PRÓCERES Y PRECURSORES DEL PERÚ
Introducción En el Perú llamamos Próceres de la Independencia a los líderes que ofrendaron sus vidas a la causa de la emancipación de la patria. Son aquellos que organizaron y dirigieron los levantamientos anticoloniales de los siglos XVIII y XIX. Casi todos ellos fueron capturados por las autoridades virreinales y sentenciados a muerte. Los más recordados son: Juan Santos Atahualpa, Túpac Amaru II, Francisco de Zela, José Crespo y Castillo, Enrique Pallardelli, los hermanos Angulo y Mateo Pumacahua. También son Próceres de la Independencia los patriotas peruanos y extranjeros que destacaron en la fase final de la lucha por la Independencia, con la llegada de las Corrientes Libertadoras del Sur y del Norte. En este grupo sobresalen: José de San Martín, Toribio Luzuriaga, José Álvarez de Arenales, José de la Mar, José de la Riva Agüero, Andrés de Santa Cruz, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Guillermo Miller y Agustín Gamarra. Convencionalmente, la diferencia entre próceres y precursores está en que los primeros participaron en la lucha directa contra el sistema colonial al pertenecer al denominado bando patriota (salvo por algunos que no necesariamente participaron en la lucha armada, pero sí en tareas de infiltración y contraespionaje); mientras que los precursores participaron promoviendo los ideales patriotas con su participación en el Mercurio Peruano o la Sociedad de Amantes del País o sentando las bases de la nación peruana al desempeñarse en cargos políticos o institucionales en el inicio de la República. Por lo general, los llamados precursores buscaron plantear reformas al criticar el sistema colonial o propusieron la creación de una nación separada de España. No obstante, otros autores consideran una distinción de acuerdo al momento en el cual toman importancia sus acciones: los precursores, a finales del siglo XVIII y los próceres, una vez ya iniciado el proceso de independencia a partir de 1810. En medio de las conmemoraciones por el Centenario de la Independencia en 1921, el gobierno de Augusto B. Leguía decidió crear un espacio dedicado al culto a los personajes que contribuyeron en la forja de la República del Perú. El “Panteón de los Próceres”, asentado en lo
que alguna vez fue el Colegio de San Carlos, se convirtió en el estrado oficial de los reconocidos legalmente como próceres o precursores de la independencia peruana. Desde entonces, se ha convertido en un pequeño lugar de concientización sobre el ideal ciudadano e integrador de la, siempre en formación, nación peruana.
LOS PRÓCERES Llamamos próceres de la independencia a los peruanos que tomaron las armas y lucharon contra la dominación española a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Entre los principales tenemos a:
Juan Santos Atahualpa José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II) Francisco de Zela José Crespo y Castillo Enrique Pallardelli Hermanos Angulo (Mariano, José y Vicente) Mateo Pumacahua
JUAN SANTOS ATAHUALPA ATAHUALPA
Juan Santos Atahualpa nació en el Cusco, hacia 1710. Al ser descendiente de la nobleza incaica estudió en el Colegio de Caciques San Francisco del Cusco. En su juventud, fue llevado por sus maestros jesuitas a España y África. Al regresar, planificó la expulsión de los españoles y la restauración del Tahuantinsuyo. Se dirigió a la región del Gran Pajonal (Selva Central) donde los nativos estaban hartos de la explotación que sufrían después de ser evangelizados por los franciscanos. Juan Santos se alió con curacas ashaninkas, shipibos, piros y shiriminques. Prometiendo “componer su reino” y coronarse
en Lima, arengó a sus guerreros en Quisopango (cerca de Chanchamayo). En Lima, el virrey Marqués de Villagarcía ordenó que los gobernadores de Tarma y Jauja repriman a los rebeldes y capturar a su líder, pero ambos fracasaron. Desde 1745, el Virrey Conde de Superunda, envió varias expediciones punitivas a la zona rebelde, pero también fracasaron. Entonces ordenó fortificar los pueblos cristianos cerca de la frontera para defenderlas de las avanzadas rebeldes. Mientras tanto, el Inca organizó un gobierno en el territorio liberado liberado y en 1752 175 2 avanzó rumbo a Jauja y logró tomar Andamarca; pero, alertado de la cercanía de nuevas tropas coloniales se replegó hacia sus bastiones en el Gran Pajonal. El Inca optó por mantenerse a la defensiva mientras alistaba una nueva incursión a la sierra central. Pero en 1756 el general español Pablo Sáenz y sus tropas lograron llegar hasta Quimiri sin recibir ataques de los nativos. Esto les hizo suponer que Juan Santos Atahualpa ya había
muerto. En los años siguientes los frailes franciscanos recogieron la versión que señala que “lo habían muerto los suyos”, y que su cuerpo desapareció “echando humos”.
