaló el escenario para otra segunda clase de lucha que describió Marx; la lucha entre las clases para controlar el proceso de producción y, por extensión, también para el control de la vida social (Marx y Engels, 1976 [1848]). Para Marx, la lucha de clases no era exactamente una batalla económica, sino una lucha política para configurar el total de la organización social. Para los marxistas, existen vínculos muy fuertes entre la lucha económica y las luchas políticas de todo tipo, incluyendo la edad, el sexo, la raza y demás (Poulanzas, 1974; Vogel, 1983). Mientras que la primera lucha (la superación de los límites por medio de avances en la producción) suministra una base para el cambio social, la segunda lucha (la que opone una clase contra otra) configura el curso que tomará el cambio social. Los avances en la producción tienen nuevas formas posibles de organizaciones sociales; pero las relaciones de poder determinan la forma como se utilizarán dichos avances, y si realmente la organización social cambiará en sus bases. Las antiguas élites, cuyo poder se basa en formas antiguas de producción, pueden ser derrotadas por nuevas élites que tienen control sobre los nuevos medios de producción. La lucha de clases determina lo que las élites han de dominar y cuánta libertad tendrán. Así los reyes y los señores feudales tienen que ser derrocados por revoluciones tempranas para hacer posible el crecimiento del capitalismo moderno. Marx imaginó que, en la sociedad capitalista, las clases trabajadoras debían rebelarse, a su vez, contra los propietarios capitalistas para crear, en primer lugar, una sociedad socialista en la cual los trabajadores dominaran, y de esta manera lograr un nuevo tipo de sociedad sin clases, o sea el comunismo, en la cual el estado "desaparecería".
Max Weber Max Weber observó también las mismas situaciones históricas que Marx, pero sacó conclusiones diferentes. Weber argumentaba que ningún factor simple podría explicar todos los cambios sociales importantes de la historia. A su juicio, las muchas ideas y creencias diferentes de una cultura, y no precisamente sus medios materiales de producción, jugaban un papel importante en la producción del cambio social. De hecho, aunque Weber reconocía
los avances de la capacidad productiva, consideraba imposible decir si estos avances constituían verdaderamente "un progreso". El "progreso" es una idea subjetiva, un juicio de valor. Por ejemplo, desde el punto de vista de muchos líderes religiosos, la industrialización no constituyó "progreso" en forma alguna porque redujo su rol social y amenazó los aspectos de la moralidad tradicional en la vida comunitaria. Weber no identificó un factor como el único que podría explicar los principales cambios sociales, sino que señaló al menos un patrón acumulativo importante en el cambio histórico, al que llamó racionalización. Como vimos en el Capítulo 1, la racionalización es la tendencia a fundamentarse en una evaluación lógica de los efectos. Por ejemplo, una joven que elige una universidad con base en su habilidad para prepararse para una profesión deseada, está haciendo una elección racional; si ella escogiera una universidad simplemente porque sus padres y sus abuelos querían que fuera allí, simplemente estaría siguiendo una tradición. Weber creía que casi todas las sociedades del mundo se han gobernado básicamente por tradición. Ocasionalmente surgía, un líder carismático que desafía la autoridad establecida; pero eventualmente la tradición se imponía bajo el nuevo liderazgo, quizá con alguna mezcla de nuevas ideas (Véase Capítulo 14). Weber solamente encontró una excepción considerable al predominio de la tradición, el surgimiento de las sociedades occidentales modernas. Weber atribuía esta excepción a la Reforma Protestante en Occidente. Diversos líderes carismáticos rompieron los modelos tradicionales de autoridad religiosa con opiniones sobre el mundo muy racionales y disciplinadas y sus ideas se difundieron más allá de los límites religiosos. Por ejemplo, los grupos religiosos protestantes, que buscaron refugio en el Nuevo Mundo, ayudaron a poner en movimiento los acontecimientos que condujeron a la creación de Estados Unidos, la democracia más grande del mundo y la primera en separar la Iglesia del Estado. Weber también anotó que existía una conexión muy estrecha entre la ética protestante, con su insistencia sobre el trabajo y la disciplina, y el surgimiento del capitalismo moderno (Véase Capítulo 18). La característica más significativa de los levantamientos de la Reforma Protestante, en opinión de Weber, fue que ellos no volvieron hacia un nuevo tradicionalismo. La tradición se remplazó en Europa Occidental (y en sus colonias) por una perspectiva más racional sobre la vida, el gobierno y la economía. Este enfoque racional hacia la acción señaló el curso para el cambio social: Estados cada vez más
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burocráticos, trabajos cada vez más especializados y más reglas y regulaciones para imponer el orden en una sociedad cada vez más compleja. Las economías capitalistas han llegado a ser más racionalizadas, con grandes corporaciones, con técnicas de gerencia elaboradas "científicamente", y con sistemas computarizados y demás. Por ejemplo, hoy pocas compañías confiarían en el impulso de una corazonada cuando se trate de decidir si introducen un nuevo producto o no. Por el contrario, realizan una investigación científica del mercado. En forma similar, el gobierno se ha racionalizado cada vez más, creando lo que Weber denominó burocracia, o sea, el gobierno a través de funcionarios y de reglamentaciones formales. La idea de la burocracia habría de crear una división eficiente de tareas administrativas (aunque a quienquiera que haya tenido que ver con la "tramitología" burocrática, podría perdonársele por haber dudado de que esto sea verdad). Se espera que los funcionarios sigan las normas y los procedimientos formales, no los instintos o la intuición de los caprichos personales (véase Capítulo 14). Incluso la vida privada ha llegado a racionalizarse más; ahora estructuramos nuestras actividades por reloj en vez de hacerlo por los ritmos más naturales de la noche, el día y las estaciones (Young 1988). A la larga, las elecciones de la vida no están predeterminadas, sino que se realizan después de un cálculo cuidadoso de costos y de utilidades. Para Weber, el tema subyacente en toda la modernidad, de todo el cambio social, es la racionalización. Y con la modernización la racionalización está extendiéndose más allá de los límites de las sociedades occidentales.
Émile Durkheim Las opiniones de Émile Durkheim (1893) sobre el cambio social se centran sobre su concepto de la solidaridad social, la forma en la cual las personas se relacionan estrechamente dentro de la sociedad. Como vimos en el Capítulo 1, la solidaridad mecánica une a las personas que son semejantes, aquellas que viven en sociedades sencillas y participan de valores y actividades similares. La solidaridad orgánica es el pegante que une a las personas que son diferentes entre sí, pero que necesitan encontrar una forma de vivir juntas en las complejas sociedades modernas. El principal mecanismo por el cual logran hacerlo, según Durkheim, es la división del trabajo, la especialización de las tareas económicas de los trabajadores. La gente de las sociedades primitivas cultivaba su propio alimento, confeccionaban sus propios vestidos, construían sus propias viviendas; la gente de las sociedades modernas de-
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Émile Durkheim insistía en la importancia de la división del trabajo para cambiar la estructura de la sociedad. Esta litografía de mediados de 1800 muestra una familia campesina que se preparaba para el mercado. Comerciaría solamente con una limitada cantidad de mercancías, alimentos, vestidos y otros implementos que eran producidos en casa. Actualmente, dependemos de una inmensa red de empleos especializados y de servicios que suplen nuestras necesidades. Los almacenes por departamentos, como el que aparece en la foto, marcan una amplia gama de mercancías provenientes de todo el mundo, no solamente de las granjas cercanas y de los artesanos. (Arriba: The Granger Colletion; abajo: Stacy Pick/Stock, Boston).
pende de otros para que hagan cada una de estas labores. Por lo tanto, las sociedades modernas, hacen que las personas sean altamente interdependientes. Durkheim creía que las condiciones de la vida moderna realmente unían a las personas más estrechamente bajo una solidaridad orgánica de lo que lo hadan las condiciones primitivas en las sociedades simples, las cuales unían a sus miembros bajo una solidaridad mecánica. Por ejemplo, si una parte de una tribu decidía trasladarse a otro lugar, la vida probablemente no cambiaba mucho para quienes habían dejado atrás. Pero si una parte de Estados Unidos fuera a separarse, la secesión rompería en gran medida la unidad de la nación. En las sociedades modernas muchas instituciones trabajan para
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toda la sociedad. Todos dependemos del trigo del Medio Oeste, de las frutas del Sur y de California, del gobierno de Washington, D.C., del liderazgo corporativo de New York, etc. A Durkheim le preocupaba mucho que el individualismo y el rápido cambio social pudieran impedir que la gente viera esta independencia. Cuando la sociedad cambia rápidamente -para bien o para mal- la gente tiende a perder su orientación, se vuelve insegura acerca de qué reglas deben aplicarse y pierde las conexiones para apoyar a los grupos. Durkheim (1897) describía tales condiciones como la anomia, como un estado desorganizado, problemático y disminuido de significado (véase Capítulo 2). A pesar de los problemas que pueden surgir por causa del cambio social, Durkheim pensaba que la transición social, de la solidaridad mecánica a la solidaridad orgánica era generalmente una de las mejoras evolutivas. Se logró la capacidad para la producción material. Incluso la cultura se mejoró mediante la sustitución de la mitología por la ciencia. Los individuos tienen una oportunidad más amplia de acción que en las sociedades primitivas, así como mejores oportunidades para la creatividad y para el desarrollo distintivo. Hasta aquí hemos considerado las opiniones de Durkheim sobre el curso del cambio social (de la solidaridad mecánica a la orgánica); pero él también tenía ideas sobre el mecanismo que producía el cambio. Durkheim argumentaba que el cambio social que rompe el modelo, el cual creó la modernidad, era producido primeramente por un aumento en la densidad dinámica de la interacción social. El término se refiere a la frecuencia y al impacto de las interacciones entre los miembros de la población. A la división del trabajo, la multiplicación de los diferentes empleos en la sociedad, las nuevas tecnologías de la comunicación y el transporte, todos combinados para incrementar la densidad dinámica y para producir una nueva forma de integración social, Durkheim los denominaba solidaridad orgánica.
Comparación de las tres teorías Para resumir las opiniones de los teóricos clásicos sobre el cambio social, podemos decir que Marx pensaba en los avances de la producción, los cuales eran resultado de los triunfos humanos sobre los límites naturales, hacían posible el cambio social, mientras que los resultados de las luchas entre las clases configuraban el curso del cambio social. Weber creía que ningún factor por sí solo producía el cambio social, pero insistía en la importancia de las creencias culturales y de las ideas, además de los
avances en la capacidad productiva. Weber creía que el curso del cambio social moderno estaba señalado por el incremento de la racionalización de todos los aspectos de la vida. Durkheim explicaba el cambio social como el producto del incremento de la densidad dinámica de las interacciones personales y el curso del cambio social como un proceso que va desde la solidaridad mecánica hasta la solidaridad orgánica. En cada caso hemos considerado de dónde, pensaban los teóricos, provenía el cambio y cual era su recorrido total. Estos dos interrogantes son centrales para un debate más amplio sobre el estudio del cambio social, es decir, el cambio social debe considerarse como un proceso de evolución.
EL TEMA DE LA EVOLUCIÓN El tema del cambio social evolutivo realmente comprende dos interrogantes: ¿existe un curso acumulativo de cambio histórico? y ¿existe un mecanismo general de cambio social? Muchos sociólogos posteriores a los teóricos fundamentalistas han argumentado que existe un curso del cambio social fácil de identificar, que generalmente procede de formas más simples y se mueve hacia formas más complejas. Pero este argumento en sí no los hace evolucionistas, en el sentido en que Darwin era evolucionista en su teoría biológica. La prueba de una teoría evolucionista es que reconoce un mecanismo que produce el cambio. Para Darwin ese mecanismo es el proceso de selección natural, mediante el cual las características que le proporcionan ventajas a una especie en su entorno, persisten y se reproducen en la descendencia. La selección natural, entonces, describe aquellas características que hacen posible que los organismos estén más adaptados a su ambiente; pero no dice nada acerca de cómo sucede el proceso de evolución. Cuando cambia el entorno, las características que una vez fueran ventajas pueden convertirse en desventajas. (Mayo, 1988). Los sociólogos han dado por lo menos tres respuestas al interrogante de que si realmente existe o debería existir una teoría de la evolución social. La primera respuesta corresponde a la teoría de Max Weber, quien sostiene que no se necesita ninguna teoría de la evolución social. Solamente se requiere un conjunto de generalizaciones muy limitadas acerca del curso del cambio social (Ragin y Zaret, 1980). Según esta opinión, algunas veces podríamos identificar los modelos en los cambios sociales a gran escala que ocurren en muchas sociedades, en diferentes aspectos de la vida social y durante un largo período de tiempo. La racionalización es un ejemplo de dicho modelo. Pero las causas de este
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modelo pueden ser múltiples, y de hecho, cambiar de tiempo en tiempo. No sólo no existe ningún mecanismo subyacente único que vincule todo lo que hay en el cambio social, sino que tampoco existe una dirección única que haya encabezado todo el proceso histórico. Tendemos a observar el curso de la historia como si se dirigiera hacia donde estamos, o pensamos que estamos marchando, pero la historia puede cambiarse y tomar una nueva dirección. La segunda respuesta también niega la necesidad de una teoría de la evolución social, pero sostiene que el modelo de cambio social en gran escala es más fijo e inevitable de lo que los teóricos del primer grupo reconocerían. Los teóricos del segundo grupo argumentan que la historia tiene un curso o dirección, aunque no reconocen un mecanismo de cambio.
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Quienes aceptan una perspectiva cíclica, por ejemplo, creen que la historia se mueve en ciclos que no son ni acumulativos ni progresivos. De esta manera, toda sociedad tiene un ciclo de vida natural: nacimiento, adolescencia, madurez, decaimiento y muerte eventual, seguida por el nacimiento de otro orden social nuevo. Un gráfico de la historia de las sociedades podría mostrarnos entonces una serie continua de olas, que se levantan y que caen, que se levantan de nuevo y que caen otra vez. Quizá el exponente más famoso de la idea de que así como la cultura occidental podría surgir hasta el pináculo de la civilización y así mismo podría caer fue Oswald Spengler. En su libro ampliamente leído La decadencia de Occidente (1926-1928), Spengler argumentaba que todas las culturas están destinadas a seguir un curso de crecimiento y de decaimiento
Un interrogante clave que los sociólogos se hacen es si el cambio social se organiza dentro de un proceso evolutivo. Para muchos que piensan que así es, las sociedades modernas con las nuevas tecnologías representan un avance evolutivo sobre las anteriores. Otros argumentarían que mientras el cambio social produce grandes diferencias entre las sociedades, estas diferencias no pueden evaluarse claramente como más o menos avanzadas. Por ejemplo, ¿es el rascacielos, un avance evolutivo frente a la pirámide egipcia o al palacio imperial de China? (En dirección de las manecillas desde abajo izquierda Peter Menzel/Stock, Boston; Dick Durrance Il/Woodfin Camp & Associates; R. lan Lloyd/The Stock Market).
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en la misma forma en que lo hacen los individuos. En su juventud una sociedad es más creativa y más idealista. A medida que va madurando, la sociedad se hace menos flexible, más materialista, y está más inclinada al decaimiento en la forma de la guerra y de la desintegración social. Spengler estaba convencido de que la sociedad occidental había alcanzado sus "años dorados" y estaba ya en su declinación. Pocos sociólogos contemporáneos comparten el pesimismo de Spengler, en parte porque sus teorías tienden a ser más poéticas que científicas, acudiendo a un destino cósmico en lugar de a causas observables. Arnold Toynbee (1946), historiador británico, ofreció una teoría cíclica de cambio más optimista. Conceptos centrales de su teoría son "el desafío y la respuesta": la medida del éxito de una civilización se encuentra en sus respuestas a los desafíos específicos planteados por su entorno social y físico. Todas las civilizaciones, en su opinión, surgen y caen de acuerdo con su capacidad para resolverlos, aunque más tarde las civilizaciones tienen el beneficio de aprender de sus errores y de los de las civilizaciones anteriores a ellas. No todos los enfoques del cambio social, que consideran un curso de la historia, sostienen que ese curso es cíclico. Algunos, como Talcott Parsons (1977), sugieren que las sociedades crecen y cambian en formas dirigidas por patrones y que los cambios que experimentan tienden hacia el progreso o hacia el desarrollo. Sin embargo, al igual que los teóricos cíclicos, estos teóricos no ofrecen ninguna explicación del mecanismo por el cual ocurren los cambios; los teóricos cíclicos no explican por qué las sociedades se vuelven rígidas, ni Parsons tampoco explica por qué los cambios sociales tienden a ser progresivos. La tercera respuesta de los sociólogos es que realmente existe una teoría de la evolución social que cuenta para ambos: para la marcha del cambio social y para su mecanismo. El primer sociólogo que ofrece esta teoría es Herbert Spencer (1820-1903). Spencer (1896/1974) dedujo paralelos elaborados entre el desarrollo y la evolución de los organismos biológicos, el desarrollo y la evolución de las sociedades humanas. Así como un ser humano se desarrolla de embrión hasta adulto complejo y altamente diferenciado, así mismo la sociedad sufre un cambio estructural desde formas homogéneamente simples (por ejemplo, las tribus) hasta organizaciones de gran complejidad (por ejemplo, las naciones-estado). El mecanismo de cambio, según Spencer, es la necesidad de adaptarse a un ambiente de cambio continuo. Como Darwin, Spencer observó la adaptación
como una lucha por la existencia en un mundo de competencia y de escasez. Solamente sobreviven los que "mejor" se adapten a las formas sociales1. A medida que los humanos se adaptan a las condiciones circundantes, incluyendo sus disposiciones sociales, desarrollan nuevos hábitos y rasgos; aquellos rasgos que les ayudan a sobrevivir se transmiten genéticamente e influyen en la forma como las generaciones siguientes crean sus propias formas de vida social. Así, los individuos y sus disposiciones sociales están constantemente modificados en forma recíproca a través de generaciones sucesivas (Haines, 1988). Un teórico importante de la evolución contemporánea es Gerhard Lenski. El también observa un paralelo directo con la evolución biológica, peto reconoce una herencia cultural igualmente genética en cada sociedad humana. Al interactuar en su mundo natural y social, las sociedades humanas desarrollan características que les permiten convivir y crecer. Estas características quedan codificadas en el sistema de información de la sociedad, tal como el registro de una planta o de una especie animal de la experiencia en un entorno que se codifica en sus genes (Lenski y Lenski 1987). Lenski cree que para crecer en tamaño, en complejidad, en salud y en poder una sociedad tiene que hacer avances en lo que él denomina la "tecnología de la subsistencia". Este término se refiere a la información que una sociedad utiliza para proporcionar a sus miembros la energía que necesitan para mantener sus actividades. Mientras más información se utilice, más energía habrá; y mientras más energía haya, más podrá hacer la sociedad. Los avances de la tecnología estimulan avances posteriores, conduciendo a un crecimiento futuro. Por tanto, una vez que esté en movimiento, el proceso de desarrollo social tiende a ser independiente. La sociedad que no hace avances en teconología, tampoco crecerá y a largo plazo no sobrevivirá. Lenski reconoce otros factores que pueden limitar el crecimiento de una sociedad, tales como el ambiente físico, las creencias y los valores. Estos pueden producir obstáculos o resistencias a la innovación y al cambio social. La teoría de Lenski es un ejemplo importante de la perspectiva estructuro-funcional; él se centra mucho menos en la acción social o en las luchas por el poder. I A diferencia de Darwin, las ideas de Spencer sobre la fuente de variación se enfocan en la adaptación de los organismos individua les a su entorno, en vez de hacerlo por una variación al azar. La opinión de Spencer se asocia con la del biólogo Lamarck, y los biólogos modernos la han descartado. No obstante, algunos argumentan que la opinión de Spencer todavía puede aplicarse a la evolución social humana a causa del rol especial del aprendizaje.
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INNOVACIÓN Y DIFUSIÓN Sin importar lo que los sociólogos puedan pensar acerca de una teoría total del cambio social, probablemente todos estén interesados por las formas en que tienen lugar los cambios sociales específicos. Básicamente, se encuentran allí dos procesos: la innovación, que es la creación y la institucionalización de nuevas prácticas y estructuras sociales, y la difusión, que es la expansión de patrones innovadores de un escenario social a otro.
Formas de innovación De hecho la innovación es un proceso de dos etapas. Puede empezar con un descubrimiento cuando se produce algún fenómeno natural por primera vez, y llama la atención de la gente, o con un invento, cuando alguien se ingenia una nueva forma de hacer las cosas. Sea que hablemos de un fenómeno natural nuevo o de una nueva máquina, la innovación no es completa hasta tanto no se logre una segunda
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etapa: debe decidirse poner el nuevo descubrimiento o invención en uso. Por ejemplo, hace mucho tiempo se descubrió el fenómeno natural de que los objetos redondos ruedan y entonces se inventó la rueda. Pero el invento de la rueda no tuvo gran valor hasta cuando se utilizó para el transporte. La segunda etapa -utilización del nuevo descubrimiento o invención- no necesariamente sigue de cerca a la primera etapa. Por ejemplo, algunas nuevas técnicas agrícolas se inventaron al final de la Edad Media, pero no se pusieron en práctica sino hasta los siglos XVII y XVIII. Solamente entonces las presiones de la población crearon la necesidad de utilizarlas con el fin de incrementar la producción de alimentos. Además, continuamente pueden encontrarse nuevos usos para inventos antiguos. El invento de la rueda ocurrió hace miles de años, pero todavía encontramos nuevas formas de utilización. El cambio social puede darse mediante la innovación en la tecnología, el conocimiento aplicado en formas prácticas para los aspectos materiales de la vida, así como
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también mediante la innovación en el reino de las ideas o de los valores culturales.
La innovación tecnológica Tenemos la tendencia a pensar que la tecnología es un desarrollo bastante reciente en la historia; pero la innovación tecnológica que conduce al cambio social viene desde el comienzo de la historia de la humanidad. Inclusive en un invento tan relativamente sencillo como el estribo, que permite al jinete de un caballo permanecer firmemente sentado en la silla de montar, produjo un cambio social importante. Esta innovación medieval condujo a una forma completamente nueva de ataque-combates a caballo en los cuales un guerrero que se mueve rápidamente podría acuchillar o picar a su adversario sin temor de caerse al suelo en forma poco caballerosa. Esta nueva modalidad de lucha, a su vez, trajo nuevas demandas a los combatientes. Un ciudadano libre ya no podía simplemente tomar las armas y declararse apto para la guerra. La nueva técnica del combate a caballo requería de muchos años de entrenamiento, sin mencionar el gran gasto en caballos, ayudantes y equipo. Así nació una aristocracia social completamente nueva -la clase de los caballeros-, y con ella un nuevo conjunto de modelos sociales acomodados a las necesidades de la forma de vida de un guerrero a caballo. "Pocos inventos han sido tan simples como el estribo", escribe Lynn White Jr.(l%2, p. 38), "pero pocos han tenido una influencia tan catalítica en la historia". En nuestros tiempos, muchos cambios tecnológicos también han tenido efectos igualmente profundos. Consideremos el automóvil. A nivel personal ha tenido un enorme impacto en nuestros patrones diarios de vida social. Nos ha permitido gran movilidad para visitar a los amigos y parientes, para participar en las organizaciones comunitarias, para comprometernos en deportes y en otras actividades realizables en el tiempo libre e inclusive para citas y para cortejar. Al considerar la sociedad como un todo, la gran influencia del automóvil también es evidente. El automóvil ha impulsado el desarrollo de muchas industrias principales, además de la fabricación de los autos, el embargue y el mercadeo - el suministro de materiales para los fabricantes, de automotores, que sus productos sean estimados y ofrecidos, la producción de combustibles para mover los automóviles y el suministro de carreteras por donde puedan circular. En esta forma, el automóvil directa o indirectamente emplea muchos millones de trabajadores estadounidenses. El automóvil también ha afectado mucho nuestros patrones de asentamiento. Sin el automóvil es poco probable que se
hubieran desarrollado como lo han hecho los suburbios existentes. Además, otras transformaciones acompañan a dichos cambios en los patrones de residencia. Por ejemplo, el automóvil ha promovido grandes cambios en la distribución de ventas al por menor: los pequeños comerciantes de la "calle real" están siendo remplazados por los inmensos centros comerciales localizados en las afueras de la ciudad. En resumen, el automóvil virtualmente ha revolucionado la forma de vida estadounidense. Como lo ilustra el impacto social del automóvil, la mayor parte de las innovaciones tecnológicas comprenden, no solamente la creación de nuevos objetos físicos, sino también un sistema de apoyo y administración para controlar y explotar dicho producto (Brooks, 1980). El automóvil ha traído consigo un amplio complejo político, social y económico: líneas de ensamble, estaciones de servicio, compañías y refinerías de petróleo, seguros, autopistas y "cabildeo de autopistas"; leyes de tránsito, policía, tribunales y burocracia para hacerlas cumplir. En forma semejante, los elaborados sistemas de soporte han crecido alrededor de todos estos desarrollos tecnológicos principales, de las armas atómicas a las naves espaciales, a la televisión y luego a las técnicas de la cirugía moderna del cerebro.
Innovación cultural ¿Cuál es el efecto de las ideas innovativas o valores sobre el cambio social? Como vimos al comienzo de este capítulo, una nueva idea de la forma de organizar un gobierno con base en una constitución escrita resultó en la formación de una nueva nación, una nación que desde entonces ha estado a la vanguardia del cambio social. Como observamos anteriormente, los ideales del siglo XVII sobre el trabajo arduo, la frugalidad y el sacrificio que eran parte de la ética protestante establecieron patrones de comportamiento consistentes con las exigencias del capitalismo industrial moderno. Las nuevas ideas puestas en marcha con los valores de una sociedad pueden facilitar el cambio social. Pero algunas veces, por una razón u otra, una sociedad no es receptiva a las nuevas ideas e inclusive se resiste en forma activa a ellas. Por ejemplo, el derecho a votar para las mujeres no fue bien recibido en forma universal. El voto femenino se había propuesto en Estados Unidos como reforma hacia 1848, cuando líderes feministas estadounidenses realizaron su primera convención sobre los derechos de la mujer. Pero durante los siguientes setenta años, tanto mujeres como hombres levantaron una oposición vocal a la idea e incluso algunos sufragantes fueron encarcelados por sus manifestaciones en de-
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fensa de sus propósitos. Sólo hasta 1920, cuando por fin se ratificó la Enmienda décima novena a la Constitución, los defensores del derecho de las mujeres a votar pudieron superar el temor de los tradicionalistas de que la admisión de las mujeres en la vida política pudiera socavar la familia. Existen muchos otros ejemplos de resistencia semejante al cambio en nuestra propia época.Aunque en 1974 la Corte Suprema declaró que la segregación de las escuelas era una violación de los derechos constitucionales de los negros, todavía tienen lugar batallas sobre los sistemas de integración escolar. El argumento contra la abolición de la segregación en las escuelas ha tomado varias formas durante los últimos 35 años. En primer lugar, quienes se oponían argumentaban que la regulación de la educación era un derecho del Estado y no una responsabilidad nacional, el Gobierno Federal no tenía derecho a declarar como ilegales las leyes de la segregación ordenadas por los Estados. A medida que los blancos empezaron a abandonar el casco urbano para irse a las afueras de la ciudad, y a medida que en las escuelas se incrementaba la segregación a causa de los patrones de vivienda, en vez de leyes específicas, el argumento se cambió para apoyar a las "escuelas de vecindario". Entonces quienes se oponían a la abolición de la segregación escolar se pronunciaron en contra de la práctica del transporte para los estudiantes residentes en localidades lejanas con el fin de lograr un equilibrio racial. Sin embargo, detrás de todos estos argumentos subyacía la creencia tradicional de lo indeseable que es la asociación de negros y blancos. De esta manera, las nuevas ideas y valores pueden ser rápidamente absorbidos por la sociedad que está lista para ellos, pero pueden ser resistidos temporal o permanentemente por una sociedad cuyos valores tradicionales y formas de hacer las cosas chocan con las nuevas ideas y prácticas. Algunas veces es necesario esperar a que los valores culturales se emparejen con las innovaciones culturales y tecnológicas.
