TAREAS ESCOLARES Partiendo de la observación y análisis de lo acaece en el continuo actuar entre el dicente y el grupo de alumnos(as), uno de los primeros sucesos a que recurre nuestro interés por indagar, es el cuestionar la practica docente y en especial las maneras en el que el profesor dirige, coordina y guía el proceso de enseñanza y aprendizaje, así como el desenvolvimiento y acciones que realizan los alumnos (as), dentro del grupo escolar. Cuando se dice que los alumnos tienen tienen que realizar ateas escolares en su casa, se esta recurriendo a una práctica de antaño que la mayoría de sujetos realizamos o hemos realizado como alumnos o estudiantes en algún momento de nuestra trayectoria académica, apoyándonos de León Enciso (1999): “De acuerdo a la tradición pedagógica, las actividades impuestas por los
profesores para ser realizadas en horarios extraescolares, reciben el nombre de tareas o deberes escolares ” ( León León Enciso, 1999:28). S ubyacen ubyacen en estas ideas, la creencia de que los escolares deben de continuar con
las labores académicas en espacios fuera del aula. Bajo esta misma corriente pedagógica Laureano Jiménez y Coria (1980), entienden por tareas escolares: “Como las actividades que el educando desarrolla en su hogar, que se apoyan en
su interés, en las necesidades reales y que les son útiles” (Jiménez y Coria 1980:249-250).
Se incluye además de estar vinculadas a la vida cotidiana del escolar que permiten la solución de una dificultad o de una problemática sentida por quienes la realizan. Empero, las tareas escolares, no se refieren solamente a los trabajos y ejercicios realizados en el hogar, sino también cobran diferente acepciones desde otras visones pedagógicas. Cuando observamos y analizamos la labor de un docente apoyándose de una guía de trabajo, de un libro de texto o de otro material de apoyo para impartir su labor, notamos que éste está haciendo posible una de las
diversas funciones para los cuales ha sido creada la escuela, transmitir y sostener la cultura de la sociedad, mediante una educación institucionalizada. (Sánchez de Horcajo, 1991), finalidad que resuelve mediante la ejecución de tareas académicas, según Ángel Pérez Gómez (1998), citando a Doyle: “La estructura de las tareas académicas, es el sistema de actividades que
concretizan el curriculum en acción… en las que se implica el individuo, los diferentes grupos de alumnos y el colectivo del aula” (Pérez Gómez , 2000:268). En esta postura también se refiere a las tareas académicas, pero ahora desarrollando los contenidos educativos contemplados en los curricula y en los que participan de manera conjunta tanto el que propone las actividades de enseñanza y aprendizaje como de quienes las realizan y complementan, coincidiendo con estas tesis, César Coll (1997), define a las tareas: “Como un conjunto coherente de actividades (pasos, operaciones o elementos
comportamentales), que conducen a un resultado final observable y medible ” (Coll César, 1997:67).
Mediante el uso de tareas académicas, de las secuencias en que éstas siguen en el transcurso de la clase, el docente tiene organizada y controlada una jornada escolar; si bien, las materias y contenidos son diversos, las actividades que se implementan al abordar los temas zona acordes y según el grado de complejidad que presenten, así como el tipo de habilidades y capacidades intelectuales implicadas (Coll César: 1997). Al variar los tipos de contenidos y las estrategias metodológicas que el docente hace uso para facilitar su enseñanza de las diversas materias, cambian asimismo las actividades académicas implicadas, de igual manera las explicaciones y propósitos que persiguen las mismas; en otro de los aspectos, no todos los educandos perciben de manera singular las intenciones educativas que se pretenden, de lo cual se obtiene, que algunas veces los resultados esperados sean diferentes a lo planeado, tanto para lo que el docente había programado,
como para lo que los alumnos realmente lograron aprender. Gimeno Sacristán (1998:315), cita Bernstein (1983), para señalar que: “la pedagogía moderna se caracteriza precisamente por estimular procesos y
métodos más ambiguos, con parámetros técnicos y de calidad más difíciles de definir, de concretar y de provocar consenso social y profesional, y por lo tanto más difíciles de controlar” (Gimeno Sacristán, 1998:315).