TÚPAC AMARU II (José Gabriel Condorcanqui o Quivicanqui). Revolucionario peruano, descendiente de los incas (Surimaná, 1741 Cuzco, 1781). Cacique de Surimaná, Tungasuca y Pampamarca, era bisnieto de Juana Pilco-Huaco, la hija del último soberano inca, Túpac Amaru I (ejecutado por los españoles en 1572). Se educó con los jesuitas de Cuzco e hizo fortuna en negocios de transporte, minería y tierras. Su prestigio entre los indios y mestizos le permitió encabezar una rebelión contra las autoridades españolas del Perú en 1780; dicha rebelión (precedida por otras similares) estalló por el descontento de la población contra los tributos y prestaciones obligatorias de trabajo que imponían los españoles (mitas, obrajes, repartimientos, servicios…) y contra los abusos de los corregidores.
Comenzó con la ejecución del corregidor de Tinta, sin que al parecer existiera un plan premeditado de insurrección. Condorcanqui adoptó el nombre de su ancestro (Túpac Amaru, por lo que sería conocido como Túpac Amaru II) como símbolo de rebeldía contra los colonizadores. Se presentó como restaurador y legítimo heredero de la dinastía inca y envió emisarios para extender la rebelión por todo el Perú. No obstante, su rebeldía se dirigía contra las autoridades españolas locales, manteniendo la ficción de lealtad al rey Carlos III. El primer destacamento enviado a reprimir la rebelión fue derrotado por Túpac Amaru en 1780. Se dirigió entonces hacia Cuzco, pero fue rechazado por los españoles en las inmediaciones de la antigua capital. Entretanto, el virrey Agustín de Jáuregui mandó contra él un ejército de 17.000 hombres, al tiempo que desalentaba la rebeldía haciendo concesiones a los indios (como crear en la Audiencia una sala especial para atender sus quejas o limitar los poderes de los corregidores). Túpac Amaru fue vencido en la batalla de Checacupe (1781), entregado por algunos de los suyos a los españoles, y trasladado por éstos a Cuzco, donde le juzgaron y ejecutaron. La gravedad de la amenaza que esta rebelión había representado para el imperio español en América se tradujo en la crueldad del virrey, que descuartizó a Túpac Amaru y envió cada parte de su cuerpo a un pueblo de la zona rebelde para dar a la ejecución un valor ejemplarizante y sofocar la rebelión (que continuó algún tiempo más, encabezada por un primo y un sobrino de Túpac Amaru).
FRANCISCO DE ZELA Francisco Antonio (Solano) de Zela era hijo Mercedes de Arizaga y Hurtado de Mendoza, natural del Callao y del español Alberto de Zela y Neyra. Se casó con María de la Natividad Siles y Antequera (tacneña). Al morir su padre, Francisco Antonio, era un aprendiz de ensayador y fundidor de las Cajas Reales de Tacna. Zela es conocido por dar el primer grito libertario del Perú en la ciudad de Tacna el 20 de junio de 1811 siendo considerado el punto de partida del proceso de independencia de la república del Perú. La rebelión de Tacna estuvo en estrecho contacto con la revolución argentina, que se inició en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810. Los argentinos enviaron un ejército a la Provincia de Charcas (actual Bolivia), Bolivia), bajo el mando del general Antonio González Balcarce y del abogado Juan José Castelli. Los rioplatenses enviaron proclamas a varias ciudades del sur del Perú, invitándolos a seguir la revolución. Zela fue el primero en responder y en un "Bando al pueblo de Tacna" declaró su adhesión a la Junta de autogobierno de Buenos Aires y su fidelidad al rey de España, de acuerdo con la posición de la Junta, Junta ,1 y pretende asumir la jefatura político-militar de la plaza militar imponiéndose él mismo el título de "Comandante Militar de las Fuerzas Unidas de América". Zela fue apoyado por un numeroso grupo de criollos, mestizos e indígenas, entre ellos el cacique de Tacna, Toribio Ara, junto a su hijo José Rosa Ara y el cacique de Tarata y Putina, Ramón Copaja. Bajo la dirección de Zela, en la ciudad de Tacna, se asaltó primero el cuartel de caballería del Regimiento Dragones del Rey y luego el cuartel de infantería que estaban situados a dos cuadras de distancia a la voz de "...cargar y adelante", la noche del 20 de junio de 1811. Zela enarboló una bandera con colores azul y blanco a cuatro campos triangulares, estableciendo por escasos tres días un gobierno libre, autogobierno adherido a los principios de la Junta de Buenos Aires. El mismo día (20 de junio) el ejército patriota argentino fue derrotado por el ejército realista peruano encabezadas por el brigadier José Manuel de Goyeneche en la Batalla de Guaqui, en las cercanías del lago Titicaca, y por lo tanto, Zela nunca recibió el apoyo necesario. Esta noticia deterioró la moral de la reducida tropa de Zela, como resultado de ello, fueron diezmados y algunos capturados por los españoles sin presentar batalla. Los principales dirigentes de la rebelión fueron sometidos a juicio, entre ellos Zela, llevándolo a Lima para conmutarle la pena de muerta ser condenado a perpetua en la prisión militar de Chagres en Panamá, donde murió el 28 de julio de 1821, el mismo día de la Proclamación de la Independencia del Perú. Murió en una de las mazmorras de esa prisión a la edad de 50 años, sin conocer la noticia de la Independencia del Perú.