Difusión Algo inventado y puesto en práctica en un área de la sociedad, puede difundirse a través de ella misma o introducirse en otras sociedades. El proceso por el cual se logra esto se donomina difusión, puesto que ocasiona la diseminación gradual de las innovaciones tecnológicas y culturales. Soldados, administradores coloniales, misioneros, emigrantes, comerciantes, becarios visitantes y artistas, estudiantes de intercambio, turistas, todos son agentes potenciales de difusión. Podemos ver los resultados de la difusión
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aun en algo tan totalmente estadounidense como es la Constitución del país, la cual se escribió en inglés una lengua prestada de Inglaterra, utilizando un alfabeto tomado de la antigua Fenicia a través de los griegos y los romanos. Las diversas secciones del documento se indican con numerales arábigos y romanos. Se imprimió mediante un proceso inventado en Alemania; el papel en el cual se hizo la impresión se originó en un invento de los antiguos egipcios. Finalmente, muchas de las ideas políticas incorporadas en esa Constitución eran legados culturales de Francia y de los filósofos franceses. El punto hasta donde realmente llegue la difusión será variable. En un extremo, el contacto entre las sociedades puede resultar en una "toma" cultural. Por ejemplo, los colonizadores holandeses transformaron la sociedad indonesa de un grupo de horticultures de subsistencia que vivían en pequeños poblados igualitarios, a una sociedad altamente competitiva y estratificada orientada hacia el mercado mundial (Plog, Jolly y Bates, 1976). En el otro extremo, el contacto puede impulsar a las personas a apartarse y a adherirse a sus tradiciones. Aunque por muchos siglos los indígenas Sumu de Nicaragua han estado negociando con grupos vecinos, solamente en años recientes cerraron sus puertas cuando los extranjeros entraron a sus aldeas, entonces guardaron en secreto sus caminos y únicamente se casaron entre los de la misma tribu. Entre estos dos extremos existen muchos ejemplos de sociedades que piden prestadas algunas características foráneas en forma selectiva. Por ejemplo, Marco Polo llevó a los campesinos italianos los tallarines largos, delgados y redondos que comían los chinos. Pronto fueron populares en Italia donde se les llama espagueti. Luego, los inmigrantes italianos trajeron los espagueti a Estados Unidos. En forma similar, los incas del Perú descubrieron la quinina y la trasladaron a sus conquistadores españoles, que entonces la participaron a otros europeos, que a su vez la utilizaron en África para tratar los ataques de la malaria o paludismo. (De esta manera, si no hubiera sido por los incas, los europeos no hubieran podido colonizar a África). Aunque los objetos materiales y la tecnología se diseminan más rápidamente que los sistemas de creencias y valores o las formas de la organización social, éstas también pueden difundirse en forma amplia. Como ejemplos tenemos las religiones misioneras, budistas, cristianas e islámicas. El código napoleónico, que es el fundamento de la ley en Francia y sus antiguas colonias, lo adoptaron muchas otras sociedades incluyendo el estado de Loui siana.
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Algunas veces en el proceso de difusión, una idea cultural o una tecnología se modifica para acomodarse a las necesidades de la sociedad que la adoptó. Por ejemplo, los haitianos tejieron conjuntamente mitos y ritos del catolicismo y de las religiones de África Occidental dentro de un nuevo sistema mágico-religioso denominado Vudú. Este proceso de modificación puede inclusive significar que el rasgo original se transforme completamente. Por tanto, los procesos de innovación y de difusión son fundamentales en casi todos los cambios sociales. Damos un ejemplo de esto en nuestra perspectiva en profundidad sobre la revolución de los computadores.
En profundidad: Los computadores y el cambio social La tecnología de los computadores tenía que empezar con un invento y el crédito de ese invento llega hasta un matemático británico del siglo XIX llamado Charles Babbage. He aquí la forma como el mismo Babbage describe los orígenes de este invento: Una noche estaba sentado en la sala de la Sociedad Analítica en Cambridge, con la cabeza inclinada hacia adelante sobre la mesa en una forma de estado soñoliento, con una tabla de logaritmos abierta frente a mí. Otro miembro, entró al salón y al verme medio dormido, me gritó: "Oiga Babbage ¿qué es lo que está usted soñando?" A lo que yo repliqué:" Estoy pensando que todas estas tablas (señalando a los logaritmos), podrían calcularse con una máquina (Citado por Goldstine 1972, p. 11).
Era el año de 1812 y Babbage consagró los siguientes 60 años de su vida a desarrollar la máquina de computación. Se dio cuenta de que para cualquier tipo de tarea que pudiera subdividirse y rutinizarse, había un potencial para automatizarla. Su concepción de una "máquina analítica" que utilizara la computación digital estaba adelantada más de un siglo de su época; iba a recibir instrucciones y datos variables de la inserción de tarjetas perforadas, trabajando sobre el mismo principio de una pianola. Desafortunadamente, los prototipos del invento de Babbage fueron fracasos resonantes. Nunca se pusieron en práctica, en parte porque la tecnología de producción de ese tiempo era demasiado primitiva para hacer un modelo eficiente y en parte también porque el nivel tecnológico de la época no exigía que se fuera más allá de lo que podía calcularse por medios manuales.
Los desarrollos realmente prácticos en la tecnología de los computadores no ocurrieron sino hasta el siglo siguiente. En la década de 1930 los científicos empezaron de nuevo a pensar acerca de la computación digital en una máquina. Por ese entonces algunos otros inventos -por ejemplo, la tecnología del tubo al vacío y los contadores electrónicos- hicieron posible la unión de modelos prácticos de trabajo. Además, por ese tiempo era evidente la necesidad del computador. El ejército estaba particularmente interesado en desarrollar una máquina para calcular la trayectoria de los proyectiles, y el Gobierno Federal necesitaba un sistema eficiente para conservar los registros, especialmente en la Oficina del Censo y en el Servicio de la Renta Interna (IRS). El primer computador digital completamente electrónico construido por un fabricante comercial fue el UNIVAC de Sperry, o sea (el Computador Automático Universal), instalado en la Oficina del Censo en 1951. Estos primeros computadores eran máquinas inmensas que llenaban grandes oficinas y dependían de grandes y frágiles tubos al vacío, para procesar la información procedente de tarjetas perforadas. Una innovación posterior en la tecnología de los computadores provino de la reducción de las partes componentes (Braun y McDonald, 1978). Los tubos al vacío fueron remplazados por tubos transistores al vado que a su vez se remplazaron por transistores semiconductores, los cuales con el invento de los circuitos integrados se hicieron cada vez más pequeños y más poderosos. Cuando se encontró la forma de producción en serie de estos circuitos integrados que utilizaban silicón, una sustancia semiconductora muy eficaz y razonablemente barata, fue el momento en el que por fin la industria del computador despegó. En 1957 el promedio de un solo transistor de silicón costaba $17.81 dólares; actualmente un chip de silicón vale $2 dólares y también puede tener el equivalente de miles de transistores incorporados en sus circuitos integrados (Noyce, 1979; Forester, 1988). Con el advenimiento de los microcomputadores poco costosos, poderosos y "amigos del usuario" en la década de 1980, los computadores entraron a los hogares de millones de estadounidenses.
Posibilidades de usos El impacto de la amplia posibilidad del computador lo expresó bien el presidente Ronald Reagan en un discurso que pronunció frente a los estudiantes de la Unión Soviética en mayo de 1988: Se ha llamado la revolución tecnológica o de la informática. Y como su emblema, se puede tomar el pe-
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Las comunicaciones vía satélite han aumentado la velocidad de la difusión tecnológica y cultural, como lo muestra la televisión por cable que recibe una antena en la isla de Barbados en el Caribe. Algunas veces el proceso de difusión y de modificación puede conducir a prácticas extraordinarias: Esta es una forma de obtener un mejor recorrido de un camello; (lzquierda Robert knwtles/Photo Researches, lnc;,abajo Robert/Woodfin
queño chip de silicón tan grande como una huella digital. Uno de estos chips tiene más poder de computación que los computadores de modelos antiguos que ocupaban una oficina. Estos microcomputadores ayudan hoy al diseño de todo, desde casas y automóviles hasta naves espaciales. Incluso diseñan computadores mejores y más rápidos. Ellos pueden traducir del inglés al ruso, o ayudar al ciego a leer, o ayudar a
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Michael Jackson a producir en un sintetizador los sonidos de toda una orquesta. (New York Times, junio 1, 1988, p. A12). Difícilmente algún área de nuestra vida hoy está fuera de la influencia de los computadores; pero en lo que sigue a continuación, vamos a considerar algunas de la áreas más importantes: la industria, ofi-
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cinas, educación, investigación, tecnología militar y comunicaciones.
Industria Algunas industrias utilizan los computadores en toda la gama de sus procesos de producción. Por ejemplo, en la industria automotriz, los computadores orientan a los robots en la soldadura de carrocerías; activan los pulverizadores de pintura; y afinan herramientas, troqueles y partes para precisar tolerancias (Gunn, 1982; Noble, 1984). No solamente los computadores operan la maquinaria, también procesan información muy importante. Los supervisores introducen dentro del sistema del computador las informaciones relacionadas con la producción y con el control de calidad. Los concesionarios de automóviles colocan los pedidos en el computador, el cual luego calcula qué repuestos son necesarios y qué plantas pueden despacharlos. Los computadores inclusive establecen cuántos automóviles necesitan pintarse de tal color, qué motor, qué tipo de llantas, etc. Así, los trabajadores industriales capacitados y los no capacitados ven reducidos sus requerimientos para trabajar gracias al uso del computador. El proceso de computarización es realmente una extensión de la división del trabajo. Como descubrió Babbage, una vez que una tarea se divida en muchas partes, es más fácil automatizarla.
Oficinas Hace 25 años la oficina común estaba formada por ejecutivos que dictaban a las secretarias, por las secretarias que escribían a máquina el dictado y hadan copias, por los empleados de archivo que colocaban las carpetas dentro de inmensos archivadores metálicos y por los mensajeros que entregaban el correo en las oficinas durante todo el día. Entonces, cuando la industria del computador se empezó a explotar durante la década de 1970, las predicciones acerca de la "oficina del futuro" visualizaron una oficina completamente automatizada: ...un mundo electrónico sin papeles, manejado por botones en donde las altas finanzas se encuentran con la alta tecnología en un triunfo de la productividad de los empleados de oficina. En la oficina del futuro, los ejecutivos de la compañía, enviarán memos personales a los empleados a 10 000 millas de distancia con sólo oprimir un botón y extraer de los archivos electrónicos de la compañía, en forma instantánea la información importante para una reunión de la dirección. Podrán examinar electrónicamente a través de video los calendarios y los archivos para programar las reuniones con los subalternos para examinar los informes deseados (prospectos de ventas). Y tam-
bién podrán hablar simultáneamente con los jefes de división en Pocatello. Auckland y Buenos Aires mediante conferencias televisadas en las oficinas principales de la compañía. (Immel, 1985, p. 313).
La tecnología para oficinas automatizadas en tal forma está ahora en su punto; pero aún no se han instalado los sistemas electrónicos centralizados al ritmo o en la escala en que muchos lo han predicho. Algunas compañías están poco deseosas de hacer las inmensas inversiones necesarias puesto que temen que el sistema que compren pronto se convierta en algo obsoleto; otras compañías sobrecargadas por las opciones disponibles que se les ofrecen, descartan la toma de cualquier decisión (una condición descrita como "parálisis por el análisis"). Muchos observadores piensan que los fabricantes de máquinas automáticas para empresas están sobreestimando la magnitud del cambio que las oficinas necesitan efectuar (o que están listas de hacer) en este momento. Otro problema es la confusión ocasionada por productos de oficina tan dispares. Cada fabricante de máquinas de oficina construye su propio diseño y modelos de tal manera que muchos productos son incompatibles con los otros (Immel, 1985; Business Week, 1985). En aquellas compañías que han rechazado la instalación de un sistema computarizado central, muchos gerentes han traído sus computadores personales a sus escritorios. Los microcomputadores, económicos, portátiles y de uso fácil les han permitido a estos ejecutivos tener su propio procesador de palabras, procesar sus datos e incluso utilizar el correo electrónico. Pero las corporaciones aún tienen el problema de lograr unidades de escritorio para trabajar integralmente y vincularse con una base de información central. Con la proliferación de computadores personales como lo ha anotado un ejecutivo: "Nuestra preocupación es que 10 chicos puedan sentarse en sus oficinas a resolver el mismo problema" (Business Week, 1985, p. 331). Además, el hecho de mantener las unidades de escritorios supone costos ocultos, tal como la compra de impresoras, la memoria adicional, los programas de software y demás. Por estas razones, analistas de compañías preven un incremento en la necesidad que tenga la institución de grandes sistemas centralizados. Otro argumento que conduce al uso de los computadores personales es el doble uso para conservarlos como unidades autónomas, a la vez como algo que los vincula a un computador central. Esto le permitirá al usuario sacar cierta información de la memoria del computador principal y hacer alteraciones en el microcomputador y luego regresar los datos al computador principal para una computación mayor. El
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Del tubo al vacío al transistor y al chip de silicón... El poderoso microcomputador portátil que se acomoda a la situación de la mujer que está sentada, no tiene relación aparente con su complicado antecesor, el ENIAC, el primer computador electrónico que funcionó, desarrollado durante la década de 1940 por los ingenieros de la Universidad de Pensilvania en cooperación con el ejército de Estados Unidos. Aquí, uno de los inventores del ENIAC ajusta los controles en un tablero de supervisión del computador de tamaño de'un salón. (Izquierda: UPI/Bettmann Newsphotos; abajo: Mike Mazzaschi/Stock, Boston).
tiempo durante el cual el aparato procesa los datos por sí mismo genera una economía de tiempo en el computador central. Las redes de comunicación que unen los computadores están entre las áreas de desarrollo más activas en el momento.
Educación En una época se pensaba que los computadores revolucionarían la educación a través de la instrucción apoyada en esta máquina. Esta revolución no ha llegado. Por una parte, equipar una escuela con todas las terminales de computador necesarias para proporcionar ese tipo de instrucción es muy costoso; por otra, los educadores descubrieron que los computadores no tienen la simpatía ni la flexibilidad de los maestros de carne y hueso. A medida que el costo de los computadores ha venido disminuyendo, más escuelas han podido comprar más computadores, permitiendo a sus estudiantes tener acceso al computador durante una cantidad determinada de tiempo en la semana. Sin embargo, la mayor parte de los programas de computador disponibles ofrecen solamente el adiestramiento y la práctica, en vez de una participación creativa. Los estudiantes de primaria aprenden a escribir y a realizar operaciones matemáticas con la ayuda de los computadores. Los estudiantes de bachillerato y de universidad utilizan el computador para el procesamiento de palabras o para que les
ayude a obtener la información necesaria. Los computadores pueden investigar los catálogos de la biblioteca en pocos minutos para las referencias que a su vez, podría tomarles a los estudiantes horas para encontrarlas por su propia cuenta. Cantidades crecientes de bibliotecas están proporcionando estaciones de trabajo de computador para sus usuarios. Según un bibliotecario de la ciudad de Nueva York, en el futuro la mayor parte de la información que tienen las bibliotecas podrá "leerse en una máquina" (Markoff, 1988). Muchos educadores creen que la "alfabetización en computadores" - la familiaridad con la forma como trabajan los computadores y la forma de utilización- será esencial para la mayoría de los empleos en el próximo siglo. Por esta razón actualmente existe gran preocupación porque los hijos de las familias pobres que asisten a las escuelas y que no pueden comprar computadores quedarán en severa desventaja cuando traten de ser parte del mercado de trabajo.
Investigación El uso de los computadores también es vital para la investigación continuada en todas las ciencias naturales y sociales. La astronomía, por ejemplo, depende de los cálculos computarizados de las ondas de radio y de las emisiones de luz para determinar la ubicación, el movimiento, la masa y otras caracterís-
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ticas de los "huecos negros" y de los objetos estelares distantes "invisibles". En las ciencias sociales, la investigación que se ocupa de poblaciones grandes (tales como las que han sido calculadas por el censo) sería imposible sin la ayuda de los computadores. No solamente cuentan los computadores, también ayudan a los científicos a construir modelos para simular los diversos procesos naturales y sociales.
Tecnología militar El ejército, que ha sido uno de los consumidores más importantes de los computadores, continúa siendo un usuario importante. Por ejemplo, el Comando Estratégico Aéreo exige un inmenso y muy complejo programa de computadores para tratar numerosas contingencias y cadenas de acontecimientos. Las variables del clima pueden estar relacionadas con los cambios en el funcionamiento de los equipos y con los patrones normales del tráfico aéreo; estos datos deben correlacionarse con la información que se refiere al enemigo, a los aliados y a las operaciones militares nacionales. Para cada combinación concebible de información, el computador central debe tener un procedimiento definido. El Ministerio de Defensa está gastando 1 mil millones de dólares para construir uno de los supercomputadores más grandes del mundo que puede simular diversos escenarios de guerra nuclear. Estos cálculos se utilizarán para fijar el valor de las diferentes partes de la proyectada Iniciativa de Defensa Estratégica (también denominada "Guerra de las Galaxias"). En menor escala, los tanques modernos están equipados y dirigidos por pequeños computadores para examinar el entorno con el fin de detectar posibles amenazas. Los modernos aviones militares tienen sistemas altamente sofisticados de computación; sus pilotos están cada vez mejor entrenados como técnicos en computadores que los antiguos acróbatas aéreos "que aprendieron a volar lanzándose al aire". Las fuerzas armadas también utilizan los computadores para conservar los registros sobre personal, sobre logística, la obtención y el embarco de suministros y de armas.
Comunicaciones Los computadores también se utilizan en una cantidad inmensa de aplicaciones en el área de las comunicaciones (Galhoun, 1986). La industria de los teléfonos utiliza los computadores para el intercambio y para servicios personales antiguos tales como la asistencia de directorio telefónico. Muchos usuarios de computador doméstico se comunican mediante un boletín de tableros electrónicos y una red con cente-
nares o con miles de otros usuarios de computador en una variedad de temas desde política hasta juegos de computador. Los ejecutivos y los profesionales utilizan redes para mantenerse en contacto mutuo. Algunas corporaciones sostienen conferencias completas por computador. Muchas personas ahora se telecomunican, o sea, trabajan en casa con un teléfono computarizado montado a una oficina. Actividades de computación tales como el procesamiento de palabras, la relación de informes, el archivo de información y el cálculo de datos estadísticos, pueden realizarse en casa puesto que poco importa si el vínculo entre el computador y el equipo terminal visual está a 40 metros o a 40 ó 4000 kilómetros. Los computadores también pueden utilizarse en el hogar para pagar facturas, hacer transacciones bancarias, hacer pedidos al supermercado y realizar una cantidad cada vez mayor de otras tareas.
ASPECTOS SOCIALES DEL USO DEL COMPUTADOR La era del computador nos ha llegado tan de repente y está cambiando tan rápidamente que es muy difícil señalar su impacto social sobre los individuos y sobre la sociedad en general. Algunos científicos sociales creen que los efectos a corto plazo de los computadores no van a ser tan profundos y significativos como se había anunciado. El cambio para la mayoría de los individuos ha sido poco y la mayor parte de las organizaciones no han cambiado en forma significativa sus procedimientos operativos estándares. En general, la tecnología de los computadores se ha hecho para que adapte a las prácticas existentes y solamente han tenido lugar unas pocas transformaciones inmediatas importantes (Danziger, 1985). Un campo de debate entre los científicos sociales es si el uso de los computadores aisla a los individuos o crea más interacción con otras personas. Un argumento puede ser que los programadores, los analistas de sistemas, quienes toman decisiones, el equipo de entrada de datos e inclusive los clientes de la organización están diseñando conjuntamente un complejo "tejido de computación" (Kling y Scacchi, 1982). Por otro lado, un argumento también puede esgrimirse para los efectos "antisociales" del uso del computador. El uso del computador reduce el tiempo que se gasta con otros individuos, y los estudios muestran que en vez de incrementar el tiempo libre de los trabajadores, los computadores comprometen a los usuarios en una cantidad cada vez más creciente de tiempo de trabajo. Además, los individuos que tienen la oportunidad de escoger pa-
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ra interactuar con los sistemas de computadores o con los humanos, están más inclinados a escoger a los primeros. Esa selección se puede ver en aquellos que prefieren un juego de computador que jugar frisbee con amigos, personas que prefieren ir a los cajeros automáticos que a los cajeros humanos en los bancos y personas que usan el correo electrónico en vez de utilizar el teléfono de la oficina (Danziger, 1985). Otro asunto que puede debatirse es si los computadores son más propicios a incrementar o a disminuir la naturaleza jerárquica de las organizaciones y su centralización del poder y de la información (King y Kraemer, 1987). Algunos expertos creen que el acceso computarizado a la información disponible para todos los empleados en una oficina tiene un efecto de nivelación sobre la jerarquía de la organización puesto que ya no es fácil que un grupo elitista tenga control en forma selectiva sobre la misma (Naisbitt, 1982); Christian Science Monitor, junio 6 de 1988, p. 1). Sin embargo, no encuentran que la jerarquía de la organización existente se pueda alterar con la computarización, sino que más bien observan que el poder de la élite dominante se realza al tener un control centralizado de la fuente de información (Sterling, 1986). Con todo, el uso extensivo de los microcomputadores como sistemas independientes y no monitoreados pudiera tener el efecto de reducir la capacidad de un grupo elitista para controlar la información (Danziger, 1985). No obstante, hasta aquí, la investigación sobre los computadores en el uso profesional (por ejemplo, de los médicos o abogados) muestra una baja tendencia para que esta última posibilidad se realice; hay demasiado poder social acumulado contra ella (Calhoun y Copp, 1988).
Preocupaciones públicas Privacidad El creciente uso de los computadores para recopilar datos y manipular información suscita el problema de la privacidad individual y de la confidencialidad de los datos personales. Cada vez más, el número de la tarjeta de seguridad social está convirtiéndose en el "único número de identificación" para seguir el rastro de una persona y el desarrollo individual de su "imagen de datos". Por ejemplo, las oficinas de crédito y los departamentos locales de policía han llegado a confiar cada vez más en computadores centralizados como fuentes de información. La cantidad creciente de artículos computarizados, combinados con los vínculos que se multiplican entre la base de datos del computador hace posible la cons-
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Los computadores se han convertido en catalizadores poderosos del cambio social, en parte porque han cambiado la naturaleza del trabajo en muchas formas diferentes del sitio de trabajo. Aquí, un mecánico de automóviles sincroniza el motor de un automóvil con la ayuda de un computador de diagnóstico. (Michael L. Abramson/Woodfin Camp & Associates).
trucción de perfiles electrónicos completos de las personas (incluyendo a dónde viajan, qué comen, cuáles son sus estilos de vida, cuáles son las medicinas que deben tomar y con quién hablan). Muchos liberacionistas civiles le temen al potencial del "hermano poderoso" para curiosear electrónicamente, lo que puede poner en peligro la libertad individual en las sociedades democráticas. Otro problema es cómo hacer que los bancos de datos se aseguren contra la intrusión de extraños, que pueden utilizar la información en forma inadecuada o inclusive alterar o falsificar la información allí depositada. Los individuos también pueden ser capaces de verificar la exactitud de los datos acerca de ellos mismos. Algunos servicios de información crediticia y las agencias gubernamentales utilizan datos de fuentes sobre las cuales las personas no tienen control y que frecuentemente son imprecisas (Burmhahm, 1983; Landon, 1986; Rule y otros, 1980). Un individuo llamado Terry Dean Rogan
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puede dar testimonio de las consecuencias dañinas de datos imprecisos. Su certificado de nacimiento lo ha robado un criminal, lo cual ha hecho que su nombre entre a la base computarizada de datos del FBI. Las agencias para el cumplimiento de la ley en todo el país tienen acceso a este banco de datos. Como resultado, a Rogan lo han arrestado cinco veces entre 1982 y 1984 por crímenes que él no ha cometido (Markoff, 1988).
Empleos La alta tecnología, particularmente la aplicación de la electrónica a la industria, a las comunicaciones, a la medicina y a otras esferas de la vida, está transformando el mercado de trabajo (véase Capítulo 15). La cantidad de empleos disponibles en las fábricas está disminuyendo, mientras que la cantidad de empleos en el sector de servicios, especialmente en los relacionados con el manejo de la información, está creciendo (Cetron, 1983; Lyon, 1988). Esto ha traído como consecuencia dislocaciones y problemas para muchos individuos, comunidades y regiones (Webster y Robins, 1986). Sin embargo, de acuerdo con algunas opiniones, el que estos cambios sean alarmantes o que sean interesantes depende de si uno mira los efectos a corto o a largo plazo. A corto plazo, la pérdida de los empleos y la "descalificación" de los mismos como resultado de la automatización son factores devastadores para los trabajadores, particularmente en las fábricas. Algunos expertos predicen que hacia el año 2000, los robots de las fábricas estarán haciendo lo que 7 millones de seres humamos hacían en 1980. Al mismo tiempo, la automatización de las oficinas probablemente esté reduciendo en forma notable los empleos de oficina, particularmente ¡os empleos de secretarias. Los computadores ya manejan muchos de los "reburujos de papeles" entre los individuos y las organizaciones. Los cheques de pago comúnmente son preparados por los computadores. La banca también ha computarizado muchas de sus operaciones. En los supermercados locales, scanners electrónicos leen y registran los códigos de precio y producto, y producen un recibo impreso para el cliente y datos de inventario para el almacén. Otro problema es que mientras los empleos altamente tecnificados y que exigen capacitación proponen retos y son bien remunerados, la gran mayoría de empleos disponibles embotan la mente y están muy mal remunerados. Muchas oficinas y centros principales ahora parecen más bien "talleres de sudor electrónico" (Andrew, 1983; Garson, 1988). Los empleos que suponen una tecnología sencilla y repetitiva pueden exportarse fácilmente a las naciones
Mientras muchos compositores y músicos contemporáneos emplean los computadores, los pianistas de conciertos probablemente no tengan que preocuparse de ser remplazados por ejecutantes como Wabot-2, un robot musical de ¡a universidad de Waseda. Sin embargo, en algunas industrias altamente automatizadas, los robots dirigidos por computador (que comúnmente no son modelados basándose en el ser humano) ya están tratando de afinarse. (Ethan Hoffman/Archive Pictures, Inc).
en donde los salarios son bajos. La pérdida de los empleos no calificados y semicalificados en las naciones extranjeras hace que sea más difícil para la industria estadounidense absorber a los trabajadores desempleados y a la fuerza de trabajo cada vez más creciente. Quienes suponen que tienen un punto de vista a largo plazo argumentan que gradualmente la automatización puede mejorar la posición competitiva de Estados Unidos en el comercio internacional, que por lo tanto puede evitarse la migración de empleos a ultramar. También, al bajar los precios de las mercancías de tal manera que las personas pueden comprar más, con el tiempo la tecnología aumentará la producción total, creando más empleos entre los proveedores. Esta perspectiva le proporciona a los trabajadores de fábricas paradas la dudosa seguridad de que en veinte o treinta años el aumento de la productividad mediante la automatización permitirá la posibilidad de un empleo. En resumen, la computarización ha eliminado muchos empleos y les ha quitado las destrezas a otros; ha creado algunos empleos nuevos, pero no tantos como los que ha acabado. La cuestión es si la nueva riqueza que los computadores ayudan a crear se gastará o se invertirá en forma que indirectamente conduzca a la creación de nuevos empleos adicionales, o si estos empleos serán tan buenos como los que se han acabado (Francis, 1986).