La pedagogía y aún más las prácticas educativas, se ven obligadas a revolucionar las formas de enseñanza y de aprendizaje, del papel del docente y de las responsabilidades del alumnado y de los recientes descubrimientos e investigaciones de los cuales, no pueden quedar excluidos al contacto con todo tipo de sujetos en proceso formativo. En suma, las actividades académicas podríamos considerarlas como aquel conjunto de actividades que se desprenden de las propuestas curriculares y que se definen según los tipos de contenidos educativos que se estén tratando cuyas funciones principales, entre otras, consisten en hacer posible la concreción del curriculum en los microambientes áulicos, es decir, que sirven como puentes mediadoras del aprendizaje que realmente adquieren los alumnos y por otro lado, estructuran no sólo el ambiente escolar en que conviven cotidianamente niños y niñas y docentes, sino además, moldean y definen los esquemas mentales de comportamiento y acción de los actores educativos. TIPOS DE TAREAS ESCOLARES Para el advenimiento y evolución de los contenidos del programa escolar existen una gran diversidad de tareas que el maestro y su colectivo de alumnos ejecutan y practican en su accionar cotidiano, y que de acuerdo a Gimeno Sacristán (1998:268,269), apoyándose de Doyle, identifica las siguientes tipologías de tareas académicas con los procesos cognitivos. A) Tareas de memoria, en estas se espera que los alumnos reconozcan y reproduzcan información previamente adquirida, referida a datos, hechos,
nombres. El resultado o ejecución de estas tareas es bastante previsible; esto se puede constatar cuando se debe de estudiar algún contenido del libro de historia, y posterior a ello, en el momento de estar frente a la presencia del maestro, éste cuestiona algunas fechas, personajes o acontecimientos que el contenido o lectura, abordaba; teniendo este tipo de tarea un carácter memorístico, toda vez, que es necesario hacer uso de memorización para poder asimilar dichos contenidos. B) Tareas de procedimiento o de rutina, en las que se les pide a los alumnos que apliquen una formula o algoritmo que llevan y conducen a una determinada respuesta, estas tareas son más recurrentes a los trabajos implicados en las matemáticas, donde el escolar se le enseña primeramente algunas formulas del cómo proceder y llegar al resultado, y éste (alumno), por consiguiente inicialmente tiene que memorizar la formula y posterior a ello, comprender y entender el procedimiento para alcanzar el producto final, lo cual, estos tipos de tareas se identifican como tareas mecánicas porque la mayoría de estas actividades siguen procedimientos sistematizados y terminados. C) Tareas de comprensión, en esta se requiere que el alumno reconozcan la información, de suerte que pueden incorporar su propia versión en la misma, aplicando procedimientos a situaciones nuevas, extraigan consecuencias, exigen la captación del significado de los contenidos Pretende buscar estrategias para alcanzar los resultados, comprender la razones a las que se llega a un determinado resultado. Esta forma de proceder de las tareas, son muy diversas, donde los resultados no son previsibles, porque el producto final, puede variar según la comprensión de los alumnos (as), de igual forma el evaluar este tipo de actividad conlleva aún proceso más complejo, ya que los patrones cognitivos que rigen a cada uno de los educandos son muy diferentes y heterogéneos; así también para el desarrollo del trabajo de las tareas por parte de los actores educativos, englobando a maestros y alumnos (as), genera un proceso más detenido porque representa un grado más de complejidad, por esta razón, para el
mejor entendimiento de la tarea, ésta puede ser reiterativa o tratarlo de diversas formas con la finalidad de que pueda ser más comprendida. D) Tareas de opinión, en la que se le pide a los escolares muestren sus reacciones personales y preferencias sobre algún contenido son actividades con resultados abiertos, escasamente predecibles, que incluso no precisan la comprensión del material, aunque en el resultado puede observarse se si hace relación al mismo o no. E) Tareas de descubrimiento, cuyo resultado no es la simple opinión abierta, sino que los resultados y el proceso para alcanzarlo, son de alguna forma descubierto por los discentes; las practicas de estas actividades representan para el escolar un interés más significativo, posiblemente porque la realización de la tarea fue hecha por gusto y no por la obligación asignada por el profesor.
Abadía Ley; Roger, Alfonso Ruíz; Daniel, Las tareas escolares en la escuela primaria: Representaciones y realidades. Tuxtla Gutiérrez., junio 26 de 2003, pp. 42-57.
Patricia Moreno López