JOSÉ CRESPO Y CASTILLO José Crespo y Castillo nació en Huánuco en 1747. Fue un criollo dedicado a la agricultura hasta que en 1812 se unió a la sublevación indígena que estalló en su ciudad natal y se convirtió en su principal dirigente. La rebelión estalló el 22 de febrero de 1812 en los pueblos de Panao, Pillao y Huamalíes. Los indios armados con palos, cuchillos, hondas y una escopeta rodearon Huánuco y derrotaron a los realistas en la batalla de Huayupampa. Se formó una Junta de Gobierno a la que se plegaron algunos criollos. Como jefe fue nombrado Domingo Berrospi, quien a los pocos días fue destituido por rechazar los excesos que cometían los indígenas contra los civiles. En su reemplazo fue llamado José Crespo y Castillo, quien de inmediato procedió a organizar a los rebeldes para enfrentar el contraataque realista que estaba cerca. El Intendente de Tarma, José González Prada, llegó con un ejército de 2000 hombres. Al mediodía del 12 de marzo de 1812 se produjo la batalla del Puente de Ambo donde los realistas destruyeron a sangre y fuego todas las filas rebeldes. Capturaron a los principales líderes y recuperaron la ciudad de Huánuco. José Crespo y Castillo fue sometido a juicio sumario y condenado a la pena del garrote vil. Murió estrangulado estrangulado en la Plaza Mayor de Huánuco ENRIQUE PALLARDELLI Enrique Pallardelli (o Enrique Pallardelle) nació hacia 1775, para algunos en Marsella (Francia), y para otros en Buenos Aires (Argentina). Sus padres fueron un francés y una peruana. En su juventud se dedicó al comercio entre Buenos Aires y Tacna (sur del Perú). En 1810 vivía en Buenos Aires cuando participó en la Revolución de Mayo que derrocó al Virrey del Río de la Plata e instauró la Junta de Gobierno. En 1813, apoyó a Manuel Belgrano en su campaña hacia el Alto Perú. Ese mismo año fue comisionado por Belgrano para liderar un levantamiento con los patriotas de Tacna. Cumpliendo su misión organizó la rebelión que lo llevó a tomar Tacna y formar un pequeño ejército que debía unirse a las tropas rioplatenses de Belgrano. Lamentablemente los argentinos fueron derrotados en la batalla de Vilcapuquio (1-10-1813).