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Liderazgo
tecnológico
La difusión ha hecho que la tecnología del computador llegue a ser una mercancía mundial y Estados Unidos está sintiendo la presión de una competencia a nivel mundial, especialmente del Japón y otros países de Asia que tienen gran experiencia en la electrónica. Muchas personas, preocupadas porque Estados Unidos esté atrasándose permanentemente en el liderazgo tecnológico indutrial, están reclamando mayores fondos para investigación en computadores (Feigenbaum y McCorduck, 1983). El problema es verdadero, pero no es susceptible de solución fácil. Con el desarrollo económico que se está dando en el mundo, cualquier país puede estar fuertemente presionado para estar en la cima por mucho tiempo. Dichos cambios han conducido a algunos observadores a predecir el desarrollo de una sociedad postindustrial en Estados Unidos (véase cuadro).
TEORÍAS DEL DESARROLLO La discusión del cambio social en este capítulo se ha centrado abundantemente en las sociedades occidentales, Pero, ¿qué sucede con el resto de las naciones del denominado Tercer Mundo, que constituyen las dos terceras partes de la población del mundo y que no han participado en forma igual en los frutos del desarrollo económico? Aunque el primer mundo de los países capitalistas y el llamado segundo mundo de los países comunistas del bloque oriental están sobre el sendero de la industrialización, la urbanización y una organización social cada vez más compleja, el Tercer Mundo se encuentra rezagado. ¿Podrían los países más atrasados al menos desarrollarse gradualmente o se quedarán siempre subdesarrollados? Este planteamiento es muy importante, no sólo para los ciudadanos de los países pobres, sino también para los de los países ricos. Nuestro mundo es cada vez más interdependiente; se compran productos electrónicos producidos en Corea del Sur, cobre de Zambia, petróleo de la península de Arabia y café de Suramérica. Estados Unidos depende de otros países más que de mercancías materiales y de materias primas; también los necesita para cooperar en la búsqueda de la paz mundial. Son necesarios los esfuerzos unidos para controlar el terrorismo, para restringir el uso de las armas nucleares y para establecer discusiones por medio de la diplomacia en vez de las armas. En muchos niveles, lo que suceda en el Tercer Mundo es de importancia para todo el mundo. En lo que sigue a continuación vamos a
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considerar tres puntos de vista sociológicos importantes en el curso del cambio del Tercer Mundo y a considerar las perspectivas para esa área del mundo hoy.
Teorías sobre la modernización En la década de 1950 muchos sociólogos y economistas estaban convencidos de que la mayor parte de los países pobres del mundo eran simplemente "subdesarrollados". En su opinión, con el tiempo estos países podrían experimentar una revolución industrial como la que ocurrió en Europa y en Norte América. El problema era que en esos países hacían falta ciertas precondiciones de cambio social que los teóricos clásicos habían resaltado. Se consideraba que estas naciones carecían de auto-disciplina, de consagración al trabajo arduo y de voluntad para salvar lo que Weber atribuyó a la ética protestante y a otros procesos de racionalización. A estos países les faltaba la división compleja del trabajo que Durkheim había asociado con la solidaridad orgánica. Sobre todo, carecían de los medios materiales de producción y de la organización social de la producción que Marx había destacado. Los analistas, además, proponían las teorías acerca de la modernización, que centraban su atención en la forma de suministrar las condiciones materiales, sociales y culturales necesarias para que los países subdesarrollados empezaran un "despegue" económico (Rostow, 1952). Estas teorías han tendido a indentificar el progreso con parecerse a Occidente. En parte como resultado de las recomendaciones de los teóricos de la modernización, las naciones occidentales relativamente ricas ofrecieron ayuda a los países pobres; se construyeron escuelas, caminos y fábricas y se reorganizaron los ministerios gubernamentales. Algunas mejoras fueron el resultado de estos cambios, y algunos teóricos de la modernización continuaron centrándose en ellos (Inkeles y Smith, 1980). Pero desafortunadamente, la esperada modernización, la imagen del desarrollo al estilo occidental, no avanzó (si es que la hubo) en las naciones del Tercer Mundo; además, varios de estos países sufrieron guerras civiles muy perjudiciales, derrocamientos militares y otras depresiones de la libertad como consecuencia de sus crecientes expectativas, ¿por qué fracasaron estos planes que estaban bien intencionados? Los teóricos de la dependencia han suministrado algunas respuestas.
Teoría de la dependencia Los críticos de las teorías de la modernización (por ejemplo, Frank, 1967) propone como una alternativa
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La sociedad postindustrial El eminente sociólogo Daniel Bell (1973, 1980) cree que ya hemos entrado a la era postindustrial. Si el desarrollo de la máquina fue la fuerza central de la sociedad industrial, en la sociedad postindustrial la fuerza central es la organización del conocimiento teórico. La producción de energía, alimentada por el capital y por la mano de obra, impulsó a la sociedad industrial; la producción de información alimentada por la tecnología, impulsa a la sociedad postindustrial. El crecimiento económico era la meta de la era industrial; el avance del conocimiento teórico es la nueva meta. La estructura de clases de la sociedad postindustrial (o sea, la "sociedad de la informática") se fundamenta en el acceso a la información y en el control de la toma de decisiones en lugar de hacerlo en la posesión de la propiedad. El emblema de la nueva sociedad de la informática es la universidad, que otro sociólogo considera como si ocupara el mismo lugar que ocuparon alguna vez las grandes empresas capitalistas (Touraine ,1971). Pero Bell descubre una sociedad que se hace más humana por su confianza en la eficiencia tecnológica. Los dispositivos sociales se basarán en un conocimiento experto y científico y en una planificación técnica. Puesto que sus necesidades materiales se solucionarán más allá del nivel básico, la gente podrá poner su atención en la mejora de la calidad de vida, medida por los servicios y las diversiones. El tema dominante del trabajo de Bell es cuánto más la sociedad postindustrial puede funcionar racionalmente en constraste al alboroto del capitalismo primitivo. Las opiniones de Bell no son aceptadas umversalmente. Algunos críticos argumentan que la industria no se ha remplazado; que todavía es extremadamente importante. La razón de que Estados Unidos tenga menos empleos de producción es
que está confiando cada vez más en las mercancías industriales importadas. En otras palabras, simplemente se ha buscado mano de obra barata en otra parte, en vez de prescindir completamente de ésta con el cierre de la industria o confiando en la automatización. En efecto, algunos científicos sociales argumentarían que los empleadores han buscado sistemáticamente una política de "desindustralización" en Estados Unidos mediante la inversión en plantas en el extranjero, una tendencia que consideran una amenaza para el bienestar económico colectivo y para los empleos de trabajadores específicos dentro del país (Bluestone y Harrison, 1982). Sin embargo, otros críticos argumentan que Bell no se está planteando la pregunta más importante. No debe preguntarse, "¿nos estamos volviendo una sociedad postindustrial?", sino más bien "¿nos estamos convirtiendo en una sociedad postcapitalista?" El término sociedad indus-
trial no hace la importante distinción entre capitalismo y socialismo. Estos críticos sugieren que todavía estamos viviendo en una sociedad capitalista y que Bell falla al considerar los poderosos intereses creados que podrían oponerse a su visión del futuro. Ni tampoco, de acuerdo con estos críticos, Bell concede especial atención a la forma como las mismas presiones capitalistas que impulsaron la organización industrial también puedan empujar las actividades por medio de las cuales se crea y se utiliza un conocimiento tan importante como la investigación y el desarrollo (Giddem, 1987; Kumar, 1980). Otra crítica al escenario que presenta Bell es que no considera la política, el principa] medio que tiene la gente para influir sobre el cambio social; la ideología política no es comúnmente la base más racional para la toma de decisiones. Finalmente, los críticos señalan la dudosa
evidencia empírica para algunos de los planteamientos de Bell (Bedham, 1984). Por ejemplo, un poco después de la publicación del libro de Bell, la mayor parte del crecimiento en el sector de los servicios humanos financiados por el gobierno, se suspendió o se revirtió, especialmente durante la administración Reagan. Las predicciones de Bell sobre el predominio del sector información en la sociedad postindustrial es todavía un asunto amplio de debate, aunque los servicios al consumidor como el trabajo de restaurantes hayan crecido en forma significativa. Aunque no se haya entendido bien la idea de Bell sobre la tecnolo gía de la información como la base de la sociedad postindustrial, ¿será posible que pensemos todavía en la alta tecnología como una nueva revolución industrial, del orden de la de finales del siglo XVIII y principios del XIX? Esta es, en efecto, la opinión de una gran cantidad de críticos; pero por lo menos un grupo de científicos sociales no estaría de acuerdo. Ellos creen que el efecto de la nueva tecnología es una "intensificación de las tendencias antiguas", no el comienzo de una nueva. Deberá ponerse la nueva tecnología a trabajar en la solución de problemas antiguos, tales como el uso explotador y la disminución del suministro de las fuentes de energía, en lugar de conducir a una época en la cual el trabajo va a convertirse en algo innecesario. En su opinión "Los problemas que vamos a enfrentar no son totalmente nuevos, sino son aquellos con los que ya estamos familiarizados, aunque quizá van a intensificarse y a extenderse. Probablemente va a existir, por ejemplo, un avance a partir de los empleos de obreros en las actividades de servicios u de oficinas, pero estos mismos oficios podrían tomar cada vez más la característica que tenía el trabajo de fábrica si no se rechaza la tendencia".(Rosenbrock y otros, 1985)
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la teoría de la dependencia que sostiene que los países del Tercer Mundo, especialmente los de América Latina no han podido "despegar" precisamente porque eran muy dependientes de los países capitalistas. Los mejores empresarios en países como Brasil y Argentina habían trabajado con compañías estadounidenses y europeas en vez de actuar como capitalistas por su propia cuenta. Los líderes políticos de estos países se desempeñaban principalmente como intermediarios entre sus propios países y los gobiernos de las naciones ricas que les ofrecían ayuda. La ayuda en sí misma frecuentemente hizo que las cosas empeoraran en las economías locales. La ayuda tecnológica exigía la dependencia de los suministros extranjeros, como repuestos para maquinarias y sistemas de computadores, que debían pagarse con escasos dólares estadounidenses. Frecuentemente la tecnología llegó sin la información ni el entrenamiento requerido para ponerla en marcha. Cuando se instaló la tecnología, con frecuencia los trabajadores locales perdieron su trabajo; por ejemplo, una nueva fábrica de zapatos construida con ayuda extranjera podría proporcionar empleos para algunos, pero al mismo tiempo dejaba sin trabajo a los zapateros tradicionales. Los problemas financieros surgieron cuando la ayuda extranjera llegó en forma de préstamos. Cuando la economía de los países más pobres no se modernizó como estaba proyectado, los países tuvieron problemas para devolver estos préstamos. Los países más ricos convencieron a sus bancos para que prestaran aún más dinero, todo lo cual ha conducido a la permanente crisis de la deuda internacional. La dependencia tuvo repercusiones políticas también. Los líderes de Estados Unidos y de otras naciones ricas tendían a ayudar a los países que consideraban amigos (lo cual, en el caso de Estados Unidos, generalmente significaba "anti-comunistas"). El resultado fue el apoyo a una cantidad de dictaduras militares poco atractivas. Estos gobiernos fueron frecuentemente tan atentos con sus benefactores extranjeros como con los deseos y necesidades de sus propias gentes, una actitud que hizo difícil el desarrollo de la democracia, que es uno de los elementos supuestos de la modernización (Evans, 1980). Mientras los teóricos de la dependencia señalaban la debilidad de las teorías de la modernización, ellos mismos estuvieron sujetos a las críticas, primordialmente por no especificar qué tipo de políticas operarían mejor para promover el desarrollo. En un momento muchos teóricos de la dependencia apoyaron a los gobiernos socialistas para producir la modernización. Sostenían que los gobiernos socialis-
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tas se habían desempeñado mejor que los gobiernos orientados por el capitalismo, en áreas tales como el mejoramiento del cuidado de la salud y la educación; pero no se habían desempeñado mejor en eldesarrollo económico en general. La razón puede ser que el desarrollo en el mundo moderno depende del comercio exterior, que se realiza con normas capitalistas. Algunos teóricos de la modernización también señalaron que mientras los factores materiales no eran suficientes para la modernización, algunos de estos factores eran por lo menos importantes; por ejemplo, las carreteras y las comunicaciones todavía interesan, con o sin dependencia (Rostow, 1980).
Teoría de los sistemas mundiales Hay otra teoría que se apoya en la teoría de la dependencia pero que avanza mucho más. Básicamente sostiene que las naciones más pobres tienen pocas oportunidades de seguir el ritmo de las naciones más ricas porque éstas les llevan mucha ventaja. El sociólogo estadounidense Immanuel Wallerstein (1974, 1979, 1980) desarrolló esta idea durante la década de 1970 como una conclusión central de su teoría de los sistemas mundiales. Su análisis se enfoca sobre los países capitalistas y sus relaciones con los países no comunistas del mundo, puesto que él cree que las naciones comunistas han optado por marginarse de las redes económicas que entretejen al resto del mundo. Wallerstein divide las naciones del mundo en tres categorías. El grupo central lo forman las economías industriales más poderosas del mundo, que ahora incluyen a Estados Unidos, a la mayor parte de los países de Europa Occidental y al Japón. Las naciones centrales proporcionan el manejo y mucha de la maquinaria esencial para la producción de las mercancías del mundo y también recogen la mayor parte de los beneficios. Fuera del centro, giran la gran mayoría de los países del mundo que forman lo que llamaríamos la periferia. Las naciones periféricas son aquellos países limitados a la agricultura de subsistencia, que son abrumadoramente dependientes de la ayuda extranjera o que son capaces de participar en el sistema mundial solamente en aquello que señalan los países del grupo central. Tales países incluyen Chad, Botswana, Perú y Guatemala. Muy flojamente entretejidos al sistema mundial, estos países suministran materias primas y a cambio compran pequeñas cantidades de mercancías manufacturadas. Entre la periferia y el centro se presentan los países semiperiféricos que ascienden y descienden dentro del sistema. Estas naciones en parte todavía
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son capaces de determinar su propio bienestar económico mientras están activamente comprometidas en el sistema mundial. Corea del Sur proporciona un buen ejemplo de los países semiperiféricos que surgen a medida que van encontrando un mercado mundial receptivo para sus mercancías manufacturadas. El éxito de Corea del Sur tipifica los así denoninados países nuevamente industrializados de Asia. Así sucede también con sus problemas; a medida que aumenta la economía de Corea del Sur, los ciudadanos se vuelven más intranquilos y exigen más de las características democráticas del bienestar social de los países del grupo central. Los surcoreanos, por ejemplo, actualmente están exigiendo salarios más altos, trabajo semanal más corto, protección sindical y están resistiéndose a las medidas autoritarias de las instituciones gubernamentales que sostienen el consumo interno en favor de la inversión. Hoy, Inglaterra también podría considerarse como una nación semiperiférica. Su economía ha disminuido tanto, que pareciera que va a caer por fuera del grupo central, aunque en términos políticos sea todavía parte de la estructura de poder occidental. Mediante su teoría del sistema mundial de las tres capas, Wallerstein sugiere que ya no podríamos considerar las naciones modernizadas como unidades aisladas que sufren un proceso ampliamente intranacional. La modernización debe verse como un fenómeno internacional, con el desarrollo de cualquier nación en particular determinada básicamente por su rol en el sistema mundial. Los límites de ese sistema están definidos por el comercio capitalista, un área en la cual las naciones centrales tienen la iniciativa principal. Estas naciones pueden señalar los términos de este comercio porque controlan el sistema monetario, el sistema de embarque y los mismos mercados; están en posición de comerciar mercancías manufacturadas con altos precios para materias primas, productos agrícolas y productos industriales de bajo precio. Los problemas de las naciones periféricas se combinan cuando compiten en la producción de la misma clase de mercancías, tales como azúcar o caucho, que solamente sirven para rebajar los precios mundiales para estos artículos.
MUNDOS APARTE Año tras año el mundo se está dividiendo cada vez más en dos secciones. Por un lado están las economías avanzadas, industriales, desarrolladas y maduras, luego están el resto, es decir, las que están en vía de desarrollo, las menos desarrolladas, las subdesarrolladas, las de bajo desarrollo, las preindustriales y las atrasadas. El matiz exacto de una descripción eufemística no es lo que importa; ya que la división fun-
damental, por su puesto, es entre ricos y pobres (Donaldson, 1986, p. 11)
Este no siempre ha sido el caso. Hace menos de 150 años las economías preindustriales tenían un 74 por ciento de la población mundial y 72 por ciento del ingreso mundial. Para 1960 su participación en la población era de 65 por ciento y su participación en los ingresos era sólo de 22 por ciento. Si los países más pobres siguen creciendo en rendimiento anual a la tasa actual, se necesitarán 191 años para que alcancen el nivel estadounidense actual. Para entonces, por su puesto, la economía estadounidense habrá crecido a una tasa mucho más rápida (Donaldson, 1986). ¿Qué es lo que ha causado esta gran brecha? Por un lado, las naciones ricas que se han modernizado han tenido el lujo de desarrollarse durante muchos siglos sin la interferencia de otros países más desarrollados, que establecen las reglas para la modernización. Consideremos, por contraste, la situación de las naciones en vía de desarrollo. Cuando eran colonias, la mayor parte de ellas eran víctimas de poderes coloniales, los cuales manipulaban las condiciones del comercio con el fin de que sirvieran a sus propios intereses. En algunos casos, los poderes coloniales realmente destruían la producción local hasta crear un mercado para sus propias mercancías manufacturadas. Por ejemplo, Inglaterra destruyó la industria textil en la India en el siglo pasado. Estados Unidos durante la época colonial también estaba sujeto a las restricciones de comercio que favorecieron a la madre patria, pero los pobladores estadounidenses de mente independiente fueron capaces de derrocar a sus gobernantes coloniales mientras llegaba el momento de entrar a la carrera capitalista. Al tiempo que las naciones en vía de desarrollo han estado tratando inútilmente de competir en lo que podría denominarse un "juego fijo", han sido bombardeadas con imágenes de la abundada al estilo ocddental (Harrison, 1981). Como anota Peter Donaldson: "Las nadones pobres ya no están en la bendita ignoranda (o inclusive miserable) de lo que sucede en otras partes. El cine, la radio y otros medios de comunicadón masiva les han abierto los ojos a las dos terceras partes del mundo más pobre a los niveles de abundanda logrados en otra parte. Cada vez más, exigirán su participadón de esa misma abundanda. Esta es la que se ha denominado la 'revoludón de las expectativas credentes'" (1986, p. 16). Otro problema en los países en vía de desarrollo es la consecuenda de las presiones de la pobladón; muchas naciones pobres han creado más allá de la capaddad de su tierra para sustentarlas, no exacta-
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mente en comestibles sino, por ejemplo, en la leña y en el agua potable también. Finalmente, no solamente son las gentes pobres del mundo las que están bastante desconectadas y necesitadas sino que también están frecuentemente olvidadas o explotadas por sus propios líderes gubernamentales corruptos y sus administradores. Marx no se habría sorprendido de que los países contemporáneos del Tercer Mundo estén alimentando el terreno de la revolución y de la guerra civil. Las ideologías pueden variar ampliamente, desde los fundamentalistas islámicos hasta el nacionalismo y el comunismo; pero el conflicto es básicamente el mismo: entre quienes tienen y quienes no tienen. Nicaragua, Argentina, Chile, Brasil, Panamá, Guatemala, Cuba, El Salvador, Irán, Líbano, Libia, Uganda, Kenya, Etiopía, Sudán, Zambia, Mozambique, Vietnam, Cambodia, Laos, India, Sri Lanka, todos han experimentado (o todavía sufren), violentos levantamientos en sus organizaciones políticas y sociales. La amenaza común es la desesperación de los pueblos que tienen pocas razones para creer que el sistema existente definitivamente podrá ayudarles. Esta frustración se ha diseminado más allá de los límites nacionales en formas tan alarmantes como el terrorismo internacional.
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Resulta una triste ironía que en un mundo que crece cada vez menos y que está más unificado por los avances tecnológicos en las comunicaciones y en los transportes, las naciones se están dividiendo en forma económica, política y social. Absortos en nuestro propio "mundo vital" nuestras experiencias cotidianas y la red de relaciones, nos resulta difícil captar y mucho más analizar las dimensiones de los males sociales manifiestos en el "mundo de sistemas", en gran escala según el término utilizado por el sociólogo alemán Jurgen Habermas (1984, 1988) para describir el sistema mundial de relaciones indirectas de mercados, tecnología, gobierno y medios de comunicación masiva. A su debido tiempo, quizás, los ciudadanos del mundo volverán su atención colectiva hacia las necesidades de este diverso e inmenso mundo de los sistemas, y podrá encontrar una forma de armonizar sus intereses y de canalizar el cambio social por caminos de progreso. Después de todo, existe un antecedente para una acción colectiva como esa. Hace más de 200 años un documento revolucionario, la Constitución de Estados Unidos, sirvió como el catalizador que les permitió a las regiones apartadas con intereses económicos y sociales divergentes, unirse y modernizarse como una nación fuerte.
RESUMEN 1. El cambio social se refiere a las alteraciones básicas ocurridas a través del tiempo en los patrones de comportamiento, la cultura, y la estructura de la sociedad. Los sociólogos se interesan por buscar explicaciones al cambio social y en determinar si un cambio social sigue un curso previsible. 2. Los teóricos clásicos hicieron hincapié en el estudio del cambio social. Marx pensaba que los avances en la producción hacían posible el cambio social, mientras que los resultados de las luchas entre las clases configuraban el curso del cambio. Weber no identificó un solo factor causal, sino que consideraba un patrón de cambio social en el crecimiento de la racionalización de todos los aspectos de la vida. Durkheim consideraba el cambio social como el resultado de un incremento en la densidad dinámica de las interacciones personales que hacían que una sociedad cambiara de una solidaridad mecánica a una solidaridad orgánica. 3. Actualmente los sociólogos están involucrados en un debate para averiguar si el cambio social se puede considerar como un proceso de evolución. La teoría evolucionista debe postular un mecanismo de
cambio, no sólo un curso de desarrollo. Hay tres puntos de vista principales en este debate: el primero sostiene que ninguna teoría de la evolución social es posible, puesto que no hay un curso ni un mecanismo de cambio social, aunque es muy posible señalar un conjunto de generalizaciones limitadas acerca del cambio social. El segundo punto de vista le encuentra un curso definido al cambio social (bien sea cíclico o progresivo), pero no especifica un mecanismo para dicho cambio. El tercer punto de vista sostiene que es posible una teoría de la evolución social; estos teóricos identifican un mecanismo de cambio social y encuentran que el curso de éste es progresivo y acumulativo. 4. El cambio social tiene lugar mediante la innovación, el descubrimiento, el invento, la puesta en práctica de nuevas formas de hacer las cosas a través de la difusión y la extensión de patrones innovadores de un ambiente social a otro. 5. La tecnología de los computadores representa una innovación que ha producido un cambio social en las últimas décadas. Los computadores han entrado casi en todas las áreas de nuestra vida y han trans-
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formado la organización del trabajo. Los computadores tienen importantes usos en la educación, la investigación, la tecnología militar y también en las comunicaciones. 6. Es muy difícil señalar el impacto social de los computadores porque su era está sufriendo un cambio permanente. El efecto sobre la interacción personal no es muy claro. Mientras que el uso del computador ha resultado en un "tejido de cómputo" entre los usuarios, el tiempo gastado con una máquina es el tiempo tomado de las ocupaciones de otros individuos. Algunos sociólogos piensan que los computadores en el sitio de trabajo tienen un efecto de nivelación sobre la jerarquía de una organización, pero otros piensan que las jerarquías existentes se fortalecen con el control centralizado de una fuente de información. 7. Los computadores son causa de preocupación pública en muchos aspectos. En primer lugar, tienen el potencial para comprometer la privaría individual y la confidencialidad de la información personal. En segundo lugar, la computarización en el sitio de trabajo ha ocasionado la pérdida de muchos empleos, y muchos de los empleos recién creados son serviles y mal pagados. En tercer lugar, si Estados Unidos no invierte suficientemente en investigación sobre computadores, podría quedar permanentemente atrás de otros países en el liderazgo tecnológico e industrial. 8. Una gran mayoría de las nadones del mundo, conocidas como el Tercer Mundo, actualmente están
comprometidas en la lucha por desarrollarse económicamente. Los teóricos de la modernización sostenían durante la década de 1950 que los países del Tercer Mundo podían experimentar un despegue económico si las naciones industrializadas les proporcionaban condiciones sociales, culturales, y materiales para un cambio social. Tal como se ha demostrado, las grandes cantidades de ayuda extranjera no tienen siempre los efectos buscados. Los teóricos de la dependencia atribuyen este fracaso al hecho de que la ayuda externa hizo que las naciones en vía de desarrollo fueran demasiado dependientes de los países capitalistas. La teoría de los sistemas mundiales de Wallerstein sostiene que las naciones más pobres tienen poca oportunidad de seguir el paso de las naciones ricas, que están demasiado lejos de su camino. Wallerstein ve el desarrollo económico como internacional y no intranacional: el desarrollo de una nadón particular básicamente está determinado por su rol en el sistema mundial definido por el comercio capitalista. 9. La brecha entre las naciones ricas y pobres está ampliándose. La frustradón que acompaña el sentirse descontentos, necesitados y explotados ha hecho que el Tercer Mundo sea un campo que alimenta la revoludón y la guerra civil. Se necesita atención colectiva de todos los países para frenar la tendencia a que a las naciones se las empuje más allá y que se alejen de un mundo que se hace más pequeño y más unificado a través de los avances tecnológicos.
GLOSARIO Cambio social. Alteración fundamental que ocurre en el tiempo en los patrones del comportamiento, la cultura y la estructura de la sociedad. Densidad dinámica. La frecuencia y el impacto de las interacciones entre los miembros de la población; una causa del cambio social postulado por Émile Durkheim. Descubrimiento. Nuevo fenómeno natural que atrae la atención de la gente. Difusión. Es la extensión de los patrones innovadores de un ambiente social a otro. División del trabajo. La especialización de las tareas económicas de los trabajadores. Innovación. La creación e institucionalización de nuevas prácticas o estructuras sociales. Invento. Una nueva forma de hacer las cosas. Perspectiva cíclica. La creencia de que la historia se mueve en ciclos que no son, ni acumulados, ni tampoco progresivos. Racionalización. La tendencia a fundamentar la acción sobre la evaluación lógica de los efectos.
Tecnología. Es un conocimiento aplicado en forma práctica a los aspectos materiales de la vida. Telecomunicación. El trabajo en el hogar con una estación computarizada ligada a una oficina central. Teoría de la dependencia. Una crítica de las teorías de la modernización que sostiene que los países del Tercer Mundo no se han desarrollado económicamente porque dependieron mucho de los países capitalistas. Teorías de la modernización. Un conjunto relacionado de opiniones sociológicas y económicas adoptadas en la década de 1950 que enfocaban su atención en cómo proporcionar las condiciones sociales, culturales y materiales necesarias para que los países subdesarrollados empezaran un despegue económico. Teorías de los sistemas mundiales. La teoría de Wallerstein que sostiene que el desarrollo de una nación está determinado por su lugar en el sistema mundial definido por el comercio capitalista; Wallerstein divide el mundo en naciones centrales, periféricas y semiperiféricas.
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Glosario
Acción afirmativa, 385 Agregado, 228 Alcance, 74 Andrógino, 351 Animismo, 546 Anomia, 25, 48 Análisis de contenido, 48 Análisis secundario, 48 Área estadística metropolitana consolidada (CMSA), 255 Asimilación, 385 Asimilación cultural, 105 Asimilación estructural, 105 Asimilación marital, 105 Asociación diferencial, 199 Ausentismo, 199 Automatización, 456 Autoridad, 422 Autoridad carismática, 422 Autoridad igualitaria, 491 Autoridad legal racional, 422 Autoridad tradicional, 422 Bienes colectivos, 422 Burguesía, 320 Burocracia, 228, 422 Calificación, 199 Cambio social, 646 Capital humano, 351 Capitalistas, 25 Carisma, 228 Carrera desviada, 199 Censo, 287 Chivo expiatorio, 385 Ciencia, 594 Ciencia normal, 594 Ciudad, 255
Clase, 320 Coeficiente de correlación, 48 Cohorte de nacimiento, 165 Colonialismo, 385 Colonialismo interno, 385 Comportamiento colectivo, 620 Comprensión de la morbilidad, 571 Comunalismo, 594 Comunidad, 256 Comunidad moral, 546 Conciencia de clase, 25 Confiabilidad, 48 Conflicto de roles, 74 Conformidad, 199 Conglomerado, 456 Conjunto de roles, 74 Conocimiento, 105 Contagio social, 620 Contracultural, 105 Contramovimiento, 620 Control social, 199 Controles sociales formales, 199 Controles sociales informales, 199 Cooptación, 228 Corporación, 456 Corporación multinacional, 456 Correlación, 48 Correlación falsa, 48 Costumbres, 105 Credencialismo, 522 Crimen, 199 Crimen corporativo, 199 Crimen de cuello blanco, 199 Crimen indicativo, 199 Crimen organizado, 199 Crimen sin víctimas, 199 Cromosomas, 351 Culto, 546 Cultura, 105 671
672
GLOSARIO
Cultura dominante, 105 Cultura material, 105 Cultura no material, 105 Curriculum oculto, 522 Curso de la vida, 165 Código elaborado de conversación, 135 Código restringido de conversación, 135
Datos, 25 Datos, 48 Definiciones operacionales, 48 Demografía, 287 Densidad, 74 Densidad, 287 Densidad dinámica, 646 Derechos civiles, 422 Derechos humanos, 422 Desarme, 422 Descendencia bilateral, 491 Descendencia matrilineal, 491 Descendencia patrilineal, 491 Descubrimiento, 646 Desinterés, 594 Desocialización, 135 Desviación, 199 Desviación estándar, 48 Desviación primaria, 199 Desviación secundaria, 199 Difusión, 646 Discriminación, 385 Discriminación institucional, 385 Disuasión, 422 División del trabajo, 646 Dolencia, 571 Duración de la vida, 287 Diada, 228
Ecología urbana, 256 Economía, 456 Economía socialista de Estado, 456 Educación, 522 Educación compensatoria, 522 Ego, 135 El otro generalizado, 135 El yo, 135 Élite de poder, 422 Élites, 422 Emigración, 287 Encuestas, 48 Endogamia, 491 Enfermedad, 571 Enfoque dramatúrgico, 74 Entrevista, 48 Envejecimiento, 166 Escepticismo organizado, 594 Espejo para mirarse a sí mismo, 135 Estado, 422 Estado del bienestar, 422 Estado democrático, 422 Estereotipos según el género, 351 Estratificación, 320
Estratificación por géneros, 351 Estructura de edad, 166 Estructura de oportunidad, 75 Estructura formal, 228 Estructura informal, 228 Estructura social, 25 Etnocentrismo, 105 Etnografías, 48 Etnometodología, 75 Evangélicos, 546 Exogamia, 491 Expectativa de vida, 287 Experimento, 48
Familia, 491 Familia de orientación, 491 Familia de procreación, 491 Familia extendida, 491 Familia nuclear, 491 Fecundidad, 287 Feminista, 351 Fenomenología, 25
Gemeinschaft, 256 Genes, 351 Gentrificación, 256 Gesellschaft, 256 Graduación de edades, 166 Grupo "in", 228 Grupo "out", 228 Grupo de referencia, 228 Grupo primario, 228 Grupo secundario, 228 Grupo social, 228 Grupo étnico, 386 Grupos de interés, 422 Grupos de status, 25 Grupos minoritarios, 386 Guardianes culturales, 105 Género, 351
Hechos sociales, 25 Hipótesis, 48 Hipótesis de la frustración-agresión, 386 Histeria colectiva, 620 Hormonas, 351 Hospicio, 166
Id, 135 Identidad, 166 Iglesia, 546 Igualdad de oportunidades, 320 Igualdad de resultados, 320 Imaginación sociológica, 25 Impuesto progresivo, 320 Indicador social, 105 Inflación, 456 Inmigración, 287 Innovación, 199
GLOSARIO Innovación, 646 Innovación religiosa, 546 Instituciones, 75 Integración, 386 Integración cultural, 105 Integración funcional, 25 Interaccionismo simbólico, 25 Interacción simbólica, 75 Interacción social, 75 Interiorización, 199 Internalización, 135 Invento, 646 Investigación cualitativa, 48 Investigación cuantitativa, 48
Movilidad social, 320 Movilidad vertical, 320 Movimiento alterativo, 621 Movimiento redentor, 621 Movimiento reformador, 621 Movimiento social, 621 Movimiento transformador, 621 Muestra, 48 Muestra aleatoria, 48 Multitud, 621 Multitud actuante, 621 Multitud casual, 621 Multitud convencional, 621 Multitud expresiva, 621 Método científico, 25
Junta directiva vinculada, 456
Kíbutz, 491
Nacionalismo, 422 Nación, 422 Nivelación, 621 Normas, 105 Nudos, 75
Legitimidad, 422 Lengua, 105
Ley de hierro de la oligarquía, 422 Ley de Parkinson, 228 Leyes, 105 Leyes de Jim Crow, 386 Liderazgo de tarea, 228 Liderazgo socioemocional, 228
Machismo, 351 Macrosociología, 25 Malestar, 571 Masas violentas, 620 Materiales históricos, 48 Matriarcado, 491 Matrimonio, 492 Matrimonio de dos profesionales, 492 Matrimonio de grupo, 492 Mediana, 48 Medicalización, 571 Medicare, 166 Medida o promedio, 48 Megalópolis, 256 Metrópoli, 256 Metrópolis, 256 Microsociología, 25 Migración interna, 287 Moda, 48 Modelo de adaptación, 228 Modelo de invasión y sucesión, 256 Modelo de selección, 228 Modelo de vida cíclica de los vecindarios, 256 Modelo de zona concéntrica, 256 Modelo sectorial, 256 Modelos de núcleo múltiple, 256 Monetarismo, 456 Monogamia, 492 Movilidad horizontal, 320
Observación participativa abierta, 48 Observación participativa secreta, 48 Oligarquía, 422 Oportunidades de vida, 320 Organización colectivista, 228 Organización de conversación de la salud, 571 Organización de proveedores selectos, 571 Organización formal, 228 Otros significativos, 135
Pagos de transferencia, 320 Paradigma, 594 Patriarcado, 351, 492 Perspectiva de acción, 25 Perspectiva de poder, 25 Perspectiva estructural, 26 Perspectiva funcional, 26 Perspectiva interaccionista, 26 Perspectiva político-económica, 256 Perspectiva cíclica, 646 Pluralismo, 386, 422 Población, 48 Poder, 422 Poder cohercitivo, 422 Poder distributivo, 422 Poder habilitante o colectivo, 422 Poliandria, 492 Poliginia, 492 Política, 422 Prejuicio, 386 Prestigio, 320 Principio de Peter, 228 Privación relativa, 621 Productividad, 456 Profano, 546 Profecía de la realización personal, 522 Profesión, 571 Proletariado, 26, 320
673
674
GLOSARIO
Racionalización, 646 Racismo, 386 Rango, 75 Raza, 386 Reacción circular, 621 Rebelión, 199 Red, 75 Relativismo cultural, 105 Religión, 546 Religión civil, 546 Religión privada o invisible, 546 Renovación religiosa, 546 Residencia matrilocal, 492 Residencia neolocal, 492 Residencia patrilocal, 492 Resocialización, 135 Respuesta abierta, 48 Respuesta cerrada, 48 Revolución científica, 594 Revolución social, 621 Ritos del pasado, 166 Ritual, 546 Ritualismo, 199, 228 Rol, 75 Roles forzados, 75 Roles según el género, 351 Rumor, 621 Sagrado, 546 Sanciones, 199 Secta, 546 Secularización, 546 Segregación, 386 Segregación de facto, 386 Segregación de jure, 386 Segregación racial, 386 Seguimiento, 522 Sistema abierto de clases, 320 Sistema de mercado capitalista, 456 Sistemas de castas, 320 Socialización, 135 Socialización anticipada, 135 Socialización ocupacional, 135 Sociedad, 75 Sociedades agrarias, 75 Sociedades de caza y recolección, 75 Sociedades horticulturales, 75 Sociedades industriales, 75 Sociedades pastoriles, 75 Sociedades post-industriales, 75 Sociobiología, 106 Sociología, 26 Solidaridad mecánica, 26 Solidaridad orgánica, 26 Solidaridad social, 26
Status, 75 Status adquirido, 75 Status adscrito, 75 Status dominante, 75 Status principal, 75 Subclase, 386 Subcultura, 106 Suicidio altruista, 48 Suicidio anómico, 48 Suicidio egoísta, 48 Superego, 135 Símbolo, 105 Símbolos multivocales, 106 Símbolos significativos, 135 Símbolos unívocos, 105 Tasa de fertilidad, 287 Tasa de migración, 287 Tasa de mortalidad infantil, 287 Tasa de mortalidad sin análisis estadístico, 287 Tasa de nacimientos sin análisis estadístico, 287 Tecnología, 594 Tecnología, 646 Telecomunicación, 646 Temperamento, 135 Teoría, 26 Teoría de la dependencia, 646 Teoría de la norma emergente, 621 Teoría local, 26 Teorías de la modernización, 646 Teorías de los sistemas mundiales, 646 Teorías de medio alcance, 26 Teorías generales, 26 Teísmo, 546 Tipo ideal, 26 Toma de roles, 75 Totalitarismo, 422 Totem, 546 Tradiciones, 106 Transición, 166 Transición demográfica, 287 Transmisión cultural, 199 Tríada, 228 Universales culturales, 106 Universalidad, 594 Urbanización, 256 Validez, 48 Valores, 106 Variable, 48 Variable dependiente, 48 Variable independiente, 48 Verstehem, 26
índice de nombres
Abadinsky, H., 189 Abeles, R. P., 610 Abercrombie, N., 96 Aberle, David, 608 Abramson, J., 327 Adams, John Quincy, 364 Adelman, K. L., 400 Adler, Patricia, 131 Adler, Peter, 131 Akers, Ronald, 176 Albert, J. C, 595, 602 Albert, S. E., 595, 602 Albrecht, 488, 489 Aldous, Joan, 154 Aldrich, Howard E., 222, 443 Alexander, Herbert E., 407, 408 Alexander, Jeffrey, 19 Alfano, Peter, 346 Alien, Irving L., 253 Alien, Vemon L.,.606 Alien, Walter R., 357, 371 Allende, Salvador, 440 Allport, Gordon W., 362, 368, 602 Alter, Jonathan, 372 Alwin, D., 477 Amsden, A., 393 Anderson, Benedict, 394 Anderson, Elijan, 52 Anderson, P., 393 Andrain, Charles F., 397 Andrew, A. M., 640 Andrés, Príncipe, 55 Andrews, Lori B., 88 Anson, Robert Sam, 353, 356, 382 Aponte, R., 357 Apple, Michael W., 498, 501 Applebombe, Peter, 198 Aramoni, Aniceto, 338 Arensberg, Conrad M., 89 Arenson, Karen W., 174, 224
Amo, Peter S., 557 Aronson, Elliot, 40 Aronson, L., 581 Astin, Alexander W., 82, 516, 517, 518 Astone, Nan Marie, 149 Attanucci, Jane S., 124 Attewell, Paul, 454 Ault, James, 531, 532, 538 Auster, Ellen R., 443 Babbage, Charles, 634-636 Bachman, Jerald, 130 Backman, Cari W., 208 Bacon, Francis, 100, 584 Badie, Bertrand, 393 Bainbridge, William Sims, 523, 527, 531-533, 536 Baker, P., 342, 344 Bakker, Jim, 543 Bales, Robert F., 208 Ballmer-Cao, Thanh-Huyen, 439 Bandura, Albert, 173 Bane, Mary Jo, 484 Barash, David P., 94 Barber, Benjamín, 399 Bardwick, Judith M., 342 Barker, Eileen, 531, 532 Basow, Susan A., 322, 340, 345, 346 Bates, Daniel G., 633 Bayer, 186 Bayley, David H., 193, 194 Beck, Melinda, 617 Beck, Paul A., 400 Beck, Scott H., 486 Becker, Ernest, 164 Becker, Gary S., 17 Berker, Howard, 80, 98, 99 Beckford, J. A., 527 Beckwith, Carol, 139 Bell, Alexander Graham, 575, 590 675
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ÍNDICE DE NOMBRES
Bell, Daniel, 69, 88, 642 Bellah, Robert N., 95, 96, 529 Bem, S. L., 343 Bengston, Vern L., 126, 150 Beniger, James R., 12 Bennett, Neil G., 484 Bensman, David, 307, 311, 438 Bentham, Jeremy, 17, 48, 22 Ben-Yehuda, Nachman, 169, 179, 598 Berardo, 162 Berg, Ivar, 515 Berger, Brigitte, 107, 112 Berger, Peter L., 60, 107, 112, 397, 398, 426, 532, 536 Berk, Richard A., 508, 555, 607 Berle, Adolph A., Jr., 440 Bernardi, B., 139 Bernstein, Basil, 120-121 Berry, Brian J. L., 248, 358, 359 Berscheid, E., 341 Beteille, Andre, 299, 303 Bettleheim, Bruno, 119 Bevins, George M., 591 Billingley, Andrew, 473 Bills, David B., 501 Bingham, Richard D., 291 Birch, H. G., 443, 444 Birnbaum, Pierre, 393 Blake, 124 Blanc, Ann Klimas, 484 Blau, Francine, 328 BIau, Peter M., 17, 50, 62, 70, 71, 220, 221, 222, 308, 309 Blauner, Robert, 361 Bleier, Ruth, 324 Block, Fred, 396 Blodgett, Nancy, 327 Bloom, David E., 484, 485 Bluestone, Barry, 642 Blum, Linda, 328, 347 Blumberg, Rae Lesser, 471 Blumenthal, Albert, 229, 230 Blumer, Herbert, 22, 97, 99, 603, 606-607 Blumstein, Philip, 487-488 Bobbio, Norberto, 390, 399 Bock, Kenneth, 94-95 Boesak, Alian, 530 Boesky, Ivan, 167-171, 174, 178, 183, 186 Boffey, Philip M., 281 Bohannan, Paul, 485 Booth, Alan, 481 Borden, Anthony, 254 Bornshier, Volker, 439 Bottomore, T. B., 300 Bourdieu, Pierre, 3, 23, 81, 292, 296 Bowen, Howard R., 516 Bowlby, John, 112 Bowles, Samuel, 501, 503 Boyer, Ernest L., 517 Boyte, Harry, 97 Brain, R., 6 Branch, Kristi, 253 Brandt, Alian M, 556 Braun, Ernest, 634 Braverman, Harry, 453
Brennan, William Joseph, 382 Brenner, Harvey M., 551 Bretherton, Inge, 119 Breuilly, John, 394 Bridges, William P., 71, 508 Broad, William, 581 Brodsly, David, 241 Bronfenbrenner, Urie, 498 Bronson, Gail, 295 Bronté, Émily, 4,5 Brooks, Harvey, 632 Brooks-Gunn, J., 151 Brophy, Jere E., 497 Broverman, D. M., 340 Broverman, I. K., 340 Brown, Dee, 362 Brown, J. Larry, 552 Brown, Jane D., 47 Brown, L. Carl, 538 Brown, Lester R., 280 Brown, Roger, 345 Browning, 321 Brubaker, Rogers, 20 Brucken, 342 Buckley, William F., 556 Bumpass, Larry, 284, 490 Burdman, Geri, 157 Burgess, Ernest W., 243, 247 Burnham, David, 639 Burridge, Kenelm O. L., 82 Burris, Val, 616 Burros, Daniel, 31 Burrow, James G., 561 Burt, Ronald S., 64 Burton, L. M., 150 Bushwall, Steven ) . , 472 Butler, Robert N., 156-158, 161 Button, James W., 606
Cain, Mead, 282 Calahan, 187 Calhoun, Craíg, 183, 445, 526, 639 Calot, G., 474 Calvino, Juan, 534, 535 Campbell, A., 606 Campbell, Kenneth, 46 Campbell, Richard T., 308 Canino, Ian A., 90 Cannon, Kenneth L., 486 Caplow, Theodore, 207, 476-477 Cargan, Leonard, 483 Carlsmith, J. Merril, 41, 472 Caney, P., 332 Carnoy, Martin, 449, 505 Carroll, Glenn R., 222 Carson, Rachel, 616 Carstense, Lundie L., 32 Carter, James E., 281, 543 Casale, Anthony M., 516, 517, 518 Castro, Fidel, 613 Cater, Douglass, 128 Cavise, Leonard 127
ÍNDICE DE NOMBRES
Cetron, Marvin J., 640 Chadwick, Bruce A., 476-477 Chambers, D. S., 238 Chambliss, William J., 180, 182 Chandler, Alfred D., Jr., 219, 433, 441 Carlos, Príncipe, 528 Chase-Dunn, Christopher, 440 Chassin, Laurie, 184 Chávez, César, 391 Chávez, Lydia, 348, 616 Chen, Pi-Chao, 258 Cherlin, Adrew, 472, 486 Chess, Stella, 110 Childe, V. Gordon, 236 Chiriboga, David A., 481 Chittister, Joan D., 536, 542 Chodorow, Nancy, 343 Choldin, Harvey M., 233 Churchill, Winston, 86 Cicirelli, Victor G., 124 Cisneros, Henry, 90 Clark, David, 10, 269 Clark, Kenneth B., 361 Clark, Reginald M, 308 Clausewitz, Karl Von, 414 Cleary, Paul D., 313, 314 Clinard, Marshall B., 190 Clingempeel, W. Glenn, 482 Cloward, Richard A., 396, 400 Clyner, Adam, 400 Cochran, Susan D., 557 Coddington, Dean C, 563 Cohen, Albert K., 172, 176 Cohen, Steven M., 538, 541 Cole, R., 450 Coleman, James S., 146, 381, 435, 510-514 Coleman, John A., 529 Coleman, Richard D., 305, 515 Collins, Glenn, 163, 334 Collins, Randall, 23, 50, 61, 299, 508, 519 Comte, Auguste, 15 Conger, J. ) . , 149 Connolly, William, 390 Connor, Walter D., 308 Conrad, Peter, 186, 559, 561 Conwell, Allyn, 101 Cook, Rhodes, 342, 405 Cookson, Peter W., Jr., 414 Cooley, Charles Horton, 113-114, 116 Copp, Martha, 639 Cordes, Colleen, 283 Corea, Gena, 563 Cornell, Stephen, 377 Corsaro, William A., 43, 119, 125 Cortés, Carlos E., 90 Coser, Lewis, 214, 303 Coser, Rose Laub, 328 Cottrell, W. F., 588 Counts, Dorothy Geraldine, 380 Courtney, 345 Cox, Martha, 482 Cox, Roger, 482 Cramer, James C, 284
Crano, William D., 497 Cressy, Donald, 176 Crick, Francis, 584-585 Crittenden, Ann, 279 Crosby, John F., 480 Crow, Jim, 371 Currie, Elliott, 193 Curtiss, Susan, 112 Cutler, Loraine, 481, 544
Dahl, Robert, 411 Dahrendorf, Ralf, 299, 302 Daley, Richard, 598, 599 Dan-Cohen, M, 435 Daniels, Lee A., 512 Daniloff, Nicholas, 321, 498 Dante, Dolores, 444 Danzinger, James N., 638, 639 Darsee, John Roland, 581 Darwing, Charles, 94, 587, 628, 630 Davies, James C, 610 Davies, Mark, 126 Davis, F. James, 363 Davis, Fred, 132 Davis, Karen, 566, 567 Davis, Kingsley, 112, 125, 237, 238, 298, 300 Davis, Raymond, 194 Davis, Ronald M., 552, 554 Deaux, K., 344 De Broglie, Victor, 218 De Jassay, Anthony, 393 Dekmejian, R. Hrair, 537 DeLeonardo, Micaela, 334 Deng Xiaoping, 432 De Rougemont, Denis, 467 de Tocqueville, Alexis, 96, 406, 609-610 Deutchman, Iva E., 616 Diamond, Stuart, 617 Dickson, William J., 223 Dietrich, Edward, 102 Dimieri, Thomas, 616 Dobson, Alien, 566 Dolbeare, Kennethe M., 403 Domhoff, G. William, 411 Dominick, Joseph R., 46 Donaldson, Peter, 264, 270, 283, 644 Dornbusch, Sanford M., 472 Douglas, Jack D., 34 Douglas, M., 526 Douvan, Elizabeth, 342 Downs, A. Chris, 345 Dowse, Robert E., 400 Dowty, 362 Doyle, 346, 347 Drucker, Peter F., 224, 426 Duberman, Martin, 225 Dumont, Louis, 428 Duncan, Greg J., 309, 311 Duncan, Otis Dudley, 308, 309 Dupuy, R. Ernest, 219 Dupuy, Trevor N., 219
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ÍNDICE DE NOMBRES
Durkheim, Émile, 6, 18-19, 21-23, 27-38, 42, 45, 177, 194, 523, 524-525, 528, 530, 577, 625, 627-628, 641 Duverger, Maurice, 402 Dworkin, Ronald, 398 Dyer, Gwynn, 412, 413, 414, 415, 416, 417, 418, 420
Easterbrooks, M. Ann, 124 Eaton, William W., 314 Ebestadt, Nick, 277 Edelman, Marian Wright, 473 Edelman, Murray J., 403 Edgerton, Robert B., 182 Edison, Thomas, 590 Edwards, Richard, 447, 453 Ehrenhalt, Samuel M., 515 Ehrenreich, Barbara, 396 Ehrlich, Paul R., 618 Eifler, Deborah, 344 Einstein, Albert, 586 Eisenhower, Dwight D., 174, 417 Eisenstadt, S. N., 414 Eisenstein, Elizabeth, 100 Eisinger, Peter K., 612 Eisslin, M., 102 Ekstrom, Ruth B., 502 Eider, Glen H., Jr., 139, 142-143, 150, 154 Elias, Marilyn, 482 Elkin, Frederick, 109, 112, 119, 123, 124 Elliott, 174 Ember, Carol R., 83 Ember, Melvin, 83 Engels, Friedrich, 426, 626 England, Paula, 328, 330, 331, 332 Ensel, Walter M., 66 Entwisle, Barbara, 277 Epstein, Cynthia Fuchs, 327 Erickson, F., 494 Erickson, Rosemary, 485 Eriksen, E., 65 Erikson, Erik H., 116, 143-144, 148, 150, 153, 158 Erikson, Kai T., 178 Ermann, M. David, 191-192 Etzioni, Amitai, 183, 406, 408 Eurich, N., 516 Evans, 643 Evans, Heather H., 181 Evans, L. B., 452 Evans, L. L., 181 Evans, P. B., 393 Evans-Pritchard, E. E., 526 Exter, Thomas, 374
Fagot, Beverly I., 342, 344 Falwell, Jerry, 544 Farkas, George, 328, 330, 331 Farley, John, 357, 368, 371 Feagin, Joe R., 250 Fearey, Robert A., 279, 285 Featherman, David L., 308 Feeley, Malcolm, 195 Feigenbaum, Edward A., 641
Fein, Leonard } . , 538 Feldman, Harold, 345, 486 Ferraro, Geraldine, 332 Feshbach, Seymour, 129, 619 Fessler, Daniel William, 357 Festinger, L., 53 Fielding, Henry, 4, 5 Fine, Gary Alan, 126-127, 602 Fischer, Claude S., 179, 235 Fiske, Edward B., 371, 380, 494, 504, 505, 512 Flora, Peter, 395 Fogelson, Robert M., 606 Foner, Anne, 139, 158, 162, 163 Forbes, 358 Ford, Henry, 433, 575 Forer, Lucille K., 124 Forester, T., 453, 634 Fortes, Meyer, 526 Foster, M., 474 Fox, Renee C, 564 Fox, Robin, 92, 93-94 Francis, Arthur, 640 Francke, Linda Bird, 482 Frank, Andre Gunder, 426, 641 Franklin, B., 327 Franklin, Benjamin, 624 Franklin, Clyde W., 348, 349 Franklin, Raymond S., 361 Franklin, Rosalind, 584 Freedman, Samuel G., 371, 383 Freedman, Jo, 611, 614 Freeman, John H., 222 Freud, Sigmund, 113, 117-118, 173 Freudenburg, William R., 254 Friedan, Betty, 332, 612, 614 Friedman, L., 435 Friedman, Samuel R., 556, 557 Friedson, Eliot, 450, 561, 562 Fríes, James F., 557, 558 Fromm, Erich, 356 Fruch, Terry, 345 Fugitt, Glenn V., 253 Furstenberg, Frank F., Jr., 151, 486
Gaddy, G. D., 543 Gaensbauer, Theodore, 110 Gagnon, John, 177 Galbraith, John Kenneth, 436 Galileo, 9 Gallup, Alec M., 498, 504 Gallup, George, 39, 161, 163, 242, 262, 405, 475, 484 Galuszka, Peter, 431 Gandhi, Mahatma, 391 Gans, Herbert ) . , 233-235, 380 Garbarino, James, 478 Garfinkel, Harold, 61, 62-63 Garland, T. Neal, 488 Garson, Barbara, 640 Geertz, Clifford, 86 Geist, 345 Gellerman, Saúl W., 183 Gelles, Richard ]., 477, 478
ÍNDICE DE NOMBRES
Gellner, Ernest, 394, 395, 412, 495, 525 Gelman, E., 347 George, Katherine, 92 Gerson, Kathleen, 327 Geschwender, James A., 610 Gest, Ted, 332 Getz, Patricia M., 449 Gibson, J. L., 403, 406 Giddens, Anthony, 23, 302, 413, 642 Gieryn, Thomas F., 591 Gil, David G., 478 Giles, Howard, 87 Gilliam, Gwen, 478 Gilligan, C, 343 Gintis, Herbert, 501 Gitlin, Todd, 595 Gittleson, Natalie, 539 Glasberg, Davita S., 440 Glass, William R., 319 Glick, Paul C, 482, 484 Gluckman, Max, 141, 392, 526 Goffman, Erving, 59-60, 63, 180, 184 Gold, Michael Evan, 332 Golberg, Wendy A., 124 Golding, William, 204-211 Goldscheider, Calvin, 538 Goldsmith, Jeff, 563, 566, 567, 569 Goldstine, Hermán H., 436, 634 Goldstone, Jack, 414 Goleman, Daniel, 110, 116, 124 Goode, William ]., 56, 224, 292, 296, 461 Goodlad, John I., 504 Goodman, Ann B., 313 Gopian, J. D., 408 Gorbachov, Mikhail, 431-432 Gordon, David M., 249 Gordon, Milton M, 91-92, 355, 361, 364 Gordon, Susan, 268 Goring, Charles, 172 Gortmaker, Steven L., 312 Gough, E. Kathleen, 463 Gouldner, Alvin, 18 Gouldner, Helen, 497 Gove, Walter R., 181, 337, 548 Graham, Hilary, 554 Granovetter, Mark S., 64, 65, 70 Gray, David, 618 Gray, Hermán, 103 Greeley, Andrew M., 380, 528, 540 Green, 82 Green, M., 435 Green, Marshall, 279, 285 Green, Ray E., 291 Green, Robert L., 512 Greif, Geoffrey L., 459-460 Griswold, Wendy, 81, 99 Groat, H. Theodore, 264, 278 Gross, Jane, 463 Gross, Ruth T., 472 Grusec, Joan E., 478 Grusky, David, 308 Guillermo el Conquistador, 577 Gullo, Dominic F., 342, 343