Poco después Pallardelli fue derrotado en la batalla de Camiara ((13-10-1813), cerca de Moquegua. Enrique Pallardelli logró huir a la Argentina, donde se involucró en las guerras civiles. Colaboró con el Director Supremo José María Alvear. Cuando éste cayó en desgracia, Pallardelli fue capturado y fusilado por los partidarios de Ignacio Álvarez Thomas en mayo de 1815. LOS HERMANOS ANGULO Los hermanos Mariano, José y Vicente Angulo nacieron en el Cusco a finales del siglo XVIII. Sus padres fueron don Francisco Angulo y doña Melchora Torres. Los tres protagonizaron la gran rebelión independentista que estalló en el Cusco en 1814. Mariano Angulo Torres Se dedicó a la agricultura y el comercio hasta que estalló la rebelión cusqueña liderada por su hermano José el 3 de agosto de 1814. Fue nombrado comandante del Cuartel General del Cusco y dirigó el asalto a la casa del coronel español Domingo Astete. Encabezó una expedición hacia Abancay en febrero de 1815, pero fue emboscado, capturado y enviado al Cusco. Murió ejecutado junto a sus hermanos el 29 de mayo de 1815. José Angulo Torres Se dedicó a la minería y la agricultura, hasta que se involucró en las conspiraciones de los patriotas cusqueños en 1813. Al año siguiente encabezó la rebelión que derrocó a las autoridades virreinales e instaló una Junta de Gobierno encabezada por el cacique Mateo Pumacahua. Fue proclamado Capitán General de las Armas de la Patria y organizó tres ejércitos rumbo a La Paz, Huamanga y Arequipa. Después Después de algunos triunfos iniciales, sus tropas fueron destruidas en la batalla de Umachiri (11-3-1815). Trató de huir, pero fue capturado en Zurite. Fue ejecutado junto a sus hermanos en el Cusco el 29 de mayo de 1815. Vicente Angulo Torres Se dedicó a la agricultura de caña de azúcar en Abancay. Al estallar la rebelión cusqueña secundó la expedición del cacique Mateo Pumacahua rumbo a Arequipa. Estuvo en la victoria de la batalla de Apacheta y en la toma de la Ciudad Blanca. Siguió a Pumacahua en la retirada de hacia el Collao. Lamentablemente fueron derrotados por el general Juan Ramírez en la batalla de Umachiri (11-3-1815). Fue capturado y ejecutado en el Cusco junto a sus hermanos el 29 de mayo de 1815
MATEO PUMACAHUA Mateo García Pumacahua Chihuantito nació el 21 de setiembre de 1740 en Chinchero, al noroeste del Cusco. Fue hijo de Francisco Pumacahua Inca, quien le heredó el cacicazgo de Chinchero. Ejercía sus funciones de Cacique cuando en 1780 estalló la rebelión de su colega Túpac Amaru II. Al enterarse, Pumacahua movilizó miles de indios de su provincia para auxiliar a los realistas en varios combates. Destacó especialmente en la defensa del Cusco en enero de 1781. En muchas ocasiones demostró implacable crueldad contra los rebeldes, llegando incluso a despeñar a sus mujeres e hijos como escarmiento. Por su decisiva contribución al triunfo de los españoles recibió elogios de las autoridades del Cusco y del virrey Jauregui; incluso se hizo acreedor de una pensión vitalicia autorizada por el rey Carlos III. Siguió siendo fiel a España hasta que en 1814, a los 74 años de edad, se unió al movimiento independentista de los hermanos José, Vicente y Mariano Angulo. Después de participar en la toma del Cusco Pumacahua se dirigió a la ciudad de Arequipa. Logró tomarla después de ganar en la batalla de Apacheta. Sin embargo, al poco tiempo fue derrotado por los realistas en la batalla de Umachiri el 11 de marzo de 1815. Seis días después lo capturaron y decapitaron en Sicuani. JOSÉ DE SAN MARTÍN (José Francisco de San Martín, llamado el Libertador; Yapeyú, hoy San Martín, Corrientes, 1778 - Boulogne, Francia, 1850) Héroe de la independencia americana. Hijo de Juan de San Martín, teniente gobernador de Corrientes, y de Gregoria Matorras, fue con Simón Bolívar una de las personalidades más destacadas de la guerra de emancipación americana. En 1784 José de San Martín pasó con su familia a España, donde inició su carrera militar en el regimiento de Murcia (1789), con el cual, a los trece años, tuvo su bautismo de fuego en el sitio de Orán (1791). Más tarde intervino en las guerras del Rosellón (1793), de las Naranjas (1804) y de Independencia, que le supusieron distintos ascensos hasta alcanzar el grado de teniente coronel. Tras esta fulgurante carrera y poco después de estallar la revolución emancipadora emancipadora en América, San Martín, que había mantenido contactos con las logias masónicas que simpatizaban con el movimiento independentista, marchó a Londres (1811) y de allí a Buenos Aires (1812), cuyo