Gumpersz, John } . , 88 Gunn, Thomas, 636 Gurr, Ted Robert, 609 Gutenberg, Johannes, 100 Guterman, Stuart, 566 Guth, James L., 544 Gutiérrez, G., 527, 529 Gutman, Herbert, 473 Habermas, Jurgen, 390, 645 Hadden, Jeffrey K., 543 Hadley, Charles D., 403 Hagestad, 163 Haggerty, Brian, 407, 408 Haines, Valerie, 630 Halbenstein, 336 Haley, Alex, 465 Hall, G. Stanley, 146 Hall, John A., 393 Hall, Richard H., 220, 221 Halle, David, 454 Hallin, Daniel C, 102 Halsey, A. H., 514 Hammond, Phillip E., 529 Handel, Gerald, 109, 112, 119, 123, 124 Hannan, Michael T., 222 Hanson, Sandra L., 153 Haré, A. Paul, 206, 207 Hareven, Tamara K., 464 Harrington, Michael, 396 Harris, Chauncy D., 244-245 Harris, Louis, 156, 390, 542 Harris, Marvin, 95, 324 Harrison, 345 Harrison, Bennet, 642, 644 Harrison, Michael I., 541 Harrison, Paul, 277, 284, 285 Hart, Gary, 174 Hart, Stephen, 542 Hartman, Chester, 252 Hastorf, Albert H., 472 Hauser, Philip M., 260 Hauser, Robert M., 308, 309 Hauser, Taissa S., 309 Hawkins, John, 5 Hawley, Amos H., 249 Hearn, James C, 507 Hehir, Bryan, 529 Heidenheimer, Arnold } . , 395 Heider, Karl G., 463 Heilbroner, Robert L., 437 Held, David, 390, 399 Helmreich, R. L., 344 Helms, Donald B., 466 Helms, Jesse, 408 Helson, Ravenna, 153 Henderson, Bill, 5 Herbers, John, 240, 318 Herd, Ann M., 331 Hermán, Edward, 440-441 Hernández, 375 Herodoto, 397
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ÍNDICE DE NOMBRES
Hernstein, Richard, 173 Hertz, Rosanna, 490 Hess, Beth B., 311, 316 Hetherington, E. Mavis, 482 Hewlett, Sylivia Ann, 334, 348, 616 Heyns, Barbara, 513, 514 Hiatt, Susan, 110 Hicks, Jonathan P., 372 Hill, S., 96 Hiller, Henryk, 183 Himmelfarb, Gertrude, 429 Himmelstein, Jerome L., 544 Hirsch, Paul, 99, 170, 441 Hirschi, Travis, 176 Hirschman, Albert O., 400, 428 Hirschman, Robert S., 184 Hitler, Adolf, 394 Hoby, Jean-Pierre, 439 Hodge, Robert, 128, 129-130 Hodgson, Godfrey, 510 Hodson, Randy, 66 Hoffman, Charles D., 342 Hogan, Dennis P., 149 Holden, Constance, 281 Hollingshead, August, 313 Homans, George C., 62, 314 Hoover, E. M., 248 Hope, Keith, 308 Hope, Marjorie, 291 Hopkins, K., 414 Horn, Jack C, 154-156, 158, 160, 162, 163 Horn, Marjorie C, 474 Horowithz, Morris, 435 Horsfield, Peter G., 543 Hostetler, John A., 213-216 Hoult, Thomas Ford, 603 House, James S., 87 Howard, Robert, 445, 453, 454-455 Howe, Louise Knapp, 327 Hoyt, Homer, 244 Huber, Joan, 481 Hughes, John A., 400 Hughes, Michael, 548. Hughes, Robert, 172 Hughes, Thomas P., 589-590 Hull, Jennifer Bingham, 337 Hull, Raymond, 225 Hunt, James, 408 Hunt, Morton, 42, 577 Hunter, Albert, 231 Hurlbert, Jeanne S., 65 Hurn, Christopher ]., 510 Hutchinson, Anne, 178 Hyde, Janet Shibley, 324, 329 Hyman, Herbert H., 516 Ianni, Francis, 189 Immel, A. Richard, 636 Inglis, B., 272 Inkeles, Alex, 641 Isaacs, Harold R., 356 Ives, Charles, 99
Jackall, Robert, 443 Jacklin, Carol Nagy, 111, 324 Jackson, Jesse, 370, 373, 405, 409 Jackson, Philip W., 498 Jackson, Robert A., 520 Jacobs, John W., 481 Jacobson, Lenore, 497 Jacquet, C. M., 543 James, Thomas, 499 Janis, Irving L., 208 Janowitz, Morris, 183, 416 Jefferson, Thomas, 624 Jencks, Christopher, 511, 513 Jenkins, J. Craig, 610 Jennings, M. Kent, 400 Jensen, Arthur, 367, 510 Jerdee, T., 331 Ji, Guiping, 124 Jiao, Shulan, 124 Jing, Qicheng, 124 Juan Pablo II, Papa, 540 Johnson, Barbara A., 176 Johnson, Benton, 533 Johnson, Dirk, 245 Johnson, Lyndon B., 310, 314, 390, 595, 599, 604, 610 Johnson, Susan Moore, 504 Johnston, Harry, 367 Jolly, Clifford J., 633 Jones, Barry, 448 Jones, James H., 578 Jones, Landon Y., 138, 139 Jones, M. C, 111 Jordán, Nick, 346 Joseph, Andre, 510 Judd, Charles M., 126 Jusenius, Carol, 328 Kaban, Barbara T., 124 Kagan, Jerome, 110, 116 Kahn, Herman, 282 Kamin, León ]., 173 Kandel, Denise B., 126 Kane, Penny, 257 Kanter, Rosabeth Moss, 214, 216, 328 Kantorowicz, Ernst, 392 Karabel, Jerome, 503 Kargman, Marie Witkin, 485 Kasarda, John D., 248 Kasper, G., 87 Kaufman, Sharon R., 158 Kedourie, Elie, 538 Kegley, Charles W., 415 Keller, Suzanne, 411 Kelley, Alien, 285 Kellogg, W. K., 433 Kelly, Gail P., 266 Kelly, Joan B., 482 Kennedy, John F., 137, 174, 209, 391, 616 Kephart, William M., 213 Kenr, Rosemary Gibson, 567 Kerr, Donna, 504 Kerr, Peter, 190
ÍNDICE DE NOMBRES
Kertzer, H., 139, 141 Kesey, Ken, 595 Kessen, William, 107, 108, 113 Kessler, Ronald C, 314, 551 Kett, Joseph F., 139, 146 Keyfitz, Nathan, 260 Keynes, John Maynard, 395, 436 Khomeini, Ayatollah Ruhollah, 538 Khrushchev, Nikita, 431 Killian, Lewis M., 606, 607 King, 193 Ring, John Leslie, 639 King, Martin Luther, Jr., 137, 356, 363, 391, 409, 529, 612, 615 King, Wayne, 494 Klein, Ethel, 173, 328, 333, 614, 615 Klemesrud, Judy, 466 Kling, R., 638 Knight, Robin, 279 Knoke, David, 64 Koblinsky, Sally A., 344 Kohn, Melvin L., 121-123 Komarovsky, Mirra, 335 Koop, C. Evertt, 556 Kornhauser, William, 411 Kosygin, Aleksei, 431 Kottak, Conrad Phillip, 326 Krohn, Marvin D., 184 Krosnick, Jon A., 126 Kübler-Ross, Elisabeth, 164 Kuhn, Thomas S., 342, 585 Kumar, Krishan, 642 Kuo, David, 377 Kurdek, Lawrence A., 482 Kwan, Kian M., 359, 361, 367
Ladd, Evertt Cari, Jr., 403, 618 Ladner, Joyce A., 474 Lamb, Michael E., 344, 482 Landes, David S., 430 Landon, Alfred, 639 Langlois, Simón, 65, 111 Larson, Magali Sarfalti, 561 LaRussa, Georgina Williams, 341 Laslett, Peter, 464 Latané, B., 41 Laumann, Edward O., 64, 65 Lawrence, D. H., 5 Lazenwitz, Bernard, 541 Leacock, Eleanor, 497 Leahy, Robert L., 116 Lebedum, Marty, 602 Le Bon, Gustave, 606, 607 Lee, Valerie, 507, 515 LeGates, Richard T., 252 Leiderman, Herbert, 472 Leiss, W., 79
Lelyveld. J., 361 Lemert, Edwin M., 179 Lenski, Gerhard E., 67, 303, 305, 630 Lenski, Jean, 67, 630 Lenz, Elinor, 327
Lerman, Philip, 516, 517, 518 Lever, los hermanos, 433 Levin, Henry, M., 449, 505 Levine, David, 167-168 Levine, Dennis, 181 Levinson, Daniel J., 149-153 Levinson, S. C, 87, 139 Levitan, Sar A., 450 Levy, Frank, 310 Lewin, Tamar, 325, 332 Lewis, Flora, 538 Lewis-Beck, Michael S., 613 Leyerle, Betty, 566 Lieberson, Jonathan, 283 Lieberson, Stanley, 365, 366-369, 379 Liebow, Elliot 56-57 Light, Donald W., 132, 547, 566, 568, 569 Light, Ivan, 54 Lightfoot, Sara Lawrence, 514 Lii, Ding-Tzann, 538 Lin, Nan, 66 Lincoln, Alan Jay, 477 Lincoln, C. E., 529 Lindblom, C, 393 Linton, Ralph, 55, 88-89 Lipset, Seymour Martin, 309, 390, 403, 408, 623 Lloyd, Peter, 303 Loar, R. Michael, 539 Locayo, 197 Lodge, 319 Lofland, John, 530, 531 Logan, Charles H., 196 Lombroso, Cesare, 172 Lomnitz, Larissa Adler, 65 Longshore, Douglas, 381 Lober, 185 Lorence, Jon, 133 Louis, Arthur M., 303 Luis XVI, 613 Lowenthal, Marjorie F., 153 Luckmann, Thomas, 21, 542 Luhmann, Niklas, 6, 467 Lundman, Michael, 191-192 Lundquist, Walter, 444 Lutero, Martin, 534 Lynch, Robert, 307, 311, 438 Lynd, Helen, 476 Lynd, Robert, 476 Lyon, David, 640 Lyon, Eleanor, 335 McAdam, Doug, 608, 611, 614 McAuliffe, Kathleen, 274 McCarthy, John D., 612 McCartney, K., 111 Maccoby, Eleanor E., 111, 116, 324, 473 McCorduck, Pamela, 641 McDermott, Joan, 505 McDill, Edward L., 502 MacDonald, Stuart, 634 McDowell, Edwin, 616 McEvoy, James III, 477
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682
ÍNDICE DE NOMBRES
McGhee, Paul E., 345 Machalek, Richard, 527 McKay, Henry, 176 McKenzie, Roderick D., 243, 247 McKeon, Nancy, 229 McKinney, William, 539, 541 McLanahan, Sara S., 473 McLemore, S. Dale, 357 McMichael, Phillip, 623 McNeill, William H., 414, 417 Macpherson, C. B., 96 Madron, Thomas William, 403 Magaziner, Ira C, 294, 314 Mahler, Halfdan, 550 Malcolm X, 391 Malthus, Thomas, 272-275 Mandel, 429 Mandeville, Bernard de, 428 Mann, Carol, 346, 347 Mann, Dale, 502, 541 Mann, Michael, 393 Mansbridge, Jane J., 334 Mao Zedong, 113, 257, 275 Marcos, Ferdinand, 389 Mare, Robert D., 501 Marger, Martin N., 295 Markle, Gerald E., 553, 591 Markoff, John, 637, 640 Markusen, Ann, 443 Marsden, Peter V., 65 Marshall, S. L., 416, 535 Marshall, Susan E., 616 Martin, David, 535 Marty, Martin E., 527, 536, 541, 542 Marwick, Arthur, 302 Marx, Carlos, 18, 20-23, 72, 275, 292, 301-303, 409, 426, 430, 445, 529, 609, 625-626, 628, 641, 642 Masnick, George, 484 Masón, William M., 260, 277 Massey, Douglas S., 266, 267 Matsueda, Ross L., 177 Mayes, Sharon S., 337 Mayr, Ernest, 628 Mays, Vickie M, 557 Mead, George Herbert, 21, 37, 57-58, 63, 113, 114-116, 119 Mead, Margaret, 326 Means, Gardiner C, 440 Mechanic, David, 559 Medalia, Nehum Z., 601 Meer, Jeff, 154-156, 158, 160, 162, 163 Melko, Matthew, 483 Mellon, Phyllis M., 497 Melville, Keith, 480 Mendel, Gregor, 586 Meldelsohn, Robert, 34 Menken, Jane, 485 Merton, Robert K., 56, 174-175, 193, 223, 369-370, 497, 580, 584 Meyer, } . , 393 Meyer, Marshall W., 220, 221, 222 Meyrowitz, ]., 101, 102-103 Michels, Robert, 400, 410 Milgram, Stanley, 232
Mills, C. Wright, 9, 410, 411, 441 Mills, J., 40 Mindel, 336 Mintz, Beth, 441 Mitchell, J. Clyde, 153 Moane, G., 153 Molotch, Harvey, 249-250 Mondale, Walter, 405 Money, John, 325 Monroe, Marilyn, 8, 35 Moo, Sun Myung, 90, 530, 534 Moore, Barrington, Jr., 398 Moore, Geraldine, 197 Moore, Keith D., 563 Moore, Wilbert E., 298, 300 Morgan, S. Phillip, 151, 262 Morgenthau, Hans ]., 394 Morris, Malcolm H., 155 Morrisroe, Patricia, 229 Morse, Robert, 295 Mortimer, Jeylan T., 123, 133 Mosca, Gaetano, 410 Mswati III, 391 Mueller, Carol, 616 Mulkay, Michael } . , 583 Muller, 245 Murdock, George Peter, 93, 465, 466 Murray, Charles, 396 Musgrove, Philip, 551 Myerhoff, Barbara, 327 Myers, Jerome K., 314 Myrdal, Gunnar, 36
Nader, Ralph, 183, 435 Naisbitt, John, 639 Napoleón, I, 218 Nash, Nathaniel C, 178, 642 Natriello, Gary, 502 Neikirk, William, 454 Nelkin, Dorothy, 591 Nemerowicz, Gloria Morris, 329 Neugarten, Bernice L., 140, 142, 143, 148 Neugarten, Dail A., 140, 142, 143, 148 Neuman, W. Russell, 399 Newman, 307 Newman, Graeme, 170 Newman, John Henry Cardinal, 516 Newman, William M., 368 Newton, Isaac, 9 Nicolás II, Zar, 613 Nichols, Robert C, 481 Niehoff, Arthur H., 89 Nielsen, 345 Nisbet, Robert, 62 Nixon, Ethel, 158 Nixon, Richard M., 137, 390 Noble, David F., 453, 636 Noel, Donald L., 360 Nordau, Max, 5 Novak, William, 541 Noyce, Robert N., 634
ÍNDICE DE NOMBRES
O'Connor, James, 396 Offe, Claus, 396 Ohrnial, T., 435 O'Keefe, Eileen S. C, 329 O'Kelly, R., 332 Okun Lewis, 478 Oldham, Margaret, 95 Ole Saitoti, Tepilit, 139 Olneck, Michael R., 501 Olsen, Marvin, 411 Olson, M., 395 Ormond, Roger, 358 Opie, Iona, 126 Opie, Peter, 126 Oppenheiner, J. Robert, 420 Orfield, Gary, 511 O'Rourke, David K, 541 Orwell, George, 58-59, 184 Osborn, Ronald E., 624 Osofsky, Gilbert, 247
Page, Benjamín I., 295 Palen, J. John, 230 Pallas, Aaron M., 502 Palmer, Brian, 94-96 Paludi, Michele A., 342, 343 Pappi, Franz U., 65 Pareto, Vilfredo, 410 Park, Robert E., 243, 247, 364 Parkin, Frank, 21, 302 Parkinson, C. Northcote, 224 Parsons, Talcott, 130, 389, 498, 630 Pauling, Linus, 584 Pear, Robert, 267, 270, 315, 346 Pebley, Anne R., 485 Pelto, Gretel H. y Pelto, Pertti J., 528 Pendelton, Brian F., 488 Perrin, Robert G., 62 Perrow, Charles, 610 Perry, Edmund, 353-354, 355-357, 362, 381 Persell, Carolina Hodges, 514 Pershing, John J., 553 Pescosolido, Bernice A., 34 Peter, Laurence F., 225 Peters, Robert, 603 Petersen, James C, 277, 591 Peterson, A. C, 149 Peterson, Ivan, 269 Peterson, James L., 482 Peterson, Richard A., 98 Pettigrew, Thomas F., 512 Pfeffer, Jeffrey, 222 Phillips, David P., 29, 30-35 Phipps, Etienne, 547 Pickens, T. Boone, 178 Pickering, Andrew, 588, 589 Pickering, Edward, 321 Pillemer, Karl A., 479 Pincus, Fred L., 519 Pinkney, Alphonse, 371-372, 382 Piore, M., 444, 450 Pirages, Dennis, 618
683
Piven, Frances Fox, 396, 399 Platón, 397, 625 Pleck, Joseph, 334, 348-349 Plog, Fred, 633 Poe, Edgar Alian, 5 Polenberg, Richard, 379 Polo, Marco, 633 Poloma, Margaret M., 488 Pomper, Gerald, 403 Portes, Alejandro, 375 Postman, Leo, 602 Postman, Neil, 102, 128 Poulantzas, Nicos, 72, 303, 626 Powell, Michael J., 450 Powers, Charles, 55 Prager, Jeffrey, 381 Press, Irwin, 563 Presser, Stanley, 39, 40 Prestan, Samuel F., 154, 159, 160, 163, 269, 308, 310, 480, 482 Price, David, 403, 575 Prince-Embury, Sandra, 616 Pritchard, David, 543 Przeworski, Adam, 395 Quadagno, Jill, 159-161, 471, 486 Quarentelli, E. L., 607 Quindlen, Anna, 377 Quinney, Richard, 183 Rada, } . , 452 Radzinowicz, Sir León, 193 Ragin, Charles, 628 Rainwater, Lee, 305, 515 Rather, Dan, 101-102 Reagan, Ronald, 317, 390, 396, 405, 419, 453, 618, 634 Redford, Robert, 617 Redlich, Frederick, 313 Reed, Judith, 478 Reich, Robert, 294, 314 Reinhold, Robert, 185 Reisman, David, 96 Relman, Arnold S., 568 Renne, Karen S., 486 Repetti, Rena L., 645 Reppucci, N. Dickon, 482 Resnik, Solomon, 361 Rheingold, Harriet L., 342 Richardson, James T., 526, 531 Riesman, David, 411 Riley, John W. Jr., 164 Riley, Manida W., 142, 162 Rimer, Sara, 381 Rindfuss, Ronald R., 141, 262, 284 Risman, Barbara J.., 483 Rist, Ray C, 496 Ritter, Philip L., 472 Robertson, A. F., 393 Robertson, Thomas S., 128 Robey, Bryant, 267 Robins, Kevin, 640
684
ÍNDICE DE NOMBRES
Robinson, Will, 444 Rodríguez, Orlando, 515 Roeder, Edward, 408 Roethlisberger, F. J., 223 Roger, 336 Rogers, E. M., 100 Rollins, Boyd C, 486 Román, Paul Michael, 182 Roos, Patricia A., 321 Roosevelt, Franklin D., 39, 174, 395, 436 Ropp, Theodore, 218 Rose, Arnold M., 411, 613 Rose, Gerry B., 596 Rosen, B., 331 Rosenbaum, David E., 10 Rosenbrock, H, 642 Rosenfeld, Anne, 153 Rosenfeld, Rachel A., 140 Rosenfield, Sarah, 337 Rosenstein, Carolyn, 66 Rosenthal, Robert, 497 Rosnow, Ralph L., 602 Rosow, Irving, 142 Rostow, Walt Whitman, 641, 643 Roth, Guenther, 20 Rothschild-Whitt, 225 Rowan, 345 Rowdon, Maurice, 238 Rowland, Diane, 566, 567 Rubenstein, Richard E., 387, 394, 413 Rubin, Barry, 337, 538 Rubin, J. Z., 342 Rubin, K. H., 119 Rubin, Lillian Breslow, 118, 475-476 Rubin, Vera, 321 Rubin, Z., 125 Ruble, Thomas L., 341 Rueschemeyer, Dietrich, 389, 393 Rule, James, 639 Rupp, Leila J., 614 Rush, Michael C, 331 Russell, Cheryl, 374 Russell, Cristine, 558 Russell, George, 167 Russell, Joyce E. A., 331 Rutter, Michael, 513-514 Ruzek, Sheryl Burt, 563
Sabato, L. ) . , 408 Sabel, Charles, 445, 449 Sahlins, Marshall, 94 Sakowicz, Greg, 102 Salmore, Barbara G., 403 Salmore, Stephen A., 403 Sancton, 432 Sanday, P. R., 326 Sanoff, Alvin P., 539, 541 Santos, Richard, 376 Satter, David, 433 Saunders, Clarence, 11, 13, 14 Scacchi, W., 638 Scarr, Sandra, 111
Schacter, S., 53 Schaefer, Richard T., 369, 375, 379 Schein, Edgar, 133 Schell, Jonathan, 419 Schiler, Bradley R., 10 Schlesinger, Arthur, Jr. 406 Schlossberg, Nancy K., 149 Schnaiberg, Alian, 616 Schneider, Joseph, 186, 559, 561 Schneider, William, 403 Schooler, Carmi, 121, 122 Schott, K., 395 Schroeder, Pat, 405 Schudson, Michael, 79 Schuler, Bernard, 102 Schuller, Robert, 528 Schuman, Howard, 39, 40, 606 Shumpeter, Joseph A., 397 Schur, Edwin M., 185 Schutz, Alfred, 21 Schwartz, Gail Garfield, 449, 454 Schwartz, Howard, 559 Schwartz, Joseph E., 71 Schwartz, Michael, 440 Schwartz, Pepper, 487-488 Schwirian, Kent P., 248 Scott, W. Richard, 220 Scrimshaw, Nevim S., 280 Secord, Paul F., 208 Sedlak, Michael W., 504 Seldon, Arthur, 429 Seligman, J., 435 Selim, Robert, 280 Selznick, Philip, 219 Serbin, Lisa A., 344 Sewell, William H., 309 Shabecoff, Philip, 617 Shaiken, Harley, 453 Shakespeare, William, 5 Shank, Susan E., 449 Shaspiro, Isaac, 450 Shaw, Clifford, 176 Shenon, Philip, 488 Sheppard, Nathaniel, Jr., 511 Sherer, 87 Sherman, Barry L., 46 Sherman, Julia, 324 Shibutani, Tamotsu, 359, 360, 367 Shih, Anthony, 508 Shils, Edward A., 416 Shirk, Stephen R., 116 Shogan, 187 Shupe, Anson, 544 Siesky, Albert E., 482 Silberman, Charles E., 130, 193, 197, 497, 511 Simmel, Georg, 62, 206, 232 Simmonds, Robert B., 526, 531 Simmons, Roberta G., 133 Simon, Herbert, 177 Simon, Jaqueline, 450 Simon, Julián L., 282 Simpson, I., 446 Simpson, Ida Harper, 132
ÍNDICE DE NOMBRES Simpson, R., 447 Singer, Dorothy G., 127, 128 Singer, Jerome L., 127, 128 Sjoberg, Gideon, 237 Skinner, Denise A., 488 Skocpol, Theda, 44, 393, 395, 414, 613 Skolnick, Arlene S., 469, 490 Skolnick, Jerome H., 193, 194 Skolnik, Peter, 595 Slater, Philip E., 96 Smeeding, Timothy M., 311 Smelser, Neil J., 597-599 Smidt, Corwin, 528 Smith, Adam, 17, 426, 437 Smith, David, 641 Smith, Joseph, 536, 537 Smith, Kevin B., 308 Smith, Terrence, 538 Smith, Vicki, 328, 347 Sniezek, Janet A., 49 Snow, David A., 527, 563, 603, 610 Snow, Margaret E., 111, 124, 342 Snyder, E., 347 Snyder, M, 341 Sobel, Dava, 124 Sorbello, Alfred, 547 Sowell, Thomas, 380 Spanier, Graham P., 484 Spector, Leonard S., 419 Spence, J. T., 344 Spencer, Herbert, 630 Spencer, Lady Diana, 528 Spengler, Oswald, 629-630 Spicer, Edward H., 361 Spitz, Rene, 112 Spitze, Glenna, 481 Epreitzer, E., 347 Sprey, Jetse, 462 Srole, Leo, 179 Stacey, William A., 544 Stack, Carol, 65 Stahl, Sidney, 602 Stahura, John M., 245, 246 Staples, Robert, 473 Stark, Elizabeth, 153 Stark, Rodney, 477, 523, 527, 530-533, 536, 537 Starr, Paul, 560 Statham, Anne, 331 Steinberg, Stephan, 380 Steiner, Rodney, 241 Steinmetz, Suzanne K., 477 Stephan, Cookie White, 111 Stephan, Leslie, 5 Sterling, Theodore, 639 Stern, Leonard, 303, 305 Sterngold, James, 168 Stewart, Mary White, 526, 531 Stockwell, Edward G., 264, 278 Storer, Norman W., 583 Stowe, Harriet Beecher, 363 Strachan, Hew, 415 Straus, Murray A., 477, 478 Strickland, Stephen, 128
Strober, Myra, 346 Strodtbeck, Fred L., 208 Sugawara, Alan I., 344 Sullivan, Harry Stack, 115 Sullivan, Scott, 285 Summerlin, William, 581 Summers, Gene F., 253 Sussman, Barry, 390 Sutherland, Edwin, 176, 190 Suttles, Gerald D., 234 Swaggart, Jimmy, 543 Swann, Charles E., 543 Swanson, Guy E., 528 Swicegood, C. Gray, 262 Swiff, Gustavus, 218-219, 221-222 Tabb, William, 527 Talmon-Garber, Y., 464 Tanfer, Koray, 474, 484 Tanke, E. D., 341 Tausky, Curt, 445, 446, 448 Tavris, Carol, 324, 343 Taylor, Charles, 390 Taylor, Lance, 280 Taylor, M. Susan, 49 Taylor, Ronald A., 617 Taylor, Verta, 614 Teitz, Michael, 443 Temerlin, Maurice K., 110 Terkel, Studs, 444 Thatcher, Margaret, 391 Thomas, 488, 489 Thomas, Dorothy Swaine, 53 Thomas, G. M., 393 Thomas, William I., 53 Thomlinson, Ralph, 277 Thompson, E. P., 272, 429 Thompson, Kenneth W., 394 Thompson, Leonard, 358 Thurow, Lester, 423, 430 Tienda, Marta, 358 Tilly, Charles, 599-600, 611, 612 Tipton, Steven M., 527, 531 Tischler, Henry L., 358, 359 Tónnies, Ferdinand, 232 Touraine, Alain, 642 Toynbee, Arnold, 630 Traugott, Mark, 608 Treiman, Donald ]., 321 Trice, Edgar, 182 Trimble, Jeff, 431 Tripp, David, 128, 129-130 Troelsch, Ernst, 532 Troll, Lilian E., 126 Troyer, Ronald } . , 553 Tuker, Patricia, 325 Tudor, Jeannette F., 337 Tumin, Melvin M., 299, 300 Turbull, Janes M., 485, 486 Turbull, Sharon K., 485, 486 Tumer, B., 96 Turner, Jeffrey S., 466
685
686
ÍNDICE DE NOMBRES
Turner, Jonathan H., 114, 176 Turner, Ralph H., 606, 607 Turner, Víctor W., 85, 141, 526 Tutu, Desmond, 530 Tyack, David B., 499 Tyree, Andrea, 308 Udry, J. Richard, 468 Ullman, Edward L., 244, 245 Useem, Michael, 411, 441 Vaillant, George, 152-153 Van Creveld, Martin, 218 Vander Zanden, James W., 360, 368 Van Gennep, Arnold, 141 Van Liere, Ken D., 618 Van Maanen, John, 133 Vaughn, John C, 66 Velikovsky, Immanuel, 582-583 Vernon, R., 248 Villemez, Wayne J., 65 Violas, P. C, 495 Vogel, Ezra F., 626 Voltaire, 5 Von Moltke, Helmut, 218-219, 221 Wade, Carole, 324, 343 Wade, Nicholas, 581 Waite, L. ]., 154 Wall, Shavaun, 344 Wallace, Michelle, 366 Wallertein, Immanuel, 303, 426, 643 Wallertein, Judith S., 482 Walsh, Dorix L., 259 Walters, Gary C, 478 Walters, James, 484 Walters, Lynda Henley, 484 Walters, Richard H., 173 Walzer, Michael, 529 Warner, Kenneth.E., 553, 554 Warner, Sam Bass, Jr., 239-240 Warner, W. Lloyd, 305 Watson, James, 584-585 Watson, John B., 109 Wattenberg, Ben ]., 285, 484 Weaver, Warren, Jr., 494 Weber, Max, 19-23, 220-221, 222, 292, 301, 388-393, 427, 501, 534-535, 625-628, 641 Webster, Frank, 640 Weed, James A., 480 Weinberg, Martin S., 44 Weitzman, Lenore, 344, 472, 481 Weller, Jack M., 607 Wellman, Barry, 64 Wender, Paul H., 173 Werlin, Herbert H., 242 Werner, Paul D., 341 Wesolwski, W., 299, 303 Westoff, Charles F., 474 Wheeler, Stanton, 133 Whipple, 345 White, 488, 489
White, Burton L., 124 White, Lynn, Jr., 481, 632 White, Michael }., 619 White, Sammins B., 291 Whitt, J. Alien, 412 Wiley, Nobert, 115 Wilford, John Noble, 270 Wilkins, Mauricio, 584 Willhelm, Sidney M., 308 Williams, Colin ]., 44 Williams, D. A., 514 Williams, J. Alien Jr., 345 Williams, Lena, 357 Williams, Martha C, 345 Williams, Monci Jo, 394 Williams, Raymond, 3 Williams, Robin M., Jr., 82 Willie, Charles V., 383, 473 Willis, Paul, 503 Wilmont, James G., 359 Wilson, Edward O., 93-94, 324 Wilson, Franklin, 512 Wilson, James Q., 173 Wilson, John, 596, 612 Wilson, William Julius, 357, 382-384 Winch, Robert F., 471 Windham, Susan R., 567 Winick, Myron, 313 Winn, Marie, 128, 148 Wirth, Louis, 232-233 Wittkopf, Eugene R., 415 Wolf, Eric, 426 Wolfe, David A., 478 Wong, Bernand P., 377 Wright, Erik Olin, 301, 302 Wright, J. R., 408 Wright, hermanos, 575, 590 Wrong, Dennis H., 123, 275 Wuthnow, Robert, 529, 532, 536, 538-541, 543 Yancey, W., 65 Yankelovich, Daniel, 483 Yankey, David, 277 Yeager, Peter, C, 190 Yinger, J. Mil ton, 544 Yoder, Jan D., 481 Young, James, 291 Young, Michael D., 627 Yuan, D. Y., 363 Zald, Mayer N., 612 Zangwill, Israel, 364 Zaret, David, 628 Zehr, Stephen C, 591 Zey-Ferrell, Mary, 221 Zill, Nicholas, 482 Zimbardo, Philip, 41 Zimmerman, Pat, 445 Zola, Irving Kenneth, 562 Zucker, Lynne G., 66 Zuckerman, Harriet, 40, 581 Zuckerman, Solly, 419 Zurcher, Louis A., Jr., 603
índice
Aborígenes australianos, 89, 524 Aborígenes, los, 361-362, 376-377 Abuelos, 486 Abuso de los ancianos, 478-479 Abuso de los miembros de la familia, 477-479 Abuso del niño, 477-478 Accionistas corporativos, 440-441 Acción afirmativa, 381-383 Acción de las masas violentas, 603-608 Acción sobre el fumar y la salud (ASH), 553 Acomodamiento, patrones de, 364-366 Acontecimientos precipitantes en la teoría de la tensión social, 597 Actividades reguladoras del estado, 396 Activismo político, la experiencia del envejecimiento y el, 163 Activismo, véase, Movimientos sociales Acumulación de capital, 427-428 Adaptación, 630 Administración Federal de Aviación (FAA), 554 Administración Reagan, 315 ADN (Acido desoxirribonucleico), descubrimiento de la estructura del, 584 Adolescence: Its Psychological and Its Relation to Psychology, Anthropology, Sociology, Sex, Crime, and Education