Gobierno le encomendó primero la formación del regimiento de granaderos y más tarde la jefatura del ejército ejército del Norte Norte (1813), en sustitución sustitución de Belgrano. Belgrano. El duro revés que éste había sufrido en Vilcapugio y Ayohuma a manos de los realistas cerraba prácticamente las posibilidades de avanzar sobre Lima, al tiempo que hacía vulnerable esa frontera, cuya custodia encargó a M. de Güemes, caudillo de Salta. Tras la derrota del ejército chileno en Rancagua (1814), San Martín dio amparo a O'Higgins y a sus tropas en Cuyo (Mendoza), de donde acababa de ser nombrado gobernador por J.M. de Pueyrredón. En Mendoza José de San Martín se dedicó a organizar el ejército libertador, con el que se propuso invadir Chile cruzando la cordillera de los Andes, la mayor hazaña militar americana de todos los tiempos. Superadas las cumbres andinas, el 12 de febrero de 1817 derrotó al ejército realista al mando del general Marcó del Pont en la cuesta de Chacabuco, y el 14 entró en Santiago de Chile. La Asamblea constituida proclamó la independencia del país y le nombró director supremo, cargo que declinó en favor de O'Higgins. San Martín viajó a Buenos Aires a fin de solicitar lo necesario para la campaña del Perú. Sin embargo, lo que recibió fue la oferta de intervenir directamente en las disputas internas del país, cosa que rechazó. Mientras tanto, las fuerzas patriotas habían sido completamente derrotadas en Cancha Rayada por el ejército realista de Osorio. De nuevo en Chile, San Martín reorganizó las desmoralizadas tropas criollas y venció a Osorio en los llanos de Maipú, el 5 de abril de 1818, asegurando de este modo la libertad chilena. En seguida inició la campaña de Perú (1820), que culminó con la proclamación de la independencia peruana (1821) y su designación como protector, cargo que aceptó hasta la total pacificación del país. Celebrada la entrevista con Bolívar en Guayaquil (1822), donde ambos patriotas trataron el futuro del continente, San Martín renunció al Protectorado peruano y se retiró de la vida pública, embarcándose hacia Europa (1824). En 1829 regresó a Buenos Aires, pero no llegó a desembarcar. Afectado Afectado por las luchas fratricidas que enfrentaban a sus compatriotas, marchó de nuevo a Europa, radicándose en Francia. TORIBIO LUZURIAGA Toribio de Luzuriaga nació en Huaraz el 16 de abril de 1782, hijo de una familia acomodada de larga trayectoria hacendaria en la región. Concluyó su educación en Lima y se desempeñó en cargos administrativos en la sede del gobierno virreinal. Destacado a Santiago de Chile y luego a Buenos Aires llegó a ser secretario privado del marqués de Avilés.
Inició su carrera militar en el ejército colonial, en el país del Plata, en 1801, como alférez de artillería. Por su desempeño durante la Defensa de Montevideo y Buenos Aires de los ataques de los ingleses en 1806 y 1807, fue ascendido a capitán.
Ganado a las ideas emancipadoras, secundó la Revolución de Mayo de 1810 y, en calidad de comandante, participó de la victoria en la Batalla de Suipacha el 7 de noviembre de ese año. Fue uno de los jefes militares de la expedición emancipadora hacia el Alto Perú dirigida por Juan Ramón Balcarce y Juan José Castelli, siendo suyo el mérito de la victoria patriota en el enfrentamiento de Yuraicoragua, el 4 de diciembre de 1811. Luzuriaga cumplió funciones de alta responsabilidad en la naciente República Argentina. Fue el primer director de la Academia General de Oficiales instalada en San Salvador de Jujuy; luego ejerció como gobernador de la provincia de Corrientes y como jefe de Estado mayor del ejército rioplatense. En 1813 fue designado para reforzar el Ejército del Norte, comandado por el entonces coronel José de San Martín, con quien trabó entrañable amistad. Con el grado de coronel, tuvo la importante