(Hall), 146 Adolescencia, 126, 146-149, 472 Africaners, 358 Ageism (envejecimiento), 157, 163 Agencia de Protección Ambiental (EPA), 616, 617 Agotamiento, guerra de, 417 Agregado, 228 Agresión, 173, 324, 344, 363, 366, 478 Agresión encubierta, 363 Agricultura, 279-280, 449 Aislamiento contra intimidad, 150 Aislamiento de la familia nuclear, 469-470 Ajuste con las expectativas sociales, patrones de, 174-176 Alcance, 64 Alcoholismo, 186
Alcohólicos Anónimos, 182, 564 Alfabetización, 494 Alta tecnología, véase, Computadores American Sociological Review, 298 Amistad en una sociedad heterogénea, 71-72 Amnistía legal, 186-187 Amor romántico, 468 Ancianos, los, véase, Envejecimiento Anomia, 19, 28 Antigua orden Amish, 213-216 Antisemitismo, 379 véase también, Judíos
Antropología, 8 Análisis de contenido, 45-46 Análisis de la red, 65-70 Análisis secundario, 45 Análisis sociológico, niveles del, 11 Arapesh, los, 326 Área Estadística Metropolitana Consolidada (CMSA), 240 Armas, 415-417, 418-419 Arte, actitudes hacia el, 3-4 Asbestosis, 183 Asimilación, 91-92, 364-365 Asimilación cultural, 91-92 Asimilación estructural, 92 Asimilación marital, 92 Asociación de Estadounidenses Retirados (A.A.R.P.), 163 Asociación diferencial, 176-177 Asociación Médica Americana (AMA), 408, 561, 613 Asociación Nacional de Mujeres Políticas (NWPC), 615 Asociación Nacional de Tenderos Minoristas de Comestibles, 12 Asociación Nacional del Rifle, 407 Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP), 612 Atletas universitarios, resocialización de los, 131 Aumento del precio del petróleo de la OPEP (1973), 436 Autodirección, 123 687
688
ÍNDICE
Automatización, 451, 453-454, 639-640 Automóvil: influencia del, 632 la urbanización y el, 240-241 Autonomía organizada, 561 Autonomía vs. vergüenza y duda, 145, 147 Autorrepresentaciones, 119 Autoridad, 389-390 en la democracia, 397 en la familia, 465-466 en las organizaciones burocráticas vs. organizaciones colectivistas, 225 tipos de, 390-392, 397 véase también, Estado, el
Autoridad carismática, 390-391 Autoridad legal/racional, 390 Autoridad tradicional, 391-392 Autoseguro, 566 Auxilio a las familias con niños dependientes (AFDC), 396
Campaña en contra del cigarrillo, 553-554 Capacitación de empleados, 318 Capital humano, 329-330 Capital: definición, 293 humano, 329-330 Capitalismo, 20, 22-23, 275 corporativo, 433-437 ideología del, 426-430 Marx acerca del, 301-303, 409 militar, 410 raíces religiosas del, 534-535 surgimiento del, 425-430, 626 Capitalismo corporativo, 433-437 Capitalismo militar, 410-411 Capitalistas, 17, 72 Carisma, 208 Carrera desviada, 180 Carrera: desviada, 180 en la burocracia, 221 véase también, Trabajo
Baby-boom, (explosión de bebés), generación del, 137138, 257, 520 Barrios bajos, 242 Bien público, 17 Bienes colectivos, 395 Bienes habilitados, 395 Bienestar social, 315-316, 318 Black Mountain College, 225 Bondad de ajuste, 112, 124 Boston, Massachusetts, 233-234, 238-239 Brave New Workplace (Howard), 455
Brown contra el Consejo de Educación, 380-381, 511 Burguesía, 292 Burocracia, 15, 20, 220-224, 626-627 fuentes de la variación en la, 221-222 limitaciones de la, 222-224 orígenes de la, 392-394 tipo ideal de Weber de, 220-221 Búsqueda de trabajo, redes y, 65-70 véase también, Trabajo
Cabañaa del Tío Tom, La (Stowe), 363
Cabildeos, 406 Calcuta, India, 242-243, 272 Calvinismo, 535 Cambio de vecindario, procesos ecológicos y, 247-249 Cambio social, 623-646 definición, 625 desarrollo del, teorías del, 641-644 dinámica del cambio subcultural, 91-92 en las naciones desarrolladas vs. las naciones en vías de desarrollo, 644-645 evolución del, tema de la, 628-630 innovación y difusión, 631-638 los computadores y el, 634-640 perspectivas teóricas sobre el, 625-630 teóricos clásicos sobre el, 625-628 Cambio social evolutivo, tema del, 628-630 Cambios regionales de la población, 267-269
Caso del Ford pinto, el, 190 Categorías raciales y étnicas, 370 Causas sociales, 6-8 Caza de Brujas en Europa, la, 598 Censo en los Estados Unidos, 260-261 Censo, definición, 259-260 Ciencia, 575-594 conocimiento y, 88, 587-588 definición, 575 desarrollo de la, 20 desarrollo de la, explicación del, 576-579 era de la "Gran ciencia", 575-576 ethos de la, 580-581 fraude en la, 581-582 normal, 585 políticas públicas y, 591-593 proceso de "hacer", 583-588 reglas de la, 579-583 véase también, Tecnología
Ciencia política, 8 Ciencias sociales, 8 Cientología, 534 Ciudad central, 241 Ciudad corporativa, surgimiento de la, 249 Ciudad preindustrial, 237-238 Ciudades, 229-256 como máquinas de crecimiento, 249-250 corporativas, surgimiento de las, 249 definición, 236 del Tercer Mundo, 242-243, 272 densidad de la población en las, 271-272 desarrollo histórico de la vida urbana, 236-243 desviación en las, 233 economía política del espacio urbano, 249-251 preindustriales, 237-238 urbanización, efectos de la, 230-236 urbanización, futuro de la, 251-254 uso de la tierra en las, modelos del, 243-249 Civilización, 194 Clase de negocios, véase, Clase social Clase media, véase, Clase social
ÍNDICE Clase social: actitudes hacia el arte y la, 3-4 calificaciones en las pruebas de aptitud escolar y la, 507, 509 diferencias en la estructura de la familia y la, 474-477 en los Estados Unidos, 305-319 la experiencia de envejecer y la, 160-161 la familia negra estadounidense y la, 473-474 la lengua y la, 120-121 la perspectiva de la élite de poder sobre la, 409-411 los valores y la, 120 movilidad social entre, 304-309 sistemas abiertos y cerrados de, 304-305 socialización y, 118-123 véase también, Estratificación social Clase trabajadora, véase, Clase social Clientes, crimen corporativo contra los, 192 Coalición, 206-207 Coalición del arco iris, 355, 370 Cociente intelectual (CI), 508, 510 Coeficiente de correlación, 32 Cohabitación, 483-484 Cohortes, 142-143 Cohortes de nacimiento, 142 Colonialismo, 360-361 Colonialismo económico, 360-361 Colonialismo interno, 361 Comando Estratégico Aéreo, 638 Combate, transformación del, 415-417 Comercio entre socios, 167-168 Comisión Asesora Nacional sobre Desórdenes Civiles, 604 Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo (EEOC), 382 Comisión de los derechos civiles, 382, 396 Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), 396 Comisión Federal de Elecciones, 408 Comisión Nacional para la Excelencia de la Educación, 504 Comisión Nacional sobre las Causas y la Prevención de la Violencia, 196 Comité Nacional por una Política Nuclear Sana (SANE), 618 Comité Selecto de la Cámara para las Actividades de Cabildeos, 406 Comités de Acción Política (CAP), 408 Compañía de tabaco R.J. Reynolds, 553 Competencia, 17, 82 Complejo industrial militar, 417-418 Complejo industrial médico, 568-569 Comportamiento apropiado a la edad, 139 Comportamiento colectivo, 595-621 comportamiento de las multitudes, 603-608 contagio social, 596, 602-603 definición, 596 histeria masiva, 601-602 perspectivas sobre el, 597-601 rumores, 601-602 véase también, Movimientos sociales Comportamiento sexual, 44 Comportamiento: apropiado para la edad, 139 de las multitudes, 603-608
689
sexual, 44, 142, 156, 461, 556 véase también, Comportamiento colectivo Composición tipográfica, tecnología y, 453 Comprensión con empatia, 20 Comprensión de la morbilidad, 557-559 Compromiso individual, supervivencia del grupo y, 213-216 Compromiso social, el envejer y el, 158-159 Computadores, 543, 634-641 aspectos sociales del uso de los, 638-641 el cambio social y los, 634-638 personales, 636 posibilidades de usos, 634-638 productividad y, 452, 454 Computadores personales, 636 Comunalismo en la ciencia, 580 Comunicaciones culturales, 79-80 Comunicaciones vía satélite, 635 Comunicación negable, 61 Comunicación(es): cultural, 79-80 la lengua y, 86-88 negable, 61 uso del computador en las, 368 vía satélite, 635 véase también, Medios de comunicación Comunidad Amish o Menonita, 91, 213-216, 217 Comunidad moral, 526 Comunidad(es), 229-256 colectivas, 463 definición, 231 desarrollo histórico de la vida urbana, 236-243 desintegración de la, 232-233 economía política del espacio urbano, 249-251 necesidad de las, 97 patrones del uso de la tierra urbana, 243-249 persistencia de la, 233-235 religiosa, 526-527 transformación de la, 235-236 urbanización y, 230-236, 251-254 Comunidades de retiro, 158-159, 161 Comunismo, 18, 430-433 véase también, Economía socialista; Unión Soviética Comunión, compromiso a través de la, 215-216 Concepto de crisol de razas, 364 Conceptos estadísticos, 32 Conciencia de clase, 18 Conciencia de la edad, 163 Conductividad estructural, 597 Conferencia de Líderes Cristianos del Sur, 529 Conferencia Nacional de Comisiones sobre el Estado de las Mujeres, 614 Confiabilidad, 33 Confianza en sí mismo, el envejecer y la, 158-159 Confianza versus desconfianza, 145, 147 Conflicto de clases, perspectiva de Marx sobre el, 292, 301-303, 409, 626 Conflicto de roles, 57 Conflicto: de clase, Marx sobre el, 292, 301-303 de la niñez, 145 intergrupal, 367-368 patrones de, 359-363
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ÍNDICE
rol del, 57 Conformidad, 121, 122, 175, 184, 207-208 véase también, Normas; Socialización Confusión de roles contra identidad, 149 Conglomerados, 433 Congreso, cohesión dentro de las Cámaras del, 403 Conjunto de roles, 56 Conocimiento, ciencia y, 88 Consejo sobre la Calidad del Ambiente, 281 Constitución de los Estados Unidos, 260, 398 Construcción social, 355 Contagio social, 596, 602-603 Contexto histórico, 142-143 Contexto social, 3-6, 87-88 el uso de la lengua en el, 87-88 Contracepción, 263, 283-286 Contracultura, 90 Contramovimiento, 615 Contramovimiento antifeminista, 615-616 Contratación, discriminación en la, 330-331 Control burocrático, 447 Control de la natalidad, 283-286 Control de las armas y carrera armamentista, 419-420 Control orientado hacia la persona, 121 Control orientado hacia la posición, 121 Control simple, 447 Control social, religión y, 527-530 véase también, Control social Control social: del crimen, 193-195 desviación y, 183-186 en el ejército, 218-219 en las organizaciones burocráticas contra las colectivistas, 226 en los grupos, 207-208 organización del trabajo y, 446-448 ruptura del, 599 tipos de paternidades, 120-121 Control técnico, 447 Controles sociales formales, 185-186 Controles sociales informales, 184-185 Controles subterráneos en el matrimonio, 467-468 Controversia de Laetrile, 591-593 Convención Bautista del Sur, 544 Conversión religiosa, 530-532 Cooptación, 219 Corea del Sur, 644 Corporaciones, 433, 437-443 Corporaciones globales, 438-441 Corporación Hartz Mountain, 303 Corporación Johns-Manville, 183, 192 Corporación multinacional, 438-443 Corporatización y salud pública, 568-569 Correlación, 35-36 Correlación espuria, 35-36 Corte Suprema de los Estados Unidos, 380 Costumbres, 84 Creacionismo, 591-593 Crecimiento: perspectivas, conflicto sobre el, 281-282 urbano, 250-251 Credenciales educativas, 506, 508, 515 Credencialismo, 449
Creencia generalizada, 597 Creencias: acerca del significado de las elecciones, 402 generalizadas, 597 religiosas, 524-525 Crianza de los hijos, clase social y, 476-477 Crianza y naturaleza, debate sobre la, 109-112 Crimen, 186-198 "criminales natos", 172 creación mediante nuevas reglas, 185 definiciones sociales del, 186-187 definición, 186 en la Venecia preindustrial, 238 en las escuelas, 504-505 perspectiva marxista sobre el, 182-183 sexo y, 173 tasa de, 187, 193, 194 temor al, 196, 236 tipos de, 182-183, 187-193 Crimen corporativo, 183, 190-193 Crimen de cuello blanco, 190-193 Crimen sin víctima, 188-189 Criogenia, 593 Cristianos con un segundo nacimiento, 538 Cromosomas, 324-325 Cromosomas X, 325 Cromosomas Y, 325 Crimen organizado, 189-190 Cuello de botella de la justicia criminal, el, 195 Cuentas de capital, 427 Cuerpo de la Marina de los Estados Unidos, 216 Ciudadanos mexicanos en los Estados Unidos, 374 Cuidado de la salud, 547-571 cambios revolucionarios en el, 566-567 comprensión de la morbilidad, 557-559 desafíos al sistema, 565-569 el fumar y el, 552-554 el hambre y el, 552 en los Estados Unidos, 559-569 modelos sociales de enfermedad y dolencia, 548-551 para los ancianos, 613 rebelión de los consumidores y, 563-564 seguros, 566-567, 569 tendencias futuras en el, 557-559 Cuidado del niño, 459-460, 461, 488 véase también, Familia
Culpabilidad contra iniciación, 145, 147 Cultivo con arado, desarrollo del, 340 Cultos, 534 Cultos de audiencia, 534 Cultos de clientela, 534 Cultura, 15-16, 79-106 abuso de la esposa y la, 478 de las prisiones, 197 definición, 79 diferencias de género y, 325-326 discriminación y, 368-370 distinción entre sociedad y, 81 dominante, 89 el individualismo en los estadounidenses, 94-97 elementos de la, 81-88 integración política y social por medio de las escuelas y la, 498-500
ÍNDICE integración y diversidad cultural, 88-94 los medios de comunicación y la, 100-104 material, 80 no material, 81 prejuicio y, 368-370 producción de la, 97-100 teoría de la transición demográfica y, 277 véase también, Socialización Cultura dominante, 89 Cultura material, 80 Cultura no material, 81 Cumbres Borrascosas (Bronté), 4
Currículo oculto, 130 Curso de la vida, 137-166 adolescencia, 126, 146-149 edad adulta, 149-154 el envejecimiento y la vejez, 154-164 en la perspectiva sociológica, 139-144 niñez, 144-146 transiciones y cambios en el, 141-142 Código elaborado de conversación, 120, 121 Código restringido de conversación, 120-121 Códigos de conversación, 120-121
Chernobyl, 617 Cherokees, desplazamiento de los, 361 Chicago, Illinois, 234-235, 245 Chicanos, 375 Childhood and Society (La niñez y la sociedad) (Erikson),
143,150 China: economía, 432 población, 257-258 programa de planificación familiar, 283 socialización de los niños en, 107-108 transición demográfica en, 276 Chivo expiatorio, 366 Dani de Irían del oeste, Indonesia, los, 463 Datos, 9-10 análisis y conclusiones de los, 31 población, fuentes de, 259-260 recopilación de, 30-31 véase también, Investigación Debate sobre el valor comparable, 331-332 Decadencia de Occidente, La (Spengler), 629-630
Declaración de la Independencia, 314 Declaración de los Derechos, 398 Definiciones sociales, 170-171, 186-187 Definición: de una situación, 52-54 operacional, 29 social, 170-171, 186-187 Delincuencia, 180-182 Delincuencia juvenil, 179-182 Democracia directa, 399 Democracia directa vs. representativa, 399 Democracia en los Estados Unidos, 397-408 Democracia representativa, 399 Democracia social, 395
691
Demografía, 259-261 definición, 259 del SIDA, 274 diferencias sociales en la familia, 474 tendencias, la educación y, 520-521 véase también, Población
Demócratas, 400 Denial of Death, The (Becker), 164
Denominacionalismo, 541 Densidad de población, 271-272, 273 Densidad dinámica de la interacción social, 628 Densidad, red de, 64 Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, 315 Departamento Federal de Salud, Educación y Bienestar Social de los Estados Unidos (HEW), 577 Deportes, 131, 346-347 Derechos, 398-399 Derechos civiles, 398 Derechos humanos, 398 Desamparados, los, 291, 292 Desarme, 419 Desarrollo de la personalidad, interacciones entre el medio ambiente y los genes en el, 110-111 Desarrollo: crisis en el, 145, 147 de la personalidad, 110 de las emociones, 110 teoría psicosociológica del, 143-144 Descendencia bilateral, 465 Descendencia matrilineal, 465 Descendencia patrilineal, 465 Desconfianza contra confianza, 145, 147 Desconfianza hacia los extraños, 236 Descubrimiento, 583-585 Desegregación, 380-381 Desempeño y juegos, la socialización y, 119 Desempleo, 160, 253-254 Desesperación contra integridad, 158 Desigualdad, 71 el rol de la escuela en la, 510-513 género; patrones de, en los, 326-332 reducción de la, 314-318 véase también, Estratificación social Desnutrición, 279, 313 Desocialización, 132 Desplazamiento de la población nativa, 361-362 Destrucción Mutua Asegurada (MAD), 419 Desviación, 167-199 control social y, 183-186 definición, 168 en la ciencia, 581-282 en la televisión, 104 en las ciudades, 233 estándar, 32 estructura familiar y, 472 explicaciones de la, 171-183 funciones sociales de la, 177-179 naturaleza de la, 168-171 primaria, 179 relatividad en la situación, 168-169, 170 secundaria, 180 tensión estructural y, 174-176 Difusión, 631, 633-634
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ÍNDICE
Dirección Federal de Alimentos y Medicinas (FDA), 591 Directivas entrelazadas, 441-442 Disciplina en las escuelas, 498 Discriminación: definición, 356 el sexo y la, 330-331, 346 el SIDA y la, 556-557 en los niveles de logros educativos, 507-510 institucional, 357, 380-383 invertida, 382 por la edad, 160 razones para la, 366-370 segregación racial de Sur África, 305 Dislocaciones sociales, 383 Disposición matrilocal, 465 Disposición neolocal, 465 Distribuciones sociales, 70-72 Diversificación y diferenciación de productos, 443 División del trabajo: Durkheim sobre la, 627-628 en la familia nuclear, 470 estratificación de los géneros en el lugar de trabajo, 327-332 los descubrimientos científicos y la, 584-585 perspectiva funcional sobre la, 338-340 tipos de sociedades y, 63-70 Divorcio, 308 Doctrina de la responsabilidad limitada, 435 Dominio, patrones de, 359-363 Disposición patrilocal, 465 Duda y vergüenza contra autonomía, 145, 147 Duración de la vida, 263-264 Diada, 206 East Chicago Heights, 245 Ecología urbana, 243-249 Economía, 8, 423-437 actividad gubernamental, 435-437 Asia contra Estados Unidos, 423 como sistema social, 424-425 crecimiento urbano y mundial, 250-251 definición, 423-424 educación y, 495 sistemas e ideales de la, 425-433 véase también, Negocios; Capitalismo; Trabajo socialista, 430-433 socialista de Estado, 433 Edad: adulta, 149-154 afiliación a un partido político y, 405 media, niñez en la, 144 roles y, 139-140 valoración de, 154-155 véase también, Envejecimiento; Curso de la vida Educación, 493-522 bilingüe, 499 calidad, factores que influyen sobre la, 513-514 compensatoria, 511 de los estadounidenses negros hoy, 371-372 de pares, 125-126 definición, 493 desegregación de la, 380-381
el lugar de trabajo y la, 449 estilos de crianza de los hijos y, 476 exigencias de las sociedades a la escuela, 497-505 futuro de la, 520-521 interacción social en la escuela, 496-497 logro de status y, 309 metas, valores y dilemas de la, 493-495 médica, 561 oportunidades y niveles de logro de, 505-515 para mujeres, 284 partido político y, 405-407 pública universal, compromiso con la, 493-494 raza y pruebas de inteligencia (IQ), 367 superior, 372, 495, 515-520 universitaria, valor de la, 515-516 uso del computador en la, 637 Efecto Hawthorne, 446 Ego, 117 Ejército, control de grupos grandes en el, 218-219 El Cairo, Egipto, 272 El libro del mormón (Smith), 537
Elecciones, creencias en relación con el significado de las, 402, véase también,, Política; Partidos Políticos Élites, 3-4, 409-412 véase también, Clase social
Embarazo, véase, Tasa de natalidad; Fertilidad Emigración, 265 Emociones, desarrollo de las, 110 Empleados, crimen corporativo contra los, 192 Empleo, véase, Trabajo Empleos, los computadores y los, 640 Empresas: corporatización y salud pública, 568-569 instituciones en Estados Unidos, 437-444 pequeñas, comerciales, 443-444 véase también, Corporaciones; Economía Encuesta por muestreo, 577 Encuesta sobre Fertilidad Mundial, 260 Encuestas, 38-40 Endogamia, 466 Enfermedad, 547, 548-551 véase también, Cuidado de la salud Enfoque dramatúrgico, 58-61, 63 Enfoque evolutivo de la estratificación, 303 Enseñanza de habilidades, 504 véase también, Educación
Entrenamiento fundamental en el ejército, 416 Entrevista, 39, 40 Entrevista: estructurada, 40 no estructurada, 40 semiestructuradas, 40 Envejecimiento, 154-164 la experiencia del, 158-163 la vida en familia y los viejos, 486 primario, 156 respuestas sociales al, 155-158 secundario, 156 Envenenamiento con plomo, 547 "Escasez de nacimientos", 285-286 Esclavitud, 371 Escuela: expectativas sociales de la, 497-505
ÍNDICE interacción social en la, 496-497 pública y privada, 514-515 socialización por medio de la, 130, 344 véase también, Educación Escándalo de Watergate, 137 Esfuerzo, igualdad del, 314 Especialización en las burocracias, 220 Espejo para mirarse a sí mismo, el, 114 Esperanza (expectativa) de vida, 154, 263-264 Esposas, rol cambiante de las, 486-490 véase también,¡Matrimonio Esquistosomiasis, 551 Esquizofrenia, 173 Estado del bienestar social, 395-396 Estado democrático, 397 Estado, el, 392-396 bienestar social, 395-396 definición, 392 nacionalismo y nacionalidad, 394-395 surgimiento del, moderno, 392-394 véase también, Democracia en los Estados Unidos Estados Unidos: clases sociales en los, 304-319 cuidado de la salud en, 559-569 cultura, el individualismo en, 94-97 democracia en los, 397-398 densidad de población, por estados, 273 fundamentalismo en, 538-539 inmigración a los, 266-267 instituciones comerciales en los, 437 la familia en los, 262 medicina, desarrollo de la, 560-561 migración interna en los, 267-269 pobreza en los, 310-314 raza y etnia en los, 370-384 religión en los, 539-544 tasa de nacimientos y de fertilidad, 262 Estadounidenses: asiáticos, 377-378 chinos, 377-348 mexicanos, 375 Estadounidenses negros: colonialismo interno en los Estados Unidos, 361 el SIDA y los, 274 enfermedad y debilidad en, patrones de, 249-250 explotación en el estudio de Tuskegee sobre la sífilis, 578-579 la familia, 473-474 migración de los sureños del campo, 268 motines de Detroit de 1967 y los, 604-606 movilidad intergeneracional de empleo entre los, 307-308 movimiento por los derechos civiles, 371, 610, 611, 614, 616 pobreza entre los, 310-311, 372, 473-474 posición actual, 370-373 relación con los hispanos, 374 respuesta a la dominación, 363 véase también, Raza y relaciones étnicas Estandarización, 218 Estatus: adquirido, 54 adscrito, 54
693