distinción de ser convocado por el director supremo Carlos María de Alvear para desempeñarse como ministro de Guerra. Ocupó este cargo el 3 de abril de 1815 -poco antes de ser ascendido a general de brigada-, y lo ejerció hasta el año siguiente, bajo el gobierno del sucesor de Alvear, Ignacio Álvarez Thomas. En agosto de 1816, libre de compromisos de gobierno, Luzuriaga ocupó el cargo de gobernador de Cuyo, con el fin de facilitar a San Martín los medios administrativos y logísticos para organizar el Ejército de los Andes. Desde Cuyo, Luzuriaga también proveyó amplio respaldo militar y económico luego del paso de los Andes y durante la campaña libertadora en Chile. Renunció en cabildo abierto a la gobernación de Cuyo el 17 de enero de 1820 y se trasladó a Chile. El gobierno de Bernardo O'Higgins lo asimiló a las fuerzas armadas chilenas con el mismo grado que tenía en Argentina, y San Martin lo incorporó a la Expedición Libertadora destinada al Perú que zarpó en agosto de ese año. Luzuriaga condujo el desembarco de las fuerzas patriotas en la Bahía de Paracas el 8 de setiembre de 1820 y, una vez establecido el cuartel general en Huaura, cumplió importantes servicios asegurando posiciones defensivas para el ejército patriota en el norte peruano. Fue enviado a Guayaquil en respaldo de la revolución emancipadora que triunfó allí en octubre, pero su labor fue breve por el recelo de los líderes guayaquileños, que no deseaban sentirse subordinados a una fuerza militar exterior. De regreso en el Perú, en febrero de 1821, ascendió a general de división, Luzuriaga fue presidente de Huaylas, uno de los cuatro departamentos peruanos (junto con los de Trujillo, Tarma y de La Costa), efectivamente independientes. En diciembre de ese año, el Perú lo nombró Gran Mariscal -fue el primer peruano que tuvo dicho cargo-, y lo incluyó en la Orden del Sol. En calidad de plenipotenciario, fue comisionado a Buenos Aires en busca de apoyo militar para el Perú durante la campaña a los puertos intermedios, pero los problemas internos de ambos países, sobre todo el alejamiento de San Martín, lo obligaron a renunciar al servicio. Al asumir Simón Bolívar el poder en el Perú, Luzuriaga intentó reintegrarse al ejército peruano, pero el dictador no aceptó su petición. Se estableció como ganadero en Pergamino, en el norte de la Provincia de Buenos Aires, donde vivió apremiado por las deudas (llegó a vender hasta sus condecoraciones), la mala fortuna personal (padeció sequías) y sufrió la ingratitud de muchos de los políticos de turno.
Con su salud quebrantada, sin recursos para subsistir y padeciendo la más humillante miseria, el 1 de mayo de 1842 se vistió con su uniforme de Gran Mariscal del Perú y se suicidó con un tiro de pistola.
LOS PRECURSORES
Llamamos precursores de la independencia a los ideólogos, intelectuales o maestros que con sus obras y enseñanzas inculcaron los ideales de justicia y libertad, contribuyendo a formar conciencia en favor de la emancipación peruana.
PRECURSORES REFORMISTAS Se denomina Precursores Reformistas a los intelectuales del siglo XVIII y principios del XIX que plantearon críticas contra el régimen colonial, sin exigir la independencia. Creían que los peruanos podían alcanzar más derechos, progreso y bienestar sin necesidad de romper con el Imperio Español. Entre ellos tenemos a:
Fray Calixto de San José Túpac Inca José Baquíjano y Carrillo Toribio Rodríguez de Mendoza Hipólito Unanue
FRAY CALIXTO DE SAN JOSÉ TUPAC INCA Calixto de San José Túpac Inca nació en Tarma hacia 1710. Fue mestizo, descendiente del rey inca Túpac Yupanqui. En su juventud ingresó a un convento franciscano y al ordenarse sacerdote defendió a los indios de los abusos de las autoridades españolas. En 1749 viajó a España y le entregó a Fernando VI la Exclamación Reivindicacioncita, Reivindicacioncita, donde le suplicó al Rey que los "atienda y remedie" a los indígenas, sacándolos del "oprobio en que están doscientos años". El virrey Superunda lo acusó de estar vinculado a las rebeliones de Juan Santos Atahualpa y Francisco Inca y lo mandó encarcelar. Sin recuperar su libertad, murió en 1770, en el convento San Francisco del Monte, en Córdoba, España.