principal, 54 Estereotipos sexuales, 129, 340-341 Estereotipos: de los ancianos, 156-158 sexuales, 129, 322 televisión y, 103, 129 Estilo de vida, 158-159 Estilos alternos de vida, 482-486 Estratificación de los géneros, 321 en el lugar de trabajo, 327-332 en la política, 332-333 Estratificación según el género, 321, 327-333 Estratificación social, 291-320 análisis de la, 297-303 definición, 291 desigualdad, reducción de la, 314-319 dimensiones de la, 292-297 en los Estados Unidos, 303-319 los pobres, 310-314 movilidad social y, 303-309 sistemas abiertos y cerrados de, 304-305 sistemas de clases, 297-303 Estratos socieconómicos, véase, Estratificación social Estribo, invención del, 632 Estructura de edad, 143, 269, 270-271 Estructura formal de organización, 223 Estructura organizativa informal, 223 Estructura social, 13-14, 50 de la familia, 120-121 desviación y tensión derivada de la, 174-176 redes, 63-70 Estructura: de la edad, 143, 269, 270-271 de la sociedad, 70-73 en la familia estadounidense, 468-482 organizacional formal versus informal, 223 Estudiantes de las minorías, 500 Estudio de Tuskegee sobre la sífilis, 578-579 Estudio Grant sobre el desarrollo de los adultos, 152-153 Estudios históricos, 44-45 Estándares de vida, población y, 280-281 Etapa del desarrollo de la tecnología, 589-590 Etapas de la vida, definiciones sociales de las, 139-141 Ethos de la ciencia, 580-581 Etica protestante, 535 Etica, fraude científico en la, 581-582 Etnia, concepto de, 355 Etnias blancas, 379-380 Etnocentrismo, 92 Etnografía, 42-44 Etnometodología, 61-62 Evening News, programa, de la CBS, 101 Evidencia biológica de las diferencias de género, 324-325 Evidencia entre las diferentes culturas según el género, 325-326 Evidencia psicológica de las diferencias según el género, 324 Evolución social, 628-630 Evolución, teoría de la, biológica, 585-586, 591-593 Exogamia, 466 Expectativas: crecientes, 609-610 de las situaciones sociales, 52
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ÍNDICE
del profesor, 496-497 sociales, 49, 174-176 Experiencia de renacer, 527 Experimentos, 33, 40-42 Experimentos de campo, 42 Experimentos de laboratorio, 41-42 Experimentos profundos, 33 Explicaciones psicológicas de la desviación, 173-174 Explosión de poblaciones rurales, 253-254 Explosión demográfica, la, 264 Extranjeros ilegales, 267 Extraños, desconfianza hacia los, 236 Exxon, 439-440 Familia, 459-492 Amish, organización de los, 216-217 amplia variación en la forma de la, 463-464 cambios de los patrones del trabajo y, 448-449 como grupo primario, 211 como la institución social fundamental, 461 compuesta, 471 control paternal en la, 120-121 curso de la vida de la, 154 de orientación, 464-466 de procreación, 464 definición, 460-461 el individualismo estadounidense y la, 96 el sistema de las fábricas y la, 465 en la cultura hispánica, 90 estructura social dentro de la, 120-121 extendida, 464 matrimonio y, 466-468 naturaleza de la vida familiar, 460-466 nuclear, 464, 468-470 patrones de organización de la, 464 perspectivas sobre la, 461-463 socialización por medio de la, 123-125, 342-343 status, 125 tamaño de la, 262, 282 violencia en la, 477 cambiante, la, 482-490 estructura e interacción en la, 468-482 perspectivas para la, 490 Fecundidad, 262 Federal Bureau of Investigation (FBI), 183, 187 Feminismo, 348 Feminización de la pobreza, 481 Fenomenología, 21, 22 Feria de la Música y Arte de Woodstock (1969), 603 Fertilidad, 283-286 Filosofías políticas, transformación de las, 15 Feminine Mystique, The (Friedan), 333
Fobia al computador, 454 Ford Heights, 245 Fraude científico, 581-582 Fronteras de grupo, 210 Fumador "pasivo", 555 Fumar, 184 Fundación Carnegie, 504 Fundación San Francisco para el SIDA, 557 Fundamentalismo, 537-539 Fundamentalismo islámico, 537-538
Ganadores del premio Nobel, entrevista con los, 40 Gastos médicos de los ancianos, 161 Gemeinschaft, 232 General Motors, 217, 252-253 Generatividad contra estancamiento, 150 Genes, 325 Gentrificación, 251-253 Gesellschaft, 232 Glasnost (apertura), 431, 432 Global 2000 Report, 281
Gobierno, 392-393 actividad económica del, 435-437 subsidios, del, 318-319 transformación del, 15 véase también, Política; Estado, el Gran Bretaña: integración cultural en, 89 metas educativas y valores en, 495 Gran Ciencia, era de la, 575-576 Gran Depresión, 143 Gran Sociedad, 610 Grupo Holmes, 505 Grupos, 203-216 características de los, 205 de control, 42 de estatus, 21 de pares, 234 de referencia, 124, 212-213 de trabajo, 446 dinámicas de, 205-206 experimentales, 42 grupos "in" y grupos "out", 210 interés, 406-408 naturaleza de los grupos sociales, 204-210 patrones de relaciones de, 359-366 primarios, 210-211 redes, 63-70 secundarios, 210-212 suicidio y grupos sociales, 27-28 supervivencia de los, compromiso individual y, 213-216 tamaño de los, influencia del, 206-207 trabajo en, 445-447 véase también, Grupos minoritarios; Organización(es) Grupos minoritarios, 354 estructura familiar y delincuencia juvenil entre, 472 mujeres de, doble desventaja de los, 328-329 padres únicos entre, 471-473 respuestas a la dominación, 362-363 SIDA y, 274 véase también, Raza y relaciones étnicas; Grupos minoritarios específicos Grupos sociales, 203-216 naturaleza de los, 204-210 suicidio y, 27-28 supervivencia de los, compromiso individual y, 213-216 tipos de, 210-213 Guarda Nacional, 605 Guardianes culturales, 99 Guerra, 412-418 camino a la, moderna, 413-414 naturaleza cambiante de la, 414-415
ÍNDICE
nuclear, 412, 416-419 primeras, las, 412-413 tecnología y complejo industrial militar, 417-418 Guerra Boer (1899-1902), 358 Guerra de guerrillas, 416-417 Guerra de las Estrellas, 419 Guerra del Vietnam, 388 Guerra franco-prusiana (1870-1871), 219 Guerra nuclear, 412, 418-420 movimiento contra la, 618-619 Guerra Púnica (264-146 A.C.), 414 Guerras civiles, 414 Gustos, 3-6, 99-100 Gustos del público, 99-100 Género (sexo), 321-351 afiliación a un partido político y, 404-405 agresión y, 324 crimen y, 173 desigualdad, patrones de, 326-332 diferencias de, 323-326 dolencia y enfermedad según el, 548-550 experiencia del envejecimiento y el, 161-163 movimiento feminista y, 333-334 socialización y, 342-345 Genética: desviación y, 172-173 interacción entre el medio ambiente y la, 109-111 la sociobiología y la, 94-95 Habilidades aritméticas, enseñanza de, 504 Habilidades cognoscitivas, el envejecimiento y las, 157 Habilidades, el rol de la escuela en su enseñanza de, 504 véase también, Educación
Hacer creer, 119 Hare Krishna, 109 Harlem, Nueva York, 247-248 Havurah, 541
Hechos sociales, 6-8 Heterogeneidad en la sociedad, 71 Hijos primogénitos, 124 Hipótesis, 30, 40-42 Hipótesis de la agresión por la frustración, 366 Hispánicos estadounidenses, 90-92, 274 Histeria masiva, 601-603 Historia, la evolución social y la, 628-630 Holocausto nazi de judíos, 362 Hombre de Piltdown, el, 582 Hombres Libres, 349 Homosexualidad, 176-177, 186-187, 274 Hooker Chemical and Plastics Corporation, 192 Hormonas, 325 Hospicios, 164 Hospitales con ánimo de lucro, 568 Houston, Texas, 250 Humanistas, 349 Humanistas Opuestas a la Degradación de Nuestras Hijas (HOTDOG), 616 IBM, 218 Id, 117 Identidad, 148-149, 205
695
Identidad contra confusión de roles, 149 Ideología: capitalista, 426-430 comunista, 430-433 religión privada y los estadounidenses, 542 véase también, Política; Estado, el Iglesia, 532-533 véase también, Religión
Iglesia: católica, 533, 540-541 de Jesucristo y de los Santos de los Últimos Días, 536-537 de Unificación, 531, 534 electrónica, 542-543 Igualdad: concepciones estadounidenses sobre la, 314 de oportunidades, 305, 314-317 de resultados, 305 del esfuerzo, 314 normas de, 317 véase también, Estratificación social Iguales, socialización por medio de los, 125-127 Imaginación sociológica, 8-9 Imitación, publicidad del suicidio y los patrones de, 31-35 Imperativos institucionales, 580 Impersonalidad de la burocracia, 221 Improvisación del rol, 55 Impuesto progresivo, 317 Impuestos, 254, 317-318 Incidente de Seattle, 601 Incidente en Howard Beach, 383 Inculpación a la víctima, 315 índice: de crímenes, 187 socioeconómico, 309 Individualismo estadounidense, 94-97 Individuo: religión e, 530-532 sociedad e, 13-14, 22 Industria de la moda, estudio de la, 97-98 Industria textil, automatización en la, 452 Industria: en las ciudades modernas, 241 uso del computador en la, 636 Industrialización: rural, 253-254 transición demográfica, 276-278 urbanización e, 238-239 valoración de la edad y la, 154-155 Industrias de entretenimiento, creación de nuevos productos en, 99 Indígenas Sumu de Nicaragua, 633 Inepto, protección del, 224-225 Inequality (Jencks), 513 Inflación, 436 Informe Coleman, 510-511 Informe de la Comisión Nacional Asesora sobre Desórdenes Civiles, 604 Inglaterra, véase, Gran Bretaña Inglés, enseñanza del, 498-500 Ingreso: autodescripción política e, 404-405 definición, 293
696
ÍNDICE
estratificación e, 293-295 promedio por educación, 515-516, 517 salud e, 312-313 Iniciación contra culpabilidad, 145, 147 Iniciativa de Defensa Estratégica, 419, 618 Inmigración, 265-267, 307 Inmigrantes: cubanos, 266 del sudeste asiático, 266 vietnamitas, 266 Innovación, 175 cultural, 97-100 religiosa, 536-537 véase también, Tecnología Inquisición, 598 Instituciones, 72-73 véase también, Educación; Familia; Religión Instituciones: educativas, 72 políticas, 72 Instituto Nacional de Salud (NIH), 581 Instituto Nacional de Salud Mental, 128 Instituto para la Administración de Recursos, 617 Integración: cultural, 88-89 de operaciones diversas, técnicas para la, 219 funcional, 13, 19 racial, 357-358, 380-381 social, 72-73 Integridad contra desesperación, 158 Interacción social, 49-63 definición, 51 densidad dinámica de la, 628 diferentes opiniones sobre los procesos de, 57-63 dinámicas de grupo, 205-210 en la escuela, 496-497 en la familia estadounidense, 468-482 en los matrimonios entre profesionales, 490 estatus y roles en la, 49-50, 54-57 marcos para la, 52-54 redes, 63-70 véase también, Comunidad(es) Interaccionismo simbólico, 21, 37-38, 57-58, 63 Intercambio social, 62-63 Intereses comunes, comportamiento colectivo e, 599 Interiorización, 184 Interrogantes de las encuestas, 39-40 Intimidad contra aislamiento, 150 Invasión de la Bahía de Cochinos, 209-210 Invención, 589-590 Inversión corporativa en las áreas rurales, 253-254 Inversión, compromiso a través de la, 214-215 Investigación, 27-50 cualitativa y cuantitativa, 46 desarrollo y, 575 dificultades en la, 33-37 diseño de, 30-31 métodos de, 37-46 proceso de, 28-33 uso del computador en la, 637-638 véase también, Ciencia; Tecnología Itinerario del desarrollo biológico, 110
Japoneses estadounidenses, 378 Japón: los ancianos en, 156 mercado de trabajo en, 449-450 Jerarquía organizacional, 220-221 Jubilación, 155, 159-160 Judaismo, 541-542 Judíos, 378-379, 388 Juego de los pares, 119 Juicios del sentido común, 10 Junta Directiva de la Reserva Federal, 436 Junta Nacional para los Estándares Profesionales de Enseñanza, 505 Justicia distributiva, 314
Ku Klux Klan, 31 Kíbutz, 463
LA. Freeway (Brodsly), 241-242 La herencia y el medio ambiente, interacción entre, 109-111 La Voz Cristiana, 544 Laboriosidad contra inferioridad, 145, 147 Legitimidad, 389-390 Legión Americana, 499 Lengua, 86-88, 95, 100, 120-121, 146 véase también, Comunicación(es) Ley Contra la Discriminación por la Edad en el Empleo (1967), 160 Ley de Enmienda Educativa de 1972, Título IX de la, 346 Ley de Exclusión de los Chinos (1882), 266, 377 Ley de Hierro de la Oligarquía, 410 Ley de los Derechos Civiles de 1964 y 1965, 363, 382, 510 Ley de Parkinson, 224 Ley de Reforma Tributaria de 1986, 318 Ley de Reforma y Control de la Inmigración (1987), 267 Ley de Seguridad Social (1935), 155, 159 Leyes, 84-85 Jim Crow, de, 371 reforma para la financiación de las campañas, 407 sobre el trabajo de los niños, 495 Leyes que reforman la financiación de las campañas, 407 Leyes sobre el trabajo de los niños, 495 Liberación cognoscitiva, 612 Liberación mental, 612 Libertades civiles, el SIDA y las, 556-557 Libre competencia, 427 Libros infantiles, 344 Liderazgo de tareas, 208 Liderazgo socioemocional, 208 Liga de Acción de Igualdad de las Mujeres (WEAL), 333 Liga de Resistentes a la Guerra, 618 Linchamiento, 607 Literary Digest, 38-39 Londres, Inglaterra, 272 Longevidad, 154, 162 Los Angeles, California, 239-242 Louis Harris & Asociados, 158 Love Canal, 192 "Lucha contra la pobreza", 310
ÍNDICE Lucha, Marx sobre la, 625-626 véase también, Cambio social
Líderes de la iglesia, movimiento contra la guerra nuclear y los, 618 Líderes y liderazgo, 208 véase también, Autoridad; Poder Lluvia ácida, 617-618 Machismo, 326, 338 Macroanálisis, 52 Macrosociología, 11 Madagascar, 88-89 Make Today Count, 564 Malaria, 551 Malestar, definición, 547 Manifiesto Comunista, El (Marx), 301 Manía por el trabajo, 134 Maníacodepresivos, 173 "Mano invisible", 17 Marcador social, 87 Marcha en Washington (1963), 363 Marido, roles cambiantes del, 486-490 véase también, Matrimonio
Massai, los, 139, 141 Mastectomy, Inc., 564 Matar, voluntad para, 416 Materiales históricos, 44 Maternidad en la adolescencia, 150-151 Matriarcado, 465 Matrimonio, 446-468 abuso de la esposa, 478 clase social y tensión conyugal temprana, 474-476 de dos profesionales, 488-490 diferencias de sexo en el status matrimonial para la población de edad avanzada, 162, 163 elección de un compañero de, 466-467 formas de, 466 heterogeneidad en, 71-72 natalidad y, 262 por conveniencia, 467 roles cambiantes de marido y mujer, 486-490 segundo, 163 sin hijos, 484-485 variación cultural en el, 463-464 véase también, Divorcio
Mayoría Moral, 544 Media, 32 Mediana, 32 Medicaid, 566-567 Medicalización, 562-565 Medicare (Atención Médica), 159, 161, 566 Medicina, 560-562 véase también, Cuidado de la salud Médicos, 560-562 véase también, Cuidado de la salud Medio ambiente: interacción entre la herencia y el, 109-111 organizaciones y entorno, 222 perspectivas de conflicto sobre el, 281-282 Medios de comunicación electrónicos, 100-104
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Medios de comunicación: cultura y, 110-104 partidos políticos y, 403-404 reporte de la violencia, efecto de, 31-35 socialización por, 127-130 Medios masivos, véase, Medios de Comunicación Megalópolis, 240 Mended Hearts, 564 Mercado de acciones, quiebra del, en octubre de 1987, 425 Mercado primario de trabajo, 449 Mercados de trabajo, 449-450 Merry Pranksters, 595 Mesa Redonda Religiosa, 544 Metas de un grupo, 205 Metodología, 28 Metodología engañosa, 41 "Metrópolis and Mental Life, The", (Simmel), 232 Microanálisis, 50 Microsociología, 11 Migración: del campo a la ciudad, 242 interna, 265, 267-269 tasas de, 265-267 véase también,
Inmigración
Ministerio de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, 555 Ministerio de Defensa de los Estados Unidos, 638 Mitos: acerca del envejecimiento, 155-158 Horacio Alger, 306-309 raciales y étnicos, 366-367 Moda, 32 Modelo: de adaptación, 222 de invasión y sucesión del cambio de vecindario, 247-248 de la zona concéntrica de desarrollo urbano, 244 de núcleos múltiples de desarrollo urbano, 243-247 de población mundial, 269-282 de selección, 222 de tipo ideal, 20 del ciclo vital del vecindario, 248 igualitarios de la autoridad dentro de la familia, 465 sectorial de desarrollo urbano, 243-245 Modernización, religión y, 534-539 Monetarismo, 436 Monogamia, 466 Monoteístas, 524 Morbilidad, comprensión de la, 557-559 Moribundos, muerte y, 163-164 Mormonismo, 536-537 Mortificación, compromiso a través de, 216 Motines de Detroit de 1967, 604-606 Motines de ghettos en 1960, 605-606 Motivación militar, 416 Motivos del beneficio, 426 Movilidad: horizontal, 304 intergeneracional, 307-308 intrageneracional, 308 social, 303-310 social, 304-309 vertical, 304
698
ÍNDICE
Movilización: de la comunidad, 194 de participantes en el comportamiento colectivo, 599 de recursos, 600 Movimiento: de culto, 534 de reforma, 608-609 alternos, 608 ambientalista, 616-618 cristiano evangélico, 538 del cuidado de sí mismo, 564 ecuménico, 541 Femenino de la Salud, 563 feminista, 333-334, 348 para la protección infantil, 145 por los derechos civiles, 371, 609, 611, 614, 616 redentores, 608 religioso protestante, 96 revolucionarios, 609 transformadores, 609 Movimientos sociales, 608-619 definición, 596 explicación de los, 609-613 perfiles de algunos, contemporáneos, 614-619 tipos de, 608-609 Muerte y los moribundos, 163-164 Muestra aleatoria, 39 Muestras, 38-39 Mujeres por la Paz, 618 Mujeres que Quieren Ser Mujeres (WWW), 616 Mujeres: ajenas a la información confidencial, 181 católicas, 540-541 caza de brujas en Europa y, 598 curso de la vida en la edad adulta, 153-154 dolencia y enfermedad de las, 548-549 educación para las, 284 el fumar y las, 554-555 en el lugar de trabajo, 326, 327-332, 337 en la política, 322-333 en los deportes, 346-347 experiencia del envejecimiento, 161-163 matrimonio entre dos profesionales, 488-490 profesionales, 488-490 que siguen una carrera, 337, 488-490 rasgos asignados a las, 341 roles de las, 336-337, 346-348 sin hijos, 484-485 status de las, planificación familiar y, 284-285 véase también, Sexo
Multitud: casual, 603 convencional, 603 en acción, 603 expresivas, 603 Mundugumor, 326 Méritos, reconocimientos basados en los, 221 Método científico, 9-10 Métodos sistemáticos, descubrimientos científicos y, 585 Nacionalidad y nacionalismo, 394-395, 414 Naciones:
periféricas, 643 semiperiféricas, 643-644 subdesarrolladas, véase, Tercer Mundo Nación, definición, 394 Nation at Risk, A, 504 Nation Prepared, A, 504
Naturaleza y crianza, debate sobre la, 109-112 Negociación de la culpabilidad, 195 Negros, segregación racial (apartheid) y, 305, 357, 358-359 New American Grandparent, The (Cherlin y
Furstenberg), 486 New Blue Une, The (Skolnick & Bayley), 194 New York Times, 34-35, 102, 181 Niñez, 144-146 de los conversos religiosos, 531 logros de la, 146 Niños: de la "repetición del boom", 520 de padres divorciados, 482 efectos sobre los padres, 112 los padrastros y los, 485-486 matrimonio sin, 484-485 orden de nacimiento, 124 roles que toman los, 115-116 vicio de fumar, efectos sobre los, 554-555 véase también, Educación; Familia; Socialización Norma: contributiva, 314 de desinterés en la ciencia, 580 de escepticismo organizado en la ciencia, 580-581 de necesidades, 317 de universalidad en la ciencia, 580 Normas, 82-84, 314, 317 conformidad con las, del grupo, 207-208 de un grupo, 205 definición, 83 ethos de la ciencia, 580-581 reciprocidad, 62-63 teoría de la norma emergente, 606 transmisión cultural, 176-177 valores vs., 83-84 véase también, Desviación
Nudos, 66 Nueva York, la ciudad de, 229-230, 231, 247-248 Nutrición, pobreza y, 312-313 Objetividad, 36 Observación: abierta participativa, 43 de campo, 43-44 no participativa, 44 participativa, 43, 44 participativa secreta, 43-44 Ocio social, 41 Ocupación, véase, Trabajo Oficina de Asuntos Indígenas, (BIA), 376, 499 Oficina de Patentes de Estados Unidos, 575 Oficina del Censo, 259, 260-261, 267, 315, 372, 480, 484, 577, 634 Oligarquía, 410 Oligopolios, 437
ÍNDICE
On Death and Dying (Küler-Ross), 164 Opciones de Entrenamiento y de Empleo, 318 Operaciones diversas, integrar, 219 Oportunidad Mejor, Una, 381 Oportunidades de vida, pobreza y, 311-314 Oportunidades: comportamiento colectivo y, 600 igualdad de, 305, 314-317 logro educativo y, 505-515 Oposición, técnicas para reducir la, 219-220 Orden de nacimiento, socialización y, 124 Orden Franciscana, 527 Organizaciones colectivistas, 225-226 Organización comunitaria de Cristo (Christ Communal Organization) CCO, 525-526 Organización de Proveedores Selectos (PPO), 568 Organización Nacional de Hombres para el Cambio (NOCM), 349 Organización Nacional de las Mujeres (NOW), 333, 614-615 Organización para la Conservación de la Salud (HMO), 568 Organización(es), 203-204, 216-226 burocracia, 220-224 colectivistas, 225-226 comportamiento colectivo y, 599-600 computadores y, 638-639 formal, técnicas de, 203, 216-220 jerarquía en las, 221 véase también, Grupos
Otras representaciones, 119 Otro generalizado, 115-116 Otros significantes, 115 Our Bodies, Ourselves, 563 Padrastros, 485-486 Padres y paternidad: adolescencia, 150-151 padrastros, 485-486 socialización por medio de, 123-124 tensión conyugal temprana y, 475-476 véase también, Familia
Padres únicos, 459-460 Pagos de transferencia, 318 Países en desarrollo, véase, Tercer Mundo Palestinos, 287-288 Pandillas, 64, 179-182 Panteras Grises, 161, 163 Papel de la escena frontal, 60 Paradigma, 585-586 Participación en el proceso democrático, 399 Partidos políticos, 400-403 Paternidad juvenil, 150-151 Patrones de votación en los Estados Unidos, 399-400 Patrones residenciales, véase, Ciudades Pensamiento de grupo, 209 Percepción colectiva, 612 Perestroika, 431
Perspectiva de acción, 14, 20, 23 sobre el proceso de ver televisión, 128-130 sobre la conversión religiosa, 531-532 sobre la dinámica de la socialización, 113
699
sobre la economía, 424-425 sobre la familia, 462 sobre la interacción social, 53-54 sobre las reglas de la ciencia, 582-583 Perspectiva de la élite de poder, 409-411 Perspectiva del poder, 13, 22-23 sobre el comportamiento colectivo, 596, 597-600 sobre el crecimiento de la ciencia, 578-579 sobre la cultura dominante y las subculturas, 89-90 sobre la dinámica de la socialización, 113 sobre la discriminación institucional, 357 sobre la estratificación, 299-301, 303 sobre la legitimidad, 389-390 sobre la religión, 529 sobre la selección de talentos por parte de las escuelas, 501-503 sobre la transmisión cultural por la escuela, 500-501 sobre los orígenes de los roles según el género, 338-340 Perspectiva estructural, 14, 19 sobre la economía, 424-425 sobre la familia, 462 sobre la interacción social, 53-54 sobre la selección de talentos a través de la escuela, 501-503 sobre las dinámicas de la socialización, 112-113 sobre las distribuciones sociales, 70-72 Perspectiva funcional, 13 sobre el comportamiento colectivo, 596 sobre el crecimiento de la ciencia, 576-579 sobre la cultura dominante y las subculturas, 89-90 sobre la dinámica de la socialización, 113 sobre la estratificación, 297-299, 303 sobre la familia, 461-463 sobre la industrialización, 452 sobre la integración social, 72-73 sobre la legitimidad, 390 sobre los orígenes de los roles según el género, 338-340 Perspectiva interaccionista, 20, 22, 23 Perspectiva marxista: sobre el cambio social, 625-626 sobre el poder, 409 sobre el significado del trabajo, 445-446 sobre la desviación, 182-183 sobre la estratificación, 301-303 sobre la religión, 529 sobre la transmisión cultural por la escuela, 500-501 Perspectiva pluralista, la, 411-412 Perspectiva sociológica, 6-11 véase también, Perspectiva de acción; Perspectiva funcional; Perspectiva interaccionista; Perspectiva de poder; Perspectiva estructural Pirámide de población, 154, 155 Planificación familiar, 257-258, 283-286 Pluralismo, 365-366 Población, 257-287 cambios regionales de la, 267-269 censo en los Estados Unidos, 260-261 densidad, 271-272, 273 dinámica del cambio de la, 261-269 en China, 257-258 en las ciudades del Tercer Mundo, 242-243 estudio de la, 259-261 fuentes de datos sobre, 259-260