JOSÉ BAQUÍJANO Y CARRILLO José Baquíjano y Carrillo nació en Lima el 13 de marzo de 1751. Sus padres fueron el Conde Juan Bautista de Baquíjano y doña María Ignacia Carrillo. Estudió en el Seminario de Santo Toribio y se doctoró en Leyes en la Universidad San Marcos, donde también fue docente. Se especializó en la defensa de los indios, trabajando en Lima y Cusco. En 1781, siendo profesor en San Marcos leyó el discurso titulado Elogio a Jauregui donde en presencia del virrey Agustín de Jauregui denunció la opresión que sufrían los indígenas peruanos y criticó la excesiva crueldad contra los partidarios del rebelde Túpac Amaru II. También alertó que si continuaban los abusos surgirían nuevas revoluciones. En la década de 1790 presidió la "Sociedad Amantes del País", un grupo académico ilustrado que divulgó sus investigaciones sobre la realidad del Perú en la revista "El Mercurio Peruano". En sus últimos años logró importantes nombramientos en Perú y España; por ejemplo, Oidor de la Real Audiencia de Lima (1807) y Consejero de Estado (1812). Falleció en Sevilla en 1817
TORIBIO RODRÍGUEZ DE MENDOZA Toribio Rodríguez de Mendoza nació en Chachapoyas el 15 de abril de 1750. Sus padres fueron Santiago Rodríguez de Mendoza y María Josefa Collantes. Estudió en el Seminario Santo Toribio de Lima y en 1770 se doctoró en Teología en la Universidad San Marcos. En 1778 se ordenó sacerdote. Desde muy joven se interesó por las Ciencias Naturales y las nuevas ideas políticas del Siglo de las Luces. En la década de 1790 integró la Sociedad Amantes del País y participó en la publicación de la revista ilustrada "Mercurio Peruano". Desde 1771 fue profesor del Real Convictorio de San Carlos y su Rector de 1785 a 1816. En estos años Rodríguez de Mendoza inculcó en los jóvenes los ideales de la Ilustración y la lectura de los filósofos racionalistas del siglo XVIII. Fomentó el espíritu crítico y el debate político entre sus discípulos, por lo que en varias ocasiones fue acusado de fomentar conspiraciones contra el Rey. En 1821 firmó el Acta de la Independencia del Perú y al año siguiente fue elegido Diputado del Primer Congreso Constituyente. Constituyente. Falleció en Lima el 12 de junio de 1825
HIPÓLITO UNANUE Científico y político peruano (Arica, 1755 - Lima, 1833). Hipólito Unanue, la figura más importante de la Ilustración peruana, se graduó en medicina, bajo la dirección de Gabriel Moreno, alrededor de 1784, y fue profesor de anatomía en la Universidad de San Marcos durante el año 1789. Escéptico con la reforma de las universidades, escolásticas y controladas desde la península, Hipólito Unanue se esforzó, una y otra vez, en crear instituciones científicas independientes donde la ciencia moderna pudiera ser enseñada a los criollos. En 1794 inauguró unos cursos de lecciones clínicas pensados para ayudar a los estudiantes, algunos de los cuales eran mulatos apartados de la Universidad. En 1792 fundó un anfiteatro anatómico, en el Hospital de San Andrés, para dar enseñanza práctica en anatomía. Durante los mismos años (1791-1794) fue editor del Mercurio Peruano, el vehículo más importante para la difusión de las ideas científicas en Perú. Entre 1799 y 1805, Unanue recogió datos para su obra capital, Observaciones Observaciones sobre el clima de Lima, un tratado que, dentro de la tradición hipocrática, se proponía explicar las causas climáticas de las enfermedades de la ciudad de Lima. Para verificar sus tesis, relacionó datos meteorológicos con observaciones clínicas, combinando conceptos médicos modernos y tradicionales. A pesar de las frecuentes citas a Newton y Hermann Boerhaave, el libro de Unanue tiene un tono arcaico. Negó la importancia de la química para la ciencia médica y su insistencia en la singularidad singularidad climática (y, por tanto, médica) de Lima influyó a algunos médicos posteriores, que negaron la utilidad de los remedios habituales para las enfermedades peruanas y se adhirieron de forma exagerada y dogmática a las teorías de Unanue. En 1807, Unanue presentó al virrey José de Abascal un plan para una nueva escuela médica, recomendando que fuera establecida en uno de los hospitales de la ciudad, donde los estudiantes pudieran aprender anatomía, fisiología, cirugía y farmacia. El colegio de San Fernando abrió, en 1811, con diez profesores, la mayoría de ellos discípulos o colegas de Unanue en el Anfiteatro. El plan de estudio, decididamente moderno, incluía matemáticas, psicología y física experimental, con textos seleccionados personalmente por Unanue. Además del citado, Hipólito Unanue fue autor de numerosos libros y estudios, entre los que destacan Ensayos sobre la educación de la juventud y Guía política, eclesiástica y militar del virreinato del Perú.