700
ÍNDICE
modelos mundiales de, 269-282 política a nivel mundial, 257-258, 282-283 recursos y estándares de vida y, 280-281 sociedad y, 258-261 suministro de alimentos y la, 279-280 tendencias de crecimiento de, 278-280 Población de la encuestas, 38 Pobres trabajadores, 450 Pobreza: de los negros, 310 desamparados y, 291, 292 en los Estados Unidos, 310-314 en los suburbios, 245-246 entre los ancianos, 160-161 lucha contra la, 310 oportunidades de vida y, 311-314 puntos iniciales de la línea de, 31 realidad y ficción acerca del bienestar social, 315-316 Poder: coercitivo, 389 colectivo, 389 como el fundamento de la integración social, 72-73 control social formal y, 185-186 definición, 388-389 distributivo, 389 habilitante, 389 lucha de, la socialización como una, 117-118 Marx sobre el, 18 opiniones sobre la concentración y estabilidad del, 408-412 rol masculino tradicional y, 337-338 social, estratificación y, 295-296 tipos de, 389 véase también,.Estado, el
Pogroms (masacres organizadas), 265, 378 Poliandria, 466 Policía, 193-194 Poliginia, 466 Política(s): de los grupos de interés, 406-408 de población, 257-258, 282-286 definición, 388 democracia en los Estados Unidos, 397-408 estratificación de los géneros en la, 332-333 grupos de interés, 406-408 guerra y, 412-418 nueva derecha cristiana, 543-544 participación en los Estados Unidos, 399-408 pronatalistas, 285 públicas, tecnología y, 591-593 religión y, 529 Portorriqueños, 374 Predestinación, 535 Prejuicio, 356, 357, 366-370 Presidencia, la televisión y la, 103 Prestigio, 296-297, 298 Principio(s): de correspondencia, 501 de Peter, 224-225 en democracia, 398-399 morales, 525 Principies of Criminology (Sutherlard & Cressy), 176 Privacidad, los computadores y la, 639-640
Privación, 609-610 económica, 609-610 relativa, 609 véase también, Pobreza
Problema, definición de la investigación de, 28-30 Proceso: de nacimiento, desmedicalización del, 564 debido, principio del, 397 nivelación, 602 Procreación, familia de, 464 Producción de cultura, 97-100 Productividad, tecnología y, 451-455 Profano, lo, 523 Profecías de la auto-realización, 111, 180 Profesionalización, 450-451 Profesión, resocialización para una, 130-132 Profesores, véase también, Educación; Escuela Programa de Alimento Gratuito para Infantes, Mujeres y Niños (WIC), 552 Programas: de cupones para alimentos, 318 de redistribución del ingreso, 317-319 del Nuevo Trato, 436 paralelos, 507-510 Proletariado, 18, 292 Promedios estadísticos, 32 Promoción, discriminación en la, 330-331 Propiedad: corporativa, 440 privada, 426 Prostitución, 188 Protección del inepto, 224-225 Protejan Nuestras Mujeres (POW), 616 Protesta, 363, 377 económica, 363 política, 363 violenta, 363 véase también, Movimientos sociales Protestantes, 541 Proximidad, interacción social y, 53 Proyecto Shanti, 557 Pruebas de inteligencia (IQ), 367 Psicología cognoscitiva, 174 Publicidad, 79, 553-554, 563 de cigarrillos, 552-554 imitación estimulada por la, 31-35 Pérdida de tiempo, 224 Público en general, crimen corporativo contra el, 192 Quarks, hipótesis sobre los, 587-588 Racionalización, 20-21, 626-627 Racismo, 356, 360, 367, 370 Rango, 64 Raza y relaciones étnicas, 353-386 conceptos básicos de, 354-358 discriminación institucional, 357, 380-383 en los Estados Unidos hoy, 370-384 futuro de, el, 383-384 patrones de, 359-366 prejuicio y discriminación, explicación del, 366-384 véase también, Razas y etnicidades específicas Raza:
ÍNDICE afiliación a partidos políticos y, 404-405 calificaciones en las pruebas de aptitud escolar y, 507, 509 concepto de, 354-356 logros educativos según la, 506 patrones de enfermedad y dolencia según la, 548-550 Raíces (Haley), 465 Reacción circular, 606 Realidad social, construcción de la, 53 Rebelión, 175 de los consumidores, cuidado de la salud y la, 563-564 Reciprocidad, norma de la, 62-63 Reconocimientos basados en los méritos, 221 Recursos, 280-281 movilización de, 600 Redacción de las preguntas de las encuestas, 39 Redes, 63-70, 235 Reforma: educativa, 504-505 protestante, 20 Refugiados políticos, 267 Reglas: de la ciencia, 579-583 en la burocracia, 220-221, 225-226 en las organizaciones colectivistas, 225-226 Reino de Dahomey, 325 Relaciones intergrupales, 71 competencia, 360 conflicto, 367-368 Relaciones sociales: en organizaciones burocráticas versus colectivistas, 226 redes de, 63-70 Relaciones étnicas, véase, Raza y relaciones étnicas Relatividad cultural de la desviación, 170 Relativismo cultural, 92-93 Religión, 523-546 civil, 529 definiciones de la, 523 el individuo y la, 530-532 elementos básicos de la, 524-527 en los Estados Unidos hoy, 539-544 invisible o privada, 542 modernización y, 534-539 orden social y, 527-530 perspectivas sobre la, 527-532 política y, 529 suicidio y, 27, 33-34 tipos de instituciones, 72, 532-534 Renovación religiosa, 537-539 Renuncia, compromiso a través de la, 215 Republicanos, 400 Resocialización, 130-132 Responsabilidad económica en el cuidado de la salud, 567 Respuesta: abierta, 40 cerrada, 40 encuesta, 40 Resultados, igualdad de, 305 Retirada, 175 Retiro obligatorio, 159 Revisión de la bibliografía, 30 Revista: Business Week, 169
Fortune, 345
Revolución(es), 414 bolchevique de 1917, 430, 609 científicas, 585-587 Cubana, 613 estadounidense, 15 estudio histórico de las, 44-45 Francesa, 609 industrial, 15-16, 238, 275 sexual, 556 social, 613 socialistas, 302 Revueltas de esclavos, 363 Riqueza de las Naciones, La (Smith), 426
Riqueza: creación de, 428 definición, 293 en los suburbios, 245-246 estratificación y, 294 Ritos, 526 de paso, 141 Ritualismo, 175, 223-224 Rol(es), 49-50, 54-57, 185 de escena trasera, 60 dentro de la red, 64 edad y, 139 enfoque dramatúrgico y, 58-61 familia, 120 forzado, 56-57 según el género, 322, 334-349 tipo de sociedad y, 67-70 véase también, Género
Roles of poblaciones rurales, 253-254 Roles según el género, 322 análisis sociológico de los, 334-345 orígenes de los, 338-340 persistencia y cambio en los, 345-349 Rules of Sociological Method, The (Durkheim), 177
Rumores, 601-602 Saatchi & Saatchi, 553 Sacrificio, compromiso a través del, 214 Sagrado, lo, 523 Salarios: debate sobre el valor comparable en los, 331-332 según el género, 328-329, 330-331, 345 véase también, Trabajo
Salud mental, pobreza y, 313-314 Salud pública, corporatización y, 568-569 véase también, Cuidado de la salud Salud: ingreso y, 312-313 rol masculino tradicional y la, 337-338 Sanciones, 184-185, 192 SANE, 618 Satisfacción en el lugar de trabajo, 445-446 Schiismo, 539 Secta, 532-534 Secuencia de las preguntas en una encuesta, 39-40 Secuestro: aéreo, 387 de Achille Lauro, 387
Secularización, respuestas religiosas a la, 535-539
701
702
ÍNDICE
Securities and Exchange Commission (SBC), 167 Segregación, 357-358, 371 de facto, 371 racial (apartheid), 305, 357, 358-359 Segunda Guerra Mundial, 418 Seguridad Social, 159-160, 269 Selección natural, 94-95 Sendero de las lágrimas, 361 Senilidad, 157 Separatismo, 363 Servicio: de buses, 511-512 de Salud Pública de los Estados Unidos, 553 Interno de Rentas, 436 Sesentas, los, 595 Sexo, véase, Género Señor de las moscas, El (Golding), 204-213
Sicología, 8 SIDA, 142, 188, 270, 274, 555-557, 558 Significados ubicados, 37 Silent Spring (Carson), 616 "Síndrome de Nixon", 174 Sionismo, 387 Sistema(s): de castas, 305 de clase abierto, 304 de justicia criminal, 193-198 de la Reserva Federal, 396 de mercado capitalista, 426 de pluralidad simple, 402 de prisiones, 196-198 de voto proporcional, 402 políticos, legitimidad de los, 389-390 Situación: de surgimiento y caída, 610 en forma de curva, 610 definición de una, social, 52-54 Sloan-Kettering Institute, 581 Sobrecarga psíquica, 232 Sobrepoblación, problemas de, 272-276 Socialización, 107-135 "naturaleza" y "crianza", 109-112 agentes de, 123-130 anticipada, 132 asociación diferencial y, 176-177 clase social y, 118-123 como una lucha de poder, 117-118 de los científicos, 582-583 definición, 107 deportes y, 346-347 desempeño y juegos en la, rol del, 119 dinámicas de la, 112-118 en el rol, 55 en la práctica de la medicina, 561-562 etapas y capacidades de la, 116 familias de padre único y, 471-473 género y, 342-345 impacto de la, 112 intencional y no intencional, 123 interiorización, 184 militar, 416 ocupacional, 132-134 primaria, 130
secundaria, 130-134 transmisión cultural de la, 500-501 véase también, Educación; Familia Socialización: anticipada, 132 de adultos, 126-127 militar, 416 ocupacional, 132-134 primaria, 130 secundaria, 130-134 Sociedad(es): agraria, 69, 339 asimétrica, 435 comunidad religiosa y, 526-527 cultura diferenciada de la, 81 de caza y recolección, 67, 339 de la informática, 642 estructura de la, 70-73 expectativas de las escuelas, 497-505 fuerzas que la integran y estabilizan, 12-14 heterogeneidad en la, 71-72 horticulturales, 67-68 individuo y, 13-14, 22 industrial, 69 medicalización de la, estadounidense, 562-565 niñez en la sociedad actual, 145-146 pastoril, 67-68 perspectiva cíclica sobre la, 628-630 población y, 258-261 postindustrial, 69-70 tecnología y, 588-591 tipos de, 67-70 Sociobiología, 93-95 Sociología: contemporánea, 23-24 definición de la, 6 interrogantes básicas en, 11-15 perspectivas en la, 12-14 teorías fundamentales de la, 15-24 Solidaridad: experiencia del envejecimiento y, 163 orgánica, 19, 627-628 social, 18-19, 627-628 Soltería, 486 Stagflation, 436
Status, 50, 54 de las mujeres, planificación familiar y, 284-285 dentro de una red, 65 dominante, 54 familia, 125 procesos para el logro de, 309 véase también, Sexo; Roles; Estratificación social STOP-ERA, 616 Subclase del ghetto, 383 Subcultura, 89-92 de la marihuana, 176-177 del adolescente, 146-148 desviada, 177, 180 dinámica del cambio en la, 91-92 hispánica, 90-91 Subsidios del gobierno, 318-319 Suburbios, 238-239, 245-246 Subyugación económica y política, 360-361
ÍNDICE Sucesión étnica del crimen organizado, 189 Suicidio (Durkheim), 27 Suicidio: altruista, 28 análisis de Durkheim del, 27-38 anémico, 28 cubrimiento periodístico en primera plana y tasa de, 32-36 definición, 29 egoísta, 28 religión y, 27, 33-34 tipos de, 28 Suministro de alimentos, población y, 279-280 Superego, 117, 173 Superpoblación en las ciudades, 242 Suráfrica, 390 colonialismo en, 360-361 rol de la religión en, 529 segregación racial (apartheid) en, 305 Swift y compañía, 217, 222 Símbolos, 85-86 del lenguaje, 86-88 multivocales, 85 significativos, 114, 142, 156 unívocos, 85 Síndrome: de alteración tóxica, 558 de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), 142, 188, 270, 274, 555-557, 558 Tabla, cómo interpretar una, 34-35 Talentos, selección de en las escuelas, 501-503 Tangu, los, de Nueva Guinea, 82 Tasa(s): bruta de nacimientos sin análisis estadístico, 262 de fertilidad, 262-263 de mortalidad, 263-265, 312 de mortalidad infantil, 263-265 de mortalidad sin análisis estadístico, 263 de natalidad, 137, 154, 262-263, 269, 276-278, 282 de supervivencia, 154 o proporción de fenómenos sociales, 6 Tasas de mortalidad, 263-265 diferencias por sexo y raza en las, 548-550 pobreza y, 311-312 transición demográfica y, 276-278 Tasmanos los, 325 Tchambuli, los, 326 Tecnología, 80 cambio, análisis del, 589 computadores de los, 634-638 corporaciones y desarrollo de, 437-438 definición, 575 difusión de la, 633-634 evolución de los sistemas de, 589-591 guerra y, 417-420 innovación en la, 632 liderazgo en la, 641 militar, 638 partidos políticos y, 403-404 políticas públicas y, 591-593 producción de cultura y, 98-99 productividad y, 451
703
promesa y costo de la, 452-455 revolución verde y, 280 sociedad y, 588-591 subsistencia, de la, 630 Telecomunicaciones, 638 Televisión, 100-104 estereotipos de los roles del género en la, 344-345 evangelismo, 542-543 impacto de la, 101-104 partidos políticos y, 403-404 socialización por medio de la, 127-130 violencia en la, 128-129 vista por los niños, 127-130 Temor al crimen, 196, 236 Temperamentos, interacciones entre los genes y el medio ambiente en los, 110-111 Tendencias centrales, 32 Tennessee Valley Authority (TVA), 219-220 Tensión estructural, desviación y, 174-176 Teología de la liberación, 523 Teoría(s), 10, 37-38 biológicas de la desviación, 172-174 de la dependencia, 641-643 de la elección racional, 16-17, 22, 23 de la desviación, 174-175 de la norma emergente, 606-607 de la tensión sobre la desviación, 174-176 de la tensión social, 597-600 de los calificativos, 179-182 de los sistemas mundiales, 643-644 del desarrollo económico, 641-644 del lado de la oferta, 436-437 del populacho, 604 generales, 10 individualistas de la desviación, 172-174 intermedias, 10 locales, 10 psicosociológica del desarrollo, 143-144 sobre la modernización, 641 Tercer mundo: brecha entre países desarrollados y el, 644-645 burocracia en el, 393 ciudades del, 242-243, 272 desarrollo económico, teorías del, 641-643 enfermedades en el, 550-551 industria textil en el, 452 producción de alimentos en el, 279-280 recursos y estándares de vida en el, 281 transición demográfica en el, 276-278 Terrorismo, 387-388, 412, 413 Testigos de Jehová, 527 Teísmo, 524 Tom Jones (Fielding), 4, 5 Toma de decisiones en grupo, 208-210 Toma de decisiones racionales, el comportamiento de las masas violentas como, 607-608 Toma de roles, 57-58, 114-117, 119 Tomas corporativas, 167, 170 Totalitarismo, 397 Trabajo: agrícola, 448 cambio de los patrones del, 448-449 clase social y aspectos del valor del, 122-123
704
ÍNDICE
clasificación del prestigio en Estados Unidos, 298 computadores y cambios en el, 640 de cuello blanco versus azul, 445 distribuciones ocupacionales por razas, 373 educación y, 449 en los Estados Unidos, 444-445 envejecimiento y, 159-160 estratificación según el género en el, 326-332 mercados de, 449-450 organización social del, 446-448 productividad y tecnología del, 451-455 programas de acción afirmativa en, el, 381-383 roles cambiantes de marido y mujer y el, 486-488 significado del, 445-446 socialización ocupacional, 132-134 véase también, Negocios; Economía Tradiciones, 84, 133 Transferencia: de tecnología, 590 en especie, 318 Transformaciones sociales en los siglos XVIII y XIX, 15-16 Transformación económica, 15 Transición: a la edad adulta, 150-152 demográfica, 276-278 en el curso de la vida, 141-142 en la edad madura, 149-153 Transmisión cultural, 176-177 Transporte, urbanización y, 240-241 Trascendencia, compromiso a través de la, 216 Truly Disadvantaged: The Inner City, the Upperclass, and Public Policy, The (Wilson), 383-384 Tríada, 206-207 Two Aginst One (Caplow), 207 U.R.S.S., véase, Unión Soviética "Un ensayo sobre el principio de población" (Malthus), 273-274 Uniform Crime Reports, 187 UNIVAC (Computador Automático Universal), 634 Universales culturales, 93-95 Universidades: comunitarias, 518-520 intermedias, 518-520 Universitarios, 516-518 véase también, Educación Unión de Mujeres Cristianas por la Tolerancia, 608 Unión Soviética, 498-499 desplazamiento de las poblaciones nativas por la, 362 economía comunista, 430-433 estratificación de los géneros en la, 321 Urban Willagers, The (Gans), 233 Urbanización: definición, 230 efectos de la, sobre la comunidad, 230-236 futuro de la, 251-254 industrialización y, 238-239 Uso de drogas, el SIDA y el, 555-557 Uso de la tierra urbana, patrones del, 243-249 Uso de los computadores en la oficina, 636-637 Validez, 33 Valores, 81-82
clase social y, 120-123 conformidad con los, 207-208 de un grupo, 205, 207-208 definición, 81 en la democracia, 398-399 en la educación estadounidense, 493-496 estadounidenses, 82, 94-97 normas versus, 83-84 socialización ocupacional e interiorización, 133-134 véase también, Desviación; Socialización Variable(s), 30, 34-36, 41 dependiente, 41 independiente, 41 Vaticano II, Concilio, 540 Vejez, 154-164 primaria, 156 secundaria, 156 Venecia preindustrial, 237-238, 239 Venta de alimentos al detal, la nueva era en la, 11-12 Vera Institute of Justice, 195 Vergüenza: y duda versus autonomía, 145, 147 control social con, 185 Verstehen, 20 Víctima, inculpación a la, 315 Vida del ghetto, dislocaciones en la, 383-384 véase también, Ciudades: Pobreza Vida urbana desarrollo histórico de la, 236-243 Vida, asunto de la definición de la, 139 Violencia: acción de las masas violentas, 603-604 en la familia, 477 en la televisión, 128, 129 reporte de los medios masivos de comunicación de la, efecto del, 31-35 Visión político-económica del espacio urbano, 249-251 Viudez, 161-163 Vivienda, 161, 313 Voluntad para matar, 416 Volver a casarse, 162-163 "Vuelo blanco", 268 Wall Street: actitudes hacia las tomas de empresas, 170 comercio entre socios, 167-168 véase también, Negocios; Economía Wayward Puritans (Erikson), 178 WEAL (Liga de Acción de Igualdad de las Mujeres), 333 Western Electric Company, planta de Hawthorne de la, 223 Why Survive? (Butler), 156 Working: People Talk About What They Do All Day and How They Feel About It (Terkel), 444-445 Worlds of Pain (Rubin), 475 Worldwatch Institute, 281
Yo:
en el espejo para mirarse a sí mismo, 114 idiosincrático, 114-115 orígenes sociales del, 114-116 social, 115
Sobre los autores
Donald Light es profesor de Sociología en la Universidad Rutgers y profesor de medicina social y de comportamiento en el Departamento de Psiquiatría en la Universidad de Medicina y Odontología de Nueva Jersey, Escuela de Medicina Osteopática. Nació en Massachusetts. El profesor Light asistió al colegio universitario en Stanford y completó su trabajo de graduación en sociología en la Universidad de Chicago y Brandeis. A lo largo de su carrera, ayudó a implementar el programa del presidente Kennedy sobre la igualdad de oportunidades de empleo para los trabajadores minoritarios y estuvo cada vez más interesado en el campo de la educación y de la salud. Actualmente, se encuentra dirigiendo una investigación sobre los cambios sociológicos que ocurren en el sistema para el cuidado de la salud en los Estados Unidos. El primer cargo del profesor Light fue en la facultad de Princeton donde dictó el curso sobre introducción a la sociología así como también los cursos en educación, desviación y profesiones. Fue en este lugar donde conoció e hizo amistad con Suzanne Keller y posteriormente desarrolló la primera edición de este texto. Publicó un estudio muy conocido sobre entrenamiento médico, titulado Becoming Psychiatrists: The Professional Transformation of Self (Norton 1980). Su último libro, Political Values and Health Care, fue publicado por M.I.T. Press. Light es autor de numerosos artículos, los cuales se han publicado en The American Journal of Sociology, The Journal of Health and Social Behavior, The Administrative Science Quaterly, Daedalus y The New England Journal of Medicine.
Suzanne Keller es en la actualidad profesora de sociología en la Universidad de Princeton, donde ejerció el cargo de presidente del Departamento de Sociología. Nació en Viena, Austria y se fue a los Estados Unidos siendo aún muy niña. Después de la universidad, vivió varios años en Europa, principalmente en París y Munich, donde trabajó como traductora y analista de encuestas. Recibió un Ph.D. en sociología en la Universidad de Columbia en 1953. En 1957, fue profesora asistente en la Universidad Brandeis, donde ofreció cursos en teoría social, estratificación y sociología de la religión. Un Fulbright Lectureship en 1963 en el Centro Atenas de Ekistics marcó el comienzo de su interés en arquitectura y planeación comunitaria. Después de haber terminado su Fulbright en
1965, la profesora Keller se unió al Centro, donde permaneció hasta 1967. En este año se trasladó a la Universidad de Princeton como profesora visitante y en 1968 fue la primera mujer nombrada con el cargo de profesora de carácter permanente en esta institución. Ella ha mantenido diversos cargos electivos en el American Sociological Association, incluyendo el de Presidente del Eastern Sociological Society. En Princeton, Suzanne Keller dictó cursos sobre élites contemporáneas, sistemas comparativos de familias, teorías de género y psiquiatría social. Autora de numerosos artículos y diversos libros, Suzanne Keller ayudó a lanzar el programa en Estudios de Mujeres en Princeton. En la
actualidad, está terminando un libro sobre la creación de la comunidad y comenzando un estudio sobre élites contemporáneas. Asesora de diversas universidades, corporaciones y agencias gubernamentales, tanto en los Estados Unidos como en el exterior, la profesora Keller ha recibido varias becas y honores, incluyendo el Guggengeim Award. Sus intereses en la enseñanza, en el arte de escribir y los viajes a través del todo el mundo todavía le dejan tiempo para oler flores. Craig Calhoun es profesor asociado de Sociología y Director del Programa en Teoría Social y Estudio entre Culturas en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. Recibió su doctorado en la Universidad Oxford después de previos estudios en las Universidades de Southern California, Columbia y Manchester. Sus principales especialidades son la teoría sociológica y sociología histórica comparativa. Calhoun ha realizado investigaciones en una amplia gama de temas, desde educación y acción política, parentesco y organización comunitaria hasta cambio social y económico y el impacto social de los computadores. Ha dirigido dos libros y es el autor de numerosos artículos de revistas y de The Question of Class Struggle: Popular Protest in Industrializing En-
gland. En la actualidad, editor de Comparative Social Research, Calhoun también ha sido Presidente de la Sección sobre Sociología Comparativa Histórica del American Sociological Association. Su reciente investigación se centra en las transformaciones de las bases sociales para el discurso público y, los cambios en la ley de la tortura y otros medios para enfrentar los perjuicios ocupacionales y relacionados con productos. 705
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