PRECURSORES SEPARATISTAS Se denomina Precursores Separatistas a los ideólogos de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, que plantearon la necesidad de luchar por la Independencia del Perú, rompiendo las cadenas que lo ataban al Imperio Español. Entre los principales figuran:
Juan Pablo Vizcardo y Guzmán José de la Riva Agüero José Faustino Sánchez Carrión
JUAN PABLO VIZCARDO Y GUZMÁN Juan Pablo Vizcardo y Guzmán nació en Pampacolca (Arequipa) el 27 de junio de 1748. Sus padres fueron el hacendado Gaspar Viscardo y doña Manuela de Zea. Vivió en su pueblo natal, hasta que a los 13 años viajó al Cusco para estudiar en el seminario jesuita San Bernardo del Cusco. En 1767, el rey Carlos III ordenó la expulsión de los jesuitas, por lo que Vizcardo y sus compañeros fueron llevados a Italia. Se instaló en Massa Carrara (Toscana) donde en 1781 se enteró de la rebelión de Túpac Amaru II y, entusiasmado, envió cartas a los ingleses solicitando ayuda para el cacique cusqueño. El mismo año viajó a Londres para insistir en el apoyo inglés para la independencia americana. En 1792, se trasladó a Francia que estaba en plena revolución contra el Antiguo Régimen. Aquí redactó su famosa "Carta a los Españoles Americanos", donde arengaba a los criollos de Hispanoamérica Hispanoamérica a luchar contra la opresión española y construir una patria soberana. En 1791 volvió a Londres, donde continuó escribiendo y haciendo gestiones para que Inglaterra ayude a los independentistas americanos, hasta que enfermó y falleció el 10 de febrero de 1798. Antes de morir, Vizcardo dejó sus papeles al inglés Rufus King, quien las entregó al venezolano Francisco de Miranda. Este líder patriota tradujo la "Carta a los Españoles Americanos" al español y la imprimió en Estados Unidos. Luego el documento se propagó por todo el continente contribuyendo a la conciencia patriótica e independentista de los americanos.
JOSÉ DE LA RIVA AGÜERO Y SÁNCHEZ BOQUETE José de la Riva Agüero nació en Lima el 3 de mayo de 1783. Sus padres fueron los nobles José de la Riva Agüero y Basso (español) y doña María Josefa Sánchez Boquete (limeña). En su juventud estudió en España y en 1808 se alistó en su ejército para luchar contra la invasión napoleónica. En 1810 regresó a Lima imbuido de ideas liberales y se contactó con los criollos separatistas que planeaban derrocar al virrey Fernando de Abascal e implantar una Junta de
Gobierno.
Este
movimient o
es conocido como “La Conspiración de los Oratorinos”. En 1816 escribió el
"Manifiesto de las 28 Causas", donde explica las razones que tenían los criollos para luchar contra la dominación española. Durante el gobierno del virrey Pezuela se convirtió en informante de las fuerzas sanmartinianas que se preparaban en Chile para liberar el Perú. En 1823, se convirtió en el primer Presidente del Perú mediante un golpe de estado llamado "Motín de Balconcillo". El mismo año Simón Bolívar llegó al Perú y Riva Agüero fue apresado por el coronel Gutiérrez de la Fuente, quien lo expulsó a Europa. Se instaló en Bélgica y contrajo matrimonio con la noble Carolina Looz-Corswaren. En 1831 regresó al Perú y poco después fue elegido diputado por Lima. Acusado de conspirador, en 1833 fue desterrado por el presidente Gamarra a Ecuador, y en 1835 por Salaverry a Chile. En 1838 fue nombrado por Santa Cruz como Presidente del Estado Nor - Peruano, cargo que ejerció hasta la destrucción de la Confederación PerúBoliviana en 1839. Apartado de la vida pública escribió sus "Memorias de Pruvonena". Murió en Lima el 21 de mayo de 1851 JOSÉ FAUSTINO SÁNCHEZ CARRIÓN José Faustino Sánchez Carrión nació el 13 de febrero de 1787 en Huamachuco, ciudad de la sierra norte del Perú. Sus padres fueron don Agustín Sánchez Carrión y doña Teresa Rodríguez. En su juventud se instaló en Lima para estudiar Leyes en el Real Convictorio de San Carlos, donde tuvo como maestro al ilustre Toribio Rodríguez de Mendoza. Llegó a ser profesor de San Carlos y aprovechó sus dotes oratorias para lanzar duras críticas contra el sistema colonial y defender los ideales republicanos. Durante el Protectorado de don José de San Martín (1821-1822) encabezó la oposición a sus planes monarquistas, argumentando a favor del sistema democrático en el periódico “La Abeja Republicana”. Firmaba sus artículos con el seudónimo de "El Solit ario de Sayán".
Fue diputado del Primer Congreso Constituyente destacando como el principal redactor de la Primera Constitución del Perú. Cuando Simón Bolívar llegó al Perú se convirtió en su principal consejero, por lo que el Libertador lo nombró Ministro General en 1824. Fue Sánchez Carrión quien gestionó los recursos necesarios para el Ejército Unido Libertador, vencedor de Junín y Ayacucho. También firmó la convocatoria al famoso Congreso de Panamá. A los 38 años de edad fue víctima de la tuberculosis, enfermedad que lo llevó a la muerte en el pueblo de Lurín, el 2 de junio de 1825.